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Perspectivas actuales en orientación vocacional

por Diana B. Aisenson (*)

INTRODUCCION

La incertidumbre y el temor crece en los jóvenes y los adultos ante las


transformaciones económicas, tecnológicas, laborales, y su impacto en la sociedad
aumenta la demanda de la orientación vocacional y ocupacional.
Para responder a las necesidades sociales que aparecen en este área, es
importante conocer los aportes teóricos y técnicos surgidos de investigaciones y
estudios específicos realizados durante muchos años en otros contextos, como así
también cuestionarlos a la luz de la realidad social y cultural de nuestro país.
El enfoque de la orientación vocacional varía según el contexto histórico,
político, socio-económico y cultural. Lejos estamos de la concepción de Juan
Huarte de San Juan (siglo XVI), quien en su obra Examen de los Ingenios, plantea
una representación del papel del orientador muy diferente a la tenemos en la
actualidad: “Se había de establecer una ley que cada uno ejercitase sola aquella
arte para la cual tenía talento natural y dejase las demás. Porque no errase en
elegir, había de haber diputados, hombres de gran prudencia y saber, que en la
tierna edad descubriesen a cada uno su ingenio, haciéndole estudiar por fuerza la
ciencia que le convenía, y no dejarlo a su elección”.
Si bien el panorama teórico en el área de la psicología y orientación
vocacional está lejos de ser claro y simple, hay diversas teorías de corte
psicológico que han contribuído al desarrollo de este campo.(Salvador y
Peiró,1986).
Reseño brevemente tres períodos que son paradigmáticos, y dentro de cada
uno, algunas teorías cuyos aportes son relevantes, para luego enfocar la situación
actual de la orientación vocacional en el mundo y en nuestro país.

I - PANORAMA DE LA ORIENTACION VOCACIONAL EN EL SIGLO XX.

a) Los primeros enfoques: Teoría de los Rasgos y Factores.

A principios del presente siglo se inicia la orientación vocacional como área


de estudio de la Psicología científica, con los aportes de la Psicología Diferencial al
campo vocacional. Surge en el contexto de la sociedad industrial. Parsons, en su
obra Choosing a Vocation (1909), plantea la elección vocacional como una
comparación de los “rasgos y factores” de la persona con los requisitos y
características de la ocupación. Tests e inventarios de validez reconocida son
utlilizados para la medición de rasgos relevantes para el desempeño profesional,
para contrastar las características individuales con las de la profesión o puesto de
trabajo. La elección se considera única y definitiva. El ajuste de las características
personales (aptitudes, inteligencia, intereses, personalidad, etc.) a los perfiles de
exigencia para el desempeño de determinadas ocupaciones, es el objetivo principal
del enfoque. Progresivamente este modelo revela sus limitaciones. En nuestro país
sigue vigente, en algunos medios, esta concepción estática, de la teoría del ajuste.

b) Desde la década del 50 hasta la del 80: Enfoque dinámico

En la década del 50 diversos aportes provenientes del psicoanálisis, la


fenomenología y las teorías psicodinámicas de la personalidad, plantean un cambio
de perspectiva en el enfoque y en las prácticas de la orientación. La publicación del
libro de Ginsberg, Ginsburg, Axerald y Herma, Occupational Choice (1951) supone
una nueva etapa. Estos autores señalan aspectos evolutivos del sujeto, planteando
que la elección vocacional se desarrolla a través de una serie de estadíos, y no se
realiza en un único momento de la vida. El desarrollo vocacional es un compromiso
entre las necesidades individuales y las posibilidades de la realidad. Se pasa de
una concepción estática a otra dinámica del desarrollo vocacional o carrera. Super
(1951) utiliza el término carrera para referirse a la dimensión ocupacional desde
que las personas empiezan a prepararse para una profesión hasta que se retiran de
la vida productiva.
Reseño muy sintéticamente los aportes de las siguientes teorías:
motivacionales y de la personalidad, de la decisión, conductales-cognitivas y de
Super.

- Teorías motivacionales y de la personalidad


Incluyo los aportes del psicoanálisis, las teorías de Roe y de Holland, y el enfoque
de Rogers.

Aportes desde la teoría psicoanalítica: Los aportes teóricos de Freud, Erikson,


Klein, Hartmann, Kohut, influyen en las elaboraciones de la psicología y la
orientación vocacional. Los conceptos más utilizados son: determinación psíquica;
teoría estructural del aparato psíquico; sublimación; reparación; mecanismos de
defensa; principio de placer y de realidad; conflicto; motivación; primeras
experiencias infantiles, impulsos, identificación, ideales, fuerza del ego, identidad.
Brill (1949), Nachmann (1960), Segal (1961), Bordin (1963), Sears (1957,65),
realizan estudios basados en dichos aportes.

Teoría de Roe: Considera la profesión como una fuente primaria de satisfacción de


las necesidades personales. Roe (1957) trata de establecer la relación existente
entre las experiencias tempranas infantiles y los factores de la personalidad que
afectan la elección vocacional. Además, estudia el clima y el ambiente familiar, y
su influencia en la orientación hacia áreas específicas: personas, cosas, ideas
(1964). Otra contribución es la clasificación de las áreas profesionales, en función
del grupo y del nivel ocupacional (1972).

Teoría de Holland: Integra aspectos motivacionales, características ambientales y


dimensiones de la personalidad (1959). Plantea seis orientaciones personales y
seis ambientes ocupacionales. Posteriormente señala que pueden entenderse como
seis tipos de personalidad, excediendo el campo de la elección vocacional y
esbozando una teoría de la personalidad. La teoría encontró apoyo en los
numerosos trabajos empíricos que ha suscitado.

Enfoque rogeriano, no-directivo: Destaca la comunicación humana como clave del


asesoramiento. La finalidad es facilitar la clarificación y actualización del
autoconcepto en roles vocacionales compatibles y enriquecedores de la experiencia
e integración personal (1951). Sostiene con los psicólogos psicodinámicos que las
distinciones entre asesoramiento y psicoterapia son artificiales, ya que ambos son
parte de un mismo proceso, que es la relación de ayuda humana. Su enfoque
acentúa la potencialidad del sujeto para el cambio constructivo.

- Teorías de la decisión.
En la base de las decisiones vocacionales están las aspiraciones y las necesidades
personales, pero también intervienen una serie de procesos cognitivos complejos.
Los modelos más elaborados y desarrollados son los propuestos por: Tiedeman y
O’Hara (1961), quienes consideran la elección ocupacional como el proceso de
desarrollo de una identidad vocacional y del sí mismo. Gelatt (1962) establece un
modelo de toma de decisiones aplicable a la orientación vocacional escolar.

- Enfoque conductual cognitivo.


Krumboltz (1977/83) plantea la teoría del aprendizaje social de la toma de
decisiones. Describe las fases y acciones a seguir: Definir el problema; Establecer
el plan; Identificar alternativas; Evaluación de sí mismo; Investigar los resultados
probables; Eliminar alternativas. El asesoramiento es un proceso de clarificación de
situaciones, especificación de metas, asunción de responsabilidades, aprendizaje
de nuevas destrezas, procesos para lograr la solución del problema vocacional. Lo
decisivo es cómo el propio sujeto percibe su problema, qué metas y alternativas
considera y el grado de implicación que está dispuesto a asumir.

- Teoría de Super
Aborda el desarrollo de la carrera desde una perspectiva evolutiva, e incluye la
dimensión ocupacional desde la preparación para una profesión hasta el retiro de
la vida productiva. La carrera engloba los papeles relacionados con el trabajo, el
estudio, el tiempo libre, la familia, la comunidad. La conducta vocacional es un
aspecto del desarrollo personal. Describe el desarrollo del concepto de sí mismo, y
las etapas del desarrollo vocacional (1963). El sujeto toma decisiones vocacionales
en función de cómo se percibe a sí mismo; procura encontrar la profesión que
mejor encaja con su propio autoconcepto. El modelo del arco iris de la carrera,
(1975/85) integra el enfoque evolutivo vocacional en el ciclo vital. Estudia los
indicadores de la madurez vocacional; la redefine como la disposición para hacer
frente a las tareas vocacionales, comparando con otros que están en la misma
época de la vida, y frente a las mismas tareas o responsabilidades del desarrollo
vocacional (1974/77). Reestructura en ocho escalas el cuestionario de madurez
vocacional (1981). En cuanto al proceso del asesoramiento, las metas son:
favorecer el desarrollo vocacional, planteando las actividades e informaciones para
aumentar el dominio de las destrezas necesarias en la etapa de la vida que se
encuentra, y como meta más lejana la planificación de su carrera y la adaptación
vocacional. El logro de estas metas se modula por la edad y las posibilidades del
medio.

c) Desde los 80 hasta la actualidad: Enfoque del Desarrollo de la carrera

Se observa un cambio en la forma de entender el proceso de ayuda


vocacional: de la consulta de tipo clínico, a la consideración de situación de
aprendizaje. Los enfoques teóricos del asesoramiento se modifican, desde un
enfoque centrado en el diagnóstico, a un enfoque del desarrollo personal. Lo
vocacional se plantea como una dimensión educativa importante en el desarrollo
individual.
El movimiento de desarrollo de la carrera surge en varios países, a partir de
los 70. Bajo el mismo se han desarrollado áreas más especializadas: orientación de
la carrera, educación de la carrera, planificación del desarrollo vocacional. En la
actualidad, el concepto de carrera suele reemplazar al de vocación. Tiene un
alcance para la comunidad mundial especializada en el área, no suficientemente
difundido en nuestro país.

La orientación de la carrera: Tiene como objetivos ayudar a integrar la


comprensión de sí mismo y del contexto, y aplicarla en la vida y en la planificación
profesional, para lograr decisiones más apropiadas. Desarrolla varias
intervenciones, que se articulan entre sí. Incluye:
-conocimiento de metas personales, aspiraciones, intereses y valores;
-conocimiento sobre los estudios y trabajos del entorno;
-desarrollo de los proyectos personales de vida y de trabajo;
-aprender a elegir y tomar decisiones de manera responsable y autónoma;
-prepararse para la transición.
-Además, comprender el desarrollo profesional como un proceso de toda la vida.
La educación de la carrera: Busca identificar y utilizar recursos en la escuela y en
la comunidad, para ampliar el desarrollo profesional: brindar información acerca de
las oportunidades educacionales y ocupacionales disponibles; proveer una
progresión planificada de experiencias para capacitar en la adquisición de
competencias personales relacionadas con la toma de decisiones y transiciones;
explorar alternativas profesionales.
Un modelo teórico es el ADVP (Activación del Desarrollo Vocacional), de Pelletier
(1974). La activación se produce a partir de un proceso de toma de conciencia de
sus valores y capacidades, que requiere la participación activa en un proceso de
búsqueda, análisis y construcción de un conocimiento de sí mismo y de la realidad
que lo rodea, para desarrollar los conocimientos, destrezas y actitudes necesarias
para su inserción socio-profesional-personal. Transforma el estado de necesidad en
un objetivo y un proyecto, y desarrolla un proceso general de maduración
personal. Ayuda a desarrollar las propias potencialidades a partir de un proyecto de
vida que permite abrirse un espacio en el medio social en el que vive. La
orientación es entendida como educación vocacional, basada en la investigación
activa por parte del alumno para el desarrollo de su propio proyecto de vida. Para
que el joven enfoque su futuro personal, social y laboral, se utiliza un método que
articula la reflexión con pares y adultos, la investigación y la acción, para
desarrollar los recursos personales en un aprendizaje activo y de experiencia
personal.

II - SITUACION ACTUAL

- A nivel mundial

En los años 80 y 90 se producen innovaciones tecnológicas, profundas


transformaciones en el sistema económico, en el paradigma productivo y en el
proceso de trabajo. Los factores que principalmente influyen en las condiciones del
mercado laboral son: globalización de la economía, liberalización y privatización,
movilidad, espacios económicos multinacionales, y los fenómenos de mayor acceso
de la mujer y las edades más avanzadas de las personas (Jenschke, 1995)
El trabajo es un referente importante en la vida de las personas, fuente
básica de identidad, ingresos y posición en la sociedad. El empleo precario, el
subempleo y el desempleo afecta aspectos estructurales de nuestra organización
social, así como derechos humanos universales que se creían ya logrados, como
son la educación, el trabajo, la salud, y la identidad personal.
En diferentes países los servicios de orientación se amplían para atender a
distintos sectores de la población, con necesidades y edades diferentes, desde una
perspectiva multicultural, lejos de la concepción clásica de la orientación en el
momento de ingreso a la profesión. El enfoque es el de una orientación continua, a
lo largo de diversas edades y momentos del ciclo de vida. Además, se incluye a la
población con necesidades especiales, tanto de índole social, como por
discapacidades, dificultades de aprendizaje, orientación y motivación.
La orientación vocacional se concibe en la actualidad en tres áreas
principales (Watts,1995):

-orientación personal y social: incluye problemáticas personales y


de desarrollo personal.

-orientación educativa: incluye problemas de aprendizaje y


elecciones referidas a la educación.

-orientación vocacional/profesional: incluye la ayuda a las personas


en sus elecciones y ubicación con respecto a ocupaciones,
profesiones y trabajos.
La mayoría de los países brindan orientación personal, vocacional y laboral
a los jóvenes a través de programas de orientación, asesoramiento, desarrollo y
educación de la carrera, y para la inserción laboral, que se centran en el auto-
conocimiento, exploración educactiva y ocupacional y planificación profesional. Se
implementan en las escuelas y en otros organismos de la comunidad, en forma
gratuita. No todos disponen de esos mismos servicios sin costo para los adultos, y
no hay acuerdo acerca de a quién corresponde pagarlos.
Watts y colaboradores, realizan una investigación en doce países de la
Comunidad Europea, sobre la diversidad de los servicios de orientación para la
población entre 14/25 años (1988) y adultos (1994). Los resultados identifican tres
tendencias:

- la orientación se considera cada vez más como un proceso continuo


y permanente, desde la escuela al período de transición a la vida
adulta y profesional, accesible durante el transcurso de toda la vida,
como apoyo para el desarrollo de la carrera.

- la orientación es abordada desde un amplio abanico de


intervenciones, con la participación de una red de personas y
organismos diversos. Las personas consultan informalmente con
amigos, familiares, profesores, para ver cuáles son las decisiones que
tienen que tomar en el futuro cercano para lograr sus metas.

-el individuo es considerado activo en el proceso de orientación, y no


un receptor pasivo.

El perfil del orientador se modifica. Para poder abordar la complejidad de la


problemática en la actual sociedad post-industrial, el orientador necesita tener un
enfoque multidisciplinario. Se subraya la importancia de las intervenciones que
ayudan a desarrollar los recursos personales.
Los jóvenes necesitan ampliar el conocimiento de sí mismos; articular
metas y aspiraciones, con decisiones informadas respecto al mercado laboral;
planificar una formación adecuada, y prepararse para las transiciones. Las
personas que ya se insertaron en el mercado laboral, necesitan reorientarse para
adaptarse a los cambios y adquirir las competencias requeridas. Los adultos
desocupados, que deben re-dirigir su trabajo en función de los cambios de la
economía y la evolución del mercado laboral, necesitan elaborar un plan de acción
profesional y adquirir o mejorar competencias. Los adultos mayores necesitan
reorientar sus intereses y recursos personales y buscar nuevos proyectos,
actividades e inserciones.

Las actividades que los orientadores realizan con mayor frecuencia, son:

-Información de oportunidades educacionales y


ocupacionales disponibles. Ayudan a interpretar la
información para elegir la opción mas apropiada. Para que
resulte beneficioso, las personas deben tener previamente
una idea bastante clara sobre sus necesidades.

-Orientación: ayudan a descubrir, esclarecer su propia


experiencia, explorar alternativas de estudio y trabajo, y su
posible implementación.

-Asesoramiento: ayudan a obtener una comprensión de su


desarrollo personal, educacional y profesional, para decidir
sobre la pertinencia de oportunidades particulares.
-Capacitación en la adquisición de conocimientos, destrezas
y competencias relacionados con la toma de decisiones y
transiciones personales, educativas y profesionales, a
través de proveer una progresión planificada y sistemática
de experiencias.

-Trabajo en redes. Establecen nexos específicos entre las


personas y las agencias.

En la actualidad, la orientación y la consulta vocacional se refieren al


proceso de ayuda a las personas para que, a través de esclarecer un proyecto más
amplio de vida, puedan establecer metas, planificar y elaborar estrategias, tomar
decisiones. Esto se logra conociendo aspectos de su historia, las posibles
repercusiones futuras y encarando una preparación adecuada, para lograr el
desarrollo de su carrera y su inserción laboral y social. No hay una única decisión
vocacional conveniente para desarrollar el proyecto personal de vida.
El proceso de elegir una ocupación, prepararse para desempeñarla, adquirir
experiencia y aprender en los diferentes momentos de la vida, forma parte del
desarrollo personal. La secuencia de los diversos estudios y actividades
ocupacionales va definiendo las trayectorias profesionales, en cuya construcción
intervienen diversos factores, tanto psicológicos y socioculturales, como
económicos, históricos y del azar.
La orientación puede ayudar al desarrollo personal, social, educacional y
profesional (declaración de la Asociación Internacional de Orientación Escolar y
Profesional, 1994).

- Algunos Aspectos de la Orientación Vocacional en nuestro país.

En nuestro país, la orientación vocacional y ocupacional es un aspecto de la


formación de los jóvenes que, en general, no ha sido incorporado de forma global
a la educación.
Muchos psicólogos, docentes y psicopedagogos se han ocupado, desde las
universidades, los colegios, los hospitales, y la práctica privada, de esta
problemática de interés fundamental para la mayoría de los sectores sociales. En
general, se enfoca la situación de toma de decisión.
Sin embargo, la situación actual, caracterizada por la ausencia de
programas para el desarrollo vocacional en las instituciones educativas, y de
políticas públicas que favorezcan el acceso a la orientación, así como de
posibilidades formativas para los orientadores en ejercicio, no permite que puedan
darse, en general, las respuestas institucionales a las demandas actuales de
orientación.

El proceso de orientación vocacional

En nuestro país, la orientación vocacional se refiere, mayoritariamente, al


proceso que realizan los jóvenes poco antes de finalizar la escuela secundaria,
cuando toman una decisión respecto a sus opciones ocupacionales. Además, puede
plantearse al término de la escuela primaria y en diferentes momentos de la
escolaridad media, en la búsqueda de orientación hacia un estudio o capacitación
diferente, o hacia la inserción laboral. También, en situaciones de dificultad,
fracaso o abandono escolar.
El proceso de orientación vocacional puede culminar con la elección de un
estudio, como formación previa al futuro desempeño ocupacional. Otras veces los
jóvenes eligen provisoriamente un trabajo o un estudio que abre alternativas
nuevas, les permite explorar el entorno y realizar aprendizajes que se expresarán
en un futuro cercano en proyectos y decisiones autónomas, ya sea en el plano del
estudio y/o del trabajo.
En otras ocasiones los jóvenes eligen porque “hay que elegir”, sintiéndose
presionados, sin convencimiento, ni claridad en sus metas. En general, esta
modalidad de elección no resuelve el problema, por lo que pasado un tiempo
retornan al punto inicial. A la pregunta “hacia adónde voy”?, se agrega una
experiencia percibida más como fracaso que como aprendizaje.
Negar la situación de “toma de decisión” como si no existiera; evitarla al
seguir los designios de los otros (familia o pares); o comportarse “como si “ fueran
adultos cuando aún no lo son, corresponde a estrategias que no permiten una
resolución satisfactoria.
Los jóvenes necesitan enfocar la situación desde una perspectiva diferente,
para poder aprender de la experiencia. A veces lo logran solos, o con la ayuda de
profesionales especializados, de familiares o de amigos, y en otras ocasiones no
pueden resolverlo. En este caso surge el temor en muchos jóvenes, en sus
familias, en los docentes y también en algunos profesionales, respecto a que
dichas dificultades esten indicando una problemática personal más seria, pero ésto
en general no es así. Si bien la transición adolescente se corresponde con una
situación de crisis vital, ésta no es sinónimo de enfermedad. Desde los aportes de
la salud mental, se conoce que la crisis puede ser una oportunidad de crecimiento
personal o de labilidad que puede significar una problemática mayor, según cómo
se enfrente y resuelva. En ciertas etapas de la vida, generalmente los momentos
de transición, las personas son más vulnerables.

Alcances de la orientación

El énfasis se traslada de la elección de una carrera u ocupación a la elección


de un proyecto personal de vida, de estudio y trabajo
Muchas intervenciones que se realizan en el área de la orientación
vocacional enfocan exclusivamente la problemática de la elección y toma de
decisiones, dejando afuera importantes tópicos que forman parte de este campo
disciplinar, y que sería importante incluír para abordar las necesidades que se
plantean en la actualidad. Paso a enunciarlos sintéticamente:

-La orientación, educación, desarrollo y planificación de la


carrera profesional.

-El aprendizaje de recursos y competencias personales

-La transición escuela / trabajo y la inserción en el primer


trabajo.

-La formación laboral; la reconversión y la reinserción


laboral.

-Los itinerarios y trayectorias profesionales; las re-


orientaciones y cambios; la relación que establecen las
personas con su actividad laboral - que incluye la línea de
estudios sobre satisfacción laboral.

-La problemática de la desocupación.

-La preparación para la jubilación.

Importancia del contexto


Los jóvenes necesitan de un contexto familiar y socio-cultural que les brinde
apoyo y pertenencia, que los ayude a crecer, explorar nuevos ámbitos, tener
experiencias, establecer vínculos con sus pares y con los adultos, y adquirir
recursos personales y confianza en sus potencialidades. Los grupos y las
instituciones de pertenencia, con los que una persona se relaciona de modo
frecuente, significativo, satisfacen algunas de las necesidades básicas, son
soportes psicosociales. La no satisfacción de las necesidades básicas, a causa de
factores como la pobreza, las crisis sociales y culturales, y otros sucesos severos,
provoca problemáticas psicosociales.
El objetivo de los programas educativos y de salud para la población en
riesgo, es ampliar los recursos de la familia, la escuela, la comunidad, para
atender las necesidades y promover su desarrollo saludable. Realizar programas y
servicios en ámbitos donde los adolescentes se nuclean en grupos naturales:
colegios, bibliotecas, clubes, asociaciones intermedias, así como el trabajo con los
adultos que están en contacto con los jóvenes, para ampliar su comprensión.

La orientación vocacional en el contexto educativo

Los sistemas escolares se proponen como meta la socialización de niños y


jóvenes. La Escuela tiene como objetivos la formación personal, posibilitar un
crecimiento y desarrollo saludables, capacitar para la futura inserción social y
laboral, y prepararlos para esa transición.
Los jóvenes necesitan completar su educación básica, para poder enfrentar
los requerimientos de la sociedad y del mundo del trabajo. La lectura, la escritura,
el cálculo, y las habilidades de comunicación, son las capacidades cognoscitivas
básicas requeridas para participar en el contexto social, y herramientas para
futuros aprendizajes (Declaración de Jomtien sobre Educación Básica para
Todos,1990).
Es necesaria la articulación entre educación formal y otra formación. Los
conocimientos básicos se aprenden en la escuela; la adquisición de destrezas
requiere un acercamiento educación/empresa; las actitudes se forman en varios
ámbitos. Las competencias no se adquieren sólo en la escuela, sino que requieren
ser actualizadas en el mundo del trabajo y en la vida.(M.A.Gallart, 1995).
Los cambios en el paradigma productivo, plantean cambios en las
formación. La orientación vocacional es interpelada por estos cambios. Para
responder a este desafío debe hacerse un trabajo multidisciplinario, en cooperación
con otros (J.Neffa, 1995).
La finalización de la escolaridad obligatoria significa para muchos jóvenes la
búsqueda de inserción laboral. La posibilidades de acceso al trabajo son difíciles
para los jóvenes, en especial para los de bajos niveles educativos. La carencia de
un capital cultural(manejo de determinados códigos lingüísticos) y de un capital
social(redes sociales de las que puede provenir un empleo) es otra vulnerabilidad
que conduce a circuitos ocupacionales marginales(C.Jacinto,1993)
Para adquirir recursos personales es necesario aprender en la escuela a
conocerse mejor a sí mismo y a su entorno. El conocimiento de los propios
intereses, valores, capacidades, permite una percepción positiva de sí mismo,
aprender a decidir con autonomía, después de informarse y reflexionar, y
responsabilizarse de sus elecciones.
La orientación vocacional puede introducir intervenciones para preparar a
los jóvenes para las transiciones educativas y laborales que necesitan realizar, y
para facilitar la comprensión del mundo del trabajo.
Desde una perspectiva que enfoca la interacción de los jóvenes (con sus
necesidades de desarrollo, autonomía y apropiación de la realidad social), y el
contexto, se abren nuevas posibilidades para las intervenciones y estrategias en
orientación vocacional.
La inclusión de Programas de Orientación en la currícula, puede reducir los
índices de fracaso y deserción escolar. Puede ayudar a mejorar la formación de los
jóvenes, quienes necesitan completar su educación formal con dispositivos que
incluyan estímulo y apoyo a su identidad, que les permitan comenzar a construír
proyectos personales de vida e itinerarios futuros de estudio y de trabajo, disponer
de información correcta y actualizada acerca de las ocupaciones de la sociedad y
construir representaciones más realistas acerca de ellas. Puede ayudar facilitando
las condiciones y medios necesarios para desarrollar estrategias que lleven a la
reflexión y discusión crítica de los alumnos, quienes van construyendo
conocimientos y su subjetividad, promoviendo interacciones del sujeto y el medio.
Para ello es menester respetar las diferencias, la diversidad de valores y manejarse
con enfoques multiculturales.
La orientación vocacional puede ser una instancia de socialización, y
estímulo hacia la formación profesional, para los jóvenes que cursan la escuela,
funcionando como un dispositivo protector, articulador entre educación, trabajo y
salud.

(*) Profesora Titular de la Cátedra de Orientación Vocacional y Ocupacional de la


Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires.

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