Professional Documents
Culture Documents
Escrito: 1920
Primera edición: La Izquierda Comunista, N° 9, Noviembre 1998, pp.22-28
I
1.- El comunismo es la doctrina de las condiciones sociales e históricas de la
emancipación del proletariado.
La elaboración de esta doctrina comenzó en el periodo de los primeros movimientos
proletarios contra las consecuencias del sistema de producción burgués, y tomó forma
en la crítica marxista de la economía capitalista, en el método del materialismo
histórico, en la teoría de la lucha de clases, en las concepción de los desarrollos que
presentará el proceso histórico de la caída del régimen capitalista y de la revolución
proletaria.
3.- En el periodo histórico presente se hace cada vez más intolerable para el proletariado
la situación creada por las relaciones de producción burguesas, basadas en la posesión
privada de los medios de producción y de cambio, en la apropiación privada de los
productos del trabajo colectivo, en la libre concurrencia del comercio privado de los
productos mismos.
4.- A estas relaciones económicas corresponden las instituciones políticas propias del
capitalismo: el Estado con representación democrática-parlamentaria. En una sociedad
dividida en clases el Estado es la organización del poder de la clase económicamente
privilegiada. Aunque la burguesía representa la minoría de la sociedad, el Estado
democrático constituye el sistema de la fuerza armada organizada para la conservación
de las relaciones de producción capitalista.
5.- La lucha del proletariado contra la explotación capitalista asume sucesivas formas,
desde la violenta destrucción de la maquinaria a la organización profesional para la
mejora de las condiciones de trabajo, a la creación de los Consejos de fábrica y a las
tentativas de incautación de las fábricas.
A través de todas estas acciones particulares el proletariado se encamina hacia la lucha
decisiva revolucionaria directa contra el poder del Estado burgués que impide que las
presentes relaciones de producción puedan ser eliminadas.
6.- Esta lucha revolucionaria es el conflicto de toda la clase proletaria contra toda la
clase burguesa. Su instrumento es el partido político de clase, el partido comunista, que
realiza la organización consciente de la vanguardia del proletariado que ha comprendido
la necesidad de unificar la propia acción: en el espacio, por encima de los intereses
individuales de grupo, categoría, o nacionalidad; en el tiempo, subordinado al resultado
final de la lucha, las ventajas y conquistas parciales que no golpean la esencia de la
estructura burguesa.
Es decir, solo la organización en partido político realiza la constitución del proletariado
en clase que lucha por su emancipación.
7.- El objetivo de la acción del partido comunista es el abatimiento violento del dominio
burgués, la conquista del poder político por parte del proletariado, la organización de
este en clase dominante.
9.- El Estado proletario, rota la vieja maquina burocrática, policiaca y militar, unificará
las fuerzas armadas de la clase trabajadora en una organización destinada a reprimir
todos los esfuerzos contrarrevolucionarios de la clase desposeída, y a ejecutar las
medidas de intervención en las relaciones burguesas de producción y de propiedad.
10.- El proceso a través del cual se pasará de la economía capitalista a la comunista será
muy complejo y sus fases serán diversas según las diversas condiciones de desarrollo
económico. La terminación de ese proceso es la realización completa: de la posesión y
el uso de los medios de producción por parte de toda la colectividad unificada; de la
distribución central y racional de las fuerzas productivas en las diferentes ramas de la
producción; de la administración central por parte de la colectividad en la repartición de
los productos.
11.- Cuando las relaciones de la economía capitalista hayan sido totalmente suprimidas,
la abolición de las clases será un hecho cumplido y el Estado como aparato político de
poder habrá sido sustituido progresivamente por la administración racional y colectiva
de la actividad económica y social.
13.- Las condiciones de la victoria del poder proletario en la lucha por la realización del
comunismo consisten, más que en la racional utilización de expertos para las tareas
técnicas, en confiar las tareas políticas y de control del aparato estatal a hombres que
antepongan el interés general y el triunfo final del comunismo a las sugestiones de los
limitados y particulares intereses de los grupos.
Ya que precisamente el partido comunista es la organización de los proletarios que tiene
esa conciencia de clase, el objetivo del partido será la conquistar, por medio de la
propaganda, a sus militantes para los cargos electivos del organismo social.
La dictadura del proletariado será la dictadura del partido comunista y este será un
partido de gobierno en un sentido completamente opuesto al de las viejas oligarquías, en
cuanto los comunistas se impondrán las misiones que exijan el máximo de renuncia y
sacrificio, cargándose la parte más pesada de la tarea revolucionaria que corresponde al
proletariado en el duro trabajo de generación de un nuevo mundo.
II
2.- El comunismo despeja en primer lugar el terreno de las concepciones idealistas que
afirman que los hechos del mundo del pensamiento son la base y no el resultado de las
relaciones reales de la vida de la humanidad y de su desarrollo. Todas las formulaciones
religiosas y filosóficas de ese genero son consideradas como el bagaje ideológico de
clases cuyo dominio precede a la época burguesa, y que se basaba en una organización
eclesiástica, aristocrática o dinástica, justificable solo con supuestas investiduras
sobrehumanas.
Un síntoma de la decadencia de la moderna burguesía es la reaparición entre ella, con
formas nuevas, de estas viejas ideologías que ella misma destruyó.
Por ello, un comunismo fundado sobre bases idealistas constituye un absurdo
inaceptable.
4.- Forma parte de las ilusiones de la democracia burguesa el concepto de que pueda
conseguirse la mejora de las condiciones de vida de las masas mediante el incremento
de la educación y de la instrucción por obra de las clases dirigentes y de sus
instituciones. Por el contrario, la elevación intelectual de las grandes masas tiene como
condición un mejor nivel de vida material incompatible con el régimen burgués; por
otra parte, la burguesía por medio de sus escuelas intenta difundir precisamente las
ideologías que tratan de impedir que las masas reconozcan que las instituciones actuales
son el obstáculo para su emancipación.
5.- Otra afirmación fundamental de la democracia burguesa es el principio de
nacionalidad.
Corresponde a las necesidades de clase de la burguesía, en la constitución de su propio
poder, la formación de estados basados en la nación, con el fin de utilizar las ideologías
nacionales y patrióticas, que durante el periodo inicial del capitalismo corresponden a
ciertos intereses comunes de los hombres de la misma raza, de la misma lengua y de las
mismas costumbres, para retrasar y atenuar el choque entre el estado capitalista y las
masas proletarias.
Los irredentismos nacionales nacen por tanto de intereses esencialmente burgueses.
La burguesía misma no duda en pisotear el principio de nacionalidad cuando el
desarrollo del capitalismo le impone la conquista violenta de los mercados extranjeros,
y por consiguiente determina la disputa de estos por parte de las grandes unidades
estatales. El comunismo supera el principio de nacionalidad ya que evidencia la
semejanza de condiciones en las que se encuentra el trabajador pobre ante el
empresario, cualquiera que sea la nacionalidad de uno u otro; y pone la unión
internacional como modelo de la organización política que el proletariado formará
cuando a su vez alcance el poder.
A la luz de la crítica comunista la reciente guerra mundial ha sido originada por el
imperialismo capitalista, derrumbándose las diferentes interpretaciones que tienden a
formularla, desde el punto de vista de uno u otro estado burgués, como una
reivindicación del derecho de nacionalidad de algunos pueblos, como un conflicto de
los estados democráticamente más avanzados contra los otros estados organizados de
forma pre-burguesa, o en suma, como una pretendida necesidad defensiva contra la
agresión enemiga.
6.- El comunismo está también en oposición a las ideas del pacifismo burgués y a las
ilusiones wilsonianas sobre la posibilidad de una asociación mundial de los estados
basada en el desarme y el arbitraje, condicionada por la utopía de una subdivisión de las
unidades estatales según las nacionalidades. Para los comunistas las guerras serán
imposibles y las cuestiones nacionales serán resueltas solo cuando el régimen capitalista
sea sustituido por la República Internacional Comunista.
7.- Bajo un tercer aspecto, el comunismo se presenta como la superación de los sistemas
de socialismo utópico que proponían la eliminación de los defectos de la organización
social mediante planes completos de nuevas constituciones de la sociedad, cuya
posibilidad de realización no se ligaba en modo alguno al desenvolvimiento real de la
historia y era confiada a las iniciativas de potentados o al apostolado de filántropos.
8.- La elaboración por parte del proletariado de una propia interpretación teórica de la
sociedad y de la historia, que sea la guía de su acción contra las relaciones de vida del
mundo capitalista, da lugar continuamente al surgimiento de escuelas o tendencias más
o menos influenciadas por la inmadurez misma de las condiciones de la lucha y de los
más variados prejuicios burgueses. De ello derivan errores y fracasos de la acción
proletaria; pero es gracias a estas experiencias como el movimiento comunista llega a
precisar la doctrina y la táctica con rasgos cada vez más claros, diferenciando netamente
y combatiendo abiertamente todas las otras corrientes que se agitan en el mismo sentido
del proletariado.
10.- Las organizaciones económicas profesionales no pueden ser consideradas por los
comunistas ni como órganos suficientes para la lucha por la revolución proletaria, ni
como órganos fundamentales de la economía comunista.
La organización en sindicatos profesionales sirve para neutralizar la competencia entre
los obreros del mismo oficio e impide la caída de los salarios un nivel bajísimo, pero,
como no puede lograr la eliminación del beneficio capitalista, igualmente tampoco
puede realizar la unión de los trabajadores de todas las profesiones contra el privilegio
del poder burgués. Por otra parte el simple traspaso de la propiedad de las empresas del
patrón privado al sindicato obrero no realizaría los postulados económicos del
comunismo, según el cual la propiedad debe ser transferida a toda la colectividad
proletaria, siendo esta la única vía para eliminar los caracteres de la economía privada
en la apropiación y repartición de los productos.
Los comunistas consideran al sindicato como el campo de una primera experiencia
proletaria, que permite a los trabajadores avanzar en el camino hacia el concepto y la
práctica de la lucha política, cuyo órgano es el partido de clase.
14.- La conquista del poder político por parte del proletariado, también considerado
como objetivo integral de acción, no puede ser alcanzado por medio de la mayoría en
los organismos electivos burgueses.
La burguesía, por medio de los órganos ejecutivos del estado, sus agentes directos,
asegura muy fácilmente la mayoría en los órganos electivos a sus mandatarios o a los
elementos que, penetarados individual o colectivamente, han caído en su juego o bajo su
influencia. Además la participación en tales instituciones comporta el compromiso de
respetar los fundamentos jurídicos y políticos de la constitución burguesa. Sin embargo,
el valor puramente formal de tal compromiso es suficiente para liberar a la burguesía
incluso del leve aprieto de acusarla de ilegalidad formal, cuando ella recurre
lógicamente a servirse de sus medios reales de defensa armada antes de entregar el
poder y permitir la destrucción de su máquina burocrática y militar de dominio.
1 5.- Reconocer la necesidad de la lucha insurreccional para la toma del poder, pero
proponer que el proletariado ejercite su poder concediendo a la burguesía una
representación en los nuevos organismos políticos (asambleas constituyentes o
combinaciones de estas con el sistema de los consejos obreros), es también un programa
inaceptable y contrario al concepto central comunista de la dictadura proletaria. El
proceso de expropiación de la burguesía estaría inmediatamente comprometido allí
donde a ella le quedasen pretextos para influir de cualquier modo en la constitución de
las representaciones del estado proletario expropiador. Esto permitiría a la burguesía
utilizar las influencias que inevitablemente le quedan en virtud de su experiencia y
preparación técnica e intelectual, para injertar su actividad política tendiente al
restablecimiento de su poder en una contrarrevolución. Las mismas consecuencias
tendría todo precepto democrático acerca de la paridad de tratamiento que el poder
proletario debería otorgar a la burguesía respecto la libertad de asociación, de
propaganda y de prensa.
III
5.- Los comunistas penetran en las cooperativas proletarias, en los sindicatos, en los
consejos de fabrica, constituyendo en ellos grupos de obreros comunistas, tratando de
conquistar en ellos la mayoría y los cargos directivos, con el fin de conseguir que la
masa de proletarios encuadrada en tales asociaciones subordine su propia acción a la
más alta finalidad política y revolucionaria de la lucha por el comunismo.
10.- El partido comunista lleva su propaganda a las filas del ejército burgués. El
antimilitarismo comunista no se basa en el estéril humanitarismo, sino que tiene como
objetivo convencer a los proletarios de que la burguesía los arma para defender sus
intereses y para servirse de su fuerza contra la causa del proletariado.
11.- El partido comunista se prepara y procede como un estado mayor del proletariado
en la guerra revolucionaria; por eso, prepara y organiza una red propia de informaciones
y de comunicaciones; sostiene y organiza especialmente el armamento del proletariado.
13.- Los soviets o consejos de obreros, campesinos y soldados constituyen los órganos
del poder proletario y no pueden realizar su verdadera función sino después del
abatimiento del dominio burgués.
Los soviets no son por si mismos órganos de lucha revolucionaria; ellos se vuelven
revolucionarios cuando su mayoría es conquistada por el partido comunista.
Los consejos obreros pueden surgir incluso antes de la revolución, en un periodo de
crisis aguda en la que el poder del estado burgués sea puesto en serio peligro.
La iniciativa de la constitución de los soviets puede ser una necesidad para el partido en
una situación revolucionaria, pero no es un medio para provocar tal situación.
Si el poder de la burguesía se consolida, la supervivencia de los consejos puede
representar un serio peligro para la lucha revolucionaria, es decir, puede suponer la
conciliación y combinación de los órganos proletarios con las instituciones de la
democracia burguesa.
(Mayo de 1920)