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<span> A primera vista puede parecer trivial, pero creo que el puntal de la identidad es el
nombre. La identidad se forma a partir de quiénes somos para diferenciarnos de los demás. Si a
nuestro propio nombre nos lo impone un tercero, el vencedor, estamos frente a un problema. Si el
problema es un camino, y ruta 40 es un camino, vamos a desandar ambos. Como todos sabemos –
Américo Vespucio. Me pregunto ¿“gran” navegante? Llevando adelante esta investigación me topé
con una serie infinita de mentidas y desmentidas acerca de la vida y obra del Almirante Vespucio
(o Vespucci). Se discute si era autor de sus famosas "cartas" o "narraciones"; si realizó todos o
alguno de sus viajes, si descubrió el Río de la Plata, si descubrió las Malvinas… Incluso llegué a leer
por ahí que ni siquiera se llamaba Américo. A decir de José Steinsleger (Escritor y periodista
argentino, que escribe y publica para varios medios del continente), no solo el nombre América
puede ponerse en discusión. Lo propio ocurre con el de Vespucio, que originalmente se llamaba
Albérico y lo habría cambiado por el de Américo en honor a cierto boom minero que se dio, allá por
<span> Pero lo importante acá no es como se llamaba Américo sino América. Y es precisamente
Amerrique (“Tierra de los vientos” en Maya-Quiché) el inicio de un camino que se inicia con la
traslada a don Américo Vespucio y, cientos de años más tarde, pasa a constituir el nombre de todo
el continente que “descubrió” Colón. Existe un debate que se está dando actualmente en torno
al nombre “América”. No se trata por cierto de su origen, sino a cuestiones que tienen más que ver
con una reivindicación. Se discute específicamente si corresponde llevar el nombre que los
vencedores impusieron al continente, en lugar de las opciones nativas. Así es como se proponen
nombres que van desde Ixachilan, de origen azteca, hasta Runa Pacha (en Quiswa). El problema
que tienen este tipo de nombres es que designan en lengua autóctona al “mundo conocido” o los
dominios territoriales de cada una de estas etnias y no a todo el continente. Finalmente en torno
a esta disputa se está llegando a un grado de consenso, al acogerse la propuesta elevada por el
líder de la etnia Aymara Takir Mamaní: llamar a este Continente “Abya Yala” en lugar del nombre
madura” en dialecto Kuná, de la etnia del mismo nombre, que habita actualmente Panamá. Es la
forma a la que tradicionalmente se han referido –incluso antes de la llegada de los españoles- para
hablar del continente. La propuesta de Takir Mamani es que todos los indígenas lo utilicen en
sus documentos y declaraciones orales. "Llamar con un nombre extranjero nuestras ciudades,
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