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Oferta y demanda, en economía, instrumentos esenciales para la determinación de los

precios. Según la teoría (o ley) de la oferta y la demanda, los precios de mercado de los
bienes y servicios se determinan por la intersección de la oferta y la demanda. En teoría,
cuando la oferta supera la demanda, los productores deben reducir los precios para
estimular las ventas; de forma análoga, cuando la demanda es superior a la oferta, los
compradores presionan al alza el precio de los bienes. Cuando se utilizan los términos
oferta y demanda, no se está hablando de la cantidad total de bienes vendidos o comprados,
puesto que en cualquier transacción la cantidad vendida siempre será igual a la cantidad
comprada, sino que se está aludiendo a la cantidad total de bienes y servicios que los
productores desean vender a un precio concreto, y a la cantidad total de bienes y servicios
que los consumidores comprarían en función de los distintos precios, lo que a veces se
denomina demanda efectiva.
La teoría de la oferta y demanda tiene en cuenta el efecto sobre los precios de los costes de
producción, pero considera que este efecto es indirecto, porque afecta a los precios a través
de la oferta, la demanda o ambas. Existe otra serie de factores que afectan de forma
indirecta a los precios, como puede ser un cambio en los gustos de los consumidores —o
hábitos de consumo— (que se prefieran abrigos de pieles sintéticas a abrigos de pieles
naturales), o las prácticas restrictivas del comercio como los monopolios, trusts y cártels.
Según algunos economistas, son tantos los factores que afectan por vías indirectas a los
precios que los términos oferta y demanda son conceptos genéricos que engloban un
conjunto de fuerzas económicas determinantes de los precios, y por lo tanto no son la
última causa determinante de los precios.
El mecanismo de fijación de precios mediante el juego de la oferta y la demanda sólo es
operativo en sistemas económicos donde impera la libre competencia . La creciente
intervención pública de los mercados pretende reducir el alcance del mecanismo de la
oferta y la demanda. Durante la II Guerra Mundial muchos países limitaron y restringieron
la operatividad del sistema de oferta y demanda mediante regulaciones de precios y
racionamientos. Los sistemas comunistas con economías centralizadas, es decir, aquellos
donde el Estado controla los medios de producción y la actividad económica, el mecanismo
oferta-demanda desaparece. Sin embargo, desde principios de la década de 1990, muchos
países que en el pasado tenían economías centralizadas han acabado adoptando
mecanismos de liberalización del mercado.

EQUILIBRIO DEL MERCADO


El tercer tema microeconómico por excelencia es el del equilibrio del mercado, o cómo
actúa y se comporta éste para lograr el equilibrio entre oferta y demanda, en función del
grado de competencia existente. Este análisis es sencillo en el caso del monopolio puro,
pero es poco común. Por ejemplo, la oferta de electricidad en una región suele estar
monopolizada por una única empresa. Pero siempre hay cierta competencia debida a los
productos sustitutivos —gas o petróleo— que puede limitar el comportamiento
maximizador de beneficios del monopolista, sobre todo a largo plazo. Cuando existen muy
pocos productores dominando el mercado —el caso del oligopolio— la teoría tiene que
apoyarse en la teoría de juegos.
No hace falta decir que la microeconomía constituye la base de cualquier rama de la
economía. Por ejemplo, cuando se analiza el efecto que tiene un impuesto en la teoría de las
finanzas públicas habrá que decidir qué modelo microeconómico se utiliza para mostrar
cómo afecta este impuesto a la oferta, a la demanda y a los precios, y por tanto cuánto se
podrá ingresar gracias a ese impuesto o cómo afectará a la oferta de factores de producción.
Así, un impuesto sobre la renta puede reducir la oferta de trabajo y un impuesto sobre los
beneficios puede disminuir la demanda de inversión. De igual forma, las principales tesis
de la economía del bienestar se fundamentan en supuestos relativos al funcionamiento de
los mercados.

El mundo de la competencia perfecta es un mundo de precio-aceptantes. Una


empresa perfectamente competitiva vende un producto homogéneo (idéntico al que
venden otras de la industria). Es tan pequeña en relación con su mercado que no
puede influir en el precio de mercado; simplemente lo considera dado. Cuando un
agricultor vende un producto homogéneo como el trigo, se lo vende a un gran
número de compradores al precio de mercado de S/.3 el quintal. De la misma
manera que los consumidores deben aceptar generalmente los precios que cobran
los proveedores de Interneto los cines, así las empresas competitivas deben aceptar
los precios de mercado del trigo o del petróleo que producen.
El competidor perfecto precio-aceptante puede describirse observando cómo es la
demanda a la que se enfrenta una empresa competitiva. Dado que las empresas
competitivas no pueden influir en el precio, el precio de cada una de las unidades
que venden es el ingreso adicional que obtienen. Por ejemplo, a un precio de
mercado de S/.40 por unidad, la empresa competitiva puede vender todo lo que
desee a ese precio. Si decide vender 101 unidades en lugar de 100, su ingreso
aumentará exactamente en S/.40.
Recuérdense estas ideas clave:
1. En condiciones de competencia perfecta, hay muchas pequeñas empresas, cada
una de las cuales produce un producto idéntico y es demasiado pequeña para
influir en el precio de mercado.
2. El competidor perfecto se enfrenta a una curva de demanda (o sea, da)
totalmente horizontal.
3. El ingreso adicional generado por cada unidad adicional vendida es, pues, el
precio de mercado.

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