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ii. PRESENTACIÓN
El Consejo Regional Indígena del Cauca –CRIC- presenta el resultado de su primer
ejercicio de AUTODIAGNÓSTICO MINERO, realizado con 19 Comunidades, de 4 de los
9 Pueblos Indígenas del departamento del Cauca, Colombia, que están integrados en
él, desde 1971, cuando los indígenas en pie de lucha decretaron la creación de su
Organización Regional, una de las más antiguas de América Latina, y del país.
Con una plataforma política regida por los principios de Unidad, Tierra, Cultura y
Autonomía, el CRIC avanza en sus esfuerzos por lograr un posicionamiento sólido de
los Pueblos Indígenas en el contexto estatal nacional e internacional. Las primeras
décadas del proceso se enfocaron en garantizar el reconocimiento de la existencia de
los Pueblos Ancestrales, de sus Culturas y sus derechos especiales. Luego de 1991,
cuando la nueva Constitución Política reconoció la diversidad étnica y cultural de
Colombia y el Congreso de la República ratificó el acuerdo internacional 169 de la OIT,
como Ley 21, la lucha ha sido por asegurar el cumplimiento de esos derechos
colectivos en los distintos sectores que atiende el Estado.
vimos sometidos desde la conquista nos obligó a asentarnos y explotar las zonas que
eran nuestras reservas.
Sin embargo, la visión extractiva comercial que rige la minería a nivel mundial, y la
dependencia de esta actividad, -heredada de los “blancos” que iniciaron las distintas
explotaciones-, nos obliga a volver los ojos sobre este sector para tomar decisiones de
uso y protección, desde nuestro pensamiento. Esta fue la importancia del
Autodiagnóstico, que nos dio la posibilidad de iniciar una reflexión colectiva frente a la
actividad minera, la cual se ha llevado con cierta “vergüenza cultural” por las
implicaciones ambientales y sociales que tiene.
Por todo esto, concluimos que no es posible hablar de “Minería Pequeña y Artesanal”
como único ámbito para la acción directa de las Autoridades Tradicionales Indígenas,
sino que este renglón debe hacer parte del ejercicio de Autonomía Territorial,
administrándola desde nuestra tradición. Así las cosas, el campo de trabajo a partir de
la investigación comunitaria y cultural –acompañada por expertos académicos, pero
dirigida desde nuestra visión- en el tema minero es muy amplio.
Agradecemos especialmente el apoyo del IDRC – CRDI, sin el cual hubiera sido
imposible emprender esta labor, y esperamos que nos sigan acompañando en el largo
trecho que nos falta. Nos parece importante que entidades internacionales tan
destacadas abran las puertas a los Autodiagnósticos sectoriales, que significan el
reconocimiento real de la diversidad cultural y la diferencia, para lograr un mundo
mejor. El CRIC contaba con la experiencia previa de un Autodiagnóstico para el tema
de “Educación Superior Indígena en Colombia. Una apuesta de futuro y esperanza”
(2005), financiado para su realización y publicación por IESALC-UNESCO.
Capítulo 1
CONSIDERACIONES GENERALES
1.1 INTRODUCCIÓN
Se contó con la asesoría de buena voluntad prestada durante 1 mes para el desarrollo
del trabajo de campo en la Zona Andina, en materias técnicas, ambientales,
económicas y legales relacionadas con la estimación del potencial de recursos
minerales, tecnología apropiada y ambientalmente limpia, impactos, manejo y
recuperación ambiental, economía de las explotaciones y comercialización de la
producción y proceso administrativo minero. Esto fue realizado por un equipo de
colaboradores profesionales especializados, con amplia experiencia en éste campo de
actividad, formado por 1 Ingeniero de minas, 1 Geólogo y 1Economista, de
SINTRAMINERCOL, el sindicato de trabajadores de la empresa minera Colombiana
(MINERCOL LTDA.).
El proyecto fue dirigido en su ejecución por uno de los principales asesores de los
avances en el tema minero, vinculado a la organización indígena durante más de 30
años y. En el XII Congreso CRIC, realizado en marzo del 2005 en el Resguardo de
Caldono, municipio del mismo nombre, fue la persona encargada de presentar a la
plenaria de más de cinco mil indígenas del Cauca el estado actual del tema. Los
Congresos son las máximas instancias políticas de la organización, y se realizan cada
4 años; sus conclusiones son asumidas como Mandatos por los comuneros y
Autoridades Tradicionales de cada uno de los Territorios Indígenas, así como por los
Programas de la organización y de las Asociaciones zonales y locales.
Tal como se explica en la presentación, la conclusión del XII Congreso ratifica la visión
de Defensa del Territorio, por ser éste el sitio donde se cristaliza la cosmovisión y la
cultura. Así que el tema minero quedó incluido en el marco de toda disposición frente
al manejo económico y administrativo desde el Derecho Propio. Por la importancia del
asunto para entender la visión indígena caucana del manejo y aspiraciones de la
minería en sus territorios, se adjunta el Mandato del XII Congreso, en el Anexo 2.
1. Un primer tipo, que son los elementos básicos con los cuales se constituye toda la
estructura del proyecto: los ejes temáticos ó aspectos de la minería, con mayor
importancia y de interés central–desde la perspectiva de las comunidades indígenas
-, seleccionados como materia de examen, que delimitan el campo de investigación y
la focalizan en unas áreas especificas, garantizando la unidad de materia que debe
Los ejes temáticos relativos a la minería, que desde la perspectiva indígena de interés
central y revestían mayor importancia para ser investigadas en el proyecto, fueron
seleccionados a partir de consultas realizadas directamente con algunas comunidades
mineras, con autoridades y mayores de los cabildos, con los programas CRIC y con los
consejeros zonales de ésta última.
Esta caracterización geográfica permitiría ver tres zonas mineras en el Cauca indígena:
las dos estudiadas, con características particulares cada una, y una última en la Bota
Caucana, que corresponde al piedemonte cordillerano de la selva amazónica. Pero,
dado que la problemática en ese sector es el enfrentamiento contra la extracción de
petróleo y demás hidrocarburos, no fue considerada.
- Antropológico
- Técnico Minero
- Legal
Todos sobre la base del uso de herramientas o técnicas de campo de la etnografía. Sin
embargo, el desarrollo y resultados en cada enfoque fueron diferenciales, debido a la
novedad en esta integración de análisis, lo que impidió prever las limitaciones, como
las expuestas en la introducción.
Así que, una parte importante era recoger la opinión directa de las comunidades,
mezclarla con la visión profesional de las antropólogas y, por último, confrontarla con
lo identificado en esos procesos de investigación CRIC.
Las salidas de campo, como tal, estuvieron condicionadas por las múltiples vicisitudes
que se pueden presentar en parajes tan remotos y con mínima comunicación hacia el
exterior. Ya en terreno, las características iniciales de la amplia muestra cualitativa –
basada en información proporcionada por los representantes zonales indígenas y la
existente en fuentes secundarias-, sufrieron serias transformaciones. En particular, los
datos sobre las minas abandonadas, las minas en suspensión, los yacimientos en
explotación, las formas de organización de las comunidades para trabajarlas, sus
pautas culturales para el aprovechamiento de los recursos naturales, el relativo peso
de la actividad en la economía de las comunidades y la guerra irregular que azota esta
región del país.
En la Zona Norte, andina, fue necesario esperar varios meses para trabajar algunos de
los talleres programados, ante el bloqueo territorial impuesto por el conflicto armado.
La guerra irregular ha tomado proporciones desmesuradas con la toma de las
cabeceras, el ataque a la población civil y la presencia militar en toda la zona rural. El
recorrido por la cordillera se hizo a través de campos y viviendas sembradas de
banderas blancas que reclaman paz y respeto por la vida, con comunidades que
defienden su autonomía, su patrimonio cultural y sus derechos sobre las riquezas que
guarda el territorio. Las comunidades han establecido sesenta y siete sitios de
Asamblea Permanente donde llega la población para concentrase y resguardarse de los
ataques armados. La guardia indígena conformada por los mismos nativos civiles
cumple una función fundamental de protección del derecho a la vida. Los cabildos
indígenas coordinan la ayuda humanitaria y la atención a la población obligada a
movilizarse a causa del conflicto.
“En el Norte del Cauca, las Farc hicieron caso omiso a la decisión de neutralidad y
resistencia del pueblo Nasa y lanzaron el 16 de abril un ataque contra objetivos
militares que destruyeron bienes protegidos y afectaron a la población civil,
presionando el desplazamiento de más de 3.900 indígenas. Los pueblos indígenas
rechazan la guerra y se niegan a aceptarla en sus comunidades”. (Codhes: 2005,14.).
Por lo tanto, era necesario empezar por recoger este tipo de información en terreno.
Aunque también debiera comenzarse por verificar esta ausencia en investigaciones
académicas clásicas. La diferencia radicaba en que el método científico tradicional
parte de lo particular, solamente para llegar a lo general, y poder establecer así
conclusiones válidas en cualquier situación y momento; en cambio, el interés de las
comunidades y su conocimiento tradicional no es establecer métodos infalibles para la
verdad, sino que todo proceso también está “vivo”, por lo que cambiará y los resultados
a obtenerse podrán ser positivos o negativos, sin que implique un traumatismo para la
práctica misma. Por ejemplo, una comunidad indígena del Litoral Pacífico que se
desplace por días para buscar un lugar dónde extraer oro puede encontrarlo o no, y en
caso negativo simplemente abandonarán los instrumentos organizados para tal fin en
el sitio visitado, y volverán a sus actividades anteriores.
Así las cosas, la técnica y tecnología indígena no buscan ser eternas, sino responder a
la concepción de equilibrio, por lo que deben ó permitir su uso múltiple, como con los
barretones que pueden servir también para la agricultura, ó deben poseer cualidades
biodegradables, como la cestería artesanal para el oro de aluvión.
Estas eran premisas de las que se partía para ir a la visita de sitios y el trabajo de
campo, aunque por su novedad no estaban claras y sus resultados eran totalmente
inciertos. Una cosa es asegurar que se va a observar una fuerte relación espiritual
entre la comunidad minera y el espíritu del oro (Chimia), pero otra muy distinta es
tener certeza frente al alto grado de adecuación cultural de Herramientas y
Tecnologías, debido a ese nexo con Chimia.
También era predecible que los datos existentes no nos permitirían acercarnos a esta
diferencia, puesto que se basan en la búsqueda de indicadores de ingreso,
rendimiento, calidad, y no prevén la existencia de una lectura minera más
“culturalmente sostenible” que economicista.
De otra parte, este enfoque debía dar cuenta de los Impactos Ambientales de la
explotación minera. Pero era absolutamente claro que la mirada indígena considera
altamente nociva la actividad minera, por la depredación de la naturaleza y la
generación de expresiones de ambición y acumulación material en los participantes,
así como de que la concepción de Territorio implica una posibilidad de interacción y
una responsabilidad humana de mantener la vida natural, mucho más amplia que la
mera interpretación proteccionista de los estudios ambientales comunes.
Por todo lo anterior, quizá este enfoque era el más novedoso, y cuyos resultados son
menos sustanciosos. Ello debido, en parte, a que es más difícil romper la prevención
cultural de pensar una actividad con altos grados de señalamiento negativo –a pesar
de la confianza que pudiera existir en el profesional a cargo, por un conocimiento de
años- para reflexionar sobre las diferencias y sus implicaciones y ver éstas como
posibles alternativas para el mejoramiento del rendimiento, que dialogar sobre los
mitos, costumbres y creencias frente a la práctica minera.
Sin embargo, se desestimó la importancia del otro “ámbito legal” de los Pueblos
Indígenas, como es el Derecho Propio, o ejercicio integral de gobierno de los Territorios
Ancestrales, que fuera reconocido en la Constitución de 1991 en varios articulados,
pero en especial en el 246, donde se habla de la Jurisdicción Especial Indígena y de la
búsqueda de mecanismos de coordinación entre ésta y el sistema nacional. Como la
interpretación al principio político colombiano ha sido enfocada dentro de la
participación indígena en una de las tres ramas del poder estatal de la República –la
Judicial-, poco análisis se ha hecho de las implicaciones de los Sistemas Políticos o de
Gobierno Propios, que parten de la tradición ancestral de integralidad y no responden
a ningún tipo de división o frontera mental, pese a lo práctica que ella pueda resultar.
El presente documento consta de cinco capítulos, definidos según los enfoques, así:
1. Consideraciones Generales.
2. Legislación Minera y Pueblos Indígenas.
3. Visión etnográfica de las Comunidades Visitadas.
4. Autodiagnóstico Técnico Minero.
5. Conclusiones y Recomendaciones.
En cada uno de ellos se buscó presentar tanto los resultados del trabajo de campo, de
la investigación académica y de la complementación final, desde los enfoques teóricos
descritos en el numeral anterior, así como desde la concepción política CRIC de la
problemática y expectativas en el tema Territorial, que incluye el minero.