Professional Documents
Culture Documents
necesario abordar estrategias distintas para escribir sobre estos fenómenos, una de las
cuales podría ser la del simulacro. ¿Qué aprendemos al ponernos una máscara para analizar
acciones que se valen, precisamente, del enmascaramiento? Quizás nos daremos cuenta
es decir, acabar con él. Nuestro simulacro tendrá que ser, no una autopsia, sino una danza,
ya que sólo al entrar en movimiento será posible compartir los misterios de la otra acción.
Teorizar el performance puede ser, entonces, un proceso crítico y a la vez poético. En las
líneas que siguen, ensayaré con distintas definiciones y traducciones, sin llegar a fijar
ninguna de ellas, más bien liberándolas dentro de la atmósfera contaminada por otras
academia latinoamericana, así como el interés que ha despertado en los estudiosos del
México y Latinoamérica en general, no sucede así con los estudios del performance. En
parte, esto se debe a que los estudios de la teatralidad, cuyo origen se encuentra en las
academias francesa e italiana, han sido ampliamente traducidos al castellano desde los años
70, mientras que los estudios del performance, originarios de las academias inglesa y
estadounidense, se dan a conocer en nuestro país a cuenta gotas a partir de los años 80,
quedando todavía muchísimos textos básicos sin traducir. Un obstáculo para ello ha sido la
dificultad para traducir el término “performance”, el cual ha terminado siendo adoptado por
la academia, así como por el mundo de las artes (ver Prieto “En torno a la traducción”, y
susceptible de ser aplicado a una serie de acciones en distintos campos semánticos, desde la
crítica del arte y la sociología, hasta la mercadotecnia del automóvil. Por otra parte, las
En los últimas cuatro décadas se han ido desarrollando diversas escuelas de estudio
•La teatrología
•Los estudios de la teatralidad
•La sociología del teatro
•La antropología teatral
•Los estudios de la representación
•Los estudios etnodrámáticos
•La etnoescenología
•Los estudios del performance
∗
La primera versión de este ensayo se presentó durante el Seminario de la EITALC, Los Ángeles, California,
noviembre, 2002.
Prieto 2
La lista, no cronológica, inicia con la tendencia más centrada en las artes escénicas
desde las propuestas de Patrice Pavis por analizar el hecho escénico de forma
del género, pasando por la sociología del teatro de Jean Duvignaud, los aportes de Gabriel
Weisz y Óscar Zorrilla en torno al etnodrama, así como los impulsos interdisciplinarios de
que las artes escénicas abrevan en más disciplinas, y se acrecienta el interés por analizar la
cotidiana.
surgen cuando los conceptos de “teatro” y “drama” se vuelven insuficientes para abarcar la
mundo. El colapso de las fronteras entre disciplinas, así como entre vida y arte, es lo que
obliga a buscar nuevas herramientas teóricas. Para efectos del presente recorrido, nos
centraremos en aquellas que proponen los estudios del performance, cuya naturaleza
que viajan de manera rebelde entre un campo y otro, que no encuentran contradicción entre
la antropología y el teatro. Al ser yo guía del recorrido, advierto que éste transitará por los
desplazamiento liminal, a fin de viajar por este laberinto sin miedo a perdernos.
Prieto 3
Segundo simulacro: los orígenes
En realidad, las teorías del performance surgen fuera de los estudios teatrales, en los
social y las prácticas rituales. Desde la perspectiva lingüística, los pioneros fueron John L.
Austin y su alumno John R. Searle, ambos estudiosos del lenguaje en sus dimensiones
“performativas”, los llamados “actos del habla”. Tal enfoque otorga importancia a la
competencia comunicativa del habla, así como al contexto del acto performativo,
Desde la sociología, Erving Goffman analizó la manera “teatralizada” por medio de la cual
las personas se despliegan en sociedad, e interactúan unas con otras. Por su parte, el
antropólogo Victor Turner estudió cómo, en los sistemas rituales, el performance puede
contribuir a mantener un orden establecido (ritos de carácter oficial) o/y servir para
parodiar, criticar y subvertir dicho orden (como es el caso de los carnavales, parodias
como dramas, con fases bien delimitadas de ruptura, crisis, transición y resolución (o
separación, según el caso), muy similar a la estructura tripartita del teatro clásico. Otro
acercamiento novedoso en su momento fue el propuesto por Richard Bauman, Dell Hymes
examinar las dimensiones performativas de los actos del habla ejecutados durante acciones
curandera que realiza una “limpia”, tomando en cuenta la manera en que ella usa la palabra
hablada en relación a las técnicas del cuerpo, sus estrategias de acción para involucrar a un
pasciente y a las personas que lo acompañan, así como el marco espacio-temporal durante
Prieto 4
el cual se lleva a cabo el rito. El análisis, finalmente, nos ayudaría a identificar todo
aquello que otorga relevancia socio-cultural de este acto, así como los elementos que
haber establecido puentes de comunicación entre las disciplinas arriba esbozadas y los
Schechner se interesó por nutrir su práctica con saberes extra-teatrales, como la etología y
mutuamente fascinados por sus respectivos campos de estudio. Schechner y Turner son
figuras clave, dado el salto interdisciplinario que dieron a partir de sus colaboraciones, que
se detuvieron tan sólo con la prematura muerte de Turner en 1983. A Turner le interesó la
al estudio etnográfico, mientras que a Schechner le cautivaron las posibilidades que ofrecía
Turner (1982), y Between Theater and Anthropology, de Schechner (1985), libros que
los EEUU.
los estudios de Jean Duvignaud durante los años 60, muchas de cuyas premisas han sido
“etnoescenología”. Quizás sorprenda a más de uno que estos teóricos son virtualmente
ignorados por los académicos sajones del performance, y que, a su vez, los etnoescenólogos
no parezcan en absoluto interesados en el giro posmoderno que adoptaron los estudios del
Prieto 5
performance a partir de los ochentas. Aunque puede haber varias razones ideológicas,
culturales e incluso políticas para explicar esto, quizás a nosotros toca realizar un ejercicio
nuevas rutas adecuadas a nuestros campos de acción. Dicho ejercicio nos exige, en primera
Dado que el performance es en esencia el estudio del homo ludens (para evocar el concepto
performance es una esponja mutante.1 Es una esponja porque absorbe todo lo que
antropología, el arte, los estudios escénicos, los estudios de género y los estudios
(realizar), para con el paso de los siglos denotar, en las lenguas francesa e inglesa,
también nómada, ya que se la ha visto viajar sin necesidad de pasaporte de una disciplina a
1
La “Esponja Mutante” es en realidad un enigmático personaje creado por mi entrañable amiga Yolanda
Muñoz.
Prieto 6
Los estudios del performance no son propiamente una disciplina, incluso hay
quienes los plantean como una anti-disciplina (ver Carlson 189). Mientras que en el campo
artes plásticas, los estudios del performance surgieron rebelándose en contra del
establishment académico, los departamentos de teatro y drama, así como los departamentos
mirara hacia otros horizontes, de tal forma que hoy, como apunta Schechner, se trata de un
pensamiento-acción (Carlson 6-7). Es por ello que los estudios del performance son
idóneos para abordar el arte del performance aunque, como veremos a continuación, éste es
bastará con escribir una lista general, sino que será además necesario detenernos un
Prieto 7
cambian constantemente sus objetos de análisis, pero que en general abarcan cualquier tipo
de actividad humana desde el rito hasta el juego, pasando por el deporte, espectáculos
populares, artes escénicas, así como actuaciones de la vida cotidiana, las ceremonias
sociales, la actuación de roles de clase, de género y, también, la relación del cuerpo con los
medios masivos y el Internet (2). Además, es factible añadir a la lista el estudio de objetos
inanimados, los cuales, aunque no “son” un performance, pueden ser analizados “como”
performance, es decir, en tanto que son producto de una acción creadora, o interactúan con
quien los usa y contempla. Se amplía, entonces, nuestro abanico de estudio hacia, por
Carlson, pero podemos comenzar recordando que fue el lingüista británico John L. Austin
quien lo acuñó dentro de su arriba citado estudio en torno al discurso hablado. Austin abrió
paso al estudio filosófico y retórico de lo performativo en los escritos de, por ejemplo,
Jacques Derrida y Judith Butler (Taylor “Hacia una definición…” 28). Pero, ¡atención!, ya
que también encontramos que lo performativo es utilizado como sustantivo y también como
enunciado que ejerce alguna acción (sus ejemplos más conocidos: las palabras que
acompañan un bautizo o una boda). A este tipo de palabras y enunciados el lingüista llama
Prieto 8
performativa”), en referencia a algún fenómeno que tiene características semejantes al
propone el estudio de las prácticas performativas para entender los vínculos entre las
Araiza aplica el término al estudio del rito, pero lo performativo ha sido usado
clase, raza y género; los simulacros y ejercicios teatralizados del poder en la sociedad post-
industrial (como lo han hecho Baudrillard, Lyotard y García Canclini), y las posibilidades
dimensiones imposibles de abarcar por la teatrología, y eso es lo que lo hace difícil de asir,
al grado de que se nos escapa incesantemente de las manos. Los estudiosos del
menciono a “los estudiosos”, quizás conviene ahora hablar sobre quiénes son y en dónde se
Prieto 9
Quinto simulacro: los actores
Asociados con el pensamiento posmoderno y los estudios culturales, los estudios del
mientras que en otros genera resistencia, por ser considerado demasiado difuso. Sólo cinco
concretó en 1997 la primera asociación mundial dedicada a los estudios del performance,
conocida como Psi (por sus siglas en inglés, Performance Studies International).
principios de los años ochenta, cuando Richard Schechner vino a impartir conferencias en
la UNAM y estableció contacto con Nicolás Núñez, del Taller de Investigación Teatral de
la UNAM, así como con Gabriel Weisz. Pero no fue sino hasta el año 2000 cuando se
comenzaron a difundir más sistemáticamente en América Latina, con ayuda del Instituto
York, y con sedes en México, Brasil, Perú y Argentina. Dicho Instituto organiza
encuentros anuales e itinerantes que reúnen a estudiosos, artistas y activistas para debatir y
Prieto 10
UNESCO en torno al Día de Muertos como “Patrimonio Intangible de la Humanidad”. Los
Etnomusicología, bajo la dirección del Dr. Arturo Chamorro, del Centro Universitario de
Podemos ver, entonces, la amplísima gama de posibilidades que ofrecen los estudios
del performance en cuanto a líneas de investigación. Una de las que más han recibido
relación con la otredad. Judith Butler y Alicia Arrizón, entre otr@s, abordan
escénicas de las comunidades latinas de los EEUU. Una interrogante fundamental que
dirige sus escritos es la posibilidad de que los sujetos sociales que se adscriben a
identidades subalternas (es decir, oprimidas por el poder), se valgan del performance como
Prieto 11
vehículo de resistencia frente al sistema opresor. Los estudios de Judith Butler, algunos de
los cuales han sido ya traducidos a lengua castellana, retoman el postulado feminista de
descubierto las estrategias coercitivas de la sociedad para obligar a las personas a actuar
abstracta, sino un performance regulado por instituciones sociales. ¿Hay rutas de salida a
este teatro del poder? Butler sugiere que la reiteración cuasi-ritual de códigos sociales es
semejante a una serie de actos de citación, mismos que nunca reproducen fielmente al
el performance – donde se produce una alteración que posibilita una ruptura con la norma
(Bodies, 122-124).
Schechner. Mientras que los dos últimos valorizan el poder liminal y transgresivo del
performance, para Butler el performance es más que nada una forma dominante y punitiva
de poder, aunque su análisis traza rutas para una desconstrucción y, por lo tanto, subversión
Uno de los ejemplos más conocidos que da Butler para discutir la posible
Prieto 12
un hombre se viste de mujer, o una mujer se viste de hombre, ocurre una ruptura entre lo
recurso altamente lúdico, cómo una sociedad patriarcal construye a la “mujer” como un
objeto escenificable y, por lo tanto, consumible, a la vez que impone conductas que a final
Tropicana, Nao Bustamante, y Luis Alfaro, ha sido tema ya de un buen número de estudios,
entre los cuales mencionaremos los de Alzate, Arrizón, Costantino, Muñoz, Prieto, Román,
Performance, editado por Diana Taylor y Juan Villegas. En ese libro, ambos editores
plasman un acalorado debate en torno a las teorías del performance y las teorías de la
teatralidad, que acompañó las sesiones de trabajo previos a su publicación. Si para Taylor
el término “performance” resulta más adecuado para analizar una amplia gama de
que los términos “teatralidad” o “discurso teatral” son preferibles, incluso para estudiar un
carnaval o una marcha de protesta (“Closing Remarks” 315-316). El debate no hace más
que recordarnos que la identidad misma del performance está sujeta a constante
negociación.
2
Lo queer se refiere a sujetos “raros” y subversivos, amigos de la diversidad tanto sexual como étnica. Para
una discusión en torno al uso del término en lengua castellana, ver debate feminista, número especial sobre
Prieto 13
Séptimo simulacro: la conclusión
Al iniciar este escrito sugerí que la mejor manera para emprender la teorización sobre el
disciplinas escenológicas, todas las cuales nos dan claves para abordar la expresividad
teorías que plantean su estudio son de difícil traducción. Pero esto no debe ser visto como
un problema, sino como una oportunidad de “traicionar” el texto original y por lo tanto
crear algo nuevo. Conviene recordar que “las teorías son artefactos encarnados, que hablan
de quienes las producen, así como éstos hablan a través de ellas” (Mandressi 40), lo que
apunta a la necesidad de crear nuevos paradigmas teóricos. Abordemos, pues, las teorías
como si fuesen máscaras con las que podamos actuar crítica y lúdicamente nuestra realidad,
“Raras rarezas”.
Prieto 14
Bibliografía
Alzate, Gastón A. Teatro de cabaret: imaginarios disidentes. Irvine, California: Ediciones Gestos, 2002.
Araiza, Elizabeth. “La puesta en escena teatral del rito: ¿una función metarritual?”. Alteridades
10.20, (2000): 75-83.
Arrizón, Alicia. Latina Performance. Traversing the Stage. Bloomington: Indiana University Press, 1999.
Austin, J.L. Cómo hacer cosas con palabras. Barcelona: Paidós, 1996.
Baudrillard, Jean. Cultura y simulacro. Cuarta edición. Barcelona: Editorial Kairós, 1993.
Butler, Judith. “Actos performativos y construcción del género”, debate feminista 18 (1998): 296-314.
- - - . Bodies that Matter. On the Discursive Limits of “Sex”. Nueva York y Londres: Routledge, 1993.
- - - . El género en disputa, feminismo y la subversión de la identidad. Tit. inglés: Gender Trouble, 1990.
Barcelona: Paidós, 2000.
Carlson, Marvin. Performance: a Critical Introduction. Nueva York y Londres: Routledge, 1996.
Costantino, Roselyn. “Visibility as Strategy: Jesusa Rodríguez’s Body in Play”. Corpus Delecti: Performance
Art in the Americas. Ed. Coco Fusco. Londres y Nueva York: Routledge, 2000. 63-77.
Duvignaud, Jean. Sociología del teatro. Ensayo sobre las sombras colectivas. 1965. México: Fondo de
Cultura Económica, 1973.
García Canclini, Néstor. Culturas híbridas. Estrategias para entrar y salir de la modernidad. México:
Grijalbo, 1990.
Goffman, Erving. La presentación de la persona en la vida cotidiana. Buenos Aires: Amorrortu, 1959.
Huizinga, Johan. Homo Ludens: The Play Element in Culture. Boston: Beacon Press, 1986.
Lyotard, Jean-François. La condición postmoderna: informe sobre el saber. Madrid: Cátedra, 1985.
Mandressi, Rafael. “La tribu teórica. Hacia una antropología de la teoría teatral francesa”, Conjunto, revista
de teatro latinoamericano 123, (2001): 29-40.
McKenzie, Jon. “Genre Trouble: (The) Butler Did It”. The Ends of Performance. Peggy Phelan, Lill Lane,
eds. Nueva York y Londres: New York University Press, 1998.
Muñoz, José Estaban. Dissidentifications. Queers of Color and the Performance of Politics. Minneapolis:
University of Minnesotta Press, 1999.
Prieto 15
Pradier, Jean-Marie,.“Artes de la vida y ciencias de lo vivo”, Conjunto, revista de teatro latinoamericano 123,
(2001): 14-28.
Prieto Stambaugh Antonio. “Camp, Carpa and Cross-dressing in the Theater of Tito Vasconcelos”, en Coco
Fusco, ed., Corpus Delecti: Performance Art in the Americas. Londres y Nueva York: Routledge,
2000. 83-96.
- - - . “La actuación de la identidad a través del performance chicano gay”. Debate feminista 13 (1996): 285-
315.
- - - . “En torno a la traducción de la palabra performance”, Máscara 17-18, Año 4 (1994): 56-57.
Román, David. Acts of Intervention. Performance, Gay Culture and AIDS. Bloomington: Indiana University
Press, 1998.
Schechner, Richard. Between Theater and Anthropology. Philadelphia: University of Pennsylvania Press.
1985.
Schneider, Rebecca. The Explicit Body in Performance. Londres y Nueva York: Routledge, 1997.
Taylor, Diana. “Hacia una definición de performance”. Conjunto, revista de teatro latinoamericano 126, (2002):
26-31.
- - - . “Opening Remarks”. Negotiating Performance, Gender, Sexuality and Theatricality in Latin/o America.
Eds. Taylor Diana y Juan Villegas. Durham y Londres: Duke University Press, 1994. 1-16
Taylor, Diana y Roselyn Costantino. Holy Terrors: Latin American Women Perform. Durham y Londres: Duke
University Press, 2003.
Turner, Victor. The Anthropology of Performance, New York: The Performance Arts Journal Press, 1988.
Villegas, Juan. “Closing Remarks”. Negotiating Performance, Gender, Sexuality and Theatricality in Latin/o
America. Eds. Taylor Diana y Juan Villegas. Durham y Londres: Duke University Press, 1994. 306-
320.
Weisz, Gabriel. El juego viviente: Indagación sobre las partes ocultas del objeto lúdico, México, Siglo XXI,
1986.
Prieto 16