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Cómo explicarle a la mamá el trabajo final de Teorías del Estado.

- Hola ma.
- Hola hija, ¿cómo te fue hoy?
- Bien ma, ¿y a ti?
- Bien, mucho trabajo. ¿Por qué se demoró tanto en llegar?
- Nada mami, porque estaba en la Nacional recogiendo una película.
- ¿En la Nacional? ¿Y eso?
- Es que me toca ver un película que se llama El Experimento para el trabajo final de Teorías
del Estado que es para el miércoles a las 4, y esta mañana pregunté en twitter que si
alguien me la podía prestar y sí; mi amigo, el que es profe en la Nacho me dijo que fuera
por ella a la Universidad que él iba a estar allá calificando parciales finales. ¿La puedo
poner ya?
- Sí, póngala, igual yo ya me voy a dormir.

Se iba a dormir hasta que vio los primeros diez minutos de la película luego de haber leído
conmigo el artículo en Wikipedia sobre el experimento real llevado a cabo en 1971, cuando ella
tenía 11 años, en el que está basado el film alemán. Le interesó tanto el argumento que se quedó
viéndola conmigo hasta el final, claro está, ella con ojos de bacterióloga y yo con ojos de
comunicadora social.

Mientras las primeras escenas fueron causa de mis comentarios acerca del manejo de cámara, de
los planos, de la dirección de la película, de si estaba grabada en steadycam o en trípode o si los
travellings eran en Dolly o en hombro (cosa a lo que ella ya está acostumbrada y no comprende
mucho aunque he intentado explicárselo cada vez que me siento a ver producciones televisivas y
cinematográficas con ella), la calidad de la película en términos de fondo como de forma iba
aumentando a tal punto que los comentarios se redujeron a cero.

Tomaba nota en mi computador de los nombres de los personajes principales y los hechos más
importantes y mi mamá me ayudaba deletreando los apellidos en Alemán de los protagonistas.
Cada cierto tiempo se oía un comentario mío o de ella del tipo “La mente humana es muy
compleja” o “Los seres humanos definitivamente somos salvajes por naturaleza” o sencillamente
ruidos de asombro y una que otra grosería… “¡Qué man tan…”

- ¿Bueno y usted por qué siempre la ponen a ver películas tan feas? ¿Se acuerda de la que la
pusieron a ver en primer semestre que yo no fui capaz de terminar?
- ¿Cuál? ¿La naranja mecánica?
- Sí, esa. Qué película tan horrible. Y la otra en la que lloramos, la de los peladitos nazis.
- ¡Jajajaja! Mami no eran nazis, eran skinheads y la película se llama American History X.
- Uy esa película fue tenaz también. ¿Por qué siempre la ponen a ver violencia?
- Lo que pasa es que tú te quedas con la estética de la película y lo que nosotros tenemos
que ver está más relacionado con el contenido. Por ejemplo, La naranja mecánica
teníamos que analizarla desde un modelo comunicativo que correspondía al paradigma de
la época en la que fue realizada, en American History X teníamos que identificar los signos
culturales de los grupos ideológicos que se mostraban y también preguntarnos por qué la
industria cultural ofrece películas como esa. En esta, tengo que relacionarla con tres
autores de los que vimos durante el semestre.
- Bueno pero, ¿qué tiene que ver el Estado con la psicología y el estudio de la mente
humana? ¿Tiene que averiguar sobre el manejo de las cárceles de los diferentes Estados?

Y aquí es donde empieza la explicación que cualquier persona en mi posición tendría que poner en
términos sencillos; no porque nuestros papás no estén en capacidad de comprender términos
especializados de la ciencia política o de cualquier otra carrera que no sea la que ellos estudiaron
sino porque el modelo educativo bajo el cual fueron entrenados no les propuso jamás una postura
analítica frente a banalidades como películas.

- Por ejemplo mami. Hay un autor que se llama Thomas Hobbes que escribió un librito muy
importante en la historia de las ciencias humanas y en el estudio del poder que se llama EL
Leviatán. Este señor es un inglés y aunque escribió el libro hace mucho, en 1600 algo
muchas teorías hoy en día aplican algunos de los conceptos que él explica en su libro.
- Pero eso no tiene mucho sentido. ¿Por qué hoy en día tendríamos Estados conformados
por algo que dijo un inglés hace 4 siglos?
- Los Estados no están conformados con base en estos conceptos ma. Es más, las ciencias
humanas y sociales son demasiado abstractas y nada de lo que yo veo en seminarios que
empiecen con la palabra “Teorías” es una realidad concreta. Todo lo que se estudia en
estas asignaturas en una aproximación a la realidad, una propuesta diferentes de realidad
hipotética y en muchos casos una utopía. Explicar la realidad desde cosas tan abstractas
como teorías sobre el Estado o la comunicación sólo permite a la persona que lo está
estudiando enmarcar una arena de problemáticas sociales, culturales, ideológicas… por
resolver.
- Y entonces Hobbes…
- Ah bueno. Este señor habla de una cosa que él llama materialismo mecanicista. Propone
que toda construcción política debe estar basada en las leyes de la naturaleza y dice que
las leyes de la naturaleza son bastante mecánicas. Son como una fórmula: los hombres
sufren de una cosa que él llama mociones entre las que están las mociones vitales, las
voluntarias y los esfuerzos. Las mociones más complejas son los esfuerzos que están
motivados por el apetito o el deseo y por la aversión. Aquí es donde se complica la cosa
entonces ponme atención mamá. Los hombres en su estado de naturaleza, es decir sin
sometimiento alguno, procuran acercarse a todo aquello que desean y alejarse de todo
aquello por lo que sienten aversión; el conflicto empieza cuando dos o más personas
quieren satisfacer deseos que van uno en contra del otro de alguna manera…
- Por ejemplo, se puede decir que a las personas que encerraron para el experimento las
dejaron en su estado de naturaleza.
- Sí y no por qué acuérdate que a los que hicieron de prisioneros les dijeron que debían
estar dispuestos a renunciar a sus derechos civiles. Los guardias por ejemplo si estaba
mucho más cerca de lo que Hobbes llama estado de naturaleza porque prácticamente no
tenían reglas mayores: no usar la violencia y mantener el orden en la cárcel. Digamos,
Hobbes dice que los ciudadanos deben renunciar a su derecho a la libertad el pro de la paz
por medio de un acuerdo con el soberano en donde transfiere o renuncia completamente
a este derecho y el soberano garantiza justicia. Pero se llegó a eso luego de muchos
conflictos y mucha violencia. Antes de llegar a eso, este señor habla del derecho natural de
los hombres en donde cada uno está en libertad de usar su poder y así mismo dice que la
autopreservación es fundamental, que el deseo de no morir es superior al de conservar su
libertad así que está dispuesto a renunciar a ella con tal de permanecer con vida. Esa es la
visión micro de la sociedad, es la filosofía materialista del cuerpo natural a partir de la cual
se define la filosofía materialista del cuerpo social o filo civil. ¿Si encuentras la relación de
todo esto con la peli ma?
- Claro. A los tipos que hacían de guardias se les dejó completamente a la deriva, podían
hacer lo que quisieran o casi. Y ahí empezaron a hacer uso de su poder con toda la libertad
y entraron los intereses en conflicto, la necesidad de satisfacer deseos. Además, los
prisioneros estaban dispuestos a conservar su vida así tuvieran que renunciar a su libertad.
Se puede comparar como cuando todos los prisioneros hicieron lagartijas con tal de que
uno de ellos no tuviera que tomarse la leche porque le hacía daño.
- Bueno, a pequeños rasgos sí sirve ese ejemplo. Mira ma, Hobbes también dice que el
intelecto es la necesidad de poder, que el soberano garantiza el cumplimiento de la ley y
que los súbditos deben ser sumisos. ¿Si ves que se parece mucho a las instrucciones que
les dieron a todos para poder llevar a cabo el experimento?
- Sí, a los unos les dijeron que tenían que mantener el orden a como diera lugar y a los otros
que tenían que obedecer las normas de la cárcel sin importar qué tan estrictas fueran,
incluso debían mostrar respeto por la autoridad llamando a los supuestos guardias “Señor
guardia de la cárcel” o algo así.
- Exactamente, ¿si ves que sí tiene que ver mucho con las teorías del Estado?
- Sí, pues viéndolo de esa manera sí. ¿Y todos los autores se remiten a cosas tan básicas del
comportamiento humano para explicar el Estado?
- No, no todos, pero eso no quiere decir que no pueda relacionarse con más autores. Por
ejemplo, hay otro señor que ya me lo has oído nombrar en otros semestres cuando he
visto clases del eje de ciencia sociales. ¿Te acuerdas el semestre pasado en Sociedad y
política que te hablé sobre los tipos de dominación?
- Sí, que unos líderes tenían carisma, otros estirpe… sí me acuerdo.
- Bueno, Max Weber se llama el que escribió sobre eso y él mismo, en ese mismo libro
habla sobre los conceptos sociológicos fundamentales. Él es mucho más reciente, se murió
en 1920 entonces sus teorías nos llevan sólo un siglo, no 4 como las de Hobbes. Él habla
sobre la acción social y la define como esa acción que realiza un ser humano para
influenciar la conducta de otros seres. Las acciones sociales las divide según su motivo en
categorías con tendencia a lo emocional o a lo racional. Él dice que es importante el
estudio de la sociología comprensiva, lo que quiere decir que se debe estudiar la causa de
cada una de las acciones. Te lo voy a poner de esta manera ma, es también como la
constitución del cuerpo humano en células, tejidos y órganos: la acción social es la célula y
cada acción social conlleva a una relación social que serían los tejidos, y las relaciones
sociales conllevan al poder; el poder es entonces una probabilidad de que cierta acción
social tenga influencia en la conducta de los demás individuos por encima de toda
resistencia y que se genere una relación social de obediencia que conlleva a una
asociación.
- Ya entiendo, igual que Hobbes, empieza a explicar lo más pequeño, lo más innato de la
humanidad ya no desde su conducta natural sino un poco más psicológica y después hace
la relación con el Estado. Digamos en la película uno de los guardias propone que se logre
el orden en la cárcel en el segundo día cuando todos los prisioneros están en revuelta por
medio de la humillación; eso puede considerarse una acción social porque tiene influencia
en la conducta de todos los demás, y cuando se dan cuenta de esa influencia empieza a
surgir una relación social que nunca llega a ser asociación porque los guardias después
abusan de esa misma acción social.
- ¡Ves que es fácil! Hay otro señor todavía más reciente que difiere de los dos anteriores en
algo muy importante. Se llama Kelsen y murió en el 73, dos años después del experimento
real cuando tú tenías 13 años. La diferencia entre este y los otros dos de los que te he
hablado es que él se basa en el Derecho, en lo puramente jurídico para establecer una
teoría del Estado. Aunque sí habla acerca de la conducta humana es menos importante
para él que para los otros.
- Entonces acá sí va a ser difícil hacer la relación…
- No mami, no va a ser difícil, hay que verla desde otro ángulo y encontrarle el punto de
yuxtaposición con la teoría. Él dice que cada uno de los hombres tiene voluntades
individuales y que todos en conjunto tienen una voluntad colectiva basada en la pluralidad
de voluntades individuales que se legitima con el orden jurídico, es decir las normas o las
leyes que abarcan a todos por igual. La teoría afirma el poder como una fuerza natural y al
poder del Estado como una voluntad estatal jurídicamente cualificada, así entonces el
poder no se basa en el Estado sino el Estado en el poder como relación de dominación
mediada por un orden normativo. Hay una cosa que yo sé que tú vas poder identificar en
la película y es que según Kelsen la soberanía se entiende desde dos categorías, el Derecho
interno y el Derecho internacional.
- ¡Ah sí! Podría llamarse Derecho interno a las leyes dentro de la cárcel a las que estaba
sujetos los que eran parte del experimento y Derecho Internacional a las leyes que regían
a los psicólogos encargados del proyecto. Por ejemplo, en el quinto día cuando están ya
fuera de control uno de ellos, el de la Fuerza Aérea le grita a una de las cámaras que eso es
una violación a los derechos humanos, que serían el equivalente al Derecho Internacional
de los Estados, independientemente de las leyes adentro.
- Eso. Y aunque cada uno de ellos está dispuesto a ser parte del experimento por razones
diferentes, unos por plata, otros por curiosidad, otros por placer, todos se someten a unas
normas colectivas iguales muy a pesar de que más adelante no las cumplan. Es lo que yo
te estaba diciendo hace un rato. Las teorías son abstractas, hipotéticas y en su mayoría no
contemplan todos los aspectos de la realidad. En esta teoría se supone que los individuos
se acogen a las normas y así se legitima el Estado pero todos sabemos que no es así, que
las normas siempre se rompen, incluso en experimentos como el de la película.
- Sí, realmente no era tan difícil de relacionar. Ahora vaya y escríbalo que no quiero verla el
miércoles al medio día corriendo con ese trabajo.
- Bueno ma, entonces qué duermas, mañana tengo que estar temprano en la U entonces no
te vayas a ir sin mí.
- Bueno, qué descanses hija.

Lo que no supo ni mamá es que esa noche seguí derecho, planteándome la posibilidad de contarle
al profe cómo le había explicado a mi mamá, una bacterióloga que lejos de estar interesada por el
estudio de cuestiones como el Estado prefiere dormirse temprano y sin embargo, se queda
conmigo escuchando mis discursos académicos cuando me emociono con un tema y al otro día a
las 5:00 a.m. me despierta seguramente habiendo olvidado la mitad de lo que le expliqué la noche
anterior, por qué una película según ella “tan violenta” era importante para la comprensión y la
interiorización de los temas del semestre.

No sé si al profesor le vaya a gustar mi manera anecdótica de hacer un trabajo final. De pronto me


raja porque además de ser irresponsable no me tomo la molestia de hacer un ensayo “serio” o
utilizar el modelo cartesiano sino que le escribo la introducción de lo que parece un libro titulado
“Teorías del Estado para Dummies” o “El mundo de (Es)Tado” como “El mundo de (Filo)Sofía”. Lo
que sí sé es que por lo menos mi mamá entendió un poquito.

Por:

Estefanía Zárate Angarita.

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