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QUERIDOS MIEMBROS, - La proximidad de otro año me despierta nuevos deseos de ver vuestra
salvación, y el crecimiento de los que ya sois salvos. “Porque Dios me es testigo de cómo os amo á
todos vosotros en las entrañas de Jesucristo” (Filipenses 1:8). ¿Quién puede decir lo que traerá el
nuevo año? Existe claramente una carga en los espíritus de todos los hombres buenos, y una
búsqueda de una extraña obra de juicio sobre esta tierra. Existe ahora la necesidad de hacerse la
pregunta solemne, “Si en la tierra de paz estabas quieto, ¿cómo harás en la espesura del Jordán?”
(Jeremías 12:5).
Los creyentes que no confían en sí mismos o en otras criaturas, sino en Jehová Justicia nuestra,
permanecerán firmes. Debemos ser llevados a nuestras Biblias, y al trono de la gracia, si hemos de
estar firmes en el día malo. Entonces podremos decir, como David “Los soberbios se burlaron
mucho de mí: mas no me he apartado de tu ley” (Salmo 119:51). “Príncipes me han perseguido sin
causa; mas mi corazón tuvo temor de tus palabras” (Salmo 119:161).
Por mucho tiempo he tenido en mente preparar un plan de lectura de la Escritura, que pudiera
agradar a todos los que Dios ha hecho que estén dispuestos, de manera que con él se lea toda la
Biblia una vez al año, y que todos puedan alimentarse en la misma porción de verde pasto al mismo
tiempo.
Si hay tantos peligros, ¿por qué proponer este plan? A esto respondo, que las cosas mejores están
acompañadas de peligros, como las flores más bellas se encuentran a menudo en las grietas en algún
peligroso precipicio. Examinemos pues
LAS VENTAJAS.
(1.) Toda la Biblia será leída de manera ordenada en el curso de un año. – El Antiguo Testamento,
el Nuevo Testamento y los Salmos dos veces. Temo que muchos de vosotros no hayáis leído
toda la Biblia; no obstante, toda ella es igualmente divina, “Toda Escritura es inspirada por
Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el
hombre de Dios sea perfecto” (2 Timoteo 3,16-17). Si dejamos a un lado algunas partes de la
Escritura, seremos cristianos incompletos.
(2.) No se perderá tiempo para escoger qué porciones hay que leer. – A menudo los creyentes se
encuentran perdidos para decidirse a qué parte de las montañas de especias han de dirigir sus
pasos. Esta pregunta podrá ser resuelta aquí de una manera muy sencilla.
(3.) Los padres tendrán un tema regular para poder examinar a sus hijos y domésticos. – Es muy
deseable que el culto familiar sea hecho de manera más instructiva de lo que generalmente es.
Demasiado a menudo, la simple lectura del capítulo es como el agua derramada sobre el suelo.
Que cada miembro de la familia lo lea de antemano, y que entonces el sentido y aplicación sean
sacados por medio de preguntas y respuestas sencillas. El calendario será útil para esto.
También los amigos, cuando se encuentren, tendrán en las porciones leídas ese día un tema para
una conversación provechosa. Se podrá preguntar a cristianos más maduros y con más
discernimiento por el significado de los pasajes más difíciles, mientras que la fragancia de
Escrituras más sencillas se podrá desprender por todas partes.
(4.) El pastor sabrá en qué parte del pasto se encuentra el rebaño. – Él podrá así estar en
condiciones para hablarles más convenientemente en el Día de Reposo; y tanto el pastor como
los ancianos serán capaces de dar una palabra de luz y consuelo en las visitas por las casas, a lo
que estarán más dispuestos a hacer.
(5.) El dulce vínculo del amor y unidad cristianos se fortalecerá. – A menudo seremos llevados a
pensar en aquellos queridos hermanos y hermanas en el Señor, aquí y en cualquier parte, que
aceptan a unirse a nosotros para leer estas porciones. Seremos conducidos más a menudo a
ponernos de acuerdo aquí sobre la tierra, acerca de lo que debemos pedir a Dios. Oraremos por
las mismas promesas, lamentaremos con las mismas confesiones, alabaremos a Dios con las
mismas canciones, y seremos nutridos por las mismas palabras de vida eterna.
***
R.M.McCheyne nacio en 1813 y fue pastor en la Iglesia de San Pedro, en Dundee, Escocia.
Gran hombre de Dios, el Señor hizo una gran obra por medio de su poderosa predicación.
Todavía hoy sus mensajes son fuente de edificación y consuelo para muchos creyentes en todo el mundo.
Sin mujer ni hijos, M’Cheyne partió para estar con el Señor a los 29 años de edad, pocos meses después de
haber entregado este calendario a su amada congregación.
Noviembre 2005
ENERO Este es mi hijo amado, en el cual tengo
contentamiento; a Él oíd.
Familiar Personal
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