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SÓFOCLES (495-405 a. C.

)
EDIPO REY

INTRODUCCIÓN

Sófocles coincide con el periodo de mayor esplendor de Grecia: la democracia de Pericles en el


siglo V a. C. Su figura encarna el desarrollo de la tragedia clásica: actúa de puente entre Esquilo
y Eurípides.

Sófocles procedía de una familia acomodada. Como ciudadano ateniense comprometido


participó activamente en la vida política de su ciudad.

Al contrario de otras figuras públicas de la cultura y política atenienses la imagen pública de


Sófocles se caracterizó por la mesura y la moderación. Fue respetado por sus conciudadanos
como político y como poeta. Así nos lo muestra Aristófanes en Las ranas y es bien sabido que
Aristófanes no dudaba en utilizar su obra dramática para fustigar a sus enemigos y
ridiculizarlos.

OBRA

Sófocles tuvo una fructífera carrera. Escribió cerca de 130 obras dramáticas a lo largo de su
larga vida. Sin embargo, por distintas circunstancias, gran parte de esta obra se ha perdido de
modo que sólo hemos conservado enteras 7 tragedias: Antígona, Ayax, Edipo rey, Traquinias,
Electra, Filoctetes, Edipo en Colono.

Pero también nos han llegado importantes fragmentos de un drama satírico: Los Rasteadores.

IDEOLOGÍA Y FUNCIÓN DE SU OBRA

En contra de lo que han escrito muchos críticos la obra de Sófocles no está desligada del mundo
en el que vivía y, por lo tanto, su obra cumple el principio de didactismo. Sófocles tenía una
visión bastante tradicional del mundo y, por lo tanto, el punto de partida de su obra es la
religión.

En su obra se enfrentan la acción del hombre y el orden del mundo, establecido de manera
inmutable por los dioses. Cuando la acción humana se enfrenta, aunque sea inconscientemente,
a ese orden establecido es necesario un castigo que lo restablezca.

Según la visión del mundo sofocliana la naturaleza humana se compone de dos elementos:

a.- El sufrimiento.

b.- El error.

El héroe es inflexible en su comportamiento, pero nunca triunfa ante la divinidad, y al final


siempre debe reconocer su superioridad.

En su ideario político asume algunos aspectos de la democracia (la igualdad entre los
ciudadanos, el respeto a los demás) pero rechaza otros: la capacidad del hombre para fijar con la
razón su actuación. Para Sófocles la ciudad debe someterse en todo momento a la ley divina.
CARACTERÍSTICAS DE LA TRAGEDIA SOFOCLIANA. INNOVACIONES RESPECTO A
ESQUILO

Sófocles toma el modelo creado por Esquilo y lo desarrolla introduciendo una serie de cambios
que serán esenciales para dotar al género de una mayor flexibilidad y hacer así posible que
Eurípides lo lleve a la perfección.

Estas son algunas de las innovaciones que Sófocles introduce en el modelo de Esquilo:

a.- 3 actores en escena al mismo tiempo con el coro y el corifeo. Esto permite un mayor grado
de desarrollo de la acción pues abre la posibilidad de que llegue un personaje que aporte
información esencial para la trama al diálogo entre los otros dos.

b.- Los actores tienen el protagonismo en escena en detrimento del coro. En Esquilo el coro
tiene un papel primordial. Sin embargo, el predominio del coro impide el desarrollo de la
acción. Por ello Sófocles comienza a limitar su papel, dando más importancia a la acción que al
comentario lírico.

c.- Menor presencia de partes líricas, lo cual supone un mayor grado de desarrollo de la acción
dramática en escena. Las intervenciones del coro tienen carácter lírico: reflexionan sobre la
situación de los personajes, pero en realidad no causan acción. Por ello su reducción redunda en
más acción.

d.- Supresión de la composición en trilogías. La obra de Esquilo se estructura en trilogías


(conjuntos de tres obras que desarrollan diversos aspectos de un mito). En Sófocles las obras ya
no responden a esta estructura. Las tres obras, por ejemplo, que muestran el mito de Edipo
(Edipo rey, Antígona y Edipo en Colono) fueron compuestas en épocas muy diferentes de la
vida de Sófocles y no forman una trilogía.

e.- Predominio del diálogo frente al monólogo. En la tragedia de Esquilo apenas si había diálogo
entre los personajes. En realidad la acción parece no avanzar en escena, puesto que los
personajes no interactúan, sino que monologan constantemente. Esta característica dotaba a la
tragedia de un carácter arcaico y suponía un obstáculo para el desarrollo de la acción. En la obra
de Sófocles los personajes dialogan, se enfrentan, se rebaten o declaran sus sentimientos y
temores. Este rasgo contribuye a dotar los personajes de estas tragedias de mayor humanidad y
nos ayuda a comprender sus actos.

EDIPO REY

ARGUMENTO

Edipo, rey de Tebas, está preocupado por la crisis que asola la ciudad. El oráculo revela que la
situación no variará hasta que se esclarezcan las circunstancias de la muerte del rey anterior y se
castigue a los culpables. Edipo emprende personalmente la investigación y declara que los
asesinos del rey recibirán un castigo ejemplar. Finalmente la investigación le lleva a descubrir
que fue él quien asesinó al rey y que además él era su padre, con lo cual resulta que se ha casado
y tenido hijos con su propia madre, que se suicida al conocer la noticia. Edipo cumple su
promesa y se saca los ojos y se prepara para abandonar la ciudad guiado por sus hijas.
CARACTERÍSTICAS Y ESTRUCTURA

No fue la obra de Sófocles al primera que la literatura dramática griega trataba el mito de Edipo.
Esquilo, maestro de Sófocles, había compuesto unos 40 años antes del estreno de la de Sófocles
(producido aproximadamente en el año 420 a. C.), una trilogía. Esta trilogía estaba compuesta
por Layo, Edipo y Los siete contra Tebas. De la trilogía de Esquilo sólo nos ha llegado completa
la última de las tragedias, la que muestra la lucha entre los dos hijos de Edipo por el control de
la ciudad de Tebas.

Edipo Rey es una pieza de estructura perfecta. Pocas obras literarias muestran mayor equilibrio
en su desarrollo, en la forma en la que el personaje va obteniendo nueva información que
confirma sus peores temores, también por la lograda pintura de los personajes (de todos
podemos comprender sus motivaciones, sus anhelos y temores) y por la intensidad de los
sentimientos y acciones representados. Así mismo los críticos coinciden en que la progresión de
la acción está muy estudiada, pues cuando parece que se vislumbra el final se introduce un
elemento que causa desconcierto.

Su trama se basa en la búsqueda de la verdad. Edipo debe identificar al culpable de la muerte de


Layo porque su obligación como rey es procurar el bien de su pueblo. Edipo no se detendrá ante
nada, incluso cuando comienza a sospechar la terrible verdad. Edipo inicia un verdadero
proceso de investigación. Por este motivo se considera que esta obra supone el inicio de la
literatura policíaca.

La obra cumple con una de las características fundamentales de la tragedia clásica: la


ambivalencia trágica del protagonista. Edipo es al mismo tiempo:

a.- inocente desde el punto de vista de la moralidad puesto que él no comete el parricidio ni el
incesto de manera voluntaria. Al contrario, él había intentado evitar el cumplimiento del
oráculo; pero nadie puede evitar que se cumpla su destino.

b.- culpable desde el punto de vista de la realidad ya que efectivamente es el autor del asesinato
de su padre y se ha casado con su madre engendrando una prole impura. Por lo tanto merece un
castigo.

Así pues Edipo es un personaje trágico pues es inocente y culpable al mismo tiempo (salvó a la
ciudad en un momento muy delicado, pero es el causante de su ruina; es juez y reo al mismo
tiempo) y además no puede enfrentarse a la voluntad de los dioses. Al final debe caer y
reconocer la superioridad divina.

El espectador se siente identificado con el sufrimiento de Edipo, pues ve su inocencia y su


culpabilidad; reconoce la necesidad del castigo al tiempo que siente piedad por el personaje.

Edipo es una de las tragedias clásicas mejor estructuradas. Sus virtudes esenciales son el
desarrollo medido y exacto de las situaciones, de las relaciones entre el ser humano y la
divinidad y entre los diferentes personajes entre sí.

Ya hemos hablado de las bondades de su estructura, recordemos sólo de qué forma tan magistral
Edipo hace avanzar la acción de forma gradual: a cada nuevo descubrimiento Edipo ve cernirse
sobre él la tragedia. El personaje intenta rebatir cada prueba con otra, pero lo único que
consigue es confirmar sus sospechas.
Toda la obra gira en torno a la cuestión del conocimiento: debemos conocer la verdad sobre el
asesinato de Layo, sobre la identidad de Edipo y sobre el significado de los oráculos. La palabra
utilizada en la obra es oida, verbo que en griego significa conocer por haber visto. Por eso no es
casualidad que Tiresias y Edipo (los dos personajes que saben demasiado) sean ciegos.

Respecto a su armazón estructural este responde al habitual de la tragedia griega. La obra se nos
presenta sin división alguna en actos o escenas, aunque estas se pueden adivinar siguiendo el
criterio tradicional de salidas y entradas de personajes.

Lo cierto es que la tragedia griega parte del núcleo estructural básico que combina escenas de
tipo lírico (tiradas más o menos largas, de carácter reflexivo y poético, protagonizadas por el
coro) y escenas de tipo dramático, donde la acción progresa gracias al diálogo entre los
personajes y a la información que estos aportan. De estas escenas tampoco está ausente el coro
pero ahora su papel no es protagonista, sino que más bien pasa a un segundo plano, comentando
la acción y aconsejado y opinando sobre la misma.

En Edipo, el coro abre y cierra la obra (como era habitual en la tragedia clásica griega).
Lamenta la crisis que asola la ciudad, se dirige a los dioses buscando consuelo, anima a Edipo a
buscar una solución e, incluso, le ofrece los antecedentes de la historia que Edipo necesita para
comprender el oráculo. El coro intenta poner paz entre Edipo y Creonte, asiste impotente y lleno
de piedad a los relatos de la muerte de Yocasta y al castigo de Edipo y es el encargado de cerrar
la obra con una invocación a la piedad de los espectadores, sintetizando la enseñanza de la obra:
“De modo que no consideréis dichoso a ningún mortal hasta ver su último día, hasta que no
llegue el fin de su vida sin haber padecido sufrimiento”.

PERSONAJES

I.- Edipo.- En él descansa el componente trágico más importante de la obra. Presenta las
siguientes características:

a.- Muestra en todo momento su fidelidad a la decisión que ha tomado: llevará la investigación
hasta el final y castigará al culpable, incluso cuando empieza a sospechar que puede ser él el
asesino de Layo. Edipo es modelo de buen rey: la singular inteligencia que mostró al vencer a la
terrible esfinge se vio recompensada con la corona de la ciudad de Tebas. Desde entonces ha
sido un buen rey, un buen esposo y un buen ciudadano. Él conoce cuál es la naturaleza del deber
de gobernante: asegurar el bienestar de su ciudad. Edipo sabe que de él depende que Tebas se
libre de la maldición de los dioses, por ello investiga sin tardanza la muerte de Layo y por ello
continúa. Y no duda en aplicarse el castigo señalado por los dioses pues sabe que lo merece y
que es la única manera de librar a la ciudad de la maldición.

b.- Su temor de confirmar sus sospechas le lleva a desconfiar de Creonte y de Tiresias. Edipo
empieza a sospechar muy pronto que él es el asesino de Layo. Sin embargo se resiste a
admitirlo, intenta encontrar otras posibilidades. Por eso acusa a su cuñado Creonte de haber
urdido una trama que lo condene aparentemente. El enfrentamiento con Creonte es muy duro,
pues le acusa de querer para él el trono de Tebas y de actuar de acuerdo con Tiresias para
perderle. Sin embargo, no deja de investigar, haciendo gala de una honradez y responsabilidad
tremendas.

c.- Edipo desea mantener la esperanza en su inocencia, por eso acoge con alivio la noticia de la
muerte de Pólibo, a quien creía su padre, ya que invalida el oráculo de los dioses.
d.- Es un personaje trágico: involuntariamente ha cumplido el oráculo y él mismo se infringe un
castigo acorde a su crimen. Sin embargo en un tiempo fue el salvador de la ciudad (pues venció
a la Esfinge), aunque ahora sea la causa de su ruina. Es víctima de la voluntad de los dioses y al
tiempo un criminal que ha cometido los pecados dos de los pecados más graves (el parricidio y
el incesto)

e.- Sabe que su obligación como gobernante es encontrar la verdad, a costa de lo que sea.

f.- Como todo héroe trágico está inmerso en una lucha contra el destino. Cuanto más hace para
evitar su cumplimiento, más se acerca a él. La investigación que ha iniciado para hacer justicia
al rey asesinado se vuelve en su contra. Cada vez que interroga a alguien con la esperanza de
que lo libere de la sospecha del asesinato, esta sospecha acaba siendo confirmada y reforzada.
El momento del conocimiento de la verdad es terrible y tiene un doble efecto que puede parecer
contradictorio:

a.- Destruye al héroe. Edipo se convierte en un apestado, en un ser lleno de pecado que
debe vivir alejado de los demás hombre purgando con sufrimiento extremo un crimen horrendo.

b.- Lo eleva a una dignidad superior al resto de los mortales. En la aceptación del
castigo se ve la nobleza de Edipo. De hecho cuando se produce la muerte de Edipo (recogida en
otra obra de Sófocles, Edipo en Colono) Apolo le recompensa por las penalidades sufridas en
vida, otorgando a su cadáver, poder protector sobre la ciudad en la que repose.

II.- Yocasta.- Involuntariamente es cómplice y víctima de Edipo con quien comparte el


componente trágico. Veamos sus rasgos principales:

a.- Decimos que Yocasta es un personaje trágico ya que sus acciones por evitar el
cumplimiento del oráculo se han mostrado inútiles, pues nadie se puede oponer a la voluntad de
los dioses. Para evitar la catástrofe decidió dar la muerte a su propio hijo, pero todas sus
precauciones resultaron inútiles.

b.- Es citada como principal testigo en la investigación sobre la muerte de Layo.


Inocentemente ofrece a Edipo un primer testimonio sobre la muerte de Layo que pone a su
esposo sobre la pista de la verdad y es la primera en ver claro que los oráculos se han cumplido.

c.- Horrorizada por la verdad que intuye sobre la identidad de Edipo decide, como luego
hará su hijo-esposo, infringirse un castigo extremo y acaba con su vida, despertando la piedad
en todos. Igual que Edipo, Yocasta es víctima inocente, pero también culpable.

d.- Ha sido una buena esposa para Layo y más tarde para Edipo, con el que se casó por
conveniencia política para la ciudad. En ocasiones su actitud hacia Edipo es más que la de una
esposa, la de una madre. Intenta calmar a su marido cuando, después de los enfrentamientos con
Tiresias y Creonte, Edipo empieza a dudar sobre su origen y sobre si él puede ser realmente el
asesino de Layo.

e.- El amor y ternura que demuestran los esposos no es nada habitual en el drama
griego. Sin embargo el espectador debe tener claro desde el principio que la relación entre Edipo
y Yocasta es una relación pura. Ambos se casan ignorantes de la verdadera relación que los une,
su unión no está basada en la lujuria o la mentira, sin embargo es una unión maldita. Yocasta es
ejemplo de dignidad y responsabilidad pues asume con entereza su destino.
III.- Tiresias. Es el viejo adivino, ciego, que conoce la verdad sobre el asesinato de Layo. Se
resiste a ser interrogado por Edipo, lo cual levanta las sospechas del rey sobre su culpabilidad.
Edipo cree que Tiresias conspira con Creonte para apartarlo del trono de Tebas. Tiresias sabe
que el conocimiento es dolor y por eso se resiste a poner a Edipo sobre la pista de la verdad.

IV:- Creonte. Es el hermano del difunto Layo. Es el elegido por Edipo para acudir al oráculo de
Delfos en busca de la respuesta a los males de la ciudad. Su actitud es interpretada por Edipo
como una agresión. El rey cree que su cuñado está conspirando contra él porque desea el trono
de Tebas. Creonte se defiende con firmeza y apela a su responsabilidad hacia la ciudad para
desear el esclarecimiento del misterio. Finalmente Edipo, ya ciego, debe recurrir a él para que le
permita abandonar la ciudad y para la protección de sus dos hijas.

V.- Los dioses en esta obra no son invocados como garantes de la justicia, ni del orden natural,
ni proporcionan consuelo, sino que son quienes abren el camino para que se llegue hasta el
doloroso conocimiento. Cuando el héroe se destruye en castigo por su crimen, en realidad se
está restableciendo la armonía con el orden de los dioses. Un oráculo ha marcado la vida de
Edipo: lo ha destinado a la muerte y al dolor. Sin embargo, por una serie de casualidades y
extrañas circunstancias, cree haber escapado a esa maldición. No sólo no es así, sino que el
desconocimiento de su pecado, la falta de castigo, desata otra maldición, esta vez sobre la
ciudad. El castigo de Edipo restituye el orden del universo: los pecados se lavan con la sangre
de Edipo y Yocasta a pesar de que ellos no sabían el mal que estaban cometiendo.
INTERPRETACIONES

A lo largo de la historia se han ofrecido diversas interpretaciones de esta obra de Sófocles:

a.- La obra mostraría la justicia divina. A pesar de haber obrado inconscientemente


Edipo ha obrado mal y por ello recibe un castigo justo.

b.- Sería una obra sobre el destino: el hombre no tiene voluntad libre, sino que está
sometido a los designios de los dioses.

c.- Sófocles sería el prototipo del “artista puro”, sin conexión con la realidad política ni
deseo de transmitir ningún mensaje. Sófocles toma del mito solamente un argumento, sin
plantearse ningún mensaje trascendente.

d.- Los dioses no se miden por criterios humanos de “justicia” o “injusticia” en sus
actos. Están por encima de los hombres y deben ser venerados. Edipo es una obra sobre la
ceguera del hombre, sobre la limitación del conocimiento. Edipo ha logrado vencer a la Esfinge
con su inteligencia, pero lo ignora todo sobre su propia existencia. Es una obra sobre la
inseguridad de la condición humana pero también sobre la grandeza del hombre, pues es capaz
de perseguir la verdad y arrostrar sus consecuencias con dignidad. Esta es la interpretación más
aceptada por los especialistas actuales.

EL COMPLEJO DE EDIPO

Freud encontró en la figura de Edipo el personaje perfecto para dar nombre a una de sus
formulaciones más conocidas dentro del campo de la psicología. Se trata de aquella etapa del
desarrollo de la libido (entre los 3 y 5 años) en los que el niño asimila la autoridad del padre y
de la madre. Para llegar a este punto el niño pasa por una etapa de atracción sexual por la madre
y un sentimiento de odio hacia la figura del padre.

Siguiendo con las fuentes clásicas se bautizó como “complejo de Electra” el proceso
equivalente en la libido femenina.

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