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Renato Ortiz

Otro territorio
Ensayos sobre el mundo contemporáneo •

CONVENIO ANDRÉS BELLO


SANTAFÉ DE BOGOTÁ
o Renato Ortiz
e Convenio Andrés Bello, 1998
Prim::ra edición: UniversidadNacional de Quilines, 1996
Segunda edición: noviembre de 1998,Convenio Andrés BeDo
Secretarfa Ejecutiva del Convenio AndrésBello (Secab)
Aveftida 13 (Paralela de la Autopista) No. 85-60

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ISBN: 958-"9089-49-6
cultura Libre

ceíe, Renaw
Olro tmitorio I RCDldD Ortir, tnlducído por Carlos E. Col.1és Sáocbe:z -
Santafé de BogoCá: Convenio Andr6s Bello, 1998
22Op.
ISBN:958-9089-49-6

1. CULTURA POPULAR 2. MODERNIDAD 3. MEDIOS DE


illMUNICAClóN DE MASAS. 4. GLOBAIlZACIÓN 5. SOCIOLOGfA
URBANA 6. SOCIEDAD DE MASAS
CDD30223
CONTENIDO

PREFACIO

INTRODUCCIÓN xvii

EL VIAJE, LO POPULAR y EL OTRO 1

ESPACIO Y TERRITORIAUDAD 21

MODERNIDAD-IIUNDO E IDENTIDAD 43

CULTURA, COMUNICACIÓN Y MASA 69

DIGRESIóN: CULTURA, CIUDADANíA Y POÚflCA 103

SOBRE LA IIUNDlALlZACIÓN y LA CUESTIÓN NACIONAL 117

DWERmDADCULTURALYCOSIIO~SMO 135

CIENCI~ SOCIALES, GL08ALIZACIÓN y PARADIGMAS 157

vii
PREFACIO·

¿Por qué interesarse por la globalización de las sociedades y


la mundialización de la cultura? ¿Qué hace que este lrbro,
un momento de un proyecto más amplio, haya sido posible?
Me hago estas pregontas y, en el fondo, sé que no las res-
ponderé a satísfaccíón, puescuando un autor recoge sus pa-
sos sólo puede confiar en la parcialidad de su memoria Pero
quizá valga la pena el esfuerzo; quién sabe si servirá para
que futuros lectores puedantener una condencia másclara
de los cambios que están ocurriendo en el mundo de las ideas.
Así aprovecho la oputtunIdad que me dio Jesús Martín-Bar-
bero para tratar, en este prefacio, cuestiones que, en cierta
forma, anteceden e inspiran mi trabajo.
En 1988 publiqué A Moderna 'Iradi9i0 Brasileira, un libre
sobre la problemática cultural del Brasil en el contexto de
una sociedad moderna e industrial. Pretendía comprender,
a partir de los medios de comunicación y las industrias cul-
turales, un conjunto de cambios ocurridos desde la década
del cuarenta hasta los años ochenta. El último capítulo lo
titulé: "De 10nacional-popuIar a lo ínternacíonal-popular",
una alusión a Cramecí, autor a quien aprecio; perotambién
era unacrítica velada¡ pues sentía que el concepto de nado-
nal-popular ya no lograba dar cuenta de la sociedad brasíle-
tia. Esta insatisfacción, la ínadecuacíén de los conceptosy
la necesidad de comprender ciertos rasgos de la sociedad
contemporánea, me condujeron a elaborar un proyecto
de estudio sistemático sobre la problemática de la mundia-
lización de la cultura. Irónicamente, mi preocupación por
Brasil radicalizó mi desenraizamiento, como si yo buscase,
por fuera de las inquietudes nacionales, explicaciones más

• Traducción: Carlos Eduardo Cortés Sánchez.


[ ix l
OTRO TERRITORIO PREFACIO

convincentes de la realidad que me envolvía. Este viaje"afue- visión de las categorías pasadas era convergente en sus in-
ra" me fue convenciendo, poco a poco, de que se trataba de t~eses ~ ambiciones. Las respuestas formuladas por los
un desplazamiento"dentro" de la modernidad-mundo, y diversos intérpretes no eran necesariamente congruentes en-
aún no terminó, aunque haya dado algunos frutos: "Cultu- tre sí: oscilaban entre quienes hadan propuestas para crear
ra e Modernídade", "Mundializacáo e Cultura", "Um outro una "auténtica" nación brasileña, y aquellos que descarta-
'Ierritórío". Quedan pendientes mis estudios sobre eljapón, ~ la n~~ de "autenticidad" como resquícío de un aná-
algo que pertenece a mi "literatura-por-hacer", para usar lisis ese.ncialista de las reIadones sociales. Pero, subrayo, al
una expresión de Sartre. contrarío de un pasado en el que la idea de proyecto nado-
Sé que la insatisfarción Yla curiosidad son elementos diná- na) era predominante, el clima de crítica prevalecía, Por su-
micos, estímulos para el pensamiento; pero, como dentífico puesto que la temática de la globalización estaba ausente de
social, desconfío de las interpretaciones demasiado perso- la discusión, pero una mirada retrospectiva permite decir
nales. Al mirar atrás, además de mi trayecto individual, que la critica a la cuestión nacional (su "deconstrucdón" di-
identifico algunas conñguracícnes que sitúan mi visión en rían hoy algunos) propició, en cierta forma, la posibilidad de
un marco histórico y un debate intelectual más amplios. Un que algunos mtelectuales brasileños escapasen más tarde
primer aspecto se refiere a la cuestión nadonal, discutida en ~e la ca~go~ nación como elemento nodal d~ la explica~
Brasil y Latinoamérica, por tradición, desde hace más de un ción SOClOlógl~ Un paso metodológico que se alejaba de las
siglo. Sin embargo, para el caso brasileño, es necesario re- prenusas anteriores sobre el "atraso" brasileño la moderni-
cordar que, a fines de los años setenta y comienzos de los zación incompleta, o la teoria de la dependencia.
ochenta, la cuestión nacional pasa por un profundo proceso Otro punto se refiere al proceso de modernización de la
de revisión conceptual. Son varios los trabajos que irán sociedad brasileña en el período posterior a 1964. Alcontra-
tomándola como objeto de reflexión crítica'. Hay razones no de lo que ocurrió en Chile y Argentina, la dictadura mi-
objetivas para que eso haya ocurrido: la decadencia del litar en el Brasil desarrolló, aliado de su rostro autoritario
populismo como forma de conciencia y de acd6n política; el un aspecto modernizadot: Lo que los economistas denomi~
autoritarismo de la dictadura militar, que monopoliza una nan "segunda revoíucíon industrial", cuyo origen se encon-
versión claramente coercitiva de lo nadona!; el surgimiento traba ~n la política industrial de los años cincuenta y se
de nuevos actores políticos (sindicatos, movimientos socia- consolidó con el golpe mililaJ: Así se cristaliza un "capitalis-
les, Partido de los 'Ilabajadores). En este contexto se hacía mo tardío". En términos cualitativos este es un cambio sus-
necesario el cuestionamiento de los parámetros que habían tantivo que inddirá en los fundamentos objetivos sobre los
orientado el pensamiento progresista de los a1\oscincuenta que reposaba el debate intelectual. Hasta entonces, la díscu-
y sesenta. No hay que suponer que este movimiento de re- sión sobre la modernidad tenía algo de utópico, pues siem-
pre se tra~b.a de construir; en un tiempo lejano, un "Brasil
moderno diferente de su pasado agrario y esclavocrata En
1 C. Navarro Toledo, ¡SEB: FIfbriaJ de ItIeoIogWs, San Pablo, Ática, 197'7;
los años veinte, con los modernistas; en los treinta y cuaren-
M.S. Carvalho Franro, "O Tempo das IIustWs'" 'en ldrologia e Mobilizll-
9'iO Populsu, Río de Ieneíro, paz e Tena, 1978;ltUi Chauf, úmfrmnismo ta, con el vínculo entre intelligentzia y Estado Nuevo yen las
e &sisthlciJl, San Pablo, Brasílíense, 1986; R. Qrtiz, Cultura Brasileira e décadas, del cincuenta y el sesenta, con los desarroÍlistas, la
ldentidiule Nacional, San Pablo, Brasiliense, 1985;R. Olíven, Viollnda e ~odem.ldad se presentaba como si fuera algo todavía ine-
Cultura 110 Brasil, Petl'ópolis, Vozes, 1982. XIStente, como un proyecto por realizar en un futuro in-
x
"
OTRO TERRITORiO
PREFACIO
cierto. Los años ochenta ponen las cosas en bases radical-
mente distintas. Se podía cuestionar la naturaleza autoritaria pun~ la mayorla de las veces emprendidos por grupos
de la modernización brasileña, y esto era blanco permanen- restringidos de autores localizados en Estados Unido•.
te de enfrentamientos, aunque su materialidad se imponía Quien tenga la paciencia de consultar las revistas interna.
como algo innegable. Una concreción que se expresaba a tra- cinnaIes de administración de eropresas percibirá que en
vés de la reorganización del parque industria], la url>aniza.. ~ periodo, la idea del ~ global, propuesta po; Le-
dón metropolitana, el surgimiento de un mercado nacional vílt fue ~atida, Y también refutada, por diversos autores.
integrado, y la consolidación de una sociedad de consumo. La propoa idea de la globa/í""ción era todavla imprecisa Y
Esta modernidad, desigual y asimétrica en términos reglo- muchas veces se corriundia con la de internaeionalizac
nales, con su dinamismo envolvente y muchas veces per- Eo realidad, en aquel momento el eje de Iadisctuión era otro:
verso, minaba el idealismo con que "lomoderno'" había sido guaba en torno de la polémica entre modernidad y posma-
pensado con preferencia por las generaciones anteriores. dernidad. El texto de Habermas, 'La modernidad como
Esto tendrá implicaciunes directas en el mundo de la cultu- proyecto inacabado', una respuesta directa a las propuestas
ra, pues es el momento en que los medios de comunica- de Lyotard, marca una inflexlón que radicali"" losargumen.
ción se transforman en industrias culturales, en agencias ros y exacerba los punros de vista. Confieso que vela con
productoras de bienes coIturaIes articuladas a! mercado con- derta sospecha esa polarización indebida. Esa manera di.
sumidor en forma directa. Ahora tenía poco sentido restrin- cotómica de pensar las relaciones sociales me pareáa poco
gir el estudio de la cultura brasileña a elementos como la con""":"nte, en especial cuando adquiria una coloración
cultura popular o la relación orgánica entre intelectuales y ideololl'""da fui' otro lado, las reacciones Iatinoamerica.
Estado, aspectos hasta entonces predominantes en nuestra nas a los ~mas ~os también eran contrapro-
vida intelectual. La industria cultural, al operar en escala ducentes. Decir América Latina no podrfaser posmoderna,
ampliada, desplazaba la discusión en otra dirección: merca- puesto ~ todavla no es moderna", presuponía, por un
do, consumo, tecnología, patrones industriales de narra- lado, la idea de buscar la modenlidad (lo cual era oontradi-
tivas dramáticas, etc. Una dimensión que ya no situaba cho "?" el ejemplo brasiletio); Y por otro, la ilusíón de que.
la comprensión analítica en el interior del territorio brasile- tendríamos una historia autónoma, separada de las imposi.
ño, pues tales hechos de modernidad eran comunes a un eones externas. La afirmación contraria, 'América Latina
conjunto de lugares, independientemente de sus caracterís- ~ ha sido posmoderna', es decir, plura! y sincrética,
ticas y especificidades nacionales. tenía un sabor a retórica que en nada ayudaba aentender lo
Es necesario recordar que, cuando inicié mis estudios so- que estaba pasando. Pero _que los debates ínldecb.ales
bre la mundíehzadén de la cultura, el debate sobre el tema nunca son inocuos, aunque sean ooniusos, y ruando .. los
era a6n incipiente. Había, por supuesto, escritos dispersos, contrasta con el ooolexto Iúshirico eme1'fleIlle, síenlpre sigo
en particular los trabajos de Wallerstein y Braudelen elcarn- nifican algo. Enwnces lomé el enfrentamiento modernidad
po de la historia, o de autores como Theodore Levitt, entre posmodemidadnocomounareferenda........•
' .
- - . . SlfIOCODlO
los administradores de empresas. Algunos sociólogos como e1smtomadeunconjuntodecambiosqueestabanocurrien-
Roland Robertson, sobre todo a partir de mediados de los do en las sociedades conternporáneas. Para comprenderlos
años ochenta, se bablan interesado también en la problemá- dirigí la mirada a la problemática de la globaIización. ve:
tica de la globajjzacíón. No obstante, le trataba de escritos qlle~ incorporar, en esa pecspectiva más aba.n::ante, las
CUCStiones que se estaban discutiendo.
OTRO TERRITORIO PREFACIO

Elaboré mi proyecto de investigación en dos etapas: la pe~la modernidad también como tradición. Lo "meder-
primera, histórica, me condujo a estudiar a Francia en el si- n~ no era sólo lo nuevo, su fuerza únicamente se expresaba
glo XIX; la segunda se concentró en la 'sociedad global'. No al mcorpor~ a la cotidianidad de los hábitos y lascostum-
fue por azar que retomé al pasado; quería captar algunos bres. ~ ~ conduado a considerar la ruptura en el flujo de
aspectos que encajaban mal en el debate actual La historia las conlinwdades. Retornar en el tiempo, revisitar el siglo
surgía así como herramienta para entender el presente, una XIX,.significaba, ,poes, buscar elementos que vendrían a cons-
dimensi6n muchas veces ausente en la discusi6n contempo- tituirse en tradición y a conferir sustancia y materialidad a
ránea. Sin embargo, no me interesaba enfocar Francia como las relaciones sociales.
un país espedfico; mi estrategia fue seleccionar elementos La segundafase del proyecto se enfocó en algunos aspec-
que pudieran revelar rasgos estructurales de la modernidad. tos de la "sociedad globaf'; ahora el presente se volvía mi
Me impose la tarea de realizar una especie de arqueologia cen~o de atención. Mi dificultad más grande fue elaborar
de temas y de cuestiones que emergieron en el siglo XIX pero un tipo de argumentación que escapase a la centralidad de
ganaron perfil durante el xx. Tiendas de departamentos, la categoría nación; una tradición intelectual que aún predo-
surgimiento de un sistema ferroviario, folletín, fotografía, mina en los estu~os de las sociedades contemporáneas. No
malla urbana, invenci6n de la hora nacional, lujo y consu- obstante, para e~tar malentendidos, es necesario distinguir
mo, eran para mí señales precursoras de la modernidad- entre una operación analítica -artificio necesario para el de-
mundo. El pasado me ponía, todavía, ante el problema de la sarrollo del raciocinio-, y los elementos de realidad. Siem-
tradición, una temática recurrente en la literatura sociol6gi- pre busqué dejar claro en mis escritos que el Estado-nadón
ca. En ella, tradición y modernidad surgen como pares an- no ~esaparececon la consolidación del proceso de globali-
tagónicos, unidades antitéticas; por ejemplo, la teoría de la zaa6n. In?USO estoy convencido de que en diversos secto-
modernización. Los artistas también comparten esa misma res (por ejemplo, en todo lo referente al monopolio de la
perspectiva: la vanguardia estética siempre valoró la idea fue~) su pa~l es ~ndamentaL Tampoco creo que la dis-
del rompimiento, ya fuera en relaci6n con los modelos vi- cusión sobre la Identidad nacional esté agotada. Sin embar-
gentes en el siglo XIX o, más tarde, en su relación con la pos- go, esos datos de realidad no deben ofuscar la formulación
modernidad. De esta manera se privilegi6la dimensión de del probl-:ma. La globalízacíón es una tendencia, un proceso
la ruptura, el análisis en procura de revelar el movimiento que se articula en función de las fuerzas históricas existentes
de cambio en detrimento del anacronismo del pasado. Es en. un con~to .más amplio. Pensarla significa construir el
posible que, en este caso, haya sido impregnado inconscien- objeto sociológico a partir de nuevas exigencias lógicas.
temente por mis raíces brasileñas; al fin Y al cabo, en Lati- Conceptos como nación, imperialisrno cultural aculturación
noamérica, tradición y modernidad nunca se presentaron identidad nacional, son, en este caso, poco re~tables desde
como términos excluyentes. Cultos afro-braslleños o afro- el punto de vista analítico. No se trata de decir que no ten-
cubanos, religiosidad popular, creencias indígenas, mestiza- gan validez alguna, pues sería un equívoco. La cuestión es
je, altanería oligárquica, siempre encontraron nichos para que pasan a tener una validez restringida; explican determi-
expresarse en el contexto de la modemizadón de la socie- nados fen6~e.nos.vinculados a circuitos pardales. La lógica
dad. Pero en mi trabajo anterior yo había dado un paso de la mundializaaón requiere, para ser develada, construir
dirigido a considerar la tradición no sólo como "cosas del conceptos cuya amplitud y valor explicativo sean de otra
pasado"; A Moderna Tradigio Brasileira me abrió los ojos para naturaleza. Por ello, el debate sobre la globalización es al
xiv
OTRO TEAAITOR10
INTRODUCCIÓN-
mismo tiempo una reñexíén sobre la contemporaneklad y
una discusión sobre las ciencias OOÓalee. Labúsqueda de un
nuevo marco de referencia teórica implica la revisión .d~
nuestra propia lJadióón lnteledual. "Um ouiro 1erritório
se inscribe en ese propósilo. Loo ensayos aqPÍ reunidos se Pensar la globalízadén de las sociedades es afirmar la exis-
dJrigen • la comprensión del presente y.1a recuperadén de tencía de procesos que comprenden • los grupos, las clases
nuestro lnstnunental conceptual. Un horizonte que le abre sociales, las naciones y los individuos. Evidentemente, exis--
nuevas posibilidades al pensamiento, siblándonos -a los m.. te una historia de este movimiento totalizante: tiene sus raf-
telectuaJel¡ IalinoaJneri<:anos- en la perspectiva de una tra- ees en la expansión del capitalismo en los siglos XV-XVlD, en
dición por construir. el advenimiento de las sociedades industriales, en la moder-
nidad del siglo XIX. El momento actual es el resultado de un
Renato Ortiz conjunto de cambios ocurridos anteriormente -de un "pro-
sao Przulo, 19 deabril de1998 ceso dvílízatorío", diría Norbert Elias-. Nada es más ilusorio
que postular la idea de un mundo "post" moderno, indus-
trial, tecnológico, como si existiera un foso, una ruptura ra-
dical, un • antes' y un • después' que ordenan la hístoria de
los hombres.
Sin embargo, incluso cuando tenemos en mente la conti-
nuidad de este movimiento, es necesario también compren-
der su especificiclad. En el fin_a! del siglo xx se cristalizan un
conjunto de fenómenos económicos, políticos, culturales, que
trascienden las naciones y los pueblos. Son esos fenóme-
nos los que nos permiten hablar de la gjobalízacíén de las
sociedades y la mundialización de la cultura Vivimos un
periodo en el cual emergen nuevos elementos, a! tiempo que
hay un. potencialización de trazos existentes. En este senti-
do, la sociedad contemporánea adquiere una nueva confi-
guractón. Formación social que, por cierto, posee sus ralees
históricas, pero que hoy se consolida como otra meseta'. In-
sisto en la idea de meseta; nos ayuda a pensar la conti-
nuidad y la ruptura Una meseta presupone otros niveles
anteriores; el pasado es el suelo en el cual se sustenta. Y,. al

• Traducdón: Ada SoIari.


1 Ccmo porción de piso horizontal en que termina un tramo de escale-
ra, y no en el sentido geográfico. (N. de T.)
[xvii]
OTRO TERRITORIO INTRODUCCIÓN

transformarse, alcanza otro "escalón" y adquiere un nuevo a otros núcleos civilizatorios. La argumentaci6n preserva,
significado, otra dinámica. por lo tanto, la independenda de las culturas: cada una de
La cuestión que se plantea, entonces, es la de cómo OOIDpren- ellas gira en tomo de su propio eje, difundiendo sus rasgos
der ese cuadro, cómo caracterizarlo. Una manera ':ü11S1Stlria fuera de su territorio original
en pensar los fen6n:'enos qu~ nos ~ ~o denvado~~e Sin embargo, al imaginar las cosas de otra manera, la pro-
relaciones internaoonales o íntercívílízatorias. Subrayo m- blemátlca de la globalizaci6n se muestra en toda su radicali-
ter", crucial para la comprensi6n de lo que ocurre. Así, ~an­ dad. Cuando hablamos de "socíedad global" nos referimos
do hablamos de relaciones internacionales, el pensarmento a una totalidad que penetra, atraviesa, las diversas fcr-
presupone la existencia de naciones autónomas que interac- macíones sociales existentes en el planeta. Se afirma así la
túan entre si. La dinámica global derivaria del movimiento especificidad de una "megasocíedad", esto es, un conjunto
de las partes, Ycada una de ellas, en su integridad, actuaria articulado de relaciones sociales planetarias. Una sociedad
en el contexto mundial. Las mismas premisas subyacen en global, en términos duddwmjanos, es sui gmeris, posee una
los conceptos de colonialismo e imperialismo. En cada uno lógica propia. Su intellgibilidad no resulta de la interacción
de ellos destacamos un centro (el imperio o la naci6n) como entre las partes que la constituyen; al contrario, ahora hay
elemento propulsor del movimiento de expansión. El mun- que invertir nuestra perspectiva y preguntar. ¿cómo esa
do es visto, entonces, como el cruce de las diversas in- totalidad envolvente reordena sus elementos? En este caso,
tenciones transimperiales o transnacionales que, de forma las relaciones sociales dejan de ser vistas como "ínter" (na-
diferenciada, inctden en las colonias o los países periféricos. cionales, civilizatorias o culturales) para constituirse como
Una aplicación común de este tipo de razonamiento es la "intra", esto es, estructurales al movimiento de globali-
analogía entre el momento actual y a1gunas épocas de la bis- zación. Los límites"adentro/afuera", "centro/periferia", se ter-
toria pasada. Por ejemplo, la comparación del ascenso y la nan así insuficientes para la comprensi6n de esta nueva
caída de un país -los Estados Unidos- con el imperio roma- configuración social. Hay una cierta dilución de las fronte-
no. En amboscasos encontramos la expansión de una civili- ras que hace que las especificidades nacionales y culturales,
zación, norteamericana o romana, de una lengua, el inglés sean, por cierto de manera diferenciada, atravesadas por la
o el latín en un conjunto de territorios alejados del núcleo modernidad-mundo. En este sentido, todos formamos par-
irradiador; Las relaciones de contacto entre esta . . periferia" te de este proceso, base material y espiritual de nuestra vida
y el . . centro" se llevan a cabo, por lo tanto, de acuerdo con cotidiana.
las normas de dominación elaboradas por los países o los Por eso, el esfuerzo analítico se debe orientar hacia la
imperios colonizadores. Existe, entonces,' una clara diferen- comprensi6n de objetos que conrioten esta realidad mun-
cia entre "centro" y "periferia" "adentro" y "afuera"; los dializada. Guerra del Golfo, FM1, publicidad global, auto
límites de la dominadón se encuentran nítidamente delinea- mundial, MacDonald's, televisores Mitsubishi, son expresio-
dos. Del mismo modo, seria posible pensar la expansión de nes heurísticas de su movimiento. Lo mismo se puede decir
la cultura en términos semejantes -como lo hicieron lbyn- de los aeropuertos, los supermercados, los shopping-eenlers. Se
bee o Spengler-. El mundo estaría formado por un conjunto trata de lugares, de sitios, que revelan la desterritorializa-
de civilizaciones que "ínter" actúan entre sí. En este caso, la ción del espacio, condición necesaria para la constitución de
civilización occidental, una entre tantas otras, tiene un pa- un mundo-mundo. No tiene sentido pensarlos como el fru-
pel destacado al imponer sus patrones de dominación junto to de relaciones internacionales, puesto que ya no se víncu-

""" "'"
OTRO TERRITORIO
INTRODUCCiÓN

lan con este o aquel país, con el Primer o el Tercer Mundo. so sociológico, es la nación industrial Para defintr la lógica de
Esos lugares denotan el orden interno de la misma sociedad su funcionamiento, todo el esfuerzo del pensamiento confi..
global.a! exponer su faz mundíalízada, Hablar. por lo tanto, na la modernidad en los limites del Estado-nación. 'Clases
de una cultura mundialízada significa situarnos en la médu-
la de este proceso abarcador. ."Estado",
sociales", . "territorio", "cultura", "identidad.. . son,
por cerro, categorías abstractas, pero se aplican sobre todo
Esto lleva a considerar que Iaculturamundializada no se en- a las realidades nacionales.
cuentra ya fuera de nuestras sociedades nacionales¡ al con- En el contexto de América Latina, la relación entre cono-
trario, forma parte de nuestra vida cotidiana, de nuestros cimiento y nación es aún más acentuada. El debate sobre la
hábitos. Sería un equívoco atribuir a este movimiento un ca- identidad nacional, que se extiende a lo largo de todo el siglo
rácter de exterioridad (por ejemplo, la americanizaci6n del xx, marca de forma indeleble al pensamiento latinoameri-
mundo), como si se tratara de algo extraño a nosotros mismos. cano.La nación smge como una dimensión a ser conquistada
La mundtalízacíén de.. I acultura no es una falsa conciencia, (por los políticos, los artistas y los intelectuales), un proyecto
una ideologia impuesta de forma exógena; se corresponde que en el futuro asegurará la realización de una moderni-
con un proceso real, transformador del sentido de las so- dad incompleta, inconclusa. Reflexión y conciencia nacional
ciedades contemporáneas. Los objetos que nos circundan son elementos constitutivos de nuestra tradición; elemen-
-utensilios, máquinas, arquitectura- son manifestaciones de to~ que se mezclan como conceptos y como aspiración po-
esta mundíalidadr Ellos encierran su "verdad", al expresarla lítica. El problema es que la modernidad-mundo rompe las
en su cotidianidad, en su rutina. ~nteras del Estado-nación. Para comprenderla, es necesa-
Existen, sin embargo, algunas dificultades para pensar esta na una reactualización del pensamiento. El mundo, como
realidad emergente, dificultades que derivan de la tradición o~~: exige nuevos c:onceptos de nuestra imaginación so-
de las ciencias sociales. Buena parte de los conceptos que ciolégica, En este sentido, la globalización no es simplemen-
utilizamos están comprometidos con cierta visión de la so- te un tema entre otros: desafía la reflexión en su existencia
ciedad2 • No podemos olvidar que las ciencias sociales se ins- categorial. Pensarla es abrirse a una revisión del propio dís-
titucionalizaron apenas a!fina! del siglo XIX, momento en el curso de las ciencias sociales.
que el principio de nacionalidad se afirmaba con toda su Otra dificultad tiene que ver son la mirada analítica que
fuerza. Durkheim, 'Ibnníes, Weber, Veblen tenían, eviden- s~ echa sobre este objeto globalizado. ¿Desde qué punto de
temente, una preocupación universal cuando construyeron VISta deberíamos considerarlo? ¿Desde el punto de vista de
sus objetos de estudio. Pero ellos nos remiten, sobre todo, a las clases sociales, de las naciones? Son, por cierto, posicio-
la constitución de una disciplina que adquiere contornos nes legítimas. Sin embargo, para aprehender enteramente
dentro de territorios espedficos. Por eso hablamos de so- las consecuencias derivadas de las transformaciones del ini-
ciología francesa, alemana o norteamericana Cada una es cio el siglo XX1, se hace necesario un desplazamiento de la
pensada como vinculada de forma intrinseca a sus lazos na- mirada científica..La comprensión de un mundo desterrito-
cionales. La sociedad moderna, sobre la cual versa el discur- rializado requiere un punto de vista desterrítoríalízado.
Para entenderlo en su totalidad, la perspectiva analftica
debe liberarse de las restricciones locales y nacionales Sólo
2 Véase al respecto Ianni, O., TeoriIIs • gl."iZR{J'O, Río de Janeiro, d~ esta forma puede ser comprendido el flujo de la moder-
Civiliza<'Io _ 1995.
rodad-mundo. Por eso, ya no es suficiente escribir comobra-
OTRO TERRITORIO INTRODUCCiÓN

sileños, franceses, americanos o alemanes. No se trata de to, fast-food, vendidos y consumidos mundialmente, expre-
que estas situaciones hayan perdido vigencia; aún conser- san la cara unidimensional de las sociedades contemporá-
van su validez. Pero el cambioconceptual al cual me refiero neas.
implica, al menos durante el ~om"en~ ~e la refl~~, que Esta visión convive con otra, su negad6n. En este caso,
tales exigencias sean "suspendidas (ulilizo un artificio de la ya no se trata de unidimensionalidad, sino de multiplicidad.
fenomenología). En lugar de pensar el mundo"desde Amé- De ahíla insistencia en el resurgimientode las reivindicado-
rica Latina" (como dicen nuestros colegas Ialinoamericanos), nes locales, específicas,movimiento que demostraría el an-
propongo una reorientaci6n de la mirada Pensemos <;l mun- tagonismo a todo principio unificador.Multiculturalismo,
do en su flujo, y, luego, hagamos las pregontas pertinentes conflictos en el Este, fundamentalismo, son las señales de la
a nuestra realidad. Tengo certeza de que se verán Ilumina- presencia de un mundo despedazado, fragmentado, Los es-
das desde otro ángulo. critos de los "post" modernos son expresivos de esta ten-
Junto a las dlfu:ultades existentes, el tema de la globaliza- dencia. 'Iambién encontramos el mismo diagnóstico entre
ción exige además sortear algonas trampas, principalmente algonos estudiosos de la tecnología, para quienes, lejos de
cuando hablamos de cultura. Deben ser evitados dos obstá- homogeneizar las costumbres, la Iécnica es un elemento de
culos: uno de naturalezametodológica, otro de cuño ideo- diversificaci6n de las relaciones social,,ª-Ejemplo: la pro1ife-
lógico. Comienzo mi digresión con el primero. ración de la televisión por cable, las radios FM, las redes in-
En la literatura existente sobre medios de comunicación, terpersonales de computadoras, etc. Se insiste, por lo tanto,
tecnología y administración de empresas, es común encon- en subrayar los aspectos particulares, como en los escritos
lraJ; bajo formas diversas, la problemática de la homogenei- sobre marketing -la personalización de la atención de los
zaci6n de la cultura, Porejemplo, la utilización de un mismo clientes (cusIotniud produd), la diversificación de los gostos, la
sistema téCIÚCo, en escala planetaria, llevarla a la nivela- descentraliz¡lci~de la gestión. El mundo estarla compuesto
ción de todos. Este pronóstico puede articularse, no obstan- por una miríada de mosaicos, pur partes heter6clitas. Se ba-
te, con una jerarquía dislinta de valores. La visión oPtimista bría pasado as! de una era "fordísta", en la cual habla predo-
ve en el progreso de las telecomunicaciones la posibilidad minado una cultura de masas, a otra más "flexible", capaz
de comunión entre los hombres. Los individuos, dispersos de afirmar la indivjduaJW¡¡d de las personas Y los grupos
en la "aldea global", se reconocerían unos con otros, rom- sociales.
piendo su aislamiento y las restricciones de ~os idiomas lo- Creoque es necesarioromper con esta visión dicotómica,
cales. El punto de vista contrario revela otra dimensión. Una por la que aparentamos estarfrente a dos movimientos dis-
cultura homogénea e1iminaria definitivamente las diferen- lintos y antípodas, uno que tiende bacia la totalidad, otro
cias entre los pueblos.~_este caso, gtobalizadón es sinónimo hacia lo particulaJ: Debemos entender que la modernidad-
de estandarización de la conducta. Se trata de una perspec- mundo se realiza a través de la diversidad. En tanto mo-
tiva comón entrealgunos analistas de mercado, para quie- dernidad, privilegia la individualización de las relaciones
nes la globalización de la econmnla imptica la emergencia sociales, la autonomía, la afirmación de aspectos especfIicos
de una sociedad en la cual los hombres se comportan de (por eso, la sociología clásica inicia sus estudios con el tema
manera idéntica. Viviriamos as! en un mundo "plano", y el del desarraigo del hombre -Durkheim con la anomia, weber
mercado, compacto y estandarizado, r.eveJaóíU.u superfi- con la racionalización de las esferas culturales, Simmel con
cie. Una seriede objetos,jeans, televisoreS, tarjetas de crédi- el dilaceramiento del individuo-). Sin embargo, esos elemen-
xxii xxiii
OTRO TERRITORIO INTRODUCCiÓN

tos, en apariencia desconexos, están envueltos por un tejido manifestación es desigual. Una coltura mundia1izada atra-
más amplio. La modernidad está constituida por un conjun- viesa las realidades de los diversos países de manera dile-
to en el cual el todo se expresa en la individualidad de las rencíada. Existe, por lo tanto, un diferencial de modernidad
partes. Diversidad y semejanza caminan juntas, expresando que confiere mayor o menor peso a su concretízedón,
la malriz modernidad-mundo en una escala ampliada. La otra trampa es, fundamentalmente, de carácter ideo-
Plantear la cueslión desde esta óptiCa nos permite evitar lógico. Normalmente, la literatura que se ocupa de la globa-
el falso problema de la homogeneización de la coltura. No lización tiende a comprenderla de manera oblicua, parcial
obstante, debido a la especificidad del campo cultural, pien- 'Iodo sucede como si la expansión del mercado y la tecnolo-
so que es importante señalar algunas diferencias. Cuando gía obedeciera a una lógica inexorable, lo que nos lleva a
nos referimos a la economía y la técnica, nos encontramos conformarnos roo el cuadro actual de los problemas que nos
ante procesos que reproducen sus mecanismos, de modo afectan. Los hombres de marketing intentan Convencernos
igual, en todos los rincones del planeta. Hay sólo un tipo de de que la globalizaci6n de sus productos se corresponde con
economía mundial, el capitalismo, y un único sistema téc- una "humenízacíén" de las relaciones sociales; en definiti-
nico (fax, computadoras, energía nuclear, satélites, etc.). Sin va, los hombres tendrían a su disposición el mundo de la
embargo, es diffcil sustentar el mismo argumento respecto fant~ con el que tanto habían soñado. Los tecnólogos
de los universos culturales. Por ese motivo, prefiero utilizar también nos sugieren una calificación de las sociedades
el término" gtóbalización" al referirme a la economía y la como"atrasadas" o adelantadas", medidas en función de
H

tecnología; son dimensiones que nos reenvían a una cierta la base técnica a partir de la cual operan. El mismo tipo de
unicidad de la vida social: Y reservo entonces el término razonamiento se encuentra entre los representantes de las
"mundialízacién" para el dominio específico de la cultura'. transnadonales. La globalización tornaría obsoleto el Esta-
En este sentido, la mundíalizadón Se realiza en dos niveles. do-nación, lo que significa afirmar que las grandes corpora-
Clones se presentan como modelo de realización económica
Primero, es la expresión del proceso de globa\ización de las
sociedades, que se arraigan en un tipo determinado de orga- s:
y política, en el nivel mundial. Globalización toma' sínd-
nización social La modernidad es su base material Segundo, nimo de modernidad. Todo lo que no encaja dentro de este
es-una weltanschauung, una "concepción del mundo", un principio se vuelve sospechoso y revela un cierto sabor de
"universo simbólico", que necesariamente debe convivir con pasado, de arcaico, de algo que condice con los tiempos re-
otras formas de comprensión (política o teligiosa). Vivimos motos de la humanidad. Nos encontramos, por lo tanto,
en un espado transgl6sico, en el cual diferentes lenguas y ant~ una ideolo~ que valoriza el statu quo, pero que oculta
culturas conviven (a menudo de manera conflictiva) e inte- los intereses particulares de los grupos que la profesan.
ractúan entre sí. Una cultura mundiahzada configura, por lo ¿Cómo reaccionar ante estas fuerzas? Una forma consiste
tanto, un "patrón" civilizatorio. En tanto mundialidad, en- en retroceder, identificando la globa1ización con una visión
globa los lugares y \as sociedades que componen el planeta de ~o puramente ideológico. Más aún, es incluso posible
Tierra. Sin embargo, como su materializad.6n presupone la consíderar el neohberalismo como"causa" de ese estado de
presencia de un tipo específico de organización social, su cosas. No es esa mi intención. Otra forma es considerarla
como expresión de la mundialidad. Con esto sugiero que la
estructura de la modernidad-mundo engloba factores de
3 Véase Qrtiz, R, MumlWizapw ecu1turrJ, San Pablo, Brasiliense, 1994. orden polítíco, al articular los diferentes niveles de la reali-

"""
OTRO TERRITORIO INTRODUCCiÓN

dad social Desde esta perspectiva, los grupos trasnaclona- Donal~'s, productos de supermercado, dejan de ser vistos
les deben ser vistos como actores políticos cuyo campo de como ImpoSlOones exógenas para ser entendidos como ele-
actuación es el planeta. Sus ideas nos parecen impositivas mentos de una memoria colectiva mundial. Es posible que
porque traducen la prevalencia de una ideología vinculada muchas de esas categoría, que somos obligados a construír
con las fuerzas dominantes del proceso en marcha. Resta se ~uestren insuficientes en el futuro. Esto forma parte d~
saber si esas ideas deben, o no, permanecer como si fueran la historiade la razón científica. Pero sin ellas, el pensamíen-
la única alternativa de convivencia entre los hombres. Píen- to ~e dificultades para avanzar; Es curioso, pero este fin
so que no, pero, en este caso, es necesario que otras pro- de SIglO que, para el sentido común de las personas y de
puestas sean presentadas y debatidas. Por eso, la política ya muchos estudiosos, se muestra como exclusivamente nega-
no puede ser pensada sobre una base exclusivamente nacio- tivo, se presenta para mí lleno de desafíos. Lejos de pensar
nal o local. Tenemos que imaginar el mundo como un que estarna:' ante una "crisis .paradigmática", una parálisis
"espacio público" (como sugiere Habermas), una "sociedad del pensamiento, veo un horizonte que puede ser explora-
civtl" en la cual se enfrentan proyectos y versiones diferen- do de otra manera, más creativa,.capaz de impulsamos más
tes, antagónicas o complementarias. allá de ~uestros conocimientos petrificados. Optimismo del
La problemática planteada tiene, por lo tanto, implicacio- p~nsanuent~, que no se confunda, sin embargo, con opti-
nes de orden teórico Ymetodológico; conduce a unareevalua- rrusmo político, puesto que el mundo en el que vivimos está
ción del cuadro conceptual de las ciencias sociales. En este atravesando por contradicciones y conflictos, por nuevas
sentido, podemos decir que "globalizaci6n", "mundializa- formas de poder y dominación. Entenderlos es ejercitar
cíén", 11sociedad civil mundial", "polftica interna mundial", nuestra responsabilidad intelectual
11cultura intemadonal-popular", "desterdtorializ,ación", son

conceptos que nos ayudan a comprender la dinámica de las


sociedades actua1es -basta consultar cualquier diccionario
de ciencias sociales para constatar su emergencia redente-,
Por ejemplo, cuando digo "política externa" supongo que el
orden mundial resulta de la interacción de naciones particu-
lares. Entre tanto, al hablar de "política interna mundial",
desplazo mi razonamiento hacia otro plano. Las naciones
forman parte ahora de la dimensión intrfnseca de la totali-
dad mundo. Cuando me refiero a un imaginario colectivo
íntemecíonal-popelee me dlstancio de las especificidades y
las identidades nacionales para captarlaS en otro nivel Puedo
considerarlo como el resultado de un movimiento de deste-
rritorialización, y aprehenderlo como un universo de sím-
bolos compartidos mundialmente por sujetos situados en
los lugares más lejanos del planeta (pIlbHcidad global, fil-
mes, programas de televisión, moda, etc.). Un conjunto de
objetos-signos, jeans, imágenes de estrellas de cine, Mac-
xxvii
EL VIAJE, LO POPULAR Y EL OTRO·

Kub1ai Kan había advertido que lasciudades de Mar-


co Polose perecían, como si el paso de una a la otra
no implicara 1U\ viaje sino 1U\ cambio de elementos.
Ahora.decada ciudad queMaroo ledescribia.1a men-
te del Gran Kan partía por cuenta propia.. y des-
montada la ciudad parte por parte, la reconstnda
de otro modo, sustituyendo ingredientes, despla-
zándolos, invirtiéndoIos.
Marcoentre tanto CCl\tinul1ba re6rlendo su viaje,pero
el emperador ya no lo escuchaba, lo inlt'lTUmpía:
-De ahora en adelante seré yo quien describa las
ciudades Y tú verificarás si existen Y si soncomo yo
las he pensado.
ltaIo údvino, Úls ciudlldes ímJisibles

El lema del viaje sorprende la fantasía de los hombres desde


hace mucho. El viaje, como metáfora de enriquecimiento in-
dividual o retirada del mundo. El movimiento contrasta con
la persistencia de los hábitos cotidianos, con su fijeza. Por
cierto, el sentido del término se transformó a lo largo del
tiempo'. En la antigüedad, los viajeros estaban regidos por
el imperativo del destino. Las historias narradas en Lo Odi-
sea o en la epopeya de Gilgamesh derivan de la voluntad
divina; sus héroes vagan por mundos desconocidos pero no
poseen el libre arbitrio de la elección: vagan por mares, de-
siertos, montañas para, en el fondo, realizar los designios de
los dioses. El camino es vivido como una prueba, la aventu-
ra como un sufrimiento. UIi>es "debe" partir, padecer trente a
los peligros -esta es una exigencia fatídica, la manera de poner

• Traducrión: Ada SoIari.


1 Véase Lee, E. J., The Mind of the TTIlVe/er, Nueva York. Basic Boob,
'991.
[ t J
OTRO TERRITORIO
EL VIAJE, LO POPULAR Y EL OTRO

en marcha la historia mítica-. En el mundo moderno, prob- de retornar. Pero su destino ya no será el mism r las
ablemente a partir de la época de los románticos, el viaje se de su inida '00 la
.a
o. :marcas
acompañarán por el resto de su vida.
líbera de la carga de sufrimiento que 10había acompañado, El p~Je presupone la idea de frontera, de limite Cada
y se torna excitadón y placer. También deja de ser una im- compartimiento es un mundo aparte. Por eso mismr \T¡
posición ajena; el hombre moderno tiene autonomía y una Gennep lo asoció con el territorio. Él dice: o, an
individualidad distinta de los humores divinos, y el movi-
miento es fruto de su volición personal. "~~~e en general ~I territorio ocupado por una tribu se-
Pero, zqué es en realidad el viaje? Yo diría de modo pre- ~da está definido sólo por accidentes naturales sus
liminar: un desplazamiento en el espacio. Siempre es pasaje
habl~tes. y vecinos saben muy bien dentro de qué Úmt.
tes temtoriales prevalecen sus derecho .
por algún lugar, su duración se prolonga entre la hora de la m s Yprerrogativas. El
~ natural puede ser, por ejemplo, una roca o un árbol
partida Yel momento del regreso. El viajero es alguien que un nodeO un lago sagradoque está prohibid ~ ,
. o atravesar bajo
se encuentra suspendido entre esas dos referencias que ba- ~a _ sanciones sobrenaturales. Con frecuencia, el límite
lizan su recorrido. En este sentido, el viaje está próximo a los
ritos de pasaje. Implica la separación del individuo de su me-
dio familiar; después, una estadia prolongada on lhe road Y
colocado en ese lugar con ritos de consagración, A:-lO:
es señalado por un objeto-poste, pórtico, piedra- e fue

:s és de
CO~ocación. o fijación ceremonial de losmarros o lími..
por último, la reintegración a la propia casa, la tierra de ori- t ' . espacio determinado del suelo es apropiado por de-
gen. Quiero subrayar el aspecto de la "separación": contiene ::=do &r,upo, de manera que si un extranjero penetra
la idea de que una persona sale de un mundo anterior para ~CIO reservado, comete un sacrilegio, del mimo
penetrar en otro totalmente nuevo. Los rituales de inicia-
s:
modo que un profano penetra en un bosque sagrado o en
un templo" .
ción religiosa son un buen ejemplo de esto. El neófito, tra-
bajado por los mecanismo rituales, deja su estado profano De aquf resulta el interés por la imagen de las puertas; al
para ingresaJ; de forma paulatina, en el universo sagrado. El abrirse o cerrarse f · ,
. ' avorecen o inhiben el movimtentn d I
ejemplo del candomblé es sugestivo'. Cualquier hija-de-san- pasaje. De esta forma, una sociedad se asem . e
con . eja a una casa
to, para ser admitida en su nueva morada, debe ser cui- .un conjunto de habitaciones y corredores. Cada célula
dadosamente preparada. Primero, se distancia de su vida enoerra !IDa expresión propia Y!IDa individualidad
anterior, lo cual se consigue a través de un conjunto de pro- la comunicación entre eDas se realiza median modal,l
de ceremonias furmalidade . te un complejo
cedimientos (rapadura de la cabeza, aislamiento de la inician- nícacíó y . s que pemute el flujo de comu-
te durante un cierto periodo, sacrificio de animales, elección n entre umversos estancos
fu . ..
de un nuevo nombre.etc.). El procesoes, enverdad, un "viaje" m~as, ~~es, sep~~aC16n -estas ideas subyacen a la
durante el que ella experimenta "otra" realidad. Acompaña- . a del VIaJe-. El viajero es ante todo un extrani '
Intruso un "m;¡1'Oin",l" jerc, un
da por la madre-de-santo, va a ~ poco a poco los , --."..~ , como afirma Simmel'. Él se aleja de
su mundo propio .
.secretos de un cosmos inaccesible a las personas comunes. r- e ingresa en territorio ajeno; su condición
Sóloentonces, después de !IDa preparación prolongada, Pve-
¡ San
~~:t, c:; yassagem,
ritos de
De
Petrópolis, Vozes, 1978, p. 34.
PabIO,·Ática,.e;~geíro .en Moraes Filho, E. (comp), Simmel,
2 Véase Bastide, R., Leamdombléde Bahia, Paris,Mouton, 1958.
2 3
OTRO TERRITORIO EL VIAJE. LO POPULAR Y EL OTRO

liminar se expresa en las costumbres de diversos pueblos. el que se mueve y los lugares visitados. El viajero se nutre
Van Gennep considera que "Ia llegada de un gran número de este contraste: él es la fuente de la experiencia y del saber
de extranjeros tiene como contraofensiva actos de refuerzo que le penniien interpretar su posición originaria a la luz de
de la cohesión social local; los habitantes huyen de las aldeas la diversidadcon la cual entraen contacto.
y se refugian en lugares bien defendidos como colinas o bus- El tema del viaje se abre, así, para la discusión del otro.
ques; o bien, cierran las puertas, se arman, dan el toque de Desplazarse significa tomar conodntiento de aquellos que
reunión; o bien el jefe va solo o con susguerreros al encuen- difieren de "nosotros". Por eso mismo, el descubrimiento de
trode los extranjeros, en su carácter de representante delta América tiene un significadovital parael entendimiento del
sociedad y de persona más tnmuruzada que la gente común hombre europeo; el mundo salvaje es el contrapuntode la
contra el contacto con los extranjeros"'. Por otro ~o, la a~ civilización occidental. Para muchos,como Colón, el mundo
ximadón se lleva acabo de acuerdo con procedimientos estric- salvaje será una visión del paraíso; para otros, la imposibili-
tos: los extranjeros no pueden entrar inmedia~ente. en la dad de <.re los valorescivilizatorios arraiguen en tierras tan
tribu ya que deben demostrar, de.sd~ lejos, ~us mtenao~es. extrañas. Peromás alláde la manera como este otroes apre-
Para ello es necesaria una fase preliminar de cuarentena, en hendido, sea como fuente de :inspiración o como materia de
la que permanecen aislados de la aldea. De fucma grad~ las dominación, él preexiste como diferencia. Así, los relatos de
reladones se estrechan y, después de un periodo de reclu- viaje constituyen un importante material para la reflexión:
sión", ellos pueden transitar normalmente en el drcu10 de la estimulana los filósofos en la comprensióndel hombre uni-
vida indlgena. 'RxIas estas precauciones son de carácter. profi- versal, traen informaciones sobre las "variedades de la es-
láctico simbólico- El viajeroes un forastero Yneva COIlSJllO un pecie humana", revelan al "nosotros" europeo un mundo
~ de amenaza. Por lo tanto, es necesario ~n~ex: una distante e íncomprendído", Y lo mismo puede ser dicho res-
posible contaminaciónde la aldea, y los rilosmág=-religiosos pecto de la vocadón antropológica, también se funda en el
llenen una función de antídoto que preserva e' orden loca1
reconocimiento de la alteridad. El antropólogo es un "extra-
contra las incertidumbres de lo desconocido- . ño" que se mueve paracomprenderla lógicade una comu- '
Si bien dije que todo viaje es un desplazamiento en el
nidad totalmente distinta de la suya8 • Como etnógrafo él
espacio,no se trata de cualquier espacio. Posee una~­ debe "hacer nativo", esto es, acercarsede la mejor manera
r1dad: su discontinuidad. Cada sitio, cada.cultora constitnye
posible a la lectura distante. Su viaje es una forma de acli-
, un territorio particular. El viajero es un mtermediario que
pone en comunicación lugares que se encuentran separados
por la distancia Y los hábitos cul~, lu~ que nada 6 V_ TOODrov, T., LA """'Iuéle de l"Amirique, París, Seuil. 1992; Ruar-
interliga,a no ser el movimiento del V18Je realiza~o por. ~ que de Holanda, s., ViSliv do PImÚSO. Rio de Janeiro, José OIympio,
motivadón ajena a su propia lógica. Frente a la díscontínuí- 1959.
7 VéaseDuchet,. M,AntropologílJ ehistaritzen el Siglo drt.s Luas, Mbico,
dad de los lugares, el viajero se comporta como alguien s;gto XXI. 1....
.
que aproxuna unidades heterogéneas' su
WUUdU •
itinerario•interlíga B Aun Lévi-5trauss, que decía "odiar los viajes"'. se vio obligado a rdatar
puntos desconexos. Ocurre, así, una uitida separación entre su saga antropológica en TrisUs tropiques, Paris, Ubrairie PIoo,. 1955-
También Roger Bastide vio sul6gica cartesiana desafiada porel mun-
do del candomblé. Véase &tuJos/lfrobrasileiro. San Pablo, Petspa..1i--
5 VanGennep,A.,op·cd.,p.42. va, 19'73.

4 5
OTRO TERRITORIO
EL VIAJe. L.O POPULAR y EL OTRO

matación a un medio inhóspito. li'abaja como un descifra-


dor,integrandolo"desconocido" asuJenguaje familiar. marcha de medio dia, o poco más, el espacio es menos. peIi;
Pero ¿cuál es la relación entre el viaje y la probleuultica groso puesto que e;aste la posibilidad de establecer relaci<>-
de la cultura popular? Retomo el tema del espacio. Basta mirar nes familiares y amigables; esas solidaridades constituyen el
la literatura sobre las manifestaciones de la cultura popular limite.~o, los márgenes del mundo conocido. ~
para discernir algunos trazos comunes a ambas situaciones. mvadidos por la proIiíeración de lo sobrenatural, lo bandidoa
En particular, quiero señalar el tema del"aislamiento". Por y los animales salvajes. Márgenes que pueden ser abarcadoS
ejemplo, cuando los folcloristas estudian las baladas, los con los,ojos. ~nes quelas personas recorren inquietas,
proverbios, las creencias mágico-religioSas, las fiestas, atri- con la íncertídumbre de si serán bien acogidas en otras al-
buyen una cualidad especifica a este material: proviene de deas. Más lejos comienza el verdadero dominio de lo deseo-
nocído'", .-
una región lejana, en general de las pequeñas comunidades
canipesinas, y expresa la autenticidad de una antigua me- Cada aldea, o núcleo de población, constituye así un uní-
moria tradicional Me interesa menos discutir las ambigüe- ~erso seguro. Suaíslamíento encierra las experiencias del con-
dades de esta autenticidad idealizada que subraya el hecho Junto de sus habitantes. El argumento es recurrente en varios
de que el folclorista supone la existencia de universos estan- análisis sobre la sociedad campesina. Cuando GeorgesPos-
cos, de limites en cuyo interior evolucionan de forma nece- t~r de~ ~l campesino a través de la idea de Nimágeries de
saria las manifestaciones populares. Porque se encuentran bienes limitados", razona COmo si el mundo rural corttiIvie-
Naisladas" de la dinámica social, estas manifestaciones repte- se en sus marcos su propia expücecíón'". El hombre-del'ca.m_
sentan un tipo de focmación cultural reveladora del pasado. po, responsable por un tipo de cultura tradicional, vivirla
Su autenticidad está asegurada por la distancia que las sepa- entonces ensimismado. Su vida se desarrolla en el seno de
ra de las imposiciones de la vida actual De este modo, el un subsistema (económico, político, cultural) autónomo.
folclorista razona como un geólogo. En la superficie de la El énfasis en la segmentación prevalece también en los
sociedad existen fenómenos diversos, la cultura letrada, la estudios de comunidad, en particular los que se encuentran
política, las ínstítucíones, debajo, una realidad encubierta por en la óptica de la antigua "escuela de Chicago". La Investí-
las edades históricas. Su tarea es atravesar los límites geoló- gació~ clásica de Robert Redfield sobre la cultura Jo/k en
gicos de esos estratos para, al fin, revelar la profundidad 'rucatan (México) es un buen ejemplo de eso". Redfield cum-
de los tesoros populares. para cuatro unidades espaciales diferentes: la tribu indíge-
Esta misma concepción persiste en los textos de los histo- na, la aldea campesina, la villa Yla ciudad Dentro de cada
riadores. Más allá de sus inclinaciones teóricas particulares, una de esas regiones, Redfield busca entender las cuestíe-
cuando analizan las culturas populares en el Antiguo Régi- nes. relativas al cambio social: individualización, seculari-
men los historiadores nos reenvían de forma inmediata al zación, declinación de la solidaridad dentro del vecindario,
problema de las fronteras. Es el caso de Muchembled cuan-
do nos habla de las aldeas campesinas de la Edad Media
9 ~uchembled, R, Culture popuIsire et culture des e1ites, Paris, Flamma,
europea: NMás allá de la comunidad rural; y del espacio que non, 1978, p. 61.
ella controla -akíeas, cultivos y praderas; ciHnlrios y bosques-, 10 Poster, G., "Peasant Sodety and the Image ofUmited Gocds", en Pot-
no
comienza una zona de peligro en la que funciona más la ter, J. (comp.), Peasant Society, Boston,litl:le 8rown and Ce., 1967.
ayuda mutua. En un radio de 10 a 20 km, accesíble a una 11 RedfieId. R., The folk Culture of y uaWm, Chkago, The Univenity of
Chicago Press, 1941, p. 338.
• 7
OTRO TERRITORIO EL VIAJE, LO POPULAR Y EL OTRO

transformación de la familia extensa, etc. Su conclusión es En verdad, muchos análisis recientes se basan en esta
clara: el avance de la división del trabajo, de la economía de misa Los trabajo~3 de Hoggart sobre la clase obrera ilusl::
mercado, de la heterogeneidad cultural, se da en fundón bien este aspecto . Al establecer una clara distinción entre
de la distancia existente entre esas órdenes geoculturaIes. El un "nosotros" obrero y un "ellos" burgués, Hoggart posIula
aislamiento de la tribu en reladón con la aldea campesina, una distancia cultural que define, en el interior de cada una
de la villa con la dudad, determina la conservación o la di- de esas"configuraciones, espacios cualitativamente díferen,
námica de la tradidón.ldeaImente, la cultura popular ñore- tes. El mundo" de los trabajadores es radicalmente otro
ce dentro de determinados límites.Cuanto más lejos de los antagónico del universo de los patrones respecto de la mo-
centros uIDanOS y de los Cánones de la dviIizadón, mayores raltdad, las maneras de ser, sentir y vivir. "Mundo" que se
serán su integridad y complejidad. arrroga en un territorio espedfico, los barrfos obreros y que
No debemos imaginar que el aislamiento, postulado en
puede, de esta forma, liberarse de las in8uencias ..6gen
La cultura ~ra se expresa, y se reproduce, en la medí:
aIgunos análisis históricos Y antropológicos, es en verdad
en que sus puertas" son capaces de delimitar una región.
tan radical (además, ningún autor piensa de esa forma). El
Ahora puedo retomar mi razonamiento. La cultura popu-
tránsito entre las culturas existió siempre, seria insensato ha- lar unplíca heterogeneidad, discontinuidad espacial, y por
blar de incomunicabilidad Sin embargo, vale la pena rete- eso puede ser integrada por el movirruento del viaje. éSta es
ner que la discusión sobre la cultura popular refuerza una preasamente la propuesta de los románticos. Cuando los
dimensión que señalé antes, la de la separación. En rigOJ; ni hermanos Grimmrecolectan los cuentos y las poesías popu_
siquiera necesitamos considerar la existencia de grandes lares, suponen que tales manifestacíones están preservadas,
distancias físicas entre las culturas para que la separación se aPartadas_de la cultura de la élite. Este es el fundamento de
manifieste. En las ciudades de Europa medíeval.Ia segre- la oposcon entre naturpoesie y kunstpoesie14• La cultura
gación cultural estaba representada por las minorlas étnicas ~ular no puede existir, en su espontaneidad e ingenui~
-judíos, moros, eslavos, etc_u, cada una de ellas con su re- SI es con~a por el arte culto. Su veracidades fruto de
ng;6n, sus derechos, sus costumbres. La segregadón tenia esta separaCIón. De aquí deriva el interés de los románticos'
lugar incluso en las diversas corporaciones. Las guildas agru- por los viajes pin~rescos. Las fascinación por ~l exotismo,
paban oficios dilerentes (artesanos, zapateros, tejedores), por la fábula de Oriente, se aplica también a las costumbres
cadaunocon sussantos patronos, sus tradicionesy rituales, ~p~~; es el exotismo el que los impulsa a moverse por
una organización propia del trabajo y el ocio. La dudad se tierras lejanas". Loshermanos Grirnm y George Sand buscan
muestra así como un conjunto segmentado en el cual cada en las aldeas campesinas, perdidas de la civilización, el ali-
una de las partes tiene su propia vida. Las manifestaciones mento para sus reflexiones; y escritores latinoamericanos
de la cultura popular se amtraponen, entonces, entre eDas como Joséde Alencar, se vuelven hacia los aborígenes y prí-
y en relación con una cultura de élite. también confinada a
un horizonte preciso: el de la clase dominante. 13 Hoggart.. R, The UsesojLiúmKy,Nueva York,. Oxford UniversityPresa
19'70. '
14 Véase Kamenetsky, C., "The GermanFolldore Revivalin fue Eighteen
12 V_ _ P.C"""",,,,,,,,,,,,,.. ¡_ _ SanPoblo,Compan- Centwy. Herder's Theory of Naturpoesie"', en Jounud afPopul¡u Cut,.
hia Das Letras, 1989. ture, No. 4, 1973.

• •
OTRO TERRITORIO EL VIAJE, LO POPULAR Y EL OTRO

lS
vilegian el 'buen salvaje" como objeto de sus aspiJ:aciones • yendas, cantos y poesías enderran los tesoros de la nacIor1á-
Esta atraeei6n por los lugares remotos es un constante.~.1a üdad. El pueblo tiene su alma anidada en lo recóndito de la
literatura folclórica. En Italia, I'Itre se interesa por SI~ memoria popular. Cuando los Grimm se dedican al estudio
uno de los rincones más apartados d~1 pafs; en "Fran~ de la poesía no actúan apenas como filólogos. La propuesta
Sebillot valoriza regiones como Bretaña, donde la tradi-
dón eda intorada"; en Brasil. SiIvio Romero hace
del n = , una región distante de la capital, una de ~
matrices para su interpnetadón de la sociedad \mlSileiIa .
En verdad la imaginación de los inteJectuales presupone la
tranjero, elfr_
se apoya en Intereses que se desdoblan en el plano polItico:
rescatar la lengua alemana de la injerencia de un idioma ex-
Hablar, yescribir en alemán, es una ma-
nera de afirmar una identidad en contraposición a una
determlnada domlnadón lingüIstica.
cultura PDÍ>uJar como un elemento de alteridad. ~ es "! El estudio de la cultura popuJar surge entonces como res-
cate del pasado, contrapuesto al presente, en el cual las cia-
espej<> en el que se refleja un ser totalmente otro. Pueblo
no significa osi una categoría histórica concreta, atravesada ses dominantes habrían olvidado sus propias raíces; pasado
por los conflictos Y las contradicciones sociales, sino que se cuya validez se ejerce sólo cuando se abre para el futuro. No
trata de un ideal, una dimenSión olvidada pero que se man- debemos olvidar que las naciones comienzan a formarse en
tiene incólume al mundo de las letras Yde la razón. Viajar el siglo XIX. Durante el período romántico, la Alemania mo-
por la cultura popull1r seria una forma de "encantamiento derna es una abstracd6n, o mejor, una aspiración; ella no
del mundo", y no propiamente un conocimiento dentffico exisle todavía. Y es este "todavía", hiato entre las condido-
nes hislóricas y el porvenir, lo que permite que los intelec-
dela~ .
Creo que esta búsqueda de alteridad es el trazo de umón tuales observen el pasado con los ojos puestos en el futuro.
entre cultura popoJar ynación17. Herder fue. tal vez el pnmer La valorizadón de lo popular se lleva a cabo en la medida
pensador que lo explidló de manera consiStente. Al COllS1- en que la.nacíón es una utopía, un proyecto. Esto no es, sin
derar las culturas populares como modales, encerradas en sí embargo, una característica inminente del romanticismo
mismas estrechó su vínculo con las nacionalidades. Cada alemán. Se trata de una dimensíón inherente a la relación
dvilización seria un organismo vivo, íntegro, cuya idiosin- entre lo popular y la constitución de la nación, que se mani-
crasla expresa la sustancia de un pueblo. El romanticismo fiesta en diversos países y contextos. El caso de América La-
retoma esta manera de entender las cosas. Los cuentos, le- tinaes ejemplar Durante el sigloXIX Y parte del xx, tal relación
anima a los intelectuales, los políticos y los movimientos cul-
turales (cine, jíteranna, pintura, etc). De los muralistas mexica-
15 Véase Grtmm, The German Legends of the Brothers Grimm, ~~elfia, nos a los modernistas brasileños encontramos la presencia
InsIitute for theStudy ofHuman Issues,.1981; Be1mOnt, N., L ~é­
de un ideal constante: la nación. Pero es necesario aclarar
une Céltique et Oeorge Sand: les débuts des tedtetthes folklonques
ensrence", en Rommtisme,No. 9, Vol 13, 1W5; J. de AIencar,OGua· que esta entidad, siempre es algo incompleto. Éste es su se-
rani, San Pablo, Ática. creto. R>rser ulopla, desfasada en el tiempo, su construcd6n
16 Véase Cochiara,. G., "Ihe Teaching of Pitre"', enJenanal o/Folklore Ins- galvaniza la inIOglnadón de lodos. Frente a los sinsabores
titute Nos. 1/2, Vol Xl,.197S; SebiIlot, P.;LejtJlkJm'etlelo. BrefBgne, París, del presente, los impasses, las dificultades (pobreza, subde-
Payot, 1950; Romero, S., Estudos scbre 11 poesitJ populM 1W BrtlSu, Petró-
sarrollo, atraso tecnológico), la nación cristaliza un sueño
poIis, voees, 1977.
17 Sobre la. relación entre cultura popular Y nad6n,. véase Orue, R., JW.. aún no materializado. Cada país busca, entonces, los ele-

l.
manticos e foldoristils, San Pablo, Olho d'Agua, 1992. mentos de esta autenticidad ansiada en la raíces de sus ex-
OTRO TERRITORIO El VIAJE, LO POPULAR Y EL OTRO

presiones populares. La cultura popular actúa como sustan- dos" los lugares. Esta condición del hombre rontemporáneo
cia simbólica que articula una alteridad posible; encierra, en sobresale ~do hojeamos los viejos álbumes compuestos
la mente de los hombres, las poIencialidades de un mundo por los foklonstas; SIempre contenían un capítulo sobee las
u diferente". costumbres de los pueblos. Al recorrer sus páginas, el lector
Mi digresión acerca del viaje y la cultura popular tiene un obtenía una visión de la diversidad humana: cada pueblo
objetivo: explicitar algunos principios que encterran estoecon- con sus hábitos alimentarios, sus vestimentas. Hoy nos en-
ceptos. Pero zeüos poseen la misma validez .en el contexto contramos con una singularidad de costumbres. }eans, za..
de las sociedades contemporáneas? ¿El proceso de gIobaliza- patos, zapatillas, camperas, sacos, jast-food, bebidas, comida
ción no nos obliga a repensar nuestra relación con el otro? industrial, denotan la inmanencia de un patrón civilizatorio
Un primer aspecto salta a la vista: la quiebra de las fro~­ mundializado. Los diversos grupos sociales comparten in-
teras. La revolución tecnológica, que envuelve las orgam- cluso ~ ~ colectivo común, rompuesto por signos
zaciones empresariales, los medios de comunicación, los comerciales, unagenes de cine y televisión, afiches de artis--
lugares de trabajo, los rontactos individuales Ycolectivos, de- tas, cantantes de música pop, etcétera.
muestra ese cambio. La movilidad .intraplanetaría se tomó ~n este co~text~,la noción de viaje se encuentra compro-
una realidad, que transforma las prácticas y las relaciones metida La.distanoa dejó de ser un obstáculo físico para el
sociales. Se trata de un debate que, en general, tendemos a desplazanuento; es apenas una variable administrada racío-
realizar en términos casi exclusivamente tecnológicos. Los nalme~te por ~ ins~~ones sociales. El control se ejerce
satélites, fax, computadoras, multimedia, fibras ópticas, info- en el ~vel político, militar, ñnancíero o ecológico, y es capaz
vías surgen como determinantes causales de la amplia~6n de ~lar de manera equilibrada, esto es, de acuerdo con
de los límites geográficos, de la posibilidad de comunica- l?s mter~~ en juego, el movimiento migratorio, armamen-
ción plena en el seno de una'aldea global". No tengo dudas tista, turístico o urbanístico. Existen, pues, una cartografía y
acerca de la importancia de la técnica en las sociedades con- una estrategia de los desplazamientos, que permiten inter-
temporáneas; constituye la base material de una cultura pretarlos en términos de su fundonalidad. El riesgo, uno de
mundíalízada. Sin embargo, debemos recordar que la dílu- los trazos constitutivos del viaje, es de esta forma mtnínuee-.
cíón de los límites o, lo que es lo mismo, la desterritorializa- do. El riesgo puede incluso tener lugar, pero como resultado
ción de lascu1turas surge ron la modernidad. La peculiaridad de un error o de una falta en los cálculos realizados. Despla-
del momento actual es que su expansión, contrariamente zarse en el espacio deja de ser una u aventura". Lo descono-
al siglo XIX, ya no se confina a a1gonos países (Estados Unidos, cído, en el pasado sinónimo de distante, se torna habitual, y
Francia, Alemania e Inglaterra), sino que se torna planetarta. no apenas desde el punto de vista de aquellos que organi-
Esto significa una radicalización del desarraigo de las ro- zan el traslado (agencias turísticas), sino también de quienes
sas y los hombres. Basta mirar el ambiente que nos rodea: lo ~entan. La modernidad-mundo posee su propio
está poblado por objetos caracterislioos de una civilización mobiliario, sus artefactos rodean a los individuos en cual-
que se desterritorializó. Luz eléetríca, omnibús, aviones, te- quier parte del planeta. A pesar de que en el lenguaje común
levisores, computadoras, supermercados, cines, shoppings, aún existen resquicios de expresiones como "víejar al exte-
calles, avenidas, aeropuertos, expresan la materialización de ~or", es evidente que ya no poseen el mismo significado. En
la.técnica como determinante ecológico. Estamos penetra- ngor, cuando nos movemos en el espacio de la modernidad-
dos por la modernidad-mundo, ella nos acompaña en "to- mundo, permanecemos en su interior. La sensación de extra-
12 13
OTRO TERRITORIO EL VIAJE. LO POPULAR Y EL OTRO

ñamiento es de esta forma sustituida por la de familiaridad. Pero es posible afirmar que los cambios recientes inciden
Hoteles, desayunos continentales, vitrinas repletas de mer- también en la idea de.fijl!Za; La .moderrúdad-mundo no sig_
cadenas, taxis, son puntos de referenda; Indican el camino nifica apenas desterritorlalización. Este es un primer paso
y le dan al turista la oportunidad de sentirse "en casa" aun que debe ~.pero, para existir como tal, sus objetos se
fuera de su paJs natal Es cierto que a1gunas veces él podrá deben reterri.tor:iaIizat. Una cultura mundíalízada sólo tiene
perderse en la maraña de su trayecto. Las diflcuItades de sentido si está arraigada en nuestros hábitos más prosaicos.
comunicación son concretas; por ejemplo, la incomprensión Necesita localizarse, en este o en aquel lugar; realizarse, de
de la iengua. Sin embargo, al contrario del viajero, el turista esta o de aquella forma. Comprar, conducir un auto cami-
dispone del auxilio de un conjunto de expertencias codifica- nar; divertirse, son prácticas que se insertan en el seno de
das -diccionarios, mapas de las ciudades, horarios de tren y una realidad mundíalízada, Somos ciudadanos mundiales
avión, laIjeta de crédito- que le permiten pasear sin mayo- porque el mundo penetró en nuestra vida cotídíana, Esto
res diflcuItades. altera nuestra comprensión de la proximidad Y la distancia.
Un viajese prepara de antemano. Se requiere un conoci- En este aspecto los medios de comunicación tienen un pa-
miento previo del itinerario -tiempo de estadla en cada lugar, pel preponderante. Aproximan lo que se encuentra "afuera"
reservas de hotel, presupoesto, visita a los sitios 'históricos", esto es.. alejado.. pero en el interior de la mcdernidad-mun-
"intetesanteS", etc.-. En verdad, la exdtaoon.cuendo existe, do, ~ quienes los usufructúan. Filmes,videosr notidas, infor-
pocotiene que ver con el ideal romántico. ERa proviene mu- macrones, cruzan el espacio para realizarse de forma
cho más del contraste con el mundo del trabajo que del s~mu1tánea en lugares diferentes. Las personas ya no nece-
proyecto en si mismo. Los viajes (sobre todo los de natura- sitan moverse para tener acceso a un conjunto de cosas. Por
leza turística) son el equivalente de los feriados, un mo-- eso, algunas agencias de turismo vislumbran el futuro de
mento de ocio, y en principio se asemeJan a otro tipo de form"a promísoría, ~nzan a invertir en lo que denomí-
actividades (ir al cine, descansar, ver televisión). fue lo tanto, nan VlilJe estacionano . Con el auxilio de la realidad virtual,
el turista debe contar con informaciones seguras sobre su el hombre visitarla los mundos distantes en el confort de su
emprendimiento (¿habrá sol?, lcostará mucho la estadía?, morada. En épocas pasadas,el viajeroeraun intermediario,
¿las playas son limpias?). Antes de moverse ya sabe lo que un eslabón entre culturas aisladas. Él se movía, los lugares
ocurrirá, pues el destino de sus vacaciones, de su fruición permanedan fijos,girando en sus órbitas. Era esta disconti-
personal, está en juego. Elviaje deja entonces de ser un rito nuidad espacial la que confería interés y sabora sus relatos.
de pasaje. El "otro lado" es parte dellll1aglnario de aquello El viajerotraía informacionesparalos que permanecían in-
que se trasladan, Thrre Eiffel, Páo de A(uéBr, Puente de la móviles en sus "paeses", Hoy su condición es otra: atravesa-
Thrre de Londres, Empire State, restos del Muro de Berlín, do por la modernidad-mundo "viaja" sin salir del lugar;
castillos del Loíre, islas del Caribe, soo'lmágenes consumi- Las transformadones espadales tienen una inddencia di-
das mundialmente. En ellas no hay nadá extraño. Las ve- recta sobre ta.sculturas populares. Durante todo el siglo XIX,
mos constantemente en las páginas de las revistas, en los la preocupaetón central de los folcloristas europeos (Inglate-
filmes de cine y televisión. fue eso _pueden ser expIo- ~~, F~ancia YAlemania) fur justamentecomprenderla rela-
tadas eñceemente por la induslria'pub1icilaria; excitan al cion, mteractiva y conflictiva.. entre ellas y la modernidad.
cliente en el momento en que cruza las puertas de cualquier Ellos percibían que las "reliquiasdel alma popular" esta-
agencia de turismo. ban amenazadas por el progreso. Frente al avance inexora-
15
"
OTRO TERRITORIO
EL VIAJE. LO POPULAR Y EL OTRO

ble del industrialismo, sólo les quedaba la posibilidad de con el mundo exterior, lograba articular su autonomía al
retirarlas de la historia Y preservarlas en libros, fotografías, preservarla de diversas influencias.
textos. Como las culturas popolares se aproximaban cada La consolidación de las industrias culturales reformula
vez más a un tipo de civilización industriaL era necesario radicalmente este cuadro. Losmedios de comunicación apro-
aislarlas de la vida social. Los límites, frágiles en el plano ximan, y mezclan. lo que se encontraba separado. Es sinto--
de la sociedad, son recuperados en un.nivel simbólico. Los mático que buena parte de la discusión acerca de "cultura
museos populares cumplen esta función; al separar las ~a­ de masas/cultura popular"'se haya trabado en torno de la
nifestaciones populares de la historia, reconstruyen artifi- cuestión de la homogeneización, No me interesa criticar
cialmente la distancia entre ellas y el mundo moderno. aquí la idea de unicidad cultural, considero que es equívoca.
A partir de la entrada en el siglo xx, el ritmo ~el.cambio Sin embargo, el propio debate, al ser establecido en esos tér-
se acelera El desarrollo de los medios de romumcacrón (ru- minos, demuestra que la noción de espado está en cuesuén.
tas, revistas, diarios, radio, televisión) debilita aún más las En el fondo, subyacente a la idea de una cultura homogénea
lronteras entre las culturas populares y la realidad circun- o masificada, reposa una dinámica que rompe con las parti-
dante. Por cierto, la cadencia de este movimiento no es la cularidades de los mundos vueltos sobre sí mismos. Al inte-
misma en todoS los lugares. Mientras que en la década del grar en su seno las diferentes manifestaciones populares, la
cuarenta la industria cultural en los Estados Unidos florecía sociedad contemporánea las retira de sus rafees tradiciona-
a escala nacional, en otros países, incluso los europeos, era les, Por eso, en diversos países el estudio de los medios de
incipiente. Por ese motivo Robert Redñel pu~o encontrar e~ comunicación se encuentra íntimamente ligado a la proble-
Yucatán el terreno ideal para la comprobación de sus teSIS mática de la nación. llrnto en los Estados Unida; como en Amé-
(en esa época México no había realizado buena parte de su rica Latina, la radio, el cine, la televisión son vistos como
integración nacional). Los rincones aislados surgían como elementos propulsores de la identidad nacional".
ejemplo de vitalidad cultural. Y una situación análoga se Poco a poco, las mabices popolares ceden paso a una rea-
daba en toda América Latina. Thmbién en el Brasil fue posi- lidad más abarcadora. Por cierto, muchas serán recicladas
ble una valorización de las culturas tradicionales, que per- por la Oamada "cultura de masas", y en cada país esto ocu-
manecían no intactas sino activas, motivadas, dentro de un rrirá de manera diferente. Sin embargo, el mecanismo de
relativo dinamismo cultural (fiestas, jolgorios, creencias má- integración es análogo. La especificidad de esas culturas es
gicas-religiosas, etc.). Los estudios de com~aciónrealiza- redefinida por las fuerzas envolventes de la sociedad urba-
dos entonces demuestran bien este hecho . Comprueban, no-industrial. No es casual que la comprensión de la cultura
en el interior de poblados distantes, la existencia de una cul- popular se vea modificada. Hasta entonces el término se
tura: campesina, pesquera, etc. Cada lugar, aun en contacto aplicaba a las producciones y el modo de vida de las clases
populares. Diversidad afirmada en el contexto de realida-
des regionales. Había, sin embargo, un presupuesto en este
18 Estudios como los de Donald Pierson, representante de la escuela tipo de perspectiva: la existencia de un mundo plural, regu-
de Chicago en San Pablo, contaban siempre con un caJ:'l~tulo ~bre
"aislamiento y contacto", Véase Cna: dtis Alm4S: a BrazllUln VIIlRgF,
Washington, Institute of Sodal Anthropology, Smithsonian Institu- 19 véese.pce ejemplo, Whi1e,o. y Pendeton, J., PopuJm- e.....,..-
tion.l9S1. of""""" Lif<, Ca6/omia PubJUhe, Iec, 1977.
,. 17
OTRO TERRITORIO El VIAJE, lO POPULAR V El OTRO

lado por las 'puertas" Y "corredores" de cada 'casa' para su raíz se encuentra la idea de separación (aún hoy en el
hablar con las palabras de Van Gennep. El advenimiento de lenguaje juridico se dice que un bien está 'alienado~). Por
formas de expresión como el folletln, la radionovela, la tele- eso mismo, Adorno .consídera el arte como una forma de
novela, los filmes, las histotietas, la redefinirán. ~cu1tura alienadón por excelencia. El arte introduce un contraste
popular contemporánea es en buena medida fabricada por una ruptura, en relación con el orden de las cosas. Al sepa:
esferas especializadas que escapan del d~minio~e ~ 10-- rarse de la ~d, abre las puerlas para un mundo ente-
calidades. Por eso posee un radio mayor de .irúhlenaa.. SIem- ramente otro. Esta es también la dimensión valorizada
pre podremos decir que a partir de la difusión .exlStirán por Simmel cuando aproxima la aventura a la sensibilidad
varias lecturas y USOS sociales de los bienes mdustrializad?". estétíca", La aventura es esencialmente un acontecimiento
Esto es verdad. Pero lo que importa destacar es que las m- extraterritorial, un desplazamiento en el espacio. Se realiza
dustrias culturales desplazan la centralldad que las ~~ en un terreno distante de la vida ordinaria, y se configura
popolares detentaban en las sociedades pasadas. La parte en la experiencia de otro lipo de temporalidad. Arte y aven-
no es más una unidad autónoma; se articula, o, mejor, es tura comparten la misma tendencia, ser radicalmente"ex-
atravesada por el todo. tr~os". a las evidencias del día a día. ¿Pero será posible esta
Este movimiento se toma más complejo. partir de la glo- alienación cuando el otro se disuelve en la proximidad?
balización de las sociedades. En este caso, ~a país es un . Creo que la cultura popular, en el inicio del siglo XXI, no
fragmento de un todo más amplio. Los medios de ~um­ disfruta ~~ ~el aura que la envolvía. Marcada por el signo
cación, que en un primer momento actúan como íntegra- de la familiaridad, sufre una crisis de desencantamiento. Th1
dores de las culturas nacionales, traspasan las fronteras. La v.~z por eso mismo los intelectuales no alimenten, en rela-
modernidad-mundo trae con ella otro tipo de civilización. ~on con ella, las mismas esperanzas que tenían los román-
La desterritorialización de los signos, imágenes y objetos ticos, los folcloristas o, en América Latina los movimientos
echan las raíces de una cultura internacional-popular. político-culturales de los años cincuenta;sesenta. Aún más
MacDonald's, dibujos animados de la T~ Animation, tele- creo que la ~ción entre lo nacional y lo popular. En el
novelas brasileñas, personajes de Walt Disney, westerns, al mundo globalizado en el que vivimos, atravesado por una
lado de todo un paisaje de mercancías y cosas, son trazos cultura internacional-popular; el proyecto de construcción
constitutivos de una memoria compartida en escala pla- nacional toma otros rumbos. Ya no es posible pensarlo del
netaria. Con esto la noción de cultura popular se amplía. modo en que lo hacíamos algunos años atrás. El eslabón: en-
Pasa a comprender un conjunto de pr~cticasde~aigadas, tr~ lo na~o~.y lo po~ tan caro a Gramsci, se desdibujó.
cuya presencia es simultánea en los diferentes rincones de ~Ila"na.Clón incompleta", ni lo popular, "auténtico" o "ra-
la sociedad global. dical , tienen fuerzas para constituirse en signos de alteri-
Los románticos podían viajar por la cultura popular en la dad. No son más las metáforas privilegiadas para imaginar
medida en que ésta representaba algo extravagante, extraño
• sus modos de hombres civilizados. El viaje y lo popular
el fu:turo. Con esto no quiero decir que cualquier tipo de
elterídad sea hoy imposible. Al fin de cuentas, la moder-
¡iartidpan as! de las mismas cualidades -exterioridad, extra-
fteza,. alteridad-o En este sentido expresan una dimensión
de.1II'alíIIeación'. Uso el concepto en su significado erigí- 20 ~~I G" "L'aventure", en PhiJosophie de la Modemité, París, Payot,.

,.
nark:t, Y no como se ha difundido en el discurso político. En
19
OTRO TERRITORIO
ESPACIO Y TERRITORIALIDAD*
alízable para el planeta como un
nidad-mundo no es gener d íguales) con
1 bsisten zonas contrastantes (y es!
todo. En é su " 6 Por otro lado la quiebra de las
o
la lógica de la .globa\iza n. si el Wo de nuevos te-
fronteras no Slgnifica su fin, perolastransformaciones recien-
rritorios límites. Mientras tanto, lo Existe en las ciencias sociales una fuerte tradidón en pensar
.Y n ciertas ideas, cierta primada en expresar
tes destituyera ocido lo utópico. La cuesti6n es saber el espado en relación inmediata con el medio físico. La evo-
=~jar'"~n un mundo en eleual el espacio luci6n de la geografia -por ejemplo, la escuela de Ratzel,
entre otras- es pródiga en ejemplos de esa naturaleza. Sin
se comprimió· embargo, incluso cuando nos apartamos del determinismo
geográfico, de gran influencia entre los pensadores brasile-
ños del final del siglo XIX!, la idea de territorio, identificado
con los límites de su materialidad, está presente. Tomo al
azar una definición de Pierre George, cuando intenta com-
prender las fronteras entre la lleografia y la sociologfa: "La
aplicación del método geográfico a los datos sociales tiene
como objetivo la definici6n de hecho y categorla de hechos
observables en un medio espacial determinado, y la bús-
queda de posibilidades, más o menos completas, de la uni-
versalización de esos hechos o categorías de hechos. El
proceso de pensamiento es, por lo tanto, analítico; conduce
a un inventario. Este inventario se fija en el espacio a través
de la representaci6n cartográfica, que permite figurar cada
hecho, en su escala y lugar exacto, así como hacer ciertas
generalizaciones. Esta fase de la toma de conciencia se sitúa
en el plano de la murfologfa social"'.
Estamos, por cierto, alejados del reduccionismo de las es-
cuelas pasadas; sin embargo, el vínculo entre fenómeno so-
cial y medio espacial permanece. El ge6grafo debe hacer un
inventario de los hechos y luego localizarlos en un mapa
Cada cosa en su escala, en su debido lugar. Este trabajo car-
tográfico preliminar es el fundamento de las generaliza-

~ Traducción: Ada Solari.


1 Wase RabertMoraes,AC.,IJeo/cg"'gm¡¡mfims,SanPoblo,_'_
2 George,P., "Sodologie géographique",en Gurvitch,G., Trrlitétle~
íogie, París, PUF, 1967 (la. edición 1958), p. 255.
I 21 ]
20
OTRO TERRITORIO
ESPACIO Y TERRITORIALIDAD
dones posibles. comparar mapas diversos, aproximar datos
recogidos en regiones y zonasdiferentes. Por eso, Pierre Geor- En verdad, toda la antropología clásica retoma esa premisa,
ge tiene el cuidado de definir 10 que denomina "unidad Cuando el antropólogo estudia una sociedad prímí'ti
'ó ' kíal va, su
geográfica elemental", En el caso del hombre de campo, la pr~pao n uu es delimitar el área que abarca. Los es-
colectividad rural seria el elemento aglutinador de la pro- tudios etnográfioos (como los de Malinowski en las islas 10-
ducción con los miembros de un determinado grupo social ~and o los de Evans-Pritchard sobre los azande) contienen
En cambio, los estudios sobre la industria partirían de otra siempre un mapa: su función, localizar esos habitantes ex-
base concreta. Cito al autor: "En geografía industrial, el pri- traños, distantes. de nosotros, en sus lugares N exactos". La
mer hecho de observación es el establecimiento, que es el c~rt0t.?'affa es el instrumento utilizado en su primera apro-
lugar de producción y el lugar de trabajo, definido, en su ximación. Geógtafos y antropólogos comparten. por lo tanto,
individualidad, su calificación, su importancia cualitativa la Id~a de que las cufturese arraigan en un medio físico de-
y su íocaíízecíón'", Dentro de esta línea de razonamiento, termmado. Tomo a Max Sorre como ejemplo. En sus Funda-
cada lugar, establecimiento o comunidad rural, posee una mentos de la geografía hU11Ulna6, describe el planeta como un
individualidad, una cualidad que le es propia. Ésta se expre- conjunto de sociedades particulares dispuestas en unmismo
sa en su localización, dato crucial para el geógrafo, sin el cual sustrato, la Tierra A la unidad ecolóoica se contr la
di "dad er- apone
su esfuerzo cartográfico seria en vano. v~ de los pueblos. Cada uno con sus costumbres, sus
Thmbién la sociología y la antropología privilegian la re- vestimentas, ~us creencias, sus maneras de trabajar el suelo,
lación entre cultura y medio físico. Durkheim había, incluso, su modo de vida El mapamundi de Sorre es un caleid .
idealizado la creación de una nueva disciplina, la "morfo- en el eu~ se reflejan las idiosincrasias de las civiliza=~
logía sedal", sintesis de la geografía y la demografía, para Cada reglón del globo e~lá habitada. material y espiritual-
comprender las articulaciones entre las sociedades y su sus- mente, por un~ cuJ~a. Este es el dominio de su fijeza.
trato materíeí', Disciplina que se ocuparía de la distnbución ~e manera lIDplíota o explícita, los análisis en las ciencias
de los individuos en el suelo, de la densidad poblacional de SOCIales poseen una ?erta comprensión de qué es el espado.
las aldeas y las ciudades, de las vías de comunicación, de las (en .el caso de la SOCIología y la ciencia política, el territorio
fronteras, etc. Fue dentro de esta óptica que Marcel Mauss nacional es preponderante). ¿Es posible mantenerla en el cua-
escribió su ensayo sobre las variaciones estacionales de las dro actu~ ~e las sociedades contemporáneas? Difícilmente.
sociedades esquimales", Su análisis de morfología social es Eladvenimiento de la automatización, la transmisión de da-
una aplicación de los principios durkheimianos, al demos- tos, la telecomunicación, tornan obsoletas ideas como "uni-
trar cómo la civjlizaci6n esquimal se encuentra indeleble- dad geográfica elemental'", Los SOCiólogos del trabajo nos
mente marcada-por su territorialidad.
6 Sorre, M., Les fondéments de f¡¡ géogmphie humaine tomo ID París Ar-
3 Ibid., p. 266. mand Colín, 1952. " ,
4 Durkheim, E., "Notes sur la morphoíogíe socíeíe". en ]ounwl Sociolo- 7 El texto citado de Pie~ Ceorge fue publicado originalmente en 1958
gique, París, PUF, 1969. &:presenta, a mi entender, una manera de pensar el espacio en deter-
5 Mauss, M., "Bssaí sur les variations sai!;onnieresdes socíétés esldmos: minado momento de la historia de los hombres. Sin embargo partír
étUde de morphologie socíale", en Sociologied tmthropo1ogie, Paris, PUF, de las transformaciones recientes, el propio autor reconoce fu.~.
1968. dad de refonnular nuestras concepciones.'.Véase ChronUJue géographi_
que du XXhne síéde, París, Armand Colin, 1994.
22
23
ESPACIO Y TERRITORIALIDAD
OTRO TERRITORIO

y la realidad está roto". La noción de espacio estaría, pues,


muestran que el campo y la fábrica tienen sus paisaje~~es­ en su ocasoi Las distancias se acortaron a tal punto que ya
figurados8 . En diversos paises el campesino fue s~tituido no tendría sentido afirmar su existencia. No sólo las fronte-
por el empresario rural, que ya no camina más al ntmo de ras entre las naciones fueron traspasadas, sino que incluso
villa sino que se conecta, informáticamente, con
la a1dea o la , brimien el mundo de la fabulación se confunde con el real. Creo que
el mercado nacional e internacional, con los descu . .- es fructífero entender este pronóstico articulando con otros
tos tecnocientíficos, con el mundo que tendíamos a pem~ll' "fines", pregonados por investigadores, críticos sociales,
como una expresión del"afuera". 'Iambién en la industria, empresarios de transnacionales e ideólogos. Hay ciertas in-
el establecimiento perdió su centralidad. La deslocalización sistencia y convergencia en los términos del debate. Se ha-
de la producción es hoy una realidad. Las lineas de montaje, bla del "fin" del arte, del Estado-nación, del trabajo, de la
que fijaban a los obreros en lugares espeóficos, son, poco a historia, de la modernidad. Estaríamos viviendo una espe-
,sustituidas por la flexibilidad de las tecnologías. Ya no de de quiebra terminal.
::'ecesario que la planta industrial se sitúe ~ este aquel ? Una forma dereaocionar ante todo eso es tmnar elargumen-
lugar el producto es el resultado de intenoones diversas, to al píe de la letra. Éste me parece un camino equivocado, nos
C(xmÍinadas por la automatización. Elimpactode las tecno- lleva a una ponderación sin fin, intentando, a cualquier ros-
logías afecta incluso a las ciudades. Al informat:izarSe los ser- to, demostrar la continuidad entre pasado y futuro. Esta po-
. .
VlOOS y ,
los hogares la trama urbana adquiere un .nuevo riali sídón tieneademás otra desventaja: es defensiva, posee un
significado; es atravesarla-por. mensajes ~~ d-:s
ternto - sabor conservador. Al aferramos a la permanencia del Esta-
zan a las personas, las viviendas y los edificios. . do-nación, inevitablemente, terminamos ocultando los meca-
No pretendo extenderme acerca de los cambios que ca- nismo de la globaJizadón; al obstinarnos en la "centralidad"
racterizan este inicio del.siglnJoo. Prefiero apoyarme en la del trabajo, olvidamos a menudo que las técnicas producti-
literatura existente y tomarla como principio orientador ~e vas ya afectaron su esencia; al deificar las conquistas de la
mi razonamiento. De este modo puedo abordar la temática modernidad, olvidamos que muchas de ellas poco tienen
que me interesa directamente. que ver con las premisas filosóficas que la habían orientado
En la discusión sobre la desterritorialización es común (libertad e igualdad). Las posiciones se polarizan, así, entre
encontrar afirmaciones del tif':"el espacio se vedó", "el mun- "permanencia" y "fin", "antes" y "después", modernidad y
do ya no posee fronteras" . Algunos ~utores, frente ~ los posmodemidad, alejándonos de lo que debería, en rigor, ser
descubrimientos tecnológicos, en particular de la realidad comprendido. Otra manera de enfocar las cosas es tomar el
virtual, llegan a imaginar que el horizonte entre la fantasla "fin" no como algo en sí, sino como un síntoma de cambios
más amplios. Cambios que rearticulan el mundo del trabajo,
la esfera del arte y las relaciones entre los hombres. En este
8 Cf. Kaplinsky, R., Autonuztion: tire Technology and Society, Londres, caso, ya no nos ayuda tanto decir: el espacio"se vació"; impor-
ta más entender su nueva configuración, cómo es "ocupado".
9 ~:M. (comp.).Hish T<d<..,/ogy, s".,,<md Socidy.Beverly
Hills, Sage Pub6cations, 1985. _ .
10 VIase.. por ejemplo, Virilio, P., O fSptl9J cn1iro, Río de Janerro, Editora 11 Cf. Parente, A (comp), lmo.gem máquina: a era das temologias t1irlwlis,
34 1993, o autores como Ohmae, K., Mundo semfrrJtttftms, San Pablo, Río de [aneiro, Editora 34, 1993.
Makron Boob, 1994.
2S
2.
OTRO TERRITORIO ESPACIO Y TERRITORIALIDAD

Retomo a Durkheim y Mauss para aclarar mi punto de guarantl • Cada "pueblo" tendriaasí"su" forma "pIinütiva",esto
vista. En el ensayo"Algunas formas de clasificación prímití- es, anterior al contenido que ordena, de clasificación. De este
vas"u, argumentan que el espacio no es una c~tegoría abs- modo, decir espacio vado" seria un contrasentido, a no ser
H

tracta. Al contrario de los filósofos, que atribuyen a los que se realice un esfuerzo de comprensién de esta ausencia.
hombres una propensión natural para clasificar las cosas, Dicho de otro modo: si es verdad que los cambios recientes
Durkheim y Mauss vinculan las cate¡;orIas de pens¡uruenlo de la sociedad consoüdan un patrón civilizado particulaJ; el
con el fondo social que las constituye. Las f~nclOnes de la modernidad-mundo, resta preguntarnos S<Ji>rI' ~I tipo
,cognitivas están, por lo tanto,~das porlas ~turé3f de espacialidad que le es peculiar. Si es sabido que la deste-
que las envu~ven,1\sí se puede deor que la concepoón chí- rritorializaci6n es uno de sus trazos esenciales, la cuestión
na del tiempo y el espacio ordena la orientación ~e los edi- puede entonces ser formulada: lcómo se caracteriza, en el
ficios la fundación de las dudades, la construccíén de las mundo contemporáneo, una tenitorialidad desarraigada?
casas: las tumbas y los cementerios. El mismo ?rincipio es ¿Cómo comprenderla cuando se amplía más allá de las fron-
válido para lastribus primitivas. Entre los zuru, norte, sur, teras físicas, abarcando a los individuos, las naciones y las
este y oeste no son apenas puntos cardinales. ~ada uno culturas?
de esos compartimientos geográficos posee cualidades ~ ¿Qué es,un espacio global? ¿Tiene sentido hablar en esos
deles modales, El viento, el aire, la fuerza y la destrucción térmínoaz'Iomo de la literatura disponible una respuesta
son atributos del norte; mientras que el verano, el fuego, la posible: la Ciudad gjobal", SasldaSassen, al comparar Nue-
agricultura y la medicina pertenecen al sur. La categoría,es- va York,Londres y Tokio,tiene un objetivo claro: demostrar
pecío es, de ~ta forma, "ocu~da" de las maneras ~ás dife- que en el contexto de la gIobalización del capila\. esos tres
rfiiies;"todo depende del conjunto de fu~rzas sociales a las centros .urbanos desempeñan un papel fundamental. En
cuales se refiera, La propuesta de Durkhenn y Mauss tiene ellos se concentran las oficinas de las grandes empresas in-
una consecuencia importante: inaugura una teoría del ro- dustríales, comerciales y financieras; en ellos se encuentran
noctmienlo (por cierto, no en el modelo de Marrnheim), que los productores de servicios (publicidad, agencias de segu-
abre camino para una posible sociología de las funciones ro, masa-medía, etc.), en gran medida responsables de la ter-
cognitivas. Espacio y tiempo son categorías que preceden a cerízadén y la especialización de las actividades. Frente a la
lasideologías y las concepciones de mundo, y varían con las globalización del mercado, la fragmenlación de la produc-
sociedades a las cuales corresponden. ción, la desloéalización del trabajo y la flexibilidad de las tec-
Este tipo de comprensión es hoy de ~tina .en los estu- nologías, las instituciones económicas transnacionales se
dios antropológicos ~ror ejemplo las diSCUSIOnes sobre rearticulan, determinando lugares de comando de sus acti-
derecha e izquierda) e históricos. Hablamos, de modo vidades planetarias. La ciudad global es, por lo tanto, un
habitual, de la concepción del tiempo y el espacio en la núcleo articulador del capitalismo mundial En rigor, ningu-
Edad Media europea, en el periodo helénico o en una tribu na de esas ciudades puede ser entendida dentro de sus pro-

12 Dwkheim, R, Y Mauss, M., "Des qcelquee primitives de deseíñce- 14 Véase vemant.j. P., MytM d penséechez /esgrecs, París, Maspero, 19'71;
tiDn"', en Durkbeim, E., Journal Sociologiqw, dtado. Le Golf,J.,A ~ do_ ""'"""', Lísboe, ......1", 198a
13 VéueNeebam, R. (comp.), Rightand Left: f.ssays on DualSimbolicCfas. .15 seesen, S., The Globtd City: New York,. London, Tokyo, Nueva Jersey,
sijimtion. Chicago, Chicago University Press, 19'79. Princeton University Press, 1991.
26 er
OTRO TERRITORIO
ESPACIO Y TERRITORIALIDAD

pias fronteras. Internamente, ellas se dilatan y abarcan el


l~ globalidad. Sin embargo, aun cuando se aumente esta
área metropolitana de sus respectivos países; externamente, lista, tendri~os. una clara discontinuidad territorial. Sólo
constituyen una red, un conjunto dinámico, compuesto de algunos espacios merecen el adJ'etivo global, y otros,m~o-
polos interactivos. Algunas actividades "faltan" en Londres, .
res, menos Importantes, están excluidos de esa defini 'ó
y se "complementan" en Tokio; otras, en cambio, son más El segundo aspecto deriva del propio enfoque de la auc:or
n.
raras, o florecientes, en Nueva York. S~ concepción de ciudad prolonga una tradición sociol~~
La perspectiva de Sassen es sugesdvaiofrece, incluso, al- gica, de ~ a We~ que la considera como un lugar de
gunos elementos nuevos para la comprensión de la evolución producción, mtercambío y comercialización. Por cierto, éste
del capitalismo. 'Al leer a Braudel o a Wallerstein, tenemos e~ un elemento importante (en la historia del capitalismo las
presente siempre la idea de que toda economía-mundo se cl.udades d~ cabida a los mercados internacionales y re-
organiza a partir de un centro"; La historia del capitalismo gton~es). Sm embargo, la globalidad termina siendo en-
es, en este sentido, un sucesivo desplazamiento de núcleos ten.~da en términos casi exclusivamente económicos. ¿Es
urbanos -Amsterdam, Londres, Nueva York-o A partir de suficiente?
cada uno de ellos se organiza, en momentos diferentes, el - Piens~ que no. Espado y tiempo son categorías sociales
capital en escaIa internacional Sassen, al tomar Nueva York- pertenecientes a un determinado tipo de civilización Que
Londres-Tokio como un universo interactivo, demuestra tal~s ~ategoriasmantengan una relación estrecha con ~ ma-
que esta centralidad ya no es posible. Del conjunto de la terialidad del mundo capitalista es algo incuelllionable' sin
interacción entre estas ciudades resulta un poder de organi- embargo, no podemos identificarlas con esa dimensión'. Th1
zación que escapa a la territorialidad de una única zona ur- vez fu~ más correcto decir que el sustrato económico
bana o de un país. La propuesta tiene, además, el mérito de t~cnológtco del "capitalismo flexible" es la condición necesI-
recordarnos que la globalización se sustenta sobre una base na para la consolidación del proceso de globalización Entr
sólida, el capitalismo; su dimensión económica es inoculta- ~to, la espacíalídad de las cosas, los objetos, el medio am~
ble. Thmbién evita una cierta ilusión posmodema, como si el ~le~te y -cpor qué. ~o?- el ima~o colectivo traspasa sus
mundo estuviese compuesto por un conjunto de átomos so- ~ltes. En .este senti~o, el movuniento de desterritorializa_
ciales inconexos. C1()n Se aplica a las ciudades, como las define Sassen, a la
Sin embargo, la respuesta ofreoda tiene algunos incon- Producción automovilística, como quieren los economistas
venientes. En primer lugar, es restrictiva Una ciudad sólo es p~ro también a la creación de lugares particulares (sho';
global cuando se encuentra articulada, de forma dinámica, ~mgs, aeropu~s, grandes avenidas, etc.), a las identída,
al sistema capitalista mundial/Es posible imaginar una serie mes pl~n:~arlas {movimienm ecológico o étnico), a una
de centros urbanos que, de alguna manera, cumplen esta emona mlernaoonal-popular" (constituida por las imá-
condición. San Pablo, Osaka, México, Seúl y Buenos Aires ~n~s-gestos transmitidas mundialmente por las mass-
concentran, en el nivel regional, las funciones que definen d edía)'.Espacio ~e se articula, se mezcla y, muchas veces,
eterII\1l1a.espaaos de otra naturaleza
~ digresión anterior no obedece a' un simple predosis-
16 Braudel, F.• CiTJilimci6n materi4J, eronomúz y capitlllismD. Madrid, Alian-
za, 1984; Wallerstein, L, The Modem World System, Nueva York, Aca-
demic Press, 1976.
:0 rntelectual. La .discusión que enfrentamos está a menu-
o ~da por aerta tentación reduccionista. Por eso he
sugerido una distinción entre los conceptos de "globalíza-
28
28
OTRO TERRITORIO ESPACIO Y TERRITORIALIDAD

oon" y"'mundializadón". La cuestión se repone nuevamen- teratura de las ciencias sociales, encontrar este tipo de enfo-
. te. En verdad, es difícil hablar de espacio"global", de la mis- que; por ejemplo, al trazar la historia de las regiones, de lo
ma manera en que lo entendemos en los niveles econ~ "miau", en contrapunto ron una historia universal, "macro"
. ..
en pnnClpw pensada como apartada de la vivencia de las
'
y tecnológico. Al contrario que en esos niveles, la moderní-
dad-mundo no es unívoca, en ella se insertan otras espa- personas. Local y cotidiana surgen, así, como términos in.
cialidades. L3' mundialización de la cultura (en la que están tercambíables equivalentes. Lo "locar participa aun de otra
fuduidos los aspectos materiales, simbólicos e ideológi,;",,) cualidad: la diversidad. En verdad, se opone a lo "nacional"
participa de un universo transglósico, que está constituido y lo "global", sólo como abstracción. VISlo de cerca, cualita-
y atravesado por fuerzas diversas. El problema es entender tivamente, constituye una unidad cohesionada. Sería, pues,
cómo se articula esta maraña de fuerzas que solemos llamar más correcto hablar de "lugares", en plural. Cada lugar es
nacionales, regionales o locales. Para desenredar este ?vi1lo, una entidad particulaJ; una discontinuidad espadal, fui' eso,
es necesario, quizá, retomar algunas cuestiones antenores. un autor como Gramsci dirá que el folklore está formado
Cuando nos referimos a lo "local", imaginamos un espa- por pedazos heienláiló¡ de cultura", cada uno de e\Iospro-
cio restringido, bien delimitado, dentro del cual se desen- veniente de lugares específicos, muchas veces incomu-
vuelve la vida de un grupo o un conjunto de personas. El nicados entre sí. Local y localismo se cierran dentro de sus
"lugar" posee un contorno preciso, al punto de tornarse un propios horizontes. De ahí deriva la heterogeneidad de su
limite territorial para los hábitos cotidianos; así, se confunde aspecto.
con lo que nos circunda, está "realmente presente" en nues- Al cambiar de nivel, el enfoque es otro. Lo "nacional" pre-
tras vídas. Nos reconforta con su proximidad, nos acoge con supone un espacio amplio. Aunque su territorio estátambién
Su familiaridad 'Ial vez por eso, por el contraste en relación físicamente determinado, sus límites son fijos, su extensión
con lo distante, con lo que se encuentra apartado, lo aseda- es más dilatada. A él se suma además una historicidad, di-
mos casi naturalmente con la idea de" auténtíeo". El debate mensión a veces olvidada cuando nos referimos a lo "local"
sobre las identidades está permanentemente atravesado (por eso, la tendencia a identificarlo con la tradición, la con-
por esos términos. En el fondo, lo que est,' en cuestió.n es ~ servación de las costumbres). La nad6n transita el camino
búsqueda de las raíces, el punto de inflextón entre la Identi- de la turbulencia histórica, se modela de acuerdo con los
dad idealizada Y el suelo en que ésta se introduce. intereses de sus instituciones, sus luchas, su visión del pasa-
La idea de raíz es sugestiva; revela una relación social do, su polltica de construcción del presente. Proceso largo,
pegada al terreno en el cual florece. El desarraigo es visto, que presuponeía ocupación de un área geográfica y la in-
por lo tanto, como una pérdida, un peligro, una ~ venci6nde.JJJJa.amdencia colectiva compartida por sus ciu-
Desarraigo del campesino, que deja el campo para trabajar dadanos, 'En relación con 10"local", lo "nacional" se impone
en la ciudad; de los grupos indígenas, que se alejan de sus por su unicidad. Existe "una" cultura nacíonaj, aun cuando
antepasados; de los valores regionales, ~ntados cons- sabemos que ella se realiza de manera- diferenciada en los
tantemente por valores que los trascienden. la proximidad diversos contextos (conflicto que se expresa en las contradíc-
del lugar es también valorizada cuando se contrapol}e la
vida cotidiana a los lazos sociales más abarcadores. Estos
pertenecerían al dominio de lo distante, como si estuviesen 17 Véase Gremscí, A, literahmz e 11iJ¡z tlIlCiorwl, Río de janeíro, ~
despegados de la vivencia inmediata. Es frecuente, en la ti- Brasíletea, 1968.

30 31
OTRO TERRITORIO
ESPACIO Y TERRITORIALIDAD

cíones entre los regionalismos). Se trata de una dimensión


dictada por los imperativos del Estado, el mercado, los in- ~ocieda~ global, sino como resultado de un conjunto de
~nter~cClones. Con eso, evidentemente, se preservan las
tereses geopolíticos, la unificación lingüística. Lo "nació-
nal" engloba, por lo tanto, a los "lugares", contrastado con SU identidades de las partes, pero el encadenamiento del pen_
diversidad. El "Ser Nacional", basta consultar la extensa bi- s~ento nos encierra en el interior de un dualismo. "Na-
bliografia sobre el tema. se presenta siempre COI\\O singulari- aonaVIocal""globaVnadon"!", "global/local", se presentan
dad. Sin embargo, al cambiar de referente, la perspectiva c?mo unidades antitéticas. Estas se realizarían en el espa,
anterior adquiere otro relieve. En relación con lo!' global", ya C.IO. de sus fronteras, ya que poseen la capacidad de: a) de-

no es tanto su unicidad lo que cuenta, sino su distinción. En finir su propia centralidad, b) contraponerse a 10 que les es
el concierto de las naciones, cada una de ellas está marcada externo, Es esto lo que permite, por ejemplo, decir: lo "global"
por sus especificidades, por sus diferencias. Lo "nacional" s~ ~laciona con 10 "local" o lo "nacional", como una impo-
asume de esta forma cualidades de lo "local". Diversidad y SICIón externa (ya sea como resultado de la difusión cultural
.autenticidad se tornan características suyas. La identidad de o del imperialismo). El argumento presupone la existencia
los pueblos se presenta así, como diferencia contrapuesta a de límites claros que separan cada uno de esos territorios.
lo que es "exterior". Es modal, la expresión de la historia de Otra manera de enfrentar la CUestión consiste en razonar
cada país. en términos de inclusión, y no apenas de interacción. Vería-
Por lo tanto, al hablar de "local", "nacional" y"global", ~os así, q~e 10 ')lobal" incluye lo "nacional", que, a su vez,
establecemos un ordenamiento entre niveles espaciales di- incluye lo local . En este caso, hay un conjunto más amplio
ferenciados, 10 que nos lleva necesariamente a pensar las que engloba otros dos subconjuntos. Esta formulación del
relaciones entre ellos. En este punto, las respuestas comien- problema evita el dualismo anterior, pues ya no es necesario
zan a divergir, y el mismo concepto de globalización puede p~tular cada espacialidad como una identidad específica.
ser entendido de diversas maneras. Una primera posibili- El rn~onveniente,sin embargo, es que la solución propuesta
dad es imaginar cada uno de esos pianos como unidades nos induce a aceptar algunas consecuencias lógicas de esta
ag.tQnomas. En este caso, es posible hacer afirmaciones del línea argumentativa: a) lo "nacional" y lo "local" están ente-
tipo: lo "local" se relaciona con lo "nacional"; lo "nacional" ramente (obligatoriamente) incluidos en lo "global"; b) ellos
reacciona, resiste o se somete a lo "global"; lo "local" pres- ,~ecen autónomos en tanto Subconjuntos. ¿Es esto ver-
cinde de 10 "nacional" y se articula directamente con lo dad. zl.as fronteras entre las espacialidades son en verdad
"global". Los argumentos, no obstante diversos, se apoyan tan nítidas, al punto de poder ser cartografiad"; de esa for:·
en algunas premisas. Cada entidad espacial constituye ma? ¿El ~ de desterritorialización no pone, justamente,
un elemento específico, cuya lógíca expresa una identidad. en cuestión esta condición? Por otro lado, admitir lo"global"
Tendríamos así, la existencia de espacialidades distintas que romo megaoonjunto, lno nos llevaría necesariamente a pen-
confrontan entre sí. Todo se resume a entender las .interre- sar el mundo de manera sistémica, como 10 hace Luhman al
la~one_$ entre ellas. Esta manera de pensar, análoga a la de ~eferirse a conjuntos complejos que envuelven otros con-
aquellos que hablan sobre las relaciones internacionales, Juntos más simples?18.
acepta la idea de que la globalízacíén es algo importante,
pero ajena al núcleo de cada uno de esos espacios. De ahí
la insistencia en considerarla, no como movimiento de una 18 Véase Luhman, N., "The World Societyas a Social Systeur" en lnter-
-JounudofGen.ndSyotems, Vol., '98>. '
32
33
OTRO TERRITORIO ESPACIO Y TERRITORIALIDAD

Una alternativa a esas respuestas es considerar la globa- ra. La conexión es ahora posible a través de la medíecíó de
lización de las sociedades y la mundíalízecíon de la cultura un eslabón trascendental, lo que nos permite hablar~_
como un proceso civilizatorio. El artificio teórico permite ~e~te de un esra.cio común dentro de fronteras bien de-
evitar la propuesta sistémica y el dualismo. Proceso que se hmlta~" U~ última dimensión, más reciente, es la de la
instala en el nivel mundial, pero no es necesariamente tota- mundializacón. Proceso que atraviesa los planos nacionales
lizador, al punto de incluir, como un megaconjunto, todos y locales, cruzando historias diferenciadas. La civilización
los puntos del planeta. Esto significa.admitir la existencia de de la, modernidad-mUndo se caracteriza, pues, por ser, si-
limites estructurales -económicos, políticos y culturales- a multáneamente, una tendencia de conjunción y de dis _
la expansión de la modernidad-mundo. Proceso que se arti- ción de espacios. Esto nos permite percibirla como m yunad
d direcci are a
cula dentro de una sociedad global, 10 que torna diffcilla por. os. ones, una volcada hacia lo singular, otra hacia
aceptación del postulado de independencia y autonomía la diversidad. Esta sensación de bifurcación de sentidos nos
implícito en el pensamiento dual En este caso, hay que re- lleva~ a men~do, a imaginarlos como vectores antagónicos
definir las mediaciones existentes entre los niveles que he- (se ~Ice comunmen!e, en la discusión acerca de la globali-
mos tratado. zacton, que los localismos son su antítesis). Se trata de una
Mi propuesta es considerar el espado como un conjunto c~mprensiónequivocada de lo que está ocurriendo. Sincró-
de planos atravesados por procesos sociales diferenciados. rucamente, conjunción y disyunción son partes de un mis-
Debo, entonces, dejar de lado los pares de opuestos-ex- mo fenómeno.
terne/interno, cercano/distante- o la idea de inclusión para Estoy sugiriendo, por lo tanto, que la mundia1ización de
operar con la noción de líneas de fuerza. Si se acepta, de la cultura y, en consecuencia, del espado, debe ser deñnída
modo preliminar, que lo "local" se sitúa dentro de los países como transversalidad. Puedo así matizar algunas ideas"cul-
(al fin de cuentas, el Estado-nación es una realidad geopolí- tura-.mundo, cultura nacional, cultura local" como si
tica), podemos imaginar, idealmente, la existencia de tres di- consti~yesen un? jerarquía de unidades que interactúan
mensiones. Una primera, en la cual se manifiestan las e~tre 51. Las .nocones de transversalidad y de atravesa-
implicaciones de las historias particulares de cada localidad. miento permiten pensarlas de otra forma De esta manera
Realidades que no se articulan necesariamente con otras sostengo que no existe una oposición inmanente entre lo-
historias, aun cuando están inmersas en el mismo territorio ca~n~cionaVmundial. Esto lo percibimos al hablar de lo
nacional. Éste es el caso de diversos países que no comple- cotidiano. Ya vimos cómo, esta cualidad parece asociarse
taron el camino de la construcción nacional, en los cuales usualm~nte apenas a los hábitos arraigados en el espado de
muchas de sus regiones viven una .realidad "propia", esto las loc~ades. Se trata, sin embargo, de una ilusión, 'Ianto
es, 1).0 enteramente determinada por las exigencias del Esta- 10 naaon~ co~o 19 mundial sólo existen en la medida en
do-modernidad-nación. Hay, por lo tanto, una desconexión que S?ll vivencias, Este fue, al fin de cuentas, el resultado de
(al menos teórica) entre las partes que lo componen. Condi- d~s SiglOS. de ~Qnización de los modos de vida que deno-
ción semejante (si bien por motivos diversos) a las de al- ~~moslde~tidadesnacionales. Antes del siglo xvrn, la na-
gunos países, en los cuales permanece la presencia viva de ao~ no era aun una referencia obligada para el conjunto de
"nacionalidades" distintas (por ejemplo, los catalanes en Es- habitantes de cada país. Fue necesario un esfuerzo histórico,
paña). El segundo nivel se refiere a las historias nacionales, el desarrollo de un mercado interno, la creación de símbolos,
que atraviesan los planos locales y los redefinen a su mane- escuelas, para que la conciencia colectiva, en el comienzo
34 3S
OTRO TERRITORIO ESPACIO Y TERRITORIALIDAD

restringida a una ideología de Estado, se transformase en pie;nsen y agilicen una estrategia de persuasión y de ven-
cultura Los hombres, en sus provincias, tuvieron que apren- tas en escala planetaria: A los mismos modos de compor-
der, interiorizar la necesidad de pensarse como miembros tamiento, diversión, desplazamiento, se corresponde un
de un, y sólo un, país. marketing global. Fragmentos de estratos espaciales de
Lo mismo ocurre cuando hablamos de mundializaci6n de consumo, distnbuidos de manera desigual fPr el planeta,
la cultura. Nada significarla si existiese apenas como ideolo- son de esta forma aproximados. El cine, los rnass-medíé, la
gía, esto es, como concepción del mundo articulada exclusiva- publicidad, la televisión, confirman esa tendencia. Por eso
mente a los intereses políticos y económicos. Para tornarse mismo, tal vez, la insistencia en hablar de "espacio" publící-
cultura (en la cual están inscritos esos intereses), debe ma- tario, mediático y, más recientemente, ciber-espacio. En lo-
terializarse como cotidianidad: Una familiaridad que se ex- dos los casos está claro: los mensajes, los símbolos, en fin, la
presa en los hoteles, redes metropolitanas, supermercados, cultura, circulan libremente en redes desconectadas de este
ferrovías, Internet, etc. En esos "lugares", sus usuarios po- o aquel lugar.
seen un conocimiento especifico, adecuado, que les permite El concepto de desterrítonalízacíán posee, por lo tanto,
transitar con desenvoltura en la maraña de sus entrecruza- una fuerza explicativa; permite dar cuenta de aspectos poco
mientes. Lo cotidiano no es el atributo del "Ser"'local, idea- visualizados en las ciencias sociales, Nombrar configura-
lizado muchas veces como sin6nimo de auténtico: es el ciones del tipo "estratos desterritorializados", "referencias
presupuesto de la existencia de cualquier cultura. La moder- cuturales desterritorializadas", "imaginario colectivo inter-
nidad-mundo sólo se realiza cuando se "localiza", Yconfiere nacional-popular", nos permite una comprensi6n mejor del
sentido al comportamiento y la conducta de los indivi- mundo contemporáneo. Nos obliga, sobre todo, a enfocar el
duos. En este sentido, la oposición entre mundial/nació- espacio independientemente de las restricciones impuestas
naJ;1ocal, un dato del sentido común, es un falso problema. por el medio MCg. Sin embargo, es necesario entender que
Una primera implicación de la idea de transversalidad toda desterritorialización es acompañada por una re-territo-
está en la constituci6n de "terrítoríalídades" desvinculadas rializaci6n. Pero no se trata de tendencias complementarias
del medio físico. Si se toma el vector de la mundialización o congruentes; estamos frente a un flujo único. La desterri-
en su articulación interna, es posible discernir un conjunto torialización tiene la virtud de apartar el espacio del medio
de reajustes espaciales que ya no se circunscriben a los lími- físico que 10 aprisionaba, la reterritorializaci6n 10 actualiza
tes de la nación o las localidades. El modo de vida de varios como dimensión social. Ella lo "localiza". Nos encontramos,
grupos sociales es hoy-en buena medida, desterritoriali- pues, lejos de}a idea de "fin" del territorio. Lo que ocurre
zado. Los estudios y los cálculos de los publicistas, de los en verdad es la constitución de una territorialidad dilatada,
hombres de marketing, muestran esto muy bien. Algunos compuesta por franjas independientes, pero que se juntan,
comportamientos, en relación con el consumo y la manera de se superponen, en la medida en que participan de la misma
organizadón de la vida, son análogos en 'lbkío, París, Nueva naturaleza. VIajar, desplazarse por esos estratos, es perma-
York, San Pablo y Londres". Son esas semejanzas las que necer en el interior de un tipo de espacialidad común a pue-
posibilitan que los administradores de las trasnacionales blos diversos.Esta perspectiva cambia radicalmente nuestra
concepción de espaoo, tradicionabnente vinculada al terri-
torio físico, ya sea la naci6n como los límites geográficos de
,. V.... MatteIart,A..L·~~,
........ La~l989. las culturas.
36 37
OTRO TERRITORIO ESPACIO Y TERArioAIAllDAO

La transversalidad tiene además otras consecuencias: re- dernización, sino que acompaña elmovimiento de "moder..
define nuestra concepción del sustrato morfológico en el cual n~aciónh de las sociedades. Con esto quiero decir que lo na-
se asientan las culturas. 'fradicionalmente, como hace la an- cional y ló local están penetrados por la mundiaIización.
tropología, el lugar está constituido..por el e~pacio den~ Pensarlos como unidades autónomas seña inconsistente. Sin
del cual viven los grupos indígenas. Mundo que se ence- embargo, como la base material de la modernidad-mundo
rra dentro de las fronteras de un terrítorío, y en el cual se es desigual, y la expansión de la cultura debe obligatoria-
encuentran la geografía Yla cosmología, las costumbres y las mente tener en cuenta la diversidad de los pueblos, su
relaciones de parentesco, el trabajo, los tabúes, las técnicas, conjunción sólo ocurre de modo diferencial. El lugar es el
etc. Cada lugar se define así por la especificidad de su cultu- espacio de esa diferendalidad.
ra'1JJ. Admitir que el espacio en el cual circulan las personas Una manera de entender la realidad de los lugares es re-
está-~travesado por fuerzas diversas significa rever esta currir al concepto de diglosia Los lingüistas lo usan cuando
Perspectiva. En este caso, Jocal, nacional y_ mundial deben analizan una situación en la cual existen idiomas distintos
ser vistos en su atravesamiento. El lugar seria entonces el -árabe literario o coloquial, dialectos africanos o ingléalfran-
entrecruzamiento de diferentes líneas de fuerzas en el con- cés, chino o inglés, etc-, En ese contexto ocurre una espe-
texto de una situación determinada. Retomo de los fenome- cializadón de los usos. Algunas lenguas son empleadas en
nólogos la noción de "situación", sin por ello incurrir en el determinadas circunstancias (por ejemplo, en la burocracia
equívoco de la etnometodologia, para la cual las reladon~s o en las ceremonias públicas), otras se circunscriben al do-
sociales derivan sólo de la interacción de los individuos. SI- minio de la familia, la religión o el trabajo. Ése es también el
tuación definida objetivamente por las fuerzas sociales por- caso del Inglés al tornarse lengua mundíal". El inglés pene-
tadoras de legitimidades desiguales, en el seno de la cual los tra en la informática, el tránsito aéreo, los coloquios científi-
hombres actúan. Local, nacional y mundial se entrelazan, cos, el intercambio entre las transnacionales, y se transforma
por lo tanto, de formas diversas, determinando el cuadro en idioma oficial de las relaciones internacionales. Sin em-
social de las espacialidades en conjunto. Situaciónque va- bargo, su presencia no significa necesariamente la desapari-
riará según los contextos y, sobre todo, en función de la pre- ción de otras formas de hablar. Las situaciones concretas
valencia, o no, de determinados requisitos tecnológicos y determinarán las esferas y el destino de su influencia. En
económicos -la modernidad-mundo no se reduce a,la mo- algunos casos, el inglés será preponderante -tecnología y
educación superior-; en otros, estará ausente, en los debates
y la literatura nacional, en los mass-media, ele. Ante la expan-
W Marc Augé hace una buena srnresís de lo que es la concepción tradi-
cional del "lugar antropológico" _ Sin embargo, para comprender la
sión del inglés, que altera el cuadro anterior (en el cual existían
especificidad del mundo contemporáneo, él echa mano del concepto sólo dos lenguas en contacto), algunos lingüistas entienden
de "no lugar" --espacio no histórico, no relacional y no identitarlo, que pasamos de una fase de diglosia a otra, de transglo-
definido por ciertas actividades: comercio, tránsito, tiempo libre,
transporte-. Para la perspectiva adoptada aquf, no existen "'no luga-
res". Lo que Augé consídera así pertenece, en verdad, a los lugares 21 CI. Píshmen.]. YCcopee, R L. (comps.), TheS,..."J of Englj,¡,. Bowley.
insoitos en el movimiento de la modemidad-nnmdo. Véase Augé, Newbury House, 1977; Creenbaum, S. (comp.), TIte English Language
M., Non liex: une introduction aune anthropo1ngie de la sunnodernité, Pa- T""'Y. 0xfunI. Fe<gamoo Prees, 1965; Truchot, c., L'""",", _le""""'"
rís, SeWI,1992. contémporain. Paris, Le Robert, 1990.
39
ESPACIO Y TERRITORIALIDAD
OTRO TERRITORIO

La idea de transversalidad nos permite, además, repen-


sia. Un mismo idioma atraviesa, de forma diferenciada, el sar algunas cuestiones. Me refiero al tema de la centralidad
espacio lingüístico. Yo diría, retomando mi objeto, que ellu- y el arraigo. Las culturas físicamente arraigadas en un terri-
gar puede ser definido como un es~~o transglósico, en el torio tienen una noci6n exacta de sus contornos. Se estruc-
cual se entrecruzan diferentes espacialidades. Para compren- turan a partir de un núcleo que se irradia hasta los confines
derlo, deberíamos detenemos en las situaciones concretas de sus fronteras. Es cierto que esta centralidad no implica,
de ese entreIazamiento. necesariamente, como en el caso de las sociedades indíge-
Sin embargo, no hay que ser ingenuos. Los ~ tam- nas, un espacio homogéneo. Las llamadas grandes civiliza-
bién nos enseñan que los fenómenos de diglosia están mar- dones se extienden por un territorio amplio, pero en sus
cados por jerarquías y señales de distinción. Existe sie~~ intersticios se insertan culturas diversas (basta mirar la civi-
un lengua ,.alta" contrapuesta a otra "baja", cuyo presngío lización islámica). No obstante, su centralidad se encuentra
social es inferior, Es el caso del francés en algunos países claramente definida. La modernidad es quizá la primera
africanos, que penetra en la escritura, la ~~tica, la ~no­ civiliz;aci6nque hace de la desterritorializaci6n su principio.
mía los masa-media y disfruta de una posición dominante Es des-centrada (le que no significa decir fragmentada, como
respecto de los dialectos, que no participan de esa esfera del pretenden algunos autores. La fragmentación implica au-
poder y se restringen a los usos propiamente tribales. Se a• u: senda de un orden colectivo, el descentramiento señala otro
ta de un cuadro análogo al del inglés, en su forma mundia- tipo de orden social), y J1riviIegia la deslocalización de las
lizada2Z, que se transforma en una fmma "alta", al co~ar relaciones sociales.
palabras, gustos musicales y penetrar en.los_ma:>s-media, la Retomo a Max Sorre como contrapunto de mi argumen-
bliddad el show-business. El mercadolinguistico, para ha- tación. Para comprender la variedad geográfica de las cultu-
~ , . d· bi ras humanas, toma del griego la noción de oekoumene. Así,
blar con Bourdíeu no es apenas un espaoc e mtercam o,
. qu e se estructura a "....
"""rti.. de determinadas relaciones entiende que cualquier agrupamiento humano, para existir;
smo ~ discu debe arraigarse en un territorio determinado. Existen, evi-
de podei3. Creo que sería inconsecuente, en nuestra ,-
sión, caer en el relativismo cultural.. Las líneas de fuerza que dentemente, límites (sobre todo climáticos) -y montañas,
atraviesan los lugares no son equivalentes; poseen peso y desiertos, selvas, etc.- para la conservación de las caracterís-
ticas fisiológicas y anatómicas de la raza humana. Sin em-
leg¡fumdad~s distintas. la mundializaci6n de la cultura trae
bargo, su razonamiento es claro: HA cada grupo, inserto en
con ella vectores poderosos de dominación, que se articulan
un hábitat bien determinado, le corresponde un tipo espe-
en el nivel planetario. Por 10tanto, la situación de los lu~s
cializado, algo así como una -raza geográfica. Esta especiali-
implica acomodaciones y conflictos. En ella estallan los mte-
zación, morfológica o física, es relativa. Varia de acuerdo con
reses que recortan a las sociedades. la diferencia del medio geogréfíco'v'. De ahí la importancia
del concepto de hábitat, constituye el sustrato material de
22 Véase L'anglslis: langue elrangUe ou limgue SI!CV1Ille, Groupes d'Études las culturas. Cuando Sorre retoma, de los griegos, la idea de
sur le Plurilinguisme guropeen, Acles du Premier CoUoque, Estras- "ecumene", pretende justamente dar cuenta del elemento
burgo, Université des Sdences Humaine9 de Strasbourg, mayo de

23 ~ P.,"A economía ~ troces 1ingiDlü:aS"'. en Ortiz, R. (comp.), 24 Sorre, M., op. cit., r i, p. 109.
PinTe Bourdieu, San Pablo, Auca, 1983.
41
40
OTRO TERRITORIO

MODERNIDAD-MUNDO E IDENTIDAD-
de fijación del hombre a la tierra. Pues el término designa la
casa el espacio habitado, lo que es conocido, familiar. En
este 'sentido, todo "hecho humano es un dato espacial, te-
rritorial". La tierra habitada es la casa" de las culturas, el
ji El tema de la identidad es rico y controvertido. Si en la ac-
centro de su fijeza. tualidad, partir del proceso de globalización, resurge con
Ahora bien, la característica de la moderrúdad es la mo- fuerza en las discusiones políticas y académicas, se hace ne-
vilidad -de la fuerza de trabajo, de los individuos, de las cesario, sin embargo, dimensionarlo correctamente. Por cierto,
informaciones, de las mercancías-. Esto nos exige repensar las transformaciones recientes replantean los movimientos
la metáfora de la "raíz", frecuente en el debate sobre las identitarios en una nueva meseta. Pero antes de reflexionar
identidades culturales. Toda raíz requiere un suelo para fi- acerca de su configuración, hay que reconsiderar el modo
jarse; es lo contrario de la fluidez; El arraigo es fruto de la en que el propio concepto fue trabajado en las ciencias so-
existencia de una cultura cuyo territorio se encuentra carto- ciales. Tengo la impresión de que a menudo implica una lec-
grafiado. En el mundo contemporáneo, este po~tu1ado ya tura deificadora de la sociedad, lo que nos conduce a una
no es satisfactorio. Los individuos poseen. por cierto, refe.~ comprensión equívoca de las relaciones sociales. En este sen-
rendas, pero no propiamente raíces que los fije~ !.ú'ica..:: tido, me parece que un análisis categorial de sus implicaciones
mente al "milieu". Referencias que limitan su movmuento. sería un ejercicio intelectual saludable. Quizá consigamos
Sin embargo, también sabemos que esta navegación en los así evitar las dificultades en su encadenamiento lógico.
circuitos (utilizo una metáfora de la informática) no se dI-:- - ¿Qué se entiende en realidad por identidad cultural? Reto-
eunscríbe a una desterritorialización pura. La movilidad es mo algunas ideas de la antropología. Clásicamente, cuando
un dato, o mejor, una exigencia de un detel'Ill1nad9_tipo de ~os antropólogos buscan entender las sociedades primitivas,
civilización. En este sentido, las sociedades contemporáneas intentan dar cuenta de su totalidad. La interpretación se
viven una territorialidad desarraigada. Yasea entre las fran- ' fundamenta en el trabajo etnográfico, una "descripción den-
jas de espacios, despegadas de los territori~ nacionales, o sa" de la organización social, las reglas de parentesco, los
en los "lugares" atravesados por fuerzas diversas. ~ desa- mecanismos de intercambio, los rituales religiosos y la vida
rraigo es una condición de nuestra época, la expresión de material. La comprensión deriva, pues, del cruce de una se-
otro territorio. rie de informaciones, reveladas por el esfuerzo descriptivo
y clasificatorio. Si pretendo conocer cómo actúan los indivi-
duos en el seno de una determinada cultura, estoy obligado
a manipular un espectro variado de conocimientos. Así, para
hablar de la cultura samo", debo comprender el antagonis-
H

mo entre los universos masculino y femenino, las regias de


transmisión de los nombres de los antepasados, las creen-
cias y las historias míticas, que explican el lugar de los hom-
bres en la sociedad, ellertguaje de los objetos sagrados, los
conceptos de hombre, mujer, selva, animales salvajes, etc.

~ Traducción: Ada Solari.


42 [43 J
OTRO TERRITORIO MODERNIDAD_MUNDO E IDENTIDAD

Sólo entonces podré indagar respecto de los contornos de dueto de las fuerzas socializadoras, es posible extenderlo al
una "identidad samo"t. conjunto de la misma organización social. De alguna mane-
Pero, zqué constituye esta identidad? En buena medida, ra, la escuela culturalista termina psicologizando el dominio
la escuela culturalista norteamericana intentó dar una respues- de lo social: lo que es individual se toma identidad colectiva.
ta a este interrogante. Sus estudios buscaban articular el El carácter étnico de un grupo pasa entonces a ser concebido
individuo con un horizonte más amplio. Desde esta perspec- como la cul~a compartida por sus miembros. Sin embargo,
tiva, Iacultura es responsable del contenido de la personalidad, este razonanuento, simple a primera vista, presupone algu-
y la identidad personal se caracteriza como una coosecuencia nos pasos que merecen ser explicados. Entre éstos, quiero
de una "estructura", de un universo, que engloba de modo ~e~tacar tres aspectos: las nociones de integración, territo-
igual a los miembros de una comunidad Cada cultura repre- nalidad y centralidad.
senta así un "patrón", un todo coherente cuyo resultado se ~a los antropólogos, la cultura es, en primer lugar, un
realiza en la acción de los hombres. Una autora como Ruth t~do ~tegrado, una totalidad en la que se encuentran orgá-
Benedict puede hablar; entonces, del "carácter" de un Pve- mcamente articuladas diferentes dimensiones de la vida
blo -por ejemplo, los zuñi, indígenas del suroeste ameri- social. La investigación etnográfica -que se extiende del do-
cano-2. Este pueblo seria definido por su actitud apolínea, minio material al parentesco, del intercambio a los rituales-
prescrita por el todo social, cuya tendencia los lleva a elimi- ofrece al observador los elementos para la reconstitución de
nar los excesos de la vida personal, política y religiosa, en este conjunto más amplio. En el caso de la escuela culturista,
favor de un comportamiento prudente y cauteloso. La mo- debe ser subrayado otro aspecto. Lacultura está marcada, ade-
deración se toma sinónimo de la identidad zuñi. Lo mismo más, por su función integradora, que forma a los individuos
afirmará Margaret Mead al estudiar' a los indígenas del ar- según las exigencias de la sociedad. Personalidad y cultura
chipiélago dé Samoa. Ellos se comportan de acuerdo con el pueden,_entonces, ser comprendidas en su articulación vis-
"carácter estructural" de la personalidad samoana, esto es, ceral. Sin embargo, esta capacidad deinclusión se limita a
un conjunto de normas aprendidas a través de la cultura. un territorio físico: las sociedades primitivas poseen frente-
Socializados desde la infancia dentro de un determinado con- r~s#biendelimitadas. Para usar una expresión de Mate AUgé,
texto,los samoenos interiorizarian, poco a poco, los elemen- ~: que se .en~entran confinadas en el "lugar antropol6-
tos constitutivos del núcleo central de su sociedad", gico . Esto significa que, en el interior de su territorialidad,
El concepto de carácter se aplica en niveles distintos. Pri- toda cultura es una, indivisa; se distingue de todas las otras
mero, se manifiesta en el individuo, pero como éste es proe- y se define por una "centralidad" particulaJ: Por eso, la lite-
ra~a an~pológicatend.rá como preocupación el tema de
su tnsularídad. Ralph Linlon afirma que toda cultura posee
1 Véase Héritier, P., "L'identité sama.., en Léví-Strauss, C. y Benoíst, J.
M. (comps.), L'identité, París, PUF, 1977.
un n~deo: "la masa de valores, asociaciones y reacciones
2 Benedíct, R., Padr6es de cuUura, Usboa, Livros de Brasil, s.d. emocíonales, en gran medida inconscientes, que dan a la
3 Mead, M.,·"The Role 01 Individual in Samoan Culture", en Kroeber, cultura su vitalidad y proveen a los individuos los motivos
A. L. YWaterman, T.T. (oomps.), Sourte Book in Anthropology, Nueva para adherir a los patrones culturales y prectícerlos". Por
York,. Harcourt Brace and Company, 1931. Sobre la noción del carác-
ter en antropologla, véase un manual como el de Fe1ix Keesing, Cul-
trmJl Anfhropology, Nueva York,. Rinehart and Company, 1958. 4 Línton, R, Ohomem, San Pablo, Martins, 1973, p. 360.
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45
OTRO TERRITORIO MODERNIDAD-MUNDO E IDENTIDAD

cierto este centro está sujeto a cambíos, pero Línton enfati- mos, en consecuencia, decir que los samoanos poseen una
za que son cambios lentos y graduales. . . Debido a que son estructura de carácter samoano, así como los americanos
lentos y de carácter más o menos evolutivo, ~sos c~bios en una estructura de carácter amerícano'".
el núcleo cultural raramente acarrean conflictos senos. Ele- El argumento se fundamenta en una analogía entre las
mentos antiguos son abandonados y elementos nuevos son sociedades primitivas y las sodedades nacionales, lo cual es,
desarrollados, en una relación íntima Y constante con la por lo menos, una imprudencia teórica. Varios estudios fue-
configuración preexistente. Si los elementos en desarrollo ron realizados en esta dirección. Al leerlos hoy, no es difícil
entran en conflicto serio con las partes firmemente esta~le­ percibirlos como inaceptables, más cerca del sentido común
cidas de esta configuración, su desarrollo será detemdo que del pensamiento propiamente científico. Cito algunos
hasta que las modificaciones de esa configuración permitan ejemplos. Los rusos son descritos como un pueblo calu- H

retomarlo. Esta parte de la cultura puede, por lo tanto, m~­ roso y humano, tremendamente dependiente de las filia-
tener un elevado grado de íntegradón. a través de cualquier ciones sociales seguras, inestable, irracional, fuerte pero
proceso de modificación culturar", Dicho de otro modo, el indisciplinado, y que necesita, por eso, ser sometido a algún
núcleo posee el control sobre los cambios que ~ le impone~, tipo de autorídad'f los americanos como románticos, fran-
tanto provenientes del interior como del.ex.ter.lOr de su te.m- cos y benévolos -Clyde KIuckhohn creía que ninguna otra
torio. De esta manera, se conserva su identidad práctica- sociedad contaba con tantos patrones de rísa-" Y Ruth Be-
mente inalterada. nedict, en su libro El crisantemo y la espada, argumenta que la
Cuando los antropólogos norteamericanos, por diversas ética japonesa, fundada en sentimientos que rechazan el
razones -muchas de ellas de carácter ídeológíco-', comien- fracaso y la vergüenza, es incompatíble con el desempeño,
zan a interesarse por las naciones y los nacionalismos, lo que un atributo esencial de la índole emerícana'"
hacen es, sencillamentel trasponer un esquema teórico, p~es­ No me interesa extenderme en las críticas a los resultados
to a prueba anteriormente, para la comprensión d~ otro ~po de los análisis sobre el carácter nacional. En definitiva, no
de sociedad. La identidad adquiere una nueva dimensión, difieren sustancialmente de otros enfoques predominantes
consustancial al . . carácter nacional". En su trabajo sobre la en diversos países --en Brasil son varios los autores que
cultura americana, Margaret Mead es clara: • en cualquier describen al brasileño como "indolente", "perezoso", "inep-
cultura, en Samoa, en Alemania, en la TIerra del Hielo, en
to para el trabajo", o, con una visión más optimista, como
Balí, en los Estados Unidos de América, encontramos con-
sistencias y regularidades en la manera en ~ue los bebés cre-
cen y asumen las actitudes y com~entos de los más
viejos -a eso debemos llamar formación del carácter-o Pode- 7 Mead, M., Ami Keep yuur Powder Dry: an AnlhropologiaJ1 Lcecs al Ame-
rica, Nueva York, Wtlliam Morrow and Company, 1942,p. 21.
8 Véase Kluckhohn, c., "Recenta Studies ot the National Character of
5 ~,p.36~ . Great Russían", en Culture and BehiwWur, Nueva York, The Free
6 Los estudios sobre el carácter nacional florecen en los Estados Umd09 Press ofGlencoe, 1962, p. 214-
durante la Segunda Guerra Mundial Subsidiados por las agendas 9 KIuckhohn, C; "Un antropólogo y los Estados Unidos", en Antropolo-
gubernamentales, inauguran una u antropología a distancia" (eufe- gía, México, Fondo de Cultura Económica,1949. .
mismo de la época), cuya intención es sin duda conocer el comporta- 10 Benedíct, R, TheCJuysantemum and tlleSwrm/, Boston, HoughtonMif-
miento del u enemigo"_ flin Company, 1989.

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OTRO TERRITORIO MODERNIDAD-MUNDO E IDENTIDAD

"malicioso", "sensual", "dionisíaco..n . Me parece más pro- tiempo por la filosofía de Heder. Contrario a la idea de pro-
ductivo focalizar el razonamiento en este tipo de postura. greso, crítico del iluminismo, Heder rechaza la noción de
Evidentemente, los antropólogos saben que existe~ tipos evo~~ción histó~caI4, y valoriza así lo específico con contra-
diferenciados de formaciones sociales, sociedades tribales, poSIGÓn a lo universal. Para él, es imposible ordenar las cí-
ciudades-Estado, imperios. Sin embargo, al trasla~ l~ mé- viliz~ciones .en ~ secuencia histórica: cada pueblo es una
todos utilizados para estudiar las sociedades prímítrvas, totalidad SUl genens, una modalidad con esencia propia. 'La
terminan postulando que el grado de cohesión de las socie- visi~n herde~ se fundamenta, por lo tanto, en una per&-
dades nacionales es, por lo menos, semejante a la coheren- pectíva relativista, cultivada también por los antropólogos
cia de las culturas anteriores. Integración que se extiende culturales. En este sentido, la cultura y en particular la na-
ahora por un territorio más abarcador, marcado por los lími- ción, sería una civilización centrada en sí misma. De alú el
tes de la nacionalidad. De este modo es posible hablar de un interés de Heder y los románticos por la cultura popular.
núcleo de las culturas nacionales, que expresaría su ídentí- Ella expresaría el "verdadero" carácter nacional.
dad12• Como cada cultura es una, singular, se considera, por La discusión sobre la identidad se encuentra, por lo tan-
extensión, que cada sociedad nacional es un todo integrado, to, atravesada por una cierta obsesión ontológica. Yasea en
irreductible a otras culturas, cuya base material es el Estado- su versión antropológica, como en la filosófica, es concebida
nación. El mundo se constituye, de ese modo, en una pléya- como un ser~, algo que verdaderamente es", posee un
H N

de de culturas nacionales, cada una con su idiosincrasia, con contorno preciso, y puede ser observada, delineada, deter-
su carácter. Por otro lado, además, esta identidad, no obstan- rrur: ada de esta o aquella manera Por eso, la identidad ne-
te ser pasible de cambios, se caracteriza sobre tOO? por la cesita un.centro a partir del cual se irradie su territorio, esto
permanencia. Como dice un antropólogo cul~al: ~~ de- es, su validez. No es, por lo tanto, casual que buena parte de
hemos pensar que el carácter nacional y las predísposícíones este debate, sobre todo en referencia a América Latina, com-
compartidas son inmutables; pero el cambio es usualmente parta los mismos presupuestos anteriores. Los filósofos
13
gradual, y no súbito O catastrófico" • Afirmación que nos ~rtis~s y políticos, cuando se debaten con el dilema de l~
aproxima a Ralph Unton y su argumento acerca de la esta.. Identidad, buscan apasionadamente su "autentícdad"". Se
puede así hablar de una esencia" del pensamiento latinoa-
H
bilidad del centro de las culturas.
m~rtcano, algo específico, peculiar al Yode una América tan
Integración, territorialidad, centralidad. En rigor, el pen-
latina. contrastan con la parte anglosajona. El mismo razona-
samiento antropológico retoma puntos desarrollados hace
mle~to se desdobla en el plano nacional. Cito como refe-
rencta al autor Alvaro Vieira Pinto:
11 Véase Leite, D.M., OctlrridernacionaJ bmsi/eiro, San Pablo, Lívrería Pío-
"~a conciencia del país subdesarrollado es, por naturaleza,
neíra, 1969.
12 Véase Mead, M., "Ihe Study of National Character", en Lerner, D., r alienada. Siendo atrasada la estructura material que la sus-
Lasswel1, H. D. (comps.), TM Poücy Sciences, Stanford, stanford Uro- tenta, es sumisa por fuerza de los vínculos que la sujetan a
versity Presa, 1951~ "National Character", en xrceber, A. L. (comp.),' las economías fuertes, de las que depende y que la explo-
Anthropology Today, Chicago, Chicago Untversity Presa, 1953.
13 Gorer, G., "National Character: Theory and Practice", en Mead, M. Y
Wtraux, R. (oomps.), The StudyojCultureaf Disúmce, Chicago, Chica- 14 Véase Heder.]. G., UneautTephilosophiede l'histoire, París Aubier 1964.
go University Prese, 1953. ] 5 véa Ze L El . '. "
se a,., pensamiento latinoomenanw, México, Pormaca, 1965.
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OTRO TERRITORIO MODERNIDAD-MUNDO E IDENTIDAD

tan; siendo sumisa, es alienada, en el sentido de que no está obligatoriamente tomar al blanco como referencia. La esen-
en sí misma el origen de las decisiones referidas a su curso cia negra se encuentra alienada en el ~ del amo blanco. Su
histórico. El fenómeno de la alienación, que es más general identidad es, en este caso, forzosamente "inauténtiea". Sólo
que el caso aquí considerado, toma rasgos particulares! se el movimiento de superecíén podría promoverla a un esta-
desdobla en varios aspectos específicos cuando 10exarruna- do de desalienación; en este momento, esencia y realidad se
IDOS desde la perspectiva de la dependencia particular que encontrarían.
subyuga el país pobre a los más poderosos, que lo condu-
cen. Se dice de un ser que es alienado cuando no está en
Puede parecer extraña esta apropiación de Hegel por parte
posesión de su esencia; entre lo que es, como hecho, y.lo de pensadores tan disímiles y distantes en el espacio, sobre
que es, como esencia, media un intervalo que define.la alíe- todo cuando es aplicada a niveles diferenciados de proble-
nación. De este modo, lo que el ser es como esenoa está, mas. No obstante, creo que el punto de unión puede ser
para él, distanciado, no se realizó
16
aún su existencia real, determinado con facilidad Ambas cuestiones, la nacional y
sino que es un fin a alcanzar" . la negra, están marcadas por el dilema de la identidad. La
categoría de alienación permite revelar algunos de sus as-
El camino de la superación se realizarla, pues, en el proce- pecios. Se trata de un artificio de lectura. Ahora bien, el pen_
so de la desalienadón. Sin embargo,1a propuesta enunciada sarruentc que se realiza se ve enredado en una trampa que
presupune una ontologia del Ser nacional La u~ón del lo conduce a una visión ontol6gica de la realidad. La identi-
concepto de alienación es, en este sentido, sugestiva . Fruto dad se transforma en algo concreto, tangible, en consecuen-
de una lectura de la FenomerroIogja del espiritu, permite plantear cia pasible de una descripdón precisa, política o científica.
la cuestión nacional en términos esencia1istas. De la misma ¿Cómo considerar la problemática que estamos tratando
forma que Hegel habla de una dialéctica del amo y el escla- sin caer en una visión esenc:ialista de lo social? Retomo una
vo, que el Ser del esclavo se encuentra alienado en el Ser del sugerencia de Léví-Strauss. Él dice: "la identidad es una es-
amo, encontramos un desdoblamiento análogo en el plano pecie de lugar virtual, el cual nos resulta indispensable para
nacional La identidad de una nación pasa entonces a ser referirnos y explicamos cierto número de cosas, pero que
considerada como u auténtica" o "ínauténtíce". Todo depen.. no posee, en verdad, una existencia real"19. La idea de vír-
de de la realización de su esencia. Cabe subrayar que esta tu~dad nos permite escapar del impasse anteríor. Desplaza
aproximación con el pensamiento hegeliano no se circuns- la mirada analítica de la configuración del Ser,de su carácter,
cribe a la problemática nacional. 1lunbién fue retomada pur para fijarla en los aspectos relacionales del problema que
Franz Fanon en sus escritos. Su hbro Piel negra, máscaras blan- enfrentamos. Puedo, entonces, formular una definición preíí-
cas posee un subcapítulo dedicado especialmente a Hegel18, minar acerca de cómo trabajar la identidad: una construc-
en el que Fanon trabaja la idea de reconocimiento e intenta dón simbólica que se hace eft relación con lUl referente",
mostrar cómo el negro para constituirse como persona, debe Los referentes pueden, evidentemente, variar la naturaleza,

16 Pinto, A V., Consciéncia e realidluktfflCiorud, Rfo de Janeiro, ISHB, 1960,


p.386. 19 Léví-Strauss, C; L'ikntité, op. cit., p. 332.
17 Cf. KojiNe, A., lntrodudion ala kcture de Hegel, Parfs, 1966;Hyppolite, 20 Retomo aquí una idea anterior desarrollada en el contexto de la
J.,e;m".d_de~~del'..,mt,París, t .... Construcción de la identidad brasileña. Véase Cultura brasileira e
18 Penen, F., Peau naire. masques blancs, París, Seuil, 1952. identidtu1e ruu:ionsd, San Pablo, Brasílíense, 1985.
so 51
OTRO TERRITORIO MODERNIDAD·MUNDO E IDENTIDAD

son múltiples -una cultura, la nación, una etnia, el color o el constituían pequeñas unidades familiares, hacia las so-
género. Sin embargo, en cualquier caso, la identidad es fruto ciedades más integradas, como la China Yel antiguo Egip-
de una construcción simbólica que los tiene como marcos to; el surgimiento de la ciudad-Estado, así como de las
referenciales. En rigor, ni tiene mucho sentido la búsqueda grandes civiliZaciones, cuya extensión territorial cubrla una
de la existencia de "una" identidad; sería más correcto pen- vasta área geográfica. Estadigresión no es gratuita. Mauso es
sarla a partir de su interacción con otras identidades, ~ns­ consciente de que se encuentra ante un modo reciente de
truidas según otros puntos de vista. Desde esta perspectiva, vida social. Observemos su definición. tiene ciertas implica-
la oposición entre "autenticidad" e "inautenticidad" se toma ciones. La noción de ciudadanía, no como principio filosófi-
una conceptualización inadecuada En la medida en que es co, sino romo realidad política, se realiza sólo después de
convincente, esto es, socialmente plausible, una identi- ciertas transfonnadones (Revolución Francesa, crisisde 1848,
dad es válida, lo que no significa que sea "verdadera" o extensión del derecho de voto a las mujeres, y, en países
"falsa". Por otro lado, al.decir que es una construcción sim- como los Estados Unidos, a los negros, etc.). La integración
bólica, estoy afirmando que es un producto de la historia de material, esto es, la emergencia de un mercado nacional, es
los hombres. Esto me permite indagar acerca de los artífices ~bién fruto de ";'ta ~, que Polanyi describe como la
de esta construccíon, los diferentes grupos sociales que la sos- gran transformación" . Durante el Antiguo Régimen, el
tienen, los intereses que oculta, las relaciones sociales que capitalismo se restringía al intercambio externo, y no in-
prescribe. Es posible operar con un cuadro en el cual coexis- cluía en su lógica los mercados internos de los Estados. En
ten un conjunto de identidades en competencia y conflicto. cuanto a la "unidad moral, mental y cultural", sabemos
Toda lucha por la definición de lo que sería su autenticidad que se trata de un movimiento lento. Difícilmente podría
es, en verdad, una forma de esbozar los rasgos de un deter- ser confirmada en el caso de que Mauss escribiera, por
minado tipo de legitimidad. ejemplo, en 1820. En ese momento, Francia vivía los pri-
En su estudio sobre la nación, Marcel Mauss presenta la meros impulsos de su revolución industrial, más de una
siguiente proposición: "entendemos por nación a una socie- cuarta parte de su ¡>OOladón no hablaba el francés, la integra-
dad material y moralmente integrada a un poder central es- ción territorial, promovlda por el adveninúenlo de la prensa
table y permanente, con fronteras determinadas, y a una "masiva" y el sistema ferroviario, aón no habla tenido lugar;
relativa unidad moral, mental y cultural de los habitantes, faltaban escuelas que enseñaran a los niños el sentimiento
que adhieren conscientemente al Estado y a sus leyes?". de nadonaIidad, y buena parte del campesinado se encon-
Pero su definición es dada al lector después de una serie de traba excluido de la sociedad nacional ...;es a mediados del
observaciones preliminares. Explica que-la palabra "nación" siglo cuando el hombre de ""J"PO se vuelve francé...."'.
es de uso relativamente reciente en el lenguaje jurídico y En suma, la nación &ancesa aún no existía, se encontraba
filosófico -Mauss escribe en 1920-. Subraya, también, los di- en formación. Hobsbawm tiene razón cuando insiste en que
versos tipos de organizaciones que en la historia de los hom-
bres la preceden: el pasaje de las sociedades tribales, que
22 Véase PoIanyi, K., A gnmde b4lisfVimdpÍO, Río de ,....... r.__••
l~ ,~

23 Véase Weber, a, Pt!umt's inJo Fmrchman, StanfoM, Stanfonl Univu-


21 Mauss, M., "La natíon", en Otrores, 1. 3, Parls,Minuit, 1%9, p. 584. sity Press, 19'76.

52 ss
OTRO TERRITORIO MODERNIDAD-MUNDO E IDENTIDAD

24
el surgimiento de la nación es una novedad histórica ••Esto todo nacional26• lbda memoria es una lectura del pesado.
lleva a que la misma tendencia se reproduzca, en sus línea- Por eso, en su elaboración, los intelectuales desempeñan un
mientas generales, en otros lugares. AsÍ; a la centr~6n papel preponderante (argumento válido también para los
del Estado y la administración, requisitos ya conoados por movimientos étnicos y de género; la primera cosa que hacen
otras sociedades, se añaden otros elementos. Para que la na- los intelectuales negros y las feministas, al afirmar sus iden-
ción se constituya como "principio espiritual", "conciencia tidades, es reescribir el pasado, esto es, constituir una me-
moral", se pone en marcha toda ~dime~ncul~.La moria específica, expresión de sus luchas y sus intereses).
unificación língüístíca, así como la mvenci6n de símbolos, Los intelectuales actúan como mediadores simbólicos al es-
son aspectos fundamentales en la elabora~ón de las nacio- tablecer un nexo entre el pasado y el presente. Existe así, la
nalidades. Lasfiestas cívicas, los desfiles patrios, la bandera, el legitimadón de esta o aquella visión, de este o aquel destino.
himno y los héroes nacionales, objetos de cultc:t en ~ e~e­ La memoria nacional es un terreno de disputas, en el que se
las primarias, son el címíentode esta nueva solid~ad.Este baten las diversas concepciones que habitan la sociedad.
es el contexto en el cual se forja la identidad nacional, la Pero la nación es más que una novedad histórica. Cons-
imagen en la cual se autorreconocen los miembros de una tituye un tipo enteramente nuevo de organización social.
misma "comunidad". Pero hay que entender bien. Se trata Ernest Gellner tiene el mérito de haberlo comprendido en
de una "comunidad de destino", como nos recuerda Otto toda su radicalidad 27• Parte de la distinción entre sociedades
Bauer, yno de un carácter". Pero como el destino es siem-r;re agrarias y sociedades industriales. Las primeras se caracteri-
susceptiblede interpretación por las diversas fuerzas SOCIa- zan por estar marcadas por una rigida segmentación: son
les y políticas que se enfrentan, la dirección hacia ~ cual se sociedades estamentales. La éhte, constituida por militares,
dirige la nación es siempre objeto de c?ntrov~s~ (Bauer administradores y clérigos, se encuentra separada porun abis-
defiende un futuro socialista para los paIseS capitalistas). mo de los otros estratos sociales -comeroantes, artesanos y
El debate sobre la identidad se encuentra, pues, perma- campesinos-. La función del Estado es, fundamentalmente,
nentemente penetrado por Intereses conflictiV?s. Es ilu~o . la manufactura de la paz Yla recaudación de impuestos. En
imaginar la memoria nacional como el espacio ontoló~o el plano cultural se da, de forma homóloga, la misma situa-
de una identidad unívoca. En verdad, es una construcción ción. La élite vive en un círculo cultural prácticamente
cultural e ideológica, una selección, un ordenamiento de d~­ aislado del resto de la población (por eso, la escritura está
terminados recuerdos. Renan piensa que los sucesos más restringida a determinados medios de la clase dirigente). Por
dolorosos de la historia de un pueblo deberían ser olvida- otro lado, los grupos subalternos, arraigados en el espado
dos, ya que, de lo contrario, su crudeza alim~~ la frag- local, debido a su heterogeneidad étnica, religiosa y lingüís-
mentación al minar los lazos que unen los individuos al tica, se encierran en la espedñcídad de sus costumbres, cada
uno con su dinámica propia. La sociedad industrial rompe
24 Hobsbawm, E., "A recae como novidade: da revelucéc ao liberalis- con esas fronteras. A causa de la complejidad de la división
mo", enNQ{'ÓeS e nacionalismos desde 1780,Río de janeíro, paz e T~a, del trabajo, los individuos deben circular constantemente,
1991. Sobre la constitución de Gran 8retafu1, véase Colley, L., Britons:
ForgingtheNation.l7a7-1837, NewHaven, y~ University ~ 1992:
AS Véase Bauer, O., La CU€Sfión de las ~ Y la socitzldemocnri, 26 Renan, B., Que'st-cequ'une nation?, París, Press Pocket, 1992.
México, Siglo XXI, 1979. 27 Cellner, E., Naciones ynocionalismo, México, Alianza, 1991.

S4 ss
OTRO TERRITORIO MODERNIDAD-MUNDO E IDENTIDAD

lo que deja poco margen para la existencia de mundos seg- cia de sus "lugares", inmersos en la dimensión delliempo y
mentados. Se trata de una sociedad en la cual la movilidad el espacio regionales, son así referidos a otra totalidad. Un
es un factor determinante. Por eso, la cultura no puede re- ejemplosugeslivodeesta transformación eselsurgimiento de
producir más los patrones conocidos hasta entonces. Debe, un sistema moderno de comunicación. Antes de su emer-
obligatoriamente, tener un grado mayor de integración, ca- gencia, los paises estaban compuestos por elementos des--
paz de comprender al conjunto de los miembros de esta conectados entre sí; una región no "hablaba" con otra, y
sociedad. La nación cumple este papel; representa esta difícilmente lo hada con su propia capital. La red de comu-
totalidad que trasciende a los individuos, los grupos y las nicaciones (vías férreas, carreteras, transporte urbano, telé-
c1ases sociales. grafo, diarios), que en algunos paises es fruto del siglo XIX,
Nación e industrialismo son por 10tanto fenómenos con- arliculará, por primera vez, este entramado de punlos, ligán-
vergentes. A efecto de nuestra discusión, lo formu1aria de la dolos entre sí. La parte se encuentra así integrada al todo. El
siguiente manera: la nación se realiza históricamente a tra- espado local se desterrltorializa, y adquiere otro significado.
vés de la modernidad. De este modo puedo vincular la pro- Sin embargo, este movimiento no se realiza sin tensiones.
blemática nacional con una cuesti6n más abarcadora: la de Todo lo contrarío. No debemos olvidar que la modernidad
la diluci6n de las fronteras, un tema intrínseco de la moder- se fundamenta en el principio de la individualidad ~ es
nidad. Para comprenderlo, creo que es interesante la noción su rasgo distintivo en relación con otras culturas-29. Sodoló-
de "desencaje" propuesta por Giddens"'. En verdad, el ad- gícamente, esto significa la ruptura de los vínculos estamen-
venimiento de la modernidad hace que las relaciones socia- tales, que deja al individuo "libre", "suelto", para circular
les no se aferren más al contexto local de interaoción. Todo según su voluntad, su conciencia (o, mejor, de acuerdo ron
sucede como si en las sociedades pasadas espacio y üempo las posibilidades inscritas en su posición y condición de
estuvieran contenidos por el entorno físico. La modernidad ciase). Idealmente, él escogería su propio destino. Ahora bien,
rompe esta oonlinnidad, desplazando las relaciones sociales una instancia que le es superior busca imputarle una volun-
a un territorio más amplio. El espacio, debido almovimiento tad colectiva. En este sentido, el individuo debe expresarse ,
de circulación de personas, mercancías, referentes simbóli- como ciudadano de una naci6n. Su volición es refutada por
0051 ideas, se encuentra dilatado. El proceso de construcd.6n algo que lo trasciende. Esta contradicdón está en la raíz del
nacional ilustra bien esta dinámica. debate entre holismo e individualismo, tan caro a las socie-
La idea de nación implica que los individuos dejen de dades modernas, debate que podríamos condensar a través
considerar sus regiones como base territorial de sus aedo- de algunas ideas de 'Ilinnies"'. Yodiría, de manera aforística:
Res. Presupone el desdoblamiento del horizonte geográfico, la nación es una "sociedad" que se \magma como siendo
al retirar a las personas de sus localidades para recuperarlas una "comunidad". Sabemos que para 'llinnies la "comuni-
como ciudadanos. La nación las "desencaja" de sus particu- dad" es un tipo especifico de formadón social. En eñe, las
laridades, de su provincianismo, y las integra como parte de relaciones sociales están ..encajadas" en un espacio deter-
una misma sociedad. Los hombres, que vivían la experien- minado, y los individuos comparten, en gran medida, el mis-

28 V&!Ie Giddens,. A.,As am8elj'1I2ncias da ~ San Pablo,Unesp, 29 Véase Oumont, L., Essais L'individualism, París, Seuil, 19&3.
1991. 30 T6nnies, F., Commurulitée société, París, PUF, 1rn7.

se S7
OTRO TERRITORIO MODERNIDAD-MUNOO E IDENTIDAD

mo mundo. Las relaciones de parentesco, vecindario, amis- partido de acuerdo con el interés de las grandes potencias".
tad, en fin, la vida personal, se encuentran articuladas a do- Evidentemente, es otra la situación en el "Tercer Mundo".
minios más amplios, político, económico y religioso. 'Iodos Allí, la herenáa tradicional, las trabas políticas y económicas,
comparten la misma conciencia colectiva. así como la estructura de poder del sistema intemacional,
El advenimiento de la "sociedad" rompe con esos lazos impiden que se reproduzca el mismo ritmo de desarrollo.
de solidaridad y afectividad. La nación pretende recuperar- Sin embargo, la subalternidad de los países que lo compo-
los como un bien de "todos". De alú la insistencia en hablar nen, no implica la negación de los principios nacionales. Al
de "comunidad nacional". Ésta es, no obstante, una inten- contrario, ellos se refuerzan en su lucha contra el subdesa-
cíen frustrada. Algo Irrealizable frente a la transformación rrollo y en el enfrentamiento con los imperialismos. En Áfri-
radical de la sociedad. Denota una realidad que perdió sus- ca, la descolonizadón se hace en nombre de la autonomía de
tancialidad y que sólo puede existir como un ideal. Este los pueblos, y la nación traduce el deseo de independencia
desacuerdo permite un conjunto de lecturas posibles de su y libertad. 1lunbién en América Latina la cuestión nacional
•esencia" (para hablar como los filósofos). La modernidad, es una preocupación constante. Es el centro de las poüticas
al mismo tiempo que se encama en la nación, trae con ella y los proyectos desarrollistas, en el combate contra el atraso
los gérmenes de su propia negación. La identidad nacional tecnológico.
se encuentra, de esta forma, en desacuerdo con el propio El destino de las nariones es diverso. Complementario o an-
movimiento que "la engendra. Es el resultado de un doble tagónico, dominante o dominado. Pero cada nación se con-
movimiento, la desterntoríeííeecíén de los hombres y su re- figura a partir de un núcleo de irradiación. La naáón deline
territorialización en el ámbito de otra dimensión. Su exis- un espacio geográfico en cuyo interior se realizan las aspira-
tencia es, por lo tanto, "precaria", y debe ser reelaborada cienes poñticas y los proyectos personales. En este sentido,
constantemente por las fuerzas sociales. Lejos de ser algo el Estado-nación no es sólo una entidad político-admi-
acabado, definitivo, la identidad nacional exige un esfuerzo nistrativa, es una instancia de producción de sentido. La
permanente de reconstrucción. identidad galvaniza las inquietudes que se expresan en su
Durante el largo siglo J(])(, y el corto siglo xx, la nación territorialidad. Por cíerto, su afirmación no ocurre sin pro-
conoce su pujanza". El Estado-nación la encarna en todos blemas. Finalmente, la sociedad moderna está dividida por
sus atributos, En los países que solemos llamar centrales, se el antagonismo de clases. Porotro lado, para constituirse como
fortalece al punto de inaugurar una nueva era, la del impe- tal, la nación debe pacificar los intereses de grupos diversi-
rialismo. Algunos de ellos -Estados Unidos, Franáa, Japón, ficados -las nacionalidades, los pueblos indígenas, las
Alemania, Inglaterra- imponen su posición prevaleáente en poblaciones de origen negro en los p,.rses con pasado escla-
el contexto mundial La producción de mercancía, los ban- vista-o Incluso la lengua, uno de sus elementos unificadores,
cos y el capital financiero se concentran en monopolios cuyas tiene que conquistar su legitimidad, esto es, demarcar su
bases son inequívocamente nacionales. El poderío militar autoridad ante el pluralismo liogüístico y los dialectos loca-
acompaña la misma tendencia. El mundo se encuentra re- les. Entre tanto, durante un período relativamente largo, el

31 Véase Hobsbawm, E., Em dos extremos: o.bmJeséculo xx, San Pablo, 32 Véase Lenín, V. l., El imperialismo, fase superior del capitllúsmo, Mé;lóL'Io,
Companhia das Letras, 1995. Roca,I974.
sa 59
OTRO TERRITORIO MODERNIDAD-MUNDO E IDENTIDAD

Estado-nación obtiene una solución del conjunto de esas cohabitan grupos etnolingiilsticos diversificados, el inglés,
dificultades. Frente a otras orientaciones alternativas, lengua mundial, llega a competir con el idioma nacional.
la identidad nacional se afirma cumo hegemónica. Yo diría, 'Iambíén en países como Perú y Bolivia, con fuerte presencia
utilizando una expresión de Weber, que el referente nación de pohJación de origen indígeoa, y en los cuales la integra-
posee el monopolio de la definición de sentido. Es el princi- cíon de hecho nunca ocurrió, la conciencia nacional es más
pio dominaote de la orientación de las pnlcticas sociales. Las débil. Nos encontramos, no obstante, frente a una tendencia
otras identidades posibles, o mejot; los referentes utilizados que transforma la base de las formaciones sociales. La na-
en su construcción, están sometidos a él ción es alcanzada en su centralidad, en su médula Un ejem-
Sin embargo, esta situación prevalece mientras las con- plo: el caso del multiculturalismo norteamericano. Podemos
tradicciones existentes permanecen en las fronteras del Es- interpretarlo de varias formas. La afirmación dellocaüsmo
tado-nación. Es necesario retomar, en este punto, el tema de en contraposición al universalismo o, desde una posición
la modernidad. Vunos que, históricamente, la modernidad más positiva, el reconocimiento de las minorías en el plano
se realiza a través de la nación. Pero hay que subrayar, su de la política de las dííerencíes".
dinámica es distinta. La desterritorialización proporcio- Esto ilustra bien el descentramiento al cual me estoy re-
nada por la nación es parcial, favorece la movilidad de firiendo. Oto un pasaje de Schlesínger; de su lihro The Disuni-
las cosas sólo en el horizonte de su geografía. La moderni- ting America -d Iitulo en sl mismo ya es sugestivo-: "(Según
dad requiere un desarraigo más profundo. En el momento el multiculturalismo], América, al contrario de una nación
en que se radicaliza, acelerando las fuerzas de deseen- transformadora, con una identidad propia, es vista preser-
tramiento e individuación, los límites anteriores se toman vadora de las identidades extranjeras. En lugar de una na-
exiguos. La "unidad moral, mental y cultural" sufre una ción compuesta. por individuos que hacen sus elecciones sin
implosión. Si entendemos la globa1ización, no como un pro- trabas, América se ve, cada vez más, como una composición
ceso exterior, ajeno a la vida nacional, sino como la expan- de grupos, más o menos irradicables en su carácter étnico. El
sión de la modernidad-mundo, tenemos nuevos elementos dogma multíétnicc abandona el propósito de la historia,
de reflexión. Las contradicciones, inauguradas por la socie- sustituyendo la asimilación~r la fragmentación, la inte-
dad industrial y que atravesaban los espacios nacionales, gración por el seperetísmo" . Y luego añade: "¿resistirá el
cobran ahora otra dimensión. Rebosa el plano mundial. En centro?".
este contexto, la identidad nacional pierde su posición pri- Nos encontramos en el polo opuesto al de la proposición
vilegiada de fuente productora de sentido. Emergen otros de Mauss. El todo se encuentra hecho trizas; el centro, ame-
referentes, que cuestionan su legitimidad. En el mundo nazado por la desunión. No es el juicio de valor, implícito en
de la "posmodemldad" -de la modernidad radicalizada-, el diagnóstico de Schlesinger -la bñsqueda de la organici-
su multiplicidad subvierte la jerarquía reconocida hasta en- dad perdida de la naci6n-, 10que me parece más interesan-
tonces. , te, sino el retrato de un pueblo que, en el pasado reciente,
Este fenómeno no se restringe a los países periféricos,
donde la realización histórica de la nación siempre fue in-
33 Véase, por ejemplo, Tay1or, C., MJd1iculturalism and tlle PolitU:s of Re-
completa. Por cierto, hay una correlación inversamente pro- cognition, Princeton, Princeton University Press, 1992.
porcional entre el avance de esta modernidad-mundo y la 34 Schlesínger [r., A. M., TIte Disuniting Amerial, Nueva York. W. w.
vitalidad de las naciones. En países como la India, donde Norton and Company, 1992, pp. 16-17.

60 61
OTRO TERRITORIO MODERNIDAD-MUNDO E IDENTIDAD

poseía una alta estima de sí mismo. No revela sólo la cara de tivas afines. Ocurre que la sociedad global va a promoverlos
un único país. Se trata de una condición del mundo contem- en escala mundial. Estrellas de cine, ídolos de televisión
poráneo. Esto no significa que la sociedad se descompone, (hoy proyectados mundialmente por la 1V por cable y los
los países continúan funcionando en todos sus niveles. Thm- satélites), marcas de productos, son más que objetos. Se tra-
poco que el Estado-nación se diluye en el enfrentamiento de ta de referencias de vida Los viajes de turismo, las visitas' a
esos vectores identilarios.1\!ro cambió el contexto. En el seno Disney World,las vacaciones en el Caribe, la concurrencia a
de la sociedad moderna, industrial o pos-industrial, surge los shopping-eenters, los paseos por las calles comerciales,
un espectro de referentes que se atraviesan, se chocan, se forman parte de un mismo imaginario colectivo. Grupos de
acomodan, organizando la vida de los hombres. dases medías mnndializadas pueden, así aproximarse, ro-
Pensar la gIobaIizadón en términos de modemidad-mun- municarse entre sí. Comparten los mismos gustos, las -iñis-
do nos permite, además, evitar algunos tropiezos. Así como mas inclinaciones, circulan en un espacio de expectativas
no tiene sentido hablar de "cultura global", también sería comunes. En este sentido, el mercado, las transnadonales y
insensato buscar una "identidad global". Debemos enten- los mase-medía son instancias de legitimación cultural, espa-
der que la modernidad-mundo, al impulsar el movimiento cios de definición de normas y de orientación de la conducta.
de desterritorializaci6n hacia afuera de las fronteras. nacio- Su autoridad modela las disposiciones estéticas y las .mane-
nales, acelera las condiciones de movilidad y"desencaje". El ras de ser. Así como la escuela y el Estado se constituyeon
proceso de mundíalízacíén de la cultura engendra, por lo en actores privilegiados en la construed6n de la identidad
tanto, nuevos referentes indentitarios. Un ejemplo: la ju- nacional, también las agencias que actt1an en el nivel mun-
ventud. En las sociedades contemporáneas, la conducta de dial favorecen la elaboración de identidades desterritoria-
un estrato particular de jóvenes sólo puede ser entendida al !izadas. Como los intelectuales, son mediadores simbólicos.
situarla en el horizonte de la mundiaJización. T-shirts, zapa- Integración. territorialidad, centralidad. Difícilmente esas
tillas, jeans, ídolos de rock, surf, son referencias desterrito- premisas puedan ser reproducidas del modo en que fueron
ríalízadas que forman parte de un léxico, de una memoria postuladas anteriormente. A partir de la g1obalización, la
juvenil internacional-popular. Adorada ritualmente en los propia noción de espacio se transforma. El núcleo de cada
grandes recitales de música pop (efervescencia del potlach cultura, esto es, el referente para la construcción de la iden-
juvenil), en los programas de la MfV, en las revistas de his- tidad, pierde centralidad. De ahí proviene la sensación de
torietas esta memoria fusiona un segmento de edad (y de crisis que atraviesa el debate contemporáneo. Las fronteras de
clases), aproximando personas a pesar de su nacionalidad y la nación no pueden contener más los movimientos iden-
etnias. La complicidad, la "unidad morar de esos jóvenes, titarios que existen en su seno. Los discursos eculógico Yét-
está tejida en el cfrculo de las estructuras mundiales. Para nico son un testimonio de esto. tJn ejemplo, las prácticas
construir sus identidades, ellos eligen símbolos Ysignos, de- musicales que expresan la conciencia negra. ÁfriCa-Bahía-
cantados por el proceso de gíobaüsacíon, De esta forma, se Carfbe forman un universo, que se sustenta en la condición
identifican entre sí, y se diferencian del universo adulto. de subaltemidad de los negros en las sociedades actuales y
Otro ejemplo: el consumo. No debemos considerarlo ape- en elludismo de las generaciones descendientes de escla-
nas como un dominio de mercancías, un lugar de intercam- vos. Se construye así un circuito, un conjunto de símbolos,
bio. Thmbién es un tipo de ética, un modo de conducta. Los que unifica grupos y conciencias separados por las distan-
que participan de él están envueltos por valores y perspec- cias Ylas nacionalidades.
62 63
OTRO TERRITORIO MODERNIDAD-MUNDO E IDENTIDAD

A primera vista, ciertas identidades son fortalecidas con todos los otros; así, sacan de circulación los valores transmi-
el debilitamiento de los límites nacionales. En los países tidos por las generaciones pasadas"3S.
donde compiten una variedad de lenguas, el idioma "bajo",
esto es, subalterno, se vivifica ante la relativización de la len- El consumo, percibido por el autor como algo exclusi-
gua nacional. Del mismo modo, ciertas identidades "loca- vamente americano, pero que en el fondo es una de las caras
de la mundíalíeacón de la cultura, surge como un referente .
les", sofocadas por la ~ecesidad de la cohesión nacional,
cobran nuevo aliento. Este es, a menudo, el caso de las cul- contrastante en relación con la solidaridad étnica La identi-
dad negra, como la nación, se encuentra así "amenazada",
turas populares en América Latina. Mal asumidas, cuando
esto es, contrapuesta a otras tendencias, que la atraviesan y
no rechazadas, por los proyectos nacionales, marginaliza- la redefinen.
das, encuentran en el movimiento de la globalización un
Creo que podríamos comprender nuestra problemática
contrapunto para afirmarse. Pero, no hay que olvidarlo,
usando dos conceptos propuestos por Michel de Certau.
tampooo poseen el monopolio de la delinición de sentido. Este autor denomina 11estrategia" al cálculo de las relaciones
Retomo el ejemplo de los Estados Unidos, visto ahora desde de fuerza que se toma posible a partir de un sujeto (empre-
la perspectiva de los movimientos negros. Comel West con- sario, propietario, institución científica, etc.), que se encuen-
sidera que, durante un largo período de la historia ameri- tra aislado en un espado. Esto significa que toda estrategia
cana, los negros lograron equiparse con una "armadura se vincula con una base territorial a partir de la cual se reali-
cultural" que les permitió rechazar el mundo de los blancos. za una gestión, que pesa y evalúa el movimiento de los otros
A! vivir al margen de la vida social Y política, fueron capaces -edversarío, competidores o clientes-. Existe, así, una dis-
de erigir defensas, estructuras culturales propias, arraigadas tanda entre el sujeto (institución) que aplica la estrategia y
en sus comunidades: instituciones religiosas, redes familia- el objetivo a ser alcanzado. A! concepto de estrategia, De Cer-
res, asociaciones colectivas. Sin embargo, la sociedad ameri- tau contrapone el de "táctica", la cual sería "un cálculo que
cana se transformó al punto de poner en riesgo esos nichos no puede contar con un lugar propio, ni con una frontera
culturales. ¿Qué sucedió? La respuesta de Westes sugestiva: que distinga al otro como una tola1idad visible. La táctica
posee como lugar el lugar del otro. Allí se insinúa, fragmen-
"La reciente fragmentación, en función del mercado, de la tariamente, sin poder aprehenderlo por entero, sin poder
sociedad civil negra -familias, escuelas, iglesias, mezquitas- situarse a la distancia,,36.
deja, cada vez más, a un número mayor de negros vulnera-
El problema que le interesa directamente a De Certau no
bles frente a una vida dominada por un débil sentido de
es la cuestión de la identidad, sino el de la cultura popular;
id~tidad y una débil protección de principios y lazos que
amparen su existencia [...] ¿Pero por qué ocurre esta frag-
el modo en que el usuario de un producto actúa en fol'J!Y!
mentación de la sociedad civil negra? Las1nstituciones de diferente del empresario, que lo coloca en el mercado, El
mercado de las empresas contribuyeron mucho en ese senti- vendedor actúa según un cálculo estratégico, en función de
do l...] Esas instituciones contribuyeron para la creación de un determinado objetivo; el consumidor reacciona ante un
un modo de vida seductcn una cultura de consumo que se
aprovecha de toda ycualqWeroportunidad peraganardinero 35 West, e, Questio de 1JI9l' San Pablo, Companhia das Letras, 1994. pp.
[..•] Bsas imágenes seductoras contribuyen al predominio del 32-33.

.
modo de vida inspirado por el mercado, en detrimento de
..
36 De Certau, M., L'imJention tW quotidien., París, 1M.8, 1980, p. 21.
OTRO TERRITORIO MODERNIDAD-MUNDO E IDENTIDAD

hecho consumado, su acción no puede ser abarcadora, es globalización-. Este tipo de argumentación es inadecua-
localizada. El juego de las identidades tiene algo semejante. da:. reafirma los ~eco~ceptos y la incapacidad de pensar
Cada una de ellas debe "negocíarr Iretcmo una idea de Nés- críticamente. Las Identidades son diferentes, y desiguales
tor Garcia Candíní)" su existencia en el contexto de un te- porque 5Us~ces, las instancias que las construyen, ~
rreno ya delimitado. Por ejemplo: las culturas populares en frutan de distintas .posiciones de poder y legitimidad.
América Latina están atravesadas por las realidades nacio- Concretamente, las Identidades se expresan en un campo
nales y mundial. Su afirmación se encuentra tensionada de l~~ y conflictos en el que prevalecen las líneas de fuer-
por diversas líneas de fuerza. "Negociar", esto es, delimitar za disenadas por la lógica de la máquina de la sociedad.
simbólicamente un territorio, es tomar en consideración
la multiplicidad de los actores en competencia. Entre tanto,
las identidades operan a partir de posidonamientosdistin-
tos. Algunas de ellas tienen una influencia mayor, porque se
vinculan con instituciones cuyas "estrategias" las impelen
sobre el territorio"de los otros". Éste es el caso de las iden-
tidades nacionales, o desterritorializadas: atraviesan la
diversidad de los "lugares". Otras, sin embargo, deben con-
formarse con la "táctica", es decir, deben actuar sometidas a
la presión constante de sus "oponentes". Se trata, por lo tan-
to, de un juego desigual
La modernidad-mundo pone a disposición de las colec-
tividades un conjunto de referentes -algunos antiguos, la
etnicidad,lo local, lo regional; otros recientes, resultantes de
la mundialización de la cultura-. Cada grupo social, en la
elaboración de sus identidades colectivas, se apropiará de
ellos de manera diferenciada. Esto no significa que vivimos
en un Estado "democrático", en el cual la elección es un dere-
cho de todos. Traducir el panorama sociológico en términos
políticos es engañoso. La sociedad global,lejos de incentivar
la igualdad de ias identidades, está surcada por una jerar-
quía, clara e impiadosa. No se trata de quelas diferencias se
fundan en sustratos ontológicos, "radológícos" o de carácter
-el negro es "inferior" al blanco; la mujer. 'subalterna" al
hombre; la nación, un "anacronísmo" ultrapasado por la

37 Garda Cendíní, N., ..¿Negociad6n de la identidad en las clases popu~


lares?", en Consumidores y ciwltuIanos, México,. GrijaIbo, 1995.

66 67
CULTURA, COMUNICACiÓN Y IIASA·

En la conclusión de su libro Cultura y sociedad, Raymond Wi-


lIiams hace la siguiente observación: 'Masa fue una palabra
usada para sustituir multitud. De hecho, no hay masas; exis-
ten apenas maneras de ver a las personas como mesas". Su
prcposjcíén deriva, evidentemente, de un análisis anterior,
en el cual considera el modo en que el término está penetra-
do por mandatos ideológicos. Nacido en el campo político
conservador, se aplica sobre todo, en el siglo XIX, a las agio-
meradones urbanas, al designar las clases peligrosas, cuya
exclusión de la sociedad industrial es manifiesta. En verdad,
Williams expresa una reticencia compartida por varios inte-
lectuales respecto de la idea de 'cultura de masas' -noción
hfbrida, imprecisa, forjada :redentemente en el dominio de
las ciencias socíaíes-iCeeo que tiene razón en sus críticas.
Analíticamente, es difícil concebir una sociedad en términos
de masa. Entre tanto, aun cuando se parta de esta certeza,
queda la pregunta: ipor qué un conceplo lnconsisIente goza
de una vida y una credibilidad tan largas? ¿Por razones ex-
clusivamente ideológicas? ¿Debido a un equívoco teórico de
aquellos que 10 usan? Pienso que no. Los conceptos nunca
son puros, están marcados por la historicidad que se suma
a su existencia categorial Por eso es importante la reflexión
acerca de su génesis y su implicaciónes. Permite aclarar un
conjunto de significados implíd.tos en su interior, y nos ayu-
da a entender ciertas cuestiones aún presentes en el debate
contemporáneo.
El término cultura de masa es nuevo, surge en los Esta-
dos Unidos, probablemente entre el final de la década del

.. Traducción: Ada SoIari


1 WiIIiams, R, Cullureand society, Nueva YOI'k,. Columbia Universi.ty Press,
1983, p. 297.
2 Sobre este aspecto, véase Cohn, G" Sociología da cormmiaipio= tevrill e
ideologio, San Pablo, Livraria Pioneira, 19'73.
(691
OTRO TERRITORIO CULTURA, COMUNICACiÓN y MASA

treinta y la terminación de la Segunda Gu~~a Mundial; de auditorio), la poblicidad, etc. Pujanza que llevará a mu-
Digo probablemente, pues la literatura especializada prestó chos autores, americanos y extranjeros, a identificar equivo-
poca atención al hecho. No obstante, sabemos que como.las cadamente "cultura de masa" y amerkanísmc'; La verdad es
palabrasson vitales y capciosas, nombran objetos, pero también que los Estados Unidos conocen, antes que otros paises,la "re-
revelan el estado de ánimo de aquellos que las emplean. SI voluci6n" tecnol6gica-conumicacional, así como sus implica-
consultamos un manual de sociología de la época, Ogbum dones en el dominio cultural. La sociedad americana expresa
y Nimkoff (1940), veremos que la noción no es a~ utiliza- un momento de radicalización de la modernidad, aún incon-
da'. Hay, por cierto, una sección referida a la multitud yel sistente dentro de los estándares europeos o latinoamericanos.
público, asunto debatido entre los americanos, desde la.es- Pero, antes de entender; la especificidad de esla sociedad
cuela de Chieago. 'Iambién la ignora Adorno en sus e~tos de "masas", es necesario retomar al pasado, poes el concepto
sobre música popular, fruto de las investigaciones en eqwpo tiene un antecesor ilustre: la multitud. A partir de la revolu-
con Lazarsfeld (1933-1941)'. Ahora bien, en Dialéctica del ción industrial, y de las transformaciones políticas ocurridas
iluminismo, publicado en 1944, el panorama es otro. En la durante el siglo XIX, las ciudades europeas sufren un creci-
década del cuarenta, las denominaciones "comunicación de miento sin precedentes. Tanto en las capitales (Londres o
masa", "medios masivos" y "cultura de masa" se tomaron París), como en las cíudades-fábncas, circula un número cada
de uso corriente. Este es el momento en el que se desarrollan vez mayor de personas. Mendigos, trabajadores, marginales,
las investigaciones sobre comunicación, que inten~ c.om- prostitutas, inmigrantes y obreros, componen esta "multi-
prender el impacto de los mensajes junto a las audienaas y tud". El pensamiento burgués los percibe como una amena-
el público'. za, un foco permanente de disturbio. Como acertadamente
El hecho de que esos estudios florecieran en los Estados observa Louis Chevalier, esas clases peligrosas son vistas
Unidos es sintomático. Mientras que los países más indus- como integradas por "bárbaros", "salvajes", grupos entera-
trializados de Europa se encontraban movilizados por la mente al margen dela civílizaci6n'. El alcohnlismo,la crimina-
guerra, en los Estados Unidos el debate intelectual tenía lidad, las enfermedades epidémicas, en suma, el desorden,
como referencia otra realidad: los filmes de Hollywood, el serían sus atributos esenciales. Esta visión, etnocéntrica y
stm-system, la radio, con desdoblamiento político (elección
de Roosevelt), pero también cuIturaIes (soap<>pe7Il, programas
6 En la introducri6n de un compendio universitario, Bernard Rosem-
berg, un crftico despiadado de la "'masificadón'", tiene necesidad de
3 Ogbum, W. F. y N _ M F.• S<ridogy, _ _ The RNenOde Press, refutar el argumento -"América is responsible formass celture"- pre-
Cambridge, 1940. senteen el debate.VéaseRosemberg. B.YWhite, O. M. {comps.),MIlss
4 En este períodoAdornoescribe"On Popular Music'" Yalgunasrese- Culture: tire PopulaT Arls in.Ammaz, Nueva York, The Free Press, 1955.
ñas "American Jazz Music"', "'Jau Hot and Hybrid"', publicadas en A\Ul así, ese tipo de concepción prevalece entre algunos autores. J.
Studws in PhiIosophy and Social Scienas, No. t, 1941; "'The Radio Simp- TunstaD escribe, en los años setenta. que los mass-media revelarian el
bony", en LazarsfeId, P. y Stanton, F.; RiuIiD~, Nueva York, ..ea.táde:t" ontológicodel Seramericano. Véase The MediIl trreAmeriam.
DueD Sloan and Peerce, l~ "O ret:ichismo:na m6sica e a regressáo Nueva York. 0Jlumbiá Univenity Presa, 1m.
da awH<ao", pubHcado ong;naImenteen_Zeil.mriftfut SaUsl- 7 Chevalieo-, L, a.- ~ "chula......,....,., p_~,
1984. Un trabajo esped6co sobre el tema en CIlesti6n es el de Susanna
jrJrsdumg, año 7, 1938.
5 Véase De MoragasSpA, TIf!Ilrirs M 14 cormmiaIcióts, Batte1ona, Gustavo Barrows, Miroirs dijornuznts: réfIexions sur 111 frnde en Fnmt:I!' i 111 fin du.
GiIi, 1981. X1Xe sikIe, Paris, Aubier, 1990.
70 7t
CULTURA. COMUNICACiÓN Y MASA
OTRO TERRITORIO

prejuíciosa, se desdobla en el plano político, pues el siglo vez menos. escribir e imprimir será un rasgo de distinción.
Con nuestros modos electorales, industriales, todo el mun.
XIX europeo asiste, también, a las luchas de clase, las reivin-
do tendrá, una vez en la vida. su página, su discurso, SIl&
dicaciones de las asociaciones de trabajadores} los con- prospectos, su celebración, será autoJ:. De alú a hacer un fo-
flictos poíüícos. Multitud se aplica, por lo tanto, a la clase lIetln, sólo hay un poso".
proletaria emergente, a sus exigencias de participación po-
lítica y ciudadana. Considerada como un agrupamiento E! tono es semejante entre los pintores Y críticos de arte;
irracional, atávico, guiado por la exacerbaci6n de los sen- eííos le niegan a la fotografía cualquier cualidad estética. ~
timientos, encarnaría la negación de los principios de- el asedio de esta nueva técnica, algunos gritan: 'Con la civi-
mocrétícos y la hbertad humana. Por eso, Gustave Le Bon lización penetra, en todos los lugares, esta lepra en las artes,
caracteriza la "era de las multitudes" como el momento del esta decadencia infalible que se llama el Abaratamiento.
H
•ascenso de las clases popoIares a la vida poIitica E! peligro ' . Propia o impropiamente dicho, no hay más límites, más vi-
se toma entonces inminente. Las reivindicaciones obreras sas} más obstáculos a la entrada en la carrera de las artes; por
-reducción de la jornada de trabajo, distnbución igualitaria lo tanto, no hay más fronteras contra la invasi6n de la me-
de 1", productos, sufragio universal- pasan a ser vistas como diocridad, contra el trueque de influencia perjudicial entre
una usurpación, la señal manifiesta de la decadencia civili- el comprador y el comprado, corrupdón general y pro-
zatoria.
fonda del gusto público'''.
Pero esta concepción no se circunscribe al campo de la Los términos del rechazo son idéntiros: la invasión del
politica. En gran parte, atraviesa todo el debate cultural. Dos mal gusto por Iamediocridad de las masas.1'ero es necesario
ejemplos: la condena de la novela-folletín por parte de los que quede claro. No se trata apenas de una ecuación pollti-
criticos literarios y la polémica acerca del estatuto artístico co-ideológicall . Durante el siglo XIX se dan, simulténeamen-
de la fotografía. Cito a Sainte-Beuve cuando, en 1839, frente te, la emergencia y la consolidación de esferas culturales
a las transformaciones del mercado editorial} hace un balan- distintas y antagónicas. Una, de "bienes restringidos' (recu-
ce de la literatura francesa: rro a Bourdieu); otra, de "bienes ampliados"'. Cada una tiene
su lógica propia El universo artístico es autónomo, posee
"Este campo libre, que hasta hoy era la honra de Francia, reglas especificas, formas, y modalidades de consagración
zqué se hizo de él? Sin duda, su condidón de ser común y de sus pares. La esfera de bienes ampliados está regida por
abierto a todos, en cada época, lo hizo presa del acoso de los otros criterios. En ella, las preocupaciones estéticas deben
espíritus. Diferentes formas del mal gusto, de modas hete-
adaptarse a las imposiciones técnicas, industriales y comer-
róclitas, de escuelas vocingleras pasaron por alli. En una pa-
labra, este campo estuvo siempreinfestado por bandos; pero
nunca llegó aserinvadido, explotado, reclamado como justa 9 Saínte-Beuve, Ch.-A de, "De la Iittérature industrielle", en ~ des
propiedad, por un bando tan numeroso, tan disparatado y Deux MonJes, septiembre de 1839, pp. 679-681.
casi organizado, como vemos hoy. Es necesario resignarse 10 Péríer, P., "Expositions universeDes: photographes~.en Roui-
a los nuevos hábitos, a la invasión de la democracia literaria, lIé, A, LA photographie enFmnce: textt!tlel rorwerses ·une tmtIrologW, 1816-
como al advenimiento de todas lasotrasdemocracias. Cada 1871, Paris, Macula, pp. 21~217_
11 Sobre el foBetfn Y la fotograffa, véase Qrtiz, R., "Cultura e mercado",
en Culfurrze morlemidtuk: a l'trJ1J9f no século XIX, San Pablo. BrasiHense,
1991.
8 Le Bon, G., Psirologia das multidOes, DeIraux, 199J.
73
72
OTRO TERRITORIO
CULTURA, COMUNICACIÓN Y MASA

ciales. 'llmto el foIietln, como la fotografía, al contrario de la cías que los reúnen. Desde el punto de vista psicológico, la
literatura y la pintura. se articula Inlimamente con el merca- palabra multitud tiene un sentido totalmente diferente. En
do. Elsiglo XIX 'inventa' al artista Jibre Yautónomo, al mis- -....... cir<:unsIancias Y sólo en ésas, unagrupamlento
mo tiempo que las fuerzas industriales redefinen la relación de individuos adquiere caracteres nuevos, bien diferentes de
de las técnicas con la cultura (surgimiento de una industria los caracteres de cada uno de los individuos que lo compo-
editorial, de la gran prensa, de la producción mecánica de nen. La personalidad consciente se desvanece y los ele-
imágenes -fotografía y, posteriormente, cine-). mentos y las ideas de todas lasunidades se orientan en una
El conflicto deriva, por lo tanto, de un movimiento inter- dirección única. Se forma un almacolectiva, sin duda tran-
no de la sociedad. Ante el avance de la cultura de mercado, sitoria, pero que muestra caracteres bien definidos"13.
el campo de la culturaerudita se encuentra tensionado. Las Subrayo algunos puntos de esta definición. Primero, el
cóticas son reactivas, intentan defender un territorio con-
agrupamiento. Una multitud es una aglomeración de per-
quístado, está en cuestión el monopolio de la definición de sonas en un determinado lugar: Esto lleva a Ortega y Gasset
qué es el "verdadero" arte. En este senüdo.Ia contradicción a iniciar La rebelión de las masas con una metáfora espada1:
arte versus mercado se encuentraya contenida en la proble-
"Las ciudades están llenas de gentes. Las casas, llenas de
mática de la multitud. Cuando, más tarde, esta discusión se
inquilinos. Los hoteles, llenos de huéspedes. Los trenes, lle-
actualizaen los EstadosUnidos, lo que ocurre en verdad, es
nos de viajeros. Los cafés, llenos de consumidores. Las pla-
la reedlcton, por cierto dentro de nuevos parámetros, de
yas, llenas de bañistas. Lo que antes no solia ~,roblema
algo anterioJ: Es suficiente tomar como referencia el debate
empieza a serlo casi de continuo: encontrar sítío .
presidido por LazarsfeId, en 1959, organizado por el 'Iami-
La multitud posee, por lo tanto, una característica: la vi-
ment-Institute y la revista Daedalusu. La polémica sobre cul-
tura de masa y arte es la divisoria de aguas; galvaniza las
sibilidad. Expresa una concentración, un volumen localiza-
energías intelectuales de los participantes. do en un determinado espacio físico -durante el siglo XIX, el
Entre tanto, aun cuando es posible seña1ar aIgonas con- imaginario conservador ve la calle como el lugar, por exce-
lencia, de la 'irracionalidad', esto es, del movimiento contes-
tínuídades, se supone que el surgimiento de una nueva de-
nominación trae consigo otros elementos. ¿En qué difiere la tatario de las masas--. Segundo, la multitud está compoesta
multitud de la masa? Retomo a Gustave Le Bon, perono me de elementos heterogéneos, ningún vinculo sociaJ más pro-
interesa ahora su postura ideológica, sino focalizar su com- fundo une a sus integrantes. De ahí su carácterde transi-
'ón analilica. toriedad. Una vez termina la excitación de las personas, el
prenst ~_..- agrupamiento se deshace. La multitud posee un 'alma ro-
'Para el sentido común, la palabra multitud ......_ un con-
juntode individuos independientemente de lasdrcunstan- lectiva" porque sus miembros actúan en conjunto, pero es
incapaz de generaruna "concíencía colectiva"'. Los que par-
ticipan de ella son desconocidos unos para los otros, nada
12 mdebate fue pubH<ado po<)acobI, N. Cultuno Jo< Millions7, Boetcn, los aproxima, tradición, valores, 1azos familiares, ideología o
Beacon Press, 1964. En él participaron.. entre otros intelectuales, Han-
nah Arendt, Leo LowenthaJ, James Beldwin" Arthur Schlesinger jr.,
Daniel BeII. Bemard BereIson. Un comentario s1gnificativo sobreeste 13 LeBon, G., op. cit., pp. 23-24.
encuentro es el de Friedmann, G.,"Culture pourlesmillionsr, en Ces 14 Ortega Y Gasset, J.. LA rebelión de 1ss mIISIlS, Madrid, Revista de Ocd-
meroeilJeux instruments, París, Denoej, 19'79. dente, 1956, p. 50.
74
7S
OTRO TERRITORIO CULTURA, COMUNICACiÓN Y MASA

creencia. Tercero, la multitud presupone la dilución de las El pasaje es sugestivo. Para actuar en aintonfa, y colecti-
individualidades. Propicia un comportamiento irracional y vamente, ya no es necesario que los hombres se agrupen en
emocionaL A ella se aplicarfan enteramente las leyes de imi- un sitio determinado. Los medios de comunicación, en este
ladón de Gabriel 'Iarde. Entre el gesto inicial del "conductor caso el diario, redimensionan la reladón de proximidad-dis-
de multitudes" y su repetidón, casi automática, por los par- tanda. Por otro lado, la idea de opinión pública requiere una
ticipantes de una aglomeración, no existe ninguna media- "cohesión mental" (expresión de la época) entre los indivi-
cíén de la contienda. Las particularidades de cada uno se duos, esto es, una mediación intelectual entre la fuenteem.i-
encuentran anuladas por la coerción del todo. sora del mensaje y el receptor, diseminado por un "vasto
De forma distorsionada, este tipo de pensamiento preva- territorio". La individualidad, negada en tanto parte de la
Ieee en la explicación de una gama de fenómenos, en parti- multitud, encuentra así un medio para expresarse. Entre
cular los de naturaleza política. Sin embargo, a fines del tanto, larde continúa aún preso de sus concepciones ante-
siglo, algunos intelectuales ya habían percfbído ciertas insu- riores. El público es pensado en términos de sugestión,
ficiencias. Un conjunto de hechos escapan a su alcance. Un contagio, de la misma forma en que se caracterizaba la reía-
autor como 'Dude llega incluso a rever, quizá sería más co- dón entre "conductores" y"conducidos" en la multitud--el
rrecto decir ampliar; algunas de sus ideas. Él afirma: público seria "una especte de multitud menos ciega". 'larde
considera al público como el resultado de una evolud6n na-
"Es necesario dejar de confundir la multitud con el público tural, el grado espiritual más avanzado de un mismo fenó-
[...J. En lassociedades animales inferiores, la asociación con- meno. En el fondo, su ambición era construir una teoría
siste sobre todo en la agregación material A medida que general que comprendiese todos esos hechos.
subimos en los escalones del árbol de la vida, la relación
En verdad, poco a poco, la problemática del público ro-
social se toma más espiritual. Ahora bien, la multitud, en
mienza a ser diferenciada del tema de la multitud. En el co-
este sentido, tiene algo de animal. lNo es ella un haz de
mienzo esos campos se confunden, pero sus caminos están
contagios psíquicos, esencialmente producido por el con-
tacto físico? Pero no todas las comunicaciones, de espfritu a definitivamente trazados. En los Estados Unidos, los estu-
espíritu,. de alma a alma, tienen necesidad de una aproxi- dios de opinión pública se desplazan hacia una nueva di-
mación de los cuerpos. En nuestras civilizaciones, ron las co- mensión: la comunicación. Cooley, uno de los pioneros de
rrientes de opiniones, esta condición se cumple cada vez la
la sociología americana, manifiesta, desde el inicio del si-
menos. No es en las aglomeraciones, ni en la plaza pública, glo, un gran interés por la cuestión 6. Considera que las so-
donde nacen y se desarrollan esas especies de ríos sociales dedades estarían conociendo una "nueva época", en la cual
[...J. Es extraño, pero los hombres que se autosugestionan, los medios de comunicación redefinirían el propio sistema
o, mejor; que transmiten unos a los otros las sugestiones social Espacio y tiempo comenzaban a ser superados por el
que están por encima, esos hombres no se tocan, no se ven avance técnico, y la difusión de productos en gran escala
y no se escuchan. Están sentados, cada uno en su casa, le- haciacreer que el acceso a la cultura se generalizaría, en bre-
yendo el diario, y dispersos en un vasto territorio..15• ve, para "todos los hombres". Más allá de su visión excesiva-

15 Tarde, G., "La foule er le pubtic"", en L'opinion ella joule, París, PUF, 16 Véase Cooley C. H., SociIl1 OrgunirAJitm, Glencoe, TheFree PIes&, 1956
I

1969, p. 32 (edición original de 1898). (la. edición, 19(2).


76 rr
OTRO TERRITORIO CULTURA, COMUNICACiÓN Y MASA

mente optimista-marcada por derto democratismonortea- nización, en la cual las relaciones secundarlas (e! anonimato
mericano-, es importante comprender que nos encontra- de las grandes ciudades) se toman preponderantes. La este-
mos ante nuevos argumentos. Pero en el momento en que ra de la comunicación emerge así, como un espacio de dís-
Cooley escribe, 1902, esa tendencia es aún limitada. La "re- puta cultural y política. En ella son engendrados valores,
volución comunjcecíonal" se restringe a las técnicas y los ideologías y creencias.
materiales escritos, principalmente la prensa. El último aspecto, la dilución de la individualidad, cons-
En las décadas del veinte Y e! treinta e! movimiento se tituye un aspecto polémico. Los criticos piensan que el in-
acelera. A partir de la radio -que en los Estados Unidos se dividuo se desvanece en su interior -Adorno considera la
toma definitivamente"masiva" y comercialen 1928--, el cine cultura de masa como expresión de la "seudoindividualiza-
industrial (estructuración de Hollywood, surgimiento del dén" de los hombres-, Sin embargo, la corriente sociológica
cine habtado en 1930), las historietas Yla publicidad, la pro- mayoritaria toma otra direcrlón. Herbert Blumer sintetiza
blemática adquiere otra dimensión. No se trata apenas de cierta comprensión, común y dominante en la literatura
comprender la naturaleza de las opiniones, el modo en que norteamericana. Él dice:
los lectores son influidos por los diarios. Los medios de ro-
municaci6n pasana actuar de forma antes desconocida. Por "Los objetos de interés de las masas atraen la atención de
las personas hada fuera de sus culturas locales, así como de
eso, diversos aulores se vuelcan hacia e! análisis de la diná-
las esferas de la vida cubiertas pornormas, reglamentos y
mica de los medios y los comportamientos de "masa'. Éstos
expectativas. En este sentido, la masa puede serperci-
denotan otro tipo de sociabilidad, en la cual los individuos bida como constituida por individuos aislados y alienados
son separados de sus comunidades de origen e insertos [...]. Esto significa que el individuo en la masa, en lugar de
en un universo más amplio. Podríamos decir: la comuni- estar desprovisto de atención, es, en verdad, agudamente
cación profundiza las condiciones de desIocalización de las autoconsciente. Él no actúa en respuesta a sugestiones o a
personas. los estímulos excitantes de aquellos con quienes se relaciona;
Este es el contexto en el cual es acuñado el término "cul- actúa en respuestaal objeto que retiene su atención, y sobre
tura de masa", que traduce, si bien de manera insatis- la base de impulsos que él mismo estimula,,17.
factoria, esos cambios. Sería dificil comprenderlos en el
horizonte demarcado por los fenómenos de la multitud. Es decir, cada uno actúa en función de su propia selec-
ción de los objetos.
Varios de los presupuestos anteriores se vuelven claramente
insuficientes. Thrde ya habla presentido que, para que se No se trata de una interpretación ingenua. Posee impli-
manifestasen ciertos fenómenos,no era necesario que existie- caciones teóricas y metodológicas. Desde el ponto de vista
ra una ag10meración flsicade personas. La otra condición, metodológico, presupone una concepción de la sociedad,
la transitoriedad de los agrupamientos, está defuútivamen- en la cual el individuo es la unidad de acción. Él escoge,
te superada. La "cultura de masa" no es un espacio desarti- libremente, entre los objetos y las intenciones socialmente
culado, inorgánico. Al contrario,los sociólogos la perciben disporubles. La "cultura de masa' surge así como la expre-
como un vetúculo privilegiadode sodaJiz.ación. Representa
el pasajedesde una sociedad, en la cual las relaciones socia- 17 Blumer, H., "E1ementuy CoI1edive Grouping"', en Park. R. (comp.),
les estaban contenidas en los grupos primarios (familia, AnOidlineofPrinciplesofSociology, Nueva York,. Bames &:Noble, 1939,
asociaciones religiosas, vecindario), hacia otro tipo de orgo- p.242.

78 79
OTRO TERRITORIO
CULTURA, COMUNICACIÓN Y MASA

si6n espontánea de las voluntades individuales. Es contra ¿Una deuda permanente en reJarión con una idea pretérita?
este tipo de comprensión que se rebelaron Adorno Herk- r. Las cosas pueden ser vistas de este modo -...1 texto de Blumer
heimer al elaborar el concepto de industria cultural '. Pero, se orienta, en parte, en esa dirección. Pero creo que es po-
dejando de lado este aspecto, no porque carezca de impor- sible entenderlas de otra manera.
tancia, sino para retomar el hilo de mi argumentación, que- Parto de una observación inicial que, quizá por estar so-
da claro cuánto nos distanciamos de la problemálira de la breentendida en la discusión, se encuentra a menudo en se-
multitud. El individuo, inconsciente, hipnotizado por la efer- gundo plano. Los primeros intentos de comprensión de la
vescencia colectiva, encuentra ahora un espacio de afir- cultura y la sociedad de 'masa', comparten todos algo en
mación. En este sentido, "'masa" no es simplemente otro común. Enfatizan la especificidad del momento histórico.
nombre para 'multitud'. La sustitución de palabras implira Autores con perspectivas e inclinaciones teóricas antagóni-
un cambio de señales. La negatividad anterior se trasmuta cas convergen en el mismo tipo de apreciación. Cito, entre
en positividad. Puede 5eI; incluso, utilizada ideológicamente otros, a Ortega y Gasset:
como sinónimo de democracia. "La aglomeración, el lleno, no era antes frecuente. ¿Por qué
Lo que caracteriza la 'cultura de masa' es su homogenei- lo es ahora? [...] Losindividuos queintegran estasmuchedum-
dad, que es un elemento pre1iminar de su existencia concep- bres preexistían, pero no como muchedumbre. Repartidos
tual. Loshombres que consumen, en principio, forman parte por el mundo en pequeños grupos, o solitarios, llevaban
de un universo cohesionado, son "todos parecidos", Incluso una vida, por lo visto divergente, disociada, distante. Cada
la versión liberal (esto es, valorizadora del mercado) se ve cual-individuo o pequeño grupo-ocupaba un sitio. tal vez
obligada a enfrentar la contradicción entre ser "masa" o ser el suyo, en el campo, en la aldea, en la villa, en el barrio de
individuo. La solución hallada -admitamos, de compro- la gran dudad. Ahora, de pronto, aparecen bajo la especie
de aglomeración, y nuestros ojos ven donde quiera muche-
miso- consistió en afirmar la conciliación de tendencias dumbres":ll.
tan conflictivas. Las personas, individualmente, escogen los
objetos dispuestos en el mercado, pero colectivamente for- Hubo entonces, un período en el cual las "masas" no exis-
man parte de un conjunto homogéneo de consumidores. tían, los'bombres conocían "su" lugar, estaban confinados a
Ésta es, por ejemplo, la concepción de Blumer cuando defi- territorios bien delimitados. La historia estaría, por lo tanto,
ne "sociedad de masa": "un agregado de individuos que marcada por un 'antes" y un •después". Thmbién los sedo-
están separados, apartados unos de los otros, [que] son logos pen:iben, Yexp1ican, ese hecho. El texto de Edward Shills
anónimos y homogéneos respecto del comportamiento de "La sociedad de masas y su cultura" es bastante represen-
masa,,19. En este sentido, "masa" se aproxima a "multitud". En tativo de esta forma de pensar Sus primeros párrafos dicen:
ambas prevalecen las mismas disponibilidades. Anonimato "Después de la Primera Guerra Mundial, surgió un nuevo
y homogeneidad son sus atributos esenciales. Pero queda orden social, sobre todo en los Estados Unidos. pero tam-
una duda: i.se trata de un resquicio heredado del siglo XIX1 bién en Gran Bretaña, Francia, el norte de Italia, los paises
europeos del sur y el norte y Japón [...). Esta nueva sociedad
es una sociedad de masa, precisamente, en la medida en
18 Véase Adorno, T. W., "A ind:Ostrla culb.ll'al"', en Cohn, G. (comp.),
Adamo, San Pablo, Ática, 1986-
19 Blumer, H., "E1ementary CoDective Grouping"', op. cit., p. 242- 20 Ortega YCesset, J., op. cit., pp. 51-52.
80 81
OTRO TERRITORIO CULTURA, COMUNICACiÓN Y MASA

que la masa de la población fue incorporada a la sociedad. individuos podrían escapar hacia "más allá de la sociedad",
El centro de la sociedad -las instituciones y los valores cen- es decir, hacia los subgrupos, como los trabajadores, los ju-
trales que guían y legitiman esas instituciones- extendió díos, los homosexuales, etc. La autora añade: "buena parte
sus fronteras. La mayoría de la población se encuentra más de la desesperación de los individuos sometidos a las condi-
próxima del centro, que 10 que estaba en las sociedades pre- ciones de la sociedad de masas se debe al hecho de que hoy,
modernas o en las fases anteriores de la sociedad moderna. las vías de escape están cerradas, ya que la sociedad incor-
En las sociedades anteriores, una parte sustancial de la pobla- poró a todos los estratos de la población"". La integración
ción, con frecuencia la mayoría, nacía y permanecía, siem-
causaría así, el sofocam1ento de la índívídualídad".
pre,exclU1ída," .
Entre tanto, las citas anteriores pueden leerse tomando
Inclusión/exclusión. Espacio ampliado/espacio restringi- en consideración, no tanto el aspecto ideológico, sino la di-
do. La sociedad de "masas" es vista como una ruptura de las mensión propiamente sociológica. En este caso, dos ele-
fronteras. Una primera lectura de ese cambio radical es de mentos merecen ser explicados: la ruptura de las fronteras
naturaleza ideológica. A mi entender, predomina en los es- y la idea de integración. Ambos califican el'antes" y el"des-
critos y en la polarización del debate contemporáneo. Orte- pués". En verdad, hace mucho que los sociólogos describen
ga y Gasset tiene, evidentemente, una visión conservadora, el advenimiento de la sociedad moderna como el resultado
ve con desagrado la declinación del antiguo equilibrio espa- de un conjunto de cambios -industrialización, mbanización,
cial. La 'rebelión de las masas' significa, por cierto, que éstas migración del campo a la ciudad, formación de un mercado
ya no se contentan con la posición que ocupaban hasta en- interno, etc-, Perdben las sociedades pasadas, llamadas
tonces; "indebidamente", invaden los circulos dominantes. "tradicionales", como segmentadas, menos móviles, en cuyo
La interpretación de Shills traduce una concepción en la interior cada subgrupo viviría su vida. La misma estructura
cua1la antinomia inclusión/exclusión se reviste de une clara de la organización social favorecería esta separación de
connotación política. La integración de las "masas" se co- "mundos", jerarquizándolos según los patrones vigentes.
rresponde con el fin de su marginalización. Las fronteras, al La ruptura de este orden plantea un problema: zcémo inte-
expandirse, toman el mundo "más" democrático. Pero in- grar las diferentes partes móviles de este conjunto, en el cual
cluso otros pensadores, como Hannah Arendt, pueden ser la circulación es una exigencia de la modernidad y el indivi-
recordados. Su comprensión, similar a la de los frankfurtia- duo ya no se encuentra vinculado por lazos tradicionales?
nos, refuerza mi argumentación. Ella dice: iI existe una dife- Este es el dilema de Durkheim cuando busca, en la división
rencia entre las primeras etapas de la sociedad Yla sociedad del trabajo, o en la educación, los elementos capaces de sol-
de masa, con relación a la situación del individuo. Mientras dar la sociedad "desarticulada".
que la sociedad propiamente dicha se restringía a determi- Loscdticosylosdefensoresdelasociedadde"masa"enfren-
nadas clases de la población, las posibilidades de que el in- tan la misma cuestión. Fundamentalmente, dicen: la cultura
dividuo subsistiese a sus presiones eran bien grandes"zz. Los
23 !bid., p. 252-
21 Shills, E. ~ Society ami its Cu1~, en Culturefor Millions?, ap.
I
24 m tema de lasintegraciones noscoloca, en esaepunto,en el polo opuesto
ciJ., p. 1. al de la multitud. Las ciases peHgrosas eran as( consideradas porqtIe
22 Arendt, H., "A crise da cultura'", en Eremo,...-loe o fuh4ro, San Pablo, se enronbaban al margen, sepandas del ronjuntn de la oociedad. Su
Perspectiva, 19'72,. p.151. potencia1 de pe6groe;dad derivaba de _ exd"-.

82 83
OTRO TERRITORIO CULTURA, COMUNICACiÓN Y MASA

cumple un papel esencial. Es el cimiento social a través del ciedades pasadas eran estamentales, díterendadas, y se orga-
cual se realiza esta función integradora. Pero, paraello, debe nizaban a través de vasos no comunicantes. Las sodedades
ser necesariamente de "masa", esto es, poseer el mayor fa- modernas se encuentran permanentemente en comunica-
dio de influencia posíbíe y ser interiorizada por la mayoría ción; en ellas, los medios tienen el poder de conectar laspar-
de la población. Las sociedades modernas tuvieron, por tes dispersas en el todo.
lo tanto, que generar sectores especializados de producción Pero sabemos que la modernidad no es apenas industria,
-las industrias culturales-. Separadas de las instituciones también es nación. Lo que los sociólogos describen, en tér-
primarias de socialización, serian las únicas instancias con ca- minos generales, como el industrialismo, sólo se actualiza
pacidad de producir objetos, valores, intenciones, para ser cuando encuentra una entidad histórica adecuada para su
absorbidos en escala ampliada. Esbueno recordarlo: ningu- realización. Ahora bien, ¿qué es la nación si no un conjunto
na sociedad anterior conoció un tipo de institución seme- constituido por partes relativamente homogéneas? --alme-
jante, en la coalla cultura es "fabricada" en esa proporción, nos éste es el rasgo valorizado por la mayoria de los pensa-
en espacios separados, distintos, de la vida de aquellos que dores-. Incluso Gellner, que tiene el mérito de vincular la
la utilizan. Tal vez la única comparación posible sea con emergencia histórica de la industrialización con la forma-
las religiones universales. Éstas también constituían, en las ción de la sociedad nacional, no escapa de esta visión15, Para
"iglesias", una esfera racionalizada para la gestión de lo sa- él, la idea de nación presupone la de homogeneidad cultu-
grado (pienso en Weber). Sin embargo, a pesar de sus in- ral. No porque esto sea el resultado de una ideologfa nado-
tenciones universalistas era, objetivamente, imposible que nalista; GeUner sabe que es el nacionalismo quien crea las
comprendiesen un gran sector de la población. Su universa- naciones, y no a la inversa Se trata de una expresión de la
lidad estaba contenida por la segmentación de las socieda- sociedad industrial, que refleja "una necesidad objetiva de
desagrarias. homogeneización". lbr lo tanto, masa y nación son caras de
La "cultura de masa" no conoce estos impedimentos, su una misma moneda. La homogeneidad, postulada para la
fuerza de incorporación supera los obstáculos existentes. integración del orden índustríal.es respuesta en el plano
Disfruta, además, de nuevas condiciones: tecnología y mer- nacional: propicia la mediación entre los individuos y el
cado. Sus productos son elaborados mecánicamente, e in- todo social
mediatamente distribuidos "para todos". Pero el hecho de Por eso la discusión acerca de la "cultura de masa" se en-
que sean fabricados en serie, o industrialmente, es una con- cuentra comprometida por la temática nacional. Elejemplo de
secuencia, y no la causa, de la "masificación". Por cierto, ese los Estados Unidos es, otra vez, paradigmático. Los publl-
aspecto refuerza la dimensión "homogeneizadcra", pro- cistas norteamericanos perciben, durante los afias veinte y
puesta anteriormente. La serialización de los productos cul- treinta, que la complejidad del modo de vida urbano crea
turales implica un grado elevado de estandarización. Se un vacío en la orientación de las personas. Seg6n ellos, los
trata de un axioma interno de la lógica del mercado y del consumidores, atomizados en el mercado, necesitaban un
proceso de difusión ampliada. Es necesario entenderlo: no vínculo que los asocie unos con los otros. En principio, los
es el factor industrial el que califica como siendo'"de masa". mase-media serian este factor unificador. La publicidad sur-
Esa es una exigencia anterior. Desde la perspectiva esboza-
da, la homogeneidad deriva de un imperativo estructural.
Es consecuencia de las transformaciones ocurridas. Las so- 25 VéaseGeIlner,E.,op.cil.

84 85
OTRO TERRITORIO CULTURA, COMUNICACiÓN Y MASA

ge así, como respuesta a la demanda mercadológica y al im- dad del siglo XIX. La educación formal, que en diversos lu-
perativo de integración nacional. Como se decía en la época: gares tuvo un papel clave en la constitución de la nedonell-
"el consumo implica la homogeneización nacional". En este dad, siempre fue precaria y algunas veces inexistente. En
caso, el individuo, inserto en el mercado, seria simultánea- este contexto de dispersión cultural y geográfica, los medios
mente consumidor y ciudadano. Entre tanto, para que esto de comunicación actúan como factores preponderantes; fu-
ocurriera, los individuos tenían que adecuarse al patrón so- sionan la diversidad existente en el seno de la unidad nacío-
cial emergente. La producción en masa requería una educa- nal. Los filmes, la música, el radioteatro, la radionovela y,
ción de las "masas". Los publicistas creían que ellos eran los posteriormente, la telenovela, son elementos dinámicos en
"educadores" modernos, los que guiarían a las personas, de la elaboración de una cultura nacional-popular. Por eso, la
forma material, ayudándolas a escoger los productos en el polémica sobre el imperia1ismo cultural gira en lomo de la
mercado, y espiritual, al consagrar valores y orientar la con- esfera de la producción. y de la distribución, de una "cultura
ducta. Es interesante el análisis de Stuart Ewen acerca de de masa" (cine nacional versus Hollywood, telenovela ver-
este período", Él muestra cómo los hombres de negocios sus series extranjeras, música popular versus rock-and-roll).
elaboran una ideología, en la cual los productos de masa Ese es el punto neurálgico, el núcleo donde se erige la inte-
encarnan los "verdaderos" valores, políticos y estéticos, de gridad del Ser nacional.
la vida americana La educación de los individuos se llevaría Integración-masa-nación. Los temas se superponen. Pero
a cabo a través del mercado. Consumo y "cultura de masa" ¿es convincente, en realidad, captarlos en tanto homogenei-
tendrían, como la escuela, un papel pedagógico en el proce- dad? Por cierto, no. En verdad, los científicos sociales y los
so de construcción nacional. políticos, al deificar la idea de integración, idealizaron la
También en América Latina, medios de comunicación, existencia de una nación homogénea, en la cual la diversi-
"cultura de masa" y nación se encuentran íntimamente liga- dad estaría, orgánica y, si es posible, armónicamente, articu-
dos", y yo diría que de manera más intrincada que en los lada al todo. En rigor, incluso en los países "centrales", esta
Estados Unidos o en Europa las razones son fáciles de enten- cohesión se encuentra fraccíonadapor los intereses dispares
der. En América Latina, la heterogeneidad de la población de los grupos y las clases sociales. Para no mencionar el resto
es evidentemente mayor -grupos indígenas, comunidades del mundo, donde el proyecto nacional no se realizó concre-
negras, inmigración europea: portugueses, españoles, italia- tamente en sus ambiciones uruversalístas'", No sólo en Améri-
nos, alemanes, etc.- y las clases dominantes nunca tuvieron ca Latina, sino también en África yen Asia. en diversos paises,
un proyecto realmente "republicano" para la integración de el Estado-nadón es, en el fondo, una entidad político-admi-
segmentos de todas las clases sociales. f\:Jr otro lado, sus pai- nistrativa, que carece de una base propiamente cultural-Re-
ses nunca conoderon, excepto como frustración, la modemi- nan diría de un "espíritu colectivo"-. La presencia de grupos
étnicos diferenciados, que hoy nos sorprende, sólo demuestra
26 Ewen, S., Glptains of Consciousness: Advertising and tire Roots of Consu- una realidad antigua, pero que habíamos imaginado como
merCulture, Nueva York,MLCraw-Hill, 19'76, p. 42. relegada en el tiempo. Por otro lado, el marcado COntraste
Z7 Véase Martín B., J., De los mdir a l#s mediaciones, Barcelona, Gustavo
Gili, 1987. Para la Argentina, Ford, A. el al., Medios de comunicación 1J
cultura popuiDr, Buenos Aires, Legase, 1985;para V~ezuela, Pasquelí, 28 Sobre la dificultad de realizadón de los proyectos nacionales en !os
A., Comunicación y cultura de mIlSIlS, Caracas, Monte Avila,1976. países del "Tercer Mundo", véase Ianní, O., A sociedade gWbJd, op. rito

86 fJ7
OTRO TERRITORIO CULTURA, COMUNICACiÓN Y MASA

con las formaciones sociales anteriores quizás haya lleva- disputa, O acomodadas a su estructura jerárquica Por eso la
do a los sociólogos a sobredimensionar la capacidad inte- manutención del orden requiere un gasto permanente de
gradora de las sociedades industriales. Por cierto, tienen energía, porque garantiza la reproducción, diferenciada y
razón en contraponer las sociedades agrarias a las industria- desigual, de las legitimidades existentes.
les. No obstante, al considerar el universo de las sociedades Multitud y masa. 'Ial vez no deberíamos tomarlos como
industriales, no de forma comparativa, sino en sí mismo, nociones o conceptos, sino como emblemas.Ia cristalización
identificamos varios puntos que fraccionan la supuesta ho- de un conjunto de preocupaciones que nacen con la moder-
mogeneidad. nidad. En un primer momento, las transformaciones ocurri-
Entre tanto, se puede incluso cuestionar la premisa de la das durante el siglo XIX se condensan, de alguna manera, en
homogeneidad cultural desde un punto de vista más con- los fenómenos de la multitud, que denotan otro tipo de or-
ceptual, puesto que no es necesario asociarlo al concepto de ganización social y de sociabilidad. La masa viene después¡
integración. Ésta se puede realizar como conjunto diferen- es el fruto de un pensamiento dirigido al siglo xx. Con la
dado, en el que las diferencias representan idiosincrasias, radicalización de la revolución industrial (industria qulmi-
también ajustadas a las jerarquías socialmente legitimadas. ca, petróleo, automóvil, avión) y el crecimiento de los me-
El todo, en este caso, es un resultado de los conflictos inter- dios de comunicación (cine industrial, radío, televisión), las
nos de su propio orden. Pierre Bourdieu, en su libro La dis- socie~des.generan una forma de articulación que ultrapasa
tinción, nos ofrece un buen ejemplo de ese tipo de anaíísís". las dimensiones hasta entonces conocidas. Actualmente, se
Este autor no trabaja en ningún momento con la noción de abre otro horizonte. "Aldea global", "sociedad informática",
"cultura de masa". Los objetos vehiculizados socialmente, "tercera ola", "posmodernídad", son metáforas que buscan
tanto provenientes de la esfera erudita (música clásica, pin- comprender su especificidad. Los avances tecnológicos, los
tura.Hteratura), como de la"esfera de bienes ampliados" --el cambios económicos y el proceso de globalización, redimen-
mercado- (filmes, historietas, programas de televisión), es- sionan el plano de la discusión. ¿Cómo entenderlo?
tán siempre en interacción con los grupos y las clases socia- Una primera línea de razonamiento retoma el tema de la
les. Cada uno de ellos los consume, los utiliza, en función de homogeneización y 10extiende a escala planetaria. Theodo-
sus posiciones en el seno de la secíedad. La distribución y el re Levitt, uno de los principales teóricos del marketing glo-
consumo de bienes se realiza así de forma diferenciada, to- bal, es un representante de este pensamiento. Su texto "La
mando en consideración el "capital cultural" de los indivi- g10balización de los mercados" describe la contemporanei-
dad del siguiente modo:
duos y su condición de clase. Lejos de ser visto como un
espejo uníforrne, el universo cultural se ilumina en tanto "Una fuerza poderosa impulsa actualmente al mundo hada
distinciones sociales, en contacto y en conflicto. Es como si. un futuro punto convergente, y esa fuerza es la tecnología,
estuviese constituido por círculos, en cuyo interior cada uno que prolelarizó las comunícadones, los transp<n1eS Y los via-
determinaría un circuitoespecifiro. En este sentido, Rayrnond jes, al volverlos baratos Yaccesibles, en los lugares más aisla-
WJlliams tiene razón: de hecho, las "masas" no existen. La dos del mundo y a las multitudes empobrecidas. De forma
sociedad es una totalidad articulada de partes diversas, en súbita, ningún lugat; nadie, se encuentra aislado de las fasci-
nantes atracciones de la modernidad. Casi todas las persa-
nas en todos los lugares quieren todas las cosas que oyeron,

..
29 Bourdieu. P., ÚI distincticm, París, Minuit, 1980.

.
vieron y probaron, a través de los nuevos vetúculos tecno-
OTRO TERRITORIO
CULTURA, COMUNICACiÓN Y MASA

lógicos que impelen sus voluntades y deseos. Y esto nos con-


fendidas -a menudo heredadas del concepto de imperiaJJs-
duce.cada vez más,hacia un puntocomún globaL alhOnt'W'-
neizar de esa forma los mercados en todos los lugares" .
mo- acaban por afirmar un terreno común. En nombre de
la afirmación de los principios nacionales, el potencial ho-
Existe, por lo tanto, una tendencia uniformadora de los mogeneizador de una eventual 'cultura global' es considera-
productos y de los comportamientos. El mundo sería único, do como algo amenazador, por lo tanto, concreto. Por cierto,
y en él predominaría la alta tecnología y la producción ma- ese potencial no posee las cualidades apreciadas por los ideó-
siva, El hecho de encontrar en "todos los lugares" los mismos logos del mercado, pero su negatividad forma parte del rei-
objetos, traduce una estructura homogénea del mercado y de no de la realidad. Viviríamos, así, una etapa de dilución de
las preferencias individua1es. Los consumidores, al partici- las diferencias, de uniformidad del planeta.
par de un mercado globalizado de ofertas, se comportan así Un punto de vista distinto, en verdad antagónico del an-
de manera idéntica. Sus gustos y dispom'bilidades estéticas teríor; tematiza la diferenciación y la segmentación de la so-
expresan la unicidad de un "mundo sin fronteras". ciedad. Mejor estructurado, y articulando una visión más
La argumentación presentada se transformó en una es- consistente de la historia Y de las transformaciones econó-
pecie de sentido común, que imagina al mundo como un micas y tecnológicas, es ciertamente más sólido que la visión
organismo vivo -para usar una expresión de Herder-, una homogeneizadora. Talvez por eso se encuentra tan difundi-
especie de metanaci6n, en cuyo interior estamos todos inte- do entre diversos autores, de los divulgadores científicos a
grados. Pero la visión de un planeta homogéneo, a menudo los posmodemos. Menciono, en primer lugar, a Alvin Tof-
cultivada sobre la base de un excesivo optimismo técnico-la fler: 'Durante la Segunda Ola, la comunicación de masa se
aldea global de McLuhan es una reproducción del ideal tomó cada vez más poderosa. Hoy está ocurriendo un cam-
de "comunidad" en el ámbito mundial-, es en el fondo tan bio espantoso. Con la emergencia de la 'Iercera Ola, lejos de
equívoca como la unicidad postulada en el plano nacional expandirse, la comunicación de masa se ve, súbitamente,
Presupone que las sociedades de "masas" se desarrollaron, forzada a compartir su poder. En varios frentes, comienza a
primero en el interior de algunos países, para luego traspa- ser superada por lo que llamo mass-media desmasíscedos?'.
sar sus fronteras. La estandarización de los productos, al El autor se refiere a los productos ofrecidos por la televisión
comienzo restringida a los mercados nacionales, al planeti- por cable, el video casete, los video-games, los servicios de
zarse revelaría la uniformidad de las acciones, su homoge- información, etc, Eso significa que durante la "Segunda Ola',
neidad los individuos habian recibido una educación de "masa"
No deja de ser una ironía el hecho de que muchos de los uniformadora, niveladora Mientras que la 'Tercera Ola' se
criticos de la "globalízecíén" de la cultura (por eso, prefiero caracteriza por una pluralidad de ofertas, dirigidas a seg-
hablar de mundíaüzedén) terminen compartiendo algunos mentos de consumo. El individuo pasaría así, de una con-
de los presupuestos de la concepción que intentan refutar. ciencia de "masa.. . a una elección desmasificada de lo que
Es verdad que las diferencias ideol6gicas de las corrientes realmente 'le' interesa. Él ganaría libertad.
de pensamiento son claras. No obstante, algunas ideas de- En verdad., esta concepción no se limita a un único autor;
Está presente en toda la literatura empresarial referida a la
30 Levitt, T., "A globalizal;io de mercados", en A inuJginsJ9io do 17JllthtinK-
,S,znPablo, Atlas, 1991, p. 40.
90 .,
31 Toñler, A., TheThird Wave, Nueva York,. Bantam Boob, 19t11,p. 158,
OTRO TERRITORIO CULTURA, COMUNICACiÓN Y MASA

globalización". Los teóricos y ejecutivos de las grandes fir- limite, las promesas de realización del ser humano. Existe
mas trasnacionales consideran el mercado mundial como un entonces, una correlación inmediata entre el tipo de reeno-
conjunto de segmentos, en cuyo interior diseminan sus logia empleado y la forma de organización de la cultura. Al
productos. El problema de la gestión moderna consistiria en paso de los mase-media para los medios electrónicos se ro-
combinar el descentramiento de la economía mundial y la rresponde una superación del monolitismo (de las ideas, de
oferta de productos adecuados al gusto de cada uno. El mer- las producción y de los contenidos) por la diversidad. Como
cado de "masa" cedería entonces su lugar a los segmentos dice uno de esos especialistas:
diversificados, y los productos de 'masa' a los objetos 'per-
"La segundarevoluciónindustrial [la Tercera Ola de Toffler]
sonalizados". No pretendo examinar las impJicaciones ideo-
modifica el énfasis de lasmercancías y los mensajes produ-
lógicas de la perspectiva esbozada; en el fondo, reedita una
cidos en masa. Máquinas, producción masiva, mecánica,
ideología seudodemocrática contenida en las primeras
eran la clave de la primera revoluctón industriaI para la re-
explicaciones acerca de la sociedad de "masa". Me interesa düccíén de los costos. La clave de la segunda revolución
más focaJiz.ar su aspecto específicamente sociológico. industrial es la química y la electrónica, lo cual enfatiza la
La problemática de la 'fragmentación' está íntimamente diversificación. La estandarización de la línea de montaje
asociada al tema de la tecnología y la información. Para fue relajada por el control de la producción computaríeada,
muchos autores, el hecho de que un conjunto de técnicas lo que permite en una sociedad afluente la eficiencia en la
recientes estén basadas en la informática lleva, necesaria- diversidad",34.
mente, a una modtñcacíón radical del tejido social De este
Nos encontramos nuevamente en una encrucijada. Hay
modo, existiría una ruptura entre las "nuevas" y las "viejas"
tecnologías'". Estas últimas -cíne, televisión, prensa- otro 'antes" y otro 'después". En ese contexto, la vieja 'cultura
son vistas como de "masa". En ellas, algunos individuos uti- de masa" está condenada a la declinación. La estandariza-
ción de los productos sería cosa del pasado.
lizando pocos canales de comunicación, vehicu1izarian
para una gran audiencia los mismos mensajes. Un conteni- Anoto una última corriente teórica en la cual se desdobla
do estandarizado alcanzarla al público como un todo. la problemática de la segmentación. Me refiero a los autores
Las 'nuevas' tecnologías serían de otra naturaleza. Ellas pertenecientes a la tradición del pensamiento crítico -sea
favorecerían la descentralización de la producción, la di- marxista o no-, Thmbién ellos intentan comprender las trans-
versificación de mensajes, la interacción entre el emisor y el formaciones ocumdes". Pueden ser destacadas varias dí-
receptor. Este último aspecto representa una especie de re-
vancha del individuo frente a la ccmunícecíón unidimen- 34 De Sola Pool, L, "Prcm Mass-Media Revolution to Electronk Revolu-
sional, unilateral. Los medios interactivos contienen, en el tion"", en Tedmologies without Bouruimies: on Telaxmmutnialtion on Glo-
&al Age, Cambridge, Harvard University Prees, 1990.
35 véase Lash, S. y Vny, J., The End of (J,goniud 0q>ibWmn, MadUon,
32 Véase, Ohmae, K, Mundo sem fronleirru, San Pablo, Makron Books, Wisconsin, Univer5ity of Wisconsin Press, 1987; Harvey, D., TIre Con-
1991; Porter, M., "The Strategic Role oi Intemational Marketing", en dition of PostmDdemity, Cambridge, BlackweIl, 1990. Para un trabajo
flaruard 8usiJvss Review, Vol 3., No. 2, printavera de 1986. especifico sobre el área de comunicación, véase Robins, K YWebster,
33 Véase, por ejemplo, gogers, E. M. y Balle,F. (comps.), TheMediaRevo- F.• "CybemeticC.pUatism, Jnfonnation, TechnoIogy, Bveryday Li/e",
lution in Anreric4 tmd in Western E.~ Norwood, Nueva Jersey,Ab1ex en Mosco, V. yWasko,J. (comps.), The PolitiadEccmomyoflnformation,
Publishing Corporatioo, 1987. Madison, The Universl.ty of Wisconsin Press, 1988.

93
OTRO TERRITORIO CULTURA. COMUNICACiÓN Y MASA

mensiones: crecimiento de los servicios, restructuraci6n del nimiento de un capitalismo flexible deriva el fin de toda y
espacio urbano, consolidaci6n de un sistema financiero glo- cualquier "cultura de masa,,36. Su ocaso es simultáneo y com-
bal, desregulaci6n del mercado mundial, advenimiento de plementario con el ocaso del modernismo, superado por las
nuevas tecnologías, reformulación de las plantas industria- condiciones de la posmodemidad.
les, deslocalizaci6n del trabajo, peso de las trasnacionales No quiero trasmitir al lector la impresión de que los diag-
en las economías nacionales, relativa declinaci6n del papel n6slicos mencionados son similares. Seria incorrecto. El pen-
del Estado-nación, etc. No es mi intenci6n profundizar en samiento crítico no sólo difiere, sino que contrapone, a una
cada uno de esos aspectos. Apenas quiero recordar que, en visión atomizada de la sociedad, un espacio en el cual los
su conjunto, señalan un cambio estructural de la sociedad. individuos se mueven en función de sus voluntades y con-
Por eso, contrastan con una fase en la que habían prevaleci- ciencias personales. Para el pensamiento crítico, el mundo
do: el peso numérico y político de la clase obrera, las ciuda- no está compuesto por partes inconexas o por consumido-
des modernas (con sus centros bien definidos), un sistema res "sueltos" en el mercado. Plexíbílídad significa otra forma
financiero nacional e internacional, el mercado regulado de organización social. Entre tanto, respecto de la proble-
por el Estado, las "viejas" tecnologías, la fábrica como uni- mática que enfrentamos, hay una convergencia de puntos
dad de producción, la importancia del Estado-naci6n, etc. En de vista. La quiebra de la "cultura de masa" se deriva de los
suma: estamos viviendo la transici6n de un capitalismo de cambios en marcha Perovolviendo a Raymond WJ.Il:iams, me
tipo "fordísta" a otro más flexible. pregunto ¿cómo podria desaparecer algo que nunca existi6?
La elección del término "'fordista" para calificar un periodo En verdad, la supuesta superaci60 de la 'cultura de masa"
histórico no es fortuita. Significa: control centralizado, pro- sobreentiende una serie de argumentos, a menudo poco ex-
ducción en masa, uniformizaci6n y homogeneizaci6n de plicados en el debate. Hay, en primer lugar, una cierta ten-
los productos. En contrapartida, flexibilidad quiere decir: tación determinista por parte de varios autores. Aclaro mi
descentralización del trabajo, la administración y el espado, posición. Seria insensato subestimar las consecuencias de las
producción segmentada, diversidad de los productos. Evi- transformaciones tecnológicas y económicas sobre el uni-
dentemente, y ése es el punto que nos interesa díreetamen- verso cultural Esimposible entenderlo sin tomarlas en con-
te, ninguno de esos calificativos se limita al nivel económico; sideración. Afirmarlo contrario nos conducirla a una visión
cada uno de ellos expresa una forma cultural sui generis, un cultorista de los fenómenos sociales. En el estudio de las so-
modo de vida. Fordismo implica modernismo, 'cultura de cíedades contemporáneas, debe haber un lugar destacado
masa", homogenización del mercado; por su parte, el capi- para una economía política de los medios de comunicación
talismo flexible se abre a otras dimensiones-posmodemidad, y de las instituciones que los utilizan37• A fin de cuentas, al-
diversificaci6n cultural, segmentación-. La historia puede gunas de ellas, como las trasnacionales, tienen un papel pre-
ser, entonces, dividida en dos etapas, y cada una de ellas se
adapta a una configuración culIural especifica. Exisle, por lo
36 Véase Denning. M., "Ihe End of Mass Culture", en Naremore, J. y
tanto, una homología entre el 'modo de producci6n" y su Brantlíeger,P. (romps.)_tyandM= CulMe,1lIoomington, in-
"'super-estructura" ideol6gica. Una cultura integrada ver.. diana University Press, 1991.
ticalmente, producida en línea de montaje, distribuida en 37 Muchos autores trabajan con seriedad desde esta pe:tspectiva. Cito,
'masa" para los diferentes estratos y clases sociales, repre- entre ellos, a MatteJart, A, lA Communialticm monde, Paris, La Décou-
senta el primer momento. De forma consecuente, del adve- verte, 1991.

94 95
OTRO TERRITORIO CULTURA, COMUNICACiÓN Y MASA

ponderante en la elaboración de las ideologías de la socie- "más", o "menos", plural en función de características pre-
dad global. Entre tanto, no podemos olvidar. que existen dominantemente técnicas. 'Iengo la impresión de que lalitera-
mediaciones entre el nivel tecnol6gico-econónnco y el mun- tura especi.a1izada, al contraponer las "viejas" a las "nuevas"
do de la cultura. El pasaje de las 'viejas" a las "nuevas" tec- tecnologías. exagera en la adjetivación, tanto de sus cuali-
nologías, del "fordísmo" al capitalismo"desorganizado", no dades como de sus desventajas. Esta literatura las presenta
conduce al mismo tipo de configuración de la esfera cultu- como si, de hecho, estuviésemos ante universos antitéticos.
ral. El argumento enunciado de esta forma~ postula una Cernraíízacíotvdescentealízaoón, homogeneidad/diversidad,
relación reduodorusta, condicionándola inmediatamente a la rigidez/flexibilidad, se vislumbran como polos enteramente
base material de la sociedad. excluyentes. Es esa certeza dualista la que permite a ciertos
Esto nos lleva a una serie de malos entendidos. Un filme autores pasar del plano tecnológico a la dimensión cultural.
de autor (Wun Wenders, Buñuel, Resnais, víscontí) utiliza, Aplicados fuera de contexto, los términos inducen al error.
como medio de expresión, la "vieja" tecnología, el cine. Pero Surgen así afirmaciones del tipo: la televisión por cable es
no por eso su influencia es masiva ~ verdad, su difusión más "democrática" que la televisión hertziana; las técnicas
no es una cuestión meramente técnica. Se trata de una es- descentralizadas son menos "coercitivas" que las centraliza-
trategia de los autores, que buscan vincular sus realizacio- doras. Se mezclan niveles distintos de interpretación, y se
nes, en parte al mercado cinematográfico y en parte, a una nos da, a menudo, la ilusión de que los problemas concretos
esfera de bienes restringidos -el arte-. Los programas de la pueden ser resueltos como realidades técnicas.
MTV son vehiculizados por una "nueva" tecnología, la tele-
Asimismo, la ecuación: fordismo = línea de montaje ==
visión por cable. Pero su audiencia es planetaria. Esto no sig: estandarización = "cultura de masa", es poco convincente.
nifica que "todos" se interesen por esos pr~gramas; pero SI Presupone que las industrias culturales habían, al menos en
que circulan en un estrato juvenil que trasciende las fronte-
el pasado, operado como las grandes fábricas textiles o auto-
ras nacionales. Su importancia reside en el hecho de que
movilfsticas. Oto, al acaso, uno de los manuales recientes, es-
generan un espacio de legitimidad de una cultura interna-
critos para las escuelas de comuoícacíon. Dicen los autores:
cional-popular. Junto con las revistas de rock, la música, en
vinilo o en, los programas de la MIV no sólo alimentan ~ "De hecho, a mediados de siglo. el arte de masa fue produ-
mercado de dimensiones mundiales, sino que determi- cido por un sistema fordísta, integrado verticalmente, y sus
nan los gustos y los juicios estéticos de ~ .conj~~to de productos estandarizados, designados para alcanzar el ma-
"jóvenes". También las televisiones comurntarias utilizan la yor número posible de clases Y fracciones de clases. De ca-
tecnología de la MTV, pero su alcance es Ilmitado y se restrin- pital intensivo, articulado a una compleja división del trabajo,
ge al horizonte de la vida local. era en general racionalizado por losproductores comosi fue-
En verdad, el tamaño del públlco, el cuntenido de los men- se mucho más tmadiversi6n que propiamente arte. Su propia
naturaleza desvalorizaba la 'originalidad' y la 'fndívídualí-
sajes y las formas de producción.no son varia~les.direc-
dad', y la supervisión de la producd6n era reaJizada por
tamente dependientes de los medios de comurncaa6n. Su
ejecutivos y comisiones de dtrección,,38.
utilización debe tomar en consideración un cálculo mucho
más complejo: la naturaleza de las audiencias, la ~versión
financiera, las expectativas de lucro, las estrategias de los 38 Naremore,}. y Brantlinger,P., "Introdudion: SixArtisticCultures"', en

.
productores culturales. Sería equivoco imaginar un mundo Modernity end Mw Culture, op. cit., p. 13.

97
OTRO TERRITORIO CULTURA, COMUNICACIÓN' Y MASA

(Es sintomático el hecho de que las frases son conjugadas aumenta la complejidad de la división del trabajo. Reducir
en pasado). Ho~~ood a una línea de montaje es utilizar una figura re-
Los talleres e industrias culturales participan, de ese modo, tortea, madecuada para describir el funcionamiento de la in-
de la misma naturaleza productiva. La suposición es, no obs- dustria cinematográfica.
tante, infundada. En rigo~ la industria cultural nunca operó En verdad, hay un malentendido a lo largo de toda esta
de manera "Iordísta". Incluso Adorno reconocía el carácter ~sión, una ~onfusi6n entre estandarización y masifica.
artesanal de la confección de la música popolar. Pero pode- cíón. Los términos son utilizados como equivalentes. Es
mos encontrar otros ejemplos, en los cuales la dimensión probable que la polarización entre arte y cultura de "masan
industrial es más acentuada. Pienso en la telenovela, uno de haya contribuido a esto. Una parte considerable del debate
los productos más seriaJizados del mercado de imágenes. Su cultural tiende a contraponer, de un lado, la creatividad la
fabricación difícilmente puede ser descrita en términos de originalidad, el aura del objeto único, y, del otro, la homo-
centralización, rigidez o línea de montaje. Al contrario, si un geneidad, la repetición, la multiplicación de artefactos. Sin
sociólogo del trabajo se dedicase a comprenderla, percibiría embargo, si dejamos de lado el contrapunto con la esfera
de inmediato, que se trata de un modelo, en la mejor de las artística, las cosas cambian de figura. La estandarización es
hipótesis, "flexible". Entre la idea original del escritor, los ca- una exigencia del mercado, pero nada la articula, necesa-
pítulos que siguen, las filmaciones, realizadas por varios di- riamente, a una estrategia propiamente de "masa". Carteras
rectores, que trabajan de forma separada pero en sincronía, Cuccí, perfumes Díor; ropa Benetton, son productos tan es-
la actuación de los artistas Yla edición electrónica, no existe tandarizados como las series norteamericanas, las telenove-
ninguna jerarquía centraüzadora". Lo mismo puede decirse las brasileñas o los filmes de Hollywood. Incluso la llamada
de los filmes de Hollywood. Su producción no obedece, de "alta costura", al transformarse en ptit aporter, no escapa a
ninguna manera, a la rigidez de una organización automo- este destino. Al invadir los negocios sofisticados, los mode-
vilística tradicional. Los minuciosos estudios a nuestra los considerados "únicos", "obras de arte" de modistos ta-
disposición refutan ese tipo de apredaoón", En primer lu- lentosos, no poseen más el valor que insisten en alardear. La
gar, a lo largo de todo el siglo xx, hay una alternancia de griffe no es nada más que una marca, el patrón de una deter-
"modos de producción" (formas de fabricar un filme) que se minada vestimenta en el mercado. Estandarización significa
diferencian unos de otros -por ejemplo, es centralizado en ~ ~rmato ad~o a la multiplicación industrial Los pu-
los años veinte, se toma flexible a partir de 1930 y, nueva- blicístas Y los ejecutivos del marketing global conocen esto
mente, se transforma en la década del cincuenta-o En segun- perfectamente. Ellos no pretenden vender sus productos
do lugar, a partir de las innovaciones tecnológicas (sonido a todas las personas del planeta; les interesa conquistar seg-
y color) y de la sofisticación del lenguaje cinematográfico, mentos mundíalízados de consumo. Todo es una cuestión de
grado, una variable dependencia del público-objetivo.
En este sentido, el mercado nunca fue de "masa", ni siquiera
39 Véase Ortiz, R Y Ramos, J. M O., MA fabrica¡;áo indusbial e cultural en los tiempos pretéritos de las "viejas" tecnologías o del
da telenovela", en Ortiz, R el al, Telenovel,,: hisfórill e produ(iío, San "fordismo". Es verdad que actualmente es más diversifi-
Pablo, Brasiliense, 1989.
40 Véase Steíger, J. el al., TIre CÚlssícal Hollywood Cinema: Film, Sty1e and
cado, pero no debemos reducirlo a una dimensión cuantita-
Molle o/ Production ro 1960, Nueva York. Columbia Uníversíty Press tiva. La presencia de un mayor número de productos llP
1985. ' elimina sus características anteriores.
96 99
OTRO TERRITORIO CULTURA, COMUNICACIÓN Y MASA

Dicho de otro modo, la segmentación no es fruto de la espacio de intercambio. Esta función, cumplida durante un
"Iercera Ola" o de la "posmederrudad". Varios ejemplos de- momento de la mod~d, implicaba una apropiación uti-
muestran esto. La radionovela, en América Latina, es una litaria de los objetos. Estos servían algo, eran adquiridos de
invención que conjuga influencias diversas: una forma ~o-­ acuerdo con sus características objetivas. El consumo se fun-
lletinesca de contar una historia, la emergencia de la radio, da hoy en la 'inutilidad". Los objetivos son portadores de
el interés de las firmas patrocinadoras (CoIgate-Palmoli- un valor 'saaó' (diría Durlcheim), Y simbolizan comporta"
ve, Gessy-Lever). Desde el inicio, se ~ a una au~cia mientos y distinciones sociales. En su ámbito, los individuos
específica: las amas de casa. De ~, el interés de las ~_ construyeo sus identidades, comparten expectativas de vida,
de jabón'" en producirlas y djfundirlas en escala contínen- modos de ser. El mercado es, por lo tanto, una instancia de
tal El melodrama radiofó~ es una estrategia d~ exglota- socialización. Aliado de la familia, la religión y las naciones,
ción, comercial y dramatúrgíca, del gusto feme~o . Las modela la personalidad de los hombres. Su influencia es
revistas de historieta también requieren una especialización planetaria, y se desdobla en la marcha de la modernidad-
del público. Sus héroes -Batman, Superman, Fantomas, Man- mundo.
dreke, Pato Donald, Mickey, Tio Patilludo- se dirigen a los Los primeros escritos sobre las sociedades de "masa" su-
adolescentes y los niños. El mecanismo se repite en la músi- brayaban esa dimensión socializadora, que, sin embargo,
ca popular. El rock-and-roll surge en los años cincuenta,como quedó en un segundo plano. Debemos recuperarla y situar-
resultado de las transformaciones de la industria cultural la en el nivel mundial. El consumo se revela así como una
norteamericana y como una expresión musical vinculada ínstítucíéa formadora de valores y orientadora de la con-
N42.
estrechamente a un mercado emergente: los NjÓvenes ducta; genera una ética específica, al desplazar los princi-
"Rebelde", frenético", el rack connota las maneras de ser
N pios de la esfera del gran arte y de las culturas populares.
de un determinado grupo de edad. Buena parte del debate acerca del "fin" del arte puede leerse
Homog~nversus fragmentación. No creo que el de- desde esta perspectiva. En rigor, sería insensato decir que el
bate deba ser conducido en esa dirección. Quizá tengamos arte desaparece en el contexto de la posmodernjdad, apenas
que focalizar algo que subyace en las .dos ~idone~: el m~ ocurre la declinación de su legitimidad. La esfera erudita ya
cado. En él, diferencia y estandartzaoón convrven S1o- no posee la autoridad que disfrutaba anteriormente. Nuevas
crónicamente. En rigor, lo nuevo de este siglo XXI es que el fuerzas sociales le hacen competencia El espacio del merca-
mercado se mundíalízé. Al atravesar los países, se consolidó do y del consumo se tornan así lugares en los cuales se en-
como una instancia fundamental de producción de sentido. gendran, y comparten, patrones de cultura. En ellos, en
En este aspecto, Adorno y Horkheimer tenían razón. En la escala mundializada, se materializan las fuerzas socialmen-
discusión sobre la "cultura de masas", lo que importaba no te hegemónicas.
eran las masas sino el mercado. Por eso, el emblema de los Multitud, masa, ronsunw. El primer término de esa secuen-
tiempos actuales es el consumo, que ya no se restringe a un da cayó en desuso, quizá llegó el momento de abdicar del
segundo. La importancia de los medios de comunicación 1\0
deriva.del hecho de ser de "masa". Debemos perdbirlosoomo
41 Lo mismo sucede con la sazp-oper& véaseABen, R, Spetiling of Salp-
intrínsecos de la modernidad que se tornó mundo; conectan
Opem Carolina del Norte, Univemty al North Carolina Presa, 1985.
4:2 Véase Peterson, R, ~y 19557 ExpIaining the Advent of Rock Mu· las partes dispersas en la sociedad global, y las articulan en
sic",en Popular Music, vol. 9/1,octubrede 1990. un mismo proceso. Lo mismo puede ser dicho respecto de
100 101
OTRO TERRITORIO

DIGRESiÓN: CULTURA, CIUDADANIA y POLITICA"


la cultura. No me parece conveniente pensarla en tanto ~ma­
sificaei6n". Fstandarización Y diversificación no ~n ~ver­
sos excluyentes. En este sentido, cultura y com~caCl6n de
"masa" son nociones de poco provecho analítico. ~do­ Inicio mi reflexión con una pregunta: zqué entender por po-
narlas no significa, sin embargo, entend~ que.su vali~ez ~ lítica? Sin la pretensión de dar una respuesta definitiva, creo
agotó debido al debilitamiento de la SOCIedad mdustrial. NI
que es posible comprenderla como un tipo de actividad que
que fueron superadas por la flexibilidad de las tecno1oglas y
se desarrolla en el ámbito de un dominio específico. El obje-
la segmentación del mercado. Vunos que ese tipo de expli-
tivo de la cienda política (sea alcanzado o no) es, justamente,
cación es insuficiente. Yodiría, simplemente, parafrasean~o el de revelar la lógica de este espacio, haciendo inteligibles
a Lévi-Strauss, que "masa" ya no es una buena categona las acciones de los individuos que actúan en él, así como las
para pensar. Instituciones y los intereses que las sostienen. Se supone, por
lo tanto, la existencia de un horno politicus, que se comporta
de acuerdo con metas estrictamente racionales, claramente
determinadas 00 que no significa que no pueda equivo-
carse). En este caso, la esfera de la política constituye una
especie de subsistema de la sociedad, con reglas y funciona-
miento propios. Se puede decir que el "hacer política" se
arraiga en determinados lugares: sindicatos, partidos, esta-
dos, movimientos sociales. Allí se encuentran, pragmática-
mente, los contornos físicos de la actuación de los agentes.
En las sociedades contemporáneas, la política constituye
una esfera especializada Su autonomía puede ser descrita
corno el resultado de un largo proceso de racionalización,
para hablar en términos weberianos. En su interior se reali-
zan y confrontan las ideologlas y los programas partidarios,
las intensiones y los proyectos de los miembros de una co-
munidad. Por eso, los que "hacen política" hablan de estra-
tegia: un cálculo, una tentativa de maximizar las acciones,
en la realización de un objetivo dado. Poco importa, en
nuestra discusión, que los objetivos propuestos o los mé-
todos empleados sean más o menos adecuados. Subrayo
apenas, que la estrategia se vincula con una cierta capacidad
de la mente de desprenderse de la realidad inmediata, plan-
teando los problemas a mediano y largo plazo. El cálculo

• Traducción: Ada Solari.

102 [ 103)
OTRO TERRITORIO DIGRESiÓN: CULTURA, CIUDADANIA Y.POLlTICA

requiere, entonces, la existencia de un grupo de personas toria particular, de su identidad. El proyecto nacional galva-
capaces de llevarlo a cabo. La política, como la religión, ne- :uzaba la tuerza y la imaginación de los hombres. Digo
cesita especialistas: se realiza a través de una "minoría P'?Y ecto en elsenñdo sartreano, poesla búsqueda delSer
actuante", No utilizo el término en el sentido negativo, no nactonal se. confundía con la lucha por la autenticidad. La
estoy sugiriendo una posible crlllca a las prácticas antide- nación se SItuaba, por lo tanto, en e! futuro, era algo inaca-
mocráñcas. Sólo lo empleo para designar la presencia de es- bado; su configucación idealizada contrastaba con el pre-
tratos dedicados a un determinado tipo de actividad. sente, con el subdesarrolloy las i~~;"';ones colo-'-"--.
imperialistas. -.,.- .~- o
Evidentemente, hay una gama de especializaciones. Por
ejemplo, las diferencias existentes entre la 'dirección' y la ~ que hoy las cosas son diferentes. El Estado-nactón
"base" de un sindicato o, también entre el liderazgo de un perdió e! monopolio de conferir sentido a las acciones colecti-
movimiento social, cuya duración se agota cuando las rei- vas. Debe ~pelir con otras instancias Y enfrentar las con-
vindicaciones obtienen respuesta, y los 'intelectuales orgání- tradicoones mternas del propio proceso de g1óbalización.
ros" de un partido. No obstante, a pesar de las diferencias, esos Con ~to no quiero decirque su actuación sea innecesaria o
agentes participan en un mismo universo que, de manera prescmdible. Es concreta. El Estado-nactón es por cierto uno
prosaica, llamamos el 'mundo de la política". Los polfticos de los actores importantes de este "nuevo ~en mundiar
poseen, por lo tanto, una identidad. Las concepciones que Pero hablar de proyecto, como se hacia antes es mezclar I~
sostienen son, por cierto, dispares y antagónicas, y varlan tantos. ;videntemente, lodo pals debe (o m~or, deberla) te-
desde e! cinismo abierto hasta los ideales democráticos. Pero, ~er ~ programa nacional", a través del cual racionaliza su
presumimos, su conducta está gobernadapor esas concep- ínsercíén en el concierto de las naciones. Hay que compren-
ciones. Lacoherenciaentrela acd6n idealizaday los valores der esto. Una propuesta programática no es un 'proyecto',
está garantizada por cierta ética; los objetivos propuestos están una filosofía suficientementecomprensivacomo para abar.
influidos por las ideologias y las idiosincrasias pecsonales. caro e! cor~ y la mente de los hombres. Por buena que sea
Sin embargo, la polftica posee una pecoliaridad: se reali- su ~lención, no posee fuerza utópica. Es fruto de la ponde-
za en el seno del Estado-nación. Fundamentalmente, ese es racon y de las oportunidades. La utopía nos abre una ventana
el terreno en el cual florece. Elecciones, disputas partidarias, hacía el futuro, es una proyección imaginaria: su sustancia
conflictos sindicales, desequilibrio económico, distribución es de otra naturaleza. '
de la renta,son problemas planteados en su horizonte. "Ha- Pero es posible radícalizar aún mas la argumentación. Las
cer política" significa, prioritariamente, ocuparse de temas transformaciones de! ooncepto de espacio tienen imp/icacio-
planteados en su interior. Incluso las incursionesque sobre- nes en la propia esfera de la poIftica, pues e! Estado-nactón
pasan sus fronteras confirman su centralidad. Es el caso de deja de ser su unidad elemental Si, de hecho.estamos viven-
las relacionesinternacionales. Cada país, en función de SU!; do un ~ de constitución de una sociedad gl()bal, esto es,
intereses y de su capacidad de persuasión económica y mí- de un con¡unto de relaciones socialesque se estructuran en e!
litar, actúa (al menos en teorla) de forma independiente de nivel planetario, cabe la pregunta: <cuáles e!1ugar de la po1f-
los otros. ¿Qué sucede a partir de la g1obalización? tica? ¿Lacentralidad de! poder se concentra aún en e!interior
En los paises delllaroado "Thrcer Mundo', hasta mediado de las naciones o se desplaza bada fuera de ellas?
de siglo, la construcción nacional era considerada una uto- . Quiero,dejar en claro mi pensamiento. No me interesa
pía. Cadapaís idealizaba sus metas en el contextode su rus- discutir el fin' del Estado-nación; como ya afirmé anterior-
104 lOS
OTRO TERRITORIO DIGRESiÓN: CULTURA, CIUDADANfA y POLlTlCA

mente, no me parece que sea la manera más correcta de en- cas o se encuentran generalizados en la sociedad? Dicho de
caminar el debate. La cuestión mayor tiene que ver con su otro modo: llos movimientos políticos tienen la primacía de
centralidad. Pienso que el movimiento de desterritorializa- formularlos o deben confrontarse con otras perspectivas, a
ci6n no se circunscribe apenas a las dimensiones económi- menudo perversas, de esos mismos principios? En verdad,
cas y culturales. También penetra en la política, que, en este cuando pasamos de la esfera especializada a la sociedad
sentido, ya no se puede encuadrar en sus antiguas fronte- como un todo, los dilemas se vuelven más agudos. En rigor,
ras. En cierta forma, existen indicios que nos permiten las prácticas sociales no están orientadas sólo por la concien-
hablar de una "sociedad civil mundial". El movimiento eco- cia poütica; están atravesadas por las influencias más diver-
lógico es un ejemplo de esto. Su referente, la Tierra, es sufi- sas. Por cierto, algunas personas poseen un conocimiento
cientemente abarcador como para comprender al planeta político mayor que otras; pero en grupos diferenciados y
como un todo. Yodiría que es una expresión heurística del mayoritarios de la sociedad, este esclarecimiento se manifiesta
movimiento de globalización. Pero es necesario tener en cla- de manera difusa y a veces ni siquiera existe. Lo que sugiero
ro que su amplitud, así como las promesas que encierra, son es que la política abarca un espectro restringido de las rela-
insatisfactorias. De forma preferencial, la política continúa dones sociales. Varias dimensiones escapan a su autoridad.
siendo una práctica demarcada por las imposiciones nacio- Esto nos conduce a otro orden de cuestiones. Es necesa-
nales. Partidos, sindicatos, gobiernos, movimientos sociales, rio indagar cuáles son las instituciones que, másalJá de la
sólo poseen validez en su interior. La globalización plantea, política, socializan a los individuos, definiendo normas de
por lo tanto, un desafío. ¿Cómo imaginar la política dentro conducta y comportamiento. Sabemos que la religión y la
de parámetros universales y mundializados? La premisa familia cumplen ese papel desde hace tiempo. Se trata de
fundante del pensamiento político era que lo universal se instancias tradicionales cuya influencia es diferenciada. La
realizaría en el ámbito de cada país. Democracia, justicia, familia educa a un grupo restringido; la religión a un grupo
igualdad, libertad, eran valores que serían vividos en un te- más amplio, aunque no alcance a todos los miembros de la
rritorio específico. Los ideales de la Revolución Francesa im- sociedad -la contemporaneidad está marcada por la plura-
plicaban universalidad y nación. Ese fue el fermento de las lidad religiosa (excepto en los países donde la separación
luchas anticoloniales. Esta conjunción se escindió. Por lo entre la religión y el Estado no se concretó plenamente}-.
tanto, los principios de la ciudadanía, para expresarse, de- Existen, sin embargo, dos instituciones cuya importancia es
ben ampliar su alcance. La modernidad-mundo exige que la capital en el contexto de las sociedades modernas: la escuela
política sea pensada como universalismo y mundialidad. y los mass-media. La escuela tiene, de hecho, una inflexión
Confinarla a su lugar tradicional es pasar por alto la centra- nacional. En principio es vista como el lugar de educación
lidad del poder. de "todos", de las clases y los grupos sociales más diversos.
Ya observé que la política constituye una esfera especia- Por eso, en países como Francia, Inglaterra, Alemania y los
lizada de la vida social Puedo añadir abora: zes la política el Estados Unidos, ya desde el siglo XIX, la educación cumplió
dominio exclusivo, o preferencial, de la conducta política? un papel fundamental en el proceso de construcción de la
¿No existen otras instancias que pueden, con frecuencia, en- nacionalidad. Enseñó al campesino, al obrero y al industrial,
trar en conflicto con ella? Más aún, puede ser planteada otra modo y nociones comunes -ciudadanía, culto a la patria, hé-
dificultad en relación con los valores: ldemocracia, igualdad roes nacionales, etc-. Por su parte, los mass-media son más
y ciudadanla son ideales restringidos a las ideologlas políti- recientes. Si bien es posible encontrar rastros de su desa-
106 107
OTRO TERRITORIO DIGRESIÓN: CULTURA, CIUDADAN(A y poLinCA

rrcllo en el siglo pasado, hasta mediados del siglo xx, con dimensiones diferentes de la vida humana -información,
excepción de los Estados Unidos, no se conocían aún las so- entretenimiento, ficción, etc.-. Y lo hacen de manera conti-
ciedades de "mesa". Los mass-media también contribuye- nua, permanente. Su rutina -a través de los diarios, la teIe-
ron a la formación de las identidades nacionales, al divulgar visión, la radio, la publicidad- garantiza la conformación de
Yreforzar una cultura popular similar entre los individuos, las personalidades. De ahí deriva su superioridad respecto
principalmente en América Latina, donde, todavía hoy, la de los partidos y los movimientos sociales. Las cuestiones
presencia de la escuela es débil. Los mase-medía electróni- relativas al poder son difundidas de forma abarcadora y di-
cos, al favorecer la oralidad, penetraron más fácilmente luidas como cotidianidad. De esta manera, su capacidad de
junto a las camadas analfabetas o semjalfabetízadas de sus penetración se amplía, y deja de estar limitada a un uni-
países, lo cual sígruñca que son, probablemente, una de las verso particular, habitado sólo por aquellos que, de algún
fuerzas dinamizadoras de esas sociedades. modo, profesan un conocimiento-esotérico.
¿Cómo pensar la interacción y la competencia entre esas No pretendo afirmar que los medios de comunicación
instancias? ¿Son equivalentes? Es evidente que no. Existen son la fuente de todo poder. Ni tampoco que la industria
claros indicios de la amplitud de los mass-media. A diferen- cultural posee un potencial ilirnitado de manipulación de
da de la escuela, cuya actuación se limita a un período corto los individuos. Sé que los grupos sociales leen, asimilan y
y determinado de la vida de las personas, los mass-media se utilizan lo que es vehiculizado por esos medios. Por otro
caracterizan por su duración. En relación con la política, lado, la sociedad es el cruce de un conjunto de instituciones
también son innumerables los ejemplos de su influencia. competitivas entre sí. Pero no caigamos en una ilusión. La
Aquello que Uamamos •opinión pública", difícilmente po- existencia de la familia, la escuela y la religión, tampoco im-
dría ser el resultado de la actuación de los partidos, que, al plica la unidimensionalidad de la conducta. Pero esto no sig-
final de cuentas, tienen una audiencia estrecha fuera de su nifica que su papel sea despreciable. Los rnass-media, en la
campo especifico. Sólo una ilusión democrática podría lle- medida en que se acoplan al propio desarrollo de la mo-
varnos a pensar que "todos" se interesan igualmente por la dernidad-mundo, son sin duda un espacio de definición de
política, como si los hombres, a pesar de sus condiciones de normas y de legilimidad. Su autoridad modela las djsponíbt-
clase, de su capital cultural, pudiesen expresar sus inquietu- lidades estéticas, las expectativas de vida, las maneras de ser;
des en términos de una opinión, clara y bien definida, sobre Dejemos de lado, por un momento, las instancias de so-
temas tan diversos (Bourdieu tiene razón cuando afirma cia1ización, para focaIizar otros aspectos del problema. Ya
que la 'opinión pública" no existe). En cambio, los medios había planteado el interrogante acerca de los valores: en qué
de comunicación cuentan con otros mecanismos. Alcanzan medida no se definirían ymodificarian,en el sena de la propia
a la masa de la población y a segmentos diferenciados del estructuración de la sociedad. Esto es, fuera de la esfera pro-
mercado. Sus comentaristas son intérpretes que articulan el piamente política. Un ejemplo: la idea de trabajo. Existe, en
mundo de la política con el gran público. 'Iraducen y, en este la actualidad, una discusión importante acerca de su Meen.
sentido, alteran, modelan, las propias informaciones con las tralídad", Los sociólogos, al analizar la disminución numé-
cuales trabajan. rica de la clase obrera, la deslocelísacíén de las unidades de
Pero hay más. La importancia de los mass-media radica producción, la robotización, la especialización de los em-
en que no se limitan a las fronteras establecidas de la políti- pleados, la tercerización de los servidos, intentan compren-
ca; se dedican a un conjunto de actividades que envuelven der cómo la infraestructura industrial se articula con la
100 109
OTRO TERRITORIO DIGRESiÓN: CULTURA, ClUDADANfA y POLlTICA

emergencia de un capitalismo flexible. Esta literatura es im- burgueses, quienes había pasado a favorecer el lujo, el ocio,
portante y sugestiva. los viajes, las visitas a los balnearios y el gusto fácil por \os
No obstante, creo que es posible plantear el debate en objetos. Thmbién Veblen, cuyo punto de vista política es dia-
otros términos, diría incluso civilizatorios. Desde esta pers- metralmente opuesto al de Lafargue, acusó, en el cambio de
pectiva, salta a la vista un elemento. HistóricaIDente,.antes siglo, a los industriales americanos de ociosos. Ellos se ha-
de la Revolución Industrial, el trabajo nunca fue considera- brían convertido a la "vida conspicua" de la ostentación, y
do por el conjunto de la sociedad como un valor en sí. ~ la abandonado los principios morales, los fundamentos ascé-
antigüedad clásica, entre los egipcios, los mesopotámícos, ticos de la racionalidad empresarial. Estos cambios serían
los griegos y los romanos, siempre fue superado por el.arte poco significativos si se limitasen al universo burgués. Entre
militar. El trabajo era una actividad de los siervos. Esta SItua- tanto, revelan una dimensión sustancial de la sociedad, en
ción se repite en el Antiguo Régimen. Para la aristocracia ~e particular, la emergencia de la misma idea de consumo, que
las cortes europeas, la ociosidad era el ideal por excelencia; es distinta de la de lujo. En principio, la idea de consumo se
orientaba la ética cortesana, al impulsar el lujo y las formas aplica exclusivamente a las clases acomodadas, y por esta
de civilidad. No podemos olvidar, además, que en muchas razón, el no trabajo es un tema poco relevante para otras
sociedades americanas, el esclavismo permaneció hasta el clases sociales -proletariado, campesinado y clases medias-.
final del siglo XIX. Por lo tanto, es sólo a partir de la Revolu- Pero, poco a poco, la presencia del "tiempo libre" se extiende
ción Industrial que el trabajo se toma un ideal cívilizatorio. al conjunto de la sociedad. El ocio se transforma, incluso, en
Tal vez fue Hegel uno de los primeros pensadores que lo una reivindicación de las clases subalternas (disminución de
consideró como categoría filosófica fundamental de todo un la jornada de trabajo).
sistema de ideas. Vemos, de este modo, la traducción, en el Estos cambios son profundos y envuelven tanto a la esfera
plano intelectual, de algo que es sedal. De hecho, la socie- económica, como a la cultural El advenimiento de una socie-
dad que nace en el siglo XIX se organiza en tomo del trabajo dad de consumo desplaza la preponderancia de la ética del
_particUlarmente, el indus~-. Por e~ ~ ideolo~ y las trabajo. Si ésta era, anteriormente, percibida como un incen-
utopías de esta época -liberalismo~s~o,com~o­ tivo para la realización personal, ahora las cosas se modifican.
10tienen como referencia. El trebejo es Igualmente VItaltan- El trabajo es visto como algo martirizante, un desperdicio de
to para el burgués como para el obrero; es u~ elemento las energías individuales. Poco a poco, se va tornando hege-
nodal, que fusiona las diversas partes de la sociedad en un mónica una ética hedonista, egocéntrica. No se trata de una
todo relativamente cohesionado. cuestión numérica; del volumen de trabajadores de las fá-
Sin embargo, en algunos países, ya desde fines del siglo bricas flexibles o de la producción multiplicada por el factor
XIX, en consonancia con la segunda revolución industrial, de las nuevas tecnologías. Tampoco de la contrapartida per-
este tipo de ética sufre un desgaste. En principio, sólo en versa de este movimiento --el desempleo-e Evidentemente,
una clase social: la burguesía. Cuando Pau1 Lafargoe recla- no tiene sentido decir que el trabajo N acabó" --esto no es ver-
ma el 'derecho a la pereza', se refiere expllcitamente a estos dad ni siquiera para las civilizaciones de la antigüedad-o Lo
cambios. Segfin su interpretadón, los burgueses fueron los nuevo, y que abarca a la totalidad de la vida social, es que
responsables de la valoración excesiva del trabajo, ya que los puntos de referencia son otros. El hombre contemporá-
esto era de su interés. Entre tanto, esa creencia, a la cual ha- ~eo desplazó su expectativa de realización hacia un espacio
bía sido fieles en el pasado, no era más respetada por los imaginario. Lugar onírico, cuya materialidad se concreta en
110 111
OTRO TERRITORIO
DIGRESIÓN; CULTURA, CIUOADANIA y POLlTlCA

actividades como viajar. salir de vacaciones. ir al cine, pa-


tica de l~ objetos al cambio rápido de vanos objetos,. de
sear,. etc. En este cuadro. el mundo del trabajo. vivido antes pocos estilos a varios géneros'".
en su dimensión colectiva, perdió su poder de convocatoria.
Poco importa, para nuestro debate. que no todos tengan El ,:"undo en que vivimos es, por 10 tanto, plural En él,
'derecho a la pereza" (eso, por cierto no es verdadero), o los objetos. las ideas y los gustos se encuentran "democráti-
que las personas apenas crean que su realización se comple- ~ente~ dispersos. O. como añade el autor: "'En la sociedad
te en este contexto. Esta es una 'i1usión sedal", verosímil y info~ticano hay por qué no esperar el crecimiento de este
pl~. Comparemos lasituación con la, ideológicamente
colectiva. Estamos. pues. en presencia de una creencia so-
neutra, industria automovilística. Allí encontramos la mis-
cialmente válida, arraigada en los individuos.
ma proliferación de opciones: en América, durante la era
Los cambios que señalé son de naturaleza cultural, pene-
moderna, se reduclan al Ford y el Chevrolet, blanco o negro.
tran en todos, más allá de las clases sociales y las inclinacio- AJ:'ora. se puede escoger entre 750 modelos de autos y ca-
nes personales. Se puede discutir su alcance y su extensión. rruones, y, anualmente, entre innumerables colores". Plura-
Pero una cosa es cierta: los valores, las expectativas, las legiti- lidad significa. pues, diversidad de objetos. Esta no es una
midades. son dimensiones internas de la vida social; revelan concepción particular de un autor. Se encuentra diseminada
la existencia de un orden. injusto y desigual, pero con capa- entre los empresarios de las trasnacionales y. yo añadirla,
cidad real de articulación de los hombres. Lo que ocurre es entre las ?aseS m~dias mundialízadas. Sin embargo. esta
que ya no se limita a esta o aquella sociedad. El proceso de comprensión poco mgenua de las cosas tiene consecuendas.
globa1ización irá extendiendo ese orden al conjunto de los Democracia se toma sinónimo de acceso a un gran número
pueblos del planeta-lo qoe refuerza su autoridad-. Entre tan- de productos; libertad, de posibilidad de elección entre múl-
to. en ese universo imaginario, en el cual se entrecruzan re- tiples rubros. La metáforadel supermercado adquiere así una
ferencias culturales desterrítorialízadas, la democracia. la connotación política, 'Ser Iíbre" se desvincula de cualquier
ciudadanía y la igualdad están marcadas por la instrumen- Ideal de justicia, igualdad y derechos sociales. El ciudadano
talidad prevaleciente en la estructura y en la óptica del mundial, que no está satisfecho con los límites del Estado-
mercado. Cito, al azar; un autor, cuya comprensión de la pos- nación, es aquel que participa de este universo. Su ciudada-
modernidad me interesa (desde el punto de vista ideol6gico): nía es fruto de su inserción social. de su modo de vida.
Ciudadanía y ronsumo. ¿Nos encontramos ante universos
"Como fenómeno cultural, e! posmodemo es siempre diffcil exduy~tes? ¿Es posible una interacdón entre ellos? A pn-
de ser entendido, debido a la discontinuidad Y la variedad ~era VISta, no. La ética ciudadana se choca con las exigen-
de estilo. El eclecticismo es el estilo natural de la diversidad eras de una postura hedonista. Esto nos obliga, entonces, a
cultural, y existe una razón para e! incremento de! pluIatismo e~tr~er de ~sa reflexión una conclusión profundamente pe_
en nuestra era: el posindustrialismo, que sucede al mundo srrrusta: la Impenetrabilidad del consumo por los ideales
moderno fundado en la industria, es unificado instantá- democráticos. El impase podría sortearse si el consumo es
neamente por las tecnologías actuales. El cambio es ca- c~nsiderado como una ideología, como expresión "distor-
leidoscópico y simultáneo -de la producción en masa a la sionada'" de una situación .determinada; pero sabemos que
segmentada, de una cultura de masa integrada a la frag-
mentación de los gustos, de la fabricación repetitiva e ídén-
1 Jenks, Ch., Whatis Post-MDdemism?
112
113
OTRO TERRITORIO DIGRESIÓN: CULTURA. CIUDADANIA y pOLlnCA

se trata de una práctica social, de un imperativo categórico tativa consolidada. La defensa del consumidor se contrapo-
de la vida social. ne, así, a la eventual arbitrariedad de las empresas. Otro
Creo, sin embargo, que es posible plantear la cuestión de ejemplo: las clases trabajadoras y los miserables excluidos, o
otra manera. Sin la intención de eludir las contradicciones parciabnenle excluidos, del consumo. Es posible considerar
ya mencionadas, se pueden matizar algunos aspectos. Deje- que ellos tengan el derecbo de adquirir ciertos productos
mos, por un momento, la discusión sobre los valores y la básicos. Esa postura, en el plano del derecho, desplaza un
ética, para detenernos en el consumo como un hecho ~tu­ presupuesto anterior, según el cual el consumo está regido
ral Eso nos permite comprenderlo desde otra perspectiva. apenas en función de la dísponíbíjídad económica de cada
Hay que subrayar que, al contrario de la idea de "masa", el uno. Por esta vía, tiene lugar una reivindicación política,
consumo no es algo homogéneo, pues se estructura en fun- cuya configuradón se inserta directamente en el contexto
ción de las divisiones y las fragmentaciones existentes en la del mercado. Más aún: algunas minorías, al apropiarse de
sociedad. Los individuos, así como las colectividades, le ~~y~~~~d~~~~~~~m
confieren sentido, otorgándole a menudo un significado determinadas circunstancias, articularlos a sus demandas
que se encuentra "fuera" de su "verdad". Ocurre, pues, una particularizadas. Resemantizados, expresan una voluntad
disyunción entre la lógica de los objetos (para hablar como colectiva ajena a la lógica dominante.
Baudrillard) y su uso (esle es el aspecto que intentaba com- Sin embargo, debe quedar claro. Decir que la ciudadanía
prender Micbel de Certau cuando se refería a la "táctica"). también se ejerce en el mercado es diferente a afirmar que
Como dimensión de la cultura, el consumo es trabajado por el mercado es el lugar de su realización. Debemos pensar
los diferenles grupos y clases sociales. En él se entrecruzan la ciudadanía como un conjunto de valores que se actuali-
identidades e intenciones diversificadas. Esto es, en su inte- zan en espacios diferenciados -en la política, en la vida
rior se manifiestan públicos, universos, heterogéneos y djs- cotidiana, en los medios de comunicación, en la vida públi-
tintos. El problema consiste en calificarlos. Queda, entonces, ca, en fin, en el consumo-. El ejercicio de la ciudadanía no
la pregunta: zen qué medida pueden conformar un "espa- se confunde con el territorio en el que se realiza. Pero sería
cio p6blico", un lugar en el que prevalezca un entendimien- ingenuo damos por satisfechos con una respuesta fácil.La so-.
to contrario a los valores hedonistas y a la instrumentalidad lución hallada aparenta resolver, por cierto, algunas dificul-
del intercambio? tades anteriores, pero reafirma otras. La ciudadanía, como
Una respuesta excesivamente optimista consiste en iden- práctica social, requiere que los individuos posean concep-
tificar consumo y ciudadanía. Ésta se encuentra a menudo ciones, al menos aproximadas, de la libertad Yla democracia.
en la literatura mercadológica que, a cualquier precio, busca Más aún: los valores compartidos deben penetrar su cultura
justificar ideológicamente su existencia. Desde esta óptica, y sus vidas. Dicho en la jerga sociológica: se espera que un
el principio de ciudadanía pierde sustancia, es un mero atri- concepto de una esfera especifica de la sociedad pueda ser
buto del mercado. Pero, tomando en consideración la poro- generalizado. ¿En qué medida esto es verdadero? Pues la
sidad de las relaciones sociales, es plausible otro tipo de propia sociedad remodela los valores y los redefine, ade-
solución. Afirmar: la ciudadanía también se ejerce en el mer- cuándolos a las necesidades y los intereses de las fuerzas
cado. Un ejemplo: el movimiento de los consumidores. sociales en conflicto.
Ellos exigen el cumplimiento de determinados derechos . Ahora puedo retomar el hílo de mi argumentación ini-
dictados en relación con un patrón de atención y una expec- cial. En las sociedades contemporáneas, la esfera de la poIí-
114 115
OTRO TERRITORIO

tica es, sin duda, un espacio preferencial para determinados SOBRE LA IIUNDIALIZACIÓN
y LA CUESTIÓN NACIONAL
tipos de acciones. Esto no significa afirmar que la sociedad
se constituye a partir de sus intendones-aunque esa sea, tal
vez, la ambición de todo discurso poñtíco-. Al contrario, es
más sensato afirmar que la sociedad es la expresión de un
todo más amplio. Sucede que las relaciones de poder se des-
doblao en forma diferenciada junto a las instancias sociales. ~ la noción de Estado--nadón ha perdido su Cá-
El universo de la política las considera dentro de su visión pacidad de definición del sentido de la vida social:
espedfiea; entre tanto, otras instituciones las tratan como por un lado, el proceso de gIobaJizartón "libera'" las
identidades locales del peso de la cultura nacional
parte de un contexto múltiple y diversificado. En éstas, la
(por ejemplo, las culturas populares que nunca fue-
política está presente como poder, pero di1uida en el seno de ron plenamente integradas a la formad6n nadonal
la cultora. En este caso, es difícil restringirlas a las fronteras poseen ahora un espacio nuevo, aunque confIíeti..
de la ciencia política".
M vo, .para manifestarse); por otro lado, surge en el
Los partidos, los movimientos sociales, las ONGs, los sin- honzonte cultural mundializad.o la posibilidad de
estructurar identidades trasnadonales: es el caso
dicatos, el Estado, no poseen el monopolio de la defuúción del consumo.lCuál es el destino del Estado-nactón
de lo que debería ser la conducta política. En la mejor de las en el mundo globalizado? OI.ficilmentese puede es-
hipótesis, son participantes de un juego de fuerzas. No obs- ca~ a la pregunta. Pero la respuesta no es sencilIa.
tante, curiosamente, tanto los que "hacen polñíca", como los Quizá una forma de abordarla sena cambiar su for-
muIadón: zcuates son los límites del proceso de
que se dedican a comprenderla, parecen apartar tales incon- gI_6n1
venientes. Un conjunto de situaciones problemáticas son
dejadas, así de lado, como si por principio, fueran secun-
darias en el orden de la explicación formulada. Th1 vez por 1. "Sólo el capitalismo consiguió generar una cultura verda-
esto las interpretaciones propiamente políticas de la socie- deramente nacional de todo el pueblo pasando por sobre los
dad son a menudo insatisfactorias. Al focalizar un determi- estrechos límites de la demarcación aldeana Lo consiguió,
nado tipo de acción, olvidan que el homo politicus es una arrancando a la población de su filiación local, cambiándola
abstracción construida por aquellos que se dedican a en- de lugar en el proceso moderno de formación de las clases Y
tenderlo. En verdad, Jos individuos están penetrados por de las profesiones. Lo llevó a cabo a través de la democracia
intenciones diversificadas; ellos son el resultado de tenden- ~ue es su p~u~, y también a través de la escueh prima~
cias que los atraviesan y los constituyen. El análisis de las na, del servJOO militar obligatorio Ydel sufragio igualitario".
relaciones de poder penosamente puede ser limitado a un Estaata de Otto Bauer tiene el mérito de subrayar dos aspec-
universo específico. No basta con establecer los mecanismos tos que me parecen centrales en la constitudón de las socie-
de interacción entre dos esferas --cultura y política- como si, dades nacionales. Primero, su novedad histórica. Aunque
de hecho, existiese una separación de esos campos. Se trata sea posible describir el pasado de Europa occidental, o por
de un artifido reconfortante para el desarrollo autónomo de
algunas disciplinas académicas, pero favorece, por cierto, 1 O. Bauer, ÚJ cuestión delas nacionJ¡lidades YlassociIlldemocnu::itJ ~..In XXI
una mala comprensión de la realidad. M~-- 1........
1l:lUU.J,7'7, p. 103.
,,,,"6"'" ,

116 [ 117)
OTRO TERRITORIO SOBRE LA UUNDIALlZACIÓN y LA CUESTIÓN NACIONAL

10menos de una parte de ella, en términos de la exis~ncia que tratan de escapar a su imposición, se llega a considerar
de un Estado centralíeadoc que detentaba el monopolio de a la nación como una forma acabada y "superior" de la or-
la fuerza en un territorio físico delimitado, difícilmente po- ganización social'. Mirando el pasado, ella surge como sinó-
dríamos considerarlo un Estado-nación. Evidentemente, nimo de civilización moderna, como un hecho inexorable
como nos muestra Norbert Ellas, la integración de monopo- del devenir histórico. Los pensadores del siglo XIX legaron
lios como Francia e Inglaterra, presuponía un grado de pre- al siglo XX una confianza excesiva en este aspecto, como si
dominio de la autoridad de la corte en relación con los la rueda del tiempo se hubiese inmovilizado fijando para
poderes regionales'; de hecho, el Estado iluminista disponía siempre nuestras vidas. Si insisto en ello es para recordar
de medios coercitivos y administrativos para imponer la vo- que las discusiones actuales sobre la "declinación" del Esta-
luntad real. Sin embargo, carecía de un conjunto de factores do-nación tienen implicaciones que sobrepasan el terreno
para que pudiésemos definirlo como nacional. La integra- político. Lo que está en juego es la nación en cuanto forma-
ción postulada es verdadera desde el punto de vista buro- ción social particular, como estructura capaz de soldar a los
crático y militar, pero encubre la diversidad cultura! y la individuos y sus destinos en el contexto de un territorio es-
fragmentación existente en otros niveles. Recordemos uno, pecífico.
el mercado nacional, fruto de la Revolución Industrial y des-
conocido en el Antiguo Régimen. Hasta entonces, el capita-
2. La segunda parte de la cita de Bauer se refiere al "cepí-
lismo mercantilhabiacircu.nscritO los intercambios al mercado
talísmo moderno". Él quiebra las fronteras tradicionales,
externo. Por eso Marx considera que es solamente con la arranca a los campesinos del peso de su vida aldeana. El
emergenda de la sociedad industrial que se llega a! fin de surgimiento del Estado-nación se articula, por lo tanto, a la
los resquicios medievales, es decir, de las fuerzas centrípetas Revolución Industrial. Creo que fue Gellner, entre los au-
que impedian la formación de una sociedad integrada y ar- tores contemporáneos,' quien más insistió -a mi modo de
ticulada a un centro, el Estado-nación. Integración que desde ver correctamente- en este aspecto'. El mundo nacional es
entonces se extiende a las dimensiones políticas, económi- fruto del industrialismo, de un tipo de formación social que .
cas y culturales y no sólo a la violencia ffsíca o a los dictáme- proporciona la movilidad, una de sus principales caracterís-
nes de la burocracia real. ticas. En este sentido, la sociedad industrial, que es nacional,
Los pensadores del siglo XIX tienen conciencia de esos se diferencia radicalmente de las sociedades agrarias del
elementos nuevos. Renan parte del principio de que la na- pasado en las que los límites entre las culturas, entre los
ción es u algo nuevo en la hístoría" de los hombres", Eso es lo intercambios y las fidelidades políticas se encontraban
que los lleva a construir su razonamiento en ~os hisU: confinados a regiones particulares. El mundo del Antiguo
ricos. Su argumentación se inicia con las orgaruzacrones tri- Régimen estaba constituido por unidades autónomas, di-
bales, las ciudades-Estado, los imperios, para culminar con . ferentes entre sí. Existía un universo campesino cuya espe-
la llegada de la sociedad nacional Hay en esta gradación cificidad se Iraduda en el campo de la cultura, de la política,
cierta tentación evolucionista, pero incluso entre aquellos
4 Ver, por ejemplo, Merceí Mauss, "La Nation" en Oeuvres (tomo ID),
2 VerN. E1ias: El proresocivilizoJor (Vol. 2), zahar, Río de janeíro, 1993. Minuit, Paris, 1969.
3 E. Renan, Qu'ea-ce qu·une TUltion?, Presses Pocket, París, 1992. 5 Ver E. GeUner, Naciones Y nm:iona1ismo, Alianza, México, 1988.
118 llS
OTRO TERRITORIO
SOBRE LA MUNDIAL1ZACIÓN y LA CUESTiÓN NACIONAL

de la religión y de la economía. La Revolución Industrial,


espacio nacional. Pero en el proceso de su evolución, ese
conjuntamente con las revoluciones políticas, rompe este
mismo capitalismo, al globalizarse, encuentra otras bases
cuadro; eliminando los estamentos, promueve la circula-
territoriales para desarrollarse. En este caso, parafraseando
ción de los ciudadanos, las mercaderías, las ideas. La nación
a los modernistas latinoamericanos, podrlamosdecir: es po-
se realiza, por lo tanto, a través de la modernidad. Es un tipo
sible ser modernos sin, necesariamente, ser nacionales.
de organización cuya base material corresponde al indus-
trialismo.
La ecuación nación = modernidad cobra relevancia, tan- 3. El debate sobre la cuestión nacional se puede encarar
to en los países centrales como en los periféricos. En los pri- desde diferentes ángulos. Hay uno, sin embargo, que mere-
meros, la memoria nacional, construida durante todo el ce ser considerado pues permite entender el pasado recien-
siglo XIX, tendrá su máxima expresión en el imperialismo. Es te a la luz de las contradicciones actuales. Me refiero a la
el momento en que Francia, Alemania, Gran Bretaña, Esta- categoría de espacio. Ella se transforma radicalmente en el
dos Unidos y Japón redefinen sus posiciones en el contexto contexto de mundialización de la cultura. Digo espacio en
mundial de dominación. Como modernidad es sinónimo de el sentido amplio del término, incorporando desde la vida ro-
civilización, el discurso ideológico es claro: frente a los otros tidiana hasta los procesos de construcción de identidades.
países, ellos tendrían una misión civilizadora. Pero la ecua- No puedo, en esta síntesis del problema, extenderme sobre
ción anterior también tiene validez en la periferia, claro que esos cambios pero pienso que ellos poseen un valor heurís-
vista bajo otra luz. Ya no se trata de afirmar lo que es (la tico para el discurso actual. Lejos de vivir un momento de
pujanza del capitalismo existente, fruto de la primera y ya >~ciamiento"del espacio, como cree Giddens, o su supera-
en algunos países, a fines del siglo, de la segunda revolución cron por las nuevas tecnologías, como piensa Paul Virílío,
industrial) sino lo que podría ser: En el Tercer Mundo la na- seria más correcto decir que está pasando por una fase de
ción es una utopía, una búsqueda situada en el futuro. Los redefinidón radical". Dentro de esta perspectiva. el espado
movimientos nacionalistas de África a América Latina com- nacíonal es una -entre varias- de sus dimensiones más am-
parten esa perspectiva. Ibr eso nuestros modernistas decían: plias.
para ser modernos es necesario ser nacionales. Mientras . ¿Qué entender por Estado-nación? Una primera defini-
tanto, en ausencia de esa modernidad, la nación sólo podría ción usual entre los cientistas políticos, sería considerarlo
ccnñgurarse como un proyecto, algo dislocado en el tiempo. como una unidad territorial polítíco-administratíva en el in-
Pienso que la reIaci6n entre nación y modernidad se rom- terior de la cual "todos" los individuos serían ciudadanos.
pió. Históricamente, podemos afirmar que la nación se rea- Poco importa por el momento la extensión de esos derechos.
lizó a través de la modernidad y viceversa. Sin embargo ~ólo estoy intentando un acercamiento preliminar a la cues-
aquella, desde sus comienzos, contenía en su interior un tión. Por eso decimos en las discusiones sobre movimientos
movimiento propio, una tendencia que difícilmente se con- ~es que en América Latina la "nación aún no se comple-
finaria a los limites de la realidad nacional. Dicho de otra
forma, la modernidad, como el avance de la historia, se
:0 . ~ frase está directamente asociada a otro enunciado:
la CIUdadanía aún no se realizó". En contrapartida, lene-
vuelve mundial; es hoy modernidad-mundo. 000 Bauer
tiene razón cuando dice que el capitalismo moderno, es de-
cir, el que sigue a la primera Revolución Industrial, crea el 6 A. Cíddens, As Conseqllétu:W da ModernidaJe, Ed. unesp, San Pablo,
1991; P. Virilio, O~ critico, Ed. 34, Río de jereíro, 1993.
120
121
OTRO TERRITORIO SOBRE LA MUNDIALIZACIÓN y LA CUESTIÓN NACIONAL

mos la tendencia a pensar que la nación existe "completa- radicalmente. Cada uno de ellos vivia dentro de los limites
mente" en los países que vivieron la "revolución burguesa". bien establecidos por sus profesiones, creencias y expectatí-
En ellos, el principio de ciudadanía se habríarealizado, si no vas de vida. Esos mundos, material y simbólicamente, poseían
en su plenitud, por lo menos con un alcance mayor. Pero.es una integridad. una especificidad, encerraban a los hombres,
posible pensar la nación en términos especfficamente socio- arraigados a sus lugares de origen, en un "universo de bie-
lógicos: una unidad territorial político-administrativa ~ue nes limitados" (para utilizar una imagen de G. Poster). La
corresponde a un tipo de organización social determina- nación requiere, por lo tanto, el desarraigo de los individuos
da cuyas partes se encuentran integradas a un todo. ¿Qué de sus localidades y su reinserción en el contexto de una
sena esa totalidad?, écuál la fuerza de su cohesión? La res- territorialidad más amplia. De ahí la importancia de la cul-
puesta, obligatoriamente, debe integrar otra dimensión: la tura. Ella es el elemento que propicia la creación de un
cultura. Radicalizando mi argumentación, diría que no hay vinculo entre los hombres, el cimiento soda1 y lo que orgá-
nación sin cultura nacional. Con esto quiero afirmar que los nicamente arlicuJa la "solidaridad" (en el sentido durkhei-
planos económicos (el mercado) y político son necesarios miano) entre los diversos grupos sociales dispuestos en su
aunque insuficientes para la constitución de la entidad na- territorio. La modernidad, que en su inido es nacional, pro-
ción moderna. Por eso Renan habla de u alma colectiva", picia por lo tanto la drcu1adón de los individuos entre espa-
Durkheim de "conciencia coíecüva'", otros de "espíritu" na- cios que antes se encontraban segmentados, separados.
cional Los términos son significativos. Nos remiten al domi- Sabemos, sio embargo, que la conjunción nación/moderni-
nio de los universos simbólicos. Basta mirar la historia de las dad es coyunturaL Hoy vivimos su disyunción. Lo que sig-
naciones para percibir la existencia de un mismo orden de nifica que la modernidad-mundo radicaliza el movimiento
problemas. A pesar de que cada una de ellas se realiza en el de desterrilorialización, rompiendo la unidad nacional. Ella
contexto de sus historias especificas, todas responden a una secreta un tipo de espacialidad distinta, sui generis, esca-
misma exigencia estructural. La unificación nacional pasa pando al control de las imposiciones nacionales. Según esta
por la unificación lingüística (necesidad de afirmar la auto- perspectiva, la crisis de las culturas nacionales no pasaría de
ridad de una lengua frente a otros idiomas locales), escolar seruna amenaza externa. Pensar de esta forma seriaatribuir
(implantación de las escuelas primarias Y luego secundarias), a la globalización una ~ d total, como si las nacio-
comunicativa (construcción de ferrocarriles, carreteras, en nes estuviesen fuera de su órbita. La globalizaci6n de las so-
el siglo XIX difusión de peri6dioos Ydurante el siglo xx lle- ciedades y la mundíalizacién de la cultura es un proceso que
gada de la radio y la televisión), simbólica ("invención' de la atraviesa a las sociedades nacionales" y, por lo tanto, corres-
bandera, héroes nacionales, ritos legos de celebración del ponde a la formación de otro tipo de siogularidad soda1 (po-
Estado). dríamos, si quisiéramos, llamarla"sociedad global"). La
Ahora bien, ese proceso de integración corresponde a una crisis de la sociedad nacional no deja de ser, por lo tanto,
profunda transformación de la idea de espado. Los mundos sino una "falla" en el proceso de su construcción (por ejem-
locales, el de los campesinos o de los artesanos, se modifican plo, las ganancias de las oligarquías lalinoamericanas o el

7 Ver, por ejemplo, "L'éducation, sa nature et son role'" en Éducation el 8 Sobre este aspecto, consultar R Ortiz, Um Outro Tenit6rio: en!Qi06 tKJbre
Sociologie, PUF, Paris, 1~. o mundo rontempon'lnro, Brasiliense, San Pablo, 1996.

122 123
OTRO TERRITORIO
SOBRE LA MUNOIAllZACIÓN y LA CUESTiÓN NACIONAL

desvirtuamiento de ciertas élites norteamericanas, que bus- i~entidad nacional se construye en detrimento de las iden-
carían en el mercado mundial el sentido de sus acciones). tidades locales. Ella se nutre de su neutralizacíón o de su
Ella es intrínseca al modo como la modernidad-mundo se ~estrucción. La constitución de la nación es siempre conñíc-
desarrolla. tiva. Al afirmarse la unidad del todo, se ruega la particuIarida<f
de las formaciones especificas -un ejemplo, el antagonismo
latente entre e! idioma n~donaly los dialectos regionale&-lO;
4. Gellner dice que es el nadonalismo el que crea a la nación
o la recuperación, es deco; la apropiación, anulándola, de la
y no a la inversa. Se puede trasladar su afirmactón a otro
plano: la identidad nadonal antecede a la consolidación de cultura popular por la cultural nacional. Sin embargo, in-
la nación. Desde esta perspectiva, la identidad deja de ser dependientemente de cómo esos conflictos se actualizan
entendida en términos sustanciales, como si fuese la expre- s~ resuelven, creo que es posible afirmar que el Estado-mi-
sión de un "Ser" ontológico, algo que sucede a un sustrato cíón, ~w:~te por lo menos dos siglos, poseyó el monopolio
que le es anterior. Considerar la identidad de esta manera es de definioón del sentido de la vida social. Aclaro mi argu-
pensarla como una construcción simbólica en relación con mento: a pesar de la diversidad existente en el interior del
un referente especifico, en este caso, el Estado-nación. En territorio nacional,(que varia en la historia de cada país), el
este sentido, la construcción nacional pasa por la anteriori- Estado-~ actúa como referente simbólico hegemónico.
dad del "proyecto nacional". Cuando, a comienzos del siglo Posee la primada en el ordenamiento de la vida de los indivi-
XIX, se enfatiza la centralidad de una nación denominada duos y de los grupos sociales. Esta primacía se define como
Francia, el primer obstáculo que se encuentra es el de cómo autoridad, como un valor superior y legítimo en relaci6n con
ampliar la validez de ese Estado-nación al conjunto del ~s autoridades cuya validez pertenece al ámbito local (re-
territorio francés. Por10tanto, se hace necesario integrar en su giones geográficas, grupos étnicos, etc.). La integradón 03-
seno a las clases peligrosas, los campesinos dispersos en las donal pres~pon~, ~or lo tanto, un equilibrio jerárquico de
provincias distantes, es dectc subsanar la división del país se- las ~erzas ídenñtanas. Las especificidades, definidas Como
parado en H dos Francia.s", una H civilizada", otra "bárbara", parciales, se le subsumen.
división que llevada al extremo imposibilitaría la viabilidad La mundializacíén de la cultura rompe este equilibrio
del Estado-nación", Los ideales nacionales, la búsqueda de tabilizado durante años en un cierto umbral. Tenemos ::-
la identidad, antecede, de este modo, la propia realización tortees o~o panor~~ El referente Estado-nadón pierde el
histórica de la naci60 (también el romanticismo anuncia, mu- monopolio de definición del sentido de la vida social Esto
cho tiempo antes, la cristaIización del Estado alemán). En el ocurre de dos maneras: primero, el proceso de globa1ización
proceso de construcción nacional, las identidades de cada "libera" las identidades locales del peso de la cultura nado-
país necesitan superar las identidades culturales dispersas nal; tenemos, por ejemplo, el caso de las culturas populares
en su interior. Yodiría que en los diferentes lugares del pla- que a l~ largo de la formación nacional nunca fueron plena-
neta, de forma diferenciada, es claro este proceso que se de- ~~nte mtegradas en su interior, ahora, vueltas a sus especí.
sarrolla a lo largo de los siglos XIX Y xx. Eso significa que la fiCldades, poseen un espacio nuevo para manifestarse (pero
no nos hagamos ilusiones: él es también conflictivo). Segun-
9 Ver R Chartier, "Les deux Prances", en úhiers d'Histoire, tomo 23,
1918. 10 Ver P. Bourdieu, Ceque parler veutdire, Fayard, París, 1982.
124 12S
OTRO TERRITORIO SOBRE LA MUNDIALIZACIÓN y LA CUESTIÓN NACIONAL

do, surge en el horizonte cultural mundializado la posibili- autenticidad, su desa1lenación. Las transformaciones recien-
dad de estructurar identidades trasnacionales. Es el caso del tes arman las cosas de otra manera. El Estado-naci6n perdi6
consumo. Crea una memoria colectiva internacional-popu- el monopolio para conferir el sentido de las acciones colec-
lar compartida mundiahnente por grupos diferentes. En los tivas; eso no significa, sin embargo, que su actuación no sea
dos casos, a pesar de los sentidos diferenciados, tenemos un necesaria o sea prescindible: Ella es concreta y posee un pa-
debilitamiento de la identidad nacional. Simultáneamente pel importante en el contexto del "nuevo orden mundial".
está atravesada por el proceso de globalización y presionada . Pero hablar de proyecto, como se hacia antes, es encubrir las
por las particularidades existentes en el seno de .la ~eda~ dificultades que nos rodean. Evidentemente, todo país debe
nacional El monopolio anterior da paso a una situación di- (o mejor, deberla) tener un "programa nacional", forma a
versificada. Subrayo el "diversificada" y no necesariamente través de la cual piensa su inserci6n en el conjunto de las
plural, pues cada una de esas identidades se encuentran naciones. Sin embargo, una propuesta programática no es
vinculadas a los grupos que las construyen -trasnacionales, un "proyecto", una filosofía lo suficientemente amplia como
Eslado-nación, grupos étnicos o populares. Cabe, por lo tanto, para abarcar el corazón y la mente de los hombres. Por muy
investigar sus posiciones jerárquicas. Alfinal,cada una de ellas buena que sea su intención, no posee fuerza utópica. Es el
se encuentra amparada en fuerzas e intereses desiguales. fruto del cálculo y de las oportunidades. La utopla se nutre
de otro tipo de sustancia.
La disyunción nación/modernidad posee además conse-
5. La ruptura de la relación nación/modernidad tiene impli- cuencias de carácter ideológico. A lo 1argo del siglo XIX y el
caciones políticas de importancia mayor, sobre todo en los breve siglo xx, para citar a Hobsbawm'P, la idea de "mo-
países Damados periféricos. 1l"adiciona1mente, el debate sobre demo" se encuentra plenamente articulada a la noción de
la cuestión nacional en América Latina estuvo íntimamen- Estado-nación. De ahí la pretendida superioridad de la
te asociado al tema de la modernidad. Independientemente formación nacional en relación con las otras sociedades
de las fuerzas políticas en movimiento, sean conservadoras pasadas. El pensamiento construye asi una escala jerárqui-
o progresistas, la idea de un "proyecto nacional" siempre ca, atribuyendo al calificativo "moderno" una posición des-
estimuló una perspectiva modernizadora -p. e]., las pro- tacada, por ejemplo, el debate en el mundo de las artes.
puestas de la CEPAL en la década del cincuenta. La búsqueda Entre otros significados, el modernismo surge como una
de la modernidad se volvió asi una utopla colectiva. Cada
propuesta de superación de la tradición, en principio, in-
país, a su manera, iría proyectándola hacia el futuro como si
congruente con los tiempos actuales. Sin embargo, esta opo-
su historia encontrase apoyo sólo en su energía interna. Por
sición tradici6n-modernidad no se manifiesta sólo en el
eso la idea de "proyecto" siempre tuvo entre nosotros algo
interior del universo artfslioo. Es más genérica Yse inserta en
de sartreano -ver los escritos isebianos (ISEB)". La búsqueda
el seno de los "proyectos nacionales". Para existir en cuanto
del "ser" nacional se confunde así con la afirmación de su
modernidad, la nación debe sobrepasar los que se conside-
ran como antiguos anacronismos. La modernidad, un valor
11 Por ejemplo, A Vieira Pinto, para quien el proceso de desalienación
cuenta básicamente con las fuerzas Y conciencia interna nadonal,
para liberarse de la opresión del ser extranjero. Conscíincill e ReIIlidJule 12 Ver E. Hobsbawm, ETIl dos erfTema;; o breve séculoxx, Paz e Terra, Río
ntJcicnuú, ISEB, Rio de Janeiro, 1960. de Ianeíro, 1995.

126 127
OTRO TERRITORIO SOBRE LA MUNDIAllZACIÓN y LA CUESTiÓN NACIONAL

nacional, se contrapone a los resquidos del pasado. Pienso una CUestión de alcance.' Lo global, gracias a su dimensión
que esta carga ideológica permanece hasta hoy. Pero, a pe- planetaria, involucraría a lo nacional y lo local, trascenderíél-~
sar de ello, se da un dislocamiento de las posiciones. El valor los provmcíanísmos y Su universalidad sería índíscutíble. '
"moderno" comienza a vincularse a las fuerzas trasnaciona- No es difídl encontrar este tipo de razonamiento en la lite-
les, sobrepasando el nivel nacional. "Global" se-toma en- ratura contemporánea. 'Ianto sociólogos como economistas
tonces sinónimo de modernidad. Basta mirar el discurso e intelectuales de las grandes empresas trasnacionales pare-
de las grandes empresas trasnacionales o de organismos cen compartirlo. Sus razones son evidentemente diferentes
como el FMI o la ONU13• En este caso, las reglas anteriores se pero la fórmula global = universal se volvió frecuente. Cito:
aplican también a las naciones. Son vistas como elementos entre otros, a Robert RobertsdÍt y su discusión sobre uni-
pretéritos, como sobrevivencias de un orden arcaico. Todo versalismo y perucuíarísmo", El término globaJismoemer-
sucede como si la evoludón de las sociedades humanas se ge como un atributo intrínseco al universalismo quedado
encontrase ahora en otro umbral, más completo y abarca- para el particularismq una expresión menee localizada Otros
dOL Irónicamente subyace a ese juicio la premisa anterior. A autores, sobre todo los economistas, insisten en que el capt-
pesar de los pregonados cambios radicales, la modernidad talismo global rompe las barrer:" existentes en la sociedad
permanece incólume. Lo "moderno" sigue "valiendo más" planetaria contemporánea,. contribuyendo así a la uníversa-
que lo "tradicional"; apenas se cambian los signos. La nación lizacíón de los espíritus. La asimilación del concepto hecho
es transferida hacia el plano de lo tradicional, y lo global por los operadores de las trasnacionales tiene una sofisti-
pasa a ocupar su lugar de distinción. La idea misma de mo- cadón teórica inferior a la de carácter puramente ideológl-
dernidad deja de ser problemalizada. COl~. Con todo, no deja de ser sugestiva. Ellos creen que los
objetos que venden, por ser globales, en principio, respon-
derían al deseo universal de "todos los hombres". En cierta
6. En la discusión sobre la globatizadón hay, cada vez más, forma, creen en lo que Barthes denomina el mito de la "gran
una tendencia a pensarla como expresión de universalidad. familia de los hombres-" -en todos los lugares, las personas
Lo global surge así como equivalente de lo universal. Un
buscan las mismas cosas; El corolario de esto trae, eviden-
primer sentido de esta aproximación evoca la noción de lí- temente, resultados promisorios para el mercado mundial,
mite. Lo universal, al desprenderse de su relación territorial,
pues se puede justificar la existencia de las mercaderías
expandiría sus fronteras hacia "'todo el género humano". En
apelandn a su universalidad; restringirlas sería un cercena-
este sentido contrasta con 10 local, inmovilizado en el inte-
mIento de la "libertad humana". El argumento trae incluso
rior de su geografía restringida. De ah! la relación, casi natural,
dividendos en la lucha por la competencia mercadológica.
con la idea de cosmopolitismo. Nuevamente encontramos
Cuando los ejecutivos de las lrasnacionales afirman que
la metáfora del espacio. Ser cosmopolita es compartir, simul-
sus productos son "universales" quieren decir que son su-
táneamente, varios cosmos, salir del lugar de origen, tras-
cenderlo. En este caso, el proceso de desterritorialización
favorecería este movimiento. El problema se resume así en 14 R~, Globrllímtion: Social Throry tmil Global Culhue, Sage Publi-
catíons, Londres, 1992.
15 Consultar, por ejemplo T. Levitt,A Im¡¡~ deMarketing, Atlas, San
13 Por ejemplo, R. Reich: The work of Natíons, Vintage Books, Nueva Pablo, 1991.
York, 1992. 16 R Barthes; Mith%gies, Seuil, País, 1957.

128 129
OTRO TERRITORIO SOBRE LA MUNOIALIZACIÓN y LA CUESTiÓN NACIONAL

perlores a otros productos, "nacionales" o "locales", restrin- Me parece que la mayor dificultad de aproximación a lo
gidos a una circulación limitada. El alcance del mercado globaVuniversal es la de pensarlo como la unión armónica
mundial expresarla la validez de la verdad universalista. de dimensione~equivalentes. De ahí.la tentación de la me-
La identificación globaVuniversal es problemática. Lleva- táfora. espacial. Todo Sereduce a una cuestión territorial La
da a su extremo, induce a una serie de contrasentidos. Por expansión de los límites, verificada en los dos casos, vuelve
ejemplo: un filme global, como las producciones hoUywoo- convincente la ~6n de categorías, a mi modo de VeJ;
denses (que ya no son necesariamente norteamericanas), de naturalezas diferentes. Voy a precisar mi idea. Lo univer-
por su circulación planetaria, sería en principio una ex- sal es una noción fiIos6fica, lo gJobal una categoria scciol6gica.
presión de universalidad. En contrapartida, el cine de autor En el pnmer sentido, universal se refiere a la trascendencia
(Wm Wenders, Kusturica, etc.) deberla conformarse con ser a una relación abstracta que no necesariamente encuentra
la evocación de un espíritu provinciano. El razonamiento una realización inmediata en el plano del universo concreto.
propuesto permite una inversión de las expectativas. El arte, Es eso lo '1\1d~ permite a los filósofos iluministas hablar
que tradicionalmente había sido entendido como parte de del "gén~ro huma:n.o;; a pesar de la diversidad cultural
lo universal, tiene ahora su dimensión desvalorizada. Como existente, 8eñapoSible proponer la idea de una "naturaleza
un "bien" de circulación restringida, se vuelve una expre- humana" (lo que en sí es discutible, pero ese no es nuestro
sión localizada, aprisionada en sus fronteras parroquiales. debate en este momento). Subrayo, en este caso, que la uni-
La idea de cosmopolitismo se disloca hada el plano de los versalidad se afirma a través de las diferencias. Para el fi-
objetos. Cuanto más estén presentes en el mundo del con- lósofo iluminista, el indigena americano es . . tan... universal
sumo, tendríamos, sin duda, la confirmación de su univer- como el hombre inglés. El pensamiento, para aproximarlos,
salismo. Ser cosmopolita seria dislocarse en el interior del debe por lo tanto, retirarlos de sus hístorícídades, del terre-
espacio de la modernidad-mundo. Hay también una <lis- no de la vida real. Por el contrario, al hablar de capitalismo
~en~p~~~v~~las~edadesocOO~ global.ñlmes globales, globalización, nos referimos a cosas
tales, la noción de universal, desde los filósofos iluministas, y procesosque se desarrollan en el plano de la historia con-
se asocia a libertad, justicia e igualdad. El nacimiento de ~~ta de los hombres. En este caso, globaVuniversal se iden-
las sociedades nacionales, lejos de negar esos principios, les tifica conjo que existe mayoritariamente (esto no siempre es
da forma La nadón es el espacio en el interior del cual de- verdadero) entre los que habitan el planeta TIerra. Se susti-
berían realizarse (lo que no sucede necesaríamente). Sinteti- tuye así una dimensión cualitativa por otra cuantitativa.
zando, diría que ella es el lugar de la ciudadanía, añrmadon En la relación universaVglobaVmercadeo este último seria la
contenida en el enunciado: "sólo el capitalismo moderno unidad material de realización de los principios anteriores.
consiguió generar una cultura verdaderamente nacional de' Debemos cuestionar la naturalización contenida en este
todo el pueblo". No estoy discutiendo si esto se realizó o no. e~un~do invirtie.ndo Sus términos: es posible ser provin-
Sabemos que existen antagonismos profundos en el seno de CIanoSIendo también global; o mejor: el cosmopolitismo no
la sociedad moderna Por eso importa subrayar que la idea es.~ atributo necesario de la globalidad. En verdad, estamos
de universalidad trae consigo un conjunto de valores con- esístiendc a una disputa simbólica e ideológica en tomo a
densados en la idea de ciudadano. Decir "lo universal se lo que debería ser la definición legítima de "universal". Las
realiza en la nación" significa, por 10 menos, imaginar esta fuerzas trasnadonales tienen, evidentemente, interés en dar-
posibilidad histórica. le un sentido que les permita mantener sus privilegios.
130 131
OTRO TERRITORiO
SOBRE LA MUNDIALIZACIÓN y LA CUESTiÓN NACIONAL

7. ¿Cuál es el destino del Estado-nación en el mundo globa- ~stado, y posteriormente del Estado-nación, es el mo~
lizado? Difícilmente se puede escapar a la pregunta. La res- líe del aparato burocrático y de la violencia. En cierta forma,
puesta no es simple. Presupone incluso un elevado grado en su constitución, lo que está en juego es la formación de
de especulación. Quizá una forma de abordarla seria cam- un núcleo centralizador cuya validez se extienda a un domi-
biar su formulación: ¿cuáles son los límites del proceso de nio territorial determinado. A pesar de las transformaciones
globalización? No hay duda de que la modernidad-mundo, recientes, se puede decir que este monopolio todavía se en-
aunque planetaria, está lejos de ser uniforme y totalizante. cuentra en manos del Estado-nación. Esto no significa que
La pobreza, el subdesarrollo, la división de los paises en ricos c~da uno pueda usarlo de forma arbitraria, es decir, sin con-
y pobres, los intereses económicos dominantes, son factores sIderar.los intereses ~stentes --otras naciones, empresas
importantes que pesan contrasu expansióo. Podrlamos agre- trasnacíonales, bancos ínternacíonales, etc. Pero -subrayo--
gar, también, la misma dinámica destructora, intrínseca al conserva, por lo menos en ese aspecto, su centralidad. Es
movimiento de la modernidad: crecimiento desordenado ~so, creo, lo que posibilita 'fU' hablemos aún hoy de geopo-
de las ciudades, cataclismos ecológicos, etc. En este sentido, lítica.. Cada umdad
. territorial, en la medida de sus fuerzas,
Jean Chesnaux tiene razón cuando afirma que la moderni- consigue o no Imponerse en el escenario globalizado. En el
dad-mundo no es generalizabje". Esto supone constatar la seno de la globalizacióo hay, por lo tanto, fuerzas centrípe-
existencia de un primer nivel para su validez. La moderni- tas. Ellas apuntan en direcciones diferentes. La cuestión.se
dad-mundo es diferenciada y desigual. Hay, sin embargo, resume en saber si serán superadas por otras que favorez-
otras limitaciones que involucran directamente al Estado- can una integración más global o si quedarán como instan-
nación. El movimiento de globalización de las sociedades ha cias de "negociación" (con intereses propios) en el contexto
avanzado sobre todo en relación con los niveles económico de un movimiento que las contiene y sobrepasa.
y cultural. Se trata, evidentemente, de dominios distintos
(por eso prefiero hablar de mundíalizacién de la cultura y no
de su globalizacióo'''). Sin embargo, dejando momentánea-
mente de lado esas especificidades, se puede decir que en
esos dos campos hay un desarrollo real de esa tendencia. La
economía mundial, los objetos globalizados, la aparición de
un sistema técnico de comunicación planetaria y la cons-
tttucíón de una memoria colectiva internacional-popular;
atestíguan su consolidación. Pero el ritmo de ese movimien-
toys asimétrico. El Estado-nación sigue siendo la unidad
celemental de la política. Gobierno, sindicato, partido, mo-
vimientos sociales son su expresión. Si reflexionamos sobre
el pasado, veremos que todavía una de las características del

17 J. Chesnaux, La Mnderniti-Morule, La Découverte, Paris, 1989.


18 Ver R. Ortiz: Mundillliza9JO e Cultura, Bresílíense, San Pablo, 1994.

132
133
DIVERSIDAD CULTURAL Y COSMOPOLITISMO·

El debate sobre la diversidad cultural tiene bnplíca-


dones políticas. Si queremosescapar a la retórica del
discurso ingenuo, que se conforma con afirmar la
existencia de las diferencias olvidando que se arti-
culan según diversos intereses, hay que exigir que
se les den losmedios efectivos para que se expresen
y se realicen como tal. Es un ideal político que no
puede 'evidentemente circunscribirse al horizonte
de tal o cual país, de tal o cual movimiento étnico,
de tal o cual diferencia"'. Incluye una sociedad dvíl
M

que va más allá del drculo del Bstedo-neoén, y que


tiene el mundo como escenario para su desarrollo.

1. El debate sobre la diversidad cultural se plantea hoy en


día bajo el signo de una aparente contradicción. Se afirman
simultáneamente conceptos que muchas veces parecen exclu-
yentes: integración/diferencia, globalización/localización.
Algunos analistas de mercado no vacilan en preconizar la
existencia de un planeta homogéneo, unidimensional, re-
cién unificado por los vínculos de la sociedad de consumo'.
Los individuos tendrían en todas partes las mismas necesi-
dades básicas: alimentarse, vestirse, desplazarse por la ciu-
dad, ir al cine o de compras, etc. Corresponderia al mercado
y a los bienes materiales modelados satisfacer estas necesí-

~ Artículo presentado en versión resumida en el encuentro NLadimen-


sión cultural y educativa de la integración regional: situarión y pers-
pectívesen el Mercosur".orgemaedo por elCentro de Formación para
la Integración Regional, Montevideo, diciembre de 1997.
(Traduodén: AmeIia Hernández).
1 Theodore Levítt, teórico del mercadeo global; ver "Ihe gIobalization
uf markets" en Hsrvard Business Review. 5-611983.

[1351
DIVERSIDAD CULTURAL Y COSMOPOLITISMO
OTRO TERRITORIO

vuelve un imperativode sobrevivencia epistemológica2. Es


dades. Existeuna visión antagónicaentre quienes sobreva-
como si viviéramosuna Guerra Fría en el plano de los con..
loran los movimientos étnicos (ya sea paraafirmarlos como
ceptos. "íomer partido", ésta seria la única manera de superar
elementos de construcciónde las identidades locales,ya sea
la contradicción aparente entre integración y diferencia..
para rechazarlos como una amenaza a cualquier propuesta de
ción, cada cual retrayéndose en el seguro universo de a1gu~
unificación). La declinación del Estado-nación habría ina~­ no de esos compartimientos herméticos. Pero, épodrían las
gurado una era de fragmentación social, sal~~le o peli- sociedades ser comprendidas en esta forma? Este pensa-
grosa, según los pronósticosmás o menos .op~tas. Así se miento dicotómico, que recuerda las clasificaciones pri..
ha generalizado la metáfora de la -balcanízacíón .El mun-
mitivas estudiadas por Durkheim y Meuss, zes realmente
do contemporáneo estaría constituido por espacies meo- convincente?
nexos, por fragmentos diversos (algunos dicen "fractados")
independientes unos de otros. En el contexto de la formación
de bloques económicos, la Comunidad Europea y el Mer- 2. Dos disciplinas nos ayudan a considerar la poblemáüca
cosur, por ejemplo, se reproduce la misma polarida~ ana- de la diversidad cultural. La primera es la antropologia. Sur-
lítica. Al principio se hace énfasis en el primer término; la ge al final del siglo XIX, recalcando la radicalidad ajena. Al
integración. Se privilegia asi la dimensión referida a la ex- examinar las sociedades primitivas, revela tipos de organí-
pansión de las fronteras (moneda única europea, mercado zaciones sociales fundamentalmente distintas alas socie-
común, libre circulación de las personas, intercambio entre dades industrializadas (relacionesde parentesco,creencias
países, etc.). Sin embargo,una vez considerado ~te aSJ>e.Cto mágicas, explicaciones mitológicas, etc.), Para algunos auto-
integrador se vuelve inmediatamente a la prenusa ~tertor: res esta distancia es tal que hasta se hace imposible com-
la diferencia cultural (especificidad de las regiones, nqueza prenderlas (es el caso de Levy Bruhl, cuando define la
de las culturas locales, variedad de los pueblos y del patri- mentalidad primitiva como algo ininteligible para el pensa-
monio nacional). De modo que el debate oscila entre "to- miento científico). Ciertamente, parael conjunto de la disci-
talidad" y "parte", entre "integración" y "diferencia", entre plina, esta orientación fue luego desechada (no tendría
"homogeneización" y "pluralidad". Es como si nos hallára- sentido que un áreadel conocimiento se constituyeraa par~
mos ante un mundo esquizofréniCO: por una parte, pos- tir de la negación de lo que se propone estudiar). De cual-
moderno, infinitamente multifacéticO; y por otra, uniforme, quier manera, en ambos casos, lo que está planteado es el
siempre idéntico. entendimiento entre grupos distantes en el espado y en el
Esta bipolarización ilusoria se agrava cuando es refutada tiempo, o sea, un conjunto de formaciones sociales que ha-
en el plano ideológico. Totalidad Y parte de¡an de ser mo- brían florecido a la sombra de la historia de los mundos "ci-
mentos del análisis intelectualparaconvertirseen pares an- vilizados" (europeo, chino, islámico). En principio, cada una
tagónicos de posiciones políticas. Por una parte tendríamos de ellas constituirla un lugar aparte, tendría una identidad
el "todo", asimilado de maneraapresurada al totalitarismo, y una centralidad propias. Toda cultura deberla por lo tanto
y por otra las n diferencias", ingeIluamen~ celebradas.como
expresión genuina del espíritu democrático. Modernidad o 2 Fran~is Lyotard, O pó6-modenw, José Olympío, Río de janeteo, 1986;
posmodernidad, Habermas o Lyotard, derecha o izquierda, y J. Habermas, "Amodenúdade como projeto inacabado'" en Arteem
razón o irracionalismo: escoger una de esas trincheras se Revista No. 5.
137
136
OTRO TERRITORIO DIVERSIDAD CULTURAL Y COSMOPOLITiSMO

arraigarse en un territorio específico, con un centro y con jadopor la mirada antropológica. El mundo estada enton-
fronteras bien delimitadas, alejando el casos, el desorden, lo ces constituido por una miríada de pueblos, cada cual con
ajeno, lo peligroso. Por ello, los pueblos primitivos ~fec­ su modalidad y su territorio espedfico.
donaron una serie de mecanismos purificadores y exorcistas La segunda disciplina es la historia. Ella nos habla de la
pararelacionarse con el extranjero. Éstesiempre se concebi- multiplicidad de pueblos y civilizaciones que se conpene-
rá, y así noslo muestraVan Gennep,como un.elem~n~ po- tran y se suceden con el paso del tiempo (egipcios, sume-
tencial de perturbación del orden, social o nutológico . Las ríos, griegos, romanos, chinos, árabes...). Un cuadro que va
fronteras, simbólicas y geográficas, deben ser respetadas transformándose continuamente desde la Antigüedad has-
para que la integridad cultural pueda mantenerse. La antro- ta la Edad Media. La desaparición de muchas civilizaciones
pología nos enseña, por tanto, que los pueblos dispersos por afianzó en algunos historiadores la creencia de que las so-
el planeta constituirian una serie diversificada de culturas, ciedades modernas serian análogas a los organismos vivos.
cada una con sus características inl:Ifnsecas e irreductibles. 5peng1er y Toynbee vulgarizaron la concepción segón la cual
No es casua1 que el debate sobre el relativismo cultural se dé cada civilizaciónexperimentaria necesariamente una etapa
en el pensamiento antropológico desde sus inicios. ~ a la de ascenso y otrade descenso, una etapa en vida y otrade
existencia de corrientes más universales (el estructuralismo muerte'. Postuladas por la metáfora organicista, sus fuerzas
es una de ellas), predominó en la antropología clásica una vitales se extinguirlan con el tiempo. En todo caso, al hablar
comprensión de la unicidad de cada cultura.Los estudios se de civilizaciones, lo que me interesa recalcar es que también
vuelven haciael entendimiento de una totahdad que expre- se pueden retomar las ideas de centro y de limite. Con sus
sarla de forma inequívoca el 'carácter' de un pueblo (para costumbres, dioses, idioma y conquista, las civllizadones se
hablar como los cu1turalistas norteamericanos)'. El énfasis arraigarian en un lugar determinado. Ya no se trataría de la
sobre la diferencia se pone de manifiesto incluso cuando tribu, unidad demasiado pequeña, sino de la ciudad-Esta-
los antropólogos comienzan a interesarse por las socie- do, el reino o el imperio. Extensiones que pueden variar del
dades modernas, desplazando el método de observación mundo chino al mundo europeo o japonés. Por ello, entre
participante hacia unnuevo contexlD. A1anaJizarobjetnsoomo los historiadores florece toda una corriente dedicada al es-
el folklore y la cultura popular, los antropólogos ~ en tudio del contacto entre civilizaciones, pero cada civiliza-
cuenta aspectos que, en principio, escaparlan a la lógica de ción buscaodo proyectarse con su lógica más allá de su marco
la "modernizaci6n", de la "civiHz.aoonoccidentaf', de la "mo- (conquistas romanas e islámicas). En este sentido, diversi-
dernidad", de la "cultura burguesa". Los c~ativos no dad cultural significa diversidad de civilización.
importan mucho, los utilizo para deslindar el horizonte traba- Pero la historia nos revela además un movimiento de in-
tegración que díñcílmente podríamos aprehender si nos li-
3 Van Oennep, OsRitos de POSIlgetrl, Vozes, Petrépohs, 19'78. . _ mitáramos a una perspectiva antropológica. Sabemos que, a
4 Porejemplo RuthBenedict,. Ptulróes deCu1trmI, limos ~ Bms~, Lisboa. partir del siglo XVI, el capitalismo emergente en una parte
Visión que la autoraretoma en su estudio sobre la sociedad Japonesa;
ve>" TheC~"" the Svxmi. Houghton MilIIin Company, 1989.
5 Un texto representativo de este tipo de estrategia es e~ de Robert Red- 6 O. SpengIer, ¡" """"""'" de CJaidmIE, Fspasa CaIpe, Madrid. 1958; al
field,. TheFolkCuJtun!ojYuadan, The University ofChicago Presa, Chi- respecto, Toynbeepublicó varios velamenes en la serie Estudio de la
cago, 1941. Historia. Alianza EditoriaL Madrid.
138 139
OTRO TERRITORIO DIVERSIDAD CULTURAL Y COSMOPOLITISMO

de Europa occidental tiende a ser más abarcador, sus ambi- pues le era dificil implantarse dentro del connnente", 1iun-
ciones se desbordan más allá de los mares. La época de los bién América Latina podía ser vista como un espacio donde
descubrimientos y de las grandes navegaciones da inicio a la presencia española y portuguesa, aun siendo hegemónj-
otro ritmo de integración entre los pueblos. Este capitalismo ca, no conseguía integrar a la población negra e indígena
Uegahasta América y Asiabajo la forma de colonialismo. Es dentro de UIi mismo molde civilizatorio.
la raíz de un fenómeno actualmente en el tapete: la globali- Con esto quiero decir que, a pesar de los movimientos
zación. Pero existe una duda: lcuál es la amplitud de este integradores, el mundo anterior a la Revolución Industrial
movimiento integrador? ¿Envuelve a "todos los pueblos todavía encerraba mucha diversidad. Diversidad en un do-
del planeta", como pretende una visión que lo identifica ble sentido. Primero, de civilización. El poderio de los imperios
con un world-system? Z'Iendría esta misma dimensión europeos (Inglaterra, Francia, España, Portugal) era cierta-
sistémica? Aquí se dividen los puntos de vista. Para una ro- mente efectivo si se le considera desde el punto de vista del
Triente de pensadores, como Immanuel Wallerstein, el ca- continente americano. Estados Unidos, la América española
7
pitalismo ya era capitalismo desde el siglo XVI • Estaba ya y la portuguesá son extensiones de los proyectos metropo-
definido en sus rasgos estructurales y lo que había era un litanos. Sin embargo, desplazando nuestra mirada hada la
movimienlo de expansión.Lahistoriaseria eotoncesun ajuste realidad del mundo asiático o islámico, es necesario puntua-
temporal a las exigencias sistémicas. Otros autores buscan lizar las limitaciones impuestas a la expansión occidental.
recalcar la importancia de la Revolución Industrial. Según Un ejemplo: Japón. Desde el siglo XVI hasta mediados de!
ellos, el término capitalismo seria más apropiado para desig- XIX este conjunto de islas, unificadas bajo el dominio 'Ioku-
nar un tipo de sociedad nacida eo esa época. El punto de gawa, permaneció fuera de la órbita comercial europea (los
ruptura no fue el siglo XVI sino la Revolución Industrial. No pocos contactos se hadan a través de una modesta presen-
pretendo extenderme en este ~e.oote, lo retomo ~lo e~ la da holandesa, en el extremo oeste del país, en Nagasaki).
medida en que remite a la temática que estamos discutien- Claro, existían influendas de origen extranjero (por ejem-
do. Creo que los intelectuales del siglo XIX (de Saint-Simon plo, la introducci60 de las armas de fuego se dio con la llegada
a Marx) tenían razón cuando afirmaban la especificidad del de los portugoeses), pero la "civilización japonesa', muy vol-
modelo industrial. De hecho, viendo la historia desde este cada aún hada el imperio celestial de China, se desarrolló al
punto de vista (como lo hacen, por ejemplo, [ack Goody y
amparo de los intereses europeos". Lo mismo puede decir-
Eric Wo¡f, la Revolud60lndustrial divide las aguas. Elmundo
se con respecto al mundo íslémíco". Hasta el momento de
colonial, pese al poder y a la avidez de las metrópolis, no era
único: convivía a dispusto con otr~s "'econo~~mu~do.n
(China y e! norte de Africa). En realidad'.eldonurno bn~­ 9 Cario Cipolla argumenta que el predominio europeo en Asia se limita
co no pasaba de las regiones costeras, ro siqtuera en India, a la costa marítima. La conquista y el control de vastos territorios den-
tro del continente se realizó más tarde, como subproducto de la
Revolución Industrial; ver úmhiJes e Vebzs na Primeim Fase tl4 Exptmsio
7 LWaI1erstrin, TheModem World System (2 VoJs.),Academic Press, Nueva Européia: 1400-1700, Gradiva, Lisboa, 1989.
York, 1976-1979. 10 Consultar TheCambridge History of lapan, VoIs. 3 y 4, Cambridge Uni·
8 [ack Goody, TIte l'Ast in the West, Cambridge University Press, Cam- versíty Prees, Cambridge, 1991J.-1991.
bridge, 1996; Bríc Wolf, Europe tmd the Peopk without History, Uníver- 11 Consultar A Miquel, L'lsfmn el 54 cWilisation, Colin, París, 1986; Ber-
sity of California Presa, Berkeley, 1982. nard Lewis, o Oriente Meio, Zahar, Río de janeíro, 1996.

140 141
OTRO TERRITORIO DIVERSIDAD CULTURAL Y COSMOPOLITISMO

lasinvasiones napoleónicas,poseía una dinámicacomple- las reladones entre partidos y entre dases sociales), Ycultu-
tamente independlente de las potencias occidentales. Pero la ral ~unificaci6n lingüística y simbólica de sus habitantes). La
diversidad anterior a la Revoludón Industrial era parte tam- necíén segrega por tanto una Conciencia y una cultura na.
bién de las sociedades del Antiguo Régimen. Sólo desde un cio~, o sea un conjunto de símbolos, conductas, expec-
punto de vista genéricose puede calificar a los Estados eu- tativas, compartidas por aquellos que viven en su territorio.
ropeos como racionales y técnicos. Es cierto que la rado- Proceso que se consolida en el siglo XIX Y se extiende duran-
nalidad del capital mercantil predominaba junto a los te el siglo XX por todos los países. En cada uno de ellos, se-
emprendimientos de los ricos comerciantes, pero se trataba gún sus historias particulares, surge una cultura nacional
de un sector restringido. A pesar del desarrollo dentlfico, No nos imaginemos la construcción de las naciones como
cuyas raíces se remotan al Renacimiento, a las premisas de algo natural, como una necesidad teieológica. según lo pen-
la Ilustración, a la gestión burocrática del aparato del Esta- saban varios autores del siglo XIX (se creía que en la cadena
do, durante los siglos xvn y xvm prevalecieron las fuerzas evolutiva de las sociedades, la nación seria el tipo más per_
de la tradición (aristocracia, religiosidad popular, creencias fecto de formadón soda\). Esta construcción resulta conflic-
mágicas, economla agrícola, estamento sociales, elc.)". En tiva, implica intereses contradictorios, disputas y dominios.
realidad, las sociedades europeas constitulan un verdadero Buena parte de la memoria nacional es una invenci6n sim-
archipiélago de "mundos regionales", poco integrados unos bólica, las tradiciones son ideológicamente vehiculiza.das,
con otros. Dicho de otramanera, aunquees posibleencon- como si siempre hubieran existido. Resulta no obstante que
trar en \os siglos anteriores algunos rasgos de un fenómeno cada país se ve como una urúdad especifica. Según decla
que hoy llamamos g1obaIizad6n, el surgimiento y la conso- Herder; la naciónes "un organismo vívc", modal,que difie-
lidadón de este proceso, a mi modo de ver, sólo fueron cons- re de la vida existente en otros lugares. La diversidad tiene
tituyéndose cualitativamente con el advenimiento de la portantoun nuevo significado. Elmundo seria la sumatoria
modernidad. de los encuentros y las desventuras de culturas nacionales
diversificadas.

3. Revolución Industrial y modernidad van juntas. lrajeron


consigo un proceso de integración hasta entonoes descono- 4. La modernidad avanzacon las revoluciones industriales,
cido: la constitución de la nación. Distinta a la noción de ya no solamente con la inicial sino también con la segunda
Estado (muy antigua en la historia de los hombres), la na- (a fines del siglo XIX) Yla tercera (a mediados del siglo XX),
dón es fruto del siglo XIX. Presupone que en el ámbito de un produciendo un movimiento integrador que traspasa lasdi-
territorio determinado ocurra un movimiento de integración versidades étnicas, dvilizadoras y nacionales. Al expresarse
económica (surgimiento de un mercado nacional), social como modernidad-mundo, las atraviesa ubicándolas en el
(educadón de "lodos" los dudadanos), politica (adveni- marco de una "sociedad global" -para hablar como Octavio
miento del idealdemocrático como elementoordenador de Janní". Las relaciones sociales ya no se limitan a los indivi-
duos que viven en el contexto de tal o cual cultura, sino que
12 Buena parte de esta tradición se prolonga durante todo el siglo XIX;
ver Amo Mayer,A FOf9I da fnuli9ío, Companhía das Utras, San Pablo, 13 Octavio Ianní, A SociedmJe Global, Civllizay\o Brasileira, Ríode }aneiro,
1987. 1993.

142 143
OTRO TERRITORIO DIVERSIDAD CULTURAL Y COSMOPOLITISMO

se presentan cada vez más como "desterritorializadas", o sea, blemática mediante dos pares conceptuales, "sociedad" y
como realidades mundializadas. Contrariamente al argu- "comunidad". La ciudad se convierte así en el lugar privile-
mento antropológico que fijaba la cultura en un lugar giado de las relaciones anónimas e impersonales, en con-
geográficamente definido, o a las premisas nacionales que traposición a las agrupaciones rurales, la aldea, donde los
arraigaban a las personas en el suelo fijo de un territorio, contactos1='¡1= favorecerian los rasgos de cohesión. Por
ahora tenemos un "desencaje" de las relaciones sociales a ello, Simmel considera la ciudad como ellocus donde "las
nivel planetario'•. Queda en entredicho la idea según la cual diferencias explotan", o sea, donde se afirma la irreductibi-
toda cultura poseia un centro: la tribu, la civilización, la na- lidad del individuo. La modernidad-mundo trae consigo un
ción, delimitando un entorno bien preciso. La moderni- elemento diferenciador, su naturaleza. Esto significa que la
dad-mundo atraviesa las diversas formaciones legadas por mundialización es simultáneamente una y diversa. Una,
la Historia, desde los pueblos primitivos hasta los países in- como matriz civilizadora cuyo alcancees planetario. En este
dustrializados. sentido, me parece impropio hablar de "modernidad japo-
Concebir la modernidad-mundo como un movimiento nesa", "modernidad europea", "modernidad latinoame-
integrador no es considerarla como algo homogéneo. Los ncana", como si se tratara de estructuras completamente
sociólogos muestran que la modernidad siempre es diferen- distintas. Una matriz no es un modelo económico en el que
ciadora. Vmcu1ada al modo de producción industrial, se las variaciones se dan en función de los intereses en juego o
funda en un proceso de individualización y de autonomía de las oportunidades de mercado. Capitalismo, d _
creciente. Racionalización del conocimiento, como quería We- rialización, formación nacional, racionalización del saber Y
ber -emancipación del pensamiento científico con respecto de las conductas, industrialización, avances tecnológicos, son
ala religión y a las creencias mágicas; subdivisión del campo elementos compartidos por todas esas "modernidades". Los
de la ciencia Y constitución de disciplinas distintas (física, S<>- sociólogos pueden entonces considerarlas como parte de un
cíologfa, antropología, psicología). La especialización del tronco común, revelando así sus nexos constitutivos. No
conocimiento se vuelve una exigencia de las sociedades mo- obstante, la modernidad es simultáneamente diversa. Pri-
dernas. Es una diferenciación que llega hasta los valores tra- mero, atraviesa de manera diferenciada cada país o forma-
dicionales, liberando a los individuos de las redes de la ción social especffica. Su realización se da según las historias
cohesión comunitaria La sociología nace privilegiando esos de los lugares. Las naciones son diversas porque cada una
temas. Durkheim busca en la división del trabajo la clave de ellas actualiza de manera diferenciada los elementos de
explicativa de esta diferenciación social. El pasode la solida. una misma matriz. La modernidad varia, por tanto, según
ridad mecánica a una solidaridad orgánica reflejarla precio las situaciones históricas (tiene una especificidad en América
samente este aspecto. Es un movimiento que puede incluso Latina, otra en Japón o en Estados Unidos). Segundo, con-
adquirir un cariz "patológico" con la fragmentación social y tiene en sí un movimiento de diferenciación que envuelve a
la anomia de los individuos. 'IOnnies retoma la misma pro- los grupos, las clases sociales, los géneros y los individuos.

14 Acerca de la relación entre el proceso de muedíaíízecíón de la cultura 5. Si mi razonamiento es correcto, puede decirse que el tér-
y la constitución de los lugares, ver R. Ortiz,. "Es~ e temtcríaíída- mino diversidad se aplica de forma indiferenciada a fenóme-

,..
des'" en Um Outro TerriJório, Olho d' Agua, San Pablo, 1996. nos de naturalezas diversas. Primero, a tipos de formaciones
'48
OTRO TERRITORIO DIVERSIDAD CULTURAL Y COSMOPOLITISMO

sociales radicalmente distintas (tribus indígenas, etnias, pa- dió con los campesinos en Europa y en América Latina du-
sadas civilizaciones y naciones). Recalco este aspecto un rante el proceso de industrialización, y con varios grupos
tanto ausente del debate contemporáneo. Aun tomando en indígenas. So pena de desaparecer, los llamados pueblos pri_
cuenta el eje hegemónico de la expansión de la moderni- mitivos tienen que defenderse contra la expansión de las
dad-mundo, hay que reconocer la existencia de un legado fronteras, ya sean nacionales o mundiales. Diversidad signi.
de la historia. Civilizaciones, etnias, tribus indígenas no son fica aquí afirmación de una modalidad social radicalmente
un anacronismo, algo "fuera" del tiempo. A no ser que crea- distinta. El caso de las sociedades islámicas (y no hay que
mos en la sapiencia convencional de la ideología de progre- olvidar que éstas son heterogéneas) es de otra naturaleza. Se
so, popularizada por el pensamiento evoludonista del siglo afirma que esta civilización encuentra buena parte de su
XIX. Mundo islámico, sociedades indígenas, grupos étnicos sentido en los principios religiosos del Corán, pero sería in-
(en África o en Europa central) no son testimonios de "atra- correcto imaginarlas como totalmente apartadas de la mo--
so" o señales de barbarie. Se trata de formaciones soci.a1es dernidad. Las trasformaciones ocurridas durante los siglos
plenamente insertadas en la actualidad (o sea, inmersas en XJX Yxx, aun apuntando hada un fracaso de la "moderniza-
las relaciones de fuerza que las determinan). Al considerar- cíón", indica la existencia de sociedades que asimilaron al-
las como vestigios, se desconoce que la Historia es también gunos aspectos de la Revolución Industrial (y no sólo el
el momento presente de entrelazamiento de tiempos no progreso tecnológico, como se suele decir). El dilema del
contemporáneos. Segundo, la diversidad se aplica en mundo islámico es Cómo equilibrar, o sea, cómo contener los
cuanto diferenciación intrínseca de la propia modernidad- elementos de la modernidad en el marco de un Estado y
mundo-individuo, movimientos femenino, homosexual, ne- una sociedad civil donde el código religioso todavía preten-
gro, cnsís de identidad, etc. Estos movimientos se han de ser la última fuente de legitimidad". lbtalmente distinta es
acelerado hasta tal punto que muchos los perciben como la cuestión feminista. Emerge como una reivindicación dentro
síntoma de una nueva fase histórica, de una posmoderni- de la matriz de la modernidad Se lucha por la igoaldad de
dad. Es como si cualitativamente esas diferencias fueran oportunidades y de trato entre géneros. Identificar los
equivalentes, mientras que cualquier antropólogo conoce la movimientos indígenas con el de las mujeres y clasificarlos
especificidad de los pueblos indígenas. En realidad, la noción como minoría es simplemente confundir las cosas. Oaro que
misma de "pueblo" resulta inadecuada para describirlos. Lo se afirma un principio de "buena intención", pero esto no
colectivo sólo tiene sentido cuando lo contraponemos a las nos ayuda en nada para comprender o resolver el problema
sociedades industriales. La idea de miríada me parece más La construcción de la identidad en los movimientos de gé-
apropiada para aprehender su realidad. No hay eíndíge- nero es el resultado de las ideas y de la organización interna
nas", a no ser en singular, y siempre deben ser calificados: de las sociedades modernas. La oposición entre masculino y
son kamaura, sumí, cíntalarga, etc. (basta ver la diversidad
de lenguas indígenas para constatar la multiplicidad de lo
que el pensamiento postula como homogéneo). Cada uni- 15 La interpretación del fundamenlalismo propuesta por Olivier Roy es
sugestiva. Para el autor, no se trata de una "fuga" de la modernidad,.
dad tiene una centralidad y un territorio que se articulan y se
sino de una respuesta a la modernización incompleta y desigual de
contraponen a los intentos de integración. En esto radica la los países árabes, y de una critica a las instancias religiosas tradiciona-
importancia de la cuestión de la tierra (o sea, de las fronte- les (los umelas)¡ ver GenaJfogfa del Islmnismo. Ediciones BelletaITa, Bar.
ras). Perderla seria desarraigarse, desencejarse.Io que suce- celona, 1996.

146 147
OTRO TERRITORIO
DIVERSIDAD CULTURAL Y COSMOPOLITISMO

femenino no es algo insuperable. Hombres y mujeres, pese los habitantes de las islas 'Ircbnand. En este caso, es ímposí-
a sus sensibilidades diferenciadas, viven en un mismo uni- ble a~rehen~er el ~bio que los afecta sin sumergirlas en
verso. Hago hincapié en el término utilizado: insuperable. el flujo del tiempo, sm que las consideremos en el marcod.e
En el caso de las sociedades indígenas, toda . . superación", una "situación colonial"". El texto "pueblos trobriandeses"
sea en el sentido hegeliano o no, implicaría su desaparidón. con su mitología, SU potlach, sus creencias, será redefinido:
La separación es la razón de ser de esas culturas. Por ello, lo transformado por la presencia del comercio, del cri.sfianis..
que estoy sugiriendo es que es necesario hacer, en el debate mo, de las autoridades coloniales. De igual modo, diria que
sobre diversidad, una distinción cualitativa entre las dife- hoy el contexto cambió. La giobaJización es el elemento si~
rencias. Postularlas romo equivalentes (romo lo hace el dis-
tuacional prevalente. Reordena nuestro marco de entendí;
curso posmoderno) es un error.
miento. El relativismo es una visión que presupone que las
culturas se abstraigan de sos condiciones reales de existencia,
6. La diversidad cultural no puede verse sólo como una . . di- creando así la ilusión de que cada una de ellas quedaría to-
ferencia", o sea, algo que se define en relación con otra cosa, talmente autoconcentrada, o mejor dicho, sería un texto. En
nos remite a alguna otra rosa. 1ixIa "diferencia" es prodocida realidad, este estatuto, postulado por el razonamiento trie-
sodalmente, es portadora de sentido simbólico y de sentido todológico, es negado por la historia. En el mundo de los
histórico. Un análisis que sólo considere el sentido simbó- hombres, las sociedades son relacionales pero no relativas.
lico, tipo hermenéutica, corre el peligro de aislarse en un Sus fronteras se entrelazan y, más de una vez, amanezan el
relativismo poco consecuente. Es como si la cultura fuera territorio vecino. La discusión acerca de la diversidad no se
realmente un texto y cada quien le diera su propio significa- reduce por tanto a un argumento lógico-fiJosófico, necesita
do. La lectura se derivarla entonces de una intención arbi- ser contextualízada pues el sentido histórico de las . . diferen-
traria: el posicionamiento del Jector. No habría una relación cias" redefine su propio sentido simbólico.
necesaria entre los textos, su existencia se vincularía única- Decir que la "diferencia" es producida socialmente nos
mente al interés de la mirada que lo decodificaría En su irre- permite distinguirla de la idea de pluralismo. A mi modo de
ductibilidad, las culturas no serian comparables unas con ver, traducir el panorama histórico-sociológico en términos
otras, serian indiferentes unas a otras. Afirmar el sentido políticos es engañoso, porque estaríamos presuponiendo que
histórico de la diversidad cultural es sumergirla en la mate- cada una de esas múltiples unidades tiene la misma validez
rialidad de los intereses y de los confictos sociales (capitalis- social. En esta perspectiva, la cuestión del poder se borra
mo, socialismo, colonialismo, g1obalizadón). La diversidad No habría jerarquía ni dominio. En realidad estaríamos
se manifiesta por ende en situaciones concretas. Claro que aceptando de manera implícita la tesis según la cual el con-
se puede hacer una lectora textual de las culturas primitivas texto histórico o bien no interfiere con las diversidades o
(en parte, este es el objetivo de la antropología), pero consi- bien en última instancia sería pluralista, democrático, lo cual
derándolas dentro de un horizonte más amplio. Una cosa es
que leamos las sociedades primitivas como un texto (lo que
significa que Los argonautas del Pacífico de Malinowsky es 16 Recuerdo que el concepto de "situación colonial" fue introducido por
una entre varias interpretaciones posibles de un mismo ,?e.orges Balandíer, precisamente con la intención de escapar al rela-
tiVISIllO del culturalismo norteamericano; ver Socio/cgie acfuel/e de I'A-
dato empírico), mientras que otra es entender el destino de frUlue1WÍre, PUF, París, 1m.
148
14'
OTRO TERRITORIO DIVERSIDAD CULTURAL Y COSMOPOLITISMO

es un contrasentido (o mejor dicho, sólo tiene sentido cuan- hay que imaginar el pasado como si representara el dominio
do consideramos ideológicamente el mundo). Se ha desa- de la indiferenciación y de la uniformidad. 'Ial vez podrfa
rrollado en tiempos recientes toda una literatura que gira decirse del mundo contemporáneo lo que Maxime Rodin-
en tomo al paso de lo "hOl1\ogéneo" a lo "heterogéneo". La son J,',?ndera en las sociedades islámicas de algunos siglos
producen los economistas, los sociólo~os, I?S a~stra­ atrás 8. Las especificidades religiosas, en el caso de la convi-
dores de empresas y los divulgadores dentíñcos (PIenso en venda del islamismo con el judaísmo o el cristianismo en un
los escritos de A1vin lbIDer)17. La historia es aprehendida en mismo territorio, lejos de ser parte de un cuadro de tole-
términos dicotómicos, como si nos halláramos en el umbral rancia (como dicen algunos historiadores), eran parte de un
de una nueva era, de una "tercera ola". Para este tipo de "pluralismo jerarquízado". O sea, la diversidad se ordenaba
óptica, el pasado habría sido uniforme, unívoco, privile- según lasrelaciones de fuerza dictadas por el código islámi-
giando los "grandes relatos", y en contra~a~l presente co. Las idiosincrasias del mercado o de las identidades no
se caracteriza por la diseminación de las diferencias, por los existen en tanto "textos" autónomos, sino que participande
"pequeños relatos", por la multiplicidad de identidades. un "pluralismo jerarquizado", administrado por las instan-
Aplicada al mercado, esta visión optímísta ~ lo ~omo­ cias dominantes en el contexto de la modernidad-mundo.
géneo al fordismo, a la producción en. se?e y m~lva, y Cmno corolario del argumente anterirn; puede decirse que
asimila lo heterogéneo, lo diverso, al capitalismo flexible de las diferencias" también esconden relaciones de poda Por
H

este fin de siglo. El mundo actoal seria múltiple y plural ejemplo el racismo, que afirma la especificidad de las razas
Diferenciación y pluralismo se convierten así en términos para seguidamente ordenarlas según una escala de autori-
intercambiables y,lo que es más grave, ambos se funden en dad y poder. Por ello, es importante comprender cuándo el
el concepto de democracia. En esta operación mental.hay discurso sobre la diversidad oculta cuestiones como la desi-
algo de ideológico. Se trata, primero, de una falsedad histó- gualdad. Sobre todo cuando nos movemos en un universo
rica. No cabe duda de que las sociedades modernas son más donde la asimetría entre países, clases sociales Yetnias no se
diferenciadas que las formaciones sociales anteriores, ciu- puede argumentar. La imagen según la cual el mundo sería
dad-Estado, civilizaciones, tribus indígenas. El proceso de "multicultural" y estaría constituido por un conjunto de
diferenciación, vinculado a la división del trabajo, es intrín- "voces" (imagen muy corriente en los organismos internacio-
seco a la modernidad. Pero no hay que olvidar que, desde el nales tipo Unesco) no es satisfactoria. El lema de la "unidad
punto de vista civilizatorio, la divers~dad existente antes en la diversidad" (hoy en día común entre quienes se refie-
del siglo xv era ciertamente más amplia que la que hoy ro- ren a la Comunidad Europea) puede ser un lenitivo cuando
nocemos.lnnumerables culturas, lenguas, economías-mun- se enfrentan problemas para los cuales todavía no hay res-
do economías regionales, costumbres, desaparecieron en el puestas, pero su validez sociológica es sumamente dudosa.
movimiento de expansión del colonialismo, del imperialis- Durante todo el siglo XX esta frase estuvo a la orden del
mo y de la sociedad industrial. A veces me da la impresión día en las élites latinoamericanas. Lo mestizo, lo sincrético
de que el discurso sobre las diferencias lidia dificilmente con (ahora, con el posmodemísmo, volvemos a una apología del
esos hechos. Ante lo inexorable de la modernidad-mundo,

18 Maxime Rodinson "La notion de minorité el l'IsIam" en L'ls/am: poli-


17 Alvin Toñler, The Third Wawe, Bantam Books,Nueva York, 1980. tíoue et croyance, Fayard, París, 1993.
150 151
DIVERSIDAD CULTURAL Y COSMOPOLITISMO
OTRO TERRITORIO

darán signadas por los intereses y conflictos definidos


mestizaje), se convierte en sfmbolo de la superación de los fuera del ámbito de su círculo interno. Dicho de otra mane-
antagonismo sociales. Por ello, un autor como Gi1bertoPrey- ra, la diversidad cultural es diferente y desigual porque las
re puede aprehender la historia brasileña en términos de instancias Ylas instituciones que las construyen tienen dís-
"democracia racial". El país seria elproducto del cruce ar- tintas posiciones de poder y de legitimidad (países fuertes o
mónico, de la acu1turación de europeos, negros e índíos". paises débiles, trasnacíonales o gobiernos nacionales, civili-
La diversidad étnica se expresaría al unísono en la unidad zación n occidental" o mundo islámico, Estado nacional o
nacional. El inconveniente es que esas "teorías", que no son grupos indígenas).
necesariamente brasileñas pues se han difundido por toda
América Latina, omiten precisamente el contexto en el que
se da la interacción cultural. Fundadas en una perspectiva 7. En el contexto de la modernidad-mundo hay una institu-
culturalista, retiran toda diferencian de la historia, deifi-
H
ción social que adquiere un peso desproporcionado. Me
cando a los individuos en una visión idílica de la sociedad refiero al mercado. Se trata de una instancia no sólo econó-
(o sea, conveniente para las élites domínantesj", La desi- mica, como suelen imaginar los economistas, sino también
gualdad puede ser entonces absorbida en tanto diferencia, productora de sentido. Lejos de ser homogéneo, según pen-
y se anula ante la contnbución especifica de cada una de las saban los teóricos de la comunicación masiva, el mercado
partes. crea diferencias y desigualdades". Basta ver el universo del
Dentro de la perspectiva que estoy planteando, el mundo consumo y de los estilosde vida. A través de los objetos con-
difícilmente podría ser visto como un caleidoscopio -metá- sumidos, los individuos expresan y reafirman sus posicio-
fora utiliza con frecuencia por varios autores-, un instru- nes de prestigio o de subordinación. El consumo requiere
dispombilidad financiera y capacidad de discernir (hayruna
mento en el cual los fragmentos coloreados se combinan de
educación para el consumo). Las marcas de los productos
manera arbitraria en función del desplazamiento del ojo del
no son meras etiquetas, agregan a los bienes culturales un
observador. Pero las interacciones entre diversidades no son
sobrevalor simbólico consustanciado en la griffe que lo sin-
arbitrarias. Se organizan según las relaciones de fuerza que
gulariza en relación con otras mercancías. Yo diría, en los
se ponen de manifiesto en situaciones históricas. Existeorden
términos sociológicos de Bourdieu, que el mercado es fuen-
y jerarquía. Si las diferencias son producidas socialmente
te de distinción social y refuerza la separación entre grupos
ello significa que, al descuidar sus sentidos simbólicos, que·
y clases socíalesf. Se redimensíona así lo que se entiende
por valor cultural-sobre todo al tratarse de las industrias
19 GiIbertoFreyre, ~do BmOl, J"" OIympW,RfodeIereíro, 1941. culturales. Al tener el mercado una amplitud globalízada,
20 Es interesante notar que la antropologfa culturalista norteamericana desplaza a las otras instancias de legitimidad que conocía-
tiene un papel importante en el proceso de construcción de las tmé-
genes nacionales. Esto no ocurrt6 sólo en América Latina. donde los
estudios de Herskovitz, Robert Redfield, Margaret Mead YRuth 1Je.. 21 Para una discusión acerca del concepto de masa y su inadecuación al
nedict ejercieron gran influencia. 1..0 mismo ocurrt6 en Japón- El cul- entendimiento de la problemática de la mundíalízacíón de la cultura,
turalísmo presentaba un conjunto de conceptos apropiados para la ver. R. Ortiz, "Cultura, comunícacao e massa" en Um Outro Território,
elaboración de la "diferencia nacional". Al respecto, consultar Harumi op. cit.
Befu, "A critique of the group model of Japanese Society" en SociIIl 22 Pierre Bourdien, Úl distinctron, Minuit, París, 1979.
AnaIysis Vol. 5, No. 6, 1980.
153
152
OTRO TERRITORIO DIVERSIDAD CULTURAL Y COSMOPOLITISMO

mos, por ejemplo el gran arte o las tradiciones populares. relaciones sociales. Su territorio es atravesado por fuerzas
Establece por tanto una jeran¡uización entre las diversas pro- que la trascienden. Las formaciones nacionales se eonstítu-
ducciones culturales, garantizando un lugar destacado para yen ahora en diversidades (y no en punto final de la ~
aquellas que se ajustan a su lógica. Por ello, cualquier discu- na. como querían 106 pensadores del siglo XIX), k> que significa
sión acerca de la diversidad que deje de lado este aspecto que las culturas nacionales adquieren un peso relativo. Pa-
mercadológioo resulta inocua. No es que la cultura se haya san a ser consideradas en el ámbito de las otras diversidades
convertido en una mercanda (no creo que este concepto se existentes.
aplique a los universos simbólicos, excepto como metáfora). Sé que la historia del universalismo encierra numerosos
Sin embargo, en el conjunto de relaciones de fuerza mun- percances. De la razón Instrumental, como decía Adorno, al
dializada, debido a los intereses el) juego, el mercado cultu- etnocentrísmo arrogante. No siento predilección ni nostal...
ral adquirió una dimensión de la que no disfrutaba hasta gia alguna por ese presente/pasado de la "razón occidental"
entonces. Para aquellos que discuten acerca de la integra- (asociar la idea de razón a la de accidentalidad es un tour de
ción, sobre todo en el marro de una política de formación de force eurocéntríccc al igual que en los departamentos de filo-
bloques [Iratado de Ubre Comercio de América del Norte sofía se sustenta el mito de la raza griega como punto de
[Tkan], Mercosur, Comunidad Europea), es crucial que el origen de todo pensamiento racional, dejándose de lado la
debate vaya más allá de los intereses económicos inmedia- riqueza de otras culturas: china, árabe, india"). Lo universal
tos. De no ser así.. el marco de reflexión quedará atrofiado.. no existe en abstracto.. especie de a priori. kantiano roya pre~
circunscrito a los temas legitimados por el statu quo. sencia sería inmanente a la mente humana. Las sociedades
tuvieron que sufrir profundas transformaciones para que
pudiera expresarse la universalidad el pensamiento. Una
8. En un mundo globalízado, la diversidad cultural debe ser de ellas fue el advenimiento de la escritura. Tal como lo re-
considerada desde un punto de vista cosmopolita. Sólo una calca [ack Goody, la escritura hizo posible para las culturas
visión universalista puede valorar realmente lo que llama- un grado de abstracción y de trascendencia que les permitió
mos"diferencia". Querramos o no, ello exige que se relativi- escapar a las imposiciones locales (de los dioses,los poderes
ce la manera como se solía considerar la cultura nacional y las creencíasj". Por ello.. Weber considera como uni-
Los ideales de la Dustración europea preconizaban que 10 versales las religiones que se fundamentan en textos es-
universal se realizaría a través de la nación. Libertad, igual- critos: budismo.. confucianismo, islamismo, bramanismo,
dad Ydemocracia fueron principios que orientaron el surgi- cristianismo. Al igual que las "diferencias" lo que calificamos
miento de las naciones (lo digo a sabiendas de que nunca se como universal siempre se sitúa históricamente. En este
realizaron completamente). La propia lucha anticolonia- sentido, el debate sobre el universalismo tampoco se reduce
lista se fundamentaba en esas premisas. Para existir como a una posición teórica.. a un juego de argumentos contra-
pueblos lfbres, los países colonizados tuvieron que romper puestos a otros (al relativismo, por ejemplo). Las instituciones
con la metrópoli y constituirse en naciones independientes.
Mientras tanto, la relación entre la nación y 10 universal se
23 Ver Samir Amin, L'Eurocentrisme, Anthropos, París, 1988.
rompió. La modernidad-mundo replantea el problema so- 24 Iack Goody, A lógiaJ da escrita e a organiza9i0 da sociediuIe, EdicOes 70,
bre otras bases. Ante el surgimiento de una sociedad globa- Lisboa, 1986. Consultar también Walter J. Ong, Ondidad Y escritum:
lizada.. la nación pierde su preeminencia para ordenar las tecnolngias de Is palsbra,. Fondo de Cultura Eoonómica, México, 1987.
154 'ss
OTRO TERRITORIO

sociales, ya sean las religiones, los Estados, o las trasnacio- CIENCIAS SOCIALES, GLOBALIZACIÓN
nales, llevan en sí elementos de universalidad (religiosa, po- y PARADIGMAS·
lítica o mercadológica). No obstante, aun admitiendo que
lo universal sea un constructo histórico (muchos filósofos
piensan de otra manera), no puedo dejar de comprender
que ésta es la única vía posible para dar cuerpo a los ideales Pensar las ciencias sociales requiere una atendón redobla-
de libertad y democracia. Sólo una perspectiva cosmopo- da en relación con el pasado y el futuro, una preocupación
lita puede afirmar, por ejemplo, el derecho de los pueblos constante con la tradición y los cambios. Digo redoblada
indígenas a poseer sus tierras. Al reconocerlos como dife- puesto que las transformaciones recientes nos fuerzan a
rentes y no iguales [lo cual es distinto a desigual), debido a considerar de forma radical y sistemática los problemas que
los ideales anteriores les atribuyo una prerrogativa de dere- nos envuelven. No es porque estamos en el final del siglo
cho. Así, no estoy refiriéndome al universal colonizador de que eso se hace necesario. A no ser que creamos en las pro-
nuestros antepasados. Sólo una perspectiva cosmopolita me fedas milenarístas, lo que seria desastroso para un científico
permite criticar la pretensión del mercado de constituirse social, los periodos históricos sólo tienen un valor relativo.
como única universalidad posible. En nada avanzamos con- En realidad, las ciencias sociales tienen una historia ya con-
siderando la categoria "totalidad" como un anatema (una se- solidada, a pesar de que mucho de lo que se haga en la
ñal de totalitarismo). Históricamente las ti diferencias" sólo actualidad nos parezca insuficíente. De ahí la aparición de
pueden existir cuando son reducidas por fuerzas integrado- estudios, de diagnósticosque seproponen su restructuracíón,
ras que las engloban y las rebasan. Independientemente de como es el caso del informe patrocinado por la Comisión
que lo consideremos como perversión o realización del "pro- Culbenkían'. A pesar de ser incompleto -no es fácil hacer
yecto de modernidad", el mercado trasciende, por su di- una evaluación en escala tan amplia y abarcar instituciones
mensión planetaria, las fronteras y los pueblos. De ahí su académicas de diversos perses-, el informe es atrayente al
vocación para constituirse en un "gran relato", o sea, un cultivar una actitud abierta en relación con los impases con-
discurso donde la universalidad sólo es conveniente para temporáneos. Sin embargo, considero que, en este movi-
los grandes grupos económicos y financieros. Por ello, el de- miento de repensar, se deben evitar dos actitudes: una, más
bate sobre la diversidad cultural tiene implicaciones políti- conservadora, tomar los"clásicos" como fundadores de un
cas. Si queremos escapar a la retórica del discurso ingenuo, saber acabado, lo cual nos conduciría necesariamente a una
que se conforma con afirmar la existencia de las diferencias cristalización del pensamiento. Recuerdo que cuando Weber
olvidando que se articulan según diversos intereses, hay que contrapuso la ciencia (independientemente del peso atri-
exigir que se les den los medios efectivos para que se ex- buido al término) al arte, tras enumerar algunos puntos comu-
presen y se realicen como tal. Es un ideal político que no nes entre ellos, señalaba un aspecto singular del universo
puede evidentemente circunscribirse al horizonte de tal o científico: la experimentación racional Esto significa que el
cual país, de talo cual movimiento étnico, de tal o cual
"diferencia". Incluye una sociedad civil que va más allá del
• Traducci6n: Carlos Eduardo Cortés Sánchez.
círculo del Estado-nación, y que tiene el mundo como esce-
1 O:mtisión GuIbenkian (presidida por lmmanuel WaI1erstein), PtlT/l Abrir
nario para su desarrollo. as Ciendtls SocúDs. San Pablo, Cortez, 1996-
186 [157 J
OTRO TERRITORIO CIENCIAS SOCIALES, GLOBAUZACIÓN y PARADIGMAS

trabajo científico, en confrontación constante con la rea1i; cial radicalmente distinta e incompatible con lo que se venía
dad, se encuentra íntimamente ligado a la idea de p~greso practicando hasta ahora. Una percepción que predomina en
(lo cual no ocurre propiamente con el mundo artístico). Por las discusiones sobre la "crisis de paradigmas". En este caso,
lo tanto, hay una acumulación de conocimiento que condu- la idea de "revolución epistemológica" se vuelve prevale-
ce por obligación a un cierto "envejecímíento" de .10 que fue ciente. Nuevos paradigmas, asociados a temas como la pos-
producido. Las ciencias sociales, con todas las dificultades modernidad o la globalización, vendrían naturalmente a
que las rodean, y son muchas, no deben ser pensadas como ocupar el terreno infértil del pensamiento tradicional. El ín-
una suma cero de experiencias. Por el contrario, "conoce- conveniente en este tipo de interpretación es que la idea de
mos más", de hecho, sobre muchos aspectos de las diversas revoluciones sucesivas es poco convincente, como si ron cada
formaciones sociales (basta ver el conocimiento acumulado estancamiento teórico o con cada descubrimiento tecnológi-
por los antropólogos sobre las sociedades primitivas). Con co despuntase una transformadón equivalente en el plano
respecto a la historia antigua, Finley dirá que no sólo evolu- analítico. Razón tiene Bourdieu ruando dice que el campo
cionaron el volumen de datos y las técnicas, "de manera ine- del pensamiento dentffico apenas pasa por una revolución
vitable todo historiador sufre por ignorar lo que ocurrirá sustantiva, que él denomina "inaugural'", Es d~ cuando
después de él 'Ibdo historiador, incluso el más mediocre, el pensar se constituye propiamente como científico y se
tiene, por tanto, una experiencia histórica más grande ~e hace autónomo de las influencias externas al orden explica-
la de sus predecesores, por más destacados que h~yan Sido. tivo del campo. Para el caso de las ciencias sociales, ello ha-
Eso es una perogrullada, pero una perogrullada importan- bría ocurrido durante el siglo XIX (volveré sobre este punto)
te,,3. Por supuesto, no se trata de descalificar a los "clásicos"
ruando se institucionalizaron como disciplinas legítimas. A
(Weber, Marx, Durkheim, Malinowsky, Mercel Mauss, etc.).
partir de entonces, los cambios dejan de ser -manteníendo
No me cabe duda de que en muchos sentidos ellos siguen
la imagen anterior- revolucionarios; en realidad se trata de
siendo actuales (no es posible discutir el capitalismo sin re-
secuencias que se inscriben dentro de los cánones previa-
ferirnos a los escritos de Marx). Sería insensato volver a la
mente establecidos. Por eso el término revolución es impro-
querella entre"antiguos" y "modernos", ~omo.si es~ dispu-
pio, pues lo que se pretende aprehender se integra muchas
ta entre eruditos del siglo XVII aún tuviera Vlgenaa entre
nosotros'. Pero de nada serviría sacralizar un tipo de litera- veces al movimiento de la "revolución inau~al", acto fun-
dador del propio campo del conocimiento. Cualquier ba-
tura como si ontológicamente contuviese el comienzo y el
final de todo argumento sociológico.
La actitud contraria sería imaginar que "todo cambió", 5 P. Bourdieu, "O Campo Oentffico", en Renato Ortiz, Pierre Bourdieu.
que los tiempos actuales, flexibles, exigirían una ciencia so- San Pablo,Ática, 1983.
6 En la literatura contemporánea se usa el término "revolución" en for-
ma excesiva e imprecisa. Se habla de revolución tecnológica, comuni-
2 Max Weber, 'Le métier el la vocation de savant". en le Sauant el la cativa, paradigmática, como si en verdad estuviéramos viviendo una
Politiqueo Parfs, Ed. 1MB, 1963. . . ' ,. . nueva era. Lasmetáforas alcanzan tal grado de exageración que elgu-
3 M. L Pmley, "El 'progreso' en la historiografía , en HlStóriIl Antigu. San nos autores acuden a imágenes nústicas para describir la nueva
Pablo, Martins Pontea, 1994. p. 5. . . condición de la humanidad. McLuhan y B.R. Powers hablan, por
4 Sobre la discordia entre antiguos y modernos ver Robert Nisbet, Hts- ejemplo, de la "era de Acuario". Ver TIre G100al Village, Oxlord, Oxford
tory of the Ideaof Progress, Nueva York, Basic Books, 1980. University Press, 1989.

158 159
OTRO TERRITORIO CIENCIAS SOCIALES. GLOBALlZACIÓN y PARADIGMAS

lance que llegue a hacerse sobre las cie~~ .sociales d~be método al que se refería Durkheím". Una tarea dificil pues
tener en cuenta la existencia de una tradídón mtelectual m- son varias las dimensiones que envuelven al investigador
corporada a las diversas instituciones académicas. El pasado en la construcción de su objeto: ideología, moral, subjetiyj.;.
es presente y se manifiesta en el arsenal de conceptos ~on dad. (Por ejemplo, cuando se estudia un tema como la vio-
los que operamos, los tipos de investigación que realiza- lencia es difícil controlar el discurso analítico y mantenerlo
mos, la bibliografía escogida, las técnicas empleadas, et~. exento de un juicio moral que (l priori ya contiene una con-
Sin embargo, los cambios ocurridos son profundos. Feti- dena del acto violento que se busca comprender). Las cien-
chizar el saber tradicional equivaldría a confinarnos a una cias sociales operan "muy cerca" de la realidad, su lengua
postura conformista y a dejar de percibir aspectos que ;>d- conceptual es la misma que comparten los demás ciudada-
gen un tratamiento nuevo y diferenaad~. La graaa está en nos. La escritura del texto, producto final de nuestra refle-
entender la tradición como punto de partida, suelo en el que xión, se hace con las mismas palabras y nociones usadas por
enraizamos nuestra identidad, pero sin volvernos prisio- la persona común. Para tener un control verdadero sobre lo
neros de su rigidez. Comprenderla es, pues, superarla: ~ar que se está diciendo se necesita establecer una distancia, un
continuidad a la constitución de un saber que no es estático extrañamiento en relación con el dato inmediato y la forma
ni definitivo. como lo articulamos en su versión interpretativa. La artesa:"
Hacer ciencias sociales, hoy como ayer; implica confrontar nía intelectual exige al investigador una capacidad detn-
una serie de problemas recurrentes, cuestiones que r~~pa­ ventiva para producir artificios que lo retiren del mundo
recen sin cesar, como si no pudieran resolverse definitiva- real. Es en este juego de cercano/distante que ejercemos lo
mente. No creo que eso se deba a una debilidad intrínseca que Wright MilIs llamaba imaginación sociológica', No hay
de las ciencias sociales, un argumento obligatorio cuando un universo garantizado de la gran Ciencia, como pensaban
las comparamos con las "ciencias exactas". Esta obsesión de muchos autores (y no sólo los positivistas) del siglo pasado.
'contraponer el saber de las "humanidades" al de las llama- Un espacio que existiría en sí y por sí, independiente de los
das dencias "duras" me parece un despropósito, una preo- practicantes que lo hubieran construido. Por eso la idea de
cupación insólita y dislocada en el tiempo ~~~izás tuvo "ruptura epistemológica" acuñada por los historiadores de
razón de ser durante el siglo XIX, cuando el positívísmo com- la ciencia (pienso en Bachelard) se aplica mal al dominio de
tiano buscaba ser reconocido a cualquier precio). No se trata las ciencias sociales (y no por causa de una interpretación
tanto de definir qué se entiende por objetividad en las ~e~­ infeliz del marxismo hecha por Althusser). Ella presupone
cias de las sociedades (por supuesto, ella tiene su especiñci- la existencia de una barrera definitiva, de un foso que separa
dad), sino de reconocer que la recurrencia de ciertos dilemas el sentido común del radocinio científico. Esto es válido
es un aspecto definitivo de la disciplina. Lejos de ser una para disciplinas como la física y la química. En las ciencias
falla, un equívoco para que el formalismo metodológico co-
rrija, ellos persisten, atraviesan el tiempo porque son parte
7 Un texto que trata este aspecto de manera inteligente es el de P. Bour-
de su "esencia", de su "estructura". El primero de ellos se
díeu, J. e. Passeron, J.e. Chamboredon, u Métier de SocioIogue. Pa-
refiere al sentido común. Sabemos que la constitución del rWLa Haya, Mounton, 1973. (La edición española es de Siglo XXI, bajo
objeto sociológico requiere una ruptura con el sentido co- el título moficW de 6OCi6logo) N. del T.
mún; al fin Y al cabo esta es una de las primeras reglas del 8 Wright MilIs, La imaginación sociol6gica, México, Fondo de Cultura
Económica, 19'7'1.
160 161
OTRO TERRITORIO CIENCIAS SOCIALES. GlOBAlIZACIÓN y PARADIGMAS

sociales los límites son tenues..deben ser permanentemente sociológica" presupone, por tanto, que los hechos socia1es
reconquistados para que existan. Con cada investigación, sean tr~tórioos, lo que ciertamente no es verdad. De
con cada reflexión, este paso inicial debe ser reconstruido, aIú la dificultad de establecer explicaciones genéricas que
retomado (no es raro encontrar un gran autor que ensu pró- mvolucren de manera simultánea formaciones socia1esra<fi..
ximo texto se pierde porque "bajó la guardia" de su vigilancia calmente distintas corno las sociedades primitivas y las so-
epistemológica). En consecuencia, todo cambio que llegue- cíedades modernas. Este tipo de interpretación, recurrente
mos a discutir debe ser pensado dentro de estos parámetros. en el pensamiento evolucionista (basta recordar las "leyes
El advenimiento de una sociedad posmodema, pos-indus- de los tres estados" en Comte o los escritos de Th.ylor sobre
tria1, flexible, no cambia esas cosas en nada. la mente primitiva), olvida que la explicación sociológica está
El segundo aspecto se refiere a la historicidad del objeto marcada de historicidad.
sociológico. En las ciencias sociales no es sólo el observador No es por azar que autores tan diversos como lean Clau-
quien interfiere en el proceso de observación, el propio ob- de Passeron y Oclávio laoni usan imágenes tan próximas
jeto siempre se sitúa en un contexto histórico determinado. para caracterizar la práctica sociológica. Ellos hablan de la
Esto tiene varias implicaciones. La primera es que el grado sociología como estenotipia o taquigrafía de la realidad". La
de universalización de la explicación en las ciencias sociales co~par~~n. es sugestiva. Taquigrafía y estenotipia son len-
es necesariamente restringido. La critica de Passeron al idea- guaJes smtencos, formas abreviadas de enunciación. Ellas
lismo científico de corte popperiano es, a mi manera de ver, apenas n:uene~ algunos rasgos de la riqueza de la lengua,
decisiva, Cito al autor: "en la medida en que la investigación de sus articulaoones y recodos. Las notaciones taquigráficas
sociológica logra producir inteligíbilídades, procede por o estenotfpicas contienen, así, un grado de abstracción que
senderos teóricos que siempre se reinician porque nunca de hecho no está incluido en la amplitud de la lengua. Por
son separables por completo de la literalidad de los enuncia- ser más simples y reducidas ellas ganan en universalización.
dos que le confieren sentido a sus construcciones unilatera- Sin embargo, dicho movimiento de universalización nunca
les. Por tanto, está condenada a un uso móvil y alternativo es completo; los rasgos de esas escrituras están amarrados a
de los conceptos dictados por su proyecto de elaborar perfi- la "literalidad de los enunciados", a los residuos del contex-
les comparados de relaciones y sistemas de relaciones,,9. to. El. pensamiento sociológico es siempre una traducción,
En otras palabras, es imposible partir de una teoría gene- algo mtermedio entre el ideal de universalización (que es
ral deductiva, es decir; de una serie abstracta y coherente necesario) y el enraizamiento de los fenómenos sociales. Por
capaz de "deducir" la realidad, pues la "literalidad de los ello la noción de paradigma, en el sentido en que la define
enunciados" amarra el análisis al contexto de enunciación. Kuhn, no es apropiada para caracterizar la naturaleza de las
Un ejemplo: la idea de "ley", tan en boga en el siglo pasado. ci~ socíales". Un paradigma es un referente teórico cuya
Una "ley" deberla ser una explicación que aislase elementos validez se fundamenta sólo en fórmulas abstractas; "entra
atemporales que en principio podrían ser estructuralmente
articulados. Cada uno de estos elementos constituiría, en- 10 Ver Octávio Ianni. u ASociologianuma época de globaIismo", en Leila C.
tonces, un nodo de una cadena explicativa. La idea de "ley Ferreira (arg.). A Sociologi¡l no Horizonte de Sécu1c XXI. San Pablo, Boi-
tempo, 1997.
11 Tomas Kuhn. La estructura delas revo1ucioru!s científicas. México, Fondo
9 }eanClaudePasseron.. o Radocínio SocioWgiro. PetrópoIis, vcees, 1995, p.40. de Cultura Económica, 1978.

162 163
OTRO TERRITORIO CIENCIAS SOCIALES. GLOBALlZACIÓN y PARADIGMAS

en crisis" cuando ya no logra explicar un conjunto de con- ción nacionalista. Una forma de pensar que se encontraba
tradicciones que nacen en el seno de su orden explicativo. muy marcada por una visión ideológica, pues la sociologfa
El impulso del cambio provieoe de una necesidad propia era entendida como un saber cuyo objetivo central serlala
del sistema teórico: al ser insatisfactorio, requiere ser revisa- "salvación nacíonaj": un conocimiento al servicio de la reso-
do. Un paradigma es algo ahistórico, premisa que, con cer- lución de los problemas socioeconómicos de cada pals. Esta
teza, no se aplica a la comprensión de -las sociedades. En visión militante carece de sentido por completo. Ya en los
rigor, deberíamos decir: las ciencias sociales no Son paradig- años cincuenta y sesenta muchos autores latinoamericanos
12
máticas; operan de acuerdo con otra modalidad • (un poco a contracorriente del ardor nacionalista de la épo-
La historicidad del objeto sociológico también nos permite ca) la criticaron con raeón''. Los procedimientos metodoló-
entender los desarrollos regionales y nacionales de las dis- gicos son parte de una subcultura científica que trasciende
ciplinas. La historia de las ciencias sociales es diferente en la realidad de los lugares. No existen dos ciencias, . . central"
los diversos lugares en que se enraíza. Para evitar un posible versus"periférica", "occidental" versus"oriental", "burgue-
malentendido, aclaro mi argumentación. No se trata de vol- sa" versus "proletaria", como si cada uno de tales comparti-
ver al viejo debate eotre sociología importada y sociología mentos encerrase verdades equivalentes y partícúlares". El
autóctona, vigente durante los años cincuenta y. sesenta en patrón del trabajo intelectual no está determinado por las
o
América Latina. Para diversos autores -Ouerreiro Ramos especificidades naciooales, politicas o de civilización, sino por
es, en Brasil, un representante de esta corriente de pensa- valores y normas acordadas por la comunidad científica.
mícnto-, la sociología debería ser un saber nacional; es decir, Sin embargo, la realización de los "ideales científicos" tam-
un conjunto de métodos y técnicas de investigación adecua- bién se hace en función de los contextos. Los dilemas relati-
dos a las realidades de cada país. Así se exaltaba la existencia vos a la historicidad del objeto sociológico no se reducen a
de una "teoría nativa" que seria, en principio, superior y ra- cuestiones de orden explicativo, como lo considera Passe-
dicalmente opuesta a las explicaciones exógenas (para mu- ron, también inciden sobre la propia materialización de las
chos una prolongación cultural del colonialismo). Dentro de disciplinas. En primer lugar, en el ámbito de la operaciona-
esta perspectiva habría una ruptura entre"ciencia importa- Jización de los conceptos. Una categoría como "burguesía"
da", es decir; europea y norteamericana, y" ciencia auténtica" tiene muy poco de "universal". Se adecúa a una determina-
da situación de la historia europea (y no a todos los países
cuya validez estaría confirmada únicamente por su voca-
europeos, por ejemplo el Imperio Ruso) pero se encaja con
dificultad, o mejor, tiene menos poder explicativo cuando se
12 En los debates sobre las ciencias sociales es coman encontrar la si-
guiente afirmación: el marxismo dejó de ser un paradigma a partir
M

de la crisis del bloque soviético"'. Se trata de una aseveración comple-- 14 En el Brasil, este papel le correspondió principalmente a Florestan
tamente fuera de lugar, en términos kuhruancs. Si el marxismo fuese Pemandes. Ver"O padrac cientffico dos sociólogos brasileiros", en A
un paradigma, lo que efectivamente no es, las transform~ones del Sociologitz 110 BrtlBil. Petrópolis, Vozes,1977.
bloque soviético, que son de naturaleza histórica, no interferirlan para 15 El mismo debate existente en Latinoamérica se reproduce en el Japón,
nada con su vaHdez epistemológica. donde las ciencias sociales, muy marcadas por el nadonaIismo, con-
13 Cuerreíro Ramos. IntrodllfÍiO entia! d Socio/ogUJ Brasi/eira (reúne ensa- traponen el pensamiento "oriental" al determinismo rarionalista "oc-
yos escritos durante la década del cincuenta). Río de [anelro, Ed. Uní- cidenta!'". Ver Peter Dale. TIre Mith of Japtmese Unu,ueness. Londres,
ve:rsidade Federal do Rio de [aneím, 1995. Roudedge, 1986.
165
'"
OTRO TERRITORIO CIENCIAS SOCIALES, GLOBALIZACION y PARADIGMAS

aplica a realidades especificas: la comprensión de las oligar- Romero, Euclides da Cunha y Nina Rodrigues,considera_
quías latinoamericanas o del sistema estratificado de la so- dos como precursores del pensamiento sociológico brasile-
ciedad japonesa en la era Meiji. Su validez es, por tanto, ño, se interesan por la literatura popular, los movimientos
relativa. En segundo lugar; en relarión con temas fundamen- mesiánicos y los cultos afrobrasileños. Esos son los ternas
tales de determinadas discipünas. Por ejemplo: la sociologia. pilares del 'pensamiento brasileño' y no las contradicciones
Cuando surge en Europa y Estados Unidos, a fines del siglo entre clase obrera y burguesía, o industrialización y mundo
XIX, las cuestiones que enfrenta se refieren a las transforma- rural. El saber sociológico será, en consecuencia, diver-
ciones ocurridas tras la Revolución Industrial Su interés se sificado en función de los lugares de producción del cono-
concentra en temas como la metrópolis, la fragmentación cimiento. A la tradición académica, más dirigida hacia los
del trabajo, las relaciones anónimas en la gran ciudad en "métodos", se suma una tradición más regíonalízada, que
contraposición al cara a cara de la aldea y las comunidades privilegia temáticas y autores. Junto a una exigencia propía-
rurales, la racionalización de la gerencia comercial, etc. En mente metodológica (construir el objeto sociológico, elimi-
América Latina, las problemáticas privilegiadas son otras: nar las prenociones, etc.) que es universal, es decir, especifica
mestizaje, colonialismo, tradirión rural, impases de la indus- ~ ~m:npo de las ciencias sociales, la historia de los lugares
trialización. Un ejemplo llamativo se refiere a la cultura po- medirá sobre la producción intelectual Ella imprime un dí-
pulan En países como Francia e Inglaterra, Su estudio será namlsmo, algunas veces indebido por lo muy ideologizado,
prácticamente ignorado por todas las discipünas académi- que se agrega a la historicidad inicial del propio objeto so-
cas". Relegada por la antropologia, que privilegia la com- ciológico.
prensión de las sociedades primitivas; ignorada por la
historia, que se vuelca sobre el estudio de los grandes hechos
•••
políticos, marginada por la sociología, que tiende a conside- En la actualidad se discute mucho sobre el "fin de las
rarla como un anacronismo del ancien régime, la temática de fronteras"; de los territorios nacionales, cuando hablamos
la cultura popolar sólo encuentra abrigoentre losfolcloristas". de globalización; de la separación entre arte y cultura popu-
Su destino será completamente diferente en un país como lar, postulado básico del pensamiento estético en el siglo XIX.
Brasil Debido a su presencia inorultable (tradiciones rurales, Las posiciones posmodernas han enfatizado con insistencia
sincretismo religioso, diversidad étnica, etc.) se vuelve un en los procesos de sincretismo, de mezcla, y con ello sugie-
asunto de reflexión obligada. Por eso, autores como Silvio ren una confusión entre los límites establecidos. ¿Habría
una homologación entre este movimiento y el "fin de las
16 Sobre el estudio de la cultura popular en Europa del siglo XIX Y su fronteras" en las ciencias sociales? (pienso en el debate sobre
relación ron la sociología Y la antropoIogia, ver Renato Ortiz. Romin- la interdisciplinaríedad y la transdisciplinariedad). Este pa-
tiros e foldorisltls. San Pablo,OIho d'Agua, 1992- ralelo es legítimo, y si lo es, zen qué medida?
17 Hoy es común hallar historiadores que habWt de la cultura de los "des-
Primero es necesario entender quésignifica "frontera" para
favorecidos", para enfatizar una orientación de la historia "desde ebajo".
Pero se olvida que ese tipo de interpretactón es muy reciente. Tan sólo las ciencias sociales. Un aspecto se refiere a la cuestión de la
a partir de mediados de los sesenta los historiadores franceses pasan autonomización del saber. En este punto hay un paralelo
a interesarse por la temática de la cultura popular. Ver R. Muchem- con el mundo de las artes. El hecho de que un escritor como
bledo CulturePopulaire el Culture des Élites. Paris, Flamrnarion, 1978. Flaubert sea retomado con frecuencia por autores tan dispa-
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OTRO TERRITORiO
CIENCIAS SOCIALES, GLOBALIZACION y PARADIGMAS

res como Sartre y Bourdieu, es síntométíco", En realidad, obj~tivo que abrigamos. Por el contrario, creemos que a la
"Plaubert" es una metáfora del proceso de autonomizaci6n SOCIología le lleg6la hora de renunciar a los sucesos munda-
de la literatura. Cuando él preconizaba la validez del princi- nos, por así decir; Y de asumir el carácter esotérico que le
pio del"arte por el arte", su intuición era definir de la ma- conviene a toda ciencia"19. Esoterismo. El término traduce
nera más precisa posible la esfera del universo artístico. Al un~ inclinaci~Jlaubertíana en el sentido en que las ciencias
rechazar cualquierlllrO típo de ímposícíén.polítíca o mediáti- sociales deberían separarse de las imposiciones ajenas al in-
ca, él pretendía fundamentar las estructuras intrínsecas del terés propiamente "científico". Durkheim actúa así como
campo artístico (para usar un concepto de Bourdieu) en tér- un ~tecto; él modela el espacio y crea fronteras que ha-
minos exclusivamente estéticos. O para decirlo a la manera gan viable el desarrollo de un pensamiento exento de las
de Sartre, Flaubert inaugura la era en que el escritor escribe demandas políticas, religiosas y mnndanas'" Las fronteras
para ser leído <es decir, juzgado y apreciado) tan sólo por sus son, por tanto, una condición para la existencia de un saber
pares, los otros artistas, De ah! la distancia que toma en re- autónomo. Sin ellas su identidad se desvanecerla.
lación con los textos politicos de sus antecesores (Voltaire, Otro significado de "frontera" se refiere a la espedaííza,
por ejemplo), y el desprecio que tiene por la literatura fol\e- cíón. Pcim';o, disciplinar: historia, sociología, antropologla,
tioesca poesta a! servicio de los grandes diarios (una forma cenca política Ahora lo que está en juicio no son las dife-
de adecuar la escritura a! éxito público). "Lart pour yart" rendas epistemológicas, como las que separan las ciencias
condensa una reivindicación de autonomía. Lo mismo que sociales de la ffsica o del sentido común. En ~ el radoct,
ocurre con las tiendas sociales. Al principio, ellas se confun- nio lógico usado en historia y sociología difícilmente podría
den con las diversas actividades reflexivas existentes: reli- tratarse de manera diferenciada. Las dos disciplinas com-
gión, periodismo, poIitica, fi\osofía. Los intelectoa1es del siglo parten el mismo suelo epistemológico, tiene la misma natu-
XIX mezclan moralismo y juicio personal en un eclecticismo raleza", El argumento también se aplica a la comparación
que se distancia de cualquier control más sistemático. Por entre sociología y antropología. Haciendo a un lado elob-
eso Durkheim escribe en la conclusión de Las reglas del méto- jeto clásico de la antropología, las sociedades primitivas
do sociológico: "Este conjunto de reg1as... todo este aparato de -hoy una subespedalídad del área-, es poco lo que distin-
precauciones, puede parecer muy trabajoso para una cien- gue a un sociólogo de un antropólogo. Los temas de interés
cia que, hasta ahora, requeria de quienes se consagraban a son Comunes y las técnicas de- investigación, intercam-
ella apenas una cultura genera! y filosófica; Yes verdad que biables. Sin embargo, las disdplinas producen dominios
poner en práctica tal método no podría tener por resultado a medida que crean su propia tradición. El interés de la histo-
vulgarizar la curiosidad de las cosas sociológicas. Cuando se riografía por la investigación de archivo orienta a los histo-
pide a las personas, como condición de iniciación previa, riadores en determinada dirección. Las discusiones de los
que se deshagan de los conceptos que suelen aplicar a un
orden de cosas, para repensadas con nuevos esfuerzos, no
19 Emile Durkheim. As Regms do Métodv SocioMgiro, San Pablo, Martin
se puede esperar una clientela numerosa. Pero ese no es el Fontes, 1995,pp. 15()..151.
20 Ver Renato Ortíz, "Durkheim: arquiteto e herói fundador" Revista
Bmsi1eira de Ciencias Sociais, 4 (tI), octubre de 1989. '
18 J.P. Sartre, L7diot de la ftmri1le. París, GalIiJnard.lm. P. Bounlieu.As 21 VeraesteIespectoJ.C.Passeron. "HistóriaeSociologia:identidadesocia1
&gnrs da Arte. San Pablo, Companhia das Letras, 1996. e identidade lógica de urna disciplina"', en O &ciocínio &xiológiro, op. ciJ.
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OTRO TERRITORIO CIENCIAS SOCIALES, GlOBAlIZACIÓN y PARADIGMAS

clásicos antropológicos -Frazer, Thylor, Malinowsky, Rad- No obstante, el desarrollo de las ciencias sociales durante
cliffe Brown, Lévi-Strauss- privilegian un determinado tipo el siglo xx, con la formación de las universidades, departa-
de lectura diferente de la cultivada por los sociólogos -Par- mentos, centros e institutos de investigación, caminó en sen-
sons, Merton, escuela de Chicago, etc. Cuando los politólo- tido inverso. La especialización disciplinar, subdisciplinar y
gos definen como área de interés los sindicatos, el gobierno, temática alcanz6 un grado tal que la 'frontera' ciencia aocial
los partidos, los movimientos sociales, esta selección no tie- se halla.comprometida. Es decir, esta delimitación inicial,
ne nada de coincidencia1. Proviene de una concepción que necesana para el desarrollo de un saber autónomo produce
considera la ciencia política como un universo restringido en su interior limites que imposibilitan su propia realización.
cuyo objetivo exclusivo sería la comprensión de la conduc- ~n movimiento de fragmentación que ya no se dirige a me-
ta política, Así se postula, lo cual es discutible, la existencia Jorar el conocimiento sino al interés de grupos profesionales
de un hommo politicus cuya actuación en la sociedad estaría que se disputan fondos para investigación y posiciones de
moldeada por fronteras seguras, distante de las implicacio- autoridad en el campo intelectual23• Un ejemplo: el orienta-
nes de orden cultural, estético o religioso. Las identidades lismo. Se trata evidentemente de un universo en·cuyo interior
disciplinares se sobreponen aun a otros tipos de subespe- se acumulan tesis e informadones de la mayor importancia
cíalízaciones, subdisciplioares (sociología urbana, antropo- Quien desee estudiar el mundo musulmán debe tener en
logía indígena, poííticas públicas, historia del arte, etc.¡ y de ~enta, necesariamente, lo que trabajaron los especialistas.
áreas (comunicaci6o, orientalismo, japonologia). Cadauna de ~m embargo, por estar confinadas a límites seguros, un con-
ellas dirigida a aspectos especíñcos de la realidad social, ya Jun~ de preguntas, muchas veces incómodas, pues involu-
se trate de un tema: "10urbano", o una región: "el Oriente". cran intereses personales e ideologías políticas, dejan de ser
¿Cómo entender este movimiento de multiplicación de fo~u1a.das.Por eso un autor como Edward Said dirá que el
fronteras? Un argumento se puede adelantar al retomar la onen~o se transformó en un "discurso del poder"; esto
lección inaugural de Max Weber sobre el oficio del científico. es,.una ideología que legitima un conjunto de prácticas re-
La especialización se vincula a la idea de progreso. La acu- ~onadascon el mundo árabe, sin tener. no obstante, la capa-
mulación de conocimiento se hace a través de un proceso de cídad de dudar de su propio fundamento-'. Algo semejante
división del trabajo, como forma de realizar un análisis más ocurre en reladón con las disciplinas. La falta de diálogo en-
detallado de un determinado fenómeno social. Es en tal ~ ellas no proviene de un impase epistemológico sino que
sentido que Durkheim afirma también que la sociología no simplemente expresa el endurecimiento de las fronteras
puede ser un saber genérico, sino qúe debe especializarse22• ~scip~s.En rigor, la construcción del objeto en las cíen-
Por eso son importantes las investigaciones emptncas, que ces sociales no se vincula a esta o aquella disciplina; no hay
por 10 general se agrupan en torno de las subdisciplinas y nada que necesariamente fije de antemano nuestro interés
las subáreas. EDas eofocan aspectos específicos que, miradosen e~ tal o cual universo disciplinar. Sin embargo, la tradí-
el cootex!o de detenninados uoiversos, permiten detaDar Yen- cíón de cada disciplina tiende a predeterminar las pregun-
riquecer el análisis. En este sentido, yo diria que la especializa- tas,los asuntos, las técnicas de investigación y la jerga usada
d6n tiene un valor positivo.

23 P. 8ourdieu. Homo Academicus. París Minuit, 1984.


22 E. Ourkheim. A CiincUz Sodsl e ti AQio. San Pablo, Dífel, 1975. 24 E. Said. O Orientalismo. San Pablo, Companhia das Letras.

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OTRO TERRITORIO CIENCIAS SOCIALES, GLOBAllZACIÓN y PARADIGMAS

por los investigadores. Ella nos encierra en una tram~ ~ya explícitas Y bien delineadas. Revela un texto en el cual el
fondón es, básicamente, reproducir las certezas adqwndas. control de lo que se está diciendo se ha relajado. Por eso lo
Las fronteras alimentan así el conservadurismo intelectual. relacionamos con la dimensión más subjetiva de quien es-
y no sólo se pierde comunicación (las disciplinas dejan de cribe, lo cual ha llevado a algunos autores a imaginar la es-
"conversar" unas con otras) sino, sobre todo, en creatividad, critura ensayística como una especie de atributo de la vena
poes las cuestiones que podrían plantearse desde un ponto literaria del investigador, algo que se contrapone a la "frial-
de vista transdisciplinar se consideran imgrocedentes desde dad" de la razón científica. Podriamos entender esta disputa
la perspectiva interna de cada disciplina . sobre el ensayo, su condena o celebración, como una yuxta-
Las discusiones sobre inter y transdisciplinariedad reve- posición de juicios personales, una especie de juego sin fin
lan, precisamente, este aspecto insatisfactorio del desarrollo entre posturas incompatibles: "liviandad" versus "precisión",
de las ciencias sociales. Son varios los intentos de evitar los en el caso de refutarlo; cientificismo" versus "libertad",
N

problemas resultantes de esta fragmentación del trabajo: cuando asumimos su defensa. Sin embargo me interesa su-
constitución de núcleos de investigación en torno de temas brayar la razón de este antagonismo. Desde mi punto de
espeóficos que reúnen investigadores de horizontes diver- vista, ella no es fortuita; proviene de una cuestión prelími-
sos; programas de formación profesional y de investigación nar: la delimitación de las fronteras. En el fondo se discute
científica que atraviesen las disciplinas; incentivo a la forma- en qué medida cierto tipo de.exposícíén se ajustaría o no a
ción pluridisciplinar de los alumnos de posgrado. El infor- las exigencias de un campo del saber. Hay razones históricas
me de la Comisión Gulbenkian hace, incluso, una propuesta para que esto ocurra. Mucho antes del surgimiento de las
osada: la obligatoriedad de la doble afiliación departamen- ciencias sociales el ensayismo era una práctica común entre
tal para los profesores2h • Todas esas sugerencias, muchas de los escritores y los comentaristas de los fenómenos sociales.
ellas ya en práctica, tienen sin embargo una dimensión íns- Incluso se puede decir que se trataba de una técnica exposi-
tituci.onal Pero creo que el tema de las fronteras es una opor- tiva dominante. Basta ver a los intelectuales del siglo XIX para
tunidad para que reflexionemos un poco más allá de esas percibir cómo "escribían de otra manera?", Basta familiarizar-
constataciones, en particular sobre el tipo de texto produci- nos con una publicación como "Revue de Deux Mondes", en
do en las ciencias sociales. la cual el pensamiento de los articulistas se organizaba al gusto
Tomo el ejemplo del ensayo, pensado tradicionalmente de la idiosincrasia de cada uno. Empero no se trata de un estilo
como sinónimo de.un trabajo incompleto, inmaduro. De ahí
la connotación peyorativa que el término "ensayístico" ad-
ZJ En mi estudio sobre Francia en el siglo XIX(Culturae Modemidade. San
quirió entre nosotros. "Ensayístíco" quiere decir "poco de- Pablo, Brasiliense, 1992),tuve la oportunidad de leer una serie de autores
sarrollado", "ecléctico", "opinante en exceso". El ensayo se hoy prácticamentedesconocidos, que en su tiempo dominaban la escena
contrapone así a una reflexión más "dura", propiamente ana- intelectual. Cito al azar el monumental trabajo de Georges d'Avenel,
lítica, y al trabajo empírico, ambos marcados por referencias Les Mnmismt:s dela VieMndenre. Escrito entre 1862 y 1':W, aborda temas
como la alimentación, el transporte,las tiendas de departamentos, la ciu-
dad. Diffcilinente su manera de escribir y su composición encajarian
25 Un texto sugestivo que hace una critica pertinente de los impases de en las exigencias propuestas por Durkheim. Como leemos el pasado
un área de estudio, para el caso, la japonologia, es el de tan Reader, a través de los cánones institucionalizados por nuestras disciplinas, a
"Dowe need morejepenesestudíes orlessr",]apan Forum, 17 (1),1995. veces tendemos a olvidar que la esa:itura sociológica tuvo que conquis-
26 Para abrirlIS Ciéndas SociDis, op. cit., p. 146. tar su lugar frente al ensayismo dominante hasta entonces.

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OTRO TERRITORIO CIENCIAS SOCIALES, GLOBALIZACIÓN y PARADIGMAS

personal, algo peculiar de este o aquel autor, sino de una Latinoamérica es tan sólo en los años cincuenta que la uni-
forma expresiva que marca el estilo de una época. Hasta en- versidad moderna comienza a consolidarse. La creación de
tonces, puesto que no existían otros parámetros para evaluar cursos de posgrado y de institutos de investigación es aún
lo que se decía, el ensayo podía considerarse como un estilo más tardía (data de los años sesenta, setenta y, en algunos
convincente. Pero las cosas cambian con la aparición de las países, ochenta). La crítica al ensayismo revela, por tanto, la
ciencias sociales como campo autónomo de saber. Durkheim necesidad de dibujar el horizonte de una disciplina Iodavfa
se levanta contra el eclecticismo de su tiempo, esta manera desconocida. Como su contorno es aún vago, se requiere
"mundana" de hablar sobre los acontecimientos sociales, afirmarla con más énfasis y nitidez.
precisamente porque escapaba a una normalización del len- ¿Pero, que decir hoy, cuando las ciencias sociales ya tie-
guaje (sé que en las ciencias sociales, dicha normalización es nen una historia consolidada? Todavía son válidas esas con-
siempre relativa). El antídoto propuesto es la manipulación sideraciones. Al tomar la idea de "frontera" en el sentido de
de un lenguaje con más capacidad de controlar elraciocinio. especialización, creo que sea posible imaginar las cosas de
Este eclecticismo del pensamiento, que comienza a ser con- otra manera Si uno de los problemas que enfrentamos es la
testado en Francia con el surgimiento de la sociología, per- fragmentación del trabajo, la segmentación disciplinar, el
dura en los países periféricos durante buena parte del siglo ensayo podría verse como una artimaña para romper esta
xx. Ortega y Gasset (no olvidemos que España es un país ausencia de comunicación. Precisamente al no estar "ence-
subdesarrollado en el contexto europeo), Gilberto Freyre, rrado", es decir, fijo a la tradidón de cada disciplina o área
Oliveira Viana, son en este caso figuras ejemplares. Los temática, el ensayo tendría mejores posibilidades de escapar
textos que producen, independientemente del valor que al conservadurismo vigente. No propongo considerarlo como
lleguen a tener, son orientados más por la inclinació~ p~so­ sustituto de la reflexión analítica o de la investigación empí-
nal que por la austeridad del pensamiento: ínvestigacíón rica. Eso sería insensato. Ni alimento una visión idilica o
de archivo, control de las fuentes históricas, abstención de quimérica de la escritura ensayística (posmodernos en an-
juicios personales, realización de investigaciones em~íricas, tropología). Tampoco creo que hoy sea posible escribir al
etc. Ellos escriben en sintonía con un tipo de lenguaje que estilo de Ortega y Gasset. El eclecticismo de los autores pa-
prescinde de cualquier normatividad disciplinar. Ell~ es po- sados fue posible dentro de una situación histórica en la que
sible porque la autonomización de las ciencias sociales en el pensamiento social se estructuraba de acuerdo con otros
los países periféricos es descompasada de los países cen- parámetros. Pienso en el ensayo como forma deliberada de
trales (Francia, Alemania, Estados Unidos, jnglaterraj". En producir un cortocircuito en las barreras impuestas por las
especializaciones. Deliberada en el sentido de una tarea con-
trolada cuyos objetivos son explícitos. Lo cual significa que
28 En el caso brasileño, este proceso de autonomización ocurre en los debe tener en cuenta el conocimiento acumulado en el inte-
años cuarenta y cíncuenta. Ver MA. Anuda, "A soci~logia no ~rasi.l: rior de dichas especialidades. Negarlo seria desconocer la
Florestan Femandes e a escola paulista", en S. Micelli (org.) HlStórUJ validez de las informaciones, de las . . verdades" depositadas
diJs Ciéncias Socitlis no Brasil, Val TI, San Pablo, Sumaré, 1995. Sobre el en cada una de ellas."Viajar" entre las disciplinas y las áreas
ensayismo como lenguaje especíñcc del pensamiento brasileño ver
Elide Rugai Bastos, "'0 ensafsmo dos anos 20 e a fol'llUll;io nacional"', implica transitar por las fronteras a partir de los saberes ya
Boldim de InterciimbW, 5 (25), Río de jareíro, 1986. constituidos. Dentro de esta perspectiva, la escritura ensa-
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OTRO TERRITORIO CIENCIAS SOCIALES, GLOBAllZACIÓN y PARADIGMAS

yística, por trascender las espectalidades, puede funcionar minos se modifica, y más aún cuando se transfigura"". Pienso
como estímulo al trabajo intelectual. Al escapar a la rutina que tales transformaciones pueden sintetizanle hoy en tomo
disciplinar se abre la posibilidad de imaginar nuevas hipó- de la temática de la globalizaciún. Por muy impreciso que
tesis, proponer cuestiones desde un punto de vista "móvil" resulte el concepto, tiene un lado muy positivo: explici1a el
y no necesariamente enraizado en los lugares instituciona- ámbito del cambio en el mundo contemporáneo. Relaciones
les. Preguntas y dudas que, en retomo, podrán tener un de trabajo, economía, corrientes migratorias, producciones
impacto positivo para el avance de las investigaciones reali- culturales, diversos aspectos de la realidad, son penetrados
zadas en cada una de las especializaciones existentes. por un conjunte de fuerzas que reorganizan el marco de las
Ahora puedo retomar la pregunta con la que inicié mi relaciones sociales. No se trata sólo de constatare! surgi.
digresión. Así como los límites nacionales no desaparecen miento de nuevos objetos o temas de estudio. Las impfica..
con la globalización; ni la distinción entre arte y cultura ciones abarcan mucho más. Hablar de "sociedad global",
popular, con la posmodemídad, así tampoco desaparecen de world-.ystem, de "modernidad-mundo" (la varü!dad de
las divisiones discip1inares. Lo que importa no es tanto su términos significa que no hay todavla acuerdos en cómo ca-
"fin", su decadencia. El trascenderías significa darle al traba- lificar esas transformaciones), implica afírmar Ia exiStencia
jo intelectual una dimensión en la cual las ciencias sociales de reladones sociales que ahora hacen parte de una "mega-
puedan realizarse de la mejor manera posible. Contrapeso sociedad", un hecho reciente en la historia de las socieda-
necesario a los mecanismos de institucionalización y rutiru-
des. Hasta entonces, la totalidad trabajada por sociólogos..
zación del saber, de la segmentación del pensamiento y de
antropólogos e historiadores, estaba delimitada por fronte-
la reproducción de las luchas de poder en el interior del
ras esped6cas: la nadún, la tribu, las civilizaciones. En ningún
campo intelectual.
momento el análisis presoponla la presenda de una realidad
••• en cuyo interior emergírían relaciones sociales mundia-
lizadas; es deciJ; cuya organicidad ya no se definirta en rela-
Si. la historicidad del objeto sociológico nos permitió en- ción con los limites anteriores. El proceso de globalización
tender la continuidad de un conjunto de problemas en las altera sensiblemente el objeto de las ciencias sociales. En la
ciencias sociales, es necesario agregar que también nos abre medida que atraviesa, en forma desigual e indiferenciada,.
la posibilidad de pensar en el cambio. Th1 vez uno de los las diversas formaciones sociales del planeta, las clases y los
argumentos más fuertes contra el inmovilismo intelectual grupos sociales, es necesario preguntarse por su lógica, por
sea recordar que, por ser histórico, el objeto de las ciencias sus nexos estructurales. Una lógica que no proviene de la
sociales se modifica, a veces de manera sustancial. Como interacción de las partes que lo constituyen sino, al contrario
dice Octávio Ianni: HSi las ciencias sociales nacen y se desa- las penetrará y las redefinirá. La unidad de referencia para
rrollan como formas de autoconciencia científica de la reali- el análisis SOCIológICO adquiere, así. una dimensión mundía-
dad social, es posible imaginar que pueden ser seriamente lizada.
desafiadas cuando dicha realidad ya no es la misma. El con-
trapunto de pensamiento y pensado, o de lógico e histórico,
29 Octávio Ianni A sociediule Global. Ríode Ienetro, ~ Brasileira.
puede alterarse un poco, o mucho, cuando uno de los tér- 1992, p. 171.

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OTRO TERRITORIO CIENCIAS SOCIALES, GLOBALlZACIÓN y PARADIGMAS

La cuestión es cómo calificar esos cambios y en qué forma mecanismos de la modernidad. En realidad, dedr que "la
inciden sobre el pensamiento que busca comprender~os. modernidad es un paradigma" nos obligarla a armar la ex-
¿Serán los síntomas de un nuevo paradigma? Suele decirse plicación en otra forma Lo mismo puedo decir en relación
que el "paradigma" de la mode:rndad se agotó, y que esta- con la globalización. Para nú, en vez de estar ante un para.
mos ante la presencia de otros paradigmas", de la posno- digma (lo que sitúa el debate sobre "lo nuevo" y '10 viejo"
dernidad o la gíobalízacíon. No obstante, me pregunto 51 en otro plaoo), 10que importa es reconocer la espeóIiddad.
esta forma de plantear el problema es convincente. en ~as de un proceso social. Entonces puedo buscar los objetos
palabras, si es rentable en términos analíticos. Moderrudad, heurísticos -el consumo, las prácticas juveníles.Ias ciudades
posmodernidad, globalizadón zseran
realmente paradigmas? globales, las finanzas- que lo expjjcíten", El hecho de que
Es evidente que el término ya no se está usando en el IIUS.mo tales objetos sean mundiales, pero no necesariamente pIa-
sentido de Kuhn. El uso que se le da es ahora "más al~Vo; netaríos, es decir, que tengan una dimensión global pero no
diría que metafórico. Pero si entendemos por para~a abarquen todo el planeta (no todos comen en MacDonald's¡
un marco teórico a partir del cual pensaríamos la sociedad, no todos los jóvenes usan jeans; por muy amplio que sea, el
me parece raro confundirlo con lo que ~ q~ere pe"nsar. ~i uso de la televisión no alcanza una considerable porción de
modernidad, posmodernidad o globalizaClón son condi- la pobladón humana), resulta secundario. Lo que importa
dones" (para seguir un poco la propuesta de Lyotard"'), es es que contengan articulaciones que expresen aspectos cen-
decir, articulaciones concretas de la realidad, no veo cómo trales del proceso como un todo; desvendarlas es compren-
asimilarlas a la referencia teórica que pretende aclararlas. Al der la condición en que nos situamos.
fin Y al cabo, una condición es algo de lo que no se puede Ahora puedo retomar mi argumentación. La globali-
escapar, una situación histórica, un contexto en que todos zaci6n es una situación histórica en la cual las relaciones
estaríamos inmersos. ¿Por qué identificar el contexto co~ el sociales son redefinidas. Para aprehenderlas es necesario re-
instrumento reflexivo que lo aprehende? Por eso prefiero pensar determinados aspectos de las ciencias sociales. En
decir: modernidad y globalización no son paradigm~. For- rigor, no se trata de un cambio paradigmático (sea o noe1
mulo mejor mi afirmación. Si tomo un autor como Simmel sentido propuesto por Kuhn) sino de nuestra provisión de
y su interés por la moda, puedo. enunciar este dat~ en dos conceptos que, debido a la propia hístorícídad del objeto,
formas: a) para Simmel, el paradigma de la modernidad ex- fueron acuñados para dar inteligibilidad a otro concepto. En
plica el fenómeno de la moda; b) Simmel se interesa por la el caso de la sociología, la ciencia política y la historia, la re-
moda en la medida que ésta expresa un fenómeno más am- ferencia al Estado-nación ha sido preponderante. Concep-
plio: la modernidad. En el primer caso, se asocia la moder- tos como identidad nedonal, partidos, historia nacional y
nidad con la idea de paradigma¡ en el segundo, la frase modernización, son aplicables en la medida que se postula
adquiere otro significado. La moda es sólo un objeto que le la nación como unidad integradora de los procesos sociales.
permitirla a Simmel entender un proceso socia1 que le ante- Cito el informe de la Comisión Gu1benkian: "Iradícíonel-
cede. Dicho de otra manera, el autor procura revelar, a tra- mente.Jas ciencias sociales se centraron mucho en la noción
vés de objetos heurísticos -la ciudad, la moda, el dínero-ctos
31 Ese fue el procedimiento que usé en MunditdiZ/lfiiD e Cullum. San Pablo,
30 J.F. Lyotard, LlCondititm Posmoderne. Parls,Minuit, 1m. Brasiliense,1994.

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OTRO TERRITORIO
CIENCIAS SOCIALES. GlOBAllZACIÓN y PARADIGMAS
de Estado, en el sentido en que era en los Estados donde se
iba a buscar los encuadres -supuestamente obvios- donde cluso in.completas,. pero tienen el mérito de revftahar el
ocurrían los procesos analizados por las ciencias sociales. ¡>ensamien to y de unpulsar la razón cienlffu:a mú all4 de
Esto fue verdad en especial para quien estudió esenciahnen- sus inhibioones.
te el mundo occidental, es decir, la historia Y el trio formado La con~ de nuevos conceptos nos pennite aun dar
por las ciencias sociales nomotélicas (la economía, la ciencia un paso hacia adelante: construir globalmente algunos de
polilica y la sociología). Cierto es que ni la antropología ni nuestros objetos de estudio. Un ejemplo: la juventud. Como
los estudios orientales tomaban el Estado como referencia fenómeno social puede ser pensada en el interior de las so-
central, pero ello se debi6 al hecho de que en esos casos las cre~ades nacionales -la juventud en Estados Unidos el
zonas estudiadas no fuesen consideradas como espacios Reln.o Unido o Méxíco-, Una forma más abarcante ~rfa
afectados por las estructuras sociales modernas, localizadas, consíderaría desde un punto de vista comparativo. ll-aspa_
por definición, dentro de los Estados modernos. Después de sanamos, entonces, los lfmites anteriores, pero permanecé-
1945, con la irrupción de los estudios por áreas y el conse- ~os en un plano tradicional de comprensión en las c:iencias
cuente ensanchamiento del dominio empírico de la historia sociales. :ues el análisis comparativo requiere la autonomía
Y de las tres ciencias soci.a1es nomotéticas al mundo no occi- de las unidade.s que se van a cotejar, en este caso,las naciO-
dental, dichas regiones no occidentales también pasaron a nes, y en segwda aproximar las convergencias y demarcar
ser objeto de análisis estedocéntrícoe. El concepto de "desa- las ~iscrep~s entre ellas. Una propuesta radkalSerfa
rrollo" --noción clave en el periodo posterior a 1945-comen- considerar la Juventud como un fenómeno undJal11Ad
z6 por referirse, antes que todo, al desarrollo de cada Estado Es eviden~.que deberíamos definir lo que e~tamosetI"::~
aislado, tomado como entidad singular"". Ciertamente, este diendo ~ ,f'ventud"; no se trata de naturalizar un concepto
punto de partida tenía su validez en el pasado reciente; SOCIOI6gICO , pero subrayo, lo importante es que cuando el
pero, para el análisis de las sociedades contemporáneas pensanu~to se sit6a en esta perspectiva puede presuponer
queda seriamente comprometido. De ahí la necesidad de la existencia de estratos juvenlles desterrltorializados par
elaborar un marco conceptual que pueda dar inteligibilidad a continuación, de manera abstracta, reunidos en tanto ob-
a los procesos que nos rodean. Sin éste, la razón se encuen- Jeto sociológico. Yano serian los paises, las sociedades nado-
tra desprovista ante la realidad. Buena parte de esta revisión nal~s, el foco central de la definición territorial, sino un
conceptual ya está en marcha. "Desterrítoríaíízacíént.vglo- conJ~tode elementos -maneras de pensar, de vestir, de ro-
balizadón", "'mundializaci6n", "cultura internacional-po- mumcarse, de comportarse- que nos servirfan de paráme-
polar", "desencaje", "politicaintemamundial",soncategorias tro. La "juventud" sería, en consecuencia, el cruce de esas
que buscan articular una nueva comprensión de los fenó- maneras de ser,formas de expresarse cuya dimensión se en-
menos sociales. Es verdad que no existe todavía un consen- cue~tra mundializada. Este es uno entre varios ejemplos
so disciplinar en cuanto a su uso. Las transformaciones son posibles; podríamos imaginar otros, moda, deporte, publici-
complejas y la tradición académica ejerce muchas veces un dad, comunicación, etc. Los temas son arbitrarios, pero in-
papel inhibidor respecto de su aprehensl6n. Pueden ser in-

33 La critica de 80urdieu a esta tendenda de naturalizadón de los con-


32 PIUD tlbriras ~ Soci4is. 01'. cit., pp. 116-117. cep.tos ~ pertinente. Ver"'La jeunesse n'est qu'un moe" I'l.·-tions de
~ Parls, Minui~ 1980. ,~-
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OTRO TERRITORIO CIENCIAS SOCIALES. GLOBALlZAC1ÓN y PARADIGMAS

sisto, es necesario que la mirada desterritorializada sea el qué manera seráatravesado por las influenciasde las tradi~
punto de partida en la construcción del objeto. "Démar- clones localízades es una pregunta abierta, pero se trata de
che"M que nos hace pasar del concepto a la investigación un territorio virtual que reorganiza la formaen que las cíen-
empfri.ca, abriendo nuevos rumbos al investigador. cías socia1es se desarrollaron hasta hoy.
Me había referido a las tradiciones regionaJizadas de las Otras implicaciones se derivande este hecho. Privilegiar
ciencias sociales, que se diferenciaban en función de los lu- un ponto de vista desterritoria1izado significa lmnar el mundo
gares de producción del conocimiento. Ahora pregunt~: como referencia. La mirada que lo aprehende ya no puede
¿de alguna manera, la globalización incide en este moví- quedar fija en determinados espaciosregionales. Se necesita
miento? Creo que si. No se trata de decir que se agotó el un esfuerzo que desarraigue el punto de vista del investiga-
tiempo de las tradiciones. Estoy seguro de que la historicI- don Sus lazos, sobre todo su identidad nacional. deben "",,
dad localízada de los objetos sociológicos alimenta el interés de alguna manera, enjuiciados. Sé que eso es un artificio
de las diversas disciplinas existentes. Sin embargo, algunas analítico; el autor siempre estará tensionado por una varie-
tendencias recientes pueden señalarse. Primero, en referen- dad de vínculos, pero el explicitarlos nos permite situar la
cia a la "universalización" de los conceptos (lascomillas son construcción del objeto dentro de otros parámetros. En este
deliberadas). Vimos cómo las ciencias sociales, por estar ím- sentidoes necesario que las ciencias socialesreconozcanque
pregoadas de contexto, tenian dificultad para universalizar- mucho de lo que fue escrito estaha marcado por la geografla
se. Pero, ¿qué decir cuando la situación hist6rica en cuestión de sus articu1aciones. Por ejemplo, en Latinoamérica la ur-
tiene una dimensión glohal? El radio de validez de los con- gencia de la cuestión nacional tuvo implicaciones directas
ceptos ciertamente se amplía. La modernidad-mundo es en el tipo de'epistemología' elaborada por el aná\isiS socio-
una condición de la sociedad global, y al convertirse en ob- lógico. El caso de la teoría de la dependencia es ejemplaJ:
jeto de reflexión requiere un aparato conceptual que, en Incluso podemos situar el eurocentrismo en otro plano.
principio, dé cuenta de su amplitud Pero seria incorrecto Pocodiscutidoporlos autoreseuropeos y norteamericanos,
pensar que los aná\isiS sociológicos podrían ser hoy 'más pues no tieneninterésen explicitar lasbarreras de su propio
universales" que en el pasado. El estatuto de la explicación pensamiento, marca las ciencias sociales desde su origen.
sociológica, tal como 10 discutePasseron, permanece idénti- No me refiero sólo aleurocentrismo como ideologla, del modo
COi no hay por qué imaginar que los cambioshistóricos re- que 10 considera Samir Amin, un culturalismo cuyas raíces
percutirían de inmediato en la naturaleza de 10 que está en particularistas son travestidas en el universalismo de la "ci-
consideración. Sin embargo, como nos deparamos con un vilización occídenter'". Sé que esta es una dimensión im-
objeto que nos perrnea a todos, la cobertura de la interpre- portante de su existencia mítica, aspecto que legitima una
taciónadquiere otraenvergadura. Alampliarse, el contexto visión equívoca de la historia todavía predominante en el
de la sociedad global define una situación en la que la expli- medio académico. Subrayo la existencia de un eurccentrís-
caciónya no se encuentra 11amarrada" de la mismamanera mo conceptua1 que impregoa los análisis y orienta la refle-
a 105 contextosregionalizados. Así surge un nuevo "lugar", xión en una dirección completamente contraproducente.
una nueva referencia para el conocimiento: el mundo. De Un ejemplo: la pregonta zpor qué el capitalismo nace en oco-

'" Pase. En ñancés en e! original. (N. de! T.) 35 Samir Amin. F1 Euroc:entrismo: critial deuna idrologW. Méxiro, SigloXXl, 1989.

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OTRO TERRITORIO CIENCIAS SOCIALES, GLOBALIZACION y PARADIGMAS

dente? no es una indagación ingenua. Por un lado, pretende trarlo en tierras extrañas, No obstante, como la reaJid.adflie,.
comprender el surgimiento de un determinado fenómeno ga este juicio de valor, es necesario explicar la ront:radia;ión
social, el capitalismo, Eso es válido y sugestivo. La respuesta entre la expectativa creada y lo que efectivamente pasó. Rlr
podrá ser o no convincente, por eso los estudios de Max We- lo tanto, la explicación debe reposar en las cualidades intrfII-
ber sobre las sociedades orientales fueron discutidos, y en secas, "excepcionales" de una sociedad particular, IajapO-
muchos puntos refutados, por diversos autores", Sin em- nesa (una perspectiva que refuerza las inrerpretacionesde
bargo, independiente de la respuesta presentada, se olvida cuño nacionalista, tan en boga en la literatura "nDtOllJbl-
que la indagación, en su formulación inicial, está viciada. La ron")(O. ¿No seria más interesante abandonar la premisa al\-
idea de "occidente" se postula romo un contrapunto a la de tenor y decir simplemente que tanto el capitalismooomo la
"oriente". ¿Esta oposición binaria entre sociedades y cultu- modernidad no son "occidentales"? Se trata de procesos que
ras tiene alguna base histórica? ¿Posee validez heurístíca? Es surgen coyunturalmente en un determinado lugar de E~
evidente que no. En tanto formaciones sociales diferen- pa (pero no en toda ella), aunque desde el comienzo no tíe-
ciadas, difícilmente podrfamos identificar civilización china, nen su lógica determinada sólo por fronteras terrltorIales.
mundo musulmán y sociedad india. No obstante, cuando Lo cual significa admitir que elementos nuevos de moder-
reflexionamos dentro de un marco dicotómico, ese "tour de nidad (por ejemplo: el toyotismo) poeden desarroIlérse en
force"37 analítico se realiza sin mucha ceremonia. Maxime contextos diferenciados. ¿Por qué vincular el aIlMisis'süeio..
Rodinson tiene razón cuando dice que no hay oriente, cuan- lógico a una contraposidón entre'oriente y occideñte, 'romo
do miramos la historia de los pueblos no europeos, nos de- si las nociones geográficas todavía fueran válidas. para la
paramos con tina diversidad inmensa de sociedades y comprensión de las relacíones'sodales? Sóló cierto confOr-
cívílízacíones'", Nada las unifica bajo un rasgo común. Sin mismo intelectual, reforzado por la creencia eurocéntrica,
embargo, si el "oriente" es una ficción, deberíamos quitar de justifica tal tipo de actitud.
tal afirmación su corolario: el"occidente" tampoco existe. La Un último aspecto puede aún señalarse. La historia de las
"civilización occidental" oelebrada por el culto al progreso o ciencias sociales no se hace sólo de debates metodo1ógicos o
vista con desconfianza por sus críticos, es una quimera ana- de luchas en el interior del campo intelectual, como las ve
lítica. Quimera que aún así tiene Consecuencias en el plano Bourdíeu. Ella destila con sutiIeza una jerarquía que demar-
del pensamiento. Cuando preguntamos, "¿por qué el Japón ea!"- posición internacional de aquellos que la produoen. El
tuvo éxito econ6micor"', suponemos explicilamente que este "lugar" Europa o Estados Unidos tiene un estatuto diferen-
"éxito" no deberla haber ocurrido. Al fin Y al cabo, por ser ciado en relación con otros "lugares" como Brasil, México,
"occidental" el capitalismo tendría poco sentido reencon- Japón o la India. 'Iodo ocurre como si las reflexiones realiza-
das desde contextos regionaies tuvieran menos valor te6rico.
Digo desde, pues en el panorama internacional un estudio
36 m trabajo de Maxime Rodinsonesclásico: IslamyCilpibdismo. México,
Siglo XXI, 19'73. sobre el Japón o América Latina, emprendido desde Europa
37 Acd6n dificil que se Iogra gracias a una habilidad extraordinaria. En
trercés en el original (N. del T.)
38 Maxime Rodinson. UzFasciruztiondel1slam. París, La Découverte, 1989. 40 La literatura Mnihonjinron" congrega el conjunto de escritos que ex-
39 Ver Michio Morishima Ozpitalisme d Conftrimisme· París, FIamma- plican el Japón a partir de un punto de vista centrado en el naciona-
rion,1982.. lismo japonés.

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OTRO TERRITORIO CIENCIAS SOCIALES. GLOBALlZACIÓN y PARADIGMAS

o Estados Unidos, obtiene un reconocimiento diferente de fundamental permea todos esos temas: la "falta", la "ausen-
10que se dice sobre el mismo terna, pero considerado a par- cía". Pueden enumerarse varias maneras como ellos fueron
tir de un punto de vista autóctono". En tal caso, no dud?
N abordados, pero hay una constante que atraviesa e! siglo,
que e! mito del eurocenlrismo desempeña su papel con éxi- una tecla que siempre nos remite al mismo punto: la identi-
to. A los "lugares" Europa y Estados Unidos se les atribuye dad nadonaj". Es verdad que esta identidad será trabajada
un valor de universalidad que ciertamente no tienen. En en forma diversificada a lo 1argo de la historia, Yde acuerdo
contraposición, a otras regiones de! globo se les otorga el con las inclinaciones teóricas e ideológicas de los autores,
calificativo de "local"; en principio, las explicaciones elabo- pero la preocupación acerca de la pregunta: ¿Quiénes so-
radas en esos-contextos estarían restringidas a sus fronteras, mos?, permanece. La temática de la identidad movilíza asf a
de forma tal que su validez "universal" queda comprometi- los artistas (los modernistas de la década del veinte), los po-
da. Son varias las razones para que esta incómoda distorsión líticos, los líteratos y los intelectuales. Pero, zqué significa
ocurra; digo incómoda. pues con dificultad se tematiza en esta ausencta? 1bda identidad implíca la existenda de un re-
las discusiones académicas, a no ser como denuncia delrco- ferente. El de las sociedades latinoamericanas es la moderni-
Ionialismo cultural". Muy a pesar de que e! eurocenlrismo dad. Por eso, para responder la pregunta"équjénes somos?"
tenga en ello una función legitimadora, se pueden señalar teníamos que pasar, necesariamente, por una cuestión pre-
otros motivos. Las ciencias sociales nacen en Europa y Esta- liminar: "lo que no somos". La '"faltaN es, precisamente; la
dos Unidos, a fines de! siglo XIX, y generan una tradición distanda que mide el desfase entre aquello que anhelába-
que se prolonga hasta hoy. No hay que olvidar que el argu- mos ser y 10que en realidad somos. Dentro de esta perspec-
mento rrecersos de ínvestígadén", más abundante en los tiva, la construcción del objeto sociológico implicaba una
países centrales, también tiene un papel determinante. No necesidad histórica. Al contrario de los pensadores europeos,
servirla de nada imaginar el desarrollo de las ciencias socia-
para quienes la modernidad se presentaba como un dato
les como un universo completamente reflexivo y sin com-
objetivo, los intelectuales latinoamericanos producían estu-
promisos, ajeno a su materíaíízecíén en departamentos
dios que osd1aban entre la comprensión de la realídad y e!
universitarios e institutos de investigación.
compromiso con el futuro. Sus análisis se encontraban apri-
No obstante, hay una dimensión que me gustaría recal-
sionados entre el presente y el porvenir. En este sentido,
car, pues se relaciona directamente con la problemática de
la g1oballzadón. Yababia mendonado que los temas funda- diría que los dentíficos sociales norteamericanos y europeos
mentales de las ciencias sociales en Latinoamérica son dife- disfrutaban de una "ventaja" frente a sus pares. El contexto te-
rentes de los trabajados por los pensadores europeos. Ahora matizado era, al mismo tiempo, objeto de estudio y referenda
agrego otro elemento. En América Latina, particu1annente "universal" para las teorías Y metodologías desarrolladas.
en disciplinas como la sociología Yla denda política, la dis- Esta "ventaja" situacional desaparece ante la modernidad-
cusión se centró históricaIIlente en torno de la modernidad mundo. En la medida que todos estamos envueltos en un
inconclusa: "ideas fuera de lugar"; "ausencia de una Revo-
lución Burguesa"; "formación incompleta del Estado-na- 41 Sobre la problemática de la identidad nacional en el Brasil, consultar:
ción"; "inconsistencia en la formación de los partidos Renato Ortíz. Cultura Brasi1eim e ldentúIade Nacional. San Pablo Brasi-
políticos"; "democratización restringida"; "imposibilidad de líense, 1985; Carlos Guilherme Mota. ldaJlogia dIJ CulturaBrasileim. San
consb"uir una cultura ciudadana", etc. Yo diría que una idea Paulo, Ática, lrn7.

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OTRO TeRRITORIO

mismo contexto, el pensarlo deja de ser una condición ex-


elusiva de "este" o" aquel" lugar. Es posible ir aún más lejos
en este tipo de raciocinio. Frente a la globalización, los in-
vestigadores europeos y norteamericanos se encuentran en
condición semejante a la de los intelectualeslatinoameri-
canos ante la modernidad y la construcción de la nación.
Ahora ellos están obligados a escribir sobre un tema, pero
presionados por las exigencias del presente Yla incertidum-
bre del futuro. Por eso, mucho de lo producido sobre la
globalizaci6n viene marcado por el punto de vista europeo
-la necesidad de construcción de la Comunidad Europea- o
norteamericano -como equilibrar la posición de un paisque
pierde poder en el seno del orden mundial-e Perspectivas
regionalizadas que tienen, sin duda, su validez, así como el
debate sobre la cuestiónnacionalera relevante para los lati-
noamericanos, perocuyo alcance no dejade serrestringido.

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