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Miembros del SIPAE


Sistema de Investigación sobre la Problemática Agraria en el Ecuador

Universidad Central del Ecuador (UCE) Universidad de Cuenca Central Ecuatoriana de Servicios Agrícolas
(CESA) Institut de Recherche pour le Dévelopment (IRD, Francia) Agrónomos y Veterinarios Sin Fronteras (AVSF,
ex-CICDA, Francia) Sistema de Capacitación para el Manejo de los Recursos Naturales Renovables (CAMAREN)
Fundación para Desarrollo y la Creatividad Productiva (FUNDES) Instituto de Ecología y Desarrollo de las
Comunidades Andinas (IEDECA) Centro de Investigaciones para el Desarrollo (CINDES)

2
Tierra y Agua:
interrelaciones de un acceso inequitativo

3
Tierra y Agua:
interrelaciones de un acceso inequitativo

Edgar Isch, Alex Zapatta


Editores

Esta publicación es posible gracias al apoyo de Broederlijk Delen


Revisión de textos: Mónica Hernández
Diseño de portada: El Antebrazo
Diseño y diagramación: Washington Ganchala C
Impresión: Compugraf

Marzo / 2010

© Sistema de Investigación sobre la Problemática Agraria en el Ecuador


(SIPAE)
Oficinas: Edificio Facultad de Ciencias Agrícolas - 2do. Piso, Ofic. 414
Ciudadela Universitaria - Universidad Central del Ecuador,
Apartado Postal 17-10-7169, Quito – Ecuador
Telefax (593 2) 2555 726
E-mail: sipae@andinanet.net
www.sipae.com

4
CONTENIDO

Presentación

Análisis introductorios

Lo agrario y las tres “s” de la vida…………………………………………............... 13


Jaime Breilh

La acumulación en el agro: una realidad presente que no queremos en el futuro…… 25


Edgar Isch

“¿Mediación para la producción de alimentos o, mecanismo de acumulación?:


el aprovechamiento agrícola del agua”……………………………………………… 36
Alex Zapatta, Roberto Chiriboga

Estudios de caso

Dinámicas sociales en torno a la tierra y el agua en el eje cañicultor


de la cuenca baja del río Guayas…………………………………………………….. 49
Andrea Ojeda, Paulina Pérez, Alex Zapatta

Capital social y desarrollo comunitario: El caso de las juntas de usuarios


del Sistema de Riego del Valle del Daule…………………………………………… 111

5
Paúl Herrera, Katherine Jiménez, Graciela Prado, Ramón Espinel

Concentración de Tierra y Agua: El caso del Canal de riego


Cayambe – Pedro Moncayo…………………………………………………………. 131
Judith Flores, Tomás Quevedo, Eduardo Rodríguez

La problemática de los recursos: Agua y tierra, en la zona media del río Ambato….. 159
Yiseña Tiaguaro, con la participación de Verónica Olovacha

El proyecto Píllaro. ¿Iniciado por la voluntad del Estado, deseado


por la de las comunidades rurales, terminado en favor de quién?
Christine Récalt

Referencias generales de los autores

6
PRESENTACIÓN

Múltiples, interdependientes y dinámicas son las interrelaciones sociales en torno a la tierra y


agua: configuración de territorios, construcción de identidades, dinámicas de producción, de
comercio, de organización social, etc., etc.

De ésas múltiples interrelaciones, en el presente libro son resaltadas aquellas que hacen
referencia a las modalidades de reparto social de la tierra y agua, en tanto que recursos
fundamentales para la producción agraria. Desde luego, el agua y la tierra tienen otras
dimensiones (culturales, ecológicas, etc.) sin embargo, en éste libro sus interrelaciones son
analizadas en su especifica dimensión de recursos productivos.

Históricamente, la tendencia general ha sido que el control de la tierra ha acarreado la


concentración de las aguas. Pero como paradoja, podría decirse que la tendencia se ha verificado
también en el sentido inverso: la presencia del agua susceptible de ser aprovechada en la
producción agrícola, ha acarreado la concentración de tierras; un ejemplo claro de ello es el
proceso de acaparamiento de tierras en torno a la infraestructura de riego del proyecto de
trasvase de aguas en la península de Santa Elena.

Con éste libro, el Sistema de Investigación sobre la Problemática Agraria en el Ecuador,


SIPAE, pone a consideración de investigadores, académicos y organizaciones populares y

7
movimientos sociales del agro, avances de la investigación agraria en el país (que no son los
únicos, desde luego) para que los elementos, aportes, sustentos teóricos y metodológicos
contenidos en éstos estudios y reflexiones, sean discutidos, analizados, procesados. A la vez,
con el contenido de éste libro, el SIPAE quiere contribuir al debate en torno al nuevo marco
legal en materia de aguas, tierras y agroindustria; no es, por consiguiente, mera coincidencia el
aparecimiento de éste libro cuando la Asamblea Nacional está por iniciar el segundo debate en
torno a la Ley de recursos hídricos, usos y aprovechamientos del agua.

Éste libro está organizado en 2 partes: la primera parte, recoge 3 artículos que ponen en
discusión y contexto, las interrelaciones sociales en torno a la tierra y agua; éstos artículos
corresponden a Jaime Breilh; Edgar Isch; y, a Alex Zapatta y Roberto Chiriboga. Ciertamente
cada artículo tiene su propio ángulo de reflexión; sin embargo, en conjunto, se puede apreciar
tanto una complementariedad temática como importantes coincidencias en la perspectiva
analítica.

La segunda parte, recoge 5 estudios de caso, cada uno de los cuales, desde la particular
perspectiva de sus autores y, sus propios ángulos analíticos, exploran las interrelaciones sociales
en torno a la tierra y agua. Los 2 primeros estudios de caso abordan esas interrelaciones en la
cuenca baja del río Guayas. El primero de ellos, se centra en el eje cañicultor de esa cuenca; sus
autores son Andrea Ojeda, Paulina Pérez y Alex Zapatta, todos ellos investigadores vinculados
al SIPAE.

El segundo estudio de caso, enfatiza su reflexión en las articulaciones entre capital social y
desarrollo comunitario, entre las organizaciones de regantes de la cuenca del río Daule (en
realidad una de las subcuencas más importantes del río Guayas). Los autores de ésta
investigación son Paúl Herrera, Ramón Espinel, Katherine Jiménez y Graciela Prado, todos
ellos académicos e investigadores vinculados al Instituto de Investigaciones Rurales de la
Escuela Politécnica del Litoral, ESPOL. Conviene resaltar que el momento de la publicación de
éste libro, Ramón Espinel se encuentra ejerciendo las funciones de Ministro de Agricultura.

El tercer estudio de caso, corresponde a la cuenca florícola del río Pisque, cuyas aguas decurren
entre los cantones Cayambe y Tabacundo, al norte de la provincia de Pichincha. Éste estudio se

8
desarrolló bajo la responsabilidad de Judith Flores, Tomás Quevedo y Eduardo Rodríguez,
profesionales vinculados a entidades de investigación y desarrollo.

Los dos restantes estudios de caso, corresponden a investigaciones desarrolladas en la provincia


de Tungurahua y, dicho sea de paso, en dos subcuencas de la cuenca del río Pastaza: las
dinámicas sociales del riego en Pasa, fueron estudiadas por Yiseña Tiaguaro investigadora
asociada al SIPAE y, por Verónica Olovacha profesional originaria de la zona de estudio. Por
otro lado, la investigadora francesa Christine Récalt, vinculada profesionalmente al IRD, nos
presenta un interesante análisis de las dinámicas sociales e torno al sistema de riego Píllaro.

Al final del libro, se encuentra información básica de cada uno de los autores de artículos y
estudios de caso.

La edición de éste libro, estuvo bajo la responsabilidad de Edgar Isch y Alex Zapatta. Frank
Brassel, cooperante alemán del EED y, miembro de la Dirección Ejecutiva del SIPAE
contribuyó con comentarios a algunos de los artículos y, mantuvo una constante presión para la
materialización de éste esfuerzo.

Los estudios en el eje cañicultor de la cuenca baja del río Guayas y, en la cuenca del río Pisque,
se desarrollaron en el marco del proyecto “Tierra y Agua, interrelaciones de un acceso
inequitativo” que contó con la cooperación de la entidad belga de solidaridad Broederlijk Delen.
Ésta publicación también, se da en ese marco. Los demás estudios, se desarrollaron en el marco
de investigaciones académicas o, de programas de formación.

Para el SIPAE resulta satisfactorio que con ésta nueva publicación se refrenden los nexos
académicos, de investigación y de perspectivas, con el equipo del Centro de Investigaciones
Rurales de la ESPOL.

Quito, enero del 2010.

La Dirección Ejecutiva del SIPAE


9
10
ANÁLISIS INTRODUCTORIOS

11
12
LO AGRARIO Y LAS TRES “S” DE LA VIDA
Jaime Breilh

El Ecuador vive un momento promisorio para el impulso de un movimiento agrario a tono con
los desafíos y amenazas que operan actualmente.

En primer lugar el proceso constituyente impulsado por las fuerzas progresistas del país -
encarnadas en movimientos sociales y organizaciones políticas-, posicionó una nueva visión de
lo agrario, comenzó a recobrar la lucha contra la profunda inequidad estructural que se apoderó
de la agricultura, y sobretodo, selló en el articulado de la nueva constitución las bases
conceptuales y derechos para sustentar la lucha hacia un nuevo modelo de sociedad.

La nueva constitución consagra los derechos humanos sociales y de la naturaleza, a pesar de los
reveses y reescrituras cometidos por diligentes tinterillos que fueron puestos para obstaculizar y
vaciar las propuestas de Montecristi, y sobretodo, sienta caminos hacia un nuevo ordenamiento
económico, político y cultural que hace posible la conquista histórica del “sumak kawsay”, que
naturalmente abarca un buen vivir rural y agrario.

En segundo lugar, las fuerzas campesinas del Ecuador, luchan para dar vida a los nuevos
preceptos de la constitución, entre otras formas, mediante nuevas leyes como la de tierras y del
agua. Su persistencia ha creado condiciones y presiones favorables para que se inicie una nueva
y progresista gestión en el actual Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca
(MAGAP).

Y en tercer lugar, el país cuenta con espacios de investigación e incidencia técnica, como el
Sistema de Investigación sobre la Problemática Agraria del Ecuador (SIPAE), que ofrecen una
plataforma consistente para un trabajo intelectual orgánico a la transformación.
13
Ante esas potencialidades, caben algunas reflexiones acerca del camino que parece abrirse.

Justicia Agraria: Mucho Más que Reparto de Parcelas

En noviembre del 2009 el MAGAP hizo público su “Plan: Tierra y Territorios”1, subtitulándolo
“revolución agraria en marcha”. Al margen de cualquier apreciación sobre el contenido y
proyección neta del plan, no cabe la menor duda de que su aparición ahora, marca un quiebre
prometedor respecto a las gestiones anteriores, puesto que vuelve a colocar en la palestra, y
denota la voluntad del Estado de realizar acciones significativas sobre la distribución
radicalmente injusta de la propiedad rural que, siendo un obstáculo al desarrollo, y un
determinante masivo del mal vivir rural, fue invisibilizado ex profeso por las gestiones
anteriores, y lo que es más, fue aun silenciado en los textos de varios de los más importantes
ensayos agraristas durante las casi tres décadas de políticas agrarias neoliberales, respecto a las
cuales la corriente funcionalista de la investigación sobre el desarrollo rural fue consonante.

El documento oficial citado comienza por mostrar cómo el índice de concentración de la


propiedad de la tierra en el país entre los distintos censos (1954, 1974 y 2000) se ha mantenido
por encima de 0.80, como producto de un reparto radicalmente inequitativo. Muestra, por
ejemplo, cómo en los tiempos actuales, el 2% de unidades productivas abarca casi la mitad
(43%) de la superficie agrícola, mientras que la gran masa de pequeños campesinos pobres
(64% de las unidades), controlan apenas el 6.26% de la tierra. Un indicador rotundo, que
traduce mucho más que la injusta historia de la propiedad.

El plan se propone afectar 2.5 millones de hectáreas en 4 años, entregando tierras a grupos
organizados sin tierra, bajo un pago a “precio social”, con mecanismos que eviten la ulterior
reconcentración y fragmentación de las tierras distribuidas, y propone acompañar las entregas
de un sistema de crédito productivo, asistencia técnica, riego y apertura de mercados seguros.
Según el plan, las tierras a las que podrán acceder los grupos prioritarios definidos por el Estado
provendrán de tierras estatales; de la expropiación de propiedades que no cumplen la función
social; y de la compra de tierras apoyada por un Fondo de Tierras oficial. También la provisión
de alquileres garantizados de largo plazo –bajo garantía de los derechos del propietario como
1
MAGAP. Plan de Tierra y Territorios. Quito: Noviembre, 2009

14
del productor inquilino-, así como la consolidación de parcelas pequeñas, se proponen como
vías alternas de acceso. La proposición oficial establece además como mecanismo de presión
redistributiva un sistema de regulación tributaria con impuestos prediales progresivos a las
propiedades llamadas improductivas.

Sería un error histórico desconocer las potencialidades que se abren con este plan, sin embargo
resultaría igualmente irresponsable no establecer en esta etapa un cuestionamiento de sus
falencias y limitaciones. Si bien la profunda inequidad en la propiedad de la tierra es un
elemento central de la injusticia y los correctivos previstos son importantes, la falta de claridad
de la propuesta gubernamental sobre la necesidad de un nuevo modelo agrario podría
transformar una intención valiosa en un sistema populista de reparto de tierras a granel, y revivir
mecanismos clientelares que no construyen conciencia agraria sino un pragmatismo pobre.

No es suficiente la afirmación retórica de la meta de un buen vivir rural como marco de la


reforma, sino que deben establecerse nociones y caminos claros para la construcción de un
nuevo modelo agrario o desarrollo rural. Y complementariamente, no es correcto desencadenar
verticalmente programas de reparto parcelario en redes clientelares, en lugar de constituir con
los productores involucrados, espacios reales de participación organizada, informada y
estratégicamente conciente, que permitan instaurar una verdadera conducción público social de
la reforma agraria y sus complejos desafíos.

El Desafío de Construir un Mundo Agrario Sustentable, Solidario y Saludable (Las Tres


“S” del Buen Vivir)

En el paradigma dominante de la modernidad se impuso la comprensión de dos mundos


prácticamente contrapuestos: la ciudad como rectora, cosmopolita, avanzada y pujante, y lo
rural como un mundo atrasado, local, más simple, y secundario. En el marco de ese paradigma
pervivió la tendencia -sobretodo en la política y las entidades de gestión-, de asumir el
desarrollo como el paso de lo atrasado a lo moderno, de lo rural a lo urbano, de lo agrícola a lo

15
industrial; una visión desde la cual lo rural es apenas residual y dependiente de las demandas
industriales y dinámicas urbanas.2

La validez de esa visión se asentaba en dos concepciones que en este nuevo milenio han sido
profundamente cuestionadas: la concepción antropocéntrica de la vida; y la noción del progreso
como celeridad en el crecimiento económico.

En ese marco, la acumulación de capital en el campo durante el siglo anterior, y la creciente


desestructuración de las pequeñas economías campesinas, forjaron un mundo agrario de radical
desigualdad y exclusión, pero de alguna manera, a lo largo de buena parte del siglo XX, la
interrelación entre los dinámicos espacios urbanos de producción de bienes para el consumo de
la fuerza de trabajo, y los laboriosos espacios rurales generadores de los alimentos, conformó un
escenario de históricas compensaciones para la vida y la reproducción social.

Hasta décadas anteriores en América Latina la distinción ciudad-campo era muy evidente y se
expresaba, entre otras cosas, en la diferencia notable de los grados de artificialización de la
naturaleza en los dos ámbitos. Las ciudades como zonas de producción industrial, con alta
composición orgánica del capital y espacios de habitación de la fuerza de trabajo industrial, de
los empleados privados y públicos, generaron una transformación más profunda de las
condiciones naturales, una alta disminución de la biomasa (espacios verdes) y de la
biodiversidad, mientras que los territorios rurales, se mantuvieron hasta décadas anteriores
como espacios de abultada y diversa biomasa, bastante alejados de las transformaciones
artificiales tecnológicas.

Pero la acumulación de capital y la expansión de la economía monopólica de gran escala,


provocó un desvanecimiento de la antípoda urbano-rural y comenzó a recomponer las
condiciones de esa dinámica. En el marco del antedicho escenario histórico, la relación
industria-agricultura, que siempre fue importante en la definición de nuestras sociedades, cobró
nuevas formas que están transformando la relación ciudad campo. Miremos este problema.

2
Pérez, Edelmira (2001). Hacia Una Nueva Visión de los Rural en “Nueva Ruralidad en América Latina” (Norma Giaracca, comp.) Buenos Aires: CLACSO,
p.17-28

16
Desde siempre existió una relación contradictoria, entre la industria y la agricultura; la primera
dominó la agricultura, a la vez que profundizó su atraso o sus formas de impulso. El capital de
punta impuso condiciones a los productores rurales, e integró a los campesinos al proceso de
reproducción global de capital, descomponiendo sus formas productivas propias. Pero en los
años de la globalización el modelo de acumulación se ha transformado en forma desigual y
combinada, alterando ese dinamismo clásico entre la ciudad y el campo. Se ha dado el paso
desde un sistema de acumulación articulada3 donde las ramas de punta, generalmente urbanas,
producían básicamente bienes industriales de consumo popular, y la agricultura proveía
alimentos baratos para un mercado interno -que el sistema protegía, defendiendo la capacidad de
compra de la población, los ingresos y salarios de los trabajadores, por que su consumo estaba
articulado a la realización y reproducción del capital-, pasándose entonces hacia un modelo
desarticulado o modelo de acumulación neoliberal o secundario exportador, que se orienta a la
producción de bienes agrícolas diferenciados, con un alto control de calidad y precios unitarios
elevados para demandas específicas en el extranjero.4

En esa economía girada hacia la demanda exterior o hacia los nichos suntuarios del mercado
nacional, se generan procesos que afectan la vida de las masas en la ciudad y el campo: en
primer término, pierde terreno el pacto social y la defensa de los salarios urbanos como
mecanismo de sustentación del mercado; y se provoca una descomposición y descapitalización
de los pequeños agricultores, generándose dos tipos de reacciones de supervivencia de los
afectados: la migración desde las ciudades hacia el exterior; y la migración desde el campo
hacia las ciudades.

De esa forma, los “equilibrios” mínimos de las ciudades y el campo se descompusieron


velozmente y se destapó una creciente irracionalidad urbano rural. En las ciudades, se produjo la
expansión del favelamiento (tugurización) y la profundización de un modelo urbanista basado
en la segregación radical del espacio, organizada alrededor de la multiplicación de ejes de
consumo y la drástica separación de espacios de habitación en zonas contrastadas: residenciales,
barrios de la fuerza laboral y zonas tugurizadas para la población excedente subproletaria.

3
Blanca Rubio, Ibidem, p.39
4
Blanca Rubio, Explotados y excluidos: Los campesinos latinoamericanos en la fase agroexportadora neoliberal, Quito, Talleres Gráficos El Quinde, 2009

17
Mientras que en el campo apareció lo que hemos denominado la nueva ruralidad neoliberal5
caracterizada por una transnacionalización de la economía agraria y pérdida de soberanía; una
marcada tendencia a la monopolización de tierra, agua, crédito e insumos; una intensificación
tecnológica orientada a la reprimarización productiva (i.e los vastos monocultivos para la
agroexportación); una descomposición de las relaciones sociales ancestrales y comunitarias con
la pérdida creciente de los patrones culturales y su diversidad, todo lo cual conlleva lo que se ha
llamado una desagrarización del campo.

Dichos procesos se acentuaron especialmente a partir de fines de los 80, pues el Ecuador se
sometió desde entonces a esa nueva forma de capitalismo supranacional –que subyace al
fenómeno de la globalización-, caracterizada principalmente por una aceleración de la
acumulación. La rápida expansión del capital se dio mediante tres procesos que encarnaron una
profunda destructividad social y ecológica, directamente proporcional a la reproducción de
sistemas de mal vivir en el campo: a) la recomposición del aparato productivo, con
incorporación de esa nueva base tecnológica6 para el aceleramiento productivo; b) el despojo
(incluso fraudulento) de recursos vitales y bienes públicos7 (recursos energéticos, vitales como
la tierra, el agua, la radiofrecuencia, los servicios públicos, etc.) y; c) estrategias
fundamentalistas para el control monopólico del mercado mundial, sobretodo en el campo de los
alimentos. Como lo hemos argumentado en un ensayo reciente, la nueva tecnología productiva y
comunicacional, no sólo multiplicó exponencialmente la producción, e instauró la
instantaneidad de flujos económicos, sino que transformó radicalmente la experiencia espiritual
de los seres humanos, sus nociones de espacio y de tiempo, y su directa exposición a la cultura
dominante.8

La aceleración del capitalismo en el campo, resultó en esa nueva ruralidad agresiva que hemos
descrito, la cual transformó el papel de la agricultura, acentuando la disparidad entre las
empresas y clases agroexportadoras, frente a las cada vez más escuálidas economías
campesinas.

5
Jaime Breilh, Francisco Hidalgo, Alex Zapatta et al, TLC en lo agrario: Evidencias y amenazas, Quito, Sistema de investigación de la problemática agraria,
2005, p. 15-76
6
Castells, Manuel (1996) The Information Age: Economy, Society and Culture. Oxford: Blackwell Publishers.
7
Harvey, David (2003) The New Imperialism. Oxford: The Oxford University Press.
8
Jaime Breilh e Ylonka Tillería.

18
En términos ecológicos, la división entre la ciudad y el campo, históricamente produjo una
fractura; la expansión de los territorios urbanos implicó la pérdida de energía social para la
reproducción de la vida y el deterioro creciente de la fertilidad9. Pero con la eclosión neoliberal,
a esa pérdida de sustentabilidad urbana, se sumaron los apetitos de las empresas agrarias, que
aumentaron la fractura con las condiciones naturales en el campo, y reeditaron un fenómeno ya
descrito por la economía política del siglo XIX: los países colonialistas robaron las tierras y
recursos de los países colonizados, las condiciones de fertilidad de sus campesinos, y
esquilmaron el campo para llenar las arcas de sus ganancias, impidiendo que se cumpla el
principio proudhoniano de conservar los recursos “por el bien de la cadena de las generaciones
humanas”.10

De ese modo la situación actual de los dominios rurales del Ecuador y América Latina, pone al
descubierto la profunda irracionalidad de un modelo de desarrollo que cierra espacio a la vida,
que magnifica los abismos entre los grandes y pequeños productores, y que multiplica patrones
de vida malsanos, inscritos en sistemas ecológicos contaminados y en involución.

En definitiva, el paradigma de la ruralidad neoliberal se perfila en inmensos campos de


monocultivo, con grave pérdida de biomasa, destrucción de la biodiversidad, incorporación de
cultivos genéticamente modificados, aplicación intensiva de agrotóxicos y la sobreexplotación
de ejércitos de asalariados -o mejor subasalariados-, que laboran directamente o por medio del
trabajo asociativo para las grandes empresas. En esas circunstancias, los excampesinos o
pequeños propietarios, pierden su identidad y valores agroecológicos al entrar en la lógica de
una agricultura despojada del sentido de alimentar, producir vida y cultura, y remplazada por
una agricultura reducida a la lógica del lucro inmediatista. La comprensión de ese círculo de la
muerte se completa, cuando pensamos que esas masas proletarizadas, laboran en escenarios
productivos sometidas a una lógica productiva externa, aplicando tecnologías y productos
peligrosos, en ausencia de medidas reales de protección de la salud humana, y en irrespeto
absoluto a los derechos de la naturaleza. Un paradigma de acumulación acelerada, que se apoya

9
James Anderson, A Calm investigation of the circumstances that have led to the present scarcity of grain in Britain en “La ecología de Marx: Materialismo y
naturaleza –John Bellamy Foster-, Barcelona, El Viejo Topo, 2004, p.226
10
Jaime Breilh. La Epidemiología Crítica y una Nueva Forma de Mirar la Salud en el Espacio Urbano. Bogotá: Conferencia magistral en la Alcaldía Mayor de
Bogotá - Secretaría Distrital De Salud, Vi Jornadas Distritales, “La Epidemiología y la Salud Urbana, 2009

19
en un modelo energético inviable, y se recrea y realiza en modos de vivir malsanos y no
sustentables.

Por todo lo dicho, la primera tarea de cualquier movimiento de reforma agraria, si no quiere
condenarse a repetir un populismo reformista, de cambios aparenciales y frágiles, es
implementar un nuevo modelo de desarrollo agrario, que no sólo revierta las tendencias
destructivas que hemos descrito, sino que construya un auténtico sumak kawsay rural que sólo
puede darse en un mundo rural sustentable, solidario y saludable; las tres “S” que fundamentan
el buen vivir.

Juzgada a la luz de los derechos humanos y de la naturaleza, la sustentabilidad se debe asumir


como una base no negociable de cualquier sistema social y modelo de desarrollo rural.
Lamentablemente se han manejado los conceptos en este campo con una evidente ambigüedad.
Es especialmente importante la confusión creada por el uso indiscriminado de las nociones de
“sustentabilidad” y “sostenibilidad”. La noción de lo sostenible, forma parte del paradigma de la
sostenibilidad. El énfasis semántico de “sostener” se relaciona con las nociones de mantener o
continuar. La noción de lo sustentable, en cambio, forma parte del paradigma de la
sustentabilidad, y se relaciona con las nociones de sustentar o fundamentar.

La sostenibilidad (paradigma del continuismo) es un concepto unidimensional referido


básicamente al tiempo, y orientado a la mera satisfacción de necesidades, tal como éstas son
definidas convencionalmente por el propio sistema hegemónico.11 Al otro lado, la
sustentabilidad (paradigma de la transformación) es un concepto multidimensional que implica
un conjunto de condiciones para que los socio-ecosistemas puedan fundamentar o sostener, no
cualquier forma de vida sino una vida plena, digna, feliz y saludable. Una sociedad puede ser
sostenible sin ser sustentable. Una sociedad puede sostener condiciones mínimas de
sobrevivencia, dentro de cierto límite en el tiempo, y a la par ser concentradora/excluyente,
discriminante, unicultural, y derrochadora; por lo tanto no sustentable. Una sociedad puede
lograr hasta cierto punto abastecer e importar para su población ciertos bienes en respuesta a
necesidades básicas de supervivencia, como por ejemplo alimentos, y llamarle a eso

11
Abaleron, Carlos. Sostenible Versus Sustentable. http://www.omau-malaga.com/portal/index.php?id=199

20
sostenibilidad, o seguridad alimentaria, pero eso no significa que haya construido bases
sustentables para su señorío sobre dicha alimentación.12

Recogiendo los cuestionamientos esbozados, hemos propuesto una nueva categoría para medir
la sustentabilidad que la denominamos capacidad vital o sustentable, la cual abarca la
productividad integral de dicha sociedad, comprendiendo, a más de la generación de fertilidad y
biomasa para sustentar la nutrición de los pueblos, la capacidad de sustentar las otras
dimensiones de una reproducción social: trabajo y modos de vivir dignificantes; formas de
recreación cultural e identitaria; formas de organización solidaria y soportes colectivos; y
relaciones armoniosas con la madre naturaleza.13

Ligada a la condición anterior de relación con la naturaleza, está la organización solidaria de la


vida en el campo; la segunda “s” del buen vivir. No solo en el sentido de superar la inequidad en
la propiedad de la tierra, agua y crédito, sino en el de organizar una política de soberanía
alimentaria e hídrica, que garantice la protección de la producción de alimentos y el control del
riego de los productores para el mercado interno.

Y finalmente, no puede haber sustentabilidad y equidad solidaria, si el mundo agrario no se


constituye como saludable y supera los procesos y productos malsanos, que lesionan la salud
humana actual y futura, no solamente de los campesinos afectados sino de los consumidores de
productos contaminados o carentes. No puede haber vida sustentable, ni caben relaciones
solidarias en el vivir, si la reproducción social se tiene que realizar en un ambiente patógeno,
deteriorado por la polución, depredación y degradación de los ecosistemas.

El Triangulo de la Política: Desafío de Sabiduría e Interculturalidad

Para enfrentar el desafío de una reforma agraria real y profunda entonces, no basta con repartir
la tierra sino que se requiere trabajar por la transformación integral del modelo agrario y la

12
Boff, Leonardo. Citado en - AMÉRICA LATINA ¿Monocultivos sustentables? No gracias.
Grain/Entorno [http://www.pazyjusticia.org/foro/printview.php?t=361&start=0], 12 de Septiembre, 2006
13
Breilh, Jaime. El Desarrollo Sustentable, La Soberanía y la Naturaleza en "La Transición Hacia un Desarrollo Sustentable y Soberanía Humana: Realidades
y Perspectivas en la Región de las Américas" - Finkelman, Jacobo y Galvão, Guto -editores-. Rio de Janeiro: Fundación Oswaldo Cruz (FIOCRUZ) y
Organización Panamericana de la Salud (OPS), 2009 (en prensa)

21
conquista de un mundo agrario sustentable, solidario y saludable. Y en esa dirección se torna
evidente la necesidad de integrar tres elementos decisivos que constituyen lo que se ha definido
como el triangulo de la política: ideas revolucionarias, norteadoras; una estrategia política; y
conocimientos técnicos (ver figura N° 1).14

Figura 1

Triángulo de hierro de la política

[A] Proyecto emancipador de reforma agraria

[B] Estrategia política [C] Gestión


(manejo político/ético de (Capacidad técnica)
consensos y disensos)

[A] un proyecto político emancipador de reforma agraria enmarcado en una comprensión clara
de la reforma como proceso mediador hacia una ruptura con la agricultura no sustentable, no
solidaria y malsana; y en una formulación dinámica para la construcción de sustentabilidad y
modos del buen vivir rural; [B] la estrategia política con un análisis realista de la estructura de
poder, e ideas para manejar el proyecto y el grado de consenso o disenso que lo empuja u
obstaculiza; y [C] la capacidad de gestión se refiere al acervo de técnicas, normas
instrumentales, destrezas y habilidades indispensables según la naturaleza del programa de
acción. Reconociendo en este último elemento que, muchos de los modelos técnicos y

14
Carlos Matus, Adiós señor Presidente, Santiago, LOM Ediciones, 1998.

22
basamentos conceptuales actualmente en uso, se oponen a una mirada emancipadora, por mero
funcionalismo y formas camufladas de más de lo mismo.

Finalmente, el modelo que aquí se esboza no debe confundirse ni con un agro-ecologismo


simplista y focalizado, ni peor aun con un reciclado “capitalismo verde”. Especialmente esto
último parece ubicarse en el horizonte agrario como salida que las empresas agroalimentarias
buscan para superar los límites absolutos de ese capitalismo agrario salvaje que tocó fondo. En
efecto, el llamado capitalismo verde no es sino una forma de implementar una nueva ronda de
acumulación, basada en la apropiación selectiva de las demandas de movimientos
ambientalistas, incluyendo temas posicionados por activistas del comercio justo, la salud del
consumidor y la protección de los animales. Un régimen ambiental “verde” que pretendería
reconfigurar la acumulación de capital, modificando las prácticas productivas para que se
reduzcan los efectos ambientales nocivos, y para que sean satisfechos los cambios culturales en
la demanda de mercancías y productos “verdes”.15

La hora actual es promisoria pero las confusiones y amenazas están a la orden del día. Debemos
estar conscientes de que responder al desafío de construir un mundo agrario distinto, nos sitúa
en una posición clave para la defensa de la vida.

15
Harriet Friedmann. From Colonialism to Green Capitalism: Social Movements and Emergence of Food Regimes. Bingley: Emerald Group Publishing
Limited, 2006 (resumken publicadio en http://www.propertytaskforce.org/files/3rdFoodRegime.pdf; traducción al castellano por Javier Rodríguez Sandoval)

23
24
La acumulación en el agro:
una realidad presente que no queremos en el futuro

Edgar Isch L.

La tierra agrícola es probablemente el primer recurso natural que empezó a ser objeto de
apropiación y, con ella, vino también la apropiación del agua. En el momento previo, se trataba
de patrimonios de propiedad y cuidado de todos y, en el tránsito a ser considerados como
recursos, hay una transformación en la manera de pensar que se vincula a un cambio en la forma
de organizar la producción social, lo que significa una conducta diferente al establecer la
relación entre los seres humanos y entre estos y la naturaleza.

Pero lo que sucede ahora es una manera específica de acumulación propia del sistema
capitalista, diferente a la de otros modos de producción. Aquí entran en debate dos categorías
relacionadas: acumulación y despojo. En otras palabras, para que alguien acumule es necesario
que otro sea privado del objeto de acumulación. A nivel de la dominación imperialista
internacional, André Gundrer Frank (1982) diría que se generaban de manera simultánea el
desarrollo en el centro imperialista y el “desarrollo del subdesarrollo” en la periferia. A nivel
incluso interno de un país, David Harvey (2004) plantearía que hay una “acumulación por
desposesión”.

Esta doble cara de la acumulación debe ser comprendida si se quiere tener una visión integral de
lo que, en estos aspectos, está sucediendo. Ello implica observar la manera en la que hay
quienes sobre-acumulan y sobre-consumen agua, tierra, productos, pero hay quienes tienen un
infra-consumo, que involucra incapacidad de salir de la baja productividad y de la pobreza. Este
acceso diferenciado a los recursos naturales y a la naturaleza en su conjunto, marca aspectos
centrales de los conflictos sociales en nuestros días.

25
Y el fenómeno no tiene manifestaciones aisladas, sino que se expresa de manera general y
global. El carácter estructural ya estaría detectado desde hace mucho, vinculado a una
perspectiva de relación entre los seres humanos y la naturaleza que es propia de regímenes
basados en esa explotación dual de trabajadores y naturaleza, así como a una perspectiva
epistemológica positivista que separa al sujeto del aprendizaje del objeto, como si no existiesen
relaciones mutuas entre ambos.

Esta visión, hegemónica hasta nuestros días, plantea la acción humana como “domesticadora” y
dominadora de la naturaleza, ya que somos “los reyes de la creación”, que además no debemos
preocuparnos por cuanto de ella obtenemos y cómo, pues siempre “dios proveerá”.

Este análisis, por supuesto se lleva a cabo en el contexto socioeconómico actual, por lo cual es
necesario recordar que: “Toda producción es apropiación de la naturaleza por el individuo,
dentro de una forma social determinada por aquella” (Marx, 1980). La apropiación de la
naturaleza está íntimamente ligada con el manejo que se hace de la misma, entendiendo por
manejo el uso de los recursos naturales, lo cual queda muy lejos de una gestión que nos habla
además de las formas administrativas, sociales y culturales que están presentes y, mucho más
distante aún, de una gestión social de los recursos, que involucra la participación y que
privilegie los derechos e intereses colectivos por encima de los intereses particulares.

Recordar, por tanto, el contexto socioeconómico debe permitir comprender que la apropiación
de la tierra, el agua y la naturaleza en su conjunto, no es un hecho aislado de la forma misma en
la cual se ha organizado la sociedad. En palabras de Maurice Godelier (1990): “No existe una
crisis en el uso la naturaleza que no sea una crisis en la forma de vida del hombre. En todas
partes aparece un lazo estrecho entre la forma de usar la naturaleza y la forma de usar a los
humanos”. El sistema capitalista es un sistema que destruye tanto la naturaleza como a los
trabajadores.

A la acumulación de cantidad de recursos, hay que sumar la de calidad. Desde la Reforma


Agraria de los años 60 sabemos que se repartió “la peor tierra a los indios” y que la buena con
mayor aptitud productiva quedó en manos de los viejos hacendados y quienes tenían vínculos
con ellos. Lógicamente, de hecho una hectárea de tierra arable y con riego vale más que varias

26
hectáreas en zonas secas. Lo mismo puede decirse del agua, pues si los recursos hídricos están
contaminados, la producción agrícola de quienes la usan se verá afectada y, de hacerse público
que zona usa esa agua de riego, su producción tendrá dificultades de venderse en el mercado. La
acumulación en calidad, entonces, no necesariamente va ligada a la acumulación de cantidad y
ello debe considerarse en medida que los estudios se desarrollen y las perspectivas se agudicen.

Legitimización de la acumulación, acumulando otras esferas de la vida social

A la acumulación de cantidad y calidad, hay que añadir la acumulación en la toma de


decisiones. Esta ya sale de la esfera estrictamente productiva para entrar en la esfera del poder
político-administrativo, pero es tanto o más importante que las anteriores, porque las viabiliza,
les da sustento y permanencia. En ese espacio se da legitimidad a la concentración de recursos
en pocas manos y se establecen los mecanismos que la protegen.

Si bien se trata de aspectos de la “superestructura”, las leyes, normas y resoluciones no han sido
el producto democrático resultado de procesos participativos. Como dicen en esferas
comunicacionales, aquí el número de actores que están a cada lado de una decisión no cuenta
porque: “las opiniones no se suman sino que se pesan”. Y por supuesto tiene más peso la
opinión del hacendado que la del campesino; la del dueño del ingenio, que la del proletario
agrícola. Y podemos seguir reconociendo las distintas formas de inequidad presentes en el país,
sabiendo que pesa más la opinión de un blanco-mestizo que la de un indígena o de un negro y
que pesa más la opinión de un hombre que la de una mujer.

El poder real se expresa también en este ámbito, lo que pone muchas veces a los funcionarios en
la calidad de administradores y defensores de los intereses de otros, de unos pocos, porque de lo
que se trata es de colocar a los intereses de los sectores poderosos como los intereses de todos.
Es fácil verlo cuando se plantea a la agroindustria o a la minería como “asunto de interés
nacional” olvidando el interés social y no solo de amplios sectores, en la agricultura campesina.

Pero, además, ubiquemos una cuarta manera de acumulación, que se da en la capacidad de


imponer un pensamiento hegemónico. Desde acá, se hará indiscutible aquella manera de
relacionarse con la naturaleza y el sistema de apropiación de la riqueza en pocas manos.

27
Componentes de esta forma de acumulación se vinculan con un uso impropio de la ciencia, que
planteándola como un producto estático y solo técnico, es utilizada para justificar la
explotación de recursos naturales “por qué se usa tecnología de punta”, cuando en temas
ambientales y otros de los que se trata no es de cuál es la tecnología “de punta” sino cuál es la
tecnología adecuada, social – ambiental y económicamente, y por tanto la que debe emplearse.
Con el cuento de “tecnología de punta” se llevó adelante la llamada “revolución verde”, cargada
de agrotóxicos, provocando grandes afecciones a la seguridad y soberanía alimentarias de países
como el Ecuador.

La fuerza hegemónica del pensamiento neoliberal llevaría a sostener que se estaba formando un
“pensamiento único”, frente al cual José Saramago aclararía que es más un “pensamiento cero”
porque nos pedían no pensar y simplemente confiar en aparatos ideológicos tan fuertes como la
CNN y la producción de Hollywood. En realidad, parte del éxito de los neoliberales en aplicar
su esquema económico fue lograr que un alto porcentaje de la gente creyese que sus propuestas
eran “técnicas y no políticas” y que no existía ninguna otra opción, que eran “inevitables”.

En el campo ecuatoriano, fue esa también una realidad impulsada además con la fuerza de
proyectos impuestos con endeudamiento externo, principalmente los créditos que alimentaron el
Programa Sectorial Agropecuario, del cual emergería la Ley de Desarrollo Agrario de 1994.
Esta Ley fue condición de créditos de deuda externa y generó un mercado de tierras, al mismo
tiempo que de hecho impedía las expropiaciones y tomas de tierra, permitió la fragmentación y
venta a terceros de tierras comunitarias y autorizó que las concesiones de agua puedan
transferirse automáticamente con la venta del terreno.

Estas cuatro esferas de acumulación están íntimamente relacionadas y se afectan unas a otras. Si
se quiere combatir la inequidad en el acceso a la tierra, agua o cualquier otro factor productivo,
es necesario comprenderlo y actuar en todas estas esferas con igual insistencia y vigor.

Acumulación y seguridad alimentaria

La acumulación de tierra y agua no es un fenómeno de exclusivo contenido nacional ni solo de


los años de aplicación del neoliberalismo, pues forma parte del funcionamiento normal del

28
capitalismo, en el cual la acumulación del capital en pocas manos no es solo consecuencia de la
inequidad, sino que es causa bendecida por los defensores del sistema que siempre dirán que es
el interés en el lucro individual el principio que permite el desarrollo, el crecimiento económico
y por efecto cascada, la distribución de algo de la riqueza a los más pobres.

La acumulación a escala internacional, ligada hoy indisolublemente a la existencia del


imperialismo, ha sido justificada en cualquier momento de la historia como un derecho de los
poderosos. Así, Hernán Cortés, el descubridor de México, habría dicho que: "los españoles,
tenemos una enfermedad del corazón para la cual el remedio indicado es el oro" (citado por
Gunder Frank, 1965); mientras George Kanande (Maldonado, 2005), sostenía en los años
cincuenta: “tenemos que defender nuestros recursos, los de Estados Unidos, el hecho que se
encuentren en otro país es un accidente”.

Ahora, con esa misma agresividad se invaden países, se colocan bases militares en todos los
países posibles, pero se procede también a otros mecanismos que se presentan como más hábiles
y engañosos. Uno de ellos, es la amplia, legal y financieramente justificada compra de tierras a
nivel global.

Más de 20 millones de hectáreas de tierras en el mundo en desarrollo están en manos de


gobiernos y empresas extranjeras, una cantidad equivalente a la cuarta parte de tierras arables de
Europa, que es ejemplo de una apropiación agraria que se disparó con la crisis alimentaria de
2008. Joachim von Braun, director del Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas
Alimentarias (IFPRI, por sus siglas en inglés) calcula que esas adquisiciones implican
inversiones de entre 20.000 y 30.000 millones de dólares procedentes de China, Corea del Sur,
India y los estados petroleros. Se informa adicionalmente que: “alrededor de la cuarta parte de
estas inversiones son para plantar vegetales destinados a elaborar biocombustibles”
(Tierramérica, 2009).

Pero esta suma no considera otra forma de apropiación a través de contratos de arrendamiento o
compra por agentes privados como el firmado entre la compañía coreana Daewoo Logistics
Corporation en Madagascar, sobre 1,3 millones de hectáreas para cultivar maíz y palma
aceitera; el plan de Dexion Capital Global Farming de comprar mil doscientos millones de

29
hectáreas en países pobre; o de Cáliz Agro que tiene ya 60 mil hectáreas en Brasil (Grain,
2009).

En el mismo artículo, la organización GRAIN resume este fenómeno señalando que:

“Juntas, las crisis alimentaria y financiera actuales dispararon un nuevo ciclo mundial de
apropiación de tierras. Los gobiernos con “inseguridad alimentaria”, que dependen de
importaciones para alimentar a su población, están arrebatando tierras agrícolas fuera de su
país en las que pretenden producir alimentos propios. Las corporaciones alimentarias y los
inversionistas privados, ávidos de ganancias en medio de la crisis financiera, ven la inversión
en tierras agrícolas extranjeras como una importante y nueva fuente de lucro. Las tierras
agrícolas fértiles se privatizan y se concentran más y más. De no poner coto a este proceso, el
acaparamiento mundial de tierras puede significar en muchos sitios el fin de la agricultura en
pequeña escala como medio de vida y sustento”.

Las implicaciones son multilaterales, al grado que el gobierno de Bolivia señalaría que son
expresiones de agro-imperialismo (Viceministerio de Tierras, 2009) y un informe de la
Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) publicado en
mayo de 2009 plantea que: "El incremento de las compras masivas de terrenos en África y otros
continentes aumenta el riesgo de que los pobres se vean desposeídos o se les impida el acceso a
la tierra y el agua". Acumulación y despojo caminando visiblemente juntos.

A estos factores, hay que añadir que la acumulación, tanto de carácter internacional como la
plantea, cuanto la que se presenta al interior del Ecuador, está atada al mercado mundial y
cadenas productivas en las que priman los intereses de lucro y no la garantía de derechos. Esto
es de vital importancia cuando se habla de la seguridad y soberanía alimentarias.
Sabemos bien que la soberanía alimentaria está amenazada por una producción agrícola de
exportación y la imposición de formas de consumo que responde a una historia cultural
diferente a la propia. No requiere mucho esfuerzo comprender que la acumulación de tierra y
agua está ligada a ese tipo de producción y que, dado que la producción de alimentos para el
mercado interno está en manos de los campesinos pobres y medios, va acorralando a la
producción diversa con tecnologías alternativas y prácticas culturales diferentes. La

30
homogenización de la producción es necesaria para las grandes corporaciones como mecanismo
de ampliar la productividad, pero es también forma de imponer una cultura única, anulando los
rasgos propios.

De igual manera, la seguridad alimentaria se pone también en peligro. Campesinos despojados a


los que no les queda más opción que la de migrar a las ciudades o al extranjero, son el reflejo de
hectáreas que dejan de producir los alimentos que la población ecuatoriana consume. Grandes
extensiones prometidas para agro-combustibles u otras mercancías económicamente fuertes
pero inútiles para sostener la vida misma, reducen la capacidad de los países para alimentar a su
gente. Son múltiples los datos de cómo las medidas de la revolución verde, primero, y
neoliberales después, aplicadas como receta infalible hicieron de países con suficiencia de
alimentos unos países importadores que hoy dependen de las grandes transnacionales en lo más
fundamental (el caso de México antes y después del TLC es dramático en este sentido).

Soberanía y seguridad alimentaria son promesas de la nueva Constitución, pero no todas las
promesas se cumplen si no hay compromiso, vigilancia y claridad en el resultado que se busca y
los mecanismos que se requieren. Y uno de ellos, sin duda, es enfrentar los temas de la
propiedad de la tierra y la acumulación del agua.

Nos hemos centrado en la agricultura, pero acumulación de tierra y agua, despojando también
por esa razón a los campesinos, existe en la producción extractivista de actividades petroleras y
la minería a cielo abierto que se mantiene como amenaza sobre el país. Ello no debe ser
olvidado.

Acumulación y derechos

Para el régimen mercantil, los derechos que deben ser considerados son los que hacen referencia
a la propiedad individual y a las transacciones. Si esto fuera cierto, habría que creer que es en el
mercado en donde se realiza la justicia, lo no tiene nada que ver con que muchos puedan decir
que las Cortes también parecen un mercado. Las “fuerzas invisibles del mercado” son intereses
y acciones de personas, empresas y clases sociales claramente identificables y su juego está
hecho para que el “pez grande se como al pez chico”. El libre mercado puede llegar a ser

31
eficiente, pero no es justo ni siquiera en cuanto al mero intercambio de mercancías. Y el
mercado de la fuerza de trabajo, lo es mucho menos.

Pero hay otros derechos, aquellos que nos pertenecen por ser parte de la familia humana,
participemos o no en el mercado. Son los derechos al territorio, al agua, a la alimentación, a
condiciones básicas de vida y a un ambiente sano, entre muchos más, y que resultan afectados
en el “libre mercado”, donde es más fácil comprar permisos para contaminar que dar respuesta a
las necesidades de la mayoría.

La acumulación se convierte en el motor generador de inequidad. El propio argumento de “libre


competencia” queda muerto cuando se trata de comparar a quienes tienen accesos tan
diferenciados a recursos fundamentales como tierra y agua. ¿Cómo puede competir el
campesino con poca y mala tierra que casi no recibe riego, frente a aquel empresario que tiene
abundancia de tierra y agua y puede hacer uso de tecnología moderna?

Considerando que en gran medida la producción de alimentos en el Ecuador está en las manos
de las mujeres, hay aquí además una carga de género indiscutible. Y lo mismo podemos decir de
las poblaciones indígenas y montubias. Entre los productores de alimentos está buena parte de
los mayores niveles de pobreza del Ecuador.

La tierra y el agua son los ejes de la inequidad en el campo, ampliada a lo largo de la aplicación
del neoliberalismo y con apoyo de los mecanismos colonizadores de la deuda externa que
supuso también ajustes legales para que aquello fuera posible. Ahora, distintas organizaciones
cuestionan nuevamente al Banco Mundial y sus socios por plantear nuevamente recetas
flexibilizadoras y mercantiles que involucran nuevos cambios normativos “recomendados” para
los “países en desarrollo”.

Las similitudes en los ajustes de corte neoliberal en un país y otro, de este continente u otros
más, plantea también que parte de la forma en que se expresa el fenómeno de la acumulación es
la anulación de las diversidades culturales y legales. No se trata solo de las normas jurídicas a
escala nacional, sino de la manera como se transforma la vida de comunidades, etnias y
nacionalidades que tienen arraigo en el campo. El mercado uniforme tampoco permite normas

32
diversas, busca poner los mismos parámetros homogéneos sobre todo producto y proceso,
presenta listas de chequeo validadas como sistemas de acreditación y abre las puertas solo a
aquello que cumple las reglas. Incluso cuando se habla de formas alternativas que son realmente
importantes, como el comercio justo y el comercio de productos orgánicos, hay muchas veces la
tendencia a repetir esa modalidad de juego homogenizado, corriendo el riesgo de cambiar de
una cadena de proveedores de insumos a otra.

Acumulación y reforma agraria

La existencia de un proceso de despojo masivo, simulado como procesos mercantiles, plantea


los temas de tierra y agua como uno de los aspectos más importantes para una real
transformación en la estrategia de desarrollo mantenida por décadas en el Ecuador. Esto, desde
una visión global, habla de la importancia de asumir el Sumak Kawsay como perspectiva
orientadora que permita convivir en torno al bien común y respetar a la naturaleza, otra cosa que
se ha demostrado no sucede en la producción intensiva de monocultivos en grandes extensiones.

Los textos presentados en este libro ratifican de manera clara y con estudios de caso a
profundidad, que el fenómeno de la acumulación se agudiza al mismo tiempo que se justifica y
enmascara. No importan la provincia o región geográfica, lo que está de trasfondo es la
generación de nuevos conflictos sociales y de las contradicciones entre la economía campesina
y su producción para el mercado nacional, frente a grandes empresas, transnacionales o ligadas
a ellas, que emplean mano de obra para monocultivos de destino internacional.

El análisis a nivel de ejes productivos, microcuencas o canales de riego, permite incluso


identificar detalles de la manera en la que el proceso de acumulación se ha presentado a lo largo
de los años. No es un fenómeno nuevo, pero hay manifestaciones nuevas y el nivel que va
alcanzando profundiza las diferencias sociales. Esos materiales plantean también la necesidad
de alternativas que fortalezcan la argumentación a favor de los intereses campesinos, que son al
mismo tiempo, los de la seguridad y soberanía alimentaria, los de un país que quiere un destino
marcado por su propia gente y los intereses de protección de la naturaleza.

33
También se ratifica en los estudios que componen este libro, que la transformación en el área
rural no podrá hacerse si no se enfrenta el problema de la tenencia de la tierra y el
reordenamiento de los permisos de uso de recursos hídricos o concesiones (esto último es
mandato constitucional) para romper con las formas de acaparamiento. Porque, hay que recordar
que no solo está la posesión directa, sino también la mutipropiedad con nombres distintos y un
solo poseedor real, el arrendamiento, la agricultura bajo contrato y las expropiaciones (más
frecuentes en las actividades extractivistas).

Por ello, muchos son los estudiosos pero sobre todo los movimientos sociales que vuelven su
mirada al planteamiento de la Reforma Agraria Integral. En ello, se parte precisamente de la
temática de la tierra, pero se pasa a la acumulación de otros recursos, las posibilidades reales de
participar en el mercado nacional e internacional, el respeto a formas diversas de organizar la
producción y la vida social, en fin, a entenderla dentro de una perspectiva de desarrollo
alternativa y contrahegemónica. En esta dirección son importantes los estudios incorporados en
la obra del SIPAE titulada “¿Reforma Agraria en el Ecuador?: viejos temas, nuevos
argumentos” (Brassel et al, 2008), en los cuales se presentan razones válidas y potentes para
reconocer en la reforma agraria una bandera de lucha que de ninguna manera está presente solo
para los pobladores del campo.

En un Ecuador en el que las clases y sectores sociales hacen cada día más visible su accionar y
que en ello van identificando sus verdaderos intereses y aliados, la construcción del sujeto
histórico capaz de llevar adelante esta transformación es un hecho factible a más de necesario.
Por ello, como en todo, a los argumentos hay que sumar la organización y la unidad. Hay
alternativas y hay que saber llevarlas al terreno de la realidad, en momentos en el que las
definiciones implican el futuro.

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REFERENCIAS

BRASSEL, F., HERRERA, S. y LAFORGE, M. (edit.) (2008). “Reforma Agraria en el Ecuador?: viejos temas,
nuevos argumentos”. SIPAE, Quito.

FRANK, André Gunder (1965). “¿Con qué modos de producción convierte la gallina maíz en huevos de oro?”. En:
Debate Rodolfo Puiggrós –André Gunder Frank (sobre los modos de producción en América Latina)

FRANK, André Gunder (1982). Capitalismo y subdesarrollo en América Latina. Siglo XXI editores, Buenos Aires.

GRAIN (2009). ¡Se adueñan de la Tierra! El nuevo acaparamiento agrario. En: Biodiversidad, sustento y culturas,
número 60, Quito.

GODELIER, Maurice: “La apropiación material y social de la naturaleza” en: Maurice Godelier, Lo ideal y lo
material, Taurus, Madrid, 1990.

HARVEY, David (2004). El “Nuevo” imperialismo: acumulación por desposesión. En: Socialist Register 2004

MALDONADO, Adolfo (2005). América se escribe con sangre. Facultad de Cierncias Médicas, Cuenca – Ecuador.

MARX, Carlos (1982). Elementos Fundamentales para la Crítica de la Economía Política. Introducción. Editorial
Siglo XXI, España.

Tierramerica (2009). Extranjeros a la caza de propiedades agrarias.


http://www.tierramerica.info/nota.php?lang=esp&idnews=3274

Viceministerio de Tierras de Bolivia (2009). El Agroimperialismo se adueña de la tierra. Documentos de trabajo No.
2. La Paz, Bolivia.

Quito, diciembre de 2009.

35
¿MEDIACIÓN PARA LA PRODUCCIÓN DE ALIMENTOS O,
MECANISMO DE ACUMULACIÓN?:
EL APROVECHAMIENTO AGRÍCOLA DEL AGUA
Alex Zapatta
Roberto Chiriboga

EL REPARTO SOCIAL DEL AGUA EN LOS ESTUDIOS AGRARIOS

En los años 90 y en la primera década de éste siglo, ingentes recursos financieros fueron
canalizados a través de organismos que pretendieron enclaustrar la reflexión de la problemática
de los recursos hídricos en torno a la “escasez del agua”, la “gobernanza del agua” o, su
“gestión integrada”, desatendiendo una cuestión medular en las sociedades capitalistas: el
acaparamiento del agua destinada a la producción agrícola; con ello, el análisis de la
problemática de los recursos hídricos, corría el riesgo de verse distanciada del análisis general
de la problemática agraria.

Es mérito del Consorcio para la Capacitación en Manejo de Recursos Naturales Renovables


(CAMAREN) y el Foro de los Recursos Hídricos, haber realizado un esfuerzo significativo por
insistir en la necesidad de comprender la problemática del agua en el marco de la comprensión
general de la problemática agraria en el Ecuador. Tal esfuerzo, que ha sido una constante desde
los inicios del Foro, alcanzó mayor trascendencia con la publicación de la primera parte de un
estudio en torno al acaparamiento agro empresarial del agua para riego bajo el título “El despojo
del agua y la necesidad de una transformación urgente” (2008). Los hallazgos principales de
éste trabajo, presentados en Portoviejo en el momento en que la Asamblea Nacional
Constituyente elaboraba la nueva Constitución, fue una contribución para que los temas del
acaparamiento y concentración de las aguas hayan tenido un tratamiento específico en el texto
Constitucional aprobado en el 2008.

36
Desde luego, no es que la cuestión de una injusta distribución de las aguas no haya tenido un
tratamiento con antelación a la existencia del Foro de los Recursos Hídricos. Importantes
aportes en ésta línea de reflexión provinieron de la cooperación científica francesa materializada
por el Instituto Francés de Investigación Científica para el Desarrollo en Cooperación
(ORSTOM)1 que, en alianza con el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INERHI)2,
desarrollaron una serie de estudios en los que evidenciaron las desigualdades sociales en el
aprovechamiento del agua en el riego en las cuencas del ríos Mira, Esmeraldas y Pastaza. Los
informes de la cooperación conjunta ORSTOM – INERHI se hicieron públicos en 1993.

Luego, una serie de estudios vendría a confirmar la certidumbre de que, en la región interandina,
ni el proceso de reforma agraria, ni la aplicación de la Ley de Aguas (1972), habían logrado que
el reparto social del agua en el agro se democratice. Algunos estudios pusieron acento en el
entorno general de la distribución social del agua; otros estudios, enfatizaron el reparto de
derechos al interior mismo de los sistemas de riego. Entidades como la Central Ecuatoriana de
Servicios Agrícolas (CESA), el Instituto de Ecología y Desarrollo de las Comunidades Andinas
(IEDECA), el Servicio Holandés de Cooperación al Desarrollo (SNV), el Centro Internacional
de Cooperación para el Desarrollo Agrícola (CICDA – Francia) contribuyeron a generar
información sólida con respecto a la problemática de la distribución social del agua.

Pese a la importancia de la agricultura bajo riego en la Costa, el análisis del reparto social del
agua en ésta región del país, empezó a ser significativo solamente en los últimos años. Allí
destacan los estudios del Instituto de Investigaciones Rurales de la Escuela Politécnica del
Litoral (ESPOL), los estudios del Sistema de Investigación sobre la Problemática Agraria en el
Ecuador (SIPAE) y, los estudios del CAMAREN a los cuales ya se hizo referencia.

Los movimientos sociales indígenas y campesinos han hecho importantes contribuciones a la


comprensión de la problemática de los recursos hídricos, enfatizando articulaciones que para el
mundo académico, pasaban más o menos inadvertidas: las interrelaciones agua – cosmovisión
1
El ORSTOM, se transformó posteriormente en el Instituto de Investigaciones para el Desarrollo (IRD) y, continúa prestando cooperación científica al
Ecuador.
2
Parte de las funciones del INERHI fueron trasladas, en el año 1994, al entonces creado Consejo Nacional de Recursos Hídricos (CNRH), entidad que desde
el año 2008, fue transformada en la Secretaría Nacional del Agua (SENAGUA).

37
andina; agua – soberanía alimentaria; agua – derechos colectivos de pueblos y nacionalidades;
agua – manejo y conservación de ecosistemas; etc. Si bien, la Confederación de Nacionalidades
Indígenas del Ecuador (CONAIE) ha tenido un rol destacado en el posicionamiento de varios de
ésos temas, las otras organizaciones de proyección nacional como la Federación Nacional de
Organizaciones Campesinas Indígenas y Negras (FENOCIN), la Coordinadora Nacional
Campesina “Eloy Alfaro” y, en general, todas las organizaciones y plataformas sociales con
presencia en el agro, han aportado desde sus experiencias y preocupaciones específicas, para
que la comprensión sobre la problemática del agua en el agro, revista mayor amplitud, pero al
mismo tiempo, tenga mayor profundidad.

CARACTERÍSTICAS GENERALES DEL APROVECHAMIENTO DEL AGUA EN LA


PRODUCCIÓN AGRARIA3

Una revisión de los estudios sobre aprovechamiento del agua en la producción agraria de mayor
desarrollo capitalista – algunos de los cuáles están insertados en éste libro –establecen
elementos que permiten destacar la relación íntima entre el control sobre la tierra y
acaparamiento del agua.

En términos generales, la relación entre control de la tierra y acaparamiento del agua, se


caracteriza por: a) el rentismo; b) la exclusión; c) el extractivismo y, d) la transformación del
agua en commodities.

El aprovechamiento rentista del agua, se expresa en la conversión de ése recurso natural en


recurso productivo, cuyo control y uso abundante, contribuye a asegurar ganancias
extraordinarias en la actividad agrícola, la llamada renta diferencia, tema que, más adelante se lo
trata con algún nivel de detalle. De hecho, los productos agrícolas que asegurar mayor ganancia
en los mercados, son aquellos que demandan abundante cantidad de agua en el ciclo productivo,
en el caso ecuatoriano: banano, flores, brócoli, caña, etc.

3
Ésta parte del presente artículo, redactado por Alex Zapatta, fue publicado en Europa con ligeras modificaciones, bajo el título “Water consumption in
Ecuadorian Agroindustry” (2009).

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El proceso de reprimarización de la economía ecuatoriana, que se consolida a inicios de los años
90, se fue abriendo camino merced a la aplicación de políticas de ajuste. En materia de aguas,
las llamadas “políticas del ajuste hídrico”, se orientaron a viabilizar el nuevo rol que debía
cumplir el agua en la agricultura de exportación; el desmantelamiento de la institucionalidad de
las aguas en 1994 que, entre otras cosas implicó la extinción del INERHI, representa un
momento sobresaliente de ese proceso.

Es necesario recordar que la justificación teórica del modelo de acumulación basado en la


reprimarización de la economía tiene en el centro la noción de “aprovechamiento de las
ventajas comparativas” que, supuestamente, tienen los países en función de de sus
características ecológicas (suelos y clima favorables a unas actividades agropecuarias
específicas), ventajas relacionadas con la existencia de infraestructuras de comunicación
(pistas, puertos, etc.), etc. (Dufumier, 2004).

Por la información de la que se dispone, todo parecería indicar que entre las “ventajas
comparativas” – según el lenguaje de quienes se identificaban con ésa concepción - que “le
permiten al Ecuador reinsertarse en los mercados internacionales”, estaría también el supuesto
de contar con “suficiente agua” para cultivos exigentes en su consumo.

La exportación de cultivos exigentes en agua, no es nada extraño en el marco de la nueva


división internacional del trabajo y la configuración de un nuevo modelo de desarrollo de la
agricultura; de hecho, el comercio agrícola mundial no es sino una gigantesca transferencia de
agua, en forma de “commodities”, desde regiones donde se la encuentra en forma abundante y a
bajo costo, hacia otras donde escasea, es cara y su uso compite con otras prioridades. Esto ya
tiene un nombre, entre los estudiosos del tema, la denominan “agua virtual”. Éstos sostienen que
este comercio se incrementará en el futuro, de la mano de una demanda creciente, paralela al
agotamiento y contaminación de los recursos.

Pero entre las “ventajas comparativas” del Ecuador no solo está, al parecer, contar con
garantías de satisfacer las demandas de agua a los cultivos exigentes en su consumo; sino,
además, el poder “absorber” – sin que implique costos adicionales - los efectos ambientales
negativos del uso del agua en la producción de cultivos de alta rentabilidad. Es decir –
utilizando los términos de los economistas neoclásicos- no se internalizan en los costos, las

39
externalidades negativas de los procesos productivos, pese a que, como se verá a continuación,
tales efectos, en varios de esos productos, son de considerable magnitud.

Pero además, no solo es un problema de volúmenes de agua consumida y efectos ambientales


adversos, es también un problema grave de consumo de energía. Un estudio científico (Alfaro y
Marin. 1990) advertía a inicios de los 90, que “la modernización de sistemas de riego en países
en desarrollo ha implicado reemplazar sistemas intensivos de riego y el bajo consumo de
energía, por sistemas más eficientes pero con un mayor consumo de energía y mayores costos
de operación. Aunque existen sistemas de riego que funcionan en forma eficiente, como los de
riego de plátano en Ecuador y de frutales en Chile, en muchos casos el funcionamiento de estos
sistemas es menor a lo esperado, y con resultados pobres en relación a la conservación del
agua y de energía.”

La necesidad de asegurar el agua para rentabilizar la producción agrícola, ha implicado el


desarrollo de mecanismos diversos para asegurar la suficiente dotación de agua. En las zonas en
donde históricamente el Estado ha jugado un papel importante en la asignación y regulación del
agua , en la región interandina especialmente, los grandes propietarios de tierra aseguraron para
si los derechos de agua, formalizados según la legislación vigente; en regiones en donde el
Estado no tuvo un rol significativo en la asignación y regulación del agua, en el Litoral y
Amazonía particularmente, los propietarios y dueños de plantaciones, desarrollaron mecanismos
de diversa índole para asegurar el control del agua, excluyendo o limitando su acceso a los
campesinos.

En cuanto al rol del Estado, no deja de llamar la atención, por lo paradójico, que algunos
proyectos públicos de riego hayan contribuido reforzar las inequidades sociales en el agro,
beneficiando a sectores vinculados a procesos de acumulación (Brassel ET AL. 2008). Sobre
éste particular resulta interesante como incluso el acceso a información sobre proyectos de riego
estatales a construirse, es asimétrica, en provecho de círculos empresariales que potencialmente
podrían ser beneficiarios. Ramón Espinel, Paúl Herrera y G. Vanhuylenbroeck (2005), analizan
el como se manejo la información en con respecto a la infraestructura de riego del proyecto de
trasvase de aguas a la península de Santa Elena:

40
“...se estudió el problema de la provisión de riego a través de una infraestructura pública en un
entorno de información asimétrica (IA) sobre los potenciales beneficios de la disponibilidad del
agua y el valor de la tierra. Debido al mal manejo de la información por parte del gobierno,
una compra-venta masiva de tierras comunales empezó desde que se anunció la construcción
de los canales. Luego de 8 años, menos del 20% de la capacidad de riego es usada y existen
grandes problemas para asegurar la operación y mantenimiento de las obras y con ello la
sostenibilidad de la actividad agrícola. El análisis consiste en probar si ciertas condiciones de
optimalidad para la asignación de recursos naturales son aplicables cuando los ingresos de los
individuos y los costos de acceso al bien público son información privada. El resultado más
importante es que la presencia de IA induce un escenario en el cual los nuevos propietarios de
tierras (no comuneros) demandan una cantidad menor de riego, debido a sus altos costos
marginales de cultivar en grandes extensiones de tierra. Un segundo resultado importante
sugiere que subsidiar a los nuevos propietarios de tierras (y algunos especuladores de tierras)
a través de la provisión del riego, ha incrementado la inequidad con respecto a los campesinos-
comuneros.”

RIEGO Y VALORIZACIÓN CAPITALISTA DE LA PROPIEDAD AGRARIA

El carácter de la formación económica y social predominante en América Latina, en la que se


desenvuelven, de forma paralela y contradictoria, una agricultura capitalista o empresarial, cuya
forma de acumulación se basa en la extracción de la renta; y, una agricultura basada en la
producción mercantil simple, generalmente denominada agricultura campesina; demanda un
análisis sobre el desarrollo del mercado, esfera ésta - la de la circulación de las mercancías -, en
la que se articulan contradictoriamente ambas formas del desarrollo de la agricultura.

En la introducción a su trabajo sobre la renta capitalista del suelo, Marx señala que la
propiedad del suelo presupone el monopolio de ciertas personas a disponer de determinadas
porciones del planeta como esferas exclusivas de su voluntad privada, con exclusión de todos
los demás. Esto supone que se trata de desarrollar el valor económico, es decir, la valorización
de éste monopolio sobre la base de la producción capitalista (Marx. 1978).

41
El monopolio de la propiedad territorial – continúa Marx - es una premisa histórica y se
mantiene como base constante, tanto del modo capitalista de producción como de todos los
modos de producción anteriores, basados en la explotación de las masas bajo una forma u otra.

Cuando Marx aborda el estudio de la renta de la tierra lo hace a dos niveles: en primer lugar
estudia la renta diferencial y posteriormente la renta absoluta de la tierra.

Sobre la naturaleza de la renta capitalista del suelo, el pensador alemán destaca:

1. La renta del suelo, es la forma en que se realiza, se valoriza económicamente la propiedad


inmueble;
2. Toda renta del suelo, es plusvalía, el producto del plus trabajo. Es directamente plus
producto en su forma más rudimentaria, la renta en especie; y,
3. La cuantía de la renta del suelo (y, con ella, el valor de la tierra), se desarrolla en el curso
del desarrollo social como resultado del trabajo social total. Por un lado, crecen el mercado
y la demanda de productos agrícolas; por otro, crece directamente la demanda de la tierra
misma, como condición de producción que compite con todas las ramas de actividad,
incluso las no agrícolas.

En ese marco, el autor de “El Capital” no dejó de reflexionar sobre el rol del agua en la
valorización capitalista del suelo, “para no emitir nada, debe observarse que por tierra se
entiende también el agua, etc., siempre que (...) se presente como accesorio de la tierra”
advierte Marx al inicio del Tercer Tomo de su obra mayor.

Luego, señala que “el capital puede fijarse en la tierra, incorporarse a ella, en parte de un
modo más bien transitorio, como ocurre en las mejoras de índole química, abonos, etc., en
parte de un modo más bien permanente, como es el caso de los canales de drenaje, obras de
irrigación, desmontes, construcción de factorías, etc. (…) Entra en las categorías de capital
fijo”.

Teniendo en cuenta que la superficie del suelo está limitada, puesto que lo ocupan enteramente
propiedades particulares, el precio de producción de los productos de la tierra no lo determinan
los gastos de producción en los terrenos de calidad media, sino en los de calidad inferior; no lo

42
determinan las condiciones medias en que el producto se lleva al mercado, sino las condiciones
peores. La diferencia existente entre éste precio y, el precio de producción en terrenos mejores
(o en condiciones mejores) constituye la renta diferencial. Marx analiza en detalle la renta
diferencial, demostrando que proviene de la diferencia de fertilidad de los distintos campos, de
la diferencia de los capitales invertidos (Lenin. 1976).

Debe tenerse presente que la elaboración teórica de Marx tenía como referencia a la Inglaterra
de mediados del siglo XIX, en donde los capitalistas, para producir las mercancía agrícolas,
arrendaban la tierra a los terratenientes. En ese esquema, los arrendatarios capitalistas, se veían
obligados a entregar la renta diferencial al propietario de la tierra quedándose ellos, los
capitalistas, únicamente con la ganancia media. Pero cuando el capitalista, es al mismo tiempo
propietario de la tierra, no sólo asegura para sí la renta diferencial, sino también la renta
absoluta, debido al monopolio de la propiedad agraria (Carmona, José María).

Marx otorga un rol al uso del agua, como elemento fundamental en el proceso de constitución
de la renta diferencial. A propósito del beneficio de uso del agua en la producción, dice “cabe
que aumente la parte del producto del trabajo que representa la plusvalía frente a la parte que
se transforma en salario. En la medida en que lo hace, eleva la cuota general de ganancia, pero
no crea ninguna ganancia extraordinaria, la cual estriba precisamente en el excedente de la
ganancia individual sobre la ganancia media. Así pues, el hecho de que el empleo de una fuerza
natural (…) el agua, cree aquí ganancia extraordinaria, no puede surgir únicamente del hecho
de que la incrementada productividad se deba aquí al empleo de una fuerza natural. Tienen que
intervenir otras circunstancias modificativas capital invertido, modalidades de utilización de la
fuerza de trabajo, calidad de los suelos, cercanía a mercados, etc. .” (Marx. 1978)

Al realizar un balance histórico sobre las implicaciones de la renta del suelo, el académico
mexicano Armando Bartra, señala que “el saldo de la imposición de los moldes capitalistas a la
producción agropecuaria fue perverso. Monopolios naturales de un bien originario y escaso
como la tierra, y diversidad en el espacio y el tiempo de los costos de producción, generaron
rentas absolutas y diferenciales que distorsionaban la distribución del excedente económico,
propiciando modalidades viciosas de acumulación. Algunos pensaron que era una herencia del
viejo régimen, en realidad era el saldo de someter un proceso productivo basado en recursos
preexistentes, diversos, desigualmente repartidos y escasos, al sistema de mercado absoluto;
43
era la resistencia de la naturaleza a la compulsión enajenadora del capital” (Bartra, Armando.
2000).

DEMANDAS SOCIALES Y NUEVO MARCO INSTITUCIONAL

Un efecto ni previsto ni deseado por los auspiciantes de las políticas de ajuste hídrico fue el de
conseguir una reacción de las organizaciones populares y movimientos sociales del agro, que se
vieron obligadas a tomar posición y a generar el más amplio debate – no siempre exento de
“despistes” – en torno a la problemática de los recursos hídricos y del aprovechamiento del
agua.

Ciertamente, a partir de 1994, en el momento de consolidación institucional del ajuste hídrico,


se politiza el debate en torno a las aguas – en el buen sentido del término – pasando a ser un
tema de discusión nacional. El marco normativo e institucional de las aguas, empiezan a ser
materia de análisis, discusión y generación de propuestas entre las organizaciones campesinas e
indígenas de Loja, Morona Santiago, Manabí, Carchi, El Oro, Sucumbíos, Los Ríos… en todas
las provincias del país.

En 1996, por vez primera en la historia del país, un movimiento indígena, la CONAIE, presenta
un proyecto de Ley de Aguas. En el año 2001, se conforma el Foro de Recursos Hídricos. Los
análisis, estudios, proyectos de reforma legal, de nueva institucionalidad desde los intereses de
los marginados y excluidos al agua para la producción agrícola, empiezan a incrementarse y
ganar en términos de calidad.

Ese acumulado logró que la nueva Constitución (2008) reconozca la necesidad de


desmonopolizar el control ejercido por las fracciones agroempresariales de la tierra y agua para
la producción agrícola. El artículo 282 del capítulo de soberanía alimentaria, expresamente
señala que:

El Estado normará el uso y acceso a la tierra que deberá cumplir la función social y
ambiental. Un fondo nacional de tierras, establecido por ley, regulará el acceso
equitativo de campesinos y campesinas a la tierra.

44
Se prohíbe el latifundio y la concentración de la tierra, así como el acaparamiento o
privatización del agua y sus fuentes.

El estado regulará el uso y manejo del agua de riego para la producción de alimentos,
bajo los principios de equidad, eficiencia y sostenibilidad ambiental.

Constituye un avance significativo el hecho de que la nueva Constitución caracterice


jurídicamente al agua como “patrimonio nacional estratégico de uso público, inalienable,
imprescriptible, inembargable y esencial para la vida.” Ésta definición, contenida en el artículo
12, está ampliamente desarrollada en el artículo 318, en los siguientes términos:

El agua es patrimonio nacional estratégico de uso público, dominio inalienable e


imprescriptible del Estado, y constituye un elemento vital para la naturaleza y para la
existencia de los seres humanos. Se prohíbe toda forma de privatización del agua.

La gestión del agua será exclusivamente pública o comunitaria. El servicio público de


saneamiento, el abastecimiento de agua potable y el riego serán prestados únicamente
por personas jurídicas estatales o comunitarias.

El Estado fortalecerá la gestión y funcionamiento de las iniciativas comunitarias en


torno a la gestión del agua y la prestación de los servicios públicos, mediante el
incentivo de alianzas entre lo público y comunitario para la prestación de servicios.

El Estado, a través de la autoridad única del agua, será el responsable directo de la


planificación y gestión de los recursos hídricos que se destinarán a consumo humano,
riego que garantice la soberanía alimentaria, caudal ecológico y actividades
productivas, en este orden de prelación. Se requerirá autorización del Estado para el
aprovechamiento del agua con fines productivos por parte de los sectores público,
privado y de la economía popular y solidaria, de acuerdo con la ley.

En el artículo 314 se ratifica la responsabilidad que tiene el Estado de la provisión de los


servicios públicos de carácter estratégico, señalando entre otros el servicio de riego, indicando
que….

45
El Estado garantizará que los servicios públicos y su provisión respondan a los
principios de obligatoriedad, generalidad, uniformidad, eficiencia, responsabilidad,
universalidad, accesibilidad, regularidad, continuidad y calidad. El Estado dispondrá
que los precios y tarifas de los servicios públicos sean equitativos, y establecerá su
control y regulación.

Un aspecto que resulta particularmente importante para la economía agraria y la justicia social
en el agro, es la restitución constitucional de la capacidad regulatoria – redistributiva del Estado
con respecto a los derechos de uso y aprovechamiento del agua para riego. El numeral 4 del
artículo 281 establece que es obligación del Estado “Promover políticas redistributivas que
permitan el acceso del campesinado a la tierra, al agua y otros recursos productivos.”;
mientras que la disposición transitoria vigésimo séptima del Proyecto, recoge una demanda
social fundamental:

El Ejecutivo, en el plazo de dos años desde la entrada en vigencia de esta Constitución,


revisará la situación de acceso al agua de riego con el fin de reorganizar el otorgamiento
de las concesiones, evitar el abuso y las inequidades en las tarifas de uso, y garantizar
una distribución y acceso más equitativo, en particular a los pequeños y medianos
productores agropecuarios.

Por último, con respecto a los recursos hídricos y su importancia para la agricultura, cabe aludir
que en el capítulo de Biodiversidad y Recursos Naturales, hay 2 artículos, el 411 y el 412, que
se refieren de forma importante a la gestión ambiental del agua.

En la primera de las disposiciones transitorias de la Constitución se dispone que…

El órgano legislativo (...) en el plazo máximo de trescientos sesenta días (contados desde
la entrada en vigencia de ésta Constitución) aprobará (…) la ley que regule los
recursos hídricos, usos y aprovechamiento del agua, que incluirá los permisos de uso y
aprovechamiento, actuales y futuros, sus plazos, condiciones, mecanismos de revisión y
auditoria, para asegurar la formalización y la distribución equitativa de este patrimonio.

El debate en torno a ésta Ley, se ha mostrado particularmente complejo y cargado de tensiones


sociales. Al momento de la publicación de éste libro, el país está a la espera de que la Asamblea
46
Nacional apruebe, en segundo debate, el proyecto de Ley de Recursos Hídricos. Las
expectativas están en que ésta Ley, en efecto, plasme el espíritu de las disposiciones
constitucionales tendientes a garantizar una efectiva democratización del reparto social del agua.

REFERENCIAS

ALFARO, J.F; MARIN J. (1990). “Uso de agua y energía para riego en América Latina”. PNUD, Brasil.

ASAMBLEA NACIONAL CONSTITUYENTE (2008). Constitución Política del Ecuador. Montecristi.

BARTRA, Armando (2000). “La renta de la vida”. En Revista “La Hojarasca” número 42, del mes de octubre.
México.

CARMONA, José María: “La transformación de las estructuras agrarias y agrícolas en México”. Versión digital en:
http://www.economia.umich.mx/publicaciones/EconYSoc/ES03_12.htm

DUFUMIER, Marc (2004). “Desafíos de la agricultura campesina en el proceso de globalización”. Documento


inédito.

FORO DE LOS RECURSOS HÍDRICOS (2008). “El despojo del agua y la necesidad de una transformación
urgente”. CAMAREN. Quito.

HERRERA, Paúl.; ESPINEL Ramón; VANHUYLENBROECK, G. (2005). “Información Asimétrica en la Provisión


de Bienes Públicos: Riego y Uso del Suelo en la Península de Santa Elena (Ecuador)”. Ponencia Presentada en el
Primer Encuentro Ecuatoriano de Investigación sobre la Sociedad Rural. FLACSO – ALASRU.

LENIN, V. I. (1976). “Carlos Marx (Breve esbozo biográfico con una exposición de marxismo)”. En: Lénin,
Obras Escogidas. Editorial Progreso. Moscú.

MARX, Carlos (1978). “El Capital. Crítica de la Economía Política”. Libro III, Tomo III. Akal 74.

SIPAE (2008). “Reforma agraria en el Ecuador: ¿viejos temas nuevos argumentos?”. Editores: Frank Brassel, Stalin
Herrera, Michel Laforge. Quito.

ZAPATTA, Alex (2009). “Water consumption in Ecuadorian Agroindustry”. En: “Latin American report on
monocultures and violations of the human rights to adequate food and housing, to water, to land and to territory”.
Compiled and edited by: Maria Silvia Emanuelli (HIC-AL); Jennie Jonsén (FIAN Sweden and SAL); Sofía Monsalve
Suárez (FIAN International). Habitat International Coalition, Regional Coordination Office for Latin America (HIC-
AL), FIAN International, FIAN Sweden, Latinamerikagrupperna - Solidarity Sweden-Latin America (SAL).

47
ESTUDIOS DE CASO

48
DINÁMICAS SOCIALES EN TORNO A LA TIERRA Y EL AGUA
EN EL EJE CAÑICULTOR DE LA CUENCA BAJA DEL RÍO
GUAYAS
Andrea Ojeda
Paulina Pérez
Alex Zapatta1

1. PLANTEAMIENTO GENERAL DEL ESTUDIO

Éste artículo sintetiza el reporte del estudio realizado por los autores en el marco del proyecto de
investigación “Tierra y Agua, interrelaciones de un acceso inequitativo”, que el SIPAE, con
apoyo de la entidad de cooperación belga Broederlijk Delen, desarrolló durante los años 2008 y
2009 en torno a las interrelaciones tierra y agua en la cuenca baja del río Guayas.

El estudio tuvo los siguientes objetivos:

1.1 Objetivo general del estudio

Comprender las particularidades de las dinámicas sociales en torno a la tierra y el agua como
recursos productivos, y sus interrelaciones en el eje cañicultor del litoral ecuatoriano.

1.2 Objetivos específicos

a) Comprender las particularidades históricas de la formación de la propiedad agraria y del


desarrollo de la producción de la caña de azúcar y de los ingenios.

1
Los autores quieren agradecer el apoyo del abogado Jesús Zambrano en la elaboración de este estudio.

49
b) Determinar la manera en que se encuentran socialmente distribuidos los recursos
productivos tierra y agua en el eje cañicultor.
Establecer una aproximación a las especificidades de la acumulación de capital en el sector
cañicultor y agroindustrial del azúcar.

1.3 Preguntas de investigación

a) ¿Cómo se articuló el régimen de propiedad privada sobre la tierra en la zona de estudio?


b) ¿Cómo se desarrolló la producción de la caña de azúcar y de los ingenios en el último siglo
y medio?
c) ¿Cómo está socialmente distribuida la tierra y agua en el eje cañicultor del litoral?
¿Qué condiciones se dan las relaciones capital trabajo en la producción de caña y
agroindustrial del azúcar?

1.4 Itinerario metodológico

Revisión bibliográfica y documental que permita situar la problemática en torno a la propiedad


agraria, del agua, de la producción de caña y de los ingenios azucareros en el litoral ecuatoriano.

a) Delimitación geográfica de la zona de estudio.


b) Trabajo de campo para aplicación de estudio agrario y entrevistas a informantes calificados.
c) Organización y sistematización de la información recogida.
d) Elaboración de reporte.

1.5 Delimitación de la zona de estudio

La zona de estudio corresponde a la cuenca baja del río Guayas, especialmente a su eje
cañicultor, comprendido entre el sur este de las provincias del Guayas y Los Ríos y, el
noroccidente de la provincia del Cañar. Debe anotarse que una pequeña parte del eje cañicultor
se encuentra ubicado muy al sur de la provincia del Guayas, en el cantón Naranjal, en un área
que corresponde al sistema hidrográfico del río Jubones.

50
Gráfico 1. Ubicación de la zona azucarera, 2008

MAPA DEL ECUADOR

TERRITORIO DEL
EJE CAÑICULTOR
EN EL SECTOR
COSTA

LOS RIOS

EL GUAYAS

EL CAÑAR
N
CUENCA BAJA DEL RIO
GUAYAS.

FUENTE: SIAGRO (Sistema de información geográfica y agropecuaria).


ELABORADO: SIPAE.
Ilustración 1.- Ubicación de la área azucarera. 2008

Para el desarrollo de la investigación de campo se delimitaron tres zonas. Tal


diferenciación corresponde a la ubicación y la cercanía de los ingenios: una zona identificada en
el área de influencia del ingenio Isabel María (parroquia Pimocha, cantón Babahoyo, provincia
de Los Ríos); una segunda zona de estudio corresponde a la zona cañicultora de los ingenios
Valdez y San Carlos (cantones Simón Bolívar, Marcelino Maridueña, Naranjal, Naranjito,
Milagro, Alfredo Baquerizo Moreno, San Jacinto de Yaguachi, El Triunfo, Simón Bolívar); en
tanto que una tercera zona de estudio fue identificada en torno al ingenio La Troncal – ex
AZTRA- (cantón La Troncal, provincia del Cañar).

51
Gráfico 2. Ubicación de los ingenios azucareros del litoral

DISTRIBUCIÓN DEL CULTIVO DE LA CAÑA


DE AZÚCAR E INGENIOS

INGENIO
ISABEL
MARIA

INGENIO
VALDEZ

INGENIO
SAN CARLOS

INGENIO
LA TRONCAL

FUENTE: SIGAGRO e Investigación de campo


ELABORADO: SIPAE.

52
1.6 Los estudios y análisis previos

Hasta los años 70 del siglo XX, las relaciones sociales de producción en la cuenca baja
del río Guayas y, de modo específico, en su eje cañicultor, fueron abordados críticamente por
intelectuales vinculados a los partidos de izquierda, Socialista y Comunista. De esa vertiente
podrían mencionarse algunos trabajos: de perspectiva sociológica, como “El Montuvio
Ecuatoriano” (1937) de José de la Cuadra; de tipo literario, como “Nuestro Pan” de Enrique Gil
Gilbert (1941); o, trabajos de proyección política, como los escritos de Pedro Saad (1971).

Tras la masacre de trabajadores del ingenio AZTRA aquél fatídico 18 de octubre de


1977, Víctor Granda publicó un detallado trabajo sobre los conflictos laborales en esa
agroindustria (1979). Recientemente, Andrea Ojeda (SIPAE, 2008) estudió las condiciones de
trabajo en la agricultura y agroindustria en el cantón La Troncal.

Más concretamente, el problema de la tierra en la zona de estudio ha sido abordado


desde distintas miradas. A inicios de los 70, en el contexto del proceso de reforma agraria que se
vivía en el Ecuador, Leonardo Vicuña (1970) y Rolando Vicuña (1972) estudiaron las
particularidades del problema agrario en la zona. El Instituto Ecuatoriano de Recursos
Hidráulicos (INERHI) y la Comisión de Estudios para la Cuenca del Río Guayas (CEDEGE), en
el marco de la planificación de sus proyectos de riego, también le dedicaron atención al tema; de
los varios trabajos de esas entidades destaca el generado por la CEDEGE titulado “La tenencia
de la tierra en la cuenca del río Guayas” (1973).

Pero sin duda, el estudio más prolijo sobre cambios en la estructura agraria en el eje
cañicultor de la cuenca baja del río Guayas es el desarrollado por el norteamericano John
Uggen. Con el objeto de realizar una tesis de doctorado para la Universidad de Miami, a inicios
de los 70, Uggen desarrolló una cuidadosa investigación sobre las movilizaciones campesinas
en torno a la lucha por la tierra en las zonas de Milagro, Yaguachi y Naranjal. La tesis titulada
“Peasant Movilization in Ecuador: A case of study of Guayas Province” (1975), fue
complementada con un estudio posterior realizado por el mismo Uggen en el año 1984, que dio
como resultado un libro titulado “Tenencia de la tierra y movilizaciones campesinas” (1993).

Adicionalmente, el SIPAE publicó recientemente un estudio acerca de la actual


estructura de la propiedad sobre la tierra en el cantón La Troncal, en el marco de un conjunto de
estudios sobre la estructura agraria en el Ecuador (2008).

53
El desarrollo de la industria azucarera en el Ecuador ha sido minuciosamente estudiado
desde una perspectiva crítica de las Ciencias Sociales, destacándose el trabajo de Rafael
Guerrero “Los ingenios en el desarrollo del capitalismo en el Ecuador 1900 - 1954” (1978), y el
trabajo de Sabine Fisher titulado “Estado, clases e industria” (1983).

El Estado realizó un amplio estudio sobre el desarrollo de la industria azucarera dando


como resultado un voluminoso trabajo integrado por cinco tomos bajo el título de “Estudios
técnico económicos referentes a la industria azucarera del Ecuador” (1980), bajo
responsabilidad de INCONEC (Ecuador), HVA International BV (Holanda), CODELCON BV
(Holanda) y, Motorcolumbus (Suiza).

El año pasado, el Foro de los Recursos Hídricos presentó el libro titulado “El despojo
del Agua” (2008), amplio análisis sobre el reparto social del agua en el país, con importante
información sobre la distribución del agua de riego en la cuenca baja del río Guayas.

2. ASPECTOS GENERALES DE LA PRODUCCIÓN DE CAÑA EN EL ECUADOR

2.1 El cultivo de la caña de azúcar en el Ecuador

A escala nacional, el cultivo de caña de azúcar tiene diferentes fines según sea la
variedad genética y según la región donde se cultive. De hecho, para la producción de
azúcar, la mayor parte de la producción de la caña se concentra en el litoral, en la
cuenca baja del río Guayas, especialmente en sur y sureste de la provincia de Guayas,
en el sur de la provincia de Los Ríos y en el noroccidente de la provincia del Cañar. En
menor proporción, se cultiva caña para los ingenios en la región interandina y en la
región amazónica.

En la región interandina y en la región amazónica, así como en los pie de


montaña del litoral, la producción de caña se destina principalmente a la elaboración de
panela, aguardiente y dulces artesanales. En la tabla 1, se puede apreciar lo señalado.

54
Tabla 1. Producción nacional de azúcar y demás productos derivados de la caña.
2000
PRODUCCION AZÚCAR (ha) PANELA AGUARDIENTE, SUPERFICIE
FRUTA (ha) TOTAL (ha)
Región costa 51.919 4.277 56.196
Región sierra 30.830 32.596 63.426
Región amazónica 0 5.733 5.733
TOTAL 82.749 42.606 125.355
FUENTE: III Censo Nacional Agropecuario. (2000)
ELABORACIÓN: SIPAE

Según información del Censo agropecuario del año 2000, en el litoral existen
diez cantones con producción de caña para ingenios. Estos cantones, de acuerdo a la
provincia a la que pertenecen, son: en la provincia de los Ríos, Babahoyo; en la
provincia Guayas, cantones Alfredo Baquerizo Moreno, El Triunfo, Milagro, Naranjito,
Naranjal, San Jacinto de Yaguachi, Simón Bolívar y Marcelino Maridueña; y, en la
provincia del Cañar, el cantón La Troncal.

2.2 Características climáticas en el eje cañicultor del litoral

Las condiciones climáticas en las zonas dedicadas a la producción de caña de


azúcar, difieren entre sí. Por ejemplo, existen diferencias en los niveles de luminosidad.
Así, en la zona de Milagro y Babahoyo se registran 1000 horas / sol / año, es decir 2,6
horas sol/día; a diferencia de la Troncal, que registra 589 horas / sol / año, teniendo por
lo tanto menores rendimientos en la producción de azúcar.

En cuanto a la precipitación anual, Babahoyo registra una menor cantidad de


lluvia; sin embargo, este aspecto no incide en el desarrollo del cultivo porque esa zona
dispone de un importante sistema fluvial.

55
Tabla 2. Condiciones climáticas en diferentes localidades de influencia
de la caña de azúcar (2005).
LOCALIDAD LLUVIA TEMPERATURA HELIOFANÍA
(mm/año) MEDIA (ºC) (horas/día)
Babahoyo 920 25,47 2,6
Milagro 1.454 25,8 2,6
La Troncal 2.396 25,9 1,7
FUENTE: INAMHI (2005)
ELABORADO: SIPAE

La topografía donde se desarrolla el cultivo de caña de azúcar tiene una altitud


de 50 a 100 msnm, dando una ligera condición de planicie. A esto se añade que los
suelos con caña de azúcar u otros cultivos han sido acondicionados con maquinaria
agrícola.

2.3 La producción de azúcar

La gran dinámica del sector azucarero en el litoral se produce en la época de


verano - julio a diciembre -, “periodo de zafra”, a diferencia de la sierra que ocurre todo
el año. Durante la cosecha, asegurando las condiciones óptimas de los cañaverales, los
ingenios a través de mano de obra y/o maquinaria cortan los canteros propios y de
productores; fuera de estos meses de cosecha, se da “el periodo de inter zafra”, época
de invierno - enero a junio - donde se realiza el mantenimiento de los canteros y de la
fábrica.

La producción de caña de azúcar de ingenios autoabastece la demanda nacional,


llegando incluso a producir un excedente destinado a la exportación. Según el Servicio
de Información y Censo Agropecuario (SICA), para el año 2004 la producción nacional
de azúcar fue de 462,303 TM.

56
La producción azucarera esta diversificada, ofrece algunos tipos de azúcar cruda:
rojo, rubio, sulfitado, blanco, refinado, dependiendo de la coloración, la misma que esta
en función principalmente del porcentaje de sacarosa, azúcar impalpable, panela, panela
granulada, miel de caña.

La producción de azúcar es procesada por seis ingenios: Valdez y San Carlos,


ubicados en la provincia del Guayas; La Troncal (ex AZTRA), en la provincia del
Cañar; Isabel María en Los Ríos; IANCEN en Imbabura; y, Monterrey en la provincia
de Loja.

El 92.19 % de la producción nacional de azúcar está concentrado en los ingenios


del Litoral. Según FENAZUCAR, la participación porcentual de los ingenios del litoral
en la producción azucarera durante los años 2004 – 2005, fue la siguiente:

Tabla 3. Ingenios: participación en la producción


nacional de azúcar
Ingenio Producción (%)
Isabel María 1,45
Valdez 30,11
San Carlos 32,86
La Troncal 27,77
Total 92,19
FUENTE: FENAZUCAR (2006)
ELABORADO: SIPAE

La venta de azúcar por parte de los ingenios es libre, no existen restricciones por
parte del Estado, por zonificación, ni cupos de venta; se almacena el producto en sus
bodegas, para posteriormente vender el azúcar al por mayor a industriales (confiterías2,
gaseosas, alimentos y farmacéuticos), grandes mayoristas (los que adquieren el producto
directamente), comisariatos, minoristas (tiendas, los mismos que se encargan de vender
a los consumidores finales).
2
La industria confitera ecuatoriana se siente perjudicada por las políticas de protección estatal que rigen para el azúcar, debe comprar azúcar nacional cuyo
precio es el doble del que se vende a nivel internacional. (Caravali, Jorge, 2006).

57
El sector azucarero, por el poder económico y político alcanzado, se encuentra
consolidado: con sistemas propios de comercialización; de hecho, la mayoría de los
ingenios disponen de puntos directos de comercialización, reduciendo la presencia de
intermediarios; en la última década se han creado centros de investigación para el
desarrollo tecnológico. Los propietarios de ingenios y grandes productores de caña han
desplegado una estructura organizativa en defensa de sus intereses: la Unión Nacional
de Cañicultores del Ecuador (UNCE) creada en 1.987; la Federación Nacional de
azucareros –FENAZUCAR-. Debe agregarse a lo dicho, que el sector azucarero ha
logrado tener un posicionamiento importante frente las negociaciones comerciales, en el
ámbito nacional e internacional; han conseguido beneficiarse del Sistema Andino de
Franjas de Precios – SAFP; así como del mecanismo de indexación de los precios.

2.4 Variedades de la caña de azúcar

Una de las variedades genéticas predominantes del cultivo de la caña de azúcar es la


denominada Ragnar sembrada en el 74% del área cañera para azúcar. Desde el 2005 se
han incorporado clones para complementar a la variedad Ragnar, que han sido
desarrollados por el Centro de Investigación de la caña de azúcar.

Tabla 4. Superficie sembrada por variedad en tres ingenios


azucareros de Ecuador, 2005
Variedad Total hectáreas
San Carlos Valdez La Troncal
Ragnar 15.435 13.491 18.523
B76-78 4.118 838
CR74-250 3.716
CC85-92 2.256
PR67-1070 991
C132-81 541
VARIAS 1.128 778 2.303
Totales 23.526 18.388 22.205
FUENTE: CINCAE (2005).
ELABORADO: SIPAE

58
2.5 Principales industrias consumidoras de azúcar y subproductos

La caña de azúcar es uno de los cultivos que más articulaciones posibilita entre
la agricultura y la industria. En el siguiente cuadro se detalla el destino industrial que
tiene el azúcar y los subproductos:

Tabla 5. Principales industrias consumidoras de azúcar y subproductos


Productos Empresas
Bebidas y gaseosas Orangine, Unión Vinícola Inter., Chivería, Trica S.A., Cervecería
Andina, Industrias Quevedo, Bebidas Andinas, E.B.C., C.B.C, Industria
Conservera del Guayas, Ecuavegetal, Embotelladora Azuay, Pepsi,
Sumesa, Begazuay, Pasteurizadora Quito, Schullo, Toni, Lácteos San
Antonio, Cruz, Induquito, Alpina, Lácteos Nápoles, Fruit, Emprooro,
Biela.
Comercio y Tía, Florandina, Ruales Donoso, Sociedad Frutera Nacional, Panificadora
fabricación de Moderna, Incremar, Celnasa, Amyel, Falimensa, Levapan, Elito, Snob,
alimentos procesados Fermepan, Agrícola Oficial, Productora Toscana, Panificadora
California, Norteéis S.A., Marcseal S. A. Industrial F.G.H., Harinosa,
Camari, Pan Mariscal, Frescopan, Panadería Nacional, Hilton Colón,
Figallo.
Confites Manina, Ferrero, Confiteca, La Universal, Nabisco Royal, Gustaff,
Chocolates Noboa, Ecuagolosinas, Chocolates la Perla, Nestle, Dulces y
Caramelos Ecuatotianos, Kaumal, Galletas Pecosa, Confrunas, Dulcinea.
Helados Servihelados, Pingüino, King Bolo, Halados Turrón, Induhelados S. A.
Industria Bristol Bayer, Lab. H.G., Lab. Kronos, Lab. Mopaz, Lab. Life, Lab.
farmacéutica Bajrner, Farmayala
Industria alcoholera Producargo S.A., Soderal, Codanasa, Alcohorsa
Papel Papelera Nacional
FUENTE: www.embajadadelbrasil.org.ec
ELABORACION: SIPAE

2.6 Reciclaje agroindustrial de la caña de azúcar

59
Los subproductos de la caña de azúcar procesada en los ingenios son: bagazo,
melaza y cachaza.

El bagazo, que es la fibra de la caña de azúcar, se clasifica en meollo y fibra. La


primera se puede hidrolizar y obtener alimento para animales; en tanto que la fibra es un
subproducto que desde el año 2005 viene siendo utilizado en la generación de energía;
de hecho, durante la época de zafra, los tres ingenios más grandes venden energía al
sistema interconectado. Debe resaltarse que también el bagazo se utiliza en la industria
papelera; de hecho, parte del bagazo que sale de los ingenios Isabel María y San Carlos
se utiliza en esa industria.

La cachaza es un residuo compuesto por las espumas e impurezas que


sobrenadan en el jugo de la caña de azúcar al someterlo a la acción del fuego. La
cachaza se utiliza como alimento y fertilizante (abono orgánico). Por cada tonelada de
caña, se obtiene 0,04 TM.

La melaza es un producto residual de la industria azucarera, producto de la


reducción del jugo de caña por evaporación, obteniéndose un líquido espeso, de color
parduzco oscuro, ligeramente amargo. La melaza es usada como alimento para el
ganado y también para producir alcohol; esto explica que algunas de las empresas
productoras de alcohol estén vinculados a los ingenios. En el siguiente cuadro se detalla
ésta articulación:

Tabla 6. Relación de las empresas productoras de alcohol con los ingenios en la


cuenca baja del río Guayas
Empresa de alcohol Ingenio al que se Ubicación
encuentra vinculado
ALCOHORSA Isabel María Pimocha
CODANASA Valdez y San Carlos Milagro
SODERAL San Carlos Marcelino Maridueña
PRODUCARGO La Troncal (ex AZTRA) La Troncal
FUENTE: FENAZUCAR (2006) e Investigación de campo.
ELABORACIÓN: SIPAE

60
Debe señalarse que ALCOHORSA se dedica a la producción de alcohol
antiséptico y, esta fábrica no pertenece al ingenio, ni a ninguno de sus accionistas.

3. CAMBIOS EN LA ESTRUCTURA DE TENENCIA DE LA TIERRA EN EL EJE


CAÑICULTOR DE LA CUENCA BAJA DEL RÍO GUAYAS

3.1 Antecedentes

John Uggen (1993), diferencia dos orígenes de la gran propiedad agraria:

a) De origen colonial - relativamente pocas haciendas.


b) De origen republicano - la mayoría de las haciendas.

Con el pasar de los años, sobre todo luego de la crisis cacaotera, con los procesos de
reestructuración de la propiedad agraria, las propiedades de origen colonial y las de origen
republicano se dividen o fusionan; pero sin que ello signifique, en modo alguno – ni siquiera en
el proceso de reforma agraria –, que las élites guayaquileñas hayan llegado a perder el control
hegemónico sobre el tierra.

3.2 Las propiedades de origen colonial

Las amplias tierras no cultivadas de la América colonizada por España fueron


consideradas como regalía de la Corona y denominadas indistintamente como “baldías” o
“realengas”. La forma que tenían los particulares para acceder a ellas fue evolucionando, según
avanzó en el tiempo el proceso de colonización (Ots Capdequí, José María. 1968):

a) Inicialmente, el acceso a esas tierras se realizó a través de los “repartimentos”, realizados


por los jefes expedicionarios en los primeros años de la conquista.
b) Más adelante, el acceso a las tierras fue posible a través de las “reales cédulas”, ordinarias o
extraordinarias, “de gracia” o “merced”.
c) Finalmente, consolidada la conquista, el acceso a las tierras “baldías” o “realengas” fue
mediante la adjudicación pública en subasta.

61
En los mecanismos señalados en los literales a) y b), el acceso a las tierras “baldías” o
“realengas” era gratuito, “por méritos”; no fue así con el mecanismo señalado en el literal c), en
donde el interesado debía cancelar el valor pactado en el remate.

La consolidación del mecanismo de subasta o remate de tierras no significó el fin del


acceso gratuito a la tierra gracias a las reales cédulas que, aunque en menor proporción, se
continuaba dando hasta muy avanzado el régimen colonial (Ots Capdequí, José María. 1968).
De hecho, los procesos de apropiación de tierras en la cuenca baja del río Guayas, al parecer
está muy asociado a una Real Cédula de 1780, según la cual, de manera muy generosa, las
autoridades reales ceden el dominio “de las propiedades de la Corona que estaban baldías” en
beneficio de “cualquiera que pudiera cultivarlas”. Empezaron a constituirse desde entonces las
llamadas “acciones de sitio o de montaña”. (Uggen 1993).

Uggen afirma que en lo que hoy se denomina “eje azucarero”, no fueron muchas las
propiedades de origen colonial; según él, están las haciendas que sobrevivieron a las guerras de
la independencia, fueron apenas tres:

– La hacienda Tenguel, de los Caamaño que, como “Tenguel Estates Limited” – de capitales
nacionales e ingleses - llegó a ser la plantación cacaotera más grande del mundo. Fue
rematada en 1926 por el Banco Territorial, debido a deudas. En 1933, fue adquirida por la
United Fruit que la mantuvo hasta 1962.
– La hacienda Papayal, de propiedad de Josefa Rodríguez De Bejarano (madre de Vicente
Rocafuerte). A la muerte de la señora, la propiedad se dividió en tres haciendas: Conducta,
Naranjito y Venecia. La hacienda Conducta, fue heredada por Vicente Rocafuerte. A la
muerte de éste, su viuda, entregó en arriendo una parte de la hacienda a favor del Sr.
Leonardo Yerovi, quien fundaría en 1884 uno de los primeros ingenios del país: el
“Rocafuerte”.
– La hacienda Rircay, propiedad que en algún momento llegó a ser de un tal Bartolomé
Serrano y, en otro momento del conocido hacendado cuencano Pío Bravo, se extendía desde
Cañar hasta Boca de los Sapos (El Triunfo). Solo fue colonizada desde los años 40 del s.
XX.

3.3 Las propiedades de origen republicano

En cuanto a la conformación de la propiedad agraria en el período republicano en la


zona de estudio, es necesario distinguir, diferenciar, los siguientes momentos:

62
– 1833 – 1869: Apropiación de tierras comunales
– 1870 – 1924: Consolidación de las propiedades cacaoteras y cañicultoras
– 1925 – 1960: Reestructuración de la propiedad agraria
– 1961 – 1981: Afectaciones en el marco de la reforma agraria
– 1982 – 2008: Ampliación de la gran propiedad agraria en las zonas de caña

3.3.1 La apropiación de tierras comunales

En los últimos años de la Colonia, la Real Cédula de 1780 - a la que ya se hizo


referencia - fue uno de los impulsos oficiales a la apropiación de tierras comunales.

Tal impulso se vería complementado en los primeros años de la República, cuando Juan
José Flores, con el pretexto de indemnizar los servicios militares de parte de la oficialidad y
cubrir parte de las deudas adquiridas para las guerras de la independencia y la guerra con el
Perú, dispusiera -mediante Decreto de enero 16 de 1833-, la reversión de “los sobrantes de los
resguardos y demás bienes de comunidad”; en la práctica, ésta fue una medida de despojo de
tierras de las comunidades indígenas con particular incidencia en la Costa. A la expropiación de
tierras comunales, Flores agregó la obligación de un tributo - Ley de Contribución Personal –
especialmente gravoso para la población indígena. (Núñez S. Jorge. 1978).

Tales medidas, sumadas a contradicciones no resueltas en las guerras de la


independencia, fueron respondidas por las comunidades indígenas de la costa, incorporándose a
la llamada “Revolución de los Chihuahuas” (1833 – 1837), que hizo de casi todo el litoral,
escenario de una insurrección popular. (Núñez S. Jorge. 1978).

No obstante la resistencia indígena en el litoral, el proceso de despojo de las tierras


comunales se mantuvo. Uggen (1993) ha logrado documentar algunos casos de despojo:

En 1835, se produce el remate de la legua de Ñauza que es adquirida por un tal B.


Cornejo quien, posteriormente la vende a Camilo Landín; y éste, en 1870 vende los terrenos de
Ñauza a Ricardo Planas.

Tras el remate de la legua de Chirijo se conformó la hacienda Milagro. Adjudicada por


el Gral. Flores a favor de María Morán, posteriormente, en 1942, ésta hacienda pasó a poder de
la Caja del Seguro. Transferida luego por venta al Banco Nacional de Fomento, éste lo parceló
en favor de los finqueros.

63
La legua de Cone fue rematada en pago “por servicios militares al Gral. José Mires”;
tras la muerte de éste, fue adquirida por Manuel Ycaza Silva. Una parte de estas tierras pasaron
a conformar la hacienda “Maruja”, en tanto que el resto fueron incorporadas por Ycaza a la
antigua hacienda Angélica (14000 ha.).

Para 1890, los Ycaza Paredes consolidaron el dominio de las tierras que originalmente
fueron propiedad de las comunidades de La Saiba, Cerro de la Ensenada, Palma de Pena, El
Guasmo.

De hecho, el núcleo inicial del ingenio Valdez, se asienta sobre el fundo antiguo San
Jacinto del Chirijo y del primitivo sitio comunero “Caimito de las Varas”.

3.3.2 Consolidación de las propiedades cacaoteras

Se constituye una clase terrateniente cacaotera a lo largo del siglo XIX, se abre la
frontera y monopoliza las tierras de acceso más fácil. Para 1900 encontramos una clase
plenamente constituida (Guerrero, Andrés. 1994).

De acuerdo a las cifras catastrales, a escala nacional se contaban a comienzos del siglo
XX con unos 4.837 fundos y más de 58 millones de árboles de cacao. Las grandes provincias
cacaoteras (Guayas y Los Ríos) eran aquellas donde las condiciones de transporte presentaban
mayores facilidades naturales, gracias a la red fluvial, para conducir la producción al puerto de
Guayaquil (Guerrero. 1994).

La importancia que tuvieron las vías de comunicación para las explotaciones de cacao,
caucho y caña, explica el hecho de que en la “época formativa” de las haciendas, éstas se
concentraron a lo largo de los sistemas fluviales; en tanto que las zonas que carecían de ríos
quedarían “baldías” hasta bien entrado el s. XX. A decir de Andrés Guerrero (1994) la red
fluvial densa del río Guayas elimina uno de los problemas esenciales de este tipo de producción
agrícola de exportación, constituido por las fuertes inversiones en medios de transporte
necesarios para acarrear el producto de las haciendas al puerto de exportación y que implican el
alza de los costos.

En esta misma línea de reflexión, debe enfatizarse la importancia que tuvo el ferrocarril
en la rearticulación de la propiedad agraria en la zona de estudio. En 1875. Yaguachi y Milagro
fueron las dos primeras poblaciones en estar interconectadas por el tren. A partir de entonces, la

64
historia de la propiedad agraria estará íntimamente ligada a la historia del ferrocarril (Uggen.
1993).

Gráfico 3. Ubicación de los ingenios azucareros en 1930 y su correspondencia con la línea


férrea

I INGENIOS AZUCAREROS
UBICACIÓN DE LOS
LÍNEA FERREA - 1930

FUENTES: SIGAGRO e investigación de campo.


ELABORADO: SIPAE

Otro tanto sucede con las vías carrozables. A partir de mediados de los años 40 del s.
XX, el vínculo “vías de comunicación – propiedad agraria”, se ampliará a las vías carrozables:
Durán – Tambo (1948), la vía a Naranjal y Milagro; en donde se empiezan a verificar procesos
de acaparamiento de tierras. La inauguración del tramo a Milagro en 1952 - a partir de la vía
Durán – Tambo -, subió el valor comercial de las haciendas Maruja, Eugenia y San Miguel y
fomentó el mercado de tierras. (Ibid).

A partir de 1885 y hasta inicios de la Primera Guerra Mundial, el Ecuador va a disfrutar


de un auge nunca antes conocido de las exportaciones del cacao. La situación favorable del

65
cacao ecuatoriano en el mercado mundial conduce a la extensión de grandes haciendas
dedicadas al cacao (Guerrero, Andrés. 1994. Op. Cit.). En este período se consolida la gran
propiedad cacaotera en la zona. De las diez más importantes familias cacaoteras: los Seminario,
los Aspiazu, los Morla, los Caamaño, los Durán Ballén, los Ycaza, los Avilés, los Sáenz, los
Aguirre, los Acevedo y los Puga, seis tenían propiedades en la zona de Milagro.

Con las ganancias extraordinarias de la producción del cacao los propietarios de las
plantaciones, para consolidar su poder político y económico, fundan bancos y compañías,
siendo ellos parte de los directorios de tales empresas.

3.3.3 Reestructuración de la propiedad agraria

Entre 1914 y 1925, el auge de la producción y exportación cacaotera entra en crisis.


Lois Crawford de Roberts (1980) explica la crisis en los siguientes términos: El principal
producto de exportación del Ecuador creció en desproporción, mientras sus condiciones
favorables de mercado eran desafiadas por tres causas. En primer lugar, hubo severos ajustes de
mercado, aunque de corta vida, producidos por la Primera Guerra Mundial. Más serio era el
crecimiento de la competencia del África Occidental Británica y de Brasil en el mercado
Mundial. Por último, estaban dos enfermedades fungosas que iban a arruinar verdaderamente las
plantaciones de cacao: la monilia y la escoba de bruja.

La crisis del cacao desencadenó una crisis generalizada de la economía ecuatoriana,


siendo los trabajadores y sectores populares los más golpeados. El desempleo y el hambre
extendían su reinado. Ello explica la movilización popular del 15 de noviembre de 1922 en
Guayaquil, que será enfrentada por el gobierno liberal, con una masacre. El liberalismo placista
y sus gobiernos, designados todos ellos con la anuencia del Banco Comercial y Agrícola,
quedan entonces “sin piso político”. Es en ese contexto que el 9 de julio de 1925, los militares
jóvenes encabezan una revolución que pasará a la historia como “La Juliana”.

La crisis reseñada, explica los procesos de disolución de la hacienda cacaotera


tradicional. Productores azucareros, compañías extranjeras, especuladores, terratenientes de
nuevo cuño, empiezan a adquirir las haciendas de la zona.

El capital extranjero aprovechó la crisis cacaotera. La norteamericana “Ecuadorian


Corporation” compró las haciendas San Miguel, Panigón y parte de la hacienda Naranjito, en el
sitio denominado Supaypungo (sector que más adelante será denominado como “Presley
Norton”); en conjunto, las tres propiedades ocupaban una superficie superior a las 7.000 ha.
66
Otra norteamericana, la “W. R. Grace” compró el antiguo ingenio “Rocafuerte”. La compañía
chilena “Echeverría Ltd.” adquirió catorce propiedades entre Naranjal y Milagro – entre otras
propiedades, esa empresa adquirió lo que quedaba de la hacienda Papayal; solo los fundos Taura
y Vainillo adquiridos también por la “Echeverría” sumaban en conjunto más de 30.000 ha.-. La
norteamericana “United Fruit” adquirió la hacienda “Tenguel”. Su subsidiaria, la Cía. Agrícola
del Guayas adquirió fraudulentamente los terrenos por donde iba a pasar la vía Durán – Tambo,
además adquirió casi todas las propiedades que originalmente fueron adquiridas por la chilena
“Echeverría”. Por su parte, otra empresa chilena, la “Frutera Sudamericana” compró las
haciendas “La Elvira”, “Nueva América”, “María Esther”, “La Florida” y “Balao Chico”,
siendo destinadas éstas a la producción bananera (Uggen. 1993).

Tras la Revolución Juliana, el Banco Comercial y Agrícola empezó un lento y largo


proceso de liquidación. Sin embargo antes, en 1923, el Banco adquiere el ingenio San Carlos.
Concluido el proceso de liquidación, en 1937 los socios de ese Banco se rearticulan como
“Sociedad Agrícola e Industrial San Carlos”, manteniendo el control de dicho ingenio. A partir
de 1940, esa Sociedad comenzó a extenderse a expensas de las haciendas cacaoteras. Adquirió
la mayor parte de la hacienda “Venecia” y, entre 1940 y 1976, adquirió 16 propiedades más.
Cada compra estaba marcada por procesos de desalojo de finqueros campesinos.

3.3.4 Afectaciones en el marco de la reforma agraria

Con respecto al proceso de reforma agraria en esta zona, es necesario señalar algunos
antecedentes. Desde fines de los años 20, con el apoyo del Partido Comunista del Ecuador, se
articulan diversas estructuras organizativas de tipo sindical, ejemplo de ello son la Central
Sindical – Campesina en Milagro; y, el Sindicato Campesino de Naranjal. Entre 1934 y 1935, se
conforman estructuras sindicales en el ingenio San Carlos; en la hacienda Angélica; en la
hacienda Venecia; y, en la Isla de Rocafuerte en Milagro. Poco después, en 1939, se conforma
el sindicato en el ingenio Valdez. Todas esas estructuras sindicales, bajo la orientación del
Partido Comunista, van a confluir en 1954, en la conformación de la Federación de
Trabajadores Agrícolas del Litoral (FTAL). Hasta 1958, entre las haciendas de Milagro,
Yaguachi y Naranjal se llegaron a conformar 35 sindicatos con reconocimiento jurídico; se
estima, sin embargo, que el movimiento sindical fue mucho más amplio. Los años 50 fueron
también el momento de mayor apogeo de la lucha en contra de la penetración del capital
monopólico transnacional (Uggen. 1993).

67
En medio de ese proceso de efervescencia organizativa de tipo clasista, en 1955, en el
sector “Rosa María”, se reactiva el Comité de Expropiación de terrenos del ingenio Valdez,
organización que va a jugar un rol destacado en la lucha por la tierra en la zona de Milagro. En
“Rosa María” vivían en condiciones de hacinamiento los trabajadores agrícolas y sus familias
que habían sido expulsados de las haciendas cacaoteras. El Comité impulsaba la lucha por la
tierra en dos direcciones: por un lado, presionaba para que el ingenio Valdez ceda terrenos para
vivienda popular; por otro lado, el Comité agrupaba a los finqueros de la hacienda “Maruja”,
que estaban en conflicto con su propietario Jacinto Jouvín Cisneros, un funesto latifundista
empecinado en desalojar a los finqueros de su hacienda. A los finqueros de “Maruja”, se
adhirieron los finqueros de “La Eugenia”. Para el año 1961, el Comité de Expropiación se
convierte en la “Cooperativa 5 de Junio” y en esta condición, en 1965, alcanza a recuperar las
tierras de ambas haciendas aunque, con compensación económica de por medio. (Ibid.).

A inicios de los años 60, las haciendas “Taura” y “Vainillo” de propiedad de la


Compañía Agrícola del Guayas, subsidiaria de la United Fruit, fueron parceladas y vendidas a
bananeros que se comprometían a entregar la fruta a esa empresa norteamericana. La “Sociedad
Agrícola Buena Fe”, cuyo mayor accionista era Esteban Quirola, adquiere 11.570 ha.

Ante esta situación, que cuestionaba las posibilidades de reasentamiento campesino,


entre 1961 – 1963 se van a registrar un sinnúmero de tomas de tierras por parte de los
campesinos.

En 1962, la lucha por la tierra se vio impulsada por la invasión por parte de los ex
trabajadores a la hacienda Tenguel. Frente a ello, la United Fruit, no tuvo más alternativa que
vender la hacienda al Estado que, luego parceló el predio y vendió a los ex trabajadores.

En ese contexto era inevitable la promulgación de una Ley de Reforma Agraria. Las
discusiones entre las clases propietarias giraban en torno al carácter y alcance de esa Ley que
debía equilibrar las visiones del sector más tradicional de los latifundistas y el más moderno y,
entre los intereses de los latifundistas costeños y el de los latifundistas serranos. Al final, en
1964 se promulgó la Ley, cuidadosamente elaborada para no amenazar intereses de
latifundistas.

Ese mismo año -1965 - se promulgó la Ley de Tierras Baldías, que amplió un poco el
alcance de la Ley de Reforma Agraria, al declarar nulos los títulos basados en “derechos y

68
acciones de sitio o montaña”. Esto afectaba a muchos propietarios de la costa que, habían
fundado sus propiedades en dichos títulos.

En 1965, el IERAC abrió una oficina en Milagro y anuncio la liquidación de las


relaciones precaristas. Por presión de la Cooperativa “5 de Junio” se expropió la hacienda “El
Peligro” del ingenio San Carlos. Entre 1965 y 1976, el IERAC intervino en un total de 90.000
hectáreas en los cantones Milagro, Yaguachi y Naranjal (un 23% de la superficie total de los
tres cantones). En el mismo período el IERAC intervino en otras 41.000 ha en la hacienda
“Papayal” (Uggen. 1993).

3.3.5 Ampliación de la gran propiedad agraria en las zonas de la caña

Los datos generados por el III Censo Agropecuario permiten tener una idea de cómo a
inicios de esa década se encontraba la distribución social de las superficies dedicadas a la
producción de caña para ingenios en el país: las unidades de producción (UPA) con superficies
menores a 10 hectáreas, representan apenas el 3,2% del total de las UPA; aquellas propiedades
de entre 10 y menos de 50 hectáreas, representan el 9,2% del total de las UPA; las propiedades
comprendidas entre 50 y menos de 200 hectáreas representan el 11,93 del total de las UPAS, en
tanto que las propiedades de 200 hectáreas y más, representan el 75,7 del total de las UPA
dedicadas a la producción de caña para ingenios azucareros. Hay, como se puede apreciar en la
información censal, un importante grado de concentración latifundista de las tierras en la
producción de caña para ingenios.

En lo que tiene que ver específicamente con las plantaciones de caña de los ingenios –
dejando por fuera a los finqueros y cañicultores proveedores -, desde 1979 se registra un
importante crecimiento de la superficie de los ingenios establecidos en la cuenca baja del río
Guayas, que prácticamente duplicaron la superficie de sus cultivos. Tal es la realidad que se
aprecia en el siguiente cuadro:

Tabla 7. Distribución superficie según ingenio azucarero. 1979 -2008


INGENIOS 1979* 2008 **
La Troncal (ex - AZTRA ) 16.044 25.000
San Carlos 15.641 26.000
Valdez 9.937 26.000

69
Isabel María 1.671 1.800
TOTAL 33.331 78.800
FUENTE:* Estudios Técnicos Económicos referentes a la Industria azucarera en Ecuador (1980); ** Investigación
de campo (2008)
ELABORADO: SIPAE

Como se puede observar en el gráfico insertado a continuación, la superficie de caña


cultivada por los ingenios es superior a la superficie cultivada por los finqueros y cañicultores
proveedores; esto, no obstante de que la mayoría de cañicultores – que producen caña para
ingenios – son también, como ya quedó señalado, grandes propietarios.

Gráfico 4. Superficie de caña de azúcar por ingenios azucareros

FUENTE: Estudios Técnico – Económico Referente a la Industria Azucarera en Ecuador (1980); Investigación de
campo (2008).
ELABORADO: SIPAE

Los mecanismos de expansión de superficie de caña de azúcar se realizan a través de la


vinculación de nuevos productores (finqueros3 y cañicultores4), inicialmente con apoyo de los
ingenios, así lo confirma un productor del ingenio VALDEZ “Para la década de los 80
VALDEZ si apoyaba a los cañicultores, con maquinaria, en créditos; en la actualidad ya no”.
3
Finqueros, que dependen de la producción de varios cultivos.
4
Cañicultores, que dependen solo de la caña de azúcar.

70
La tierra de los ingenios azucareros se incrementa existiendo una reconcentración de la
misma. La adquisición de este recurso se da a través de varios mecanismos. Según un poblador
de Marcelino Maridueña, “En 1985 [los empleados del ingenio San Carlos] presionaron a
ciertos productores pequeños, los mismos que vendieron sus tierras. En la hacienda las Vegas,
hostigaban a los finqueros, hoy sus hijos son trabajadores de San Carlos”. Privatizado el
Ingenio AZTRA – al que se le cambió de nombre, pasando a denominarse “ECUDOS” – y, en
su lógica de expansión, contribuyó a que se realice inversiones en el cultivo de caña de azúcar,
pues requería caña de productores independientes. Para el año 1996 existe un pico de créditos
tanto por el Banco Nacional de Fomento y así como de la banca privada para el cultivo de caña
de azúcar. En el año de 1998 el fenómeno del niño afecta la producción de caña, no pudiendo
realizar los cortes, ni pagar las deudas a los bancos. Esta crisis es aprovechada para fomentar un
proceso de acaparamiento de tierras en provecho del Ingenio AZTRA (privatizado) así como de
grandes y medianos propietarios. Tal situación ya ocurrió anteriormente (1994) con la crisis que
sufrieron los pequeñas bananeros.

El acaparamiento de la propiedad agraria tiene como contrapartida la exclusión del


acceso a la tierra de muchos campesinos, aunque solo fuera para vivienda; ello ha derivado en
tomas de tierra, como la que sucedió en el año 2005, cuando se invadieron las áreas adyacentes
a las cunetas y canales de regadío del sistema de riego Manuel J. Calle.

En el proceso de expansión del cultivo de caña de azúcar, en la década de los 90, se


crean mecanismo de fortalecimiento de los grandes y medianos productores de caña: nuevas
asociaciones de cañicultores; creación de centros de investigación: Centro de investigaciones de
caña de azúcar (CINCAE), Centro Nacional de Investigación de la Caña de Azúcar (CNICA),
Fundación para la Investigación Azucarera del Ecuador (FIADE).

Pero además, los ingenios aumentaron su capacidad de molienda, así como también la
implementación de otras agroindustrias como las alcoholeras - para ejemplificar, basta recordar
que en noviembre de 1992 se inauguró SODERAL S.A., fábrica de alcoholes que utiliza la
melaza de los ingenios como materia prima-.

En cuanto al uso del agua, en el año 2000, el III Censo Nacional Agropecuario registró
82.749 ha dedicadas al cultivo de caña de azúcar para ingenios. De esa superficie, 78.303 ha
tenían riego seguro, es decir, el 94,63 % del total de la superficie cultivada. Es decir, la gran
propiedad agraria de la caña tiene garantizada el agua.

71
4. EL DESARROLLO DE LA INDUSTRIA DE LA CAÑA EN UNA
RESTROSPECTIVA HISTÓRICA

4. 1 Orígenes y desarrollo de la industria azucarera

Rafael Guerrero (1978) ubica en los siguientes términos el contexto económico en el


que surge la industria azucarera en el Ecuador:

Hacia fines del siglo XIX la formación social ecuatoriana inicia un período de
profundas transformaciones, ligadas a una inserción más profunda en el sistema capitalista
mundial en calidad de proveedor de materias primas. Contrariamente a períodos anteriores,
esta inserción se desenvuelve alrededor de un proceso de concentración de la propiedad en la
zona costera y de desarrollo de las relaciones de producción asalariadas. El cuadro de clases
comienza a variar fundamentalmente, tanto por el nacimiento del proletariado de las fábricas y
servicios de la ciudad de Guayaquil, como por la configuración de una nueva clase
hegemónica: la burguesía agroexportadora y bancaria. Esta clase, a través de la revolución
Alfarista accede al poder y luego de romper los signos más visibles de la dominación
terrateniente eclesiástica, subordina a éstos en lo que sería el gobierno placista.

Los ingenios azucareros surgen en ese contexto, sobre la base de la transformación de


los artesanales trapiches del pasado para configurarse rápidamente en uno “de los principales
canales de acumulación de la burguesía..” (Guerrero Rafael. 1978).

En cuanto a los momentos históricos del desarrollo de la industria azucarera, quizá


podrían identificarse cuatro grandes momentos:

a) Desarrollo incipiente – artesanal, hasta 1880.


b) Capitalización inicial y primeros pasos hacia su desarrollo industrial, hasta 1914.
c) Auge de la industria azucarera, hasta 1949.
d) Monopolización de la producción de azúcar, desde la década de los 50 hasta la actualidad.

Hasta inicios de la década de los 80 del siglo XIX, cuando empiezan a fundarse los
primeros ingenios con una significativa capacidad de molienda, la producción de azúcar estaba
concentrada en trapiches artesanales, de tracción animal, sin mayor trascendencia económica.

72
En 1880, la compra de la hacienda Milagro por parte de Rafael Valdez y la consiguiente
instalación de un ingenio cuatro años después, tras haberse obtenido un crédito por parte del
Banco del Ecuador, dio origen a la primera producción significativa de azúcar: 18.429 quintales
(Comisión Nacional del Azúcar. 1971. Citada por Guerrero, Rafael. 1978). Arrancaba entonces
un incipiente proceso de capitalización y desarrollo industrial del azúcar.

En 1892, tras comprar la hacienda “Santa Rosa”, Homero Morla, hacendado cacaotero y
banquero, fundó el ingenio Santa Rosa del Chobo que posteriormente pasará a denominarse
ingenio “Luz María”.

Un año después, en 1893, el comerciante Carlos Lynch adquiere la propiedad que


pertenecía a José Bermeo, ubicada en el sitio denominado Playa de Piedra, en donde había unas
pocas matas de cacao y 800 cuadras de caña de azúcar, situadas cerca de la confluencia de los
ríos Chimbo y Chanchan en el cantón Yaguachi. Para 1905, el ingenio contaba con un trapiche
sistema Harvez de fabricación inglesa. (Guerrero. 1978).

Gráfico 5. Superficie de caña de azúcar del Ingenio San Carlos

MAPA 5. Superficie de caña de azúcar. Ingenio “San Carlos”. 2008

FUENTE: ?
ELABORADO: SIPAE

73
Rafael Guerrero (1978), a quien estamos citando, explica que el incipiente desarrollo
industrial de la producción de azúcar, en buena medida obedecía a que, a diferencia de lo que
ocurría con las haciendas cacaoteras, la composición orgánica de capital requerida para los
ingenios era bastante alta; requerimiento que no podía ser satisfecho por la limitación de la
fuerza de trabajo asalariada en la cuenca baja del río Guayas. De hecho, no es sino hasta inicios
del siglo XX que la costa y la sierra se unen por la vía férrea, posibilitando el flujo de mano de
obra hacia las plantaciones del litoral; mano de obra que, por otro lado, solo se vio “liberada” de
las ataduras semifeudales con las haciendas serranas gracias a la Revolución Liberal.

En el comercio internacional primaba en Europa el comercio de azúcar de remolacha;


mientras que Estados Unidos se abastecía de Cuba – que junto a Haití – estaban entre los más
importantes países productores de caña de azúcar en América. A finales del siglo XIX, el capital
norteamericano empezó a centralizar y monopolizar la producción de azúcar en Cuba. El
Ecuador no estaba entonces en condiciones de participar en el marcado mundial de azúcar; antes
más bien, en 1907, se permitió la libre importación de azúcar.

El inicio de la primera guerra mundial en 1914, como ya se ha señalado, va a repercutir


negativamente en el comercio mundial del cacao; pero, al mismo tiempo va a repercutir
favorablemente en el comercio mundial del azúcar, debido a la reducción de la oferta de este
producto. Tal circunstancia dinamizó la producción nacional del azúcar. Este auge duró hasta
1920, cuando se experimenta una nueva caída en los precios del azúcar.

Ese inicial auge, aunque corto, dio un impulso definitivo a la producción de azúcar en el
país; en lo inmediato, permitió la capitalización de algunos de los ingenios, que ampliaron la
superficie de sus propiedades y modernizaron su maquinaria. Con ello, su capacidad de
producción se vio incrementada; tal es la realidad que se puede apreciar en el siguiente cuadro:

Tabla 8. Situación de la industria azucarera en 1909 – 19225

Ingenio Propietario Cantón Producción anual


(En quintales)

5
En este cuadro hay que tener presente que al referirse a los ingenios de Homero Morla: “Luz María” y “Matilde”, la producción que corresponde al año 1909,
suma la producción de los dos ingenios; en tanto que la producción referida al año 1922, sólo se refiere a la producción del primero de los ingenios señalados.
Por otro lado, pudiera ser que el ingenio “María” que solo registra producción en el año 1909, sea el mismo que el denominado como “Adelina María” que solo
registra producción en el año 1922.

74
1909 1922
Valdez Sucesores de Rafal Valdez Yaguachi 45.000 90.000
San Carlos Carlos Lynch Yaguachi 22.000 46.000
Luz María y Matilde Homero Morla Yaguachi 40.000 24.000
Inés María Carrillo Hermanos Yaguachi 20.000 18.000
Rocafuerte Julián Aspiazu Yaguachi 20.000 17.000
El Cóndor Félix Chevasco Yaguachi 5.000 13.000
María Darío Morla Balao 5.000
Santa Ana Herederos J.J. Gonzáles Daule 7.000 5.000
San Pablo J. Puig Mir Babahoyo 15.000 17.000
Esperanza 4.000
La Compañía 9.000
Supaypungo 12.000
Adelina María 19.000
Eulalia 10.000
Chonana 5.000
Total de la producción nacional de azúcar 134.000 289.000
FUENTES: Guía Comercial y Agrícola de la República del Ecuador (Guayaquil. 1909).
Asociación de Agricultores del Ecuador (1923 – 1924)
ELABORADO: Rafael Guerrero (1978).

La crisis de la producción del cacao en los años 20 posibilitó la expansión territorial de


las plantaciones de caña y, al mismo tiempo, permitió engrosar ese “ejército industrial de
reserva”, fundamental para el desarrollo de la industria azucarera, en tanto que condición para la
sobreexplotación de la fuerza de trabajo.

Como ya se indicó, en 1923, el ingenio San Carlos pasó a propiedad del Banco
Comercial y Agrícola, dado que Lynch no pudo cancelar una deuda. A partir de entonces, el
Banco comenzaría a expandirlo territorialmente y a incrementar la capacidad industrial. Entre
1940 y 1957 pasarían a control de la Sociedad Agrícola e Industrial San Carlos las haciendas
Venecia, Paraíso, La Lidia, Pretoria, La Lola, Peligro, Papayal, La Luz, Pomaire, María Teresa,
Teresita, San Luis y Ana María (Uggen. 1993).

75
La expansión territorial de los ingenios, especialmente del San Carlos y Valdez
implicaba, al mismo tiempo, un proceso de proletarización del campesinado establecido en las
antiguas haciendas cacaoteras.

Durante los años 40 – como resultado de la segunda guerra mundial – y, en lo posterior,


el constante incremento de los precios del azúcar favorecería el desarrollo de la industria
azucarera. Poco a poco, los dos ingenios mencionados fueron copando la demanda nacional de
azúcar, desplazando a los otros ingenios que paulatinamente fueron desapareciendo (Fisher.
1983). En 1937, los ingenios San Carlos y Valdez controlaban el 64,4% de la producción
nacional de azúcar, el saldo lo cubrían doce ingenios pequeños. En cambio, para 1954 la
relación había cambiado radicalmente, los dos ingenios controlaban el 91,35 de la producción
nacional y habían sido eliminados de la competencia siete ingenios (Guerrero. 1978).

Ese proceso de monopolización se explica no solo por la expansión territorial de los dos
ingenios, sino también por la permanente inversión en la modernización industrial y la
preocupación que tuvieron por asegurar adecuados sistemas de irrigación en los cañaverales.

De ese proceso de monopolización de la producción de azúcar, en el litoral solo se salvaron dos


ingenios: el Luz María, ubicado en El Chobo - al cual ya se hizo referencia -; y, el Isabel María.

Gráfico 6. Superficie de caña de azúcar del Ingenio Isabel María

MAPA 6. Superficie de caña de azúcar. Ingenio “Isabel María”. 2008

FUENTE: Carta IGM. 1984


ELABORADO: SIPAE

76
Fundado en 1936, el Isabel María en sus inicios fue conocido como “Hacienda
Compañía”, con 200 ha de cultivo de caña para azúcar. El ingenio como tal lo fundó Alejandro
Ponce Elizalde, casado con Isabel María Luque, de ahí surge el nombre del ingenio. Ponce tomó
posesión del Ingenio a raíz de una deuda, de la cual recibió como parte de pago un molino y
calderas, que posteriormente servirían para iniciar la industrialización de caña de azúcar. Para
las décadas de los 60 y 70 el cultivo de caña del Ingenio se incrementó llegando a 600 ha, tierra
que adquirió por la compra de haciendas cercanas al ingenio. Para evitar la acción del proceso
de reforma agraria, los propietarios subdividieron las tierras del ingenio en haciendas menores.

Contando con una mayor superficie de cultivo, la capacidad de molienda se incrementa


a 500 toneladas métricas por día. La producción del ingenio Isabel María durante la zafra del
año 1969 fue de 95.199 toneladas de caña molida. En el año 93 los accionistas de Isabel María
compraron la maquinaria del ingenio Luz María (tanques, molinos, caldero) y que, para ese
entonces, era propiedad de Juan Isaías.

En 1949, el gobierno de Galo Plaza promulgó la Ley de Fomento para impulsar el


desarrollo de las empresas. En los años 50, la industria azucarera se vio favorecida con esta
nueva Ley, en término de créditos; así como en término de precios altos, debido a la prohibición
de importación de azúcar (Fisher. 1983). En los años 50, una Ley que devendría en especial
impulso a la industria azucarera fue la Ley de Fomento Industrial, de 1957. Con base en los
criterios establecidos en esa Ley, todos los ingenios fueron clasificados en la categoría A,
gozando de un sinnúmero de beneficios: liberación de impuestos a la importación de
maquinaria, materia prima; reducción de impuestos al capital en giro (Fisher. 1983).

Como es conocido, a inicios de los años 60 el embargo económico decretado por


Estados Unidos en contra de la Revolución Cubana derivó en la rifa de la cuota azucarera
cubana a los países de América Latina, que respaldaban la postura imperialista. Eso alentó la
capacidad de exportación azucarera que para ese entonces habían desarrollado los ingenios
Valdez y San Carlos.

La expectativa de exportación del azúcar y la ampliación del mercado interno, crearon


las condiciones para el surgimiento de un nuevo ingenio azucarero. En efecto, la dictadura
militar de inicios de los 60, oficializa el proyecto de construcción de un nuevo ingenio
azucarero, en el sector hoy conocido como La Troncal.

77
Es necesario tener presente que la constitución de este ingenio en 1964, denominado
Azucarera Tropical Americana (AZTRA), se da en medio de 2 procesos contradictorios entre sí:
el de colonización terrateniente y el de reforma agraria. Uno de los objetivos de este proyecto –
que hacían parte de su “agenda secreta” - fue el de garantizar las propiedades latifundistas
basadas en los “derechos y acciones de sitio y montaña”, así como aquellas propiedades
turbiamente adquiridas al ritmo de la construcción de la vía Durán - Tambo. De hecho, el
primer paso para materializar el proyecto de nuevo ingenio fue la declaratoria de “inafectables”
– del proceso de reforma agraria – a las tierras en donde se construiría el ingenio y, en donde
empezaría a producirse caña. (Granda, Víctor. 1979).

¿Quiénes fueron los promotores del nuevo ingenio?: los Jouvín Cisneros, latifundistas
ya mencionados; Piana Bruno, dueños de CEDOSA, la principal procesadora de grasas y aceites
comestibles del país; y, los Andrade Ochoa, accionistas de la compañía INCA, constructora de
la vía Durán – Tambo. (Uggen. Op. Cit.); (Granda, Víctor. 1979).

Inmediatamente, todos los propietarios de las áreas próximas, sobre todo quienes habían
adquiridos propiedades desmembradas de la antigua hacienda Taura – Vainillo, a cambio de
acciones aportaron sus tierras al nuevo ingenio; con ello buscaban protegerse de la ofensiva
campesina en pleno proceso de lucha por la tierra.

La deuda adquirida con la empresa francesa Fives Lille Gail para la construcción de la
planta procesadora y su equipamiento no pudo ser pagada, viéndose obligado entonces Andrade
Ochoa a transferir sus acciones a Filanbanco, propiedad del grupo Isaías, a cambio de que este
Banco pagara la deuda a la empresa francesa.

A inicios de los años 70, los Isaías, transfirieron sus acciones al Estado, a través de la
Corporación Financiera Nacional, entidad pública que llegó a poseer el 75% de las acciones de
AZTRA. (Granda. 1979).

En torno al ingenio AZTRA se fue conformando la población de La Troncal, hoy


cantón de la provincia del Cañar.

El 18 de octubre de 1977, en ese ingenio se produjo uno de los crímenes más


abominables en contra de la clase trabajadora ecuatoriana, conocida como la “Masacre de
AZTRA”, acción represiva de la dictadura militar del triunvirato, en el que perecieron
acribillados cerca de un centenar de trabajadores en huelga y sus familias (Granda. 1979).

78
En el año 1993, en el marco de una política privatizadora del gobierno de Durán Ballén,
el grupo Isaías recupera, de forma fraudulenta, el control de AZTRA. Este ingenio entonces
pasó a denominarse ECUDOS. Recientemente, en el año 2008, para recuperar parte de las
deudas adquiridas por la familia Isaías con el Estado, el Ingenio fue incautado por la estatal
Agencia de Garantía de Depósitos (AGD). Los trabajadores y ex trabajadores del ingenio, así
como el pueblo de La Troncal, saludaron esta acción del gobierno nacional.

El peso político y económico de la burguesía azucarera ha garantizado que la industria


del azúcar sea “la niña mimada del Estado”: políticas proteccionistas en materia de comercio
exterior; indexación de precios; incentivos y beneficios legalmente establecidos.

En 1970, el gobierno creó la Comisión Nacional del Azúcar, que más tarde se
transformó en el Programa Nacional del Azúcar. El Programa, no obstante, nunca logró
funcionar en términos eficientes, por lo cual dejó de existir tiempo después (Fisher. 1983).

Entre otras normas dirigidas a favorecer la industria azucarera podrían mencionarse las
siguientes: Codificación a la Ley de Fomento Industrial (Decreto Supremo 1414, de septiembre
22 de 1971); Declaratoria de Zonas de promoción industrial regional (Decreto Supremo 1248,
de noviembre 3 de 1973); Lista de Inversión Dirigida (Decreto Supremo 989, de diciembre 14
de 1976). (HVA-INTERNATIONAL BV. 1980). Posteriormente, la Ley de Fomento y
Desarrollo Agropecuario (1979) y la Ley de Desarrollo Agrario (1994) también beneficiarían a
la industria del azúcar.

La expansión del capital azucarero

En 1993, el mismo año que se privatizó el ingenio AZTRA, la familia Valdez vende sus
acciones al Grupo Noboa S.A., Grupo que posteriormente lo transfiere al Consorcio NOBIS
cuya mayor accionista es Isabel Noboa, con lazos de consanguinidad con los mayores
accionistas de Noboa S.A.

NOBIS es el ejemplo de la conformación de estos holdings empresariales, estructurados


de tal manera que permiten la transferencia de capitales acumulados en la agroindustria a otras
ramas de la producción capitalista. De hecho éste Grupo, que además es propietario de la
hacienda ganadera “San Rafael”, ha incursionado en actividades de generación de energía
eléctrica, a través de Ecoelectric; en el aprovechamiento industrial del azúcar, a través de
Universal Sweet Industries; en proyectos de construcción inmobiliaria, a través de Pronobis; en
79
actividades industriales diversas a través de empresas como Coca Cola. El Grupo NOBIS es
además propietario de la franquicia “Howard Johnson” en el Ecuador (Información recabada
del portal virtual de NOBIS).

Es interesante como se van estableciendo vínculos entre proyectos con inversión


pública, como por ejemplo la regeneración urbanística emprendida por el Municipio de
Guayaquil en el sector de Puerto Santa, al pie del río Guayas, con los proyectos inmobiliarios de
Pronobis. De hecho en Puerto Santa, esta empresa del holdig NOBIS, tiene pensado un
ambicioso proyecto inmobiliario: “Ciudad del Río”, que tendrá entre trece y quince
edificaciones, cuyo desarrollo está previsto para los próximos años. Durante ese tiempo la
inversión ascenderá a USD 130 millones. El complejo incluye un hotel cinco estrellas y
edificios con oficinas y apartamentos.

En el caso del grupo empresarial propietario del ingenio San Carlos, sus accionistas en
el año 1999 aprobaron una escisión del capital de la compañía para conformar una holding que
se convierta en la propietaria de acciones de las nuevas compañías del grupo que han ido
surgiendo como respuesta a la diversificación de inversiones y a la utilización de los
subproductos de la caña de azúcar. Así nace Inversancarlos con el mismo grupo accionarial e
integrada por las siguientes compañías: Papelera Nacional S.A. (100 % de las acciones), Codana
(Compañía de Alcoholes Nacionales con participación del 50 % de las acciones), Soderal
(Sociedad de Derivados del Alcohol con el 100 % de las acciones), Agritalisa (Agrícola
Talismán S. A. con el 100 % de las acciones), Doconsa (Bodegas de Azúcar en Durán con el
100 % de las acciones), Intercia (Recicladora de Cartón y Papel con el 100 % de las acciones) y
otras más que van surgiendo a partir del año 2003. (Información recabada del portal virtual del
ingenio San Carlos).

Algunos de los negocios son el resultado de inversiones compartidas por los dos grupos
empresariales, San Carlos y NOBIS: ese es el caso, por ejemplo de CODANA – empresa ya
mencionada-; o, de Carbogas, empresa dedicada a la recuperación de CO2 producido por las
levaduras fermentativas como resultado de la transformación de los carbohidratos de las
melazas de caña.

En torno al Ingenio AZTRA, los Isaías conformaron el Grupo Azucarero ECUDOS, un


conjunto de nueve empresas que se dedican al cultivo de caña de azúcar y a la producción,
industrialización y comercialización del azúcar. Hacen parte de ese grupo las siguientes

80
empresas: Ecudos S.A., Sacorpren S.A., Podec S.A., Persol S.A., Agrícola Agriflorsa S.A.,
Broxcel S.A., Defaxcorza S.A., Esdestiva S.A. y Pracmax S.A.

La Agencia de Garantía de Depósitos AGD, según Resolución de fecha julio 8 de 2008,


procedió a la incautación de todos los bienes muebles o inmuebles, acciones, participaciones,
derechos fiduciarios y/o títulos valores de cualquier especie, inversiones, depósitos y todos los
activos de las empresas, los que fueron inicialmente transferidos a nombre de la AGD, para
luego ser transferidos al Fideicomiso Mercantil AGD-CFN NO MÁS IMPUNIDAD, siendo la
Corporación Financiera Nacional la Fiduciaria del Fideicomiso (Junta de Fideicomiso. 2009).
Al momento de cerrar éste informe, se estaban valorando todos los activos de esas empresas
para su venta.

5. LAS RELACIONES SOCIALES DE PRODUCCIÓN AL INTERIOR DE LOS


INGENIOS

Las dinámicas que se generan alrededor del eje cañicultor determinan relaciones
sociales, entre ingenios, cañicultores, trabajadores, cuya interrelación se detalla a continuación:

5.1 La capacidad instalada

Los ingenios “Valdez”, “San Carlos”, “La Troncal”, disponen de una poderosa
maquinaria industrial para el procesamiento de la caña de azúcar, a diferencia del
“Isabel María” que mantiene una infraestructura antigua tanto industrial como de
transporte (gabarra). Los ingenios controlan el ciclo producción – comercialización del
azúcar, ya que estos producen la materia prima, la procesan, la comercializan y, en
algunos casos la reindustrializan optimizando los productores residuales del proceso.

5.2 La fuerza de trabajo de los ingenios


La provisión de mano de obra para este sector agroindustrial es de los pueblos de
La Troncal, Milagro, Marcelino Maridueña, Naranjito, Triunfo, Boliche, Pimocha
(Babahoyo), Chimborazo, Cañar y otros lugares de la costa y sierra, pero también
existe un importante porcentaje de trabajadores provenientes de poblados del norte del
Perú. Esta agroindustria ofrece empleo en diferentes actividades: en el periodo de
cosecha o zafra, zafreros (cortadores de caña de azúcar), en la fábrica (para la

81
industrialización de la azúcar), choferes, capataces; cuando no se realiza la cosecha se
entra a la época de interzafra, ocupando menos mano de obra, principalmente en
actividades de mantenimiento de la maquinaria del ingenio o los canteros.

Según Caravali (2006): “En cuanto a la mano de obra: en el período de zafra se


incorporan 25.000 trabajadores en los diferentes Ingenios del país. […] Durante el
período de julio a diciembre. Dentro de este período de zafra, 250 vehículos son
utilizados para la movilización de la zafra; en tres turnos diarios de ocho horas cada
uno laboran febrilmente 750 choferes y 750 controladores o ayudantes. Más de 600
tractores, bombas hidráulicas entran en acción y crece la demanda de combustible,
repuestos, aceite, llantas, motores”.

El ingenio “Isabel María” tiene 386 trabajadores fijos, entre fábrica y campo, la
mano de obra temporal que es para campo mantiene relación a través de contratistas. La
mano de obra temporal para la época de zafra y siembra es mayoritariamente femenina,
de esta forma ayudan en sus hogares y apoyan a los esposos que trabajan para otros
ingenios; en el sector agroindustrial de la Sociedad Agrícola San Carlos S.A., según el
Comité de empresa para el 2007, trabajaban 6.600 trabajadores; en el Ingenio “La
Troncal” en el periodo de zafra para el año 2006 se registraba entre 1500 - 1800 zafreros
y, en fábrica aproximadamente 300 personas.

Aunque es considerable el número de trabajadores absorbidos por este sector


agroindustrial, al compararlo con el cultivo de banano no se puede dejar de observar que
éste – el banano - registra 104 jornales por hectárea al año; mientras que el cultivo de la
caña de azúcar es de aproximadamente 50 jornales por hectárea al año, lo que significa
que es un cultivo con menos impacto en la generación de empleo; considerando la
superficie sembrada de caña es el cultivo que absorbe más mano de obra en las áreas de
influencia.

Por otro lado, se debe considerar que la inserción de la maquinaria disminuye la


demanda de la mano de obra. En la década de los 90 se amplia la utilización de
maquinaria, especialmente de cosechadoras, “San Carlos posee ocho máquinas

82
cosechadoras, cada una puede reemplazar a 150 trabajadores de zafra.”(Trabajador
de San Carlos), sin embargo la presencia de maquinaria no logra reemplazar totalmente
la fuerza de trabajo humana, ya que generalmente la maquinaria se utiliza en suelos
totalmente planos o canteros viejos que están próximos a ser renovados.

En sus inicios los ingenios buscaban la manera de asegurar y mantener el


aprovisionamiento de la mano de obra, a través de campamentos con la implementación
de servicios: hospitales, escuelas entre otros, tales campamentos crecieron formando
pueblos. “En la década de los 50, se construye el Hospital San Carlos, el primer
mercado, el barrio San Vicente y cuatro barrios más con viviendas para los
trabajadores, única forma de atraer la numerosa mano de obra que requería la
industria.” (Poblador de Marcelino Maridueña). A inicios del siglo pasado, la mano de
obra era retenida por las haciendas cacaoteras, lo que dificultaba la obtención de mano
de obra por parte del sector azucarero, el trabajador serrano era buscado incluso en los
sitios de origen movilizándolos hasta la Costa; con la crisis cacaotera existe una
expulsión de la mano de obra y su consecuente absorción por parte de los ingenios. A
medida que los ingenios incrementan su capacidad de molienda, aumenta la demanda de
mano de obra. Después de cierto tiempo, con la importante oferta de mano de obra los
campamentos fueron descartados por los ingenios azucareros, así lo hicieron los
ingenios “San Carlos” y “Valdez”. El “Isabel María” todavía mantiene un campamento
para la mano de obra de la zafra.

Desde los años 90, en el marco de las políticas de flexibilización laboral, ha sido
común en la industria azucarera la precarización del trabajo, a través de mecanismos
como la tercerización o intermediación. Pese a que a mediados del 2008, a través de
Mandato Constitucional 8 se eliminó esta modalidad de trabajo, algunos de los
trabajadores entrevistados para este estudio opinan que no ha cambiado la situación
significativamente; la estructura laboral cambió formalmente, ya no está supeditada a un
contratista, sino que éste, el contratista, se integra al ingenio como un capataz. En el
caso de Isabel María aún se mantiene este sistema de intermediación.

83
Pero más allá de si los trabajadores dependen de un contratista o un capataz, las
condiciones de trabajo siguen siendo precarias; muchos trabajadores ganan salarios
inferiores al mínimo básico establecido por el Estado; no siempre se pagan las horas
suplementarias, no todos los trabajadores tienen afiliación al Seguro Social; no siempre
hay la dotación de herramientas o equipos de protección. Los trabajadores del campo
están sometidos a labores duras, a la deshidratación por las largos horas de sol,
amenazados por las mordeduras de culebras, y otros factores que afectan su salud.

El sistema de contrato por avance6, prolonga las horas de trabajo y limita que las
mujeres puedan ganar igual que los hombres. La presencia de trabajadores peruanos,
que ofertan una fuerza laboral mas barata, se ha convertido en mecanismo de presión y
chantaje para los trabajadores que exigen mejores condiciones de trabajo.

Si bien la flexibilización laboral como política de Estado se inaugura a fines de


los años 80, históricamente las relaciones capital trabajo en la industria azucarera se han
desarrollando en condiciones de explotación. Ello explica la importancia que en éste
sector llegó a tener la organización sindical. Rafael Guerrero (1978) reseña las formas
de organización y resistencia sindical en los ingenios hasta el año 1954; mientras que
Víctor Granda (1979) reseña la resistencia y acción sindical en el ingenio AZTRA
durante la década del 70. En ese ingenio, el 18 de octubre de 1977, durante la dictadura
militar “del Triunvirato” se produjo la masacre de los trabajadores que se encontraban
en huelga.
Pero en los años 70, no solo AZTRA sería el escenario de represión y lucha,
también en el ingenio “San Carlos” se producirían hechos sangrientos en contra de los
trabajadores, tal como lo recuerda un poblador de Marcelino Maridueña “en el Ingenio
la huelga duro 3 meses y 2 semanas, vino el ejercito, cayeron abaleados muchos
compañeros indígenas, no se puede saber cuantos muertos hubo. El dirigente sindical
Eduardo Anangono, él fue el duro del sindicalismo. La estrategia del ingenio San
Carlos era comprar a los trabajadores para romper la huelga, ¡estos se vendía!. Pero
logramos una conquista, a través del contrato colectivo, en el cual, que incluía

6
Contrato por avance, o destajo.- es cuando el trabajo se realiza por piezas, trozos, medidas de superficie y por unidades de obra con una remuneración
pactada para cada una de ellas, sin tomar en consideración el tiempo investido en su labor.

84
beneficios sociales entre lo que estaba recibir 4 productos subsidiados (azúcar, carne,
leche, arroz) para los trabajadores”.

En la actualidad, la capacidad de organización y resistencia proletaria en el


sector azucarero está disminuida. En la población de Marcelino Maridueña pese a que se
encuentra una estructura sindical formal, en la práctica su capacidad de acción está
congelada como resultado de las maniobras patronales, esto a pesar de que el Comité de
Empresa de San Carlos llega a agrupar a 308 trabajadores. En el Ingenio “La Troncal”
(ex - AZTRA) antes de la década de los 90 los trabajadores llegaron a constituir 21
sindicatos y el comité de empresa; el año anterior, con el paso de éste ingenio al Estado,
se crearon muchas expectativas e interés por rearticular la organización sindical. En el
Ingenio “Valdez” existe un comité de trabajadores y un sindicato que es asesorado por
la FENACLE.

5.3 Los proveedores externos de materia prima


Los ingenios azucareros para complementar sus necesidades de materia prima se
proveen de productores cercanos a su área de influencia. Cada ingenio tiene sus propios
proveedores; en general, no existe competencia por la materia prima. Si al final de la
zafra existen cañicultores que no pudieron ser “zafrados” pueden vender a otro ingenio,
(previa autorización).

La inserción de los productores a la caña de azúcar se da a medida que la


capacidad de molienda de los ingenios aumenta, esto es evidente en las décadas de los
60, 80 y 90, por tal razón existen productores de más de 30 años vinculados a los
ingenios azucareros. Tal relación se viene manteniendo por medio de un contrato, que
se renueva cada año hasta cuando el cantero se tenga que renovar - con un rendimiento
de 50 ton/ha siendo económicamente ya no rentable -.

Para tener una idea de lo que representa el aporte de materia prima para los
ingenios, se puede señalar que, según información recogida en el trabajo de campo, en
el año 1999 el ingenio San Carlos requería ser abastecido de 11.000 hectáreas de
producción de caña desde los proveedores externos - esto al margen de su propia
85
producción -. ¿Cómo aseguró ésta provisión?: cerca de 2000 hectáreas de caña de
azúcar fue abastecida por productores accionistas del Ingenio; en tanto que los
productores “independientes”, cañicultores y finqueros, sumaron 612 productores con
una superficie aproximada de 8.850 ha.

Los proveedores son pequeños, medianos y grandes propietarios. Los pequeños


son conocidos como “finqueros”, los medianos y grandes como “cañicultores”. El
desenvolvimiento de la producción de los medianos y especialmente de los grandes
propietarios, se da en un régimen de ausentismo; en éste caso, la mano de obra familiar
no interviene en las actividades productivas; la intervención del cañicultor está
relacionado con la supervisión del cultivo, estar pendiente de las reuniones de la
asociación de los cañicultores o con el ingenio.

Los productores pequeños, en cambio, dedican la mano de obra familiar a las


actividades productivas. Sostener el cultivo de caña resulta complejo para los pequeños
productores – propietarios, dado que el ingreso agrícola es de una temporada, no como
otros cultivos como el banano o cacao, que tiene un ingreso permanente.

Por lo demás, la relación con los ingenios, con alguna frecuencia suelen ser
motivo de inconformidades, entre otras razones por cuestiones como las que se señalan
a continuación:

a) El peso de las toneladas cortadas y los grados brix de los canteros de los
productores, no siempre es el mismo que registran los ingenios. A veces, el hecho de
que los productores externos tengan su propia balanza no resuelve las cosas, porque
finalmente se impone el registro de la balanza del ingenio, tomando en cuenta que la
balanza es un logro de la asociación, no es el punto mas importante dado que lo que
realmente se mide son los grados brix, porque el aumento o disminución de este es
objeto de incentivo o penalización.
b) Otro aspecto es el de los precios injustos por tonelada cortada, ya que los costos de
producción son altos. Según un proveedor del ingenio Valdez “el costo de
mantenimiento del cultivo es de 900 USD/ha; en relación a 1.330 USD/ ha que nos

86
paga el ingenio, nos queda 430 USD/ha; los productores consideramos que el pago
es injusto.”
c) Los pagos de la compra de caña de azúcar bruta se hace en dividendos con retrasos
en los mismos.
d) Canteros particulares que se quedan sin zafrar, si quieren ser zafrados el ingenio les
exige 2 USD/ tonelada.
e) Presentar su inconformidad es casi nula para ciertos productores, según un
proveedor del Valdez: “Los productores proveedores no podemos decir nada
porque el Ingenio ya no nos compra”.

Una de las limitantes para algunos cañicultores u otros futuros proveedores de


materia prima para el ingenio es la distancia de ubicación de sus canteros, pasado de un
límite determinado (no más de 30km), estos tienen que asumir el costo del transporte.

Los problemas mencionados ha llevado a algunos productores a una


reconversión del cultivo de caña de azúcar a cacao CCN51, a arroz o a otros productos,
productores consideran que es la mejor opción, ya que el ingenio no requiere de su
producción.

5.4 Relación ingenios – entorno poblacional

Los ingenios azucareros han construido una ubicación estratégica a su alrededor


están las extensas superficies de los cultivos de caña; el riego está asegurado, las
plantaciones están cubiertas por importantes sistemas de distribución de agua que
fueron creados por el Estado, así como propios de los ingenios; por otro lado, cerca de
las industrias se concentran poblaciones que garantizan la mano de obra.

De hecho, en ciudades como Milagro, Marcelino Maridueña o La Troncal, los


ingenios representan parte de su identidad como “pueblos azucareros”. Son ciudades
que han nacido y crecido con la agroindustria azucarera, que hace parte de su historia;
con una importante población proletaria que por generaciones se ha dedicado a esta
agroindustria, en la fábrica, en la zafra o en actividades complementarias.
87
Hay una dependencia económica, social y política de las poblaciones con
respecto a los ingenios que, por otro lado, se han dado modos de crear un sistema de
control sobre los pueblos manteniéndolos en cierto letargo; he ahí el caso de Marcelino
Maridueña, poblado pequeño, tranquilo, con poco comercio, que tiene en el Ingenio San
Carlos y empresas anexas – alcoholera y papelera - la única fuente de trabajo; ésta
población no es otra cosa que un “pueblo de mano de obra de Ingenio San Carlos”.
Totalmente rodeado por la caña de azúcar, la población de Marcelino Maridueña no
tiene a donde expandirse.

La permanencia del ingenio “Isabel María” en un sitio aparentemente no idóneo, genera


perplejidad. Así y todo, el ingenio llega a ser la fuente principal de absorción de mano de obra
en la parroquia Pimocha. Esta interrelación que se da entre el ingenio y la fuerza de trabajo, ha
adoptado la modalidad clásica de los grandes ingenios que han desarrollado pueblos alrededor
de la agroindustria; con el objetivo de asegurar la permanencia de mano de obra han
implantando escuelas, campamentos y brindan ciertos servicios, para acoplarlos a las
necesidades del Ingenio.

Tal es la importancia de los ingenios para algunas poblaciones, que al desparecer el


ingenio, el poblado pierde importancia económica y social, algo que por ejemplo, sucedió con
Yaguachi, “Cuando desapareció el ingenio en Yaguachi, el pueblo se quedo en la
pobreza.”(Poblador de Milagro). En el caso de La Troncal la privatización de ingenio AZTRA
produjo el detrimento de la economía como resultado de los despidos intempestivos y, de que
muchos trabajadores se quedaron sin pago por algunos meses. Éste aspecto tuvo repercusión en
el fenómeno migratorio que sufrió ese cantón en los años 90 pues, muchos trabajadores
emigraron hacia el exterior.

6. LAS DINÁMICAS SOCIALES DEL AGUA EN EL EJE CAÑICULTOR

6.1 El sistema hidrográfico


Los principales ríos que recorren por el eje cañicultor del litoral y abastecen de
agua a los sistemas de riego que irrigan las áreas de caña son el Babahoyo, Milagro,

88
Chimbo, Chanchán, Barranco Alto, Bulubulu, Cañar, Naranjal, Culebras, Taura; así
como los esteros de Los Monos, Naranjito y, Cochancay. No obstante, también debe
destacarse que, en general, “La cuenca baja del río Guayas es el reservorio de aguas
subterráneas más grande e importante en el Ecuador, de los estudios realizados a
través de algunos años se puede deducir que cantidades importantes de agua
subterránea pueden ser explotadas en la cuenca a un costo relativamente bajo”
(INERHI. 1982).

6.2 Los sistemas de riego


En el área de influencia del sector cañicultor, el agua es administrada en forma
privada y asociativa a través de varios sistemas de riego:

a) Sistemas de riego construidos por el Estado: el “Manuel J. Calle” y el “Milagro -


Mariscal Sucre”; el primero riega la producción de caña para el ingenio La Troncal,
el segundo riega la producción de caña para el ingenio Valdez.
b) Sistemas construidos por los mismos ingenios, es el caso de “San Carlos” e “Isabel
María”;
c) Sistemas asociativos construidos por productores de caña, como el sistema de riego
de la “Cooperativa Unión de Naranjito”.

Cabe recordar que en el marco de la aplicación del Proyecto de Asistencia


Técnica (PAT) cofinanciado por el Banco Mundial, a inicios de la década de los 90 los
sistemas “Manuel J. Calle” y “Milagro” fueron transferidos a sus usuarios privados.

Una de las características comunes en estos sistemas de riego es la presencia


predominante del cultivo de caña de azúcar, aunque sirven también a la producción de
otros cultivos como banano, arroz, cacao, entre otros. El funcionamiento de estos
sistemas es más intensivo en los meses de verano julio a diciembre. Los cañicultores
usan el riego solo tres veces al año.

En la siguiente tabla se detallan las características de estos sistemas de riego:

89
Tabla 9. Sistemas de riego del eje cañicultor del Litoral
Sistema Caudal Fuentes de Sup. bajo No. de Particularidades
de riego otorgado abastecimiento riego (ha.) usuarios
(m3/s)
Manuel J. 15,5 Ríos Cañar y 36.000 844 Su construcción se proyectó
Calle Bulubulu a fines de los años 50.
Actualmente la
infraestructura está muy
deteriorada
Milagro 9,5 Chimbo, Chachan 9.766 623 Su construcción se inició a
y Milagro fines de los años 40. Hasta el
2006, el Estado había
invertido USD. 17.548.293
San Carlos 8 Ríos Chimbo y Canales sin revestimiento.
Barranco Alto, Cuenta con dos represas y un
entre otras fuentes sistema de grandes
reservorios
Isabel No tiene Río Babahoyo y 2000 1 El agua que sale de la
María legalizado estero Colorado industria es transportada por
uso del agua un canal para ser reutilizada
en el riego. En verano se
succiona el agua del río;
mientras que en invierno se
realiza la acción contraria

Cooperativ 0,56 Río Chimbo 2000 50 De los 50 usuarios, 35 son


a Unión de Rio Anapoyo cañicultores y 15 son
Naranjito bananeros
FUENTES: CNRH (2008) e investigación de campo.
ELABORADO: SIPAE

6.3 Aplicación del riego


Fundamentalmente son dos los tipos de riego aplicados en la producción de caña
en la cuenca baja del río Guayas:
90
a) El riego por gravedad, el más utilizado
b) El riego por aspersión, que generalmente se usa en terreno nivelado

En la siguiente tabla se presenta las formas de aplicación del riego en cada uno
de los ingenios estudiados:

Tabla 10. Aplicación del riego en los ingenios de la cuenca


baja del río guayas

Ingenio % riego por % riego por


gravedad aspersión
Isabel María 80 20
Valdez Sin datos Sin datos
San Carlos 90 10
La Troncal 94 6
FUENTE: Investigación de campo
ELABORADO: SIPAE

Como se puede observar más adelante, los datos del III Censo Agropecuario ubican al
bombeo como uno de las formas de riego más utilizadas en el eje cañicultor; en criterio de
quienes han redactado éste informe, el bombeo no es un mecanismo de aplicación de riego, sino
un mecanismo de captación de las aguas, bien sea de pozos subterráneos o, de aguas corrientes –
ríos o esteros -.

6.4 Acceso a los derechos de agua

El que hayan productores que no puedan acceder al agua o exista desigualdad


entre quienes han accedido tiene que ver con un proceso histórico de apropiación del
recurso que se ha verificado desde el nacimiento mismo de la industria azucarera. Para
asegurar la dotación de agua, los ingenios y los medianos y grandes cañicultores han
desarrollado una serie de mecanismos:

a) Acaparamiento del agua que decurren por los sistemas estatales de riego
91
b) Bombeo de aguas corrientes y aguas subterráneas, con y sin autorización del Estado
c) Interrupción o desvío de causes de agua, sin autorización del Estado

En las siguientes líneas se describen cada uno de estos mecanismos.

6.4.1 Acaparamiento del agua que decurren por los sistemas estatales de riego

El acaparamiento del agua sigue la misma tendencia del acaparamiento de las


tierras; en el eje cañicultor; indiscutiblemente quien concentra tierras, concentra el agua.

El sistema de riego “Manuel J. Calle”, según información propia (2006),


presenta una estructura agraria heterogénea: las unidades menores a 5 hectáreas, con un
número de productores de 273, que representan el 33,2% del total de los productores de
ese Sistema, ocupan 641.3 hectáreas, es decir, apenas el 1,8% del total de la superficie
regada; las unidades de entre 5 y 50 hectáreas, son regadas por 440 productores, que
representan el 53,5% de los productores, éstos riegan 6728,21 hectáreas, es decir el
18,5% del total de la superficie regada por ese Sistema; las unidades entre 50 y 100
hectáreas, son regadas por 88 productores, que representan el 10,7% de los regantes,
quienes en total ocupan 8025,38 hectáreas, es decir el 22,1% de la superficie regada;
mientras que las unidades mayores a 100 hectáreas, son regadas por apenas 21
productores, esto es, el 2,6% del total de los productores, pero ocupan una superficie de
20.900,5 hectáreas, es decir el 57,6% de la superficie regada por el Manuel de J. Calle,
dentro de este grupo se encuentra al Ingenio “La Troncal”.

Esta estructura no ha cambiado significativamente en los últimos 30 años, pese a


los procesos de colonización y lucha campesina por el acceso a tierra. Tal es la realidad
que se puede observar en las siguientes tabla y gráfico:

92
Tabla 11. Evolución de la distribución de la tierra, en el Sistema de Riego
“Manuel de J Calle” (1976 – 2006).
RANGO 1976 (%) * 2006 (%)**
SUPERFICIE UPA SUPERFICE UPA
(ha) (ha)
< 5 ha 2,8 37,40 1,8 33,2
5 - <50 ha 18,0 45,10 18,5 53,5
>50 -100 ha 12,0 7,10 22,1 10,7
>100 ha 67.20 10,40 57,6 2,6
TOTAL: 100,0 100,0 100,0 100,0
FUENTE: * MAG. Proyecto Manuel de J Calle. 1976. ** SISTEMA DE RIEGO. Manuel de J Calle.
2006
ELABORADO: SIPAE

Gráfico 7. Distribución de la tierra en el Sistema de Riego "Manuel de J Calle". 2008

Distribución de la tierra en el Sistema de Riego


"Manuel de J Calle". 2008

SUPERFICIE UPAS

57,6
PORCENTAJE %

53,5

33,2
18,5 22,1
10,7
1,8 2,6

< 5 ha 5 - <50 ha >50 - 100 ha > 100 ha


FUENTE: SISTEMA DE RIEGO “Manuel de J Calle”. 2008
ELABORADO: SIPAE

93
El sistema de riego “Manuel de J Calle”, tiene una importante presencia en el
cultivo de la caña de azúcar, según los datos del sistema de riego para el 2006: este
cultivo es el de mayor relevancia con una superficie de 23.120,3 ha (63,70%), siendo el
Ingenio “La Troncal” el mayor usuario; otros cultivos suman 1.526,38 ha (4,21%) con
85 productores (10,34%).

A diferencia de la caña de azúcar el cultivo de arroz posee 4.721,45 ha las cuales


representan el 13,01%; y cultivo de banano 4.891,5 ha (13,48%); cacao 2.035,76 ha
(5,61%). En todo el sistema de riego existen 159 productores de caña, 236 arroceros, 68
bananeros y el cacao tiene 274 productores; porcentualmente representan el 19,34%,
28,71%, 8,27% y 33,33% respectivamente; lo que indica que los cultivos con mayor
numero de productores poseen la menor cantidad de tierra.

Tabla 12. Evolución del uso del suelo en el Sistema de Riego “Manuel
de J Calle” (1976 – 2006)
Cultivos Superficie (%)
1976 * 2006 **
Arroz 4,00 13,01
Banano 44,00 13,48
Cacao 2,00 5,61
Caña de azúcar 47,50 63,70
Otros 2,50 4,21
Total 100,00 100,00
FUENTE: * MAG. Proyecto Manuel de J Calle. 1976. ** SISTEMA DE RIEGO. Manuel de J Calle. 2006
ELABORADO: SIPAE

94
Gráfico 8. Uso del suelo. Sistema de Riego "Manuel de J Calle" (2006)

Uso del suelo. Sistema de Riego "Manuel de J Calle"


(2006)

SUPERFICIE NÚMERO DE PRODUCTORES


63,70
PORCENTAJE %

33,33
28,71
19,34
13,01 13,48 10,34
8,27 5,61 4,21

Arroz Banano Cacao Caña de Azucar Otros

FUENTE: SISTEMA DE RIEGO “Manuel de J Calle”. 2008


ELABORADO: SIPAE

En la tabla 13, según la comparación entre 1976 y 2006 se evidencian cambios


representativos: 1. El cultivo de banano, ha disminuido en un 30% de la superficie,
debido a que el sistema de riego esta cerca del pie de monte con condiciones de suelos
pedregosos y poca luminosidad lo que afecta el desarrollo de este cultivo, por lo cual los
productores se dedicaron al cultivo de cacao (pequeños productores), o el cultivo de
caña de azúcar (pequeños, medianos o grandes productores); 2. El cultivo de caña de
azúcar, ha aumentado en un 16%, este se debe al aumento de capacidad de molienda y
la necesidad de superficie de caña de azúcar -materia prima- tanto de cañicultores y con
mayor presencia la propia superficie del Ingenio.

95
Tabla 13. Distribución de la tierra para el cultivo de
caña de azúcar, Sistema de Riego “Manuel de J Calle.
2008
RANGO SUPERFICIE UPAS
(ha)
< 5 ha 35,35 19
5 - <50 ha 1840,95 88
>50 -100 ha 1790 25
>100 ha 19454 27
TOTAL: 23120,3 159
FUENTE: SISTEMA DE RIEGO “Manuel de J Calle”. 2008
ELABORADO: SIPAE

Gráfico 9. Distribución de la tierra en el cultivo de caña de azúcar. Sistema de Riego


"Manuel de J Calle" 2006

Distribución de la tierra en el cultivo de caña de


azucar. Sistema de Riego "Manuel de J Calle" 2006
SUPERFICIE UPAS

84,14
PORCENTAJE %

55,35

15,72 16,98
11,95 7,96 7,74
0,15

< 5 ha 5 - <50 ha >50 - 100 ha >100 ha

FUENTE: SISTEMA DE RIEGO “Manuel de J Calle”


ELABORADO: SIPAE

96
Como indica el gráfico 9, según los datos del sistema de riego “Manuel J Calle”
para el año 2006, la distribución de la tierra en el cultivo de la caña de azúcar establece
que los productores entre 5 a 50 ha son relevantes por el número de productores con 88
unidades productivas (55,35%) y un total de 1.840,95 ha (7,96%); mientras que
productores mayores a 100 ha ocupan una superficie de 19.454 ha (84,14%) con 27
productores (16,98%).

Para tener un mayor acercamiento: el mapa 1, permite ver la inequitativa


distribución de la tierra; el mapa 2, permite evidenciar como el ingenio desde 1984 al
2006 ha incrementado sus áreas privadas de caña de azúcar. Según un usuario del
Sistema de riego “Manuel J Calle” entrevistado por PROMAS (Programa de Manejo de
Agua y Suelo ) menciona que: “El ingenio es el mayor poseedor de tierras, incluso
arrienda y/o compra la producción a medianos y pequeños productores-usuarios de la
ASUR. (Asociación de usuario de riego “Manuel J Calle”) Para los usuarios, la
política del ingenio es ir adquiriendo en forma paulatina la mayor cantidad de área
destinada al cultivo de la caña, por lo que, “se estaría monopolizando la tenencia de la
tierra” Por su parte el PROMAS (2006) menciona que: “por parte los propietarios de
la fabrica; esto preocupa a los usuarios, en la medida de que temen que a mediano
plazo, se desplace a los pequeños productores, desatando graves consecuencias
sociales en el Cantón”. Por ultimo el mapa 3, permite ver que el cultivo de la caña de
azúcar es predominante incluso en el año 1984 según el ex INERHI.

97
655 00 0 660 00 0 665 00 0 670 00 0 675 00 0 680 00 0 685 00 0 690 00 0

MAPA 1. DISTRIBUCION DE LA TIERRA. SISTEMA DE


D IS T R IB U C IO N D E L A T IE R R A
RIEGO “MANUEL
S IS T E M A JDECALLE”
R I E G O M A .N 1984
U EL J C ALLE 19 84

9745000
9745000
N

9740000
9740000
V i a s p r i n c ip a l e s .s h p

9735000
9735000
R io s , e s t e ro s , 1 9 8 4. s h p
In g e n i o u l ti 1 9 8 4 . s h p
L a e n v i d ia 8 4 . s h p
R u id o s o , i n g e n io , r a n c h o g r a n d e . s h p
4 0 c u a d r a s .s h p
10 de a go s to 1 9 8 4.s h p

9730000
9730000

9725000
9725000

9720000
9720000

FUENTE: EX INERHI. (1984)


ELABORADO: SIPAE. (2007) 2000 0 2000 4000 M e te rs

655 00 0 660 00 0 665 00 0 670 00 0 675 00 0 680 00 0 685 00 0 690 00 0

MAPA 2. DISTRIBUCION DE LA TIERRA. SISTEMA DE RIEGO “MANUEL J CALLE”


. 1984; CAÑA DE AZÚCAR DEL INGENIO “La Troncal” 2005

FUENTE: EX INERHI. (1984); SISTEMA


DE RIEGO “Manuel J Calle” 2006
ELABORADO: SIPAE. (2008)

655 00 0 660 00 0 665 00 0 670 00 0 675 00 0 680 00 0 685 00 0 690 00 0

MAPA 3. DISTRIBUCION DE LA CAÑADDE AZÚCAR . SISTEMA DE RIEGO


IS T R IB U C IO N D E L C U L T IV O D E C A Ñ A D E A Z U C A R
“MANUEL J CALLE”

9745000
9745000

E N E L 1979.
S I S T E M A D E R IE G O D E M A N U E L J C A L L E .
1979

9740000
9740000

C a n ale s . s hp

9735000
9735000

Via s p rin c ip a le s .s h p
R ios , es t e ro s , 1 9 8 4. s h p
In g en io u lti 1 9 8 4. s h p
U s o c ultiv o s 79 . s h p
C A Ñ A D E A ZU C A R
La en v id ia 8 4. s h p
R u id o s o , ing e n io , r a nc h o gr a nd e . s hp

9730000
9730000

40 c u ad r as .s h p
10 de a go s t o 1 9 8 4. s h p

9725000
9725000

9720000
9720000

FUENTE: EX INERHI. (Distribución de tierra 1984; Cultivo caña


de azúcar 1979); SISTEMA DE RIEGO “Manuel J Calle” 2006
ELABORADO: SIPAE. (2008) 3000 0 300 0 60 00 M e te rs

655 00 0 660 00 0 665 00 0 670 00 0 675 00 0 680 00 0 685 00 0 690 00 0

98
En lo que respecta al Sistema de riego Milagro – Mariscal Sucre, presenta
también una gran heterogeneidad: las unidades menores a 5 hectáreas suman 385
productores, esto es, el 61,8% del total de los productores de éste Sistema, en conjunto
éstos riegan 885 hectáreas, esto es, el 9,06% de la superficie regada; las unidades entre
5 y 20 hectáreas suman 189 productores, esto es el 30,34% del total de los productores
quienes, en conjunto, riegan 1.530 hectáreas, esto es, el 15,67% de la superficie regada
del Sistema Milagro; las unidades entre 20 y 50 hectáreas suman 38 productores, esto
es, el 6,10%, con una superficie bajo riego de 1.017 hectáreas, esto es, el 10,41% del
total de la superficie regada; mientras que las unidades mayores a 50 hectáreas están en
manos de 11 productores, esto es, el 1,77% del total de los productores de éste Sistema
(entre ellos el Ingenio “Valdez”), con una superficie de 6.334 hectáreas, esto es, el
64.86% del total de la superficie regada por éste Sistema.

Tabla 14. Evolución de la distribución de la tierra (1976 – 2007)


RANGO 1976 (%)* 2007 (%)**
SUPERFICIE UPA SUPERFICIE UPA
(ha) (ha)
<5 19,2 62,2 9,06 61,80
5 - < 20 36,3 31,4 15,67 30,34
>20 – 50 18 5,5 10,41 6,10
>50 26,5 0,9 64,86 1,77
TOTAL: 100,00 100,00 100,00 100,00
FUENTE: * Ex INERHI. (1976).
** SISTEMA DE RIEGO “Milagro – Mariscal Sucre” (2007).
ELABORADO: SIPAE

99
Gráfico 10. Distribución de la tierra en el Sistema de Riego "Milagro – Mariscal Sucre"
2007
Distribución de la tierra. Sistema de Riego "Milagro -
Mariscal Sucre" 2007
SUPERFICIE UPAS
PORCENTAJE %
61,80 64,86

30,34
15,67
9,06 10,41 6,10 1,77

< 5 ha 5 - < 20 ha > 20 - 50 ha > 50 ha


FUENTE: Sistema de Riego “ Milagro Mariscal Sucre”
ELABORADO: SIPAE

El cultivo de la caña es representativo, de las 9.766 ha del sistema de riego


“Milagro – Mariscal Sucre” 8.071 ha (82,64%) son de caña de azúcar con 240 unidades
productivas (38,52%).

Tabla 15. Uso del Suelo. Sistema de Riego “Milagro – Mariscal Sucre”. 2007
CULTIVOS SUPERFICIE (ha) UPA
Arroz 35,00 3,00
Banano 1102,00 186,00
Cacao 379,00 135,00
Caña de Azúcar 8071,00 240,00
Maíz 84,00 31,00
Otros 95,00 28,00
TOTAL 9766,00 623,00
FUENTE: Sistema de Riego “Milagro – Mariscal Sucre” (2007)
ELABORADO: SIPAE

100
Gráfico 11. Distribución de la tierra por tipo de cultivo. Sistema de Riego "Milagro
– Mariscal Sucre" 2007
Disrtibución de la tierra. Sistema de Riego "Milagro -
Mariscal Sucre" 2007
SUPERFICIE UPAs
82,64
PORCENTAJE %

38,52
29,86
21,67
11,28
3,88 4,98 4,49
0,36 0,48 0,86 0,97

Arroz Banano Cacao Caña de Azúcar Maíz Otros

FUENTE: Sistema de Riego “Milagro Mariscal” (2007)


ELABORADO: SIPAE

Como muestra la tabla 16 y gráfico 12, es evidente que existe una importante
participación de los pequeños productores de caña de azúcar, sin embargo estos ocupan
poca superficie: donde productores menores a 5 ha suman una superficie de 885 ha
(9,06%) con 385 unidades productivas (61,80%), en contraste con superficie mayores a
100 ha donde suman 5904 ha (60,45%) son cuatro unidades productivas (0,64%).

101
Tabla 16. Distribución de la tierra para el cultivo de caña de
azúcar, Sistema de Riego “Manuel de J Calle. 2007
RANGO SUPERFICIE UPA
(ha)
< 5 ha 885,00 385,00
5 - <50 ha 2547,00 227,00
>50 -100 ha 430,00 7,00
>100 ha 5904,00 4,00
TOTAL: 9766,00 623,00
FUENTE: Sistema de Riego “Manuel de J Calle”. 2007
ELABORADO: SIPAE
Gráfico 12. Distribución de la tierra para el cultivo de caña de azúcar. Sistema de Riego
“Manuel de J Calle” 2007
Distribución de la tierra en el cultivo de caña de
azucar. Sistema de Riego "Manuel de J Calle" 2007

SUPERFICIE UPAS
61,80 60,45
PORCENTAJE %

36,44
26,08
9,06
4,40 1,12 0,64

< 5 ha 5 - <50 ha >50 - 100 ha >100 ha


FUENTE: Sistema de Riego “Milagro – Mariscal Sucre” (2007)
ELABORADO: SIPAE

El mapa 4, a pesar de ser de 1980, permite evidenciar la inequitativa distribución


de la tierra del sistema de riego “Milagro – Mariscal Sucre”, donde el Ingenio azucarero
“Valdez” requiere de riego para 5500 ha que representa el 56.31 % del total del
abastecimiento de riego.

102
650000 655000 660000 665000 670000 675000

N
DISTRIBUCION DE LA TIERRA
MAPA 4. Distribución de la tierra. Sistema
SISTEMA DE RIEGO DE MILAGRO- MARISCAL SUCRE. 1980
W E de riego “Milagro – Mariscal Sucre” 1980
S

9775000
9775000

s/n

9770000
9770000

9765000
9765000

Río M
ilagro

s/n
Vias-estudio-caña.shp

Rios-estudio-caña.shp
Canales1.shp

INGENIO VALDEZ

9760000
9760000

PARCELAS PARTICULARES FUENTE: EX INERHI. (Distribución de


tierra 1980; ELABORADO: SIPAE. (2008)
AREA SIN DISTRIBUCION DE TIERRA
4000 0 4000 8000 Meters

650000 655000 660000 665000 670000 675000

El ingenio Valdez recibe 5000 litros/segundo del sistema de riego Milagro, es


decir, capta el 50% de las aguas que decurren por ese sistema.

Existen casos de productores que pese a haber realizado las gestiones


correspondientes, no pudieron acceder al riego, pese a que el canal pasa en frente de
ellos; “Cuando el canal pasaba en frente de nosotros pedimos que se nos deje coger
agua y no nos dejaron, pese que en aquel tiempo este sistema de riego pertenecía al
Estado, actualmente para nuestro cultivo cogemos del agua subterránea” (Productor
del cantón La Troncal).

6.4.2 Bombeo de aguas corrientes y aguas subterráneas

El bombeo de agua subterránea es intensivo para complementar los


requerimientos de agua para irrigación. La utilización de agua subterránea permite que
productores con desventajas, sin acceso a ríos, esteros o, canales de riego, puedan
obtener agua para sus cultivos e incluso para el consumo humano. “El Ingenio “La
Troncal” riega el 60% en forma directa de los canales y 40% por medio de pozos
profundos” (ZAMBRANO, J. 2006). “Para 1967, el Ingenio “San Carlos” contaba con
103
el pozo más profundo de toda esta cuenca, pero aún, con sus 120 metros no se llega a
la roca consolidada [el número de pozos] 23, sin contar con la posibilidad que tenga
más pozos, 12 producen 190 l/s y resto entre 60 y 80 l/s. de los cuales desde 1956 se
usaban para irrigación de los cuales en su mayoría funcionaron en su totalidad en
1975. Dos o más de los pozos del Ingenio San Carlos, están destinados para
abastecimiento de agua potable del Ingenio” (CHAS T. MAIN INTERNACIONAL.ING,
1.967)

La importancia del agua subterránea en el eje cañicultor, queda relevada en el


información del III Censo agropecuario (2000), que da cuenta que el riego que
aprovecha el bombeo del agua es el más utilizado. En la siguiente tabla y gráfico se
puede observar lo señalado:

Tabla 17. Tipos de riego. Área de influencia de la caña de azúcar.


2008
SUPERFICIE % UPA %
(ha)
Goteo 1825 0,96 91 0,83

Aspersión 47448 24,96 697 6,39

Bombeo 55.477 29,18 6.690 61,35

Gravedad 83.045 43,68 3.121 28,62

Otro sistema 2316 1,22 305 2,80

Total 190111 100,00 10904 100,00


FUENTE: III Censo Agropecuario. 2000
ELABORADO: SIPAE

104
Gráfico 13. Tipos de riego en el área de influencia de la caña de azúcar

Tipos de riego. Área de influencia de la caña de azucar

SUPERFICIE UPAs
61,35
PORCENTAJE %
43,68
29,18 28,62
24,96

6,39
0,96 0,83 1,22 2,80

Goteo Aspersión Bombeo Gravedad Otro sistema


FUENTE: III Censo Agropecuario. 2000
ELABORADO: SIPAE

6.4.3 Desvío de los cauces

En algunos sitios donde no existen concesiones o el acceso al agua es difícil, e


incluso donde hay concesión como en San Carlos - “en verano baja el caudal del rio,
ingresa maquinaria para provisionar un by pass y llevar toda el agua que sea posible a
los grandes reservorios” (habitante de Marcelino Maridueña)-, se han implementado
algunos mecanismos, al margen de lo legal, entre estos el desvió de los causes de los
ríos y represamientos que impiden abastecer de agua a sitios posteriores, o disminuyen
el caudal para los usuarios concesionados, además cuando a “el río Chanchan lo secan
o desvían”, se ha producido la inundación de ciertos pueblos (productor de Marcelino
Maridueña).

Un ejemplo de lo que las mermas del caudal han provocado, es que las labores
agrícolas para los usuarios del sub canal Zarama, se compliquen debido al desecamiento
del potrero; por la presencia de tecas en terrenos de la compañía Valdez, a más de esto
han tapado el cauce natural del agua, y a la postre en estas zonas hay productores de
105
90 ha (dos productores), 2 ½ ha, 2-4 ha, 15 ha, que son usuarios del sistema de Riego
Milagro Mariscal Sucre.

7. CONCLUSIONES

Ubicada en una zona agro - ecológicamente privilegiada, con las mejores tierras
productivas del Ecuador, el 89% de la superficie total de caña se encuentran en la cuenca baja
del río Guayas.

En ese espacio territorial, los ingenios y empresarios cañicultores han asegurado el


control de los recursos productivos, fundamentalmente la tierra y el agua. Las inversiones
públicas en la infraestructura de riego en ésta parte del país, han beneficiado particularmente a
los grandes propietarios azucareros, convertidos en fracción monopólica de la burguesía
agroindustrial.

Su condición de fracción monopólica está reflejada en el control casi exclusivo del


mercado del azúcar, en donde los ingenios instalados en la cuenca baja del río Guayas
controlan el 90.74% del mercado nacional de ese producto.

El desarrollo de la industria azucarera es uno de los puntales del desarrollo del


capitalismo en el Ecuador. De hecho, el desarrollo de los ingenios Valdez y San Carlos en la
primera mitad del siglo XX, ejemplifican adecuadamente los procesos de desarrollo capitalista
del agro, adecuadamente sintetizada por Rafael Guerrero en los siguientes términos:

Tal desarrollo, “se explica por la presencia de un conjunto de fenómenos que se


combinaron: en primer lugar, la superexplotación de la fuerza de trabajo, consecuencia del
incremento de la desocupación; en segundo lugar, el proceso de concentración de tierras
desencadenado a partir de la crisis del cacao; en tercer lugar, la renta diferencial que obtenían
debido a la buena calidad de sus tierras; y en cuarto lugar, por las ganancias extraordinarias
que obtenía debido a la maquinaria que poseía.”

El monopolio de la propiedad territorial es su premisa histórica. De allí que las


interrelaciones tierra y agua en el eje cañicultor; en última instancia, termina siendo la relación
obligada entre dos elementos fundamentales para la generación de la renta capitalista sobre la
tierra, renta que no es otra cosa que el mecanismo mediante el cual se valoriza económicamente
la propiedad inmueble.

106
Si bien, la buena calidad de los suelos de la cuenca baja del río Guayas y, el
enmarañado sistema hidrográfico que atraviesa el eje cañicultor – asegurando el riego - serían
suficientes para garantizar la obtención de una renta diferencial, el control monopólico de las
tierras por la burguesía azucarera, posibilita a ésta fracción la obtención de una renta absoluta.

Desde otra perspectiva analítica, debe tenerse presente que el sector de la caña
no puede ser entendido sino a condición de entender todo el entramado de las
articulaciones agricultura e industria, con todas las complejidades que tiene ésta
relación. Blanca Rubio (2009) señala que en ésta fase agroexportadora del capitalismo,
el predominio de las agroindustrias, su control sobre la comercialización y
transformación de los bienes básicos, su papel en el impulso de la nueva tecnología de
vanguardia y, sobre la exclusión y marginalidad de los productores de alimentos
básicos, ha puesto a la orden del día el papel crucial que tiene la industria en el
desarrollo agropecuario de la región.

Blanca Rubio ubica una condición de subordinación de la agricultura a la


industria en la economía capitalista, afirmación que propone la imposibilidad de
analizar la agricultura separadamente de la industria - menos en una zona en donde
predomina la producción de la caña de azúcar, como la estudiada -. En éste campo, la
investigación agraria, todavía tiene, entonces, retos pendientes.

Otro reto que queda pendiente para una posterior investigación, son las
perspectivas que tiene la producción de caña en ésta zona, para la producción de
agrocombustible. Si bien, en éste estudio se generó alguna información, la complejidad
del tema, demanda un tratamiento específico.

8. REFERENCIAS

8. 1 LIBROS
OJEDA, A. (2007). “Concentración azucarera: El caso de La Troncal”. En: BRASSEL, F., HERRERA,
S., LAFORGE, M. (edit.) “¿Reforma Agraria en el Ecuador?: Viejos temas nuevos argumentos”. SIPAE.
Quito.

107
BRAVO, Elizabeth (2006). Biocombustibles, Cultivos Energéticos y Soberanía Alimentaria en América
Latina. Encendiendo El Debate Sobre Biocombustibles. RALLT (Red Por Una América Latina Libre De
Transgénicos). pág. 98 – 113
CRAWFORD DE ROBERTS, Lois. (1980). El Ecuador en la época cacaotera. Editorial Universitaria,
Universidad Central, Quito.
DURAN, Javier (2006). El desarrollo de la agricultura en la provincia de Los Ríos. Editorial
Universitaria. Babahoyo.
FISCHER, Sabine (1983). Estado, Clases e Industria. Editorial El Conejo, 1ª Edición. ILDIS. Quito
FORO DE LOS RECURSO HÍDRICOS (2008). El despojo del Agua y la necesidad de una
transformación Urgente.- Imprimax. Ecuador.- pág. 50
GODARD, Jeane; OJEDA, Andrea. (2006). Análisis y Diagnostico Agrario en el Cantón La Troncal.
Tesis de Grado. SIPAE. Universidad Central del Ecuador. Quito
GRANDA, Víctor (1979). La Masacre de Aztra. Facultad de Ciencias Económicas. Universidad de
Cuenca. Cuenca. pág. 39.
GUERRERO, Andrés (1994). Los oligarcas del Cacao. 1ª Edición, Editorial El Conejo. Quito.
GUERRERO, Rafael (1978). Los Ingenios en el desarrollo del capitalismo en el Ecuador 1900 – 1954. En
Tomo I de Memorias del Segundo encuentro de Historia y realidad económica y social del Ecuador. IDIS.
Cuenca. pág. 533.
HUTTEL, Charles, ZEBROWSKI, Claude, GONDARD, Pierre (1999). Paisajes Agrarios del Ecuador.
Tomo 119. IRD, IPGH, IFEA, Comité editorial de la PUCE. Quito
SAAD, Pedro (1977). Obras escogidas. V Tomo. Editado por EEICA. Editorial Claridad S.A. Guayaquil
UGGEN, John (1993). Tenencia de la tierra y movilizaciones campesinas. Zona de Milagro. 1ª Edición.
ACLAS. Quito
Proyecto SICA, INEC, MAG (1954). I Censo Nacional Agropecuario. Quito
Proyecto SICA, INEC, MAG (1974). II Censo Nacional Agropecuario. Resumen Definitivo Provincias:
Cañar, Los Ríos y Guayas. Quito
Proyecto SICA, INEC, MAG (2002). III Censo Nacional Agropecuario (2000). Resultados Nacionales y
Provinciales. Quito

108
8.2 DOCUMENTOS
ABAD, Ricardo (2006). Historia de La Troncal. La Troncal.
CHAST. MAIN INTERNACIONAL. ING (1967). Investigación De Aguas Subterráneas del Área
Milagro- M de J Calle. Quito.
CARRERA, Luis (1970). Las Obras Hidráulicas y la Supervivencia Del Ecuador. INHERI. pág.185 -
186.
CEDEGE (1973). La tenencia de la tierra en la cuenca del Guayas. Guayaquil.
CEDEGE (1996). Proyecto De Riego Manuel D J Calle. Evaluación Del Sistema Dirección De
Desarrollo Regional. Guayaquil. pág. 3
CEDEGE (2006). La tenencia de la tierra en la cuenca del Guayas. Guayaquil. pág. 11 - 12.
HVA - Internacional BV, INCONEC, MOTORCOLUMBUS (1978). Estudios Técnicos Económicos
referentes a la Industria azucarera en Ecuador. Tomo 5. Estudios Especiales. Ámsterdam, Quito, Badén.
MAG (1976). Proyecto de Riego Manuel de J Calle. Quito
MARINOD, Jacques (1966). Proyecto de estudios de Milagro y Manuel de J Calle. Quito.
OJEDA, Andrea. (2008). Estudio de la Mano de Obra en el cantón la Troncal. SIPAE. Quito.
ZAMBRANO, J. (2006). Conflictos de agua en los ríos Cañar y bulo. Documento preparado para e Foro
de los Recursos Hídricos.

ARTÍCULOS Y PUBLICACIONES VARIAS


Junta de fideicomiso mercantil AGD-CFN NO MAS IMPUNIDAD (2009). Bases para la Selección y
Contratación de una Consultora para la Valoración, propuesta Estratégica y promoción para la Venta del
Grupo de Empresas ECUDOS

OTS, Capdequi José María (1968). Sobre las “Confirmaciones reales” y las “Gracias a sacar” en la
historia del derecho indiano. Revista de Estudios de Historia Novohispana. UNAM. México.

PINCAY, Astolfo. (2007). Calentamiento Global. Revista: El bananero. pág. 14.

EL COMERCIO (2008). En Ingenio La Troncal hubo confusión y apoyo. Artículo publicado en la


sección ESPECIAL, edición de fecha, 9 de julio del 2008. Guayaquil.

109
8. 3 PORTALES VIRTUALES

Embajada de Brasil: www.embajadadelbrasil.org.ec

Ingenio San Carlos: www.sancarlos.com.ec/quienessomos.htm

Proyecto SICA. www.sica.gov.ec/agronegocios. Trayectoria de “la unión nacional


de cañicultores del Ecuador - UNCE”. RIZZO Pablo

Proyecto SICA. www.sica.gov.ec/agronegocios. El Entorno Azucarero Ecuatoriano.


RIZZO Pablo.

Proyecto SICA www.sica.gov.ec/cadenas/azucar/docs/monitoreo2.pdt


Análisis Clúster de la Cadena Agroindustrial de la Caña De Azúcar y
Azúcar. CAMACHO, Víctor.

8. 4 ENTREVISTAS

8.4. 1 A funcionarios públicos

CAMACHO, Víctor: MAGAP. Entrevista realizada el 14 de marzo del 2008

CARAVALI Jorge: MAGAP. Entrevista realizada en el año 2006.

8.4.2 A funcionarios de ingenios y/o empresas

PONCE, Alejandro: Ingenio Isabel María. Entrevista Realizada el 18 de agosto del


2008

110
CAPITAL SOCIAL Y DESARROLLO COMUNITARIO: EL CASO
DE LAS JUNTAS DE USUARIOS DEL SISTEMA DE RIEGO DEL
VALLE DEL DAULE
Paúl Herrera
Katherine Jiménez
Graciela Prado
Ramón Espinel

1. INTRODUCCIÓN

La importancia fundamental de los estudios de capital social es que permiten conocer el


mundo de las organizaciones sociales y sus relaciones con los procesos de desarrollo. Más allá
del debate teórico sobre la definición de este término, las investigaciones dan resultados sobre la
formación de redes de confianza, conexiones, normas, y todo lo que pueda facilitar la
cooperación entre grupos sociales. (Bebbington y Torres, 2001).

Se considera que las zonas de riego son apropiadas para realizar investigaciones sobre
capital social porque estas se delimitan socialmente, es decir, que encierran un número finito de
miembros1. Por otro lado, estos proyectos combinan diferentes formas de capital como el físico
(construcción de canales, reservorios), humano (formación para manejo del agua) y el social.
Finalmente, se trata de proyectos relativamente fáciles de evaluar porque se pueden usar
criterios simples para hacerlo, según Bebbington y Torres (2001).

Podemos hablar del capital social como un concepto que pretende ser una suerte de
teoría unificada que integra aspectos de diversos campos como los de la reciprocidad, las redes
sociales, el desarrollo participativo y la gobernabilidad. Promete ser una valiosa herramienta
para el análisis y la promoción del desarrollo de las propias organizaciones sociales, el Estado y
el mercado.

1
Para el caso de las Juntas de Riego del Valle del Daule, se estiman alrededor de 2.570 usuarios: 783 en América Lomas, 653 en Higuerón, 522 en San
Jacinto y 612 en El Mate.

111
La presente investigación pretende identificar las formas concretas a través de las cuales
el capital social afecta a los usuarios de las juntas de riego, así como entender la formación de
capital social en la zona de riego del valle del Daule, provincia del Guayas en Ecuador, de
manera que sirva de base para implementar proyectos que fomenten su desarrollo y
aprovechamiento para beneficios de orden social y económico.

Este artículo está dividido en seis secciones: la primera sección desarrolla ciertos
conceptos básicos y su relación con la presente investigación, con el objetivo de definir la línea
teórica del presente análisis. Esto es importante por cuanto aún existen muchas divergencias
conceptuales sobre CS; en la segunda sección se exponen estudios previos que han sido
realizados en el Ecuador; la tercera sección describe la ubicación de la zona de estudio y sus
problemas; en la cuarta sección se describe el proceso estadístico para el análisis de los datos; en
la quinta sección se presentan los resultados obtenidos y finalmente, las conclusiones y
recomendaciones.

2. FUNDAMENTOS TEÓRICOS

2.1 Definiciones básicas

Coleman y Bourdieu son los dos sociólogos que más tempranamente expresaron el
concepto de capital social en una forma relativamente detallada y completa. La definición de
Bourdieu se basa en dos elementos claves: las relaciones sociales que permiten a los individuos
estar conectados mutuamente y, las ventajas que se derivan de esta asociación deliberada.
(Durston, 2000). Por su parte Coleman manifiesta que el capital social es productivo, y
posibilita el logro de ciertos fines que no se alcanzarían en su ausencia. Su definición está
caracterizada por crearse en la estructura social, facilitando las relaciones entre las personas que
están dentro de esa estructura.

Uno de los principales exponente sobre el tema de capital social ha sido Putman (1994)
con el desarrollo de su investigación “Making Democracy Work: Civic Traditions in Modern
Italy”. Este autor otorga especial importancia al impacto de los ciudadanos en los asuntos que
conciernen a sus grupos o comunidades, y que influyen en gran medida en el logro de ciertos
objetivos comunes, gracias al grado de confianza y reciprocidad, así como a las normas de
comportamiento cívico y el nivel de asociatividad.

112
Debido a esto es entonces que se puede asegurar que hay distintos niveles de desarrollo de
CS, pues se trata de un recurso de las personas, los grupos y las colectividades en sus relaciones
sociales, con énfasis, a diferencia de otras acepciones del término, en las redes de asociatividad
de las personas y los grupos. No necesariamente de forma deliberada, sin embargo es evidente
que el CS resultas ser un recurso que, al igual que la riqueza y el ingreso, está desigualmente
distribuido en la sociedad (Atria, et al, 2003).

2.2 Clasificación del capital social

La clasificación de mayor aceptación y, que se presenta en diversos documentos, es la


propuesta por Michael Woolcok quien propone tres divisiones:

1) Capital social de nexo.- Existe en relaciones socialmente estrechas, generalmente se


basa en puntos de coincidencia heredados o creados como resultado de compromisos para toda
la vida y un contacto personal frecuente.

2) Capital social de vínculo.- Se refiere a relaciones medianamente estrechas y en la


mayoría de los casos se basa en puntos de coincidencia adquiridos.

3) Capital social de aproximación.- Es aquel que existe en las relaciones asimétricas


entre personas que tienen pocos puntos de coincidencia, un contacto personal limitado y a
menudo diferencias importantes en cuanto a los recursos que poseen, caracterizándose por
sentimientos asimétricos de conexión. (Atria, et al, 2003).

El caso del capital social en las juntas de riego del valle del Daule, lo podemos ubicar
dentro de la segunda categoría de clasificación descrita anteriormente, que se denomina “capital
social de vínculo” ya que la relación entre los miembros de las juntas de riego se caracteriza por
sentimientos moderadamente intensos de conexión como: el respeto, la confianza y el
compañerismo. A diferencia del capital social de nexo que se basa en sentimientos de
preocupación, afecto, mismos que se desarrollan con mayor frecuencia dentro del grupo
familiar, mientras que la tercera clasificación hace referencia a la asociación que puede existir
entre individuos solo por interés y logro de objetivos personales de mediano plazo.

113
2.3 Capital social versus otras formas de capital

Las juntas de riego, para su operación, necesariamente combinan las tres formas de
capitales que son: el físico, mediante la construcción de canales, reservorios, bombas de riego,
entre otros; el capital humano que se encuentra presente en el conocimiento que deben poseer
los miembros de las juntas para el manejo de distribución del agua, llevar el control financiero
de cada junta de riego, para el caso específico de esta zona el conocimiento sobre la forma de
producción del arroz; y finalmente el capital social, que se refiere a las relaciones sociales y
organizativas entre los miembros de cada junta.

Dado lo anterior, y al realizar una aplicación de las propiedades esenciales del capital
físico al capital social tenemos que: 1) Capacidad de transformación. El capital social puede ser
combinado con otros inputs para producir beneficios para obtener un trato preferencial y otros
beneficios. 2) Durabilidad. El capital social presenta diferentes grados de durabilidad. Puede ser
de afinidad débil (sólo es capaz de producir una cantidad limitada de servicios antes de
desintegrarse), o puede ser extremadamente durable. Este tipo de relaciones están asociadas
principalmente a la familia. Al igual que el capital humano, pero al contrario del físico, el
capital social necesita mantenimiento, pues las relaciones sociales requieren una renovación o
confirmación periódica para evitar la pérdida de eficacia. 3) Flexibilidad. El capital social es un
recurso en el cual se pueden invertir otros recursos con la expectativa de beneficios futuros, a
través de la inversión en formar grupos o asociaciones. 4) Sustituto y complemento. Como
sustituto, los agentes pueden compensar la carencia de capital financiero o humano mediante el
establecimiento de buenas relaciones. El capital social es también complementario con las otras
formas de capital, puesto que por sí solo no es suficiente para el desarrollo. 5) Depreciable. Al
igual que el capital humano, no tiene un índice fiable de depreciación, puesto que no se deprecia
con el uso, sino que mejora, ya que si no se usa se deteriora rápidamente. (Glaeser, Laibson, &
Sacerdote, 2001).

La creación de capital social no es tan diferente de la creación de capital humano: se lo


consigue mediante la educación y, por tanto, exige inversiones en capacitación y una
infraestructura institucional donde pueda impartirse. A diferencia del capital humano
convencional, que entraña la transmisión de ciertas aptitudes y conocimientos específicos, el
capital social exige inculcar normas y valores compartidos.

114
3. CAPITAL SOCIAL EN EL ECUADOR

Son relativamente pocos los estudios conducidos en Ecuador en esta temática, en su


mayoría asociados a resultados obtenidos en proyectos productivos. Bebbington ha realizado
diversos estudios sobre capital social en el Ecuador. Uno de ellos llevado a cabo entre los
cantones de Colta y Guamote (en la provincia de Chimborazo) en donde el acceso a una técnica
que permite la transformación de productos básicos en artículos procesados y de alto valor, ha
sido de suma importancia para que grupos de pequeños productores acceda a mercados
especializados. Esto gracias a una relación entre la comunidad y un profesor agrónomo de la
universidad provincial que facilitó el acceso a estas nuevas tecnologías. La organización social
ayudó a crear condiciones que favorecieron un proceso de intensificación, que si bien se ha
desarrollado y pareciera que también ha generado capital social, bien podría desaparecer en la
medida en que se extingan los medios o la transferencia provistos por medio de un proyecto.

Otro de sus importantes trabajos fue desarrollado en Guamote. En términos


organizativos y políticos, el cantón Guamote estaba dominado por la hacienda, el control de
labor y el Estado local. De hecho, había pocas comunidades indígenas independientes hasta los
sesentas y setentas y la relación más importante para las estrategias de la supervivencia era la
unión “vertical” de la hacienda, en lugar de la “horizontal” entre familias. La capacidad
organizativa de base era muy baja. Hoy, sin embargo, no queda ninguna hacienda grande, el
gobierno local está en manos indígenas, el uso de la tierra se ha intensificado significativamente,
y mucha de la tierra en la que antes había pasto, ahora tiene uso agrícola. Es en Guamote donde
se produjeron presiones que llevaron a la legislación de la reforma agraria en 1964 y 1973 que
habilitó a los campesinos indígenas a demandar que se les venda esa tierra. La formación de
capital social en Guamote, y sus impactos en vidas, recursos naturales y las políticas de
desarrollo, probablemente no se los habría tomado de la misma manera o hubieran adelantado
tanto, si no habría sido un proceso relacionado con organización indígena y con movilización a
nivel nacional en Ecuador. (Bebbington y Torres, 2001).

Bebbington además realizó otra investigación en las juntas de aguas de Porotog,


ubicadas al sur de la ciudad de Cayambe, en la sierra norte ecuatoriana. Este estudio examina la
magnitud en la que las intervenciones de dos organizaciones no gubernamentales (ONGs), el
Centro Andino de Acción Popular (CAAP) y el Instituto de Ecología y Desarrollo de las
Comunidades Andinas (IEDECA), ayudaron a formar el capital social en las juntas, una

115
organización de segundo grado con miembros de once comunidades indígenas involucrados en
el manejo de un sistema de riego. (Millán & Gordon, 2004).

Martínez en el año de 1999, por su parte realizó un análisis crítico de capital social en el
medio rural ecuatoriano aplicado a las juntas de agua, presentado en su trabajo “Capital social y
desarrollo rural”. Afirma que para que el capital social tenga alguna utilidad en el desarrollo
rural debe ser definido en dos dimensiones: la relacional y la procesual. La primera nos dice que
las relaciones sociales que se generan entre los productores rurales se concretiza entre grupos,
comunidades, familias e individuos diversos y diferentes. La segunda indica que se trata de un
proceso que puede implicar un crecimiento o decrecimiento de las relaciones sociales. Nombra
las ventajas que ha tenido el caso de la Organización de Segundo Grado (OSG) Tucayta en la
provincia de Cañar, las cuales son: la homogeneidad étnica, presencia de energía social
acumulada, presencia de capital humano en la zona, vínculos con el Estado y agencias de
desarrollo y el apoyo de varias ONG. Recalca el rol importante que juega y debe jugar el Estado
en el proceso de desarrollo rural en este caso, ya que afirma que el capital social es mas bien el
resultado de un conjunto de acciones institucionales (capital puente) en un entorno favorable
que incide en la potenciación de la energía social; es un capital social inducido y no tanto el
resultado de una dinámica organizativa campesina. (Martínez, 2003).

4. LAS JUNTAS DE USUARIOS DE AGUA DEL VALLE DEL DAULE

En el año 1965 se crea la Comisión de Estudios para el Desarrollo de la Cuenca del Río
Guayas (CEDEGE), para conducir diversas investigaciones con el fin de determinar las
potencialidades del Régimen Hídrico de la Cuenca del Guayas. Este organismo fue el encargado
de iniciar en 1982 la construcción del Proyecto Jaime Roldós Aguilera y, un año más tarde se
diseña un Plan Hidráulico, que da una lógica multipropósito a este proyecto. Sobre la base del
represamiento del río Daule, se pretendía: a) almacenar agua para regar tierras secas de supuesta
gran productividad en el valle bajo del río Daule y la península de Santa Elena; b) facilitar el
suministro de agua potable a ciudades importantes como Guayaquil y un conjunto amplio de
poblaciones ubicadas en las riberas del río; c) controlar las inundaciones; y d) generar energía
hidroeléctrica barata. De esta manera, se ejecuta dicho proyecto a lo largo de los siguientes 20
años hasta el 2002, a través de un imparable endeudamiento externo.

116
A raíz de la preocupación del Gobierno Nacional y de las entidades multilaterales de
crédito, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo, sobre el escalamiento de los
costos de operación y mantenimiento de los sistemas de riego del país, se decidió transferir los
sistemas de riego a los agricultores. En 1999, con la asistencia financiera del Banco Mundial, a
través de un Proyecto de Asistencia Técnica (PAT), se creó una Unidad Ejecutora para llevar a
cabo los programas de entrega de los sistemas de riego a los agricultores y para establecer las
tarifas que permitan mantener y operar dichos proyectos.

La CEDEGE determinó que la presa Balzar, el canal de aducción y el sifón trans-Daule


podrían ser reemplazados por estaciones de bombeo, en cada margen, para servir
individualmente a cada sistema de riego. Así surgieron los sistemas de riego del valle del
Daule, uno de 17.000 ha y otro de 33.000 por un costo aproximado de USD 118’800.000.

De las 50.000 ha con infraestructura de riego que se puso como meta del Proyecto
“Jaime Roldós”, se han materializado solamente 13.269 ha, en la margen derecha del Daule
hasta la fecha. De esta superficie bajo riego efectivo solo estaban 9.200 ha hasta el año 2000.
Las juntas de riego que se formaron hasta el 2000, año en el que concluyo el proceso de
transferencia de los sistemas a las juntas son: San Jacinto, Higuerón, El Mate y América Lomas,
servidas cada uno por sus propias estaciones de bombeo (ver tabla 1).

Tabla 1: Áreas de las juntas de riego del valle del Daule


Zonas de Riego San Jacinto Higuerón El Mate América- Total
Lomas
Área, Ha 2,446 3,49 2,018 5,315 13,269
Estaciones de 2 2 2 1 9
Bombeo
Estaciones de 2 2 2 2 8
Drenaje

Al entregar el Estado los sistemas de riego a los agricultores de la zona del valle del
Daule, estos adquirieron la responsabilidad de la administración y distribución del agua entre los
usuarios, así como el mantenimiento del sistema, por lo que el progreso y desarrollo
comenzaron a depender mucho más de la organización que pudieran tener al interior de la junta,
sea esta obtenida en conjunto o mediante liderazgos individuales, siendo más la individualidad
de antiguos líderes y sus descendencias las que ha prevalecido.

117
No obstante, desde la época en que se realizó la transferencia, ha sido evidente el
desarrollo de una junta en particular: América Lomas, tanto en su infraestructura física,
organización de sus miembros, así como que se han convertido en la zona de mayor
productividad en la siembra de arroz en el país. Es justamente de este aspecto clave de dónde
surge la principal interrogante de esta investigación, sobre si dichas diferencias puede o no ser
atribuidas a distintos inventarios de Capital Social (CS), o son otros los factores.

5. METODOLOGÍA

5.1 Diseño de la encuesta y plan muestral

Por medio del Centro de Investigaciones Rurales (CIR) de la Escuela Superior


Politécnica del Litoral (ESPOL) se diseñó y aplicó un cuestionario que combina preguntas
desde distintos enfoques de capital social, incluyendo la encuesta que propone el Banco
Mundial para medir el capital social2. Más que seguir una línea específica, se utilizó distintas
escalas adaptadas un poco a la realidad de la zona y a la necesidad de combinar preguntas de
manera que permitan obtener indicadores de confianza, participación en organizaciones e
indicadores de desarrollo.

La encuesta del CIR puede ser dividida en cinco secciones: 1) Características


demográficas, ocupación agrícola e información de ingresos y activos del encuestado; 2)
Instrumentos de Putnam, mismos que tratan de medir la densidad de organizaciones voluntarias,
se planteaban 15 alternativas de grupos o asociaciones más conocidas de la zona; 3) Indicadores
de confianza; 4) Redes locales, conexiones con terceros y acciones voluntarias; 5) Nivel de
desarrollo en la junta.

Se consideró como unidad muestral al grupo familiar. Las encuestas fueron realizadas a
las cabezas de la familia o en su defecto, a un adulto en capacidad de responder las preguntas y
que sea miembro de la familia. La técnica de muestreo fue no probabilística por conveniencia.
Para determinar el tamaño de la muestra se utilizó la fórmula basada en la proporción de la
población, en donde el nivel de confianza utilizado fue del 95% (con un valor z = 1,96) y que a
su vez permitió tener un error muestral de alrededor de 5%. En la tabla 2 se muestra que el

2
Social Capital Integrated Questionnaire (SOCAP IQ)

118
tamaño muestral de 400 encuestas fue repartido en forma proporcional entre las cuatro juntas de
riego de acuerdo al total de hectáreas de cada una de ellas.

Tabla 2: Distribución de la muestra por área agrícola


Junta de Riego No de encuestas % No de Hectareas %
América Lomas 164 41% 3.762,15 41%
Higuerón 120 30% 2.800,86 30%
San Jacinto 68 17% 1.596,75 17%
El Mate 48 12% 1.091,19 12%
Total 400 100% 9250,95 100%

5.2 Análisis de datos

Se dividió el trabajo en tres fases: 1) Estadísticas descriptivas, con el propósito de


explorar y conocer ciertas características de los respondientes; 2) Análisis factorial, para el
propósito de determinar la existencia de algún tipo de relación entre las diferentes preguntas que
se realizaron en la encuesta y poder encontrar los factores comunes que influyen en la existencia
de capital social entre las juntas de riego. Se empezó empleando algunas preguntas, que estudios
previos relacionan con la acumulación o disminución de capital social. Con este análisis se
espera que los resultados concuerden con la teoría existente de que el capital social depende de:
la confianza, redes, asociatividad, entre otras cosas; 3) Análisis de conglomerados (Cluster) con
el propósito de determinar la existencia de diferencias de capital social entre las juntas de riego.

6. RESULTADOS DE LA ENCUESTA

6.1. Estadísticos descriptivos

De las 400 encuestas realizadas, se obtuvo que el 95% de encuestados eran de género
masculino y el 5% de género femenino. Estas encuestas fueron aplicadas en proporción a las
hectáreas de cada junta, de manera que en América Lomas se encuestó al 41% de la muestra,
siguiendo Higuerón con 30%, San Jacinto con 17% y por último la junta El Mate con 12%. La
edad mínima de los encuestados fue de 22 años y la máxima de 81 años. Los promedios de edad
por cada junta: América Lomas presentó un promedio de 52,38 años de edad, San Jacinto de

119
44,06 años de edad, Higuerón de 49,93 años y El Mate tiene un promedio de 49,78 años de
edad.

En cuanto al nivel de educación, se tiene que en América Lomas el 76,22% de la


población terminó la primaria, en San Jacinto el 36,76% de la población terminó la secundaria y
el 35,29% son analfabetos, en Higuerón el 68,33% concluyó hasta la primaria y en el Mate el
79,17% también. El principal producto de ciclo corto que se cosecha en esta zona es el arroz.
Los ingresos obtenidos por la venta de la gramínea varían entre $90 y $52,800. Así podemos
observar el promedio de ingreso por cada junta de riego, sus mínimos y máximos ingresos en la
siguiente tabla (ver tabla 3).

Tabla 3: Ingresos promedio, máximo y mínimo por junta de riego

Junta De Riego Media Mínimo Máximo


América Lomas 4798,99 200 52800
San Jacinto 8417,59 1140 30000
Higuerón 5340,11 99 27216
El Mate 1035,23 90 6450
Elaborado por: K. Jimenez y G. Prado

La extensión de tierra que poseen los usuarios varía entre: 0,07 ha y 60 ha. Así se
obtuvo que, América Lomas tiene una media de extensión de tierras de 3,8 ha, en San Jacinto de
4,96 ha, Higuerón de 5,3 ha y en el Mate 0,75 ha (ver gráfico 1). Mediante un análisis de
contingencia se obtuvo que, al 5% de significancia, se rechazó la hipótesis nula de
independencia de variables entre “la propiedad de la tierra” y las juntas de riego a la que
pertenecen. Esto quiere decir que no se puede afirmar que haya una relación entre pertenecer a
una junta y tener más o menos tierra.

120
Gráfico 1: Propiedad de la tierra

Propiedad de la tierra
120%
100%
80% 32%
Otros
60% 40% 61%
83% Título
40%
63%
20% 40% Herencia
29%
0% 4%
San Jacinto El Mate América Higuerón
Lomas
Junta de riego

Elaborado por los autores.

En San Jacinto el 63% de sus usuarios tienen la propiedad de la tierra mediante la forma
jurídica de herencia y otro 32% mediante título de propiedad. En la junta El Mate el 40% de la
población tiene la propiedad de la tierra con título y otro 40% mediante herencia. En América
Lomas un 61% de la población obtiene la propiedad de la tierra con título y otro 29% mediante
herencia. Finalmente en Higuerón un 83% de la población tiene la propiedad de la tierra
mediante título.

En cuanto al factor de educación, con los resultados obtenidos, se comprobó la hipótesis


de que entre mayor sea la edad de un individuo en esta zona, su nivel de educación alcanzado es
menor. Para ello se planteó una tabla de contingencia entre las variables “edad” y “números de
años que dedican las personas a estudiar”, rechazando al 5% de significancia la hipótesis nula de
independencia de las variables, empleando el estadístico chi-cuadrado.

En cuanto a la percepción de confianza entre los miembros de la junta se tuvo que (ver
gráfico 2): en El Mate, el 96% de sus miembros perciben que no pueden confiar. En América
Lomas el 54% de su población perciben que si se puede confiar, pero otra parte de su población
que es el 46% perciben desconfianza entre sus miembros. Las juntas San Jacinto e Higuerón son
las que tienen porcentajes muy altos con respecto a la confianza en los miembros de la junta
con un 100% y 96% respectivamente.

121
Gráfico 2: Confianza en miembros de la junta

Confianza en los miebros de las juntas de riego


120%
100%
80%
53,75% Si se puede confiar
60%
100% 95,83% 95,83% No se puede confiar
40%
20% 46,25%
0% 4,17%
San Jacinto El Mate América Higuerón
Lomas
Junta de riego

Elaborado por los autores.

Respecto de la confianza en la administración de riego, tenemos que en la junta El


Mate, el 35% de su población confía medianamente en la administración de la junta de riego y
el 25% de esa misma población no confía en absoluto. En San Jacinto e Higuerón, se tuvo
porcentaje altos de la población que confían medianamente y totalmente en la administración de
la junta de riego con porcentajes del 83% y 95% de la población respectivamente. En América
Lomas se encontró que el 44% de su población desconfía de la administración de la junta de
riego y un 55% sí confía.

El sentirse parte de la junta de riego (ver gráfico 3) puede influir en la decisión de


participar en la elección de los directivos de la junta, sobre todo al no tratarse de un proceso de
carácter obligatoria como lo son las nacionales. La participación en ellas en inminentemente
voluntaria. Al testear la relación entre estas variables, dio como resultado que resulta una
dependencia significativa sólo para el caso de América Lomas, con un nivel de explicación del
43.8% de acuerdo al estadístico Eta. Para el caso de las demás juntas no se encontró relación
alguna entre las variables expuestas.

122
Gráfico 3: Sentirse parte de la junta

Me siento parte de la junta


100%
80%
60% 46,67% 71,77% Parcial y total acuerdo
85,30% 94,96%
Neutro
40%
Parcial y total desacuerdo
20% 42,22%
0%
San Jacinto El Mate América Higuerón
Lomas
Junta de riego

Elaborado por los autores.

La percepción que tienen los miembros de la junta acerca de sentirse parte de ella,
pudiera depender de la junta de la cual forman parte los respondientes. Así, se testeó la relación
entre estas variables, encontrando que es significativa y explicada en un 57.6% de acuerdo con
los resultados. Sólo en El Mate existe una posición neutra de la mayoría de los encuestados
respecto de esta pregunta. Esto evidencia que las relaciones que puedan existir entre la juntas no
es igual para todos los casos y que hay algunas donde un mejor grado de organización puede
llevar a los individuos a sentirse parte de la junta.

Con la encuesta que se empleó para este estudio, se buscaba obtener indicadores de
asociaciones, grupos o gremios que estén formalmente organizados o en su defecto, que se
traten simplemente de grupos de personas que se reúnan con regularidad para llevar a cabo
alguna actividad. Con este fin, se plantearon 15 alternativas de grupos o asociaciones, previa
una indagación de aquellas más conocidas en la zona. Las organizaciones que resultaron con
mayor nivel de participación de los miembros son: para el caso de los padres de familia, las
juntas de riego. Para el caso de las madres de familia, la mayoría participa en el comité de
padres de familia, mientras que los hijos participan en su mayoría en grupos o asociaciones
deportivas.

123
6.2 Análisis factorial

Con el propósito de determinar la naturaleza del CS en el área de estudio, se procedió a


realizar un análisis factorial (AF). Un AF parte de la premisa de que existen un número de
variables interdependientes entre sí y que por tanto es difícil establecer relaciones causa-efecto
que generen una explicación al comportamiento de una variable dependiente. Por el contrario el
análisis factorial considera a todas las variables interdependientes entre sí, al tiempo que las
agrupa para formar constructos (factores comunes) que explican la naturaleza de la variabilidad
de los datos generados por las preguntas de capital social del cuestionario.

Para realizar este análisis, se emplearon aquellas preguntas de la encuesta que se las
asocia con capital social. En un principio fueron empleadas 33 preguntas del cuestionario. A
partir de un primer análisis, las 33 preguntas planteadas formaron 10 factores (constructos) que,
al momento de ser analizados, se identificó que por lo menos uno de ellos agrupaba preguntas
que no estaban relacionadas a un mismo tema o concepto, por lo que se procedió a eliminar
variables bajo los siguientes criterios: 1) un valor de comunalidad bajo, entendida la
comunalidad como el coeficiente de correlación lineal múltiple de cada variable con los
factores. Si ésta es alta implica que todas las variables están muy bien representadas en el
espacio de los factores; 2) una carga factorial baja, entendida esta como el peso atribuido de
cada variable en el factor; y, 3) el nivel de correlación de dicha variable con las demás del
modelo. Luego de este primer paso, se realizaron tres análisis factoriales que tenían como
propósito seguir eliminando variables no significativas y/o que no se agrupen bajos los factores
correspondientes.

Al realizar el quinto análisis factorial, se incluyó una variable que agrupara el nivel de
participación de los individuos en grupos o asociaciones dentro de la junta, esta variable no
había sido considerada inicialmente al tener un bajo nivel de observaciones para la muestra (364
respuestas). Además, se reintegraron variables que a pesar de tener baja carga factorial, era
importante no eliminarlas para que el factor al que pertenecen cuente con un mayor número de
variables y sea significativo en el análisis.

Para el análisis factorial final se emplearon las siguientes 20 variables que fueron el
resultado del proceso de eliminación de variables al que se procedió según lo descrito
anteriormente. Las variables se muestran en el siguiente cuadro:

124
Cuadro 1: Preguntas incluidas en el análisis factorial final

No. Preguntas relacionadas a capital social


1 Se puede confiar en los miembros de la Junta de Riego
2 Cuánto confía en el sistema de justicia
3 Cuánto confía en la policía
4 Cuánto confía en los administradores de la Junta de Riego
5 Cuánto confía en el gobierno local
6 Cuánto confía en el gobierno provincial
7 Cuánto confía en el gobierno nacional
8 Cuántos amigos de confianza tiene
9 Me siento parte de la Junta de Riego
10 Esta zona ha prosperado en los últimos 5 años
11 La gente por aquí es más confiable que en otras zonas
12 La gente por aquí es honesta
13 Ha contactado algún medio de comunicación
14 Ha contactado a autoridades cantonales
15 Ha organizado a personas de su zona
16 Ha contribuido en algo para mejorar la zona
17 Ha contribuido para obras de caridad
18 Ha contactado a alguien influyente en la zona
19 Ha notificado a la policía acerca de algún problema
20 Número de organizaciones en que participan los miembros de familia
Elaborado por: K. Jiménez y G. Prado

Con los resultados obtenidos, al correr el Análisis Factorial mediante la opción


“Reducción de datos” del programa estadístico SPSS3, se identificó que el determinante de la
matriz de correlación fue de 0.002 con un Kaiser-Meyer-Olkin (KMO) que arrojó un valor de
0.82, significativo al 5% a partir de la prueba de Esfericidad de Barlett. Esto significa que el
análisis realizado es robusto en términos estadísticos. Con cuatro factores, se logró explicar el
50,81% de la varianza total de los datos. Finalmente, con relación a la matriz de componentes
rotados, esta matriz muestra los coeficientes que se conocen con el nombre de pesos factoriales
(por ese motivo se llama análisis factorial). La carga factorial se mide en términos de valor
absoluto, y entre más altos éstos sean nos indican una relación más estrecha de esa variable
dentro de cada factor.

3
Statistical Package for Social Sciences

125
Lo que se busca en el análisis factorial es que todas las variables tengan pesos altos en
unos factores y bajos en otros, de tal manera que se pueda ubicar en el factor de mayor peso. Por
ejemplo la variable “Me siento parte de la junta” se puede expresar de la siguiente manera:

B 11 0 , 84 F 1 0 , 04 F 2 0 ,12 F 3 0 , 05 F 4

donde F1 , F 2 , F 3 yF 4 son los cuatro factores del análisis, por lo que se puede decir que
esta variable se ubica en el primer factor dado su peso de 0,84. El criterio empleado en el
estudio es que el valor mínimo de carga factorial sea de 0,50. En la tabla siguiente se muestra la
matriz de componentes rotados, donde se puede apreciar las 20 variables usadas y su agrupación
en 4 factores de acuerdo a las cargas factoriales de cada variable en cada factor.

Tabla 4: Matriz de componentes rotados


Componente
Pregunta de capital social
1 2 3 4
Me siento parte de la Junta de Riego 0,84281764 0,044542987 -0,12152592 0,051238829
Se puede confiar en los miembros de la Junta de Riego 0,76404963 0,151082275 0,029813895 0,136670486
Esta zona ha prosperado en los últimos 5 años 0,74539086 0,035143095 -0,0717942 0,221555425
La gente por aquí es más confiable que en otras zonas 0,7120095 -0,02565805 -0,03911193 -0,0110319
Cuánto confía en los administradores de la Junta de Riego 0,663779 0,356587726 0,088155431 0,113893132
Cuántos amigos de confianza tiene 0,57716617 0,034355042 0,094368108 -0,10178524
La gente por aquí es más confiable que en otras zonas 0,53657904 0,024413702 -0,18140306 0,125398074
Número de organizaciones en que participan los miembros de familia 0,50372344 -0,03908132 0,216349374 -0,05378224
Cuánto confía en el gobierno provincial 0,46154524 0,698500301 -0,07235455 0,096667608
Cuánto confía en la policía -0,20693045 0,692997348 0,194093151 -0,14146595
Cuánto confía en el gobierno local 0,49794939 0,648510982 -0,02546673 0,057237403
Cuánto confía en el sistema de justicia -0,17286274 0,626717693 0,17184568 -0,02809234
Cuánto confía en el gobierno nacional 0,26468006 0,519572984 0,028552815 0,195579372
Ha contactado a autoridades cantonales 0,10793652 -0,01351331 0,641333187 0,165684671
Ha contactado algún medio de comunicación -0,07127997 0,047803719 0,638708698 -0,00593567
Ha organizado a personas de su zona 0,03792173 0,025537221 0,625711013 0,000451073
Ha contactado a alguien influyente en la zona 0,02975543 0,195154817 0,438689564 -0,02236473
Ha notificado a la policía acerca de algún problema -0,36004918 0,048626065 0,41243373 -0,05007783
Ha contribuido en algo para mejorar la zona 0,02622019 0,011206283 0,074768037 0,871396596
Ha contribuido para obras de caridad 0,12346978 0,052049314 0,02005946 0,849110957
Método de extracción: Análisis de componentes principales. Método de rotación: Normalización Varimax con Kaiser.
La rotación ha convergido en 5 iteraciones.
Elaborado por: Resultados del Programa Estadístico SPSS

126
En el primer factor, como puede observarse, se agruparon ocho variables que
básicamente hacen relación a la “confianza al interior de la Junta de Riego”. Dos de las
variables que forman parte de esta factor no se encuentran en estricta relación a la referencia del
factor, como son: “prosperidad de la zona en los últimos cinco años” y “el número de
organizaciones en que participa la familia”; sin embargo, dada su carga factorial no era prudente
excluirlas del análisis. Pueden ser consideradas como dos características que aportan al
desarrollo de la confianza al interior de cada junta.

En el segundo factor se han agrupado cinco variables relacionadas con la “confianza al


exterior de la junta” en específico se hace referencia a la confianza en instituciones de justicia,
gobiernos seccionales y gobierno nacional.

En el tercer factor se agruparon cinco variables que pueden ser definidas bajo el
concepto global de “redes”, pues entre estas se encuentra la capacidad de organización de las
personas para realizar actividades así como si han empleado a sus contactos en medios de
comunicación o alguna institución para resolver conflictos al interior de la junta.

En el cuarto factor sólo se agruparon dos variables que están relacionadas a la


“disposición que tengan los miembros de la junta para participar en actividades” como obras
de caridad y otras que ayuden a mejorar la zona.

Los resultados obtenidos concuerdan con la teoría existente acerca de los factores que
influyen en el capital social. Se puede concluir que en la zona de las junta de usuarios del valle
del Daule están presentes los factores que contribuyen al desarrollo del capital social, de manera
específica este estudio demuestra que los factores principales son sólo cuatro.

6.3. Análisis de conglomerados

Para el caso del capital social en las juntas de riego del valle del Daule, se buscaba
determinar además si los datos de las encuestas formaban clusters y estos a su vez guardaban
alguna relación –mediante un análisis de datos cruzados- con la junta de riego a la que
pertenecían los encuestados. En una primera etapa se esperaba encontrar diferencias de capital
social entre las juntas de riego. Sin embargo, los resultados mostraban que la mayoría de los

127
casos se unían en un determinado cluster; por lo que, se llegaba a concluir que el capital social
era igual entre las juntas de riego.

De esta manera en una segunda etapa se procedió a dividir la base de datos de acuerdo a
las características de ingresos y tamaño de finca, tomando como base para su división la medida
estadística de percentiles, para determinar si existía alguna característica en particular que
marcara diferencias en el capital social entre las juntas de riego. Las variables empleadas fueron
aquellas que resultaron del análisis factorial, es decir cuatro variables.

Cluster en base a la variable “extensión o tamaño de finca”

Basados en la división general que se aplica para estudios de investigaciones rurales en


que se determinan tres categorías para los productores: grandes, medianos y pequeños, se
procedió a dividir la base de datos en tres partes empleando el estadístico de percentiles. Se
ajusto el análisis a cuatro cluster y los percentiles se dividieron de la siguiente manera: percentil
1 “entre 0 y 1,5 ha”, percentil 2 “entre 1,51 y 4 ha” y percentil 3 “entre 4,01 en adelante”.

Para el primer percentil se encontraron diferencias en las juntas de riego de acuerdo a


los cluster que se formaron. De esta manera las juntas América Lomas e Higuerón se unen en
un mismo grupo y las juntas el Mate y San Jacinto en diferentes clusters. Por lo que se puede
concluir que a esta división de “productores pequeños” existen diferencias de capital social.

En el segundo y tercer percentil en donde se hace referencia a los “medianos y grandes


productores” se ajustaron los resultados de la siguiente manera: América Lomas e Higuerón se
unen en un mismo grupo y San Jacinto se ubica en otro grupo. En el caso del Mate no existe
mucha información que sea relevante. Por lo que se puede concluir que existe diferencias de
capital social entre las tres juntas pero no para el caso en que se compara entre las juntas
América Lomas e Higuerón.

Cluster en base a la variable “ingresos”

Para la división de la base de datos en base a los ingresos de los individuos, se dividió la
base de datos en cuatro partes de acuerdo a los percentiles. Se ajusto el análisis a cuatro cluster
y los percentiles resultantes fueron: percentil 1”entre 0 y 1.300 USD”, percentil 2 “entre

128
1.300,01 y 3.475 USD”, percentil 3 “entre 3.475,01 y 6.793 USD” y percentil 4 “de 6.793,01
USD en adelante”.

Para el percentil 1 las juntas América Lomas e Higuerón coinciden en el mismo cluster,
y el Mate se ubica en otro grupo. La información de San Jacinto es poco relevante en este
percentil. Para el percentil 2 las juntas América Lomas y San Jacinto coinciden en un mismo
grupo, y el Mate e Higuerón en diferentes clusters. Para el percentil 3 y 4 América Lomas e
Higuerón se ajustan en el mismo cluster, mientras que San Jacinto en otro grupo. La
información del Mate es poco relevante en el análisis.

Se puede concluir que segmentando la base de datos en esta variable de “ingresos” se


obtuvieron resultados interesantes de diferencias de capital social. Los miembros de las juntas
con las características de cada percentil se ajustan en diferentes clusters. También se resalta la
similitud de los miembros de las juntas de América Lomas e Higuerón, ya que en tres de los
cuatro percentiles coincidieron en los mismos grupos.

7. CONCLUSIONES

Esta investigación buscaba determinar la existencia de capital social en el valle del


Daule y determinar su proceso de formación en la zona. Se procedió a la elaboración de un
cuestionario basado en la encuesta modelo propuesta por el Banco Mundial. Este cuestionario
fue dividido en cinco secciones. Las juntas de riego que forman parte de este estudio son:
América Lomas, San Jacinto, Higuerón y El Mate, en total fueron realizadas 400 encuestas que
fueron aplicadas en forma proporcional al número de hectáreas.

Los resultados obtenidos concuerdan con la teoría existente acerca de los factores que
influyen en el capital social que, para el caso de las juntas de usuarios son: la confianza, las
redes y la cooperación. La confianza, principal variable que incide sobre el capital social, resulta
ser una expectativa del comportamiento de la otra persona que participa en una relación en el
afecto que existe entre ambos. Esta variable ha sido empleada en diversos estudios como un
proxy para medir el capital social dentro de un grupo, comunidad o asociación.

Por otro lado, tenemos las redes interpersonales como factor del capital social. Es a
través de estas redes que lo individuos logran compartir sus habilidades, conocimientos y más

129
con los miembros de una determinada asociación o grupo para cumplir con objetivos en
beneficio personal o del grupo al que pertenece.

El último factor está relacionado con acciones de cooperación, estudios sobre el capital
social se refieren a la cooperación como la acción complementaria orientada al logro de los
objetivos compartidos de un emprendimiento común. La cooperación emerge, en conjunto con
la confianza y los vínculos de reciprocidad, como un resultado de la frecuente interacción de
estrategias individuales.

En términos generales se concluye que existen diferencia de capital social entre las
juntas siempre y cuando este sea medido entre subgrupos dentro de las juntas, estos subgrupos
pueden formarse en base a variables tales como cantidad de extensión o nivel de ingresos que
para este caso, eran las variables con las que se contaba y que permitían segregar la base de
datos. Al realizar el análisis cluster para toda la base de datos, no se obtuvo diferencias de
capital social entre las juntas.

REFERENCIAS

Atria, R. ET AL. (2003). Capital Social y Reducción de la pobreza en América Latina y el Caribe: en
busca de un nuevo paradigma, Michigan State University, Santiago de Chile.
Bebbington, A., Torres, V., (2001). Capital social en los Andes, Ediciones Abya-Yala, Quito.
Durston, J. (2000). Qué es el capital social comunitario, Serie Políticas sociales- división de desarrollo
social, CEPAL, Santiago de Chile.
Glaeser, E., Laibson, D., & Sacerdote, B. (2001). The Economic Approach to Social Capital, Discussion
Paper N°1916, Harvard Institute of Economic Research, Cambridge - United States of America.
Millán, R. & Gordon, S. (2004). Capital social: una lectura de tres perspectivas clásicas, Revista
Mexicana de Sociología, Publicación del Instituto de Investigaciones Sociales -Universidad Nacional
Autónoma de México, año 66, núm.4, 771-747, México D.F.
Martínez, L. (2003). Capital social y desarrollo rural, Revista ICONOS, Publicación FLACSO -
Ecuador, núm.16, Quito.
Woolcok, M. (1998). Social capital and economic development: towards a theoretical synthesis and
policy framework, Theory and Society, Nº 27.

130
Concentración de Tierra y Agua:
el caso del Canal de riego Cayambe – Pedro Moncayo
Judith Flores
Tomás Quevedo
Eduardo Rodríguez

1. INTRODUCCIÓN

El objetivo del presente estudio fue determinar la inequidad existentes en el acceso a


tierra y agua existentes en la zona del Canal de riego Cayambe – Pedro Moncayo, identificando
mecanismos y estrategias utilizados por los empresarios florícolas para asegurar la gran cantidad
de agua y tierra requeridas para su actividad productiva.
La zona geográfica corresponde a la Sierra centro norte del Ecuador, provincia de
Pichincha, cantones Cayambe y Pedro Moncayo. Al momento de definir un área de estudio que
permitiera observar la concentración de tierra y agua, se propuso analizar el área que recorre el
Canal de riego Cayambe – Pedro Moncayo, antiguamente conocido como Acequia Tabacundo.
Las aguas que corren por el canal pertenecen a la cuenca del Río Pisque y la sub – cuenca del
Río La Chimba.
La construcción de la acequia Tabacundo tuvo sus inicios en el siglo pasado,
constituyéndose hasta la actualidad en una obra fundamental para la producción de la zona. Una
larga lista de conflictos sociales marca su historia. De manera reciente, la disputa por la
administración del canal entre las organizaciones campesinas e indígenas que agrupan a la
mayoría de usuarios/as del canal y el Municipio de Tabacundo, dio paso a una serie de pugnas
políticas y legales que determinaron, al finalizar el año 2006, el traspaso de la administración
que estaba a cargo del Municipio, a manos del Consorcio de Desarrollo para el Manejo Integral
de Agua y Ambiente Cayambe – Pedro Moncayo – CODEMIA CPM, instancia conformada por
cinco organizaciones campesinas e indígenas beneficiarias del riego en los dos cantones.

El estudio se orientó específicamente a:


131
a) Comprender las particularidades generales del desarrollo y transformaciones agrarias en el
canal del río Pisque, de manera particular los cantones Cayambe y Pedro Moncayo
influenciados económica, ambiental, social y políticamente por la producción florícola.
b) Identificar, a partir de una breve mirada histórica, las articulaciones existentes entre los
resultados de las leyes de Reforma Agraria y de contrarreforma que se dieron entre las
décadas de 1960 y 1990, en las cuales se ratificó la implementación del modelo neoliberal
en el sistema legal ecuatoriano l.
c) Caracterizar los mecanismos y estrategias que utilizan las empresas de producción florícola
para exportación, en lo referente a ocupación de la tierra, agua y mano de obra asalariada, y
cómo éstas fortalecen la tendencia de acceso inequitativo a los recursos productivos: agua y
tierra.
d) Recoger las visiones alternativas al modelo de desarrollo agrario actual y las propuestas de
resistencia campesina en las organizaciones usuarias del canal.
La zona de Cayambe es una de las más estudiadas debido a que la actividad florícola
tiene fuerte presencia económica a escala nacional y local. Los impactos en las esferas
ambiental, de salud, social y cultural no tardaron en hacerse presente en las poblaciones de
campesinos y campesinas, fuente de mano de obra para estas empresas. De ahí que esta zona
siempre esté siendo observada.
La investigación, por tanto, pretendía recoger elementos históricos y técnicos trabajados
por otras instituciones; pero a la vez buscar articulaciones en los temas observados, de alguna
manera los estudios revisados enfatizan en ciertos aspectos, sin considerar articulaciones como:
tierra y agua, propuestas y políticas locales con nacionales. El tiempo en el que se realizó la
investigación estuvo cargado de las reflexiones nacionales de soberanía alimentaria dadas a
propósito de la elaboración de la nueva Constitución en el país y ese entorno enriqueció mucho
nuestras percepciones.
a) ¿Cuáles son las transformaciones agrarias más importantes registradas en la zona con la
llegada de la producción florícola para la exportación?

132
b) ¿Cuáles son las condiciones económicas, ecológicas, productivas y sociales en las que se
desarrolla la producción de flores para exportación y cómo se han transformado durante las
dos últimas décadas?
c) ¿Cómo se han organizado estas empresas para mantener – mejorar sus ganancias?
d) ¿Cómo hacen estas empresas para acceder a grandes cantidades de agua y tierra para
ampliar la superficie cultivada?
e) ¿Cómo están socialmente distribuidos los recursos productivos tierra y agua en la zona?
f) ¿Cuáles son y cómo se expresan las lógicas de resistencia social a la expansión de las
agroindustrias?
Son preguntas que de manera flexible fueron organizando la observación y análisis de la zona.
El itinerario metodológico consideró trabajo de campo y de gabinete:
e) Revisión bibliográfica y documental previa, que permita situar la problemática en torno a la
propiedad agraria, problema del agua, floricultura en la zona y conflictividad social en torno
a las aguas del canal.
f) Delimitación geográfica de la zona de estudio.
g) Trabajo de campo para aplicación de lectura del paisaje, entrevistas y encuestas a
informantes calificados. A través de historias de vidas hechas a compañeros y compañeras
dirigentes o ex – dirigentes de las organizaciones del canal se obtuvo información valiosa.
h) Organización, sistematización y discusión de la información recogida.

2. CONTEXTOS GENERALES
Los cantones Cayambe y Pedro Moncayo constituyen una de las zonas con mayor
desarrollo de agronegocios, especialmente de flores y de leche. En este marco, en el cual el
capital transnacional determina cómo se va a producir se han creado obstáculos al campesino y
su supervivencia ya que no solo es explotado por estas empresas sino que también es excluido
de la producción, porque al no contar con los recursos necesarios como tierra, agua, créditos,
tecnología, entre otros, para producir en su tierra, entonces se ve obligado a vender su fuerza de
133
trabajo, que es mal remunerada y acarrea consecuencias para su salud y la de su familia,
provocando además la ruptura de la lógica comunitaria y organizativa.
Uno de los elementos importantes de esta investigación es la reflexión que se realiza en
torno al agua y ese proceso de apoderamiento que a lo largo de la historia se dio por parte,
primero de los hacendados y luego de los empresarios florícultores, cuya acción despertó, en
unos casos, y, fortaleció, en otros, la lucha organizada de las comunidades por la administración
del agua, lo que trajo como resultado la creación del Consorcio de Desarrollo para el Manejo
Integral del Agua y Ambiente Cayambe Pedro Moncayo (CODEMIA – CPM) para distribuir de
manera equitativa este recurso y hacer que llegue a los productores que la necesitan.
Se pone énfasis en la producción florícola y en sus dinámicas de acumulación tanto de
tierra como de agua versus las necesidades de pequeños y medianos productores/as.
Finalmente, se discutió propuestas alternativas para la pequeña agricultura, para mermar
la expansión de los agronegocios y hacer que los campesinos cuenten con los recursos
necesarios para la producción de la tierra; este puede ser un aporte importante en el diseño y
construcción de otra forma de entender la economía campesina en el país, y colocar en su justo
lugar a los campesinos y campesinas como actores fundamentales de la soberanía alimentaria.

3. ZONA DE ESTUDIO
El canal de riego Cayambe-Pedro Moncayo, antiguamente denominado Acequia
Tabacundo, está ubicado en los cantones Cayambe y Pedro Moncayo de la provincia de
Pichincha, en la sierra centro del Ecuador. Ubicada a 70 kilómetros de Quito, esta zona se
caracteriza por un acelerado desarrollo económico y sus concernientes cambios culturales, dado
que el agro negocio, manifiesto en las empresas floricultoras, constituye la actividad económica
más importante, no solo en el cantón sino también a escala nacional.
El cantón Cayambe tiene una extensión de 1.196 km2, cuenta con una población de 69.800
habitantes (INEC, Censo 2001). El 56,3% de su población reside en el área rural. La población
femenina es más alta que la masculina, representa el 51,0% del total, siendo el índice de

134
feminidad 103,928 (SIISE 2008). Se caracteriza por ser una población joven, donde el 46,6% de
la población tiene menos de 20 años (INEC, Censo 2001).

Pedro Moncayo tiene una superficie es de 333 km2. Cuenta con una población de 25.594
habitantes. Según el Censo Nacional de 2001, el 76,1% de su población reside en el área rural.
De manera similar a Cayambe, también posee una población joven, con un 46,9% de sus
habitantes menores de 20 años.
Cayambe y Pedro Moncayo son cantones con altos porcentajes de población indígena,
población rural y joven a la vez, estas condiciones de manera paradójica se entrelazan con
indicadores que dan cuenta de las difíciles condiciones de vida de sus habitantes: altos
porcentajes de pobreza y extrema pobreza, analfabetismo.
La acequia Tabacundo, ahora llamada acequia o Canal de Riego Cayambe – Pedro
Moncayo, nace el cantón Cayambe en las faldas del nevado del mismo nombre, al nororiente de
la provincia de Pichincha, y termina en la parroquia La Esperanza del cantón Pedro Moncayo,
en la comunidad Tomalón Bajo teniendo un tramo aproximado de 65km. Los afluentes de esta
acequia son los ríos Angurreal y San Pedro que forman un caudal aproximado de 450 l/s, el
mismo caudal que se distribuye en cinco parroquias: Tabacundo, La Esperanza y Tupigachi del
cantón Pedro Moncayo; y Ayora y Olmedo del cantón Cayambe.(Heifer, 2008: 2).
La historia de la acequia remite el inicio de su construcción en 1903 con la adjudicación
que se le hace al pueblo de Tabacundo. Pero al constituirse Pedro Moncayo en cantón pasa a ser
el municipio quien disputa las gestiones para que se le entregue la adjudicación, lo que se
concreta en 1914. De 1914 a 1930 se trabaja en la construcción de la acequia, acorde a la
estructura socio-económico son las comunidades indígenas quienes colocan su fuerza de trabajo
en la acequia.
Es así que la administración de la acequia Tabacundo quedó a cargo del Municipio de
Pedro Moncayo, cuya cabecera cantonal es Tabacundo. “El Municipio gestionó el reparto del
agua con predominio político del gamonalismo. Hasta los años setenta, las principales
beneficiarias del riego de la acequia Tabacundo fueron las haciendas, especialmente las

28
Cantidad de mujeres por 100 hombres.

135
ganaderas. A partir de la década de 1980, cuando se produce el proceso de reconversión de las
haciendas en empresas agrícolas, las dedicadas a la floricultura heredan la condición de mayores
beneficiarias del riego. La dotación de caudales de agua para los productores campesinos era
menor y ocasional.” (Poats y otros, 2008: 144). Esta forma de administración que ha sido
permanentemente cuestionada por las comunidades y usuarios pequeños, en los últimos años fue
trastocada con el fortalecimiento de las iniciativas de gestión comunitaria del riego.
¿El agro-negocio de la floricultura, una actividad floreciente?
A finales de los años 70 se inicia en el país el cultivo no tradicional de flores, y su
exportación comenzó a partir de los años 1980. Como lo plantea Rubio, esto se da “en el marco
de la expansión de los cultivos no tradicionales de exportación, que emergió como una
tendencia general con el ascenso del modelo neoliberal en América Latina. Condiciones
favorables como la luminosidad que le otorga su ubicación geográfica, así como a la presencia
de temperaturas estables durante todo el año” (2008: 41).
El desarrollo florícola responde de manera exclusiva a las iniciativas privadas tanto de
capitales nacionales como extranjeros, condición que marca a la vez la acumulación de las
ganancias de este negocio en las pocas manos de los dueños del capital. Con esta premisa se
explica con mayor claridad los altos índices de pobreza que tiene esta zona.
La presencia de la floricultura genera empleo tanto para las poblaciones de las
comunidades indígenas y campesinas de la zona como para una creciente población migrante
que llega de diferentes puntos del Ecuador y del sur de Colombia. Esta concentración alta de
población migrante que llega a laborar en las empresas florícolas trae consigo un conjunto de
transformaciones sociales, económicas y culturales.
Un acelerado cambio en los patrones de comportamiento de las comunidades indígenas
es otro de los efectos de la ocupación de su población en las florícolas, dado que son las mujeres
el segmento de la población más contratado, que más adelante se explica por qué las
transformaciones al interior de la familia y la misma comunidad son más drásticas y explícitas.
Las tareas del cuidado de los/as hijos/as son trasladadas a los/as abuelos/as, a las mujeres
mayores y a los/as niños/as mayores que aún no pueden trabajar. En suma se puede decir que la
actividad florícola está influenciando en alto grado las actividades de las comunidades, como
bien lo reporta CEAS en uno de sus informes de trabajo (CEAS s/f: 5).

136
Por otra parte, la zona en estudio Tabacundo – Cayambe presenta un dramático cambio
de paisaje en cuestión de pocos años, como lo reportan compañeros y compañeras de las
comunidades. Ahora a esta tierra se le conoce por la gran cantidad de plantaciones y plásticos.
La implementación de los cultivos de flores se ha hecho con la utilización de un paquete
tecnológico altamente contaminante; además, el agua es un recurso que se usa en grandes
cantidades en estos cultivos, lo que provoca conflictos con los/as campesinos/as por el acceso al
líquido vital. Es en este contexto conflictivo que desde la década del 90 del siglo pasado surgió
la propuesta de implementar un gran proyecto hídrico que pretendía, y aún pretende, ampliar la
acequia Tabacundo, permitiendo la captación de mayor cantidad de agua. El proyecto, de
acuerdo con lo informado en 1998 en el primer folleto de promoción pública, contemplaba un
total de 5.000 familias como beneficiarias directas y proyectaba un caudal de 8.500 litros de
agua para 14.000 ha.” (Poats 2008: 144).
El Proyecto, que fue impulsado por el municipio de Tabacundo bajo el discurso de
posibilitar la expansión productiva y garantizar el bienestar de las zonas más secas, llevaba en sí
el acuerdo de impulsar la producción florícola en el cantón. Sin embargo, debido a que es una
necesidad sentida en las comunidades, es acogido con buenos ojos. En el proceso se ha develado
una serie de irregularidades en la construcción del canal y de disputas sobre los actores y sus
roles en el desarrollo mismo del Proyecto, dando como resultado los esfuerzos y espacios
organizados desde los pequeños y medianos usuarios del canal, que han tenido su momento de
mayor concreción en la constitución del CODEMIA-CPM, espacio que agrupa a cinco
parroquias de los cantones Cayambe y Pedro Moncayo y abarca 49 comunidades. Esta entidad
es en la actualidad la encargada de administrar el agua del canal, luego de una fuerte disputa con
el Municipio de Tabacundo.

4. CONCENTRACIÓN DE LA TIERRA EN TORNO AL CANAL DE RIEGO


CAYAMBE – PEDRO MONCAYO
La hegemonía de la producción florícola se mantiene a través de la explotación y
sobreexplotación laboral de la masa de trabajadores/as, pero también se sustenta en “una
concentración de los recursos productivos como capital, agua y los servicios, más que en la
concentración de la tierra” (Rubio, 2008: 25). La demanda del recurso por parte de las

137
empresas es cuantiosa y continua. Estos procesos de concentración de recursos se dan en
detrimento de la agricultura campesina.

En la zona de estudio se identificaron indicadores que, a más de determinar con mayor


precisión el acceso, uso y control de tierra y agua, pretenden ofrecer argumentos al debate
nacional que se está dando actualmente en torno a la construcción del marco jurídico en el que
la soberanía alimentaria constituye un eje de desarrollo nacional.

Tenencia de la tierra en el sistema de riego Cayambe-Pedro Moncayo


El sistema de riego Cayambe-Pedro Moncayo está compuesto por 2.339 usuarios, cuyos
predios en total suman 5.800 ha (Tabla 1). Las dimensiones de las unidades de producción
agropecuaria – UPA’s – presentan grandes diferencias, razón por la que se consideraron los
siguientes rangos29: menor de 2 ha, de 2 a 5 ha, de 5 a 10 ha, de 10 a 20 ha, de 20 a 50 ha, y
más de 50 ha.

Las UPA's que se ubican en el rango entre 20 y 50 ha y en el rango de más de 50 ha,


representan el 2% de los usuarios que controlan el 30% de la tierra;
Las UPA's con menos de 2 ha, representan el 77 % de usuarios y tienen el 22 % de la
tierra.
Se observa que la inequidad respecto a la tenencia de la tierra se mantiene en la zona de
influencia del canal, existe mayor control de la tierras en manos de pocos usuarios del sistema
de riego en comparación con un alto número de usuarios que tienen predios menores a 2 ha.

Las UPA's de 10 a 20 ha, representan al 3% de los usuarios y tienen el 18% de la


tierra.
Y las UPA's de 2 a 10 ha, representa al 18% de usuarios y tienen el 30% de la tierra.

29
Esta división respondió al criterio del equipo en un afán de conectar con las percepciones locales y nacionales respecto a las extensiones de tierra que
pueden ser considerados latifundios; si bien 50 ha pudieran ser consideradas, bajo otras condiciones agroecológicas, una cantidad pequeña o moderada, para
la zona de estudio (Sierra ecuatoriana), esta misma cantidad representa una propiedad que podría ser considerada un latifundio. Este es el espíritu que
acompaña las ponderaciones que se realizaron tanto para el tema tierra como agua.

138
Tabla 1. Tenencia de la tierra en el sistema de riego Cayambe-Pedro Moncayo en el 200730

UPA’s Usuarios Superficie total


N° % ha %
50 ha 9 0 710 12
20 a 50 ha 36 2 1.069 18
10 a 20 ha 68 3 1.016 18
5 a 10 ha 86 4 675 12
2 a 5 ha 333 14 1.068 18
2 ha 1.807 77 1.262 22
TOTAL 2.339 100 5.800 100
Fuente: Base de Datos del CODEMIA-CPM, 2007. Elaboración: Eduardo Rodríguez

Para tener un mejor panorama del control sobre la tierra en el sistema de riego, se
procedió a dividir a los propietarios en tres sectores: el florícola, el agropecuario y el ganadero
con el objetivo de determinar en qué sector se concentra más la tierra.

Es pertinente recordar que el agua del sistema riega a diferentes tipos de unidades
productivas y que ha sido, precisamente en torno a esta consideración, que el Municipio de
Cayambe, repartía el agua cuando esa entidad administraba el canal.

El sector floricultor está constituido por 124 usuarios, representan el 5% del total de
usuarios, tiene bajo su control el 20% de la tierra. Dentro de este sector, las UPA's que se
encuentran en los rangos que van de 5 a más de 50 ha, se encuentran empresas florícolas
que representan el 2% del total de usuarios, y controlan el 18% del total de la tierra.
El sector agropecuario está constituido por 2.120 usuarios, que representan el 91% del
total de usuarios y tiene el control del 54% de la tierra. En este sector se ubican la mayoría
de pequeños productores, ya que el 75% del total de usuarios tienen predios de menos de 2
ha, pero solo controlan el 21% de la tierra.
El sector ganadero constituido por 95 usuarios, que representan el 4% del total de usuarios
y tienen el control del 26% del total de la tierra. En este sector los predios que van del rango
30
No se consideró dentro de los usuarios totales a 80 usuarios por tener datos incompletos de superficie total o superficie regada. Del sector florícola 8
usuarios, del sector agropecuario 59 y del sector ganadero 13.

139
10 ha a 50 ha representan el 2% del total de usuarios y tienen el control del 23% de la
tierra.
Tabla 2. Tenencia de la tierra por sectores en el sistema de riego Cayambe-Pedro
Moncayo en el año 200731
Usuarios Superficie Total
Sector UPA´s
Nº % ha %
Florícola> 50 ha 1 0 60 1
20 a 50 ha 16 1 443 8
10 a 20 ha 26 1 417 7
5 a 10 ha 10 0 87 1
2 a 5 ha 31 1 113 2
< 2 ha 40 2 35 1
Subtotal 124 5% 1155 20%
Agropecuario > 50 ha 0 0 0 0
20 a 50 ha 4 0 104 2
10 a 20 ha 30 1 444 8
5 a 10 ha 68 3 526 9
2 a 5 ha 260 11 817 14
< 2 ha 1758 75 1218 21
Subtotal 2120 91% 3109 54%
Ganadero > 50 ha 8 0 650 11
20 a 50 ha 16 1 523 9
10 a 20 ha 12 1 155 3
5 a 10 ha 8 0 63 1
2 a 5 ha 42 2 138 2
< 2 ha 9 0 9 0
Subtotal 95 4% 1538 27%
Total 2339 100% 5802 100%
Fuente: Base de Datos del CODEMIA-CPM, 2007. Elaboración: Eduardo Rodríguez

31
No se consideró dentro de los usuarios totales a 80 usuarios por tener datos incompletos de superficie total o superficie regada. Del sector florícola 8
usuarios, del sector agropecuario 59 y del sector ganadero 13.

140
Los datos muestran que el sector donde se concentra más tierra es el ganadero, lo que se
explica porque el sector lechero, actividad importante en la zona después de las flores, requiere
de mayores superficies para la siembra de pastos que garanticen la producción de leche.
Después está el sector florícola que ha visto en la expansión de superficie la vía para
incrementar su rentabilidad. Y, por último, el agropecuario donde se ubican la mayoría usuarios
que son pequeños productores que realizan una agricultura de subsistencia.

Concentración de la tierra por parte de las empresas florícolas


Las fincas florícolas han aumentado de manera acentuada desde los años 80. Tal
crecimiento se logró por vía de la compra de tierras a las haciendas y a los/as campesino/as e
indígenas productores de la zona. Estas compras estuvieron dirigidas a zonas con vías de
comunicación y acceso al agua. Es por eso que la mayoría de plantaciones florícolas se
concentran en la parroquia Tabacundo, que está atravesada por la panamericana, vía de primer
orden que cruza la parroquia y que conduce al aeropuerto de Quito; le siguen la parroquia de
Tupigachi y, en Cayambe, las parroquias Cayambe y Ayora.

Uno de los métodos de las empresas florícolas para concentrar tierras es la compra de
pequeños predios de agricultores circundantes a la plantación. Se suma la estrategia de ir
encerrando a campesinos que tienen buenas tierras y acceso a agua, para de esta manera
empujarles a vender sus propiedades. Aunque no se pudo recabar datos estadísticos, también se
observó que la estrategia de cultivo y compra de flores a los/as campesinos/as en sus tierras
propias, sin necesidad de venderlas, modalidad también conocida como agricultura por contrato,
está ampliándose al parecer de manera acelerada.

Tabla 3. Fincas florícolas y hectáreas cultivadas de flores en las parroquias por donde
cruza el canal de riego Cayambe-Pedro Moncayo

Fincas Florícolas Pedro Moncayo Cayambe


Total
Tabacundo Tupigachi La Esperanza Cayambe Ayora
Número de fincas florícolas
88 28 7 9 22 154
registradas
Hectáreas cultivadas 945,53 309 24,9 103,6 422,66 1.805,69
Fuente: EXPOFLORES, 2009. AGROCALIDAD, 2009. SIGAGRO, 2009.

141
Cuando se caracteriza la actividad florícola, se dice que es un cultivo intensivo que
centra su desarrollo en la utilización de otros recursos como agua y agroquímicos; y de servicios
como vías de transporte para asegurar su desarrollo. Producción que requiere bajas cantidades
de superficie de tierra y son, en todo caso, intensivas en capital y tecnología.

Estos elementos se han verificado en la zona y en la información precedente; pero


además se observa una fuerte tendencia a la ampliación de los cultivos en grandes extensiones,
con la información existente de las fincas floricultoras de la zona de estudio se procedió a
elaborar rangos que muestran esta tendencia:

Tabla 4. Rangos por superficies cultivadas de flores en los cantones Cayambe y Pedro
Moncayo (en porcentaje)

Rango por superficie


Cayambe Pedro Moncayo
cultivada de flores
0 – 9 ha 35 % propiedades 57 % propiedades
10 – 19 ha 35% propiedades 24 % propiedades
20 – 49 ha 19 % propiedades 18 % propiedades
50 – 180 ha 11 % propiedades 1 % propiedades
Fuente: EXPOFLORES, 2009. AGROCALIDAD, 2009. Elaboración: Judith Flores / Tomás Quevedo

El otro método utilizado para el acaparamiento de tierras es el llamado de


multipropiedad, el cual consiste en comprar tierras en zonas diferentes para formar empresas
florícolas con otros nombres pero que son del mismo propietario o grupo económico. Es un
sistema que tiene éxito, debido a que no se puede determinar cuántas empresas pertenecen a un
solo dueño, ya que las empresas registradas ante AGROCALIDAD, entidad del Ministerio de
Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca -MAGAP, que sustituye al Servicio Ecuatoriano de
Seguridad Agrícola, tienen como representante legal al gerente general, presidente ejecutivo o
al representante legal de las empresas, no necesariamente a los dueños de las plantaciones.

142
Pese a esto, al tomar como base al gerente general, se pudo determinar que varios de
ellos eran los representantes legales de varias fincas florícolas que se ubican en el mismo sector
o en diferentes sectores.

Tabla 5. Sistema de multipropiedad

Una finca Dos fincas Tres fincas Cinco fincas Total


Parroquias
Nº ha Nº ha Nº ha Nº ha Nº ha
La Esperanza 8 25 0 0 0 0 0 0 8 25
Tabacundo 81 637 5 131 2 112 1 90 89 969
Tupigachi 26 249 2 97 2 44 0 0 30 390
Ayora 23 388 1 70 0 0 0 0 24 458
Subtotal 138 1299 8 298 4 156 1 90 151 1842
Fuente: AGROCALIDAD, 2009. SIGAGRO, 2009. Elaboración: Eduardo Rodríguez

Desde el año 1996 hasta el 2009 el número de florícolas creció de manera acelerada
como se muestra en los mapas (Ver Figura 1 y 2). Crecimiento que se dio de manera paralela, es
decir siguiendo la ruta del canal de riego Cayambe-Pedro Moncayo, comprando tierras de
agricultores y de algunas haciendas para acceder al agua que proporciona el canal.

143
Figura 1. Florícolas en el año 1996

Fuente: SIGAGRO, 2002. CEAS, 2006. Elaboración: Eduardo Rodríguez

144
Figura 2. Florícolas en el año 2009

Fuente: SIGAGRO, 2002. AGROCALIDAD, 2009. Elaboración: Eduardo Rodríguez

En el afán de bajar la reflexión a la realidad de la zona, surgen varias inquietudes sobre


la tenencia de la tierra en la zona:

¿Cómo entender la categoría de concentración – reconcentración de tierras en esta zona?


Como se observa en las tablas, las estrategias utilizadas por los empresarios floricultores son
diversas y consiguen el objetivo de ampliar la superficie de cultivo de flores. ¿Es pertinente leer
la concentración de tierras solo con los datos de hectáreas que se posee, o se debería considerar
las tierras que, siendo de los/as campesinos/as, también son utilizadas para la producción
florícola?
145
¿Cómo entender el acaparamiento de tierras en Cayambe y Pedro Moncayo, por parte de
las florícolas? ¿Es un proceso circunstancial o una tendencia a nivel nacional para el caso de la
producción de flores?

Los mapas y tablas presentados evidencian que hay efectivamente una ampliación de la
superficie cultivada, lo que suple la incapacidad de las empresas florícolas para subir sus niveles
de productividad; que la concentración de la tierra está conectada con las fuentes de agua.
Condiciones que se muestran al menos diez años atrás. Los gobiernos posteriores a la Ley de
Desarrollo Agrario en 1994 no han cambiado esta tendencia, y se presume que al menos por vía
estatal este modelo no está en cuestión. Sin embargo, en la Constitución 2008 se coloca la tarea
de poner límites en la propiedad de la tierra y al acceso al agua, presentando a las
organizaciones campesinas un margen de apoyo para conseguir respuesta a esta demanda.

5. CONCENTRACIÓN DE AGUA: FLORÍCOLA vs. PEQUEÑAS PROPIEDADES


CAMPESINAS
La importancia del riego para campesinos y comunidades indígenas en Cayambe y
Pedro Moncayo
Dado que la fuente de mayor cantidad de ingresos en las comunidades de la zona
estudiada está en la venta de mano de obra en las floricultoras, los ingresos de las familias
campesinas se complementan con los que genera la familia en actividades agrícolas; por tanto la
agricultura y – por ende - el riego que garantiza la producción, resulta vital.
De ahí la importancia de administrar bien el recurso, de evitar robos, evitar pérdidas,
respondiendo a esta necesidad se han desarrollado experiencias en las comunidades con el
propósito de mejorar la gestión del agua, a nivel comunitario y en las propiedades campesinas;
sistemas de aspersión y de goteo, se construyen reservorios comunitarios o familiares, se
instalan hidrantes y sistemas móviles de aspersión, se utiliza PVC para evitar pérdidas
múltiples, son los mecanismos y herramientas utilizadas por los comuneros.
Acceso al agua en el cantón Pedro Moncayo
Como la mayoría de empresas florícolas se concentran en el cantón Pedro Moncayo, el
análisis se centra en este cantón.
146
En el cantón las concesiones de agua otorgadas por el CNRH32 han sido en su mayoría
para riego el 54%, le sigue el uso doméstico el 32%, el uso para abrevadero representa el 10% y
el resto el 4%. El caudal otorgado para riego asciende a 2.322 l/s, llegando a representar el 90%
del caudal total concesionado para el cantón, este caudal sirve para regar 4.412 ha (CNRH
2007).

Acceso al agua en el sistema de riego Cayambe-Pedro Moncayo33


El sistema Cayambe – Pedro Moncayo riega 4.415 ha de las 5.800 ha que comprenden
la zona, es decir, el 76% de las tierras de los usuarios son regadas. De las UPA's que van en los
rangos de 20 a más de 50 ha que están en manos del 2% de los usuarios poseen el 29% del total
de la superficie regada. En cambio, las UPA's de menos de 2 ha, que abarca al 77% de usuarios
tienen el 25% del total de la superficie regada.

Como se mencionó, el sistema de riego no se compone de un solo sector. En la Tabla 6


se resume la información existente de los tamaños de UPA's por sector para determinar en qué
sector del sistema de riego se encuentra la mayor superficie regada.

32 Consejo Nacional de Recursos Hídricos (CNRH) actualmente Secretaria Nacional del Agua (SENAGUA).
33
Datos del CNRH, 2007.

147
Tabla 6. Superficies regadas por sectores en el sistema de riego Cayambe-Pedro Moncayo
en el año 200734

Usuarios Superficie Total Sup. Total Regada


Sector UPA's
Nº % ha % ha %
Florícola > 50 ha 1 0% 60 1% 5 0%
20 a 50 ha 16 1% 443 8% 363 8%
10 a 20 ha 26 1% 417 7% 376 9%
5 a 10 ha 10 0% 87 2% 77 2%
2 a 5 ha 31 1% 113 2% 100 2%
< 2 ha 40 2% 35 1% 32 1%
Subtotal 124 5% 1155 20% 952 22%
Agropecuario> 50 ha 0 0% 0 0% 0 0%
20 a 50 ha 4 0% 104 2% 71 2%
10 a 20 ha 30 1% 444 8% 177 4%
5 a 10 ha 68 3% 526 9% 358 8%
2 a 5 ha 260 11% 817 14% 647 15%
< 2 ha 1758 75% 1218 21% 1051 24%
Subtotal 2120 91% 3108 54% 2304 52%
Ganadero > 50 ha 8 0% 650 11% 424 10%
20 a 50 ha 16 1% 523 9% 405 9%
10 a 20 ha 12 1% 155 3% 130 3%
5 a 10 ha 8 0% 63 1% 57 1%
2 a 5 ha 42 2% 138 2% 137 3%
< 2 ha 9 0% 9 0% 7 0%
Subtotal 95 4% 1538 26% 1158 26%
Total 2339 100% 5800 100% 4415 100%
Fuente: Base de Datos del CODEMIA-CPM, 2007. Elaboración: Eduardo Rodríguez

El sector florícola tiene un importante acceso al agua de riego. De las 1.155 ha, el 82%
tiene riego. Dentro de este sector, las UPA's que van de los rangos 10 ha a más de 50 ha,
conformado por el 2% de usuarios que son empresas florícolas, tienen el 17% de la superficie
total de riego. La pregunta es: ¿Cómo suplen el déficit de agua para el cultivo? Lo observado,
porque no existen registros oficiales, es la existencia de pozos de los cuales se extrae el agua.

34
No se consideraron dentro de los usuarios totales a 80 usuarios por tener datos incompletos de superficie total o superficie regada. Del sector florícola 8
usuarios, del sector agropecuario 59 y del sector ganadero 13.

148
Cabe señalar que, en la mayoría de casos, ésta es una actividad ilegal dado que necesitan
permisos de la autoridad del agua para extraer el agua.

En el sector agropecuario de las 3.108 ha, el 74% de las tierras tienen riego, un
índice inferior al anterior. Dentro de este sector, las UPA's que tienen menos de 2 ha, que son el
75% de usuarios tienen el 24% de la superficie total de riego.

En el sector ganadero, de las 1.538 ha, el 75% de las tierras tienen riego, siendo un
poco más alto que el agropecuario. Dentro de este sector, las UPAś que van del rango 10 ha a
más de 50 ha, el 2% de usuarios, tienen el 22% de la superficie total de riego.

Con esta información se puede determinar que el acceso al agua para el sector
floricultor es superior, siendo los mayores beneficiarios en tierras regadas con respecto a su
superficie total.

El acceso al agua para el sector ganadero también es importante: las tres cuartas partes
de sus tierras tienen riego. Dentro de los mayores beneficiarios se encuentran medianos
productores lecheros y haciendas lecheras, que entregan su producción de leche a agroindustrias
como Nestlé, Reypac y otros.

Para el sector agropecuario el acceso al agua es más restringido. Dentro de este sector se
encuentra la mayor cantidad de usuarios compuestos de pequeños productores agrícolas que
mantienen pequeñas parcelas agrícolas para el autoconsumo. No todos los usuarios tienen
acceso al agua del sistema de riego, en especial los pequeños productores del sector
agropecuario, que llegan al número de 137 usuarios, y suman una superficie de 76 ha sin regar.
De estos pequeños productores, el 62% de ellos se ubican en el sector de Ayora, el 36% en el
sector de Tabacundo y el 2% en Tupigachi. (CODEMIA - CPM, 2007).

Concentración de agua por las florícolas


Para asegurar las ganancias de las empresas florícolas no basta tener el capital, los
recursos productivos y mano de obra barata: “Las empresas florícolas de la zona se han
asociado para satisfacer sus necesidades y para exigir servicios de los municipios en los que se
ubican sus empresas. Estas asociaciones también se preocupan de lograr la satisfacción de sus
demandas de agua” (Poats y otros, 2008: 132).
149
En las parroquias por donde atraviesa el sistema de riego existen 151 fincas de flores
registradas ante AGROCALIDAD35 (Ver Figura 3)36, que suman en total 1.843 ha de flores
cultivadas, y consumen mensualmente 1'842.790 m3 de agua, mucho más de lo que consume un
pequeño productor (de 5 a 25 m3 por mes).

Figura 3. Florícolas parroquias La Esperanza, Tabacundo y Tupigachi, 2009

Fuente: SIGAGRO, 2009. AGROCALIDAD, 2009.


Elaboración: Eduardo Rodríguez

35
Antes Servicio Ecuatoriano de Sanidad Agropecuaria (SESA)
36
No se ingresaron 20 fincas florícolas por no existir coordenadas geográficas dentro de la base de datos de AGROCALIDAD.

150
La parroquia donde se concentra la mayor cantidad de fincas y hectáreas de flores
cultivadas es Tabacundo. En ella se encuentran 89 fincas, que tienen cultivadas 969 ha de flores
que consumen mensualmente 969.340 m3 de agua37, cifra muy cercana al millón de m3.

Tabla 7. Consumo de agua de parte de las floricultoras

Promedio de
Promedio de
Nº de Hectáreas de Flores Consumo de Agua
Parroquias Consumo de Agua
Fincas (ha) para Flores
(m3/mes)
(m3/ha/mes)

La Esperanza 8 25 1000 25450


Tabacundo 89 969 1000 969340
Tupigachi 30 390 1000 390000
Ayora 24 458 1000 458000
Total 151 1842 4000 1842790
Fuentes: EXPOFLORES, 2008. SIG AGRO, 2008. AGROCALIDAD, 2008. CEAS, 2006.

En los registros de CODEMIA se hallan registrados en total 132 usuarios que tienen
1.102 ha de flores cultivadas y consumen 1'101.810 m3 de agua por mes.

Tabla 8. Consumo de agua por parte de las floricultoras en el sistema de riego Cayambe-
Pedro Moncayo

Promedio de Cosumo Promedio


Nº de Hectáreas de Flores
Parroquias de Agua para Flores Consumo Agua
Fincas (ha)
(m3/ha/mes) m3/mes
La Esperanza 24 60 1000 60320
Tabacundo 100 978 1000 978190
Tupigachi 4 20 1000 19800
Ayora 4 44 1000 43500
Total 132 1102 4000 1101810
Fuente: Base de Datos del CODEMIA-CPM, 2007. Elaboración: Eduardo Rodríguez

37
De acuerdo al CEAS y al CODEMIA el consumo promedio de agua por parte de las florícolas es de 1000 m3 por mes

151
En este nivel de este consumo, las fincas38 de más de 2 ha de flores cultivadas llevan la
pauta, ya que entre las 86 fincas –o empresas florícolas- consumen el 96% del total del agua. En
cambio, las fincas que se encuentran en el rango menor a 0,5 ha, en el que se ubican pequeños
floricultores que por lo general son campesinos/as, apenas consumen el 1% del total.

Tabla 9. Consumo de agua por tamaño de finca florícola en el sistema de riego

Promedio de Consumo de Promedio de


Nº de Hectáreas de
Fincas Agua para Flores Consumo de %
Fincas Flores (ha)
(m3/ha/mes) Agua (m3/mes)
FG > 2 ha 86 1061 1000 1060940 96%
FM 0,5 a 2 ha 22 34 1000 33550 3%
FP < 0,5 ha 24 7 1000 7320 1%
Total 132 1102 3000 1101810 100%
Fuente: Base de Datos del CODEMIA-CPM, 2007. Elaboración: Eduardo Rodríguez

El CODEMIA tiene a su cargo el manejo del sistema de riego desde finales del 2006 y
se considera que existe un mayor control en la distribución del agua. Del 100% del agua que va
por el canal, aproximadamente el 70% es utilizado por las florícolas, es decir el acceso aún
sigue siendo inequitativo, lo que ha llevado al directorio de CODEMIA junto con las
organizaciones de usuarios/as a del canal a plantearse la necesidad de construir estrategias que
impulsen una redistribución del agua que vaya de la mano con la reactivación de la economía
campesina.

Como el caudal del agua del canal varía en el transcurso del año y existe en la
actualidad un control en la distribución del agua, entonces la estrategia tomada por las florícolas
son las concesiones. En las concesiones otorgadas por el CNRH en el 2007 para el cantón
Pedro Moncayo, se han otorgado un caudal total 216 l/s a 20 empresas floricultoras, que al
comparar con la concesión otorgada para el sistema de riego Cayambe-Tabacundo llega a ser
casi la mitad de ella.

38
El CODEMIA tiene clasificado a las florícolas por el tamaño de la finca, en fincas grandes (FG), fincas medianas (FM) y fincas pequeñas (FP).

152
Figura 4. Ubicación de las concesiones de riego de empresas florícolas

Fuente: SIGAGRO, 2009. AGROCALIDAD, 2009. Elaboración: Eduardo Rodríguez

153
Otro dato interesante es que la mitad de estas empresas tienen fuentes del agua que
provienen de pozos construidos dentro de las fincas. Se estima que la mayoría de empresas
florícolas tienen pozos dentro de sus predios y, si esta información se verifica, se estaría
hablando de un gran robo de agua, puesto que de existir esos pozos han sido construidos sin
autorización legal. A esto se debe sumar la contaminación por el uso de aguas subterráneas y
una disminución de la capa freática, situación que debe ser estudiada con detenimiento por las
autoridades estatales.

6. A MANERA DE CONCLUSIONES

Los mapas elaborados con el apoyo de técnicos de CODEMIA muestran de manera clara
que la superficie cultivada para la producción florícola se ha incrementado de manera
significativa en la última década. No se analizó la primera década de producción florícola en
el país.
La floricultura ha generado un fuerte control de la producción de los pequeños y medianos
agricultores. Ya sea a través de mecanismos que tienen el principio de agricultura por
contrato, o por imposición al cercar las pequeñas fincas no florícolas.
El incremento de tierras destinadas a la producción florícola no se hace al azar, las zonas
están cerca al canal, esta es una manera de asegurar tierra y agua a la vez.
La producción en las propiedades de los y las campesinas poco a poco va disminuyendo,
este dato debe considerarse si la apuesta de redistribución del recurso agua se va a impulsar
en las nuevas leyes a construirse.
La búsqueda de tierra en los sectores campesinos ha desaparecido, a pesar de que la
producción se garantiza en tanto existen suficiente cantidad de tierra a más de agua, esta no
es una demanda presente.
El sistema administrativo y de gestión del agua no responde a las necesidades de los y las
campesinas; por tanto será de poca utilidad, o en el mejor de los casos el primer paso, hacia
el rediseño administrativo y político para una gestión equitativa y justa del agua.
En las tablas presentadas se observa con claridad que la distribución inequitativa del agua es
la tendencia que marca la zona, empresarios floricultores y grandes ganaderos han
garantizado su acceso al recurso en detrimento del grupo de pequeños/as productores/as.
154
Debería leerse en detrimento de una propuesta de soberanía alimentaria.
El uso ilegal del agua por parte de las florícolas está presente a través de la perforación de
pozos sin los respectivos permisos, pero también a través de la búsqueda permanente de
nuevas concesiones. Estos mecanismos deben se primero cuantificados y luego normados
para evitar conflictos a futuro.
La conformación del CODEMIA demuestra que la gestión tanto de los gobiernos locales
como de la autoridad del agua son poco reconocidas por las poblaciones afectadas, quienes
esta vez han encontrado en sus dirigentes la garantía para una administración transparente y
justa.

Elementos para la construcción de propuestas desde las organizaciones campesinas e


indígenas de la zona

En la nueva Constitución se plasman debates y propuestas que sectores sociales,


académicos, privados del país han llevado adelante durante, al menos, tres décadas. De ahí que
se valore las definiciones tomadas sobre el tema soberanía alimentaria y reconocimiento del
derecho a la tierra y recursos productivos que tienen las comunidades y pueblos indígenas y
campesinos.

Sin embargo, como bien lo expresan los/as campesinos/as y técnicos entrevistados la


construcción y/o redefinición de las políticas públicas de agua, tierra, comunas,
agrobiodiversidad y más son temas muy conflictivos. Las discusiones deben abordar el juego
de roles entre Estado, sector privado, comunidades campesinas e indígenas y la capacidad del
mercado para adjudicar el agua y la tierra. Discusión que se da en un contexto político complejo
ya que ahora se debe asegurar que las leyes de agua y las leyes conexas de soberanía
alimentaria se enmarquen en los avances de la nueva Constitución

La relación Estado – comunidades en la disputa por la redistribución del agua y la tierra


y las formas de gestión comunitaria, de manera necesaria requieren acuerdos entre sus actores.
Siendo que la ausencia del Estado en el campo durante las últimas décadas ha fortalecido las
propuestas de que el manejo del agua debe descentralizar y desconcentrar las funciones y
atribuciones desde las autoridades a nivel nacional, lo que implicaría que las decisiones sobre el

155
manejo del agua quedan a nivel local. Es justo reconocer que esta propuesta podría ser aplicada
en ciertas regiones donde las poblaciones tienen experiencia en el tema; pero esta realidad no es
la de todas las organizaciones a nivel nacional.

¿Cómo la experiencia exitosa hasta el momento del CODEMIA puede desprender


orientaciones a otras regiones?

Se habla de gestión integral, comunitaria, territorial del agua con la aspiración de


resolver la inequidad existente en el acceso a este recurso; pero estas propuestas no están
exentas de conflictos entre las propuestas de las comunidades, juntas, organizaciones de
segundo grado y más. ¿Cómo se entiende la gestión del agua en la propuesta de gobierno
territorial comunitario que están impulsando algunas organizaciones filiales de Ecuarrunari?
¿Qué instancias asumen la administración del agua: parroquias, organizaciones de segundo
grado, juntas de agua? ¿Cómo se acoplan las diferentes miradas sobre el agua: indígenas,
mestizos, mujeres, mayores, y más?, ¿Qué acuerdos se puede construir entre los sectores
empresariales y los sectores campesino-indígena, para el acceso equitativo y responsable del
agua?

Por otra parte es acertado reconocer que las propuestas de redistribución del agua deben
ir de la mano con la redistribución de la tierra. ¿Con qué argumentos proponemos una
redistribución del agua a los floricultores si en la comunidades se ha dejado de producir?,
pregunta que se hace la gente de CODEMIA, y que al intentar contestarse podría llevar a una
mirada profunda de la necesidad de retomar la producción agropecuaria, en un marco de
reconocimiento de las economías campesinas, pero de manera fundamental de redistribución.

En este contexto intentan reproducirse y ampliarse las experiencias de rescate de la


agrobiodiversidad, que cuestionan el modelo basado en el monocultivo que bajo la demanda de
mayor ganancia de un grupo, coloca en serio riesgo a un amplio sector de pequeños y medianos
productores, pero también de consumidores.

156
Es primordial incidir en las políticas estatales de desarrollo del país y de manera
particular en las políticas para el campo ecuatoriano impulsando políticas integrales que
consideren los múltiples factores para la producción.

Se recoge, a continuación algunas propuestas el desarrollo agrario de la zona, que


salieron a lo largo de la investigación:

Desarrollar una propuesta de redistribución de tierras.


Fortalecer la organización comunitaria.
Planificar un ordenamiento productivo comunitario participativo: ¿qué sitios deben
estar destinados para la producción de flores, de leche y de alimentos?
Reordenar el sistema de riego para garantizar la soberanía alimentaria, bajo los
principios de equidad para los que tienen tierras y agua; de solidaridad para los que no
pueden acceder a esos recursos.
Pensar y diseñar sistemas de riego integrales para tiempos largos, al menos en 50 años.
Pensar en infraestructura para las comunidades que no tienen riego.
Agroecológica como alternativa sustentable, viable y rentable.
Acoplar la gestión comunitaria del agua con la producción agropecuaria.

157
REFERENCIAS
CNRH. (2007). Base de Datos.
CODEMIA-CPM. (2007). Base de Datos del CODEMIA-CPM.
INEC (2001). VI Censo de Población y V de Vivienda. 2001.
POATS, Susan V.; ZAPATTA Alex; y, CACHIPUENDO, Charles (2006). Estudio De Caso: La Acequia Tabacundo
Y Las Microcuencas De Los Ríos Pisque Y La Chimba En Los Cantones Cayambe Y Pedro Moncayo, Provincia Del
Pichincha en El Norte Del Ecuador. Corporación Grupo Randi Randi. Quito.
RUBIO, Blanca (2008). Formas de explotación y condiciones de reproducción de las economías campesinas en el
Ecuador. Ediciones La Tierra. Quito.
SIISE (2008). Indicadores sociales del Ecuador. Quito.

PORTÁLES VIRTUALES

AGROCALIDAD (2009) http://www.agrocalidad.gov.ec/


Registro de fincas florícolas en AGROCALIDAD

158
La problemática de los recursos:
agua y tierra, en la zona media del río Ambato

Yiseña Tiaguaro,
con la participación de Verónica Olovacha

1. INTRODUCCIÓN

La distribución inequitativa de la tierra y del agua ha causado una gran diferenciación


social en el país. Por un lado están los latifundistas, quienes poseen las mejores tierras y
disponen del 50% al 60% de los caudales disponibles; y por otro, muchos pequeños campesinos,
con poca tierra y con solo el 20% de los caudales totales disponibles.
La provincia de Tungurahua, al igual que muchas provincias de la Sierra, tiene una
inequitativa distribución de los recursos de producción agrícola (tierra y agua): el 70% de los
pequeños productores (con menos de 1 ha) poseen sólo el 0.14% de las hectáreas bajo riego por
unidad productiva, considerando que estas pequeñas economías son las que generan la mayoría
de los alimentos para la población.
La microcuenca del río Ambato es la más grande de la provincia de Tungurahua y el uso
del agua está destinado para riego, producción de energía y agua para consumo humano; sin
embargo, en los últimos años la demanda del recurso sobrepasa a la oferta, provocando un
déficit hídrico.
Hasta hace poco la provincia era reconocida a escala nacional principalmente por su
producción de frutas, hoy en día la superficie ha disminuido reorientando más bien a productos
de la canasta básica. A pesar de que sus productos son de importancia para la soberanía
alimentaria no cuenta con las garantías suficientes de riego.
Al mismo tiempo, la parcelación excesiva que se presenta en la provincia ha conllevado
a un impacto social, económico y cultural en las familias campesinas, sin dejar de mencionar

159
que la falta de acceso a los recursos tierra y agua está causando un impacto ecológico debido al
incremento de la frontera agrícola en ecosistemas frágiles como son los páramos.

2. LA MICROCUENCA MEDIA DEL RÍO AMBATO: UNA ZONA DIVERSA


La microcuenca del río Ambato está situada en las faldas orientales del volcán
Chimborazo entre 2.600 y 5.000 msnm, en la provincia de Tungurahua. (Girard, Sabine. 2004).
La microcuenca cubre el 60% de la provincia, con una superficie aproximada de 1.300
km2 y una población de 310.000 habitantes.

Gráfico 1. Microcuenca del río Ambato

Fuente: Boletín “Cuencas Andinas” Nº 6, 2005.

160
Está delimitada al oeste por una cadena montañosa cuyos nevados (Chimborazo 6.310
msnm y Carihuairzo 5.028 msnm) alimentan la red hidrológica de la provincia y se cierra cerca
de la ciudad de Ambato, al desembocar el río Ambato en el río Patate, a 2.200 msnm.
Presenta tres pisos bioclimáticos diferenciados, una zona alta de páramo propia de las
comunidades indígenas; una zona media donde coexisten comunidades indígenas y mestizas
con una producción diversificada; y, una zona baja de clima templado donde existe una
producción exuberante de frutas y hortalizas.
Tabla 1. Zonas altitudinales de la microcuenca del río Ambato

RANGO DE SISTEMA PRODUCTIVO


ZONA
ALTITUD

Zona alta
3.500 – 4.200 msnm Ganadería extensiva de carne
Páramo

Zona media 2.800 – 3.500 msnm Ganadería de leche y cultivos de cereales y tubérculos
Cultivo de frutas, hortalizas, crianza de animales
Zona Baja 2.100 – 2.800 msnm.
menores (gallinas), pequeña industria y artesanías.
Fuente: Comisión Ejecutiva Provincial 2001; Andes System of Basins 2006; Guamán 2007

Este estudio se centra en la zona media de la microcuenca del río Ambato, que cubre
parte de los cantones Ambato, Cevallos, Tisaleo, Mocha, Quero y San Pedro de Pelileo, que
concentran el 25% de la población.
El acceso a la tierra en esta zona es limitado, la superficie promedio de las unidades
productivas es de 1 ha, donde la mayoría de familias campesinas se dedican a actividades
agrícolas y pecuarias, siendo ésta en mucho de los casos su principal fuente de ingresos. La
actividad lechera es una de las más importantes dentro de esta zona, caracterizada por el manejo
de animales de baja y mediana calidad genética, cuya producción está destinada al mercado
local.
161
La actividad agrícola se centra en la producción de productos andinos como papa,
habas, maíz, cebada, arveja y en menor importancia frutal, destinada tanto para la venta como
para el autoconsumo.
El acceso al agua es un limitante dentro de la microcuenca, pues depende de la
ubicación de las unidades productivas en función del canal de riego, así se ven beneficiados los
que se encuentran debajo de éste, mientras los que están sobre el canal presentan mayor
dificultad de acceso y por ende mayor déficit hídrico.
En esta zona se presenta una topografía colinada con pendientes suaves a fuertes que
pueden llegar a sobrepasar el 45%. De igual manera, los suelos son diversos pero en su mayoría
son arenosos y secos o limo – arenosos profundos secos. Existen afloramientos muy puntuales
de cangahua (Pasa, San Fernando).
Gráfico 2. Microcuenca media del río Ambato

Fuente: SIGAGRO 2009.


162
3. LAS POLÍTICAS DE AGUA EN EL PAÍS Y SU INFLUENCIA EN LAS
DESIGUALDADES DE ACCESO AL AGUA

Con la primera Ley de Aguas, promulgada en 1832, se suprime el obstáculo principal al


desarrollo del riego y se autoriza la construcción de canales sobre tierras de otros, a cambio de
un pago (Ley de Tránsito o Servidumbre). El levantamiento de la obligación de negociación
para obtener el acuerdo del propietario, para construir un nuevo canal permite una fuerte
extensión de los perímetros regados, pero implica también una multiplicación del número de los
pleitos por el agua. (Récalt, Christine 2007).
El agua juega un rol fundamental en la valoración de la tierra y se vuelve un mecanismo
de usurpación de tierras tanto privadas como comunales.
En el Ecuador, durante los siglos XIX y XX, se tenía dos tendencias marcadas en cuanto
a los sistemas de riego. En el caso de la Costa ecuatoriana se ampliaron los sistemas de riego
para la producción agroexportadora; mientras que en la Sierra la situación económica y social
evolucionó en función a la distribución de la tierra y por ende al agua. Las grandes haciendas
comenzaron a dividirse, lo que generó conflictos en la distribución del recurso. Por otra parte,
las agrupaciones de agricultores, mestizos o indígenas, reclamaban los derechos de agua,
alegando su participación preponderante en la construcción y el mantenimiento de las redes.
(Récalt, Christine 2007). Al mismo tiempo se construían las acequias, aumentaba la población
de las zonas campesinas, indígenas y de mediana propiedad de las zonas altas que reclamaban el
agua que compartían con las haciendas de la zona baja (esto ocurrió en la zona occidental, en las
nacientes del río Ambato). (Ospina, Pablo et al. 2009).
En algunos lugares de la microcuenca media se conforman cabildos para la construcción
de nuevos canales para acceder al agua, recurso importante para la producción agropecuaria, ya
que denota un acaparamiento por parte de los hacendados y grandes propietarios, especialmente
en la parroquia de Pilahuín, mientras que la gran propiedad se hallaba ausente en las parroquias
Santa Rosa, Tisaleo, Pasa del cantón Ambato. Para el período de 1870 a 1914, basado en
catastros de propiedad, se tiene que la mediana propiedad era dominante en Quero (58%) y
cerca de ser predominante en Tisaleo (49%). (Ospina, Pablo et al. 2009).

163
La primera participación del Estado en el sector de riego fue en 1944 con la creación de
la Caja Nacional de Riego, la que tenía por objetivo la realización de estudios y construcción de
proyectos a escala nacional.
En el Ecuador, hasta la década de 1960, el modelo económico se basaba en la
concentración de la propiedad de la tierra y la agro-exportación, modelo asociado a la propiedad
privada del agua. A raíz de la reforma agraria destinada a redistribuir los medios de producción
(1964), el riego permitió aumentar y diversificar la producción agrícola. (Girard, Sabine. 2006).
En 1966 se crea el Instituto Ecuatoriano de Recursos Hidráulicos (INERHI), entidad
encarga de la administración de agua, planificación y construcción de sistemas de riego. La
creación de esta entidad influyó en ciertos zonas del área de de estudio, sólo en la denominación
de acequias existentes y mas no en una verdadera planificación y administración del agua.
En 1972, con la Ley de Nacionalización de Agua, se declara que todas las aguas
continentales del país son de dominio público, no se pueden vender ni tampoco se pierde su
naturaleza jurídica de bienes nacionales, aunque exista un uso sostenido en el tiempo por
particulares.
Los conflictos entre los grandes propietarios y las comunidades indígenas eran
frecuentes, pues todavía se mantenían una relación de tipo servil, donde los indios trabajaban a
cambio de obtener comida. Estos grandes propietarios eran dueños del agua y de la tierra, e
incluso algunos de los habitantes cuentan que tenían que pagar un “impuesto” para tener acceso
al agua, caso contrario no se les era permitido. Estas inequidades motivaron a los pobladores a
despresar su resistencia, como en los hechos ocurridos en la parroquia Pasa, que llevaron
incluso a la muerte de un terrateniente.
De cierta manera estas expresiones aminoraron los abusos y sobre todo las relaciones
partidarias. Éstas últimas fueron perdiendo fuerza con la Ley de Reforma Agraria, donde se
promulga la Ley de los Precaristas, que elimina las formas precarias de tenencia de la tierra en
1973. Esta ley manifiesta: “se prohíben las explotaciones precarias. Sin embargo, si con
violación de la Ley se mantuvieren formas precarias de tenencia de la tierra, ningún precarista
está obligado a pagar por el uso de la tierra ajena…”

164
Los campesinos comenzaron a organizarse y crearon las Juntas de Agua de Riego para
solicitar concesiones al INERHI para los diferentes caseríos, los mismos que fueron concedidos
en años posteriores.
Desde la década de 1980, a raíz de la crisis de la deuda externa y con presiones
internacionales (Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional), se aplicaron reformas
estructurales: la descentralización, la desregulación de la economía, la apertura de los mercados
y la privatización.
En cuanto a la gestión del agua, el modelo también cambió. El INERHI es desmantelado
en 1994 y sus funciones se atribuyen a estructuras descentralizadas: las Agencias del Agua, la
Empresa de Desarrollo Regional (1994) y los Consejos Provinciales (1998). El papel del sector
privado se ve reforzado al garantizar los derechos legales de agua (transferencia automática y
vínculo entre la propiedad de la tierra y los derechos de agua en virtud de la Ley de Desarrollo
Agrario, 1994) y la transferencia de los sistemas públicos de riego a los usuarios (1994) (Girard,
Sabine 2004).
En la provincia de Tungurahua, los pequeños productores (con menos de 1 ha),
representan el 70% de los agricultores y poseen 0.14% de las hectáreas bajo riego por unidad
productiva, mientras que para los grandes productores (con más de 100 ha), que representan el
0.08% del total, poseen el 46% de las hectáreas bajo riego por unidad productiva. (SIPAE,
2008).
La Reforma de la Ley de Aguas del 2004, incentiva aún más al sector privado y por
ende el incremento de las desigualdades sociales en torno al acceso al agua. En ésta se elimina
de la base imponible el precio del agua de los sistemas públicos de riego, que fue impuesto
proporcional al área de riego y de propiedad, que permite al Estado cubrir los gastos de la
pesada infraestructura de riego.
Estas políticas implementadas en el Ecuador se ven reflejadas en la desigualdad al
acceso a los recursos, tierra y agua, provocando un diferencial social campesino bien marcado.
En los últimos años, en la microcuenca se ha venido trabajando en la gestión integrada del
recurso con la participación de entidades públicas y privadas, que se la analizará posteriormente.

165
4. LA PROBLEMÁTICA DEL AGUA EN LA MICROCUENCA MEDIA DEL RÍO
AMBATO

La importancia de mantener los ecosistemas como fuente fundamental de recurso


hídrico para la vida en general ha movilizado a varios actores que de una u otra manera tratan de
controlar el deterioro de estos ecosistemas. En este sentido se han identificado como problemas
más relevantes:
- Disminución en la disponibilidad de agua
En los últimos años, los cambios climáticos adversos han influenciado fuertemente en la
disponibilidad de agua. La presencia de sequías, dadas por fluctuaciones climáticas, están
caracterizadas por un prolongado período de escasez de agua en forma de precipitación,
reducción o desaparición de cursos y cuerpos de agua, o de no disponibilidad de agua en el
subsuelo. (Kuroiwa. 2002. Citado por Galárraga G y Guamán C).
La baja disponibilidad del recurso se denota en la oferta y demanda. En la provincia de
Tungurahua se estima que la demanda hídrica supera en un 40% a la oferta con un déficit
aproximado de 800 millones de m3 al año. (Portal digital: www.emapa.gov.ec).
El incremento de la frontera agrícola es otro factor importante en la disminución de la
disponibilidad de agua. Según reportes de los pobladores de los páramos, la oferta de agua ha
disminuido en un 40% en los últimos 20 años, debido a que el 71% de los páramos están
intervenidos y utilizados como unidades de producción agropecuaria (1.898 UPA’s). En muchos
casos se evidencia en el secamiento de vertientes (Portal digital: www.emapa.gov.ec).
- Infraestructura rudimentaria que influye en las técnicas de riego
En la microcuenca media del río Ambato existe una predominancia de sistemas de riego
cuya infraestructura rudimentaria, provoca grandes pérdidas por infiltración, los mismos que se
ven reflejados en sistemas deficientes.
Además, el riego es distribuido principalmente por gravedad cuya administración está
en manos de las Juntas de agua; sin embargo, se presentan graves conflictos sobre todo en época
de estiaje.

166
Tabla 2. Métodos de riego en la microcuenca del río Ambato
Métodos de riego (%)
Unidad hidrográfica Cantón Aspersión Goteo Gravedad
Río Alajua Ambato 8,6 0,0 90,9
Río Calamaca Ambato 7,5 0,0 92,5
Río Colorado Ambato 0,0 0,0 100,0
Mocha
Alta del río Pachanlica Tisaleo 0,7 0,0 99,3
Quero
Fuente: Modificado de Salomón M, Galárraga R et al.

El método de riego por gravedad es el más generalizado en la microcuenca media del


río Ambato. Esto conlleva a una baja eficiencia de riego, lo que quiere decir que existe un
rango del 40 al 60% aproximadamente del agua que es utilizada por el cultivo con respecto al
total aplicado (Portal digital: www.catarina.udlap.mx). Además, es uno de los métodos que
causa una mayor destrucción de la estructura del suelo.
- Baja producción agropecuaria
Por las condiciones agroecológicas y los sistemas de riego rudimentarios, la baja
productividad de las actividades agropecuarias es evidente, cuya producción está destinada para
el autoconsumo y venta de excedentes. Los cultivos principales son cereales (maíz, cebada,
trigo), tubérculos, leguminosas y la producción lechera.
Para citar un ejemplo, en la parroquia Pasa los rendimientos de los cultivos como maíz y
papa, productos importantes en la dieta de los habitantes, son casi tres veces más bajos que los
obtenidos en la provincia y en el país. En el caso de la cebada, ligeramente supera los
rendimientos a nivel provincial y del país. Con respecto a la arveja, el rendimiento supera en 8
qq/ha con relación a la provincia y en 13 qq/ha en relación del país, esto se debe a que algunos
productores de la parroquia están innovando su sistema de producción mediante la siembra de
nuevas variedades, de mejor rendimiento y de menor tiempo de cosecha.

167
Tabla 3. Comparación de los rendimientos de los principales cultivos de la parroquia Pasa
vs. Provincia y País
Rendimientos (qq/ha)
Cultivos Pasa Tungurahua A escala nacional
cebada 15 11 13
maíz 17 43 40
arveja 35 27 22
papa 103 154 128
Fuente: III Censo Nacional-Provincial Agropecuario (2002); Entrevistas de campo

En la misma parroquia la producción lechera, que también es otra de las actividades


primordiales de la microcuenca, está por encima de la producción nacional, superándolo en 1.1
litros/vaca/día, mientras que a nivel de la provincia se encuentra por debajo, como se visualiza
en la Tabla 4.
Tabla 4. Comparación de la producción lechera de la parroquia Pasa vs. Provincia y País

Producción lechera (litros/vaca/día)


Pasa Tungurahua País
5,5 5,8 4,4
Fuente: Portal digital: www.siga.gov.ec

- Falta de normativas claras dentro de las Juntas de Riego


La administración del agua para riego está a cargo de las Juntas de riego que tienen
como funcionalidad velar por el mantenimiento, operación, distribución y administración del
agua. Se evidencia que en algunos casos la administración no ha cumplido su rol y se ha
limitado al cobro de tarifas y multas. Por ejemplo, en la parroquia Pasa falta una normativa clara
de regulación de uso del agua para riego, esta limitante genera graves conflictos entre los
usuarios, quienes han optado por una distribución de recursos por un mecanismo denominado

168
“por golpe”. Este mecanismo es complejo, ya que para regar una parcela es necesario traer el
agua desde la bocatoma (zona de páramo) o de un lugar específico (un repartidor). Se
conforman grupos de 2 a 10 personas que suben al repartidor y se ubican en puntos estratégicos
para conducir el agua hasta su predio; sin embargo, deben tener especial cuidado en este proceso
para evitar que accedan otros usuarios sin permiso. De esta manera, el usuario tiene un cierto
tiempo para regar su parcela, sin importar la superficie. Concluido este tiempo, el siguiente
usuario corta el agua y la desvía hacia su terreno.

5. ORGANISMOS QUE PARTICIPAN EN LA GESTIÓN DEL AGUA EN LA


MICROCUENCA

A escala nacional las funciones y competencias en cuanto a la gestión del agua está en
manos de los ministerios, corporaciones y gobiernos locales como: Ministerio de Agricultura,
Ganadería, Acuacultura y Pesca (MAGAP), Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda
(MIDUVI), Ministerio del Ambiente del Ecuador (MAE), Corporación Regional de Desarrollo
de la Sierra Central (CORSICEN), Consejo Nacional de Recursos Hídricos (CNRH), Consejo
Superior de la provincia de Tungurahua (HCPT), un municipio encargado de los problemas de
agua potable en zonas urbanas y otros cuatro municipios encargados de la gestión común de sus
recursos naturales.
En cuanto a la administración del agua potable, la responsabilidad está en manos de la
Empresa Municipal de Agua Potable (EMAP); y la encargada del agua para la generación
hidroeléctrica es de HydroAgoyan. Estas dos entidades actúan en la microcuenca, sobre la base
de sus propios intereses, garantizando el funcionamiento y rentabilidad de sus negocios en el
largo plazo.
En los últimos años ha existido una gran participación de organizaciones no
gubernamentales (ONG) y empresas privadas, que de alguna manera han servido como agentes
sustitutivos del Estado. Las ONG han realizado proyectos en cuanto a infraestructura, asistencia
técnica, resolución de conflictos, fortalecimiento organizativo, proyectos productivos y de
comercialización, entre otros.

169
En este sentido, en la microcuenca han actuado algunas instituciones como la Central
Ecuatoriana de Servicios Agrícolas (CESA) y el Instituto de Ecología y Desarrollo de las
Comunidades Andinas (IEDECA) y la cooperación internacional a través de la Deutsche
Gesellschaft fur Technische Zusammenarbeit (GTZ):
- CESA, es una fundación de derecho privado que ha trabajado por más de 40 años en el
país. Desde 1972 ha realizado trabajos en varios sectores de la microcuenca (Quero, Chibuleo,
Santa Rosa, Juan Benigno Vela, Pilahuín). Actualmente está apoyando a las parroquias de
Píllaro, Quisapincha y Pasa. (Convenio de Cooperación entre HCPT, CESA et al. 2007). En la
parroquia Pasa viene trabajando en la producción, la comercialización y el manejo sostenible de
los recursos naturales, teniendo como eje dinamizador el agua, para lo cual se ha mejorado la
infraestructura con el trabajo conjunto de la fundación y de los habitantes. Hasta el momento no
se evidencia claramente los efectos de esta intervención, dado que aún no se utiliza la
infraestructura mejorada.
- IEDECA, es una organización no gubernamental que trabaja en el país desde 1990,
promoviendo y ejecutando proyectos direccionados a la producción campesina y mejoramiento
de los recursos naturales. Dentro de la microcuenca, desde 1997, se ejecuta el proyecto
Conservación de los Recursos Naturales y Riego Campesino en la Cuenca Alta del río Ambato
(CORICAM). Ha trabajado mayoritariamente en la zona alta; sin embargo, está pendiente
Pilahuín y Chibuleo, donde se evidencian mayores bloqueos y vacíos de la intervención. (Portal
digital: www.cosude.org.ec).
- GTZ, es una empresa del sector privado, propiedad del Gobierno Federal Alemán que
coopera para el desarrollo en todo el mundo y en el Ecuador ha venido trabajando desde 1973.
Dentro de la microcuenca ha realizado importantes trabajos como la gestión de cuenca
hidrográficas, con su Programa de Manejo de Cuencas Hidrográficas (PROMACH), cuyo
objetivo radica en: “Gestión sostenible de la zona de captación a través de la consolidación de
una estructura institucional y la participación de todas las partes interesadas” (GTZ, 2001,
citado por Girard, Sabine, Sabine. 2004).
A nivel de comunidades, las Juntas de Riego son las principales autoridades encargadas
de la administración del agua, cuyo mantenimiento se debe en gran parte gracias a los mismos
usuarios; a pesar de ello esto no es suficiente para cubrir todas las necesidades de los usuarios,

170
como infraestructura, mantenimiento y gestión de sus sistemas de riego. Para mitigar en algo
estas debilidades se han acogido al apoyo de organismos no gubernamentales o gobiernos
locales, que en mucho de los casos no han mejorado la calidad de vida de los habitantes.
Las Juntas de Riego han jugado un papel clave en la organización de las comunidades,
pero han trabajado de manera aislada y sin ninguna o poca coordinación entre ellas, lo que ha
imposibilitado una presencia y participación en la toma de decisiones.

6. HACIA UN NUEVO MODELO DE DESARROLLO…

Las entidades públicas, privadas y demás involucradas en la gestión del agua en la


microcuenca han venido trabajando de manera aislada, siguiendo su propia ideología e intereses.
En el 2003, el HCPT impulsa un nuevo modelo de gestión para la provincia con la participación
de todos los actores1 con un enfoque integral, cuya prioridad está orientado en tres ejes: agua,
trabajo y gente. Este nuevo modelo busca entre otras cosas, “…el desarrollo a largo plazo,
donde todos participen y se comprometan”; “fortalecer un poder hacia fuera, para negociar
con el gobierno central y un poder hacia adentro, para adelantar propuestas provinciales,
donde todos deciden, todos acatan” (Gobierno Provincial de Tungurahua, 2003).
En febrero de 2008, la Junta del Gobierno Provincial ratifica seguir con este modelo de
gestión (HCPT, 2008).
Este nuevo modelo de gestión es una iniciativa importante que trata de integrar a todos
los actores inmersos en la problemática provincial, sin embargo está a merced de los gobiernos
de turno. A pesar de que la administración del Consejo Provincial ha sido reelecta, pero esto no
quiere decir que se garantice la continuidad del proceso de cambio. Sería importante analizar a
profundidad el efecto que ha causado las diferentes líneas de intervención del modelo de gestión
vigente, en los ejes de agua, trabajo y gente, pero de forma articulada.

1
El “Equipo Promotor” estaba constituido por: Consejo Provincial, AME (Asociación de Municipalidades Ecuatorianas) Regional Centro Sierra, Movimientos
Indígenas, Asociación de Juntas Parroquiales, Diócesis de Ambato, Universidad Técnica de Ambato, Municipio de Ambato, Foro de la mujer, COE (Comité de
Operaciones de Emergencia) y el PROMACH.

171
Además, conocer ¿hasta qué punto ha existido una verdadera participación y
empoderamiento de todos los actores? Especialmente de las juntas de regantes, movimientos
indígenas - campesinos y usuarios, quienes conviven día a día con la problemática del agua de
riego, en este caso. La pregunta es: ¿son parte real en la toma de decisiones?
En la zona de estudio, y concretamente en la parroquia Pasa, el grado de participación
en temas de riego se restringe en la administración de la Junta Central, ya que los miembros son
los encargados de las resoluciones en torno al tema y los usuarios en muchas de las veces se
limitan a la participación en mingas, pago de multas, mas no en la toma de decisiones. De allí,
que la participación de los usuarios es limitada, sobre todo de la mujer, a pesar de tener un rol
fundamental en la producción y reproducción de la finca.

El manejo de páramos…
En la microcuenca media han existido estrategias de manejo del páramo bajo el
principio de la valoración económica de los recursos, esto sucedió con el EMAP y la
Organización de Comunidades Indígenas de Quisapincha (COCIQ) en el 2004, quienes firmaron
un convenio de servicio de tres años por un pago de 30.000 USD/año. Otras estrategias han
derivado de ONG, que ofrecen alternativas socioeconómicas para el manejo de este ecosistema.
Dentro del nuevo modelo de gestión en el eje “Agua” se busca trabajar en propuestas
enmarcadas en ambiente, producción y vida, cuyo objetivo radica en el aseguramiento de la
oferta hídrica en cantidad y calidad a través de un fondo económico (Fondo Económico para el
manejo de páramos), alimentado por recursos locales, nacionales e internacionales para el
manejo adecuado de los páramos, que resuelvan tanto problemas ambientales como sociales y
económicos de los sectores poblacionales vinculados con estas áreas.
Las organizaciones que tienen áreas de páramo en la microcuenca media del río Ambato
son: UOCAIP (Unión de Organizaciones Campesinas e Indígenas de Pasa), KIPU (Pueblo
Kichwa Kisapincha), UNOCANT (Unión de Organizaciones Campesinas del Nor-Occidente de
Tungurahua), UNOPUCH (Unión de Organizaciones del pueblo de Chibuleo), las cuales
estarían involucradas dentro del Fondo económico para el manejo de páramos, pero no se
conoce aún con claridad los primeros efectos de este Fondo.

172
Gráfico 3. Ubicación de zonas en la provincia de Tungurahua que tienen relación con el
páramo

Fuente: Unidad y Desarrollo de los Movimientos Indígenas y Campesinos de Tungurahua, 2007.

El apoyo de los organismos no gubernamentales ha vinculado a las comunidades


indígenas y campesinas de los páramos para la protección de las fuentes de agua, a través de
proyectos orientados al manejo de los recursos naturales, como lo viene realizando CESA. Se
han realizado talleres, mingas, capacitaciones, para concienciar acerca de la importancia del
mantenimiento de los páramos. Sin embargo, ¿hasta qué punto estas acciones lo vuelve
sustentable? Cada vez más los campesinos buscan espacios para sembrar porque el
fraccionamiento de la tierra ya no da más. Y a cambio de este cuidado, ¿qué reciben?; o, ¿sólo
son agentes de protección para que otros ubicados en las zonas bajas aprovechen del recurso?

173
7. LA MAXIMIZACIÓN DE LOS LIMITADOS RECURSOS AGUA Y TIERRA

El acceso al agua y a la tierra permite una mayor diversificación de cultivos en las


unidades productivas, generando mayor rendimiento en términos económicos. Las estrategias
productivas de maximización de estos recursos limitantes ayudan a incrementar los ingresos,
resultado de diferentes lógicas productivas, que marcan una diferenciación social entre los
mismos campesinos.
Para analizar el impacto del acceso a la tierra y al agua, se ha tomado como estudio de
caso a dos comunidades pertenecientes a la parroquia Pasa, que corresponden a la zona media
de la microcuenca del río Ambato antes descrita.

Acceso limitado a la tierra y poca disponibilidad de agua


La estructura agraria de la parroquia indica un claro predominio de la pequeña
propiedad, el 92% de las Unidades Productivas Agropecuarias (UPA) poseen superficies
menores a 2.5 ha, mientras que el 2% corresponden a las UPA que tienen más de 4.5 ha. Es
decir, que son pequeñas economías campesinas que tienen graves limitaciones de acceso a la
tierra.
Tabla 5. Distribución de la tierra en la parroquia Pasa – Tungurahua

Nº UPA
Superficie UPA %
0.5 a 2.5ha 1521 92
2.5 a 4.5ha 96 6
Más de 4.5ha 40 2
Total 1657 100
Fuente: Proyecto Pasa – Cesa, 2006

En cuanto al acceso al agua, es necesario en primera instancia, analizar la geografía de


la red hidráulica de la parroquia. En este sentido, las aguas que irrigan a la parroquia provienen

174
del río Pumahua y de la quebrada El Tingo, originadas por el ecosistema páramo, como se
observa en el Gráfico 4. Éstas a su vez son captadas por tres ramales o acequias: primera,
segunda y tercera coronaria. 2
Gráfico 4. Geografía de la red

Fuente: La importancia de los sistemas de Riego campesinos, SIPAE 2008

2
Son llamadas acequias coronarias por estar originadas en las partes altas de la parroquia.

175
El sistema de riego de las acequias unificadas de Pasa se ha llevado desde hace años
atrás de una manera tradicional; es decir, por canales abiertos de tierra, desde su captación
(páramo) hasta su distribución en las ocho comunidades que conforma el sistema, se estima que
presenta una eficiencia del 32%. Su recorrido es de 25 km aproximadamente, con tramos en su
mayoría sin revestimiento que influyen en la pérdida de agua, por la infraestructura rudimentaria
que presenta.
El agua que es captada del sector el Tingo por la primera y segunda coronaria
corresponde a un caudal 72.3 l/s, mientras que la tercera coronaria es captada del sector
Pumahua con un caudal de 11.7 l/s, dando un total de 84 l/s de los tres ramales, para ser
distribuido a ocho comunidades de la Parroquia Pasa (Tabla 6).
Tabla 6. Asignación y disponibilidad del agua para riego en la parroquia Pasa
Caudal
Sistema de riego Superficie N º de Caudal
adjudicado Caudal/ha
coronarias regada (ha) usuarios /usuario
(l/s)
Primera Coronaria 53.5 308 923 0.17 0.06
Segunda Coronaria 18.8 150 430 0.13 0.04
Tercera Coronaria 11.7 65 180 0.18 0.07
Total 84.0 523 1410 0.16 0.06
Fuente: Inventario RRHH Tungurahua. (2004); Proyecto Pasa – CESA (2006)

El sistema de riego de la primera coronaria es el que mayor número de usuarios abarca y


mayor superficie regada presenta, a diferencia de las otras dos coronarias. Dentro de las
comunidades que se abastecen de agua proveniente de la primera coronaria se encuentran
Chillipata y Mogato, zonas a analizar en el presente estudio.
La ausencia de estatutos y normas claras en el sistema de riego ha conllevado a un
sinnúmero de conflictos sociales entre usuarios y comunidades para la distribución equitativa
del agua de riego.

176
En el sistema de riego unificado de las coronarias y principalmente de la primera
coronaria, que es la que recorre casi las ocho comunidades de la parroquia, se tiene por
costumbre en las comunidades como Mogato, Pucaucho, Llullaló, Pasa Centro, Chillipata y
Playa Pucará, el llevar el agua por grupos, ya sea entre familias o vecinos; es decir, que quienes
llegan primero al lugar de captación del agua (óvalos), se distribuyen en puntos estratégicos a lo
largo del canal, evitando el robo de agua por otros usuarios de la misma comunidad o de otra.
Captan todo el volumen por una hora aproximadamente, luego de lo cual llegan otros usuarios
que hacen lo mismo, esto generalmente lo realizan en épocas de estiaje cuando el agua es
indispensable para la producción agropecuaria. Comunidades más altas Cuatro Esquinas,
Castillo y Tiliví no realizan esta actividad por estar más cercanas a los óvalos de distribución.
Tabla 7. Asignación y disponibilidad de agua para riego en las comunidades Chillipata y
Mogato
Caudal adjudicado Superficie bajo riego Usuarios Caudal/ Caudal/
Comunidad litros/segundo ha Nº ha usuario
Chillipata 17,38 76,00 160,00 0,23 0,11
Mogato 13,90 211,00 350,00 0,07 0,04
Fuente: Olovacha V. 2007.

En estas dos comunidades se puede visibilizar la disponibilidad de agua. La comunidad


de Chillipata presenta un caudal por hectárea de 0.23 y una disponibilidad por usuario de 0.11
litros por segundo, en contraste con lo que sucede en la comunidad de Mogato, cuyo caudal
corresponde a 0.07 y una disponibilidad por usuario de 0.04 litros por segundo, es decir, casi
tres veces menos que lo disponible para los beneficiarios de la comunidad de Chillipata.

Chillipata, una zona con tendencia ganadera


Para que el agua llegue a la comunidad de Chillipata, se la capta de la primera coronaria
por un ramal denominado Playa Pucará3, cuyo caudal corresponde a 0.11 l/s para cada usuario.

3
Este ramal también irriga las comunidades de Castillo y parte de Centro Pasa.

177
Esta comunidad se caracteriza por presentar lotes que no exceden la 0.5 ha, destinados
principalmente a la producción de forraje para la alimentación del ganado vacuno. Los cultivos
que se encuentran son: alfalfa, asociación avena – vicia, kikuyo, holco, trébol. Además del
ganado vacuno, también se pueden encontrar algunas cabezas de ganado ovino y equino.
Esta zona presenta una topografía irregular, con pendientes que pueden llegar al 30% de
pendiente y suelos francos arcillosos.

Mogato, una zona diversificada


La comunidad está ubicada a la cola del canal principal, recoge las aguas del ramal que
lleva su mismo nombre, de la cual corresponden 0.04 l/s para cada usuario. A nivel de la
parroquia, Mogato es conocida por ser la comunidad más productiva, a pesar del predominio del
minifundio.
La zona se caracteriza por un relieve menos pronunciado que la zona ganadera, de
alrededor del 20% de pendiente. Los suelos son franco arcillo-limoso. Aquí se puede observar
un sinnúmero de lotes que van de 0.25 ha a 0.7 ha, aproximadamente, destinadas para la
producción de diferentes cultivos, entre los que se encuentran: frutales, pasto, hortalizas, maíz,
cebada, arveja, papa.
En cuanto a los animales, se pueden encontrar pocas cabezas de ganado vacuno y
equino, y algunos chanchos criollos.
En esta comunidad los productores practican rotaciones y/o asociaciones que permiten
el mantenimiento de la fertilidad de los suelos y es complementado permanentemente con abono
animal. Al término de cada cosecha los animales son incorporados a la parcela con la finalidad
de: alimentarse, aprovechando de los residuos de la cosecha; y, abonar el suelo, para las
próximas siembras.

Los productores y sus lógicas campesinas


De acuerdo a criterios analíticos como el acceso al medio explotado y al agua, sistemas
agropecuarios, actividades externas a las fincas, se identificaron cuatro tipos de productores en
las comunidades anteriormente mencionados.
178
i) Productores doble activos: Este tipo de productores se caracteriza por tener acceso a una
superficie promedio de 2 ha en propiedad, las mismas que se destinan para la siembra de
diferentes cultivos y pastos. Estos productores se dedican a otras actividades extra finca, una de
las más importantes es la sastrería (actividad tradicionalmente practicada). La fabricación de
camisas es la más característica de la comunidad, que son comercializadas localmente o fuera de
la ciudad y distribuidos a los centros comerciales.4
ii) Medianos ganaderos: Estos productores tienen una superficie promedio de 7 ha, de las cuales
el 51% es propio y el resto de la superficie es arrendado. Un gran porcentaje de la superficie
total, está destinado a pasto y lo demás a cultivos como frutales, asociación maíz-fréjol, arveja y
tomate de árbol. La migración es uno de los factores que influyen en la poca disponibilidad de
mano de obra5; por tanto, estos campesinos han optado por sistemas extensivos como la
ganadería. Cuando son actividades de siembra y cosecha, tienen la capacidad de contratar mano
de obra principalmente para los cultivos.
iii) Productores familiares: Son productores que tienen un promedio de 3 ha., en total,
distribuidas en pequeños lotes que no exceden las 0.7 ha. La mayoría de sus unidades
productivas se encuentran bajo los canales secundarios donde practican actividades agrícolas y
pecuarias que son destinados para el consumo familiar y el mercado. Estas actividades se
encuentran relacionadas entre sí, los animales son importantes al término de la cosecha y su
abonadura a inicios de la siembra, de esa manera conserva la fertilidad de los suelos. La familia
es la base fundamental de la mano de obra, todos trabajan en la parcela y tienen derecho a una
cierta cantidad de producto en época de cosecha.
iv) Minifundistas: Tienen una superficie promedio de 1 ha, donde una superficie importante se
encuentra por encima del canal de riego, limitando la realización de nuevos ciclos de cultivo,
sobre todo en época de estiaje. El poco acceso a la tierra y al agua limita las actividades
agropecuarias por lo que la producción está destinada para el aseguramiento de la alimentación
familiar antes que a la venta. Estos productores son de avanza edad, y sus hijos han migrado a
ciudades como Quito y Guayaquil para trabajar como vendedores ambulantes.

4
En la comunidad de Chillipata existen 12 talleres dedicados a la confección de camisas que lo realizan por obra, es decir entregan el producto confeccionado
a las principales camiserías de Ambato, Quito y Guayaquil, principalmente. (Cesa, 2003).
5
El 43% de la toda la población (1.657 familias) emigra a realizar principalmente actividades en la construcción y vendedores ambulantes en Ambato o en
Guayaquil. (Olovacha V. 2007).

179
Acceso al agua y a la tierra
Existen predios ubicados bajo el canal de riego, especialmente en la comunidad de
Mogato, donde en época de estiaje es muy difícil una planificación de siembras, por lo que se
recurre generalmente, a la siembra de cultivos de secano (trigo, cebada). Esta comunidad al
encontrarse en la “cola” del canal principal, presenta los mayores problemas en el acceso al
agua (0.04 litros/usuario), los comuneros tienen que recorrer grandes distancias para acceder al
agua de riego y por tanto tienen más riesgos de ser robados por otros usuarios. Otro problema es
el fraccionamiento de la tierra; en este sentido los minifundistas tienen una superficie promedio
de 1 ha de las cuales el 66% posee riego y el porcentaje restante no lo tiene. En el caso de los
productores familiares acceden a una mayor superficie 3 ha en promedio, de los cuales el 86%
tiene riego.
Tanto los productores doble activos como los medianos ganaderos de la comunidad de
Chillipata, tienen mayor acceso a la superficie bajo riego, 90 y 100%, respectivamente como se
observa en la Tabla 8.
Tabla 8. Acceso a la tierra

Superficie promedio Con riego Sin riego


Productores Comunidad ha % ha % ha %
Medianos ganaderos Chillipata 7,2 100 7,2 100 0 0
Productores doble
activos Chillipata 2,1 100 1.9 90 0.9 10
Productores
familiares Mogato 3,3 100 2,9 86 0,5 14
Minifundistas Mogato 1,0 100 0,6 66 0,3 34
Fuente: Olovacha V. y Tiaguaro Y. (2009); SIPAE (2008).

180
Uso del suelo
Tanto los productores ganaderos como doble activos destinan el 83% y 57% de su
superficie total para pastizales, respectivamente, siendo la actividad pecuaria su principal fuente
de ingresos, debido a que en el primer caso los hijos han migrado hacia las ciudades (Quito,
Ambato) en búsqueda de un mejor porvenir; y han quedado los padres dedicándose a
actividades que requieren de menos mano de obra, como la ganadería; en el segundo caso, son
productores cuya principal fuente de ingresos es la artesanal, por tanto la agricultura es
complementaria a esta actividad. En contraste con los productores familiares y minifundistas,
cuya mayor superficie está destinada para cultivos, el 75% y 73% respectivamente (ver Gráfico
5).
En el caso de los productores familiares, la producción de arveja y papa es
fundamental, que la destinan para la venta en mercados locales (mercado de Pasa y Ambato). En
cuanto a la producción de arveja, pueden llegar a producir 35 qq/ha, mientras que la producción
de papa asciende a 170 qq/ha. La lógica radica en la maximización de los recursos, tierra y agua.
En el caso del aprovechamiento del agua han construido reservorios, que utilizan para el riego
en las parcelas y de cierta manera mitigan el limitado acceso al recurso. Esto, además, ha
permitido sujetar a la mano de obra familiar, la familia y la familia ampliada, realizan todas las
actividades y en el momento de la cosecha se dividen los productos.
Los minifundistas, de igual manera tratan de ocupar la poca tierra con la que cuentan
para productos de autoconsumo, y así garantizar la soberanía alimentaria de su familia.

181
Gráfico 5. Uso del suelo

forraje
90
cultivos
80
frutales
70

% de superficie
otros
60
50
40
30
20
10
0
M edianos Doble activos Familiares M inifundistas
Ganaderos

Productores

Fuente: Olovacha V. y Tiaguaro Y. (2009); SIPAE (2008).

En el Gráfico 5 se visualiza que son los productores de la comunidad de Mogato


(productores familiares y minifundistas) quienes tienen menor acceso al agua de riego, los que
se dedican a la diversificación de los cultivos, a pesar de esta limitante; mientras que los
productores de la comunidad de Chillipata que acceden a mayor caudal, están destinando sus
unidades productivas a actividades pecuarias.

La generación de riqueza en las economías campesinas


La riqueza generada o productividad de la tierra generada por unidad productiva está
representada por el ingreso agropecuario por unidad de superficie (IAN/ha). Mientras mayor
sea el IAN/ha, más intensivo es el uso de la tierra.

182
Gráfico 6. Intensificación del sistema de producción

3000 IAN/ha

2500

2000
USD/ha
1500

1000

500

0
M edianos Doble activos Familiares M inifundistas
Ganaderos

Productores

Fuente: Olovacha V. y Tiaguaro Y. (2009); SIPAE (2008).

Los productores familiares generan más ingresos por unidad de superficie, es decir, son
más eficientes que los productores cuyo acceso a tierra y agua son mayores como los
productores ganaderos y doble activos, pertenecientes a la comunidad de Chillipata. Las
estrategias productivas que los productores familiares realizan además de la construcción de
reservorios, es la utilización de variedades mejoradas (de papa y arveja); utilización de fuerza de
trabajo familiar; mantenimiento de la fertilidad, a través de rotaciones y asociación con
incorporación de abono animal y diversificación, lo que le permite no sólo la dependencia de
ingresos de un solo cultivo. Si bien es cierto el mercado, el acceso a la tierra y agua son cuellos
de botella, los productores familiares a través de todas estas estrategias han logrado sobrevivir
hasta el momento de la producción de su finca.
En el caso de los minifundistas, el poco acceso a la tierra y a la superficie regada limita
la capacidad de mayor generación de riqueza, por tanto se ven obligados a producir
principalmente para la alimentación familiar.

183
8. A MANERA DE CONCLUSIONES

Las políticas desarrolladas en el país y, por ende, en la provincia, han causado deterioro
del campesinado a nivel estructural. Los pequeños campesinos (menores de 2.5 ha) se están
quedando con minifundios que ni siquiera abastece con la mayoría de productos para el
consumo familiar; sumado a esto el limitado acceso al agua con el que cuentan.
Han existido algunas iniciativas generadas por organizaciones no gubernamentales, que
parcialmente han “suplantado” el rol del Estado, pero no lo suficientemente sustentable para
disminuir la problemática. También han surgido iniciativas por parte de las entidades públicas,
como el mismo Concejo Provincial con su nuevo modelo de gestión, que involucra a todos los
actores que trabajan en la microcuenca. De allí que se da importancia a la Junta de regantes, a
los usuarios, organizaciones campesinas, pero todavía es cuestionable la participación y el
empoderamiento de estos actores.
Las familias campesinas con menor acceso al agua y tierra, han optado por realizar
algunas estrategias productivas que permitan la maximización de los recursos, agua y tierra,
con la finalidad de generar ingresos eficientes, incluso pudiendo en muchos casos ser mayores a
otros campesinos que tienen mayor acceso a los recursos.

184
9. REFERENCIAS

9.1 LIBROS

APOLLÍN, F., EBERHART, C. (1999). Análisis y diagnóstico de los sistemas de producción en el


medio rural. Guía Metodológica, Quito.
CAMAREN (1999). Riego Andino. Quito.

9. 2 DOCUMENTOS

AUNCANCELA, M., BLEUZE, S. (2000). Diagnóstico Socio-económico y Técnico de los Sistemas


Agrarios de la Cuenca del río Ambato. Ambato
CESA (2003). Diagnóstico Pasa. Ambato.
CESA, HCPT, UOCAIP (2007). Convenio de Cooperación entre el Honorable Consejo Provincial de
Tungurahua “HCPT”, Central Ecuatoriana de Servicios Agrícolas “CESA”, Unión de Organizaciones
Campesinas e Indígenas de la Parroquia Pasa “UOCAIP” y la Junta General de Usuarios de las Acequias
Coronarias de la Parroquia Pasa, 2007. Ambato.
CNRH (2003). Departamento Sistemas de Riego. Quito.
GIRARD, S. (2004). Política del agua y gestión local de los recursos hídricos en los Andes
ecuatorianos. El caso de la microcuenca del río Ambato. Quito.
HCPT (2004). Inventario de los Recursos Hídricos. Datos de la Provincia de Tungurahua.
KOSMUS, M. (2003). La Economía Socio-ambiental como Enclave Estratégico del Programa
GESOREN.
LARREA, C. (2006). Hacia una historia ecológica del Ecuador – Propuestas para el debate.
Universidad Andina Simón Bolívar. Quito.
OSPINA, P., CHIRIBOGA, M. (2009). Tungurahua: una vía alternativa de modernización económica.
OLOVACHA, V., TIAGUARO, Y. (2009). La Problemática del Sistema de Riego Pasa y su influencia
sobre las economías campesinas, Pasa – Tungurahua. Quito.
OLOVACHA, V. (2007). El problema social de uso y distribución del agua de riego en la parroquia Pasa,
cantón Ambato, Provincia de Tungurahua. Ambato.
Proyecto CORICAM (2006). Informe Final de Consultoría sobre el nivel Organizacional de las
Juntas de Regantes: Cunucyacu – Chimborazo, Chiquicahua, Toallo Comunidades y Toallo Alobamba.

185
La Reducción de la Pobreza Indígena y Campesina en Tungurahua, en base al manejo de Páramos que
aseguren la calidad y cantidad de agua, y las Alternativas Productivas.
RÉCALT, C. (2007). Las políticas del agua a través de la historia en el Ecuador: Obstáculos,
conflictos y oportunidades. Quito.
SIPAE (2008). La importancia de los sistemas de Riego campesinos. Quito.

9.4 ARTÍCULOS Y PUBLICACIONES VARIAS

CONAIE, FENOCIN, FEINE (2007). Unidad y Desarrollo de los Movimientos Indígenas y Campesinos
de Tungurahua.
KOSMUS, M. (2003). III Congreso Latinoamericano de Manejo de Cuencas Hidrográficas.

9.5 PORTÁLES VIRTUALES

ASIC www.asicprimerazona.com.ar/asic/publicaciones
Indicadores Biofísicos, Socio-económicos e Institucionales y Desarrollo de Políticas de Manejo
Sustentable del Agua en una zona seca de los Andes Centrales del Ecuador. SALOMÓN, M. y
GALÁRRAGA, S.
CRYCIT www.cricyt.edu.ar/ladyot/publicaciones/cyted _2005
Determinación de los Problemas Ambientales, Socieconómicas e Institucionales en una zona seca de los
Andes Centrales Ecuatorianos. GALARZA, R. y GUAMÁN, C.
FIDAMERICA www.fidamerica.org/admin/docdescargas
Sistematización de Experiencia del Gobierno Provincial de Tungurahua. Ambato
Proyecto Cuencas Andinas www.redcapa.org.br/cuencas/boletin-n6.htm
Proyecto Cuencas Andinas www.condesan.org/cuencasandinas/ambato.htm
9.6 ENTREVISTAS

9.6.1 A Junta de regantes

ANDAGANA, Manuel Junta General de Usuarios de las Acequias Coronarias de la Parroquia Pasa.
Entrevista realizada en el año 2007.

186
El proyecto Píllaro
¿Iniciado por la voluntad del Estado, deseado por la de las
comunidades rurales, terminado en favor de quién?

Christine RÉCALT

1. LAS PARTICULARIDADES DE LA PROVINCIA DEL TUNGURAHUA Y EL


CANTÓN PÍLLARO
La provincia del Tungurahua se sitúa en el centro de la Sierra (figura 1). Entre sus
cantones se incluye a Píllaro, cuya situación geográfica es favorable a los flujos migratorios y
comerciales. Limita al norte, por las provincias de Cotopaxi y Napo; al sur, por las provincias de
Chimborazo y Morona Santiago; al este, por la provincia de Pastaza; y, al oeste, por la provincia
de Bolívar. Su superficie es de 3.335 km2.
Figura 1 - Localización de la provincia del Tungurahua

Fuente: Inventario y diagnóstico del recurso hídrico provincia de Tungurahua, Ambato, abril 2004.
http://www.condesan.org/Andean/docs/memoria_T%E9cnica.pdf

187
Actualmente una de las principales vías de comunicación del país, la carretera
panamericana, cruza toda la provincia. Otras dos otras direcciones importantes salen de
Ambato, la capital regional, una se dirige al este hacia la ciudad de Puyo, en la provincia del
Napo, a las puertas de la Amazonía, y la otra conduce hasta la Costa, hacia Guayaquil, pasando
por la provincia de Bolívar. Estos ejes de carreteras se conectan también a infraestructuras
secundarias que favorecen los intercambios en toda la región.
La provincia posee un paisaje escarpado. Su configuración orográfica se caracteriza por
valles anchos, rodeados por colinas, barrancos y montañas con altitudes superiores a 4.000
m.s.n.m. El río Patate es el más importante del sistema hidrográfico de la provincia. Otros ríos
como el Ambato, el Mocha, el Casaguala, el Aluleo, nacen sobre las vertientes escarpadas de los
Andes. Abastecen en su trayecto amplios valles productivos. Estas particularidades son la causa
de climas variados y favorables a los cultivos y a la ganadería. La provincia presenta una
diversidad de pisos climáticos consustanciales al espacio interandino. Existe un predominio del
clima mesotérmico seco, pero que es influido por los vientos que recorren el valle del Pastaza.
La temperatura anual media es de 15°C. Los suelos están formados principalmente por
proyecciones volcánicas (volcán Tungurahua), ricas en materia orgánica y en nutrimentos y
poseen una fuerte capacidad de retención de agua. Son muy fértiles y especialmente propicios
para la agricultura.
Por otra parte, los importantes proyectos hidroeléctricos provinciales de Agoyán y de
Pisayambo producen parte de la energía eléctrica necesaria para el país. Proporcionan también
los recursos necesarios para el riego de sectores agrícolas. Sin embargo, la Cooperación Técnica
Alemana del GTZ (Deutsche Gesellschaft für Technische Zusammenarbeit) consideraba en
2003 que la demanda hídrica de la provincia superaba de un 40% la oferta, creando así un
déficit de 903 millones de m3 de agua al año. Eso plantea, a largo plazo, un problema de
suministro y mantenimiento de las reservas naturales (Maldonado y Al, 2003).
Esta provincia, entre las más pequeñas de Ecuador, administra nueve cantones: Ambato,
Baños, Cevallos, Mocha, Patate, Quero, Pelileo, Píllaro y Tisaleo (figura 2).

188
Figura 2 – División política del Tungurahua

Zona del
proyecto

Fuente: Dinámicas agrarias del cantón Píllaro. Estudio en perspectiva agropecuaria. V. Lligalo, D. Taipe, R.
Chiriboga. Documento CESA- SIPAE, 2006

La población provincial censada es de 441.034 habitantes en 20011. Según las fuentes


(Mayorga, 2005; Municipio de Píllaro, 2007; Consejo Provincial, 2008), el nivel de la población
indígena se considera entre 25% y 40%. Se sitúa principalmente en los cantones de Ambato
(31,6%), Píllaro (25,5%), Pelileo (20%) y Patate (10,5%). En 2001, el Sistema Integrado de
Indicadores Sociales de Ecuador (SIISE) indica que el analfabetismo (población de 15 años y
más) es de 10% en la provincia, de 14,9% en Píllaro, de 14% en Quero y de 13% en Patate.

1
INEC (2001): VI Censo de Población y V de Vivienda. (2001).

189
La tasa de pobreza es un factor significativo. Con 61,3% de pobres, como definido por
indicadores del PNUD, la provincia se sitúa en la media nacional. Es la quinta provincia más
pobre de la Sierra, con un porcentaje de 28,2% en el sector urbano y por tanto la mayor parte, un
71,8% en el sector rural. Los cantones más pobres son: Tisaleo (88,8%), Quero (86,6%), Mocha
(82,6%). Pero otros no van mucho mejor: Patate (79,9%), Píllaro (77,8%), Pelileo (75,2%) y
Cevallos (73,7%). Solamente Ambato (53,7%) y Baños (45,2%) tienen una posición menos
mala.
El cantón de Píllaro, situado al norte de la provincia, en el valle oriental del río Patate, es
un espacio abierto entre 2600 y 3200 m.s.n.m. La temperatura media anual es de 13,2 ºC. Las
precipitaciones medias son de 625 mm. El clima varía de moderado a frío, con un régimen de
lluvia entre septiembre y diciembre. La superficie cantonal se estima en 443,1 km2.
El cantón es el segundo de la provincia en términos de población. Está constituido por
34.925 habitantes incluidos 23.064 rurales mayoritariamente pobres. Las actividades de los
habitantes se dirigen principalmente hacia el comercio y la agricultura. El Tungurahua tiene la
marca, poco envidiable, de las superficies agrícolas explotadas más bajas del país. A la imagen
de lo que caracteriza el conjunto de la pequeña agricultura ecuatoriana, Píllaro puede definirse
como una zona fértil potencialmente favorable pero que apenas puede satisfacer las necesidades
esenciales de sus habitantes.
A pesar de eso, durante los últimos siglos la provincia del Tungurahua ha demostrado un
dinamismo productivo permanente a nivel agrícola, aún sigue siendo respetable en cuanto a
organización de los intercambios y de flujos comerciales, así como un paso obligado entre las
distintas provincias. Ante los límites de extensión física de su espacio agrícola explotable, la
población supo crear redes de producción irrigadas que favorecieron el desarrollo económico de
esta zona (figuras 3 y 4).

190
Figura 3 – Zonas regadas de la provincia de Tungurahua

Fuente: Inventario de los recursos hídricos de Tungurahua


http://www.situngurahua.gov.ec/ihidrico/images/descarga/Tung_PDF/Tung_Mapas/Mapas1_pdf/areas_riego.pdf

191
2 EL CANAL DE RIEGO DE PÍLLARO

La génesis del proyecto


El proyecto de realizar una red de canales de riego en Píllaro es el resultado de la
aplicación de políticas públicas para los recursos hídricos caracterizadas por ser voluntaristas en
relación con una realidad histórica y geográfica regional favorable a los intercambios, en un
ambiente caracterizado por pequeños productores muy activos. En efecto, en los años 1950-
1960, bajo la influencia de gobiernos nacionalistas se desarrollaron planes de adaptaciones de
obras hidráulicas con el fin de proporcionar espacios agrícolas especialmente productivos.
Debían anticipar mejor las fluctuaciones estacionales de asignación de agua para los cultivos y
participar en la mejora de la producción. En el Tungurahua, como el proyecto de red de riego de
Ambato-Huachi-Pelileo, el proyecto de la red de riego de Píllaro forma parte del plan de
adaptación hidroeléctrico y riego de Pisayambo, iniciado en los años sesenta por la Caja
Nacional de Riego (CNR) y el Dirección de Recursos Hidráulicos (DRH), luego recogido por el
Instituto Ecuatoriano de los Recursos Hidrológicos (INERHI) en 1966. Desde el principio se
trata de programas mixtos que asocian un proyecto de hidroelectricidad a un proyecto de riego
para la agricultura. La declividad natural debe utilizarse para permitir la producción de 619
GWH de energía final al año y el riego de 23.600 ha (figura 4).

192
Figura 4 – Zonas regadas del cantón Píllaro

Fuente: Carta elaborada por T. Ruf sobre la base de documentos de trabajo conjunto INERHI - ORSTOM.

Los primeros panoramas de reflexión sobre esta red se inician en 1964, luego son completados
por estudios de viabilidad realizados en 1967 y recogidos en 1971. Antes de llegar al proyecto
de riego en sí mismo, es indispensable realizar una presa de altitud a Pisayambo. Se trata de
aprovechar una zona lacustre de 8 km2 de superficie, situada en la cordillera oriental de los
Andes a 3.537 msnm, aproximadamente a unos 25 km de Píllaro. Por esta presa debe construirse
un túnel de carga de 13 km para llegar a una central hidroeléctrica. A la salida de la central se
realizará un conjunto de túneles de una longitud total de 6,5 km, para llegar a un distribuidor de
las aguas. Por esta obra irán los dos canales principales previstos para el riego de las zonas
193
septentrionales y meridionales del cantón Píllaro. El conjunto de este proyecto, por la diversidad
de las obras técnicas y medios que deben aplicarse, exige un compromiso importante y duradero
de las instancias públicas para llegar a su término. Prevé la transferencia de las aguas de altitud
de Pisayambo por un sistema de túneles hacia la totalidad de los espacios agrícolas posteriores,
olvidando o destruyendo al mismo tiempo los sistemas antiguos existentes (figura 5).
Figura 5 – Geolocalización del proyecto inicial Pisayambo - Píllaro

Fuente: Mapa elaborado por T. Ruf sobre la base de documentos del INERHI - Proyecto Píllaro plano general,
programa de ejecución.

194
A pesar de la heterogeneidad de los nueve gobiernos sucesivamente establecidos entre
1960 a 1979, se observó una cierta continuidad en las acciones del Estado, por lo menos por lo
que se refiere a la realización del embalse de Pisayambo y la central hidroeléctrica de Pucará.
Durante este período, la búsqueda de un desarrollo nacional favorece las grandes obras. El
proyecto se realiza exclusivamente según un enfoque tecnicista. El embalse aparece como un
factor esencial para romper con los límites capacidades hidroeléctricas del país, liberarse de las
dificultades encargadas por la naturaleza e imponer la técnica. El progreso técnico se determina
como precursor del desarrollo; las consideraciones económicas sirven para justificar las
infraestructuras; las incidencias sociales sólo se prevén de manera positiva; y se aborda
solamente el aspecto relativo al agua para riego.
La construcción del embalse de Pisayambo, el más alto del país, a 3.569 m.s.n.m, dura de
1961 a 1967. La presa construida en tierra condensada es de 820 m de longitud y de 41,2 m de
cumbre. De una capacidad de retención de 10’706.000 m3 de agua, se sitúa en el Parque
Nacional Llanganates. El parque cubre 400 km2, en el municipio de San José de Poaló. La
superficie global de la zona de influencia de la obra es de 250 km2. Permite una producción
media anual real de 230 GWH (datos de Hidroagoyan, 2007). La presa recoge las aguas de
varios ríos: Pisayambo, Milín, Roncador y Tambo. Las aguas del Talatag, el Quillopaccha y el
Agualongo Pungo son conducidas allí por captación. Situadas en una zona de altitud libre de
ganaderías y cultivos, estas aguas son excelentes, no corrosivas y sin sedimentos. Eso vuelve
posible, hace excepcional, la utilización de estas aguas para la alimentación de agua potable de
Píllaro a partir de la red de los canales de riego. Actualmente el municipio, mediante una
estación de tratamiento rudimentaria, utiliza esta agua para cubrir las necesidades de la
población del cantón. Esta particularidad se vuelve aún más intensa hoy, con el aumento de la
presión demográfica, porque lo que está en juego es el control de este recurso. La construcción
del canal de carga para la central y la central hidroeléctrica de Púcara se termina en 1977. La
alta parte de la central se sitúa a 3.565 m.s.n.m. El túnel de carga dispone de una cuesta del
0,669%, tiene la capacidad de conducir 18,6 m3/s. la sala de las máquinas de Púcara es
enteramente subterránea. Dispone de dos turbinas de 40 MVA, cada una genera 13.800 voltios.
La energía así producida se transmite al Sistema Nacional Interconectando (SNI) que recoge
toda la energía eléctrica producida en el país.

195
La central funciona solamente en las horas pico, mientras que su obligación legal inicial,
confirmada por el Consejo Nacional de Recursos Hídricos CNRH2 y la Agencia del Agua de
Ambato, es proporcionar un volumen mínimo constante de 7 m3/s. Esta diferencia de actividad
en parte se debe al hecho de que las capacidades de la presa, como las de la central, son tamaño
excesivo con relación al potencial hidráulico de la zona. En efecto, los datos climatológicos de
los años sesenta que sirvieron de base a la determinación de las obras y de sus capacidades
resultaron sobrestimados durante la explotación. Si las turbinas de la central funcionaban como
se preveía, vaciarían rápidamente la presa. Eso pondría en peligro el equilibrio hidráulico-
ambiental de toda la laguna de Pisayambo. En consecuencia, la central sólo funciona para
completar la oferta disponible a escala nacional, cuando la red no puede proporcionar la
totalidad de las necesidades en los picos de consumo. Generalmente está activa diariamente de
18h00 a 22h00.
El período de estiaje que se presenta de noviembre a abril es el período más activo para la
central hidroeléctrica de Púcara. La central vierte entre 7 y 18 m3/s de agua en el río Yanayacu
cuyos 3,5 m3/s se recogen para el canal de Píllaro. El Corporación Central Nacional de Control
de Energía (CENACE), el Mercado Eléctrico Mayorista (MEM) y las interconexiones
internacionales deciden las horas de funcionamiento de la central de Púcara.
La intermitencia del funcionamiento de la central dificulta la utilización del agua para el
riego, y condujo a las comunidades a construir tanques de retención. Después de la instauración
de turbinas mejor adaptadas, esta situación debía cambiar para 2008. Las autoridades
provinciales formularon un acuerdo de modificación de la actividad de la central que está en
curso de aplicación para garantizar la alimentación sin interrupción de la red de riego de Píllaro
con una producción constante de 4,8 m3/s. Las necesidades útiles expresadas de la red de riego
ascienden a 3,7 m3/s, la solicitud de modificación de la utilización de la central de Púcara en
2006 a raíz de las solicitudes reiteradas de los regantes de la zona. La obtención de un
suministro continuamente permite una mejor asignación espacial y temporal del recurso, lo que
a su vez otorga mayor flexibilidad en la aplicación diaria de trabajos de riego, los cuales son
realizados más frecuentemente por las campesinas, cuyas tareas diarias son innumerables.

2
El CNRH, asumió parte de las competencias del INERHI en el año 1994. Posteriormente, en el año 2008, CNRH se transformó en la Secretaría Nacional del
Agua (SENAGUA).

196
La red de riego
Si la parte relativa a la generación de hidroelectricidad está en funcionamiento desde más
de treinta años y constituye la cuarta fuente de energía del país, la parte consagrada al riego
agrícola no está terminada. Las razones abogadas para explicar los retrasos de esta empresa
pueden discutirse históricamente. Las dificultades económicas del Estado pueden avanzar para
legitimar los aplazamientos sucesivos. El período de reestructuración de la política hidráulica, la
crisis económica y la inestabilidad política de los años noventa se mencionan para justificar los
retrasos de inversiones así como la falta de interés de los protagonistas políticos nacionales. Sin
embargo, es innegable que otros proyectos principalmente situados en las regiones litorales y
cerca de Quito no sufrieron los mismos retrasos (2,7 mil millones de USD invertidos entre 1972
y 2002 para las regiones de Guayas, Manabí y Pichincha). Y, aunque la Corporación de
Desarrollo Regional de la Sierra Centro (CORSIEN)3 afirma que la obra de riego de Píllaro es la
más importante del cantón en términos de beneficio social directo sobre la población agrícola, la
atención prestada por las autoridades nacionales no fue tan favorable en ese caso como para
otros.
Más allá de las justificaciones habitualmente expresadas, otras explicaciones pueden
también proponerse. La zona de Píllaro se dedica a una agricultura campesina, practicada por
una población pobre, destinada a proporcionar los mercados locales y regionales, son pocas las
grandes propiedades. Los recursos hidráulicos disponibles en la provincia no bastan para cubrir
las necesidades expresadas. Eso podría incitar a los responsables institucionales a reconsiderar
las asignaciones de recursos previstas, tomando en cuenta que las aguas de Pisayambo son de
excelente calidad. Por fin, durante años la falta de vinculación de la clase política local fue
perjudicial al desarrollo de este proyecto.
Una zona de pequeña agricultura campesina
El cantón Píllaro es un espacio agrícola dominado por pequeñas explotaciones
diversificadas. La mayor parte de su producción es auto consumida y/o se vende localmente.
Los productores son generalmente desprovistos de medios económicos y financieros suficientes
para aplicar acciones de gran envergadura para llevar sus pretensiones más allá de Ambato y sus
alrededores.

3
CORSICEN, pasó a formar parte del Instituto Nacional de Riego (INAR), como INAR – Tungurahua.

197
Generalmente el nivel escolar de los habitantes del cantón es bastante bajo. Apenas el
3,7% de la población supera el nivel primario, que constituye uno de los porcentajes de
instrucción más débil del país. Un 28,6% del total de la población no tiene ninguna instrucción
según el último censo de población y el porcentaje de analfabetismo es de 14,9%. La mayoría de
las comunidades disponen de escuelas pero de un nivel académico muy bajo. Los servicios
sanitarios básicos son poco satisfactorios. Las comunidades campesinas se benefician de un
sistema de aducción de agua tratada. Este servicio, administrado por el municipio de Píllaro, se
detiene cuando las lluvias son demasiado violentas y las crecidas arrastran demasiados légamos,
resultando entonces el tratamiento del agua insuficiente. Existe también un servicio de
electricidad proporcionado por una empresa privada de Ambato (Lligalo y Al, 2006).
Las parroquias que componen el cantón son: Píllaro, San Miguelito, Baquerizo Moreno,
Marcos Espinel, Emilio Terán, Presidente Urbina, San Andrés, San José de Poaló (tabla 1). Hay
que señalar que entre 1974 y 2001, la población rural declina (Baquerizo Moreno, San José de
Poaló) o aumenta poco (San Miguelito, Marcos Espinel), con excepción de la población de San
Andrés que aumenta de manera significativa.
Tabla 1. Evolución de la población del cantón Píllaro entre 1974 y 2001
Población del cantón Píllaro (1974, 1982, 1990, 2001)
Localidad Tipo Número de Número de Número de Número de
habitantes habitantes habitantes habitantes
Censo 1974 Censo 1982 Censo 1990 Censo 2001
Píllaro Urbana 9.978 10.753 11.147 11.861
San Miguelito Rural 4.218 4.887 5.243 5.050
Baquerizo Moreno Rural 452 385 336 276
Marcos Espinel Rural 2.070 2.422 2.294 2.182
Emilio Terán Rural 1.096 1.159 1.201 1.329
Presidente Urbina Rural 2.074 2.377 2.294 2.420
San Andrés Rural 5.894 7.276 8.605 9.885
San José de Poaló Rural 2.119 2.303 2.150 1.922
Total 27.901 31.562 33.270 34.925
Fuente: III censo Agropecuario 2001 et SIISE 2001, Censos 1974, 1982, 1990.
http://www.situngurahua.gov.ec/ihidrico/poblacion74_01.php?var=0

198
En Píllaro mayoritariamente se aplica una agricultura campesina nuclear, donde el
conjunto de la familia participa en los trabajos, con niños/as y ancianos incluidos. La
productividad laboral es un parámetro difícil a comprender dada la plasticidad de la actividad
agrícola. Cuando los adultos no llegan a obtener empleos asalariados, permanecen para explotar
sus pedazos de tierra. Cuando lo pueden hacer, buscan complementos de rentas fuera de la
explotación agraria. La agricultura sigue siendo la actividad refugio ante las vicisitudes
económicas. Permanece la actividad de supervivencia y el medio escaparse a la exclusión. Los
habitantes de la zona consideran que se necesita al menos 5 ha de superficie en poli cultivo -
ganadería para alimentar a una familia de siete personas, en la parte septentrional del canal,
alrededor de 3 ha en la parte meridional. A escala nacional, la agricultura de exportación
propone pocos empleos para los campesinos excluidos y el tejido industrial, no aporta salidas
para la población que se dirige hacia las zonas urbanas. Por eso, numerosa gente joven, incluso
cuando tienen formaciones agrícolas, no prevé permanecer en el cantón. La mayoría pretende
emigrar.
La producción que tienen estos espacios es representativa de los territorios y variaciones
climáticas de la Sierra. La zona regada sirve los sectores de: Guapante, San Andrés, Presidente
Urbina, Andahualo, La Merced, Marcos Espinel, San Miguelito, Emilio Terán y Píllaro. El
perímetro agrícola es una meseta inclinada hacia el río Culapán (o Culapachán) cuyos límites
son: al norte, el río Yananyacu; al sur, el río Pucahuaico; al oeste, el río Culapán; y, al este, la
curva de nivel que corresponde a la cota de 3.100 msnm. La altitud de la zona de riego varía
entre 3.100 y 2.700 msnm.
El cantón es una de las zonas más importantes de producción de frutas, verduras y carne
dentro del país, es el que produce más leche de toda la provincia del Tungurahua. Estos
productos son muy diversos, considerados de buena calidad. Se benefician de una gran
diversidad climática, de agua no contaminada y de suelos fértiles. No obstante, se generan en
cantidad limitada por cada uno de los productores, llegan en el mercado de manera desordenada
e irregular. La inserción al mercado es habitualmente individual. La fijación de los precios se
sufre de sobra a falta de estructura de apoyo y alianza entre los productores. El conjunto de la
comercialización del cantón se efectúa en Píllaro durante los numerosos mercados (sobre todo
domingo y jueves) o en Ambato con alrededor del 80% de los intercambios y 20% para el resto
del país.

199
Las Unidades de Producción Agrícola (UPA) poseen por medio entre 0,5 y 2 ha en la
zona septentrional del cantón, ligeramente más en la zona meridional. Producen frutas: manzana
(Malus sp.), pera (Pyrus sp.), reina claudia (Cerezo doméstico), durazno (Melocotonero),
tomate de árbol (Cyphomandra betacea), fruta de la pasión (Pasionaria édulis), mora (Rubus
sp.). Las explotaciones producen cereales: trigo (Triticum aestivum), cebada (Hordeum
vulgare), avena (Avena byzanthina); maíz (Zea mays); patatas (Solanum tuberosum); un amplio
grupo de leguminosas: habas (Vicia faba), fréjol (Vicia sativa); tubérculos andinos; forraje:
alfalfa (Medicago sativa) y ray grasos (Lolium sp.) para el ganado de la zona. La producción de
maíz, patata, fréjol, leguminosas, tomate de árbol y otros productos se realiza en pequeñas
superficies (Lligalo y AL, 2006). También se producen leguminosas con la ayuda de una ONG,
con el objetivo de diversificar y destinar, a largo plazo, productos al mercado de exportación,
como el brócoli (Brassica oleracea variedad. Italica), la col (Brassica oleracea), la lechuga
(Lactuca sativa), el nabo (Brassica napus), distintas variedades de coles (Brassica sp.), la
remolacha roja (Beta vulgaris variedad. vulgaris), la col de Bruselas.
En la zona septentrional, la más seca, se desarrollan cultivos muy distintos para adaptarse
a la diversidad del clima y a los suelos más arenosos y más ligeros. Adicionalmente, la parte
sureste es más favorecida a nivel climático (pluviosidad superior) y los suelos son más fértiles
(zona regada de agosto a septiembre), la parte septentrional es penalizada aún más por la falta
de agua (riego indispensable todo el año).
En la zona más elevada (San Andrés, San José de Poaló), se sitúan las haciendas
dedicadas a actividades intensivas de ganadería (vacuno, porcino). La leche se vende a
intermediarios regionales que fabrican yogures y queso. Se comercializa a los animales en la
región (Píllaro, Ambato, Latacunga). La hacienda Huagrahuasi cría toros de lidia. Conviene, en
efecto, destacar que existen también haciendas, explotaciones agrarias cuyo tamaño se sitúa
entre 50 y 2000 ha Representan un 0,7% de los UPA pero concentran, a pesar de todo, un 71%
de la tierra. El 96% de los UPA poseen un 20% del espacio agrícola (tabla 2). La desigualdad de
dotación de la tierra aquí es extrema, forma la más fuerte del país.

200
Tabla 2 – Evolución de las UPA del cantón Píllaro, en el año 2000
Unidades Productivas Agrícolas en superficie y en porcentaje en el cantón Píllaro
Total de UPA’s ha < 5 5 > ha < 10 10 > ha < 50 ha > 50
UPA ha UPA ha UPA ha UPA ha
96 % 20 % 2% 3,4 % 1,1 % 5,9 % 0,7 % 71 %
9 141 8 793 7 708 183 1 310 101 2 274 64 27 247
Fuente: III Censo Agropecuario 2000.

De las 38.540 ha del cantón, sólo se riegan 5.126 ha, lo que representa un 13% del total.
De este espacio, la zona septentrional del canal de riego de Píllaro representa aproximadamente
un 40% y la rama meridional 60% (CESA, 2006). Los espacios regados son los más
productivos, el agua es siempre el factor que limita a la producción agrícola en esta zona. Las 64
explotaciones más grandes monopolizan un 7% (de los 13%) del agua de riego disponible en la
zona (Lligalo y Al, 2006). Se sitúan tanto al norte como al sur de la superficie en cuestión. Al
sur, el sector de la ganadería se beneficia de la presencia de dos canales preexistentes, el canal
Sagrasacha (sector de Píllaro La Matriz, canal más que centenario que recibe el agua del río
Talatar en el parque de Llaganates) y el canal Cruzsacha (sector Píllaro San José de Poaló, canal
a menudo destruido por desmoronamientos naturales). La zona situada en la cuenca del río
Yanayacu se beneficia de 22 fuentes de alimentación. Proceden de agua de escorrentía,
torrentes, fuentes, y de la central de Púcara para el canal de Píllaro.
La mayoría de las haciendas disponen también de los tanques individuales que les
garantizan relativa autonomía hidráulica. Los propietarios de esas explotaciones raramente se
vinculan con las preocupaciones campesinas. No pretenden nunca modificar las posiciones
establecidas aunque indirectamente el canal es una oportunidad de desarrollo para los
campesinos, que no estarán disponibles para ir a trabajar en las haciendas como empleados
agrícolas. Los hacendados tienen conciencia de eso y no se comprometen con su presencia en
las manifestaciones para exigir la terminación del canal de Píllaro, ya que su vinculación es
esencialmente financiera para obtener un derecho de agua, pero algunos participan en la gestión
del canal. Actualmente un hacendado (propietario de una explotación de 50 ha) es responsable
de la Junta de Aguas de la rama septentrional del canal.

201
Por fin, también es importante considerar que la provincia del Tungurahua tiene la
mayor densidad demográfica del país, con un promedio de 123 habitantes/km2 a escala
provincial. En la zona agrícola de Píllaro, la densidad varía entre 1 y 466 habitantes/km2. Así
pues, Tungurahua alcanza la marca nacional de densidad agrícola y de parcelación del territorio.
Es en efecto en esta provincia que, en la media de los UPA menor de 5 ha, la superficie
explotada es la más baja (0,86 ha) (tabla 3).

Tabla 3 – Evolución de las pequeñas explotaciones agrícolas censadas en 2001


Superficie media de los minifundios censados en Ecuador en 2001
Provincia Número de hectáreas promedio en la
categoría de menos de 5 ha
Azuay 1,24
Bolivar 2,02
Cañar 1,35
Carchi 1,92
Chimborazo 1,47
Cotopaxi 1,40
Imbabura 0,99
Loja 1,88
Pichincha 1,04
Tungurahua 0,86
Fuente: III Censo Agropecuario 2001.

La siguiente presentación del catastro de la parte del ramal norte de Píllaro ilustra esta
parcelación extrema (figura 6). Aquí es innegable que el acceso al agua y a la tierra son
problemas intrínsecamente vinculados. Los latifundistas mejor dotados también son los que
disponen de suficientemente de agua; contrariamente, los más pobres tienen dificultades para
acceder igualmente a estos dos recursos indispensables.

202
Figura 6 – Mapa Catastral del Sistema de Riego Pillaro
C a r t e d e la z o n e N o r d
Ir r ig u é e p a r l e s y s t è m e d e P i l la r o

CA D A S T R E ET M O D U L E S

R es e rv o ri os

C ana l p ri nc i pa l

MO D U L E S D ’ IR RI G A T IO N

P A R C EL L E S D U C A D A S T R E

B r a n c h e N o r d d u s y s t è m e i r r i g u é d e P il l a r o

C a r t e a d a p t é e e t i l lu s t r é e à p a r t i r d u S IG d u C ES A
( Ce n t r o ec ua t o r ia no d e s e r v ic io s ag r ic ola s )
Pr o y e c t o Pi l l a r o , M o d u l a c i o n , s e c u n d a r i o s y r e s e r v o r i o s R a m a l N o r t e )
No v . 2 0 0 3

Fuente: Mapa elaborado por T. Ruf sobre la base de documentos de CESA


203
En Píllaro, un 35% de las actividades de la población se orientan hacia la agricultura y
la ganadería. En este espacio, donde la presión demográfica es fuerte, la tensión sobre la tierra
lo es también. La conjunción de una nueva capacidad financiera de los emigrantes exiliados
fuera de las fronteras y la búsqueda de extensión de algunos propietarios hicieron incrementar
los precios de una cuadra de terreno, que representa 7.056 m2.
Tabla 4 – Precio de la tierra agrícola del cantón Píllaro en 2007
Precio de la tierra agrícola (2007)
Localización Estimación del precio de una Estimación del precio de una
cuadra no regada (USD) cuadra regada (USD)
San Andrés 4 000 - 6 000 10 000 - 12 000
San José de Poaló 3 000 - 5 000 5 000 - 8 000
Presidente Urbina 4 000 - 6 000 8 000 - 10 000
La Matriz* 8 000 - 10 000 12 000 - 20 000
Marcos Espinel 8 000 - 10 000 15 000 - 20 000
San Miguelito 10 000 - 15 000 15 000 - 20 000
* En la zona urbana hacia 35.000 USD
Fuente: Servicio del catastro, Municipio de Píllaro, marzo de 2007

Los emigrantes tienen, en estos últimos años, una notable influencia sobre el alza en los
precios de la tierra: o ellos mismos desean invertir con la esperanza de volver de nuevo
instalarse en el cantón, o, hacen llegar de los fondos al resto de su familia que permanecen en
Píllaro. Por otra parte, algunos hacendados que llegan con de recursos resultantes de sus
propiedades o trabajos exteriores que les permitieron extraer un excedente financiero, pretenden
comprar tierra agrícola, preferentemente en las zonas regadas (tabla 4). Si los precios son
anunciados por cuadra, las transacciones se refieren generalmente a media cuadra, a solares o
incluso a medio solar.
Un estudio realizado en 2005 por Mayorga sobre distintos municipios del cantón Píllaro,
indica distintos efectos de este proceso de expatriación sobre la población local. Aunque este

204
espacio no esté identificado como zona de migración, existe un movimiento de desplazamiento
de la población dentro del país. De la población que se exilia, un 21,32% lo hace de manera
definitiva, un 19,64% de manera ocasional y un 59,04% de manera temporal. Sobre la única
comunidad de Guapante Chico (196 familias) la emigración definitiva alcanza un 30,40%, la
emigración ocasional 20% y la emigración temporal 49,60%. Esta migración se refiere sobre
todo a los jóvenes y a los adultos entre 12 y 45 años. La migración masculina alcanza alrededor
un 70%.
El planteamiento de dejar a su comunidad no es un fenómeno nuevo dentro de la
población rural, pero el proceso de migración se acentuó desde hace treinta años. Las personas
que se desplazan pueden esperar un salario de 4 a 5 USD al día en las explotaciones más
importantes de Píllaro, 8 USD en las empresas de floricultura o brócolis de Latacunga, 15 USD
en Quito como obrero del edificio, albañil y por término medio 12 USD como estibador. Las
transferencias financieras de los emigrantes se sitúan entre 300 y 450 USD mensuales (Lligalo y
Al, 2006).
En alrededor de un 70% de los casos, los asalariados se dirigen con desplazamientos
diarios hacia las haciendas más grandes de los accesos inmediatos a Píllaro, Ambato y Salcedo.
En las haciendas, los hombres y las mujeres trabajan en calidad de empleados agrícolas,
pastores, responsables de ganadería o máquina agrícola. En la ciudad son frecuentemente
vendedores de periódicos, vendedores ambulantes, estibadores en los mercados y las empresas
de transporte y embalaje. En un 25% de los casos, los emigrantes van hacia Latacunga, Quito,
Guayaquil o a la región amazónica. Los hombres trabajan en las obras de construcción mientras
las mujeres son vendedoras ambulantes o trabajan en las empresas hortícolas. El último 5%
representan a los emigrantes que eligieron viajar a Europa y en particular España. Las razones
de la emigración son mayoritariamente de orígenes económico y financiero, para obtener un
trabajo regular o perfeccionar su formación.
En cuanto a las rentas de los agricultores que permanecen en la zona de la cuenca
hidrográfica del río Ambato, varían entre 400 y 1.200 USD/año/familia, según datos del
Consejo Provincial de Tungurahua (HCPT). En este espacio de 130 173 ha, un 10% de la
población vive en una zona de altitud entre 3.500 y 4.200 msnm, se beneficia un 47% de la
superficie, de una renta media de 400 USD/año/familia. Este piso agro-bio-climatico
especialmente frío (la helada es un factor limitante y cotidiano), constituido de páramos, es
205
poblado por comunidades indígenas. Los recursos hídricos son numerosos, pero las
potencialidades agrícolas limitadas.
En la zona mediana, entre 2.800 y 3.500 msnm, vive el 20% de la población ocupando un
32% de la superficie, que tiene una renta media de 1.200 USD/ año/familia. Es un piso frío con
cultivos variados, trabajados por mestizos y comunidades indígenas. La disponibilidad del agua
es inferior a las necesidades expresadas, lo que causa fenómenos de escasez y conflictos. El
cantón Píllaro se sitúa en este piso climático. El dinamismo que demuestran los habitantes con
el fin de obtener la creación de una nueva red, es justificado por las notables posibilidades
económicas que representan esta parte del Tungurahua. Además, ante la evolución demográfica
extrema y a las potencialidades agrícolas que presenta, este espacio se sitúa en una zona de
reconquista del control del agua por las autoridades públicas. Es la zona de contacto con los
páramos que constituyen verdaderos reservorios naturales de agua.
En la zona baja, entre 2.100 y 2.800 msnm, vive un 70% de la población (280.000
habitantes) sobre un 11% del territorio. Alcanza una renta media de 1.000 USD/año/familia.
Este espacio moderado está constituido por huertas y tierras de huerta de un hábitat mestizo. La
demanda en agua es importante y la oferta escasa, lo que causa conflictos de usos más
frecuentes.
Pero fuertes variaciones estacionales, tanto en altitud que en la llanura, pueden dificultar
la asignación de agua en todos los pisos de producción. Prever que las zonas de altitud sean
inevitablemente excedentarias está incluída más en el análisis a priori que es útil a una
determinada concepción de la división del agua, antes que a una comprobación práctica. En
efecto, ante el aumento de la demanda de agua en la provincia, la elección entre los distintos
sectores que deben satisfacerse se vuelve crucial. No se ajusta necesariamente a las
consideraciones en términos de equidad y justicia social.

Una zona de fuerte tensión sobre la demanda hídrica


La población censada que habita la provincia del Tungurahua es de 441.034 habitantes en
el año 2001. Está formada de un 42% de pobladores urbanos y un 58% de rurales, para una
densidad media de 123 habitantes por km2 (tabla 5). La provincia se sitúa entre 2.100 y 5.000

206
m.s.n.m. La capital provincial, Ambato, se sitúa en el fondo de un valle a 2.600 m.s.n.m y
cuenta a una población de 227.980 habitantes.
En la actualidad, en la provincia, un 34% de la población activa está vinculada con el
sector agrícola, 18% a la industria, 18% al comercio, 13% a los servicios, 5% al transporte, 5%
a la construcción, 2% a los servicios financieros y un 5% a otras actividades. Sin embargo, la
densidad demográfica media de la provincia tiene una presión extremadamente fuerte en la zona
moderada, donde vive la mayor parte de la población, que representa 784 habitantes/km2.. En
consecuencia, las necesidades de esta población en medio montañoso ejercen una presión
también intensa sobre los recursos hídricos (tabla 5).

Tabla 5. Localización y densidad de las poblaciones de la provincia de Tungurahua, 2007


Localización y densidad de población en Tungurahua, 2007
Zona climática Población Superficie Densidad
2
Zona > 4.200 m 0% 358,5 km (10 %) 0 hab/km2
Zona páramo 44.103 (10 %) 1.685 km2 (47 %) 26 hab/km2
Piso frio 88.206 (20 %) 1.147 km2 (32 %) 76 hab/km2
2
Piso moderado 308.724 (70 %) 394 km (11 %) 784 hab/km2
Total 441.034 (100 %) 3.585 km2 (100 %) 123 hab/km2
Fuente: Elaboración del autor. Datos del HCPT, 2007

La población rural del piso moderado, al privar de la población de la ciudad de Ambato,


es de 80 744, se sitúa sobre un espacio de 394 km2, lo que representa una densidad de 204
habitantes/km2. “Como es necesario regar para cultivar a este piso, la población vive sobre un
espacio hídrico limitado, del orden de magnitud de 500 habitantes/km2 sobre la zona agrícola
regada” 4.
La oferta en agua de este espacio permanece limitada ante una demanda que no deja de
aumentar (crecimiento demográfico, intensificación agrícola). En 2003, el déficit hídrico de la

4
Comunicación escrita de T. Ruf, el 05de agosto de 2008.

207
cuenca hidrográfica se evaluaba en 40% (Métais y Cruz, 2003). Según el HCPT para 2007 se
estima la demanda de agua en 3 millones de m3/año para la industria, o un 0,2% de la demanda,
33,7 millones de m3/año para el agua potable, o 2,1% y 1.590 millones de m3/año para el riego5.
En lo que se refiere a la presa de Pisayambo, según las medidas de los técnicos de la
sociedad Hydroagoyán efectuadas entre 1963 y 2006, existe una fuerte variabilidad estacional
pero el agua que se puede movilizar realmente parece en cantidad relativamente estable. La
cuenca del río Ambato se sitúa sobre las vertientes orientales del volcán Chimborazo.
Constituye un 40% del territorio de la provincia, lo que representa 131.700 ha, entre 2.600 y
5.000 m.s.n.m. El conjunto de sus recursos hídricos procede de la derivación de los cursos de
agua naturales abastecidos por el páramo (Girard, 2005).
En el contexto de competencia global, la elección de la asignación del agua entre distintos
usos se convierte en una apuesta. Las necesidades de agua para los espacios urbanos de Píllaro y
Ambato, así como las necesidades energéticas nacionales, están en aumento. Aunque eso no esté
formulado explícitamente, la búsqueda de nuevas fuentes de suministro o las dificultades de
preservar los recursos existentes podrían dejar predecir la reconsideración de los destinos
múltiples de las aguas límpidas acumulada en el embalse de Pisayambo.
Por fin, la implicación de los representantes políticos sigue siendo un elemento
importante en la evolución de un proyecto de adaptación hidráulica. Las comunidades
campesinas de Píllaro deberán esperar la segunda parte de la década 1990 para que su proyecto
se convierta en un objeto de consideración para los actores políticos. Y eso, en particular,
gracias a un nuevo enfoque de las poblaciones autóctonas por el aparato político y a la
instauración de la descentralización.

Una zona de dinamismo comunitario combinado con una reorganización institucional


En este territorio dominado por la agricultura campesina, la parte del proyecto Pisayambo
relativa a la creación de la red de riego permanece sin enlace en la clase política durante un
largo plazo. Este proyecto no se convierte en un aspecto importante a partir del momento en que
los pequeños regantes se organizan y buscan alianzas exteriores durante la década 1990. El

5
H. Consejo Provincial de Tungurahua (2007).Datos internos comunicados por el Servicio de los Recursos Hídricos, marzo 2007.

208
impulso de movilización generado, conjuntamente al movimiento nacional de reivindicación de
las organizaciones indígenas y la difusión de información sobre las dificultades de este proyecto
en abandono, desafían a los responsables institucionales y políticos. Entonces, se convierten en
protagonistas cada vez más atentos y activos. En paralelo, el proceso de descentralización
iniciado durante este período refuerza las posibilidades de participación administrativa político
regional. En consecuencia, los dividendos políticos que pueden retirarse del apoyo a esta
iniciativa campesina resultan aún más evidentes.
En este período se desarrolla en el país una dinámica favorable a la descentralización.
Este proceso iniciado a partir del retorno a la democracia, con la nueva constitución de 1979,
define dos formas de descentralización. Una descentralización territorial vinculada a los
organismos sectoriales consustanciales a los gobiernos regionales autónomos (Servicio de los
Recursos Hídricos del HCPT) y una descentralización funcional caracterizada por instituciones
dependientes del régimen central (Agencia del Agua). En los años ochenta, esta tendencia se
amplía en debates sobre el papel que deben desempeñar los municipios a través del país
(Carrión, 1996). Durante la década siguiente, los partidos políticos y el ejecutivo se movilizan,
el corpus legal relativo a estas orientaciones aumenta. Por ello se aprobarán la Ley de
Modernización (1993), la Ley de Descentralización y Participación Social y la Ley Especial de
Distribución de un 15% del presupuesto del Gobierno Central a los Gobiernos Sectoriales
(1997). Luego se promulgará una nueva Constitución Política de la República del Ecuador
(CPRE, 1998) y, la Ley sobre las Juntas Parroquiales Rural (2000).
La reanudación de la dinámica de creación del canal de Píllaro es la traducción tangible
de la determinación campesina que se compromete durante los años noventa. Ésta permite
nuevas alianzas sociales y sinergias políticas. En efecto, si las infraestructuras y obras
monumentales indispensables para la instauración de la red hidroeléctrica de Pisayambo se
realizaron en un tiempo que puede considerarse aceptable debido a las exigencias y dificultades
encontradas, los trabajos indispensables para la creación de la red de riego de Píllaro se
escalonaron sobre más de treinta años y sin embargo no llegaron a su término. Mientras la
central Púcara entró en funcionamiento en 1977, los trabajos iniciados en 1980 para realizar la
unión del canal de salida de la central hidroeléctrica con el distribuidor de Santa Rita se
terminan en 1992. Se invierte un primer tramo de un valor de 13’353.864 USD (datos
CORSICEN) para la construcción de la toma al principio de la central de seis túneles y canales

209
de conexión de una longitud de 8,3 km. Este tramo permite la fijación de la central
hidroeléctrica al repartidor de Santa Rita que garantiza la separación de las aguas hacia los dos
ramales de la red de riego.
En 1992, la realización de la unión de la central Púcara al repartidor de Santa Rita
anuncia la posibilidad de crear este espacio de regadíos. Tres años más tarde, las propias
comunidades campesinas ponen en obra el primer tramo de la parte septentrional del canal,
marcando el inicio de una dinámica orientada hacia las necesidades agrícolas locales. Esta
aplicación se produce en reacción al período anterior ampliamente dirigido por las instancias
técnicas nacionales que estaban preocupadas prioritariamente por la mejora del suministro
energético del país (la hidroelectricidad es la primera fuente de energía eléctrica en Ecuador).
En 1995, alrededor de 1.524 productores regantes potenciales deciden de su propia
iniciativa y su riesgo de realizar los trabajos de excavación y desplazamiento de tierra. Esta
valiente empresa de envergadura es realizada por medio de mingas6 que corresponden a 9.000
días laborables colectivos sobre un período de dos años. Los futuros usuarios cavan
manualmente la parte norte del canal con el fin de traer el agua del tanque de Santa Rita hacia
sus parcelas. Así pues, este ramal dispone de un canal principal de 16,3 km de longitud que
permiten el riego tradicional de 2 500 ha. Se nombra “ramal norte” o canal “Chaupi”, nombre
resultante de la toponimia del lugar.
Fortalecidos por la legitimidad que les concede la prueba material de su compromiso en
pro de esta obra, la participación social de las comunidades se vuelve entonces más activa y más
exigente. Desde el inicio de los trabajos comunitarios, los habitantes de Píllaro afectados por
este proyecto pretenden aprovechar esta dinámica común para construir un planteamiento
colectivo con el fin de mejorar las oportunidades que esperan obtener del riego. Recurren
entonces a la colaboración de estructuras agrícolas de apoyo, especialmente a CESA (Centro
Ecuatoriano de Servicios Agrícolas) 7 con el fin de elaborar un proceso de diagnóstico y
planificación participativa. Simultáneamente, los regantes de la rama meridional,
mayoritariamente compuestos de campesinos mestizos, siguen el ejemplo de “los del norte”.
6
Mingas: trabajos de interés colectivo que implican la participación del conjunto de las familias de una comunidad (práctica utilizada desde el preincario hasta ahora). En
Píllaro, los hombres reconocen, en particular, los esfuerzos inconmensurables de las mujeres de sus comunidades pero les impugnan siempre la demanda por derechos
iguales… la discriminación de clase es aquí real, ilustra la oposición entre el enfoque por la conservación de los valores comunitarios y los nuevos enfoques participativos.
7
CESA es una ONG nacional que trabaja conjuntamente con la población y los gobiernos locales para facilitar procesos duraderos de desarrollo humano. Apoya las solicitudes
del sector rural, promueve el desarrollo local. Tiene por objeto facilitar la inserción de la sociedad civil en una democracia participativa y equitativa.

210
Realizan a su vez un canal de más 10 km, nombrado “ramal sobre” o “Rosario”. Este espacio
representa una superficie agrícola de 4.010 ha.
Los regantes del canal Chaúpi crean a su vez la Federación de las Organizaciones
Campesino de la Parroquia San Andrés del cantón Píllaro (FOCCAP), que agrupa a once
asociaciones de regantes por sectores de riego (Juntas sectoriales). Se agrupan poco después por
las Juntas de regantes del ramal sur y así conforman la Junta cantonal de Píllaro que administra
hoy la totalidad de la red (mantenimiento y control). Esta organización cantonal agrupa a las 25
Juntas seccionales. Actualmente el responsable de la Junta Cantonal es de un indígena, que
fuera uno de los responsables de la excavación del ramal norte, quien simbólicamente,
personifica el reconocimiento a la iniciativa de su comunidad mayoritariamente indígena.
Gracias a la dinámica de red, finalmente se incorporó a los mestizos del ramal sur.
Por otra parte, las comunidades de regantes integran progresivamente a las autoridades
locales en sus estrategias de acciones, aprovechando así los efectos positivos y combinados de
la coyuntura propicia a las reivindicaciones indígenas, nacionalmente abiertas a la pluralidad de
la representación política, y localmente favorable al proceso de descentralización. La
desconcentración de las funciones y recursos en favor de las colectividades locales confía a
estos últimos la responsabilidad de determinar las orientaciones económicas y sociales de su
espacio de competencias, en el marco legal nacional. En ese caso preciso, el conjunto de estos
protagonistas imputa el retraso del proyecto Píllaro a la ineficacia de la Corporación de
Desarrollo Regional de la Sierra Centro (CORSIEN). Buscan entonces la marginalización de
esta entidad. En efecto, el CORSICEN es el responsable administrativo, técnico y financiero de
este proyecto durante la década 1990. Tendrá la concesión de los derechos de uso del canal de
1999 a 2005. Sin embargo, no obtiene contribuciones presupuestarias significativas por parte del
Estado para realizar las infraestructuras indispensables para la continuidad de la red.
En agosto de 2001, a falta de ser el instigador de la dinámica de construcción, el
CORSICEN reacciona a las iniciativas campesinas y obtiene una financiación de 2.153 373 de
USD del Gobierno Noboa Bejarano para practicar trabajos de excavación suplementarios y
recubrimiento de los canales principales septentrionales y meridionales sobre una longitud de 28
km. La ejecución de estos trabajos tiene por consecuencia de desmontar el canal de tierra
construido por las comunidades, y que ya está en funcionamiento. Los trabajos de recaudación
de los canales principales comienzan en 2002 y se terminan en 2005 para un coste total de 3,2
211
millones de USD. Estos imprevistos tienen como efecto descontentar el conjunto de los
usuarios. Éstos solicitan el apoyo del gobierno provincial y el Municipio de Píllaro para obtener
la evicción del CORSICEN.
En enero de 2006, el HCPT se convierte entonces en responsable de la conducta del
proyecto. Los documentos entregados por el CORSICEN indican que el INERHI invirtió
12’953.774 de USD en 12 años (1980-1992) y que el CORSICEN financió 8’340.000 USD en
10 años (1993-2003). Según las cifras siguientes comunicadas por el HCPT, las inversiones
efectuadas de 1992 a 2006 por distintos protagonistas, ascienden a 18.558 774 USD (tabla 6).

Tabla 6. Las financiaciones de distintos protagonistas para la realización del canal entre
1980 y 2006
Financiaciones realizadas para la red de riego de Píllaro entre 1980 y 2006
Años Tipo de obras - actores Montó USD Total de las
inversiones s
1980-1992 Tomas, túneles 12 953 774 12 953 774
Gobierno central
1994-1996 Plataforma, canal principal 400 000 13 353 774
Diferentes organismos
1999-2000 Ramales secundarios 85 000 13 438 774
Gobierno central
2001-2006 Ramales secundarios, reservorios 1 920 000 15 358 774
CESA
2002-2006 Canal principal 3 200 000 18 558 774
Gobierno central
Fuente: HCPT, 2007. Documentos internos

En marzo de 2006, a raíz de una movilización social de envergadura, la provincia


obtiene garantías financieras para numerosos proyectos. Los manifestantes llegan a
descolgar un compromiso por parte del gobierno para la terminación de los trabajos a
Píllaro. El Secretariado Nacional de Planificación y Desarrollo (SENPLADES) concede

212
un presupuesto de 5,18 millones de USD para terminar esta red en los tres años (2006,
2007 y 2008). Algunos meses más tarde, una primera asignación de 2 millones de USD
permite construir 8,3 km de canales secundarios entubados en la parte norte del canal y
55,4 km de canales secundarios en la parte sur. Los canales terciarios y cuaternarios se
realizarán los dos años siguientes.
En 2008, se programan la construcción de los 12 tanques y la instauración de un
sistema de riego económico sobre 1.000 ha. El acuerdo firmado entre el HCPT y las
asociaciones de regantes prevén que la contribución financiera del Consejo Provincial
represente un 60% del esfuerzo estado de acuerdo y que las comunidades deben aportar
un 40% del esfuerzo en forma de días de trabajo para el equipamiento de las parcelas.
Según el director del Servicio de los Recursos Hídricos y del Medio ambiente del
HCPT, se trata de dotar el conjunto del canal principal de los tanques de retención y de
realizar la instauración de 1000 ha de redes bajo presión. Se trata también de
perfeccionar la formación de los regantes, de familiarizarlos a prácticas agrícolas más
económicas en agua (sistema de goteo) y de facilitar, a un plazo muy corto, la asunción
por los propios regantes de la integralidad del sistema. Esta red debe ser capaz de
proporcionar hasta 50 l/s/ha para cada riego efectuado. Los trabajos deben concluirse en
4 meses. Tras su ejecución, el HCPT prevé garantizar la gestión de la red completa
durante un semestre mas o meno y luego de transferirlo a las comunidades de los
usuarios de Píllaro. La planificación realizada indica que el año 2009 será el del final de
la construcción de la red.
Parece que, para completar las transferencias financieras del Estado central, la
búsqueda continua de recursos financieros de origen nacional e internacional influyó la
forma en que los gobiernos descentralizados concibieron sus acciones al servicio de las
poblaciones. Las orientaciones predicadas por los organismos internacionales
retransmitidos por el Estado central pero también por las empresas privadas y también,
por numerosas ONG participaron en la creación de discursos y prácticas uniformados
que se dan por solos posibles. Es notable que, incluso a Píllaro dónde la prueba de la
implicación de los usuarios sea innegable, los regantes no son la causa de la solicitud de
213
transferencia de las infraestructuras. Las principales soluciones técnicas consideradas
para mejorar la situación de los usuarios son habitualmente resultantes de los gobiernos
locales y ONG. Del mismo modo, el modelo de gestión integrado tal como se promueve
regionalmente no es resultante de una iniciativa local pero la aplicación generalizada de
un procedimiento que ignora frecuentemente los más débiles que no son incluidos en el
proceso de negociación y en la definición de las dificultades que deben integrar. El
ejemplo de Píllaro ilustra una conjunción de oportunidades reales (movilización social,
interés político por la descentralización) que va inducir la adopción de estrategias y
decisiones (transferencia, gestión participativa) que no emanan de una demanda social
local.
En Píllaro, el proyecto de la red de riego participa en una fuerte localización
comunitaria, inicialmente independiente al norte y al sur y a justificación de la acción
colectiva ante la ausencia de respuesta pública en relación con una necesidad social y
una necesidad económica expresados desde hace muchos años. Eso refuerza el
sentimiento de unidad y forja un valor particular a esta conquista del agua. Actualmente
el sistema asociativo establecido desde un lustre demuestra la capacidad comunitaria del
control de la gestión del agua agrícola. Sin embargo, una incertidumbre permanece por
lo que se refiere a la financiación de las infraestructuras y costes correspondientes,
cuando se transfieran estos últimos. En efecto, el HCPT prevé garantizar el transporte
del conjunto de la red (gestión administrativa, financiera y operativa, mantenimiento
corriente) durante un período relativamente corto, luego de transferirlo a los usuarios de
acuerdo con las directivas nacionales. Además, el pago de una tarifa básica de 6
USD/ha/ año se planea, a la cual debería añadirse la tarifa volumétrica de 4,55
USD/ha/año. Este último sólo se percibe, realmente, de manera irregular dadas las bajas
capacidades financieras de los regantes de la zona. En este contexto la transferencia
debe ser efectiva a principios del año 20098.

8
Una última visita en la zona en octubre de 2008 permite afirmar que la transferencia será difícilmente realizable en 2009, aproximadamente 10% de los trabajos de
infraestructuras en la red secundaria se terminan hasta ahora. Además, ya se prevé un añadido de 12 millones de US $ (acuerdo ratificado en octubre de 2008 por el Estado)
para realizar las redes bajo presión (redes terciarias) (los trabajos realizados anteriormente resultaron menos avanzados y menos operativos que previsto…).

214
Aunque el ambiente institucional y político actual sea más favorable a las
comunidades campesinas, la situación socioeconómica de los usuarios sigue siendo
eminentemente frágil. La perspectiva de la toma a cargo de la gestión financiera de la
red sin el apoyo del Estado parece arriesgada. Aunque la inversión inicial es asumida
por este último, parece muy probable que la transferencia de la red a los usuarios se
convierta en una pesada carga rápidamente que ellos deben asumir. Y a pesar de un
proceso formal de participación campesina en el modelo de gestión provincial, la
cuestión de la transferencia del conjunto del mantenimiento de la red de Píllaro no es el
resultado de una concertación sino más bien de una decisión tomada por el HCPT, de
acuerdo con las políticas hidráulicas nacionales. La aplicación de esta transferencia es
orquestada por el servicio de los recursos hidráulicos del HCPT y el Municipio de
Píllaro. Se beneficia de la ayuda técnica de CESA (mejora de la formación de los
usuarios, apoyos financieros, contribuciones tecnológicas) y servicios descentralizados
del Ministerio de Agricultura. Por esta intervención el HCPT instaura una práctica
basada en los principios de la gestión integrada, en la búsqueda de una gestión más
económica en recursos hídricos, y más respetuosa del medio ambiente, conforme a las
condiciones nacionales vigentes y a las esperas de las distintas organizaciones
internacionales participantes a la financiación directa o indirecta de la zona. Los
regantes de Píllaro solicitaron el apoyo financiero del Estado para terminar su red. ¿El
planteamiento aplicado corresponde a sus necesidades?
En 2008, se prevé equipar la zona de Urbina y la parte sur del canal de
infraestructuras y equipamientos que permitirán la utilización exclusiva de sistema de
agua presurizada según un esquema preestablecido, no modificable (condiciones a las
financiaciones accesibles) y que no tienen en cuenta las realidades físicas y sociales de
los espacios. Después de haber descartado la gestión errática del proyecto por el
CORSICEN, el HCPT parece ser ahora él mismo frente a algunas dificultades en la
ejecución de estas obras. La lentitud constatada en la aplicación de los trabajos se
explica por las realidades físicas de los terrenos, también por el poco entusiasmo que
encuentra este enfoque para los usuarios y por un determinado déficit de concertación
215
en la elección de los medios utilizados. Mientras que la parte septentrional del canal
(población indígena) participó manualmente en la realización del canal principal y
dispone de la posibilidad de utilizar la red hidráulica en riego por gravedad, la red que
debe construirse recurrirá a la intervención exclusiva de empresas que subcontratarán y
sólo permitirá el uso de sistema de riego bajo presión. Los trabajos anteriormente
realizados bajo la responsabilidad de la administración pública dieron lugar a la
realización de instalaciones incoherentes algunas de las cuales son inutilizables, se
expresaron también algunas dudas sobre la probidad de algunos protagonistas
implicados. Eso incita a los usuarios a una verdadera circunspección. Por fin, las
realidades territoriales (fraccionamiento parcelario), sociales y culturales (diferencias
estatutarias, prácticas divergentes, objetivos sociales diferenciados) se tienen poco en
cuenta, lo que ya debilita la adhesión de los usuarios al proyecto.
Por último, después de haber decidido del uso de las aguas del parque de
Llaganates con la creación de la presa de Pisayambo (hidroelectricidad y riego), el
Estado detenidamente se desinteresó del espacio agrícola y humano más abajo de la
central de Púcara. Luego durante las dos últimas décadas, las acciones campesinas
realizadas para la creación de una red de riego causaron una renovación de interés.
Parece que después de haber tomado conciencia del alcance de la iniciativa tomada por
los propios regantes, las autoridades públicas pretenden hoy aplicar un planteamiento
metodológico exógeno con el fin de volver a ser los responsables principales de las
orientaciones que deben darse a la organización colectiva de la gestión agua. Para los
representantes políticos, este planteamiento de reglamento permite, de hecho, controlar
mejor las actividades colectivas, encuadrar las iniciativas populares y, por fin, obtener
apoyos financieros exteriores en caso necesario. Las agencias públicas nacionales como
se descentraliza parecen retransmitir esta lógica al mismo tiempo que las posibilidades
de éxito de estos enfoques parecen dudosas. Además, las principales dificultades
intrínsecas de estas comunidades campesinas vinculadas a la presión de propiedad de la
tierra, demográfica y a la ausencia de medios educativos y financieros no se abordan
mientras que siguen siendo esenciales.
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REFERENCIAS

Carrión M. F. (1996). La descentralización: un proceso de confianza nacional, Nueva Sociedad n° 142.


Girard S. (2005). Les páramos, espace stratégique pour la gestion de l'eau dans les Andes
septentrionales : le bassin versant du río Ambato (Équateur). M@ppemonde n° 78, Quito.
http://mappemonde.mgm.fr/num6/articles/art05202.html
Lligalo. V, Taipe. D, CHIRIBOGA. R. (2006). Dinámicas agrarias del cantón Píllaro, Estudio en
perspectiva agropecuaria, Estudios CESA-SIPAE, Quito.
Maldonado Vásquez R., Kosmus M. (2003). El Pago por Servicios Ambientales (PSA): Una alternativa
para disponer de agua en cantidad y calidad, III Congreso Latino americano de Manejo de cuencas
hidrográficas, 9-13 de junio del 2003. Arequipa.
http://www.rlc.fao.org/foro/psa/pdf/kosmus.pdf
Mayorga M. (2005). Proyecto de Fortalecimiento de los Sistemas de Conocimiento e Información para el
Desarrollo Rural. FAO/TCP/ECU/2902.

217
AUTORES

218
AUTORES
(por orden alfabético)

BREILH, Jaime
PhD. Médico y epistemólogo. En la actualidad dirige el área de salud de la Universidad Andina
“Simón Bolívar”. Fue el primer Director Ejecutivo del Sistema de Investigación sobre la
Problemática Agraria en el Ecuador (SIPAE); actualmente es el Presidente de su Comité
Científico Asesor.
Correo electrónico: jbreilh@uasb.edu.ec

CHIRIBOGA, Roberto
Ingeniero Civil, con especialidad en recursos hídricos. Investigador del Sistema de
Investigación sobre la Problemática Agraria en el Ecuador (SIPAE).
Correo electrónico: roberto.chiriboga@yahoo.com.ar

ESPINEL, Ramón
PhD. Ex director del Centro de Investigaciones Rurales (CIR) de la Escuela Superior Politécnica
del Litoral (ESPOL). Profesor de la Facultad de Ingeniería en Mecánica y Ciencias de la
producción (FIMCP) de la ESPOL. Al momento de ésta publicación, el Dr. Espinel ejerce las
funciones de Ministro de Agricultura.
Correo electrónico: respinel@espol.edu.ec

FLORES, Judith
Socióloga. Estudiosa de los temas de género en el mundo indígena. Profesional vinculada al
Instituto de Estudios Ecuatorianos (IEE).
Correo electrónico: suyanajud@yahoo.es

219
HERRERA, Paúl
Doctor en Economía Agrícola. Director (e) del Centro de Investigaciones Rurales (CIR -
ESPOL). Profesor de la Facultad de Ingeniería en Mecánica y Ciencias de la producción
(FIMCP) de la ESPOL.
Correo electrónico: aherrera@espol.edu.ec

ISCH, Edgar.
Formación profesional en los campos de la antropología y educación. Investigador vinculado al
Consorcio para la Capacitación en Manejo de Recursos Naturales Renovables (CAMAREN).
Docente universitario. Ex Ministro de Ambiente.
Correo electrónico: edgarisch@yahoo.com

JIMÉNEZ, Katherine
Economista. Estudios en la Escuela Superior Politécnica del Litoral (ESPOL). Investigadora
asociada al Centro de Investigaciones Rurales (CIR – ESPOL).
Correo electrónico: katherine_jimenez8585@hotmail.com

OLOVACHA, Verónica.
Ingeniera agrónoma. Estudios en la Universidad Estatal de Bolívar. Formación en temas de
riego campesino. Al momento de editar ésta libro, trabaja como asesora de la Junta Parroquial
de Pasa (provincia de Tungurahua).
Correo electrónico: veroolovacha@gmail.com

OJEDA, Andrea
Ingeniera Agrónoma. Estudios en la Universidad Central del Ecuador. Investigadora del Sistema
de Investigación sobre la Problemática Agraria en el Ecuador (SIPAE).
Correo electrónico: kiokoa@hotmail.com

PÉREZ, Paulina
Ingeniera Agrónoma. Estudios en la Universidad Central del Ecuador. Investigadora asociada al
SIPAE. Al momento de la edición de éste libro, trabaja como técnica del Centro de
Levantamientos Integrados de Recursos Naturales por Sensores Remotos (CLIRSEN).
Correo electrónico: pau_py936@hotmail.com

220
PRADO, Graciela
Economista. Estudios en la Escuela Superior Politécnica del Litoral (ESPOL). Investigadora
asociada al Centro de Investigaciones Rurales (CIR – ESPOL).
Correo electrónico: gpm62129@hotmail.com

QUEVEDO, Tomás
Estudiante de la Escuela de Sociología de la Universidad Central. Pasantía de investigación en
el SIPAE.
Correo electrónico: tommy_filo@hotmail.com

RÉCALT, Christine
PhD. Investigadora francesa de las políticas y economía del agua. Formación académica en
Economía e Historia. Profesionalmente vinculada al Institut de Recherche pour le
Développement (IRD). Realizó su pasantía doctoral en el SIPAE.
Correo electrónico: christine.recalt@ird.fr

RODRÍGUEZ, Eduardo
Ingeniero Agrónomo. Estudios en la Universidad Central del Ecuador. Técnico de Agrónomos y
Veterinarios Sin Fronteras (AVSF).
Correo electrónico: edutoba1@yahoo.com

TIAGUARO, Yiseña
Ingeniera Agrónoma. Estudios en la Universidad Central del Ecuador. Investigadora del Sistema
de Investigación sobre la Problemática Agraria en el Ecuador (SIPAE).
Correo electrónico: anyestr@hotmail.com

ZAPATTA, Alex
Abogado. Estudios de post grado en Salud con enfoque de ecosistemas (Universidad de
Cuenca). Investigador del Sistema de Investigación sobre la Problemática Agraria en el
Ecuador (SIPAE) y, miembro de su Dirección Ejecutiva.
Correo electrónico: sipae@andinanet.net

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