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TRISOMIA 21
AMBIENTE FAMILIAR
Luís es un niño con Síndrome de Down. Tiene 8 años y es hijo único. Presenta un
retraso mental límite. Estuvo en atención temprana desde su nacimiento hasta los 3
años. Desde los 3 años asiste a un CAM.
Sus padres no conocían la discapacidad, por tanto han tomado una actitud de
sobreprotección, además le cumplen todos sus antojos y nunca le suelen llevar la
contraria. No han dejado que participe en las tareas del hogar.
Cuando los profesores se reúnen con ellos y les comentan las diferentes actitudes
que presenta su hijo, cómo por ejemplo que no hace caso a las órdenes que se le
da, que no realiza las tareas en clase,… ellos siempre suelen contestar: “es normal,
el pobre no está capacitado para realizar las diferentes tareas y menos para
comprender órdenes”.
Ambos padres trabajan y no han escuchado las expectativas que los profesores les
informan sobre su hijo, ya que ellos tienen una actitud pesimista con la discapacidad
que presenta su hijo.
Pertenecen a una clase socio-cultural medio-alta y en la zona donde residen es una
zona residencial, donde cuentan con todas las ofertas culturales y de ocio donde Luís
puede participar.
AMBIENTE ESCOLAR
Luís es un niño que desde los 4 años asiste a clases de apoyo y presenta
adaptaciones curriculares no significativas y significativas.
Desde 1º de Primaria presenta una conducta problema ante las actividades que se
realizan en clase. Nos comenta la profesora que cada vez que se realiza una tarea
escolar en clase, Luís comienza a ponerse incómodo, empieza a tirar los objetos que
tiene en su mesa y finalmente comienza a gritar y llorar.
Esta conducta comienza un día escolar cuando la profesora le facilita una tarea. El
niño comenzó a llorar y decir que no quería hacerla porque no la entendía. La
profesora debido a su inseguridad respecto a la discapacidad, inmediatamente le quito
la tarea y le dio una ficha a colorear. El niño se tranquilizó tras el cambio de
actividad. Desde ese momento las rabietas del niño son cada vez más frecuentes e
intensas.
EVALUACIÓN DE LA CONDUCTA
Luís presenta una conducta problema, la cual es montar rabietas cada vez que tiene
que realizar una actividad en clase, acapara la atención de los compañeros y sobre
todo de la profesora.
Esta rabieta se presenta en la mayoría de los casos con tareas individuales y en las
asignaturas de matemáticas, que es la asignatura en la que más presenta dificultades
y la cual no le gusta.
La profesora dice que ella intenta no hacerle caso, pero que se pone morado de
tanto llorar y que entonces se asusta y termina cambiándole la actividad.
Frecuencia: la conducta se presenta todos los días que se le manda tareas escolares
y con mayor intensidad en la asignatura de matemáticas.
Duración: la duración de la conducta es el intervalo de tiempo que la profesora tarde
en darle otra actividad que le resulte de su agrado
Intensidad: varía según el periodo de tiempo que tarde la profesora en darle otra
actividad y también depende del área que se este trabajando, en matemáticas la
conducta tiene más intensidad.
EXPLORACIÓN FUNCIONAL
Circunstancias en las que aparece: siempre suelen ser las mismas, estamos en clase
le damos una ficha con diferentes ejercicios para realizarlos en el aula y como no le
gustan comienza con su rabieta, con la finalidad que se le cambie la misma por otra
más atractiva para él.
Refuerzos: los refuerzos que el niño consigue con su actitud es que tanto la
profesora, los compañeros como los padres estén pendientes de realizar todos sus
gustos para que el niño no presente las distintas rabietas.
Por último nos ayudaremos en algunas situaciones extremas de la técnica Time Out,
que consiste en sacar al niño de la situación que le está reforzando a otra situación
en la que no tiene ningún refuerzo.
JUSTIFICACIÓN DE LA UTILIZACIÓN DE LA TÉCNICA
Otro de los motivos porque queremos utilizar esta técnica es porque necesitamos que
esta conducta problema se extinga pronto, ya que este alumno se está quedando
retrasado en el curso debido a su conducta, por no querer realizar los diferentes
ejercicios que se le plantean.
Tenemos que tener en cuenta los efectos negativos que puede presentar esta técnica,
ya que puede darse usualmente un incremento en la frecuencia e intensidad de la
respuesta en los primeros momentos de aplicación. Entonces tenemos que tener
“entrenados” a los maestros que trabajan con este niño, para que en caso de que
pueda darse este efecto, no flaqueen en la intervención. Ya que un error en la
técnica puede llevar a cabo a un aumento de la conducta problema.
Tenemos que tener también en cuenta que la respuesta puede reaparecer tras un
lapso de tiempo en que la conducta bajo extinción había desaparecido. Por tanto,
tenemos que estar preparados para volver a poner en marcha de nuevo la técnica.
Como queremos que la conducta cese lo antes posibles utilizaremos también, para
ayudarnos y tener más efectos, el reforzamiento diferencial.
Por tanto, le ayudaremos cuando se calme y al final opte por realizar los ejercicios
que se le han marcado.
Tener en cuenta que siempre que el alumno este realizando una actividad en silencio,
sin molestar a los compañeros,… que se le haya marcado habrá que reforzarle esta
conducta, para que el alumno entienda que es eso lo que queremos.
Por ello utilizamos también la técnica de RDO, para reforzarles las conductas
contrarias a la que queremos extinguir.
Una cosa muy importante para poner la técnica en marcha es entrenar a todos los
profesores que trabajen con Luís para que todos sepan lo que hacer en cada
situación y sobre todo saber llevar a cabo la técnica de extinción