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Agente tutor

Esta maravilla publicitaria está en el kiosco abandonado del puente de hierro.


Cada vez que paso por su lado me hierve la sangre. Viendo por la calle semejante
insulto a la dignidad individual me da por pensar y cabrearme. ¿Tutoooor? Joder.
Encima la fotito con el niño ¡pero si hasta tiene tintes pederastas! Esto saca de quicio,
es el puto colmo de la cara dura, de la desfachatez: no sólo te manipulan, sino que
además se ríen de ti, jocosamente, haciendo publicidad de ese control con tu pasta.
Cabrones.

Decía Bukowski que el trabajo de los agentes del orden es mantener las cosas
como están, si te gusta como están las cosas, todos los policías son buenos, si no te
gustan, todos los policías son malos. Síntesis magistral donde las haya. La policía es
simplemente el brazo ejecutor. Su trabajo es hacer que se cumplan las leyes que el
gobierno (en teoría todos) ha impuesto. Y con algunas leyes podrás estar de acuerdo y
con otras no. Harán que pagues la renta, harán que no bebas en la calle, harán que no
aparques y harán por protegerte de enemigos ultra-numerarios que llenan las
peligrosísimas calles de tu ciudad. Acogiéndose a este último punto, nos han endosado
todo lo demás. No dudo de que hay asesinos, violadores, ladrones y pederastas, pero
¿cuantos? ¿Hacen falta tantos agentes del orden para dominar y castigar? ¿Hacen falta
tantos para controlar a los que se “atrevan” a cometer el delito, o tan si quiera para
infundir el miedo a la minoría que sufra esos instintos? ¿Por qué sube el número de
policías en relación a la población y no al número de delincuentes? Estos desmanes del
ser humano tanto a nivel temporal de cada individuo (todos reconocemos esas bajas
pasiones en cierto grado), como a nivel del número de individuos en una población, son
bastante escasos. Además desde las épocas en las que el ser humano vivía en
asentamientos mínimos (con unas 30 personas y hace 25.000 años) estaban controlados
por el grupo y no existía una autoridad personificada que “ejecutase” el poder, así el
poder dependía de la aceptación de todos y no de los que controlasen al “brazo
ejecutor”.
Cuando uno acaba gobernando semejante “arma” pronto advierte que su
utilización y aceptación depende de su necesidad, hay que crear esa necesidad, hay que
intimidar a la población con la posibilidad de caos, de peligro, de que es necesaria para
mantener el bienestar. Creo que en cierta medida sería útil tener esta fuerza en nuestro
favor, siempre y cuando representase los verdaderos intereses de la población. El
problema, al menos para mi, es que nunca he notado que estén a mi favor. Parecen usar
toda una parafernalia para convertir una necesidad real en la sociedad (esa defensa) para
articular todo un método de escrupuloso control para que cumplas normas que ni sabes
como se aprobaron, ni el sentido que tienen o, ni tan si quiera, si son beneficiosas para
ti. Menuda mierda más grande.

No sé si le pasará a los demás, pero hace tiempo que no veo a un “policía amigo”.
La imagen en la que yo estoy nervioso viendo el cogote del madero mientras me
defiende de no sé que peligro es un pequeño sueño (me robaron en la puerta del Eroski).
La que me parece más real y cotidiana es ésa en la que tengo al madero de frente, cara a
cara, pidiéndome el carnet o el seguro o las botellas o los porros… Hasta cuando lo
tengo todo en regla y me considero totalmente en el sistema (esos dignos momentos) si
veo un policía no me digo: ¡Bien! Deben de estar buscando algún delincuente y quieren
ver si puedo ayudar. Me piden mis datos, esperan con cara de sospecha (ojo, no
culpable) y si todo va bien, adiós. ¿A qué delincuentes buscaban? ¿A los violadores,
asesinos o pederastas? Más bien, soy yo el que se siente delincuente, soy yo el que hace
botelleo, soy yo el va a 140, soy yo el que tiene porros, soy yo el que atenta contra la
propiedad intelectual y pirateo, soy yo el que intenta librarse de hacienda… ¡soy yo el
delincuente! Equiparado con naturalidad a esos pederastas, violadores y asesinos… Soy
alguien que por copiar un CD queda penalizado, marcado en nombre de ¿qué? ¿del
civismo y de la moral? Alguien que irá a la cárcel por ir a 140 (sólo por la probabilidad
de producir más muertes, no por la certeza que producen los gases tóxicos de mi
vehículo), alguien a quien se le pedirá el DNI por estar a las tres de la madrugada
hablando en un parque. A este ritmo todos estaremos fuera del sistema, todos seremos o
delincuentes o delincuentes potenciales. Y así, sin que nadie pueda estar completamente
“limpio” se podrá tener una excusa para encarcelarte cuando representes un verdadero
riesgo.

El puto cartelito lo que viene a recordarme es que se me imponen muchas cosas


que me parecen superfluas para la verdadera, pacífica, ordenada y feliz vida en sociedad
(otra cosa es que sean útiles para el control) y que a verdaderas injusticias como los
fraudes financieros, las tramas de poder, el atropello a los derechos humanos, los
atentados a la sanidad pública, las guerras imperialistas, el monopolio de la propiedad
intelectual y otros asuntos de interés para todos quedan totalmente desterrados de las
preocupaciones de la sociedad. La sociedad debe decidir sobre temas sencillos, triviales,
pero nunca participar de la toma de decisiones sobre temas de poder, dirección o
economía, aún cuando estos vayan en su perjuicio o no les beneficien en absoluto. Y
recordándome esta dolorosa injusticia y lo poco que me gusta como están las cosas,
encima me ponen al policía, al brazo ejecutor que no piensa, ¡¿de tutor?! diciéndome
que aprenda a obedecer y hacer cumplir las normas sin pensar (como un buen policía),
invitándome con malicia envenenada a ser el brazo ejecutor y ocultándome astutamente
la posibilidad de ser la cabeza pensante… Hijos de puta…

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