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ARTÍCULO: Reflujo gastroesofágico . . .

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Artículo

REFLUJO GASTROESOFÁGICO FISIOLÓGICO


EN EL PRIMER AÑO DE VIDA.
Por: Dra. Claudia Barillas (*)
Dr. Jorge Palacios Rosales (**)

(*) Residente del Departamento de Pediatría. Hospital General de Enfermedades. Instituto Guatemalteco de Seguridad
Social.
(**) Gastroenterólogo pediatra del mismo Departamento y Hospital.

RESUMEN
El reflujo gastroesofágico en niños es muy frecuente y representa una de las primeras causas de con-
sultas al pediatra. La importancia clínica de los síntomas deriva de su relación con cuadros patológi-
cos como el retraso del crecimiento o síntomas de vías respiratorias. Es un problema todavía más difí-
cil, identificar a los lactantes que pudieran tener patología que se acompaña de signos sutiles de reflujo
gastroesofágico, diferenciación que es esencial para no someter a los lactantes sanos a métodos de
investigación caros y que pueden entrañar agresividad e invasión corporal.
Se realizó un estudio descriptivo prospectivo con la totalidad de niños menores de 1 año, ambos
sexos, con diagnóstico de Reflujo Gastroesofágico Fisiológico, de la Consulta externa de Gastroenterolo-
gía, Departamento de Pediatría, del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social, durante febrero 2001 a
septiembre 2003. Se excluyeron a pacientes con reflujo gastroesofágico patológico que se define como
aquel en el que se presentan complicaciones nutricionales y de vías respiratorias.
El objetivo del estudio fue determinar la evolución clínica de pacientes con reflujo gastroesofágico fi-
siológico durante el primer año de vida. Las variables estudiadas fueron: los síntomas, estado nutri-
cional, edad con rangos de 1 a 12 meses, tipo de alimentación, tratamiento farmacológico, estudios
diagnósticos y complicaciones secundarias.
Resultados: el sexo femenino fue el más frecuente, el rango de edad con más incidencia se encuentra
en 3 meses pudiendo observarse la disminución de su frecuencia conforme avanza la edad; el principal
síntoma por el que consultan es el vómito, disminuyendo también conforme avanza la edad. Lactancia
materna se dá más en los primeros meses de vida observándose una disminución al igual que los sín-
tomas, conforme avanza la edad del paciente.
La lactancia mixta se inicia en algunos casos a partir de los 2 meses de edad, aumentando su inciden-
cia en los 7 meses, siendo su tendencia en cuanto a la relación con los síntomas, muy similar a la lac-
tancia materna ya que disminuye hacia los 10 - 12 meses. Hubo pacientes que recibieron fórmula anti-
rreflujo previo al servicio, que no presentaron diferencia con relación a otros tipos de alimentación. En
cuanto al tratamiento con ranitidina, se recibió más durante los primeros meses, disminuyendo hacia
los últimos meses conforme fueron desapareciendo los síntomas. Los estudios diagnósticos efectua-
dos representan el 4.4 % con relación al total de pacientes, de los cuales sólo el 3.1 % fue anormal, no
influyendo en la evolución clínica. Además el 1.3 % de los pacientes presentó desnutrición proteico-
calórica grado III encontrándose otras causas asociadas distintas a reflujo gastroesofágico como pre-
maturez, anemia y trastornos neurológicos. Fueron evaluados 765 casos que representan 73.3 % del
total de consultas en menores de 1 año, que es de 1045 casos. Otro 4.2 % corresponde a reflujo gas-
troesofágico patológico y 22.5 % a otras patologías.

INTRODUCCIÓN

El reflujo gastroesofágico es el desplazamiento del contenido gástrico ácido o alcalino, hacia el esófago.
Puede o no acompañarse de síntomas y condicionar o no enfermedad, razón por la cual su espectro varía desde el
niño asintomático hasta aquel con patología digestiva o extradigestiva muchas veces importante, pasando por el
cuadro asintomático eventualmente considerado normal.

En la mayoría de los lactantes con reflujo gastroesofágico que tienen vómitos en el primer año de vida, los
síntomas manifiestos desaparecen entre los 9 y 24 meses. Dado que muchos están sanos y crecen de modo nor-
mal, no necesitan maniobras diagnósticas ni terapéuticas, excepto el Interrogatorio y la Exploración física cuidado-
sa, con tranquilidad verbal hacia los padres si sienten angustia. El reflujo gastroesofágico fisiológico se considera
normal en los niños menores de 1 año, pero muchos de ellos pueden presentar complicaciones secundarias al re-
flujo gastroesofágico debido a que no se hizo un diagnóstico y tratamiento temprano. Al aumentar la frecuencia de
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síntomas de reflujo gastroesofágico fisiológico en lactantes menores de 1 año, se genera ansiedad en los padres,
múltiples consultas y gastos diagnósticos no indicados, múltiples terapias para tratamiento de los vómitos, frecuen-
tes cambios de formas de alimentación, omisión de lactancia materna y cambios de fórmula o empleo de bebidas
no aptas para niños menores de 1 año y escasos resultados en el control de los síntomas.

Por otra parte debe reconocerse tempranamente al lactante con reflujo gastroesofágico patológico, para
ofrecer en forma anticipada, el manejo apropiado y prevenir complicaciones devastadoras.

ANTECEDENTES
DEFINICIÓN: El reflujo gastroesofágico es el desplazamiento del contenido gástrico ácido o alcalino hacia el esó-
fago. Puede o no acompañarse de síntomas, y condicionar o no enfermedad, razón por la cual su espectro varía
desde el niño asintomático hasta aquel con patología digestiva o extradigestiva muchas veces importante, pasando
por el cuadro sintomático, eventualmente considerado normal.

FISIOPATOLOGÍA: El factor más recientemente implicado en la producción de reflujo gastroesofágico y, a la vez,


al que se le reconoce mayor importancia, es el constituido por las relajaciones transitorias del esfínter esofágico
inferior, similares a las del adulto, no asociadas a la deglución ni a la peristalsis esofágica normal. Se ha determi-
nado que este mecanismo condiciona atonía del esfínter entre 5 y 35 segundos y que esa relajación completa es
causa de reflujo en más del 60 % de los casos.

La caída en el tono basal del esfínter esofágico inferior parece explicar sólo entre el 1 y el 12 % de los
reflujos, en especial ante la presencia de esofagitis. No se ha esclarecido cuál es el factor causal y su conse-
cuencia. El incremento de la presión intraabdominal (por ejemplo: toser o llorar) condición normal durante la de-
fecación y el llanto, asociado a alguno de los factores anotados, termina frecuentemente en episodios de reflujo
durante las horas de vigilia.(27).

El término Reflujo Gastroesofágico es tan sólo descriptivo y denota la presencia de contenido gástrico en
el esófago, en sentido proximal al estómago. El reflujo del contenido estomacal es un fenómeno fisiológico que se
observa con mayor frecuencia en la lactancia y disminuye conforme la persona tiene cada vez mayor edad. Dado
que muchos de los que tienen los síntomas de reflujo gastroesofágico están sanos y crecen de modo normal, no
necesitan maniobras diagnósticas ni terapéuticas excepto el Interrogatorio y la Exploración Física cuidadosa con
tranquilidad verbal a los padres si sienten angustia (3).

Casi todos los lactantes lo tienen en cierta medida, pero la intensidad de los síntomas varía ampliamente
desde un eructo ocasional hasta la emesis persistente. La evaluación de casi todos estos pacientes no indica una
causa anatómica, metabólica, infecciosa o neurológica definible del problema. Es una situación todavía más difícil,
identificar a los lactantes que pudieran tener cuadros patológicos que se acompañan de signos sutiles de reflujo
gastroesofágico; dicha diferenciación es muy esencial para no someter a muchos lactantes sanos a métodos de
investigación caros y que pueden entrañar los riesgos de una invasión corporal (4).

El reflujo gastroesofágico representa un amplio espectro clínico, que incluye el reflujo gastroesofágico
fisiológico: en lactantes y niños normales que no vomitan o regurgitan, mediante estudios del monitoreo del pH
intra esofágico, se ha estimado que en promedio se producen de 20 a 25 episodios de reflujo ácido en 24 horas.
Reflujo gastroesofágico funcional, también llamado Reflujo Inocente (cerca del 50 % de los lactantes a los 2
meses regurgitan al menos 2 veces al día), se presenta en lactantes y niños que regurgitan sin causa orgánica,
remite hacia los 5 - 18 meses. La enfermedad por reflujo gastroesofágico que excede los límites de la normali-
dad; y reflujo gastroesofágico secundario, cuando existe una causa intra o extra gastrointestinal del reflujo, ori-
ginada en sistema nervioso, urinario, metabólico, etc. El vómito es la principal manifestación en lactantes y recién
nacidos, y más del 90 % de estos cuadros se resuelven entre los 9 y 24 meses de edad. Las manifestaciones clí-
nicas del reflujo gastroesofágico se agrupan en cuatro grandes síndromes: Vómito-desnutrición, Esofagitis, En-
fermedad Respiratoria y un grupo menos frecuente que incluye las manifestaciones neuro-conductuales y otros
síntomas atípicos. Vómito y Desnutrición: El vómito, el síntoma más frecuente, se presenta en el 80 - 100 % de
los lactantes. La frecuencia e intensidad, así como el volumen del material refluido determinan la insuficiencia caló-
rica y consecuente desnutrición.
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La Enfermedad por Reflujo gastroesofágico produce manifestaciones en vías respiratorias superiores e


inferiores. En las bajas, la obstrucción bronquial puede ser secundaria a:

A. Macro aspiración, en donde el ácido produce obstrucción refleja, pérdida del surfactante, daño epitelial y hemo-
rragia, con mayor frecuencia en pacientes con alteración de conciencia o déficit neurológico.
B. Micro aspiración de insuficiente cantidad, del contenido gástrico para producir alteración radiológica que estimu-
la elementos neurales de vías aéreas, liberación de mediadores de inflamación y resulta en bronco-espasmo.
C. Respuesta refleja bronquial sin aspiración secundaria al estímulo de receptores vagales aferentes, responsa-
bles de la bronco-constricción en personas con musculatura bronquial lábil (27).

En la mayoría de los lactantes con reflujo gastroesofágico que tienen regurgitación en el primer año de vi-
da, los síntomas manifiestos desaparecen entre los 9 y los 24 meses. Dado que muchos de los que tienen los sín-
tomas de reflujo gastroesofágico están sanos y crecen de modo normal, no necesitan maniobras diagnósticas ni
terapéuticas, excepto el Interrogatorio y la Exploración física cuidadosa, como ya se había establecido.

Suele ser difícil corroborar la relación causa-efecto entre reflujo gastroesofágico y los síntomas respirato-
rios en niños. La proximidad anatómica de la tráquea con el esófago y la coordinación exacta que se necesita entre
la epiglotis que protege la tráquea del contenido esofágico y el persitaltismo del esófago, han sido el punto de par-
tida de la suposición frecuente de que la bronco-aspiración del contenido esofágico ocasiona cuadros patológicos
de vías respiratorias (4).

El reflujo gastroesofágico en niños es frecuente y representa una de las primeras causas de consulta al
pediatra. En el Instituto Nacional de Pediatría, de Buenos Aires, Argentina, se realizó una revisión de la literatura
médica encontrando que el 50 % de los episodios de reflujo se deben al incremento del esfínter esofágico inferior.
El diagnóstico se basa en la historia clínica y se confirma con mediciones del pH intra-esofágico durante las 24
horas (21)

Otros estudios realizados demostraron que en una serie de 126 lactantes con regurgitaciones, el 50 % era
asintomático a los 10 meses de vida y sólo el 80 % a los 18 meses. El 20 % restante de los niños de este grupo
tendrían enfermedad por reflujo gastroesofágico. En grupos mayores, de niños con síntomas de reflujo, el 50 %
presentaron esofagitis, alrededor del 80 % respondió adecuadamente al tratamiento médico, y del 20 % restante, el
6 % fue sometido a cirugía y el 14 % continúa sintomático sin mejoría (19).

La prevalencia de reflujo gastroesofágico depende de la edad. Aproximadamente el 50 % de niños de 0 a 3


meses de edad tienen un episodio de regurgitación por día. El incremento de síntomas es del 67 % de infantes a
los 4 meses de edad. Reciben drogas cerca del 5 % a los 10 - 12 meses de edad. El mayor porcentaje ocurre a
los 6 meses. Otro estudio citado en la literatura menciona que el 55 % resuelven espontáneamente el reflujo a los
10 meses y el 81 % lo hace a los 18 meses (18).

En los lactantes, la regurgitación definida como el ascenso fácil de pequeños volúmenes del contenido gás-
trico a la boca, es un signo inocente, secundario al reflujo gastroesofágico. Ocurre principalmente después de la
alimentación láctea, y es más frecuente en la posición supina o al incorporar al niño desde dicha posición. El fe-
nómeno muy frecuente a esta edad, coincide con la apertura compensatoria del esfínter esofágico inferior para
eructar el aire deglutido (18).

La posible intervención del reflujo gastroesofágico en la apnea y la bradicardia, ha despertado enorme inte-
rés por la naturaleza letal de tales cuadros. Algunos estudios en animales sugieren que la instilación de sustancias
extrañas en la hipofaringe o el esófago, pudiera ocasionar apnea. Pero son poco frecuentes los casos en que di-
chos fenómenos guardan un vínculo neto de causa-efecto. Algunos estudios a veces indican que los lactantes con
el antecedente de apnea, tienen reflujo gastroesofágico en un grado mayor de lo normal, pero por lo regular no
existe correlación de los episodios de apnea, con el reflujo antes señalado (4).

Se realizó un estudio para encontrar la relación entre reflujo gastroesofágico y apnea del prematuro, que
incluyó 19 infantes con edad media gestacional de 30 semanas, con un rango de 24 a 34 semanas de edad. Se
observaron durante 26 días, evaluando aspectos como el flujo de aire nasal, electrocardiograma, saturación de
oxímetro de pulso. Los signos cardiorrespiratorios fueron evaluados así: apneas de más de 4 segundos de dura-
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ción, desaturación de menos del 80 % y todos, con frecuencia cardiaca menor de 100 por minuto. Una relación
temporal entre reflujo y signos cardiorrespiratorios fueron tomados en el comienzo del estudio. Concluyeron que
los eventos de reflujo gastroesofágico y cardiorrespiratorios en los infantes es similar, pero con relación a mortali-
dad, no hay diferencia (16).

En otro estudio se determinó la relación entre reflujo gastroesofágico y sinusitis crónica en niños. Participa-
ron niños de 3 meses de edad o más, con síntomas de sinusitis. Los participantes o sus parientes completaron
cuestionarios incluyendo documentación de la presencia de mayor o menor síntoma, frecuencia de uso de antibi-
óticos y visitas al médico y número de días de inasistencia al colegio. Concluyeron que la sinusitis en los niños es
multifactorial, y el reflujo gastroesofágico puede ser uno de muchos factores asociados a esta enfermedad. Se ob-
servó un incremento de la prevalencia de reflujo gastroesofágico en la población en general (5)

¿En qué posición deben dormir los lactantes con reflujo gastroesofágico? El comité de normas para el re-
flujo gastroesofágico de la Sociedad Americana de Gastroenterología Pediátrica y Nutrición ha realizado una
guía clínica práctica para el manejo del reflujo gastroesofágico pediátrico. El documento representa la recomenda-
ción oficial de dicha sociedad y la Academia Americana de Pediatría ha avalado esta recomendación.

¿En qué posición deben dormir los lactantes con reflujo gastroesofágico? Los estudios con pH-metría de-
mostraron que los lactantes tienen mucho menos reflujo cuando están en posición prona, que en posición supina.
Un estudio de 79 lactantes y niños con reflujo sintomático, demostró que el índice de reflujo durante el sueño, fue
de 24 % en la posición supina y de 8 % en la posición prona.

Otro estudio de 60 neonatos asintomáticos entre 1 y 10 días, mostró el índice de reflujo, de 5 % en posición
supina y de 1 % en posición prona. En otro estudio más, con 24 pacientes, cada uno de los cuales fue evaluado en
posición supina, prona, de costado derecho, de costado izquierdo, en posición horizontal y con la cabeza levantada
a 30 grados. El índice de reflujo fue significativamente más elevado en posición supina (15 %), que en la posición
prona (7 %). El reflujo es similar en posición supina con la cabeza elevada a 30 grados, que en posición supina
horizontal. La posición prona es superior que la posición semisentada en un «porta bebé», la cual exacerba el re-
flujo gastroesofágico.

En otro estudio más sobre 24 lactantes menores de 5 meses, la posición en decúbito lateral izquierda era
similar que la posición prona y presentaban menos reflujo que la posición de decúbito lateral izquierda y la posición
supina. La posición prona fue recomendada para el tratamiento y la prevención del reflujo gastroesofágico en los
lactantes. Sin embargo, esta recomendación entra en conflicto con el reciente conocimiento de que la posición
prona está asociada con una mayor incidencia del Síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL). El estudio epi-
demiológico nórdico (13) acerca del SMSL demuestra lo siguiente:

Mortalidad por el SMSL:


Posición prona 13.5 %
Posición de costado 3.5 %
Posición supìna 1.0 %

A pesar de que los lactantes con reflujo gastroesofágico que recibieron alimentos espesados, tal vez no
mostraron disminución en el tiempo de reflujo, medido por la sonda de pH, quizá hubo reducción en la magnitud de
otros criterios como los episodios de emesis, el tiempo del llanto y el lapso con el niño despierto. (3).

Muchos de los métodos diagnósticos para evaluar reflujo gastroesofágico simplemente cuantifican su pre-
sencia y no aportan dato alguno sobre su origen. (3). Los estudios radiográficos con medio de contraste en vías
gastrointestinales superiores (Serie Gastroduodenal), constituyeron una de las primeras técnicas utilizadas para
estudiar reflujo gastroesofágico idiopático en lactantes. Sin embargo, es necesario hacer la serie gastroduodenal
con medio de contraste, en lactantes con síntomas intensos de reflujo gastroesofágico, para descartar la presencia
de una hernia hiatal, estenosis esofágica, u otras obstrucciones intestinales, como la causa anatómica del vómito
recurrente.

El estudio con sonda para medir pH durante 24 horas puede generar información reproducible sobre el
grado de reflujo que ocurre en un lactante. Se han hecho intentos de reproducir la validez de la sonda de pH du-
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rante 24 horas. Sin embargo en muchos casos pudiera ser importante vigilar los períodos de sueño y de vigilia,
porque los lactantes que tienen reflujo intenso durante el sueño, pudieran mostrar una menor eliminación del mate-
rial gástrico que ha refluido al esófago. (4).

Sondas de pH tienen como elemento limitante su capacidad de detectar únicamente episodios que causan
un cambio del pH esofágico y no identifican el volumen del material refluido en la porción distal del esófago, aun-
que pueden detectar la frecuencia de episodios de reflujo, el tiempo necesario para que desaparezca un episodio
de reflujo ácido y con el mismo, la cantidad del material refluido y en un lapso particular, y la frecuencia de los epi-
sodios de reflujo ácido en la porción distal del esófago.

Endoscopía y biopsia esofágica: El uso cada vez más frecuente de endoscopios fibro-ópticos finos y pequeños
en años recientes, ha hecho que se practique la técnica endoscópica, en muchos lactantes y niños con síntomas
de reflujo gastroesofágico, y así sea posible visualizar de modo directo la mucosa del esófago y tomar una biopsia
para valorar la intensidad de esofagitis por reflujo gastro-esofágico. (3).

El diagnóstico de reflujo gastroesofágico es eminentemente clínico. Es importante un buen interrogatorio y


el uso adecuado de los métodos diagnósticos, pues no todo paciente que vomita tiene reflujo. El tratamiento opor-
tuno y adecuado evita complicaciones. (20)

El estudio de un paciente con reflujo se establece a partir de la sospecha clínica. Es importante tener en
cuenta que el reflujo no sólo es sinónimo de vómito, sino que hay una serie de síntomas que lo pueden acompañar,
tales como rumiación, halitosis, otitis crónica, cuadros bronquiales a repetición, sueños interrumpidos por la noche,
alteraciones de la conducta, dolor abdominal recurrente.

Los estudios se practicarán a partir de los 6 meses de vida, dado que a esa edad contaremos con el trata-
miento dietético postural, de lo que interpretamos como reflujo, con las normas de puericultura que el pediatra co-
noce. Si un lactante menor de 3 meses presenta apnea, uno de los síntomas de reflujo, recomendamos realizar
estudios correspondientes para descartar reflujo. Si no hay apnea, se deben adoptar medidas dietético posturales
(19).
Respecto al tratamiento farmacológico, se han usado diferentes drogas con actividad procinética, definidas
como fármacos capaces de aumentar el peristaltismo gastrointestinal, la presión de los esfínteres. Para estos fines
se ha usado la Metoclopramida (0.1 mg/kg/dosis), la Domperidona (0.2 - 0.4 mg/kg/dosis) y la Cisaprida (0.1 -
0.3 mg/kg/dosis). Estas drogas se administran tres a cuatro veces al día, unos 30 minutos antes de ingerir alimen-
to. El uso de antiácidos es especialmente recomendable en los casos asociados con esofagitis (25).

Se asume que los antiácidos son útiles en el tratamiento del reflujo gastroesofágico por su capacidad de
alcalinizar el contenido gástrico, pero parece que su acción se debe a la adherencia de la sustancia a las paredes
del esófago, actuando como antiácido. Su utilidad se restringe al control de la sintomatología, a la sensación de
quemadura o pirosis, siendo el síntoma que mejor controlan, por lo tanto, son recomendados en aquellos casos
con enfermedad leve por reflujo gastroesofágico.

La dosis recomendada de antiácido es de 0.5 a 1 ml por kilo/dosis, de cuatro a ocho dosis al día, suminis-
trado una a tres horas después de los alimentos. Entre los efectos secundarios de los antiácidos se encuentra el
estreñimiento frecuente cuando se usan sales de magnesio.

Otras sustancias como el Alginato de sodio, el sucralfato y el bismuto, no se consideran verdaderos


antiácidos, pues no tienen capacidad de neutralizar el ácido. Por su mecanismo íntimo de acciones diferentes se
consideran citoprotectores, potencian los mecanismos defensivos de la mucosa protegiéndola de la lesión por el
ácido. El Sucralfato, es un preparado de octosulfato de sacarosa y una sal de aluminio, es insoluble en agua y
parcialmente soluble en ácido, actúa uniéndose a las proteínas del cráter de las úlceras produciendo una barrera
adherente y protectora, previene la retrodifusión de iones hidrógeno, absorbe la pepsina y las sales biliares y esti-
mula la producción de moco manteniendo la diferencia de potencial transmucoso.

Se utiliza a dosis de 40 - 80 mg/kg/día, repartido en cuatro dosis, 30 minutos antes de las comidas. No se
absorbe en el tracto gastrointestinal, pero produce estreñimiento en el 20 % de los pacientes.
50 ARTÍCULO: Reflujo gastroesofágico . . .

Procinéticos: Cisaprida es una benzamida derivada del ácido Paraaminobenzoico cuya acción comienza a los
30 minutos y produce secreción indirecta de acetilcolina de las células nerviosas del intestino, estimulando los re-
ceptores neurales de serotonina. No cruza la barrera hematoencefálica y no tiene efectos dopaminérgicos, aumen-
ta la amplitud y duración de las ondas peristálticas mejorando el vaciamiento gástrico.

Entre sus efectos secundarios se encuentran: diarrea, cólico, nerviosismo, aumento de la actividad psico-
motora, cefalea, somnolencia, fatiga, micción frecuente e incontinencia urinaria. Recientemente se ha informado el
aumento del intervalo QT y arritmias ventriculares graves, algunas fatales, en pacientes con alteración cardiaca
81/20,000) y por dosis excesivas, suministradas conjuntamente con medicamentos que inhiben la isoenzima cito-
cromo P-450, 3ª 4 isoenzima hepática, tales como: claritromicina, eritromicina, ketoconazol, fluconazol, itra-
conazol, indinavir, ritonavir, cimetidina. Actualmente es el procinético de primera elección para el tratamiento
del reflujo gastroesofágico, la dosis recomendada es de 0.2 mg /kg /dosis, de 3 a 4 veces al día, 20 a 30 minutos
antes de las comidas, sin pasar de 0.8 mg por kilo por día o 40 mg al día en niños mayores. La literatura sugiere
que la duración del intervalo QT del electrocardiograma, debe ser menor de 450 milisegundos y no mayor de 470
milisegundo. Ante la prolongación del QT, el medicamento debe ser descontinuado o reducido a la mitad si no hay
otra opción terapéutica.(29)

OBJETIVOS

El objetivo general de esta investigación fue determinar la evolución clínica de los pacientes con reflujo
gastroesofágico fisiológico durante el primer año de vida, mientras que los objetivos específicos fueron identificar
las características clínicas: síntomas, estado nutricional, tratamiento farmacológico, procedimientos diagnósticos y
complicaciones, de dichos pacientes. Determinar la edad en que desaparecen los síntomas de reflujo fisiológico y
señalar el tipo de alimentación que reciben, correlacionándola con la presencia o ausencia de síntomas.

RESULTADOS Cuadro Nº 3. RELACION DE


EDAD Y VÓMITOS.
Cuadro Nº 1. SEXO EDAD Vómitos (frec.) %
1 30 3
2 40 5
Sexo Frecuencia % 3 50 8
4 30 3
Masculino 360 47 5 20 2
Femenino 405 53 6 10 1
TOTAL 765 100 7 10 1
8 5 0.5
9 5 0.5
10 0 0
Cuadro Nº 2. EDAD 11 0 0
12 0 0
EDAD (meses) Frecuencia % TOTAL 200 24
1 40 5
2 60 8 Cuadro Nº 4. PRESENCIA DE SIN-
3 120 16 TOMAS Y LACTANCIA MATERNA.
4 80 11 Edad Síntomas
5 90 12 1 30
6 60 8 2 40
3 50
7 85 11
4 30
8 55 7 5 20
9 65 9 6 10
10 35 4 7 10
8 5
11 55 7
9 5
12 20 2 10 0
TOTAL 765 100 11 0
12 0
TOTAL 200
.
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Cuadro Nº 5. SÍNTOMAS Y
LACTANCIA MIXTA.
Edad Síntomas
1 10
2 20
3 45
4 40 Cuadro Nº 8. ESTUDIOS
5 20 DIAGNÓSTICOS
6 5
7 60
8 40 Estudios Número %
9 50 Realizados 34 4.4
10 20 Anormales 24 3.1
11 30 Total pacient. 765 100
12 15
Total 465

Cuadro Nº 6. SÍNTOMAS Y
FÓRMULA ANTI-REFLUJO. Cuadro Nº 9. ADECUACIÓN NUTRI-
Edad (meses) Síntomas (Nº) CIONAL DE ACUERDO A P / T
1 0
2 0
3 20 Indicadorl Número %
4 10 Normal 735 96.1
5 10 DPC - I 20 2.6
6 10 DPC - II 0 0
7 15 DPC - III 10 1.3
8 5 TOTAL 765 100
9 20
10 10
11 0
12 0 Cuadro Nº 10. CAUSAS DE
TOTAL 100 DESNUTRICIÓN GRADO III
Causas Número
Premadurez 4
Cuadro Nº 7. SINTOMAS Y TRA- Anemia 3
TAMIENTO CON RANITIDINA. Trastorno neurológico 3
TOTAL 10
Edad (meses) Nº tratamientos
1 6
2 10
3 20 Cuadro Nº 11. CONSULTAS EN
4 15
5 20
MENORES DE 1 AÑO.
6 18
Condición Total %
7 19
R.G.E. fisiológico 765 73.2
8 15
R.G.E. patológico 45 4.3
9 15
Otras patologías 235 22.5
10 10
TOTAL 1045 100.0
11 8
12 7
TOTAL 163

DISCUSIÓN

En el cuadro Número 1, observamos que el sexo más frecuente es el femenino, con 53 %, sin amplia dife-
rencia. Los rangos de edades estudiadas fueron de 1 a 12 meses, siendo la edad más frecuente, 3 meses en que
se presentaron más síntomas y luego observándose la disminución de los mismos conforme avanza la edad del
paciente hacia los 12 meses.(Cuadro Nº 2)
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En el Cuadro Número 3, el principal síntoma que aparece como causa de consulta fue el de los vómitos,
que correlacionándose también con la edad, fue disminuyendo hacia los 12 meses. El Cuadro Número 4 establece
que la lactancia materna es exclusiva en los primeros 3 meses de vida, disminuyendo hacia los 6 meses y después
desaparece de los 10 meses en adelante.

La lactancia mixta se da alrededor de los 7 meses de edad, coincidiendo con la disminución de los sínto-
mas hacia los 10 - 12 meses de vida.(Cuadro Nº 5) El Cuadro número 6 muestra a los pacientes que recibieron
fórmula antirreflujo previa al manejo en el hospital, siendo más frecuente de los 3 a los 10 meses y disminuyendo
paralela a los síntomas entre los 11 y 12 meses; no se encontró diferencia en la evolución clínica con otros tipos de
alimentación. El Cuadro número 7 muestra que el tratamiento con Ranitidina fue utilizado durante los primeros me-
ses y luego retirándose conforme los síntomas fueron desapareciendo.

Se realizaron un total del 4.4 % de procedimientos diagnósticos, de los cuales el 3.1 % resultó anormal,
con relación al total de pacientes, tal como se muestra en el Cuadro número 8. Los cuadros siguientes muestran
que los pacientes con desnutrición protéico calórica grado III, constituyen 1.3 %, (Cuadro Nº 9) y que existen otras
entidades patológicas que no están asociadas al reflujo gastroesofágico, como la premadurez, la anemia y trastor-
nos neurológicos (Cuadro Nº 10)

6. Debe reconocerse al lactante con reflujo gastroesofágico patológico para ofrecerle oportunamente, el manejo
apropiado y prevenir complicaciones innecesarias.

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