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Silencios y tensiones del confort

doméstico

Juanele entrevista a Sebastián Friedman

La retrospectiva de fotografía en argentina en Arte x Arte incluye imágenes que van


desde 1840, un año después de la creación del medio, y llega hasta el presente año,
2010. En ese contexto, tuvimos oportunidad de hablar con Sebastián Friedman, uno
de los fotógrafos contemporáneos incluidos en la muestra.

A Friedman le interesa acercarse y cuestionar, con sus fotos, los vicios y costumbres
de las clases sociales, en especial, la clase media. Su proyecto Familia y Doméstica
consiste en dípticos, cada uno reuniendo dos retratos familiares montados en
los típicos marcos que se usan en las salas de estar de las casas burguesas para
mostrar las fotografías de los parientes. Claramente, estas imágenes siguen las
convenciones del género con los personajes dispuestos en forma armónica en la
casa familiar, mirando directamente a la cámara con una expresión de neutralidad.
En el retrato, Sebastián decidió hacer posar a los padres, los hijos y a la empleada
doméstica. Después, le propuso a la empleada retratarla con su propia familia en su
propio ambiente familiar, con las mismas convenciones fotográficas.

En este contrapunto aparentemente simple, es posible observar los contrastes


de clase y de identidad, pero las fotos se quedan calladas con respecto a las
dependencias mutuas y las tensiones del intercambio, las relaciones de poder y de
convivencia. Las imágenes nos muestran las diferencias culturales, pero nunca las
explican, conscientes de sus límites y sabiendo que es en el silencio y la ambigüedad
sutil donde pueden surgir las lecturas más personales de cada observador.
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Gabriela Schevach: Cómo pensás que tu trabajo funciona en el contexto de la muestra de
Fotografía Argentina?

Sebastián Friedman: Creo que, de alguna manera, habla de una época, que cambió medio
drásticamente. Creo que sin saberlo, la clase media todo el tiempo se está reacomodando.
Y eso implica reacomodar su noción de confort.

La clase media argentina es muy cómoda, con lo cual hay muchas cosas que no le gusta
hacer, que se las delegan a otros. Hay muchas cuestiones de género involucradas porque
la mujer sale del hogar y necesita de otras mujeres que cubran los espacios que ella va
dejando vacíos en su lugar. Y la sociedad machista argentina también hace que el hombre
no sea la persona que, por lo general, llene esos espacios.

Entonces me parece que tiene que ver con un momento muy particular, que después,
de alguna manera, fue mutando por la crisis del 2001. Muchas familias tuvieron que
abandonar ciertas cuestiones del confort, que tenía que ver con tener una empleada
doméstica viviendo con ellos, que es como la particularidad. De alguna manera ahora, con
este supuesto momento de crecimiento constante del país, digamos, se vuelve a acomodar
y vuelve a tomar posición. Las cosas vuelven al lugar donde estaban. En ese sentido, creo
que habla de la historia, de un momento y una costumbre histórica. Y se podrían pensar
otras formas de encajarlo (en la muestra). También tiene algo de arbitrario, el por qué este
trabajo está y otros no.

GS: Para mí también hay algo en la forma de display que vos elegís, un poco irónico que
pone a las imágenes en diálogo con la forma de exhibir fotografía familiar, pero donde se
incluye a una persona que convive con la familia sin pertenecer.

SF: En ese sentido, está claro: la frase “es como de la familia" es el leitmotiv que recorre
las distintas familias. Más o menos, según los casos, pero el “Como" habla de la fragilidad
del vínculo.

La forma de colgar tiene que ver con una preocupación mía que trato de tenerla presente
en todos los trabajos, que es no simplemente hacer una foto, buena, mala, más o menos,
ponerle un marco de varilla cuadrada, un vidrio, el passe-partout, clavarla en una pared,
lavarme las manos e irme a mi casa. A mí tiende a aburrirme esa unificación de las formas
en el mundo del arte, que no sucede todo el tiempo, pero en la fotografía es bastante
común que las muestras tengan algo como de uniforme. O las formas que hay de montar.
De repente, se pone de moda el plexiglás y todos lo usan. Y de repente, todos copian en

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tamaños enormes. Cuestionar un poco también la pared blanca, como esos vicios del
mundo del arte, levemente también. Tampoco es una locura, lo que propongo.

Pero la elección tiene que ver con el tema siempre. No es sólo romper con una forma de
mostrar, sino que la forma en que el trabajo se muestra. Tiene que ver con cargar las tintas.
En este caso, familia, marquito de retrato que podría estar una casa de familia con estante
que podría estar ahí. Sí, me gusta eso también: la redundacia, en pos de hablar más.

GS: Claro, para reforzar una idea discursiva que vos tenés.

SF: Sí, de sentar posición en la hechura de la foto y en cómo la muestro.

GS: A mí me da la impresión de que hay una ironía...

SF: A mí, la ironía me interesa. Yo, en general, la asocio más con el artificio, y en este
trabajo está menos presente en ese sentido. Pienso que la ironía la tiene en sí misma la
temática elegida. La carga irónica es inherente al tema, supera ya mi posición. Porque, en
realidad, lo que yo elijo es una cosa casi ascéptica de retrato frontal, mirando a cámara,
una organización formal que hace que la lectura de la imagen sea fluida, visualmente
atractiva y donde los personajes se presentan con una neutralidad de la expresión. Todo
eso, en un momento fue una elección. Lo que permite eso es que la mirada del observador
se conecte más profundamente en relación a las cosas de su propia historia que se meten
en cada imagen. Entonces, a vos te parece irónico, a otro le puede parecer perverso, a otro,
gracioso, a otro le puede parecer terrible. Todas esas lecturas se dieron muchas veces.
Los comentarios que recibo son diversos y tiene que ver con que si hubo una empleada
doméstica en cada caso o si ibas a lo de un amiguito donde había una y así.

GS: Tal vez, más que ironía es una especie de incomodidad porque el dispositivo está
socialmente muy asociado a fotos donde las relaciones familiares están mucho más claras.

SF: También fue la idea de retomar el ritual del retrato de familia y agregarle este personaje
que no sabemos si sí o si no. Y a la vez, el gesto de fotografiar después a la empleada con su
propia familia es algo que está muy presente, que es que ella conoce todo sobre la intimidad
y el mundo de sus empleadores, mientras que ellos saben poco y nada del universo de ella.
La idea también era de darle visibilidad a ese mundo, hacer que ellos conozcan la casa de
ella, quién es su familia, dónde vive. También como un gesto de justicia.

GS: Siempre te interesa esa convivencia un poco incómoda de clases sociales?

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SF: Siempre en mis trabajos hay una preocupación por cuestiones sociales. Me interesa
mucho la clase media. Yo soy clase media. Fui criado así y tengo todos los vicios de un
clase media y todas las contradicciones. Me considero un tipo con una conciencia social
bastante presente, pero a la vez, tengo un montón de cosas de invisibilización de lo que
me rodea. Porque, en realidad, podría haber elegido el activismo. Ésta es mi forma de
activismo, un poco más cómoda que poner el cuerpo directamente en la lucha.

Desde este lugar yo hablo de mis contradicciones, de mis intereses y de lo que me incomoda,
de lo que creo injusto, de lo que creo que se deja de ver. Se trata de poner el ojo para señalar:
“Miren, acá hay algo. Piénsenlo". No digo si está bien o mal. Aprendí eso de este trabajo,
que nació de un enojo bastante profundo con una situación que me generaba angustia,
enojo e incomodidad y terminó permitiéndome entender que claramente hay situaciones
de injusticia muy importantes acá. Pero también hay un porcentaje (de responsabilidad)
de cada lado. No es que hay una víctima y un victimario. Hay un tipo de relación muy
particular donde se dan ciertas cuestiones muy valiosas y se dan otras muy injustas.
Entonces, reflexionemos sobre esto, tratemos de mejorar esa situación.

GS: Al mismo tiempo, en las fotos no se ve una posición moralmente asumida con respecto
al bien y al mal.

SF: No, en las fotos no. En las fotos no hay una segunda intención, está todo muy
presente, está ahí, sacá tus propias conclusiones. Tenés un tema, tenés personajes, tenés
dos universos unidos de alguna manera. Me interesó mucho este marco abisagrado
porque, para mí, la empleada doméstica representa la bisagra entre esos dos universos.
Es un personaje-bisagra. Ella tiene esos dos universos familiares, en los cuales está
emocionalmente muy involucrada.

GS: ¿En el contexto de la muestra, sentís que hay una continuidad entre lo que se plantea
ahí con respecto a la fotografía doméstica del siglo XIX y con respecto a lo que vos hacés?

SF: En la cuestión formal del retrato clásico, sí. Hay un correlato porque hay una transpolación
de una forma de fotografiar muy característica de esa época y ahora también. Hay un
montón de fotógrafos que trabajan de esa manera. Lo mío mantiene el universo de lo
doméstico, pero transpolado en el tiempo. Esa lectura sería la más directa.

GS: Hay algún autor en particular, en esta muestra o fuera de ella, que te haya específicamente
influido?

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SF: En esta muestra hay un montón de trabajos de Marcos López. Yo trabajé un mucho
tiempo con él en una época en que estaba en formación. Lo considero claramente una
influencia. Para mí es uno de mis maestros, más allá de que sus formas son completamente
distintas a las mías. Su manera de ver y trabajar con la realidad es completamente distinta,
pero siento una influencia.

Fotografía en la Argentina 1840 - 2010


Through November 26th

Arte x Arte
Lavalleja 1062, Buenos Aires, Argentina
www.galeriaartexarte.com
Monday - Friday, 1 - 8 pm

Entrevista realizada por Gabriela Schevach para Juanele


Fotos © Sebastián Friedman
Diseño por Rick Powell

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