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1.

INTRODUCCIÓN:

El sistema endocrino es un conjunto de órganos y tejidos del organismo que liberan un


tipo de sustancias llamadas hormonas y está constituido además de estas, por glándulas
endocrinas. Es uno de los sistemas principales que tiene el cuerpo, junto con el nervioso
(y el inmune en parte), para comunicar, controlar y coordinar el funcionamiento del
organismo. El sistema endocrino no tiene una localización anatómica única, sino que
está disperso en todo el organismo.
El sistema endocrino actúa como una red de comunicación celular que responde a los
estímulos liberando hormonas y es el encargado de diversas funciones en el organismo,
cuyos efectos no solo ejercen influencia en lo físico, sino también en lo psíquico. Entre
ellas ayudar a mantener y controlar:

• Los niveles de energía del cuerpo mediante diversas funciones metabólicas,


controlando la intensidad de las funciones químicas en las células..
• La reproducción incluyendo el desarrollo de las gónadas, el periodo de madurez
funcional y su posterior envejecimiento, así como el ciclo menstrual y el periodo de
gestación.
• El comportamiento, el carácter y la inteligencia.
• El crecimiento y el desarrollo, condiciona la morfología corporal, así como el
envejecimiento.
• El equilibrio interno de los sistemas del cuerpo (llamado homeostasis).
• Las reacciones a las condiciones del ambiente (por ejemplo, la temperatura), al
estrés y a las lesiones.

Una glándula es un órgano de origen epitelial cuya función es la de segregar ciertas


sustancias. Existen dos tipos principales de glándulas: 1. De secreción interna o
endocrinas, fabrican hormonas que se utilizan en el interior del organismo, van
directamente a la circulación sanguínea. 2. De secreción externa o exocrinas cuyas
secreciones aparecen en la superficie externa del cuerpo. Algunas, como el páncreas,
producen secreciones internas y externas y se denominan glándulas mixtas. Ciertos
tejidos no glandulares, como el tejido nervioso del sistema nervioso autónomo,
producen sustancias parecidas a las hormonas.

Las hormonas son unas sustancias químicas complejas, segregadas por células
especializadas glandulares, o también por células epiteliales e intersticiales. Son
transportadas por vía sanguínea o por el espacio intersticial, solas (biodisponibles) o
asociadas a ciertas proteínas (que extienden su vida media). Hacen su efecto en
determinados órganos o tejidos diana a distancia de donde se sintetizaron, ocasionando
grandes cambios en estos, aun cuando operan en pequeñas cantidades. Actúan sobre la
misma célula que la sintetiza (acción autocrina) o sobre células contiguas (acción
paracrina) interviniendo en la comunicación celular. Aunque su efecto es directamente
proporcional a su concentración, requieren de una adecuada funcionalidad del receptor
para ejercer su efecto (independientemente de su concentración).
Se mantiene un estado de equilibrio dinámico entre las diferentes hormonas. Su
distribución por el torrente sanguíneo da lugar a una respuesta que, aunque es más lenta
que la de una reacción nerviosa, suele mantenerse durante un periodo más prolongado.
Algunos efectos hormonales se producen en segundos, otros requieren varios días para
iniciarse o semanas, meses, incluso años. Aunque la mayoría de las células del cuerpo
están en contacto con todas las hormonas circulantes, la respuesta es selectiva a través
de unas proteínas en las membranas celulares.

Mecanismos de acción hormonales: Cuando las hormonas llegan al torrente


sanguíneo, se unen a proteínas plasmáticas o transportadoras específicas, que las
protegen de una degeneración prematura y evitan que sean absorbidas de inmediato por
los tejidos diana. En general, los tejidos diana poseen receptores o células que atrapan
de forma selectiva y concentran a sus moléculas hormonales, hasta que las estas
reaccionan con los tejidos diana. Estos receptores pueden encontrarse en la superficie de
las células, o bien en el interior de ellas. Se cree que las hormonas afectan a los tejidos
diana de tres formas básicas:

1. Regulan la permeabilidad de la membrana celular externa y de las membranas


intracelulares.
2. Las hormonas modifican las enzimas intracelulares. Este proceso está mediado por
moléculas denominadas segundos mensajeros; no son hormonas y se encuentran
dentro de las células diana. Cuando los receptores celulares se unen a las hormonas
del torrente circulatorio, se altera el nivel de actividad de los segundos mensajeros,
los cuales estimulan o inhiben al tejido diana.
3. Cambian la actividad de los genes de las células diana. Se ha demostrado que las
hormonas causan plegamiento o desenrrollamiento, de un modo directo al entrar en
las células diana, o, más comúnmente, actuando de forma indirecta a través de
segundos mensajeros; esto indica que los genes están implicados de una forma
activa en la síntesis de moléculas de ARNm.

2. REGULACIÓN NEUROENDOCRINA:

Las actividades del organismo están controladas por dos sistemas: el nervioso y el
endocrino. El sistema endocrino está íntimamente ligado al sistema nervioso, de tal
manera que la hipófisis recibe estímulos del hipotálamo y la médula suprarrenal del
sistema nervioso simpático. A este sistema se le llama sistema neuroendocrino.
También está conectado con otras regiones importantes del cerebro, como el rinencéfalo
y el sistema límbico, asociados a las emociones. Incluso el sistema inmunitario está
relacionado a este sistema neuroendocrino a través de múltiples mensajeros químicos.
Las secreciones de prácticamente todas las glándulas endocrinas están controladas total
o parcialmente por la acción directa o indirecta del sistema nervioso.
Los neurotransmisores son mensajeros químicos liberados por las neuronas en una
sinapsis entre las terminales nerviosas y otra neurona o un efector (músculo o glándula).
Sin embargo, en la hipófisis las neuronas hipotalámicas no hacen contacto directo con
sus efectoras. Estas últimas pasan a la sangre y alcanzan la adenohipófisis a través de
una red capilar. Los neurotransmisores del hipotálamo, están actuando también como
hormonas (neurohormonas), por lo que la distinción entre neurotransmisores y
hormonas está cada vez menos clara. Por tanto, desde un punto de vista funcional, el
sistema nervioso puede considerarse un verdadero sistema neurosecretor.
La información del medio externo que se recibe por los órganos de los sentidos en el
encéfalo o por cambios en el medio interno es recibida por el hipotálamo que estimula
la producción de hormonas. Las hormonas que se producen son hormonas liberadoras e
inhibidoras. Estas actúan sobre la adenohipófisis para que aumente o inhiba la
producción de sus hormonas, que actúan sobre glándulas situadas en otros lugares. Pero
también es capaz de producir neurohormonas listas para su secreción como la hormona
Antidiurética (ADH) o Vasopresina y la hormona Oxitocina.
Los mecanismos de regulación neuroendocrina ("Feed Back") que permiten mantener el
equilibrio hormonal son los siguientes:

1. Feed back de vía corta: El hipotálamo segrega una neurohormona que estimula la
adenohipofisis para liberar hormonas tropicas (FSH, LH), las cuales regulan su
propia secreción a nivel del hipotálamo.
2. Feed back de vía larga: El hipotálamo segrega una neurohormona que estimula a la
adenohipofisis para liberar hormonas tropicas, estas estimulan una glandula efectora
que inhibe la GnRH y regula la actividad del hipotálamo.
3. Feed back negativo: Altos niveles de la hormona efectora actúan sobre la
adenohipofisis disminuyendo los niveles de hormona tropica.
4. Feed back positivo: La LH por ejemplo, estimula el crecimiento folicular, con el
crecimiento folicular aumenta la cantidad de estrogenos y este a su vez aumenta el
nivel de LH.

Otra forma de regulación es la que ejercen los vasos sanguíneos corporales, al controlar
el nivel de concentración de hormonas en sangre. Una disminución en la producción de
una determinada hormona, produce la captación de bajo nivel hormonal por los
receptores de los vasos sanguíneos, estos envían tal información al hipotálamo que hace
que aumente la concentración de una hormona hipotalamica liberadora, esta a su vez
hace que la adenohipofisis produzca un aumento de una hormona trópica, en
consecuencia, la glándula diana produce un aumento de la hormona que había sufrido
un descenso, dando lugar a un equilibrio o respuesta normal de dicha hormona.

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