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2.

La actividad física

Su práctica ayuda al organismo a funcionar mejor haciendo que uno se sienta mucho
mejor. Uno debiera caminar diariamente unos 30 minutos, a paso rápido, para fortalecer
el sistema respiratorio y muscular, y cada semana
realizar en tres oportunidades ejercicios físicos por
una media hora. De esta forma, se fortalecen los
músculos y huesos, se controlar el peso, mejoran las
defensas, se reduce el stress, la ansiedad y la
depresión. Es útil realizar regularmente ejercicios de
estiramiento para mejorar la flexibilidad de
articulaciones, fortalecer ligamentos y tendones, y
disminuir el riesgo de lesiones en cuello y columna.
En el trabajo, especialmente si éste es sedentario,
ayudará muchísimo realizar breves pausas para estiramiento de extremidades. La
actividad física debe ir demenos a más, aumentando la intensidad y exigencia en forma
gradual, pero sostenida en el tiempo, hasta llegar a una condición física adecuada, en la
que el mismo organismo indicará el nivel adecuado de esfuerzo que debe mantenerse.

3. Eliminar el tabaquismo

Exigir un ambiente libre del humo del tabaco, porque éste contamina dañando a todos
quienes lo respiran, causando en los niños otitis,
bronquitis, tos y crisis asmáticas; en las embarazadas,
el humo puede dañar al niño en formación, afectando
los pulmones y el cerebro, y aumentando el riesgo de
muerte súbita. En los adultos, el humo del tabaco
aumenta sustancialmente el riesgo de contraer
enfermedades cardiovasculares y cáncer pulmonar,
entre otras dolencias. No se debe permitir fumar en
casa, oficinas o espacios cerrados. El humo del tabaco
queda adherido en los espacios interiores,
manteniéndolos contaminados. El fumador, por su
parte, incrementa dramáticamente sus posibilidades de
dañar su salud con infarto al corazón, enfisema pulmonar, cáncer al pulmón, laringe o
vejiga, entre otros. El cigarrillo disminuye además la capacidad para desarrollar
ejercicios, favorece la impotencia y acelera el envejecimiento de la piel.
4. Salud Mental

Finalmente, se recomienda una actitud sana y positiva frente a la vida, frente a nuestros
semejantes y nuestra comunidad: es conveniente
tomarse las cosas con calma, con moderación, con
prudencia y con altura de miras: así se evitará el
stress, los malos ratos, los conflictos y el mal
humor. La vida es demasiado hermosa, y a la vez
demasiado breve, para que nosotros mismos la
echemos a perder con una actitud negativa. Por el
contrario, es necesario iniciar cada día con una
sonrisa de gratitud por estar vivos y saludables, y
esforzarnos por hacer llegar a nuestros semejantes,
nuestro mensaje de optimismo, gratitud y
entusiasmo.

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