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ESPAÑA EN GUINEA

LA CONQUISTA DEL MUNI

CARNE DE PLANTACIÓN
LA NECESIDAD DE MANO DE OBRA PARA EL CACAO EN LA ISLA DE FERNANDO POO SE RESOLVIÓ IMPONIENDO TRABAJOS FORZADOS A LOS FANG DE LA GUINEA CONTINENTAL.

GUSTAU NERÍN , AUTOR DE UN RECIENTE LIBRO SOBRE ESTE PERÍODO, ANALIZA LA COLONIZACIÓN ESPAÑOLA EN LA REGIÓN, QUE DESATÓ UNA CAZA DEL HOMBRE EN 1926

GUERREROS FANG
N 1898, ESPAÑA PERDÍA paña dedicaba a Guinea se gastaba casi
CON SUS TOCADOS sus colonias en Amé- exclusivamente en Fernando Poo (la ac-
TRADICIONALES,
rica y el Pacífico. Al- tual Bioko). Las vastas selvas del Muni
en una postal
de principios del
E gunos políticos, de- seguían en manos de los fang, un pue-
siglo XX. Este
pueblo perdió su seosos de reconstruir blo bantú que se reveló especialmen-
independencia en un imperio colonial te hostil a la colonización europea. Los
los años veinte
por la creciente hispano, fijaron su atención en el Áfri- alemanes de Camerún y los franceses
presión española ca negra. Pero, en esa época las grandes de Gabón, aprovechando el vacío de so-
sobre su
territorio. potencias europeas ya se habían re- beranía del Río Muni, solían hacer in-
partido esta región. España sólo había cursiones en territorio español para co-
conseguido preservar una cierta in- brar impuestos y para capturar mano de
fluencia en las islas obra para trabajos
de Fernando Poo, forzados.
Annobón, Corisco y En 1910, Ángel
Elobeyes y en algu- Barrera fue nom-
nos poblados en el brado gobernador
estuario del Muni. general de Guinea.
Los círculos colo- Permanecería en el
nialistas pretendían cargo hasta 1925 y
ampliar al máximo su trataría de impulsar
influencia en este úl- la colonización del
timo territorio. Pero Muni.
las posibilidades eran Recorrió en per-
escasas, pues ya ha- sona en diversas
bía una intensa pre- ocasiones el territo-
sencia francesa al sur rio, haciendo una
del estuario del descripción de sus
Muni (en Gabón) y regiones y de sus
alemana en el norte habitantes. Ade-
LAS CLAVES (en Camerún). Fi- EL GOBERNADOR Núñez de Prado (en la más, preparó un
UN PIE EN ÁFRICA. En 1900,
nalmente, tras largas imagen hacia 1925) fue nombrado por completo plan de
el Directorio de Primo de Rivera en
España vio reconocidos negociaciones, en sustitución de Ángel Barrera. colonización, que
24.000 km2 junto al Golfo de 1900 España obtuvo no se pudo hacer
Guinea: lo llamaría el Río Muni. 24.000 km2 de territorio ecuatorial. De efectivo por falta de presupuesto –a
ÁNGEL BARRERA. De 1910 a
esta forma, surgiría lo que vendría a lla- veces Barrera, avergonzado por el poco
1925, el gobernador trató de im- marse el Muni, Río Muni o la Guinea gasto colonial, recurría a sus propios fon-
pulsar la colonización del Muni Continental Española. dos para algunas acciones–. Este go-
pagando de su propio bolsillo. Durante bastante tiempo, la presen- bernador combinaba su voluntad colo-
NÚÑEZ DE PRADO. Cambió
cia española en esta colonia fue tes- nizadora con un cierto espíritu paterna-
la política de atracción de su an- timonial. El poco presupuesto que Es- lista, que le llevó a rechazar una ocu-
tecesor por la de caza del hom- pación militar.
bre y trabajos forzados en las GU STAU NERÍN. ANTROPÓLOGO, AUT OR DE Siempre se mostró partidario de la
LA ÚLT IM A SELVA DE ESPAÑA.
plantaciones de cacao. denominada “política de atrac- ó

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buir al esfuerzo de guerra con sus im-


puestos. Una fuerte agitación recorrió el
país fang: algunos clanes se aliaron con
los alemanes y obtuvieron armas y pól-
vora de ellos, otros pactaron con los alia-
dos y consiguieron apoyo militar.

FRENO A LA GUERRA. Barrera observa-


ba con preocupación la situación del
Muni. Temía que, cuando el ejército
aliado echara a los alemanes de Came-
rún, éstos se desplazaran a la zona espa-
ñola para seguir los combates. Para evi-
tarlo, construyó cuatro puestos milita-
res en la frontera guineo-camerunesa.
Contaban con muy pocos efectivos y ni
siquiera tenían emisoras o ametrallado-
ras, pero constituían límites simbó-
licos de la soberanía española. Los
puestos cumplieron su papel y evitaron
EL BUSTO DEL GOBERNADOR ÁNGEL BARRERA, que estuvo al frente de la colonia entre 1910
la extensión de la guerra a la Guinea
y 1925, presidía la plaza frente al Palacio del Gobierno General en Santa Isabel. Continental.
A partir de 1916, estos destacamen-
ó ción”: ganarse a los jefes tradicio- po, Camerún, colonia alemana, envolvía tos desempeñaron un papel clave en
nales y utilizar el comercio para facili- por completo al Muni. Por eso se desa- la conquista del Muni. Desde allí, la
tar una penetración pacífica de la po- rrollaron fuertes combates junto a este Guardia Colonial organizó expediciones
tencia colonial. territorio. Muchos fang, del Muni y de para combatir a los grupos fang que se
En 1914, la I Guerra Mundial alcan- territorios vecinos, fueron movilizados oponían a la colonización. Además, en
zó las fronteras de Guinea. En ese tiem- como porteadores o tuvieron que contri- esos puntos empezaron a construirse

CÓMO HACERSE CON UN PEQUEÑO IMPERIO


CARLO A. CARANCI

Ya dijimos alguna vez que los que asignaba el territorio a Es- micos y autosuficientes. Tras sideraban muy poco rentable
africanistas catalanes están a la paña, y 1930, con la consolida- la Gran Guerra, que incide más (y así era) la colonia. Mientras,
cabeza del africanismo español. ción de la ocupación. Esto se que tangencialmente en la colo- los españoles van creando tí-
Prueba de ello son, entre otros, inscribe en el contexto de las nia, Barrera –un político excep- midamente una Administración factorías y a partir de ahí se estimuló Gracias a ello, toda la frontera guineo-
represión (ver La Ave ntura de la Histo-
F. Iniesta, A. Bosch, A. Roca, pérdidas de Cuba y Filipinas y es cional para los niveles españo- civil, política y religiosa, que el comercio. Paulatinamente, la gente camerunesa quedó controlada. Pero los
ria, núm. 112). Aunque pronto se recu-
ria
J. Sánchez-Cervelló y el autor el intento de hacerse con un im- les (uno de sus colaboradores chocaba con la cultura fang de la región empezó a adoptar el hábi- fang no aceptaban pasivamente la pre-
peró el control de las zonas más próxi-
del título que reseñamos, Nerín. (que Nerín explica muy bien). La to de vestir telas occidentales y de uti- sencia colonial.
mas a los puestos, la colonización efec-
En cuanto a Guinea Ecuatorial, colonia, ya “pacificada”, fue
INTERESANTE Y DENSO ESTUDIO lizar herramientas europeas, como los En 1921, una gira de la Guardia Co-
tiva no avanzó. Barrera había previsto
escasean los libros de historia consolidándose en los años vein-
DE NERÍN SOBRE UNA ACTUACIÓN machetes. Las fuerzas coloniales no lonial en busca de trabajadores forzados
construir dispensarios y generalizar la
sobre el período colonial espa- te, olvidada ya la política aban-
ñol (no hay nada sobre los siglos donista, con el gobernador Nú-
controlaban todo el Muni, pero obliga- derivó en enfrentamientos con algunos
educación, pero con el exiguo presu-
DESCONOCIDA EN LA METRÓPOLI
precoloniales); lo poco que hay ñez de Prado, y se inicia su ex- ron a las poblaciones de las zonas pró- fang del clan osumu y un áscari resul-
puesto disponible sólo podía enviar a
pertenece a la historiografía perio colonial –el llamado pe- fue el siniestro Ayala)– conso- plotación económica, los fang ximas a los campamentos a abrir sende- tó muerto. La reacción de las fuerzas
guardias coloniales.
franquista. Y menos títulos aún queño imperio español–. Así, se- lida la presencia española con son utilizados como mano de ros y a construir infraestructuras, con coloniales fue contundente: median-
El territorio, pues, quedó infrauti-
hay sobre los primeros años de guimos los tanteos territoriales su política “de atracción” que al- obra, en estatus de semiesclavi- lo que la presencia española se fue con- te una represión brutal contra los osu-
lizado. Sólo se comerciaba, en pequeña
la colonia, importante hueco de franceses, británicos y ale- ternará el acercamiento con la tud, para las compañías cacao- solidando. mu, se trató de intimidar a todos los
escala, con caucho y con marfil –y, en
que está llenando Nerín con sus manes; la política españo- violencia, combatiendo la re- teras, madereras y otras, sin que Al término de la I Guerra Mundial, el fang y evitar nuevas rebeliones.
las zonas costeras, también con made-
investigaciones, véanse: Un la, precaria y dubitativa sistencia política o arma- falten las hambrunas y la mor- gobernador Barrera ordenó la construc- El joven teniente que mandaba los
ra–. Y buena parte de los beneficios no
guardia civil en la selva; Gui- (interesaba más Ma- da fang, con matanzas tandad. De todo esto, apenas se
ción de un último puesto en Akonangui puestos fronterizos, Julián Ayala Larra-
eran para España, sino para las socieda-
nea Ecuatorial, historia en blan- rruecos), y las relacio- incluidas. Barrera debe sabrá nada en la metrópoli. En
–que más tarde se trasladó a Ebibeyín–. zábal, se destacó especialmente en la
des alemanas y británicas que contro-
co y negro, y La última selva… nes generalmente vencer, además, la “re- fin, una colonia europea como
Este importante, interesante y poco pacíficas con las sistencia” de los tantas otras… ■
laban el comercio del Muni
denso libro se centra en la ocu- entidades políticas “abandonistas” es- GUSTAU NERÍN, La última selva y las líneas marítimas de
DURANTE LA I GUERRA MUNDIAL, ESPAÑA CONSTRUYÓ
pación española del Muni –la fang, macroetnia mayo- pañoles, que con- de España. Antropófagos, misione- la zona. Barrera no cesaba
futura Guinea continental espa- ritaria del Muni, política- ros y guardias civiles, Madrid, La
PUESTOS MILITARES EN LA FRONTERA CON CAMERÚN Y de solicitar más fondos para
ñola–, entre el Tratado de 1900, mente acéfalos, diná- G. NERÍN Catarata, 2010, 302 págs., 18 € EVITÓ QUE EL CONFLICTO SE EXTENDIERA A SU COLONIA colonizar la parte ó

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INTERIOR DE UNA CASA DE LA PALABRA,


reproducido en la obra Los Pamues
(los fang) , de G. Tessmann, 1913.

LA GUARDIA COLONIAL, formada al


mando del coronel Tovar de Revilla, en
una fotografía tomada en 1915.

ó continental de Guinea, aseguran- res de Franco. Jordana designó como go- Los fang, que durante mucho tiem- do Poo. Hasta aquel entonces, los fin- ficultó la recuperación económica. Por zona. Se cartografió el territorio, se
do que la inversión saldría rentable, bernador general de Guinea a otro vete- po habían resistido ferozmente a las ac- queros utilizaban principalmente mano otra parte, en los primeros tiempos de construyeron carreteras, llegaron misio-
pero el Ministerio de Estado no se de- rano de Marruecos: el general Núñez de ciones militares de alemanes, franceses de obra liberiana, reclutada en condicio- la colonización se exigió a las pobla- neros para evangelizar a los “nativos”,
cidía a invertir. Prado. Éste, incluso antes de llegar a y españoles, en esta ocasión práctica- nes de semiesclavitud, cuyo coste resul- ciones fang un terrible esfuerzo para se establecieron líneas marítimas... Los
Guinea, se manifestó contrario a la po- mente no combatieron a las fuerzas co- taba muy elevado. la construcción de infraestructuras. De-fang perdieron su religión, empezaron
EL GIRO DE NÚÑEZ DE PRADO. La si- lítica de atracción barrerista e indicó loniales: se habían visto afectados por En 1926, a causa de problemas diplo- cenas de miles de personas trabajaban a consumir grandes cantidades de pro-
tuación cambió en 1925. El Directorio que su prioridad sería la completa ocu- una terrible hambruna y por una olea- máticos, se interrumpió el reclutamien- a la vez abriendo carreteras, levantan- ductos europeos, se vieron obligados
se reestructuró y los territorios ultrama- pación de la colonia. da de migraciones masivas que habían to de trabajadores liberianos y el Go- do destacamentos e iglesias y haciendo a cambiar de costumbres matrimonia-
rinos pasaron a depender de la Direc- Gracias a los fondos que le otorgó Ma- debilitado su cohesión social. bierno General trató infructuosamente de porteadores para los colonizadores. les y judiciales.
ción General de Marruecos y Colonias, drid, Núñez de Prado pudo muy pron- Cuando se ocupó la zona continen- de buscar braceros en China, la India, Muchos de ellos eran obligados a ir a Cuando España conquistó el Muni,
un nuevo organismo de la Presidencia to poner en marcha el proyecto de ocu- tal, no había un plan colonial sólido para Cabo Verde, Mozambique, Angola, trabajar a mucha distancia de sus casas,los colonialistas hispanos creían haber
del Gobierno. Primo de Rivera colocó al pación diseñado por Barrera. Entre él. Las autoridades de Santa Isabel (la Cuba, Marruecos... sin ninguna retribución y sin ni siquie-obtenido una colonia para siempre. Por
frente de esta institución al general Jor- 1926 y 1927 las fuerzas de la Guardia capital de Guinea) consideraban este te- aquel entonces, el colonia-
dana, un militar africanista con mucha Colonial crearon una docena de nuevos rritorio, básicamente, como una simple LA SANGRÍA HUMANA DEL MUNI SE FRENÓ CUANDO SE lismo parecía ser el siste-
experiencia en Marruecos y que pos- puestos coloniales y construyeron ca- reserva de mano de obra para las plan- ma de gobierno al que es-
teriormente sería ministro de Exterio- minos para unirlos. taciones de cacao de la isla de Fernan-
INSTALARON EN LA ZONA MADEREROS Y AGRICULTORES taban condenados los afri-
ESPAÑOLES QUE TAMBIÉN NECESITABAN MANO DE OBRA canos. Pero el tiempo de-
mostraría la fragilidad de
Al fracasar los intentos de conseguir ra ser alimentados. Con frecuencia, este axioma. A pesar de la oposición
mano de obra en otros países, Núñez de eran sometidos a tremendos maltratos. de Franco a la descolonización de las co-
EL AZOTE DE LA HAMBRUNA Prado tuvo que recurrir al Muni. Los re- La situación sólo empezó a cambiar lonias, en 1968 los Territorios Espa-
Hace algunos años, aún que- bían envenenado la tierra. La grandes cantidades de población Quedó horrorizado: en algunos
clutadores de la Cámara Agrícola de cuando comenzaron a instalarse en el ñoles del Golfo de Guinea accedieron a
daban algunos guineanos que realidad es algo más complica- y los cultivos no bastaban para pueblos, los cadáveres se amon- Fernando Poo, auxiliados por los man- Muni inversores procedentes de Espa- la independencia con la denominación
recordaban lo que denominaban da. Todo empezó por un ciclo alimentarlos. tonaban en las cabañas, pues los dos de la Guardia Colonial, se lanza- ña. Los propietarios de explotaciones de Guinea Ecuatorial. La mayor parte
“la epidemia del hambre”, una de malas cosechas. El problema La gente que huía de la hambru- pocos vivos que quedaban no te- ron a una auténtica caza del hombre y forestales y de plantaciones agrícolas de los fang sólo estuvo colonizado du-
gran hambruna que sacudió el se agravó notablemente a cau- na tendía a acumularse en cier- nían fuerzas para enterrarlos. con ello pudieron enviar a 14.000 fang observaron con horror cómo el Muni se rante cuarenta años. ■
sur de Guinea y el norte de Ga- sa de los desplazamientos masi- tas zonas y a agotar allí las reser- El gobernador no sólo no pudo a la isla. Aunque oficialmente eran vo- despoblaba a toda velocidad para sumi-
bón entre 1918 y 1927. Algu- vos de población. Grandes gru- vas de provisiones, por lo que ayudar a los afectados, sino que luntarios, en realidad, en su mayoría nistrar brazos a Fernando Poo. Alerta-
nos daban una versión mítica de pos de población vagaban por los grandes masas de población ter- su caravana tuvo efectos desas- fueron forzados a trabajar en las planta- ron a Madrid que, en caso de seguir la SOR Los lectores interesados en este
artículo pueden
los hechos: unos explicaban que territorios de Gabón, el Muni y minaron por huir de la zona sur trosos sobre las zonas donde pa- TEO participar en el sorteo de
ciones de cacao. situación así, se arruinaría para siempre
la comida sobraba, pero que la Camerún, huyendo de la perse- de Guinea hacia el norte. Una ex- saba, ya que agotó las pocas re- siete ejemplares de La última selva
la economía de la zona continental. El
gente por más que comiera, no cución de las tropas coloniales, traña enfermedad que provoca- servas de comida existentes. De de España (La Catarata, Madrid,
UN MAZAZO A LOS FANG. La imposición Gobierno General guineano, paulatina-
se saciaba; otros, decían que de los trabajos forzados y del co- ba una gran mortalidad vino a vuelta a la isla, Barrera sólo pudo 2010), del mismo autor, enviando el
lo que llegó fue un castigo de los bro de impuestos. agravar la situación. Barrera, enviar unas decenas de sacos de de trabajos forzados supuso un duro gol- mente, modificó sus políticas colonia- título de la obra a
pe para la sociedad fang, todavía muy les en el Muni. redaccion.arlanza@elmundo.es o por
ancestros por haber olvidado sus En determinadas zonas, espe- alertado por sus subordinados, arroz al Muni: una medida tes- correo a la dirección de la revista antes
tradiciones; incluso, algunos cialmente en la frontera sures- organizó una expedición para ob- timonial para una crisis de estas afectada por la hambruna. La marcha A partir de ese momento, la presen- del 15 de enero. Los ganadores se darán a
afirmaban que los franceses ha- te del Río Muni, se acumularon servar en persona la situación. dimensiones. G. N. de muchos hombres en edad laboral di- cia de España se fue consolidando en la conocer en el número de febrero.

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