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Gerardo Pinto | Crónicas de la calle 33
CRÓNICAS DE LA CALLE 33
Diagramación: Anónimo
Tapa: conquision
Primera edición
Contenido
Index 12 | Prólogo
Prologo
E
ste es el libro el cual muchos odiarán y pocos, de leerlo
terminarán. Sé que será muy brusco, no es mi intención final
ofender, es verás para los que anduvieron buscando una
respuesta lógica para estos tiempos. Tiempo de quitar el velo
y divisar en las calles como las ojas del otoño van cayendo. Las
respuestas golpean a nuestra puerta y por nuestra indiferencia, no la
dejamos entrar, a que moren con nosotros y le demos de comer día
tras día. Las respuestas que están tan cerca pero que nuestro orgullo y
nuestra bendita vanidad no permiten que se acerquen. Las respuestas
que están en la calle.
lector, que logre entender a través de este simple relato, lo más triste
de nuestra sociedad, los errores que nos han llevado a ser lo que
somos por naturaleza y nuestros modelos de inspiración que tanto han
dañado la idiosincrasia de nuestra gente.
Dedicado a los chicos de nuestros barrios, los que ríen aún cuando sus
ojos no dejan de llorar…
Pude ver todo lo hecho por Dios. ¡El hombre no puede comprender
todo lo que Dios ha hecho en esta vida! Por más que se esfuerce por
hallarle sentido, no lo encontrará; aun cuando el sabio diga conocerlo,
no lo puede comprender
Eclesiastés 8:17
Gerardo Pinto | Crónicas de la calle 33
Gerardo Pinto | Crónicas de la calle 33
Q
ué pasaría si las cosas que pensamos se hicieran
realidad?, ¿qué pasaría si nuestros sueños se empezaran
a cumplir? Me he dado cuenta de las realidades de la vida,
de que el ser humano necesita un apoyo, una amistad, o
por defecto, una persona que actúe como vicario para que lo lleve a
conocer a Dios o algo parecido. Hoy quiero hablar, desde una postura
no tan cristiana, sino un poco más racional (ser cristiano no es siempre
ser un ser racional). Quiero dejar en claro que para ser cristiano hay
que dejar de lado todo lo que sencillamente es racional, sentarse en
una roca a la vera del camino, esperar respuestas de lo alto, dejarse
fluir por las canciones y llorar para sacar todas las culpas para sentirse
mejor y más bueno en la vida. No es mala idea ese contrato, me diría
un psicopedagogo, se están enseñando a calmar sus pasiones; porque
a fin de cuentas ser cristiano hoy en día se resume a estar en una
iglesia y llevar el tilde de bueno en la vida, una Biblia Thompson de 25
kilos bajo el brazo y la corbata bataraza con el saco a 30° de calor
repitiendo las famosas frases… Aleluya, Gloria!
*** * ***
Todo eso ocurrió en dos minutos, el silencio fue quebrado por los
ladridos de un perro, de esos que no tienen raza, vagabundos pero útil
en ese momento y al pobre muchacho le volvía la vida; el cuchillo solo
rasgó un poco la piel. Uno de los bandidos sacó un arma y apuntó en
dirección al perro, cuando uno de ellos exclamó: _ni siquiera lo
intentes! Esa voz fue conocida. El muchacho levantó su cabeza y no
podía divisar bien quién era, tampoco imaginarlo con ese gorro de lana
en toda la cabeza del bandido.
Estuvo tirado dos horas entre la calle y la solera, hasta que una bocina
lo despertó.
Marcos le pidió ayuda, con esa voz quebrajada pero consiguió una
moneda de 50 centavos que el hombre del automóvil de arrojó cerca
de su mano. Marcos necesitaba recorrer cuatro cuadras más y estaba
parado en frente de ese restaurante. Divisó un reloj en la plaza al otro
lado de la avenida Thompson, eran casi las nueve de la mañana y el sol
comenzaba a amenazar sus heridas. Empieza a razonar en medio del
dolor, de la droga y del bullicio de la calle.
Marcos ni siquiera la escuchó solo podía ver ese rostro que trataba de
una mujer de unos 80 años. La gente le decía que se alejara de
Marcos, que podría sufrir un robo o algo así, pero ella los enfrentaba a
todos:
_ Su nombre señor.
_ No recuerdo.
_ Número de documento.
_ Si realmente este libro es para los hombres, ¿por qué razón es tan
difícil de entenderla?, demandaré a quienes la escribieron.
Marcos no salía de sus dudas y respirando hondo hizo algo que jamás
debió hacer: se durmió.
*** * ***
_ No se señora.
_ Señorita le dije.
_ Uno mal vestido, estaba borracho, dijo que lo vio tirado y que trató de
ayudarlo.
_ Marcos, está usted bien, sufrió muchas heridas, sé que fue chocante
para usted.
_ No leeré más este libro, está escrito solo para gente que busca
desesperadamente respuesta a sus locuras para sentirse bien de los
errores que cometen.
Marcos seguía algo ido por toda esta situación pero no se daba por
vencido, trataba de razonar a cada instante. Hasta que en un momento
comenzó a razonar de verdad.
_ Qué estoy haciendo acá; quién soy realmente; por qué esta situación.
Comienzo a sentir algo de temor cuando salga de esta sala, ¿a dónde
iré?
Se sintió algo triste por las preguntas que fluyeron ese momento pero
no perdió el humor ni la esperanza, siguió inspeccionando el ambiente,
hasta que se le ocurrió una idea.
_ Señorita!, señorita!
Nadie aparecía.
_ No lo sé.
_ Estos casos son de estudio Universitario, vas a estar tratado con las
facultades de Medicina y serás un ratón de laboratorio, luego abrirán tu
cerebro y verán si lo pueden arreglar.
_ No sé quién soy.
_ Así que para hablar con los representantes de Dios hay que tener un
número especial! Por favor, ella me dejó una biblia, un folleto con
dibujitos y este número.
_ Otra religión que usa el dolor para ganar personas, solo quieren
dinero, dinero y más dinero
Marcos se ríe, y le devuelve el celular dándole las gracias por tal favor.
Ella lo mira y le sonríe, le pregunta si desea que saque esos folletos de
la mesa. Él le dice que saque todo, menos la biblia.
*** * ***
Gerardo Pinto | Crónicas de la calle 33
Entre sueños escucha los ruidos de la sala del lado, son de dolor, ya no
hay gritos desesperados, solo llantos que merecen un poco de
consuelo. Abre sus ojos y en el pasillo esta la niña jugando a las
carreras. Los doctores la abrazan y la saludan. Ella es amable y le
sonríe a todo el mundo. Marcos se siente incómodo en esa cama y
cuando encuentra la ocasión llama a un médico. Uno de ellos se
acerca medio de incógnito y entra en la pieza.
_ Mariana y usted?
Gerardo Pinto | Crónicas de la calle 33
_ Cómo es eso?
Pensaba y sacaba cuentas: si ella el primer día vino una sola vez, ayer
vino dos veces y me hizo el favor del celular, hoy me regalo dos
sonrisas y se sentó en la cama. Eso quiere decir algo, pensó Marcos.
_ De la biblia de la Abuela.
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Lo levantaron y no se sentía débil, les dijo a todos las cosas que iba
sintiendo, trabajo menos para los médicos que debían hacerles las
preguntas de rigor.
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Durante una hora caminó Marcos para constatar si se sentía bien. Uno
de los médicos se le acercó y le dijo seriamente:
Marcos lo abrazó y le dio las gracias, ni si quiera sabía quién era pero
le agradeció y le prometió que vendría a ayudar todos los días.
cada cosa que hacían los otros médicos. Ya nadie le decía que se
fuera, estaba siendo efectivo en ese preciso momento. Mientras los
gritos y la sangre eran los participantes totales, Marcos habla con
todos los heridos y los comienza a calmar.
_ Estas heridas serán sanadas, estén tranquilos que Dios está acá con
nosotros.
_ Por qué razón siempre asocian a Dios con el dolor, Dios no es un Dios
que se mueve a través del dolor, dijo Marcos y seguía limpiando
heridas.
_ Dios me quitó a mi hija hace unos años, se escuchó por ahí otra
mujer.
Job 6:15-17
Gerardo Pinto | Crónicas de la calle 33
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T
enía lágrimas en los ojos y miraba una y otra vez el trágico
aparato, tratando de imaginar otro resultado que no fuese esa
maldita cruz ahí. Una cruz que tiene muchos significados, pero
para ella solo muestra fatalidad y esclavitud.
Hoy es un día normal, como lo son todos los días, aun a pesar de
nuestros problemas, es un día normal, todo está quieto y el viento no
muestra señales de lluvia. Un día normal que para Ana será un
calvario, nadie lo notará porque el hombre no es capaz de leer los
pensamientos ajenos. Ella mantiene ese test de embarazo en la mano
y recuerda, cada vez que lo ve, que sus quince años no van a ser los
mismos, que vienen grandes responsabilidades, esas que los amigos
niegan, esa que los famosos noviecitos detestan. Pero él le dijo que era
la princesa de su vida, no tendrá miedo en contarle, más que mal, es el
padre de la criatura que comienza a hacer nido en su vientre.
Solo quince años. Hace unos meses le habían armado una modesta
fiesta para cantarle los felices y hermosos quince; que fiesta esa, todas
las chicas de la escuela, todos los muchachos guapos, y… bueno, ahí
estaba Vicente, el tonto de la escuela, el inadaptado con un pedazo de
torta en la mano y un vaso con gaseosa en la otra. Mira alrededor, sí
que es tonto; nadie está a su lado, todos en parejas menos él. En la
otra esquina está Roberto, el chico más acaudalado de la fiesta, con un
automóvil, una casa en el barrio alto de la ciudad y las amistades más
respetables. Su padre un Pastor Evangelista que tiene una Iglesia de
dos mil miembros en el centro de la ciudad, su madre es conductora de
televisión y él es un rebelde que gasta el dinero en lo que se le antoja.
Si Ana hiciera una balanza para ver qué chico es más aceptable, ni
habría que pensarlo dos veces, Roberto era la opción.
_ Roberto, seremos papás!! Estás feliz, yo sí!; no, mejor le diré como
pasó todo y que estás dos semanas me he sentido rara, hay Dios!
_ Si mamá, ya voy.
Y claro que estaba equivocada, Ana no dijo ni una sola palabra, cuando
llamó a su novio no supo de qué forma plantearlo y no se animó a
decirlo por un teléfono.
_ Qué? Seremos papás, jejejee, iremos a China, que cosa pasa amor,
dígame sin miedo.
El padre de Roberto sale por la puerta trasera y saca uno de los autos
de la cochera.
Nadie sabe con exactitud lo que pasó en ese auto aquella noche, ni las
cosas que se pactaron, lo único que ocurrió fue que Ana jamás volvió a
ver a Roberto. Dicen que el padre de este le dio una gran suma de
dinero a Ana para compensar el honor de la familia, otros por ahí, que
fue amenazada para no acercarse más a la casa de su novio. Ella no
espero llegar a casa en el auto y le pidió por favor que la dejase ir unas
cuadras antes de su apartamento. El padre de Roberto, El pastor
Augusto, no le refutó la decisión pero le dijo que aún era peligroso
caminar por las calles de Router.
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Busca unos números más pero a esa hora, cerca de las una de la
madrugada nadie atendería el teléfono. Ella insiste dos o tres veces
más.
Siente unas manos que acarician sus espaldas, son manos de amor.
Ana sabe que su madre al fin la entendió y ahora viene a conciliar la
áspera discusión de la mañana. Sus manos trajeron consuelo a Ana
por el triste día que tuvo.
_ Mamá perdón por este error, solo quiero que sepas que te amo, pero
que me siento sola. Llamé a mis dos amigas y ninguna tenía tiempo,
llamé a uno de los consejeros de la iglesia pero me dijo que no estaba
en la ciudad. Me siento tan sola, gracias por venir mami, me vas a
perdonar?
Espera unos minutos algún sonido pero nada. Es vencida por el sueño
diez minutos más tarde.
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_ Si profesora.
_ Si profesora, voy.
Romanos 3:20
Gerardo Pinto | Crónicas de la calle 33
Gerardo Pinto | Crónicas de la calle 33
L
a voy a acompañar hasta el olvido. Siempre me dicen que es
fácil olvidar pero hoy solo la tengo en mente como hace unos
años. El tiempo es la mejor medicina, ¿será que funcione
conmigo? Por todas las cruces que he llevado en mi vida
creería que esta es la más pesada.
El barrio TRINCHERA fue quien cobijó mis primeros sueños. Solo tenía
8 años cuando comencé a hacerme preguntas de la vida. Una madre
que no tenía muchos estudios, que me decía poco y nada. La vi toda mi
infancia postrada en una cama con una depresión muy grande y con
los problemas que a mi edad no podía entender, pero que siempre se
reducían en plata y más plata (diría menos plata).
Todos mis amigos eran chiquitos, casi todos tenían una media de ocho
años, unos más grandes, otros más pequeños. Nuestra querida
esquina, ahí era donde nos juntábamos a decidir quién era el
PowerRanger rojo y quién el azul. Como siempre tuve una personalidad
apocada con todo lo que pasaba en casa, elegía al PowerRanger más
Introvertido para compenetrarme con él y poder jugar todas las noches
a ser poderosos guerreros. Las escenas las recuerdo muy bien, y el
árbol donde me escondía también.
Han pasado los años desde que dejé ese barrio y creo que una de las
cosas que mejor hizo mamá, primero fue haberse recuperado de su
depresión y segundo, habernos mudado a un mejor barrio.
Carolina Cuevas voto por Rodrigo, Cynthia Celis votó por Rodrigo y
Víctor Maturana también. Luego la profesora le preguntó la opción de
rigor a Mari y ella, en un acto sin precedentes dijo:
Era lunes.
Comencé esa semana a ver las novelas que miran mis hermanas pero
solo lloraban y habían palabras que no entendía “te mataré porque le
has quitado la fortuna a mi familia José Heriberto Henríquez” una
estupidez que no me serviría.
De todas las cosas que probé hice lo peor de todo, lo que jamás debí
haber hecho. Conversé con una de las amigas de Mari, Cyntia, le conté
que estaba enamorado de Mari y después de unos segundos todos en
el curso supieron que yo estaba locamente enamorado de Mari.
A mis ocho años tenía que decidir entre cancelar el plan o enfrentarme
a ella a pesar de todo.
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Gerardo Pinto | Crónicas de la calle 33
Me levanté muy decidido a contarle de una vez por todas que la amaba
y que no me importaría si me rechazaba porque con solo mirarla me
hacía feliz y sentir su voz era lo que me hacía vivir. Al entrar a la sala de
clases no noté la diferencia, es más nadie nombró a Mari. Un poco
extraño, mientras entraban todos mis compañeros no encontraba a
Mari. Esperé diez minutos sin poner atención a la maestra, solo
esperar que llegara.
_ Mari también?
Lo primero que pensé fue en una broma pero mientras hablaba con
Sebastián se acercó la Profesora y me llevó a un lado y me contó que
Mari había dejado la escuela para irse a otro lugar.
_ Al cielo verdad?
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Gerardo Pinto | Crónicas de la calle 33
Lo único que hacia todas las tardes era subir al árbol grande y pensar
en Mari, en nadie más.
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Como les conté hace unos instantes, mi madre decidió que nos
mudáramos a un lugar más seguro en la ciudad de Router, por esa
razón es que llegamos al Barrio de los Parronales donde se decía que
estaba alejado de todo lo malo.
Dejé las amistades y a las calles que me eran conocidas. Si, acá había
más policía y más luminarias pero menos chicos y más música que se
escuchaba de las Discotecas que estaban cerca del barrio.
Quizá esa fue una de las últimas veces que estuvimos juntos todos
como amigos. Andrés y Esteban se me acercaron y me dijeron que Mari
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Entendí esa tarde lo que era un orfanato y lo tan alejado que estaba de
la realidad. Solo esperaba que Mari estuviera bien y feliz.
Esteban me llamó por teléfono unos días después y dijo que fuera a
verlo porque me tenía una gran sorpresa.
Otra noche más para pensar, veía una y otra vez la foto del archivo
donde estaba Mari y esa sonrisa, era mi princesa una vez más que a
pesar de no estar, me iluminaba la vida. A veces pensaba por qué
razón me aferraba a la opción de salvarla y de amarla, no tengo, acaso,
con el amor de mi familia?
_ Numero de casa?
_ Quedé sin información y con mis pies fuera del hospital, mama que
venía en camino a buscarme y con una paliza fija para más tarde. Vi a
mama hablar con policía y ahora se estaban acercando a mí, era mi fin!
A mamá le dije que no iría más al hospital pero mentí. Fui al hospital
otra vez, después de la escuela, y pregunté de todo para saber de Mari
Contreras. Lo único que conseguí fueron unos dibujos que ella había
hecho días antes de marcharse al orfanato. Y ahí estaban sus dibujos,
todos con una marca especial, un nombre que debió cruzarse en su
camino, podría ser una dedicación especial a alguien:
¿Entonces quién eres? ¡Tenemos que llevar una respuesta a los que
nos enviaron! ¿Cómo te ves a ti mismo?
—Yo bautizo con agua, pero entre ustedes hay alguien a quien no
conocen, y que viene después de mí, al cual yo no soy digno ni siquiera
de desatarle la correa de las sandalias.
Juan 1:22-27
Gerardo Pinto | Crónicas de la calle 33
Gerardo Pinto | Crónicas de la calle 33
M
i foto manchada con sangre tirada en uno de los
basureros al final del callejón. A los dos minutos
aproximadamente encontré mi billetera con todos mis
documentos. Si era millonario lógicamente me habrán
robado el dinero y dejaron la billetera escondida tras los basureros, si
no, era porque cuando me golpearon me la sacaron para ver alguna
cosa puntal; la verdad, no lo recuerdo. Ojalá sea como las películas
donde el personaje va viendo escenas y va recordando, pero yo, hasta
el momento, nada he recordado.
Si bien, esta billetera ha estado aquí todos estos días en que estuve en
el hospital, será que este lugar no es muy concurrido por la gente, a
parte, está lleno de perros y ese olor a orina que no se soporta no es
apto para que la calle 33 sea concurrida.
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Tres minutos más tarde sacó la cédula de identidad y logró ver su foto y
su nombre.
Marcos reconoció a estos dos hombres, uno de ellos tenía esas marcas
horribles en las muñecas, y al levantarse los abrazó a pesar del olor
que cargaban sus ropas.
_ Si, mas semejante fueron las heridas que tenías la semana pasada,
pensamos que estabas muerto muchacho.
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Luego fue a alistarse para salir a la ciudad pero escuchó una citación
del Psicólogo del hospital por altoparlante. Marcos se coloca un poco
nervioso porque de seguro le dará noticias sobre el paradero de su
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Marcos pasa a la oficina del Médico y este lo recibe con una gran
sonrisa. Queda todo en silencio hasta que el profesional interrumpe los
pensamientos de Marcos.
_ Qué?
_ Prepárate para lo que ahora te voy a decir, pero antes, saca cualquier
imaginación que haya sucumbido durante estos días para que no te
decepciones, de acuerdo?
_ Está bien Doctor, espero que me recuerde por lo que soy ahora, en
este preciso momento, eso me pondría más contento, no quiero
cambiar después de saberlo todo.
_ Eres especial para nosotros Roberto, durante estos días nos has
alegrado y ayudado mucho, eres respetuoso y…
_ Hubo una fuerte riña social entre unos sectores cristianos y Judíos de
tu ciudad y como tú eres hijo de un pastor…
_ Qué? No lo sabías.
_ Espera Roberto, tú vas a ser quien lleve las riendas de las iglesias
que están en Rengo y los alrededores. No sé cómo decirte pero el
desafío de esta vida que estás descubriendo es duro, pero es tu vida,
eran tus sueños y tienes que enfrentarlos con toda valentía. Comienza
a tomar esta realidad porque no pudo haber sido mejor.
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_ Quiero respuestas.
_ Y en la Religión?
_ Son reflejos.
_ Nuestro alrededor.
_ Cuando abraces a esa chica, trata de sentir sus afectos, no los tuyos,
es este momento tendrás que construir tus sentimientos por medio de
la observación. En tu corazón no guardas afecto hacia las personas
que vienen, los olvidaste, tú nos quieres a nosotros porque nos has
visto primero, quieres a los borrachos de la calle 33 y a Ana…
_ Quién es Ana?
_ Ok, olvídalo. Roberto, adáptate a la vida que te viene, hazlo por los
que te esperan. Sacrifica tus sentimientos y verás que en un mes o un
poco más te adaptarás.
_ Y si no me adapto?
_ Diga.
_ Aleluya! Claro que sí, me dijo que tenías presente mi nombre. Dios
siempre responde las oraciones de los justos.
Marcos les comienza a hacer preguntas sobre sus vidas. Descubre que
uno de ellos es un empresario quebrado y el otro una padre separado
que perdió todo por una falsa acusación y claro, el alcohol es la cura de
las penas, nada para reprocharles.
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Pasan unos minutos y decide, ya sea por la razón o la fuerza, salir del
cuarto donde estaba y se dirige a la sala donde puede ver por los
polarizados a su supuesta familia. Su padre lo sale a recibir con un
grande abrazo y lágrimas en los ojos. Hay un silencio mientras corren
los lloriqueos de su madre y de su novia. Marcos trata de seguir los
consejos del psicólogo del hospital pero no quiere engañarse, no siente
nada con esos llantos y no siente esa carencia de familia. El padre de
Marcos comienza a hacerle preguntas pero Marcos tiene la cabeza en
otro universo que se llama “estos días en el hospital los voy a dejar
para siempre” pero no decepciona a su padre y larga una sonrisa en
mérito del amor que su familia irradia.
_ Cómo?
_ Perdón, dígame.
_ Si mama.
_ Claro, si mama.
Oculto bajo mi colchón todos los sueños y trato, de una vez por todas,
de adecuarme a esta sociedad que huele a alcantarilla para poder ver
la luz gratis y tratar de hacer sentir bien a mis seres queridos
sacrificando mi propia felicidad, esa que he estado buscando toda mi
vida y por la que daría todo, solo que no la encuentro y si la encontré,
por alguna tonta razón la perdí y lloro en silencio, la miro de costado,
es mía pero la perdí y no voy a recuperarla.
Por debajo de la puerta del baño ve los pies de su padre y decide salir
para no preocuparlo.
_ Gracias papá.
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_ Cómo te llamas?
_ No sé, hay tantas cosas que no me gustaban de usted que ahora que
converso, así, acá en su pieza, jamás me lo habría imaginado. Usted,
Don Roberto era muy orgulloso y tiene muchas cosas escondidas que si
se llegara a enterar mi patrón de seguro lo degolla.
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_ Padre, por qué tienes una casa con tantos lujos si solo eres un
pastor.
_ Hijo, no es tan así de fácil como dices, me costó mucho llegar acá. He
trabajado mucho.
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Por tanto, el que se humilla como este niño será el más grande en el
reino de los cielos.
Mateo 18:1-4
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E
n la oficina se estaba formando la reunión semanal de los
empleados. Solo faltaba el director. Ya no era noticia de que
las ventas se iban desvaneciendo y por esa razón es que se
estaban haciendo las reuniones con el directorio todas las
semanas.
El señor Singer no tiene una cara muy feliz pero trata de pasar
desapercibido, los empleados huelen que algo anda mal y mientras
habla el secretario de la compañía un celular suena interrumpiendo el
silencio en toda la habitación.
_ Claro que sí, son exactamente los cálculos que me mandaste, los
revisé y están en lo correcto, después te llamo.
_ Continúe secretario.
_ Hace un mes hubo un giro de cien mil dólares a una cuenta que no
es de la empresa, ese dinero desapareció y siendo el director me
acabo de dar cuenta solo ayer. Es decir que hay una ineficiencia en
esta empresa, cualquiera puede sacar dinero. El problema es que
alguien que tiene conocimiento sobre la empresa hizo una
transferencia de la mitad de los recursos y estamos casi en bancarrota.
_ Alguien en esta sala hizo eso y quiero que mañana ese dinero
aparezca. Nadie sabe las cuentas ni las claves de las tarjetas, solo
cinco personas, los demás pueden irse de la sala! Buenas tardes.
Las secretarias están muy nerviosas y se han comido todas las uñas y
el encargado de logística no encontró mejor momento para sacar un
revolver y matar a una de las secretarias de dos balazos en la cabeza.
Todo es un descontrol, las palabras amenas y de confianza que
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como las águilas y no ser preso de esta soledad. Sé que a las personas
se les olvida la soledad cuando están con sus seres queridos, pero en
un momento, en un recóndito segundo, vuelven a sentir la soledad.
Estoy sintiendo como si a nadie le importara que yo esté preso de estas
circunstancias. Le di mi confianza a algunos de cuello y corbata y me
han traicionado por un poco de plata, de monedas, mi amistad, mi
confiabilidad cuesta un poco de plata.
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_ Sabías que todos dicen lo mismo de sus situación, todos están acá y
son inocentes, que gran casualidad.
_ La vida me sonreía.
_ Y para eso que es lo que hay que hacer?, a nadie le sonríe la vida sin
antes haber hecho algo bueno.
A las siete se escuchan los gritos del guardia para que todos se
levanten. Gerardo toma sus pertenencias y va hacia las duchas. Seguía
pensando en Berny y su llanto. En unos minutos todo se vuelve un caos
en el baño, hay decenas de presos bañándose y Gerardo trata de
acortar su tiempo ahí, se afeita a la ligera, no se coloca shampoo en el
pelo y al momento de secarse llegan a su lado tres hombres, uno de
ellos el más peligroso de la cárcel:
_ No me molestes.
Muchos quisieran volver a ser niños solo para sentir los brazos de papa
y esa tierna voz que susurra en el oído: “todo está bien”.
Mujeres que son golpeadas por esos hombres sin corazón quisieran
volver a ser niñas para sentir que son princesitas nuevamente, que
esas espaldas llenas de golpizas desaparecen y vuelven las caricias de
mama y ese vestidito que lucías todo el día. Muchos hombres quisieran
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Gerardo volvió a ser niño y olvidó los golpes, las traiciones, los
abandonos; volver a ser niño aunque sea un segundo.
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Habría pasado una hora más y volvían todos a las celdas, entonces se
dio cuenta que había estado desde las siete hasta las seis de la tarde
amarrado y lastimado en ese fatídico baño.
Comienza a forzar los paños de sus manos para soltarse de una vez
por todas pero no lo logra. Tira una y otra vez mientras unas lágrimas
salen de sus ojos, es la sinceridad de un hombre traicionado, es el grito
desesperado de los que dieron todo y recibieron nada. Lo intenta una
vez más y no logra desatarse, estaba mojado el paño por lo tanto
estaba muy tenso. Había unas cucarachas que rondaban su cuerpo y la
poca luz las hacía invencibles.
1 Tesalonisences 2:4
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E
l niño ya tiene ocho años y comienza a preguntar por su
padre. La presión de los amigos quizá lo ha llevado a
cuestionarse tantas cosas, una de ellas es que todos tienen
padre y él no.
_ No lo sé hijo, solo sé que me tuve que comer todas las burlas, y todas
las críticas de mis padres, fui la vergüenza de la familia, y además no
pude seguir estudiando.
_ Gracias hijo, estoy muy triste por habértelo dicho de esta forma, que
no se te ocurra hacer más tonteras, estas marcas no saldrán por
mucho tiempo.
*** * ***
Al salir del local había un cuerpo tirado en la acera y quedan los dos
pasmados. Se supone que las chicas dan un grito temeroso como en
las películas, pero quedaron mudos, él y ella. Se escucha en la calle
“¡el maletín, el maletín!”. Ellos dan aviso del cuerpo tirado en la acera y
comienzan a caminar directo a casa pero son abordados por un auto,
los toman del cuello, les vendan los ojos y comienza el griterío, unos
cuantos balazos más y el auto a toda marcha.
Era la noche perfecta, la velada, las sonrisas, sus manos suaves y para
culminar la noche amarrado a un poste de luz con los ojos vendados y
la boca tapada.
Habría pasado una hora más o menos y el celular dejó de sonar, ella
contó las veces que sonó y él, cada vez que sonaba, trataba de hacer
algún ruido por si alguna persona pasaba por ahí.
Se escuchan tres o cuatro perros que ladran y gente que habla cerca
de ellos. Él no sabe que más hacer, siente que la muerte se acerca de
a poco. Dos disparos y pasos que van de un lugar a otro, seguido de
unos perros que ladran una y otra vez. Ella piensa lo peor, pero prefiere
seguir en silencio. Ruega para que el celular no suene más.
Al momento descubren sus ojos y logran ver a dos pequeños que a esa
altura de las circunstancias eran ángeles. Esos angelitos los desataron
y se llevaron sus zapatos y las billeteras pero no se podía medir la
gravedad de un robo con la idea de que ya lo más angustiante había
pasado.
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Gerardo Pinto | Crónicas de la calle 33
A los meses llega con una noviecita y junto a ella tres meses de
embarazo. La madre lo mira a los ojos y prefiere quedar callada, no dar
su punto de vista, dejar pasar las corrientes de las oportunidades y
acomodarse a esa situación. Cuando el jovencito cumple veinte, se va
de la casa sin previo aviso y deja a su madre con la amiga soledad, esa
que tarde o temprano se burla de todos nosotros.
Job 36:18-21
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Cuentan que una vez Brendan les predicó a todos los profesores y
letrados de la universidad sobre La Gracia de Dios y que muchos no
querían que él terminara de hablar. Brendan exponía un tema y tenía la
suficiente astucia de extenderlo solo para seguir hablando, algo que le
encantaba. Los grandes maestros de la universidad no le refutaban
nada, si no que le preguntaban sobre todos los ámbitos del evangelio y
doctrina.
Les preguntó a algunos qué era la gracia de Dios, pero nadie le supo
contestar.
El rector quiere los papeles para destruirlos, pero en esa noche los más
grandes señores del clero religioso tomaron nota de las
malversaciones de fondos que la Universidad hacía en contra de las
prácticas de los evangelistas y a favor de intereses ajenos al
funcionamiento sano de la universidad.
Sobre la travesía
Un desperdicio, otro fracaso más; aun preparados, con los más altos
honores. Una pérdida valiosa para la universidad en un lugar donde no
hubo éxito.
Estoy decepcionado de los líderes que en esta Era están dirigiendo las
iglesias. No veo la diferencia entre sus dioses y el que a mí me salvó la
vida. Los veo tan metidos en campañas, revives, cursitos, que se
olvidaron del verdadero motivo que mueve al cristianismo. Quisimos
pasar al evangelio como un sistema de mercado que se cotiza en la
bolsa, y lo peor de todo… lo hemos logrado: IGLECRECIMIENTO.
*** * ***
Los cinco misioneros estuvieron dos días navegando por el río cuando
lograron tomar contacto con unos nativos de la zona, sin saber su
lenguaje y por medio de muecas y risas llegaron a la tribu.
en las tribus ayudando en lo que fuera posible. Hasta que se les ocurrió
la peor idea: “Construir una iglesia”.
*** * ***
_ Quiero bautizarme.
*** * ***
_ Les traigo una noticia a los misioneros, por favor quiero que me
crean.
_ de todas formas no nos vamos a ir, nos vamos a quedar. Algo Dios a
hacer. Siempre actúa en estos momentos y por alguna razón no te
quisiste bautizar, solo quiero que no te arriesgues más por nosotros
querido amigo. Te agradecemos tu valentía.
Les traían agua pero los guerrilleros no les permitían comer ni beber a
los cinco hombres. Desde las once de la mañana a las siete de la tarde
estuvieron amarrados soportando el calor, los mosquitos y los golpes
de los inconscientes hombres con armas. Los cinco seguían cantando
himnos y la gente que se los había aprendido les acompañaba a la
distancia.
_ Por su culpa han muerto niños este día, gente que no tiene nombre,
gente que no existe porque están incomunicados. Ustedes hoy van a
morir y será visible a todos los indios que están acá. Ellos van a ver lo
que pasa cuando se desobedece a “Sendero Luminoso”.
En eso, aparece una escena malévola, digna del peor cine americano.
Un muchachito de unos veinte años con la cabeza cubierta por una
polera, desnudo, amarrado de los pies y las manos, golpeado
terriblemente. Trata de moverse pero cae rendido por el dolor a los pies
de los misioneros. Un guerrillero le saca la polera de la cabeza y logran
ver la triste imagen: era el muchachito que les vino a avisar en la
noche, el mismo que estuvo a punto de bautizarse cuando el pastor
vino a la aldea. Los misioneros lloran amargamente y en presencia de
los nativos el muchacho agonizando grita “perdón, perdón, soy un
cobarde” reiteradas veces hasta morir.
Esa voz fue determinante para los muchachos que solo esperaban un
milagro aquella tarde. Comenzaron a cantar el himno “Cuan Grande es
él” como si fuera la última canción, el último respiro y entre el llanto,
las lágrimas y las voces quebradas, uno de los artilleros dice si es
necesario matarlos pero no escucha una sola respuesta.
“Mi corazón entona la canción… cuán grande es Él, cuán grande es Él…
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Un desperdicio, otro fracaso más; aun preparados, con los más altos
honores. Una pérdida valiosa para la universidad en un lugar donde no
hubo éxito.
Adaptado de una leyenda urbana de colportaje, que una vez escuché por ahí. Dios
bendiga a Stanley y sus hazañas y lo tenga en cuenta en su venida. MARANATHA!.
Gerardo Pinto | Crónicas de la calle 33
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Abre tus cielos, SEÑOR, y desciende; toca los montes y haz que echen
humo.
Salmos 114:5-8
Gerardo Pinto | Crónicas de la calle 33
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E
n mi iglesia era común escuchar ciertas predicaciones del
hermano Salazar acerca de la vida de Abraham. Era de
costumbre que cada uno o dos meses ese personaje fuese
llamado en las predicaciones de los expositores, sábado por
medio en promedio.
Nunca más lancé esa idea de salir del templo porque de lo contrario
me lloverían retos de los grandes dirigentes.
No son difíciles estas palabras para quienes han escondidos sus faltas
y su verdadera personalidad entre bancos de iglesia y caras inocentes
pintadas de amargura. Es que de un día para otro se me había abierto
los ojos y no sabía a quién seguir, si al pastor lleno de sabiduría y casi
perfecto, o a mis nuevos pensamientos. Y tuve una noche que tomar
una decisión: seguir enfrascado en una doctrina hipócrita o tomar mi
mochila y volar a nuevos rumbos. No había una gran diferencia, iba a
estar en la misma iglesia, en el mismo lugar, cantando las mismas
canciones, pero mi mente pertenecía a otro lado, representaba otra
Gerardo Pinto | Crónicas de la calle 33
Alguien nos había entregado, lo primero que hice fue mirar a todos mis
compañeros pero nadie mostraba síntomas de nerviosismo ni alguna
evasión. Entonces lo primero que hice fue entregarles a los dirigentes
todos nuestros planes que estaban guardados en una carpeta, solo
para demostrar transparencia y no dije una palabra. Estaba sentido
porque alguien se había dado el lujo de denunciarnos.
La iglesia verdadera
Dios más nos iba a bendecir. Un canje religioso que nunca llenó mis
expectativas, porque también esa mujer murió de cáncer y no vi
operando esas bendiciones. Esas bendiciones no existieron y la iglesia
verdadera tampoco.
El evangelio de la prosperidad
Ahora entiendo tanta falta de amor en las iglesias, ahora puedo abrir
mis ojos y ver tanto individualismo en mis hermanos. Ahora si puedo
pararme en medio de las avenidas y ver a ambos lados: LOS QUE
SUFREN POR NO LLEGAR Y LOS QUE CREEN QUE LLEGARON. Quienes
sufren por no haber llegado estarán abrazados a los pies del maestro y
quienes pensaron haber llegado tendrán entre sus manos los dólares
robados de las arcas de la iglesia, los automóviles último modelo
renovados cada año, las becas gratuitas de sus hijos y la
desesperación de creer que habían llegado cuando nunca lo hicieron.
*** * ***
T.L. Osborn, John Avanzini, Robert Tilton, Oral Roberts, Paul Crouch y
Frederick Price.
Sobre esto hay que decir que: No se sabe cuánto había en la bolsa [7]
que llevaba Judas. Ciertamente no sería mucho si la llevaban consigo.
El impuesto del templo era una obligación religiosa de todo varón judío
[8]. Su valor era de sólo dos denarios por año, menos del 1 % del
salario anual de un obrero; sin embargo, Jesús recurrió a un milagro
para pagarlo.
En el libro de Job nos enseña, por otra parte, que las enfermedades, la
pérdida de familiares y el empobrecimiento no son en absoluto signos
seguros de decadencia espiritual o desfavor divino; el Salmo 73 deja
bien claro que la prosperidad material no implica para nada riqueza
espiritual; más bien lo contrario puede ser cierto.
Querido hermano, oro para que te vaya bien en todos tus asuntos
y goces de buena salud, así como prosperas espiritualmente. 3
Juan 2.
Santiago 1:27
Gerardo Pinto | Crónicas de la calle 33
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Q
uieren saber lo que significa no haber tenido amor en la
niñez? Es estar propenso a cualquier cambio, es el sentir
más amargo. Como si no le pertenecieras a nadie, tarde o
temprano te conviertes en uno de esos que caminan
inseguros en la vida, tratando de cubrir esa falta de amor con lo
primero que se le cruce por delante.
Y mírenme, solo mírenme otra vez, ya tengo cuatro añitos y aun papa y
mama no han venido por mí. Una tía que nos cuida nos lleva todas las
tardes a un cuarto y nos enseña a jugar con las ropas oscuras. Nos
regala caramelos cada vez que ella se siente feliz y cuando termina la
función de luces incandescentes, nos deja por media hora y nos viene
a buscar. Mientras corrimos por la lluvia de ese invierno aun puedo
divisar al viejo perro de orejas caídas en el patio y a veces siento que
nunca me vendrán a buscar. Quisiera que vinieran pero sé que aún no
es mi tiempo; quizás mañana sí lo sea.
Pero no sé qué me pasa, creo que todo está cambiando, manché toda
mi sábana con sangre. Fue sin querer, le contesté a la madre que nos
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cuida y ella se enfadó tanto que ese día estuve sin comer. Mucho
tiempo sin comer y traté de escapar por la puertita de la cocina. Corrí y
llovía como si hubiera sido ayer cuando cumplí cuatro añitos. Corrí y no
supe más de esa casita, ni de los niños que conmigo crecieron.
Otro día más y me siento muy mareada y quiero las galletitas, estoy
intentando gritar qué cosas deseo pero no puedo moverme, tengo
clavos en mi cuerpo y tubitos pegados a mis brazos. Quiero escapar,
quiero solo estar en ese cuarto con el señor de las galletitas y sus
caricias.
aquellos que destruyeron mi vida? Por los días que me restan de vivir
solo estaré buscando la forma de acabar con mí existir, porque solo
respiro y mis pensamientos envenenan todo el día mi mente y mi triste
corazón. Perro viejo, fuiste mi guardián pero no hablas, no corres, no
dices nada.
*** * ***
Dicen que mañana se nos unirán más y yo le pido a Dios que sea corto
este proceso pues no tenemos para comer, no tenemos armas como
los demás, no tenemos si quiera una Biblia.
_ Wow, que respuesta tan segura, se nota que usted es una mujer
segura, por esa razón es que andamos ofreciendo estos libros que a
usted, como pasó con todos sus vecinos, le sorprenderá…
_ Qué vecinos?
_ De dónde eres?
_ No te noto feliz.
_ Cómo te llamas?
_ Angélica.
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_ El fin de los tiempos? No creo que los puedas comprender pero está
muy bien.
*** * ***
Antes de desayunar quiero leer otra vez esta carta para poder entender
todo esto, no pienso comprometerme mucho pero si en algo puedo ser
útil no estaría de más.
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*** * ***
Querida madre
Quiero que sepas que las veces que callaste mientras yo sufría
aún las recuerdos, que las veces que me encontraste, tirada en
el piso de mi pieza y no hiciste nada, las guardo como tesoro. No
quiero saber que moriste, no quiero saber que te vas al cielo
injustamente sin antes verme la cara otra vez. Estoy muy
confundida con mis sentimientos, estaba esperando que alguien
viniera, algún ángel me ayudara a vengarme y creo que es el
momento.
*** * ***
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Sin duda que la carta escrita por Angélica lo dejó atónito al muchacho.
Nunca se reciben cartas de esa magnitud. Lo primero que se le venía a
la mente era la entrega de la carta y una posible venganza como
resultado. Tenía dos opciones: entregarla y no entregarla, no había
conversación en el medio.
_ Gorda, ahora se puso Angélica, el año pasado era Dora, otras veces
Amelia. Pobre muchacha.
_ Usted la conoce?
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_ Estás seguro?
_ En absoluto.
*** * ***
Los rebeldes toman muchas formas. Tienen un aire demencial pero hay
que comprenderlos. Hay que entender que ellos nacieron con un
propósito y fuera de ese propósito ellos no son nada. Muchos rebeldes
en los últimos años de vida de la tierra fueron asesinados a sangre fría
por los convergentes religiosos. Otros, los que sobrevivieron pudieron
ver el rostro del que quiso nuestras vidas redimir. Muchos se
escondieron en las montañas y desobedecieron las leyes impuestas,
rehusaron introducirse el chip en la mano derecha y nunca se les vio
por más de una hora vagando por las calles clamando por un Cristo
invisible.
Dos días después en una comisaría dio con el paradero del primer hijo
de Angélica, un hombre de treinta años de edad, drogadicto desde los
trece y con muchos delitos cometidos. Tenía la vista perdida y se
notaba su gran deterioro intelectual. Lo encontró tirado en una avenida
a dos cuadras de una Iglesia Adventista.
El tercer hijo de Angélica, dicen que murió en uno de los tantos asaltos
que cometió, dicen que fue un ladrón muy temido y que tenía en su
haber muchos asesinatos.
Debes hacerlo así para que el amor brote de un corazón limpio, de una
buena conciencia y de una fe sincera.
1Timoteo 1:5-7
Gerardo Pinto | Crónicas de la calle 33
Gerardo Pinto | Crónicas de la calle 33
P
árate en un púlpito y predica de amor y de prosperidad y todos
te van a aplaudir. Párate y predica sobre esfuerzo y propósito y
todos te van a criticar.
Nos hemos olvidado de a poco cómo el Señor nos estuvo conduciendo
desde la antigüedad, la forma en que él demostraba sus bondades
hacia quienes lo invocaban. Seguramente hoy ellos podrán ver como
en sus templos ya no hay comida.
Cuando tenía 13 años quise investigar mucho más sobre temas
bíblicos, interiorizarme en las doctrinas y manejar lenguajes mucho
más allá de lo que el común de la gente estaba acostumbrado a hacer.
De repente y en medio de muchas lecciones pude divisar a un Cristo
que se sentaba a la mesa de las prostitutas, hablaba con los
promiscuos, reía con los recaudadores de impuestos y alimentaba a
gente que nadie conocía [1]. No pasaron dos meses cuando me di
cuenta de que el Cristo que me habían predicado durante un par de
años no era el mismo que yo estaba descubriendo, miraba para todos
lados a ver si alguien me estaba espiando, porque había descubierto
algo muy valioso.
El primer hallazgo importante que encontré entre medio de tantos
libros fue que uno puede deducir muchas cosas de la Biblia, muchas
cosas erróneas, uno puede hacerse muy sabio en su propia opinión y
puede creer decir cosas que Dios dice pero que no las está diciendo en
realidad. El primer hallazgo importante fue que hemos escrito muchas
cosas pero hemos hecho muy poco [2]. Entonces decidí hacer.
Durante un par de semanas traté de hacer obra misionera a mis seres
queridos, mostrándole pasajes bíblicos, entregándoles lectura y folletos
pero me di cuenta que la gran mayoría rechazaba todos mis esfuerzos
y llegué a pensar que esto no tenía sentido. Tome otro rumbo, comencé
a hacer favores a cada uno de ellos, comencé cortando el pasto,
haciendo mandados, cuidando mascotas; de esta forma ellos pudieron
ver que yo era un muchacho servicial y que todo el esfuerzo realizado
con folletos había sido en vano.
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Me di cuenta que hay mucho por hacer antes que decir: ellos lograron
ver el cambio que Cristo había hecho mi vida y ni siquiera hablé una
palabra de Biblia o profecías.
Descubrí una segunda cosa y ésta pudo haber sido la más importante
de todas las que he descubierto, que me llenó de mucha impotencia y
me hizo sentir que cada vez, cuanto más aprendemos, más dolor en
nuestra mente poseemos: Entre muchos libros y un par de biblias
entendí que la gente es cínica. El cinismo y la indiferencia no tienen
clases sociales pero se ve más en aquellos que andan con cuello y
corbata queriendo mostrar algo, ocultando sus verdaderas intenciones
¿no te hace recordar una historia bíblica? Puede ser que la gente tenga
otra alternativa antes que seguir los placeres del mundo, o abdicar sus
principios en pos de la sociedad pero aun así no es excusa para actuar
como hoy lo están haciendo pues muchos trabajan con el destino de
millones de personas que entran a la familia de Dios con un corazón
sincero y terminan frías o simplemente abandonan los caminos de
rectitud, desilusionados y maltratados por los siervos de Dios. No
puede ser que la Iglesia misma esté echando a sus feligreses, no
puede ser que aún no hayan despertado del sueño profundo. Son unos
poquitos quienes llevan las riendas en los templos de la fe y los demás
no tienen otra alternativa que seguirlos o abandonar. Tienes toda la
razón, a la historia que yo me refería era a los lobos vestidos de oveja.
¿No te da impotencia descubrir por medio de estas crónicas como
muchos se van sin una justificación fuerte que no sea que, o se enojó
con alguien o que la predicación fue muy fuerte, quizá la envidia, no te
da rabia que se vayan así nomás?
Cuando comencé a estudiar intensamente las palabras de Dios vi
como mis ojos se hacían cabizbajos, unas cuantas lágrimas.
La realidad del sábado
Ten mucho cuidado de no manejar dinero el día sábado porque Dios te
puede castigar. Ni siquiera que subas a un colectivo porque vas a estar
haciendo trabajar al chofer y eso es pecado. Nunca te olvides de dejar
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secundaria pero mis compañeros, los que me querían y los que no,
dependían exclusivamente de este examen de biología y no podían
fallar pues bajo una nota roja ellos tendrían que repetir el año, algo
muy justo para los que no estudiaron, más sabía que muchos acá
dejarían el secundario y no retornarían el próximo año a la secundaria
ya que una nota roja les haría renunciar a los sueños.
En esta sala saldrían victoriosos o con un montón de sueños
incumplidos.
La prueba fue bastante complicada. Traté de concentrarme pero a la
vez miraba los rostros pálidos de mis compañeros: muchos que no
entendían nada. Una vez me paré en un púlpito y me olvide de toda la
predicación, balbuceaba palabras, inventé cualquier cosa, lloré y bajé
del púlpito, por lo que pude entenderlos.
Comenzaron las voces a hablar. Una de ellas me decía que no podía
ser que tanto esfuerzo se fuera por la borda en este día. Ese algo me
decía que yo había dado lo mejor de mí y que sólo tenía que enfocarme
en mi prueba. Esa voz tenía toda la razón, ahora ellos tenían que velar
por su futuro pero algo se le había escapado a esa voz así que traté de
ignorarla.
La segunda voz era más piadosa y me decía que orara por ellos para
que Dios los pueda iluminar y les haga recordar todo lo estudiado. Esta
voz le faltó un complemento por lo que la ignore también.
Una tercera voz rompió el silencio de mi conciencia y me pedía a gritos
que actuara de alguna forma, que me parara, en mi asiento, que
raptara al profesor, un sinfín de ilusiones pero que actuara ya!.
Faltaban sólo 10 minutos para que el examen finalizara y aún podía ver
hojas con respuestas incompletas. Decidí de una forma muy grotesca
colocar las respuestas de mi prueba en la goma de borrar para que el
profesor no se enterara de la falsificación más grande de la historia. Sé
que actúe mal para mí, lo reconozco, pero ellos jamás dejaron de
agradecerme ese acto desesperado en un examen final. Todos se
pasaron la goma y copiaban los resultados, otros veían que tal las
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Alguien tiene que decir de una vez por todas que esta realidad no es
más que un espejo [6]. Nos pusieron frente a nosotros un gran velo,
nos contaron hermosas historias de gigantes y valientes pero no nos
dieron nunca la verdad.
Esa palabra sincera llamada verdad no es más que una hoja seca
pisoteada por la gente que pasa en las calles de la gran ciudad.
Quien quiera burlarse de los cristianos que profesan alguna religión,
déjenme decirles que ellos están más cerca de buscar la verdad que
quienes abdicaron sus derechos y los regalaron al mejor postor, obvio,
al estado, a la medicina, a los programas de televisión, a la moda, a las
casas comerciales y sus cómodas cuotas. Los que prefieren no tener
problemas y pagar por seguridad y salud, son los que han hecho de
este sistema el grande, el invencible, el que no se puede terminar.
En los últimos minutos de la tierra el testimonio va a hacer la diferencia
entre los locos y los que poseen las garantías de vida [7]. El testimonio
se forma, se moldea con verdad, se amplifica con amor y se regala en
cada acto, en cada acción. El testimonio mantendrá viva la esperanza,
cuando el espíritu santo deje la tierra.
La propaganda
sociales de las masas. Son ellos quienes manejan los hilos que
controlan la opinión pública".
*** * ***
"la gente debe ser controlada sin que lo sepan". Piense en esto: ¿qué
estaba pasando realmente en el mundo durante todo ese tiempo en el
que nos distraían con todas esas estúpidas y molestas cortinas de
humo? No tenemos forma de saberlo. Y la mayor parte, ni siquiera es
asunto nuestro incluso si pudiéramos saberlo. El miedo y la
incertidumbre son lo que hacen que la gente regrese por más.
Si le parece una perspectiva radical, llevémosla un poco más lejos:
¿Qué perderías en tu vida si dejaras de ver televisión y de leer diarios y
revistas de papel brillante? ¿Sufriría realmente tu vida alguna pérdida
financiera, moral, intelectual, espiritual o académica?
¿Realmente necesitas tener a tu familia absorbiendo continuamente
los valores analfabetos, amorales, fraudulentos, carentes de cultura y
desesperadamente carentes de cerebro, de las personas que se
muestran en el programa nocturno promedio de la televisión? ¿Son
estos falsos y programados títeres, “normales”?
¿Necesitas que constantemente te den en cuchara sus principios
morales en esta vida? ¿Son realmente divertidos esos programas, o
simplemente son una maniobra de distracción para evitar que
observes la realidad, o que trates de descubrir y entender las cosas por
tus propios medios, leyendo un poco de manera independiente?
Puedes darme un ejemplo de cómo tu vida mejora por mirar los
noticiarios y por leer el diario. ¿Qué ganancia mensurable hay para ti?
¿Qué más podríamos estar haciendo con todo ese tiempo liberado, que
podría ampliar de hecho nuestra conciencia?
Quien les escribe dejó de ser un número y está por encima de cualquier
ley civil. Hace unos años escapé de mi bella historia y descubrí esta
realidad: que el ser humano le regaló sus derechos naturales a las
corporaciones, a los gobiernos y se denigró entre barrios de miseria y
vacunas que adormecieron el derecho natural de elegir.
Yo soy Marcos, escapé del sistema y no fui más Roberto Sabat.
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*** * ***
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Recursos
Textos bíblicos
Capítulo I
Capítulo II
Capítulo XIII
[2] Génesis 15:14 dice Dios que los israelitas saldrían de Egipto “con gran
riqueza”; pero se trata de una profecía, y no de una parte esencial del Pacto.
[9] Jeremías 37:21, …todos los días le dieran una porción del pan horneado
en la calle de los Panaderos…
[13] (Lucas 17:7-10), (Romanos 1:1; 2 Pedro 1:1; Santiago 1:1; Judas 1)
Capitulo X
*** * ***
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Esp. Profecía
Capítulo I
Eclesiastés 8:17, Pude ver todo lo hecho por Dios. ¡El hombre no puede
comprender todo lo que Dios ha hecho en esta vida! Por más que se
esfuerce por hallarle sentido, no lo encontrará; aun cuando el sabio diga
conocerlo, no lo puede comprender.
Capitulo II
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Job 6:15-17, Pero mis hermanos son arroyos inconstantes; son corrientes
desbordadas: se enturbian cuando el hielo se derrite, se ensanchan al
derretirse la nieve, pero dejan de fluir durante las sequías, ¡en pleno calor
desaparecen de sus lechos!
Capítulo III
Romanos 3:20, Por tanto, nadie será justificado en presencia de Dios por
hacer la obras que exige la ley; más bien, mediante la ley cobramos
conciencia del pecado.
Exhortaría a todos los que quieren ganar el cielo que tengan cuidado. No
dediquéis vuestro precioso tiempo de gracia a coser hojas de higuera para
cubrir la desnudez que es el resultado del pecado. Cuando miréis el gran
espejo moral del Señor, su santa ley, su norma de carácter, ni por un
momento supongáis que puede limpiaros. No hay virtudes salvadores en la
ley. Ella no puede perdonar al transgresor. Debe imponerse el castigo. El
Señor no salva a los pecadores aboliendo su ley, el fundamento de su
gobierno en el cielo y en la tierra. El castigo fue soportado por el Sustituto
del pecador. No es que Dios sea cruel e inmisericorda y Cristo tan
misericordioso, que murió en la cruz del Calvario, en medio de dos ladrones,
para abolir una ley tan arbitraria que debía ser quitada. El trono de Dios no
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Nadie adopte la posición limitada y estrecha de que algunas de las obras del
hombre pueden ayudar en lo más ínfimo a liquidar la debida de su
transgresión.
Ver también Gál. 6: 14; Efe. 2: 8-9; Tito 3: 5; Heb. 7: 25; Apoc. 22: 17.
Capítulo IV
Juan 1:22-27, ¿Entonces quién eres? ¡Tenemos que llevar una respuesta a
los que nos enviaron! ¿Cómo te ves a ti mismo?
Yo soy la voz del que grita en el desierto: “Enderecen el camino del Señor”
respondió Juan, con las palabras del profeta Isaías.
Algunos que habían sido enviados por los fariseos lo interrogaron: —Pues si
no eres el Cristo, ni Elías ni el profeta, ¿por qué bautizas?
—Yo bautizo con agua, pero entre ustedes hay alguien a quien no conocen, y
que viene después de mí, al cual yo no soy digno ni siquiera de desatarle la
correa de las sandalias.
Recordad que así como estáis en vuestra familia así estaréis en la iglesia.
que los quite? ¿No dejaremos que nuestros pecados se vayan? (GCB 6-4-
1903, p. 89).
Ver también Lev. 14: 4-8; Apoc. 7: 14; Juan 12: 32.
Capítulo V
Por tanto, el que se humilla como este niño será el más grande en el reino
de los cielos.
Los pequeños a que se hace referencia aquí, que creen en Cristo, no son
sólo los niños en años, sino los niñitos en Cristo. Estas palabras contienen
una advertencia implicada para que no descuidemos egoístamente a
nuestros hermanos débiles o los despreciemos, para que no seamos
implacables y exigentes, y juzguemos y condenemos a otros, y los
desanimemos (RH 16-4-1895).
Capítulo VI
Un ministro versátil.
Capítulo VII
Nada puede suceder en parte alguna del universo sin que lo sepa Aquel que
es omnipresente. Ni un solo suceso de la vida humana es desconocido para
nuestro Hacedor. Mientras que Satanás trama constantemente el mal, el
Señor nuestro Dios lo rige todo de modo que nada dañe a sus hijos
obedientes y confiados. El mismo poder que domina las turbulentas olas
del océano puede refrenar todo el poder de la rebelión y del crimen: "Hasta
aquí llegarás, y no pasarás adelante".
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Capítulo VIII
Salmos 114:5-8, Abre tus cielos, SEÑOR, y desciende; toca los montes y haz
que echen humo. Lanza relámpagos y dispersa al enemigo; dispara tus
flechas y ponlo en retirada. Extiende tu mano desde las alturas y sálvame
de las aguas tumultuosas; líbrame del poder de gente extraña. Cuando
abren la boca, dicen mentiras; cuando levantan su diestra, juran en falso.
Los impíos reciben su pago en la tierra: "Sobre los malos hará llover
calamidades; fuego, azufre y viento abrasador será la porción del cáliz de
ellos". Desde el cielo desciende fuego de Dios. Se quebranta la tierra. Se
extraen las armas ocultas en sus profundidades. Llamas consumidoras
irrumpen desde cada abismo abierto. Las mismas rocas arden. Ha venido el
día 1161 que arderá como un horno. Los elementos se fundirán con
hirviente calor, también la tierra y las obras que hay en ella serán
consumidas. Los impíos "serán estopa; aquel día que vendrá los abrasará,
ha dicho Jehová de los ejércitos". Se los castigará a todos "según sus obras"
(SW 14-3-1905).
Capítulo IX
Santiago 1:27, La religión pura y sin mancha delante de Dios nuestro Padre
es ésta: atender a los huérfanos y a las viudas en sus aflicciones, y
conservarse limpio de la corrupción del mundo.
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Muchos parecen creer que la religión tiene una tendencia a hacer que el
que la posee sea intolerante y estrecho, pero la verdadera religión no tiene
una influencia que conduce a la estrechez mental; la falta de religión es la
que entumece las facultades y estrecha la mente. Cuando un hombre es
estrecho es una evidencia de que necesita la gracia de Dios, el ungimiento
celestial, pues un verdadero cristiano es uno mediante el cual puede actuar
el Señor, el Dios de los ejércitos, para que observe los caminos del Señor de
la tierra y haga manifiesta la voluntad de Dios a los hombres (MS 3, 1892).
Capítulo X
1Timoteo 1:5-7, Debes hacerlo así para que el amor brote de un corazón
limpio, de una buena conciencia y de una fe sincera. Algunos se han
desviado de esa línea de conducta y se han enredado en discusiones
inútiles. Pretenden ser maestros de la ley, pero en realidad no saben de qué
hablan ni entienden lo que con tanta seguridad afirman.
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Biblioteca
Bernays E., Propaganda, Liveright, 1928
Huxley, A., The Doors of Perception: Heaven and Hell, Harper and Row,
1954.
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