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Buenas tardes. Antes que nada quiero agradecer la cordial invitación del Dr.
Sergio Pérez Cortés y del Dr. Jesús Rodríguez Cepeda, coordinador de este
posgrado, para estar con ustedes esta tarde, particularmente en esta semana,
que, como ustedes saben, está llena de actividades de corte filosófico. Me parece
fundamental que dos instituciones tan importantes como la Universidad Autónoma
Metropolitana y la Universidad Autónoma de Nuevo León puedan entrar en
contacto a partir de eventos de corte académico, particularmente del campo
filosófico.
I. Introducción. La modernidad y el yo
épocas que le preceden y que está llamada a “superar”, -en tanto crítica radical del
pasado con un determinado compromiso con el cambio y los valores del futuro- la
Hablar del desarrollo del ethos moderno, considerado como nueva forma del
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Recordemos que para el mundo griego la idea de sujeto –subjectum- es inexistente; en este sentido sólo
existe el sujeto colectivo, que es la comunidad.
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ante la vida, diferenciada de la que le precede -la propia del mundo medieval- por
los valores y actitudes que asume racionalmente y, sobre todo, por la conciencia
cultural.
que tampoco, por otra parte, renuncie a la confianza del buen juicio como
críticos y cuestionantes del mundo a que hace referencia. Se trata del examen del
Montaigne sobre el valor la amistad como parte del arte de la existencia, a fin de
diferencia. Se puntualizarán, por último, los rasgos que presenta el modelo ideal
existencia», cuyo modelo ideal encuentra, al igual que muchos humanistas del
pérdida del viejo valor de la amistad como vínculo sagrado entre los hombres,
cualidad muy opuesta al egoísmo y la traición más propias de las costumbres del
¡Cuán excelente es la amistad y cuánto respeto y elogios merece! Ella es la que hace
nacer, alimenta y mantiene los más hermosos sentimientos de generosidad de que el
corazón humano sea capaz. Caritativa, agradecida, enemiga de todos los vicios y
sobre todo de la avaricia, se la ve, llena de un celo activo y rápido, impulsarnos a
hacer por los demás lo que quisiéramos que por nosotros se hiciera. Pero, ¡ay! ¡cuán
raras son hoy sus manifestaciones! Los hombres, egoístas y personales, han
expulsado esta augusta divinidad de la faz de la tierra (Bocaccio, 1989: 10,8)
pirámide estamental y sus antiguos valores. De este modo, las viejas nociones de
(Von Martin,1988:15) ni tampoco los códigos de honor ligados ahora a los linajes,
las familias y los partidos, tal se puede colegir de una lectura ad hoc de Romeo y
Julieta.
natural y social que rodea al hombre. Para él, más allá de toda construcción de
Esto que refiero, no es doctrina mía, sino mi estudio; no lección ajena, sino mía (…)
Hace muchos años que yo sólo me tengo por objeto de mis pensamientos, no
estudiando sólo a otra cosa, sino a mí mismo; y aún si estudio alguna otra es para
relacionarla conmigo o para aplicármela (…) ¿Trata Sócrates de algo con más
extensión que de sí mismo? (II,6:313).
personaje- que no pretenden establecerse además como modelo a imitar para los
demás: “No pretendo erigir una estatua que haya de plantarse en la plaza de una
mejor manera posible. Sin embargo es necesario hacer notar que el juicio crítico al
que apela el filósofo francés requiere del sujeto una aptitud especial para
reconocer y evitar la ilusión del «teatro del mundo», la hipocresía y el disimulo que
The World against which Montaigne levels a finger of accusation is a labyrinth in which
the counterfeit passes for legal tender. Hypocrisy, far from being regarded as a mask
that one must penetrate, is everywhere praised as “this new-fangled virtue of hypocrisy
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su realismo barroco, que asiste al otoño de las virtudes y los valores exaltados por
el Renacimiento: “Los essais, señala por su parte James Casey, ilustran bastante
lleva a repensar el sentido clásico de la adscripción del barroco más que como
«una fuga» ante el avance del humanismo, como una actitud prudente ante la
campos del arte y el pensamiento. Lo que sí, prefiguran un ethos que manifiesta
la elegida por Montaigne- por contraste hacia el tipo humano emprendedor del
que en este sentido, como rasgo cultural extendido permite la exploración libre del
modernidad:
de esa época, que, como en el arte, se muestra en tonos claroscuros, sin revelar
toda su verdad; qué mejor género para revelar estos detalles que el ensayo que
educación humanística, sino que era preciso ir más allá de la erudición antigua o
cristiana, y sobre todo brindar una base filosófica convincente para saber vivir.
Para ello el tipo de conocimiento a que debía aspirarse era aquel con un profundo
Montaigne es, antes que un filósofo en el sentido clásico del término, un filósofo
del hombre, en particular aquellas que lo someten a razones lógicas o que fundan
comunicación alguna con el ser, porque toda naturaleza humana está siempre
concrete nuestro ser es como querer abrazar el agua” (Montaigne, 2003, II,12)
cada vez más difícil afirmar un conocimiento con toda seguridad, sino también la
en lo que afirman y lo que creen. Este pesimismo es, por otra parte, propio de la
condición humana:
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Casey puntualiza el conflicto religioso entre católicos y protestantes en el siglo XVI como una
primera advertencia histórica de los límites de la racionalidad dialógica entre los hombres: “La
generación de Montaigne vio desvanecerse las esperanzas de un futuro mejor. Se dieron cuenta
con suma tristeza de que las ideas no existen en el vacío intelectual, que se forman en los
individuos y deforman por la pasión y el prejuicio que yacen en el fondo del individuo”, pasión que,
por cierto, se alienta de la flama de la propia fe. Op.Cit., p. 122.
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ese mismo individuo que Rousseau y los románticos celebrarán más adelante en
identidad.
ideologías, genera al mismo tiempo su recelo escéptico hacia él, recelo y duda de
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La desconfianza en el individuo resalta más, quizás, en la perspectiva de los autores religiosos
de la época, como Santa Teresa, y de una manera general en la de todos los que pensaban que
había una mano directora en el destino de los hombres, la de Dios. Pero la desconfianza en la
capacidad del individuo de ordenar su propia vida se encuentra también en el muy escéptico
Montaigne.
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efectivamente sirve a los intereses del hombre, para atenuar sus angustias sobre
Donde vuestra vida acaba, acabó todo. La utilidad de vivir no consiste en el espacio,
sino en el uso de la vida, y hay quien vive largo tiempo y ha vivido poco. Lo que viváis
está en vuestra voluntad y no en el número de los años. ¿Pensáis no llegar nunca
donde sin cesar os encamináis? Pues sabe que todo camino tiene su desembocadura
y si es que tener compañía os sosiega ¿no sigue el mundo vuestro mismo sendero?
(I,19:59-60).
duda, sino también investigación; es decir, actividad consciente del individuo por
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metódica, en tanto método para afirmar, por el contrario, una verdad, «clara y
experiencia cotidiana.
sentido distinto de la posesión de dicho saber, más allá del simple discurso: la
(Taylor, 1996:141). Sin embargo, a diferencia del punto de partida cartesiano, que
cuerpo, como el punto de partida de toda experiencia y todo juicio sobre el mundo
y así lo expresa:
La flaqueza de nuestra condición hace que las cosas no lleguen a nuestro uso en su
pureza y sencillez natural. Los elementos de que gozamos están tan alterados como
están los metales (…) El hombre, en su todo y en sus partes, es siempre mixtura y
abigarramiento” (II,20:578).
Toulmin establece una diferenciación que puede ser valiosa para fijar este
Este escepticismo no significa, por otra parte, que sus representantes, que se nos
(Toulmin, 1990:37).
sujeto», la cartesiana, es racional, busca superar los límites del juicio escéptico y
establecer certezas, pues sólo así es posible construir en suelo firme las bases del
en contraste con los pensadores del siglo XVI, los filósofos del siglo XVII como
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subjetividad humana.
con Esteban de La Bôetie, la cual, interrumpida por la muerte prematura del autor
del ejercicio del conocimiento de sí mismo que significa la amistad del amigo
For Montaigne, his friend´s regard performed an essential function of moral instruction
and direction. His friend was in possession of one version of the complete truth about
Michel de Montaigne, a truth that Montaigne´s own conscience was unable to carry to
a comparable degree of fullness. Reread what he says: «He alone delighted in my true
image, and carried away with him». La Boétie´s death robbed Montaigne of his only
mirror: the loss of his friend effaced forever the image that La Boétie possessed (…)
«That is why I decipher myself so curiosly» (…) the only knowledge of Montaigne now
available requires a more tentative approach, and is marked by concern…(Starobinski,
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1985:38).8
El esfuerzo que Montaigne consigna es entonces tentativa, ensayo por hacer
afirmación del yo y del cuidado de sí mismo. Así lo constata el célebre pasaje del
a mi amigo contestaré del único modo que ello puede expresarse: «porque él era
antiguas, la frase puede tener más de un significado; sea por la libertad y verdad
con que se llega a expresar la amistad mutua (rasgo parresiástico), sea porque la
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[Para Montaigne, el recuerdo de su amigo cumple una función esencial de dirección e instrucción
moral. Su amigo poseía una versión de la verdad completa sobre Montaigne, una verdad que la
propia conciencia de Montaigne es incapaz de reconocer con ese grado de completud. Releemos
lo que dice: «Sólo él reflejaba encantadoramente mi imagen verdadera, y se la llevó con él». La
muerte de La Boétie privó a Montaigne de su único espejo: la pérdida de su amigo borró para
siempre la imagen que La Boétie poseía (…) «Es por eso que me descifro a mi mismo tan
detalladamente» (…) el único conocimiento de Montaigne ahora disponible requiere un
acercamiento más provisional, y es marcado según la preocupación (el interés) sobre sí mismo…],
Starobinski, Op.Cit., p.38. Traducción propia.
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N.A. En otras ediciones de los Ensayos este apartado corresponde al capítulo XXVIII.
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su amigo fallecido no fue inmediato, sino producto de una reflexión posterior, algo
construir un sistema, una weltanschauung o una moral del deber ser, sino articular
un modo de vida que no pretende la universalidad y que reclama para los otros el
una tradición del arte de vivir que lo acerca, sin identificarlo o imitarlo, a un
socratismo ético que guarda su distancia, por ejemplo, de los modelos de vida
[concebida] como un arte de vivir (…) diseñada para establecer un modo de vida
(Nehamas,2005:162).
la identidad y la diferencia.
papel positivo –contrario a la creencia común- que cierta distancia puede ejercer a
Montaigne, «es más necesaria y dulce que los elementos del fuego y el agua»,
de hecho este capítulo constituye la clave y la razón de ser de toda la obra, porque
“..Y por allí empezó aquella amistad que, mientras a Dios plugo, duró tan entera y
perfecta como no se sabe de otras semejantes en la antigüedad ni se ven vestigios
de ella ahora. Tanto es menester para formarlas, que es mucho que la fortuna logre
una así en tres siglos (I,27:137).
aunque faltaría establecer si al final de su vida varía o no sobre este punto, 11 o sí,
homosexualidad (2000:108-109).
Montaigne expresa que la pasión y el amor que nace del afecto hacia las
mujeres, es al mismo tiempo uno de los grandes obstáculos para desarrollar una
amistad verdadera:
…a decir verdad, la capacidad ordinaria de las mujeres no sirve para cubrir las
necesidades de conferencia y comunicación que dimanan del santo vínculo amistoso,
ni es su alma lo bastante firme para soportar la opresión de un nudo tan constante y
duradero (I,27:139).
esa condición, pues, de entrada posee –también por naturaleza- otros fines y
privilegios. Esta visión, que evoca la concepción clásica griega, se reviste sin
factores que permite el equilibrio necesario para lograr dicha perfección a prueba
hasta nuestros días, hablar de tales ámbitos significa, al mismo tiempo, abordar
hombres.
vivir en comunidad, ¿cómo sortear los obstáculos que esta misma necesidad crea,
de tal forma de poder aspirar a la felicidad personal? Aquí es, justamente, donde
He aquí la cuestión: ¿El hombre es un lobo para el hombre o estamos hechos para el
entendimiento, la concordia y el aprecio mutuos?¿Debemos ver en el Otro a un
presumible amigo o a un sospechoso enemigo?¿Determinamos amarnos los unos a
los otros o nos conformamos simplemente con soportarnos y con evitar o disminuir la
frecuencia y virulencia de las potenciales colisiones? (Rodríguez Genovés, 2006:6)
diferentes tipos de relaciones con mayor o menor grado de acercamiento entre los
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Fernando Rodríguez Genovés, Política y amistad en Montaigne y La Boétie, citado en la revista
El Catoblepas, Núm. 58, diciembre 2006, p.6. versión electrónica en
http://www.nodulo.org/ec/2006/n058.htm.
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así sea que no hayan sido puestas a discusión, así sea que fueran minimizadas
explicar la elección consciente que hace el gentilhombre del «amigo poeta» antes
su tolerancia y su concepción del deber que los lleva a la arena política francesa,
espacio donde, a pesar de los tiempos políticos que corren, más favorables a la
Se trata de una amistad honesta que en vida se funda desde una ética de
concepción ética que, a diferencia del sentido de posesión que conlleva el amor
condición de su fuerza».
elogio de su amigo:
padres e hijos y las propias relaciones fraternas, como la prueba de que no puede
libertad voluntarias.
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convencionalismo con que muchas veces se habla de la amistad. Nada más lejano
hallan la juntura que las enlazó” (I.27:141). Sin embargo, la amistad alusiva a La
tiempo que perder ni podía ajustarse al patrón de las flojas amistades comunes,
convencionales, que no son verdaderas, vale ir con tiento, con precaución y estar
tan dado a suspender los juicios definitivos sobre las cosas; es, antes que todo,
amor absoluto: “Mi amigo y yo nos buscábamos antes de conocernos y las noticias
que oíamos el uno del otro nos hacían un efecto mayor del natural y debido, a mi
Coda
Conocimiento profundo del Otro que por ese hecho deja de ser (lo) desconocido,
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para ser uno mismo, eso es la amistad perfecta. Añade Montaigne otra hipérbole
platónica pero que, si reflexionamos, tiene una caladura más honda: “Entre ellos,
idóneos para una amistad superficial, pero en esta otra, tan grande, es menester
Ensayos en tonos de melancolía y tristeza, luto del alma que refiere su pena:
…todo el resto de mi vida, digo, si la comparo a los cuatro años que me fue dado gozar
de la dulce compañía y trato de aquella persona, no es más que humo, y no la miro más
que como una noche oscura y enojosa. Desde el día en que le perdí, no hago sino
languidecer (I,27:145-146).
aparece como leit motiv que proyecta la visión sublime de la amistad que implica
Referencias bibliográficas
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[trad. español Cosmópolis. El trasfondo de la modernidad, Península, Barcelona, 2001].
VON MARTIN, Alfred, Sociología del Renacimiento, trad. de Manuel Pedroso, FCE,
Colección Popular, México, 1988.
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Obras de referencia
Otros recursos