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Fe no Fingida

Texto: 1 Timoteo 1: 1-10

1. Pablo apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios.

La palabra apóstol significa “enviado”. Así como Pablo es un enviado, guiado
por Dios, todos los que estamos bajo el
techo de esta casa, hemos sido guiados por el Espíritu de Dios para llegar a
este lugar. Ninguno está por casualidad.
Dios te ha traído con un propósito. Eso es un alto privilegio. Es un honor, una
honra que no muchos tienen.

2. Trayendo a la memoria la fe no fingida.

Dios ve el corazón y algunos fingen la fe. Timoteo se acercó con un corazón
arrepentido. El tenía una fe genuina,
sincera, no fingida. La fe genuina es fácil de verificar: cuando las papas
queman o las cosas no andan muy bien, la
fe se ve. Algunos cuando los problemas se solucionan se olvidan del Señor.
Pero cuando la fe no es fingida, a la
hora en que los problemas son resueltos, permanecen. ¿Qué pasaría si viniera
un gobierno donde se prohíbe
practicar el cristianismo?. ¿Estaríamos dispuestos a permanecer en la fe o nos
borraríamos?

3. Trae a la memoria la fe que hay en ti la cual habitó primero en tu abuela

Loida.
Generación tras generación es afectada por las decisiones. Lo que hicieron
nuestros padres, abuelos, bisabuelos,
nos esta afectando ahora. Y de igual modo, lo que nosotros hacemos hoy,
afectará a las generaciones que nos
continúen. En Jesús todo lo malo que hemos heredado de nuestros
antepasados, se corta. Cuando uno se entrega a
Jesucristo, se cambia el futuro de las generaciones que engendra. Hay un
futuro distinto para tus hijos, nietos,
bisnietos se decides serle fiel a Dios.

4. Aviva el fuego del don que está en ti.

Si eres un seguidor de Jesús, no tienes un espíritu de cobardía. Timoteo no
vivía en un tiempo muy fácil para los
cristianos. Por ejemplo, los hijos de los cristianos eran a veces sumergidos en
ollas de aceite hirviendo frente a sus
padres a fin de que se vieran obligados a negar la fe. Sin embargo, Pablo le
dice a Timoteo: “Todo lo que Dios te dio
manifiéstalo, avívalo. Aviva las capacidades que posees”. A pesar de los
tiempos difíciles que estés viviendo, arde
con más fuerza. Que el fuego que Dios encendió en tu vida, en vez de ir
apagándose como una brasa, aumente hasta convertirse en una hoguera.
5. No te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor.
El mundo no se pone colorado por lo malo que hace. Ellos no se avergüenzan
de compartir lo que hacen de malo.
Tanto en la televisión, como en los recreos o tiempos libres del trabajo, cuentan
las porquerías, inmoralidades que
cometen en su vida privada.
Sin em bargo, algunos se avergüenzan de confesar que son cristianos. Hay
gente que dicen que son cristianos
dentro del templo, pero fuera de esas cuatro paredes se avergüenzan de su fe
en Jesús. Por eso, da testimonio del
Señor entre tus relaciones que se van al infierno. Tenemos que tener
vergüenza de las cosas malas que hacemos,
no de pertenecer a Dios.

6. Dios nos llamó no conforme a nuestras obras.

El nos escogió no según nuestras obras, sino según su gracia, su amor, su
propósito. El te escogió porque tiene u n
propósito con tu vida. Tú existes por un propósito. No eres un accidente de la
naturaleza o una noche de pasión de tus padres. Fuiste creado con el objetivo
de cumplir un gran plan que desde la eternidad surgió en la mente de Dios.
Por eso, debes ser útil y poner tu parte para que ese plan sea cumplido.

7. Nos llamo según la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús.
Amor es algo que el mundo necesita desesperadamente. La sociedad necesita
disfrutar del amor de Dios, no del
amor que es basura, pasión desordenada, sexo ilícito. El amor de Dios es otra
cosa.

8. Participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios.

Somos gente de poder aunque exteriormente seamos medios “achacados”.
Este vaso de barro contiene un gran
poder. Dios ha depositado en ti un gran tesoro: el espíritu Santo. Eres un león,
no un gatito. Aunque algunos están
lejos de ser un león, tú eres un león. Por ello, no retrocedas jamás. Has nacido
para avanzar, para conquistar, para
derrotar al enemigo. Camina paso a paso y Dios se encargará de bendecirte.
No seas como un avestruz que, cuando hay problemas, dificultades, o viene el
enemigo, esconde la cabeza. NO te
comportes como una tortuga que esconde la cabeza dentro de un caparazón.
Es imposible que fracases, que te vaya mal porque estás acompañado por
Dios. Has sido llamado no para huir,
escapar, sino para enfrentar los problemas y solucionarlos con el poder del
espíritu Santo.
Con el poder de Dios no solo puedes solucionar muchos líos en tu casa, sino
que vas a ser utilizado para que el
paraíso, el huerto del Edén sea visible en las casas de tus vecinos y familiares.
Por medio de tus conductas, tus
acciones y tus palabras van a permitir que la salvación llegue a los que están
sufriendo.
9. Nuestro Salvador Jesucristo quitó la muerte y sacó a la luz la vida y la
inmortalidad.
Jesucristo solucionó todos los problemas y ahora nos dice “ven a mi los que
están trabajados y cargados”. El
consejo es que aceptes lo que Jesucristo ofrece: quitar la muerte que reina en
la sociedad y darte la luz que trae el
evangelio. Dios desea guiarte por un camino de verdad, de justicia, de luz. Si
entras al camino de Jesús, te va a ir
bien.