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Trabajo De Español

Daniel Eduardo Ledezma Rivas

1103

Institución Educativa Técnico Superior

Lengua Castellana

22 de Febrero de 2010

Neiva-Huila
La Odisea

Daniel Eduardo Ledezma Rivas

1103

Presentado a:

Ligia Polanco Castro

Institución Educativa Técnico Superior

Lengua Castellana

22 de Febrero de 2010

Neiva-Huila
Tabla De Contenido

1. Introducción

2. Objetivos

3. Mitología: La Odisea

4. Costumbres Griegas: Religión, Vestuario Dioses y Mortales.

5. Lenguaje

6. Critica
1. Introducción

La Odisea como su nombre lo indica es la variedad de situaciones desagradables

que se presentó a Ulises.

En esta película encontramos la valentía, la paciencia, y el amor que un gran

hombre soporto en el transcurso de su largo viaje que lo quiso así algunos dioses

del Olimpo.

El análisis de esta historia es conocer en dos puntos de vista, la primera es la

forma como se desarrolla la historia, es decir, las batallas, y el suspenso, los

grandes monstruos, las situaciones que se le presentaba a la embarcación de

Ulises, la pérdida de su tripulación, sin embargo no perdía la esperanza de volver

a Ítaca a ver su familia, y a su gente.

El segundo punto de vista es lo importante que se ha catalogado la Odisea ante el

mundo, desde hace mucho tiempo ha permanecido en los lectores su gran

riqueza literaria que ha dejado transcendencia.


2. Objetivos

• Conocer porque es importante la Odisea en la literatura universal.

• Tener conocimiento de los hechos que transcurrieron dentro de la historia.

• Tener una comparación de la Odisea con la vida actual.


3. Mitología

La Odisea

Odiseo o Ulises (Ὀδυσσεὺς en griego, Ulysses en latín) fue uno de los héroes

legendarios griegos que aparece citado por primera vez en la Cipria o Cantos

Ciprios, primero de los poemas del llamado Ciclo Troyano, para después ser uno

de los protagonistas de la Ilíada y finalmente el personaje central y que da nombre

a la Odisea, ambas obras atribuidas a Homero, y posteriormente en muchas otras

obras. Era rey de Ítaca, una de las actuales islas Jónicas, situada frente a la costa

occidental de Grecia. Hijo de Laertes y Anticlea en la Odisea, o en relatos

posteriores, de Sísifo y Anticlea. Era esposo de Penélope, padre de Telémaco y

hermano mayor de Ctímene, que sufrieron esperándolo durante veinte años: diez

de ellos los había pasado luchando en la guerra de Troya y los otros diez

intentando regresar a Ítaca con una serie de problemas y obstáculos que tuvo que

enfrentar.

Atenea

En la mitología griega, Atenea o Atena (en ático Ἀθηνᾶ Athênã o en jónico Ἀθήνη

Athếnê; en dórico Ἀσάνα Asána) es la diosa de la sabiduría, la estrategia y la

guerra justa. Fue considerada una mentora de héroes y adorada desde la


Antigüedad como patrona de Atenas, donde se construyó el Partenón para

adorarla. Fue asociada por los etruscos con su diosa Menrva, y posteriormente por

los romanos con Minerva.

Poseidón

En la mitología griega, Poseidón o Posidón (en griego antiguo Ποσειδῶν) era el

dios del mar y, como «Agitador de la Tierra», de los terremotos. El nombre del dios

marino etrusco Nethuns fue adoptado en latín para Neptuno (Neptunus) en la

mitología romana, siendo ambos análogos a Poseidón. Las tablillas en lineal B

muestran que Poseidón fue venerado en Pilos y Tebas en la Grecia micénica de

finales de la Edad del Bronce, pero fue integrado en el panteón olímpico posterior

como hermano de Zeus y Hades. Poseidón tuvo muchos hijos y fue protector de

muchas ciudades helenas, aunque perdió el concurso por Atenas contra Atenea.

Le fue dedicado un himno homérico.

Eolo (hijo de Hípotes)

Señor de los Vientos, vivía en la isla flotante de Eolia con sus seis hijos y sus seis

hijas. Zeus le había dado el poder de controlar los vientos, Eolo los tenía

encadenados en un antro profundo, donde los gobernaba con un dominio

absoluto, apresándolos o liberándolos a su antojo, ya que todos los vientos

liberados podrían provocar graves desastres en el cielo, la tierra y las aguas. Eolo
era responsable del control de las tempestades, y los dioses, le pedían en algunos

casos su ayuda como hizo Hera para impedir que Eneas desembarcase en Italia.

También trató de ayudar a Odiseo que lo visitó al retornar a Ítaca. Eolo lo trató

muy bien, y le dio un viento favorable, además de una bolsa que contenía todos

los vientos y que debía ser utilizada con cuidado. Sin embargo, la tripulación de

Odiseo creyó que la bolsa contenía oro y la abrió, provocando graves

tempestades. La nave terminó regresando a las costas de Eolia, pero Eolo se

negó a ayudarles de nuevo. Eolo es representado empuñando un cetro como

símbolo de su autoridad, y rodeado de turbulentos remolinos, los Vientos, cada

uno de los cuales era un dios.

Hermes

En la mitología griega Hermes (en griego antiguo Έρμῆς) es el dios olímpico de

las fronteras y los viajeros que las cruzan, de los pastores y las vacadas, de los

oradores y el ingenio, de los literatos y poetas, del atletismo, de los pesos y

medidas, de los inventos y el comercio en general, de la astucia de los ladrones y

los mentirosos.[1] El himno homérico a Hermes le invoca como el «de multiforme

ingenio (polytropos), de astutos pensamientos, ladrón, cuatrero de bueyes, jefe de

los sueños, espía nocturno, guardián de las puertas, que muy pronto habría de

hacer alarde de gloriosas hazañas ante los inmortales dioses.»[2

4. Costumbres Griegas
Religión:

Los griegos creían en un panteón de dioses y diosas que estaban asociados con

los aspectos específicos de la vida. Por ejemplo, Afrodita era la diosa del deseo

sexual, mientras Ares era el dios de la guerra y Hades el de los muertos. Algunas

deidades como Apolo y Dioniso revelaban personalidades complejas y

mezcolanza de funciones, mientras otros como Hestia (literalmente ‘hogar’,

‘chimenea’) y Helios (literalmente ‘sol’) eran poco más que personificaciones.

Había también deidades específicas de un lugar: dioses de los ríos, ninfas de

manantiales, cuevas y bosques. Héroes y heroínas locales también solían ser

venerados en sus tumbas por habitantes de las zonas cercanas.

Muchos seres descritos en los mitos griegos podrían ser considerados «dioses» o

«héroes». Algunos sólo eran reconocidos en el folclore o adorados localmente en

ciertos lugares (por ejemplo Trofonio) o durante festivales concretos (por ejemplo

Adonis). Los templos más impresionantes tendían a estar dedicados a un número

limitado de dioses: los doce olímpicos, Heracles, Asclepio y ocasionalmente

Helios. Estos dioses fueron el centro de grandes cultos panhelénicos. Era sin

embargo común que muchas regiones y poblaciones dedicasen sus propios cultos

a las ninfas, los dioses menores y los héroes locales. Muchas ciudades también

honraban a los dioses más conocidos con ritos locales característicos y les

asociaban extraños mitos desconocidos en los demás lugares.


Vestimenta:

Era bastante sencilla, al principio influida por oriente, consistente en un chitón

(túnica larga, a veces hasta los tobillos, en ocasiones ceremoniales, sujeta por un

cinturón, y en los hombros por una fíbula) y un himatión (capa que se envolvía al

cuerpo, hecha de una sola pieza de tela, sujeta en ciertas ocasiones con una

esclavina o clámide) que servían indistintamente para hombres y mujeres.

En el caso de hombres que lucían túnicas más cortas, completaban su atuendo

con un manto corto y sin mangas, llamado palio.

Marcaban como en casi todas las culturas diferencias de clase, ya que los

campesinos vestían generalmente ropas de lana, cuero o pieles de animales, y un

gorro del mismo material (kyné).

Con lino, lana y pieles, resolvían estas cuestiones de vestuario, que

aparentemente incluían además, como lo demuestran la decoración de vasos,

pantalones que usaban los guerreros, y especies de camisetas, llamadas jalecos.

Los pilos cubrían la cabeza con forma de bonete, usado por lo general por los

artesanos y esclavos, y el petaso, lo hacía por medio de un sombrero con grandes

alas.

Al principio, hombres y mujeres lucían largas cabelleras, pero luego de las guerras

médicas los hombres adultos comenzaron a cortar sus cabellos.


Las damas griegas usaban los chitones ajustados hasta el talle, pero se hacían

amplios en la falda, a través de pliegues, y decoraban sus atavíos mediante joyas.

Resaltaban su figura con un cinturón y remarcaban su busto con un strophion.

En la cultura doria predominó la lana, mientras el lino fue característico de la jonia.

Las espartanas usaban el peplo, prenda rectangular confeccionada en lana,

sostenido solamente por los hombros y abierto en sus costados. Las diferencias

en Esparta fueron marcadas. La mujer tenía muchas más libertades que en el

resto del mundo heleno. Mostraban sus piernas hasta los muslos, dignos de

visualizar ya que estaban torneados en competencias deportivas, a las que

asistían igual que los varones. Esta vestimenta las hacía ser fuente de bromas por

parte de los atenienses.

El calzado unisex era de sandalias, o sea, un trozo de suela, sostenido a los

tobillos, con tiras.

La vestimenta de los guerreros tenía un fin protector, en las batallas cuerpo a

cuerpo. Los hoplitas se protegían con cascos, pesados escudos, sus torsos con

corazas metálicas y las piernas se resguardaban con cnémides de bronce. La

caballería en lugar de Cnémides usaba polainas de cuero, igual material que se

usaba para el jubón y las hombreras. El pecho se protegía con discos de bronce.
Familia:

Higiene y cuidado personal:

A pesar de la modestia en la que vivían muchos griegos, estos tenían un especial

cuidado por su higiene personal. Desde el periodo arcaico, desde niños aprendían

a nadar y se bañaban en ríos y en el mar. Durante la época clásica, las casas

comenzaron a tener cuartos de aseo y pequeñas bañeras, hechas de barro, piedra

o ladrillos. Estas se llenaban con agua caliente y se vaciaban a mano.

También surgieron los baños públicos, lugares de encuentro y discusión, solo para

hombres, porque las mujeres no concurrían a ellos.

Las mujeres libres llevaban largas cabelleras (a diferencia de las esclavas, las

cuales llevaban el cabello corto), a las que les solían dedicar diversos cuidados

durante diversas horas del día. También podía requerir varias horas el

embellecimiento con cosméticos y perfumes. Las mujeres libres se maquillaban

para diferenciarse de las esclavas; solían prestarle especial atención a sus uñas y

se rasuraban el vello corporal. La higiene corporal contrastaba con la suciedad y el

desorden de las ciudades.

Indumentaria:

El traje ordinario en la Antigua Grecia constaba de dos piezas:

La inferior, el quitón, era una túnica, por lo común, sin mangas que llegaba hasta

las rodillas y se ceñía a la cintura.


La superior, el himatión, consistía en una especie de manto rectangular que se

echaba sobre el hombro izquierdo y se recogía por el lado opuesto, dejando

ordinariamente libre en sus movimientos el brazo de esta parte; y cuando se iba

de viaje o de guerra se cambiaba el himatión por la clámide, capa rectangular en

tres de sus lados y algo circular en la parte que rodeaba el cuello, más corta que el

manto y abrochada con fíbula sobre el hombro derecho.

Alimentación:

Los antiguos griegos hacían tres comidas al día:

Un desayuno (ἀκρατισμός / akratismós), compuesto de pan de cebada mojado en

vino puro (ἄκρατος / ákratos); al que eventualmente se le agregaban higos o

aceitunas;

Un almuerzo (ἄριστον / ariston) somero, que se tomaba al mediodía o al principio

de la tarde;

Una cena (δεῖπνον / deĩpnon), la comida más importante del día, que tenía lugar

generalmente a la caída de la noche;

Puede añadirse una merienda (ἑσπέρισμα / hespérisma), que se solía tomar al

anochecer.

Comían sentados; el empleo de banquetas estaba reservado a los banquetes (de

ahí su nombre). Las tortas de pan podían servir de plato, pero son más corrientes

los recipientes de terracota o de metal. La vajilla se refina con el tiempo y, por


ejemplo, encontramos platos de materiales preciosos o de vidrio a lo largo de la

época romana. El tenedor es desconocido; se come con los dedos. Se ayudaban

de un cuchillo para cortar la carne y de una cuchara semejante a las cucharas de

hoy en día para comer sopas y caldos.

5. Lenguaje

• “Mira las murallas de Troya llegan hasta las nubes”.

Hipérbole
• “El niño no ha llorado, es fuerte como su padre, no llora”.

Símil

• “Creo que el vino se te ha subido hasta la cabeza”.

Hipérbole

6. Critica
La Odisea refleja la lucha de un querer, de un sueño y eso hace que compare en

la actualidad con las personas que se dejan derrumbar fácilmente, lo último que se

pierde es la esperanza, cada obstáculo hay que traspasarlo para llegar a su

interés.

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