You are on page 1of 17

Medicine & Science in Sports & Exercise®

Volumen 30, Número 6


1998
Pronunciamiento conjunto entre el Colegio Americano de
Medicina Deportiva (American College of Sports Medicine) y la
Asociación Americana del Corazón (American Heart Association)

Recomendaciones para el Monitoreo Cardiovascular,


las Políticas de Selección de Personal y Procedimientos
de Emergencias en las Instalaciones Deportivas y
Gimnasios

Este pronunciamiento científico fue escrito por: Gary J. Balady M.D., Chair; Bernard Chaitman, M.D.,
David Driscoll, M.D., Carl Foster, Ph.D., Erika Froelicher, Ph.D., Neil Gordon, M.D., Russell Pate,
Ph.D., James Rippe, M.D., y Terry Bazzarre, Ph.D.

Este documento fue traducido al idioma español por el M.Sc. José Moncada Jiménez (Escuela de Educación
Física y Deportes, Universidad de Costa Rica) y la Licda. Ana Victoria Mora Rojas (Universidad de Costa Rica).
Se agradece la revisión de la traducción a Juan López y Taylor (Universidad de Guadalajara, México) y a
Ricardo Javornik K. M.D. (Valle Arriba Athletic Center, Caracas, Venezuela).

RESUMEN

La promoción de la actividad física encabeza la agenda de nuestras instituciones de salud públicas. A pesar de
que el ejercicio regular reduce en forma subsiguiente la morbilidad y mortalidad cardiovascular, la incidencia de
un problema cardiovascular durante la práctica del ejercicio en aquellos pacientes con enfermedad cardiaca se
estima que es 10 veces mayor que el de aquellas personas saludables. El monitoreo (o despistaje) y la evaluación
adecuados son importantes para identificar y aconsejar a aquellas personas con enfermedades cardiovasculares
antes de que empiecen a ejercitarse a niveles de intensidad moderada a vigorosa. Este pronunciamiento brinda
recomendaciones para el monitoreo cardiovascular de todas las personas (niños, adolescentes y adultos) antes de
que inicien o participen en actividades que se lleven a cabo en instalaciones deportivas y de acondicionamiento
físico (gimnasios). Además se discuten los parámetros para evaluar al personal y las políticas de emergencias
relacionadas con la seguridad cardiovascular.

INTRODUCCIÓN

Recomendaciones para el Monitoreo Cardiovascular, las Políticas de Selección de Personal y Procedimientos de Emergencias en las Instalaciones Deportivas y Gimnasios
® 1998 American College of Sports Medicine (MSSE, 30:6, 1998, pp. 1009-1018)
El mensaje de los científicos de la nación es claro, inequívoco y uniforme: la inactividad física
es un factor de riesgo para la enfermedad cardiovascular (7,18), y su prevalencia es un problema
importante para la salud pública. El nuevo conocimiento científico que se basa en los estudios
epidemiológicos de observación, estudios de cohorte, ensayos controlados e investigación básica, ha
ocasionado que se le de un énfasis sin precedentes a la actividad física y al ejercicio. Según el capítulo
sobre salud y actividad física del reporte del Ministro de Salud de los Estados Unidos de 1996 (20), el
punto principal en la agenda de nuestras instituciones de salud pública. La atención que actualmente se
le da a la actividad física concuerda con las metas del programa “Healthy People 2000” (Personas
Saludables 2000) (10), y debería conducir a un aumento en los niveles de actividad física regular en
toda la población de los Estados Unidos, incluyendo al 25% de adultos que sufren de alguna
enfermedad cardiovascular (3)
A pesar de que el ejercicio regular reduce en forma subsiguiente la morbilidad y mortalidad
cardiovascular (7,17,18), la incidencia de un problema cardiovascular durante la práctica del ejercicio
en aquellos pacientes con enfermedad cardiaca se estima que es 10 veces mayor que el de aquellas
personas saludables (8). El monitoreo o despistaje y la evaluación adecuados son importantes para
identificar y aconsejar a aquellas personas con enfermedades cardiovasculares (ECV) antes de que
empiecen a ejercitarse a niveles de intensidad moderada a vigorosa.
Los niveles moderados (o mayores) de actividad física se alcanzan en diversos lugares,
incluyendo más de 15 000 instalaciones deportivas , de acondicionamientos físico y gimnasios en todo
el país. Un estudio reciente en 110 instalaciones en Massachussetts, demostró que los esfuerzos para
monitorear a los nuevos miembros fueron limitados e inconsistentes (14). Alrededor del 40% de las
respuestas obtenidas en estos lugares señalaban que no se realizaba una entrevista o cuestionario de
monitoreo a los nuevos miembros para detectar síntomas o historial de ECV, y 10% evidenciaban que
no se realizaba ningún monitoreo cardiovascular del todo.
Este pronunciamiento brinda recomendaciones para el monitoreo cardiovascular de todas las
personas (niños, adolescentes y adultos) antes de que participen en actividades que se lleven a cabo en
instalaciones deportivas y gimnasios. Además se discuten los parámetros para evaluar al personal y las
políticas de emergencias relacionadas con la seguridad cardiovascular.
Las instalaciones deportivas y gimnasios se definen aquí como organizaciones que ofrecen
programas para la salud y el acondicionamiento físico como su servicio principal o secundario o que
promueven actividades físico recreativas de alta intensidad (baloncesto, tenis, racquetbol, natación).
Teóricamente, estas instalaciones cuentan con profesionales en el área; pero también se incluyen
aquellas que brindan solamente espacio y equipo (por ejemplo, los gimnasios de los hoteles, que no
cuentan con supervisión). El usuario de las instalaciones deportivas o de un gimnasio se define como
un cliente que paga una cuota regular para utilizar las instalaciones para ejercitarse.
Se pretende que estas recomendaciones ayuden al personal de este tipo de instalaciones, a los
administradores de programas para la salud, y a los clientes a promover y realizar ejercicios y/o
actividad física, de una manera segura y efectiva.
El grupo que escribió estas recomendaciones se basó en una revisión de la literatura existente y
en el consenso del grupo. Se resaltan y proporcionan los pronunciamientos anteriores de la American
Heart Association (AHA), y del American College of Sports Medicine (ACSM). Estas
recomendaciones fueron revisadas simultáneamente por especialistas de la AHA, del ACSM, del
American College of Cardiology, del Internacional Health Racquet and Sports Clubs Association
(IHRSA), y del Young Men’s Christian Association (YMCA). Las recomendaciones no son
obligatorias, ni limitan a las personas que ejercen en base a su propio juicio la posibilidad de brindar
atención individualizada. Con este pronunciamiento, la AHA y el ACSM no asumen responsabilidad
alguna con ningún individuo a quien pueda aplicársele este pronunciamiento al recibir atención

Recomendaciones para el Monitoreo Cardiovascular, las Políticas de Selección de Personal y Procedimientos de Emergencias en las Instalaciones Deportivas y Gimnasios
® 1998 American College of Sports Medicine (MSSE, 30:6, 1998, pp. 1009-1018)
individual. En otras publicaciones (2,6,8,21) se ofrecen detalles específicos acerca de la medición y
evaluación física, y del entrenamiento de personas sanas o con problemas cardiovasculares y de
aquellos que presentan otros problemas de salud. El ACSM ha publicado instrucciones muy detalladas
para el manejo y operación de instalaciones deportivas y gimnasios (19). Aunque los problemas en los
deportes competitivos no se incluyen en este pronunciamiento, en la publicación de la XXVI
Conferencia de Bethesda (28) se encuentran conclusiones en relación a la muerte súbita en los atletas
en competencias, y en la publicación de la AHA (12) se proporcionan recomendaciones específicas
para el monitoreo y la evaluación de atletas con enfermedad cardiaca congénita, hipertensión sistémica,
y otras enfermedades cardiovasculares, antes de que participen en competencias deportivas.

Monitoreo Cardiovascular

Fundamentos. El ejercicio regular aumenta la capacidad para ejercitarse y la condición física, lo que
produce numerosos beneficios para la salud. Cuando se habla de todas las causas de mortalidad, las
personas físicamente activas presentan tasas más bajas de mortalidad, esto debido probablemente, a un
descenso en la ocurrencia de enfermedades crónicas, incluyendo las enfermedades coronarias. Este
beneficio puede ser el resultado de una mejora en los factores de riesgo cardiovascular, junto con un
aumento en la fibrinólisis, una mejora en la función endotelial, un descenso en el tono simpático y otros
factores no definidos aún (7). Los ejercicios de resistencia aeróbica regular alteran favorablemente los
sistemas cardiovascular, músculo esquelético, y neuroendocrino. El resultado es un efecto del
entrenamiento, lo que permite al individuo aumentar paulatinamente su trabajo mientras disminuye la
respuesta de la frecuencia cardiaca y la presión sanguínea ante un ejercicio submáximo. Tal efecto es
deseable particularmente en pacientes con enfermedad de las arterias coronarias porque les permite
aumentar la actividad con una menor isquemia (7).
Los Centros para el Control y Prevención de las Enfermedades (CDC) (18), el ACSM (18), y el
AHA (6) recomiendan que cada estadounidense participe por lo menos durante 30 minutos (o más) en
actividades físicas de intensidad moderada la mayoría o todos los días de la semana.
Desafortunadamente, muchas personas son sedentarias o realizan muy poca actividad física;
sólo el 22% de los adultos estadounidenses realizan ejercicio regular 5 o más veces a la semana (20).
La presencia de inactividad física es más alta entre los diversos grupos culturales de la población
estadounidense, grupos con bajos ingresos, ancianos y mujeres (20). Es importante que los
administradores de programas de salud eduquen a la población acerca de los beneficios de la actividad
física y fomenten el ejercicio en el tiempo de ocio, particularmente en aquellos que son menos activos.
Las personas deben buscar información sobre maneras seguras y efectivas para aumentar la actividad
física e iniciar y mantener un programa regular de ejercicio.
Los esfuerzos para promover la actividad física conducirán a un incremento en el numero de
personas que con y sin enfermedades cardiacas, se sumarán al conjunto de más de 20 millones de
personas que actualmente se ejercitan en instalaciones deportivas y gimnasios (16). Las investigaciones
actuales de mercadeo indican que 50% de los miembros de estos lugares son mayores de 35 años y los
segmentos que crecen mas rápido son el de usuarios mayores de 55 años y el de aquellos que tienen
entre 35 y 54 años (16). Con el aumento en la actividad física, mas personas que presentan síntomas de
EVC o que tienen una enfermedad cardiovascular conocida, enfrentaran la tensión (stress)
cardiovascular de una actividad física y el riesgo posible de un incidente cardiaco. Más del 25% de los
estadounidenses sufre de alguna enfermedad cardiovascular (3). La prevalencia de la enfermedad
coronaria en los adultos estadounidenses entre los 20 años y más es del 7.2% en la población general,
7.5% en la población blanca no hispana, 6.9% en la gente de color no hispanos, y 5.6% en los

Recomendaciones para el Monitoreo Cardiovascular, las Políticas de Selección de Personal y Procedimientos de Emergencias en las Instalaciones Deportivas y Gimnasios
® 1998 American College of Sports Medicine (MSSE, 30:6, 1998, pp. 1009-1018)
mexicano-estadounidenses (3). La prevalencia de infarto al miocardio en estadounidenses entre los 65 –
69 años es del 18% en hombres y el 9.7% en mujeres (3).
Un esfuerzo físico moderadamente extenuante puede desencadenar incidentes cardiacos
isquémicos, particularmente en aquellas personas que no están acostumbradas a la actividad física
regular y al ejercicio. Siscovick y otros (23), examinaron la incidencia de paro cardiaco primario en
hombres de 25-75 años, después de excluir a aquellos con un historial de enfermedad cardiaca
diagnosticada. Aunque el riesgo aumentó de manera significativa en la práctica de ejercicio de alta
intensidad, la probabilidad de un paro cardiaco primario durante esta actividad en una población
clínicamente sana, se estimó en 0.55 incidentes/10000 hombres/año. Maron y otros (13), estudiaron las
causas de muerte súbita en atletas competitivos. En personas menores a los 35 años, el 48% de las
muertes se debieron a cardiomiopatía hipertrófica. Del 10 al 20% de las muertes fueron atribuidas a
anomalías en la arteria coronaria, la hipertrofia idiopática en el ventrículo izquierdo y la enfermedad
coronaria cardiaca.
En aquellos mayores de 35 años, la enfermedad de la arteria coronaria ocasionó
aproximadamente el 80% de los fallecimientos. En general, la incidencia absoluta de muerte durante
el ejercicio en la población general es baja (25,26,29). Cada año aproximadamente 0.75 y
0.13/100000 atletas masculinos y femeninos jóvenes (29) y 6/100000 hombres de edad intermedia
mueren durante esfuerzos físicos (25). No existen datos disponibles para mujeres en edad media o en
ancianos.
También se han estudiado otros incidentes cardiovasculares además de la muerte. Datos
tomados del estudio de Framingham sobre el corazón, indican que el riesgo de infarto en el miocardio
en un hombre de 50 años, no fumador, y no diabético, es aproximadamente 1% por año, o 1 posibilidad
en 1 millón por hora (4). Se ha reportado que en el 4.4% al 7.1% de los pacientes con infarto agudo al
miocardio la aparición de los síntomas se han presentado dentro de la primera hora posterior a un
esfuerzo pesado [ ≥ 6 METs (equivalentes metabólicos)] (15,31).
El ajuste en el riesgo relativo es mucho mayor en personas que no practican actividad física
regular, con un riesgo tres veces mayor de incidencia durante la mañana. En la fase trombolítica se
examinó la relación de la actividad física con el infarto agudo de miocardio en 3339 pacientes del
estudio (ensayo) TIMI II (27), en el que se encontró que una actividad física moderada a intensa
precedió al infarto miocárdico en el 18.7% de los pacientes.
Van Camp et al. (30), reportaron la incidencia de complicaciones cardiovasculares mayores en
167 programas de rehabilitación cardiaca seleccionados al azar, y que proporcionaban programas de
ejercicio / entrenamiento superivisado a 51000 pacientes con ECV conocida. La incidencia del infarto
al miocardio fue de 1/294000 horas/persona; la incidencia de muerte fue de 1/784000 horas/persona.

El monitoreo de potenciales miembros/usarios.

Todas las instalaciones donde hay equipos o servicios para realizar ejercicios deben realizar
monitoreos cardiovasculares a todos los miembros nuevos y/o potenciales. El propósito principal de un
monitoreo previo es identificar tanto aquellos que se sabe que están en riesgo de sufrir un incidente
cardiovascular durante el ejercicio, como a aquellos sobre los que no se sabe. Evidencia reciente
sugiere que el monitoreo en instalaciones deportivas y gimnasios se hace esporádicamente (14). En
Canadá, evidencia de la evaluación del Canadian Home Fitness Test, y su instrumental de tamizaje, el
“Physical Activity Readiness Questionnaire” (PAR-Q), indica que incluso los cuestionarios de
monitoreo simple pueden identificar efectivamente a muchas personas con un alto riesgo y aumentar la
seguridad del ejercicio sin supervisión (22). El conocimiento actual sobre la relación entre los factores

Recomendaciones para el Monitoreo Cardiovascular, las Políticas de Selección de Personal y Procedimientos de Emergencias en las Instalaciones Deportivas y Gimnasios
® 1998 American College of Sports Medicine (MSSE, 30:6, 1998, pp. 1009-1018)
de riesgo, la incidencia de enfermedad cardiovascular, y los factores que desencadenan el infarto agudo
del miocardio indica que el monitoreo es razonable y prudente
La relación de costo-efectividad del monitoreo previo es una consideración importante. Las
pruebas de esfuerzo son comparativamente costosas. La incidencia de hallazgos falsos positivos
cuando se examinan personas asintomáticas (9) y la necesidad de darle seguimiento a resultados
anormales puede conducir a procedimientos más costosos. Un proceso de monitoreo detallado y
obligatorio muy sensible en la detección de ECV ocultas podría ser tan prohibitivo que muy pocas
personas participarían en programas de acondicionamiento físico. Dicho resultado sería
contraproducente con la meta de maximizar la actividad.
Ya que la mayoría de los beneficios que el ejercicio produce para la salud se obtienen en niveles
de intensidad moderada (18), en los cuales los riesgos son probablemente bajos, no se justifican las
recomendaciones que impidan que grandes cantidades de personas participen en programas de
ejercicios. El monitoreo previo debe servir para identificar a las personas con alto riesgo y debe ser
simple y fácil de realizar. Los esfuerzos de la salud pública deben concentrarse en el uso de este
monitoreo previo.
Es probable que dos herramientas prácticas para el monitoreo preparticipativo tengan un efecto
en la identificación de individuos con alto riesgo sin inhibir su participación en programas de ejercicio.
El PAR-Q (24) (Tabla 1), es un cuestionario auto-administrado, que hace énfasis principalmente en los
síntomas que podrían indicar una angina de pecho. Se indica a los participantes que contacten a su
médico de cabecera si contestan “Sí” a una o más preguntas de este cuestionario. El PAR-Q también
identifica problemas músculo esqueléticos que deben evaluarse antes de la participación, ya que estos
pueden ocasionar la modificación del programa de ejercicios. El cuestionario está diseñado para que el
participante lo complete cuando se inscribe (se registra) en una instalación deportiva o un gimnasio. En
el tipo de instalaciones deportivas que no cuentan con supervisión (por ejemplo, los gimnasios de los
hoteles), el PAR-Q puede ser contestado por la misma persona mediante el uso de indicaciones por lo
que el cuestionario debe de estar disponible con facilidad y en un lugar altamente visible para que cada
cliente a su ingreso al lugar lo pueda contestar. Si bien es menos satisfactorio que evidenciar los
resultados del monitoreo, el uso de señales y métodos visuales similares son una recomendación minina
para estimular a los posible usuarios a determinar su riesgo de salud mientras se ejercitan en estas
instalaciones.
Otra herramienta simple y auto-administrada diseñada para identificar a los individuos en alto
riesgo sin causar un impacto negativo en la participación, es un cuestionario que se basa en el
desarrollado previamente por el Wisconsin Affiliate of the American Heart Association (11) (Tabla 2).
Este formulario de una página es un poco más complejo que el PAR-Q y utiliza historial, síntomas y
factores de riesgo (incluyendo la edad), para dirigir a los miembros potenciales ya sea a participar en un
programa de ejercicio o contactar a su médico (o administrador de la salud) antes de participar. A las
personas con mayor riesgo se les indica que busquen instalaciones con niveles apropiados de personal
de supervisión. El cuestionario puede completarse en pocos minutos cuando los participantes se
inscriben en el lugar. Este cuestionario identifica a los participantes con un alto potencial de riesgo,
documenta los resultados del monitoreo, educa al usuario y promueve y patrocina el uso adecuado del
sistema de atención para la salud. Además sirve como guía para cualificar al personal y los requisitos
que deben cumplir. Este instrumento es tan simple, que en lugares sin el personal adecuado para su
supervisión, puede adaptarse para su auto administración, con un mínimo de indicaciones
adecuadamente dispuestas.
Los cuestionarios para evaluar la salud deben ser interpretados preferiblemente por personal
calificado (Ver lineamientos en la sección siguiente) con la finalidad de que se pueda limitar el uso de

Recomendaciones para el Monitoreo Cardiovascular, las Políticas de Selección de Personal y Procedimientos de Emergencias en las Instalaciones Deportivas y Gimnasios
® 1998 American College of Sports Medicine (MSSE, 30:6, 1998, pp. 1009-1018)
referencias innecesarias para una evaluación médica previa a la participación, lo cual evita gastos
excesivos.
En vista del potencial riesgo legal que asume el personal de las instalaciones deportivas y
gimnasios, se recomienda que todos estos lugares documenten los resultados de los monitoreos. El
monitoreo, especialmente en aquellos participantes a quienes se les recomienda una evaluación médica,
requiere tiempo, personal y recursos monetarios. Los administradores de cada instalación pueden
determinar la manera más económica de conducir y documentar el monitoreo previo a la participación.
Deben realizarse todos los esfuerzos posibles para educar a los nuevos miembros potenciales
acerca de la importancia de practicarse una revisión general y, si es necesario, un examen médico o
recomendación antes de empezar el programa de ejercicio. Se debe hacer énfasis en los riesgos
potenciales de no obtener una evaluación. Sin ésta, es imposible determinar si una persona se encuentra
en alto riesgo de sufrir un daño corporal severo o de morir al participar en un programa de ejercicios.
Esto también se aplica a aquellas personas que se realizan una revisión general y que se les diagnostica
síntomas de alguna enfermedad cardiovascular conocida y se niegan a realizarse un examen médico
más exhaustivo; y aún así se inscriben en un programa de ejercicios. Debido a razones de seguridad,
aquellas personas con enfermedad cardiovascular conocida que no realizan el examen médico
recomendado y aquellos que no completan el cuestionario de salud solicitado pueden ser excluidos de
la participación de un programa de ejercicios en una instalación deportiva o de acondicionamiento
físico, hasta donde la ley lo permita.

Tabla 1. Cuestionario revisado “Physical Activity Readiness Questionnaire (PAR-Q).

SI NO

1. ¿Alguna vez el médico le ha dicho que usted tiene un


problema en el corazón y le recomienda solamente
actividad física supervisada por un médico?
2. ¿Le duele el pecho cuando empieza a hacer actividad
física?
3. ¿Le ha dolido el pecho en el último mes?
4. ¿Cuando se ha mareado, ha perdido el conocimiento o se
ha caído al menos una vez?
5. ¿Tiene algún problema en los huesos o en las articulaciones
que pueda empeorar por las actividades físicas propuestas?
6. ¿Alguna vez el médico le ha indicado tomar medicinas para
la presión arterial o el corazón?
7. ¿Sabe usted, ya sea por su propia experiencia o porque el
médico se lo haya indicado, de cualquier otra razón física
que le impida realizar ejercicio sin la debida supervisión
médica?

Si respondió “SI” en cualquiera de las preguntas, póngase en contacto con su médico antes de
aumentar su actividad física. Adaptado de Shephard et al. (22) y Thomas et al. (24).

A las personas asintomáticas o sin un historial conocido de ECV, y que no aportan el examen
médico recomendado después de realizarse una evaluación general, debe exigírseles que firmen un
formulario en el que se exime de toda responsabilidad a la institución y otro en el cual el usuario asume
la responsabilidad total del riesgo. Ambos formularios pueden estar reconocidos legalmente en la
jurisdicción en que se encuentra la institución. Cuando se siguen los lineamientos adecuados, es

Recomendaciones para el Monitoreo Cardiovascular, las Políticas de Selección de Personal y Procedimientos de Emergencias en las Instalaciones Deportivas y Gimnasios
® 1998 American College of Sports Medicine (MSSE, 30:6, 1998, pp. 1009-1018)
probable que los beneficios potenciales de la actividad física superen los riesgos. Las personas
asintomáticas o sin un historial conocido de ECV, y que no aportan el examen médico recomendado o
firman los formularios anteriormente mencionados pueden ser excluidas de la participación de un
programa de ejercicios hasta donde la ley lo permita. A las personas que no aportan la evaluación
pero que firman un formulario que exime de la responsabilidad, se les puede permitir su
participación. Sin embargo, debe incentivárseles para que participen en actividades de intensidad física
baja o moderada; además de recibir asesoría acerca de las señales de alerta y síntomas de un posible
incidente cardiovascular.
Los objetivos principales del monitoreo cardiovascular previo a la participación son identificar a
las personas con ECV conocida, los síntomas de ECV, y/o los factores de riesgo para el desarrollo de
enfermedades. Estas personas deben recibir una recomendación o evaluación médica antes de empezar
un programa de ejercicios o someterse a una prueba de esfuerzo. El monitoreo también identifica
aquellas personas con enfermedad cardiovascular conocida que no deben participar en un programa de
ejercicios o que deben participar al menos al principio en un programa bajo supervisión médica, así
como a las personas que tienen otras necesidades especiales (8,19).
El monitoreo también cumple otra función. Una de las tendencias en la rehabilitación
cardiovascular es remitir a los pacientes clínicos, estables y con bajo riesgo, a las instalaciones de la
comunidad en lugar de enviarlos a programas especializados y por lo general costosos. Los directores
de estas instalaciones deben esperar que un porcentaje alto de sus participantes tengan historias clínicas
que requieran de la supervisión de los programas de ejercicios por parte de personal capacitado.
Cuando se aconseja o se requiere una evaluación médica, se recomienda una comunicación
escrita y directa con el médico de cabecera (o administrador de la salud) del individuo. La carta de
ejemplo (A) y el dictamen médico (B) de la Tabla 3, pueden usarse o modificarse para tales propósitos.

Recomendaciones para el Monitoreo Cardiovascular, las Políticas de Selección de Personal y Procedimientos de Emergencias en las Instalaciones Deportivas y Gimnasios
® 1998 American College of Sports Medicine (MSSE, 30:6, 1998, pp. 1009-1018)
Tabla 2. Cuestionario de Monitoreo Pre-participación de la AHA/ACSM para Instalaciones Deportivas.
(AHA/ACSM significa American Heart Association/American College of Sports Medicine)

Determine sus necesidades de salud marcando las opciones que mejor describen su condición

Historial
¿Alguna vez ha tenido:
___ un ataque cardiaco Si ha marcado cualquiera de las opciones de esta
___ cirugía en el corazón sección, tiene que consultar a su médico antes de
___ angioplastía coronaria empezar a realizar ejercicio. Puede que necesite ir a
___ marcapasos/desfibrilador cardiaco implantable/ un lugar donde haya personal médico calificado.
disturbios en el ritmo cardiaco
___ enfermedad de las válvulas del corazón
___ fallo cardiaco
___ transplante del corazón
___ enfermedad cardiaca congénita

Síntomas Otros aspectos de la salud:


___ Siente molestias en el pecho cuando realiza esfuerzos ___ Tiene problemas músculo
físicos esqueléticos
___ Le cuesta respirar sin razón alguna ___ Se preocupa por la seguridad
___ Se marea, se desmaya o se siente desorientado del ejercicio que va a realizar
___ Toma medicinas para el corazón ___ Toma medicinas que le ha prescrito
el médico
___ Está embarazada

Factores de riesgo cardiovasculares


___ Es un hombre mayor de 45 años. Si ha marcado dos o más de las opciones de esta
___ Es una mujer mayor de 55 años o ha tenido una sección, debería consultar a su médico antes de
histerectomía o es postmenopáusica. comenzar a hacer ejercicio. Podría obtener beneficios
___ Fuma. si asiste a un lugar donde exista personal
___ Su presión arterial es mayor de 140/90. profesionalmente preparado para que guíe su
___ Desconoce su presión arterial. programa de ejercicios.
___ Toma medicinas para la presión arterial.
___ Su nivel de colesterol es mayor de 240 mg/dl.
___ Desconoce su nivel de colesterol.
___ Tiene un familiar muy cercano que ha tenido un ataque
cardiaco antes de los 55 años (papá o hermano) o de
los 65 años (mamá o hermana).
___ Es diabético o toma medicinas para controlar sus niveles
de azúcar en la sangre.
___ Es usted una persona sedentaria (es decir, no realiza
por lo menos 30 minutos de actividad física al menos 3
días a la semana).
___ Tiene más de 20 libras de sobrepeso.

___ Ninguna opción anterior es válida Debería ser capaz de realizar ejercicio de manera
segura sin tener que consultar a un médico en
cualquier instalación deportiva que cumpla con las
necesidades de su programa de ejercicios.

Recomendaciones para el Monitoreo Cardiovascular, las Políticas de Selección de Personal y Procedimientos de Emergencias en las Instalaciones Deportivas y Gimnasios
® 1998 American College of Sports Medicine (MSSE, 30:6, 1998, pp. 1009-1018)
Tabla 3A. Ejemplo de formulario de referencia médicaa.

Tabla 3A. Ejemplo de formulario de referencia médicaa. Tabla 3B. Ejemplo de autorización para brindar información del
paciente
Estimado Dr. ______________________________: 1. Yo autorizo a ____________________________ para que brinde
Su paciente (nombre del paciente) desea comenzar un la siguiente información médica de mi expediente:
programa de ejercicios y/o un deporte en nuestras
instalaciones (nombre del lugar). Después de revisar sus Nombre del paciente: _____________________________________
respuestas a nuestro cuestionario de monitoreo Dirección ______________________________________________
cardiovascular, nos gustaría saber su opinión médica y ______________________________________________________
recomendaciones relacionadas con su participación en Teléfono ______________________________
actividades de ejercicios/deportes. Por favor bríndenos la Fecha de nacimiento _____________________
siguiente información y envíenos el cuestionario a (nombre,
dirección, teléfono, fax):

1. ¿Existen preocupaciones o condiciones específicas que 2. Información solicitada específica:


nuestro personal deba conocer antes de que ésta persona (si no hay fechas específicas de los tratamientos, se debe incluir la
comience a realizar una actividad física/deporte en nuestras información más reciente)
instalaciones? Si/No. En caso de que responda ___ Prueba de esfuerzo ___ Historial reciente y examen físico
afirmativamente, por favor especifique más ______________ ___ Visita más reciente a la clínica ___ Consultas
_________________________________________________ ___ Resultados de laboratorio (especifique) __________________
_________________________________________________ ___ Otro (especifique) ___________________________________
2. Si este individuo ha sido capaz de completar una prueba de 3. Esta información debe ser enviada a:
esfuerzo, por favor indique lo siguiente: Nombre de la persona/organización _________________________
a. Fecha de la prueba _______________________ Dirección ______________________________________________
b. Una copia del reporte final de la prueba y su Telefono ____________________________
interpretación
c. Sus recomendaciones específicas para que entrene, 4. Propósito por el que se pide la información __________________
incluyendo los límites de la frecuencia cardiaca: __ 5. No doy permiso para que se divulgue esta información salvo para
_____________________________________________ el caso descrito anteriormente (punto 4).
3. Por favor brinde la siguiente información por si 6. Pido que esta autorización sea anulada 90 días después de la fecha
necesitamos comunicarnos con usted en caso de que en que la firme o _______________________. Comprendo que esta
tengamos más consultas: autorización puede ser anulada en cualquier momento, excepto que
___ ESTOY DE ACUERDO en que esta persona realice se haya declarado lo contrario de antemano.
ejercicios/deportes en sus instalaciones
___ NO ESTOY DE ACUERDO en que esta persona realice 7. Firma del paciente ______________________________
ejercicios/deportes en sus instalaciones Fecha _____________________________
Firma del médico ______________________ Testigo ____________________________
Nombre del médico ____________________ (escribir el nombre)
Dirección ________________________________________ Firma _____________________________
________________________________________________
Teléfono _____________ Fax ________________

Gracias por su colaboración.


a
Tiene que adjuntarse el dictamen médico.

Características de los participantes.

La intensidad de la actividad física se mide mediante el tipo de ejercicio (resistencia o fuerza), según
se define en la Tabla 4. Los cuestionarios para evaluar la salud deben utilizarse antes de las pruebas de
esfuerzo y/o el entrenamiento para clasificar a los participantes de acuerdo al riesgo (Tabla 5), las
cuales se designan como “personas aparentemente sanas” (Clase A-1), “personas con un riesgo mayor”
(Clases A-2 y A-3), y “personas con enfermedad cardiovascular conocida” (Clases B, C y D). Las
personas aparentemente sanas de todas las edades y las personas asintomáticas con un riesgo mayor
(Clases A-1 hasta A-3), pueden participar en ejercicios de intensidad moderada sin tener que someterse
primero un examen médico o una prueba de esfuerzo supervisada. Las personas aparentemente sanas y

Recomendaciones para el Monitoreo Cardiovascular, las Políticas de Selección de Personal y Procedimientos de Emergencias en las Instalaciones Deportivas y Gimnasios
® 1998 American College of Sports Medicine (MSSE, 30:6, 1998, pp. 1009-1018)
más jóvenes (Clase A-1) también pueden practicar ejercicios de intensidad vigorosa es sin tener que
someterse primero un examen médico o una prueba de esfuerzo supervisada. Se sugiere que las
personas que se encuentran dentro de la Clase A-2 y especialmente Clase A-3, se sometan a un examen
médico y si es posible a una prueba de esfuerzo máximo antes de realizar un ejercicio intenso. Las
demás personas (Clases B, C) deben someterse a un examen médico y realizar una prueba de esfuerzo
máxima antes de realizar ejercicios moderados o de mayor intensidad, a menos que el ejercicio sea
contraindicado (por ejemplo, clase D). Los datos que se obtengan de una evaluación médica realizada
dentro del último año son aceptables a menos que haya cambiado el estatus clínico. Las pruebas de
esfuerzo supervisadas médicamente deben realizarse de acuerdo a los lineamientos publicados con
anterioridad(8).

Tabla 4. Clasificación de la intensidad de la actividad física (20).

Ejercicios de Resistencia Aeróbica Ejercicios


de fuerza
Intensidad Relativa Intensidad Absoluta (METs) en adultos sanos Intensidad
(edad en años) Relativaa
Intensidad VO2máx (%) FCmáx VEPb Jóvenes Adultos Ancianos Muy VEP Contracción
FCR (%) (%) (20 – 39) (40 – 64) (65 – 79) ancianos voluntaria
(> 80) máxima
(%)
Muy ligero < 25 < 30 <9 < 3.0 < 2.5 < 2.0 ≤ 1.25 < 10 < 30
Ligero 25 – 44 30 – 49 9 – 10 3.0 – 4.7 2.5 – 4.4 2.0 – 3.5 1.26 – 2.2 10 – 11 30 – 49
Moderado 45 – 59 50 – 69 11 – 12 4.8 – 7.1 4.5 – 5.9 3.6 – 4.7 2.3 – 2.95 12 – 13 50 – 69
Fuerte 60 – 84 70 – 89 13 – 16 7.2 – 10.1 6.0 – 8.4 4.8 – 6.7 3.0 – 4.25 14 – 16 70 – 84
Muy fuerte ≥ 85 ≥ 90 > 16 ≥ 10.2 ≥ 8.5 ≥ 6.8 ≥ 4.25 17 – 19 > 85
Máximoc 100 100 20 12.0 10.0 8.0 5.0 20 100
a
Con base en 8 – 12 repeticiones para personas < 50 años y 10 – 15 repeticiones para personas ≥ 50 años.
b
Escala de valoración del esfuerzo percibido (VEP) de Borg de 6 – 20 (5).
c
Los valores máximos son valores promedios alcanzados durante ejercicio máximo en adultos sanos. Los valores de intensidad
absoluta (equivalente metabólicos [METs]) son valores promedios aproximados para hombres. Los valores promedio para mujeres
son aproximadamente 1 ó 2 METs menores que el de los hombres.

El uso de los resultados de monitoreo para clasificar el factor de riesgo de los participantes.

Al completar la evaluación inicial y si fuera necesaria, la consulta médica y la prueba de


esfuerzo supervisada, se puede clasificar a los participantes con base en las características individuales
que se detallan más adelante. . Las siguientes clasificaciones se han modificado utilizando las guías de
la AHA (8) y del ACSM (2), y se hacen las siguientes recomendaciones (Tabla 5):
Clase A: Aparentemente sanos. No existe evidencia de que aumente el riesgo cardiovascular al
hacer ejercicio. Esta clasificación incluye 1) personas jóvenes “aparentemente sanas” (Clase A-1), y 2)
personas “aparentemente sanas” o en “riesgo mayor” independientemente de la edad y cuyo
diagnóstico es normal en las pruebas de esfuerzo máximo (Clases A-2, A-3). Algunas veces se puede
realizar pruebas de esfuerzo submáxima en instalaciones deportivas y de salud de acuerdo a la ley, sin
fines diagnósticos sino para evaluar la capacidad fisica, la prescripción del ejercicio y el control del
progreso (2). Estas pruebas también son útiles para educar a los participantes acerca del ejercicio y para
motivarlos. Las pruebas de esfuerzo no diagnósticas deben realizarse en personas de Clase A, tan solo
por personal calificado y bien entrenado (ver sección sobre la selección del personal más adelante) que
conozcan las indicaciones y contraindicaciones de las pruebas de esfuerzo, los criterios para la

Recomendaciones para el Monitoreo Cardiovascular, las Políticas de Selección de Personal y Procedimientos de Emergencias en las Instalaciones Deportivas y Gimnasios
® 1998 American College of Sports Medicine (MSSE, 30:6, 1998, pp. 1009-1018)
finalización de la prueba, y cómo interpretar la prueba. En todas las instalaciones deportivas y
gimnasios, inclusive en las que se realizan pruebas de esfuerzo, debe haber un plan de emergencia (ver
sección sobre políticas y procedimientos de emergencia más adelante) para asegurar que las
emergencias se atiendan de manera segura y eficiente. No existen restricciones más que el proveer de
guías básicas para el ejercicio. No se requiere supervisión especial durante la práctica de ejercicios.
Clase B: Presencia de enfermedad cardiovascular conocida y estable con poco riesgo para la
práctica de ejercicio intenso pero con un riesgo mayor que el de las personas aparentemente sanas.
Esta clasificación incluye a personas clínicamente estables con 1) enfermedad de la arteria coronaria
(infarto del miocardio, cirugía de “bypass” en la arteria coronaria, angioplastia coronaria transluminal
percutánea, angina de pecho, resultados anormales en la prueba de esfuerzo, o angiograma coronario
anormal); 2) enfermedad en las válvulas cardiacas; 3) enfermedad cardiaca congénita (la clasificación
de riesgo en pacientes con enfermedad cardiaca congénita debe realizarse con base en las
recomendaciones de la XXVI Bethesda Conference (28)); 4) cardiomiopatía (incluye a pacientes
estables con falla cardiaca con las características que se indican más adelante y que no tienen
miocarditis reciente o cardiomiopatía hipertrófica); 5) resultados anormales en la prueba de esfuerzo
que no cumplan los lineamientos de la Clase C (ver más adelante).
Las características clínicas de estas personas son 1) Clase I o II (Tabla 6) de la New York Heart
Association (NYHA); 2) capacidad para ejercitarse > 6 METs; 3) sin evidencia de falla cardiaca; 4) sin
isquemia o angina en reposo o durante la prueba de esfuerzo ≤ 6 METs; 5) aumento apropiado en la
presión sanguínea sistólica durante el ejercicio; 6) ausencia de taquicardia ventricular sostenida o
discontinua; 7) capacidad de obtener resultados satisfactorios en el auto monitoreo de la intensidad del
ejercicio.
Para este último grupo de personas la actividad debe individualizarse mediante la prescripción
del ejercicio. Se recomienda la supervisión médica durante las sesiones para la prescripción del
ejercicio, así como la supervisión de personal calificado en aquellas otras sesiones de ejercicio hasta
que el participante comprenda cómo monitorear su propia actividad. El subsiguiente entrenamiento del
ejercicio se puede realizar sin supervisión especial.
Clase C: Personas con riesgo moderado a alto de complicaciones cardiacas durante el
ejercicio y/o que no son capaces de autorregular la actividad o comprender el nivel recomendado de
actividad. Esta clasificación incluye a las personas con 1) enfermedad de la arteria coronaria con las
características clínicas que se señalan más adelante; 2) enfermedad adquirida de las válvulas cardiacas;
3) enfermedad cardiaca congénita (la clasificación de riesgo en pacientes con enfermedad cardiaca
congénita debe realizarse con base en las recomendaciones de la XXVI Bethesda Conference (28)); 4)
cardiomiopatía (incluye a pacientes estables con falla cardiaca con las características que se indican
más adelante pero que no tienen miocarditis reciente o cardiomiopatía hipertrófica); 5) resultados
anormales en la prueba de esfuerzo sin relación directa con isquemia; 6) un episodio previo de
fibrilación ventricular o paro cardiaco que no ocurrió en presencia de un incidente isquémico agudo o
procedimiento cardiaco; 7) arritmias ventriculares complejas durante ejercicios o trabajo físico de
intensidad baja a moderada que no se controlan con medicamentos; 8) enfermedad coronaria de tres
vasos o de la arteria coronaria principal izquierda; 9) fracción de eyección < 30%.
También se presentan una o más de las siguientes características clínicas: 1) dos o más infartos
al miocardio; 2) Clase III o mayor de la NYHA; 3) capacidad de ejercicio < 6 METs; 4) isquemia
horizontal o depresión ≥ 1 mm del segmento ST o angina a una carga de trabajo ≤ 6 METs; 5) un
descenso en la presión sanguínea sistólica al realizar ejercicio; 6) un problema médico que el doctor
crea que representa una amenaza de muerte; 7) un episodio previo de paro cardiaco; y 8) taquicardia
ventricular a una carga de trabajo < 6 METs. La actividad física debe individualizarse y el ejercicio
deberá ser prescrito por personal calificado. Se recomiendan durante las sesiones de ejercicio la

Recomendaciones para el Monitoreo Cardiovascular, las Políticas de Selección de Personal y Procedimientos de Emergencias en las Instalaciones Deportivas y Gimnasios
® 1998 American College of Sports Medicine (MSSE, 30:6, 1998, pp. 1009-1018)
supervisión médica, el monitoreo de señales y síntomas negativos, el monitoreo electrocardiográfico
del ritmo cardiaco y el monitoreo de la presión sanguínea, hasta que se haya alcanzado un nivel de
seguridad. El entrenamiento subsiguiente deberá ser supervisado por personal calificado.
Clase D: Condiciones inestables con restricciones en la actividad. En esta clasificación se
incluyen 1) isquemia inestable; 2) falla cardiaca descompensada; 3) arritmias no controladas; 4)
estenosis aórtica severa y sintomática; 5) cardiomiopatía hipertrófica o cardiomiopatía debida a
miocarditis reciente; 6) hipertensión pulmonar severa; o 7) otras condiciones que puedan agravarse
debido al ejercicio (por ejemplo, presión sanguínea sistólica en reposo > 200 mm Hg o presión
sanguínea diastólica en reposo > 110 mm Hg.; existencia o posibilidad de miocarditis o periocarditis;
existencia o sospecha de un aneurisma disecante; tromboflebitis y una embolia pulmonar o sistémica
reciente). No se recomienda actividad física para acondicionamiento en esta población.
La clasificación de riesgo en pacientes con enfermedad cardiaca congénita debe realizarse con
base en las recomendaciones de la XXVI Bethesda Conference (28).
Estas clasificaciones se presentan como un medio para iniciar la práctica de ejercicio con el
menor riesgo posible. No se toma en cuenta la existencia de morbilidades (por ejemplo, diabetes
mellitus dependiente de insulina, obesidad mórbida, enfermedad pulmonar severa, complicaciones en el
embarazo, condiciones ortopédicas o neurológicas debilitantes) que puedan constituir una
contraindicación al ejercicio o que requieran de mayor supervisión médica durante la práctica de
ejercicio.

Tabla 5. Tabla de selección de la instalación con base en las características del participante.

Tipo de Riesgo
Características Clase A–1 Clase A–2 Clase A–3 Clase B Clase C Clase D
del
participante
Edad/sexo Niños Hombres > 45 Hombres > 45 años Niñosa Niñosa Niñosa
Adolescentes años Mujeres > 55 años Adolescentesa Adolescentesa Adolescentesa
Hombres ≤ 45 Mujeres > 55 Hombres Hombres Hombres
años años Mujeres Mujeres Mujeres
Mujeres ≤ 55
años
Factores de Ninguno Ninguno ≥2 Pueden existir Pueden existir Pueden existir
riesgo
cardiovascular
ECV Ninguno Ninguno Ninguno Sí Sí Sí
comprobada
Características Clase A: Clase A: Clase A Clase B Clase C Clase D
de ECV (ver Aparentemente Aparentemente Aparentemente ECV conocida: ECV conocida: ECV conocida: alto
texto para sanos sanos sanos bajo riesgo riesgo moderado riesgo
mayores
detalles)
Intensidad Instalación 1-4 Instalación 1-4 Instalación 1-4 Instalación 1-5 Instalación 4-5 No se recomienda
baja
Intensidad Instalación 1-4 Instalación 1-4 Instalación 1-4 Instalación 4-5 Instalación 5 No se recomienda
moderada
Intensidad Instalación 1-4 Instalación 1-4 Instalación 1-4 Instalación 4-5 Instalación 5 No se recomienda
vigorosa
Características del Edificio
Nivel 1 Nivel 2 Nivel 3 Nivel 4 Nivel 5
Tipo de instalación/edificio Instalacion de Un solo líder en Centro de Centro de Programa de
ejercicio no ejercicio acondicionamiento acondicionamiento ejercicio
supervisado para clientes sanos para poblaciones supervisado
clínicas médicamante

Recomendaciones para el Monitoreo Cardiovascular, las Políticas de Selección de Personal y Procedimientos de Emergencias en las Instalaciones Deportivas y Gimnasios
® 1998 American College of Sports Medicine (MSSE, 30:6, 1998, pp. 1009-1018)
Personal Ninguno Líder en ejercicio Gerente General Director general Director general
físico
Instructor en salud Especialista en Especialista en
Se recomienda y E. Físico ejercicio ejercicio
Coordinación
médica Líder en ejercicio Instructor en salud Instructor en salud
físico y E. Físico y E. Físico

Se recomienda Coordinación Coordinación


Coordinación medica medica
médica
Plan de emergencia Presente Presente Presente Presente Presente
Equipo de emergencia Teléfono en el Teléfono en el área Teléfono en el área Teléfono en el área Teléfono
área Señalización Señalización Señalización Señalización
Señalización Se recomienda Se recomienda Esfigmomanometro Esfigmomanómetro
Esfigmomanómetro Esfigmomanómetro Estetoscopio Estetoscopio
Estetoscopio Estetoscopio Oxigeno
Unidad portátil de
emergencia
Defibrilador
a
La estratificación para pacientes con enfermedad cardiaca congénita debe basarse en las recomendaciones de la 26to
Congreso de Bethesda (28).
b
ECV significa enfermedad cardiovascular.

Tabla 6. Clasificación de la New York Heart Association (8).

Clase I Enfermedad cardiaca sin síntomas (asintomática)


Clase II Enfermedad cardiaca con síntomas durante actividades ordinarias
Clase III Enfermedad cardiaca con síntomas durante actividades poco ordinarias
Clase IV Enfermedad cardiaca con síntomas en reposo

El uso de los resultados del monitoreo para la prescripción del ejercicio. Para los individuos que
se consideran de la Clase A, la intensidad del entrenamiento (Tabla 4) se puede prescribir utilizando tan
solo la valoración del esfuerzo percibido (VEP) o las frecuencias cardiacas específicas. El promedio
sugerido de VEP para tales personas es 12-16 (moderado a alto) en la escala de Borg de 6-20 y/o un
nivel de intensidad correspondiente al 50-90% de la frecuencia cardiaca máxima (FCmáx) o el 45-85%
del consumo máximo de oxígeno (VO2máx) o de la frecuencia cardiaca de reserva (FCR). La FCR se
define como la FCmáx – frecuencia cardiaca en reposo. En las personas que toman medicamentos que
afectan la frecuencia cardiaca (por ejemplo, bloqueadores beta-adrenérgicos), no se aplican estos
métodos de frecuencia cardiaca a menos que se guíen por una prueba de tolerancia al ejercicio.
En aquellas personas con enfermedad cardiovascular (Clase B o C), pero con ausencia de
fibrilación atrial, ectopia ventricular o atrial frecuente, un marcapasos de frecuencia fija o condiciones
similares, se debe prescribir la intensidad del ejercicio utilizando las frecuencias cardiacas específicas o
VEP según las guías ya publicadas (2,8). A estas personas se les debe hacer la prescripción de las
frecuencias cardíacas utilizando los datos obtenidos durante las pruebas de esfuerzo mientras el
participante se encuentra tomando los medicamentos cardioactivos usuales. En la ausencia de isquemia
miocárdica o de otros resultados anormales en las pruebas de esfuerzo, se recomienda un rango
máximo de 50-90% de la FCpico o 45-85% del VO2pico o de la FCR. Este nivel de intensidad
corresponde a 12-16 (moderada a alta) en la escala de Borg. En pacientes con presencia de isquemia
miocárdica (es decir, depresión isquémica ≥ 1 mm del segmento ST, malestar en el pecho que se

Recomendaciones para el Monitoreo Cardiovascular, las Políticas de Selección de Personal y Procedimientos de Emergencias en las Instalaciones Deportivas y Gimnasios
® 1998 American College of Sports Medicine (MSSE, 30:6, 1998, pp. 1009-1018)
supone que es angina de pecho u otros síntomas de los que se sospeche sean equivalentes a una angina
de pecho), arritmia significativa u otros resultados anormales en las pruebas de esfuerzo (por ejemplo,
reducción en la presión sanguínea sistólica inicial, un aumento > 240 mm Hg en la presión sistólica, o
presión diastólica > 110 mm Hg), la intensidad máxima de entrenamiento se deriva de la relación de la
frecuencia cardiaca con estas anormalidades. Si esto ocurre a un nivel alto de ejercicio se aplican las
recomendaciones anteriormente sugeridas acerca de la FCmáx, ya que el límite superior del rango es de
al menos 10 latidos por minuto (lat · min) por debajo del nivel en el que aparece la anormalidad. De lo
contrario, el límite superior recomendado de la frecuencia cardiaca de entrenamiento es 10 lat · min
menos del que se asocia con la anormalidad.

Selección de Personal

El personal que labora en las instalaciones deportivas y gimnasios y que están involucrados con
el manejo o desarrollo de programas de ejercicio debe cumplir con los parámetros académicos y
profesionales así como tener la experiencia requerida según las indicaciones del ACSM (2,19). En este
personal se incluye un gerente general o director ejecutivo, personal médico, un director de
acondicionamiento físico y un instructor. En general, el personal de las instalaciones deportivas y
gimnasios debe contar con el entrenamiento formal y la experiencia necesaria para asegurar que a los
clientes se les proporcione programas y servicios seguros y eficientes. Los niveles de experiencia y
educación necesarias para asegurar la efectividad y la seguridad varían con las condiciones de salud de
los clientes.
Los tipos de personal que deben contratarse en este tipo de instalaciones varían según los tipos
de clientes, como se señala en la Tabla 5.
El gerente general o director ejecutivo es responsable de la administración general del lugar y
debe tener preparación en administración de negocios, así como en el diseño y ejecución de programas
de ejercicio.
El personal médico debe revisar los planes de emergencias médicas, observar y calificar los
simulacros de emergencias médicas, y revisar los reportes de incidentes médicos. En instalaciones de
nivel 2 y 3 (Tabla 5), el personal médico puede incluir a un médico, o una enfermera graduada y
entrenada en soporte cardiaco avanzado o un técnico(a) en emergencias médicas. En las instalaciones
de nivel 4 y 5 (Tabla 5), el personal médico debe incluir a un médico calificado.
El director de acondicionamiento físico administra los programas del lugar y es responsable de
diseñar los programas y de entrenar y supervisar al personal. Esta persona debe ser graduada de un
programa de ciencias del ejercicio, o en una profesión relacionada con el campo de la salud o contar
con experiencia equivalente. Además, debe tener conocimientos en fisiología del ejercicio,
programación del ejercicio y en el manejo de instalaciones deportivas. El director de
acondicionamiento físico debe ser un profesional de nivel avanzado acreditado por una organización
reconocida a nivel nacional en el campo de la salud/bienestar físico. En las instalaciones de nivel 3,
este grado debe ser similar al certificado de instructor para la salud y el acondicionamiento físico del
ACSM. En las instalaciones de nivel 4 y 5, la persona en mención debe contar con un grado similar al
de especialista en ejercicio del ACSM. El especialista en ejercicio por lo general tiene una maestría en
ciencias del ejercicio o en un campo relacionado, y cuenta con vasta experiencia en la ejecución de
pruebas de esfuerzo y en el manejo de poblaciones clínicas. Esta persona debe estar entrenada en
reanimación cardiopulmonar (RCP) y debe tener por lo menos un año de experiencia supervisada en la
industria del acondicionamiento físico.
El instructor(a) trabaja directamente con los participantes en el programa y los instruye en los
tipos específicos de ejercicios. Además, ayuda a los participantes en el programa a dominar las

Recomendaciones para el Monitoreo Cardiovascular, las Políticas de Selección de Personal y Procedimientos de Emergencias en las Instalaciones Deportivas y Gimnasios
® 1998 American College of Sports Medicine (MSSE, 30:6, 1998, pp. 1009-1018)
habilidades conductuales necesarias para cumplir satisfactoriamente con el programa de
acondicionamiento. En las instalaciones de niveles 1, 2 y 3, esta persona debe contar por lo menos con
un título de preparatoria o su equivalente, y un grado intermedio o avanzado de una organización
reconocida a nivel nacional en el campo de la salud/bienestar (comparable al certificado de instructor
del ACSM). En las instalaciones de nivel 4 debe contar con la educación y experiencias
correspondientes a la que se requiere para ser un instructor de acondicionamiento físico del ACSM. En
las instalaciones de nivel 5 debe ser un especialista del ejercicio o un instructor de acondicionamiento
físico directamente supervisado por un especialista del ejercicio. En todos los casos, el instructor debe
estar entrenado en RCP y debe haber tenido un internado supervisado o experiencia en la industria de
la salud/bienestar.
En algunas instalaciones deportivas y gimnasios se ofrecen servicios en las áreas de la nutrición,
manejo del estrés, y terapia física. El personal que brinda estos servicios debe cumplir con los
parámetros profesionales vigentes en esos campos y deben estar certificados por organizaciones
profesionales reconocidas, así como contar con la licencia o el registro laboral estatal de acuerdo a la
ley.

Procedimientos y políticas de emergencia

Todas las instalaciones deportivas y gimnasios deben tener procedimientos y políticas de


emergencia por escrito, las que se deben de revisar y practicar regularmente. Estos planes deben
corresponder con el tipo de instalación y el nivel de riesgo de los miembros según se señala en la tabla
5. Todo el personal de estos lugares que supervisa directamente a los participantes de los programas
debe contar con entrenamiento básico en reanimación cardiopulmonar. En este tipo de instalaciones se
deben desarrollar planes de respuesta inmediata y se debe entrenar al personal en los procedimientos
adecuados para brindar asistencia durante una emergencia con riesgo de pérdida de la vida Cuando hay
una emergencia, cada miembro del personal debe cumplir con los pasos necesarios previamente
establecidos. Es importante que cada uno conozca el plan de emergencia. Los simulacros deben
practicarse una vez cada tres meses o más a menudo, según los cambios en el personal; además, el
entrenamiento y la práctica son muy importantes. Cuando se contrata nuevo personal, puede ser
necesaria una redistribución de los integrantes del equipo de emergencia. Debido a que la frecuencia de
emergencias cardiovasculares que ponen en peligro la vida es mínima, es importante que el personal se
mantenga atento y que además esté familiarizado con el plan a seguir.
Es muy importante reforzar que el instrumental de emergencia no salva la vida por sí mismo. El
contar con el equipo adecuado puede dar la falsa sensación de seguridad si no se cuenta con el respaldo
adecuado de un equipo humano para responder a una emergencia. Es de vital importancia contar con un
equipo profesional altamente preparado y entrenado para resolver situaciones de emergencia.. Este
aspecto es de particular importancia si se han reclutado personas con ciertas condiciones médicas y se
les ha entusiasmado a realizar ejercicio en instalaciones deportivas específicas. Es responsabilidad de
estas instalaciones el ofrecer la cobertura necesaria mediante personal adecuado como se señala
anteriormente y en la Tabla 5. La adquisición del equipo necesario para evaluar y realizar reanimación
cardiopulmonar dependerá del nivel de riesgo de los participantes, del personal, y de la cobertura
médica. En caso de emergencia, en todas estas instalaciones se debe contar con un teléfono que se
encuentre disponible y al alcance de todos. Sería muy útil que en todas las instalaciones supervisadas
existiera un esfigmomanómetro y un estetoscopio disponibles. Estos instrumentos deben estar
disponibles en las instalaciones de nivel 4 y 5 donde haya participantes con ECV conocidas. Por otra
parte, las instalaciones de nivel 5 (rehabilitación cardiaca supervisada) deben estar totalmente
equipadas según las recomendaciones de la AHA (21) y la American Association of Cardiovascular

Recomendaciones para el Monitoreo Cardiovascular, las Políticas de Selección de Personal y Procedimientos de Emergencias en las Instalaciones Deportivas y Gimnasios
® 1998 American College of Sports Medicine (MSSE, 30:6, 1998, pp. 1009-1018)
and Pulmonary Rehabilitation (1). Entre el equipo recomendado se incluye un desfibrilador, oxígeno, y
una unidad portátil de emergencia totalmente equipada. No es el objeto de este pronunciamiento la
definición de los estándares o parámetros del equipo específico en este tipo de instalaciones.
Dicha información se encuentra detallada en los documentos anteriormente mencionados
(1,21). Durante las horas en que operan estas instalaciones debe existir personal adecuadamente
entrenado y autorizado médica y legalmente, capaz de poder utilizar estos aparatos e instrumentos.
En el plan de emergencia debe incluirse el transporte de víctimas al hospital; además debe haber
acceso telefónico al 911 o a la unidad local de emergencia. El personal de estas instalaciones debe estar
familiarizado con los equipos de transporte de emergencias del área para que el acceso y la ubicación
del lugar se identifiquen claramente. El personal debe recibir al equipo de emergencia en la entrada de
las instalaciones para que los conduzca directamente al sitio de la emergencia. Un miembro del
personal debe quedarse con la víctima en todo momento. El acceso del transporte a la víctima debe ser
óptimo y facilitado por el personal y las instalaciones.

Consideraciones generales para seleccionar una instalación deportiva o gimnasio

Lo primero que alguien debe considerar para seleccionar el lugar donde desea ejercitarse es su
estado de salud. Las personas con un historial de enfermedad cardiovascular deben buscar instalaciones
cuyo requisito para ingresar sea la documentación de haber realizado un exhaustivo exámen médico o
bien que se ofrezca la posibilidad de realizarlo en el mismo lugar. El personal debe incluir enfermeras,
especialistas en el ejercicio, instructores, y directores de acondicionamiento físico que con cuenten con
la licencia requerida o estén certificados por organizaciones o autoridades reconocidas. Deben estar
entrenados para recomendar y supervisar ejercicios a los pacientes con enfermedad cardiovascular y
otras enfermedades crónicas. Las personas con alto riesgo de una enfermedad cardiovascular deben
buscar instalaciones en las que se requiera una evaluación médica completa y cuyo personal incluya
directores de acondicionamiento físico que sean lo suficientemente competentes para diseñar y
administrar programas de ejercicio para esta población en particular. En la tabla 5 se resumen las
recomendaciones de personal y seguridad que deben existir en estas instalaciones (niveles 1-5) que
brindan servicio a clientes con diferentes categorías de salud (clases A-C).
Las personas que buscan instalaciones deportivas o gimnasios deben seleccionar la que cumpla
con los patrones de calidad profesional e industrial. Este tipo de lugares deben estar limpios, contar con
buen mantenimiento y con el espacio suficiente para asegurar que los participantes estén cómodos y
seguros. Las instalaciones bajo techo deben tener un clima controlado, vestidores y duchas. El piso
donde se llevan a cabo los ejercicios debe estar diseñado para minimizar el riesgo de una lesión. Debe
dársele mantenimiento al equipo para la práctica de ejercicios. La variedad, la cantidad y la
disponibilidad de este equipo debe estar acorde a las necesidades y preferencias individuales,
incluyendo el momento del día y la modalidad de ejercicio preferido. Por ejemplo, si la modalidad de
ejercicio preferida es los aeróbicos, el individuo debe buscar un sitio que ofrezca este programa a una
hora conveniente y que cuente con un instructor competente y capaz de enseñarle a hombres y mujeres
de diferentes edades y niveles de condición física.
Los programas y servicios de estas instalaciones deben optimizar la participación. Estas
instalaciones deben estar ubicadas en un sitio accesible. El ambiente social debe ser atractivo y el
personal debe ser competente al ayudar a los miembros a dominar las habilidades necesarias para
adoptar y mantener un estilo de vida activo.

Recomendaciones para el Monitoreo Cardiovascular, las Políticas de Selección de Personal y Procedimientos de Emergencias en las Instalaciones Deportivas y Gimnasios
® 1998 American College of Sports Medicine (MSSE, 30:6, 1998, pp. 1009-1018)
Resumen de los aspectos principales

• La inactividad física es un factor de riesgo para la enfermedad cardiovascular; su prevalencia es alta


y es un problema de salud bastante importante.
• La práctica regular de ejercicio reduce la morbilidad y mortalidad cardiovasculares (7,17,18).
• Los esfuerzos para promover la actividad física causan impacto en todas las personas, incluyendo
aquellas con enfermedad cardiovascular.
• La incidencia de un incidente cardiovascular durante la práctica de ejercicio entre aquellos
pacientes con enfermedad cardiaca es mayor que en las personas saludables (8).
• En general, la incidencia absoluta de fallecimiento durante la práctica de ejercicio es relativamente
baja en la población general (8).
• En todas las instalaciones que haya equipo para realizar ejercicio o se proporcionen estos
servicios debe realizarse un monitoreo cardiovascular a todos los miembros nuevos, así como a los
posibles usuarios. El monitoreo previo a la participación debe identificar a las personas con alto
riesgo; por lo tanto los esfuerzos en salud pública deben concentrarse en aumentar el uso del
monitoreo. En vista del potencial riesgo legal que asumen los administradores de las instalaciones
deportivas se recomienda que el personal de supervisión documente los resultados del monitoreo.
• Cuando se recomienda o se requiere una evaluación médica, es preferible que exista una buena
comunicación verbal y por escrito entre el personal de las instalaciones y el médico del individuo.
• Los cuestionarios de evaluación física deben utilizarse antes de las pruebas de esfuerzo o del
entrenamiento para así clasificar a los participantes según el riesgo. Después de esta evaluación
inicial, y si es necesario de la consulta médica y de la prueba de esfuerzo supervisada, se debe
clasificar a los participantes según sus características individuales.
• Se deben hacer todos los esfuerzos posibles para educar a los participantes sobre la importancia de
realizarse una evaluación previa al inicio de un programa de ejericio, así como un examen médico
en caso de que sea necesario. También se debe hacer énfasis en los riesgos potenciales de no
cumplir con lo anterior.
• La AHA, la IHRSA, y el ACSM recomiendan que haya políticas y procedimientos de emergencia
por escrito en todas las instalaciones deportivas y gimnasios, y que estos procedimientos se revisen
y practiquen con regularidad (16,19). Es esencial recordar que el equipo de emergencia no salva
vidas por sí solo: es de vital importancia contar con profesional entrenado y capacitado para
manejar emergencias.
• Las personas que buscan instalaciones deportivas y gimnasios, cualquiera que sea su estado de
salud, deben elegir uno que cuente con el equipo, los programas, el personal y los servicios
apropiados para sus necesidades, y que cumpla con los parámetros profesionales e industriales
aceptados.

Referencias

Las referencias se pueden consultar en el documento original en Inglés: http://www.msse.com

Recomendaciones para el Monitoreo Cardiovascular, las Políticas de Selección de Personal y Procedimientos de Emergencias en las Instalaciones Deportivas y Gimnasios
® 1998 American College of Sports Medicine (MSSE, 30:6, 1998, pp. 1009-1018)

You might also like