You are on page 1of 3

DE LOS ESPONSALES

1. CONCEPTO

Etimológicamente, la expresión “esponsales” deriva directamente


del vocablo latino “spondere”, que significa prometer y, en este
sentido, el artículo 98 del Código Civil los define como “la promesa
de matrimonio mutuamente aceptada”. En efecto, dicha
disposición legal expresa que “los esponsales o desposorio, o sea
la promesa de matrimonio mutuamente aceptada, es un hecho
privado, que las leyes someten enteramente al honor y conciencia
del individuo, y que no producen obligación alguna ante la ley
civil”.
Aun cuando el artículo 101 se refiere al “contrato de esponsales”,
los esponsales no constituyen un contrato propiamente tal, ya que
el propio artículo 98, luego de definirlos como la promesa de
matrimonio mutuamente aceptada, agrega que son un “hecho
privado” y que “no producen obligación alguna ante la ley civil”. En
consecuencia, los esponsales son simplemente un acuerdo privado
de contraer matrimonio, que no constituye un acto jurídico y que ni
siquiera sirve de fundamento a una obligación natural.

2. CARENCIA DE OBLIGATORIEDAD DE LOS ESPONSALES

2.1. Esta convención no es exigible, es decir, no puede


obligarse al promitente a casarse, en cumplimiento de su promesa,
ya que el propio artículo 98, al declarar expresamente que los
esponsales constituyen un hecho privado, impide que los
esponsales puedan ser invocados, ya directa o indirectamente,
para provocar la celebración del matrimonio. A mayor
abundamiento, el inciso 2° del artículo 98 previene expresamente
no se podrá alegar esta promesa para pedir que se lleve a efecto el
matrimonio.

2.2. Tampoco es posible exigir indemnización de perjuicios


alguna, en caso de incumplimiento. En efecto, el inciso 2° del
artículo 98, dispone que ni siquiera se podrá alegar esta promesa
para demandar indemnización de perjuicios.
Ahora bien, aun cuando los esponsales son una vinculación que no
constituye un contrato, fuente de derechos y obligaciones, no se
puede desconocer el hecho de que genera algunos efectos
jurídicos secundarios, tal como lo procederemos a estudiar a
continuación.

3. EFECTOS JURÍDICOS SECUNDARIOS DE LOS ESPONSALES

3.1. El artículo 99 se pone en el caso de que los esposos hayan


estipulado una multa para el caso de incumplimiento de la
promesa matrimonial y preceptúa que esta estipulación o cláusula
penal no dará acción para pedir la multa. No obstante, “si se
hubiere pagado la multa, no podrá pedirse su devolución”. Por
consiguiente, el legislador priva a esta estipulación de los efectos
propios de toda cláusula penal, pero asigna al que recibe la multa
voluntariamente pagada el derecho de retenerla.
Algunos consideran esta instancia como una obligación natural,
pues no confiere acción para exigir su cumplimiento, pero sí da
excepción para retener lo pagado.
La opinión mayoritaria, sin embargo, considera que no estamos en
presencia de una obligación natural, ya que si bien es cierto que se
produce el efecto propio de las obligaciones naturales (retener lo
pagado), la retención de la multa pagada en razón del
incumplimiento de los esponsales constituye más bien una sanción
moral reconocida por el Derecho. Esta postura se basa en que el
artículo 98 dispone que los esponsales son un hecho privado que
no produce obligación alguna y su cumplimiento queda entregado
al honor y conciencia de los individuos, por lo tanto, son de
carácter moral. Por otra parte, quienes consideran que la
enumeración prevista por el artículo 1470 es taxativa, sostienen
que el pago de la multa en razón del incumplimiento de los
esponsales no constituyen una obligación natural porque esta
hipótesis no se encuentra comprendida dentro de las hipótesis
previstas por el artículo 1470 como una obligación natural y
porque no hay raíz alguna de una obligación civil y, en doctrina, se
dice que “hay una obligación natural donde hubo o pudo haber
habido una obligación civil”.

3.2. El artículo 100, se pone en el caso de que los futuros


contrayentes, ligados por los esponsales, se hagan el uno al otro,
donaciones por causa de matrimonio y, finalmente, el matrimonio
no se celebre. En este caso, procede la restitución de las cosas
donadas y entregadas bajo la condición de que se celebre el
matrimonio, aun cuando uno de los futuros contrayentes mantenga
su voluntad de casarse. En efecto, la disposición legal en comento
previene que “podrá sin embargo demandarse la restitución de las
cosas donadas y entregadas bajo la condición de un matrimonio
que no se ha efectuado”.
Ahora bien, este efecto no es propio de los esponsales, sino ajeno
a ellos, pues se producirá siempre aunque los esponsales no
existan. Las donaciones por causa de matrimonio siempre pueden
dejarse sin efecto cuando el matrimonio no se celebra porque en
ellas se entiende implícita la condición de celebrarse el matrimonio
(art. 1798). Por otra parte, el Código habla de “cosas donadas y
entregadas”, porque si sólo hubiese dicho donadas, se habría
referido al título condicional, que queda sin efecto al no producirse
el matrimonio.

3.3. Según el artículo 101, la existencia de una promesa de


matrimonio es causal agravante del delito de seducción.

You might also like