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Universidad Nacional de Costa Rica

Facultad de Filosofía y Letras


Escuela de Filosofía

“PROPUESTA PARA UNA FILOSOFÍA SOBRE


EL CONOCIMIENTO PRIMITIVO DE GRECIA
ENFOCADA EN LA ARQUEOLOGÍA”

Tesis para optar


por el grado de Licenciatura en Filosofía

Esteban Paniagua Vega

Heredia, Costa Rica, 2010

1
AGRADECIMIENTOS:

A mi hija y mi ex compañera por la tolerancia ante mi obsesión con el estudio. A mi

difunto padre, mi madre, mi hermano, mi hermana, mis tías y tíos, sobrinos(as) y

primos(as) por el apoyo brindado durante toda la vida. A mi madrina y mi madre en

especial por el soporte económico y espiritual. A mi profesor tutor, Dr. Eduardo Saxe

Fernández, por todo el esfuerzo dado a mi causa. A mis amigos lectores, MSc.Juan

Gómez Torres y Lic. Andrés Gallardo Corrales, por su arduo ojo crítico y nivel de

conocimiento. A la Escuela de Filosofía por dar lo mejor de sí y mejorar cada día con

el esfuerzo de su administración. A todas y todos mis compañeros y compañeras de

luchas contra un sistema jerárquico y desigual.

MUCHAS GRACIAS.

2
RESUMEN

A partir de una crítica a la concepción eurocéntrica tradicional de la filosofía del

conocimiento que enfatiza el origen del conocimiento científico y filosófico a partir de

Tales de Mileto en Grecia, se genera una reflexión filosófica sobre el conocimiento

desde sus orígenes paleolíticos, enfatizando el origen del conocimiento humano mismo

así como de la y el ser humano como tal, su concreción en Grecia y su posterior

desenvolvimiento mesolítico, neolítico y propio de la Edad del Bronce. El trabajo va

direccionado a sentar las bases para confeccionar una futura filosofía sobre el

conocimiento que parta de las causas del conocimiento mismo y no de un lapso

presupuesto de su historia. El surgimiento de las jerarquías sociales y ontológicas será

un acontecimiento crucial para el desenvolvimiento histórico de la humanidad y la

conformación y concreción de sus relaciones sociales.

3
ABREVIATURAS
Las siguientes abreviaturas son las que se emplean a lo largo del informe final de

la investigación. Están ordenadas alfabéticamente para facilitar la localización de cada

una de ellas, conforme sea necesario en cada uno de los capítulos.

Apart. Apartado M Mesolítico


a.e.a antes de la era actual M.A millones de años
e.a era actual Met. Metafísica (Aristóteles)
BM Bronce Medio MM Minoico Medio
BT Bronce Temprano mn Milenio
BTr Bronce Tardío MS Mesolítico Superior
Cap. Capítulo MT Minoico Temprano
cc centímetros cúbicos MTr Minoico Tardío
CM Cicládico Medio N Neolítico
CT Cicládico Temprano NA Neolítico Acerámico
CTr Cicládico Tardío NM Neolítico Medio
EA Época Arcaica NT Neolítico Temprano
EB Edad del Bronce NTr Neolítico Tardío
EC Época Clásica P Paleolítico
EH Época Helenística. p. Página
Época Oscura o Edad del
EO Hierro PI Paleolítico Inferior
Fis. Física (Aristóteles) PM Paleolítico Medio
H. Homo PS Paleolítico Superior
Herod. Herodoto Rep. República (Platón)
HM Heládico Medio SF Sin referencia
HT Heládico Temprano Sof. Sofista (Platón)
HTr Heládico Tardío Tuc. Tucídides
Lib. Libro

4
ÍNDICE GENERAL
SECCIÓN PÁGINA
PRELIMINARES 1
Agradecimientos 2
Resumen 3
Abreviaturas 4
Índice general 5
Índice de tablas 8
Índice de mapas 8
Índice de imágenes 9
Índice de diseños 12
CAPÍTULO 1: ¿EN QUÉ CONSISTE LA PROPUESTA FILOSÓFICA? 14
1.1 Introducción general 15
1.2 Marco geográfico espacial 17
1.2.1 Reflexiones sobre el marco geográfico espacial 19
1.3 Delimitación tradicional del desarrollo del conocimiento en el marco 21
geográfico
1.3.1 Reflexión sobre la delimitación tradicional del conocimiento en el 22
marco geográfico
1.4 Los peligros de la concepción eurocéntrica tradicional de la filosofía 23
1.5 La actitud filosófica de la Grecia antigua 25
1.6 Partir de las causas y los principios no necesariamente implica una 25
visión mecanicista-teológica del universo
1.7 Las causas de la filosofía 28
1.8 El conocimiento 31
1.8.1 Revisión general: algunos argumentos griegos clásicos 32
1.8.2 Abordaje del conocimiento desde una perspectiva biológica 35
1.8.3 Relación de los puntos 1.8.1 y 1.8.2 39
1.9 Ser humano 43
1.10 Diacronía del estudio del conocimiento primitivo de Grecia 48
1.11 Diacronía de la arqueología prehistórica del Egeo 52
1.12 Algunos supuestos peligrosos en el tratamiento del conocimiento 56
primitivo
1.13 Otros conceptos fundamentales para la interpretación de los reportes 68
arqueológicos
1.14 Objetivos 74
1.14.1 Objetivo general 74
1.14.2 Objetivos específicos 74
1.15 Descripción del proceso 75
1.15.1 Organización de los argumentos 76
1.15.2 Compilación de la información arqueológica. 77
1.15.3 Análisis de la información arqueológica 78
1.15.4 Clasificación de los argumentos seleccionados 78
1.15.5 Interpretación 78

5
1.15.6 Naturaleza de la investigación, conforme lo pide la academia 79
CAPÍTULO 2: ARGUMENTOS PARA UNA FILOSOFÍA SOBRE EL 80
CONOCIMIENTO PALEOLÍTICO Y MESOLÍTICO GENERAL Y DE
GRECIA, ENFOCADA EN LA ARQUEOLOGÍA
2.1 Sobre el desarrollo del conocimiento general, durante el Paleolítico 81
2.1.1 Primera línea de herramientas 81
2.1.2 Segunda línea de herramientas 86
2.1.3 Tercera línea de herramientas 89
2.1.4 Cuarta línea de herramientas 91
2.1.5 Quinta línea de herramientas 93
2.1.6 Sexta línea de herramientas 94
2.1.7 Sétima línea de herramientas 97
2.1.8 Situación general del Paleolítico Superior 102
2.2 Argumentos para una filosofía sobre el conocimiento paleolítico de Grecia 105
2.2.1 El Paleolítico Inferior en Grecia 106
2.2.2 El Paleolítico Medio en Grecia 109
2.2.3 El Paleolítico Superior en Grecia 111
2.3 La transición mesolítica 115
CAPÍTULO 3: ARGUMENTOS PARA UNA FILOSOFÍA SOBRE EL 122
CONOCIMIENTO NEOLÍTICO DE GRECIA
3.1 Neolítico Acerámico 124
3.2 Neolítico Temprano 134
3.3 Neolítico Medio 150
3.5 Neolítico Tardío 161
3.6 Neolítico Final 168
CAPÍTULO 4: ARGUMENTOS PARA UNA FILOSOFÍA SOBRE EL 175
CONOCIMIENTO DE LA EDAD DEL BRONCE DE GRECIA
4.1 Edad del Bronce Temprano 178
4.1.1 Edad del Bronce Temprano I 178
4.1.1.1 HT I: Eutresis y Talioti 178
4.1.1.2 CT I: Grota-Pelos 183
4.1.1.3 MT I: Creta 187
4.1.1.4 Troya I 189
4.1.2 Edad del Bronce Temprano IIA 192
4.1.2.1 HT IIA: Korakou 192
4.1.2.2 CT II: Seros-Siros 205
4.1.2.3 MT II: Creta 210
4.1.2.4 Final de Troya I e inicio de Troya II 213
4.1.3 Edad del Bronce Temprano IIB 215
4.1.3.1 HT IIB: Lefkandi I y Lerna III 215
4.1.3.2 CT III: Grupo Kastri 221
4.1.3.3 Troya III 222
4.1.4 Edad del Bronce Temprano III 223
4.1.4.1 HT III: Tirinto 223
4.1.4.2 MT II (SEGUNDA PARTE): CRETA 227
4.1.4.3 Final de Troya III e inicio de Troya IV 229
4.2 Imperio del MM 230
6
4.2.1 MM IA y su contexto 231
4.2.2 MM IB y su contexto 238
4.2.3 MM II y su contexto 243
4.2.4 MM III y su contexto 250
4.3 Imperio micénico 252
4.3.1 HM III: Consolidación de la cultura micénica continental 252
4.3.2 Dominio micénico del Egeo 254
4.3.3 Troya VI-VII 272
4.3.4 Sobre el final del imperio micénico 275
4.3.5 A modo de conclusión 279
ANEXOS
Anexo 1: Diferencias climáticas de Grecia 284
Anexo 2: Herramientas del Paleolítico Superior 285
Anexo 3: Arqueología paleolítica del Egeo 286
Anexo 4: Sitios arqueológicos paleolíticos y mesolíticos de Grecia 287
Anexo 5: Paleolítico Superior en Grecia 288
Anexo 6: Mesolítico en Grecia 292
Anexo 7: Neolítico Acerámico 294
Anexo 8: Neolítico Temprano 296
Anexo 9: Neolítico Medio 300
Anexo 10: Neolítico Tardío 304
Anexo 11: Neolítico Final 307
Anexo 12: Terminología empleada para el tratamiento de la Edad del Bronce 310
Anexo 13: Argumentos para filosofar la Edad del Bronce en Grecia 311
Anexo 14: Argumentos para filosofar el imperio cretense del Minoico Medio 324
Anexo 15: Argumentos para filosofar la Edad del Bronce Tardío de Grecia 332
5. BIBLIOGRAFÍA 345
5.1 Textos base del escrutinio arqueológico 345
5.2 Referencias arqueológicas utilizadas en más de un capítulo 345
5.3 Bibliografía arqueológica del Capítulo 2 346
5.4 Bibliografía arqueológica del Capítulo 3 347
5.5 Bibliografía arqueológica del Capítulo 4 348
5.6 Bibliografía clásica de Grecia 349
5.7 Otras bibliografías filosóficas 350
5.8 Otras referencias 352
5.9 Bibliografía exclusiva de las imágenes, los diseños y los mapas 353

7
ÍNDICE DE TABLAS
CAPÍTULO 1
TABLA 1.1: Comparación temporal del Paleolítico (P) de Europa central y Grecia 15
TABLA 1.2: Estudio sobre el conocimiento primitivo de Grecia en el presente 23
trabajo
TABLA 1.3: Definición de conocimiento 42
TABLA 1.4: Definición de ser humano para la investigación. 48
CAPÍTULO 2
TABLA 2.1: Cronología y desarrollos simbólicos del Paleolítico y Mesolítico en 81
Grecia
CAPÍTULO 3
TABLA 3.1: Relación temporal de Tesalia, la Argólida y Creta, durante el 123
Neolítico griego
CAPÍTULO 4
TABLA 4.1: Cronología 176
TABLA 4.2: Pesas micénicas y sus equivalencias mediterráneas 270

ÍNDICE DE MAPAS
CAPÍTULO 1
MAPA 1.1: Regiones de Grecia 17
Mapa 1.2: Contactos geográficos de Grecia 18
CAPÍTULO 2
Mapa 2.1: Principales yacimientos paleolíticos de Grecia 105
Mapa 2.2: Grecia del P.I 108
Mapa 2.3: Alunas relaciones expuestas sobre Grecia, durante el PM 110
Mapa 2.4: Algunas relaciones expuestas referentes al PS de Grecia 114
Mapa 2.5: Algunas relaciones expuestas referentes la M de Grecia 121
CAPÍTULO 3
Mapa 3.1: Sitios neolíticos del norte de Grecia 123
Mapa 3.2: Sitios neolíticos del centro y el sur de Grecia 124
Mapa 3.3: Chipre durante el N 125
Mapa 3.4: Culturas ceramísticas de Europa, durante el NM 150
CAPÍTULO 4
Mapa 4.1: Principales sitios arde la EB 177
Mapa 4.2: Algunos sitios de Grecia central, durante el BT 178
Mapa 4.3: Creta, durante la EB 187
Mapa 4.4: Ubicación general de Troya 189
Mapa 4.5: Principales sitios de Grecia central y el Peloponeso, durante el HT 193
Mapa 4.6: Distribución de las Casas Corredor y Casas con Techo de Teja 204
Mapa 4.7: sitios de distribución cerámica del HM 236
Mapa 4.8: Mapa de Grecia, (1900-1800 a.e.a) 248

8
ÍNDICE DE IMÁGENES
CAPÍTULO 2
Imagen 2.1: Pebbles de Olduvai Gorge. Excavaciones de Leakey 86
Imagen 2.2: Choppers del yacimiento de Koobi Fora 89
Imagen 2.3: Biface de Olduvai Gorge. Excavado por Leakey 92
Imagen 2.4: Biface de Olduvai Gorge 93
Imagen 2.5: Estatuillas Tan-Tan de Marruecos 96
Imagen 2.6: Lascas de Harkarkom, Israel 97
Imagen 2.7: Arte musteriense de Bulgaria. Presenta gravados 97
Imagen 2.8: Arte Levallois 98
Imagen 2.9: Colar del Paleolítico Superior 102
Imagen 2.10: Estatuilla Paleolítica de Konstenki, Rusia 102
Imagen 2.11: Venus de Willendorf 102
Imagen 2.12: Bisonte de Altamira 104
Imagen 2.13: Hueso auriñiense decorado 104
Imagen 2.14: Herramienta auriñense decorada 104
Imagen 2.15: Cráneo de Kokkines Petres 107
Imagen 2.16: Sarakenos 108
Imagen 2.17: Frantchi 108
Imagen 2.18: Grava 110
Imagen 2.19: Teopetra 110
Imagen 2.20: Asprochaliko 110
Imagen 2.21: Artefactos de Asprochaliko (Fundation of the Hellenic World, 2008) 112
Imagen 2.22: Artefactos de obsidiana ubicados en Frantchi 113
Imagen 2.23: Artefactos de Frantchi 113
Imagen 2.24: Obsidiana melia 113
Imagen 2.25: Restos humanos de Frantchi 116
Imagen 2.26: Artefactos de Frantchi 120
Imagen 2.27: Gravados de Frantchi 120
Imagen 2.28: Gravados de Frantchi 120
Imagen 2.29: Herramientas mesolíticas de Frantchi 120
Imagen 2.30: Herramientas mesolíticas de Frantchi 120
CAPÍTULO 3
Imagen 3.1: Evidencia de agricultura neolítica en Grecia, durante el NA 126
Imagen 3.2: Sesklo 135
Imagen 3.3: Nea Nicomedia 135
Imagen 3.4: Estatuilla de Nea Nicomedia 139
Imagen 3.5: Detalle de las murallas de Sesklo 153
Imagen 3.6: Dimini 153
Imagen 3.7: Entrada de la caverna de Kouveleki 153
Imagen 3.8: Interior de la caverna de Kouveleki 153
Imagen 3.9: Ejemplar cerámico del NTr 164
Imagen 3.10: La señorea sentada sosteniendo un niño de Sesklo 165
Imagen 3.11: Puntas de obsidiana del NTr 166
Imagen 3.12: Ejemplar cerámico del NF 168
9
Imagen 3.13: Cuencos de Lerna, NF 168
CAPÍTULO 4
Imagen 4.1: Cuencos hemisféricos y cónicos de Eutresis 181
Imagen 4.2: píxide y tinaja como incisiones, propios de la cultura de Grota-Pelos 184
Imagen 4.3: Estatuillas cicládicas 186
Imagen 4.4: Cerámica del MT I 189
Imagen 4.5: Cerámica Urfirnis de Lerna 194
Imagen 4.6: Estilos Urfirnis y Marfil de Lerna 194
Imagen 4.7: Estilo Marfil 194
Imagen 4.8: Estilo Cocido de Lerna 194
Imagen 4.9: Cementerio de Tsepi 196
Imagen 4.10: Sellos en los pithos de Lerna 198
Imagen 4.11: Herramientas denticuladas de piedra pulida 201
Imagen 4.12: Salsera de oro 201
Imagen 4.13: Chalandriani y Kastri 207
Imagen 4.14: Estatuillas FAF. Tocador de lira y Tocador de Flauta. 208
Imagen 4.15: Cuenco de mármol. Keros-Siros 208
Imagen 4.16: Píxide y freidora tipo Siros 209
Imagen 4.17: Vista de Fournou Korifi, desde Mirtos 210
Imagen 4.18: Palaikastro 210
Imagen 4.19: Entrada sur de Fourni Corifi, cerca de Mirtos 210
Imagen 4.20: Patio pavimentado al oeste de Vasiliki 210
Imagen 4.21: Vasiliki. La Casa Roja y el Corredor E 210
Imagen 4.22: Tetera, jarro y dos ritones o vasijas rituales del MT II 212
Imagen 4.23: Muralla y rampa de Troya II 214
Imagen 4.24: Propilo de Troya IIc, frente al gran megarón de Troya IIa 214
Imagen 4.25: Casa de las Tejas de Lerna III 216
Imagen 4.26: Albañilería de la fortificación de Lerna III 217
Imagen 4.27: Excavaciones de Lefkandi en Elvia 220
Imagen 4.28: Jarra característica de Lefkandi I 220
Imagen 4.29: Cuartos de la casa típica de Hagia Irini, CT III 221
Imagen 4.30: Troya III 223
Imagen 4.31: Estatuillas de Lerna IV 224
Imagen 4.32: Jarras de bebidas ceremoniales. Lerna IV 226
Imagen 4.33: Casa Tumba de Gournia 228
Imagen 4.34: Sitio donde se ubican los restos de Troya IV 230
Imagen 4.35: Restos de la muralla de kouphotia 232
Imagen 4.36: Pequeña fundación circular, cerca del ala norte de Kouphotia 232
Imagen 4.37: Cerámica Pre-Kamares 232
Imagen 4.38: Cementerio de Archanes 233
Imagen 4.39: Colgante cretenses del tesoro de Egina 233
Imagen 4.40: Fortificación y entrada principal de Hagia Irini, Keos 237
Imagen 4.41: Jarras de alamacenamiento o phitos 239
Imagen 4.42: Vista aérea de Cnosos 239
Imagen 4.43: Yacimiento de Faistos 239
Imagen 4.44: Yacimiento de Malia 240
10
Imagen 4.45: Estatuillas encontradas en las cumbres santuario 240
Imagen 4.46: Copa, taza, tinaja, ánfora y taza y tinaja del HM 242
Imagen 4.47: Cerámica Kamares 247
Imagen 4.48: Cerámica Kamares 247
Imagen 4.49: Cerámica Kamares de Faistos 247
Imagen 4.50: Cerámica Kamares 247
Imagen 4.51: Tablilla de Hagia Tríada con Lineal A 249
Imagen 4.52: Vista general de Akrotiri, en Tera 250
Imagen 4.53: Sala del Trono del Megarón de la Reina y el Megarón del Rey de 251
Cnosos
Imagen 4.54: Cerámica Post-Kamares 251
Imagen 4.55: Cofres y sarcófagos minoicos 251
Imagen 4.56: Restos actuales de Cnosos 252
Imagen 4.57: Restos de las excavaciones de Cnosos. 252
Imagen 4.58: Palacio de Zakro y sus anexos 252
Imagen 4.59: Construcción central de Faistos 252
Imagen 4.60: Camino de las procesiones de Faistos 252
Imagen 4.61: Vista occidental de Zakro 252
Imagen 4.62: Tumba obelisco de Minia, Orcómenos 253
Imagen 4.63: Tumba obelisco o tholos del Círculo A de Micenas 253
Imagen 4.64: Tumba obelisco del tesoro de Atreo, Micenas 253
Imagen 4.65: Máscara de Atreo, encontrada en el Tesoro de Atreo por 253
Schiliemann
Imagen 4.66: Puñales de bronce y oro laminado con decoración en repujado, 253
Círculo A de Micenas
Imagen 4.67: Ánfora de Micenas, 1450 a.e.a 255
Imagen 4.68: Cerámica de Mitrou. HTr II 258
Imagen 4.69: Cubilete de Korakou, 1400 a.e.a 258
Imagen 4.70: Megarón micénico 261
Imagen 4.71: Megarón de la Reina, Pilos 261
Imagen 4.72: Palacio de Pilos 261
Imagen 4.73: Tina de arcilla de Pilos 261
Imagen 4.74: Bastión este y escalera de la entrada de Tirinto 262
Imagen 4.75: Rampa que conduce a la entrada de Tirinto 262
Imagen 4.76: Detalle de la muralla de Tirinto 262
Imagen 4.77: Detalle de los Leones de la entrada de Micenas 262
Imagen 4.78: Detalle del lintel de la entrada de Micenas, desde la jamba Este 262
Imagen 4.79: Entrada de los Leones de Micenas 262
Imagen 4.80: Detalle de la Galería Este de Tirinto 262
Imagen 4.81: Fortificación pelasga 262
Imagen 4.82: Entrada desde de agua a los cisternas subterráneos de 262
almacenamiento de agua
Imagen 4.83: Fresco de Delfines. Cnosos 263
Imagen 4.84: Salto Paneleado del Toro 263
Imagen 4.85: Carros micénicos 263
Imagen 4.86: Participante de una procesión religiosa. Micenas, siglo XIII a.e.a 263

11
Imagen 4.87: Boxeadores de Akrotiri 263
Imagen 4.88: Dama micénica 263
Imagen 4.89: Parisina de Cnosos Rutter 263
Imagen 4.90: Ofreciente de Tirinto 263
Imagen 4.91: Tablilla página con Lineal B 268
Imagen 4..92: Troya VI 274
Imagen 4.93: Troya VII. La Troya de la guerra con los argivos y dánaos 274
Imagen 4.94: Cerámica de Mitrou. HTr IIIB 276
Imagen 4.95: Cerámica de Mitrou. HTr IIIB-C 276

ÍNDICE DE DISEÑOS
CAPÍTULO 1
Diseño 1.1: Representación de la tablilla que facilitó el desciframiento de la
Lineal B 54
CAPÍTULO 2
Diseño 2.1: Técnicas para confeccionar herramientas 94
Diseño 2.3: Buriles 98
Diseño 2.4: Técnica Levallois 98
Diseño 2.5: Fondo de hueso magdaleniense 104
Diseño 2.6: Cabeza en marfil 104
Diseño 2.7: Animal de caverna 104
Diseño 2.8: Herramientas de Kokkinopilos 108
Diseño 2.9: Artefactos de Kastritsa 112
Diseño 2.10: Artefactos de Kastritsa 112
Diseño 2.11: Artefactos de Kastritsa 112
Diseño 2.12: Artefactos de Asprochaliko 112
Diseño 2.13: Artefactos del PS 113
Diseño 2.14: Herramientas del PS 113
Diseño 2.15: Herramientas del PS 113
Diseño 2.16: Artefactos mesolíticos de Frantchi 117
CAPÍTULO 3
Diseño 3.1: Formas cerámicas predominantes del NT 137
Diseño 3.2: Estatuillas de Macedonia y Tracia 139
Diseño 3.3: Asentamiento de Sesklo 153
Diseño 3.4: Casa con postes y chimenea. Nea Makri 153
Diseño 3.5: Gama general de formas del NM 159
Diseño 3.6: Gama general de diseños decorativos del NM 159
Diseño 3.7: Formas y diseños generales del NTr 164
CAPÍTULO 4
Diseño 4.1: Cuencos hemisféricos y cuencos con pedestal de Tsoungiza 181
Diseño 4.2: Cerámica de Tsoungiza. HT II 194
Diseño 4.3: Fragmentos de estatuilla de yunta de bueyes 197
Diseño 4.4 Diseño arquitectónico de Astikario. HT II 203
Diseño 4.5: Isometría de la Casa Corredor 203
Diseño 4.6: Diseño arquitectónico de Kolonna. HT II 203

12
Diseño 4.7: Diseño d la casa corredor en distintos sitios del continente griego 203
Diseño 4.8: Formas de cistas durante el CT 209
Diseño 4.9: Diseño de los dos pisos de la Casa de las Tejas. Lerna III 216
Diseño 4.10: Casas largas y absidales de Tebas. HT IIB 216
Diseño 4.11: Fortificación de Lerna III 217
Diseño 4.12: Sellos de Lerna III 217
Diseño 4.13: Transición al Grupo Kastri, conforme a las sepulturas 221
Diseño 4.14: Jarra con alas, estilo troyano, encontrada en Lerna IV 224
Diseño 4.15: Formas cerámicas de Lerna IV 226
Diseño 4.16: Jarra de bebidas ceremoniales de Lerna IV 226
Diseño 4.17: Desarrollo de los pictogramas cretenses 234
Diseño 4.18: Diseño arquitectónico de Hagia Irini, Keos 237
Diseño 4.20: Silabario de la Lineal A 245
Diseño 4.21: Sello minoico, según Evans 248
Diseño 4.22: Tablilla de Hagia Triada con Lineal, A 249
Diseño 4.23: Ídolo femenino con Lineal A encontrado en la costa italiana 249
Diseño 4.24: Algunas sílabas de la Lineal B 264
Diseño 4.25: Alagunas equivalencias interesantes 266
Diseño 4.26: Tablilla papiro con Lineal B 268
Diseño 4.27: Tablilla de Pilos 268
Diseño 4.28: Tablilla de Cnosos 268

13
CAPÍTULO 1

¿EN QUÉ CONSISTE LA PROPUESTA

FILOSÓFICA?

14
1.1 INTRODUCCIÓN GENERAL

El trabajo se limita a considerar el desarrollo del conocimiento primitivo de

Grecia. No obstante, si el conocimiento que comienza a determinar características más

específicas y determinantes de la y el ser humano como tal está presente en el

Paleolítico Inferior (PI) de África y Europa central y el territorio griego comienza a ser

habitado durante el Paleolítico Medio (PM) de esas regiones, entonces para comprender

como un proceso el desarrollo cognitivo y social de los primeros homínidos que

llegaron a Grecia, es necesario introducir el desarrollo del conocimiento paleolítico,

previo a ese primer arribo:

EUROPA CENTRAL FECHAS GRECIA


1
PALEOLÍTICO INFERIOR (PI) 2.5-0.5 M.A
2
PALEOLÍTICO MEDIO (PM) 500 000 – 100 000 a.e.a
400 000 - 100 000 a.e.a PI
PALEOLÍTICO SUPERIOR
(PS) 100 000 – 11 000 a.e.a
100 000 - 35 000 a.e.a PM
35 000 - 11 000 a.e.a PS
3
TABLA 1.1: Comparación temporal del Paleolítico (P) de Europa central y Grecia

Este desarrollo será considerado a partir de un estudio de algunos resultados

arqueológicos referentes a la vida paleolítica en general y la propiamente griega. De

igual manera se procederá con el Mesolítico (M), Neolítico (N) y la Edad del Bronce

(EB), específicamente griegos. Esto no quiere decir que se hablará profundamente sobre

términos arqueológicos sino que se filosofará tomando como evidencia fundamental los

resultados escritos referentes a las excavaciones e interpretaciones de algunas y algunos

arqueólogos. Lo anterior se debe a que no poseo una formación específica en

arqueología, pero sí en filosofía y la filosofía como tal es una herramienta que puede ser

de gran valor para el estudio del conocimiento primitivo de Grecia.

1
Millones de años.
2
Antes de la era actual.
3
Cuadro elaborado por el autor con fechas propuestas por Rutter (2000).
15
En lo que concierne a la arqueología del Paleolítico (P) en general, la prueba

fundamental para filosofar el conocimiento, es el desarrollo de herramientas, lo que se

complementará con otras pruebas como el dominio del fuego y el desarrollo

anatomobiológico del homínido en general. Lo anterior tampoco implica una

profundidad en el tratamiento de temas paleontológicos, anatómicos, fisiológicos o

neuronales, sino el empleo de algunas conclusiones científicas, propias de la

antropología física, como evidencias que van de la mano con las específicamente

arqueológicas.

Con respecto a Grecia, hay tres corrientes arqueológicas generales:

a. La primera estudia a los pueblos autóctonos de Grecia, considerando su desarrollo

como producto del acomplejamiento de las relaciones internas más que del resultado

de contactos culturales con otras regiones asociadas; esta línea es representada por

los trabajos de Colín Renfrew (1972) y Geremy Rutter (2000), cuyas obras

referenciadas serán la principal fuente de información arqueológica para el trabajo.

b. La segunda corriente sobrepone los contactos culturales con las regiones aledañas a

los desarrollos autóctonos de Grecia y recurre a métodos comparativos con

yacimientos levantinos, egipcios, anatólicos, balcánicos, etc., Esta línea fue perfilada

por Heleen Kantor4, pero no será abarcada en la presente investigación, debido a la

poca profundidad de mi conocimiento sobre esas regiones aledañas durante los

periodos de interés y por el hecho de que su tratamiento requiere de más años de

investigación de mi parte.

c. La tercera corriente denominada empírica enfatiza más las pruebas materiales que los

desarrollos internos o interculturales, tomando argumentos de las dos corrientes

4
Para una ilustración general véase Kantor (1999). Otros(as) autores(as) más actuales, herederos de su
visión general de la arqueología, serán tratados, pero con una menor profundidad, simplemente
enfatizando relaciones muy específicas de Grecia con algunos yacimientos del contexto.
16
anteriores. Esta línea ha sido desarrollada por Watrous (1994), autor tomado en

cuenta en el tratamiento del desarrollo de Creta.

De lo anterior se desprende que en este trabajo, “Propuesta para una filosofía

sobre el conocimiento primitivo de Grecia” se corresponde con el carácter potencial de

la palabra “propuesta”, ya que la misma implica sugerir o plantear la posibilidad de

hacer algo. Por su parte, “enfocada en la arqueología” justifica el hecho de que en esta

investigación simplemente se proponga y no se plantee una filosofía de ese tipo, debido

a que se limita a filosofar reportes e interpretaciones de resultados arqueológicos de

limitadas corrientes y no profundiza en otras pruebas científicas brindadas por la

geología, la biología, la paleontología, la neurología u otras disciplinas antropológicas.

Sin embargo, la propuesta relaciona los resultados filosofados con el desarrollo de los

procesos histórico-culturales y la forma más general del conocimiento en el marco

geográfico de Grecia, durante los periodos estudiados.

1.2 MARCO GEOGRÁFICO ESPACIAL

A groso modo, las regiones griegas tomadas en cuenta son las siguientes:

1. Macedonia y Tracia

2. Tesalia

3. Epiro

4. El este de Grecia central

5. Noreste del Peloponeso

6. Laconia

7. el oeste del Peloponeso

8. Las islas Jónicas

9. Las Espóradas

10. Las Cícladas

5
11. Creta MAPA 1.1: Regiones de Grecia (Wikipedia 2005* )

5
El asterisco implica una modificación de autor.
17
El clima y los factores geográficos son determinantes de las zonas en las que se

desenvuelven los primeros homínidos y humanos. La ubicación de Grecia continental en

Europa Oriental y en la cuenca sur del Mediterráneo oriental le brinda una serie de

características tradicionales que matizan considerables variaciones al clima

mediterráneo con caracteres de los climas del centro y el este de Europa. Además, los

sistemas montañosos, las cuencas y las llanuras presentan matices más específicos,

incluso en una misma región. Por ejemplo, las montañas del norte proveen abrigo

durante el invierno y bloquean la incursión de los vientos polares y árticos, mientras que

la cadena del Pindo, que va de norte al noroeste y del sur al sureste, paralela a la costa

Jónica, intercepta los movimientos depresivos de la parte oriental y así, altos niveles de

precipitación son característicos de la región occidental o el Epiro y llueve muy poco

del lado este del Pindo o Tesalia. En general, la temperatura incrementa de norte a sur

en todo el territorio y durante todas las estaciones (Tzedakis, P, 2000). Para una mejor

comprensión del tema, puede consultarse el Anexo 1: Diferencias climáticas de Grecia.

Este marco geográfico comprende algunos aspectos propios de un contexto más general,

enfatizando el papel desempeñado por Chipre y Troya (ubicada en la costa occidental de

la península Anatólica) las cuales serán tratadas con cierta especialidad en relación con

los intercambios culturales. Este contexto general comprende las zonas fronterizas hacia

el exterior de Grecia y ha sido clasificado de la siguiente forma:

1. El norte de los Balcanes


2. El Estrecho del Bósforo
3. Costa occidental de Anatolia
4. Costa occidental del Levante
5. Costa norte de Egipto
6. Costa norte de Marruecos
7. La península Itálica

8. Costas entre Italia y Grecia

9. Chipre
Mapa 1.2: Contactos geográficos de Grecia (googleearth, 2007*)

18
1.2.1 REFLEXIONES SOBRE EL MARCO GEOGRÁFICO ESPACIAL

Según el imaginario que los griegos clásicos tenían de sí mismos, la filosofía

sólo puede surgir en Grecia; por ejemplo, para Platón ridículo sería pensar que a las

ciudades que se les acusa de índole arrebatada, como las de Tracia y Escitia y casi

todas las de la región norteña, este arrebato no les viene de los individuos; e

igualmente la filosofía que puede atribuirse principalmente a nuestra región y no

menos la avaricia que suele achacarse a los fenicios o a los habitantes de Egipto (Rep.,

IV, 435e).

Ese prejuicio griego se filtró a través de la tradición filosófica y forma parte de

la visión general de la concepción eurocéntrica tradicional de la filosofía antigua.

Dentro de esta concepción, Teodora Gomperz afirma que cuando en el cielo cristalino

de la Mesopotamia el caldeo observaba la órbita de los astros, cuando el egipcio medía

las tierras de cultivo, devastadas y fecundadas a la vez por las aguas del Nilo… creaba

un arte de trazado que encerraba en sí los principios de la geometría… entonces se

hallaba el uno como el otro, sin saberlo, al servicio de la ciencia griega (1952, Tomo I,

p. 73). Por su parte, Federico Engels en La Dialéctica de la Naturaleza sostiene que

nos vemos obligados, en filosofía como en tantos otros campos, a referirnos

constantemente a las producciones de este pequeño pueblo, a quien su capacidad y

actividad universales han asegurado en la historia de la evolución de la humanidad un

puesto que ningún otro pueblo podrá nunca pretender alcanzar (1962; p.63). En una

obra de principios del siglo pasado, Emile Faguet reconoce llanamente que todas las

religiones son filosofías, pero no define lo que entiende por religiones, el carácter

filosófico que yace en las mismas, ni va más allá de esa afirmación antes de continuar

con su explicación detallada de la Escuela de Mileto (1914, p. 24). Otro ejemplo es

Abbagnano quien plantea que aunque los filósofos judaicos de Alejandría y Herodoto

19
hayan demostrado la procedencia oriental y egipcia de algunas doctrinas griegas

arcaicas y clásicas, ello no implica todavía el origen de la filosofía (1994; Tomo I; p.2).

Más específicamente, en Costa Rica el Dr. Francisco Álvarez afirma que en rigor, de

los pueblos antiguos sólo el griego logró crear ese modo peculiar de vida que es la vida

filosófica (1983; p.9). O sea, a través de la concepción eurocéntrica tradicional se

perpetúa el prejuicio griego contra otros pueblos de su época, lo que equivale a decir

que en ninguna otra parte del mundo se podía hacer filosofía antigua.

Sin embargo, a pesar de que han surgido numerosas respuestas al eurocentrismo

filosófico griego como tal, partiendo de un único autor voy a demostrar la actitud

equívoca de Platón, su contexto histórico y su cultura. Franz Boas afirma que

demasiado a menudo el viajero o el estudioso miden la inconstancia por el valor que

ellos mismos asignan a las acciones y propósitos en que el hombre primitivo no

persevera, y juzgan el impulso hacia las explosiones de ira según su propio patrón de

medida. Por ejemplo: Un viajero deseoso de llegar a la meta, contrata tan pronto como

puede a un grupo de hombres para partir de viaje en un momento determinado. Para él

el tiempo es sumamente valioso. Pero ¿qué es el tiempo para el hombre primitivo que

no siente la obligación de completar una tarea definida en un tiempo definido? (1964,

p. 141). Contextualizando la observación en la Grecia de Platón, no es que los tracios

fueran bárbaros en el sentido de “balbuceantes” o “carentes de razón”, sino que su

cultura era completamente distinta de la de Atenas y eso no necesariamente implica que

no tuvieran mecanismos culturales específicos y locales para hacer filosofía. Sin

embargo, la visión de los griegos es la que trasciende la historia de la filosofía europea,

a través de su concepción tradicional.

20
1.3 DELIMITACIÓN TRADICIONAL DEL DESARROLLO DEL

CONOCIMIENTO EN EL MARCO GEOGRÁFICO

En la Antigüedad, Tucídides menosprecia las narraciones homéricas referentes a

la guerra de Troya para exaltar un pensamiento racional que le facilita engrandecer las

guerras del Peloponeso, mediante argumentos y hechos (Tuc., I, 1-21). Esta forma de

hacer historia parte de la contraposición del mito y la razón que tiene como precursores

a Hecateo y Herodoto (Dekonski, 1996; p. 10). Fuera de los historiadores, Platón deja

claro que los griegos de la época Arcaica (EA) y Época Clásica (EC) poseen las

especies y los modos de ser que generan la filosofía (Rep., IV, 435e). De ahí que, según

los filósofos e historiadores antiguos, lo anterior a la EA de Grecia no se corresponde

con el pensamiento filosófico, ya que es considerado como un proceso mitológico,

contrario a la razón, en el cual no se busca una explicación de la realidad a través de sus

causas más generales y no se genera una ciencia universal. Paradójicamente, desde la

antigüedad misma, Aristóteles, Herodoto, Tucídides, Pausanias, entre otros, recurren a

personajes y acontecimientos mitológicos para referirlos como seres humanos y hechos

históricos. Esto genera un prejuicio en contra del pensamiento mítico y, más en general,

en contra del pensamiento considerado no-filosófico.

Este prejuicio clásico es acarreado por la concepción eurocéntrica tradicional de

la filosofía y de ahí que, según tal concepción, se debe comenzar a estudiar filosofía

antigua a partir del momento en que en las colonias griegas de Asia Menor, Tales de

Mileto considera que el agua es el principio de todas las cosas y brinda una serie de

explicaciones, según las cuales todo lo que existe proviene del agua 6.

6
Véase Mondolfo, (1959, Tomo I, p.40-42).
21
1.3.1 REFLEXIÓN SOBRE LA DELIMITACIÓN TRADICIONAL DEL

CONOCIMIENTO EN EL MARCO GEOGRÁFICO

El establecimiento arbitrario de un límite temporal para el origen de la filosofía

genera una pretensión de superioridad de la filosofía ante las demás ciencias.

Según Platón, cuando la filosofía se hace cargo del alma, ésta se encuentra

sencillamente atada y ligada al cuerpo, y obligada a considerar las realidades a través

de él, como a través de una prisión… revolcándose en la total ignorancia (Fed., 82e). O

sea, si lo que está relacionado con el cuerpo es una realidad considerada a través de una

prisión, las ciencias empíricas, las tecnologías y muchos enfoques de las ciencias

sociales son inferiores a la filosofía que parte de otra realidad que va más allá de la

prisión al alma. En Aristóteles, la filosofía es la ciencia por excelencia, la que dominará

a todas las demás y a la que todas se habrán de someter como esclavas (Met. III,

996b), ya que todas las demás ciencias tienen, es cierto, más relación con nuestras

necesidades que la filosofía, pero ninguna la supera, pues la filosofía es la ciencia de lo

más científico que existe (Met. I, 982b).

Este prejuicio también forma parte de la concepción eurocéntrica tradicional de

la filosofía y dificulta el trabajo interdisciplinario entre la filosofía y las ciencias

antropológicas: la antropología es comúnmente considerada como una ciencia social

con relaciones primarias con otras disciplinas como sociología, psicología, geografía,

economía y política y no menos con las ciencias biológicas (Beals and Hoijer, 1966, p.

17). Es así como la antropología, a diferencia de la filosofía, aprovecha los resultados

científicos de otras ciencias y genera trabajo interdisciplinario.

Esta investigación parte de resultados arqueológicos para filosofar y no

considera que eso sea trabajo interdisciplinario, pero sí una posibilidad que tiene la y el

filósofo de servirse de los resultados científicos para filosofar y de ahí que los mismos

22
resultados de la investigación filosófica puedan llegar a ser de alguna utilidad para las

ciencias desde las que se parte. Bergson es un precedente del servicio que puede

brindarle la ciencia a la filosofía, no con el objetivo de divinizar a la ciencia sino de

servirse de ella como fuente de objetos para filosofar y concretar una perspectiva

filosófica propia (1927, p. 232-755).

Finalmente, el conocimiento primitivo de nuestro marco geográfico es aquél que

es anterior al surgimiento de la filosofía y se estudiará conforme a la siguiente

delimitación temporal:

Periodos Fechas griegas

HOMÍNIDOS PALEOLÍTICO INFERIOR 0.4-0.1 M.A Campo de estudio biológico-


Paleontológico
PALEOLÍTICO MEDIO 100 000-35 000 años
PALEOLÍTICO
35 000-11 000 a.e.a
SUPERIOR
HUMANO MESOLÍTICO 11 000- 7000 a.e.a Campo de estudio
NEOLÍTICO 7000-3100 a.e.a Paleontológico-arqueológico
EDAD DEL BRONCE 3100-1200 a.e.a
TABLA 1.2: Estudio sobre el conocimiento primitivo de Grecia en el presente trabajo

1.4 LOS PELIGROS DE LA CONCEPCIÓN EUROCÉNTRICA TRADICIONAL

DE LA FILOSOFÍA

Los prejuicios filosóficos descritos anteriormente se han filtrado a través de la

tradición filosófica que genera la concepción eurocéntrica tradicional de la filosofía, la

cual utiliza dos enfoques académicos para manifestarse:

a. El historicismo que estudia la vida de las y los filósofos, los periodos y las épocas,

enfatizando su posición en un contexto histórico y generando una historia de la

filosofía7.

b. El estructuralista que analiza los textos, los sistemas y las doctrinas, enfatizando los

7
Véase, por ejemplo, Ferrater, J, (2004, b).
23
argumentos internos y las referencias a otros textos o sistemas; esto genera un

enfoque de los problemas filosóficos8.

Cuando estos enfoques parten de la concepción eurocéntrica tradicional de la

filosofía, no mencionan la existencia de una filosofía antigua en ninguna región ajena a

las principales ciudades griegas o antes de la Escuela de Mileto.

A través del empleo de estos enfoques y la apropiación de los prejuicios clásicos

anteriormente mencionados, la concepción eurocéntrica tradicional de la filosofía

enfatiza a los filósofos, los textos, los sistemas y las doctrinas y subestima la actitud

filosófica que yace en las y los distintos filósofos de todas las épocas. No obstante, la

filosofía antigua no es un estructuralismo que parte de la escritura arcaica y el registro

de la existencia de Tales de Mileto, a través de fragmentos mencionados por otros

autores, ni un mero historicismo que considera los testimonios sobre Tales de Mileto

como la prueba fundamental del nacimiento de la filosofía. Lo anterior evidencia los

peligros de la concepción eurocéntrica tradicional e implica la necesidad de retomar la

historia de la filosofía y los problemas filosóficos en conjunto y desde una nueva

perspectiva.

Las y los estudiantes de filosofía debemos aprender las actitudes de las y los

filósofos y descubrir en sus argumentaciones, caminos trazados, pero no con el objetivo

de dogmatizar sus teorías. El fin último de la filosofía no debe ser memorizar datos ni

buscar problemas en la obra de un autor o en relación con otro u otros, ya que si la

filosofía recae solamente en eso, la reflexión se caracteriza por la miopía de la academia

eurocéntrica tradicional y confunde el entrenamiento de la mente con la actitud

filosófica de cada época. El y la estudiante de filosofía no deben aprender únicamente

que “Tales era oriundo de Mileto…” o que “consideraba que el principio de todas las

8
Véase, por ejemplo, Ferrater, J, (2004, a).
24
cosas es el agua…” La y el filósofo que parte del planteamiento filosófico antiguo y

griego debe penetrar la actitud filosófica de Tales, Aristóteles y muchos otros y otras

para llegar a la pauta que ellos y ellas heredan del pasado y a la vez legan a la

posteridad: su actitud filosófica.

1.5 LA ACTITUD FILOSÓFICA DE LA GRECIA ANTIGUA

La actitud filosófica yace en su pregunta y no en una o varias respuestas. En la

filosofía antigua de Grecia, esta pregunta se remite a los principios y las causas. La

concepción eurocéntrica tradicional sistematiza las respuestas conjeturadas por los

filósofos antiguos y confecciona interpretaciones de los problemas filosóficos y la

historia de los filósofos, subordinando a eso la actitud filosófica. El enfoque del

presente trabajo se basa en una ecuación inversa, ya que enfatiza la pregunta arcaica y

clásica por los principios y las causas y subordina la tradición filosófica, destinada a una

futura reevaluación.

1.6 PARTIR DE LAS CAUSAS Y LOS PRINCIPIOS NO NECESARIAMENTE

IMPLICA UNA VISIÓN MECANICISTA-TELEOLÓGICA DEL UNIVERSO

Aristóteles perfila la visión mecanicista del universo al considerar que un motor

inmóvil es la causa primera y última de todos los procesos que se desenlazan

causalmente en el universo (Met; XII, 1072a-1073a). Ese motor inmóvil es el intelecto

por el intelecto o la Inteligencia. A partir de tal interpretación, la tradición filosófica

llega a considerar que el conocimiento de las causas más generales de todas las cosas

conduce al sometimiento de la naturaleza a los intereses de las y los seres humanos.

Conforme a eso, Rousseau afirma que cada animal es una máquina ingeniosa dotada de

sentidos por la naturaleza para elevarse ella misma y asegurarse, hasta cierto punto,

25
contra todo aquello que tiende a destruirla o desordenarla; la misma cosa observa

respecto a la máquina humana, con la diferencia de que el humano interactúa en calidad

de agente libre (Rousseau, 1972, p.44). Dentro del ámbito científico, en 1901, Thomas

Wilson afirma que fue Kepler, no Newton, quien descubrió que la Atracción o

Gravedad estaba en proporción inversa al cuadrado de la distancia (Wilson, 1901,

p.23). Esta afirmación refleja el prestigio que recae sobre los humanos que

comprendieron la fuerza de la gravedad en épocas específicas, debido a que ésta implica

un profundo conocimiento de las causas mecánicas del universo, requisito para el

sometimiento de la naturaleza a la voluntad humana.

Bergson y Einstein me servirán para refutar esta concepción mecanicista del

universo, a partir de la filosofía y la ciencia, respectivamente.

Bergson en la Evolución Creadora parte de su concepción evolucionista,

explicando detalladamente los procesos mediante los cuales fue concretándose la y el

ser humano como tal, a partir de las células y la conformación de organismos más

complejos en una relación donde la memoria y la conciencia son la realidad. Sin

embargo, esta realidad que es estudiada a partir de resultados científicos de las ciencias

naturales y la apropiación de ciertas ideas positivistas, no se conforma con la mera

visión mecanicista del universo y demuestra la posibilidad de realizar un estudio que

parta de las causas sin caer en el mecanicismo como tal. Para Bergson, separado de los

proceso mecánicos de la conformación del universo se halla el impulso vital que guía a

través del tiempo todos estos procesos y constituye la fuerza intuitiva responsable de la

evolución (1927, p. 232-755).

Einstein, refiriéndose a las dificultades cosmológicas de la teoría newtoniana

afirma que si uno reflexiona sobre la pregunta de cómo imaginar el mundo como un

todo, la respuesta inmediata será seguramente la siguiente. El universo es espacial (y

26
temporalmente) infinito. Existen estrellas por doquier, de manera que la densidad de

materia será muy diversa en puntos concretos, pero en todas partes la misma por

término medio. Expresado de otro modo: por mucho que se viaje por el universo, en

todas partes se hallará un enjambre suelto de estrellas fijas de aproximadamente la

misma especie e igual densidad. Esta concepción es irreconciliable con la teoría

newtoniana. (Einstein, 1917; Apartado 30). O sea, desde la actualidad, la física y la

metafísica aristotélicas caen en errores graves, debido a la carencia de instrumentos

tecnológicos y de un bagaje histórico-cultural suficiente como para plantear teorías más

cercanas a la generalidad del conocimiento actual.

A su vez, uno de los sistemas más importantes de la filosofía alemana se basa

fundamentalmente en la visión mecanicista newtoniana; a saber, el sistema kantiano que

parte de una investigación de las condiciones apriorísticas que propician la forma del

conocimiento del sujeto (Kant, 1987, p.45-59).

Ahora bien, Einstein le abre las puertas a la física cuántica que se apoya en

tecnologías telescópicas y microscópicas muy avanzadas y brinda suficiente material

para filosofar, partiendo siempre de las causas, pero no de supuestos o mitos

intelectuales como el del de motor inmóvil de Aristóteles o la pretendida posibilidad

humana de dominar la naturaleza y el universo, mediante el conocimiento de sus causas.

Las observaciones más extensas de los límites conocidos del universo y las partes más

pequeñas de la materia, así como las interpretaciones cuánticas al respecto, pueden

servir para inferir conclusiones filosóficas sobre la realidad así como cosmovisiones de

inmenso valor para la formulación de una nueva filosofía sobre las causas primeras de

todas las cosas, siguiendo la actitud filosófica característica de Bergson. Luego, una

nueva metafísica, basada en un estudio interdisciplinario de los resultados más recientes

de las ciencias, puede romper con mitos intelectuales como los del mecanicismo que

27
sostienen entre otros, Rousseau y Newton, sin dejar de recurrir a la pregunta por las

causas. Una nueva comprensión de los procesos más generales del universo es necesaria

para demostrar la ingenuidad de afirmar que la y el ser humano puede someter a la

naturaleza, mediante el conocimiento de sus causas.

Lo anterior demuestra que obviar parte del proceso causal que genera el objeto

de estudio puede apresurarnos a aceptar tácitamente supuestos que no tienen una

justificación totalmente verdadera o mitos intelectuales como los que hemos

mencionado. Luego, la concepción eurocéntrica tradicional de la filosofía establece un

límite arbitrario para el origen temporal y espacial de la filosofía y de ahí que acarree la

serie de prejuicios que hemos expuesto en los apartados anteriores y en el transcurso de

su historia adopte una serie de supuestos que dificultan determinadas vías de

investigación, como el obstáculo que atraviesa el mecanicismo a un estudio que parta de

una reflexión sobre las causas.

1.7 LAS CAUSAS DE LA FILOSOFÍA

Si la filosofía griega antigua se pregunta por los principios generales de todas las

cosas y, a partir de el o los principios aceptados por cada filósofo o filósofa se justifica

la existencia de todas las cosas, entonces dichos principios son las causas de que las

cosas sean como son, conforme a la cosmovisión de una o un filósofo griego antiguo.

Ahora bien, si no pretendemos realizar un estudio filosófico que subordine la actitud

filosófica ante las y los filósofos y sus sistemas y doctrinas, entonces debemos centrar

nuestra mirada en la pregunta por las causas, característica de la filosofía griega antigua.

¿Qué de lo que existe y existió en tiempos de Tales de Mileto fue necesario para

que él, otros y otras hicieran filosofía? Evidentemente, sin la existencia de la y el ser

humano como tal no hubiera existido la filosofía; pero, la y el ser humano no hubiera

28
existido sin una serie de procesos que fueron conformando la forma general del

conocimiento, necesaria para la existencia humana.

Así, los resultados de la física cuántica y la geología sirven para interpretar

filosóficamente los procesos causales que se relacionan con lo que he llamado una

nueva metafísica. Por su parte, la biología en general, y en especial algunas de sus

disciplinas como la paleontología, anatomía, fisiología, neurología, genética, etc.,

brindan evidencias fundamentales para interpretar los procesos causales que generan la

existencia de la y el ser humano y su conocimiento.

El conjunto de las causas naturales está compuesto por causas abióticas, bióticas

y sociales.

Los procesos cuánticos remitidos a la conformación de universo y gran parte de

la geología solamente comprenden causas abióticas, debido a que se remontan a

periodos donde ni siquiera la vida existía como tal. Contrariamente, los proceso

biológicos se relacionan con los tres tipos de causas naturales, ya que no solamente

involucran causas abióticas, como la conformación del universo o el clima y el relieve

del planeta, sino también bióticas como la conformación anatómica general de los

individuos de cada especie y sociales o las relaciones que establecen los individuos

dentro de una misma comunidad y entre comunidades de una misma especie o varias.

De donde se desprende que el término cultura lo que hace es discernir las relaciones

sociales de las distintas comunidades homínidas que presentan un conocimiento general

más complejo y la humanidad como especie diferenciada, pero no implica que las

relaciones sociales humanas sean opuestas a las características naturales de las

relaciones sociales que se establecen en comunidades de otras especies animales.

Análogamente, la antropología estudia a la y el ser humano desde distintos

enfoques que deben ser interrelacionados para una mayor comprensión de la y el ser

29
humano como tal. La antropología física estudia los aspectos biológicos, en relación con

la evolución anatomobiológica y neuronal y las relaciones entre el medio y la población

humana; en ese sentido, este enfoque se relaciona con aspectos como la tierra, el mar, el

aire y otros rasgos físicos del mundo y el humano y será tomada en cuenta en la

definición de ser humano y en el tratamiento del conocimiento paleolítico en general.

Otro enfoque lo aporta la antropología cultural que estudia los orígenes de las culturas

humanas, así como su desarrollo sincrónico y diacrónico; dentro de este enfoque se

encuentran ciencias como la arqueología, la etnología y la lingüística. La arqueología,

ciencia de la que se extraen datos para la reflexión filosófica del trabajo, estudia las

civilizaciones primitivas y antiguas y todas las fases anteriores a las sociedades actuales,

mediante el reconocimiento de los restos de sus culturas. La etnología comienza donde

termina el campo de la arqueología, ya que estudia las sociedades actuales, para

reconocer los elementos de las sociedades primitivas, pero no será abordada por el

presente trabajo; en la etnología, es muy importante el estudio de los mitos y los cuentos

folklóricos que narran perspectivas sobre el origen del humano y algunas actividades

fundamentales como el descubrimiento del fuego, la invención o adquisición de las

herramientas, el comienzo de varias técnicas de la producción de alimentos, etc. (Beals

y Hoijer, 1966, p. 7-15). La lingüística será tratada en lo que concierne a la concreción

de un lenguaje articulado como tal, conforme a los planteamientos de Saussure (1993).

Luego, en lo que concierne a la vida, las relaciones sociales son determinantes de la

evolución, ya que generan la adaptación de cada comunidad a diversas adversidades

abióticas y bióticas y aquellas comunidades y especies que no logran tal adaptación

involucionan o desaparecen. Sin relaciones sociales básicas, los seres unicelulares no

hubieran mutado a seres pluricelulares ni los animales pluricelulares hubieran

conformado la plataforma evolutiva necesaria para la existencia de las especies actuales.

30
En el ámbito de la vida, existe una mutua relación entre las causas abióticas, biológicas

y sociales, responsables de la evolución o involución de cada especie en general.

Un estudio que relacione las causas abióticas, biológicas y sociales de la

conformación de la y el ser humano como tal, no necesariamente tiene que ser

relacionado con una visión mecanicista del universo.

Por otro lado, no se partirá de teorías antropológicas específicas, debido a que se

sospecha la posible inclusión de supuestos cognitivos-culturales, incluso filosóficos,

como el de la superioridad de los griegos ante otros pueblos contemporáneos de la

antigüedad. Por ejemplo, Beals y Hoijer consideran que las historias griegas referentes a

los orígenes del fuego y la agricultura son ejemplos del folklor que yace en la literatura

de los pueblos antiguos, pero los griegos hicieron más, pues algunos de sus estudiosos

describieron acontecimientos de sus pueblos vecinos, como por ejemplo Herodoto (p.

15). 9

Formular una filosofía sobre el conocimiento primitivo de Grecia puede ser el

inicio de un modo de filosofar que auto-examine la historia tradicional de la filosofía

eurocéntrica y descubra los principales supuestos de la historia del conocimiento

humano, vista desde dicha filosofía, enfatizando la actitud filosófica y una propuesta de

inclusión de la filosofía al trabajo interdisciplinario.

1.8 EL CONOCIMIENTO

Para encontrar una definición adecuada de conocimiento, en relación con la

presente investigación, se procederá primeramente a realizar una breve revisión de

algunos argumentos generales propios de la intelectualidad clásica griega, para

seleccionar los que serán de utilidad para el tratamiento del conocimiento primitivo de

9
Este tema será profundizado en el apartado Algunos supuestos peligrosos en el tratamiento de
conocimiento primitivo, p.56.
31
Grecia.

1.8.1 REVISIÓN GENERAL: ALGUNOS ARGUMENTOS GRIEGOS CLÁSICOS

Entre los poetas épicos arcaicos, a saber Homero y Hesíodo, los dioses poseen el

conocimiento de todas las cosas y los humanos únicamente instrucciones para actuar

conforme a la voluntad de los dioses, así como una serie de conocimientos específicos

en oratoria, táctica y estrategia militar, cacería, pastoreo, agricultura, cocina, medicina,

comercio, economía, etc. El conocimiento humano es el propio de las artes y la

cotidianeidad, mientras que el de los dioses es político y trascendente. Ahora bien, si

abordamos el origen del conocimiento humano, éste no posee una idea muy compleja de

algo político o trascendente. Luego, el conocimiento que nos interesa en relación a los

poetas épicos arcaicos es el de la y el ser humano normal, ya que, a partir de éste,

podemos rastrear elementos más primitivos. No debemos olvidar que cuando queremos

hacer un cálculo verdadero de la capacidad del humano primitivo para dominar sus

propios impulsos, no debemos comparar el dominio requerido en ciertas ocasiones

entre nosotros con el que él ejerce en las mismas ocasiones (Boas, 1964, p. 141).

En Tales de Mileto, el agua es el principio de todas las cosas y, por reducción,

del conocimiento, mientras que en Anaximandro, ese principio es el infinito y, en

Anaxímenes, el aire infinito.10 Nos interesan los factores agua y aire como causas

abióticas evidentes de la vida humana, necesaria para la existencia de un conocimiento

humano, pero no así la reflexión metafísica, ya que en el origen mismo del lenguaje y el

conocimiento humano no prima la pregunta por el principio.

Heráclito brinda un mejor argumento para nuestra cuestión; los sentidos son la

base del conocimiento, ya que a través de ellos aprehendemos los contrarios que

10
Para comprender estos planteamientos básicos de la Escuela de Mileto, se puede consultar el abordaje
eurocéntrico tradicional que realiza Mondolfo (1964).
32
generan el devenir y podemos acceder a los secretos más profundos del conocimiento 11,

en la misma medida que los primeros humanos se maravillaron ante la realidad que les

presentaba frío y calor, vida y muerte y otra serie de contrarios a partir de los cuales

desarrollaron magia, arte, ordenamiento social y otra serie de elementos que

analizaremos en los siguientes capítulos.

Parménides prácticamente no nos sirve de nada. Evidentemente el primer

conocimiento humano no surge para negar la realidad que nos brindan los sentidos sino

para tomarla y transformarla.12

La supuesta ignorancia socrática sería muy beneficiosa, ya que si nos

lográsemos despegar de todos los prejuicios y acondicionamientos sociales y genéticos,

producidos mediante siglos de acomplejamiento del conocimiento humano, entonces

(prescindiendo de la ideas de virtud, bien y justicia) seríamos tan primitivos como los

primeros humanos que generaron un conocimiento propio y las primeras nociones de

virtud, bien y justicia. Además, Sócrates es gran observador de las actividades de los

distintos artesanos y de sus bellos conocimientos, lo que nos sería necesario para

identificar a los constructores de herramientas de piedra, medicinas, alimentos, etc., y su

progresiva especialización y acomplejamiento hasta llegar al punto en que las cosas que

conocemos por la técnica de un arte, no las conocemos por la técnica de otro arte

(Apología, 22c-e). Así, el éxito y el buen uso pueden estar aparejados con el

conocimiento evolutivo en todo tipo de posesión o actividad, si ese éxito y buen uso

conducen a la felicidad común. También el Sócrates platónico nos alerta del peligro del

orador que solamente conoce el arte de la persuasión (Gorgias, 455a), y toma como

negocio las cosas del alma, vendiendo discursos y conocimientos relativos a la virtud (a

11
Para comprender el pensamiento de Heráclito, puede recurrirse al Teeteto y la discusión de Aristóteles
con los postulados de Heráclito sobre la imposibilidad de conformar una ciencia (Met., IV, 1003a-1012b).
12
Para comprender las posiciones de Parménides, puede consultarse en Platón, el Sofista y el Teeteto.
33
propósito véase Sofista). Por otro lado, si conceptos como virtud, bondad y justicia

pueden ser interpretados desde distintas perspectivas y aceptados mediante la

persuasión, este filósofo demuestra que tales conceptos, en el plano social, carecen de

contenido y cada cual puede cederles un significado dentro de un parámetro definido

para obtener algo que desea el que define estos conceptos de una forma específica. Eso

será de gran valor, no sólo para la definición de conocimiento, sino para la comprensión

de los procesos sociales primitivos y la crítica que se le hace a la concepción

eurocéntrica tradicional de la filosofía que comúnmente persuade para aceptar

prejuicios, tal y como se argumentó en los apartados anteriores.

Aristóteles es una brújula que indica que la ciencia de la naturaleza debe ser

determinada en cuanto se refiere a los principios, las causas; ello se debe a que las

cosas que parecen claras y evidentes son confusas (Fís., I, 184a, 20). Además, nos

remonta al origen del conocimiento humano al afirmar que toda virtud moral está

siempre en relación con los placeres y los dolores corporales, los cuales provienen de la

memoria o la experiencia que a su vez proviene de la sensación; los humanos se

complacen con el recuerdo de lo experimentado o la expectación del porvenir; cuando

se generan el placer y el dolor, surgen el vicio y la virtud (Fís., VII, 247a, 15). Por otro

lado, todo(a) ser humano tiene una forma específica de desear un determinado tipo de

saber (Met., I, 980a); todas las artes están en relación con necesidades, el bienestar y

los placeres de la vida, y ya eran conocidas cuando comenzaron las indagaciones y las

explicaciones científicas (Met., I, 981b). Lo común a todos los principios es que son el

origen del que deriva la existencia, el nacimiento o el conocimiento de algo (Met., V,

1013b-1025a).

Después de este sondeo y selección de algunos argumentos clásicos que pueden

ser de utilidad para esta investigación filosófica, voy a rodear la cuestión por el

34
conocimiento, desde una perspectiva biológica.

1.8.2 ABORDAJE DEL CONOCIMIENTO DESDE UNA PERSPECTIVA

BIOLÓGICA

El conocimiento no es exclusivo de la y el ser humano, ya que incluso los seres

unicelulares requieren de cierto tipo de conocimiento del medio en el que viven, la

forma de adquirir alimento, reproducirse, etc. Luego, si queremos brindar una definición

de conocimiento que esté lo máximo posible depurada de los prejuicios y supuestos de

la historia del conocimiento humano, debemos indagar filosóficamente los elementos

cognitivos que presentan otras especies en común con la y el ser humano y sin los

cuales el conocimiento humano mismo no fuera como es. La y el ser humano pertenece

al conjunto total de los seres vivos y posee ciertos elementos cognitivos generales en

común con todos los(as) miembros de tal conjunto, así como otros correspondientes a

sub-conjuntos del mismo y otros elementos distintivos del conocimiento de nuestra

especie.

Tanto las plantas como los animales viven en sociedad con miembros de su

misma especie y de otras diferentes. Luego, la vida en sociedad es una condición

necesaria para la existencia de la y el ser humano y la conformación de su

conocimiento, en la misma medida que lo es para la existencia del mono, el pájaro, la

serpiente o las orquídeas y sus formas de conocer. Negar esta realidad genera supuestos

filosóficos propios de la concepción eurocéntrica tradicional de la filosofía moderna

como los de Hobbes y Rousseau. Según Hobbes, la sociedad humana surge cuando unos

renuncian y transfieren los derechos propios a otros para asegurar la paz y, al recibir

paz, se genera la mutua transferencia que realiza el contrato social (1987, p.106-111).

Por su parte, Rousseau ve dentro del llamado “estado natural” del humano una bondad

35
primitiva que inspira a todos los hombres, en lugar de la sublime máxima de justicia

razonada “Pórtate con los demás como quieres que se porten contigo”, esta otra de

bondad natural, acaso menos perfecta, pero mucho más útil que la anterior: “Haz tu

bien con el menor daño posible para otro”. (1972, p. 63-64). O sea, estos autores no

reconocen las condiciones primigenias de la conformación de las sociedades naturales

como elementos fundamentales de la concreción de las sociedades humanas y eso los

hace recurrir a hipótesis arbitrarias referentes al surgimiento de las sociedades

propiamente humanas, a partir de contratos o concepciones racionalizadas de bondad,

presentadas como naturales. Lo anterior ilustra el peligro en que caemos cuando

aceptamos definiciones preestablecidas de términos, en cualquier tipo de investigación

filosófica.

Prosiguiendo, todo ser vivo nace en un momento dado y muere en otro. Entre

ambos procesos, cuando el individuo no sufre una muerte prematura, se encuentran la

niñez, adolescencia, juventud, adultez y senectud. La relación de la vida y la muerte con

el sueño determina en gran medida una comprensión más abstracta de la realidad,

manifiesta en un sentimiento mágico que florece en algunos homínidos del PM general.

Además, las diversas respuestas a la incertidumbre del nacimiento, el sueño y la muerte

son factores determinantes de las culturas propiamente humanas y parte fundamental del

conocimiento de cada individuo y cada comunidad en cualquier época de la historia.

Aparte, en los animales existen el apetito culinario, el deseo, la pasión, el placer

y la pena (Fís., VII, 247a). Los elementos propios del llamado instinto no son iguales

en todas las especies, pero son causas determinantes de las mismas. No es igual la

pasión de un hombre por una mujer13 que la de una serpiente macho por una hembra; no

es igual el hambre de un elefante que el de una codorniz; sin embargo, los elementos

13
Esta pasión no es ni siquiera igual que la de otro hombre por una mujer o una mujer por un hombre, en
relación con una comunidad o una cultura específicas.
36
propios del instinto son el motor de todos los seres vivos, una causa eficiente de cambio

que no puede catalogarse como positiva o negativa, a pesar de que pueda conducir a la

evolución o la extinción de cada especie por su fuerte influencia en la determinación de

las relaciones sociales. Los placeres y los dolores, como ya lo reconoce Aristóteles,

tienen como principio las acciones que dependen de la sensación y por eso provienen

de algo sensible (Fís. VII, 247a, 9-10) de lo que se puede desprender que tanto el grado

de complejidad del instinto de cada especie como la sensibilidad son causa de que ésta

sea tal cual es y determine sus relaciones sociales.

La sensibilidad varía entre las especies y es responsable de que unas capten la

realidad de cierta forma, mientras que otras de maneras completamente distintas; no es

igual la percepción de un tiburón que la de un alacrán; ni la de un(a) ser humano que la

de un estremófilo. Incluso entre las y los seres humanos, la manera de decodificar la

realidad, a partir de nuestros cinco sentidos, no es estándar, o de lo contrario no serían

necesarios los anteojos ni la escritura Braille. No todos los humanos percibimos

certeramente igual, pero sí tenemos un margen de similitud en nuestra decodificación

sensitiva de la realidad, si entendemos realidad como lo que está patente. Así, si

experimentásemos sensaciones que no estuviesen en relación con las y los(as) miembros

de nuestra misma especie, sería imposible hacer conocer certeramente a otro lo que uno

experimenta, debido a la falta de correlación sensorial.

Otra causa indispensable de que el humano sea tal cual es, es el pareo de gran

cantidad de seres vivos en masculino y femenino. Dicha diferencia es responsable en

ellos de la reproducción y, por tanto, de la continuidad de las especies en el tiempo y, en

la y el ser humano específicamente, la única vía mediante la cual el ser mortal que

aspira a la inmortalidad puede perpetuarse (Banquete, 206e-207a).

Otra causa específica del conocimiento de ciertos animales y que bien identifica

37
Aristóteles, es la memoria (Met. I, 980b). Muchas especies poseen memoria y pueden

acumular conocimiento; fenómeno trascendental en el desarrollo humano y el de su

filosofía, para no tener que descubrir y redescubrir un mismo camino efectivo para

realizar un proceso simple y repetitivo.

Ahora bien, al hablar de memoria entramos directamente en el campo de la

neurología. Los avances en el estudio de la estructura del cerebro deben ser

profundamente considerados por las y los filósofos encargados de hacer filosofía del

conocimiento, ya que brindan datos más precisos y complejos que los planteamientos de

Aristóteles, Locke, Hume o Kant.

Un proceso decisivo en la conformación de la evolución e involución de la y el

ser humano es el momento de tomar una decisión ante actividades nuevas, como puede

ser la colonización de un territorio desconocido en el P o una empresa militar contra

otra ciudad en el N. En ese proceso, la razón o los lóbulos frontales del cerebro

advierten los riesgos, pero las amígdalas segregan las sustancias correspondientes al

miedo y la adrenalina que llegan a gran velocidad al cuerpo 14 y es por eso que las

emociones y las razones están íntimamente relacionadas desde un principio, de la

misma manera que la evolución y la involución. Cada conflicto amerita una

deliberación, cuya realización puede generar éxito o error. Si genera éxito, tal éxito

motiva la repetición, posibilitada por la participación de la memoria o los lóbulos

parietales en la realización. Tal repetición puede referirse a algo satisfactorio que

conduzca a la evolución o la involución, pero si satisface a todos o a algunos, ésta

surgirá y con la práctica se llegará al dominio y con el dominio vendrá la disminución

14
De lo que se desprende que no es en nada descabellada la siguiente reflexión sobre el “instinto” que
realiza Bergson y que será fundamental para comprender lo que se entiende por instinto para la presente
investigación: podemos presumir que la inteligencia está orientada hacia la conciencia; el instinto, hacia
la inconsciencia donde la conciencia de los seres vivos es entendida como una diferencia aritmética entre
la actividad virtual y la actividad real… mide la distancia entre la representación y la acción. (1927, p.
563).
38
de satisfacción, debido al acostumbramiento a la acción que genera que las amígdalas ya

no segreguen las mismas cantidades de sustancias estimulantes como la dopamina. En el

caso del error, conduce a la no repetición o el perfeccionamiento del intento (The Brian,

2004).

1.8.3 RELACIÓN DE LOS PUNTOS 1.8.1 Y 1.8.2

Tanto en lo que concierne a la biología como a gran parte de la filosofía, la

experiencia empírica, principalmente la visión, es el punto de partida del conocimiento

humano, siempre en relación con el instinto animal, la configuración anatomobiológica

y neuronal específica de la especie y las relaciones sociales que mantienen los

individuos y las comunidades.

Mediante los cinco sentidos el humano sintetiza las impresiones sensibles y

genera una representación de la realidad tal y como se le presenta en la patencia. Tal

realidad es social y en ningún caso absoluta, ya que la representación más general de los

objetos es común entre las y los seres humanos, pero, por ejemplo, si se emplean

instrumentos como telescopios o microscopios, dicha realidad será acomplejada con la

experimentación de sensaciones que se le escapan a la vista sin el empleo de estos

instrumentos. Ahora bien, esta realidad social es necesaria para que entre la comunidad

y cada sujeto se genere el germen del conocimiento humano y se acompleje con el paso

del tiempo.

En la parte social, el conocimiento posee un margen de similitud entre los(as)

miembros de una misma especie, lo cual posibilita muchas formas de comunicación. En

la parte subjetiva, la imaginación y el grado de formación intelectual de cada sujeto son

factores determinantes de la capacidad de producir ciertas interpretaciones que pueden

externarse a las y los demás y por consenso, imposición, beneficio o el simple efecto de

39
la mano invisible, éstas pueden llegar a ser de uso relativamente común y, por tanto,

parte del conocimiento que heredará su generación a la siguiente. En relación con lo

anterior se encuentran diversas teorías construidas para interpretar el mundo, como por

ejemplo, la de Parménides para quien los cinco sentidos no brindan la verdadera

realidad.

Los instintos también se manifiestan socialmente, en la medida que todos los

individuos de una comunidad los poseen e influencian la concreción de hechos que

impactan directamente la organización social, ya sea para propiciar mayor evolución o

involución. En el sentido individual, encontramos que los instintos se manifiestan de

diversas maneras en diferentes sujetos, conforme a distintos factores relacionados con la

vida de cada uno como la educación, la función social y su posición dentro de la

comunidad.

A partir del desarrollo primitivo del primer lenguaje humano en una sociedad y

del acomplejamiento de las artes, se puede hablar de reflexiones sobre diferencias entre

vida y muerte; hombre y mujer; día y noche; invierno, verano, otoño y primavera;

juventud, madurez y vejez; todas en el seno de una cultura determinada, definida por las

relaciones sociales y la forma más general del conocimiento.

Para adquirir dichas definiciones culturales entran en juego elementos propios

del desarrollo técnico, estratégico, mágico y organizacional, según los cuales

determinados comportamientos son socialmente aceptados, otros provocan disputa y

otros son censurados. Los conflictos hacia el interior de la comunidad paleolítica

reflejan involución en las relaciones sociales y los conflictos con otras comunidades son

un obstáculo para una emancipación evolutiva de la especie como tal. Sin embargo, en

otros periodos históricos más alejados de lo primitivo, los conflictos hacia el interior de

la comunidad y con otras comunidades pueden estar motivados por causas que busquen

40
la evolución hacia el interior de la comunidad o de la especie en general.

Con el acomplejamiento progresivo de las primeras culturas y sus criterios de

autocensura, surgen consideraciones neolíticas sobre lo bueno y lo malo, lo justo y lo

injusto y, posteriormente, sobre el vicio y la virtud. Estas consideraciones encuentran

un reflejo en los distintos factores que definen la cultura y se sustentan de

argumentaciones religiosas, las cuales constituyen las primeras reflexiones sobre los

principios del universo y una comunidad o conjunto de comunidades sobre las cuales

ejerce influencia una religión. Considerar estas explicaciones religiosas pre-lógicas,

como califica Levy Bruhl a la mentalidad primitiva 15, significa observar sin malicia el

surgimiento de esas primeras religiones y negar que en ellas haya argumentaciones

tácitas propias de una mentalidad lógica lo suficientemente desarrollada como para

idear explicaciones mítico-religiosas que justifiquen socialmente un ordenamiento

social determinado. Sin embargo, cada religión parte de sus propios criterios y, por lo

general se contradice con otras religiones al justificar la existencia de diferentes

ciudades, principalmente cuando dos religiones se relacionan con dos o más ciudades

rivales. Luego, cada religión parte de sus propios criterios de validez y formas míticas

de justificar. La técnica tiene una mayor similitud general entre las diversas regiones del

mundo, debido a que en cualquier parte tiene como fin primero agilizar la obtención de

una satisfacción que no es tácita sino explícita y cualquier perfeccionamiento tiende

hacia ese fin; de ahí que los criterios considerados por Levy Bruhl lógicos tienden a ser

más evidentes en el proceso que origina las artes manuales.

La especialización del conocimiento a través de la historia posterior implica la

búsqueda de una explicación del mundo y del universo, donde se cuestiona la

posibilidad o no posibilidad del conocimiento por el conocimiento y se estructuran

15 Véase Cazaneuve (1967, p. 15-18).


41
métodos, como el silogístico y el dialéctico, así como concepciones según las cuales el

conocimiento se adquiere mediante la experiencia empírica, práctica, la razón, el

absoluto, el todo, el ser, la nada, lo divino, la armonía, el infinito, etc. Pero estas

nociones no son propias del origen del conocimiento humano sino de algún estado de

conocimiento de alguna cultura o alguna comunidad en una época determinada. Luego,

en principio, el conocimiento no es algo que se separe radicalmente de lo que está

patente; se conforma a partir de la interpretación de lo inmediato. En el proceso de

acomplejamiento, las concepciones sobre el conocimiento comienzan a desligarse de lo

que está patente para incluso llegar a negarlo. Sin embargo, todos estos procesos

cognitivos no surgen aislados, sino en determinadas épocas y culturas definidas por una

serie de relaciones sociales.

A partir de lo anterior, se presenta la siguiente definición de conocimiento para

la investigación:

TABLA 1.3: Definición de conocimiento


El conocimiento general es aquél que no es propiamente humano y abarca el desarrollo
evolutivo de ciertos mecanismos y procesos biológico-sociales propios para subsistir
así como de otros que conducen por la vía inversa de la involución.
El conocimiento propiamente humano, un subconjunto del conocimiento en general, no
pierde la anterior característica y es aquél que, además de desarrollar mecanismos y
procesos básicos, entabla relaciones lógicas complejas que evolucionan de las más
primitivas y surten efecto sobre y reciben influencia del desarrollo de las relaciones
internas del cerebro y el resto del cuerpo y externas de la sociedad. El conocimiento
humano es la acumulación tanto de información como de metodología acorde con una
estructura neuronal y cultural determinada, mediante la cual se pretende alcanzar
diversos objetivos, a través de la historia y hasta el momento actual. Cada sujeto en
cada época confronta su representación instintiva, sensorial, imaginativa y racional
con la representación general del conocimiento de su especie y su cultura y la de los
demás sujetos con los que convive, directa o indirectamente.

42
1.9 SER HUMANO

La definición de la y el ser humano varía conforme transcurre la historia, en cada

época y en cada cultura, pero un rasgo característico de los arquetipos más generales del

conocimiento de la especie es el establecimiento y la aceptación de una ontología, según

la cual la y el ser humano mismo es la máxima obra de la evolución de las especies y la

vida; conforme a la antropología física, en la literatura sobre la evolución a menudo

ciertos animales son llamados formas de vida inferiores o más primitivas; otros son

llamados formas superiores o más avanzadas (Beals y Hoijer, 1966, p. 33). Este

prejuicio que se establece para las formas animales no-humanas y posteriormente se

traslada al plano humano para referirse a las comunidades primitivas como sociedades

inferiores a las cristianas, industrializadas o las sociedades neoliberales actuales,

pretende ser evitado en el presente trabajo. En ese sentido, Franz Boas hace un aporte

inconmensurable a la antropología al cuestionar esta supuesta superioridad del humano

entendido tradicionalmente como civilizado al entendido como no civilizado, a pesar de

continuar dentro del supuesto humano-centrista que hace de la y el ser humano superior

a otras formas animales. Para Boas no existe una diferencia fundamental en los modos

de pensar del hombre primitivo y el civilizado (1964, p.7), ya que interpretamos como

prueba de una mentalidad inferior particularidades anatómicas del hombre primitivo

que evocan rasgos presentes en formas inferiores de la escala zoológica; y nos

sorprende la observación de que algunos de los rasgos 'inferiores' no aparecen en el

hombre primitivo, sino que se encuentran más bien en la raza europea. (p.9).

Partiendo de las sospechas antropológicas de Boas y las propias respecto a la

tradición filosófica eurocéntrica, el presente apartado busca una definición general de

ser humano que se pueda aplicar a cualquier época y en cualquier cultura, pero que no

caiga en el supuesto ontológico de la superioridad del humano ante los demás animales

43
u otros seres humanos, debido a que tal supuesto puede conducirnos a una definición

errónea del reino animal, mediante una diferenciación radical entre la especie humana y

las demás especies animales y entre distintas clases de seres humanos. Todo esto

justifica la necesidad de establecer una definición propia de ser humano y no recurrir a

la tradición filosófico-antropológica para tomar una prestada.

El humano es un animal dentro de todos los seres vivos y posee características

que lo diferencian de las especies no-animales, donde dichas características son

determinantes en cierto grado de su definición. Nuestra especie también pertenece al

conjunto de los cordados cuyas cabezas son sostenidas por vértebras, siendo a su vez un

vertebrado con tres regiones morfológicas y órganos sexuales pareados, como los demás

mamíferos, reptiles, aves y peces. Como todo mamífero tiene sangre roja, respiración

pulmonar, cráneo articulado por la columna vertebral, cuello, cuerpo más o menos

cilíndrico y huesos que guardan registros fósiles. Sin embargo, la y el ser humano posee

otra característica más específica de los primates: extremidades libres que terminan en

cinco dedos con uñas. A los primates pertenecen los sapientes con un cráneo

relativamente más grande que el resto del cuerpo, cuatro tipos de dientes, hábitos

arborícolas y una fuerte tendencia hacia el omnivarismo, necesaria para seguir

evolucionando en medios adversos; las hembras poseen un útero simple y, por lo

general, dan a luz una sola cría que requiere largo tiempo de crianza para desenvolverse

con relativa independencia; causa indispensable de la concreción posterior de una

cultura humana. Dentro de los sapientes se encuentran los antropoideos con un cerebro

aún más desarrollado y muchas circunvalaciones, lo que les permitirá interpretar el

mundo de una manera menos simple. Aún así, el sub-conjunto de los platirrinos posee

mayor capacidad craneana y la cara proyectada hacia delante del hocico; dentro de ellos

encontramos a los homínidos, capaces de alcanzar la abstracción y la noción de magia

44
que reflejan un lenguaje mucho más complejo, una organización social excepcional y

las consecuencias de tales fenómenos. Tanto es así que la única especie de homínidos

que existe en todas las regiones habitables del planeta hoy en día, es la humana

(Diccionario Enciclopédico Quillet, 1976).

Así, parte de la concreción de la y el ser humano tiene su causa en la

configuración evolutiva de sus estructuras anatomobiólogica y neuronal, pero también

entra en juego el impulso general de su instinto, el desarrollo de su razón, la evolución

de sus relaciones sociales y el impacto de todo esto sobre su genética. Como

consecuencia, logra desarrollar un conocimiento más complejo que el de las demás

especies y tal acomplejamiento será responsable del desarrollo humano que parte del

momento paleolítico en que surge la especie hasta el momento de su extinción.

El proceso de evolución concreta a la y el ser humano como tal y comprende las

variaciones estructurales que se dan no sólo en la y el ser humano sino en otros

organismos, espontáneamente o por herencia, generando habilidades que brindan

mayor resistencia a ciertos medios (Scott, J, 1975; p. 52) y mejorando la calidad de vida

mediante el establecimiento de relaciones sociales más organizadas y horizontales. El

proceso contrario es la involución que empeora la calidad de su existencia y obstaculiza

el continuo perfeccionamiento de las relaciones sociales, generando así incapacidad de

adaptación y problemas en la convivencia que pueden llegar al grado extremo de la

extinción. Debido a eso, las relaciones sociales son el eje fundamental de la evolución e

involución.

Los primeros antropoideos fueron documentados en el yacimiento de Al Fayum

y pertenecen al Oligoceno; a saber, el Oligopithecus y el Parapithecus (Pericot y

Maluquer, 1971; p. 26). Sin embargo, el desenvolvimiento de estos seres es propio del

Mioceno que comenzó hace 30 o 25 millones de años (Doménech, 2005)

45
Los grandes glaciares del Cuaternario pusieron a prueba la capacidad de

adaptación y convivencia de los seres vivos y ante tal prueba, algunos evolucionaron y

otros no. El Mediterráneo invadió el antiguo lago del Egeo (Scott, J, 1975, p. 97) y

estudios recientes revelan paralelismos naturales y culturales entre Grecia, Sicilia y la

cueva de Sverna Tijerna de Montenegro (Woodward, J. C. and Goldberg, P; 2001).

Finalmente, en el Pleistoceno Superior o P, la y el ser humano logra una

configuración que lo hace distinguirse de otros homínidos y, en términos de Gros Clark,

logra un progresivo aumento de la capacidad cerebral donde el cráneo se hace más

globular, el anillo óseo rodea la órbita, mira directamente hacia el frente, se atenúan

sus arcos superciliares, se da una recesión de la cara, la disposición actual de los

huesos nasales, cambio de posición del foramen mágnum y, por tanto, de la cabeza (en

Pericot y Maluquer, 1971; p. 46); el aumento de la capacidad cerebral va de 500 a 1600

cc con circunvalaciones muy complejas, desarrolla el mentón, posición erguida y

disminuye del tamaño de los caninos (Scott, J, 1975; p. 103). Por otro lado, es muy

peculiar de la y el ser humano el desarrollo de los lóbulos frontales de su cerebro,

responsables del razonamiento, los lóbulos parietales, responsables de la memoria, y su

interrelación directa con las amígdalas, encargadas de determinar los estados de ánimo y

el ímpetu de los instintos (las cuales presentan una relación más estrecha con el tallo

cerebral que a su vez causa funciones vitales y mecánicas, como el movimiento y la

circulación) (The Brian, 2004).

Este(a) ser humano, a través de la historia, transforma su entorno y varía las

condiciones del mismo para crear una obra distintiva, sobre la naturaleza, pero dentro de

la misma. En tal proceso concreta y transforma costumbres, creencias, hábitos, pautas

culturales, leyes, estrategias y otros elementos humanos.

Volviendo a Aristóteles, los verdaderos elementos que distinguen a la y el ser

46
humano son el arte y el razonamiento. Así, el origen del arte se da cuando se forma una

concepción general de cierta acumulación de nociones obtenidas mediante la

experiencia (Met, I, 981a). Dicha concepción puede ofrecer un camino para resolver por

una misma vía un proceso repetitivo o muy similar, donde prima la experiencia sobre la

teoría y el razonamiento que son posteriores a la experiencia. Ahora bien, tales procesos

no son específicos de las y los seres humanos, ya que ese grado de evolución lo

lograron, por ejemplo, los neandertales. Luego, la concreción del arte y el razonamiento

en términos aristotélicos no es una característica peculiar de las y los seres humanos

como tampoco lo es su lenguaje en términos de Saussure, ya que se ha demostrado

mediante estudios a los canales auditivos del H. heidelbergensis de Atapuerca que éste

tuvo un lenguaje articulado (Gowlet, 2000; p. 5). Por tanto, la concreción de una lengua

con un paradigma o conjunto de signos lingüísticos asociados a ciertos significados (en

su fase más primitiva a ciertos objetos) y un sintagma o conjunto de relaciones lógico-

sintácticas para expresar significados adecuados a situaciones específicas, mediante la

combinación adecuada de signos lingüísticos; y un proceso de habla (gracias al aparato

vocal-auditivo) mediante el cual se emiten ciertos sonidos que son correlacionados

socialmente con la lengua (Saussure, 1993), estableciendo un proceso de comprensión

simbólica, no es exclusivo del humano, como tampoco lo es el arte y el razonamiento

por el simple hecho de ser arte y razonamiento.

Ahora bien, ya sea por la extinción de otras especies como los neandertales o por

caracteres evolutivos más propicios del H. Sapiens, la característica realmente humana

es el desarrollo peculiar de su lenguaje y su razonamiento que impactan y son

impactados simultáneamente por el acomplejamiento progresivo de las relaciones de las

distintas partes del cerebro entre sí y del cerebro como un todo asociado con el resto del

cuerpo y el papel del individuo en su sociedad. Así, la característica realmente humana

47
no es el desarrollo del lenguaje o el razonamiento en sí mismos. El acomplejamiento

que va desde razonamientos simples que se remiten a lo práctico (métodos de caza,

navegación, pesca, creación de herramientas rudimentarias, etc.) a razonamientos sobre

una interpretación abstracta del mundo (capaz de comunicar la imaginación y generar

un cambio a la rutina preestablecida hasta llegar al estado actual de nuestro

conocimiento con distintos criterios de validez lógica, mítica, artística, etc.) es la

característica esencial de la y el ser humano, independientemente de si tal

acomplejamiento lo lleve a la evolución o la involución.

Conforme a lo anterior, podemos definir “ser humano” de la siguiente forma:

TABLA 1.4: Definición de ser humano para la investigación.


Una especie animal que posee características fisiológicas, neuronales y sociales en
común con otras especies y cuya característica realmente distintiva es el grado de
complejidad de su lenguaje, su arte y su cultura, el cual determina en gran medida su
diferencia genética, fisiológica y neuronal y conforma la base del conocimiento más
general de la especie y las relaciones sociales de las comunidades, en cada época de la
historia.

1.10 DIACRONÍA DEL ESTUDIO DEL CONOCIMIENTO PRIMITIVO DE

GRECIA

Hecateo, Herodoto y Tucídides encabezan el conjunto de los pensadores

responsables de menospreciar el conocimiento anterior a la EA al calificarlo

categóricamente como mito; sin embargo, no rechazan la historia que yace debajo de las

explicaciones mitológicas sino la forma de argumentar la relación causal de los hechos,

mediante la intervención de fuerzas divinas y poéticas.

Herodoto expresa las siguiente ideas: según versiones persas y griegas, cuando

los fenicios se establecieron en Eritrea para comerciar productos egipcios y asirios,

llegaron a Argos, primer Estado continental helénico, y raptaron a Io, la hija del rey

Ínaco y comenzaron con los conflictos entre Asia y Grecia. Ahora bien, según
48
versiones persas y fenicias, Io fue trasladada a Egipto; como respuesta, varios helenos,

entre ellos cretenses, raptaron a Medea, hija del rey de la región del río Fasis, quien

envió un heraldo para reclamar la restitución de la muchacha y una recompensa; los

helenos se negaron a las petitorias por haber sido agraviados primero por los fenicios.

Años después, Paris fue a Argos y raptó a Helena y con ello pensaba restituir la afrenta

perpetuada por los griegos contra Medea; ahora bien, los helenos enviaron a Troya sus

mensajeros, pero las peticiones de éstos no fueron satisfechas; según los persas, durante

esta disputa Helena fue llevada lejos de ambos bandos, pero los helenos se precipitaron

sin más negociaciones a la guerra contra Asia y, por ese motivo, los persas consideran a

los helenos una raza enemiga, debido a la toma de Troya (Herod., Clío, I-V).

Tucídides, por su parte, expresa lo siguiente: los primeros habitantes de la

Hélade eran similares a los bárbaros contemporáneos del autor y vivían en grupos con

algún nombre que los identificaba, como pelasgos y léleges; se disputaban

continuamente las tierras fértiles, por lo que no tenían sentimiento de pertenencia y

cultivaban lo necesario para subsistir; siempre estaban listos para defender sus pocas

pertenencias o arrebatar las de los otros; cambiaban constantemente de domicilio y

cuando algún grupo acumulaba una riqueza era rápidamente despojado; no se generaban

empresas comerciales ni por tierra ni por mar; sus sitios no eran amurallados por lo que

eran vulnerables a ataques extranjeros; progresivamente se convirtieron en piratas y la

piratería se consideró una profesión honrosa; por eso, todos los individuos usaban

armas, ya que ni las casas ni los caminos eran seguros; las ciudades más antiguas se

ubicaron entonces lejos de la orilla del mar. Atenas es una tierra estéril que propició

una forma de vida más pacífica y reunió gente de toda la Hélade que fueron sus

ciudadanos desde antiguo; la sobrepoblación motivó la conformación de asentamientos

en Jonia. Un segundo periodo refleja por primera vez cierto poder internacional, muy

49
débil, en la cuenca del Egeo y el resto del Mediterráneo; los diversos pueblos áticos

comienzan a identificarse con un nombre unificador, Heleno, hijo de Deucalión que,

con sus hijos, había tomado la Ftiódide y poblado otras ciudades; a su dominio se debe

el surgimiento de una lengua como elemento unificador y la denominación de helenos,

la cual no duró mucho tiempo, ya que ni el mismo Homero los llama así, sino dánaos,

argivos y aqueos. Pélope desempeña un papel similar al de Heleno, pero en el

Peloponeso; éste provenía de Asia y alcanzó fuerza y poder, ganando la voluntad de la

gente y, ante la muerte de Euristeo de Atenas en manos de los heraclidas, sus

descendientes adquieren más poder que el otro linaje noble que se identifica con Perseo.

Sin embargo, el más oído de esas épocas es Minos, rey de la mayor parte de la Hélade,

quien sacó a los carios y los fenicios de las islas, y las repobló con gente gobernada por

sus hijos; Minos consiguió limpiar los mares de corsarios y ladrones controlando el

comercio marítimo y las rentas. Atenas fue la primera ciudad que dejó las armas por una

forma de vida más política y civil; los más ancianos eran ricos y seguidos por los

jóvenes; en Lacedemonia, a pesar de que unos poseían más que otros, su forma de vivir

era como iguales; los lacedemonios fueron los primeros en desnudarse para luchar en

los juegos celebrados en el monte Olimpo y los primeros en untarse el cuerpo de aceite,

antes de ejercitarse. Estas gentes comienzan a vivir más cerca de la costa donde el

comercio es más seguro y la estabilidad hace que los hacendados absorban las

posesiones del resto; las ciudades más ricas fueron las del istmo de Corinto, las cuales

generaron defensa contra los corsarios. En el periodo de la guerra de Troya el pelópida

Agamenón es elegido capitán de los pueblos sometidos al juramento de Tindáreo y los

que acuden voluntariamente a la guerra; este Agamenón es el príncipe más poderoso, ya

que posee el gobierno de algunas islas que luego cede a los arcadios; Micenas, reino de

Agamenón, era una ciudad pequeña, motivo por el cual no se puede creer a los poetas

50
sobre la magnitud del ejército argivo (Tuc., I, 1-21).

Es así como estos autores retoman el bagaje mítico y le dan una nueva

interpretación que se contrapone a la forma de explicación del mito mismo.

Aristóteles narra el origen primitivo de diversos pueblos, entre ellos el de los

atenienses, historia en la que menciona como persona política y real a Acasto y otros

seres mitológicos: El más antiguo de los tres oficios fue el de arconte, que muchas

autoridades estatales han considerado que se origina en tiempos de Medón. Otros

asignan su existencia al tiempo de Acasto y aducen como prueba el hecho de que los

nueve arcones ejecutan sus juramentos como en los días de Acasto, (Constitución de

Atenas, III Parte; p.3).

En tiempos romanos, Pausanias escribe un manual de viajero para el romano que

quisiera conocer Grecia; este manual se ha convertido en una guía arqueológica y ha

servido para dilucidar el paso de la tradición mitológica de Grecia (Pausanias, I e.a).

Durante la Época Moderna, entre 1846 y 1856, G. Grote escribió su obra de doce

volúmenes, Historia de Grecia. El autor pensaba que Atenas podía servir de modelo

para toda democracia. Considera que la gens griega estaba cohesionada por los

siguientes elementos: solemnidades religiosas comunes, lugares comunes de

inhumación, el derecho hereditario recíproco, la obligación de prestarse ayuda en

momentos de violencia, el derecho y deber de casarse en ciertos casos dentro de la

misma gens y la posesión de un terreno común. Así, cada gens griega tenía un nombre

que derivaba del de su fundador, por lo general catalogado como un antepasado

sobrenatural, el cual heredaba la riqueza a las y los(as) miembros de su propia gens, ya

fuera ésta de mayor o menor importancia. Por eso, cada gens posee una genealogía que

se exhibe sólo en casos solemnes (G. Grote en Engels, 1884, Cap. IV, p. 98-99).

En 1884, Federico Engels publica El origen de la familia, la propiedad privada

51
y el Estado, obra que revoluciona la forma de visualizar los hechos históricos de la

antigua Grecia. En el capítulo IV, teoriza lo que ocurrió en la Atenas prehistórica donde

los pelasgos y otros pueblos congéneres estaban constituidos en gens, fratrías, tribus y

confederaciones de tribus. Cuando decayó la constitución gentilicia, la esclavitud se

extendió a los(as) propios miembros de la tribu y de la gens, mediante las correrías

sistemáticas por tierra y por mar. Por la división del trabajo, el comercio y la

navegación tuvieron que mezclarse los(as) miembros de las gens, fratrías y tribus y así

todo el o la que llega a residir en el territorio de una fratría o una tribu ajena, no puede

participar de esa administración. Por eso, la constitución gentilicia fue insostenible y se

adoptó la primera constitución atribuida a Teseo (Engels, 1884, Cap. IV, p. 103-107).

La larga línea de discusión entre marxistas y capitalistas16 de los dos siglos

pasados posee como eje central el estudio de la economía y no así el del conocimiento;

sin embargo, a pesar de poseer poco material para hablar sobre el tema, generan

interpretaciones antropológicas muy rigurosas, tomando argumentos de lo primitivo de

Grecia.

1.11 DIACRONÍA DE LA ARQUEOLOGÍA PREHISTÓRICA DEL EGEO

Con las discusiones modernas sobre lo primitivo de Grecia hace contraste el

surgimiento de la Arqueología Prehistórica del Egeo. Un mercader aficionado y adepto

de la obra de Homero, convencido de que Troya existió y que de encontrarla sacaría

gran provecho, comenzó una primera campaña de excavaciones entre 1870 y 1873, en

Hissarlik, Turquía. Todos los círculos intelectuales de la época se mofaron del afán

obsesivo de Henrich Schliemann, pero el alemán rompió con el mito intelectual de la

Troya ficticia al encontrar un gran complejo de larga duración que se inicia en la EB y

16
Para efectos ilustrativos puede consultarse Dekonski (1966, p. 20-25).
52
deja de ocuparse en tiempos romanos. Este descubrimiento le da una sacudida profunda

a los estudios clásicos y abre una brecha para la sub-disciplina arqueológica (Rutter,

2000).

Más desconocido, Minos Kalokairinos en 1878 descubrió las ruinas de Cnosos,

hecho que comúnmente se relaciona con sir Arthur Evans y el siglo XX (Hellenic

Ministry of Culture, 1995-2001). Luego, Evans fue el excavador del reino mitológico de

Minos, en honor a quien llamó a sus contextos “minoicos”, los cuales fueron

comparados con los del Nilo y Mesopotamia (Alexiu, 2004). A partir de los hallazgos

de Evans se suscita una serie de estudios en Creta y, entre 1900 y 1920, se esclarece la

mayor parte del material arqueológico del MT (Rutter, 2000).

En 1910, había sido excavado el 80% del material conocido del CT, la etapa más

primitiva de la EB en las islas Cicladas (Rutter, 2000).

En 1929, se descubrió en la ruinas del palacio de Pilos una serie de tablillas

escritas en Lineal B (PROEL, 2007).

Entre 1930 y 1965 se excava gran cantidad de sitios importantes del MT, los

cuales nunca han sido publicados con detalle; entre ellos, las tumbas tholos de Lebena,

el pueblo de Ellenes Amariou y el MT de Cnosos (Rutter, 2000).

En 1936 se publican las excavaciones de la cultura Thermi de Lesbos del BT (Rutter,

2000).

En la década de 1940, surge uno de los métodos que más ha aportado a la

arqueología, a pesar de que su utilización indiscutible no se diera sino hasta la década de

los 70 del siglo pasado. Este método sirve para fechar los hallazgos arqueológicos,

conforme al nivel de carbono de las muestras y es conocido como C-14 (Renfrew,

2000).

Una convención celebrada en 1950, fija una datación oficial para la Edad de

53
Piedra de Grecia (Rutter, 2000).

En 1953, Ventris y Chadwick descifraron la escritura Lineal B (Ventris y

Chadwick, 1973):

Diseño 1.1: Representación de la tablilla que facilitó el desciframiento de la Lineal B. (PROEL, 2007)

En 1959, se encuentra la tablilla de barro más antigua que se conoce con

escritura minoico- chipriota (Olivier, 1988).

Entre 1967 y 1976 se realizan las excavaciones en las cuevas de Frantchi, lugar

que posee una secuencia que va del P al NF (Renfrew, 2005).

En 1967 se localizó una villa neolítica en Solíagos, una pequeña isla que está

entre Paros y Antíparos, la cual será fundamental para interpretar la actividad neolítica

de las Cícladas (Otero, 2004).

En esa década se reafirma la técnica del C-14 como método para datar los

hallazgos cronológicamente; hubo gran discusión sobre el tema, pero la confrontación

de muestras de diversos lugares con el método del C-14 reafirmó la cientificidad del

mismo. A partir de esto, las cronologías no dependen de métodos comparativos con

Mesopotamia y el Egipto (Renfrew, 2000).

En la década de 1970 surgió lo que se conoce como la Nueva Arqueología, la

cual trata no sólo de indagar los aspectos materiales de los yacimientos arqueológicos,

sino que trata de dilucidar los acontecimientos económicos, políticos y sociales en un

paisaje geográfico o un contexto específico (Renfrew, 2000). Partiendo de esta nueva

tendencia, Gamble y Halstead propusieron modelos alternativos de desarrollo indígena,

previos a la cultura palacial de Creta (Halstead y Frederick, SF).

En 1972, Renfrew propuso un sistema alternativo de terminología para

54
interpretar el HT. Este sistema pretendía abandonar la división tripartita de I, II y III

para adquirir designaciones según el nombre de los sitios predominantes de cada grupo

cultural. Ahora bien, a mediados de la década de 1970 se generó gran resistencia contra

el sistema de Renfrew y hoy en día se emplean ambas terminologías. (Renfrew, 2005)

Entre 1981 y 1986 se plantea la hipótesis de que el surgimiento de los primeros

palacios del Egeo se debió a una economía de almacenamiento social, debido al clima

del sur del Egeo (Rutter, 2000).

En 1981 y 1983, Van Andel y Runnel estudiaron los contextos de los primeros

palacios del Egeo y consideraron que éstos surgieron de la revolución de los productos

secundarios, un estadio posterior al de almacenamiento social (Jameson, Runnel y van

Andel, 1984).

En Frantchi, en 1989 se encontraron huesos humanos propios del MS y algunos

otros entierros de este periodo. Entre éstos hay cinco cuerpos inhumados y dos

cremados, así como restos de otros individuos que no necesariamente fueron enterrados.

Contemporáneamente en Yourna se localizó otro entierro mesolítico y restos de otros

individuos cuyo número se especula entre seis y veinticinco, entre adultos, adolescentes

e infantes (Rutter, 2000).

A partir de 1990, dos expediciones, a cargo de Manfred Brian Rose y Karl

Korfmann, respectivamente, esclarecen los contextos de Troya llegando a ser éste a la

fecha uno de los sitios más esclarecidos, después de contextos muy pequeños en tamaño

y duración como Mirtos en Creta. Karl Korfmann continúa siendo el encargado de los

contextos más primitivos (Rutter, 2000).

La última década del siglo pasado fue de gran importancia para la arqueología en

general, ya que el método calibrado del C-14 redujo su grado de incertidumbre, gracias

a los avances de laboratorio (Renfrew, 2000).

55
En 1991 comenzó el proyecto arqueológico de Copaïs; este proyecto ha

mapeado más de veintiocho cuevas dentro de las cuales destaca Sarakenos. (Rutter,

2000).

En 1995, a través de estudios arqueológicos, trabajos en laboratorio con el

radiocarbono e historia, se presenta una revisión de la cronología absoluta del BT

(Rutter, 2000). Además, Manning sugirió una cronología absoluta para el MM. En tal

contexto se agudizó el tratamiento del problema del surgimiento de las sociedades

palaciales en Creta a partir de desarrollos indígenas; Mannig arguyó un mejoramiento

del papel de los factores sociales en la economía local (Manning, 1995).

Así, los proyectos arqueológicos en Grecia continúan hoy en día esclareciendo

los contextos paleolíticos, mesolíticos, neolíticos y de la EB así como los propios de

EO, EA, EC y EH, que trascienden esta parte de la investigación. Lastimosamente, en

relación con los contextos más primitivos, la publicación de reportes e información

general y específica es lenta y progresiva.

1.12 ALGUNOS SUPUESTOS PELIGROSOS EN EL TRATAMIENTO DEL

CONOCIMIENTO PRIMITIVO

Se sospecha que los planteamientos antropológicos clásicos caen en supuestos

eurocéntricos tradicionales, limitativos y peligrosos, los cuales pueden obstaculizar

nuestra comprensión del conocimiento primitivo, ajeno a tales planteamientos. Ya

hemos demostrado algunos supuestos peligrosos que yacen en los argumentos de

Hobbes y Rousseau, referentes al origen de las sociedades humanas. Ahora

examinaremos algunos supuestos que se encuentran en los planteamientos de otros

autores, siempre enfatizando que la detección de su injerencia en supuestos limitativos y

peligrosos no implica que la totalidad de sus sistemas de interpretación de la sociedad

56
sea errónea. Incluso, en los próximos capítulos se rescatarán aspectos que plantean

algunos de ellos. Por otro lado, es imposible afirmar que mi reflexión filosófica será

ajena a todo supuesto eurocéntrico tradicional, pero al identificar las limitaciones de

otros sistemas puedo evitar, en cierto grado, incurrir en algunos supuestos graves.

Lamentablemente no podré tratar todos los planteamientos antropológicos referentes a

las sociedades primitivas, debido a que este trabajo no recae directamente sobre un

examen de la antropología y a la no disposición de material directo de algunos otros

autores(as).

John Locke, en su Ensayo sobre el Gobierno Civil parte de los principios

políticos a los que se adhiere, conforme a su época y su cultura. Para él, el estado

natural se caracteriza porque cada individuo posee una perfecta libertad de ordenar sus

acciones, disponer de sus posesiones y personas como a él o ella le plazca más

conveniente, sin pedir permiso a nadie ni depender de la voluntad de otro individuo; tal

contexto implica para el filósofo que el estado natural es también un estado de igualdad,

ya que el poder y la jurisdicción son recíprocos y ninguno tiene más que los otros (II. 4.,

p.5). Es así como Locke transfiere a su visión del llamado estado natural del humano, su

concepción liberal de la política y el comercio, donde todos tienen libertad de hacer lo

que quieran y esa aparente libertad justifica, desde su opinión, la condición de igualdad

entre las y los seres humanos. Ahora bien, a pesar de que las y los humanos paleolíticos

tenían libertad individual en lo que se refiere a la no existencia de leyes judiciales, ¿no

estaban ellos(as) sometidos a relaciones sociales determinadas por sus culturas locales?

Por otro lado, ¿acaso no eran necesarias determinadas relaciones sociales para subsistir

en periodos interglaciares como el que finaliza al acabar precisamente el P? En otras

palabras, ¿no eran necesarias determinadas relaciones sociales para evolucionar? Así, si

cada humano en su cultura primitiva pudiera decidir autónomamente disponer de los

57
recursos como se le plazca o utilizar a otros individuos como objetos, ¿no hubieran

estado en una perpetua vigilancia los unos(as) de los otros(as), lo que hubiera

obstaculizado procesos de cacería, recolección y vigilancia contra enemigos externos a

la comunidad misma? Probablemente, una comunidad primitiva con las relaciones

sociales que plantea Locke se hubiera extinguido antes de iniciar el M como tal, ya que

para superar las adversidades paleolíticas, fue necesario que cada individuo se

concentrara en cumplir su rol social en la compleja red de trabajo y no en vigilar

perpetuamente a las y los demás para que no abusaran de otros u otras; los conflictos

hacia el interior de la comunidad deben ser esporádicos y de resolución rápida, o de lo

contrario se atenta contra la existencia de la misma comunidad; el interés en común y la

igualdad social y material dentro de una sociedad en progresivo acomplejamiento, así

como la necesidad de coordinación, son factores que ignora Locke, debido a los

supuestos de los que parte.

Spencer sistematiza una teoría, a partir de su concepción de la evolución. Según

él, la evolución comienza con la materia inorgánica mediante un paso de la

homogeneidad indeterminada a una heterogeneidad coherente; en su ensayo Progreso:

su ley y causa afirma que, con respecto a este progreso que los organismos individuales

exponen en el curso de la evolución, esta cuestión ha sido respondida por los alemanes.

Las investigaciones de Wolff, Goethe y von Baer han establecido la vedad de que las

series de cambios van a través del desarrollo de una semilla a un árbol, o de un huevo

a un animal, constituyendo un avance de una estructura homogénea a una estructura

heterogénea (1890, Vol. 1, p. 9). Lo anterior implica varios supuestos metafísicos

peligrosos. En relación con la materia inorgánica, no podemos hablar de algún tipo de

evolución fuera de la relación con la vida y, más específicamente con la y el humano y

la supuesta posición ontológica de éste como ser más importante de la naturaleza. Antes

58
de que existiera la vida no se puede hablar de evolución sino de transformación

perpetua, donde dicha transformación genera por azar las condiciones necesarias para la

existencia de la vida y con el origen de la vida, la evolución no se relaciona

exclusivamente con el desarrollo de las condiciones necesarias para la existencia de la y

el humano, sino para la perpetuidad de todas y cada una de las especies en el tiempo y el

espacio. Ahora bien, si se habla de evolución en las eras cuánticas y geológicas, previas

al surgimiento de la vida, eso implica que evolución es un proceso en relación a la

conformación de las condiciones necesarias para la vida que puede derivar de la

concepción de un tipo de direccionamiento, relacionado con una entidad metafísica,

como una especie de motor inmóvil, no extraño del todo a Spencer, debido a que parte

de una visión mecanicista del universo. Por otro lado, relacionar lo primitivo con lo

homogéneo y lo heterogéneo con lo evolutivo, implica dos errores generales con

diversas implicaciones específicas. En primera instancia, establece una separación

radical entre lo primitivo y lo evolutivo como si lo posterior a lo primitivo fuera

evolución y dentro de lo primitivo la evolución no existiera o tuviera una fuerza

insignificante. En segundo plano, es un simplismo limitar el significado de lo

homogéneo y lo heterogéneo a lo primitivo y lo posterior de lo primitivo por varios

motivos. Primero que todo, dentro de las sociedades primitivas existe cierto grado de

heterogeneidad, relacionada con la complejidad progresiva de la red de trabajo, las

relaciones sociales y las pautas culturales. En segundo lugar, lo heterogéneo no

necesariamente es evolutivo, debido a que si se acomplejan la relaciones sociales con

variados elementos y matices involutivos, lo heterogéneo en una comunidad de

individuos de cualquier especie animal no necesariamente implica evolución; a su vez,

cierto grado de homogeneidad en los elementos de las relaciones sociales que tienden a

la evolución, como por ejemplo el valor de todos y cada uno de los individuos dentro de

59
una comunidad, es necesario para que éstas tiendan a la evolución. Volviendo a

Spencer, el proceso inverso a la evolución se relaciona con el paso de la heterogeneidad

a la homogeneidad, mediante la disgregación de la materia y la energía. A partir de lo

anterior, se da un paso de los elementos primitivos a los conjuntos heterogéneos que en

un plano más específico se relaciona con una adaptación progresiva del humano al

medio, generada a partir de una diferenciación de las funciones y las capacidades con

vista a una mejor adecuación a las necesidades ambientales. Sin embargo, la capacidad

de adaptación de la y el ser humano en la cultura y la diferenciación de las funciones y

capacidades es un proceso mucho más complejo que no solamente se relaciona con la

evolución, sino también con la involución (término que no debe ser entendido

únicamente en sus acepciones físicas, sino también culturales). No obstante, el mayor

peligro del sistema de Spencer recae en su individualismo y en su negación de toda

confabulación de algún tipo de elite cultural para el dominio de la sociedad y la cultura;

en Los principios filosóficos procede de la siguiente manera: No se puede pensar

racionalmente que en todas las sociedades, presentes y pasadas, civilizadas y salvajes,

ciertos individuos se han coaligado para engañar a las y los demás… Si se dice que

pudo ser inventada una primera ficción por un cuerpo sacerdotal primitivo, antes de la

dispersión del género humano fuera de su cuna o patria común, la filología responde

que esa dispersión comenzó antes de que el lenguaje estuviese desarrollado lo bastante

como para expresar ideas religiosas… ¿porqué la crítica, al destruir los dogmas

religiosos particulares, siglo tras siglo, no ha destruido la idea fundamental velada por

todos ellos? (2002, p.9). El presente trabajo argumenta que el desarrollo lingüístico de

los homos surge durante el PM y ya para el PS se ha estructurado lo suficiente como

para responder a las necesidades de una forma general del conocimiento, relaciones

sociales y conformación de culturas más complejas. Por su parte, se sugiere un quiebre

60
en las relaciones sociales, perpetuado en las primeras fases del N, en el cual interviene

la imposición de una jerarquía social como tal, justificada y arraigada en la cultura

progresivamente por jerarquías ontológicas que incluyen mecanismos rituales oficiales

y definición epistemológica de primitivas religiones; además, es un supuesto de la

mentalidad semita y muchas otras culturas desarrolladas el suponer una cuna o patria

común de la humanidad, ya que la humanidad surge en distintas regiones del mundo,

conforme a los desarrollos evolutivos y la dispersión se da antes de la conformación de

la y el ser humano como tal. En el mismo ensayo, Spencer afirma que los hombres

primitivos, nuestras poblaciones incultas, y aún muchas de las personas que pasan por

instruidas, piensan de un modo muy poco preciso (p.9). No me interesa debatir su

posición ante las poblaciones incultas y algunas personas instruidas, pero,

definitivamente el origen del pensamiento se da en relación con procesos muy precisos

como el desarrollo de mecanismos para obtener satisfacciones inmediatas, los cuales, en

un origen homínido, no poseen la distracción de una comprensión abstracta del mundo,

ya que la abstracción como tal es concretada por la abstracción mágica del PM, como se

hará en el Capítulo 2.

Para Proudhon un autor enseña que la propiedad es un derecho civil, originado

por la ocupación y sancionado por la ley; otro sostiene que es un derecho natural, que

tiene por fuente el trabajo; y estas doctrinas tan antitéticas son aceptadas y aplaudidas

con entusiasmo. Yo creo que ni el trabajo, ni la ocupación, ni la ley, pueden engendrar

la propiedad, pues ésta es un efecto sin causa (2001, p.3) Sin embargo, el hecho de

tener que satisfacer las necesidades básicas implica una defensa instintiva de los medios

materiales necesarios para concretar esta satisfacción. El encuentro de dos comunidades

australopitecinas en un único punto seguro para beber agua puede generar un conflicto

por una propiedad que en todo caso no es ni siquiera el agua como elemento externo

61
sino la satisfacción que genera esa agua en el organismo de los individuos. Ahora bien,

esa noción de propiedad es esporádica porque las luchas entre grupos homos e incluso

entre individuos dentro de una misma comunidad son esporádicas, debido a que atentan

contra la existencia de la comunidad y el deseo de satisfacción, relacionado con un

elemento material necesitado para un consumo inmediato, es un germen elemental de

propiedad comunal e individual y un germen primitivo de las mismas, representando la

primera un logro de la evolución de las relaciones sociales y la segunda un retroceso en

las mismas. Aparte, Proudhon no mira con buenos ojos a la comunidad, ya que ésta es

para él una desigualdad inversa a la propiedad, pues la propiedad es la explotación del

débil por el fuerte y la comunidad, la explotación del fuerte por el débil (p.157). Sin

embargo, en las comunidades primitivas no podemos hablar de la explotación del fuerte

por el débil, ya que todas y todos son necesarios en los distintos procesos cotidianos y lo

son aún más conforme se acompleja la red de trabajo con el empleo de herramientas y

tácticas y estrategias para agilizar la obtención de satisfacciones comunales. Luego, no

es deber del fuerte socorrer al débil (p.157), porque el débil pude socorrer también al

fuerte cuando las relaciones sociales establecidas hacia el interior de la comunidad

claramente miran a todas y todos por igual y logran explotar la potencialidad laboral de

todas y todos, en pos de la satisfacción colectiva. Es así como la o el fuerte socorrerán a

la o el débil voluntariamente, y viceversa, en la medida de que todos los individuos son

necesarios para afrontar los obstáculos que imponen los duros cambios geológico-

climáticos del P y, entre ellos no habría molestia, si existiese la posibilidad de que

comparasen a una o uno fuerte con una o uno débil, debido a que la o el débil realiza

una actividad que no tiene que ejecutar la otra o el otro y porque ninguna o ninguno

tiene una noción tan abstracta del egoísmo como para sentirse superior a las y los

demás, ya que tal sentimiento de superioridad surgirá en el N, en un proceso que será

62
detallado en el Capítulo 3. El tratamiento que hace Proudhon de la propiedad es más

válido aplicado a una reflexión sobre el surgimiento sobre la propiedad individual,

como se verá más adelante.

En el tomo 1 de El Capital, Marx plantea que la existencia de un número

relativamente grande de obreros que trabajan bajo el mando del mismo capital es el

punto natural y primitivo de partida de la cooperación en general, y de la manufactura

en particular (1981, p. 314). Sin embargo, tal y como lo veremos en el Capítulo 2, el

origen asociativo de individuos que trabajan por un mismo fin no yace en la idea o

situación concreta de un capital, sino es una relación natural entre los individuos que

cooperan entre sí para procurar satisfacciones colectivas a una comunidad de animales

que no necesariamente tiene que ser propiamente humana; por ejemplo, en el PI surge la

manufactura de herramientas entre los H. Habilis, la cual se acompleja radicalmente en

relación con la manufactura del PS y es evidente que en el paleolítico no hay un capital

que intermedie esa asociación de constructores(as) ni que existan entre las relaciones

sociales de los primeros humanos(a) y otros homos, mecanismos que empleen el capital.

Sin embargo, Marx reitera constantemente la relación directa entre la producción y el

capital; por ejemplo, en la misma obra afirma que los creadores primitivos del producto

y, por tanto, los creadores de los elementos materiales del capital, el hombre y la

naturaleza, aparecen unidos aquí como en los primeros días de la producción. (1981,

p.548). Esta relación que excluye un desarrollo cognitivo y social primitivo lo

suficientemente acomplejado como para poseer una división del trabajo también

compleja y progresiva llevan a Marx a considerar la propiedad privada del trabajador

sobre sus medios de producción como la base de la pequeña industria y a tal proceso,

una condición necesaria para el desarrollo de la producción social (1981, p. 698). Sin

embargo, si retomamos el desarrollo paleolítico que mencionamos a groso modo en este

63
mismo párrafo y que desarrollaré en el Capítulo 2, la producción social no amerita de la

propiedad privada dentro de la comunidad ni fuera de ella, a no ser en momentos

esporádicos de luchas por recursos naturales, sino de relaciones sociales que tiendan a la

cohesión de los individuos, dentro de la comunidad. Ciertamente, un régimen donde el

campesino sea dueño de la tierra y el artesano dueño del instrumento que cada uno

trabaja, excluye la concentración de la propiedad, pero la propiedad privada como tal y

fuera de las condiciones arriba mencionadas no es una noción válida en relación con las

sociedades primitivas paleolíticas, ya que dicha noción surgirá hasta el N, tal y como se

expondrá en el Capítulo 3.

En El papel del trabajo en la transformación del mono al hombre, Federico

Engels considera a la y el ser humano con una especie superior a todos los demás

animales y considera su configuración anatomobiológica primitiva como una

aberración: Los salvajes más primitivos, incluso aquellos en los que puede presumirse

el retorno a un estado más próximo a la animalidad, con una degeneración física

simultánea, son muy superiores a aquellos seres del período de transición (p.88). Tal

concepción deriva de una ontología según la cual el humano es la máxima expresión de

la evolución y todo lo que se aleje de lo característicamente humano es una aberración

inferior a la y el ser humano como tal. Pero no todo lo humano es perfecto, sino sólo la

concepción moderna de humanidad, debido a que dentro de lo primitivo, Engels coloca

a los pueblos con una conocimiento menos complejo y relaciones sociales distintas de

las del humano moderno, que coexisten en su época. Además, según Engels el trabajo

comienza con la elaboración de instrumentos (p.86); ahora bien, los animales que no

desarrollan herramientas específicas para satisfacer sus necesidades también ejecutan un

trabajo social para subsistir, debido a lo cual la definición de trabajo debe ser más

amplia y menos exclusiva. Por otro lado, no se puede argüir que con ello Engels se

64
refiere al trabajo propiamente humano, ya que la elaboración de herramientas no es una

característica exclusiva de nuestra especie, como lo veremos en el Capítulo 2.

Levy-Bruhl es un autor fundamental de lo que se entiende como conocimiento

primitivo. Sin embargo, su planteamiento padece de varios problemas graves, debido a

su aceptación tácita de ciertos supuestos propios de la concepción eurocéntrica

tradicional de la filosofía. Aparte de las deficiencias de su planteamiento de una

mentalidad pre-lógica y otra lógica, tratadas más arriba17, Levy Bruhl cataloga a las

sociedades primitivas, relacionadas con un predominio de la mentalidad pre-lógica,

como “sociedades inferiores”, contrapuestas a las sociedades surgidas de la civilización

mediterránea en las cuales se ha desarrollado la filosofía racionalista y la ciencia

positiva (Levy-Bruhl en Cazaneuve, 1967, p. 12), en las cuales predomina la mentalidad

lógica. O sea, Levi Bruhl parte de un supuesto eurocéntrico según el cual la cultura

europea del presente (independientemente de cualquier presente relativo de la historia

europea que referenciemos) es superior a toda otra cultura no europea del presente o

europea del pasado. Proceder de esa manera es diametralmente inverso a afirmar que

todo lo primitivo es superior a lo actual y lo no europeo a lo europeo. La jerarquía de las

sociedades de Levy-Bruhl, según la cual las sociedades primitivas son inferiores a las

europeas que le fueron contemporáneas no es procedente desde la perspectiva de este

trabajo, como tampoco lo sería una subordinación contraria de los tipos de sociedad

radicalmente diferenciados.

Henry Bergson concreta una filosofía sobre la evolución creadora en la cual

sobrepone el impuso vital a los procesos mecanicistas del universo (1927, p. 232-755).

Sin embargo, en relación con las sociedades primitivas, sugiere que éstas poseían una

moral cerrada correspondiente con una sociedad petrificada, mientras que las sociedades

17
Véase lo dicho en las páginas 41.
65
abiertas o posteriores poseen una moral abierta que no es característica de la sociedad

común sino del héroe, el profeta, el santo y el sabio. Sin embargo, si las sociedades

primitivas hubieran sido sociedades cerradas, el impulso vital que menciona Bergson no

hubiera permitido el acomplejamiento del cerebro humano que se corresponde con

continuos desarrollos y acomplejamientos de las relaciones sociales, con la incursión de

nuevas tecnologías, ordenamientos, modos generales de vida y de cultura. Por tanto, las

sociedades primitivas no son sociedades cerradas en el sentido de Bergson, debido a que

el desarrollo social es progresivo y gradual y no implica una etapa de estancamiento o

petrificación total y una posterior etapa donde impera el impulso vital de los individuos

(Bergson, 1927).

Bertrand Russell en Autoridad y Individuo busca el modo de combinar el grado

de iniciativa individual necesaria para el progreso, con el grado de cohesión social

indispensable para sobrevivir y eso lo hace recurrir a una reflexión sobre las

comunidades primitivas (p.9). Sin embargo, parte de un criterio político de progreso que

le aporta una serie de supuestos tradicionales que limitan los puntos más acertados, en

lo que concierne a su tratamiento de las sociedades primitivas. Así, por ejemplo, a pesar

de que parte de un evolucionismo claro y considera que la cooperación y la unidad de

grupo se fundan en el instinto, ello se debe a cierta amistad que se entabla entre los(as)

miembros de una misma comunidad y la hostilidad que siente el grupo frente a otras

comunidades de la misma especie (p.10). Sin embargo, la hostilidad no sólo se genera

entre comunidades diferentes, sino también entre individuos de una misma comunidad e

igualmente la amistad puede generarse entre comunidades distintas y no sólo entablarse

relaciones de discordia entre ellas. Ese supuesto limitativo de las posibles relaciones

sociales se debe a que Russell relaciona la noción de propiedad territorial con cada uno

de estos grupos y la guerra por conflictos fronterizos, como si una comunidad se dijera a

66
sí misma “por ahí no podemos pasar, porque es el territorio de otros” y como si la

guerra no se sostuviera por recursos naturales y encuentros fortuitos en un mismo

territorio paleolítico indeterminado. Derivado de lo anterior, para Russell, cuando un

grupo crece en demasía surgen conflictos fronterizos para abarcar el territorio de otras

comunidades (p11). O sea, no sólo justifica en la comunidad primitiva la existencia de

la propiedad territorial privada, sino las luchas por poseer más territorio, cuando las

luchas paleolíticas entre comunidades se dan por recursos naturales necesarios para

satisfacer necesidades y no por un territorio, a través del cual se migra constantemente.

No obstante para Russell, desde los humanos más primitivos, la familia es el más fuerte

grupo social y a partir de ella, se genera cierta división del trabajo según la cual el padre

va a cazar y la madre se dedica a la cría de los hijos y las labores domésticas (p.12), sin

contemplar la posibilidad de que tanto hombres como mujeres, niños y niñas

participaran de las distintas tareas cotidianas, según su habilidad, edad, ingenio y otra

serie de factores sociales que pueden justificar otras relaciones sociales ajenas a la

familia nuclear. Es así como Russell también justifica el patriarcado y un orden social

conservador y de ahí que cuando los lazos de amistad entre todos los individuos de una

comunidad se debilitan por el crecimiento del grupo y la conformación de naciones,

tenga que establecerse una autoridad que regule a los individuos, cediéndoles una

libertad condicionada a los principios políticos de los que parte Russell desde su

posición y su concepto de desarrollo.

Para Levi- Strauss, todos los problemas en las ciencias sociales son problemas

de lenguaje, de ahí que, según su concepción, la antropología mantiene un estrecho

contacto con la lingüística, debido al hecho social del lenguaje (1987, p. 376).

Conforme a lo anterior, lo que debe estudiarse en antropología es la parte del signo que

se relaciona con los significantes y no con los significados, ya que desgarrado entre

67
estos dos sistemas de referencias, el del significante y el del significado, el hombre

solicita del pensamiento mágico un nuevo sistema de referencia, en cuyo seno pueden

integrarse datos hasta entonces contradictorios. Pero es sabido que este sistema se

edifica en perjuicio del progreso del conocimiento, el cual hubiera exigido que, de los

dos sistemas anteriores, uno solo fuera cuidadosamente retenido y profundizado hasta

el punto (que estamos todavía lejos de entrever) en que permitiese la reabsorción del

otro (1987, p. 210). O sea, Levi-Strauss reduce la realidad a la abstracción de la parte

social del símbolo y no la parte real o lo que abstrae el significante. Luego, el análisis

estructural de Levi-Strauss es limitado, ya que se refiere únicamente a los problemas del

lenguaje y no a los problemas materiales reales que trascienden los significantes

mismos.

1.13 OTROS CONCEPTOS FUNDAMENTALES PARA LA INTERPRETACIÓN

DE LOS REPORTES ARQUEOLÓGICOS

Técnica: no es una invención exclusivamente humana, pues todos los animales

requieren de alguna técnica elemental para satisfacer sus necesidades, ya sea en la forma

de cazar, encontrar plantas, escaparse de los depredadores etc. En lo que concierne a los

antropoideos, la habilidad y la astucia del H. Habilis quedan evidenciadas con la

confección de herramientas18, proceso que implica la definición de una serie de pasos

para obtener productos similares, el cual varía únicamente cuando un cambio procesual

en la confección genera una mejor herramienta; este continuo mejoramiento de las

tecnologías y otros tipos de instrumentos va paralelo a un proceso de acomplejamiento

de las relaciones sociales determinadas por cada cultura y cada comunidad. Del N y en

adelante, cada cultura local participa con mayor intensidad en la definición de nuevas

18
Véase p.80.
68
formas de deseo, de tal manera que lo que fueron las necesidades básicas paleolíticas

llegan a comprender necesidades secundarias que aparentan ser primarias y la gama

misma de necesidades secundarias en general aumenta y se acompleja en cada época.

En ese proceso, la técnica se convierte en un arte, como el de la confección de hachas de

mano, durante el paleolítico, y, funge como un germen primitivo de lo que

posteriormente será una industria a mayor escala y las diversas labores artísticas; pero,

por otro lado, la técnica también genera reflexiones socio-culturales, radical o

relativamente acordes con la definición general de las relaciones sociales establecida

por la cultura y la comunidad en que se vive o en oposición radical o relativa contra de

tal definición de las relaciones sociales. El arte y la posterior profesión requieren un

conocimiento específico cuya especialización genera una ciencia como la física, la

química, la ingeniería, la medicina, la escultura, la pintura, etc., a su vez, las distintas

formas de pensar que genera la técnica definen las tendencias sociales que producen los

cambios culturales fundamentales de cada comunidad, definiendo progresivamente la

forma más general del conocimiento de cada cultura y la especie en general, así como

las disciplinas antropológicas. Luego, la técnica es un proceso determinado y empleado

por quien lo genera o lo conoce para obtener un producto que surtirá un efecto sobre la

sociedad. Un conocimiento más complejo implica técnicas más complejas.

Tecnología: cuando la técnica se aplica en pos de la obtención directa de un

producto material que no es exclusivamente mágico o estético sino concebido con un fin

utilitario y práctico, como una herramienta, surge la “tecnología”, término que proviene

del griego que significa hacer, construir, edificar (Ferrater, J, 2004). Sin

embargo, asociada con estados más complejos del conocimiento humano, la tecnología

no solamente es un producto material de la técnica bajo esas condiciones, ya que la

tecnología llega a abarcar productos neutralmente formales como un lenguaje binario o

69
un software computacional. Las tecnologías surgen en las sociedades primitivas como

medios que facilitan la obtención de una satisfacción comunal y para defenderse de una

agresión, ya sea ésta perpetuada contra el individuo o la comunidad; a partir de los

mecanismos sociales que se plasman en el N, las tecnologías llegan a ser fines en sí

mismos para manifestar e imponer un determinado orden social jerárquico. En este

segundo sentido, los motivos de la concreción de una nueva tecnología o la apropiación

de las tecnologías existentes pueden corresponderse con ideologías sociales y

ordenamientos imperantes, pero no debe confundirse tales tecnologías con las

ideologías sociales y los ordenamientos que las concretan en la sociedad y la cultura

como fines en sí mismos. En conclusión, tecnología es la aplicación de una técnica en

pos de obtener un objeto material o neutralmente formal, pero no ideal, a pesar de que el

proceso cultural de su concreción pueda implicar una ideología de fondo.

Ideología: cuando la técnica es aplicada a la concreción de una táctica o una

estrategia para cazar o defender a una comunidad del ataque de otra, dicha técnica no

implica la obtención directa de un producto material; por ejemplo, la presa es el

resultado de la estrategia, pero la presa se pudo haber obtenido mediante otros

mecanismos como la carroñaría, otra estrategia distinta de caza o la mera ferocidad.

Contrariamente, un pebble puede obtenerse únicamente mediante una técnica

determinada en cada cultura. Es así como la táctica y la estrategia son el precedente más

primitivo de la comprensión abstracta del mundo que logran los homínidos del PM 19 y

con ello de las primeras ideas que tendrán un impacto sobre las relaciones sociales y

serán el germen más primitivo de la ideología. En el N como tal, la ideología se presenta

lo suficientemente desarrollada como para arraigar en la cultura la noción de jerarquía y

la aceptación de la superioridad de unas y unos por encima de otras y otros. Luego, la

19
Véase páginas 94 y 97.
70
ideología es la técnica de pensamiento aplicada para la obtención de una serie de ideas

mediante las cuales se determinan, directa o indirectamente, las relaciones sociales de

una comunidad o una cultura.

Tradición: es la perpetuidad de determinadas técnicas, tecnologías, ideologías y

ordenamientos sociales en un lapso diacrónico de al menos una generación.

Cultura: es la acumulación de conocimiento más la suma del nuevo

conocimiento que se da en una comunidad o una región con una forma del conocimiento

general muy similar en un lapso sincrónico determinado.

Pautas culturales: los componentes de la cultura que, analizada, son vitales

para el conocimiento de una sociedad, en relación con las técnicas, tecnologías,

ordenamientos sociales e ideologías, los cuales pueden heredarse o transformarse

diacrónicamente dentro de una misma comunidad o entre dos o más comunidades,

mediante intercambio cultural o aculturización.

Relaciones sociales: son los tipos de relaciones que se presentan entre los

individuos de una misma comunidad y otras comunidades, las cuales pueden ser

aceptadas o negadas socialmente por la cultura o simplemente generar conflicto entre

individuos e intereses particulares. Por tanto, el conocimiento humano comprende no

sólo la conformación y transformación de hábitos, tradiciones y leyes, sino también la

concreción de actos considerados delictivos y procesos revolucionarios.

Jerarquía: comúnmente se identifica una jerarquía ontológica en el

pensamiento de Platón y Aristóteles y otra jerarquía de poder y prestigio, asociada a la

institución religiosa y a la organización política y social (Ferrater, J, 2004, Tomo II, p.

1942). Sin embargo, ¿cuál es la primera jerarquía que surge en una sociedad primitiva?

La acumulación de excesos agrícolas durante el N de Tesalia, así como su contacto con

culturas del norte de los Balcanes y Anatolia causa un proceso en el cual surge la

71
primera jerarquía social de Grecia. Esta jerarquía está definida por la arquitectura y la
20
expansión del gobierno de Sesklo sobre un vasto territorio balcánico. Sin embargo,

¿cómo surgió esa primera jerarquía griega? El estado de almacenamiento social implica

el surgimiento de una administración que acompleja más la red de trabajo, ya

acomplejada de por sí con el surgimiento de las y los primeros pastores y agricultores.

Esta administración no sólo se encarga de la recolección, resguardo y redistribución de

los productos de primera necesidad sino de la institucionalización de la magia

paleolítica y la conformación de las primeras religiones 21. Es así como las y los

administradores comienzan a considerar que su trabajo es más importante que el de las y

los demás y traducen eso en que ellas y ellos personalmente son superiores a las y los

demás. Sin embargo, los demás humanos oponen resistencia a tal sentimiento, ya que

ellas y ellos son los perjudicados directamente con esa clasificación. El principal

mecanismo ideológico para arraigar su superioridad en la comunidad y la cultura es la

religión que funge como explicación ontológica del estado de superioridad e

inferioridad de los unos y unas sobre los otros y otras. Esta explicación ontológica se

arraiga en los arquetipos culturales más generales de la especie humana y es por eso

que, aunque caigan elites determinadas en épocas específicas, surjan siempre nuevas

elites y nunca se recuperen relaciones sociales de verdadera horizontalidad. Luego, la

jerarquía social surge cuando unos humanos se sienten superiores a otros y requieren de

una jerarquía ontológica, en una primera instancia persuasiva, militar y religiosa, para

inculcar a los demás su supuesta superioridad. La jerarquía es el sentimiento de

superioridad gradual de unas o unos sobre otras u otros y los mecanismos socio-

culturales empleados para mantener un orden taxonómico social, los cuales se

acomplejan más y más en cada época y cada cultura, en detrimento de la evolución de

20
Véase p.134.
21
Véase p.134.
72
las relaciones sociales.

Primitivo: no se entiende primitivo como opuesto a lo civilizado o lo

evolucionado, ya que tal determinación parte de una concepción cultural de evolución,

según la cual una forma general del conocimiento y las relaciones sociales que

determinan un modo de cultura, por ejemplo, la cultura angloamericana, es el máximo

grado de evolución y perfección y las demás culturas, en la medida que establezcan

relaciones sociales diferentes y mantengan una forma general del conocimiento disímil,

son más primitivas. Conforme a lo anterior, para este trabajo “primitivo” se relaciona

con lo primero, entendiendo que si en el proceso histórico cada época hereda un bagaje

cultural y añade elementos nuevos al conocimiento, el estado general del conocimiento

y las relaciones sociales de cada presente es más complejo que en las respectivas épocas

pasadas. Luego, primitivo implica el inicio de un proceso que parte de relaciones

relativamente simples a relaciones más complejas y puede ser aplicado tanto al

desarrollo general de una cultura, como a la conformación anatomobiológica

característica de una especie en su proceso de acomplejamiento, pero nunca

considerando que lo primitivo es inferior o superior a lo continuamente complejo.

Relaciones lógicas primitivas: las relaciones lógicas son los procesos que se

producen en el interior del cerebro por influencia directa de los lóbulos frontales y

parietales, conforme a los criterios de aceptación, negación o disputa en la forma de

argumentar y justificar de cada individuo y cada cultura. De lo anterior se desprende

que no se entiende lógica en el sentido estrictamente filosófico o la ciencia que

supuestamente nace con la exposición de las categorías de Aristóteles. Las relaciones

lógicas no implican criterios determinados para definir la validez o invalidez absolutas

de los argumentos, ya que tales criterios son culturales, gremiales e individuales; la

lógica aristotélica es una posibilidad de argumentar bajo ciertos parámetros, pero no es

73
la única. De ahí que no se acepte la visión reduccionista de Levi-Bruhl referente a la

existencia de una mentalidad pre-lógica y otra lógica, ya que si bien la mentalidad

lógica, entendida en los términos aristotélicos y positivistas, puede encasillarse, a groso

modo, en un mismo conjunto, las diversas formas culturales no aristotélicas ni

positivistas de argumentar no pueden agruparse bajo algo en común que no sea no ser

lógicas en el sentido aristotélico o positivista. Luego, las relaciones lógicas primitivas

son las formas elementales de relacionar, conforme a la capacidad cerebral de los

individuos de una misma especie, dentro de una comunidad con una cultura y el grado

de complejidad de su conocimiento, sin implicar un corpus general de falacias o formas

incorrectas de razonar para todas las culturas y todos los individuos en todas las épocas

de la humanidad.

1.14 OBJETIVOS

1.14.1 OBJETIVO GENERAL

- Determinar una serie de argumentos que sirvan de plataforma para la futura

concreción de una filosofía sobre el conocimiento primitivo de Grecia

1.14.2 OBJETIVOS ESPECÍFICOS

- Definir claramente el campo semántico desde el que se abordará la cuestión del

conocimiento primitivo de Grecia (Capítulo 1).

- Identificar los argumentos generales que se puedan extraer para la concreción futura

de una filosofía sobre el conocimiento primitivo de Grecia, a partir de la definición del

campo semántico y la reflexión filosófica hecha referente a los reportes arqueológicos

del P y M (Capítulo 2).

- Reconocer los argumentos generales que se puedan extraer para la concreción futura

74
de una filosofía sobre el conocimiento primitivo de Grecia, a partir de la definición del

campo semántico y la reflexión filosófica hecha referente a los reportes arqueológicos

del N (Capítulo 3).

- Seleccionar los argumentos generales que se puedan extraer para la concreción futura

de una filosofía sobre el conocimiento primitivo de Grecia, a partir de la definición del

campo semántico y la reflexión filosófica hecha referente a los reportes arqueológicos

de la EB.

1.15 DESCRIPCIÓN DEL PROCESO

El programa de estudios del Bachillerato en Filosofía Pura de la UNA tiene en

su primer bloque un curso que marcó mis intereses filosóficos: Introducción a los

Problemas Filosóficos de la Antigüedad. Dicho interés no surgió a partir de los

contenidos estudiados, sino en el currículum oculto de la tradición filosófica que nos

hace pensar que la filosofía nace en Grecia y en la Época Arcaica.

Mi pregunta fundamental era, ¿porqué no hubo filosofía antes de la Escuela de

Mileto y en otras partes ajenas a Grecia?

El profesor Julio Ramírez fue un gran apoyo para madurar mi cuestión, ya que,

mediante conversaciones referentes a la filosofía de La India, logré comprender que la

filosofía no nace exclusivamente en Grecia, sino también en La India y Mesopotamia,

como pude comprobarlo a partir de la obra de Noach Krammer. Todo eso contribuyó a

formar mi actual concepción de que la filosofía nace en todos los pueblos y en todas las

épocas y simplificó mi pregunta inicial a ¿porqué no hubo, dentro de Grecia, filosofía

antes de la Escuela de Mileto?

Al reflexionar lo anterior descubrí que existe una serie de prejuicios clásicos y

supuestos filosóficos que mantiene la concepción eurocéntrica tradicional de la filosofía

75
y decidí tratar de comprender más la actitud filosófica de cada época de la historia de la

filosofía europea, en lugar de aceptar llanamente la tradición filosófica como tal.

Conforme a lo anterior, si la filosofía griega arcaica se pregunta por los

principios y tales principios son las causas de la concreción de todas las cosas, entonces,

¿cuáles son las causas de la filosofía?, ¿qué elementos son indispensables para que la

filosofía existiera como tal? Entonces llegué a la conclusión de que la existencia de la y

el ser humano como tal y del conocimiento es un principio fundamental del cual deriva

la existencia de la filosofía.

Entonces centré mi atención filosófica en la definición de ser humano y

conocimiento, pero al indagar sobre lo que se había dicho al respecto, a través de la

tradición filosófica, encontré una serie de supuestos que me hicieron sospechar aún más

de dicha tradición. Incluso llegué a desear des-aprender filosofía para comenzar de cero.

Ahora bien, como eso era imposible, seguí investigando y, si cuestiono los supuestos de

la concepción eurocéntrica tradicional y dicha concepción afirma que sus raíces están en

la Grecia Arcaica, entonces direccioné mi reflexión sobre el conocimiento y la y el ser

humano específicamente griegos para aprovechar las conclusiones como posibles

argumentos para fundamentar en el futuro una filosofía sobre el conocimiento primitivo

de Grecia como tal que cuestione la tradición filosófica desde su propia teoría del

conocimiento. Ese fue el proceso previo a la concreción de este trabajo que tuvo como

precedente directo la presentación de mi proyecto final de graduación del Bachillerato

en Filosofía.

1.15.1 ORGANIZACIÓN DE LOS ARGUMENTOS

Evidentemente, los argumentos expuestos en las páginas anteriores son el

producto de muchos años de reflexión y socialización de ideas con otras y otros

76
compañeros universitarios y no universitarios, motivo por el cual uno de los trabajos

más arduos ha sido darles un orden propicio para su fácil comprensión. Para

ejemplificar lo difícil de la concreción de este primer capítulo, sólo necesito decir que

no fue sino hasta después de un fuerte proceso de crítica y análisis de la crítica (por el

cual agradezco profundamente a mi profesor tutor, Dr. Eduardo Saxe Fernández, y a mis

dos amigos lectores MSc. Juan Gómez Torres y Lic. Andrés Gallardo Corrales) que

logré una forma que me satisficiera, aunque sé que debe tener sus deficiencias, ya que

considero que una obra nunca se termina por completo.

1.15.2 COMPILACIÓN DE LA INFORMACIÓN ARQUEOLÓGICA

La arqueología primitiva del Egeo es el campo de estudio específico de círculos

reducidos de intelectuales, principalmente especializados en arqueología. En Costa Rica

se dispone de poco material referente al tema, en contraste con la abundancia de

información e investigación sobre la EA, EC y EH. Esta limitante hizo que en un

principio el acceso al material fuera muy difícil, sin embargo, gracias a la red y al apoyo

de algunas amigas y amigos pude conseguir las primeras fuentes importantes de

información.

Ahora bien, no he conseguido todas las obras clásicas y las referencias más

actuales respecto al tema, debido a que su procedencia es europea y el costo de los

libros es caro incluso para los habitantes de ese continente. Por tanto, tuve que trabajar

con lo que iba teniendo a mi disposición, que relativamente no fue poco, debido al

tiempo que llevo investigando el tema.

77
1.15.3 ANÁLISIS DE LA INFORMACIÓN ARQUEOLÓGICA

El proceso de análisis requiere de un proceso previo de lectura y comprensión.

Sin embargo, la lectura en un principio fue lenta debido a que la gran mayoría del

material que pude compilar se encuentra en lengua inglesa y me vi obligado a traducir al

mismo tiempo que leía y comprendía. Gracias a la práctica aprendí a traducir y a leer

más rápido, al mismo tiempo que iba seleccionando aquéllos datos arqueológicos que

eran relevantes para realizar una interpretación del conocimiento primitivo de Grecia.

No puedo negar que otra limitante del trabajo es la no inclusión de información de otros

reportes que llegaron a mis manos en lengua alemana y francesa, a los cuales no he

podido acceder por mi desconocimiento de dichas lenguas y mi necesidad existencial de

graduarme de licenciatura.

1.15.4 CLASIFICACIÓN DE LOS ARGUMENTOS SELECCIONADOS

El análisis brindó un corpus de argumentos importantes para analizar el

conocimiento primitivo de Grecia, pero dicho corpus requería de un orden.

Primeramente clasifiqué los datos en una línea temporal, enfatizando el P, M, N

y la EB y sus diferentes sub-periodos y variaciones espaciales.

Posteriormente, retomé los datos concernientes a cada sub-periodo y los

clasifiqué por temáticas acordes para la interpretación de las relaciones sociales y las

formas más generales del conocimiento de la cuenca del Egeo y de sus distintas culturas

y sub-culturas.

1.15.5 INTERPRETACIÓN

La parte más catártica, pero a la vez la que me causó más dolores de cabeza, fue

la relación entre la argumentación filosófica inicial y los resultados arqueológicos cuyo

78
resultado fueron los capítulos 2, 3 y 4. Debo aclarar que lo que se plantea a partir de tal

relación son algunos argumentos que serán complementados con futuras investigación

de la temática enfocadas desde otras perspectivas con el objetivo final de sistematizar

una filosofía sobre el conocimiento primitivo de Grecia.

1.15.6 NATURALEZA DE LA INVESTIGACIÓN, CONFORME LO PIDE LA

ACADEMIA

La investigación es propositiva, ya que en conjunto conforma una propuesta para

desarrollar en el futuro una filosofía sobre el conocimiento primitivo de Grecia. Implica

una parte existencial (entendiendo existencial como la mezcla de mis reflexiones

intelectuales, experiencias personales y los procesos socializadores en los que he

participado) que constituye la materia de las bases filosóficas para abordar la cuestión.

En segunda instancia se relaciona con una investigación descriptiva, referente a datos

arqueológicos precisos y propicios para interpretar el desarrollo de un conocimiento

primitivo en la cuenca del Egeo. Finalmente, la síntesis es una relación de las dos

instancias anteriores. De ahí que la naturaleza de la tesis sea eminentemente descriptiva.

79
CAPÍTULO 2

ARGUMENTOS PARA UNA

FILOSOFÍA SOBRE EL

CONOCIMIENTO PALEOLÍTICO Y

MESOLÍTICO GENERAL Y DE

GRECIA, ENFOCADA EN LA

ARQUEOLOGÍA

80
AÑOS PERIODOS LÍNEAS DE Desarrollos simbólicos en Grecia
HERRAMIENAS
Presencia de H. Neandertalensis y adaptación a los
400 / 350
Paleolítico distintos hábitat del las partes oriental y occidental del
000-100 Sexta Línea
Inferior norte, el centro y el sur de Grecia. Poseen un primitivo
000
lenguaje articulado y culturas nómadas específicas.
Incursión del H. Sapiens y convivencia de sus etnias
100 000-35 Paleolítico
Sétima Línea con las propias de los H. Neandertalensis en el
000 Medio
territorio griego.
Debido a no desarrollar facultades necesarias para
Herramientas del
35 000-11 Paleolítico afrontar la última gran glaciación, se extinguen los
Paleolítico
000 Superior neandertales, especie que poseía un desarrollo
Superior
cognitivo y social muy similar al humano.
Fase de transición a la forma de vida neolítica.
11 000–6 Herramientas
Mesolítico Germen de las primeras jerarquías y de la alienación
000 Mesolíticas
en el seno de cada grupo social.
Tabla 2.1: Cronología y desarrollos simbólicos del Paleolítico y Mesolítico en Grecia

2.1 SOBRE EL DESARROLLO DEL CONOCIMIENTO GENERAL, DURANTE

EL PALEOLÍTICO

Como se mencionó en el capítulo anterior, la prueba material fundamental de la

reflexión filosófica referente al Paleolítico (P) en general, anterior al arribo homínido a

Grecia, será el desarrollo de herramientas. Luego, las herramientas son el criterio para

detectar distintos estados del proceso de acomplejamiento del conocimiento hasta llegar

a concretar al humano propiamente dicho.

2.1.1 PRIMERA LÍNEA DE HERRAMIENTAS

La primera línea de herramientas fue desarrollada por los australopitecinos que

presentan un esqueleto ligero, movilización bípeda que deja libres sus manos y poseen

una capacidad cerebral de 600 cc (Pericot y Maluquer, 1971). Es así como su

conocimiento es mucho más elemental que el propio de la especie humana, pero mucho

81
más complejo que el de otras familias del reino animal. Lo anterior no implica que las y

los seres humanos sean superiores a los australopitecinos y que éstos, a su vez, sean

superiores a los otros animales, sino una diferencia en la forma general del

conocimiento de cada especie, lo que determina la complejidad de sus relaciones

sociales.

La forma general del conocimiento de una especie, en su sentido más elemental,

se relaciona con una representación sensorial de la realidad socialmente similar entre

todos los individuos que forman parte de dicha especie. En un plano menos elemental,

se relaciona con el desarrollo de mecanismos y procesos que surten efecto sobre y

reciben influencia del desarrollo biológico, el ecosistema al que se pertenece y las

relaciones sociales que se mantienen hacia el interior y el exterior de una comunidad.

Este segundo plano es menos elemental en tanto que es el responsable de la variación

específica de la conducta social y las conductas individuales en comunidades diferentes

de una misma especie y responsable de que unas se adapten a su medio de una forma

dada, mientras que otras se adapten de maneras diferentes y otras simplemente

involucionen y desaparezcan en lapsos temporales relativos. Es así como hacia el

interior de una comunidad, el desarrollo de mecanismos y procesos puede propiciar

evolución o involución, dependiendo de la conformación general y específica de las

relaciones sociales, ya que, como lo plantea Spencer en El individuo contra el Estado,

aparte del instinto de sociabilidad, los seres primitivos prefieren vivir en comunidad,

debido a la experiencia de las ventajas que derivan de la cooperación (Spencer, 2002).

Un conocimiento se acompleja en la medida que desarrolla un mayor número de

mecanismos y procesos que se interrelacionan entre sí, lo que hace más difícil discernir

unos de otros o identificar los elementos de cada uno en particular. Luego, en la medida

que un conocimiento es más complejo abarca más elementos evolutivos, pero a la vez

82
tiene un mayor margen de peligro de poseer elementos, mecanismos o procesos

involutivos difíciles de identificar y erradicar en pos de la evolución de la comunidad y

la especie en general. Un conocimiento que establezca constantemente relaciones de

superioridad e inferioridad entre las cosas y las especies evidencia relaciones sociales

complejas, dentro de un marco de jerarquía, lo cual es una característica

específicamente humana.

Las herramientas de los australopitecinos eran materias primas empleadas para

obtener la satisfacción de ciertas necesidades y deseos; en ese sentido, pueden ser

llamadas herramientas en completo estado natural. Por ejemplo, quebrar un hueso para

degustar el tuétano era más fácil con una roca que con los dientes; una rama, el

instrumento natural para cazar un ave o separar la carne de la osamenta en un ambiente

boscoso; arrojar una roca sobre la cabeza de una presa, más seguro que atacarla con las

manos; excavar en el suelo con una estaca para extraer las raíces, más efectivo que

escarbar con las extremidades; valerse de una vara para apear una fruta o alcanzar algo,

etc. O sea, los australopitecinos presentan un desarrollo cerebral, anatomobiológico y

social que se caracteriza por una leve participación de los lóbulos frontales al utilizar

una materia prima como intermedio entre un objetivo y su obtención; los lóbulos

parietales también fungen un papel importante, ya que estas primeras relaciones que

identifican las materias primas como medios para alcanzar algo deseado logran, gracias

a la memoria, una repetición constante que genera la costumbre y perfecciona la

práctica. Sin embargo, las partes del cerebro que continúan preponderando en su

desarrollo social son las amígdalas que generan los estímulos, y el tallo cerebral,

responsable de su locomoción y su coordinación; ambas necesarias para subsistir en los

ambientes del Paleolítico Inferior (PI) (The Brain, 2004).

Su red de trabajo se corresponde con la forma general de su conocimiento y, por

83
tanto, es muy básica en comparación con la propia de los primeros seres humanos. Sin

embargo, no debemos obviar el proceso de acomplejamiento que ha sufrido dicha red a

partir de la evolución de seres unicelulares a mamíferos y de mamíferos a los

australopitecinos, capaces de utilizar materias primas en completo estado natural para

facilitar la obtención de satisfacciones grupales e individuales que matizan la lucha por

subsistir. Tal empleo de materias primas como herramientas constituye un paso más de

los hábitos propios de cada especie a la consolidación de mecanismos sociales más

complejos, lo que genera costumbres muy elementales. Incluso es el precedente más

elemental de la división del trabajo vista como un organismo natural y primitivo de

producción, cuyos hilos se han tejido y siguen tejiéndose a espaldas de las y los

productores de mercancías, como queda expresado en El Capital (Marx, 1975; p.130)

El empleo de estas herramientas necesariamente influencia las relaciones

sociales de la comunidad en relación con diversas funciones como la recolección de

tubérculos, la caza y/o carroñaría, el desplazamiento espacial y el desenvolvimiento

cotidiano mismo, ya que en cada una de las funciones necesarias para subsistir se

emplean distintas materias primas, valiéndose de distintos grados de fuerza, precisión,

alcance, etc. Por eso, la práctica de las distintas funciones de la red de trabajo configura

de una manera distinta las rutinas constituyendo el germen primitivo de lo que

posteriormente serán las tradiciones y pautas culturales, así como del desarrollo de

facultades cerebrales más complejas. Luego, este empleo también es el precedente más

primitivo de lo que posteriormente será la técnica.

La organización social sufre cambios, como bien lo evidencia la red de trabajo.

Las y los líderes de la comunidad ejercen un mando que no se caracteriza por la

existencia de una jerarquía, sino por la capacidad de guiar a una comunidad hacia la

subsistencia y la evolución; Spencer, sostiene que en numerosas tribus salvajes la

84
función judicial del jefe no existe, o es puramente nominal (Spencer, 2002), lo que

puede aplicarse a estas sociedades. Con el empleo de herramientas, el liderazgo no se

relaciona exclusivamente con la fuerza y la habilidad corporal, sino con la incipiente

astucia que llega a fungir un papel determinante en los distintos procesos cotidianos.

Esta astucia da un viraje en el mando natural, el cual no se remite a un mando total

sobre la manada sino a cierta coordinación en distintos procesos como la caza, la

recolección, el desplazamiento en un marco geográfico dado, etc. Por ejemplo, la o el

líder de las y los cazadores era quien presentaba las mejores condiciones

anatomobiológicas y la mejor precisión, pero si tenía un buen cuerpo y buena precisión,

pero carecía de astucia, no podía ser líder de las y los cazadores, o de lo contrario la

comunidad estaba más propensa a la extinción por falta de alimento. Es así como esta

astucia instintiva en la que participan muy levemente los lóbulos frontales del cerebro es

el precedente más primitivo de la estrategia y la táctica para la obtención de lo deseado

y la defensa, así como un elemento fundamental de la posterior organización social,

política y militar de otros homínidos con formas generales de conocimiento más

complejas.

Conforme a lo anterior, el sistema de comunicación es meramente imitativo y

solamente comprende algunos sonidos onomatopéyicos, gestuales y otros movimientos

y sonidos propios de la especie, relacionados con la coordinación y la provocación de

estímulos necesarios para cazar, defenderse, etc. Para ellas y ellos, la realidad es

inmediata, tal y como se les presenta a los cinco sentidos en las diversas circunstancias,

pero la memoria, la experiencia y la práctica les permiten desarrollar facultades más

complejas que las empleadas por otros animales, sin que eso los haga superiores a ellos.

85
2.1.2 SEGUNDA LÍNEA DE HERRAMIENTAS

La segunda línea se corresponde con el Pre-Olduvaniense (2.5-2 MA) y se

caracteriza por el Modo I de la tecnología paleolítica. A ella se asocia el H. Habilis,

descubierto por los esposos Leakey en el norte de Tanzania; el mismo presenta un

mayor tamaño del cerebro y los huesos de la mano le brindan una función prensil

similar a la humana. Su hábitat primitivo era la orilla de los lagos, donde se alimentaba

de la caza de aves, peces y reptiles a pequeña escala, la carroñaría, especialmente de

tuétano, y la recolección de tubérculos; para Leakey, fue el primer animal en construir

herramientas (Leakey, 1971). Es así como el H. Habilis presenta una conformación

anatomobiológica más ventajosa que los australopitecinos más primitivos y mayor

participación de la corteza cerebral en la concreción de los distintos procesos cotidianos.

Esto acompleja su conocimiento y evoluciona su orden social.

El H. Habilis fabricó pebbles o guijarros, las herramientas más antiguas hechas

por los homínidos; consisten en la separación de lascas de uno de los extremos de un

nódulo o canto de roca para obtener un borde irregular (Imagen 2.1) (Trump, 1970).

Dentro de los materiales utilizados destacan por su dureza y estabilidad química los

núcleos de piedra caliza, cuyos bordes quebrados adquieren filos naturales que no se

expanden por toda la roca (Pericot y Maluquer, 1971). Para separar las lascas de los

núcleos se utilizaban piedras en estado natural, características de la primera línea de

herramientas, así como otras similares con la función de yunque.

Imagen 2.1: Pebbles de Olduvai Gorge. Excavaciones de Leakey (1971)

La experimentación genera la fabricación de herramientas y conduce al


86
descubrimiento de nuevos usos para las materias primas, lo que acompleja el

conocimiento con la incorporación de nuevos mecanismos para facilitar la subsistencia.

La fluidez en la obtención de una satisfacción es el criterio de medida de la utilidad de

una herramienta y este criterio, junto a la experimentación y las primeras formas de

fabricación, genera el germen de lo que posteriormente será la especialización, una de

las causas fundamentales de que homínidos posteriores al H. Habilis produzcan

razonamiento y artes.

Entre los resultados del proceso socio-técnico y cognitivo están la conciencia de

la funcionalidad del filo y la selección de materias primas para la fabricación que

implica el origen de un principio de selección y exclusión, lo que evidencia relaciones

lógicas muy primitivas y la consolidación de la técnica como tal.

Cognitivamente el H. Habilis experimenta, practica, memoriza, selecciona,

imagina, imita, descubre por accidente y relaciona. En algunos casos, la primera vez

que una rama tuvo un borde angular, por ejemplo, pudo no ser una invención de alguna

o algún australopitecino u H. Habilis, sino el hecho de que al quebrar la rama de un

árbol, accidentalmente ésta quedara con ese tipo de borde.

Ahora bien, debemos detenernos un poco en el surgimiento de las relaciones

lógicas primitivas y el principio de selección. Las jerarquías lógicas sientan su

precedente cognitivo en estas relaciones lógicas primitivas que surgen para seleccionar

materias primas y fabricar herramientas y otros insumos sociales; este precedente

cognitivo se basa en la utilidad, de tal manera que la preferencia hacia ciertos materiales

se remite a la funcionalidad. Ya en el PS griego, por ejemplo, la principal materia prima

para la confección de herramientas líticas, será la obsidiana melia; obsidiana, por las

condiciones generales inherentes a esa piedra volcánica; melia, porque se extraía de la

isla de Melos, a pesar de que en otras islas hay obsidiana, pero sin las características

87
específicas del material de Melos22; esto no implica que, ante la ausencia de ciertas

facultades en la obsidiana, que sé yo, de Naxos, la obsidiana de Melos fuera “superior”

en el sentido estricto de la palabra; simplemente, la obsidiana de Melos era la materia

prima que brindaba los resultados que se deseaban y, por eso era la extraída y trabajada.

El acomplejamiento del conocimiento humano conllevará la forma de generar

discernimientos funcionales paleolíticos a jerarquías lógicas complejas. Un punto

intermedio será la concreción de las jerarquías sociales y ontológicas, pero eso lo

veremos más adelante.

La forma general del conocimiento del H. Habilis implica una red de trabajo más

compleja. La confección intencional de herramientas genera nuevas necesidades de

primer orden y nuevas labores. Ya Bergson, refiriéndose a estas herramientas sostiene

que este homo, al tener por función primitiva fabricar instrumentos no organizados,

debe, a través de mil dificultades, escoger para este trabajo el lugar y el momento,

la forma y la materia. Y no puede satisfacerse por entero, porque toda satisfacción

nueva crea nuevas necesidades. (Bergson, 1927). Eso es justificado si tomamos en

cuenta que el pedernal y otros materiales biodegradables son acarreados distancias

relativas y posteriormente trabajados para conseguir herramientas más eficaces. Tal

acarreo y fabricación amplían las funciones dentro de los grupos recolectores y

cazadores, ya que la fabricación no era una labor independiente de las demás.

Aparte, la incursión de las primeras herramientas trabajadas y el conocimiento

que las acompaña tienen consecuencias en la vida cotidiana y la organización social. Por

ejemplo, algunos individuos se dedicaron no sólo a quebrar una rama para separar la

carne, sino a construirle un borde que facilitara el proceso; pero ese borde, no era bueno

sólo para separar la carne, sino también para matar, colocándose al nivel de la roca

22
Véase apartado referente al PS de Grecia, p.111.
88
natural convertida en pebble, donde no hay ninguna diferencia entre su uso para cazar,

atacar a otras comunidades, defender el alimento entre los individuos del mismo grupo,

luchar para obtener una satisfacción o repeler instintivamente algún tipo de agresión.

Así, la incipiente técnica propicia las condiciones para el surgimiento de las primeras

pautas culturales y tradiciones locales. Sin embargo, este proceso no implica la noción

de jerarquía, ya que todas las funciones de la red social del trabajo siguen siendo

necesarias para la subsistencia de una comunidad y la generación de herramientas

trabajadas facilita la subsistencia y el goce general. Esto amerita una comunicación

menos simple que la de los antropoideos anteriores, reflejada en la concreción de

relaciones lógicas primitivas muy básicas. Pero no es probable que los H. Habilis hayan

logrado desarrollar un sistema de habla como tal. Por otro lado, sus sociedades

evidencian que no hay una relación natural primitiva entre la producción y el capital.

2.1.3 TERCERA LÍNEA DE HERRAMIENTAS

En el sub-periodo Olduvaniense Clásico (1.9-1.6 MA) surgen los choppers o

“tajos” (Leakey, 1971), herramientas confeccionadas mediante la extracción de lascas

por las dos caras de un nódulo o canto de roca (Imagen 2.2) (Trump, 1970). Han sido

clasificados como discoidales, poliedros, raspadores, esferoides y sub-esferoides

(Mithen, 1996).

Imagen 2.2: Choppers del yacimiento de Koobi Fora (ArthPrehistoric, 2008)

Estos homínidos se benefician del primer aumento significativo de la capacidad

cerebral, (dado entre hace 2 y 1.7 MA) que se relaciona directamente con un mayor

89
acomplejamiento de la técnica y una especialización más remarcada, (Gowlett, 2005).

Reconocer que una herramienta con un filo por dos extremos es más beneficiosa que un

pebble, implica relaciones lógicas menos simples que las de los H. Habilis.

Estos acomplejamientos evolutivos de los primeros procesos técnicos generan

una mayor fluidez en la obtención de satisfacciones, cuando el ambiente propicia

condiciones favorables para el desenvolvimiento cotidiano y las relaciones sociales de

la comunidad no presentan problemas internos de gravedad. Esto genera la acumulación

de cantidades relativas de provisiones, lo cual aumenta los posibles lapsos de

estacionalidad en sitios de resguardo y brinda el tiempo necesario para la concreción de

avances tecnológicos, como los choppers.

Estos homínidos se distribuyeron con mayor amplitud por el mundo y, en el caso

de Europa, llegaron a habitar la región norte en la actual Georgia, que presenta

condiciones climáticas muy adversas y distintas de otros ambientes con sabanas y

bosques (Gowlett, 2005). En los nuevos marcos geográficos, las y los recolectores

seleccionaron entre las nuevas plantas las que servían como comestibles, medicinas,

veneno, etc., las y los cazadores reconocieron las rutas de los animales e idearon

estrategias y tácticas apropiadas para cazar; y las y los guías del desplazamiento en las

nuevas zonas identificaron las mejores rutas, acordes con las necesidades de los

distintos actantes de la red social del trabajo. Estos elementos conforman pautas

culturales más complejas y diferenciadas, conforme a la ubicación en zonas diferentes.

Los procesos migratorios a grandes distancias y el arribo a nuevos contextos

geográficos con climas adversos para la vida homínida ameritan de una organización

social más compleja y una fuerte cohesión de los(as) miembros de la misma comunidad

para sobrevivir, asimilar los nuevos ambientes y obtener satisfacciones durante y

después del periodo de adaptación. Al migrar estos homínidos se ven obligados a

90
desarrollar aún más el principio de selección y exclusión de materias para desenvolverse

cotidianamente y sobrevivir. El reconocimiento y la adaptación requieren de un lenguaje

más complejo que les permita identificar socialmente cada planta con la función o las

funciones para las que es beneficiosa y enseñar tales beneficios a los(as) miembros de

una misma generación y a los de las generaciones posteriores; lo mismo en relación a

los demás recursos naturales que utilizaban. Tales procesos generan un lenguaje más

complejo que el de los homínidos anteriores, con algunos gérmenes cercanos al lenguaje

propiamente humano, caracterizados por una visión más abstracta de las necesidades

inmediatas y el germen elemental del análisis racional, ambos aplicados a la obtención

de satisfacciones y los procesos de estrategia para lograrlas.

2.1.4 CUARTA LÍNEA DE HERRAMIENTAS

El sub-periodo Olduvaniense Desarrollado surgió hace 1.6 MA y fue

contemporáneo del Abbevillense, propio de las primeras culturas de bifaces en Europa

(Trump, 1970), así como de parte del Achelense Temprano (1.4 - 1 MA). En este lapso

temporal surgen los proto-bifaces, (Leakey, 1971). El Achelense Temprano ha sido

identificado en Francia, Alemania, Inglaterra, España, el Levante, entre otros lugares

(Wynn, 1989).

Estos ensamblajes culturales fueron llevados a Europa por el H. Ergaster o

erectus, el cual medía aproximadamente 1,5 m, caminaba erguido, tenía la frente

deprimida y el tamaño de su cerebro va de 800 a 1200 cc; primeramente desarrolló

pebbles y choppers y luego hachas de mano. Hay hipótesis convincentes de que utilizó

el fuego (Bunch y Hellemans, 2004).

Los bifaces son puntos triangulares llamados comúnmente hachas de mano o

cuchillos de carnicero; son útiles de gran tamaño que han sido tallados bifacialmente a

91
partir de un núcleo de forma oval o periforme de una longitud entre 7,5 y 25 cm; a pesar

de su nombre, no se trata de un hacha o un cuchillo sino de un instrumento para usos

diversos o desconocidos (Imagen 2.3). Los bifaces tienen cierto reflejo de simetría

inversa y de la forma general de la tecnología; la sección adversa no es simétrica; los

más primitivos reflejan pares de formas convexas; también se fabrican discos,

esferoides, raspadores y cuchillos y se da una renovación y reparación de los núcleos

(Leakey, 1971)

Imagen 2.3: Biface de Olduvai Gorge. Excavado por Leakey (1971)

Todo esto implica el desarrollo de relaciones lógicas primitivas menos simples,

ya que desde el punto de vista de que la curvatura de la punta de una vara de madera, o

cierta forma de una roca facilita un mejor resultado, podemos encontrar un porqué

trabajar la rama, la roca u otro material de tal o cual manera. O sea, con el desarrollo de

herramientas más complejas para facilitar la vida cotidiana y procurar la supervivencia,

presenciamos una añadidura al conocimiento social que va a nutrir el germen de las

artes; no sólo la fabricación sino la reparación en el proceso muestran que estos seres

eran conscientes de la importancia de las herramientas para su subsistencia.

Los bifaces enriquecen las distintas funciones de la recolección y la caza y

sugieren un ordenamiento social más complejo con un lenguaje también más complejo

que el que acompaña al tercer tipo de herramientas. Las técnicas de la conserva de

alimentos y los primeros usos del fuego son elementos que contribuyen a la complejidad

intrínseca de sus sociedades. No yace en ellos la noción de jerarquía, porque todos los

actantes sociales siguen siendo indispensables para la satisfacción más general del

92
grupo. El crecimiento potencial de los periodos de estacionalidad es un agente de

cambio muy importante para las distintas relaciones sociales.

2.1.5 QUINTA LÍNEA DE HERRAMIENTAS

En el Achelense Medio (1-0.5 MA), ciertas características reflejan una mayor

comprensión abstracta del mundo. Los bifaces se comienzan a construir con tres

dimensiones simétricas (Imagen 2.4) y su fabricación sufre un proceso de

estandarización aparente en dos categorías generales: a- lacerados y piquetas (Cercano

Oriente) y, b- cordiformes y cuchillas de carnicero (África); en Europa predominan aún

las industrias Abevillenses. Algunos son bastante pesados y otros muy livianos; según

estudios de micro-uso, unos fueron herramientas, mientras que otros no reflejan uso

alguno (ArthPrehistoric, 2008).

Imagen 2.4: Biface de Olduvai Gorge, (Leakey, 1971)

La quinta línea de herramientas presenta una mayor comprensión abstracta de la

utilidad, si tomamos en cuenta el paso de las herramientas naturales a los pebbles y a los

bifaces; pero ese proceso se acompleja más con la incursión del tallado tridimensional

que puede ser un intento de imitar formas naturales como los copos de nieve o la

comprensión de ciertas condiciones que facilitan la práctica con la simetría del

instrumento.

La incursión de objetos trabajados que no reflejan uso evidencia el surgimiento

de los primeros trabajos simbólicos. Esto implica un desarrollo cognitivo-abstracto

mayor, ya que el proceso técnico de pensamiento que ameritan dichos trabajos no está

en relación directa con la producción de una herramienta. Estos instrumentos


93
constituyen el precedente más primitivo de las obras de arte y el sentimiento de la

magia, implicando una progresiva interpretación abstracta del mundo y una búsqueda de

algo menos particular que lo meramente práctico para la subsistencia; el prestigio de la

comunidad también puede ser una función de estos objetos. En cualquier caso,

constituyen el germen más primitivo de lo que posteriormente será la ideología.

Además, la estandarización aparente y regional de herramientas refleja que estos

homínidos poseían sistemas de tradiciones, al menos técnicas y tecnológicas, así como

un soporte lingüístico suficiente, para transmitir pautas culturales, no solamente de una

generación a otra, sino de un grupo social a otro, originándose el intercambio cultural y

la aculturización. Tal estandarización es aparente porque las herramientas de los

distintos grupos no eran idénticas, pero poseían un amplio margen de similitud.

Por otro lado, el dominio del fuego genera extensión del consumo de carne,

modelos generales de dieta, reducción del intestino y extensión de los periodos de

estacionalidad (Gowlett, 2005), lo que evidencia la importancia potencial del fuego en la

co-evolución de habilidades más específicas, ya que provee soporte técnico en tiempos

de cambio y en situaciones marginales y facilita mejoras estructurales a las especies que

se benefician de él.

2.1.6 SEXTA LÍNEA DE HERRAMIENTAS

Diseño 2.1: Técnicas para confeccionar herramientas23 (Bordes, 1968)

La sexta línea se caracteriza por el surgimiento del tallado que utiliza un

23
1. Proceso con una piedra martillo en estado natural. 2. Proceso de presión. 3. Manipulación con una
herramienta blanda.
94
percutor de madera blanda, hueso o cornamenta, en lugar de una piedra martillo natural

(Diseño 2.1) (Bunch y Hellemans, 2004). Comprende al menos cinco tradiciones

tecnológicas achelenses y cinco no-achelenses (ArthPrehistoric, 2008). En este periodo

se dio la colonización griega.

El desarrollo de culturas más definidas evidencia conjuntos líticos específicos

según diversas regiones y grupos sociales, a diferencia de la estandarización aparente en

la fabricación que refleja la quinta línea de herramientas.

El proceso psíquico que implica la construcción de una herramienta para separar

carne de una osamenta, cazar, etc., es una relación directa del constructor(a) con ciertas

situaciones cotidianas y el perfeccionamiento de su trabajo está ligado a la experiencia,

la creatividad, el logro de satisfacciones grupales y las pautas culturales de su

comunidad. Los medios empleados para la fabricación de los anteriores tipos de

herramientas son rocas en completo estado natural con la función de martillo y yunque.

No es sino hasta el sexto tipo que se fabrica una herramienta martillo como tal, debido a

que el perfeccionamiento de un artefacto para construir artefactos se relaciona con un

doble proceso cognitivo, en el cual intervienen relaciones lógicas más complejas: por un

lado, el conocimiento de las especificaciones técnicas de la herramienta de uso común

y, por otro, el conocimiento de las especificaciones técnicas para construir otro

instrumento que servirá para generar la herramienta de uso común. Así, para que el

constructor establezca una relación entre lo deseado, la forma abstracta del instrumento

que necesita para lograrlo y la forma ideal del instrumento que necesita para construir el

instrumento que facilite la obtención de lo deseado, necesariamente implica un grado

elemental de razonamiento y el precedente más remoto de lo que posteriormente será la

teoría industrial.

En estos contextos, las representaciones simbólicas son más concretas y poseen

95
significados sociales y subjetivos difíciles de precisar. Surge un tallado propiamente

estético y figurillas mágico-estéticas o símbolos de poder grupal como las estatuillas

Tan-Tan de Marruecos (0.5-0.3 MA), algunas de las cuales fueron pintadas con ocre

rojo (Imagen 2.5) (Wynn, 1989). Luego, en estas sociedades el criterio que mide el

valor de un instrumento no es solamente la utilidad, ya que surgen primitivos juicios de

valor referentes a la estética y/o la magia los cuales fungen como criterios para medir el

valor social de algunos instrumentos.

Imagen 2.5: Estatuillas Tan-Tan de Marruecos (ArthPrehistoric, 2008)

Además, el uso del fuego es más evidente alrededor de hace 400 000 años; tal

uso y dominio es consecuencia de la segunda y última etapa de mayor crecimiento de la

capacidad cerebral que propicia la concreción de la y el ser humano, desarrollada entre

hace 500 000 y 300 000 años24; el nuevo conocimiento acompleja aún más la red de

trabajo (Gowlett, 2005) y la especie humana surge como tal, con un lenguaje hablado,

como se verá en el siguiente apartado. Incluso se puede retomar el argumento de Marx

de que las diversas esferas de producción procuran mantenerse constantemente en

equilibrio, en el sentido de que, de una parte, cada productor de mercancías tiene

necesariamente que producir un valor de uso y, por tanto, satisfacer una determinada

necesidad social, y, como el volumen de estas necesidades varía cuantitativamente, hay

un cierto nexo interno que articula las diversas masas de necesidades, formando con

ellas un sistema primitivo y natural (1981, El Capital, 548).

24
La primera se dio entre hace 2 y 1.7 MA, como se mencionó más arriba.
96
2.1.7 SETIMA LÍNEA DE HERRAMIENTAS

Inmersa en la complejidad cultural del PM (300 000-30 000 años), la sétima

línea de herramientas es contemporánea de la definición distintiva del H. Sapiens, en el

periodo en el cual éste interactúa con otros homínidos con desarrollos biológicos y

socio-culturales muy similares (ArthPrehistoric, 2008). En dicha complejidad cultural,

es necesario destacar la tradición Musteriense-Levallois y el desarrollo neandertal y

humano que abarcan muchas culturas de Europa, Asia y África, pero con marcadas

características peculiares entre regiones y comunidades. El neandertal se caracterizaba

por tener una capacidad cerebral de 1600 cc, análoga a la de la y el ser humano actual,

pero con un menor desarrollo de las circunvalaciones cerebrales (Pericot y Maluquer,

1971).

El estilo Musteriense está asociado al Tipo III de Tecnología. Se caracteriza por

un menor tamaño de los utensilios y una especialización remarcada de los útiles; posee

mejores técnicas de talla y retoque del sílex; llega a dominar plenamente la técnica de

las lascas en oposición a los grandes bifaces (Imagen 2.6). En un Musteriense más

avanzado, aparecen piezas de borde denticulado y puntas estilo musteriense, que por su

tamaño y peso, se ha especulado eran para flechas y dardos (Pericot y Maluquer, 1971).

También confeccionaron puntas de lanza, sierras dentadas, leznas o punzones,

boomerang, agujas, buriles, hondas, anzuelos y arpones (Imagen 2.7). Muy

probablemente la honda precedió al boomerang y se puede datar unos 100 000 años

antes que el arco (Bunch y Hellemans, 2004).

Imagen 2.6: Lascas de Harkarkom, Israel Imagen 2.7: Arte musteriense de Bulgaria.
(ArthPrehistoric, 2008) Presenta gravados (ArthPrehistoric, 2008)

97
En su faceta Levallois, sus industrias van desde el Clactoniense (Inglaterra),

hasta el Tayaciense (Francia); existen formas buriloides (Diseño 2.2), perforadores,

piezas plano-convexas y lascas con retoque lateral abrupto; se usaban profusamente el

hueso en esquirlas aguzadas y madera; aparecen derivados del hacha de mano como

bifaces pequeños y cordiformes. Este estilo muestra una sociedad más compleja y

organizada, ya que se caracteriza por la preparación de núcleos en forma facetada

(Diseño 2.3), lo que produce lascas más regulares con forma triangular o de tortuga que,

con un retoque marginal, conducen a las raederas clásicas y con otro tipo de retoque, a

la punta triangular, robusta, con una base a veces curvada (una especie de “horma de

zapatero”) que con un fuerte retoque en los diversos bordes genera el estilo llamado

escaloforme (Imagen 2.8) (Pericot y Maluquer, 1971). O sea, el proceso de fabricación

de herramientas sufre perfeccionamientos más fluidos con el desarrollo de un

conocimiento menos simple, como el del H. Sapiens y el H. Neandertalensis.

Diseño 2.3: Buriles (Trump, 1971) Diseño 2.4: Técnica Levallois Imagen 2.8: Arte Levallois
(Borde, 1968) (Logan Museum of
Anthropology, 2008)

Estos homos presentan relaciones lógicas que alcanzan un grado de complejidad

más característico de los humanos. Tanto el H. Sapiens como el H. Neandertalensis

generaron culturas y comunidades complejas, como resultado de una comprensión más

abstracta de la realidad; definieron y entendieron símbolos y crearon lenguas 25 más

25
Entiéndase lengua en el sentido saussureano, como un sistema compuesto por un eje paradigmático que
se relaciona con la comprensión social de un vocabulario definido a partir de la combinación de sonidos
articulados y un eje sintagmático o cierto conjunto de reglas sintáctico-gramaticales, en este caso muy
primitivas o elementales, manifiestas y desarrolladas constantemente en el proceso del habla (Saussure,
1993).
98
complejas que el resto de sistemas de comunicación animal.

El perfeccionamiento y aumento de la gama de herramientas implican una red de

trabajo más compleja en la cual distintos sub-grupos específicos de cazadores y

recolectores dedican cada vez más tiempo a la confección de tecnologías y su labor se

ve facilitada por la aceptación social de su función en pos del beneficio grupal y un

primitivo soporte lingüístico que acompleja aún más la organización social. Entre las y

los cazadores y recolectores, no sólo en lo que concierne a la construcción, las funciones

llegan a ser más distribuidas y complejas, así como las tácticas y las estrategias,

generando mayores satisfacciones grupales de calidad, cada vez más fluidas. Lo anterior

aumenta la potencialidad de los lapsos de estacionalidad en los sitios de resguardo,

donde se desarrollan relaciones sociales más complejas y juicios estético-mágicos

menos simples que los de homínidos anteriores.

La disminución en el tamaño de las herramientas refleja más precisión y más

exigencia sociales en los productos finales; utilizar herramientas cada vez más pequeñas

es muestra de una conciencia más abstracta del mundo y una capacidad neuronal y

anatomobiológica más cercana a lo propiamente humano. La honda como tal implica

cierto conocimiento experimental y primitivo de la física para relacionar el movimiento

giratorio de un instrumento con el direccionamiento, la velocidad y la fuerza del

impacto de un proyectil. El boomerang implica un desarrollo mayor, ya que comprende

el conocimiento de ciertas formas angulares capaces de procurar ciertos efectos en el

movimiento del instrumento lanzado y su regreso a un punto cercano. El arco, por su

parte, asegura una trayectoria rectilínea que termina en movimientos semicirculares y la

acción de estirar una cuerda sujetada a dos extremos de un arco y arrojar una flecha

implica un desarrollo técnico abstracto para la obtención más certera de diversas

satisfacciones. O sea, estos seres desarrollaron ciertas relaciones lógicas mucho más

99
complejas que los homínidos más primitivos, lo cual no los hace superiores a ellos, pero

les brinda mayor posibilidad de subsistencia. El conocimiento de los primeros juicios

sobre la física parece más cercano a la experiencia que a la llamada por la filosofía

eurocéntrica tradicional “ciencia”, pero no por eso dejan de ser fuente originaria de

ciencia. El perfeccionamiento del arco y otras herramientas trae consigo la

consolidación de las artes manuales más estructuradas, las cuales acompañan a la

especialización en la caza y la guerra y un acercamiento progresivo a la vida civilizada.

El surgimiento de las formas buriloides evidencia una comprensión abstracta de

la magia y la estética más compleja, debido a que estos instrumentos tienen como

objetivo único la decoración de otros instrumentos, meramente estéticos o utilitarios.

Para eso se desarrollaron los gérmenes primitivos de lo que serán las relaciones lógico-

sintácticas del lenguaje26 y con ellas una mayor complejidad en el ordenamiento social.

La estética y la magia también se acomplejan considerablemente si tomamos en cuenta

que estos seres enterraron a algunos(as) de sus muertos de manera simbólica;

preparaban un lecho de roca para el cadáver o protegían el sitio con piedras (Pericot y

Maluquer, 1971). Comúnmente los cuerpos estaban atados o replegados, de lo que se ha

especulado la creencia de que así no podrían perseguir a los vivos, situación que no es

descabellada si tomamos en cuenta que el difunto puede aparecer en el sueño de un ser

con un desarrollo cerebral y simbólico como el neandertal y sapiens. Así, se da una

mayor intervención de la lógica cerebral en la determinación de la realidad y la

concreción de la cultura. Estas relaciones lógico-sintácticas conforman lenguas

primitivas en el seno de comunidades de individuos humanos, neandertales y

heidelbergensis y se transmiten de comunidad a comunidad en cada región.

26
El surgimiento de lenguas muy primitivas en este periodo está comprobado, debido a que el H.
Heidelbergensis, antecesor del H. Sapiens y H. Neandertalensis, fisiológicamente podía desarrollar
elementos fundamentales de una lengua muy elemental, conforme al resultado de análisis hechos a los
canales auditivos del ejemplares óseos hallados en Atapuerca, España (Gowlett, 2005).
100
El nivel organizacional también implica nuevas funciones derivadas de la

complejidad continua del conocimiento como el tratamiento de pieles, evidenciado con

la presencia de abundantes leznas y agujas. Luego, la técnica alcanza un mayor grado de

abstracción teórica y representa un desarrollo del conocimiento caracterizado por la

transmisión de pautas culturales que van más allá de la mera imitación. Fue necesario

algún método para que los individuos más viejos enseñaran a los más jóvenes la forma

de confeccionar sus herramientas y de inhumar a algunos(as) de sus muertos; estos

individuos más jóvenes no conservaron esa tradición intacta, sino que la perfeccionaron

para obtener mayores satisfacciones colectivas.

La variedad regional e inter-comunal refleja un sistema psíquico más complejo,

ya que va más allá de la mera diversidad de herramientas abarcando técnicas tanto para

concretar tecnologías como ideas, acomplejando más el germen primitivo de la posterior

ideología de la mano con la organización social y una comprensión mágica y estética

que van más allá de la alcanzada por otros homínidos anteriores. Todo esto surge para

fortalecer la unidad del grupo en contextos climáticos y geológicos adversos, por lo que

no implica el surgimiento de una jerarquía social. De ahí que la o el líder de las y los

cazadores no se sienta más necesario que la o el que trabaja pieles para soportar el frío y

ambos se benefician del trabajo colectivo. Luego, no es aplicable el principio de

Proudhon, según el cual el más fuerte es oprimido por el más débil, al menos en las

comunidades paleolíticas.

Los conflictos individuales pueden ocasionar desorden interno, pero esporádico

y de corta duración; los casos más complejos son las disputas por algunas satisfacciones

particulares, germen involutivo de lo que posteriormente será la propiedad privada

individual, principalmente en los periodos de escasez de alimentos; después de cada

conflicto entre dos o más individuos, el orden vuelve a imperar o de lo contrario la

101
comunidad se hace vulnerable a ataques externos o la extinción por la falta de

satisfacciones colectivas. Los conflictos entre dos o más comunidades son más intensos,

pero tampoco son de larga duración, aunque, dependiendo del marco geográfico y la

disponibilidad de recursos naturales, pueden ser más consecutivos; en estos casos, como

lo menciona Spencer, el ejército es la sociedad movilizada y la sociedad en sus

funciones cotidianas el ejército en reposo (2002). En este nivel, las comunidades más

evolucionadas y ordenadas generan una imagen de fuerza que llega a ser comprendida

por otras comunidades menos evolucionadas y con mayores conflictos individuales

internos, ya sea mediante la experiencia de la guerra o la mera visualización de

símbolos estéticos, herramientas, armas y/o la forma de desplazarse en la cotidianeidad

de las comunidades nómadas.

2.1.8 SITUACIÓN GENERAL DEL PALEOLÍTICO SUPERIOR

El PS surge en la segunda mitad de la última gran glaciación, Würm, hace 40

000 años. Comienza con la producción de hojas de tipo Chatelperroniense, con puntas

curvadas. Al final del periodo desaparecen los neandertales y sobresalen las culturas

europeas del Cro-Magnon27 (llamado así por los primeros restos del H. Sapiens en dicho

continente [Trump, 1970]). Hace 40 000 años estos humanos usaban collares,

brazaletes, clavijas, anillos, pendientes, diademas y pectorales (Imagen 2.9) (Bunch y

Hellemans, 2004). Originan el V Modo de tecnología paleolítica.

Imagen 2.10: Estatuilla


Imagen 2.9: Colar del Paleolítico Paleolítica de Konstenki, Rusia Imagen 2.11: Venus de
Superior (Logan Museum of (Logan Museum of Willendorf (Logan Museum of
Anthropology, 2008) Anthropology, 2008) Anthropology, 2008)

27
A pesar de que el H. Sapiens surge en África hace unos 200 000 años, es hasta este periodo que se
identifica con el continente Europeo.
102
Tanto entre los últimos neandertales como entre los H. Sapiens aparecen las

primeras pinturas sobre los cuerpos y posteriormente en instrumentos (que ya poseían

sus precedentes en el PM) y algunos espacios cotidianos (Bunch y Hellemans, 2004). La

joyería decorativa es una introducción del H. Sapiens al igual que una serie de tocadores

de música, pinturas y esculturas con rasgos muy estéticos (Imagen 2.10). Hace 30 000

años llegan a predominar las imágenes de vulvas o mujeres con rasgos sexuales

exagerados, en diversos sitios (Imagen 2.11). A partir del arte y la técnica se puede

encontrar rastros de educación y magia (Bunch y Hellemans, 2004).

En este contexto surgen diversos tipos de herramientas más complejas, los

cuales, a través de la acumulación de conocimiento, aceleran el acomplejamiento de

diversas sociedades y contextos geográficos. Para el tema puede consultarse el Anexo 2:

Herramientas del Paleolítico Superior.

La situación del PS es trascendental, ya que en ella se concreta la y el ser

humano y desaparece la otra especie que presenta un conocimiento parecido, el

neandertal. El desarrollo de habilidades de coordinación y armonía evolutiva fue

necesario para sobrevivir a las consecuencias de la última glaciación mundial. El arribo

del H. Sapiens a suelo europeo se da en el punto de mayor evolución social,

precisamente cuando las herramientas de piedra son relegadas a un segundo plano por la

disponibilidad y facilidad del trabajo con el hueso, la cornamenta y el marfil (Bunch y

Hellemans, 2004). La complejidad de estos seres diversifica sus modos de vida y, en

general, se pueden mencionar dos líneas de subsistencia: los grupos que prefieren los

resguardos de roca y las cavernas como espacios estacionales y los cazadores que se

establecen en los llamados loess.

Estas culturas adquieren una característica muy propia de la y el ser humano: la

concreción de necesidades de segundo orden. Más allá de la satisfacción de las

103
necesidades básicas, estos sistemas de tradición se acomplejan al concebir el ornamento

del cuerpo, tanto con pinturas como con joyería decorativa. El incremento de agujas,

principalmente de hueso, es un reflejo de la existencia necesaria de ropa y ciertas

esculturas de músicos revelan que la red de trabajo estaba lo suficientemente

estructurada como para delegar funciones más específicas que la caza y la recolección;

había incluso personal encargado del ocio, a pesar de que tal función no fuera la única

que debían cumplir para su comunidad. O sea, en el duro clima glacial y el brusco

cambio climático y geológico del PS, la y el ser humano se define como tal y con él, el

punto máximo de su evolución social, ya que todos los individuos gozan de la magia y

el ocio, en la misma medida que aportan su trabajo, porque todos(as) son iguales para la

subsistencia de la comunidad y aún no ha nacido la jerarquía en el seno del mando.

Imagen 2.12: Bisonte de Diseño 2.5: Fondo de hueso Diseño 2.6: Cabeza en marfil
Altamira (Pericot y Maluquer, magdaleniense (Beals y Hoijer, (Beals y Hoijer, 1966)
1971) 1966)

Diseño 2.7: Animal de caverna Imagen 2.13: Hueso auriñiense Imagen 2.14: Herramienta
(Beals y Hoijer, 1966) decorado (Logan Museum auriñense decorada (Logan
Anthropology, 2008) Museum of Antrhopology, 2008)

El desarrollo del arte y de la magia va de la mano. Además de estas esculturas de

músicos, hay otras de vulvas y de mujeres con rasgos sexuales exagerados, así como

estatuillas zoomórficas; el arte rupestre es más que la representación de animales antes

de ser cazados y su creación está inmersa en una sociedad cuya comprensión simbólica

ya había alcanzado el nivel de un lenguaje articulado y una organización político-social

básica (Imagen 2.12); el tallado naturalista (Diseños 2.5, 2.6 y 2.7) refleja que la

abstracción artística llega a su máximo esplendor paleolítico. En fin, el gusto de los

104
seres paleolíticos es exquisito y va de la mano con una comprensión más abstracta de la

magia que conlleva evidentemente a procesos rituales (Imágenes 2.13 y 2.14). Tal grado

de comprensión simbólica amerita una educación más compleja, incluso sin tomar en

cuenta el grado de complejidad de la red de trabajo, propia de culturas cada vez más

especificas.

Además de lo anterior, se presenta un crecimiento espacial del sitio estacional

que refleja un aumento poblacional y una organización político-social, aunque básica,

cada vez más compleja, así como una red de mando más estructurada la cual ordena la

diferencia de funciones en la igualdad de todos(as) ante la comunidad, donde dicha red

aún no está contaminada del germen de la jerarquía.

2.2 ARGUMENTOS PARA UNA FILOSOFÍA DEL CONOCIMIENTO

PALEOLÍTICO DE GRECIA

Mapa 2.1: Principales yacimientos paleolíticos de Grecia 28 (Fundation of the Hellenic World, 2008)

28
1. Rizia, 2. Petrota, 3. Tasos (Tzines), 4. Angitis (Maara), 5. Petralona, 6. Palaikastro in Kozáni, 7.
Teopetra, 8. Kleidi, 9. Boila, 10. Megalakkos, 11. Eleousa, 12. Kastritsa, 13. Maxarikia, 14. Karvounari,
15. Kokkinopilos, 16. Asprochaliko, 17. Stefani, 18. Grava, 19. Tsoukaladas, 20. Englovi, 21. Fiskasrdo,
22. Nea Skala, 23. Ag. Nikolaos, 24. Agrinio, 25. Seidi, 26. Zaimi, 27. Psathoura, 28. Yourna, 29.
Grammiza, 30. Kira Panagia, 31. Alonissos, Peristera, 32. Kotsikias, 33. Ag. Anna, 34. Kokkinomilia, 35
Paliochori, 36. Limni, 37. Prokopi, 38. Triada, 39. Eftakonaka / Makrykapas, 40. Nea Artaki, 41. Kamari
Phyllon, 42. Plataki, 43. Frantchi, 44. Kokkinovrachos, 45. Klisoura, Arvenitsa, 46. Kefalari, 48.
105
Para una visión general sobre la arqueología paleolítica del Egeo como

disciplina, puede consultarse el Anexo 3: Arqueología paleolítica del Egeo. Para una

mejor ubicación de los yacimientos arqueológicos sobre los que se ha realizado y

realizan excavaciones referentes al P y M, está disponible el Anexo 4: Sitios

arqueológicos paleolíticos y mesolíticos de Grecia. Aquí procederemos a la filosofar el

conocimiento de los primeros homínidos que arribaron al marco geográfico.

2.2.1 PALEOLÍTICO INFERIOR EN GRECIA

El PI de Grecia se corresponde con el conocimiento análogo a la sexta y sétima

línea de herramientas que se caracterizan por un conocimiento más estructurado y

abstracto. Tal conocimiento lo evidencian las y los constructores, quienes a través de la

concreción de las lenguas más primitivas, con los paradigmas y sintagmas más

elementales, adquieren la capacidad de reconocer las relaciones abstractas entre la causa

y el efecto, la utilidad y el método, como lo refleja la fabricación de martillos,

herramientas más pequeñas y especializadas y las respectivas relaciones sociales. Estas

lenguas implica un mayor grado de razonamiento que los homínidos anteriores y la

incipiente ideología ejerce cierta influencia sobre la organización política y social de

estas y estos nómadas, así como la concreción de símbolos y la noción más primitiva de

la magia. Todo eso contribuye a la conformación de culturas más específicas y facilita

procesos de migración, mediante los cuales algunos grupos neandertales provenientes

de Europa central, los Balcanes o/y Anatolia, comienzan a ocupar el territorio griego.

Los hallazgos homínidos del PI son muy fraccionarios y se dispone de pocas

publicaciones sobre ellos. Los primeros homínidos se introdujeron por la región noreste

de Grecia y se desenvolvieron en Petralona, en los alrededores de la cueva de Kokkines

Lakkopetra, 49, Lapa, 50. Kastro, 51. Amaliada, 52. Vasilaki. 53. Megalopoli, 54. Kalamakia, Lakonis,
55. Apidima.
106
Petres, entre hace 400 / 350 000 y 100 000 años (Hellenic Ministry of Culture, 1995-

2001). Estos seres tenían cara alta, sin prognatismos y poseían 1230 cc de capacidad

cerebral (Doménech, 2005). El cráneo que evidencia su existencia está fosilizado y

probablemente perteneció a una hembra de 25 años. Ahí se han encontrado rastros de

fuego, herramientas líticas y huesos de animales como ciervos y venados (Imagen 2.18).

El examen de estos elementos no ha concluido (Hellenic Ministry of Culture, 1995-

2001).

Imagen 2.15: Cráneo de Kokkines Petres (Hellenistic Ministry of Culture, 1995-2001)

Alrededor de 50 000 años después, grupos homínidos lograron penetrar Grecia

continental e incluso se establecieron en la península de Mani, en la región sur del

Peloponeso, donde se desenvolvieron alrededor de la cueva de Apidima. Tanto en

Petralona como en Mani se conservan los restos más primitivos de homínidos en Grecia

(Hellenic Ministry of Culture, 1995-2001).

Así, entre estos dos extremos tuvo que desarrollarse vida homínida, la cual está

registrada con la presencia de herramientas achelenses en sitios del Epiro, representante

de la actividad cultura específica en el noroeste de Grecia (Diseño 2.8); Tesalia, donde

se configurarán las culturas del noreste; y Laconia (125 000 años), correspondiente a los

sitios aledaños a la península de Mani, en el extremo sur del continente (Hellenic

Ministry of Culture, 1995-2001). Por otro lado, en el centro de Grecia, Beocia presenta

actividad de carácter auriñiense, propia de una cultura que aparecerá en Sarakenos

(Imagen 2.16) por intervalos hasta el Neolítico (N) y continuamente hasta el Heládico

Medio (HM), alrededor de 1600 a.e.a (Simpson A, 2000), lo que demuestra que, aún en

la EB subsiste algún tipo de ocupación en algunas cavernas griegas. Finalmente,


107
Frantchi (Imagen 2.17) representa los movimientos de la Argólida, sitio que perdurará

en ocupación hasta el NF (Vitelli, k, 1997).

Diseño 2.8: Herramientas Imagen 2.16: Sarakenos (Hellenistic Imagen 2.17: Frantchi (Hellenistic
de Kokkinopilos (Bordes, Ministry of Culture, 1995-2001) Ministry of Culture, 2008)
1968)

Los resguardos que registran la presencia de estas culturas se ubican en puntos

estratégicos para la recolección y trazan rutas para seguir los movimientos de la fauna.

En síntesis, estos homínidos poseen todas las características sociales, culturales,

anatomobiológicas y cognitivas, descritas más arriba, en la sexta y sétima líneas de

herramientas.

Mapa 2.2: Grecia del P.I (Institute of Helelnistic, 2008*)

108
2.2.2 PALEOLÍTICO MEDIO EN GRECIA

El PM de Grecia es contemporáneo del PS de Europa central y con ello del

proceso de extinción de los neandertales, el arribo del H. Sapiens a Europa y

consolidación de la y el ser humano como tal.

En este periodo continúa la ocupación de Petralona, el Epiro, Tesalia, Grecia

central, Argólida y Laconia, pero esta vez con mayor intensidad y mayor número de

grupos homínidos por región. Además, aparece actividad en islas jónicas como Corfú

(Imagen 2.18), en una primera instancia, y Cefalonia después; también hay actividad en

las Espóradas, específicamente en Alonessos (Hellenic Ministry of Culture, 1995-2001).

O sea, estas sociedades, cuya organización tiende a la propiamente humana, logran

desarrollar habilidades suficientes para acomplejar su red de trabajo con la pesca y la

navegación. La concreción de las primeras rutas marítimas se corresponde con la

trayectoria de las aves y los peces a través de regiones como las Espóradas. Esta

navegación se ve dificultada por los continuos cambios geológicos, mediante los cuales

se conforma el relieve actual de Grecia al final del PS, incluyendo la forma de islas

como las Espóradas. Así, dicha navegación evidencia que tanto el lenguaje como las

distintas culturas son más complejos.

Existen relaciones entre las culturas de Tesalia y Laconia en lo referente al estilo

Musteriense-Levallois y a los hallazgos de huesos, los cuales contrastan con los propios

de Macedonia (Rutter, 2000). Tesalia comprende una cultura más definida que posee

como centro la cueva de Teopetra (Imagen 2.19) la cual tendrá actividad hasta el N y en

este periodo surgirán impresiones de pies (Adam, 2000), evidencia de una mayor

comprensión simbólica y mágica de la realidad, acompañada de una incipiente

estructura política que facilita un orden dentro de la comunidad, a través de la estética

del símbolo mágico. La península de Mani presenta construcciones en piedra propicias

109
para la calefacción y la preparación de alimentos, así como lechos provisionales

empedrados con guijarro (Adam, 2000) lo que indica el desarrollo de facultades

constructoras, necesarias para los procesos de civilización del M y N. El conocimiento

técnico del fuego se evidencia en los sitios idóneos para desarrollar diversas actividades

como la cocina y la calefacción (Hellenic Ministry of Cultura, 1995-2001). Tal orden

social se caracteriza por un alto grado de evolución de las relaciones sociales, lo cual

genera beneficios colectivos y necesarios para afrontar el duro cambio geológico que

representará el PS.

Imagen 2.19: Teopetra (Hellenic Imagen 2.20: Asprochaliko


Imagen 2.18: Grava (Hellenic (Hellenic Ministry of Culture,
Ministry of Culture, 1995-2001)
Ministry of Culture, 1995-2001) 1995-2001)

La región del Epiro presenta una gran variedad de culturas diferenciadas, como

la de Asprochaliko (Imagen 2.20), el valle del Louros, Ionia, Kokkinopilos y Corfú.

Cada una presenta características específicas, principalmente en lo que concierne al

utillaje lítico (Sinclair, 2000 b).

En Beocia, la actividad está evidenciada por la presencia de utillaje lítico y óseo

(Hellenic Ministry of Culture, 1995-2001).

Mapa 2.3: Alunas relaciones expuestas sobre Grecia, durante el PM (Hellenic Ministry of Culture,
2008*)
110
En general, en Grecia surgen los hearths que evidencian periodos de

estacionalidad más largos y la digestión de carne cocida, muy importante para el

desarrollo anatomobiológico y neuronal de la y el ser humano y su subsistencia en los

periodos de crisis climática y geológica que se le aproximan como una dura prueba a su

capacidad de evolucionar.

2.2.3 PALEOLÍTICO SUPERIOR EN GRECIA

Para una comprensión general de los datos arqueológicos seleccionados para

esta parte de la investigación, puede consultarse el Anexo 5: Paleolítico Superior en

Grecia.

Los movimientos poblacionales que generan contactos entre las culturas del

Cercano Oriente y Europa tienen como punto de encuentro a Grecia. En el PS, debido a

las migraciones que generan dichos contactos, la y el ser humano arriba a la cuenca del

Egeo.

Se conserva habitación en todas las áreas antedichas, pero se incluyen más sitios

y características distintivas, así como co-relacionales.

Kleidi y Boila, en Epiro, se abastecen del rico pedernal del río Voidomatis y, al

igual que en Teopetra, único sitio activo de Tesalia en el periodo, presentan dientes de

oso y ciervos perforados (Hellenic Ministry of Culture, 1995-2001), revelando así el

surgimiento de una línea específica de necesidades de segundo orden y accesorios

simbólicos que distinguirán a una comunidad frente a otras comunidades y, a la vez,

fungirán papeles fundamentales en los rituales mágicos de cohesión social y

supervivencia en la naturaleza. En ambos sitios del Epiro y en Teopetra también

aparecen huesos con nueve líneas incisas y paralelas (Hellenic Ministry of Culture,

1995-2001), lo que refleja no sólo una relación entre estos sitios, sino caracteres

111
simbólicos adoptados entre grupos de dos regiones distintas y divididas por las cadenas

montañosas del Pindo. Esta comunicación amerita de un lenguaje articulado, tal y como

se expuso en el apartado dedicado al PS en general.

La relación entre estas dos zonas del norte de Grecia se refuerza si tomamos en

cuenta que Kastritsa (Diseños 2.9, 2.10 y 2.11), Asprochaliko (Imagen 2.21 y Diseño

2.12) y Teopetra presentan una industria Gravetiense, ausente en el sureste de la

Argólida (Adam, 2000).

Diseño 2.9: Artefactos de Diseño 2.10: Artefactos de


Diseño 2.11: Artefactos de
Kastritsa (Adam, 1989) Kastritsa (Adam, 1989)
Kastritsa (Adam, 1989)

.
Imagen 2.21: Artefactos de Asprochaliko Diseño 2.12: Artefactos de Asprochaliko (Adam,
(Foundation of the Hellenic World, 2008) 1989)

En la Argólida, hay evidencia no solamente de Frantchi, sino de Klisoura, sitio

ubicado a unos 50 km de Frantchi y que presenta una industria auriñiense, similar a la

de Teopetra (Adam, 2000). En Frantchi aparecen los primeros restos humanos,

alrededor del 35 000 a.e.a y, durante el PS, hay evidencia del establecimiento de dos

asentamientos temporales en distintos lapsos, en las afueras de la caverna (Rutter, 2000)

lo que indica que, a pesar del duro cambio geológico que sufre esta región, los intentos

de evolución son muy grandes, debido a la armonía de las relaciones sociales de sus

comunidades (Imágenes 2.22 y 2.23)

Hay más sitios con actividad en el valle de Copaïs, Beocia (Hellenic Ministry of

Cultura, 1995-2001).

112
La navegación se experimenta a pequeña escala entre distintos sitios de las

Espóradas del norte, entre ellos Alonessos. Navegación a una escala similar se presenta

entre la costa suroeste de la actual Albania y el Epiro en relación con el sitio de Grava

en Corfú. Ahora bien, la navegación más relevante y sistemática del periodo se da en la

Argólida, precisamente en Frantchi, ya que el sitio logra explorar progresivamente las

islas aledañas, hasta llegar a Melos, donde extrajeron obsidiana (Imagen 2.24) (Rutter,

2000). Este material será decisivo para la configuración social y cognitiva del Egeo, por

su importancia como materia prima. Tal navegación refleja un desarrollo que amerita de

técnicas suficientes para almacenar agua y alimento durante varios días, durante la ida y

el regreso, a través de las islas del Egeo. Ahora bien, la obsidiana revela un desarrollo

cognitivo mayor, ya que también se encuentra en otras islas cicládicas, pero con

condiciones no aptas para la construcción de herramientas de calidad, motivo por el cual

sólo se extrae de Melos. O sea, estos humanos lograron analizar y escoger las mejores

materias en un proceso complejo e incipiente, como lo es la navegación.

Imagen 2.23: Artefactos de Imagen 2.24: Obsidiana


Imagen 2.22: Artefactos de obsidiana ubicados en Frantchi (Hellenic Ministry of melia (Foundation of the
Frantchi (Fundation of the Hellenic World, 2008) Culture, 1995-2001) Hellenic World, 2008)

Diseño 2.13: Artefactos del PS29 (Bordes, 1968). Diseño 2.14: Herramientas Diseño 2.15: Herramientas
del PS30 (Bordes, 1968). del PS31 (Bordes, 1968)

29
1. Perforadores. 2. BURIN. 3,4. Puntas de hueso. 5. Dientes perforados. 6,7. Hojas. 8-9-10-14. Buriles.
11. Hoja. 12, 13. Puntas de hueso. 18, 20, 23, 26. Puntos biselados. 21. Punto. 22. Herramienta dentada.
24. Puntos contenedores traseros. 25,28. Buril pico de lora. 27. Arpón de hueso. 15. Perforador. 16, 17,19.
Hojas.
30
1-3,9. Raspadores finales. 2. Hacha de mano. 4-6,10. Hojas. 5, 8, 11, 12. Puntos. 7. Buril.
113
En general, surge una industria remarcable en toda Grecia que está relacionada

con la cornamenta de ciervo. Algunas regiones se benefician con el ocre rojo de Tasos,

que funge como tinte en distintos contextos sociales estéticos, mágicos y propiamente

funerarios (Diseños 2.13, 2.14 y 2.15) (Fundation of the Hellenic World, 2006).

Mapa 2.4: Algunas relaciones expuestas referentes al PS de Grecia (Fundation of the Hellenic World,
2008*)

Durante el PS, se sufren las consecuencias de la última gran glaciación que

genera la extinción de los neandertales y favorece el establecimiento más firme de la y

el ser humano como especie con grandes facultades para alcanzar un mayor grado de

evolución. Eso se debe a que la y el ser humano, a pesar de ser un animal pequeño e

indefenso fisiológicamente, al ser comparado con otros mamíferos, poseía el desarrollo

cognitivo que había heredado a través de la historia de los homínidos y su propio

ordenamiento social, en el cual la subsistencia era la clave y el objetivo, donde tal meta

fijaba como condición para su concreción, la necesidad de todos los individuos, motivo

por el cual, a pesar de que una red de trabajo compleja implica mayores y más

31
1. Puntas de hoja. 2. Perforadores- Raspadores finales. 3. Puntos singulares biselados. 4. Puntos de
flecha. 5, 7. puntos. 6. Raspadores finales. 8,9. Puntos de hoja bifaciales.
114
específicas diferencias, la subsistencia como meta no permite que la jerarquía se

imponga en la diferencia laboral y todas y todos valen lo mismo para las y los demás y

de ahí que la armonía ejerciese su influencia evolutiva para desarrollar los mecanismos

suficientes para sobrevivir a esta dura etapa geológica que comprende grandes cambios

tectónicos o al menos los suficientes como para definir la forma actual del continente

griego, las islas del Egeo, dar fin al Pleistoceno e iniciar el Holoceno.

2.3 LA TRANSICIÓN MESOLÍTICA

Para una mejor comprensión de las pruebas arqueológicas utilizadas para la

reflexión filosófica sobre el M de Grecia, puede verse el Anexo 6: Mesolítico de Grecia.

El final de la última glaciación mundial obliga a todas las especies del PS a

desarrollar ciertas habilidades evolutivas o de lo contrario, la extinción es inevitable. El

no desarrollar facultades determinadas acaba con la existencia de los neandertales. Por

su parte, la especie humana es obligada por el ambiente a organizarse como no lo había

hecho ningún homínido precedente y su capacidad de adaptación pasa una dura prueba

en la cual la cohesión de los distintos(as) miembros de la comunidad y su capacidad de

entablar relaciones culturales con otras comunidades son factores fundamentales de su

sobrevivencia. Es así como las dificultades geológico-climáticas generan una

conciencia colectiva que relaciona directamente la subsistencia de la comunidad con la

de cada uno de los individuos que la componen, en una condición de igualdad; esa es la

característica esencial de sus relaciones sociales, las cuales, bajo esos términos,

alcanzan un alto grado de evolución. Toda labor social es necesaria y una pérdida

humana cualquiera atenta contra la perpetuidad de la comunidad misma. Esta cohesión

facilita un modo de vida muy estable en las comunidades más evolucionadas. Se

dispone de procesos rituales colectivos, gusto artístico y mecanismos de ocio

115
concretados en los periodos de estacionalidad; se concreta la navegación y el trato de

materias primas evidencia relaciones pacíficas entre comunidades de una misma región

y de regiones diferentes. Una característica importante de ese proceso es el surgimiento

de necesidades de segundo orden como instrumentos mágicos y artísticos, así como

joyería. Sin embargo, estos instrumentos y esta joyería se aplican a un deleite general de

la comunidad, al igual que los ritos, el baile y la música, y es muy probable que los

objetos mágico-estéticos sirvieran para diferenciar a la comunidad de otras en una

misma región o en traslados interregionales.

Este grado de conciencia y cohesión de las comunidades humanas paleolíticas

brinda una plataforma de evolución a sus descendientes mesolíticos que viven en

ambientes más estables, con un clima y un relieve similar al actual. Por tanto, la vida

mesolítica es mucho menos difícil que la del PS y facilita la salida de las cavernas y

resguardos para establecer mecanismos de asentamiento al aire libre que aumentarán sus

lapsos de duración hasta concretar las primeras aldeas.

Imagen 2.25: Restos humanos de Frantchi (Hellenic Ministry of Culture, 1995-2001)

El nuevo ambiente mesolítico propicia el desarrollo de un conocimiento más

complejo que se evidencia en todos los elementos sociales originados durante las

distintas fases del P y que se conservan perfeccionados. Ejemplo de lo anterior, es el

acomplejamiento de los ritos funerarios que experimenta Frantchi con la aparición de

los primeros entierros individuales en posición contraída y en hoyos cerca de la entrada

de la caverna (Imagen 2.25) (Renfrew, 1972). Este ejemplo evidencia una mayor

conciencia de la individualidad y una concepción más estructurada de la magia que

116
implica la utilización de determinados espacios y una posición específica de los

cuerpos.

Se genera un intercambio cultural más fluido, complejo y amplio, a través de las

tierras que colindan con el este y el oeste del Egeo. La cultura de Frantchi registra

paralelismos con la cultura de Antalya de la costa anatólica (Hellenic Ministry of

Cultura, 1995-2001), así como fuertes contactos con el golfo Sarónico de donde se trae

andesita para la confección de ruedas de moler (Renfrew, 1972).

Por su parte, las Espóradas y la isla de Kythnos presentan mayores paralelismos

con la cultura Natusfiense del Cercano Oriente (Hellenic Ministry of Culture 1995-

2001). Además, entre los contextos más cercanos, las Espóradas presentan más

relaciones con Macedonia y Tesalia que con la Argólida o el ámbito de influencia de

Frantchi, sitio que juega un papel fundamental en la explotación de la obsidiana (Diseño

2.16).

Diseño 2.16: Artefactos mesolíticos de Frantchi (Fundation of the Hellenic World, 2008)

La distribución de la obsidiana melia a través del Egeo es el precedente del

posterior tráfico de mercancías trabajadas. Este material se encentra en Nea Nicomedia,

Argisa, las Espóradas (de donde posiblemente se llevó a los primeros dos sitios tesalios,

así como a Chipre), Eubea y la caverna de Kitsos en Cnosos (Rutter, 2000). Esta

distribución implica contactos culturales vía tierra y vía mar. Por el mar, implica que la

117
navegación había alcanzado una mayor complejidad y amplitud, lo cual trajo consigo

una colonización más planificada de algunas islas y acomplejó el conocimiento con un

mejor reconocimiento del movimiento de los astros y las mareas. Todo esto genera

primitivas rutas marítimas y terrestres que comunican distintas culturas con puntos

específicos de encuentro y los paralelismos y desemejanzas comienzan a manifestarse

con mayor intensidad entre las regiones y las comunidades, lo cual genera procesos de

intercambio cultural y aculturización más intensos.

Estas rutas ameritan de un lenguaje más especializado y modos de comprensión

entre distintos grupos de distintas regiones, tanto del oriente como del occidente del

Egeo, para hacer saber la procedencia de la materia prima de sus herramientas e indicar

el modo de arribar a Melos o contactar a alguna comunidad que pudiera facilitar el

material. La rueda de moler, por su parte, demuestra una especialización técnica más

grande y una sociedad más estructurada con una red de trabajo que tiende hacia la

civilización.

Un fenómeno que surge en este periodo y que merece una especial atención es la

domesticación de animales como ovejas, cabras, ganado y cerdos (Renfrew, 1972).

Dentro de la domesticación hay tres tipos diferentes de cambios que deben ser distinguidos

claramente. Los cuerpos de los animales domésticos sufren transformaciones considerables

como consecuencia de cambios en su nutrición y en el empleo del cuerpo; en segundo término,

la selección y por último, el cruzamiento (Boas, 1964). Esto es importante porque paralelamente

a la domesticación de animales se van conformando determinados tipos de conducta

propiamente humana que tienden hacia la domesticación de la especie y tanto la experiencia en

la selección de animales como los nuevos patrones de comportamiento humano ante una nueva

actividad que garantiza nuevas satisfacciones y más fluidas, como lo es la ganadería, se van

presentando ciertas condiciones necesarias para los cambios radicales en las relaciones sociales

que se presentarán en el N.

118
La agricultura es un desarrollo más reciente en la historia que la ganadería misma

(Boas, 1964), motivo por el cual la revolución de la red social del trabajo pasa de su estructura

general de cazadores y recolectores, junto con constructores de tipos de herramientas

específicas, tejidos, curanderos, pescadores, etc., a una estructura nueva donde la ganadería

cambia el rol social de la cacería, pero ambas complementan la dieta con la recolección; es hasta

más adelante en el mismo proceso de acomplejamiento del conocimiento que la agricultura

sustituye, primero paulatina y después radicalmente, a la recolección de alimentos. Estos

procesos forman parte de consecuencias evolutivas más importantes del M, ya que se

caracterizan por ser el desarrollo del germen primitivo de la investigación y

experimentación científicas. En el caso de Grecia, la agricultura y la ganadería pueden

ser el resultado de desarrollos de comunidades autóctonas o la influencia de otras

regiones, mediante migraciones provenientes principalmente del Cercano Oriente. De

ser producto de las migraciones, tanto la agricultura como la ganadería pudieron tener

un desarrollo paralelo (o sea, no ser la ganadería anterior a la agricultura), por influencia

cultural o aculturización.

Esta plataforma evolutiva que se acompleja aún más durante el M genera

mejores condiciones de vida con la producción de alimentos y, como consecuencia, el

establecimiento de las primeras aldeas (Hellenic Ministry of Culture 1995-2001),

primitivas e inestables, en las cuales se tiene que desarrollar una nueva organización

político-social, en un inicio acorde con el sentimiento de cohesión comunitario.

Estas primitivas aldeas atestiguan el surgimiento de los primeros arquitectos

(cuyos precedentes se ubican en los constructores de hearths y lechos de guijarro del

PS), que acomplejan aún más la red de trabajo cada vez más distribuida y en la cual las

y/o los constructores de herramientas comienzan a independizarse de los primitivos

recolectores, agricultores, cazadores y ganaderos, a pesar de continuar conviviendo en el

seno de estos grupos laborales.

119
Con la última oración del párrafo anterior nos adentramos en la valoración de

ciertos elementos que resultaron de un viraje en la evolución de las relaciones sociales,

el cual será muy significativo para la historia de la especie humana (Imágenes 2.26,

2.27, 2.28, 2.29, 2.30).

Es importante mencionar un punto más, antes de pasar a las consideraciones

filosóficas referentes al N. La mercancía, tal y como la teoriza Marx en El Capital, surge

en el M. Todas las mercancías de las que dispone una comunidad generan un valor de

uso significativo para definir la cultura; pero el intercambio de mercancías, evidenciado

con la presencia de obsidiana en distintas partes del Egeo amerita del cambio de una

mercancía determinada por otra; una comunidad aporta obsidiana y otra otros insumos a

la comunidad que brinda esta piedra volcánica para la confección de herramientas.

Luego, las y los griegos mesolíticos son responsables de definir ese criterio de

equiparación de las mercancías o medidas para el intercambio. Sin embargo, la medida

en el intercambio mesolítico no necesariamente se relaciona con dar una mercancía y

recibir otra; el cambio puede ser producto de una amistad generada entre dos

comunidades, alianzas específicas e incluso procesos rituales. Lastimosamente no

tenemos pruebas materiales suficientes para establecer la naturaleza del cambio de

mercancías y tenemos que limitarnos a establecer una reflexión filosófica propositiva.

Imagen 2.27: Gravados de Imagen 2.28: Gravados de


Imagen 2.26: Artefactos de Frantchi (Foundation of the Frantchi (Foundation of the
Frantchi (Foundation of the Hellenic World, 2008) Hellenic World, 2008)
Hellenic World, 2008)

Imagen 2.29: Herramientas Imagen 2.30: Herramientas


mesolíticas de Frantchi mesolíticas de Frantchi
(Fundation of the Hellenic (Fundation of the Hellenic
World, 2008) World, 2008)

120
Mapa 2.5: Algunas relaciones expuestas referentes la M de Grecia (Wikipedia, 2005*)

121
CAPÍTULO 3

ARGUMENTOS PARA UNA

FILOSOFÍA SOBRE EL

CONOCIMIENTO NEOLÍTICO DE

GRECIA

122
ARGÓLIDE
FECHA TESALIA CRETA
(PELOPONESO)
IX mn a.e.a
7000 a.e.a
Invasión NA
6500 a.e.a
NA anatólica
6200 a.e.a
6000 a.e.a NA
5700 a.e.a NT
NT
5300 a.e.a
5000 a.e.a
4500 a.e.a NM NM NT
4300 a.e.a
NTr
4000 a.e.a
3800 a.e.a
NTr
3700 a.e.a
NM
3600 a.e.a
NF
3500 a.e.a NTr-NF
3300 a.e.a NF
3100 a.e.a NF
2800 a.e.a
Tabla 3.1; Relación temporal de la Argólida, Tesalia y Creta, durante el Neolítico griego.

Mapa 3.1: Sitios neolíticos del norte de Grecia (Fundation of the Hellenic World, 2006)32

32
18. Makriyialos, 19. Dispilio, 20. Teopetra, 21. Achilleio, 22. Paradimi, 23. Dikili Tash, 24. Sitagroi,
25. Basílica, 26. Kritsana, 27. Olinto, 28. Mandalo, 29. Nea Nicomedia, 30. Serbia, 31. Sidari, 33. Otzaki,
34. Argisa, 35. Arapi, 36. Rachmani, 37. Tsangli, 38. Sesklo, 39. Dimini, 40. Platia Magoula Zarkou, 50.
Poliochni, Lemnos, 51. Yioura, N. Sporades.
123
Mapa 3.2: Sitios neolíticos del centro y el sur de Grecia (Fundation of the Hellenic World, 2006)33

3.1 NEOLÍTICO ACERÁMICO

Los argumentos que servirán para establecer la reflexión filosófica sobre el

Neolítico Acerámico (NA) están clasificados en el Anexo 7: Neolítico Acerámico.

Entre el Mesolítico (M) y el NA se concretan los primeros asentamientos

humanos permanentes como resultado de una fuerza evolutiva que tiende a mejorar el

bienestar de la comunidad y de la y el ser humano como especie. En consecuencia, el

asentamiento de Argisa presenta intentos por confeccionar cerámica secada al sol, los

cuales evidencian un intercambio cultural progresivo con el norte de los Balcanes y/o

Anatolia (Renfrew, 1972) y en el primer pueblo de Cnosos surgen cimientos de piedra y

ladrillos secados al sol (Alexiu, 2004). No obstante, en otros asentamientos, algunos

individuos pierden el miedo a la extinción de la comunidad y con ello el sentimiento de

necesidad de todas y todos para la subsistencia. Eso los(as) hace sentirse superiores a

resto, queriendo implantar los primeros gérmenes de jerarquía, lo cual genera luchas

internas, como lo evidencian los varios niveles de incendio y reconstrucción del inicio

de Soufi Magoula (Renfrew, 2000) y varios asentamientos de Chipre (Alexiu, 2004).

Chipre está en contacto con culturas más complejas y jerarquizadas del Próximo
33
32. Choirospilia, 41. Elateia, 42. Ayios Nikolaos, 43. Korykeion Antron, 44. Chaironeia, 45. Kitsos
Cave, 46. Gonia, 47. Franchthi, 48. Lerna, 49. Alepotrypa-Diros, 52. Ayio Galas, Chios, 53. Emporio,
Chios, 54. Kephala, Kea, 55. Saliagos, Cyclades, 56. Zas Cave, Naxos, 57. Yiali, Dodecanese, 58.
Kalythies, Rhodes, 59. Archangelos, Rhodes, 60. Knossos, 61. Faistos, 62. Nea Makri.
124
Oriente y eso influencia la jerarquización de su propia sociedad y la complejidad de su

cultura, en contraste con el resto de Grecia. Sus edificios son tholois34 con suelos

pintados debajo de los cuales se colocaban cuerpos en posición fetal y joyería como

ofrenda funeraria (Rutter, 2000). Luego, Chipre presenta una mayor evolución

tecnológica y estética, tanto en el desarrollo de formas de construcción como en la

decoración y la joyería, pero cierta involución en el orden social que tiende hacia la

alienación del humano dentro de la comunidad y la incorporación conflictiva de una

jerarquía, evidenciada con la posesión de estéticos vasos de piedra, ubicados en los

edificios que se asocian a cierta esfera social (Rutter, 2000).

Mapa 3.3: Chipre durante el N (Foundation of the Hellenic World, 2006)

Los diseños arquitectónicos evidencian diferencias locales y regionales. Tesalia

y Cnosos prefieren las formas cuadradas y rectangulares, mientras que Chipre enfatiza

los diseños circulares (Rutter, 2000), donde ambas predilecciones poseen influencia de

la configuración religiosa-administrativa locales, tienen implicaciones cognitivas e

impactan el ordenamiento social. En todo caso, la edificación se convierte en una

necesidad de primer orden para la comunidad y en las comunidades con un mayor grado

de evolución social, los primeros edificios sirven como bodegas comunales y sitios de

resguardo general contra las inclemencias del clima y los peligros de la noche. Sin

embargo, progresivamente todas las comunidades del Egeo degenerarán su evolución

social y tales construcciones, así como toda la evolución cognitiva que se genere en

34
Construcción con diseño circular.
125
cada cultura, se corresponderán con el arraigamiento de la noción más general de

jerarquía ontológico-social, siempre en beneficio o perjurio de determinadas elites

neolíticas y de la EB.

Imagen 3.1: Evidencia de agricultura neolítica en Grecia, durante el NA (Dearquelogía, 2000)

El utillaje lítico es más específico y adecuado a una incipiente vida sedentaria,

caracterizado por la introducción de los trabajos con piedra pulida y el acomplejamiento

de los instrumentos en hueso. En Tesalia, el utillaje lítico conserva la tradición

mesolítica con trabajos en sílex y obsidiana; se tallan piedras de tamaños reducidos; hay

trabajos en hueso, bolas oblongas de arcilla que se sospecha eran proyectiles de honda,

así como instrumentos para trabajar las pieles (Hellenic Ministry of Culture, 1995-

2001). En Frantchi, aumenta la cantidad de piedras de moler hechas con hoz,

pedernales, lascas y cuchillos de obsidiana, así como los deshojadores con rasgos

distintivos en los bordes y otros bordes filosos para cortar las hojas (Renfrew, 2005).

El dominio de la agricultura y el perfeccionamiento generado históricamente en

las distintas labores de una red de trabajo en continuo acomplejamiento, generan un

crecimiento de la población sedentaria. Al aumentar la producción de insumos sociales

y la población, la distribución adquiere un mayor grado de dificultad y de ahí que

algunos individuos comenzaron a dedicarse al almacenamiento del producto; otros al

mantenimiento de las condiciones necesarias para que los productos sean consumibles;

otros a vigilar tanto el producto como la aldea, con el fin de evitar un saqueo perpetuado

por otra comunidad o por individuos de la misma aldea; otros a idear las estrategias de

redistribución de los insumos sociales producidos por toda la comunidad. El estado de

almacenamiento social en Grecia es necesario, si tomamos en cuenta que una


126
producción de grupos pequeños dentro de una comunidad era peligrosa, debido a que la

inestabilidad del clima podía propiciar la pérdida de una cosecha en determinadas

parcelas. En fin, con el aumento de la población y el perfeccionamiento de la red de

trabajo no es necesario que todas y todos se dediquen a la producción de insumos

materiales y surgen otras funciones sociales aledañas. Entre estas funciones, los

procesos rituales característicos del PS (donde los ritos eran ejecutados por todas y

todos los trabajadores de las distintas labores de la red social del trabajo) llegan a

relegarse a algunas y algunos, encargados de acomplejar más la estructura del rito.

En ese proceso surge una diferencia que va más allá de la distinción netamente

funcional, en relación con la red de trabajo. Esta diferencia será crucial, ya que deteriora

las relaciones sociales y afecta el grado de evolución que éstas alcanzaron, durante la

última gran glaciación, el M y parte del N. Esta diferencia es el sentimiento de

superioridad.

Las y los administradores o estrategas y las y los sacerdotes o encargados de los

procesos rituales sienten que su trabajo es superior al de las y los demás actantes

sociales. Luego, las y los que se sienten superiores, coaligados o por separado, unidos

por su función social o conformando subgrupos de administradores y administradoras,

sacerdotes y sacerdotisas, sienten la necesidad de exteriorizar, concretar en la realidad

social, su superioridad. Para eso ameritan de mecanismos estratégicos que van desde el

convencimiento persuasivo de parte de la población (muy probablemente empezando

por las y los guardianes y las y los encargados de almacenar y procurar la sanidad de los

productos), con el objetivo de asegurarse cierta estabilidad social en el periodo en que

inculcaban su supuesta superioridad.

Evidentemente este proceso genera conflictos sociales graves y los primeros

procesos revolucionarios hacia el interior de la comunidad. Las y los labradores,

127
constructores de herramientas, pastores, e incluso parte de las y los guardianes,

encargados de almacenamiento y de cuidado de los productos no aceptaron a buenas y

primeras la superioridad de sus administradores, administradoras, sacerdotes y

sacerdotisas. Eso se debe a que estaban acostumbrados a otro tipo de relaciones sociales

con un grado de evolución donde la revolución no era necesaria y los dos principales

obstáculos para una mayor emancipación evolutiva de la especie eran los conflictos

individuo a individuo o entre varios individuos y comunidad a comunidad, bajo las

relaciones de espontaneidad y solución rápida que mencionamos en el capítulo anterior.

Analicemos un poco la cuestión: cuando yo produzco algo para mi sociedad y

otro produce algo para mi sociedad y un tercero produce algo diferente para mi sociedad

y tanto yo me beneficio de lo que las y los otros producen como las y los otros se

benefician de lo que yo produzco, hay diferencia y complejidad en la red de trabajo,

pero no hay pretensión de superioridad del que dirige los ritos, el que se encarga de

administrar los productos u ordenar el comportamiento social, frente al que arrastra el

agua, construye herramientas, recolecta o siembra alimentos, etc. Ahora bien, cuando yo

produzco para todos(as) y otro produce para todos(as) y un tercero produce para

todos(as), pero un cuarto deja de producir o lo que produce beneficia exclusivamente a

un grupo cercano a sí mismo, o absolutamente a sí mismo, y aún así se beneficia de lo

que todos(a) producimos, se rompe la cohesión social que le permitió a la humanidad

evolucionar y subsistir, incluso con deleite general, durante la última gran glaciación.

Cuando eso sucede yo no quiero que ese(a) cuarto disfrute de lo que yo produzco, ni las

y los otros quieren que él o ella lo haga; o lo que es peor, yo no quiero que nadie más

que yo y las y los más cercanos a mi persona disfruten de lo que yo hago, al igual que

ese(a) cuarto despreciable, o simplemente tampoco quiero hacer nada y que todos me

den de lo que ellos hacen. Y eso no sólo me sucede a mí, sino a todos los demás

128
humanos que componen mi pequeña sociedad neolítica.

Por eso, el conflicto y la destrucción de la comunidad son inevitables a menos

que una jerarquía ontológica justifique una jerarquía social que sea aceptada por todas y

todos nosotros, o al menos la mayoría. El empleo de la fuerza es inevitable en el inicio

de los conflictos y de ahí que las y los administradores y sacerdotes ameriten de una

alianza con las y los guardianes, o al menos la mayor parte de ellos; sin embargo, no

debemos olvidar que en estos contextos todos los individuos están preparados para la

guerra, como en tiempos paleolíticos, ya que, de ser necesario, deben defender el

territorio de la comunidad contra invasores externos. Luego, la guerra en su sentido

práctico y material no es suficiente para someter a la población o imponerle un criterio

de inferioridad, pues, de lo contrario, las y los trabajadores no hubieran retornado nunca

a sus funciones, no hubieran producido y eso hubiera acabado no sólo con las

pretensiones de las incipientes elites, sino también con toda la comunidad. Irak y las

FARC son ejemplos actuales de que cuando un sector de una población no acepta

cognitivamente una subordinación determinada, el control bélico es insuficiente. De ahí

que más que la guerra, las incipientes elites tuvieran que emplear las respectivas

modificaciones en los ritos, según las cuales no todas ni todos participan por igual en los

mismos y, más allá de los ritos, generan una justificación ontológico-religiosa de la

superioridad de la elite ante el resto de la sociedad. En este sentido, desde el Paleolítico

(P) es aplicable la idea que plantea Proudhon en su obra ¿Qué es la propiedad?: Dios es

para la humanidad un hecho tan primitivo, una idea tan fatal, un principio tan

necesario como para nuestro entendimiento lo son las ideas categóricas de causa, de

sustancia, de tiempo y de espacio. (p. 11).

El lenguaje juega un papel fundamental en la concreción de las jerarquías

ontológicas y sociales. A través de él se justifica la superioridad de unas y unos sobre

129
otros(as) y los subordinados terminan aceptando tal condición. O sea, no es el lenguaje

en sí mismo, como lo plantearía Rousseau, el problema de las sociedades neolíticas,

sino el empleo del lenguaje para justificar ontológicamente una jerarquía social que

tiene su causa primordial en el sentimiento de superioridad de unas y unos sobre otras y

otros. La sintaxis determina la forma más general de razonar, dentro de cada cultura. De

ahí que su empleo para justificar un retroceso en la evolución de las relaciones sociales

implique la conformación de dos figuras fundamentales y otras derivadas que

comentaremos a continuación:

1. El ser: es la reminiscencia social y cultural que transcurre en el continuo

acomplejamiento del conocimiento más general de la y el ser humano como

especie y los arquetipos cognitivos más generales de cada cultura, referente a la

cohesión social que generaba en tiempos primitivos, la existencia de relaciones

sociales caracterizadas por la igualdad moral y material en una red de trabajo cada

vez más compleja y especializada.

2. El parecer: constituye todos los mecanismos primitivos y actuales empleados por

las elites que se sienten superiores al resto de la humanidad para justificar

ontológica y socialmente su supremacía, así como para reprimir a los grupos

sociales que se les oponen, siendo así el parecer causa de involución social.

Estas figuras se entremezclan en el conocimiento general de la humanidad, cada

cultura y, más específicamente, cada comunidad, en la cual surge la revolución como

medio de protesta contra los mecanismos que hemos denominado “parecer”. Con el

paso de la historia, el ser y le parecer, tal y como los hemos definido, se mezclan entre

sí e implican que a mayor grado de complejidad se corresponda una mayor mezcolanza

de elementos evolutivos e involutivos. Otras figuras generales que derivan de esta

dinámica son las siguientes:

130
3. El ser conforme: constituye todos los mecanismos psicológicos, sociales,

culturales y epistemológicos que justifican al parecer como vía única y correcta

hacia la evolución de la especie humana en general, cuando dichos mecanismos

son aceptados, consciente o inconsciente, radical o parcialmente, por los

individuos.

4. El ser aparente: toda producción social ideada por diversos motivos (acordes con

el ser o el parecer o una mezcla de ser y parecer) que generan representaciones

irreales o inexistentes, pero que, socialmente, son aceptadas como reales y

existentes.

5. La incertidumbre: el elemento natural que no sabemos si existe o no, o si existe

tal y como se concibe desde distintos sistemas culturales e interpretaciones

formales, socialmente evidenciado por el más primitivo sentimiento paleolítico

sobre la magia y la incertidumbre actual de la física cuántica y otras ciencias.

El lenguaje, a través de estas figuras, justifica una jerarquía ontológica que es el

instrumento más efectivo para originar la aceptación de cualquier forma específica de

jerarquía social.

De la mano de esta amnesia alienante de la humanidad, el ser conforme genera

otro tipo de lenguaje involutivo que caracteriza la aceptación pasiva de una situación de

inferioridad. Esto provoca distintas jergas entre distintos grupos sociales subordinados

que pretenden disfrazar su cobardía y su poca claridad en relación con la evolución

social, las cuales justifican pequeños marcos ideológicos que se heredan a los hijos

acomplejando la tradición jerárquica e inculcando la aceptación como elemento

éticamente entusiasta de la cultura; la sumisión es el germen de lo que posteriormente

será llamado el contrato social. A propósito, según Levi-Strauss en Antropología

Estructural, es sabido que en la mayoría de los pueblos primitivos es muy difícil

131
obtener una justificación moral o una explicación racional de una costumbre o de una

institución: el indígena interrogado se conforma con responder que las cosas han sido

siempre así, que tal fue la orden de los dioses o la enseñanza de los antepasados (p.

66). Luego, la tradición constituye una de las caras de la jerarquía, ya que la perpetúa

pacíficamente a favor de otra de las caras que es la responsable de generar los

arquetipos más generales de la tradición: las instituciones religiosas y administrativas.

Según Locke, la igualdad natural se rompe cuando el Amo coloca a un individuo sobre

los demás, mediante un nombramiento evidente y claro, un derecho incuestionable al

poder y la soberanía (II.4, p.5). Luego, las religiones y sistemas administrativos

incipientes de las sociedades neolíticas no carecen de una mentalidad lógica

desarrollada o una explicación racional como afirma Levi-Strauss, ya que poseen una

mentalidad lógica funcional para arraigar en el seno de su cultura ciertos supuestos

generales que le confieren derechos incuestionables sobre el poder y la soberanía a las y

los administradores y sacerdotes sobre las y los demás, definiendo de paso, la forma

más general del conocimiento social y la tradición de cada cultura.

Correspondiente a las jergas tradicionales mencionadas más arriba, se dan los

primeros vestigios cognitivos de lo que será la comedia, manifiestos en una serie de

máximas sencillas y folklóricas que traen en su seno el estímulo social de la risa y la

aceptación placentera de una situación de inferioridad. Ahora bien, no todos los sumisos

se someten al germen de la comedia; algunos sufren con mayor dureza el choque

psicológico del daño que le causa la jerarquía a la sociedad contra su propia impotencia

individual, ya sea por su afán de revelarse a favor de la evolución social de la especie o

a favor de sus propios intereses. La mezcla de una conciencia insatisfecha con las

drogas que forman parte de la medicina, la alimentación y el proceso ritual primitivo,

hace a estos seres impotentes y los arroja a estados paupérrimos que no les permiten

132
trabajar ni luchar estratégicamente por sus ideas. En fin, otras personas, ya fuera por un

tipo de conciencia tal, una limitación física, mental, cultural o un juego de la mano

invisible, terminan en la mendicidad, el suicidio o, posteriormente, el ostracismo o la

cárcel.

El humano neolítico hereda un amplio y acelerado desarrollo evolutivo que se

enturbia con la introducción de la jerarquía. Sin embargo, todo el bagaje cultural que

retoma del P y M no comprende normas, preceptos ni técnicas suficientes para ordenar a

los(as) miembros de una sociedad asentada permanentemente. Lo anterior no se debe

sólo al establecimiento como tal, que implica una diferencia radical en el modo de vida

y la cotidianeidad, sino otros aspectos como la aparición de nuevos tipos de

comportamientos, no sólo generados por la vida sedentaria en sí misma, sino por la

introducción y arraigamiento de la jerarquía, así como del lenguaje y la fuerza cultural

que sustentan dicha jerarquía.

La capacidad de crear afronta nuevos obstáculos en el N y el humano responde

con normas, preceptos y técnicas de ordenamiento social hasta entonces inexistentes. La

institucionalización de la religión y la administración de los bienes constituyen un

proceso progresivo de jerarquización que es sustentado por la conformación de las

primeras reflexiones sistemáticas y míticas de la realidad, creando así algo que mucho

tiempo después se llamará metafísica. La jerarquía y su poder cultural también definen

la estética al dar cierto rango a unos artesanos y a otros no. En fin, todos los elementos

de la sociedad neolítica, producto de la mezcla de ser y parecer, generan distintas

concepciones de mundo que conforman las primeras teorías generales del conocimiento

citadino, mediante las cuales cada ciudadano(a) encuentra un papel en una sociedad.

133
3.2 NEOLÍTICO TEMPRANO

Para una mejor comprensión de los argumentos utilizados para la reflexión

filosófica sobre el NT, puede consultarse en Anexo 8: Neolítico Temprano.

Este periodo se caracteriza por movimientos migratorios que compasan con un

clima de inestabilidad en Anatolia. Estos movimientos presentan relaciones entre

Ankara, Chipre y la región de Tesalia (Renfrew, 1972).

En Grecia, Tesalia evidencia ciertos caracteres propios de los Balcanes, por lo

que sus culturas son una amalgama de ideas propias y provenientes de diversas regiones

aledañas. En cualquier caso, los nuevos habitantes poseen un conocimiento más

complejo y una mentalidad más viciada de jerarquía que la que se desenvuelve durante

el NA. Tal fenómeno facilita la ubicación de al menos ciento veinte sitios en la llanura

de Tesalia (Demoule y Pèrles, 1993), los cuales muestran distintos tipos de relaciones

como dominio político, intercambio cultural y aculturización. Frantchi, por su parte,

presenta intentos de establecimiento afuera de las cavernas (Renfrew, 1972), pero

conserva un conocimiento menos complejo que el de Tesalia, no por ello ajeno a las

relaciones jerárquicas que son parte de las sociedades del NT. Creta posee habitación en

Cnosos y en Malia; en Cnosos, crece el asentamiento y se ubican zonas de pastoreo y

construcciones con ladrillos de barro cocido que evidencian un mayor desarrollo y el

arribo de gente proveniente del Cercano Oriente, Egipto, otra cultura del Egeo o un

sincretismo de varias etnias (Alexiu, 2004).

A partir de lo anterior es evidente la complejidad de los contactos interculturales

y la generación de una incipiente red de navegación, asociada no sólo con el tráfico de

mercancías sino con procesos migratorios masivos y planificados, cuyo objetivo es la

conquista de tierras.

A pesar de la variedad cultural de Tesalia, se evidencia un estilo de arquitectura

134
general en la región que consiste en escasas edificaciones rectangulares hechas con

postes de madera, cañas, juncos y revestimiento en las paredes. Las construcciones

generalmente son grandes y en algunos sitios se subdividen hasta en tres aposentos;

propiamente en Sesklo, cuatro edificaciones se agrupan alrededor de una estructura

mayor (12 x 12 m) que pudo ser una urna o la choza de un jefe(a) (Rutter, 2000). Esto

refleja no sólo un mayor grado de centralización en lo que concierne a la administración

generada por la recolección y redistribución de los granos, sino un mayor grado de

institucionalización de la religión y la administración política mismas, las cuales

ameritan de códigos legales menos rudimentarios que los utilizados durante el NA, los

cuales pueden tener influencia de códigos muy elaborados de Asia Menor, mediante la

asimilación de algunos rasgos culturales de las civilizaciones del Tigres y el Éufrates,

intermediados por Anatolia, como por ejemplo, el Código Hammurabi. Así, el

incremento de conocimiento y la incipiente organización sedentaria propician tanto el

aumento de asentamientos por región como el crecimiento de cada poblado. La

arquitectura refleja tanto los conflictos externos como internos y su íntima relación con

la estrategia y la táctica militares, ya que se presentan los primeros vestigios de

fortificación y fosos que protegen los edificios. Esta ciencia también se relaciona con el

origen de la planificación urbana, ya que las edificaciones tesalias se construyen de este

a oeste para prever la influencia de diversos factores climáticos (Rutter, 2000) y ofrecer

condiciones defensivas. En contraste, Creta presenta construcciones pequeñas por la

carencia general de arcos de sostén y otros motivos culturales que reflejan la

conformación de sociedades muy diferentes de las de Grecia continental (Alexiu, 2004).

Imagen 3.2: Sesklo (Hellenic Ministry of Culture, Imagen 3.3: Nea Nicomedia (Hellenic Ministry of
1995-2001) Culture, 1995-2001)

135
Con la incursión de los nuevos pueblos a Tesalia, surge la cerámica (Pyke, G y

Yiouni, P, 1996), pero por otros mecanismos de influencia cultural o aculturización, la

alfarería también se desarrolla en Frantchi (Renfrew, 1972). El estilo predominante de la

época presenta diseños rojo sobre blanco. Otros estilos monocromáticos aparecen en

sitios tesalios como Elatea, Nea Nicomedia y Proto-Sesklo y otra variante en Frantchi.

Estilos rojos o rojizos deslizantes son propios de Proto-Sesklo, pero existe mayor

relación entre los modelos de Argisa y Frantchi, lo que revela contactos culturales entre

ambos asentamientos. El estilo polícromo es característico de Proto-Sesklo; el oscuro

sobre claro de Elatea y el rojo sobre café, de Frantchi (Renfrew, 1972, Rutter, 2000 y

Pyke, G y Yiouni, P, 1996). La cerámica de Creta es muy desarrollada y distintiva;

constituye una importación o una imitación local de algunas culturas foráneas que

llegan a habitar la isla; también hay diseños oscuros y bruñidos con rellenos blancos y

pasta roja (Alexiu, 2004). La cerámica de Chipre se importa de Levante (Rutter, 2000).

En conclusión, la cerámica es un símbolo de estatus religiosos y social y evidencia una

red de intercambio no sólo de materias primas sino también de ideas y mercancías

trabajadas, que acompaña al auge de la navegación, desarrollada originalmente por la

necesidad de la pesca y la obsidiana como materia prima de primer orden en todo el

Egeo. Este es el germen de una red de comercio manifiesta mediante el trato de

mercancías que consiste en transportar materias primas y productos acabados de una

región a otra e intercambiarlos por mercancías o materias primas de otra región,

recibiendo una cantidad más elevada de productos que la que se brinda y esta nueva

mercancía posteriormente se lleva al asentamiento del que se parte o a alguno otro y se

intercambia por una mayor cantidad de insumos y materias primas, generando así

riqueza.

Ese proceso mercantil en un inicio genera una clase distinta compuesta por

136
mercantes marineros que se dedican al trato de mercancías y la piratería y no se

establecen en ninguna ciudad, motivo por el cual no se ven sometidos fuertemente a una

religión ni a un sentimiento de ciudadanía. En esta clase, la jerarquía surte menor efecto

y está relegada al saber; o sea, el capitán es el que más sabe navegar y cómo afrontar los

diversos peligros que se ocultan en el horizonte de las incipientes rutas marítimas del

Egeo. Sin embargo, la ambición de riqueza, por encima de la tripulación misma,

encamina prontamente a estos marineros a un estado específico de mayor involución

social cuando se embarcan individuos con un sentimiento religioso y de ciudadanía y

con el objetivo de volver con riqueza a su ciudad y adquirir una mejor posición en su

jerarquía.

Diseño 3.1: Formas cerámicas predominantes del NT (Foundation of the Hellenic World, 2006)

En el norte de Grecia, una característica cultural que se expande desde

Macedonia hasta Tesalia, es la presencia de estatuillas femeninas en terracota con

formas glucosas y que se han interpretado como representaciones de mujeres

embarazadas y otro tipo de estatuillas estilísticas con forma de pera (Rutter, 2000). Esto

constituye parte de la evidencia del surgimiento del primer proto-imperio de Grecia

continental, ya que la influencia de las altas esferas de Proto-Sesklo llega incluso a

sitios de Serbia y Macedonia (Dearqueología, 2000). Tales elementos evidencian la

expansión cultural de una misma forma de religión que pudo tener variantes locales,

pero que, de una u otra manera, reflejan una sociedad más compleja, donde el ser y el

parecer se encuentran enmarañados en una jerarquía más remarcada. Evidencia de lo

anterior es la aparición en esas mismas regiones de sellos estampados y plañideras con

137
figuras geométricas (Rutter, 2000) que revelan un cambio radical: el surgimiento de la

propiedad territorial. O sea, con la influencia de las migraciones a Tesalia y la

consolidación del poderío de Proto-Sesklo, la sociedad varía radicalmente, ya que la

jerarquía no sólo se manifiesta en el establecimiento de una ciudad, la posesión de

necesidades de segundo orden, representan del lujo y la joyería, o la desigualdad en la

distribución de necesidades de primer orden como los granos. La propiedad privada

refleja que, a pesar de que los edificios siguen siendo para funciones públicas ya no son

comunales sino que pertenecen a la administración política centralista y la institución

religiosa local; pero la jerarquía va más allá; las tierras que primero fueron labradas por

las y los labradores sin que fueran de nadie pasan a ser pertenencias de la

administración local, política y religiosa que utiliza la artimaña de los sellos

primeramente para contabilizar y luego para apropiarse de los insumos y la tierra. Estos

sellos también son representativos de decisiones del poder central que se comunican a

regiones alejadas pertenecientes a ciudades subyugadas al dominio de Proto-Sesklo o

las aldeas circundantes del centro de poder. Estos sellos son el germen más primitivo de

la burocracia. Es así como Proudhon en su obra ¿Qué es la propiedad privada? acierta,

en relación con el N, cuando convencida y emotivamente afirma que ¡La propiedad es

el robo!... ¡Qué inversión de ideas! Propietario y ladrón fueron en todo tiempo

expresiones contradictorias, de igual modo que sus personas son entre sí antipáticas;

todas las lenguas han consagrado esta antinomia (p. 4). Luego, la jerarquía ontológica

es necesaria para que el ladrón y el propietario, en el seno de una sociedad en la cual se

comienza a implantar una jerarquía social, no fueran una expresión contradictoria y su

contradicción fuera aceptada socialmente, bajo ciertos parámetros que benefician

solamente a las elites dominantes.

Debemos detenernos un poco más en la institución religiosa. Además, de la

138
amplia influencia cultural que evidencian las estatuillas en el norte de Grecia, Proto-

Sesklo presenta entierros en el interior del asentamiento, afuera de las casas o en

edificios abandonados, donde los cuerpos son inhumados en posición contraída y

colocados en hoyos poco profundos (Rutter, 2000), similar a las prácticas de Frantchi

(Renfrew, 1972). Esta forma puede derivar de prototipos de Anatolia occidental. No

obstante, debajo de una casa de Pródromos se encontraron once cráneos que evidencian

una especie de cementerio representante una variación religiosa local (Rutter, 2000). En

toda Tesalia no hay ofrendas funerarias, excepto por un jarro adherido a la boca de un

esqueleto que puede representar un culto particular (Rutter, 2000). En Frantchi se

inhuman niños e infantes, característica peculiar de la región, y tampoco presenta

ofrendas funerarias, con la rara excepción de un recién nacido que fue enterrado en un

vaso de mármol y arcilla (Renfrew, 1972) lo cual refleja un trato especial y demuestra la

existencia de una jerarquía más compleja que la del NA en la región, pero mucho más

simple que la del NT en Tesalia y Macedonia.

Imagen 3.4: Estatuilla de Nea Nicomedia Diseño 3.2: Estatuillas de Macedonia y Tracia
(Dearqueología, 2000) (Fundation of the Hellenic World, 2006)

La complejidad política de Tesalia se caracteriza porque la migración y la

jerarquía permitieron en los poblados más desarrollados la conformación de un

sentimiento de ciudadanía primitiva suficiente como para reunir a las y los seres

humanos que los habitaban y enviarlos a la guerra para conquistar otros poblados e

implantar una jerarquía más amplia, en la cual, la y el que está por encima de todos los

humanos de la ciudad vencedora llega a estar por encima de más humanos, esta vez no
139
ciudadanos(as), y el que está en el escalón más bajo, conforme al valor y prestigio que

su ciudad ha concedido a su profesión, llega a estar por encima de otros(as) que serán

no ciudadanos(as).

Ahora bien, existe otro tipo de influencia cultural general que no está

acompañada de la campaña bélica, la cual se caracteriza por un conocimiento menos

deformado por la involución, pero no ajeno a la jerarquía del todo. En algunas ciudades

la cultura se caracteriza por un conocimiento con una mezcla de ser y parecer que

procura mayor equilibrio social cotidiano y propicia mayor evolución tecnológica y

científica. Esta situación de estabilidad, no cohesión, surte cierto impacto más allá de la

ciudad misma, ya que las altas esferas de las elites de otras sociedades admiran tal

administración y desean imitar algunos procesos, generando aculturización y, más en

particular, las y los artesanos y distintos actantes sociales se sienten admirados por los

avances tecnológicos y científicos y sufren cierta influencia cultural particular a su

profesión o la producción de un tipo de insumo social determinado. Por ejemplo, este

tipo de intercambio cultural se da entre Argisa y Frantchi (Rutter, 2000).

La Acrópolis deja de resguardar los productos para una posterior redistribución,

ya que el arraigamiento de la superioridad cultural de la elite le concede el derecho legal

a la posesión de las tierras y de la mayor parte de la producción campesina, que alcanza

el grado de abstracción suficiente como para ser una especie de tributo, el cual es

utilizado para generar más lujo para la elite, mediante el tráfico de mercancías, vía tierra

y vía mar, y, en pocos casos, los excedentes llegan a ser una garantía para las y los

campesinos, cuando las inclemencias del clima acaban con su cosecha. Esto genera las

condiciones necesarias para el dominio de Proto-Sesklo sobre una amplia zona y para la

posterior segregación de las sociedades locales y el surgimiento de la familia nuclear

que analizaremos en el apartado dedicado al NM.

140
Las pautas culturales que generan cambios radicales en el norte de Grecia

progresivamente se encaminan hacia las civilizaciones del Peloponeso y su organización

jerárquica más elemental. Esto se debe a que al arraigarse la jerarquía en el seno de un

marco geográfico como la cuenca del Egeo, los poblados que poseen una estructura

jerárquica más desarrollada empujan a los otros a estructurar sus propias sociedades en

jerarquías capaces de afrontar los cambios regionales o los rezagan a la sumisión,

incorporándolos del todo a su propia jerarquía. Como en toda época de la historia

humana, los cambios globales obligan a cambiar a todos los pueblos del mundo o el

marco geográfico al que atañen, debido a que la jerarquía cognitiva global no le

pregunta a los pueblos si quieren pertenecer a una jerarquía y simplemente se limita a

colocarlos en alguno de sus escalones.

Definitivamente, la comprensión abstracta y compleja de la realidad es una

característica humana y en ella el lenguaje comienza a entretejer el conflicto humano

que enmaraña al ser con el parecer y tal conflicto comienza a atravesar las venas de la

política, el militarismo, la religión, la metafísica y la cotidianeidad. O sea, mucho de lo

que las y los filósofos posteriores llegaron a especular fue concretado por estos seres

neolíticos que, en lugar de pensar en sistemas políticos, los confeccionaron y

concretaron, de acuerdo a un código ético que sopesara la moral del pueblo, apaciguada

de antemano por una religión y un sistema judicial muy primitivos, garantes de un

equilibrio social que no puede ser confundido con la cohesión necesaria para continuar

un proceso de evolución social, pero que es necesario para perpetuar el vínculo entre los

humanos que han perdido su conciencia de la importancia de la cohesión y de la

necesidad de todas y todos para la subsistencia.

Otros elementos continúan caminando por la vía de la evolución como las

incipientes ciencias de la agricultura, la ganadería, la arquitectura, la alfarería, entre

141
otras; pero como profesiones, todas ellas se ven sometidas a una jerarquía que las

menosprecia y antepone al que dispone de los productos por encima de las y los

productores, generando un germen fatídico y progresivo de involución humana, dentro

de todos sus intentos de evolución. Se puede decir que, a partir del N, se puede hablar

de una continua evolución tecnológica paralela a un acomplejamiento involutivo de las

relaciones sociales.

La cerámica refleja una vida cada vez más sedentaria en la cual las necesidades

de segundo orden adquieren mayor complejidad y tensan más el conflicto entre los

instintos que tienden a la involución y la evolución y así la dialéctica humana, social e

individual, es inevitable. Compaginado con lo anterior, a pesar de que su compresión

abstracta es útil y evolutiva, lo es también inútil y destructiva, desde un inicio. La y el

ser humano nunca ha dejado de ser animal y uno de los peores errores que cometió al

establecer las primeras jerarquías fue considerarse algo superior a los animales y, por

tanto, no-animal y ajeno a la naturaleza biológica. Ese es uno de los primeros triunfos

contundentes de la alienación humana, su decadencia involutiva y la deformación de su

conocimiento evolutivo, asfixiado y mezclado con involución.

Una consecuencia directa de la implantación de una jerarquía social es una

variación en la concepción de la riqueza que deja de ser comunal y llega a poseerse en

proporción al grado de superioridad e inferioridad de la clase de humanos a la que se

pertenece, conforme a la jerarquía de cada cultura, e incluso en relación a mi posición

frente a los(as) otros(as) miembros de mi clase socio-cultural y laboral. La

diversificación de la joyería pasa de ser una manifestación del goce universal de la

comunidad a uno de los primeros símbolos visuales de la implantación de una jerarquía

social. Ésta llega a diferenciar a las y los incipientes administradores y encargados del

arte oficial y del culto, del resto de los humanos de la comunidad. Tal diferencia no era

142
de importancia cuando en la sociedad todos seguían ocupando un papel diferente pero

igualitario en un plano de horizontalidad. O sea, la involución no yace en la joyería ni

en la posesión material; la involución específicamente humana se fecunda y crece en la

jerarquía que inicia un proceso aniquilador de la cohesión social en pos de una

alienación progresiva de la y el ser humano. Luego, el problema de la alienación no

recae netamente en la diferencia económica, sino en la pérdida de identidad armoniosa

del individuo con la comunidad. La diferencia económica es la manifestación de una

alienación involutiva de la humanidad, aún más arraigada.

Ahora bien, tal grado de distorsión evolutiva y el acomplejamiento hacia el que

tiende el conocimiento de cualquier especie que se perpetúe en el tiempo, hace que las

clases sociales específicamente humanas no puedan considerarse llanamente como

conjuntos uniformes, ya que sus elementos constituyentes también son afectados por el

retroceso en la evolución social.

Al arraigarse la jerarquía no surge de ningún modo un sentimiento de clase. La

reacción inicial de los cuatro individuos que tomamos como ejemplo para justificar el

descontento social del NA ante los primeros gérmenes de jerarquía35, se transforma en

reacciones entre individuos y grupos de individuos, después de que han sido

subyugados culturalmente.

La jerarquía no es simple en su comienzo y se acompleja en cada época y cada

cultura. Después de su consolidación, se establece una clasificación de los individuos de

una misma comunidad por lo que el sentimiento de superioridad o inferioridad y los

criterios que lo imponen no ejercen influencia únicamente entre la elite y las y los

demás actantes sociales; el trabajo de unas y unos es considerado inferior al trabajo de

otras y otros y con ello unos humanos son superiores a otros, donde no hay una dualidad

35
Véase p.126.
143
más allá de la dialéctica entre ser y parecer, ya que hay distintas escalas para las y los

administradores, sacerdotes, artesanos, labradores, pastores, etc., en las que se

mantienen rivalidades jerárquicas, tanto profesión a profesión como en el seno de una

misma profesión, entre familias e individuos, por ser superior o inferior a las y los

demás, aunque sea dentro de mi misma clase. Los productos agrícolas son de gran valor

y, debido a la inestabilidad climática del sureste de Europa, siguen siendo almacenados

socialmente para una posterior redistribución, no igualitaria sino jerárquica; lo anterior

contrapuesto a la poca importancia social del labrador (a). Algo similar sucede con el

pastor(a). En el caso de las y los constructores de herramientas, sus bienes son medios y

a la vez fines en sí mismos, pero en un primer periodo su distribución no es tan

conflictiva y se aplica el principio de la herramienta para el que la necesita (cuando la

jerarquía no se ha estructurado tanto como para imponer, en un segundo periodo, la

palabra pobreza a la adquisición de una herramienta); de esta manera las y los artesanos

de herramientas de uso común no ocupan un papel muy elevado en la jerarquía social.

Sin embargo, otro tipo de artesano(a) forma parte de las altas esferas jerárquicas; aquél

y aquélla que fabrica los instrumentos de culto y de la administración, entre ellos(as), el

alfarero(a); este artesano de lujo se encuentra, junto a las y los funcionarios, sacerdotes,

músicos y cantores privilegiados, mientras que los otros artesanos(as) viven entre las y

los labradores y pastores. Lo anterior justifica que no es en el régimen capitalista donde

se presenta la ruptura del primitivo vínculo familiar entre la agricultura y la

manufactura, tal y como lo plantea Marx en El Capital (1981, 453). Luego, un nivel

más profundo que la implantación del capitalismo como tal es el arraigamiento de una

jerarquía en la forma más general del conocimiento humano y sus primeras

consecuencias sociales.

A pesar de que la agricultura y la ganadería en el periodo son muy básicas y

144
comprenden pocos productos vegetales y animales, contribuyen a la centralización y

transformación progresiva del poder político, conforme a los sistemas culturales

regionales y la experiencia e incipiente ideología de cada poblado. Progresivamente, la

ubicación de las altas esferas sociales se desplaza al centro de la ciudad y el menor

grado de importancia jerárquica recae sobre los humanos de las tierras circundantes,

destinadas a la labranza y la cría de animales de granja. También progresivamente la

humanidad antepone el deseo individual a la satisfacción colectiva y dificulta el camino

para la evolución social, motivo por el cual se olvida de que para ser satisfecho yo debo

satisfacer; pero no satisfacer a una elite, ya que si satisfago a una clase dominante para

obtener un beneficio personal, caigo en el servilismo. Luego, la identidad del individuo

deja de ser la antigua comunidad y comienza a ser su posesión material, lo cual es el

germen más primitivo del impacto negativo de la y el ser humano en el ambiente del

planeta.

Cada producto que pueda generar goce, posible armonía con la naturaleza y

posible satisfacción social general para la totalidad de miembros del grupo social y para

la especie, es evolución. La involución yace en la apropiación de los logros de la

evolución por parte de elites e individuos, justificados por su cultura y cierta legalidad

que perpetúa relaciones sociales involutivas como si fueran evolución. De ahí la mezcla

de ser y parecer que conforma nuestro conocimiento. Luego, la comprensión abstracta

de la realidad que fue el resultado de un proceso de acelerada evolución es el germen

más primitivo de lo que en este punto neolítico se concretará como una jerarquía

ontológica muy básica que se acomplejará durante el N y la EB, e incluso continuará

acomplejándose hasta ser parte de las distintas culturas actuales. La magia paleolítica

que reafirma la cohesión de la comunidad genera la plataforma para establecer

consideraciones sobre la incertidumbre, que se convierten en el criterio para justificar la

145
superioridad de unos(as) seres humanos sobre otros, dentro y fuera de la comunidad. El

concepto social de linaje florece entre las y los que se sienten superiores, ya que las y

los labradores nacen para labradores, las y los pastores para pastores y así

sucesivamente, según cada religión primitiva. Este proceso originará justificaciones

ontológicas que sustentarán la concreción de nociones más complejas de nobleza.

Paralelo al poder del incipiente Estado, surge el latifundio entre los(as)

miembros de las altas esferas de la jerarquía que se alternan el poder político o lo

delegan a una parte significativa de dichas esferas. Con la incursión de ideologías y

poblados de regiones como el Cercano Oriente, podemos especular el surgimiento de

los primeros proto-reinados como Proto-Sesklo y con ellos de un nuevo tipo de

conciencia político-religiosa de sumisión.

Paralelamente, la jerárquica resguarda cierta reminiscencia de la igualdad

originaria de los(as) miembros de la comunidad, cuando se mira a la ciudad frente a otra

ciudad, ya que mi pueblo es inferior o superior a otros pueblos y esta jerarquía regional

configura los primeros elementos de subordinación entre ciudades que es el precedente

más antiguo del imperialismo. Se reconoce a los grupos que muestran un conocimiento

más complejo y mecanismos suficientes para hacer daño a mi ciudad y se menosprecia a

otros poblados más débiles; a unos se les paga tributo o se procura tenerlos como

amigos; a los otros se les solicita tributo, subordinación o se trata de esclavizar a su

gente. Estas relaciones se acomplejan progresivamente y abarcan no solamente

poblados de una misma región sino de dos o más regiones y, en el transcurso del N y la

EB veremos cómo se desarrollan los primeros imperios de la cuenca del Egeo,

representados por elites que nacen y caen ante otras elites, mediante un proceso

histórico que arraiga más la noción general de jerarquía en la cosmovisión de la especie.

Este fenómeno fue reconocido por Mijaíl Bakunin en su obra Origen del Estado, donde

146
plantea que la conquista no sólo es el origen, sino también el fin supremo de todos los

Estados grandes o pequeños, poderosos o débiles, ya que es el sueño de todos los

Estados, como el sueño del más pequeño campesino propietario, redondear sus tierras

en detrimento del vecino; redondearse, crecer, conquistar a todo precio y siempre, es

una tendencia fatalmente inherente a todo Estado, cualquiera que sea su extensión, su

debilidad o su fuerza, porque es una necesidad de su naturaleza, dentro de una jerarquía.

La jerarquía no es el resultado del escaso rendimiento del trabajo humano, porque la red

de trabajo era suficientemente compleja desde el PS como para procurar placer, incluso

en tiempos glaciales. Tampoco es resultado del surgimiento de la propiedad privada, ya

que la propiedad privada estructurada como tal es una consecuencia directa del

arraigamiento de la jerarquía. La jerarquía, al arraigarse, define las clases sociales, pero

el germen de las clases sociales yace en la misma división compleja del trabajo y el

desarrollo cognitivo humano, ya que el término “clase” no se remite únicamente a la

sociedad propiamente humana, sino a una división de objetos conforme a ciertas

características, como por ejemplo, el mejor tipo de obsidiana de los varios que se

encuentran en las islas Cíclades. Así, la compleja red de trabajo y el desarrollo cognitivo

son resultados del proceso de evolución y son apropiados por la involución de la especie

para concretar un orden jerárquico neolítico. La división del trabajo implica la

clasificación de las funciones, así como de los objetos, pero no en una relación

piramidal, sino horizontal. La relación vertical se genera cuando unos humanos

neolíticos se sienten superiores a los demás y clasifican a todas y todos sus “inferiores”,

conforme a la función que cumplen, primeramente, para la sociedad y, en un segundo

plano histórico, para la jerarquía.

Mediante estos mecanismos, la necesidad de subsistencia es sustituida como

criterio de cohesión social por otros mecanismos propios del parecer que justifican una

147
jerarquía social específica y la noción de jerarquía propia del conocimiento más general

de la especie humana.

La posesión más apreciada es la superioridad ante los demás. Su apropiación no

recae tanto en la posesión material como en la posesión y el dominio del parecer,

mediante la conformación un discurso culturalmente aceptado y comunicado con gran

fluidez. Es así como el parecer presenta la involución como si fuera evolución social y

el ser conforme cree que la involución es evolución; sin olvidar que ese parecer y ese

ser conforme no se corresponden con distintas clases de seres humanos, sino que se

manifiestan a su manera en cada individuo en particular. De aquí y en adelante el

conocimiento general de la sociedad será una mezcla progresiva de ser y parecer y los

matices particulares los brindarán las consecuencias del discurso oficial que justifica

una forma específica de jerarquía en cada comunidad. La y el ser humano deja de

convivir cohesivamente en sus comunidades para convertirse en un mediocre que se

conforma con encontrar un equilibrio aparente entre la mezcla de ser y parecer. Ese

equilibrio en ningún momento es una cohesión social evolutiva sino orden en la

jerarquía.

En lo anterior se hace patente la verdadera complejidad de la pregunta por el

conocimiento y revela lo que las y los filósofos que parten de la concepción

eurocéntrica tradicional de la filosofía ignoran cuando se plantean la pregunta por el

conocimiento sin recurrir a una verdadera reflexión sobre sus causas: ¿cómo es posible

que el incremento de habilidades evolutivas fuera tan intenso y efectivo durante

millones de años en los cuales la amenaza de dejar de existir como especie era patente y

tal amenaza regulaba los instintos que tienden hacia la involución en pos de seguir

evolucionando anatomobiológica, neuronal y culturalmente?, ¿cómo es posible que en

unos cuantos miles de años, a pesar de que la y el ser humano ha logrado grandiosas

148
facultades evolutivas que lo hacen menos vulnerable ante los demás animales y los

diversos medios, la involución ha madurado catastróficamente y nos ha llevado al

colapso total que el mismo humano, a través de su parecer, llama, crisis mundial?

En este contexto las jerarquías ontológico-sociales generan diversas religiones y

variantes locales a cada religión, así como diversas formas de ley que tratan de sustentar

variados tipos de órdenes jerárquicos. Es así como la corrupción y la usura nacen de la

mano con la religión y la forma neolítica de legislar.

Aparte de las consecuencias de la jerarquía, es necesario recalcar la capacidad

neolítica de crear. En el N no surgen reflexiones a posteriori sobre política, religión,

ordenamiento social, etc., surgen la política, la planificación, los sistemas reguladores

con leyes y guardianes, etc. O sea, si la filosofía tiene como objetos de estudio a la

política, la ética, la teología, la metafísica, etc., en el N se determinan los arquetipos

más primitivos y las formas más generales de cada una de estas disciplinas, no a partir

de una reflexión de códigos y sistemas dados, sino a partir de la construcción de los

sistemas mismos, siempre en función de un orden jerárquico. Luego, cada sociedad

neolítica configura los arquetipos más generales del conocimiento de su cultura y tales

arquetipos se acomplejarán a través del tiempo mediante re-pensamientos y

transformaciones prácticas de cosas específicas como algunas normas, una variante

religiosa, la sustitución de una elite por otra, etc. Por todo eso, mientras los humanos

neolíticos crean, los posteriores transforman y, en ese proceso de modificación de la

cultura, el objeto que se transforma, se convierte en mero objeto de estudio, relegando

las capacidades creativas de la y el ser humano a verlo desde diferentes ángulos o

brindarle determinados matices. Es así como en la historia posterior pocas veces se

crean ordenamientos sociales nuevos como en el N y cuando se crean, los

planteamientos evolutivos son obstruidos por la mezcla de evolución e involución que

149
caracteriza la forma más general de la cultura de la especie, la cual fue configurada

precisamente con el arraigamiento de la jerarquía como tal, durante el N.

Estos son los procesos más generales que se desenlazan entre el N y la EB en

Grecia, tal y como lo seguiremos viendo en la reflexión sobre el NM.

3.3 NEOLÍTICO MEDIO

Mapa 3.4: Culturas ceramísticas de Europa, durante el NM (SR)

Se pueden visualizar los argumentos seleccionados para la reflexión filosófica

referente al NM en el Anexo 9: Neolítico Medio.

El dominio de Pre-Sesklo sobre una amplia zona interregional que comprende

sitios de las actuales Macedonia y Serbia, sufre un proceso revolucionario causado por

una invasión desde el norte de los Balcanes al sitio nuclear y al asentamiento de Tsangli.

Este proceso no afecta asentamientos alejados del centro de poder (Dearqueología,

2000), lo que brinda ciertos parámetros generales sobre un tipo de guerra que focaliza

como objetivo principal el ataque a las altas esferas de una jerarquía social con gran

poder sobre un enorme espacio geográfico. Después de la destrucción de Pre-Sesklo, las

150
y los invasores se adaptan a muchos elementos culturales de las y los derrotados, lo cual

les facilita ejercer un control relativo sobre sus nuevos dominios. Esto se debe a que,

como bien lo sostiene Federico Engels en Anti Duhring, en la inmensa mayoría de los

casos de conquista duradera o consolidada, el conquistador más primitivo tiene que

adaptarse a la “situación económica” más desarrollada (p. 111), donde sólo habría que

indicar que no es a la situación económica a la que debe adaptarse el invasor(a), sino a

la estructura más general de la jerarquía en la cultura dominada, independientemente de

si el pueblo conquistador sea más o menos primitivo, como bien lo evidencia las

conquistas de varios pueblos asiáticos, perpetuadas en la Época Helenística (EH) por

Alejandro Magno (Dekonsky, 1966, p. 214-222).

En este contexto, la jerarquía ontológica apacigua los posibles intentos más

significantes de protesta articulada y generalizada contra la dominación. La compleja

alienación de la jerarquía social se arraiga en lo más profundo de la cultura más general

de la especie humana y llega a ser un principio fundamental de su conocimiento. El

mismo criterio de superioridad e inferioridad que se acompleja con el tiempo, se aplica

a todos los objetos trascendentes para la cultura y la vida humana en general. La

clasificación de los objetos más insignificantes para las esferas superiores puede ser

establecida por esferas inferiores para las cuales dichos objetos son más importantes y

esto genera folklor. Por eso, aunque en distintas épocas la humanidad se emancipe y

logre generar un proceso revolucionario que acabe con una elite, no finaliza nunca el

elitismo ni el acomplejamiento de la jerarquía misma, pues surge inmediatamente una

nueva elite; se genera un estado de guerra perpetua entre grupos de individuos con

intereses particulares, que erróneamente ha sido comparada con el estado salvaje de la

humanidad; o el territorio se quiebra en dos o más dominios de menor tamaño y poder.

En Tesalia, el nuevo contexto regional se caracteriza por una serie de conflictos

151
entre ciudades, probablemente aliadas de uno u otro bando o rivalidades particulares

que se habían retenido debido al control de la elite derrocada de Pre-Sesklo; esto genera

una disminución del 25% de los asentamientos que coexistieron durante el NT

(Demoule y Pèrles, 1993). Como resultado, algunas ciudades adquieren más poder e

incluso ensanchan sus dominios. Entre ellas, Dimini será de mucha importancia, durante

el NTr.

Después de la revolución, la ciudad de Sesklo presenta tres o cuatro mil

habitantes con una organización social un poco más compleja, tal y como lo evidencia

la existencia de una acrópolis protegida por una muralla y un foso, situada sobre una

colina. A los pies de la acrópolis se encuentran las casas de las y los aldeanos. El nuevo

eje administrativo de Sesklo se ubica en un megarón central dentro de la acrópolis, el

cual está rodeado de una serie de edificios cuadrados y rectangulares con bodegas de

almacenaje y talleres de alfarería. En contraposición, las casas de las aldeas, afuera de la

acrópolis, son de tamaño muy reducido y construcción muy sencilla (Rutter, 2000). O

sea, los sub-grupos subyugados por la jerarquía son segregados en viviendas humildes

diseñadas cada vez para un menor número de individuos y las familias nucleares surgen

para quitar fuerza a la congregación de las masas en contra del poder político

administrativo de la ciudad y eliminar algunos vestigios de cohesión que permanecían

en organizaciones laborales y familiares mayores. Para eso se generan otros

mecanismos relacionados con la red de trabajo como por ejemplo, la segregación de la

agricultura (que definitivamente no da el privilegio de vivir dentro en la acrópolis ni

adquirir cierto estatus) dividiendo a las y los labradores conforme a su habilidad para

determinado cultivo, donde la jerarquía del gusto por los productos recae sobre las y los

productores. Entre las y los pastores, las habilidades para criar los mejores animales y

proveer la mejor carne y leche, etc. En estas actividades también interviene la

152
diferenciación que se relaciona con la posesión o encargo de más o menos esclavos(as),

etc. En fin, incluso entre las y los labradores encargados de sembrar, que sé yo, cebada,

hay diferencias intrínsecas generadas por la competencia productiva entre familias. Así,

el conflicto individuo a individuo, uno de los pocos que no pudo superar del todo la

cohesión social paleolítica, en lo que concierne a las relaciones humanas, se intensifica

al verse cada individuo sometido a una jerarquía y una lucha por tener una buena

posición, aunque sea en un mismo escalón social, como el de los pastores por ejemplo,

con la presión cognitiva de creer que la humanidad es superior a los animales y cada

uno de los humanos y sus familias, superior o inferior a otros.

Imagen 3.5: Detalle de las murallas Diseño 3.3:


de Sesklo (Hellenic Ministry of Imagen 3.6: Dimini (Hellenic Ministry
Asentamiento de of Culture, 1995-2001)
Culture, 1995-2001) Sesklo (Foundation of
the Hellenic World,
2006)

Diseño 3.4: Casa con postes y Imagen 3.7: Entrada Imagen 3.8: Interior de la caverna de
chimenea. Nea Makri (Foundation de la caverna de Kouveleki (Hellenic Ministry of Culture,
of the Hellenic World, 2006) Kouveleki (Hellenic 1995-2001)
Ministry of Culture,
1995-2001)
Ese nuevo modelo de Sesklo establece diferencias visuales y defensivas que

caracterizan el aporte de la nueva jerarquía a la organización socio-cultural de su

dominio. El aislamiento fortificado del centro de poder implica una protección contra

los mismos aldeanos(as) y una obligación que se les impone de defender a la

153
administración, debido a que una invasión al sitio nuclear amerita una destrucción de la

aldea circundante, si no se aplica una estrategia que involucre a las y los habitantes de

estas aldeas en la revolución. Como diría Proudhon en ¿Qué es la propiedad?, esta elite,

como un Robinson en su isla, aleja a tiros y a sablazos al proletario, a quien la ola de

la civilización ha hecho naufragar, cuando pretende salvarse asiéndose a las rocas de

la propiedad (p.37). Esta arquitectura evidencia que la institucionalidad impuesta

comienza a arraigarse con mayor fuerza y el poder central dispone de códigos legales

cada vez más complejos y mecanismos judiciales y militares para subyugar no sólo a la

ciudad central, sino a todas las dependencias de la antigua elite gobernante del NT. Sin

embargo, todos estos mecanismos no serán suficientes, ya que esta cultura será barrida

en su totalidad al final del NM.

Entre las y los artesanos de Sesklo, las diferencias son remarcadas, ya que hay

alfareros para las aldeas que abastecen de instrumentos de primera necesidad en la vida

sedentaria como los recipientes para comer, beber y almacenar. Otros alfareros poseen

relaciones directas con las esferas dominantes, quienes establecen sus propios juicios de

valor estético. La legislación se caracteriza porque la importancia de la gente no es

igual, ya que la nueva elite prefiere la vida de algunos(as) a la de todos(as). Sobrevivir

ya no implica mantener vivos a la mayor cantidad de seres humanos, sino resguardar a

los propios de la elite. El instinto del egoísmo humano se aprovecha del máximo logro

de la evolución: la razón y el pensamiento abstracto propiamente humanos, en los cuales

se debaten desde su propio origen los instintos que tienden a la evolución y a la

involución.

Otra característica de Sesklo es el surgimiento de puestos comerciales que no

son propiamente ciudades, como Makri y su asociación con el asentamiento de Serreion

(Hellenic Ministry of Culture, 1995-2001). Eso evidencia rutas terrestres más estables

154
para el tráfico de mercancías que causan un aumento significativo de obsidiana en el

norte de Grecia. Luego, el trato de mercancías no se acompleja sólo en el mar, pues los

receptores(as) terrestres se benefician de un equilibrio político en una determinada

región lo cual les facilita un transporte más seguro y tranquilidad para arribar a las

distintas acrópolis, donde llevan la riqueza a las elites locales. Con esto, el germen de la

pobreza se apodera más y más de las esferas bajas de las jerarquías sociales y las

mismas herramientas necesarias para producir no son distribuidas entre las y los que las

necesitan, sino entre las y los que poseen la riqueza necesaria para obtenerlas. La

explotación de la y el que trabaja la tierra es más intensa en la medida que las riquezas

traídas de otras regiones son más caras y para obtenerlas hay que dar una mayor

cantidad de productos locales, intensificando así el régimen tributario. Tanto el aumento

de la pobreza como la guerra traen consigo una nueva fuerza social que es la y el

esclavo, máximo grado de degradación humana y máxima expresión de la

estructuración de la jerarquía en el mundo neolítico.

Así, en el norte del Egeo, las relaciones políticas adquieren matices más

complejos que van desde la legislación y comunicación a grandes distancias como para

abarcar incluso sitios de Serbia, hasta la mediación que permite la convivencia de

ciudades poderosas y cercanas y un sistema de regulación de las y los esclavos. Lo

anterior implica un sistema judicial y constitucional más complejo, así como los

gérmenes más primitivos de un derecho penal y una política hacia el interior y el

exterior de las ciudades poderosas, muy estructurada, equilibrada y consensuada,

aunque cada vez menos cohesiva. Así, las relaciones jerárquicas se establecen entre las

mismas elites de ciudades particulares y unas llegan a someterse voluntariamente a otras

con el mero reconocimiento de su poderío; en dicho sometimiento yacen los gérmenes

más primitivos del imperialismo cultural. El sentimiento de pertenencia de todas las

155
clases de trabajadores(as) a la jerarquía dominante se manifiesta como sentimiento de

pertenencia a la ciudad y el ideario imaginario que hace ver a la ciudad propia como

superior a otras ciudades, de lo que deriva el supuesto derecho de conquistar.

Lo anterior no es posible sin el empleo de un lenguaje más complejo que

abarque nociones más abstractas y genere mayor deformación del conocimiento,

mezclando aún más al ser con el parecer, no en pos de evolucionar sino de perpetuar

una determinada jerarquía y acrecentarla. En tal contexto es inevitable el surgimiento de

vocablos como justicia, bien, virtud, bello y concepciones religiosas, políticas, éticas y

morales que se basan en ellos; tales vocablos varían de dialecto a dialecto y de lengua a

lengua, pero en todos los casos son funcionales, ya que no surgen para buscar

definiciones acordes con la evolución del conocimiento humano sino de la consecución

y fortalecimiento de un poder central determinado. O sea, tales nociones surgen en un

marco de involución y tal hecho parece no ser contemplado por las y los filósofos que

estudian ética, derecho, política, estética, epistemología o teleología, a partir de la

concepción eurocéntrica tradicional de la filosofía. Luego, estos vocablos no poseen un

contenido estándar sino determinado por la jerarquía de la cultura que los emplea, desde

su mismo origen; su participación en la conformación del conocimiento es determinada

por la mezcla de ser y parecer de cada cultura.

Aparejado con lo anterior, es necesario que las elites que se sirven del trabajo de

los demás seres humanos considerados inferiores, determinaran mecanismos educativos

que diferencien la visión cultural de sus hijos e hijas, haciéndolos conscientes de su

superioridad cultural sobre las y los demás y dotándolos de las estrategias y las formas

de persuasión necesarias para perpetuar el poder de las familias dominantes de las

distintas esferas de poder político del imperio de Sesklo.

Sin embargo, en Macedonia y Tracia aparecen estatuillas que asemejan deidades

156
femeninas y se conservan ejemplares de barcos monolíticos, mientras que en Sesklo

aparecen estatuillas masculinas y en Volos otras antropomórficas. (Hellenic Ministry of

Culture, 1995-2001) Todo eso refleja un quiebre con las costumbres religiosas

regionales que sostenía la elite del NT o Pre-Sesklo y discordancias culturales,

religiosas y administrativas, entre Tesalia, Macedonia y Tracia, así como entre partes de

la misma Tesalia, respecto a Sesklo. Tales hechos brindan ciertos indicios referentes a

las causas que acabarán con este dominio hegemónico, al final del NM.

Es así como a un momento de cambios políticos revolucionarios le precede un

periodo de un cambio cultural alternativo, el cual en el NM se corresponde con un

periodo de variantes religiosas como consecuencias de las discordancias internas de un

imperio. En Tesalia, Souphy constituye el primer cementerio donde se practica la

cremación y el posterior entierro individual de los restos en frascos (Rutter, 2000).

El tejido es una incursión de los nuevos pueblos Balcánicos que conforman

Sesklo y su industria es tan provechosa para la forma más general de la red social del

trabajo del Egeo que rápidamente se extiende hasta Creta, evidenciando una mayor

fluidez en las relaciones entre ciudades dentro y fuera de una misma región, e incluso

este t8ipo de tejido balcánico será llevado de Creta a Egipto (Alexiu, 2004).

En el valle de Copaïs hay más actividad humana, mayor impacto en el medio

ambiente y surge una estructuración social más compleja, tanto hacia el interior como

en relación con las ciudades tesalias y la incipiente habitación del Ática (Hellenic

Ministry of Culture, 1995-2001). Las culturas de Grecia central presentan un

conocimiento más elemental y una jerarquía más simple que las de Tesalia y el

Peloponeso, pero se benefician de un intercambio cultural más fluido con ambas

regiones. Eutresis presenta casas circulares (Hellenic Ministry of Culture, 1995-2001)

como las de Chipre, lo que evidencia un movimiento poblacional a la región

157
proveniente del Cercano Oriente o, al menos, un fuerte proceso de aculturización

arquitectónica.

En la Argólida, los poblados se diversifican y presentan actividad simultánea en

Frantchi y Klisoura (Hellenic Ministry of Culture, 1995-2001); la diversificación del

modelo de pueblo de cultivo evidencia diferencias respecto a la región de Corinto y el

sur del Peloponeso (Renfrew, 1972). En la región sur aparece un cultivo que será

trascendental para el desarrollo de las nociones más generales de todas sus culturas: la

uva (Rutter, 2000). Además, el Peloponeso es la región que más se beneficia del

mejoramiento progresivo de las técnicas de navegación para el tráfico de mercancías e

ideas que se relaciona con la piratería. Su jerarquía, al igual que la de Creta, es más

elemental que la más general de la zona de influencia de Sesklo.

En Frantchi surgen los entierros de adultos, pero evidentemente son secundarios.

En el sur del Peloponeso hay evidencia de cremación secundaria (Renfrew, 1972). Así,

las variantes religiosas no solamente reflejan cambios en Tesalia sino la diversificación

que distingue las dos principales zonas culturales del Peloponeso: Argólida y Laconia.

La caverna Drakaina, por su parte, presenta entre sus objetos cerámicos de culto

y ofrendas funerarias, importaciones procedentes de Corinto y el Ática (Hellenic

Ministry of Culture, 1995-2001), lo que refleja el desarrollo técnico, social y cognitivo

de estas regiones del Peloponeso y Grecia central, respectivamente, así como un mayor

grado de complejidad en el comercio primitivo e incluso procesos de migración y

colonización planificada a gran distancia, en busca de tierras fértiles.

La cerámica del manganeso es característica del Peloponeso y refleja un dominio

elemental del hierro, ya que se aplica una temprana capa de este material sobre el

producto cerámico. La cerámica Urfirnis está presente en el Peloponeso y en Tesalia, a

donde fue exportada, mediante las rutas comerciales terrestres (Renfrew, 1972). El

158
estilo ocre sobre crema es característico de Rachmani (Rutter, 2000). La cerámica

blanca sobre oscuro es propia de Yourna, pero en la posteridad se extenderá por todo el

Egeo. La cerámica con pintura mate aparece en Sesklo y Yourna y los diseños rojo

sobre blanco en Tesalia, Grecia central y el norte del Peloponeso (Hellenic Ministry of

Culture, 1995-2001). Estas variaciones cerámicas representan tanto la configuración de

distintas culturas como relaciones interculturales que se extienden por toda Grecia y

entre dos o más regiones.

Diseño 3.5: Gama general de formas del NM Diseño 3.6: Gama general de diseños decorativos
(Foundation of the Hellenic World, 2006) del NM (Fundation of the Hellenic World, 2006)

En Creta, las construcciones son más grandes en relación con el NT y se

subdividen en numerosos cuartos (Alexiu, 2004), los cuales reflejan una jerarquía más

elemental que la de Sesklo y no parece haberse introducido la noción de familia nuclear.

El desenvolvimiento de Creta posee muchos elementos que no concuerdan con los

propios de Grecia continental por el sincretismo de su población.

En general, hay un mayor impacto humano sobre el medio ambiente concretando

así en la cultura la idea de transformar el medio natural en beneficio propio, dentro de

una jerarquía y abandonando la idea del aprovechamiento colectivo de las condiciones

naturales en pos de una armónica evolución de la especie. El objetivo de la explotación

del entorno es diferenciar jerárquicamente una región de la otra, un poblado del otro,

una profesión de la otra y una familia de la otra; el objetivo de la producción no es la

satisfacción colectiva sino la acumulación de la elite que se traduce en mayor

satisfacción para la misma, mediante un mayor poder en relación con la red de

intercambio de mercancías. Así, la producción de satisfacciones es subordinada a la

159
jerarquía interna de cada ciudad que su la vez juega un papel dentro de una región y el

marco geográfico más general del Egeo. En el Peloponeso, tales procesos son muy

elementales en este periodo, ya que no poseen la mayoría de características sociales de

la llanura de Tesalia, después de la incursión de pueblos de otras regiones con otros

procesos culturales; en Creta los procesos son marcadamente diferentes.

En el NM, disminuye la cantidad de poblados que subsisten en las cavernas, las

cuales progresivamente se convertirán en sitios de culto y pastoreo. El poder político se

institucionaliza con mayor fuerza y las funciones legislativas y judiciales adquieren

normas más complejas para generar un equilibrio social cada vez más difícil de

mantener ante el acomplejamiento de la jerarquía y las respuestas humanas a tal

proceso. Así, la religión como institución adquiere cada vez mayor importancia para

sopesar la mediocridad del sentimiento conformista y atraer cada vez más humanos

hacia la conformidad. La influencia de esta institución se verifica con las ofrendas

votivas, la mayor cantidad de estatuillas masculinas y la representación escultural de

deidades que reflejan matices de las formas de religión adecuadas a las diversas culturas

de las regiones y los pueblos. Ahora bien, no debemos confundir estas religiones

institucionalizadas con el elemento netamente evolutivo que fue su precedente, el

sentimiento paleolítico de la magia.

En el NM presenciamos los primeros nudos críticos entre el ser y el parecer de la

y el ser humano en su camino distorsionado hacia el presente. En el NM se agudizan las

diferencias internas entre las y los descendientes de los primitivos grupos humanos del

PS, tanto dentro de su poblado como entre poblados de una misma región y entre

regiones. O sea, se intensifica la involución social que es disimulada con la institución

de mecanismos legales para perpetuar cierta estabilidad necesaria para la elite

gobernante y este proceso se acompaña de una continua evolución tecnológica.

160
3.4 NEOLÍTICO TARDÍO

Se pueden ver los argumentos seleccionados para la reflexión sobre el NTr en el

Anexo 10: Neolítico Tardío.

En las últimas fases del NM, agentes desconocidos acabaron con el sitio nuclear

de Sesklo y su cultura (Pyke, G y Yiouni, P, 1996). El final de este dominio político

representa un quiebre en la jerarquía social más general de sus dominios, por lo que es

muy probable que haya caído por descontentos internos contra la elite dominante y que

después de su caída ninguna otra elite haya tenido el poder suficiente como para

someter todos los dominios de los vencidos(as).

Con la nueva revolución desaparece el incipiente imperialismo de Tesalia, pero

la noción de jerarquía ya está tan arraigada en la cultura que se mantiene,

transformándose en cada ciudad mediante su justificación regional y particular de la

sobrevaloración de unos trabajos contrapuesta al menosprecio de otros, en una relación

que de ningún modo puede representarse como dos polos opuestos sino como una

escalera, en la cual cada profesión ocupa un escalón distinto con sus sub-escalones

respectivos.

Este cambio radical implica desconcierto para los distintos actantes sociales. Las

y los artesanos que sirvieron a las antiguas elites centrales y regionales de Sesklo, así

como las y los artesanos de las aldeas necesariamente tomaron algún partido de los

conflictos y sienten determinados tipos de angustias referentes al impacto de los

cambios en sus trabajos. Lo mismo sucede con las y los labradores, pastores, pasantes

de mercancías por tierra, etc.

La forma más general de la jerarquía tesalia del NTr se caracteriza por el

surgimiento de distintos reinos con poder relativo en fuerza y extensión, reflejado en un

regionalismo en aumento y la creciente importancia de Dimini (Rutter, 2000).

161
En Tesalia, las distintas vías que toman las reflexiones sobre los acontecimientos

dolorosos que empobrecieron y desequilibraron toda la región se caracterizan por

matices distintos, tal y como lo evidencia la arquitectura. En algunos sitios como Tsagli-

Arapi se adopta una forma de vida menos jerarquizada como lo evidencia la

construcción de un único complejo conocido como el megarón de Celestino, el más

grande de la Grecia neolítica (Pyke, G y Yiouni, P, 1996), reflejo de un sistema de

almacenamiento colectivo y una administración en búsqueda de más equidad, aunque tal

proceso no implique la finalización radical del sentimiento de jerarquía que ya se había

insertado en las raíces más profundas de la cultura general de la cuenca del Egeo. Por su

parte, la cultura de Dimini presenta asentamientos fortificados, similares a los de

Sesklo, pero más pequeños, con un megarón central, varios edificios alrededor y una

fortificación. Este diseño será muy común en Anatolia durante la EB, enfatizando, para

nuestro interés, la similitud con el diseño arquitectónico de Troya I-II (Rutter, 2000).

Así, Dimini conserva un fuerte arraigamiento jerárquico, similar al precedente, pero sus

altas esferas sociales eran más temerosas y tomaron medidas de seguridad más

rigurosas. La jerarquía política que parte de la jerarquía laboral en Dimini se manifiesta

con gran fuerza, como lo refleja la presencia de alfombras y adornos colgantes

confeccionados con pieles de oso, representantes del lujo de las altas esferas sociales y

de una mayor diversidad de artesanos (as) (Rutter, 2000).

Los cambios en el Egeo son muy importantes y, aunque lleguen a Grecia

continental progresiva y lentamente, deben ser tomados en cuenta. Chipre se convierte

en una de las principales productoras de cobre, desarrollando ampliamente la minería y

dominando la técnica de fusión y refinado del mineral. Esta isla se ubica frente a la

ciudad levantina de Ugarit, a partir de la cual había una ruta comercial del cobre que

conducía el mineral incluso hasta las civilizaciones del Tigres y el Éufrates (Hellenic

162
Ministry of Culture, 1995-2001). Por eso Chipre se enriquece y presenta características

completamente distintas a las demás ciudades del Egeo. Dicho mineral llega en

cantidades ínfimas al continente y a Creta, probablemente a manos de los personeros

más poderosos de las esferas dominantes, aunque no debemos olvidar que el desarrollo

cretense es muy distinto del continental.

Creta presenta una jerarquía más elemental que el continente y no ha sufrido un

proceso de unificación de poder de toda la isla o extensiones significativas de la misma,

por parte de una elite dominante muy poderosa. Sin embargo, algunos rasgos culturales

llegan a ser regionales como la utilización de las cavernas para realizar los entierros, a

excepción de Cnosos, lo que evidencia el carácter sincrético de su población (Alexiu,

2004). Estos espacios religiosos pueden guardar relación con un tipo de religión que

comienza a extenderse en la isla, como una característica muy particular de la misma.

Por otro lado, el regionalismo marcado de Tesalia hace contraste con el incipiente

regionalismo del Peloponeso que comienza a marcar pautas culturales diferentes en la

Argólida, la Corintia y Laconia, así como entre las culturas de cada región (Renfrew,

2005).

En general, el Peloponeso tuvo influencia cultural del norte, debido a las rutas

comerciales terrestres que mantuvieron cierta estabilidad durante el imperio de Sesklo.

En este periodo, el centro de Grecia y el Peloponeso le apuestan más a las rutas

marítimas, como lo refleja el establecimiento de puestos de guarda comerciales, en

conjunto con habitantes del Levante y Asia Menor, en las Cíclades (Rutter, 2000), para

asegurar el tráfico de mercancías que, a su vez, se convierte en tráfico de ideas y de

influencias culturales, donde no debemos olvidar que las jerarquías orientales son más

enraizadas, complejas y sustentadas por un dominio más poderoso que las propias de

Grecia.

163
Propiamente en las Cíclades se desarrolla la cultura de Solíagos que no está

conectada del todo con estos puestos de guarda ni con el tráfico de obsidiana de Melos,

sino con la ruta del atún por el Egeo central (Hellenic Ministry of Culture, 1995-2001).

Esta cultura representa una variante alternativa que se caracteriza por una sociedad

menos jerarquizada y más en armonía con la naturaleza en comparación con las viciadas

sociedades continentales. Además de la cultura Solíagos, se presentan otros

movimientos de población en Tera, al sur de las Cíclades (Rutter, 2000).

El regionalismo y el fortalecimiento de los distintos pueblos de Tesalia quedan

verificados por la variedad cerámica. Dimini tiene cierta preferencia por las espirales y

los diseños estrambóticos, mientras que en Frantchi, los diseños de pintura mate, más

toscos que el estilo Urfirnis, sustituyen a la cerámica del manganeso y poseen un

elemento en común con la cultura de Solíagos, como lo es la aplicación de pintura mate

blanca en la decoración (Rutter, 1972). El sur del Peloponeso presenta relaciones

ceramísticas con Rachmani y Creta en lo que concierne a la decoración incrustada

(Renfrew, 1972). En Creta, la cerámica evidencia actividad humana en Festo y varias

cavernas del centro y oeste de la isla (Alexiu, 2004).

Imagen 3.9: Ejemplar cerámico del NTr


(Dearqueología, 2000) Diseño 3.7: Formas y diseños generales del NTr
(Fundation of the Hellenic World, 2006)

Así, los contactos interregionales se hacen más comunes en toda la cuenca del

Egeo, lo que indica la relación entre distintas ciudades o proto-reinos.

Un elemento que debe enfatizarse es el surgimiento de la decoración naturalista

en la cerámica y las estatuillas, ya que rompe con la tradición cerámica de los diseños

geométricos que continúan con fuerza y este nuevo estilo artístico en la confección de
164
estatuillas, refleja una visión más apegada a la realidad de las cosas del momento

histórico. Los motivos naturalistas, principalmente marinos, son propios de una cultura

más primitiva, en lo que concierne a la jerarquía, como lo es Solíagos, donde también se

enfatiza la aparición de una estatuilla realista conocida como la Señora Gorda de

Solíagos, que destaca entre la supremacía de estatuillas esquemáticas en mármol con

forma de pera. Las otras estatuillas realistas representan los nuevos quiebres religiosos

de Tesalia, donde se pierde la tradición de Sesklo y se adquieren características más

particulares que denotan cierta vuelta a la realidad, después del sueño jerárquico del

imperio de Sesklo. En Tsagli-Arapi aparecen estatuillas naturalistas en terracota con

forma humana, revelando una representación de seres humanos o una asimilación más

humana de los dioses(as); entre los ejemplares destaca una pareja de adultos y varios

niños con objetos domésticos que evidencian el arraigamiento de la familia como una

institución social en Tesalia. En Dimini predominan estatuillas esquemáticas de mármol

que guardan vagas relaciones con las de Solíagos y las cicládicas de la EB, pero se

conserva un ejemplar, también muy humano y naturalista, de una señora sentada con un

niño en los regazos.

Imagen 3.10: La señorea sentada sosteniendo un niño de Sesklo (Fundation of the Hellenic World, 2006)

Definitivamente, después de una época de drásticos cambios y dolorosos

derramamientos de sangre, la reflexión es una característica inminentemente humana

que entra en juego y el arte no puede más que revelar la concepción cognitiva general de

la sociedad que se reflexiona a sí misma. Las y los tesalios, al final del dominio de

Sesklo, vuelven a sí mismos y reflexionan las estructuras políticas y las consecuencias


165
humanas de los cambios, pero no reconocen el papel que juega la jerarquía dentro de sus

sociedades. Tal realismo es el resultado del asombro ante la caída de una obra humana

que se consideraba invencible. Además, hay evidencia de un único cementerio, ubicado

a 300 m del asentamiento de Tsagli-Arapi, en el cual se practicaban inhumaciones

simples (Pyke, G y Yiouni, P, 1996).

El caso particular de la cultura de Solíagos presenta un desarrollo evolutivo

elemental que ya habíamos presenciado en periodos anteriores en regiones de Grecia

continental. La primera fase está evidenciada por la construcción de cuartos

rectangulares de tamaño similar que no evidencian una jerarquía, al menos muy

desarrollada, así como una sociedad que se basa en la pesca. La segunda instancia se da

hacia el final del NTr, cuando surge un complejo arquitectónico de mayores

dimensiones, el cual continúa siendo comunal, pero evidencia una mayor acumulación

de riqueza. Estos progresos serán los precedentes de la cultura de Grota, del NF (Rutter,

2000).

Los desarrollos técnicos de Frantchi contrastan con los de Dimini, ya que no

implican grandes concreciones de lujo sino tecnologías más propias para obtener

satisfacciones básicas. Por ejemplo, se mejoran los instrumentos para las distintas artes;

surge el armado de hueso con púas, con o sin puntas de flecha, que servirá para la

guerra y la pesca hasta el BT en varias regiones de Grecia y cuyo uso, en este periodo,

es compartido con Solíagos. Luego, el Peloponeso sigue presentando jerarquías menos

arraigadas y estructuradas que las propias de Tesalia (Renfrew, 1972).

Imagen 3.11: Puntas de obsidiana del NTr (Foundation of the Hellenic World, 2006)

166
3.5 NEOLÍTICO FINAL

Los argumentos seleccionados para la reflexión del NF están en el Anexo 11:

Neolítico final.

Por un lado, las diferencias regionales son más marcadas en Tesalia, pero, por

otro, comienzan a surgir ciertos elementos generales, tanto para toda la llanura como

para alguns sectores de la misma, los cuales contribuyen a la reconstrucción continua de

la identidad de cada ciudad, a través de la forma de su conocimiento. La influencia de

Dimini es más marcada en cierta parte de Tesalia, pero surgen otras influencias

importantes, entre ellas Rachmani, cuyos caracteres culturales más generales e

importantes llegarán incluso al sur de Grecia y se mantendrán vigentes hasta el HT II

(Rutter, 2000).

Los nuevos procesos culturales en la región tesalia están acompañados de

guerras, pero entre ciudades vecinas y no con una magnitud semejante a la que culminó

con la estrategia político-militar que acabó con la predominancia de Sesklo, al final del

NM. Así, la mayoría de los elementos culturales se transmitieron mediante

aculturización cognitiva e intercambio cultural y hubo una regeneración progresiva de la

seguridad en las rutas terrestres para el tráfico de mercancías e ideas y con ello se

refortalecen las altas esferas sociales de sus jerarquías particulares.

La diversidad de criterios y manifestaciones culturales tesalias quedan

evidenciadas en las variadas formas cerámicas que se registran. El importante contraste

que se presenta entre las variadas clases cerámicas de la cultura de Dimini con los

diseños negro sobre rojo con decoración lineal y espirales, propios del centro y

occidente de Tesalia, demarca diferencias substanciales, pero a la vez cierta

estandarización cultural y regional en distintos puntos de la llanura. La cerámica

impresa de Larisa refleja paralelismos con los primeros diseños de Nea Nicomedia,

167
revelando así la permanencia de ciertos elementos conservadores en su cultura, o la

renovación de estilos del pasado. Una técnica que utiliza una pasta colorada aplicada

después del cocimiento y que puede ser raspada fácilmente, aparece también en Frantchi

(Pyke G y Yiouni P, 1996). En general, en Tesalia hay una predilección por los

meandros y espirales en su decoración, pero lo más enfático es que las diferencias

regionales y locales evidencian no solamente matices cerámicos, sino también indicios

de culturas con concepciones políticas, sociales y económicas relativamente diferentes,

las cuales tendrán distintos matices en relación a la forma específica del conocimiento,

en su mezcla general y particular de ser y parecer.

Imagen 3.12: Ejemplar cerámico del NF Imagen 3.13: Cuencos de Lerna, NF (Dearqueología,
(Dearqueología, 2000) 2000)

Tal diversidad también está confirmada por la arquitectura. Dimini refleja una

jerarquía muy similar a la de Sesklo, a pesar de no poseer la amplitud que tuvo su

ciudad vecina y rival durante el NM (Perseus Project, 2000). En este periodo, Dimini

refleja un profundo miedo del eje central de gobierno a ataques que acaben con su

poder. Las altas esferas de la jerarquía se protegen en una fortaleza la cual refleja

mayores precauciones defensivas que una estrategia militar de ataque. La fortaleza de

Dimini posee seis o siete murallas concéntricas sin torres de guarda bien definidas,

donde la primera sigue los contornos naturales de la colina. O sea, la caída de la cultura

de Sesklo le enseñó a Dimini dos cosas fundamentales; la primera, los peligros de

generar un dominio político tan amplio que abarcase toda una región y se extendiese a

otras regiones; la segundo, los peligros de perder el poder ante un ataque bien planeado

que diese fin a la elite resguardada en la fortaleza. La centralización del poder en pocas

168
manos y la consolidación de un estrecho escalón superior de la jerarquía social de

Dimini, lleva a sus altas esferas a una evidente paranoia con excesos de precaución,

posible reflejo del descontento de las y los habitantes de las aldeas afuera de la fortaleza

o su rivalidad con otros sitios poderosos de Tesalia.

Quizá el punto más importante de mencionar es la incursión de algunos objetos

de cobre y bronce que inician el Calcolítico en Tesalia, periodo contemplado dentro de

la exposición del NF (Rutter, 2000). Paralelamente surge un estilo cerámico que imita

las formas de los vasos metálicos y, la escasa presencia de verdaderos ejemplares en

metal, es evidencia de que las rutas terrestres y marítimas transportan más rápidamente

las ideas y pautas culturales que las mercancías mismas. Las y los artesanos tesalios

eran conscientes de la importancia del metal, no para su ciudad o la llanura tesalia, sino

para el mundo del Egeo, y eran capaces de vislumbrar la importancia del cobre y el

bronce para las sociedades venideras. A pesar de que las importaciones provienen

principalmente de los centros de producción más cercanos, a través de los(as) mercantes

marineros, los artesanos(as) y, en general la y el habitante de Tesalia, pudo darse por

enterado de la importancia de los metales para las civilizaciones levantinas y el

enriquecimiento de Chipre.

Existen herreros en Sitagroi y Pefkakia que alimentan con mayor intensidad el

apogeo del metal en Tesalia, Macedonia y Tracia (Rutter, 2000). En las Cíclades, el

pequeño poblado de Kefala también se dedica a la producción de objetos de metal

(Rutter, 2000). Estos centros reflejan la introducción de un nuevo elemento que

acomplejará más las redes de trabajo locales, cediendo características distintivas al resto

de sitios de Grecia e incluso propiciando un desarrollo particular para cada uno de los

sitios productores. Mientras Sitagroi y Pefkakia poseen una amplia tradición y han

experimentado los cambios dramáticos de los periodos de estabilidad e inestabilidad de

169
Tesalia, Kefala es un asentamiento incipiente. En fin, la metalurgia no sólo implica la

necesidad de establecer mecanismos y estrategias para conseguir minerales brutos, el

desarrollo de un conocimiento especializado sobre la transformación y confección

artística de objetos rituales, de lujo y, muy posteriormente, de uso cotidiano, sino que

implica un cambio en la red de trabajo y en la concepción del mundo que parte de la

extracción minera, el transporte, la fusión, la confección y el significado social del

metal. Así, surge una nueva línea de artesanos(as) y nuevos objetos de culto y de lujo

para distinguir a las altas esferas de las sociedades. El herrero(a) comienza a ser un

actante social que trabaja para el prestigio.

Otros sitios importantes donde han aparecido objetos metálicos, pero sin la

existencia de trabajos locales, son Cnosos, las cavernas de Alepotrypa y Zas y los más

ricos entierros neolíticos, encontrados en Varna, actual Bulgaria (Rutter, 2000).

Creta presenta el desarrollo de una jerarquía desemejante a los procesos de

Tesalia e incluso el Peloponeso; ahora bien, a partir de la alfarería, Cnosos comienza a

perfilarse como esa ciudad cuya estructuración y ordenamiento internos propiciará la

centralización de la isla que también tendrá matices muy diferentes a los proceso de

Grecia continental. Luego, la configuración cognitiva y cultural de Creta sigue una vía

muy distinta a la propia de Tesalia, Grecia central y el Peloponeso, debido a un

desenvolvimiento distinto de la jerarquía, pero no por la ausencia de la jerarquía misma.

La sociedad y el conocimiento cretenses se encuentran menos jerarquizados y eso

propicia un conocimiento menos deformado o menos enmarañado en su mezcla

particular de ser y parecer.

El sitio de Varna refleja tanta riqueza que demuestra la existencia de una elite

muy arraigada y consolidada que puede ir de la mano con el surgimiento más elemental

de la monarquía o el establecimiento de reyes o reinas y nobles, para enraizar aún más

170
el sentimiento de la preponderancia jerárquica del linaje y la familia de los(as)

miembros de las altas esferas, en lo que concierne a su descendencia y posteridad.

La cultura de Grota es propia del NF de las Cíclades y conforma un antecedente

directo de la cultura de Grota-Pelos del CT I (Rutter, 2000). Algunos asentamientos

cicládicos se convierten en sitios donde convergen personas e ideas de distintas partes

del Egeo y que comienzan a valorar la importancia de las islas para un trato de

mercancías marítimo y una explotación de los recursos locales, más allá de la pesca,

principal actividad de la cultura de Solíagos del NTr. Estos asentamientos cicládicos

ubicados en Ceos y Sykamia, mantienen fuertes contactos con Atenas y Thorikos en

Grecia central, con la caverna de Kitsos de Creta y el asentamiento de Kolonna, en el

golfo Sarónico (Rutter, 2000). Tales contactos pueden deberse a la procedencia de

algunos(as) habitantes de las islas Cíclades y a la importancia de establecer fuertes

contactos con algunos puntos estratégicos para las primitivas rutas comerciales. Grecia

central, al ser un punto intermedio, puede reunir receptores de mercancías y materias

primas provenientes vía mar y dar a cambio sus propias mercancías para luego

transportarlas a las elites particulares del norte y el sur del continente. El golfo Sarónico

es un punto clave para el acceso a la Argólida y de la Argólida a otras regiones del

Peloponeso. Con esto no se quiere decir que fueran los únicos puntos de recepción, ya

que es muy probable que otros navegantes llegaran directamente a sitios costeros de

Tesalia y de Mani, respectivamente en el norte y sur de Grecia.

A pesar de sus fuertes contactos, los sitios cicládicos no son del todo

dependencias del continente, sino una mezcla de ideas y personas de variada

procedencia. De ahí que haya características particulares como el desarrollo de la

metalurgia que diferencia a Kefala de Tesalia y el Peloponeso.

Kefala presenta una situación muy particular, ya que, al igual que Creta, tiene un

171
desarrollo muy desemejante del propio del continente. Este incipiente asentamiento se

enriquece con la metalurgia y se abastece de alimentos, principalmente mediante la

pesca (Rutter, 2000), pero no presenta jerarquías estructuradas ni muy significativas. El

asentamiento estaba conformado por una serie de pequeños edificios que evidencian

cierta igualdad entre sus habitantes, a pesar de poseer una red de trabajo lo

suficientemente compleja como para abastecer las necesidades de una ciudad. O sea, no

hay diferencias arquitectónicas visibles entre las moradas de las y los labradores,

pastores, pescadores, alfareros, herreros, mineros, etc. A parte del asentamiento, Kefala

contaba con un cementerio extramuros que refuerza la idea de una población ecléctica,

pero no sometida a una jerarquía muy significativa. Se conservan cuarenta tumbas con

cuerpos inhumados, en su gran mayoría en posición contraída en nichos protegidos con

paredes de piedras, cistas (una de las cuales poseía una jarra funeraria) y entierros

imbuidos en frascos y sepultados en hoyos simples. Las formas de los sepulcros

también varían entre rectangular, circular y ovoide y hay tanto entierros singulares

como múltiples (Rutter, 2000). Todos estos matices reflejan creencias religiosas de

distintas partes del Egeo.

A pesar de lo anterior, Kefala presenta una sincrética y muy estructurada religión

local que converge en armonía para sus habitantes. De ocho estatuillas, sólo una fue

encontrada en el asentamiento y el resto en el cementerio, pero no en las tumbas (Rutter,

2000), sino en posiciones específicas que reflejan la representación de deidades

guardianes de los muertos(as), lo que evidencia puntos en común entre las distintas

creencias religiosas convergentes en el asentamiento. Destaca, además, una estatuilla

que presenta un pene erecto, reflejando excitación sexual masculina y que puede estar

relacionada con la fertilidad y los periodos de regeneración de la naturaleza.

El incipiente regionalismo del Peloponeso contrasta con las preferencias

172
generales de Tesalia en lo que concierne a la alfarería, ya que predomina el estilo

plástico con incrustaciones y diseños pintados. Algunos modelos oscuros y bruñidos

guardan relaciones con géneros de Kefala, pero en las Cíclades se prefiere la incisión a

la incrustación y predominan los diseños con pintura blanca sobre fondo oscuro, en

contraste con la preferencia de la Argólida por los diseños blanco sobre rojo que

guardan más relación con la decoración del NTr (Renfrew, 2000).

En Frantchi aparecen los entierros múltiples que pueden corresponderse con

familias (Renfrew, 1972), lo que indica una mayor estructuración de su sociedad y una

preparación necesaria para una forma de vida más ordenada y a la vez jerarquizada que

abandonará definitivamente la vida en la caverna al terminar el NF.

Muy cerca de la costa noreste de Creta, se ubica el sitio de Pseida que evidencia

la débil jerarquía preexistente en esta parte del Egeo. Este yacimiento muestra un pueblo

de diseño cuadrado con edificios irregulares esparcidos por el espacio y calles que

comunican fácilmente las distintas partes del mismo poblado (Betancourt y Banou,

1999). O sea, este asentamiento no demuestra preocupación por resguardar a una clase

social determinada, lo que refleja una mayor igualdad moral entre las y los ciudadanos,

a pesar de la diferencia laboral que tiene que preexistir y acomplejarse constantemente

entre las y los seres humanos, para producir más satisfacciones en armonía con el resto

de la naturaleza.

En síntesis, el NF nos deja un marco geográfico con muchos matices. Hay

asentamientos que poseen un conocimiento más complejo que otros, pero dicho

conocimiento está imbuido en una jerarquía más arraigada y compleja; hay

asentamientos que poseen un conocimiento más complejo que otros y a la vez una

jerarquía más simple y menos significativa. En fin, el desarrollo de pautas culturales

determinantes de las generalidades del Egeo, deviene lentamente la forma del

173
conocimiento de las diversas regiones, sectores, asentamientos e individuos. Algunos

poblados están al día con los últimos avances tecnológicos del mundo del Egeo,

mientras que otros se ubican en un tiempo más retrasado, demostrando que el tiempo no

es lineal para el ser neolítico.

Ahora bien, el estar al día con el conocimiento implica una competencia que no

enfatiza la médula del problema del conocimiento. El estar al día con los últimos

avances tecnológicos de mi época no necesariamente es mejor y más bueno si eso se

corresponde con la conformación de una sociedad más jerarquizada y con menos

equilibrio, a pesar de que necesariamente es mejor y más bueno vivir en una sociedad

con una jerarquía menos simple y mayor equilibrio social y estar al día con los últimos

avances del conocimiento. El punto máximo, pero utópico, sería estar al día con los

últimos avances del conocimiento tecnológico y en una sociedad con armonía entre

todas y todos sus seres humanos, o sea una ciudad con el mejor conocimiento y sin

jerarquía moral denigrante ni material que incite a los instintos que tienden a la

involución a fomentar el egoísmo y el origen de la jerarquía; una sociedad así se

encaminaría rápidamente al desarrollo de las máquinas en pos del bienestar de

todos(as), por lo que la y el ser humano como especie podría dedicarse por completo al

ocio sin tener que preocuparse por procurarse sus propias necesidades y las normas

solamente regularían las manifestaciones de los instintos que tienden a la involución, los

cuales estarían debilitados por una verdadera educación. Sin embargo, tal sociedad es

una utopía desde el inicio del N mismo y ahora debo continuar con la reflexión referente

al último periodo que estudiaremos en este trabajo, la EB en Grecia.

174
CAPÍTULO 4

PAUTAS PARA UNA FILOSOFÍA

SOBRE EL CONOCIMIENTO DE

LA EDAD DEL BRONCE EN

GRECIA

175
FECHA CONTINENTE CÍCLADES CRETA TROYA
(a.e.a)
3100/3000 HT I: Eutresis CT I: Grotta- MT I
3000/2900 – Talioti. Pelos Troya I
2700/2650 MT II
2650 HT IIA: CT II: Seros-
2600/2550 Korakou Siros Troya II
2450/2400 HT IIB: CT IIIA:
2250 Lefkandi – Kastri Troya III
Lerna
2200/2150 HT III: Tirinto LAGUNA
2150
2150-2050 MT III (-2000)
2100/2050 Troya IV
2050/2000 HM I MINIO CT IIIB: MM 1ª
2000 TEMPRANO Filakopi I
2000/1950 MM IB MM IB Troya V
1900 HM II MINIO (Palacios (No
DECORADO ) Palacios)
1900/1850 O MINIO MM II Troya VI
1850 MADURO
1750/1720 MM III
1700/1625
1700 HM III FASE
1625/1500 TARDÍA Explosión del volcán
(Santorini) (1575-1550) de Tera
1675/1650 HTr I Micénico
Temprano
(Pre-palacial)
1600/1550 HTr IIA
Micénico
Temprano
(Pre-Palacial)
1490/1470 HTr IIB (Proto- Final del LM IB
Palacial) Periodo Neopalacial
1435/1405 HTr IIIA1
(Proto-Palacial)

176
1390/1370 HTr IIIA2 LM IIIA2:
(Neopalacial) Destrucción del
palacio de Cnosos
1320/1300 HTr IIIB
1300/1275 (Neopalacial) Troya VIIa
1280/1240 Troya VIIb
1190 HTr IIIC (Post-
Palacial)
1050 Edad del
Hierro
TABLA 4.1: Cronología general de la Edad del Bronce (EB) en Grecia y Troya

Mapa 4.1: Principales sitios arde la EB, (Rutter, 2000).

177
4.1 LA EDAD DEL BRONCE TEMPRANO

El Anexo 12: Terminología empleada en el tratamiento de la EB aclara el

lenguaje arqueológico que se utiliza en este capítulo de la tesis.

Para tener una visión general más amplia de los argumentos tomados en cuenta

para la reflexión, se puede consultar el Anexo 13: Argumentos para filosofar el BT de

Grecia.

4.1.1 BRONCE TEMPRANO I

4.1.1.1 HT I: EUTRESIS Y TALIOTI

Mapa 4.2: Algunos sitios de Grecia central, durante el BT, ( Rutter, 2000).

La historia neolítica de los conflictos tesalios y el incipiente regionalismo

peloponesio, hace que en el inicio de la EB, el eje central de poder continental se

establezca en el oeste de Grecia central, desde donde se expande la cultura de Eutresis

178
que retoma elementos tesalios y peloponesios para recomenzar una nueva era de

relaciones regionales, tanto hacia el interior del continente como hacia otras regiones

del Egeo (Sampson, 2000). Su posición intermedia entre el norte y el sur facilita un

nuevo desarrollo en Grecia central, donde existen elites relativamente jóvenes, pero en

contextos cognitivo-culturales cada vez más complejos y jerarquías cada vez más

arraigadas. Sin embargo, debido a la juventud de dichas elites inmersas en una oleada de

cambios cognitivos generales en la cuenca del Egeo, la situación continental no puede

ser del todo pacífica ni caracterizada por un poder lo suficientemente fuerte como para

entablar una hegemonía estructurada que le concediese mayor importancia en relación

con otras regiones como las Cíclades, donde impera la cultura Grota-Pelos del CT I, la

Creta del MT I o Troya I (Rutter, 2000). Incluso se mantienen contactos muy vagos con

Grota-Pelos, evidenciados únicamente por la similitud de los askoi 36 heládicos con los

cucharones del NF de las Cíclades occidentales (Betancourt y Banou, 1999) y otros

vagos paralelismos sociales entre el centro de Grecia y algunos sitios cicládicos (Rutter,

2000), resultado del comercio interregional y sin relaciones de dependencia, tal y como

lo reflejan las marcadas diferencias culturales y cognitivas. La ausencia de entierros y

la escasez de metales (Rutter, 2000) son también evidencia de que el auge económico de

los pueblos continentales estaba debilitado por algunas circunstancias bélicas internas y

una fase de redefinición cultural, conforme a la cosmovisión de las nuevas jerarquías

imperantes, condenando a muchos poblados a la pobreza y a otros a la esclavitud.

El Peloponeso, que había comenzado un proceso de regionalismo al final del N,

adquiere ciertas características generales que tienen influencia en la Corintia, la

Argólida y la llanura Argiva, definiendo una variante cultural con arquetipos generales

de conocimiento autóctono, denominada cultura Talioti (Sinclair, 2000a). En algunos

36
Vasija con forma de saco, piel o animal.
179
sitios del norte del Peloponeso y Grecia central coexisten las culturas de Eutresis y

Talioti y tal amalgama de caracteres culturales y cognitivos genera la plataforma

necesaria para el posterior surgimiento de la cultura continental del HT IIA. Tanto

Talioti como Eutresis se desenvuelven entre el 3100/3000 y el 2650 a.e.a (Rutter, 2000).

Estas dos culturas poseen pocas diferencias, reflejadas en ciertos rasgos cerámicos,

como por ejemplo un rojo deslizante con preferencia de modelos no bruñidos y altos

pedestales en Talioti y bruñidos o no en Eutresis (Betancourt y Banou, 1999).

El cambio espacial del eje central de poder continental al centro de Grecia

probablemente fue generado por la inestabilidad política y del tráfico de mercancías en

la región de Tesalia, lo que hace que algunas elites y, en general, las y los pasantes de

mercancías vía tierra, busquen nuevas alternativas geográficas más desahogadas de

conflictos internos.

La nueva cerámica, no sólo en el continente, sino en todo el mundo, brinda

características culturales más específicas, a partir de la técnica de manufactura, las

formas fabricadas y los tipos y estilos de decoración. Durante el HT I, los cuencos con

lados convexos, recipientes con pedestal y frascos de base plana eran para comer y

beber, mientras que las jarras con collar en el cuello para almacenar y los cuencos

profundos y jarros de boca amplia, para cocinar (Betancourt y Banou, 1999). La

cerámica heládica, tanto de Eutresis como de Talioti, se caracteriza por una nueva

técnica en la confección de vasijas de superficie oscura con incisiones simples e

impresiones rectilíneas aplicadas en los pedestales y en los bordes de las cacerolas y

askoi oscuros y bruñidos; tal decoración es muy plástica en los pithoi 37 (Betancourt y

Banou, 1999).

37
Vasija grande de arcilla usada para almacenar cereales y líquidos y que llegara a tener importancia
funeraria en otros sub-periodos.
180
Diseño 4.1: Cuencos hemisféricos y cuencos con Imagen 4.1: Cuencos hemisféricos y cónicos de
pedestal de Tsoungiza (Fundation of the Hellenic Eutresis (Dearqueología, 2000)
World, 2006)

Todo eso refleja que la cerámica se hace de uso más común y cotidiano y sólo

algunos estilos seguirán siendo propios de las elites dominantes, mientras de una amplia

amalgama llegará a ser parte del trato cotidiano de las y los aldeanos en los diversos

escalones de la jerarquía social imperante en cada región y las ciudad.

Las altas esferas de la jerarquía siguen definiendo sus criterios estéticos, los

cuales son reconocidos por todas y todos los habitantes que desean tener una cerámica

como la de las y los reyes o gobernantes y admiran la propia de los ritos oficiales a los

cuales tienen acceso limitado, según su posición en la jerarquía social. Sin embargo,

entre la cerámica de la aldea también surgen criterios estéticos propios que, no

contradiciendo los primeros, establecen una escala de belleza entre los objetos que

pertenecen a los distintos escalones sociales o entre los objetos a los cuales puede tener

acceso una o un mercader, un pastor o un labrador en incluso, entre los que puede

acceder una o un labrador con más riqueza que otro(a). Esto se debe a que la jerarquía

en la EB es tan común en el continente se ha impregnado en la misma estructura de su

lenguaje, el carácter visual de la ciudad y la cotidianeidad.

La metalurgia como tal no es un proyecto viable en la época, a pesar de que

algunas y algunos gobernantes pertenecientes a las elites más fortalecidas del centro de

Grecia, Tesalia y el Peloponeso pudieron informarse de sus beneficios, debido al

intercambio de ideas que trae consigo el contacto con las Cíclades. O sea, durante el HT

I, las y los continentales no ejercieron un papel importante en el tráfico de mercancías

181
vía marítima y, sufren un periodo de reacomodo del poder jerárquico regional e

interregional con algunas luchas intestinas y el progresivo restablecimiento de la

seguridad en las rutas terrestres del tráfico de mercancías. Las y los peloponesios son

quienes logran imprimir ciertos caracteres que, a pesar de ser vagamente detectados por

la arqueología, evidencian una variante cultural que implica distintos matices del

conocimiento.

El Peloponeso sufre un proceso en el cual la forma del conocimiento de las

culturas locales entra en contacto con la forma del conocimiento de la cultura

interregional de Eutresis y esta relación genera arquetipos cognitivos generales y

diferencias que evidencian matices locales de la cultura general en cada región.

La amplia distribución de los sitios de Eutresis revela que el Peloponeso, en un

corto lapso de tiempo, comparado con el proceso de Tesalia, se ve obligado a

acomplejar sus relaciones sociales jerárquicas como para conformar estructuras de

poder lo suficientemente fuertes para afrontar un contexto global que deviene hacia la

jerarquía, al mismo nivel que Tesalia; pero, por otra parte, a la conformación de

conflictos internos entre ciudades por establecer relaciones de poder, donde una ciudad

está por debajo o encima de otras, fortaleciéndose las vencedoras con una jerarquía más

alta y un mayor grado de riqueza que beneficia a algunos escalones de tal jerarquía, en

proporción directa a su superioridad e inferioridad cognitivo-cultural a otros seres

humanos.

La arqueología del HT I-IIA de Grecia padece un vacío substancial de estudios y

reportes referentes a zonas importantes para la comprensión del fenómeno general del

conocimiento continental. En el sur, Laconia y Mesenia pasan inapercibidas durante

largos lapsos de tiempo y algo similar sucede en el norte con el Epiro, Macedonia y

Tracia. Eso se debe a la falta de publicación de reportes parciales o finales sobre las

182
excavaciones y al hecho de que algunos de sus yacimientos evidencian actividad similar

a los contextos neolíticos de otros espacios de Grecia, representando un conocimiento

más simple que el más general del BT en la cuenca del Egeo. Así, es muy difícil

localizar material referente al HT I-IIA del oeste del Egeo, compuesto por regiones que

presentan mayor contacto con la península Itálica; se dispone de más información del

oriente del norte, centro y sur del continente, que presentan progresivos contactos con

las Cíclades, Anatolia, el Cercano Oriente y Creta.

4.1.1.2 CT I: GROTA-PELOS

Grota-Pelos presenta una continuidad que sienta sus precedentes en las culturas

de Solíagos y Grota, enfatizando los aportes de Kefala, y es el precedente de la cultura

del CT II, Seros-Siros (Rutter, 2000). Tal hilaridad, caracterizada por la ausencia de

conflictos internos graves y el no haberse desarrollado una cultura imperial, como

máxima expresión del arraigamiento de una jerarquía muy compleja en sus sociedades,

aleja sus arquetipos cognitivo-culturales de los propios del continente y hace a su

cultura más cercana a la de Creta y le brinda la posibilidad de mantener contactos con

Iasos, en Anatolia (Rutter, 2000). Esto se evidencia en su cerámica que, a diferencia del

gusto por la decoración rectilínea del continente, el grupo Kampos (una fase de

transición de la cultura Grota-Pelos a la propia del CT II, definida a partir de uno de sus

cementerios [Rutter, 2000]) prefiere la decoración curvilínea y presenta un tipo de

sartén muy característico de la hilaridad cultural cicládica, así como frascos incisos con

fuertes paralelismos minoicos; otras formas que destacan son cuencos con bordes

enrollados, jarros tubulares horizontalmente perforados y píxides cilíndricos

(Betancourt y Banou, 1999).

183
Imagen 4.2: píxide y tinaja como incisiones, propios de la cultura de Grota-Pelos

La posición estratégica de las Cíclades en medio del continente griego, la

península Anatólica, el Cercano Oriente y Creta, así como la incipiente vocación

comercial de sus ciudades, se deben a la importancia geográfica que le concede la forma

más general del conocimiento del Egeo a su territorio, en relación directa con el

continuo acomplejamiento de las rutas marítimas de transporte de ideas, pueblos y

mercancías. Así, algunos puntos de las islas llegan a ser lugares estratégicos de paso en

los cuales se establecen personas de diversas procedencias y se benefician tanto de la

explotación de los recursos naturales locales como del abastecimiento de las y/o los

piratas y mercantes, así como de la piratería y el tráfico de mercancías. Lo anterior ha

sido evidenciado por la arqueología que confirma contactos de Grota-Pelos con sitios

del centro de Grecia, relacionados con las culturas de Eutresis y Talioti, y con el sitio de

Pirgos en Hagia Fotia, Creta, donde han aparecido bronces y cerámica de influencia

cicládica, en tholos38 (Rutter, 2000).

Así, las Cícladas presentan un mayor intercambio cultural con Creta que con el

continente, debido a varios paralelismos geográfico-culturales de ambas regiones como

por ejemplo, ser pobladas por gente de ecléctica procedencia, tener una vocación hacia

la navegación para el desarrollo económico y sociedades con jerarquías más simples que

las de Anatolia, el Cercano Oriente y Grecia continental.

Grota-Pelos posee cuatro cementerios (Rutter, 2000) que contrastan con la

38
Tumbas de corredor de construcción y con forma de colmena que llegarán a su máximo esplendor en la
época Micénica (Trump, 1976).
184
ausencia de entierros en el continente. Ahora bien, la conformación de una cultura local,

a partir del sincretismo de diferentes ideas y gentes del Egeo que concurrieron en Grota,

se evidencia con la reducción de las formas de las tumbas, ya que solamente aparecen

cistas con inhumaciones singulares y tumbas de dos niveles para pequeños grupos de

parentesco, entre dos y seis generaciones (Rutter, 2000). Este tipo de tumbas múltiples

es un reflejo de una jerarquía más simple que las del continente griego y un residuo de

armonía primitiva, al menos familiar (no necesariamente en relación con la familia

nuclear), que permanece entre los habitantes de las Cíclades, donde todas y todos

dependen de todas y todos y todas y todos sufren la muerte de cualquiera, queriendo que

sus restos se ubiquen en un mismo lugar y brindando ciertos indicios sobre sus creencias

metafísicas; tales tumban también evidencian un contundente respeto por los

antepasados(as), demostrando que la sociedad tenía arraigada la idea del linaje como

posible resultado de la influencia cognitiva-cultural de las gentes con raíces etnológicas

en civilizaciones predominantemente ganaderas y que se asentaron en las Cíclades. En

Grota-Pelos, la simbología religiosa adquiere otros caracteres generales, como la

ubicación de los muertos en la parte derecha del espacio funerario y la carencia general

de ofrendas funerarias (Rutter, 2000), evidenciando la existencia de una jerarquía menos

estructurada y significativa que la del continente, como lo hemos mencionado más

arriba.

Un matiz particular se encuentra en Naxos, donde hay evidencia de una jerarquía

más marcada con la presencia de cuatro leznas cuadrangulares y un collar de abalorios

de plata en entierros, en contraste con las Espóradas apariciones de restos de alambre de

cobre en otras islas (Rutter, 2000). Tal diferencia entre Naxos y el resto de las Cíclades

se registra religiosamente con la presencia de un tipo de estatuillas específico de esa

isla. En general los tipos de estatuillas que caracterizan la conformación de las

185
manifestaciones religiosas cicládicas son los siguientes (Rutter, 2000):

I. Estilo Plastiras: orejas y rótulas prominentes y brazos cruzados por el estómago

II. Estilo Louros, Naxos: brazos cortos y gruesos, extendidos horizontalmente a

nivel de los hombros.

III. Tipo esquemático: van desde pebbles ovoides y elípticos hasta formas de violín

con cuellos largos, parecidos a cañas con cabezas no reconocibles.

Imagen 4.3: Estatuillas cicládicas39

Las Cíclades y los sitios del MT I definen sus propios estilos artísticos, sus

propias concepciones de lo bello, lo bueno, lo justo, lo virtuoso, lo trascendente,

conforme a sus condiciones geográficas y las necesidades de perpetuar equilibrio social

conforme a la forma de su propio conocimiento, menos enmarañado de ser y parecer

que el de Grecia continental, el Levante o Anatolia. Surgen espacios sagrados para el

culto de los muertos, gracias a los cuales conocemos hoy mucho de sus civilizaciones;

estos espacios poseen su propia cosmogonía. Las y los cicládicos y minoicos son

especialistas en religión, tal y como lo demuestra la concreción de estatuillas de

diversos tipos que son imitadas y exportadas a otros puntos del Egeo a partir de las

Cíclades y los diversos cultos funerarios complejos de Creta. Además, es necesario

enfatizar que las y los cicládicos aprendieron a comerciar, gracias a su posición

estratégica, incluso sus ideales e imágenes religiosas, lo que refleja la admiración

generada de sus formas políticas en otras regiones aledañas, quizá más afectadas por

39
La primera es con forma de violín, la segunda tipo Louros, propio de Naxos, y la tercera son estilo
Plastiras.
186
conflictos internos, como Grecia continental.

4.1.1.3 MT I: CRETA

Mapa 4.3: Creta, durante la EB (SR)

Aparte de los enfáticos paralelismos sociales y cognitivos con Grota-Pelos, Creta

presenta contactos con Anatolia, el Levante y Egipto (Watrous, 1994) que matizan más

las diferencias locales y la diversidad de culturas, ideologías y formas del conocimiento.

Además, se comienzan a conformar ciertos caracteres generales en algunas regiones,

como lo evidencia la religión y el culto de los muertos.

En el este predominan los entierros en las cavernas, que, en una primera

instancia se caracterizan por la mezcla indiscriminada de huesos de varios individuos

con rastros de fuego de periodos de fumigación, necesarios para la reutilización del

espacio mortuorio. Ellenes Amoriou es un caso particular al practicar sus inhumaciones

en la parte trasera de la caverna. Los tholos del NF son las tumbas más comunes y se

extienden a través de las montañas Asterousia de Lebena, en su límite con Mesara,

donde presentan funcionalidad durante al menos un milenio con cientos de

inhumaciones y periodos de fumigación de restos óseos y ofrendas (vasijas de piedra y

cerámica, herramientas, armas y joyas), acumulados en los costados donde se ha

187
identificado la utilización de capas de arena blanca para separar un estrato del siguiente.

Dos o tres tholos podían utilizarse simultáneamente por un mismo poblado, lo que para

Branigan representa la existencia de clanes individuales. En sitios del noroeste como

Pseira, Mochlos, Zakro y Hagia Photia (este último con cerámica y bronces cicládicos)

aparecen las cistas (modo de entierro propio de las Cíclades) de las cuales sólo hay un

ejemplar en el sur, en el sitio de Arvi (Watrous, 1994). La asociación de dos o tres

tholos con un mismo asentamiento evidencia una jerarquía un poco más compleja que

en otras regiones de Creta, pues evidencia una sectorización de la población en clanes

donde puede establecerse cierta norma de superioridad de unos sobre otros. Los tholos y

los entierros en las cavernas tienen un elemento en común, debido a los largos periodos

de funcionalidad, como lo es tener periodos de fumigación. Esto refleja parte de sus

creencias religiosas, donde es inminente la concepción de un espíritu o alma separada

del cuerpo, motivo por el cual el muerto recibe honores como ofrendas funerarias y se le

aplican ritos respectivos, pero con el objetivo de que el espíritu se dirija a otro lugar,

motivo por el cual no era importante conservar ni el cuerpo ni las ofrendas, después de

un lapso considerable; así, presentan un elemento muy similar a la religión egipcia,

como lo es el viaje hacia el más allá, pero, por otro una característica particular, como lo

es la poca importancia del cuerpo después del viaje; el mito minoico comprende la

noción de dualidad, cuerpo y alma que, por su parte, es más cercano a la tradición de

algunas civilizaciones levantinas. En el noreste de la isla, predominan los entierros con

cistas, forma de tumba que se utiliza también en Grota-Pelos.

En Creta, la habitación también presenta contrastes, ya que a pesar de la

disminución de la cantidad de pueblos que habitan las cavernas y el aumento del

número de asentamientos al aire libre, continúan pueblos que viven en cavernas en

algunas regiones de la isla (Watrous, 1994).

188
La cerámica refleja el alto grado de originalidad y creatividad de un conjunto de

culturas más diversas y sincréticas que las del continente griego e incluso las Cíclades;

presenta muchas variantes entre las cuales destaca el estilo Pirgos (que predomina en el

norte, aparece esporádicamente en el sur y está ausente en el este), el cual imita los

trabajos en madera; la cerámica incisa del norte y el noreste, la cual presenta

paralelismos con el grupo Kampos de las Cíclades; el estilo Hagios Onouphrios oscuro

sobre claro que varía entre rojo, café y marrón y, al igual que en el continente griego,

enfatiza la decoración lineal dando gran importancia a la forma general del objeto;

finalmente, el estilo de Lebena, blanco sobre rojo (Betancourt y Banou, 1999) y releja

cierta reminiscencia de estilos antiguos de Anatolia, el Levante y Grecia continental, los

cuales estuvieron arraigados por gran tiempo en la Argólida neolítica.

Imagen 4.4: Cerámica del MT I40

4.1.1.4 TROYA I

Mapa 4.4: Ubicación general de Troya (Gooogleearth, 2007).

La historia de Anatolia se caracteriza por presentar conflictos más graves,

jerarquías más arraigadas e imperios más consolidados y caídos en el transcurrir del

tiempo, motivo por el cual el conocimiento general de la región en la que se ubica la

40
La primera pieza imita trabajos en madera y la segunda es de diseño claro sobre oscuro.
189
incipiente Troya es más complejo que el de cualquier otra parte del Egeo. Ya hemos

visto como la intensidad de los conflictos anatólicos acarreó migraciones poblacionales

a Tesalia y el Peloponeso, durante el N, constituyendo una influencia muy significante

de la determinación de los procesos continentales y su incursión en formas cognitivo-

culturales más generales del Egeo y ahora centraremos nuestra atención en esta mítica

ciudad, relacionada con los acontecimientos finales de la EB del Mediterráneo oriental.

Troya I posee paralelismos con el grupo Kampos y en sus contextos se encuentra

obsidiana melia, reflejo de una ruta de tráfico de mercancías que existió desde antes de

la existencia de Troya, entre Anatolia occidental y las Cíclades (Rutter, 2000).

La complejidad del conocimiento y los conflictos anatólicos quedan

evidenciadas con la aparición de una fortificación en la primera ciudad de Troya o

Troya I, muy similar a los diseños tesalios y que a su vez es una característica

fundamental de otros complejos defensivos anatólicos contemporáneos (Allen, 1995).

En las afueras de la muralla se ubican casas de ladrillos dispersas, evidencia del

establecimiento desde un inicio de Troya I de esa máxima expresión de la jerarquía que

separa cultural, cognitiva y espacialmente a la mayoría de la población de su elite

gobernante, con gérmenes de monarquía, tal y como lo visualizamos en el neolítico de

Tesalia. Sin embargo, una particularidad de Troya I es el interior de su fortificación,

donde se presenta un acomplejamiento y una jerarquización progresiva de las mismas

altas esferas de la sociedad troyana. En un principio se ubica una gran casa abovedada,

pero con el tiempo se convierte en un megarón y coexiste con otras dos grandes

megaras, para luego presentar dos entradas, una de las cuales estaba provista de torres

defensivas para la guardia, y una serie de casas grandes dispersas desordenadamente y

que contrastan notoriamente, tanto entre sí como con los hogares humildes de las aldeas

externas a las murallas (Allen, 1995). O sea, las altas esferas de la elite troyana están

190
más estructuradas que las propias de Grecia continental, como lo evidencia la diferencia

notoria de las casas de las personas y el edificio administrativo principal.

La cerámica troyana es monocromática y oscura, con decoración rectilínea y la

utilización de pasta blanca con rasgos estilísticos del rostro humano y otras formas

faciales más específicas, recuerdan a la cultura Talioti (Betancourt y Banou, 1999). Lo

anterior se debe a que desde tiempos muy remotos, como ha quedado evidenciado en la

exposición de los capítulos anteriores, Anatolia ha concretado una fuerte influencia

periódica sobre Tesalia y el Peloponeso y, en el marco del Peloponeso, principalmente

en la Argólida. Así, a pesar de que es poco probable que con los conflictos internos de

Grecia continental y su diferencia radical con las Cíclades, las y los peloponesios hayan

participado de una red marítima de comercio, el contacto con sitios anatólicos como

Troya puede ser el resultado de costumbres ancestrales engarzadas mediante el linaje de

pueblos de uno y otro lado del Egeo, resultado de las migraciones neolíticas. Incluso es

probable que algunos troyanos(as) u otros(as) habitantes de la costa occidental de

Anatolia apoyaran a sus aliados(as) de la Argólida en los distintos conflictos bélicos que

pudieron desarrollarse en la época. Otro rasgo que revela paralelismos culturales con el

noreste del Peloponeso es la no ubicación de entierros de adultos, pues de Troya I se

conservan únicamente entierros correspondientes a seis infantes (Betancourt y Banou,

1999). Esto puede corresponderse con co-relaciones religiosas y éstas pueden traducirse

como simpatía de ideas políticas y mecanismos específicos para preservar el orden

social a favor de la elite dominante de una ciudad o una región de uno u otro lado del

Egeo.

Entre las estatuillas, hay ejemplares en mármol y piedra caliza que no guardan

relación alguna con los modelos cicládicos, sino con otras manifestaciones religiosas del

interior de Anatolia.

191
Con respecto a este primer sub-periodo del BT, es necesario recalcar la

velocidad en que aparecen los nuevos cambios y el alejamiento continuo de la armonía

entre los humanos en pos del equilibrio legal, ético y religioso, con el objetivo de

acrecentar el poder, no de la especie humana en armonía con la naturaleza, la sociedad

en general o la ciudad sino el de una elite gobernante en una sociedad estructurada y

bien administrada conforme a los intereses de dicha elite. Sin embargo, tal fenómeno

está más arraigado en algunas zonas y menos desenvuelto en otras. Los sitios de paso de

ideas y mercancías son una curiosa representación de un menor arraigamiento

jerárquico, debido a que una conformación cosmopolita les facilita vivir una vida más

alejada de la centralización de poder y la jerarquización social. De igual modo sucede

en sitios continentales aislados geográficamente de centros de poder más estructurados.

De aquí en adelante, los cambios y las estrategias son mucho más complejos y la

especialización de las artes más amplia, más variada y con marcadas diferencias

regionales.

4.1.2 BRONCE TEMPRANO IIA

4.1.2.1 HT IIA: KORAKOU

La situación de crisis y reacomodo que afrontó el continente en el HT I trae

consigo una serie de consecuencias en el HT IIA, desenlazado entre 2650 y 2450/2400

a.e.a, paralelamente a Seros-Siros del CT II, una fase intermedia del MT II (que

comienza durante el HT/CT I y finaliza durante el HT III), así como de los últimos cien

o ciento cincuenta años de Troya I y la primera parte de Troya II (Rutter, 2000).

El centro de poder político cultural que se mantuvo con mayor rigidez y

estableció más influencia durante el N, siempre se ubicó en Tesalia y, durante el HT I,

se trasladó a Grecia central. Sin embargo, durante el HT IIA dicho centro se ubica en el

192
Peloponeso y por eso la cultura de Korakou abarca no solamente sitios del oriente, pues

su influencia llega a la Lócride y a la isla de Lefkas. Sin embargo, Tesalia vuelve a

adquirir características culturales más propias, debido a que no posee tanto contacto con

las Cíclades como Grecia central y el Peloponeso (Dearqueología, 2000).

Mapa 4.5: Principales sitios de Grecia central y el Peloponeso, durante el HT (Rutter, 2000)

Después de una crisis interna, los pueblos están llamados a auto-reflexionarse y

de esa auto-reflexión se genera una nueva perspectiva cultural que determina y será

determinada por el nuevo ordenamiento del poder de cada pueblo. Sin embargo, en el

ámbito regional, el restablecimiento de la estabilidad cognitiva, cultural y práctica no

necesariamente surge con rapidez y puede requerirse incluso siglos para una nueva

autodeterminación. Korakou presenta una serie de matices a esas respuestas necesarias,

193
después de las turbulencias neolíticas de Tesalia y el periodo de crisis y readecuación

cultural del HT I. Dichos matices son evidenciados por los estilos cerámicos donde las

formas abiertas reflejan las tendencias conservadoras de la época al apegarse a la

tradición cultural del HT I, mientras que las formas cerradas son un indicio de la

innovación al ser más pequeñas e introducir valores estéticos funcionales, propios de la

nueva forma cultural, generada a partir de criterios tanto de Eutresis como de Talioti.

Sin embargo, el establecimiento de arquetipos cognitivo-culturales generales queda

también evidenciado por el predominio continental de la cerámica Urfirnis, la cual al

final del periodo aparecerá pintada o con bandas en los bordes, donde, por lo general, no

se representan verdaderos diseños. Otras cerámicas de importancia son el estilo Marfil,

muy similar al Urfirnis, pero con colores claros deslizantes como amarillo, rosado y

azul grisáceo e hidras pulidas, generalmente no pintadas; y el estilo Cocido de superficie

oscura, semi-recubierta y no bruñida, más característico de las tendencias conservadoras

de la época (Betancourt y Banou, 1999).

Imagen 4.6: Estilos Urfirnis y


Diseño 4.2: Cerámica de Imagen 4.5: Cerámica Urfirnis de
Marfil de Lerna (Foundation of the
Tsoungiza. HT II Lerna41 (Foundation of the Hellenic
Hellenic World, 2006)
(Dearqueología, 2000) World, 2006)

Imagen 4.7: Estilo Marfil42 (Foundation of the Imagen 4.8: Estilo Cocido de Lerna43 (Foundation
Hellenic World, 2006) of the Hellenic World, 2006)

Eso demuestra que el HT IIA concreta una mayor definición cultural, donde hay

cambios estéticos y sociales experimentales, en pos de definir la forma considerada más

41
Jarra para cocinar y cuchara
42
Askoi con diseños pintados y salsera
43
Cuenco lineal con borde T, cuenco picudo lineal
194
adecuada para el ordenamiento del poder y la sociedad, conforme a la visión de las

elites dominantes. Así, en Korakou hay variados matices que evidencian pueblos más

conservadores, otros más innovadores y otros que mezclan elementos tanto del pasado

como del presente, lo anterior evidenciado con la alfarería. Esto es característico de un

nuevo orden que comienza a profundizar en la cultura una epistemología sustentadora

de dicho orden, donde tal epistemología brinda una forma específica al conflicto del ser

y el parecer del conocimiento de cada sociedad.

La influencia cicládica generada durante el HT I implica introducción de algunos

de sus caracteres cognitivo-culturales en Korakou (Rutter, 2000). Eso evidencia el

restablecimiento de la seguridad en las redes comerciales terrestres, lo que propicia un

mayor auge de tráfico de mercancías marítimas y el establecimiento de relaciones más

fuertes con las Cíclades. Luego, el acomplejamiento de las jerarquías y la confusión de

elementos cognitivos que buscan la emancipación evolutiva de la especie con aquéllos

que lo que buscan es el bienestar de las elites y, por tanto, generan involución, es causa

de cambios significativos, en la cuenca del Egeo. Durante el NF, la cultura de Grota

dependió en gran medida de sus contactos con el continente de donde recibió un

elemento poblacional para la conformación de su ecléctica población; esa situación

varió durante el HT-CT I, cuando el desarrollo de Grota-Pelos muestra una cultura y

una forma general del conocimiento muy distintos de los propiamente continentales,

todo debido al establecimiento de jerarquías menos complejas y un desarrollo,

promovido por la explotación de recursos locales y el comercio, lo que genera riqueza.

Paralelamente los conflictos generados por jerarquías y formas de conocimiento más

complejas provocan delicados conflictos que empobrecen y debilitan el poder de todo el

continente, en relación con otras regiones del Egeo.

Las Cíclades ejercen gran influencia como lo refleja la presencia de estatuillas,

195
vasos de piedra y objetos metálicos isleños, indicios de características religiosas y

propias de las elites adoptadas mediante aculturización, hipótesis reforzada con la

visible influencia en la forma de los entierros y las ofrendas funerarias de los sitios de

Agios Estéfanos, Agios Posmas y el cementerio de Tsepi, los cuales brindan

información sobre las costumbres funerarias de la cultura Korakou.

Imagen 4.9: Cementerio de Tsepi (Hellenic Ministry of Culture, 1995-2001)

En Korakou aparecen cistas afuera de las aldeas con entierros múltiples y ricas

ofrendas funerarias que reflejan una nueva jerarquía arraigada en la riqueza y el tráfico

de mercancías. Lefkas presenta características religiosas más particulares, ya que sus

entierros son pithos circulares. Otros pithos aparecen en Tirinto, Zygouries y Lerna, lo

que revela relaciones culturales e ideológicas entre estos asentamientos (Dearqueología,

2000).

Distintos tipos de estatuillas evidencian variantes religiosas y estéticas entre los

asentamientos de Korakou. Las hay zoomórficas con indicios de prácticas de carnicería,

así como de sacrificios rituales que revelan la importancia de la ganadería para estas

sociedades sometidas a un clima impredecible para las cosechas. Con esto comienza a

arraigarse la cultura que concede gran importancia al aspecto pastoril, no tanto a sus

trabajos y las y los labradores, como a la posesión de animales de calidad. En Tsoungiza

apareció la primera representación de una yunta de bueyes que revela ciertos rasgos

realistas en el arte representativo del trabajo y el prestigio de la posesión ganadera el

cual recae siempre sobre las altas esferas de las sociedades. Otras representaciones de

196
animales se encuentran en los extremos de los salseros 44 y en las asas de otras vasijas.

Quizá la más interesante y particular sea la única representación pictórica de un

cuadrúpedo alimentando a su cría, propia de Tirinto. Finalmente, en Eubea y el Ática,

no así en el Peloponeso, se han encontrado estatuillas humanas, esquemáticas y

relativamente naturalistas, en contextos propiamente funerarios (Dearqueología, 2000).

Así, hay una fuerte relación entre la ganadería y la economía, la riqueza y el poder,

motivo por el cual la ganadería llega también a estar relacionada con la religión (aún

más si tomamos en cuenta que en las regiones levantinas que colindan con el Egeo, ese

fenómeno está todavía más arraigado) y, paradójicamente, los menos beneficiado con

esta conformación social, ideológica y cognitiva, son la y el pastor que sigue

perteneciendo a un bajo escalón de la jerarquía social, disputándose su importancia

jerárquica con las y los labradores y sólo tiendo por seguro, el estar por encima de sus

esclavos. La raza de los animales y su calidad puede inspirar, no sólo en Grecia, sino

entre cualquier pueblo sobre el que la ganadería adquiera un valor de prestigio

importante, una noción más arraigada de linaje y de nobleza, mediante la cual las gentes

de las altas esferas de la sociedad aseguran no sólo su superioridad ante los otros seres

humanos, sino también la de su descendencia. Presenciamos el surgimiento de reinos

más consolidados en Grecia central y el Peloponeso, situación que ya había ocurrido en

Tesalia, en periodos anteriores.

Diseño 4.3: Fragmentos de estatuilla de yunta de bueyes (Rutter, 2000)

44
Copas profundas con una sola agarradera fijada horizontal o verticalmente bajo el borde de uno de los
lados opuestos con un inusual salto largo y alto en el que había un canal para el alimento
197
Con el arraigamiento de estas sociedades predominantemente ganaderas se da un

giro en el papel social de la mujer, evidenciado por analogía con la estructura social del

ganado, donde se busca un semental para que se reproduzca con las hembras con el

objetivo de tener mejores ejemplares, evidenciando una preponderancia del macho

sobre la hembra. El conflicto hombre-mujer, en una primera instancia, y en relación con

las formas más generales del conocimiento de una cultura implica un acomplejamiento

aún más grande de la distorsión social y la introducción de nuevos elementos

involutivos a la gran maraña de ser y parecer del conocimiento de la especie humana.

Imagen 4.10: Sellos en los pithos de Lerna (Fundation of the Hellenic World, 2006)

En los sitios continentales, los pithos funerarios poseen impresiones de sellos

cilíndricos que reflejan una mayor complejidad estética y el surgimiento de símbolos de

prestigio para las altas esferas de las jerarquizadas sociedades, así como de propiedad

privada, fenómeno que ya hemos comentado con su surgimiento en Tesalia en periodos

anteriores.

Sin embargo, la propiedad privada, tal y como comienza a arraigarse en el

Peloponeso, se caracteriza por su justificación ritual; estas impresiones de sellos

cilíndricos implican connotaciones religiosas y la relación de tales connotación con la

persona(s) enterrada(s) y su posesión material del pithos sobre el que reposan sus restos.

La justificación de un régimen más complejo de propiedad privada pudo ser uno de los

motivos más grandes de los conflictos que impidieron el establecimiento de un equilibro

regional en el Egeo durante el HT I, pero con la concreción de las nuevas formas

198
religiosas parece ser que las y las y los seres humanos considerados inferiores

terminaron aceptando un régimen agrario y leyes de propiedad, mueble e inmueble, que

perjudican más sus propios intereses. La religión parece haber desempeñado en eso un

papel fundamental.

La obsidiana sigue siendo un elemento preponderante; se hacen más comunes

los moledores y los celts, así como todas las herramientas propias de cada arte, lo que

refleja una especialización más remarcada y el deseo de producir mejores objetos no

sólo de un género sino en continua competencia entre las y los artesanos dedicados a un

mismo arte. Lo anterior puede ir aparejado de la necesidad de trabajar más para cubrir

las necesidades primarias, el deseo de obtener satisfacciones de segundo orden o,

incluso, la aspiración de obtener algún tipo de prestigio o reconocimiento por parte de la

nobleza o siquiera ser reconocidos(as) entre las y los mercantes. En cualquier caso ya no

se trabaja para la satisfacción general de sociedad, sino para comer, pagar impuestos a la

elite dominante, obtener un ocio que ya no es universal y, en muy pocos casos, para

satisfacer la ambición de ascender a una nueva clase social de las tantas que componen

las formas jerárquicas locales y regionales de la EB. Luego, a pesar de que la y el ser

humano sigue evolucionando al generar mejores instrumentos y obtener más y mejores

productos, involuciona al ser cada vez menos o más importante dentro de su sociedad,

donde la sociedad misma se ha olvidado de que la meta primordial es la satisfacción

universal y la utilización de recursos en armonía con la naturaleza, para mantener la

relación necesaria entre el humano y el ambiente y así seguir evolucionando hasta

alcanzar el mayor grado de ocio para todos los individuos que conforman la humanidad

y no sólo aquéllos que conforman mi asentamiento humano específico o mi gremio. La

nueva sociedad no pudo superar ni los conflictos individuo a individuo ni grupo a

grupo, propios del P, y asimiló tales conflictos como parte de su vida y la cultura los

199
aceptó en la medida que tal desarmonía favorece la perpetuidad relativa de una elite en

la cumbre de una jerarquía social y la concepción epistemológico-social que sustenta

dicha jerarquía. La nueva sociedad genera satisfacción en proporción directa a la

superioridad cultural de unas y unos sobre el resto y eso se evidencia en un nuevo

modelo de acumulación, no social, sino privada y favoritita de las más altas esferas de la

jerarquía que pueden participar y beneficiarse tanto del tráfico de mercancías e ideas

transportadas por tierra y por mar, como de la explotación de los demás humanos, los

cuales, debido a la conformación cultural del marco epistemológico-social, son

considerados(as) y a la vez se consideran inferiores a sus gobernantes y dueños(as).

Aparece una joyería más estructurada y diversificada, motivo por el cual los

humanos que no pertenecen a las altas esferas y pueden satisfacer sus necesidades

primarias básicas y conservar todavía algo de valor económico-social, pueden acceder a

cierta joyería distintiva que, si bien no es de la calidad y el valor de la que distingue a

las y los nobles, es capaz de distinguirlos entre las y los aldeanos iguales e inferiores,

conforme a la configuración del conocimiento local y su mezcla particular de ser y

parecer. Esto evidentemente es un obstáculo muy primitivo para un planteamiento de

una lucha dual de clases y refuerza nuestra hipótesis de que la jerarquía es tan compleja

desde su origen neolítico que hay diferencias verticales incluso dentro de un mismo

gremio laboral o un grupo familiar.

Los objetos metálicos aparecen principalmente en contextos funerarios y destaca

una joyería en oro, propia de la nobleza. Las dagas y las pinzas de cobre y bronce

adquieren progresivamente más amplitud y son asequibles a distintas esferas sociales.

En Eubea se conservan magníficos ejemplares de salseros y copas de oro

(Dearqueología 2000) que evidencian una especialización artesanal de las y los

200
herreros45 con diferencias jerárquicas entre ellos(as), entre las y los que tienen más

habilidad y conocimiento técnico para confeccionar piezas más apreciadas por las y los

sacerdotes y reyes y las y los que construyen otros objetos menos estéticos o destinados

a usos más práctico-cotidianos. Tal acomplejamiento está ya muy arraigado en todas las

otras artes que se desarrollaron en los periodos anteriores.

Imagen 4.11: Herramientas denticuladas de Imagen 4.12: Salsera de oro (Dearqueología,


piedra pulida (Dearqueología, 2000) 2000)

El mayor auge del metal se acompaña de la extracción de pequeñas cantidades

de cobre del Laurión y Thorikos, yacimientos de Grecia central (Dearqueología 2000).

A pesar de que en periodos anteriores se había desarrollado minería en Chipre y

metalurgia en otros puntos del Egeo, es en este apartado donde se comentarán los

cambios que trae consigo la minería. La minería genera una nueva forma de vida. Las y

los mineros no viven en una ciudad propiamente dicha, ni se ubican estratégicamente en

la periferia, como los pastores y labradores. La y el minero está donde la tierra

resguarda el mineral y su sociedad se basa en un nuevo modelo de explotación de la

tierra. Con ello se diversifica la red de trabajo social; las esferas medias y altas de la

jerarquía adquieren nuevos integrantes científicos, como lo son las y los ingenieros

encargados de tales obras y las esferas más bajas, constituidas por pobres y esclavos,

45
En el P se afirmó que la división del trabajo no se efectuaba conforme al criterio de género, sino en
función de la satisfacción de necesidades comunales. A partir del N y principalmente en la EB, las
relaciones jerárquicas desiguales generan diferencias netamente culturales entre hombres y mujeres, pero,
debido a la complejidad de este problema no lo abordaré en la presente investigación, dejando la puerta
abierta para que un(a) especialista en el tema de género retome este tema y por eso utilizo lenguaje
inclusivo al referirme a las y los trabajadores de la EB. Un punto de partida para un análisis de ese tipo
puede ser Maritja Gambutas, quien fue compañera de excavaciones de Renfrew, pero al identificarse con
contextos más hacia el norte de los Balcanes, no será considerada en la presente investigación.
201
adquieren una nueva función, mediante la cual se incentiva no sólo la guerra de

esclavitud y la compra de esclavos(as), sino también la movilización de poblaciones

pobres que engrosaban el cinturón de la ciudad hacia nuevas aldeas subyugadas a los

trabajos mineros, fuente de más riqueza para ciertas elites. Finalmente, el poder del

metal cede una mayor fortaleza a los reinos que se benefician con su explotación

arraigando las jerarquías beneficiadas por su poder con una fuerza monumental, pero

que, por el hecho de ser jerarquías y con ellas, manifestación de la involución humana,

estaban destinadas a desaparecer en el transcurso de la EB. En este sentido es muy

atinada la observación de Engels en Anti-Duhri: Todos los posteriores progresos [más

allá del estado originario] fueron otros tantos pasos, aparentemente, hacia el

perfeccionamiento del hombre individual, pero, en realidad, hacia la decadencia de la

especie... El trabajo de los metales y la agricultura fueron las dos artes cuya invención

provocó esta gran revolución [la transformación del bosque primitivo en tierra

cultivada, pero también la introducción de la miseria y la servidumbre a través de la

propiedad]. El oro y la plata según el poeta, el hierro y el trigo según el filósofo, han

civilizado a los hombres y arruinado al género humano (p.85).

Las nuevas jerarquías continentales están evidenciadas principalmente por la

arquitectura y reflejan mayores distanciamientos con los procesos históricos tesalios. El

diseño llamado Casa Corredor predomina entre las altas esferas sociales de los

principales asentamientos de Korakou y posee dos plantas con vestíbulos centrales

divididos y flanqueados por escaleras a ambos costados, techos a un agua y puertas no

axiales que desaparecerán al final del periodo (Dearqueología, 2000). Estos edificios

poseen funciones administrativas en lo que concierne al poder político, la religión y la

economía, por lo que parecen ser multifuncionales y revelan la existencia de un poder

más centralizado el cual define una elite que no apela tanto a los sistemas defensivos,

202
sino a otras estrategias políticas de persuasión (las cuales pueden ser herencia del

reconocido valor de algunas y algunos en las guerras mantenidas en el periodo de crisis

y arraigamiento de principios religiosos y éticos del conocimiento en relación a una

nobleza basada en la sangre y la logra sobrevivir a las contiendas del N y al reacomodo

de HT I) para defender su preponderancia, ya que no es sino hasta el final del periodo, y

ante el peligro de una invasión extranjera, que surgirán las murallas en algunos sitios

como Lerna, Astikario y Kolonna (Dearqueología, 2000). En contraste con estos

edificios, las aldeas presentan casas rectangulares con chimeneas y techos planos,

demarcando una diferencia jerárquica que se enraíza en la cultura peloponesia con una

intensidad similar a Tesalia, pero con características culturales completamente distintas,

reflejadas en los métodos de control del orden y la funcionalidad de dicha jerarquía

(Dearqueología, 2000).

Diseño 4.4 Diseño arquitectónico de Astikario. HT Diseño 4.5: Isometría de la Casa Corredor
II (Foundation of the Hellenic World, 2006) (Fundation of the Hellenic World, 2006)

Diseño 4.7: Diseño d la casa corredor en distintos


Diseño 4.6: Diseño arquitectónico de Kolonna. HT
sitios del continente griego (Rutter, 2000)
II (Rutter, 2000)

203
Mapa 4.6: Distribución de las Casas Corredor y Casas con Techo de Teja (Rutter, 2000)

Al final del periodo toda Grecia, principalmente el Peloponeso, se ve amenazada

por el asedio de una cultura anatólica que genera devastadores cambios. Previo a la

incursión de este nuevo elemento cultural, fueron abandonados asentamientos ubicados

en tierras difíciles de defender y en promontorios costeros; sin embargo, otros

persistieron y trataron de defender sus territorios, incluso construyendo fortificaciones

muy simples, en comparación con las de Troya y otros sitios anatólicos, pero la mayoría

fue derrotadas y sus pueblos incendiados y no reocupados sino hasta el HT III; algunos

de los sitios que se fortificaron persistieron, mediante una aculturización pacífica, al

igual que otros que para llegar a ese acuerdo no necesitaron fortificarse; entre los que

tuvieron transición pacífica se encuentra Eutresis y Kolonna, los cuales pueden

conservar algunos rasgos culturales propios. La mayor resistencia al nuevo elemento

invasor estará representada por la jerarquía autóctona mejor sustentada y organizada de

este periodo: Lerna, la cual será el eje de resistencia contra los pueblos provenientes de

Anatolia y la consolidación de una variante cultural de resistencia, reforzada por los

pueblos más conservadores y alejados de la costa oriental del Peloponeso

(Dearqueología, 2000).

204
4.1.2.2 CT II: SEROS-SIROS

Seros-Siros es un desarrollo local del grupo Kampos. Esta hilaridad cultural se

caracteriza por el carácter cosmopolita y ecléctico de la conformación de su población,

lo cual facilita una transición pacífica hacia el CT III, cuando incursiona un elemento

anatólico en el Egeo, el cual genera otro periodo de crisis bélica en el continente, como

lo mencionamos en el apartado anterior y en el correspondiente al HT IIB o la cultura de

Lefkandi I. Esta cosmovisión cicládica le facilita conservar contactos con Troya y Creta,

pero su zona de mayor influencia llega a ser el continente griego, debido a la

inestabilidad de las rutas comerciales del oriente del Egeo y los conflictos internos del

Levante y Anatolia (Rutter, 2000).

Este contexto global quiebra la cultura de Seros-Siros en dos modelos cicládicos

contemporáneos con una configuración cognitivo-cultural muy distinta.

Melos presenta aldeas agrícolas pequeñas cuyas sociedades probablemente se

basan en vínculos familiares (Rutter, 2000). Estas sociedades se dedicaban a abastecer a

otras islas con jerarquías más complejas y al tráfico de obsidiana a pequeña escala,

característico de una economía de subsistencia. Luego, sus sociedades poseen una

mayor armonía con la naturaleza, pero un desarrollo tecnológico y científico menor que

el de otras islas y otras regiones del Egeo. Sin embargo, la carencia de tales desarrollos

tecnológicos está acompañada de un menor acomplejamiento de las relaciones sociales

y económicas que evidencia una jerarquía más simple, una organización social básica y

un conocimiento con menos elementos involutivos. Sus sociedades conservan cierta

igualdad entre los(as) miembros de cada aldea, un menor grado de alienación y

desequilibrio social y el desarrollo de actividades de ocio más apegadas al goce mismo

de la naturaleza. Definitivamente, en su organización política tuvo que existir alguna

especie de jefes o encargados(as) de regular los proceso más generales de la

205
administración de la aldea y otros(as) encargados de actividades económicas

específicas, como la siembra, la pesca, la extracción de obsidiana, etc. Sin embargo, si

nos basamos en los restos arquitectónicos (Rutter, 2000), no había un fuerte sentimiento

de superioridad de las y los jefes sobre los demás humanos de cada aldea lo que

confirma que su jerarquía era menos compleja y menos involucionada.

Otras islas como Ceos (Hagia Irini), Siros (Chalandriani), Naxos y Paros

presentan gérmenes de jerarquías más establecidas, evidenciadas a partir de la

arquitectura. Cada una de estas islas tiene un centro de poder político económico que

regula todo el territorio o, por lo menos, la mayor parte de éste (Rutter, 2000). Estos

centros reflejan una administración más compleja e ideas políticas sustentadas por el

surgimiento de un sentimiento jerárquico el cual rompe con la hilaridad histórica de las

relaciones sociales cicládicas y solamente tiene precedentes autóctonos en Naxos. Este

sentimiento se acrecienta a lo largo de Seros-Siros y se caracteriza por generar una

marcada desigualdad con el resto de la población. Lo anterior es el resultado de la

inestabilidad de las rutas marítimas del comercio y un mayor acercamiento al continente

que implica una mayor planificación de las estrategias comerciales. Sin embargo, se

presenta una transferencia religiosa con Grecia continental a donde se exportan

instrumentos religiosos y funerarios y de donde se introducen ciertas ideas religiosas

necesarias para establecer una plataforma de sumisión de la gente considerada como

inferior a la nobleza. Así, la centralización administrativa surge como un intento para

sopesar el golpe económico de la inestabilidad de las rutas comerciales marítimas, pero

progresivamente va degenerando en una jerarquía propia de cada isla, como lo

evidencia el cementerio de Chalandriani, en el cual sólo el 1,7% de las 600 tumbas

correspondientes al periodo son colectivas, lo que demuestra un arraigamiento de la

individualidad personal, muy aparejado con sus ideas religiosas justificadoras de una

206
jerarquía y, posiblemente, de distintos tipos de alma para las y los nobles y el resto de la

población. Luego, los cambios culturales traen consigo cambios ideales y cognitivos,

como lo refleja la posición del cuerpo en la tumba, que varía a la parte izquierda del

espacio mortuorio (Rutter, 2000).

Imagen 4.13: Chalandriani y Kastri (Gooogleearth, 2007)

Para reafirmar las anteriores ideas tomaré como evidencia el surgimiento de una

nueva línea de estatuillas conocidas como las FAF 46 y otras que reflejan rasgos más

realistas, medidas simétricas con la anatomía humana y representan distintas actividades

cotidianas como los banquetes de las incipientes noblezas con hombres irguiendo copas,

tocadores de lira y flauta y mujeres sentadas. Otras estatuillas representan guerreros al

servicio de la elite (Rutter, 2000). Todo eso refuerza nuevamente nuestra hipótesis del

arraigamiento de un fuerte sentimiento de individualidad, que necesariamente llega a

corresponderse con un marco legal basado en la calidad de cada uno de los humanos,

conforme a la justificación cognitivo-cultural de la jerarquía desde la que se regulan

cada uno de sus actos. Por otro lado, la preservación del orden necesario para la

conservación del poder en manos de estas elites, implica un despliegue militar, debido a

que el guerrero representa su seguridad, mientras que el personal de ocio, su manera de

ostentar el poder y sus propias estatuillas, goce de la opulencia.

Así, las estatuillas en su gran mayoría parecen ser más estéticas que religiosas, a

excepción de algunos ejemplares raros, como una mujer diminuta sobre la cabeza de

otra mujer más grande (lo cual puede ser una representación muy primitiva de un mito

46
Siglas en inglés utilizadas para abreviar “Estatuillas con los brazos plegados”
207
micénico según el cual una diosa nace de la cabeza de Zeus) y tres estatuillas colectivas.

Además, se importan estatuillas Koumasa de Creta (Rutter, 2000), lo que brinda ciertos

indicios del carácter sincrético de la religión cicládica, en continuo contacto con otras

formas de religión y los centros de poder relacionados, en distintas partes del Egeo; lo

cual es una consecuencia de su papel en el tráfico de mercancías. Este realismo tiene

como motivo central a la y el ser humano, por lo que la y el noble puede estar dotado de

ciertas cualidades divinas, según la forma de la religión y el resto de los individuos,

sometidos a su servicio e incluso a una pobreza justificada por la concepción religiosa

de su propia individualidad. La exagerada acumulación de riqueza en sus manos y el

exceso de pobreza del resto de la gente quedan evidenciados en los modos de vida que

llevaban, conforme a la representación de sí mismos y sus sirvientes.

Imagen 4.14: Estatuillas FAF. Tocador de lira y Imagen 4.15: Cuenco de mármol. Keros-Siros
Tocador de Flauta. (Dearqueología, 2000) (Dearqueología, 2000)

Además, para su satisfacción surgen copas diminutas hechas con una piedra

verde muy pulida la cual probablemente se utilizaban para consumir pequeñas

cantidades de una sustancia valiosa; otra piedra verde más oscura se usaba para fabricar

vasos con relieve y decoración oscura. Se trabaja distintos tipos de mármol para hacer

copas con pedestal, freidoras, salseras y vasijas con forma de cuadrúpedos y aves

(Rutter, 2000).

Ahora bien, el ingenio de estos cicládicos(as) va más allá, pues logran sopesar la

crisis del mar construyendo barcos más largos los cuales ameritan menos viajes al

transportar más cantidad de productos, acortar los gastos y reducir los riesgos del

208
transporte (Rutter, 2000). Sin embargo, la minería es el elemento que, junto al comercio,

brinda mayor fortaleza a esta jerarquía social y cierta cohesión política e ideológica

entre las incipientes elites. Esta minería es más compleja que la propia del continente,

tanto en lo que concierne a la explotación como al comercio. De Siphnos se extrae

plomo y plata, mientras que el cobre se explota en Kythnos y no parece haber

rivalidades entre Ceos, Siros, Naxos y Paros por ese control (Rutter, 2000), de lo que se

desprende que estas elites están interconectadas y conformadas por unas mismas

familias o familias aliadas estratégicamente con la fortaleza suficiente para subyugar a

la población a la pobreza, en relación con la riqueza y el poder que tales familias

ostentan.

Una de las dos corrientes cerámicas de la época evidencia influencia de Grecia

continental; dentro de ella una imita estilos propios de la Argólida, la Corintia y el Ática

oriental y otra imita rasgos generales del estilo Urfirnis. La otra corriente representa los

estilos autóctonos con jarros con pedestales, píxides globulares y freidoras tipo Siros47

en patrones bruñidos, estampados o incisos, sobre una superficie oscura y decoración

curvilínea con algunos triángulos pequeños (Betancourt y Banou, 1999).

Diseño 4.8: Formas de cistas durante el CT Imagen 4.16: Píxide y freidora tipo Siros
(Dearqueología, 2000)

47
De perfil cóncavo, un lado no decorado, dos asas picudas y un espacio principal decorado con círculos
concéntricos o espirales estampadas, a menudo acompañados de bolas incisas como genitales femeninos
209
4.1.2.3 MT II: CRETA

El MT II presenta un primer estadio en el cual los matices culturales locales

persisten y, junto a Cnosos, los principales asentamientos son Vasiliki, Palaikastro,

Mirtos, Fournou Korifi y Trípili. Palaikastro y Vasiliki presentan una arquitectura más

voluminosa que evidencia el erguimiento de complejos en relación a una sociedad más

jerarquizada, mientras que Mirtos y Trípili presentan un tamaño reducido y una relación

más igualitaria y equilibrada entre sus individuos (Allen, 1995).

Imagen 4.17: Vista de Fournou Korifi, Imagen 4.18: Palaikastro Imagen 4.19: Entrada sur de
desde Mirtos (Gooogleearth, 2007) (Hellenic Ministry of Fourni Corifi, cerca de Mirtos
Culture, 1995-2001) (Hellenic Ministry of Culture,
1995-2001)

Imagen 4.20: Patio pavimentado al oeste de Vasiliki Imagen 4.21: Vasiliki. La Casa Roja y el
(Hellenic Ministry of Culture, 1995-2001) Corredor E (Hellenic Ministry of Culture, 1995-
2001)

Durante este periodo, Creta mantiene fuertes contactos con las Cíclades, como lo

evidencia la importación de estatuillas FAF, vasos incisos, dagas y pinzas de cobre y

cerámica para usos funerarios y utilitarios. También hay relaciones con el HT IIA de

donde Cnosos y Platgyvola obtenían salseros y, en conjunto con otros asentamientos,

sellos y amuletos que traen consigo símbolos sociales de superioridad jerárquica, de

gobierno, de propiedad privada e incluso de religión. Otro importante contacto fue

Egipto de donde se obtenían vasos de piedra que poseen una relación más directa con

210
las tumbas de Mesara y el asentamiento de Mochlos, de donde se llevaban incluso a

Mirtos, reflejando una red de comercio no sólo hacia el exterior, sino entre distintos

asentamiento de la isla. El marfil procede del Levante y con él se diseñan sellos donde

predominan las cruces con relación con los diseños propios de Lerna III. Es así como el

sincretismo que comienza a establecerse en las Cíclades presenta en el periodo mayor

contraste con Creta, donde el eclecticismo poblacional sigue predominando, aunque los

símbolos de propiedad privada reflejan la demarcación de zonas para determinadas

etnias y, dentro de esas zonas, la propiedad de la tierra para determinadas clases,

conforme a una jerarquía mucho más estructurada que la propia del MT I (Watrous,

1993).

Aumentan las dagas de cobre y bronce, así como la joyería en oro,

principalmente en las tumbas. En contraste, hay pocas herramientas de metal (Allen,

1995). Esto evidencia que la incursión del metal en la isla parte de una noción de

prestigio correlacionada con la religión y las incipientes altas esferas sociales de los

sitios más importantes y no con el desarrollo de artes para la producción de

satisfacciones colectivas.

Se generan distintos tipos de estatuillas y surge una especie de vasos

antropomórficos y zoomórficos con funciones rituales, entre los que destaca la conocida

Diosa de Mirtos. Con ellos una estructuración diferente de la religión de algunas

regiones, en correlación con el grado de arraigamiento y estructuración de las jerarquías

las cuales continúan presentando diferencias locales, como lo reflejan las tumbas de

Mesara y la existencia de casas tumbas en Archanes, Siva, Platanos, Gournes,

Palaikastro y Mochlos (Allen, 1995).

En relación con la cerámica, continúan los estilos de Agios Onouphrios y

Lebena, pero desaparecen los de Pirgos y de Cerámica Incisa. Surgen en toda la isla,

211
aunque no en grandes cantidades, píxides esféricas y cilíndricas con fina textura gris,

frecuentemente pulida y con diagonales, semicírculos, anillos y puntos incisos. Hubo un

estilo de Cerámica de Vasiliki y otro tipo estrictamente utilitario (Betancourt y Banou,

1999).

Imagen 4.22: Tetera, jarro y dos ritones o vasijas rituales del MT II

Estas civilizaciones, al igual que el continente griego, sufrieron una invasión

extranjera, pero no paralela a la del continente ni perpetuada por el o los mismos

pueblos. Las consecuencias son desastrosas para Vasiliki y Mirtos, destruidas por el

fuego (Allen, 1995). Este nuevo elemento foráneo trae consigo una cultura ambiciosa de

establecer una nueva jerarquía que ejerza su poder con gran amplitud en Creta, motivo

por el cual es un agente determinante de la posterior centralización del poder político y

económico causantes de la influencia minoica en la cuenca del Egeo, durante el MM.

No debemos olvidar que el MT II finaliza análogamente al HT III. O sea, es la última

fase del BT cretense (Rutter, 2000).

Como consecuencia de la introducción de elementos étinicos, se incorporan

nuevos caracteres culturales que evidencian una nueva religión en la cual los cuerpos se

entierran articulada e individualmente, destacando ofrendas funerarias como comida y

bebida y la desaparición de la fumigación y la acumulación de conjuntos secundarios de

huesos. Algunos de estos elementos parecen guardar paralelismos con la religión

egipcia, lo cual va acorde con las relaciones que Creta sostiene con las dinastías

egipcias contemporáneas del MM (Watrous, 1993).

212
4.1.2.4 FINAL DE TROYA I Y TROYA II

El final de Troya I presenta una cerámica estilo Urfirnis la cual evidencia sus

contactos con el Egeo y aparece por primera vez el torno de alfarería, por influencia del

bagaje cultural general de Anatolia y las civilizaciones del Tigres y el Éufrates,

herramientas que no llegará a Grecia continental sino hasta el HT IIB (Rutter, 2000).

Al final de Troya I se amplía el espacio interior de la fortaleza, lo que refleja una

elite más pretenciosa, la cual parece tener problemas internos que desembocan en un

incendio que destruye el interior de la ciudadela, pero no provoca cambios culturales

drásticos. Después del periodo de crisis entre las distintas altas esferas de Troya, se

refuerza el poder, se amplía nuevamente el territorio del interior de la fortaleza y se

provee de estructuras defensivas más especializadas, sin embargo, vuelve a ser

destruido por el fuego. Aún en Troya I, resurge una elite renovada que conserva la

misma tradición y presenta un megarón de cuartos múltiples, evidencia de que más

personas participan en el poder y uno de sus principales proyectos es la reconstrucción

de la muralla, ensanchando aún más el interior de la fortaleza y remarcando su poderío

con la construcción de impresionantes entradas con puertas dobles. La rivalidad interna

de la elite se evidencia con el surgimiento en el interior de varias megaras enormes y

amuralladas, conformando especies de ínsulas referentes de la opulencia de sus

ocupantes y diferencias ideológicas entre sus habitantes (Allen, 1995).

Troya II presenta continuidad, pero una vida más corta y menos rica que Troya I,

quizá debido al desgaste de sus altas esferas en los procesos de conspiración (Allen,

1995). Su joyería de oro guarda relación con la de otros sitios del interior de Anatolia y

con el sitio de Mochlos de Creta, lo que evidencia contactos entre Anatolia y Creta,

situación que se prueba aún más con la presencia de cuencos minoicos de esteatita

también en Troya (Allen, 1995). Además, se conservan pinzas de Eubea; salseros y un

213
mortero o carretilla de origen cicládico (Rutter, 2000).

Imagen 4.23: Muralla y rampa de Troya II Imagen 4.24: Propilo de Troya IIc, frente al gran
(Daimler – Benz, 2005) megarón de Troya IIa (Daimler – Benz, 2005)

Adentrados en el periodo, se desvanecen los contactos con las islas del centro

del Egeo como consecuencia del clima de inestabilidad de las rutas comerciales

marítimas causantes del éxodo de pueblos anatólicos a Grecia continental, en los

sucesos propios del final del HT IIA (Rutter, 2000).

En Troya II, el uso del torno de alfarería se hace más común y se generan nuevas

formas con patrones incisos y rasgos antropomórficos relacionados con los rasgos

faciales de Troya I, los cuales poseían paralelismos con los trabajos característicos de

Talioti, lo que continúa reforzando la hipótesis de que existen primitivas relaciones de

consanguinidad entre las y los troyanos y algunos(as) habitantes de la Argólida, quienes

incluso pudieron haber invitado a sus familiares a incursionar en su territorio para huir

de las guerras internas de Anatolia y retribuir asi su apoyo durante la crisis interna del

continente griego, concretada en el final del N y el HT I. Además, surge un estilo rojo o

bronceado sobre negro pulido, una variante del estilo tradicional negro bruñido y que

surtirá gran influencia en el Egeo (Betancourt y Banou, 1999).

Sólo se conservan tres entierros, de los cuales una mujer de 30 años fue

inhumada en un hoyo simple, afuera de las murallas y dos niños fueron enterrados

dentro del asentamiento sin ofrendas funerarias; un reflejo de poca preocupación por la

muerte o una metafísica caracterizada por ritos de cremación que no conservan los

restos de los cuerpos (Allen, 1995).

Uno de los contactos más distintivos se evidencia con la imitación de cuatro

214
hachas de piedra con formas similares a los trabajos en bronce del norte del Cáucaso.

Definitivamente esta cultura troyana es más compleja, tanto en lo que concierne al

desarrollo tecnológico, como a la conspiración política que se presenta entre los mismos

miembros de la elite dominante y una mayor amplitud de contactos, dentro y fuera del

contexto del Egeo. Sin embargo, se ve amenazada por un clima de cambios drásticos en

el interior de Anatolia (Allen, 1995).

4.1.3 BRONCE TEMPRANO IIB

4.1.3.1 HT IIB: LEFKANDI I Y LERNA III

La incursión de los pueblos anatólicos al continente griego genera una serie de

conflictos bélicos en Grecia central y el Peloponeso, lo que provoca que el territorio se

subdivida en varias regiones, cada una de las cuales con una forma determinada de

conocimiento, conforme a los sistemas de poder que las sostienen.

Laconia, Mesenia, Etolia y la Acarnania representan la región más conservadora,

ya que en ellas predominan los caracteres culturales del HT IIA y no presentan

marcadas innovaciones (Rutter, 2000). Esto se debe a que el sur y el oeste del

Peloponeso se encuentran más alejados y ofrecen obstáculos naturales más difíciles de

superar para las y los invasores que la zona de los conflictos principales y en la cual la

incursión de pueblos anatólicos trae consigo muchas influencias culturales que se filtran

en la determinación del conocimiento. Este conservadurismo representa un profundo

rechazo de la incursión de los nuevos pueblos y un sistema ideológico defensivo contra

posibles ataques de las y los nuevos conquistadores y sus aliados de la Argólida. Su

posición geográfica favorece este distanciamiento cultural y espacial, ya que estos

pueblos presentan mayores afinidades con la zona de influencia de Lerna, cultura

autóctona que se encuentra más cerca de la principal zona de conflicto y que logra

215
perpetuarse a lo largo del periodo (Rutter, 2000). Incluso es posible que los acarnanios,

laconios, mesenios y etolios enviaran contingentes a Lerna para impedir que las y los

invasores se extendieran y representasen una mayor amenaza contra sus dominios. Por

tanto, estas regiones presentan las mismas elites del HT IIA u otras muy similares y la

amenaza de un enemigo exterior, así como la estabilidad lograda durante el HT IIA,

después de los conflictos internos del N y el HT I, son factores determinantes para que

en estas amplias regiones los poblados no mantuvieran luchas significantes entre sí. La

amenaza común genera pactos de alianza e incluso una forma del conocimiento más en

similar, con principios funcionales de belleza, bondad, justicia y virtud más acordes

entre sí, en relación a su oposición con los de Lefkandi I.

Imagen 4.25: Casa de las Tejas de


Lerna III (Rutter, 2000)
Diseño 4.10: Casas largas y
absidales de Tebas. HT IIB (Rutter,
2000)
Diseño 4.9: Diseño de los dos pisos de
la Casa de las Tejas. Lerna III (Rutter,
2000)

Lerna III representa otra región que se caracteriza por tener un contacto más

directo con Lefkandi I, pero en una relación de oposición y resistencia a los ataques de

las y los invasores, motivo por el cual el asentamiento es uno de los pocos que se

fortifica al final del HT IIA y su fortaleza, la única que logra resistir la arremetida de las

y los invasores y sus aliados(as) (Rutter, 2000). Su cultura, por tanto, es un desarrollo

local de la conformación del conocimiento del HT IIA, donde se generan nuevos

216
caracteres locales que reflejan la adaptación, tanto de las elites como de las demás

clases sociales subyugadas, al nuevo contexto general de Grecia continental, donde

varía con mayor intensidad los conceptos de justicia, bondad y virtud, en relación con

una especie de “nacionalismo” o “regionalismo” que es producto de la constante

vigilancia del enemigo. Sus alianzas con pueblos de la región anteriormente descrita

pueden tener antecedentes en las luchas del N y el HT I o surgir en este periodo como

respuesta a las arremetidas de los pueblos conquistadores. Algunos elementos culturales

de estas dos regiones serán determinantes para la conformación de la cultura de Tirinto

del HT III y se extenderán incluso hasta el HM, como lo evidencia el tipo de

construcción denominado megara absidal la cual será una forma estándar de edificio

durante el periodo. Propiamente en Lerna destaca el modelo de la Casa con Tejas y la

fortificación del asentamiento (Hellenic Ministry of Culture, 1995-2001).

Imagen 4.26: Albañilería de la


fortificación de Lerna III (Rutter,
2000)

Diseño 4.12: Sellos de Lerna III


(Foundation of the Hellenic World,
2006)
Diseño 4.11: Fortificación de Lerna III
(Foundation of the Hellenic World,
2006)

La tercera región de importancia está representada por Lefkandi I, cultura

conformada por la preponderancia de las y los invasores anatólicos y la aculturización

de sus aliados(as) de la Argólida con quienes posiblemente tienen relaciones ancestrales

de consanguinidad. Por ese motivo, ante el periodo de crisis interna de Anatolia, algunas

217
elites de la Argólida pudieron invitarles a arribar a su territorio y les concedieron tierras

que les pertenecían a otros poblados enemigos suyos, durante el HT I. De ahí que la

campaña de conquistas de las y los anatólicos generara un área donde desaparecen por

completo los caracteres cerámicos griegos como Lefkandi y Manika. Además de las

tierras “concedidas” por sus familiares ancestrales, las y los anatólicos y las elites de la

Argólida conquistaron otros pueblos de Grecia central en los cuales compartieron su

poder, demostrándole al contexto su alianza y poderío; esto lo evidencia la existencia en

Beocia de culturas autóctonas y foráneas que producen cerámicas híbridas con mezcla

de elementos y técnicas anatólicos y continentales, lo reflejando una forma de su

conocimiento compuesta por una mezcla de diversos elementos de ambas culturas

(Hellenic Ministry of Culture, 1995-2001).

Esa situación general es contemporáneas del grupo Kastri del CT IIIA y se

desenlazan entre 2450/2400 y 2200/2150 a.e.a. Durante su consecución, finaliza el MT

II. se desenvuelve la segunda parte de Troya II y la primera de Troya III que finalizará

unos 100 o 50 años después del HT IIB (Rutter, 2000).

Esta invitación a arribar a suelo de Grecia continental puede ser la retribución de

favores concretados en las luchas del N y el HT I. Ahora bien, a pesar de la relación de

consanguinidad de los(as) miembros de algunas elites de la Argólida y las elites de las y

los invasores guerreros de Anatolia, ambas culturas conservaron sus poderes, aliados,

pero separados, en espacios específicos y compartieron colonias conquistadas. Sin

embargo, debido a que Anatolia presenta una historia más compleja que Grecia, durante

el periodo, las y los gobernantes de la Argólida progresivamente asimilaron mecanismos

para perpetuar su poder y arraigar a sus familias aún más como gobernantes, así como

técnicas y principios estéticos y culturales. Así, las y los anfitriones sufrieron un

proceso de aculturización a partir de su deslumbramiento ante la forma del

218
conocimiento cultural de las y los huéspedes y familiares, debido a que tal forma

proveía más estrategias para conservar su poder y disfrutar de un ocio más exclusivo.

Los sitios de Lefkandi I presentan una estandarización cerámica de diseños rojos

y negros y se caracteriza por la aparición de cerámicas hechas con torno de alfarería las

cuales, al igual que en sitios de Anatolia como Troya III, tienen baja frecuencia y se

remiten a la clase específica que constituye las nuevas elites anatolizantes que regirán el

poder y redireccionarán el conocimiento de Lefkandi I (Betancourt y Banou, 1999).

Estas elites son evidentemente guerreras, ya que fueron las encargadas de concretar la

estrategia militar de la colonización de las nuevas tierras, donde las y los anfitriones

autóctonos brindaban el conocimiento geográfico y su percepción cultural de las y los

enemigos a vencer y las y los huéspedes su experiencia en la táctica militar y el

fortalecimiento de su dominio, tanto por la fuerza física como por la imposición de una

forma determinada del conocimiento social.

Entre los nuevos caracteres culturales de las elites anatolizantes, juegan un

papel muy importante las bebidas, principalmente alcohólicas, ya que la mayoría de las

formas que surgen con la rueda son para beber (Betancourt y Banou, 1999); tales

bebidas no se remiten exclusivamente a los proceso rituales, sino a la vida cotidiana de

las elites que, por su parte, definen la noción de justicia aplicada a los demás estratos

sociales sometidos mediante el ingenio, el acuerdo y/o la fuerza. Su presencia se detecta

en sitios cicládicos de Naxos, Delos, Siros y Ceos; esporádicos como Palmari en

Skyros; Eubea y sitios continentales como Raphina, Pefkakia, Tebas, Eutresis y

Orcómenos (Hellenic Ministry of Culture, 1995-2001).

Otra característica es la conciencia de la importancia de los metales para la

generalidad del Egeo y el interior de Asia, como lo revela el surgimiento de una

cerámica que imita formas metálicas (Betancourt y Banou, 1999), algo similar al estilo

219
que había aparecido en Tesalia en periodos anteriores y sobre el cual habíamos emitido

un cometario respecto al tráfico de ideas.

Existen relaciones entre Pefkakia y Orecómenos en la exclusividad de los depa

amphikypella48 (Betancourt y Banou, 1999). Otros sitios donde predomina la cultura de

Lefkandi I son Raphidina, Tebas y Eutresis. Algunas de sus características conforman

otra cultura híbrida en Kolonna y Filakopi, en el golfo Sarónico y las Cíclades,

respectivamente (Hellenic Ministry of Culture, 1995-2001).

Estas elites guerreras no tienen pretensiones de grandes proyectos

arquitectónicos, por lo que en un inicio la arquitectura doméstica es similar a la

anatólica, a diferencia de las formas de Lerna III y el Peloponeso occidental. Lefkandi I

absorbe elementos continentales como la utilización de cámaras de roca cortada para

colocar inhumaciones, práctica que se inicia en el oeste del Peloponeso, durante el HT

IIA, así como los entierros contemporáneos de Chalandriani que influenciarán los de

Filakopi, durante el CT IIIB (Rutter, 2000). Esta adopción puede compaginar con

estrategias y alianzas para sustentar el nuevo poder en la cultura imbuyéndose en la

forma del conocimiento preexistente entre las sociedades conquistadas y manteniendo la

venia de sus aliados(as).

Imagen 4.27: Excavaciones de Lefkandi en Elvia Imagen 4.28: Jarra característica de Lefkandi I
(Hellenic Ministry of Culture, 1995-2001)

48
Copa cilíndrica muy delgada con dos lasos verticales que formas secciones redondeadas y asas con
forma de corazón
220
4.1.3.2 CT III: GRUPO KASTRI

El grupo Kastri presenta una situación muy similar a la de Lefkandi I, pero sin la

seña de destrucciones violentas (Rutter, 2000), lo que puede evidenciar cierta alianza

estratégica entre las elites cicládicas, conformadas por pocas familias, y las y los

invasores anatólicos, para conquistar el continente griego o las relaciones de

consanguinidad que unen a estos pueblos con algunos elementos étnicos cicládicos.

Así, Kastri posee muchos paralelismos con las y los invasores que se asentaron

en Eubea, Ática y Beocia y a la vez afinidad cerámica con Troya III y Limantepe V

(Rutter, 2000), asentamientos que pueden estar relacionados con la invasión a tierra

continental. Sin embargo, la estrategia de las Cíclades es característica de un punto de

encuentro entre culturas y es así como su arquitectura tiene más paralelismos con la

propia de Lerna III, Kolonna y Tirinto. De hecho, presenta fortificaciones muy similares

en distintos puntos como Panormos, el monte Kynthos y Hagia Irini, único

asentamiento cicládico que seguirá existiendo al final del periodo, quizá como respuesta

de una contraofensiva continental contra las Cíclades. Internamente, Chalandriani

presenta más paralelismos con Akrotiri y Hagia Irini con el monte Kynthos, lo que

refleja a groso modo dos líneas culturales distintas que podrían explicar la subsistencia

de Hagia Irini al final del periodo. (Rutter, 2000).

Imagen 4.29: Cuartos de la casa típica de


Hagia Irini, CT III (Rutter, 2000) Diseño 4.13: Transición al Grupo Kastri, conforme a
las sepulturas (Dearqueología, 2000)

221
Kastri desarrolla mucho la metalurgia, ya que se presenta muy similar a la

anatólica. Destaca una mezcla de cobre y estaño que sólo aparece en Kastri y Troya III

y una diadema de plata con exquisitos ornamentos estéticos, indicio del arraigamiento

local de una primitiva monarquía sustentada y defendida por preceptos y fuerzas

anatólicas, como lo refleja la procedencia de armas anatólicas y el ser el único sitio del

Egeo que, aparte de Troya, presenta una marcada predominancia del bronce (Rutter,

2000). Todo indica que la crisis y la caída de Troya III son factores determinantes de la

invasión del Egeo y el continente griego y, de ser así, existen relaciones ancestrales

entre las y los habitantes más primitivos de Troya y las y los del continente, donde

hemos enfatizado la Argólida y las Cíclades como los sitios con mayor probabilidad de

estar emparentados con los troyanos(as) y otros pueblos de la costa anatólica.

Así, al final del HT IIB, tanto Grecia continental como las Cíclades presentan

una preponderancia anatolizante, debido a la alianza que se genera entre algunas elites

autóctonas e invasores(as) anatólicos, donde dichas alianzas pueden corresponderse con

familiaridades ancestrales. En cualquier caso, estas elites guerreras predominan y no se

preocupan por construir grandes complejos arquitectónicos, a diferencia de las otras

culturas continentales que se cuidan de sus pretensiones de dominio. Evidentemente la

estrategia y la táctica militar anatólicas son mucho más desarrolladas que las autóctonas,

durante este periodo.

4.1.3.3 TROYA III

Troya III culmina una secuencia cultural iniciada con Troya I y que Korfmann

denomina Cultura Marítima de Troya, la cual tiene influencia en el Helesponto, el mar

de Mármara y fuertes contactos con sitios anatólicos e islas del Egeo como Chíos,

Lemnos y Lesbos. Durante Troya III, aumenta significativamente la cantidad de huesos

222
de ciervo, lo que refleja un aumento de la cacería. Presenta más paralelismos con

Thermi III-V de Lesbos que con Lemnos, principalmente en relación a su joyería.

Thermi III-V, a su vez, presenta fragmentos de salseras Estilo Urfirnis (Rutter, 2000).

Imagen 4.30: Troya III (Daimler – Benz, 2005)

4.1.4 BRONCE TEMPRANO III

4.1.4.1 HT III: TIRINTO

La noción de jerarquía, su aceptación social y el sometimiento a una elite que

resultara vencedora en una guerra son principios arraigados en la cultura continental.

Esto genera sociedades con continuos conflictos político-militares los cuales enmarañan

más el ser y el parecer y generan retrocesos involutivos en las relaciones sociales,

producto de la amalgama de principios anatolizantes y caracteres heládicos autóctonos.

Este es el contexto de la cultura de Tirinto, a partir de la cual se definen criterios de

justo, bello, bueno, virtuoso, etc., en función de la perpetuidad de tales jerarquías y, por

lo mismo, exclusivos de la educación y los ritos propios de las y los hijos de las y los

nobles y su imposición al resto de humanos considerados como inferiores. Tales

jerarquías, desde su consolidación neolítica se acompañan de explicaciones sobre el

origen de las causas, brindadas por las religiones, en pos de un sistema de poder

administrativo determinado.

Este proceso de continuos cambios, producto de la interacción de las ideas

políticas y militares de los pueblos, se extiende incluso a las Cíclades que se anatolizan

con mayor intensidad en el HT IIB (Rutter, 2000). Además, tal inestabilidad y la caída

223
de la cultura de Troya I-III (Allen, 1995), la cual mantuvo fuertes contactos con el Egeo,

generan un debilitamiento de las rutas comerciales ultramar, motivo por el cual hay

poca evidencia, entre ella, la presencia de una jarra troyana en Lerna IV (Rutter, 2000).

Ahora bien, si tomamos en cuenta que Lerna III fue un desarrollo local que conservó su

autonomía ante la arremetida de la Argólida y sus aliados(as) anatólicos y, por otro lado,

que Troya IV representa un cambio radical en la cultura troyana (Allen, 1995), tanto la

ruptura de las rutas comerciales como la presencia de esta jarra en Lerna, indician que

las elites consolidadas contemporáneamente en Anatolia no son afines con las etnias

guerras que huyeron de la península asiática, durante el HT IIA. Así, los vagos

contactos entre Lerna IV y Troya IV pueden evidenciar estrategias paralelas entre

pueblos con enemigos en común. Sin embargo, Lerna también se ve debilitada, ya que

desaparecen sus contactos, al igual que los de cualquier otro punto de Grecia

continental, con Creta (Rutter, 2000). Ese es el resultado de la forma general del

conocimiento que impera en el continente y los cambios en las zonas de contacto.

Diseño 4.14: Jarra con alas, estilo troyano, Imagen 4.31: Estatuillas de Lerna IV (Foundation
encontrada en Lerna IV (Fundation of the Hellenic of the Hellenic World, 2006)
World, 2006)

Este clima de inestabilidad también se revela en la poca evidencia de contactos

terrestres, incluso en Tesalia, ya que se conserva poca evidencia del tráfico de

mercancías como la presencia de cerámica de Argisa y Pefkakia en Kritsana, Macedonia

(Renfrew, 2005).

Este contexto general del Egeo y el específico de Grecia continental debilitaron

224
el poder adquirido por la alianza entre las elites de la Argólida y las propias de los

invasores(as) anatólicos del HT IIB. El cambio radical en la zona de origen de estos

antiguos habitantes de Anatolia, se evidencia con los drásticos cambios troyanos

caracterizados por la demolición total del último pueblo de Troya III, el cual poseía

pocas casas en las afueras de la muralla y grandes complejos en el interior acompañados

de un aumento en la cacería y el surgimiento de una industria de cestas que pueden

servir para recolectar frutas silvestres (Allen, 1995), prueba de una fase de asedio que

implica la reducción del aporte de la aldea al fortalecimiento de la elite central y la

pérdida de las tierras de pastoreo y agricultura. Lo anterior refleja la dificultad de

alimentar a las y los habitantes del interior de la fortaleza durante este asedio, periodo

en el que también surge una industria de tubos de hueso que indician cierto contacto con

las Cíclades (Rutter, 2000) y refuerza la idea de una posible relación de consanguinidad

entre las y los troyanos y las eclécticas elites cicládicas. Al final de periodo aparecen

unas placas en hueso análogas a ejemplares malteses, sicilianos y propios de Lerna III

(Rutter, 2000), lo que refuerza la hipótesis de la relación entre Lerna y las y los

enemigos anatólicos de sus propios enemigos conformados por habitantes de la

Argólida y otros poblados anatólicos que migraron a Grecia. Este asedio limita el

comercio de Troya III y de ahí que los principales contactos de dicha ciudad fueran el

Helesponto, el Mármara y sitios cercanos del Egeo como Lemnos, Chíos y Lesbos.

Tales contactos pueden ser evidencia de alianzas militares establecidas durante el

periodo de crisis anatólica que culminará con la finalización de la Cultura Marítima de

Troya la cual da paso a otra elite con relaciones más estrechas con reinos del interior de

la península Anatólica (Allen, 1995).

La inestabilidad y el aumento de luchas entre reinos hacen que la cultura de

Tirinto presente una arquitectura más voluminosa (Renfrew, 2005) cuyo como fin

225
defensivo es resguardar elites locales del asedio de otras elites y sus ejércitos. Estas

construcciones se encuentran en Beocia, Ática, Argólida, Achea, Arcadia, Elis, Lócride,

Eubea, Lefkas e Ítaca (Renfrew, 2005). Esto evidencia que las luchas interregionales se

agravian y los pactos mutuos entre poblados de una misma región se debilitan, motivo

por el cual la inseguridad de las elites es mayor y el resto de las clases es sometido a un

duro proceso de guerra por la sobrevivencia.

Al final del periodo, las diferencias internas comienzan a amalgamarse a

consecuencia de la destrucción de Lerna IV, Kolonna, Lefkandi, Manika y Pefkakia

(Renfrew, 1972). Las consecuencias de tal destrucción implican la consolidación de

ciertas elites, las cuales imponen sus criterios culturales y se preocupan menos de sus

enemigos continentales, motivo por el cual emprenden otras empresas bélicas como la

colonización y aculturización de Hagia Irini.

Diseño 4.15: Formas cerámicas de Lerna IV (Foundation of the Hellenic World, 2006)

Diseño 4.16: Jarra de bebidas ceremoniales de Imagen 4.32: Jarras de bebidas ceremoniales.
Lerna IV (Fundation of the Hellenic World, 2006) Lerna IV (Foundation of the Hellenic World, 2006)

226
Las diferencias cerámicas de la cultura de Tirinto se traducen en diferencias

culturales entre Grecia central y el Peloponeso, ya que en el Peloponeso la decoración

geométrica enfatiza las cruces con motivos en los bordes, principalmente triángulos, en

diseños oscuro sobre claro, lo cual deriva de la influencia de la variante de Lerna IV,

cuyo principal centro es Olimpia, y guarda relación con Seros-Siros; mientras que en

Grecia central predomina el estilo de Hagia Marina. Sin embargo, la pintura oscura de

ambas regiones deriva del estilo Urfirnis (Betancourt y Banou, 1999). Hay poca

evidencia de religión en lo referente a estatuillas y no se conserva ningún entierro

(Rutter, 2000).

Paralelo a ese proceso de inestabilidad inicial y final de Tirinto, el oeste de

Peloponeso conserva caracteres más similares a los de HT IIA lo propicia un

conocimiento más desarrollado que el resto de Grecia continental en el periodo. Se

reconstruyen importantes asentamientos que habían sido destruidos y abandonados,

tales como Nichoria y Teriziontis Alon y se abandonan otros sitios (Rutter, 2000).

La aculturización de las Cíclades genera que estas islas no vuelvan a tener una identidad

cultural propia, durante el resto de la EB.

4.1.4.2 MT II (SEGUNDA PARTE): CRETA

Creta, por su parte, se encuentra aislada de los conflictos políticos que

perjudican Grecia continental y las Cíclades, pero la incursión de pueblos con

ambiciones de poder se manifiesta con una mayor regionalización de las culturas del

norte y este de la isla (Alexiu, 20004), las cuales comienzan a tener rasgos generales

que las particularizan y determinan diferentes formas del conocimiento cultural; esta

situación no se había presentado con fuerza anteriormente en Creta. En el norte,

aparecen diseños cerámicos oscuro sobre claro con decoración lineal e incluyen formas

227
importadas del este, mientras que el este enfatiza los fondos oscuros con decoración

rectilínea y curvilínea, donde destacan los espirales, ausentes en el norte, y cuya

derivación parece proceder de Mirtos (Betancourt y Banou, 1999).

El establecimiento de una jerarquía más fortalecida en la isla queda evidenciado

con la aparición del hipogeo49 en Cnosos y en otros puntos, lo que evidencia la

acumulación excesiva de grano generadora de riqueza y una administración más

consolidada y arraigada en la forma más general del conocimiento de la época y la

cultura de la región (Alexiu, 20004).

En Cnosos, este proceso va de la mano con la primera evidencia de grandes

construcciones (Alexiu, 20004) correspondiente con las entidades administrativas que

adquieren mayor reafirmación y poder como una humanidad superior dentro de la

humanidad en general, según la forma más general del conocimiento. No debemos

olvidar que la administración casi siempre va de la mano con la religión oficial.

Imagen 4.33: Casa Tumba de Gournia (Rutter, 2000)

En el norte, predominan las Casas Tumba como modo de entierro que se

perpetuará hasta el MM. En sitios del este como At Pachyammos y Gournia, dominan

los hoyos simples, a pesar de que también se encuentran sepulturas del tipo Casa

Tumba. En distintas partes de la isla se conservan pithos similares a los contemporáneos

de Anatolia, pero que parecen derivar de los prototipos de Kefala del NF. Hagia

Varvana y Chrysolakkos brindan evidencia de una mayor individualización de los

entierros con ofrendas funerarias como celts, evidencia de que la noción de jerarquía

49
Una especie de granero
228
comienza a implantarse con más fuerza, no sólo a través de la administración, sino de la

mano con la religión. Finalmente, surgen los entierros larnax que pueden ser una

incursión del pueblo invasor del final de MT II (Alexiu, 20004).

Ahora bien, la estructuración y regionalización de Creta es mucho más acelerada

que la de los distintos periodos anteriores del continente griego y las Cíclades, motivo

por el cual se concretan grandes avances tecnológicos en el futuro determinantes de la

forma del conocimiento cultural de la isla y su predominio sobre el Egeo, durante el

MM. Uno de esos avances, es la construcción de veleros que agilizan el transporte de

las mercancías, aprovechando la fuerza de los vientos y evidenciando el progresivo

aumento de la importancia de Creta para el comercio entre Grecia, el Levante y Egipto

(Alexiu, 20004).

4.1.4.3 EL FINAL DE TROYA III Y INICIO DE TROYA IV

Después de la destrucción de Troya III, la nueva elite dominante afianzó su

poder mediante la construcción de otra ciudadela (Allen, 1995), proyecto que basta para

imponerse en la forma general del conocimiento de la nueva ciudad, pues requiere de

grandes inversiones económicas y el empleo de muchísimos esclavos(as). Se conservan

restos de una muralla poco substanciosa y rastros de cinco fases arquitectónicas, indicio

de las constantes mejoras características de un progresivo afianzamiento de la nueva

elite y su jerarquía. En general, presenta una fila de cuatro unidades residenciales de dos

habitaciones separadas por calles, conformando una pequeña ínsula, prueba de que la

elite estaba conformada por pocas personas. Predomina la cerámica hecha con rueda,

símbolo de su poderío, y, en general, la decoración es muy distinta de la del Egeo.

Además, se registran huesos de más animales, lo que evidencia el restablecimiento del

pastoreo y la continuidad de la cacería, así como una disminución en la frecuencia de

229
los metales y un aumento en la utilización de la piedra, prueba de que esta nueva elite

no era tan rica como la anterior. A pesar de los cambios, Troya parece conservar una

tradición religiosa muy similar, ya que sus estatuillas siguen una misma línea de

tradición (Allen, 1995).

Al final del periodo la ciudadela de Troya IV fue nuevamente demolida, lo que

refleja un nuevo periodo de cambios dramáticos en la región y la forma general del

conocimiento (Allen, 1995).

Es importante enfatizar que, no sólo en Troya, sino también en el continente

griego, después de un periodo de crisis en el cual una elite cede el paso a otra que

impone sus criterios, los elementos más persistentes son los propiamente religiosos, ya

que aseguran una forma determinada del conocimiento general y las pautas culturales

necesarias para la dominación, pues, a partir de su explicación de las primeras causas de

todas las cosas, se justifica la superioridad de unos humanos por encima de los otros.

Este carácter de la religión perdurará en Grecia, e incluso la posterior religión micénica

será la base fundamental y substancial de la propia de la EO, EA, EC y EH.

Imagen 4.34: Sitio donde se ubican los restos de Troya IV (Daimler – Benz, 2005)

4.2 IMPERIO MINOICO

Para una mejor comprensión de las evidencias arqueológicas utilizadas para esta

parte de la investigación, se pone a disposición de la y el lector el Anexo 14:

Argumentos para filosofar el imperio cretense del MM.

230
4.2.1 MM IA Y SU CONTEXTO

El MM IA se desenvuelve entre 2050 y el 2000 a.e.a, paralelo al HM I o Minio

Temprano del continente, la cultura de Filakopi del CT IIIB y la última fase de Troya

IV (Rutter, 2000).

La transición entre el MT y el MM se caracteriza por una fase de destrucción y

abandono de asentamientos tanto en el Levante como en Creta (Watrous, 1994). Estas

circunstancias son paralelas y es posible la incursión de elementos étnicos levantinos en

suelo cretense, como lo evidencian los nuevos detalles en la joyería que presenta

paralelismos con Sicilia, Ugarit y Biblos (Watrous, 1994). Sin embargo, todo eso

debilita las rutas comerciales entre ambas regiones por lo cual presentan pocos

contactos vía mar, enfatizando el aumento progresivo de las relaciones cretenses con las

costas orientales del Peloponeso y el dominio gradual de las Cíclades con lo que su

influencia comienza a extenderse a lo largo del Egeo (Watrous, 1994). Ahora bien, las

jerarquías cretenses del inicio del MM aún no son lo suficientemente poderosas como

para asumir el control marítimo. No poseen artesanos lo suficientemente especializados

como para soportar el comercio ni una red de trabajo adecuadamente estructurada como

para afrontar esa tarea (Watrous, 1994).

La economía está basada en la media subsistencia relacionada con cereales y

legumbres (Watrous, 1994) que se acumulan y generan la riqueza necesaria para

sustentar el poderío material de elites fortalecidas influenciadas por las ideas

imperialistas, mediante el incipiente tráfico de mercancías, facilitado por la concreción

de los veleros y evidenciado en la negociación cerámica con la costa oriental del

Peloponeso, Filakopi y, en menor cantidad, con Samos y Chipre (Watrous, 1994). Tales

restos evidencian los primeros contactos comerciales de la isla a través del Egeo y su

231
progresivo conocimiento de las rutas comerciales que será decisivo para su desarrollo

posterior. Esto necesariamente influencia la forma del conocimiento de los diversos

pueblos y regiones de la isla que, ante las ventajas del comercio exterior, comienzan a

acercarse un poco más, en pos del beneficio de las elites gobernantes.

Creta comienza a consolidarse como un centro en el que confluyen ideas

cosmopolitas importadas junto con el trato de cerámica, otros productos y elementos

culturales de distintas partes del Egeo. Los poblados cretenses que se enriquecen con los

excedentes agrícolas, se perfilan hacia el comercio, amplían su población y comienzan a

extender sus dominios dentro y fuera de la isla, estableciendo sus primeras colonias en

el sitio de Kastri, ubicado en Citera (Watrous, 1994), afianzándose así más y más en el

control de los mares, favorecidos(as) por el carácter ecléctico de la conformación inicial

de su población el cual conlleva una mezcla de ideas y cierta visión cosmopolita en la

forma determinada de su conocimiento cultural. Esta colonia será decisiva para la

posterior aculturización del Peloponeso.

Todo este proceso se ve acompañado del surgimiento de herramientas de

construcción las cuales, al igual que el erguimiento de grandes complejos pre-palaciales,

como los hallados en Kouphotia, Hagia Fotia (con complejo de 37 cuartos, fortificado

con un circuito de murallas y torres intercaladas, a lo largo de la fachada oriental) y de

ciudadelas amuralladas como Malia, es un claro precedente de la posterior cultura

Proto-Palacial (Alexiu, 2004).

Imagen 4.35: Restos de la Imagen 4.36: Pequeña fundación


Imagen 4.37: Cerámica Pre-
muralla de kouphotia circular, cerca del ala norte de
Kamares (Dearqueología,
(Hellenic Ministry of Kouphotia (Hellenic Ministry of Culture,
2000)
Culture, 1995-2001) 1995-2001)
232
La cerámica hecha a mano presenta diseños oscuro sobre claro. En el este,

destacan los Vapheio o Keftiu50, con diseños claro sobre oscuro y decoración policroma

con blanco, rojo o naranja sobre pintura sólida oscura. Aparecen los borbotones o

relieve; aumentan los diseños curvilíneos y algunos motivos naturalistas como flores

(Betancourt y Banou, 1999).

La joyería comienza a marcar más diferencia entre las clases sociales

consideradas inferiores y las elites. Esta joyería demuestra una influencia o

preponderancia tanto levantina como egipcia (Watrous, 1994).

Existen complejas formas funerarias (Watrous, 1993):

I. Larnakes: elípticos con pocas variantes rectangulares, más cortos y profundos y

pocos ejemplares pintados.

II. Phitos: llegan a ser comunes tanto en Creta como en las Cíclades. Aumentan en

el norte y el este y se harán comunes en el MM II. Se depositan en hoyos simples en

cementerios de pithos, cavernas, tholos, osarios rectangulares o cámaras tumba,

individual o colectivamente y raramente se pintan. Vasijas domésticas se encuentran

entre las ofrendas funerarias, característica que se extenderá hasta el MTr.

Imagen 4.38: Cementerio de Archanes (Hellenic Imagen 4.39: Colgante cretenses del tesoro de
Ministry of Culture, 1995-2001) Egina (Dearqueología, 2000)

III. Cámaras tumba: para Evans, derivan de prototipos egipcios, pero para Plini de

modelos chipriotas. Destacan en Archanes y los cementerios de Mavrospelio y Epano

Gypsades, cerca de Cnosos. Guardan relación con el tipo micénico continental que

derivará de los ejemplares de Mesara en los siguientes periodos y que posee en común

50
Copas de lado recto y nombre con el que se designa a las y los habitantes griegos en Egipto de la época.
233
con los modelos cretenses una entrada con un pasillo descendiente y dromos, un

ensanchamiento hacia el fondo, paredes inclinadas hacia el interior y puerta más

angostas que el dromos. Los modelos minoicos se distingue por sus techos planos o

bóvedas convexas. En ellas se encuentran tholos y larnax, los últimos especialmente en

Archanes. En los tholos de Apesoraki, las tumbas rectangulares incluyen dos altares,

uno en el interior para las autoridades ceremoniales y otro en el exterior para la gente

común.

Este mundo cretense introduce un

instrumento que consolidará a la

administración con más fuerza que nunca y

diferenciará radicalmente la formación de las y

los(as) miembros de las elites del resto de las

clases sociales: la escritura pictográfico-

jeroglífica evidencia ese carácter cosmopolita

que tanto hemos enfatizado, ya que tipos de

escritura similares habían aparecido

anteriormente en el Levante, donde a su vez

llegaron por influencia de las civilizaciones

del Tigres y el Éufrates, y en Egipto (Olivier,

1988). La escritura es un símbolo más fuerte

de la propiedad privada y refleja que la

estructura de la sociedad jerárquica tiene sus

raíces lo suficientemente consolidadas como

para imponer su decisión a grandes distancias,

sin recurrir necesariamente a la fuerza, sino a un objeto simbólico (un conjunto de

234
signos definidos intencional y convencionalmente) que no puede ser comprendido por

todos(as), pero su significado sí llega a todos(as). Este es el germen más primitivo de la

burocracia, pues, a pesar de que el poder de esta escritura cretense no se remite a un

“escritorio” como tal, es el comienzo de una nueva clase social conformada por

escribanos(as), capaces de leer y escribir los documentos que comunicasen tanto las

decisiones de un gobierno central a sus colonias como los problemas de las colonias a

un gobierno central. Así la escritura como tal es el producto de una sociedad plenamente

jerarquizada y es un desarrollo más complejo de la función social de otros símbolos

como los sellos y los anillos que confieren poder y propiedad. Creta es el primer sitio

del Egeo donde este desarrollo se arraiga y es paralelo al levantamiento de los primeros

palacios, propios de elites poderosas, capaces de subyugar a las clases consideradas

inferiores, comprar gran número de esclavos, mantener un orden y gran poder

adquisitivo en general. Ahora bien, antes de referirnos más a fondo sobre el

conocimiento proto-palacial, debemos mencionar a groso modo la forma del

conocimiento que se desarrolla paralelamente en el continente griego.

En Grecia central y el norte del Peloponeso se afianza la cultura del Minio

Temprano que presenta fuertes relaciones con las Cíclades norteñas y con Tesalia

(Rutter, 2000), demostrando el restablecimiento de cierta estabilidad en las rutas

comerciales terrestres y las vías marítimas más cercanas, así como relaciones de amistad

con determinados puntos costeros continentales. Esta cultura parece diferir, respetar o

no relacionarse fuertemente con el auge cretense, ya que no presenta contactos muy

asiduos ni con Creta ni con las Cíclades del sur (Rutter, 2000), las cuales

progresivamente pasan a control minoico. En contraste, con la presencia de

minoicos(as) en Citera, el sur del Peloponeso y su alternativa cultural progresivamente

aumenta sus contactos con Creta y se enriquece con muchos de sus caracteres (Rutter,

235
2000).

Mapa 4.7: sitios de distribución cerámica del HM (Rutter, 2000)

El Minio Temprano surge en Beocia y es una fase de restauración del equilibrio

de sus sociedades. Incluye sitios como Thermon, Etolia y llega al norte hasta el valle del

río Spercheios. Sus principales centros son Malthi, Lerna V y Mesenia (Rutter, 2000).

El modelo de pueblo disperso (Renfrew, 1972) llega a fortalecer las bases de la

sociedad jerárquica al presentar en muchos casos una fortificación central ubicada en

una colina rocosa en la cual vivían muy pocas personas en edificios conocidos como

Casas Largas los cuales contrastan notoriamente con las viviendas pueblerinas, mucho

más humildes y ubicadas en puntos físicamente más bajos en relación con la ciudadela

(Rutter, 2000), lo cual demarca una diferencia visual entre las distintas clases de la

jerarquía. Las generalidades de este modelo son muy similares al diseño de pueblo que

se había concretado en Tesalia en periodos anteriores. Además, la cerámica minia, un

desarrollo local del centro de Grecia y el Peloponeso, presenta una serie de variantes

locales que evidencian formas específicas del conocimiento y determinadas elites con
236
gustos propios y desarrollos epistemológicos sociales específicos (Betancourt y Banou,

1999).

Kolonna en Egina presenta un desarrollo cultural particular que la convertirá en

uno de los centros más importantes de la época y ejerce gran influencia, al presentar

contactos tanto con el continente y las Cíclades como con Creta (Rutter, 2000).

Contemporáneamente se desenvuelve la primera mitad de Filakopi I del CT III,

con más contactos con Amargos que con Creta, a pesar de haberse encontrado cerámica

de Filakopi I en Cnosos. Conserva muchos rasgos de Lefkandi I. En Melos, Ceos y

Paros, un asentamiento nuclear adquiere el poder de la administración central de cada

isla (Rutter, 2000). Estos centros se caracterizan por bloques de cuartos rectangulares

mucho más ordenados que las conglomeraciones de pequeñas fortalezas del HT IIB y

sientan sus precedentes en la Hagia Irini del CT II. Paroikía en Paros presenta

continuidad hasta el BTr (Rutter, 2000).

Imagen 4.40: Fortificación y entrada principal de Diseño 4.18: Diseño arquitectónico de Hagia
Hagia Irini, Keos (Rutter, 2000) Irini, Keos (Rutter, 2000)

O sea, a partir del inicio del BM, tanto la cuenca del Egeo como Grecia en

particular presentan una diversificación cultural que se caracteriza porque distintas

regiones y poblados tienen formas de conocimiento muy variadas y caminos distintos

para consolidar sus jerarquías con sus propias nociones sobre el origen de todas las

cosas, las y los seres humanos, el bien y el mal, la justicia y la injusticia, la belleza, etc.

La ontología como tal, de la mano con la religión, es una ciencia que se ha

237
perfeccionado desde sus albores neolíticos con el objetivo de infundir diferencias

materiales y espirituales entre las distintas clases de la jerarquía de cada sociedad.

Además, el BM de Grecia se caracteriza por una mayor estabilidad de las relaciones

interregionales, dentro de una misma región como Grecia continental o varias, como por

ejemplo, las Cíclades y Creta.

4.2.2 MM IB Y SU CONTEXTO

Este sub-periodo diferencia radicalmente la clasificación cerámica hacia el

interior de Creta, establecida conforme a la presencia y la preponderancia de la cerámica

Kamares. Para las culturas Palaciales, el MM IB va del 2000/1950 al 1900 a.e.a, pero

para los demás sitios ajenos a las elites, se extiende hasta 1750 a.e.a. Por otro lado, el

MM IB es contemporáneo del final del HM I e inicio del Minio Decorado o Maduro del

HM II, así como del fin de la cultura de Filakopi I del CT IIIB y de Troya V (Rutter,

2000).

Volviendo a la consolidación de los primeros palacios de Creta, es obvio que la

organización jerárquica de tales sociedades alcanza grados nunca antes vistos en la

cuenca del Egeo, pero comunes en Egipto, Mesopotamia, el Levante y Anatolia. A

partir de tales centros se logra el dominio total de las Cíclades que se convierten en

dependencias minoicas y con tales dependencias se garantiza el predominio del

comercio sobre el mar, al establecer puestos de guarda para regular el paso de los barcos

y almacenar mercancías, cuyo tráfico era ya más estructurado y planificado, a partir de

los palacios y sus relaciones con los centros de poder relegado en las nuevas colonias.

Creta en este periodo presenta una forma de conocimiento muy particular, la cual se

compagina con la sociedad más jerarquizada del Egeo y es contemporánea de otros

reinos de gran importancia en su mundo como Kolonna, Córcega, Sardonia, Sicilia y

238
Chipre (Watrous, 1994).

Los Viejos Palacios cretenses están en relación directa con un tipo de cerámica

reservado a la nobleza, la cerámica Kamares, que aparecerá en el MM I y sólo se

encuentra en contextos palaciales y en cavernas de culto (Renfrew, 1972). O sea, Creta

pasó de un periodo de poblados eclécticos y dispersos a la conformación de pequeños

Estados de almacenamiento social e incipientes elites que comienzan a sembrar el

sentimiento de auto superioridad ante los demás seres humanos, a Estados imperiales de

dominios centralizados y con las últimas tecnologías del Egeo, como la incursión de la

escritura.

De los reinos que surgen en Creta, los más preponderantes son Cnosos y Festo

los cuales se favorecen con la colonización de territorios en el interior y en las Cíclades

(Rutter, 2000) y se apoyan en su escritura jeroglífica con algunos caracteres egipcios, lo

que evidencia mayores relaciones con la cultura del Nilo (Olivier, 1988).

Imagen 4.41: Jarras de Imagen 4.42: Vista aérea de Imagen 4.43: Yacimiento de
alamacenamiento o phitos Cnosos (Dearqueología, 2000) Faistos (Hellenic Ministry of
(Dearqueología, 2000)
Culture, 1995-2001)

Es importante mencionar que la arquitectura de estos palacios es inherente para

la historia posterior de Grecia y la conformación de su conocimiento, ya que introducen

espacios que pertenecerán a los posteriores palacios micénicos e incluso perdurarán

hasta tiempos clásicos y helenísticos. Los Proto-Palacios comprenden patios interiores

con varios niveles, área de teatro, diversas alas, entradas principales y secundarias

239
construidas estratégicamente, rasgos religiosos, columnatas51, patios exteriores

públicos52, cisternas subterráneos, estrategias de seguridad en momentos de peligro,

nuevas técnicas como el ashlar, etc. (Rehak y Younger, 1998).

Todo este sistema de poder debe ser sostenido por una organización religiosa

ampliamente estructurada. Las cavernas fungen como sitios de culto en Amnisos, Idean,

Iuktas, Kamares, Psychros, Skoteino, Stavromyti, así como alrededor de 50 cumbres

santuario Las cavernas fungen como los principales sitios de culto, pero no son los

únicos espacios sagrados ni se relacionan únicamente con los palacios. Varias cavernas

y numerosas cumbres santuario se asocian a otros asentamientos de importancia media

para la jerarquía social, ubicados en regiones más alejadas de los centros palaciales de

poder (Watrous, 1993). Así, mediante la escritura y la religión, las y los nobles y, ahora

sí podemos hablar con toda seguridad, las y los reyes y sus estructuras gubernamentales,

hacen imponer toda su organización.

Imagen 4.44: Yacimiento de Malia (Hellenic Imagen 4.45: Estatuillas encontradas en las
Ministry of Culture, 1995-2001) cumbres santuario (Dearqueología, 2000)

En los santuarios de Petsopha, Kophinas, Iuktas y otros sitios se conservan

numerosas estatuillas de devotos y devotas que llevan ofrendas para determinados

cultos y en Mesara se conserva un curioso ejemplar de unos toros frente a un grupo de

seres humanos (Watrous, 1993). Así, por un lado, parece ser que existieron ritos propios

del pueblo, de las diversas clases y exclusivos de la nobleza (éstos últimos en relación

51
La variedad de las columnatas minoicas representa una marcada diferencia con las columnatas de los
tiempos clásicos, ya que se caracterizan por la diversidad de las formas que se alternaban en una misma
construcción, lo cual contrasta con los órdenes preestablecidos que utilizaban los arquitectos clásicos.
52 Los cuales separan al palacio del pueblo circundante.
240
directa con la cerámica Kamares); por otro, encontramos rastros primitivos de la

importancia del toro en la religión minoica y su relación directa con la y el ser humano,

de la cual surgirán figuras mitológicas como el minotauro, el toro de Posidón, etc.

Paralelamente, las culturas minias del continente sufren otro periodo de guerras

el cual culmina con la asimilación de un nuevo elemento étnico o cultural que aportará

muchas características necesarias para la conformación de la forma del conocimiento

micénico (Dearqueología, 2000). Sin embargo, esta cultura minia continúa

caracterizándose por la variedad cultural, en contraste con la progresiva influencia

minoica del sur del Peloponeso (Betancourt y Banou, 1999). Lerna presenta casas

cerradas con pórticos y uno o dos almacenes en las esquinas que evidencian una

preocupación por el hurto (Dearqueología, 2000) de donde podemos comprender que la

inseguridad ciudadana es una consecuencia directa de una sociedad jerarquizada donde

las diferencias éticas respecto a la supuesta superioridad de unos(as) seres humanos

sobre otros y la manifestación de la misma en pobreza extrema y desesperación

psicológica, conllevan no sólo a la degradación material y moral del individuo sino

también a la preocupación, tanto de las y los nobles como de otras clases sociales

consideradas inferiores, por el robo y la delincuencia.

La cerámica sigue siendo la evidencia más contundente de la variedad y las

distintas relaciones que se presentan entre poblados y regiones. El Estilo Amarillo

establece relaciones entre la conformación cultural de la Argólida y la Corintia, regiones

que serán de gran importancia en la posterior consolidación micénica; en el norte del

Peloponeso también hay presencia del estilo Gris Minio, mientras que el Ática, Beocia,

Egina y las Cíclades del norte se interrelacionan con el Rojo Minio (Betancourt y

Banou, 1999).

241
Imagen 4.46: Copa, taza, tinaja, ánfora y taza y tinaja del HM

La incursión del nuevo agente cultural está reflejada en la introducción de

nuevos motivos que nos brindan datos muy generales sobre las formas de su

conocimiento; semicírculos incisos y paralelos y círculos estampados y concéntricos son

propios del estilo Negro Argivo; El Gris Minio posee ornamento inciso y estampado; el

Amarillo Minio presenta una superficie clara a menudo decorada con pintura mate

oscura la cual genera el estilo Pintura Mate (Betancourt y Banou, 1999). Es así como

paralelamente a la introducción de los nuevos pueblos, surgen en la cerámica los

semicírculos incisos y paralelos, así como los círculos concéntricos estampados. Estas

formas, remitidas al tiempo que nos referimos, tienen sus connotaciones religiosas,

sociales y culturales; son parte de la compleja forma general del conocimiento de Grecia

continental durante el HM IB.

Ahora bien, lo más relevante con respecto a la transformación general de la

forma del conocimiento, es la aparición de los túmulos como nueva forma de entierro,

los cuales se ubicaban afuera de las fortalezas y enfatizaban los entierros individuales en

los cuales los cuerpos comienzan a colocarse en posición extendida (Renfrew, 1972). O

sea, durante el HM, hubo una serie de cambios para consolidar nuevas elites que

sembraron en la sociedad una forma específica del conocimiento, la cual comprendía

una modificación radical de algunos aspectos religiosos, como la forma de los entierros.

Además, los túmulos serán de gran importancia, ya que evidenciarán el inicio del auge

micénico, pues, durante el periodo aparecerán ricas tumbas como los Círculos A y B de

las afueras de Micenas relacionados con la cultura que tuvo más auge durante el HTr

242
(Renfrew, 2005).

Por su parte, Troya V no presenta muchas variantes con respecto a Troya IV, por

lo que la elite que acabó con el poderío de los gobernantes de Troya I-III logra

consolidar su reinado. Entre los pocos cambios destaca el mejoramiento de la calidad de

vida de las elites e incluso relativamente de las demás clases sociales, después de un

periodo de guerra (Allen, 1995). Finalmente, es importante mencionar que, aunque en

muy baja densidad, vuelven a aparecer cuencos de Lerna III, del HT IIA (Rutter, 2000),

lo que refleja una memoria de las relaciones ancestrales de ambas culturas con

enemigos en común.

4.2.3 MM II Y SU CONTEXTO

El MM II se desenvuelve en los sitios palaciales entre 1900/1850 y 1750/1720

a.e.a, periodo que se corresponde con una continuidad cerámica del MM IB en los sitios

no palaciales. Además, es contemporáneo del HM II o el Minio Decorado, así como de

Troya VI (Rutter, 2000).

Su contexto se caracteriza por reinos muy poderosos, no sólo en relación con el

control compartido de la isla, sino del dominio marítimo del Egeo. Debido a tal poder

hegemónico, los centros palaciales de Creta aumentan sus dimensiones, absorbiendo

algunos centros urbanos que se desarrollaron a su alrededor y en otras regiones se

construyeron otros centros de importancia en la isla, como el Barrio Mu de Malia

(Rehak y Younger, 1998).

Creta carece de materias primas de importancia para la producción industrial de

su época. Por ese motivo, el control de las Cíclades, además de asegurar su control de

las rutas marítimas, le facilita la obtención de obsidiana de Melos, lima de Naxos,

mármol de varias islas y plata y plomo de Siphnos (Watrous, 1994). Estos materiales

243
eran trabajados por sus artesanos(as) más especializados y como productos acabados

eran intercambiados por otras materias primas de gran valor, generando así gran riqueza

y una sistematización progresiva de su dominio del mar. De ahí que la navegación

representara uno de los factores más importantes del imperio; mediante ella llegaron a

puertos del Levante y Egipto e intercambiaron su madera y sus productos acabados por

estaño, plata, cobre y piedras precisas (Watrous, 1994). Pero las ambiciones cretenses

iban más allá; la forma de su conocimiento era cada vez más universal, en relación con

las distintas formas del conocimiento del contexto de Egeo y las zonas aledañas y las y

los cretenses explotaron tal ventaja. Establecieron colonias en sitios de los proto-

fenicios, como la ciudad de Ugarit y con su control o alianza con Chipre, lograron

explotar los beneficios de la ruta sirio-siciliana, mediante la cual los minoicos pueden

llevar sus productos acabados a reinos del interior de Mesopotamia, como Mari

(Watrous, 1994). Tales contactos definitivamente enriquecen más su cultura, pero

paralelamente fortalecen más las jerarquías en el conocimiento social. Los productos

que se registran en este tráfico al interior de Asia a través de la escritura cuneiforme de

Mari son armas, ropa, estaño, cerámica y otros productos acabados (Watrous, 1994).

Después de mencionar a groso modo las circunstancias que determinan la forma

del conocimiento minoico de la época, es necesario volver a Creta misma. La vida en

los palacios adquiere nuevos matices y esquemas, más propios de un imperio que de una

elite gobernante y temerosa de ser vencida por el descontento de sus subordinados(as).

En el palacio concurren personas de las distintas clases sociales, entre ellos nobles,

sirvientes domésticos reales, como cocineros(as), encargados(as) de limpieza, etc.,

escribanos(as) y artesanos(as) especializados como herreros(as) y alfareros(as) (Rehak y

Younger, 1998). Además, para regular el orden público dentro del palacio debió existir

un sistema de policía y de funcionarios encargados de solucionar querellas de mercado,

244
muy similares a las instituciones que se

perpetuarán durante la concreción de otras

sociedades posteriores de Grecia. Lo paradójico

de lo anterior es que muchas de las personas que

concurren en los palacios pertenecen a clases

sociales que la ontología religiosa considera

inferiores, pero, al tener el privilegio de vivir o

interactuar en el palacio se sienten superiores a

las y los demás individuos de su clase,

estableciéndose especies de sub-jerarquías

populares entre las jerarquías ontológicas que

sostiene la configuración epistemológica y

ontológica de una forma determinada del

conocimiento. La extrema riqueza de la elite

permite todo esto y a la vez segrega más y más a

las y los que pueden reunirse bajo ideas distintas

para ir en contra de su poder. Así, hay tanto

escribas, como nobles, sirvientes, artesanos(as),

policías, etc., pertenecientes al palacio y en

relación más cercana con la realeza; otros(as) en

el palacio, pero en relación más directa con las

demás personas que interactúan en el interior;

las y los que se encuentran fuera del palacio y

conforman la estructura reguladora de una

colonia específica (donde se establecen también sub-jerarquías, tanto en relación de

245
distancia espacial del centro palacial, como del beneplácito y el grado de libertad y

reconocimiento que concede la o el monarca a una administración específica) y

finalmente, y en estas esferas se excluyen a las y los nobles y altos funcionarios que se

ubican en las esferas más alejadas de los centros de poder administrativo; las y los

aldeanos, labradores y pastores, entre los cuales también se establecen relaciones

populares de superioridad o inferioridad en relación a la distancia espacial y la calidad

de productos que se pueden producir. O sea, la alienación humana es tan grande que va

más allá del grave problema de la acumulación de riqueza en pocas manos a la

fragmentación de la y el ser humano en un sinnúmero de humanidades las cuales

solamente se ordenan por la ontología religiosa y la legislación la cual las diferencia en

un sentido más general que las consideraciones populares, en beneficio de la elite

dominante. La y el ser humano arraiga en su ser, su lenguaje, su forma de pensar y

razonar la noción de jerarquía incluso transferida a la lógica más sencilla de las y los

habitantes de la EB y eso es un germen de involución el cual, en conjunto con la

evolución que generan todos los avances técnicos y científicos, determina una forma del

conocimiento de acuerdo a cada cultura, donde la evolución y la involución se mezclan

y producen la maraña del ser y el parecer.

Como ya se mencionó, es la ontología religiosa la que ordena a groso modo la

noción fundamental de jerarquía, excluyendo las consideraciones populares y

psicológicas consideradas meras ilusiones de seres humanos cada vez más alienados. La

cerámica Kamares refleja tal organización religiosa y gubernamental de la jerarquía, ya

que ésta se encuentra únicamente en los sitios palaciales, los principales centros de culto

y en las estancias de algunas elites administrativas locales y subordinadas a la elite

central (Watrous, 1994). Fuera de la isla, se encuentra en el Dodecaneso, Anatolia, el

Levante, Chipre y Egipto, prueba de que el comercio marítimo del Egeo era

246
preponderantemente minoico. La Cerámica Kamares es una mercancía secundaria del

comercio registrada en sitios del Dodecaneso (Serragio de Cos e Ialysos / Trianda de

Rodas), Anatolia (Iasos, Mileto, Knido y la Troya IV-V o la Cultura Anatólica de Troya

de Korfmann), el Levante (Ugarit y Biblos), Chipre, Egipto, contextos egipcios del siglo

XIX a.e.a de Nahum y Hagareh, así como en Shamra (antigua Ugarit) (Watrous, 1994).

Imagen 4.47: Cerámica Kamares (Foundation of Imagen 4.48: Cerámica Kamares (Foundation of
the Hellenic World, 2006) the Hellenic World, 2006)

Imagen 4.49: Cerámica Kamares de Faistos Imagen 4.50: Cerámica Kamares (Foundation of
(Foundation of the Hellenic World, 2006) the Hellenic World, 2006)

Detengámonos un poco a valorar el papel de algunos sellos, elementos que son

de gran importancia para el sistema de poder minoico, al igual que para los proto-

fenicios del Levante y los egipcios. Algunos presentan la figura de un toro asechando

una ciudad amurallada, lo que evidentemente es una prueba de lo antiguo del mito del

Toro de Posidón el cual se explayará en una investigación post-tesis. Por otro lado, estos

sellos evidencian la influencia egipcia en la administración y la estructura política

cretense, donde tal influencia no es aculturización y dominio radical, como en Biblos,

debido a que la enmarañada forma del conocimiento cretense presenta formas religiosas

diferentes, como el culto en las cavernas y las montañas; sin embargo el jeroglífico

djew, representado con un horno de consagración, es también identificado por una

247
montaña y se relaciona con el primitivo mito egipcio de las dos montañas del borde del

mundo, el cual puede estar relacionado con la exploración de Creta; ahora bien, la

religión minoica se corresponde con una justificación ontología que parte del orden

orgánico de la naturaleza, mientras que la egipcia parte de un panteón más estructurado

(Weingarten, 1994). Sin embargo, ambas justifican un orden jerárquico.

Mapa 4.8: Mapa de Grecia, (1900-1800 a.e.a) (12)

Diseño 4.21: Sello minoico, según Evans (Foundation of the Hellenic World, 2006)

Las relaciones con Egipto se evidencian más en unas partes de Creta que en

otras. En Malia, el Barrio Mu muestra varios paralelismos egipcios, como la presencia

de un tipo específico de ataúd y la rica tumba de Chrysolakkos, donde hay una

estructura de la preparación del camino del muerto hacia el otro mundo evidentemente

egipcia (Watrous, 1994). En fin, la relación cercana entre Egipto, el Levante y Creta

genera una forma de conocimiento cretense más ecléctica y cosmopolita, pero a la vez

248
dotada de variedades internas y jerarquías cada vez más acomplejadas, no sólo por la

estructuración establecida por la religión, sino también por la manifestación de la

involución en la cotidianeidad, donde unos y unas quieren ser superiores a los otros y

otras y ven el grado de superioridad en la riqueza y el poder de subordinación.

Este sistema complejo de Creta genera el surgimiento de otra escritura paralela a

la jeroglífica. La Lineal A presenta menos caracteres egipcios y es contemporánea de

una división similar que sufre la escritura proto-fenicia, durante el II mn a.e.a; esta

escritura posee variantes locales en al menos 30 sitios diferentes y se encuentra también

en las Cíclades. Además, evidencia la conformación de nuevos centros de poder, muy

probablemente subordinados a los reinos centrales, en Hagia Trianda y Chania, donde se

concentra el mayor número de archivos de Lineal A (Olivier, 1988).

Imagen 5.51: Tablilla de Hagia Diseño 4.22: Tablilla de Hagia Diseño 4.23: Ídolo femenino con
Tríada con Lineal A (PROEL, Triada con Lineal, A (PROEL, Lineal A encontrado en la costa
2007) 2007) italiana (PROEL, 2007)

Paralelo a este proceso, el sur de Grecia continental progresivamente sufre

influencia monoica, ante la maravilla de una cultura tan desarrollada y cosmopolita y el

poderío mismo de sus reinos (Rutter, 2000). Sin embargo, la expansión de los túmulos a

lo largo de Mesenia, el Ática, la Corintia y la Argólida evidencian el aumento del poder

de una cultura que silenciosamente irá aumentando su poder hasta encontrar el momento

preciso de asumir el control del Egeo. Hablamos de la cultura micénica narrada en la

Ilíada y la Odisea y la cual define gran parte del panteón clásico de Grecia (Rutter,

2000).

249
4.2.4 MM III Y SU CONTEXTO

La fase final del dominio minoico comienza con una catástrofe que afecta a gran

parte del sur del Egeo y acaba con los Viejos Palacios de Creta. La erupción del volcán

de Tera genera un maremoto y terremotos en Creta que rompen con la estabilidad

característica del imperio y su compleja jerarquía (Watrous, 1994).

Imagen 4.52: Vista general de Akrotiri, en Tera (Hellenic Ministry of Culture, 1995-2001)

Después de la catástrofe viene un periodo de crisis interna, en la cual el Barrio

Mu de Malia es incendiado y desaparecen los larnakes del oeste de Creta (Watrous,

1994), reflejando la pérdida de algunos elementos culturales, que se puede corresponder

con el fin de una etnia o el sometimiento total a la esclavitud. La estabilidad vuelve,

debido a la acumulación de riqueza de los principales centros imperiales, Cnosos y

Festo, y surge un nuevo palacio, mucho más pequeño, en Zakro (Rehak y Younger,

1998). Este proceso genera cambios en la jerarquía social, en relación con todas sus

ramificaciones y la preponderancia de las y los que se logran recuperar ante los

destrozos naturales y propiamente sociales. La cerámica Kamares pierde su importancia

(Watrous, 1994), lo que refleja cierto cambio en la configuración de la religión y la

administración central, lo cual puede corresponderse con una guerra en la cual algunos

sacerdotes o sacerdotisas o variantes religiosas oficiales pertenecieron a un bando

perdedor y, así fueron privados(as) de sus privilegios. La nueva cerámica Post-Kamares

es muy similar a la cerámica popular del MM I, indicio de que las y los vencedores

basaran su victoria en un fuerte apoyo popular, mediante mecanismos de persuasión

empleados por las distintas elites locales y sus funcionarios(as).


250
Imagen 4.53: Sala del Trono del Megarón
de la Reina y el Megarón del Rey de
Cnosos (Fundation of the Hellenic World,
2006) Imagen 4.55: Cofres y
Imagen 4.54: Cerámica sarcófagos minoicos
Post-Kamares (Foundation (Dearqueología, 2000)
of the Hellenic World,
2006)

Ahora bien, tal momento de inestabilidad causado tanto por factores ajenos a la

y el ser humano como por factores propiamente humano produce un fuerte proceso de

migración. Las y los minoicos fundan colonias en Serraglio, Mileto, Iasos, Knido y

refuerzan su dominio sobre las Cíclades. Todo eso contribuye al refortalecimiento de su

poder en el dominio del mar (Watrous, 1994).

Esta migración genera otro fenómeno; la incursión de artesanos(as) cretenses a

Mesenia y a otras partes de Grecia, lo que influencia el arte y, mediante éste, los gustos

de las elites micénicas y la forma de su conocimiento. A través de estos inmigrantes, las

y los micénicos comienzan a conocer más minuciosamente la organización minoica y a

desarrollar planes para generar un poderío similar. Las y/o los herreros de Micenas son

evidentemente inmigrantes minoicos, así como las y/o los alfareros de Hagia Stephanos

(Watrous, 1994).

Los llamados Nuevos Palacios de Cnosos, Festo y Zakro adquieren

características arquitectónicas como un patio central, en el cual se podían realizar

asambleas, rituales y deportes locales, como los relacionados con el toro (Rehak y

Younger, 1998). Esto evidencia que el desarrollo estructural del poder de los Viejos

Palacios se intensifica y la administración política comienza a configurar ciertos

procesos importantes para la conformación de la política posterior. Una característica de

estos complejos es la existencia de Suites Residenciales, para las y los nobles, y casas

citadinas para las y los actantes sociales que intervenían en los procesos cotidianos del

251
palacio y los centros administrativos regionales y coloniales (Rehak y Younger, 1998),

recibiendo así más privilegios que la mera interacción en el palacio, como ocurría

durante el gobierno de las elites de los Viejos Palacios. Sin embargo, la situación de

crisis pudo reducir a grandes sectores de la población a una pobreza extrema y, aún así,

tuvieran que trabajar en la construcción de los nuevos complejos palaciales. Este y otros

factores sociales, como la migración, generan un progresivo debilitamiento de los

gobiernos minoicos que finalmente sucumbirán ante el auge micénico.

Imagen 4.56: Restos actuales de Imagen 4.57: Restos de las Imagen 4.58: Palacio de
Cnosos (Hellenic Ministry of Culture, excavaciones de Cnosos. Zakro y sus anexos (Hellenic
1995-2001) (Hellenic Ministry of Culture, Ministry of Culture, 1995-
1995-2001) 2001)

Imagen 4.60: Camino de las


Imagen 4.59: Construcción central de Imagen 4.61: Vista
procesiones de Faistos
Faistos (Hellenic Ministry of Culture, occidental de Zakro
(Hellenic Ministry of Culture,
1995-2001) (Hellenic Ministry of
1995-2001)
Culture, 1995-2001)

4.3 IMPERIO MICÉNICO

Para una visión panorámica sobre los datos arqueológicos utilizados para la

confección de la siguiente reflexión filosófica, pude consultarse el Anexo 15:

Argumentos utilizados para filosofar el Bronce Tardío de Grecia.

4.3.1 HM III: CONSOLIDACIÓN DE LA CULTURA MICÉNICA CONTINENTAL

La fortaleza de Kolonna continúa ejerciendo gran poder en Grecia continental, a

pesar del debilitamiento de uno de sus principales contactos culturales: el imperio

252
minoico, del cual recibe gran influencia, tal y como lo evidencia la presencia de ashlar,

técnica arquitectónica propia de Creta (Rehak y Younger, 1998). Fenómeno contrario al

sur del Peloponeso, cuyo contacto con Creta era vital, debido al grado de aculturización

de su arte y su cultura que no desaparecerá sino hasta el HTr I (Rutter, 2000).

Contrariamente, la Argólida es el foco central de las corrientes micénicas (Betancourt y

Banou, 1999).

Imagen 4.64: Tumba obelisco


del tesoro de Atreo, Micenas
Imagen 4.63: Tumba obelisco o tholos (Hellenic Ministry of Culture,
Imagen 4.62: Tumba obelisco de del Círculo A de Micenas (Hellenic
Minia, Orcómenos (Rutter, 2000) 1995-2001)
Ministry of Culture, 1995-2001)

Imagen 4.65: Máscara de Atreo, encontrada en el Imagen 4.66: Puñales de bronce y oro laminado con
Tesoro de Atreo por Schiliemann (Hellenic decoración en repujado, Círculo A de Micenas (Rutter,
Ministry of Culture, 1995-2001) 2000)

Durante esta última fase del HM, el grado de influencia cicládica y minoica en

los motivos curvilíneos y naturalistas de la decoración cerámica evidencia el auge de las

culturas del sur del Peloponeso y su propuesta para la época; sin embargo, las técnicas y

los estilos micénicos de la Argólida se impusieron sobre dichos motivos. Ahora bien, las

y los micénicos mantuvieron una relación cultural más estrecha con Kolonna, ya que el

estilo cerámico Egino aparece en la región, evidenciando que los reinos micénicos y

Kolonna tenía relaciones de amistad o al menos tolerancia y competencia. El estilo

Egino, por su parte, se encuentra también en el golfo Sarónico y Grecia central

253
(Betancourt y Banou, 1999). O sea, las corrientes micénicas tienen la ventaja de estar

ubicadas en un punto intermedio, en relación con las otras dos tendencias culturales

generales del sur de Grecia y esto le facilita tener una comunicación más fluida con

ellas. Esta ventaja será fundamental para el arraigamiento de la forma general de su

conocimiento en la región y su dominio hegemónico sobre toda Grecia.

Asociados a la consolidación de las y los micénicos aparecen elementos

diferenciales como la forma ósea actual del caballo, cuyo primeros restos continentales

pertenecen a Lerna V, donde los entierros progresivamente adquieren un carácter

individual y el grado de riqueza varía radicalmente de los ricos obeliscos de Micenas y

Egina a túmulos más sencillos, evidenciando la jerarquía social que sustenta la forma

más general de su conocimiento y su cultura (Perseus Project, 2000).

4.3.2 DOMINIO MICÉNICO SOBRE EL EGEO

El dominio micénico sobre Creta puede ser el resultado de un proyecto de

conquista visto entusiastamente por los diversos pueblos de la cultura micénica,

conforme a la forma más general de su conocimiento, según la cual el dominio basado

en la fuerza es visto con agrado, tanto entre ciudades y reinos como entre personas de

una misma clase social y, con un mayor grado de aceptabilidad, el pillaje vía mar. Es

por eso que los pueblos costeros de Grecia se convierten en ancladeros de mercaderes y

piratas quienes toman por la fuerza lo que pueden, incluyendo personas, y lo comercian

en otras partes del Egeo (Tuc., I, 1-21).

Este carácter, previo a la invasión de Creta, constituía una amenaza para la

estabilidad del control minoico y sus colonias cicládicas, motivo por el cual, después de

la erupción del volcán de Tera y las luchas internas de la isla, las y los micénicos se

abalanzan sobre Creta y arrasan su cultura. La inestabilidad cretense pudo ser una

254
noticia que corrió fluidamente en la época a través de las y los mercantes y piratas, así

como por las migraciones y el impacto sobre el sur del Peloponeso. Esto pudo motivar

intensamente a las y los micénicos y motivarlos a desear obtener por la fuerza las

riquezas y el control de la isla.

De una u otra manera, los pueblos piratas reunieron guerreras y/o guerreros de

otras partes del Peloponeso, Grecia central y, posiblemente cretenses mismos exiliados

o/y migrantes. Así, los reinos continentales que apoyaron la empresa bélica no eran muy

consolidados y estaban distanciados los unos de los otros, debido a las mutuas correrías

que eran parte de su cultura (Tuc., I, 1-21).

Debido a lo anterior, la cerámica evidencia las relaciones interregionales

generadas hacia el interior del continente; el cambio de la base del hierro por una de

manganeso, la aparición de cerámicas policromas y el cambio en la técnica y los estilos

relacionados con el HT III caracteriza el inicio del HTr I (1675/1650-1600/1550 a.e.a).

cuando el continente sufre una influencia minoizante evidenciada con la migración de

alfareras y/o alfareros a Hagios Estéfanos y herreros y/o herreros a Micenas misma. La

cerámica del sur del Peloponeso es una evidente imitación de la propia del MTr IA,

contrapuesta a la decorada con una pintura que varía de rojo a negro, las cerámicas no

pintadas y el estilo tradicional Pintura Mate, propias de las corrientes micénicas, y el

estilo Bicromo Egino (Betancourt y Banou, 1999).

Imagen 4.67: Ánfora de Micenas, 1450 a.e.a (Foundation of the Hellenic World, 2006)

Después de la toma de Creta, el palacio de Cnosos pasa a manos micénicas y con

ello, el dominio sobre sus riquezas y sus colonias. Pero el control de todo el imperio no

255
es inmediato, por lo que uno de los pasos seguidos por las y los micénicos debió ser el

saqueo y conquista de las colonias cicládicas y la independencia relativa de islas

subyugadas, principalmente aquéllas que se encontraban cerca de la costa levantina y

que abrían las vías comerciales hacia Mesopotamia. Después del control micénico

basado en la aceptación de la piratería y la apropiación por la fuerza entre reinos e

individuos, pasarán muchas generaciones en las cuales las y los continentales asimilan

la cultura minoica y la adaptan a las formas del conocimiento locales, para establecer un

orden verdaderamente imperial. Durante el HTr IIA (1600/1550-1490/1470 a.e.a)

incrementa la cerámica minoizante y adquiere gran uniformidad en el Peloponeso,

mientras que en Grecia central la cerámica sigue siendo más heládica porque la

influencia cretense-cicládica viajó de sur a norte y de la costa al interior; conforme

avanza el periodo, se imponen lo motivos propios del MTr IB, pero disminuyen las

imitaciones del Estilo Marino y el Estilo Alternado de Creta. (Betancourt y Banou,

1999). El distanciamiento de los reinos micénicos y el no aprovechamiento inmediato

del control del mar que le arrebataron a Creta se debe precisamente a su cultura. Si el

robo y el saqueo son socialmente aceptados, los pueblos están más ocupados en

defenderse los unos de los otros que en emprender empresas en conjunto. Además, si las

rutas comerciales terrestres son amenazadas por tal forma del conocimiento cultural,

entonces las y/o los mercaderes no tienen la experiencia comercial necesaria como para

idear estrategias capaces de llevar sus mercancías a la costa y navegar tranquilos entre

sus vecinos piratas, para llegar a otros puertos y generar riqueza. Se puede decir que la

primera fase de la caída minoica y auge micénico se caracterizó con un caos total en las

rutas marítimas, donde levantinos(as) y minoicos(as) no se tenían el poder suficiente

como para establecer seguridad internacional para los viajes, ante las arremetidas

micénicas.

256
Para el HTr IIB (1490/1470-1435/1405) las corrientes autóctonas de Grecia

continental vuelven a resurgir y el estilo Efireo comienza a imponerse al estilo

Alternativo del MTr IB, lo que acaba progresivamente con la minoización y genera un

proceso inverso de micenización de Creta53. Los diseños pintados son hiedras con

azucenas, nautilina54 y manchas; el estilo autóctono de Pintura Mate, el más

conservador, comienza a disminuir paulatinamente (Betancourt y Banou, 1999). Esto

comprueba la consolidación de reinos más organizados que perfilan su fuerza y dominio

del mar hacia la consolidación de su imperio, conformado por distintos reinos entre los

cuales algunos estaban en condiciones de independencia, otros subyugados y en

obligación de prestar ayuda en tiempos de guerra y asedio y brindar parte de su

producción en todo momento. Es así como los reinos más poderosos e independientes

establecen convenios entre sí y generan una plataforma de relaciones que los conduce a

la expansión por el mar. Estas relaciones evidencian una característica local de la forma

general del conocimiento micénico, ya que las nociones de jerarquía no son solamente

las internas de una ciudad y su relación con otras ciudades, como en los tiempos de las

correrías, sino surge el germen de una jerarquía global del continente, según la cual las

y los nobles de los reinos independientes están en relación de igualdad, en la misma

manera que las y los nobles de los reinos subyugados entre sí, y, debido a las correrías y

los convenios, el sentimiento de nacionalismo está tan fuertemente arraigado en el

corazón de todos los demás estratos sociales de las jerarquías locales, que tal

ciudadanía, complementada con la religión, genera una aceptación pasiva y voluntaria

de la situación propia y un sometimiento incondicional a las leyes de la administración y

53
Antes de la contraofensiva cultura micénica, lo minoico se había impuesto como criterio preponderante
en gran parte de Grecia e influenciaba principalmente sus concepciones estéticas. Con la contraofensiva
continental, el proceso es contrario y la cultura minoica sufre una aculturización que se caracteriza por
una asimilación local de los criterios micénicos estéticos, éticos y religiosos. Esto dificulta la distinción
entre la cerámica cretense y la continental, ya que una es una imitación de la otra.
54
Criatura marítima del orden de los cefalópodos.
257
las sentencias religiosas. A groso modo, en la Argólida, Micenas impera sobre Midea,

Argos, Nauplio, Asine y otras ciudades que no son propiamente reinos; en Corinto se

impone Tirinto; en Laconia, el Menelaion; en el Ática, Atenas; en la costa tesalia,

Yolco. Tebas presenta una serie de reinos, ciudades y puestos de guarda, muchos de los

cuales se originan debido al sistema de drenaje del valle de Copaïs; ahí predominan

Tebas y Orecómenos sobre Eutresis, Gla, Haliartos y otros sitios más pequeños (Rehak

y Younger, 1998). Las relaciones que se establecen entre las elites y los pueblos de

estos reinos y regiones generan similitudes religiosas y progresivamente se avanza hacia

la conformación de una religión general para los reinos continentales.

Imagen 4.69: Cubilete de Korakou, 1400 a.e.a


Imagen 4.68: Cerámica de Mitrou. HTr II (Foundation of the Hellenic World, 2006)
(Rutter, 2000)

Durante el HTr IIIA1 (1435/1405-1390/1370 a.e.a) se da una transformación de

los goblets, que se fabrican más alargados, y los cuencos menos profundos originan el

kylix, mientras que el Vapheio cretense se convierte en una taza grande y se hace muy

escaso; surgen jarras estribadas de muy buena calidad; los diseños son espirales

punteados y con curvas; el naturalismo característico de Creta es menos popular dando

paso al modo estilístico del Micénico Tardío; además, hay cerámicas monocromáticas y

no pintadas. Desaparece el estilo con pintura mate del HM (Betancourt y Banou, 1999).

De modo paralelo a la transformación de las formas cerámicas se genera una

apropiación de la escritura minoica y su adaptación a la lengua micénica, forma

primitiva de la lengua clásica de Grecia. La escritura Lineal B deriva de la Lineal A y es

258
la más antigua descifrada de Grecia; brinda datos más precisos para comprender esta

estructura de poder y, mediante ella, la forma general de su conocimiento. Esta escritura

se aplica a contextos administrativos, comerciales y religiosos y, por tanto, es un

elemento esencial de la cultura general micénica, que sobresale a las diversas

manifestaciones locales, y evidencia, al igual que las escrituras jeroglífica y Lineal A

del antiguo imperio minoico, la distinción de clases, conforme al sentimiento de

superioridad que se sustenta en la educación y su imposición de una jerarquía

ontológico-religiosa claramente definida y asimilada por la cultura. La Lineal B se halla

en Micenas, Tirinto, Pilos, Cnosos y Chania; los dos últimos fueron los dos principales

centros de poder micénico en Creta. La situación de Cnosos es curiosa, ya que se ubican

tablillas con Lineal B tanto en el interior de la ciudadela como en la casa de las y/o los

mercaderes del exterior (Ventris and Chadwick, 1973). O sea, a pesar de que es un

prestigio, un símbolo de superioridad social vivir en el interior de la ciudadela, las y /o

los mercaderes comprenden que el negocio con las gentes del pueblo y el

almacenamiento de mercancías afuera de la ciudadela para su transporte al interior y a

otras ciudades, acarrea beneficios importantes. Además, evidencia que la riqueza

lograda por el imperio es tal que incluso mejora las condiciones de las y los habitantes

del exterior, quizá debido a la posesión de esclavos. Es así como la superioridad del

interior de la ciudadela se relativiza en el ambiente de las y /o los mercaderes y con ello

la riqueza comienza a ser una fuerza social importante, que debe ser considerada por la

configuración ontológico-religiosa y su ordenamiento social.

Con la apropiación de la escritura va de la mano el surgimiento del estilo

palacial micénico. Esta nuevo imperio genera sus propios palacios, pero conservando

reflejos de la forma de su conocimiento. La variedad cretense del pasado se debía

principalmente a lo ecléctico de la conformación inicial de su población y su

259
asimilación de una visión cosmopolita del conocimiento. La variedad micénica parte del

principio de que la guerra y el saqueo son aceptados socialmente y son el motor de la

independencia o subordinación de unos reinos a otros. Es así como, a diferencia de la

estandarización estética de los modelos generales de los palacios minoicos, los palacios

micénicos presentan gustos propios de las elites locales que evidencian distintos

criterios estéticos y pragmáticos compaginados con la progresiva conformación de

criterios éticos, políticos y religiosos regionales en común. Estos palacios son

centrípetos, debido a que en la administración central la más alta esfera de la jerarquía

se ubica en el centro del palacio, espacio que entre los minoicos era designado a un

patio de actividades públicas. Este megarón evidencia una estructuración más fuerte de

la forma de gobierno, ya que presenta un pórtico con columnatas, un vestíbulo

intermedio y una sala del trono. O sea, está configurado de tal manera que los

vasallos(as) o querellantes hicieran una fila para entrevistarse con la máxima autoridad

o la y/o el rey, cuya connotación guerrera parte de la herencia de la fama familiar,

durante los anteriores periodos de correrías. Este rey-guerrero(a), además posee

denotaciones religiosas, ya que en la sala del trono se encuentra, no sólo su trono, sino

una chimenea central con evidentes connotaciones rituales. Es así como la

administración y la religión se interrelacionan y entremezclan en las distintas ciudades

micénicas, para conformar la esfera más alta de la jerarquía, hacerse ver como las y los

seres humanos superiores y en relación directa con la divinidad. Afuera de esta

estructura de megarón, que era independiente del resto del palacio, había un patio para

las actividades públicas y en el interior se ubica otro complejo denominado megarón de

la reina que, por la ubicación de una chimenea, parecer ser destinado más bien a otra

rama de la administración, más relacionada con la religión, ya que sólo en Pilos, este

segundo complejo, está provisto de otro trono. Las salas del banquete, que eran

260
indispensables en la cultura minoica sólo aparecen en Pilos55. Estas ciudadelas-palacios

estaban provistas de baños con antesala, bodegas, talleres; elementos que reflejan una

vida activa y propia de un centro urbano y, detrás del megarón central había un espacio

abierto que se ha identificado como un “ágora”56 (Rehak y Younger, 1998).

Imagen 4.70: Megarón micénico (Foundation of Imagen 4.71: Megarón de la Reina, Pilos
the Hellenic World, 2006) (Dearqueología, 2000)

Imagen 4.72: Palacio de Pilos (Rutter, 2000) Imagen 4.73: Tina de arcilla de Pilos (Foundation
of the Hellenic World, 2006)

Sin embargo, desde un principio estos palacios están separados de la baja

ciudadela, reflejando que son una sub-esfera social con una superioridad en todos los

trabajos, respecto a los análogos que se encuentran por debajo y afuera de dicha sub-

esfera o palacio. Para proteger dicha superioridad, propia de la forma de su

conocimiento cultural, tenían murallas ciclópeas o características de la albañilería

micénica57, entradas monumentales y construidas estratégicamente pensando en la

guerra y, en algunos casos, cámaras subterráneas para el almacenamiento de

provisiones. Estas precauciones defensivas se corresponden con la forma de la cultura

de las correrías y el temor a paulatinos periodos de inestabilidad generados por la lucha

55
No debemos olvidar que Mesenia fue la región que más sufrió la aculturización minoica y por eso
presenta algunos rasgos más cercanos a lo minoico que otras regiones de Grecia.
56
Cuyo único precedente minoico se encuentra en Hagia Trinada, uno de los dos centros administrativos
más importantes de las transacciones realizadas con Lineal A.
57 Estas murallas son una versión de menor tamaño de las impresionantes murallas hititas, por lo que la
influencia cultural del interior de Anatolia viaja a la costa y de ahí a sitios cicládicos como Filakopi y
Hagia Irini y, de ahí a Grecia continental.
261
entre dos o más reinos (Rehak y Younger, 1998).

Imagen 4.74: Bastión este y Imagen 4.75: Rampa que conduce


escalera de la entrada de Imagen 4.76: Detalle de la
a la entrada de Tirinto (Rutter,
Tirinto (Rutter, 2000) muralla de Tirinto (Rutter, 2000)
2000)

Imagen 4.77: Detalle de los Imagen 4.78: Detalle del lintel de


la entrada de Micenas, desde la Imagen 4.79: Entrada de los
Leones de la entrada de
jamba Este (Rutter, 2000) Leones de Micenas
Micenas (Rutter, 2000)
(Dearqueología, 2000)

Imagen 4.81: Fortificación Imagen 4.82: Entrada desde de


Imagen 4.80: Detalle de la pelasga (Foundation of the agua a los cisternas subterráneos
Galería Este de Tirinto Hellenic World, 2006) de almacenamiento de agua
(Rutter, 2000) (Rutter, 2000)

Los frescos micénicos son apropiaciones locales de la forma de arte minoica y

conservan sus patrones formularios, de la misma forma que la épica de Homero

conserva un bagaje de fórmulas propias de los tiempos micénicos y que llegan a oídos

de las y los habitantes de la EO. No obstante, estos frescos tienen la facultad de

presentarnos algunas escenas que, más allá de su carácter formulario, pueden darnos

algunos indicios de la sociedad. Los animales siempre se presentan en relación con las y

los seres humanos, de donde se deduce que la jerarquía ontológica micénica ya concibe

fuertemente al animal como un ser para que el humano tenga provecho; entre estas

figuras mitológicas destaca la “caza del cerdo”, motivo que reaparecerá en la mitología

262
griega posterior, en las famosas leyendas de la caza de Calidón. Además, los frescos

reflejan diversas actividades humanas como la cacería, la preparación para la batalla 58,

ofrendas y sacrificios religiosos y banquetes reales59 (Rutter, 2000).

Imagen 4.83: Fresco de Delfines.


Cnosos (Foundation of the Imagen 4.85: Carros micénicos
Imagen 4.84: Salto Paneleado
Hellenic World, 2006)
del Toro (Foundation of the (Rutter, 2000)
Hellenic World, 2006)

Imagen 4.86: Participante de una


Imagen 4.87: Boxeadores de
procesión religiosa. Micenas, Imagen 4.88: Dama micénica
Akrotiri (Dearqueología, 2000)
siglo XIII a.e.a (Rutter, 2000) (Foundation of the Hellenic
World, 2006)

Imagen 4.90: Ofreciente de Tirinto


Imagen 4.89: Parisina de Cnosos Rutter (2000) (Dearqueología, 2000)

En el HTr IIIA2 (1390/1370-1320/1300 a.e.a), surgen nuevos motivos cerámicos

como conchas espirales y flores estilísticas; el depósito micénico de Tell el-Amarna,

Egipto, muestra una amplia variedad de formas cerradas; entre las cerámicas

monocromáticas predominan los kylix y los cuencos con patas y en el Ática, otras

58
De donde podemos apreciar que la estabilidad entre los reinos micénicos se debe a relaciones de
subordinación y alianza, ya que la guerra sigue siendo una rica empresa para obtener riqueza, debido a
que la cultura micénica sigue siendo una cultura eminentemente guerrera, cuya ambición de riqueza y
mayor poder la lleva a su destrucción, como se refleja en la mitología con los acontecimiento de la
posterior guerra contra Troya, uno de los hechos fundamentales que propiciarán la caída del imperio
micénico y, con él, la finalización del a EB.
59
También la mitología griega que se remite a los tiempos micénicos habla de sacrificios, ofrendas y
banquetes entre los nobles.
263
formas abiertas como jarras (Betancourt y Banou, 1999).

La Lineal B evidencia la jerarquía

social más general del Egeo, la cual tiene

evidentes variantes entre los distintos

reinos y sus matices a la forma del

conocimiento cultural general. Ahora

bien, los reinos libres que se alían con

otros reinos libres poseen un wanaka o

rey con atribuciones religiosas y

militares; un lawaketa o virrey que es

una especie de jefe del pueblo o jefe

militar; además, tereta o funcionarios

dedicados a las transacciones de tierras,

con los cuales se fortalecen los gérmenes sociales de lo que miles de años después serán

las burocracias, cuyos sistemas esenciales ya son parte de la organización que permite la

perpetuidad en el poder de una determinada elite micénica, mediante atribuciones de

poder sobre los demás humanos, reflejo del sentimiento de superioridad de dichas elites

que les hace sentirse capaces de delegar poder a seres inferiores a ellas, a algunas

personas de confianza que también se sienten superiores a los seres que se someten al

poder que se les delega. Los pakijane son una especie de funcionarios con atribuciones

religiosas y administrativas, relacionados con la recolección de impuestos. Los egeta,

una especie de casta guerrera que genera el inicio de los heraldos griegos, partidarios

del rey y encargados de operaciones delicadas como las transacciones de los cuerpos de

las y/o los soldados caídos en batalla y la vigilancia de la costa, ante la amenaza de

invasiones, propia del final de la EB; estos heraldos reciben a su vez un poder mediante

264
el cual se genera en ellos un sentimiento de superioridad a sus subordinados(as) e

inferioridad ante sus benefactores(as). Los reinos subyugados a los reinos libres poseían

un qasireu o rey con atribuciones militares locales y subordinación al reino libre que

defiende su territorio y al cual pertenece el poder que se le delega por confianza; así, a

pesar de ser rey de una ciudadela, es un dirigente militar, administrativo y religioso de

un grupo más pequeño de humanos. En estos reinos, así como en los libres, existieron

kerosija o un consejo de ancianos con poder limitado y subordinado a los presagios

divinos. Otros funcionarios eran los moraka, también oficiales guerreros locales que

pueden relacionarse con funciones más específicas como la regulación del mercado.

Grupos más pequeños y subordinados a los reinos conforman especies de villas o aldeas

pequeñas, en las cuales se encuentran el korete y el prokorete que son jefes de unidades

militares y administrativas menores60. El kameu es una especie de persona libre, que se

puede encontrar dentro de una ciudadela o fuera de la misma, ya que se dedica a los

trabajos necesarios para el buen funcionamiento de una sociedad y que en una cultura

no jerárquica estarían, no en relación de inferioridad sino de igualdad en la diferencia

con las y los administradores; así un kameu puede ser un panadero, un herrero, un

esclavo de dios o siervo del templo. El damo es la gente de una villa o la villa misma y,

finalmente el doero y la doera son el esclavo y la esclava, así como el siervo y la sierva

que, en el contexto micénico parecen esclavos privilegiados con funciones menos

pesadas61 (Ventris and Chadwick, 1973). Luego, la Lineal B viene a dar fe de que

nuestro rastreo de la concreción de la jerarquía social como tal es un proceso gradual y

en la época micénica está ampliamente arraigado en la cultura y es parte esencial de la

60
En un trabajo posterior a la tesis se profundizará la propuesta para una filosofía sobre el conocimiento
primitivo de Grecia, pero enfocada en la mitología. En ella se relacionarán las analogías entre este sistema
administrativo que refleja la Lineal B y la organización militar que nos presenta la Ilíada.
61
Según la mitología, un noble que cae preso en la guerra y al cual se le perdona la vida puede se
convierte en un esclavo, aunque sea la misma madre de Teseo, y definitivamente recibe un trato especial,
pero eso será profundizado en la segunda parte.
265
forma más general del conocimiento, que es, debido al sentimiento de superioridad de

unos humanos sobre otros, el motor de la involución humana mezclada con la evolución

del desarrollo de la industria, la generación de gozo y de bienestar que, debido a la

involución, no son bien distribuidos, generando ciudades bien administradas, pero no

ordenadas conforme a condiciones sociales

evolutivas.

Pero la Lineal B evidencia más que

la jerarquía social. Nos muestra el grado de

evolución de la jerarquía ontológico-

religiosa micénica. Su panteón presenta


Diseño 4.25: Alagunas equivalencias
interesantes (PROEL, 2007) varias características dignas de mención.

Por un lado, en los albores de las jerarquías neolíticas, cada pueblo tenía sus propios

dioses(as) y los dioses(as) no eran solamente motivo de un sometimiento voluntario a

una jerarquía, en el sentido más general, y a una elite, en el sentido más específico, sino

motivo de inspiración, fortaleza anímica y unión para la guerra contra otras ciudades

con otros dioses(as). Sin embargo, con el paso del tiempo y las migraciones, los

dioses(as) ancestrales de pueblos con una misma raíz guardan relaciones, aunque se

encuentren las y los adoradores descendientes de los fundadores de tales cultos, unos de

un lado del Egeo, por ejemplo, la Argólida, y los otros del otro, por ejemplo Troya.

Finalmente, cada región, cuando se establece en ella fuertes relaciones de dominación

imperial, los panteones se convierten en una amalgama de dioses(as) locales que

unifican y dan cohesión al imperio. Así, los dioses nacen y mueren en el transcurso de la

historia, desde el N hasta la EB, por motivos políticos de elites particulares; pero no me

detendré a hablar mucho sobre la mitología, tema que será tratado en la posteridad.

Otro aspecto relevante del panteón micénico de la Lineal B es corresponderse

266
con el panteón de la mitología clásica y no dejar duda de que la forma del conocimiento

cultura micénica es determinante de la forma del conocimiento general de las épocas

posteriores. Zeus aparece con una denominación masculina y otra femenina que

desaparece en la EO o se convierte en la figura de Hera; Posidón es el dios

preponderante de Pilos, al igual que en la mitología; Ares es un dios muy importante,

relacionado con la guerra; los rastros más primitivos de Apolo se encuentran en epítetos

aplicados a su divinidad en la EC, como Paian; Dioniso parece ser más humano que

divino, al igual que en la mitología; en fin, otros dioses micénicos que aparecen en

tiempos clásicos son Hermes, Artemisa (hermana de Apolo), Eleutia y las Erinias.

Además, se conserva el nombre del adivino Teresias, las Sacerdotisas de los Vientos y

otros dioses(as) que se pierden con el paso del tiempo y no llegan, al menos como tales,

a la posteridad; algunos de ellos(as) se relacionan con el primitivo panteón minoico

como la Señora del Laberinto (que también remite a la mitología clásica), las Diosas de

las Serpientes y las Diosas de las Palomas; otros dioses(as) propiamente continentales se

transforman o desaparecen, reflejando el final del elemento étnico-cultural que las y /o

los adora, como por ejemplo el Héroe Triple (que puede guardar relación con la

denominación Tritogenea aplicada a Atenea), la Madre de las Diosas y las Dos Reinas

(figuras que se pueden relacionarse directamente con Deméter y Perséfone) y los

sedientos (que se pueden identificar en la tragedia clásica). Aparte del panteón oficial,

es sabido que en la antigüedad se adoraba a las y los próceres como dioses locales y la

Lineal B registra dos nombres mitológicos importantes, un hombre, Peleia, relacionado

con Peleo y una mujer, Ifimedea. Además, se registran ciertos tratamientos que se

aplicarán a los dioses(as) con posteridad como “Señor de” y “Señora de” una ciudad,

una actividad, un campo, etc. Otro tratamiento particularmente interesante es la

adoración a “todos los dioses”. La Lineal B también registra sitios de las ofrendas y los

267
objetos de los rituales (es importante mencionar que algunos rituales se conservan

prácticamente intactos en tiempos clásicos y romanos): miel, especias, queso, aceite,

vino, cabras, toros, ganado en general, cerdos, piel de carnero (relacionada con la saga

de los Argonautas) y humanos (indicio de evidencia para el mito del sacrificio de la hija

antes de la expedición contra Troya) (Ventris and Chadwick, 1973). Así, es evidente

que el panteón micénico y su jerarquía ontológico-religiosa son fundamentales para los

tiempos posteriores, porque, incluso historiadores de la talla de Jenofonte, hacen

sacrificios en sus aventuras62. Luego, es evidente que numerosas pautas culturales

desarrolladas en tiempos micénicos serán determinantes de la forma general del

conocimiento griego, durante la EA, EC y EH e incluso su mitología es en gran medida

responsable del supuesto según el cual las y los griegos antiguos son superiores a

cualquier otro pueblo que le fuera contemporáneo.

Imagen 4.91: Tablilla página con Lineal B Diseño 4.26: Tablilla papiro con Lineal B
(PROEL, 2007) (PROEL, 2007)

Diseño 4.27: Tablilla de Pilos (PROEL, 2007)


Diseño 4.28: Tablilla de Cnosos (PROEL, 2007)

El esplendor micénico también se caracteriza por varios trabajos ingenieriles. El

sistema de drenaje del valle de Copaïs muestra el avanzado desarrollo de la ingeniería

hidráulica, pero, además una estructuración más sólida del poder político y la jerarquía

que sustenta la forma del conocimiento general y local; el auge económico; la

62
Véase Anábasis de Jenofonte (1958).
268
colaboración entre reinos de una misma región; el grado de subyugación de las y los

agricultores y pastores, ya que sus actividades son las más beneficiadas por tal proyecto,

pero no fueron ellos directamente los encargados de la concreción de una empresa tal; el

alto desarrollo de la milicia, con la construcción de puestos de guardia que vigilaban las

distintas ramificaciones del sistema de drenaje. En fin, se construyeron enormes diques

en todas direcciones con retenes ciclópeos que aprovechaban las aguas del lago Céfiro.

Hacia el sureste, un dique atraviesa dos veces la bahía de Daulos, mediante un canal de

41 m de ancho; hacia el sur, otro similar recorría la bahía de Karditsa; en el norte había

muchos que también se abastecían con las aguas de los ríos Melas y Kephissos,

alcanzaban los 66 m de ancho y estaban divididos por dos paredes de 2 m de grosor.

Este complejo proyecto fue destruido en el siglo XIII a.e.a, cuando el imperio micénico

comienza a decaer. La causa de su destrucción puede estar relacionada con rivalidades y

factores geopolíticos, como problemas con la región de Tesalia o rivalidades y guerras

entre los reinos beocios de Tebas y Orcómenos, tal y como puede evidenciarse a partir

del mito de Heracles63 (Renfrew, 2005).

El otro gran proyecto ingenieril micénico es su red vial que consiste en la

cuidadosa confección de caminos para el trasporte de carros tirados por caballos y

comunica distintos reinos aliados y subyugados, facilitando así el comercio y

evidenciando que la cultura imperial había superado completamente la época de las

correrías que impedía entablar fuertes relaciones entre las ciudades. Existen distintas

redes de caminos entre la Argólida, la Corintia y los sitios de la llanura argiva, uno de

los principales espacios de poder del imperio micénico; otro sistema comunica los

principales sitios de Mesenia con el palacio de Pilos y otro diversos sitios del Ática con

la Acrópolis de Atenas. Este proyecto refleja el amplio desarrollo de una ingeniería civil

63
No entraré en detalles sobre el mito de Heracles porque concederé un tratamiento especial a la
mitología en un trabajo posterior a esta tesis.
269
y con ella todos los otros elementos culturales y sociales que mencionamos

acompañaban a la ingeniería hidráulica en la concreción del sistema de drenaje del

Copaïs; estos caminos reflejan ordenamiento vehicular y están provistos de puentes para

superar dificultades como barrancos, sistemas de drenaje y cámaras subterráneas. Este

desarrollo micénico no se repetirá en Grecia sino hasta el siglo V a.e.a (Rutter, 2000).

El auge micénico genera en su cultura una visión cosmopolita que, en primera

instancia surge de su maravilla ante la forma del conocimiento cultural minoico, y en

una segunda etapa, mediante su propio contacto con Egipto, el Levante y Anatolia y su

inserción en el incipiente desarrollo de criterios económicos globales los cuales facilitan

el comercio como su sistema de pesas con importantes equivalencias entre con los

sistemas fenicio, egipcio y canaanita, lo que refleja cuales eran los principales pueblos

mercantes y piratas del mar Egeo64. Este sistema de pesas era utilizado principalmente

para comercial metales, debido a la irregularidad en la mezcla de cobre y estaño que

genera el bronce y produce pesos variados (Rutter, 2000):

Tabla 4.2: Pesas micénicas y sus equivalencias mediterráneas


PESA DEL CABO
EQUIVALENCIAS EN EL EGEO
GELINODYA65

7,30 mg Estándar fenicio (7,32mg)

9,32 mg Qedet egipcio (9,33 mg)

9,50 mg Qedet sirio-chipriota

10,50 mg Nesef fenicio

11,50 mg Shekel cananita

64
Los habitantes de Creta, sin duda alguna participaron activamente de este comercio, pero debido a su
aculturización micénica es muy difícil diferenciarlos de los micénicos mismos y de otras imitaciones
micénicas propias del Levante.
65
El Cabo Celidonia se relaciona con un naufragio de procedencia probablemente micénica, en el cual,
entre otros objetos, se encontraron una serie de pesas que se corresponden con las equivalencias dadas en
esta tabla.
270
12,30 mg No identificada.

Este comercio también se tecnifica en gran medida, al igual que la industria que

lo genera. La gama de productos comerciados no sólo comprende materias primas y

productos acabados de los reinos costeros de la cuenca del Egeo, sino de tierras del

interior, situación que había comenzado a desarrollarse en los tiempos del predomino

minoico. La acumulación de experiencia en el transporte también impone nuevas

condiciones a la producción, ya que, por ejemplo, los metales considerados materias

primas se confeccionan con forma de lingotes para aprovechar el espacio en los barcos.

Este comercio genera ciertos caracteres estéticos más generales en toda la cuenca del

Egeo, a partir de la continua interacción de productos acabados exóticos y locales a

partir de la cual se generan otros estilos más universales. Algo similar sucede con

algunos elementos propios de la religión como los talismanes y amuletos (Rutter, 2000).

Ahora bien, el auge y la estabilidad micénica se compaginan con otro tipo de comercio

y relaciones entre las elites consideradas superiores de distintas partes de Europa y Asia,

reflejando el arraigamiento de la noción jerarquía y la aceptación social voluntaria o

sometida de diversas elites fuertemente consolidadas más allá de la región del Egeo.

Esta estabilidad se demuestra con una red de intercambio de obsequios de amistad entre

estas elites, o comercios de baja intensidad de mercancías finas, ejecutados por

mercantes cuyas estrategias comerciales las y/o los hacen tener el reconocimiento de las

y los reyes de distintas partes del mundo de la época. La presencia de ámbar báltico y la

similitud en la fabricación de placas con este material entre Grecia continental y Bretaña

son evidencia de esta amplia red y estabilidad jerárquica y, por otra parte, refleja

relaciones entre las elites griegas con las egipcias y sirias, así como con las de Chipre,

Sicilia, Alalakh y Tell Asmar, entre otras en cuyos dominios también aparece el ámbar

báltico, probablemente mediado por Grecia (Rutter, 2000). O sea, el periodo de

271
dominación micénica del Egeo se corresponde con un mayor auge expansivo de las

relaciones internacionales que trae consigo la generación de la forma de un

conocimiento europeo más amplio y cosmopolita, dotado de elementos universalmente

adecuados para el sustento de determinadas elites, a través de la noción más general de

jerarquía social y ontológica.

4.3.3 TROYA VI-VII

No podemos comprender los acontecimientos del final del imperio micénico si

no nos referimos a las evidencias sobre la situación de Troya VI-VII.

Troya VI representa un quiebre cultural con respecto a Troya IV-V, que a su vez

representaba un quiebre con Troya I-III. Recordemos que Troya I-III muy

probablemente poseía relaciones ancestrales con algunos(as) habitantes de la Argólida y

las y los troyanos probablemente las y los apoyaron en la crisis del HT I. Posteriormente

muchos troyanos(as), ante una crisis en su región migraron al continente y consolidaron

con sus familiares ancestrales de Grecia continental la cultura de Lefkandi I que tuvo

como rival a la cultura de Lerna la cual a su vez tuvo relaciones de amistad con Troya

IV-V. Lerna aporta considerables elementos a la conformación de la población

micénica. Troya VI presenta 90 formas cerámicas nuevas de las 98 del su época, de las

cuales algunos estilos guardan relación con el Estilo Gris Minio del HM y a su vez con

estilos similares que se desarrollan en las costas del Mármara y posee otra cerámica que

recuerda la de Lefkandi I y Kastri (Allen, 1995). ¿Quiénes fueron los humanos que

conformaron la nueva elite de Troya VI? ¿Estaban emparentados con las y los que

ayudaron a conformar Lefkandi I? ¿Tendrían ancestrales relaciones de enemistad con

los pueblos que conformaron las elites micénicas? Esto no lo sabemos ni lo sabremos

nunca. Lo que sí es evidente es la ancestral relación entre Troya y Grecia continental.

272
Sin embargo, hacia la parte final del imperio micénico, los reinos muestran otras

preocupaciones defensivas que parecen corresponderse con un periodo de inestabilidad,

no sólo en el continente, sino en todas las tierras aledañas a la cuenca del Egeo, e

incluso hacia el interior de las mismas. A esos temores responde la construcción de

grandes cisternas subterráneos camuflados hábilmente cerca de la entrada principal, en

posiciones fácilmente defendibles (Rehak y Younger, 1998).

Troya VI presenta una fortificación semicircular protectora del palacio, los

templos principales y las residencias de las y los altos funcionarios, ubicadas en terrazas

concéntricas con calles radiales que las comunican al palacio. Esto evidencia la nueva

disposición visual que sopesa la nueva forma de jerarquía. Estas unidades residenciales

son grandes y no poseen un diseño único; poseen dos pisos de los cuales el de abajo era

para almacenar y el de arriba para vivir, similar al estilo de vivienda más general de

Anatolia occidental en la época. La religión se caracteriza por la utilización de pilares

monolíticos con cierta reminiscencia del culto minoico y algunas modalidades

levantinas. En este periodo, la muralla es provista de una plataforma para el combate y

se construye un foso exterior para proteger la baja ciudadela o la aglomeración de aldeas

que se ubican fuera de la fortaleza, pero alrededor de la misma. Este foso exterior estaba

provisto de puentes correspondientes con las entradas principales de la fortaleza; sin

embargo, no se puede especular una preocupación por un ataque micénico, ya que este

modelo es el más general de los centros urbanos del Cercano Oriente en la época. Ahora

bien, afuera del foso había un cementerio en el cual se enterraban en jarras los cuerpos

cremados con ofrendas muy pobres, reflejo de que pertenecían a la gente de las aldeas

de la baja ciudadela. La ubicación de los muertos fuera del foso puede corresponderse

con sus creencias religiosas. Las y los troyanos podrían estar seguros de que las y los

muertos serían las y los guardianes de su ciudadela y que, de ser profanadas sus tumbas,

273
las y los dioses descargarían su ira contra las y los herejes. Otro cementerio, más propio

de la nobleza, fue encontrado a 8 km de Troya, cerca del primer puerto natural de la

entrada al Mármara por el estrecho del Dardanelos. Este puerto pudo servir para el

anclaje de una flota enemiga, la cual podía proveerse de un impuesto por el paso de los

barcos al mar interior, debido a que debían esperan en ese punto, vientos favorables.

Este paso pudo enriquecer a las elites troyanas antes del asedio micénico. Además, estos

troyanos(as) importan cerámica micénica y productos chipriotas, por lo que

evidentemente participan activamente del comercio marítimo-terrestre (Allen, 1995).

Imagen 4..92: Troya VI (Daimler – Benz,2005) Imagen 4.93: Troya VII. La Troya de la guerra
con los argivos y dánaos (Daimler – Benz,2005)

Los micénicos, tuvieran rivalidades ancestrales con los troyanos(as) o no,

pudieron ser perjudicados por impuestos para pasar al interior del Mármara o

consideraron que al tomar Troya y controlar el tráfico de barcos hacia ese mar,

obtendrían mucho provecho económico y aumentarían su poder militar. Seguramente

conocieron la ciudadela de Troya y se dieron cuenta de que en su interior había riqueza

y consideraron una empresa sencilla tomarla, principalmente después de un terremoto

que debilitó su poderío y generó una catástrofe significativa, como lo evidencia un

programa de cremación masiva al final de Troya VI (Allen, 1995).

Al tomar el puerto lograron su primer objetivo, el control del tráfico hacia el mar

interior, pero tenían que combatir con Troya VII (1275-1240 a.e.a) que evidencia un

periodo de asedio, en el cual la gente de la baja ciudadela tuvo que refugiarse dentro de

la fortaleza, lo que provocó el surgimiento de hoyos en el interior de las viviendas

274
residenciales para colocar más provisiones. Durante ese asedio, las murallas fueron

reconstruidas intensamente y se generó un sistema de desagüe. Por otro lado, desaparece

la importación de cerámica micénica, situación que se repite en Chipre y el Levante. O

sea, si las y los micénicos invadieron Troya para enriquecerse, no previeron que su

acción desencadenaría una serie de disgustos internacionales que debilitarían a su vez su

economía, no sólo por la pérdida de humanos en edad de trabajar en Grecia continental,

sino por una especie de bloqueo comercial con otros reinos a favor y con posible apoyo

militar a Troya VII. En todo caso, la caída de Troya VIIa evidentemente fue el resultado

de una empresa humana, tal y como lo confirma la arqueología sin recurrir a lo que diga

la mitología (Allen, 1995).

4.3.4 SOBRE EL FINAL DEL IMPERIO MICÉNICO

La guerra de Troya representa el inicio del final del imperio micénico y la

barrida de su territorio por razones un poco inciertas. Sin embargo, podemos

contabilizar la ausencia de los principales reyes, nobles y funcionarios, así como de ser

humanos en edad de trabajar por un tiempo no previsto ante una empresa que parecía

pequeña, pero se hizo gigantesca; el desorden generado en las administraciones locales

de Grecia ante la ausencia de poder; el posible surgimiento de ambiciones e incluso

ejércitos en el interior de Grecia para concretar nuevas elites y ordenes jerárquicos; el

repudio internacional de la acción bélica micénica contra Troya y las consecuencias de

la caída de su comercio. Ahora bien, después de la caída de Troya VIIa, en el sitio surge

una cerámica que aparecerá en varios yacimientos del Egeo posteriormente destruidos,

incluyendo a Grecia continental; esta cerámica es conocida como CHMB (cerámica

hecha a mano y bruñida) (Rutter, 2000).

La CHMB marca el inicio del HTr IIIC (1090-1050 a.e.a) caracterizado por un

275
crecimiento del regionalismo cerámico y tres fases diferenciadas: la Fase Temprana

presenta un nuevo orden en la decoración con una banda en medio de los cuencos

profundos, decoración lineal en las formas pintadas, el surgimiento de las copas con

paredes reforzadas y la aparición de la CHMB que parece provenir del Danubio Medio.

El regionalismo crece en la Fase Desarrollada surgen diseños pintados y renacen los

motivos representativos con una variedad de estilos locales: Cerrado (Argólida), Pulpo

(Ática oriental, Cíclades y el Dodecaneso), Pictórico y Fantástico (Lefkandi) y

Bordeado (Creta); la CHMB desaparece en algunos sitios; en la decoración aparecen

escenas de guerreros y pies de guerreros estampados. Finalmente, en la Fase Tardía

desaparece la decoración de la Fase Desarrollada; se conserva escasa cerámica la cual

presenta patrones simples con una capa sólida de pintura sobre pocas formas,

principalmente en el Ática y la Argólida, donde parecen ser el producto de una familia

en lugar de talleres propiamente dichos, como los propios del periodo Palacial

(Betancourt y Banou, 1999).

Imagen 4.94: Cerámica de Mitrou. HTr IIIB Imagen 4.95: Cerámica de Mitrou. HTr IIIB-C
(Rutter, 2000) (Rutter, 2000)

La caída micénica puede ser el resultado de la mezcla de varios factores que

propiciaron su destrucción. Se ha planteado la posibilidad de una sequía y se ha

evidenciado un terremoto, sin embargo, parece poco probable que esta caída radical no

tuviera intervención humana (Rutter, 2000).

Tal y como lo refleja la ruptura comercial con el Levante, el mundo de la época

tomó partido por una de las dos culturas en pugna y muchos pueblos aportaron ejércitos

y si una empresa que parecía pequeña a las y los griegos se hizo gigantesca, ¿por qué no
276
iba a ser así para las y los troyanos y sus aliados(as)? Además, si en Grecia la ausencia

de los máximos representantes de su jerarquía genera descontento entre las clases

consideradas inferiores y algunos seres ingeniosos ven la posibilidad de entablar

rebeliones que les favorezcan en el futuro, ¿por qué eso no pudo haber ocurrido también

en todos esos pueblos que acudieron al auxilio de Troya? De ser así, después de la

guerra de Troya se generó una serie de guerras civiles que trajeron consecuencias

variadas para las y los vencidos, conforme a la forma específica del conocimiento de

cada región y las medidas de represión de las nuevas elites. Una de esas medidas pudo

ser el exilio y, ¿qué hace un pueblo despatriado? Un pueblo despatriado busca

conformar una nueva patria o ser aceptado por alguna otra nación. Para eso ocupa un

territorio y, en la época eso se traduce en guerra. Por otro lado, ¿no requirieron las y los

encargados de las rebeliones locales, alianzas estratégicas con mercenarios(as) para

acabar con el orden jerárquico que favorecía a las elites debilitadas por guerras fuera de

su propio territorio? De necesitarlas, ¿las y los despatriados no podrían fungir como

esos mercenarios(as) que a cambio de un territorio podían combatir con ardor hasta la

muerte? Y las y los que no fueron mercenarios, ¿acaso no desplazaron a otros pueblos

que a su vez tuvieron que buscar otro territorio? La inestabilidad entra en el Egeo de la

EB como consecuencia de la avaricia de humana en su máxima expresión elitista.

Así, la incursión de la cerámica CHMB a Grecia puede estar relacionada con

cierta alianza estratégica enviada en el centro y el sur de Grecia por un ejército que se

comenzó a formar entre Achea, las islas Jónicas y el Ática oriental, en contraste con

una zona neutral conformada por el Braurión, el noroeste del Peloponeso, Tesalia y el

resto del norte de Grecia, así como el Dodecaneso, las islas del centro y el sureste del

Egeo (excepto Paros), en contra del predominio de los palacios y la ciudadelas

micénicas (Rutter, 2000).

277
La primera destrucción que se registra es en las afueras de Micenas, incendiada

al igual que el Menelaion, Nichoria, Pilos e Iria, mientras que Tirinto y Midea fueron

incendiadas e inundadas; por su parte, Agios Stephanos, Berbati, Prosymna, Nemea-

Tsoungiza, Zygouries y Eutresis fueron abandonadas y Crisa y Atenas completamente

destruidas (Rutter, 2000).

Un desastre natural por sí sólo no justificaría el intento tardío por confeccionar

una fortificación que protegiera al Istmo de Corinto de un ataque terrestre proveniente

del norte, ni el posible asolamiento de Mesenia vía mar. Una catástrofe natural de gran

magnitud simplemente sería el punto corolario de un sistema decadente donde la elite

había perdido su poder y era asediada por un ejército que adquiere valor ante tal

presagio divino. Con esta destrucción se da también el colapso del sistema de drenaje

del Copaïs y las redes de caminos micénicas. La cerámica se regionaliza, como sucede

con las culturas locales después de la caída de un imperio que las cohesionaba. El nuevo

poder que se impone es más salvaje y menos estructurado, por lo que progresivamente

asimila elementos culturales determinados por las últimas elites micénicas, lo cual

facilita la conservación de los arquetipos más generales de la religión y la

administración, los cuales serán fundamentales para la conformación de las sociedades

de la EO, EA, EC y EH, e incluso el paganismo romano. Por todo eso, debemos

reconocer que si aceptamos la hipótesis de una invasión, ésta no fue perpetuada

únicamente por etnias externas y con conocimientos menos técnicos, sino también

grupos locales entre los cuales también habían nobles o sacerdotes o mercaderes

cultos(as), que aprovecharan las ruinas del sistema social anterior para confeccionar

nuevos sistemas sociales con los arquetipos que se heredan a la posteridad y una serie

de supuestos comúnmente aceptados por la concepción eurocéntrica tradicional, no sólo

de la filosofía, sino también de la historia, la sociología, la antropología, etc.

278
4.3.5 A MODO DE CONCLUSIÓN

Como se expresó en su definición (p.42), se entiende por conocimiento humano

la totalidad del conocimiento de la especie, lo que abarca todas las formas regionales,

culturales, locales, familiares e individuales de una época dada.

A pesar de las variaciones individuales, familiares, locales, culturales y

regionales, existen arquetipos generales del conocimiento que pueden identificarse.

Según Levi-Strauss, si, como creemos nosotros, la actividad inconsciente del espíritu

consiste en imponer formas a un contenido, y si estas formas son fundamentalmente las

mismas para todos los espíritus, antiguos y modernos, primitivos y civilizados… es

necesario y suficiente alcanzar la estructura inconsciente que subyace en cada

institución o cada costumbre para obtener un principio de interpretación válida para

otras instituciones y otras costumbres, a condición, naturalmente, de llevar lo bastante

adelante el análisis (Antropología Estructural, p. 68). Luego, para el presente trabajo los

dos arquetipos más generales del conocimiento humano son ser progresivamente

complejo y ser jerárquico.

El conocimiento actual es progresivamente complejo, ya que varía tanto sus

aspectos más generales, remitidos a la especie como tal, así como sus aspectos más

específicos, o los propiamente individuales, acomplejándose cada vez más en cada

época. Por otra parte es jerárquico porque nuestro cerebro está condicionado para

someter a todos los seres, inertes o vivos, a relaciones de superioridad e inferioridad,

variando únicamente las condiciones culturales para aceptar algo como superior o

inferior a un referente. Es así como entre todas las sociedades existen clasificaciones

jerárquicas entre los mismos seres humanos. O sea, la y el ser humano está

condicionado a clasificar piramidalmente las diferencias.

En esa visión verticalista de la realidad, la y el ser humano se coloca a sí mismo

279
como la máxima expresión de la evolución, a pesar de que la evolución no se remite

directamente a las y los seres humanos sino a todas las especies y su capacidad de

perpetuarse en el tiempo y mejorar su calidad de vida en proporción directa a la

cohesión que propicien sus relaciones sociales hacia el interior de la comunidad, su

relación con comunidades de su especie y de otras y el mantenimiento de las

condiciones ambientales necesarias para su existencia.

Pero los criterios de superioridad e inferioridad no se establecen únicamente

entre las y los seres humanos y los demás animales, plantas y objetos inertes. La y el ser

humano se aliena a sí mismo(a) al considerar que hay seres humanos superiores a otros.

La concepción tradicional establece que la humanidad primitiva es inferior a la

humanidad civilizada, donde lo primitivo se define únicamente en relación con el grado

de diferencia al parámetro cultural preestablecido para entender a la y el ser humano

civilizado. Sin embargo, en la teoría Franz Boas parece superar tales consideraciones al

afirmar muy acertadamente que no existe una diferencia fundamental en los modos de

pensar del hombre primitivo y el civilizado (1964, p.17).

Ahora bien, esas relaciones jerárquicas no sólo se remiten a aspectos formales,

ya que cada ser humano de cada época establece su propia clasificación jerárquica de

los objetos y demás seres vivos, conforme a sus propias concepciones y los

acondicionamientos socio-culturales que determinan cierto grado de su conocimiento.

De lo anterior se desprende que, desde la concepción de este trabajo, lo primitivo

no es lo opuesto a ningún imaginario preestablecido y llamado arbitrariamente

“civilizado”. Primitivo es lo primero, lo más simple en los proceso cognitivo-sociales de

la conformación de la y el ser humano como tal y su conocimiento. O sea, al hablar de

relaciones sociales primitivas esto no tiene nada que ver con la etnología, sino con una

reflexión filosófica, especulativa y propositiva, basada en la arqueología, sobre el

280
conocimiento primitivo de Grecia, pero tratando de encontrar ciertos parámetros que

puedan establecerse para definir un modo de analizar el conocimiento humano.

Aparte, si lo primitivo es lo primero, nos referimos a las primeras relaciones

sociales de las y los seres humanos, las cuales se desenvuelven en el P, M y N, como lo

expusimos en los capítulos 1, 2 y 3.

En el P, las relaciones sociales no son jerárquicas, ya que todos y todas son

necesarios para la subsistencia en climas y cambios geológicos drásticos y tal relación

de horizontalidad en la diferencia progresiva de la red de trabajo genera más y mejores

satisfacciones, incluso ocio y procesos rituales grupales, en la última gran glaciación

mundial y el cambio geológico del Pleistoceno al Holoceno. Luego, en el P se genera

una evolución tanto social como tecnológica.

En el N, surge el sentimiento de superioridad de unos(as) seres humanos por

encima de otros y eso genera la semilla de la jerarquía. Mediante la guerra, pero sobre

todo, mediante el sometimiento cultura a la hegemonía de una elite sobre el resto de la

población, donde dicha elite es responsable de la administración y la religión, el

conocimiento humano neolítico se configura de tal manera que tanto la especie en

general como cada individuo en particular comienzan a establecer relaciones jerárquicas

entre los objetos, producto de su alienante sometimiento a una jerarquía humana, dentro

de una región, una ciudad, un gremio laboral, entre familias e incluso entre individuos.

Este cambio radical de las relaciones sociales que pasan de la horizontalidad en

la diferencia, característica esencial del P, al verticalismo neolítico, surgen los procesos

revolucionarios. En primera instancia, tales proceso se generan para recuperar las

relaciones sociales primitivas, pero con el fortalecimiento del arquetipo más general de

jerarquía en el conocimiento de la especie humana, la humanidad misma olvida

progresivamente las relaciones sociales más primitivas, al imbuirse en formas sociales y

281
cognitivas más complejas, motivo por el cual la revolución llega a ser un proceso

mediante el cual puede caer una elite dominante, pero de inmediato surge otra, se

perpetúa un estado de inestabilidad confundido erróneamente con el estado salvaje de la

humanidad o el poder se divide en dos o más gobiernos de menor poder. En cualquier

caso, se olvida la cohesión social que alcanza su máxima evolución humana, durante el

P (donde los conflictos entre individuos y comunidades son esporádicos y de resolución

rápida y los únicos obstáculos para seguir perfeccionando las relaciones sociales en

vistas de una mayor evolución) y se busca y anhela un equilibrio en la diferencia

jerárquica involutiva. Luego, el conocimiento N se caracteriza por una continuidad

evolutiva en el aspecto tecnológico y el inicio de un proceso de acomplejamiento

involutivo de las relaciones sociales. La EB es un ejemplo de ese proceso de

acomplejamiento jerárquico, el establecimiento de grandes imperios y su caída. Esos

procesos determinan las culturas locales y las variantes del conocimiento general de la

humanidad más específicas.

A partir de tales acondicionamientos sociales, se definen en cada cultura ciertos

parámetros políticos que determinan lo que se considera bueno o malo. Estos

parámetros varían parcial o totalmente en el transcurso de la historia, mediante la caída

y el surgimiento de las elites, la presión social del resto de la sociedad y, en general,

mediante las reformas y/o los procesos revolucionarios.

Sócrates, Platón y Aristóteles entre otras y otros filósofos griegos de la

antigüedad hablan sobre virtud, bien, mal, justicia, verdad, belleza, etc. Dichos

planteamientos en parte rompen con los parámetros de las elites de su tiempo y su

cultura y en parte refuerzan su predominio. No obstante, sus postulados no tienen una

validez ni una verdad universal y tienen como precedentes todo el desarrollo cognitivo

histórico de Grecia. Luego, un estudio errado de la filosofía sobrepone los sistemas de

282
las y los filósofos a su actitud filosófica y limita la capacidad creativa de las y los

filósofos de épocas posteriores.

Ese tipo de estudio de la filosofía es consecuencia de la existencia de parámetros

culturales y jerárquicos diseñados diseñados en su fase más primitiva por la increíble

capacidad creativa del ser neolítico.

Ahora bien, no sólo la filosofía, sino las distintas partes del conocimiento

humano son determinadas por los parámetros culturales. De ahí que la complejidad del

conocimiento humano abarque más elementos involutivos en el fluir del tiempo y el

cambio cultural. En ese proceso, las relaciones sociales se desequilibran y lo evolutivo

es apropiado, tergiversado, invadido o menospreciado por el discurso involutivo que

sustenta determinadas elites dominantes. La tecnología y su posesión actual es un

ejemplo de lo anterior.

El temor actual a un cambio climático, que por primera vez en la historia del

planeta es ampliamente acelerado por el impacto humano, contrasta con la adaptación,

concreción de necesidades de segundo orden y el ocio ritual colectivo generado por las

y los primeros seres humanos en el paso del Pleistoceno al Holoceno, concretado en el

Paleolítico Superior (PS). Esto comprueba que un conocimiento complejo no es superior

a un conocimiento menos complejo, más aún si en su constitución yacen variados y

entremezclados elementos involutivos. De ahí que la mera forma de nuestro

conocimiento que estructura los objetos verticalmente, es resultado de nuestra

alienación.

283
ANEXO 1: DIFERENCIAS CLIMÁTICAS DE GRECIA

Estas diferencias determinan tres zonas climáticas generales (Tzedakis, P, 2000):

I. Un clima verdaderamente mediterráneo y confinado a las tierras bajas del


centro y el sur de Grecia, caracterizado por inviernos más lluviosos y veranos más
cortos con sequía y temperaturas más bajas hacia la parte occidental.

II. Un clima mediterráneo modificado, propio de la costa y el interior de Tesalia


y el norte de Grecia, donde los rasgos de tipo continental están presentes y la
temperatura es mayor hacia el sur, con inviernos fríos y constantes heladas.

III. Una variable que recuerda el clima continental de Europa central, aunque
con inviernos menos lluviosos y veranos no completamente secos, propio de regiones
montañosas como el Pindo y las cadenas montañosas del oeste de Macedonia y Tracia,
donde la temperatura de los vientos es muy baja y hay precipitaciones de nieve.

Mapa 3.1: Clima de Grecia. (Tzedakis, 2000)

Estos factores climáticos y otros factores geológicos y geográficos generan cinco


puntos en los cuales se encuentran distintos grupos homínidos en Grecia continental.

I. Ioannina, en el noroeste de Grecia.

II. Tenaghi Philippon, en el noreste.

III. El valle de Copaïs, en Grecia central.

IV. La Argólida.

V. El sur y oeste del Peloponeso.

Se ha detectado la existencia de pasos entre algunas de estas zonas, propios del


periodo interglaciar y una pequeña expansión de las poblaciones hacia el final del PS
(Tzedakis, P, 2000).

Ahora bien, la geología del P en Grecia no fue similar a la actual sino hasta el
final del PS, motivo por el cual fueron necesarias luchas evolutivas para sobrevivir en
un ambiente de constantes cambios (Intitute of Hellenistic, 2006):

284
Grecia en el Pleistoceno (Foundation of the Hellenic World, 2006)

ANEXO 2: HERRAMIENTAS DEL PALEOLÍTICO SUPERIOR

La fase cultural más antigua del PS es conocida como Chatelperroniense y


conserva ciertos caracteres musterienses, pero su pieza característica es el “cuchillo de
Chatelperron”, una hoja de perfil curvo, obtenida de retoques abruptos. Otra
característica es el aumento de utensilios de hueso (Trump, 1970).

Este periodo comprende el Perigordiense y el Auriñiense. La principal diferencia


es que las herramientas auriñienses son mejor construidas que las perigordienses. Estas
industrias usaron cuchillos con hojas y buriles similares a los de metal (Diseño 3.3)
(Bunch y Hellemans, 2004). Los primeros pueblos perigordienses surgieron alrededor
del 34 000 a.e.a y trabajan el marfil para construir ornamentos, a pesar de que el hueso
es la materia prima más utilizada. Surgen así las primeras culturas que utilizan el cuerno
de reno, ciervo, antílope, ganado, jirafa y rinoceronte (Bunch y Hellemans, 2004).

El periodo Auriñiense se encuentra en el norte de los Balcanes; sus puntas de


hueso son de base hendida y en Europa fueron contemporáneas del primer arte rupestre
(Trump, 1970). Este estilo es rico en material pétreo e incluso óseo; surgen las primeras
esculturas claras de mujeres y animales, dentro de las cuales destacan las Venus; existe
algunas representaciones masculinas en menor grado (Pericot y Maluquer, 1971).

En el 40 000 a.e.a, mayores presiones selectivas pueden haber conducido a


ensanchar el nicho, acomplejando el uso y dominio del fuego y la sociedad en general
(Gowlett, 2005). Cerca del 30 000 a.e.a, surgen las estatuillas zoomórficas con
representaciones de leones, caballos, bisontes y mamut. (Bunch y Hellemans, 2004).

La siguiente línea de herramientas es la del estilo Gravetiense que comienza


poco antes del 25 000 a.e.a y finaliza alrededor del 18 000 a.e.a (Trump, 1970). Usaba
hojas más pequeñas que las auriñienses, a menudo con un solo borde cortante como si
el otro protegiera los dedos del usuario. El Gravetiense es considerado la primera fase
del Perigordiense Superior y sus hojas son puntiagudas y con el dorso recto para el
retoque rebajado (llamadas “puntas de La Gravette”); la mayor parte de los yacimientos
se encuentra en cavernas, aunque se han hallado loess, propios de los cazadores de
mamut que no utilizaron cornamenta de reno. (Bunch y Hellemans, 2004).

285
El siguiente estilo es el Solutrense, conocido por las hojas labradas cuya simetría
y delgadez son algunas veces consideradas tanto obras meramente estéticas como
prototipos prácticos (Bunch y Hellemans, 2004); sus puntas son liliáceas, trabajadas en
una sola de sus caras, pero gradualmente llegan a ser bifaciales e introducen la técnica
de retoque por presión; al final del periodo aparecen las puntas de flecha de péndulo y
aletas que se extienden entre el 19 000 y el 18 000 a.e.a (Trump, 1970). Son
características las puntas dobladas con forma de hojas de laurel o sauce, a veces de gran
tamaño, retocadas con gran habilidad en una o dos de sus caras (retoque pelure); poseen
gran rigurosidad y belleza y su poco peso conduce a pensar que eran enmangadas en
flechas; en el final, las puntas son asimétricas, de base cóncava, muesca lateral,
pedunculadas y pedunculadas con aletas. Incrementó el uso del hueso o cornamenta y
decreció el de la piedra; las agujas de hueso llegan a ser comunes (Pericot y Maluquer,
1971), lo que implica una mayor especialización del grupo social dedicado a la costura.

El último estilo europeo es el Magdaleniense que no presenta innovaciones en


los trabajos en piedra y se diferencia por el uso de muchas herramientas de otros
materiales (Bunch y Hellemans, 2004). Sus culturas estuvieron adaptadas al clima frío
de la última glaciación; se produce un excelente arte rupestre y bellos objetos
decorativos en hueso y marfil (arte mobiliario); típico es el arpón dentado (Trump,
1970). Se desenlazó entre el 15 000 y 8 000 a.e.a. cuando los hielos retrocedieron a
Escandinava. Es conocida como la época del reno, ya que éste proveía alimento, piel,
tendones y cornamenta; según la clasificación de Breuil, comienza con gran torpeza en
el trabajo del sílex, mientras que el hueso y el asta son las materias primas más
utilizadas; abunda la aguja, así como una gran variedad de azagayas que terminan con el
invento del arpón, en cuya evolución llegó a tener dos o tres filas de púas; el arte
mueble proporciona, entre otras piezas, los propulsores de lujo o bastones de mando
(Pericot y Maluquer, 1971).

ANEXO 3: ARQUEOLOGÍA PALEOLÍTICA DEL EGEO

La arqueología paleolítica del Egeo surge en 1958 con excavaciones realizados


en varios yacimientos de Tesalia y el Peloponeso para encontrar evidencia lítica
referente al PM y PS. Los hallazgos poseen evidente relación con los restos
contemporáneos hallados en Europa central (Enciclopedia Ger, 1991).

En 1960, se halló el cráneo de un homínido en el yacimiento de Kokkines Petres,


lo cual le dio más impulso a la joven sub-disciplina (Fundation of the Hellenic World,
2006) y a lo largo de toda esa década, Erick Huggs realizó un amplio trabajo en el
noroeste de Grecia y legó investigaciones de gran valor para nuestro rastreo de
resultados relevantes (British School of Athens, 1964-1969). De ahí en adelante, varios
arqueólogos y estudiosos se han atraído por el estudio del P griego; entre ellos Bailey,
Gowlett, Carter, Papaconstantinou, Vassilopoulou y Papagianni (Sinclair, 2000).

El Primer Congreso Internacional sobre el Paleolítico de Grecia y Áreas


Adyacentes, celebrado en 1994, evaluó y registró las investigaciones hechas hasta la
fecha referentes a este periodo y, a partir de entonces se han incentivado nuevas
investigaciones que han arrojado otras luces secuenciales, pero de las cuales se posee
poca información por falta de publicaciones e informes finales (Adam, 2000).
286
CLASIFICACIÓN BASADA EN EL ENSAMBLAJE DE HUESO

La definición del P griego no se corresponde con la cronología africana o del


centro de Europa. El PI griego se corresponde con el PM europeo, tal y como se
representó en la exposición de las diversas líneas de herramientas del P en general

Renfrew llama etapa de los cazadores y recolectores al P y en Grecia la divide


en tres etapas, con forme a las variaciones en el ensamblaje de hueso (Renfrew, 1972):

TABLA: Periodos paleolíticos griegos conforme al ensamblaje de hueso


PERIODO ENSAMBLAJE DE HUESO
PI 70% equino – 30% ciervo rojo.
Presencia de otros animales como cerdo, liebre, tortuga y pájaro.
PM 40% equino – 25% ciervo rojo – 25% ganado – 10% caprino grande.
Presencia de otros animales como peces pequeños, zorro y topo.
PS 70% ciervo rojo – 20% equino – 10% cerdo.
Disminuyen los caprinos y los bovinos grandes.

ANEXO 4: SITIOS ARQUEOLÓGICOS DEL PALEOLÍTICO Y MESOLÍTICO


GRIEGOS

Son relativamente pocos los yacimientos que brindan información sobre el P y el


M en Grecia. Estos periodos poseen un marcado carácter migratorio y nómada y no
presentan un conocimiento tan complejo como el propio del N y la EB, aunque no por
eso su conocimiento debe ser catalogado como simple.

Algunos sitios paleolíticos son excavados todavía y no se posee información


sobre ellos o se cuenta únicamente con informes parciales. En fin, los principales sitios
de los que se tiene referencia son los siguientes:

REGIÓN YACIMIENTOS
NE de Macedonia y Tracia, estudiadas periódicamente (Le Paleolithique
Grecia Superieur Europeen. Bilan Quinquenal, 2001). Tracia: Rizia y Petrota;
Macedonia: Angitis (Maara) y Petralona (Fundation of the Hellenic
World, 2006).
Epiro Resguardo de roca Klithi, cerca de la frontera con Albania (Hellenic
Ministry of Culture, 1995-2001), caverna de Asprochaliko; la roca
Kastritsa, en el extremo sur del lago Pambotis o Ioannina; el resguardo
de roca Boila, excavado entre 1993 y 1997 y cuya publicación final está
pendiente (Le Paleolithique Superieur Europeen. Bilan Quinquenal,
2001), Kleidi, Megalakkos, Eleousa, Maxarikia, Karvounari,
Kokkinopilos y Stefani (Foundation of the Hellenic World, 2006).
Tesalia La caverna de Teopetra, excavada entre 1987 y 1999 y cuya
publicación final a cargo de Catherine Kyparrisi-Apostalika está
pendiente (Le Paleolithique Superieur Europeen. Bilan Quinquenal,
2001).

287
Grecia La caverna de Seidi (Le Paléolithique Supérieur Européen. Bilan
central Quinquenal, 2001) y la caverna de Sarakenos, en el valle de Copaïs,
Beocia (Hellenic Ministry of Culture, 1995-2001); Agrinio y Zaimis
(Fundation of the Hellenic World, 2006).
Eubea Kotsikias, Hagia Anna, Kokkinomilia, Paliochori, Limni, Prokopi,
Triada, Eftakonaka, o Makrykapas, Nea Artaki, Kamari Phyllon y
Plataki (Fundation of the Hellenic World, 2006).
Peloponeso Las cavernas de Frantchi; Gytherion, península de Mani, la caverna de
Kefalari y el resguardo de roca de Klisoura en la Argólida (Le
Paleolithique Superieur Europeen. Bilan Quinquenal, 2001); la caverna
de Kalamakia en la entrada de la bahía Itylo, costa occidental de la
península de Mani, Areopolis, Laconia; la excavación de Kalamakia
comenzó en 1993 y fue conducida por la Universidad de Atenas y el
Museo Nacional de Historia Natural de Francia, bajo el auspicio del
Ephory of Paleoanthropology and Speleology (Hellenic Ministry of
Cultura, 1995-2001), Lakkopetra, Apidima, Lapa, Kastro, Amaliada,
Vasilaki, Megalopoli, Arvenitsa y Kokkinovrachos (Fundation of the
Hellenic World, 2006).
Islas Yacimiento al aire libre de Sidari (Hellenic Ministry of Cultura, 1995-
Jónicas 2001) y el resguardo de roca Grava, ambos en Corfú (Adam, 2000),
Tsoukaladas, Englovi, Fiskasrdo, Nea Skala y Agios Nikolaos (Hellenic
Ministry of Cultura, 1995-2001).
Espóradas Peristera y Lentos Gialos en Alonessos, en las Espóradas, cuya
excavación y estudios geoarqueológicos fueron realizados entre 1994 y
1998 (Le Paleolithique Superieur Europeen. Bilan Quinquenal, 2001),
Psathoura, caverna del Cíclope en Yourna, Grammiza y Kyra Panagia
(Fundation of the Hellenic World, 2006).
Islas del Tzines, Tasos (Fundation of the Hellenic World, 2006).
Egeo

ANEXO 5: PS EN GRECIA

Se extiende del 35000 al 11000 a.e.a. Grecia cumple un papel importante para
los movimientos de población y los intercambios culturales entre Europa y el Cercano
Oriente (Fundation of the Hellenic World, 2006). Lastimosamente, existe una laguna en
la datación arqueológica y antropológica desde el inicio del PS hasta el 25 000 a.e.a, a
pesar de que en este lapso arribó el H. Sapiens. De ese periodo y hasta el 11 000 a.e.a,
se posee evidencia más concreta, gracias a las excavaciones realizadas en sitios
importantísimos como Teopetra, Boila, Kleidi, Frantchi, Kastritsa y Lentos Gialos
(Fundation of the Hellenic World, 2006).

Uno de los primeros elementos que influenció la construcción de herramientas y


la economía paleolítica fue la obsidiana extraída de la isla de Melos, de los sitios
arqueológicos Sta Nychia y Demenegaki (Fundation of the Hellenic World, 2006). Ésta
es un vidrio negro natural que, además, se encuentra, con otras condiciones físicas, en
Antíparos, Nisyros y Yiali (Fundation of the Hellenic World, 2006).

Para llegar a Melos desde el Peloponeso hay que recorrer alrededor de 150 km.

288
Para esclarecer un poco esta navegación, el Hellenic Institute for the Preservation of the
Nautical Tradition, lanzó una nave experimental del Laurión a la isla: una balsa de
doble proa de caña adecuada para llevar seis remeros; medía aproximadamente 5 m de
largo, 1,5 m de ancho y 65 cm de altura. El viaje duró siete días (Foundation of the
Hellenic World, 2006).

En el 11000 a.e.a, aparecen las lentejas, los vegetales, los pistachos y los
almendros y en el 10500 a.e.a, los primeros restos de avena y cebada (Rutter, 2000).

Los hallazgos antropológicos del H. Sapiens han sido identificados en las


cavernas de Apidima, Mani (30 000 a.e.a) y Teopetra (14 500 a.e.a). Entre sus restos se
presenta la primera preocupación contundente por la muerte, así como rastros de
manufactura de otras herramientas donde es evidente una selección de las materias
primas, principalmente líticas (Fundation of the Hellenic World, 2006).

La primera industria que tuvo gran extensión en este periodo fue la que utilizó
como materia prima la cornamenta de ciervos. Las puntas de flecha, las agujas, los
perforadores y las espátulas forman parte del equipo de herramientas de los cazadores.
Posteriormente, las cuñas de cornamenta de ciervo fueron utilizadas para extraer ocre
rojo de Tasos, material que era utilizado como colorante para diversos usos dentro de
los cuales destacan los propiamente funerarios (Fundation of the Hellenic World, 2006).

Adentrados en el PS, aumenta la cantidad de accesorios representativos de los


símbolos sociales. En Teopetra, Kleidi y Boila aparecen dientes de oso y ciervo
perforados, así como huesos de varios animales con nueve incisiones en líneas
paralelas: los primeros especímenes del arte paleolítico de Grecia (Fundation of the
Hellenic World, 2006).

La fauna del periodo incluye leones de caverna, lobos rojos, lobos, ciervos,
gamuzas, toros salvajes, cerdos, asnos y mamíferos pequeños como comadrejas, tejones,
y castores; roedores, pájaros y gasterópodos marinos y terrestres. El valle del río
Voidomatis presenta un paleoambiente único para el estudio del movimiento de los
cazadores paleolíticos del Epiro, los cuales se extendieron por las llanuras costeras.
Entre los productos recolectados hay lentejas, frambuesas, amapolas, chambos de
frijoles y litospermas (Fundation of the Hellenic World, 2006).

Los sitios que presentan depósitos propios del Gravetiense, según la datación de
radio carbono y las características propias son los siguientes: Asprochaliko (26 100-25
200 a.e.a), Kastritsa (con varias capas, 23 880-13 190 a.e.a) y Teopetra (25 820-25 125
a.e.a) (Adam, 2000).

La parte superior del depósito de Asprochaliko (estratos 10, 7 y 4) contiene


industrias del PS, con pequeñas herramientas de hace 26 000 años (British School of
Athens, 2008). Asprochaliko se caracteriza por la carencia de piezas laminadas; de
hecho no hay hojas o núcleos de hojas. La mayoría de los núcleos y lascas tienden hacia
la fabricación directa de lascas. Dominan los raspadores finales y las piezas de retoque
lateral hechas con lascas. Al igual que en Frantchi, no hay buriles (Adam, 1989).

Las industrias de piedra de Kleidi y Boila se caracterizan por el uso de pedernal


duro del valle de Voidomatis. Las herramientas más representativas son puntas de
289
flecha, lascas, raspadores finales, perforadores, cuchillas y raspadores (Fundation of the
Hellenic World, 2006).

Kastritsa fue excavada por Erick Higgs y su equipo durante dos expediciones
realizadas en 1966 y 1967, respectivamente. En su evolución hay un paso de los meros
propósitos de la subsistencia, relacionados con la caza principalmente de ciervo rojo, a
la transformación de los productos animales (piel, cornamenta, hueso, etc.) en equipo
funcional y decorativo-simbólico. El sitio ha sido considerado un campamento para
diversos usos. Los estratos 5 y 3 poseen muestra de una industria Gravetiense con un
marcado contraste con Asprochaliko en la forma de trabajar los núcleos. En el estrato 5
dominan las lascas, hojas y laminados. El tipo de pedernal originario del área del río
Voidomatis, ubicado unos 50 km al noreste del sitio, está presente en pequeñas
cantidades y aparecen los núcleos de hojas, al igual que la industria microgravetiense;
hay también buriles y raspadores finales; entre las piezas no laminadas hay hojas con
retoque lateral y piezas parcialmente retocadas. La industria del estrato 3 exhibe
diferenciación tecnológica: el número de núcleos incrementa y hay un cambio en el
método de su explotación representado por la aparición de la segunda plataforma en las
hachas, en oposición a las del estrato 5; además, incrementa la cantidad de pedernal del
área del Voidomatis y se generan innovaciones tecnológicas que incluyen el quiebre
intencional y el retoque, el diseño de hojas y la introducción de la técnica del micro-
buril; las hojas llanas son preferidas a las lascas en la manufactura; las herramientas no
laminadas más comunes son las hojas de retoque lateral de varios tipos. Otra
característica importante de Kastritsa es la presencia de artefactos orgánicos,
complemento de las herramientas de piedra, y objetos como adornos personales con
cierto valor simbólico; entre los elementos predominantes se encuentra la cornamenta y
el hueso y en los elementos decorativos, los caninos de ciervos perforados o con diseños
decorativos, dos abalorios de serpentina, etc. La variedad de materias primas verifica el
acceso de estos seres a una amplia área de explotación, que puede abarcar incluso más
de 100 km de radio (Adam, 1989).

La isla jónica de Corfú posee herramientas paleolíticas datadas entre el 30 000 al


7000 a.e.a (Otero, 2004). El resguardo de roca de Grava se localiza en la depresión sur
del monte Ayios Mathias del sur de la isla y fue excavado primeramente en 1966, pero
no se posee de este estudio ninguna datación. Al PS pertenecen por lo menos 2000
artefactos, suplementados por fragmentos y un hueso gravado, un canino de ciervo
perforado, pebbles pintados con ocre, etc. Los trabajos líticos comprenden dos fases,
una de las cuales es comparable al estrato 3 de Kastritsa. Dentro de las materias primas,
hay una gran variedad de pedernales de varios colores, similares a los registrados en
otros sitios del Epiro. La mayoría de los núcleos presenta una plataforma única, con
pocas diferencias entre ellos y fueron explotados en orden de la producción de hojas y
laminados; entre las herramientas se encuentran láminas llanas de varios tipos,
raspadores finales con hojas retocadas, buriles y hojas retocadas (Adam, 1989).

En Teopetra se han encontrado algunos artefactos de carácter auriñiense,


reportados en los 60 del siglo pasado y es el único sitio que provee evidencia referente
al PS en toda Tesalia. El material animal, principalmente de herbívoros de todos los
tamaños, parece haber sufrido disturbios y fuerzas intensas destructivas. La secuencia
testifica la existencia de una serie de fases de frío que causaron el abandono del sitio
durante un lapso considerable del PS. Después de la última gran glaciación, grandes
cuerpos de agua removieron una importante cantidad de depósitos del PS, creando
290
grandes canales y túneles que posteriormente tuvieron actividad humana. Sin embargo,
a pesar de que se han realizado 15 excavaciones, sólo se han recuperado unos 630
artefactos propios del PS y el M (Adam, 2000).

El último depósito sobre el lecho de roca de la caverna de Sarakenos contiene


puntos líticos y huesos de pequeños animales propios del PS (Hellenic Ministry of
Cultura, 1995-2001).

La caverna de Seidi presenta un PS auriñiense y magdaleniense, de carácter


gravetiense que continúa en el Mesolítico (Enciclopedia Ger 1991).

Frantchi presenta una serie de cavernas que son el sitio en el que aparecieron los
más primitivos rastros de vida humana en Grecia continental. El artefacto más antiguo
data entre el 35 000 y el 30 000 a.e.a, según pruebas de C-14. El depósito más bajo del
PS se ubica a 11 metros de profundidad (foso F/A) (Rutter, 2000). Este periodo
corresponde con el PS de Asprochaliko. Posee una secuencia ocupacional que va del
PS, periodo en el cual aparece un primitivo pueblo datado con pruebas de C-14 en el 20
000 a.e.a, hasta el N Final, 3000 a.e.a. Además, en el sitio se han hallado los restos más
antiguos de obsidiana de Melos en el continente. Alrededor del 14000 a.e.a, se dio otro
hiato de ocupación en las afueras de la caverna (Rutter, 2000). Frantchi como el sitio
representante de la cultura más arraigada del Argólida, sufrió menos las consecuencias
de la última gran glaciación que el centro y el norte de Eurasia. Las herramientas de
hueso están ausentes y posee una predominancia de hojas reversas y una menor cantidad
de raspadores finales, muescas y piezas de retoque lateral. En esta caverna no hay
evidencia de carácter gravetiense. A 60 km de Frantchi se ubica el barranco de Klisoura,
que en las últimas décadas ha provisto de información referente a la ocupación del
Pleistoceno y Holoceno en varios resguardos de roca locales que poseen una secuencia
auriñiense bien documentada (Adam, 2000).

Como se puede ver, a partir del PS, la especialización y especificación cultural


de los distintos grupos sociales comienza a relativizar las clasificaciones absolutas en el
eje del tiempo, ya que en un marco geográfico como lo es Grecia, un estilo cultural
puede aparecer en distintos paisajes y periodos y en espacios reducidos, distintos estilos
culturales.

Hallazgos en las Espóradas norteñas, que alrededor del 18 000 a.e.a formaban
parte de la costa occidental de la Magnesia, evidencian la navegación a pequeña escala
en el mar Egeo. Entre estas islas hubo amplios trechos de mar y golfos poco profundos
que propiciaron esta navegación (Fundation of the Hellenic World, 2006). Estas islas se
definen como tales al final del PS.

La transición del PS al M conserva problemas de datación, debido a lo


fragmentario de las fechas arqueológicas. Para algunos, el M comienza al final del XI
milenio a.e.a; para otros en el IX milenio. La presente investigación se aboca a lo
planteado por Rutter, como se verá en el siguiente apartado. El paso entre estos dos
periodos está marcado por un glacial que comenzó aproximadamente en el 11 000 a.e.a.
El levantamiento del nivel del mar que tuvo lugar en dicha glaciación continuó estable
durante todo el N. Como resultado, muchas penínsulas llegaron a ser islas como las
Espóradas (Fundation of the Hellenic World, 2006).

291
ANEXO 6: MESOLÍTICO EN GRECIA

Valiéndonos de las conclusiones de la Cronología Absoluta, se puede establecer


que entre 8300 y 6000 a.e.a se desenvolvió con mayor auge el M en Grecia. Para
Renfrew, éste marca el final de la era de los cazadores y recolectores en la zona y lo
sub-divide en dos periodos, conforme al ensamblaje de hueso:

Tabla: Periodos mesolíticos griegos conforme al ensamblaje de hueso


D1 o Bajo Se conserva un 70% o más de restos de ciervos rojos y un 30% o menos
Mesolítico de cerdo; no hubo ni equinos ni caprinos; el bovino grande fue escaso y
hubo muchos zorros, liebres y pájaros, algunos peces pequeños y
vertebrados; aparecen por primera vez los erizos y desaparecen los
topos- rata. En este contexto se encentra un hiato de ocupación humana
que se extiende a los últimos depósitos paleolíticos de la caverna de
Frantchi y los primeros materiales del sub- periodo siguiente; esta
cultura duró entre 200 y 600 años. Además, uno de los entierros más
antiguos de Grecia se encuentra en este lugar, el cual se trataba de un
hombre de unos veinticinco años, enterrado con el cuerpo contraído en
un hoyo profundo, cerca de la entrada de la caverna. Este hoyo poseía
piedras ordenadas y la causa de la muerte fue los golpes que recibió en la
frente, a pesar de que parece haber padecido de una malaria muy
avanzada. En 1989, se encontraron otros huesos humanos de la época y
algunos otros entierros mesolíticos: cinco inhumados, dos cremados y
restos de otros individuos que no necesariamente fueron enterrados.
(Renfrew, 2000).
D2 o En este sub-periodo aumenta el número de peces vertebrados entre en un
Mesolítico 20% y 40% y, entre ellos, se encuentran algunos peces grandes.
Superior Aparecen grandes cantidades de obsidiana de Melos. Ésta se convierte en
la materia prima del desarrollo local, al igual que en la cultura de las
Espóradas del norte. Estos seres humanos podían viajar, pescar y
mantener reservas de agua suficientes para hacer largos viajes; la pesca
debió de ser escasa en estos viajes, ya que había un número muy
reducido de peces y los atunes se encontraban en aguas poco profundas,
en las que se podían pescar con arpón. La industria de lasca se
caracteriza por la producción de microlitos. No se ha hallado ningún tipo
de cerámica ni arquitectura. En este periodo aparece por primera vez la
rueda de moler, hecha de andesita, la cual muy probablemente fue traída
del golfo Sarónico. De Frantchi se conserva un entierro y restos de otros
individuos, cuyo número oscila entre seis y veinticinco, dentro de los
cuales hay adultos, adolescentes y niños (Renfrew, 2000).

Muchos antropólogos reconocen que en el M hay un cambio dramático


observable en las herramientas de piedra que involucra la reducción del tamaño de los
puntos o microlitos; esta tendencia comienza como una industria posterior al
Magdaleniense (Mitcham, 2006).

A partir del IX milenio a.e.a, surge la navegación a mayor escala, ya que hay un
aumento significativo de herramientas hechas con obsidiana de Melos. Esto es
progresivo y se originó principalmente en Frantchi. Estas herramientas también se
encuentran en sitios norteños, como Nea Nicomedia y Argisa; Eubea; la caverna de
292
Kitsos en Cnosos y Chipre. Se ha sostenido la existencia de rutas marítimas primitivas
que se intensificarán en el NT, como se verá en el siguiente capítulo. Es evidente la
utilización de lenguaje humano en este periodo, ya que su conocimiento funcional-
teórico conlleva al tráfico de materias primas y el instinto de colonización de muchos
otros animales trae consigo, junto a la navegación humana, el germen de la maravilla
por lo desconocido (Rutter, 2000).

En el contexto de estudio, se puede hablar de M en las cavernas de Frantchi,


entre el 10300 y el 8000 a.e.a (Rutter, 2000). Los microlitos de obsidiana de Frantchi
encuentran ciertos referentes en las cavernas del sur de Antalya, en Turquía (Hellenic
Ministry of Cultura, 1995-2001). Las principales herramientas son cuchillas con bordes
afilados que servían como tajadores, raspadores, navajas y puntas de flecha. La
navegación sistemática no generará ninguna población permanente en las canteras de
Melos antes del N (Hellenic Ministry of Cultura, 1995-2001).

En Grecia continental, aparte de Frantchi, sólo el resguardo de roca de Klisoura


muestra cierta evidencia de este tipo de culturas primitivas. En el nivel más bajo de este
sitio se encontró un cráneo perteneciente al denominado Homo Mesolítico del Egeo. El
individuo al que pertenecía poseía fuertes diferencias anatómicas con el Homo
Mesolítico de Teopetra, lo cual demuestra la coexistencia de varios sistemas culturales
independientes (Hellenic Ministry of Cultura, 1995-2001).

En la época de los cazadores y recolectores, los habitantes de las islas seguían la


ruta de migración de los peces y los pájaros y se alimentaban también de caracoles de
tierra. Por estos motivos, la ocupación de las cavernas era periódica y el desarrollo de la
actividad marítima, necesario. Esto refleja la obtención gradual de conocimiento de los
vientos, las mareas, los astros y demás elementos que permitieran navegar grandes
distancias como para llegar a Melos (Hellenic Ministry of Cultura, 1995-2001).

Por otro lado, entre el 9000 y el y 7000 a.e.a, en la isla de Yourna, ubicada entre
las Espóradas, se encuentra el yacimiento arqueológico de la caverna del Cíclope, en el
cual el Ephorate of Palaeoanthropology - Speleology of the Ministry of Culture of
Greece, bajo la dirección del Dr. Adamantios Sampson, estudia una secuencia
ocupacional que presenta restos pre- cerámicos del Pleistoceno Temprano y del
Holoceno Medio. Esta isla se encuentra cerca de las costas de Tesalia. El yacimiento
consta de seis fosas de las que se han extraído yacimientos cerámicos del Holoceno
Temprano, contemporáneos con los niveles de Frantchi, en este periodo (Rutter, 2000).
Ambos sitios prueban un sistema de tradición con una industria local de trabajos con
piedra cortada, cuya materia prima es la obsidiana de Melos, lo que demuestra gran
desarrollo en lo que concierne a la tecnología y la práctica de la navegación (Hellenic
Ministry of Culture, 1995-2001). La isla de Yourna, entre sus restos mesolíticos, posee
una secuencia de estratos que recuerda en gran medida los procesos culturales
mesolíticos del Cercano Oriente, como por ejemplo, la cultura de Natusfiense, bien
estudiada en varias cavernas del territorio que hoy pertenece a Israel. Estas relaciones se
han hecho a partir de los resultados de los trabajos del Laboratory of Archaeometry in
the Nuclear Centre of Demokritos en Atenas y de las pruebas del C 13, realizadas por el
Institute of Environmental Physics, University of Heidelberg (Alemania). Estos
depósitos de Yourna poseen una fuerte conexión con los propios del N. Hay un grupo
de cavernas en la isla que se encuentra sumergido en el mar, pero estuvo sobre el nivel
del mismo en el M (Hellenic Ministry of Culture 1995-2001).
293
Para el VIII milenio a.e.a, en la isla de Kythnos, según recientes excavaciones
hechas por A. Simpson, existió un asentamiento mesolítico que, al igual que el hallado
en la caverna del Cíclope, refleja fuertes paralelismos con la cultura de NATUFIAN, del
Cercano Oriente (Hellenic Ministry of Culture 1995-2001).

Aquí doy por finalizada la exposición de resultados arqueológicos relevantes


para el estudio del conocimiento primitivo de Grecia, esperando que sean suficientes
para fundamentar pautas o conclusiones para la futura concreción de una filosofía sobre
el conocimiento primitivo de Grecia.

ANEXO 7: NEOLÍTICO ACERÁMICO

HECHOS GENERALES
Caverna del Cíclope: restos de
En general hay continuidad
continuidad entre el M y NA, entre el XI y
N. DE LAS Yourna entre el M y el NA
VII mn a.e.a, niveles contemporáneos a
ESPÓRADAS (Hellenic Ministry of
los de Frantchi (Rutter, 2000).
Culture, 1995-2001)
Alonessos
Achilleion
Sesklo
Teocharis: NA I, con suelos de casas con
guijarros que revelan destrucción por el
Souphy Actividad cultural entre
fuego; en el NA III hay tres o cuatro capas
TESALIA Magoula 7000 y 6200 a.e.a
de suelos de arcilla para las casas y varios
(Renfrew, 2000)
incendios (Renfrew, 2000)
Intentos de confección de cerámica con
Argisa modelos de arcilla secados al sol
(Renfrew, 2000).
PELOPONESO Frantchi Actividad cultural entre 7000 y 6200 a.e.a (Renfrew, 2000)
La colonización pudo ser de origen egipcio, semita o heterogéneo. La base de la
CRETA economía fue el trigo doméstico, cebada, lentejas, ovejas, cabra, cerdo y un poco de
ganado (Alexiu, 2004).
Khirokitía
Cuatro niveles de ocupación en los yacimientos los cuales se distinguen
CHIPRE Frénaros de las generalidades de Grecia continental y Creta (Rutter, 2000).
Troulli
ARQUITECTURA
Souphy Casas de una sola habitación,
Magoula cuadradas o rectangulares, con porche
Achillieon cubierto; cabañas construidas con
Sesklo postes de madera clavados en el suelo
Cortes ovales poco profundos y muros con el sistema de cañas y
TESALIA
en lechos de roca que han sido juncos; algunas tuvieron dos pisos;
asociados con postes de otras poseían huesos y piedras
Argisa pequeñas y otras contenían
chimeneas sobre fondos de
guijarro, característicos de instrumentos de sílex (Renfrew,
asentamientos permanentes 2000).

294
(Renfrew, 2000).
Paredes de ladrillos de barro secados al sol o fundaciones de piedra. No
CRETA Cnosos
se conserva el diseño de ninguna casa (Alexiu, 2004).

Khirokitía
N1A que se caracteriza por construcciones redondas; tholoi de pequeñas
dimensiones; es su segundo periodo, aumentan las proporciones hasta
alcanzar un diámetro de diez metros. El guijarro en avanzados
constituye una bóveda. El interior está revestido de tierra seca para
CHIPRE
Frénaros igualar la pared curva. En la tercera fase, los tholoi disminuyen de
tamaño; su suelo de tierra batida probablemente se pintaba. Estas casas
servían también de cementerio, ya que presentan fosas con cadáveres en
posición fetal y alhajas (Rutter, 2000).
Troulli
HERRAMIENTAS
Souphy El utillaje lítico conserva la
Magoula tradición mesolítica con
Achillieon trabajos en sílex y
obsidiana; se tallan piedras
Sesklo de tamaños reducidos; hay
trabajos en hueso, bolas
TESALIA Entre el 30% y el 60% del material lítico oblongas de arcilla que se
utilizado es obsidiana; se fabrican puntas sospecha eran proyectiles
Argisa de flecha de tipo transverso y objetos de hondas, así como
llamados comúnmente "tapones de oreja" instrumentos para trabajar
(Renfrew, 2000) las pieles (Hellenic
Ministry of Culture, 1995-
2001).
Primeras herramientas de piedra pulida; aumenta la cantidad de piedras
de moler hechas con hoz, pedernales, lascas y cuchillos de obsidiana, así
PELOPONESO Frantchi
como los deshojadores con rasgos distintivos en los bordes y otros
bordes filosos para cortar las hojas (Renfrew, 2005)
Son raras las cabezas de hacha hechas con piedra; entre las lascas hay
CRETA Cnosos confecciones con obsidiana de Melos y se han encontrado molederos de
piedra (Alexiu, 2004).
Khirokitía El rasgo más distintivo de Chipre, en lo que concierne a las
CHIPRE Frénaros herramientas , es unos vasos de piedra con rasgos muy estéticos (Rutter,
Troulli 2000)
AGRICULTURA Y GANADERÍA
Souphy
Magoula Ganado y plantas domésticas como trigo, cebada y avena. Esta dieta se
TESALIA Achillieon complementaba con guisantes, lentejas, pistachos, bellotas y aceitunas
Sesklo salvajes (Renfrew, 2000).
Argisa
Se cultivaba trigo, cebada y lentejas. Hay evidencia de tala de árboles y
PELOPONESO Frantchi preparación del campo para la siembra. Por lo demás, se domesticaba
cabras y ovejas (Renfrew, 2005)

295
ANEXO 8: NEOLÍTICO TEMPRANO

HECHOS IMPORTANTES
Principal periodo de asentamiento (Rutter, 2000) que
MACEDONIA Knido
perduró entre el NT y el NTr (Renfrew, 2000).
ESPÓRADAS Yourna Principal periodo de asentamiento (Rutter, 2000)
Principal periodo de
asentamiento que surge entre 6500 a.e.a: Incursión de un
el 6200 y el 6000 a.e.a grupo anatólico o del CO
(Rutter, 2000). Abarca gran que trae consigo la primera
extensión y su influencia va cerámica y ejerce
desde Macedonia hasta influencia en Chipre y
Beocia, según los resultados Ankara (Renfrew, 2005).
de las excavaciones de M. Se conserva el registro de
Teocharis (Pyke, G y Yiouni, al menos 120 sitios
P, 1996). El primer diferentes en Tesalia
asentamiento pudo haber (Demoule y Pèrles, 1993),
Sesklo
tenido una fortificación, pero La dispersión de lenguas
TESALIA la evidencia es indefinida. indoeuropeas a partir de la
Las casas fueron construidas cerámica y la agricultura
con zarza y explica, según los trabajos
embadurnamiento en los de Stuart Piggot (1965), el
armazones de madera y auge de esta cultura griega
poseían un diseño y la de Starcevo en los
rectangular; algunas poseían Balcanes, a partir de la
fundaciones de piedra que se incursión de una cultura
conservan hoy en día del norte o noroeste,
(Perseus Project, 2000) responsable de la
Nea Nicomedia concreción de Sesklo
Principal periodo de
Volos (Rutter, 2000) (Mapa 4.4)
asentamiento (Rutter, 2000)
Elatea
GRECIA
Nea Makri Principal periodo de asentamiento (Rutter, 2000)
CENTRAL
Se amplían los dominios primitivos hasta llegar a la costa
neolítica donde hay restos de paredes simples que testifican
PELOPONESO Frantchi
un intento de asentamiento en las afueras de las cuevas
(Renfrew, 2005)
Entre el 5700-4000 a.e.a se da el NT, principal periodo de
asentamiento (Rutter, 2000). Poseía lugares para apacentar
Cnosos
CRETA manadas. El NT I es la fase más larga de ocupación
cultural homogénea en la isla (Alexiu, 2004).
Malia Principal periodo de asentamiento (Rutter, 2000)
Incursión de un grupo anatólico o del CO que también influenció Ankara y
CHIPRE
llevó la cerámica a Tesalia (Renfrew, 2005).
CERÁMICA
Hay evidencia de creación y evolución en la cerámica
MACEDONIA Knido
(Renfrew, 2000).
ESPÓRADAS Yourna En la caverna del Cíclope, aparecen objetos cerámicos
296
pintados rojo sobre blanco con complicados motivos de
velas (Hellenic Ministry of Culture, 1995-2001)
Objetos cerámicos monocromáticos antiguos con tintes
oscuros y superficie pulida sobre formas como copas,
semiesferoides, jarras y recipientes planos (Pyke, G y
Yiouni, P, 1996). Esta es la mejor cerámica y más variada
del periodo; presenta márgenes articulados y bases
distintas; algunos pies están bien detallados; hay acabados
rojizos o rosados deslizantes, pero sus primeros modelos
Sesklo fueron rojos sobre blanco (Rutter, 2000). Entre el 5700 y el
5500 a.e.a, en el NT III, se desarrolla una cerámica
policroma, abigarrada por las diferencias de cocción, en
colores negro, marrón, rojo claro, amarillo y crema. Se
conservan las formas anteriores y aparecen las cerámicas
monocromáticas A1, habitualmente cocidas y pulidas,
marcando así una evolución en la técnica (Pyke, G y
Yiouni, P, 1996)
Cuatro estilos cerámicos bien definidos (Rutter, 2000); un
TESALIA primer nivel presenta vasos decorados con incisiones
hechas con las uñas, del tipo A2 y vasos rojos en fondos
Nea Nicomedia blancos y blancos sobre rojo y marrón, del tipo A3.
También hay objetos monocromáticos. Sus objetos
cerámicos datan alrededor del 6220 a.e.a, según C-14
(Renfrew, 2005)
Entre el 6000 y el 5300 a.e.a, predominan los cuencos
hemisféricos simples y las jarras con boca agujereada,
Argisa
similares a las formas de Frantchi; la mayoría son pulidas,
rojas o rojizas (Rutter, 2000)
Entre 5530 y 5100 a.e.a, se presenta una cerámica
monocromática de formas simples; los tintes varían de gris
oscuro a negro; se presenta la cerámica pintada de tipo
Elatea “Queronea” con decoración oscura sobre fondos claros que
evoluciona a complejos motivos geométricos rojos y ocres
sobre fondos blancos, según los resultados de las
excavaciones de S. Weinberg (Pyke, G y Yiouni, P, 1996).
Entre el 6000 y el 5000 a.e.a, aparece la cerámica de la
cual un 70% es monocromática, oscura y pulida en jarras
de boca agujereada y cuencos hemisféricos y profundos; se
PELOPONESO Frantchi cosen a 650º C y se ha interpretado su función primigenia
como de prestigio, ya que se producen muy pocas en los
primeros años; un 5% de los objetos está pintado en rojo o
rojo sobre café (Renfrew, 2005)
Cnosos La cerámica aparece totalmente desarrollada y progresiva.
Presenta superficies oscuras y bruñidas; decoración con
incrustaciones y puntos impresionantes; se da el pointillé, a
menudo con rellenos blancos y ocasionalmente con pasta
CRETA
Malia roja. Los objetos poseen asas y bordes afirmados que son
reflejo de una técnica importada al por mayor, o de
imitaciones de otros medios como lo hecho en maderaje y
la industria de cestas (Alexiu, 2004)
297
En el N1B, aparecen las primeras muestras cerámicas, las
CHIPRE Khirokitía cuales se sospecha eran importaciones de Asia,
posiblemente de Siria (Rutter, 2000)
ARQUITECTURA
Se encuentran estructuras embadurnadas, propias de este
MACEDONIA Knido
periodo (Renfrew, 2000).
Hay un asentamiento abierto con estructuras construidas al
aire libre, diseños de edificios rectangulares con armazón
de postes de roble entrelazados con cañas y juncos y
cubiertos con barro en un estilo de entretejido y
revestimiento para la formación de paredes. No hay
ladrillos de barro; las casas se orientan de E a O para
protegerse de los vientos del norte. Son relativamente
grandes (8 x 8, 8 x 8.5 x 6 m.) y cuatro de ellas se agrupan
Sesklo
alrededor de una estructura mayor (12 x 12 m.) que pudo
ser una urna o la choza de un jefe; está dividida en tres
secciones internas por dos filas de postes; el cuarto central
posee contrafuertes; en su primera fase el sitio fue rodeado
por una pared, pero en la siguiente ésta fue sustituida por
un foso lleno de agua; no posee rasgos complejos de
defensa militar; en la última fase se halla un desagüe
(Rutter, 2000)
TESALIA
Las casas están construidas con los mismos materiales que
las del NA; poseen diseño rectangular con postes fijados en
el suelo para sostener el techo de caña, endurecido con
arcilla; el piso era formado con tierra batida, cubierta con
ramaje y hierbas. Del primer periodo se conserva una sola
Nea Nicomedia
casa de 8 x 8 m, mientras que del segundo se conservan
dos; la otra es de 12 m de largo y está dividida en tres salas
por filas de postes en forma de muros (Renfrew, 2005)
Presenta cuatro niveles de construcción sin interrupciones
(Rutter, 2000)
Se conservan las ruinas de lo que pudo ser un techo que
Pródromos incluye vigas cuadradas unidas con clavijas de madera
(Rutter, 2000)
Las construcciones utilizan los mismos materiales y
Elatea técnicas que se presentan en Sesklo y Nea Nicomedia
(Pyke, G y Yiouni, P, 1996).
Las construcciones se encuentran entre los niveles IX y
VIII; poseen diseños rectangulares y están hechas con
ladrillos de barro cocido. En el barrio del estrato VII hay
un pisé o barro vertido sobre las fundaciones de piedra. La
CRETA Cnosos superficie de las paredes es de barro enyesado; posee un
gran número de cuartos relativamente pequeños; desde el
techo superior, las estructuras son monótonas y bastante
gruesas; no hay arcos de sostén, motivo por el cual las
construcciones eran pequeñas (Alexiu, 2004)
ESTATUILLAS

298
Algunas de las estatuillas del
norte de Grecia son terracotas
con ojos tallados y nalgas gordas
que se ha sugerido representan a
Presencia de estatuillas
MACEDONIA Knido mujeres embarazadas; también
(Renfrew, 2005).
hay estatuillas groseras con
forma de pera que carecen de
rasgos faciales o decoración
tallada (Rutter, 2000). Otro rasgo
distintivo del norte de Grecia es
En la primera casa de
la aparición de sellos estampados
Nea Nicomedia se han
o pintaderas para imprimir
TESALIA Nea Nicomedia encontrado estatuillas
figuras geométricas (Rutter,
femeninas (Renfrew,
2000)
2005)
HERRAMIENTAS
6000 a.e.a: Implementación de
MACEDONIA Knido obsidiana desde Macedonia
hasta Creta (Finley, 1983)
En el norte de Grecia hay
Las herramientas neolíticas tapones de oreja, hachas y
más antiguas de Tesalia ranas talladas; lascas y hojas
pertenecen a Nea Nicomedia y de hoz que se fijaban sobre
datan, según el C-14, en el asas de hueso o madera. Son
6220 a.e.a. En la casa de la más comunes los proyectiles
primera fase aparecieron de arcilla que las puntas de
Nea estatuillas femeninas de arcilla flecha; además hay leznas,
TESALIA
Nicomedia cruda; dos hachas grandes de agujas, alfileres y ganchos
piedra verde; cantimploras, hechos con huesos de peces; se
tazas de cerámica y hojas de fabrican canastas (Rutter,
sílex. Se ha sugerido cierta 2000)
función ritual o la habitación
de un jefe o consejo (Renfrew,
2005)
Se registra un aumento del 40% en el uso de obsidiana y el
laminado se hace más común. Aquí también hay herramientas
PELOPONESO Frantchi
hechas con huesos de peces con forma de ganchos (Renfrew,
2005)
Cnosos 6000 a.e.a: Implementación de obsidiana desde Macedonia hasta
CRETA Creta (Finley, 1983). Las hachas de piedra son raras y las
Malia
cabezas de maza aparecen hasta el Nivel VI (Alexiu, 2004).
Se trabaja cornalina y obsidiana, procedentes de Melos, Anatolia o Siria (Rutter,
CHIPRE
2000)
ENTIERROS
Los muertos se enterraban en el asentamiento en posición
contraída en hoyos poco profundos, afuera de las casas o
TESALIA Sesklo dentro de los edificios en ruinas. No hay ofrendas funerarias,
excepto por un guijarro adherido a la boca de un esqueleto
masculino (Rutter, 2000)

299
Sitio de Tesalia occidental donde aparecieron entierros
secundarios entre los cuales se han rescatado once cráneos y
Pródromos
otros huesos en tres estratos sucesivos, bajo el suelo de una
casa (Rutter, 2000)
Han aparecido varios entierros: dos de niños, seis de infantes
de menos de un año y el de una adulta entrada en años, en el
periodo de transición hacia el NM. Todos menos el último son
PELOPONESO Frantchi inhumaciones simples en hoyos poco profundos. Un infante de
semanas fue enterrado en un vaso de mármol y arcilla, lo que
sugiere un status hereditario en esta sociedad y el jarrón pudo
haber sido propio de la ceremonia funeraria (Renfrew, 2005)
AGRICULTURA Y GANADERÍA
Sesklo
Nea Nicomedia El trigo, la cebada y las lentejas fueron las principales fuentes
vegetales de alimento, pero también había guisantes y
Volos vegetales. Se domesticaban ovejas y cabras y había además,
TESALIA
cerdo y ganado doméstico y se gozaba de la caza y la pesca
Nea Makri (Rutter, 2000).
Argisa
Pródromos
Hay un brusco cambio botánico, ya que desaparecen la avena,
cebada, lentejas, peras y guisantes salvajes. Surge el trigo y se
domestica la cebada y las lentejas. Algunos cultivos se
introdujeron por influencia de otra región, pero se desconoce si
PELOPONESO Frantchi se desarrollaron algunos tipos de cultivo en las culturas
locales. En el pueblo afuera de las cuevas de Frantchi hay un
área de pastoreo definida; se presentan cambios dramáticos en
la fauna, ya que desaparece gran cantidad de ovejas y cabras
(Renfrew, 2005).

ANEXO 9: NEOLÍTICO MEDIO

HECHOS IMPORTANTE
TRACIA Es habitada por una cultura primitiva (Dearqueología, 2000).
Una nueva cultura proveniente de los Balcanes
absorbe la cultura de Sesklo, pero se impregna de
sus rasgos culturales; posee 3000 o 4000 De los 120 sitios
habitantes, es rica, compleja y uniforme; ubicados en 5km en
aumenta el tamaño de cada asentamiento en Tesalia, durante el NT,
particular y la economía es similar a la del NT se conservan 90
(Rutter, 2000). El final de la cultura Sesklo del (Demoule y Pèrles,
TESALIA Sesklo
NT es problemático; en algunos asentamientos 1993), a partir de los
como Sesklo y Tsoungly hay rastros de cuales se establecen
destrucción por incendio; otros asentamientos de relaciones entre el Egeo
Serbia y Macedonia presentan un nivel de y los Balcanes
ocupación más, por lo que se ha sugerido una (Esptratiou, 2007).
invasión a la zona nuclear (Dearqueología, 2000).
Después de la destrucción de Sesklo al final del
300
NM, trascurrieron unos 500 años con hiatos de
ocupación hasta su refortalecimiento en el NTr;
después de este periodo sus restos pierden
importancia primordial (Perseus Project, 2000).
Se presentan hiatos de ocupación, las sucesivas generaciones originaron un
pequeño montículo o toumba que no era propiamente una ciudad sino un
Makri
puesto comercial asociado al asentamiento en Serreion. (Hellenic Ministry
of Culture, 1995-2001).
GRECIA
Se presentan hiatos de ocupación; tuvo presencia de pino y quersoneso; se
CENTRAL
dio un incremento de las leguminosas entre el NM y NTr y las mismas
Sarakenos especies perduran entre el NTr y el HT III; las plantas registradas, gracias a
diagramas de polen, muestran un claro impacto humano en el ambiente del
valle de Copaïs (Hellenic Ministry of Culture, 1995-2001).
Se diversifica el modelo de pueblo de cultivo y aparecen las semillas
silvestres de uva; en el ensamblaje de hueso se conserva un 60% de ovejas
Frantchi
y cabras, 10% de cerdos, 15% de ciervos rojos, 5% de ganado y 10% de
peces (Renfrew, 2005).
Se presentan hiatos de ocupación, refleja la diferencia entre los sitios
Kouveleki neolíticos del sur del Peloponeso, así como características geológicas y de
PELOPON
B composición sedimentaria particulares (Hellenic Ministry of Culture, 1995-
ESO
2001).
Asentamiento ubicado en la parte occidental del golfo de la Argólida a los
Klisoura pies del monte Pónticos, al sur de la villa de Myloi, el cual subsistirá todo el
NM y dejará de existir en el NTr (Hellenic Ministry of Culture, 1995-2001)
Se presentan hiatos de ocupación (Hellenic Ministry of Culture, 1995-
Corinto
2001).
Este periodo es considerado una fase constante que inicia la transición a los cambios
CRETA
propios del NTr (Alexiu, 2004).
CERÁMICA
TRACIA
Entre 4553-4540 a.e.a posee cerámica representada en instrumentos de culto y
Y Caverna
ofrendas votivas, algunas importadas de Corinto y el Ática (Hellenic Ministry
MACEDO Drakaina
of Culture, 1995-2001).
NIA
Se utilizó una cerámica blanca sobre oscuro y tipo mate, la cual en el
ESPÓRA
Yourna siguiente periodo aparecerá por todo el continente y el Egeo (Hellenic
DAS
Ministry of Culture, 1995-2001)
La cerámica es muy elaborada y Aparece la variedad A3 que se
presenta diseños rojos o marrón rojizo caracteriza por vasos pintados con
sobre fondo blanco y pocas veces numerosas variantes geométricas
sobre la misma arcilla, pero también que derivan de decoraciones más
hubo monocromáticos en rojo antiguas, entre ellas rectángulos,
deslizante. Otra variedad es la triángulos unidos por sus ángulos,
TESALIA Sesklo cerámica fina, negra y bruñida con líneas paralelas cruzadas, círculos
diseños lineales en color blanco concéntricos, etc. Por el color se ha
organizados a base de rombos, clasificado en seis tipos: blanco
triángulos, zigzag, ajedrezados y sobre fondo rojo; rojo sobre fondo
escaloformes, similares a ciertos blanco, en Tesalia y Elatea en la
prototipos del sur de Grecia (Rutter, Offside, Orcómenos y Queronea de
2000). Además, aparecen nuevas Beocia, Nea Makri en el Ática,

301
formas de vasos como jarras, tazas y Prosymna y Nemea en la Argólida;
recipientes con asas grandes; en poca cantidad de vasos rojos;
general, se conserva la tradición de decoraciones rojas sobre fondo
Sesklo. Al final del periodo aparece la blanco, distintas de las del segundo
cerámica mate, pintada gris sobre gris tipo en la técnica de dibujo y propias
(Dearqueología, 2000). de Spercheios; decoración ocre
sobre fondo crema llamada
“raspada” por aplicarse directamente
sobre la arcilla una capa roja que era
raspada para formar el dibujo;
decoración roja sobre fondo de
arcilla, propia de Rachmani;
cerámica Urfirnis y cerámicas de
transición tipo mate y policroma.
(Rutter, 2000)
En Frantchi y el sur del Peloponeso, entre 5000-4500 a.e.a, surge la
Frantchi denominada cerámica del manganeso con una temprana base de hierro, más
fina, dura y con brillo en la superficie; se purifica mejor la arcilla y se cose a
PELOPO
Kouveleki 800ºC en hornos más grandes y la tonalidad no varía al calentarse; contabiliza
NESO
un 20% de la producción total; se amplía la gama de formas colocadas sobre
Lerna la superficie; no tiene lustre ni varía de color al calentarse. Este estilo
Corinto acompaña a otro más elaborado conocido como Urfirnis (Renfrew, 2005)
CRETA Hay pocos cambios cerámicos (Alexiu, 2004).
La cerámica más característica es de fondo marrón con finas decoraciones onduladas
CHIPRE paralelas conocida como cerámica “peinada” (combed ware), que parece haber sido
importada por los invasores del Neolítico II a la isla (Rutter, 2000)
ARQUITECTURA
Presenta una acrópolis que parece haberse protegido con una pared de un
metro de grosor alternada por fosos; tal fortificación dejaba al pueblo
circundante por fuera y más abajo, abarcando el área total unos 5 o 6 acres
para 3000 o 4000 habitantes. Esta acrópolis posee edificios cuadrados y
rectangulares; en el centro hay un megarón rectangular con un pórtico delante
de uno de los lados cortos y una puerta axial en el mismo; era sostenido por
dos postes que anteceden una puerta de acceso a una gran habitación central.
Cerca del megarón hay dos edificios con dos habitaciones para almacenar o
fabricar cerámica. Una habitación tiene contrafuertes internos, como la casa P
Sesklo
de Tsangli. Las casas de la aldea, rectangulares y con varias habitaciones
TESALIA separadas por paredes perpendiculares a los muros largos de ladrillos secados
al sol, están separadas por callejuelas estrechas; tienen cascote y zócalo de un
metro de altura y superestructuras de barro, en contraste con el envarillado y
revestimiento del NT en Nea Nicomedia. Los techos estuvieron pendientes
como en la casa de Krannon y otras partes; las paredes pueden haberse
perforado para hacer ventanas y puertas de paso y tal vez estuvieron pintadas
alegremente. Fue uno de los primeros centros urbanos, ya que su diseño
arquitectónico refleja una organización social compleja (Rutter, 2000)
Nea
Utiliza una técnica de construcción caracterizada por el envarillado y
Nicome
revestimiento (Rutter, 2000)
dia

302
Hay una aldea de casas agrupadas alrededor de un edificio central y más
grande de tipo megarón con un patio pavimentado con indicios de un cercado
que se ha identificado como una posible muralla. Las casas son casi
cuadradas, de dos habitaciones, algunas con pórtico que se denomina
Volos
protomegarón; algunas tenían tejados de dos aguas sostenidos por postes de
madera en el interior; hay evidencia de casas que pudieron tener dos pisos con
rastros de techo intermedio sobre las vigas empotradas en la mampostería
(Dearqueología, 2000)
A 5km SO de Volos, Staïs encontró, en una colina cercana al sitio, un modelo
de pueblo con fundamentos de casas o murallas y hoy en día se discute si
Dimini estos restos representan una fortificación, o periboloi, o no; las casas estaban
rodeadas y defendidas por paredes construidas en pares alrededor de la colina
(Pyke, G y Yiouni, P, 1996).
Eutresis Hay cabañas circulares. (Hellenic Ministry of Culture, 1995-2001)
GRECIA
Las estructuras eran agujeros con postes con pisos y paredes, hornos y
CENTRAL
Makri chimeneas. Posee estructuras de roca cortada en las que se observan escaleras
y nichos (Hellenic Ministry of Culture, 1995-2001)
El interior de la cámara de la cueva Kouveleki A está dividido en dos cámaras
PELOPON Kouvele que se comunican a través de un angosto pasaje en el lado oeste, donde se
ESO ki localizan restos de albañilería. La entrada posee orientación sureste y un
grueso depósito arqueológico (Hellenic Ministry of Culture, 1995-2001)
Las construcciones son grandes; unidades rectangulares con muchos cuartos pequeños,
CRETA en contraste con la situación de Tesalia; se conserva una casa con nueve cuartos en
Katsamba (Alexiu, 2004).
CHIPRE Las habitaciones de las viviendas continúan siendo de diseño circular (Rutter, 2000).
ESTATUILLAS
Posee modelos femeninos que parecen ser deidades y una
TRACIA Y Caverna primitiva cerámica que parece ser utilitaria, como la que se
MACEDONIA Drakaina encontró en los pithoi, junto a herramientas líticas (Hellenic
Ministry of Culture, 1995-2001)
Sesklo Aparecen más estatuillas masculinas (Dearqueología, 2000)
TESALIA
A 15km de Volos se han encontrado estatuillas antropomórficas
Volos
(Rutter, 2000)
HERRAMIENTAS
TRACIA Y En el lago Prespa, han sido halladas barcas neolíticas monolíticas hechas con un
MACEDONIA árbol ahuecado que parece ser un abeto (Terra Actualidad, 2006)
Sesklo
Makri
Aumenta el porcentaje de obsidiana que indica mejoras en las
TESALIA Nea Nicomedia redes de intercambio extensivo a lo largo del Egeo; por otro lado,
Volos desaparecen los tapa orejas (Perseus Project, 2000).
Dimini
Incrementa la industria de tejido y el número de hachas y mazas de piedra (Alexiu,
CRETA
2004).
ENTIERROS

303
No se conserva ningún entierro y si los hubo estuvieron más allá
Sesklo
del límite del pueblo (Renfrew, 2005).
TESALIA
Primer cementerio de la Tesalia Neolítica; aquí los huesos
Souphy incinerados eran cremados en frascos negros bruñidos y enterrados
en fosas individuales (Rutter, 2000)
Caverna de La única evidencia en todo el NM de un “cementerio” donde se
Prosymna practicaba una cremación secundaria
PELOPONESO
Los entierros de adultos son secundarios en contraste con el de los
Frantchi
niños y los infantes (Renfrew, 2005).

ANEXO 10: NEOLÍTICO TARDÍO

HECHOS IMPORTANTES
Los proto-fenicios importaron cobre a Grecia. En este contexto comienza a aparecer la fusión y refinado
de cobre, a partir de óxidos como malaquita e incluso se especula la existencia de tuberías de este material
(Hellenic Ministry of Culture, 1995-2001).

El periodo es contemporáneo con la fase


Tsagli-
intermedia de Sesklo IV (Pyke, G y
Arapi La cultura predominante en el
TESALIA Yiouni, P, 1996).
periodo es Dimini (Rutter, 2000).
Otzaki-
Crece el regionalismo (Rutter, 2000)
Dimini
Caverna Única caverna de Atenas que presenta habitación neolítica, fue ocupada durante
de Profitis este periodo y deja de ser habitada en el BT (Hellenic Ministry of Culture,
GRECIA
Ilias, 1995-2001)
CENTRA
L Se da la fase más importante de ocupación de la caverna de Sarakenos (Hellenic
Sarakenos
Ministry of Culture, 1995-2001)
Se diversifica el modelo de pueblo de cultivo.
Dentro de NTr y en el NF, hay tres modelos
separados de frecuencias de hueso animal: F1:
En las cuevas del sur de
90% de ovejas y cabras, 10% de cerdos; 5% de
PELOPO Grecia, la regionalización
Frantchi peces; escasos ciervos rojos y ganado; F2:
NESO comienza a surgir (Rutter,
aumenta la pesca entre un 20-40%; G: 70% de
2000).
ovejas y cabras, 10-15% de cerdos, 10-15% de
ciervos rojos y vacas, 5% de peces (Renfrew,
2005).
La cultura local preponderante que influencia Los sitios cicládicos son
unos pocos sitios; la baja densidad parece indicar pequeños y muchos
que la colonización de las Cicladas fue tardía y constituyen únicamente
CÍCLADE gradual; la misma está conectada con la ruta puestos de guardia o sitios
Solíagos
S anual del atún en el centro del Egeo y no tanto donde pocos o un solo
con la explotación de la obsidiana de Melos. Las individuo estuvieron un
plantas de mayor consumo son el germen de trigo lapso de tiempo extrayendo
y la cebada de dos filas. En Solíagos, la ganadería obsidiana. (Rutter, 2000)

304
se distribuye de la siguiente manera: 83.5% de
oveja y cabra, 12.1% de cerdo y 3.5% de ganado.
Muchos ejemplares de peces de los cuales un
97% pertenecían al atún, a menudo de tamaño
grande; 35 especies de mariscos (Rutter, 2000).

La isla es habitada por primera vez (Hellenic


Tera
Ministry of Culture, 1995-2001)
CHIPRE Es la principal productora de cobre (Hellenic Ministry of Culture, 1995-2001).
CERÁMICA
La cerámica se decora con incisiones o borbotones sobre superficie negra,
Tsagli- llana y tallada o de fondo claro con decoraciones oscuras con pintadas mate;
Arapi se diferencia en gran medida de la cerámica de la ciudad vecina de Sesklo
TESALIA
(Pyke, G y Yiouni, P, 1996).
Otzaki- Hay una marcada preferencia por las formas espirales y los modelos
Dimini estrambóticos, típica del este de Tesalia (Rutter, 2000)
En el valle de Copaïs se han hallado productos cerámicos trabajados con
GRECIA
Sarakenos huesos de animales terrestres y peces (Hellenic Ministry of Culture, 1995-
CENTRAL
2001)
La cerámica mate con diseños pintados y acabado torpe en contraste con el
estilo Urfirnis, sustituye la cerámica del manganeso y al final del periodo
contabiliza un 50% de la alfarería total; este tipo de cerámica varía al
PELOPON
Frantchi calentarse entre rojo, café y negro, según el grado de oxidación de la pintura.
ESO
En el inicio, a menudo se decoraba con pintura blanca figurativa que
sobrevive con un "fantasma" a través del negativo en la superficie negra y
bruñida, contabilizando un 20% de la industria total (Renfrew, 2005)
La cerámica presenta una superficie oscura usualmente no bruñida; la más
fina es tosca y bruñida; 40% de los cuencos abiertos posee patas de pedernal.
La ornamentación es geométrica, rectilínea y curvilínea con pintura mate
blanca; además, surgen los primeros vestigios de realismo que enfatizan los
CÍCLADES Solíagos
recursos marítimos, peculiarmente distinta de la del continente y Creta, en
este periodo; es más parecida a la cerámica anatólica por lo que estas islas
pudieron ser colonizadas tanto por griegos como por asiáticos, durante el
Neolítico (Rutter, 2000)
Hacia el final del periodo, aumenta el orden del relieve de la decoración incrustada, que
aparece también en Rachmani y el sur de Grecia, pero en general permanece constante a la
CRETA
anterior (Rutter, 2000). Por la cerámica se reconoce la habitación de Faistos y de
numerosas cuevas del centro y oeste de la isla, como Platyvola y Trapeza (Alexiu, 2004)
La cerámica chipriota del periodo presenta diseños pintados rojos sobre blanco y
CHIPRE decoraciones con motivos geométricos o naturalistas; hay también cerámica roja o negra
(Rutter, 2000).
ARQUITECTURA
Se conoce poca arquitectura, excepto por el megarón Velastino, de treinta
Tsagli-
metros de largo, que es el más grande del Neolítico en Grecia; el resto de la
Arapi
arquitectura es relativamente pequeña. (Pyke, G y Yiouni, P, 1996).
TESALIA Había pequeñas fortalezas con múltiples paredes cerradas y un gran megarón
Otzaki- central abierto hacia un patio, como en Sesklo. Estos tipos son comunes en el
Dimini EB de Anatolia occidental en sitios como Troya I-II. Se desconoce si el
pueblo vivía fuera de la fortaleza. Se conservan tres niveles de construcción
305
de Dimini y dos en Sesklo (Rutter, 2000).

Posee 2500m2 con una rauda decoración de estalactitas; tiene dos brazos que
están unidos por un corredor largo y descendiente que conduce a un pasaje
GRECIA Profitis
más bajo; cada sección tiene un cuarto central rodeado por áreas pequeñas; la
CENTRAL Ilas
entrada está sostenida por el techo de la caverna y baja 8m al primer cuarto
(Hellenic Ministry of Culture, 1995-2001)
Hay construcciones de cuartos rectangulares y en el tercer y último estrato
CÍCLADES Solíagos reconocible, un área fue ocupada por un solo complejo rectangular de 15 por
más de 17m (Rutter, 2000)
No hay cambios en la arquitectura y no se ha recuperado ningún diseño completo de casa.
En un sector de Cnosos existían al menos ocho cuartos rectangulares parcialmente
CRETA construidos y dos grandes construcciones en el patio central. En Megasa hay una estructura
de dos cuartos que parece ser una industria de herramientas por los hallazgos y por no
formar parte de una aldea o pueblo; ejemplo raro en la prehistoria de Creta (Alexiu, 2004)
Las viviendas de Erimi son tholoi construidos con piedra, provistos de un soporte central
CHIPRE
(Rutter, 2000).
ESTATUILLAS
Las estatuillas no siguen el modelo típico anterior; además, se conserva en un
edificio destechado ocho estatuas humanas en terracota; las dos más grandes
Tsagli-
son “la pareja de adultos” y las más pequeñas, niños con objetos domésticos;
Arapi
debajo del suelo hay una suerte de “depósito fundacional (Pyke, G y Yiouni,
TESALIA P, 1996).
Hay muy pocas estatuillas naturalistas, pero destaca “la mujer sentada
Otzaki- sosteniendo un niño” de Sesklo. Predominan los modelos esquemáticos en
Dimini mármol que vagamente se parecen a los tipos cicládicos del EB (Rutter,
2000).
Sólo se conservan dos estatuillas esquemáticas de mármol, una con forma de
CÍCLADES Solíagos violín y realista, "la señora gorda de Solíagos" y un "steatopygous" muy
voluminoso; ambas son del tipo estilístico del Neolítico (Rutter, 2000)
HERRAMIENTAS
Otzaki- El ensamblaje de huesos de pies de osos ha sugerido la confección de
TESALIA
Dimini alfombras o adornos colgantes de pared, hechos con las pieles (Rutter, 2000)
El material de la entrada brinda alguna evidencia del uso del fuego, la piedra
GRECIA Profitis
y las herramientas, así como de vasos cerámicos y campos de ganadería
CENTRAL Ilas
(Hellenic Ministry of Culture, 1995-2001)
Entre las lascas aparece el armado de púas con o sin puntas de flecha; este
PELOPON
Frantchi armado perdurará hasta el final del BT más allá del norte de la Argólida. El
ESO
porcentaje de obsidiana es de 85% (Renfrew, 2005).
Todas las lascas son ovoides y de obsidiana, con o sin púas de punta de
flecha, tal vez usadas para pescar atún con arpones para atravesar al pez fuera
CÍCLADES Solíagos del agua; las cuchillas son raras; se conservan fragmentos de dos jarrones de
mármol; no se conoce ningún anzuelo y es improbable el uso de redes para la
pesca de peces tan grandes (Rutter, 2000)
Hay evidencia de una industria de tejido con huso espiral y telares graves; aumenta la
CRETA cantidad y frecuencia de las cabezas de maza y las hachas de piedra; hay lascas hechas con
piedra cristalina. En el taller industrial de Megasa se encontraron diecinueve hachas de

306
piedra, dos muelas de moler y fragmentos de obsidiana; además, aparece el primer
artefacto de metal, un hacha de cobre (Alexiu, 2004).
ENTIERROS
Hay un cementerio de inhumaciones a 300m de la localidad de Plateia
Magoula Zarkou; provee evidencia de jerarquía social basada en la
TESALIA Tsagli- Arapi
distribución exclusiva de frascos con collares y cuencos con los lados
cóncavos de las tumbas (Pyke, G y Yiouni, P, 1996).
CÍCLADES Solíagos No hay cementerios o tumbas ni metal (Rutter, 2000)
Las cuevas y resguardos de roca sirvieron de cementerio en partes de la isla ajenas a
CRETA
Cnosos (Alexiu, 2004)

ANEXO 11: NEOLÍTICO FINAL

HECHOS IMPORTANTES
La cultura Rachmani alcanza gran influencia por todo el continente,
TESALIA Rachmani
incluido el sur, la cual perdurará hasta el HT II (Rutter, 2000).
GRECIA Atenas
Conexiones significativas con los sitios cicládicos (Rutter, 2000).
CENTRAL Thorikos
Sitio del sureste del golfo de Eubea que comienza a ser habitado
EUBEA Amarynthos
(E. Sapouna-Sakellaraki, 1988-89).
Caverna de
GOLFO Kitsos
Conexiones significativas con los sitios cicládicos (Rutter, 2000).
SARÓNICO Kolonna,
Egina
Finaliza la ocupación con el surgimiento de un poblado permanente
Frantchi
en la costa, alrededor de 3000 a.e.a (Renfrew, 2005).
PELOPONESO
Caverna de Sitio que presenta trabajos metalúrgicos similares a los de las
Alepotrypa, Cicladas, Naxos y Bulgaria (Rutter, 2000)
Ubicada en el extremo
Estas civilizaciones tuvieron conexiones
noroeste de la isla de
culturales y económicas con Atenas y
Ceos, surge un
Thorikos en el Ática, la cueva de Kitsos,
poblado de al menos
Kefala en el golfo Sarónico y Kolonna en Egina.
50 habitantes que se
Su industria metalúrgica es evidente y se
extiende a lo largo de
compara con los hallazgos en las ricas
un siglo (Rutter,
tumbas neolíticas de Varna, en la costa de
2000).
CÍCLADES Bulgaria, los hallazgos hechos en la cueva
Pequeño sitio que
de Zas, Naxos, y la cueva de Alepotrypa,
Pavra surge en Sykamia
costa occidental de Mani. En las Cicladas,
(Rutter, 2000)
la cultura de Grotta es la típica de la época
Importante sitio
y constituye el antecedente de la cultura
Hagia Irini cicládico de Ceos
Grotta-Pelos del CT I (Rutter, 2000).
(Rutter, 2000).
Sitio de Naxos donde se encuentran trabajos metalúrgicos,
Cueva de Zas
similares a los cicládicos (Rutter, 2000)
CERÁMICA
La cerámica es muy variada y su distintivo son los jarrones tallados recubiertos
TESALIA
después del cocimiento con pasta colorada que puede ser raspada fácilmente; esta
307
técnica se utiliza contemporáneamente en Frantchi. Además, en los contextos del
periodo Rachmani Tardío, en Pefkakia, un sitio costero del golfo de Pagasai, se
importará cerámica del HT II, estilo Urfirnis, de los cuales se conservan fragmentos
de varios salseros (Rutter, 2000). Otro estilo es el que imita la forma de los vasos
metálicos con cerámica gris o negra pulida. Entre los motivos aparecen los meandros
y la espiral; presenta su propia tipología: B1: vasos estilo mate con decoración simple
como líneas onduladas; B2: incisiones originales; B3: cerámica de Dimini con
múltiples variantes (decoración blanca sobre rojo pulido, marrón sobre crema, negro
sobre rojo, negro sobre blanco, rojo o blanco perfilado sobre blanco); B4: decoración
lineal negra sobre fondo rojo con espirales, propias del centro y occidente de Tesalia,
sectores más alejados de la influencia de Dimini; B5: negra o marrón sobre fondo
crema. La cerámica de Larissa, por su parte, es impresa según las técnicas de
borbotine y cardium, del tipo A2, muy similar a las del nivel más antiguo de Nea
Nicomedia (Pyke G y Yiouni P, 1996)
Predomina lo áspero sobre asideros pintados; el sentido plástico
adquiere gran valor, en oposición a la pintura meramente decorativa.
PELOPONESO Frantchi Hay asideros pintados rojo sobre blanco, con incrustaciones, acabado
oscuro deslizante y bruñido y modelos solamente bruñidos (Renfrew,
2005).
Se producen objetos cerámicos de formas
Cultura de Grotta está
comunes como cuencos, jarrones y
asociada ceramísticamente
cucharones grandes; la decoración se
a la de Solíagos; aplica
CÍCLADES Kefala presenta en pocos casos y se da con
blanco sobre fondos
incisiones y modelos bruñidos o tallados;
oscuros. (E. Sapouna-
predomina el rojo o blanco aplicado
Sakellaraki, 1988-89)
después del cocimiento (Rutter 2000)
ARQUITECTURA
Se conoce poco sobre su arquitectura, pero destaca la casa absidal Q de Rachmani
(Rutter, 2000), así como un tipo de megarón y otras edificaciones más pequeñas
construidas en un patio oval de Dimini con una serie de cobertizos o refugios; se
encuentra protegido por una serie de seis o siete murallas concéntricas construidas con
piedra quebrada unidas con barro; algunas murallas estuvieron a un metro de distancia de
la siguiente y sus dimensiones estaban entre los 60 y 140 cm de grosor por 2 o 3 m de
TESALIA
largo, estas murallas defensivas seguían los contornos naturales de la colina y no tenían
torres esquineras o puestos de guarda definidos. Rastros de construcciones pequeñas o
casas se han hallado en las afueras en las partes más bajas de la montaña. En la Fase II,
se utilizan los mismos métodos y materiales del inicio de Sesklo, pero su diferencia
radica en lo evidente de su fortificación. Posiblemente otro megarón y varias estructuras
adicionales estuvieron esparcidos dentro de la muralla (Perseus Project, 2000).
Se presenta un asentamiento con un cementerio extramuros; edificios
pequeños y poco preservados de uno o varios cuartos rectangulares; su
cementerio es uno de los primeros comunales fuera de una cueva en la
CÍCLADES Kefala
cuenca del Egeo. El tipo de tumba, los vasos de mármol y algunas
estatuillas anticipan características de la cultura Grotta-Pelos del inicio del
BT en las Cicladas (Rutter, 2000)
Asentamiento ubicado en una pequeña isla en las afueras de la costa
noreste de Creta, presenta una arquitectura dividida en grupos de
CRETA Pseida construcciones irregulares que fueron organizadas alrededor de un pueblo
cuadrado o plateia y estuvo atravesada por calles que proveían un acceso
fácil a diferentes partes del sitio. (Betancourt y Banou, 1999).
308
ESTATUILLAS
En Kefala se han encontrado ocho estatuillas, de las cuales siete fueron
halladas en el cementerio, aunque no en las tumbas y una fuera de este
sitio; son pequeñas; cuatro modelan bruscamente figuras femeninas; tres
CÍCLADES Kefala cabezas con la cara inclinada hacia atrás y narices prominentes,
precursoras de las posteriores estatuillas del CT y un ithyphallic
(sexualmente excitado), deducción hecha a partir de la presencia de un
gran pene erecto (Rutter, 2000)
HERRAMIENTAS
MACEDONIA Trabajos metalúrgicos contemporáneos de los de Cnosos, Pefkakia y
Sitagroi
ORIENTAL Kefala. (Rutter, 2000).
Aparecen los primeros objetos hechos de cobre, iniciando así el periodo
denominado Calcolítico. (Rutter, 2000). En Dimini IV, los materiales
más utilizados son el sílex y la obsidiana, pero hay granito, roca
cristalina y jade. Existían pulidores de piedra dura de 80cm o menos;
afiladores, percutores, morteros, puntas de flecha y anzuelos; se
conservan muchas hachas, cuya evolución las transforma en
Dimini herramientas para trabajar los postes de las casas y la madera en general;
TESALIA éstas se clasifican así: tipo A: ovoide de fondo redondeado y filo curvo
que forma una lámina aguda; tipo B: menos ovoide y más alta, con un
lado plano y otro ancho; tipo C: arma de combate rectangular, plana,
aguda y biselada por los dos lados; tipo D: biseladas de fondo ancho y
filo cuadrado; la madera se utilizó en la construcción arquitectónica e
industrial (Pike G y Yiouni P, 1993).
Trabajos metalúrgicos contemporáneos de los de Cnosos, Sitagroi y
Pefkakia
Kefala. (Rutter, 2000).
Se continúa trabajando lascas; predominan las flechas largas con puntas
PELOPONESO Frantchi triangulares talladas bifacialmente; la obsidiana abarca un 95% del
material de trabajo (Renfrew, 2005).
Se trabajaba con metal según la evidencia
brindada por escombros y fragmentos de arcilla
cocida de la guarnición de los hornos y cuatro
Una industria de
vasos con fusión de cobre, uno de los cuales es
objetos tallados de
casi totalmente de este material; sus trabajos
obsidiana, donde
metalúrgicos son contemporáneos de los de
predominan las
CÍCLADES Kefala Cnosos, Pefkakia y Sitagroi; sólo en este sitio y
cuchillas. (E.
en Sitagroi, los crisoles comprueban una práctica
Sapouna-
real de algún tipo de metalurgia. Entre las lascas
Sakellaraki, 1988-
predomina la obsidiana preponderantemente de
89)
hechura local; hay más cuchillas que en Solíagos;
se importó media docena de herramientas líticas y
se han encontrado esteras tejidas (Rutter, 2000).
Trabajos metalúrgicos contemporáneos de los de Sitagroi, Pefkakia y
CRETA Cnosos
Kefala. (Rutter, 2000).
ENTIERROS
En la necrópolis de Varna, Tracia, se ubica uno de los entierros más
TRACIA Varna
ricos del N (Dearqueología, 2000).
Surgen los entierros múltiples; uno comprende tres mujeres y un
PELOPONESO Frantchi
hombre adultos y dos niños; a pesar de ello, los entierros de adultos

309
continúan siendo secundarios (Renfrew, 2005)
En la parte sur del promontorio del asentamiento de Kefala se ubica un
cementerio con cuarenta tumbas con restos de sesenta y cinco
individuos (21 hombres, 25 mujeres, 5 adultos de sexo incierto, 9 niños
y 5 infantes). Treinta y cinco tumbas tienen paredes hechas con piedras
pequeñas; dos eran cistas de dimensiones cortas con losas laterales, una
de las cuales contenía una jarra funeraria; tres eran entierros imbuidos
en frascos en hoyos simples; en las cinco últimas fueron enterrados
CÍCLADES Kefala
niños e infantes. La mayoría tiene un diseño rectangular, circular u
ovalado y el tamaño va de 46 a 158 cm; generalmente son angostas en la
parte superior y la altura va de 15 a 85 cm; estaban cubiertas por
grandes losas de esquito; siete tenían una plataforma de piedra
rectangular cuya función es incierta; los esqueletos normalmente están
contraídos y al menos quince fueron entierros singulares. El modo de
entierro era la inhumación (Rutter, 2000)

ANEXO 12: TERMINOLOGÍA EMPLEADA EN EL TRATAMIENTO DE LA


EB

La arqueología ha utilizado distintas clasificaciones para determinar los periodos


de la EB en Grecia. La más general divide los conjuntos culturales de las tres grandes
regiones geográficas más importantes, tal y como se presenta a continuación (Rutter,
2000):

I. Heládico: comprende todo el material cultural que se desenvuelve entre el Epiro


y Tesalia, en el norte, y el Peloponeso, en el sur.

II. Cicládico: el material cultural de las Cíclades, desde Andaros y Ceos, hasta
Tera.

III. Minoico: el material cultural de la isla de Creta y las diminutas islas cercanas.
(Mapa 5.2).

Dicha clasificación presenta graves conflictos como la ubicación del material de


Egina y la no contemplación de la actividad cultural en las islas Jónicas, Espóradas, del
norte del Egeo y el Dodecaneso. Sin embargo, tal terminología es muy cómoda para
trabajar desde una perspectiva que no enfatiza la trivialidad del lenguaje arqueológico,
sino la posibilidad de desarrollar una filosofía sobre el conocimiento primitivo de
Grecia. Esta terminología será la empleada en la exposición, conforme a las abreviaturas
brindadas Al inicio de la tesis. 66

El lenguaje tripartito se aplica para determinar tres periodos en cada una de las
regiones como lo son, temprano, medio y tardío y cada sub-periodo puede subdividirse
en I, II y III y, más específicamente en 1, 2, 3 o A, B, C (Warren P and Hockey V,
1989).
Sin embargo, la anterior terminología se combinará con otra empleada por Renfrew,

66
Véase p.4.
310
para referirse a los contextos específicos, la cual enfatiza una cultura a partir del sitio
nuclear de su expansión (Renfrew, 2005).

ANEXO 13: ARGUMETNOS PARA FILOSOFAR EL BT DE GRECIA

HELÁDICO TEMPRANO I

El sitio de Eutresis le permitió a Casque identificar la diferencia entre el NF y el


HT I-II. Esta cultura tiene influencia en sitios de Tesalia y el Peloponeso como Lithares,
Peachora-Vouliagmeni, Nemea-Tsoungiza y Palaia Kokkinia y presenta vagos contactos
con Grota-Pelos (Sampson, 2000).

Talioti no posee muchas variantes culturales generales con respecto a Eutresis.


Según Dousougli, se cristaliza en varios sitios de la Argólida, la llanura Argiva
(Kefalari y Makrovouni) y la Corintia (Tsoungiza y Zygouries) (Sinclair, 2000a).

Tanto Talioti como Eutresis están simultáneamente en varios yacimientos y las


relaciones ceramísticas a veces dificultan su distinción. En ninguno de los sitios han
aparecido entierros (Sampson, 2000).

La cerámica heládica, tanto de Eutresis como de Talioti, se caracteriza por una


nueva técnica en la confección de vasijas de superficie oscura con incisiones simples e
impresiones rectilíneas aplicadas en los pedestales y en los bordes de las cacerolas (muy
similares a las cicládicas) y askoi oscuros y bruñidos (muy similares a los cucharones
incisos del NF de las Cíclades occidentales); tal decoración es muy plástica en los
pithoi67. Por otro lado, los cuencos con lados convexos, recipientes con pedestal y
frascos de base plana eran para comer y beber, mientras que las jarras con collar en el
cuello para almacenar y los cuencos profundos y jarros de boca amplia, para cocinar.
Sobresale un rojo deslizante con preferencia de modelos no bruñidos y altos pedestales
en Talioti y bruñidos o no en Eutresis ((Betancourt y Banou, 1999).

Predominan las herramientas de piedra y hueso, en contraste con las pocas


piezas de metal (Rutter, 2000).

CICLÁDICO TEMPRANO I

La cultura cicládica de Grota-Pelos fue identificada en el cementerio de Pelos,


en la isla de Melos y sienta sus raíces en la cultura de Solíagos, principalmente en sus
manifestaciones en Kefala, Ceos. Posee paralelismos con las cistas de Iasos, Anatolia;
vagas relaciones con Pirgos en Hagia Fotia (noroeste de Creta) y Eutresis. Grota-Pelos
comprende una fase de transición hacia el CT II llamada Kampos, reconocida a partir de
uno de los cuatro cementerios de Melos, cuyas características más distintivas son el
ornamento curvilíneo (círculos y espirales), el sartén de Kampos y los frascos incisos
con paralelismos minoicos. Grota-Pelos es a su vez el antecedente de Seros-Siros.
Lamentablemente, se conservan muy escasos restos arquitectónicos. (Rutter, 2000).

67 Vasija grande de arcilla usada para almacenar cereales y líquidos y que llegara a tener importancia
funeraria en otros sub-periodos
311
Se conservan cuencos con bordes enrollados, jarros tubulares horizontalmente
perforados, píxides cilíndricas y freidoras tipo Kampos68 (Betancourt y Banou, 1999).

Los cementerios fungen un papel fundamental para la identificación de Grota-


Pelos, ya que Doumas definió los estratos de esta cultura en correspondencia con sus
cuatro cementerios Lakkoudes, Pelos, Pastiras y Kampos. Cada uno posee entre cinco y
veinte tumbas que contienen inhumaciones singulares en cistas hechas con tres o cuatro
bloques verticales, un techo emparedado con escombros, suelo de roca o tierra y algunas
veces techos de losas o raramente pebbles; también hay tumbas de dos niveles,
pertenecientes a pequeños grupos de parentesco, entre dos y seis generaciones. Los
cuerpos se contraían y colocaban en la parte derecha del sepulcro (Rutter, 2000). Entre
las escasas ofrendas halladas, se conservan cuencos con asas, jarras con base plana y
jarras para comer, todos en mármol. Una tumba de Naxos presenta cuatro leznas
cuadrangulares y un collar de abalorios de plata, mientras que los demás contextos
únicamente alambres de cobre (Diseño 5.2) (Rutter, 2000).

MINOICO TEMPRANO I

El MT I finaliza unos 350/200 años antes que el HT/CT I, entre 2700/2650 a.e.a.
fue reconocido por Levi en Faistos, Hood en Cnosos, Alexiu en Lebena y Warren y
Tzedhakis en Debla. Posee paralelismos con Grota-Pelos, reflejados principalmente en
los frascos incisos, así como contactos con Anatolia, el Levante y Egipto. Algunas de
sus cavernas continúan siendo habitadas, pero incrementa el número de asentamientos al
aire libre de los cuales hay información arquitectónica vaga en las montañas Blancas de
Debla, Ellenes Amoriu, Faistos y Cnosos (Watrous, 1994).

Aparecen los primeros jarros y cuatro órdenes distintos de cerámica pintada


(Betancourt y Banou, 1999):

I. Estilo de Pirgos: copas de beber tipo chalice, bruñidas en negro, gris y café cuyo
estilo imita trabajos en madera. No aparece en el este, a pesar de su abundancia en el
norte y su aparición esporádica en el sur. Desaparece al final del MT I.

II. Cerámica incisa: frascos y pixis bajos de superficie oscura y hechura similar a la
del grupo Kampos. Predomina en el norte y noroeste de la isla.

III. Estilo de Agios Onouphrios: jarras, copas de dos asas y cuencos pintados con
esquemas oscuros sobre claro que varían de rojo a café y negro, dependiendo el grado
de cocción. Predomina la decoración lineal con diagonales paralelas con bordes
redondeados en decoración que enfatiza el objeto. Es característico del norte y el sur.

IV. Estilo de Lebena: platos bajos, platos y cuencos pintados con pintura sólida
banco sobre rojo oscuro; bordes redondeados y diseños similares al estilo de Agios
Ounouphrios. También predomina en el norte y el sur de la isla.

Las culturas funerarias cretenses son quizá las más variadas del Egeo en la EB.

68 Tipo de cacerola que presenta un lado recto decorado con líneas incisas que forman espirales, asas
rectangulares con travesaño y un campo principal decorado con espirales incisas que corren alrededor de
una estrella.
312
En el este predominan los entierros en las cavernas que, en una primera
instancia se caracterizan por la mezcla indiscriminada de huesos de varios individuos
con rastros de fuego producidos en periodos de fumigación necesarios para la
reutilización del espacio mortuorio. Ellenes Amoriou es un caso particular al practicar
sus inhumaciones en la parte trasera de la caverna. En sitios del noroeste como Pseira,
Mochlos, Zakro y Hagia Photia (que presenta cerámica y bronces cicládicos) aparecen
las cistas de las cuales sólo hay un ejemplar en el sur, en el sitio de Arvi. Los tholos del
NF son las tumbas más comunes y se extienden a través de las montañas Asterousia de
Lebena, en su límite con Mesara; se conservan unos 70 ejemplares de 45 sitios distintos
y en el MT se caracterizan por órdenes trilíticos con bloques exteriores y techos
abovedados con funcionalidad de al menos un milenio con cientos de inhumaciones y
periodos de fumigación de restos óseos y ofrendas (restos de vasijas de piedra y
cerámica, herramientas, armas y joyas), acumulados en los costados donde se ha
identificado la utilización de capas de arena blanca para separar un estrato del siguiente.
Dos o tres tholos podían utilizarse simultáneamente por un mismo poblado, lo que para
Branigan representa la existencia de clanes individuales (Watrous, 1994).

Se fabrican cuencos de piedra, a pesar de que se conservan dos importaciones


egipcias del NF, correspondientes con el periodo Pre-dinástico o Dinástico Temprano.
No hay sellos ni objetos de metal, a excepción de dos hachas de cobre que aparecieron
en los contextos finales del NF de Cnosos. Se realizan estatuillas de mármol
denominadas tipo Agios Onouphrios y otros estilos zoomórficos (Watrous, 1994)

TROYA I

Troya I comenzó unos 100 años después que el HT/CT I y coexistió con el
HT/CT II, ya que existió entre 3000/2900 y 2600/2550 a.e.a. Tiene paralelismos con
Kampos, lo cual se matiza con la aparición de pequeñas cantidades de obsidiana
(Rutter, 2000)

Presenta varias fases arquitectónicas que van desde una muralla fortificada de
2,5 m de grosor, construida con una leve inclinación hacia el exterior, a partir de la cual
Schliemann y Dörpfeld evidencian una primitiva fortificación, sencilla en comparación
con otras contemporáneas de Anatolia. Se registra, además, la construcción ocasional de
casas con ladrillos de barro o sócalo de piedra en las afueras de la muralla; en la primera
fase, en el interior hay una casa abovedada y en la siguiente un megarón de 7 x 18,5 m;
Korfmann ha encontrado una extensa serie de construcciones paralelas que incluyen dos
megaras que ya habían sido reconocidas por Blegen en el extremo sur de la muralla; en
otro estrato hay dos entradas de las cuales la principal está protegida por torres y las
casas siguen siendo grandes y dispersas libremente en el espacio (Allen, 1995).

La mayoría de la cerámica es monocromática oscura y bruñida, con decoración


dispersa de líneas rectas incisas enfiladas con pasta blanca, alguna de la cual tiene
rasgos estilísticos frutales y del rostro humano, similares a la decoración Talioti; hay
cuencos con paredes reforzadas, cuencos ligeramente encendidos, con bordes interiores
espesos, jarros con picos cortados hacia fuera y cuencos con tres patas. Los cuencos a
menudo son tubulares y poseen niveles en el borde (Betancourt y Banou, 1999).

Se conservan seis entierros de infantes bajo el piso de la Casa 102, en la parte


norte del sitio fortificado. Dos son hoyos simples y cuatro pithos o jarras grandes. No se
313
conservan entierros de adultos (Allen, 1995).

Desde el comienzo, hay muchos metales como agujas, alfileres, leznas, dagas y
anzuelos de cobre. Se conserva, además, un ejemplar de molde para hacha con eje
agujereado y otro para una daga o punta de lanza, lo que indica fundición local de
metales y fabricación de armas y herramientas. El plomo es utilizado para reparar vasos
quebrados. Se conserva una amplia amalgama de herramientas líticas como celts,
martillos, hachas, molinillos de piedra y lascas; herramientas de hueso como alfileres,
leznas y varios tipos de ornamentos; otros objetos como ollas en terracota, sellos
estampados y objetos para tejer (Allen, 1995).

La primera estatuilla del BT de Anatolia y el Egeo proviene de Troya y de ellas


se conserva un fragmento con forma de cabeza humana y la parte superior del cuerpo.
Hay otra estatuilla de mármol y otra de piedra caliza, muy diferentes de los modelos
cicládicos (Allen, 1995).

EDAD DEL BRONCE TEMPRANO IIA

HELÁDICO TEMPRANO IIA

Periodo representado por la cultura de Korakou que se desenvuelve entre 2650 y


2450/2400 a.e.a, paralelamente a Seros-Siros del CT II; contemporáneo de una fase
intermedia del MT II (que comienza durante el HT/CT I y finaliza durante el HT III),
así como de los últimos cien o ciento cincuenta años de Troya I y la primera parte de
Troya II, que a su vez será contemporánea del HT IIB (Rutter, 2000).

Korakou fue identificada por Blegen sobre los restos de Eutresis en sitios como
Tsoungiza. Predomina en el Peloponeso, el Ática, Eubea, Beocia, Lócride y la isla
Lefkas. Al final del periodo, sólo se conservan los mejores sitios y se abandonan los que
se ubicaban en terrenos adversos o promontorios costeros, los cuales no se reocuparán
sino hasta tiempos micénicos o posteriores. El declive de Korakou posee dos caras; por
un lado, muchos asentamientos, principalmente del Peloponeso, fueron destruidos por
incendios y reocupados hasta el HT III; por otro, asentamientos como Eutresis y
Kolonna sufrieron una transición pacífica hacia la cultura del HT IIB, acompañada de
una marcada aculturización y ocupación anatólica (Dearqueología, 2000).

Previo a la invasión, varios sitios costeros de Grecia continental como Lerna,


Askitario y Kolonna se fortificaron con murallas primitivas y muy pobres, en
comparación con los complejos troyanos. El diseño arquitectónico de la época es la
Casa Corredor de plano rectangular con dos plantas, erguido en completa libertad y
provisto de una serie de vestíbulos centrales, flanqueados por corredores con escaleras,
techo generalmente a una agua y tejas de terracota, paredes con medio enmaderado y
puertas no axiales (rasgo autóctono y característico que desaparecerá en el siguiente
sub-periodo como influencia de los cambios culturales). El propósito de estas
estructuras pudo ser religioso, económico, político o multi-funcional. Las villas
circundantes poseen casas rectangulares provistas de chimeneas y techos planos
(Dearqueología, 2000).

Entre el HT I-II hay gran continuidad cerámica en las formas abiertas como los
platillos, los cuencos con borde T, los recipientes largos poco profundos con asas en el
314
borde, las cucharas y especialmente los salseros. Las formas cerradas, como jarros
picudos y askoi, son más pequeñas en el HT II. A continuación se describen las
categorías predominantes (Betancourt y Banou, 1999):

I. Cerámica de Urfirnis: es la más común y prefiere cuencos grandes y jarros para


agua y, hacia el final del sub-periodo, varias formas pequeñas parcialmente pintadas o
con bandas en el borde. Generalmente no se bruñen y se recubren con pintura sólida
deslizante que varía entre blanco, café y rojo, dependiendo del grado de cocción. A
menudo se abigarra con cierta cantidad de colores oscuros y pocas veces se decora con
verdaderos diseños.

II. Cerámica Marfil: presenta un rango similar al de Urfirnis, pero con colores
claros deslizantes como amarillo, rosado y azul grisáceo; predominan los tonos
amarillos, incluso sobre un mismo objeto. Normalmente se bruñen y presentan hidras
pulidas, generalmente no pintadas.

III. Cerámica Cocida: superficie oscura, semi-recubierta y no bruñida que es más


cercana a los estilos del HT I.

Los sitios de Agios Estéfanos, Agios Posmas y el cementerio de Tsepi brindan


información sobre las costumbres funerarias de la cultura Korakou. Estos sitios
presentan cistas69 extramuros y con entierros múltiples y ofrendas funerarias con fuertes
conexiones cicládicas, así como pithos en las tumbas de Lefkas y otros sitios del norte
del Peloponeso. Los pithos y chimeneas de Tirinto, Lerna y Zygouries a menudo se
decoraban con selladores cilíndricos que reflejan elementos artísticos y la
representación de propiedad privada (Imagen 5.10) (Dearqueología, 2000).

La obsidiana continúa predominando. Algunos vasos del Ática y Eubea


presentan fuertes conexiones cicládicas. Se hacen comunes los moledores de piedra,
collares y pendientes de varios tipos, así como los celts70. En hueso, incrementan los
alfileres, leznas, agujas, anzuelos y tubos pequeños para retener pigmento. A su vez,
incrementa el número de artefactos de metal, principalmente en contextos funerarios
donde destaca la joyería en oro. Se hacen comunes las dagas y pinzas de cobre y/o
bronce. Algunos salseras y copas talladas en oro y plata aparecen principalmente en
Eubea, aunque se conserva un ejemplo arcadio. Se extraen pequeñas cantidades de
metal del Laurión y Thorikos (Dearqueología 2000).

Se hacen comunes las estatuillas zoomórficas moldeadas con arcilla y que


representan ganado y ovejas a cuerpo entero, cabezas o bustos; éstas evidencian
prácticas de carnicería y sacrificio. En Tsoungiza se encontró la representación más
antigua del Egeo de una yunta de bueyes. Además, aparecen representaciones de
animales atados a los extremos de las salseras o a la base de las asas de otras vasijas. En
Ática y Eubea hay representaciones humanas en contextos funerarios que no se
encuentran en el Peloponeso; algunas poseen diseños esquemáticos y otras son
relativamente naturalistas, similares a los modelos cicládicos. Escasos insectos
bidimensionales, principalmente arañas. En una casas de Tirinto se conserva la única

69 Tumbas rectangulares poco profundas en roca cortada o sobre la tierra, algunas de las cuales presentan
piedras rectas o losas.
70 Tipo de cincel para trabajar la piedra
315
escena pictórica de un cuadrúpedo, ganado o caprino, amamantando a su cría. Se han
hallado en varios sitios estatuillas de procedencia cicládica (Dearqueología, 2000).

CICLÁDICO TEMPRANO II

La Cultura de Seros-Siros es un desarrollo local del grupo Kampos y fue


definida a partir del cementerio de Chalandriani, ubicado cerca de Kastri. Sus contextos
no sufren cambios dramáticos con la aculturización anatolizante que parece asentarse
antes que en Grecia continental. Posee fuertes contactos con Troya I-II y con Creta. En
Melos se ubican pequeñas aldeas agrícolas de grupos de parentesco entre dos y seis
generaciones, mientras que Hagia Irini y Chalandriani se convierten en los centros
político-económicos de Ceos y Siros, respectivamente, mientras que otras ciudades
fungen un papel similar en Paros y Naxos (Rutter, 2000).

Las principales categorías cerámicas son (Betancourt y Banou, 1999):

I. Cerámica de influencia continental: salseras, pysis, jarros y copas sin asas para
comer con diseños oscuro sobre claro y decoración geométrica que imita estilos de
Argólida, Corintia y Ática oriental. Otro imita el Estilo Urfirnis.

II. Estilo local de las Cíclades: presenta jarros con pedestales, pysis globulares y
freidoras tipo Siros71 en patrones bruñidos, estampados o incisos, sobre una superficie
oscura y decoración curvilínea con algunos triángulos pequeños.

El cementerio de Chalandriani presenta 600 tumbas de las cuales sólo 10 son


colectivas. Poseen forma rectangular o circular con paredes de piedra ligeramente
recubiertas, una entrada falsa por un costado y techos de losas grandes. Los cuerpos se
contraían y colocaban en la parte izquierda y las ofrendas funerarias reflejan que la
mayoría eran muy pobres (Rutter, 2000).

Se mejora la confección de los barcos largos, los cuales pueden transportar


mayores cantidades y mercancías más grandes. Surgen copas diminutas hechas con una
piedra verde muy pulida que probablemente se utilizaban para consumir pequeñas
cantidades de una sustancia valiosa; otra piedra verde más oscura se usaba para fabricar
vasos con relieve y decoración oscura. Se trabaja distintos tipos de mármol, entre ellos
uno azul grisáceo, pero predomina el de color blanco para confeccionar copas con
pedestal, freidoras, salseras y vasijas con forma de cuadrúpedos y aves. Incrementan las
herramientas, armas y joyas de metal como pinzas, leznas, cinceles y anzuelos. Se
extrae plomo y plata de Siphnos y cobre de Kythnos (Rutter, 2000).

Surgen las estatuillas FAF de las cuales se conservan representaciones de


hombres sentados tocando lira, sentados en taburetes irguiendo copas, de pie y tocando
tubos, guerreros armados con baldric72 y dagas, mujeres sentadas en taburetes o sillas
con respaldares altos, etc.. Sin embargo, las más curiosas son una pequeña mujer
erguida sobre la cabeza de otra mujer más grande, tres estatuillas colectivas y algunas
formas anómalas y que aparecen ocasionalmente, como una mujer con un brazo por

71 De perfil cóncavo, un lado no decorado, dos asas picudas y un espacio principal decorado con círculos
concéntricos o espirales estampadas, a menudo acompañados de bolas incisas como genitales femeninos
72 Una correa de cuero o textil que sostiene una vaina sobre los hombros.
316
delante y otro por detrás. Hay importaciones de estatuillas Koumasa de Creta (Rutter,
2000).

MINOICO TEMPRANO II

Los principales sitios son Vasiliki, Mirtos, Fournou Korifi y Trípili. Los dos
primeros fueron destruidos por el fuego al final del periodo como consecuencia de una
invasión extranjera. Después del MT II, Vasiliki se convertirá en una villa de menor
importancia y Mirtos nunca se reconstruirá. En general hubo fuertes contactos con las
Cíclades como lo reflejan estatuillas de mármol tipo FAF, vasos incisos de piedra,
dagas, pinzas de cobre y cerámica para fines funerarios y utilitarios. También tiene
contactos con el HT IIA, reflejado en los fragmentos de salsera tipo Urfirnis,
encontrados en Cnosos y en Platgyvola, así como sellos y amuletos de varios sitios
(Alexiu, 2004)

Se conservan restos de construcciones substanciales en Vasiliki y Palaikastro,


mientras que Mirtos y Trípili presentan un espacio reducido (Alexiu, 2004).

Continúan los estilos cerámicos de Agios Onouphrios y Lebena, pero


desaparecen los estilos de Pirgos y de Cerámica Incisa. Surgen en toda la isla, aunque
no en grandes cantidades, píxides esféricas y cilíndricas con fina textura gris,
frecuentemente pulida y con diagonales, semicírculos, anillos y puntos incisos. Hubo un
estilo de Cerámica de Vasiliki y otro tipo estrictamente utilitario (Betancourt y Banou,
1999).

Se presentan dos categorías generales de tumbas, conforme a dos regiones


cretenses (Watrous, 1993):

I. Casas Tumba: en Archanes, Siva, Platanos, Gournes y Palaikastro. Un tipo muy


específico aparece solamente en Gournes, Palaikastro y Mochlos.

II. Tumbas de Mesara: ejemplares parecidos a las cámaras tumba que contienen
inhumaciones múltiples que se fumigan periódicamente, apilando los huesos y ofrendas
funerarias contra la pared o en una cámara específica. Poseen distintos tamaños,
distanciamiento del asentamiento, elaboración arquitectónica y ofrendas. Tal variedad le
sugiere a Whitelaw la existencia de jerarquías sociales, criterio que es debatido por
Watrous. En esta región destacan los tholoi, donde los cuerpos comienzan a enterrarse
articulada e individualmente y comprenden ofrendas funerarias como comida y bebida.
Desaparecen los conjuntos secundarios de huesos y se acompleja la arquitectura
mortuoria. El diseño circular alcanza diámetros de hasta 13 m y paredes entre 70 y 250
cm de grosor, hechas con piedras grandes en el interior y núcleos líticos fijados con
arcilla por el exterior. La entrada afronta el oriente y posee puertas pequeñas de 1 x 1 m
(Alexiu, 2004)

Los cuencos de piedra presentan relaciones directas con Egipto e indirectas con
el Levante, región de donde se importaba el marfil para confeccionar sellos que no
presentan diseños estándar, a pesar del predominio de las cruces que pueden guardar
relación con los propios de Lerna III. La presencia de estos vasos aumenta,
principalmente en Mochlos y en los tholos de Mesara. Los fragmentos hallados en
317
Mirtos fueron importados del norte (quizá Mochlos). Además, se trabaja esquito,
mármol, serpentina y tufa. Aparecen más objetos de metal, principalmente en las
tumbas, entre ellos dagas de cobre y bronce y joyas (principalmente en Mochlos).
Siguen siendo escasas las herramientas de metal como sierras, cinceles y hachas
(Watrous, 1993):

Se fabrican vasos zoomórficos y antropomórficos en terracota con alguna


función ritual y/o funeraria, como la Diosa de Mirtos. Aparecen estatuillas de mármol y
continúa el estilo de Agios Onouphrios. Hay importaciones de FAF cicládicas y
fabricación local de estatuillas tipo Koumasa (Alexiu, 2004)

TROYA I-II

Presenta continuidad cultural entre las fases I y II. Troya II tiene una vida mucho
más larga, pero menos riqueza y contactos marítimos dentro y fuera del Egeo. La
joyería en oro tiene paralelismos con piezas encontradas en las tumbas de Mochlos y
otros sitios del interior de Turquía. Se conservan unas pinzas de Eubea y fragmentos de
salseras cicládicas. A pesar de eso, al adentrarse el periodo se desvanecen los contactos
con las islas del centro del Egeo (Allen, 1995).

El final de Troya I se caracteriza por un ensanchamiento del área de la fortaleza


unos 5m hacia el exterior y una destrucción del interior de la misma causada por el
fuego; se continúa utilizando un fuerte terraplén fijado con una capa de piedras y cierto
grado de inclinación en la pendiente. Troya IIa presenta una fortaleza con un área
todavía más amplia y protegida por una muralla más ancha y voluminosas torres
rectangulares que flanqueaban las dos entradas principales, pero, al final del periodo, un
incendio aún más devastador calcinó casi todo el material, dejando evidencia
únicamente de cuatro grandes megaras con un propilo que va a través de la pared
interior que tenía un pórtico con columnas. Troya IIb, tuvo un megarón de cuartos
múltiples en el extremo sur de la fortaleza y se reconstruyeron las murallas con un
diseño similar. La fortificación de Troya IIc nuevamente ensancha su territorio y surgen
impresionantes entradas con diseños de puerta doble; la entrada suroeste está provista de
una rampa de piedra pavimentada con pocas modificaciones y en la ciudadela se
encuentran enormes megaras paralelas y amuralladas también (Allen, 1995).

En Troya I aparece cierta cantidad de diseños cerámicos pintados claro sobre


oscuro y la primera cerámica importada del Egeo con fragmentos Estilo Urfirnis.
Además, la cerámica de superficie negra se hace común, acomplejando el conocimiento
técnico de la cocción y surgen los primeros platos hechos con rueda de alfarero y
cuencos bajos. En Troya II, el uso de la rueda se hace común y esto trae como
consecuencia nuevas formas como platos bajos y platos deslizantes y pulidos, a veces
decorados con patrones incisos; las vasijas adquieren rasgos antropomórficos que
descienden de los cuencos de Troya I. La tradición más antigua conserva el Estilo
Negro Pulido, pero surge otro que utiliza tonos entre rojo y bronceado sobre negro, que
llegará a influenciar más adelante al Egeo (Betancourt y Banou, 1999).

De Troya II sólo se conservan tres entierros: una mujer de 30 años, contraída en


un hoyo extramuros y dos niños intramuros que carecen de ofrendas funerarias (Allen,
1995).

318
Troya II presenta cuencos minoicos de esteatita; un mortero o carretilla de
mármol de procedencia cicládica o heládica y obsidiana de Melos. Cuatro hachas de
piedra imitan modelos bélicos hechos en bronce en el norte de Cáucaso. Sólo se
conservan algunos fragmentos de estatuillas en terracota (Allen, 1995).

BONCE TEMPRANO IIB

HELÁDICO TEMPRANO IIB

A rasgos generales, se desenvuelven tres regiones culturales (Rutter, 2000):

I. Un sistema similar al del HT IIA: Laconia, Mesenia, Etolia y Acarnania.

II. Cultura de Lerna III: un desarrollo local de los sistemas anteriores concretada en
el resto del Peloponeso, el interior del continente y el sur de Beocia.

III. Lefkandi I: en la costa oriental del Peloponeso, el sur de Tesalia y varios sitios
de Beocia, Eubea y Ática.

Estas culturas son contemporáneas del grupo Kastri del CT IIIA y se desenlazan
entre 2450/2400 y 2200/2150 a.e.a. Durante su consecución, finaliza el MT II y se
desenvuelve la segunda parte de Troya II y la primera de Troya III, que finalizará unos
100 o 50 años después del HT IIB (Rutter, 2000).

Lefkandi I corresponde a una invasión y fuerte aculturización anatólica que


afecta también al grupo Kastri. Por ese motivo, sitios cicládicos de Naxos, Delos, Siros,
Ceos; esporádicos como Palmari en Skyros; Eubea y continentales como Raphina,
Pefkakia, Tebas, Eutresis y Orcómenos comparten elementos muy similares. Algunos
de estos elementos también están presentes en Egina y en Filakopi. El rasgo más general
es la aparición de la rueda de alfarero y, con ella, de nuevas formas cerámicas
elaboradas con técnicas más complejas, principalmente para obtener recipientes para
beber bebidas alcohólicas que ingerían humanos adultos. Sobre los restos continentales
de Lefkandi I surgirá la cultura dominante del HT III (Hellenic Ministry of Culture,
1995-2001).

Los contextos de Lerna III no sufrieron influencia de los movimientos anatólicos


de la época, por lo que no hay choque violento ni aculturización, sino continuidad
cultural con nuevos desarrollos locales; sin embargo, al final del periodo, sus sitios
sufren cambios dramáticos. (Hellenic Ministry of Culture, 1995-2001).

El primer nivel arquitectónico de Lefkandi I presenta un área pequeña y una


arquitectura doméstica de influencia anatólica. En contraposición, en Lerna III hay dos
megaras largas y absidales, similares a otras construcciones de la cultura del este del
Peloponeso. Este estilo arquitectónico se estandarizará en la región, durante el HT III y
perdurará hasta el HM; destaca el complejo de dos pisos del sitio de Lerna, conocido
como Casa de las Tejas y la continuidad de la fortificación del sitio (Hellenic Ministry
of Culture, 1995-2001).

La cerámica anatolizante hecha con rueda es característica de Lefkandi I e imita


319
prototipos metálicos. Predominan platos, cuencos con bordes curvados, jarras de
cerveza con un asa, copas con dos asas, depa amphikypella (específicas de Orcómenos y
Pefkakia) y algunos jarros picudos y píxides esféricos con incisiones (principalmente en
las tumbas de Manika). El estilo es similar al cicládico y utiliza rojo y negro bruñido en
Kolonna, Lefkandi, Manika, Raphina, Eutresis, Orcómenos, Tebas y Pefkakia, con
marcadas variaciones locales. En Lefkandi y Manika desaparecen los tipos del HT IIA y
en Beocia aparecen formas híbridas como jarras de cerveza con bordes de pétalos y
cuencos contrabajos (propios del HT II) y el Tipo Trompettenkanne 73 (Betancourt y
Banou, 1999).

Tanto en Lefkandi I como en Chalandriani se practican inhumaciones simples en


cámaras de roca cortada, relacionadas con las propias del HT IIA y Filakopi I del CT
IIIB, respectivamente (Rutter, 2000).

Abunda un tipo de hacha martillo de piedra con eje liso, usado para hacer
herramientas de hueso y que caerá en desuso al final del HT III. En Lerna III, aparecen
selladores con motivos de cruces que guardan cierta relación con los diseños de los
sellos minoicos (Diseño 5.12) (Hellenic Ministry of Culture, 1995-2001).

CICLÁDICO TEMPRANO IIIA

No fue sino hasta hace poco que se esclarecieron los contextos del grupo Kastri,
a partir de los restos de su sitio nuclear, el más antiguo de los pocos centros que
tuvieron ocupación. Tiene relaciones con sitios de Eubea, Ática oriental y Beocia.
Además, presenta afinidad cerámica con Troya III y una arquitectura comparable a la de
Lerna III, Kolonna y Tirinto. Panormos, el monte Kynthos, y Hagia Irini presentan
fortificaciones similares. En general, los asentamientos poseen afinidades cerámicas con
Limantepe V, sitio costero de Anatolia que puede estar relacionado con el proceso de
anatolización. Estas fortalezas fueron abandonadas al final del periodo, excepto Hagia
Irini que perdurará hasta el CM y que presenta más paralelismos con Kynthos que con
Chalandriani y Chalandriani con Akrotiri. (Rutter, 2000).

La pequeña fortaleza de Kastri se ubica en una escarpada colina y posee 50 m de


largo. A sus pies se encuentran los cementerios de Chalandriani que no brindan muchas
tumbas referentes a esta cultura. Posee una muralla defensiva con seis bastiones
agujereados y construidos con bloques pequeños y medianos, así como una segunda
muralla exterior que le servía de escudo. En el interior, había varios grupos de cuartos
pequeños separados por angostos pasillos (Rutter, 2000).

La cerámica del grupo Kastri es muy similar a la de Lefkandi I, pero conserva


varios rasgos locales, principalmente en Hagia Irini. La rueda de alfarero se usa con baja
frecuencia. Las categorías comprenden cerámicas finas, semi-finas y ordinarias o toscas
y se pintan generalmente de rojo, negro o amarillo, a excepción de las copas con
pedestal y asas con diseños oscuros sobre claro. Continúan las píxides, pero se tornan
oscuros, con decoración rectilínea y ornamentos incisos que imitan el entretejido de
cestas. Aparecen jarras negras bruñidas con grupos de líneas verticales y teteras74 con
decoración plástica e incisa (Betancourt y Banou, 1999).

73 Jarros con asas redondeadas con un cuerpo de perfil angular.


74 Una píxide con pico tubular.
320
Continúan los trabajos en mármol y surgen trabajos en metal, similares a los de
Anatolia occidental. Destaca una mezcla de estaño y cobre que sólo aparece en Kastri y
Troya. Una diadema que es considerada una insignia de prestigio exhibe patrones
circulares abstractos, cuadrúpedos y figuras humanas con cabeza de pájaro. Surge el
repujado con imágenes de chimeneas. Se conservan moldes de piedra y objetos de
bronce, así como minerales crudos. Se registran dos dagas cortas y la primera lanza de
punta abierta, todas procedentes de Anatolia occidental (Rutter, 2000).

TROYA III

Troya III culmina una secuencia cultural que se inicia con Troya I y que
Korfmann denomina Cultura Marítima de Troya, que tiene influencia en el Helesponto,
el mar de Mármara y fuertes contactos con sitios anatólicos e islas del Egeo como
Chíos, Lemnos y Lesbos. Durante Troya III, aumenta significativamente la cantidad de
huesos de ciervo, lo que refleja un aumento de cacería. Presenta más paralelismos con
Thermi III-V de Lesbos que con Lemnos, principalmente en relación a su joyería.
Thermi III-V, a su vez, presenta fragmentos de salseras Estilo Urfirnis (Allen, 1995).

Se registran tres o cuatro fases arquitectónicas después de las cuales el pueblo es


demolido por razones desconocidas. Se ubican pocas casas afuera de las murallas y en
el interior hay complejos grandes, dos de los cuales comparten una pared; en general,
difieren muy poco de las ínsulas de Troya II. Sin embargo, hay algunas variantes
notorias como la sustitución del sócalo de ladrillo por piedra y otras características
específicas de las dos etapas de construcción de las murallas. Lemnos presenta un sitio
amurallado más grande que el de Troya con casas que formaban ínsulas de cuartos
múltiples en el centro de las cuales se halla un megarón confinado con corredores y filas
de pequeños cuartos con detalles muy diferentes a los troyanos. Thermi III-V presenta
una muralla fortificada y casas más humildes que las de Troya y más similares como
Demirci Hüyük, ubicado en el noroeste de Anatolia; también presenta estatuillas en
terracota que son raras en Troya, donde se prefiere la piedra (Allen, 1995).

Se conserva el 50% de formas y estilos cerámicos de Troya I. Hay importaciones


heládicas o cicládicas y la cerámica hecha con rueda pertenece a un estatus o grupo
reducido. Surgen los jarros picudos. No se conservan entierros (Betancourt y Banou,
1999).

Hacia el final de Troya II, aparece una industria de cestas y un tipo de telar con
tres o cuatro filas paralelas; surge un tubo de hueso decorado con incisiones que puede
haberse importado de las Cíclades y dos placas con paralelismos sicilianos, malteses y
con Lerna III; Schilieman y Blegen encontraron cantidades significativas de oro y plata,
herramientas y vasijas de cobre y bronce, propias de su fase de destrucción en la cual
predomina el bronce, situación que sólo se corresponde con Kastri. En contraste, Troya
III presenta pocos metales y conserva la tradición metalúrgica de Troya I-II; entre estos
metales se contabilizan 22 alfileres de cobre entre los cuales hay un ejemplar cicládico;
presenta poca obsidiana y se conservan estatuillas en terracota de cuadrúpedos como
perros, ovejas y ganado, las cuales se modelan por primera vez (Allen, 1995).

321
BRONCE TEMPRANO III

HELÁDICO TEMPRANO III

Hay continuidad cultural desde el HT IIA en Laconia, Mesenia, Etolia y


Acarnania y surge la cultura de Tirinto de la cual se conoce poco sobre las prácticas
funerarias y se desenvuelve entre 2200/2150 y 2000 a.e.a, análoga a una laguna
cicládica que imposibilita el conocimiento de la actividad en las islas y al final del MT
II e inicio del MT III, así como de la segunda parte de Troya III, el surgimiento de
Troya IV y su respectivo quiebre cultural (Rutter, 2000).

La cultura de Tirinto es mucho menos compleja que la del HT IIA y conserva


algunos rasgos tanto de Korakou (que serán fundamentales para la concreción de la
cultura micénica) como de Lefkandi I, por lo que se dice que es una fusión entre estas
dos culturas, con una variante marcada, representada por Lerna IV. Presenta poca
evidencia de contactos externos como los fragmentos de cerámica pintada de Argisa y
Pefkakia, encontrados en Kritsana (Macedonia) y Troya y una jarra con asas en forma
de ala de Troya IV, encontrada en Lerna IV; no tiene contactos visibles con Creta, las
Cíclades o Citera. Su arquitectura es más voluminosa y en sitios de Grecia central como
Tebas, Eutresis, Orcómenos y Lefkandi, sus restos aparecen superpuestos a los de la
cultura de Lefkandi I; otras evidencias se encuentran en Ática, Argólida, Achea,
Arcadia, Elis, Lócride, Eubea, Lefkas e Ítaca. Al final del periodo, sitios cicládicos
pequeños como Hagia Irini presentan nuevamente actividad, pero con una fuerte
aculturización heládica y se sufre una serie de cambios dramáticos tanto en las islas
como en el continente. Se ha tratado de conectar el surgimiento de la cerámica Gris
Minia con la causa del final de Tirinto, mediante una invasión a sitios como Lerna,
Tirinto, Kolonna, Lefkandi, Manika y Pefkakia. Sin embargo, dicha cerámica presentan
algunos rasgos que pudieron tener un desarrollo local (Renfrew, 2005).

Los pobladores representantes de la cultura que presenta continuidad cultural,


reocupan muchos sitios que habían sido quemados al final del HT IIA y que no habían
sido ocupados durante el HT IIB como Nichoria y Teriziontis Alon que proveen
información de Mesenia y Laconia, respectivamente; otros sitios como Agios Estéfanos
y Voïdhokoilada fueron abandonados temporalmente en el HT III (Renfrew, 2005).

Entre la cerámica peloponesia hay diseños pintados oscuro sobre claro con
ornamentos geométricos, principalmente rectilíneos, con abundancia de cruces y
motivos en los bordes, especialmente triángulos. Las jarras y píxides adquieren cuerpos
esféricos y cuellos cilíndricos y se conserva cierta cantidad de cerámica decorada con
pintura sólida. Las formas pequeñas, como vasijas para comer y beber, entre ellas copas,
cuencos contrabajos y jarras de cerveza, frecuentemente se bruñen, mientras que las
formas grandes, abiertas y cerradas, entre ellas cuencos grandes, jarras de agua, jarrones
y askoi no se bruñen y se decoran con pintura tosca. En Grecia central, predomina el
estilo de Hagia Marina con ornamentos similares. La pintura oscura de ambos tipos es
un poco lustrosa y parece descender de la pintura Urfirnis. Otra clase menor presenta
vasos grises bruñidos como cántaros, cuencos contrabajo y jarras de cerveza,
precedentes de la cerámica Gris Minia del HM. La única cerámica hecha con rueda es
gris, bruñida y fina y aparece en Lerna IV, Lefkandi y Nemea-Tsoungiza. La cocción es
distinta y a menudo se decora con proyecciones similares a bultos, principalmente en los
diseños hechos con rueda. Los motivos son muy distintos de los de Lefkandi I a
322
diferencia de las formas y presentan más similares con los diseños oscuro sobre claro de
Seros-Siros; sin embargo, su filiación más cercana es la cerámica con motivos incisos,
oscuros y bruñidos, cubiertos con blando, propios de la variante de Lerna IV y comunes
en Olimpia y, en menor cantidad, en Lefkandi y posteriormente en las Cíclades
(Betancourt y Banou, 1999).

Las herramientas de piedra distintivas de Tirinto incluyen hachas martillo con


eje liso, usadas para hacer herramientas de hueso. No hay cucharas ni cucharones y se
registran menos mentales. No hay representaciones humanas ni estatuillas cocidas
(Imagen 5.29) (Renfrew, 2005).

MINOICO TEMPRANO III

Surge el hipogeo (una especie de granero bajo tierra y abovedado, ubicado en el


extremo sur del posterior palacio de Cnosos) y una pared que pudo pertenecer a un gran
edificio en la parte norte del patio occidental (Alexiu, 20004).

Este periodo representa una evolución cerámica que se dirige por distintos
caminos en el norte y este de la isla (Betancourt y Banou, 1999):

I. El este: diseños rectilíneos y curvilíneos pintados claro sobre oscuro que derivan
de otros aparecidos en pequeñas cantidades en el sub-periodo anterior en sitios como
Mirtos.

II. En el norte: la región central norte tiene poca cerámica del estilo propio del este
y no presenta ningún diseño con espirales. Es más popular el estilo oscuro sobre claro
con decoración lineal en goblets o egg-cup75, forma importada del este.

Aparecen por primera vez los entierros larnax de diseño elíptico y de poca
elaboración. En At Pachyammos y Gournia, en el este, se ubican hoyos simples cortados
en el suelo o en lechos de roca, mientras que en el norte los muertos se depositan en
Casas Tumba, estilo peculiar que perdurará hasta final el MM. Los pithos son
contemporáneos y aparecen también en Anatolia occidental y poseen sus precedentes en
el NF de Kefala. En sitios como Hagia Varvana y Chysolakkos, aumenta el número de
celts entre los objetos funerarios, lo que indica una mayor individualización de los
entierros (Alexiu, 2004).

Surge la vela que permite transportar mercancías a través de distancias más


largas y a una mayor escala (Alexiu, 20004).

TROYA IV

Presenta cinco fases arquitectónicas y un pueblo completamente distinto al de


Toya V y que fue demolido por causas desconocidas. Se conservan restos de una
muralla poco substanciosa entre el sur y el este. La orientación de las casas es distinta y
sólo una presenta ladrillos de barro sobre sócalo de piedra. El nuevo diseño consiste en
una fila de cuatro unidades residenciales de dos cuartos enfrentados con una calle en

75 Tipo de copa con la base plana.


323
medio, conformando una especie de ínsula (Allen, 1995).

Comprende una cerámica temperada sobre vasijas grandes, en su gran mayoría


hechas con rueda. Aparecen jarras con asas con forma de alas y decoración espiral
plástica, así como cuencos con cruces rojas (Betancourt y Banou, 1999). No se
conservan entierros (Allen, 1995).

Continúa predominando el hueso de ciervo, pero hay más registros de cerdo,


oveja, cabra, vaca y conejo. Se trabaja el pedernal y la obsidiana. Sólo se conservan
once ejemplares de metal, siete de los cuales eran alfileres sin innovación. Las
estatuillas de piedra conservan la tradición anterior (Allen, 1995).

ANEXO 14: ARGUMENTOS PARA FILOSOFAR EL IMPERIO CRETENSE


DEL MM

EL IMPERIO MINOICO DEL MM

MM IA Y SU CONTEXTO

El MM se caracteriza por el progresivo predominio de los minoicos en el Egeo y


sus relaciones con los otros sistemas culturales de Grecia y el Levante.

En la fase de transición entre el BT y BM, tanto Creta como el Levante registran


destrucción, abandono de asentamientos y muy pocos contactos foráneos. Como
consecuencia, Creta no presenta autoridades poderosas, artesanos muy especializados ni
una división del trabajo muy compleja. Su economía agrícola se basa en cereales y
legumbres; pero progresivamente surge la navegación y el tráfico de mercancías con la
costa oriental del Peloponeso, Lerna, Filakopi, Samos y Chipre. Establece su primera
colonia en Citera (Watrous, 1994). La joyería exhibe nuevos detalles en la forma y la
técnica metalúrgica presenta paralelismos con Cecilia, Ugarit y Biblos. Además, entre el
MM I-II, los objetos egipcios y las imitaciones egiptizantes aumentan
significativamente (Watrous, 1994).

Surgen rasgos arquitectónicos precedentes de los posteriores Viejos Palacios


como herramientas de construcción, entre ellas picos y hachas-azuelas; jambas en las
puertas, cimientos de roca cortada para las columnas y sistemas líticos de drenaje. Se ha
confirmado la existencia de murallas fortificadas en Malia y otros yacimientos y
sistemas defensivos que reaparecerán en el MTr III. En Kouphotia, Hagia Photia, hubo
un complejo de 37 cuartos, fortificado con un circuito de murallas y torres intercaladas,
a lo largo de la fachada oriental (Alexiu, 2004).

La cerámica hecha a mano presenta diseños oscuro sobre claro. En el este,


destacan los Vapheio o Keftiu76, con diseños claro sobre oscuro y decoración policroma
con blanco, rojo o naranja sobre pintura sólida oscura. Aparecen los borbotones o
relieve; aumentan los diseños curvilíneos y algunos motivos naturalistas como flores
(Betancourt y Banou, 1999).

76 Copas de lado recto.


324
Existen complejas formas funerarias (Watrous, 1993):

IV. Larnakes: elípticos con pocas variantes rectangulares, más cortos y profundos y
pocos ejemplares pintados.

V. Phitos: llegan a ser comunes tanto en Creta como en las Cíclades. Aumentan en
el norte y el este y se harán comunes en el MM II. Se depositan en hoyos simples en
cementerios de pithos, cavernas, tholos, osarios rectangulares o cámaras tumba,
individual o colectivamente y raramente se pintan. Vasijas domésticas se encuentran
entre las ofrendas funerarias, característica que se extenderá hasta el MTr.

VI. Cámaras tumba: para Evans, derivan de prototipos egipcios, pero para Plini de
modelos chipriotas. Destacan en Archanes y los cementerios de Mavrospelio y Epano
Gypsades, cerca de Cnosos. Guardan relación con el tipo micénico continental que
derivará de los ejemplares de Mesara en los siguientes periodos y que posee en común
con los modelos cretenses una entrada con un pasillo descendiente y dromos, un
ensanchamiento hacia el fondo, paredes inclinadas hacia el interior y puerta más
angostas que el dromos. Los modelos minoicos se distingue por sus techos planos o
bóvedas convexas. En ellas se encuentran tholos y larnax, los últimos especialmente en
Archanes. En los tholos de Apesoraki, las tumbas rectangulares incluyen dos altares,
uno en el interior para las autoridades ceremoniales y otro en el exterior para la gente
común.

Surge la escritura pictográfica-jeroglífica cretense en sellos de 3 o 4 lados y


algunos textos pequeños de Faistos, Cnosos y Malia; sólo se ha descifrado su sistema
decimal (Olivier, 1988).

El HM I representa la cultura del Minio Temprano que surge en el Peloponeso y


el centro de Grecia y se extiende hasta el valle del río Spercheios. Presenta más
contactos con las Cíclades del norte y Tesalia que con las Cíclades del sur y Creta. Sus
principales sitios son Malthi, Mesenia y Lerna V (Rutter, 2000). La arquitectura se
caracteriza por el modelo de pueblo disperso sobre el cual surge un sitio nuclear de baja
densidad, localizado en una colina rocosa. Mesenia (Malthi, Peristera y Pilos) y Ática
(Kiapha, Thiti, Brauron, Thorikos y Plasi, cerca de Maratón) presentan restos de
fortificación. Sus murallas no son tan impresionantes como las de Hagia Irini, Kolonna
o Troya VI. El diseño habitacional de las elites es la Casa Larga construido libremente,
rectangular o absidalmente, con dos o tres cuartos separados por paredes interiores de
ladrillos de barro sobre sócalo de piedra, sin medio enmaderado, con entradas axiales en
uno de los lados cortos y protecciones de anta en los lados largos, los cuales crean un
pórtico bajo frente a la casa. Conforme avanza el periodo las estructuras adquieren
mayor resistencia y durabilidad (Rutter, 2000).

Surge la cerámica Minia nombrada por Schliemann para determinar una


variedad distintiva, oscura y bruñida, que apareció en Orcómenos. Este término se
extendió a otro tipo de cerámicas con gran variedad de formas abiertas como goblets;
todos son monocromáticos, bruñidos, grises y negros o rojos y amarillos; estas clases
eran confeccionadas con arcilla moderada y muy fina; la forma angular de los vasos
Gris Minio es el resultado de la rueda y para algunos imitación de prototipos metálicos,
a pesar de la escasez de vasijas y otros metales. La decoración adquiere forma de surcos
en la parte superior de los cuencos y cántaros que deriva de la Cerámica Gris Bruñida
325
del HT III, excepto en la variedad Negra Minia argiva que deriva del Estilo Oscuro
Deslizante Bruñido. Luego, la cerámica Minia es un desarrollo de Grecia central.
También surge un Estilo de Pintura Mate con pintura carente de lustre, diseños oscuro
sobre claro, varios tonos claros que difieren en el tratamiento de la superficie; su
composición fabril y el empleo de colores matizan variantes locales; ocasionalmente se
aplica una capa de pintura mate oscura para generar diseños claro sobre oscuro de
menor frecuencia; la decoración predomina en las formas cerradas como jarras y
diversos jarros y abiertas como copas y cuencos; las vasijas grandes, entre ellas ollas,
son más tocas al requerir más material temperante para la cocción. Aparecen las
primeras importaciones en la costa oriental del Peloponeso en sitios como Agios
Stephanos y Pavlopetri en Laconia, y Lerna, Asine y Kandia en la Argólida (Betancourt
y Banou, 1999).

En el HM surgen los túmulos extramuros con una pared baja de diseño circular
que soporta un montículo bajo de tierra sobre el que se hunde la cista o el pithos en
hoyos simples. Los más antiguos provienen de Aphida y Voïdhokoilada; pocas veces
tienen ofrendas, pero se incrementa el tamaño de las tumbas individuales y los cuerpos
se entierran extendidos; hay conexiones entre Nidhri y Lefkas (Rutter, 2000).

La obsidiana deja de ser la materia prima más utilizada para la fabricación de


herramientas líticas como puntas de lanza, sierras dentadas; hay martillos con eje liso en
piedra pulida, cabezas de maza y varios tipos de mortero. Aparecen disco de esquito que
son moldes para perforar regularmente el mimbre. En hueso se registran leznas,
punzones, alfileres con ranura en la cabeza hechos con colmillo de cerdo; en
cornamenta, picos, celts y martillos; en bronce y cobre, cinceles, ejes lisos, dagas,
puntas de lanza, pinzas, aretes, espirales para el cabello, brazaletes, pinchos, anillos y
collares. No hay ejemplares de espadas continentales, pero sí de fabricación malia y de
Arkalochori en Egina. Poca joyería en oro y plata. Abrazaderas de plomo para reparar
ollas. Los carretes y espirales de uso soy muy comunes y se decoran con incisiones
(Rutter, 2000).

En Egina, Kolonna VII-IX representa un híbrido entre las Cíclades y el Minio


Temprano y conserva remarcadas diferencias arquitectónicas. Presenta la fortificación
más impresionante del Egeo durante la EB (Rutter, 2000).

Contemporáneamente se desenvuelve la primera mitad de Filakopi I del CT III


que tiene más contactos con Amargos que con Creta, a pesar de haberse encontrado
cerámica de Filakopi I en Cnosos. Conserva muchos rasgos de Lefkandi I. En Melos,
Ceos (Imagen 5.37) y Paros, un asentamiento nuclear adquiere el poder de la
administración central de cada isla (Rutter, 2000). Estos centros se caracterizan por
bloques de cuartos rectangulares mucho más ordenados que las conglomeraciones de
pequeñas fortalezas del HT IIB y sientan sus precedentes en la Hagia Irini del CT II
(Diseño 5.19). Paroikía en Paros presenta continuidad hasta el BTr (Diseño 5.38)
(Rutter, 2000).

Se registra cerámica incisa, oscura y bruñida en vasos, píxides y jarros; cerámica


pintada con un gris no mate y decoración rectilínea en diseños oscuro sobre claro con
cuencos, jarros picudos, kernoi y copas con un asa (Dearqueología, 2000).

Las tumbas son cámaras de roca cortada con paralelismos con Manika, Eubea, y
326
Pavlopetri, Laconia, así como relaciones con Korakou y Lefkandi I. Decae la
fabricación de vasos de mármol. Las estatuillas esquemáticas sustituyen a las FAF y se
exportan al continente (Dearqueología, 2000).

En Troya V hay continuidad en los trabajos en terracota, acompañada de un


decrecimiento del hueso de ciervo y un aumento del porcino y bovino, que son los
animales más comunes; se conserva un cuchillo, un cincel, tres alfileres y unos trozos de
una aleación de alambre compuesta de estaño y bronce (Allen, 1995).

MM IB Y SU CONTEXTO

Es contemporáneo del final del HM I y de la primera parte del HM II o Minio


Decorado o Maduro, durante el cual una invasión extranjera consolida los primeros
indicios fuertes de la cultura micénica. Filakopi II sufrirá un progresivo proceso de
aculturización que dificultará distinguir su cultura de la minoica (Rutter, 2000). Para
Lewthwaite, existen otros reinos poderosos similares a Creta y Kolonna en Córcega,
Sardonia, Sicilia y Chipre (Watrous, 1994).

En Creta, surgen los Viejos Palacios o complejos arquitectónicos monumentales


que presentan una cronología distinta de los sitios no palaciales, conforme a la presencia
de cerámica Kamares Clásica del MM II. Su sociedad es más compleja y distinta de las
precedentes tanto en Creta como en Mesopotamia y Egipto. Su cultura es una mezcla de
influencias del Cercano Oriente, Egipto y elementos culturales y naturales propios.
Surge una sociedad clasista bien diferenciada que genera centros de redistribución de
necesidades de primer orden (Renfrew, 1972) que precedió a la realización de la teoría
de Cherry de la conformación de los primeros estados pequeños y organizados
conforme a la elites administrativas de poder centralizado, control de los derechos
territoriales y aseguramiento del orden interno, mediante acciones que generan la acción
grupal (Rutter, 2000). Los complejos arquitectónicos tienen grandes almacenes de
excedentes agrícolas que propician el surgimiento de sistemas escritos más complejos y
la confección de artefactos de prestigio en gran variedad de materiales locales e
importados (Olivier, 1988).

Los principales centros son Cnosos y Faistos, los cuales mantienen contactos
con la costa oriental del Peloponeso y sitios cicládicos como Hagia Irini, Filakopi,
Parokía, Makri Vigla en Naxos, así como con la costa macedonia (Rutter, 2000).

Además, los minoicos utilizaron su primer sistema de escritura egea para


propósitos administrativos; éste es jeroglífico y presenta algunos caracteres egipcios
(Olivier, 1988).

Los restos de los Viejos Palacios de Cnosos y Malia están debajo de los Nuevos
Palacios. Se conserva la Fachada Occidental del de Faistos con un Patio Oeste en frente,
el Área del Teatro adjunta y gran parte del Ala Occidental, con una suite de cuartos y un
santuario; el Patio Oeste presenta tres niveles pavimentados con las dos entrada
principales en medio, la más impresionante entre la unión de las Alas Noroeste y
Suroeste, y conserva un camino pavimentado que se yergue hacia un montículo junto a
otras cinco entradas menores que lo comunican con la columnata del Patio Central,

327
donde había Kouloura77, al igual que en Cnosos. En Cnosos se conserva un Patio
Público que separa al palacio del pueblo circundante y construcciones subterráneas
utilizadas para almacenar agua, seguridad y, según Evans, refugio. Se utilizan técnicas
novedosas de construcción como el ashlar78 con perforaciones de cerradura de muesca
en la parte superior. Tales construcciones requirieron de albañiles especializados y
mucha fuerza de trabajo. Malia posee anexos no palaciales como un gran espacio
rectangular abierto con piso enyesado y cimientos voluminosos con bancos, similares a
los del Área del Teatro. Otros complejos adicionales están en Monastiraki, valle de
Amari (con selladores) y Kommos (sitio que será absorbido por Faistos) con una gran
construcción alrededor del Patio Central con estoa en medio de seis columnas (Rehak y
Younger, 1998).

El Tesoro de Malia presenta las dos primeras espadas del Egeo; una es toda de
oro y posee empuñadura; también hay un pomo decorado con un acróbata en repujado,
otra empuñadura de roca cristaliza, una punta de lanza de esquito café con un leopardo
estirándose y espirales alrededor, una daga y otra empuñadora de oro (Rehak y
Younger, 1998).

Las cavernas fungen como sitios de culto en Amnisos, Idean, Iuktas, Kamares,
Psychros, Skoteino, Stavromyti y en alrededor de 50 cumbres santuario donde el culto
guarda relación con el subsiguiente surgimiento de los Viejos Palacios, como lo
comprueba la distribución de la Cerámica Kamares, la Escritura Lineal A y el Disco de
Faistos, del siguiente periodo. En estos contextos, las armas son muy escasas. Se
conservan estatuillas en terracotas de devotos (as) en los santuarios de Petsopha,
Kophinas, Iuktas y otros sitios, así como un grupo de toros frente a seres humanes en
una tumba de Mesara (Watrous, 1993).

En Grecia continental, Lerna presenta casas cercadas por pórticos rectangulares


con uno o dos almacenes en las esquinas (Dearqueología, 2000). La Cerámica Minia del
HT II-III registra pedestales con patas y goblets en el Estilo Amarillo, propios de
Argólida y Corintia; Aparecen semicírculos incisos y paralelos y círculos estampados y
concéntricos, principalmente en el Estilo Negro Argivo. El Gris Minio es el más común
en el norte del Peloponeso y posee ornamento inciso y estampado. El Rojo Minio
predomina en el Ática, Beocia, Egina y las Cíclades norteñas. El Amarillo Minio posee
una superficie clara a menudo decorada con pintura mate oscura que genera el Estilo
Pintura Mate (Betancourt y Banou, 1999).

Korfmann descubrió recientemente los restos de la muralla de Troya V que


presenta casas similares a las de Troya IV, pero con paredes mejor construidas, cuartos
rectangulares y un poco más grandes, chimeneas fijas, hornos y bancos; todo eso
sugieren un mejoramiento en la calidad de vida. Aparecen cuencos con cruces rojas,
similares a los encontrados por Caskey en Lerna III, HT IIA, pero la cerámica no sufre
cambios significativos (Allen, 1995).

MM II Y SU CONTEXTO

Es paralelo al HT II. Junto a los Viejos Palacios, surge entre 1800 y 1700 a.e.a,

77 Roca alineada en hoyos circulares


78 Composición de bloques de piedra cuadrados que conforman capas regulares.
328
el Barrio Mu de Malia que presenta tres grandes edificios, de los cuales el del centro
poseía 450m2 y comprendía 30 cuartos que incluían en el oeste del complejo un
santuario con chimenea cuadrada en el centro; en el norte, cuartos de almacén y sistema
de drenaje; también se registra una sala con columnas sobre cimientos de roca cortada.
Además, hay caminos pavimentados y bordeados por rocas que se elevan sobre un
montículo; un área con moldes para herramientas de bronce y trabajos de metalurgia; un
taller de alfarería con moldes de vasijas con forma de focas, peces y gatos, 9 tablillas,
13 medallones, 2 conos, 16 nódulos y varios tipos de selladores (Rehak y Younger,
1998).

Al final del periodo, surge una cerámica con paredes más delgadas, decoración
policroma compleja, bordes arrugados y otros rasgos que imitan los trabajos en metal
que Walberg llamó Estilo Kamares. Surgen cuencos con paredes reforzadas 79. Ésta se
concentra en los palacios, la caverna de Kamares y la cumbre santuario del Iuktas, así
como en algunos centros vecinos de Cnosos (donde representan obsequios de la elite
central). Fue hecha con moldes en lugar de rueda, debido a la delgadez de las paredes, la
técnica y la estética sin precedentes. Predominan diseños abstractos y ocasionales
representaciones de plantas, animales y humanos. Posee un policromado complejo con
abundante blanco y varias sombras rojas, naranjas y amarillas sobre fondo negro. La
tradición anterior continúa en los sitios no palaciales (Watrous, 1994).

La Cerámica Kamares es una mercancía secundaria del comercio que se registra


en sitios del Dodecaneso (Serragio de Cos e Ialysos / Trianda de Rodas), Anatolia
(Iasos, Mileto, Knido y la Troya IV-V o la Cultura Anatólica de Troya de Korfmann), el
Levante (Ugarit y Biblos), Chipre y Egipto. En contextos egipcios del siglo XIX a.e.a de
Nahum y Hagareh, así como en Shamra (antigua Ugarit) y Chipre también se conservan
fragmentos cerámicos minoicos. Los documentos de Mari comprueban la presencia de
minoicos en Ugarit y el comercio de armas, ropa y estaño entre el sitio y la isla; de los
minoicos imitaron las elegantes vasijas de metal con ejemplares hechos en arcilla.
También se conservan vasos de obsidiana como obsequios funerarios en las Tumbas
Reales de Biblos, con el nombre de Amenemhat IV, faraón egipcio. Los vasos minoicos
hallados en Chipre indican la ruta sirio-cicilia; mediante el Levante tuvieron contactos
indirectos con Egipto, como lo revela la similitud de los sellos minoicos con los
ejemplares egiptizantes del Levante. Ahora bien, también pudieron navegar hacia sur, al
norte de África y el delta del Nilo, ya que Poursant ha evidenciado cierto conocimiento
egipcio en el Barrio Mu del inicio del MM II y la presencia de ataúdes de arcilla
similares a los egipcios que no aparecen en el Levante. Ahora bien, debido a la
influencia de los vientos para la navegación, la ausencia de materias primas y la
posición de Creta, frente a frente con Egipto, justifica el hecho de que los egipcios la
consideraran una isla insignificante y no realizaran una expedición al sitio antes de la
Dinastía XII, cuando Creta entra completamente a la política egipcia y a su órbita
económica. Ahora bien, muchos de los objetos egiptizantes de Biblos pudieron ser
imitaciones fabricadas por los artesanos cretenses. Watrous piensa que varias diosas
minoicas representan figuras complementarias de la realeza masculina cretense, a través
de su íntima y única relación con el rey, legitimando su poder. Esta misma relación se
halla en Egipto donde el Faraón era designado como hijo de Hathor o Isis y se
representaba abrazado y amamantado por Hathor (Watrous, 1994). Esta carencia de

79 Con un perfil común en las vasijas, donde una curva cóncava y otra convexa procuran una cresta o
marca similar a una quilla
329
materias primas de Creta indica que los minoicos fueron pioneros en la navegación de
puertos del Levante y Egipto para buscar plata, cobre, estaño y piedras preciosas que
intercambiaron por maderas y objetos acabados como vasijas de metal, armas y
cerámica decorada. Entre los contextos más cercanos, se importaba obsidiana melia,
lima de Naxos, mármol de varias islas, plata y plomo de Sphnos y el Ática oriental
(Rutter, 2000).

De los 1500 sellos bien preservado de Faistos, Judith Weingarten ha clasificado


varios grupos, tres de los cuales contienen una iconografía que parece representar altos
rangos de poder; dos poseen diseños abstractos, pero el tercero se caracteriza por una
escena de un toro peleando bajo una ciudad fortificada. Diseños similares representaban
a la realeza egipcia en tiempos más antiguos. Ahora bien, los modelos políticos egipcios
fueron un estimulante y no un modelo copiado, en contraste con la situación de Biblos.
Los complejos santuarios urbanos de Egipto y Biblos contrastan con el uso de las
cavernas y las montañas cretenses en donde se practicaba un culto oficial y popular,
como lo demuestra las ofrendas que consisten en pertenencias personales y objetos
votivos. Además, en los sitios de culto cretenses sólo se conservan dos objetos
egiptizantes, uno de los cuales representa una batalla de escarabajos y fue encontrado en
una cumbre santuario. Ahora bien, el jeroglífico egipcio djew, identificado con los
hornos de consagración, está representado por una montaña. Así, tal signo fue usado con
un sentido cósmico en Egipto para representar las dos montañas que se hallaban en el
borde del mundo. Esto puede significar que cuando los minoicos crearon sus sistema de
culto y santuarios, eran consientes de la cosmogonía egipcia, a pesar de la ausencia
general de deidades egipcias en Creta. El culto cretense estaba relacionado con el orden
orgánico de la naturaleza (Weingarten, 1994).

En las costumbres funerarias hay más paralelismos con Egipto. Durante el MM


I-II se continúa con la tradición de los tholoi y las Casas Tumba, pero en algunos
aparecen ataúdes de arcilla, forma que sólo se conoce en este tiempo en Egipto. La
tumba monumental real de Chrysolakkos en Malia reflejan dicha influencia al presentar
variadas ofrendas parafernalias como paletas de piedra para moler cosméticos, sistro
para hacer música en el otro mundo, distintos tipos de vasos de piedra egipcios para
perfumes, ungüentos y cosméticos; alabastro, copas cilíndricas, floreros monobloque,
copas goblets, cuencos con paredes reforzadas, floreros dobles, ánforas en miniatura,
conchas ceremoniales y moldes cerámicos para bollos de pan (Weingarten, 1994).

El concepto funerario del viaje del muerto sobre el agua del Nilo para alcanzar el
otro mundo será claramente adoptado en el MTr y tuvo antecedentes durante el MM I-
II, como lo reflejan los restos de varios sitios, entre ellos Archanes y los de la llanura de
Mesara. Además, muchos cadáveres poseen sellos personales de origen egipcio
(Weingarten, 1994).

El surgimiento de los Palacios también tiene influencia oriental, ya que el


monumental ashlar de las fachadas es de origen sirio, pero el diseño en general del
complejo es local (Weingarten, 1994).

Fiandra ha mostrado que el sistema administrativo que rige el almacenaje y la


redistribución de los géneros en el Primer Palacio de Faistos es similar en mucho a los
sistemas egipcios y del Cercano Oriente (Fiandra, 1975).

330
En Faistos surge la escritura Lineal A con 85 signos silábicos, tres de los cuales
recuerdan jeroglíficos de la otras escritura minoica más antigua y que conserva cierta
vigencia; Biblos sufre una división de escritura similar, durante el II mn a.e.a. La Lineal
A cretense no aparece en sellos sino en tablillas, mesas líticas para libaciones, un
mortero con forma de cuchara, la jamba de una puerta, un anillo de oro, hachas
miniatura de oro, alfileres de plata y oro y lingotes de bronce; se lee de izquierda a
derecha y presenta variaciones locales entre los 30 sitios que la registran. Textos
individuales han aparecido en Hagia Irini, Filakopi y Akrotiri. Los archivos más granes
son de Hagia Triadha (168 tablillas) y Chania (MTr IA). También hay en Cnosos,
Archanes, Malia y Zakro. Predatan la presencia micénica en la isla (Olivier, 1988).
En el HT II aumenta la cantidad de túmulos extramuros que predominan en Elis y
Mesenia (Voïdhokoiliada, Kaminia, Koukounara, Routsi, Peristera, Samikon y
Makrysia), Ática (Aphidna, Vrana, Thorikos y la Acrópolis de Atenas), Corinto,
Argólida (Argos, Asine y Dentra); Lócride (Mármara) y Elateia (Rutter, 2000).

De Troya V sólo se conserva el entierro de un infante en un hoyo bajo el piso de


una casa (Allen, 1995).

MM III Y SU CONTEXTO

El cambio está marcado por un terremoto que destruyó los Viejos Palacios, el
posterior incendio del Barrio Mu, la reconstrucción de los palacios de Cnosos y Faistos
y el surgimiento del palacio de Zakro. Creta presenta contactos con la costa occidental
del Peloponeso, principalmente con Mesenia, y hay migración de artesanos minoicos
que generan trabajos metalúrgicos en Micenas y alfarería en Agios Estéfanos. Surgen
colonias minoicas en Serragio, Mileto, Iasos y Knido y se aculturiza con mayor fuerza
las Cíclades. Se fortalece la talasocracia minoica en el Egeo, durante su último periodo
de dominio (Watrous, 1994).

El diseño de palacio minoico es estándar y varía en tamaño entre 13 000 m2 en


Cnosos y 2800 m2 en Zakro. Posee rasgos más funcionales que estéticos. Conservan
características arquitectónicas del MM IB y reflejan influencia cosmopolita, así como
similitud con Beycesultan, Mari y Alalá. La especialización de los arquitectos refleja así
gran creatividad. Cada palacio posee un Patio Central pavimentado para asambleas,
rituales y deportes; en Cnosos éste presenta hornos de consagración. Su funcionalidad
es propia de una arquitectura centrípeta en la cual las actividades políticas centrales y
las cotidianas que más se le asocian se realizan en las alas circundantes. En la esquina
sur, se encuentran los Graneros de Silo y la Entrada Principal; en ese costado se ubican
las Suites Residenciales de Malia, halladas en el SE en Cnosos, junto a las casas
citadinas, algunas de las cuales poseían pilares crípticos. En el primer piso del Ala Oeste
había almacenes que se abrían hacia el Patio Occidental, a través de corredores que iban
de norte a sur (Rehak y Younger, 1998).

Un cofre de madera presenta un Mosaico del Pueblo de Cnosos con edificios,


árboles, soldados, cabras, bueyes, la proa de un barco y pedacitos de mar. La Casa
Modelo en terracota de Archanes (31 x 29 cm y entre 15 y 18 cm de alto) es un diseño
de dos plantas con ventanas, columnatas, escalera y balcón, características de la Casa
Torre que existió entre los siglos XVIII y XVI a.e.a (Rutter, 2000).

La alfarería pierde importancia y predomina la cerámica popular del MM IB,


331
característica del periodo Post-Kamares que presenta vasijas muy técnicas, pero toscas y
desdibujadas en comparación con las de Kamares Clásico. Hay cerámica estilos pintura
sólida, no pintada y blanco sobre oscuro y muy pocos policromos. Desaparecen las
copas con paredes reforzadas, abundas Vapheios, copas y copas de té semiglobulares.
Las principales cantidades provienen del Templo Depositario de Cnosos, donde
aparecen las Diosas Serpientes y del Cuarto de las Vasijas Azucena. Recientemente se
descubrió una casa al oeste del palacio con el único depósito Kamares clásico del
periodo (Betancourt y Banou, 1999). Desaparecen los larnakes en el oeste de la isla
(Watrous, 1994).

El Disco de Faistos es de arcilla y presenta una escritura única que parece


importarse de Anatolia; sus 45 signos se estampan en grupos de 2 a 7 (30 por un lado y
31 por el otro), divididos por líneas horizontales y verticales que no distinguen la forma
de lectura. Posee paralelismos con los signos de la caverna de Arkalochori (Olivier,
1988).

ANEXO 15: ARGUMENTOS PARA FILOSOFAR LA EDAD DEL BRONCE


TARDÍO DE GRECIA.

CONSOLIDACIÓN DE UNA CULTURA MICÉNICA CONTINENTAL, HM III.

Fase tardía que se da entre la explosión del volcán de Tera y los inicios del HTr,
en el cual florecen las civilizaciones micénicas y aumentan su poder hasta llegar a
ejercer gran influencia en Creta y el Egeo, después de la catástrofe que acaba con el
MM III (Rutter, 2000).

La fortaleza de Kolonna es la más impresionante de la época y presenta un


ashlar de influencia minoica, contemporáneo del surgimiento de la albañilería micénica
(Rehak y Younger, 1998).

En las cerámicas minias aparecen cántaros y cuencos contrabajo, propios del HT


III. En el NE del Peloponeso hay copas con pedestales, desaparecen los pedestales de
varilla y surgen los bordes bajos e incisos. La incipiente Cerámica Mate imita motivos
curvilíneos y algunos naturalistas de las Cíclades y Creta, pero con la técnica y el estilo
característicos del HTr I; destaca una gran variedad de objetos de mesa como cuencos,
jarros y cantaros y vasijas de almacenaje como jarras barril, jarras de cuello delgado,
hidras, ánforas, etc. Los prototipos del HT III originan la Cerámica Cocida de superficie
oscura, no pintada, relativamente tosca en su ornamento inciso; destacan las jarras de
boca ancha y los cuencos bajos con un salto vertical y una correa sujetada al borde del
asa, con ciertos paralelismos adriáticos. Otra forma altamente distintiva era hecha con
mineral temperado e incluía plaquetas de mica dorada con componentes volcánicos de
Egina. Hay cuencos y goblets rojos deslizantes y bruñidos, ollas cocidas carentes de
asas o con un asa, toscas y medio toscas. Estas influencias aparecen en la Argólida y el
estilo egino se extiende por golfo Sarónico, Grecia central y no llegan al sur del
Peloponeso sino hasta tiempos el HTr I. Se importa cerámica policroma del MM, tanto
de Creta como Citera (Betancourt y Banou, 1999).

En Lerna V aparecen los primeros huesos del caballo actual y en Troya hay
332
evidencia de aves domésticas como pollos (Rutter, 2000).

Hay entierros dentro y fuera de asentamientos en sitios como Sesklo, Eutresis,


Micenas, Zygouries, los cuales persistirán hasta el HTr I en lugares como Prosymna.
Progresivamente predominan las inhumaciones individuales sobre escasas
inhumaciones múltiples en cistas u hoyos simples con dos o tres cuerpos, donde se
ubica a una madre con su hijo o una pareja de esposos. Varios entierros aparecen en un
mismo túmulo. En Kolonna se registra una tumba obelisco que contiene el esqueleto
parcialmente contraído de un joven adulto con una espada, una punta de lanza y varias
dagas, todas de bronce; un puñado de puntas de flecha de obsidiana, muchas plaquetas
perforadas de colmillo de cerdo sobre una capa de cuero que conforma un casco;
diademas de oro y rica cerámica importada del MM y de las Cíclades norteñas,
probablemente de Hagia Irini. Esta tumba es un preludio de las Tumbas Obelisco que
aparecerán más tarde en la Argólida (Perseus Project, 2000).

DOMINIO MICÉNICO DEL EGEO

El cambio de la base del hierro por una de manganeso, la aparición de cerámicas


policromas y el cambio en la técnica y los estilos relacionados con el HT III caracteriza
el inicio del HTr. En el HTr I (1675/1650-1600/1550 a.e.a) varía de un área a otra y la
influencia minoizante se arraiga con mayor fuerza en el sur del Peloponeso, debido a las
migraciones de alfareros de Citera a dos focos principales, uno relacionado con sitios
costeros como Ayios Stephanos y otro con la vecindad de Micenas. Su cerámica es fina
y decorada con pintura lustrosa en diseños oscuro sobre claro con formas como copas
Vapheio, copas semi-globulares, alabastros, jarras periformes, las cuales, al igual que
sus diseños, imitan el arte del MTr IA. Otra cerámica fina se decora con pintura que
varía de rojo a negro dependiendo del grado de cocción, la cual desciende de la Gris y
Negra Minia y posee como forma principal las copas goblet. Otras son las cerámicas
micénicas no pintadas que absorben el estilo Amarillo Minio; se conservan las
cerámicas con pintura mate, principalmente sobre Vapheios y copas paneleadas.
Destaca el Estilo Bicromo Egino con cuencos grandes y cráteras y el Estilo Policromo
continental. Durante el HTr IIA (1600/1550-1490/1470 a.e.a) incrementa la cerámica
minoizante y adquiere gran uniformidad en el Peloponeso, mientras que en Grecia
central la cerámica sigue siendo más heládica por lo que la influencia isleña viajó de sur
a norte y de la costa al interior; se amplía la gama de formas al incluir goblets, jarras y
jarros y motivos propios del MTr IB con pocas imitaciones del Estilo Marino y el Estilo
Alternado de Creta. Desaparece el Gris Minio y hay menos cerámica con pintura mate.
En el HTr IIB (1490/1470-1435/1405) destaca el Estilo Efireo sobre goblets,
aguamaniles, jarras y otras vasijas principalmente para beber que son una contra
respuesta continental al Estilo Alternativo del MTr IB. Este nuevo estilo acaba con la
minoización y es imitado en Creta, por lo que la influencia cultural viaja en dirección
inversa. Los diseños pintados son hiedras azucenas, nautilina80 y manchas; el estilo con
pintura mate es aún más escaso. Durante el HTr IIIA1 (1435/1405-1390/1370 a.e.a) los
goblets se fabrican más alargados y los cuencos menos profundos originando así el
kylix, mientras que el Vapheio se convierte en una taza grande y se hace muy escaso;
surgen jarras estribadas de muy buena calidad; los diseños son espirales punteados y
con curvas y el naturalismo es menos popular dando paso al modo estilístico del
Micénico Tardío; además, hay cerámicas monocromáticas y no pintadas. Desaparece el

80 Criatura marítima del orden de los cefalópodos.


333
estilo con pintura mate del HM. En el HTr IIIA2 (1390/1370-1320/1300 a.e.a), el kylix
predomina entre las formas abiertas; las jarras estribadas, jarras periformes y los
alabastros aparecen principalmente en las tumbas; surgen nuevos motivos como conchas
espirales y flores estilísticas; el depósito micénico de Tell el-Amarna, Egipto, muestra
una amplia variedad de formas cerradas; entre las cerámicas monocromáticas
predominan los kylix y los cuencos con patas y en el Ática otras formas abiertas como
jarras (Betancourt y Banou, 1999).

La arquitectura palacial micénica es centrípeta, ya que la actividad principal se


desenvuelve en el megarón central que es una unidad independiente del complejo
palacial hacia la cual conducen todas las entradas y presenta algunos rasgos comunes
entre dos o más palacios, pero la variedad es la característica más general, en contraste
con la uniformidad minoica. El más distintivo es el Palacio de Gla que no posee
megarón central, a diferencia del resto en los cuales dicho edificio tiene tres secciones:
un pórtico con dos columnas que terminan en anta (en Micenas un corredor y una Gran
Escalera) que lo separa de un vestíbulo intermedio con una puerta axial que comunica
con el Cuarto del Trono, el cual posee una chimenea circular en el centro, rodeada de
columnas y con un trono recostado sobre la parece norte (en Pilos, Tirinto y Micenas).
Generalmente, frente al megarón se ubica un propilo y luego un gran patio rectangular
rodeado de columnas (en Tirinto hay tres patios separados por propilos que finalizan
con otro pórtico y una serie de entradas que conducen hacia la entrada principal). En
Pilos, entre el megarón y el patio se ubica el Megarón de la Reina que poseen distintas
ubicaciones en Micenas y Tirinto y posee uno o dos vestíbulos con una chimenea
rectangular en el centro (en Pilos también hay un trono recostado en el centro de la
pared norte). Posterior a este complejo se ubica el Ala Oeste (que en Pilos presenta una
Sala del Banquete similar a las minoicas) y luego la muralla que rodea el palacio y la
ciudadela en la cual generalmente se ubica la entrada principal que era precedida por
una segunda entrada defensiva (destaca la Entrada del León de Micenas). En la parte
norte de la muralla de Gla se encontraba la entrada principal, a diferencia de los otros
complejos, sitio que en Tirinto ocupa el Unterburg o Baja Ciudadela que poseía
pequeñas cámaras abovedadas interpretadas como puestos de guarda. En algunos casos,
al norte del patio central, hay baños provistos de antesala. En el SE de Pilos se ubica un
pequeño santuario rodeado de bodegas y talleres de una habitación separados por
corredores. Al este de Tirinto había una serie de cámaras debajo de las cuales había
otras subterráneas y abovedadas que conducían al exterior por un corredor abovedado;
esta serie de cámaras y el corredor es conocida como la Galería Este y en el sur había
otra similar conocida como la Galería Sur; entre la Galería Este y la parte trasera del
megarón central había un espacio con columnas interpretado como un “ágora”, como la
de Hagia Trianda de MM; ambas galerías servían para almacenar excedentes agrícolas.
Gla posee entradas secundarias en el oeste y sur; su forma arquitectónica es de dos alas
en “L” con cuartos simétricos en ubicación y diseño en ambas alas. En Gla tampoco hay
murallas tipo Ciclópeas, características de los otros palacios, las cuales estaban
construidas con pesados bloques de piedra sin cortar rudamente trabajados con martillo
en la fachada exterior de otros sitios; así, las murallas de Gla eran de grandes losas de
piedra; sus dos entradas estaban costeadas por corredores principales. Generalmente, las
murallas poseen tres etapas de construcción que ensanchan el territorio de la fortaleza y
en Tirinto, Micenas y Atenas, la última fase posee sistemas subterráneos para
abastecerse de agua que estaban muy camuflados y cerca de la entrada principal para ser
defendidos en un periodo de asedio, similares a los de Hagia Irini. En síntesis, hay
distintos palacios micénicos en distintas localidades, unos confirmados como tales y
334
otros en proceso; además de los mencionados se encuentran otros complejos en la
Argólida (Midea, Argos, Nauplio, Asine), Laconia (Menelaion), Ática (Atenas), Tesalia
(Yolco) y Beocia (Tebas, Orcómenos, Gla, Eutresis, Haliartos y otros sitios más
pequeños). Los sitios de Beocia están relacionados con el sistema de drenaje del valle
de Copaïs por lo que los más pequeños pudieron ser puestos de guardia (Rehak y
Younger, 1998).

Algunos de los rasgos específicos de los caprichos locales de los gobernantes


micénicos provienen de Creta (frescos, albañilería y las columnas del megarón central),
otros de periodos heládicos anteriores (la chimenea central aparecía en las casas desde
el HT III). Entre los rasgos generales, no se enfatiza la circulación del aire y la luz por
lo que sus estructuras eran sofocantes, en contraste con la arquitectura minoica; los
complejos se ubicaban en cimas altas o en lechos de roca que permitían un amplio
panorama y ubicaban las casa reales físicamente por encima del pueblo circundante. Sus
murallas poseen un rasgo peculiar al ubicarse al borde de un abrupto cambio
topográfico que aprovechaba las pendientes con razones defensivas sobre lechos de roca
y con bloques o cantos de roca más grandes en Micenas, Tirinto, Argos, Crasa (Fócida)
y la Acrópolis de Atenas; la roca cortada y el conglomerado únicamente se utilizaban
alrededor de las entradas principales en algunos sitios por lo que no poseen influencia
minoica y posiblemente son una versión pequeña de las grandes fortificaciones hititas,
filtrada a través de sus interpretaciones cicládicas en Filakopi y Hagia Irini y la
incorporación de rasgos locales (Rehak y Younger, 1998).

Este nuevo dominio de Grecia continental está asociado con el surgimiento de


una serie de Tumbas Obelisco que sientan sus precedentes en los ricos entierros de
Kolonna y, a su vez son el precedente de las tumbas reales de Cnosos, en tiempos
micénicos. Estos gigantescos tholos se relacionan con el poderío de los reinos micénicos
en distintas regiones, pero principalmente en las cercanías de Micenas. La riqueza que
revelan estas tumbas inevitablemente las asocia con la nobleza.

Durante este periodo hubo varios reinos independientes como lo atestigua la


mitología misma y la escritura Lineal B. Mesenia fue regida por un solo monarca y el
fortalecimiento del reino de Micenas se atestigua con las tumbas Obelisco del Micénico
Temprano (Rutter, 2000).

Los frescos micénicos han sido estudiados por Marbe Lang en 1969 y Sara
Immerwahr en 1990. Muchos diseños se repiten en Pilos, Orcómenos, Micenas, Tebas y
Tirinto. Hay ejemplares fuera de los palacios como los de la Casa de Argos, la Mansión
de Zygouries (considerada un taller de alfarería) y algunos ejemplares post-palaciales de
Micenas. Los más antiguos pertenecen al HTr IIA, entre los siglos XVI y XV a.e.a.
Poseen una serie de patrones formularios, como la poesía oral homérica. Su origen
eminentemente es minoico y sus ejemplares similares a los de Hagia Irini, Akrotiri y de
Creta, durante el MTr IA (excepto los Boxeadores de Tylissos). Debido a su
conservadurismo extremo, los frescos no pueden ser datados por sus motivos ni reflejan
verdaderos patrones sociales micénicos, a excepción de aquellas fórmulas corrompidas
como las representaciones del salto del toro cuya imprecisión sugiere que este deporte
no era trascendental en el continente. Según Lang, su significado era más decorativo
que funcional. Poseen márgenes de bandas simples y bordes denticulados que varían
cronológicamente en distintas regiones; varía el fondo azul minoico y de Tera por otros
colores en el continente. Los animales generalmente interactúan con seres humanos
335
como la Caza del Cerdo (Tirinto y Orcómenos), la Caza del Ciervo (Tirinto) el Salto
Paneleado del Toro y los Carros tirados por Caballos (Tirinto y Micenas). Los
antropomorfos son comunes, excepto en Pilos. Las figuras humanas aparecen en
miniatura en escenas de cacería, preparación para la batalla, ofrendas, sacrificios y
banquetes. Las representaciones humanas a gran escala son procesiones de varios tipos
cuyo precedente está en el Corredor de la Procesión, cerca de la Gran Escalera de
Cnosos (MTr II-IIIA). Cameron ha estudiado las figuras femeninas a gran escala en
Tera y las Cíclades y considera que este arte llegó al continente no directamente de
Creta, sino filtrado por esta zona y probablemente desde Citera (Rutter, 2000).

El sistema de drenaje del valle de Copaïs inicia entre 1350 y 1300 a.e.a y fue
destruido al final del siglo XIII a.e.a. Este magnánimo complejo muestra la ingeniería
hidráulica micénica. Se construyeron enormes diques en todas direcciones con retenes
ciclópeos que aprovechaban las aguas del lago Céfiro. Hacia el sureste, un dique
atraviesa dos veces la bahía de Daulos, mediante un canal de 41 m de ancho; hacia el
sur, otro similar recorría la bahía de Karditsa; en el norte había muchos diques que
también se abastecían con las aguas de los ríos Melas y Kephissos, alcanzaban los 66 m
de ancho y estaban divididos por dos paredes de 2 m de grosor. Debido a este sistema de
drenaje, en el noreste surgió el Palacio de Gla y una serie de fortalezas pequeñas
ubicadas en los distintos puntos cardinales del valle de Copaïs. A pesar de estar más
lejos del sitio, Tebas también se benefició del sistema para fertilizar sus tierras. Su
destrucción puede estar relacionada con el mito de Heracles y la destrucción de Tebas y
Orcómenos, evidenciada arqueológicamente. Sin embargo, otros opinan que el sistema
fue destruido por los tesalios por motivos geográfico-políticos (Renfrew, 2005).

Una muestra del ingenio micénico es la compleja red de caminos que unía
distintas ciudades y regiones. Una de sus rutas comunicaba los sitios de la llanura argiva
y llegaba hacia el norte a la Corintia y al este a la Argólida. Los caminos poseían
puentes para atravesar barrancos, como el Barranco Chaos de Kasarma, al sur de
Micenas; drenajes hechos con calicanto y canales abovedados por debajo del camino
que comunicaba Micenas y Berbati. El diseño refleja ordenamiento de tráfico vehicular.
En Mesenia, un camino comunicaba Pilos con Nichoria y en Ática uno unía a Atenas
con el golfo de Manika. Un sistema vial como tal no existirá posteriormente en Grecia,
sino hasta el siglo V a.e.a (Rutter, 2000).

El naufragio del Cabo Gelinodya, al extremo sur del golfo de Finike, Asia
Menor, provee evidencia del tráfico marítimo de mercancías y los sistemas
internacionales de medida que empleaban los micénicos. El barco mercante contenía
varios tipos de lingotes de bronce, la mayoría de los cuales son de origen chipriota,
algunos de los cuales tenían signos estampados que parecen ser marcas de fundidores o
mineros locales más que un tipo de escritura; algunos tipos poseen paralelismos con la
región sirio-palestina (Tell Beit, Ras Shamra), Chipre (Enkomi, Mithiati), Cecilia,
Sardonia, Tebas egipcia, Micenas y la costa de Eubea; algunos están representados en el
arte egipcio del reinado de Thutmosis III (1490-1436 a.e.a), sellos minoicos y chipriotas
y las tablillas Lineal B de Cnosos. Probablemente eran materia prima comercializada
por micénicos, minoicos, chipriotas y levantinos, para los trabajos metalúrgicos de las
distintas regiones del Egeo. Otros lingotes de estaño que se deducen por el polvo y el
óxido hallado en el sitio representan el estaño industrial más antiguo que se registra,
después de los restos de otro naufragio 50 años más antiguo, llamado Ulu Burum. Del
Cabo Gelinodya además se conservan fragmentos de bronce de herramientas agrícolas,
336
para trabajar la madera, los metales, armas, piquetas, azadones, palas, ganchos
podadores, hoz, hachas dobles, azuelas, hachas azuelas, cinceles, martillos, leznas,
clavos, punzones, agujas, cuchillas, puntas de lanza, navajas, espátulas, fragmentos de
vasijas y de trípodes levantados, asadores, brazaletes, anillos y anzuelos con ciertos
paralelismos chipriotas. Alguna cerámica micénica concurrente en el Levante así como
tipos chipriotas y sirio-palestinos. Otros objetos eran escarabajos usados como amuletos
o talismanes familiares de varias generaciones; un sello cilíndrico, que probablemente
era una reliquia familiar del capitán, datada en el siglo XVIII a.e.a, cuya procedencia
parece ser siria. Para Nuhly, el barco era micénico. Entre lo más destacado del
naufragio sobresalen 60 pesas (8 de metal y 52 de piedra) cuyo sistema fue medido por
Petruso. Esta medida era empleada para el comercio de los metales mezclados y algunas
han sido identificados por Bass de la siguiente manera (Rutter, 2000)

El comercio marítimo posee evidencias más complejas, como la presencia de


ámbar báltico en el Egeo que probablemente surgió a partir de la cadena de intercambio
de regalos entre los reinos de Europa central, a la cual perteneció Micenas entre el HTr
I-II, y que, al romperse genera una tradición local entre los reinos de Grecia. Este
material también ha aparecido en el Oriente, cuyos restos más antiguos son los de Tell
Asmar, Siria, Egipto y Alalá. En contextos heládicos se conservan abalorios y placas
espaciadas con perforaciones múltiples en sitios como el Obelisco del Círculo B de
Micenas hasta Peristera, Pilos, Tebas, la Argólida, Grecia central, las Cíclades, Creta,
Chipre, Zacintos, Cecilia, Rodas, Salamis, Kephallenia, Elis y el sur de Italia. El ámbar
llegó mediante dos envíos. Uno concretado entre 1725 y 1625 a.e.a a Micenas, Pilos y
Kakavatos, cuya ruta probablemente fue marítima y parte de Britania, según la
evidencia de los paralelismos de las lacas espaciadas micénicas. El segundo envío fue
más pequeño y se remonta al 1200 a.e.a, a través de intermediarios del NO de Grecia y
su trayecto fue terrestre, a través del Adriático hacia el este de Albania y más hacia el
sur, a Grecia. En el último periodo, los intermediarios del NO de Grecia provienen de
Etolia y el Epiro (Rutter, 2000).

Otros objetos comerciados fueron materias primas como oro, plata, marfil de
elefante e hipopótamo, huevos de ostra, piedras, lapislázuli; productos acabados como
vasos y sellos de piedra, herramientas hechas con andesita y obsidiana, cerámicas,
esculturas de marfil, textiles, muebles, vasijas y armas de metal; productos de consumo
primario como especias tales como hinojo y culantro, vino, aceite de olivo, lino, pieles y
lana; productos para hacer aceites aromáticos y ungüentos. En fin, existían distintas
redes de comercio a través del Egeo (Dearqueología, 2000).

La escritura micénica Lineal B es silábica, posee 89 signos distintos con vocales,


sílabas abiertas e ideogramas que representan objetos, números, peso y volumen de
líquidos. Posee 55 equivalencias con la Lineal A minoica, de lo que se desprende que
deriva de la misma, y 10 con otras escrituras más antiguas. Es el idioma escrito
descifrado más antiguo de Grecia. Existen dos formas de textos: tablillas de arcilla, que
sobreviven gracias al fuego de los incendios en los contextos palaciales, que se
clasifican en dos tipos: tablillas conocidas como “hojas de palma” y tablillas
rectangulares conocidas como “páginas”; se encuentran en contextos palaciales de
Micenas, Tirinto, Pilos, Tebas, Cnosos y Chania; en Micenas también aparecieron en los
restos quemados de la ciudadela y en la casas de mercantes afuera de las murallas del
HTr IIIB1. De Pilos se conservan 1107 tablillas con 32 textos y en Cnosos 3369 con
100 textos del siglo XIII a.e.a. La otra forma está constituida por inscripciones pintadas
337
en vasijas que aparecen en contextos palaciales y no palaciales de las cuales se
conservan 6 o más en Tebas, Micenas, Tirinto y Chania; de 1 a 5 en Orcómenos,
Kreusis (Suroeste de Beocia), Eulesis, Cnosos y la caverna Mameloukas (oeste de
Creta); posiblemente fueron hechas en Chania en el HTr IIIB, capital de un reino
micénico conocido como KU-DO-MI-JA (Kydonia en tiempos clásicos). La escritura
fue descifrada por Ventris en 1952, gracias a los numerosos cognados relacionados con
la escritura arcaica y clásica de Grecia, varios de los cuales adquieren diacrónicamente
otros significados, pero muchos conservan su esencia semántica (Ventris and Chadwick,
1973).

Esta escritura refleja un poco la estructura administrativa y social. WA-NA-KA


aparece en Cnosos y Pilos; había uno en cada palacio y es una versión arcaica del
basileus clásico; en Pilos se identifica con el nombre Enkhelyamon. LA-WA-KE-TA
aparece también en ambos sitios; hay uno en cada palacio y es el segundo terrateniente
en importancia; es un jefe del pueblo, una especie de jefe militar. TE-RE-TA (Teletas)
hay varios en ambos palacios; aparece sólo en transacciones de tierra; es el tercer
terrateniente; se registran 13 en PA-KI-JA-NE, centro de culto de Pilos, y 45 en A-PTA-
RA, en el oeste de Creta; pudieron ser oficiales religiosos de algún tipo, ya que tele
tiene connotaciones tanto religiosas como de recaudación de impuestos. KA-MA-E-U
en Cnosos es un nombre personal, pero en Pilos es un ser que posee tierra, una persona
humilde, un panadero o un esclavo de dios. E-QE-TA (hegeta) en términos clásicos
significa compañero de partido; para Palmer, los hegetas micénicos son los hetairos
homéricos o partidarios del rey; este vocablo es un patronímico que antecede al nombre
en las transacciones de cuerpos caídos en batalla y de los vigías del mar (Serie O-KA de
Pilos); son oficiales relacionados con el rey o una autoridad militar central; aparecen
ocasionalmente en contextos de tierra; se distingue por una prenda que puede ser un
manto y un tipo de rueda en su carro; constituye una casta guerrera cercana al warnax
que puede estar relacionada con la Tumba del Guerrero de Cnosos (MTr II-IIIA1) a
pesar de que la Lineal B surgió unos 175 años después. El QA-SI-RE-U (quasileus o
basileus) aparece en Pilos, Cnosos y Tebas y posee cierta conexión con el basileus
homérico ya que es un jefe militar o dirigente de un grupo pequeño (en un contexto, de
un grupo de herreros), jefe de una villa lejana o, según Palmer, de una unidad
manufacturera o industrial. El KE-RO-SI-JA (geronsia) aparece en Pilos asociado a un
hombre que también había sido qasireu y comprende un posible consejo de ancianos
percibido por un qasireu; el término genera el geronte clásico. DA-MO se refiere a la
tierra o la gente de una villa, un grupo de individuos poseedores de tierra y genera el
término para denominar el común del pueblo. MO-RA-KA es un oficial local; un
hombre llamado Klymenos fue moraka, comandante de una unidad militar, y korete, por
lo que para Chadwick, el término se refiere a un rango en lugar de un oficio; moira en
términos clásicos se refiere a parte por lo que puede ser una especie de accionista. KO-
RE-TE y PO-RO-KO-RE-TE son un oficial y su subalterno; el término se parece a
curator (guardián y oficial/gobernador, jefe militar); estaba a cargo de una de las 16
unidades administrativas principales pilias. DO-E-RO y DO-E-RA posee como
cognados doulos y doule (esclavo y esclava) y parecen significar en su forma micénica
criado y criada; son propiedad de hombres o dioses; el hijo con uno de los dos padres
libre sigue siendo criado(a); los esclavos divinos poseen un estatus superior; los demás
vivían en mucho como una persona libre ordinaria (Ventris and Chadwick, 1973).

La Lineal B también registra la religión micénica en dos de sus variantes:


Cnosos y Pilos. En Cnosos PO-TI-NI-JA (Potnia) es la Señora y recibe el adjetivo de A-
338
TA-NA que puede significar Señora de Atenas; A-RE, Ares; E-NA-WA-RI-JO,
Enyalos, epíteto clásico de Ares; PA-JA-WO-NE (Paiawon), Paian, epíteto clásico de
Apolo; PO-SE-DA-O-NE, Posidón; EN-SI-DA-O-NE (Enosidas, Enosigaios),
Terremoto; DI-WP, Zeus; DI-WI-JA, (Diwia) Zeus femenino; PI-PI-TU-NA, Dyktynna;
DA-PU-RI-TO-JO PO-TI-NI-JA, Señora del Laberinto; E-RE-U-TI-JA, Eleutia, diosa
de los partos; E-NI-RU, Erinias. Además, ciertas sacerdotisas humanas de los vientos
recibían culto, las A-NE-MO-I-JE-RE-JA; QE-RA-SI-JA, Tiresias. Otra forma de
adoración era PA-SI-TE-O-I, todos los dioses. En Cnosos no aparecen las diosas
poderosas clásicas ni las diosas madres, pero sí diosas de las serpientes y palomas. Las
ofrendas se realizaban en el palacio o en sitios circundantes; hay un templo cerca de
Amnisos, conocido como sitio de las ofrendas; el mismo se ubica sobre una caverna
donde hubo un culto minoico y que ha sido identificada como la caverna de la diosa
homérica Eileitheyia; otro santuario era el Daidaleion, donde se hacía culto a Querasija
y a todos los dioses; otro era Dikraiou, posiblemente en la caverna Dicte, lugar donde
nació Zeus. En otros tres pueblos se adoran dioses específicos; las ofrendas se realizan
sin el sacrificio sangriento y se registran hoyas de miel, especias como hinojo y
culantro, jarros de aceite y vino, cabras (animal identificado con Potnia). Las ofrenda se
realizaban conforme a un calendario sagrado y uno de los meses deriva del nombre de
Zeus, Diwios; se registra un festival llamado TE-O-PO-RI-JA (theophoria); además,
había cultos personales; el QE-RE-SI-JA probablemente era un augur que interpretaba
el canto de los pájaros y el susurrar de los árboles o a partir de las entrañas de las bestias
sacrificadas; otras figuras menores son los KI-RI-TE-WI-JA, o rociadores del grano
(Ventris and Chadwick, 1973).

Del culto pilio se posee información más específica; no se conserva ninguna


divinidad propiamente cretense como Pipituna por lo que su panteón es más heládico y
posee menos influencia cretense. Las deidades femeninas y masculinas aparecen
equitativamente. Potnia recibe una serie de atributos locales; además de Atana, se
conservan PA-KI-JA-NI-JA, I-QE-JA (relacionada con los caballos), A-SI-WI-JA
(Aswia), NE-WO-PE-O y U-POJO. La divinidad central de este panteón es Posedaone;
también reaparecen Diwe, Diwejeu (Zeus). Surgen otros dioses helénicos como E-RA,
Hera; A-TI-MI-TE, Artemisa; E-MA-A, Hermes; A-RE-JA, Ares; DI-WI-NU-SO-JO,
Dioniso que parece ser más humano que dios; PE-RE, Peleia; I-PE-ME-DE-JA,
Ifimedea; MA-NA-SA; TI-RI-SE-RO-E, Héroe Triple; DO-PO-TA, despotas, señor;
MA-TE-RE TE-I-JA, Madre de las Diosas; WA-NA-SO-I, las dos reinas; DI-PI-SI-JO,
los sedientos. El santuario principal era Pakijane y el culto principal era dedicado a
Potnia; el templo de Pasedaone estaba cerca del palacio, al igual que el de Diwe y otros
dioses. La expresión para evocar simplemente a los dioses es TE-O. No hay verdaderos
restos de edificios de culto, por lo que los sacrificios debieron realizarse alrededor del
palacio como lo expresa Homero con el sacrificio del toro a Poseidón a la orilla de la
playa. Pocas tablillas hablan de las ofrendas; una vasija refleja hombres y mujeres
oferentes con una lista de ofrendas comunes que, para algunos, se realizó previamente o
en un momento catastrófico en un rito en el que se practicó el sacrificio humano; pero
para otros, tales ofrendas son simplemente llevadas por los esclavos de dios. Los aceites
perfumados se entregaban generalmente a Wanasoi, la Madre de las Diosas, los Dipsioi
y los Teoi; los sacrificios sangrientos a Pasedeaone y Pere, los cuales reciben hiervas,
ganado, cabras, cerdos (en un caso específico, vino, un toro, quesos, piel de carnero,
carneros y miel); a ellos se realizan sacrificios de los tres tipos de animales domésticos
en una ceremonia, que es el precedente del souventaurilia clásico y romano. Existen dos
festivales principales y varios menores: PE-KE-RO-RO-RI-JO (Iekhestroterion),
339
Preparación de la Camilla, relacionado con la unión entre Pasedaone e Ipemedeja o
Potnia, en Pakijane. TO-NO-E-KE-TE-RI-JO (Thronohelkesterion), Posesión del
Trono, quizá en adoración al Wanasoi. ME-TU-WO NE-WE, Banquete del Vino Nuevo,
donde se adora a la Madre de las Diosas y no a Diwinusojo. TE-RU-PTE-RE-JA
(Thrypteria), celebrada en el exprimido de las uvas. Además, había cultos personales
que se dedicaban a sacerdotes, I-RE-REU (hiereus) y sacerdotisas, I-JE-RE-JA
(hiereia); éstos a veces poseían mucha tierra y esclavos de dios a su cargo. Otros
oficiales religiosos menores eran los KA-RA-WI-PO-RO, Portadores de la Llave, los
PO-KO-WO, Guardianes del Fuego, KI-RE-TI-WI-JA, Rociadores del Grano, los I-JE-
RO-WO-KO, Trabajadores Sagrados quizá encargados de los sacrificios sangrientos y
los Amphipoloi o Sirvientes de Potnia, quizá encargados del cuidado de los trajes
ceremoniales (Ventris and Chadwick, 1973).

TROYA VI-VII

Troya VI fue destruida por un terremoto y la parte más baja fue la que sufrió
más drásticas consecuencias. Posteriormente, se eliminan las superestructuras de barro,
excepto en la torre y la esquina NE; la parte superior se caracteriza por un parapeto de 2
o 3 m de ancho, el cual servía como plataforma de combate. Korfmann recientemente ha
descubierto un ancho foso exterior que defendía una baja ciudadela y era interrumpido
parcialmente por puentes correspondientes con las entradas; éste es un rasgo general de
los centros urbanos del Cercano Oriente durante III-II mn a.e.a. En la parte central se
ubicaba el palacio, los templos principales y las residencias de los más altos
funcionarios (Allen, 1995).

Las construcciones domésticas se erguían en terrazas concéntricas en el ápice y


centro de la ciudadela; tenían paredes laterales no paralelas alineadas a lo largo de
caminos radiales, respecto a la ciudadela semicircular. Todas eran grandes, pero el
diseño no era estándar; la Casa Pilar es rectangular y posee tres secciones principales en
el primer piso; en el cuarto principal hay dos grandes pilares que posiblemente
soportaban columnas en el segundo piso; la entrada quedaba en la pared larga del norte.
En los segundos pisos de las casas se ubican los cuartos residenciales y son de
materiales livianos como madera, rasgos clásicos de Turquía occidental (Allen, 1995).

Con respecto a la arquitectura religiosa, se conserva una fila de 4 (originalmente


6) pilares monolíticos frente a una torre ubicada al oeste de la entrada principal, al norte
de la cual se conservan rastros de dos columnas sobre una plataforma levantada y
rodeada por un área circular pavimentada, donde posiblemente hubo un santuario que
puede guardar una vaga relación con el culto minoico, a pesar de que las conexiones
entre estas dos culturas son muy débiles. Se conserva un cementerio de 50 x 15 x 20 m
en el extremo sur de la meseta de Troya, afuera de la zanja que defiende la baja
ciudadela; el método es la cremación en jarras y hoyos poco profundos, principalmente
hechos en lecho de roca, rodeados con piedras pequeñas y tapados con losas de piedra,
kylix o placas cerámicas; de las 182 urnas, se conservan bastante bien 19; el cementerio
no estaba encerrado; la mayoría de nichos contiene restos de más de un individuo, tanto
de niños como adultos y las ofrendas generalmente son pobres como una o dos vasijas y
se conservan pocos y pequeños fragmentos de materiales preciosos, lo que, para Blegen,
sugiere un estatus social humilde; hay evidencia de un programa de cremación masiva
al final del periodo, correspondiente con la catástrofe mencionada (Allen, 1995).
340
Korfmann en 1980 encontró un cementerio similar en Besik Tepel, 8 km al SO
de Troya, donde se ubica el primer puerto natural al sur de la entrada del Dardanelos a
la costa de Anatolia occidental, el cual pudo ser un posible ancladero naval para una
flota enemiga; en este punto los barcos podían esperar el paso de la ruta del Egeo al mar
Negro, ya que para tal travesía eran necesarios vientos favorables del sur (Allen, 1995).

Se conservan en Troya VI 98 formas cerámicas concurrentes, de las cuales 90


son nuevas lo que refleja un quiebre cultural con las ciudades anteriores de Troya.
Existe cierto paralelismo entre la cerámica gris con la Gris Minia del HM, a pesar de
utilizar formas distintas, a excepción de los goblets con pies en el borde; ahora bien, los
antecedentes locales parecen provenir de mar Negro. Otra cerámica con evidencia más
certera es la que utiliza pintura mate que puede provenir del continente griego o las
Cíclades por influencia del Kastri y Lefkandi; en las últimas fases se imita localmente
mediante el estilo conocido como Cerámica Tan. Además, con respecto a la posible
influencia micénica, se conservan 5 pomos de espada de mármol o alabastro, tres pesas
piramidales de esteatita, abalorios hechos con pasta vítrea que pueden provenir de
Chipre y marfiles de la esfera de influencia micénica. Por otro lado, aparecen por
primera vez huesos de caballo que en Grecia habían aparecido desde el HT III.

En Troya VII (1275/1240 o 1300/1280) la población busca protección dentro de


la muralla, lo que evidencia la preocupación por una amenaza externa; además, su
destrucción es considerada una empresa humana, acompañada de un declive en la
importación de la cerámica micénica, tanto de Grecia como de las islas y Asia Menor,
situación que también se da en Chipre y el Levante. Para Blegen, Dörpfeld y
Schliemann se trata de la Troya homérica (Troya VIIa), a pesar de que para Word ésta
ciudad fuera Troya VIh (Allen, 1995).

La destrucción de la Troya homérica se dio en 1184 a.e.a para Eratóstenes, en


1209/8 a.e.a según el mármol pario, en 1250 a.e.a para Herodoto y 1334/3 a.e.a para
Doro (Rutter, 2000).

En el inicio se reconstruyen las fortificaciones dañadas por el terremoto del final


de Troya VIh y se construye una añadidura cerca de la Entrada Este, la cual dificulta
más la labor de los atacantes; en general, la fortificación es más irregular y reutiliza
muchos bloques de la ciudad anterior al terremoto; se repara la Entrada Sur, la cual se
provee de un pasaje pavimentado y un sistema de desagüe subterráneo; además, se
realizan extensas reparaciones en el sur y sureste (Allen, 1995).

La Cerámica Tosca de Troya posee muchos paralelismos con la CHMB 81 post-


micénica y aparece después de la destrucción de Troya VIIa; parece provenir del
Danubio Medio por Rumania y el Helesponto a la Tracia turca y de ahí a diversos
puntos mediterráneos donde siempre aparece en pequeñas cantidades (Rutter, 2000).

SOBRE EL FINAL DEL IMPERIO MICÉNICO

Durante el HTr IIIB (1320/1300-1190 a.e.a) aparecen nuevamente los cuencos

81 CHMB significa Cerámica Hecha a Mano y Bruñida.


341
profundos que son los más populares entre los objetos pintados y los kylix cónicos,
entre los no pintados; hay diseños paneleados, contemporáneos con la destrucción de los
palacios y ciudadelas, así como del asolamiento de áreas principales del Peloponeso
como Mesenia. En el HTr IIIC (1090-1050 a.e.a) crece el regionalismo cerámico y
posee tres fases diferenciadas: la Fase Temprana se caracteriza por un nuevo orden en la
decoración con bandas lineales, una banda en medio de los cuencos profundos,
decoración lineal en las formas pintadas, el surgimiento de las copas con paredes
reforzadas y la aparición de la clase de cerámica no micénica conocida CHMB que
parece provenir del Danubio Medio. En la Fase Desarrollada surgen diseños pintados y
renacen los motivos representativos con una variedad de estilos locales: Cerrado
(Argólida), Pulpo (Ática oriental, Cíclades y el Dodecaneso), Pictórico y Fantástico
(Lefkandi) y Bordeado (Creta); la CHMB desaparece en algunos sitios; en la decoración
aparecen escenas de guerreros y pies de guerreros estampados. Finalmente, en la Fase
Tardía desaparece la decoración de la Fase Desarrollada; se conserva escasa cerámica la
cual presenta patrones simples con una capa sólida de pintura sobre pocas formas,
principalmente en el Ática y la Argólida, donde parecen ser el producto de una familia
en lugar de talleres propiamente dichos, como los del periodo Palacial (Betancourt y
Banou, 1999).

La datación de los acontecimientos del final del HTr IIIB e inicio del HTr IIIC
es relativa y depende en gran medida de la cerámica; en este lapso son destruidos los
centros palaciales y despobladas grandes áreas de tierras fértiles. Las primeras
destrucciones se presentan en las afueras de la ciudadela de Micenas, en una serie de
terrazas, al sur del Círculo B, donde, según Wace, el aceite derramado en la Casa del
Mercader de Aceites genera un incendio que acaba con la misma y con las casas de los
Escudos, las Esfinges y Oeste. Otro incendio acabó con el palacio y la ciudadela de Gla,
cuando colapsó el sistema de drenaje del Copaïs, al igual que parte o todo del nuevo
palacio de Tebas (Rutter, 2000).

Antes de las destrucciones, el surgimiento de sistemas subterráneos para el


abastecimiento de agua, el refuerzo de algunas fortificaciones, el programa de
fortificación en el Istmo de Corinto que pretendía sellar el Peloponeso para protegerlo
de una invasión terrestre proveniente del norte, así como la presencia de vigías del mar
en Mesenia evidencia la preocupación por una invasión pirata proveniente del mar
(Dearqueología, 2000).

Los especialistas alemanes y los excavadores de Micenas han relacionado la


destrucción de los centros palaciales con un terremoto que asoló las cercanías de
Tirinto. Con ello pretenden justificar el incendio de Micenas, el Menelaion, Nichoria,
Pilos e Iria (sureste de Nauplio), el incendio y la inundación de Tirinto y la ciudadela de
Midea, el abandono de Berbati y Prosymna, la disminución cerámica y abandono
gradual de Nemea-Tsoungiza, Zygouries, la ciudadela amurallada de Eutresis, el nuevo
incendio del palacio de Tebas, la destrucción de Crasa y Atenas (a pesar de la tradición
clásica que la hacía sobrevivir a la mítica invasión de los dorios), el abandono de Agios
Estéfanos y el abandono radical de Mesenia durante el HTr IIIC. Por tanto, la
explicación tradicional del final micénico a través de una invasión parece más viable
que la consecuencia directa de un terremoto, ya que comprende una amplia área que
abarca casi todo el Peloponeso y Grecia central. Además, un fenómeno contrario sufre
Achea, a la cual en el HTr IIIC llega un influjo de población estudiado por Desborough
en 1964, quien lo identifica a partir del aumento de tumbas, fenómeno muy similar a lo
342
que ocurre paralelamente en las islas Jónicas, principalmente en Kefalenia, y el Ática
oriental. En esta última región se ha estudiado el cementerio de Perati del HTr IIIC, el
cual evidencia la existencia de un sitio costero en medio de la bahía de Porto Raphtis, el
cual generó otro influjo migratorio de la isla de Rapthis al continente, cerca del
Braurion, el cual estuvo fuera de peligro en tiempos agitados, situación similar a lo
vivido en el noroeste del Peloponeso, Tesalia y el resto del norte de Grecia, el
Dodecaneso, las islas del centro y el sureste del Egeo como Naxos, Melos, Rodas y Cos
(excepto por el asentamiento de Koukounaries de Paros) (Rutter, 2000).

Chipre presenta firmes colonias micénicas a partir del HTr IIIC, mediante dos
migraciones distanciadas en dos generaciones a sitios como Enkomi, Kitiou,
Palaikastro, Maa y Sinda (Fundation of the Hellenic World, 2006).

Muchas otras teorías tratan de justificar la caída micénica. En 1954, Andronikos


apela a un descontento general interno que genera revoluciones del campesinado, pero
esto no explica la despoblación de áreas fértiles. Vermeule en 1960, Iakovides en 1974
y Betancourt en 1976 apelan a un trastorno en las redes comerciales con el Cercano
Oriente, debido a la invasión de ese sector de los Pueblos del Mar, antes de cualquier
invasión; ahora bien, no hay evidencia de la presencia de estos pueblos en Grecia.
Desborough en 1964, apoyado en el planteamiento de Milocijc, Gambutas y Grumach,
apela a una invasión terrestre proveniente del norte, a través de la incursión de nuevos
objetos de bronce como la fístula o alfiler de seguridad y las espadas de corte y empuje
tipo Naue II82; estos artefactos son comunes en las tumbas alrededor de 1200 a.e.a, pero
para Snodgrass, en 1974, no son exclusivamente foráneas, sino primero importadas y
luego imitadas; otros objetos similares han aparecido en el norte de Italia, pero los más
antiguos pertenecen a los cementerios Urnfield del valle del Danubio. Mylonas en 1966
enfatiza la contemporaneidad de la destrucción de los palacios y apela a las distintas
sagas mitológicas que no son evidenciadas por la Lineal B como sí lo es la destrucción
de Pilos por invasión pirata proveniente del mar. En el mismo año Carpentier apela a
una sequía surgida en el 1200 a.e.a que afectó Creta, el sur del Peloponeso, la Argólida,
Beocia, Eubea y la Fócida, pero no afectó el Ática oriental, el NO del Peloponeso,
Tesalia, el resto del norte de Grecia ni el Dodecaneso; la posibilidad de una sequía tal ha
sido confirmada por meteorólogos. Rutter en 1975 y 1990, Walter en 1976, Deger-
Jalkotzy en 1977 y 1983, Small en 1990 y 1997, Pilides en 1994, Bankoff, Meyer y
Stefanovich en 1996 apelan a la aparición de la CHMB como una clase cerámica
representante de un grupo no micénico, presente en el HTr IIIC en Korakou, Micenas,
Lefkandi y otros sitios del sur y el centro de Grecia, con marcados paralelismos con
Troya VIIb1 (después de la destrucción de Troya VIIa); esta cerámica también aparece
en el Bronce Final de Coslogeni, SE de Rumania, como un elemento foráneo (Rutter).
Además se ha encontrado en Egira en Achea y, relacionada con la fístula como
elemento foráneo, con otros paralelismos en Sicilia y el sur de Italia, los cuales
evidencian invasiones de grupos pequeños, bandas de piratas y mercenarios
desempleados por varias rutas hacia varias áreas, desde el Danubio central (Deger-
Jalkotzy); Pilian detecta que esta cerámica aparece en Tirinto antes de la destrucción del
palacio y sus paralelismos más cercanos se encuentran en el NO de Grecia, en el Epiro;
en Tirinto esta nueva cerámica adquiere estilos que imitan las formas micénicas y el
material de Kommos y Chania en Creta presenta paralelismos con los del sur de Italia.
La relación de esta cerámica con Europa central ha sido estudiada por Harding en 1984

82
Espada del Micénico Tardío con empuñadura reforzada cortante que termina con un pincho.
343
y Bouzek en 1985; durante su existencia se continúa fabricando la cerámica
propiamente micénica y las formas no micénicas también aparecen en Chipre, como lo
reporta en 1994 Pilides. Finalmente, Drews en 1993, apela a un cambio en la guerra con
la introducción de armas más livianas basadas principalmente en la jabalina que acaba
con el poderío de los carros de las casta guerreras poderosas del Cercano Oriente y el
Egeo; sin embargo, la topografía de Grecia no puede ceder tanta importancia a los
carros de guerra desde un principio y éstos son representados en la Fase Desarrollada
con motivos naturalistas, posterior a la destrucción de los palacios, donde los guerreros
también utilizan los mismos atuendos micénicos (Rutter, 2000).

344
5. BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA

5.1 Textos base del escrutinio arqueológico

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