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Opaco

Loreto Alonso Atienza

Ver sin ser visto es a veces una cuestión vital en el espacio público, esta necesidad promueve
multiples interelaciones y formas de comunicación como camuflages, mimetizaciones,etc,
construcciones y estrategias cuyo punto en común es que permiten esconderse.

Las razones de estos fenómenos, responden a muy variados intereses, estas prácticas,
constituyen un fenómeno visual, sirven para visibilizar el contexto y puede incluso ayudar a
analizarlo.

1.

En el fondo del mar, a mucha profundidad, la luz no llega, las frecuencias del espectro cromático
que antes desaparecen son las rojas e infrarojas, de manera que las especies de peces e
invertebrados adoptan el color rojo, que les convierte en invisibles. Vivir en las profundidades es
complicado, estos fondos son lugares muy peligrosos, al no llegar la luz, no puede haber
fotosíntesis así que tampoco hay plantas o algas verdes, lo que convierte a todos los habitantes
del ecosistema en carnívoros.

Las leyes y reglamentos de varios estados de la República prohiben que los vehículos porten
“vidrios polarizados, oscurecidos, o aditamentos” en principio porque dificultan la visibilidad del
conductor e impiden la visibilidad al interior del vehículo. El peligro que supone no ver de dentro
a fuera del vehículo se llama acidente, el peligro de no ver de fuera a dentro, es algo menos
casual, se llama sospecha de crimen, violencia, secuestro, tortura, violación.

Dicen que casi la mitad de los vehículos que circulan por el Estado de Nuevo León, han
oscurecido sus cristales, los “polarizadores de Pablo de la Garza, afirman realizar una media de
20 trabajos por día, algunos de sus clientes les piden una capa doble del vinilio más oscuro, al
que denominan “cubano”.

Cuando llego a casa por la noche, frente a mi puerta siempre una furgoneta con los vídrios
ahumados, un humo que podría decirse se le mete a uno en los ojos, no sólo está allí aparcado
el auto, sino también una cooporización de esa psicosis de violencia que recorre fantasmalmente
cada rincón del país. El miedo captura los espacios públicos de la ciudad al igual que lo hacen
los autos, la combinación de ambos es fatal. Si bien respeto a los que por razones estéticas,
solares o térmicas, defienden este uso, también creo que deben considerar la imagen que
generan de “fuera a dentro” y si ésta es una imagen buscada, todos debemos valorar sus
consecuencias.

Hace unos meses, en una exposición en la que participé en Monterrey, presenté unos vidrios
polarizados reales colgados por hilos transparentes en una estructura, formando las dimensiones
de un coche, el trabajo se llamó opaco 1 y se trataba de contrastar la transpaencia de un coche
que no estaba con la extraña y fuerte impression que me producen estos cristales oscuros. La
noche de la inauguración pregunté a los asistentes por la obra: “¿Es un vocho no?” fue la
contestación más usual, ninguna persona hizo ningún comentario sobre el hecho de que fueran
absolutamente negros o de las implicaciones que podia esto tener en relación al modelo de
coche, por ejemplo. El hecho que entendí esa noche es que esta imagen ha sido naturalizada
hasta el punto de la invisibilidad y así, aceptada de forma general, ya no genera ningún tipo de
cuestionamiento simbólico.

Además de aceptar el relativo fracaso de la pieza, decidí explotar aún más las posibilidades de
mi mirada de extranjera, de turista si se quiere, mi extrañamiento sí es simbólico y me lleva a
pensar más allá de las razones técnicas (el sol, el calor, los robos) que no creo sean
justificaciones pues en otros lugares donde he vivido con la misma climatología adversa, el
oscurecimiento de los vidrios nunca llega estos extremos.

El uso de este tipo de ocultamiento en las furgonetas que todos reconocemos por su poder y
potencia, está claramente relacionada con la impunidad que se requiere en actos delictivos y
combina perfectamente con ese otro opacamiento con el que tan amenudo podemos cruzamos
en las carreteras de Monterrey: la ausencia de placas de matrícula.

Entiendo que la mayoría de los autos que optan por la intimidad de su espacio interior no se
dedican al crimen, aunque lo parezca, quizás este medio de defensa, intento de mimetismo con
animales más peligrosos de lo que uno es, puede indicar un fenómeno más sofisticado.

2.

Lo visible y lo invisible, lo que se quiere enseñar y lo que se quiere ocultar con las imégenes, es
sin duda la cuestión política fundamental de los medios de comunicación. El uso de las palabras
puede ser de alguna manera y en cierto grado contestado por los lectores-espectadores
alfabetizados, pero el uso de las imágenes requiere frecuentemente instrumentos de lectura
más específicos, requiere que nos preguntemos más allá de lo que vemos, qué es lo que nos
quieren enseñar, y esto no se hace evidente en una simple lectura del significante.

Entre estas imágenes mediaticas, las imágenes de la violencia constituyen para mí el fenómeno
más complicado de entender, la obscenidad de la violencia, la perversión del solapamiento entre
ficción y realidad, las políticas de difusión y distribución, la ética con la representación del dolor
“del otro”, etc, son asuntos que aún seguiremos tratando durante bastante tiempo y que el
desarrollo de los media y la democratización de la producción de imágenes promoverá en
múltiples nuevas direcciones .

Jamás he odido reproducir o utilizar para mis obras representaciones de violencia explícita , pero
en muchas ocasiones me han traído esas imágenes liminares, que se sitúan en los márgenes de
lo explícito y lo implícito. Ese es el caso de la multitud de fotografías de detenciones que he
encontrado en los periódicos desde que estoy aquí.

Imágenes que podríamos considerar teatrales, con escenarios que parecen replicas
desglamurizadas de esos fotocall de inauguraciones y presentaciones de moda y famosos,
algunas más cinematográficas presentan a las fuerzas del orden en plena acción, ordenando,
otras en salidas y entradas, justo después del acto principal de captura o en traslados o en el
camino a comparecencias judiciales, estas cobrando la forma de “robados” de paparacci,
resultan las más crudas.

Estas imágenes, desde las más cuidadosamente construídas hast alas más espontáneas, tienen
una cosa sen común: la necesidad de ocultamiento, privilegio que normalmente está reservado a
las fuerzas policiale s militares pero que en algunas situaciones también pueden disfrutar los
detenidos.
Ocultamientos precarios camisas, manos, pelos, cabezas agachadas, que presentan de una
forma descarnada el poder de la identificación y la conciencia del ser vistos, no sólo el del ser
decubiertos por los que les detienen, sino la potencia de lo público, el juicio del público, son
gestos que nos hacen a los espetadores, a los lectores de periódicos personalmente.

3.

A partir de imágenes de detenidos recopiladas durante varios meses de los periódicos e internet,
dibujando repetidamente estos gestos llegué a unos dibujos que se contextualizan en una
problemática reciente, en la que la identificación resulta ser una poderosa herramienta de fuerza
y de .

Se trata de un conflicto con la identidad, no es en principio un conflicto interno o personal, sino


un conflicto público e internacional. La nueva ley antimigratoria promulgada en Arizona (SB
1070) que entrará en vigor a finales de Julio, pretendía que cualquier persona pudiera ser
interrogada por la policia y otros agentes oficiales, en cualquier momento, en cualquier lugar
público.

¿Qué criterio seguirán las fuerzas de orden público en esta mission de selección del inmigrante
sin papeles? ¿cómo identificar la ilegalidad?, la contestación es simple y explícita: la raza. Una
reforma, forzada por el escándalo internacional que la medida ha desencadenado, (HB2162),
limita estos casos a la investigación de una infracción legal, un caso fácilmente alegable por
cualquier policía, por otro lado.

La resistencia de los migrantes latinos en Estados unidos, se ha conformado como una de las
cuestiones más relevantes desde que en 2005 se radicalizaran las leyes contra ellos, a la
sombra de la “Acta patriótica” promulgada por Bush hijo en 2001 como medida antiterrorista y
renovada con nuevas atribuciones en 2005. La movilización de “Un día sin inmigrantes” el 1 de
Mayo de 2006 y otros actos de visibilización que han llevado a cabo los trabajadores latinos han
servido de llamamiento a la solaridad internacional( veremos cómo afecta esta medida a los
movimientos reivindicativos), pero este caso de Arizona ha disparado la indignación de casi
cualquier prsona pensante, pues no se trata ya aquí de explotación laboral o discriminación
cultural sino de puro racismo atávico (que por otra parte, probablemente sirve para solapar la
explotación laboral y la discriminación cultural).

El caso es que un determinado tono de piel es interpretado como “sospecha razonable” y una
se pregunta qué tipo de razón tienen en mente, y una duda mucho que se parezca a esa razón
ilustrada de la declaración de Derechos humanos del hombre y del ciudadano, con la que el
Nuevo Estado de America del norte se presentó al mundo. Se trata sin duda de un Nuevo tipo de
razón.

alonso.loreto@gmail.com

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