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alquiler es un montón de dinero tirado. Sin embargo, encuentro ciertos alicientes para vivir
de alquiler, y desde luego, también soy consciente de las dificultades y problemas que
plantea una hipoteca, es más, en contra de la opinión general, lo veo como un montón de vida
tirada.
Después de ver a nuestros vecinos forrarse con tal terreno o casa que poseían, a las
inmobiliarias, constructoras y empresas relacionas multiplicarse y oír en bolsa lo seguro de
este sector (más todavía en España) es casi imposible no pensar que eres el único gilipollas
que no está ganando pasta con el tema. Surge, casi de inmediato, una asociación directa entre
el problema de tener que vivir en algún sitio y, ¡qué bien! poder invertir en este sector tan
importante y seguro. Además vivir de alquiler cuesta dinero, y claro, ésto se contabiliza
como ganancias brutas, porque ahora estás invirtiendo, ya no tiras el dinero, algún día será
para ti con intereses, ¡joder!, es perfecto. No sé si movidos por algo parecido o por algo
completamente diferente, pero la tentación de comprar casa a ciertas edades es ineludible,
incluso parece que estás perdiendo el tiempo si no te hipotecas.
Este afán de poseer "tú casa" es precisamente lo que hace que vaya tan bien el sector, es
lógico pensar que las empresas de éste intenterán maxificar los beneficios, como por ejemplo
incrementando la demanda a través del marketing. Quizás ese sueño dorado no es más que el
fruto de un marketing hiperactivo, porque a decir verdad, lo de hipotecarse no es ninguna
delicia. Exige un gran esfuerzo económico para la mayoría y dura un período de tiempo tan
largo, que no se puede saber que cojones va a pasar dentro de 20 años, y si vas a poder seguir
pagando la hipoteca los otros 10 años que restan. Yo jamás podría jurar que voy a pagar
todos los primeros de mes de los siguientes 30 años, de hecho se dan facilidades y
flexibilidad (cuando puedas, pero paga). No sé si la gente lo percibe, pero esto es una carga
qué muy fácilmente no dará los beneficios esperados, ya que, a parte de perderla por
cualquier circunstancia, también es posible que simplemente pase a los hijos, sin la recogida
de intereses económicos prometidos en el sueño inicial. En el cual, también se esboza una
especie de futuro lejano en el que ya no se tiene que pagar por vivir, cosa bastante discutible
teniendo en cuenta los simples gastos de mantenimiento de una casa de 30 ó 40 años o lo
fácilmente que se puede terminar en una residencia.
Podemos echarle un vistazo a la realidad, está claro que tener una casa o cualquier
propiedad (sin contar con la bancarrota) te da seguridad, es un ahorro obligado y una
salvaguarda, pero ahora bien, ¡¿ese esfuerzo merece la pena?!. Desde nuestra posición
económica, ¿de verdad merece la pena?, ¿se evalúan los riesgos y se calculan los posibles
beneficios reales? Más bien se sigue la corriente del país, que no del resto del mundo, y como
a unos les ha ido bien, pues bien para todos. Otro sesgo en la valoración de riesgos, mucha
gente pierde su casa o van a la ruina, pero casi no se habla. Existen otras muchas
deformaciones de la realidad pero todas apelan al mismo dilema: ¿se "facilita" realmente la
compra de una casa? o ¿se fomenta masivamente ese sentimiento de poseer "tú casa" pero al
mismo tiempo se exigen un esfuerzo y tiempo desproporcionados? Para pasar por el aro hace
falta una fuerza que empuje o que atraiga, en este caso ataca por los dos flancos, primero se
fomenta el sentimiento humano normal hasta superlativarlo, atrayendo hacia la compra y
luego, se le empuja con medidas fiscales favorables y, por supuesto, más bienestar.
Para el alquilado esto es otra historia, como para todos jode una mudanza, pero el
alquilado está menos arraigado y tiene experiencia, puede vivir en el centro mientras puede
pagarlo y le gusta el ambiente, y quizás un año a las afueras, más barato y con menos agobios
y gastos, le ayude a pagar el coche. Si la situación con los vecinos no es placentera, adiós,
que el barrio ya no es lo que era, adiós, que me dan trabajo fuera, adiós, que cae el edificio,
adiós. Una ciudad muestra caras diferentes según donde se viva, ¿cómo puedes saber donde
te gusta vivir si nunca has vivido?, un alquilado tiene la oportunidad de vivir en un surtido
conjunto lugares y ambientes, recordando cosas buenas y malas de cada lugar y
comparándolas con el estado actual. Sin duda cuenta con mejor información, sabe qué puede
soportar mejor de las comunes deficiencias de un hogar y qué es inadmisible. Un alquilado
cambia de decoración y de colchón mucho más a menudo que un clavado, a lo largo de los
diferentes hogares y momentos de la vida se expresa de una manera acorde con esos
instantes, el clavado revive el día que eligió los muebles y electrodomésticos antes de
clavarse, al menos, una década. Aunque esto pueda parecer superficial, es justamente lo que
venden al decirte: "...que es TÚ casa".