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De la crudeza

By mediaIslaPublished: July 31, 2010


Posted in: Cabotaje

REY ANDUJAR | Carne cruda de Josecarlos Nazario se compone de


nueve cuentos que abordan desde el intimismo y lo fantástico,
atravesando la vena lírica hasta llegar al suspenso, la crítica social
y la voluptuosidad del trópico.

A pesar de que la academia insiste en que la República Dominicana es


un país de poetas, hay que destacar que las letras dominicanas han
aportado una cantidad considerable de cuentistas como para
revolucionar el género. Nombres como Juan Bosch, Virgilio Díaz
Grullón, Hilma Contreras y Armando Almánzar, conforman un sólido
inventario a la hora de situar nuestra producción a nivel internacional.
Sin distancias que salvar, la colección Carne cruda (Parábola Editores,
2010) de Josecarlos Nazario se compone de nueve cuentos que
abordan desde el intimismo y lo fantástico, atravesando la vena lírica
hasta llegar al suspenso, la crítica social y la voluptuosidad del trópico.

La estructura narrativa que sostiene esta colección declara de una


manera muy sutil las múltiples lecturas del escritor, así como su
destreza en el manejo de las técnicas de la cuentística, tanto en lo
tradicional como en las connotaciones más innovadoras. El texto
inaugural, “Mamá gallina”, se relata desde una especie de confesión
que permite el acceso a la intimidad de una familia de la desaparecida
clase media alta; la tristeza y los trastornos emocionales se adueñan
de la estabilidad que antes ofrecía el concepto de la familia nuclear,
perturbado en la actualidad debido a circunstancias económicas y
sociales. Podría decirse que este primer cuento junto con el segundo
de la serie, “Licey Campeón”, se concentran en la crudeza de lo
cotidiano; “Licey…” contradice la idea de que el beísbol —deporte
nacional— es nuestra metáfora de la alegría, mediante el retrato de la
enfermedad, el abuso y lo precario. El elemento fantástico se instala
con el tercer cuento, “En el pantano.” Con un pulso suspensivo, la voz
de un hijo narra el viaje con su padre hacia el campo dominicano. Las
descripciones paisajistas son hermosas, procurando alejarse de la
nostalgia manida, tan peligrosa en textos de este tipo. El terror que
anuncia la parte fantástica —un monstruo que aguarda en el pantano—
, es planteado, como toda buena narración, en los párrafos
preliminares; esto se va desarrollando hasta, de una manera fría,
revelar el contundente final.

El cuento que da título a la colección remonta al ocaso de la dictadura


trujillista, dejando establecidas la violencia y la crudeza de la
narración. El tema de cómo narrar el trujillato en las nuevas
generaciones literarias ha sido debatido por críticos tanto locales como
extranjeros; en todo caso, es Rita de Maessner quien propone,
mediante una relectura de la novela Papi de Rita Indiana Hernández,
que puede ficcionalizarse esta violencia politico-militar desde la figura
paterno-masculina, cuestionando todo tipo de autoridad, desde la
sexual hasta la participación en los procesos sociales y las frustraciones
que representa la masculinidad en el ámbito dominicano. Nazario hace
esto en su cuento aludiendo al analfabetismo, la rudeza y la impotencia
que degenera en actos de violencia física. La muerte, ya propuesta en
esta historia como facto, involucrando el cuerpo, se cimenta en el
cuento siguiente. “Animus necandi” es la historia de, mal citando a
García Márquez, “(…) la muerte más allá del amor.” Si algo llama la
atención de Nazario es la elegancia a la hora de contar. Es quizás en
este cuento donde el autor revela la capacidad de hablar del cuerpo
deseante y sus cualidades sin aludir a la vulgaridad —que en la
mayoría de las ocasiones no pasa de ser una moda de mal gusto; un
exceso—; los cuerpos en estas historias, ya sea vivos o arrancados del
aliento, son partículas hermosas y aluden a la belleza; a la
voluptuosidad en vez de lo prosaico; en fin, a la poesía, que se declara
en el cuento que a mi entender es el mejor logrado de la colección,
tanto por su nivel de riesgo como por la calidad poética que le rebosa.

“Al otro lado” es una historia de amistad y guerrilla en donde la voz


narrativa se permite un tono poético que bordea el exceso, cito, “La luz
empieza a hacerle llagas al cielo […] Morir es escuchar la música del
viento.” El tono castrense estructura las dos narraciones siguientes. El
suspenso, manejado por Nazario con maestría que, de nuevo, delata
sus correctas lecturas de clásicos cuentistas, es la vena principal de
“Volver”, en donde un preso político regresa a su casa y sufre de la
paranoia aprehendida en sus dos años de prisión y tortura, lo cual
hace el viaje de vuelta largo, espeluznante y tedioso. “Dejar hacer,
dejar pasar” es una crítica sin sentimentalismos hacia la corrupción
dentro de las filas de lo militar. Esta crítica rebosa el texto hasta llegar
al último cuento de la serie. “Punta Cana” quiere ser un retrato de la
decadencia representada en el noveau rich dominicano en donde las
dinastías han quedado ausentes ya que el dinero, si es mucho, es bien
visto sin discriminar su procedencia; si viene salpicado de drogas o
manchado de sangre. Josecarlos Nazario es un escritor elegante, con
un destacable sentido de la consecución, algo determinante para un
buen narrador. Su escritura mantiene un ritmo impecable y su decir
abarca una suerte de antropología social a la que no escapa la belleza,
la crítica y el tono histórico. Tanto como una extraordinaria colección,
Carne cruda sostiene la buena salud de la cuentística dominicana.

Josecarlos Nazario es dominicano. Ha realizado estudios de Derecho, Literatura y Comunicaciones. Ha


recibido galardones sociales y literarios. Carne cruda es su primera publicación editorial. El libro puede
adquirirse en Argentina, en todas las librerías Cúspide, Peluffo y Los perros románticos. En República
Dominicana puede comprarse escribiendo a naiboaespacionarrativo@gmail.com. El valor del libro es RD$
500.

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