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1.

HISPANIA, DE PROVINCIA A REINO

Las Invasiones Bárbaras en la Península Ibérica.

A partir del año 409 la Península Ibérica sufrirá la invasión de los pueblos bárbaros del
norte de Europa. En este momento Hispania forma parte del decadente Imperio Romano de
Occidente, y está divida en las provincias de Gallaecia, Lusitania, Baetica, Tarraconensis y
Cartaginensis.

La penetración de los bárbaros se dio, muy posiblemente, a través de Roncesvalles.


Entre ellos podemos diferenciar tres grupos bien definidos: los vándalos (y entre ellos los
asdingos y silingos), los suevos y los alanos. A diferencia de los dos primeros, los alanos no
tienen un origen germano, sino iranio. Cuando llegaron a Hispania, estos bárbaros ya habían
protagonizado otras incursiones y correrías al norte del Imperio. El inicio del fin de Roma llegó
en el 406, año en que las condiciones invernales propiciaron el congelamiento del Rin,
permitiendo el paso a los enemigos del norte. Una vez cruzada la frontera romana, las
invasiones de estos tres pueblos se encaminarán hacia el oeste, entre el 406 y el 409, arrasando
las Galias y dirigiéndose hacia la Península.

Al cruzar los pirineos, los invasores se encuentran con una Hispania en una delicada
situación, debido al debilitamiento de la autoridad imperial, fomentada a su vez por la lejanía
de su situación geográfica, que dificultaba su control. La población se ha desentendido de Roma
y centra sus esfuerzos en salir adelante y sobrevivir. Los ejércitos del emperador no pudieron
hacer frente a la invasión de los extranjeros, por lo que éstos penetraron sin dificultad,
dedicándose al saqueo y las matanzas. La población hispanorromana, impotente, se vio
sometida al pánico y la incertidumbre.

Estas correrías se prolongaron hasta el año 411, cuando los pueblos invasores deciden
repartir las tierras conquistadas con la intención de asentarse en ellas. Esto dio un respiro a la
población atormentada. Se ha hablado entre los especialistas de un posible foedus entre los
bárbaros y el Imperio, donde negociarían el asentamiento y el reparto de las tierras.

De este modo, los suevos se establecieron en torno a Gallaecia y convirtieron Braga en


su capital. Los alanos se dispersaron en su mayoría por el centro peninsular, ocupando
Lusitania y Cartaginensis. Los vándalos, por último, se asentaron en la zona de la Baetica. La
Tarraconensis quedo casi por completo libre de ocupación, bajo dominio romano.

Los bárbaros emergieron así como dominadores de la situación, aun encontrándose en


clara inferioridad numérica: unos 200.000 bárbaros frente a más de cinco millones de
hispanorromanos. Pronto los terratenientes tuvieron que abastecer a la población invasora con
víveres y suministros El poder coercitivo de los nuevos señores conllevó pactos entre los
miembros de su élite con las altas castas hispanas, que se desentendían de Roma. De este modo
los dominadores mantenían un fuerte control de la población, y las élites hispanas aseguraban
sus riquezas y su propia supervivencia. Aunque el periodo de caos y violencia al inicio de las
invasiones había quedado atrás, sí seguía existiendo un profundo terror y malestar en la
población.

La mayor parte de las fuentes que nos hablan de estos acontecimientos provienen de las
élites hispanorromanas, decididas a hacer uso de su educación y su prestigio contra los
extranjeros. Uno de ellos fue Hidacio, un contemporáneo de los sucesos que llegaría a ser
prelado y obispo de Aquas Flavias. En su Chronicon narra las fechorías y atrocidades que
llegaban a producir, no sólo el enemigo, sino también el hambre, la peste y las fieras.

Reino Vándalo:

Especialmente destructivos, incluso ya asentados en la Bética, desarrollarían


rápidamente una vocación marinera en el Mediterráneo occidental. Pronto darían un salto al
norte de África, en el 429, creando un nuevo reino, al que emigrarían en masa los vándalos de
la Península. Su poderío naval les llevó a conquistar, en 425, las Islas Baleares, y en 439,
Córcega, Cerdeña y Sicilia. Este Reino Vándalo perdurará hasta el siglo VI, cuando el Imperio
Bizantino, con Justiniano a la cabeza, conquista el territorio.

Los Alanos:

Sobre éste pueblo no tenemos información muy abundante, pero sabemos que parte de
la población emigraría al continente africano, mientras que los que permanecieron en Lusitania
y Cartaginensis acabarían siendo eliminados por los visigodos, desapareciendo así de la
historia de la Península.

Reino Suevo:

Se trata de un pueblo de origen báltico que, liderados por Hermerico, cruzaron el Rin en
el 406, penetrando en el Imperio Romano de Occidente. Tras asolar las Galias, invadieron la
Península Ibérica. Con más protagonismo que los anteriores, llegaron a formar su propio reino
en la Península, que se prolongaría durante más de 150 años, desde la fundación en el 411
hasta la su conquista por los visigodos en el 585. Este reino se extiende en un primer
momento en torno a la ciudad de Braga, la zona sur de las actuales Asturias y Galicia, así como
el norte de Portugal. Pero a mediados del siglo V ya se extendía por toda Gallaecia y Portugal
hacia el este, contando con ciudades como Mérida y Sevilla.

El reino de los suevos carecía de estructuras administrativas medianamente organizadas,


por lo que tomará las estructuras locales romanas. En los primeros años se dedicarán a vivir
del saqueo y el expolio, pero poco a poco irán llegando a acuerdos con la población local,
llegando algunos a convertirse en campesinos. El reinado de Rekhila (¿?-448) fue fundamental,
pues será bajo su mando cuando se conquista Lusitania, Bética y parte de Cartaginensis
(Mérida y Sevilla).

El paganismo de los suevos será fuente de enemistades con la población, por lo que
hábilmente Rekhila se convertirá al cristianismo. Posiblemente sus compatriotas siguieron su
ejemplo, si bien tanto éstos como el rey mantuvieron relaciones ambiguas con el arrianismo.

Su hijo Rekhiario (448-456) protagonizó también una época de esplendor, si bien en


gran medida gracias al anterior. La mayoría de la población sueva es ya católica, aunque se
mantienen la ambigüedad con el arrianismo. A lo largo de este reinado se acuñarán monedas,
copias de las romanas, lo que podemos interpretar como reafirmación del poder suevo.
Rekhiario mantendrá la política expansiva de su antecesor, sin embargo esto le traerá
problemas con los visigodos, que en este momento se encuentran también en expansión. El
enfrentamiento se saldó en el 456 con la derrota sueva, en las cercanías de Astorga. Tras ésta,
los visigodos marcharon contra Braga, la saquearon y ajusticiaron a Rekhiario.
Con la capital destruida, sin ejército y sin rey, los suevos entran en una etapa muy poco
documentada por las fuentes (tanto escritas como arqueológicas), sin embargo sabemos que no
desaparecen, pues con posterioridad volvemos a saber de un Reino Suevo reorganizado.

Aproximadamente cien años después de la derrota, la recuperación del reino es evidente


bajo Teodomiro (559-570). Durante la hegemonía visigoda predominó el arrianismo y, además,
muchos hispanorromanos retornaron al paganismo romano. Con éste monarca se produce la
definitiva conversión al catolicismo, en la que participó fundamentalmente San Martín de
Braga/Dumio, apoyándose en la fundación de monasterios, como el Dumio. La obra
fundamental de este obispo se titula “De correctione rusticorum”.

A Teodomiro le sucede Miro (570-583), con el que se inicia la decadencia final del
Reino Suevo, pues sus campañas militares expansionistas le enfrentaron a Leovigildo, rey de los
visigodos. A su muerte se inició, además, un conflicto dinástico que ofreció a Leovigildo la
excusa idónea para intervenir en el Reino Suevo y anexionarlo en el año 585.

Consecuencias de las Invasiones Bárbaras:

- Situación caótica frecuente: saqueos, acciones violentas, matanzas, etc.

- Rebeldía de los pueblos del norte: Astures, cántabros y vascones se rebelan tanto
contra los invasores como contra el Imperio Romano, haciendo víctimas de su violencia
a la población.

- Recrudecimiento de la acción de los bagaudas, especialmente en Tarraconensis. Los


bagaudas eran bandas nómadas de vagabundos, desertores, esclavos fugados, etc., que
se dedicaban al saqueo y entorpecían los caminos de las ciudades especialmente a raíz
de la crisis del siglo III. Pese a las intervenciones del Imperio nunca desaparecieron, y
ahora toman un nuevo impulso.

- Penetración visigoda: En estas circunstancias tenemos los primeros datos de presencia


visigoda en el año 415, con la entrada de un contingente al mando de Ataulfo siguiendo
la estela de los bárbaros invasores precedentes. Se adentraron sobre todo en
Tarraconensis, en torno a Barcino. Esta invasión será vista con buenos ojos desde
Roma, que aprovecharía su fuerza para combatir a los suevos, vándalos y alanos.

Reino Visigodo de Tolosa.

Los visigodos habían salido de las fronteras nororientales del Imperio, al norte del Mar
Negro, hacia el 376, y tras devastar las tierras de Oriente se desplegaron hacia Occidente. En
Italia llegarían a saquear Roma ene l 410, acontecimiento de gran repercusión en todo el
mundo romano, y desde allí marcharon hacia la Península Ibérica. Durante este periplo de
largos años los visigodos fueron adoptando algunos usos y formas romanas, incluso accedieron
al diálogo y a luchar como brazo armado del Imperio. En el 416 encontramos ya el primer
combate de los visigodos en nombre de Roma, consiguiendo éxitos importantes. Como
consecuencia de ello, se firmará un foedus con Roma en el 418/419, mediante el que se
comprometen a realizar campañas periódicas contra los bárbaros a cambio de la provincia de
Aquitania II, donde fundarán el Reino Visigodo de Tolosa.

La finalidad del foedus romano era la de utilizar a los visigodos contra los bárbaros de
la Península. La marcha de los vándalos será en parte a causa de los visigodos. También
propiciarán la desaparición del pueblo alano, que no puede hacer frente a los nuevos enemigos.
Del mismo modo se hicieron frecuentes las campañas militares contra los suevos del oeste.

La presencia visigoda se incremente hacia el 450, cada vez con más visigodos y con un
poder más sólido y eficiente. Algunos llegarían a asentarse en la Península, especialmente en
el norte central ya no como militares sino como campesinos, fundando nuevas aldeas. Estas
nuevas tierras proporcionaban alimento y avituallamiento abundante para los invasores. Algunas
ciudades bien comunicadas fueron tomadas como puntos de salida para expediciones militares,
como Mérida. En otras se asentarían por sus cualidades productivas, como Astúrica (oro de Las
Médulas) o Zaragoza (red de calzadas fundamental entre Aquitania y la Península).

Durante el reinado de Eurico (466-484) se alcanza el esplendor del Reino Visigodo de


Tolosa, especialmente por las campañas expansionistas en la Galia e Hispania. En el 475 se
negarán a aceptar la tradicional supremacía de Roma y las condiciones del foedus. Harán frente
a los burgundios y los francos en las Galias y a suevos, cántabros, astures y vascones en
Hispania para alcanzar la máxima expansión del reino.

Pero este esplendor no durará mucho tiempo, pues finaliza con la llegada al trono de
Alarico II (484-507), que triunfará en Hispania, pero no en la Galia. Los francos del norte
comienzan a ganar terreno, especialmente tras la conversión del rey Clodoveo al catolicismo,
con lo cual habían conseguido el apoyo de la población galorromana frente a los arrianos
visigodos. La batalla de Vouillé (507) será fundamental. La derrota visigoda y la muerte en
batalla de Alarico II propició el repliegue hacia la Península Ibérica, abandonando Tolosa e
iniciando una nueva etapa: el Reino Visigodo de Toledo. A pesar del repliegue, los visigodos
mantienen bajo su poder durante mucho tiempo la zona de Septimania, allende los Pirineos.

2. LA ESPAÑA VISIGODA

La periodización del Reino Visigodo de Toledo puede realizarse en función de dos criterios:

Criterio Religioso:

- Reino Arriano (507-589)

- Reino Católico (589-711)

Criterio Político:

- Identificación con el territorio peninsular (507-585)

- Ascenso de la nobleza al control del estado (585-680)

- Feudalización y crisis (680-711)

Identificación con el territorio peninsular.

Este periodo se inicia inmediatamente después de la batalla de Vouillé (507). El Reino Visigodo
de Toledo ocupará casi por completo la Península, a excepción del Reino suevo y los pueblos
del norte cantábrico. Además, se mantiene bajo control la zona de Septimania al norte de los
Pirineos. Esta zona es muy rica económicamente, pues posee buenas tierras para el
aprovechamiento agrícola (cereal, olivo) y constituye una puerta comercial de primer orden
hacia el Mediterráneo. Del mismo modo tiene un gran valor estratégico, como protección contra
los francos y como frontera con los ostrogodos de Italia. Destacan las ciudades de Narbona,
Carcasona y Beciers.

Por otro lado en la Península tenemos diversas dificultades. Por un lado el


distanciamiento entre la población visigoda e hispanorromana, especialmente por causas
religiosas. Además, la proporción demográfica entre ambos era claramente distante: 100.000
visigodos frente a cerca de 5 millones de hispanorromanos. A estos problemas hay que sumarle
la voluntad independentista de los pueblos del norte, que se vieron fuertemente reprimidos de
forma constante por los visigodos. Asimismo existía la competencia de los suevos en el oeste.

Los visigodos tendían a concentrarse en las zonas centrales de la Península, si


bien intentaban dispersarse por todo el territorio para evitar peligros de rebelión. Las ciudades
quedaron bajo un control mucho más directo que las zonas rurales. Aún no existe una capital
determinada, pero sí ciudades de especial importancia hasta que Toledo alcance la capitalidad.

Tras la derrota de Vouillé los visigodos se han quedado sin monarca,


por lo que recurrieron al apoyo de los ostrogodos. Los ostrogodos y los visigodos provenían
del mismo linaje, sin embargo se dividieron poco antes de comenzar la invasión del Imperio
Romano. En el 507 existían vínculos reales entre las dinastías reinantes: Alarico II estaba
casado con una hija de Teodorico II, por lo que éste ejercería re regente hasta que el hijo de
Alarico II, Amalarico, alcanzase la mayoría de edad, sin embargo en la práctica mantendría la
regencia hasta su muerte. Sin la regencia de Teodorico II probablemente el Reino Visigodo
habría sucumbido a las adversidades.

La autoridad de Teodorico II no se cuestiona en ningún momento por


los visigodos. Llevará a cabo una reorganización fiscal y administrativa y dotará al Reino
Visigodo de una estructura semejante a la del Reino Ostrogodo, que a su vez había sido tomada
en gran parte de Roma. Tras su muerte le sucede Amalarico en la Península, si bien es un
monarca débil y títere de la nobleza visigoda, por lo cual termina asesinado. Esta situación será
aprovechada por los francos para atacar Septimania.

Tras Amalarico ascienden al trono dos personajes miembros de la nobleza ostrogoda,


Teudis y Teudiselo, que habían llegado a la Península con Teodorico II y que mantenían
buenas relaciones con los visigodos. Con su muerte finaliza el intervalo ostrogodo.

Tras el intervalo ostrogodo llegarán al trono Agila y Atanagildo,


liderando una etapa de crisis y de conflictos con la nobleza visigoda, que intenta controlar a la
corona. Con la llegada de los bizantinos a la Península a raíz de la recuperatio Imperii
de Justiniano, una nueva amenaza surge contra la supremacía visigoda, especialmente tras la
toma de Ceuta.

La amenaza bizantina convierte en una realidad, aprovecharán la crisis del reino para
extenderse entre el Segura y el Guadalquivir hacia el año 551/552. Estas tierras experimentarían
una etapa de crecimiento. Los hispanorromanos reciben a los bizantinos como amigos y
correligionarios, sin embargo el sistema fiscal del emperador pronto se hizo abusivo. Con
enemigos al norte, al oeste, al sur y en la Galia, nos encontramos frente a un reino con los pies
de barro que se tambalea. Pero esta situación cambiará con la llegada al trono de Liuva I.
Es en este momento, a raíz de la invasión bizantina, cuando Toledo se alza como
capital del reino. Pronto los reyes visigodos habían mostrado su predilección por la ciudad de
Toledo, especialmente por su ubicación geográfica: centro peninsular, punto intermedio de las
calzadas romanas, pasado de edificaciones romanas (puentes, circo, teatro), etc. La Toledo
visigoda se correspondía solo en parte con la planta romana, situada en la zona baja de la colina.
Sin embargo las necesidades de este momento conllevarán el traslado de la población y la
creación de nuevas estracturas en la zona alta de la ciudad, que será amurallada. Las iglesias
cristianas convivirán con las arrianas. La comunidad judía tuvo también una gran importancia,
situada en las zonas cercanas a la muralla, con parte de la actividad económica de la capital.

Liuva I (567-571/572) restableció en parte a caótica situación. Era muy anciano


cuando subió al trono. Muy experimentado militar, enérgico y con carácter, pronto se vio
ayudado por su hermano Leovigildo, con el que gobierna en conjunto hasta su muerte.
Leovigildo (568-586) será el protagonista del apogeo del Reino Visigodo de Toledo, durante
el cual se completa la identificación de los visigodos con el territorio peninsular, controlando
hacia el 585 la Península por completo a través de exitosas campañas contra los tradicionales
enemigos. Asimismo pacificó el reino sometiendo a la población hispanorromana y
controlando a la nobleza visigoda. Tras esta pacificación interna, emprendió sus campañas
externas.

En un primer momento se enfrentará a los suevos, anexionando su completo territorio


en el 585. Intentará llevar a cabo la expulsión de los bizantinos, sin embargo solo reduce su
presencia en el sureste. Contra los pueblos del norte las campañas serán relativamente
exitosas, pues no los domina aunque les derrota y doblega durante años a través de la
construcción de fortificaciones en la frontera con estos pueblos (toma de Amaya, fundación de
Vitoria, etc.).

Tras sus éxitos militares, se propuso la unificación de visigodos e hispanorromanos,


sólo de este modo se reunificaría el país por completo. Utilizará como medio la religión,
imponiendo a todo el reino el arrianismo como único culto. Sin embargo esto conllevará la
reacción y sublevación de su hijo Hermenegildo. Hermenegildo había contraído matrimonio
con una princesa franca, y por tanto católica. Desde joven había sido enviado a la Bética para
prepararse para suceder a su padre en el gobierno. Allí mantendría relaciones con las élites
hispanas católicas (San Leandro de Sevilla), que le convencerían del error doctrinal de
Leovigildo y lograrían su conversión al catolicismo. Esto supuso un duro golpe para su padre y
para el reino. Se puso al mando de una rebelión en contra de las presiones religiosas del rey, con
intención de derrocarle y sustituirle en el trono. Con apoyo bizantino, la revuelta se
desarrolló entre el 579-585. Se mantendría durante muchos años, sin embargo acabaría con el
ajusticiamiento de Hermenegildo (quizás encarcelado) y sus seguidores. Mientras que unos
historiadores hablan de motivos puramente religiosos, otros defienden el interés de
Hermenegildo de tomar el poder apoyándose en la mayoría católica. La rebelión tomo fuerza
especialmente en las zonas meridionales. Además del apoyo bizantino, los sublevados contaron
con el apoyo económico de los francos.

Leovigildo fallece un año después del fin de la revuelta, dejando como heredero a su
segundo hijo, Recaredo. Los suevos han sido anexionados y los bizantinos y pueblos del norte
están dominados. Este monarca recibe un legado extensísimo y pacificado, iniciando una nueva
etapa.
Ascenso de la nobleza al control del estado.

Esta es una etapa caracterizada por la lucha de la aristocracia por controlar a los
soberanos, valiéndose para ello de conspiraciones, derrocamientos y asesinatos. Por ellos
muchos de los monarcas de este periodo tienen reinados efímeros. Gregorio de Tours calificó
esta mal como el morbus gothorum, la enfermedad de los godos. Otro aspecto importante es,
después de la conversión de Recaredo, el interés que toma la Iglesia por la vida política del
reino, a veces positivo y de arbitraje, pero otras muchas de lucha también por el poder.

Recaredo (586-601) recibe la corona en unas circunstancias muy favorables. Este


monarca será el segundo rey más destacado del Reino Visigodo de Toledo, con un reinado lleno
de acontecimientos importantes, especialmente la conversión de los visigodos al catolicismo,
lo que significó la unificación religiosa del reino. Recaredo seguía las ideas de su padre,
pensaba que para lograr la unificación total era necesario un credo común. Al contrario que
Leovigildo, este rey optará por el catolicismo y la mayoría hispanorromana. La actitud de
Recaredo en este sentido es importante. Su conversión personal se produjo poco antes del
ascender al trono o en sus primeros momentos. Aunque algunos hablan de la sinceridad de su
conversión, otros defienden el interés político del monarca.

Una vez convertido intentará convencer al resto de la nobleza visigoda. Los obispos
católicos y arrianos se reúnen para llegar a un acuerdo. El clero católico estaba mejor preparado
y formado que el arriano, por lo que solían vencer en los debates. Esta primera reunión no tuvo
especial éxito, sin embargo encontramos las primeras conversiones entre los visigodos. Habrá
una segunda reunión, con mayor polémica teológica y en la que interviene el propio Recaredo,
pero que acaba tal y como empezó. Así que se organiza una tercera reunión, al mismo tiempo
que se inicia una campaña de presión y expropiación contra el arrianismo. Algunos arrianos
se convertirán, pero otros no dudan en defender su fe. Éstos últimos se reúnen en Mérida para
formar una rebelión.

El obispo católico de allí, Masona, que contaba con una enorme reputación y era muy
querido, pronto se une a la causa del rey. Frente a él encontramos al obispo arriano Sunna,
menos culto y muy inmiscuido en la vida política. Éste encabezará la rebelión con el fin de
eliminar a Masona y deponer a Recaredo para instaurar el anterior régimen arriano. Sin embargo
el asesinato de la Masona fracasó y la rebelión fue reprimida por el monarca. Aun así hubo un
segundo intento de revuelta apoyado por la reina Gosuinda, quien generó una conspiración
palaciega que acabaría fracasando. Recaredo castigó su comportamiento encerrándola en un
monasterio. Una tercera y peligrosa rebelión tuvo lugar en Septimania, donde la nobleza
visigoda se sublevó con el apoyo de los francos, sin embargo también fracasó.

En el 589 se celebró el III Concilio de Toledo, reuniéndose los obispos católicos,


algunos arrianos, el monarca y algunos laicos. En él Recaredo hace pública la conversión del
pueblo visigodo al catolicismo. Del mismo modo los obispos arrianos asistentes se convierten.
El rey publica un edicto del concilio otorgándole fuerza de ley, oficializando la nueva religión
e iniciando la persecución de los arrianos, cuyas posesiones se traspasan a la Iglesia y cuyos
textos son destruidos. Todo ello genera una última rebelión encabezada por el noble visigodo
Argimundo, una conjura palaciega con intención de asesinar al rey. Tras su fracaso finaliza la
resistencia arriana.

Las razones de la conversión de Recaredo se centran en la preponderancia numérica de


los católicos. Los visigodos tampoco se habían mostrado especialmente religiosos en su culto
arriano, sino que más bien constituía una seña de identidad. El clero católico tenía una mejor
formación, así como un mayor nivel moral y preocupación por los fieles y necesitados. Esto era
deseable para Recaredo, que además se vería influenciado por otras monarquías germanas que
ya se habían convertido, como los francos. La Iglesia pronto estableció una jerarquía muy
desarrollada, con especial importancia de los prelados.

El reinado de Recaredo también vino marcado por la guerra contra los bizantinos, los
pueblos del norte cantábrico y los francos en las fronteras de Septimania. Sin embargo la
parte final de su reinado trascurrió de forma tranquila.

Le sucede su hijo ilegítimo Liuva II (601-603). Más que un rey con poder, quizás
deberíamos hablar de un títere de la nobleza. Tras apenas dos años en el trono será asesinado y
sucedido por Viterico (603-610) y éste por Gundemaro (610-612), ambos títeres también de la
nobleza. De este modo vemos cómo el grupo nobiliario se introduce de lleno en el poder. La
Iglesia también inmiscuye a sus miembros eclesiásticos en el poder para defender sus intereses.
Las muertes violentas conllevaban una nueva elección del rey por parte de la nobleza. Si estos
reyes se desviaban de los intereses nobiliarios quedaba desbancado del trono. Aunque la
nobleza actuaba de forma conjunta, también existían conflictos de intereses que llevaban a
apoyar a candidatos diferentes. A esto se suma el caos de la inexistencia de un derecho
sucesorio ni ninguna ley de sucesión que lo facilite. Normalmente el monarca asociaba al trono
a un personaje cercano antes de que su reinado acabara, de modo que no se producía un cambio
brusco.

Con Sisebuto (612-621) encontramos la intención de poner límite a las ambiciones de la


nobleza y el clero. Era un curtido militar con una inclinación también intelectual. Esto le
permitió gobernar un periodo de estabilidad en el que impuso su superioridad real. Esta
estabilidad será heredada por Recaredo II (621), pero apenas durará unos meses en el trono,
iniciándose otra etapa de anarquía bajo el reinado de Suintila (621-631). Este rey estaba
dispuesto a someter a la nobleza a través del recorte de privilegios y confiscación de bienes,
especialmente contra los nobles más peligrosos. Además inició una guerra contra los
bizantinos, quienes son definitivamente expulsados de la Península. Pero los nobles más
descontentos terminaron por asesinarle, colocando en su lugar a Sisenando.

Sisenando (631-636) se plantea establecer un derecho sucesorio fijo para evitar el


eterno mal de los reyes visigodos. Este tema se trató en el IV Concilio de Toledo (633), donde
la figura de San Isidoro de Sevilla será crucial. Se debate sobre si la sucesión debe ser
hereditaria o electiva. Ambas opciones contarán con apoyo. Finalmente se estableció la
sucesión electiva, creándose un colegio de electores compuesto pos los nobles y eclesiásticos
más destacados. El nuevo monarca debería elegirse de entre los nobles. Todo se apoyaba a su
vez en una pena de alta traición para aquellos que no aceptasen la decisión del colegio. Sin
embargo las nuevas medidas no cambiaron mucho, pues los problemas sucesorios y los
asesinatos continuaron vigentes.

A la muerte de Sisenando el colegio de electores elige a Chintila (636-639) como


sucesor. Este monarca protagoniza un reinado turbulento con claras controversias con la
nobleza. Una vez establecido en el poder, quebrantó el derecho sucesorio asociando a su hijo
Tulga (639-642) al trono, por lo que será pronto asesinado por los nobles.

Los reinados sucesivos de Chindasvinto (642-653) y Recesvinto (649-672) ponen algo


de orden en el caos. El primero alcanzó el poder mediante una conspiración palaciega. Pondrá
en práctica una política antinobiliaria muy dura cercenando privilegios, confiscando bienes y
ejecutando a los nobles peligrosos. En la segunda mitad de su reinado asoció al trono a su hijo,
de nuevo en contra de las leyes de sucesión. Recesvinto reinó durante muchos años llevando a
cabo una política contraria a la de su padre. Al sentirse bien instalado en el poder, será generoso
con la nobleza y paralizará ejecuciones, devolviendo algunos bienes. En el VIII Concilio de
Toledo (653) restaurará el sistema electivo. Un año más tarde se promulga el Liber
Iudiciorum, preparado durante el reinado anterior. Este código legal será de vital importancia,
pues será aplicado a toda la población, sin distinciones entre hispanorromanos y visigodos. El
él se aprecia una mezcla de la herencia romana y germana, que dan como resultado los primeros
indicios de la protofeudalización. Con ello finaliza la segunda etapa y da comienzo a la última.

Feudalización y crisis.

Inmediatamente después del reinado de Recesvinto se inicia la etapa de disolución del


Reino Visigodo de Toledo. La feudalización es una causa fundamental. La nobleza ganará más
independencia y se produce la atomización del poder y del territorio. Las tierras quedan bajo
la jurisdicción de un noble a modo de pequeños reinos. Por el contrario la realeza pierde su
poder, y la Iglesia apoyará a unos u otros en función de sus intereses. Con ello asistimos a un
clima de enfrentamiento generalizado.

Wamba (672-680) protagonizó un reinado muy complicado en el que no pudo imponer


su autoridad. Este periodo vendrá marcado por rebeliones nobiliarias, como la del duque Paulo,
quien narcotizó al rey para tonsurarlo y obligarlo a ceder la corona a Ervigio (680-687). Éste
intentará reencauzar la situación, sin embargo pronto renuncia a la corona para evitar una
situación peor. Le sucede Égica (687-702) con un reinado tumultuoso, cuyos últimos años
estuvo compartido con su hijo Vitiza (700-710), joven e inexperto en un principio, pero que
después ganó autoridad. Su muerte prematura produjo una nueva crisis sucesoria.

Por un lado encontramos a los witizanos, partidarios de Agila, hijo del rey Vitiza. Por
otro lado, los partidarios de Rodrigo, un noble con gran talento. Tras una guerra prácticamente
civil, Rodrigo consigue convertirse en el último rey del Reino Visigodo de Toledo. Sin embargo
los witizanos no aceptan la situación, y están dispuestos a llamar a los musulmanes del norte
de áfrica en su ayuda. Éstos desembarcaron y se enfrentaron a Rodrigo en la batalla de
Guadalete (711). En el transcurso del combate los witizanos abandonan las filas visigodas y se
unen al bando musulmán, con lo que Rodrigo es derrotado y desaparecido en la batalla. Con
esta traición y derrota, se inicia la rápida caída del Reino en manos musulmanas.

Causas de la rápida caída del Reino Visigodo de Toledo.

En primer lugar la crisis política imperante, que se suma a la crisis económica


arrastrada desde el siglo VII por el hambre y las malas cosechas. También existe una crisis
social propiciada por el excesivo poder de la nobleza, asociada a la feudalización y a la mala
situación de las clases bajas. Por último tenemos la crisis religiosa, un auténtico descrédito de
la Iglesia Católica por la actitud de los altos cargos, que abandonaron las funciones pastorales
para inmiscuirse de lleno en los asuntos políticos del reino.

La resistencia armada contra los musulmanes fue, asimismo, muy escasa. Predominaron
los pactos con las poblaciones cristianas, con el fin de mantener su integridad y ciertas ventajas.
Los judíos vieron con buenos ojos la llegada del Islam y les apoyaron de forma activa con su
gran poder financiero.
3. VIDA ECONÓMICA Y ORGANIZACIÓN SOCIAL

La economía rural.

Agricultura:

La agricultura fue la mayor fuente de riqueza de la España visigoda frente a la


ganadería, la pesca y la artesanía. A raíz de la crisis del Imperio Romano se había venido
produciendo la ruralización de los territorios y la decadencia de la ciudad y sus fuentes de
riqueza (comercio y artesanía). El campo ganará importancia, y la mayor parte de la población
es campesina. Se trata de una continuidad de la vida agrícola romana, con escasas novedades.
Existe una gran importancia de las grandes propiedades, que son explotaciones agrícolas,
ganaderas y a veces con actividades artesanales destinadas al autoconsumo. Estos latifundios
son los herederos de las villae romanas, que serán también denominados fundus, domus y locus.

Estos latifundios estaban en manos de aristócratas tanto visigodos como


hispanorromanos, si bien muchas veces los primeros se apoderaron de las tierras de los
segundos. Los hispanorromanos intentaron mantener su patrimonio mediante tratos y acuerdos
con los invasores. En la Bética, la aristocracia romana mantuvo un enorme poder sobre sus
tierras. La importancia de las grandes propiedades radica también en ser la base del poder
nobiliario, un poder económico, social y político. Poco a poco la economía autárquica de estas
tierras propiciará una mayor autonomía de sus señores, impulsando el proceso de feudalización.

Las tierras eran trabajadas por esclavos, no muy numerosos tras la crisis del siglo III y
con mejor trato que los de tiempos antiguos. La gran mayoría eran siervos, denominados con
diferentes nombres, que no eran libres y se diferenciaban entre sí de diversas formas difíciles de
determinar. También encontramos jornaleros libres sin tierras propias que labran las de un
señor para sobrevivir. Muchas veces estos jornaleros acaban siendo siervos del señor de las
tierras. Del mismo modo existían lotes de tierra que se entregaban a colonos o arrendatarios con
el fin de entregar una parte de la producción al señor.

También la Iglesia posee grandes latifundios. Con la conversión del reino al


catolicismo la Iglesia recibirá aún más donaciones de tierra. Normalmente estaban bajo el
control de las diócesis episcopales, aunque también los monasterios recibían lotes de tierra. El
trabajo de las tierras era similar al de los nobles. Del mismo modo la corona tiene sus tierras
particulares, imitando el fisco regio del Imperio Romano, destinando parte de los beneficios al
estado. En este caso la tierra es trabajada por siervos fiscales, sujetos a unos impuestos muy
elevados pero con ciertas ventajas como poder aportar testimonio en juicios, prestar servicios
militares y poseían una puerta abierta hacia una posible libertad. Además, estos siervos fiscales
podían poseer tierras y esclavos propios. Por todo ello los siervos de la nobleza suelen aspirar a
convertirse en siervos directos del rey.

Frente al latifundio tenemos también la pequeña propiedad, en manos de libres privati


o possesores, heredadas del pasado romano y mayores cuantitativamente desde la llegada
visigoda. Al igual que las grandes tierras, estaban tanto en manos hispanas como visigodas, y
muchas veces se otorgaban como premio por participar en operaciones militares. Solían situarse
en torno a aldeas pequeñas y poco pobladas (máx. 1.000 habitantes). Estas aldeas son
denominadas pagus/vicus o castellum/oppidum. El primer caso solía tener aproximadamente
100 habitantes y sin elementos defensivos, mientras que el segundo solía contar con una
empalizada o un foso debido a los frecuentes asaltos. Estos últimos suelen ser más grandes y
poblados, con el fin de atraer a los habitantes de comunidades cercanas en caso de peligro.

Las viviendas ocupaban en torno a 30 m2 y en ellas se compartimentaba el espacio para


el almacenaje. Hombres y animales vivían juntos en el interior. Tenemos muchos restos de
necrópolis visigodas, con pocas tumbas normalmente de pequeñas dimensiones, y en posición
alineada. A veces estos cementerios nos ayudan a encontrar la aldea que le correspondía. Unas
veces se excavaba en la roca mientras que otras se introducía la piedra tallada en la tierra. Los
ajuares encontrados no tienen especial relevancia.

Tanto en la grande como en la pequeña propiedad, la agricultura está escasamente


tecnificada. En el utillaje de labranza encontramos de nuevo la herencia romana del arado, si
bien es poco útil en algunas zonas difíciles de la Península. La innovación se reduce al uso de
aperos de hierro, fruto de la habilidad metalúrgica germana. También poco tecnificado es el
abono, reducido únicamente al animal. Se practicaba la rotación bienal o barbecho, un sistema
poco sofisticado aplicado a las tierras pobres de secano.

Los rendimientos de la tierra son muy escasos, sometidas a las inclemencias


meteorológicas. Las tierras de regadío, escasas y heredadas del pasado romano, son algo
mejores gracias a los canales y acequias. Por ello la pequeña propiedad debía ser muy
trabajada para subsistir, y a lo largo de los siglos irán dejando paso a los latifundios,
especialmente en los últimos años del reino visigodo.

Finalmente, los cultivos trabajados serán igualmente una continuidad del pasado
romano, si bien con menor diversidad. Predomina sobre todo el cereal destinado al consumo
del hombre (trigo, cebada), seguido del de consumo animal (avena). El pan será el producto por
excelencia, junto a los complementos para el mismo (companaticum). Otros cereales como la
escarda o la espelta podían consumirse en forma de tortas. El centeno se consume menos, su
mayor uso llegará en épocas posteriores. Junto a los cereales se cultivaba el olivo, que durante
el dominio visigodo experimenta una expansión, siendo España una gran importadora de
aceite al exterior. La vid será también cultivada, pues los visigodos no tardaron en sumar el
consumo de vino al tradicional de la cerveza. Otros cultivos serán los árboles frutales como el
peral o el manzano, cuyos frutos podían consumirse como confituras y mermeladas.

Ganadería:

Como complemento de la agricultura tenemos la ganadería, tanto minifundista como


latifundista. Recoge la herencia romana, pero añade la tradición pastoril germánica. La falta
de brazos para trabajar correctamente la tierra favoreció la ganadería como apoyo productivo.
Por ello acabó convirtiéndose en predominante en aquellas zonas donde la agricultura no era
practicable o productiva, especialmente en el noroeste y las zonas montañosas. Diferenciamos
dos modalidades de ganadería. La primera, de establo, estaba relacionada con las pequeñas
propiedades, y servía además como fuente de abono para la tierra. La segunda, de espacios
abiertos, la encontramos en los barbechos, pastos, bosques y montes. Se recurre a la
trashumancia en busca de los pastos más adecuados. Conocemos esta práctica debido a los
peajes que tenían que pagar estos pastores en determinados puntos.
El ganado equino tuvo una especial importancia, pues los caballos se destinaban al
ejército, formado principalmente por caballería. Por ello se le aportaba una buena domesticación
y cría, especialmente en tierras meridionales con grandes yeguadas. También el caballo era
destinado al transporte y al apoyo agrícola. No era un animal consumido por el hombre, debido
a su alto valor. La vaca no fue demasiado habitual, se destinaba al consumo de leche y lácteos,
así como su carne. La carne ovina y caprina fue la más consumida, además de aportar leche y
derivados (sobre todo queso), proporcionaba lana para la artesanía textil. El cerdo sería
fundamental, con al menos uno o dos por cada familia campesina, pues suponía una reserva
alimenticia segura para la familia, pues del cerdo se aprovechaba todo. A todo ello hay se sumar
la cría de aves de corral que aportaban carne y huevos, y la apicultura. Era frecuente que en
toda comunidad existiera una zona de colmenas de la que obtenían miel, muy consumida
durante toda la Edad Media y único endulzante de la España visigoda.

Por último, se recurría también a la silvicultura o explotación del bosque. De él se


obtenían recursos complementarios importantes como la caza, la pesca fluvial, la recogida de
madera y la recolección de frutos que diversificaban la dieta.

La economía urbana.

Artesanía:

Durante el periodo visigodo se produjo una reducción de la actividad artesanal, en


parte relacionada con la degradación de los gustos acarreada con implantación de la cultura
germana. Tiene también que ver con la reducción del consumo a raíz de la menor riqueza de la
población, que no podía permitirse productos artesanales. Por ello se practicará una artesanía de
autoconsumo, trabajando en tiempo de ocio. Aun así seguirán existiendo artesanos
especializados destinados a una pequeña minoría que podía contratarles. La calidad será muy
reducida, centrada en la cerámica y el metal. La artesanía se concentraba en el espacio urbano,
si bien algunas villae contaban con sus pequeños talleres de autoconsumo.

La llegada de los invasores bárbaros fomenta la ya crítica situación de las ciudades que
se había producido desde el siglo III. Algunas ciudades incluso desaparecerán por completo a
favor del campo. Las civitates que permanecen suelen tener funciones específicas que hacen
necesario su mantenimiento. Algunas tenían una importancia eclesiástica, en torno al obispo,
una figura esencial de la ciudad, a veces considerado la máxima autoridad política. Otras
ciudades se mantienen por su importancia militar, potentemente fortificadas, que servían de
residencia de destacamentos para proteger la propia ciudad y su comarca. Suelen situarse en
zonas especialmente problemáticas. La ciudad de Victoriacum (Vitoria) fue fundada con este
fin. Finalmente, ciudades de carácter administrativo, destinadas a gobernarse a sí mismas y a
las zonas circundantes. Algunas ciudades poseerán dos o los tres elementos.

En cualquier caso, en estas ciudades no vivía una población productora de recursos, sino
consumidora y dedicada a la artesanía y el comercio. Destaca la actividad artesanal
constructiva, con gran relieve, de la que se conserva escasos restos hoy en día, especialmente
construcciones eclesiásticas. Asimismo destacó la actividad de carpinteros y especialmente de
canteros.

El trabajo del metal, con fuerte tradición germana, tuvo gran importancia en la
economía visigoda, destinado a los apeos de labranza, armas, orfebrería, etc. Esta último llegó a
ser tan desarrollada que en tiempos de Leovigildo se crearon talleres reales, como el de Toledo,
en los que se combinaba el estilo germano y el bizantino, cuya producción era destinada a la
realeza y nobleza visigoda. Destacan las coronas trabajadas en oro y piedras preciosas,
posiblemente de carácter votivo.

Comercio:

También el comercio experimentó una reducción como consecuencia del


asentamiento visigodo. El comercio interior será menos frecuente a raíz de la nueva economía
de autoconsumo y por la poca capacidad de consumo de la población. El comercio exterior se
ve también reducido, en este caso por la piratería imperante en el Mediterráneo Occidental y por
la creciente expansión islámica. Aun así el comercio exterior continua, pero en menor medida
que en tiempos anteriores. Los comerciantes que viajaban por vía marítima son denominados
transmarini, mientras que el apelativo negotiatiores hace referencia a cualquier tipo de
comerciante.

El comercio interior se basaba en el conventus mercantium, una reunión de


mercaderes en una comunidad o zona rural en la que establecían sus puestos. Se trata de
comerciantes ambulantes la mayoría, que se desplazan tanto por las ciudades como por el
campo ofreciendo sus productos. Para ello eran fundamentales las vías de comunicación
heredadas de época romana, las cuales fueron cuidadas evitando el deterioro y luchando contra
el bandolerismo.

El comercio exterior se centraba especialmente en el Mediterráneo, que estaba sobre


todo en manos de comerciantes foráneos, como los bizantinos-sirios. Pero también las rutas
atlánticas hacia las Galias tuvieron su importancia, frecuentada sobre todo por los comerciantes
francos. Pero el comerciante por excelencia era el judío. Buena parte de la comunidad judía de
la Península Ibérica se dedicaba a la actividad comercial, estableciendo contactos con otras
comunidades y comerciantes judíos en el extranjero. El comercio con Bizancio se vio
favorecido por la toma del sureste peninsular por las tropas imperiales, si bien con intervalos en
los que se producían enfrentamientos. Del mismo modo, a pesar de las constantes guerras con
los francos, el comercio terrestre y a través de la costa atlántica fue constante. También
encontramos otras vías comerciales con Italia, el Norte de África, y en menor medida con las
Islas Británicas.

El comercio marítimo se realizaba mediante la navegación por cabotaje. Aunque no nos


ha llegado cartografía visigoda, sí tenemos restos de moneda visigoda en zonas como
Centroeuropa o Siria, fruto del alto valor intrínseco y peso de la moneda. Se exportaba
sobretodo materias primas, a veces con un cierto proceso de elaboración. Entre estas
encontramos trigo, metales (estaño), esclavos y aceite. Entre las importaciones destacaban el
oro, la seda, joyas y productos de lujo en general. Todo el comercio, tanto interno como
externo, estaba sujeto a un impuesto especial denominado teloneum, que aportaría grandes
beneficios al fisco, pero las fuentes no nos aportan demasiada información.

Moneda:

El uso de la moneda visigoda se reducía casi exclusivamente al comercio exterior. El


interior era más rudimentario, basado en el trueque y los pagos en especie. Como excepción se
utilizó para el pago a la nobleza y al clero. La moneda visigoda comparte espacio con la
moneda franca, árabe y romana, y será acuñada regularmente desde los tiempos de Leovigildo,
cuando quedará bajo control exclusivo de la monarquía. Con la nueva moneda, Leovigildo
intentaría fomentar la tan ansiada unidad peninsular y equiparar su figura a la de los
emperadores bizantinos, si bien la iconografía es más tosca que la de las monedas imperiales.

En un principio se acuñaba siempre en oro, pues todas las que han llegado a nuestros
días están fabricadas con este metal. Son las llamadas tremis o tirente, basadas en modelos
romanos y bizantinos. Poseían un alto peso y valor intrínseco, con una buena aceptación en el
mercado extranjero. Algunos autores hablan de una moneda de plata, la siliqua, cuyas
características desconocemos, pues no tenemos restos de eta supuesta moneda, que en cualquier
caso serviría como moneda de cuenta. Tampoco se han encontrado monedas de bronce.

Las monedas se realizaban en cecas establecidas por toda la Península, en las que
trabajaban los monetarii. El número de cecas variaba, llegando a haber 80 en su momento
culminante, si bien el reparto del trabajo fue irregular y su producción no fue especialmente
importante. Entre las cecas más importantes tenemos la de Toledo, Zaragoza, Tarragona,
Narbona y Sevilla, entre otras. Otros puntos de acuñación de moneda no fueron ciudades, sino
espacios rurales cercanos a puntos de extracción de oro (Las Médulas) o incluso cecas móviles
que se desplazaban en busca de este metal precioso.

La acuñación disminuyó a medida que el Reino Visigodo llegaba a su ocaso y se


reducía su actividad minera. El oro será entonces un elemento traído del exterior, por lo que las
monedas empezarán a reducir su cantidad, y por consiguiente se redujo aún más la circulación
monetaria. Del mismo modo influyó también el fenómeno de tesaurización de aquellos que
ocultaban grandes cantidades de monedas de oro en momentos de peligro, con el fin de
recuperarlos en el momento oportuno.

La sociedad.

Desde la llegada de los visigodos a la Península existió el problema de su acomodación


social. Pronto la nobleza visigoda se alzaría por encima de la nobleza latina, lo que conllevó
constantes roces hasta el momento de la conversión del reino al catolicismo. Hasta entonces la
convivencia fue difícil, especialmente por causas religiosas. Desde la conversión se permitirían
los matrimonios mixtos, tanto entre los nobles como entre las clases bajas.

La sociedad de la España visigoda podemos dividirla en tres grandes grupos sociales.


El primero lo constituyen los libres privilegiados, con unas dispensas que les colocaban en una
mejor posición social frente al resto de la población. Le seguirían los libres no privilegiados,
que constituye el grueso poblacional. Por último, la población servil, entre la que se incluyen
personas de muy diversa índole pero que mantienen algo en común: jurídicamente no son libres,
en todo caso semilibres. Se trata de una situación de servidumbre que roza la esclavitud. Es el
grupo social menos conocido por los historiadores, pues encontramos numerosos términos que
hacen referencia a este grupo social, pero que desconocemos su significado o si se tratan todos
de sinónimos para designar a un mismo individuo.

Libres privilegiados:

Este grupo está formado por la élite aristocrática (potentiores, seniores, optimates,
honotati, etc.) de origen tanto romano como visigodo, fusionada desde la conversión y los
consecuentes matrimonios mixtos. Siempre será el grupo social minoritario de la sociedad, cuya
principal característica es la propiedad de grandes latifundios y explotaciones agropecuarias,
que serán la base de su poder económico, social y político. Estas propiedades pasaban de padres
a hijos de forma hereditaria, e irán adquiriendo un mayor poder y autonomía según nos
acercamos al final del Reino Visigodo de Toledo.

Pero esta casta nobiliaria no estaba totalmente cerrada. Era también habitual recibir la
condición de noble a raíz de un comportamiento ejemplar en el campo de batalla. También
era posible acceder a través de los servicios administrativos del reino (oficiales) o del palacio,
esta sería la nobleza de servicio. Todos los nobles se vinculaban con el rey mediante lazos de
dependencia personal, mediante los cuales el noble pretendía acercarse al monarca y asegurarse
su apoyo. En torno al monarca se va creando una red de dependencia. Los nobles debían
lealtad al monarca y eran obligados a prestar servicios fundamentalmente militares, pero
también de asesoramiento y consejo. A cambio de sus servicios la nobleza recibía contrapartidas
como lotes de tierra, sin embargo estas donaciones eran de carácter beneficial, esto es, cuando el
noble dejaba de prestar sus servicios, las donaciones volvían a manos del monarca.

También existían relaciones de clientelas personales con hombres libres, los cuales
les prestarían servicios, sobre todo como militares. Estos hombres serán los bucelarii, que
integraban los sequitos de los nobles a cambio de unos beneficios. No se trata de mercenarios
propiamente dichos, ya que no reciben un sueldo, sino todo lo necesario para su mantenimiento
y supervivencia. Entre el bucelario y su señor existe una lealtad y confianza absoluta a través
de un juramento de fidelidad que no podía ser quebrantado. Esta lealtad hacia el señor estaba
por encima de la propia lealtad al rey. Lo más habitual era que vivieran en la casa de su señor.
Muchas veces recibían como pago lotes de tierra o regalos valiosos, y podían promocionarse
socialmente con el apoyo de su señor, llegando incluso a convertirse ellos mismos en nobles.
Llegando a un acuerdo podían cambiar de un señor a otro, en caso de abandonarle debía
devolver todo lo recibido de su mano. Cuando un bucelario moría era sucedido en el puesto por
su hijo. Además, el señor cargaba con la obligación de procurar la seguridad de sus hijas y
asegurarles un buen matrimonio. El monarca tenía sus propios bucelarios, en este caso
formaban la guardia real, los llamados espatarios, uno de los cuales fue seguramente el propio
Don Pelayo.

En el mundo romano había existido el patrocinium, mediante el cual un individuo


prestaba servicios a un señor a cabio de protección y mantenimiento. Esta tradición se une a la
gefolge germana, una relación de fidelidad y servicios militares hacia un caudillo, hasta el
punto de considerar deshonroso seguir vivo tras la muerte del señor.

Libres no privilegiados:

Constituían la mayoría de la población. En el mundo urbano encontramos a los


comerciantes y artesanos, mientras que en el mundo rural tendremos a los pequeños
propietarios, bucelarios, colonos y otros individuos obligados a ceder sus tierras para
trabajarlas. La vida de este grupo social era muy dura y complicada, por ello en la mayoría de
los casos acababan recurriendo a la encomendación de un patrono o señor, o por el contrario
dedicaban su vida a la carrera militar, con más expectativas que la de los campesinos.

Población servil:

Se trata de un grupo muy heterogéneo, con pocas fuentes que nos aclaren las dudas
sobre su condición y situación. El eslabón más bajo de este grupo social era el esclavo, sin
embargo no debieron ser muy numerosos, tendencia clara desde finales del Imperio. Su
presencia se puede detectar tanto en el campo como en la ciudad, con un mejor trato que el que
recibían en tiempos antiguos. En la ciudad solían recibir un mejor trato y trabajaban en mejores
situaciones. Tal es el caso de los esclavos palatinos, con una buna posición y un buen trato, con
posibilidad de tener propiedades y esclavos. Estos esclavos de palacio solían ostentar cargos
administrativos gracias a sus capacidades, sin embargo por sus errores podían ser castigados de
manera ejemplar.

Los esclavos de servicio doméstico eran denominados idones. Su presencia era habitual
sobre todo en las ciudades con una situación aceptable, mientras que los rustici del campo
vivían en condiciones mucho peores. Los amos tenían cierta tendencia a manumitir a sus
esclavos in obsequio, de modo que se convertían en libertos. Pero éstos no pasaban a ser
completamente libres, sino más bien semilibres, pues mantienen los vínculos con su antiguo
amo. Teórica y jurídicamente eran libres, pero en la práctica estaban ligados a su patrón.

Tenemos también a los siervos, de muy diversa índole, con restricciones en cuanto a su
libertad. Constituía una parte importante de la población, normalmente ligados a las grades
propiedades del campo y con unas condiciones de vida difíciles de determinar debido a la
escasez de fuentes.

Los judíos:

Los orígenes de las comunidades judías en Hispania se remontan a los tiempos finales
del Imperio Romano. Su importancia radicaba más en su calidad que en su cantidad. Se trata de
una comunidad muy actica, con unas tareas casi exclusivas como la medicina, el crédito y el
comercio, sobre todo a larga distancia. A pesar de no estar integrados completamente en el
mundo cristiano, eran imprescindibles. Aunque la política antisemita se inició tras la
conversión del reino al catolicismo, ya con anterioridad los judíos habían sido acosados y
desplazados. Se les sometió a un tributo opresivo que generaría grandes beneficios al fisco.

Con la búsqueda de unidad religiosa de Leovigildo, los judíos comienzan a ser un


problema para la monarquía, por lo que inicia desde entonces una política antisemita, si bien
de carácter asistemático u discontinuo, en función de los reyes. Al ser indispensables, lo que se
buscó fue su conversión y no su aniquilación, por ello se impusieron dudas medidas como la
elección entre convertirse o abandonar la Península.

Hacia el 616 Sisebuto iniciará una política de bautizos forzosos, por lo que de
inmediato surgirá el criptojudaísmo. La presencia de estos judaizantes será muy importante,
pues cuando salió a la luz su culto secreto se empezaron a extender las sospechas sobre los
conversos, multiplicándose las acusaciones. Esto hizo surgir un debato dentro de la Iglesia. San
Isidoro llegaría a la conclusión de que no se debía obligar a los judíos a convertirse por la
fuerza, sino que debía utilizarse la predicación. Sin embargo el bautismo no es reversible, por lo
que los conversos judaizantes debían ser castigados. Los castigos fueron muy severos,
especialmente con los reincidentes.

Posteriormente Hervigio implantó una nueva política antisemita inspirada por San
Julián de Toledo. Él mismo había sido judío en el pasado, pero ahora su empeño consistía en
acabar con la comunidad hebrea del reino. Se convierte entonces en perseguidor de sus antiguos
correligionarios con el afán de la conversión total. Del mismo modo propuso medidas
económicas que impusiesen restricciones a las actividades tradicionales judías. Sin embargo
esta política no fue implantada por completo.
Otro monarca, Écica, convocó el XVII Concilio de Toledo (694) en el que se
realizaron graves acusaciones de conspiración contra los judíos, los cuales supuestamente
querrían someter al cristianismo y tomar el poder del reino. Estas acusaciones fueron tomadas
por ciertas, y para evitar la traición se sometió a esclavitud a toda la comunidad judía y se
procedió a su diseminación por todo el territorio peninsular, de modo que permanecieran
alejados unos de otros. Los hijos serían separados de sus padres para recibir una educación
cristiana. Solamente la Septimania y los Pirineos Orientales escaparon a estas medidas, pues
corrían en peligro de levantar una rebelión a favor de los francos. Esta medida no se cumplió
con exhaustividad, pero sí en gran parte. Como consecuencia, la comunidad judía arraigó un
enorme descontento, al cual se les atribuye el llamamiento a los musulmanes para que éstos
invadieran la Península. No sabemos hasta qué punto esto es esto cierto, pero lo que sí sabemos
es que los musulmanes contaron con el apoyo de la comunidad judía cuando desembarcaron en
el año 711.

4. INSTITUCIONES, VIDA RELIGIOSA Y CULTURA DE LA ESPAÑA


VISIGODA

La monarquía.

Fue la más relevante de las instituciones de la España Visigoda, pese a su falta de


regulación. Un primer aspecto esencial que no tenía un carácter patrimonial, cosa que sí ocurría
en otras monarquías germanas, cuyos reyes dividían el reino entre sus herederos. Los visigodos
no ven el reino como un patrimonio real, sino que ejercen únicamente el gobierno del mismo,
sin derecho a repartirlo a su antojo.

La monarquía visigoda disfruta de una doble legitimidad o doble legado: el germano y


el romano. Los reyes visigodos asumirán ambos modelos en España. La tradición germana se
basaba en el carácter militar de la realeza, pues el monarca es por encima de todo un caudillo.
Además es una monarquía de carácter gentilicio, es decir, el rex gothorum no es gobernante de
un reino, sino del pueblo de los godos. Esta faceta se verá modificada cuando Leovigildo intente
unificar la población germana e hispanorromana. La tradición romana, por otro lado, participó
activamente en el asentamiento visigodo en la Península a través de los foedi y el derecho. Por
ello no es de extrañar que los reyes visigodos se sientan herederos también del modelo imperial,
imitando su sistema administrativo e intentando afianzar su soberanía como hicieron los
emperadores romanos.

Ambas tradiciones se materializaron en códigos jurídicos y un tribunal real de última


instancia, que junto al máximo rango militar del monarca, le conferían el poder del reino. A
partir del reinado de Recaredo, también la Iglesia tendrá una importante influencia en la
monarquía, especialmente con personajes como San Isidoro. La capital del reino se instalará en
Toledo, que se convertirá en sede del rey, de la corte y de la administración. Toledo será la urbs
regia que intentará recoger el relevo de Roma, es por ello que existe dentro de la literatura
posterior un cierto proceso de mitificación de la ciudad.

Pese a la auctoritas del monarca, deberá actuar siempre con el apoyo y la ayuda de la
nobleza, al menos de una parte de ella. Esto suponía una restricción de su poder a favor de la
aristocracia, lo que conllevaría a situaciones de tensión cuando el monarca no era lo
suficientemente fuerte. De hecho muchos reyes débiles acabarían siendo meros títeres de la
nobleza visigoda. Para aumentar su autoridad frente a la nobleza, los reyes adoptaron signos
externos de pompa mayestática, similares a los que utilizaban los emperadores bizantinos:

- Unción regia: Esta unción sacralizaba la persona del rey vinculándolo a Dios como su
elegido. Esta tradición viene de muy antiguo, en concreto de un rito ancestral israelí que
alude a las unciones citadas en el Antiguo Testamento. De este modo el rey era
instrumento de Dios en la Tierra. Sabemos que comenzó a realizarse de forma
sistemática a partir del reinado de Wamba, pero es posible que reyes anteriores la
practicaran. La finalidad de esta unción era también proteger mágicamente la al
monarca. Esta práctica pasaría posteriormente a os reyes de los núcleos cristianos del
norte y a la corte carolingia.

- Recursos apelativos mayestáticos: Podemos encontrarlos en las monedas y


documentos de la época. Se trata de títulos eminentemente honoríficos, como
serenissimus, princeps o divus, que tienen la finalidad de ensalzar la persona del rey del
mismo modo que los emperadores bizantinos.

- Vestimentas imperiales: También similares a las bizantinas, con el predominio del


color púrpura, símbolo del emperador.

- La corona y el trono: Originariamente no existían en la cultura germana estos dos


elementos, por lo que su proveniencia es también bizantina.

El proceso de sucesión en el poder será especialmente importante en el Reino Visigodo.


En un principio no existiría el derecho sucesorio, que llegaría en el IV Concilio de Toledo
(633). Hasta entonces encontramos una oscilación entre el sistema electivo y el hereditario. El
primero viene de tradición germana, mientras que el segundo llega del mundo romano, cada una
con ventajas e inconvenientes. Lo normal era que el monarca asociara al trono a uno de sus
hijos años antes de que se produjera su muerte, de modo que tanto el heredero como el reino
fuera asimilando la sucesión. Con la llegada del IV Concilio de Toledo, en el 633, se estableció
de forma oficial la sucesión electiva, sin embargo esto no acabaría con los problemas
dinásticos, que permanecen hasta el final del Reino.

Otro rasgo de la monarquía, si bien a partir de la conversión de Recaredo, es el


estrechamiento que se produce entre la Iglesia y el rey. La Iglesia se siente obligada a participar
en la vida política del reino apoyando a la monarquía legitimando su poder. San Isidoro de
Sevilla será un personaje fundamental en este aspecto, pues será quien establezca la teoría de
legitimidad del monarca, basada en la afirmación “rex eris si rect facias, si no facias, non
eris”. Con ello Isidoro defiende la legitimidad real siempre y cuando el monarca se comporte de
forma honrada y correcta, en caso contrario no merecería su corona. Esta teoría terminaría
desencadenando en la justificación del tiranicidio para aquellos reyes considerados opresores o
incorrectos, algo que no tenía en mente San Isidoro.
Iglesia y monarquía mantenían estrechos lazos, fruto de los cuales son los concilios.
Éstos eran asambleas del clero que funcionaban a modo de órganos de gobierno eclesiástico, de
modo que al reunirse tomaban decisiones (cánones) respecto al culto y la moral. Podían ser
nacionales o generales, éstos últimos realizados en las capitales de los respectivos reinos,
Toledo en el caso visigodo. Hasta el momento de la conversión, los concilios celebrados en
Toledo (I y II) apenas tuvieron importancia y poco se sabe de ellos. Sin embargo el III Concilio
de Toledo de 589 destacó enormemente por establecer la oficialidad del catolicismo como
religión del reino frente al arrianismo. Desde esta fecha los concilios serán frecuentes y de gran
importancia, produciéndose el último en el 703.

Los concilios eran convocados por el rey, y esta la principal causa de que no se
produjeran de forma periódica, tal y como debía haber sido. Solían celebrarse en ocasiones
especiales, como cuando el rey siente debilidad o va a tomar una decisión importante. En ellos
participaban el propio rey, la alta jerarquía eclesiástica (prelados y abades importantes) y la
aristocracia laica, si bien estos últimos solamente a los debates políticos.

Los asuntos políticos podían ser de menor o mayor relevancia, desde la recaudación de
impuestos al derecho sucesorio. Es por esta importancia política por lo que era el rey quien
convocaba el concilio, inaugurándolo mediante un discurso a raíz del tomus, la lista de los
asuntos a tratar. Una vez finalizado el concilio, el monarca publica las leges in confirmatione
concilii, esto es, los cánones políticos y religiosos a seguir desde ese momento.

La administración central y territorial.

La administración central:

Tenemos pocas fuentes al respecto, y no todas están claras. A raíz de ellas conocemos
las bases de la administración central, pero ésta estuvo sujeta a transformaciones desde sus
inicios, en los que sería bastante simple. A partir del siglo VII encontramos una administración
bien constituida a imagen de la del Imperio Bizantino. Existieron dos grandes organismos
centrales de gobierno:

- Officium palatinum: Es el conjunto de servicios del gobierno, con un comes elegido


por el rey al frente. Entre ellos podemos diferenciar:

o Patrimonio: Gestiona el patrimonio real, el fisco y la recaudación de impuestos.

o Cancillería: Importantísima oficina encargada de la administración, que


produciría una gran cantidad de documentación, hoy en día perdida.

o Guardia Real: Formada por guerreros (bucelarios) de élite que recibían en


nombre de “espatarios”, garantes de la seguridad del rey.

o Escanciadores: Encargados de los aspectos domésticos de la corte, como su


comodidad y abastecimiento.

o Caballerizas: Encargados de la cuadra real.

- Aula regia: En ella participaban todos los comites, representantes de la aristocracia


laica y eclesiástica. Formaban una asamblea política que asesoraba al rey en las grandes
de cuestiones de gobierno. En ocasiones podía funcionar como tribunal de justicia, en
cuyo caso el rey actuaría como juez.

La administración territorial:

La administración territorial es aún más desconocida. Se articuló sobre las antiguas


provincias romanas, pero desvirtuando y simplificándolas. Además hay que contar con las
interferencias de los suevos y bizantinos, sin olvidar la provincia de Septimania. Algunos
autores afirman que la división romana perduró hasta el final del Reino Visigodo, sin embargo
otro defienden que sufrieron modificaciones. Al cargo de estas provincias había un iudex y un
dux, ambos de cuna noble visigoda y elegidos por el rey. El iudex era el gobernador civil, con
funciones judiciales y encargado de supervisar los impuestos y la administración, mientras que
el dux era el gobernador militar. Los dos se establecían en la capital de la provincia, pero con el
paso de unos años, los poderes terminaron en manos de una sola persona, el dux. Cada provincia
se dividía a su vez en pequeños territorios, muy difíciles de precisar, con un iudex o comes al
frente.

Este sistema territorial pronto sería testigo de un proceso de privatización de los


oficios, y una consecuente protofeudalización. Los gobernantes tendieron a considerar sus
oficios como parte de su patrimonio particular, y empezaron a ejercer el poder en su provecho y
no en el del bien público. Los ejércitos terminarían siendo privatizados y los puestos adquirieron
pronto un carácter hereditario, sucediéndose una misma familia en el cargo que a veces se
negaba a rendir cuentas a la corona. Por ello el rey perderá parte de su autoridad, fomentando
aún más la protofeudalización, que será una de las causas principales de la rápida caída del
Reino ante la invasión musulmana.

Por lo que respecta a las ciudades, desconocemos mucho. Destaca la ciudad de


Recópolis, que junto a Victoriacum (Vitoria) y Oligicum (Olite), son las tres únicas ciudades
fundadas por los visigodos. Las dos últimas fueron destinadas a contener a los vascones del
norte. Sin embargo Recópolis es distinta. Situada en la actual Guadalajara, no fue fundada con
motivos militares, pues fue levantada sin murallas, sino como centro administrativo y capital
de Celtiberia, sin embargo no sabemos con seguridad a qué territorios corresponde
exactamente el término Celtiberia. En la actualidad existe su yacimiento arqueológico, junto a la
localidad de Zorita de los Canes. La ciudad fue destinada a una importante actividad económica,
pues agrícolamente era rica y contaba con vías fluviales que permitían la pesca y el comercio
interior.

Su fundación, en el 578, por parte de Leovigildo fue posiblemente en honor a su hijo


Recaredo, con el fin de acostumbrar a su heredero a las tareas gubernamentales. Sin embargo
esta hipótesis tiene un problema: en el año 578 era su hermano, Hermenegildo, quien estaba
asociado al trono. Otra hipótesis es el posible nombre de Rexópolis, ciudad del rey, pero no hay
nada claro al respecto.

La ciudad se articulaba en torno al palacio, considerablemente grande para la época,


donde residían los oficiales y altos mandatarios. Tiene especial relevancia una iglesia cercana,
en la que se han producido cambios a lo largo de los siglos que han permitido su conservación.
También se han encontrado edificaciones residenciales y comerciales, lo que determina una
importante y variada actividad económica en la ciudad. Su decadencia se inicia en el siglo XVII,
y finalmente es abandonada en el XI.
La hacienda y el ejército.

El ejército fue esencial un el Reino Visigodo con enemigos en todos los frentes. Existía
un núcleo permanente del ejército, el exercitus, formado por la nobleza laica y por los
bucelarios. Los efectivos son desconocidos y difíciles de calcular, pero a la hora de la necesidad
era posible convocar levas populares, por las que los varones capaces de combatir se unían al
ejército. Las tropas eran sobre todo de caballería, donde los miembros del exercitus contaban
con formación y armamento profesional, mientras que las levas campesinas carecían de ambas
cosas. Sobre la participación de los hispanorromanos en el ejército, desconocemos si esto
ocurrió antes de la conversión, sin embargo es seguro que en reinado de Recaredo lucharían
codo a codo con los visigodos.

La acción del ejército se vio facilitada por la existencia de zonas fronterizas


fortificadas, especialmente frente a los vascones en el norte y en Septimania contra los francos.
Este sistema se basaba en la tradición romana del limes.

Sobre la hacienda tampoco sabemos en exceso. Su base es eminentemente romana, si


bien bastante rudimentaria y poco eficiente. Su capital se basaba en parte de las aportaciones de
la propia corona y de una porción de algunos botines de guerra. Sin embargo lo más destacado
era la recaudación por impuestos, especialmente dos: el de capitación, que gravaba la riqueza
fundiaria, y el impuesto teloneo, que gravaba la actividad comercial. Junto a ellos encontramos
el impuesto especial que existía sobre la comunidad judía, que suponía bastantes ingresos. Al
comenzar el proceso de protofeudalización los impuestos empezarán a desviarse a las arcas de
los aristócratas que ostentas los cargos provinciales, acrecentando su patrimonio-señorío.

El derecho y la administración de justicia.

Uno de los aspectos más destacados del Reino Visigodo e la proliferación de leyes, en
ocasiones reiterativas. Esto se debe a la importante labor de codificación de las leyes, que
trascenderá a los visigodos hasta el siglo XI. El fundamento esencial de la legislación visigoda
es la tradición romana, aunque sin olvidar algunos rasgos germanos, como su carácter
consuetudinario, pues aunque mantenían un derecho escrito, no fue menos importante en oral,
conservado por generaciones por costumbre.

Hasta la llegada de Leovigildo al trono, encontramos una administración de justicia


dual, diferente para visigodos e hispanorromanos. El rey ejercerá el mayor poder judicial como
juez supremo, apoyado por los oficiales de justicia, vinculados también con la administración
territorial. De este modo encontramos un conjunto de códigos jurídicos escalonados entre
mediados del siglo V y los momentos previos a la invasión musulmana:

Código de Eurico (476-480): Elaborado durante el Reino de Tolosa, se trata de un derecho


territorial tanto para visigodos como para hispanorromanos, elaborado posiblemente por un
jurista áulico, en el contexto de la desaparición del Imperio Romano de Occidente. Recoge tanto
leyes romanas como tradiciones germánicas, si bien predominan las primeras en su versión
vulgar de los últimos tiempos del Imperio.

Breviario de Alarico o Lex Romana Visigothorum (506): Promulgado por Alarico II en


Aduris, cerca de Burdeos. Es la obra de una comisión de juristas convocada por este monarca y
encabezada por el conde Goyarico, y con la intervención del clero y la nobleza. Se trata de
derecho privado, penal y procesal procedente del derecho romano, particularmente en el Codex
Theodosianus y en la jurisprudencia romana posterior. En el breviario se distingue entre leges
(constituciones imperiales) y iura (escritos de jurisconsultos como Gayo, Papiniano, Gregoriano
o Hermogeniano). Su objetivo fue clarificar los problemas en la aplicación del derecho entre los
visigodos.

Código de Leovigildo o Codex Revisus (578-580): Aunque no se conserva, podemos conocerlo


a través de las leges antiquae del Liber Iudiciorum. Se trata de una revisión del Código de
Eurico y para algunos autores, un intento de imitar el Corpus iuris civilis de Justiniano. Se
acentúa la germanización del código de Eurico, que es simplificado en sus contenidos. Este
código contiene leyes que únicamente eran aplicadas a la población visigoda y para algunos
historiadores del derecho se trata de un código de carácter territorial, que manifiesta el deseo de
unificación del reino.

Liber Iudiciorum o Fuero Juzgo (mediados del siglo VII): Para algunos autores pertenece al
reinado de Chindasvinto, mientras que para otros al de Recesvinto. Se trata de 12 libros sobre el
derecho privado, penal y procesal, incluyendo en los dos primeros libros algunas
consideraciones de derecho público, producto del proceso de protofeudalización. Destacan sus
referencias a la ley, el rey legislador y la elección del monarca, sin embargo los asuntos
políticos se remiten en ésta época a los concilios. Es probable que su aplicación fuera general en
todo el reino.

Revisión de Ervigio o Lex Visigothorum Ervigiana (681): De menor importancia, se trata de


una revisión del Liber Iudiciorum en la que se añaden nuevas leyes.

La Iglesia.

El clero secular:

Encontramos un complejo panorama en los primeros tiempos, debido al pluralismo


religioso, pues podemos encontrar junto al catolicismo y arrianismo, el paganismo romano, el
judaísmo o el priscilianismo, característico de la Península Ibérica. El priscilianismo fue una de
las primeras herejías cristianas, si bien tuvo una presencia marginal en zonas del noroeste
peninsular. Sobre Prisciliano se conoce poco, sabemos que nació en Galicia y que llegaría a ser
nombrado obispo de Ávila, pero pronto se le acusó de brujería y prácticas ancestrales paganas,
por lo que termina ajusticiado. Sus ideas le llevaron a exigir un mayor rigor cristiano a la
jerarquía eclesiástica, a la que acusaba de entrometerse en los asuntos políticos y alejarse de la
predicación. Buscaba también el igualitarismo entre el clero y los laicos.

El alto clero católico procedía principalmente de las élites aristocráticas


hispanorromanas, especialmente antes de la conversión del reino. Se trataba de gente con buena
formación educativa, que transmite los valores romanos, y considerable reputación. Sin
embargo esta reputación va disminuyendo a medida que la Iglesia se inmiscuye en los asuntos
de gobierno.

La imposición del catolicismo como religión oficial supuso la unificación religiosa, y


casi cultural, de la España Visigoda. Mantendría una estructura territorial diocesana heredada
de tiempos romanos, con arzobispos o metropolitanos al cargo de las archidiócesis (coinciden
con las provincias romanas), que a su vez se dividen en diócesis al cargo de los obispos. El
arzobispo de Toledo siempre tendría una preeminencia sobre toda la jerarquía eclesiástica de la
Península. Tanto las archidiócesis como las diócesis tenían su sede en una ciudad.
La estructura parroquial se desarrolló especialmente en el mundo rural, a excepción
de ciudades como Toledo o Sevilla, donde podemos encontrar varias parroquias. Aunque
algunas iglesias estaban desvinculadas patrimonialmente, muchas solían ser iglesias
“privadas”, es decir, fundadas por un patrono laico, normalmente de la nobleza, que se
encargaba de su mantenimiento y dotación económica. Como propiedad privada, tenía un
carácter hereditario, por lo que se sucedía de padres a hijos. Era el mismo patrono quien elegía
al párroco de su iglesia, lo cual dio lugar en ocasiones a abusos de párrocos no adecuados para
el puesto. Este sistema es también adaptable a la estructura parroquial arriana, que convivió
con la católica hasta el inicio de las persecuciones religiosas.

Los párrocos y miembros del bajo clero no gozaban de un estatus privilegiado, sino
que en su mayoría provenían de familias campesinas y aceptaban el puesto para asegurarse
unas condiciones mínimas con los estipendios y el pago de algunos servicios religiosos
(bautizos, matrimonios, etc.). De modo que su situación era algo mejor que el de un campesino,
pero no alcanzaba en absoluto a sus superiores en rentas y formación.

Por último, destacar la práctica de un rito litúrgico propio de la España visigoda: el rito
mozárabe. Este rito se proyectó hacia el futuro gracias a los mozárabes (de donde obtiene el
nombre) que mantenían el cristianismo bajo la ocupación musulmana. Muchos de ellos llevaron
la ceremonia al norte, donde se implantó en los núcleos cristianos. Su carácter es orientalizante,
con influencias bizantinas, utilizado habitualmente hasta el siglo XI, momento en que se abren
las nuevas tendencias europeas. La reforma gregoriana intentaba unificar el rito de la Iglesia,
por lo que las diversas variaciones locales fueron sustituidas por el rito romano.

El clero regular:

La importancia de fenómeno del monacato se reduce casi exclusivamente al mundo


rural, si bien existieron monasterios en algunas ciudades, como el monasterio de Agalí en
Toledo. Los monasterios podían ejercer funciones parroquiales si las propias parroquias no
daban abasto o no alcanzaban ciertas zonas. Existió un monacato masculino y otro femenino, si
bien el primero era más abundante. La figura fundamental del monacato visigodo será San
Fructuoso (s. VII), que fundaría numerosos monasterios por la Península y dejó un legado
literario sobre sus normas: Regula Monachorum y Regula Monastica Communis.

En ellas se establece la idea del monacato pactual, basado en el contrato entre el abad y
la comunidad de monjes mediante el cual se establecían los derechos y obligaciones, bastante
rigoristas, entre ambos. También se introduce el concepto del monacato dúplice, con una
modalidad masculina y femenina, si bien con edificios separados. Su finalidad era la de proteger
a las monjas de cualquier posible peligro, por ello normalmente el monasterio estaba al cargo de
una abadesa. Por último, existió también un monacato familiar, al que se trasladaban familias
completas para ingresar en el monasterio. Posiblemente estos monasterios estaban construidos y
estructurados especialmente para ello y no existiera una división entre hombres y mujeres.

Esta regla perdurará en la España cristiana, primero entre los mozárabes y más tarde
entre los núcleos de resistencia del norte. Existieron otras reglas monásticas, como las de San
Leandro y San Isidoro, pero no tuvieron tanta importancia. Existió asimismo la práctica del
eremitismo o cenobitismo como forma de practicar la vida monástica de una manera individual
y aislada del mundo. Un destacado eremita fue San Millán, que decidió vivir en una cueva y
dedicar su vida a la oración y cuya fama fomentó la construcción de dos monasterios en San
Millán de la Cogolla.
Cultura y vida intelectual.

Tendrán gran relevancia los intelectuales de transición, aquellos que quieren mantener
el legado de la Antigüedad y enlazarlo con las nuevas corrientes del Medievo, como Paulo
Orosio (+ h. 420) o Hidacio (+ h. 489). El primero es uno de los grandes intelectuales de su
época, autor providencialista autor de Historiarum adversus paganos. Autores como estos
permitieron el florecimiento de la cultura visigoda, sobre todo a partir de la época de
Leovigildo, pues hasta entonces existe un marcado carácter decadente en la cultura como
consecuencia de las invasiones bárbaras.

Los visigodos eran muy aficionados a la escritura, si bien casi todos los restos
documentales que nos han llegado pertenecen al siglo VIII, con la característica escritura
visigótica. A pesar de haber traído su propia lengua germana, los documentos de estado y de la
administración están siempre escritos en latín, considerada lengua de prestigio. De época
plenamente visigoda nos han llegado escritos sobre pizarra, muchas veces fragmentos,
normalmente relacionados con la contabilidad.

Los centros educativos podían variar en importancia. Podemos encontrar escuelas


monásticas, situadas en los monasterios más destacados, tanto rurales como urbanos (como la
escuela del monasterio de Agalí de Toledo). Del mismo modo las escuelas episcopales se
situaban en los obispados más destacados, como Sevilla o Toledo, en las que recibían formación
los clérigos más pudientes, y también los laicos interesados en formarse. Por otro lado
encontramos la escuela palatina, situada en Toledo y vinculada con la corte y la aristocracia
que pudiera permitirse una importante formación y a los futuros cargos de la administración del
reino.

Los textos de enseñanza se basaban en la Biblia, los textos de los Padres de la Iglesia,
textos de intelectuales contemporáneos y algunos textos paganos de utilidad. De hecho la
enseñanza se sigue basando aún en el estudio de las artes liberales: el trívium (dialéctica,
gramática y retórica) y el quadrivium (astronomía, geometría, música y aritmética).

Toda esta formación es también posible gracias al papel que jugaron las bibliotecas de
los centros educativos. Aunque los volúmenes no eran muy numerosos, eran suficientes para la
época. La biblioteca de la escuela episcopal de Zaragoza contaba con cerca de 450 volúmenes,
algo casi fuera de lo común en la época. Las estanterías de estas bibliotecas se alimentaban del
trabajo de los scriptoria, fundamentales para la copia y conservación de los libros durante toda
la Edad Media. Los libros son en este momento considerados objetos de lujo, pues son escasos,
ornamentados, y valiosos para quien sabe leer.

Los principales autores y obras de esta etapa son:

- Juan de Bíclaro (+ h. 621), Chronicon.

- San Braulio de Zaragoza (+ 651), Vita Emiliani.

- San Ildefonso de Toledo (+ 667), De Virginitate Sanctae Mariae, De Viris Ilustrivus.

- San Julián de Toledo (+ 690), Historia Wambae.

- San Isidoro de Sevilla (+ 636), De Natura Rerum, Etymologiae, Historia de regibus


Gothorum, Vandalorum et Suevorum, De Viris Ilustribus.
- Sisebuto, Carmen de Luna.

5. DE LA INVASIÓN MUSULMANA A LA DESCOMPOSICIÓN DEL


CALIFATO DE CÓRDOBA

Conquista de la Península.

El nombre de Al-Ándalus dado por los musulmanes a la Península ha sido estudiado


etimológicamente, descartándose hipótesis de la “Vandalicia” a raíz de la presencia vándala en
el sur. La teoría más acertada es la de Joaquín Valbé, quien llegó a la conclusión de que este
apelativo haría referencia a “Atlántida” o “Isla del Atlántico”, pues sería este lugar donde se
hallaría la mítica ínsula de la Antigüedad. Con el nombre de Al-Ándalus no se designaba
únicamente a las tierras de sur, sino a todo el territorio peninsular. Sin embargo también se ha
discutido sobre si se trata de un apelativo no tanto territorial, sino político-religioso.

La invasión de la Península Ibérica por los musulmanes en el 711 se vio enormemente


favorecida por la situación que vivía el Reino Visigodo de Toledo, divido entre los partidos del
rey Rodrigo y los vitizanos, a favor de Agila, hijo de Vitiza. El primero contaba con el control
de la zona occidental de la Península, el segundo con la oriental, del mismo modo existían
tierras indefinidas, como la de los vascones, interesados en su propia independencia.

Esta crítica situación coincide con la corriente expansiva del Islam que, desde Medina
y la Meca, se dispersó por la Península Arábiga, Oriente Medio y Egipto, ocupando el lugar del
Imperio Sasánida y arrebatando provincias bizantinas en el Levante mediterráneo. La familia
Omeya se había asignado el poder califal de un nuevo imperio emergente, con capital en
Damasco. Con esta dinastía la máxima expansión había llegado a Samarcanda por el este y a la
Península Ibérica por el oeste. La Península Ibérica no sería el objetivo final de los musulmanes,
su intención sería extenderse hacia el norte para alcanzar el corazón de Europa, sin embargo los
francos pusieron freno a estas ambiciones.

Conocemos intentos de invasión musulmana en España antes del 711. Sabemos que en
el 710 ya hubo desembarcos, pero no como invasión organizada, sino como toma de contacto y
reconocimiento del terreno, un modo de asegurar la posterior invasión ganándose el apoyo de
algunos poderes locales. La invasión efectiva tenía el objetivo de anexionar al califato todo el
Reino Visigodo, incluida la Septimania.

El desembarco del 711 está teñido de leyenda por las fuentes, si bien con un posible
fondo de veracidad, colocando como protagonista a Don Julián y su papel en los
acontecimientos. Se sabe de la existencia de este individuo, gobernador visigodo en Ceuta, y
posiblemente conde. Don Julián habría pactado con los musulmanes el paso hacia la Península a
cambio de mantener su puesto y estatus. Estos datos se entremezclan con la “leyenda de la
Cava”, citada en muchas de las fuentes. Esta leyenda cuenta que una de las hijas de Don Julián,
estando en Toledo, enamoró (voluntariamente o no) al rey Rodrigo, quien mantuvo relaciones
con ella. Esta afrenta sería el motivo por el que Julián permitiera el paso a las tropas
musulmanas por el Estrecho de Gibraltar, obteniendo así su venganza. Gran parte de las
conquistas en la Península fueron facilitadas por los pactos que realizaron los musulmanes con
los poderes locales visigodos, como fue Don Julián, o como el caso de Tudmir. Esta temática
encaja muy bien en la tradicional historiografía providencialista de estos tiempos. Otras fuentes
atribuyen la culpabilidad a los pecados del pueblo, convencidos de que la invasión es un castigo
divino. Ésta última concepción se refleja en la “Crónica Mozárabe de 754”.

Sea como fuere, las tropas musulmanas que protagonizaron la invasión eran bastante
numerosas, compuestas sobre todo por beréberes, tribus norteafricanas sin origen árabe que se
habían dedicado a la actividad guerrera aplicada a la Yihad islámica. A muchos de ellos les
arrastró el sistema islámico de reparto equitativo del botín, con lo que se podía ganar pequeñas
fortunas. Estas tropas estaban comandadas por Tarik, lugarteniente del gobernador de Ifriquiya
(tierras norteafricanas), quien daría nombre al lugar del desembarco: Yubal-Tarik (Gibraltar).
Tarik estaba al tanto de los movimientos visigodos, y aprovecho que Rodrigo se encontraba en
el norte peninsular combatiendo a los vascones para conquistar las tierras del sur. El rey
Rodrigo tendría que viajar a galope tendido con el ejército para llegar, en malas condiciones, a
enfrentarse a los invasores.

La batalla tuvo lugar en las proximidades del río Guadalete. Durante la misma el rey
Rodrigo desapareció y los musulmanes obtuvieron la victoria. Tras la batalla Tarik se dirigió
rápidamente hacia el norte, tomando Toledo sin resistencia. Se habla de una posible traición
del obispo metropolitano de la capital, Oppas, que habría abierto las puertas a los invasores para
evitar un derramamiento de sangre. También se ha hablado de la rendición de Toledo por parte
de los witizanos, quienes controlarían la ciudad en ese momento. Muchos poderes locales
cristianos pactaron acuerdos de rendición con los invasores a cambio de su integridad y estatus.
Otras ciudades, como Écija, tuvieron que ser reducidas por la fuerza. Desde Toledo Tarik se
dirigió hacia el norte en dirección a Amaya, León y Astúrica, seguramente por su producción
minera.

Tras sus campañas en el norte, regresaría a Toledo, donde esperaba el gobernador de


Ifriquiya Musa Ibn Nusayr. Éste trajo consigo un nuevo contingente de soldados, sometiendo
algunas de las posesiones del sur aún reticentes antes de dirigirse a Toledo. En su camino,
paralelo al de Tarik, encontraría resistencia especialmente en Mérida, muy aferrada a su pasado
visigodo. Tras un año de asedio, la ciudad es tomada en el 713, al igual que Segoyuela. El
encuentro con Tarik en Toledo comenzaría con cierta tensión, sin embargo pronto ambos inician
una nueva campaña hacia el norte para consolidad la autoridad musulmana. Sin embargo un año
más tarde, en el 714, ambos son retirados de la Península por orden del Califa, pues éste temía
la formación de un reino independiente en Hispania. Musa fue en un primer momento
condenado a muerte, sin embargo luego fue absuelto, y Tarik terminó ocupando un puesto sin
importancia.

Al mando de Al-Ándalus queda Abd al-Aziz, hijo de Musa, quien continúa la conquista
de la Península. Una vez los musulmanes han llegado a Septimania utilizarían la provincia
como punto de partida para hacia el corazón europeo, siendo los pasos al este y oeste de los
Pirineos los principales puntos entrada. Sin embargo en el 716 Abd al-Aziz es asesinado con
prácticamente toda la Península bajo dominio musulmán. Con este asesinato se inicia un nuevo
periodo en Al-Ándalus, en el que estas prácticas serán bastante corrientes.

Los musulmanes no impondrán su religión a los conquistados, sino que mantienen una
considerada tolerancia con los llamados “pueblos del libro”, es decir, cristianos y judíos. Sin
embargo sí se impondrá sobre la población unos impuestos. Los hombres libres pagarían una
mayor cantidad que los esclavos en los impuestos de capitulación. Estos pagos solían realizarse
en especie aunque también en moneda, bien cristiana o con el dinar árabe.

Aunque la conversión al Islam no era obligada, conocemos que fueron varios los
notables que se convirtieron con el fin de acercarse a los vencedores. Entre ellos tenemos el
caso de Casio, conde y señor de la zona media del Ebro, de la familia de los Banu-Qasi. Éste
sería uno de los primeros muladíes de Al-Ándalus, iniciando una dinastía muy poderosa durante
los periodos posteriores y con un importante papel en la historia del Islam en España.

Emirato o Valiato Independiente.

Tras conseguir el completo control de la Península, el asesinato de Abd al-Aziz en el


716 inicia un nuevo periodo en el que Al-Ándalus se constituye como una provincia más del
Imperio Omeya. La capital será la ciudad de Córdoba, debido a sus buenas comunicaciones
gracias al Guadalquivir, a su importante pasado histórico, y sus posibilidades comerciales y de
avituallamiento.

El periodo se conoce como Emirato o Valiato haciendo referencia a los gobernadores de


la provincia, los emires o valíes. Este gobernador debía ser elegido teóricamente por el propio
califa, sin embargo en la práctica muchos eran nombrados por las tropas acantonadas en la
Península. Los emires de Al-Ándalus actuaron de forma algo autónoma con respecto al califa, y
su sucesión en el cargo se vio siempre marcada por el crimen y las conspiraciones. En apenas
40 años se suceden unos veinte emires en la Península, lo que nos da una idea de lo efímeros y
tensos que solían ser los mandatos.

La expansión musulmana hacia el centro europeo se vio pronto frustrada tras la derrota
en la batalla de Poitiers en el 732 contra las tropas francas de Carlos Martel. Las incursiones
andalusíes habían salido de ambos lados de los Pirineos con el fin de aumentar sus conquistas,
sin embargo los francos los rechazaron e incluso se apoderaron de la Septimania, por lo que los
musulmanes tuvieron que conformarse con el territorio peninsular.

Pronto se inicia una continua afluencia de población musulmana a Al-Ándalus, en su


mayor parte beréberes del norte de África, y en menor medida árabes orientales. Con ello se
inician las tensiones internas por el reparto de las tierras. Por un lado existe tensión entre los
propios árabes, que mantienen su organización tribal, existiendo dos tribus rivales: los qaysíes y
los yemeníes. En este contexto de habituales conflictos, en ocasiones brutales, se producen los
asesinatos y conspiraciones contra los emires de Al-Ándalus. Pero también existirán tensiones
con los beréberes, mayoritarios demográficamente pero discriminados por los árabes. Como
ocurrió en África, la discriminación beréber se manifestaba en el reparto desigual de las tierras,
obteniendo los árabes las más fértiles del sur y dejando a los beréberes las zonas montañosas,
abruptas y marginales en el norte. Ante esta situación los beréberes organizaron una rebelión en
el 740/741, que alcanzó además el norte de África. Pero la revuelta fue sofocada por un nuevo
contingente de árabes, en su mayoría sirios, que desembarcaron en la Península. De este modo
las tierras del norte menos favorables fueron abandonadas por los beréberes, dando lugar a una
frontera natural con el norte cantábrico, en el cual no se tenía ningún interés.

Estas tierras del norte cristiano serían aprovechadas mediante incursiones de pillaje y
obligando a la población cristiana a pagar tributos. En este contexto se produjo la batalla de
Covadonga en el 722, un éxito para los cristianos que significó el inicio del Reino Astur.
Posteriormente surgirían otros reinos cristianos que favorecerían el abandono de las tierras por
los beréberes. Pero como se ha dicho, los musulmanes no prestaron demasiada atención a estas
pequeñas organizaciones políticas, sino que más bien se dedicaron a realizar incursiones
periódicas para someterlos y obtener botines.

Los últimos años del Emirato Dependiente fueron críticos y muy inestables, lo cual
produciría el inicio de un nuevo periodo en Al-Ándalus, esta vez desvinculado al poder del
Imperio.

Emirato Independiente.

La dinastía Omeya, asentada en el poder del Imperio Islámico desde su inicio, será
víctima de una revolución a manos de la familia Abbasí, también descendiente de Mahoma.
Toda la familia real será asesinada, únicamente consigue escapar Abd al-Rahman. Éste último
omeya conseguirá llegar a la Península Ibérica y tomar el poder en Al-Ándalus, creando el
Emirato Independiente del nuevo Califato Abbasí, con capital en Bagdad.

Este nuevo y joven emir independiente subirá al poder como Abd al-Rahman I (756-
788) y llegará a reinar durante más de treinta años. Sin embargo Al-Ándalus no fue su objetivo
inicia. Abd al-Rahman buscará a lo largo de la cuenca mediterránea un nuevo hogar acorde con
su alta alcurnia y estatus. En un primer momento acudió al norte de África, pues tenía raíces
beréberes por parte materna, sin embargo encontró más interesante la Península, donde podría
contar con el apoyo de la mayoría bereber y con una parte de los sirios allí asentados. En el 755
lo encontramos negociando con los sirios, que no son unánimes en su apoyo. Por ello Abd al-
Rahman se apoyará en la población bereber y en apenas un año se hace con un sólido.
Aunque estuvo en su mano, decidió no autoproclamarse califa para no provocar la ira de los
abasíes, de modo de se estableció en el poder como emir. Con esta prudente renuncia evitó
resquebrajar la unidad del Islam al menos en la teoría, pues en la práctica se trataba de un poder
autónomo.

El califa abbasí no verá con buenos ojos la independencia de Al-Ándalus, por lo que
enviará un ejército comandado por Yusuf, pero éste cae prisionero y es ejecutado. Desde este
fracaso los abbasíes no volverán a intentar una campaña militar, debido a la lejanía de la
Península y la dificultad de una invasión, por lo que se conformará con el norte de África. A
pesar de ello los emires andalusíes no dejarán de vigilar las costas del sur ante una posible
amenaza.

Abd al-Rahman deberá hacer frente también a problemas internos, como las habituales
revueltas, de las que saldrá siempre victorioso. Estas revueltas en su mayoría fueron fruto del
favoritismo del emir con los sirios y yemeníes frente a otras tribus. Otras revueltas las
protagonizaron los propios bereberes, que fueron olvidados por Abd al-Rahman una vez se
asentó en el poder. Los muladíes fueron también protagonistas de algunas revueltas, sin
embargo los mozárabes y judíos se mostraron abiertos a negociar con el nuevo emirato.

Para hacer frente a las revueltas el emir contará con un formidable ejército
profesionalizado, formado por mercenarios generosamente pagados y compuesto sobre todo
por beréberes, pero también por los denominados “mudos”, esclavos no musulmanes obligados
a prestar servicio militar. Muchos de estos mercenarios terminaron convirtiéndose en parte de la
élite militar o social de Al-Ándalus. Algunos autores afirman que los efectivos de este ejército
podrían alcanzar los 40.000 hombres.
Se produce asimismo un conflicto con los cristianos del norte, a los que se pretende
someter, si bien no controlar completamente, mediante incursiones que consolidan las fronteras.
La desértica demografía de la zona del Duero ejercería como frontera natural entre cristianos y
musulmanes. Además las expediciones a las Islas Baleares consiguieron expulsar a los
bizantinos y anexionar el territorio al emirato.

Córdoba seguirá siendo la capital, a la que Abd al-Rahman embellecerá para


convertirla en el centro político y cultural del reino. Este embellecimiento revela un marcado
carácter orientalizante, con Damasco como modelo a seguir. El mayor logro será la construcción
de una nueva mezquita en la ciudad, con el fin de aumentar la propaganda religiosa y política
del monarca. El templo se erigió sobre la iglesia visigoda de San Vicente. Abd al-Rahman II
ampliará su tamaño, al igual que con los sucesivos monarcas, terminando con Al-Manzor, quien
multiplica enormemente su tamaño, añadiendo además el Patio de los Naranjos. Tras la
conquista de Córdoba por los cristianos, el templo se consagraría al culto cristiano manteniendo
gran parte de su estructura original.

Los dos emires siguientes, Hisham I (788-796) y Al-Hakam I (796-822), no alcanzarían


la importancia que la del primer gobernante, sin embargo con Abd al-Rahman II (822-852)
llegará el máximo apogeo del Emirato Independiente. Su política exterior tuvo gran
importancia, con embajadores en Bizancio y el propio Califato Abbasí. Actuará también contra
los cristianos del norte peninsular. Tras su muerte se inicia una etapa de decadencia en el
emirato, con los emires Muhammad I (852-886), Al-Mundir (886-888) y Abd Allah (888-912),
hasta la llegada de Abd al-Rahman III, que se autoproclamará califa en el 929 iniciando así una
nueva etapa.

Un rasgo característico del Emirato Independiente es el sistema militar empleado para


combatir contra las poblaciones cristianas del norte y los carolingios. Los ataques realizados no
buscan anexionar el territorio norteño, sino consolidar la hegemonía musulmana mediante el
pillaje y la tributación. Para ello se apoyarán en el sistema fronterizo de las “marcas”, con las
que se pretende asegurar el territorio de posibles ataques cristianos. Se establecieron tres marcas
con una capital propia: la Marca Superior (Zaragoza), Marca Media (Toledo) y Marca
Inferior (Mérida). En cada una de ellas existía un gobernador capacitado con amplios poderes
con el fin de defender las fronteras. Sin embargo este exceso de poder llevó muchas veces a la
rebelión de estos gobernadores, que se aliaban con los enemigos del norte. Desde estas marcas
se organizaban las llamadas alceifas, ofensivas realizadas en verano contra los pueblos del norte
con el fin de arrebatar las cosechas y capturar prisioneros que serían convertidos en esclavos.

Uno de los gobernadores más destacados fue Sulaiman, de la familia de los Banu-Qasi,
que favoreció la incursión de los carolingios a través de la Marca Superior en el 778. Llegó a
ofrecerle a Carlomagno las ciudades de Zaragoza y Pamplona. Ésta última se desconoce si
estaba realmente bajo dominio musulmán o si se trataba de un enclave independiente. Sin
embargo el lugarteniente de Sulaiman se negó a acatar las órdenes y Zaragoza tuvo que ser
sitiada propio el propio emperador. Durante el asedio Carlomagno tuvo que regresar a Alemania
a causa de la revolución de los sajones. A su regreso intentaría tomar Pamplona, pero no lo
consiguió.

Otro de los enemigos de los musulmanes será el conjunto normando. Desde el siglo
VIII un conjunto de pequeños señores daneses, noruegos y suecos iniciaron invasiones por las
costas atlánticas de Europa Occidental, llegando incluso a las costas del Mediterráneo. Tras
realizar correrías en tierras francas, donde adquirieron el nombre de normandos (hombres del
norte), realizarían incursiones en la cornisa cantábrica y en el sur de los Pirineos. Los pueblos
cristianos supieron hacer frente a estas invasiones, en muchos casos gracias a los puertos de
cadena, que impedían a los barcos normandos atracar en la costa. Posteriormente avanzarían
bordeando la Península hasta el Guadalquivir, cuyo curso siguieron hasta Sevilla, que será
tomada y prendida. Esto provocaría la respuesta inmediata del emir Abd al-Rahman II, que
vencería a los invasores en la batalla de Tablada del 844. Sin embargo los normandos
insistieron durante casi un siglo en sus ataques, aproximadamente hasta el 960. Su superioridad
naval se volvía ineficiente al desembarcar las tropas, pues en tierra los musulmanes no tenían
dificultades para vencerles.

Fueron también frecuentes en esta etapa los conflictos entre los árabes y beréberes,
como se ha dicho anteriormente, y entre árabes y muladíes (cristianos convertidos al Islam).
Éstos últimos protagonizaron una revuelta, encabezada por Omar Ibn Hafsun entre el 880 y el
918. Este personaje era un muladí de la Bética, seguramente de origen hispanorromano. Ante la
clara discriminación musulmana, se apoyará en los beréberes para realizar la sublevación y
exigir la igualdad que teóricamente defendía el Islam. Se inició en Bobastro, localidad
supuestamente cercana a Málaga y pronto se hizo fuerte en gran parte de Andalucía. Poco a
poco comienza a aumentar su ambición y pretenderá alcanzar el rango de emir, pero pronto
comenzará a aproximarse a la causa mozárabe, hasta el punto de convertirse al cristianismo.
Con ello perdió el apoyo musulmán, sin embargo tras su muerte sus hijos continuaron con la
rebelión diez años más.

Del mismo modo existieron conflictos entre musulmanes y mozárabes. Aunque en un


principio existía gran tolerancia religiosa, la situación de los mozárabes comenzó a empeorar
con restricciones y despojos de iglesias (como la de San Vicente en Córdoba para levantar la
mezquita). Algunos de estos cristianos optaron por adoptar poco a poco los usos y costumbres
musulmanes, hasta finalmente convertirse. Pero otros optaron por la autoafirmación mediante
revueltas, como la Revuelta de los Mártires Voluntarios (850-859). Esta revuelta fue
encabezada por un eclesiástico, San Eulogio de Córdoba, un hombre de gran formación
intelectual contrario a los cristianos conversos y a los que adoptaban usos y costumbres
musulmanas. Su intento de afirmación consistió en el martirio voluntario, blasfemando contra
Alá y Mahoma en los lugares públicos. Estos actos normalmente eran penados con la muerte,
pero sólo fue aplicada una vez la revuelta se hizo más intensa. En los “Memoriales Sanctorum”
podemos observar el desarrollo de la revuelta, y cómo un sector de los mozárabes no estuvo a
favor de la misma, considerándola absurda y provocativa. Desde este momento la relación entre
mozárabes y musulmanes quedó sesgada, y muchos de los cristianos de Al-Ándalus optaron por
migrar al norte.

Por último, existieron conflictos internos provocados por la excesiva presión fiscal,
cada vez más evidente, debida en gran parte a las necesidades del Emirato Independiente de
mantener a su ejército profesional. El abuso llegó a límites claramente ilegales, como el
mantenimiento de los impuestos cristianos a aquellos convertidos al Islam. El conflicto se
manifestó mediante revueltas generalizadas, como la Jornada del Arrabal del 818, llamada así
porque se produjo a las afueras de Córdoba, donde habitaban esencialmente comerciantes y
artesanos, los cuales se rebelan contra la presión fiscal. Sin embargo fueron rápidamente
reprimidos.
En muchas ocasiones los conflictos no se producen por un problema determinado, sino
que se basan en diferentes aspectos negativos. Tal es el caso de la Jornada del Foso del 797,
ocurrida en Toledo. Muchas de las familias toledanas eran muladíes, que generaban continuos
conflictos, no siempre revueltas, en contra de la discriminación religiosa y por la excesiva
presión fiscal. Por ello, en el momento de elegir al gobernador de la Marca Media, los toledanos
exigen que se trate de un muladí que atienda sus reivindicaciones. El emir aceptará, pero sin
embargo tiene unos planes muy distintos. Elegirá como gobernador a un muladí de su
confianza, que en un primero se mostró condescendiente con los ciudadanos. Pero en una
ocasión anunció a los más notables de la ciudad la llegada del emir con sus tropas a Toledo, con
el fin de marchar más tarde a Zaragoza. A medida que los notables muladíes van llegando a la
fortaleza de la ciudad fueron acuchillados y arrojados al foso, por lo cual toma el nombre el
sanguinario acontecimiento.

Un hecho destacado de este periodo es la fundación de Madrid durante el reinado de


Muhammad I. La nueva ciudad se levantó sobre una aldea de la Marca Media, con pasado
visigodo y romano, pero que en absoluto tenía un papel importante. Esta ubicación fue elegida
por su carácter estratégico: estaba situada en una de las variantes del camino romano que
enlazaba Mérida y Zaragoza, pasando por Toledo. Solía utilizarse como lugar de
acantonamiento de tropas, destinadas a realizar las expediciones militares hacia el norte. Junto a
su mezquita mayor, la ciudad destacó por su alcazaba, la plaza fuerte musulmana que aprovecha
las defensas naturales del enclave. Este alcázar sería utilizado con posterioridad incluso por la
dinastía Trastámara.

La ciudad estaba rodeada por una muralla que, a medida que la población crecía,
extendía su perímetro hacia afuera. La muralla estaba hecha de sílex, con lo que producía
chispas al impactar las flechas enemigas. Se levantaron asimismo torres adosadas a la muralla,
sobre todo en la parte norte. La población era básicamente agropecuaria, aunque también
contaría con artesanos y comerciantes. La ciudad tenía un carácter de Ribat, fortaleza
musulmana construida en las zonas amenazadas por los infieles donde se concentran tropas,
parte de las cuales se alistaban por motivos religiosos.

Del mismo modo destaca la construcción de atalayas defensivas en las cercanías de la


ciudad, al norte, como las de El Vellón, Venturada, Arrebatacapas y Torrepedrera.

Califato de Córdoba.

Los tiempos finales del Emirato Independiente se caracterizaron por el caos y la crisis.
Los últimos emires sólo controlan de forma efectiva la ciudad de Córdoba y las localidades
próximas. El resto de los territorios ha quedado en manos de poderes locales ligados a las
grandes familias de Al-Ándalus. Una de las causas de la caída fue la situación social compleja
del emirato, dividido en tribus y religionarios divididos, donde las revueltas estaban a la orden
del día. El sistema fiscal había quebrado, y los emires comenzarían a perder poder e influencia
ante una nobleza cada vez más levantisca. A todo ello debemos añadirle las intervenciones
militares de los reinos cristianos, que aprovechan esta situación de debilidad para extenderse.

Pero con la llegada de Abd al-Rahman III (912-961) se pondrá fin a la crisis y
comienza un nuevo periodo de esplendor. Hacia los 21 años tomará el poder tras ser elegido
sucesor de su abuelo, el emir Abd Allah. Una vez entronizado comenzará a encauzar la
situación del emirato. Pacificó las marcas levantiscas, recompuso el poder central y vencería a
los cristianos del norte, donde ya encontramos entes políticos de cierto poder, como el Reino de
León o el de Pamplona.

Para someter a los cristianos del norte, organizo constantes campañas militares que
obtuvieron numerosas victorias, como la batalla de Valdejunquera (920), que tuvo gran
repercusión, contra Ordoño II de León y Sancho I de Pamplona, que tuvieron que aceptar la
hegemonía musulmana y rendirle tributo. Otro frente militar será el norte de África, donde había
surgido el Califato Fatimí (autoproclamación en el 909) como consecuencia de la disgregación
política, basando su poder en la descendencia directa de Fátima, hija del profeta. Desde sus
inicios en torno a Túnez, se extendieron hacia el oeste tomando Marruecos y hacia el este,
conquistando Egipto en el 969 y estableciendo la capital en El Cairo. El nuevo califato
amenazaba con invadir la Península, por ello Abd al-Rahman III iniciará en el 920 expediciones
en el norte de África, llegando en el 927 a Melilla, con lo que amedrentaría a los fatimíes.

Abd al-Rahman seguirá el ejemplo fatimí y se autoproclamará califa en el 929. Este


acto supuso la autoafirmación frente a los fatimíes y una nueva reorganización de Al-Ándalus.
Es en este momento en el que inicia una segunda etapa de su reinado, ya no como emir, sino
como califa. Deberá hacer frente a las tradicionales revueltas internas y volverá a enfrentarse a
los cristianos del norte, obteniendo victorias, a excepción de Simancas (939), que sería un gran
evento para los reinos cristianos. Esta derrota conllevó que el califa nunca volviera a combatir
personalmente en una batalla. En el 940 inició la construcción de un complejo palaciego en las
proximidades de Córdoba, Medinat al-Zahara, que serviría como residencia califal y sede de la
administración central del califato.

Le sucederá en el trono su hijo Al-Hakam II (961-976) con un reinado muy similar al


de Abd al-Rahman III, pues se siguen las mismas directrices de pacificación interna mediante
el uso del ejército. También se perpetúan los enfrentamientos contra los cristianos del norte y
las intervenciones en el norte de África. También debió hacer frente a las últimas invasiones
normandas en la Península, sin embargo las victorias no fueron difíciles de conseguir. Durante
este reinado se produce un apogeo cultural, encabezado por el propio califa, convertido en un
mecenas de las artes y las letras. Su vasta biblioteca con diversos ejemplares hizo que algunos
juristas y sabios del Corán lo tacharan de impío. El reinado de Al-Hakam II terminó de forma
repentina, seguramente por hemiplejia, pero no es del todo seguro.

Su hijo y heredero Hisham solo contaba con 10-11 años, por lo que se inició una lucha
por la sucesión. Un bando apoyaría al legítimo sucesor, mientras que otro se mostraría a favor
del hermano del difunto califa. La victoria se mostró favorable a Hisham, que contaba con el
apoyo de su madre Subh, una de las concubinas de Al-Hakam II, posiblemente de origen
cristiano. Otro apoyo será Muhammad ibn Abu Amir, el hayib del califa, más conocido como
al-Mansur o Almanzor (“el victorioso”), intermediario del califa y la administración central.

Pronto este personaje se convertiría en el más destacado del Califato Omeya, tomando
las riendas del gobierno a partir del 978, instaurando la Dictadura Amirí. El califa será ahora
solamente una figura honorífica y director espiritual del califato. Las intrigas y asesinatos serán
frecuentes durante la Dictadura, como ocurrió con el destacado general Galib, a quien al-
Mansur asesinó después de casarse con su hija. El militarismo será una característica
fundamental de este periodo, con ello el general aseguraba su posición obteniendo prestigio y
botines de guerra. Éstos últimos ayudaron a reducir la presión fiscal, por lo que el pueblo
aplaudía al nuevo dictador.
Sus campañas contra los cristianos tuvieron un marcado carácter propagandístico.
Realizaría más de cincuenta campañas al norte, casi todas victoriosas. Llegaría a saquear
Santiago de Compostela en el 997, llevándose las campanas de su catedral, sin embargo
respetó el sepulcro del apóstol. También destruiría la ciudad de Barcelona en el 985 y saquearía
Pamplona en el 992. En algunas de sus campañas, al-Mansur contó con el apoyo de algunos
reinos cristianos, que se encontraban enemistados entre sí. Fueron frecuentes también los
ataques a monasterios y el rapto de personas que eran enviadas a Córdoba, y desde allí se
vendían o distribuían como esclavos.

Además de llevar a cabo grandes hechos de armas, al-Mansur quiso también rodearse de
un aura de piedad, y para ello purgaría la biblioteca califal de aquellos volúmenes
considerados doctrinalmente inadecuados. A esta enorme pérdida hay que añadirle la
depuración de otras bibliotecas.

Muere poco después de la derrota de Calatañazor (1002). Sobre esta batalla algunos
autores dicen que se trató de una batalla ganada por los cristianos, pero otros afirman que se
trató de un altercado menor. En cualquier caso la Dictadura Amirí no finalizó con la muerte de
su fundador, sino que le sucederá su hijo Aba al-Malik (+ 1008), que sigue la línea piadosa y
militar de su padre. Sin embargo pronto sería envenenado y subiría al trono su hermanastro Abd
al-Rahman Sanchuelo, llamado así por parentela con los Sancho pamploneses. Pronto querría
ser nombrado califa, pero su ineptitud y arrogancia le costaron el trono tras una revuelta en
Córdoba. De este modo finaliza la Dictadura Amirí.

Con ello se inicia la descomposición del Califato de Córdoba, que se prolonga hasta el
1031, sucediéndose califas tanto de la familia Omeya como de otras ramas. Pronto su poder
quedará de nuevo limitado a la capital y sus proximidades. Las marcas comenzarán a quedar en
manos de grandes familias árabes o beréberes, o son tomadas por esclavos del ejército. Toda
esta situación lleva al caos y la anarquía, de nuevo favorecida por los ataques de los reinos
cristianos del norte. Este momento será conocido como la segunda Fitna. El último califa,
Hisham III, será depuesto por la oligarquía cordobesa, que abolirá legalmente el Califato e
instaurará una República Oligárquica al mando de las familias más destacadas.

Sin embargo este gobierno no durará mucho, pronto Al-Ándalus queda quedará dividida
en pequeños reinos de taifas (banderías), independientes entre sí, inestables y en muchos casos
hostiles. Comienza así un nuevo periodo conocido como Primeros Reinos de Taifas. Estos
reinos variaban enormemente en su extensión, correspondiendo los más grandes a las antiguas
marcas y los más atomizados en el sur peninsular.

6. VIDA ECONÓMICA Y ORGANIZACIÓN SOCIAL DE AL-ÁNDALUS

Agricultura y ganadería.

Agricultura:

La agricultura será el sistema productivo principal. Existe un claro afán por explotar
al máximo las posibilidades de la tierra, fruto de la tradicional necesidad agrícola de la
Península Arábiga. Para este explotación se recurre a dos procedimientos efectivos como son la
redacción de tratados de agronomía (“Compendio de agricultura” de Abulcasis) y sistemas
de regadío y tecnología hidráulica. Éstos últimos tuvieron gran importancia en el mundo
árabe, sin embargo en Al-Ándalus la mayor parte de las tierras era de secano, por lo que el
regadío quedaba delimitado a pequeñas zonas como Valencia, Murcia o Andalucía. Además los
árabes hicieron poco más que aprovechar el regadío heredado de los tiempos romanos. Entre
estas mejoras encontramos el quinat, una red de canalizaciones y pozos utilizada para succionar
el agua subterránea hacia la superficie. Este sistema junto al regadío se vio incrementado por la
introducción de nuevos cultivos en la Península.

Estos nuevos cultivos serán el algodón, el arroz, el albaricoque, la berenjena, la


alcachofa, la caña de azúcar (nuevo endulzante junto a la miel), la granada y la naranja. Todo
ello se añade a la tradicional trilogía mediterránea, que seguirá predominando en los cultivos,
sobre todo el trigo. El olivo verá multiplicada su extensión, pues los musulmanes utilizaban el
aceite en la cocina, la medicina y los cosméticos, incluyendo la importación. La vid, por el
contrario, sufrió un pequeño retroceso, si bien existía un abundante consumo de vino a pesar de
las prohibiciones coránicas. También introdujeron plantas tintóreas como el azafrán o el pastel.
Asimismo nuevas plantas textiles como el lino o la morera.

Con la llegada musulmana las grandes tierras de la corona y particulares pasaron en su


mayoría a manos de los conquistadores, sobre todo a los de origen árabe. Del mismo modo las
tierras de la Iglesia fueron en su mayoría confiscadas. Sin embargo durante el dominio
musulmán algunos latifundios siguieron en posesión de cristianos o judíos. Por lo que respecta a
las medianas y pequeñas propiedades, no sufrieron tanto la confiscación. Estas tierras serán
trabajadas por esclavos o se arrendarán a colonos. Los propietarios musulmanes estaban libres
del pago de impuestos por las propiedades inmuebles, pero los cristianos estaban obligados a
pagar la yizya y el jaray.

Ganadería:

La ganadería será un complemento de la producción agrícola. Podemos diferenciar un


ganado de establo y de pasto, este último más frecuente y numeroso. Probablemente se
practicaban movimientos de trashumancia con regularidad. El ganado vacuno no fue muy
frecuente, pero sí el ovino y caprino por la tradición islámica y porque proporciona
alimentación y productos textiles. La cría de caballos se destinaba al tiro y al ejército,
considerado además un bien de prestigio. Encontramos también una ganadería de mulas y
burros, que solían alquilarse como medio de transporte. La cría porcina estaba permitida para
los cristianos, incluso algunos musulmanes también se dedicaron a ella, sin embargo la caída de
la demanda es general. A todo ello hay que sumar la cría de aves de corral y palomas (estiércol
fértil).

Artesanía y comercio.

Artesanía:

La ciudad (madina) tendrá una vital importancia en la vida económica andalusí,


especialmente en el sur peninsular. Existían patrones que determinaban demográficamente
cuándo una población se consideraba ciudad. La Córdoba califal llegaría a tener entre 600.000
y 1 millón de habitantes, seguida de otras ciudades como Toledo (37.000), Sevilla, Valencia o
Zaragoza. También existe un concepto arquitectónico y artístico de las ciudades que las
diferenciaba de poblaciones menores, como la ciudadela (alcázar o alcazaba), una o varias
mezquitas cercanas a los centros de poder, las escuelas coránicas, los baños (tanto para
hombres como para mujeres) y el zoco o mercado, que es el complejo por excelencia. El
urbanismo de la ciudad será casi siempre aleatorio y caótico, con plazas escasas y pequeñas,
casas cerradas en sí mismas destinadas a mantener la intimidad. En sus azoteas y patios
interiores se hacía la mayor parte de la vida familiar

Es también un centro administrativo, al cargo de un gobernador, varios jueces (cadíes)


y oficiales encargados de mantener el orden público. Desde la ciudad también se controlan los
arrabales y las zonas circundantes, donde podemos encontrar los palacios y villas de recreo de
las élites urbanas.

La artesanía se desarrollaba en talleres de pequeño tamaño y de carácter familiar,


compuesto por un artesano y algunos pocos que le ayudaban. Entre ellos encontramos a los
aprendices, que trabajaban a cambio de un jornal. Son también tiendas, a veces de gran tamaño,
como los destinados al armamento y los textiles como la seda. Existen también corporaciones
de oficios, semejantes a los gremios cristianos, con un amín al frente que controlaba la calidad
de las materias primas, los precios y los horarios.

La artesanía textil será la más destacada, con un gran número de tiendas-taller y


artesanos consagrados a ella. Se trabajaba desde las prendas básicas a las telas de lujo para los
más pudientes, que en muchas ocasiones se exportaban al exterior. Las sederías fueron
especialmente importantes en Al-Ándalus, sobre todo las de Guadix, que se mantuvo incluso
tras la conquista cristiana hasta el siglo XV. También destaco la industria del cuero repujado
como encuadernación de los cordobanes, llamados así por la ciudad de Córdoba, y que tras la
conquista cristiana quedará al cargo de las comunidades mudéjares. Otra actividad artesanal será
el damasquinado, destacando sobre todo el de Toledo, que consistía en el trabajo del metal
para conseguir dibujos decorativos para otros utensilios, especialmente vajillas. La eboraria o
trabajo del marfil sigue el legado bizantino, y será la única excepción de figuras humanas.

Mención aparte merece la industria papelera, concentrada sobre todo en Játiva. El


papel entrará en el continente europeo desde la Península Ibérica, sustituyendo rápidamente al
pergamino y reduciendo así el coste los libros y manuscritos. A toda esta artesanía mencionada
hay que sumar el trabajo del vidrio y la cerámica.

Comercio:

Junto a la artesanía, la ciudad fue el centro de la actividad comercial de Al-Ándalus. El


comercio interior será fundamentalmente urbano, pero existió asimismo una presencia en las
zonas rurales más recónditas y alejadas gracias a los comerciantes ambulantes, y en ocasiones
verdaderos mercados, que permiten el abastecimiento de aquellos habitantes fuera del ámbito de
la ciudad. En las ciudades encontramos unos edificios destinados al comercio característicos de
la España musulmana:

- Zoco: Se trata de un espacio abierto destinado a la actividad comercial, normalmente


situado en el centro de la ciudad, pero en ocasiones a extramuros, normalmente en
barrios ligados a la actividad artesanal. En este espacio le levantaban tiendas efímeras
fáciles de montar y transportar, organizadas en especialidades (cerámica, vidrio, etc.).
En ellos encontramos también productos del mundo rural, traídos por los campesinos
que querían vender determinados productos. Del mismo modo podemos encontrar
productos de origen extranjero. El zabazoque o almotacén era el señor del zoco,
encargado del orden y buen funcionamiento del mismo. Poseía jurisdicción policial y
normativa, estableciendo un exhaustivo control de los pesos y medidas.
- Alcaicería: Era el edificio en el que se regulaba el comercio interior y exterior. Se
organizaba en torno a un patio central. En ellos encontramos productos exóticos y
lujosos propios del lugar y del extranjero, destinado no sólo a la compraventa sino
también al almacenaje.

- Alhóndiga: Destinad al comercio exterior, se trata de almacenes en los que se hacía


acopio de los productos extranjeros para luego llevarlos al zoco y la alcaicería, donde
son vendidos. También servía como alojamiento para el hospedaje

El comercio exterior andalusí fue floreciente, especialmente en el Mediterráneo,


donde existían rutas que iban y venían desde las costas orientales, fundamentalmente puertos
musulmanes y bizantinos. También las vías fluviales favorecieron el comercio exterior de
ciudades como Sevilla y Sevilla (con el norte de África) y Almería (con Bizancio y el oriente
musulmán). El comercio terrestre fue menos destacado, centrado sobre todo en el norte
peninsular y el entorno franco.

Destacó la actividad de los comerciantes judíos, que se valían de un variado


conocimiento de idiomas (árabe, latín y posteriormente lenguas romances) y de la presencia de
otros comerciantes judíos en el extranjero. Si bien la gran mayoría fueron comerciantes
musulmanes, y en menor medida mozárabes.

Los productos destinados a la exportación eran el aceite, los cereales (trigo), el estaño,
textiles de lino y seda y esclavos, habitualmente cristianos. Las importaciones traían productos
de lujo como medicamentos, ungüentos, cosméticos, oro especias y esclavos, normalmente
eslavos y sudaneses.

Moneda:

Podemos diferenciar una moneda de oro, el dinar, que fue poco acuñada, normalmente
por motivos de prestigio y autodeterminación, como fue el caso de los emires independientes
y Abd al-Rahman III. La moneda más acuñada era la de plata, el dírhem, una moneda muy
prestigiosa por su estabilidad, cuya ley no era manipulada. Circularía de forma habitual por todo
Al-Ándalus y por el norte peninsular cristiano. Podemos encontrarla también en puestos
comerciales del norte de África, el oriente musulmán y Bizancio.

Organización social.

A grandes rasgos, podemos suponer que la población andalusí entre los siglos X y XI
ronda entre los 5.850.000 y 7.150.000 habitantes. Al contrario que en etapas anteriores, en la
España musulmana existió un claro predominio de la población urbana frente a la rural. Los
puntos más poblados serán las grandes ciudades como Córdoba, Toledo o Sevilla, sin embargo
hay zonas rurales con alta densidad de población, como son las cuencas medias del Ebro y el
Guadalquivir o zonas costeras de Levante y Andalucía. Las zonas abruptas, con climas fríos o
con poca trayectoria agrícola serán los menos poblados de Al-Ándalus.

La base de la sociedad será la familia extensa, compuesta de varias generaciones y en


ocasiones con decenas de miembros en un mismo hogar, a los que hemos de añadir la
servidumbre doméstica. Por otro lado encontramos la familia nuclear, formada por un
matrimonio y su primera generación. El primer modelo familiar responde, por lo general, a las
familias más pudientes y de origen árabe, mientras que el segundo se relaciona con los estratos
más bajos de la sociedad.
El derecho islámico regulará toda la estructura familiar, siguiendo muchos patrones del
derecho romano, heredado de los indígenas peninsulares. Junto a este derecho se establecen
normas consuetudinarias en la familia andalusí, como un menor sometimiento de la mujer con
respecto a otros reinos islámicos. La familia se somete siempre a la autoridad del paterfamilias,
el cual puede desposar a un máximo de cuatro esposas legales (familias extensas), lo cual
explica la gran extensión de las familias pudientes. Los hijos son considerados una fuente de
riqueza y de apoyo en el trabajo familiar.

La mujer andalusí se encontraba sometida a la voluntad del hombre, si bien existe un


fuerte respeto y valoración hacia ella por su condición de madre y esposa. Su futuro caía
obligatoriamente en el matrimonio, que suponía un contrato jurídico que tanto marido como
mujer podían cancelar mediante el repudio, sin embargo las mujeres que recurrían a ello se
encontraban con diversas trabas legales y el rechazo de su comunidad. Estarán siempre
vinculadas al espacio doméstico y excluidas de la vida pública, pues la idea era que la mujer
debía ser controlada y vigilada, especialmente en el trato con otros hombres. Algunas mujeres,
sin embargo, llegarían a destacar en la sociedad como comadronas, maestras de niños e incluso
como artistas e intelectuales.

La invasión musulmana supuso la presencia de una nueva articulación social basada


en criterios religiosos (musulmanes/no musulmanes), jurídicos (libres/libertos/esclavos) y
socioeconómicos (aristocracia/notables/plebe).

Criterio religioso:

Musulmanes:

- Árabes: minoría dominante y de gran prestigio social. Contaban con un gran poder
económico y el monopolio de la política andalusí. Se instalaron en el poder
definitivamente tras la segunda invasión a la Península y sucesivas oleadas migratorias.
Internamente se encontraban divididos en tribus que en ocasiones rivalizaban entre sí,
sin embargo los sirios predominaros en el poder por sus lazos con la familia Omeya.

- Beréberes: discriminados por los árabes a pesar de su predominio demográfico. Su


situación se irá corrigiendo desde la época de Al-Mansur, cuando serán rehabilitados y
sus diferencias con los árabes se reducirán. En el momento de la descomposición del
Califato, muchos beréberes estarán al cargo de nuevos reinos de taifas.

- Muladíes: son los cristianos convertidos al Islam, y constituyen la mayoría de la


población de Al-Ándalus. Muchos de ellos mantienen los usos y costumbres del pasado
cristiano. Son también discriminados por la élite árabe, sin embargo algunas familias
alcanzarán una situación preeminente. También en los tiempos de al-Mansur las
diferencias comenzarán a reducirse.

- Otra procedencia: muchos de los esclavos con los que se traficaba terminarían
convirtiéndose al Islam, lo cual les otorgaba la libertad. Estos esclavos tienen dos
procedencias destacadas: la primera será la Europa del este, de donde vienen eslavos
destinados a la esclavitud (no se convertían) o a formar parte del funcionariado. Muchos
de ellos llegarían a ganar prestigio por el ejercicio de las armas e incluso a una
importante situación durante los Reinos de Taifas. El otro grupo de esclavos son los
procedentes del África negra, sobre todo sudaneses.

No musulmanes: los cristianos y judíos, al ser gentes del libro (dimni), están bajo la protección
de la dimna. Esto impedía que fueran convertidos por la fuerza al Islam y permitía que
mantuvieran su culto en libertad. Del mismo modo sus lugares de culto y bienes privados debían
ser respetados. Ambas comunidades estaban obligadas a pagar los mismos impuestos: la yizya y
el jaray

- Cristianos mozárabes: constituían la mayoría de la población en los inicios del


asentamiento islámico, sin embargo poco a poco fueron migrando al norte o
convirtiéndose al Islam. A raíz de la Revuelta de los Mártires Voluntarios la situación
se hizo más difícil para las comunidades cristianas, sin embargo poco a poco fueron
asimilando los usos, costumbres y la lengua árabe a su vida diaria, aunque manteniendo
el credo cristiano.

- Judíos: son una minoría social y religiosa, sin embargo con un importante papel
económico como artesanos y comerciantes. Existió entre los judíos un claro apoyo a
los musulmanes, gracias a lo cual muchos optaron a cargos administrativos y
diplomáticos, o simplemente como líderes de su propia comunidad judía.

Criterio jurídico:

- Libres: gozaban del estatus de libertad jurídica. A este grupo pertenecen la totalidad
musulmana y la mayoría cristiana.

- Libertos: son los esclavos liberados, que encuentran restricciones para la completa
libertad jurídica. Normalmente son clientes de antiguos propietarios. En ocasiones
podían llegar a ser muy poderosos con rentas y esclavos propios.

- Esclavos: no son libres según la ley. Entre ellos nunca podía haber un musulmán, pues
en cuando un esclavo aceptaba la conversión era manumitido y considerado liberto.
Entre las formas más frecuentes de caer en la esclavitud encontramos la herencia
paterna, la captura y la guerra. Muchos de los esclavos con los que se comerciaba en la
Península provenían de los reinos cristianos del norte.

Criterio socioeconómico: Este criterio se basa esencialmente en el nivel de rentas de cada


individuo, a pesar de la teórica igualdad que predicaba el Corán.
- Aristocracia (jassa): son las élites nobles de andalusíes, normalmente árabes, aunque
en los últimos tiempos del califato encontramos también beréberes y muladíes. Gozan
de un elevadísimo nivel de rentas y un gran poder económico.

- Notables (a’yan): se trata de la clase media, casi sin poder político. Tienen un claro
carácter urbano y centrado en determinadas profesiones (comerciantes y medianos
propietarios). Sus rentas son considerables, pero distan mucho de alcanzar las de la
aristocracia.

- Plebe (ʽamma): son las capas más bajas de la sociedad y la mayoría poblacional. Los
plebeyos eran normalmente despreciados por las otras dos capas socioeconómicas.
Cuentan con unas rentas muy reducidas (muchos viven en la pobreza) y carecen de
poder o representación política.

7. INSTITUCIONES, VIDA RELIGIOSA Y CULTURA DE AL-ÁNDALUS

Instituciones.

Tenemos escasas fuentes hasta los tiempos califales. Durante el Emirato Dependiente,
Al-Ándalus se considera una provincia más del Califato Omeya de Damasco, y por ello sigue
el patrón de las demás provincias califales. En el Emirato Independiente los emires gozaron de
un poder absoluto, similar al de los califas abbasíes, aunque en teoría escapaban de su radio de
acción las competencias religiosas y espirituales. En esta etapa se mantiene el modelo
administrativo omeya, pero también se imita el nuevo modelo abbasí.

Desde que Abd al-Rahman III instaura el Califato de Córdoba, los califas cordobeses
gozarán de un poder absoluto en todos los ámbitos sobre la base de su condición de líder
político y espiritual. Por ello se verá rodeado de un ceremonial complejo y teatral vinculado con
los antiguos omeyas y los abbasíes, pero también con los bizantinos. Con ello se intenta
convencer de la cercanía del califa a Alá y su superioridad ante el resto de los mortales. Aunque
el califa ahora sea el máximo dirigente, contará con el apoyo del hayib, un segundo al mando
con amplios poderes a modo de primer ministro, que ejercía de vínculo entre el califa y la
administración central. Durante la Dictadura Amirí los califas perderán su poder y quedará
relegado a estos hayib, como al-Mansur, manteniendo únicamente la autoridad religiosa.

Por lo que respecta a la sucesión en el trono, ésta era hereditaria, sin embargo no estaba
regulada y solía presentar dificultades debido al gran número de descendientes del gobernante.
Emires independientes y califas nombraban en vida a sus sucesores sin respetar la
primogenitura, siempre antes de su muerte, momento en el que comienzan las pugnas y
conspiraciones, que en ocasiones llegaban al asesinato (así ascendió Abd al-Rahman III).

Administración central:

El propio emir o califa se encuentra al frente de toda una estructura de burócratas y


oficiales, organizados en oficinas (dirwan) con un visir al frente, éstos últimos familiares del
monarca o miembros de la aristocracia árabe. Dentro de este complejo administrativo podemos
diferenciar varias oficinas destacadas:

- Casa Real: una oficina encargada de los bienes privados del califa.

- Cancillería: encargada de expedición documental, que fue realmente numerosa.

- Correos: encargada de enlazar la administración central y la territorial.

- Hacienda: centrada en los asuntos de financias públicas. Ya existía durante el Emirato


Dependiente, pero llega a su culmen durante el Califato de Córdoba. En ella destacan
los tesoreros, nombrados personalmente por el califa, pero que frecuentemente
protagonizaban abusos y corrupción. En teoría estos tesoreros debían ser de origen
árabe, pero encontramos también judíos y algunos mozárabes. Los tesoreros se
encargaban de la recaudación de impuestos.

- Tesoro privado del califa: destinado al sostenimiento de la casa real y las prácticas de
mecenazgo de las artes y las letras. Además de oro, el tesoro se componía de
propiedades muebles e inmuebles, que en ocasiones son utilizados para cubrir las
carencias de la hacienda

Los oficiales de palacio fueron siempre muy numerosos, con individuos diversos que
representaban la heterogeneidad étnica, religiosa y social de Al-Ándalus

Cristianos y judíos estaban sometidos a una tributación especial, la yizya y el jaray, pero
el resto de la población andalusí en ocasiones sufría los impuestos extraordinarios, que se
suman a los impuestos indirectos de las transacciones comerciales y el zakar o impuesto
coránico de la limosna, que gravaba los bienes muebles. Los impuestos extraordinarios
suponían el aumento de la presión fiscal, con actividades en ocasiones ilícitas y contradictorias a
las leyes del Corán.

Administración territorial:

Se basa en dos tipos de circunscripciones del territorio: la cora (aprox. 30) y la marca
(3). Las coras se articulaban en torno a una ciudad, que funciona como capital de la misma,
donde residen tres oficiales con poderes designados por el propio califa: el gobernador (wali),
el jefe militar (qaid) y el juez (qadi). Por debajo de los tres se encontraba un entramado de
oficiales locales de variado origen étnico y religioso. Es posible que muchas de las coras
correspondiesen con las antiguas diócesis eclesiásticas visigodas.

Las marcas eran territorios especialmente extensos situados en las fronteras norteñas.
Al oeste encontramos la Marca Inferior, con capital en Mérida, en el centro la Marca Media,
con capital en Toledo, y al este la Marca Superior, con capital en Zaragoza. Estas marcas
tenían la finalidad de servir como frontera defensiva contra los pueblos cristianos del norte y
como punto de partida de operaciones militares.

Justicia:

El ejercicio de la justicia se basó en la aplicación de la sharia, el derecho islámico. La


cabeza del sistema judicial era el propio califa, si bien solía delegar estas funciones en el qadi
de Córdoba, que gozaba de gran prestigio. Por debajo del califa existía un qadi al frente de la
jurisdicción de cada cora, con una enorme importancia al ser expertos en la religión. El qadi de
Córdoba será el más prestigioso, llegando a veces a tachar al califa de impío. Por ello las
relaciones entre el juez de la capital y el califa no fueron siempre amistosas. Los jueces solían
tener como apoyo a los muftíes, pero siempre de forma consultiva. El oficio de la justicia se
realizaba siempre los viernes en la mezquita mayor de cada ciudad, y tras la sesión el qadi
solía dirigir las oraciones comunes.

Ejército:

El ejército tuvo un papel fundamental en la historia de Al-Ándalus. Se componía de tres


tipos de soldados:

- Los súbditos obligados a prestar servicios: siempre musulmanes considerados adultos


(14-15 años) capacitados para el combate. No recibían ninguna recompensa económica,
pero participaban del reparto equitativo del botín, a excepción de 1/5 para el califa.

- Mercenarios: estos soldados sí cobraban un salario por sus servicios. Normalmente no


son musulmanes, sino eslavos o negros del corazón de África, que posteriormente se
convertirían y asentarían en la Península. A pesar de su salario, muchos de ellos
llegaban a Al-Ándalus en condiciones serviles.

- Voluntarios: llegados a la Península o naturales de ella, se alistaban en el ejército con


el fin de practicar la yihad, frecuente entre los musulmanes orientales. Movidos por sus
ideales religiosos (no recibían salario), formaban ribats (fortalezas) en las zonas
fronterizas con el fin de defenderlas de los ataques cristianos.

La flota de guerra fue también decisiva para patrullar las aguas del Mediterráneo
occidental frente a los posibles ataques o invasiones desde el Norte de África. Asimismo, a raíz
de la primera invasión normanda en la Península, los musulmanes crearán una flota en el
Atlántico, preparada ya durante la segunda oleada normanda.

Tanto el ejército de tierra como la flota se vieron apoyadas por una serie de
fortificaciones situadas en los lugares más peligrosos, como las de la costa mediterránea y las
marcas fronterizas con los reinos cristianos. A todo ello hay que añadirle la práctica del
ajusticiamiento aplicada a los prisioneros de guerra, tendencia común tanto entre
musulmanes como cristianos en los primeros siglos del Medievo.

Vida cultural:

La vida cultural de Al-Ándalus se basa en la importancia de la enseñanza elemental,


ejercida en modestas escuelas, especialmente las cordobesas. La educación giraba en torno al
Corán y la lectura y escritura de la lengua árabe. Las mujeres quedaban excluidas de esta
enseñanza, y aquellos varones que no podían pagar a sus maestros, solían recibir ayudas de la
comunidad. En este momento no existe una enseñanza superior ni centros similares a las
universidades, sin embargo podemos encontrar algo cercano en las mezquitas mayores, donde
se ejercía una formación más completa del derecho coránico, la filología de los textos sagrados,
la literatura, la historia y ciertas disciplinas científicas heredadas del pasado grecorromano
(medicina, matemáticas y sobre todo astronomía).

Del mismo modo existieron grandes bibliotecas, como la de Hakam II, en manos de las
familias más pudientes que practicaban el mecenazgo o buscaban el prestigio personal. En
Córdoba existía un mercado exclusivo para libros, procedentes de muchas partes del extranjero.
Los libros son en este momento considerados objetos de lujo. Y su producción se centra en las
grandes ciudades, donde se concentran intelectuales con la intención publicar sus tesis. Dentro
de esta producción intelectual podemos diferenciar:

- Estudios filológicos: de larga tradición musulmana y relacionada con la exégesis del


Corán. Destaca en este campo Abu `Ali al-Qali (s.X).

- Historiografía: se encuentra en un desbordante desarrollo, con personajes como al-


Faradi (+ 1013) con “Historia de los varones doctos de Al-Ándalus”, al-Razi (+995)
con “Crónica del moro Rasis” y al-Qutiya con “Historia de la conquista de Al-
Ándalus”.

- Cultivo de la ciencia: esta rama se vio enormemente beneficiada por la tradición


grecolatina, especialmente en medicina (Abulcasis, +1013) y la astronomía y
matemáticas (Maslama, +1007).

- Cultivo de la literatura: adquirió gran altura gracias a autores como Ibn Hazm
(+1064) con “El collar de la paloma” y `Abd Rabbih (+940) con “El collar único”.

Vida religiosa:

Las características de la religiosidad de Al-Ándalus fueron muy peculiares. El Islam fue


el aglutinante para los musulmanes de diversa procedencia que poblaban Al-Ándalus
(beréberes, árabes, muladíes, tribus, etc.). Dentro del Islam podemos encontrar diversas
corrientes dogmáticas, entre ellas la imperante en la Península fue la ortodoxa o sunní,
concretamente la corriente malikí, iniciada por Malik ibn Anas en el siglo VIII, de corte muy
tradicional. A pesar de las tentativas de introducir corrientes heréticas en la Península, como el
chiismo, todas acabarían fracasando.

Los alfaquíes serán los expertos en la ley islámica, y velarán por la pureza de la fe y los
preceptos frente a otras corrientes heterodoxas o heréticas, hombres muy respetados y
admirados por el pueblo creyente. Las ceremonias y los ritos se celebran en las mezquitas, muy
numerosas en las grandes ciudades. Suelen ser modestas y de pequeño tamaño, normalmente
construidas con los aportes económicos de los fieles. Junto a ellas encontramos también
oratorios, también reducidos, destinados a la oración y la reflexión.

La comunidad musulmana debe cumplir los cinco pilares sobre los que rige su vida
religiosa, con especial importancia en la práctica de la yihad debido a las especiales condiciones
de la Península Ibérica. Sin embargo existían problemas a la hora de peregrinar a la Meca,
debido a la larga distancia que había que recorrer y a la falta de medios económicos. Por ello se
crearán fundaciones piadosas entre los más acaudalados con el fin de ayudar económicamente
a los peregrinos menos pudientes. Por último, existió también un descontento de la población a
la hora de pagar los impuestos coránicos, pues eran abusivos y considerados ilícitos con
respecto al Corán.

8. NÚCLEOS CRISTIANOS DEL OCCIDENTE PENINSULAR

El Reino Astur.
Será el primero de los reinos no sólo de la zona occidental, sino de todo el norte
peninsular, localizado al este de la actual Asturias, en torno a Cangas de Onís, que sería la
capital del reino. Nació hacia el 718-722, a raíz de la victoria en la batalla de Covadonga, un
triunfo que tendrá gran resonancia para los cristianos del norte y que podemos observar en toda
la historiografía medieval cristiana, que narran el encuentro como un éxito aplastante. Por el
contrario las fuentes musulmanas no le darán demasiada importancia a la derrota.

Existen tres teorías acerca del origen de la monarquía astur:

- Neogoticismo: defendida por los historiadores más tradicionales, defiende que la


monarquía astur recibe el testigo de manos del acabado Reino Visigodo de Toledo, a
través de una vinculación real entre el último rey Rodrigo y Don Pelayo, además de la
continuidad de algunas de las prácticas y formas de la corona.

- Indigenismo: surgió hacia los años 60 del siglo XX, defendiendo la inexistencia de una
vinculación entre las monarquías visigoda y astur, y afirmando la estructuración
autónoma de la corona.

- Teoría intermedia: defendida por historiadores como Sánchez Albornoz, quien


defiende la aportación de ciertos elementos visigodos en la monarquía astur, pero
manteniendo a su vez un claro elemento indígena. En la actualidad esta es la teoría más
aceptada.

Encontramos un claro problema en las fuentes de este periodo. Encontramos muy pocos
documentos que daten hasta el 812, apenas dos docenas, y solamente tres son originales, el
resto se trata de copias, de entre las cuales sólo cuatro son indiscutibles. Además el contenido de
estos documentos se centra casi en exclusiva en donaciones y descripciones de bienes. Entre
ellos destaca el Poema del rey Silo. Por otro lado tenemos las crónicas, entre las que
destacamos tres: la Crónica Albldense (976), la Crónica de Alfonso con sus versiones más
tardías (C. Rotense y C. Sebastianense) y la Crónica Profética, de tiempos de Alfonso III,
caracterizada por profecías propagandísticas basadas en el neogoticismo imperante.

Don Pelayo (718/722-737) se convertiría en el primer rey del Reino Astur, sin
embargo no sabemos si su elección como tal se realizó antes o después de la victoria de
Covadonga. Tampoco sabemos quiénes fueron los electores, pero podemos suponer que entre
ellos había nobles indígenas junto a antiguas élites visigodas, como lo fue el propio Pelayo. Este
primer monarca habría sido un personaje muy cercano al último rey visigodo, Rodrigo, muy
posiblemente su espatario. Tras la muerte del rey habría emigrado al norte, en particular a esta
zona de Asturias, donde tenía orígenes familiares. No se trata de un mero caudillaje militar, sino
de un verdadero intento de monarquía que resultó satisfactorio.

Le sucederá Fávila (737-739) con un corto periodo que destacó precisamente a su


muerte durante una cacería de osos, pues con él se afianza el carácter hereditario de la
monarquía. Sin embargo será sucedido por Alfonso I, un familiar de Pelayo.

El reinado de Alfonso I (739-757) será fundamental en la consolidación del nuevo


reino, especialmente por las campañas militares de extensión, relacionada con la crítica etapa
del Emirato Dependiente de la sublevación de los beréberes. Alfonso I conquistará la Galicia
oriental, el norte de Portugal, Cantabria y Vasconia, llegando casi hasta Pamplona, donde
está surgiendo un nuevo reino independiente. También avanzará hacia el sur mediante campañas
en el valle del Duero, lo que dará origen a la despoblación de estas zonas (desierto del Duero),
con el fin de crear una zona fronteriza natural frente a posibles invasiones musulmanas. Es
posible que este “desierto” no estuviera completamente despoblado, sino que se tratara de
comunidades sin signo político. A lo largo del reinado de Alfonso I además se produce el inicio
de la “visigotización” del Reino Astur, imitando el modelo de los antiguos reyes

El reinado de Fruela I (757-768) fue un periodo problemático y poco conocido. Estará


marcado por las rebeliones internas debidas a la heterogeneidad demográfica producida por la
expansión de Alfonso I. Las revueltas de los vascones serán las más violentas. Además en este
momento se reanudan las incursiones musulmanas en el norte peninsular con la llegada de
Abd al-Rahman I, quien acosará las zonas laterales del reino, evitando un enfrentamiento con el
centro nuclear.

La época posterior de los reyes Aurelio (768-774), Silo (774-783), Mauregato (783-788)
y Vermudo I (788-791) son los tiempos menos conocidos del Reino Astur, un periodo de crisis
debido a la recrudecimiento de las rebeliones en Vasconia y Galicia, que se suma al pillaje de
los musulmanes. En este momento la capital se trasladará a Pravia.

Tras ellos llegará al trono Alfonso II (791-842) con un largo periodo considerado el
apogeo para el reino. Alfonso terminará con las continuas amenazas musulmanas gracias a
victorias como la de Lutos (792), con las que se hace replantearse a los musulmanes la
importancia y autoridad de los núcleos cristianos. Otro tipo acciones serán las que lleven al
monarca a buscar la hegemonía dentro de los nuevos reinos cristiano, sin embargo a pesar de las
buenas relaciones los beneficios serán escasos.

Se reforzará la autoridad real frente a la nobleza levantisca, especialmente la gallega en


este momento. Asimismo el rey apoyará su autoridad y legitimidad en el neogoticismo, que en
este momento llega también a su plenitud gracias a los aportes de los clérigos mozárabes,
especialmente después de la muerte del rey. La capital se trasladará esta vez a Oviedo, ciudad
fundada para ello, con una sede episcopal y una catedral dedicada a San Salvador, construida en
torno a la Cámara Santa, donde se encontraban reliquias traídas desde Toledo como el Arca
Santa, el Santo Sudario o las reliquias de la Vera Cruz. Hay que destacar que las reliquias en la
Edad Media serán una fuente de riqueza para el templo que las reúne, pues se convertiría en
destino de peregrinaciones y donaciones. Por ello el comercio de reliquias fue frecuente y
provechoso, destacando verdaderos coleccionistas.

Otro aspecto del reinado de Alfonso II será la lucha contra el adopcionismo, una
herejía dominante en los pirineos francos según la cual Jesús habría sido hijo adoptivo de Dios,
lo cual negaría el dogma de la Trinidad. El combate de esta corriente dará más prestigio a
Alfonso II como protector de la ortodoxia, sin embargo le pondrá en contra de muchos
mozárabes adopcionistas, como era el propio arzobispo de Toledo. Esto propiciará la
independencia política de Oviedo como sede episcopal frente a Toledo. Del mismo modo
comienza en esta etapa el culto al apóstol Santiago, cristianizador de Hispania, tras el hallazgo
de su tumba. Pronto Santiago se encaminará hacia el patronato del Reino Astur y la ciudad
donde se encontró la tumba, Santiago de Compostela, se convertirá en destino de
peregrinaciones justo a Oviedo.

El reinado finalizará con una crisis dinástica que se soluciona a favor de Ramiro I (842-
850) y más tarde su hijo Ordoño I (850-866). Son dos reinado muy similares y con carácter de
continuación. Las campañas de Ordoño I contra los musulmanes serán especialmente exitosas a
raíz de la crisis del Emirato Independiente. Así encontramos victorias como la de Albelda y
sobre todo la de Clavijo, en la que, según las fuentes cristianas, el propio Santiago se presentó
en el campo de batalla sobre su blanco corcel para combatir contra los musulmanes. Con este
relato se inicia toda una historiografía legendaria sobre Santiago Matamoros. Ordoño I lograría
poner fin al tradicional “tributo de las 100 doncellas” para los musulmanes, posiblemente
cierto, y se incorporarían al reino Tuy, Astorga y León. Del mismo modo tendrá que hacer
frente a las invasiones normandas provenientes del norte.

Alfonso III (866-910) llegará al trono en los momentos más críticos de para el Emirato
de Córdoba, lo cual le permitirá una nueva expansión territorial hacia el sur sin necesidad de
grandes hechos de armas. Ocuparía poco a poco toda la zona norte del Duero, repoblando las
plazas del norte y después las del sur. Entre sus conquistas están Toro y Zamora en el oeste,
pero en el este también conseguirá la zona de Castilla, repoblando y fortificando las plazas
fuertes, en especial Burgos. Durante este periodo se elaboró un gran número de crónicas, como
la Crónica Profética, que afirmaba que hacia el 884 Alfonso III expulsaría a los musulmanes de
la Península Ibérica. Aunque esto no ocurriera, lo cierto es que a partir de este momento los
gobernantes de Al-Ándalus tuvieron que negociar con el rey astur de igual a igual, admitiendo
su independencia y su poderío.

A la muerte de Alfonso III se produce la división del reino entre sus tres hijos, que se
enfrentaban entre sí por heredar el legado de su padre. De este modo García recibió León, la
zona más nueva del reino, Ordoño recibe Galicia y Asturias para Fruela. García trasladará la
capital de su reino a León, una ciudad de gran prestigio con un legado romano admirable,
poderosas murallas y además sede episcopal. A partir de este momento debemos hablar de un
nuevo Reino de León o Astur-leonés.

Reino de León.

García (910-914) no reinará por mucho tiempo, y será sucedido por su hermano
Ordoño II (914-924), unificando León y Galicia. Este monarca continuará las campañas
militares, pero será derrotado en Junquera (920) por los musulmanes, que reanudan de nuevo su
expansión. Tras su muerte le sucede el último de los tres hermanos, Fruela II (924-925). Pero
tras solo un año de reinado llegará al trono Alfonso IV (925-931), con el que se inicia un
periodo de anarquía y crisis que se alarga hasta el siglo XI. Una excepción a esta anarquía será
el reinado de Ramiro II (931-951), pues logró victorias como la de Simancas (939) contra Abd
al-Rahman III por el control de la línea del Duero. En estas circunstancias surge el apelativo
Extrema Durii para aquellas tierras más al sur del Duero, que por la guerra vuelven a ser
despobladas. Durante el reinado de Ramiro II también se gestan los deseos independentistas de
Castilla, que aumentan durante los reinados posteriores, en los que el Reino de León presenta un
lento declive. Esta decadencia favorecerá a Castilla y el Reino de Pamplona, pues León será la
principal víctima de las incursiones de Al-Mansur, a lo que debemos sumar la insurrección
tradicional de algunos nobles gallegos. Su hijo Ordoño III (951-956) heredaría la política y los
problemas de su pare. A éste se sucede Sancho I (956-958, 960-966), conocido como el Craso
por un obesidad, quien verá además interrumpido su reinado por Ordoño IV (958-9690), un
usurpador que tomaría el poder a causa de la debilidad de Sancho, sin embargo con el apoyo de
la reina Toda de Pamplona lograría recuperar el trono.

Condado de Castilla:
Surgió en los confines orientales del Reino Astur, en una zona fronteriza acostumbrada
ya a los ataques musulmanes. Por ello será también una tierra disputada por los diferentes reyes
cristianos. Ambas causas propiciaron la construcción de un gran número de fortificaciones a lo
largo del territorio, estos castillos (al-quilla), darían lugar a las tierras. Los castellanos se
asientan en el valle de la sierra de Cantabria, con ciudades como Burgos, Palencia y Álava. Su
expansión se producirá hacia el sur, aunque también hacia el este a costa de Pamplona. La
personalidad de los castellanos es particular, forjada con gentes de diversas procedencias fruto
de la repoblación de las tierras por los reinos cristianos. Además, en estas tierras la presencia de
mozárabes y visigodos del sur es mucho más escasa, pues el resto de reinos cristianos ofrece
una mayor protección. Del mismo modo encontramos una escasa influencia de los latifundios,
más bien las pequeñas propiedades, y una condición servil más reducida

La zona de Castilla estaba en un principio dividida en pequeños condados, donde los


condes tendrán gran libertad de acción. En este momento son propiedad del rey de León, si
bien ahora comienzan a surgir las primeras muestras de deseo de independencia. Las bases de
esta independencia las puso Fernán González (910-970), conde de Lara desde el 929, que
reúne varios condados bajo su control. La familia de Fernán González estaba enemistada con la
de los Ansúrez, que también controlaban diversos condados. Sin embargo pronto Fernán se
alzará como el magnate más influyente de la zona, apoderándose del resto de los condados y
atribuyéndose el título de conde de Castilla en el 932. Tendría un papel destacado en la batalla
de Simancas (939), donde lucharía al lado del rey Ramiro II, conquistando para sí Sepúlveda y
Riaza. Tras la muerte del rey leonés, Fernán González apoyará a la reina pamplonesa en contra
del nuevo rey de León, Ordoño III, y pronto empezó a actuar de forma independiente al Reino
de León, aprovechando su decadencia para consolidar su poder.

Le sucederá su hijo, García Fernández (970-995), quien gozó de una plena autonomía
frente al Reino de León, sin embargo tendrá que hacer frente a las campañas militares de Al-
Mansur. Su hijo Sancho García (995-1017) aprovechará la decadencia del Califato para
extender los territorios castellanos. Su hijo García Sánchez (1017-1029) será el último conde
de la estirpe familiar, pues cuando se dirigía hacia León para casarse con la hermana de
Bermudo III, es asesinado. Al ser cuñado de los reyes de León y de Pamplona, ésta última se
impone y asimila Castilla bajo su influencia.

9. NÚCLEOS CRISTIANOS DEL ORIENTE PENINSULAR

(Impreso profesora)

10. LA PENÍNSULA IBÉRICA EN EL SIGLO XI

Los reinos de Taifas.

La desintegración final del Califato de Córdoba dio lugar a una nueva situación política
en Al-Ándalus, donde ahora encontramos los denominados reinos de taifas (banderías). Se trata
de reinos independientes entre sí, que pugnan mutuamente por aumentar su poder. No se unirán
para combatir a los cristianos del norte, los cuales verán facilitada su expansión hacia el sur.

Podemos encontrar tres grandes grupos en función del origen de sus gobernantes:

- Taifas beréberes: controladas por familias de dicha procedencia que, desde los tiempos
de Almanzor, se habían asentado con fuerte arraigo. Se sitúan en las zonas más
meridionales de la Península (Guadalquivir, Sierra Nevada), y son de pequeño tamaño
y tendentes a la inestabilidad. Destacó la Taifa de Málaga, controlada por la familia
Hammudí.

- Taifas eslavas: al frente de las cuales se situaban esclavos, antiguos mercenarios que
habían terminado por adquirir una evidente posición de preeminencia en el ejército
califal. Extendidas sobre todo por la fachada mediterráneas, normalmente de pequeño
tamaño y muy inestables, debido a las propias circunstancias de su nacimiento: los
líderes tenían escaso arraigo local y apoyos locales. Muchas taifas terminarían cayendo
en manos de monarcas firmemente enraizados en el área local. Entre ellas destacamos la
Taifa de Valencia, que fue motivo de disputa entre el reino de Aragón y el
castellanoleonés.

- Taifas andalusíes: contraladas indistintamente por musulmanes árabes o muladíes, que


llegarían a un buen entendimiento durante la disolución del califato, por ello no es
posible distinguir con claridad cuales quedaban en manos de quién. Ocupaban la mayor
parte de Al-Ándalus, fueron las más extensas, estables y poderosas, pues sus
gobernantes descendías de las élites aristocráticas o por el buen arraigo en el poder local
de sus gobernantes. Destaca la de Sevilla, que protagoniza una especie de
“imperialismo” conquistando la Taifa de Córdoba. También otras son las taifas de las
antiguas marcas, ahora taifas: Badajoz, Toledo y Zaragoza.

Los reinos más importantes tendieron a conquistar a los menos relevantes, lo cual
produce que el mapa de este periodo será cambiante y que sea imposible calcular el número
exacto de reinos taifas, que llegarían a alcanzar los 30 en algunos momentos. Esto nos habla de
la hostilidad y desunión entre los reinos de taifas. Hacia el 1080 ya muchos pequeños reinos
han sido conquistados por los poderosos, y hacia el 1086 la taifa de Toledo es conquistada por
los castellanoleoneses, lo que supone una “península” dentro del territorio musulmán. La
conquista de Toledo supone defender unas fronteras complicadas, especialmente con la llegada
de un poder bien asentado en el sur musulmán.

Los reinos taifas presentan un problema común que venía desde la Dictadura Amirí, se
trata del excesivo peso del ejército, a veces difícil de llevar para algunos reinos, si bien era
necesario para la supervivencia frente a las taifas vecinas y los ataques de los cristianos, que se
acentúan desde el 1035. Se trata de ejércitos de mercenarios, herederos de los tiempos de
Almanzor, bien pagados para asegurar su lealtad, por ello la presión fiscal fue en aumento en
los reinos de taifas. De este modo los reinos tuvieron que buscar nuevos impuestos, que
generaron el descontento de la población, que los consideraba ilegales con respecto a la ley
coránica. En estas circunstancias el ejército será también necesario para controlar a las propias
sublevaciones internas de las taifas.

Por todo ello la debilidad de las taifas será aprovechada por los cristianos, que
normalmente ganaban las batallas por su superioridad militar. Sin embargo los cristianos no
tenían tanta demografía como para repoblar las tierras conquistadas, y por lo tanto controlarlas.
Por ello los reinos cristianos se plantean someter a estos territorios a tributaciones, las parias,
tal y como ocurría de forma contraria durante la hegemonía musulmana. Estas parias eran
bastante onerosas, era prácticamente el traslado de la riqueza de sur al norte. Las parias se
acordaban mediante pactos entre los reyes cristianos y los pequeños monarcas musulmanes.
Estos tributos se pagan como reconocimiento de la hegemonía del reino cristiano en cuestión
frente al reino de taifas determinado. A cambio el reino cristiano dispensaba su protección a la
taifa frente a sus enemigos, tanto musulmanes como cristianos. Esta protección era provisional y
se pagaba muy cada, se podía romper de forma unilateral por cualquiera de los dos,
frecuentemente los cristianos, que intentan conseguir el tributo asignado.

Si el reino de taifas aceptaba la subida de las parias suponía crear nuevos impuestos e
incrementar la presión fiscal, sin embargo si se negaba lo normal era que los cristianos atacaban
militarmente e imponen unas parias abusivas. De este modo se reproduce un círculo vicioso en
que los cristianos aumentan sus exigencias. De este modo las parias contienen también un valor
político, pues convierten en vasallos del reino cristiano. Esto suponía considerar el territorio
como futura zona de conquista para el reino cristiano, por ello fueron frecuentes las luchas entre
cristianos por el afán de someter a estos reinos tafias a vasallaje, con el fin de reservar este
territorio.

La dirección espiritual de estos reinos islámicos, una vez desaparecida la figura del
califa, quedará en manos de los alfaquíes de las ciudades, que en muchas ocasiones criticaban
las acciones del monarca, especialmente la subida de los impuestos. Sin embargo la actitud
religiosa de los reyes taifas fue bastante relajada.

Los reinos cristianos.

Reino de Pamplona:

Muerto Sancho III en el 1035, los estados de la Península perdieron al que durante
largos años había ejercido una clara hegemonía sobre los mismos. Sancho III había gobernando
sobre el Reino de Pamplona, el Condado de Castilla, de Aragón y Sobrarbe. Además mantenía
una gran influencia sobre el reino de León. El testamento del monarca dividió sus tierras entre
sus hijos:

- García Sanchez III: Reino de Pamplona (no Navarra), aumentado con territorios
orientales de Castilla.

- Fernando: Condado de Castilla, que se convierte en Reino con este monarca.

- Gonzalo: Condados de Sobrarbe y Ribagorza

- Ramiro: Condado de Aragón, del que se apresuró a convertirse en rey.

Reino de León:

Trata de recuperar la hegemonía tras la muerte de Sancho III de Pamplona, por lo que se
enfrenta a Castilla y Pamplona, que actúan unidos logrando una victoria en Támara (1037),
donde muere el rey leonés. De este modo el reino de león queda sin heredero, por lo que
Fernando I de Castilla, casado con Sancha, heredera de León, se convierte también en rey de
León, fundado el Reino Castellanoleonés.
Esto suscitó la lucha por la hegemonía entre Castilla-León y Pamplona, pues en el 1038
Fernando se hace coronar Emperador. Esto llevó a la guerra entre ambos hermanos, que
termina en Atapuerca (1054), batalla con importantes consecuencias. Fernando I volvió a
lograr la victoria y la muerte en batalla del rey pamplonés García Sánchez III, de modo que
Fernando I corona un nuevo rey en el propio campo de batalla, Sancho Garcés IV (hijo de
García Sánchez III), que no será bien admitido por la nobleza y que terminarán en un regicidio
en el 1076. Durante un tiempo las tierras pamplonesas son repartidas entre el Reino
Castellanoleonés y el Reino de Aragón.

Condado de Aragón:

También se consolida como reino con Ramiro I, que tras el fallecimiento de su


hermano Gonzalo, se convierte en heredero de Sobrarbe y Ribagorza, duplicando el territorio.
Con ello se convierte en un reino más importante. Además con la muerte del monarca
pamplonés coronado por Fernando de Castilla, Aragón suma la mayor parte del Renio de
Pamplona a sus dominios.

Condados Catalanes:

También viven cambios fundamentales. Por su parte, Ramón Barenguer I, conde de


Barcelona, comenzará a extender la hegemonía de su condado sobre el conjunto. Para ello se
apoyó en la consagración de la catedral de Barcelona hacia 1058, tras lo cual su importancia
llega a convertirles en los dirigentes principales de la zona, mediante un proceso de
matrimonios adecuados y de compra-venta de los propios condados gracias a su riqueza
económica recibida por las parias que imponía a las taifas de Lérida, Tortosa y Denia.

La ofensiva cristiana contra los reinos taifas.

El reino Castellanoleonés conseguirá someter a parias a los cuatro grandes reinos de


taifas (Toledo, Badajoz, Sevilla y Zaragoza), gracias a lo cual se está enriqueciendo. Esto
supondrá problemas con otros poderes cristianos, que se sienten amenazados. El rey de Castilla
y León aspira a conquistar las taifas de Zaragoza, pero también el rey de Aragón. Tras la muerte
de Fernando I, le sucederá en el trono Alfonso VI (1065-1109).

Éste sigue la línea de su antecesor, al que termina superando. Su reinado se inicia en el


1065 tras la muerte de su padre en unas condiciones particulares, pues Fernando I continuó la
concepción patrimonial del reino y dividirá las tierras del reino entre sus tres hijos varones, y
además entre sus propias hijas, que se convertirán en señoras de ciudades importantes. Sancho
II (1065-1072) recibe el Reino de Castilla, la posesión más preciada y comprometida en un
proceso de expansión contra musulmanes y navarros. Sancho II queda así en una posición
hegemónica con respecto a sus hermanos menores. El segundogénito será Alfonso VI, que
recibe el Reino de León, a excepción de la zona de Galicia, que la recibe el tercer hijo,
García. Las hijas Urraca y Teresa se convierten en señoras de Zamora (importante plaza
fuerte) y Toro, respectivamente.

Pero este testamento no deja contentos a los dos hijos menores varones, que aspiraban a
ser reyes del conjunto del Reino de su padre. Alfonso entrará en guerra contra su hermano
mayor, contando con el apoyo de Urraca. Teresa apoyará a Sancho. Sancho llegará a derrotar
a sus hermanos, desterrándolos, y se apodera de lo que fue el completo reino de su padre.
En el 1072 Sancho II morirá en circunstancias confusas. Durante el asedio de Zamora,
controlada por Urraca, será asesinado por un traidor, tras el cual se encuentra Alfonso. La
muerte del rey cambiará la situación, pues Alfonso VI hereda Castilla, que inicia unas
compañas militares contra el hermano pequeño García, al que desposee de su reino y le
encierra hasta su muerte. De este modo Alfonso VI controla también Galicia, reunificando los
dominios de su padre. Inicia entonces nuevas operaciones contra los musulmanes, con el fin de
garantizar la superioridad militar de los cristianos frente a los musulmanes imponiendo las
parias. Cada vez exige más tributos a los reinos de taifas, iniciando un descontento general entre
los musulmanes. En 1075 se sentirá capacitado para repoblar las tierras conquistadas a los
musulmanes, trasladando hacia el sur la frontera castellanoleonesa. Es en este momento cuando
comenzaría la idea de la “Reconquista” de las tierras peninsulares y expulsar a los musulmanes.
Hasta este momento sólo eran ideas abstractas, pero ahora se convierte en una posible realidad.

Esta situación también se da en los demás territorios cristianos, que inician por su parte
a la conquista y repoblación de tierras hacia el sur. Esto se complementa con los nuevos ideales
de cruzada que están gestándose en el occidente europeo. Se aspira a expulsar a los infieles de
las antiguas tierras cristianas, pero también a la unificación de la Península en un solo ente
político. Pero los reinos cristianos son numerosos y poderosos, de modo que para conciliar el
deseo de unidad peninsular Alfonso VI recurrirá el imperialismo. Esta tradición imperial se
mantendría en el Reino Castellanoleonés, respaldado por el pasado visigodo (neogoticismo).

Todo ello se verá fomentado cuando se inicia se inicia el proceso de conquista de la


Taifa de Toledo, antigua capital de los visigodos. Este reino esta asimismo siendo atacado por
la Taifa de Sevilla, la más poderosa del momento. Alfonso VI durante su exilio se habría
refugiado en esta Taifa, iniciando relaciones amistosas con el gobernador. Es posible que se
diera un pacto entre este gobernador de la taifa toledana y Alfonso VI por el que se negoció la
concesión pacífica de algunas ciudades, entre ellas la propia Toledo. La caída de Toledo en
1085 supuso la recuperación de la antigua capital visigoda, lo cual supuso un enorme respaldo
de legitimación del proyecto imperial de Alfonso VI. Para los musulmanes fue una pérdida
desastrosa. Tras la conquista se produjo la coronación imperial de manos del arzobispo de
Toledo, a partir de la cual el rey Alfonso VI aparece como emperador en los documentos.

En Reino de Aragón también Ramiro I (1035-1063) y Sancho I (1063-1094) se


ocuparán de intervenir en el proceso conquistador. El primero decidirá adelantarse a su hermano
Fernando I en la toma de la Taifa de Zaragoza, vasalla del rey castellanoleonés. Sin embargo
morirá durante el asedio de Graus, pues el rey de la taifa llamará en su apoyo a Fernando I, y
éste derrota a Ramiro I. La situación de Aragón será entonces desesperada. Sancho I solicita la
ayuda del papa Alejandro VI, quien proveerá con la aprobación de la Cruzada de Barbastro
(1063), un movimiento cruzado que será el precedente a la primera cruzada a Tierra Santa. Este
fue un llamamiento a la cristiandad occidental, a la que acudieron un considerable número de
caballeros dispuestos a morir por la cruz a las órdenes del monarca aragonés, con el fin de
conquistar la plaza fuerte de Barbastro. La mayoría de los caballeros eran peninsulares
(catalanes sobre todo), pero encontramos un gran número de ultrapirenaicos, sobre todo francos
e italianos. Se consigue así tomar Barbastro en 1064, pero el año después es de nuevo
musulmana. Sin embargo supuso la internacionalización del conflicto contra los musulmanes.
Aunque Barbastro se perdió, Sancho I seguirá avanzando pequeñas conquistas en la taifa
zaragozana. Había sacado a Aragón de la delicada situación.
Por último, señalar que los Condados Catalanes también se inmiscuyeron en las
conquistas hacia el sur, con la toma de la plana de Urgell.

La invasión de los almorávides:

La situación desesperada de los reyes de taifas frente al empuje de los monarcas


cristianos hizo que recurrieran a la ayuda de los almorávides. Serán especialmente tres reyes
de taifas los que se ponen de acuerdo para ello: el de Sevilla, el de Badajoz y el de Granada, que
se sentían directamente amenazados por Alfonso VI.

Los almorávides comenzaron siendo un grupo religioso del Norte de África, que
deseaba recobrar la vida religiosa inicial del Islam, que consideraban habían sido tergiversadas
por sus correligionarios anteriores. Este grupo religioso sería cohesionado por Ibn Yasin, quien
había pasado parte de su vida en un ribat. Por ello sus seguidores recibirían el nombre de al-
murabitum (hombres del ribat). La vertiente religiosa de este pueblo se encauzó hacia el
misticismo y la ascética, con un dogma bastante rigorista e intransigente. Esta religiosidad
compagina con una clara vertiente militar volcada en la práctica de la yihad o guerra santa, que
les llevaría a iniciar una lucha contra el infiel.

Pronto crearían un autentico imperio en el noroeste de África, consiguiendo reunir a


todas las tribus beréberes de esta zona. Una figura clave sería Yusuf Ibn Tasufin, que se puso
al frente de los almorávides hacia los 1050-1060. La capital se instaurará en Marrakech
(fundada por Yusuf), centro de un imperio que ocupaba los actuales Marruecos y Argelia.
También la ciudad de Sjilmasa destacó por su comercio del oro.

Los éxitos de los almorávides en el norte africano llegaron a oídos de sus


correligionarios andalusíes. Los reyes llamarán a Yusuf Ibn Tasufin en su ayuda, con un doble
compromiso: los reinos taifas se encargarían a recuperar la ciudad de Toledo y los almorávides
deberían respetar la independencia de los reinos de taifas. Ninguno de los dos compromisos
sería cumplido en el futuro.

Los almorávides desembarcaron con Yusuf al frente tras la toma de Toledo, avanzando
hasta encontrarse con las tropas castellanoleonesas en la batalla de Zalaca/Sagrajas (1086), en
la que Alfonso VI es derrotado. Tras ello Yusuf se retira de la Península, pues la muerte de su
heredero requiere su presencia. Alfonso VI conseguiría recuperarse y se reinició la tónica que se
había mantenido antes del 1086. Por ello se produjo una segunda entrada de los almorávides,
en el 1090. Las nuevas victorias conllevarían la integración de los reinos taifas dentro del
imperio almorávide, rompiendo el compromiso inicial.

De este modo, Yusuf tendría que hacer frente a cristianos y a los propios reinos taifas.
Muchos reyes taifas aceptarán la supremacía, pero otros se enfrentan a los almorávides,
aliándose incluso con Alfonso VI. La ocupación almorávide no será completa debido a la
resistencia de los musulmanes españoles y sus diferentes religiosas. Tarik pretendió imponer en
las tierras conquistadas un rigorismo intransigente que los andalusíes terminarían por detestar. A
este malestar de los musulmanes debemos sumar el de judíos y mozárabes. Asistimos a una gran
diáspora judía y mozárabe hacia el norte peninsular, donde serán recibidos con los brazos
abiertos, pues supone desarrollo artesanal y comercial. La segunda oleada de Yusuf Ibn Tasufin
supuso el inicio de una racha de victorias durante los años finales del siglo XI y principios del
XII.
El Cid Campeador:

A pesar del poderío de los nuevos invasores musulmanes en el campo de batalla, habrá
un personaje que sí sepa hacerles frente: Rodrigo Díaz de Vivar. A pasado a la historia como el
Cid (musulmanes sidi=señor) y Campeador (cristianos campae docto=experto en el campo de
batalla).Se han escrito diversas biografías sobre este personaje, bastante desconocido y al que es
difícil aproximarse por la escasez de fuentes. Además estará siempre rodeado de mito, como la
Jura de Santa Gadea, un acontecimiento que jamás se produjo.

Nació en Vivar hacia 1050 aproximadamente, y muere en el 1099, un momento


complicado en la Península a consecuencia de la invasión almorávide. Muy próximo al rey
Sancho II, mantuvo sin embargo relaciones difíciles con Alfonso VI, su sucesor, que le
condenaría a varios destierros. Durante el primer destierro lucho como mercenario a sueldo de
la taifa de Zaragoza. Esto era algo común y respetable, no suponía deshonra alguna, si bien
nunca estuvo dispuesto a luchar contra Alfonso VI, pero sí los contra demás reyes cristianos.
Durante el segundo destierro conquistó la Valencia, una taifa muy deseada por los reyes
cristianos, de la que fue señor hasta su muerte con el visto bueno de Alfonso VI. Tras un breve
señorío en Valencia moriría, y tres años más tarde, en el 1102 Valencia cae de nuevo en manos
musulmanas.

11. LA PENÍNSULA IBÉRICA EN EL SIGLO XII

Desde los años iniciales del siglo XII encontramos a los almorávides en la Península, pero a
partir de 1120 este poder comienza a desmoronarse para dar paso a una nueva etapa de
predominio cristiano, con dos protagonistas esenciales: Alfonso I el Batallador, rey de
Pamplona, y Alfonso VII, emperador de Castilla-León.

La gran ofensiva almorávide termina en el 1110, y a partir de entonces encontramos una


cierta calma para los cristianos, y el progresivo desmoronamiento de los invasores. En ella
tuvo que ver la inestabilidad entre los propios musulmanes españoles y los conquistadores,
también por los problemas en el norte de África, donde pronto surgirá el movimiento almohade
que sustituirán a los almorávides con el paso del tiempo. A partir de 1120 aproximadamente
tenemos las primeras señales del fin de los almorávides, que se prolongaría hasta los últimos
años del siglo XII. Al igual que ocurrió con el Califato de Córdoba, con la desintegración de los
almorávides surgirán nuevos reinos independientes entre sí, los llamados Segundos Reinos de
Taifas o Taifas almorávides, que recupera la situación de la Primera Fitna, con reinos
divididos entre sí e incapaces de unirse para combatir a los cristianos del norte. Se produce
la misma situación, pero esta vez los territorios musulmanes son menores, y los cristianos
cuentan ya con la experiencia del periodo anterior.

Se producirá una nueva invasión musulmana desde el Norte de África, protagonizada por los
almohades, cuyos triunfos se extienden por la Península desde este siglo XII hasta principios del
XIII, concretamente hasta la batalla de las Navas de Tolosa (1212), que pondrá fin a sus
conquistas. La ofensiva almorávide será dirigida por Ali ibn Yusuf, que incorpora Al-Ándalus al
imperio norteafricano. A consecuencia de sus victorias las fronteras cristianas retrocederán
considerablemente y la Reconquista se paraliza. Sin embargo, a pesar de los intentos, nunca
volverían a conquistar la ciudad de Toledo.

Castilla y León:

Alfonso I el batallador (1104-1124) fue rey de Aragón y de Pamplona, unidos bajo una
misma corona, sin embargo al final de su reinado esta situación política se desmoronará.
Comandará la acción cristiana a partir de 1120, con 29 batallas contra los musulmanes y
cristianos, lo que le ganó una gran fama de guerrero. Desde 1109 fue también rey consorte
de Castilla, a raíz de su matrimonio con la reina Urraca. De este modo, desde esta fecha
hasta su muerte va a acaparar prácticamente todos los reinos cristianos, a excepción de los
Condados Catalanes, lo cual le proporciona un formidable ejército.

El matrimonio de estos personajes responde a una determinada situación en ambas coronas. En


la batalla de Uclés (1108) murió el heredero castellano, Sancho, hijo de Alfonso VI, si bien es
posible que fuera un hijo ilegítimo. Además de Sancho, Alfonso VI había tenido dos hijas:
Urraca y Teresa (esta última es bastarda, pero mantiene buenas relaciones con su padre).
Urraca era la mayor, y por ello fue considerada la heredera del trono, siguiendo el derecho
castellanoleonés que permitía reinar a las mujeres. Pero no había un clima favorable para que
ello ocurriera, de modo que Alfonso VI buscó un marido adecuado para Urraca, y también
para Teresa.

Se fijó en dos nobles de Borgoña que habían llegado a la Península para apoyar la labor
reconquistadora, Raimundo y Enrique, posiblemente primos. Raimundo, más destacado, se
casó con Urraca, y Enrique con Teresa. El rey castellanoleonés les otorgó dos territorios de
para que se asentaran y ayudaran a la administración del reino. El primero se asentó en Galicia,
y el segundo en Portugal.

Estos matrimonios son fundamentales. De Urraca y Raimundo nacerá el futuro Alfonso VII,
y de Teresa y Enrique nacerá Alfonso I, el primer monarca portugués. Pero cuando nace
Sancho, el hijo del rey que morirá en Uclés, en 1098, Alfonso VI prefiere a su hijo ante su
yerno, lo que supuso un conflicto sucesorio. Parte de la corte apoyará a Urraca y Raimundo de
Borgoña, sobre todo los nobles gallegos próximos a la pareja, y el obispo de Santiago, Diego
Jelmirez, una de las grandes figuras del momento, artífice de la conversión de la diócesis en
archidiócesis. Alfonso VI mantuvo su decisión a pesar del nacimiento de su nieto Alfonso.

Pero tras la muerte de Sancho en 1108 Raimundo ya había muerto y Urraca se convierte en
heredera, por lo que es necesario buscar un nuevo marido, y éste será Alfonso I el
Batallador, en contra de buena parte de la nobleza castellanoleonesa, que prefería un candidato
local. Alfonso VI lo hará por diversos motivos: ya entonces Alfonso de Pamplona había
mostrado su valía para la batalla (aseguraba un caudillaje militar) y, además, que con ese
matrimonio se unían el reino castellano-leonés y el navarro-aragonés, lo cual seguía el sentido
imperialista castellano. Además, Alfonso VI estableció como heredero del trono al hijo del
nuevo matrimonio, con lo que Alfonso Raumundez, el primer hijo de Urraca, quedaba
apartado de la herencia.

Sobre este matrimonio no se había solicitado la dispensa papal, y peligraba por la gran cercanía
parental de la pareja. Además los esposos no se llevaron nunca bien, hasta el punto que
Urraca exigió la marcha de su esposo, y que renuncie a ser rey de Castilla y León, a lo que
él se niega. Hay que tener en cuenta que Alfonso de Pamplona no se convirtió en rey de Castilla
por su matrimonio con Urraca, sino que sólo ejercerá de consorte. Ésta es la razón por la que no
hablamos de Alfonso I el Batallador como Alfonso VII de Castilla y León.

La capacidad militar de Alfonso I le permite tomar Zaragoza en 1118, llevando la frontera


aragonesa al Ebro. Tras la batalla de Cutanda (1120) consolidó su prestigio como gran militar,
con unas victorias que adelantan aún más la frontera. Posteriormente repoblaría las nuevas
tierras conquistadas y al mismo tiempo los reinos castellanos que había recibido de su padre.

Pero tendrá fracasos como al toma de Lérida, que pretende recuperar con el fin de cerrar las
posibilidades de reconquista de los Condados Catalanes. Fracasará debido a la alianza de
Ramón Berenguer III con los musulmanes. También realizaría una expedición aventurera
(1125-1126) que llevó a Córdoba y Granada, con el fin de marcar objetivos para el futuro y
para manifestarse como el legítimo sucesor de Alfonso VI, haciendo gala de su poderío militar y
obteniendo considerables fortunas del botín.

Pero la reina Urraca falleció en 1126, e inmediatamente después se inicia el conflicto entre su
marido y su hijo. Alfonso VII Raimúndez se convierte en rey de Castilla. El enfrentamiento
entre el nuevo rey y su padrastro se intentará solucionar con las Paces de Támara (1128), que
permitieron la reconciliación y el establecimiento de unas pautas de concordia junto a un
reparto territorial, de modo que quedaba claro qué territorios gobierna cada uno. De este
modo Castilla pierde la frontera con pamplona, y Alfonso I el Batallador debe abandonar el
título de emperador, con que se había hecho llamar al considerarse heredero de Alfonso VI.

Cuando la muerte se acercaba para Alfonso I el Batallador, que no había tenido hijos con
Urraca, Alfonso VII Raimundez se posiciona como posible heredero. Pero el monarca
pamplonés niega y elabora su testamento, entregando su reino a las órdenes militares, que
habían tenido una gran presencia en el reino y gran proximidad al rey. De este modo cede sus
reinos al Temple, el Santo Sepulcro y San Juan del Hospital.

Alfonso VII (1126-1157) sucedió a su madre en el Reino Castellanoleonés tras la paz con
Alfonso I el Batallador. La culminación de su reinado se puede dar en 1135, pues se ha
convertido en el poder hegemónico de la península cristiana. En ese mismo año Alfonso se
corona emperador, siguiendo la tradicional trayectoria castellanoleonesa, en la ciudad de
León.

A la coronación asisten los más importantes poderes políticos de la Península, como el conde de
Barcelona Ramón Berenguer IV o el nuevo monarca de Pamplona. El conde de Portugal no
asistiría por su política independentista y el rey de Aragón tampoco, pues era su enemigo. Otros
que sí acudieron fueron algunos reyezuelos musulmanes de los nuevos reinos de taifas, al igual
que ciertos magnates ultrapirenaicos (Tolosa, Gascuña), que se declaran vasallos suyos. Era un
proyecto grandioso que alcanzaba el sur francés. Todo esto sucede después de unas campañas
victoriosas en Al-Ándalus, que llevarían la frontera hacia el sur, señalando además futuras
conquistas. La campaña más destacada es quizás la expedición a Sevilla en 1132, que rememora
expediciones del pasado (su abuelo Alfonso VI y su padrastro Alfonso I el Batallador). Como
las anteriores, se trató de una expedición que no pretendía conquistar, sino hacer gala de su
poderío militar y la captura de un magnífico botín.

Tras su coronación como emperador tiene consolidaba la hegemonía peninsular, continuando


después con ataques audaces y aventureros hacia el sur, con nuevas victorias como la toma de
Almería en 1147, que tuvo gran importancia, ya que suponía una salida hacia el Mediterráneo
y la detención de la actividad pirática de la zona. Sin embargo esta toma será efímera, pues
tras la muerte del monarca se perderá la localidad.

A pesar de sus éxitos, no todo fueron luces en el reinado de Alfonso VII. Una de las sombras
fue el reconocimiento de la inevitable independencia de Portugal en 1143, negociada entre
Alfonso VII y el conde portugués. El final del reinado de Alfonso VII se vio marcado además
por su polémico testamento, que supuso la división de su reino entre los sus hijos varones: al
mayor, Sancho, le cedía Castilla, mientras que el menor, Fernando, recibiría León.

El Condado de Barcelona:

El reinado de Ramón Berenguer III (1082-1131) supone una etapa de engrandecimiento del
Condado de Barcelona, que será fundamental. Ya anteriormente el Condado de Barcelona
había venido ostentando la primacía entre los Condados Catalanes, pero especialmente lo será a
parir de 1118, pues, debido a su poderosa autoridad, los condes de Barcelona serán nombrados
príncipes de Cataluña. Sus intereses conquistadores chocarían con los de Alfonso I el
Batallador, a quien logró vencer ante el intento de tomar de Lérida. Ramón Barenguer III
extendería sus dominios hacia las Baleares, que se habían convertido en un nido de piratas que
acosaban las costas catalanas y francesas. En esta intervención se tomaría la isla de Mallorca,
pero al no existir recursos humanos como para repoblarla, que se perdería y seguiría siendo
musulmana.

También intentará una expansión por la zona pirenaica y ultrapirenaica, sobre todo en las
tierras de Provenza, donde lograría colocar como conde a su hijo Berenguer Ramón. Tenía
dos hijos varones, pero eran gemelos, de modo que aquello podría provocar un problema
sucesorio. Se determinaría que Ramón Berenguer IV, que había nacido unos minutos antes,
sería el heredero, mientras que Berenguer Ramón debería conformarse con el Condado de
Provenza.

Los orígenes del Reino de Portugal:


Alfonso VI había casado a su segunda hija, Teresa, con Enrique de Borgoña (primo de
Raimundo, esposo de Urraca) y a ambos se les concede el gobierno del condado de Portugal.
Pero una vez queda viuda se enfrentará a su hermana Urraca y ya en algunos documentos
comienza a llamarse reina de Portugal, y no condesa. Aprovecha la delicada situación del reino
castellanoleonés, y a partir de 1126, cuando Alfonso VII sube al trono, comienza su marcha
hacia la independencia. Pero ésta no llegará con Teresa, sino con su hijo Alfonso.

Al igual que Castilla-León, el condado de Portugal estaba luchando también al sur contra los
musulmanes para extenderse, y en la batalla de Ourique (1139) según los documentos del
momento, se enfrentaron portugueses y musulmanes en una batalla en la que éstos superaban a
aquellos en número. La batalla, que se habría librado el 25 de julio, día de Santiago Apóstol, se
habría saldado con una clamorosa victoria para Portugal, y la efusión de los soldados fue tal
que aclamarían a Alfonso Henríquez como rey. Puede tomarse esta fecha de 1139 como “Día
de la Independencia” de Portugal, si bien se plasmaría jurídicamente en el Tratado de Zamora
en 1143, en el que Alfonso VII acepta su autonomía, a pesar del futuro intervencionismo
castellano en el resto de la Edad Media.

Otro hito importante para Portugal es el Manifestus probatum (1179), una bula del papa
Alejandro III, con el que los portugueses se convertían en vasallos del Pontificado, logrando su
reconocimiento de independencia y su protección. La recién nacida monarquía portuguesa
realizará más campañas de expansión hacia el sur, destacando la conquista de de Lisboa en
1147. La zona de la actual Extremadura será un área de futuros conflictos con su vecinos
castellanoleoneses.

La sucesión de Alfonso I el Batallador:

La sucesión Alfonso I supone una nueva ruptura territorial entre Pamplona y Aragón, que se
separan. Pamplona queda para García Ramírez IV, un descendiente de Sancho III el Mayor
que contaba con el apoyo de la nobleza. Su hijo Sancho VI el Sabio será el primero en llamarse
rey de Navarra, en lugar del título referente a Pamplona.

En Aragón se entroniza el hermano de Alfonso I, Ramiro II “el Monje” (1134-1157), con un


reinado un tanto novelesco por los episodios nacidos de la personalidad el propio monarca, cuya
desmedida vocación religiosa le había llevado a convertirse en monje, de modo que cuando
subió al trono era prior de monasterio de san Pedro el Viejo de Huesca y obispo de
Barbastro. Parece ser que no aceptó de buen grado la corona, pues quería seguir con su vida
religiosa, pero acepto ser rey hasta poder asegurar la herencia. Para ello se casará con una
viuda, que ya había parido anteriormente (se busca seguridad de un heredero), pero el deseado
hijo varón nunca llegó, sino que nació la princesa Petronila, a la que habría que buscarle un
marido adecuado, pues la mujeres no podían reinar en Aragón. Esto trajo consigo una operación
política de gran calado.

Ramiro II “el Monje” se fijará en el conde de Barcelona Ramón Berenguer IV como el mejor
pretendiente para su hija, de modo que éste se casa con Petronila, que para entonces contaba
con 4-5 años de edad, afirmando que aunque Petronila muriera o no le diera hijos, Ramón
Berenguer se convertiría en señor de Aragón. De esta unión surgió la Corona de Aragón
(Aragón + Cataluña) que permanecerán unidos durante el resto de la Edad Media. El sucesor de
Petronila y Ramón Berenguer IV, Alfonso II, iniciaría una política occitana que será
fundamental en el futuro.
Del reinado de Ramiro II “el Monje” hay que destacar las turbulencias protagonizadas por
ciertos nobles que no aceptaban su coronación. Se trataba de una nobleza aragonesa que
frecuentemente le mostraba desprecio, y que terminaría desencadenando en una reacción
drástica del rey. Se trata del episodio de la Campana de Huesca (Romance de la Campana de
Huesca, s. XIII), en el que Ramiro II, desesperado por la actuación de estos nobles, envió a un
emisario a su antiguo maestro religioso por consejo, y éste le respondió cortando con una hoz
las coles más altas del huerto. El emisario imitó sus actos ante al rey y éste llamó a los
principales nobles con el pretexto de que quería construir una gran campana, pero según iban
acudiendo se les decapitaba. Históricamente se sabe que algunos de los nobles atacarían a una
caravana musulmana que tenía permiso y protección para cruzar, con el fin de enojar o
atormentar al rey.

La sucesión de Alfonso VII:

Como se ha dicho, la muerte Alfonso VII supuso una nueva división del Reino
Castellanoleonés entre los dos hijos. Para Sancho III sería Castilla, y para Fernando II
León. Al primero le sucederá Alfonso VIII, mientras que al segundo le sucederá Alfonso IX.
Ambos primos mantendrán roces y conflictos continuos, lo que supuso el debilitamiento de la
herencia de Alfonso VII.

Este periodo se ha denominado “la España de Los 5 Reinos” (Portugal, León, Castilla,
Navarra y Corona de Aragón), un apelativo que muchos historiadores no admiten del todo. Los
cinco monarcas son parientes entre sí y profundizarán ese parentesco con un entramado de
relaciones matrimoniales que serán fundamentales a finales del XII y principios del XIII.
Entre los cinco reyes existía una cierta conciencia de unidad, no solo por ser parientes, sino por
el objetivo común de hacer avanzar la Reconquista y expulsar definitivamente a los
musulmanes de la Península. Pero todo ello no impedía que las rencillas y los conflictos entre
ellos fueran frecuentes.

La Reconquista se retoma de forma activa, con un considerable avance de las fronteras


cristianas, especialmente en Extremadura y Castilla-La Mancha, que fueron posteriormente
repobladas. Esto también conllevó algunos pactos y acuerdos, como el Pacto de Cazola (1179),
localidad que no sabemos exactamente dónde estaba, posiblemente cerca de Medinaceli, pues es
un pacto de reparto de zonas de influencias entre Castilla y Aragón. Este pacto supone el
reparto de las tierras a conquistar, que se hace utilizando dos referencias, Biar y Játiva, que
formarían una línea divisoria. Las tierras al oeste serán para Castilla y las del este para
Aragón. La división favorecía claramente a Castilla, por ello en unos años sería criticado por
Aragón, llegando a un nuevo acuerdo.

La expansión reconquistadora en este periodo será fundamentalmente la portuguesa y


castellana. Una participación fundamental la llevaron a cabo las órdenes militares, primero las
de Tierra Santa (Temple y San Juan del Hospital) y posteriormente las autóctonas, fundadas a
mediados del siglo XII. La Orden de Calatrava se fundó en Castilla en 1158 por el abad
Raimundo de Fitero, y estaba destinada a defender la valiosa fortaleza de Calatrava contra los
ataques musulmanes, que es también la sede de la orden. La Orden de Santiago sería fundada
en León en 1170 por Fernando II y el obispo de Salamanca, Pedro Suárez de Deza. Por último,
la Orden de Alcántara nacería en 1177 de manos de Fernando II el caballero Suero Fernández
Barrientos. En Aragón la Orden Montesa no llegaría hasta mucho más tarde, en 1317.

La irrupción de los Almohades:


Durante las victorias de los cristianos en el sur peninsular aparecen los Almohades en el norte
africano. Al igual que los almorávides, surge entre las tribus bereberes del noroeste de África,
enfrentadas a los almorávides, posiblemente por la oposición montaña-desierto, y también por
una clarísima oposición en cuanto a la concepción del Islam. Surgen también en unas
circunstancias parecidas a la de sus rivales, pues pensaban que tenían la verdadera forma de
vida islámica y que debían devolverle la pureza originaria perdida tras la muerte de Mahoma.

Esta corriente religiosa se denominaba al-muwahidum, de donde proviene el apelativo


almohade. El movimiento fue fundado por Ibn Tudmrt, quien mezclaría la religiosidad
islámica con un militarismo destinado a la práctica de la yihad. Esta guerra santa no
afectaba solo a los infieles, sino también a los demás musulmanes, considerados herejes. Se
trata por ello un movimiento más intransigente de lo que fueron los almorávides, a los que
comienzan a enfrentarse en un determinado momento, primero en el norte de África y después
en la Península Ibérica. Hablamos así de un intento de sustitución por parte de los almohades.

Tras la toma de la capital, Marrakech, en 1147, y el ajusticiamiento en ese mismo año del
último cabeza almorávide, el organismo político islámico imperante hasta el momento cae
irremediablemente. En la península Ibérica podemos encontrar a los almohades ya en el 1145, si
bien de forma apenas apreciable, aprovechando la decadencia de sus correligionarios y
acudiendo a la petición de ayuda de la población islámica andalusí, que se quejaban del la
dureza del yudo almorávide.

La verdadera irrupción se producirá en 1160 aproximadamente, y desde ese momento


intentarán apoderarse de Al-Ándalus enfrentándose a los Segundos Reinos de Taifas
nacidos de la caída almorávide. Pero el Imperio Almohade, si bien a grandes rasgos se produce
una sustitución, no reemplazaron a sus correligionarios por completo.

Una vez establecidos firmemente en la Península, se enfrentarán no solo a los cristianos sino
también a los propios musulmanes andalusíes con el fin de imponerles su autoridad. El nuevo
yugo será aún más duro e intransigente que el de los almorávides, tanto que algunos reinos
andalusíes no dudan en aliarse con los reinos cristianos para combatirlos.

En la lucha contra los cristianos implicaron sus mayores esfuerzos, logrando éxitos militares
como la batalla de Alarcos (1195) contra Alfonso VIII, el rey cristiano con la mayor capacidad
militar. Esta victoria, al sur de Toledo, pondrá a la antigua capital visigoda en el punto de mira
de los musulmanes. La frontera castellana se verá algo reducida hacia el norte y partir de este
momento los almohades consolidan firmemente su poder en la Península Ibérica. Algunos
historiadores afirman que su poder sería mayor del que llegaron a tener los almorávides, sobre
todo a finales del siglo XII y principios del XIII.

A principios de éste último siglo será cuando los reinos cristianos serán capaces de unirse
contra los musulmanes y vencerles en la batalla de las Navas de Tolosa en 1212, lo cual
supuso el inicio de la decadencia del poder almohade y su rápido desmoronamiento. Es una
fecha fundamental que marca un antes y un después en la Reconquista, pues ahora se retoma
con inusual rapidez en las conquistas en los frentes de Castilla-León, Portugal y Aragón. Así, a
finales del siglo XIII los musulmanes ocupan aproximadamente lo que será el Reino de
Granada, que soportará la presión cristiana hasta finales de la Edad Media, en el reinado de los
Reyes Católicos.
En la batalla de las Navas de Tolosa (1212), también llamada de Úbeda o de Muradal, los
cristianos fueron capaces de olvidar sus diferencias para unirse contra el enemigo común. Al
frente de la campaña estaba Alfonso VIII, que con una excelente diplomacia formará un buen
ejército. Esta diplomacia llegaría hasta el papa Inocencio III, quien dará el carácter de
cruzada a la operación y hará un llamamiento a los caballeros cristianos, entre los que se
contaron bastantes francos.

A las tropas de Alfonso VIII se unieron las de Aragón y las de Navarra (que a pesar de no
tener frontera se siente integrado). También Portugal estará dispuesto a participar. El único que
queda fuera del apoyo será León, ya que Alfonso IX esta enormemente enemistado con su
homónimo castellano. A pesar de todo dará libertad a sus súbditos para que acudan
voluntariamente a la batalla, uniéndose a título personal.

El hecho de que el ejercito sea tan heterogéneo dará lugar a roces, sobre todo entre
peninsulares y extrapeninsulares, pues los segundos tenían una concepción de lucha contra el
islam que no dejaba cabida al respeto y la consideración, ni siquiera de los pactos. Debido a
estos conflictos algunos caballeros extrapeninsulares regresaron a sus tierras antes de la batalla.
La expedición será igualmente exitosa y memorable. Las tropas salieron de Toledo para
dirigirse al sur, relativamente cerca a la ciudad de Úbeda, donde se libraría la batalla. La victoria
supuso la toma de algunos territorios a los musulmanes, un pequeño avance hacia el sur y hacia
el este por parte de Castilla.

Como anécdota de la batalla, se conoce que el califa almohade, que vestía durante todo el
conflicto de verde, estaba refugiado en la zona más protegida del ejército, arengando a sus
tropas con el Corán en una mano y una cimitarra en la otra. Aquella zona del campamento
estaba protegida por la guardia personal del califa, unos esclavos fanáticos encadenados al
suelo. Estas cadenas serían rotas por las tropas navarras, y por ello tras la victoria pasarán al
escudo del reino. También se sabe que se logró tomar el pendón del califa almohade.

Los grandes avances de la frontera vendrán en el siglo XIII después de 1223, año en que tuvo
lugar el colapso final del poder almohade, cuando Al-Ándalus queda de nuevo dividida en los
llamados Terceros Reinos de Taifas o Postalmohades.

TEMA 12. EL PROCESO REPOBLADOR DE LOS NUCLEOS CRISTIANOS

Reconquista y Repoblación son fenómenos siempre unidos. La Reconquista por parte de los
reinos cristianos habría sido insuficiente sin la repoblación de las tierras conquistadas. La
repoblación es la instalación, en los territorios conquistados, de nuevos pobladores cristianos
que se encargan de su defensa militar, la explotación económica y la integración de la
población preexistente en esas tierras. No basta con imponer la superioridad cristiana, sino que
es necesario consolidar el avance hacia el sur.
La repoblación ofrece además una salida a los excedentes demográficos, en constante
aumento. Aunque la población crece en las tierras cristianas, los recursos son los mismos, de
modo que la descarga de población en las nuevas zonas conquistadas alivia y previene la
escasez de subsistencias en las zonas de origen. Esto tendrá una gran trascendencia económica y
social. En muchos casos la colonización se produce antes de la llegada del propio ejército a la
zona, como ocurrió en el valle del Duero, pero lo habitual es lo contrario: primero la conquista y
después la repoblación.

La repoblación tiene una premisa fundamental que obedece a una concepción jurídica, con
origen en el derecho romano trasmitido por los visigodos, que considera que los bienes sin
dueño conocido (bona vacantia) pertenecen por derecho al estado. De este modo los reyes se
convierten en los dueños de las nuevas tierras, y pueden otorgarlas a quien deseen. Para lograr
la posesión de estas tierras por algún señor feudal, era teóricamente necesaria una autorización,
si bien en ocasiones estaba ya implícita.

Esta repoblación será una constante desde el siglo VIII, y en mayor o menor escala se extiende
hasta el final del siglo XV, cuando en 1492 los Reyes Católicos conquistan el Reino Nazarí de
Granada, último bastión musulmán en la Península. Podemos distinguir las siguientes fases en el
proceso de repoblación peninsular:

Siglo VIII: El proceso se inicia a manos del Reino Astur, con Alfonso I al frente. La zona de
repoblación se extiende hacia el Duero, liberando así la carga demográfica del reino. A finales
de siglo se inicia también, esta vez a instancias de Carlomagno, el proceso de repoblación de
las zonas orientales de la Península Ibérica (la “Marca Hispánica”).

Siglo IX: A partir de este siglo la repoblación adquiere intensidad, afectando a zonas
semidespobladas, llamadas también “tierras de nadie”, como el valle del Duero, el sur de
Galicia, el Alto Ebro o el Condado de Osona (Cataluña).

Siglo X: A lo largo del s. X continúa el proceso, si bien con dificultades, pues el recién
formado Califato de Córdoba ejercerá una importante oposición al avance cristiano,
especialmente durante el reinado de Abd al-Rahman III y el inicio de la Dictadura Amirí. Lo
habitual es la denominada “repoblación interior”, esto es, el aumento demográfico se destina a
aprovechar aquellas zonas que no venían siendo explotadas anteriormente por su dificultad,
marginalidad o pequeño tamaño. Con posterioridad estas tierras volverán a ser abandonadas
ante nuevas alternativas, más eficientes. Este tipo de repoblación será utilizado de forma más o
menos constante hasta el final de la Edad Media.

Siglo XI: A comienzos del siglo XI la repoblación está casi detenida, pues no hay especiales
avances hacia el sur. Lo que sí que encontramos en la primera mitad de la centuria es una
estructuración interna de las tierras, con la aparición de instituciones a raíz de la acción
señorial, que conllevan un mayor control y rendimiento económico. También la acción vecinal
estructuró actividades comunitarias en las zonas de pastos, montes, etc., dirigidas desde unos
nuevos concejos establecidos en los municipios, que cuentan con cierta autonomía. En la
segunda mitad del siglo XI ya encontramos grandes avances repobladores con un nuevo
modelo a seguir: las comunidades de villa y tierra.

Las comunidades de villa y tierra son características de los siglos XI y XII. Al estar situadas
en zonas fronterizas, tienen una especial estructuración defensiva y económica. Están formadas
por la unión, bajo un régimen común, de la ciudad o villa (cabeza de la comunidad donde
reside la autoridad) y los poblados situados bajo su demarcación territorial. En la villa se
encuentra el Concejo Urbano, a cargo de la comunidad y con cierta autonomía. Este concejo de
la villa se encarga del control del funcionamiento de los concejos rurales, situados en los
poblados. En resumen: los concejos rurales se encuentran bajo la dirección del concejo
urbano, establecido en la ciudad o villa. La ciudad o villa se encargaba de repoblar su tierra o
alfoz (que será la base económica de la comunidad) creando poblados que quedarían sujetos a
su autoridad.

Estas comunidades de villa y tierra son frecuentes en las zonas fronterizas de Castilla (Ávila,
Segovia, Soria, Cuenca, Guadalajara, Madrid, etc.) y en menor medida de Aragón (Calatayud,
Daroca, Teruel, etc.). Será sobre todo la zona de Extremadura, tanto castellana como leonesa,
al sur del Duero, donde se establezca la mayoría de estas comunidades: Ávila (con más de
8.000 km2) es buen ejemplo, donde la ciudad queda al cargo de repoblar su tierra o alfoz. Otra
comunidad de villa y tierra destacada es Ágreda.

Las zonas que no se encuentran en la frontera quedan organizadas con otras estructuras
administrativas. Como fruto del sistema de comunidades de villa y tierra aparecen nuevas
aldeas, con su propio concejo rural.

MADRID, COMUNIDAD DE VILLA Y TIERRA

Debido a su condición fronteriza, Madrid pronto se convirtió en comunidad de villa y tierra.


Así quedaba configurada desde el momento de su conquista, aunque el alfoz tuvo un proceso
de formación que se extendió hasta fines del siglo XII, pero incluso en ese siglo tenemos
ciertas dudas sobre las tierras que pertenecen a su alfoz. Sabemos que fue otorgada por un
privilegio de Alfonso VII, en torno a 1152 y su formación se dio en unas circunstancias
peculiares, debido a la presencia de vecinos poderosos que luchaban por su control, como
Toledo y, especialmente, Segovia, que era sumamente activa debido al continuo proceso de
repoblación, no solo dentro de su alfoz adjudicado, sino que a veces fuera del mismo. El
trasfondo evidentemente eran los intereses económicos, pues a mayor tierra mayores
beneficios para la villa.

Estos conflictos suscitaron a veces pleitos judiciales que se alargaban durante años, que no se
El territorio de la antigua comunidad se puede reconstruir a pesar de las divergencias que existen
resuelven hasta el siglo XIV, un momento en que se implanta el proceso de entronización de
entre los historiadores. Estaba divida en sexmos, distritos rurales en que se divide la tierra o
la dinastía Trastámara, en el que se enajenan las comunidades de villa y tierra para
alfoz, relacionados con su reparto inicial en sextas partes para su colonización. Posteriormente
entregárselas tanto a señores laicos (más frecuentes) como eclesiásticos. Esto afectará a la
las divisiones dejaron de realizarse en sextas partes y se realizaron teniendo en cuenta su interés
comunidad de villa y tierra de Madrid, pues algunas de sus comunidades se convertirán en
económico o para el asentamiento poblacional. Aun así se mantuvo el nombre de sexmo.
señoríos al ser enajenadas.
Dentro de la comunidad de villa y tierra de Madrid podemos diferenciar cuatro sexmos: la
propia villa de Madrid, Aravaca, Villaverde y Vallecas, en relación con los núcleos de
población en los que se canaliza la actividad repobladora. Las zonas más conflictivas serán las
del norte. Cada una de las poblaciones de los sexmos tenía su concejo rural, junto a otras aldeas
pequeñas que no tenían su propio concejo por su escasa magnitud.

La villa de Madrid en el siglo XII era bastante pequeña, amurallada por un cinturón defensivo
que se unía a un arrabal o barrio a extramuros poblado por agricultores. Desde el XII al XV la
comunidad vendrá a ensancharse enormemente. El nombre de la Puerta del Sol viene del
reloj de sol que se encontraba en la misma, por esta puerta se dirigía el camino a Guadalajara.
Siglo XII: En éste último periodo encontramos una importante novedad, y es que a las
comunidades de villa y tierra en proceso repoblador se le unen las órdenes militares nacidas en
Tierra Santa (Temple y san Juan del Hospital). Su proceso repoblador sobre todo se centra en
Navarra y Aragón. Hasta el siglo XIII su acción no tiene especial importancia, pero a partir de
este siglo participarán en mayor medida, especialmente las órdenes militares autóctonas.

Como resumen, podemos periodizar el proceso de repoblación en dos grandes etapas. La


primera, desde el siglo VIII al X, sería una etapa de presura, mientras que desde el siglo X al
XII podríamos hablar de una repoblación concejil, articulada por las comunidades de villa y
tierra.

Modalidades de Repoblación:

Se produjeron distintos tipos de repoblación en función de las diversas épocas y ámbitos


geográficos. La primera etapa abarcaría el s. VIII, el IX, X y parte del XI. En ella
predominó la repoblación de iniciativa privada, que sería esencial. Se basa en la premisa o
concepto de la autorización general de reyes y condes para ocupar tierras desocuparas (derecho
romano). En ocasiones se permitía de forma tácita la ocupación de las tierras sin que existiera
una confirmación de asentimiento por escrito o explícito.

Se hacía por tanto mediante la ocupación de tierras yermas, deshabitadas o parcialmente


habitadas por la huida de los cristianos frente a los ataques musulmanes, habitual hasta el inicio
del siglo XI. En el caso de las tierras orientales hablamos de aprisio, y en las occidentales
presura. Estas tierras están protagonizadas por los presores, los campesinos que llevarán a cabo
el proceso poblacional y que tomarán posesión de las mismas. El presor llegaba a las tierras no
habitadas y tomaba posesión de una extensión variable en función de la capacidad de
explotación económica de las tierras. Se participa de forma colectiva, normalmente familias
con más o menos miembros. En función de sus capacidades ocupaban más o menos tierras,
lo cual podía variar con el paso del tiempo, siempre que no se perturbaran los derechos ajenos.

Una vez ocupada la tierra, los derechos de los presores se completaban una vez las tierras son
roturadas o cultivadas, lo que se llama proceso de “escalio” o “escalido”, a partir de lo cual
convierten esas tierras en su propiedad. Otros historiadores consideran que no basta con
cultivarla y trabajarla para garantizar la propiedad de la tierra, sino que es necesario además
continuar su trabajo durante años, para algunos hasta 30 años. Esto tiene sentido por la
necesidad de garantizar que la explotación de la tierra se va a perpetuar durante muchos años.
Lo que si es cierto es que la propiedad es libre y plena, sujeta a la sucesión hereditaria y sujeta a
posibles enajenaciones, arrendamientos, etc.

Normalmente estos pobladores se agrupan en aldeas, que si alcanzan un cierto crecimiento


consiguen su propio concejo rural. Los pobladores son hombres libres, no siervos. Estos
pobladores provienen de zonas septentrionales donde la demografía se empieza a convertir en
un problema por su aumento. También encontramos mozárabes huidos de Al-Ándalus. En su
mayoría son personas carentes de medios económicos, que no tenían posesiones y que el
hecho de poblar las nuevas tierras les convertía en propietarios. Sin embargo conllevaba el
peligro de situarse en las zonas fronterizas.

En el proceso repoblador llevan a cabo una gran labor los monasterios, no los más poderosos,
sino los menos importantes o de nueva fundación. Su proceso de repoblación se basa no solo en
sus monjes, sino también en los campesinos ligados al monasterio. Estas nuevas comunidades
eran pobladas posteriormente por más campesinos, llegando a convertirse con el tiempo en
villas. En muchos casos los monasterios importantes acaban por acopiar grandes propiedades
inmuebles y ejercen una presión sobre los propietarios pequeños y muchos de estos
campesinos terminan cediendo sus propiedades al monasterio, pues los pequeños
propietarios no pueden hacer frente a las dificultades que conlleva la pequeña propiedad (malas
cosechas era letal para el pequeño propietario). Tras ello, los campesinos podían seguir
cultivando sus tierras cedidas al monasterio. En otros casos el carácter religioso de las
donaciones “pro anima”, era bastante regular, favorecería el desarrollo de las tierras monacales.

Todo esto conlleva una presencia cada vez mayor de los latifundios, sobre todo entre los
magnates laicos. Los nobles también participan en la repoblación, acompañados de sus clientes
y siervos. Los grandes latifundios de la repoblación peninsular corresponden en su mayoría a
estos nobles. Vienen a asentarse sobre una fortaleza, bien construida o bien de nueva planta,
desde donde extendían su influencia sobre las tierras circundantes y presionaban sobre los
pequeños propietarios.

A parte de la repoblación de iniciativa privada, se lleva a cabo una actividad de ocupación


dirigida por el propio rey/conde o su delegado. Se trata de una repoblación oficial, que siempre
afectan a extensiones territoriales importantes, normalmente por un especial valor estratégico,
y también tierras que habían quedado al margen de la población privada. Se realiza
habitualmente con requisitos y solemnidades, pues el propio rey o conde se pone al frente de la
repoblación.

Los documentos del reino astur nos hablan de que el rey en persona acude, o uno de sus
importantes delegados, para realizar la repoblación. Podemos imaginar un gran cortejo del rey,
con nobles, eclesiásticos y campesinos que quieren asentarse en las nuevas tierras. Se
reconstruían ciudades anteriores o se fundan unas nuevas junto a fortalezas. Una de las
solemnidades era llevar el estandarte real o hacer sonar el cuerno (cum cornu et albende de
rege), que aluden a la presencia del monarca. Aunque responde a una iniciativa oficial, el
procedimiento posterior sigue los pasos del modelo privado.

Si el primer aspecto es la formación de la comunidad de villa y tierra y el otorgamiento de un


determinado alfoz a la misma, el siguiente paso es la división de este alfoz o tierra en sectores
o sexmos, unas veces en sextas partes y otras atendiendo a las características determinadas de la
comunidad.

A partir de ese momento la ciudad o villa favorecerá la repoblación mediante creación de


aldeas en lugares adecuados, con condiciones que permitan progresar con el tiempo. Aquellas
que no tenían buenas condiciones terminaban desapareciendo. El tamaño de estas aldeas variaba
entre los 5 y15 vecinos. El término vecino atiende solo a los varones propietarios, por lo que
para hallar la población real debe multiplicarse el número de vecinos por un coeficiente que
oscila entre el 3 y 12, de ahí que las estadísticas sean aproximadas, multiplicando normalmente
por 4 o 5 el número de vecinos.

A las aldeas más grandes se les dotará de Concejo Rural y un espacio sobre el que ejercer su
jurisdicción. Con frecuencia se les otorgan también fueros. Dentro de este espacio podemos
diferenciar los lotes de tierra de carácter privado (de los vecinos) y las tierras de carácter
comunal, que son pastos, montes y bosques de aprovechamiento agropecuario para la
comunidad. Todo este sistema territorial quedaba bien dentro del realengo (la mayoría de las
comunidades de villa y tierra) bien dentro de un señorío nobiliario/eclesiástico.

Debemos detenernos en uno de los elementos más importantes del fenómeno repoblador: la
caballería villana. A los caballeros villanos se les denomina también “caballeros pardos”
(vestimentas pardas destinadas al camuflaje), “caballeros ciudadanos” o “caballeros de
cuantías”. A pesar de ser caballeros no estamos hablando de nobles, sino de determinados
habitantes de una villa.

Su valor militar se basaba, como indica su nombre, en una caballería bien alimentada y
entrenada para la batalla. El caballero villano se armaba además de un equipo militar muy caro
que tiene la obligación de mantener, si bien se trata de un equipo ligero, pues el pesado queda
reservado a los nobles. Estos caballeros estaban vinculados a las necesidades bélicas y
defensivas de las comunidades de villa y tierra, especialmente las fronterizas. Constituían el
grueso de las milicias concejiles, entre los que se cuenta también con soldados de infantería.

A partir de un determinado nivel de rentas (siguiendo los requisitos son particulares en cada
comunidad), un vecino de la comunidad era considerado un caballero villano. Aunque tenían
que acudir a batalla con frecuencia, no eran soldados profesionales. Entre ellos encontramos
comerciantes, artesanos e incluso profesiones liberales (notarios, médicos, cirujanos o
boticarios que llegan al nivel de rentas estipulado). Pero ser un caballero villano podía suponer
una carga, pues al marchar a la batalla debe abandonar las actividades laborales. Sabemos de su
participación en la batalla de Navas de Tolosa (1212) y otros hechos de armas (caballeros
villanos de Madrid en la guerra de Granada, etc.), pero sobre todo se trata de pequeñas
expediciones militares de importancia local, que permitían defender sus tierras y realizar
ofensivas sobre territorio musulmán, con fines propagandísticos y de obtención de botín.
Para que los caballeros estuvieran dispuestos a prestar sus servicios militares, se vieron
beneficiados por exenciones tributarias e incluso, a partir de un determinado momento, por la
exención de impuestos directos a la nobleza. Por ello estos caballeros empezaron a acercarse a
la hidalguía y a la baja nobleza, llegando algunos de ellos a convertirse en nobles.

También influyeron considerablemente en el poder político de los concejos de las villas, gracias
a su hegemonía política, económica y social. Para mantener esta hegemonía solían realizarse
periódicamente alardes militares una o dos veces al año, con el fin de que la comunidad no
olvidase su importancia. En principio la condición de caballero villano no se heredaba, sino
que acababa con la muerte, pero como los hijos solían heredar el alto nivel de renta y bienes,
éstos solían también –al menos el mayor- caballero villano. El fenómeno de la caballería villana
será especialmente característica en la Extremadura castellano-leonesa, y dejará una
importante impronta social hasta final de la Edad Media.

Los repobladores se asientan en tierras que solían tener carácter de frontera, y esto suponía un
riesgo, por ello se les atraía mediante un trato de privilegio a aquellos dispuestos a instalarse,
una serie de ventajas y beneficios que se quedan por escritos como garantía. Estas ventajas
quedan reflejadas en dos tipos de documentos: las cartas-pueblas y los fueros.

Las cartas-pueblas:

Las cartas-pueblas eran concesiones otorgadas por el rey o los señores a los pobladores de
las nuevas tierras, en las que se regulaban las condiciones de habitación y tenencia de las
mismas. Establecían las normas fundamentales para la vida jurídica de la comunidad y
regulaban las relaciones de los pobladores con el señor. A veces se conceden por el señor del
territorio y otras por el propio rey. A veces estas cartas-puebla se documentan en forma de
pacto.

Su concesión se determina por trasfondo económico, ya que se trata de asegurar la explotación


de estas tierras (proyectadas hacia el futuro) un trasfondo militar, como defensa ante posibles
ataques desde el frente musulmán, y un trasfondo político, pues los señores estaban interesados
en conseguir un mayor número de vasallos que a los señores vecinos.

Las concesiones debían ser generosas si querían atraer pobladores, por ello los señores vecinos
establecen una especie de competencia en las condiciones, recibiendo una mejor respuesta
cuanto más generosas fueran estas condiciones. Entre estas condiciones como escasa
tributación, concesión de asilo a criminales y fugitivos, etc.

La redacción de las cartas-puebla no solía realizarse con especial detenimiento sino más bien
con rapidez para establecer unas normas mínimas. Solían realizarse dos ejemplares de la carta-
puebla, una para el señor y otra para la comunidad, de modo de ambos pudieran siempre
conocer los derechos y deberes mutuos.

Los fueros municipales:

Existen distintos tipos de fueros, pero por ahora nos interesan los municipales. El fuero tiene
siempre un carácter superior a las cartas-puebla, y es un texto que recoge las formas jurídicas
por las que se rigen los habitantes de una localidad. La diferencia con la carta-puebla es que,
mientras la carta solo se centra en determinados aspectos de la tierra y su propiedad, los
impuestos y la situación de señorío, los fueros van más allá, regulando con exhaustividad la
vida de una comunidad.
Los fueros municipales son contemporáneos de las cartas-puebla, si bien surgen un poco más
tarde, en el siglo X, y se extienden, como sus coetáneas, hasta finales del siglo XIII, cuando
ambos dejan de promulgarse a raíz de la recepción del derecho romano, que acaba con los
derechos de carácter local y deja paso al derecho territorial.

Al contrario que las cartas-puebla, los fueros son documentos extensos y con un contenido
jurídico superior. Por lo demás, son otorgados por los mismos personajes, desde el rey a los
señores territoriales. También los concejos de villa y tierra tienen poder para emanar fueros.

Los fueros se dividen en dos tipos:

Los fueros breves: son cortos y los más antiguos que conocemos. Se limitan a regular los
aspectos esenciales de la vida local, como los términos del núcleo de población, la relación
entre los vecinos y el rey/señor, la regulación de las prestaciones o exenciones de los
pobladores. Uno de los más importantes fueros de este tipo es el de Sepúlveda, que será el
modelo para otros posteriores. En Aragón tenemos también el fuero de Jaca (1062).

Los fueros extensos: son mucho más extensos y recientes. Tienden a ser sistemáticos y
exhaustivos, tanto que tratan de recoger el derecho en todas sus facetas. Algunos famosos son
el de Cuenca (finales s. XII), que sería copiado en muchas ocasiones y será la base del llamado
Fuero Real, elaborado en el s. XIII, que se pretendía sustituir al resto de fueros (fracasaría).
Otro ejemplo es el fuero de Madrid (1202) muy conocido y estudiado.

La organización del paisaje agrario:

Las modalidades de repoblación provocarán una nueva reorganización del paisaje que supondrá
una variedad geográfica con circunstancias propias. En León y la zona galaico-portuguesa el
proceso repoblador beneficiará al estamento nobiliario y eclesiástico, por ello encontramos un
paisaje rural dominado por el latifundio y el hábitat disperso, con pequeñas poblaciones de
solariego o abadengo. Por el contrario, en la zona de Extremadura y Castilla la presura
benefició sobre todo a los campesinos, por lo que domina el minifundio y aparecen nuevas
comunidades aldeanas.

En Navarra y Aragón predominará también la pequeña propiedad, unida bien a las


comunidades aldeanas bien a un hábitat disperso de tierras montañosas. Bien es verdad que
tampoco faltaron los latifundios en las zonas del sur de estas tierras, por ser más ricas y
explotables para la Iglesia y la nobleza.

En los Condados Catalanes se produjo una situación similar. Predomina la pequeña


propiedad en las zonas pirenaicas, donde también se hizo habitual la agrupación de
campesinos en aldeas. A medida que avanzamos hacia el sur (Rosellón y Ampurias)
predominan los latifundios nobiliarios y eclesiásticos.
TEMA 13. VIDA ECONOMICA Y ORGANIZACIÓN SOCIAL DE LOS NUCLES
CRISTIANOS

Las fuentes hasta el siglo X son escasas y a veces contradictorias y ha generado interpretaciones
disparen entre los historiadores. Desde el siglo X el problema de las fuentes empieza a
resolverse y a partir del siglo XI aumenta la masa documental y sobre todo en el s. XII.

La vida económica: la agricultura y ganadería:

La actividad económica más destacada seguirá siendo la agricultura, profundamente ruralizada.


Esta afirmación será realmente efectiva a partir del siglo X, con el aumento de las fronteras
hacia el sur y la consiguiente explotación de nuevas tierras y viñedos. Pero en el siglo VIII y IX
posiblemente fue la ganadería la principal fuente de producción, pues siguiendo las
características de asentamiendo de los nñucleos de resistencia no eran especialmente fértiles, sin
una especial buena climatología y terreno escarpado, aprovechable sobre todo para el ganado.
Pero como hemos dicho a raíz de la reconquista y la expansiond esde el siglo X cambiará las
cosas y la agricultura pasa a un 1º plano. L aactividad agrícola experimenta un cambio muy
importante, pues hatsa entonces es de subsistencia y con un nivel paupérrimo. Desde el siglo X
los beneficios son mayores y se completa este proceso durante los siglos XI y XII.

Agricultura y ganadería se desarrollan en las mismas explotaciones, y encontramos minifundios


y latifundios. La situación de unos y otros es general en casi todo el Occ. Europeo. Los
latifundios se divide entre la reserva señorial (corte, quintana) cultivada por mano de obra
esclava y campesinos libres que trabajaban por un jornal o recurriendo a las corbeas que debían
los campesinos ue viven en el señorío, que varían en función del señorío. Las reservas empiezan
a desmembrarse a paritr del siglo XII y a parcelarse para entregarlas en arrendamientos para
obtener mayores beneficios económicos.

Las péqueñas propiedades se mueven en condiciones similares. Explotaciones normalmente


familiares que sufrira´n mayores dificultades en su defensa y la competencia de los latifundios.

Los cultivos siguen siendo los mismo del conjunto europeo. Son cultivos con gran influencia de
los cambios de la vida agrícola de la reconquista y la repoblación. En un 1º mom los cultivos se
centran en cereales pobres (no trigo) como la cebada (humanos), la avena (animales y
fabricación de cerveza) y la escanda(ni siquiera se puede panificar, se consume en tortas).
Tambien cultivo del viñedo, vinculado con los oficios religiosos, pues en general lo que se
consume más la sidra. Se cultiva en los valles más soleados y con mejroes condiciones. A todo
se añaden arboles frutales como manzanos perales y que permiten fruta y conservas que duran
mucho tiempo. Finalmente tmb horticultura con huertos junto a las aldeas, que permitían variar
algo la dieta común.

Con la reconquista se introducen nuevos cultivos como el trigo en grandes cantidades, el viñedo
y el olivo, que supone un cambio en los usos alimenticios. Ahora se usa el aceite tmb para
cocinar, no solo la manteca y el sebo. La reconquista y la repoblación también supuso la
incorporación de tierras de regadío que suele llevar consigo la incorporación de trabajadores
musulmanes que son los que manejan y conocen el sistema.
La ganadería se desarrolla en las mismas explotaciones agrícolas. En este momento ya tiene un
doble carácter de establo y campo abierto, ésta última la más frecuente por las facilidades
(menos de mano de obra y mayores espacios abiertos). La vida ganadera está destinada sobre
todo a la cría de ovejas y cabras a lo largo de estos siglos, pues son animales que tienen pocas
exigencias para su pastoreo, al igual que escasa mano de obra. Eran animales fácilmente
retirables en momentos de peligro y además eran muy rentables por ser aprovechable su carne,
leche y lana. Los pequeños propietarios predominan las cabras frente a las ovejas de los grandes
latifundios. La ganadería vacuna es mucho más exigente que la ovina y caprina. Los bueyes
eran importantes, aunque escasos, pero es común una pareja de bueyes entre los campesinos
como animal de tiro y productor de leche.

La ganaderñia caballar destinada sobre todo a la guerra, junto con mulas para transporte (los
caballeros tienen prohibido montar en mula, para hacerlo deben pedir permiso al rey) de damas,
eclesiásticos y los villanos. Ganadería porcina muy importante, a pesar de que las fuetnes
apenas hacen referencia a la misma, pero sabemos de su importancia por los testimonios
arqueológicos, con un cerdo como minimo por casa campesina. Es importante porque supone
grandes posibildiades alimenticias, pues se aprovecha todo y a veces puede conservarse algún
tiempo. A todo ello se suma la avicultura (huevos sobre todo pero también carne) y apicultura.

El calendario agrícola se repite una y otra vez en la iconografía medieval de esos tiempos, con
representaciones de los meses del año relacionadas con la práctica determinada (la vendimia en
Septiembre asociada además con la fiesta de San Miguel, la ceba del cerdo en Octubre

Agricultura y ganadería se ven complementadas por la silvicultura y la pesca marítima. La


silvicultura es la explotación del bosque, que genera variados recursos económicos, cada
comunidad aldeana tiene un territorio comunitario de monte y bosque de la ciudad o de la
comunidad. Existían reglas y normas de uso. (En Madrid esta zona es la Dehesa de la Vida).
Genera recolección de alimentos que a veces supone la supervivencia en tiempos difíciles,
destacando el piñoneo. El bosque también permite una pesca fluvial que será el complemento
para aquellos días de ayuno cristiano. La caza igualmente se practica, estableciendo
diferenciacionos: la caza mayor queda reservada a la realeza y nobleza, mientras que la menos
qued para los villanos y plebeyos. También del bosque se aprovecha la madera como
combustible y material de construcción.

Las pesca marítima tenemos datos bastantes desde el siglo XII, momento en que que esta
actividad se encuetnra en auge y que seguirá creciendo con los siglos. Su impulso esta
relacionado con la creación de nuevos puertos pesqueros en este mismo siglo XII, y a ello se
suma su función comercial, como los puertos de San Sebastián, Santoña, Avilés, etc. Una caza
de ballena estaba establecida en mar adentro, una navegacionde altura con chalupas movidas a
remo y que suponía un gran esfuerzo para luchar con el animal y arrastrarlo después hasta la
costa para despedazarlo. En tierra se aprovecha sus huesos, su carne. La caza de la ballena se
extiende desde la cornisa cantábrica hasta las Islas Británicas.

LA ARTESANÍA Y EL COMERCIO

La producción artesanal de los nucleos cristianos en este periodo, hasta el siglo XI tendrá una
escasa importancia y se desarrollaba habitualmente en el ammbito rural, y no eran artesanos
especializados, sino que habitualmente son los propios campesinos, que se dedicaban a ello en
el tiempo libre que les permitía la agricultura. Las pocas excepciones son algunas actividades
artesanales de lujo, en cuyo casi sí había artesanos especializacos, como la orfebrería o la
eboraria. Son actividades que precisas de una profesionalidad del artesano y un utillaque
especializaco, como el de los herreros, imprescindibles durante toda la edad media. Hasta el
siglo XI predomina pues los objetos artesanales imprescindibles de la vida cotidiana fabricados
por estos campesinos en tiempos libres, son piezas de baja calidad técnica destinadas a la
practicidad y no a la ornamentación, destinada al autoconsumo. Estas piezas a veces eran objeto
de contraventa.

A partir del siglo XI empieza adesarrollarse una artesanía especializada, ya no por agriultores
sino protagonizada por artesanos especializados que frabricaban objetos destinados a la venta.
Trabajaban casi siempre en el mundo urbano, en las tiendas-taller que a la vez era vivienda
(parte supeior). Son unos productos mucho mas elaborados. Entre los artesanos encontramos
muchos judíos, la mayoría de los judíos de los nucleos cristianos eran de echo artesanos
especializados, por ello en parte serán bien recibidos en estas tierras. A lo largo del siglo XI y
XII encontramos además algunas actividades artesanales que están empezando a destacar hasta
alcanzar casi un carácter fabril, con talleres con un gran nñumero de trabajadores y de
producción en masa. Esta actividad es la textil, que trasciende el nivel local, con una
elaboración rica de paños destinados al consumo interior del reino y para el extranjero.

El comercio sigue un proceso similar, pues hasta el siglo X podemos ver una actividad
comercial que continua el plan anterior, si bien bastante limitada aun asi, ligada a los mercados
locales donde se intercambian objetos de primera necesidad, casi siempre por trueque. Se
realizaba en las grandes centros urbanos o los grandes monasterios, que se lucraban de este
mercado. A partir del siglo X hay una cierta activación del comercio a raíz de las nuevas
circunstancias: la existencia de nuevos excedentes agrícolas debido a la mayor producción, la
presencia de ciudades de cierta importancia como Leon, Pamplona, Oviedo, Burgos, etc, que se
convierten en lugares de demanda comercial y finalmente la presencia de una nobleza cada vez
más poderosa y rica, que tiene cada vez mas ansia de objetos de lujo y suntuarios. Todo ello
produce el impulso del comercio a partir del siglo X, lo cual supone que las poblaciones mas
importantes tengan ahora tiendas fijas (tiendas taller), celebraciones de mercados semanales que
se convierten en punto de encuentro entre los ciudadanos y los campesunos rurales, en espacios
urbanos amplios normalmente junto a la Iglesia como protectora de la misma.

Tambien se impulsa el comercio a larga distancia, en el que destacan los comerciantes judíos.
Estos comerciantes permitieron la creación de un eje comercial en la PI norte-sur entre
cristianos y musulmanes, los judíos se movían en este eje con fluidez por su conocimiento de las
lenguas y el apoyo que le otorgaban sus correligionarios en ambas zonas (normalmente acuden
a centros judíos). Desde la España cristiana llevaban materias primas y traian del sur productos
de lujo como sedas, joyas y perfumes. El camino de estos comerciantes no acababa en las tierras
peninsulares, sino que algunos atravesaban los pirineos. Algunos llevaron a cabo grandes viajes
de miles de kilomtros como Benjamín de Tudela, un comerciante (posiblemente tratante de
piedras preciosas) que a través de su relato sabemos que visito unas 190 ciudades de Europa y
Oriente, ofreciendo una relación de los acontecimientos políticos mas destacados, pero sobre
todo información sobre las comunidades judías con las que se relacionan, ofreciendo caracteres
sociales, demográficos, etc.

Durante el siglo XI se produce un nuevo impulso comercial, con importantes cambios. Dentro
de la península aparece un nuevo eje comercia este-oeste atravesando las tierras del norte
crristiano y muy relacionado con la ruta principal de peregrinaciones a Santiago de Compostela,
que une las tierras cristianas de la península ibérica y a estas con el mundo franco. Esto explica
el auge de algunas ciudades situadas en esta ruta. También se fue abriendo paso el comercio
marítimo, con cada vez mas presencia y rentabilidad económica. Un primer ámbito es el
mediterráneo, relacionadon el norte de áfrica, Italia y Oriente. La otra ruta será la atlántica, que
los lleva por la costa franca hasta las islas británicas.

Durante el siglo XII cuando se procede con la reconquista a veces algunas campañas tienen una
dimensión comercial, por ejemplo las campañas contra las Baleares, aunque terminaron
fracasando, que permitirían una facilidad del trafico marítimo. El desarrollo del comercio a
larga distancias propiciará la creación de las primeras ferias, de periodicidad anual o semestral y
habitualmente con un doble objetivo: la comercialización a gran escala de productos y facilitar
acuerdos de negocios entre comerciantes. Este es el caso de Belorado (115) con afluencia de
comerciantes internacionales, Valladolid (1155) o Graus (1201). Además de las primeras ferias,
supondrá la aparición de nuevos impuestos que gravarán la actividad comercia que generaban
importantes beneficios al fisco:

- Portazgo: es el pago por un derecho de paso de mercancías normalmente en las


puertas de las murallas, en puertos, vados de ríos, y pasos estrechos. Estos aranceles
se convertirán en habituales, y el gravamen muchas veces hacía referencia a la
condición del comerciante. Se pagaba este portazgo en moneda o en bienes
materiales. (Ejemplo de portazgo en fotocopia: Jaca y Pamplona). El mancuso de
oro es una moneda frecuente en el mundo cristiano que pretende imitar el dinar
musulmán. En estos momentos la moneda de oro solo es acuñada en los Condados
Catalanes. Las meajas son monedas de vellón, de poco valor económico. Solian
disponer exenciones a la nobleza y el clero, lo cual supone la participación de
ambos estamentos en el comercio.

El desarrollo del comercio traer´ça consigo un desarrollo en las vías de comunicación, necesaria
después de siglos de abandono. De modo que sobre todo desde la 2º mitad del X en adelante se
mejorarán, incrementándose en el siglo XI y aún mas en el XII. Se cuidan los caminos
tradicionales, se cuida su situación física, la señalización, etc. Pero también se les intenta
proteger del fenómeno del bandolerismo. Solía viajarse en formación de convoy y seguidos de
una escolta que les pudiera proteger. La construcción de puentes de piedra manifiestan una
mejora en la construcción desde tiempos romanos. El fenómeno peregrinador será un gran
fomento de la construcción de puentes de piedra frente al tradicional puente de barcas, muy
inestables y que no permitían el paso de transportes pesados. Muchos de ellos tienen un aspecto
de fortificación, con el fin no solo de cobrar el portazgo sino como elemento defensivo en caso
de ataque.

Finalmente es también importante el intento de acondicionar cursos fluviales para la


navegación, algo que en España toma protagonismo el Ebro. Se intenta facilitar la navegación
entre Tortosa y Tudela, con el fin de conectar Navarra con Aragon y los Condados Catalanes.

Todo este desarrollo está muy relacionado con la moneda. Esta experimentará muchos cambios
en esta etapa, pues hay una enorme diferencia entre la del siglo VIII y la del siglo XII. En el
siglo VIII su presencia es muy escasa, pues es un mundo en el que la economía y el comercio se
desarrolla mediante el trueque, con pagos en especie, aunque a veces estos pagos se valoran en
solidi o sueldos recordando el pasado romano. Pero con el paso del tiempo se empiezan a
desarrollar las monedas, pero especialmente foráneas que llegan a la PI desde el mundo
musulmán mediante el comercio o la toma de botín. También monedas francas que llegan a
través de los pirineos. Poco a poco se sentirá la necesidad de crear una moneda propia. El siglo
XI es el momento en que se da el gran inicio de la acuñación de moneda en la PI, pues todos los
territorios peninsulares cristianos empiezan a acuñarla. Esto se relaciona con el proceso de la
reconquista durante este siglo y con el cobro de parias, parte de las cuales se pagan en moneda
de oro musulmana, y será utilizada como tal entre los cristianos. En ocasiones esta moneda es
re-acuñada, de modo que se crea una nueva moneda cristianas, si bien de menor valor que el
dinar musulmán.

Las consecuencias de la acuñación de monedas: la circulación monetaria se desarrolla y


multiplica, se hace su uso cada vez mas necesario y se inicia una clara monetalización de la
economía. Un claro ejemplo es que entre finales del XI e inicios del XII las rentas agrarias de
los campesinos tienen que pagar parte en moneda, lo cual significa que el fenómeno absorbe
tmb al campesinado.

Tenemos unos pioneros: los condados catalanes. Empiezan a acuñar antes del siglo XI, a finales
del siglo X. Esto se debe a la imitación por parte de los condados hacia el mundo franco.
Aunque fueron los pioneros, en un inicio fue muy tímido y son monedas poco valiosas de cobre,
algunas piezas de plata y desde comienzos del XI de oro hacia el 1019, tras unas incirsiones en
el califato de córdoba cuyo botín de oro se reacuñará como moneda cristiana.

En el reino Navarroaragonés se inician en el siglo XI, cuyos mancusos de oro estaban


restringidos a los pagos más destacados y que fue destinado en gran parte a la tesaurización.

Los últimos en incorporarse son los castellanoleoneses, a los que les cuesta iniciar las
acuñaciones, algo raro en función de las constantes incursiones en territorio en Al-Ándalus. Será
con Alfonso VI cuando se inicia una acuñación de cobre (vellón) y plata, pero será con Alfonso
VIII cuando se inicia la acuñación de moneda de oro. Estas monedas de oro son los
morabetinos, que adquirirá una gran importancia y será muy valorada.

ORGANIZACIÓN SOCIAL:

La organización social de las tierras cristianas peninsulares entre el siglo VII y XII
queda inserta en el proceso de construcción del régimen feudal. Es un proceso generalizacio en
todo el occidente de Europa. Los medievalistas discuten sobre las caracterñisticas del
feudalismo que se dio en la PI, posiblemente con características particualres diferentes al del
otro lado de los pirineos. Esto se debe a la peculiar situcacion de las tierras cristianas
peninsulares.

Un proceso que ha suscitado bastantes dudas también por el punto de partida. ¿Dónde se
inicia y cuándo? Las dos teorías mejor fndamentadas y seguidas:

- Un grupo considera que su origen hunde sus raíces en los últimos tiempos del
Imperio Romano de Occidente, que habría continuado durante el periodo visigodo y
que se desarrollaría en las tierras al margen del territorio musulmán.

- Otros no están de acuerdo, y defienden que los orígenes habría que situarlos a partir
de la invasión musulmana y la situación que esta conllevó.

El régimen feudal tiene tiempos diferentes en cada territorio de la PI. Los pioneros son de nuevo
los condados catalanes, en función de sus estrechas relaciones con el mundo franco, donde
sdesde el año 1000 se inicia el proceso de maduración del feudalismo. Encontramos una
situación bastante similar en los Condados Catañlanes. En Navarra y Aeagón el proceso se
retrasa un poco mas en cuanto a la plenitud, que sería en la 2º mitad del siglo XI. Y las tierras
castellanoleonesas serán mas lentos, es fundamental el reinado de Alfonso Vi, momento
considerado como el de mayor maduración del feudalismo en castilla y león. El detonante para
el proceso de feudalización viene dado por los cambios propiciados por la expansión hacia el
sur a costa de Al-Ándalus, pue se desarrollas latifundios que beneficiaran a la nobleza y a la
iglesia. Tanto en Navarra-Aragón y Castilla-León tendrá también influencia la presencia de
caballeros ultrapirenaicos, sobre todo francos, que venían de un reino donde ya se había
asentado el feudalismo.

Hay que valorar tmb que desde mediados del siglo XI el monacato cluniacense estaba integrado
dentro de el proceso feudal, que tuvo también su influencia en la PI.

En el siglo XII encontramos ya un régimen señorial, que se asienta sobre una amplia masa
campesina. En la cúspide encontramos a un señor laico o eclesiástico, a cuyo margen se
encuentra también una emergente burguesía en las ciudades. A partir de este momento queda
clara la organización social estamental.

La nobleza: cuando hablamos de nobleza, debemos esclarecer que la palabra nobleza es


anacrónica, pues solo puede ser utilizada con propiedad en la PI a partir del siglo XI. Antes del
siglo XI tendríamos que hablar de aristocracia, si bien es frecuente utilizar nobleza como
sinónimo, pero no lo es. Uno de los grandes procesos sociales de este periodo es precisamente el
paso de la aristocracia (heredada de tiempos visigodos) a la nobleza bajomedieval.

Entendemos por nobleza un grupo social formado por grandes linajes familiares que ha
conseguido imponer unas líneas de sucesión y transmisión de apellidos, patrimonio, riqueza y el
poder. Todo ello vinculando la calidad de nobleza a la sangre, todo ello en unas circunstancias
que hagan que se cierre sobre si misma a los demás, para mantener su situación de privilegio y
consolidarlo. Antes del siglo XI la aristocracia engloba a todo un grupo
mediamenteheterogeneo, personas poderosas y caracterizadas por la riqueza, la cercanñia a las
autoridades, grupos de poderosos que permitñian una cierta movilidad social y donde la sangre
no aún un factor determinante.

El paso de la aristocracia a la nobleza se produce en el siglo XI, cuando la 1º empieza a


experimentar una serie de cambios. Tuvo mucho que ver la reconquista y repoblación, pues
ofrecieron nuevas posibilidades de enriquecimiento y engrandecimiento de los poderosos, que
ven aumentados además su patrimonio. Asimismo la crecience complejidad administrativa hizo
que los reyes y condes tuvieran que contar más con los miembros de la aristocracia para una
serie de funciones políticas y administrativas. El liderazgo social de la aristocracia se hará
además cada vez más evidente, al igual que el orgullo de sangre y pertenecer a una determinada
familia. Las principales características de la nobleza:

- No tiene un carácter totalmente homogéneo a pesar de ser cerrada. Encontramos


diversos grados ligados entre sí por vínculos de vasallaje, que acaban dando lugar a
la pirámide feudañ, con el rey en la cúspide seguido de la nobleza hasta los
infenzones. Las diferencias entre los campesinos y la baja nobleza son muy escasas
a escepcion de los privilegios y exenciones. Algunos nobles tienen asimismo
problemas para demostrar y manifestar su calidad, consistente en hacer gala de
ostentación económica y casi de “despilfarro”. En este sentido aparece el malhechor
feudal o el noble bandido, que aumentarán sus ingresos mediante el bandidaje con
desde sus castillos y pequeñas mesnadas. Estos caballeros se prolongan hasta el
siglo XV.

- Es un estamento social privilegiado jurídicamente, que comparte con el clero y que


les diferencian del resto de la población. Son privilegios de carácter económico
(exención de impuestos directos y otros), judicial y procesal (la condena a muerte
no puede ser infamante y otros), etc.

- La base de su poder se asienta en dos aspectos: la propiedad de la tierra y


desempeño de funciones de carácter público (cargos conferidos por los reyes para
una determinada función). La propiedad de la tierra se basa en la explotación directa
de sus grandes latifundios junto con las rentas de los campesinos que las trabajan.
Ambas características las comparte el clero, pero en el caso de la iglesia sus
funciones con espirituales y religiosas, mientras que las de la nobleza son políticas y
militares.

- Aunque no existe el mayorazgo propiamente dicho, se intenta concentrar el


patrimonio familiar en los primogénitos, con el fin de no dispersar y dividir el
patrimonio. Son estrategias de linaje que también mueve a muchos hijos
segundones a la vida religiosa, recibiendo solo una pequeña parte del patrimonio. A
las hijas para casarlas había que dotarlas, siendo la hija mayor la más preciada y con
mejor dote, mientras que las siguientes suelen tener matrimonios de menor
importancia.

En el reino astur-leonés encontramos una nobleza dividida entre alta y baja. La alta nobleza era
una minoría formada por las personas más poderosas y con grandes niveles de rentas y que
participaban activamente en la vida política, pues ostentan los cargos mas elevados de la admin
central y territorial. Dentro de la alta nobleza podemos destacar la figura de los potestas o
conde. Por debajo una baja nobleza mucho mas numerosa, con el nombre de infandones y
posteriormente en la Baja Edad Media los hidalgos. Era una nobleza mucho menos poderosa, si
bien estaban económica y políticamente por encima de los no privilegiados. Esta baja nobleza
permitia una cierta movilidad social, no como en la alta nobleza. La entrada en la baja nobleza
podía producirse por los caballeros villanos, si bien no todos, solo los mas afortunados y en
fución de un alto nivel de rentas o que destacaban en un servicio de armas. Los caballeros
villanos están dentro de la aristocracia, pero no dentro de la nobleza. La aristocracia engloba a
la nobleza y a los caballeros villanos.

En Navarra y Aragón se produjo una situación similar, la alta nobleza tenía cargos de barón, con
privilegios que le otorgaban honores de unas rentas agrarias en sus tierras. Pero había nobles de
menor importancia con el nombre frecuente de infanzones, pero en el mundo navarro se
diferenciaban poco de los pequeños campesinos ùes ellos mismos cultivaban sus tierras a pesar
de sus privilegios de exención de impuestos.

En los Condados Catalanes encontramos tmb esta división. La alta nobleza la comprenden los
que ejercían los cargos de vizcondes y vicarios, asistiendo y ayudando a los condes. Asimismo
tenemos una baja nobleza.

La caza es una de las actividades de ocio favoritas para los nobles, que además supone también
un entrenamiento militar. Se practica sobre todo la caza mayor, pero también la menor es
frecuente. Los nobles también tiene que parecerlo, por ello los nobles más domesticados vivirán
en palacios (castillos fortificados normalmente), si bien hasta el siglo XII son escasas. Esto
suponía una ostentación de poder en todos los sentidos, incluso como amenaza al poder del rey.

EL CLERO:

Era también un estamento privilegiado, pese a a su importante grado de variedad interna. Por un
lado diferenciamos secular y regular, por otro alto y bajo clero. El clero secular tiene un mayor
poder. El bajo clero actua como párrocos frente al alto clero desde el canónigo de la catedral
hasta el arzobispo.

El alto clero estaba claramente controlada por la monarquía y la nobleza, independientemente


del derecho canónico y los deseos pontificios, que no se respetan hasta bien entrado el siglo XI
con la reforma gregoriano, momento en el que surgen conflictos en el nombramiento de
prelados y obispos. Estas altas jerarquías están compuestas por los hijos de los nobles,
desviados por sus padres para evitar la dispersión del patrimonio, buscando además cotas de
poder dentro de las Iglesia. Por ello el alto clero se mantiente muy ligado a la nobleza en las
formas de vida. Posiblemente unos de los principales problemas es la evidente falta de
vocación, pues es su mayoría integran en el clero por necesidad o por intereses. Estas lacras del
clero se critican hasta el siglo XI, por ello los papas intentaran poner orden. La simonía se le
llama a la compraventa de los cargos eclesiásticos, aberrante para el derecho canónigo pero muy
frecuente entre los nobles, que buscan los beneficios que esto supone. La reforma gregoriana
luchará contra esto. El nicolaismo se debe al papa Nicolás II (es quien lo combate), una
costumbre muy asentada entre alto y bajo clero de vivir emancepado, viviendo con amantes y
teniendo hijos a los que intentaban que sucedieran su cargo.

El bajo clero esta muy próximo al campesinado, normalmente sus miembros son de sectores
campesinos.Hablamos de los monjes de los monasterios y de los párrocos, especialmente de las
parroquias rurales, que seguían el paso de las “iglesias propias”. Muchas veces con nivel
económico muy precario, hasta el punto de que muchos tenían que cultivar con sus manos las
tierras de la parroquia o a cobrar a los campesinos algunos servicios religiosos. EN general eran
bastante incultos, lo cual daba problemas en sus funciones litúrgicas. También muchos de ellos
practicaban el nicolaismo. La reforma gregriana también pretende reformar al bajo clero.

Gran relevancia que en esta etapa adqueiren los monasterios, que en los siglos X y XI se
multiplican por la PI. Relebancia religiosa pero tmb económica, pues serán agentes económicos
por su condición de latifundistas y su participación en la repoblación, muchas veces
sobresaliente. Tambien sufren cambios muy importantes. Desde el siglo X se esta imponiendo el
monacato benedictino en detrimento del monacado peninsular del pasado visigodo. En el siglo
XI se introduce la orden de Cluny, y en el siglo XII es sustituido por el Cister, cuyos
monasterios aislados y alejados del punto de población serán muy importantes en la repoblación
de tierras deshabitadas, pues en torno al nuevo monasterio se organiza una población.

LOS NO PRIVILEGIADOS:

Situación muy heterogénea, primero porque dentro de esta clase hay tanto hombres libres como
esclavos y semilibres o siervos. Este tipo de situaciones son sobre todo en el mundo rural, en las
ciudades son fundamentalmente hombres libres. Heterogéneo tmb en cuando a la vida en el
campo y la ciudad y finalmente heterogéneo por la diferencia económica de cada individuo.

Por un lado tenemos la población campesina:


Formaban el grueso se la población general. Habñia diferencias jurídicas entre ellos, cuya
principal diferencia la marca la capacidad o incapacidad de abandonar la tierra que se trabajabay
si en el caso de poder suponían condiciones o no. Acabó creándose una cierta confusión por las
modificaciones a lo largo del tiempo, también hay una amplia terminología para cada situación
individual, que a veces no somos capaces de diferenciar. Podemos decir que hay un doble
porceso. Hasta el siglo X hay un incremento de la presión de la aristocracia y la iglesia sobre los
campesinos que trabajaban sus tierras mediante rentas agrarias y una minusvaloración de los
campesinos libres igualándoles a los no libres.

A paritr del siglo X los señores empiezan a aflojar la presión y conceden una mayor iniciativa a
los campesinos, pues ello les beneficia tmb a ellos. Hay una especie de liberación del
campesinado, pues empiezan a recibir en masa la condición de libres. Esto es un proceso
general del occidente europeo.

Hasta finales del X es frecuente la encomendación, a veces en condiciones ventajosas, como la


encomendación “benefactoría” o “behetría”. Esta encomendación es característica es típica del
mundo castellano leones. La behetría es también la tierra (además del tipo de encomendación)
en la que el campesino podía elegir su señor de forma libre (behetría de mar a mar) o a veces se
ve obligado a escoger entre los varones de una familia (behetría de linaje). Esta ultima era mas
frecuente. Las behetrías tienen un carácter colectivo, afecta a una aldea concreta y completa.
Además estas behetrías son de carácter hereditario. Es una encomendación favorable para los
campesinos.

Los habitantes de las ciudades o burgueses:

Su existencia se debe al fenómeno de renacimiento urbano que se esta llevando a cabo desde el
siglo X y XI en el occidente europeo. Este florecimiento se intensifica en el siglo XI, en relación
con el camino de santigo, lo que supone un gran despliegue urbanizador en torno a la ruta. Pero
también se produce en general en las tierras cristianas de la PI, marcando un cambio radical
frente al pasado del panoramaba casi absolutamente rural. Ahora estas renacientes ciudades son
muchas veces antiguas aldeas campesinas transformadas por el proceso reconquistador y
repoblacdor, impulsadas además por una expansión económica general del occ europeo. Muchas
son antiguas sedes episcopales, que por ese motivo habían mantenido la condición de ciudades a
pesar de la poca actividad hasta el siglo X. También ciudades con un claro sesgo político,
administrativo y militar. En ambas clases será muy significativo la formación de arrabales o
barrios extramuros, muy significativos a parit del siglo XI, en ciudades como S. de Compostela,
Leon, Pamplona.

Por otro lado hablamos también de ciudades de nueva planta, en lugares donde se produce
aglutinación de población en fortalezas y castillos buscando la portección frente a los ataques
musulmanes y dando asi origen a ciudades. En general se les deba el nombre genérico de
burgos. El modelo más arquetípico es precisamente Burgos. EN la PI podemos diferenciar
villas(menores) y ciudades propiamente dichas (grandes).

Muchas de estas ciudades se prolongan en la historia hasta hoy dia como Burgos, pero otras no
triunfaron a pesar de aspirar a un gran futuro.

Aspectos de las ciudades y villas:

- Mayor densidad de población en ciudades


- Presencia de actividad artesanal y comercial

- Existencia de una cierta autonomía jurídica que se manifiesta en los fueros y cartas
pueblas que se ejerce desde el concejo. Tambien una cierta capacidad de organizar
el territorio circundante, muy claro en ciudades que son cabeza de comunidades de
villa y tierra, pero todas las ciudades tienen un término que la rodea y en ese
termino ejercen su poder.

Por todo ello la importancia de la ciudad significó un verdadero polo de atracción para la
población rural.

El tipo de población que atraen la ciudades es en parte extranjera a raíz de la peregrinación


religiosa a Santiago de Compostela y que deciden asentarse. Estas ciudades les ofrecen una
forma de medrar social y económicamente. Estos extranjeros son en su mayoría francos por la
cercanía, que muchas veces se instalan en barrios específicos para la población franca. También
encontramos ene stos barrios a no exactamente francos, sino de zonas más alejadas, pero que se
les denomina de forma genérica como francos. Estos barrios destaca las actividades artesanales
y comerciales, algo tan importante que era habitual que estos barrios tuvieran privilegios y
beneficios fiscales que apoyaran su expansión económica. Por ello el nombre de “franco” pasó a
ser sinónimo de hombre libre privilegiado. Serán bastante grandes cuantitativamente y
cualitativamente, pero con el paso del tiempo se fueron diluyendo, aun así han dejado huellas en
los nombres de las calles (como la Calle de los Francos en S. de Compostela). A veces los
barrios de población nativa exigieron y consiguieron de las autoridades los mismos privilegios
que se les concedieron a los barrios francos.

También swe ejerce una fuerza de atracción sobre la población campesina, que al igual que los
extranjeros acuden en busca de nuevas oportunidades, pues son en muchos casos pequeños
propietarios arruinados o que han considerado más favorable instalarse en la ciudad. EN otros
casos son siervos huidos y fugados que han acudido a las ciudades en usca de una libertad
personal a la vez que nuevas oportunidades laborales.

La ciudad no siempre otorgaba las oportunidades esperadas para estas gentes, pero en muchos
casos estos siervos llegan a ostentar un significado relieve dentro de la ciudad. Pero siempre
queda una cierta bolsa de población desarraigada en la ciudad, de extracción campesina,que
muchas veces acaba en la marginalidad económica y en otros casos marginalidad total. Hasta el
siglo XIV es difícil encontrar esta situación en e campo, pues existe una solidaridad mutua, una
“Miseria compartida”, pero sin embargo en las ciudades si reconocemos esa situación, pues no
tienen elementos en los que apoyarse.

Estos mendigos urbanos serán divididos por categorías:

Los pobres de solemnidad: pobres porque no tienen otra salida por circunstancias personales,
que no tienen como ganarse el sustento. Muchas veces estaban perfectamente reconocidos con
un listado de ellos y se les otorgaba una licencia de mendicidad, para que no supusiera esta
practica una causa de persecución de la población. Además los ricos de las ciudades de alguna
forma aportando dinero a estos mendigos se limpiaban la conciencia y se ganaban el dielo.

Los pobres vergonzantes: personas normales y corrientes no marginados pero que por
circunstancias durante una temporada no tenían mas opción que mendigar para sobrevivir. Por
ejemplo cuando el cabeza de familia no puede trabajar, su familia entraba en un estatus de
“vergüenza” en la pobreza. A través de las iglesias se entregaban unas limosnas con el fin de
que no se hicieran públicas, al igual que burgueses o personajes adinerados que con discreccion
ayudaban a esta familia.

Los mendigos pícaros : son aquellos que están en facultad de trabajar pero que viven de la
caridad publica por la cara. Estos se enfrentaban a una persecución pública y policíal, con penas
bastante duras pues no se deseaba tolerar situaciones d este tipo.

A ellos hay que sumarle un conjunto de delincuentes, que se dedican a la delincuencia, con
presencia en las ciudades desde la plena edad media, muchas veces asignadas a los “Malos
barrios”, donde la presencia de pícaros, delincuentes, jugadores (tabernas) son frecuentes al
igual que los burdeles. En Madrid este barrio se concentraba en torno a las actuales calles de
Carmen y Preciados.(en la plaza de Puerta Cerrada era una puerta de la ciudad, mal controlada y
por donde solían escapar los bandidos y delincuentes, por lo cual se tapió).

Esta bolsa de población marginal aparece ya en el siglo XI y con el tiempo se hace mayor,
especialmente tras la crisis del siglo XIV y en el siglo XV.

Los grupos sociales del mundo urbano:

Abundante predominio de artesanos y comerciantes, con presencia destacadísima en calidad y


cantidad. Se dan cita en las ciudades ocupando barrios bien diferenciados, normalmente se
agrupan por sectores (zapateros, toneleros, plateros entre los artesanos, y al igual con los
comerciantes). Estos artesantos y comerciantes tienen situaciones económicas muy diversas,
desde el que ostenta gran rpestigio social y enriquecimiento, hasta aquellos que apenas logran
mantener su negocio.

Tambien unos campesinos, en general pequeños propietarios en campos de la proximidad de la


ciudad. En lugar de vivir en el campo se instalan en la propia ciudad para beneficiarse de lo que
supone ser vecino en la ciudad.

En esta misma situación encontramos a miembros de la baja nobleza, a raíz de su expansión


económica.

La alta nobleza también acude en función de acercarse a centros del poder político y
administrativo, al igual que por el propio prestigio de las ciudades. Todo ello se suma a la
importancia de la caballeria villana (tema anterior).

Asimismo hay una presencia importante de eclesiásticos, destacada sobre todo en las sedes
episcopales, donde se asienta el obispo, el cabildo de canónigos y una serie de eclesíasticos. La
importancia del clero radica en las parroquias como organización de la estructura urbana, pues
es habtual que la ciudad se divida en distritos o -.--- que coinciden con las parroquias.
Finalmente aunque su presencia es escasa hasta la Baja Edad Media, encotnramos profesionales
liberales, que aumentan desde el siglo XIII en adelante: profesores, expertos en derecho,
médicos.

Muchas veces estas ciudades son escenario de conflictos sociales, especialmente a partir del
siglo XII. A lo largo de este siglo se hace presente en varias ciudades del camino de Santiago.
Se trata de una lucha de carácter antiseñorial, y son dadas sobre todo en ciudades de señorío
eclesíastico (de un obispo o abad). Se trata de una lucha de los burqueses por desembarazarse de
la tutela de esta autoridad señorial, y de obtener además una mayor autonomía en sus intereses.
Dos grandes revueltas: la de Sagún (1111), los burgueses se rebelan contra el abad para una
mayor autonomía para unas mejores condiciones de vida y económicas. Mas importante fue en
santiado de Compostela en 1116, donde los burgueses suchan contra la tutela del obispo
Jelmírez de Santiago, que pretendía afirmar su tutela sobre la ciudad. Se revelan en un momento
en el que el obispo y Urraca estaban en conflicto y esta apoyó la revuelta, aunque después se
reconciliaron y la revuelta tmb fue contra la reina.

LAS MINORIAS RELIGIOSAS: LOS JUDIOS Y MUDEJARES

Judios:

Importante presencia desde el siglo XI de comunidades judías en el norte cristiano peninsular.


Esta unde sus raíces en el pasado, ya conocemos presencia de algunas comunidades desde el
siglo IX, como la existencia de judíos en comunidades de Barcelona, Gerona. En el siglo X ya
es evidente su aumento, en localidades como las anteriores junto con Leon, Pamplona, Nájera,
etc. Algunos historiadores se preguntan si no hubo una cierta continuidad entre la presenca judía
en la España visigoda y la de este momento.

Muchas veces esta presencia aumenta a raíz de la intransigencia de los muslmanes en Al-
Andalus, lo que porpiciara su diseminación hacia el norte. Del mismo modo que el samino de
Santiago atrajo a cristianos extranjeros, también algunos judíos que venían no a peregrinar pero
sabían que estas ciudades se esta produciendo un claro desarrollo económico.

Tambien hubo movilidad entre la propias comunidades peninsulares buscando progreso. A


partir del siglo XI su presencia es imprescindible, entre los que hay artesanos especializados,
comerciantes a corta y larga distancia, y prestamistas, una actividad que tenía una enorme
importancia entre ciudades en crecimiento económico. En este sentido los judíos tenían cierta
liquidez monetaria que les permitia participar de forma directa.

Pero la Iglesia persigue la usura entre los cristianos por lo que se convierte el crédito con
intereses en monopolio hebreo. Los interses son en ocasiones hasta el 30%, pero hay que contar
con el peligro que supone en aquel momento realizar el préstamo. De este modo se convierten
en fundamentales.

A pesar de los tópicos sobre los judíos como ricos y prestamistas, la mayor parte de la población
judía se asimila con las clases medias comerciantes y artesanos, y muchas veces como
agricultores (muchos propietarios de viñas circundantes a la ciudad).

Se benefician de la protección de las autoridades, pero a cambio pagan unos tributos mucho mas
elevados que el de los cristianos. Ademas junto a la recaudación ordinaria hay un impuesto
extraordinario ante el que poco podían hacer para negarse. La presencia del antijudaismo es
bastante claro. La convivencia de las 3 culturas es un mito, se trata de una tolerancia necesaria.
El antijudaismo fue en aumento, sobre todo en la Baja Edad Media. Por ello se tendrán que
enfrentar al recelo popular cristiano. Muchas veces este recelo se motivaba por connotaciones
religiosas, pues es considerado como deicidas algo que se echa en cara constantemente, si bien
la concepción de San Agustin del trato de los judíos se había impuesto: ante la pregunta de
cómo actuar ante los cristianos, San Agustin afirma que hay que tolerarlos para mantenerlos
como recuerdo de la revelación. Tambien afirma que uno de los rasgos del fin de los tiempos
será que todos los judíos se convertirán al cristianismo. A finales del siglo XI esta concecpion
ya empieza a resquebrajarse a raíz del fenómeno cruzado, cuando los judíos son visto de otra
manera, pues se consideran a los judíos como infieles similares a los que se combaten en Tierra
Santa. De hecho al primera cruzada es habitual asaltar a las juderías que encuentran en su
camino a Jerusalen.

Al motivo religioso se le añade el del idioma. Los judíos conocen latin, los idiomas romances y
su propio idioma que los cristianos no entendía, lo cual generaba muchos recelos. A todo ello se
suman sus priopios usos y costumbres (vestimenta, comida, actividades crediticias, etc.) algo
que choca en un mundo donde la Iglesia intenta mantener una diferenciación clara entre judíos y
cristianos.

Los tumultos antijudios no fueron aun asi demasiado frecuetnes. Serra al final de la edad media
cuando alcancen grandes cotas. El 1º a partir del siglo VIII es el de 1035 de _______. Suelen
coincidir con momentos de crisis y complejas, como los que hubo en las tierras
castellanoleonesas en los últimos años de Alfonso VI (problema sucesorio y tensión).

Los hebreos habitan en juderías, habituales en los nuvleos urbanos, y también en algunas
poblaciones rurales. Los recintos o barrios donde se agrupa la población jud´ñia son una medida
de autoprotección frente al recelo cristiano y para mantener una solidaridad mutua. A veces se
rodean de empalizadas, con doble utilidad: protegen a los judíos de los ataques cristianos, pero
tmb para controlarles a ellos mejor. La judería solia estar junto al castillo, como en Burgos para
la protección del señor. Otras veces junto a Catedrales.

Las juderías también hay que sumarles las aljamas, que no son sinónimos. Las aljamas son las
instituciones mas destacadas del mundo judñio en las sociedad cristiana. Son instituciones con
identidad jurídica reconodica, en ella se agrupan todos los judíos de una judería, o se agrupan
los judíos de varias juderías. Si una judería es pequeña, se une a otras para dar lugar a una
aljama. Ejemplo: en Toledo los judíos tenían una aljama, mientras en las comunidades
colindantes debían unirse 3 o 4 juderias para formar una aljama.

Tenian autonmía plena por la existencia de unas ordenanzas denominadas “taqqanot”, unas
normas que eran creadas y decididas por los rabinos. Cada aljama tiene sus propios oficiales, su
propio cuerpo legislativo (claro carácter rabínico) y su propio tribunal de justicia que actuaba
internamente en la aljama y con autonomía como para condenar a muerte a los judíos
denominados “malsínes”, un judío que a actuado como delator o vejador de un miembro judío
de la aljama. Finalmente capacidad para recaudar tributos, en un doble sentido: con ellos se
sostiene la propia aljama y sus magstrados, y también para repartir y recoger los tributos que se
pagaban a las autoridades cristianas. Solo quedaban al amrjen de la aljama los judíos de mas
relive, por tener privilegio reales y porque no querían quedar bajo su organización y justicia.
Esto produjo tensiones entre las comunidades judías, pues salirse de la aljama era algo bastante
mal aceptado por los miembros.

Hay pocas conversiones al cristianismo, pero generalmente son por convencimiento propio y no
se duda de su sinceridad. Sin embargo cualitativamente son importantes, porque estos conversos
acaban muchas veces destacándose por su lucha de intentar que sus antiguos correligionarios
sigan su camino. Muchos ingresan en el clero y se dedican a atraerlos y presionarlos. Aunque a
partir del siglo XIII será mas destacados, en el siglo XII ya tenemos, como Pedro Alfonso, uno
de los grandes intelectuales de los primeros años del XII. Era aragonés que se bautizó en el
1106, con padrino a Alfonso I el Batallador (rey aragonés), pues en ese momento ya era un
hombre de extensa fama. A partir de entonces ingresa en la Iglesia y tendrá una gran función
como intelectual, con obras como “Diálogos contra los judíos”, en la que fustiga y critica a los
judíos con el fin de convertirlos. Sobre esta obra se centra gran parte de la polémica antijudía
posterior, marcando un precedente para otras obras de posteriores conversos que siguen su
ejemplo.

MUDEJARES

Los musulmanes que viven bajo autoridad cristiana son los denominados mudéjares. No debe
confundirese con los moriscos, que son cristianos, en su mayoría criptomusulmanes. Una vez
las tierras son conquistadas por los cristianos, su presencia será muy infrecuente, con muy poca
cabida en estas tierras, salvo pocas escepxiones, como los cautivos en el campo de batalla que
sobreviven en condición de esclavos, si bien hasta el siglo XI no son frecuentes a raíz de que es
infrecuente dejar vivos a los capturados en el campo de batalla, q normalmente son ejecutados.

Cuandos e toma la cudad de Toledo en la que había una gran población musulmana se llevarán a
cabo pactos concretos que les permitirán quedarse a gran parte de la población bajo un régimen
fiscal especial, tmb se les permite conservar algunas mezquitas. Aquí encontramos el
nacimiento de unas primeras comundades mudéjares, seguramente algunas anteriores a las de
Toledo, como Madrid (conqusitada hacia 1083) con pactos que le permitieron a parte de la
población musulmana de la ciudad y supondrá tmb una mezquita abierta junto a una
considerable comunidad de mudéjares.

Estas comunidades van a vivir en morerías, que tienen el mismo carácter que las juderías,
barrios en a que se acumula la población mudéjar, de las que tenemos huellas como la Calle de
la morería de Madrid o la Puerta de Moros que permitían el acceso a la morería.

En la morería vivian protegidos por las autoridades de los posibles tutmultos de los cristianos,
pero al mismo tiempo están vigilados. Siempre estuvieron muy vigiladas por su potencial de
peligrosidad, a modo de caballo de troya que se aliarían con los musulmanes del sur. Sobre todo
serán especialmente vigilados a medida que la reconquista avanza hacia el sur para evitar
problemas mayores. Por un lado la mayoría eran agricultores, mediante algún pacto que les
permitia conservar las tierras que ya poseían, además las zonas de regadío necesitaban de sus
conocimientos y trabajo para ser explotadas de forma favorable (sobre todo en Valencia y
Levante), tanto que algunas comunidades rurales estaba formada casi en exclusiva por
mudéjares. Otra parte de ellos eran artesanos, con lo que mantienen parte de la artesanía y los
trabajos anteriores a la reconquista. Estos artesanos destacan los alarifes, albañiles
especializados empleados para erigir casas nobles y palacios incluso iglesias, han dejado una
huella muy importante en la arquitectura mudéjar.

TEMA 14: INSTITUCIONES, VIDA RELIGIOSA Y CULTURA DE LOS NÚCLEOS


CRISTIANOS

LA MONARQUÍA

Al frente de los diversos núcleos cristianos de resistencia frente al Islam, y como sus
autoridades supremas, se situaron indistintamente condes (caso de los condados catalanes que se
fueron articulando en torno al condado de Barcelona hasta que se unieron al mundo aragonés
para dar lugar al Reino de Aragón) o reyes, aunque esto último fue lo mas habitual. EN la teoría,
hay una firmeza de la concepcion publica del poder monárquico, posiblemente más firme que la
que hay en el resto del Occidente europeo, posiblemente en relación con la invasión y presencia
musulmana en la PI y por la herencia visigoda rememorada con el neogoticismo. En la práctica
el poder monárquico tiende a ser débil, con excepciones de monarcas que son capaces de tomar
las riendas del reino con mano férrea. Pero en general necesita apoyarse en las aristocrcias (laica
y eclesiásticas) en un momento en el que éstas tienden a ser bastante levantiscas. Pese a todo
esto las monarquías peninsulares evolucionaron hacia las monarquías feudales, que se hacen
evidentes a partir del siglo X, que se produjo en paralelo con la evolución del régimen señorial.
Ambos procesos llegan a su madurez en el mismo momento prácticamente. La meta final de
este proceso es el pacto tácito entre la realeza y la nobleza y el clero, mediante el cual el rey se
alza como cabeza del reino, pero apoyándose en el apoyo de los aristócratas.

La monarquía tiene carácter hereditario, pero con ciertas resistencias, pues siempre se recuerda
el pasado visigodo y su carácter electivo. En cualquier caso se acaba imponiendo el carácter
hereditario, si bien en el principio el derecho de primogenitura no es inquebrantable. Al final se
impuso la primogenitura al igual que se fue abandonando la concepción patrimonial del reino.

El rey tenia la regia potestas, el poder supremo en todos los sentidos: político, caudillo militar
por excelencia, juez supremo y principal legislador. Si bien esto se ve modificado en la practica.

El poder de los reyes quedan manifestados en una resie de elementos:

- Unción regia: fundamental a la hora de tomar el poder, al igual que los pasados
visigodos. El poder real de este modo llega de dios hasta su elegido.

- La corona: símbolo de la realeza

- El cetro: igual

- La espada: nos recuerda su función como caudillo militar y de jueces supremos.

ADMINISTRACION CENTRAL

No es una terminología muy sincrónica “admin central” para estos reinos del momento. Los
instrumentos de gobierno y gobernación fueron muy rudimentarios por diversos motivos:
urgencia de las necesidades militares (a veces defender la propia existencia), la constante
movilidad del monarca por todo el territorio para asegurar la defensa (incluso para aquellos
reinos que tienen una capital central), solo a partir de la conquista de Toledo para Castilla-León
y Zaragoza para Aragón.

A pesar de todo estaban auxiliados los reyes por unos consejeros laicos (carácter militar) y
eclesiásticos (para el resto del gobierno y admin). Entre los eclsiásticos son altas jerarquías de la
iglesia y de los laicos son los miembros de la aristocracia 1º y la nobleza después. Esta curia o
corte real es el palatium regis, donde tmb había otros oficiales palatinos como el alférez (oficial
muy iomportante por comandar la guardia personal del rey) el notarius regis ( laico encargado
de la expedición de la documentación en nombre del rey, normalmente eclesíastico) un
maiordomus (al frente de la casa del rey, encargado del funcionamiento de la hacienda regia).

A todo ello se le suma el concilium o curia plena a partir del siglo XI, con la reunión de los
nobles y eclesiásticos mas relevantes del momento. Empieza a reunirse cuando empieza a
consolidarse las monarquías feudales. De alguna forma se le da participación al clero y la
nobleza en la organización y política del reino. EN León lo encontramos en 1017 y en Coyanza
en 1055. Es el antecedentes de las futuras Cortes, que las primeras son del siglo XII, en las que
participa el estado llano representado por procuradores que envían las diversas ciudades del
reino.

ADMINISTRACION TERRITORIAL

Igualmente es cuestionable hablar de administración territorial, por ser igualmente muy


rudimentaria. Suponía la división del reino en distritos, con dversos nombres en función de cada
reino y época. Con frecuencia se dice mandaciones, tenencias, honores (Aragón), merindades
(Castilla León). Estos distritos tienen en común su pequeño tamaño, por ser reinos con pequeño
tamaño igualmente. Se articulan estos distritos en torno lugares fortificados, donde estaban los
delegados reales que actuaban como vicarios del rey, don difersos nombres como potestates,
comites, vizcondes, barones, pero en todos los casos también se usa iudices. Tenían varios
poderes y podían ser tanto magnates laicos como eclesiásticos (obispo, abad,que están al frente
de una diócesis, etc). Eran nombrados por los reyes y tmb destituidos por el, son cargos
vitalicios que habitualmente tienden a heredarse en relación con el proceso de
patrimonializacion de esos cargos junto con el proceso de feudalización. Una vez se hacen
hereditarios ya no atienden a los intereses del rey, sino a los suyos propios.

ADMINISTRACION DE JUSTICIA

Quedaba en manos del rey como juez supremo y sus delegados territoriales (jueces en sus
territorios). Actua en el palatium regis mientras que los segundos en los concilia, tribunales en
los que tmb lo formaban losboni homines, los destacados del lugar). Era de tradición romana y
un vestigio germano de la tradición oral. Se trata de la herencia visigoda del liber Iudiciorum.
En este sentido tmb habamos de las cartas puebla. Los jueces a veces tenían problemas a la hora
de utilizar uno u otro documento, asimismo hay documentos que atañen únicamente a las
minorías poblacionales como los judíos y muladíes.

Los usatges (usos o usanzas) catalanes son usos y costumbres del mundo catalán de caractger
consuetudinario que termino formando la base del derecho catalán. Tienen especial importancia
en la Cataluña vieja, y son distintos en cada comunidad aunque acaban articulándose en torno a
los usatges de Barcelona, que comenzaron a ser compilados a lo largo del siglo XI con Ramon
Berenguer I, con fragmentos del liber Iudiciorum, derecho romano, derecho condal y canones
eclesiásticos. Se ampkiará a los largo del siglo XII hasta la compilación definitiva en el siglo
XIII con Jaime I.

HACIENDA

Bastante arcaica y rudimentaria, relacionada con las dificultades para percibir impuestos, en
unas circunstancias marcadas por la guerra y por lo rudimentario de la admin central y
eterritorial. Son más difíciles los impuestos extraordinario que los ordinarios, por ello se recurre
mucho a los 1ºs.

Dentro del patrimonio regio destacan las tierras de labor, de donde se obtenían rentas
importantes para la hacienda. Tambie´n hay tributos en las tierras de realengo y la recaudación
de impuestos indirectos en diversos aspectos: portazgos y comerciales. También los reyes tenían
una parte de las penas pecuniarias. Tamibén el botín de guerra aportaba riquezas, y a veces se
repartía de forma igual que la musulmana (un quinto para el rey y el resto se reparte
equitativamente). Del mismo modo las parias impuestas a los dominios musulmanes. Tambien
tienen el monopolio de las minas. Los impuestos indirectos sobre judíos y mudeares tmb aporta
riquezas.

EL EJERCITO

Es muy importante porque la guerra fue un fenómeno endémico. No existió nunca un ejercito
permanente, a menos que esceptuemos la milicia regis, un grupo de guerreros al servicio del rey
por tener vínculos vasalláticos. Estos servicios militares estaban regulados perfectamente
(predomina más la defensa del reino que el ataque). Además de este grupo se suman las levas,
solamente de hombres libres y capaces de usar las armas, a partir de los 15 años
aproximadamente ya se es capaz y se podía extender hasta los 60 años. Los nobles debían acudir
en auxilio del rey con sus propias mesnadas militares.

El ejercito estaba formado por peones y caballaros, si viene stos últimos formaban el grueso de
las tropas en numero e importancia, hasta el punto de que la palabra miles va a ser a evces
sinónimo de caballero en la Europa Occ. Esta caballeria estaba dividida por un lado la caballeria
nobiliaria y la villana.

El ejercito se apoyo sobre la construcción de numerosas construcciones, que al final de esta


etapa se les suma una red de ciudades fortaleza que protegía las redes de comunicación más
estratégicas.

VIDA RELIGIOSA

A lo largo de estos siglos se va a oroducir en la PI el final del proceso de cristinaización, pues


en el siglo VIII en los nucleos cristianos había restos de paganismo, sobre todo en Vasconia,
que se mantiene al margen de los nucleos cristianos hasta la llegada de Alfonso I??. La
cristianización definitiva tuvieron un papel de gran relieve los monasterios. El monacato en
estos momentos esta en plena expansión con numerosas fundaciones monásticas en lugares
incluso muy aislados.

Conforme se avanza en la Reconquista y Repoblación, se va produciendo lo que las fuentes


llaman Restauratio Eclesiae, con el afán de crear una red religiosa desde las parroquias hasta la
diócesis episcopales. Esta organización se da de forma novedosa en algunas zonas donde el
cristianismo no se había implantado de forma efectiva, sin embargo los contemporáneos lo
vieron como una restauración, por la recuperación de diócesis de época visigoda como Lugo,
Astorga, (diócesis importantes las dos). Junto a ello tenemos nuevas diócesis episcopales, q
muchas veces se justifican como traslado de otras diócesis episcopales, como Oviedo o León
(fundación de nueva planta). Se pretende mantener lo que había sido una realidad en tiempos
tardoimperiales y visigodos, una correspondencia entre la administración estatal y eclesiástico,
con el fin de facilitar la organización y poruqe las estructuras religiosas servirán muchas veces
en el marco de encuadramiento político y administrativo. Todo este proceso de Restauratio
Eclesiae responde a las necesidades de la reconquista y repoblación, pero también ora
dimensión importante: la autoafirmación de la Iglesia frente a la Iglesia mozárabe bajo
dominación musulmana, a la que se lanzan acusaciones frecuentes de colaboración con el pode
Omeya. También el afán de marcar distancias con la Iglesia franca, restaurando antiguas sedes o
recuperando algunas en desuso.

Entre las nuevas diócesis debemos destacar la de Santiago de Compostela, que adquiere una
gran importancia por ser allí donde se encotnraba la tumba de Santiago Apostol. Pero tmb
deberíamos hablar de un traslado de la diócesis de Iliaflavia??? A Santiago, donde vivian desde
hacia tiempo los obispos de la diócesis.

La fundación de monasterios esta vinculada con los avances de la reconquista y repoblación, por
intereses económicos apoyando el proceso reconquistador. Todo ello hizo que los monasterios
se convirtieran en objetos de ataque por parte de los musulmanes. Unos monasterios que al
principio de esta etapa recogen la tradición visigoda, de modo que siguen las reglas de San
Fructuoso, por lo que tenemos un monacato variado (masculino, femenino, dúplices, familiares
y pseudomonasterios que viven al margen de la disciplina canónica y sin una regla canóniga
propiamente dicha, y casi al margen del control de la jerarquía eclesiástica. Empezarán a
desaparecer a paritr del siglo X, a la vez que desaparecen los modelos visigodos a favor de la
orden benedictina, acogiendo los aires ultrapirenaicos. Este proceso empieza en Cataluña y
desde ahí se extiende por la PI. En el siglo XI se produce la introducción de la orden
cluniaciense y en el XII la del Cister.

Otra cuestión sobre la religiosidad de los nucleos es la presencia de alguna creencia herética, si
bien pocas, porque en Occidente no tienen tanto peso. Por una lado tenemos vagas noticias de la
presencia todavía de reductos de priscilianismo, sobre todo en zonas galaicoportuguesas. A
parte de estos escasos puntos, tenemos una herejía con mayor predicamento, compartida por los
cristianos que vivian bajo autoridad musulmana: el adopcionismo. El más reputado de ellos es
Beato de Liébana.

Otra cuestión es que en la segunda mitad del siglo XI se pasará del rito mozárabe al rito romano.
La conservacdion del mozárabe se le atribuye sobre todo a los mozárabes de territorio
musulman, pero también se practica entre algunos de los nucleos cristianos. Estre rito hacía que
se entendiera el rito de una manera diferente al resto de Europa, de rito romano. El rito romano
supone una uniformidad en el culto católico, se extriende por los nucleos cristianos tmb por
influencia franca, 1º por los condados catalanes. En los otros nucleos se mantiene el rito
mozárabe a pesar de las desconfianzas que normalmente mostraba Roma hacia ella por su
pompa y tradición orientalizante, mas cercano a los ritosbizantinos, de ahí la desconfianza. A
partir del siglo X en Roma se pedían a las iglesias mozárabes que enviaran sus libros a Roma
para ser estudiados si tenían o no heterodoxia herética. A paritr del siglo XI tenemos una
autentica presión sobre la iglesia mozárabe, también a nivel político. Tiene mucho q ver con la
reforma gregoriana y el afán de los papas de esclarecer su superioridad eclesiástica. Los
afiliados al rito mozárabe se negarán a ceder y cambiar su rito. Para el clero locar significaba
una seña de identidad que no deseaban perder, e introducir el rito romano sería aceptar la
supremaciá de roma.

El cambio se produce 1º en tierras navarro aragonesas por Sancho Ramirez, que se convierte en
vasallo del papa aceptando el rito romano. Esto puso patas arriba a la iglesia aragonesa, y de
hecho tuvo que deponer a algunos obispos que no querían. Se lleva cabo en 1071. En 1976 se
convierte en rey de Navarra y lleva a cabo el mismo proceso aquí, también en ambiente de
rechazo y destituciones a los no conformes.

El reino castellanoleonés se produce el cambio con Alfonso VI hacia el 1080 decreta la


sustitución del rito mozárabe por el romano, también con reticencias, hasta el punto de que el
clero local pidió una Ordalía o juicio de Dios. Mediantre una lucha entre contendientes de
ambos bandos, el ganador sería el elegido por dios y por lo tanto su opinión sería la correcta.
También podían arrojarse dos textos escritos a un fuego y el que no fuera destruido sería el
elegido.

Las peregrinaciones: fueton un fenómeno esencial de la espiritualidad plenomedieval. Muy


conocidas. Esto inserta a los nucleos cristianos dentro de la religiosidad europea en conjunto.
Aunque sean un fenómeno en eclosión en la Plena Em, ya a comienzos del siglo IV conocemos
los inicios de esta práctica, como la emperatriz Elena a Tierra Santa en busca de la vera cruz.
Desde ahí se inicia una tradición que megnifica desde el comienzo de la Plena EM, como
consecuencia de unas cistcunstancias que se dan a partir del siglo XI. Desde el punto de vista
religioso tiene gran importancia la reforma gregoriana y sus nuevas formas de religiosidad y
potenciación del culto a los santos, lo cual genera deseos de peregrinación a lugares donde s
encuentran su reliquias. Los milagros van a ser más valorados y frecuentes en este momento,
fomentando a su vez de nuevo las peregrinaciones, pues muchos buscan el milagro de un santo.
También las peregrinaciones se relacionan con la nueva concepción de la penitencia, cada vez
más individualizada. Muchas veces el penitente con graves pecados muchas veces l sacerdote
les ponía como penitencia realizar una peregrinación. Estas pereginadiones eran arduas y largas.

A parte de las motivaciones religiosas, tenemos de carácter político: desde el siglo XI desde los
poderes políticos se intenta fomentar un sentimiento de cohesion comunitario, que se canaliza
muy bien a través de las devociones como la del apostol Santiago. Asimismo el desarrollo de las
vías de comunicación y el renacimiento urbano fomentaran la pereginacion.

La peregrinación por excelencia es la de Santiago, con un camino que agrupa también aspectos
políticos y culturales. Se convierte en el gran centro de peregrinaciones para los católicos, junto
con Jerusalén (muy difícil por la presencia de los turcos y la distancia y el coste), el otro gran
centro es Roma, la Santa Sede, donde esta la tumba de san pedro y san pablo, pero la ciudad
tenia etapas peligrosas. De este modo Santiago predomina sobre los otros dos. Los siglos XI,
XII y XIII serán frecuentes y numerosas las peregrinaciones. Tras la caída del califato de
cordoba será más fácil la peregrinación. Tambien contribuye la construcción de leyendas en
torno al camino, grances milagros por parte del apostol o realización de toda una serie de
leyendas como una peregrinación de Carlomagno (se cree en el siglo XI). Hay varios caminos,
el mas importante es el camino francés, por ser el mas utilizado, etnrando por Bayona y Irún,
aunque posteriormente también se pasó por Roncesvalles. A partir de Puente La Reina siguen
una serie de ciudades hasta Santiago. Otro camino recorría la cornisa cantábrica, lo q permitía
acudir a Oviedo y su caterdral. Tamibén una via marítima desde Inglaterra y Flandes.
Finalmente una via portuguesa pasando por Braga, Tuy y Pontevedra. A lo largo del camino
existen organizaciones de carácter asistencial que ayuden a los peregrinos. Estas ciudades van
creciendo y van recibiendo el arte románico francés.

Tambien encotnramos que en relación con el camino la relación de las primeras guias turísticas
conocidas, las llamadas Liber Sancti Iacobi, un libro muy vinculado a las poeregrinaciones
desde el final del siglo XII, muchas veces atribuido a Diego Jelmírez, el ultimo obispo de
Santiago y el Primer arzobispo. Se trata de una amalgama de textos diversos que relatan
sermones, milagros y hechos de Santiago, etc. También se dan datos prácticos para los
peregrinos, señalando las etapas principales del camino, se habla de los lugares con arte o
instituciones hospitalarias, rutas alternativas, se describen costumbres locales, recomendando
algunas localidades. El más famoso es el Codex Calixtinus, elaborado a mediados del siglo XII,
destacado por sis umagenes.
Tambien hubo otros puntos de peregrinaje, como Oviedo con la catedral e San Salvador, el caso
de Roncesvalles, muy vinculada con la de Santiago, San Isidoro de León por sus reliquias de la
colegiata (S Isidoro sobre trodo pero otras tmb). Tambien en el santuario de la Virgen de
Monserrat en Cataluña, o San Juan de la Peña.

VIDA CULTURAL

La vida cultural era muy pobre y escasa, algo que no extraña en una sociedad caracterizada de
su dureza y arcaísmo, analfabeta en su inmensa mayoría. La vida cultural estaba limitada a
grupos muy reducidos y selectos, sobre todo eclesiásticos, mientras que los laicos quedan
prácticamente al margen de la cultura. Aunque a partir del siglo XI los laicos empiezan a tner
mayor interés por la cultura (empiezan a autografiar sus documentos y pueden leer en ocasiones,
escribir aun escapa a sus posibilidades). A partir del siglo XII tambiñen se les da una cierta
formación intelectual a las mujeres, nunca escribir pero hay mujeres lectoras. La cultura eta
vinculada al mundo eclesiástico y al servicio de la Iglesia. Por ello los grandes centros
culturales peninsulares serán centros eclesiásticos, que se corresponden con los monasterios más
destacados o las catedrales más destacadas.

Va a existir una continuidad culturar con la antigua España visigoda, que viene dada porque los
nucleos cristianos pretendían ser los herederos de ese pasado visigodo. Esa continuidad tmb
viene dada por la presencia de los cleridos mozárabes, depositarios de la cultura visigoda y sus
conservadores. Se va a ver ampliada por los ideales neogoticistas, que además de perpetuar la
“contuidad” política se une la continuidad cultural. Pero tambie hay una influencia foránea, que
tiene doble dimensión: por un lado influencia franca, especialmente en los condados catalanes
como consecuencia del renacimiento carolingio, que supone realmente un renacimiento bastante
limitado, pero que llega hasta las tierras cristianas de la PI. La segunda influencia es la de al-Á,
ndalus donde esta ocurriendo un verdadero desarrollo cultural, que deja su huella en las tierras
cristianas tmb.

La enseñanza: no sabemos mucho sobre cómo se desarrollaba, pero siguiendo con el hilo de la
continuidad cultural con la España visigoda, podemos hablar de una enseñanza muy escasa y
limitada a determinados personajes, sobre todo eclesíasticos o los vinculados a la familia real y
algunos vastagos de la nobleza. Esta enseñanza se va haciendo más usual a medida q nos
acercamos al s XII y XIII. Se trata de una enseñanza envuelta en lo religioso, por ello lo que el
estudio es de los textos sagrados, los autores cristianos sobre todo los padres de la iglesia como
Jerónimo o Agustín. Las obras de Isidoro de Sevilla fueron tmb muy valoradas. Y tmb en el
renacimiento carolingo tmb Alcuino de York. Esta enseñanza se lleva a cabo lógicamente en
latín, única lengua escrita en estos siglos, y se lleva a cabo en instituciones de carácter
eclesiástico-escuelas. Destacan las escuelas de algunos monasterios importantes (no todos
tienen escuelas). A medida que avanzamos en el tiempo las escuelas monásticas se cerrraran
sobre si mismas y solo podrán estudiar sus monjes o aspirantes a monjes. Al mismo tiempo las
escuelas episcopales tienen cada vez más importancia, visculadas a las principales catedrales.
De hecho tras la reforma gregoriana es obligatorio q las catedrales tengan escuelas para sus
eclesiásticos, y tmb podemos ver en ellas algunos laicos.

Tambien debemos cotnar con algunas bibliotecas, que serán habituales en los monasterios más
destacados y catedrales. Seguian siendo bastante parcas (decenas o pocos centenares) pero que
solían cubrir las necesidades intelectuales del mom. En ellas empiezan a almacenarse algunos
textos de al-Ándulos, lo cual les otorgaba una riqueza envidiada en el occ europeo, lo cual hará
que algunos europeos ultrapirenaicos, como Gerberto de Aurillac (Silvestre II), que antes de ser
papa y preceptor de Otón III realizó un viaje a las tierras catalanas, donde acudió a bibliotecas
de monasterios y catedrales a consultar estos textos andalusíes. Es el ejemplo más destacados,
pero hubo otros ultrapirenaicos.

Junto a las bibliotecas destacan tmb sus escriptorios, donde se llevaba a cabo una importante
labor de copias. Están normalmente allí donde hay bibliotecas destacadas. A partir del siglo XI
la realización de libros por encargo se hace mas habitual. Los libros son realizados en
pergamino, son objetos de lujo, en gran parte comprados para coleccionar más que para ser
utilizados.

A pesar de ello la act. Intelectual fue escasa y poco original. Destaca el monje Beato de
Liébana, que realizará varias obras, y la única con cierta importancia es Comentarios al
Apocalipsis, relacioandos con una ola de milenarismo en la segunda mitad del siglo VIII,
incluso se llegó a poner la fecha de que el año 800 sería el fin del mundo. Estos comentarios se
multiplicaron por la PI.

Debemos destacar tmb la producción historiográfica, bastante potente (ya explicado en los
temas de historia política de esos siglos).

Tmb existendia de una producción literaria, pero se reduce prácticamente a los momentos
finales del periodo. Como ello es el Poema de Mio Cid, que nos habla de una nueva etapa
cultura., pues se escribe ya en romance castellano, también porque es una obra destinada a ser
difundida a nivel popular y también se trata de una obra de carácter eminentemente profano.
Fechada a fines del siglo XII y inicios del XIII.

Los idiomas romances toman en esta etapa una importancia que antes no tenían hasta ponerse
así por escrito. Están empezando a madurar, esta maduración se ha podido estudiar
relativamente bien gracias a las glosas, que tienen un interés exclusivamente linguisticos, son
anotaciones sobre el significado de los textos latinos, que ya no se entienden a la perfección. Se
nos da el significado en castellano de palabras latinas no entendidas en el siglo X (glosas
silenses y emilianenses). Estas son las mas antiguas muestras del castellano. Los últimos
estudios podrían hablar de un posible castellano romance hacia el siglo IX.

La influencia del Renacimiento Intelectual del siglo XII (por influencia del ren carolingio y
otoniana), encontramos una autentica revolución cultural e intelectual del occidente europeo,
que dará lugar a la creación de las universidades. En la PI se sentirá muy fuermente porque en
ella se desarrolla una de las facetas de este renacimiento: las traducciones que durante el siglo
XII cran un afán de traducción. Al mismo tiempo que se recuperan obras perdidad en el
occidente europeo que sí habían llegado al mundo árabe: textos filosóficos, científicos, etc. Que
ahora se pondrán también al servicio de los autores europeos. Por ello se produce una
importante eclosión intelectual. Este fenómeno se desarrolla en ciertos lugares de la periferia
cristiana europea en contacto con el Islam: Sicilia, Italia, pero sobre todo en la PI, en relación
con la mal llamada Escuela de Traductores de Toledo, porque no hubo una verdadera escuela
porque no trabajaban colegiados (aunque en ocasiones trabajaban juntos algunos de ellos), pero
sí los traductores llevaron a acabo una importante lavor de traducción. En esta ciudad
musulmanes judíos y cristianos trabajaban mutuamente: los judíos conocían árabe y latín.
Podemos mencionar nombres como el judío Juan Hispano o el cristiano Domingo Gundisalvo o
italianos como Gerardo de Cremona. Otras ciudades importantes fueron Barcelona y Pamplona.
Tras la escritura visigótica (que solo se usa en la PI) la carolina llega a partir del siglo XI.
Indica que la cristiandad peninsular se abre a los ámbitos ultrapirenaicos.

TEMA 15. LOS REINOS HISPÁNICOS EN EL SIGLO XIII

Tras la batalla de las Navas de Tolosa asistimos a un avance bastante considerable, sobre todo
por parte de Aragón (Jaime I) y la Corona de Castilla (q a partir de 1230 queda unida
definitivamente a León). En este periodo al-Ándalus quedará reducida al Reino de Granada, a
modo de reliquia musulmana en la PI. Desde los años finales del siglo XIII la reconquista
experimenta un paro, lo cual permiritia resistir al Reino de Granada, relacionado el problema
con el reino de castilla, única protagonista lla de la reconquista.

El reino de navarra, a pesar de que su historia ene ste tiempo tiene una vida casi al margen de ls
PI desde las Navas de Tolosa. Su principal interés será sobrevivir a las presiones de sus vecinos
aragoneses y castellanos, volviendo sus ojos hacia el otro lado del pirineo, por ello unirá su
destino a Francia.

TRAS LAS NAVAS DE TOLOSA

Tuvo lugar en 1212, y tras la cual parecía que se iban a producir una serie de avances rápidos de
reconquista, sin embargo no fue así hasta pasados unos 10 años porque los dos reinos más
importantes de la reconquistas que tienen dificultades importantes que les mantienen al margen
de la reconquista, de modo que en ese momento será Portugal y León los que continúan las
conquistas, pero de éste último no serán conquistas especialmente importantes.

En Castilla los problemas se vinculan a la sucesión de Alfonso VIII (-1214) pues su hijo varón
fallece antes que él, por lo que sería sucedido por Enrique I con un reinado efímero y tutelado
por Berenguela. Morirá en trascursos de unos juegos con niños a los 11 o 12 años. Los niños
fueron ajusticiados y será en Madrid donde se dicto la sentencia de muerte (en la actual
Costanilla de los Mancevos estuvieron recluidos antes de morir).

Berenguela queda como reina, pero con numeroros problemas, pues tenía ya un hijo adulto:
Fernando, quer era preferido a su madre, Además apostar por el era una gran apuesta, pues
Berenguela se había casado con el rey de León, pero al ser primos se anula el matrimonio, pero
era considerado legítimo. Aunque luego el rey de león se caso (y también anulado por ser
primas) con otra mujer leonesa y tuvo 2 hijas. Berenguela abdicó asi a favor de su hijo y
Fernando III se convierte en rey de castilla en 1217.

EN la corona de Aragón hay una minoría real (minoría de edad). Pedro II el Católico de aragon
murió en la batalla de Muret en 1213, en medio de la cruzada albigense a raíz de la ayuda que
tiene que prestar a sus vasallos albigenses. Le sucede Jaime I (1213-1276) el único hijo legitimo
de su padre, pero proscrito por él pues apenas tenían relación (solo se vieron posiblemente
cuando el niño tenía 2 o 3 años). En su Libre dels feyts narra su reinado y las condiciones
“especiales” en las que fue engendrado (su padre no quería a su madre, la señora de
Montpelier).

(Los tenedores empiezan a utilizarse en el siglo XIII)


En el caso de Castilla y León tendremos como protagonista a Fernando III, con quien se da la
definitiva unión de los dos reinos. A partir de ahora los reyes castellanoleoneses aparecerán
junto con los símbolos parlantes del león y el castillo de tres torres, al igual que en la
documentación.

EL REINADO DE JAIME I

Su reinado se inicia con la minoríad e edad, y en unas condiciones complicadas por la nobleza
levantisca dispuesta a poner en aprietos a la corona. La matalla de Muret supone el fin de la
política de anexiones en occitania y se inicica una pol´itica mediterránea, muestra de ello es la
conqusita de Mallorca, que ya se había intenatado anteriormente (por la lucha contra la piratería
y para fomentar la actividad comercial), de ahí que parte del dinero de la expedición fuera
aportado por los comerciantes catalanes. La nobleza catalana tmb veía Mallorca como una
especie de compensación de las pérdidas en occitania.

Finalmente Mallorca sería repoblada por repobladores catalanes, mientras que la población de la
isla fue reducida a la esclavitud. Pronto se instalaría el catalán, que deribaria después en el
mallorquín. La conuista fue muy rápida (1229), pero la sierra de Tramontana fue muy difícil de
conquistar hasta 1232.

Una vez conquistada Mallorca se inicia el control del resto de baleares. Menorca no se
conquista, se obtiene mediante un pacto en 1231 mediante el gobernante local de Menorca
quedaba como vasallo del rey de Aragón. Las islas menores se conquistan por parte de los
nobles, no por participación real. Una vez conquistada Mallorca y sus islas próximas se busca la
conquista de Valencia, siguiendo su política del control del mediterráneo. Sera una conquista
rápida, entre 1232 y 1245, en la que participan nobles aragoneses y catalanes, lo cual explica
que en Valencia se hablen diferentes dialectos (catalán o aragones) según sus repobladores.
Ambos territorios pueron anexionados como reinos, de modo que al Principado de Cataluña y el
Reino de Aragón se suman al de Valencia. Pero el Reino de Mallorca quedaría como un reino
independiente de la Corona de Aragón, y perteneció al segundogénito del rey, Jaime I de
Mallorca. La decisión seguramente estuvo vinculada por los problemas sucesorios, pues la reina
quería un cierto reparto territorial.

Con el Tratado de Almizra, hacia 1244, se establece un reparto de las zonas de influencia entre
las coronas de Castilla y Aragón. Ya había ocurrido algo parecido con el pacto de (Cazola???).
Este es el ultimo tratado. Se delimitan sobre la base de un desconocimiento geográfico, lo cual
será muy favorable para castilla y perjudicial para Aragón, tanto que con Jaime I finaliza la
reconquista aragonesa. Según el tratado e trasaba una línea entre Biar y Villajoyosa. Esto dejaba
fuera de su acción a Murcia, aunque terminara siendo conqusitada en unas cistucstancias
especiales. Habñia sido conquistada por castilla pero tras la rebelión de los mudéjares supuso
que pideiran ayuda a aragon para que aplacase la rebelión, esta campaña se desarrolla entre
1265-66.

En 1258 con el Tratado de Corbeil Aragón reconocía par Francia el fin de su policía
ultrapirenaica, a cambio recibía el Rosellón, la Cerdaña y Montpelier. Pero estos territorios a la
muerte de Jaime I, quedaran en manos de Reino de Mallorca. Una última cuestión casi
anecdótica es el carácter guerrero del monarca. Jaime I ya con mas de 60 años hacia 1269
estuvo dispuesto a marchar a una cruzada. Trató de secundar al papa para una nueva cruzada, e
inicia una expedición que hacia su inicio supuso un fracaso (algunos barcos naufragaron poco
después de salir del puerto).
FERNANDO III

Sus conquistas se inician antes de la unión de los dos reinos. Al comienzo de su reinado también
tuvo problemas con la nobleza. Iniciará unas primeras campañas en Andalucía hasta 1227, con
la toma de Baeza, algo fundamental y que permite retomar el ritmo reconquistador. La unión de
ambos reinos se produce en 1230 con el Tratado de Valencia de Don Juan, llevado a cabo entre
dos mujeres, las dos viudas de Alfonso VIII: Berenguela de Castilla y Teresa de Portugal, la
cual reniuncia a los derechos de sus hijas a cambio de una buena posición y dotes para sus hijas
(que Alfonso VIII había nombrado herederas). De modo que Fernando logra el trono.

La conquista del Valle del Guadalquivir (1231-1248): Se conquista Cazorla, Córdoba (1236),
que ya se encontraba muy decaída por las continuas razzias cristianas, de hecho se conquistó
casi de forma inesperada, pues en una de estas campañas se tomo el arrabal y al ver que no
había resistencia se termino por tomar. Despues se tomaría Jaén (1246) pero realmente la
ocupación fue por un pacto con el Reino de Granada (donde gobierna Muhammad I, de la
familia nazarí o nasrí), que ya sabía cómo evitar peores males. Posteriormente se producirá la
caída de Sevilla (1248). Para tomar Sevilla Fernando III contó con el apoyo de las tropas de
Granada, por ser vasallo suyo. Esta toma suponía la superioridad militar de Castilla y León. La
conquista será fundamental pues para los cristianos supone un avance destacadísimo y
demuestra la fuerza que tenía ya la flota castellana, posiblemente la más potente del atlántico y
que participa en la toma de la ciudad. La toma será difícil, un asedio por tierra y mar. El cargo
de almirante de Castilla será un cargo siempre codiciado por los nobles del reino por el prestigio
del título y la flota. Es precisamente Fernando III quien crea esta gran flota.

Estas tierras andaluzas hay que repoblaralas para consolidar su control, pero esto es difícil por la
falta de recursos humanos. Se repoblarán esencialmente a las ciudades y a las comarcas
aledañas, a través de las cuales se trata de asegurar la conqusita y que se hace mediante lo que
conocemos como “repartimientos”, presentes en las conquistas de Fernando III y Jaime I.

El Repartimiento: consiste en una ordenada distribución o reparto de las tierras conqusitadas. Se


reparten casas y heredades entre los que habían participado en las conqusitas, con dos criterios:
los méritos o merecimientos en la conquista, y la condición social: los nobles reciben una mayor
parte que los plebeyos. Los repartimientos no se hacían normalmente de una sola vez, sino de
forma escalonada y se pone por escrito en libros de repartimiento para evitar los porteriores
problemas legales. Entre estos repartimientos se nos a conservado el de Sevilla, el de Valencia,
Mallorca o Murcia. La condición del repartimiento era la permanencia de los dueños y
familiares en las tierras, pues es lo que interesa. A la alta nobleza y las instituciones
eclesiásticas también se les incluia en el repartimiento a pesar de que muchos no participan.

Por la rapidez de la conquista y la falta de recursos humanos, se permitirá la permanencia de


parte de la población musulmana,a de modo que existe en estas zonas comunidades mudéjares,
tanto en las conqusitas de castilla como de Aragón. A veces son pueblos enteros mudéjares, lo
que luego supondrán problemas por rebeliones en ambas coronas. Esta rebeldía es importante si
tenemos en cuetna que la reconquista no ha finalizado. Murcia se conqusita en 1243, pero no las
dirige ya cansado Alfonso III, pero sí su hijo Alfonso (X).

Después de todo esto quedan dos zonas musulmanas: el Reino de Granada, vasallo de Castilla.
Y en Andalucía Occidental tenemos la zona de jerez, Cádiz y Niebla. Durante el reinado de
Fernando III existe el temor de una nueva invasión desde el norte de África, de modo que
realizará una expedición militar hacia el norte de África, pero no llegó a realizarla porque
fallece antes, durante su preparación, sin embargo esta idea quedará presente para los reyes
posteriores.

EL REINADO DE ALFONSO X (1254-1284

El hijo de Alfonso III, no tomo tanto interés en las actividades reconquistadoras, pero si una
actividad militar para completar la obra de su padre, respetando el reino de Granada, sus
vasallo, pero atacando la zona occidental.Al principio de su reinado se continúan las conquistas,
ya su padre había toma Jerez y él tomara Cádiz (1263) y Niebla (1264). Granada permanece por
sus condiciones de vasallaje.

Sera importante la actividad repobladora, con una doble dimensión: por un lado se repueblan las
zonas septentrionales que no habían quedado bien afianzadas. En el norte quedará plasmada la
influencia de los señores y sus señoríos. La ciudad de Villa Real, posterior Ciudad Real, fue
fundada ene ste momento, como villa de realengo para contrarrestar la influencia de la orden de
Calatrava en esta zona. Por otro lado se repueblan las tierras conqusitadas por su padre y él
posteriormente. Estas labores de repoblación se hacen mas importantes tras la rebelión de los
muderajes de 1264, que tiene un carácter general en la corona de castilla. En Andalucía se
sopoca con facilidad, pero Murcia queda fuera de control asta la intervención de Jaime I de
aragon para sofocar la rebelión, por ser Alfonso X su yerno.

Política exterior importantísima:

Resolución de toda una serie de problemas con Portugal heredados de tiempos pasados, desde
que se separo del reino castellanoleonés (Alfonso VII en Castilla). Se cuestionaba la posesión
del Algarve, que finalmente Alfonso X reconoce como señorío de Portugal, a raíz de un
matrimonio entre una hija suya ilegítima y el futuro rey portugués.

El “fecho del Imperio! (1256-75): es el nombre con el que conocemos a las pretensiones de
Alfonso X de lograr la corona imperial, vacante desde el 56. Entre los candidatos se presenta
Alfonso X, alegando los derechos por vía materna (Beatriz de Suabia, perteneciente a la familia
imperial). Esta situación no se resuelve, hay un interregno en el Imperio que se extiende mucho,
hasta 1275. El fecho del Imperio será una ruina económica para el reino para sobornar a muchas
personas. Se centro tanto en el Imperio que se olvido en parte de Castilla, lo cual genero un gran
descontento que se enlaza con una rebelión nobiliaria en 1272, que pone en muy mala situación
en Castilla, que culmina en 1275 cuando Alfonso X renuncia al trono imperial.

LA rebelión nobiliaria es el inicio de la recta final del reinado de Alfonso X, que de un inicio
muy bueno finaliza en una situación critica. La rebelión nobiliria esta también fomantada por
aprte de la familia real. Muchos nobles castellanos van a desnaturalizarse, no se sienten
castellanos ni ligados al rey pro vasallaje y se marchan a Granada, desde donde realizarán
saqueos en als tierras castellanas. En sus momentos finales esta rebelión se mexcla con la
irrupción de los benimerines, que pone el punto final al reinado. Eran los herederos de
almorávides y almohades. De hecho habían derrotado a los almohades y habían formado al
norte de África un nuevo imperio, amenazando la PI. Esta amenza se intento aplacar con el
“fecho de allende”, a raíz de la intervención del norte de áfrica que había organizado ya su
padre.

El reino de Granada apoyo la irrupción de los benimerines, que se van a rechazar con
dificultades y obligados a volver a africa. Pero a su vez durante este problema se sucede el
ultimo problema del reinado: el problema sucesorio. Cuando lucha contra los benimerines el
heredero de Alfonso X, Fernando de la Cerda. El segundo hijo de Alfonso, Sancho encabeza la
lucha contra los benimerines. El problema sucesorio tiene dos vías: mantener el derecho
sucesorio según las cotumbres castellanas, es decir, pasaría a Sancho por ser el sgundogénito.
Pero Alfonso X, en su faceta de legislador había elaborado las Siete partidas, a punto de
promulgarlo, pero aún no, y en el se establecia un nuevo derecho sucesorio e el que muerto el
primogénito el reino debía pasar al mayor de los hijos de éste, de modo que pasaría al hijo de
Fernando de la Cerda: Alfonso de la Cerda.

El reino se divide entre ambos partidarios. Sancho cuenta con que es un adulto y puede ser un
buen caudillo militar, algo necesario contra una posible reirrupcion de los benimerines. Alfonso
de la Cerda era sin embargo un niño. Se produce una guerra civil entre ambos partidarios, y
Alfonso X apoya a su nieto Alfonso de la Cerda. Pero la ancianidad del rey, posiblemente
aquejado de demencia senil, fue un problema y se considero en 12__ que no puede ser rey por
su incapacidad y es depuesto. El reinado de Alfonso X acaba así con guerra civil, al igual que el
inicio de Sancho IV.

EL FINAL DE SIGLO EN ARAGÓN

Jaime I muere en el año 1276, y su sucesor será Pero II/III (1276-1285). El ordinal de este rey
depende del punto de vista aragonés o catalán, normalmente se utiliza el modelo aragonés (III).
Un reinado breve pero fundamental, pues el rey recibe un reino muy distinto al que recibió su
padre, mucho más extenso y heterogéneo. Como consecuencia de las conqusitas de su padre, el
reino de Pedro III se compone el reino de Aragón ,el Pincipado de Cataluña y el reino de
valencia recién conquistado, cada uno con una personalidad propia y acusada. A veces tienen
intereses opuestos y a veces pugnan entre sí por lograr el favor del monarca hacia sus intereses.
Por ello a partir de ahora los reyes aragoneses tendrán que tener en cuenta las diferencias y
deberán mantener un equilibrio entre las tres zonas. Además la creación del reino de mayorca,
que había quedado en manos de su hermano menor, se convierte en vasallo del reino de Aragón,
pero este reino de Mallorca tiene también territorio al otro lado de los pirineos hasta los años
centrales del siglo XIV.

De modo que el primer reto de Pedro III es el relativo a las posibilidades de expansión. La
expansión ultrapirenaica quedó cerrada tras la batalla de Muret, y hacia el sur y el oeste se
encuentra Castilla (tratados), por ello será la expansión del mediterráneo, que busca el control
político, militar y económico del Med. Occidental. Este control se había insinuado con su padre
Jaime I (conqusita de algunas Baleares, territorios valencianos). Pero con Pedro III se interviene
en Sicilia a partir de 1282 y se realiza en relación con lo que conocemos como “Vísperas
sicilianas”, una rebelión que hubo en Sicilia en 1282, pero debemos remontarnos a la fundación
del reino de Sicilia en 1154, bajo el control de la familia imperial de Staufen. Etsaba compuesto
por Sicilia, pero también por posesiones en la zona meridional de Italia, como Palermo,
Nápoles. El gobierno imperial creaba suspicacias en el Papado, que se sentía presionado. El
papado llevara a cabo una política de liquidación de los últimos varones de la familia imperial, y
algunos territorios quedaron bajo su control, y pronto los repartió entre los que consideraba
próximos al papa. Sicilia-Nápoles quedará en manos de Carlos de Anjou, como vasallo de los
Estados Pontificios. Este personaje es el origen de la familia angevina, una familia que a partir
del siglo XIII estará en conflicto con Aragón.
La isla de Sicilia se sentirá maltratada y olvidada por el nuevo monarca, lo que producirá la
rebelión de las Vísperas Sicilianas, la rebelión triunfa y esta gente busca un nuevo monarca:
Pedro III de Aragón, cuya mujer es de la casa de Suabia. Pedro III tomará posesión de Sicilia.
Pedro III se compromete a que en el furuto aragon y Sicilia permanecería separados, lo cual será
un problema en la posteridad. Quedará como Mallorca, vasallo de Aragón. Además Sicilia se
verá siempre acosada por los angevinos.

Otro tema a destacar del reinado son los problemas con la nobleza, desde el inicio de su reinado.
Se trata de una tendencia general entre los reinos hispánicos de rebelión nobiliaria. Es un
cambio en las monarquías del momento, general en el occidente europeo. En la 2º mitad del
siglo XIII las monarquías feudales constituidas desde el siglo XI están evolucionando, un
proceso conocido como génesis del estado moderno, un momento que culmina a fines del siglo
XV y principios del XVI. Esto produce un cambio de actitud en los reyes, ahora mas centralistas
y autoritarios, lo cual produce las revueltas de la nobleza. Por ello los reyes de este periodo
hasta el fin de la edad media tendrán siempre problemas con la nobleza.

Le sucede Alfonso III (1285-1291), con unos problemas similares con la nobleza, y se mantiene
la política de expansión mediterránea, sin grandes logros, como la toma definitiva de Menorca.
Tambien problemas con Castilla.

Jaime II tiene un reinado mucho más largo (1291-1327), con también problemas nobiliarios, y
con Castilla. Pero destaca la política mediterránea de gran calado, con el interés de poseer las
islas de cordega y Cerdeña para la corona de Aragón. Uno de los objetivos de la expansión era
principalmente el control comercial. Pero al toma de estas dos islas supuso la enemistad de las
repúblicas de Pisa y Génova por sus intereses comerciales. Cerdeña quedara efectivamente bajo
control, pero no Córcega a pesar de algunos intentos. Tambiend ebemos destacar el inicio la
expedición a oriente de los almogávares (explicado en el tema siguiente).

EL FINAL DE SIGLO EN CASTILLA

Se corresponde con el reinado de Sancho IV (1285-1295) y el de Fernando IV (1295-1312). El


primero recibe un reino con el problema sucesorio, a pesar de ser desheredado por su padre,
efectivamente le sucedió como mocarca, pero con un reinado breve y tormentoso. El primero
problema es su carácter personal, “el Bravo” por sus corrientes ataques de ira, que solo podían
ser calmados por su esposa María de Molina, una de las grandes figuras políticas de estos siglos
y en una de las pocas mujeres con papel político destacado, a modo de consejera de Sancho. El
matrimonio se buscaba la herencia de Molina, por ser hija única del señor de Molina, que
pretendía el rey incorporar a la corona. Pero eran parientes muy próximos y el papa solo
concedió la dispensa al amtrimonio tras la muerte el monarca con el fin de legitimar la
descendencia. Ademas está el problema de los sucesores del su hermano mayor, Fernando de la
Cerda. Los problemas con la nobleza serán también usuales.

Hay que destacar la Batalla del Estrecho, proyectada para el siglo XIV, una lucha entre los
castellanos y los benimerines. Es una serie de operaciones que enfrento a castellanos y
musulmanes por el control del estrecho de Gibraltar, un punto fundamental estratégico por ser la
puerta hacia África (o desde África). La batalla del estrecho se prolonga durante el siglo XIV.
La toma de Tarifa tiene lugar en 1294, donde se produciría el episodio de Guzmán el Bueno,
Alfonso Pérez de Guzmán, uno de los noblres castellanos más destacados. Tras la toma, dirige
la ciudad ante un ataque musulman que intenta recuperarla. Durante este sitio, murió uno de los
hijos de Alfonso Pérez de Guzmán en una algarada (salida para combatir contra los
musulmanes). Los musulmanes lo apresaron y ofrecieron a Guzmán entregar a su hijo a cambio
de la ciudad. Guzmán se negó.

Le sucede Fernando IV (1295-1312). Su padre fallece de forma prematura y tiene que sucederle
cuando aun era un niño. Se le conoce como “el emplazado” por haber condenado a los
hermanos Carbajales injustamente. Pocos días depues falleció y se creyó que Dios había
llamado al rey para jugar sus actos. Es un reinado complicado desde el inicio al final. Por su
minoría de edad, María de Molina estuvo al frente de la regencia de su hijo, e incluso del inicio
de su nieto. Los problemas con la nobleza serán lo común, que no mejoran por la incapacidad
del monarca, que incluso pidió cuentas a su madre de su regencia a pesar de su gran labor. Se
involucró en la batalla del Estrecho que inició su padre, y logró tomar Gibraltar, un control que
será efectivo y definitivo con su hijo Alfonso XI.

EL REINO DE NAVARRA EN EL SIGLO XIII

A lo largo del siglo tiene unos retos diferentes al resto de los reinos hispánicos. Inicia el reinado
de Sancho VII (1194-1234). Navarra esta ya apartada de la labor reconquistadora, y además
qeueda encajonada entre sus vecinos, más grandes y poderosos, algo que será siempre percibido
como una amenaza permanente. Esto hará que busque apollo al otro lado del pirineo, en
Francia.

El problema sucesorio se plantea a lo largo de todo el reinado de Sancho VII pues no tendrá
hijos y se cuestiona su virilidad. Se caso con una dama tolosana, y el matrimonio será disuelto
por iniciativa de Sancho, y no volverá a casarse, lo cual generará muchas habladurías sobre su
condición sexual junto a Ricardo Corazón de León su cuñado. Un reinado fuerte, como su
propia forma física, que se dice que llegaba a medir 2,10 metros y era fuerte. SU firma personal
o emblema era el ágila, utilizado en sus firmas y escudos.

En sus años finales intenta resolver el problema sucesorio, con el fin de que no heredara el trono
el hijo de su hermana, Blanca de Champaña, Teobaldo, que estaba destinado a ser conde de
Champaña. Sancho VII simplemente se resignó a lo invitable de la unión con francia, asique
intenta unirse a la Corona de Aragón. Con el Pacto de Prolijamiento ______________. Pero
finalmente llega al trolo Teobaldo de Champaña, Teobaldo I (1234-53), a quien sucede
Teobaldo II (1253-70) y Enrique I (1270-74).

Pero en estos años el reino navarro apenas intersa a los condes, que se dedican a champaña. Esto
hará que el reino de Navarra tenga una situación egeográfica extraña y heterogenea. Las cosas
se complican, y Navarra y Francia tendrán una serie de reyes comunes, y así entrará Navarra en
el siglo XIV. Enrique I no tenía desdencedia masculuna, pero su hija estaba destinada a ser
reina, pero se le busca un marido adecuado que actúe como rey. Se casará con un hijo del
monarca francés, el segundogénito que no estaba destinado a reinar, Felipe. Pero su hermano
mayor murió y subió Felipe al trono como Felipe IV de Francia y I de Navarra, con lo que
produce la unión efectiva. Es Felipe IV el hermoso, que se enfrentaría al papa Inocencio VIII y
sería el que propiciara la caída de la Orden Templaria. Sin embargo Navarra no será muy
ineteresante para Felipe.
Le sucede Luis I, Juan I “el Póstumo” (que duró 5 días), Felipe II (su tío, Felipe V de Francia) y
después Carlos I, tras el cual recupera Navarra su independencia con su sucesora Juana, que no
podía reinar en Francia pero sí en Navarra.

T.16 HISTORIA POLITICA DEL SIGLO XIV (campus virtual…)

T.17 LOS REINOS HISPÁNICOS EN EL SIGLO XV

Es un siglo que se producen grandes cambios, el más importante sin duda la unidad de España,
conseguido por el matrimonio de los RRCC. Una unión puramente dinástico y personal, de
modo que cada reino mantiene sus propias instituciones, la única insittucion común será la
Inquisición.

CASTILLA

El siglo empieza con el reinado de Juan II (1406-1454), que se iniciado tras la muerte de
Enrique III, un rey enfermizo “el Doliente”, pero capaz. Reinará con minoría de edad hasta
1419, año en el que acaba la regencia de su madre Catalina de Lancaster (bastante incapaz) y su
cuñado Fernando, una regencia que se extiende hasta 1412, año en que Fernando marcha a
Aragón para ser coronado rey. Catalina ejerce sola entonces la regencia hasta 1419, si bien de
forma casi desastrosa.

Juan II ya había generado la ambicion desde joven la ilusión de ser rey. Con 13-14 años se casó
con la más rica heredera castellana, Leonor de Albuquerque, señora de all´y otros señoríos. Hija
de uno de los bastardos de Alfonso XI. Durante la regencia Fernando busca el prestigio
personal, por ello se inicia una lucha contra Granada y se toma Antequera. Fernando aspiraba a
la corona castellana pero por azares acabo como rey de Aragón. La muerte de Catalina en 1418
será algo crítico, con lo que se decide que juan II era capaz ya de reinar. Sin embargo Juan II
apenas tenia gran interés en gobernar, sino que se dedicaba sobre todo a los placeres que le
gustaba, especialmente las letras. Dejo su gobierno en manos de su valido, Don Álvaro de Luna.
Frase de Juan II: “Naciera yo hijo de un labrador e fuera fraile del Abrojo, que no rey de
Castilla”.

Alvaro de Luna nació en una fecha desconocida, además no estaba destinado a ser anda
importante. Era hijo bastardo de una familia noble, la de los Luna. SU madre fue la “Cañeta”
posiblemente una prostituta. Nace a finales del siglo XIV en torno a 1390 y serán los miembros
de su familia los que determinan su ingreso en la corte como page del niño rey. Desde el primer
momento parce ser que hubo una gran sinonía y sobre esa base se creo una gran amistad que
duerará hasta la caída en desgracia de Alvaro de Luna.

Los detractores de Alvaro de Luna atacan la sintonía del rey por su valido atribuyéndole artes
mñagicas que hechizaron al rey. Los partidarios del Alvaro afirmaban que fueron sus
capacidades las que hicieron la amistad. Se reconoce su gran talento y capacidad de trabajo, con
magnetismo personal, capacidad de encantar a sus mismísimos enemigos, con gran sentido del
humor, y muy intruido y muy bien educado pese a ser bastardo. Sabemos que era un buen
prosista humanístico (según las modas que se introducían en la PI) y un buen caballero que
participó en justas y actos bélicos.
Se covnierte en favorito del rey desde el primer momento y logra rápido protagonismo en la
corte desde que el rey se le considero mayor de edad. Era una corte de ambiente axfixiante y
plagada de enemigos. Juan II descansó su responsabilidad sobre Álvaro de Luna, tanto que
actuo prácticamente como rey de Castilla de forma práctica. Esto unido a su ambicion
desmedida y evidente, unido a su programa de gobierno le atraerá numerosos enemigos entre la
alta nobleza castelllana. Su proyecto puede verse algo apradógico, pues se busca un
reforzamiento del poder real, y de desarrollo de la burocracia del estado. Es un gran avance en
la formación del futuro estado moderno.

La gran parte de la nobleza ve este proyecto como un corte a sus prerrogativas y privilegios.
Para llevar a cabo su programa alvaro se apoyará en la baja nobleza, que en cierta medida se
esta convirtiendo en lo que denominamos nobleza de servicio, a través de este servicio a la
corona buscan el progreso económico y social. Tambien se apoya en la oligarquía urbana,
encargándole también puestos de confianza en la burocracia del estado. Se da también entrada a
los que se les conocode como letrados, personas que se han formado con el fin de integrar en el
servicio del estado. Muchos eran unviersitarios, algunos incluso doctores. Entre todos ellos
habrña muchos judioconversos, que sapoyaban una monarquía fuerte capaz de evitar los
alborotos y mantener el orden, que muchas veces les tenían en el punto de mira.

Los movimientos antijudios del siglo anterior supuso la conversión masiva de judíos, que
buscará en el gobierno y su servidio una salida. Muchos de ellos eran criptojudios, practicaban
el rito judío en secreto. Que muchos conversos fueran cercanos a alvaro de luna supondría la
enemistad de muchos castellanos.

Debido a las malas relaciones de alvaro con la nobleza, su valimiento quedo marcado por una
serie de alternativas: expulsiones de la corte que se alternan con triunfales retornos a la misma.
Esto se producía cuando la nobleza conseguía controlar al rey y cuando este retomaba la
voluntad lo recuperaba en tiempos de necesidad. Este alvaro de luna recibió una importante
promoción social, pues se casó con mujeres de la alta nobleza, y lograra una gran cantidad de
mercedes como conde de Santiesteban, condestable de Castilla y llegaría a ser maestre de la
Orden de Santiago, la principal de las ordenes del momento en la PI. Su castillo favorito en el
que vivio la mayor aprte de si vida fue el Castillo de Escalona, el mas rande de Castilla ene l
siglo en la 1º mitad del siglo XV en poder de la nobleza. Alvaro de luna acabaría cayendo.

El primer matrimonio de Juan II fue con su prima Maria de Aragón, resultado de la proyección
de los intereses aragoneses en Castilla, del rey Fernando I de Aragón, tio y antiguo tutor del rey.
Los infantes de Aragón son la prole de Fernando I de Aragón y su esposa, entre ellos dos chicas:
María la mujer de Juan II, y Leonor que fue reina de Portugal. Ambas fueron esgraciadas en su
vida matrimonia. Leonor terminaría exisliada en castilla, viviendo con su hermana. Los varones
tuvieron muchísima mayor importancia, en función de la ambicion de su padre. El mayor,
Alfonso, estaba destinado a suceder a su padre, y asi lo hizo como Alfonso V. El segundo, Juan,
fue en principio rey de Navarra al casarse con Blanca la heredera y sucedió a su hermano al
morir como rey de Aragón, como Juan II de Aragón, padre de Fernando el Católico. Fue un
hombre y polito muy inteligente y extraordinario, el verdadero arquitecto de la unicion de
Castilla y Aragón.

El tercero, Enrique, estuvo casi siempre en Castilla como Marqués de Villena, Maestre de
Santiago hasta que Alvaro de Luna le desposeyó del cargo. Los otros dos mas chicos, Pedro y
Sancho, el primero sin demasiada importancia y el segundo murió joven.
Del primer matrimonio nació su heredero el futuro Enrique IV, pero con 14-15 años las
relaciones con su padre serán pésimas incluso aprticipara en las rencillas palaciegas en los
últimos años del reinado de su padre, poniéndose a Alvaro de Luna. Muy distinto será el fruto
de su 2º matrimonio, con Isabel de Portugal. Este matrimonio es significativo porque se trta de
buscar una buena relación con Protugal y superar las consecuencias del desaste de
Aljubarrota??. Era un matrimonio que Juan II no deseaba contraer por su mala experiencia
anterior. Alvaro de luna logró convencerlo de mala gana. Pero al concoerla parece ser que se
quedo encantado con Isabel. El era maduro pero ella jovencta, guapa y lista. El matrimonio
parece q fue bastante feliz. Tuvieron dos hijos, Alfonso e Isabel, con una proyección política
importantísima a la muerte de su padre. Isabel se volvió loca tras la muete de su marido y asi
permaneció durante muchos años hasta morir a finales del siglo XV.

Este segundo amtrimonio es tmb importante porque amrca el distanciamiento con alvaro de
luna, conseguido a instancias de la intención de su esposa Isabel, que recelaba de la relación del
rey con su valido y mostrará autentica saña contra el valido. Sera objeto de un odio que llevara
asta las últimas consecuencias, será juzagado de crímenes gavísimos: usurpado la corona, ser un
rey sin serlo, y de aprovecharse de las rentas del reino en beneficio propio. Se hizo una especie
de juicio, considerado por los contemporáneos como una pantomima, que se saldo con una pena
de muerte en Valladolid. Juan II se lamentaría los meses después hasta su muerte.

(En el arreglo de los matrimonios: Lo mas que llegaba era una miniatura con un retrata de la
reina)

Enrique IV (1454-1474) llega al gobierno siendo ya un hombre adulto con experiencia en


conspiraciones. El tenia ya un matrimonio fracasado a sus espalda, con Blanca de Navarra, una
de las hijas de Juan II de Aragón (cuando era Juan de Navarra) que era fruto de los intereses de
los infantes de Aragón. Este matrimio fallo porque nunca fue consumado, algo que se planteara
muchas dudas sospechas en cuanto a virilidad de Enrique IV. Tras anular ese matrimonio
contrajo un 2º matrimonio, aprecido al 2º e su padre. Tambien se casa un una infanta portuguesa
con el fin de lograr una relación armónica. La 1º parte del reinado fue de gloria para el monarca,
años expléndidos hasta 1462-63, manteniendo calmada a la nobleza castellana, logra prestigio
internacional y su punto culminante sería 1462 tanto externo como interno, porque además ha
tenido una hija que poco después de nacer se la nombre princesa de Asturias (heredera).

Pero empiezan a torcerse las cosas de forma desmesurada hacia una situación contraria.
Comienzan serios problemas con la nobleza, que empieza a dar problemas de inquietud, que
empieza a mostrarse de nuevo levantiscas. El nacimiento de la propia juana tiene un problema
también, que es una mujer y la posibilidad de que el reino lo reciba una mujer es algo que no se
ve del todo. Además Juana de Portugal tiene un aborto de un varón con 6 meses de embarazo.

La nobleza levantisca no quiere a una mujer heredera, por ello se inicia una propaganda sobre la
ilegitimidad de Juana y la impotencia de Enrique. Se acusa al rey de haber empujado a la reina a
los brazos de uno de sus validos, Beltrán de la Cueva, de ahí Juana “la Beltraneja”, algo que no
se ha demostrado.

Los nobles empiezan a protestar además contra la política de ENqrie IV y llevan a cabo la Farsa
de Ávila en 1465, donde se reúnen los nobles sublevados y levantan un cadalso y realizan una
ceremonia de deposición del rey con un monigote. Terminan quitándole los atributos y
quemando la figura. Son usos simbólicos muy habituales en la edad media. Estos nobles
después declaran rey a su hermanastro Alfonso, que todavía es un niño y usado como un títere
por los nobles sublevados, dirigidos por Juan Pacheco, antiguo valido del rey, quien corona a
Alfonso como Alfonso XII, que formará una pequeña corte en torno a sus allegados.

Enrique siempre tuvo un carácter negociador antes que belicista o violento. Negocio con los
nobles, admitió la posibiliad de que su hermanastro reinara con la condición de que se casara
con su hija Juana, de modo que asi ella no quedaba desairada. Pero Alfonso muere aun
adolecente, entre algunas sospechas pero que se ha descubierto que no fue envenenado como se
decía. Los nobles buscan entonces una alternatva tras la muerte de su candidato en 1468, que no
deja de ser problemática. Optarán por la otra hija de Juan II, Isabel, quien era algo mayor que su
hermano difunto, que se da mucha cuenta de las cosas. Se niega a proclamarse reina antes de la
muerte de su hermanastro, al que considera legítimo. Esto desagradó a la nobleza que no deja de
presionarla, pero ella lo considera un salto de legitimidad.

Las negociaciones concluyen en el Pacto de Guisando, en virtud del cual Enrique IV aparta a su
hija Juana del trono y reconocde heredera a Isabel. En 1469 las relaciones entre Enrique e Isabel
se rompen por el matrimonio de Isabel con Fernando de Aragón, pues en los pactos de Guisando
quedaba comprometida a necesitar el permiso de Enrique para casarse.

A Isabel se le buscaba un marido adecuado, y el partido aragonñes incitado por Juan II de


Aragón logra convencer a Isabel, aun sabiendo que supone la ruptura con su hnastro y además
que eran primos y la dispensa pontificia no la reciben hasta unos cuantos años después de 1469.

La ruptura de Isabel y Enrique supone una nueva vuelta al problema sucesorio. Enrique
deshereda a Isabel y repone a Juana como heredera. El problema sucesorio se proyecta hasta la
muerte del rey. Por un lado Juana y por otro Isabel. Juana contará con el apoyo de Portugal
puesto que su madre era Portuguesa y además se casara con el rey Alfonso V de Portugal, pero
que nunca se consumará. Es un dilema no solo entre mujeres sino entre 2 consortes, pues a cada
una le acompaña un marido. La victoria de una u otra supondría la unión de Castilla a Aragón o
Portugal.

Pocos meses antes de la muerte del rey se produce una reconciliación entre Enrique IV y Isabel.
Enrique no vovlera a reconocer a Isabel como heredera nunca más, pero podría decirse que
muere sin una decisión definitiva, lo cual dará lugar a una autentica guerra civil tras la muerte
en Madrid de Enrique IV.

ARAGÓN

Fernando I (1412-1216) protagonizo un reinado paradogico pues aspiraba a la corona de


Castilla. Su forma de convertirse en rey no fue sencilla, pues dirimió el trono con otros
candidatos, especialmente el Conde de Urgell, quien se reveló por su descontento al final fue
aplacado. Sus súbditos catalanes se enfretnarán a Fernando I, al igual que a sus inmediatos
sucesores. A pesar de sus deseos de congraciarse con los catalanes no sirvió. Como todos los
Trastámará, murió medianamente pronto, dejando como heredero Alfonso V dejando
indicaciones a sus hijos, los Infantes de Aragón, como la necesidad de mantenerse unidos y que
les recordaba qe ellos habían nacido en Castilla. Alfonso V (1416-1458) protagonista de un laro
reinado, que s einicia cuando ya era adulto y bien preparado para reinar gracias a educación que
le otorgo su padre, muy en la línea con los nuevos momentos del occidente europeo
renacentista.
El reinado tiene 2 partes bien diferenciadas, una 1º hasta 1532, destacada por la intervención en
la política peninsular, que nos lleva a hablar de los problemas con Cataluña, presentes en el
reinado de su padre. Cataluña se engaba a la entronización de los trastámaras, a pesar de la
política mediterránea. Será importante la intervención del rey aragones en castilla, secundando
siempre los intereses de sus hermanos, los infantes de Aragón, y poniendo den jaque el poder
del rey castellano Juan II por las influencias de los infantes. La segunda parte se centra en la
expansión mediterránea de la corona de Aragón, auqnue ya antes había tomado la iniciativa,
pero ahora se centra en ella, tanto que a partir de un det momento se establece en Italia y nunca
regresa a la PI, que será la causa de la falta d descendencia legítima, pues su mujer esta en
Aragón, aunque sí tendrá bastardos en Italia.

Detsaca la intervención activa en Sicilia y Cerdeña, el intento de apoderarse Córcega y su


intervención en el reino de Nápoles. Una intervención que viene a complementar lo que venia
siendo la intervención en Sicilia. Una vez el reino de Sicilia se escindió en las vísperas sicilianas
se divide en reino de Sicilia y reino de Nápoles, donde reinan los Anjou hasta que llega la reina
Juana, una mujer con mala fama, bastante díscola con la moral cristiana que sufría algunos
problemas y además no tenia heredero legítimo, de modo que ofreció a Alfonso V adoptarle
como hijo y futuro heredero, luchando con los anjevinos, que seguían queriendo recuperar
Nápoles. Pero Juana termino desheredando a Alfonso V, que tomará el reino de Nápoles, y se
“enamora de Nápoles” y permanece ahí hasta el final de su vida. No se incorpora Napoles a la
corona de Aragón , pero sí queda = de vinculada que Sicilia, y queda vinculada con una dinastía
aragonesa secundaria, que nace con uno de los hijos ilegítimos de Alfonso V.

Pero en Aragón reinará el segundo de los hijos de Fernando I de Antequera, Juan II (1458-79),
sobre unas tierras bien extendidas. La vecindad de Nápoles con los estado pontificios supndrá la
constante intervención de los papas en la corona aragonesa. Había sido rey consorte de Nvaarra
al casarse con Blanca de Navarra (muere en 1441), un reino por el que nunca sintió demasiado
aprecio, pero que nunca querrá soltar hasta su muerte, lo cual dara problemas en Navarra, donde
se sentían desatendidos por el rey, y además consideraban que no era un rey legítimo a la
muerte de Blanca, y exigen que reine el primogéito de ambos, Carlos, el príncipe de Viana. Pero
juan II no lo permitirá y llevará a una pugna entre padre e hijo, una guerra civil en navrra que se
escinde en 2 partidos, en los que s eincluyen los 2 grandes clanes: los agramonteses a favor de
Juan y los beamonteses a favor de Carlos. Esta guerra se mantiene hasta la muerte de Juan II en
1461, cuando muere el príncipe de viana, sin embargo algunos coletazos de los partidarios de
Carlos se mantienen.

Ser´ta tembien uno de los infantes de Aragón que mas influya en los asuntos castellano, de
hehco se consideraba más noble castellan que aragonés, de hecho tenía posesiones en Castilla.
Siempre interviene de forma activa en Castilla, creando una amplia red de espías que trabajaban
para él y el partido aragonés. Los intereses en Castilla determinan su segundo matrimonio, con
una noble castellana, Juana Enríquez, de la familia Enriquez que defendía los interees de los
infantes de Aragón, y muy enfrentados a Álvaro de Luna. Ella era muy joven, i va a ser una
mujer de gran presencia en el reinado de juan II, extremadamente inteligente, usada como
lugarteniente por su marido Juan II, será también enormemente ambiciosa, que a veces se
muestra con claridad, Buscaba dejar a su hijo, Fernando el Católico, por ello se le acusó a Juana
Enriquez la muerte de su hijastro el príncipe de Viana. Da la impresión de que trabajó incluso
para q Fernando heredara también el trono de Navarra, no solo Aragón.
Una mujer de la que parece que el rey estuvo realmente enamorado, pues tras su muerte parece
ser que el rey perdió el decoro negándose a salir de sus aposentos, a pesar de ser un rey de
mucho carácter.

Como rey aragones no le impide mantener la corona de Navarra y su intervención en castilla,


pero por otro lado tendrá problemas con el principado de Cataluña, mucho mas graves que los
de sus antecesores porque Juan II tendrá que enfrentarse a una guerra civil catalana, pues el
principado se rebela y declara depuesto a Juan II. EN 1461, muerto Carlos de Viana, se detona
esta guerra civil porque pensaban que había sido un asesinato. Una guerra que dura hasta 1472
con la victoria del rey, pero una victoria pírrica, pues supuso un desembolso económico enorme
y tiene que reinar de forma generosa con los derrotados. A su vez en Cataluña la guerra suscita
un conflicto con francia por la posesión del Rosellon y la Cerdaña, que eran codiciados por
Francia. La corona francesa hizo un préstamo muy generoso para el conflicto catalán con la
condición de que devolviera el dinero en un año, en caso de no poder se kedaria Francia con el
Rosellon y la Cerdaña. Esta zona sería un frente de conclicto constante en los siglos posteriores.
EN esta guerra civil de Cataluña tuvo Fernando el católico con 13 años su bautismo de fuego,
comandando las tropas y logrando una victoria. Era una consdierable ayuda para su padre, era el
descanso de su padre, octogenario y ciego por cataratas, si bien tras una operación de cataratas
(por los judíos) recupera parte de la vista perdida.

Fue Juan II quien auspició el matrimonio de su hijo con Isabel, ya cuando eran muy pequeños.
Pero este compromiso se romperá y se volverá a plantar mucho tiempo después. Detrás de este
compromiso estaba el deseo de Juan II por unir las 2 coronas de Castilla y Aragón, pero
pretendía que su hijo fuera rey efectivo de castilla, no consorte. Era el que tenía los mejores
derechos a la corona de castilla por ser nieto de Fernando I de Antequera. La jugada no le salió
bien xq Isabel no permitió que fuera rey efectivo, sino consorte. También contó con gran apoyo
de la nobleza castellana.

La cuestión de la sucesión de Navarra se resolverá a favor de la única hija viva de Blanca de


Navarra, hermana de Carlos de Viana: Blanca de Navarra (como su madre), que será la 1º
esposa de Enrique IV hasta ser rechazada por repudio por la impotencia de Enrique IV. Volvera
a Navarra y morirá sin herederos, de modo que le sucede Leonor, la otra hermana.

LOS REYES CATOLICOS

El titulo e reyes católicos se lo otorgó el pontificado en 1496, y no antes. El título se lo da


Alejandro VI, un papa español (Valencia), Rodrigo Borja, y se lo otorga para contrarrestar el
titulo de “rey cristianísimo” de los reyes franceses. El papa se llevaba mal con Francia y de muy
buena relación con los RRCC, pues suponía un reconocimiento el apoyo que estos le prestaron a
él y a la Iglesia. Su matrimonio se produjo en 1469, a través del cual se unieron las coronas de
Castilla en 1474 y en Aragon en 1479. Cada reino mantuvo su propia personalidad, y tan solo la
Inquisición fue la institución común a ambos reinos. Esa unión podía haberse roto como
sonsecuencia del segundo amtrimonio de Fernando el Catolico con con Germana de Foix en
1505, un año tras la muerte de Isabel.

Los inicios del reinado fueron difíciles. Hablamos de dos momentos de entronización, uno de
Isabel en Castilla y otra de Fernando en Aragón, esta ultima será sin problemas por la sucesión
directa de su adre. Pero en castilla ubo un problema sucesiorio abierto.
Encontramos a dos mujeres que se enfrentan por el trono, y tenemos un reino escindido en dos
partidos, que dara a una guerra civil entre 1475 y 1479. Empieza en 1475 y no un año antes xq
fue coronada en diciembre del año anterior. Es una guerra internacionalizada, pues participan
Aragon apoyando a Isabel y Portugal a Juana. No es un conflicto de carácter sistematico y de
guerra permanente, sino que hay momentos de calma y estabilidad, algo normal en la edad
media, además es un conflicto estacional, guerras de verano generalmente. El conflicto termina
con la vistoria de Isabel y Fernando, determinada mucho por el apoyo de ARAGÓN Y LA
PAULATINA DEBILIDAD DE PORTUGAL. EL conflicto acab con la firma del tratado de
Alcaçobas, que pretende solucionar las heridas abiertas entre Castilla y Portugal. El tratado fue
durísimo para Juana, pues se anulaba su matrimonio con Alfonso V de Portugal, y se le
planteaba casarse con Juan, hijo de los RRCC, cuando éste llegara a los 14 años. Pero juana era
mucho mayor que Juan, la otra opción era ingresar en un convento, de modo que sería muy
difícil tener heredero de las dos formas. Juana optó por el convento, sin embargo a lo alrgo de
toda su vida se considero reina de castilla y asi firmo sus documentos.

Los problemas de castilla y Portugal pretende también solcuionar la rivalidad entre ambos en el
atlántico, pues ambas coronas habían iniciado expediciones en el atlántico. Castilla había
iniciado la conquista de Canarias y Portugal las Madeira y las Azores. Tambien se trata de
solucionar las malas relaciones con Potugal, deciciendo el matrimonio de Isabel, la hija mayor
de los RRCC con el príncipe Alfonso de Portugal, heredero. Un matrimonio que suponía la
ventaja de la dote, absolutamente inmensa, porque en realidad se indemniza con ello a Portugal
por su participación en el proceso sucesorio en Castilla. A partir de entonces Castilla y Portugal
no discutirán hasta el descubrimiento de América. El matrimonio fue sumamente eficaz.

Una vez conseguida la victoria, que coincide con la entronización del Fernando en Aragón, los
RRCC llevan a cabo una reorganización y pacificación de ambos reinos. Se hara especialmente
perceptible en Castilla, a raíz de las alrgas Cortes de Toledo de 1480. Una vez reorganizado el
territorio, se inicia la lucha contra el reino de Granada, algo que había sido imposible con sus
antecesores castellanos.

La conqusita será una empresa castellana, pero perticipo también Aragón, 1º porque Fernando
lelgo a liderar algunas expediciones y porque aparticiparon tropas aragonesas. Funa guerra
bastante dura y penosa, con muchas alternativas, con algunas derrotas desmoralizadoras. Esta
guerra es considerada como el fin de las guerras emdievales y el inicio de las modernas. Por un
lado se mantiene la guerra de carácter estacional, una campaña anual normalmente, que inicia
en la primavera y acababa con el otoño. Pero también aparecen tropas mercenarias, lo que
suponen muchos emdios económicos. Las cuentas de la guerra están estudiadas en los
documentos de Simancas. Se recurre menos a la cabaleria y se empieza a fomentar el uso de la
caballeria y es una guerra también en el que la artillería será esencial, usada desde el inicio hasta
el final. Se usan ya cañones, pesados y ligeros (uno de ellos se llama Isabel. Las pingardas,
cañones ligeros termianran dando lugar a los fusiles) y también cañones de mano. Tambien se le
da importancia a obras relacionadas con la guerra: construcción de caminos, puentes para el
transporte de pertrechos. El desgaste de los enemigos tendrá también mucha importancia. Las
crónicas hablan de las “talas”, una forma de destruir las cosechas enemigas para debilitar la
situación del enemigo.

Hasta 1486 las conquistas fueron bastante calmadas y molestas, en zonas con pocas plazas
fuertes pero a partir de entonces las cosas avanzaron muy rápidamente, especialmente entre
1487-89, que fueron los que determinaron la final victoria.
También contaron con rlas rivalidades internas de la familia real nazarí, que ayudó mucho a los
RRCC. En enero de 1492 se logra la final fictoria. Hubo una bula de cruzada que se emitió en
ambos reinos, con la que se lograron bastante medios económicos.

La conquista de granada supuso el aumento de los mudéjares en la zona de granda, pues se les
permitía el hábitat, pero muchas veces a causa de las rebeliones fueron muchos reprimidos,
otros convertidos al cristianismo especialmente en 1499 a isntancias de la llegada a la ciudad de
Cisneros, que se enfrenta al sistema de “persuasión y predicación” del obismo de Granada,
iniciando conersiones masivas, otros emigraron al Magreb.

La ciduada quedaría a cargo del conde de Tendilla, de la familia de los Mendoza, quien en la
guerra civil tomó Madrid, también fue embajador en Roma. Sus comportamientos heroicos en la
guerra de Granada se verá asi recompensada. Ha dejado más de 5.000 cartas escritas. Al rey
Boabdil se le dio un trato honrado tras la conquista, sin embarog en un momento determinado
decidió marcharse también al Magreb.

De alguna forma, la Guerra de Granada se prolongço mediante expediciones sobre el Norte de


África, hasta el final del reinado. Estas expediciones pretendía establecer una forma de
protección de la PI y una continuación del sentimiento de cruzada y de lucha contra el infiel.
Pero también una intencíon comercial, de modo que se podía obtener el valioso oro africano,
que pasaría a través de la PI al resto de Europa, y también esclavos, si bien en este siglo XV los
esclavos presentan diferencias a los siglos anteriores, y más frecuentes. Junto a los esclavos
tradicionales utilizados para los trabajos duros, encontramos ahora esclavos destinados al
servicio doméstico, en muchas ocasiones usados como objetos suntutarios de cara al resto de la
sociedad.

El comercio africano se hace así cada vez mñas importante, y también por
la importancia de los interses de Castilla y Portugal. Tambien otro objetivo
de las expedicieones era acabar con la pitaría berberisca. Estas
expediciones eran discontinuas, y se empiezan a detener con el inicio del
siglo XVI y las guerras de Nápoles, sin embargo nunca deja de prestarse
atención a África.

En 1492 tuvo lugar otro de los acotnecimientos más conocidos del reinado
de los RRCC, posiblemente sobre el que más se ha escrito y debativo. La
expusión de los judíos. A veces se considera de una forma aislada, puntual
de la PI, sino que se situa en un contexto del Occ Europeo, donde la
expusión de los judíos había sido frecuente (Inglaterra, Francia, territorios
italianos y principados alemanes), de modo que no es una excepción. Es
antijudaismo no estrictamente antisemitismo, y ahora se empieza a utilizar
la religión como arma política, que sirve para cohesionar, que obliga a que
en cada reino exista una única religión que serivra como elemento
aglutinante. Esto supone una lucha contra las minorías religiosas que
perturban la unidad política. Esto es lo que produce las expulsiones de los
judíos del Occ Europeo. Esto también explica las posteriores guerras de
religión de la Edad Moderna.

Paradojicamente de los Estados Pontificios nunca fueron expuslados los


judíos, apenas molestados. De hecho encontramos muchas fuentes que
hablan de Roma como una ciudad muy libre. (Sobre esto: La lozana
andaluza de Francisco Delgado).

La expulsión de los judíos, por otro lado, se refiere de forma expresa al


contexto del reinado de los RRCC, marcado por el pasado más reciente, a
finales del siglo XIV, en 1391, se habñian producido una serie de tumultos
antijudiós tanto en Castilla (Sevilla, con las preicaciones antijudias de un
eclesiástico habían producido la casi destrucción de la judería) como en
Aragón. Hatsa este momento los judeoconversos habían sido pocos, y se
habían creado una buena reputación entre los cristianos, que creían en su
conversión. Pero a partir de 1391 se producen conversiones masivas, en la
mayoría de los casos se les dio a elegir entre la conversión y la muerte. Una
vez los tumultos acabaron, muchos judíos intentaron vovler a la religión
anterior, pero no se les permitió. Por un lado la Iglesia afirmaba que no
podía recibirse el bautismo ofrzosamente, pero por otro el bautismo dejaba
una huella inquitable, de modo que los nuevos conversos no podían volver
al rito judío, en tal caso sería herejía.

Los judíos expulsados podían salir con sus bienes muebles, mientras que no
sean cosas vedadas (cabalos, moneda de oro, etc.) sin embargo a los judíos
mas destacados se les otorgaban mercedes que les permitían llevar muchos
más bienes. Muchos de los que se fueron a Portugal llevaron muchos bienes
de contrabando. Los bienes inmuebles tuvieron que venderse, pero como
fueron muchas tierras y casas las que se ofrecían en venta, en general no se
pagaron su precio justo.

Muchos de ellos se introdujeron en el criptojudaismo, pero muchos no


fueron prudentes y creó un resquemor entre los cristianos ante los
criptojudios, y empezarán a verse con recelo, ya que se considerada que
estaba fomentado por los judíos que no se habían convertido. En el decreto
de expulsión de 1492 se expresa que la expulsión en parte se hace por
evitar la comunicación de los judíos con los judeoconversos. Además esta
expuslsion coincide con la política religiosa de los RRCC, que se apoya en
tres pilares: Inquisición, Expulsion de los judíos y conversión de los
mudéjares.

Establecimiento de la Inquisición: que se instaló a raíz del problema de los


judeoconversos, de los que se sospechaba enormemente entre los
cristianos, que en ocasiones se tomaban la justicia por su mano. Ante este
peligro se implanta la Inquisicíon. En 1478 el papa sixto IV otorga la bula, y
a partir de 1481 se crea el primer tribunal inquisitorial en Sevilla, por ser la
más peligrosa en cuanto a criptojudíos. Esta institución será la única común
en los dos reinos.

La última es la conversión de los mudéjares, que venía a resolver los riesgos


que suponía tener musulmanes en suelo cristiano. A comienzos del siglo XVI
tenemos además un potente imperio turco que amenaza el Mediterráneo, y
en la PI se inicia un sentimiento de sicosis ante una posible invasión turca.
Por ello se lleva a cabo una conversión de los mudéjares de modo que no
puedan servir de caballo de troya. Los udéjares se convierten así en
moriscos, musulmanes convertidos al cristianismo. Sin embargo la mayoría
se convirtireon de forma forzosa, evitando asi marchar al exilio. Y muchos
se convirtieron en criptomusulmanes, que la Inquisición también perseguirá,
si bien con menos fuerza que contra los judíos, a pesar de que los
criptomusulmanes tampoco hicieron mucho por ocultarse, aun asi en los
primeros momentos la Inquisición miraba para otro lado.

Los gitanos se introducen en las tierras ibéricas en este periodo, pero es un caso distinto al de
los judíos y mudéjares. En este reinado se intenta establecer una contención de su entrada, y una
vez dentro se les intenta expulsar, pero no es una minoría implantada, sino que se están
implantando.

Dentro de la política religiosa de los RRCC se debe en gran parte a la intención de Isabel. La
reina y el rey se hacen pintar en imágenes religiosas, introduciéndose así en los episocios
evangélicos.

EL descubrimiento de América se logra en parte gracias a que antes se habían tomado las
Canarias (1478-1496). Hasta entonces la conqusita había sido señorial, y las islas se habían
integrado en estasdos nobilirarios, pero a paritr de ahora entoncemos una conqusita de los
RRCC destinadas al realengo. Es una conquista destinada sobre todo a las islas principales,
derrotando y convirtiendo a los guanches. Las Isñas Canarias se usaran como estación de parada
de las naves que iban a América, un lugar en el que podían realizar avituallamiento y
reparaciones. En Tenerife y Gran cacaria fue especialmente fuerte la resistencia de los
guanches.

Si la conquista de las Canarias respodía a los intereses castellanos, la política mediterránea


respondía a los intereses de Aragón. Será esto lo que vincule a los RRCC a las Guerras Italianas
o de Nápoles. Tras la muerte de Alfonso V en Nápoles, Francia intentará recuperar para los
franceses el reino de Nápoles. Fernando el Católico se compremetía a no interevenir en su
conqusita de Nápoles a cambio del Rosellón y la Cerdaña. Luego cambiará de opinión e
intervendrá activamente dos veces. En la segunda intervención se establece la división de
Nápoles entre ambos reyes, pero la inefectividad de la división hace que Fernando entre de
nuevo en la guerra y gane y recuepra Nápoles.

En las guerras italianas participó de forma activa el Gran Capitan,

La obra de los RRCC se completa con una acertada política matrimonia, que sin embargo pese a
su buen planteamiento no daría los frutos esperados. Tiene el principal objetivo de aislar a
Francia por la tradicional enemistad con Aragón y por los acontecimientos del reinado. El 2º
objetivo es anudar buenas relaciones con Portugal, algo que venía intentándose desde el reinado
e jUan II. Y también se intenta establecer buenas relaciones con Inglaterra y Flandes-Borgoña
(SIRG). Para ello contaron con sus hijos:

Isabel: primero con el rey de Portugal, pero tras la meuerte de este por caída de caballo se casra
con su hermano Miguel.

Juan se casrá con margarita de Austria, anudando una buena relación con el Imperio, y a Juana
con Felipe de Austria.

Catalina se caso primero con Arturo de Inglaterra y después con Enrique VIII.
Tras la muerte de Juan sin dar hijos varones se juraría heredera a Isabel, pero ella muere a
consecuencia del parto, pero ance un niño, Miguel, quer iba a ser heredero de Portugal y Castilla
pero sin embargo muere siendo un niño.

Queda entonces Juana como heredera, que ya tiene unos problemas: su marido no era el mejor
marido y yerno posible, pues había hecho pactos a las espaldas de su suegro Fernando y su
padre Maximiliano. Fernando lo sabía por su red de espías, lo cual le haría actuar. Juana con
todo ello hace mella en su salud mental, protagonizando episodios de los que debe responder y
justificarse. En 1504 muere Isabel, de modo que Felipe y Juana reciben el trono castellano, pero
Felipe muere pronto. Para entonces Fernando se ha casado con Germana de Foix y toma las
riendas de Castilla, pues Juana se encuentra incapacitada.

EN 1516 muere Fernando, y ante la incapacidad de Juana, reinará su hijo Carlos I, que no llega
hasta 1517-18 y mientras tanto se encarga Cisneros de la regencia dek reino, arzobispo de
Toledo. No es una regencia fácil, marcada por conflcitos y problemas, sin embargo logra un
efectivo traspaso de poderes a Carlos I. Sin embargo nunca llegará a conocer a Carlos, pues
cuando éste desembarca Cisneros muere.

La anexión de Navarra:

Juan II muere en 1479, y hasta ese momento se negó a renunciar a la corona navarra. La sucede
Leonor I durante apenas unos días, iniciando un nuevo reinado que marca el comienzo de la
cuenta atrás para el reino. A Leonor I no la sucede ninguno de sus hijos, pues su primogénito
había muerto poco antes de Juan II, de modo que se inicia una crisis sucesoria. Por un lado el
nieto Francisco Febo, cuya madre era la princesa Magdalena de Francia, por ello le apoyará con
gran interés. Empieza a reinar (minoría de edad) en 1479-1483, pero realmente reinaba de forma
directa su madre Magdalena de Francia. Pero Leonor estaba casada con un Foix, cuya dinastía
también había recibido el condado de Albret. Su sucesora, Catalina, será protagonista de un
reinado más largo, que se inicia también en minoría de edad, y Magdalena de Francia toma una
decisión de casar a su hija Catalina con Juan de Albret, un hombre con

Navarra tenía territorios vinculados al otro lado de los pirineos, e torno a la ciudad de San Juan
de Pie de Puerto. A su alrededor vemos también territorios que iban uniendo al reino navarro de
forma algo caótica, especialmente con los territorios de Juan de Albret.

Desde el matrimonio ente catalina y Albret las cosas se complican rápidamente. Llevará a una
alianza con Francia, algo que choca con las intenciones internacionales de los RRCC que
pretendían aislar a Francia. Esto explica también el segundo matrimonio de Fernando el
Catolico con Germana de Foix, recordando a los navarros que si las cosas se ponían feas
siempre podría reclamar sus derechos sobre el territorio.

Las relaciones se enfrían con la guerras italianas contra Francia. Con el Tratado de Blois es
estableció un pacto de paz entre Francia y Navarra, por el cual Francia se comprometía a no
dejar pasar tropas con intención de atacar Navarra, y viceversa. De modo que Fernando
entendió este tratado como lo que era, un pacto contra sus intereses. Con su maravillosa red de
espías se entero rápidamente de lo que ocurría, y al dia siguiente de la firma del pacto invade
militarmente Navarra, que no pudo hacer nada contra las tropas del rey aragonés. Para lograr la
anexion efectiva de Navarra se anexionara a la corona de Castilla. Los territoios de la casa de
Fois y Albret no pasan a su control, al igual que las tierras ultrapirenáicas, que durante el siglo
XVI tendrán su propio “Rey de Navarra”.
TEMA 18. ECONOMÍA DEL SIGLO XV

El marco general:

Nos sirve no solo con relaciona la economía, sino también para la sociedad, la religiosidad y la
intelectualidad. En el siglo XIII se mantuvo en general la economía expansiva que se inicia en
los dos siglos anteriores (Plena Edad media de los siglos XI-XII). Esta coyuntura expansiva
empieza a torcerse a partir de los años centrales del siglo XIII, cuando se empieza a mostrar los
primeros síntomas de crisis, al principio apenas perceptibles, pero que s hacen más claros hasta
hacerse evidente a final del siglo. El siglo XIV será así de crisis generalizadas, que afecta a
todas las facetas de la vida humana, afectada en gran parte con la peste negra, si bien la crisis ya
esta vigente desde el inicio del siglo.

Desde comienzos del siglo XIV tenemos una climatología bastante agresiva, vincualada con
ciclos de malas cosechas, lo cual supondrá carestía de alimentos y desabastecimiento, con
hambrunas desde 1302 en adelante. Tambien será un siglo golpeado por la frecuencia de la
guerra. Las guerras en los siglos XI, XII y XIII habían implciado el enriquecimiento de los
reinos cristianos (parias, botines, etc.). Pero en el siglo XIV esto cambia, pues los beneficios no
son comparables, y además se produce una detención de la reconquista. Encontramos guerras
muy crueles, destructivas y empobrecedoras, como la Guerra Civil Castellana, la guerra de los
dos Pedros, o la política de expansión castellana. Y por supuesto la Peste Negra, que hizo su
presencia en la PI a apritr de 1348, y a partir del año siguiente se extiende por toda la península,
provocando una enorme mortandad, como en el resto del occidente europeo. Aunque su brote
podría terminar en torno a 1350, se producen ciertas reactivaciones de brotes y oleadas de 8-10
o 12-15 años, cada una de las cuales es menos devastadora que el brote original, pero afectan
sobre todo a los más jóvenes. Esto será importante porque se pone en peligro el reemplazo
generacional y la recuperación demográfica. Esto se extiende hasta el siglo XV.

Dos ejemplos de la mortandad: el reino de Navarra, bien estudiada por una gran documentación,
como consecuendia tanto de la peste como las guerras y el hambre, perdería hasta el 50% de la
población. Y en general a todos los reinods hispánicos se considera que a mediados del siglo
XIII habñian llegado a su esplendor demográfico de la Edad Media, y ese punto de demografía
no se recuperará hasta el siglo XVI. aLa crisis de la centuria del XIV no afecta = a todos los
teinos peninsulares, pues en Castilla se siente menos la crisis, posblemente porque cuando se
inciia está en una situación bastante buena, beeficiada por sus conqusitas, con prosperidad
económica, etc. En el caso de Aragón será mas profunda, puede que por su peor situación. Su
expansión mediterránea suponía una guerra continua, que suponía una sangría económica y
demográfica, de modo que no podrá hacer frente a la crisis. Valencia sin embargo en el siglo
XV vive un progreso increíble, al contrario que Cataluña.

La recuperación se dara en el XV de forma paulatina, pero clara y evidente. Esta recuperación


nos situa ante toda una serie de cambios y novedades que permitirán la superación de la crisis.
De una economía de subsintencia se pasara a una economía de mercado, propia de la edad
moderna, que producirá un nuevo orden económico, ligado al liderazgo de las ciudades en este
siglo XV. Esto no significa que la agricultura y ganadería pierdan importancia.

AGRICULTURA:
Como consecuendia de la crisis del suglo XIV se produjo una autentica reorganización de la
vida agrícola. La agricultura había quedad profundamente desorganizada por el bajón
demográfica, la gran mortandad de campesinos supone que muchas tierras queden sin cultura,
algunas comunidades globales desaparecen, se producen oscilaciones bruscas en el precio de los
alimentos de primera necesidad, como los cereales, y oscilaciones burcas también en las rentas
agrícolas (los salarios de los campesinos tienden a ser bastante elevados, y en cuando a los
campesinos de condición servil experimentan unos cambios pero con tendencia a la baja).

La reorganización muchas veces se vinculará con el fenñomeno de los despoblados, marcados


con la peste negra, aunque tambvien tiene otras causas. Desde finales del siglo XIV se produce
el abandono de mucas comunidades rurales, bien por la peste bien por el abandono por
circunstancias inviables de vivir.

Este permitirá una mayor racionalización de la vida agrñicola, pues se despueblan en general
poblaciones apartados e incomunicados, y también con frecuencia también comunidades rurales
cuyas tierras no eran especialmente productivas (que se habñiuan trabajado por el aumento
poblacional). La vida agrícola se concentra ahora en las tierras mas fértiles y productivas. El
fenómeno de la despoblación ermitira un auge de la actividad ganadera, que exigen menos mano
de obra y ofrece bastante beneficio económico. También se favorece la silvicultura,
aprovechando las zonas de montes y bosques, que siguen siendo un elemento fundamental.
Tambien una transformación fundamental es un rpoceso que favorecerá la adaptación de la
producción agrícola al mercado. De la economía natural se apsa a una economía de mercado, de
modo que se explotarán aun mas los campos que produzcan mayores beneficios en el mercado.
Se favorece la vid, el olivo, el textil, el azafrán, la morera, o el lino. El cereal bajará según baja
su precio en el mercado. Se produce asi una cirta especialización de cultivos, con una mayor
rentabilidad.

Otros cambios son los vinculados a las propias explotaciones agropecuarias, cambios para
adapterse a las nuevas circunstancias y superar la crisis. Las pequeñas propiedades retrocede,
algunas desaparecen por la crisis porque se arruinan sus propietarios, de modo que son
absorbidas estas porpiedads por los latifundios. Per éstos también tienen que adaptarse a las
neuvas circunstancias.

Se prioducen cambios en los señoríos: Las reservas eran tradicionalmente cultivadas por los
señores de forma directa, con ampesinos a cambio de salarios. Esto deja de ser rentables, de
modo que se tiende a una desaparición de las reservas, que se parcelan y son arrendadas a
campesinos con unos contratos más rentables para el señor feudal. Esto por un lado ayuda a los
arrendatarios, pero otra consecuencia es que los señores empiezan a ser meros rentistas. La
presión de los señores sobre los campesinos será mayor en los siglos XIV y XV. Esto se
relaciona con la menor rentabilidad, aumentando los impuestos de los campesinos del señorío y
recurriendo al ius maletractandum, uso del maltrato.

A esto se suman conflictos sociales de los campesinos de los señoríos, Como ejemplo, en
Aragón tenemos a los payeses de remensa. EN principio eran jurídicamente librs, pero no son
propietarios de la tierra, sino que trabajan la tierra de u señor y están adscritos a ella, de la que
pueden escapar solo mediante el pago de la remensa (del latin redimentia=rescate). La presión
sobre ellos de los señores aumenta ya con el reinado de Alfonso V, que intenta llegar a una
solución , sin éxito y también con Juan II, cuando se mezcla con la guerra civil catalana. Ene ste
momento los payeses se revelan contra sus señores, a lo que Juan II no puede hacer frente. Con
la Sentencia de Guadalupe, pronunciada en Guadalupe en 1486, considearada favorable a los
campesinos, pero realmente es una solcuion de compromiso en la que los que mas ceden son los
campesinos. De modo que los campesinos podían evitar el maltrado pagando por ello.

En Castilla tenemos la revuelta de los irmandiños, en Galicia, un lugar donde la nobleza se


caracterizaba por ser especialmente terrible en el trato con sus campesinos. Sabemos que los
nobles ejercen una presión fiscal en aumento durante todo el siglo XV. Algunos protagonizan
bandolerismo contra sus propios campesinos. Los campesinos formaron una hermandad,
“Irmandade”, en función de interses comunes para conseguir un mejor trato de los eñores y
protagonizaron una revuelta en los años 60 pro la zona de La Coruña, el Ferrol, Betanzos. Pero
la revuelta fue aplastada por la nobleza gallega en 1469. La casa de los Andrade era el que peor
comportamiento aplicaba a los campesinos, y serían los principales causantes.

GANADERIA:

Va a experimentar un auge, que no viene solo por la crisis agrícola, sino que viene del siglo
XIII, porque se habñian incorporado nuevas extensiones territoriales a los reinos cristianos,
muchos de ellos tenían debilidad demográfica, de modo que la escasez de mano de obra y la
abundancia de los espacios abiertos favorecerá la actividad ganadera. Esto se complementa con
la reorganización de la vida agrícola. Destaca la ganadería ovina, ya que se conoca bien en el
mercado nacional e internacional (Francia, Inglaterra, Flandes) con unos beneficios muy
rentables (uno de las act más rentables de la edad media). Tiene un carácter transhumante,
desplazándose con las estaciones, con rutas especiales, las llamdas cañadas, que acabaron
surcando la totalidad de la PI. Un desplacamietno que se hacia a veces en detrimento de los
agricultores, a veces acompañados por escoltas armadas que evitaban la presencia de cuatreros y
ladrones de ganado. El traslado de ganado estaba grabado por un impuesto de “servicio y
montazgo”, uno de los mñas destacados de Castilla en los últimos siglos del Medioevo. A veces
los reyes cadñiane stos impuestos a señores o instituciones eclesiásticas. Dentro del patrimonio
real también había ovejas. En 1273 se organzia el Honrado Concejo de la Mesta, una asociación
de ganaderos castellasnos, en la que se incluyen pequeñas asociaciones de ganaderos (mestas)
que se habían formado hasta entonces. Este concejo quedaría en manos de los grandes señores y
contaba con grandes privilegios, con un cuerpo policial propio que se encargaba de mantener
intatos estos privilegios.

ARTESANIA

Experimenta también un mom de desorganización, vinculada con la escased de mano de obra y


la escasez de demanda. Peor se recuperara con relativa facilidad de la crisis por el incremento de
la demanda a finales del siglo XIV. A partir de entonces se presetna un nuevo panorama de la
artesanía de los reinos hispánicos. Las ramas mñas destacadas:

Manufacturas textiles, que ya en siglos anteriores había sido muy importante, pero ahora tiene
aun mas relieve y presencia. La vemos representaba en Navarra, Aragón y Castilla. EN aragon
hay una floreciente actividad textil por el lino, algodón y por supuesto la lana, destianda
primeramente al autoconsumo pero también a la exportación: por un lado se lleva hacia las
posesiones aragoensas ene l Med, pero también al sur de francia, Norte de áfrica. Esta aresania
estaba radicada en las principales ciudades: Barcelona, Valencia, pero también con otras
menores como Sabadel, Mataró. En Castilla la lana tiene una mayor exportación al extranjero,
de modo qe salía mas rentable importar la lana manufacturada, en general de Flandes. A pesar
de ello tenemos ciudades como Segovia, Valladolid, Palencia y Zamora.
La actividad siderometalúrgica se practica también en zonas norteñas como Vizcaya, guipuzcoa,
etc, primero por ser tierras ricas en hierro y por la presencia de bosques (combustible para
alimentar los altos hornos). Otra ventaja era la posibilidad de los puertos cantábricos,
exportándose a Inglaterra y la Francia atlántica.

Otra rama de la act. Artesanal es la relativa a las construcciones navales, con gran desarrollo por
la costruccion de flotas de guerra en los mom finales de la EM y por la importancia de las vías
comerciales marítimas. Son baros en un proceso de transformación: la carabela.

Cuando hablamos de la organización artesanal en esta época, como en el resto del continente, en
España se basa también en los gremios. Todo el trabajo artesanal quedaba estrechamente
vinculada a los gremios y las cofradías religiosas de carácter gremial, con un cierto carácter
propagandístico, y con gran influencia en el desarrollo artístico de los últimos tiempos del
Medievo (colegiatas, iglesias, etc.).

COMERCIO

El comercio evidentemenete también sufio la crisis del siglo VIX, con una cierta
desorganización. Pero las consecuencias negativas fueron menos importantes que en otras
actividades, pues en el siglo XIII había logrado una enorme importancia, y era imprecindible,
trayendo productos de lujo y suntuarios. La demanda se rebaja, pero no desaparece. Además el
comercio era imprescindible para traer alimentos de primera necesidad. La actividad se
recuperara relativamente pronto, desde finales dl siglo XIV. A partir de ese momento:

Comercio Local: Siguen teniendo una gran importancia los mercados urbanos, celebrados en las
ciudades más importantes, con una periodicidad normalmente semanal. De hecho en el XIV y
XV se desarrollan aun más, aumentando en numero, en ciudades donde antes no existían estos
mercados. Junto a ello será importante la presencia de más tiendas permanentes, habituales a
finales de la Edad Media. Hay una actividad comercial diaria y cotidiana gracias a ellas, cada
vez más frecuetnes.

Ademas se crean nuevos mecanismos que enlazan el comercio local con el internacional. EN las
tiendas de las ciudades se venderán de forma habitual productos extranjeros. Surgen centros
distribuidores de mercancías, que recibían marcancias del estrangero y se distribúan luego a
nivel local y comarcal. Burgos es el mejor ejemplo que podemos poner como centro distribuidor
de mercancías, comunicado con los puertos del cantábrico (Santander, Bilbao, etc.) donde hay
una importantísima act comercial con la zona atlántica de Francia, Inglaterra y Flandes. De estas
zonas llegaban productos que normalmente pasaban directamente a burgos, con un sesgo
comercial destacadísimo, con gran poder de los grandes mercaderes. Desde burgos se extienden
a la corona de castilla, también navarra y Aragón, incluso a zonas meridionales como Córdoba o
Sevilla.

Las hermandades son propias de este periodo, una especie de asociación entre comerciantes y
navegantes. Cada puerto del cantábrico tendrá su propia hermandad de mareantes que persigue
sus intereses.

Este carácter de conexión lo tendrán también las ferias (local-internacional), que al final de la
EM adquieren una mayor importancia, especialmente en el siglo XV, que es cuando surge la
feria de Medina del Campo, que en la edad moderna se desarrollará enormemente. No sabemos
con seguridad cuando se fundaron las ferias de Medina del Campo, posiblemente por Fernando
de Antequera (regencia de Juan II), aunque también podrían haberse fundado por Juan II. Lo
importante es que fue una empresa clarividente, pues Medina del Campo estaba en un
importante cruce de caminos (puertos del cantábrico, otra ruta a Portugal y otra ruta a Toledo,
que contactaba con las tierras andaluzas). Además estaba en una zona en la que en pocos
kilómetros a la redonda habían existido oda una serie de ferias que tenían un gran éxito
(Valladolid, Medina del Rioseco, Villalón, etc.), que se verán eclipsadas por Medina del
Campo. A final de la edad media las ferias se celebraban 2 veces al año, y en total serían unos
100 dias de actividad comercial. Tania un carácter polifacético, con comerciates de toda europa,
donde se coemrciaba con productos muy diversos y variados: productos de 1º necesidad a bajo
previo (miel, vino, aceite) y también productos de carácter suntuarios, sobre todo textiles de lujo
flamencos. Un aspecto fundamental es la exportación de lana (Castilla es el gran exportador de
lana en el siglo XV) y era también un mercado de capitales, lo que le daba una gran importancia
añadida. En la Corona de Aragón fue costumbre construir espacios comerciales, las lonjas.

Comercio Internacional: en primer lugar, el Mediterraneo será el principal escenario. La corona


de Aragón, en función de los intereses catalanes y valencianos. Barcelona y Valencia eran los
principales centros comerciales, a los que se sumaban en el siglo XV Palma de Mallorca,
Palermo (Sicilia), etc. Esta actividad comercial va a generar unos beneficios destacadísimos,
Aaragon exportaara fiundamentalmente manufacturas propias 8textiles) y exporatara oro y
esclavos afriasnos y productos suntuarios (sedas, especias, eprfumes, joyas, ungüentos) del
Imperio Biantino. Muchos de esos productos se distribuyen luego a castilla, Portugal o Francia.
Tenemos el surgimiento y consolidación de instituciones vinculadas a la actividad comercial,
especialmente el Consulado del Mar, que a partir de la Edad Moderna tendrá su reflejo en
Castilla. Tenía un carácter de tribunal con jurisdicción en asuntos mercantiles, pero también era
una corporación profesional en la que quedaban reunidas las gentes del mar (comerciantes y
transportistas) para defender unos intereses comunes. Sus oficiales eran los cónsules, y el de
Barcelona tenia también una serie de corresponsales a lo largo del Mediterráneo, los llamados
cónsules de ultramar, que actuaban favoreciendo los intereses de los transportistas aragoneses.
A veces también realizaban tareas diplomáticas. Tambien hay consiles de ultramar en zonas del
Med. Oriental, como Constantinopla. Este consulado del mar dara lugar a una serie de
costumbres, usos y costumbres en el comercio marítimo aragonés, recopiladaos en
(FOTOCOPIA).

En Castilla Sevilla tendrá una gran importancia comercial, pues podía unir el comercio atlántico
con el Mediterráneo. Es la llamada Ruta Atlántica, usada fundamentalmente por los castellanos,
pero también aragoneses. A través de ella se llega Portugal, Francia, Inglaterra y Flandes. Frente
al relieve del med. Tenemos un menor relieve del Atlántico, pero que también constituye una
gran fuente de ingresos. Este comercio atlántico queda vinculado especialmente a la corona de
Castilla y sus puertos cantábricos, especialmente Bilbao. Allí se trafica con toda una serie de
productos: se exporta desde Castilla materias primas (hierro, lana y otros productos elaborados
como vino o aceite) y se importan manufactueados, sobre todo textiles de Flandes e Inglaterra.
A castilla se salía mejor exportar la lana e importar su manufactura que manufacturarla en casa.

Toda esta actividad comercial favorecerá en la PI una serie de negocios bancarios y financieros,
sin los que no se podría haber desarrollado tanto, pues era necesario hacer una inversión. Estos
grandes comerciantes habñian recibido un gran capital acumulado, que les permitia invertir En
las ciudades más importanes se asentarán comerciantes extranjeros para desarrollar la actividad
financiera: Barcelona, Valencia y especialmente Sevilla (es una ciudad riquísima en el siglo
XV: comarca agrícolamente muy fértil con una tremenda productividad, gran coemrcio agrícola
de vino aceita y cereales, y a su alrededor hay una explotación minera muy importante, y
además domina la ruta atlántico comercial, además esta densamente poblada, con una fuerte
demanda comercial). Sobre todo serán italianos genoveses, que se habían instalado en un barrio
únicamente para ellos, sobre todo banqueros y financieros.

La actividad comercial esta marcada por el proteccionismo en el Occ. Europeo, favoreciendo a


los naturales del reino, buscando también el perjuicio de los extranjeros. En Castilla y Aragón
este proteccionismo esta relacionada con una serie de impuestos, que graban a los intreeses
extranjeros, la condición de determinadas cosas “vedadas” como el oro, la plata, los caballos,
etc. que no se permiten sacar de las fronteras del reino (salvo permiso previo). También entre
las medidas está el flete de los barcos.

LA MONEDA

Tendrá un uso cada vez mas destadado en la Baja EM, desde el siglo XIII en adelante, e
produce la progresiva monetalización de los respectivos reinos hispánicos. Incluso a final de la
edad media existirá el “hambre de dinero”, pues la economía exige continuamente moneda. Esto
afecta a todo el occidente europeo, pues no se acuña moneda suficiente. Esto es asi por la falta
de metales preciosos para ser amonedados. El oro africano es caro y difícil de conseguir. La
carencia de moneda favorecerá el uso del papel moneda en el siglo XV y las letras de cambio.
Tambien se trata de paliar el hambre de dinero recurriendo a la devaluación monetaria,
consistente en que cuando se hace la aleación, se incluye cada vez menos metal precioso, y
aunque es menos valiosa intrínsecamente se mantiene su valor. Esto supone un beneficio
económico para los reyes, pero además la elevación de los impuestos indirectos favorecían a sus
actas. Pero estamos en un mom de factores políticos en el que se pretende consolidar la idea de
que la moneda no vale su valor intrínseco, sino el valor que tenga un poder político que apoye
un valor determinado de la moneda.

Por los demás estamos en un momento en el que se usan muchas monedas diversas y variadas.
En la España de los RRRCC convivían monedas castellanas, aragonesas, portuguesas, de
Flandes, francesas, inglesas, bizantinas, turcas y además monedas de muy diversas etapas, como
monedas del siglo XIV. De modo que es una situación monetaria compleja, que hacía
imprescindible la labor de los cambistas. Los RRCC intentaron regular en vano el uso de la
moneda.

El excelente es una moneda de oro que se acuña tras la guerra de granada, con un valor muy
elevado y muy recurrido en el mercado internacional.

TEMA 19. LA SOCIEDAD

Ofreceremos una visión general de lo que une a las sociedades hispánicas en esteos momentos,
de modo simplista, sin entrar de forma detallada en las diferencias mutuas.

Hasta finales del siglo X y principios del XI se había impuesto una concepción trinitaria de la
sociedad, en búsqueda de la sociedad idílica: los bellatores, oratores y laboratores. Este
estamento final será el tercer estamento o estado llano, que carece de los privilegios que
caracterizan a los otros dos estados.
Esta imagen trinitaria de la sociedad sigue vigente en el siglo XV a pesar de determinados
cambios. Esto se debe a la concepción estática de la sociedad, que no se atenía a cambios,
aunque no correspondiera exactamente con la ideología inicial.

Los marginados sociales son una novedad que trajo consigo el siglo XI que aumentarán durante
la edad media, especialmente durante la crisis del siglo XIV. Otro elemento que se escapa a la
imagen trinitaria es la presencia de minorías religiosas, especialmente impornte4s en los reinos
hispánicos, donde no está solamente la minoría judía, sino también los mudéjares, pero a pesar
de todo se mantiene la imagen trinitaria de la sociedad, como podemos ver en el Libro de los
Estados de Don Juan Manuel (Infante Don Juan Manuel).

LA NOBLEZA

La nobleza constituye una minoría dentro de la sociedad, y la alta nobleza una minoría dentro de
la nobleza. Desde la segunda mitad del siglo XIV asistimos a una auténtica renovación
nobiliaria en todos los reinos hispánicos, especialmente en Castilla. Algunos de los linajes
tradicionales desaparecerán a favor de otros nuevos, que les sustituirán. Hablamos de un paso de
la vieja nobleza a la nueva nobleza.

Las causas de la desaparición de la vieja nobleza son variadas. Muchas veces los matrimonios
endogámicos acabaron en un agotamiento genético de determinados linajes. Otras familias
acabarían en el siglo XIV a raíz de las enfermedades y epidemias, que afectaban a todas las
capas sociales. Pero sobre todo será a causa de la guerra, principal actividad nobiliaria, en
general de carácter civil, como las del siglo XIII en Castilla.

Estos linajes deben ser sustituidos por una nueva nobleza, normalmente al amparo de los reyes,
que tienden a ennoblecer a determinadas familias, como en el reinado de Enrique II, donde
tenemos las “mercedes enriqueñas* que favorecerían a determinadas familias que serían
cercanas a la nueva dinastía Trastámara.

Todo este paso de nobleza vieja a la nueva está relacionada con las dos formas de acceder a la
nobleza. Por un lado esta la nobleza de sangre, aquellos que tienen una tradición familiar. Pero
también tnemos una nobleza creada, pues desde mediados del siglo XIV los reyes usaran su
facultad para ennoblecerá determinados individuos ajenos a los círculos nobiliarios, incluidos
algunos judíos conversos, especialmente en el reinado de los Reyes Católicos. La familia de los
Coronel en apenas de un año pasan de ser judíos a convertirse al cristianismo y pasar a la
nobleza castellana.

Esto creará una polémica sobre la capacidad de los reyes para crear nobles, cuya respuesta es sí,
pero también una polémica sobre qué nobleza tiene la superioridad. Una parte es partidaria de
una nobleza honorable y familiar tradicionalmente heredada, mientras que otros valoran la
nobleza nueva porque lo ha conseguido por sus propios méritos.

Esta nobleza contaba con los tradicionales elevadísimos niveles de rentas, pero encontramos
algunas novedades en estos siglos. Por un lado, la nobleza gozaba del dominio de la renta de la
tierra, juntamente con la Iglesia era el sector propietario por excelencia. Pero con la crisis del
siglo XIV los nobles se las ingeniaron para que sus rentas siguieran siendo importantes.

Los nobles también obtenían beneficios por su actividad guerrera, especialmente durante el
siglo XIII, con el gran proceso reconquistadores en el que los nobles participaron y se lucraron
de importantísimos beneficios. Pero hay ciertas diferencias con el pasado, pues también
realizarán oficios encargados por la realeza, por los que recibirán nuevos beneficios destacados,
que además generan un prestigio para aquellos que los ostentas.

Los nobles, junto al señorío territorial gozaban de un señorío jurisdiccional. Una de las salidas a
la crisis fue aumentar sus influencias jurisdiccionales aumentando nuevas rentas. Se produce la
creación de lo que llamamos estados señoriales, aquellos señoríos en los que se unen señorío
territorial y jurisdiccional, donde los señores realizan las mimas competencias que los reyes en
sus tierras de realengo. Si bien siempre se tiene presenta la supremacía real, pero para algunos
nobles es bastante etéreo y algunos llegaban a impedir la entrada de oficiales reales en sus
estados.

Entre las rentas nuevas de los nobles se incluyen también las provenientes de la actividad
ganadera. Muchos nobles eran dueños de grandes cañadas. Muchos nobles también obtienen
grandes ingresos a raíz de su participación en a la actividad comercial, especialmente en la
Corona de Aragón (cerca del 60% de los nobles invierte directamente en las actividades
comerciales). Muchas veces los reyes para pagar a las familias nobiliarias cedían parte de los
ingresos de sus tierras. En ocasiones se producirán usurpaciones a las tierras del rey y de la
Iglesia, bastante frecuentes en los momentos finales de la Edad Media. Si la monarquía es
incapaz de recuperar las tierras usurpadas, normalmente se solucionaba el problema
oficializando la posesión de las tierras para la familia (el rey las cede).

Los nobles adquieren en estos siglos un mayor protagonismo político, pues son siglos
turbulentos y de querellas dinásticas. Los reyes acudían en apoyo de los nobles constantemente.
Además estamos en unos siglos en los que se gesta el futuro estado moderno, en el que se busca
la participación de los nobles en el gobierno. Estamos hablando de un protagonismo político al
más alto nivel, pero también hay un nivel secundario, actuando en la vida política de las
ciudades. Si en los siglos anteriores los nobles están ligados al campo y el mundo rural, pero a
partir del siglo XIV la nobleza comienza a asentarse en las ciudades. Su protagonismo allí se
materializa: los nobles empiezan a ostentar magistraturas concejiles, muchos ejercerán
influencia en las elecciones de determinadas magistraturas, y empiezan a iniciar clientelas en las
ciudades.

Los bandos nobiliarios serán muy habituales en estos siglos, luchas de bandos entre la propia
nobleza para conseguir un mayor poder. Estos bandos tienen diferentes niveles. Nacional: En
Navarra tenemos dos facciones que luchan por la influencia en el país. Tenemos otros
conflictos, como los Medina Sidonia y los Duques de Cádiz, o también luchas por el control de
las ciudades.

Estaban determinados por unos ideales caballerescos: estos ideales se habían ghestado en siglos
anteriores, en torno a la idea del caballero cristiano para los nobles, que debía poseer virtudes
como el valor, la lealtad, la capacidad de sacrificio, siempre dispuesto a luchar a favor de los
más débiles y oprimidos. Protector de la Iglesia, devoto y piadoso. Muchas veces se
materializaban en diversiones como justas, torneos, etc., que se refleja en la literatura. Tienen
también determinados ritos importantes como el armarse caballero. Estos ideales sobre todo
desde el siglo XV empiezan a presentar influencias humanísticas, algunos autores piensan que
en este siglo XV se pasa del noble caballero al cortesano, un caballero “domesticado” con
elementos nuevos como la importancia de la cortesía y los buenos modales, la formación
cultural (que se denota en la forma de habalr y la capacidad de conversación) y que ya no debe
cultivarse solo al cultivo de las armas, sino las letras. Además debía dedicarse al menos en parte
al mecenazgo. El Marqués de Santillana (Íñigo López de Mendoza) se dan cita tantos los
elementos caballerescos como los cortesanos.

El noble tiene un determinado estilo de vida, basado en la ostentación, el lujo, la pompa, el


despilfarro económico. Es un estilo de vida esencialmente ociosa, con cacerías, justas, pasos
honrosos, fiestas y banquetes. Este estilo de vida tiene un efecto contagioso en otros sectores
sociales, como la alta burguesía, que aspira al ennoblecimiento imitanto el estilo de vida
nobiliaria. A veces la alta burguesía llegaría a igualar el estilo de vida nobiliario, pues algunos
poseían mayores fortunas.

[Paso Honroso: un noble se plantaba en un paso estrecho (puente, desfiladero, etc.) que ponían
en tela de juicio su condición de buen caballero. A veces estas actividades terminaban siendo
casi juegos, preparados. Uno famoso es el de Beltrán de la Cueva. EN los torneos sesolian
utilizar armas de cortesía, en vez de metálicas, pues era raro el torneo. En los torneos se
enfrentaban dos equipos, con espadas de cortesía, eran combates colectivos. Las justas eran uno
contra uno.]

El linaje ternia enorme importancia para la nobleza, predominando el titulo de sangre, que parte
de un antepasado común sobre el que existe una veneración. En el linaje pueden pertenecer una
gran cantidad de personas, pues no solo los vinculados por sangre pertenecían, sino también las
clientelas, de modo que podían llegar a ser enormes algunos linajes. Al frente se alza el
primogétino mayor del linaje, prevalece el varon y la primogenitura. El mayorazgo será una
institución que evite que se vaya dilapidando la herencia de un linaje, favoreciendo al hijo
primogético frente a los demás, que quedan en una situación mucho peor, en general vinculados
a la Iglesia pues no podrían sostener el estido de vida nobiliario. De ahí que algunas familias
poderosas poseyeran de los reyes la facultad de dos mayorazgo, a favor también del
segundogénito. Pero estos casos son muy pocos.

Tambien en los linajes hay una preocupación genealógica, para asegurar el prestigio social. Se
hace sentir sobre todo en el siglo XV, donde empieza a ser habitual encargar a los genealogistas
un historial de la familia, muchas veces inventadas e imaginativas, adentrándose cuanto más
posible en el pasado. En relación con los linajes son importantes 3 elementos indispensables:

Debe tener un solar o casa originaria del linaje, conocido, como un castillo o casa-palacio, por el
que existe una autentica reverencia por los miembros del linaje. El de los Ayala, por ejemplo,
tanía un modestísimo hogar en el Valle de Ayala, de modo que muchas veces el solar originario
era simple y modesto.

El escudo de armas o blasón, que aparecía hasta la saciedad en el linaje, en las gualtrapas de sus
caballos, en sus casas, en las vajillas, etc. como elemento de cohesión de los miembros.

Una capilla funeraria, que sirve de panteón familiar del linaje y que ensalza su pasado y lo
proyecta hacia el futuro. De alguna forma con estas capillas se manenía viva la memoria de los
antepasados.

EL ESTAMENTO ECLESIÁSTICO:

Estamento privilegiado, en el que existen grandes diferencias como en los siglos anteriores, que
se paran alto de bajo clero. El alto estaba muy vinculado a la nobleza, de modo que muchos eran
segundones. EN el siglo XV empieza a haber algunas excepciones y empieza a ser psible llegar
al alto clero siendo de un origen humilde o baja extracción social, porque ene ste siglo se
produce toda una cruzaca hacia un clero mejor formado, con una intelectualdiad esperada, de
modo que muchos universitarios de Teología o Derecho Canónigo llegan a las filas del alto
clero. Un ejemplo es Fray Hernando de Talavera, que llegó a ser primer arzobispo de Granada.
Era hijo bastardo, por lo que fue a la universidad de Salamanca, donde llegó a ser catedrático en
Salamanca (donde están sus vítores pintados). En lugar de seguir con la vida académica en un
mom decide convertirse en monje jerónimo, gozando de gran prestigio por su piedad, en
Valladolid Isabel le convierte en su confesor y terminó como arzobispo de Granada. Su madre
además era de origen judío.

Se mejora la ormacion del clero, y sobre todo en el siglo XV se busca también mejorar la
situación moral del clero, pero si lo 1º se logra lo segundo es más complicado.

EL CAMPESINADO

Hablamos de la inmensa mayoría de la población. Se han heho estimaciones, y en reinos


hispánicos ocuparía en torno al 80% de la población. Grupo social heterogéneo donde se
mexclan situaciones muy diversas y variadas. Al final de la edad media es aún mas heterogéneo,
porque encontramos que en el extremo superior encontramos a los propietarios de tierra,
algunos llegaron a ser grandes terratenientes con alto nivel de posesión de tierras, pero en el
extremo contrario encontramos campesinos con una población servil, a raíz del incremento de la
presión señorial.

Tenemos qye habalr de una tendencia a final de la EM. Si desde el siglo XI al XIII se dio una
mejora de la condición en el XIV y XV se produce un deterioro de la condición campesina. Hay
camepsinos que se escapan de esta tendencia. En razón a esto tenemos una importante
conflictividad social (recueltas a raíz de problemas económicos, tema de Economía).

SOCIEDAD URBANA:

En el mundourbano tenemos también la misma heterogeidad y complejidad. La complejidad


radica en la distinción juridia de los habitantes, que nos permiten hablar de 3 categorías: vecino,
morado y forastero.

El vecino es aquel que esta avecindado y goza de condición de determinadas ventajas, pues
solian tener fanquicias privilegios y algunas esenciones en su ciudad. Podían partidipar en la
vida polica y podían acceder a las magistraturas. Pero por se vecinos debían pagar una serie de
impuestos

Los moradores viven en la ciudad pero sin la condición jurídica de vecinos, bien porque
pertenecen a otra ciudad bien porque no han logrado la vecindad. Son ciudadanos de “segundo
orden”, y como tal no podían acceder a la vida política ni gozar de privilegios de vecino y pagan
otros impuestos distintos. Los forasteros son los que están en peor situación, especialmente en
siglo XV que se desconfía mucho de ellos, pues se teme que huyan a la ciudad por algún
problema. Los epregrinos llevan siempre distintigvos que le determinen como tal, a ellos se les
tiene gran respeto.

Las ciudades ene stos siglos tienen un crecimiento poblacional bastante considerable, pues
respondieron mejor que el campo a la crisis del siglo XIV. Son ciudades beneficiadas por el
liderazgo económico que habían logrado al final de la Edad Media. Se materializa con
ensanches en ciertas ciudades, con arrabales y barrios de extramuros, y edificando solares que
no estaban en uso.
Tenemos 3 tipos de ciudadades:

Poco pobladas: Bilbao (5.000) a pesar de ser el principal puerto atlántico de Castilla.

Poblacion media: Valladolid (25.000) vinculada con las ferias de Medina del Campo, situada en
un cruce de caminos, y es una de los destinos principales de la corte, además de tner la
Audiencia Real. Además tiene la universidad.

Gran población: Sevilla (45.000) quizás la más poblada de la península ibérica.

Laos habitantes de la ciudad estaban polarizados en dos grandes grupos: la oligarquía y


comunes.

La oligarquía era minoritaria en la población, pero dominaba la vida política urbana porque
ostentaba las principales magistraturas, a veces a todas. También tenían un elevado nivel de
rentas, normalmente son las personas más ricas de la ciudad, al igual que el prestigio. Por lo
demás era de lo más heterogéneo, como los nobles asentados, los caballeros villanos y los
miembros del tercer estado adinerado.

El “común” hae referencia a la mayor aprte de la poblaci´n, ajena a las élites. Estaba
políticamente dominado, aunque en algunas ciudades tienen una participación, si bien
restringida. Su nivel de rentas era claramente inferior. También un grupo heterogéneo y variado:
artesanos, pequeños coemrciantes, campesinos y pequeños propietarios.

Esta polarización de la sociedad urbana produjo una importante conflictividad social pro el
control de la vida política de la ciudad. El común aspiraba a no dejarse controlar por la
oligarquía. En el siglo XV tenemos el ejmplo en Aragón, en Barcelona se lucha ente la Busca
(partido politco del común) y la Biga (oligarquía).

Aparte de estos conflictos tenemost ambien otros conflictos sociales, de dos tipos:

Vinculados a las banderias urbanas: dos linajes nobles establecidos en una ciudad luchan entre
sí.

Tambien conflictos ciudad-tierra, en las comundiades de villa y tierra. Se producen conflictos


entre los habitantes de la ciudad y los de la tierra, marcado por caracteres diferentes y con
intereses por el liderazgo económico.

La pobreza: los pobres aspiran a cambiar su suerte. Afecta a los más desfavorecidos de la
sociedad. Encontramos a huñerfanos, sin instituciones que puedan ayudarles, destinados a vivir
en las calles. EN el caso de las niñas era peor, a veces avocadas a la prostitución. Había
donaciones de carácter piadosos destinadas a lograr una dote para estas niñas huérfanas, tanto
para las que querían casarse como para entrar en un convento o monasterio. Solian ser enseres
domésticos, no dinero. La pobreza ataca también a los enfermos, los ancianos y muchas veces a
las viudas. La pobreza puede ser revertida y los pobres pueden volver a la vida normal. Son los
pobres vergonzantes, pero también los pobres que no lo son, que a veces formaban un pequeño
ejército dedicados a la picaresca.

Los pícaros: existe una “Corte de los Milagros” en la que los ciegos veían y los cojos andaban.
Si se descubrían las mentiras de muchos de los pícaros la consecuencia podía ser fatal. Junto a
ellos encontramos también a los que prefieren vivir de la mendicidad, sin un trabajo honrado a
pesar de poder llevarlo a cabo. A finales de la Edad Media se intenta controlar a esta masa de
pobres, inscribiéndoles en matrículas y patrones que permitían limosnear a los pobres
examinados por las autoridades, que determinaban si era o no un vago. Sin embargo se intenta
controlar, pero no de erradicar, sino que se toma como algo natural. De hecho en parte es algo
bueno, que permite a los ricos expiar sus pecados con la caridad.

Los enfermos: muchas veces tienen una doble marginalidad, porque muchos son pobres. Es un
estigma, sobre todo determinadas enfermedades manifiestas, que dejan unos signos inquitables.
La lepra era una enfermedad muy temida, se pensaba que era tremendamente contagiosa. Era
una enfermedad que desfiguraba completamente a los que la padecían. Los leprosos eran
apartados, obligados también a llevar ropas distintivas (y tapados) y también portaban una
campanilla o carraca para avisar de su paso cerca de las personas sanas. A finales de la Edad
Media aparecen las leproserías o “lazaretos” destinados al cuidado de estos enfermos, con el fin
en parte de aislarlos del resto de la población más que forma de caridad, pues se pensaba por
entonces que la enfermedad era síntoma del pecado. Todas aquellas enfermedades que daban
lugar a aspecto desagradable o estigmas son temidas. La locura también se cuenta entre ellas. En
la edad media a veces se les ve como oráculos con cierto don profético, por ello algunos locos
eran temidos o seguidos. Los violentos eran apartados, y a raíz de ellos se fundan los primeros
manicomios a finales de la edad media, con el fin de apartarlos del resto de la población.

Delincuentes: a veces se forman ligas de delincuentes que actuaban entre ellos con lenguajes
secretos y demás. Solían actuar en los barrios peor considerados, los que se poblan de burdeles
y tabernas. En estos grupos integramos ladrones, asesinos, postitutas, etc. que podían dejar de
vez en cuando algunos cadáveres en las calles. Esto se relaciona con el inicio a finales de la EM
de una policía urbana, que recorre de noche los barrios más peligrosos en grupos, que a veces
estas rondas acababan con enfrentamientos, las reyertas eran llamadas los “ruidos” por los
escándalos.

Extranjeros: en la Edad Media tienen siempre también un cirto carácter marginal pues siempre
se desconfía del extraño, aquel que viste diferente, tiene otro idioma o costumbres, sobre todo si
son pobres. Aquellos extranjeros con buena sit económica, como los banqueros genoveses del
siglo XV no se pueden liberar de esta condición.

Los esclavos: a final de la edad media empiezan a tener una presencia impornta, desde finales
del siglo XIV con un repunte de la esclavitud a raíz del auge de las relaciones comerciales. Esta
vinculado también con el inicio de las grandes navegaciones, sobre todo en los reinos
hispánicos. La presencia de esclavos africanos era muy frecuentes, en Castilla los guanches
tambvien tienen gran presencia a finales del siglo XV. En general se dedican al servicio
domñestico, son a veces una manera de distinguirse socialmente de sus propietarios (1, 2 o 3
esclavos a modo de objetos suntutarios), no solo nobles sino también de las oligarquías urbanas.

LAS MINORIAS RELIGIOSAS:

Judíos: para los cuales el siglo XIII fue un momento de esplendor, el llamado siglo de oro para
los judíos hispanos. Pero es es este siglo cuando también se empiezan a torcer las cosas: los
judíos ya no son tan necesarios como antes, pues encontramos ahora que los cristianos empiezan
a desarrollar actividades normalmente relacionadas con los judíos: cada vez mas cristianos
comerciantes, artesanos, financieros, etc. La convivencia de las 3 culturas es un tópico. A los
judíos se les había tolerado, no se había convivido con ellos. En el siglo XIII aparecen las
ordenees mendicantes (franciscanos y dominicos) con una visión convativa contra los judíos,
pues nacen en cotnra de la herejía y un espíritu evangelizador. La PI era especialmente
fructífera para esta misión. Por ello se crea una gran presión contra los judíos, que será ejercida
por las autoridades laicas, que permiten que los dominicos y franciscanos prediquen y disputen
contra los cristianos. Algunas disputas contra rabinos, que se preparaban para la derrota hebrea.
Tambien se fomentan las obras de polémica antijudía. Ene stas actividades actuarán también
judeoconversos a la religión cristianas, que se integran de lleno en las filas de la iglesia para
convertir a sus antiguos correligionarios. Son la mejor arma contra ellos pues concoen la lengua
el idioma y la religión. Esta sit se tuerce aun mas en el siglo XIV, dcon un antijudaísmo
campante, como consecuencia de las crisis (se busca un chivo expiatorio contra el que actuar).
Proliferan las matanzas y los pogromos, si bien la serenidad se pierde especialmente a finales
del siglo XIV (1391, con la converison fingida de masas judías), que acabaría propiciando en el
siglo XV el nacimiento de la Inquisición. La fecha de 1391 se interpretó como un posible final
del judaísmo, se pensaba que si tras ello se seguía presionando podría acabarse con el judaísmo
en España. Por ello se intensifica las predicaciones, las disputas (como las del Papa Luna) y la
presión a través de la legislación, que va en dos líneas: lograr que los judíos lleven signos
distintivos frente al resto de la sociedad (en el resto de europa se había intentado llevar a cabo) y
restringir su acceso a toda una serie de profesiones para que entendieran que la única salida era
la conversión. Por ello el siglo XV también tuvo numerosas conversiones masivas, relacionadas
con Vicente Ferrer y sus predicaciones (en las que recordaba que no era posible convencerlos
por la fuerza). La presión se afloja a partir de 1420, pero desconocemos el motivo, y son los
judioconversos los que ocupan el lugar de las investigaciones y las acusaciones. A partir de este
momento y hasta la expansión de 1492 los judíos vivirán bastante tranquilos, tanto que la
expusión les toma por sorpresa.

Mudéjares: con las conquistas grandes territoriales y la falta de población cristiana se permitío
la vida de algunas comunidades musulmanas, sobre todo en el mundo rural, aunque en las
ciudades se organizan en morerías o aljamas. Sometidos a un régimen fiscal especial, pero
suelen tener permitido su culto libre con mezquitas. En su mayoría son de caba social baja,
campesinos, artesanos, en líneas generales con niveles económicos bastante bajos. Algunos no
dudan en aferrarse a sus usos y costumbres (lengua, religión etc) frente a las lenguas romances y
las contumbres de sus dominadores. Enc astilla se concentran en andalucia y murcia. EN
Navarra se encuentran en torno a Tudela. Pero en Aragon se extendían a lo largo y ancho,
especialmente en aragon y Valencia. Desde fines del siglo XV con los RRCC también se ejerce
una presión sobre ellos para lograr su conversión, de modo que muchos pasaron a ser moriscos
(critoislamismo) que será en tiempos de Carlos I cuando la Inquisición empiece a actuar.

IGLESIA Y CULTURA EN LOS REINOS HISPÁNICOS DURANTE LOS ULTIMOS


SIGLOS DEL MEDIEVO:

La Iglesia:

La Ilesia tendrá en esta etapa seguirá teniendo un papel muy importante por ser unos reinos muy
sacralizados. EN el siglo XII inicia una especie de secularización que aumenta en los siglos
siguientes en todos los niveles. Pero a pesar de este espíritu laico, lo cierto es que la Iglesia
sigue siendo una potencia política, pues se trataba de la fuente de donde nace la ideología
dominante de la época, sancionando el poder de los reyes con el origen divino de su poder. El
clero también entra en la política de forma directa. Tambien política económica, propietaria de
grantes explotaciones de tierra, rebaños y privilegios económicos por parte de los fieles.
También potencia social por el prestigio de los miembros del clero, pese al anticlericalsimo
(mas bien movimiento cotnra las jerarquías elesiástiacas) que se hace evidente desde el siglo
VIX. Tambien potencia cultural, auqnue el fenómeno secularizador actuará sobre todo en la
cultura. Las universidsadese staban vinculadas a la iglesia, los intelectuales siguen siendo
normalmente eclesiásticos, etc.

La introducción de las ordenemes mendicantes se extendieron rapdamente por las tierras


hispánicas por ser tierras de misión a raíz de las minorías religiosas. Además Sto. Domingo era
castellano (dominicos) y San Francisco (franciscanos) relizó un viaje a la PI, intento lograr la
covnersion de los musulmanes de Granada. Por ello desde el siglo XII tenemos conventos de
ambas ramas en las ciudades españolas. Unos y otros se convierten en una fuerte importante de
canalización de devociones.

El imapcto del cisma de Occidente afecto a toda la cristiandad. Los reinos hispáicos se verán en
la necesidad de elegir entra las dos obediencias. Los Reinos hispanicos fueron un pcoo
fluctuantes, optando a evces por la indiferencia, pues resultaba muy provechosa, que significaba
que la monarquía profundizaba en el control de su propia iglesia y su jerarquía nacional, y
también para cercenar la competencias de los tribunales eclesiásticos, que estaban desde hacia
tiempo en contradicción con los tribunales civiles.

]Los reyes católicos lograron el derecho de patronato regio, un derecho de presentación de los
prelados que hacia que los RRCC tuvieran casi la ultima palabra en cuando a la elección de los
grandes cargos eclesiásticos.] Cuando optan por la diferencia sielen tender a la obeciendia ce
Aviñón, también participaron activamente en el movimiento conciliarista, sobre todo los
prelados castellanos, que a veces destacan como Alfonso de Caetagena en el Concilio de
Constanza.

Junto a todo ello tenemos también unas ansias de reforma, que se dan en todo el cocdiente
europeo. En la PI Castilla será la más característica ene ste sentido, y en el fondo se lelva a la
realidad, si bien sus frutos son algo limitados. Una reforma que pretende elevar el nivel moral e
itnelectual del clero secular, muy criticado por su mundanidad y pentiende de las riquezas,
inmorales muchos. Esta elevación se consibgue con disposicones a veces emandas directamente
de la cornona, otras por las autoridades eclesiásticas. A final de la Edad Media será frecuente la
celebración de sínodos diocesanos que pretenden lograr estos campesinos, y la elaboración de
catecismos destinados al clero (no a los fieles) que a veces se escribían en castellano (muchos
no saben latin). La reforma tendrá algunos resultados, como la fundación del monasterio de San
Benito en Valladolid, para dirigir la reforma del monacato benedictino. La reforma de los
franciscanos, que se han ido apartado de los ideales orignarios, pero ahora pretenden
recuperarlos. Pero muchos no querían ser reformados, de modo que dara lugar a la lucha de los
observasntes (oservancia primitiva) y los claustrales (estos se habían acomodado a la evolución
de la orden). A vces este conflicto llevaba a la lucha física entre ellos. La corona apoyara
claramente a los observantes. Esta lucha apsa también luego a otras ordenes religiosas.

Finalmente tenemos también reformas en la fundación de nuevas ordenes religiosas, y la


introducción de algunas nuevas en la PI. Entre las de priemra fundación tenernos a los
jerónimos, findadas a finales del siglo XIV en el Castilla. Tambien la rodend e la Catuja, a
finales del siglo XIV en Castilla y luego por el resto de la PI.

Tambien se introducen als formas de religiosidad relacionadas con la crisis del siglo XIV.
Nuevas formas de entender la sociedad, relacionada con el patriotismo, con la difusión de las
danzas macabras, que recuerdan el carácter repentino e inexorable de la muerte. ENr elación
con esto será también habitual una nueva muestra de la religiosidad que aún perdura en la
acutalidad.

Desde el siglo XV se introduce también la corriente de la devotio moderna, que hace que
también aquí sean habituales una serie de libros oracionales. Finalmente también hay un cierto
florecimeinto de la heregia en los últimos tiempos del Medievo. Sobre todo son de carácter
residual, especialmente en Aragón, con ciertos residuos cátaros, en relación con elmmundo
ultrapirenaicos. Los herejes de Durango en castilla tendrá importancia a paritr de 1425,
reprimida por la inquisición episcopal. Sabemos poco sobre ella, relacionada con el mucno de
los fraticheli, con cierto carácter reformista (carga antijerárquica, necesidad de la biblia en
lenguas romances, etc.). Por supuesto hablamos también del criptojudañismo, la herejía mas
importante de los reinos hispánicos medievales, destinada a perdurar bastante tiempo.

La cultura:

La primera cuestión es que al final de la edad media tenemos una verdadera efervescencia
cultural, con cambios importantes. Hay una europeización de la intelectualidad de los reinos
hispánicos, y nos encontramos ante un proceso de secularización de la cultura, sobre todo a lo
largo del siglo.

A partir del siglo XIII el latin comaprte situación escrita con las lenguas romances, que se usan
como lengua de la administración (Cancillerías) y como vehículos de la actividad cultural
(talleres de Alfonso X el Sabio). En el siglo XIV tenemos ya obras literarios variadas escritas en
castellano (Libro del Buen Amor de quén?, Conde Lucanor en Castilla o Ramón Llul en
Aragón).

Desde incidíos del siglo XIII aparecen las primeras unviersidades de la PI, donde toman el
nombre de studium generale. Las priemras son la de Palencia (1212) trasladada luego a
Valladolid, después se funda la de Salamanca, la gran universidad castellana de la Edad Media;
y la de Valencia y Perpiñán en Aragón en tiempos de Jaime I. Destaca la regulación que
Alfonso X el Sabio establee en sus Partidas sobre lo que deberían ser las unviersidades
castellanas. Las fundaciones continúan en el ZIV y ZV. Algunas fracasaron como la propia de
Palencia que paso a Salamanca, y otras se agotaron como la de Alcalá de Henares con Sancho
IV.

El mecenazgo real será algo frecuente desde el siglo XII, sobre las artes y las letras en general
hasta el final de la Edad Media. Tambien un mecenzago que llega en el siglo XIV, y
especialmente en el siglo XV. Ambos mecenazgos fomentaban la secularización del mundo
cultural e intelectual.

La introducción del humanismo llega a inicios del siglo XV, primero en Aragón por sus
vinculaciones italianas y después en castilla, donde da mayores frutos, con una serie de
literartos humanistas como el Marqués de Santillana o Juan de Mena (Laberinto de Fortuna
destinada a Don Álvaro de Luna a su favor).

Tambien es temprana la introducción de la Imprenta, con libros impresos ya desde la década de


1470, primero en Castilla luego en Aragón. Se considera que la primera obra impresa en la PI es
el Sinodal de Aguilafuente, en 1472, propiciado por el obispo de Segovia de aquel momento.

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