You are on page 1of 8

"No nos dejemos robar el Evangelio, la alegría, el ideal del amor fraterno ni

la fuerza misionera"

clipping

Blázquez: "Francisco, como Pablo VI, sueña con una


Iglesia misionera capaz de cambiar todo"
El presidente de la CEE reivindica el papel del Papa Montini en la lucha contra el
régimen de Franco

Jesús Bastante, 15 de octubre de 2016 a las 12:25

 Giovanni María Vian: "Pablo VI ha sido arrinconado entre dos papas santos: Juan
XXIII y Juan Pablo II"
 "Al igual que Pablo VI, Francisco está convencido de que el Evangelio habla a
todos los hombres"
 Fernando Fuentes: "La deuda de la Iglesia con Pablo VI está pendiente"

No hay razones para cambiar la actitud que introdujo Juan xXIII en la Iglesia. Dios no se
arrepiente de haber enviado a su hijo también a nuestro tiempo, no para condenar sino para
salvar

/>

Blázquez, durante su conferencia


/>

Parolin, flanqueado por Osoro y Blázquez


Blázquez, junto a Ginés García Beltrán 01

Blázquez, durante su conferencia 01


Parolin, flanqueado por Osoro y Blázquez 01

Blázquez y Miriam de las Mercedes Cortés, en la apertura de Curso 01


(Jesús Bastante).- Al cardenal Ricardo Blázquez se le nota especialmente cómodo en este
tiempo de Iglesia que nos ha tocado escribir. La Iglesia del Papa Francisco, una Iglesia
"en camino", evangelizadora, concienciada. El presidente de la CEE es un vivo
exponente del "cambio" que Bergoglio quiere para la Iglesia en España: ha cambiado en el
fondo, y las formas, y así lo demostró durante su entretenida y clarificadora conferencia en
el simposio-homenaje a Pablo VI en la sede de la fundación.

El cardenal de Valladolid habló de las similitudes entre la Evangelii Nuntiandi de Pablo


VI y la Evangelii Gaudium de Francisco. De la carta-testamento de Montini a la carta-
programa de Francisco. Y las similitudes entre ambos pontífices. Así lo presentó el obispo
de Guadix, Ginés García Beltrán, quien definió al presidente de la CEE como "un hombre
bueno, y no lo digo solo en sentido moral, que también, sino por lo que significa para la
teología y la Iglesia en España". Un hombre "de diálogo, conciliador, de esas personas que
siempre ven la media botella llena, que es muy importante. Es creyentemente positivo".

Durante su intervención, Blázquer reivindicó la figura "providencial" de Pablo VI en la


marcha y conclusión "del mayor acontecimiento de la Iglesia universal en los últimos
tiempos, en el Vaticano II". En lo tocante a nuestro país, "el pontificado de Pablo VI
coincidió en gran medida con los últimos años del régimen anterior y con la aplicación
del concilio en España", lo que supuso "una gran vitalidad, pero también incomodidad, por
los desajustes culturales, sociales y políticos".

"Fueron tiempos difíciles para el Papa, el Nuncio, la Iglesia, el gobierno y la sociedad",


reconoció Blázquez, quien apuntó cómo "a Pablo VI le hizo sufrir que el desafecto que
tenía a un régimen antidemocrático se reflejara como escaso afecto al pueblo español.
Esa mezcla fue muy dolorosa para él".

"Con el tiempo, ha emergido la figura grandiosa de Pablo VI y su extraordinario


servicio a la Iglesia, a la Humanidad y a España" proclamó Blázquez, quien incidió en
que Montini y Bergoglio viven "en la misma longitud de onda", pues "ambos son muy
profundos en la alegría de la evangelización".
De hecho, subrayó, "Evangelii Nuntiandi y Evangelii Gaudium mantienen la misma
intención: promover, avanzar una nueva etapa evangelizadora", y la denuncia de que
"la ruptura del Evangelio y la cultura es uno de los dramas de nuestro tiempo".

Hoy, como entonces, vivimos "un nueva etapa evangelizadora, marcada por la línea del
Evangelio, y que marcará caminos para la marcha de la Iglesia en los próximos tiempos.
Francisco, como Pablo VI, sueña con una Iglesia misionera capaz de cambiar todo",
subrayó el presidente del Episcopado español, quien no obstante diferenció los "estilos
propios" de ambos pontífices. "Pablo VI es más parco en palabras, y el Papa Francisco,
tiene un estilo más esponjado, con el aliento de un predicador. Esto ocurre en todos sus
escritos".

"Ambos papas toman la inspiración en el Concilio Vaticano II", definió Blázquez,


quien hizo suyas las palabras del Concilio acerca de que "la Iglesia asiste en nuestros días a
una gran crisis de humanidad. Un nuevo orden se está gestando, y la Iglesia tiene ante sí
tareas inmensas, como en las épocas más difíciles de su historia". "Lo que se pide -añadió
el cardenal- es que infunda la fuerza perenne, vivificante y divina del Evangelio. Estas
palabras del Concilio Vaticano II son actualísimas. Se está gestando un orden nuevo, no
terminamos de ver hasta dónde".

Frente a ello, el presidente del Episcopado llamó a "responder a estos signos de los
tiempos" aun reconociendo que el trabajo "es más lento y complicado. Ninguno tenemos el
secreto". También hoy, no obstante, existen "profetas que nos indican algunas pistas. Es
bueno que estemos atentos, con oración y vigilancia, auscultando las señales del porvenir,
afianzados en la fe en Dios y apremiados por el amor a los hombres, vamos poco a poco
respondiendo".

¿Cómo respondieron Pablo VI y Francisco? ¿Cómo podemos responder los cristianos?


Blázquez trajo al discurso las palabras de otro Papa santo, Juan XXIII, que "no quiso que
respondiéramos a los desafíos como profetas de desventuras. Son palabras que retoma
Francisco en EG. No respondamos como profetas de desventuras, sino
compasivamente, como Jesús".

"No hay razones para cambiar la actitud que introdujo Juan xXIII en la Iglesia. Dios no se
arrepiente de haber enviado a su hijo también a nuestro tiempo, no para condenar sino para
salvar", subrayó Blázquez, quien recordó que "el amor de Dios no es únicamente al hombre
como criatura, sino también al hombre pecador".

O, como dice Bergoglio de forma provocadora, "no seamos cristianos de Cuaresma sin
pascua, no llevemos cara de duelo permanente, no seamos profetas de desventuras". Y es
que, reclamó el presidente de la CEE, "hay consonancia entre Evangelio y la alegría. El
Evangelio y el gozo están íntimamente ligados. El Evangelio es llamada a la alegría y no a
la tristeza".

"Cada persona es amada por Dios en sí misma, no en función de nada ni de nadie. Ser
perdonado es ser doblemente amado, como persona y como pecador. El Evangelio es en sí
mismo, buena noticia, porque proclama con hechos y palabras que Dios nos quiere", señaló
Blázquez, quien incidió en tres palabras "íntimamente unidas en el Evangelio: anuncio,
denuncia y renuncia. El Evangelio es anuncio bueno, que pide conversión y renuncia. Y si
nos negamos a él, Jesús es implacable en la denuncia, con una inmensa dureza, reclamando
el derecho de todas las personas, de los pobres, al Evangelio Quien recibe el Evangelio
queda íntimamente alegrado en su vida".

"La alegría del evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con
Jesús", así arranca Evangelii Gaudium. Y así quiere Blázquez que sea la Iglesia española
hoy: "La Iglesia, para evangelizar, necesita ser evangelizada", insistió, pidiendo que
"no nos dejemos robar el Evangelio, la alegría, el ideal del amor fraterno ni la fuerza
misionera".

Todo ello, sin obligar a nadie. "No es lícito intentar imponer el Evangelio a nadie",
apuntó Blázquez, reconociendo que "no siempre los métodos de la evangelización han sido
el respeto o el diálogo. Ninguno tenemos el mecanismo para trasfundir la fe forzadamente
al corazón. Sí debemos proponer con entusiasmo la verdad del Evangelio y la salvación.
¿Adónde vamos a evangelizar con las caras largas? A ningún sitio".

"Evangelizar y transmitir buenas noticias al mundo están unidos", añadió el


purpurado, volviendo a las líneas argumentales de Montini y Bergoglio. Con ellos, asumió
que "Dios no es un dios justiciero, sino un Dios que nos ama, y por tanto el Evangelio ha
de ser transmitido de forma amable", porque "la Iglesia ha sido enviada a evangelizar con
una alegría misionera. Tanto en Pablo VI como en Francisco, la Iglesia se identifica con
misión. La misión no es algo añadido, no es opcional".

"Debemos hacer una evangelización en camino. Pongámonos en camino", clamó Blázquez.


"Dentro se puede estar muy bien, pero salgamos a la calle, porque el Evangelio brilla
cuando los enfermos son curados, los pobres son tratados atendiendo sus indigencias
múltiples, cuando los pecadores son tratados con compasión".

You might also like