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Benemérita Universidad

Autónoma de Puebla

Facultad de Derecho y Ciencias


Sociales

Licenciatura en Derecho

LA DECLARACIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS EN LA HISTORIA

PRESENTA

OSVALDO MOSCOSO PRESENDA

PROFESOR: Mtro. José Alfredo Muñoz Carreto

ASIGNATURA: Derecho de Amparo II

Horario: 10:00 – 11:30

Heroica Puebla de Zaragoza, Otoño de 2010


INTRODUCCIÓN.

El ser humano tiene unas características que lo determinan a ser racional y


diferéncialo de brutales bestias o de los seres irracionales; lo cual ha olvidado el
hombre al transcurrir los tiempos hasta la actualidad, pues se recargara los
hechos monstruosos realizados por el hombre.

Lo cual nos ha llevado a replantear el conocimiento humano porque ya no


somos capaces de respetar la misma especie humana; como afirman muchos “el
hombre es depredador de sí mismo”.

Por lo cual en este trabajo se tratara como la humanidad al pasar los


tiempos ha tenido que establecer normas para establecer que el hombre tiene
tanto derechos como deberes, que son inherentes a él, pero al no estar
establecidos se hicieron horrores con el hombre sin por dar su dignidad.

Ciertamente esta incapacidad de respecto ha llevado a dar unos


parámetros o normas de comportamiento mundiales llamados los DERECHOS
FUNDAMENTALES DEL HOMBRE; el principal punto de conocimiento para el
hombre son estos derechos; que son primordiales en la actual sociedad que
vivimos por su falta de valores.

La declaración universal de los derechos humanos es uno de los


documentos más citados en todo el mundo, pero a la vez es de los textos menos
conocidos en su contenido real. Dada la importancia que para el sujeto
contemporáneo tiene el conocimiento y la práctica de los derechos humanos en
todas sus manifestaciones; por medio de este trabajo ofrezco una información
sobre las organizaciones y oficinas internacionales de derechos humanos de
mayor reconocimiento por su labor.
LA DECLARACIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS EN LA HISTORIA.

ORÍGENES.

Los derechos humanos no son un invento del derecho positivo, los cuales
anuncian los valores que las antiguas culturas nos dieron; la mayoría de los
pueblos civilizados han guardado como patrimonio moral e históricos las
experiencias que obtuvieron a través de su vida comunitaria, pero es indudable
que los derechos han sido reconocidos través de convenciones y protocolos, en el
ámbito internacional y de constituciones políticas en el ámbito de cada estado.

La teoría de los derechos humanos tiene una tradición bimilenaria en


occidente, desde los antiguos pensadores griegos hasta nuestros días;
contrariamente la positividad de esos derechos pertenece a la edad moderna
cuando se pasa paulatinamente de la sociedad teocentrista y estamental a la
sociedad antropocentrista e individual por la ola del renacimiento, le reforma
protestante, el humanismo, la ilustración, sucesos magnos de pensamiento
burgués Europeo.

En la antigua Grecia se desarrollaban los primeros elementos constitutivos


de la democracia tanto en el medio social, cultural, político como económico; en
que surgieron los primeros conceptos sobre Democracia, Derechos, y quienes
eran sus protagonistas. Los ideales de la democracia antigua son:

Democracia: Definida como el gobierno del pueblo se baso en igualdad


política, igualdad social, y gobierno del pueblo.

La libertad: para los griegos ser libre es no ser esclavo de nadie, esta
libertad se fue logrando sucesivamente así la libertad civil se alcanzo al abolirse la
prisión por deudas, la libertad jurídica al proteger al ciudadano con el habeas
corpus, y la libertad política con el derecho de obedecer la ley.

La ley: su importancia en la vida de los griegos de la cual nos habla el


profesor Touchard:

‘’Todos le deben obediencia porque, entre otras razones toda ley es una
invención y un don de los dioses al mismo tiempo que una descripción del hombre
sabio, el contrato de una sociedad al que todos sus habitantes deben adaptar su
manera de vivir’’. Cabe anotar que no todas las personas en la antigua Grecia
eran consideradas ciudadanas, era un privilegio para personas nacidas y
educadas en la Ciudad -Estado.
Los conflictos generados por las guerras llevan a una nueva era de la
organización del poder, con base en lazos de dependencia personal de los
campesinos o los siervos hacia los señores Barones y Reyes, esta situación fue
conformando un nuevo centro de decisión de poder en la corte,
encabezada por el Rey, conformada por Barones y campesinos súbditos donde en
ultima quien defendía los conflictos entre las personas era el Rey.

Con esta concentración del poder junto con la situación de conflictos que
vivió Inglaterra hacia los siglos XI, XII y XIII llevo a plantear una nueva relación
entre las personas pues con ello se creó la CARTA MAGNA, Otorgada por Juan
Sin Tierra e 17 de Julio de 1215 la cual dice:

‘Juan, Rey de Inglaterra por la gracia de Dios, Sor de Irlanda,... todos sus
funcionarios y leal súbditos salud. Sabed que ante Dios, por el bien de nuestra
alma y la de nuestros antepasados y sucesores, para honor de Dios y saltación
de la iglesia y para mejor organización de nuestro reino..... ‘.

Originada en Inglaterra buscaba la autoridad de Rey en beneficio de las


libertades es decir de los privilegios de la Iglesia y los Barones y al asociar las
ciudades a estas nuevas garantías se obligaban al Rey a no colocar impuestos sin
el consejo de reino. La Carta abrió la puerta para el desarrollo de la constitución y
la democracia.

Algunas concesiones hechas por el Rey a cada grupo social:

 A la Iglesia: el Rey concede que la iglesia Anglicana sea libre, tenga


todos los derechos enteros y la libertad de ser inviolables.

 A los Condes y Barones: Obtienen que el derecho antiguo sea


respetado en cuanto servicio militar se refieren, así como a sucesión
feudal, guarda, matrimonio, deudas, patronato, etc.

 A la clase media rural: No se puede obligar a las cargas militares


indebidas o al derecho de guarda obtienen garantías.

 A la Burguesía mercantil: Que la ciudad de Londres tenga todas sus


antiguas libertades y libres costumbres, tanto por la tierra como por
el agua.

LAS DOS GRANDES DECLARACIONES.

Durante el siglo XVII, en Inglaterra, se producen tres hechos relevantes:

La Petición de Derechos (1628), que protegía los derechos personales y


patrimoniales. Presentada por el Parlamento y aprobada a la fuerza por el rey
Carlos I, al no respetar éste posteriormente las reclamaciones que contenía se
originó la Revolución Inglesa, que acabó con la victoria parlamentaria y la
decapitación de Carlos I en 1649.

El Acta de Habeas Corpus (1679), que prohibía las detenciones sin orden
judicial. La redactaron los miembros del Parlamento durante el reinado de Carlos
II, para protegerse de prácticas entonces corrientes que vulneraban los derechos
de los acusados y de los presos.

La Declaración de Derechos (1689), que consagraba los derechos


recogidos en los textos anteriores. Fue impuesta por el Parlamento, como
condición previa a su coronación, a la reina María II Estuardo y a su esposo
Guillermo de Orange. Se trata, por primera vez, de un verdadero contrato,
establecido entre los soberanos y el pueblo, también soberano.

El filósofo inglés Thomas Hobbes (1588-1679) propuso por primera vez


que el origen del Estado fuera un pacto entre todos los ciudadanos, negando así el
origen divino del poder, defendido por el absolutismo de la escolástica medieval.
Sin embargo, según Hobbes, a través del pacto los ciudadanos, en nombre de la
seguridad, han de renunciar a su capacidad de autogobierno, ya que la libertad es
considerada el origen del caos, debido a la maldad innata que se atribuye al ser
humano. Según Hobbes, el hombre, en estado de naturaleza, es un lobo para el
hombre: "Homo homini lupus". Hobbes sólo reconoce a los ciudadanos el derecho
a la seguridad, que ha de garantizar el Estado, y el derecho a la desobediencia,
sólo ejercible cuando el Estado no garantiza esta seguridad a los ciudadanos.

"La condición del hombre (...) es una condición de guerra de todos contra todos, en la cual
cada uno está gobernado por su propia razón (...) Y, por consiguiente, mientras persiste ese
derecho natural de cada uno con respecto a todas las cosas no puede haber seguridad para nadie
(...) El único camino para erigir semejante poder común, capaz de defenderlos contra la invasión
de los extranjeros y contra las ofensas ajenas (...) es conferir todo su poder a un hombre (...)
Porque en virtud de esa autoridad que se le confiere por cada hombre particular el Estado posee y
utiliza tanto poder y fortaleza que por el terror que inspira es capaz de conformar las voluntades de
todos ellos para la paz en su propio país y para la mutua ayuda contra sus enemigos en el
extranjero." 

El también inglés John Locke (1632-1704), es otra figura capital de ese


siglo. Considerado el padre del liberalismo moderno, propuso que la soberanía
emanaba del pueblo y pese a aceptar la visión contractualista de Hobbes,
consideraba que los ciudadanos poseen unos derechos a los que no pueden
renunciar. Mientras que la teoría de Hobbes pretendía reforzar el papel del Estado,
Locke tendía a disminuirlo mediante dos recursos: el refuerzo de los derechos
individuales y el establecimiento de la separación de los poderes legislativo y
judicial (anticipándose en esto a Montesquieu).

"Ningún edicto u ordenanza, sea de quien sea, esté redactado en la forma que lo esté, y
cualquiera que sea el poder que lo respalde, tiene la fuerza y el apremio de una ley, si no ha sido
aprobado por el poder legislativo elegido y nombrado por el pueblo. Porque sin esta aprobación , la
ley no podría tener la condición absolutamente indispensable para que lo sea, a saber, el consenso
de la sociedad (...) El poder legislativo no debe ni puede transferir la facultad de hacer leyes a
ninguna otra persona; porque tiene que dejarla allí donde el pueblo la situó." 

Pero la idea de fundamentar el Estado en un contrato de hecho no era


nueva, ya existían precedentes en el mundo griego y romano, mientras que el
derecho a la rebelión, incluso al tiranicidio, se había contemplado en distintas
culturas y momentos históricos, como justa medida extrema en el caso de abusos
manifiestos por parte de la autoridad. La novedad ahora consiste en la
determinación del tipo de contrato concreto que acabará justificando la existencia
de una sociedad y un poder determinados: es decir, cuales son las partes
contratantes y cuáles son los derechos y poderes específicos que se intercambian
en el contrato cada una de las partes. Y por consiguiente, las características del
poder resultante: despótico según el pacto de sumisión de Hobbes, liberal según
las ideas de Locke, democrático según Rousseau.

Las ideas de Locke ejercieron una gran influencia en la redacción de las


grandes declaraciones de derechos humanos de finales del siglo XVIII. La otra
gran influencia fue la de la Ilustración y las ideas democráticas de Rousseau.

Las primeras grandes declaraciones se produjeron en las colonias inglesas


de Norteamérica, impulsadas por sus conflictos con la corona inglesa:

El 12 de junio de 1776 Virginia proclamó su Declaración de Derechos.

El 4 de julio de 1776 tiene lugar la Declaración de Independencia de los


Estados Unidos.

Durante este año y los posteriores, las trece colonias de la inicial


Confederación hacen también declaraciones de derechos parecidas a la de
Virginia.

La Declaración de Independencia, redactada por Thomas Jefferson,


proclamaba lo siguiente:

"Sostenemos como verdaderas evidencias que todos los hombres nacen iguales, que
están dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables, entre los cuales se encuentra el
derecho a la vida, a la libertad y a la búsqueda de la felicidad..."

No obstante, el contenido de la Declaración de Independencia consiste en


una enumeración de las competencias de los estados independizados y sus
relaciones federales, pero no contiene una declaración de derechos de las
personas. No será hasta 1791, con las diez primeras enmiendas, conocidas
como la Carta de Derechos (Bill of Rights), cuando se establece que el Congreso
no puede limitar determinados derechos individuales: la libertad de expresión, de
asamblea, de culto religioso, de formular peticiones al gobierno en caso de
agravios, a no padecer castigos crueles, a no sufrir investigaciones irrazonables, a
tener garantizados procesos justos, rápidos y con un jurado imparcial.

En Europa, en los tiempos agitados de la Revolución Francesa, en 1789 se


proclama en París la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. 
La Declaración otorgaba a los individuos, como en el caso de las diez primeras
enmiendas americanas, algunos derechos completamente actuales: la presunción
de inocencia, la libertad de opinión y de religión, la libertad de expresión y el
derecho a la propiedad. También recogía principios fundamentales de orden
político: el derecho a la resistencia contra la opresión, el sistema de gobierno
representativo, la primacía de la ley y la separación de poderes.

Pero además de paralelismos, entre las declaraciones americanas y


francesa también hay algunas diferencias:

"La Declaración francesa expresa de manera mucho más rotunda y amplia no sólo los
principales derechos, sino también los valores de libertad e igualdad y los principios políticos de
soberanía nacional, la ley como expresión de la voluntad general y la división de poderes (...) La
revolución francesa se efectuaba contra unas estructuras feudales y una monarquía absolutista. La
americana no pretendía el cambio de estructuras sociales, sino, al contrario, una consolidación y
un desarrollo de las existentes; simplemente exigía el fin de la dependencia inglesa." 

Durante la redacción de la Declaración de los Derechos del Hombre y del


Ciudadano surgió también el dilema relativo a la inclusión en ella de una relación
complementaria de deberes. Finalmente se decidió por mayoría redactar una
declaración sólo de derechos. El resultado de la votación, a favor los
representantes liberales y en contra los monárquicos, era ilustrativo de los
intereses que estaban en juego, en la medida que los segundos, durante el
proceso político que se estaba llevando a cabo, en todo momento intentaban
preservar los privilegios del Antiguo Régimen. El debate acerca de la oportunidad
de detallar también los deberes al elaborar declaraciones de derechos se
reproducirá en otros momentos históricos, por ejemplo durante la elaboración de la
Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948.

A la Declaración francesa de 1789, le siguió en 1793 una segunda más


radical (tras el destronamiento del rey y la proclamación de la República, con la
llegada de Robespierre y los Jacobinos al poder). Enunciaba algunos nuevos
derechos, como el derecho a la asistencia, el derecho al trabajo y el derecho a la
instrucción. En 1795, a raíz de la caída de Robespierre, se proclamó una tercera
Declaración, más restrictiva que las dos anteriores y de la que, entre otras cosas,
se habían suprimido todos los nuevos derechos de la Declaración de 1793.

Las declaraciones americanas y francesa suponen un hito


fundamental en la historia de los derechos humanos. Al margen de sus
diferencias, los derechos del individuo son proclamados de forma concreta por
primera vez, y la proclamación de la "libertad, igualdad y fraternidad" de los seres
humanos se acompaña con la afirmación de la separación de los poderes
legislativo y ejecutivo, la primacía del poder del pueblo y de sus representantes y
la subordinación del poder militar al poder civil.

Al afirmar que la autoridad legítima del Estado dimana directamente y


solamente de la voluntad de los ciudadanos (ni de una divinidad, ni de un rey, ni
de ningún otro estamento social), quedan enterrados los últimos restos del
feudalismo que habían sobrevivido durante el Antiguo Régimen.

Estas Declaraciones serán la referencia en la que se mirarán posteriores


reformas de otros países, así como las distintas iniciativas en materia de derechos
humanos que irán surgiendo. Hasta el punto que un siglo y medio más tarde la
Declaración Universal de los Derechos Humanos se inicia de la misma forma que
la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano francesa:

"Los hombres nacen y permanecen libres e iguales en derechos." 


Francia, 1789 

"Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos." 


Naciones Unidas, 1948

El cambio que se ha producido desde la antigüedad es radical. Desde los


remotos tiempos del Código de Hammurabi o de los Diez Mandamientos, se ha
llegado a un sistema de derechos individuales basados en la razón, sin duda
perfectible, pero insertado en sociedades cada vez más sensibilizadas y
capacitadas para reclamar ajustes y ampliaciones posteriores.

Para alcanzar estos objetivos, así como durante el siglo XVII en Inglaterra
fueron fundamentales las ideas de Thomas Hobbes y John Locke, durante el siglo
XVIII en Francia fue determinante la Ilustración, con la Enciclopedia como
formidable medio de difusión de las nuevas ideas, entre las que hay que destacar
las de Charles Montesquieu, Jean-Jacques Rousseau y Voltaire.

Charles Montesquieu (1689-1755), criticó severamente los abusos de la


Iglesia y del Estado. Al estudiar las instituciones y costumbres francesas de la
época, dio formas precisas a la teoría del gobierno democrático parlamentario con
la separación de los tres poderes, legislativo, ejecutivo y judicial, como mecanismo
de control recíproco entre los mismos, acabando teóricamente con la
concentración del poder en una misma persona y los inherentes abusos y
atropellos que históricamente había producido el ilimitado poder del monarca
sobre sus súbditos.

"Cuando los poderes legislativo y ejecutivo se hallan reunidos en una misma persona o
corporación, entonces no hay libertad, porque es de temer que el monarca o el senado hagan
leyes tiránicas para ejecutarlas del mismo modo. 
"Así sucede también cuando el poder judicial no está separado del poder legislativo y del ejecutivo.
Estando unido al primero, el imperio sobre la vida y la libertad de los ciudadanos sería arbitrario,
por ser uno mismo el juez y el legislador y, estando unido al segundo, sería tiránico, por cuanto
gozaría el juez de la fuerza misma que un agresor. 
"En el Estado en que un hombre solo o una sola corporación de próceres, o de nobles, o del
pueblo administrase los tres poderes, y tuviese la facultad de hacer las leyes, de ejecutar las
resoluciones públicas y de juzgar los crímenes y contiendas de los particulares, todo se perdería
enteramente." 

Jean-Jacques Rousseau (1712-1778), denunció vigorosamente las


injusticias y miserias resultantes de la desigualdad social de su época, propugnó la
idea de una sociedad basada en igualdad absoluta, en la que cada miembro, a la
par que se somete a las decisiones del colectivo, es al mismo tiempo parte del
pueblo soberano, cuya voluntad general constituye la Ley. Estas ideas de
Rousseau favorecieron a la elaboración del concepto de los derechos humanos al
plantear la necesidad de la existencia de una igualdad entre los hombres, quienes
deben someter su voluntad individual a la voluntad del colectivo, con el objeto de
alcanzar el bienestar para todos. Su idea de la democracia directa, no
representativa, era de difícil aplicación práctica, pero no obstante ejerció una gran
influencia en las reflexiones políticas que se harán a partir de entonces.

Voltaire (1694-1778), creía que todas las personas tenían un sentimiento


innato de la justicia, y que este tenía que reflejarse en las leyes de todas las
sociedades. Según él, la vida en común exige una convención, un pacto social
para preservar el interés individual. El instinto y la razón del individuo le lleva a
respetar y promover este pacto, y el propósito de la moral es enseñar los
principios de esta convivencia fructífera.

"La naturaleza dice a todos los hombres: os he hecho nacer a todos débiles
e ignorantes, para vegetar unos minutos sobre la tierra y abonarla con vuestros
cadáveres. Puesto que sois débiles, socorreos mutuamente; puesto que sois
ignorantes, ilustraos y ayudaos mutuamente." 
Tratado sobre la tolerancia. 
"Entendemos hoy en día por fanatismo una locura religiosa, oscura y cruel. Es una
enfermedad que se adquiere como la viruela". 
Diccionario filosófico, "Fanatismo".

Pero Voltaire es también un ejemplo de las contradicciones que han


albergado algunos grandes pensadores y defensores de los derechos de las
personas. Con relación a la esclavitud, mantuvo la postura de la antigüedad
según la cual el mal no era la esclavitud en sí sino el maltrato que se daba a los
esclavos. En este aspecto el caso de Voltaire no es ninguna excepción. Por
ejemplo: John Locke, brillante librepensador y defensor de los derechos de los
ciudadanos tenía acciones en una compañía que, entre otras actividades, se
dedicaba a la trata de esclavos; o Montesquieu, mientras por un lado criticaba la
esclavitud, por otro tenía una actitud despreciativa hacia los negros. En otro orden
de cosas, la defensa por parte de Rousseau de la educación infantil, era para él
compatible con una subvaloración de las niñas, que consideraba que debían
educarse en función de lo que se esperaba más tarde de ellas como mujeres
adultas: estar al servicio de las necesidades de los hombres.
Otros personajes fundamentales del siglo XVIII son Cesare Beccaria e
Immanuel Kant.

Cesare Beccaria (1735-1794) fue un filósofo, jurista y economista italiano.


En el contexto de una Europa en la que todos los países aplicaban la pena de
muerte para múltiples delitos, publicó el "Tratado de los delitos y las penas", en el
que se pronunciaba abiertamente en contra de la pena de muerte. La obra, en la
que también criticaba la utilización de la tortura judicial, tuvo una gran influencia en
los distintos países europeos.

Immanuel Kant (1724-1804) fue un filósofo alemán que, a diferencia de la


mayoría de los filósofos de la Ilustración, que tuvieron un papel relevante como
activistas sociales, se dedicó estrictamente a la reflexión filosófica. No obstante, su
aportación al progreso de la causa de los derechos humanos es fundamental. Se
caracterizó por la búsqueda de una ética basada en la razón y con el carácter de
universalidad que posee la ciencia. Definió la razón teórica como aquella que
formula juicios (la razón propia de los sistemas éticos anteriores a él), frente a la
razón práctica, que formula imperativos. Su visión ética universal la concretó en lo
que llamó Imperativo Categórico: "Obra sólo según una máxima tal que puedas
querer al mismo tiempo que esta máxima se torne en ley universal". De hecho, el
Imperativo Categórico es una actualización, racionalizada filosóficamente, de la
antigua Regla de Oro presente en muchas culturas. "Trata a los demás como te
gustaría que te trataran a ti".

Otra de las formulaciones del Imperativo Categórico kantiano es la


siguiente: "Obra de tal modo que te relaciones con la humanidad, tanto en tu
persona como en la de cualquier otro, siempre como un fin, y nunca sólo como un
medio". Para Kant todo ser humano tiene un valor absoluto y no puede ser
relativizado (no puede ser utilizado, ya que es un fin en sí mismo), una idea que
condensaba así: "El ser humano no tiene precio, tiene dignidad".

La consecuencia a nivel político de la propuesta kantiana es la tolerancia, el


respeto a las ideas ajenas y la democracia como sistema político. Por ello, cuando
se pretende fundamentar filosóficamente los principios rectores de los derechos
humanos, hay que recurrir al pensamiento kantiano. Además, en una de sus
últimas obras (La paz perpetua, 1795), Kant propone ya una Federación de
Estados Libres, unidos mediante un Convenio cuyo objetivo sería la prevención de
la guerra, avanzando así la idea de lo que, 125 años después, tras la Primera
Guerra Mundial, se concretaría en la creación de la Sociedad de Naciones (y
posteriormente, tras la Segunda Guerra Mundial, en las Naciones Unidas).

El siglo XVIII fue un siglo de logros importantes, pero al mismo tiempo


anclado todavía en costumbres y concepciones atávicas, en la medida que las
grandes declaraciones americanas y francesa frecuentemente eran compatibles
con la existencia de la esclavitud (su abolición se llevará a cabo durante el siglo
siguiente) o la discriminación de las mujeres.
En cuanto a la denuncia de la discriminación de las mujeres, hay que
resaltar las aportaciones de Olimpia de Gouges en Francia (autora de la
Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana, 1791) y Mary
Wollstonecraft en Inglaterra (autora de la Vindicación de los Derechos de la
Mujer, 1792). 

Como algo característico del siglo XVIII, aunque se puede extrapolar a


prácticamente toda la historia de los derechos humanos, podemos resaltar lo
siguiente: cualquier avance que se produce en el progreso del reconocimiento de
los derechos humanos, representa una crisis, un enfrentamiento entre el poder y
un sector contrario a él, que reclama aquello que considera que le pertenece y que
no se le reconoce.

FUNDAMENTOS.

Como antes mencionada los derechos tienen una positibilidad, se refiere a


la consagración oficial de los derechos humanos en normas jurídicas en cuya
validez y eficacia la garantizan los aparatos institucionales del Estado moderno; la
posibilidad imperativa lograda gracias a las luchas sociales y a las ideas
renovadoras de modernidad.

Fue la lucha de las clases que posibilitadas por su incorporación como


reacción contra el estado absolutista; esto se ha visto desde el siglo de las luces
hasta nuestros días, dando una conformación en si de lo que son los DERECHOS
HUMANOS para el hombre.

El siglo XVIII fue llamado el siglo de las luces (lumiéres) así aluden al
movimiento cultural que se desarrollo en Europa entre 1715 y 1789 que propuso
disipar las tinieblas de la humanidad mediante las luces de la razón. En Francia se
integraron los intelectuales del ilusionismo en torno al Enciclopedismo, y el
movimiento se conoció con el nombre de Ilustración. En Inglaterra se llamo
Enlihtenment y sus seguidores organizaron clubes.

Las ideas de esta época están inflamadas de optimismo al futuro se


renueva la fe mediante la razón, se confía en la posibilidad de instalar la felicidad
en la tierra y de mejorar al hombre, esta ansiedad por realizar una nueva sociedad
forjo una experiencia política reformista, el de positivismo ilustrado consistió en
utilizar el poder de la monarquía absoluta para llevar a cabo el programa
renovador de la Ilustración desde el estado. La Ilustración fue especialmente
fecunda en cuanto se refiere al pensamiento político las cuales contribuyeron con
el pensamiento de Montesquieu con Bentham, Voltaire y Rousseau.

Con la teoría renovadora del liberalismo de Locke por obra de Montesquieu


y Bentham a tiempo con Rousseau formulan la doctrina de la democracia.
En la práctica la conjunción del Liberalismo y democracia comienza a
producirse con la revolución norte americana y el sistema de gobierno organizado
por la constitución de Filadelfia las cuales influyeron determinantemente en las
doctrinas del siglo XVIII en la Revolución Francesa.

La revolución se origino por la incapacidad del despotismo ilustrado para


superar las contradicciones existentes y agudizadas por el antiguo régimen
(secases y miseria tanto en el campo como en la ciudad). La burguesía puso en
marcha un proyecto revolucionario para solucionar la crisis de esta manera las
ideas que durante todo un siglo se agitaron en pro de un cambio profundo de la
sociedad, a partir de una transformación del hombre bajo los principios de la
igualdad, fraternidad y libertad.

La revolución que se inicio en 1789 la cual libera gran diversidad de fuerzas


sociales y deja al descubierto un hervidero de ideas y tendencias, la burguesía
accede al poder y se inicia con la declaración de los derechos del hombre lo que
sé llamado el tercer estado.

Soboul nos relata las condiciones en que surgió esta revolución: “A finales
del siglo SXIII la estructura social de Francia seguía siendo esencialmente
aristocracia: conservaba el carácter de su origen, de la época en que la tierra
constituía la única forma de riqueza social y, por tanto, confería a quienes la
poseían al poder sobre de quienes la cultivaban

La declaración de los derechos del hombre y del ciudadano (1789), es una


declaración compuesta de 17 artículos y precedida de un preámbulo, cuyo texto
fue aprobado por los miembros de la asamblea constituyente francesa del 17 al 26
de agosto de 1789. Influyo en ella la declaración de independencia de los E.U.A.
(4 de julio 1776) y de los otros seis estados americanos de 1777 a 1784, así como
el pensamiento filosófico de Rousseau, Mosquieu, Condorcet y entre otros del S.
XVIII.

Se precedía hacer una declaración de principio de validez universal. Sin


embargo, era, en gran parte, una obra redactada por y para la burguesía.

En el preámbulo, introducía a la problemática de la importancia de los


derechos humanos, de la siguiente manera:

“Los representantes del pueblo francés, constituidos en Asamblea Nacional,


considerando que la ignorancia, el olvido y el desprecio por los Derechos del
Hombre son las únicas causas de las desgracias publicas y de la corrupción de
los gobiernos...”

Se definía los derechos naturales del hombre que, según el art. 2, eran
imprescindibles. Entre ellos se admitían solo derechos civiles; en primer lugar, la
libertad (art. 1 y art. 2), en sus diversas formas: individual (art. 7, art.8 y art. 9), de
pensamiento (art. 10 y art. 11), de prensa (art. 11) y de credo (art. 10). Sé fijada
como límite de esta libertad el ejercicio de derechos análogos por los otros
miembros de la sociedad (art. 4 y art. 5); sé reforzado el carácter intangible de la
propiedad (art. 2 y art. 17), y se instituía una fuerza pública que velara por la
seguridad de los ciudadanos y de sus bienes.

La Declaración UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANOS fue


proclamada el 10 de diciembre de 1948, tras la segunda guerra mundial y la
derrota del nazifacismo.

En la asamblea general de la ONU compuesta entonces por cincuenta y


ocho estados, aprobó por cuarenta y ocho a favor y ocho abstenciones un
histórico documento La DECLARACION UNIVERSAL DE LOS DERCHOS
HUMANOS. Se abstuvieron de votar la Unión Sudafricana, Arabia Saudita,
Bielorrusa, Polonia, Checoslovaquia, Ucrania, La Unión Soviética, y Yugoslavia.
No hubo un solo voto en contra.

En el preámbulo DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DERCHOS


HUMANOS nos muestra un contexto del porque de su importancia estos derechos
inherentes e intransigibles del ser humano:

“Considerando que la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen base el


reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales inalienables
de todos los miembros de la familia humana”

IMPORTANCIA DE LA DECLARACIÓN.

Aunque no es un documento obligatorio o vinculante para los Estados,


sirvió como base para la creación de las dos convenciones internacionales de
la ONU, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y el Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, pactos que fueron
adoptados por la Asamblea General de Naciones Unidas en su resolución 2200 A
(XXI), de 16 de diciembre de 1966. Sigue siendo citada ampliamente por
profesores universitarios, abogados defensores y por tribunales constitucionales.
Así mismo el texto adquiere rango constitucional en algunos países, como es el
caso de Argentina:

Aprobar o desechar tratados concluidos con las demás naciones y con las
organizaciones internacionales y los concordatos con la Santa Sede. Los tratados
y concordatos tienen jerarquía superior a las leyes.

La Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre; la


Declaración Universal de Derechos Humanos; (...); en las condiciones de su
vigencia, tienen jerarquía constitucional, no derogan artículo alguno de la primera
parte de esta Constitución y deben entenderse complementarios de los derechos y
garantías por ella reconocidos. Sólo podrán ser denunciados, en su caso, por el
Poder Ejecutivo Nacional, previa aprobación de las dos terceras partes de la
totalidad de los miembros de cada Cámara.

Los demás tratados y convenciones sobre derechos humanos, luego de ser


aprobados por el Congreso, requerirán el voto de las dos terceras partes de la
totalidad de los miembros de cada Cámara para gozar de la jerarquía
constitucional.
CONCLUSIONES.

Con la " Declaración Universal de los Derechos Humanos", emitida por la


Organización de la Naciones Unidas en 1948, se hacen claros y evidentes los
derechos inherentes de todos los seres humanos de la Tierra. Este valioso y único
instrumento describe, señala, enumera y hace constar los preceptos de igualdad
necesarios e indispensables para la paz y prosperidad de la sociedad mundial.

La "Declaración Universal de los Derechos Humanos" fue concebida


cuando el mundo despertaba y empezaba a tomar en cuenta las atrocidades
cometidas de 1939 a 1945, durante la Segunda Guerra Mundial, con un costo de
millones de vidas. Después de 50 años, en un mundo moviéndose rápidamente
hacia la Globalización, los Derechos Humanos siguen siendo violados en la
mayoría de las naciones del mundo, incluso en las naciones ratificadoras del
acuerdo.

Los valores, conceptos y contenidos de "La Declaración Universal de los


Derechos Humanos" son generalmente desconocidos por la sociedad. Esta
Declaración es parte del área de estudios de pocas instituciones educativas de las
naciones de este pequeño Planeta Tierra. Nadie puede reclamar lo que no sabe
que tiene o posee. Gran parte de la población que cuenta con conocimientos
sobre sus derechos carece, sin embargo, de un concepto objetivo de cómo
hacerlos cumplir o de cómo obtener el apoyo de alguna estructura que le garantice
el respeto y cumplimiento de los mismos.

El desconocimiento por parte de la población civil de la Declaración


conduce a gobiernos y sociedades al abuso y violación de sus derechos. Este
ultraje conduce a la destrucción material y espiritual del ser humano y la sociedad
en general. Esto ha causado esclavitud, miseria y en casos como el holocausto,
llega hasta el extremo de causar la muerte de millones de vidas. El resultado final
es la terrible y sangrienta guerra entre pueblos y naciones.

El concepto "Derechos Humanos", que deriva de "Derechos del Hombre"


surge del seno de la Organización de las Naciones Unidas, en 1948. Sin embargo,
estos derechos han sido y siguen siendo los protagonistas principales en el drama
de la historia de la humanidad. La violación de estos derechos es la causa de la
gran mayoría de los conflictos en la historia de la civilización. La lucha por los
derechos de las personas es tan antigua como la historia de la humanidad. La
mayoría de las religiones del mundo basan en cierta forma sus enseñanzas en el
concepto y la práctica de los Derechos Humanos.
 
Otros instrumentos han sido escritos y proclamados con un contenido
conceptual paralelo, como es el caso de la Revolución Francesa (1789), que se
fundamentó en la igualdad del ser humano y sus derechos; la Declaración de
Independencia Norteamericana y la Declaración de Independencia de Haití (1801),
que fue la primera nación negra independiente del mundo.
La abolición de la esclavitud ha sido un ejemplo clásico de la lucha por "Los
Derechos Humanos". Entonces, por qué es tan importante, diferente y significante
la " Carta de los Derechos Humanos" de 1948?

Su importancia se debe a que es un instrumento de protección para la


humanidad y un patrón de conceptos y comportamiento a seguir, tanto al nivel
individual como global. También, a que no es un instrumento sectario, sino una
declaración y afirmación de carácter global, quizás universal. Su importancia e
impacto es que fue firmada y ratificada por representantes de los gobiernos de
todo el planeta.

La "Declaración Universal de los Derechos Humanos" es el único


documento en la historia de la humanidad que fue ratificado por más de 35
estados y gobiernos. Con la aprobación, el 16 de diciembre de 1966, a
unanimidad, en la Asamblea General de la Naciones Unidas, de los tres
instrumentos y arbitrios que son parte de la "Declaración Universal de los
Derechos Humanos", toma el paso más significante de protección y respeto a
favor del ser humano en la historia de la civilización.

La "Declaración de los Derechos Humanos" y sus órganos es el único


mecanismo global en existencia que protege los derechos inalienables del ser
humano. Lo más importante es que, además, es el único mecanismo que tiene
facultades jurídicas con poder de ejecución.

En países que se encuentran en un proceso de desarrollo democrático y


rápido crecimiento económico, como la República Dominicana, es de gran
importancia el concientizar a la población civil en general sobre Derechos
Humanos. Tomemos en cuenta que la ignorancia de los pueblos es el combustible
que impulsa a las dictaduras y mantiene a las sociedades oprimidas.

En Latinoamérica se necesita, sin lugar a duda, emprender una campaña


en el ámbito nacional y dirigida a la sociedad civil, para concientizar a la población,
en un lenguaje simple y entendible, sobre lo que son los Derechos Humanos,
deberes y responsabilidades de esta sociedad. Emprendiendo esta labor
garantizaremos el desarrollo y el proceso de democratización en la República
Dominicana, al igual que en otros países del Tercer Mundo.
BIBLIOGRAFÍA.

1. AZUELA RIVERA, Mariano, Garantías, Colección Apuntes de las clases


impartidas por ilustres juristas del siglo XX, Número 1, 1ª Edición, Editorial
Suprema Corte de Justicia de la Nación – BUAP, México, 2005.

2. BETANCOURT, Mauricio G.; LONDOÑO, Esperanza L. Demócrata


Colombia Grado 7. Ed El Cid S.A. Barranquilla. 1988. HERNANDEZ
ECERRA, Augusto. Las Ideas Políticas en la Historia. Bogotá

3. ORTIZ RIVAS, HERNANA. Breves reflexiones sobre Derechos Humanos.


Ed. San Pablo. Santafé de Bogotá. 1988

4. SAAVEDRA ROJAS, Edgar; y, GORDILLO LOMBANA, Carlos.


Documentos históricos de los derechos humanos. Madrid – España.

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