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Conflictos ambientales en áreas protegidas de Bolivia 

 Conceptos y metodología de investigación sobre manejo de conflictos ambientales

Esta publicación forma parte del Programa de Conservación del Gran Paisaje Madidi de Wildlife
Conservation Society y fue posible gracias al generoso apoyo del pueblo americano a través de
la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y de la Fundación
Gordon y Betty Moore. Los contenidos son responsabilidad de los autores y no necesariamente
reflejan las opiniones de USAID, la Fundación Moore o el Gobierno de los Estados Unidos.

Conflictos ambientales en áreas protegidas de Bolivia

Primera edición: Septiembre de 2007


Autora: Elvira Salinas
Fotografía de la tapa: Mileniusz Spanowicz
Editor: Wildlife Conservation Society (WCS)
Cuidado de edición: Patricia Montes
Depósito legal: 4-1-1895-07
ISBN: 978-99905-846-1-5
Impreso en: EDOBOL

Impreso en Bolivia
Printed in Bolivia
Conflictos ambientales en áreas protegidas de Bolivia 

Índice

Presentación..................................................................................................... 7

Capítulo 1. Conceptos y metodología de investigación sobre


manejo de conflictos ambientales........................................................................ 9
Aproximación a los conflictos ambientales desde la perspectiva del cambio
y las demandas sociales .......................................................................................... 9
Reflexiones en torno al concepto de conflicto ambiental. ......................................... 15
Enfoque metodológico de investigación del manejo de conflictos ambientales. ........... 19

Capítulo 2. Manejo de conflictos ambientales en el Sistema Nacional


de Áreas Protegidas (SNAP) ............................................................................. 25
Configuración y desarrollo de conflictos ambientales en el SNAP.............................. 35
Actores sociales involucrados en los conflictos......................................................... 48
Rol de las instituciones del Estado en la dinámica de los conflictos............................ 52
Rol del Comité de Gestión de las áreas protegidas en el desarrollo
de los conflictos . ................................................................................................ 58
Estrategias de manejo de conflictos en áreas protegidas. ........................................... 60

Capítulo 3. Estudio de caso sobre experiencias de manejo de


conflictos en el Gran Paisaje Madidi.................................................................. 65
Situación ambiental del norte de La Paz................................................................. 65
Contexto histórico de la región de los Andes Orientales........................................... 73
Características socioeconómicas. ........................................................................... 88
 ÍNDICE

Conflictos ambientales vinculados con la gestión de las áreas protegidas


de Madidi, Apolobamba y Pilón Lajas, y la demanda territorial
de la TCO Tacana. .............................................................................................. 95

Capítulo 4. Conclusiones sobre los conflictos ambientales


en el Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP)........................................ 139

Bibliografía...................................................................................................... 151

Anexos............................................................................................................ 159
5

Participación en las investigaciones sobre manejo de conflictos en el SNAP

Tanto el trabajo de diseño de la metodología de estudio del análisis de manejo


de conflictos en el SNAP, como la recopilación de información e investigación de
los casos de conflictos ambientales seleccionados en el norte de La Paz, fueron
realizados en colaboración con las siguientes personas:

Carola Hurtado
Juan Pablo Ramos
Lilian Painter
Zulema Lehm
Natacha Oyola
Cecilia Miranda
Jorge Calvet
Teddy Siles
Sergio Valdivia
Huascar Morales

Asimismo, en las reuniones y talleres que se organizaron en 2003 para analizar


los aspectos metodológicos del estudio y el diseño de la base de datos de manejo
de conflictos del SNAP, estuvieron presentes técnicos del SERNAP y de
Conservación Internacional y miembros del directorio del CIPTA.

Se debe resaltar la participación de los directores y jefes de protección de las


áreas protegidas en el llenado de los cuestionarios de conflictos ambientales y en el
diseño de la base de datos de conflictos ambientales del SNAP.
 Conceptos y metodología de investigación sobre manejo de conflictos ambientales
Conflictos ambientales en áreas protegidas de Bolivia 

Presentación

Es un agrado presentar el estudio Conflictos ambientales en áreas protegidas de


Bolivia, fruto del trabajo conjunto con el Servicio Nacional de Áreas Protegidas
de Bolivia (SERNAP), y llevado adelante gracias al apoyo financiero brindado por
USAID y la Fundación Gordon y Betty Moore en el marco del programa de Con-
servación del Gran Paisaje Madidi.
En él se demuestra la posición central de la temática de recursos naturales en
los conflictos en Bolivia, debido a la dependencia del desarrollo económico en el
país respecto a su utilización y a los cambios demográficos asociados a la apertura
de diferentes zonas, sobre todo para la extracción de madera. Este trabajo también
expone que las intervenciones en el ámbito ambiental enfocadas a establecer cla-
ridad sobre derechos territoriales, establecimiento de normas internas de acceso y
manejo de recursos naturales, desarrollo e implementación de planes de gestión
territorial y promoción de espacios para la toma de decisiones transparentes y de-
mocráticas, son acciones importantes para la prevención y manejo de conflictos.
El estudio pone de manifiesto que las áreas protegidas y las comunidades
indígenas presentes dentro y alrededor de ellas están en una posición de particular
vulnerabilidad al surgimiento de conflictos, debido a que se encuentran en áreas
de menor densidad poblacional y, por lo tanto, de mayor disponibilidad de tierras
y recursos naturales, lo que promueve el surgimiento de auges extractivos. Estos
conflictos, además de tener un impacto sobre la biodiversidad, también represen-
tan una amenaza a la subsistencia material y cultural de los grupos sociales más
vulnerables en Bolivia.
Las grandes obras de infraestructura vinculadas a la explotación de recursos
naturales son conocidas por sus impactos negativos sobre estas poblaciones debido
a los movimientos demográficos, que ocasionan a su vez una competencia por
recursos naturales, especialmente dentro de los territorios de poblaciones indíge-
 PRESENTACIÓN

nas. Los impactos culturales y organizacionales asociados a grandes proyectos de


desarrollo también pueden ser importantes cuando los mecanismos para la toma de
decisiones democráticas no están claramente establecidos.
Debido a todos estos aspectos, esperamos que esta publicación resulte útil
tanto para organizaciones ambientalistas como para aquellas personas e institu-
ciones que trabajan en temas de desarrollo, democracia y gobernabilidad, y que
promueva la inclusión de la temática de áreas protegidas y medio ambiente dentro
de planteamientos integrales de desarrollo y manejo de conflictos.

Lilian Painter
Directora
Programa Bolivia
Wildlife Conservation Society
Conflictos ambientales en áreas protegidas de Bolivia 

Capítulo 1
Conceptos y metodología de investigación sobre manejo
de conflictos ambientales

Aproximación a los conflictos ambientales desde la perspectiva del


cambio y las demandas sociales
Los conflictos sociales constituyen uno de los temas de importancia central
en la comprensión de las sociedades en el mundo contemporáneo y en el análisis
de las transformaciones sociales que se dieron a partir de la Revolución Industrial,
que se inicia a mediados del siglo XIX con la aparición de los sindicatos obreros
para la defensa de los derechos de los trabajadores. La revolución informacional,
centrada en torno a la tecnología informática y de la comunicación, que aparece en
el último tercio del siglo XX, prepara un nuevo escenario para los cambios sociales
y económicos que se producirán a escala global y para el surgimiento de movimien-
tos sociales orientados a temas religiosos, étnicos, de género y ambientales.
El nuevo sistema económico mundial, caracterizado por la competitividad,
el desarrollo tecnológico y la circulación de capital, amplía y profundiza las des-
igualdades entre los países mejor preparados para la tecnificación y producción
industrial y los que se encuentran marginados y en situación de pobreza. América
Latina es un ejemplo de los problemas que hubo que afrontar para incorporarse en
la nueva economía mundial, intentando a la vez construir democracias que hicie-
ran posible la inclusión social y la superación de la pobreza. Los resultados mues-
tran que en algunos casos se acentuaron las desigualdades entre países y dentro de
estos mismos, y que la dependencia respecto a otras economías de muchos de ellos
10 Conceptos y metodología de investigación sobre manejo de conflictos ambientales

limitó su propia capacidad de desarrollo autónomo. Las exportaciones continuaron


creciendo y se concentraron sobre todo en las materias primas (petróleo, minerales,
madera), produciendo altos costos sociales y ambientales. En este contexto, los
conflictos de finales del siglo XX en Latinoamérica estuvieron relacionados con la
aparición de movimientos sociales que se organizaron en contra de las políticas de
desarrollo de los Estados y del proceso de globalización de la economía, percibidos
como las principales causas de la desigualdad social, la dependencia económica y
la pérdida de biodiversidad, y en torno a la reivindicación de los derechos sociales,
entre los que recibieron especial énfasis los culturales, laborales y ambientales.
Es así como los conflictos se constituyeron en medios de expresión de deman-
das sociales y de defensa de los derechos universales y particulares, y fueron parte
integrante de los cambios sociales y de los proyectos de construcción de democracia.
El surgimiento en el ámbito mundial de los movimientos ambientalistas en defensa
de la seguridad del mundo, la diversidad de la vida y los derechos de los pueblos
indígenas sobre sus espacios territoriales contribuyó a introducir un principio ético
en las relaciones del hombre con la naturaleza y en las relaciones entre los hombres.
En 1994 se incorpora en la Declaración Universal de los Derechos Humanos un
capítulo sobre principios de derechos humanos y medio ambiente, que establece
que todas las personas tienen derecho a vivir en un medio ambiente sano, libre
de contaminación y degradación ambiental, y a beneficiarse de la conservación y
uso sostenible de la naturaleza y los recursos naturales. Asimismo, señala que los
indígenas tienen el derecho de controlar sus tierras, territorios y recursos naturales
y de mantener sus formas tradicionales de vida. Estos principios se constituyeron
en orientaciones fundamentales para la definición de políticas y estrategias de con-
servación y desarrollo sostenible, aunque en la práctica no se ha logrado controlar
de manera efectiva la contaminación ambiental, revertir las amenazas a la biodi-
versidad y evitar el deterioro de la base de los recursos, especialmente en los países
con menor desarrollo, donde los problemas de la pobreza incrementan los riesgos
ambientales.
Desde una perspectiva de análisis sociopolítico, los conflictos se producen
cuando las demandas de los grupos sociales no encuentran respuestas en el sistema
político que los representa o cuando las sociedades afrontan situaciones de crisis
Conflictos ambientales en áreas protegidas de Bolivia 11

que afectan sus sistemas de valores, estructuras socioeconómicas e interrelaciones,


generando inestabilidad e incertidumbre que pueden derivar en confrontaciones,
retrocesos o avances en el fortalecimiento de la democracia, especialmente cuando
éstas se expresan en su confrontación con el Estado. En este sentido, los conflictos
ambientales en Bolivia han estado estrechamente vinculados con la defensa y el re-
conocimiento de derechos de posesión y uso de la tierra y los recursos naturales, así
como con los problemas derivados de la explotación intensiva de recursos naturales
altamente competitivos en el mercado.
Históricamente el país afrontó conflictos ambientales relacionados con la re-
cuperación de las tierras de comunidades. Las movilizaciones indígenas de los siglos
XIX y XX se dieron en momentos de mayor presión, cuando la vida de las comu-
nidades era puesta en riesgo por la expoliación de sus tierras y la explotación del
trabajo indígena. Sin embargo, la construcción de una agenda política se fue dando
a través de los procesos de movilización en torno a la tierra, la defensa de derechos
humanos y la recuperación del papel de los indígenas como actores centrales. Estos
temas se constituyeron en el eje de las reivindicaciones y en la base de la plataforma
política de los indígenas de Bolivia, así como de los del Perú y el Ecuador.
El desarrollo económico de Bolivia estuvo tradicionalmente centrado en la ex-
tracción de recursos naturales de importancia económica, como los minerales, los
hidrocarburos, la goma y la madera, produciendo desplazamientos poblacionales y
modificaciones en la geografía humana y en las estructuras sociales y económicas,
con graves costos sociales, culturales y ambientales, especialmente en relación a los
espacios culturales de los pueblos indígenas. Hacia fines del siglo XIX los ingresos
del país dependían principalmente de la producción minera y gomera, lo que dio
lugar a la conformación de poderes regionales que representaban los intereses de los
empresarios y a conflictos con los indígenas por la tierra y las condiciones laborales.
Durante el siglo XX, en el momento del auge de la minería del estaño, se produ-
cen movilizaciones de los mineros exigiendo condiciones laborales justas para los
trabajadores y surgen organizaciones sindicales y partidos políticos que plantean la
necesidad de realizar transformaciones sociales de fondo, como la nacionalización
de las minas y la reforma agraria, medidas que serían aplicadas durante la Revo-
lución Nacional de 1952. En la segunda parte del siglo, la madera se convierte en
uno de los recursos naturales más demandados por el mercado internacional, su
12 Conceptos y metodología de investigación sobre manejo de conflictos ambientales

explotación se inicia en el departamento de Santa Cruz y más tarde (con el agota-


miento de especies valiosas de sus bosques de producción y la apertura de las carre-
teras) se extiende a otros departamentos del país. La actividad forestal ha sido una
de las principales causas para el desarrollo de conflictos sociales entre empresarios
madereros, poblaciones indígenas y campesinas y sectores urbanos de las regiones
productoras del país.
En los últimos quince años, los conflictos ambientales que alcanzaron mayor
repercusión a nivel nacional estuvieron relacionados principalmente con la deman-
da de tierras y territorios indígenas en el oriente boliviano, así como con las movili-
zaciones sociales en torno al tema del agua, la contaminación minera y la naciona-
lización del gas para revertir la capitalización de los hidrocarburos de 1997.
A finales de los años ochenta, la mayor parte de las tierras bajas se encontraba
en manos de los hacendados y solamente un pequeño porcentaje de campesinos e
indígenas había logrado la titulación de sus tierras. Estos problemas, sumados a la
superposición de derechos de propiedad y tenencia de tierras (concesiones foresta-
les, dotaciones del Consejo Nacional de Reforma Agraria, adjudicaciones del Ins-
tituto Nacional de Colonización, establecimiento de áreas protegidas y territorios
indígenas), dieron lugar a diversos conflictos sociales y a demandas territoriales de
los pueblos indígenas del oriente del país.
Los conflictos en el bosque de Chimánes, ubicado al sudoeste del departa-
mento del Beni, una de las regiones de mayor riqueza maderable del bosque tropical
húmedo, constituyen un ejemplo de las luchas que los pueblos indígenas tuvieron
que enfrentar en defensa de sus territorios tradicionales. Entre 1987 y 1990, con el
ingreso de las empresas madereras a la región, las comunidades indígenas iniciaron
un proceso de movilizaciones para hacer frente a las presiones externas, que culmi-
nó con la Marcha por el Territorio y la Dignidad, en agosto de 1990. Por primera
vez en la historia del país, la sociedad boliviana tomó conciencia de la existencia de
pueblos indígenas que habitaban los bosques y sabanas del Beni y que reclamaban
por sus derechos históricos sobre la tierra y los recursos naturales y por sus derechos
de acceso a la salud y la educación. Este proceso permitió no solamente el recono-


Lehm, 1993; Quiroga y Salinas, 1996: 184-196.
Conflictos ambientales en áreas protegidas de Bolivia 13

cimiento legal de los territorios demandados, sino la creación de organizaciones


supracomunales para articular las demandas de las comunidades y el desarrollo
de estrategias de lucha basadas en la negociación y en la construcción de lazos de
solidaridad entre las comunidades y otros sectores de la sociedad. Asimismo, este
hecho histórico contribuyó a que el Estado boliviano ratificara el Convenio 169 de
la OIT, mediante Ley N° 1257 (1991), e introdujera en diferentes normas legales
y en la propia Constitución Política del Estado los derechos territoriales, sociales y
culturales de los pueblos indígenas.
Con la intervención del Consejo Nacional de Reforma Agraria y el Instituto
Nacional de Colonización (1992) y la promulgación de la Ley INRA (1996) se dio
inicio al proceso de saneamiento, titulación y distribución de tierras fiscales, per-
mitiendo a los pueblos indígenas la titulación de sus espacios tradicionales como
tierras comunitarias de origen (TCO). De este modo, las TCO son espacios terri-
toriales indígenas legalmente reconocido por el Estado boliviano. El surgimiento
de un nuevo grupo denominado Movimiento Sin Tierra (MST), con demandas de
tierras en el Chaco, Santa Cruz y en algunos sectores del norte de La Paz, generó en
los últimos años violentas confrontaciones por la ocupación de tierras con empre-
sarios y hacendados, con pérdida de vidas humanas.
La actividad minera fue asimismo motivo de conflictos con las poblaciones
locales de Oruro y Potosí, principalmente por el uso del agua y por la contamina-
ción hídrica y de tierras agrícolas. Durante la década de los noventa se presentaron
varias denuncias públicas de los pobladores afectados por la contaminación de ríos
utilizados para la irrigación de campos de cultivo y de pastoreo. Sin embargo, las
movilizaciones sociales que alcanzaron dimensión nacional, y que en algunos casos
tuvieron un carácter violento, estuvieron vinculadas con la importación de mate-
riales mineros, considerados desechos tóxicos. Recientemente, pobladores de va-


La reforma de la Constitución Política del Estado (1995) incorpora en su artículo 1° que
Bolivia es multiétnica y pluricultural, y en su artículo 171° reconoce y protege los derechos
sociales, económicos y culturales de los pueblos indígenas, especialmente los relativos a sus
tierras comunitarias de origen, garantizando el uso y aprovechamiento sostenible.

Ver Quiroga y Salinas, op. cit.: 82-108.
14 Conceptos y metodología de investigación sobre manejo de conflictos ambientales

rias comunidades del lago Titicaca se movilizaron, bloqueando el camino de acceso


a La Paz, con demandas al Poder Ejecutivo para la descontaminación minera del
lago en la bahía de Ocaña, adonde vierten sus aguas los ríos Suchis, Susajahuira,
Jilakata y Pallina, y la ejecución de proyectos para la dotación de servicios básicos y
el desarrollo productivo (La Razón, 13 y 14 de julio de 2006).
Sin embargo, gran parte de los conflictos ambientales en Bolivia no se pro-
dujeron por la acción de los actores sociales en defensa de su medio ambiente, sino
que estuvieron asociados a confrontaciones entre sectores sociales por la tenencia
de la tierra y el acceso y uso de los recursos naturales. En este contexto, el papel del
Estado ha sido particularmente importante, ya que varios de los conflictos se origi-
naron a partir de las políticas y acciones estatales relacionadas con el saneamiento
de tierras, la colonización, la exportación de recursos naturales y la promoción de
programas de conservación, como es el caso de la creación y puesta en funciona-
miento de las áreas protegidas.
Un ejemplo que ilustra la configuración de conflictos sin que intervengan
niveles de conciencia ambiental en la población es la confrontación de intereses
respecto a la gestión de las áreas protegidas y las tierras comunitarias de origen en el
norte de La Paz. Un estudio realizado en 2003 sobre los actores sociales de la región
del PNANMI Madidi muestra que, en general, las comunidades, organizaciones
de base e instituciones locales no estaban conscientes de la importancia de la con-
servación de los recursos naturales para el bienestar de la población y el desarrollo
socioeconómico. El interés en el Parque Madidi estaba centrado en los beneficios
económicos que éste pueda generar a través de la canalización de inversiones a la
región, sin considerar otros aspectos vinculados a la protección de la biodiversidad
y el manejo sostenible de los recursos naturales para el mejoramiento de la calidad
de vida. Por otra parte, los conflictos sociales en la región estuvieron fuertemente
influidos por la falta de una cultura democrática en la sociedad que facilitara el
diálogo y la búsqueda de consensos, por la escasa valoración y reconocimiento de
la diversidad cultural y por la posición ambigua de los gobiernos municipales en
el ejercicio de sus responsabilidades. En este sentido, las organizaciones indígenas


Lehm, Salas, Salinas, Gómez y Lara, 2002.
Conflictos ambientales en áreas protegidas de Bolivia 15

de la región han demostrado una visión y capacidades distintas para enfrentar los
problemas de desarrollo y las relaciones con otros actores sociales, más orientadas a
la cooperación y la acción colectiva, cuestionando –si bien aún débilmente– el de-
sarrollo centrado en los aspectos económicos de corto plazo, y apostando más bien
por el manejo sostenible de los recursos y por las normas que regulan su uso.

Reflexiones en torno al concepto de conflicto ambiental


La consideración del conflicto como un motor de cambio o como un efecto
de los cambios sociales, así como su fuerte gravitación en los asuntos de interés
público y en las relaciones de poder entre actores sociales, ha dado lugar a que las
ciencias sociales presten especial interés a este tema y a que se desarrollen teorías y
metodologías de estudio y de manejo de los conflictos.
El concepto de conflicto ha evolucionado desde una comprensión del fenó-
meno en sí mismo, como parte inherente del comportamiento humano, hacia un
análisis interdisciplinario que permita comprender los procesos de cambio y las
transformaciones sociales a partir de las situaciones de crisis, las luchas sociales
y el planteamiento de demandas de diversos sectores. El objetivo último de estos
estudios ha sido analizar las interacciones humanas, los grados de compromiso y
relaciones de conflicto y las fuerzas contrapuestas, para que puedan ser manejadas
en términos de justicia y de racionalidad, evitando que se resuelvan con un alto
costo de violencia o en perjuicio de la sociedad.

Aída Aisenson define el conflicto como: “contradicción, discrepancia, incompatibilidad,




antagonismo”. Explica que: “En el plano de las interacciones se hallan implicados dos o más
individuos o grupos que aspiran a obtener o mantener una situación, esto es, un cambio o la
preservación de las condiciones existentes; se trata, según los casos, de privilegios de alguna
clase que no se pueden compartir: goce de autoridad o de ventajas materiales, prestigio, se-
guridad. En suma, dos o más protagonistas aprecian y desean disfrutar de bienes que por su
carácter, o dadas las circunstancias, son o se consideran de pertenencia excluyente de unos
o de otros”. Aisenson, 1994: 17.
16 Conceptos y metodología de investigación sobre manejo de conflictos ambientales

El reconocimiento de que los conflictos sociales son parte integrante del de-
sarrollo de la democracia, como afirma Alain Touraine, implica a su vez la acepta-
ción de que la sociedad está conformada por una diversidad cultural y de intereses
sociales. La democracia está atravesada de tensiones sociales debido a la pluralidad
de visiones, valores y proyectos colectivos que coexisten, y estas tensiones solamen-
te pueden resolverse en el ámbito de los espacios institucionales de la democracia
y mediante el diálogo y la cooperación. Sin embargo, la utilización del conflicto
como estrategia para solucionar los problemas o para lograr que el Estado atienda
las demandas sociales, a través de la presión, la confrontación y la violencia, tiende
a inhibir la voluntad de los actores para analizar las causas y alcance de los conflic-
tos y para encontrar soluciones que los beneficien.
Los conflictos ambientales tienen características particulares, responden a
problemas vinculados con el acceso y uso de los recursos naturales, que a su vez
tienen fuertes repercusiones en diferentes ámbitos del desarrollo y que pueden afec-
tar la calidad de vida de la población. En sí mismos, los conflictos ambientales
pueden generar movilizaciones y protestas en defensa de los recursos naturales y
la conservación de la biodiversidad o pueden constituirse en un símbolo de las
luchas sociales frente a la lógica mercantilista y a la globalización de la economía,
por sus efectos negativos en la calidad de vida y en el mantenimiento del equilibrio
ecológico.
Para Alain Santandreu y Eduardo Gudynas el conflicto ambiental es “un tipo
de conflicto social donde la temática en disputa se refiere a los aspectos ambienta-
les”, el mismo que está relacionado con los impactos ambientales (físicos, biológi-
cos) y su valoración por la sociedad. Identifican algunos aspectos para una mejor
concepción del conflicto ambiental:
• Se realiza en términos de proceso
• Se desarrolla en el ámbito público


Según Alain Touraine, la sociedad está hecha de relaciones sociales, de actores definidos a
la vez por sus orientaciones culturales, sus valores y sus relaciones de conflicto, cooperación
o compromiso con otros actores sociales. Touraine, 2000: 41, 175, 179, 281, 282.

Santandreu y Gudynas, 1998.
Conflictos ambientales en áreas protegidas de Bolivia 17

• Involucra acciones colectivas


• Es el resultado de diferentes valores, percepciones y significados que los
actores otorgan a acciones o circunstancias que afectan el medio ambiente
• Es una dinámica de oposición, controversia, disputa o protesta
El estudio realizado por Isabel Carvalho y Gabriela Scotto (1995) sobre los
conflictos ambientales en Brasil introduce el concepto de conflicto socioambiental
y analiza los elementos que lo configuran:
• La lucha ambiental es el resultado de la relación de fuerzas entre grupos
que se manifiestan en el espacio público y de la percepción social y acción
política de los actores colectivos, incluidos los medios de comunicación.
• La oposición entre intereses privados e intereses públicos es la causa de los
conflictos socioambientales. Los actores sociales entran en disputa cuando
las modalidades de acceso y gestión de los bienes de interés público afectan
la permanencia y disponibilidad de recursos que son esenciales para la su-
pervivencia y calidad de vida de la colectividad.
• Un conflicto socio-ambiental es considerado como tal cuando se producen
movilizaciones de un actor social frente a aquello que es percibido como
agresión ambiental. Lo que diferencia a un conflicto ambiental de un pro-
blema ambiental es la reacción de los actores de la sociedad civil frente a
una situación de riesgo o daño ambiental. Coincidiendo con esta defi-
nición, Sabatini y Sepúlveda (1997) señalan que un conflicto se origina
cuando una comunidad se organiza para hacer frente a un determinado
daño ambiental.
Para efectos del presente estudio, conflicto ambiental puede definirse como la
manifestación de tensiones entre actores sociales10 que desarrollan una acción polí-
tica para expresar sus divergencias de opiniones, posiciones críticas, intereses con-


Carvalho y Scotto, 1995: 13-14.

Ver en Santandreu y Gudynas, 1998.
10
Zulema Lehm, en su análisis sobre los conflictos sociales ocurridos en el bosque de Chimán
(1986-1993), define el término de actores sociales como el reconocimiento del rol social y
político de los grupos sociales enfrentados (Lehm, 1993).
18 Conceptos y metodología de investigación sobre manejo de conflictos ambientales

trapuestos, reclamos y planteamiento de demandas en relación con el acceso y uso


de los recursos naturales y los impactos ambientales de las actividades económicas.
Difiere de un problema ambiental en tanto éste hace referencia a aquellos factores
que inciden negativamente en la calidad ambiental, sin que la población afectada
reaccione o proteste, ya sea por falta de conciencia ambiental o de capacidad de
organización, o bien porque un problema ambiental no llega a repercutir en otros
aspectos de la actividad económica o cultural.
Precisando la noción de conflicto ambiental, desde una perspectiva sociopo-
lítica y cultural, podemos identificar algunos aspectos que lo caracterizan:
• Dimensión social y política que adquiere un problema ambiental por su ca-
pacidad de afectar un conjunto de aspectos (culturales, económicos, territo-
riales y ecológicos) relacionados con el bienestar y desarrollo de la población
o con determinados intereses de los actores sociales.
• Expresión de oposición de sectores de la sociedad frente a las políticas del
Estado, algunas relacionadas con políticas de conservación que son con-
sideradas inadecuadas o perjudiciales a sus intereses particulares, y que se
traduce en movilizaciones sociales de protesta y demandas.
• Relaciones entre actores sociales que se definen en función de la capacidad
de construir alianzas estratégicas, articular demandas sociales, lograr con-
sensos y generar espacios de diálogo.
• Acción política de los actores sociales en respuesta a los problemas ambien-
tales, a la inadecuada distribución de la tierra y a la pérdida de derechos
sobre el uso de recursos naturales, para revertir situaciones que afectan sus
intereses y/o privilegios.
• Desarrollo en términos de proceso y con participación de actores socia-
les que cuentan con reconocimiento social y con propuestas de acción
dirigidas a reivindicar derechos sobre el acceso y uso de los recursos
naturales, a denunciar medidas que pueden generar impactos ambi-
entales y a impedir que determinados grupos sociales (generalmente
con poder económico y político) afecten los intereses de otros grupos
sociales.
Conflictos ambientales en áreas protegidas de Bolivia 19

• Nivel de conciencia colectiva y percepción social de los problemas ambien-


tales y capacidad de participación y deliberación de los actores sociales en
los espacios públicos, a fin de analizar su visión sobre la problemática del
desarrollo y los valores culturales y democráticos que intervienen en la con-
figuración de los conflictos.

Enfoque metodológico de investigación del manejo de conflictos


ambientales

La presente investigación sobre conflictos ambientales se dirige al análisis de


las experiencias de manejo de conflictos en el Sistema Nacional de Áreas Protegi-
das (SNAP) y en tierras comunitarias de origen (TCO) vinculadas con el sistema,
ya que constituyen unidades de gestión territorial que están generando procesos
de planificación y manejo de recursos naturales y que han enfrentado conflictos
relacionados con su gestión y con la tenencia y uso de la tierra y los recursos natu-
rales.
El establecimiento del SNAP, en 1993, significó un gran esfuerzo en el de-
sarrollo de los instrumentos técnicos, normativos y financieros para asegurar una
gestión integrada y efectiva de las áreas protegidas y para orientar las acciones de
conservación hacia la participación social y el mejoramiento de las condiciones de
vida de la población local. Las intervenciones de los programas de conservación en
las áreas protegidas han contribuido al fortalecimiento de las relaciones entre las
direcciones de las áreas y los actores locales y al desarrollo de experiencias valiosas
de planificación integrada (áreas protegidas, tierras comunitarias de origen, muni-
cipios) y de aprovechamiento sostenible de los recursos naturales.
Por otra parte, la demanda de tierras comunitarias de origen por las organiza-
ciones indígenas ha implicado la realización de un conjunto de gestiones (legales,
técnicas, administrativas) y capacidades para el manejo de conflictos, lo que ha
requerido la reestructuración y fortalecimiento de sus organizaciones, el estableci-
miento de alianzas con otros sectores sociales y la necesidad de avanzar en la plani-
ficación técnica y espacial de los territorios, aplicando metodologías desarrolladas
en las áreas protegidas y enriqueciendo a su vez estos procesos de planificación.
Actualmente 14 tierras comunitarias de origen (TCO) están superpuestas parcial
20 Conceptos y metodología de investigación sobre manejo de conflictos ambientales

o totalmente con áreas protegidas y 30 se ubican en su zona de amortiguación


externa. Su gestión ha generado oportunidades para el desarrollo de iniciativas
locales de manejo de recursos naturales y capacidades técnicas y administrativas en
las organizaciones de base que participan en la coadministración y gestión de las
áreas protegidas, como es el caso de la Capitanía del Alto y Bajo Isoso (CABI), que
coadministra con el SERNAP el Parque Nacional Kaa Iya.
En ambos procesos ha sido fundamental el rol de los gobiernos municipales,
considerando asimismo que estas instancias estatales se encuentran aún en pro-
ceso de consolidación y fortalecimiento de su papel político y técnico. La Ley de
Participación Popular (1994), que otorga competencias a los municipios en la pla-
nificación del desarrollo en su jurisdicción territorial, ha sido uno de los cambios
más profundos que se han producido con las reformas institucionales del Estado
durante la década de los noventa, y aunque los gobiernos municipales no han lo-
grado generar las suficientes capacidades de gestión y una adecuada interacción con
los diferentes actores sociales, constituyen el eje de los procesos de planificación y
desarrollo que se realizan en el ámbito local y son un actor central en los conflictos
ambientales. En los últimos años, su importancia en la gestión de las áreas prote-
gidas ha ido en incremento, lo que ha dado lugar a un cambio en las relaciones de
trabajo y una mayor incidencia de los municipios en el tratamiento de la proble-
mática de las áreas protegidas.

Metodología de investigación de las experiencias de manejo de conflictos am-


bientales

El análisis de las experiencias de manejo de conflictos en espacios regionales,


que integran un mosaico de usos de la tierra (áreas protegidas, tierras comunitarias
de origen y otras áreas de diversos usos), constituye una estrategia fundamental
para la comprensión más profunda de los problemas socioeconómicos relacionados
con el aprovechamiento de los recursos naturales y de las relaciones entre actores
locales y regionales, así como un mecanismo para el análisis de la percepción y la
conciencia crítica de los actores sociales sobre su realidad concreta y su capacidad
de colaboración y búsqueda de soluciones efectivas y creativas a los problemas, sin
que éstas impliquen la resignación de sus demandas y derechos.
Conflictos ambientales en áreas protegidas de Bolivia 21

En este contexto, el manejo de conflictos ambientales puede ser definido


como la capacidad de los actores sociales e institucionales para conducir situaciones
complejas, resolver discrepancias vinculadas con el acceso y uso de los recursos na-
turales y generar oportunidades que contribuyan al fortalecimiento de las relacio-
nes sociales y a la conservación de la diversidad biológica y cultural, reconociendo
la existencia de una pluralidad de intereses, valores y visiones culturales. Implica
asimismo la comprensión de los problemas en su contexto y complejidad, el desa-
rrollo de valores democráticos y el planteamiento de estrategias para la solución de
los conflictos en el marco del diálogo, la comunicación y la colaboración.
En términos metodológicos, el manejo de conflictos ambientales plantea la
necesidad de abordar esta temática desde una perspectiva multidimensional, anali-
zando los diferentes factores que intervienen en los conflictos (históricos, políticos,
socioeconómicos, culturales y ambientales), para dar cuenta de la dinámica y
cambios sociales y de las relaciones de cooperación y conflicto existentes entre
grupos sociales:
Contexto histórico, político y socioeconómico, que explica la existencia de con-
flictos ambientales y que permite comprender el escenario político y social en el
que se desarrollaron.
Problemática ambiental a nivel regional, que permite identificar las principales
amenazas y los temas críticos relacionados con la conservación de la biodiversidad,
los sectores sociales que ejercen mayor presión sobre los recursos y las tensiones so-
ciales en torno a los problemas ambientales, así como las oportunidades existentes
en el manejo y conservación de los recursos naturales.
Constitución y acción política de los actores sociales en relación a sus caracterís-
ticas organizativas, su capacidad de representación y movilización en torno a una
agenda política, los valores democráticos e intereses que defienden en la construc-
ción de un proyecto colectivo y las posturas asumidas en los conflictos.
Papel del Estado en el surgimiento y dinámica de los conflictos, considerando su
capacidad institucional y de coordinación para aplicar políticas ambientales y dar
respuesta a las demandas sociales, la relación con los actores sociales y su participa-
ción en el surgimiento y desarrollo de los conflictos.
22 Conceptos y metodología de investigación sobre manejo de conflictos ambientales

Configuración y proceso de evolución de los conflictos, identificando demandas


sociales en conflicto, recursos naturales y culturales implicados, causas que origi-
naron los conflictos, repercusiones e impactos sobre la biodiversidad y la gestión
ambiental, efectos culturales y socioeconómicos y oportunidades generadas para el
fortalecimiento de la democracia.
Estrategias de manejo de conflictos en relación con el acceso y manejo de la in-
formación técnica y espacial, las metodologías desarrolladas para el manejo de los
conflictos, las estrategias de acción política de los actores sociales, la solución de los
conflictos en el marco de las relaciones democráticas y los factores que limitaron el
establecimiento de acuerdos y la resolución de los conflictos.
El objetivo principal de la investigación de los conflictos ambientales vincula-
dos con las áreas protegidas del SNAP se dirigió al registro y sistematización de los
conflictos, centrando el análisis en el complejo de áreas protegidas y TCO del norte
de La Paz, para analizar la incidencia de los conflictos en los procesos de gestión
de las áreas, los aportes generados de las experiencias de manejo de conflictos y las
lecciones aprendidas, para orientar su tratamiento como parte integral de la gestión
de las áreas protegidas.
Los temas que se abordaron en la investigación del manejo de conflictos fue-
ron los siguientes:
• Gestión de áreas protegidas del SNAP (creación, categorización, estableci-
miento de límites, coadministración, participación social en la gestión).
• Procesos de distribución, demanda y saneamiento de tierras en áreas prote-
gidas y TCO (saneamiento, ampliación de la frontera agrícola y pecuaria,
proyectos de colonización dirigida, asentamientos ilegales de tierra, proble-
mas de linderos entre comunidades).
• Uso de la tierra y los recursos naturales (extracción de recursos, producción
agropecuaria insostenible, conflicto entre la actividad humana y la vida sil-
vestre, derechos sobrepuestos de uso de la tierra y los recursos naturales).
• Obras y proyectos de desarrollo (turismo, agropecuaria industrial, conce-
siones forestales, concesiones mineras e hidrocarburíferas, apertura de ca-
minos, electrificación, represas).
Conflictos ambientales en áreas protegidas de Bolivia 23

• Patrimonio cultural y natural único (destrucción de sitios arqueológicos,


monumentos histórico-culturales y muestras geológicas, sustracción de la
cultura material y de documentos históricos, extracción de recursos paleon-
tológicos).
Se desarrollaron instrumentos de investigación para la recopilación, sistema-
tización y análisis de la información, desde una perspectiva técnica y espacial, in-
volucrando a las direcciones de las áreas protegidas y organizaciones de base en el
proceso de análisis: cuestionarios y entrevistas semiestructuradas, creación de una
base de datos vinculada, elaboración de estadísticas y mapas temáticos.

Creación de una base de conflictos ambientales en el SNAP

La creación de una base de datos de manejo de conflictos tuvo como objetivo


la integración y sistematización de la información recopilada en las áreas protegi-
das y sus zonas de amortiguación y su vinculación con el Sistema de Información
Geográfica (SIG), para permitir el análisis de los conflictos mediante la aplicación
de criterios espaciales.
El diseño conceptual de la base de datos se realizó tomando en cuenta las
variables e indicadores definidos en los temas de análisis del manejo de conflictos,
lo que permitió establecer una línea base para el registro histórico de los conflictos
y su actualización permanente en las áreas protegidas, integrándola al Sistema In-
tegral de Monitoreo del SNAP. La idea es que la base de datos se constituya en un
instrumento útil para la recopilación de información (técnica y espacial), el análisis
de las experiencias de manejo de conflictos, la toma de decisiones y el seguimiento
a los acuerdos establecidos.
Los resultados de la información sistematizada en la base de datos permitió la
elaboración de cuadros y la realización de estadísticas y gráficos que muestran las
características de los conflictos ambientales en el SNAP, su incidencia en las regio-
nes ecológicas, los actores sociales involucrados, la actuación de las instituciones
estatales y las estrategias de manejo de conflictos. Esta información contribuye
asimismo a analizar los conflictos desde una perspectiva global, regional y específica
de cada área protegida del SNAP.
24 Conceptos y metodología de investigación sobre manejo de conflictos ambientales

Recopilación, sistematización y análisis de las experiencias de manejo de conflictos

Para el registro de la información de los conflictos en el SNAP se diseñaron


y aplicaron cuestionarios a los directores de las áreas protegidas. La información
obtenida fue registrada en la base de datos, cuyo diseño físico se realizó en el pro-
grama Access, estableciendo un código específico para cada área protegida y para
cada caso de conflicto.
La realización del estudio de caso de manejo de conflictos en Madidi, Pilón
Lajas y la TCO Tacana requirió, además de la recopilación de información median-
te los cuestionarios, la revisión de documentación (estudios técnicos y jurídicos,
correspondencia, resoluciones, votos resolutivos, actas de reuniones, notas de pren-
sa y otros) y el desarrollo de entrevistas a profundidad con diferentes actores locales
relacionados con la gestión de las áreas protegidas y las TCO Tacana y San José de
Uchupiamonas. En total se realizaron 23 entrevistas a directores y guardaparques
de las áreas protegidas, autoridades municipales, dirigentes y líderes de las organi-
zaciones de base y comunidades. La sistematización de esta información permitió
ampliar y profundizar el análisis en los aspectos ambientales, históricos y políticos
de la región, en los procesos de configuración y desarrollo de los conflictos y en la
identificación de las lecciones aprendidas, incorporando la experiencia de los acto-
res locales en el manejo de conflictos y su visión acerca de las prácticas democráticas
y la necesidad de prevenir y manejar los conflictos en términos de oportunidades
para la región.

Análisis espacial de las experiencias de manejo de conflictos

El vínculo entre la base de datos y el Sistema de Información Geográfica (SIG)


se estableció mediante la digitalización de los polígonos que contenían información
georeferenciada de los casos de conflictos, utilizando el programa ArcView. Cada
conflicto de la base de datos fue identificado en el SIG con el mismo código.
La información permitió la elaboración de un mapa general de los conflictos
ambientales registrados en las áreas protegidas del SNAP y de mapas específicos
sobre cada uno de los conflictos registrados en la base de datos.
Conflictos ambientales en áreas protegidas de Bolivia 25

Capítulo 2
Manejo de conflictos ambientales en el Sistema Nacional de
Áreas Protegidas (SNAP)

Los esfuerzos de conservación que se llevaron adelante a partir de la década de


los noventa se centraron fundamentalmente en el Sistema Nacional de Áreas Pro-
tegidas (SNAP), cuya gestión se encuentra actualmente bajo la responsabilidad del
Servicio Nacional de Áreas Protegidas (SERNAP)11, entidad estatal desconcentrada
del Ministerio de Desarrollo Rural y Agropecuaria. Su creación y puesta en funcio-
namiento se realizó en un momento de importantes reformas sociales y económicas
en el país, con la promulgación de leyes que modificaron los regímenes forestal, de
acceso y uso de la tierra, minero e hidrocarburífero. En 16 años de funcionamiento
del SNAP se ha logrado establecer la gestión de 20 áreas protegidas de las 22 de
carácter nacional que conforman el sistema, y que constituyen aproximadamente
el 16% del territorio nacional (ver mapa 1). El sistema representa las principales
regiones ecológicas y ecosistemas del país, estimándose que del total de plantas
y vertebrados registrados para Bolivia, un 68% y 80%, respectivamente, estarían
representados en el SNAP12.

11
En 1993, cuando se establece el SNAP, su organización y gestión fue encomendada a la
Dirección Nacional de Conservación de la Biodiversidad. En 1998, mediante D. S. 25158,
se crea el SERNAP con el objetivo de coordinar el funcionamiento del sistema de áreas pro-
tegidas, garantizando la gestión integral de las áreas protegidas de interés nacional, a efectos
de conservar la diversidad biológica.
12
SERNAP, 2005.
26 Manejo de conflictos ambientales en el Sistema Nacional de Áreas Protegidas

Mapa 1. Regiones ecológicas y áreas protegidas de Bolivia


Conflictos ambientales en áreas protegidas de Bolivia 27

Las áreas protegidas del país y sus zonas de influencia cuentan con una im-
portante población humana, con diferentes orígenes étnicos y con distintas ca-
racterísticas históricas y económicas, dando lugar a la configuración de espacios
socioeconómicos particulares y a una compleja realidad social. La población que
habita dentro de las áreas es de aproximadamente 120.000 habitantes y la que
se encuentra en la zona de amortiguación externa supera los 450.000 habitantes.
70 municipios tienen jurisdicción sobre las áreas protegidas del sistema (con una
población de 2.863.104 habitantes, incluyendo a las secciones capitales de La Paz,
Cochabamba y Tarija)13, y 44 tierras comunitarias de origen (tituladas y demanda-
das) están relacionadas con su gestión: 5 superpuestas totalmente, 9 parcialmente
y 30 en la zona de amortiguamiento14. Los hogares pobres de los municipios
vinculados son 67%, lo que muestra que una mayoría importante de la población
no ha logrado satisfacer sus necesidades básicas: disponibilidad de agua potable,
servicios sanitarios, energía eléctrica, acceso a la educación y a los servicios de
salud15.
La compleja realidad socioeconómica y cultural de las áreas protegidas por
la diversidad de actores vinculados con su gestión (municipios, comunidades in-
dígenas y campesinas, haciendas o estancias agropecuarias, cooperativas mineras,
empresas) ha planteado la necesidad de desarrollar estrategias dirigidas a compati-
bilizar los objetivos de conservación con los de desarrollo, promoviendo la parti-
cipación social en la toma de decisiones sobre la gestión de las áreas protegidas, el
manejo de recursos naturales y la generación de nuevas opciones económicas que
contribuyan al mejoramiento de la calidad de vida de la población.
Si bien los avances realizados hasta el momento han contribuido a incorporar
a los actores sociales e institucionales en la gestión de las áreas protegidas (adminis-

13
Si se excluye a las secciones capitales de La Paz, Cochabamba y Tarija, la población de las
áreas protegidas es de solamente 1.464.885 habitantes. CNPV 2001. (INE, 2002a.)
14
Las tierras comunitarias de origen de las zonas de amortiguación de las áreas protegidas se
encuentran colindando con éstas o con otras tierras comunitarias de origen, lo que permite
complementar valores naturales y culturales a nivel paisaje e incrementar las posibilidades
de una planificación integral y orientada a la conservación y desarrollo sostenible.
15
INE y PNUD, 2005.
28 Manejo de conflictos ambientales en el Sistema Nacional de Áreas Protegidas

tración compartida de áreas protegidas, comités de gestión integrados por actores


locales relevantes), a generar alternativas económicas (aunque todavía de manera
incipiente) y a comunicar conocimientos y experiencias valiosas de planificación y
gestión territorial, éstos han sido insuficientes para consolidar el sistema, dada su
dimensión en términos espaciales y la complejidad social de las áreas protegidas, los
niveles de pobreza y la falta de oportunidades económicas. Los conflictos ambien-
tales han sido parte integrante de estos procesos; la puesta en funcionamiento de
la administración de las áreas protegidas, el control y vigilancia de las actividades
humanas y el saneamiento de tierras, dieron lugar a fuertes tensiones que involu-
craron a diversos actores sociales (comunidades campesinas e indígenas, coloniza-
dores, hacendados, empresarios, ONG), así como a otras entidades del Estado.
Los cambios actuales por los que está atravesando el país plantean la necesi-
dad de profundizar la participación social en las áreas protegidas, considerando su
importancia para el desarrollo de los pueblos indígenas y comunidades campesinas
(mantenimiento de cuencas, provisión de fauna, conservación de áreas para la reco-
lección y extracción de recursos maderables y no maderables, protección y valoriza-
ción del patrimonio cultural tangible e intangible) y la existencia de coincidencias
importantes y objetivos comunes en la gestión territorial indígena y el manejo de
áreas protegidas.
El planteamiento central de la nueva agenda del Sistema Nacional de Áreas
Protegidas se dirige a promover la gestión compartida de las áreas protegidas entre
el Estado y las organizaciones sociales que representan a los habitantes de estas
áreas, para asegurar la participación efectiva de las comunidades en la definición
y aplicación de las políticas y estrategias de manejo de las áreas protegidas y para
fortalecer su papel protagónico en la generación de nuevas opciones de desarro-
llo compatibles con la conservación de la biodiversidad. Este proceso requerirá
desarrollar nuevas estructuras, instrumentos, normas que posibiliten la cogestión
de las áreas protegidas y capacidades técnicas en los actores locales para generar
condiciones institucionales que faciliten una gestión eficiente y responsable de las
áreas protegidas y sus entornos geográficos. Asimismo, será fundamental resolver
los problemas existentes relacionados con la tenencia de la tierra, la falta de alter-
nativas económicas y la situación de pobreza de la mayor parte de la población
vinculada con el SNAP, que han sido causa (y continúan siéndolo) del surgimiento
de conflictos entre actores sociales e institucionales.
Tabla 1. Áreas protegidas de carácter nacional del SNAP

TIERRAS COMUNITARIAS DE
POBLACIÓN ZONA DE
ÁREA PROTEGIDA CREACIÓN DEPARTAMENTO EXTENSIÓN (ha) ECORREGIÓN POBLACIÓN ÁREA PROTEGIDA ORIGEN VINCULADAS CON ÁREAS
AMORTIGUACIÓN EXTERNA
PROTEGIDAS
Reserva Nacional de Vida D. S. 11252 de Pando 747.000 Bosques amazónicos de 1.813 habitantes en 13 comunidades 4.108 en comunidades indígenas (esse ejja, Multiétnico II (ZA).
Silvestre Amazónica Manuripi 1973 Pando y de inundación. campesinas y asentamientos y 522 tacana y cavineño) y campesinas, barracas y
habitantes de barracas. centros poblados: Filadelfia y Puerto Rico.
Parque Nacional Área Natural D. S. 24123 de La Paz 1.895.750 Yungas, bosques 3.714 habitantes en 31 comunidades 11.265 habitantes en 70 comunidades San José de Uchupiamonas (AP), Tacana
de Manejo Integrado Madidi 1995 amazónicos subandinos, de familias tacana, leco, quechua y indígenas de TCO, 24.588 habitantes I, Lecos Apolo, Lecos Larecaja (AP y ZA)
preandinos y secos aymara. en comunidades campesinas y centros y Tacana II y Araona (ZA).
interandinos, cerrado poblados: Pelechuco, Apolo, Guanay,
paceño y altoandina de la Ixiamas, San Buenaventura.
Cordilera Oriental.
Área Natural de Manejo D. S. 10072 de La Paz 483.744 Yungas, bosques secos 18.601 en 78 comunidades, algunas 2.851 habitantes en 13 comunidades y en Marca Qamata, Lecos Larecaja y Lecos de
Integrado Nacional 1972 interandinos y altoandina cooperativas mineras y centros el centro poblado de Santa Rosa de Mapiri Apolo (ZA)
Apolobamba de la Cordillera Oriental. poblados: Amarete, Pelechuco, Curva (sin considerar la zona colindante, que se
y Charazani de origen kallawaya, encuentra en el Parque Madidi).
quechua y aymara.
Parque Nacional Área D. S. 23547 de La Paz 61.000 Yungas y altoandina de la 1.514 habitantes en 17 comunidades 8.209 habitantes en 56 comunidades  
Natural de Manejo Integrado 1993 Cordillera Oriental. y asentamientos menores de origen campesinas y 2 centros poblados: Coroico
Cotapata aymara y mestizo. y Zongo.
Reserva de la Biosfera Tierra D. S. 23110 de La Paz y el Beni 400.000 Yungas, bosques 1.175 habitantes en 14 comunidades 219 habitantes en 12 comunidades Pilón Lajas (AP), Mosetén I (ZA).
Comunitaria de Origen Pilón 1992 amazónicos subandinos y chimane, mosetén y tacana. indígenas chimane y mosetén.
Lajas preandinos. 3.198 habitantes en 27 comunidades
de colonizadores. 8.460 habitantes en
Rurrenabaque y 3.090 en Yucumo.
Reserva de la Biosfera Estación D. S. 19191 de Beni 135.000 Bosques amazónicos 1.008 habitantes en 8 comunidades 3.113 habitantes en 11 comunidades Chimane (AP y ZA) y Movima II (ZA).
Biológica del Beni 1982 preandinos y de chimane. 12 estancias ganaderas. campesinas de origen camba y 19.363
inundación y sabana de los habitantes en la ciudad de San Borja.
Llanos de Moxos.
Parque Nacional Territorio D. S. 7401 de 1965 Beni y Cochabamba 1.236.296 Bosques amazónicos 5.154 habitantes en 61 comunidades 15.000 habitantes en comunidades de Isiboro Sécure (AP), Chimane,
Indígena Isiboro Sécure subandinos, preandinos moxeña, chimane y yuracaré 13.159 colonizadores andinos en el límite sur. 3.650 Multiétnico, Mosetén II, Yuqui y Yuracaré
y de inundación, sabanas habitantes en 47 sindicatos de habitantes en comunidades yuracaré, yuqui (ZA).
inundables de los Llanos colonizadores de la zona sur. 20 y mosetén.
de Moxos. estancias ganaderas.
Parque Nacional Carrasco D. S. 22940 de Cochabamba 622.600 Yungas, bosques 800 habitantes en comunidades 19.000 habitantes en comunidades y 47.646  
1991 amazónicos subandinos, quechuas al Sur (provenientes del habitantes en centros poblados: al Norte
preandinos, secos Valle Alto de Cochabamba) y de (Villa Tunari, Chimoré, Ivirgarzama, Colomi,
interandinos y tucumano- colonizadores al Norte (inmigrantes Puerto Villarroel, Shinahota, Entre Ríos,
boliviano y puna de las tierras altas). Bulo Bulo) y al sur (Tiraque, Totora, Pocona,
semihúmeda. Sehuencas, Pojo).
Parque Nacional Tunari D.S. 6045 de 1962 Cochabamba 309.091 Yungas, bosques secos 21.740 habitantes en 43 80.000 habitantes de aproximadamente 100  
interandinos y puna comunidades y población dispersa comunidades campesinas.
semihúmeda de origen quechua y varias
urbanizaciones y barrios populares
cercanos a la ciudad de Cochabamba.
TIERRAS COMUNITARIAS DE
POBLACIÓN ZONA DE ORIGEN VINCULADAS CON ÁREAS
ÁREA PROTEGIDA CREACIÓN DEPARTAMENTO EXTENSIÓN (ha) ECORREGIÓN POBLACIÓN ÁREA PROTEGIDA
AMORTIGUACIÓN EXTERNA PROTEGIDAS
Parque Nacional Área Natural D. S. 11254 de Santa Cruz 637.600 Yungas, bosques 18.419 habitantes en 97 65.065 habitantes en centros poblados: El  
de Manejo Integrado Amboró 1973 amazónicos subandinos, comunidades de origen camba, Torno, Porongo, Buena Vista, San Carlos,
preandinos, secos aymara y quechua (ANMI). Yapacaní, Samaipata, Pampa Grande,
interandinos y tucumano- Mairana y Comarapa.
boliviano y chaco serrano.
Parque Nacional Noel Kempff D. S. 16646 de Santa Cruz 1.523.446 Bosques amazónicos 95 habitantes en 2 comunidades 1.952 habitantes en 4 comunidades de Bajo Paraguá (ZA).
Mercado 1979 del Beni y Santa Cruz, de origen chiquitano: Esperancita origen chiquitano de la TCO Bajo Paraguá
de inundación y seco de la Frontera y Bella Vista.(en esta y 2 comunidades del Municipio de Baures
chiquitano, cerrado comunidad conviven familias de (Beni).
chiquitano y sabans origen guarasug´we).
inundables de los Llanos
de Moxos.
Área Natural de Manejo D. S. 24124 de Santa Cruz 2.918.500 Bosque seco chiquitano, 2.659 habitantes en 23 comunidades 7.028 habitantes en 21comunidades y 24.500 Guaye Rincón del Tigre (AP), Pantanal y
Integrado San Matías 1995 sabanas inundables y centros poblados: Rincón del Tigre en ciudades y centros poblados: San Matías, Otuquis I (AP y ZA), Tobite II (ZA).
del Patanal y cerrado (Guaye) y Santo Corazón, de origen Roboré, San José de Chiquitos, Ascensión,
chiquitano. chiquitano, ayoreo y camba mestizo. Las Petas, El Tuna, Santiago de Chiquitos.
Parque Nacional Área Natural D. S. 24762 de Santa Cruz 1.005.950 Bosque seco chiquitano, 18 estancias ganaderas. 4.188 habitantes en 10 comunidades Otuquis II y Yambiguasú (AP y ZA).
de Manejo Integrado Otuquis 1995 sabanas inundables del de origen ayoreo y chiquitano y 29.586
Patanal y cerrado chaqueño. habitantes en Puerto Suárez, Puerto Guijarro
y El Carmen.
Parque Nacional Área Natural D. S. 24122 de Santa Cruz 3.441.115 Gran Chaco y cerrado El área no cuenta con población. 8.464 habitantes en 28 comunidades (25 Santa Teresita, Yambiguasu, Isoso,
de Manejo Integrado Kaa Iya 1995 chaqueño. isoseñas, 2 chiquitanas y 1 ayorea). Takovo, Charagua Norte, Charagua Sur,
2.737 habitantes en el centro poblado de Kaaguasu, Katipependi Karovaichu,
Charagua. Guaraníi Kaami (ZA)
19.130 hab. en los centros poblados de San
José de Chiquitos y Roboré.
Reserva Nacional de Flora y D. S. 22277 de Tarija 246.870 Bosques tucumano- Cerca de 2.927 habitantes en 20 6.723 habitantes en 37 comunidades  
Fauna Tariquía 1989 bolivianos y secos comunidades campesinas migrantes campesinas.
interandinos, chaco serrano de los valles y del Chaco de Tarija.
y Gran Chaco.
Parque Nacional Aguaragüe Ley 2083 de 2000 Tarija 108.307 Bosque tucumano- 4.996 habitantes en 10 comunidades 4.418 habitantes en 14 comunidades de Guaraní Yacuiba (AP), Weenhayek,
boliviano, Chaco serrano y de origen guaraní y weenhayek. origen guaraní y weenhayek. Macharetí, Carandaití Ñancorinz, Tapietí
Gran Chaco. Samayhuate, Itika Guasú Guaraní y
Avatiri Huacareta Guaraní (ZA).

Reserva Nacional de Flora y D. S. 22721 de Tarija 108.500 Bosques tucumano- 5.824 habitantes en 28 comunidades 13.589 habitantes en 45 comunidades de  
Fauna Cordillera de Sama 1991 bolivianos y secos de origen chaqueño, quechua y origen chaqueño, quechua, aymara, y en
interandinos, puna aymara. centros poblados: Tolomosa Grande, Guerra
semihúmeda. Huayco, Turumayo, Iscayachi, Tomatas
Grande y Canasmoro.
Área Natural de Manejo D. S. 24623 de Chuquisaca 59.484 Bosques secos interandinos 3.325 habitantes en 9 comunidades 8.892 habitantes en el Municipio de Presto.  
Integrado El Palmar 1997 y chaco serrano. de origen yampara y en centros 710 en Mojocoya, Seripona, La Joya y
poblados: Posopopaya y Rodeo. Caraparí.
Parque Nacional Área Natural Ley 2727 de 2004 Chuquisaca 263.900 Bosque tucumano- 6.758 habitantes en 32 comunidades s/d Itikaraparirenda, Iupaguasú, Kaaguasú
de Manejo Integrado Serranía boliviano, Chaco serrano y de origen mayormente quechua y (ZA).
del Iñao Gran Chaco. guaraní.
Parque Nacional Toro Toro D. S. 22269 de Potosí 16.570 Bosques secos interandinos 2.140 habitantes en 11 comunidades 2.282 habitantes en 12 comunidades  
1989 y puna semihúmeda. de origen charca y en el centro campesinas en el límite del área.
poblado de Toro Toro.
TIERRAS COMUNITARIAS DE
POBLACIÓN ZONA DE
ÁREA PROTEGIDA CREACIÓN DEPARTAMENTO EXTENSIÓN (ha) ECORREGIÓN POBLACIÓN ÁREA PROTEGIDA ORIGEN VINCULADAS CON ÁREAS
AMORTIGUACIÓN EXTERNA
PROTEGIDAS
Reserva Nacional de Fauna D. S. 11239 de Potosí 714.745 Puna desértica con pisos 621 habitantes en 2 comunidades de 2.415 habitantes en comunidades y centros Nor Lípez y Baldivieso (ZA).
Andina Eduardo Avaroa 1973 nivales y subnivales de la origen quechua: Quetena Chico y poblados: San Pablo de Lípez, Mojinete, San
Cordillera Occidental. Quetena Grande. Antonio de Esmoruco y Alota
Parque Nacional Sajama D. S. /sn de1939 Oruro 100.517 Puna desértica con pisos 988 habitantes de origen aymara en 6.000 habitantes en 9 ayllus del Municipio Jacha Carangas (AP y ZA) y Jacha Suyo
nivales y subnivales de la los ayllus Jila Uta Qollana y Jila Uta de Curahuara de Carangas, 2 cantones de Pacajaqui (ZA).
Cordillera Occidental. Manasaya (Sajama), Jila Uta Taypi Uta Turco, un cantón de Sabaya y 2 cantones de
Qollana y Suni Papelpampa (Lagunas) Calacoto (La Paz).
y Suni Uta Choquemarca (Caripe).
TOTAL     17.035.985   117.952 habitantes 442.309 habitantes 44 TCO tituladas o demandadas:
5 superpuestas totalmente, 9
parcialmente y 30 en la zona de
amortiguamiento.

Fuente: Sistema Nacional de Áreas Protegidas, SERNAP, 2007; Censo de Población y Vivienda 2001, INE, 2002; Estrategia de Gestión de Tierras, Programa BIAP, SERNAP, 2006; Centro de Planificación Territorial Indígena,
CIDOB, 2007; Plan de Manejo PNANMI Madidi (2003); Plan de Manejo RBTCO Pilón Lajas (2006); Plan de Manejo RBEBB (2006); Plan de Manejo del PNANMI Cotapata (2007); Ibisch y Mérida, 2003.
Conflictos ambientales en áreas protegidas de Bolivia 35

Configuración y desarrollo de conflictos ambientales en el SNAP


En la base de datos del SNAP se registraron en total 58 conflictos ambientales
enfrentados en las áreas protegidas desde 1993, momento en que se establece el
sistema –y en algunos casos, ya en años anteriores– hasta 2003, cuando se realiza el
presente estudio; posteriormente se integraron otros conflictos que se produjeron
en 2004 y 200516 (ver mapa 2). La mayor parte de éstos (50%) se desarrollaron en
las áreas protegidas que circundan el flanco oriental de la cordillera andina –Ma-
didi, Pilón Lajas, Isiboro Sécure, Carrasco y Amboró– región caracterizada por su
alto valor biológico y diversidad cultural y que, en diferentes momentos históricos,
se constituyó en un objetivo importante de las políticas de colonización del oriente
boliviano.
El 63,1% de los conflictos en áreas protegidas se produjeron por problemas
relacionados con el acceso y uso de los recursos naturales, debido principalmente a
la extracción ilegal de madera y la caza y pesca indebidas, y con la demanda, sanea-
miento y titulación de tierras, generalmente relacionados con las tierras comunita-
rias de origen de las tierras bajas. Los otros tipos de conflictos estuvieron vinculados
con la ejecución de obras y proyectos de desarrollo (21,1%) –turismo, construc-
ción de caminos y represas, presencia de concesiones forestales– y con la gestión
misma de las áreas protegidas (15,8%) –creación, coadministración, categorización
y establecimiento de límites–. En las áreas protegidas existe la percepción de que
varios de estos temas continuarán siendo críticos en los próximos años, sobre todo
la extracción ilegal de madera, la demanda de nuevas tierras y la apertura de cami-
nos, ya que están relacionados con los problemas de pobreza, la falta de alternativas
económicas y la ejecución de proyectos con una visión de corto plazo, que no con-
sideran la integralidad de los procesos de desarrollo y conservación.
Los conflictos ambientales implicaron a varios elementos de la naturaleza,
como bosques y praderas, especies de la vida silvestre, recursos acuáticos, por diver-
sas razones e intereses de los actores locales. Por una parte, las disputas se dirigieron

Ver en anexo la tabla que sintetiza la información de los 58 conflictos registrados en la base
16

de datos del SNAP.


Mapa 2. Conflictos ambientales vinculados al Sistema Nacional de Áreas Protegidas de Bolivia
36
Manejo de conflictos ambientales en el Sistema Nacional de Áreas Protegidas
Conflictos ambientales en áreas protegidas de Bolivia 37

a la apropiación de recursos naturales por cooperativas y comunidades en áreas


protegidas y tierras comunitarias de origen, para su aprovechamiento y comercia-
lización (extracción de madera, pesca, caza de vicuña, lagarto y otras especies). Por
otra parte, los conflictos por el acceso y uso de la tierra, la construcción de caminos
y la ejecución de proyectos de ecoturismo generaron impactos ambientales y, en
algunos casos, culturales. Sin embargo, los bosques (particularmente tropicales)
se constituyeron en el principal recurso natural en torno al cual se configuraron
los conflictos (42,3%), lo que muestra que el tema forestal tuvo implicaciones
socioeconómicas y políticas que afectaron no solamente a las regiones productoras
sino también a la gestión de las áreas protegidas, influyendo en las disputas por el
acceso a la tierra y los recursos maderables.
La práctica del “cuartoneo” –muy extendida a partir de mediados de los
ochenta hasta la promulgación de la Ley Forestal de 1996– se convirtió en una acti-
vidad lucrativa realizada por pobladores del lugar o por colonizadores que extraían
madera de áreas de desmonte para la producción agropecuaria o de bosques de
protección y áreas protegidas para su venta a empresas forestales y aserraderos. La
extracción desordenada e ilegal de madera se constituyó en uno de los principales
problemas que las direcciones de las áreas protegidas tuvieron que afrontar desde el
inicio de su gestión. Las acciones de control de actividades ilegales que realizaron
los cuerpos de protección dieron lugar a varios procesos administrativos y decomi-
sos de madera, especialmente en Madidi, Pilón Lajas, Apolobamba, Isiboro Sécure,
Amboró y Tariquía, y a reacciones, muchas veces violentas, de grupos de motosie-
rristas de las comunidades y centros poblados, en los que se vieron involucrados
organizaciones indígenas y campesinas y gobiernos municipales.
De igual manera, la determinación de áreas de reserva por el 20% de las tierras
fiscales de producción forestal municipal para el otorgamiento de concesiones a las
agrupaciones sociales del lugar (mecanismo que establece la Ley Forestal de 1996
para autorizaciones de aprovechamiento forestal a comunidades del lugar organi-
zadas) fue motivo de diversos conflictos entre alcaldías, áreas protegidas y tierras
comunitarias de origen. El Municipio de San Matías, en Santa Cruz, al encontrar
dificultades para destinar áreas de aprovechamiento forestal en su jurisdicción a las
agrupaciones sociales del lugar (ASL), debido a que una parte importante de su
38 Manejo de conflictos ambientales en el Sistema Nacional de Áreas Protegidas

territorio estaba incluido en el ANMI San Matías17, pretendió dar dos concesiones
forestales dentro del área, sin tomar en cuenta que la norma (tanto la Ley Forestal
como el Reglamento General de Áreas Protegidas) lo prohíbe expresamente. Esto
produjo discrepancias y conflictos entre la dirección de San Matías, el municipio,
las agrupaciones sociales del lugar y comunidades. Por su parte, las alcaldías de San
Buenaventura e Ixiamas, en el norte de La Paz, presionaron a las comunidades de la
TCO Tacana I para que cedieran parte de su territorio en favor de las agrupaciones
sociales del lugar.
La superposición de derechos sobre la tierra ocasionó inseguridad jurídica,
impactos culturales y económicos en las comunidades indígenas que dependen del
bosque para su subsistencia, así como deterioro de los ecosistemas boscosos. Con
la promulgación de la Ley INRA (1996), se dio inicio al saneamiento de tierras
en las áreas protegidas para resolver los problemas de acceso y uso de la tierra y
los recursos naturales; este proceso empezó en Apolobamba. Hasta el año 2005,
16 áreas protegidas de las 22 que conforman el sistema se encontraban en proceso
de saneamiento de tierras, abarcando el 63,7% de la superficie total de estas áreas;
este proceso concluyó en la Estación Biológica del Beni y en la Reserva Amazónica
Manuripi Heath. El 52% del saneamiento correspondió a la modalidad de sanea-
miento de tierras comunitarias de origen (SAN-TCO), ejecutada en siete áreas
protegidas18.
En los procesos de demanda y saneamiento de tierras se produjeron conflictos
entre empresas madereras, comunidades indígenas y colonizadores. Es el caso de
las denuncias y acciones judiciales interpuestas por la Central Indígena del Alto y
Bajo Paraguá (CIBAPA) contra las empresas forestales de las concesiones Tarumá
y Paraguá, que se sobreponían en parte con la demanda de la TCO Bajo Paraguá,
ubicada en la zona de influencia del Parque Nacional Noel Kempff Mercado. Se
enfrentó estos mismos problemas en el saneamiento de la TCO Tacana I por la
superposición de áreas de corte de madera de empresas forestales con las áreas de
cacería tradicional de las comunidades.

17
El ANMI San Matías es la única área protegida del sistema que cuenta actualmente con
concesiones forestales otorgadas a varias empresas antes de su creación, en 1997.
18
Ver SERNAP, Programa BIAP, 2006.
Conflictos ambientales en áreas protegidas de Bolivia 39

Por otra parte, los conflictos por el saneamiento de tierras en las áreas pro-
tegidas y en sus zonas de influencia incrementaron la presión sobre la tierra y las
confrontaciones entre diferentes sectores sociales, comunidades indígenas, coloni-
zadores, estancias ganaderas y haciendas agropecuarias. En algunos casos se produ-
jeron divisiones internas, conflictos de límites entre comunidades y separación de
algunas de ellas de sus organizaciones matrices, como ocurrió en las TCO Lecos
Apolo y Tacana I (relacionadas con Madidi) y en el TIPN Isiboro Sécure.
El Parque Nacional Carrasco ha sido una de las áreas protegidas del siste-
ma que ha enfrentado mayores conflictos con las comunidades de colonizadores
y las organizaciones sindicales, desde la creación del Parque, en 1991, hasta el
momento, debido a problemas relacionados con la delimitación del área, la extrac-
ción ilegal de madera, la ocupación de tierras y los planes de erradicación de coca
(recientemente se produjeron enfrentamientos violentos entre la Fuerza de Tareas
Conjuntas y los cocaleros, en que perdieron la vida dos de sus afiliados). A pesar
de los esfuerzos que se realizaron con la conformación de mesas de negociación,
comisiones de límites y comités interinstitucionales, no fue posible revertir la si-
tuación de conflicto permanente y lograr acuerdos duraderos para reestablecer la
confianza entre actores sociales y dar paso a un proceso de gestión compartida del
área con las organizaciones de base19. La propuesta de establecer un mecanismo de
participación social en la gestión del parque, a través de una asamblea conformada
por delegados de las comunidades e instituciones campesinas, podría generar un
espacio de diálogo para el análisis y la toma de decisiones respecto a las políticas de
gestión del área y al manejo de conflictos.
En opinión de los directores de las áreas protegidas, funcionarios del SERNAP
y el INRA, un requerimiento central para resolver los conflictos por la tenencia de
la tierra es concluir con el saneamiento y la titulación de tierras en las áreas pro-
tegidas y TCO, mejorando los mecanismos de información y participación de los
sectores sociales en las pericias de campo y en el manejo de conflictos. En la Reserva
de Flora y Fauna Tariquía, la organización de comités comunales de saneamiento y

Ver el estudio de caso realizado por CERES sobre los conflictos en el Parque Nacional Ca-
19

rrasco (CERES 2000).


40 Manejo de conflictos ambientales en el Sistema Nacional de Áreas Protegidas

la realización de talleres informativos previnieron el surgimiento de conflictos so-


ciales en la etapa de pericias de campo, reduciendo asimismo los costos presupues-
tados para estas actividades. De igual modo, los planes de ordenamiento territorial
pueden constituirse en instrumentos útiles para la gestión territorial y la prevención
de conflictos internos entre comunidades, adecuándolos a las experiencias y tradi-
ciones culturales de las comunidades en el uso de la tierra y los recursos naturales,
como ha sido el caso del proceso de microzonificación en la TCO Tacana I.
Las principales causas que dieron origen a los conflictos estuvieron relacio-
nadas con las dificultades de aplicación de las políticas estatales (47,1%): falta de
capacidad técnica y financiera de las instituciones estatales, escasa coordinación
institucional entre los ámbitos nacional, departamental y municipal, insuficiente
información de la población local y oposición de sectores sociales a las políticas de
Estado. Los directores de áreas protegidas coincidieron en señalar que para una
adecuada aplicación de las políticas de conservación y desarrollo en áreas protegi-
das, TCO y municipios, se requiere de un verdadero esfuerzo de articulación entre
las entidades del Estado y la definición de posiciones conjuntas en el tratamiento
de los temas y conflictos ambientales.
Un porcentaje importante de los conflictos (22%) se debió a contravenciones
de las normas legales, que en determinadas ocasiones significó que unos sectores
vulneraran los derechos de otros sectores sociales. El incumplimiento de normas
se constituyó en la principal causa de los conflictos junto a la desinformación de
la población respecto a las políticas estatales. En general, las organizaciones e insti-
tuciones no siempre actuaron en cumplimiento de las normas, ya sea por falta de
información como por intereses particulares (políticos, económicos, de acceso a la
tierra y recursos naturales, demanda de atención del Estado por reivindicaciones
sectoriales).
Los vacíos legales que aún presenta la gestión del SNAP fueron asimismo cau-
sa de varios conflictos, además de la falta de procedimientos normativos de manejo
de recursos. Hasta el momento no se cuenta con un reglamento de uso y aprove-
chamiento de recursos naturales para el SNAP; solamente existen algunas normas
generales en el Reglamento General de Áreas Protegidas de 1997. La existencia de
una base legal que no cuenta con la necesaria jerarquía, que es incompleta y que
Conflictos ambientales en áreas protegidas de Bolivia 41

Categorías y subcategorías de los conflictos


18,0%
Creación del área protegida
16,0% Establecimiento de límites
Categorización
14,0%
Coadministración
12,0% Participación social
10,0% Derechos sobrepuestos de uso de la tierra y RR/NN
Conflicto entre la actividad humana y la vida silvestre
8,0% Extracción ilegal de madera
6,0% Caza y pesca indebida
Producción agropecuaria insostenible
4,0% CAT SAN
2,0% SAN SIM
SAN TCO
0,0% Ampliación de la frontera agrícola y pecuaria
Gestión Uso de la Distribución, Obras y proyectos Ocupación y asentamientos ilegales de tierras
del área tierra y demanda y de desarrollo Turismo
protegida recursos saneamiento 21,1% Concesiones de hidrocarburos
15,8 % naturales de tierras
33,3 % 29,8 % Concesiones forestales
Caminos
Electrificación

Recursos naturales y culturales implicados

2,1% Bosques
2,1% 1,0%
1,0% Praderas

2,1% Bofedales
8,2% 42,3% Especies de flora silvestre

15,5% Especies de fauna silvestre

Agroecosistemas

Agua

Recursos geológicos
9,3%
7,2% 3,1% 6,2% Recursos minerales

Recursos paleontológicos

Ruinas arqueológicas

Muestras de la cultura material y documental


42 Manejo de conflictos ambientales en el Sistema Nacional de Áreas Protegidas

presenta vacíos de procedimientos, dificulta una adecuada ejecución de los proce-


sos de gestión de las áreas protegidas. Se precisan normas específicas que regulen las
actividades que se desarrollan en las áreas protegidas, para orientar las acciones de
manejo y evitar conflictos con las comunidades. Los directores de áreas protegidas
señalan que esta normatividad debería enmarcarse en la realidad socioeconómica
(capacidades técnicas, financieras, organizativas, empresariales) de las comunida-
des, a fin de asegurar su adecuada aplicación y el éxito de las iniciativas de apro-
vechamiento de recursos naturales que se desarrollen. En el caso del manejo de la
vicuña en Apolobamba, se establecieron regulaciones para el aprovechamiento de
la especie, se realizaron censos periódicos, esquilas experimentales y acciones de
capacitación de miembros de las comunidades, y se promovió la conformación de
una organización social para el manejo y la comercialización de la fibra de lana.
Las complejas condiciones socioeconómicas y los problemas ambientales de
las regiones donde se encuentran las áreas protegidas fueron factores que contri-
buyeron al desarrollo de conflictos por las limitaciones existentes en los procesos
productivos (bajos rendimientos agrícolas, escasa diversificación productiva, uso
inadecuado del suelo), la falta de alternativas económicas y los reducidos ingre-
sos de las familias campesinas. En las zonas de influencia de las áreas protegidas,
principalmente en las de colonización y de producción agropecuaria, los sistemas
productivos se caracterizaron por su tendencia a la expansión de la frontera agrí-
cola, el uso inadecuado de la tierra, el reemplazo de extensas zonas de bosque por
pastizales y la tala ilegal de madera mediante la práctica del motosierrismo, dando
lugar a procesos productivos ambiental y económicamente insostenibles20. Aunque
se están promoviendo iniciativas de manejo de recursos naturales y de mejoramien-
to de la producción agropecuaria, contribuyendo a incrementar los ingresos eco-
nómicos de las comunidades y las asociaciones de productores, no se ha trabajado
suficientemente en la investigación y manejo de la biodiversidad que permita la
recuperación de conocimientos tradicionales, la innovación de técnicas de manejo

20
La información sobre tipos de sistemas productivos, prácticas de uso de los recursos y pro-
blemática ambiental en torno al uso del suelo y recursos en áreas protegidas, ha sido pro-
porcionada por el SERNAP mediante comunicación personal (2004).
Conflictos ambientales en áreas protegidas de Bolivia 43

y la identificación de nuevos productos atractivos para el mercado. Se requiere


desarrollar mayores esfuerzos para la generación de alternativas económicas que
disminuyan la presión sobre los recursos naturales. El establecimiento de normas
que restrinjan el uso de los recursos naturales, sin generar alternativas de desarrollo
local, no asegurará la conservación de la vida silvestre si la población tiene necesi-
dades económicas.

Causas que dieron lugar a los conflictos


16,0%
Vacíos legales

14,0% Insuficiencia de procedimientos normativos para


el uso de recursos naturales
Falta de claridad en las competencias institucionales
12,0% Falta de capacidad técnica y financiera para la
aplicación de políticas
Escasa coordinación estatal
10,0%
Desinformación de la población sobre políticas estatales

8,0% Oposición de sectores sociales a políticas estatales


Problemas limítrofes
6,0% Incumplimiento por falta de información de las leyes
Incumplimiento de normas por interés propio
4,0%
Vulneración de los derechos de otros sectores sociales
Intereses de carácter político
2,0%
Corrupción de funcionarios del Estado

0,0% Incumplimiento de regulaciones internas


Debilidad organizativa
Debilidad Dificultades de Contravención a Disputas Generación Condiciones
del marco aplicación de las normas internas en de daños socio- Conflicto de intereses
legal que políticas legales comunidades ambientales económicas
rige al estatales
22,0 % por uso de 6,8 % complejas Contaminación
SNAP 47,1 % recursos
6,8 % Destrucción de ecosistemas
11,0 % 6,3 %
Disminución y extinción de especies
Falta de oportunidades y alternativas económicas
Deterioro del ingreso familiar

La administración de los conflictos ambientales en las áreas protegidas del


SNAP se realizó en el marco del cumplimiento de las políticas y normas de gestión,
realizando esfuerzos importantes para el establecimiento de acuerdos y la búsqueda
de soluciones técnicas que no generaran impactos en la gestión de las áreas. Sin
embargo, solamente un pequeño porcentaje (24,1%) de los conflictos fue solucio-
nado mediante el establecimiento de convenios y acuerdos, el reconocimiento de
derechos de las poblaciones locales y la administración de justicia. La mayor parte
de los conflictos se mantuvo latente, y varios de ellos resurgieron en diferentes
momentos. Entre las principales razones que dificultaron su solución se encon-
44 Manejo de conflictos ambientales en el Sistema Nacional de Áreas Protegidas

traban los intereses económicos en juego y la influencia política que ejercieron


algunos sectores sociales para lograr ventajas y obtener beneficios, sin considerar
los posibles impactos de sus acciones en la conservación y desarrollo de la región.
La falta de diálogo y de voluntad de los actores sociales para debatir problemas y
lograr acuerdos condicionó igualmente el establecimiento de compromisos y el
reconocimiento de la existencia de intereses comunes. En varios casos de conflictos,
la insuficiente capacidad de las direcciones de las áreas protegidas para manejarlos
adecuadamente, la falta de seguimiento y la lentitud en el cumplimiento de los
acuerdos, los problemas de coordinación entre las instituciones del Estado y la
ausencia de normas específicas y procedimientos de uso de recursos naturales li-
mitaron la solución de los problemas y el planteamiento de propuestas técnicas y
políticas para la resolución de los conflictos.
En general, los conflictos tuvieron repercusiones en el conjunto de la gestión
de las áreas protegidas, ya que generaron impactos ambientales e influyeron en el
desarrollo de la programación de actividades, con la suspensión o postergación de
los trabajos planificados. Los problemas que se enfrentaron agudizaron las tensio-
nes y confrontaciones entre actores sociales y regionales y las direcciones de las áreas
protegidas, dando lugar incluso a que ciertos sectores se opusieran abiertamente
a la presencia de las áreas protegidas y a que en algunas de ellas se plantearan la
modificación de límites y el cambio de categoría de manejo (de parque nacional a
área natural de manejo integrado). De igual forma, los conflictos influyeron en las
relaciones entre actores sociales, dando lugar a tensiones, desconfianza entre sec-
tores sociales, divisiones internas en algunas organizaciones de base y dificultades
para encarar de manera conjunta el análisis de los problemas.
Conflictos ambientales en áreas protegidas de Bolivia 45

Formas de solución de los conflictos


2,2%
Convenios y acuerdos entre las partes en conflicto
26,7%
42,2% Cumplimiento de los procedimientos normativos

Reconocimiento de derechos

Administración de justicia

Restauración de daños ambientales


22,2% 6,7%

Razones que dificultaron la solución de los conflictos


Insuficiente coordinaci n interinstitucional
4,9%
15,5% 1,9% Influencia pol tica en la toma de decisiones
12,6%
Ausencia de normatividad espec fica
2,9% Normativa inadecuada o de dif cil cumplimiento
12,6%
Intereses econ micos en juego
Acuerdos que vulneran normas
Acuerdos que no se cumplen
17,5% 8,7% Falta de di logo y de voluntad para lograr acuerdos
1,0% Escaso apoyo social al rea protegida
2,9% 18,4%
Falta de capacidad del rea en el manejo de conflictos
1,0%
Lentitud en el cumplimiento de acuerdos
Negligencia de instituciones estatales

Impactos de los conflictos en la gestión de las áreas protegidas


0,6% 0,6% Modificación de límites del área protegida
1,3% 15,4% Modificación de categoría de manejo
19,2%
Pérdida de valores naturales del área
4,5% 1,3%
Pérdida de oportunidades económicas
5,1% 2,6% Amenaza de conflicto ambientales
Surgimiento de nuevos conflictos ambientales
Oposición de sectores a la gestión del área
16,7% Tensiones y desconfianza entre actores locales
17,3%
15,4% Confrontación con actores regionales
Divisiones internas en organizaciones de base
Debilitamiento del Comité de Gestión
Repercusiones en la gestión del área
46 Manejo de conflictos ambientales en el Sistema Nacional de Áreas Protegidas

No obstante estos impactos, el manejo de conflictos en el sistema contribuyó


a que se generasen oportunidades para el desarrollo de las áreas protegidas, fortale-
ciendo las relaciones de trabajo y el establecimiento de alianzas entre las direccio-
nes de áreas y las organizaciones sociales y otros actores institucionales. El manejo
alternativo de conflictos, orientado a promover el diálogo y a generar respuestas
prácticas, permitió el desarrollo de una mayor capacidad de comunicación de las
áreas protegidas con su entorno, una mejor comprensión de la realidad y proble-
mática sociales y la creación de instrumentos de mayor efectividad para el análisis
y seguimiento de los conflictos. Avances importantes en este sentido han sido la
inclusión del tema de conflictos ambientales como un área específica dentro de la
estrategia de monitoreo integral del SERNAP y la creación de una base de datos
y la elaboración de un sistema de manejo de conflictos para el SNAP, aunque su
aplicación no ha sido aún puesta en marcha en el conjunto del sistema.
Los procesos de negociación y establecimiento de acuerdos permitieron igual-
mente fortalecer la capacidad de acción política de las organizaciones de base y su
compromiso con la defensa de los intereses colectivos vinculados a la conservación
de la biodiversidad, contribuyendo a la difusión de información, respaldando la
acción desarrollada por las direcciones de las áreas protegidas y participando en
la elaboración de agendas conjuntas de trabajo, con resultados importantes en el
planteamiento de propuestas normativas, la elaboración de estrategias y planes de
manejo y el desarrollo de iniciativas de manejo de recursos naturales.
Son varias las experiencias que han permitido transformar conflictos en opor-
tunidades; entre éstas se puede mencionar el conflicto relacionado con el manejo,
esquila y comercialización de la fibra de vicuña, en la zona de Ulla Ulla, en el
ANMI Apolobamba. Las restricciones del DS 24529 para la venta de la fibra de
vicuña en bruto dieron lugar a conflictos con los productores de camélidos, ya que
éstos habían logrado acumular, entre 2001 y 2005, aproximadamente 800 kg de
fibra de vicuña. Esta reserva corría el riesgo de perderse por falta de un centro de
acopio y de capacidades técnicas en el procesamiento de la fibra. En respuesta a las
movilizaciones de las comunidades y a las demandas de comercialización de la fibra
de vicuña, el Estado aprobó el DS 28591, autorizando la venta de fibra en bruto,
previa licitación, y la fabricación de artesanías suntuarias. Asimismo, se construyó
Conflictos ambientales en áreas protegidas de Bolivia 47

un centro de acopio en Apolobamba, se conformó el Comité de Comercialización


de Fibra de Vicuña de Bolivia y se definió una política de distribución de beneficios
entre las comunidades. Actualmente las asociaciones de productores de camélidos
se encuentran preparando la primera venta de fibra esquilada en vivo, después de
un largo proceso de capacitación promovido por el SERNAP y de la realización de
una licitación a nivel internacional, lo que representará el primer ingreso económi-
co después de 30 años de protección de la especie.
Otras experiencias valiosas estuvieron vinculadas con las conciliaciones rea-
lizadas durante el proceso de saneamiento de tierras comunitarias de origen. El
Consejo Indígena del Pueblo Tacana (CIPTA) y la Federación Sindical de Produc-
tores Agropecuarios de Iturralde (FESPAI), después de enfrentar fuertes tensiones
durante el saneamiento de la TCO Tacana I, lograron establecer acuerdos respecto
a los deslindes de las parcelas de las colonias y de las tierras de las comunidades
tacanas, utilizando cartografía e imágenes satelitales. Estos acuerdos contribuyeron
a fortalecer los lazos de cooperación entre ambos sectores y a que las colonias con-
solidaran sus predios y aseguraran áreas de uso común, titulando sus tierras como
propiedad comunal. Por su parte, la Capitanía del Alto y Bajo Isoso (CABI), orga-
nización indígena coadministradora del Parque Kaa Iya, colaboró en el saneamien-
to y titulación de las tierras de propietarios de haciendas en la zona noroeste del
área y en el sector que colinda con la TCO Isoso, utilizando el SIG y facilitando la
coordinación. Si bien los problemas del avance de la frontera agropecuaria no han
sido aún resueltos debido a la complejidad de la tenencia de tierras y a las caracte-
rísticas de la producción, el proceso de titulación contribuyó a sanear las tierras y a
brindar seguridad jurídica a los indígenas y propietarios ganaderos. Este proceso se
desarrolló en el marco de las normas de saneamiento y de los acuerdos establecidos
entre la CABI y los propietarios de haciendas.
48 Manejo de conflictos ambientales en el Sistema Nacional de Áreas Protegidas

Oportunidades generadas del manejo de conflictos


Predisposición al diálogo y concertación
4,2%
11,9% Fortalecimiento de las relaciones entre actores sociales

1,4% Mayor capacidad de acción política


4,9% 11,9%
5,6% Identificación y complementación de vacíos jurídicos

0,7% Compromiso con la defensa de los intereses colectivos


12,6%
Agendas de trabajo conjunto con el área protegida
Capacidad de prevención y manejo de conflictos
7,0%
Acceso a la información por parte de actores sociales
6,3%
Creación de nuevas áreas protegidas
11,2% 9,1%
13,3% Fortalecimiento de la organización social
Planteamiento de propuestas alternativas
Mayor control a la extracción ilegal de recursos
Coordinación interinstitucional

Actores sociales involucrados en los conflictos

Los conflictos ambientales en el SNAP involucraron a diversos actores socia-


les, principalmente a organizaciones indígenas (25%), campesinas (13,6%) y de
colonizadores (6,4%), federaciones sindicales (11,9%), comités cívicos (8,9%) y
organizaciones empresariales (15,3%), que se enfrentaron entre sí por la defensa de
sus intereses particulares o que se manifestaron en contra de determinadas políticas
de Estado relacionadas con el tema de la tierra, el uso de los recursos naturales y la
gestión de las áreas protegidas. El manejo de los conflictos permitió una aproxima-
ción a las complejas relaciones existentes entre actores sociales, los problemas que
enfrentaron algunos de ellos internamente, los valores e intereses que orientaron
sus decisiones y los procedimientos que emplearon para manejarlos y resolverlos.
Los indígenas fueron generalmente confrontados en los conflictos (66,7% de
los casos) por aquellos actores que pugnaban por mantener determinados derechos
o privilegios en torno principalmente a la propiedad de la tierra. De igual manera,
en varios casos las organizaciones indígenas fueron las que iniciaron los conflictos
en defensa de sus intereses o debido a disputas internas dentro de sus organizacio-
nes y entre comunidades por el acceso a la tierra y a los recursos naturales. Asumie-
ron asimismo un papel importante como mediadoras y participaron en acciones
de apoyo al área protegida y a otros actores sociales. Las medidas que adoptaron
Conflictos ambientales en áreas protegidas de Bolivia 49

se dirigieron a la emisión de votos resolutivos para hacer conocer sus denuncias,


plantear solicitudes de petición, exigir a las instituciones del Estado la atención
a sus demandas y comunicar sus decisiones. En general, los votos resolutivos se
constituyeron en el instrumento más utilizado por la mayoría de los actores sociales
(y también por algunos gobiernos municipales) en el desarrollo de los conflictos,
llegando éstos a tener en determinadas ocasiones mayor fuerza en las negociaciones
que cualquier argumento legal por la presión social ejercida.
Otras medidas que adoptaron las organizaciones indígenas fueron el estable-
cimiento de alianzas estratégicas, la difusión de información sobre sus derechos,
reclamos y demandas, y la negociación de acuerdos, involucrándose en la realiza-
ción de estudios y en el planteamiento de propuestas. En las entrevistas realizadas
durante el estudio de caso de conflictos ambientales en el norte de La Paz, dirigen-
tes indígenas y campesinos, autoridades municipales y funcionarios de las áreas
protegidas y otras entidades del Estado coincidieron en señalar que los indígenas
tienden a actuar en el marco de la ley y plantean opciones para la solución de los
problemas, contribuyendo más que otros sectores a la resolución de los conflictos.
Las organizaciones campesinas y de colonizadores fueron los dos sectores so-
ciales que generaron la mayoría de los conflictos vinculados con las áreas protegidas
(30,3% de los casos). Sus medidas se centraron en la denuncia y presentación de
votos resolutivos, aunque también adoptaron resoluciones más radicales, como la
realización de bloqueos, huelgas, allanamiento de oficinas y otras acciones en con-
tra de la gestión de las áreas. Las federaciones sindicales tendieron a respaldar las
decisiones de sus afiliadas, apoyando sus demandas, movilizándose y estableciendo
alianzas con otros actores locales. Algunas organizaciones campesinas cumplieron
también un rol de mediación y de apoyo a la dirección del área protegida, colabo-
rando en acciones concretas y contribuyendo a la búsqueda de soluciones.
Los comités cívicos jugaron un rol central en varios de los conflictos que se
desarrollaron en las áreas protegidas, especialmente en el norte de La Paz. Sus medi-
das de presión incluyeron, además de la emisión de votos resolutivos, la realización
de bloqueos, las movilizaciones en contra del área protegida, la toma de rehenes y
el allanamiento de oficinas. Los comités cívicos tendieron a defender los intereses
particulares de los sectores económica y políticamente más influyentes de las regio-
50 Manejo de conflictos ambientales en el Sistema Nacional de Áreas Protegidas

nes, lo que ha dado lugar a que en algunos momentos se cuestione su legitimidad


y representatividad.
En relación con la actuación de las organizaciones empresariales, forestales, de
turismo, agropecuarias e hidrocarburíferas en los conflictos ambientales, la mayor
parte de ellas intentaron defender sus intereses empresariales dentro de las áreas
protegidas, a pesar de que sus actividades se contradecían con las políticas de con-
servación del Estado. Sus estrategias de acción se centraron principalmente en la
denuncia, en la negociación y en la realización de acciones judiciales, contando
generalmente con el apoyo de las prefecturas, municipios y algunas organizaciones
sindicales con las que tenían coincidencia de intereses. En varias oportunidades
participaron, junto a otros actores sociales, en la emisión de votos resolutivos e
incluso en el allanamiento de instalaciones de las áreas. En el caso del área de
Otuquis, las organizaciones empresariales se opusieron a su creación por las res-
tricciones ambientales para la promoción de un polo de desarrollo en la región y la
construcción de infraestructura caminera, portuaria y ferroviaria.
Las organizaciones no gubernamentales (ONG) también jugaron un papel
importante en el desarrollo de los conflictos (14,5%), principalmente de apoyo a
las áreas protegidas, tierras comunitarias de origen y comunidades vinculadas, con
algunas excepciones en que las ONG fueron generadoras de conflictos sociales.
Su participación activa en los procesos de gestión de las áreas protegidas y en el
desarrollo de las comunidades, permitió que se establecieran lazos de cooperación
y compromisos de trabajo orientados al fortalecimiento de las capacidades de ges-
tión, promoción de iniciativas locales y ejecución de proyectos de conservación y
desarrollo. En los conflictos se constituyeron en importantes aliadas de las áreas
protegidas y de las organizaciones de base, brindando apoyo logístico en la reali-
zación de estudios técnicos y en la difusión de información. Esto no impidió que
en ocasiones las ONG se enfrentaran entre sí y asumieran posiciones divergentes
respecto a la conservación y participación social.
En síntesis, se puede afirmar que la configuración y el desarrollo de los con-
flictos estuvieron fuertemente influidos por las relaciones entre actores sociales,
caracterizadas por la falta de diálogo y comunicación, la imposición de los intereses
particulares de un sector a otro, sin considerar los derechos establecidos por ley, y
Conflictos ambientales en áreas protegidas de Bolivia 51

la desconfianza existente para encarar procesos de negociación que contribuyeran


a generar condiciones para resolver los problemas y encontrar alternativas que be-
neficiaran a las partes en conflicto. Las tensiones y la desconfianza entre actores
locales tendieron a profundizarse en los procesos de conflicto, reduciendo las posi-
bilidades de conciliar visiones e intereses y de generar agendas conjuntas de trabajo.

Actores sociales involucrados en los conflictos


30,0%
Organización indígena
25,5%
25,0% Organización campesina
Organización de colonizadores

20,0% Organización sindical


Cooperativa
15,3%
14,5% Comité cívico
15,0% 13,6%
11,9% Organización empresarial
10,0% 8,9% Partido político
6,4% ONG
5,0% Entidad académica
2,6%
0,9% 0,4%
0,0%

Roles adoptados por los actores sociales


Confrontado en el conflicto
70,0% Generador del conflicto
66,7%
Mediador
60,0% Participante
60,0%

50,0%

40,0%
34,1%

30,0%
24,8%
21,1%
19,5% 20,0% 20,0%
20,0%
15,9%
13,8% 12,8% 12,8%
11,9%
9,2% 8,5%
10,0% 7,7%
7,7% 7,3%
4,9% 4,9%
3,7%
2,6% 2,6% 2,4%
0,9% 1,2% 1,8% 1,2%
0,0%
empresarial
Organización

Organización

Organización

Organización
sindical

Cooperativa

Partido político

Entidad
Comité cívico
indígena

campesina

académica
Organización de
colonizadores

ONG
52 Manejo de conflictos ambientales en el Sistema Nacional de Áreas Protegidas

Rol de las instituciones del Estado en la dinámica de los conflic-


tos
En general, las instituciones del Estado jugaron un rol fundamental en el
desarrollo de los conflictos ambientales, no solamente porque la mayoría de éstos
se configuraron en torno a las políticas e intervenciones del Estado, sino también
porque en las confrontaciones entre actores sociales para hacer prevalecer sus de-
rechos sobre la tierra y el uso de los recursos naturales las instituciones estatales
actuaron como fiscalizadoras y mediadoras y, en muchos casos, como generadoras
de los conflictos, particularmente los municipios y las prefecturas, influyendo en
las relaciones entre actores sociales.
Aunque fueron varias las instituciones estatales que se vieron involucradas en
los conflictos ambientales del SNAP, dependiendo del tipo de conflicto y de su di-
mensión política, los municipios (40%) y las prefecturas (20%) se constituyeron en
los actores institucionales más involucrados en los conflictos, además del SERNAP,
como entidad responsable de la gestión del sistema. Fue asimismo importante la
participación del INRA, del ex Ministerio de Desarrollo Sostenible y Planificación
y de la Superintendencia Forestal. Las principales medidas que adoptaron se diri-
gieron a dar seguimiento al cumplimiento de normas, a la coordinación interinsti-
tucional, a la promoción del diálogo y a la facilitación de acuerdos entre las partes
en conflicto.
Sin embargo, una de las principales dificultades que enfrentaron las institu-
ciones estatales en el manejo de conflictos ha sido la falta de coordinación entre
instituciones del Estado para el análisis, evaluación y establecimiento de acuerdos
que permitieran canalizar adecuadamente las demandas sociales, complementar los
vacíos normativos y administrar la justicia ante la contravención de las normas.
Son varios los casos de conflictos en áreas protegidas en que las contradicciones
y discrepancias entre las instituciones del Estado –en sus distintas reparticiones y
niveles (nacional, departamental y municipal)– fueron motivo del surgimiento y
agudización de conflictos ambientales. La aplicación de las distintas leyes (Medio
Ambiente, INRA, Forestal, Participación Popular) no se realizó de manera articula-
da, definiendo adecuadamente las competencias institucionales y los procedimien-
Conflictos ambientales en áreas protegidas de Bolivia 53

tos normativos y técnicos que evitaran incoherencias y orientaciones distintas en


la ejecución de las políticas estatales. Las instituciones públicas tendieron a realizar
sus actividades sin la necesaria coordinación y seguimiento.
Otro aspecto que destaca en la administración de los conflictos es la escasa
importancia que las instituciones del Estado han dado a la difusión de información
como una herramienta que contribuye a dar a conocer los derechos de las personas
y comunidades y a facilitar el análisis, el diálogo y el establecimiento de acuerdos.
La información brindada a la población local en la aplicación de las políticas agra-
rias, de conservación y manejo forestal fue insuficiente y, muchas veces, la labor de
difusión no se realizó oportunamente para comunicar el alcance de las normas y los
procesos que se estaban desarrollando. En los casos de conflictos vinculados con las
áreas protegidas y las tierras comunitarias de origen, los problemas de información
fueron identificados no solamente como causa de las confrontaciones sino como
un elemento que dificultó su adecuado tratamiento y resolución.
A pesar de que el INRA realizó campañas y exposiciones públicas para dar
información sobre los polígonos de trabajo, éstas no fueron suficientes ya que se
requería una acción más consistente de información para que la población local
comprendiera el alcance del saneamiento y participara en el proceso. Los proble-
mas de información de la población sobre la gestión de las áreas protegidas y su im-
portancia para el desarrollo tienen relación con las dificultades que ha enfrentado
el SERNAP para llevar adelante estrategias de comunicación que permitieran una
relación más fluida con los actores locales y para fortalecer la participación social,
generando conciencia sobre la responsabilidad ciudadana en la conservación y el
desarrollo de las áreas protegidas.
Los gobiernos municipales fueron particularmente importantes en el surgi-
miento y desarrollo de los conflictos; el papel que asumieron dependió de su nivel
de compromiso con las áreas protegidas y del tipo de intereses que defendieron
en su región. Algunos municipios cumplieron un rol de mediadores y realizaron
esfuerzos para la solución de los problemas, en el marco de las políticas de conser-
vación de las áreas, como fue el caso de Charazani (Apolobamba), Curahuara de
Carangas (Oruro), Comarapa, Mairana y Pampa Grande (Amboró), y Charagua y
Pailón (Kaa Iya). Otros municipios adoptaron decisiones contrarias a las normas
54 Manejo de conflictos ambientales en el Sistema Nacional de Áreas Protegidas

de gestión de las áreas protegidas y se parcializaron con los actores generadores de


los conflictos; inclusive en algunos casos los propios municipios generaron varios
conflictos, dando lugar a que las decisiones respondieran a intereses de tipo político
y económico y no a criterios legales y de justicia social.
Esta diversidad de criterios y respuestas de los gobiernos municipales en los
conflictos sociales en áreas protegidas tiene su explicación en los problemas insti-
tucionales que enfrentan para el adecuado ejercicio de sus funciones y responsabi-
lidades. La falta de conocimientos de las normas que rigen el funcionamiento del
Estado, y específicamente de la gestión de las áreas protegidas, así como las debili-
dades que afrontan en términos técnicos, políticos y financieros, ha limitado su rol
como gobierno local y su interlocución con los actores sociales. En opinión de los
directores de las áreas protegidas (y de algunos funcionarios municipales entrevis-
tados), es fundamental el establecimiento de estrategias de desarrollo económico
en los municipios en cuyas jurisdicciones se encuentran las áreas protegidas, para
generar nuevas opciones de desarrollo vinculadas a la conservación de la biodiver-
sidad (servicios ambientales, reservas de fauna comunal, promoción de productos
ecológicos). Consideran que el planteamiento de agendas conjuntas entre munici-
pios, organizaciones sociales, direcciones de áreas protegidas y otras instituciones
permitirá que los gobiernos locales superen su visión fragmentada de la realidad,
fortalezcan sus lazos de cooperación y aprovechen las oportunidades económicas,
culturales y de conservación que se presenten.
En relación a las prefecturas, su actuación en los conflictos dependió en gran
medida de los intereses regionales en juego. En algunos casos, como en los con-
flictos con las empresas madereras, su posición fue de respaldo a las áreas protegi-
das. Sin embargo, en los conflictos vinculados con el saneamiento de tierras y la
construcción de obras de infraestructura, las prefecturas tendieron a privilegiar el
desarrollo socioeconómico en desmedro de las políticas de conservación ambiental
y de reconocimiento de los derechos territoriales de los pueblos indígenas.
El hecho de que las autoridades, principalmente departamentales y munici-
pales, tomaran decisiones para resolver conflictos en función de las demandas re-
gionales o sectoriales, aunque éstas no estuvieran enmarcadas en las normas legales,
dio lugar a un mayor debilitamiento del rol fiscalizador y articulador del Estado,
Conflictos ambientales en áreas protegidas de Bolivia 55

en sus diferentes niveles, y de su capacidad de resolver los problemas mediante el


diálogo y el planteamiento de propuestas. Los actores sociales tendieron en la prác-
tica a canalizar sus demandas mediante la presión, para que éstas fueran atendidas
muchas veces al margen de las normas y sin tomar en cuenta los derechos de otros
sectores sociales. En este sentido, la actuación del INRA ha sido fundamental para
asegurar que en general los procesos de saneamiento y titulación de tierras se reali-
zaran de acuerdo a lo dispuesto en la legislación agraria y ambiental. Los registros
de los conflictos sobre el tema de saneamiento y titulación de tierras en el norte
de La Paz indican que las principales funciones asumidas por el INRA durante
estos procesos se dirigieron a la facilitación de información y a la realización de
conciliaciones sobre derechos propietarios, manteniendo en general una posición
neutral y procurando la firma de acuerdos entre actores sociales para proseguir con
el saneamiento.
Las direcciones de las áreas protegidas se constituyeron en actores centrales de
los conflictos, y sus medidas se dirigieron al cumplimiento de la legislación –lo que
en muchos casos significó llevar adelante procesos administrativos y judiciales– y a
la mediación entre actores sociales para lograr entendimientos pacíficos y facilitar
espacios de diálogo y conciliación. La oficina central del SERNAP cumplió una
importante función como regulador, dando seguimiento al cumplimiento de las
normas, facilitando la realización de acuerdos y coordinando con las institucionales
nacionales cuando los conflictos las involucraban directamente.
Sin embargo, la capacidad institucional del SERNAP en el manejo de conflic-
tos, tanto a nivel de la oficina central como de las áreas protegidas, se restringió a
los aspectos normativos y procedimentales en el cumplimiento de las regulaciones
que rigen la gestión de las áreas. No se definieron adecuadamente las funciones del
SERNAP en la prevención y manejo planificado y coordinado de los conflictos
sociales; tampoco se generaron los instrumentos para la documentación, sistema-
tización y análisis de la información que permitiera predecir los conflictos, darles
seguimiento y manejarlos fortaleciendo los valores y prácticas democráticas.
56 Manejo de conflictos ambientales en el Sistema Nacional de Áreas Protegidas

Entidades estatales involucradas en los conflictos

45,0%
INRA
40,0% Ministerio de Desarrollo Sostenible y Planificación
Ministerio de la Presidencia
35,0%
Ministerio de Gobierno
30,0% Viceministerio de Turismo
Ministerio de Hidrocarburos
25,0%
Ministerio del Agua
20,0%
Servicio Nacional de Caminos

15,0% Superintendencia Forestal


Fuerzas Armadas
10,0%
Policía Nacional

5,0% Prefectura
Municipio
0,0%

Medidas adoptadas por las entidades estatales


24,0%
Apoyo a la gestión del área protegida
22,0% Promoción del diálogo
Difusión de información
20,0%
Facilitación de acuerdos
18,0% Seguimiento de acuerdos
Voto resolutivo
16,0%
Conciliación
14,0% Cambio de autoridades
Acciones contradictorias entre autoridades
12,0%
Procesos administrativos
10,0% Procesos judiciales
Acciones contrarias a la gestión del área
8,0%
Acciones contrarias a la justicia
6,0% Apoyo a un sector por intereses particulares
Coordinación interinstitucional
4,0%
Seguimiento al cumplimiento de normas
2,0% Respaldo a demandas sociales
Planteamiento de propuestas
0,0%
Conflictos ambientales en áreas protegidas de Bolivia 57

Rol del SERNAP en el manejo de conflictos

45,0%
40,0% Oficina central
40,0% Direcciones de las áreas protegidas
35,0%
30,0%
25,0%
18,7%
20,0%
15,0% 13,3%
12,0%
10,0% 5,3%
5,3%
5,0% 2,7% 1,3% 1,3% 0,0%
0,0%
Confrontado Fiscalizador Mediador Neutral Participante

Medidas adoptadas por el SERNAP en el manejo de conflictos

16,0%
Promoción del diálogo
14,3% Difusión de información
14,0% Facilitación de acuerdos
Seguimiento al cumplimiento de normas
12,0% 11,7% Planteamiento de propuestas
Respaldo a demandas sociales
10,4% Coordinación interinstitucional
10,0% Establecimiento de alianzas estratégicas
8,4% Arbitraje
Conciliación
8,0%
7,1% 7,1% 7,1% Procesos administrativos
Procesos judiciales
5,8%
6,0%

3,9%
4,0% 3,2% 3,2%
2,6% 2,6% 2,6%
1,9% 1,9%
2,0% 1,3% 1,3%
0,6% 0,6% 0,6% 0,6%0,6%
0,0%
0,0%
Direcciones de las áreas protegidas Oficina central
58 Manejo de conflictos ambientales en el Sistema Nacional de Áreas Protegidas

Rol del Comité de Gestión de las áreas protegidas en el desarrollo


de los conflictos

El Comité de Gestión es un instrumento de participación social que, desde


1994 (año en que se inició el proceso de conformación de comités de gestión), ha
ido adquiriendo una creciente importancia en la gestión de las áreas protegidas,
particularmente de aquellas donde ha sido posible lograr una mayor representati-
vidad de los actores sociales y donde se han desarrollado actividades de informa-
ción y procesos de planificación. Actualmente se encuentran en funcionamiento 17
comités de gestión que se reúnen periódicamente para recibir información sobre
las actividades y avances de la gestión de las áreas protegidas y para analizar los
problemas que se presentan, contribuyendo a los esfuerzos de comunicación del
área. Participan en la elaboración y aprobación de los planes de manejo y planes
operativos anuales, en la fiscalización de la gestión técnica y financiera de las áreas
protegidas, en los procesos de contratación y evaluación de guardaparques y en la
definición del destino de los recursos del Sistema de Cobro (SISCO) por concepto
del turismo.
A pesar de las limitaciones que aún presentan, los Comités de Gestión, en el
ejercicio de sus funciones (insuficiente información de sus miembros, cambio cons-
tante de representantes en las reuniones, escasos recursos económicos para apoyar
la realización de reuniones, falta de comunicación al interior de las organizaciones e
instituciones, existencia de intereses contrapuestos entre sus miembros, problemas
de representatividad de algunos de sus miembros) han logrado constituirse en un
espacio importante para brindar información y analizar los temas relevantes de la
gestión de las áreas.
En relación con el manejo de conflictos, el principal rol del Comité de Ges-
tión fue de mediador (50%), cumpliendo una labor importante en la promoción
del diálogo, la facilitación de espacios de negociación y difusión de información.
Su respaldo a las áreas protegidas en los conflictos se expresó a través del pronuncia-
miento de resoluciones de apoyo y de la organización de comisiones para analizar
los conflictos, realizar visitas a los lugares donde se habían producido los problemas
y negociar acuerdos, contribuyendo a la resolución de los conflictos.
Conflictos ambientales en áreas protegidas de Bolivia 59

Sin embargo, en algunos casos de conflictos, la participación del Comité de


Gestión no contribuyó a su resolución debido a discrepancias entre sus miembros y
a posiciones divergentes sobre temas que afectaban los intereses de los sectores que
representaban. Esto limitó las posibilidades de adoptar medidas oportunas y dar
respuestas técnicas a los problemas, debilitando en el proceso la acción de las áreas
protegidas y el rol del Comité de Gestión. Esto fue evidente en los conflictos que se
produjeron por la construcción de caminos dentro del Parque Madidi; el Comité
de Gestión del área prefirió no intervenir ni acordar una resolución conjunta, ya
que varios de sus miembros eran impulsores o apoyaban la apertura de los caminos.
Las recomendaciones de los estudios técnicos (que alertaban sobre los impactos
ambientales y planteaban alternativas para la infraestructura vial de la región) no
fueron consideradas como una base para el análisis y la toma de decisiones. En el
caso del conflicto relacionado con la construcción de albergues turísticos por la
comunidad de Quetena Chico, en las proximidades de la laguna Colorada, uno de
los sitios relevantes para la conservación de las especies de flamencos andinos en la
Reserva Eduardo Avaroa, el Comité de Gestión optó por mantenerse al margen de
la disputa, ya que entre sus miembros se encontraban representantes de esta comu-
nidad. Su posición neutral en el problema dio lugar a un progresivo debilitamiento
del Comité de Gestión, limitando su intervención en los asuntos de la reserva y en
la solución de los problemas de gestión del área.

En un momento dado los representantes del Comité de Gestión se


regionalizan y cada quien demanda por su determinado territorio. Ahí se
confunde el interés de para qué fue creado el Comité de Gestión: fue crea-
do para dirigir la gestión del Parque; pero cuando existe un problema se
divide, en sentido de que el tema se regionaliza internamente y eso tam-
bién creo que es una gran debilidad, creo que hay que darle mas atención a
que los directivos del Parque trabajen para lo que han sido encomendados.
(Zenón Limaco, comunario de San José de Uchupiamonas, Rurrenabaque,
29/07/2003.)
60 Estudio de caso sobre experiencias de manejo de conflictos en el Gran Paisaje Madidi

Medidas adoptadas por los Comités de Gestión según rol desempeñado

30,0%
Visitas de inspección
25,0%
Resoluciones de apoyo al área
20,0%
Difusión de información
15,0%
Promoción del diálogo
10,0%
Facilitación de espacios de negociación
5,0%
Organización de comisiones
0,0%
Posiciones divergentes
Mediador Participante Neutral

50,0% 43,3% 6,7% Denuncias

Estrategias de manejo de conflictos en áreas protegidas

El manejo de conflictos en las áreas protegidas se realizó a partir del trabajo


de control y vigilancia del cuerpo de protección de las áreas, especialmente en
lugares potencialmente críticos y sobre todo donde suelen producirse actividades
ilegales de extracción de recursos. La labor permanente de los guardaparques en
el control y seguimiento a infracciones en las áreas protegidas, registradas a través
de informes trimestrales y anuales, y supervisadas por las direcciones de áreas y la
oficina central del SERNAP, ha permitido contar con información valiosa sobre los
problemas relacionados con las actividades humanas (caza furtiva, asentamientos
humanos, corte y decomisos de madera), para la definición de acciones de manejo
de conflictos.
En varios casos de conflictos (34,1%), la realización de evaluaciones técni-
cas y jurídicas, estudios técnicos y espaciales y estudios de impactos ambientales
(EIA) permitieron contar con información útil y actualizada sobre los problemas y
conflictos entre actores locales, lo cual facilitó el análisis de las demandas sociales,
el planteamiento de propuestas técnicas y normativas y la definición de criterios
para el manejo de los conflictos. En las disputas por el saneamiento de tierras, la
utilización del Sistema de Información Geográfica (SIG) posibilitó el análisis in-
tegrado de la capacidad de uso de la tierra, la identificación de los diferentes usos
Conflictos ambientales en áreas protegidas de Bolivia 61

comunales y la definición de la zonificación, contribuyendo a establecer deslindes


de propiedades y a identificar áreas para la ampliación de sectores del radio urbano
y el aprovechamiento forestal. Asimismo, el SIG se constituyó en un instrumento
de gran efectividad para los diagnósticos ambientales y la representación espacial
de la información en los procesos de zonificación, que involucraron a técnicos es-
pecialistas y a comunidades locales.
Sin embargo, el manejo de conflictos en las áreas protegidas se centró princi-
palmente en los procesos administrativos y judiciales dirigidos al cumplimiento de
la normatividad, lo que dio lugar, en muchas ocasiones, a una relación conflictiva
con la población local. Los procesos administrativos que se llevaron adelante dieron
lugar a la emisión de resoluciones administrativas y a la definición de sanciones con
decomiso, multa o desalojo. Su cumplimiento no estuvo exento de conflictos con
los infractores; sin embargo, contribuyeron a un mayor control de la extracción de
recursos. También se enfrentaron varios procesos judiciales, especialmente con em-
presas madereras, que condujeron a la presentación de demandas y querellas y re-
cursos constitucionales. Se utilizaron igualmente los mecanismos legales de manejo
de conflictos –como las audiencias públicas, arbitrajes y conciliaciones–, aunque en
menor proporción.
Por otra parte, se realizaron esfuerzos importantes para generar alternativas de
manejo de conflictos que promovieran el diálogo y la concertación y facilitaran los
acuerdos para superar los problemas enfrentados, generando información técnica
y espacial. Aunque las experiencias desarrolladas no han obedecido a un trabajo
sistemático en el diseño y aplicación de metodologías de manejo de conflictos, han
contribuido a identificar acciones para transformar los conflictos en oportunida-
des, fortaleciendo la participación social en la gestión de las áreas. En algunos casos,
estas acciones han permitido explorar alternativas de manejo de recursos naturales,
canalizar las demandas sociales en el marco de la normatividad vigente y fortalecer
las relaciones entre organizaciones sociales.
Las actividades frecuentemente realizadas por las direcciones de las áreas fue-
ron la organización de reuniones de trabajo con los involucrados en los conflictos y
de debates para el análisis de los problemas vinculados, el establecimiento de alian-
zas estratégicas con actores sociales e institucionales y la difusión de información,
62 Manejo de conflictos ambientales en el Sistema Nacional de Áreas Protegidas

con la finalidad de promover el diálogo y la concertación y el apoyo a la gestión


de las áreas. Asimismo, en algunos casos de conflictos, se conformaron comités
comunales e interinstitucionales para facilitar el establecimiento de acuerdos, y se
realizaron actividades para el rescate de tradiciones colectivas de manejo de conflic-
tos e instalación de mesas de negociación.
De acuerdo a los directores de áreas, la educación y comunicación son funda-
mentales para que los conflictos se administren y solucionen en el marco de la ley,
precautelando los derechos ciudadanos y buscando la unión y el diálogo entre acto-
res sociales. La información que se genere sobre las áreas protegidas (estado de con-
servación de la biodiversidad, valoración económica de los recursos, experiencias
de gestión territorial y de manejo de recursos, procesos de gestión compartida de
áreas protegidas) debería ser difundida a las organizaciones de base e instituciones,
a fin de facilitar la consulta, el intercambio de información, la toma de decisiones
y el establecimiento de acuerdos.
Respecto a la opinión de las organizaciones indígenas CIPTA y CRTM, la
recuperación y valorización de las experiencias de manejo colectivo de los con-
flictos, basadas en las tradiciones de las comunidades, contribuirán a la reflexión,
fortalecimiento organizativo, capacitación, defensa de los derechos sociales y con-
certación con otros sectores para el análisis y solución de los problemas colectivos.
Consideran fundamental la promoción de espacios de diálogo para la identifica-
ción de temas de interés común, la concertación y el establecimiento de acuerdos
entre distintos actores sociales, a pesar de las dificultades que puedan existir por
las diferencias culturales, lingüísticas y de visión del desarrollo. Afirman que lo
relevante es reconocer la existencia de problemas y demandas ambientales similares
entre unos sectores y otros, como el saneamiento de tierras, el mejoramiento de la
producción, la identificación de mercados para la comercialización de productos y
el desarrollo del turismo.
Conflictos ambientales en áreas protegidas de Bolivia 63

Instrumentos de recopilación, sistematización y análisis de la información

20,0%
Información emitida por medios de comunicación
18,0% Patrullaje de guardaparques
Informe técnico
16,0%
Informe de actividades
14,0% Acuerdos y convenios
Correspondencia
12,0%
Memoriales
10,0% Base de datos
8,0% Registros
Resoluciones
6,0% Votos resolutivos
4,0% Actas
Estudios técnicos
2,0%
Análisis espacial
0,0% Estudios de impacto ambiental
Auditorías técnicas y financieras
Monitoreo de conflictos Estudios Evaluaciones e informes jurídicos
65,9% técnicos y
espaciales
34,1%

Desarrollo de acciones administrativas y judiciales

25,0%
Acta de inspección ocular
Resolución administrativa de primera instancia
20,0%
Resolución administrativa de segunda instancia
Sanción con decomiso
15,0%
Sanción con multa
Sanción con desalojo
10,0% Demanda y querella
Sentencia de primera instancia
5,0% Sentencia de segunda instancia
Recursos constitucionales (demanda y sentencia)
0,0% Audiencia pública

Sustanciación Sustanciación Mecanismos Arbitrajes


de procesos de procesos legales de Conciliación
administrativos judiciales manejo de
26,7% conflictos
65,3 %
8%
64 Manejo de conflictos ambientales en el Sistema Nacional de Áreas Protegidas

Estrategias alternativas de manejo de conflictos

25,0%
Reuniones de trabajo entre las partes en conflicto
Organización de debates de análisis
Establecimiento de alianzas estratégicas entre actores
20,0%
Rescate de tradiciones colectivas de manejo de conflictos
Talleres informativos

15,0% Cursos de capacitación


Asesoramiento técnico y legal
Difusión de información
10,0% Organización de mesas de negociación
Organización de comités comunales
Organización de comités interinstitucionales
5,0% Reuniones interinstitucionales
Propuesta normativa
Planes de manejo
0,0%
Proyectos

Promoción Facilitación Planteamiento Zonificación


Capacitación
del diálogo y y de de propuesta Modificación de categoría de manejo del área protegida
concertación comunicación acuerdos de uso de
41% recursos
34,7% 10,4%
13,9%
Conflictos ambientales en áreas protegidas de Bolivia 65

Capítulo 3
Estudio de caso sobre experiencias de manejo de conflictos en el
Gran Paisaje Madidi

Situación ambiental del norte de La Paz

El norte de La Paz, por su ubicación en la vertiente oriental de los Andes


tropicales centrales, presenta características fisiográficas y condiciones climáticas
excepcionales, que han dado lugar a una gran heterogeneidad de ecosistemas ubica-
dos en diferentes gradientes altitudinales (5.760-180 msnm), confiriendo al paisaje
una morfología escarpada (en la que predominan colinas y serranías) y caracterís-
ticas ecológicas particulares. Esta gran variedad altitudinal –en un espacio relativa-
mente pequeño– ha permitido el desarrollo de una alta diversidad de comunidades
vegetales y especies de flora y fauna representativas, tanto de la región andina como
de la amazónica, y ha favorecido la existencia de un alto grado de endemismo. Esto
hace de esta región uno de los paisajes más diversos del mundo, clasificado como
sobresaliente a nivel global21.
Las formaciones vegetales representadas en la región corresponden a las eco-
regiones de vegetación altoandina, puna, yungas, bosques secos interandinos, bos-
ques amazónicos subandinos y preandinos y del cerrado paceño, donde se desarro-
llan comunidades vegetales de características únicas y una gran variedad de plantas
(gramíneas, orchidaceae, bromelias, helechos arbóreos, cactáceas, ciperáceas, pal-

21 Dinerstein et al., 1995; Olsen y Dinerstein, 1998; Mittermeier et al., 1998.


66 Estudio de caso sobre experiencias de manejo de conflictos en el Gran Paisaje Madidi

mares, árboles emergentes)22, muchas de ellas con un importante potencial para el


uso medicinal, alimenticio, ornamental, artesanal y forestal. Los bosques montano
y de piedemonte son sobresalientes en biodiversidad y un centro importante de
endemismo en Bolivia y en el mundo, y el bosque seco del valle central del río
Tuichi es el más abundante en especies de flora de los 18 bosques secos existentes
en Bolivia –registrándose 13 especies endémicas– y el más extenso a nivel conti-
nental23. De igual manera, la diversidad de aves y mamíferos de esta región destaca
por su extraordinaria riqueza. Remsen y Parker (1995) afirman que a medida que
aumente la información científica sobre esta región, ésta será considerada como la
de mayor diversidad de aves del mundo, con más de 1.100 especies de las 9.000
existentes en nuestro planeta24.
La importancia estratégica para la conservación de la biodiversidad de la ver-
tiente oriental andina dio lugar a la creación de áreas protegidas de interés nacional:
ANMI Apolobamba, PNANMI Madidi y RBTCO Pilón Lajas, para asegurar la
protección del hábitat, de comunidades y especies de importancia para la conser-
vación. Estas áreas protegidas conforman un complejo de grandes ecosistemas que
representa un parte significativa de la biodiversidad de Bolivia y que alcanza una
extensión de 2.779.493 ha. De igual manera, las tierras comunitarias de origen
(Tacana I, Tacana II, Lecos Larecaja y Lecos de Apolo, que se superponen parcial
o totalmente con las áreas protegidas, complementan los valores naturales y cul-
turales de la región, incrementando las posibilidades de realizar una planificación
integral y orientada a la conservación y desarrollo sostenible (ver mapa 3).
El valor para la conservación de esta región se incrementa al formar parte,
junto con los parques Cotapata, Carrasco y Amboró y las áreas fronterizas del Perú
(Reserva Nacional Tambopata y Parque Nacional Bahuaja Sonene), de un cintu-
rón que circunda el flanco oriental de la Cordillera Oriental y que posee la mayor
diversidad biológica del planeta. Este espacio geográfico extendido no solamente
permite la conservación de especies con grandes requerimientos territoriales, como

22
Ibisch y Mérida (ed.), FAN, 2003.
23
Beck, García y Zenteno, 2002.
24
Ibíd.
Conflictos ambientales en áreas protegidas de Bolivia 67

Mapa 3. Paisaje del Norte de La Paz


68 Estudio de caso sobre experiencias de manejo de conflictos en el Gran Paisaje Madidi

el cóndor (Vultur gryphus), la vicuña (Vicugna vicugna), el oso andino (Tremarctos


ornatus), el jaguar (Panthera onca), el chancho de tropa (Tayassu pecari) y la londra
(Pteronura brasiliensis), sino que también representa el espacio de conservación más
extenso con la mayor concentración de especies a nivel mundial, un porcentaje
importante de las cuales son endémicas. Se calcula que en la región de los Andes
tropicales existe un 30% de endemismo en plantas, aves, pequeños roedores y her-
petos25.
Aunque el estado de conservación de los ecosistemas de la vertiente andina
es en general bueno, se pueden identificar algunos ecosistemas que han sido afec-
tados y degradados por la actividad humana, particularmente la vegetación de las
cabeceras de valle y el páramo yungueño, y varias especies de la fauna y flora se
encuentran amenazadas o en peligro de extinción por modificaciones del hábitat
natural y la explotación comercial, tal es el caso de los bosquecillos de Polylepis y la
avifauna asociada.
Gran parte de los problemas ambientales que caracterizan a esta región están
relacionados con la inseguridad jurídica de la tierra, la falta de planificación del uso
del espacio y los recursos naturales, la alteración de las prácticas tradicionales de
manejo y la extracción intensiva y desordenada de recursos naturales de importan-
cia económica. En general, se puede afirmar que las actividades productivas presen-
tan problemas de manejo, no permiten una mejora sustancial de la calidad de vida
y, en muchos casos, generan impactos ambientales negativos. Entre los principales
problemas ambientales, se encuentran los siguientes:
Degradación y erosión de suelos, debido a las prácticas agrícolas inadecuadas
(chaqueo, cultivos en pendiente, monocultivo bajo el estímulo del mercado, mane-
jo inadecuado de barbechos), a la pérdida de conocimientos y prácticas de manejo
de suelos y a una fuerte presión por el uso de la tierra provocada por el proceso de
minifundismo en la puna y valles. Aunque en los valles de Apolobamba se utilizan
todavía las terrazas agrícolas prehispánicas, gran parte de ellas están deterioradas. El
área de Apolo muestra procesos de erosión de suelos como resultado de las prácticas
inadecuadas de la actividad ganadera. En las zonas de colonización, en los bosques

25
SERNAP, WCS y CARE, 2004.
Conflictos ambientales en áreas protegidas de Bolivia 69

montano y húmedo de llanura, los procesos de deforestación para la ampliación de


la frontera agropecuaria han generado la pérdida de la capacidad productiva y el
potencial de los ecosistemas boscosos26.
Sobrepastoreo, especialmente en la zona de puna. La excesiva carga animal y el
mal manejo de los pastizales y bofedales han provocado el deterioro de las áreas de
pastoreo y la reducción o eliminación de las plantas forrajeras de buena calidad,
con la consecuente disminución de la producción ganadera y la pérdida de capital
económico. Las comunidades más afectadas por este problema son Ulla Ulla, Ucha
Ucha, Huacuchani, Hichocollo, Antaquilla, Suches, Keara, Puina27.
Extracción intensiva y no sostenible de la madera, lo que ha ocasionado la dis-
minución de las poblaciones de especies forestales de importancia ecológica y eco-
nómica, como la mara (Swietenia macrophylla) y el cedro (Cedrela odorata), con-
sideradas prioritarias para la conservación por su estado de vulnerabilidad28. Esta
actividad –que se inició a finales de los años setenta con la presencia de empresas
madereras– continúa realizándose de manera informal y sin un control adecuado
por parte de la Superintendencia Forestal y de las oficinas técnicas de los munici-
pios. Las actividades de manejo forestal que realizan las agrupaciones sociales del
lugar (ASL) de Ixiamas y las comunidades indígenas de la TCO Tacana y Pilón
Lajas son todavía experiencias recientes, aunque algunas de ellas están generando
capacidades técnicas y administrativas para asegurar un manejo sostenible del bos-
que.
Disminución de especies de fauna silvestre, por la caza excesiva de algunas es-
pecies para la subsistencia y con fines comerciales que realizan los pobladores y
personas externas a la región. La reducción de los espacios territoriales de los pue-
blos indígenas y los cambios culturales han afectado significativamente las prácticas
tradicionales de caza, con consecuencias para las poblaciones animales. Investiga-

26
WCS y SERNAP, 2002, III-5; 66 diagnósticos rurales participativos (DRP) en comuni-
dades vinculadas con el PNANMI Madidi y la TCO Tacana I, que fueron elaborados por
WCS-Bolivia, CARE y CIPTA durante 2001 y 2002.
27
WCS y SERNAP, 2002, III-4; 66 diagnósticos rurales participativos (DRP) en comunida-
des vinculadas con el PNANMI Madidi y TCO Tacana.
28
WCS y SERNAP, 2002, III-5 y 4.
70 Estudio de caso sobre experiencias de manejo de conflictos en el Gran Paisaje Madidi

ciones sobre el estado de conservación de las especies de fauna muestran que varias
de ellas presentan algún grado de amenaza, como es el caso del marimono (Ateles
chamek), el tapir (Tapirus terrestris), el venado de cola blanca (Odocoileus peruvi-
anus) y la peta de río (Podocnemis unifilis), la taruka (Hippocamelus antisensis) y el
oso andino (Tremarctos ornatus)29.
Situación de amenaza de los recursos ictiológicos. A pesar de la importancia
económica de la pesca, ésta se realiza sin un sistema de manejo adecuado. La pes-
ca comercial con fines alimenticios se practica de manera intensiva en los ríos y
lagunas de la región, utilizando barbasco y dinamita. En el diagnóstico sobre las
principales características naturales del PNANMI Madidi se registraron 13 espe-
cies amenazadas, dos de las cuales son consideradas vulnerables. La propagación
del paiche (Arapaima gigas) en el río Beni, a través del río Madre de Dios, puede
tener efectos significativos sobre las poblaciones de peces nativos al tratarse de una
especie predadora en el tope de la cadena trófica.
Contaminación minera de los cuerpos de agua por uso del mercurio, que es pro-
ducida principalmente por las cooperativas en concesiones mineras legalmente
otorgadas por el Estado y por mineros artesanales en lugares fuera de las concesio-
nes. En el ANMI Apolobamba se han otorgado 129 concesiones mineras, de las
cuales una es trabajada por una empresa minera y las otras 52 por cooperativas y
mineros informales. En el PNANMI Madidi existen 21 concesiones mineras y en
la RBTCO Pilón Lajas, dos concesiones. La falta de una adecuada coordinación
entre el Ministerio de Minería y el SERNAP ha limitado la posibilidad de ejercer
un adecuado control y mitigar los impactos ambientales y socioeconómicos cau-
sados por la minería30. Estos impactos pueden tener consecuencias negativas en la
salud humana y en las actividades productivas, así como generar alteraciones en los
ecosistemas y producir la erosión de suelos por el movimiento de cargas y el lavado
de materiales auríferos.

29
WCS y SERNAP, III-6 y 7; 66 diagnósticos rurales participativos (DRP) en comunidades
vinculadas con el PNANMI Madidi y TCO Tacana.
30
Evelyn Taucer, Conservación Internacional, La Paz, 2003 (comunicación personal).
Conflictos ambientales en áreas protegidas de Bolivia 71

Presencia de concesiones de hidrocarburos que se sobreponen con las áreas protegi-


das de Madidi y Pilón Lajas, que representan una fuerte amenaza para la conserva-
ción de la biodiversidad por sus potenciales impactos socio-ambientales y cultura-
les. La exploración de los bloques Tuichi (Madidi) de 1.000.000 de hectáreas y río
Hondo (Pilón Lajas) de 805.000 hectáreas, producirían impactos sobre la flora y la
fauna debido a la ubicación de las líneas de exploración sísmica.
En el Parque Madidi, las tres líneas sísmicas del norte atraviesan una zona de
bosque montano bajo y el bosque húmedo de llanura del valle del Tuichi31. Este
bosque húmedo es un corredor de hábitat que conecta a las poblaciones de anima-
les (como chanchos de tropa) del Madidi con las que habitan en la llanura aluvial
del Beni, en la TCO Tacana. Dentro de este bosque se protegen 12 especies de aves
que no están resguardadas en ninguna otra área protegida de Bolivia. En el caso de
la Reserva de Pilón Lajas, las líneas sísmicas atraviesan las serranías del Bala y de
Pilón; esta última serranía alberga la avifauna más diversa de la reserva. Por otra
parte, las líneas sísmicas propuestas representan también líneas de acceso, desde
importantes sectores de las áreas de colonización, al valle del Tuichi y a las serranías
del Bala y Pilón, lo que daría lugar al ingreso de colonizadores y a la extracción
desordenada de los recursos naturales.
Construcción de caminos de acceso, que traen consigo el establecimiento de
nuevos asentamientos humanos y la extracción intensiva y desordenada de recursos
de la vida silvestre. La apertura de vías de comunicación (San Buenaventura-Ixia-
mas y Yucumo-Rurrenabaque) sin una planificación del uso del suelo generó un
alto deterioro de la cobertura vegetal y degradación del hábitat, así como impactos
negativos en las comunidades indígenas. Los tramos camineros Apolo-Asariamas,
Apolo-Pata y Tumupasa-San José de Uchupiamonas, construidos dentro del Par-
que Madidi, se realizaron contraviniendo las normas, por lo que es fundamental
que los proyectos camineros cuenten con un adecuado análisis técnico y normativo
para evaluar los posibles impactos ambientales y socioeconómicos en la región.

El bosque húmedo de llanura es la formación vegetal en la que se ha registrado el mayor


31

número de especies de mamíferos dentro del PNANMI Madidi y zonas de influencia. Ade-
más, estos registros incluyen el mayor número de especies amenazadas y de distribución
restringida.
72 Estudio de caso sobre experiencias de manejo de conflictos en el Gran Paisaje Madidi

Impactos ambientales de la actividad turística por la falta de políticas municipa-


les y de un ordenamiento de esta actividad en la región. Las numerosas agencias de
turismo que operan en la región no están organizadas y muy pocas de ellas brindan
servicios turísticos de calidad; la mayoría desarrolla sus actividades sin considerar
las normas ambientales y sin un control adecuado por parte de los municipios. El
turismo ha sido identificado como una alternativa de desarrollo económico, dado
el potencial turístico de la región; varias comunidades indígenas están interesadas
en constituir empresas turísticas y existen otras iniciativas empresariales en las zo-
nas urbanas de la región.
La gestión de las áreas protegidas de Apolobamba, Madidi y Pilón Lajas, ini-
ciada a mediados de la década de los noventa, permitió reducir la realización de
actividades ilegales –extracción de madera, caza furtiva, asentamientos ilegales– y
generar cambios significativos en la visión de la planificación del desarrollo local y
en el manejo de recursos. Estos procesos de conservación y desarrollo involucran
asimismo a las tierras comunitarias de origen (TCO) que se encuentran vinculadas
con áreas protegidas –Pilón Lajas, Tacana I, San José de Uchupiamonas y Araona
(con títulos de propiedad), y Tacana II, Lecos Apolo, Lecos Larecaja, Mosetene y
Marca Qamata (en proceso de saneamiento y titulación)– a través de la elabora-
ción participativa de planes de manejo y estrategias de desarrollo. Asimismo, el
apoyo a iniciativas locales basadas en los recursos de la biodiversidad (producción
de café bajo sombra y cacao silvestre, manejo forestal y de inciensales, cría de abe-
jas nativas, manejo de especies de fauna silvestre)32 está permitiendo el desarrollo
de metodologías y técnicas de manejo, que implican la recuperación de prácticas
tradiciones.
Un ejemplo significativo de los esfuerzos de conservación lo constituye la
protección y manejo de la vicuña en la zona de Ulla Ulla (ANMI Apolobamba). En
1965 se contabilizaron en la región apenas 96 ejemplares de vicuña, demostrando
que la especie se encontraba en peligro de extinción. En 1979, siete años después

32
Estas actividades son apoyadas técnica y financieramente por WCS, el Instituto de Ecología
de la UMSA, el Programa BIAP-SERNAP, el Programa BOLFOR II y la Fundación Trópi-
co Húmedo.
Conflictos ambientales en áreas protegidas de Bolivia 73

de establecida la reserva, se produjo un incremento de 1.139 individuos; en los


siguientes censos el aumento fue significativo: en 1996 se registraron 6.536; en
1999, 7.522; en 2002, 8.556, y en 2005, 10.35033.
Los proyectos de ecoturismo de Chalalán y San Miguel del Bala, en el PNAN-
MI Madidi, y Mapajo Ecoturismo y Turismo Ecológico Social, en la RBTCO Pilón
Lajas, administrados por comunidades indígenas y de colonizadores, y apoyados
por WCS, Conservación Internacional, PRAIA y PNUD, constituyen actividades
económicas que están generando un nuevo enfoque en el aprovechamiento de los re-
cursos naturales y capacidades empresariales y recursos económicos para las comuni-
dades, contribuyendo a regular la cacería en sus espacios territoriales y a sensibilizar
a la población local sobre la importancia de la conservación de la biodiversidad.

Contexto histórico de la región de los Andes Orientales

El norte de La Paz ha sido históricamente una región en la que han confluido


diversas realidades socioeconómicas, que se han ido estructurando y modificando
en función de los ciclos de poblamiento, el acceso y uso de los recursos naturales y
el intercambio comercial y cultural. Varios factores contribuyeron a darle a esta re-
gión características particulares, entre ellas la influencia decisiva del medio natural
en los patrones de asentamientos humanos y especialización de la producción y la
visión de desarrollo que se construyó, a partir del siglo XIX, en función del aprove-
chamiento de recursos naturales altamente competitivos en los mercados nacional
e internacional, que sin embargo no contribuyeron a mejorar las condiciones de
pobreza de su población.
La gran heterogeneidad de ecosistemas y de pisos ecológicos en los Andes
tropicales centrales determinaron la configuración de distintos espacios culturales
y socioeconómicos conectados entre sí por su proximidad geográfica, permitiendo
que se generaran influencias culturales mutuas, circuitos comerciales, acceso a pro-
ductos de diferentes pisos ecológicos y prácticas sociales basadas en las relaciones

Nallar, Gómez, Loayza, Casilla y Velasco, 2003.


33
74 Estudio de caso sobre experiencias de manejo de conflictos en el Gran Paisaje Madidi

interétnicas, aunque también existieron rupturas entre los sectores de la puna y los
de los valles y llanos. Estos espacios pueden ser diferenciados en cuatro grandes
zonas ecológicas y socioeconómicas:
Zona altoandina (3.500-5.200 msnm), que incluye los glaciares, las praderas
de puna y el páramo yungueño. Esta zona formó parte del antiguo territorio del
señorío Callahuaya y fue separada con la creación de la provincia Bautista Saave-
dra (actualmente la puna de Ulla Ulla pertenece al Municipio de Pelechuco, en la
provincia Franz Tamayo). Se encuentran asentadas varias comunidades, entre ellas
Ulla Ulla, Suches, Hichocollo, Cañuma. Esta zona es el principal centro de origen
y diversificación de cultivos andinos: Oxalis tuberosa (oca) y Chenopodiun quinoa
(quinua)34.
Zona de ceja de montaña (2.500-3.500 msnm.) que corresponde a las cabe-
ceras de valle y al bosque nublado de ceja de monte, exhibiendo una topografía
de quebradas y valles profundos. En la zona de cabeceras de valle se establecieron
los pueblos de Charazani, Amarete, Kaata, Curva y otros pertenecientes al señorío
Callahuaya, que desempeñaron históricamente un papel importante como vía de
ingreso a la zona de yungas de Camata y Carijani (próximos a Apolobamba), donde
se cultivaba la coca y se producía oro35. En el piso ecológico del bosque nublado
se asentaron los antiguos pueblos de Pelechuco y Suches, que se encontraban en la
ruta de ingreso a la región de Apolobamba. Durante la época colonial, Pelechuco
cumplió un papel fundamental como centro administrativo y de intercambio co-
mercial, vinculando los mercados de La Paz, Cuzco y Apolobamba36.
Zona de bosques montanos y sabana de montaña (1.500-2.500 msnm), cuya
topografía destaca por sus laderas empinadas y valles profundos, presenta diversas
formaciones de bosques montanos húmedos y de sabana. En las zonas de valles se
establecieron las poblaciones de Moxos, Pata, Atén, Apolo y Santa Cruz del Valle

34
Beck, García y Zenteno, op. cit.
35
Mankhe, “Formas de adaptación en la agricultura indígena de la zona de los callahuayas”,
en Gisbert et al., 1984: 61.
36
Jiménez Chávez, “La mercantilización de la economía regional y el comercio en Caupolicán
durante el siglo XIX”, en Soux et al., 1991: 139.
Conflictos ambientales en áreas protegidas de Bolivia 75

Ameno que surgieron durante la época de las misiones de Apolobamba con la


reducción de diversos grupos étnicos, entre ellos los lecos, aguachiles, ipamainos y
araonas. En el siglo XIX Apolo se convirtió en el centro de comercialización más
importante de la región de Apolobamba37.
Zona de piedemonte y llanura amazónica (200-1.500 msnm), que comprenden
serranías y colinas ubicadas en los últimos contrafuertes de los Andes Orientales
y un amplio territorio de relieve plano, con áreas permanentemente inundables y
estacionales, donde se desarrollan el bosque húmedo montano inferior, el bosque
amazónico y la sabana de llanura. Esta región ha sido ocupada tradicionalmente
por grupos étnicos de la familia lingüística tacana (tacana, ese-ejja, araona, toromo-
na, reyesano) y ha estado vinculada con la región occidental del Beni. Los pueblos
de San José de Uchupiamonas, Tumupasa e Ixiamas se formaron durante el período
misional y, junto con San Buenaventura, formaron parte del circuito comercial que
unía Apolo con las poblaciones de Reyes, Rurrenabaque y San Borja.

La política orientalista de los gobiernos conservadores, liberales y republica-


nos del siglo XIX y el primer tercio del siglo XX

La creación de la República y los posteriores auges de la quina y la goma


que se sucedieron a lo largo del siglo XIX implicaron profundos cambios en la
composición social, la estructura agraria y la dinámica económica del norte de
La Paz. Si bien las misiones de Apolobamba (siglos XVII y XVIII) modificaron la
sociedad indígena al integrar a diferentes grupos étnicos en una misma reducción
e introducir nuevos conceptos religiosos, de trabajo y de producción, el primer
siglo de la República supuso la mercantilización de la economía regional, el inicio
de la colonización de las tierras bajas y la dilución de las diferenciaciones étnicas,
aunque algunos pueblos indígenas mantuvieron sus características culturales, como
los tacana, los ese-ejja y los araona.
Desde los primeros años de la República se plantearon las primeras políticas
de ocupación y control del territorio. La primera ley de adjudicación de tierras se

Jiménez Chávez, op cit.: 145.


37
76 Estudio de caso sobre experiencias de manejo de conflictos en el Gran Paisaje Madidi

promulgó en octubre de 1833 y la de colonización e inmigración, en noviembre


del mismo año; asimismo, el decreto de 1829 fue la primera norma en fomentar
la libre penetración a los territorios de Caupolicán38 (actualmente provincias Franz
Tamayo y Abel Iturralde), la extracción de la cascarilla, cacao, vainilla, resinas y
goma, y la comercialización con los habitantes de estas regiones. En décadas poste-
riores se aprobaron leyes, diseñaron planes y desarrollaron acciones para el estable-
cimiento de colonias militares en las fronteras y la creación de nuevas misiones, el
patrocinio de exploraciones científicas, la venta y concesión de tierras y el estímulo
a la explotación de los recursos naturales.
Hasta 1832, momento en que la región del norte de La Paz ingresa en la
actividad económica de la quina, la población era mayoritariamente indígena (que-
chuas, apolistas, tacanas, araonas, lecos, toromonas, “guarayos”) y económicamen-
te autosuficiente. Los intercambios comerciales con las regiones fuera del territorio
misional eran más bien reducidos39, y solamente existían unas pocas haciendas en la
zona de Pelechuco y Pata. La extracción de la cascarilla en Apolo, Atén, Santa Cruz
del Valle Ameno, Pata y Mojos, que duró hasta 1880, marcó el comienzo de un
proceso de inmigración a la región de familias criollas y extranjeras que se asenta-
ron en los pueblos y se constituyeron en un grupo de poder político (el catastro de
1881 registra 108 propiedades privadas en estos lugares, entre haciendas y huertas,
frente a las cinco censadas en 1848)40. La presencia de las haciendas y la explotación
de la quina introdujeron prácticas no sostenibles de ocupación del espacio y de
uso de los recursos naturales, modificando los sistemas tradicionales de manejo de
los recursos y generando impactos ambientales negativos en los ecosistemas, como
la drástica reducción de las poblaciones del género Cinchona y la disminución de
algunas poblaciones de especies de fauna silvestre por la caza y pesca intensivas.
La explotación de la goma en la región de Apolobamba, que se inició a fines
del siglo XIX, y que alcanzó su mayor auge entre 1905 y 1912, trajo consigo im-

38
Soux, “Caupolicán en el siglo XIX. Estructura agraria de la provincia”, en Soux et al., 1991: 93.
39
En la década de 1830, la coca constituía el producto de comercialización más importante.
(Jiménez Chávez, en Soux et al, 1991:143.
40
Soux, “Caupolicán en el siglo XIX”, en Soux et al., 1991: 104.
Conflictos ambientales en áreas protegidas de Bolivia 77

pactos sociales que afectaron principalmente a las comunidades indígenas, ya que


un número importante de pobladores tacanas de Atén, Tumupasa e Ixiamas se
vieron obligados a trasladarse a la zona del Madre de Dios para trabajar la goma41.
El establecimiento de centros industriales gomeros en el norte amazónico generó
nuevas olas de migración hacia la región. Entre 1907 y 1910 se adjudicaron tierras
a 124 peticionarios en Atén, Apolo, Santa Cruz del Valle Ameno, Ixiamas y Tumu-
pasa, por un total de 1.387.365 ha, con extensiones de entre 25 y 80.000 ha (la
mayoría de 20.000 ha), para la producción ganadera y agrícola y la explotación de
la goma42. Estas peticiones de grandes extensiones de tierra fueron fomentadas por
el Estado, que tenía interés de incrementar su presencia en la región del noroeste
amazónico y abrirla a la colonización. No existió una política de Estado que sal-
vaguardara las tierras de las comunidades indígenas. El concepto de “tierra baldía”
implicaba que vastas regiones del territorio nacional se encontraban despobladas,
habitadas por tribus selváticas nómadas que no practicaban la agricultura. La visión
del Estado y su praxis política se dirigió a transformar a los indígenas de “salvajes
e improductivos” en individuos “civilizados”, es decir religiosos, ciudadanos y pro-
ductivos, promoviendo para ello el establecimiento de misiones y la colonización.
Por otra parte, la débil presencia del Estado en la región impidió que las ins-
tituciones responsables hicieran un control efectivo de la explotación y comercio
de la quina y la goma, limitando su capacidad de intervenir en los conflictos de la
tierra y en los abusos que se cometían contra los indígenas, lo que dio lugar a que
los poderes locales no respondieran a las normas y políticas del Estado, sino a los
intereses de los sectores propietarios y caucheros.
El surgimiento de Rurrenabaque como un centro importante de tránsito y
comercio con la ciudad de La Paz se produjo durante el auge de la quina y de la
goma. En 1870 algunas familias de origen tacana se establecieron en Rurrena-
baque, localidad que se encuentra en la banda oriental del río Beni, frente a San
Buenaventura. Esta zona estaba habitada tradicionalmente por indígenas chimán,

41
Los tacana habrían llegado hasta la zona de Atén a mediados del siglo XVII. (Silva et al.,
2002: 52-53.)
42
Soux, “Caupolicán en el siglo XIX”, en Soux et al., 1991: 118-124.
78 Estudio de caso sobre experiencias de manejo de conflictos en el Gran Paisaje Madidi

mosetén y tacana, aunque las áreas de concentración poblacional de estos grupos se


encontraban en regiones aledañas: los chimán sobre la cuenca del río Maniquí, los
mosetén sobre la cuenca del río Alto Beni y los tacana en las misiones de San José
de Uchupiamonas, Tumupasa e Ixiamas y en el sector medio y bajo del río Beni. A
partir de la década de 1940, se produce el auge de la ganadería beniana y las zonas
comprendidas entre San Borja, Rurrenabaque y Reyes comienzan a cobrar un gran
interés para la producción y comercialización del ganado hacia las zonas mineras y
la ciudad de La Paz43.

La política de colonización de la revolución nacional y su impacto en el norte


de La Paz y la zona de influencia de Rurrenabaque

La Revolución de 1952 planteó un nuevo escenario para la colonización y el


desarrollo del oriente boliviano. El modelo económico consideró que la coloniza-
ción era una herramienta fundamental para la integración y el desarrollo del orien-
te, a través de la producción agropecuaria, la redistribución de la población hasta
entonces concentrada en el occidente y la diversificación de la producción nacional
a partir de la agricultura. La Reforma Agraria de 1953 estaba dirigida a resolver
los problemas de la tierra de los indígenas del occidente del país, sin considerar la
situación y las necesidades de los pueblos indígenas del oriente y la Amazonía. En
su artículo 129 establece que los grupos selvícolas de los llanos tropicales y subtro-
picales, que se encontraban en estado salvaje y organizados de manera primitiva,
quedaban bajo la protección del Estado. Siguiendo la idea de que los indígenas de
tierras bajas eran nómadas, se planteaba su concentración y conversión en campe-
sinos agricultores, para lo cual se dispuso que las instituciones encargadas de la “re-
ducción selvícola” accedieran a tierras suficientes para establecerlos y convertirlos
en agricultores independientes.
La visión del Estado del 52 sobre la realidad de los pueblos indígenas de las
tierras bajas y sobre el papel del oriente boliviano en el desarrollo nacional no se
diferenció en esencia de la visión que tuvieron los gobiernos conservadores, li-

43
Lehm et al., 1994: 26-27.
Conflictos ambientales en áreas protegidas de Bolivia 79

berales y republicanos. En ambos momentos históricos se buscó abrir el oriente


a la colonización para el impulso de una vigorosa actividad agrícola e industrial
que fortaleciera al Estado nacional a través de la colonización de tierras baldías, la
reducción de grupos étnicos marginales y la promoción de la agropecuaria y ex-
tracción de recursos naturales. Las diferencias de fondo entre ambas concepciones
residieron en la implantación por parte del Estado del 52 de un nuevo patrón de
ocupación del espacio, con los campesinos de las tierras altas como protagonistas
de los procesos de colonización, y que tras la Reforma Agraria lograrían una enor-
me significación social y política que no tuvieron en el pasado; y con el impulso al
desarrollo de la región cruceña como eje central de la diversificación económica,
para la vertebración del oriente con el occidente.
La situación del norte de La Paz durante los años que precedieron a la Revo-
lución Nacional se caracterizó por su estancamiento económico y desarticulación
del resto del país. La elite local dejó de ser un grupo de poder económico, aunque
mantenía sus privilegios como sector influyente en los centros urbanos de la región;
las haciendas agropecuarias fueron abandonadas y las que quedaron funcionaban en
condiciones precarias. La población indígena estaba comprendida por comunidades
aymaras en la puna de Pelechuco, por comunidades quechuas (amestizadas con
lecos y tacanas) en la parte baja de Pelechuco y por comunidades y asentamientos
tacanas en un extenso territorio de la provincia Abel Iturralde, compartiendo el
hábitat con grupos reducidos de araonas y ese-ejjas44. En los años setenta, el sistema
tacana de autoridades (corregidor, cacique, policía y huarajes o colaboradores) fue
abolido en Ixiamas por los ganaderos y otros representantes del poder local, y en su
lugar se crearon sindicatos agrarios y se establecieron agentes cantonales y comités
cívicos45.
En este contexto social y económico surge en la década del setenta la nueva
política de desarrollo del norte de La Paz, denominada “marcha hacia el Norte”, que
tendrá significativos impactos en términos demográficos, socioculturales, producti-
vos, ambientales y de tenencia de la tierra. El diseño de esta política se estructuró

Silva et al., 2002: 70.


44

Wentzel, 1991: 11-57.


45
80 Estudio de caso sobre experiencias de manejo de conflictos en el Gran Paisaje Madidi

sobre la base de que esta región (las zonas de yungas, piedemonte y llanura amazó-
nica), poseía importantes riquezas naturales y se encontraba despoblada. Aunque el
proyecto no llegó a ejecutarse como estaba planteado, por falta de financiamiento
y decisión política del gobierno central, las acciones promovidas por CORDEPAZ
dotaron de grandes extensiones tierra a empresas y personas individuales, dando
lugar al latifundio, reducción de los espacios territoriales de los pueblos indígenas,
producción agrícola reducida en parcelas pequeñas por colonizadores de las tierras
altas y extracción desordenada e insostenible de especies forestales y de recursos de
la fauna silvestre.
La “marcha hacia el Norte” se basó en dos proyectos: el Complejo Industrial
de Azúcar, Alimentos Balanceados y Alcohol y el Plan de Asentamientos Humanos,
bajo un modelo agrícola de tenencia de la tierra46, que incluían la construcción de
una central hidroeléctrica en el Bala y la producción petrolera. Cuatro aspectos re-
saltan de la acción de CORDEPAZ y su política de desarrollo del norte de La Paz,
por sus efectos socioeconómicos y políticos:
Promoción de movimientos poblacionales. Uno de los objetivos del proyecto
agroindustrial de CORDEPAZ fue la promoción de la colonización en la zona de
influencia de San Buenaventura para la producción de caña de azúcar, sin consi-
derar la presencia y derechos de los indígenas de la zona. La apertura de vías de
comunicación hacia el norte de La Paz (Palos Blancos-San Borja y San Buenaven-
tura-Ixiamas), incentivaron la llegada en 1979 de las primeras familias de coloniza-
dores de Chuquisaca y Tarija, y en los siguientes años se establecieron campesinos
del altiplano y valles en la zona comprendida entre San Buenaventura y Tumupasa,
posesionándose de lotes de entre seis y 26 ha47. La presencia de colonizadores ori-
ginó un nuevo patrón de asentamiento basado en la parcela y modificaciones en
los modelos productivos tradicionales, con el uso de insumos químicos para la
agricultura, el surgimiento de cooperativas y la orientación de la producción hacia
el mercado48.

46
Bilbao la Vieja, 1987: 65.
47
Wentzel, op. cit.:13 y 23; Bilbao la Vieja; op cit.: 74.
48
Wentzel, 1986: 18-19.
Conflictos ambientales en áreas protegidas de Bolivia 81

Dotación de tierras que originaron el latifundio. Entre 1966 y 1986 el Consejo


Nacional de Reforma Agraria (CNRA) distribuyó 938.343 hectáreas a 697 propieta-
rios en las provincias Iturralde y Franz Tamayo, dando lugar a que el 15% del norte
paceño se encontrara en poder del latifundio, con dotaciones que alcanzaban a alre-
dedor de 88 ha, muy por encima de lo permitido en la Ley de Reforma Agraria de
195349, en favor de cooperativas, sociedades agrícolas y ganaderas. Estas dotaciones
no cumplieron con la función social para la que fueron destinadas de acuerdo a las
disposiciones de la Ley de Reforma Agraria de 1953, y muchas de ellas se realizaron
contraviniendo las normas establecidas, como la titulación de tierras sin constata-
ción en terreno50. En contraste, solamente algunas comunidades tacana contaban
con títulos de propiedad individual y ningún asentamiento de pequeños propietarios
colonizadores había logrado en estos años obtener títulos de propiedad de la tierra51.
Actividades productivas en predios obtenidos por CORDEPAZ. El proyecto
agroindustrial comenzó a ejecutarse en 1979, con la obtención por parte de COR-
DEPAZ de dos concesiones de tierra por un total de 100.000 ha, de las cuales se
debía desmontar 2.700 ha (de 5.000 planificadas) para la producción de caña52. En
1977 CORDEPAZ acuerda con algunas empresas madereras el aprovechamiento
forestal de áreas ubicadas dentro de sus concesiones, a través de autorizaciones de
aprovechamiento único del Centro de Desarrollo Forestal (CDF). Con el ingreso
de grandes empresas madereras a la zona, la problemática de la tenencia y uso de
la tierra se vuelve aún más compleja. Las siete empresas con áreas de corte que se
encontraban superpuestas con el territorio de los tacana concentraron 823.830
ha para el aprovechamiento forestal, que se realizó bajo la modalidad de permiso
de corte anual53 hasta 1991, y a partir de esta fecha a través de contratos a largo

49
Bilbao la Vieja, op. cit.: 57.
50
Ibíd.: 122-125.
51
Wentzel, 1991: 13 y 22.
52
Ibíd.: 12.
53
El Reglamento de la Ley Forestal de 1974 establecía que el permiso de corte anual sólo se
podía otorgar a empresas de cuarta categoría y en bosques que, por su vocación, serían desti-
nados a usos no forestales en el futuro; sin embargo, la mayoría de las empresas funcionaron
hasta 1991 bajo esta modalidad en todos los bosques, incluidos los de producción. Este es
el caso de las empresas del norte de La Paz.
82 Estudio de caso sobre experiencias de manejo de conflictos en el Gran Paisaje Madidi

plazo. La extracción de madera se realizaba sin una planificación que permitiera


determinar los volúmenes de extracción acorde con el potencial reproductivo de
cada especie, las prácticas silviculturales y la reposición forestal, lo que dio lugar a
una tala selectiva de las especies de mayor demanda en el mercado, desperdicio de
la madera y deterioro de los bosques54.
El proceso de colonización en la zona de Rurrenabaque, en cuya jurisdicción
se encuentra parte del área de la Reserva de Pilón Lajas, enfrentaría a partir de los
años sesenta importantes transformaciones sociales como resultado de la política de
colonización promovida por el Instituto Nacional de Colonización (INC), a través
del Proyecto Yucumo-Rurrenabaque55. Este proceso se daría de manera indepen-
diente al desarrollado por CORDEPAZ en la zona de San Buenaventura.
La colonización en esta región del Beni se inició en los años sesenta cuan-
do se abrió una brecha del tramo caminero entre Yucumo y Rurrenabaque. En
1980 el INC organizó el ingreso de un primer grupo de colonizadores compuesto
de 100 familias. En 1982 llegaron al área nuevos contingentes de colonizadores
originarios de Potosí y del lago Titicaca. El despido masivo de mineros en 1985,
por la quiebra de COMIBOL, motivó la llegada de otro grupo importante de
colonizadores56. La gran mayoría de los colonizadores llegó a recibir un lote de 25
ha por dotación del INC, y sólo un pequeño porcentaje (aproximadamente 18%)
obtendría títulos de propiedad57. En 1994 la población de colonizadores (mayo-
ritariamente quechuas y aymaras) del área de Rurrenabaque-Yucumo ascendía a
8.900 habitantes (1.781 familias), establecida en 53 colonias, y se encontraba
ubicada en la zona de amortiguación de la Reserva de Pilón Lajas, principalmente
a lo largo de la carretera58.

54
Chiovoloni, 1996: 95; Quiroga y Salinas, 1996: 147, 155 y 158.
55
El proyecto Yucumo-Rurrenabaque fue concebido originalmente como Rurrenabaque-
Sécure con una extensión de 750.000 ha, comprendidas entre los cantones San Borja y
Rurrenabaque de la provincia Ballivián y el cantón Sécure de la provincia Moxos, del depar-
tamento del Beni. Lehm et al., 1994: 12.
56
Ibíd.: 35-38.
57
Ibíd.: 67-70.
58
Ibíd.: 80.
Conflictos ambientales en áreas protegidas de Bolivia 83

Entre los elementos de análisis que resaltan de la experiencia de la coloniza-


ción del Proyecto Yucumo-Rurrenabaque, y que permiten comprender los cambios
sociales que se originaron y los conflictos que se afrontaron por la tenencia de la
tierra y uso de los recursos naturales, se encuentran los siguientes:
La colonización no respondió a una política de desarrollo regional y de planifi-
cación del uso del espacio. Si bien el Proyecto Yucumo-Rurrenabaque fue planteado
para generar un polo de desarrollo, integrar a los departamentos y fomentar la
agropecuaria por colonos, en la práctica la ocupación de tierras se realizó de manera
caótica, respondiendo a la necesidad de liberar las presiones económicas y sociales
provocadas por la crisis económica del país en los ochenta. Esto dio lugar a la su-
perposición de derechos entre los nuevos colonizadores y los antiguos, a la falta de
seguridad en la tenencia de la tierra –ya que las dotaciones no iban acompañadas
de los títulos respectivos– y a las deficientes condiciones de vida por la falta de
infraestructura básica.
Desconocimiento de los sistemas tradicionales de uso del espacio y los recursos natura-
les utilizados por los pueblos indígenas de la región. El proyecto de colonización del
INC no consideró en su verdadera dimensión las características de uso del espacio
por las poblaciones indígenas chimán y mosetén. La llegada de los colonizadores de
las tierras altas obligaron a algunas familias indígenas a replegarse hacia zonas más
inaccesibles; otras tuvieron que adaptarse incorporándose a los núcleos en calidad
de colonizadores, con dotaciones de tierras de extensiones inferiores a las que se
entregaron a los colonizadores (algunas familias chimán recibieron dotaciones de
cinco ha frente a las 25 ha que recibían los colonizadores)59.
Ausencia de criterios de manejo sostenible de los recursos naturales. La adjudica-
ción de tierras se llevó a cabo sin considerar las recomendaciones de los estudios
que se realizaron sobre las características ecológicas de la zona, dedicándose a la
agricultura suelos no aptos para el desarrollo de esta actividad. Asimismo, la parce-
lación de la tierra en lotes individuales y la falta de asistencia técnica en agricultura
tropical a los colonizadores que provenían del Altiplano ocasionaron deterioro am-
biental y bajos rendimientos. Los colonos, al no obtener de la agricultura un medio

Ibid.: 31-35
59
84 Estudio de caso sobre experiencias de manejo de conflictos en el Gran Paisaje Madidi

adecuado para insertarse en el mercado, procedieron a la siembra de pasturas para


la cría del ganado en zonas de bosque y a la explotación de maderas preciosas. Este
proceso a su vez generó deforestación, transformación del paisaje (de bosques a
pastizales) y expansión de la ocupación de la tierra, afectando las áreas de ocupa-
ción tradicional de los pueblos indígenas y limitando las posibilidades de desarrollo
sostenible60.

Las reformas del Estado en la década de los noventa y los avances en el


reconocimiento de los derechos indígenas y la importancia creciente de la
gestión ambiental

El retorno a la democracia de mediados de la década del ochenta da inicio a


un proceso de cambios sociales y económicos que modificarán la concepción del
Estado del 52 y que tendrán como eje la liberación de la economía, exigiéndole
una mayor capacidad normativa y de fiscalización. Esta nueva concepción del Es-
tado coincidió con el surgimiento de nuevos temas en la agenda nacional, entre
los que se encontraban la reivindicación de los derechos territoriales y sociales de
los pueblos indígenas, las demandas regionales, el medio ambiente y la equidad de
género.
A principios de los años noventa, con los avances de la investigación científica
y los estudios realizados sobre el estado de conservación de la biodiversidad en
diferentes regiones ecológicas, el país comienza a tomar conciencia sobre las con-
secuencias del irracional uso de la tierra y los recursos naturales y de los problemas
ambientales relacionados con la erosión de suelos, la deforestación, la degradación
de ecosistemas forestales, la amenaza de extinción de especies de la vida silvestre y
la contaminación de aguas61.

60
Ibid.: 137-139.
61
De acuerdo al Perfil Ambiental de Bolivia (1986), la erosión de suelos afectaba el 41% de la
superficie del país, equivalente a 418.000 km2. El Mapa Forestal de Bolivia (1995), señala
que en un laso de 18 años, entre 1975 y 1993, se deforestaron aproximadamente 3 millones
de ha, a un promedio de 168.000 ha por año, especialmente en la Chiquitania, el Chapare
y el norte de La Paz. Según datos de mediados de la década del noventa, la mara, el roble y
el cedro constituían el 51% del aprovechamiento forestal. (Mancilla, R. 1994).
Conflictos ambientales en áreas protegidas de Bolivia 85

Con la promulgación de la Ley de Medio Ambiente (1992) y las reformas


del Estado, que se llevaron a cabo entre 1993 y 1997, se abre la posibilidad de
que la gestión ambiental pueda ser asumida como parte integrante del desarrollo
nacional. La creación del Ministerio de Desarrollo Sostenible y Medio Ambiente y
la promulgación de los reglamentos de la Ley de Medio Ambiente y las leyes sec-
toriales (INRA, Forestal, de Participación Popular), así como la ratificación de los
Convenios sobre Biodiversidad, Desertificación y Cambio Climático, establecen
un marco institucional y normativo para la conservación y manejo de los recursos
naturales y el ordenamiento del acceso y uso de la tierra y los recursos naturales.
Asimismo, en estas disposiciones legales se establecen regulaciones que reconocen
los derechos indígenas y su protagonismo en el desarrollo (creación de distritos
indígenas, educación intercultural y bilingüe, consolidación de tierras y territorios,
manejo forestal exclusivo en tierras comunitarias de origen, participación en la
gestión de las áreas protegidas).
El proceso de municipalización constituye el hecho más significativo de la
historia reciente del país, ya que ha permitido el reconocimiento de la personalidad
jurídica de las organizaciones de base y su participación en el desarrollo local. La
Ley de Participación Popular, al ampliar las competencias de los municipios al
conjunto de la jurisdicción de la sección de provincia, incluyendo el área rural,
sentó las bases para la planificación estratégica y territorial del desarrollo. Si bien
la gestión ambiental aún no ha sido incorporada plenamente en la planificación
municipal, se cuenta con algunas experiencias de municipios que han establecido
áreas protegidas en su jurisdicción: en Ixiamas (La Paz) se creó la Reserva Turística
Municipal Alto Madidi, en Roboré (Santa Cruz), la Reserva Municipal Valle de
Tucavaca, y en Santa Cruz, el Área Protegida Municipal Palmera de Sao. Otros mu-
nicipios han priorizado en sus planes de desarrollo y POA acciones vinculadas con
la conservación, como es el caso de los municipios de Villa Tunari (Cochabamba),
Charazani, Pelechuco, Apolo e Ixiamas (La Paz) y Curahuara de Carangas y Turco
(Oruro).
Después de más de diez años de aplicación de las reformas en el campo am-
biental, se lograron avances importantes en el establecimiento de un sistema de
control ambiental, ordenamiento territorial, conservación de áreas protegidas, de-
86 Estudio de caso sobre experiencias de manejo de conflictos en el Gran Paisaje Madidi

sarrollo de alternativas de manejo de recursos naturales y de tecnologías para la


producción más limpia en la industria. Sin embargo, la gestión ambiental aún no
es considerada un tema esencial y transversal del desarrollo, los procesos de conser-
vación en el SNAP no están consolidados, no se cuenta con suficientes experiencias
de manejo de recursos que aseguren sistemas de producción sostenibles y no se ha
logrado resolver la problemática de la tenencia de la tierra.
En el caso del norte de La Paz, las reformas generaron cambios significativos
en el escenario político y social de la región. La presencia del Estado se vio forta-
lecida con el nuevo papel de los gobiernos municipales en el desarrollo local y con
el establecimiento de las áreas protegidas de Apolobamba, Madidi y Pilón Lajas,
contribuyendo a la canalización de inversiones para la conservación y el desarrollo
(mejoramiento de servicios básicos, microriego, producción forestal comunitaria,
ecoturismo, manejo de vida silvestre, capacitación, investigación científica). Asi-
mismo la demanda de tierras comunitarias de origen en favor de los pueblos indí-
genas tacana, araona, leco, chimán y mosetén, puso en marcha el saneamiento de
tierras en la región y permitió a las comunidades indígenas recuperar parte de sus
territorios tradicionales y plantear procesos de autogestión del desarrollo.
Sin embargo, esta nueva dinámica de desarrollo ha puesto en evidencia la
existencia de limitaciones para superar la situación de pobreza de la mayoría de la
población y alcanzar niveles aceptables de justicia y equidad social. La principal
dificultad reside en la debilidad institucional de las entidades del Estado, particu-
larmente de los gobiernos municipales, lo cual ha dificultado el planteamiento de
propuestas creativas para promover alternativas económicas y fortalecer las prácti-
cas democráticas en la población local. Las acciones de la Prefectura del Departa-
mento de La Paz han continuado centradas en la apertura de caminos, sin contar
para ello con un concepto de desarrollo integral de la región, que incorpore en la
planificación las experiencias de gestión participativa de las áreas protegidas y de
desarrollo sostenible de TCO. Los gobiernos municipales presentan debilidades
técnicas, administrativas y financieras que limitan sus posibilidades de responder
adecuadamente a las demandas de la población y articular las distintas propuestas
de desarrollo de los sectores sociales. Asimismo, esta debilidad se expresa en la
forma en que algunos municipios han ejercido sus funciones estatales, no siempre
Conflictos ambientales en áreas protegidas de Bolivia 87

enmarcadas en las políticas y normas que regulan estas funciones, y protegiendo


muchas veces privilegios de determinados sectores sociales en desmedro de otros.
Los cambios que actualmente está afrontando el país plantean un nuevo es-
cenario político, económico y social, y orientaciones distintas a las desarrolladas
hasta el momento, con el desafío de resolver los problemas estructurales que ca-
racterizaron históricamente al país (exclusión social, dependencia económica, po-
breza crónica, bajos niveles educativos). Los conflictos sociales de principios de la
década de 2000 generaron una profunda crisis política y social con el progresivo
debilitamiento del sistema político, su pérdida de legitimidad y representación de
las demandas de la mayoría de la población. Con las elecciones de diciembre de
2005 y la llegada al poder del Movimiento al Socialismo, principal oponente de las
reformas institucionales de los años noventa, encabezado por el líder de los cocale-
ros y primer Presidente indígena de la historia de Bolivia, Evo Morales, se plantea
una nueva orientación del Estado hacia la recuperación de su función rectora en la
conducción de la política económica, con medidas que profundizan el Referéndum
del Gas de 2004 con el pago de impuestos por las empresas petroleras y con un
plan nacional de desarrollo que pone el acento en el desarrollo económico y social
de los pequeños productores, comunidades indígenas y campesinas y trabajadores
del ámbito urbano.
El Plan Nacional de Desarrollo (2006) se basa en la concepción de “Vivir
Bien”, noción que implica el respeto a la diversidad e identidad cultural, las relacio-
nes interculturales, el reconocimiento comunitario, la solidaridad y complemen-
tariedad y la demanda de humanización del desarrollo, y que se funda en la capa-
cidad de fortalecer los vínculos entre las culturas del país y la naturaleza. El plan
de desarrollo define tres transversales de las estrategias de desarrollo: innovación,
manejo del medio ambiente y equidad social, cultural y de género, y establece, en la
estrategia productiva, un componente sobre recursos ambientales. El enfoque de la
política ambiental se orienta a la generación de conocimientos e innovaciones tec-
nológicas, incorporando los saberes locales a la gestión sostenible e integral de los
recursos hídricos, al desarrollo del potencial forestal y de la biodiversidad (bienes y
servicios ambientales) y a la gestión eficiente de las áreas protegidas, recogiendo las
propuestas de la Estrategia Nacional de Biodiversidad (2001).
88 Estudio de caso sobre experiencias de manejo de conflictos en el Gran Paisaje Madidi

La estructura institucional del sector ambiental ha sido modificada con la


desaparición del Ministerio de Desarrollo Sostenible. Los temas de tierra y biodi-
versidad han sido asumidos por el actual Ministerio de Desarrollo Rural y Agro-
pecuaria; la planificación territorial y el control y calidad ambiental se encuentran
bajo la responsabilidad del Ministerio de Planificación y Desarrollo y se ha creado
el Ministerio del Agua para conducir la política del agua y el manejo de cuencas.
Si bien el Plan Nacional de Desarrollo no hace una referencia específica a la po-
lítica de tierras, se espera que éste será uno de los temas prioritarios que abordará
la actual administración del Estado, lo que tendrá, a su vez, efectos en la gestión
ambiental.

Características socioeconómicas

Demografía

De acuerdo al último censo realizado por el INE en 2001, la población del


norte de La Paz alcanza a 86.745 habitantes. La mayor parte está concentrada en el
área rural (72.946 habitantes, que corresponden al 84% de la población total). Los
principales pueblos de la región son Guanay (6.451), Palos Blancos (2.961), San
Buenaventura (2.264) y Apolo (2.123). En el lado beniano, los municipios vincu-
lados con la RBTCO Pilón Lajas, Rurrenabaque y San Borja, suman 48.031 habi-
tantes, de los cuales 27.823, es decir, la mayoría (58%) reside en el área urbana.
En conjunto, la población de los 10 municipios vinculados con Madidi, Apo-
lobamba, Pilón Lajas y TCO Tacana asciende a 134.776 habitantes, de los cuales
41.622 (INE, 2001) se encuentran en el área urbana. El número de comunida-
des rurales es de aproximadamente 200, entre indígenas, campesinos del lugar y
colonizadores, involucrando a cuatro organizaciones indígenas y 17 centrales de
colonizadores62.

62
WCS y SERNAP, 2002, I-9 y 10.
Conflictos ambientales en áreas protegidas de Bolivia 89

Tabla 3. Población de los municipios vinculados con Madidi, Apolobam-


ba, Pilón Lajas y la TCO Tacana, e índices de pobreza

Municipio Población Índice de pobreza (%)


Total Urbana Rural
Norte de La Paz 86.745 13.799 72.946 80,3
Ixiamas 5.625 –- 5.625 70,4
San Buenaventura 6.203 2.264 3.939 75,1
Apolo 13.271 2.123 11.148 90,2
Pelechuco 5.115 –- 5.115 89,0
Charazani 9.262 –- 9.262 89,5
Curva 2.213 –- 2.213 91,9
Guanay 28.365 6.451 21.914 66,0
Palos Blancos 16.691 2.961 13.730 70,2
Municipios del Beni vinculados
48.031 27.823 20.208 71,9
con la RBTCO Pilón Lajas
Rurrenabaque 13.668 8.460 5.208 65,7
San Borja 34.363 19.363 15.000 78,2

Fuente: Censo Nacional de Población y Vivienda 2001 (INE, 2002a); INE y PNUD, 2005.

Los diez municipios presentan tasas positivas de crecimiento en el período


intercensal 1992-2001, principalmente los municipios de Ixiamas, San Buenaven-
tura, San Borja, Rurrenabaque y Palos Blancos, que se caracterizaron por ser parte
de los procesos de colonización. Este incremento poblacional suele ir acompañado
de una mayor demanda de recursos naturales, principalmente de tierras para fines
agropecuarios, generando una mayor presión sobre los ecosistemas y un constante
crecimiento de la frontera agrícola. Esto se manifiesta en el surgimiento de nuevas
comunidades rurales y en la expansión de los centros urbanos de Ixiamas, San Bue-
naventura, Rurrenabaque, San Borja y Palos Blancos63.

Este análisis fue realizado por Juan Pablo Ramos en 2004 para el presente estudio.
63
90 Estudio de caso sobre experiencias de manejo de conflictos en el Gran Paisaje Madidi

Tabla 4. Tasas de crecimiento de los municipios vinculados con Madidi,


Apolobamba, Pilón Lajas y la TCO Tacana

Municipio Censo 1992 Censo 2001 Tasa de crecimiento intercensal

Ixiamas 3.618 5.625 55%


S. Buenaventura 4.608 6.203 35%
Apolo 12.877 13.271 3%
Pelechuco 4.742 5.115 8%
Guanay 27.319 28.365 4%
San Borja 24.251 34.363 42%
Rurrenabaque 9.065 13.668 51%
Palos Blancos 12.643 16.691 32%
Curva 1.589 2.213 39%
Charazani 8.406 9.262 10%

Total 109.118 134.776 24%

Fuente: Juan Pablo Ramos, en base a datos del INE.

En la tabla 5 se muestra el incremento poblacional desde el Censo de 1950


hasta el 2001 en las provincias involucradas con este complejo, principalmente
en los casos de las provincias de Abel Iturralde, Larecaja, Ballivian y Sud Yungas,
donde casi se triplica la población de hace cinco décadas64.

64
Ibíd.
Conflictos ambientales en áreas protegidas de Bolivia 91

Tabla 5. Población provincial vinculada con Madidi, Apolobamba,


Pilón Lajas y TCO Tacana

Provincia Censo 1950 Censo 1976 Censo 1992 Censo 2001

Franz Tamayo 13.666 16.437 17.619 18.386


Abel Iturralde 3.076 5.132 8.226 11.828
Larecaja 30.684 46.269 68.762 68.026
Ballivián (Beni) 11.041 24.739 47.420 68.174
Sud Yungas 24.606 45.497 51.930 57.859
Bautista Saavedra 10.310 10.119 9.995 11.475

Fuente: Juan Pablo Ramos con base a datos de los censos de 1950 al 2001, INE.

En la tabla 6 se muestra el incremento de la densidad poblacional en la región


desde 1950. Este indicador muestra, como tendencia, un incremento en la presión
sobre los ecosistemas, que debe ser analizado en relación a otros aspectos, entre
ellos la tecnología, la capacidad financiera y el mercado65.

Tabla 6. Densidad poblacional de las provincias vinculadas con Madidi,


Apolobamba, Pilón Lajas y TCO Tacana

Provincia Extensión en km2 Año 1950 Año 2001


1,2
Franz Tamayo 15.900 0,9
0,28
Abel Iturralde 42.815 0,07
8,4
Larecaja 8.110 3,8
1,7
Ballivián (Beni) 40.444 0,3
10,0
Sud Yungas 5.770 4,3
4,5
Bautista Saavedra 2.525 4,1

Fuente: Juan Pablo Ramos en base a datos de los censos de 1950 al 2001, INE.

Ibíd.
65
92 Estudio de caso sobre experiencias de manejo de conflictos en el Gran Paisaje Madidi

Problemática socioeconómica

Los municipios del norte de La Paz se encuentran entre los que presentan un
mayor nivel de pobreza en el país (ver tabla 3); un alto porcentaje de la población
(80,3%) no ha satisfecho sus necesidades básicas. En similar situación se hallan los
municipios de Rurrenabaque y San Borja, aunque presentan condiciones de vida
relativamente mejores (71,9%). De acuerdo a los diagnósticos (DRP) realizados en
las comunidades vinculadas con el PNANMI Madidi y la TCO Tacana66, la mayo-
ría de éstas no cuenta con agua potable ni con sistemas de saneamiento ambiental.
El agua que la población consume proviene de los ríos, lagunas y arroyos, sin recibir
un tratamiento previo. Las viviendas están construidas de manera precaria y muy
pocas familias utilizan energía eléctrica o gas licuado.
Los servicios de salud son casi inexistentes, no se cuenta con postas sanitarias
ni con promotores capacitados en atención primaria en salud. Si bien la mayoría
de las escuelas de las comunidades se encuentran dentro del proceso de transfor-
mación educativa, las condiciones en las que funcionan son aún deficientes, no
tienen la infraestructura ni el equipamiento necesarios (faltan aulas, baños, biblio-
tecas, campos deportivos y materiales educativos). La mayor parte de las escuelas
sólo cuentan con el nivel primario; los alumnos que desean continuar sus estudios
deben trasladarse a otros lugares, limitando sus posibilidades de acceder a mayores
niveles de instrucción, lo que a su vez incide en una importante migración rural-
urbana.
Por otra parte, las comunidades del norte de La Paz han identificado otros
problemas que las afectan y que limitan sus posibilidades de desarrollo. Entre éstos
se encuentran la debilidad organizativa, la insuficiente participación en la gestión
municipal, la falta de alternativas de mejoramiento económico y el deterioro de los

66
Durante la elaboración de la Estrategia de Desarrollo Sostenible para la TCO Tacana I
(2001) y el Plan de Manejo del PNANMI Madidi (2002), se realizaron 66 diagnósticos
rurales participativos (DRP) en las comunidades vinculadas, con el apoyo técnico de WCS
y CARE. Este mismo trabajo fue completado en las comunidades de la TCO Tacana II y de
la RBTCO Pilón Lajas (2004-2006).
Conflictos ambientales en áreas protegidas de Bolivia 93

sistemas agropecuarios. Los problemas de la organización social están relacionados


con la falta de liderazgo, desunión entre sus miembros y tensiones internas dentro
de las organizaciones matrices, dando lugar a divisiones, falta de coordinación y
dificultades para estructurar propuestas que permitan afrontar los problemas que
afectan a las comunidades.
Con relación a los problemas de desarrollo económico y manejo de recursos na-
turales, existen coincidencias entre comunidades al señalar que los factores que inciden
en la baja producción agropecuaria se deben al deficiente manejo de suelos, la pérdida
de los conocimientos y prácticas culturales, la utilización de tecnologías inadecuadas
para los ecosistemas agrícolas tropicales, las dificultades de intercambio comercial y
acceso a nuevos mercados y la escasa disponibilidad de capitales de inversión, lo que
da lugar a una oferta reducida de productos en el mercado, a la pérdida de cosechas y
al deterioro de la biodiversidad de la región. Mencionan como otro factor limitante
del desarrollo económico la falta de estudios técnicos que permitan identificar alter-
nativas de uso de recursos naturales para el desarrollo del potencial de la región, como
el ecoturismo, el uso de plantas medicinales, la apicultura y la artesanía.

Características de los actores sociales

Los actores sociales del norte de La Paz y de la zona comprendida entre Yu-
cumo y Rurrenabaque pertenecen a diferentes categorías sociales y están represen-
tados por organizaciones sociales que fueron creadas para cumplir funciones de
articulación y canalización de las demandas de la población y de mediación con
las instituciones del Estado. Los grupos más representativos son las comunidades
de los pueblos indígenas de la región (tacanas, lecos, chimanes y mosetenes), los
campesinos originarios de Larecaja (que se identifican como agricultores del lugar),
los inmigrantes recientes de origen quechua y aymara, denominados colonizado-
res, y que reivindican su identidad de campesinos o trabajadores agropecuarios, y
la población urbana conformada por mestizos, inmigrantes recientes o de mayor
antigüedad y familias indígenas originarias.
Los objetivos del conjunto de las organizaciones de la sociedad civil se dirigen
al mejoramiento de las condiciones de vida de la población; sin embargo, existen
94 Estudio de caso sobre experiencias de manejo de conflictos en el Gran Paisaje Madidi

diferencias en su enfoque de trabajo y en las estrategias utilizadas para el logro


de resultados. Los comités cívicos se movilizan en función de los intereses de la
población urbana y en el mejoramiento de la infraestructura caminera y servicios
básicos, utilizando la presión como medio para lograr resultados. Las organizacio-
nes sindicales centran sus esfuerzos en el desarrollo agropecuario y canalización
sus demandas mediante la presión a las instituciones estatales. En relación con las
organizaciones indígenas, sus objetivos se dirigen a la consolidación de sus tierras
comunitarias de origen y a la promoción de proyectos de manejo de recursos na-
turales para el mejoramiento de la economía familiar. Sus estrategias de trabajo se
basan en la negociación y establecimiento de alianzas con otros sectores para la
consecución de sus objetivos. El análisis realizado sobre las relaciones interinsti-
tucionales de los actores sociales vinculados con el PNANMI Madidi67, muestra
que éstas son complejas y dinámicas y que están mediadas por los problemas que
enfrentan, las alianzas coyunturales que establecen para el logro de determinados
fines y las relaciones interpersonales entre sus líderes.
La percepción que unos actores tienen respecto a la identidad cultural de
los otros revela que la afirmación de la propia identidad se basa en la negación y
descalificación del otro, lo que constituye un obstáculo para la construcción de
relaciones fluidas y de mutuo respeto. Los dirigentes de las federaciones sindicales
consideran a las organizaciones indígenas –Central de Pueblos Indígenas Tacanas
(CIPTA), Pueblos Indígenas Lecos de Larecaja (PILCOL) y Central Indígena de
Pueblos Lecos de Apolo (CIPLA)– como desprendimientos de las organizaciones
campesinas. Por otra parte, la sociedad regional juzga a los campesinos inmigrantes
de las tierras altas como un sector que tiende a acaparar tierras y a depredar los
recursos naturales, y que no siempre está dispuesto al diálogo para resolver los
problemas.
La construcción de alianzas y relaciones entre organizaciones de la sociedad
civil se ha visto influida por las desconfianza entre miembros de una organización
y entre organizaciones y por la acción política de los gobiernos municipales, de-

67
Ver Lehm et al., 2002: 63. En este estudio se identifican y analizan a los grupos sociales más re-
presentativos, sus características organizativas y sus relaciones entre sí y con los gobiernos locales.
Conflictos ambientales en áreas protegidas de Bolivia 95

terminada por prácticas que favorecen el clientelismo, el manejo discrecional de


lo público y el interés político68, dando lugar a la exclusión de sectores sociales de
las decisiones y beneficios de la gestión municipal e incrementando los niveles de
desconfianza en las relaciones entre actores sociales.

Conflictos ambientales vinculados con la gestión de las áreas pro-


tegidas de Madidi, Apolobamba y Pilón Lajas, y la demanda terri-
torial de la TCO Tacana
La noticia más antigua que tenemos de conflictos ambientales en el norte de
La Paz data de principios del siglo XX, en plena época de la goma. Las peticiones de
tierras baldías y la llegada de inmigrantes a los pueblos de la región generaron con-
flictos de tenencia de la tierra con los pueblos indígenas. Existen casos documenta-
dos de comunidades que hicieron llegar recursos y oposiciones a los juzgados y or-
ganismos del Estado para la defensa de sus territorios. Uno de estos fue el memorial
presentado en 1908 por la comunidad tacana de Tumupasa al prefecto de La Paz69,
solicitándole que no se adjudicaran tierras baldías en su territorio, denunciando la
presencia de personas con intención de apropiarse de sus tierras y comunicándole
que su población era contribuyente del Estado y que sus tierras estaban dedicadas
al cultivo de sus chacos y a la realización de actividades extractivistas70.
Aunque este tipo de conflictos por la tenencia de la tierra y el uso de los re-
cursos naturales se suscitaron desde la época de la goma, y probablemente antes en
la época de la quina, la colonización y las actividades empresariales agropecuarias

68
Ibíd.: 56
69
Solicitud de los contribuyentes de Tumupasa. Ver Soux, “Caupolicán en el siglo XIX, es-
tructura agraria de la provincia”, en Soux et al., 1991: 120.
70
Los pobladores tacana de Tumupasa e Ixiamas eran los principales productores de cacao
en la región. Con este producto pagaban su contribución al Estado y solventaban algunos
otros gastos. Ver Chávez, “La mercantilización de la economía regional”, en Soux et al.,
1991:142.
96 Estudio de caso sobre experiencias de manejo de conflictos en el Gran Paisaje Madidi

y forestales de las décadas de los sesenta, setenta y ochenta, sumadas a los proble-
mas de superposición de derechos de propiedad y uso de la tierra y los recursos,
generaron conflictos que adquirieron una mayor dimensión política y social por la
frecuencia con que éstos se dieron y por el carácter violento que tuvieron algunos
de ellos. En la zona de colonización Quiquibey-Rurrenabaque se originaron con-
flictos por la adjudicación de parcelas de tierra a nuevos colonizadores superpuestas
a las adjudicadas a los más antiguos y a cooperativas agroindustriales. Esta situación
condujo a un proceso de deforestación para la siembra de pastos a fin de justificar
una adjudicación que en la práctica no era efectiva, dando lugar a la especulación
de tierras y a acciones violentas entre colonizadores. Este fue el caso de la cooperati-
va Wara Wara (constituida principalmente por mineros relocalizados), que en 1986
obtuvo del INC tierras para la producción agrícola en el mismo núcleo que años
antes había sido adjudicado a una cooperativa de colonos de Challapata. A pocos
meses de iniciadas las actividades de habilitación de tierras, éstos se presentaron
para reclamar sus tierras abandonadas, produciéndose enfrentamientos violentos,
denuncias y acciones legales ante el juzgado de San Borja. Finalmente la coopera-
tiva Wara Wara tuvo que retirarse del núcleo y asentarse en otro sin autorización
del INC71.
La llegada de empresas madereras a la zona de Pilón Lajas ocasionó diversos
conflictos entre empresas y colonizadores a propósito del aprovechamiento de los
recursos forestales. Los primeros conflictos registrados datan de mediados de la
década de los ochenta, cuando el Centro de Desarrollo Forestal otorgó permisos
de aprovechamiento forestal a empresas madereras en las áreas de colonización.
Los colonos explotaban los recursos forestales dentro de sus núcleos y establecían
convenios con las empresas que se les superponían para la entrega de determinadas
cantidades de madera a cambio de que las empresas realizaran algunas inversio-
nes en infraestructura y servicios básicos. Estos convenios muy pocas veces fueron

71
En el estudio realizado sobre las características socioeconómicas de Pilón Lajas se identifica-
ron varios conflictos de superposición de tenencia de la tierra, entre ellos el enfrentamiento
entre la cooperativa Wara Wara (constituida por mineros relocalizados) y aquella constitui-
da por inmigrantes procedentes de Challapata. Lehm et al., 1994: 39-40.
Conflictos ambientales en áreas protegidas de Bolivia 97

cumplidos por los madereros, por lo que se produjeron querellas judiciales, toma
de instalaciones por parte de las federaciones y otro tipo de acciones72.
En el norte de La Paz, la presencia maderera fue también motivo de conflictos.
En 1986 se organizó el Comité Cívico Provincial para protestar contra las empresas
madereras, y en 1990, a raíz de los problemas del pago de regalías, el Comité Cívico
tomó varias dependencias de CORDEPAZ para presionar al gobierno73. A partir
de 1988 las autoridades de Tumupasa denunciaron el saqueo de recursos naturales
por empresas madereras y “cuartoneros”. Por su parte, los pobladores de Ixiamas
denunciaron que las empresas tenían en concesión la mitad del territorio de esta
provincia (un millón de ha), explotando mara, cedro y roble, y que las regalías ma-
dereras llegaban como “cuenta gotas” a través del Fondo Provincial de Desarrollo
(Presencia, 5 de abril de 1994). Defendiéndose de estas acusaciones, la Cámara
Forestal Distrital de La Paz denunció el saqueo de madera por “cuartoneros” que
ingresaban a las áreas de las empresas y que no pagaban derechos de monte ni rega-
lías (La Razón, 8 de julio de 1995)74. El reconocimiento de los territorios indígenas,
como resultado de la Marcha por el Territorio y la Dignidad, significó el recorte de
las áreas de aprovechamiento forestal de algunas empresas en el Bosque de Chimán
y su compensación en otras áreas en el norte de La Paz, reproduciéndose de esta
manera el conflicto entre empresas y la población local. Otro de los temas de con-
flicto en el norte de La Paz fueron las pugnas entre los inmigrantes colonizadores y
los propietarios de latifundio. En opinión de los analistas de CEDLA (1987): “los
inmigrantes, pese a haber formado sindicato y algunas cooperativas, sus derechos
entran en conflicto a la hora en que aparecen los propietarios del latifundio para
disputarles legalmente la tierra”.
Esta conflictiva realidad social tendió a agravarse en los siguientes años con el
establecimiento de la administración de las áreas protegidas, sobre todo de Madidi
y Pilón Lajas, y el saneamiento y titulación de tierras comunitarias de origen. En
la base de datos del SNAP se registraron en total 22 conflictos ambientales, que se

72
Lehm et al., 1994: 42-43.
73
Sondra Wentzel, 1991: 59.
74
Quiroga y Salinas, 1996: 180.
98 Estudio de caso sobre experiencias de manejo de conflictos en el Gran Paisaje Madidi

desarrollaron entre 1995 y 2005 (ver mapas 4, 5 y 6). Éstos estuvieron relaciona-
dos con el aprovechamiento de recursos naturales, principalmente maderables, el
saneamiento de tierras, el establecimiento de asentamientos ilegales y la realización
de obras y proyectos de desarrollo en las áreas protegidas. Los conflictos por la
demanda y saneamiento de las TCO Tacana I, San José de Uchupiamonas y Lecos
Apolo, condujo a disputas entre organizaciones sociales por la creación de nuevas
instancias organizativas indígenas, y a la oposición de sectores sociales y municipios
a su titulación, arguyendo que las TCO se constituirían en un freno para el desarro-
llo municipal, el acceso a la tierra y los recursos naturales y la ampliación del radio
urbano de centros poblados de la región.

Conflictos por la extracción de madera en áreas protegidas

Desde el inicio de la gestión de Apolobamba, Madidi y Pilón Lajas se afron-


taron diversos conflictos por la extracción de madera. Esta actividad ha significado
(y aún significa) una de las mayores amenazas para la conservación de la biodi-
versidad, y ha demandado por parte de las direcciones, particularmente de Pilón
Lajas y Madidi, importantes esfuerzos para controlar la extracción ilegal de madera,
realizando patrullajes permanentes, decomisos, procesos administrativos y acciones
legales.
A principios de la década del noventa, el motosierrismo se había convertido en
una de las actividades económicas más importantes de la región, en la que participa-
ban indígenas, colonizadores y sectores urbanos, muchas veces con el aval de las auto-
ridades municipales, por las facilidades de obtener con la venta de la madera ingresos
rápidos y en efectivo75. Al agotarse la madera en la zona de colonización, ubicada en el
área inmediata de influencia de Pilón Lajas, el abastecimiento de madera se realizaba
ingresando dentro de la reserva. Con la nueva Ley Forestal de 1996 y las acciones de
protección de Pilón Lajas, el motosierrismo empezó a disminuir significativamente,
aunque no se lo llegó a controlar de manera efectiva. Actualmente los problemas de
tala de bosques que afectan a la reserva, principalmente en la zona de protección de

75
SERNAP y VSF, 1997: 82.
Mapa 4. Conflictos ambientales vinculados con el
Área Natural de Manejo Integrado Nacional Apolobamba
Conflictos ambientales en áreas protegidas de Bolivia
99
Mapa 5. Conflictos ambientales vinculados al
Parque Nacional y Área Natural de Manejo Integrado MADIDI 100
Estudio de caso sobre experiencias de manejo de conflictos en el Gran Paisaje Madidi
Mapa 6. Conflictos ambientales vinculados con la
Reserva de la Biósfera y Tierra Comunitaria de Origen Pilón Lajas
Conflictos ambientales en áreas protegidas de Bolivia
101
102 Estudio de caso sobre experiencias de manejo de conflictos en el Gran Paisaje Madidi

cuencas, entre las serranías del Bala, Muchane y Chepite, están relacionados con
la actividad maderera de colonizadores de los núcleos ubicados a lo largo de la
carretera y, en menor grado, con la de algunos comunarios indígenas. Si bien los
decomisos de madera han generado tensiones entre los colonos y la Dirección de
Pilón Lajas, no se han producido propiamente conflictos con las comunidades, sal-
vo en casos excepcionales. Uno de estos casos ha sido el conflicto con la comunidad
de El Sillar, ubicada en la zona sur de la reserva, en el Municipio de Palos Blancos.
Las tensiones con esta comunidad se dieron en varias oportunidades, desde 1996,
con el ingreso de colonos al área para extraer madera y establecer asentamientos,
intensificándose los problemas a partir de 2001 con el inicio del saneamiento de
tierras76.
En el Parque Madidi, los conflictos por la extracción de madera se dieron con
mayor frecuencia durante los primeros años de su gestión. Grupos de cuartoneros,
que en 1997 alcanzaban un número de aproximadamente 40, cada uno integrado
por un promedio de 30 personas, extraían madera de la zona del río Tuichi. Los
decomisos de madera mara fueron realizados de manera sistemática por el cuerpo
de protección del área, en un operativo realizado en diciembre de 1997 se decomi-
saron 3.600 troncas de madera (equivalentes a 1.200 árboles), que correspondieron
a 1.800.000 p2. En algunos casos, las comunidades (como Azariamas y San José de
Uchupiamonas) contribuyeron, en trabajo conjunto con la Dirección del área, las
Fuerzas Armadas y el Comité de Gestión, al desalojo de los grupos de cuartoneros
que talaban madera en el Tuichi.
Las acciones realizadas por las direcciones de las áreas para el manejo de con-
flictos se dirigieron al cumplimiento de la normatividad, lo que dio lugar a una
relación conflictiva con algunas comunidades, como fue el caso de Pilón Lajas con
El Sillar. Esta comunidad llegó a plantear su rechazo a la gestión del área, impi-
diendo incluso el ingreso de los guardaparques a la zona para la realización de las

76
El saneamiento en Pilón Lajas generó conflictos con las comunidades de colonos, especialmen-
te de El Sillar, La Cascada, Sumac Orco, Luz del Paraíso, Herradura y El Cerrito, en el mu-
nicipio de Palos Blancos, debido al ingreso de colonizadores dentro del área para abrir chacos y
tumbar árboles maderables, con la finalidad de lograr que el INRA les reconociera derechos de
tenencia de la tierra.
Conflictos ambientales en áreas protegidas de Bolivia 103

actividades rutinarias de control y vigilancia. Los procesos administrativos seguidos


a comunarios de El Sillar ahondaron aún más el conflicto. En relación a este tema,
la Dirección de Pilón Lajas considera que la actividad del cuartoneo no ha sido
realizada con el fin de perjudicar a la reserva, sino porque existen necesidades eco-
nómicas y un mercado que estimula la tala de árboles, y que en la medida en que la
gestión del área brinde alternativas reales y apoye las iniciativas de las comunidades,
esta práctica tenderá a desaparecer.

Conflictos con empresas por la revocación de concesiones forestales en Pilón Lajas

En 1996, cuando se inició la gestión de Pilón Lajas, existían tres empresas


forestales: Berna Sucesores S.R.L, Monte Redondo y Selva Negra, que obtuvieron
sus áreas de corte a partir de los años ochenta y contratos de aprovechamiento de 20
años desde 1991. Además otras empresas, como Bella Vista y El Pino, operaban con
contratos que habían sido firmados después de la creación de la reserva, la primera
a través de dos contratos de aprovechamiento único, suscritos con cooperativas, y la
segunda con un contrato a largo plazo.
La puesta en funcionamiento de Pilón Lajas se produce en el momento de
cambio del régimen forestal y coincide con la intensificación de las denuncias de la
población local sobre la explotación de la madera por parte de las empresas, lo que
determinó que el Estado iniciara acciones legales para investigar la situación de las
empresas dentro del área, detener las actividades ilegales y exigir la reparación de los
daños ambientales. Los dos casos de conflictos que la administración de la reserva
enfrentó por la ilegalidad de las operaciones forestales de las empresas El Pino y Bella
Vista y la improcedencia del mantenimiento de la vigencia del derecho forestal otor-
gado a la empresa Berna Sucesores77, se caracterizaron por la aplicación de estrategias
de resolución de conflictos en un marco estrictamente legal, ya que se trataba de la

Las otras dos empresas que tenían permisos de aprovechamiento forestal dejaron de operar
77

en la reserva: Monte Redondo perdió parte del área que se sobreponía con la reserva por
resolución de la Superintendencia Forestal y Selva Negra abandonó voluntariamente su
concesión.
104 Estudio de caso sobre experiencias de manejo de conflictos en el Gran Paisaje Madidi

anulación de derechos de aprovechamiento forestal que habían sido contraídos de


manera irregular o que se pretendía mantener sin cumplir las disposiciones transito-
rias de la nueva Ley Forestal de 1996.
El análisis de la documentación legal de las empresas El Pino y Bella Vista de-
mostró que los contratos de ambas empresas vulneraban las normas legales y que,
por tanto, la actividad forestal que desarrollaban en el área era ilegal. En el caso de
la empresa El Pino, el contrato de aprovechamiento forestal con el CDF, suscrito en
1995, tres años después de la creación de la reserva, violaba el DS 23110, que esta-
blece la prohibición de nuevas concesiones forestales dentro del área, y transgredía
el DS 22884 de la Pausa Ecológica. Asimismo, se identificó una serie de irregula-
ridades en la ubicación del área de aprovechamiento forestal, cuyas coordenadas
se localizaban fuera de la reserva, en la provincia Ballivián del departamento del
Beni, y otras anomalías en el proceso de constitución de la empresa. Por su parte,
la empresa Bella Vista operaba en base a dos contratos de aprovechamiento forestal
único, suscritos con el CDF y las cooperativas agropecuarias Quiquibey, Chico
Ltda. y Tunari Ltda. Los límites y la extensión de las áreas de aprovechamiento no
estaban especificados en los contratos, lo que impedía su ubicación exacta. Ambos
contratos fueron otorgados violando los decretos de creación de la reserva y de la
Pausa Ecológica e incumpliendo la Ley Forestal de 1974, que disponía que para
obtener ese tipo de contratos se requería ser dueño de la tierra, aspecto que no fue
tomado en cuenta en el momento de la firma de los contratos con las cooperativas,
ya que éstas no poseían títulos de propiedad de la tierra que las acreditara para
realizarlos.
Siguiendo las recomendaciones de la evaluación legal de las empresas, en julio
de 1996 la entonces Secretaría Nacional de Recursos Naturales, dependiente del
Ministerio de Desarrollo Sostenible, y la Prefectura del Departamento de La Paz
presentaron ante el Ministerio Público una denuncia penal en contra de los repre-
sentantes legales de las referidas empresas. Formalizada la denuncia, el Ministerio
Público dispuso la confiscación de la maquinaria de las empresas y la paralización
de sus actividades de explotación forestal.
El proceso penal contra las empresas se alargó por casi tres años (1996-1999).
Inicialmente, la Superintendencia Forestal determinó la nulidad de los contratos
Conflictos ambientales en áreas protegidas de Bolivia 105

que habían sido otorgados a las empresas El Pino y Bella Vista y la realización de
un estudio para evaluar los daños ambientales. El informe de este estudio permitió
determinar los volúmenes de madera extraída y el daño ambiental causado, así
como los montos económicos para la reparación de estos daños y la indemnización
por los árboles tumbados. En base a los estudios periciales y al acta del Comité de
Gestión de la Reserva78, la Superintendencia Forestal emitió, en agosto de 1996,
dos resoluciones fijando las multas a las empresas. Éstas no impugnaron las reso-
luciones y aceptaron la sanción pecuniaria a través de memoriales de respuesta.
Sin embargo, con el cambio de administración en la Superintendencia Forestal
no se dio continuidad a la ejecución de las resoluciones, debilitando los proce-
sos judiciales en curso. El Viceministerio de Medio Ambiente y la Prefectura del
Departamento de La Paz desistieron de los procesos penales, previa firma de un
acuerdo transaccional, que impuso multas menores a las empresas y que no guardó
los recaudos necesarios para asegurar el pago de las mismas.
El conflicto legal con la empresa Berna Sucesores tuvo características distin-
tas a las enfrentadas con las empresas El Pino y Bella Vista, ya que la lucha legal
emprendida por la administración de la Reserva de Pilón Lajas se centró en la anu-
lación del derecho forestal de la empresa dentro del área, dando lugar a un largo
y complejo proceso administrativo, que duró desde 1997 a 2001, y que concluyó
con la firma de un convenio entre Conservación Internacional y Berna Sucesores,
mediante el cual la empresa recibió una compensación económica a cambio de su
retiro definitivo del área de corte.
Los principales actores en el conflicto fueron la Dirección de la RBTCO Pi-
lón Lajas, el SERNAP, la Superintendencia Forestal y la empresa Berna Sucesores79.
La Dirección de Pilón Lajas, apoyada por el SERNAP, asumió el liderazgo de la

78
Acta firmada en la reunión del Comité de Gestión de la Reserva, realizada entre el 28 y 30
de septiembre de 1996, por sus miembros: DNCB, RBPL, VSF, las alcaldías de Rurrena-
baque y Palos Blancos, el Gran Consejo Chimán, el Consejo Regional Chimán y Mosetén,
comités cívicos de Rurrenabaque y Alto Beni y FECAR.
79
En fecha 6 de diciembre de 1991 la empresa maderera Berna Sucesores S.R.L. suscribió el
contrato N° 012/91 de aprovechamiento forestal a largo plazo con el CDF-Regional Norte,
sobre un área de 185.000 ha, ubicada en la provincia Ballivián del departamento del Beni.
106 Estudio de caso sobre experiencias de manejo de conflictos en el Gran Paisaje Madidi

defensa de la reserva para evitar que se le concediese a la empresa la conversión


de su contrato de aprovechamiento forestal a largo plazo en concesión forestal,
sosteniendo, entre otras razones, que el contrato otorgado a Berna adolecía de irre-
gularidades en su constitución y aplicación80, que la ubicación de gran parte del
área de corte, en zonas de pendiente superiores a 45%, la imposibilitaba realizar
legalmente un aprovechamiento forestal81, y que la extensión solicitada coincidía
con la zona núcleo del área, hábitat de numerosas especies de fauna silvestre, varias
de ellas amenazadas, endémicas y de distribución restringida.
Inicialmente la Superintendencia tuvo una posición a favor de la reserva, re-
chazando la solicitud de la empresa para la conversión de su contrato en concesión
y resolviendo la reversión al Estado de la superficie otorgada en el contrato de
aprovechamiento forestal. Fundamentaba su decisión en las disposiciones de la
Ley INRA, que prohíbe el otorgamiento de concesiones forestales en áreas prote-
gidas y que privilegia el derecho de aprovechamiento forestal de las comunidades
indígenas en las tierras comunitarias de origen sobre las concesiones, contratos o
autorizaciones de aprovechamiento forestal. Posteriormente, y ante un recurso de
revocatoria interpuesto por Berna, la posición de la Superintendencia Forestal se
modificó a favor de los intereses de la empresa, considerando que su derecho fo-
restal (contrato) se encontraba vigente, revocó la resolución en la que la propia Su-
perintendencia le negaba la conversión, otorgó a Berna derechos sobre 185.000 ha
y notificó a la Dirección Nacional de Conservación de la Biodiversidad (DNCB)

80
El informe del trabajo de consultoría elaborado por el Dr. Freddy Heinrich señala: “No
existe documento de solicitud de contrato a largo plazo, así como documento de homolo-
gación de dicho contrato, por tanto la actividad que realiza esta empresa es ilegal. No cuenta
con un profesional forestal a tiempo completo, violando el contrato de aprovechamiento
forestal y el Art. 96 del Reglamento de la Ley Forestal de 1974.Los volúmenes autorizados
violan el Art. 82 del mismo Reglamento. La empresa maderera Berna Sucesores S.R.L. se
encuentra ocasionando grave daño ambiental por los turbiones y erosiones de los lechos y
bancos de los arroyos, violando el Art. 68 de este Reglamento”
81
De acuerdo al artículo N° 35° a) del Reglamento de la Ley Forestal, no se puede realizar
explotación forestal en laderas con pendientes superiores al 45% y las cataloga como tierras
de protección.
Conflictos ambientales en áreas protegidas de Bolivia 107

que debía sujetarse al artículo 6° de la Ley Forestal, que dispone que la revocatoria
de derechos de utilización forestal otorgados a particulares deberá hacerse cuando
sobrevenga causa de utilidad pública, previo pago de justa indemnización del daño
emergente.
A pesar de que el Sistema de Regulación Sectorial (SIRESE)82 intervino en el
conflicto, anulando las resoluciones dictadas por la Superintendencia Forestal (en
las que defiende la posición de BERNA) e instruyéndole que se pronunciara sobre
la solicitud original de la empresa para la obtención de la concesión parcial sobre
80.000 ha, la Superintendencia en diferentes resoluciones reiteró su decisión de
mantener la vigencia del contrato de aprovechamiento forestal a largo plazo, en
contra de los dispuesto expresamente por SIRESE, sin considerar los argumentos
técnicos y jurídicos de la Dirección de Pilón Lajas y sin demostrar la legalidad de
la obtención del derecho forestal por Berna y los resultados de la auditoría forestal
correspondiente.
La empresa Berna Sucesores realizó acciones administrativas para que se le
concediese inicialmente el beneficio de conversión voluntaria al régimen de conce-
siones, amparándose en las disposiciones transitorias de la Ley Forestal N° 1700.
En esta primera solicitud planteó la conversión parcial sobre 80.000 ha, incurrien-
do en errores de procedimiento que, de acuerdo al análisis legal de la reserva, le qui-
taba validez a su solicitud83. Posteriormente, Berna Sucesores solicitó nuevamente
que se le otorgara la conversión en concesión sobre 185.000 ha, es decir sobre el
total de la superficie fijada en su contrato de aprovechamiento forestal, argumen-
tando que la empresa había cumplido con todos los requisitos técnicos y legales

El SIRESE actuó en suplencia del SIRENARE desde 1996 hasta 2000.


82

En su solicitud de conversión parcial al régimen de concesiones, la empresa Berna se dirigió


83

al secretario nacional de Desarrollo Sostenible y Medio Ambiente, autoridad inexistente; su


solicitud no llevaba las firmas legalizadas del representante legal, el asesor legal ni el profe-
sional forestal, como exige el artículo 98 parágrafo I de la Ley Forestal. Presentaba un sello
que, según informe elaborado por el SIRESE, correspondía a la notaria de Fe Pública Dra.
Gaby del Carpio Gutiérrez; sin embargo, la reserva obtuvo una certificación de la Corte
Superior del Distrito por la cual se evidencia que la referida doctora no era notario de Fe
Pública.
108 Estudio de caso sobre experiencias de manejo de conflictos en el Gran Paisaje Madidi

que se le exigían para la conversión. Casi al final del proceso, la empresa interpuso
ante la Corte Suprema de Justicia un recurso contencioso administrativo contra el
SIRENARE, para la devolución de las 105 mil ha que el SIRESE había instruido
se restituyesen al Estado.
Simultáneamente al desarrollo de las acciones judiciales, Conservación In-
ternacional, una de las instituciones de apoyo a la gestión de Pilón Lajas, entró en
contacto con la empresa Berna Sucesores con la finalidad de negociar una solución
definitiva al conflicto. Estas negociaciones concluyeron con la firma de un conve-
nio el 30 de noviembre de 2001, mediante el cual Berna Sucesores se comprome-
tió, a cambió de una compensación económica de $US 170.000.00, a renunciar
a los derechos forestales otorgados por la Superintendencia Forestal sobre 78.050
ha y al retiro de las acciones ante la Corte Suprema de Justicia. El SERNAP aceptó
la colaboración de Conservación Internacional para precautelar de la forma más
rápida la integridad de la reserva, ya que el proceso administrativo podía extenderse
por un tiempo indefinido.
Un primer análisis del proceso legal que se siguió durante más de cinco años y
que no logró agotar el procedimiento administrativo, muestra las dificultades que
se afrontaron en la interpretación de las normas del nuevo régimen forestal y su
aplicación en las áreas protegidas. Las diferentes posiciones que se asumieron du-
rante este conflicto se sustentaban en el cumplimiento de la ley; sin embargo, más
allá de las argumentaciones de cada uno de los actores, el problema de fondo radicó
en las limitaciones normativas existentes, ya que la Ley Forestal y su Reglamento no
prevén en las normas generales ni en las disposiciones transitorias la situación de los
contratos de aprovechamiento forestal establecidos con anterioridad a la creación
de las áreas protegidas, considerando que éstas se encuentran en un régimen legal
especial y que, por tanto, requieren de una normatividad específica que garantice la
conservación de la biodiversidad. Por otro lado, estas discrepancias entre la Secreta-
ría Nacional de Recursos Naturales y la Superintendencia, mostraron las dificulta-
des por las que muchas veces atraviesa el Estado para la aplicación de normas y para
lograr el resarcimiento de los daños y perjuicios causados por terceros.
Otro elemento importante de análisis es la dimensión social que alcanzó el
conflicto en la región. En el transcurso del proceso, los actores locales (gobierno
Conflictos ambientales en áreas protegidas de Bolivia 109

municipal de Rurrenabaque y organizaciones de base y cívicas) demostraron su


compromiso con la reserva, asumiendo un papel de defensores en contra de la em-
presa, lo que era comprensible dados los problemas que en el pasado afrontaron los
colonizadores e indígenas con las empresas madereras. Las acciones legales que la
Dirección del área llevó a cabo fueron respaldadas por el Consejo Regional Chima-
ne y Mosetén (CRTM), el Comité Cívico de Rurrenabaque y la Federación Espe-
cial de Comunidades Agroecológicas de Rurrenabaque (FECAR), así como por el
gobierno municipal y el corregimiento de Rurrenabaque, a través de notas y votos
resolutivos dirigidos al Ministerio de Desarrollo Sostenible y la Superintendencia
Forestal84. En el contenido de las notas se expresa preocupación por la posibilidad
de que Berna Sucesores obtenga la concesión parcial solicitada, advirtiendo que
la actividad forestal de la empresa produciría impactos ambientales en la reserva y
ningún beneficio para los pobladores locales, como había ocurrido en el pasado. En
algunas notas incluso se anunciaban medidas de presión en caso de que se concre-
tara el otorgamiento de la concesión. En una reunión realizada en agosto de 2000
en la localidad de Rurrenabaque, en la que estuvieron presentes el ministro de De-
sarrollo Sostenible y Planificación, funcionarios del SERNAP y representantes de
Berna Sucesores, las organizaciones de base (indígenas y sindicales) e instituciones
públicas locales manifestaron de manera unánime y enfática su rechazo al ingreso
de la empresa en el área protegida, señalando en el acta de la reunión que no se
permitiría el inicio de los trabajos forestales de Berna85.

84
Cartas de FECAR (02.12.98), del Comité Cívico de Rurrenabaque (09.12.98) y del Co-
rregidor de Rurrenabaque (02.12.98) dirigidas a la viceministra de Medio Ambiente. Carta
del Comité Cívico de Rurrenabaque (08.04.99) dirigida al FOBOMADE. Carta de alcalde
de Rurrenabaque (06.09.00) dirigida al MDSP. Carta de la Alcaldía, el Consejo Municipal,
el Comité de Vigilancia de Rurrenabaque y FECAR (01.09.00) dirigida al MDSP. Carta de
la Alcaldía y Comité de Vigilancia de Rurrenabaque, FECAR y OCOR (16.09.00) dirigida
al SERNAP. Nota de prensa La Prensa, 11.09.00.
85
Acta de la reunión de Rurrenabaque de fecha 18 de agosto de 2000 (no fue firmada por
el entonces ministro de Desarrollo Sostenible, que asumió la oposición a las acciones del
SERNAP para la salida de la empresa Berna de la Reserva).
110 Estudio de caso sobre experiencias de manejo de conflictos en el Gran Paisaje Madidi

Configuración de Conflictos en torno al Turismo

La actividad turística en el norte de La Paz comienza a desarrollarse en los años


setenta con la empresa turística TAWA, que construye un albergue, senderos turís-
ticos y dos pistas de aterrizaje a orillas de la laguna Santa Rosa, cerca de la parte baja
del río Tuichi. Durante la década de los ochenta se produce un importante flujo
de turistas a Rurrenabaque, desde donde se organizan excursiones a áreas aledañas
y se establecen campamentos rústicos a lo largo de la parte baja del río Tuichi, que
actualmente forma parte del Parque Madidi86. En los años noventa esta actividad
se incrementa y amplía a otras zonas de la región (sabanas de Santa Rosa, hacia el
norte de Rurrenabaque, y visitas a comunidades indígenas a lo largo del río Qui-
quibey, en Pilón Lajas). Este crecimiento del turismo se da de forma espontánea y
con muy poca planificación por parte de los gobiernos municipales y las agencias
de turismo. La presencia de las áreas protegidas de Madidi y Pilón Lajas crea nuevas
condiciones para el desarrollo del ecoturismo en la región: acrecienta su valor al
promoverse acciones efectivas de conservación de la vida silvestre, atrae inversiones
para proyectos de ecoturismo, involucrando a comunidades indígenas que se en-
cuentran a lo largo del río Tuichi (Madidi) y del río Quiquibey (Pilón Lajas), y da
inicio a un proceso de ordenamiento y control de las actividades turísticas.
A partir de 1993, la Fundación Eco Bolivia comienza a desarrollar actividades
de apoyo a las comunidades tacanas en la titulación de sus tierras. Posteriormente
su trabajo se orienta a la promoción del ecoturismo en Madidi y Pilón Lajas, sin
una adecuada coordinación con el Ministerio de Desarrollo Sostenible. El conflicto
con la fundación se origina en 1997, cuando el Consejo Municipal de Ixiamas y
el CIPTA hacen denuncias públicas en su contra respecto a su participación en la
creación de comunidades inexistentes y de organizaciones paralelas comunales y
supracomunales87, con la finalidad de captar recursos económicos para proyectos.

86
Jazmín Caballero, 2003: 3.
87
Voto resolutivo del CIPTA, Tumupasa, 21.06.97; voto resolutivo del Consejo Municipal
de Ixiamas, 10/06/97. CICOTI (organización tacana de Ixiamas) se gestó durante estos
conflictos, con el apoyo de Eco Bolivia. 10/6/90.
Conflictos ambientales en áreas protegidas de Bolivia 111

A estas denuncias se suman otras88 en las que las organizaciones de base e insti-
tuciones locales la acusan por su falta de transparencia en el manejo de fondos y
escasos beneficios de los proyectos de desarrollo y apoyo a la demanda territorial de
las comunidades tacanas.
Por otra parte, la construcción de infraestructura y el desarrollo de actividades
de operación turística por parte de la fundación en el Parque Madidi, en el sector
de Caquiahuara, próximo a las comunidades tacanas de San Miguel y Villa Alcira,
y en el sector de Charque, dentro de Pilón Lajas, sin cumplir con los requisitos
establecidos en el Reglamento General de la Gestión de Áreas Protegidas (1996),
dieron lugar a confrontaciones entre la fundación y el SERNAP que duraron más
de seis años y que involucraron a otras instituciones, organizaciones de base y co-
munidades de la región. A fines de 1997, el SERNAP conformó una comisión
evaluadora para analizar la situación de las actividades de Eco Bolivia, concluyendo
que éstas se realizaban sin licencia ambiental y recomendando la paralización de sus
operaciones turísticas, así como la realización de una investigación sobre el destino
de colectas etnobotánicas y la recolección de especies de animales o vegetales, rea-
lizadas por esta institución.
El conflicto se agudizó cuando en el año 2000 Eco Bolivia inició tres proce-
sos de titulación de tierras ante el INRA en las zonas de Gallareta y Caquiahuara,
en el Parque Madidi, y en la zona de Charque, en Pilón Lajas. Estos procesos de
titulación fueron rechazados por el INRA porque no cumplían con los requisitos
establecidos en la normatividad agraria y porque no demostraban su legitimación
sobre la propiedad agraria. En el caso de Caquiahuara, la solicitud de saneamiento
simple fue rechazada puesto que se presentó fuera del plazo legal, cuando ya había
concluido la etapa de pericias de campo (dando lugar a la preclusión de su dere-
cho), y porque esta área era utilizada tradicionalmente por las comunidades de San
Miguel y Villa Alcira89.

88
Voto resolutivo de la Federación Sindical de Trabajadores Campesinos de la Provincia Itu-
rralde, La Paz, 11/10/96; voto resolutivo del CIPTA, Tumupasa, 21/06/97; voto resolutivo
del CIPTA, CPILAB; Comité Cívico, Alcaldía y Consejo Municipal de San Buenaventura,
San Buenaventura, 27/02/98.
89
Ver carta de René Salomón, director nacional del INRA, dirigida a Rosa María Ruiz, direc-
tora de Eco Bolivia, de fecha 26/06/01.
112 Estudio de caso sobre experiencias de manejo de conflictos en el Gran Paisaje Madidi

Al mismo tiempo que Eco Bolivia mantenía una confrontación legal con el
SERNAP y las direcciones de Madidi y Pilón Lajas, se encontraba enfrentada a las
organizaciones e instituciones locales (autoridades municipales, comités cívicos,
comités de vigilancia), que en varias oportunidades habían solicitado a las autorida-
des nacionales su expulsión de la provincia Iturralde90. El 6 de septiembre de 2001,
la “Mancomunidad de Comunidades del Río Beni”, integrada por las comunida-
des de San Miguel, Torewa, Carmen Florida, Real Beni, San Antonio, Asunción del
Quiquibey, y respalda por las organizaciones de base e instituciones de la región,
inicia un bloqueo en el río Beni para la expulsión de Eco Bolivia de la región.
Sobre la base del procedimiento de queja, establecido en el DS Nº 26140,
la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (CIDOB) y el SERNAP, aten-
diendo las demandas de las comunidades e instituciones locales, presentaron ante
el Comité de Seguimiento y Supervisión de ONG/IPDS, solicitudes de suspensión
de la fundación del registro de ONG sobre la base de las denuncias, votos resolu-
tivos y quejas presentadas por la población indígena, colonizadores, municipios,
subprefecturas y operadores de turismo. El comité (integrado por los ministerios de
Justicia, Asuntos Campesinos y Desarrollo Sostenible, CSUTCB, CSCB, CIDOB,
CMC Bartolina Sisa y dos ONG) emite la Resolución Nº 01/01 (del 19 de sep-
tiembre de 2001) por la cual recomienda al Ministerio de Hacienda la suspensión
de la Fundación Eco Bolivia del Registro de ONG. El Ministerio de Hacienda,
mediante nota VIPFE/DGFE/PRF-04943/2001, procede a la suspensión de ese
registro.
En respuesta al procedimiento de queja, Eco Bolivia presenta un amparo
constitucional contra el director del SERNAP, los directores de Madidi y Pilón La-
jas y el Consejo Indígena del Pueblo Tacana (CIPTA), acusándoles de violar sus de-
rechos y garantías constitucionales. El Tribunal de Amparo (mediante Resolución

90
Ver votos resolutivos de pedidos de expulsión de Eco Bolivia firmados por el Gobierno
Municipal de San Buenaventura (13/07/98), los gobiernos municipales de Ixiamas y San
Buenaventura, el CIPTA, el Consejo de Pueblos Indígenas de La Paz (CPILAP) y el Comité
Cívico de San Buenaventura (27/02/98), el Gran Consejo Chimán (28/04/00) y la Federa-
ción Sindical de Productores Agropecuarios de la provincia Abel Iturralde (29/04/01).
Conflictos ambientales en áreas protegidas de Bolivia 113

Nº 040/01-SSA 1, de fecha 26 de septiembre de 2001), declara improcedente el


recurso. La Resolución es elevada a conocimiento del Tribunal Constitucional, que
mediante Sentencia Constitucional Nº 1244/01-R de fecha 20-11-01 determina
que: “…las autoridades recurridas al aplicar las disposiciones que rigen la mate-
ria no cometieron acto ilegal alguno... al contrario actuaron conforme a derecho,
no pudiendo el Amparo Constitucional, trastocar como pretende la recurrente su
única y exclusiva finalidad que es la protección de los derechos humanos concul-
cados”.
El 30 de octubre de 2001, el Cuerpo de Protección del Parque Madidi inicia
un proceso administrativo91 en contra de la Fundación Eco Bolivia por una serie
de infracciones cometidas contra el área protegida: construcción de infraestructura
dentro del área protegida sin autorización ni licencia ambiental, incumplimiento
de instrucciones y tenencia de animales de fauna silvestre. En respuesta, Eco Bolivia
presenta un recurso de apelación ante el director del SERNAP y un recurso indi-
recto de inconstitucionalidad ante el Tribunal Constitucional en contra del Regla-
mento General de Áreas Protegidas, pretendiendo dejar sin efecto el proceso admi-
nistrativo, mediante la derogatoria de los artículos que regulan este procedimiento,
así como las infracciones y sanciones, e impugnando al propio Sistema Nacional de
Áreas Protegidas. El Tribunal Constitucional, mediante Sentencia Constitucional
Nº 22/2002 de fecha 6 de marzo de 2002, declara infundado el recurso interpuesto
por Eco Bolivia y establece que: “…las construcciones u obras realizadas sin haber
obtenido previamente su autorización no pueden ser consideradas como propiedad
privada a ser garantizada y protegida, de acuerdo a lo dispuesto por el Art. 22-i de
la Constitución, puesto que tales obras, al margen de ser ilegales, tiene un impacto
negativo, que lesionan el área protegida...”.
En el marco de la Sentencia del Tribunal Constitucional, el director de Ma-
didi dicta el auto de fecha 25/03/01, mediante la cual se instruye a Eco Bolivia
la entrega de las cabañas decomisadas. Al no acatarse el auto a pesar de habérsele
enviado una nueva comunicación, el 10 de abril de 2002 la Dirección del área

Resolución Nº 07/2001 de 12 de noviembre de 2001, emitida por la Dirección del PNAN-


91

MI Madidi en contra de Eco Bolivia.


114 Estudio de caso sobre experiencias de manejo de conflictos en el Gran Paisaje Madidi

procede al desmantelamiento de las cabañas. Frente a estas acciones, Eco Bolivia


inicia una agresiva campaña de difusión en contra de la Dirección del Parque Ma-
didi y presenta nuevamente ante el Tribunal Constitucional un recurso directo de
nulidad contra la Resolución Administrativa Nº 010/2002 (emitida por el director
del SERNAP en contra de la apelación de Eco Bolivia). El Tribunal Constitucional
declara infundado el recurso mediante Sentencia Constitucional Nº 63/2002.
Durante el desarrollo del conflicto, la Dirección del PNANMI Madidi asu-
mió medidas administrativas y judiciales –denuncias, procesos administrativos,
recursos constitucionales, audiencias públicas y juicios– en contra de Eco Bolivia
por el establecimiento de infraestructura turística dentro del parque y la tenencia
de animales en cautiverio. Estas acciones fueron llevadas adelante con la asesoría de
la Dirección Jurídica del SERNAP y con el apoyo de otras instituciones estatales,
como el INRA y los municipios de Apolo y Rurrenabaque, en alianza con el CIP-
TA y las comunidades indígenas afectadas. Asimismo, las direcciones de las áreas
protegidas desarrollaron actividades de información hacia la opinión pública (notas
de prensa, artículos) y reuniones con instituciones locales que respaldaron a Madidi
y Pilón Lajas, como fue el caso de los operadores de turismo y la Federación Sindi-
cal de Productores Agropecuarios de Abel Iturralde, y con instituciones de apoyo a
la gestión de estas áreas (WCS, CI, CARE).
Las acciones que Eco Bolivia llevó adelante se centraron en la realización de
campañas de desprestigio contra el SERNAP y en el seguimiento de procesos lega-
les, recursos constitucionales y un juicio penal contra los funcionarios del SERNAP
(extinguido), para continuar desarrollando sus actividades turísticas en el área. En
el transcurso del conflicto, Eco Bolivia estableció alianzas con las autoridades de
los municipios de Ixiamas y San Buenaventura, que realizaron acciones en contra
del parque (votos resolutivos, movilizaciones y denuncias), y con el comité cívico
de San Buenaventura, que inicialmente apoyó la salida de Eco Bolivia de la zona, a
través de la firma de votos resolutivos.
El Comité de Gestión jugó un rol fundamental condenando la acción de Eco
Bolivia y emitiendo resoluciones de apoyo a la Dirección del parque. Las activida-
des de difusión y la acción del Comité de Gestión contribuyeron a desarrollar una
mayor conciencia y capacidad de control social en relación con la conservación de
los recursos naturales.
Conflictos ambientales en áreas protegidas de Bolivia 115

Conflictos por la apertura de caminos a través del Parque Nacional Madidi

Aunque la construcción de caminos no constituye un tema nuevo en la plani-


ficación del desarrollo de La Paz, ya que anteriores gestiones de la Prefectura y los
municipios lo consideraron también como una de sus prioridades, las acciones em-
prendidas por la Prefectura en 2003 para la apertura de caminos dentro del Parque
Nacional Madidi, sin tomar en cuenta la normatividad ambiental ni los impactos
a la biodiversidad, provocaron discrepancias entre instituciones estatales y fuertes
reacciones en la región y a nivel de la opinión pública nacional.
Los diferentes planes de desarrollo elaborados en los últimos años92 estable-
cieron como uno de los pilares del desarrollo departamental la complementación
caminera del norte paceño, su integración con los departamentos de Beni y Pando
y su inserción internacional. La política de integración vial del norte de La Paz
planteó las siguientes prioridades:
• En relación con la red fundamental, mejoramiento y mantenimiento del
trayecto San Buenaventura-Tumupasa-Ixiamas, conclusión y mejoramiento
del tramo Ixiamas-Madidi y construcción del tramo Ixiamas-Puerto Heath-
Chivé-Porvenir-Cobija.
• En relación con la red complementaria, construcción del tramo Apolo-Ixia-
mas y los que le preceden: por el sector occidental del departamento, Esco-
ma-Charazani-Apolo, y por el sector oriental, Caranavi-Apolo.
De acuerdo al Plan Departamental de Desarrollo Económico y Social (2000),
la construcción y mejoramiento de estos caminos permitiría integrar las zonas de
producción aurífera de la provincia Larecaja y potenciar la producción agrícola en
Yungas y Alto Beni, la pecuaria en Ixiamas y la forestal en esta provincia y en San
Buenaventura. El Plan de Desarrollo plantea la gestión ambiental como un tema
estratégico, haciendo mención a la presencia de las áreas protegidas (Apolobamba,
Madidi y Pilón Lajas) y a la importancia de fortalecer su sistema de control y ma-

Para un análisis de estos planes ver Ministerio de Desarrollo Sostenible Planificación y Vice-
92

ministerio de Planificación y Ordenamiento Territorial, 1998; Prefectura del Departamento


de La Paz, 2000.
116 Estudio de caso sobre experiencias de manejo de conflictos en el Gran Paisaje Madidi

nejo; sin embargo su tratamiento no incluyó un análisis adecuado ni propuestas


acordes con su importancia para la conservación y desarrollo sostenible del de-
partamento. A pesar de estos avances y de otros vinculados al fortalecimiento de
la gestión municipal y la participación social, las políticas de desarrollo e integra-
ción del norte de La Paz no han variado sustancialmente de la visión y política de
CORDEPAZ de los años setenta y ochenta, ya que se plantean los mismos rubros
de producción y la infraestructura caminera como medio de integración, sin un
concepto claro de desarrollo que considere la interdependencia de los aspectos eco-
nómicos, sociales y ambientales.
Durante la gestión de la Prefectura de 1997 a 2002, se construyeron tres
tramos camineros dentro del PNANMI Madidi: Apolo-Asariamas, Apolo-Pata y
Tumupasa-San José de Uchupiamonas, vulnerando el Reglamento General de la
Ley de Medio Ambiente (1995) que, en sus artículos 25 y 26, dispone la obligato-
riedad de la licencia ambiental para la construcción de obras de infraestructura, así
como prohibiciones –al igual que el Decreto Supremo de creación del parque– para
la ejecución de obras de infraestructura dentro del área. En casos excepcionales, se
requiere contar con un permiso de la Autoridad Ambiental y cumplir con la decla-
ratoria de impacto ambiental.
La agenda de la nueva gestión de la Prefectura del Departamento de La Paz,
en 2002, retoma como política central la integración del norte paceño a través de
la construcción de caminos, arguyendo que esta región presenta un “vacío geoes-
tratégico“ y que los caminos son la clave para promover el desarrollo, sin tomar en
cuenta que varios de estos caminos atravesarían el Parque Nacional Madidi: Pata-
Pelechuco, Asariamas-San Fermín, Asariamas-Ixiamas e Ixiamas-Puerto Heath.
La Dirección del Parque Madidi, ante la imposibilidad de lograr acuerdos y
coordinar con las autoridades de la Prefectura y los municipios involucrados, pre-
sentó al Ministerio de Desarrollo Sostenible un análisis técnico y jurídico sobre los
proyectos camineros93, demostrando la debilidad de la propuesta técnica (falta de
información técnica, de mapas georeferenciados y de un análisis real del costo de su

93
Nota de la Dirección del PNANMI Madidi enviada al SERNAP-DMA N° 0579/2002 (San
Buenaventura, 02/05/2003).
Conflictos ambientales en áreas protegidas de Bolivia 117

construcción y de los beneficios para la región) y los problemas existentes en el in-


cumplimiento de las normas ambientales. Subrayaba que la construcción de estos
caminos no contribuiría a mejorar la comunicación interna y externa de la zona, y
que darían lugar al establecimiento de nuevos asentamientos humanos, la explota-
ción de los recursos forestales por terceros e impactos ambientales irreparables en
un área bien conservada y con potencial turístico. Recomendaba que las inversio-
nes se orientaran al mejoramiento y construcción de caminos (Charazani-Apolo),
para vincular a las comunidades entre sí y permitirles una conexión adecuada con
la ciudad de La Paz.
El conflicto se inicia en mayo de 2003, cuando el Plan de Manejo del área
estaba prácticamente concluido después de un largo proceso de análisis, consulta
y planificación participativa con los distintos actores vinculados con su gestión. La
prefectura y el Municipio de Apolo, que contaban con el apoyo de comunidades
y organizaciones de la zona, hicieron conocer públicamente el inicio de las obras
de construcción de caminos en la zona, sin contar para ello con la correspondiente
licencia ambiental y con estudios que justificaran técnica, social y económicamente
la construcción de los caminos.
Ante esta situación, la Dirección del Parque Madidi detuvo el avance de los
caminos, denunció ante la prensa que los proyectos camineros no cumplían con la
normatividad ambiental y puso en marcha una estrategia centrada en la realización
de un estudio técnico y en la difusión de los valores naturales del Parque Nacional
Madidi y su importancia para la conservación y el desarrollo.
A partir de la posición planteada por el SERNAP y de la importante cober-
tura que la prensa le dio a esta problemática, el conflicto entró en su momento
más agudo. La prefectura inició una fuerte campaña para demostrar que el parque
postergaba el desarrollo de la región. En diferentes entrevistas de prensa (La Prensa,
13 y 15 de junio de 2003), expresó que su decisión respondía a la demanda de los
pobladores del norte paceño para la apertura de caminos y que ésta estaba respal-
dada por la Mancomunidad de Municipios del Norte Paceño Tropical (Tipuani,
Ixiamas, Apolo, Mapiri, Caranavi y Guanay), que llegó a declararse en emergencia,
demandando las obras camineras (La Prensa, 18 y 19 de junio y 19 de agosto de
2003). Entretanto los municipios de Apolo e Ixiamas, apoyados por los comités
118 Estudio de caso sobre experiencias de manejo de conflictos en el Gran Paisaje Madidi

cívicos, dieron inicio a acciones de presión emitiendo votos resolutivos y amena-


zando con medidas radicales, incluido el bloqueo de caminos. Los guardaparques
del área tuvieron que ser retirados por las amenazas y agresiones que sobre ellos
ejercieron las autoridades y vecinos de Apolo. Un consejero provincial de Franz
Tamayo llegó incluso a advertir que si el gobierno se negaba a abrir los caminos, los
apoleños recurrirían a los madereros, que se habían ofrecido para apoyar la apertura
de una ruta.
Paralelamente surgieron una serie de expresiones de apoyo al Parque Madidi
por parte de las instituciones ambientalistas (LIDEMA, WCS, CI) y de grupos
de estudiantes universitarios que se manifestaron pacíficamente en contra de los
caminos por el Parque Nacional Madidi, lo que fue un hecho significativo ya que
era la primera vez que en Bolivia se producía una movilización urbana a favor de
un área protegida. El Centro de Estudiantes de Biología de la UMSA organizó
una campaña de recolección de firmas para solicitar la realización de un estudio de
impacto ambiental de las rutas impulsadas por municipios del norte y la prefectura.
(La Prensa, 19 de agosto de 2003).
La opinión pública se inclinó a favor del parque, los periódicos más importan-
tes del país publicaron artículos y notas de prensa acerca de la riqueza biológica del
área, cuestionando al prefecto de La Paz por el inicio de la construcción de caminos
dentro del Parque Madidi sin licencia ambiental, y se debatieron los problemas del
atraso de la región, la presencia de actividades ilegales de extracción de madera y la
necesidad de buscar alternativas económicas que preservaran la biodiversidad (La
Razón, 14 de junio de 2003, La Prensa, 15 de junio y 23 de agosto de 2003).
El Ministerio de Desarrollo Sostenible inició un proceso de acercamiento y
diálogo con la prefectura y los municipios involucrados, sumándose a esta iniciati-
va la Brigada Parlamentaria Paceña, que intercedió a favor de los planteamientos de
la prefectura. Se planteó la necesidad de analizar otras alternativas para el trazo de
los caminos, principalmente la del tramo Asariamas-Ixiamas (“ruta de consenso”),
que era el más objetado por el SERNAP. Se conformó una comisión integrada
por técnicos de la prefectura y la empresa CONTEGRAL y por representantes de
los municipios de Apolo, Ixiamas y la Mancomunidad de Municipios del Norte
Paceño. Se acordó que esta comisión estaría acompañada por el jefe de protección
Conflictos ambientales en áreas protegidas de Bolivia 119

de Madidi y un equipo de especialistas del SERNAP, conformado por un biólogo,


un botánico y un ingeniero civil, apoyados por WCS y el Herbario Nacional de
Bolivia.
La comisión inició su recorrido el 1 de agosto de 2003. El equipo técnico del
SERNAP se retiró de la comisión cuando se dio cuenta de que la denominada “ruta
de consenso” no tenía un trazo definido y que se estaba aprovechando la ocasión
para definir in situ una posible alternativa, aspecto que no estaba contemplado en
el acta firmada. El resto de la comisión concluyó su recorrido el 16 de agosto de
2003, informando que existían posibilidades para la construcción de un camino
entre Asariamas e Ixiamas, sin presentar una justificación técnica. El informe94, que
consta de pocas páginas, en las que se describe someramente el trayecto recorrido,
fue realizado sin el apoyo de un mapa o GPS. Menciona que se trata de un bosque
seco, pobre en flora y fauna, donde no se observaron animales ni árboles de mara
que pudieran ser afectados por la apertura de un camino. Concluye señalando que
este proyecto caminero beneficiará a 73 comunidades de la zona.
Por su parte, el equipo técnico del SERNAP preparó otro informe técnico
sobre los tramos propuestos por la prefectura para vincular Apolo con Ixiamas95,
en que se demuestra que la zona entre Asariamas y la serranía Tutumo comprende
una serie de serranías rocosas, donde se desarrolla un bosque denso formado por
árboles de mara y roble y una abundante y variada fauna, y que un camino en esta
zona sería altamente perjudicial porque se generarían procesos erosivos, impactos
en la fauna, asentamientos humanos descontrolados y explotación irracional de los
recursos naturales. También este informe menciona que entre Asariamas e Ixiamas
no se encontraron comunidades, por lo que no existe un justificativo de beneficio
a la población local para una infraestructura vial, y que la longitud del recorrido
entre Ixiamas y La Paz pasando por Apolo es mayor que la que se recorre actual-
mente entre Ixiamas y La Paz pasando por San Buenaventura. El informe concluye
recomendando la consolidación de los tramos Charazani-Apolo (que beneficiará a

94
Ver Informe de la Comisión Técnica de Inspección de la Viabilidad del Camino de Asaria-
mas, Ixiamas, dentro del PNANMI Madidi, 21/08/2003.
95
Treviño et al., 2003.
120 Estudio de caso sobre experiencias de manejo de conflictos en el Gran Paisaje Madidi

20 comunidades y al pueblo de Apolo) y Apolo-Asariama (que beneficiará nueve


comunidades) y la apertura de caminos vecinales que beneficiarán a 25 comunida-
des dentro del parque y a 35 comunidades fuera del área.
A finales del mes de agosto de 2003, las autoridades del Ministerio de Desa-
rrollo Sostenible, el SERNAP y la Prefectura del Departamento de La Paz analiza-
ron los resultados de ambos informes y decidieron que no se construiría un camino
dentro del Parque Nacional Madidi porque no se justificaba y porque su categoría
de manejo no lo permitía, recomendando que se buscara otra alternativa para el
camino Apolo-Ixiamas por el área natural de manejo integrado de Madidi.
Estas contradicciones en la presentación de los resultados de los informes, así
como la imposibilidad de que se lograse constituir un equipo que presentara un
único informe técnico, muestran las dificultades del Estado para coordinar en la
aplicación de políticas, lo que ha dado lugar a que en sus reparticiones se produz-
can orientaciones distintas y, en algunos casos, contradicciones, influidas por in-
tereses políticos. El SERNAP demostró, en varias oportunidades, que los caminos
planteados por la Prefectura del Departamento de La Paz presentaban problemas
técnicos y ambientales. En tanto, la prefectura en dos gestiones de gobierno, in-
sistió en continuar con la construcción de estos caminos, sin tomar en cuenta las
políticas del SERNAP ni los procesos que actualmente se están desarrollando en
Madidi, lo que es incomprensible tratándose de un área que ocupa una superficie
importante del departamento y que contiene la más alta diversidad biológica del
país. El SERNAP se vio obligado –en el cumplimiento de sus atribuciones– a de-
nunciar la apertura de dichos tramos. A pesar de ello, los tractores continuaron
trabajando en los municipios de Ixiamas y Pelechuco, incumpliendo las normas y
poniendo en riesgo la seguridad de los guardaparques.
En el desarrollo del conflicto, el Comité de Gestión del Parque Madidi no
llegó a asumir una postura única sobre la apertura de caminos a través del área,
debido a la existencia de opiniones divergentes entre sus miembros. Aunque este
tema fue abordado en varias reuniones del Comité de Gestión96, no se logró anali-

96
Actas de las reuniones del Comité de Gestión de Madidi de fechas 11/06/1999, 24/03/2002,
28/03/2003 y 04/04/2003.
Conflictos ambientales en áreas protegidas de Bolivia 121

zar los resultados del estudio técnico sobre los impactos ambientales de los tramos
propuestos. El Comité de Gestión se limitó a afirmar que éstos eran fundamentales
para el desarrollo de la región y que, por tanto, el parque no debía oponerse a su
ejecución.
Las tensiones en el Comité de Gestión se incrementaron cuando este tema
fue tratado nuevamente durante la aprobación del Plan de Manejo del área. El
Municipio y el Comité Cívico de Apolo hicieron observaciones a la zonificación
del área con la finalidad de modificarla para posibilitar la construcción del camino
por ellos propuesta, aunque éste no contaba con un trazo técnicamente definido y
con una justificación que demostrara su viabilidad económica, social y ambiental.
Por falta de consenso, el Comité de Gestión decidió postergar indefinidamente la
aprobación del Plan de Manejo.
En general, los actores locales no estuvieron de acuerdo con la construcción
de caminos dentro del parque, por los posibles impactos a la biodiversidad del área
y sus efectos en el desarrollo del ecoturismo. Sin embargo, existió coincidencia en
señalar que la vinculación caminera era un tema fundamental para el desarrollo
del norte de La Paz, planteando la necesidad de identificar alternativas de tramos
camineros que preservaran la integridad física del parque.
En opinión del directorio del CIPTA y de comunarios de Tumupasa, la cons-
trucción de un camino Apolo-Asariamas-Ixiamas no traería beneficios a las co-
munidades y que, por el contrario, promovería nuevos asentamientos e impactos
dentro del parque. De igual manera, representantes de la FESPAI manifestaron que
si bien el camino Ixiamas-Puerto Heath era una necesidad para la comercialización
de la producción de la zona hacia el Perú y Brasil, se debería definir un trazo fuera
de los límites del parque para no afectar sus zonas frágiles. Las comunidades de
Pata, Asariamas y San Fermín expresaron su desacuerdo con la construcción de los
caminos, ya que éstos limitarían el desarrollo de otras alternativas productivas y
turísticas, planteadas en el Plan de Manejo del Parque Madidi.
El Municipio de San Buenaventura coincidió con Ixiamas y la Prefectura del
Departamento de La Paz sobre la importancia de abrir un camino hacia Puerto
Heath, para vincular a la región con Pando y comercializar los productos hacia
el Brasil. Sin embargo, reconoció que la apertura de caminos dentro del parque
122 Estudio de caso sobre experiencias de manejo de conflictos en el Gran Paisaje Madidi

constituye una de las principales amenazas a la conservación de la biodiversidad. La


Cámara de Turismo de San Buenaventura coincidió igualmente en la importancia
de construir el camino Ixiamas-Puerto Heath, evitando que éste atravesara el área
del parque, para no afectar el desarrollo del turismo.
En opinión de la Alcaldía de Rurrenabaque, la apertura de caminos para vin-
cular a Ixiamas con La Paz, a través de Apolo, implicaría un gran esfuerzo eco-
nómico que no se justificaba, considerando que el Estado había ya realizado im-
portantes inversiones con la construcción de la carretera Cotapata-Rurrenabaque.
Recomendaba que se consolidara esta carretera para tener un buen camino hacia el
norte en vez de construir otro paralelo a esta ruta. Por el contrario, la Alcaldía de
Ixiamas creía que un camino desde Apolo a Ixiamas permitiría a los turistas ingre-
sar directamente a la región desde La Paz, sin tener que pasar por Rurrenabaque,
lo que evitaría que el Beni se beneficiara de las riquezas y potencialidades del norte
de La Paz.
El conflicto por la apertura de caminos dentro del Parque Madidi aún no ha
sido resuelto, y las instituciones de Apolo continúan presionando a la Dirección del
área y a la Prefectura del Departamento de La Paz para que se construya el camino
Apolo-Ixiamas, a pesar de que el estudio técnico realizado por el SERNAP conclu-
ye que éste no es recomendable por las razones arriba expuestas.

Las luchas del pueblo tacana por la defensa y el reconocimiento legal de su


territorio tradicional

Desde la época prehispánica, el territorio indígena del pueblo tacana está ubi-
cado en el norte de la provincia Iturralde, en el departamento de La Paz, entre los
ríos Beni, Madre de Dios, Madidi y Tuichi. Durante la época colonial, a partir del
siglo XVII, los grupos de lengua tacana fueron reducidos por los padres francis-
canos, junto con otros grupos étnicos, en los pueblos misionales de Apolobamba:
Tumupasa, Ixiamas, Apolo, Santa Cruz del Valle Ameno y San José de Uchupia-
monas. En los últimos cien años, con el establecimiento de concesiones gomeras,
estancias ganaderas y haciendas agropecuarias, el territorio tradicional tacana se fue
reduciendo, dando lugar a cambios en los sistemas y prácticas tradicionales de uso
Conflictos ambientales en áreas protegidas de Bolivia 123

de los recursos naturales. Sin embargo, a partir de los años setenta, con la llegada de
los colonizadores y el ingreso de las empresas madereras, es cuando se produce para
las comunidades tacanas la mayor pérdida de sus tierras dedicadas a la caza, pesca
y recolección, y de sus áreas de reserva para la agricultura, poniendo en peligro el
sistema productivo tacana y su permanencia como pueblo indígena97.
En 1992 se conforma el Consejo Indígena del Pueblo Tacana (CIPTA) y en
1996 obtiene su personalidad jurídica como organización indígena. Actualmente
representa a 30 comunidades tacanas de la provincia Iturralde de La Paz. Durante
los primeros años de trabajo, los esfuerzos del CIPTA se dirigieron a la recopilación
de información sobre la situación de la tierra y los servicios básicos en las comuni-
dades tacanas, y a la realización de gestiones para la presentación de su demanda
territorial.
Las conflictivas relaciones entre las empresas madereras y las comunidades
tacanas se agudizaron a partir de 1995, a raíz de las denuncias presentadas por
el CIPTA y las comunidades de Tumupasa y Napashi ante la Prefectura del De-
partamento de La Paz, en contra de la empresa Madre Selva por la extracción de
madera en sus áreas de uso tradicional y por impedir a los comunarios la caza y
recolección. Aunque el CIPTA llegó a acuerdos con la empresa para restringir su
acceso a las zonas de uso tradicional de las comunidades, en los siguientes años se
produjeron nuevas confrontaciones por problemas similares: corte de madera en
áreas de uso comunal, apertura de caminos y caza ilegal realizada por empleados
de la empresa98.
En 1997, el CIPTA presentó ante el INRA una demanda de tierra comu-
nitaria de origen tacana sobre 769.890 ha, la cual fue admitida el 5 de enero de
1998 sobre una superficie de 549.464 ha. En agosto de 1999 el INRA emitió dos
resoluciones administrativas mediante las cuales ampliaba el área de saneamiento a
958.473 ha (incluyendo las 769.890 ha demandadas originalmente por el CIPTA),

Ruth Silva et al., 2002: 33 y 34; Moreno Chiovoloni, 1996: 9.


97

En 1997, Madre Selva, acogiéndose al nuevo régimen forestal de 1996, obtuvo la conver-
98

sión de su área de corte en concesión forestal, en una superficie de 23.650 ha, realizando sus
operaciones forestales en base a un plan de manejo forestal.
124 Estudio de caso sobre experiencias de manejo de conflictos en el Gran Paisaje Madidi

bajo la modalidad de CAT SAN. Ante la solicitud del CIPTA, el 26 de septiembre


de 2000 el INRA emitió un auto por el cual el área de 769.890 fue convertida a la
modalidad de saneamiento SAN TCO99, quedando 188.580 ha bajo modalidad de
CAT SAN (zona ubicada en su mayoría dentro del Parque Madidi).
La demanda de TCO fue realizada por el CIPTA a nombre de 20 comuni-
dades tacanas, cuya población ascendía, en 2002, a 2.849 habitantes (621 fami-
lias)100. Las comunidades tacanas de Tahua y Caigene, aunque inicialmente estaban
incluidas en la demanda, se retiraron posteriormente por diversas razones: Caijene
para convertirse en un barrio urbano de San Buenaventura y Tahua para solicitar la
distribución de sus tierras en forma de parcela como propiedad individual.
Paralelamente al saneamiento de tierras, el CIPTA dio inicio en 2000 a la
planificación de la TCO, con el apoyo técnico de WCS, a través de la realización
de diagnósticos rurales participativos (DRP) y de planes de desarrollo comunal en
las 20 comunidades demandantes de la TCO Tacana. Este proceso concluyó con
la elaboración de la Estrategia de Desarrollo Sostenible para la TCO Tacana, que
incluye temas sobre economía y calidad de vida, conservación y manejo de los
recursos naturales, equidad en la distribución de los beneficios, autonomía polí-
tica y autogestión del desarrollo y administración eficiente, y con la zonificación
preliminar del área. Esta experiencia permitió desarrollar una nueva metodología
para establecer la superficie de la TCO y zonificar el uso de la tierra y los recursos

99
De acuerdo a lo dispuesto por la Ley INRA (1996) existen tres modalidades de saneamien-
to: CAT SAN (saneamiento efectuado de oficio y catastro legal) SAN SIM (saneamiento
simple de oficio y a pedido de parte) y SAN TCO (saneamiento en tierras comunitarias
de origen). El saneamiento SAN TCO garantiza la participación de las comunidades en el
saneamiento, la dotación de las tierras devueltas al Estado en la TCO y la compensación
de tierras en otras zonas si no se hubiera obtenido la dotación suficiente para asegurar su
desarrollo socioeconómico.
100
Macahua, Carmen Pecha, San Fe, San Pedro (en la zona de Ixiamas), Tumupasa, Santa Rosa
de Maravilla y Napashi (en la zona de Tumupasa), Buena Vista, Bella Altura, Capaina,
Altamarani, Cachichira, Puerto Guzmán, Tres Hermanos, Villa Alcira, San Miguel (en la
zona de San Buenaventura), Carmen del Emero, San Antonio del Tequeje, Esperanza de
Enapurera y Villa Fátima (en la zona de Carmen del Emero). Ver CIPTA, WCS y USAID,
2002: 60-73.
Conflictos ambientales en áreas protegidas de Bolivia 125

naturales, constituyéndose en un instrumento útil para la resolución conflictos por


linderos entre comunidades de la TCO Tacana y entre éstas y las comunidades de
colonizadores, así como para la definición de las áreas de aprovechamiento forestal
municipal. En junio de 2001 la CIDOB presentó al Ministerio de Desarrollo Sos-
tenible una propuesta de decreto supremo para la consideración de esta metodo-
logía de zonificación como alternativa a la utilizada en los estudios de necesidades
espaciales, suscribiéndose un acta de compromiso para analizar la propuesta, que
hasta el momento no se ha realizado.
El saneamiento de la TCO Tacana generó varios conflictos en la región, en
diferentes etapas del proceso hasta su titulación, en el que se vieron involucrados el
conjunto de los actores locales de la región: gobiernos municipales de Ixiamas y San
Buenaventura, comités cívicos, agrupaciones y empresas forestales y organizaciones
y comunidades de colonizadores e indígenas, organizaciones no gubernamentales
con presencia en la región, además de la Prefectura del Departamento de La Paz
y las instituciones nacionales involucradas en el saneamiento, como el INRA y el
SERNAP. La poca experiencia en saneamiento de tierras que existía cuando éste
se inició en el norte de La Paz y la dificultad de afrontar los complejos problemas
de superposición de derechos e inseguridad jurídica, llevaron a que este proceso
se viera interferido por conflictos sociales y a que, en más de una oportunidad, se
manifestaran controversias entre las instituciones del Estado, reflejando sus dificul-
tades de coordinación interna y de control en la región.
Los primeros conflictos que se afrontaron en San Buenaventura se debieron
a los problemas de aprovechamiento forestal. En 1998 el Municipio de San Bue-
naventura inició la conformación de las agrupaciones APIAT y AGROFOR101, en
Tumupasa, y El Roble y Cachichira, en San Buenaventura, en el marco del nuevo
régimen forestal de 1996. Debido a que en ese momento el Municipio de San Bue-

AGROFOR y APIAT estaban conformadas mayoritariamente por socios tacana, por lo que
101

se convirtieron en grupos de usuarios de la TCO, recibiendo capacitación y asesoramiento


técnico por parte del Programa BOLFOR, WCS y el CIPTA (que para este fin contrató un
técnico forestal), en aspectos organizativos, legales, de planificación y de aprovechamiento
forestal.
126 Estudio de caso sobre experiencias de manejo de conflictos en el Gran Paisaje Madidi

naventura se encontraba en proceso de saneamiento (CAT SAN), no contaba con


la información necesaria para destinar áreas de aprovechamiento forestal en tierras
fiscales y otorgar concesiones a las agrupaciones sociales del lugar (ASL)102. A pesar
de ello, el municipio decidió proceder con la identificación de tierras forestales en
la TCO Tacana, exigiéndole al CIPTA destinar a la municipalidad un 20% de las
tierras demandadas por el pueblo tacana. En noviembre de 2002, el CIPTA sus-
cribió un convenio con el gobierno de San Buenaventura para establecer un área
forestal municipal de 7.900 ha (que significa más del 20% de las tierras fiscales
existentes en el municipio), a fin de beneficiar a las dos ASL: El Roble y Cachichira,
que se encontraban con demandas pendientes de áreas para el aprovechamiento
forestal. En esta oportunidad, el CIPTA utilizó la zonificación de la TCO para la
identificación de las áreas de aprovechamiento forestal dentro de la TCO y para la
resolución de este conflicto con el Municipio de San Buenaventura.
Otro conflicto que el CIPTA enfrentó con el Gobierno Municipal de San
Buenaventura estuvo referido a la ampliación del radio urbano de su centro pobla-
do. La Alcaldía de San Buenaventura realizó distintos trámites para ampliar el área
urbana desde el arroyo Tacuare hasta el arroyo Buebani, que incluía las tierras y los
asentamientos de la comunidad de Caijene, que se ubicaban dentro de la demanda
de la TCO Tacana. Al iniciar el saneamiento de tierras, el INRA se encontró con
que la ordenanza municipal que delimitaba el radio urbano no estaba homologada
por una resolución suprema. Por ley, el municipio debía haber presentado a las au-
toridades correspondientes la propuesta de ampliación urbana para su aprobación
antes de proceder a la división predial y a la entrega de lotes a los vecinos, como
ocurrió en la práctica. Para resolver este problema, las autoridades municipales y
el comité cívico presionaron para que Caijene se integrara al área urbana, cedien-
do esta comunidad parte de su territorio103. En junio de 2001, después de varias

102
La Ley Forestal establece la formación de agrupaciones sociales del lugar (ASL) en los muni-
cipios con vocación forestal.
103
En los conflictos de San Buenaventura, en abril de 2003, personas de la comunidad de Cai-
jene se sumaron a los “Sin Tierra” exigiendo la anulación de la Resolución de Titulación de
la TCO Tacana.
Conflictos ambientales en áreas protegidas de Bolivia 127

negociaciones, el CIPTA suscribió un convenio con el gobierno municipal de San


Buenaventura por el cual renunciaba a una parte de su demanda de TCO para
solucionar el conflicto suscitado por la ampliación del radio urbano.
Sin embargo, los conflictos que durante el saneamiento de la TCO Tacana
alcanzaron una mayor dimensión política y social estuvieron relacionados con los
problemas de tenencia de la tierra en la zona de colonización, la demanda de tie-
rras por otros grupos en el área de la TCO Tacana y la oposición de los gobiernos
municipales y sectores sociales a la titulación de la TCO. Estos conflictos fueron
producto de la confluencia de diversos intereses económicos y de las dificultades
que se presentaron en la aplicación de las leyes: problemas de coordinación entre
las instituciones públicas, falta de información oportuna a la población local res-
pecto a las políticas de Estado e incumplimiento de normas por parte de sectores
sociales.

Conflicto por la tenencia de la tierra en la zona de colonización

Cuando se inició el proceso de saneamiento, existían 18 asentamientos de


colonizadores en la zona de la carretera San Buenaventura-Ixiamas (ocho asen-
tamientos dentro de la jurisdicción de Ixiamas y un número similar en la de San
Buenaventura), con una población aproximada de 1.400 personas (INE, 2001).
Ninguna de estas colonias poseía título de propiedad agrario, aunque los trámites
de titulación de varias de ellas se encontraban en el Consejo Nacional de Reforma
Agraria.
Durante la etapa de pericias de campo se comprobó que dentro de las colo-
nias existían muchas parcelas que estaban abandonadas y que no cumplían con la
función económica y social, por lo que el INRA las devolvió al Estado. Por otra
parte, al verse los colonos restringidos a su parcela, sin posibilidades de expandirse
a otras tierras porque éstas iban a ser tituladas a favor de los tacanas, se produjo una
reacción en contra la TCO por la preocupación de que en el futuro no tendrían
suficientes tierras para repartírselas a sus hijos104.

Entrevista realizada al ex Director del INRA Rene Salomón, La Paz, 25/06/2003.


104
128 Estudio de caso sobre experiencias de manejo de conflictos en el Gran Paisaje Madidi

Según algunos dirigentes de la Federación Sindical de Productores Agropecua-


rios de Iturralde (FESPAI), los colonizadores establecieron sus parcelas en lugares
en que los indígenas no trabajaban la tierra ni realizaban actividades productivas,
añadiendo que, en general, los colonos nunca fueron bien vistos por las comunida-
des indígenas de la zona. Indicaron que cuando empezó el proceso de saneamiento
CAT SAN, se produjeron los conflictos con el CIPTA debido a que los colonos de
origen andino deseaban conservar sus tierras y asegurarlas para las futuras genera-
ciones, de acuerdo a su tradición cultural que asigna un valor importante a la tierra
y a su transmisión de padres a hijos.
Entre el 19 y 22 de noviembre de 2000, mientras se realizaba la 3° exposición
pública sobre los resultados del saneamiento en Tumupasa, un grupo de coloni-
zadores –en reacción a los recortes efectuados a sus lotes por el INRA durante el
saneamiento, debido a que varios de ellos tenían una superficie mayor a la peque-
ña propiedad y a que sus parcelas no estaban cumpliendo la función económica
y social– realizaron actos de violencia en Tumupasa en contra del CIPTA y del
INRA, amenazando con la impugnación de la TCO. A este conflicto se sumaron
el Comité Cívico de San Buenaventura, la FESPAI y autoridades municipales en
apoyo a los colonizadores y en rechazo a la TCO; organizaron un comité de huelga
e intentaron quemar los documentos oficiales que se encontraban en la exposición
pública en Tumupasa. Del mismo modo, miembros de la FESPAI y del Comité
Cívico y funcionarios del Gobierno Municipal de San Buenaventura irrumpieron
en las instalaciones de la administración del Parque Madidi, secuestraron vehículos
pertenecientes al INRA, INYPSA105 y WCS y ocuparon el Centro Cultural Tacana,
bloqueando la carretera en el sector de San Buenaventura e incitando a otros a la
ocupación ilegal de tierras en áreas que correspondían a la demanda de la TCO
Tacana.
El 23 de noviembre de 2000, en la ciudad de La Paz, se llevó a cabo una
audiencia de conciliación convocada por el prefecto de La Paz, sin la presencia del
CIPTA, a la que asistieron autoridades de los municipios de San Buenaventura e

105
INYPSA era la empresa contratada por el INRA para apoyar el saneamiento de tierras en la
TCO Tacana.
Conflictos ambientales en áreas protegidas de Bolivia 129

Ixiamas, del Comité Cívico de San Buenaventura y de la Federación de Campesi-


nos. En esta reunión se acordó que la Comisión Agraria Departamental (sin tener
competencia, porque el saneamiento se había iniciado en la instancia nacional del
INRA) realizara una auditoría técnico-jurídica sobre el saneamiento de tierras efec-
tuado por la empresa INYPSA y el INRA nacional. La presidenta del Comité Cí-
vico y el alcalde de San Buenaventura solicitaron la anulación del proceso de CAT
SAN y SAN TCO. Por su parte, el CIPTA envió un memorial al ministro de Desa-
rrollo Sostenible en que solicitaba se dejase sin efecto legal el acuerdo conciliatorio
del 23 de noviembre y que se otorgasen las garantías necesarias para continuar con
el saneamiento de la TCO Tacana. El INRA, mediante Resolución N° 002/2000,
exhortaba al prefecto de La Paz, al alcalde de San Buenaventura y a otros actores
involucrados, a guardar respeto a la institucionalidad del Estado establecida por
ley. En diciembre de 2000 el ministro de Asuntos Campesinos y Pueblos Indígenas
y Originarios envío una carta al prefecto de La Paz, comunicándole la invalidez
del acta de conciliación debido a la ausencia del CIPTA en ésta, y señalándole la
necesidad de que los municipios y entidades fiscales coadyuvaran con el INRA en
el proceso de saneamiento.
El 5 de enero de 2001 el alcalde y el Comité Cívico de San Buenaventura,
la Federación Sindical de Abel Iturralde (FESPAI), la Cámara Agropecuaria y las
ASL El Roble y Cachichira hicieron llegar al director nacional del INRA un me-
morial rechazando el saneamiento en la provincia Abel Iturralde y solicitándole el
saneamiento interno con participación de instituciones cívicas y campesinas. Le
expresaron asimismo su oposición al trámite de la TCO Tacana por superponerse a
los derechos de terceros e incluyeron una nómica de ciudadanos que no contaban
con parcelas agrícolas. El subprefecto de la provincia intentó promover reuniones
entre los actores en conflicto, y aunque no logró que se estableciera el diálogo para
analizar en conjunto los problemas, contribuyó a disminuir las tensiones en la zona
y a que el INRA continuara con el saneamiento.
Para viabilizar la titulación de la TCO Tacana, el CIPTA requería llegar a
acuerdos con las organizaciones de colonizadores sobre los problemas de linderos
existentes. Esto se logró inicialmente con las colonias de Everest, Palestina, 25 de
mayo y Esmeralda. Finalmente, el 16 de noviembre de 2001 se firmó un acta de
130 Estudio de caso sobre experiencias de manejo de conflictos en el Gran Paisaje Madidi

conciliación entre el CIPTA y la FESPAI, dando lugar al análisis de cada uno de


los predios y a la renuncia del CIPTA a espacios que se encontraban entre las pro-
piedades de los colonos; asimismo se aseguró que las colonias tuvieran áreas de uso
común. Los instrumentos que facilitaron este proceso de análisis y acuerdos fueron
fundamentalmente la zonificación preliminar de la TCO Tacana y el uso del Siste-
ma de Información Geográfico (SIG). El 3 de febrero de 2002 se ratificaron estos
acuerdos mediante la firma de un convenio entre el CIPTA y la FESPAI. Actual-
mente, la mayor parte de las colonias tienen título de propiedad comunal, a excep-
ción de dos comunidades que prefirieron titular sus tierras en forma individual.
A partir de estos acuerdos, las relaciones entre el CIPTA y la FESPAI han sido
en general buenas. Si bien se han presentado algunos problemas de linderos y por el
acceso a los recursos naturales en la TCO Tacana, existe confianza en ambas orga-
nizaciones de que éstos se podrán ir resolviendo mediante el diálogo y el desarrollo
de trabajos conjuntos. En los conflictos que el CIPTA enfrentó con Ixiamas y San
Buenaventura por la oposición de estos municipios a la resolución de titulación106
emitida por el INRA, la FESPAI fue una de las organizaciones que le dio un fuerte
respaldo.

Impugnación de la dotación de la TCO Tacana por el Gobierno Municipal de Ixia-


mas

Los conflictos con Ixiamas se iniciaron al finalizar la etapa de exposiciones


públicas y se intensificaron en 2003 cuando el INRA emitió la Resolución de Ti-
tulación de la TCO Tacana. En diferentes momentos de este proceso, el Gobierno
Municipal de Ixiamas, junto al Comité Cívico y la comunidad de Tahua, intentó
desconocer los derechos territoriales del pueblo tacana al oponerse a su titulación
y al promover la formación de comunidades para justificar la ocupación de tierras
dentro de la TCO Tacana, aliándose con San Buenaventura en los conflictos de

106
El 10 de mayo de 2002 el INRA dicta la Resolución de Titulación TCO-DOT-TIT
004/2002, después de ganar cuatro instancias en el Tribunal Constitucional a favor del
CIPTA, sobre una superficie de 325.327 ha.
Conflictos ambientales en áreas protegidas de Bolivia 131

abril y mayo de 2003 en contra del CIPTA y de las tierras comunitarias de ori-
gen.
Los conflictos con Ixiamas se produjeron a raíz del intento del gobierno mu-
nicipal de definir áreas de aprovechamiento forestal en sectores de la demanda de
la TCO Tacana, que correspondían a las comunidades de San Pedro y Carmen del
Emero, y de la creación del Consejo Indígena de las Comunidades Tacanas de Ixia-
mas (CICOTI)107, organización paralela al CIPTA y promovida por el municipio
con el argumento de que esta organización representaba a un sector importante de
la población indígena tacana. En opinión de los dirigentes del CIPTA, CICOTI
fue creado para que ésta respondiera a los intereses políticos y económicos de un
grupo de vecinos de Ixiamas108. Después de titularse la TCO Tacana, esta organiza-
ción dejó de tener respaldo de las autoridades municipales y perdió importancia al
no representar legítimamente a las comunidades tacanas de Ixiamas.
El 22 de octubre de 2001, la Alcaldía Municipal de Ixiamas presentó una
oposición a la emisión del título ejecutorial de la TCO Tacana, argumentando que
el saneamiento no respetaba el área de crecimiento urbano de Ixiamas y que no
se había considerado el 20% del total de las tierras fiscales de producción forestal
del municipio. Comunicaba asimismo la división del pueblo tacana por conflictos
internos y que el CIPTA representaba a las comunidades de San Buenaventura y
CICOTI a las de Ixiamas. Durante una reunión de la Mancomunidad de Munici-
pios del Norte Paceño, realizada en marzo de 2002 en Ixiamas, la alcaldía de este
municipio determinó, mediante una carta enviada al CIPTA, la prohibición de li-
bre circulación por Ixiamas a sus dirigentes, exigiendo a su presidente el abandono
de la ciudad “ya que no tiene consentimiento para continuar en nuestro territorio
municipal por razones demás conocidas por la población de Ixiamas”109. En todo

107
El 24 de septiembre de 2001 el Consejo Municipal de Ixiamas reconoce legalmente como
organización a CICOTI, mediante Resolución Municipal 23/200. El 3 de diciembre la
Subprefectura de la Provincia Iturralde reconoce, mediante Resolución Subprefectural
021/2001, a CICOTI.
108
CIPTA, 2002.
109
Carta enviada a Celín Quenevo, presidente del CIPTA, por el alcalde y el Consejo de Ixia-
mas, en fecha 25 de marzo de 2002.
132 Estudio de caso sobre experiencias de manejo de conflictos en el Gran Paisaje Madidi

el proceso del conflicto con Ixiamas, las autoridades de este municipio no actuaron
en cumplimiento de la ley y no ejercieron adecuadamente sus responsabilidades
como gobierno local, garantizando los derechos ciudadanos de las personas y orga-
nizaciones sociales.
En abril de ese mismo año, técnicos del Proyecto BOLFOR y representantes
de la comunidad de San Pedro denunciaron la presencia de cuatro personas que se
encontraban quemando una cuarta parte de hectárea y construyendo una choza en
las proximidades de la laguna Espejo, con la intención de tomar posesión de tierras
dentro de la TCO Tacana para la creación de una nueva comunidad (Ayni), acción
que era apoyada por el Concejo Municipal de Ixiamas y CICOTI. La comunidad
de Santa Fe, a su vez, responsabilizó a miembros de este concejo de promover no
solamente la creación de la comunidad Ayni sino la tala ilegal de madera en las
áreas de manejo forestal de la comunidad.
Con la finalidad de buscar ayuda para enfrentar los conflictos de Ixiamas, en
mayo de 2002 el CIPTA presentó ante el Defensor del Pueblo una queja –que fue
admitida– en contra del Gobierno Municipal de Ixiamas y la Prefectura del De-
partamento de La Paz por los atropellos cometidos y el impedimento al ejercicio
de sus derechos constitucionales (derechos de libre circulación y asociación) de los
dirigentes del CIPTA. Las autoridades municipales negaron estas acusaciones y
justificaron sus acciones a través de las resoluciones de las asambleas realizadas en
este municipio y en San Buenaventura, acusando al CIPTA por su avasallamiento
al Distrito II de Tahua y del divisionismo promovido en las comunidades origina-
rias.
Por su parte, el Consejo Municipal de Ixiamas resolvió, mediante Resolu-
ción Municipal 32/2002, impugnar la dotación a los tacana por afectar al distrito
II Tahua y lesionar los legítimos derechos del municipio, y presentó un recurso
contencioso administrativo, ante el Tribunal Agrario Nacional (TAN), en contra
de la Resolución Final de Titulación y Dotación de Tierras Fiscales de la TCO
Tacana, con el argumento de que el INRA no habría tomado en cuenta durante el
saneamiento el radio urbano de Ixiamas y que se habría excluido a la comunidad
Conflictos ambientales en áreas protegidas de Bolivia 133

de Tahua110 de la demanda de la TCO, cuando esta comunidad estuvo inicialmente


incluida en dicha demanda y voluntariamente solicitó la distribución de sus tierras
en forma de parcela.

Reacción violenta en San Buenaventura en contra de la TCO Tacana

Inicialmente este conflicto se originó en torno a la demanda de la TCO de


San José de Uchupiamonas, la que se presentó en julio de 2002, cuando el proceso
de saneamiento CAT SAN, que titularía en 23.034 ha sus tierras como comuni-
dad campesina111, se encontraba prácticamente concluido. La superficie deman-
dada como TCO por San José era de 300.000 ha, superpuesta en un 65% al área
CAT SAN, y que incluía la zona histórico-cultural112 de la TCO Tacana y la zona
de uso turístico del Parque Madidi. Esta zona (que abarca un área de 80,473 ha)
estaba considerada en la propuesta de zonificación de la TCO Tacana, y había sido
consensuada con la Dirección del Parque Madidi para la protección conjunta de
sitios de valor arqueológico y cultural y de refugios de fauna y flora, el desarrollo
de ecoturismo y la realización de actividades tradicionales de manejo de recursos
naturales con fines de subsistencia, por las comunidades de San Miguel, Villa Al-
cira y Bella Altura.

110
La Subalcaldía Municipal de Tahua, en junio de 2002, rechaza el saneamiento de la TCO
Tacana y presenta ante el Tribunal Agrario un Recurso Contencioso Administrativo en
contra de la Resolución de Titulación y Dotación a favor del CIPTA por “lesionar nuestros
derechos como originarios e indígenas del territorio de Ixiamas”.
111
San José de Uchupiamonas fue una de las comunidades que en 1992 participó en la confor-
mación del CIPTA. En 1994, San José dejó de pertenecer al CIPTA.
112
El área histórico-cultural abarca la serranía de Caquiahuara, que se extiende hacia el occiden-
te del área demandada como TCO Tacana, hasta el cerro denominado Brujo o Macuti en el
Sur. Caquiahuaca, constituye el centro del universo mítico tacana, “donde tiene su sede el
dios creador”, y Macuti, el amo del mundo del Sur, es considerado un hijo de Caquiahuaca.
Incluye asimismo el arroyo Yariapo –donde se fundó, en 1713, la primera reducción de
Santísima Trinidad de Yariapo, posteriormente Tumupasa--.
134 Estudio de caso sobre experiencias de manejo de conflictos en el Gran Paisaje Madidi

La reacción del CIPTA a la demanda de San José fue de rechazo, puesto que
ésta se superponía completamente con la zona histórico-cultural, lo que significa-
ba que se limitarían las posibilidades del pueblo tacana de conservar parte de su
territorio ancestral, realizar las prácticas tradicionales de cacería y promover pro-
yectos de ecoturismo. Para evitar que el INRA aceptara la demanda y prosiguiera
con el saneamiento y titulación de la TCO Uchupiamonas, el CIPTA interpuso
varios recursos legales ante el INRA –que fueron sistemáticamente rechazados– ar-
gumentando que la demanda de San José se superponía con la zona histórico-cul-
tural de la TCO Tacana y que su reciente identificación como pueblo indígena,
cuando dentro del proceso de CAT SAN se había identificado como comunidad
campesina113, respondía únicamente a su interés por demandar una TCO de gran
extensión territorial. Frente a la oposición del CIPTA, San José redujo su solicitud
de 300.000,0000 ha a 225.832,0000 ha, sin resolver el problema de superposición
con la zona histórico-cultural. En base a esta nueva solicitud, y a la presentación
de la personalidad jurídica de San José como pueblo indígena114 y la certificación
de su identidad étnica115, el INRA emitió un auto de fecha 8 de mayo de 2003,
admitiendo la demanda de la TCO Uchupiamonas.
Esta demanda afectaba asimismo a los operadores de turismo de San Buena-
ventura, que pretendían desarrollar esta actividad en la zona de uso turístico del
Parque Madidi. San Buenaventura intentó negociar con San José para que redujera
su demanda del río Aguapolo al río Yariapo, sin lograrse un acuerdo al respecto. En
este contexto se configura el conflicto de San Buenaventura, en el que confluyeron

113
El CIPTA sostiene que el pueblo de San José de Uchupiamonas estuvo integrado, desde su
fundación hasta 1830, exclusivamente por gente de habla tacana, y que posteriormente los
tacana originarios fueron desplazados por gente de habla quechua, que son los antepasados
de los actuales comunarios de San José de Uchupiamonas. Nota de fecha 25 de febrero de
2003 presentada por el CIPTA al INRA
114
Ordenanza Municipal de San Buenaventura N° 008/2002 del 19/04/02 y Resolución
Subprefectural N° 032/2002 del 23/04/2002, Resolución Prefectural N° 91/2001 del
30/05/02, Registro UDFC N° 02/15/02/91 del 30/05/02.
115
Certificación MACPIO Nº 0006/2002 D.T., por la que se acredita que el pueblo San José de
Uchupiamonas “mantiene identidad y prácticas culturales como pueblo indígena”.
Conflictos ambientales en áreas protegidas de Bolivia 135

los intereses de varios sectores sociales de San Buenaventura e Ixiamas: comités


cívicos, gobiernos municipales y otros sectores sociales (Cámara de Turismo, co-
munarios de Caijene y Tahua, propietarios agrícolas, madereros, grupo de personas
autodenominadas “Sin Tierra”), en contra de la Resolución de Titulación de la
TCO Tacana emitida por el INRA, después de dos sentencias del Tribunal Agrario
Nacional.
En abril de 2003 el Comité Cívico de San Buenaventura emitió un voto reso-
lutivo en el que plateaba nueve puntos, entre ellos su rechazo a las demandas de las
tierras comunitarias de origen Tacana y San José de Uchupiamonas y la demanda al
municipio para que destinase un área de turismo y al INRA para que crease nuevos
asentamientos humanos: “…que inviten a otros campesinos sin tierra y desocupa-
dos de Bolivia a asentarse en las feraces tierras de San Buenaventura”. Amenazaba
con que, en caso de persistir la resolución de titulación de la TCO, se inmovilizaría
la provincia y se exigiría el pago de mil dólares por habitante.
Para facilitar las negociaciones, el INRA comunicó, a través de la Prefectura
del Departamento de La Paz, en su calidad de Presidente de la Comisión Agraria
Departamental, la existencia de 5.000 ha de tierra para su distribución entre perso-
nas denominadas “Sin Tierra”. En el transcurso del conflicto de San Buenaventura,
la lista de los “Sin Tierra” fue ampliada por el Comité Cívico de San Buenaven-
tura, haciendo inviable la solución del conflicto. Entre el 14 y el 18 de mayo de
2003, San Buenaventura bloqueó el puerto y la carretera que comunica a Ixiamas;
intervino las oficinas del Parque Madidi, el Centro Cultural Tacana y el Campa-
mento Andino del Parque; realizó cobros ilegales a los turistas por el ingreso al
Madidi; y tomó como rehenes a dirigentes del CIPTA, a miembros de la comisión
del INRA, a personeros del SERNAP, a personal de CARE y a tres camarógrafos
que realizaban actividades de apoyo al parque, decomisándoles un bote con motor
fuera de borda. Asimismo, intentó obligar a los dirigentes del CIPTA a suscribir
un convenio para comprometerlos en la cesión de nuevas extensiones de tierra116.
En la Asamblea convocada por el pueblo de San Buenaventura, diferentes sectores

116
La Alcaldía de San Buenaventura consideraba que el CIPTA debió ceder con la entrega de
tierras a los que la solicitaban, para evitar que continuara el conflicto
136 Estudio de caso sobre experiencias de manejo de conflictos en el Gran Paisaje Madidi

de la población manifestaron, a través de un voto resolutivo, su desacuerdo con la


continuidad del bloqueo.
Ante estos hechos, las comunidades tacanas fueron convocadas por el CIPTA
para concentrarse en la localidad de Tumupasa, desde donde emitieron un voto
resolutivo pidiendo que la Comisión de Gobierno se trasladase a esta población.
Ese mismo día llegó a Rurrenabaque la Comisión de Gobierno, compuesta por el
prefecto de La Paz, el viceministro de Tierras, el viceministro de Asuntos Indígenas,
la viceministra de Justicia, el director del INRA y un representante de la Defensoría
del Pueblo, planteando que la reunión se realizaría en esa ciudad en base a una agen-
da específica, y que los representantes para la negociación debían estar debidamen-
te acreditados. Sin embargo, la Comisión de Gobierno fue obligada a desplazarse
a San Buenaventura, donde se reunió con algunos miembros del Comité Cívico,
que le presentaron un nuevo voto resolutivo. Mientras una parte de la comisión
analizaba una respuesta al voto resolutivo, la otra (viceministros de Asuntos Indí-
genas y de Justicia y Derechos Humanos y representante del Defensor del Pueblo)
se desplazaron a Tumupasa para dialogar con sus autoridades y representantes. El
21 de mayo de 2003, la Comisión de Gobierno (prefecto de La Paz, Viceministerio
de Tierras, director del INRA) y el Comité Cívico de San Buenaventura acordaron
llevar el tema de la demanda de tierras al Consejo Agrario Departamental (CAD),
revisar la metodología del informe de necesidades espaciales de la demanda TCO
Tacana, coordinar entre el Gobierno y las organizaciones sociales la búsqueda de
soluciones y conformar un comité regional de saneamiento con todos los sectores
relacionados. Todos estos puntos del convenio fueron producto de la presión, ya
que se lo firmó en medio del secuestro de personas, intervención de los bienes del
Estado y de las entidades privadas, de circulación de personas que estaban en pose-
sión de armas y cuyo expediente policial rayaba en lo delincuencial. Varios puntos
del convenio contravenían las normas legales, como es el caso de la conformación
de un comité regional de saneamiento y la suspensión de la titulación de la TCO
Tacana, cuyo proceso se había enmarcado en las normas y procedimientos legales.
Cuando finalmente el 15 de junio de 2003 el Presidente de la República firmó el
título ejecutorial de la TCO Tacana sobre una superficie de 325.328 ha117, el Comité

117
En 2003 se aprobó la titulación de 405.665 ha, de las cuales se titularon 372.000 ha, quedando
pendientes 33.732 ha.
Conflictos ambientales en áreas protegidas de Bolivia 137

Cívico de San Buenaventura –en reacción a esta medida– intentó nuevamente movi-
lizar a la población en contra del PNANMI Madidi, invitando a la toma de tierras,
al corte de madera y a la caza de animales dentro del área, sin lograr la convocatoria
esperada por parte de la población.
Los conflictos que se enfrentaron en el proceso de saneamiento de la TCO
no fueron ajenos a otros que se desarrollaron en el territorio nacional. La temática
de la tierra ha sido (y continúa siendo) uno de los temas críticos de Bolivia por los
problemas que se fueron acumulando a lo largo de décadas en la dotación, distri-
bución y titulación de tierras. El proceso de saneamiento, que empezó a realizarse a
partir de la promulgación de la Ley INRA, ha sido lento, con avances insuficientes
en la regularización de la tenencia y en la reversión y distribución de tierras, debido
a limitaciones financieras y a la complejidad de la problemática agraria.
Una razón que explica la posición de varios sectores sociales en contra de la
titulación de la TCO Tacana está relacionada con la falta de comprensión de la po-
blación sobre los alcances de las políticas del Estado respecto al reconocimiento de
los derechos de los pueblos indígenas, entre los que se encuentra el territorial. Exis-
te la percepción de que la dotación de amplios territorios colectivos a los indígenas
conlleva la creación de privilegios para unos pocos en desmedro de los intereses de
otros sectores, y que si bien la Ley INRA es justa con los indígenas, plantea proble-
mas al permitir la dotación de grandes extensión de tierra para ellos.
Los más fuertes oponentes al saneamiento y titulación de la TCO Tacana fue-
ron los municipios de San Buenaventura e Ixiamas, constituyéndose en la mayor
parte de los casos en actores centrales de los conflictos. Con el argumento de estar
defendiendo los intereses de otros sectores sociales, se manifestaron abiertamente
en desacuerdo a que se otorgaran tierras comunitarias de origen en sus jurisdiccio-
nes, movilizándose para evitar que se prosiguiera con la dotación de la TCO Tacana
y dando lugar a conflictos entre instituciones del Estado a distintos niveles. Su po-
sición y actuación fue similar a la de los comités cívicos, con los que mantuvieron
una alianza permanente, ya sea directa o indirectamente, cerrando filas en torno a
los intereses económicos de otros actores sociales y mostrando una gran debilidad
como entidad rectora de los asuntos públicos en el ámbito local.
138 Estudio de caso sobre experiencias de manejo de conflictos en el Gran Paisaje Madidi

Existió temor entre las autoridades municipales, los comités cívicos y los ac-
tores sociales de que, tal como sucedía en las áreas protegidas, la TCO reduciría las
posibilidades de desarrollo municipal, ya que al perder la alcaldía el control sobre
una parte de su territorio, se limitarían las oportunidades de acceso y uso de los
recursos naturales, demostrando así la existencia de una confusión en los conceptos
de jurisdicción municipal, propiedad de la tierra y objetivos de conservación y de-
sarrollo sostenible en tierras comunitarias de origen y áreas protegidas.

El municipio está de mediador, aplicando las leyes. Prácticamente no-


sotros habíamos hecho lo que teníamos que hacer, ver que se nos respete el
área urbana y las 9.000 hectáreas para las agrupaciones sociales del lugar,
para que puedan trabajar. Nosotros no teníamos otra opción porque el go-
bierno municipal no tramita para propiedades privadas, no era nuestra fun-
ción ir y pedir terreno, eran ellos los que tenían que hacerlo. (Luís Alberto
Alípaz, Alcalde de San Buenaventura, San Buenaventura, 28/07/2003.)

Nosotros no conocíamos en profundidad la ley [INRA]. Después,


cuando entraron los facilitadores que tiene la confederación, recién nos
dimos cuenta que habíamos cometido grandes errores, pero ya era tarde
porque ya habían pasado las campañas públicas, las exposiciones públicas,
la presentación de los resultados y todo eso. Entonces fue cuando nos reuni-
mos con el CIPTA, central por central, para poder conciliar y recuperar o
por lo menos tener un poco más de extensión, conseguimos la ampliación
de 18 comunidades que han sido beneficiadas con ampliaciones, algunas
con una buena cantidad de hectáreas. (Moisés Guarachi, Secretario Ejecuti-
vo de la FESPAI, Ixiamas, 30/07/2003.)

Por el acceso a los recursos con la creación del parque la gente está
disconforme, pero con la creación de la TCO, que es otro sistema realmente
de proteger el área, inmovilizar el área: inutilización de la madera, la agricul-
tura, porque si es TCO ya hay que conservarlo todo, si tenemos un parque
y tenemos una TCO entonces ya no se debe tocar, la TCO es igual a otra
área protegida, entonces la demás gente, los que han emigrado, han venido,
tienen esa inquietud de ver, porque se puede cerrar todo en la provincia Itu-
rralde sino hay acceso a nada, entonces ese es el problema. (Alcides Santalla,
Cámara de Turismo de San Buenaventura, Rurrenabaque, 28/07/2003.)
Conflictos ambientales en áreas protegidas de Bolivia 139

Capítulo 4
Conclusiones sobre los conflictos ambientales en el Sistema
Nacional de Áreas Protegidas (SNAP)

Los conflictos que se enfrentaron en el Sistema Nacional de Áreas Protegidas


(SNAP) tienen su origen en las políticas agrarias que se promovieron a partir de la
segunda mitad del siglo XIX, y que dieron lugar a la expropiación de tierras de co-
munidades del Altiplano y valles y a la desestructuración del espacio comunitario,
produciendo impactos ambientales, socioeconómicos y culturales que no pudieron
ser superados con la Reforma Agraria de 1952. Aunque esta medida permitió la
restitución de las tierras de origen, al no haber sido consolidadas como propiedad
comunal sino como pequeña propiedad individual, después de algunas décadas los
campesinos se encontraron con sus tierras excesivamente parceladas y, en algunos
casos, improductivas, lo que generó corrientes de migración hacia el oriente del
país en búsqueda de tierras aptas para la agricultura.
En las tierras bajas, la política de colonización impulsada desde mediados del
siglo XIX se encaminó a la reducción de los pueblos indígenas que habitaban los
bosques tropicales, a la integración de esta región al territorio nacional y a la explo-
tación de recursos naturales de importancia económica. En la visión del Estado bo-
liviano, los territorios del norte y nordeste (Hylea amazónica) y sur y sudeste del país
(oriente y Chaco) estaban desocupados y debían ser integrados para ejercer sobre
ellos control y soberanía. Los pueblos indígenas que los habitaban no eran conside-
rados propiamente como ciudadanos, sino como grupos nómadas que no aportaban
al desarrollo nacional, por lo que su reducción y aculturación se convirtió en uno de
los objetivos del Estado para su incorporación social y económica al país.
140 Conclusiones sobre los conflictos ambientales en el Sistema Nacional de Áreas Protegidas

En el caso particular del norte de la Paz, a lo largo de su historia republicana


se produjeron varios momentos de colonización vinculados a auges económicos y
a proyectos de desarrollo promovidos desde el Estado: economías de la quina y la
goma, la marcha hacia el norte y la producción forestal empresarial, que generaron
la explotación del territorio y el reparto de tierras (casi gratuito) a los nuevos inmi-
grantes a la región. Esto significó la enajenación de tierras a los pueblos indígenas
y cambios en los sistemas tradicionales de uso de los recursos naturales y de orga-
nización social, que se vieron especialmente afectados a partir de la década de los
setenta con la parcelación de la tierra, el surgimiento de cooperativas agrícolas y la
orientación de la producción hacia el mercado.
Recién en la década de los noventa, con las reformas del Estado, esta visión de
la realidad indígena y de integración del territorio nacional comenzó a modificarse
con el reconocimiento del carácter multiétnico y pluricultural de la sociedad boli-
viana y con la aplicación de políticas dirigidas al ejercicio de los derechos sociales,
económicos y culturales de los pueblos indígenas (especialmente en lo relativo a sus
tierras comunitarias de origen) El surgimiento de los gobiernos municipales como
actores centrales del desarrollo local contribuyó a la descentralización del Estado y
a una mayor articulación de las comunidades indígenas, campesinas y urbanas a la
vida jurídica, política y económica del país. Este conjunto de medidas promovidas
por el Estado, así como los procesos que se fueron gestando desde la sociedad civil y
que influyeron en la creación de instancias políticas representativas de los intereses
de los sectores populares, dieron lugar a la configuración de un nuevo escenario
político y social en el país y a cambios profundos que están afectando la base misma
de la sociedad boliviana.
En este nuevo contexto histórico y de transformaciones sociales, se produ-
jeron conflictos sociales que tuvieron una fuerte incidencia en el desarrollo de la
democracia boliviana y que determinaron la reconformación del sistema político y
las relaciones entre regiones y sectores sociales, con los movimientos sociales como
actores centrales de la actividad política del país. La mayor parte de los conflictos
estuvieron vinculados con la tenencia y uso de la tierra, la problemática de la coca y
su erradicación en la zona del Chapare y, en los últimos cinco años, con una crisis
general del Estado que se produjo a raíz del creciente descontento social por los
Conflictos ambientales en áreas protegidas de Bolivia 141

problemas de pobreza y exclusión social (que las reformas de los últimos quince
años no pudieron resolver), de la pérdida de legitimidad del sistema político y del
progresivo debilitamiento de las relaciones entre el Estado y la sociedad civil, difi-
cultando el diálogo y la canalización de las demandas sociales.
La puesta en funcionamiento del Sistema Nacional de Áreas Protegidas se
realiza en un momento en que el Estado lleva adelante las reformas y asume el de-
sarrollo sostenible como concepto orientador de su gestión, aunque en la práctica
la gestión ambiental no logra integrarse en el conjunto de las políticas y acciones
del Estado y no permite modificar sustantivamente la situación ambiental del país,
caracterizada por una creciente degradación de los ecosistemas naturales y produc-
tivos. Si bien en los últimos 12 años se ha avanzado de manera significativa en el
desarrollo del SNAP y en la gestión de las áreas protegidas, aún no se cuenta con
experiencias sólidas de gestión que aseguren la sostenibilidad social, financiera y
ecológica del sistema a largo plazo. Se requieren mayores esfuerzos para una parti-
cipación social más activa y comprometida con la gestión de las áreas protegidas y
para compatibilizar los objetivos de conservación con los de desarrollo socioeconó-
mico, contribuyendo al mejoramiento de las condiciones de vida de la población
local.
La presencia de las áreas protegidas dio lugar a conflictos con los actores socia-
les, que se sintieron afectados por las prohibiciones de ocupación de nuevas tierras
y de explotación de recursos naturales. Si bien las comunidades reconocen que el
trabajo de protección realizado por los guardaparques las beneficia porque permite
conservar recursos valiosos para la población, consideran de igual forma que las
restricciones en el uso de los recursos naturales son perjudiciales para su economía
si no se ofrecen otras alternativas.
Los altos niveles de pobreza de los municipios vinculados con las áreas pro-
tegidas están relacionados con la falta de oportunidades económicas y fuentes de
empleo. La mayoría de la población rural y urbana intenta sobrevivir utilizando
los recursos naturales para su subsistencia y la comercialización de productos de
la biodiversidad en los mercados locales, sin contar para ello con las suficientes
capacidades técnicas y financieras, lo que ha dado lugar a una fuerte presión sobre
los recursos, especialmente maderables, y a confrontaciones entre actores sociales
142 Conclusiones sobre los conflictos ambientales en el Sistema Nacional de Áreas Protegidas

por la distribución de beneficios, la apropiación de tierras y el acceso a recursos


naturales.
Hasta el momento, los proyectos de conservación y desarrollo que se están
promoviendo en las áreas protegidas han tenido un limitado impacto y, con al-
gunas excepciones, no han permitido identificar alternativas económicas viables y
mejorar la calidad de vida de la población local. La mayor parte de las experiencias
de manejo se encuentran en una fase experimental, por lo que aún no se cuenta con
suficientes ejemplos que demuestren en la práctica que son sostenibles económica y
ambientalmente. Esto se debe, en gran medida, a que en una primera etapa de gestión
de las áreas protegidas los esfuerzos se centraron en el desarrollo institucional, la parti-
cipación social y la protección de los ecosistemas y la vida silvestre, sentando las bases
para una gestión integral y participativa. Recién en los últimos años, las acciones de
manejo de las áreas protegidas y sus zonas de amortiguación externa se han enfocado
a la canalización de inversiones y asesoramiento técnico en el diseño y ejecución de
proyectos de ecoturismo comunal, producción artesanal, manejo forestal y aprove-
chamiento de la vida silvestre, con la finalidad de incrementar los ingresos familiares
y ampliar las oportunidades económicas de los municipios.
Las áreas protegidas ubicadas en los contrafuertes de la cordillera andina
–Madidi, Pilón Lajas, Isiboro Sécure, Carrasco y Amboró– han sido las que han
enfrentado mayores presiones por parte de distintos sectores sociales, especialmen-
te colonizadores y empresarios madereros. Los conflictos ambientales en estas áreas
estuvieron influidos por un conjunto de factores históricos, institucionales y so-
cioeconómicos: poca presencia del Estado, escasa participación social en las políti-
cas de Estado, proyectos de desarrollo con una visión de corto plazo, desequilibrios
demográficos y sociales, pobreza crónica y débil ejercicio de la ciudadanía. En el
vértice de estos problemas se encontraba una visión de desarrollo que concibió a
la colonización como un instrumento para la generación de oportunidades eco-
nómicas y también para la solución de los problemas rurales del Altiplano. Los
flujos de población hacia las zonas de colonización no se realizaron en base a un
conocimiento adecuado de su realidad socioeconómica y ambiental, ni estuvieron
acompañados de asistencia técnica y servicios básicos. El desplazamiento de la po-
blación indígena de sus áreas tradicionales y la alteración de sus sistemas tradicio-
Conflictos ambientales en áreas protegidas de Bolivia 143

nales de uso del espacio provocaron pugnas entre los indígenas y los recién llegados
e impactos negativos en los ecosistemas y recursos naturales, generando situaciones
de riesgo ambiental y social.
El estudio de caso de conflictos ambientales en el norte de La Paz muestra
que la visión de desarrollo e integración que ha prevalecido en la región ha estado
orientada a la extracción de los recursos naturales, apertura de caminos y coloniza-
ción, lo cual ha limitado las posibilidades de evaluar las potencialidades económi-
cas existentes y de mejorar las condiciones de vida de la población. Los temas de
integración y crecimiento económico no han sido resueltos mediante un análisis
de las oportunidades de la región, procediéndose a la apertura de caminos y a la
ocupación de tierras sin una planificación integral del desarrollo. Esta ausencia se
constituye en una de las amenazas más importantes para la conservación y el de-
sarrollo sostenible de la región y en una de las causas principales de los conflictos.
Si se prosigue con la planificación de nuevos asentamientos humanos en las tierras
fiscales (para resolver los problemas de otras regiones del país y los conflictos en el
norte de La Paz), se continuará generando impactos ambientales y culturales sin
resolver de fondo los problemas de pobreza y de falta de iniciativas económicas.
Las dificultades de coordinación institucional para lograr coherencia en las
políticas de intervención del Estado, en sus niveles nacional, departamental y local,
han dado lugar muchas veces a orientaciones distintas en la ejecución de las po-
líticas públicas, contradicciones en la aplicación de las normas y fuertes tensiones
entre instituciones en el desarrollo de los conflictos. La deficiente articulación entre
los distintos niveles y reparticiones del Estado constituye uno de los problemas
centrales de la administración pública y del proceso de descentralización. En la
mayor parte de los casos de conflictos en el SNAP, las instituciones no lograron
establecer una posición única ni definir criterios comunes para enfrentarlos ade-
cuadamente. En muy pocas oportunidades se realizaron evaluaciones conjuntas y
éstas no siempre permitieron establecer acuerdos interinstitucionales, lo que generó
dispersión de esfuerzos, deficiente aprovechamiento de sus capacidades, falta de un
análisis integrado de la información y debilitamiento de las políticas del Estado.
Esta problemática se intentó superar creando en el Ministerio de la Presidencia un
sistema de seguimiento y gestión de conflictos, que permitiera identificar temas
144 Conclusiones sobre los conflictos ambientales en el Sistema Nacional de Áreas Protegidas

potencialmente críticos y seguimiento a los conflictos y cumplimiento de acuerdos.


Sin embargo, la actuación de las instituciones del Estado, especialmente en el nivel
de los gobiernos locales, ha demostrado que en muchos casos no existe una cultura
institucional que garantice el cumplimiento de las normas y los derechos de los
ciudadanos.
Los gobiernos municipales tuvieron un rol central en los conflictos, princi-
palmente como mediadores y también como generadores de varios de ellos. En
ocasiones asumieron el papel de líderes sociales, adoptando decisiones contrarias
a las normas legales y a los intereses colectivos. Igualmente, los concejos munici-
pales han tendido a responder a las demandas de los sectores más influyentes de
la región, llegando incluso a tomar una posición activa en acciones perjudiciales a
los intereses de otros sectores sociales. Esto se debe a que las alcaldías no siempre
han logrado asumirse como parte del Estado y cumplir un rol protagónico en el
fortalecimiento de la democracia, convirtiendo al municipio en un espacio genui-
no de participación en el desarrollo local y en un articulador de las relaciones entre
actores locales. Por otra parte, los problemas de pobreza de la mayoría de los mu-
nicipios explican en parte su posición en el desarrollo de los conflictos, orientada
a aprovechar las oportunidades económicas (aprovechamiento forestal, turismo,
minería) sin una visión integral de la planificación municipal. Por ello la impor-
tancia de generar políticas estatales dirigidas a conciliar la conservación de las áreas
protegidas y el desarrollo de los municipios, estableciendo mecanismos económi-
cos e incentivos a la comercialización de productos y servicios de la biodiversidad,
e impulsando procesos de desarrollo sostenible que permitan extender las acciones
de conservación al conjunto del municipio y la región. Esto implica asimismo el
establecimiento de políticas bien definidas en relación a las responsabilidades del
municipio en la gestión de las áreas protegidas, apoyando procesos de planificación
integral y la búsqueda de alternativas económicas basadas en la conservación de la
biodiversidad.
A pesar de que los actores locales están conscientes de la importancia de avan-
zar en el desarrollo de la democracia en la región, como una condición necesaria
para que los ciudadanos se preocupen y asuman colectivamente los problemas que
afronta su región, en general, sus estrategias para lograr que el Estado atienda sus
Conflictos ambientales en áreas protegidas de Bolivia 145

demandas han estado basadas en la presión y la confrontación, limitando su ca-


pacidad de deliberación y de solución efectiva de los problemas. En general, las
acciones desarrolladas por los actores sociales se caracterizaron por presión social,
emisión de votos resolutivos, bloqueos, denuncias, allanamientos y, en algunos ca-
sos, agresiones físicas. Antes de dar inicio a movilizaciones y acciones de hecho, los
actores involucrados en los conflictos no buscaron el diálogo y la negociación para
la solución de los problemas. Esto responde también a la situación general de crisis
política, social y económica por la que atraviesa Bolivia, lo que ha debilitado las
relaciones entre el Estado y la sociedad, y que es fundamental recomponer para que
los ciudadanos participen en la construcción de una democracia que les permita un
auténtico ejercicio de la ciudadanía.
Entre las razones que determinaron que la sociedad se estructure y funcione
sin un sentido real de comunidad, de respeto al otro y de justicia y equidad, y que
explican el débil ejercicio de la ciudadanía, se encuentran la falta de conocimiento
de las leyes, sus alcances y oportunidades para el desarrollo, la escasa información
acerca de los derechos y deberes ciudadanos, la dificultad de asumir un compromi-
so en defensa de los intereses colectivos (ambientales, sociales, administración de
justicia) y el escaso valor otorgado a las culturas nativas. La práctica que prima en
los distintos sectores sociales es la corporativa, lo que limita que un sector reconoz-
ca los derechos de otro sector y que se actúe en función del interés del conjunto de
la sociedad.
Gran parte de los conflictos que se produjeron se debieron a que los sectores
sociales no siempre actuaron en cumplimiento de las normas. En muchos casos,
éstos se condujeron en función de las determinaciones de sus dirigentes y no por
lo establecido en las leyes, haciendo uso de las normas legales solamente cuando
éstas los favorecían y recurriendo a medidas de hecho en caso contrario. La opinión
de algunos dirigentes y comunarios indígenas ilustra las tensiones existentes entre
actores sociales y las debilidades en la práctica democrática:

Hace dos semanas atrás, dos señoras de una comunidad de colonos


nos dijeron que el espacio de su comunidad llegaba hasta el filo de la se-
rranía y que el congreso nacional de colonizadores había resuelto anular la
TCO Pilón Lajas. A lo que nosotros les respondimos: compañera, en nues-
146 Conclusiones sobre los conflictos ambientales en el Sistema Nacional de Áreas Protegidas

tro país hay muchos sectores sociales que pelean por conquistar derechos, y
mi derecho usted no lo puede anular simplemente porque se reunió con su
comunidad que decidió anular el derecho de otra comunidad. Nosotros res-
pondemos, al igual que ustedes, a una estructura orgánica, a un movimiento
organizado. (Rober Cartagena y Germán Soto, Consejo Regional Chimán y
Mosetén, Rurrenabaque, 28/07/2003.)

Pienso que hace falta aprender más acerca del manejo político y el
relacionamiento entre actores en la zona, y también respecto a la forma de
abordar los problemas y conflictos. Creo que solucionarlos por la fuerza no
es la mejora manera. Los conflictos deber ser resueltos a través de la discu-
sión, en el marco del entendimiento y de la búsqueda de soluciones viables.
(Zenón Limaco, San José de Uchupiamonas, Rurrenabaque, 28/07/2003.)

Las dificultades existentes en la sociedad boliviana para la construcción de


una cultura democrática están relacionadas con la falta de reconocimiento de la
diversidad étnica y cultural del país y de aceptación de la pluralidad de visiones e
intereses que caracterizan a las regiones y sectores sociales. Bolivia nace en conflicto
con su diversidad cultural y regional, y esto se refleja en las dificultades que ha en-
frentado a lo largo de su historia para reducir las desigualdades sociales, integrar al
conjunto de las regiones y actores sociales en un proyecto común de país, aunque
respetuoso de esa diversidad, y fortalecer a los actores para concertar los cambios
sociales y la construcción de una democracia dialogante e incluyente. Las áreas pro-
tegidas expresan, en gran medida, estas contradicciones y problemas estructurales
de la sociedad boliviana.
Sin embargo, y a pesar de estas limitaciones, se han producido avances impor-
tantes (aunque insuficientes) como parte del aprendizaje de tratar los problemas y
conflictos entre actores locales, que constituyen una base para la construcción de
una sociedad más democrática: conciencia de que los ciudadanos actúen en suje-
ción a las leyes del país, reconocimiento de valores que fortalecen la unión entre
sectores y promueven el diálogo (confianza, intercambio de ideas e información),
mayor comprensión de los actores locales acerca del papel fundamental de los go-
biernos municipales en el desarrollo y reconocimiento de la importancia de partici-
par en los asuntos públicos del gobierno local. La construcción de una democracia
Conflictos ambientales en áreas protegidas de Bolivia 147

basada en el reconocimiento de la pluralidad cultural y de intereses continúa siendo


un desafío para el futuro y una labor que involucra tanto a actores sociales como a
actores políticos. En los últimos años se ha creado un mayor control de las acciones
de los gobiernos municipales por parte de la población; las organizaciones indíge-
nas, campesinas y de colonizadores están más fortalecidas, más concientes de sus
responsabilidades de orientar a sus bases y de promover una cultura democrática.

Cada vez hay mayor conciencia en las comunidades y dirigentes que


conocen las leyes. Ellos tienen mucha responsabilidad en orientar a las co-
munidades, incentivando a que la gente participe de las decisiones y evitan-
do que los acuerdos se asuman sin la discusión necesaria, como ocurre nor-
malmente. (Moisés Guarachi, Secretario Ejecutivo de la FESPAI, Ixiamas,
30/07/2003.)

La conciencia ciudadana en la región se ha ido incrementando porque


las comunidades han comenzado a hacer valer sus derechos y a exigir a los
gobiernos municipales que cumplan con sus responsabilidades. Esto ha per-
mitido que las autoridades municipales se den cuenta de que tienen que res-
ponder de sus actos a la sociedad local, que cada vez existe mayor control y
que ya no es tan fácil engañar al pueblo. (Rober Cartagena y Germán Soto,
Consejo Regional Chimane y Mosetene, Rurrenabaque, 28/07/2003.)

Aunque la gestión de las áreas protegidas ha estado atravesada de tensiones


sociales relacionadas con el acceso y uso de la tierra y los recursos naturales y la
ejecución de proyectos de desarrollo, el tema de conflictos ambientales no fue con-
siderado como parte integral de la planificación y manejo de las mismas. No se
generaron los instrumentos y metodologías que permitieran predecirlos, analizarlos
y manejarlos adecuadamente. En general, los conflictos enfrentados en las áreas
protegidas tuvieron un tratamiento casi exclusivamente legal, en el marco de la for-
malidad jurídica, lo que dio lugar a una relación conflictiva con algunos sectores de
la población local, impidiendo incluso el ingreso de los guardaparques a las zonas
de conflicto para la realización de las actividades rutinarias de control y vigilancia.
En los casos de conflictos que se produjeron en los últimos años en las áreas
protegidas, las dificultades de acceso y utilización de información, así como la falta
148 Conclusiones sobre los conflictos ambientales en el Sistema Nacional de Áreas Protegidas

de una adecuada normatividad de uso y aprovechamiento de recursos naturales (re-


glamentos y procedimientos específicos) y de comunicación entre las instituciones
públicas (ministerios, prefecturas y municipios) y las organizaciones de la sociedad
civil, figuraron entre los principales problemas que contribuyeron al surgimiento y
desarrollo de conflictos. En general, las direcciones de las áreas protegidas no cuen-
tan con un adecuado conocimiento de la realidad institucional, socioeconómica y
cultural de las regiones en las que se encuentran, y no se ha considerado importante
conservar una historia institucional que contribuya a entender los procesos de rela-
cionamiento del área con la población y el origen de los conflictos.
Sin embargo, en el desarrollo de los conflictos en el sistema se generaron
algunas experiencias valiosas que han contribuido a una mejor comprensión de la
problemática social y de la complejidad y dinámica de las relaciones entre actores
sociales, generando capacidades para encarar las demandas y los cambios sociales.
Las estrategias de manejo de conflictos se orientaron a la promoción del diálogo y
la concertación, al planteamiento de propuestas normativas y de alternativas de uso
de recursos naturales y a la realización de estudios técnicos y jurídicos, con resulta-
dos importantes en el fortalecimiento de las relaciones entre las direcciones de las
áreas y las comunidades locales y en la definición de agendas conjuntas de trabajo.
En el caso particular de la TCO Tacana, las experiencias de manejo de con-
flictos contribuyeron a fortalecer el liderazgo del CIPTA en la región y a desarro-
llar capacidades de negociación con otros actores sociales. El CIPTA utilizó los
mecanismos legales previstos en la Ley INRA para defender los derechos de las
comunidades tacanas durante el proceso de saneamiento, a través de recursos de
revocatoria y jerárquicos interpuestos ante el INRA y el Ministerio de Desarrollo
Sostenible. Fueron también indispensables la negociación y el establecimiento de
acuerdos con otros actores sociales y entidades del Estado, buscando soluciones
prácticas a los conflictos. La disponibilidad de información técnica y espacial se
constituyó en una herramienta fundamental para el manejo de los conflictos. La
cartografía de datos comunitarios permitió evaluar las demandas de las comunida-
des, facilitando la toma de decisiones para la delimitación de las diferentes áreas de
uso (producción agrícola, ganadería, cacería, uso forestal, turismo, áreas de reserva
para la protección de fauna). Del mismo modo, esta información permitió la con-
Conflictos ambientales en áreas protegidas de Bolivia 149

ciliación de límites y superficies con los colonizadores y otros propietarios, posibili-


tando al CIPTA y a las comunidades ir consolidando sus derechos territoriales, a la
vez que beneficiaba a otros sectores sociales con el reconocimiento de sus derechos
propietarios y el acceso a los recursos naturales.
Si bien inicialmente, los esfuerzos del CIPTA se centraron en la consolidación
legal de la TCO Tacana, en el proceso de zonificación, planificación del desarrollo
y promoción de proyectos de manejo de recursos naturales por comunidades y
agrupaciones productivas tacanas se fue construyendo una visión propia de conser-
vación y gestión territorial. El CIPTA llevó adelante una política de acceso y uso de
los recursos naturales, que establece como directriz el concepto de sostenibilidad
y equidad intergeneracional y entre comunidades, y define como instrumentos de
aplicación un marco de normas y criterios de sostenibilidad y la microzonificación
en cada comunidad. Aunque se ha avanzado en la toma de decisiones respecto al
manejo de los recursos naturales, se requiere fortalecer la capacidad de las comu-
nidades en el cumplimiento de las normas y en la administración de conflictos
internos y con otros actores locales por el uso de recursos.
La experiencia de trabajo en el SNAP muestra que los escenarios de conflicto
continuarán centrados en la problemática de la tierra y en la extracción de recursos
naturales, principalmente maderables, ya que la situación de pobreza de los muni-
cipios se presenta como un factor determinante para el surgimiento de tensiones
sociales y confrontaciones con las áreas protegidas. Para avanzar en la superación
de estos problemas y reducir las posibilidades de conflictos, es fundamental que
los gobiernos municipales, las áreas protegidas y las tierras comunitaria de origen
asuman un papel activo en la coordinación de acciones orientadas al desarrollo
de alternativas económicas y al fortalecimiento de la participación social en las
políticas de conservación, integrando agendas de trabajo, canalizando inversiones y
creando redes de intercambio y flujos de información.
El desarrollo de una cultura democrática en las regiones donde se encuentran
las áreas protegidas constituye un objetivo primordial para que las comunidades,
organizaciones de base, instituciones y población local participen activamente en
la defensa y conservación de las áreas protegidas como instrumentos para el desa-
rrollo local, generando conciencia sobre la importancia de fortalecer la práctica del
150 Conclusiones sobre los conflictos ambientales en el Sistema Nacional de Áreas Protegidas

diálogo y la concertación para el análisis y solución de los problemas comunes y los


conflictos sociales.
Lo que permitirá avanzar en la construcción de las relaciones democráticas
entre actores sociales es el reconocimiento de su pertenencia a un mismo espacio
vital, donde se comparten problemas comunes y se acuerdan las decisiones en el
marco del diálogo y la comunicación. Las reflexiones de algunos dirigentes indí-
genas (entrevistados en el norte de La Paz) apuntaban a la necesidad de promover
espacios de diálogo para que los distintos actores sociales pudieran sentarse en una
misma mesa a analizar y consensuar posiciones sobre los temas ambientales que
afectan al conjunto de la sociedad, a pesar de las dificultades que pudieran presen-
tarse por las diferencias de visiones culturales, lingüísticas y de intereses particula-
res. La confianza, el respeto a los valores y opinión del otro y la buena fe para tratar
los temas son los principios que garantizarán el diálogo y el cumplimiento de los
acuerdos.
La información y la educación se constituyen en herramientas fundamentales
para fortalecer valores y prácticas compatibles con la conservación ambiental, faci-
litar el diálogo y reforzar el sentido de responsabilidad individual y colectiva en la
gestión ambiental y en el desarrollo de la democracia, basada en el reconocimiento
del otro y su cultura y en la capacidad de participar en los asuntos públicos.
Conflictos ambientales en áreas protegidas de Bolivia 151

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158 Conclusiones sobre los conflictos ambientales en el Sistema Nacional de Áreas Protegidas
Conflictos ambientales en áreas protegidas de Bolivia 159

ANEXOS
CONFLICTOS AMBIENTALES REGISTRADOS EN LAS ÁREAS PROTEGIDAS
SISTEMA NACIONAL DE ÁREAS PROTEGIDAS (SNAP)
ACTORES SOCIALES ENTIDADES ESTATALES IMPACTOS SOBRE LA GESTIÓN OPORTUNIDADES ESTRATEGIAS DE MANE- ESTADO
ÁREA PROTEGIDA TEMA DE CONFLICTO LOCALIZACIÓN FECHA
IMPLICADOS INVOLUCRADAS DEL ÁREA GENERADAS JO DE CONFLICTOS ACTUAL
RNVS Amazónica s/d s/d s/d s/d s/d s/d s/d s/d s/d
Manuripi
PNANMI Madidi Extracción ilegal de madera Río Tuichi, San 1997- Comunidades de Azariamas y San SERNAP (oficina central), Direc- Pérdida de valores naturales por el Control de la extracción de Procesos administrativos Solucionado
por grupos de cuartoneros Buenaventura y 1998 José de Uchupiamonas, grupos de ción Madidi, Municipio de San corte de madera en manchones de madera en el área, apoyo de acto- (sanciones con decomisos
en las riberas del río Tuichi. Apolo. cuartoneros. Buenaventura y Fuerzas Armadas. mara. res sociales para el ordenamiento de madera), difusión de
Se decomisaron 3.600 tron- de la extracción ilegal de madera. información, alianzas con
cas de madera (1.8000.000 actores sociales.
p2).
PNANMI Madidi Actividad turística ilegal de Caquiahuara, 1997- Eco Bolivia, comunidades tacanas, SERNAP, INRA, MDSMA, Repercusiones en la gestión del área Agendas de trabajo conjunto con Procesos administrativos y Solucionado
la Fundación Eco Bolivia, zona sureste del 2002 Central Indígena Tacana (CIPTA), municipios de Apolo, Ixiamas, San y en la del SNAP, ya que Eco Bolivia el área, compromiso de actores judiciales, organización de
sin licencia ambiental y área, San Bue- CICOTI, Federación Abel Buenaventura y Rurrenabaque y interpuso un recurso inconstitucio- locales con su gestión, mayor comités interinstitucionales
título de propiedad de la naventura. Iturralde (FESPAI), Comité Cívico subprefecturas de Abel Iturralde y nal al Reglamento General de Áreas capacidad de acción política, (WCS-CI, CARE), difusión
tierra, en un área demanda San Buenaventura. Franz Tamayo. Protegidas. resoluciones de apoyo del Comité de información sobre el
por la TCO Tacana. de Gestión. área.
PNANMI Madidi Demanda de la TCO Comunidades de 1998 Central Indígena de Pueblos Lecos Dirección Madidi, INRA, muni- Divisiones internas en organizacio- Acceso a información sobre el Reuniones de trabajo entre Latente
Lecos Apolo, que generó la zona sur del de Apolo (CIPLA), Federación cipio de Apolo y Subprefectura nes sociales, surgimiento de nuevos saneamiento de tierras y la gestión las partes en conflicto,
la división de la Fede- área, Apolo. de Campesinos de Franz Tamayo, Franz Tamayo. conflictos, oposición de sectores a la del área, reconocimiento de talleres de concertación
ración Franz Tamayo y su CIDOB. gestión del área. derechos indígenas. y establecimiento de
oposición al saneamiento de acuerdos.
la TCO.
PNANMI Madidi Conflictos en la TCO Límite este de 1998- CPILAB, CIPTA, agrupaciones INRA, Viceministerios de Medio Tensiones y desconfianza entre actores Predisposición al diálogo y con- Evaluación técnica y Solucionado
Tacana I por la definición Madidi, San 2002 forestales: APIAT y AGROFOR, Ambiente y Asuntos Indígenas y locales, surgimiento de nuevos conflic- certación, capacidad de CIPTA jurídica, conformación de
de áreas de aprovechamiento Buenaventura. El Roble y Cachichira, Comité Pueblos Originarios, Municipio de tos, reducción del área de titulación de para la prevención y manejo de agrupacio-nes forestales de
forestal municipal para agru- Cívico de San Buenaventura. San Buenaventura. la TCO en 7.900 ha. conflicto, acceso a la información, la TCO Tacana, alianzas
paciones sociales del lugar planteamiento de propuestas. estratégicas con el Programa
en San Buenaventura. BOLFOR, zonificación de
la TCO.
PNANMI Madidi Conflictos por la tenencia Límite este de 2000- 18 colonias, FESPAI, CIPTA, co- Dirección de Madidi, INRA, Tensiones y desconfianza, conflicto Mayor capacidad de acción Analisis espacial (uso del Solucionado
de la tierra en la zona de Madidi, Ixiamas y 2001 mités cívicos de San Buenaventura MACPIO, Prefectura de La Paz, entre entidades del Estado (Prefectura, política de CIPTA, fortalecimien- SIG) y conciliación de
colonización durante el San Buenaven- e Ixiamas, agrupaciones El Roble y municipios de San Buenaventura INRA, MACPIO, Municipio San to de su organización social, forta- linderos entre comunidades
saneamiento, dando lugar a tura. Cachichira. e Ixiamas. Buenaventura). lecimiento de las relaciones entre tacanas y colonos, procesos
una fuerte oposición de los CIPTA y FESPAI, planteamiento judiciales, establecimiento
colonos a la titulación de la de propuestas. de alianzas estratégicas:
TCO Tacana. WCS.
PNANMI Madidi Conflictos por la ampliación Límite este de 2000- CIPTA, Comunidad tacana de INRA, Municipio de San Bue- Tensiones y desconfianza, separación Mayor capacidad de acción Análisis espacial (uso SIG), Solucionado
del radio urbano en San Madidi, San 2001 Caijene, Comité Cívico de San naventura. de Caigene de la TCO Tacana, política de CIPTA, acceso a la reuniones de trabajo, acuer-
Buenaventura, dando lugar Buenaventura. Buenaventura. reducción del área de titulación, información, Asesoramiento de dos con San Buenaventura,
a divisiones internas en surgimiento de nuevos conflictos. CIPTA en la delimitación del área alianzas con WCS y Direc-
CIPTA y a la oposición de urbana de San Buenaventura. ción Madidi.
otros sectores a la titulación
de la TCO Tacana.
ACTORES SOCIALES ENTIDADES ESTATALES IMPACTOS SOBRE LA GESTIÓN OPORTUNIDADES ESTRATEGIAS DE MANE- ESTADO
ÁREA PROTEGIDA TEMA DE CONFLICTO LOCALIZACIÓN FECHA
IMPLICADOS INVOLUCRADAS DEL ÁREA GENERADAS JO DE CONFLICTOS ACTUAL
PNANMI Madidi Impugnación a la dotación Límite este de 2001- CIPTA, Consejo Indígena de las INRA, Municipio de Ixiamas, Tensiones y desconfianza, división en Mayor capacidad de acción Procesos judiciales (im- Desvanecido
de la TCO Tacana por Madidi, Ixiamas. 2003 Comunidades Tacanas de Ixiamas Subprefectura de Abel Iturralde, CIPTA, confronta-ción con Ixiamas, política de CIPTA, logrando pugnaciones a la TCO),
el municipio de Ixiamas, (CICOTI), Comunidad de Tahua, Defensor del Pueblo. surgimiento de nuevos conflictos. alianzas con FESPAI, WCS, y el reuniones de trabajo.
arguyendo el crecimiento Comité Cívico de Ixiamas. apoyo del Defensor del Pueblo.
urbano y promoviendo divi-
siones internas en CIPTA.
PNANMI Madidi Demanda de la TCO San Zona sureste 2001- Comunidad San José de Uchupi- Dirección Madidi, INRA, Subpre- Oposición de sectores sociales a la Fortalecimiento de las relacio- Procesos judiciales, evalua- Solucionado
José de Uchupiamonas en del área 2003 amonas, CIPTA, CIPLA, Fede- fectura Franz Tamayo, municipios gestión del área, tensiones y descon- nes entre CIPTA y San José de ciones jurídicas, reuniones
un área superpuesta con la quiahuara)San ración Campesinos Franz Tamayo de Apolo y San Buenaventura. fianza entre organizaciones sociales, Uchupiamonas, predisposición al de trabajo entre las partes
zona histórico-cultural de Buenaventura. y Comité Cívico de Apolo. surgimiento de nuevos conflictos. diálogo y concertación, mediación en conflicto y promoción al
la TCO Tacana y de interés del Comité de Gestión. diálogo y concertación.
turístico.
PNANMI Madidi Construcción de caminos Apolo y San 2003 Comités cívicos de Apolo, Ixiamas SERNAP (oficina central), MDSM, Pérdida de valores naturales, con- Agendas de trabajo conjunto con Estudios técnicos, reuniones Activo
(Pelechuco-Apolo, Azaria- Buenaventura. y San Buenaventura, Federación de Prefectura de La Paz, municipios de flictos entre entidades del Estado, el área, propuestas técnicas alter- de trabajo entre las partes creciendo
mas-Ixiamas, Ixiamas-Puerto Campesinos de Apolo y Cámara de Apolo e Ixiamas y Mancomunidad repercusiones en la gestión del área nativas de vinculación caminera, en conflicto, generación
Heath) dentro del área de Turismo Regional. de Municipios del norte de La Paz. (divergen-cias en Comité de Gestión y acceso a la información por parte y difusión informaciión,
Madidi y de Apolobamba, no aprobación del Plan de Manejo). de actores locales. organización de comités
sin contar con licencia ambi- interinstitucionales (WCS,
ental ni aprobación técnica CI), apoyo de estudiantes
por parte del MDSM. de UMSA.
PNANMI Madidi Reacción violenta en San Comunidades de 2003 Comité Cívico y Cámara de SERNAP, Dirección Madidi, Confrontación del área con actores Compromiso de actores sociales Administración de justicia, Desvanecido
Buenaventura (Comité la TCO Tacana. Turismo de San Buenaventura y INRA, MDSMA, Prefectura de La regionales y locales, tensiones y con la gestión del área y las TCO, reuniones de trabajo entre
Cívico, Cámara de Turismo) San Buenaven- Asoc. pescadores multiétnicos, Paz, Municipio de San Buenaven- desconfianza entre actores locales, reconocimiento de derechos las partes en conflicto,
en contra de las TCOs tura. CIPTA, San José y CIDOB. tura y Defensoría del Pueblo. surgimiento de nuevos conflictos. indígenas. Mediación del área y alianzas estratégicas con
Tacana y San José de Uchu- del Comité de Gestión. ONG (WCS, CARE),
piamonas. difusión de información.
PNANMI Madidi Extracción ilegal de madera Zona central de 2005 Comunidades campesinas (Sipia, Dirección del Parque Madidi, Pérdida de valores naturales por el Agendas de trabajo conjunto con Procesos administrativos y Latente
por comunidades campesi- Madidi, Muni- Nogal, Raviana, Asariamas) y Ministerio de Gobierno y Prefectura corte de madera, tensiones y descon- el área, planteamiento de alterna- judiciales, planteamiento
nas, impidiendo el ingreso cipio de Apolo. Federación Franz Tamayo. de La Paz. fianza, repercusiones en la gestión del tivas de uso forestal, mediación de propuestas técnicas para
de guardaparques. área, surgimiento de nuevos conflictos. del Comité de Gestión de Apolo el manejo forestal con fines
para el diálogo. domésticos.
PNANMI Madidi Alianza entre autoridades San Buenaventura 2005 Comités cívicos de San Bue- Prefectura de La Paz, municipios, Périda de valores naturales por corte Mayor capacidad de manejo de Procesos administrativos y Desvanecido
locales y comités cívicos e Ixiamas. naventura e Ixiamas, empresas Ministerio de Gobierno. de madera, tensiones y desconfianza, conflictos, aunque ésta se debilitó judiciales.
en contra de Madidi y de madereras, CIPTA conflictos entre el área y municipios. con los cambios de autoridades en
las TCO vinculadas, para el SERNAP.
la extracción de recursos
naturales.
ANMI Apolobamba Conflicto en torno al mane- Municipios de 1995- Comunidades Ulla Ulla, Ucha SERNAP, Dirección Apolobamba y Oposición de sectores a la gestión del Agendas de trabajo conjunto con Talleres informativos, re- Solucionado
jo de la vicuña, en diferentes Pelechuco, Chara- 1998 Ucha, Huacuchani, Hichocollo, Dirección General de Biodiver- área, modificación de la catergoría de el área, identificación y comple- uniones de trabajo entre las
momentos de la gestión zani y Curva. Antaquilla. sidad. manejo. mentación de vacíos jurídicos, partes en conflicto, difusión
del área, por falta de una planteamiento de propuestas, de información, plan
adecuada normatividad y de resoluciones de apoyo del Comité de manejo de la vicuña,
alternativas económicas. de Gestión. propuesta normativa para la
venta de fibra.
ANMI Apolobamba Extracción ilegal de Sotopata y 2000- Comunidades de Sotopata y Dirección de Apolobamba, Muni- Oposición de comunidades a la Acceso a la información por parte Promoción al diálogo, Solucionado
madera por comunidades de Paujeyuyo, Chara- 2002 Paujeyuyo. cipio de Charazani y Subrpefectura gestión del área, repercusiones en la de actores locales, acuerdos con talleres informativos,
Apolobamba, dando lugar a zani. de La Paz. gestión del área, debilitamiento del las comunidades, coordinación in- reuniones de trabajo entre
confrontaciones con el área. Comité de Gestión al no intervenir terinstitucional de apoyo al área. las partes en conflicto.
por conflicto de intereses.
ACTORES SOCIALES ENTIDADES ESTATALES IMPACTOS SOBRE LA GESTIÓN OPORTUNIDADES ESTRATEGIAS DE MANE- ESTADO
ÁREA PROTEGIDA TEMA DE CONFLICTO LOCALIZACIÓN FECHA
IMPLICADOS INVOLUCRADAS DEL ÁREA GENERADAS JO DE CONFLICTOS ACTUAL
PNANMI Cotapata Incremento del cultivo de Valle del río Hua- 2003 Federación de productores de hoja Dirección de Cotapata, FELCN. Repercusiones en la gestión del área Establecimiento de acuerdos, Difusión de información y Desvanecido
hoja de coca en sectores rinilla, Coroico y de coca. (modificación de límites), surgimiento mayor compromiso de los reuniones para el estableci-
de valle del área de Co- Coripata de nuevos conflictos. actores sociales con la gestión de miento de acuerdos.
tapata, por comunarios de Cotapata.
Chorobamba, Santa Rosa y
Chinchita.
PNANMI Cotapata Conflictos con las comu- Zongo y Pacallo. 2003 Comunidad de Pongo y otras esta- Dirección de Cotapata, INRA. Tensiones y desconfianza entre actores Coordinación interinstitucional, Talleres informativos y Latente
nidades en el proceso de blecidas en el área, hacendados. sociales, repercusiones en la gestión acceso a información por parte de asesoramiento técnico y
saneamiento de tierras en el del área. la población local, mediación del legal a las comunidades en
Parque Cotapata, acentuado Comité de Gestión. temas agrarios, con apoyo
por la falta de información del Comité de Gestión.
de la población.
PNANMI Cotapata Conflicto de límites entre Huarinilla y Yavi- 2003 Comunidades campesinas de Dirección de Cotapata, INRA. Repercusiones en la gestión del área Promoción del diálogo, estableci- Talleres informativos y Latente
comunidades, acrecentado cucho, Municipio Huarinilla y Yavicucho. (dificultad de avanzar en la planifi- miento de acuerdos. asesoramiento técnico y
por el saneamiento de de Pacallo. cación y manejo del área), tensiones y legal a las comunidades en
tierras y la desconfianza en desconfianza. temas agrarios.
el trabajo del INRA.
PNANMI Cotapata Confrontación entre la Siñari, Cotapata. 2003 Comunidad de Siñari, propietario Dirección de Cotapata, INRA. Repercusiones en la gestión del área. Promoción al diálogo, definición Procesos juduiciales, Solucionado
comunidad de Siñari y la de la hacienda Sagrado Corazón. de derechos propietarios. reuniones entre las partes en
hacienda Sagrado Corazón conflicto.
por el derecho propietario
de la tierra.
RBTCO Pilón Lajas Presión de colonizadores Sillar, Palmar, 1996 Consejo Regional Chimán SERNAP (oficina central), Impactos ambientales (corte de Fortalecimiento organizativo del Procesos administrativos, Activo
en la zona sur del área para Cascada, Qui- Mosetén (CRTM), Federación de Dirección área Pilón Lajas, INRA, madera, caza, apertura de chacos), CRTM y mayor capacidad de reuniones de trabajo y creciendo
establecer asentamientos. quibey, 6 de Agos- Colonizadores de Yucumo (FECY), MACPIO. tensiones y desconfianza entre indíge- acción política, establecimiento de talleres informativos.
Las tensiones se agudizaron to (Palos Blancos, Federación de Colonizadores del nas y colonos, oposición de éstos a la acuerdos entre colonos, indígenas
en 2002 durante el inicio San Borja). Alto Beni (FAECAB). gestión del área. y dirección del área.
del saneamiento.
RBTCO Pilón Lajas Extracción ilegal de madera Sillar, Palmar, 1996 Federación de Colonizadores de SERNAP (oficina central) Direc- Pérdida de valores naturales (de- Mayor capacidad de control a la Administración de justicica, Latente
por colonos en la zona Sur Cascada, Qui- Yucumo (FECY), Federación ción del área. gradación de bosques), tensiones y extración de madera, promoción evaluaciones técnicas y lega-
de la Reserva, profundi- quibey, 6 de Agos- Colonizadores del Alto Beni (FAE- desconfianza, surgimiento de nuevos al diálogo y agendas de trabajo les, reuniones de trabajo.
zando las tensiones entre to (Palos Blancos, CAB), Consejo Regional Chimán conflictos. conjuntas, mediación del Comité
indígenas y colonos. San Borja). Mosetén (CRTM). de Gestión.
RBTCO Pilón Lajas Conflictos con empresas San Borja, Palos 1996- Veterinarios Sin Frontera (Coadmi- SERNAP, Dirección de Pilón Lajas, Pérdida de valores naturales del área Apoyo de actores locales a la Procesos administrativos Solucionado
madereras por la suspensión Blancos. 2001 nistradora), empresas madereras MDSM, Superintendencia Forestal, (corte de árboles, impacto en la Reserva, renuncia de las empresas y judiciales, reuniones de
de sus actividades dentro de (Berna, El Pino, Bella Vista), Prefectura de La Paz, Municipio de fauna), conflictos entre entidades del a sus áreas de corte, respaldo del trabajo entre las partes en
la Reserva, dando lugar a un FECAR, Comité Cívico de Rur- Rurrenabaque. Estado (SERNAP y Superintendencia Comité de Gestión (resolucio- conflicto, compensación
largo proceso judicial. renabaque, CI. Forestal). nes, visitas inspección, espacios económica a la empresa
negociación). Berna.
RBTCO Pilón Lajas Conflicto entre Veterinarios San Borja, Palos 1997- Veterinarios Sin Frontera (coad- SERNAP (oficina central), Direc- Modificación del convenio de Fortalecimiento de proyectos Reuniones de trabajo entre Solucionado
Sin Frontera (entidad coad- Blancos. 1999 ministradora), Federaciones de ción de Pilón Lajas, Ministerio de coadministración entre el SERNAP y productivos en las comunidades, las partes en conflicto para
ministradora de la Reserva) colonizadores de Yucumo, Gobierno. VSF, oposición de sectores a la gestión mejor definición de roles de las el establecimiento de acuer-
y los colonizadores que se Rurrenabaque y Alto Beni, Blan- del área, debilitamiento del Comité entidades de apoyo a la gestión dos, conciliaciones.
oponían a su presencia en cos, CRTM. de Gestión. del área.
la zona.
RBTCO Pilón Lajas Actividades turísticas ilegales Zona de Charque, 1997- Fundación Eco Bolivia, comuni- SERNAP (oficina central), Direc- Impactos en la vida silvestre. Mayor capacidad de control de Procesos administrativos, Desvanecido
de la Fundación Eco Bolivia municipio de 2002 dades indígenas ción Pilón Lajas, INRA, Prefectura las actividades ilegales dentro del evaluaciones jurídicas y
en la Reserva, sin contar con Apolo, La Paz. La Paz y Alcaldía de Rurrenabaque. área, resoluciones de apoyo del técnicas, difusión de infor-
licencia ambiental y título Comité de Gestión. mación a las comunidades.
de propiedad de la tierra.
ACTORES SOCIALES ENTIDADES ESTATALES IMPACTOS SOBRE LA GESTIÓN OPORTUNIDADES ESTRATEGIAS DE MANE- ESTADO
ÁREA PROTEGIDA TEMA DE CONFLICTO LOCALIZACIÓN FECHA
IMPLICADOS INVOLUCRADAS DEL ÁREA GENERADAS JO DE CONFLICTOS ACTUAL
RBTCO Pilón Lajas Extracción ilegal de madera Alto Colorado, 1998- Comunidad Alto Colorado, Dirección Pilón Lajas. Divisiones internas y debilitamiento Planteamiento de propuestas Procesos administrativos
por comunarios chimanes municipio de 2002 CRTM, Consejo Tsimane. de la organización indígena, tensiones para el manejo forestal sostenible, (sanción con decomiso),
de Alto Colorado para su Rurrenabaque, y desconfianza, surgimiento de nuevos agendas de trabajo conjuntas con reuniones de trabajo entre
comercialización. Beni. conflictos. las organizaciones chimanes. las partes en conflicto.
RBTCO Pilón Lajas Incremento de tensiones con Zonas carretera y 2002 Consejo Regional Chimán Mostén SERNAP (oficina central), Direc- Impactos ambientales (caza, apertura Reconocimiento de derechos, Evaluaciones técnicas y Latente
los colonos (especialmente sur de la Reserva. (CRTM), comunidades indígenas, ción Pilón Lajas, INRA. de chacos), tensiones y desconfianza agendas de trabajo conjunto jurídicas, análisis espacial,
de la zona sur) durante el federaciones de colonizadores de entre colonos e indígenas, lentitud en con el área, fortalecimiento del procesos administrativos,
saneamiento de Pilón Lajas. Yucumo y Alto Beni, Movimiento el proceso de saneamiento. CRTM y mayor capacidad de conciliaciones, talleres
Se incre-menta en 2004 Sin Tierra (MST). acción política, acuerdos entre informativos, asesoramiento
con el ingreso de personas colonos e indígenas. organizaciones.
del MST.
RBTCO Pilón Lajas Extracción ilegal de madera Rurrenabaque, 2005 Comunidades indígenas chimanes. Dirección Pilón Lajas, Dirección Impactos en los bosques (corte de Establecimiento de acuerdos, Procesos administrativos. Latente
por comunarios chimanes Beni General de Biodiversidad. madera), surgimiento de nuevos planteamiento de propuestas para
para su comercialización. conflictos. el manejo forestal en el Plan de
Manejo (actualizado).
RB EBB Saneamiento de estancias Yacuma, Beni 1997 Estancias ganaderas, comunidades SERNAP (oficina central), Direc- Pérdida de valores naturales por mal Apoyo de las comunidades Evaluaciones técnicas y Latente
ganaderas dentro del área, chimanes Remanso y Chaco Brasil, ción EBB, INRA. manejo de praderas, lentitud en el tsimanes a la Reserva, apoyo del jurídicas, procesos admi-
lo que generó conflictos con Gran Consejo chimán. desalojo por parte del INRA, sur- Comité de Gestión a través de nistrativos.
sus dueños al desalojarlos gimiento de nuevos conflictos. denuncias.
el INRA.
PNTI Isiboro Sécure Conflicto organizativo entre San Ignacio y 1997 Subcentral del TIPNIS, Consejo SERNAP (oficina central), Divisiones internas y debilitamiento Reuniones entre las partes Activo
la Subcentral del TIPNIS Villa Tunari, Indígena del Sur (CONISUR). Dirección TIPNIS, prefecturas de de la organización indígena, tensiones en conflicto: Subcentral creciendo
y el Consejo Indígena del zona sur (área de Cochabamba y del Beni. y descon-fianza, conflictos entre TIPNIS y CONISUR,
Sur, relacionado con los coloniza-ción) prefecturas, surgimiento de nuevos establecimiento de alianzas
problemas de límites entre el conflictos. estratégicas entre comuni-
Beni y Cochabamba. dades indígenas.
PNTI Isiboro Sécure Conflictos internos en la Asunta (cordillera 1997 Subcentral del TIPNIS, Sector SERNAP (oficina central), Direc- Pérdida de valores naturales (extrac- Fortalecimiento del rol político de Estudios técnicos, procesos Latente
Subcentral del TIPNIS por de Mosetenes), indígena del río Sécure (Subcentral ción TIPNIS, Prefectura del Beni. ción de mara), división interna en la la Subcentral del TIPNIS. administrativos (sanciones
el remate de madera extraída Moxos. del Sécure). organización indígena, tensiones y con decomisos de madera),
y comercializada ilegalmente descon-fianza, oposición a la gestión reuniones de trabajo,
(239 troncas) por comu- del área. establecimiento de alianzas
narios del río Sécure. con EPARU (Vicariato del
Beni) en apoyo al área.
PNTI Isiboro Sécure Disputas internas por el Santa Rosa, zona 1999 Comunidad mojeña de Santa Rosa, SERNAP (oficina central), Divisiones internas de la organización Análisis espacial, reuniones Activo
intento de separación de la sur del TIPNIS. Subcentral del TIPNIS. Dirección TIPNIS, prefecturas de indígena, repercusiones en la gestión entre las partes en conflicto, creciendo
comunidad de Santa Rosa Cochabamba y del Beni. del área (demanda de modificación talleres informativos.
del TIPNIS y de creación de de límites).
otro territorio indígena.
PNTI Isiboro Sécure Presión por la construcción Municipios de Subcentral del TIPNIS, CONI- SERNAP (oficina central), Direc- Conflictos entre entidades del Estado Reuniones de trabajo, Activo
de un camino carretero Moxos y Villa SUR, empresarios madereros del ción TIPNIS, prefecturas y comités (SERNAP, prefecturas, servicio de difusión de información. creciendo
Villa Tunari-San Ignacio Tunari. Beni, Federación de Ganaderos cívicos de Cochabamba y del Beni, caminos), oposición a la gestión del
de Moxos, que atravesaría del Beni. Servicio de Caminos. área, surgimiento de nuevos conflictos.
el área y afectaría la zona
núcleo (colonización, extrac-
ción de madera, caza).
PN Carrasco Conflictos de límites en el Perímetro del área 1991 Subcentrales y comunida-des de SERNAP (oficina central), Direc- Oposición de sectores sociales a Acceso a la información, fortaleci- Talleres informativos, re- Activo
Parque Nacional Carrasco, del Parque. colonizadores (zona norte) y de ción Carrasco, INRA, mancomuni- la gestión del área, tensiones y miento espacios de diálogo. uniones de trabajo, creación creciendo
intesificados por el esta- campesinos (zona sur). dad de municipios. desconfianza, surgimiento de nuevos de comisiones.
blecimiento de la línea roja conflictos.
al norte del área.
ACTORES SOCIALES ENTIDADES ESTATALES IMPACTOS SOBRE LA GESTIÓN OPORTUNIDADES ESTRATEGIAS DE MANE- ESTADO
ÁREA PROTEGIDA TEMA DE CONFLICTO LOCALIZACIÓN FECHA
IMPLICADOS INVOLUCRADAS DEL ÁREA GENERADAS JO DE CONFLICTOS ACTUAL
PN Carrasco Conflictos permanentes Pojo, Totora, 2000 Federaciones y comunidades SERNAP (oficina central), Direc- Impactos ambientales (des-monte, Inicio del saneamiento tierras, Evaluaciones jurídicas, Activo
con sindicatos campesinos Pocona, Tiraque, campesinas de la zona sur y de ción Carrasco, INRA, Manco- caza, pesca con dinamita), tensiones planteamiento de propuestas procesos administrativos, creciendo
por nuevas tierras dentro Colomi, Villa colonizadores de la zona norte. munidad de Municipios, Policía y des-confianza, repercusiones en la de delimitación, comunicación difusión de información,
del Parque (en zonas de Tunari, Puerto Nacional, FFAA. gestión del área, surgimien-to de nue- y creación de mecanismos de reuniones con municipios y
Yungas), para la extracción Villaroel, Chi- vos conflictos, confrontación armada participación social (comité sindicatos.
de recursos y la plantación moré. con pérdida de vidas humanas. insterinstitucional, asamblea y
de coca. directorio del Parque).
PN Tunari s/d s/d s/d s/d s/d s/d s/d
PNANMI Amboró Establecimiento de asenta- Mairana, Co- 1984 40 comunidades del límite sur del Dirección de Amboró, INRA, Pérdida de valores naturales del área, Mayor capacidad del área en el Realización de estudios Activo
mientos ilegales de coloni- marapa y Pampa área, federaciones de coloniza- municipios Comarapa, Mairana, tensiones y desconfianza (posiciones manejo de conflictos (desalojo sobre el impacto de creciendo
zadores en la zona sur de Grande. dores, comités cívicos, ONG Pampa Grande, Prefectura de Santa divergentes entre ONG), surgimiento del área, coordinación del área asentamientos humanos,
Amboró, incrementados en (PROBIOMA, CEJIS, ALAS, Cruz. de nuevos conflictos. con los municipios), avances en el difusión de información,
2003, algunos relacionados ASEO, FAN). saneamiento de tierras. establecimiento de alianzas
con cultivos de coca. estratégicas.
PNANMI Amboró Conflictos por la extracción Zonas ubicadas 2004 Subcentrales y comunidades del Dirección de Amboró, Superinten- Pérdida de valores naturales (extrac- Identificación de vacíos normati- Procesos administrativos, Activo
ilegal de madera en diferen- al norte y al sur área. dencia Forestal, Prefectura de Santa ción de mara, tajibo, pino negro), vos en aprovechamiento forestal evaluaciones jurídicas y creciendo
tes sectores del área, dando del área Cruz, municipios de Mairana, oposición de sectores sociales a la en áreas protegidas, coordinación técnicas, difusión de infor-
lugar a decomisos de troncas Comarapa, Pampa Grande y Sa- gestión del área, surgimiento de entre Amboró y los municipios, mación, elaboración plan
de árboles cortados. maipata. nuevos conflictos. planteamiento propuestas, apoyo de manejo forestal.
del Comité de Gestión.
PNANMI Amboró Conflictos en torno al Comunidades 1998 Comunidades de Mataracú, Car- Dirección de Amboró, Prefec- Oposición de sectores a la gestión del Identificación y complementa- Planteamiento de propues- Activo
turismo en Amboró, espe- ubicadas al norte bones, Villa Amboró, Volcanes y tura de Santa Cruz, municipios de área, surgimiento de nuevos conflictos. ción de vacíos jurídicos, plan- tas (Plan de Uso Turístico, creciendo
cialmente en la zona norte, y sur del área. La Yunga, Cámara Hotelera, ONG Buenavista, Samaipata, San Carlos. teamiento de propuestas, agendas pro-puesta de SISCO),
por la falta de ordenamiento (PROBIOMA, FAN, COBIMI). de trabajo conjuntas con el área organización de reuniones,
de las actividades de las (ordenanzas municipales a favor conformación de comisión
comunidades y operadoras de las comunidades). de turismo en Comité de
de turismo. Gestión.
PN Noel Kempff Demanda de la TCO Bajo Límite este del 1998 Central Indígena del Bajo Paraguá Dirección de Noel Kempff Reprecusiones en la gestión del área, Mayor capacidad de acción Reuniones entre las partes Activo
Mercado Paraguá y conflictos con Parque (San Igna- (CIBAPA), concesiones forestales Mercado, INRA, Superintendencia surgimiento de nuevos conflictos, política de la organización en conflicto, conformación creciendo
concesiones forestales por cio de Velasco) Tarumá y Paraguá, FAN (coadmi- Forestal, municipio de San Ignacio amenaza de nuevos asentamientos en CIBAPA, Apoyo del Comité de de comisión de seguimien-
superposición territorial en nistradora). de Velasco. el área. Gestión a la demanda de la TCO to a la demanda de TCO en
la zona de amortiguación. Bajo Paraguá. Comité de Gestión.
ANMI San Matías Conflictos en torno a la Zona norte de 2001 Comunidades Candelaria, Na- Dirección de San Matías, Superin- Oposición de sectores económicos Capacidad de prevención y mane- Reuniones de trabajo, con- Latente
definición de áreas de San Matías, tividad y Villazón, Agrupaciones tendencia Forestal, Viceministerio a la gestión del área, surgimiento de jo de conflictos, planteamiento formación de una comisión
aprovechamiento forestal cantón Las Petas. Sociales del Lugar: Asención, Petas, de Recursos Naturales, Municipio nuevos conflictos. de propuestas (manejo forestal de trabajo interinstitucio-
municipal para el otorga- San Vicente y San Matías. de San Matías. sostenible). nal, análisis espacial.
miento de concesiones a
ASL dentro de San Matías.
ANMI San Matías Extracción ilegal de madera Zona de Curaves, 2002 Comités cívicos El Carmen y SERNAP (oficina central) Direc- Impactos ambientales (corte de Alianza estratégica con la comu- Procesos administrativos Latente
por propietario de una al este del área. Rincón del Tigre, Federación de ción de San Matías, Municipio madera), oposición de sectores a la nidad de Santo Corazón, Elabo- (sanciones con decomiso de
estancia, dando lugar a con- Cantón Santo Campesinos, comunidad de Santo Carmen Rivero Torres. gestión del área, repercusiones en la ración de Plan de Ordenamiento madera), acuerdos internos
flictos entre sectores sociales Corazón. Corazón, Estancia Santa Isabel. gestión del área (solicitud de modifi- Predial (POP) por la estancia en con varias estancias.
que lo apoyaban en contra cación de límites). conflicto.
de la dirección del área.
ACTORES SOCIALES ENTIDADES ESTATALES IMPACTOS SOBRE LA GESTIÓN OPORTUNIDADES ESTRATEGIAS DE MANE- ESTADO
ÁREA PROTEGIDA TEMA DE CONFLICTO LOCALIZACIÓN FECHA
IMPLICADOS INVOLUCRADAS DEL ÁREA GENERADAS JO DE CONFLICTOS ACTUAL
PNANMI Otuquis Conflictos en torno a la Lagunas en el 1997- Cooperativas de pescadores de Dirección de Otuquis, Municipio Pérdida de valores naturales por pesca Agendas de trabajo conjunto, Información y capacitación En proceso
actividad pesquera (pintao, Gran Pantanal, 2002 Puerto Suárez, pescadores de la Puerto Suárez. y caza indebidas, confrontación con mayor capacidad de manejo de a través de cursos y talleres, de solución
surubí, pacú) y caza de Puerto Suárez y comunidad de Arroyo Concepción. actores locales. conflictos del área, identifi- planteamiento de propues-
lagartos, con fines comer- Puerto Quijarro. cación de vacíos normativos, tas (plan pesquero, censos
ciales, por cooperativas y planteamiento de alternativas de de lagarto).
comunarios. manejo de recursos.
PNANMI Otuquis Oposición de actores locales Punta Man 2002 Organizaciones empresariales: SERNAP (oficina central), Direc- Confrontación con actores regionales, Compromiso con la defensa de los Información y promoción Latente
a la creación del Parque Cesped, Zona CADEX, CAINCO y Red de Fer- ción de Otuquis, Municipio Puerto conflictos entre el SERNAP y el intereses colectivos. al diálogo, alianzas estraté-
Otuquis por posibles restric- Gran Pantanal, rocarril Oriental, ONG: WWF. Suárez. municipio, repercusiones en la gestión gicas con WWF.
ciones a grandes obras de Puerto Suárez. del área (modificación límites),
infraestructura y desarrollo surgimiento nuevos conflictos.
en Puerto Busch.
PNANMI Otuquis Conflictos por la tenencia Zona Gran 2002 Estancias ganaderas, Central Dirección de Otuquis, INRA. Tensiones y desconfianza entre actores Agendas de trabajo conjunto con Estudios técnicos y
de la tierra y la demanda Pantanal, Puerto Indígena Chiquitana, Central de sociales, repercusiones en la gestión el área, mayor capacidad de acción jurídicos.
de TCO (Otuquis y Yam- Suárez. Campesinos. del área (modificación límites). política del área.
biguasú).
PNANMI Kaa Iya Cacería furtiva por cazadores Límite oeste 1995 CABI (coadminsitradora), Hacien- Dirección de Kaa Iya, Prefectura de Pérdida de valores naturales por Identificación de vacíos jurídicos, Información a las comu- Latente
de haciendas que ingresan (TCO Izozog), das ganaderas y agroindustriales. Santa Cruz, municipios de Chara- caza ilegal de animales (jaguar, anta, mayor control y vigilancia del nidades, coordinación
al área a través de la TCO Charagua, Pailón. gua y Pailón. chancho de monte). área, concientización a la po- interinstitucional con la
Isoso y de brechas antiguas. blación local. Prefectura.
PNANMI Kaa Iya Construcción del gasoducto Sector norte del 1997 CABI (coadminsitradora), empre- Dirección de Kaa Iya, Ministerio Tensiones y desconfianza entre actores Mayor capacidad de acción Estudio de Impacto Ambi- Solucionado
a Brasil (555 km) que atra- área, Charagua. sas PETROBRAS y Gas Transboli- de Hidrocarburos, municipios de locales y regionales. política de CABI, planteamiento ental, análisis espacial, plan-
viesa el área, que dio lugar a viano, ONG (WCS, PROBIOMA, Charagua, San José de Chiquitos y de alternativas para el control de teamientos técnicos para el
divergencias en las negocia- FOBOMADE). Puerto Quijarro. impactos socioambientales. monitoreo y restauración
ciones entre los municipios ambiental, establecimiento
y la CABI. fondo fiduciario.
PNANMI Kaa Iya Saneamiento y titulación Límite noroeste, 1995- CABI (coadminsitradora), Dirección de Kaa Iya, INRA, Pre- Confrontación con sectores empre- Fortalecimiento de las relaciones Análisis espacial (utilización Solucionado
de tierras indígenas y de Charagua, Pailón. 2003 comunidades indígenas, empresas fectura de Santa Cruz, municipios sariales y FFAA, pérdida de valores entre actores sociales (CABI SIG) para la resolución
haciendas, lo que dio lugar agropecuarias y asociación de de Charagua y Pailón, FFAA. naturales con el avance de la frontera y comunidades indígenas), de conflictos, reuniones y
a impugnaciones de la ganaderos. agrícola. mayor capacidad de manejo de difusión información.
demanda de TCO Isoso y conflictos.
a reclamos de hacendados
y FFAA.
RNFF Tariquía Avance de la frontera agro- Cantones 1989 Sindicatos de campesinos dentro Dirección de Tariquía, Prefectura de Impactos ambientales en el bosque por Agendas de trabajo conjunto con Estudios técnicos de sobre- Activo
pecuaria por campesinos que Tariquía, Tipas, del área y en la zona de influencia, Tarija, municipios de Avilés, Arce y sobrecarga animal. el área, identificación de vacíos carga animal y transhuman- creciendo
ingresan anualmente 2.000 Salinas y Chiqui- PROMETA (coadministradora). O´Connor. jurídicos. cia, censo ganadero, talleres
cabezas de ganado vacuno acá. informativos.
en el área provenientes del
valle central.
RNFF Tariquía Inseguridad jurídica de la Municipios 1989 20 comunidades del área, comu- Dirección de Tariquía, INRA, Repercusiones en la gestión del área Agendas de trabajo conjunto para Conformación de comités Latente
tenencia de tierras, dificul- Padcaya, Entre nidades colonas de Río Canchas y municipios Caraparí y Padcaya. (modificación de límites), surgimiento el saneamiento, fortalecimiento de de saneamiento por
tando el ordenamiento del Ríos, Caraparí y Planchada, campesinos ganaderos, de nuevos conflictos. la organización social, creación de comunidad, creación de la
uso de los recursos naturales. Concepción. Federación de campesinos. nuevas áreas protegidas, resolucio- cartera de Tierra, Territorio
nes Comité de Gestión. y RRNN en sindicatos,
difusión información.
ACTORES SOCIALES ENTIDADES ESTATALES IMPACTOS SOBRE LA GESTIÓN OPORTUNIDADES ESTRATEGIAS DE MANE- ESTADO
ÁREA PROTEGIDA TEMA DE CONFLICTO LOCALIZACIÓN FECHA
IMPLICADOS INVOLUCRADAS DEL ÁREA GENERADAS JO DE CONFLICTOS ACTUAL
RNFF Tariquía Conflictos con los pobla- Noroeste del área, 2000 Comunidades campesinas Dirección de Tariquía, Superinten- Pérdida de valores naturales (extración Agendas de trabajo conjunto para Estudios técnicos, procesos Latente
dores por la extracción ilegal cantón Tariquía. (Volcán, San José), Federación de dencia Forestal. de cedro, cedrillo, nogal, amarillo), la regulación del aprovechamiento administrativos (sanciones
de madera, que se realiza Campesinos, Cooperativa de Car- surgimiento de nuevos conflictos, forestal, identificación y comple- con decomisos de madera),
desde la década del setenta pinteros de Orozas, propietarios tensiones y desconfianza. mentación de vacíos normativos planteamiento de propues-
sin control alguno. ganaderos, PROMETA. (reglamento de aprovechamiento tas normativas.
forestal), resoluciones del Comité
de Gestión
RNFF Tariquía Conflictos con pobladores Cantón Pampa 9 comunidades campesinas del Dirección de Tariquía. Impactos ambientales por la pesca con Identificación de vacíos normati- Reuniones y talleres infor- Latente
por la caza y pesca sin Grande cantón Tariquía. dinamita. vos y de falta de políticas y estrate- mativos.
control ni planificación que gias de manejo de recursos.
asegure la conservación de
los recursos.
PN Aguaragüe s/d s/d s/d s/d s/d s/d s/d s/d s/d
RNFFCordillera de Oposición de las comu- Zona de valles del 2002 Comunidades de Pinos Sud y Dirección de Sama. Oposición de sectores sociales a la Difusión de información, Latente
Sama nidades a la gestión de área, en el límite Pinos Norte. gestión del área, tensiones y descon- reuniones de trabajo.
Sama por temor a que sus sureste, Cercado fianza.
derechos propietarios y su
desarrollo se vean afectados.
RNFFCordillera de Conflicto en torno al Sector oeste del 2002 Comunidades de Chorcoya Avilés Dirección de Sama, Viceministerio Oposición de sectores a la gestión Mayor capacidad del área en el Estudio de Impacto Am- Desvanecido
Sama proyecto de electrificación área, Yanchará y Méndez, Subcentral Copacabana, de Recursos Naturales, Prefectura del área, debilitamiento del Comité manejo de conflictos, logrando el biental, reuniones de
que atraviesa el oeste Federación Sud UTC Tarija. de Tarija. de Gestión (posiciones divergentes y cumplimiento de la normatividad trabajo entre las partes en
del área, sin cumplir contrarias al área), conflictos entre la ambiental. conflicto.
normas ambientales, y que Prefectura y el área.
confrontó al área con la
Prefectura y comunidades.
ANMI El Palmar Construcción del camino Presto 2002 Comunidades Rodeo, Mulani y SERNAP (oficina central), Direc- Pérdida de valores naturales en una Seguimiento al conflicto. Activo
Rodeo - Mulani-La Joya La Joya. ción de El Palmar, Dirección zona de bosque de palmeras, confron- creciendo
que atraviesa la zona central General de Impacto, Calidad y tación con actores locales, surgimiento
del área, sin cumplir con Servicios Ambientales, Municipio de nuevos conflictos.
la normativa ambiental, en de Presto.
un área económicamente
deprimida.
ANMI El Palmar Prohibición a los yerbajeros Sector sur del 2002 Comunidades yamparaes de la Dirección de El Palmar y Municipio Pérdida de valores naturales, conflicto Agendas de trabajo conjunto con Estudio técnico sobre Latente
de introducir ganado vacuno área, Presto zona alta (área de influencia), sub- de Presto. entre comunidades de campesinos y el área para regular la introduc- normas comunales, asesora-
al bosque, sin tomar en centrales de campesinos de Rodeo yerbajeros, tensiones y desconfianza. ción de ganado en el área. miento técnico de la Fun-
cuenta sus necesidades y las El Palmar y Pasopaya. dación Tierra a yerbajeros,
tradicionales culturales. el Comité de Gestión emite
una resolución en contra
de éstos.
PNANMI Serranía s/d s/d s/d s/d s/d s/d s/d s/d s/d
del Iñao
PN Toro Toro Conflictos con las comu- Toro Toro 2002 10 comunidades del área, Central Dirección de Torotoro, Municipio Tensiones y desconfianza, repercusio- Planteamiento de la recatego- Reuniones de trabajo, Activo
nidades por la creación del Campesina de Toro Toro, Comité de Toro Toro. nes en la gestión del área (la categoría rización del área, a fin de que su difusión de información, creciendo
área sin su participación y Cívico, Asociación Conservacio- de parque no es coherente con la manejo sea compatible con las análisis de la realidad socio-
que se vieron afectadas por nista de Toro Toro (ACT). realidad socioeconómica). necesidades de las comunidades. económica de la población
restricciones en el uso de los local.
recursos.
ACTORES SOCIALES ENTIDADES ESTATALES IMPACTOS SOBRE LA GESTIÓN OPORTUNIDADES ESTRATEGIAS DE MANE- ESTADO
ÁREA PROTEGIDA TEMA DE CONFLICTO LOCALIZACIÓN FECHA
IMPLICADOS INVOLUCRADAS DEL ÁREA GENERADAS JO DE CONFLICTOS ACTUAL
PN Toro Toro Turismo desorde- Toro Toro 1989 10 comunidades del área, Central Dirección de Toro Toro, Municipio Pérdida de valores naturales Planteamiento de alternativas Estudios técnicos (tesis Activo
nado en Toro Toro por in- Campesina de Toro-toro, Comité de Toro Toro. (paleontológicos, geológicos) y de de ordenamiento del turismo, sobre el turismo) talleres in- creciendo
cumplimiento de las normas Cívico, operadores de turismo, oportunidades económicas, tensiones mayor capacidad de control de formativos, Plan de Manejo
y falta de coordinación entre Asociación Conservacionista de y desconfian-za entre actores locales, las actividades turísticas, respaldo del Turismo.
entidades del Estado. Toro Toro (ACT). conflictos entre el área y el municipio. de las comunidades al Parque,
resolución del Comité de Gestión
en apoyo al área.
RNFA Eduardo Conflicto por la construc- Laguna Colo- 2002- Comunidad de Quetena Chico. Dirección Eduardo Avaroa, Vicemi- Repercusiones en la gestión del área, Agendas de trabajo conjunto Reuniones de trabajo, Solucionado
Avaroa ción de albergues comunales rada, San Pablo de 2005 nisterio de Turismo, Prefectura de debilitamiento del Comité de Gestión con el área, fortalecimiento de la difusión de información,
para la realización de Lípez Potosí y Municipio de San Pablo. que se mantuvo neutro (posiciones organización social, identificación propuestas normativas
actividades turísticas, sin la divergentes entre sus miembros), y complementación de normas, (reglamento de turismo),
planificación requerida en la surgimiento de nuevos conflictos. planteamiento de propuestas manifiesto ambiental y
zona núcleo del área. alternativas. proyectos turísticos con la
comunidad.
RNFA Eduardo Disputa por la apertura Área de influencia 2003 Comité Cívico de Uyuni y Cámara Dirección Eduardo Avaroa, Subpre- Confrontación del área con actores Fortalecimiento de las relaciones Reuniones de trabajo con Latente
Avaroa de una oficina regional de de la Reserva, Hotelera de Uyuni fectura de Uyuni. regionales, oposición de sectores de del área con actores sociales, com- los actores en conflicto,
la Reserva en Tupiza por Uyuni Uyuni a su gestión, repercusiones en promiso de éstos con su gestión. establecimiento de acuer-
temor a que ésta cerrara la las actividades, amenaza de nuevos dos. El Comité de Gestión
de Uyuni. conflictos. mantuvo una posición
neutral.
PN Sajama Conflictos entre la vida Cantones Sajama, 1998- Ayllus de Jacha Carangas, SERNAP (oficina central), Direc- Impactos en la vida silvestre (caza de Acceso a información, apoyo Estudios técnicos, talleres Latente
silvestre (pumas y zorros) y Lagunas y Caripe. 2003 comunidades de Sajama, Lagunas ción de Sajama, DGB y Municipio pumas y zorros) y en la economía de de las comunidades al área, de análisis, asesoramiento
la producción ganadera en y Caripe. de Curahuara de Carangas. las comunidades, oposición de sectores propuestas alternativas de manejo técnico, elaboración planes
Sajama (camélidos y ovejas), a la gestión del área. del ganado camélido, recuperando de manejo ganadero, me-
con pérdidas anuales de tradiciones culturales, resoluciones joramiento de insfraestruc-
cerca de $us. 40.000. de apoyo del Comité de Gestión. tura (corralones).

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