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A TODOS LOS PROBACIONISTAS HERMANOS DE LOS

PAÍSES DE HABLA HISPANA

COMO AUTOR DEL LIBRO, COMUNICO A TODO AQUEL PROBACIONISTA Y


MIEMBRO DE CUALQUIER CENTRO DE LA FRATERNIDAD INTERESADO LO
SIGUIENTE:

1º.- SI ALGÚN HERMANO DESEA EDITAR ESTE LIBRO EN SU PAÍS, TIENE MI


AUTORIZACIÓN CON UNA ÚNICA CONDICIÓN.

2º.- ESTA ÚNICA CONDICIÓN ES QUE: LAS GANANCIAS DEBERÁN SERVIR PARA
AYUDAR AL MANTENIMIENTO DEL CENTRO AL QUE PERTENEZCA EL
PROBACIONISTA Y NUNCA PARA BENEFICIO PROPIO.

3º.- LOS INTERESADOS PUEDEN PONERSE EN CONTACTO CON:


FRANCISCO NIETO VIDAL
C/ PORTUGAL 13 - 6º - 4
FUENLABRADA 28943
MADRID - ESPAÑA

O por correo electrónico: franivi53@yahoo.es

FRANCISCO NIETO VIDAL

FRANCISCO NIETO VIDAL

MÉTODOS

ESOTÉRICO-PRÁCTICOS

PARA EL

DESARROLLO INTERNO
“Que la Luz de estas humildes palabras
iluminen el camino que deban seguir en esta vida
mi hija, hijo y nieta Karen,
a quien está especialmente dedicado este libro”

INDICE

Capítulo
Página
Prólogo del autor
Introducción
I Los Vehículos del Espíritu
II El Ego
III La Mente
IV El Cuerpo de Deseos
V El Cuerpo Vital
VI El Cuerpo Físico
VII El Karma
VIII El Purgatorio
IX Introducción a los ejercicios para el
desarrollo interno
X La Retrospección
XI La Concentración
XII La Meditación
XIII La Observación
XIV El Discernimiento
XV La Contemplación
XVI La Adoración
XVII La Oración
XVIII La Autoprogramación
XIX Actuar en nombre de......
Conclusión

PRÓLOGO DEL AUTOR

El desarrollo espiritual es algo que todo Ser humano debe alcanzar de


una manera
progresiva por medio de las experiencias y de las Leyes Divinas. Cuando
el individuo trabaja
voluntaria y conscientemente a favor de esas Leyes, está colaborando en
la Gran Obra de la
Divinidad y se une a Ellas; cuando se une a Ellas se separa de lo
material y personal para sentirse
uno con todos y con el Universo
Ha sido mi gran ilusión y deseo desde hace aproximadamente 20 años,
poder encontrar un
libro donde aprender algo bueno y útil, y que me enseñara claramente cuál
es el camino del
desarrollo espiritual, bien por métodos y técnicas, o bien por cualquier
medio o escuela. La Escuela
la he encontrado pero el libro, aunque hay muchos similares, no ha sido
así. Quizás sea un poco
exigente, pero la exigencia, cuando uno busca el desarrollo interno, no
es mala. A la vez, me he
dado cuenta de la cantidad de personas que también están buscando lo que
yo y eso me ha llevado
a plantearme y a preguntarme a mí mismo ¿por qué no lo escribo yo?
Cuando comencé a interesarme por el mundo de lo esotérico solía
tener mi mente
entretenida en un mundo ilusorio y fantástico, - creo que como la mayoría
cuando empezamos - en
el cual reinaban los maestros, místicos y personajes de buena voluntad
que despertaban en mí
grandes y elevados ideales espirituales y de misterio sobre la vida y el
Ser. Al cabo de unos años me
di cuenta de que ese mundo no tenía nada de real y que, por tanto, lo
tenía que construir yo dentro
de mí, por mi propio esfuerzo y sacrificio. A partir de ahí todo mi afán
ha sido encontrar esos
métodos para llevarlos a la práctica, pero a la vez trabajando por medio
del conocimiento esotérico
para ver de qué manera puedo yo sacar provecho de mis pensamientos y
actitudes allá donde me
encuentre.
Conocí diferentes centros y escuelas, leí y sigo leyendo muy buenos
libros esotéricos de
verdaderos ocultistas investigadores de los mundos ocultos, que han
dejado una maravillosa filosofía
antes de pasar a los mundos invisibles - Max Heindel, Corinne Heline,
Blavatsky, Steiner, Annie
Besant, Leadbeater, Dion Fortune, Alice Bailey y pocos más - Todos ellos
han dejado una
maravillosa enseñanza que, según la humanidad vaya comprendiéndola, irá
cambiando su punto de
vista sobre la vida, la muerte y el desarrollo que tiene que hacer para
llegar a completar su evolución.
De todos ellos aprendí mucho y sigo aprendiendo pero todavía no he
encontrado el libro que he
deseado tener en mis manos.
Creo que debería ser un libro pequeño, concreto, práctico, sencillo
de leer para los que
empiezan a interesarse por el esoterismo pero, sobre todo, que sirva para
que las personas cambien
su punto de vista sobre la humanidad y la naturaleza. Según los ideales
que yo tengo, este libro
debería servir para elevar el carácter hacia la comprensión, la
tolerancia, la devoción, el amor, los
pensamientos y los sentimientos. Debería inclinar a ver el aspecto
espiritual del Ser Humano; debería
servir para quitarnos los defectos y aumentar las virtudes; para
descubrir el verdadero significado del
altruismo y de la Fraternidad Universal; para unir la personalidad con el
Espíritu, el hombre con
Dios.
Es mi intención con esta pequeña y humilde obra intentar ayudar a
todas las personas que
tienen estos mismos ideales, a conseguir desarrollar todas esas
cualidades y virtudes en el mayor
grado posible en esta vida. Es cierto que nada se consigue sin esfuerzo y
sacrificio y, por lo tanto,
cada uno debe esforzarse y trabajar de una manera persistente, metódica y
paciente - cargar con su
cruz - Pero deseo de todo corazón que las palabras, métodos, técnicas, o
simplemente
conocimiento que voy a escribir, puedan ser los medios para que el que
inicia el “Sendero de
Retorno” encuentre esa Luz y ese estado de conciencia y de Paz interior
que todos deseamos.
Soy totalmente consciente de mis pocas cualidades como escritor,
pero eso no impide que
exprese mis sentimientos y deseos a modo de colaboración con otros muchos
ocultistas esotéricos
que el único afán que les movió, y les mueve, es ayudar a desarrollar la
parte espiritual y divina que
todos llevamos dentro. No pretendo hacer un best-seller sino solamente
dejar escrito de la única
manera que sé, lo mejor de mí mismo para que, algún día, sea ahora o en
el futuro, este
conocimiento haga el efecto que deseo en las personas. Ese efecto no es
ni más ni menos que
encontrar la Verdad que todos, tarde o temprano, tenemos que descubrir
para poder dirigirnos a
ese Sendero de Retorno que nos llevará a la Libertad, al Amor, a la
Amistad y a la Fraternidad
Universal.
La humanidad está en un momento delicado de su evolución, y es
fácil que se deje llevar por
tantas y tantas tentaciones que le pueden dejar rezagado con respecto a
los que van a la cabeza del
desarrollo espiritual. Por eso, Dios quiera que este libro también sirva,
o al menos caiga en manos de
todos aquellos que, aunque no crean en el esoterismo, sean capaces de ver
y entender el mensaje
que intento dar por medio de lo que me sale del corazón.
La devoción a ideales elevados, la concentración, la oración, la
meditación, el discernimiento
y la retrospección son algunos de los métodos imprescindibles para el
desarrollo espiritual del Ser
Humano actual. En este libro intentaré dar una idea clara sobre todos
ellos para que, por su práctica,
pueda sacar el mayor provecho posible todo aquel que lo intente. Decía el
que para mí fue todo un
ejemplo de desarrollo espiritual, Max Heindel: "Se puede considerar
vencido el que deja de
intentarlo”, “Persistencia, siempre persistencia y al final vencerás”
Mi mayor deseo para todo aquel que lea este libro es que tenga la
suficiente capacidad de
entendimiento para sacar el mayor provecho de él y, a su vez, ser una Luz
que alumbre el camino
de la humanidad allá donde se encuentre; que la meditación y el
discernimiento le acompañen desde
el principio hasta el final.
Pido al lector que medite sobre las enseñanzas de este libro con
una mente abierta, que deje
todos los conceptos e ideas anteriores a un lado e intente comprender el
verdadero significado de
estas palabras que sólo tienen la intención de ayudar a las personas que
las lean. Este libro está
dirigido a todas las personas sin distinción de raza, credo o religión, y
si tuviera que identificarlas con
alguna enseñanza lo haría con las de Cristo, porque tarde o temprano
todos tenemos que hacer que
el niño Cristo nazca en nuestro interior.
Sin embargo, y como comprendo que cada uno está evolucionando en un
nivel diferente y
eso hace que cada uno estemos buscando por diferentes sitios y medios,
quiero dejar claro una
cosa. Actualmente hay grupos de personas que dicen contactar con
extraterrestres mensajeros de la
paz o enviados para cambiar nuestra forma de pensar, otros son
contactados de Ángeles que les
mandan formar grupos para dar las enseñanzas que reciben, otros dicen ser
maestros que tienen el
poder de dar Iniciaciones o despertar poderes, etc. Si eres de las
personas que buscan esas cosas,
si deseas desarrollar poderes internos rápidamente, o eres de los que
buscan un Maestro porque
necesitas ser guiado y te tienen que decir lo que tienes que hacer,
entonces no encontrarás
satisfacción en este libro.
Si buscas cambiar tu carácter, tu forma de vida, tu concepto sobre
las personas y la
naturaleza, si deseas elevar tu conciencia hacia los mundos espirituales,
si quieres emanciparte para
ser tú mismo en pensamiento, palabra y obra y, por último, si buscas el
contacto con tu verdadero
Maestro interno, entonces léelo. Cada palabra, cada frase y cada capítulo
de él lo he escrito con la
intención de que cada persona que “busca” encuentre medios para trabajar
por su propio desarrollo
y por el de la humanidad. Pero recuerda que, lo que buscas lo llevas
dentro de ti, yo no te voy a
regalar nada, sólo te indicaré algunas formas de conseguirlo, eres tú
quien debe luchar y trabajar. “El
que busca encuentra, el que pide recibe”, pero esta búsqueda tiene
recompensa cuando lo hacemos
de corazón y de manera desinteresada. “El que tenga ojos que vea y el que
tenga oídos que
escuche”
“ A los que caminan por el Sendero de Retorno
y comienzan a ver la verdadera Luz del mundo”

INTRODUCCIÓN

Todo Ser humano en algún momento de su evolución o de su vida, se


pregunta que de
dónde viene, quién es y a dónde va.
Si preguntamos a una persona materialista, agnóstica o a algún
científico que de dónde
venimos y a dónde vamos, casi seguro que su respuesta sea que venimos de
la nada, que somos lo
que somos gracias a una serie de circunstancias, y que después de la
muerte volvemos a la nada
para no volver a saberse nunca más nada de nuestra existencia.
Si preguntamos a los teólogos o a algún que otro representante de
las religiones
occidentales, es fácil que nos respondan que el hombre es un Espíritu
creado y que viene de Dios;
que cada uno vive una vida en muy diferentes circunstancias según dónde y
cómo nazca; y que
después de la muerte vuelve otra vez a ése mundo del cual vino, y que
allí estará toda la eternidad en
un estado de felicidad o sufrimiento dependiendo de lo que haya hecho
aquí en esta vida.
Si consultamos las enseñanzas esotéricas o “Filosofía Oculta”,
veremos que su teoría dice
que: El hombre es un Espíritu que también procede de Dios y que por medio
de las Leyes de
“Renacimiento y Consecuencia,” está desarrollando sus posibilidades
latentes en poderes dinámicos
por medio de un proceso de lento desarrollo pero de creciente eficacia.
Esto será hasta que por
medio de la evolución alcancemos la perfección o unión con Ese Gran Ser
que normalmente
llamamos Dios. Por esto mismo dijo Cristo: “Las cosas que Yo hago y
mayores aún las haréis”.
Si este libro va a tratar de la “evolución” y el desarrollo
espiritual, es conveniente saber cuál
de estas teorías es la más lógica y razonable para saber hacia dónde se
dirige el Ser humano por
medio de las Leyes Divinas.
Sobre la primera teoría del científico o materialista incrédulo, la
mayoría de las personas que
razonen verán que cuesta creer que exista todo lo que existe en este
Universo para que el hombre
disfrute, a modo de una vida casual, del planeta Tierra. Si la humanidad
tiene un cuerpo tan perfecto
en su funcionamiento y posibilidades y, si estamos en un Sistema Solar
tan equilibrado, donde hay
unas leyes que rigen todo lo que existe para que no sea un caos, es
lógico pensar que esto ha debido
ser concebido por una mente inimaginablemente superior a la del hombre.
Si esa mente que ha
creado el Universo con su perfección es tan poderosa y elevada ¿Por qué
va a crear todo un
Universo perfecto en sus movimientos para que no lo disfrute nadie? ¿Es
para nosotros que estamos
en este pequeño planeta? ¿O se ha hecho por casualidad? ¿Crearíamos
nosotros la mejor
universidad del mundo para que nuestros hijos asistan un solo día a ella?
¿No es lógico pensar que
lo haya hecho Dios por algo que nosotros no alcanzamos a comprender? Si
esto es así, ¿No es
lógico pensar que también haya creado unas Leyes, las cuales tienen que
ver con el desarrollo de la
humanidad y con la meta o perfección que tiene que alcanzar?
Si razonamos la segunda teoría que dicen algunos teólogos y
personas de pensamiento
similar, podríamos decir lo siguiente:
1º. Si como todas las religiones dicen, Dios es Amor ¿Cómo puede Dios
poner a unos
Espíritus para que nazcan en la pobreza y en la enfermedad y a otros en
la riqueza y en la salud?
2º. ¿Cómo puede Dios pedir la misma responsabilidad a los que Él mismo
pone casi en la
necesidad de robar para vivir, mientras que a otros no les falta de nada
en la vida?
3º. Se dice en algunos libros de religión y algunas personas de ese
entorno, que Dios
permite, destruye, castiga por toda la eternidad, o sólo salva a unos
pocos de sus hijos. Si como
también dicen, Dios es Omnipotente, Omnisciente y Omnipresente ¿Cómo
puede Dios permitir la
destrucción de sus hijos? Si es Amor ¿Por qué no va a salvar al resto de
sus hijos si nosotros
mismos, imperfectos, lo haríamos? ¿Cómo les va a castigar a toda la
eternidad de sufrimiento si son
parte de Él mismo y Él mismo les puso en su destino casi predispuestos
para hacer el mal? ¿Por qué
mandó a su hijo para salvar a toda la humanidad si luego permite que
otros muchos se pierdan sin
poner interés en remediarlo? ¿Puede ser destruido algo que es parte de un
Ser Omnipotente?
4º. El hombre, aún con lo imperfecto que es, tiene planes para
prevenir que las personas
mueran en determinadas circunstancias, ¿Por qué no los va a tener Dios si
su Sabiduría es infinita?
¿No es lógico pensar que Dios tenga unas leyes que gobiernen la evolución
del hombre, así como
ocurre con la naturaleza, para que todo sea cada vez más perfecto?
Las Enseñanzas Esotéricas dicen que ningún Espíritu se pierde
porque es parte de Dios, que
ése Espíritu renace, y que por medio de la Ley de Causa y Efecto - se
cosecha lo que se siembra-
en cada vida obtiene lo que le corresponde en bien y en mal según las
causas que haya hecho en su
anterior vida. Por lo tanto, el Ser humano es y tiene el resultado de sus
propias acciones y no el
resultado de un Dios antojadizo. Dios no castiga sino que hace que sus
Leyes nos enseñen a ir por el
camino más recto, - como nosotros hacemos con nuestros hijos - esas
Leyes nos traen los efectos
de unas causas que cometimos para que a través de la experiencia
aprendamos a ser cada vez más
espirituales, humanitarios y mejores instrumentos de Dios en la Tierra.
Sólo las obras de la humanidad esclavizan a la humanidad; sólo las
obras del ser humano
estorban al ser humano; sólo el mal uso de la voluntad, el libre albedrío
y la mente castigan al
hombre. Hay una frase muy conocida en la Filosofía Oculta que dice: “
Hombre, conócete a ti
mismo y conocerás a Dios”. El desarrollo espiritual trata de adelantar en
cada vida unos pasos en
ese Sendero de vuelta al Padre, si el ser humano aprende a utilizar sus
cuerpos para su propio
desarrollo y el de los demás, estará andando a pasos agigantados. Si
aprende a utilizar y practicar
algunos de los diferentes métodos o técnicas de desarrollo, verá que sus
conceptos sobre la vida, el
Ser, y la naturaleza cambian por completo obteniendo así una vida
interior más elevada que inclina a
ser más benevolente, altruista y caritativo. Esa es la primera meta que
tenemos que alcanzar, y tengo
la intención de ayudar con este libro a todo aquel que lo desee.
Una de las cosas en que las enseñanzas esotéricas y la teología coinciden
es en que, como
dijo Cristo, "Cosechamos lo que sembramos". La diferencia entre algunas
religiones y la enseñanza
oculta es que las Leyes Divinas - Dios - no nos dan lo que merecemos
como castigo sino porque
nos pertenece, ya que nosotros hemos sido los sembradores.
Si una persona en esta vida se desvía de su destino por causa del
alcohol, y a su vez,
maltrata e impide que también se cumpla el destino y las posibilidades de
desarrollo de su esposa e
hijos, esta creándose lo que en ocultismo llamamos un “mal karma” o mal
destino, dicho de otra
manera, esta sembrando y creando causas que son negativas.
Ante este caso, las Leyes Divinas no le castigan sin más ni más,
sino que la primera lección
que le enseñan es grabar en su conciencia el resultado del sufrimiento
que tendrá en el “purgatorio”,
o sea, el dolor que sintieron su esposa e hijos por su maltrato. Cuando
haya sufrido todo esto, y lo
una al resultado de otros sufrimientos y experiencias de otras vidas,
habrá dado otro paso más en su
evolución, pero lo habrá hecho por medio del sufrimiento y no por medio
de actos benévolos
voluntarios. Esta es una gran diferencia.
La segunda lección que tienen que aprender y que el Ego en su
propio mundo y con su
conciencia libre de la influencia de los deseos acepta, es volver a
unirse a esos Egos o Espíritus que
fueron esposa e hijos para que, de alguna manera, (como familia, amigos,
compañeros o jefe de
trabajo) les pueda beneficiar materialmente por los perjuicios que les
causó en su anterior vida. Así
actúa la Ley de Consecuencia, dándonos el resultado de nuestras acciones
y haciendo que
cosechemos lo que sembramos, pero siempre de una manera justa y sin
maldad, porque en los
mundos espirituales no existe el mal.
El mayor enemigo de la humanidad es la ignorancia, y por mucho que
los Seres espirituales
que están por encima del hombre nos quieran ayudar, si el ser humano no
aprende por el correcto
uso de su mente y el control de sus deseos, estos seres, con todo el
dolor de su corazón, no lo
podrán hacer. Cuando ellos ven que una persona se esfuerza por quitarse
vicios y defectos e intenta
elevar su desarrollo moral y espiritual, aunque no lo creamos, ellos
trabajan desde los mundos
invisibles para darle todo su amor y hacer que esa nueva luz no se apague
y que cada vez brille más.
El hombre tiene dos caminos para aprender en esta vida: 1º. Por
medio de sus experiencias
buenas o malas y, 2º. Por medio de las experiencias de los demás. En
estos dos casos es muy
importante el uso del discernimiento, la observación, la meditación y
otros ejercicios que mencionaré
en este libro.
Los Maestros espirituales y Guías de la humanidad desean que
nuestra evolución sea rápida
y por el camino del bien, pero también respetan nuestro libre albedrío, y
por lo tanto “sufren”
cuando el hombre comete tantos errores. Nosotros intentamos guiar a
nuestros hijos con todo
nuestro amor, pero si ellos voluntariamente hacen algo que les causa
dolor significa que aprenderán
de esa experiencia por medio del dolor y no por nuestra guía amorosa de
padres. De forma similar
actúan estos Seres elevados, ellos no nos obligan, sino que como padres
nos quieren llevar por el
mejor camino; en nosotros está hacerlo y aprovechar su ayuda o no.
El resultado de todas estas experiencias, es lo que sacamos como
fruto para la próxima vida
en forma de “Sabiduría” o “Conciencia", esta conciencia es la base de la
estructura mental, instinto,
o deseos de elevación vida tras vida. Si quisiéramos saber hacia dónde
nos lleva la Ley del Karma,
veríamos que su fin es mostrarnos que el Ser humano es uno con Dios, que
la humanidad debe
conocerse a sí misma para conocer a Dios, y que debe amarse a sí misma
para amar a Dios. Pero
para amar es necesario desarrollar todas las virtudes que nos llevan al
amor, y para conocernos
tenemos que ser conscientes de estas Leyes y saber que somos dueños de
nuestro destino. Todo
pensamiento, palabra y obra tendrán su efecto sobre nosotros, por lo
tanto, si deseamos elevarnos a
los conceptos anteriores, debemos empezar a cambiar nuestros deseos por
nobles aspiraciones,
para que la mente guiada por el espíritu anheloso pueda alcanzar la meta
de perfección cuanto
antes.
Las aspiraciones, hábitos y deseos elevados de nuestra anterior
vida, nos traen como efecto,
mayores posibilidades de desarrollo para esta, por eso, nuestro deber es
cumplir las aspiraciones de
la vida pasada y crear otras nuevas y más elevadas. Si no lo hacemos así,
tendremos una gran lucha
con nuestra conciencia, porque ella sabe que, como Espíritus, nos
comprometimos antes de renacer
a cumplir una serie de obligaciones y a hacer otras cosas en favor del
desarrollo espiritual individual
y de la humanidad. Si no lo cumplimos por dejarnos llevar por nuestros
deseos materiales y
pasionales, estaremos interrumpiendo nuestro propio desarrollo de una
manera seria y grave.
Así, la Ley de Causa y Efecto es perfecta, justa y amorosa puesto
que actúa para nuestro
propio desarrollo. Nosotros somos nuestros propios carceleros y verdugos,
o nuestro propios
Ángeles de la Guarda y Guías espirituales. Si hacemos mal a alguien nos
lo hacemos nosotros
mismos; si robamos, nos robamos nosotros mismos; si no cuidamos nuestro
cuerpo físico –que es el
Templo de Dios - nos saldrán enfermedades y así aprenderemos a valorarle;
si abusamos de la
energía creadora por medio del sexo y de la mente sobre cualquier otra
persona, naceremos con un
defecto físico o psíquico, y así sucesivamente. Esta Ley hace que tomemos
conciencia de los valores
espirituales y materiales para que lo utilicemos en nuestro desarrollo
y el de los demás.
Tenemos y somos lo que nos corresponde y nos relacionamos con
quienes tenemos deudas
pendientes de anteriores vidas, pero nuestro deber es quedar bien con
todas las personas y ayudar
allá donde podamos de manera desinteresada. Esta Ley no la puede burlar
nadie, si el hombre
colabora con ella encuentra dicha y recompensa, pero si no, encuentra
sufrimiento y castigo.
Nuestro deber es meditar y discernir para ver cuándo hacemos el
bien y cuándo el mal,
cuándo hacemos el bien de corazón o cuándo por egoísmo. Nuestro deber es
actuar de una manera
compasiva, justa, amable y sincera, porque así borramos de nuestro
subconsciente toda semilla del
mal y hacemos que nazca y florezca el bien.
Yo os invito a reflexionar detenidamente sobre estas enseñanzas
para que intentéis ver el
efecto de las causas que cometéis en vuestra vida diaria, pero, ¡cuidado!
no os obsesionéis con lo
malo, ved también lo bueno y sabed que vuestras aspiraciones e
intenciones son posibilidades de
desarrollo para el futuro. Cuidad vuestras actitudes con el prójimo, no
manifestéis odio,
impulsividad, injusticia, cólera, ni cosas similares, eso os traerá los
peores efectos. Pensad que una
vez sufrida una deuda o pagado un karma, ya no nos vuelve más; pensad que
las leyes de Dios están
actuando en todo y constantemente; por lo tanto, si colaboráis con ellas
os traerán prosperidad,
salud y grandes posibilidades de desarrollo. Si queréis ver la Luz, abrid
bien los ojos espirituales
porque la tenéis dentro de vosotros mismos.

“ Maestro, ¿Qué he de hacer para desarrollar mi espíritu y elevar mi


conciencia?
Trabajar, trabajar y siempre trabajar ”

CAPÍTULO I

LOS CUERPOS O VEHÍCULOS DEL SER HUMANO

Para hablar del desarrollo espiritual humano, debemos hablar antes,


de las herramientas o
medios que éste tiene para poder expresarse en este mundo, y así
experimentar y tomar conciencia
del resultado de sus acciones.
Es muy importante, llegado este punto, que olvidemos el concepto de
que somos sólo un
cuerpo físico y comencemos a tomar conciencia de que somos un Espíritu
que se manifiesta por
medio de diferentes envolturas, que a su vez, nos velan la verdadera
conciencia espiritual. Según
comprendamos esto, veremos más claramente el error de pensar que somos un
cuerpo de materia
densa, y las posibilidades de dominar nuestros hábitos, carácter y forma
de pensar. Este es el primer
paso para que la humanidad exprese su conciencia “fuera del cuerpo” y
comience a manejar sus
vehículos como mejor crea conveniente en su desarrollo espiritual.
El verdadero Yo, es parte del Yo Universal, y sus cuerpos son las
envolturas en las que está
encerrado. Lo más importante ahora es que ese "Yo" aprenda a dirigir sus
cuerpos, que, como si
fueran un carruaje tirado por cuatro caballos, quieren ir donde les
apetece. Ese Yo Superior es un
Ser con unas posibilidades latentes inimaginables para el hombre, esas
posibilidades deben ser
transformadas en poderes dinámicos por medio de la voluntad y las
experiencias en el mundo físico.
Según avanza la humanidad en su progreso espiritual, su conciencia se
eleva hacia otros
planos espirituales y adquiere más poder. Según adquiere poder y amplia
su conciencia, así
manifiesta ciertas facultades nuevas que se convertirán en virtudes aquí
en la Tierra.
Dice un axioma hermético que “Toda causa tiene su efecto y todo
efecto tiene su causa”.
Por otro lado, sabemos que lo primero que debe hacer el Ser humano es
“conocerse a sí mismo”. El
cuerpo físico no puede ser el hombre, puesto que el cuerpo es “materia
densa” como cualquier otro
objeto material, aunque con alguna diferencia en su composición no deja
de ser “materia muerta”; si
no fuera por la vida que le anima sería un objeto inerte. Se ha
demostrado a través de experimentos
con básculas muy precisas que en el momento de la muerte, el cuerpo
físico pierde peso, algo
abandona el cuerpo. Entonces, lo lógico es pensar que nosotros
abandonamos ese cuerpo y lo que
queda es un cadáver como cuando se mata a un animal. Esto es lógico
puesto que sabemos que la
mente domina o hace lo que quiere con el cuerpo y no el cuerpo con la
mente.
Si imaginamos un cuerpo físico con vida, no veremos nada más que un
“cuerpo que se
mueve”, sin sentido de ninguna clase ni orientación, entonces podemos
llegar también a la
conclusión, de que el hombre no es ésa vida que anima el cuerpo físico;
esto indica que la “vida” es
una energía que vitaliza y anima el cuerpo hasta un determinado año.
Pero, vamos a imaginarnos otro
cuerpo que será la causa de nuestros sentimientos, deseos y emociones.
Éste tercer cuerpo es el que
hace que el hombre desee cosas, sienta, tenga un incentivo para ir o
venir, que sienta emociones,
odios, pasiones, y un largo etcétera. Ahora podemos ver que tenemos un
cuerpo físico con vida y
que, además, se mueve en determinadas direcciones porque “desea” y
“siente”. Si lo meditamos nos
daremos cuenta rápidamente que este cuerpo de “deseos”, tampoco puede ser
el ser humano
porque nosotros no actuamos dominados totalmente por los deseos, pasiones
y odios. La
humanidad tiene la capacidad de dominar muchos de sus deseos y controlar
sus sentimientos y
emociones, tiene voluntad para actuar en el mundo.
Cuando el hombre ve que sus deseos, vicios, pasiones, odios y
rencores perjudican su
bienestar y su salud, razona, y por medio de su voluntad comienza a
cambiar de actitud en la vida. Si
la humanidad no tuviera mente, no podría hacer esto ni sería dueño de su
vida y no evolucionaría
como lo hace. Sabiendo esto, podemos ver que nosotros también tenemos una
mente para dominar
los deseos por medio del discernimiento y para dirigir nuestra vida de
una manera razonada y lógica.
Para la mayoría de las personas, el ser humano es un cuerpo físico
que vive, tiene deseos y
emociones y piensa. Para el ocultista, también tiene esos cuatro cuerpos
o vehículos de
manifestación, pero el verdadero ser humano está por encima de ellos y
tiene la posibilidad de
dominarlos y dirigirlos a su antojo. Veamos, todas las personas se habrán
dado cuenta que su
mente, en un momento determinado, se ha puesto a pensar en "mil cosas a
la vez” o está
“tarareando” una canción que ha oído y que ya no la quiere cantar porque
le aburre; otras veces nos
damos cuenta de que nuestra mente está pensando en cosas absurdas y sin
importancia que no
sirven para nada. Cuando ocurre esto, algunos dicen: ¡Qué tontería
estaba pensando yo! ¿Por qué
estoy pensando en esto si no tiene importancia y no va conmigo? ¡No sé
que hacer para quitarme
esta canción de la cabeza!
Ahora nos podemos preguntar ¿Quién es ése o eso, que se pregunta
esas cosas y que no
puede dominar o controlar la mente? ¿Quién es ése que cuando se da
cuenta de que está pensando
en algo que no quiere, corta ese pensamiento? ¿Quién es ése que cuando
quiere concentrarse para
hacer algo utiliza la mente consciente, voluntaria y firmemente para
hacer con ella lo que desea y
sacar provecho mediante su uso? Ese es el Ego o Yo Superior que algunos
llaman el verdadero Ser
humano. Es el “Yo” que está por encima de los otros cuerpos, el Espíritu
velado por diferentes
grados de materia que le impiden manifestarse tal y como es. Esos velos
son los deseos, pasiones,
hábitos, la mente incontrolada, etc., y esos velos son los que el Ego
debe quitarse por medio de la
evolución y desarrollo moral, mental y espiritual, para poder
manifestarse por medio de su vehículo
más denso, el cuerpo físico.
Para hacer eso, debe cambiar todo lo negativo que tengan esos
cuerpos y hacerlo positivo y
espiritual, eso es el “Desarrollo Espiritual” según el Esoterismo”, eso
es “Conocerse a sí mismo”, eso
es “Conocer y crear causas” para crear nuestro propio destino de una
manera consciente. Según el
hombre descubre como son sus sentimientos y como piensa, así puede
cambiar su línea de conducta
y empezar a recorrer el “Sendero de Retorno” que le llevará de vuelta a
casa.
El Ser humano es una vida de la “Vida Universal”, una mente de la
“Mente Universal” y una
esencia de la “Esencia Universal”. Sus cuerpos son vehículos para su
expresión en el mundo físico;
son un conglomerado o vida colectiva de millones de vidas que evolucionan
por medio de nuestra
conciencia y cuerpo. Así mismo, nosotros lo hacemos por medio de la
Conciencia de Dios y su
expresión física o manifestación material, ya que “En Dios vivimos, nos
movemos y tenemos nuestro
ser.”
Cada uno de esos cuerpos pertenece a un mundo. El cuerpo físico
compuesto de materia
física pertenece al mundo físico y, al morir, esta materia se vuelve a
integrar en el caos de átomos de
donde surgió. El cuerpo vital o etérico es de materia más sutil, este
cuerpo pertenece a la parte
etérica del mundo físico y es el clásico “fantasma” que se puede ver en
los cementerios, ya que es
idéntico al cuerpo físico. El cuerpo emocional o de deseos, pertenece al
Mundo Astral o de Deseos
y, al cabo de un tiempo después de la muerte, también se desintegra como
lo hacen los anteriores
para que su materia vuelva al caos a donde pertenece. Este cuerpo también
es utilizado por algunos
Espíritus para manifestarse en sesiones espiritistas o mediumnicas y,
algunas personas tienen la
capacidad de utilizarlo de una manera consciente y voluntaria para hacer
ciertas actividades mientras
su cuerpo físico duerme. El cuerpo mental pertenece a las regiones
inferiores del Mundo del
Pensamiento, y ahí es donde el Ego o verdadero Yo, forma sus pensamientos
para que después se
revistan del sentimiento adecuado, se vitalicen, y al final se
manifiesten en actos físicos, palabras o
cosas materiales.
Estos cuerpos están todos en un mismo espacio, todos compenetran el
cuerpo físico,
podríamos decir que es como el bloque de hielo donde hay: sólidos,
líquidos, gases, y partículas
atómicas, o sea, diferentes grados de materia en un sólo cuerpo. Después
de que el cuerpo físico
muere, van muriendo los demás y volviendo al caos de donde proceden para
poder formar parte de
un futuro cuerpo más perfecto, pues esta materia también evoluciona vida
tras vida.
Lo podríamos resumir de la siguiente manera, lo mismo que en el
bloque de hielo hay
diferentes grados de materia hasta llegar a la que el hombre no percibe
con su ojo físico, así el Ego,
está funcionando o manifestándose aquí en el mundo físico con un cuerpo
material. Este cuerpo está
vitalizado por un cuerpo etérico, que a su vez está compenetrado por otro
más sutil de deseos y
emociones, y todo esto está gobernado, o al menos así debería ser, por
otro vehículo de materia
todavía más sutil llamado cuerpo mental. Según se esfuerce el hombre por
ser mejor moral, mental y
espiritualmente, así estará facilitando la manifestación de ese Espíritu
lleno de Sabiduría y Poder.
El que un ciego no pueda ver el mundo físico no significa que no
exista, así mismo, el que la
mayoría de las personas no puedan percibir los mundos o cuerpos
invisibles del hombre, tampoco
significa que no existan. Hay infinidad de partículas en la atmósfera,
señales de radio, televisión,
partículas que las reconocemos por medio del olfato o el oído, y otras
muchas señales que se
detectan por su vibración y por medio de aparatos específicos; sin
embargo no lo detectan nuestros
ojos físicos por el simple hecho de no tener esa sensibilidad o poder de
captación.
Existen personas que no ven nada, otros ven poco, otros ven lo
normal y ¿Por qué no
puede haber personas que vean más allá de lo normal? Si cogemos una rueda
y la hacemos girar con
fuerza, al principio veremos sus radios, a continuación veremos algo
indefinido con un determinado
color y, más tarde los radios desaparecerán y oiremos un sonido ¿Qué ha
pasado? Pues
simplemente que hemos ido aumentando la vibración de la rueda y la hemos
puesto en un nivel que
nuestros ojos físico no son capaces de captarla y no nos queda otro
sentido que el oído para
captarlo. Si esto lo pudiéramos aumentar más, la rueda desaparecería de
la vista y no oiríamos nada
porque el oído tampoco captaría esa otra vibración tan elevada. El hombre
conoce y admite lo que
sus sentidos captan y no sabe que hay algunas personas con una visión
tal que captan vibraciones
más elevadas, y por lo tanto, ven otros grados de materia más sutil que
es invisible para nosotros; a
estas personas se les suele llamar clarividentes.
Cada uno de nuestros cuerpos (físico, vital, de deseos y mental)
están formados de materia
de diferentes grados de densidad, pero esa materia está toda en un sólo
espacio o cuerpo físico lo
mismo que en la carne hay células, moléculas, átomos, protones,
neutrones, etc. Estos cuerpos son
los que utiliza el Ego vida tras vida para renacer, experimentar,
aprender y desarrollarse en todos los
sentidos.
Lo mismo que un inventor crea una idea, la elabora, da vida con el
pensamiento, la pone un
sentimiento o deseo, y por último, la manifiesta materialmente en el
mundo físico; así el Ego desde
su propio mundo, se manifiesta por medio de su mente, deseos, vida y
cuerpo físico para
experimentar y evolucionar, o dicho de otra forma, para adquirir
conocimiento y elevar su
conciencia.
Algunos de los motivos principales por los que necesitamos estos
cuerpos son:
1º. Porque necesitamos experimentar para poder evolucionar.
2º. Porque tenemos que perfeccionar esos cuerpos cada vez más, para sacar
mayor
provecho de los mundos en los que evolucionamos.
3º. Porque tenemos que desarrollar la voluntad.
4º. Porque tenemos que espiritualizar el carácter.
5º. Porque debemos desarrollar la mente.
Lo mismo que aquí trabajamos durante el día y descansamos por la noche
para asimilar las
experiencias diarias y para restaurar el cuerpo físico, así mismo
renacemos, aprendemos y
experimentamos durante toda una vida para después, en esos mundos
invisibles, asimilar el fruto de
la misma y unirlo a la “conciencia” que es el resultado de la experiencia
de las anteriores vidas.
Lo mismo que un niño tiene que volver al colegio para continuar su
aprendizaje, también el
hombre renace por medio de esos cuerpos para continuar su desarrollo y
evolución aquí en el
mundo físico. Lo mismo que un niño hace los deberes o estudia para grabar
mejor lo que ha
aprendido en clase, así mismo el Ego asimila lo bueno de la vida pasada,
borra los malos hábitos,
aprende a obrar de una manera benévola y honesta, y hace que en la
próxima vida nos inclinemos
con más fuerza hacia el desarrollo de las virtudes espirituales para que
la voz de nuestra conciencia
sea más fuerte. Así pues, por medio de este aprendizaje después de la
muerte del cuerpo físico,
estamos más evolucionados y renacemos más preparados para hacer el bien
en la humanidad, y
comprender que todos somos hermanos en espíritu y que nos tenemos que
ayudar mútuamente
porque todos tenemos que llegar al mismo sitio.
Estos cuerpos son lo más preciado que tiene la humanidad ya que sin
ellos no podría
evolucionar, por eso también debemos aprender a valorarlos comenzando con
el físico. Cuanto más
vivamos, más oportunidades tendremos de aprender y de quitarnos deudas
que tenemos de otras
vidas. Si cuidamos el cuerpo por medio de no tomar substancias que
alteren la mente y que
perjudiquen su organismo, estaremos haciendo una obra muy importante. Si
no abusamos o
derrochamos la energía en esfuerzos físicos innecesarios, si no
derrochamos la energía sexual
creadora e incluso mental, tendremos mas vitalidad y el cuerpo físico
funcionará mejor. Esta energía
es creadora y gracias a ella pensamos y creamos, trabajamos y
procreamos. Si no nos dejamos
llevar por las pasiones, la sensualidad, los vicios y deseos que hacen
grandes daños en el cuerpo
astral, repercutiendo así en el cuerpo vital y en el sistema nervioso,
estaremos mejorando y cuidando
también este cuerpo y daremos pie a que nuestros deseos sean cada vez más
elevados y espirituales.
Si utilizamos la mente de una manera concentrada, voluntaria y
conscientemente, haremos sólo lo
que verdaderamente deseamos para nuestro bien y el de nuestros cuerpos,
pero si la dejamos a su
libre albedrío, se dejará llevar por los deseos y estará en mil cosas a
la vez para no sacar provecho
de nada.
Por todo esto, es muy importante que dominemos y cuidemos nuestros
cuerpos porque,
cuanto más lo hagamos, antes seremos más felices; antes descubriremos a
nuestro verdadero Ser;
antes seremos unas personas tranquilas llenas de amor, paz, y buenos
sentimientos. Esa es la meta
del Ser humano y si no fuera por sus cuerpos no lo conseguiría, por lo
tanto, cuanto antes nos
pongamos manos a la obra desde el puesto del propio Espíritu y pongamos
todo nuestro empeño en
espiritualizar nuestros vehículos, antes les doblegaremos, guiaremos y
seremos las personas más
felices del mundo.
Ahora estamos en una situación más provechosa para explicar
detalladamente cómo
podemos sacar provecho de estos cuerpos para nuestro propio desarrollo
espiritual. Veremos
cómo, por medio de los cuerpos y su funcionamiento, la humanidad puede
cambiar sus costumbres,
carácter y punto de vista sobre la humanidad y la naturaleza.

“Mantened claros estos principios y discernir diariamente en todo


lo que hacéis, sentís o
pensáis, fijad vuestra meta en el Yo Superior e intentad sentir su
influencia y guía”

“Por medio del conocimiento de la Verdad y su práctica,


el hombre llegará a ser libre”
CAPITULO II

EL EGO

Nuestro Ego o Yo Superior, tiene gran sabiduría como resultado de todas


las anteriores
reencarnaciones desde que alcanzamos la individualización como seres
humanos, por tanto, sus
experiencias son inmensas y su sabiduría grande como resultado de esas
experiencias; en él está
resumida toda la evolución pasada. El Ego nos está influenciando
constantemente por medio de lo
que llamamos “conciencia” ya que, en esta conciencia, está grabado todo
el sufrimiento y felicidad
que hemos recibido después de cada vida. Su deber es advertirnos para que
no volvamos a caer en
los mismos errores que nos causaron sufrimiento y guiarnos hacia el
desarrollo espiritual por medio
de la comprensión y el discernimiento entre lo bueno y lo malo.
El Ego nos habla desde el Mundo del Pensamiento en forma de vibraciones,
que se
transforman en sonido y color en los diferentes cuerpos inferiores, hasta
que llegan al cerebro como
una voz casi imperceptible. Esas vibraciones son siempre buenas, pero
dependiendo de cómo
pensamos y cuáles sean nuestros sentimientos y deseos, así se
transforman, y así las podemos recibir
e interpretar para bien o para mal. Si el hombre tuviera una vida más
relajada e intentara tener más
paz mental, sacaría gran provecho de estos mensajes, ya que el Ego es
“causa de todo bien”, y está
deseando que nos esforcemos en hacer el bien y aborrezcamos el mal para
poder manifestarse tal y
como es.
Cuando el Ser humano persiste en ser altruista, amoroso,
comprensivo, tolerante, etc., está
elevando la vibración de sus diferentes cuerpos y está purificando la
materia de la que están
compuestos, esto hace que vaya haciendo camino para la unión de la
material con lo espiritual, de la
persona con Dios. Si por el contrario, el Ser humano está lleno de
malicia, rencor, envidias y cosas
similares, está atrayendo materia de ese grado de vibración hacia sus
cuerpos y está obscureciendo
y cerrando la puerta a los consejos y guía del Ego. Cuando el hombre
actúa así se pone en contra de
las Leyes Divinas y de la evolución de su propio espíritu.
Cuando el ser humano alcanza el grado de desarrollo espiritual
necesario para comprender
estos principios filosóficos, y comienza a actuar de manera positiva,
intentando ver lo Divino y bello
que existe en todo lo que nos rodea, es señal de que el Ego ha recorrido
mucho camino. Cuando el
hombre piensa en sentido amoroso y desinteresado en su deseo de
crecimiento y actividad y si
trabaja consciente y voluntariamente, eleva su conciencia y poder
espiritual para que el Ego pueda
manifestarse.
Así podemos ver que lo que es malo conlleva el germen de la
destrucción y lo que es bueno
el de la salvación. Lo malo será transformado o destruido, lo bueno
reinará como Voluntad Divina
en la conciencia de la humanidad. Todo lo bueno es evolución, es la parte
activa de la conciencia del
Alma. Cuando el Ser humano domina sus vehículos inferiores y se une a esa
conciencia del Alma,
está haciendo que nazca el Yo Superior. Sólo así seremos conscientes de
la Divinidad que está
oculta en nuestro interior.
Según evoluciona la humanidad por medio del Renacimiento y la Ley
de Consecuencia, así
se va convirtiendo el Ego en el conductor de sus vehículos y les va
dirigiendo hacia nuevas y
elevadas experiencias por medio de la cultura, religión, filosofía, etc.
El Ego intenta manifestar lo
mejor de él mismo para que seamos instrumentos de amor y sabiduría y para
que seamos medios de
manifestación en la Obra Divina y así poder liberarse de su atadura a la
Tierra. Lo material se debe
unir a lo espiritual, pero eso no puede ocurrir hasta que el hombre, de
una manera consciente,
intencionada y voluntaria, sea creador de todas las mejores virtudes
humanas.
Según alimentamos el sentimiento de fraternidad, amor y altruismo,
vamos incrementando la
conciencia espiritual y sentimos la presencia del Poder Supremo; según
nos desarrollamos
espiritualmente nos sentimos más unidos al género humano y más nos duele
el dolor ajeno. Cada
individuo debe escuchar a su Yo Superior, debe intentar ponerse en su
puesto para identificarse con
él, y sentir sus inspiraciones y enseñanzas para fortalecer sus lazos de
comunicación. Cuando
confiamos en él, nos manda todo su amor y sabiduría en forma de
iluminación para que la
compartamos con las demás.
Alguien se puede preguntar ¿Exige algo nuestro Yo Superior?
Naturalmente que sí, él quiere
que no nos apeguemos a lo temporal y material por medio de deseos y
pasiones; que practiquemos
el discernimiento para distinguir el bien del mal; que cuidemos nuestros
cuerpos de expresión puros y
limpios para poder experimentar y aprender durante más tiempo aquí en la
tierra; que practiquemos
y elevemos las virtudes humanas, y que tengamos confianza en Dios.
Debemos desarrollar el “músculo espiritual”, y si queremos
fortalecerle y utilizarle para
nuestro propio desarrollo, debemos empezar por autocontrolarnos y
autodirigirnos para aprovechar
las oportunidades que nos surgen todos los días, y decir como alguien
dijo “No importa lo estrecha
que sea la puerta y lo cargado de castigos que esté el camino, yo soy el
señor de mi destino y el
capitán de mi alma”.
Cuando nos llega el momento, en una determinada vida, de comenzar
voluntariamente a
recorrer el Sendero que algunos llaman de “aceleración” o “retorno”,
debemos comenzar de una
manera sistemática a erradicar las indulgencias que tienden a estimular
lo que pertenece al yo
inferior. Nunca debemos expresar nada que sepamos que es perjudicial
para el desarrollo del Ego.
Debemos aprender o controlar todos los deseos y apetitos que pertenecen a
lo físico, el
temperamento, el carácter, y a utilizar las actitudes de tendencia
espiritual. Nuestro deber es poner
en práctica nuestro conocimiento espiritual ante cualquier circunstancia
y prueba de la vida, pero
además, debemos mantener nuestra “casa” en orden y no dejar que entre
ningún intruso en ella.
Debemos tener la seguridad de que nada se interponga entre nuestros
deseos de elevación y nuestro
Yo Superior.
Tarde o temprano, el que inicia el sendero de desarrollo
espiritual, debe aprender a
sacrificarse en favor de su Yo Superior. Es el sacrificio de lo que desea
la personalidad de lo que se
debe deshacer para el engrandecimiento del Espíritu. Cuando se hace ese
sacrificio nos damos
cuenta que, lo que parecía ser perder una vida de disfrute no era tal, y
que por el contrario,
descubrimos que hemos ganado una vida inmortal. Es cierto que debe
hacerse una ofrenda completa
de todo lo que amamos y apreciamos, pero también es cierto que hallamos
una vida superior cuya
felicidad es indescriptible, porque el sentimiento es tan profundo que no
se puede expresar.
Cuando nos sentimos felices gracias a nuestro desarrollo
espiritual, no debemos bajar la
guardia ante las tentaciones y pruebas de la vida, además, es lógico que
como efecto de todo esto
nos surja una importante preocupación, esta preocupación es que nada de
nuestra naturaleza nos
obstaculice para ser expresión perfecta de ese Yo Superior. Somos su
instrumento que puede ser
usado por su voluntad y debemos mantener esta actitud ante nuestra vista
como el estado de
conciencia al que aspiramos.
A través de su desarrollo, el ser humano llega a un nivel en que se da
cuenta de que uno de
los deberes más importantes es trabajar para el beneficio y sostenimiento
de la humanidad. Este es
uno de los pasos más elevados porque para ello debe dejar de
identificarse con las formas
separadas y identificarse con la Vida Una (que se expresa en vidas
individuales) para intentar
elevarlas a la perfección. Identificándose así, debe trabajar enteramente
por el bienestar y auxilio de
sus semejantes y de todo el mundo. La Vida es Divina en todos los niveles
y tiene diferentes formas
de expresión, si ayudamos a la evolución en alguna parte del Todo,
estaremos cooperando con el
Plan Divino.
Si queremos colaborar en el desarrollo espiritual de nuestro Ego,
debemos tomar conciencia
de lo que es la Vida Una, una vez hecho esto, tenemos que tener siempre
presente que no hay que
despreciar ninguna vida por muy poco evolucionada que ésta sea, si lo
hacemos, debemos tener
muy bien grabado en la mente el siguiente mensaje, “Respeta la vida como
la respeta los que la
desean”. El reconocimiento de esta verdad fundamental significa que el
ser humano debe amar a sus
semejantes y interesarse por ellos como parte de la Vida Universal.
Nuestro deber es ver la vida en
todas sus más amplias posibilidades. El resultado es que cuanto más
evolucionado sea el Yo
Superior, más tolerante con toda la vida manifestada será y tanto más
grande será su compasión por
los demás, puesto que intenta manifestar la Compasión Divina.
El poder del espíritu o primer aspecto de Dios es “Voluntad”, el Yo
Superior debe utilizar la
voluntad para su desarrollo espiritual por medio de las experiencias.
Según se desarrolla, adquiere
“confianza propia”, y gracias a la confianza propia, comienza a darse
cuenta de que la fuerza de su
Espíritu es la fuerza de lo Infinito que le impulsa porque es uno con su
propio Espíritu; la confianza
en su espíritu, a su vez, se convierte en confianza en Dios. Nosotros
somos parte de Dios y
confiando en Dios confiamos en nosotros mismos porque cada uno de
nosotros es una Chispa de lo
Divino. Solo necesitamos darnos cuenta de ello y desarrollarlo, entonces
el Ego se convertirá en ese
Espíritu parte del Todo.
A algunas personas les parecerá difícil llevar a la práctica todo
lo mencionando, son pasos
elevados que cuestan sacrificio y esfuerzo constante, pero para
acercarnos al Yo Superior debe ser
así. Es curioso, pero en este nivel espiritual que estamos comentando, a
veces nos encontramos con
cosas que no entendemos. Por un lado y sin darnos cuenta, nos aislamos
del mundo en que vivimos
y de las personas con las que tratamos, y por otro lado, queremos unirnos
a todo el mundo
fraternalmente. En este caso, el ser humano debe ser cauto para no crear
una forma de vida
separada del resto de las personas, más bien al contrario, debe
fortalecer el Yo Superior por medio
del amor a todos, aunque no se relacione con las personas que lo hacia
antes.
Lo mismo que el Sol ilumina y da calor a toda la humanidad y no toma nada
de nadie, así
nosotros debemos aprender a estar solos frente a las adversidades de la
vida y valernos de nuestro
discernimiento y conciencia interna para dar luz y calor allá donde
estemos, pero sin necesidad de
relacionarnos con todas las personas. De cualquier forma, esta
separatividad no es real porque
estamos unidos a todos los demás hermanos en Espíritu.
Estamos hablando del Ego y su mundo, y de cómo alimentarle o
aumentar nuestra conciencia
en relación con él, pero sería bueno preguntarnos lo siguiente ¿Cuántas
veces nos ocupamos de
servir y alimentar al Ego con nuestras buenas obras de una manera
consciente y voluntaria?
Normalmente, muchas personas que están en el Sendero del desarrollo
espiritual, se quejan de que
no tienen ayuda de los mundos espirituales o de su propio Yo Superior, yo
preguntaría a estas
personas ¿Cuántas veces actúas en nombre de tu propio Yo Superior?
Cuanto antes y más
trabajemos con nuestros pensamientos y sentimientos para elevarle hacia
una vida libre de críticas,
malos pensamientos, egoísmos, etc., antes conseguiremos su ayuda.
Haciendo esto, más ayuda
recibiremos de nuestro Yo Superior e incluso de otros elevados seres que
están pendientes de
nuestro desarrollo. Por otro lado, cuanto más nos esforzamos en
identificarnos con el Ego y llevar a
cabo la misión que él desea que se cumpla, más claro veremos el porqué de
la vida y mejor
sabremos solucionar los problemas. Si alguien se pregunta ¿Qué es lo que
el Ego desea que
hagamos? Yo le pregunto, ¿Qué sientes o has sentido cuando has hecho una
obra con todo tu
corazón y todo tu amor? Eso que has sentido es la vibración que nos manda
nuestro Ego como
expresión para decirnos ¡bien hecho, sigue así y los dos pronto seremos
Uno ante Dios! Por lo
tanto, debemos persistir en establecer dentro de nosotros mismos esas
vibraciones que hacen que
nos unamos a él, o al menos, debemos tener cuidado para no entorpecer su
desarrollo con nuestras
actitudes.
¿Nos hemos puesto a pensar hacia dónde se dirige el esfuerzo y
desarrollo del Ego? Como
es lógico, hacia su unión con lo Divino y Primordial, hacia el Padre,
hacia la colaboración en la gran
Obra del Logos. Luego entonces, si nosotros nos esforzamos para unirnos a
nuestro Ego, debemos
trabajar en la misma línea para el desarrollo de las virtudes y poderes,
para así ser más útiles en su
servicio.
Olvidándonos de nosotros mismos por el trabajo desinteresado, crecemos
como partes del
Ego y a su vez como partes de Dios, de modo que, no es pensando en
nosotros mismos, sino
luchando para favorecer y ayudar a otros como más avanzamos hacia
nuestra meta. La gran Idea es
“El cumplimiento de la perfección en la Gran Obra de Amor del Logos,
nuestro Dios”.
Naturalmente, que una de las primeras cosas que tenemos que desarrollar
para trabajar por esa
unión con nuestro Ego, es tomar conciencia de que existe en nosotros
mismos, que somos nosotros
mismos cuando intentamos ser amorosos con los demás sabiendo que ellos
también son hermanos
nuestros en espíritu. Si no podemos ver a Dios en nosotros mismos, no lo
podremos ver en los
demás, porque hasta que no nos reconozcamos como tal, no nos responderá
nuestro Dios interno; y
si no nos responde, no podremos actuar como instrumentos suyos en esta
vida. Dicho de otro
modo, hasta que no seamos capaces de ver el lado noble y espiritual de
todos los seres, y hasta que
no rechacemos todo lo vulgar e inferior que impide el desarrollo
espiritual interno, no podremos
responder a nuestro Ego y entender la Vida Superior.
El camino que unifica el Yo Superior con el Yo Universal comienza
con el inegoísmo, el
egoísmo es una de las barreras más altas que debemos superar, y sin
embargo apenas lo vemos. Si
meditamos nuestra forma de pensar y de actuar en general, comprobaremos
que el egoísmo está en
casi toda nuestra vida, aunque a veces nos cueste verlo. Algunas de las
cosas que un discípulo debe
desarrollar y llevar a la práctica para luchar contra el egoísmo es la
humildad, la sencillez y el pasar
desapercibido. El Ego siempre intenta decirnos que si tenemos que tener
egoísmo sea siempre por lo
espiritual y no por lo material, porque lo material es lo que le ata al
renacimiento. Cuando el hombre
se apega a lo material, debe vivir con la intención de hacerlo como si
fuera para su Yo Superior, o
mejor dicho para Dios, -así no caemos en el egoísmo- Nunca debe esperar
que lo elogien, adulen ni
nada parecido, porque sabe que todo lo que es y tiene, es gracias a Dios.
El discípulo en su camino de acercamiento a su Ego no busca el éxito,
sino que si le viene lo
acepta como premio de algo bueno que ha hecho antes; no quiere ser el
primero, simplemente
cumplir con su trabajo, deberes y responsabilidades; no trabaja para su
beneficio propio, sino que lo
hace pensando en la humanidad porque sabe que su trabajo y posición
también es gracias a otros;
no piensa en los resultados de sus obras, porque sabe que el deseo por lo
material le esclaviza, por
lo tanto, trabaja para la humanidad y para Dios.
Por eso está escrito: “Los últimos serán los primeros” “El que quiera ser
el primero que sea
el último y el servidor de todos” “Buscad primero el reino de Dios y su
justicia, y todo lo demás se
os dará por añadidura” Después de analizar esto, podemos decir que el Ego
intenta enseñarnos que
el verdadero trabajo del hombre es hacer todo con amor, como si fuera
para Dios; que la mayor
satisfacción es “servir” allá donde podamos, porque lo que hagamos por la
humanidad lo hacemos
por Él; y que; el mayor progreso lo hacemos por medio de actuar
voluntaria, consciente, y
persistentemente.
Para corregir esto debemos comenzar con las cosas pequeñas, vencer
el orgullo, el odio, el
rencor, la arrogancia, estos son los primeros pasos para hacernos
fuertes. Según controlemos
nuestras debilidades y espiritualicemos nuestro carácter, iremos tomando
fuerza para superar otras
cosas peores. Lo importante es ponerse a trabajar con la clara idea de
que somos un Ego que
intenta manifestarse plenamente, pero que se lo impide todo lo negativo
de nuestro carácter,
actitudes y forma de afrontar la vida. Debemos hacernos a la idea de que
somos un centro de Amor
que intenta beneficiar y ayudar a los demás, porque haciendo eso,
indirectamente nos beneficiamos
nosotros mismos, pero ¡cuidado! No actuemos con esa intención, porque eso
sería una forma sutil
de egoísmo.
La comunicación con nuestro propio Ego yace en nuestro corazón, así
que, cuando
actuamos de corazón, lo estamos haciendo como el verdadero Ego. Si
tenemos nuestra conciencia
puesta en todo lo que hacemos, estaremos actuando con toda nuestra mejor
intención para el
desarrollo espiritual. Esto significa que derramamos toda nuestra fuerza
en lo que hacemos, la
reforzamos y además, anulamos todo lo que se relaciona con la
personalidad; o sea, nos acercamos
a la Verdad Divina y dominamos a lo inferior haciendo de la personalidad
una expresión del Yo
Superior.
Como Egos evolucionantes y hermanos del prójimo, debemos tener siempre
presente que
actuar con el corazón en nuestra relación con ellos, es dejar a un lado
los intereses propios e intentar
llegar al corazón de las cosas y de ellos mismos para dar lo mejor que
tenemos, de esta forma, la
Fuerza Divina se realizará en nosotros para hacernos cada vez más grandes
servidores de la
humanidad.
A lo largo del camino y según vamos dominando y transformando
nuestro carácter,
temperamento y forma de ver la vida, vamos sintiendo cada vez más
fuertemente el amor, la buena
voluntad y lo bello de las personas. En esa etapa ya echamos cómodamente
a un lado algunas de las
cosas de la personalidad que no nos gustan y actuamos guiándonos siempre
por nuestros mayores y
más elevados ideales. Mostramos de manera más constante nuestro espíritu
de ayuda humanitaria,
pero debemos tener cuidado porque siempre estaremos en peligro de caer en
nuevas tentaciones
que creemos vencidas o en otras nuevas.
Somos tentados y probados para elevarnos y fortalecernos, y eso nos puede
venir en forma
de aspiraciones materiales, de elevación y otras muchas pruebas que
pueden hacer que renazca el
egoísmo, la arrogancia, la envidia o la simple crítica. Por lo tanto,
debemos estar siempre alerta y no
olvidar nunca que cuando estamos en esta etapa del Sendero, los Maestros
nos observan esperando
el momento en el que estemos preparados para ser sus discípulos.
Es bueno y trae excelentes resultados, hacerse a la idea de esta
realidad. Cuando intentamos
actuar como nuestro propio Yo Superior estamos aumentado la Luz
espiritual y eso atrae la visión
del Maestro. Si pensamos que podemos ser discípulos de un Maestro y
intentamos ser su
instrumento para beneficio de la humanidad; si dejamos que su fuerza
fluya por nosotros sin
adulterarla ni mancharla; y si hacemos todo lo posible para que este
vínculo no se rompa; veremos
como nuestras actitudes en la vida cambian para el bien de nuestro propio
desarrollo. Naturalmente
que para llevar a cabo esto, debemos tener siempre presente la presencia
del Maestro como
supervisor de nuestras actividades y forma de pensar, además, debemos
estar siempre alerta para
que nuestras cosas negativas no le lleguen e interrumpan la conexión.
Nuestro deber principal es
estar serenos, pacíficos, haciendo que nuestros sentimientos y
pensamientos sean los más elevados
porque, actuando así, antes nos capacitaremos para estar cara a cara ante
su presencia. En este
caso nuestra mente y deseos deben estar siempre a disposición del Maestro
o, mejor dicho, deben
ser sus instrumentos de expresión aquí en la tierra.
Dicen los Maestros que siempre están observando a la humanidad para
ver cuándo se
enciende una nueva luz en la oscuridad. Cuando las ven, no pueden dejar
de observarla e intentan
ayudar a esa persona para no que no cese en sus esfuerzos en la decisión
que ha tomado y para que
esa pequeña luz se convierta en una llama que ilumine a los que le
rodean. De esa manera tiene que
trabajar la persona que desea evolucionar, su persistencia en hacer el
bien debe encender su Luz, y
al entregarse en servicio amoroso a la humanidad se convertirá en una
llama que dará luz y calor a
los demás.
No es fácil poner los diferentes cuerpos a disposición del Ego para
que él se exprese tal y
como es, pero bien vale la pena hacer constantemente todo lo que podamos
para ello. No basta con
decir que vamos a hacer lo que este libro diga que es bueno, si estas
enseñanzas no penetran en
nuestra propia vida y las llevamos a la práctica, no conseguiremos nada.
Debemos aprovechar
todas las oportunidades, aún en medio del tumulto, de la excitación y de
los problemas de nuestra
vida cotidiana; debemos estar ansiosos de encontrar oportunidades para el
desarrollo y para llevar a
la práctica todo este conocimiento. Sólo los que se esfuerzan y persisten
en actuar de acuerdo con
esta filosofía, se están preparando y están encendiendo la Luz que hará
venir al Maestro.
El Ego es la Voz de la Conciencia, y como tal sabe lo que es
correcto y lo que no. Cuando
nuestro desarrollo permite una más clara expresión del Ego, no sólo
actuamos intentando hacer y ver
lo recto, sino que, además, pensamos en las consecuencias que eso puede
traer y cómo puede
afectar a los demás. No debemos pensar en los efectos de nuestras
acciones desde el punto de vista
del beneficio, sino desde el punto de vista de beneficiar a la humanidad
ya que, las Leyes Divinas se
encargan de darnos lo que merecemos. Para hacer esto, es imprescindible
el discernimiento entre lo
real y lo irreal; lo que se relaciona con el Ego y lo que se relaciona
con la persona; lo que obstaculiza
o lo que favorece la expresión del Ego; lo duradero o eterno y lo
perecedero o material. Esta
práctica es muy importante y debe ser puesta en práctica constantemente.
También dicen los Iniciados que el ser humano tiene que desarrollar
dentro de sí mismo al
“Niño Cristo”. Cuando estamos encaminados en el Sendero, por cada buena
acción, pensamiento y
palabras desinteresadas, altruistas y humanitarias, atraemos materia
espiritual hacia los cuerpos
invisibles, y cuanto más actuemos así, mayor cantidad retenemos para
engrandecer y hacer que
brillen nuestros cuerpos. Esta materia espiritual es la base de un nuevo
cuerpo que debemos formar
llamado Cuerpo-Alma, para hacer crecer ese Cuerpo-Alma, debemos
alimentarla con las buenas
acciones de Amor y abnegación, y por medio de no practicar lo que
perjudique a los demás. Si no
la alimentamos muere de hambre, por eso nuestro deseo de superación y
nuestros anhelos
espirituales deben estar siempre presente en nosotros. Ese Cuerpo-Alma es
el futuro cuerpo para
poder funcionar en la próxima etapa de desarrollo de la humanidad en este
planeta. Cuando este
Cuerpo-Alma se desarrolla, nace el Niño Cristo en nosotros y tenemos que
alimentarle con esa
materia etérica espiritual que resulta de nuestros buenos actos. Este
Niño Cristo es una Fuerza
Radiante y benéfica para el mismo Ser humano y para su utilización en
bien de la humanidad. Es una
armadura que ningún mal puede atravesar y que, además, hace que el mal
que nos intenta penetrar
se vuelva contra la persona como lo hace un boumerang respecto al que lo
lanza; esto, al fin y al
cabo, es una Armadura de Dios, una armadura que nos protege y ayuda
siempre que nuestro deseo
sea el del amor y el servicio al prójimo.
No podemos amar a nuestro Yo Superior si no nos aproximamos a él
por medio de nuestras
buenas acciones, y no podemos aproximarnos, si no comprendemos lo que él
representa en cada
ser humano No podemos amarlo sin sentirlo y no podemos sentirlo si no
existe en nosotros mismos.
Debemos amar lo Divino en la humanidad tanto como lo Divino en nosotros
mismos, una vez hecho
esto seremos uno con el Yo Superior y no habrá nada que no podamos
conseguir.
Si deseamos ser un hermano más que camina en compañía de otros
hacia la cima de la
montaña, debemos penetrar en nuestro corazón, conocer la Divinidad que
se manifiesta en nosotros
como un Alma inmortal, y buscar en nosotros lo perfecto e inmutable.
Cuando encontremos y
consigamos esto, nuestra luz se unirá a la de los demás para poder actuar
como bienhechores de la
humanidad que velan por el desarrollo espiritual. Debemos saber que en
esa “Hermandad” no caben
las imperfecciones y, por lo tanto, el fuego del Amor de Dios debe
consumir todo lo opuesto a Él.
Debemos ir siempre con estas verdades como si formaran nuestro propio
cuerpo y nos debemos
rodear de un aura esplendorosa que no permita la entrada de ninguna
substancia corrupta producida
por pensamientos impuros. Nuestros sentidos internos se deben abrir a la
perfección de las verdades
espirituales y nuestra mente debe estar iluminada por la Sabiduría
Divina. Cuando lleguemos a este
punto se despertaran los poderes internos que nos harán invencibles,
sufriremos una transformación
y una restauración que harán de nosotros un Ser de Luz, y nuestro cuerpo
será la mansión del
Espíritu Divino.

Dice el maravilloso libro “Luz en el Sendero”:

“Manténte ajeno a la batalla que empieza, y aunque tú pelees,


no seas el guerrero; Busca al Guerrero y deja que pelee en ti;
Recibe sus órdenes para la batalla, y obedécelas;
Obedece, no como si fueras un general, sino como si fueras tú mismo y
como si sus palabras fuesen la expresión de tus secretos deseos;
pues él es tú mismo, aunque infinitamente más sabio y fuerte que tú;
Búscale antes de que en el fragor y fiebre de la batalla puedas dejar de
percibirlo;
pues él no te reconocerá a menos que tú lo conozcas;
Si tu grito llega a su oído atento, entonces luchará en ti y llenará el
triste vacío del interior;
Y si esto sucede, entonces podrás permanecer sereno e infatigable durante
la batalla, manteniéndote
apartado y dejándole pelear por ti;
Entonces será imposible que des un solo golpe en falso;
Pero si no lo buscas, si pasas a su lado sin percibirle, entonces no hay
salvaguardia para ti.
Tu cerebro te turbará, y tu corazón se tornará irresoluto, y en medio del
polvo del campo
de batalla, tu vista y sentidos se oscurecerán; y no distinguirás a tus
amigos de tus enemigos.
Él es tú mismo, sin embargo, tú eres finito y sujeto a error. Él es
eterno y seguro. Él es la verdad
eterna. Una vez que haya penetrado en ti y se haya convertido en tu
guerrero,
jamás te abandonará por completo, y en el día de la gran paz, él y tú os
convertiréis en uno”

MEDITACIÓN

Antes de nada y como para cualquier otra meditación y relajación,


ponte en una posición
cómoda de tal manera que no tengas que estar pendiente de ninguna
molestia, la mejor posición es la
que haga que te olvides cuanto antes de tu cuerpo físico.
A continuación, relaja todo tu cuerpo comenzando por los dedos de los
pies, suelta todos
los músculos e imagina que tu sistema nervioso está bajo tu control y por
lo tanto te obedece. Sigue
relajando todo tu cuerpo desde las piernas hasta el tronco, luego pasa a
los dedos de las manos y
brazos y, a continuación, relaja muy profundamente la zona de tu cuello,
-esto es muy importante-.
Procura que tu columna esté más o menos recta y la barbilla un poco
inclinada hacia adelante, luego
termina por relajar toda la cabeza, párpados, mejillas, mandíbulas,
frente, etc. Este no es un libro de
relajación y por eso sólo doy las líneas generales para que cada uno
practique a su manera o como
mejor pueda.
Después de la relajación estarás mejor preparado para meditar sobre
ti mismo como Yo
Superior. Una vez relajada también la mente y teniendo en cuenta que eres
tú el dueño de la misma,
comienza el siguiente ejercicio: Comienza por repetir la frase “Yo soy
Yo”, pero intentando causar la
sensación de que estas por encima de la mente y fuera del cuerpo. A
continuación, añade estas otras
frases “Yo no soy el cuerpo físico, soy su dueño y puedo hacer con él lo
que quiera”, “Yo no soy
mis deseos ni mis pasiones, yo estoy por encima de ellos y las puedo
transformar porque tengo el
Poder del Espíritu”, “Yo no soy mi mente y, por lo tanto, puedo
utilizarla para pensar cuando y lo
que Yo quiera”.
Sin dejar de repetir “Yo soy Yo”, combinad estas palabras con las
frases mencionadas
anteriormente, pero siempre con el sentimiento y la convicción de que
verdaderamente tenéis todo
ese poder y estáis por encima de esos vehículos. Debéis hacer todo lo
posible para intentar sentiros
por encima de ellos, utilizad la imaginación y la visualización si os
hace falta, pero el sentimiento debe
ser de comprensión y el convencimiento, de que todo es verdad y de que
luego y a partir de la
meditación, vais a poder hacer todo lo que meditéis.
Meditad sobre vuestra forma de ser en la vida diaria, y ved como el “Yo”
no se puede
manifestar porque está velado por los deseos y por la mente. Meditad y
ved de qué manera y cómo
muchísimas veces a diario, perdéis la oportunidad de doblegar estos
instrumentos. Meditad y
comprender cómo y cuándo debéis imponeros sobre vuestros cuerpos para
hacer lo que vosotros
queréis como Yo Superior. Estad atentos a no desviaros hacia otras cosas
y pensamientos, tenéis
que utilizar la mente para lo que vosotros queráis y para crear los
sentimientos que creáis
conveniente.
Vosotros sois el Poder y como tal, tenéis que identificaros con el Yo
Universal, no caigáis en
la tentación de pensar que vosotros hacéis las cosas; pensad que “vuestro
cuerpo hace lo que
queréis; que vuestro cuerpo de deseos desea lo que vosotros queréis
sentir y desear; que vuestra
mente piensa lo que vosotros queréis pensar; y que podéis dominar siempre
y en todo lugar a
vuestros instrumentos.
Si queréis facilitar este ejercicio durante el día y desarrollar
esa conciencia, intentad
observad cómo se expresan esos vehículos, estad pendientes de lo que
hacéis para dominarlos,
guiarlos y educarlos. Debéis ser vosotros mismos, debéis llegar a
dominarlos de tal manera que sea
el Yo Superior, quien se manifieste en pensamiento, palabra y obra.
Dad libertad a todos vuestros ideales elevados y espirituales y a
vuestros deseos amorosos y
desinteresados, actuar siempre de una manera justa, honrada y noble, así
manifestareis lo que
verdaderamente sois: “Una parte del Amor Infinito que se manifiesta con
Sabiduría a través de su
Inteligencia y de sus Actividades en el mundo físico.

“Como el hombre piense en su corazón,


así es él”

CAPITULO III

LA MENTE

La mente es el primer vehículo que tiene el Ego para manifestarse


desde su propio plano,
está compuesta de materia del Mundo del Pensamiento y es con esta materia
con la que envuelve
sus ideas para crear sus “formas de pensamiento,” que dan origen a lo que
quiere manifestar en el
mundo físico. La mente es el instrumento que utiliza el Ego para crear
por medio del pensamiento
estando en estado de vigilia y de una manera consciente o inconsciente.
Cuanto menos desarrollo
humano tiene una persona, menos poder tiene sobre su mente y más se guía
por su instinto y sus
deseos; según evoluciona el hombre hacia lo humano, moral y espiritual,
más dominio tiene sobre ella
para obligarla a actuar en la línea que el Ego quiere.
La mente recibe las impresiones del exterior por medio del cuerpo de
deseos y en forma de
vibraciones o “sonidos”, según el control del hombre sobre su mente, así
responderá en bien o en
mal hacia la persona o cosa que percibe. De ahí la importancia de que el
hombre gobierne su mente.
Cuando una persona habla durante un tiempo con otra que no conoce,
saca un concepto
sobre ella, este concepto se habrá formado por las vibraciones que ha
captado el Ego a través de la
mente, y según hayan sido esas vibraciones - o mejor dicho, según se haya
comportado en bien o en
mal la otra persona - así será el concepto. Si las vibraciones no están
en armonía con las nuestras, o
lo que es lo mismo, si no piensa de una manera similar a la nuestra, es
fácil que nuestro concepto
sobre ella sea negativo y, por lo tanto, no estaremos de acuerdo con él
en muchas cosas.
Esa es la manera de actuar de la mente, nos sirve de foco y es
intermediaria entre el mundo físico y
nosotros mismos como Egos. Sin embargo, nosotros somos libres, y con
nuestro libre albedrío
podemos actuar con los demás de una manera positiva y armónica, creando
pensamientos de afecto
o, al menos, evitando que nuestra mente forme conceptos y pensamientos
que al llegar al cuerpo
mental de la otra persona, le perjudicarían. Lo mismo que nosotros
captamos las vibraciones y
pensamientos de los demás, así captan ellos los nuestros.
Los pensamientos de naturaleza maligna se apegan a las personas que
tienen esa misma
vibración, y eso mismo ocurre con los de naturaleza benigna, por lo
tanto, y sabiendo que existe la
Ley de Consecuencia que nos trae a cada uno lo que sembramos, es un
deber de la persona que
busca su desarrollo interno, procurar pensar siempre cosas que beneficien
a los demás.
La mente se desarrolla a través de las experiencias de la vida,
cuanto más provecho
sacamos de ella mejor cuerpo mental tendremos en la próxima vida. Cuanto
mayor sea nuestro
dominio sobre ella por medio de la concentración, meditación, observación
y discernimiento, más
evolucionaremos y la desarrollaremos; cuanto más positivamente pensemos,
mas materia espiritual
atraeremos para formar nuestros pensamientos y desarrollar nuestra mente
de una forma más pura y
elevada. Si el hombre se deja llevar por los deseos, pasiones, odios y
rencores, está dejando su
mente a disposición del cuerpo de deseos, (el gran tentador), el cual nos
pervierte y nos lleva a la
oscuridad. Entonces es cuando los deseos animales nos dominan y hacen que
actuemos de manera
que, después de haberlo hecho, tengamos remordimiento.
Cuando el ser humano lleva una vida llena de devoción a elevados
ideales, de inspiración y
llena de buena voluntad hacia el prójimo, no sólo crea y se rodea de
materia mental elevada y
espiritual, sino que a la vez, también atrae materia que está en el mismo
grado de vibración que la
suya y aumenta su desarrollo espiritual. De esta manera también estamos
uniendo o identificando la
mente con el Ego para que, cuanto antes, llegue el día en que sean un
sólo cuerpo para su propio
desarrollo y evolución.
El Ego debe llegar, a través de la mente, a distinguir la
personalidad de la individualidad,
sobre todo por medio del discernimiento entre lo correcto y positivo y lo
incorrecto y negativo.
Debe darse cuenta de que él no es la personalidad que desea cosas
materiales, sino que es el Ego
que a través de la mente “conoce” y aprende de la experiencia sobre lo
material y humano. Si el Ser
humano fuera capaz de aislar y cortar la conexión del Yo Superior con la
mente, ésta no podría
pensar porque le faltaría la “voluntad” para hacerlo. Con esto quiero
decir que el hombre tiene pleno
poder sobre su mente y no tiene que hacer nada más que aprender a
dirigirla y controlarla, porque
el Ego, que en realidad somos nosotros mismos, tiene dominio sobre la
mente por medio de la
voluntad.
Sabiendo esto, debemos tener claro que el origen del pensamiento
está en nosotros mismos,
que si no queremos pensar no lo hacemos, y que si queremos pensar bien,
también depende de
nosotros. El hombre es el dueño de la mente y no su esclavo, por eso no
debe dejarse llevar por
cualquier pensamiento que penetre en su mente. Dicen que “como un hombre
piensa en su corazón,
así es él”, esto es cierto porque el origen de la acción y de la palabra
está en el pensamiento y, si el
pensamiento es positivo, atraerá sentimientos espirituales que se
manifestaran en el cuerpo físico con
un aspecto de paz y de tranquilidad. La persona que en su pensamiento es
feliz, bondadosa, altruista
y generosa, tendrá un semblante de felicidad y atraerá a las personas sin
saber por qué, pero la que
piensa en cosas negativas, de tristeza, preocupaciones y odios, se
manifestará en su cara con un
efecto de amargura ante todas las cosas de la vida, y no permitirá ni
siquiera que nadie la ayude.
Cuando una persona crea un pensamiento, afecta a otros en bien o en
mal según sea el
mismo y según estén las personas en la misma sintonía de vibración o no.
Cuando una persona
manda un pensamiento a otra, ese pensamiento llega y penetra en el cuerpo
mental de la otra, y la
estimula hacia una determinada línea de conducta, pero lo mismo que
nosotros volveremos al Ser
que nos creó, así nuestros pensamientos vuelven a nosotros y nos traen el
mensaje de la vida y
experiencias que hayan tenido. Traerán grabados el bien o el mal que
hayan captado de esa persona
o de otras con las cuales se haya puesto en contacto por medio de sus
mentes y, por lo tanto,
repercutirán en nosotros también para bien o para mal, así que ¿No
deberíamos tener más cuidado
con lo que pensamos?
Si nos acostumbramos a pensar lo que queremos, cuando queremos y
como queremos,
seremos dueños de nuestro propio destino. Porque gobernando el
pensamiento cambiamos nuestro
carácter y temperamento; si cambiamos nuestro carácter, cambiaremos
nuestros hábitos, y si
cambiamos nuestros hábitos, estamos creando un nuevo y mejor destino para
la vida futura. Esto en
el lenguaje astrológico, sería como decir que estamos creando la próxima
carta astral de nuestra vida
futura, pero esta carta estaría llena de posibilidades de desarrollo
espiritual en todos los sentidos.
Debemos ser dueños de la mente como cuando conducimos un coche porque,
tanto para
pensar voluntariamente, como para estar en guardia ante los pensamientos
intrusos, siempre tenemos
que ser dueños de ella. Cuando queremos mandar pensamientos de ayuda,
cariño, comprensión,
etc., a otra persona y lo hacemos con voluntad y concentración, podemos
tener la seguridad de que
le llegarán, sin embargo, también debemos ser conscientes de que los
pensamientos negativos de
odio, rencor, y otros similares, también les llegan y afectan para mal.
En tal caso, la ley de
Consecuencia nos traerá a cada uno el efecto del pensamiento que hayamos
creado.
Debemos saber que la mente es poderosa cuando la utilizamos de una
manera concentrada
para estudiar o resolver cualquier cosa es una muestra de ello, la
concentración es una de las cosas
que debemos practicar porque, gracias a ella, ampliamos la conciencia y
nos elevamos en el plano
mental. En nuestra aura llevamos la materia de los pensamientos que
solemos crear, si nuestros
pensamientos suelen ser elevados, atraeremos pensamientos elevados hacia
nosotros y
aumentaremos nuestro bien. Si no tenemos concentración o dominio, y
nuestra mente se une a los
deseos, iremos sembrando pensamientos dañinos allá donde nos encontremos,
por lo tanto, es
conveniente utilizar la concentración para pensar positivamente con
nuestra mente.
También es importante saber que hay una atmósfera mental en todas
partes, eso significa que
según sea la vibración de nuestros pensamientos, así nos sentiremos bien
o mal en el lugar que nos
encontremos y así será la material mental que atraigamos. Por
consiguiente, nos puede perjudicar o
beneficiar. Se dice que una persona de pensamientos elevados no
aguantaría mucho tiempo en un
lugar o ambiente de bajos deseos y pasiones sin caer en la tentación.
También dicen los verdaderos
clarividentes, que si el Ser humano viera lo que hay en los sitios de
alterne y vicio, no entraría en
ellos porque tendría pánico y repugnancia hacia todas las clases de
espíritus y elementales que se
concentran allí. Es lógico puesto que estos se dedican a “pinchar” y
estimular a las personas para
que sigan consumiendo y practicando toda clase de vicios que a ellos les
gusta y les atrae.
Las personas deben llevar siempre consigo su “Templo Mental”
formado por pensamientos
de altruismo, amor, etc., deben ser fuertes ante las tentaciones y
resistir con la reserva que lleven en
su aura. Además, todo aquél que pueda, hará muy bien en construir un
templo en cualquier rincón
de la casa, este templo hecho con sus mejores pensamientos y
sentimientos, será su refugio etérico-
espiritual donde confortará su alma. Este templo creado por medio de la
oración, la devoción, la
meditación y otras técnicas elevadas, puede llegar a ser tal, que cuando
entremos en él, notemos
nuestra propia vibración espiritual que elevará nuestros mejores
sentimientos; este será el refugio del
Alma para sus momentos de decaimiento.
Debemos acordarnos siempre que nuestro verdadero Ser tiene su morada en
un plano
bastante más elevado y espiritual que donde trabaja normalmente, por lo
tanto, nosotros tenemos
pleno dominio sobre ella. Como somos libres, cada uno puede utilizarla en
colaboración con su Ego
o con su cuerpo de deseos, uno se elevará hacia lo espiritual y el otro
hará que descendamos a lo
animal.
Sabiendo que la mente es un Poder Creador que tenemos a nuestro
alcance, nos
deberíamos preguntar ¿Para qué debo usarla como tal? ¿Puedo cambiar mi
vida por medio de su
buen uso? La respuesta sería: ¡Naturalmente que sí!. Cuando nuestros
pensamientos son elevados y
espirituales, ya lo estamos haciendo porque lo estamos grabando en el
subconsciente, y eso es como
una orden para que en un futuro pueda manifestarse físicamente.
Los pensamientos de optimismo, cariño y similares son como un banco donde
estamos
ahorrando, porque tarde o temprano recibiremos parte de esos ahorros como
beneficios propios,
(Lo que sembramos eso mismo cosechamos) pero en los casos de amor, lo
recibiremos con creces.
Naturalmente que también debemos deshacernos de los malos pensamientos,
y eso no es
fácil, pero existe un buen método, éste es el siguiente: “Cuando te venga
un pensamiento que no
deseas, debes sustituirlo por otro de naturaleza espiritual, devocional o
simplemente concentrarte
fuertemente en crear o inventar algo original y nuevo. (Una oración, un
poema, concentrarse en algún
tema abstracto como por ejemplo la Cábala, Cosmogénesis, la Astrología, o
los símbolos ocultos
que hay en el Tarot) Debes hacerlo de una manera concentrada y con gran
esfuerzo de voluntad”. El
hecho es que, la mente no puede pensar en varias cosas a la vez (lo mismo
que dos objetos no
pueden ocupar el mismo espacio a la vez), por tanto, haciendo esto de una
manera voluntaria y
consciente tendremos dominio sobre ese pensamiento. Cuando por medio de
la repetición de este
método lo tengamos casi dominado, podremos ver que ya no lo practicamos y
así se atrofiará
mientras fortalecemos otros pensamientos más elevados.
Debemos tener claro que según adquirimos dominio de nuestros
cuerpos, también
adquirimos Poder Interno, o lo que es lo mismo, nos unimos más a nuestro
propio Espíritu que es
Omnipotente como Dios Mismo, puesto que es parte suya. Cuanto más nos
elevamos por estos
medios, más influencia recibimos de los planos espirituales en forma de
intuición e inspiración, que a
veces nosotros mismos nos preguntamos de dónde vienen. Así podemos ver
claramente que por
nuestra forma de pensar podemos cambiar toda nuestra vida, carácter e
incluso aspecto físico. Los
fracasos se convierten en éxito y las tristezas en alegrías, sólo debemos
hacer dos cosas:
1ª. Dirigir la actividad mental hacia donde queramos.
2ª. Tener tranquilidad mental para que podamos escuchar lo que nos viene
de arriba en
forma de Guía Espiritual.
Debemos meditar en la paz de nuestra alma y escuchar la Voz de nuestra
Conciencia, la fe
en todo esto hace milagros y que desaparezcan las depresiones y cosas
similares para que nos
inclinemos a trabajar más pensando en los demás. La oración también es
muy importante y ayuda a
purificar el aura, siempre que se haga con devoción e intencionadamente y
no como rutina.
La felicidad o tristeza del hombre tienen su origen en la mente, si
pensamos en felicidad,
atraeremos materia astral y mental que nos causará felicidad y, con la
repetición de estos
sentimientos, haremos una coraza en nuestra aura que no podrá traspasar
ningún otro pensamiento
negativo.
Si pensamos en cosas elevadas, nos acercamos cada vez más a la Conciencia
Crística y
comenzaremos a hacer que nazca el Niño Cristo en nosotros, así
transformamos la personalidad en
un instrumento útil para el servicio desinteresado a los demás.
Todas las expresiones bajas proceden de la personalidad, estas no
deberían estar en
nosotros porque no son de nuestra naturaleza, pero si nos esforzamos y
buscamos el Sendero en
nuestro interior, hallaremos los tesoros que tenemos almacenados de otras
vidas. Pero ¡Cuidado! no
dejéis de mirar al exterior donde tenéis una gran labor que hacer para
vuestro desarrollo individual y
para el de los demás, porque el Ser humano evoluciona gracias a su
actitud y a sus pensamientos
ante los demás. El mayor error de la humanidad es identificarse con la
naturaleza inferior - cuerpo
de deseos - y permitir que le lleve a un mundo irreal. Si el Ser humano
dirige sus cuerpos, les dirigirá
por medio de la mente y del discernimiento. La mente gobernada supone un
progreso rápido, y
cuanto más control mayor rendimiento. No es lo mismo estar haciendo algo
y pensando en cualquier
cosa, que estar haciendo algo y pensar en eso mismo para “observar y
meditar” de qué manera lo
podemos hacer mejor. No es lo mismo hacer una oración de una manera
rutinaria y monótona sin
pensar conscientemente lo que decimos, que decir la oración con el
sentimiento adecuado a la frase
que estamos diciendo voluntariamente. Cuando lo hacemos así, tenemos más
poder y obtenemos
mejores resultados.
A veces queremos pero no podemos, ayudar a una persona que se ha
encerrado en un
mundo de tristeza y depresión por medio de sus pensamientos negativos,
porque eso mismo hace
que rechace la ayuda, así mismo, nosotros debemos tener cuidado de no
construir una coraza que
no permita el contacto con lo superior ni la ayuda de otras personas de
buena voluntad.
Los pensamientos son casi tangibles y tienen un efecto muy real sobre
nosotros, por lo
tanto: “No os encerréis en pensar algo malo, si algo os ocurre o tenéis
algún problema serio, pensad
en Dios y veréis como se despeja todo ese ambiente que os perjudica”
No debemos utilizar el pensamiento para criticar, censurar, ni
tampoco para separarnos de
los demás por cosas absurdas y poco razonadas. Es conveniente siempre
tener en cuenta que ellos
son hermanos en Espíritu; que esos errores los hemos podido cometer
nosotros antes, o los
podemos cometer aún; que lo que ellos son lo hemos podido ser en otra
vida; y que, mientras
queden hermanos por debajo de nosotros nuestro deber es ayudarles.
Es muy aconsejable utilizar la mente para mandar pensamientos de amor y
comprensión si no
nos aceptan cuando vamos con la mejor intención para a solucionar un
problema, en ese caso,
debemos buscar cualquier otro medio para hacer la paz, pero nunca se debe
utilizar el pensamiento
contra otros; si lo hacemos engrandeceremos su mal y el nuestro. Hay que
recordar que nuestra
mente es parte de la Mente Universal, y como tal se debe utilizar para
algo constructivo y benévolo,
su camino de perfección es su uso para sacar provecho de la experiencia
y para elevarse al propio
mundo mental de Dios, de donde en realidad procede.
Al leer deberíamos utilizar la mente y los ojos del Alma, el anhelo
del desarrollo espiritual
tiene que abrir los “ojos del Espíritu” y para ello debemos meditar y
concentrarnos en lo que leemos.
Dicen que hay que leer cinco minutos y meditar dos horas, si queremos ser
capaces de sacar
provecho de las lecturas, debemos estabilizar y equilibrar las emociones,
los sentimientos y la mente,
así encontremos la luz en los libros como este. “Medita y descubre el
poder de la mente”.
Antes de hablar deberíamos pensar más lo que vamos a decir, la
relajación física y mental
armoniza los cuerpos y facilita la expresión del Yo Superior. ¿Cuántas
veces ofendemos al día por
no pensar antes lo que vamos a decir? Si nos pusiéramos en el puesto de
los demás no hablaríamos
igual. Si llevamos esto a la práctica veremos que en poco tiempo habremos
avanzado bastante y
sentiremos cierto regocijo interior por saber que ya no perjudicamos
tanto a los demás.
Se dice en ocultismo que debemos buscar el bien en todas las cosas,
y más aún si son
negativas, si meditamos esa frase podemos llegar a las siguientes
conclusiones:
1ª. Practicándolo persistentemente, llegaremos a conseguir no fijarnos en
lo malo que
veamos o que oigamos a nuestro alrededor, esto a su vez implica no
criticar y no crear pensamientos
negativos que perjudiquen al resto de las personas.
2ª. Así aumentamos la atmósfera mental positiva de nuestra aura y del
lugar donde nos
encontremos, a la vez, beneficiamos a la humanidad por nuestra acción
directa e indirecta.
3ª. También colaboramos con las Leyes Divinas y las Jerarquías que las
administran.
4ª. Creamos causas nuevas que en algún momento vendrán a nosotros como
efectos
beneficiosos y posibilidades de desarrollo.
5ª. Transmutamos el mal y así aumentamos el bien en los mundos
espirituales, y colaboramos
para la eliminación de la maldad en los mismos.
6ª. Colaboramos con el mantenimiento de la salud del cuerpo físico.
7ª. Somos un ejemplo a seguir y despertamos cualidades similares en los
demás.
8ª. Podemos hacer que nuestros posibles enemigos se vuelvan amigos.
9ª. Aplicándolo a nosotros mismos conseguiremos:
A. Elevar las virtudes y cualidades.
B. Atrofiar todo lo que tenemos de negativo y perjudicial por medio de
“no practicarlo
ni pensar en ello”.
10ª. Que practicando todo esto, no nos faltará el Aliento del
Espíritu que nos ayudará a crear
un santuario en nosotros mismos, donde nos reconfortaremos en momentos de
debilidad.

Si nos fijamos en lo malo solamente, casi seguro que nos haga criticar, y
eso hace que esta fuerza
mental y oral arrase con todo lo que se ponga delante de ella. Estas
críticas no llegan a ninguna parte
ni benefician a nadie, sino que aumentan el mal en los mundos inferiores.
La crítica es una úlcera en el carácter y ésta debe ser eliminada cuanto
antes porque, si
hemos de criticar, ha de ser en sentido de poner los medios necesarios
para remediar una situación
negativa y ayudar a las personas en su progreso. Si sugerimos o indicamos
las faltas de los demás
debe ser de manera que nuestra sugestión sea la mejor o la más positiva
solución para remediar ese
problema, pero además, debe ser hecha de manera que no se ponga ningún
sentimiento personal en
contra. Hay un medio para acostumbrarse a no criticar o no ver lo malo en
los demás, este es: “Estar
siempre pendientes de ver el bien en todas las cosas, personas y
situaciones que nos rodean a pesar
de lo adverso que pueda parecer”. Esto construye una forma mental que,
con el tiempo, se
convertirá en una bendición para nosotros en todos los sentidos. “Elogiad
todo lo bueno que veáis
en los demás, sea de importancia o no, sed comprensivos y tolerantes y
por último, perdonad todo,
porque de esta manera os mantendréis perdonados”.
Debemos ser precavidos con el uso de la mente respecto a las
creencias, estudios,
imaginación y cosas similares donde no estemos seguros de que son buenas,
porque si no lo
hacemos, formamos una especie de nube obscura o coraza, que no permite
que el Yo Superior nos
aconseje y guíe. Un ejemplo de esto son las personas pesimistas y que se
encierran en pensar en las
tristezas y en problemas, ellos no admiten consejos de nadie ni reciben
la influencia clara de su Yo
Superior que les quiere guiar.
También hay actualmente muchas personas que se encierran en un mundo de
total fantasía,
sólo porque se dejan llevar por su imaginación y por los libros y
enseñanzas que cada día proliferan
más. Cierta persona puede traer la tendencia a interesarse por las
enseñanzas ocultas y los misterios,
y quizás empiece por leer libros sobre el tema ovni o por interesarse
por los poderes del espíritu
con intenciones personales y egoístas. Si esta persona se deja llevar por
su imaginación o por
escuchar a personas que viven en un mundo donde afirman que curan con
gemas, colores, sonidos,
arquetipos, chacras y un sin fin de cosas no tan fáciles de creer; o le
cuentan e invitan a hacer el viaje
astral o a hacerse vidente; esta persona puede torcer su posible destino
e interés por la verdad.
Esta persona comienza a rodearse de pensamientos que tienen que ver poco
con la realidad
material y espiritual, y esto hace que acudan elementales de ese tipo de
vibración. A continuación,
empezará a trabajar para que esa clase de imaginación aumente, y si está
metida en algún grupo o
centro donde se sumerja más en ese mundo, donde “todo es por algo y por
que tiene que ser así”, o
la hacen pensar que ella puede conseguir todo lo que quiera por el simple
hecho de desearlo y sin
explicarla cómo trabajan las Leyes Divinas, puede caer más aún en ese
mundo irreal.
Lo positivo de todo esto es la experiencia, gracias a ella se dará cuenta
que tiene que aprender a
discernir entre lo real y lo irreal, entre lo que es verdaderamente útil
y lo que no, lo que lleva al
desarrollo espiritual o al contrario. Se dará cuenta de que no tiene tan
fácilmente al alcance de su
mano todos esos poderes que dicen, que no es tan fácil conseguir tantas
cosas sobrenaturales,
muchas veces se reirán de ella cuando diga muchas de las cosas que le
cuentan o que ha leído en
los libros que ofrecen todo esto y más, con tal de vender o ganar
dinero.
¿Sería el mundo como es si las personas que dicen que curan por tantos y
tantos métodos,
se dedicaran a curar a todos sus familiares, amigos y otros muchos, como
acto de solidaridad o
fraternidad o, es que deben de hacerlo a cambio de dinero? ¿Estaría el
mundo como está, si fuera
cierto que hay tanto vidente, contactados con seres espirituales, y
adivinadores del futuro por medio
bolas de cristal y otras muchas cosas más, o es que hay decirles de qué
manera pueden ayudar a la
humanidad para evitar la delincuencia, droga, asesinatos, violencia,
etc.? ¿No será que el egoísmo
está por encima de lo humanitario y fraternal, y se meten en ése mundo
irreal y fantasioso para
engañar y sacar dinero por medio de decir que pueden desarrollar no sé
cuántos poderes, a todas
las personas que pueden?
Lo mismo que la mente nos traiciona dejándose llevar por el deseo
del alcohol o de
cualquier cosa que nos guste, también disfruta -si se la deja- en ese
mundo de poderes, viajes
astrales y clarividencias, pero ¡Cuidado! muchas personas han terminado
muy mal de salud física y
mental por ignorar dónde se meten. El discernimiento y la meditación son
muy importantes en el
camino del esoterismo y el ocultismo, y lo que hoy llaman magia blanca es
más negra que blanca. Es
bueno tener presente lo que sigue: Magia negra es todo lo que pueda
perjudicar a alguien, que se
haga en contra de su voluntad, y con intención de dominarle o inducirle a
hacer algo que él no desee
(amarres, hechizos, mandar pensamientos para hipnotizar a alguien o para
inducirle en una
determinada dirección, etc.) Magia blanca es todo lo que hagamos
fraternal y altruistamente por
ayudar a la humanidad. Es el acto de transformar el mal en bien; es
actuar siempre con la sana
intención de ser un instrumento para la realización de la fraternidad en
la Tierra; es Orar por los
demás; es mandar pensamientos y sentimientos de amor y de salud; es
intentar ver siempre la parte
buena de las cosas que otros muchos ven mal. “Dirigir vuestra mente
siempre de una manera
voluntaria y consciente hacia el bien de la humanidad y estaréis haciendo
magia blanca y estaréis
colaborando en la transformación del mal en bien junto con las Jerarquías
y Seres que están por
encima del hombre común”
Cuando creamos formas de pensamiento destructivas que nos limitan,
o si nos dejamos
influenciar y dominar por el mal o ideas falsas y fantasiosas, estamos
encarcelando al Yo Superior y
le estamos impidiendo que nos hable, entonces nos limitamos a nosotros
mismos y decimos que la
vida es triste y no merece ser vivida. Para luchar contra esto debemos
crear formas de pensamientos
de optimismo, alegría, felicidad y otros similares, con el convencimiento
de que se manifestarán.
Estas formas mentales se unirán, por ser de la misma vibración, y
crearán un gran poder interno de
tal fortaleza que acabará con esas rejas que no nos permiten vivir la
verdadera vida. Sólo los
pensamientos erróneos bloquean el poder del Yo Superior, si los
cambiamos veremos la vida desde
otro punto de vista más elevado. La felicidad sólo reside en la mente y,
por el control y substitución
de los pensamientos es como obtenemos la clave de la felicidad y el éxito
en la vida.
Con respecto a este tema hay que mencionar dos principios metafísicos:
1º. Es necesario mantener la mente siempre positiva y alerta respecto a
qué pensamientos
tenemos. No es bueno tenerla inmóvil e inerte, el pensamiento positivo
corta la influencia de los
pensamientos ajenos que nos puedan penetrar; además, así mejoramos las
condiciones mentales
para la materialización de las cosas.
2º. Cuando estamos en apuros o tengamos problemas, no debemos continuar
creando
formas de pensamiento negativas sobre el problema, porque eso sólo nos
traerá depresión y tristeza.
Cambiad los pensamientos a positivos y pensad en Dios, así construiréis
una fortaleza para la
bondad y el éxito.
La fuerza del pensamiento es el medio más poderoso para obtener
conocimiento del mundo
que nos rodea, por medio de la concentración, el hombre se puede abrir
paso a través de cualquier
obstáculo o llegar a descubrir lo más profundo de las cosas. El hombre
inclinado a despreciar su
fuerza mental no sabe lo que hace y, por lo tanto, le será de muy poca
ayuda y utilidad.
Con la mente construimos todo lo que verdaderamente somos, tanto visible
como invisible,
según sea el desarrollo de nuestra conciencia, así seremos capaces de
preparar el destino de nuestra
futura vida. Según pensamos así construimos los cuerpos o aura, y de
acuerdo a como sean, así
atraeremos lo bueno o lo malo. Una mente franca, serena y servicial, dará
lo mejor de sí misma para
ayudar a los demás, será como un Ángel Guardián de sus hermanos que cuida
de no hacerles daño y
de ayudar siempre que pueda, será como un diapasón que por simpatía
estimula a otro que está a su
lado. Nuestros pensamientos unidos a nuestros sentimientos, son semillas
que vamos sembrando
para que puedan fructificar en otras mentes, si amamos lo puro y buscamos
lo bueno,
conservaremos y alimentaremos todo lo bueno que hay en el Universo, para
que otros puedan
alimentarse de ello por medio de su cuerpo mental.
Algunas personas tienen vislumbres de lo que ocurre en el Mundo del
Pensamiento, incluso
antes de contactar con el Maestro, nosotros también podemos comenzar a
desarrollar esto por
diferentes medios. Lo primero que debemos saber es que cada vez que
meditamos y razonamos de
una manera abstracta, nos situamos en las regiones superiores de este
mundo. Si utilizamos la mente
en estudios sobre Cosmogénesis, Cábala, Astrología, etc., estaremos
desarrollando y elevando la
conciencia y la intuición, pero además, comenzaremos a sentir la
liberación de otras muchas cosas
que nos atan. Nuestra capacidad de abstracción será tal, que la
conciencia se compenetrará con los
poderes espirituales internos en estado de vigilia, y así podremos
empezar a obtener algún vislumbre
de ese mundo.
En general la mente puede ser mejorada de diferentes formas. La
concentración es uno de
los mejores métodos porque además del beneficio de su práctica sobre
cosas elevadas,
conseguimos liberarla de la influencia del cuerpo de deseos que tiende a
atarnos a lo material y
pasional. También es interesante mantener la mente abierta para que no se
cristalice o fanatice en
una sola línea de pensamiento. Las formas de pensamiento positivas deben
mantenerse vivas y ser
fortalecidas por la acción, porque, si no lo hacemos, estos pensamientos
morirán y los elementales
que los animan -y que en cierto modo nos ayudan y protegen- se irán a
otro sitio o centro creador
mental para animar otros pensamientos positivos similares.
Verdaderamente no hay muchas personas que sepan o que tenga una
idea clara del poder
de la mente, tanto para el bien como para el mal. Mucha gente piensa que
por el hecho de no hablar
o decir lo que están pensando no hacen mal a nadie, ¡ Están equivocados!
La mente es creadora de
formas de pensamientos, estas formas son arquetipos que en algún momento
se manifestarán en el
mundo físico, dependiendo de la fortaleza y repetición que se haga de los
mismos. Estos
pensamientos se colorean de acuerdo al sentimiento que hayamos puesto, si
el pensamiento y el
sentimiento son buenos nos beneficiará en la salud, en la felicidad y en
el éxito dentro del mundo que
nos rodea.
Cuando creamos formas de pensamiento de odio, envidia, temor, celos,
etc., las emociones
que le acompañan son fuertes y, esto puede alterar mucho el estado
general de los cuerpos de
deseos, vital y físico; esto a su vez se puede manifestar como
desequilibrio emocional, psíquico y
como mala salud.
Cuando trabajamos positivamente con la mente surgen las emociones
que nos causan amor
puro y gozo natural, por lo tanto su influencia es benéfica sobre
nosotros mismos. Pero también
debemos asimilar esto con respecto al efecto que pueden causar nuestros
pensamientos en el resto
de las personas. Cuando los pensamientos son malos, estimulan la maldad
en la mente ajena y le
tientan para que actúe de esa forma y para que forme pensamientos
similares. Sabiendo esto, ¿Qué
clase de pensamientos deberíamos crear? .
Cuando los pensamientos son buenos, son una bendición para la persona,
que por estar en
la misma vibración los capta, éstos le beneficiarán e inclinarán a hacer
el bien, ¿No sería maravilloso
que todo el día estuviéramos creando pensamientos buenos?
Hay un método de innovación que no requiere ningún cambio
importante respecto a la casa
o al ambiente que nos rodea, este cambio es superior al físico porque nos
conduce al crecimiento
espiritual y requiere la práctica hasta conseguir los cambios en el
interior. Cualquiera puede cambiar
su conciencia, no tiene que hacer nada más que cambiar sus reacciones y
actitudes para establecer
otras nuevas vestidas con el Amor Crístico y el deseo de servir. Se trata
de dejar que se atrofien -
por no practicarlo- las formas obstinadas e inflexibles de pensar y
actuar sobre nuevos ideales, por
este medio puede conseguirse cambios físicos, mentales y espirituales de
una manera sorprendente,
además transforma el ritmo y la armonía.

MEDITACIÓN

Antes de hacer una meditación es muy importante relajarse perfectamente,


por lo tanto
comenzad por poneros cómodos y relajados como anteriormente habéis hecho,
hasta comprobar
que nada os molesta y que tenéis totalmente controlado el cuerpo físico.
Comenzad a pensar que
sois un Espíritu -como ya sabéis- que tiene varios cuerpos (físico,
vital, de deseos y mental) pero
que, por encima de ellos, estáis vosotros y tenéis pleno dominio sobre
los mismos. Sois parte de
Dios y tenéis todos sus poderes latentes para desarrollarlos, en esta
meditación vais a trabajar sobre
el aspecto mental, pero sin olvidar que sois como todas las demás
personas.
Comenzad por analizar vuestra vida diaria y ver dónde y cómo soléis
caer en cosas que no
queréis. A continuación, repetir con toda vuestra convicción y confianza:
“Yo soy el Poder de Dios,
mi firmeza y equilibrio son fuertes, y por medio del valor y la confianza
propia, puedo vencer y
dominar esas situaciones incómodas”.
A partir de ahí, comenzad a visualizar cómo vosotros, que sois una Vida
manifestada por
Dios, compenetráis el problema para haceros uno con Él. La Vida de Dios
es la vida Universal que
todo lo compenetra y transforma, vosotros estáis compenetrando el
problema y transformándolo
hacia un estado más positivo y elevado. Vosotros sois armonía, paz,
equilibrio, bondad, etc., ved
como, según lo compenetráis, lo vais transformando y cambiando, su
respuesta es inmediata,
vuestros pensamientos e imágenes mentales se deben transformar en hechos.
Repetid las palabras,
pero siendo totalmente conscientes de lo que decís para que eso ocurra;
intentad sentir el resultado
de vuestra transmutación; observad como vuestro punto de vista ya no es
el mismo de antes.
Sabéis que todo lo negativo puede ser transformado por la mente, y que
cuanto más se
repitan estos ejercicios más fácil os será cambiar todos vuestros
problemas; persistir en visualizar
cómo por vuestra voluntad y la mente trabajan para que os llegue el
sentimiento de unidad y
armonía. No tengáis miedo en “soñar despiertos” para transformar todos
vuestros problemas con
las personas y las cosas, ved cómo lo rodeáis y lo lleváis a vuestro
interior y lo equilibráis y
armonizáis. No puede ser de otra manera, porque vosotros sois una vida
transformadora armónica y
equilibrada. Controlad la mente para que no ande suelta, sujetadla con
toda vuestra voluntad para
que no os arrastre, al principio costará pero cuando consigáis su dominio
será la más fiel servidora.
Las palabras dichas con convencimiento tienen mucho poder, pero la
mente concentrada y
dirigida con un propósito determinado, pone en marcha una acción que,
tarde o temprano, se
manifestará en el plano físico; aprended a controlarla y dirigirla y
conseguiréis el éxito deseado.
Si vuestro problema es laboral, podéis visualizaros a vosotros mismos
emitiendo
pensamientos buenos sobre esa persona o motivo que os perjudica, tenéis
que esforzaros en ver
como ese problema va cambiando por medio de vuestros pensamientos y
sentimientos. Si es una
persona, enviadle pensamientos de amor, amistad y afecto; envolverle con
ellos y ved con vuestra
imaginación como esa persona os sonríe. Visualizaros junto a él dándole
vuestras mejores
vibraciones por medio de vuestra aura, los elementales de vuestros
cuerpos se encargarán de hacer
que le lleguen, y de estimular su parte afectiva hacia vosotros.
Cuando se repite este ejercicio a menudo, estamos programando una
serie de
acontecimientos para que cuando llegue ese momento real ocurran o, al
menos, nos acordemos del
ejercicio y actuemos para que se produzca lo que deseamos. Cuando por
medio de la imaginación y
la visualización, vemos y solucionamos un problema para que llegue a un
buen fin moral, mental y
espiritual, podemos tener la seguridad de que tarde o temprano se
producirá -siempre y cuando
aprovechemos las oportunidades de nuestra vida cotidiana- Es conveniente
que cada día
imaginemos la situación mejor y de una manera más equilibrada, armónica y
bella; ved como ese
problema responde positivamente a vuestras buenas intenciones y
pensamientos; ved como sus
colores cambian de pardos y oscuros a colores bellos y claros, ved como
su aura aumenta y brilla
cada día más.
Persistir en este ejercicio con el pleno convencimiento de que
cuando llegue el momento real
del contacto físico con el problema o personas, os acordéis de esta
práctica y actuéis en
consecuencia para que llegar a la meta que os habéis fijado.

“Sólo nuestras propias obras pueden encadenarnos a lo material


y obstruirnos en lo espiritual”

CAPÍTULO IV

EL CUERPO DE DESEOS

Como ya dije, el cuerpo astral es el cuerpo de los deseos,


emociones y sentimientos y está
conectado directamente con la mente y con la vida que anima el cuerpo
físico. Cuando el Ser
humano ve alguna cosa que le causa sensación o deseo, el sistema nervioso
comunica ese hecho al
sistema nervioso vital y al cerebro etérico. Este sistema etérico es el
que por medio de los vórtices
conocidos como chacras, comunica esa impresión al cuerpo de deseos o
astral y este a su vez, lo
comunica al cuerpo mental donde el Ego capta la vibración correspondiente
y la interpreta. Esto es
lo que esta ocurriendo constantemente y, aunque esto ocurre todo en un
mismo instante, podemos
darnos cuenta de la importancia de todos los vehículos.
El cuerpo de deseos es el encargado de transformar los deseos,
emociones y sentimientos
que captan los sentidos físicos, y el resultado de este proceso puede ser
cualquiera dependiendo de
la materia de que esté constituido o del desarrollo interno de la
persona.
El cuerpo de deseos está compuesto de materia del Mundo de Deseos,
como el cuerpo
físico está compuesto de materia física, pero así como un imán no puede
atraer nada más que el
hierro, el cuerpo de deseos no puede atraer nada más que materia del
grado de vibración que
muestre la espiritualidad y el desarrollo de la persona. Por lo tanto,
los deseos, sentimientos y
emociones que en general muestra el Ser humano, son los significadores
del desarrollo espiritual de
su cuerpo de deseos.
Los deseos también evolucionan vida tras vida, son más elevados en
general, y según sean
los deseos de una persona, así atraerá materia más o menos pura. Esta
materia es la que al ponerse
en contacto con otro cuerpo de deseos, dependiendo de si estamos en su
misma sintonía de
vibración o no, hace que causemos un buen o mal concepto.
El cuerpo astral tiene forma de ovoide y sobresale unos 45 cm. del
cuerpo físico, mostrando
muchos colores que pueden ser más o menos bellos dependiendo del
desarrollo espiritual y de los
deseos que tenga la persona. Si los deseos son morales, espirituales y
devocionales, se muestran
colores muy bellos, claros y brillantes; pero si son pasionales, de odio,
envidia, y similares, serán
pardos, oscuros, indefinidos y con formas poco armónicas.
Cuando una persona crea un pensamiento, éste pasa al cuerpo de
deseos y su vibración
atrae el material que le corresponde, de acuerdo a si es bueno o malo.
Esa materia hace que ese
pensamiento forma tome un color, y una vez que se ha producido esto, los
elementales de esa región
del Mundo del Deseo, lo animan y utilizan como cuerpo para su propio
desarrollo y para cumplir la
misión encomendada. Si, por ejemplo, el pensamiento es de odio hacia una
determinada persona, la
vibración mental es baja, el color astral es feo y el elemental que lo
anima será de poco desarrollo,
pero aún así, el elemental se encargará de llevar el pensamiento y deseo
de odio hacia esa persona y
penetrar en su cuerpo astral para afectarle negativamente. Lo peor de
todo esto, y que poca gente
sabe es que, a partir de ahí, ese elemental vuelve a nuestro cuerpo de
deseos pero aumentado por la
maldad del otro. Así, esta persona estaría haciendo mal a otro, incluso a
otros con los cuales el
elemental del pensamiento puede ponerse en contacto y a él mismo, porque
la Ley le devuelve el mal
que le corresponde.
Actualmente se están formando unas creencias que aumentan
rápidamente por medio de
personas con poco discernimiento, poca consideración por los demás y que
sólo buscan ganar
dinero para satisfacer sus deseos egoístas. Estas creencias en forma de
cursos, invitan a las
personas a hacerse clarividentes, a hacer el viaje astral, o incluso a
contactar con seres
extraterrestres o similares que nos pueden dar poderes mentales o
iniciaciones. Otros ofrecen
enseñar a curar a los enfermos a cambio de dinero y por medio de
piedras, chacras, manos,
símbolos, etc., y otros más, enseñan a desarrollar poderes por medio de
los Chacras o de la energía
kundalini sin saber el gran peligro que eso conlleva.
Si buscamos la parte buena a todo esto podríamos decir que están
atrayendo a mucha gente
hacia el mundo del ocultismo y, algunos de ellos lo aprovecharan para
después continuar con otras
cosas más serias y provechosas. Quizás algunas personas tengan en sus
destinos pasar por estas
experiencias para aprender una determinada lección, pero de cualquier
forma, creo que con la
Verdad y con las Ciencias Sagradas no se debe traficar ni cobrar dinero.
No es fácil imaginar a
Jesús cobrando dinero por enseñar la Verdad a sus discípulos o por curar
con sus manos.
Actualmente ha muerto Teresa de Calcuta y creo que es un deber
mencionarla como vivo
ejemplo de lo que es uno de los caminos más duros y sacrificados para
conseguir el desarrollo
interno espiritual, seguro que Teresa sólo pensaba en “ Servir con Amor”
y era partidaria de la frase
bíblica, “El que quiera ser el primero que sea el último y el servidor de
todos”
Es mi sana intención y opinión decir a quienes buscan el desarrollo
espiritual interno, que no
es necesario hacer todos esos cursos y pagar dinero a esas personas
egoístas para desarrollar el
espíritu. Es conveniente saber que:
1ª. Ningún poder se le concede a la persona a cambio de dinero, si
alguien lo obtiene es
porque ya ha trabajado en sus anteriores vidas para merecerlo.
2ª. Si alguna vez alguien despierta este poder en determinada persona,
será un Maestro
espiritual (Maestro es quien trabaja por el bien de la humanidad sin
recibir nada a cambio y que pasa
desapercibido ante el mundo) después de observar al discípulo o tenerle a
prueba (desde los Planos
Internos) para que desarrolle una serie de cualidades espirituales.
3ª. Los chacras son centros o sentidos del cuerpo astral, a los cuales se
tiene que adaptar el
aspirante espiritual (como el niño se va adaptando y va desarrollando los
sentidos del cuerpo físico
desde que nace), por medio de las enseñanzas de un Maestro, o al menos de
una persona
clarividente, (porque un ciego no puede guiar a otro ciego)
4ª. Despertar esos poderes sin la ayuda, o preparación adecuada, y a
través del desarrollo
espiritual de la persona, puede (como ya se han dado casos) causar la
muerte o una enfermedad
mental para toda la vida.
5ª. El nivel que tiene la mayoría de la humanidad no permite viajar
conscientemente en los
cuerpos etéricos ni utilizar esos supuestos poderes tal y como dicen,
excepto ciertas personas que
por determinadas razones lo han desarrollado.
Por consiguiente, no son muy de fiar la mayoría de esas prácticas que hoy
aconsejan para
conseguir todas esas cosas que algunos dicen conseguir, aunque, como cada
uno es libre de hacer lo
que quiera, allá cada cual. Hay que respetar el libre albedrío y, si una
persona admite de buen grado
las ofertas de otro para conseguir poderes, allá él y lo que haga con su
dinero.
Así colaboramos en la estafa, el engaño, el egoísmo y la ambición, y con
muchas más cosas
que entorpecen la evolución y el desarrollo espiritual de las personas
que, al fin y al cabo, son
ignorantes y no saben lo que hacen. También es cierto que las personas
que pagan dinero para
desarrollar esos supuestos poderes, se están dejando llevar por su cuerpo
de deseos, y por tanto,
están aprendiendo una nueva lección que le será muy útil en el futuro.
Es bueno meditar en las siguientes frases: “Por sus obras les
conoceréis” “Buscad primero el
reino de Dios y su Justicia y todo lo demás os será dado por añadidura”
El cuerpo de deseos es muy sensible a las impresiones externas
mentales así como a las
nuestras propias, normalmente responde a todos los pensamientos con mucha
actividad y cambios
de color; de aquí la importancia de dominarlo y transformarlo por medio
de deseos puros,
amorosos, altruistas y similares. Cuando nos ponemos a orar o a crear
pensamientos elevados,
estamos atrayendo materia de las regiones más elevadas del Mundo del
Deseo y del Mundo del
Pensamiento. Si esto lo hacemos asiduamente, acumularemos gran cantidad
de esa materia y se
mostrará con un color casi uniforme en nuestro cuerpo astral; eso atraerá
elementales elevados y así
seremos una fuente de buenas influencias respecto a las personas con que
nos juntamos.
De aquí podemos sacar la conclusión de que, el único medio natural para
desarrollar este
cuerpo, es por medio del esfuerzo continuo por parte de la persona para
ser mejor instrumento de
Cristo. Como ya dije, cuando nuestros cuerpos brillan de pureza vendrá el
Maestro y desde los
planos invisibles nos enseñará a manejarlos sin ningún peligro.
En líneas generales el Ser humano debería practicar todos los días
algún método o ejercicio
que le ayude a desarrollar el espíritu. Todos, en algún momento podemos
tener un enfado serio y,
entonces, si no estamos fortalecidos se nos pegarán esos elementales del
mal que hacen de nuestro
cuerpo su templo para el odio y cosas similares. Cuando nos ejercitamos a
diario en este sentido,
nos estamos protegiendo de todo ese mal que está por todos los sitios y
que sólo afecta a quien se
pone en sintonía con él.
Si una persona se pierde en la maldad, su cuerpo de deseos será un
blanco fácil en las sesiones
espiritistas, será presa fácil de los peores deseos que haya donde se
encuentre y, al final, puede
incluso terminar obsesionado por algún espíritu para que practique o
cometa algo que arruinará su
vida. Luego quizás diga “¿Pero qué he hecho yo?” Y otras personas dirán
de él “¡ha perdido la
cabeza, no es el de antes!” Esto es totalmente cierto, cuando uno se deja
llevar por los peores
deseos puede llegar a violar, matar, robar y otras cosas más de las
cuales, después de algún tiempo
y cuando haya purificado un poco su cuerpo astral, se arrepentirá.
Cuando alguien cae en esto, su mente cede al dominio del cuerpo de deseos
y no es capaz
de razonar para ver su error. También hay que decir que cuando una
persona cae en esta maldad, le
costará mucho sufrimiento deshacerse de esa materia negativa de su cuerpo
astral después de la
muerte, por consiguiente, ¿Qué beneficio nos trae dejarnos llevar por el
mal o meternos a hacer
prácticas de las cuales no sabemos nada más que lo que nos cuentan
determinadas personas?
No es conveniente dejarse llevar por los deseos de poder y
ambición, ni colaborar con el
egoísmo de otros que no saben lo que hacen. El discernimiento, la
meditación y el razonamiento son
muy útiles ante la duda, es preferible quedarnos tal como somos y con la
buena intención de ser
mejor, que meternos en un mundo aparentemente maravilloso o fantástico
para la satisfacción de
nuestros deseos que sólo nos llevará a la pérdida económica y otros
problemas sociales. No es
conveniente creer a ciegas ni siquiera lo que dice este libro, cada cual
está en un nivel evolutivo y,
por lo tanto, no a todos nos sirven los mismos consejos. Es mejor meditar
y discernir desde un
punto de vista lógico y razonable y escuchar la voz de la conciencia,
entonces estaremos listos para
tomar una decisión o para superar una tentación o prueba.
Caer en vicios por ceder a nuestros deseos también nos perjudica
de otra manera.
Supongamos que somos alcohólicos, toxicómanos o que hemos caído en
cualquier otra vicio similar,
después de morir el cuerpo físico y pasar al mundo astral, nos podemos
quedar durante un tiempo
en la parte etérica del mundo físico. Esto significa - y de hecho ocurre-
que el alcohólico deseará
alcohol, el toxicómano deseará drogas y así sucesivamente, porque su
cuerpo de deseos está más
activo que antes y les exige el alimento como lo hacía cuando tenían
cuerpo físico. Entonces, lo que
hacen es que acuden a los lugares donde hay lo que buscan para intentar
saciarse, esto lo intentan
constantemente afectando a los cuerpos de deseos de los vivos que
practican esas mismas cosas y
así les perjudican aún más.
Esto quiere decir que la persona que cae en la maldad (por muy poca
cosa que parezca ser),
está siendo influenciado constantemente por una serie de espíritus que no
vemos y que se alimentan
de nuestra maldad y nos incitan a que hagamos peores cosas. Aquí vemos
claramente que el mal
aumenta el mal y el bien aumenta el bien. Uno puede hacernos caer en lo
peor para luego sufrir las
consecuencias y otro nos eleva hacia lo más bello de la vida y nos traerá
felicidad después de la
muerte.
Es muy importante la purificación de nuestros deseos y sentimientos
porque según sean así será lo
que atraigamos. La purificación del cuerpo de deseos debe ser hecha de
una manera lenta pero sin
pausa, no es conveniente ponerse a trabajar duramente para que al poco
tiempo nos cansemos y lo
dejemos. Es preferible empezar a transformar y vencer los deseos
negativos pequeños y sin
importancia, para después continuar con los mayores que más nos cuestan,
ya que, cuanto más
“pequeños” venzamos, más fortaleza obtenemos para vencer los mayores.
Hay que proponerse vencer los malos deseos y procurar estar pendientes
durante todo el
día para que, cuando nos quieran dominar, seamos nosotros con nuestra
voluntad y fortaleza
quienes venzamos; al final la persistencia vencerá.
En ocultismo se dice que es el hombre mismo quien se “esclaviza y
encarcela”. Veamos, ya
hemos visto como el hombre es creador de pensamientos por medio de la
voluntad y de la mente, y
hemos explicado que a cada pensamiento acude un espíritu elemental que
utiliza la forma de
pensamiento como vehículo y afecta a los cuerpos de deseos y las mentes
de los demás, pero ¿Qué
ocurre con nosotros?
Por medio de la repetición de unos determinados deseos, (por
ejemplo de robar) el hombre
llega a obsesionarse y a atraer tal cantidad de elementales, o a hacerles
tan grandes, que esos
elementales le estarán estimulando para que siga pensando y deseando lo
mismo o para que pase a
la acción. Esto mismo ocurre cuando una persona se pone a dar vueltas a
un problema y toma una
decisión, como por ejemplo el suicidio. La persona misma cae en su propia
trampa, no sabe salir ni
tampoco ve ninguna salida, porque se ha encarcelado en su propia aura y
se ha obsesionado él
mismo. Sin embargo, aún encarcelado dentro de su creación obsesiva, sigue
siendo libre para
actuar, pensar y desear y, aunque esté obligado a actuar dentro de unos
límites, siempre podrá
comenzar un nuevo ciclo de liberación desde adentro.
Si esta persona se propone ver lo positivo y bueno de la vida y de
las personas, y sigue
fortaleciendo esos deseos por medio de crear pensamientos positivos,
estará haciendo dos cosas
para salir de esa cárcel obsesiva.

1ª. Estará atrayendo elementales más elevados hacia su cuerpo de deseos.


2ª. Conseguirá que se atrofien y mueran sus anteriores creaciones
negativas.

Los pensamientos y deseos de la misma vibración se unen y fortifican


-como lo hacen las
células para crear los tejidos- para crear un hábito y, cuando el hombre
consigue formar buenos
hábitos, está formando un nuevo carácter.
Una de las cosas que debemos saber, es que la persona que se
esfuerza por llevar su aura
brillante gracias a sus buenos pensamientos y deseos está dando un gran
paso, porque en su
próxima vida le facilitarán todos los medios para que siga esa labor. Lo
físico sigue y obedece a lo
superior o mental y, cuando el hombre desea y piensa en hacer el bien y
no caer en el mal, los
Ángeles del destino le facilitarán el camino para que siga en el Sendero
ayudando a la humanidad.
De esta forma podemos ver que el hombre mismo es quien se
obsesiona, se crea los
problemas, la mala salud, los vicios, los malos hábitos y un sinfín de
cosas más. Las Leyes Divinas
actúan desinteresada e impersonalmente, dando a cada uno lo que busca o
se merece. El Ser
humano puede hacerse libre y feliz viendo lo bueno y bello de todo lo que
le rodea, o puede
encerrarse y esclavizarse con sus deseos egoístas y con su maldad. Así
pues, podemos decir que el
hombre es el resultado de sus propias acciones y que tiene lo que le
corresponde.
No conviene quedarnos solamente a meditar con lo dicho sobre cada
persona, es
aconsejable pensar en los efectos que causamos en los demás, así
encontraremos respuesta a
muchos problemas que nos ocurren en la vida. Tener presente que “cada
efecto tiene su causa y
cada causa tiene su efecto,” y el hombre está creando “causas”
constantemente. ¿Qué pasaría si
fuéramos conscientes de todas las creaciones originales que hacemos de
forma voluntaria? o sea,
que todo pensamiento, palabra y obra fueran creadas de forma consciente y
voluntaria. No
crearíamos ni una sola causa o pensamiento de maldad, y, al contrario,
todos serían de altruismo,
amor, amistad, simpatía, etc., entonces, ¿Qué es lo que nos impide
comenzar a intentarlo? “Meditad
esto, intentad visualizar o imaginar todo lo mencionado, ved el resultado
de todo ello en vuestros
trabajos y relaciones sociales y recordar que el hábito se hace por medio
de la repetición y con el
hábito creamos un nuevo carácter, pero además, creando un nuevo carácter
construimos un nuevo
destino”
Lo mencionado anteriormente no es más que una pequeña explicación
de cómo el Ser
humano crea su karma individual y colectivo. Es también colectivo porque
las Leyes que rigen el
universo hacen que los deseos y pensamientos de cada individuo, además de
reflejarse en su aura y
tener su efecto sobre sí mismo, también se unan y se reflejen en el aura
del planeta hasta que, tarde o
temprano, cause el efecto que corresponda en bien o en mal sobre la
humanidad que lo ha creado.
Habrá quien al leer estas líneas se pregunte (aunque ya está
explicado en parte) que cuál es
la raíz de todo esto. La causa suele ser el “objeto del deseo” que
estimula o hace que la mente
ponga su atención en él, pero en realidad no es tal, ya que el objeto de
deseo no hace nada más que
invitarnos a desear o a actuar, porque el deseo no es director sino
propulsor.
El ser humano es libre de pensar lo que quiera, por tanto puede
centrar su mente en el
objeto de deseo y desearlo; e incluso pasar a la acción; o bien, no
hacerle caso y centrar la mente en
otro objeto o cosa que les interese más; o incluso meditar sobre ese
objeto que no nos interesa para
sacar conclusiones por medio de un razonamiento. El mecanismo es el
siguiente: El deseo tiene el
poder de ser propulsor y éste engendra el pensamiento, pero el Ego que
está por encima de la
mente, puede actuar como director y centrar el pensamiento en el objeto
deseado o no hacerlo, por
consiguiente podemos decir que: “El poder director del pensamiento guía
la acción”. Por el
pensamiento podemos transmutar el deseo y en consecuencia la acción y,
así, modelando el deseo,
podemos ser dueños y no esclavos.
La base del karma es algo así como “el lazo que ata al deseador con el
objeto deseado”,
esto es atar el Yo al No-Yo”. Cuando el hombre se deja llevar por sus
deseos y se ata a ellos, no
tiene nada más que dos caminos para separarse: 1. - O lo consigue por
medio de la acción. 2º. - O
rompe el lazo de unión por medio de un razonamiento lógico y espiritual
para repudiar el objeto.
Este es el medio por el cual la humanidad se ata a la Ley de
Renacimiento. dice Annie Besant en uno
de sus libros “La cosa deseada se asimila al cuerpo del Yo y, si es mala,
debemos eliminarla cueste
lo que cueste, si no, tendrá que ser eliminada por la lenta acción del
tiempo y del pesar” “Solamente
el fuerte puede matarla, el débil ha de esperar a que crezca, fructifique
y muera”.
Sabiendo todo esto, debemos tener claro que la humanidad se libera
del renacimiento según
domine su cuerpo de deseos por medio de la mente y según utilice su mente
para crear bien en el
mundo. Si no lo hacemos así, sufriremos el efecto de los malos deseos en
el purgatorio y así
aprenderemos que en la próxima vida debemos utilizar la mente para
razonar cuando nuestro cuerpo
de deseos nos tiente.
Si nos damos cuenta del mecanismo y de cómo actúa, observaremos que
nos podemos valer
de la fuerza del deseo para vencer al deseo, es decir, que la misma
fuerza que hace que nos atraiga
un deseo que se puede convertir en un vicio perjudicial para nosotros, la
podemos utilizar para
desear cosas que nos causen felicidad espiritual. Estos a su vez se
opondrán a los deseos que nos
causan dolor y al final vencerán y harán que mueran.
Dice el Bhagavad Gita “Aún el mismo gusto abandona a quien persevera en
la visión del
Supremo Ser”, ése es el valor de la devoción, el amor al Ser Supremo que
destruye las ligaduras
que mantienen al corazón en esclavitud de los objetos del deseo. Cuando
el hombre descubre la
vida espiritual, se pone por encima del yo personal que se identifica y
une a la forma. El hombre
debe discernir entre lo espiritual y lo personal y así la energía de los
bajos deseos se transmutará en
deseos superiores guiados por la mente. De esta forma aumenta y toma
fuerza la “Voluntad” que es
un Divino atributo del Espíritu.
Uno de los métodos que podemos practicar es visualizar e imaginar
la duradera tristeza que
nos puede causar los deseos, repugnar la imagen del pasajero placer que
nos causaría el deseo y a
la vez, imaginar el dolor que nos causaría en el purgatorio al no poder
satisfacerlo.
Cuando la persona desea elevarse hacia lo espiritual y comienza
a practicar, desear y pensar
en cosas positivas para su desarrollo, aunque tenga materia grosera o de
baja vibración en su cuerpo
de deseos, ésta no será vivificada más porque los deseos son más
refinados. Sin embargo, debe
estar alerta porque los elementales que están en todos los sitios y
pueden venir de cualquier persona,
pueden aferrarse a esa materia inactiva para vivificarla, por eso debe
ser fuerte para rechazar estos
deseos como cosas extrañas hasta que mueran y le dejen libre.
También durante el sueño podemos ser tentados sobre un deseo o
vicio que hemos vencido y
esto nos puede causar angustia inexplicable. Cuando soñamos así,
significa que aún tenemos cierta
debilidad en el cuerpo de deseos y que debemos ponernos en guardia por si
acaso renacen.
Es conveniente tener en cuenta que normalmente tenemos dos medios
para adquirir el poder
sobre el cuerpo de deseos. El primero es cuando la mente se ve vencida
por los deseos en la vida
física y después sufre en el purgatorio. Después del sufrimiento viene la
asimilación de la lección, y
así la voluntad se fortalece y se hace “Poder”. Este Poder es el que
vence al cuerpo de deseos poco
a poco, o sea que, por cada derrota de la mente, asimilamos poder para la
victoria sobre el cuerpo
de deseos; así en la matriz del dolor se está formando el futuro poder
que nos hará vencedores. El
otro medio es el de comenzar voluntaria y conscientemente a trabajar
durante el día y por la noche
para conseguir esta misma victoria por medio del ejercicio de la
retrospección del que más adelante
hablare de una manera amplia y concreta.
Hagamos un razonamiento sobre esa frase tan conocida por medio de
algunos autores
ocultistas que dicen que hay que “matar el deseo”. El deseo es parte del
hombre desde hace
millones de años, el deseo fue el principal motivo de la caída en la
depravación y la maldad en la
época Atlante. El deseo gobernaba totalmente la mente del hombre que
estaba recién nacida, éste se
dejaba dominar por el deseo egoísta y ese deseo le llevó a practicar toda
clase de maldades. Esa fue
la más baja manifestación de deseo, o sea, el deseo de más baja vibración
que ha utilizado el
hombre, sin embargo, y buscando la parte buena que existe en todas las
cosas, nos benefició en
nuestro desarrollo como nos está beneficiando la “Caída del hombre”
porque, a través de la
experiencia y el sufrimiento, adquirimos sabiduría y evolucionamos.
El deseo es imprescindible y NO hay que matarle. La humanidad
evoluciona a través del
deseo por medio de diferentes etapas, y debe valerse del deseo para
desarrollar su Espíritu. La
primera etapa es, la del deseo egoísta, en la cual, no deseamos nada más
que lo que nos pueda
servir o beneficiar sin pensar en los demás. La segunda es la que lleva
al ser humano a actuar con el
deseo de compartir, porque ya es capaz de asimilar materia de deseos que
hace que tenga
sentimientos de colaboración y ayuda. La tercera es cuando el ser humano
descubre que hay una
vida superior y comprende que el deseo es el medio por el cual busca el
conocimiento esotérico,
místico o similares, que elevan las vibraciones del cuerpo de deseos y
empieza a transformar los
deseos egoístas en altruistas y más caritativos. La cuarta, sería la
etapa en la que la humanidad
descubre que el deseo, unido a la aspiración y a los anhelos, es
imprescindible para comenzar el
Sendero de Retorno. Ese deseo por lo elevado que le lleva a desarrollar
la parte espiritual, es
imprescindible para el individuo que desea elevarse cada vez más hacia
los mundos espirituales. La
quinta es la etapa en la que la humanidad comienza a “Matar el deseo” o
más bien a “dejar de
desear”. En esta etapa, y pensando ya en cómo podemos dejar de renacer
sin que la Ley de Causa
y Efecto nos ate a la rueda de renacimiento, debemos empezar a actuar con
la pura intención de
servir o trabajar -en pensamiento, palabra y obra- pero sin deseo por el
efecto y recompensa que
nos puedan traer nuestros actos y pensamientos.
Cuando la humanidad llega a esta etapa no debe desear, sino simplemente
actuar con el
único motivo de trabajar como un deber y a modo de colaboración con el
desarrollo y evolución de
la humanidad. Cuando el ser humano actúe así dejará de atarse a la
Tierra, porque estará actuando
como si su vida estuviera dedicada -a modo de donativo- a la humanidad y,
por eso, le Ley de
Causa y Efecto no le obligará a recibir los efectos haciéndole renacer
otras veces. Además,
sabiendo que lo que hacemos por la humanidad es como si lo hiciéramos
para Dios, llegamos a la
conclusión, de que nuestra labor está dedicada a apresurar la evolución
de la humanidad y de Dios,
y esto, queramos o no, nos trae el efecto de nuestras acciones, pero de
una forma muy diferente y
más elevada de la que normalmente nos trae la Ley kármica.
Es cierto que la humanidad no está preparada para esta última etapa
que he mencionado,
pero algunas personas ya lo han conseguido; otras también están
trabajando y terminando en la
cuarta etapa. Es conveniente dejar claro, que el neófito debe comenzar
cuanto antes a dominar,
transformar y controlar sus deseos según las etapas mencionadas. No es
fácil, pero “el que no
comienza no acaba” y “el que no persiste no vence”, solamente es vencido
el que deja de intentarlo
y, en este caso y como ya he explicado, nuestro trabajo principal está
dirigido hacia el deseo.
Hay personas que son idealistas, eso también puede ser útil para su
desarrollo porque un
ideal no es ni más ni menos que un concepto fijo en la mente, pero es un
concepto de naturaleza
inspiradora que puede ser muy útil para guiar la conducta. El medio más
eficaz para crear un ideal es
por medio de influir en el deseo. El mejor momento para crear un ideal
es cuando el cuerpo de
deseos está relajado y la mente predispuesta para el trabajo espiritual.
Entonces, la persona debe
meditar sobre la finalidad y la meta de su vida y de sus aspiraciones,
después de tener claro todo
esto, debe escoger los medios y cualidades que va a necesitar para llegar
a su meta, y una vez que
reúna todas sus cualidades en un sólo concepto, debe representárselo
todos los días de la manera
más vigorosa posible, de tal manera que el ideal aparezca con toda
claridad y lleno de belleza y
nobleza para que sea verdaderamente atractivo.
Así, cuando la tentación y los bajos deseos aparezcan, la persona
abrazará con el intenso
amor de su corazón y con sus ansiosos brazos ese ideal formado por él
mismo. Los deseos
superiores vencerán a los inferiores, haciendo que la persona fortalezca
su ideal y sus nobles
pensamientos para hacer que los bajos deseos pierdan poder hasta que
mueran de inanición. Así el
hombre puede hacer de su enemigo un aliado y de los deseos unas alas que
le eleven al cielo.
A algunas personas les resulta más fácil luchar contra la
naturaleza de deseos de la siguiente
manera: Se ponen a meditar e imaginar cómo caen en un determinado vicio
(el que quieren vencer),
observan como ceden a las tentaciones de la manera más simple y absurda
porque ni siquiera
intentan luchar contra ellas. Observan como cada vez ceden más a ese
vicio y se hunden porque
están totalmente dominados y esclavizados, a continuación, ven como su
cuerpo enferma y cambia
su forma hasta que, al fin, comprenden su inevitable muerte.
Quien tiene conocimientos ocultos o esotéricos puede continuar este
método a partir del
momento de la muerte, imaginándose en el purgatorio sufriendo de una
manera muy intensa por no
poder acceder a esos deseos de cosas materiales. Allí, el deseo existe y
es más intenso porque no
tiene cuerpo físico que lo amortigüe, pero no puede obtener esos objetos
del deseo que en su vida
física le satisfacían, quiere salir de ese lugar, pero sus deseos no se
lo permiten y le atan al mundo
astral inferior, donde está lo peor de la naturaleza humana y astral.
Así, puede - y debe- ver como
cede a sus siniestros deseos, le puede costar muy caro porque, no sólo le
causan sufrimiento en la
vida física y en el purgatorio, sino que en algún momento de su
desarrollo deberá vencer esa
tentación voluntariamente, ya que él mismo cayó, y por lo tanto, él mismo
debe superarlo.
Este ejercicio de repulsión tiene el inconveniente de que cuando
pensamos en esas cosas
repulsivas, atraemos materia astral de la misma vibración y nos puede
perjudicar, si después no nos
fortalecemos con ejercicios y pensamientos espirituales, pero de todas
formas, se puede utilizar
cuando no conseguimos dominar ese vicio por ningún otro medio.
El cuerpo astral o de deseos, también se le conoce como cuerpo emocional
y, como tal,
también hay que comentar alguna cosa. La emoción es una fuerza motriz que
aviva el pensamiento e
inclina a la acción, es el resultado de la acción del intelecto sobre los
deseos. Las emociones son
poderosas y muchas personas se ven dominadas por ellas hasta terminar en
elevación o en caída, en
alegría o tristeza. Es muy importante la práctica del discernimiento
para hallar el equilibrio ante las
emociones, la razón es ¿quién debe dominar? Cuando una persona llora por
compasión hacia una
amiga enferma, está siendo dominada por el cuerpo de deseos y, aunque
aparentemente esta actitud
es positiva, en realidad no está haciendo bien porque es más útil la
ayuda moral y el razonamiento
para buscar soluciones a la enfermedad, que no dejarse llevar por esa
emoción que puede
perjudicar a la otra persona. Digamos que la emoción es quien impulsa a
la acción, pero esa acción
debe estar controlada por el discernimiento, así es como el Yo Superior,
puede ser dueño y guía de
las emociones y no su víctima.
Las personas que se dejan llevar por las emociones, llenan su aura
de esa determinada
vibración y a su vez crean una atmósfera similar en sus hogares, como
resultado, ellos ven todo a
través de su aura o punto de vista emocional porque lo alteran antes de
llegar a la mente, la cual, no
puede interpretarlo tal y como es en realidad. El mejor método para
dominar las emociones es la
meditación, pero ésta debe hacerse en los momentos de mayor relajación o
nada más despertarse
por la mañana, porque el Ego acaba de incorporarse al cuerpo físico y,
por lo tanto, los cuerpos, -
sobre todo el cuerpo de deseos- están más relajados.
Dentro de los métodos que trataremos más adelante, estudiaremos uno
que se relaciona con
las emociones, se trata de visualizar y programar nuestras actitudes ante
determinadas situaciones en
que nos dejamos llevar por las emociones, para luego intentar estar todo
el día pendiente para que
cuando lleguen esos momentos, seamos nosotros quienes podamos dirigir la
situación por medio del
control del cuerpo de deseos.
Hay quien opina y piensa, que la persona que en esas situaciones o
actitudes utiliza la mente
y frena la lengua hasta tener bien claro lo que va a decir y pensar, es
un iniciado en el control de las
emociones. “La verdad realza y la mentira deprime,” es mejor meditar y
hablar solamente cuando
es necesario y siempre con la verdad y de manera suave y agradable. Los
chismes, las burlas y las
críticas, crean emociones frívolas y desgastan la energía mental y moral,
por eso, más vale “el buen
callar que el necio hablar”, porque en el silencio se fortalecen, se
equilibran y armonizan las
emociones y así sujetamos la fuerza del carácter. También es cierto que
practicar el silencio nos
puede llevar a la descortesía, al desánimo y al desaliento hacia los
demás, por lo tanto, debemos
tenerlo siempre presente para actuar en sentido equilibrado.
Otro método para dominar las emociones, es refrenar las acciones
impulsivas. Hoy estamos
acostumbrados a actuar con prisas, sin embargo, en la mayoría de los
casos no es necesario,
siempre tenemos tiempo para meditar y razonar con prudencia antes de
pasar a la acción; no es
bueno actuar a raíz de un impulso emocional sin haber razonado el hecho
con la suficiente
tranquilidad. El estímulo o impulso emocional parte de la conciencia,
pero es siempre como
respuesta a un estímulo externo, es una energía no razonada, que hace que
nos precipitemos, por
tanto, hay que responder con reflexión y calma.
La verdad es que nos gusta lo fácil y no nos gusta refrenar las cosas que
nos perjudican,
pero el aspirante a la vida superior, debe estar siempre luchando y
renunciando incluso a ciertas
emociones que aparentemente no nos influyen negativamente. La meditación
diaria, el
discernimiento, el razonamiento antes de hablar y no responder a los
impulsos, son los mejores
medios para transformar las emociones peligrosas en nuestros más y
mejores colaboradores.
Cuando la persona domina las emociones las puede utilizar para
hacer una buena obra con el
prójimo, esto es, si nos encontramos o tenemos un problema con una
persona muy enfadada, sus
vibraciones de odio o de mal humor intentarán estimular nuestro cuerpo
emocional para que
nosotros también nos enfademos y le respondamos. Así como el odio
despierta odio y el amor
también estimula el amor, cuando ocurre un caso de estos debemos refrenar
el impulso de cólera y
dejar que las vibraciones del contrario se estrellen contra nuestro
cuerpo emocional inalterable y, si
somos dueños de nuestras emociones, responderemos con amor y paciencia.
Cuando respondemos
firmemente, y de manera automática a esas vibraciones emotivas, estaremos
preparados para
devolver “bien por mal”, además, de esta forma, colaboramos con los
Hermanos Mayores o Guías
de la humanidad, en su gran obra de limpiar la maldad que hay en el
planeta. También y de manera
individual, podemos utilizar nuestro cuerpo emocional para mandar todos
nuestros mejores
sentimientos a las personas que queremos.
¿Cuántas veces nos hemos visto debilitados para continuar en el
Sendero del desarrollo
interno, nos hemos quedado sin aspiraciones, sin anhelos de elevación, y
no sabemos cómo
continuar? También aquí nos puede ayudar mucho el cuerpo emocional si
creamos las emociones
adecuadas y las unimos a un objeto de devoción, por medio del cual,
podamos sacar la fuerza y el
ímpetu necesario para continuar nuestro camino espiritual. Aunque
hablaremos de esto más adelante
en la teoría de un ejercicio, se trata de trabajar con lo que llamamos
“Adoración”, o sea, dirigir
nuestra admiración e intenso amor hacia un determinado Ser de gran
exaltación, porque, quien es
capaz de amar y de admirar, posee una de las mayores fuerzas de la
humanidad. Esto despierta en
nosotros el amor y el estímulo y hace que amemos lo grande y prescindamos
de lo pequeño, si a
este gran ideal o Ser ejemplar, le hacemos parte de nuestra vida,
tendremos un gran motivo para
actuar siempre de manera benevolente, altruista y amorosa. Algunas
personas verán más fácil hacer
estas prácticas reverenciando a su propio Yo Superior, como si fuera su
Guía espiritual o Ángel de
la Guarda, quienes actúen así, y amen y honren a ese Ser, estarán
acercándose cada día más al
vestíbulo de la Iniciación.
Según purificamos nuestros deseos y los hacemos más elevados,
ponemos a nuestra
disposición sus poderes, y lo mismo que un maestro orfebre comienza por
familiarizarse con sus
herramientas y tarda mucho en hacerse hábil en su manejo, así nosotros
por medio de la purificación
del cuerpo de deseos, empezaremos a dominarle y, con el tiempo, a
despertar sus poderes. Este
trabajo también se relaciona con las actividades nocturnas mientras el
cuerpo físico duerme, digamos
que, cuanto más esfuerzo durante el día mejores resultados en las
actividades nocturnas en el mundo
del deseo; cuanto antes nos deshagamos de materia de deseos grosera antes
tomaremos conciencia
de ese mundo.
El que se encuentra en este nivel del Sendero, debe empezar ya y en
serio a elevar sus
deseos hacia lo superior, debe intentar ser un Ser espiritual en
sentimientos y deseos, para olvidarse
y dejar que se atrofien sus antiguos deseos animales. Debe dejar de estar
a merced de sus deseos y
pasiones y hacer que se conviertan en anhelos espirituales; debe darse
cuenta de que hasta ahora ha
sido un esclavo de sus deseos y a partir de ahora puede volar a cimas más
altas donde los deseos
vayan todos dirigidos hacia cómo ayudar a la humanidad.
Somos libres de hacer lo que queramos, pero cuanto antes comencemos a
trabajar, antes
aceleraremos nuestro desarrollo interno y, si en esta vida no conseguimos
desarrollar esos poderes,
podemos tener la seguridad de que hemos avanzado a pasos agigantados y
que en otra los
obtendremos. El cuerpo de deseos debe ser nuestro fiel servidor y no
nosotros sus esclavos, pero la
única forma de conseguirlo es cambiando los deseos materiales por otros
morales y espirituales.
Si nuestra voluntad y mente trabajan sobre el cuerpo de deseos con
la verdadera intención
de acelerar nuestro progreso espiritual, podemos decir que:

1º. La voluntad de obrar de acuerdo a las Leyes Divinas o de sembrar


aspiraciones y
deseos para mejorar a la humanidad, se transformaran en capacidades para
desarrollarlas.
2º. Los deseos de elevar a la humanidad por medio del amor y el servicio
desinteresado que
no hemos conseguido desarrollar, se convertirán en potentes ideas
mentales para que sean
ejecutadas en un futuro próximo.
3º. El deseo de actuar de cierta manera en esta vida, tomará forma e
impulso para que sea
desarrollado en la siguiente.
4º. La repetición de los pensamientos y sentimientos elevados en esta
vida, se convertirán en
tendencias para la mente e inclinaciones para su manifestación en la
próxima.
5º. Es conveniente recordar que, la constante repetición de un acto crea
un hábito, y el
hábito da paso a la acción.
Cuando comenzamos a esforzarnos por cambiar, suele ocurrir que
nuestro mayor deseo sea
“ayudar a la humanidad”, esto es aparentemente fácil pero también tiene
algo de fantasía. El
aspirante que desea purificar su cuerpo de deseos para ser un servidor de
la humanidad, debe
comenzar por las cosas pequeñas, quiero decir, que debe estar atento para
aprovechar cualquier
oportunidad que se le presente. Esta actitud es conveniente porque estas
pequeñas cosas son las
que nos prueban para comprobar hasta dónde deseamos servir y cuál es
nuestra fortaleza para
ayudar. Primero debemos vencer nuestro mal carácter y otros defectos
similares, para que cuando
estemos sirviendo, no seamos un problema para otras personas, debemos
brillar por nuestra buena
voluntad y, una vez que lo consigamos, podremos cumplir mejor nuestros
deseos.
Desarrollar el Amor es lo que más debemos desear, pero este amor es
sólo aquel que sale
del alma y quiere manifestarse en todos los seres para satisfacer sus
necesidades espirituales. La
riqueza que más debemos desear es aquella que nos permita tener muchas
oportunidades para servir
y predicar la Verdad que conocemos. El Poder que debemos desear es sólo
aquel que nos sirva
para elevar a la humanidad en lo moral y espiritual. La Fama, no
deberíamos desearla, pero si nos
viene, debemos aprovecharla para diseminar nuestro conocimiento,
sabiduría y Amor por medio de
conferencias, libros y cualquier otro medio. El Anhelo que debemos tener,
es el del servicio en
pensamiento, palabra y obra, pero no para satisfacernos a nosotros
mismos, sino para beneficiar al
prójimo.
Olvidarse de uno mismo para servir y ayudar a los demás es la
verdadera meta, y para ello,
hay que empezar por ser amable, simpático, compasivo, servicial, etc.,
pero no de vez en cuando,
sino siempre y de corazón Hay quien opina que “el tiempo que no se
aprovecha en servir es tiempo
perdido”.
Cada vez que hacemos una buena obra porque ese es nuestro deseo, estamos
creando la
oportunidad de que se produzca otra de mayor importancia y esto debemos
practicarlo en la medida
que nuestros deseos se purifican. Después viene otro paso más, cuando
conseguimos cumplir los
deseos de servir y ayudar allá donde podamos, debemos intentar crear una
“unidad”, quiero decir
que no basta con servir sino que debemos compenetrarnos con los demás por
medio de nuestra
aura, identificarnos, penetrar en sus corazones y comprenderles.
Se trata de: “Auxiliar, comprender, conocer y amar”, pero esto siempre
debe ser practicado
con humildad, porque la humildad lleva a la Sabiduría. Está escrito: “Sed
humildes si queréis alcanzar
la sabiduría, sed más humildes aún cuando la halláis conseguido”
Se dice que el cuerpo de deseos es el gran tentador y que si
cedemos a su influencia nos
puede llevar a la perdición. El deseo, como todo en el universo,
evoluciona, y esto lo podemos ver si
estudiamos la naturaleza personal del Ser humano de hoy y la comparamos
con la de hace unos
siglos atrás. Cuando por el desarrollo espiritual pasado una persona
contacta con una escuela
esotérica o mística en una vida, significa que es un alma madura, o lo
que es lo mismo, que se ha
esforzado por superar y purificar su naturaleza personal y está
comenzando en el verdadero camino
de la iniciación. Las Escuelas preparatorias, como por ejemplo la
Fraternidad Rosacruz de Max
Heindel, representan y enseñan el verdadero camino de desarrollo interno
para todo aquel que
quiere esforzarse para vencer -principalmente- su naturaleza de deseos y
comenzar a dirigir sus
vehículos de una manera voluntaria, consciente y emancipada de todo lo
que le rodea.
Naturalmente que, hasta llegar aquí, el hombre ha sufrido mucho
para purgar sus deseos y
por eso debe comenzar cuando antes a abandonar ese deseo material y
egoísta que le ata a la rueda
de renacimiento. Yo no creo que se deba eliminar el deseo, sino solamente
los deseos materiales y
egoístas, los deseos de conocimiento y crecimiento espiritual deben estar
presentes en esta etapa,
después vendrán el deseo de alcanzar al Maestro y la Iniciación. Además,
debemos estudiar con
qué sentimiento e intención deseamos las cosas, porque si es con el deseo
de ayudar a otros,
tampoco se debería eliminar. El hombre debe desear trabajar por la
humanidad, pero identificándose
con la vida universal que anima la forma para llevarla a la perfección.
El aspirante o discípulo debe
despojarse del deseo de vida, pero de vida personal y, sin embargo, debe
tener el deseo único de
estar o servir donde y como Dios le necesite, su deseo en este sentido
será de ser un instrumento de
la vida universal.
Esta es la gran diferencia, la humanidad de hace unos siglos y una
gran mayoría de hoy
ayudan por egoísmo y, el Ser humano que inicia el sendero del desarrollo
interno, lo hace de
corazón y con el único deseo de ayudar a las vidas que son parte de Dios,
para que alcancen el
desarrollo espiritual cuanto antes. Cuanto más evolucionada es la
persona, más tolerante y
compasivo es con los demás. A medida que el hombre destruye en sí mismo
el deseo de vida
separada, respeta cada vez más a los que la desean, y comienza a adquirir
el sentido de lo eterno en
todas las formas que le rodean.
En este Sendero, el aspirante debe llegar a un grado en que no
desee la adquisición de
conocimiento espiritual y ni siquiera llegar al Maestro, sino simplemente
ser un instrumento de Dios.
De esta forma se vuelve activo como los que tienen ambición, -pero sin
tenerla- y con el único fin de
ser un canal de lo superior, así su energía es absorbida por Dios. Ese es
el único y principal motivo
para su vida.
Una vez puestos a trabajar por lo superior, debemos abandonar
progresivamente lo inferior
y vulgar, debemos perder lo bajo para ganar lo alto. En esta etapa nos
damos cuenta de que
empezamos a vivir en la mente y cada vez menos en el deseo, ya hemos
aprendido que dejarse
llevar por ciertos deseos, pasiones y sentimientos es innoble, por lo
tanto, comenzamos a dominar y
a seleccionar estos aspectos del cuerpo astral. Después de un tiempo de
más elevado desarrollo,
nos damos cuenta de que la mente tampoco nos satisface, y entonces
buscamos la vida del Yo
Superior para mirar todas las cosas desde ese punto de vista. Entonces
puede surgir el
“impedimento” del “deseo del propio desarrollo”, pero no debemos dejarnos
obstaculizar por ese
deseo, sino que nuestra actuación debe ser la de aceptar cumplir
correctamente con las
oportunidades que se nos presentan pensando: “No es un trabajo para mi
desarrollo, sino un deber
para con el Maestro y con Dios”
Otro deseo que debemos eliminar, es el de “ser superior a los
demás”, debemos tener
cuidado porque, si lo tenemos o vuelve a renacer después de creerle
vencido, significa que todavía
estamos en peligro de caer en ciertas tentaciones perjudiciales para
nuestro desarrollo. Ese
sentimiento pertenece al yo personal, por tanto, no debemos ceder a él
por el sólo deseo de
crecimiento para el propio beneficio, así, cuando el aspirante supera el
deseo de crecimiento por
encima de los demás, de donde puede surgir el menosprecio, el orgullo, la
arrogancia, etc., debe
volverse indiferente y centrarse en el gozo que puede llevar a dar a los
demás, por medio de su
ejemplar vida. De modo que no es pensando y deseando cosas para nosotros
mismos como
debemos avanzar, sino luchando por el bienestar de los demás. Si pensamos
en nosotros, debe ser
solamente con la intención de desarrollar las virtudes y poderes para
poder servir mejor porque,
olvidándonos de nosotros mismos por el trabajo desinteresado, crecemos
como partes del Todo.
Si podemos concebirnos como parte de la humanidad y como
conquistadores de nuestro
avance en pro de la misma, y sin que exista pensamiento o deseo alguno
del yo inferior, entonces
habremos elevado y purificado nuestro deseo convirtiéndolo en aspiración
que, en este caso, sí es
completamente deseable. El aspirante que trabaja sin preocuparse por sus
propios intereses y
procura estar en segunda línea o pasar desapercibido en la sociedad, no
será comprendido, porque
la gente comprende y admira al de gran fuerza, conquistador y famoso que
causa impresión y se
esfuerza por ser el primero. Para la gente, esta persona ha conseguido el
éxito y ha demostrado ser
el más fuerte, pero el aspirante espiritual puede ser mucho más fuerte
aún, y sin embargo no
mostrará sus cualidades de ninguna forma porque no quiere hacerse notar.
El trabajo o servicio a la humanidad sin deseo egoísta, es servicio
a Dios, porque la
comunicación con Dios está en el corazón mismo de las cosas, y el hombre
que hace sus “deberes”
pensando en Dios, derrama toda su energía en ese mismo sentido y así
aumenta la Divina Fuerza que
continuamente se está derramando por todas partes. De esta forma no hay
resultado personal en los
mundos inferiores, pero con cada acto voluntario en esa línea se acerca
más a la verdadera Vida del
Espíritu y se convierte en mejor y más amplia expresión de la Divinidad.
De esta manera, no es
correcto decir que no obtenga resultados, pero es que en el Universo
regido por las Leyes, nada
puede quedar sin resultado, sin embargo, no hay resultado tangible que le
pueda beneficiar
materialmente.
Hasta aquí hemos visto como, en las etapas del aspirante a la vida
superior, debemos
eliminar los deseos personales y llevar a cabo los espirituales, es
conveniente que cada uno medite
sobre sus deseos para ver cuáles debe fomentar y cuáles debe dejar morir
de inanición. Dijo un
poeta que “El deseo es la base para formar un vicio y el vicio es tan
espantoso que para rechazarlo
no hay que hacer nada más que verlo, sin embargo, si lo vemos muy a
menudo nos familiarizamos y
unimos a él, y así, lo que ocurre es que, primero resistimos al deseo,
después lo complacemos y, por
último, lo abrazamos”. Como nosotros somos libres y tenemos voluntad
propia, podemos alimentar
al deseo o utilizar esa misma fuerza para combatirlo creando mentalmente
un nuevo carácter moral y
espiritual y llevarlo a la práctica para que, por medio de la repetición,
se consolide como un nuevo
hábito o carácter.
“Si queréis vencer ciertos deseos, no les alimentéis pensando en ellos y
comenzad a desear
otros de naturaleza contraria pero sin permitir que la mente se centre en
los anteriores.” Esto
requiere fuerza de voluntad, pero con cada victoria se fortifica la
misma. Centrar vuestra mente en el
nuevo deseo y embellecerlo y sacarle el mayor provecho, eso le hará
fuerte para que sea la base de
vuestro ideal y línea de actuación en la vida.
Tened claro que la mayoría de las cosas que hacemos están basadas en el
hábito y, de lo
que se trata, es de crear un nuevo hábito espiritual para conseguir
atrofiar al otro deseo que no nos
gusta. Ya he dicho que la repetición crea el hábito, el hábito forma un
nuevo carácter y el carácter
puede cambiar el destino de la persona. Pero para conseguir esto debéis
repetir mucho las imágenes
del nuevo hábito y carácter, y vivirlas y sentirlas para que se graven en
el subconsciente y os
recuerden la línea de actuación a seguir.
También y como es lógico, debe de haber persistencia, lo más importante
del dominio
propio consiste en no dejarse llevar por el deseo y la impulsividad”.

MEDITACIÓN

Una vez relajados, comenzad a repetir con el pleno convencimiento y


sentimiento de que lo
sois, algunas palabras como: “Yo soy fuerte en la persistencia y en la
voluntad, mi valor y confianza
propia hacen que consiga el progreso espiritual que deseo, mi equilibrio
y armonía me ayudan a
cambiar mis hábitos y carácter, etc.” A continuación comenzad a imaginar
y visualizar cómo
cambiáis esos malos deseos y actuaciones que en determinadas
circunstancias os afligen, ved vuestra
actuación de la manera deseada desde el punto de vista espiritual.
Observad todos los detalles y
vivir las imágenes como si realmente estuvierais en esa situación, y
sentir la satisfacción de que os
está saliendo como verdaderamente deseáis.
No tengáis reparo en seguir visualizando cómo vencéis esos deseos
cambiando vuestra línea
de actuación, la práctica repetida os hará conseguir implantar el nuevo
carácter. Fijar en la mente la
nueva línea de conducta, y practicarla con perseverancia y paciencia. No
olvidéis que este ejercicio
es, al fin y al cabo, la creación de un ideal en vosotros, por tanto, no
debéis olvidar llevar a cabo la
práctica constante de éste ideal.
No hay que olvidar tampoco que los ideales se consolidan con la
práctica diaria en las
situaciones que nos surgen y por eso debemos practicarlo en la vida real,
para que el nuevo
carácter, libre de deseos negativos, se forme y fortalezca. Con este
ejercicio llegareis a comprobar
cómo, cuando queremos, podemos cambiar muchas actitudes de nuestra vida
personal. Recordad
que sois un Espíritu que está por encima de la mente, deseos y hábitos y
que tenéis todo el poder del
Espíritu que se manifiesta como voluntad y confianza propia para vencer
los obstáculos del
desarrollo interno. Intentad tener siempre presente los más elevados
ideales para que, por medio de
la repetición mental y física, podáis incorporarlos a vuestra naturaleza
interna. No olvidéis que, como
Egos, sois los verdaderos directores de la personalidad y, si queréis,
podéis vencer los deseos
materiales con los espirituales.
“Todo desarrollo espiritual comienza
en el cuerpo vital”

CAPÍTULO V

EL CUERPO VITAL

El cuerpo vital está compuesto de cuatro éteres y su imagen es


exactamente igual al físico,
con la única diferencia de que al compenetrar el vital al físico le da
la vida y mantiene su salud. Por
este cuerpo circulan varias energías y su misión principal es mantener al
cuerpo físico vivo y en buen
estado, a primera vista parece como si estuviera lleno de puntitos
brillantes. Estos éteres no
solamente compenetran el cuerpo físico, sino que también compenetran
todas las formas físicas que
nos rodean, puesto que todo lo físico procede de un mar de éter que, a su
vez, procede de otro de
materia de deseos y así sucesivamente. La única diferencia con la materia
física es que, al ser más
sutil no lo percibimos normalmente con nuestra vista, y esto es porque
vibra en un grado muy
superior a los átomos físicos.
La vibración de los mundos superiores es cada vez más elevada y
“grande” en sentido de
que la partícula etérea rodea y compenetra a la física. El cuerpo vital
rodea -es más grande- y
compenetra al cuerpo físico, el cuerpo etéreo del planeta compenetra y
rodea al planeta físico, etc.
Normalmente y a la vista de un clarividente, este cuerpo se ve de
un color rosado como
efecto de la vitalidad, cuando esta vitalidad se debilita se nota en su
color, vibración y fuerza de los
rayos vitales que salen en línea recta del cuerpo y que normalmente
expulsan las materias nocivas y
microorganismos que crean la enfermedad. Cuando muere el cuerpo físico,
también muere el vital,
éste queda unido al físico por medio de un cordón de color plata y se
descompone al mismo
tiempo, siendo esto un espectáculo repugnante para quien tiene la
sensibilidad suficiente en la vista
como para verlo. Hay personas que han visto muchas veces este cuerpo
-fantasma- después de
morir una persona.
En realidad este cuerpo es parte de la “Vida Universal”, la vida
que compenetra el universo
y que nosotros utilizamos para vitalizar y mantener vivo el cuerpo
físico. Según el desarrollo, destino
y conformación del cuerpo físico, así podemos - y nos designan los
Señores del Destino- utilizar esta
energía etérica, o sea, que si por nuestras deudas kármicas tenemos que
padecer una enfermedad,
los Ángeles adaptarán este cuerpo con una determinada vibración para que
sus éteres formen
determinadas células que se manifestarán como enfermedad. Si en nuestro
destino debemos tener
buena salud, naceremos con un cuerpo vital propenso a crear materia
física -cuerpo físico- sana,
después nosotros somos quienes podemos mantener esa vitalidad o
derrocharla sin discernimiento.
Respecto a las otras enfermedades comunes, también tiene mucha
importancia que sepamos utilizar
nuestra vitalidad, porque cuando tenemos salud, el cuerpo vital dirige
la energía hacia el exterior con
la suficiente fuerza como para expulsar todos los microbios. Sin embargo,
cuando estamos bajos de
vitalidad, esos rayos apenas tienen fuerza para salir de nuestro cuerpo
físico y no pueden cumplir su
misión.
Si profundizamos en este tema podríamos llegar a muchas
conclusiones, sobre todo
basándonos en el axioma hermético “Como es arriba es abajo”. Lo mismo que
nosotros podríamos
considerarnos vidas individuales que dependen y están compenetradas por
la vida del Espíritu
Planetario, y este a su vez es una vida que depende y está compenetrado
por la vida del Logos
Solar, así, y por debajo de la forma física del hombre, existen
innumerables vidas -microbios,
células, bacterias, etc.- que están bañadas y compenetradas por nuestra
vida o cuerpo vital. Lo
mismo que nosotros estamos evolucionando vida tras vida con cuerpos
vitales más elevados y
armónicos en el cuerpo vital del planeta y del Sistema solar, así éstas
diminutas vidas evolucionan a
través de vidas más cortas y por medio de nuestro cuerpo vital en el gran
universo que es nuestro
cuerpo físico.
Por éste cuerpo circulan, como he dicho, varias energías, una
procede de dentro y actúa
sobre los átomos, la segunda es la llamada fuego serpentino de kundalini
y, la tercera normalmente
llamada vitalidad o prana, que absorbemos de la atmósfera y que podemos
ver como puntitos
brillantes y vibrantes. Esta vitalidad procede del Sol y, aunque parezca
que no es así, el hombre
carga su cuerpo vital durante el día, también en días nublados se nota
que el hombre absorbe menos
vitalidad, de ahí la importancia que tiene saber administrarla. Esta
vitalidad o “prana”, es absorbida
por el vórtice o chacra que está a la altura del bazo en el cuerpo vital
y, aunque es brillante e
incolora, cuando pasa por este centro se transforma en siete colores
relacionados con los siete
rayos, que a su vez se relacionan con los otros cuerpos superiores. Estos
colores o tipos de energía,
se distribuyen cada uno de ellos hacia una determinada parte del cuerpo
vital para cumplir su misión,
pero el color que más suele verse por todo el cuerpo es el rosado. Esta
energía de color circula por
todo el sistema nervioso y es la vitalidad que se puede utilizar para
sanar a otras personas.
El nerviosismo es efecto de la falta de vitalidad y eso mismo
ocurre con todos los demás
síntomas de enfermedades y dolores. Cuando una persona enferma, se pone
en contacto con otra
que rebosa de salud, puede absorber su vitalidad y notar cierto
bienestar. Cuando una persona no
se alimenta bien y no tiene los suficientes cuidados físicos y
higiénicos, o derrocha mucha energía sin
necesidad, se sentirá débil, fatigado y tendrá mareos o síntomas
similares; y como el cuerpo físico
necesita de la vitalidad así como del alimento, si no pone remedio,
envejecerá antes y tendrá mala
salud.
Estos átomos de energía que circulan por el sistema nervioso, van
debilitándose según
cumplen su misión y su color se hace más pálido hasta que, al final, son
expulsados del cuerpo por
los poros de la piel; esto es lo que normalmente llamamos el aura del
cuerpo vital que suele verse
transformada en un color azul claro. Con el tiempo, el ser humano
aprovechará esta energía y la
especializará para que cumpla una más perfecta misión en todo el cuerpo
vital y físico. Para ello
debe empezar por tener una vida sana, una buena higiene, alimentación
sana, -sin carnes ni
sustancias animales- y sin alcohol, tabaco ni nada que entorpezca o
domine la mente ni a los demás
vehículos. Si a eso añadimos una vida sana moral y mental, estaremos
purificando nuestro cuerpo
vital.
Cada cuerpo etérico absorbe materia etérica, las personas que se
ponen muy cerca de otras
absorben la materia etérea que estas expulsan. Así como ciertas personas
pueden poner vitalidad en
el cuerpo etérico de otro, también puede hipnotizar echando los éteres
del cerebro etérico y poner
los suyos; y así como también, pueden sanar a alguien si esta enfermo,
también pueden transmitirle
involuntariamente una enfermedad (todo depende del desarrollo del que lo
hace)
A estas alturas del libro, ya debemos tener claro que el Yo
Superior está por encima del
cuerpo vital y que también lo utiliza para su manifestación por medio del
cuerpo físico. Si el Yo
Superior puede (y debe) controlar la mente con su voluntad para saber
razonar y discernir, también
debe dominar, a través de la mente, el cuerpo de deseos y manejarle a
favor de su propia evolución.
También utiliza el Ego estas energías del cuerpo vital para conectar los
vehículos superiores al
cuerpo físico y así poder manifestarse en la Tierra para adquirir
experiencia y asimilar el fruto para
continuar su desarrollo interno.
Sin este cuerpo vital no podría existir el cuerpo físico ni
podríamos asimilar el fruto de la
vida, ya que es el asiento de la memoria y es donde gravamos toda nuestra
vida desde que nacemos
hasta el momento de la muerte. Además, el Ego también sería incapaz de
dominar al cuerpo físico. A
la hora de la muerte, y como ocurre con el cuerpo físico, se desintegra y
sus éteres vuelven a sus
elementos originales, eso mismo ocurre con los miembros amputados de
cualquier cuerpo físico, con
la diferencia de que la parte etérica puede causar ciertas sensaciones
-por ejemplo picor- como si la
parte amputada aún estuviera en el cuerpo. Como este cuerpo es la
energía vital que mantiene vivo
el físico, este gasta su energía con cada acto que hacemos y palabras y
pensamientos que creamos,
pero además, este cuerpo está en lucha constante con el cuerpo de deseos,
que es el que
principalmente nos perjudica por medio del deseo y las tentaciones.
Quien aprende a controlar sus
actitudes y actividades, quien controla sus deseos negativos y sabe
dirigir su mente, si además,
practica la relajación, sabrá almacenar energía y ganar bienestar y
salud.
Como he dicho, este cuerpo está compuesto de cuatro éteres, pero
los dos superiores
llamados “Luminoso” y “Reflector” son muy importantes en el desarrollo
interno del Ser humano.
Por cada buena obra, deseo elevado, y pensamiento amoroso que creamos,
hacemos una
aportación a esos éteres que en realidad son los componentes del “Cuerpo-
Alma” o “Cristo
interno.” Estos éteres son el fruto más elevado de nuestras experiencias
en la vida, y cuanto más nos
esforzamos en llevar una vida espiritual de amor y servicio
desinteresado, más aumentamos su
número y volumen y más bella será nuestra aura porque se irá
transformando en un color oro y azul.
Si alguien se pregunta que cómo anima el cuerpo etérico al físico, la
respuesta es que lo hace
por medio de sus átomos prismáticos, estos átomos etéricos compenetran a
los físicos y les
transmiten su vibración -vida-. Estos átomos se mezclan con la sangre y
circulan por todo el cuerpo
físico, pero si una persona corta la circulación sanguínea a un miembro
del cuerpo, por ejemplo el
brazo, éste se dormirá y no le sentiremos, esto ocurre porque los átomos
etéricos del cuerpo vital no
circulan ni vitalizan el brazo con su vibración. Cuando vuelve a circular
la sangre sentimos un
cosquilleo en ese miembro, significando esto, que el brazo etérico que ha
minimizado su vibración e
incluso se ha salido del brazo físico, vuelve a tomar vida y a
compenetrar el mismo.
Cuando una persona está enferma, la vitalidad no circula bien por
la parte del cuerpo
afectada y, a la vista de un clarividente, toma un color gris oscuro y un
aspecto gelatinoso que
obstruye el sistema nervioso. Cuando por el efecto de la medicina, pases
magnéticos de una
persona, o cualquier otro método, el cuerpo vital empieza a funcionar
correctamente, pasa a
revitalizar y dar salud al cuerpo físico.
También hay que decir que algunas personas recomiendan hacer
ejercicios respiratorios o
rítmicos y muchas veces no saben el peligro que encierran. Estos
ejercicios aceleran la vibración del
cuerpo vital y como éste está conectado con los sentidos físicos y con el
sistema cerebro-espinal y
nervioso, puede causar un gran peligro a las personas. Esos ejercicios
respiratorios fueron dados
por los guías espirituales de una raza y sus subrazas, porque necesitan
elevar la vibración de sus
cuerpos. Es cierto que se sienten o experimentan cosas que a ciertas
personas les atrae, como por
ejemplo sentirse fuera del cuerpo o flotando sobre el suelo, pero repito,
es muy peligroso. La
vibración del cuerpo vital debe ser acelerada por los buenos
pensamientos, sentimientos y actitudes
en la vida, eso acelera y acrecienta los átomos superiores y estos nos
darán a cada uno lo que
merecemos en su momento. Estos ejercicios producen mal porque desconectan
los centros de los
sentidos etéricos de las células cerebrales, pero cuando la pureza de
vida controla la energía (y
principalmente la sexual) y la elevan hacia el corazón, evitando el
aumento del éter vital, estaremos
en el camino evolutivo que nos llevará a desarrollar los poderes anímicos
y espirituales que todos
tenemos latentes.
Cuando a lo largo de un día de actividad gastamos mucha vitalidad,
y llega la noche que
debilita la energía solar, el hombre agota sus energías, y como ya apenas
tiene para continuar sus
actividades, decimos que tiene sueño o está cansado. Entonces, el fluido
vital no circula por los
nervios y es necesario que el Ego salga con los vehículos superiores para
restaurar el cuerpo de
deseos, vital y físico. Una vez restaurado el cuerpo de deseos en el
mundo astral, restauramos el
cuerpo vital introduciendo energía rítmica, la que a su vez, actúa sobre
el cuerpo físico eliminando
todo lo que es un estorbo para la salud y la actividad del nuevo día. Por
eso, las personas que tienen
preocupaciones, o que por cualquier motivo no duermen profundamente, no
pueden restaurar
perfectamente sus cuerpos, esto es porque los vehículos superiores se ven
atados al físico
obteniendo como resultado sueños absurdos, fruto de la mezcla de imágenes
del mundo físico y del
astral. Como resultado, estas personas suelen notar cansancio y sueño a
la mañana siguiente.
La palabra clave del cuerpo vital es “repetición”, y por esta
repetición sobre cosas elevadas,
es como comenzamos el camino hacia la vida superior (Esta es la clave que
estoy utilizando para
escribir este libro. El mejor medio para poner en actividad espiritual el
cuerpo vital es por medio del
amor y del servicio desinteresado a los demás, pero esto implica que una
vez despertado a esta vida
superior nos pida "alimento”, o sea, que continuemos en esa línea y por
lo tanto, luchemos contra lo
inferior. Esta actividad influye muy directamente sobre los éteres
superiores, y cuanto más
fortificados estén, más poder tendremos sobre el cuerpo físico, y más
facilitaremos la labor de crear
un nuevo carácter y nuevos hábitos. Según trabaja el Ego controlando su
cuerpo de deseos por
medio de la mente, aumenta el brillo y volumen de estos éteres.
Las enseñanzas occidentales esotéricas enseñan que el
desenvolvimiento espiritual empieza
en el cuerpo vital. Esto significa que cada vez que repetimos actos y
pensamientos de amor o
similares, estamos creando un nuevo cuerpo al que normalmente llamamos
“Cuerpo-Alma”. Así es
como nuestro cuerpo brillará y los Maestros, que están siempre alerta
para ayudar a aquél que se
esfuerza por vivir la vida superior, nos ayudarán a conseguir nuestro
objetivo.
Después de saber esto comprenderemos mejor que cuando una monja, o
cualquier otro
miembro de cualquier religión, toma por costumbre repetir cierta oración,
está haciendo
principalmente dos cosas: 1ª. Trabajar sobre el cuerpo vital de una
manera consciente, voluntaria, y
en favor de su desarrollo espiritual. 2ª. Que no permite que el cuerpo de
deseos le tiente o le lleve a
actuar de determinada manera para satisfacer deseos que estarían en
contra del desarrollo que
quiere conseguir. También es importante la repetición de lecturas,
charlas, estudios, etc., porque
estas repeticiones tienen un efecto más estable y duradero sobre el
cuerpo vital, estos efectos son
precisamente los que después influyen sobre el cuerpo de deseos y la
mente, purificando y elevando
su vibración. El resultado es un cuerpo de deseos más grande y brillante
y de unos colores
indescriptibles, y una mente más limpia y pura.
Según trabajamos y avanzamos en el cuerpo vital obtenemos grandes
adelantos espirituales,
porque incluso podemos borrar muchos de nuestros males por medio del
arrepentimiento, (perdón
de los pecados) o del ejercicio de la “retrospección”. El Ser humano debe
cambiar su carácter y
temperamento por medio de la repetición de las cosas elevadas, y
principalmente por la oración,
adoración, meditación, devoción, concentración y observación. Por medio
de estos ejercicios es
como puede vencer al cuerpo de deseos y así cambiar su carácter. La
oración junto con la
retrospección, son quizás, las mejores técnicas para el desarrollo
interno, pero la oración nunca se
debe hacer por intereses personales; las lecturas y rituales de las
iglesias cristianas tienen un efecto
muy espiritual sobre el cuerpo vital, si se repiten y hacen con devoción.
Por esto es conveniente que
el aspirante se observe de vez en cuando, para ver si aún conserva ese
“Amor y Aspiración” que
debe tener junto al "Fervor”, para estar seguro de que está trabajando
sobre el cuerpo vital para su
desarrollo interno.
Como ocurre con los demás cuerpos, el Ego también debe dominar
éste, pero además,
debe controlar su polaridad y vibración transmutándolo hasta el punto de
ser un Iniciado, pero para
ello debe haber una preparación. La persistencia en la repetición de
pensamientos y sentimientos
elevados son imprescindibles para este desarrollo o sensibilización. Por
la persistencia y la devoción
trabajamos sobre los éteres inferiores para facilitar su labor sobre el
cuerpo físico, y a la vez, facilitar
la desconexión de los otros éteres superiores; con la observación y el
discernimiento espiritualizamos
los dos éteres superiores, y cuando lo conseguimos, una sola fórmula del
Maestro nos hará capaces
de desarrollar ciertos poderes.
Cuando el aspirante consigue esto, puede viajar conscientemente al
mundo astral y ser
clarividente voluntario, o sea, “ver cuando quiera y lo que quiera”, cosa
que no hacen ni pueden
conseguir estos videntes que normalmente se dan a conocer; ellos ven a
veces, cuando se le
presenta la imagen, pero no ven lo que quieren ni cuando quieren. Pero el
aspirante espiritual se
distingue por otra cosa mucho más bonita, él se convierte en un auxiliar
invisible por las noches
mientras su cuerpo duerme, y se dedica a ayudar a la humanidad, bien como
protector, o bien como
colaborador de alguna de las obras que se llevan a cabo por las noches.
Este cuerpo tiene unos centros o vórtices comúnmente llamados
Chacras que, como los del
cuerpo astral, son intermediarios para que el Ego pueda transferir las
vibraciones o formas mentales
y deseos al cuerpo físico y así utilizar su cerebro. Estos Chacras del
cuerpo vital, están en la
superficie y son como torbellinos de diferentes colores por los cuales
circulan también las energías
de los cuerpos superiores, no cabe duda de que el desarrollo de estos
chacras trae consigo un
aumento de conciencia y un despertar de poderes. Los dos primeros chacras
trabajan con energías
terrenales y solares, y no se relacionan con la conciencia. El tercer
chacra, es el que adapta la
energía solar para repartirla por el cuerpo, éste está a la altura del
bazo, los demás cumplen una
función relacionada con el cuerpo físico, región inferior y superior del
cuerpo de deseos y con la
mente. Estos centros vibrantes están comunicados con los del cuerpo de
deseos y se relacionan con
las células nerviosas del cuerpo físico; también se encargan de
transmitir las vibraciones que reciben
del mundo exterior al cuerpo de deseos para su desenvolvimiento. Las
energías que circulan por este
cuerpo son de diferentes colores y cada una de ellas tiene una función
con determinada parte del
cuerpo. Hay un tipo de energía y color -rojo- que se dirige hacia el
primero de los chacras, que
normalmente estimula los deseos sexuales, pero que si se estimula sin la
debida dirección de un
Maestro clarividente, puede hacer que la persona caiga en las peores
perversiones. Sin embargo,
esa misma energía la podemos hacer ascender hacia el cerebro por medio de
una vida de devoción
y de servicio.
Aunque los cuerpos se relacionan entre sí, estos chacras son
individuales de los del cuerpo
astral, los cuales capacitan al hombre para viajar y funcionar en el
mundo del deseo con ellos como
si fueran los sentidos, son algo similares a los sentidos que tenemos en
el cuerpo físico para poder
valernos aquí en la tierra. Es cierto que los centros o chacras se pueden
despertar por diferentes
técnicas o yogas, y eso trae consigo cierta actividad con el resultado de
despertar algunas cualidades
y capacidades latentes, unas serán buenas y otras malas. Lo cierto es
que, como dicen los
verdaderos ocultistas que han investigado los cuerpos y mundos
invisibles, el Ser humano no debería
intentar despertarlos hasta que no haya evolucionado lo suficiente moral
y espiritualmente. Dice
Leadbeater en “Los Chacras”, que son graves y terribles los peligros que
pueden traer ese
despertar, además de los sufrimientos y afecciones que causan a los
vehículos superiores. Hoy,
desgraciadamente, hay muchas personas que con tal de ganar dinero dando
cursos, hacen creer que
ellos enseñan a despertar esos chacras para conseguir así desarrollar los
poderes, ¡mucho cuidado!
La mayoría de los que dan cursos de este tipo “no saben lo que hacen”.
Ningún verdadero ocultista -y mucho menos si es clarividente
voluntario- o persona que
haya profundizado en los conocimientos esotéricos, enseñará ejercicios
para ese despertar. Ningún
Maestro enseña eso en público ni a cambio de dinero, sólo los que son
ignorantes de estas verdades
ocultas se ofrecen a enseñarlo a cualquier persona y por cualquier medio.
No es aconsejable ese
“despertar forzoso de los chacras”, porque pueden traer problemas en el
ámbito psíquico y físico. El
desenvolvimiento de estos poderes espirituales nos llegará en su momento,
y cuando esto ocurra,
seremos instruidos para ello por un Maestro que verá los ejercicios que
cada uno necesita de
manera individual y nunca colectiva. Según el desarrollo, cualidades, y
defectos que cada uno tenga
y deba superar, así nos aplicará las instrucciones para que trabajemos
individualmente. Esto,
normalmente, ocurre en los planos invisibles -y no en el mundo físico-
cuando ya estamos en un nivel
espiritual en el cual el Maestro deposita cierta confianza en nosotros.
Dice Alice Bailey en su “Tratado sobre magia blanca”, que la
primera etapa para el
despertar de los chacras es: “Mediante la práctica de una vida
disciplinada y la purificación de la
vida de pensamiento...., esta etapa no implica peligro si no se le
permite al discípulo dirigir su
pensamiento a cualquiera de los centros... está prohibido concentrar su
mente sobre los centros para
energetizarlos o despertarlos... debe dedicarse a purificar los cuerpos
astral, vital y físico. La Luz
Mística brilla para todos aquellos que están esforzándose por servir
realmente en el altar del
autosacrificio, el aspirante sincero está en una Luz no vista por la
multitud y, si está realmente
sirviendo, la guía le llegará de los Maestros”
El cuerpo vital es el vehículo de la percepción sensorial y de la
memoria, y su nota-clave,
como sabemos, es la “repetición”, he aquí la gran importancia de éste
vehículo. Desde que el cuerpo
físico nace, cada siete años, van naciendo los demás vehículos, por lo
tanto, el cuerpo vital nace a
los siete años. Sabiendo esto, los padres que tengan niños pequeños
deberían tenerlo en cuenta para
que la “repetición” de cosas elevadas, sea de una manera correcta y
amorosa en su educación,
además, y sabiendo que los niños son todo “ojos y oídos”, también la
repetición debe ser hecha
respecto al ejemplo que se les da.
La repetición hace su grabación en el éter reflector, uno de los
éteres superiores, y de éste,
el Ego toma conciencia por medio del éter luminoso. La repetición forma
los hábitos en el
inconsciente, y si trabajamos así sobre el cuerpo vital, lograremos
formar una base estable para que
en el futuro nuestros hijos sepan aprovechar las oportunidades de la vida
y convertirlas en desarrollo
espiritual. Hay que tener en cuenta que de lo que se trata es de aumentar
en todos los sentidos los
dos éteres superiores, y para ello, la repetición de todo lo que eleve
los sentimientos, la moral y la
conciencia, es siempre beneficioso.
El método de curación de la Fraternidad Rosacruz, está basado en el
cuerpo vital y también
tiene que ver con el paciente y con el Auxiliar Invisible. Las personas
enfermas pueden solicitar
ayuda para su curación a esta Fraternidad, no deben tener miedo por nada,
pues no les cuesta
dinero, ni tienen que asociarse a nada, sólo deben colaborar con unos
ejercicios que deben hacer en
casa unos determinados días y, por supuesto, tener fe en que Dios atiende
nuestras súplicas. El
método Rosacruz de curación actúa directamente sobre el cuerpo vital de
la persona enferma
mientras ésta duerme. Cuando el Ego sale del cuerpo por las noches, los
Auxiliares Invisibles, (que
también están fuera de su cuerpo físico y pueden viajar en los mundos
invisibles), trabajan bajo la
dirección de un médico para restaurar el cuerpo vital enfermo de la
persona.
Alguien se preguntará ¿Quiénes son los Auxiliares Invisibles?
Estos Auxiliares son personas
normales que comenzaron a interesarse por el método de desarrollo
espiritual Rosacruz, y después
de un tiempo se han comprometido como “probacionistas” a intentar actuar
siempre de una manera
amorosa, desinteresada, y servicial allá donde estén. Estas personas han
hecho un compromiso ante
su propio Espíritu para que, por diferentes ejercicios y con
persistencia, el cuerpo vital pueda ser un
vehículo espiritual para el Ego. Estas personas están dirigidas por los
Hermanos Mayores de la
Orden Rosacruz y salen del cuerpo físico por las noches para ir a curar a
las personas que lo
solicitan, luego, cuando vuelven, unos son conscientes de su labor y
otros no, pero de cualquier
forma, ellos también trabajan con su cuerpo vital en esta gran obra.

COMENTARIOS PARA UTILIZAR CON LA NOTA CLAVE DEL CUERPO VITAL


“REPETICIÓN”

El secreto de las transmutaciones y de nuestro avance está en el


conocimiento, poder y
utilización del Cristo interno y en nuestra actitud de trabajar con Él.
Si deseamos ser uno de los
escogidos, debemos hacernos conscientes de Su Presencia, ya que Él es
nuestro Yo real.
¡Esforcémonos para aprovechar todas las oportunidades que se nos
presenten para manifestar
nuestro Cristo interno!. Cuando iniciamos el sendero, tenemos grandes
ilusiones de servir a la
humanidad y al prójimo, sin embargo, no debemos olvidar que para llegar a
esas grandes alturas,
antes debemos empezar a conquistar las cosas más pequeñas. Esto implica
estar más vigilantes para
aprovechar cualquier oportunidad que se nos presente por pequeña que sea,
aunque algunos no lo
estimen ni comprendan, nuestro deber es “brillar”. Es fácil que el mundo
nos rodee con halagadoras
tentaciones y pruebas que intentaran conseguir que renunciemos a todas
las promesas o
proposiciones que hemos hecho, pero en medio de todo eso debemos tener
claro nuestros objetivos
y anhelos, y cuando surjan las pruebas preguntarnos ¿Servirá lo que voy a
hacer para mejorar la
obra y ser el canal adecuado para el Cristo interno?
Todo aquél que comprende que es el momento de dedicarse a la vida
superior, se da cuenta
de la gran cantidad de cosas que tiene que superar, ya hemos comentado
algo sobre la crítica
destructiva, pero no hemos hablado del “qué dirán”. El aspirante debe
hacerse totalmente indiferente
a las opiniones de los demás, y controlar sus sentimientos, deseos y
emociones. Si piensan y hablan
bien del él, no debe alegrarse por ello, y si lo contrario, tampoco debe
molestarse, sin embargo, no
debe ser indiferente a esas opiniones o críticas en cuanto se refiere a
lo que puedan afectar a la
persona que las dice. Debemos pensar en el mal karma que esa persona se
crea cuando actúa así, y
el mal que él mismo se hace, luego entonces debemos procurar no dar
motivos para que las
personas hablen mal de nosotros.
El aspirante debe empezar cuanto antes a vencer la costumbre de
molestarse por lo que
viene del exterior, lo que le cause dolor, le conturbe, y le cause
dificultad por medio de la
personalidad, debe llegar a ser capaz de no sentir pena por sus intereses
aislados y hacer que la
personalidad sea el vehículo del Yo Superior. Hay Maestros que dicen que
el discípulo debe vivir
como si la totalidad de los sufrimientos estuvieran ante su vista, y que
su trabajo principal es
remediar esos sufrimientos sin preocuparse por esas otras cosas sin
importancia. El mejor medio
para dominar a la personalidad y no dejarse llevar por las alegrías,
penas, críticas, etc. es hacer que
la mente piense en el dolor ajeno y en la manera de remediarlo. Hay que
tener en cuenta que cuando
ayudamos a alguien de corazón, debemos sentir sus problemas como si
fueran nuestros, si hacemos
el problema nuestro, le ayudamos desde nuestro interior y aumentamos su
poder de vida; pero si no
lo hacemos nuestro, la ayuda será solamente temporal. De esta manera
comprendemos los
padecimientos y sufrimientos de la humanidad y esto hace que perdamos de
vista los nuestros, al fin
y al cabo, todos tenemos una carga respecto al sufrimiento de la
humanidad.
También el lenguaje tiene gran importancia, en los primeros pasos
del aspirante debe
aprender cuanto antes a controlar sus palabras para no causar dolor, no
solamente por la crítica que
hiere, sino también en la forma del lenguaje que puede causar
menosprecio, o fijarse en las
debilidades y defectos de los demás. El aspirante debe quitarse todo
aquello que pueda causar dolor
a otro, por eso, si intentamos ser una misma vida con la vida de los
demás, nos costará más hacer
daño al prójimo; esto es lo que en otras palabras se llamaría “el deber
de evitar herir a nuestros
hermanos”. Pero ¡cuidado! Hay otra forma más sutil aún, que hace que
muchas veces no nos demos
cuenta del mal de nuestras palabras, esto es por medio del lenguaje
bromista, ridiculizador, o
imitador que algunas persona tienen por su falta de sensibilidad.
Hay otras maneras sutiles de tentar al Ser humano para caer muchas
veces, entre ellas está el
orgullo o el poder. Un verdadero aspirante a la vida superior, debe tener
bien claro que no debe
tener ningún tipo de orgullo por mucho que sepa y haya adelantado, pero
hay más, porque después
de vencer eso, debe tener más cuidado de no tener orgullo de no ser
orgulloso o de ser humilde en
pensamiento palabra y obra. Debemos ser humildes, sencillos,
benevolentes, etc. pero el sentido en
que lo que hagamos, lo debemos hacer como un deber por el bien de la
humanidad y de nuestra
propia evolución interna; la personalidad debe pasar desapercibida y no
llamar la atención. Con el
deseo hay que ser más cuidadoso, porque si le dejamos crecer en las
primeras etapas, luego será
tarde y nos costará mucho deshacernos de él. Por lo tanto, el hombre no
debe pensar en adquirir
conocimiento para tener orgullo y poder, sino para que ese conocimiento
sirva de ayuda al mundo.
Después de esto llegaremos a la siguiente fase en que lo importante es
“ser instrumentos de Dios”,
debemos ser activos como los que tienen ambición, pero solamente con el
fin de ser un canal para
las influencias de nuestro Yo Superior.
Respecto al trabajo, diré que el aspirante debe ser un vivo ejemplo
en el trabajo del mundo,
pero ese ejemplo debe ser perfecto, y para que sea perfecto no debe de
haber deseo por el fruto de
la acción. Lo mismo que Cristo trabaja y se sacrifica por la humanidad
año tras año, nosotros
también nos debemos llenar de ese mismo Espíritu para trabajar mejor, y
no para nuestra ganancia.
Si trabajamos siendo conscientes de que somos parte de Dios, no nos tiene
que preocupar el
fracaso, porque sabemos que Dios no puede fracasar. Si a simple vista
parece que algo fracasa
podemos pensar que es algo necesario, y por lo tanto, no es un fracaso
desde el punto de vista de
Dios. La única duda es si ha sido un error nuestro, pero si lo hemos
hecho lo mejor posible,
podemos decir que todo está bien y no tenemos por qué preocuparnos. Por
otro lado, no debe
preocuparse el aspirante por que su trabajo sea apreciado o no, lo
importante es que el trabajo se
haga y de la mejor manera posible, porque el Maestro y los Seres que
velan por nuestro desarrollo
lo reconocerán. Sin embargo, tampoco eso lo debemos tener en cuenta, el
motivo debe ser siempre
hacerlo como si fuera para Dios, porque así es como si fuera para la
humanidad, ya que Dios y
nosotros somos Uno. Lo que Dios desea y lo que Él haría, son las cosas
que debemos tener como
motivos de acción.
Si notamos que en nuestro interior no hay felicidad, debemos buscar
el motivo, pero en la
mayoría de los casos es porque no estamos trabajando o colaborando en el
Plan de Dios, eso
significa que no estamos haciendo lo suficiente. El estar ocupado en la
colaboración con Dios
respecto a la humanidad, nos da felicidad y no nos deja tiempo para las
preocupaciones terrenales,
solo el hecho de estar creando pensamientos benevolentes, ya es un medio
de colaboración con el
Plan de Dios. El interés por el trabajo debe ser constante porque hay
mucho, de esta manera no
tendremos ocios inútiles o infructíferos desde el punto de vista
espiritual.
Cuando nos ponemos a trabajar de una manera persistente, con
confianza y buena voluntad,
y vemos los buenos resultados de nuestro progreso, debemos tener cuidado
con los sentimientos y
pensamientos que creamos. Es mejor pensar que somos instrumentos de Dios
y que cumplimos con
el deber, que no pensar, “Yo he hecho esta buena obra y obtengo muy
buenos resultados para mi
desarrollo”; es preferible pensar: “Me siento feliz de haber hecho esta
buena obra porque sé que
servirá de ayuda a alguien”. Pero además de esto, también es importante
que no nos sintamos
satisfechos con determinado estado de desarrollo, eso significaría un
estancamiento o paralización.
Para que esto no ocurra, debemos estar siempre pensando de qué manera
podemos emprender una
nueva etapa o una nueva obra, lo importante es pretender alcanzar y
desarrollar nuevos trabajos y
decidirse a ir siempre adelante para elevarnos en el desarrollo interno.
Nunca nos debemos dejar
vencer por los fracasos, las inquietudes y los problemas, que al fin y al
cabo, son temporales,
debemos adelantarnos y dirigir nuestra mirada hacia el futuro para decir:
“Ya he superado estas
debilidades, ahora soy de esta otra forma pero todavía me quedan estas
otras cosas que vencer y
estos otros trabajos que realizar”. Sólo se puede considerar vencido
aquél que deja de intentarlo por
medio de la persistencia.
Cuando hablo que superar nuestros defectos para desarrollar
virtudes y trabajar por la
humanidad, quiero decir que el pecado de la humanidad es nuestro pecado,
porque mientras el Ser
humano sea parte de la humanidad y la humanidad tenga manchas, también
las tendremos nosotros y
nos afectarán. Pero esto también implica otro hecho, cuando un hombre cae
en algo negativo,
también está haciendo caer a la humanidad, porque él y todos sus cuerpos
están unidos a los
cuerpos y vidas de toda la humanidad; este conocimiento nos tiene que dar
las fuerzas suficientes
para no ceder a las tentaciones y debilidades. Cada victoria y adelanto
espiritual que hacemos se lo
debemos a la humanidad, pero además, nuestro adelanto también
repercutirá en el adelanto de la
misma. Los trabajos del Ser humano en la vida así como después de la
muerte, como también el que
hacen la infinidad de seres celestiales que existen en los mundos
invisibles, van todos dirigidos hacia
el desarrollo individual y colectivo del Ser humano. Toda la actividad de
los mundos se centra en
que los individuos adelanten cuanto antes por medio de sus cualidades y
virtudes para que las
desarrollen con sus hermanos que les siguen y que son inferiores.
Una de las cosas en las que tenemos que estar alerta es en la sutil
forma de “separatividad”
que nos puede venir por cualquier medio. Una persona con un cargo sobre
otros, otra persona muy
inteligente, otra con buenos medios económicos, etc., suelen crear
barreras que separan el aspecto
humano entre ellos y los demás, esto puede llevar consigo el orgullo, la
arrogancia y otros aspectos
similares. El verdadero Ser humano, la Chispa Divina, es parte del Gran
Todo y hermano de los
demás, si Dios -como todas las religiones afirman- es Amor, nosotros
tenemos y somos ese Amor, y
los demás también, la única diferencia es que unos lo manifiestan más que
otros o de diferente
manera. Cuando sabemos esto y vivimos positivamente, nos unimos a los
demás porque, según está
escrito, “Si nos amamos mutuamente, Dios está en nosotros y Su Amor es
perfecto en nosotros,”
luego entonces, no debemos construir ese muro separativo. Debemos tener
claro que si nos dejamos
llevar por cualquier forma de separatividad sobre cualquier persona, lo
que estamos haciendo es
unirnos a ella por medio del karma. Peor es aún, cuando nos apartamos de
otro con horror por su
forma de ser y le respondemos negativamente, porque lo que hacemos
entonces es empeorar su
camino con nuestros pensamientos, sentimientos y actitudes. Es cierto que
a veces no podemos
ayudar físicamente, pero sí podemos hacer dos cosas: 1ª. Ayudarle con
pensamientos y sentimientos
amorosos. 2ª. No crear ni una sola vibración negativa con respecto a esa
persona.
No nos debe impresionar ni servir de crítica el mal que hace una
persona, más bien debemos
responder con comprensión y tolerancia, sabiendo que está en un grado
inferior de desarrollo y que
nosotros hemos pasado por ahí o quizás podamos pasar todavía. No nos
hagamos ilusiones de
separarnos del “Mal”, esas personas malas somos nosotros mismos y más que
construir muros
separatistas, debemos derribarlos y ver de qué manera podemos ayudar. Las
personas
verdaderamente buenas están llenas de Amor hacia los que se dirigen o
están en el mal, pues saben
que ellos han pasado por ahí, se están identificando con sus defectos
porque saben que los han
tenido, pero además, saben que esas personas están evolucionando a través
de la experiencia del
mal y después se harán fuertes en el bien. El hombre puede evolucionar
por sus propias experiencias
o por las experiencias de los demás. En el caso que estamos comentando,
podemos sacar provecho
de ese mal en que han caído esas personas, pero sin separarnos, debemos
aprender de sus
experiencias para nuestro propio desarrollo. Sin embargo, eso no nos debe
dar motivo para criticar,
ni hacernos pensar que somos mejores que ellos, más bien debemos pensar:
“Me podía haber
pasado a mí, lo tendré en cuenta”.
A menudo comentamos hechos sobre el “Sendero” pero, ¿qué es el
Sendero? No es ningún
camino especial que esté en determinado lugar. El sendero le construimos
nosotros mismos cada vez
que damos un paso en el dominio y transformación de la personalidad, y
abrimos nuestros sentidos,
y la mente en particular, a esa conciencia que nos intenta guiar por los
atajos espirituales. Según el
temperamento y carácter de la persona así es el sendero, puede estar
lleno de espinas, de rosas
perfumadas o de Ángeles que acompañan; ahora bien ¿Cómo construimos o
encontramos ese
sendero espiritual?, Valiéndonos de todo lo que nos rodea y de lo que
llevamos dentro. En algún
momento utilizaremos la devoción, la religión o las lecturas litúrgicas,
pero otras veces utilizaremos el
conocimiento esotérico. El hombre que trabaja ardientemente está
construyendo su sendero.
Debemos saber que ningún medio por sí sólo nos llevará a la meta,
todo lo que nos rodea y
que se cruza en nuestro destino nos puede servir y debemos intentar sacar
provecho de ello.
Debemos aumentar la devoción, lo mismo que la comprensión y la
tolerancia, o valernos de nuestras
propias victorias sobre nuestros vicios y defectos, para no volver a caer
en otros nuevos. El Ser
humano que quiere desarrollar su propio sendero, debe vivir su vida desde
el punto de vista
espiritual y ha de emplear todas sus facultades y poderes para ello, así
se manifestará lo que el
hombre es verdaderamente en su esencia, “Una manifestación de Dios”.
La persona que controla sus vehículos dos horas al día, está dando
grandes pasos, pero el
que lucha con empeño para elevarse hacia su Espíritu, percibe los
obstáculos en el sendero como
vibraciones de naturaleza inferior que debe rechazar y apartar a un lado
de su camino; además,
siempre está en guardia ante los obstáculos o tentaciones que le puedan
hacer perder el equilibrio. El
estudiante fervoroso de la vida interna no puede apartarse de la
realidad, debe ser práctico y firme
para aplicar constantemente sus ideales en la vida diaria. Cuando
comenzamos a andar
verdaderamente sobre el Sendero de Santidad, nuestro progreso aumenta a
pasos agigantados
siempre que continuemos esforzándonos. Hasta aquí se dice que el hombre
progresa en sentido
aritmético (2 - 4 - 8 - 16 - etc.) pero parece ser que, como respondió un
Maestro a su discípulo:
“Cuando el discípulo pone todas sus energías, voluntad y amor en
conseguir elevarse, su progreso
no aumenta en proporción aritmética ni geométrica, sino por potencias”

MEDITACIÓN

Las meditaciones deberían hacerse cuando la persona se encuentra en buen


estado de ánimo
y su corazón esté puesto en el desarrollo espiritual. Cuando así sea:
“Siéntate y relájate todo lo que
puedas y comienza a imaginar y visualizar como tu Yo Superior emite una
Luz brillante de color oro,
esa Luz va a compenetrar tu cuerpo vital lentamente.
A continuación, observa cómo los éteres del cuerpo etérico en forma
de prisma, se llenan de
Luz dorada y comienzan a vibrar y a aumentar de tamaño. Esa Luz
representa todos los anhelos,
deseos y esperanzas que tiene nuestro Yo Superior respecto a la
personalidad; es la ayuda que nos
ofrece para que nos sintamos en armonía con Él; es el Amor del Espíritu
Divino que intenta
penetrarnos para hacernos su receptáculo; es la Voluntad, paciencia y
persistencia que necesitamos
para la purificación de nuestros vehículos. Visualiza cómo esa energía
compenetra los átomos físicos
que se ven en el exterior como un aura dorada y brillante. Esta aura está
conectada con la
Conciencia Crística y nadie puede afectarle si no está en su misma
vibración. Observa cómo
absorbe todos los éteres causantes de desarmonía y tensiones; siente como
influye en tus
sentimientos y te hace ver la necesidad de comenzar una nueva vida
dedicada al servicio amoroso y
desinteresado; comprende que después de la meditación debes ser un
instrumento de esa energía
Crística que pone a tu disposición tu Yo Superior; y propónte nuevas
metas y actividades para
llevarlas a cabo en Tu vida cotidiana.
Quédate unos momentos con la mente relajada y después comienza a
salir de la relajación
lentamente, para poder ver que la vida es bella y digna de ser vivida con
toda nuestra buena
voluntad.

¿No sabéis que vuestro cuerpo


es el Templo de Dios?

CAPÍTULO VI

EL CUERPO FÍSICO

El cuerpo físico es la manifestación física de todos los vehículos


del hombre, es la
condensación de todas las fuerzas que presionan para que el Espíritu se
manifieste en este mundo.
Se le considera el más inferior de los siete principios por ser el de
materia más densa pero, sin
embargo, es el más antiguo y más desarrollado, si no fuera por él las
influencias de los demás
vehículos no se podrían manifestar.
El Ser humano, como espíritu y con la ayuda de otras Jerarquías
Superiores, ha hecho un
recorrido en sentido descendente llamado “Involución”, o sea, un descenso
desde su propio mundo
espiritual hacia el mundo físico. En ese descenso a través de los siete
mundos, el Espíritu ha ido
perdiendo la conciencia superior y formando los diferentes vehículos
hasta llegar a obtener el físico y
la conciencia de vigilia. Por tanto, gracias al cuerpo físico y a sus
sentidos, podemos experimentar
en la Tierra para sacar provecho de las experiencias y unirlas a todas
las de las otras vidas. Así
obtenemos lo que llamamos “Conciencia”, que es la que nos advierte
cuando hacemos mal porque
en otra vida ya hemos sufrido por ello.
El cuerpo físico es, como decía San Pablo, “El Templo del Espíritu”
y éste lo necesita para
evolucionar. Cada cuerpo es individual como las huellas mismas, porque el
Espíritu construye su
cuerpo de acuerdo a sus necesidades de desarrollo y al destino que traiga
para recoger lo que
sembró en su anterior vida. Por eso, cada persona tiene el deber de
mantener su cuerpo sano y en
plena disposición para ser el instrumento de trabajo del Espíritu. El
alimento, la higiene, el deporte,
respirar aire puro, y sobre todo, no ingerir cosas que perjudiquen y
dominen a la mente, son
imprescindibles para que este cuerpo viva el tiempo que está predestinado
a vivir; si no es así,
envejece y muere antes.
Lo mismo que nosotros nos podemos considerar células físicas que
evolucionamos por
medio de una conciencia en un Cuerpo Macrocósmico del cual no conocemos
el límite, así mismo
nuestro cuerpo físico es el cuerpo macrocósmico para las células que, con
su pequeña conciencia,
están evolucionando en él. Las células nacen, evolucionan y mueren -como
nosotros en este planeta
y sistema solar- y para ellas nuestro cuerpo también es infinito. Esto me
lleva a comentar la frase
bíblica: “EN Dios vivimos, nos movemos y tenemos nuestro Ser”, esto
significa que nuestros cuerpos
invisibles están formados de materia del mundo al cual pertenecen, y cada
uno de nuestros cuerpos
está unido a cada uno de los siete mundos de diferente densidad de
materia que existen en este
Universo. Cuando llegamos a lo más elevado, al mundo del cual procede
nuestro verdadero Espíritu,
nos encontramos con que estamos en el propio Mundo de Dios, al cual
debemos volver a través de
nuestro desarrollo interno. Si meditamos esto, veremos que esa frase es
cierta y que, por tanto,
“Dios está más cerca de nosotros que nuestras propias manos”.
Esto significa que la humanidad, aún aparentemente física, tiene en sí
mismo, (en diferentes
grados de materia) el infierno, el purgatorio, el cielo y al mismo Dios.
Según el nivel espiritual en que
nos encontremos, estaremos en uno de esos sitios. Vida tras vida vamos
elevándonos hacia Dios,
que es la meta de perfección, pero esto tiene que ser imprescindiblemente
a través del cuerpo físico;
por eso hay Santos que dicen que han visto a Dios, y otras personas que
caen en drogas se
encuentran como en el infierno o tienen visiones terroríficas.
Podemos tomar dos motivos importantes de este comentario: 1º. Que
necesitamos el cuerpo
físico para evolucionar y por lo tanto lo debemos cuidar. 2º. Que si lo
hacemos así, estamos
colaborando con infinidad de materia sutil y física como las células,
para que ellas también
evolucionen a través de nuestro cuerpo. Hay otros muchos aspectos que
podrían servir para
comprender lo importante que es el cuerpo físico, pero creo que el lector
sabrá meditar y sacar sus
propias conclusiones.
Todos los cuerpos, como todos los mundos, están compuestos de siete
grados de materia,
en el cuerpo físico, aparentemente sólo hay tres: sólido, liquido y
gaseoso La ciencia ya no considera
el átomo como lo más denso de la materia, sino que lo considera energía
por que ha conseguido
separar sus componentes, además, sigue descubriendo que la materia se va
haciendo más sutil. Así,
el cuerpo físico, tiene ése otro cuerpo vital compuesto de los cuatro
grados de densidad de materia,
para que en total sean siete.
Cuando éste cuerpo etérico se separa a la hora de la muerte,
cuando la vida abandona el
cuerpo físico, estos átomos, células y moléculas, vuelven a su estado
natural en el mundo físico para
que puedan ser usados en la construcción de otros vehículos. Dependiendo
de nuestro esfuerzo por
mantener un cuerpo sano y un estado moral e intelectual espiritualizados,
así, esta materia podrá
servir -como ocurre con toda la de los demás cuerpos- para la formación
de otros vehículos cuyos
Espíritus estén en ese grado de vibración. Podemos decir que el esfuerzo
que una persona haga para
su propia evolución, no sólo le beneficia a él, sino que también
beneficia a otros muchos seres que
están evolucionando en los otros mundos.
El desarrollo que pueda conseguir el Ser humano con su cuerpo
físico no es suficiente para
hacerse un ser perfecto en la Tierra, pero cuanto más trabaje por su
perfección y mantenimiento,
más está facilitando el trabajo evolutivo de los demás cuerpos. El cuerpo
físico es nuestro
instrumento, y lo debemos cuidar y usar para nuestro propio desarrollo,
nunca debemos dejar que
los cuerpos nos dominen. El cuerpo debe ser refinado, modelado y educado
para la mejor expresión
del Espíritu, y estos aspectos son los que hay que repetir, fomentar y
practicar. El cuerpo físico es
fácil de guiar sabiendo que nosotros tenemos poder sobre la mente y el
cuerpo de deseos, por eso
podemos inducirle y acostumbrarle a todo lo más fructífero desde el punto
de vista espiritual.
Naturalmente que, como el timón del cuerpo físico está en el cerebro y lo
gobernamos a
través del cerebro etérico del cuerpo vital, si tomamos cosas que afecten
al cerebro y al sistema
nervioso, estamos impidiendo el poder de manejar ese timón. Si hacemos
esto, estamos impidiendo
la expresión de la conciencia y, si esta conciencia no se expresa, los
átomos, células y moléculas del
cuerpo físico, pierden el gobierno que hay sobre ellas de tal manera que
pueden manifestarse
enfermedades y otros inconvenientes para la evolución.
Para una buena salud y armonía espiritual es imprescindible cuidar
el cuerpo físico y dominar
el cuerpo astral y mental. Recordad que si no hacemos esto, y al
contrario, maltratamos, drogamos,
derrochamos su energía y mal alimentamos el cuerpo físico, estamos
formando barreras para el
desarrollo y evolución de nuestro propio Espíritu.
Dice Mme. Blavatsky que la ciencia nunca ha estado tan cerca de las
enseñanzas esotéricas
como hasta ahora cuando dicen que: “Nuestros cuerpos, así como los de los
animales, plantas y
minerales, están completamente formados por seres (bacteria, microbios,
etc.)” Esto es cierto hasta
donde la ciencia alcanza con todos sus medios, porque hay innumerables
vidas que aún no han
podido -y tardarán mucho- detectar y estudiar. La materia física es la
misma en todos los cuerpos y
reinos de la naturaleza, las vidas que lo animan también; cada partícula
orgánica o inorgánica es una
vida, cada átomo y molécula son productores de vida y de muerte para la
forma.
Estas diminutas vidas son las que forman las células, y éstas a su vez
las moléculas, y así
hasta formar el cuerpo físico, pero todo eso se produce gracias a la
“Vida”. Si el hombre no valora
la Vida, el cuerpo muere y todos estos microbios y agentes destructores
desintegran la materia y el
cuerpo se deshace quedando, por tanto, el hombre sin vehículo de
manifestación y sin posibilidad de
desarrollo.
La conciencia de las moléculas y células las hace apresurarse a cerrar
heridas, pero si la
conciencia del hombre no está en el cuerpo, eso no se produce. La muerte
del cuerpo ocurre
cuando la energía del cuerpo vital se retira y deja a las diminutas vidas
en libertad, a partir de ahí,
esas vidas descoordinadas siguen sus propios impulsos, se separan unas de
otras y tiene lugar lo que
llamamos descomposición. Entonces ya no tienen coordinación por medio de
la conciencia y dejan
de cumplir su misión volviéndose locas, así, estas vidas destruyen la
“Forma” que resultaba de su
correlación y organización.
Podemos comprender que el hombre es dueño de su cuerpo, gracias a
que “toma conciencia
de él” por medio de sus vehículos superiores, si el hombre no toma
conciencia de su cuerpo no lo
puede utilizar para su propio desarrollo pero, ¿Cómo se forma éste cuerpo
físico? Cuando el Ego se
encuentra en su “propio hogar”, desnudo y sin ningún cuerpo todavía,
decide volver a renacer para
continuar experimentando en la vida física y así sacar provecho de la
misma como desarrollo
espiritual. Según el grado de desarrollo o vibración de sus últimos
cuerpos, así atraerá la materia -
como un imán atrae al hierro- del mundo mental y de deseos. Esa materia
será la más adecuada para
formar los cuerpos de más elevada vibración que los anteriores y, por
este medio, están más
predispuestos para sacar mucho mayor provecho de la futura vida física.
Una vez en la región etérica del mundo físico, donde debe formar su
cuerpo etérico,
obtendrá la ayuda de los Ángeles del Destino (del karma) Cada cuerpo
tiene un átomo simiente, y
este es el que en el descenso del Ego, desde los mundos espirituales
hasta el mundo físico, atrae la
materia que está de acuerdo con su vibración y es la fuerza que
representa el propio desarrollo que
ha alcanzado el Ego a través del renacimiento. De acuerdo al desarrollo
obtenido y al destino que
tenga ese Ego en el mundo físico, los Ángeles forman el cuerpo vital o
molde etérico, en base al cual,
se formará el cuerpo físico. Ese cuerpo etérico tendrá la formación,
calidad, y vibración necesaria
para que el futuro cuerpo físico tenga determinada forma, enfermedad,
vitalidad, etc., y le pondrán
en la matriz de la madre -ya elegida- para que se forme el futuro
cuerpo.
A partir de la fertilización del óvulo y después de unos días, el
Ego penetra en el cuerpo de
la madre y forma su cuerpo físico. Una vez que nace, aún tiene conciencia
de los mundos espirituales
y aún está en contacto con otros seres invisibles, después de un tiempo
comienza a perder contacto
con esos mundos y comienza a tomar conciencia de su cuerpo físico y del
mundo donde va a
desarrollar y experimentar otra nueva vida.
Cuando pasan 7 años nace el cuerpo vital, a esta edad es muy
importante trabajar con la
repetición de cosas elevadas, devocionales y morales sobre el niño. A esa
edad y, puesto que los
niños son todo “ojos y oídos”, empiezan a grabar y formar la memoria y el
subconsciente, que es
una base importante para toda su vida. Cuanto más se repitan las cosas
buenas, mejor quedan
grabadas en este cuerpo y serán la base para las buenas costumbres y
hábitos.
A los 14 años nace el cuerpo de deseos, a partir de aquí la persona
empieza a sentirse más
mayor, le cambia el tono de voz, le sale el vello en el cuerpo, y
comienza a interesarse por el sexo
opuesto, desde ese momento y si no tiene una buena base, se puede dejar
llevar por los deseos,
pasiones, sentimientos, etc., por lo tanto, también es muy importante una
buena educación moral,
espiritual y sexual.
A los 21 años nace la mente, -mayoría de edad- a esta edad es cuando
podemos desarrollar
la voluntad, la responsabilidad y el discernimiento; si ha habido un
buen trabajo en los años
anteriores esta persona podrá utilizar su cuerpo físico para alcanzar un
gran desarrollo espiritual,
podrá hacer del cuerpo un instrumento perfecto para razonar, vencer los
deseos y tentaciones, y
tener un cuerpo sano.
Estos cuerpos son, al fin y al cabo, la manifestación del arquetipo
que formamos en los
mundos espirituales y que es la indicación del desarrollo obtenido hasta
ahora por el Ego. Si nos
esforzamos en desarrollar las mejores cualidades espirituales, cuando nos
llevemos el fruto de esta
vida, elevaremos la vibración de ese arquetipo y tendremos una vida
futura mucho más elevada en
todos los sentidos, porque el fruto de una vida se transforma en mayor
perfección y mejores
oportunidades para la siguiente.
Viendo el valor e importancia que tiene el cuerpo físico, alguien
se preguntará: ¿Qué ocurre
con las personas que se suicidan y se quedan sin cuerpo físico antes de
lo debido? Dice Max
Heindel: “El arquetipo que formamos con la ayuda de algunas Jerarquías
Superiores tiene una nota-
clave o determinada vibración, en base a la cual vibran los átomos
simientes de cada uno de los
cuerpos del hombre. Estos a su vez, transmiten esa vibración al resto de
los átomos que componen
los cuerpos para mantener la forma y el equilibrio”.
La diferencia entre un suicidio y la muerte natural está en que a la hora
de la muerte, cuando
la vida abandona el cuerpo físico, el Ego se lleva este átomo porque en
él está grabada toda su vida
y de ahí es de donde saca su provecho y desarrollo interno; pero cuando
alguien se suicida, se
queda sin cuerpo físico y, sin embargo es, como si continuara viviendo en
él. Mientras el cuerpo
deba vivir hasta una determinada cantidad de años, el átomo simiente
vibrará, pero al no tener
cuerpo físico, el suicida sufrirá por ello en un grado máximo porque la
misión de este átomo, entre
otras, es la de mantener la materia unida.
Cuando una persona se suicida y se queda sin cuerpo físico también se
lleva el átomo, pero
como no era el momento de su muerte, el arquetipo sigue vibrando y por lo
tanto el átomo físico
también, esto causa una sensación similar a “estar vacío” y, esto a su
vez, puede compararse a tener
un hambre muy intensa. Echará de menos el cuerpo físico, y aún teniendo
materia física a su
alrededor no la podrá utilizar como cuerpo, esto le causa un gran
sufrimiento que le durará el tiempo
que dure la vida del arquetipo. Así enseñan las Leyes Divinas a la
persona que se suicida a valorar y
cuidar su cuerpo físico y a no escapar de la escuela de la vida. Esto se
gravará en su conciencia de
tal manera que en la vida próxima no se le pasara ni siquiera por la
cabeza maltratar su cuerpo físico,
además es posible que incluso tenga miedo a la muerte.
Es conveniente poner también un ejemplo de lo que ocurre a la
persona que se deja llevar
por los deseos de alcohol, drogas, o cualquier cosa de las que dominan al
hombre. Además del
efecto que tienen sobre su carácter, nervios y forma de pensar, estos
productos, pasiones y
obsesiones llevan a debilitar y a crear desarmonía en todos sus
vehículos. Cuando un hombre
alcohólico o dominado por cualquier otra droga, pasa al Mundo del Deseo,
siente la necesidad de
continuar consumiendo ese producto, pero como no tiene cuerpo físico, no
puede satisfacer ese
deseo y esto hace que sufra tres veces más que si estuviera aquí en la
tierra. Afirmamos que tres
veces más, porque el cuerpo físico amortigua los deseos, lo que en el
mundo de deseos ya no
ocurre.
Cuando en este sufrimiento quieren satisfacer ese deseo no le queda otro
remedio que acudir
a donde haya ese producto para intentar compenetrar su cuerpo astral con
él. Por ejemplo, si es
alcohol, irá a bares o establecimientos donde se consuma y compenetrará
los cuerpos de las
personas que beben para absorber las partículas o gases fruto del alcohol
que hay en el estómago. A
la vez, estimularan el cuerpo astral de esas personas para que sigan
bebiendo, no sacarán gran cosa
pero se consuelan. Por esta razón dicen los verdaderos ocultistas
clarividentes que el espectáculo
que se ve en estos sitios de alterne es repugnante.
Con estos ejemplos podemos imaginar el sufrimiento y el dolor que
el hombre se busca a
causa de dejarse llevar por el alcohol, tabaco, drogas, sexo, etc. Lo
peor de todo, es que estas
personas no pueden elevarse hacia planos más elevados, hasta que por
medio del sufrimiento hayan
aprendido la lección de que el Ser humano debe dominar la materia y el
mundo físico y no al
contrario. Cuando estas personas aprendan que esa droga no sirve para
nada más que para obstruir
su desarrollo y para hacerles sufrir, y ya no la echen de menos ni la
necesiten, entonces se ven
liberados de esa región del mundo astral y pueden elevarse al cielo.
Ahora nos podemos preguntar
¿Qué sacamos de toda esta clase de vicios que tenemos y que nos dominan?
El cuerpo físico del niño es elástico y el del anciano rígido, este
cambio se produce a través
de los años de vida, pero siempre por medio de todo lo que introducimos
por la boca. Todo lo que
ingerimos se distribuye por el cuerpo gracias a la sangre y es la sangre
la que muestra como estamos
en general de salud. Si nuestra alimentación es lo más natural posible,
introduciremos en el
organismo pocos productos calcáreos, ácidos y alimentos similares que nos
perjudiquen y nos hagan
envejecer antes de lo debido.
Lo mismo que la planta se alimenta de minerales, de otras plantas
vegetales, y de insectos -
carne-, así mismo hay animales que se alimentan de carne de animales que
ellos matan, otros comen
carne y otras cosas que no lo son, y otros ya ni siquiera comen carne. El
hombre, cuanto más salvaje
más carnívoro es, hay otros que comen carne y vegetales y otros que ya
ni siquiera comen carne.
Esto demuestra que la evolución no deja escapar nada, y se muestra
incluso en la alimentación de los
reinos de la naturaleza. Esto indica que según el hombre se desarrolla
interna y espiritualmente, irá
dejando de comer carne por muchas razones que ahora no voy a explicar.
Cuando esto suceda, el
cuerpo físico durará más tiempo y será más flexible y sutil, sobre todo
porque las plantas tienen
mucha más vitalidad que la carne y no tienen tantos componentes que
perjudiquen a la salud.
Esta es otra de las razones importantes para cuidar el cuerpo
físico, el hombre debería
estudiar y aprender qué productos o alimentos perjudican al riñón, al
hígado, al estómago, etc., para
después consumir los que pueda y que perjudiquen menos.
Como ya hemos mencionado, el niño va tomando conciencia física
desde que nace y va
descubriendo su cuerpo mientras va perdiendo la conciencia espiritual, la
clave es: “tomar conciencia
del cuerpo físico”. Yo he llegado a la conclusión, de que uno de los
mejores métodos para
desarrollar esa conciencia, es por medio de la concentración y la
meditación durante y en cualquier
momento del día. Esto es que, cuando estemos escribiendo, observemos
nuestra mano y veamos
cómo se mueve, cómo es, su agilidad, etc.; que si vamos caminando
observemos cómo se mueve
nuestro cuerpo, cómo camina, cómo respira, cómo escucha, etc.; que si
estamos sentados en un
autobús observemos cómo nuestros ojos perciben las imágenes de cerca y de
lejos, cómo vemos los
cuerpos que utilizan los Egos que están evolucionando como nosotros. Se
trata de tomar conciencia
de todo lo que hacemos por medio de la “observación” de nuestro cuerpo y
lo que hacemos con él.
“Practicad esto y meditad cómo el Ego percibe todas esas cosas y
cómo las puede dominar
y dirigir; observad cualquier parte de vuestro cuerpo y meditad ¿Qué es?
¿Cómo se ha formado?
¿Por qué está vivo? ¿Cómo hacemos que se mueva?

EJERCICIO DE RELAJACIÓN

Antes de comenzar una relajación es conveniente quitarse todo lo que


pueda molestarnos en el
cuerpo y todo lo que pueda interrumpirnos o sobresaltarnos cuando estemos
relajados, también es
muy importante que os acomodéis muy bien en un sillón o en una cama.
Si alguien piensa que es mejor hacer alguna postura de yoga, como la de
loto u otras
similares, opino que no son nada recomendables para los cuerpos
occidentales. Lo que tenemos que
hacer es ponernos de la mejor manera para estar cómodos y que no nos
moleste nada, porque si es
así, estaremos más pendientes de mantener la postura o de las molestias,
que de la propia relajación.
La espina dorsal debe estar recta y la barbilla un poco hacia adelante
para que no nos cree tensión
en las cervicales. Recuerda: Si tienes que salir de la relajación por
algún motivo no te asustarás ni te
sentirás mal, más bien estarás en perfecto estado de salud física y
mental”.
Para comenzar haz tres respiraciones profundas haciendo que el aire
llegue a la parte baja
del abdomen, esto libera las tensiones y las emociones, cuando expulses
el aire, procura relajar el
cuerpo y dejar caer su peso.
Antes de comenzar la verdadera relajación tienes que hacer dos cosas:
1ª. Estira los
músculos de tu cuerpo todo lo que puedas -sobre todo los brazos y
piernas- y déjalos flojos de una
manera repentina. 2ª. Imagina -una vez algo relajado por el ejercicio
anterior-, que estás flotando en
el aire sobre un colchón de plumas, empieza a imaginar que pesas mucho,
cada vez más, hasta que
de pronto caes sobre ese colchón, en el cual casi te hundes por completo
¡deja caer el peso de tu
cuerpo!.
Comienza la relajación por los pies, imagina que los huesos están
sueltos, como si no
tuvieran músculos para unirlos, los músculos son tan sumamente suaves y
finos que no los notas...
suelta los músculos...aflójalos más...cada vez más...es como si
preguntásemos a los miembros que si
están relajados.
Continua por toda la pierna, viendo y sintiendo cómo esa zona se
relaja... al principio parece
que la pierna pesa mucho, pero cuando la relajas totalmente parece como
si flotara... afloja los
músculos, intenta sentir e imaginar que tus piernas cuelgan del tronco
como dos simples cuerdas... Es
importante sentir que los miembros están pesados al principio para luego,
por medio de la
imaginación, comprender y sentir que cuelgan o flotan porque no pesan
nada.
Pasa al otro pie y haz lo mismo que antes, imagínate los huesos
sueltos, los músculos muy
flojos... que parezca como si los músculos no existieran... Si en estos
momentos os pusieran de pie
vuestras piernas se balancearían por su propio peso...intentad
experimentarlo...aflojad los músculos
más y más...ya están completamente sueltos.
Antes de continuar, repasa la otra pierna por si se ha puesto
tensa. Ahora haz lo mismo con
las manos y brazos, siente que los huesos están sueltos, los músculos
relajados y sueltos... imagina
que te levantan el brazo y de pronto lo sueltan y rebotan en el tronco
por su propio peso. Una vez
relajados, ya apenas los sientes y parecen dos hilos colgando que se
mueven por la fuerza del
aire...el sistema nervioso no te molesta porque está relajado y
controlado.
A continuación céntrate en el tronco, imagínate que está muy
pesado, está como muy
hundido en el colchón de plumas... suelta todos los músculos del tronco,
pero principalmente la
espina dorsal y las cervicales... tu columna debe estar totalmente suelta
y floja... los huesos
separados y los músculos como suaves hilos de seda... tus órganos
funcionan perfectamente, tu
respiración... los latidos del corazón... ¡Relaja los músculos del
abdomen, relaja el corazón, observa
como la sangre muy oxigenada llega hasta el último rincón de tu cuerpo y
lo relaja completamente!
Recuerda que las cervicales deben estar muy relajadas. Da un repaso
a las piernas.
Ahora céntrate en la cabeza, suelta la mandíbula... los músculos de
la frente... de la boca...
los párpados...los labios...la lengua... la barbilla...Imagina como la
sangre fluye y relaja todos los
músculos de la cabeza, los globos oculares quedan completamente sueltos.
Relaja todos los
músculos y siente como todas las partes de tu cabeza quedan sueltas, como
si estuvieran separadas.
Ahora olvídate de tu cuerpo, estas en la cabeza. Tú como Ego y por
medio de la mente
controlas tu cuerpo, tus emociones, tu sistema nervioso.... Sé tu mismo
y no pienses en nada sólo sé
tú, un Ego que es consciente de que tiene varios cuerpos y está relajando
su cuerpo físico... ahora
intenta sentir lo que es tu cuerpo...escúchale y sé consciente de lo que
manifiesta...
Ahora que eres el verdadero Ser, tienes que proponerte superar
todas las cosas que
entorpecen tu desarrollo espiritual, propóntelo y visualiza cómo lo vas a
superar todo cuando llegue
el momento, y como cambias tu punto de vista sobre la vida y el ser
humano. Observa como te
haces más servicial y amoroso con todo el mundo.
Este es el mejor momento para proponerte una nueva vida llena de
actitudes positivas hacia
todos los seres que te rodean, recuerda que eres un Espíritu, y que en
estos momentos estás en tu
propio mundo... el Espíritu te da lo que necesitas para elevarte. Él es
Amor y el Amor lo puede
todo....
Relaja tu mente unos momentos más, y cuando te apetezca salir de la
relajación da una
respiración profunda y piensa “voy a salir de esta relajación”, a
continuación mueve los dedos de las
manos y de los pies... Toma una segunda respiración profunda y sé
consciente de donde estás, a
continuación mueve las piernas y los brazos... toma la última respiración
profunda para mover la
cabeza y el resto del cuerpo. Por último, abre los ojos ....
Al principio intentad hacer esto como si te lo estuvieran dictando,
luego lo puedes hacer
como te apetezca, pero recuerda que es mejor practicar cinco minutos
diarios que dos horas al
mes. Si lo haces tal y como lo he dictado y persistiendo, conseguirás los
objetivos que menciono, y
verás que éste ejercicio es muy beneficioso incluso para todos los
cuerpos. Recuerda que tienes que
llevar a la práctica los compromisos que haces cuando estás en lo más
profundo de la relajación.
Mi mejor deseo para vosotros es que lo consigáis y lo sepáis
utilizar para vuestra mejora
física y espiritual.
Lo que sembréis con vuestras acciones
cosecharéis como fruto”

CAPÍTULO VII

EL KARMA

La palabra “karma” suele estar cada día más en boca de las personas
que se interesan por
los conocimientos esotéricos, esta palabra significa “acción” y está
unida a la Ley de Causa y Efecto,
y en cierto modo, a la de Renacimiento. Es muy importante tener claro que
el Ser humano es la
causa de todo el bien o el mal que existe, tanto en sentido individual
como colectivo. En otras
palabras “Cada pensamiento, palabra y obra que el hombre hace, tiene su
efecto sobre él mismo y
sobre la humanidad”
Si hay un “Plan Divino” perfecto, y se debe llevar a cabo hasta su
perfección, debe de haber
Leyes Divinas y perfectas que actúen justamente dando a cada uno lo que
se merece, pero siempre
con la mejor intención. Si esas Leyes nos deben llevar a la meta de
perfección por medio del
desarrollo interno, debe ser siempre por medio del Amor, igual que
nosotros queremos guiar a
nuestros hijos por el mejor camino y a veces les tenemos que castigar,
pero lo hacemos por su bien
y no por caprichos personales.
Estamos en un Universo donde rigen las Leyes Divinas -como en la Tierra
rigen las creadas
por el hombre- y no las debemos violar, pero sí las podemos conquistar
para trabajar con ellas.
Actuando así, no crearemos mal ni desarmonía en el Universo porque todo
mal es el resultado de la
ignorancia de estas Leyes y más concretamente de la de Causa y Efecto.
Antes de centrarme en el Karma, quiero explicar algo sobre los
“Elementales” que tanto
mencionan algunas personas. Todos los mundos están habitados por
innumerables Jerarquías, unos
por encima del hombre como son los Ángeles, Arcángeles, Querubines,
Serafines, etc., y otros por
debajo y que normalmente les conocemos como espíritus de la naturaleza
-Gnomos, Ondinas, Silfos,
Salamandras, Devas, etc.- y elementales.
Estos seres inferiores no pertenecen al esquema evolutivo de la humanidad
pero, sin
embargo, su mundo está compenetrado con el nuestro, ya que es de materia
más sutil, y no nos
molestamos unos a otros en ningún sentido. Es decir, que lo mismo que en
una habitación puede
haber varios tipos de alumbrado -vela, fluorescente, bombilla, etc.- y
cada uno cumple su misión sin
molestarse para nada, así el mundo físico está compenetrado por otros
mundos etéricos, y los seres
que evolucionan en ellos no nos molestan ni perjudican mientras nosotros
no nos metamos en su
mundo y entorpezcamos su labor o desarrollo.
Para hablar del karma hay que hablar de los elementales pero, ¿Qué
son los elementales?
Los elementales son vidas no individualizadas -con respecto a nosotros -
no son conscientes de lo
que hacen y están involucionando a través de los mundos como si formaran
parte de la materia de
los mismos, con la diferencia de que responden a los estímulos exteriores
para así comenzar a
“experimentar”. Por ejemplo: Los elementales del mundo mental están
“menos evolucionados” que
los del mundo de deseos, porque éstos ya han descendido más y han
aprendido a responder a los
estímulos de nuestros pensamientos y a las Jerarquías de ese mundo, y
ahora lo están haciendo de
igual manera en el mundo de deseos.
Por una fase similar pasó el Ser humano y, según hemos involucionado
hacia la materia, nos
hemos familiarizado con sus diferentes grados de densidad y hemos
empezado a utilizarla hasta que
hemos adquirido el poder de crear formas para poderlas utilizar como
vehículo experimental. Con
esta explicación queda claro que hay elementales -vidas- en los
diferentes mundos donde estamos
evolucionando y que estos elementales se sirven de nuestros pensamientos,
deseos y emociones
para evolucionar ellos también. Actúan de acuerdo a las Leyes Divinas y
del propio mundo donde
están, por eso, cuando hablamos de cómo la Ley de Causa y Efecto nos
devuelve el mal o el bien
que hemos hecho, podemos decir que ellos también intervienen como agentes
de esta Ley. Pero
como he dicho, no son inteligentes ni tienen maldad, sólo responden a
determinadas leyes y
vibraciones de la materia y la utilizan para su propia “evolución”.
Gracias a estos elementales la humanidad es consciente del mundo
que le rodea, siente
gracias a que estos elementales transforman las vibraciones exteriores en
sensaciones, son ellos los
que hacen que podamos influir a otros con nuestros pensamientos,
sentimientos y deseos. Cuando
una persona es consciente y tiene el poder de trabajar en los mundos
invisibles, puede, por medio de
su voluntad, ordenarles lo que quiera por medio del lenguaje del sonido y
el color. Estos
obedecerán, (aunque seamos inconscientes de ello) todo lo que se les
mande sin discernir entre lo
que es bueno y lo que no -en este secreto radica la magia negra, aunque
muchas personas hoy la
practiquen diciendo que es magia blanca- Por eso, y entre otras cosas, se
han ocultado estos
conocimientos.
Pongamos un ejemplo de cómo funcionan estos elementales a nivel del
trabajo mental
humano. Cuando una persona crea un pensamiento, la vibración de ese
pensamiento, atrae un
elemental que está en la misma vibración y utiliza a éste como vehículo
del cual adquirirá experiencia
dependiendo del trabajo o misión que tenga. Si es un pensamiento que va
dirigido contra otra
persona, este elemental irá hacia la otra persona e intentará penetrar y
afectar a su cuerpo mental
para estimularle o hacerle pensar en el mismo sentido de la forma de
pensamiento que él lleva.
Después de esto, el elemental vuelve al creador del pensamiento y le
devuelve -como efecto- el mal
o bien que ha mandado, pero engrandecido por el efecto que haya causado
en la persona a quien lo
mandó.
De esta forma, el elemental “evoluciona dentro de su involución”
utilizando los pensamientos
del hombre como alma y vehículo. Pero, como he dicho, están en todos los
mundos y por lo tanto,
están en nuestros propios cuerpos invisibles. Sabiendo esto podemos
llegar a la conclusión de que
tienen relación, no solamente con los pensamientos, sino que también la
tienen con el cuerpo de
deseos. Es decir, que nuestros deseos, sentimientos, odios, etc. también
les sirven para experimentar
por medio de esa respuesta vibratoria.
El mundo del pensamiento es el mundo del sonido y el del deseo es
el mundo del color, esto
también significa que estos elementales se dividen en multitud de
vibraciones de sonido y color para
poder utilizar y responder a los pensamientos y deseos del hombre. Esto
es así, cuando pensamos
una determinada cosa, emitimos una vibración en nuestro cuerpo mental
-que se relaciona con el
Mundo del Pensamiento-, esta vibración o sonido atrae a un elemental que
esté en esa vibración y
éste actúa como un transmisor. Cuando este pensamiento desciende al mundo
del deseo para que se
forme el sentimiento, emoción o deseo adecuado, acude otro elemental del
color, -Mundo del
Deseo- que también lo utilizará para asimilar algo de la experiencia que
ese pensamiento tenga. Por
eso, los clarividentes que alcanzan a ver el cuerpo de deseos, ven toda
una serie inmensa de colores
en movimiento que indican el estado emocional y de deseos en que esa
persona se encuentra.
Con esta explicación llegamos a la conclusión de que el hombre está
atrayendo
constantemente a estos elementales y los está utilizando para
manifestarse y para percibir las
impresiones del mundo físico. Hay algo más importante aún, y es que, por
medio de ellos estamos
sembrando ese “karma”, bueno o malo, que en su momento nos repercutirá en
esta vida o en las
próximas.
Si meditamos sobre estas enseñanzas, podemos darnos cuenta del
beneficio de ciertos
hechos ya mencionados, como por ejemplo la “repetición” – la cual es la
nota clave del cuerpo vital
y yo estoy utilizando mucho en este libro-, para que por medio de su
práctica podamos formar un
cuerpo mental y de deseos más elevados.
Por este mismo conocimiento llegaremos a la conclusión, de que podemos
crear un medio
ambiente de paz y armonía en cualquier rincón de la casa, a través de la
oración y la devoción, ya
que así atraeremos elementales que se identificarán con esas vibraciones
y trabajaran aumentando la
armonía espiritual. Pero también es cierto que si una persona se encierra
en crear pensamientos
negativos, lo que está haciendo es formarse una especie de cárcel que no
le permitirá ver la luz y no
querrá ni que le hablen. Hasta que esta persona no comience a pensar
positivamente para atraer
elementales más elevados, no podrá descubrir lo positivo de la vida y de
las personas, porque esa
coraza es como un cristal oscuro y sucio que no le permite ver
claramente el mundo real.
Este es un ejemplo concreto de cómo actúa el karma, la persona
misma es quien se ha
encerrado en su propio mundo de negatividad y tristeza. Sin embargo, el
hombre tiene la Voluntad
como primer aspecto del Espíritu, y es esta voluntad la que le puede
sacar del sufrimiento que ella
misma se ha causado. El hombre es libre, y nadie es quién para quitarnos
ese derecho, ni los
Ángeles y Arcángeles lo hacen, porque saben que es un derecho universal,
por lo tanto, el que aquí
en la tierra quita la libertad u opera sobre la voluntad de otra persona
para que haga algo que no
quiere, no sabe lo que está haciendo y la Ley kármica se lo tendrá que
enseñar.
El hombre puede cambiar su carácter y destino gracias a este
conocimiento oculto y a que
puede crear pensamientos y sentimientos espirituales que atraerán
elementales seleccionados por
todos sus buenos ideales. Cuando estos se repiten, crecen y toman
colores brillantes que atraerán
más materia similar de esos mundos, hasta que el Maestro vea la “luz” que
brilla en la oscuridad y
haga acto de presencia.
El hombre puede hacer mucho bien a la humanidad gracias a este
conocimiento, porque, no
solamente va sembrando bien con sus buenas acciones y pensamientos, sino
que además, puede, de
manera voluntaria y consciente, mandar pensamientos y sentimientos
amorosos y desinteresado a
otras personas para ayudarles a superar muchos problemas. También es esta
la forma en cómo el
hombre se crea su propia atmósfera -aura- espiritual, su templo invisible
en el que se refugia para
orar y fortalecerse ante las pruebas difíciles.
Si el hombre no pensara no tendría karma, porque cada pensamiento
nuevo se queda
marcado en el átomo simiente como base para el karma de su próxima vida.
Los animales no tienen
karma porque no tienen cuerpo mental. El Ser humano es el único
responsable de sus actos
voluntarios que nacen en la mente, y por ello, ésta Ley nos da a cada uno
el efecto de cada causa
que hacemos aquí en la Tierra.
Somos sembradores de karma, y estamos unidos a cada grano -pensamiento,
palabra y
obra- que sembramos para recoger el fruto que nos dé. Si cuidamos y
sembramos cuidadosamente
nuestros granos, cosecharemos buen fruto que nos vendrá en forma de “buen
destino”; si nos
descuidamos, no tenemos derecho a reclamar ni a quejarnos, porque sólo
nosotros hemos
intervenido en la siembra. “A mayor conocimiento mayor responsabilidad”,
esta es la escuela de la
vida y de esta escuela nadie puede escapar porque, “cada causa tiene su
efecto y cada efecto tiene
su causa.”
Los Ángeles del Destino (del karma), no dejan nada al azar, ellos
toman nota exacta de
todos nuestros actos, y por eso intervienen antes de renacer para formar
ese molde etérico -cuerpo
vital- que tiene que ver con el karma de nuestra futura vida. La
grabación que hacemos en cada vida
sobre el átomo simiente, es la base del karma y es lo que nos hace sufrir
después de la muerte en el
purgatorio, de estas imágenes grabadas, formamos nuestro cuerpo para la
próxima vida.
Así podemos ver claramente que, si creamos causas buenas, estaremos
facilitándonos
nuestra estancia en el purgatorio, desarrollaremos cuerpos de más elevada
vibración, y crearemos un
destino más fructífero y lleno de oportunidades para nuestro propio
desarrollo y el de la humanidad.
Dice Annie Besant: “Las aspiraciones y deseos elevados de una vida se
convierten en “capacidades”
en la siguiente; la repetición de pensamientos elevados se convierten en
“tendencias”; la voluntad de
hacer cosas se convierten en “acciones”; las experiencias se convierten
en “sabiduría”; y las
experiencias dolorosas se convierten en “conciencia”; así actúa la ley de
Causa y Efecto.
Cuando el Ego desciende para su nuevo renacimiento en el mundo
físico, lleva consigo los
átomos simiente cuyas vibraciones muestran su grado de desarrollo
interno. Si en una vida nos
esforzamos por hacer el bien y ser mejores, elevaremos esa vibración y en
el descenso de los
átomos-simiente, atraerán materia de más elevada vibración para formar
los cuerpos de nuestra
futura vida. Aquí también vemos como actúa el karma, dándonos los
vehículos que necesitamos y lo
que merecemos como herramientas para aprender por medio de la
experiencia.
Como es lógico, según sea la vibración de estos cuerpos, la voluntad, y
hacia dónde
dirijamos nuestro interés en la vida, vamos sembrando el bien o el mal.
Según sea la causa, así será
el resultado y por eso podemos decir que si en una vida una persona, aún
sin medios, se esfuerza
por servir desinteresadamente, en la próxima vida podrá servir mucho más.
Pero cuando no
aprovechamos las oportunidades que nos dan para nuestro desarrollo, la
ley del karma nos trae
problemas y frustraciones.
En el transcurso del tiempo utilizado en escribir este libro sólo
he tenido en mi mente una
intención, que el que lo lea pueda alcanzar un gran desarrollo espiritual
por medio de la práctica de
todo este conocimiento. Pienso que es un libro de los que se debe leer
durante cinco minutos y
meditar una hora, haciendo esto, nos daremos cuenta de que podemos vivir
la vida como nosotros
queramos, en el bien o en el mal.
La persona que se esfuerza por transformar su carácter, por medio de
estar voluntaria y
conscientemente alerta con todo lo que crea en pensamiento, palabra y
obra, está creándose un
futuro destino lleno de oportunidades para alcanzar grandes alturas.
Sólo tiene que decidirse y
ponerse a trabajar, la Ley del Karma se encargará de darle todo el bien
que se merece.
Cuando el hombre transforma lo malo en bueno a través de este
conocimiento, está
transformando el mundo y ayudando a la humanidad pero, además, está
aniquilando su karma. El
conocimiento puede hacer variar el destino y, por lo tanto, el karma no
hace falta nada más que
crear “causas buenas” para “neutralizar las malas”; los elementales
buenos se encargarán de cumplir
la misión de neutralizar a las vibraciones negativas para que no nos
tienten. Cuando actuamos así,
manifestamos el impulso Divino que todos llevamos dentro, y nos
fortalecemos para llegar cuanto
antes a nuestra meta.
Este conocimiento nos da paz y confianza ante cualquier problema porque
actuamos de
acuerdo a estas leyes, cuando uno colabora con algo, está en el mismo
tren y dirección para llegar al
mismo sitio. Por medio de este conocimiento podemos ser colaboradores
para la salvación, curación
y pacificación del mundo, pero no hay que olvidar esto, “No os quejéis de
vuestro destino, porque
vosotros lo habéis creado como ahora estáis creando el de vuestra futura
vida, haced frente a los
problemas con optimismo y de corazón porque sabéis que una vez pasados ya
no vuelven; tened
presente que cada deuda que pagamos es fortalecimiento para vencer otra,
y recordar que sólo
nuestras obras pueden estorbarnos y sólo nuestra voluntad puede
esclavizarnos.”
“El purgatorio y el cielo no existen,
nosotros los creamos con nuestras acciones”

CAPÍTULO VIII

EL PURGATORIO

Recuerdo que en mi niñez se decía que había un purgatorio, un


infierno y un cielo, que si no
éramos buenos en la vida, después de la muerte íbamos allí y sufríamos
por toda la eternidad. La
verdad es que no era muy confortante, pero reconozco que también era una
manera -adaptada a
aquella mentalidad- de decir que el ser humano “debe practicar el bien y
no el mal”
Las enseñanzas esotéricas también hablan del purgatorio y en cierto
modo del infierno. La
verdad es que tiene un gran papel en la evolución y desarrollo de la
humanidad, antes de explicar lo
que ocurre en el purgatorio, estará bien ampliar las tres teorías que
menciona Max Heindel sobre la
vida y la muerte en su obra maestra “El Concepto Rosacruz del Cosmos”
La primera teoría, que podríamos identificar con el científico,
materialista o agnóstico que no
creen en nada, la podemos explicar más o menos de la siguiente manera.
Estas personas opinan que
venimos de la NADA, que la mente es el resultado de una serie de
correlaciones en la vida, que el
Ser humano es el ser más inteligente del Universo y que después de la
muerte no hay nada, por lo
tanto, la mente se desintegra.
Digo yo que, de la nada no se puede crear nada puesto que no existen
medios, por otro
lado, sabemos que los átomos y células cambian cada pocos años, luego
entonces, las grabaciones
que hacemos y que llamamos memoria y subconsciente, no podrían existir
más de esos pocos años y
no conservaríamos la memoria. Estas personas llaman NADA a lo que no ven
o no detectan, pero
hace unos años decían que lo más denso de la materia era el átomo y, sin
embargo, hoy dicen que
son los protones, neutrones y otras partículas más o menos etéreas,
además, ya no la llaman materia
sino energía, entonces ¿Por qué no puede haber otros muchas formas de
materia mucho más sutiles
que las que conocemos actualmente? ¿Quién se hubiera atrevido a decir
hace cien años que una
mesa es energía como hoy se afirma? ¿Quién se atreve a decir que los
protones y los neutrones son
la materia o energía más sutil que el hombre pueda descubrir? ¿No
existen en el hielo diferentes
estados de materia -sólido, líquido, gaseoso, el aire y otras energías-
y otras partículas atómicas
más sutiles? ¿Por qué el hombre no puede tener otros cuerpos de materia
etérea con los cuales
pueda funcionar en otros mundos etéreos como lo hace aquí con el físico?
Y por último, si se forma
un cuerpo tan perfecto de esa NADA, tiene que haber inteligencia en ELLA,
y si esa inteligencia es
capaz de modelar un cuerpo físico o un Universo para que todo gire, se
mueva, y cumpla una
determinada misión, tiene que ser una inteligencia muy por encima de la
humanidad. Si es así, tiene
que existir en un mundo que nosotros no vemos, pero que sin embargo es de
donde todo procede.
Si lo razonamos un poco, veremos que es más lógico creer que hay otro
mundo de diferente grado
de densidad de materia y que no vemos, (pero que es la fuente de todo lo
manifestado físicamente) a
creer que todo y todos, procedemos de algo que NO EXISTE.
Pongamos un ejemplo, cuando una persona decide inventar algo, se
pone a pensar con la
mente, después de una larga concentración tiene claro lo que quiere
inventar y lo manifiesta por
medio de lo que llamamos una forma de pensamiento, a esa forma se une un
sentimiento -del cuerpo
de deseos- que estará de acuerdo y en sintonía con el motivo del invento.
Luego le dará vida en su
imaginación para ver como funciona, y por último, lo creará material y
físicamente; entonces,
¿Qué ha hecho este inventor sino plasmar con materia física lo que estaba
en su inteligencia y
que no veíamos? ¿Por qué no puede haber una inteligencia cósmica de donde
sale todo y se va
materializando con los diferentes grados de densidad de los éteres hasta
que se manifiesta de una
forma inteligente aquí en el mundo físico? ¿Por qué no puede estar
incluido el hombre en esa forma
de manifestación? ¿Se va a crear todo este Universo infinito para que el
hombre sólo viva una vida?
Eso sería como hacer una universidad con los mejores adelanto técnicos y
científicos para mandar a
nuestros hijos un sólo día a ella.
La segunda teoría, que podríamos llamar teológica o religiosa, dice
que somos almas
creadas por Dios y que venimos de un mundo invisible. Explica, que
después de la muerte volvemos
a ese mundo, del cual ya no volvemos nunca más, y que nuestra felicidad
o desdicha en él, depende
de como haya sido nuestra actitud en la vida física. Hay quien opina y
asegura que no toda la
humanidad se salvará y que sólo serán unos pocos, el resto se perderá o
destruirá
El dios de esta teoría no puede existir, porque si en alguna cosa
coinciden las religiones, es
en que Dios es Amor. Si venimos de Dios y es Dios quien pone a cada uno
en una forma de vida -
unos en la pobreza y en la enfermedad y otros en la riqueza y en la
salud- ¿Cómo pueden decir que
Dios salvará a los buenos si es Dios mismo quien les ha dado una vida
feliz sin necesidad de hacer el
mal? ¿Cómo puede castigar a unas personas que él mismo ha puesto en la
pobreza, para que se
vean inclinados a hacer el mal? Si Dios va a salvar a unos pocos ¿Para
qué ha creado tantos y tantos
billones de almas a través de la historia de la humanidad? ¿Cuáles son
los buenos sabiendo que la
humanidad está evolucionando en todas las épocas y, por lo tanto, los
recién nacidos serán siempre
mejores que los que nacieron hace cien años? Si Dios mandó a Su Hijo para
SALVAR AL
MUNDO -salvar a la humanidad- ¿Por qué solo salvará a unos pocos? Si
nosotros que somos
imperfectos en nuestras acciones y nos volcamos rápidamente a auxiliar y
salvar a las personas que
pueden morir en una catástrofe, y nos servimos de todos los medios a
nuestro alcance ¿Cómo no
va a tener Dios un Plan o los medios suficientes para salvar a toda la
humanidad si, como dicen las
religiones, Dios es omnipotente? ¿Cómo se pueden perder o destruir los
hijos de un Dios
Omnipotente?
La tercera teoría es la que da las enseñanzas esotéricas y que la
podemos llamar del
“Renacimiento”. Esta teoría enseña que el hombre también viene de Dios, y
por lo tanto, tenemos
todas Sus cualidades latentes, dice que por medio de la Ley de Causa y
Efecto y de Renacimiento,
el hombre reencarna una y otra vez para que por medio de la experiencia
en el mundo físico, pueda
desarrollar esas “cualidades latentes en poderes dinámicos”. Dice que
vamos evolucionando de una
forma progresiva y segura hasta que todos alcancemos la meta de la
perfección sin que nadie se
pierda o destruya.
Esto es algo así como comenzar en la guardería - como el hombre salvaje-
e ir pasando por
los otros grados escolares para aprender una serie de lecciones en cada
clase - o lo que es lo
mismo, en cada vida-, al final, la persona adquiere una carrera, pero a
través de muchos años de
esfuerzo y sacrificio. Así desarrolló la humanidad la inteligencia, y por
medio de ella y del
renacimiento aprende las lecciones que harán que desarrolle lo que lleva
internamente. De esta
forma, ninguna alma se pierde sino que todos -aunque algunos adelanten
más que otros-
alcanzaremos la meta.
Si todo evoluciona en esta vida, -como podemos ver en nosotros mismos ya
que no
pensamos igual que hace veinte años-, ¿Por qué no va a existir esa
“evolución” para el Espíritu? ¿No
dijo San Pablo que teníamos un cuerpo espiritual y otro material? y ¿No
está escrito que la carne no
heredará el reino de los cielos? Entonces ¿Por qué no admitir que el
verdadero Ser humano es un
Espíritu, que por medio de la reencarnación y de la Ley de Causa y Efecto
está evolucionando
progresivamente? Si una persona hace mal en una vida, las Leyes le
llevaran a unas circunstancias en
las que debe recibir ese mal para que aprenda lo que es ése sufrimiento
que ha causado a otros, y
tome conciencia de que eso no se debe hacer; así, en la siguiente vida no
lo hará ¿No es mejor esta
explicación que las otras desde el punto de vista de lo que es justo?
Dios es Amor, y Él tiene unas Leyes Divinas que dan a cada uno, de
manera impersonal y
amorosa, lo que necesita para que evolucione cuanto antes, pero siempre
con la mayor justicia y sin
odios ni rencores. Ellas nos enseñan el camino más corto para llegar a la
meta. Algunos de los
motivos de la reencarnación son los siguientes:
1º. Adquirir experiencias
2º. Desarrollar la voluntad
3º. Espiritualizar el carácter
4º. Desarrollar la mente
Esto no se consigue si no experimentamos en el mundo físico y tomamos
conciencia de él
pero, además, tampoco lo perfeccionaremos si no es a través del
Renacimiento y la Ley de
Consecuencia que hace que cosechemos lo que hemos sembrado.
Después de ver las tres teorías veamos qué es y qué ocurre en el
purgatorio. Nada más
morir el cuerpo físico, el Ego comienza a grabar en los átomos-simiente
de sus cuerpos invisibles y
durante un plazo máximo de tres días y medio, toda su vida pasada. (Esta
grabación es la que han
visto estas personas que supuestamente han muerto y después han vuelto a
la vida) Una vez grabada
la película dejan totalmente el cuerpo físico, al cual estaban unidos por
un cordón plateado y pasan
al purgatorio, esto es, a las regiones más bajas del Mundo del deseo.
Lo mismo que nuestro mundo está compuesto de siete grados de densidad de
materia -
sólido, líquido, gaseoso y cuatro éteres superiores que no vemos- así el
Mundo del Deseo también
está compuesto de siete grados de materia, y el purgatorio está en las
regiones inferiores, siendo la
primera la que contiene más maldad. Quiero decir con esto que las
personas que hacen mucho mal
van a esa primera región, las de término medio van a la segunda y las que
han hecho poco mal van a
la tercera.
Pero, ¿Qué ocurre ahí? Como ya hemos demostrado, cuando hacemos
mal, creamos en
nuestros cuerpos unas vibraciones que se relacionan con ése hecho y esto
se grava en el átomo-
simiente del cual sacamos nuestro provecho de la vida. Cuando llegamos a
esa primera región,
nuestras vibraciones de maldad se identifican con las que hay allí y, por
lo tanto, nos atamos a ella
por medio de la maldad que hemos hecho en la Tierra. De ahí no nos
podemos elevar a las regiones
superiores ni al cielo, hasta que no hayamos aprendido por medio del
sufrimiento, que no debemos
hacer ese mal. Si nosotros causamos un gran dolor a una persona vamos a
sentir ese dolor “en
nuestro propio cuerpo” para que tomemos conciencia del sufrimiento que
causamos en su momento
y para que en la próxima vida, esa conciencia nos advierta cuando lo
intentemos hacer otra vez.
Cuando purgamos así todo ese mal, pasamos a otra región superior, pero
hasta que no suframos
todo el mal que hemos hecho, no podemos elevarnos a las regiones
superiores que son conocidas
como “cielos”. Esto significa que la persona que ha sido muy mala sufrirá
intensamente y por mucho
tiempo en “SU PROPIO INFIERNO,” el infierno y el purgatorio no existen,
sino que cada uno se
los crea según las actuaciones que tenga en la vida física.
Después de pasar por el purgatorio pasamos al cielo y allí
recibimos todo el bien que hemos
hecho y que nos han hecho. El resultado de este proceso es que obtenemos
una gran conciencia de
lo que es correcto y lo que no. Este resultado lo unimos a la conciencia
de las otras vidas, y así, vida
tras vida, aumentamos la “CONCIENCIA” que es la voz que nos está
aconsejando y advirtiendo
constantemente de lo que es correcto, y de los peligros que nos rodean y
nos pueden hacer caer en
algo que ya hicimos antes.
Pongamos un ejemplo: Una persona casada cae en la droga, como
resultado de esto causará
sufrimiento, dolor y entorpecerá el destino de su esposa e hijos. Cuando
ésta persona muera en su
momento -si no acorta su vida él mismo- irá con su cuerpo de deseos al
purgatorio y, como el deseo
de la droga aún le sigue dominando, sufrirá mucho por no poder tomarla
-de aquí que el hombre no
deba caer en vicios que le dominen y si cae, intente salir de él cuanto
antes-, ¿Hasta cuándo sufrirá?
Hasta que venza el deseo y ya no quiera droga porque se dé cuenta de que
no sirve para nada.
Pero, además, tiene que sentir el sufrimiento que causó a su familia y,
por lo tanto, tiene que estar
más tiempo en la región que corresponda hasta que, ese dolor que hizo le
llegue a lo más profundo
de su ser y haga que se arrepienta de todo corazón.
Alguien se preguntará ¿Y por qué sufrimos también aquí en la
tierra? Continuando con el
mismo ejemplo, cuando el Ego asciende a las regiones superiores y se
queda sin vehículos,
comprende mejor el sentido del renacimiento porque tiene otra conciencia
más elevada. Ahí se
compromete a saldar las deudas pendientes que tiene con determinadas
personas y, de esta forma,
se pondrá en contacto con ellas, bien como amigo o bien como familiar.
Así tendrá la oportunidad
de devolver en sentido material -trabajo, donativos, herencias, etc.- las
pérdidas que les ocasionó en
su anterior vida.
Con este ejemplo vemos como actúan las Leyes de Renacimiento y
Consecuencia,
renacemos para convivir con las personas que tenemos deudas o que ellos
tienen con nosotros;
trabajamos en determinados sitios y tenemos determinada posición porque
lo merecemos; nos
casamos con quien tenemos un gran compromiso adquirido de otra vida; nos
surgen los obstáculos
que nos deben surgir a raíz de los problemas y el mal que hicimos;
padecemos de determinadas
enfermedades porque no tratamos bien nuestros cuerpos físicos y no
supimos utilizar bien nuestras
mentes, etc.
Estas Leyes hacen que corrijamos los defectos y mantengamos el
equilibrio; que el hombre
purgue y tome conciencia del mal que nos traen los deseos inferiores que
obstaculizan nuestro
progreso; que borremos los malos hábitos y nos fortalezcamos ya que el
sentimiento subsiste para
otra vida; que aborrezcamos los malos hábitos haciendo imposible su
gratificación; que aprendamos
a obrar desde el punto de vista espiritual; que nos inclinemos hacia el
desarrollo de las virtudes y
dominemos los vicios; y que en la próxima vida renazcamos libres de malos
hábitos.
Cuando volvemos para renacer, obtenemos materia más pura y elevada para
formar
nuestros futuros cuerpos, porque la hemos purificado por medio del
sufrimiento en el purgatorio, así
traemos nuevas y mejores tendencias para llevar a cabo en bien de nuestro
desarrollo; la conciencia
también es más elevada, y su voz más fuerte para que la podamos escuchar
mejor.
Más de una persona se preguntará ¿Por qué debemos renacer?, Veamos
algunas respuestas:
1º. Porque el propósito de la vida no es la felicidad, sino la
experiencia.
2º. Porque evolucionamos por medio de las tristezas y el dolor que
nosotros nos creamos y
que son nuestros maestros.
3º. Porque por medio del conocimiento de las causas que producen los
actos y por medio
de la voluntad, adquirimos experiencia, la cual es imprescindible para
evolucionar.
4º. Porque no podemos estar siempre en los mundos invisibles, ya que
entonces no
aprenderíamos -esto sería como enviar a un niño un día a la guardería y
al día siguiente a la
universidad-
5º. Porque lo mismo que descansamos por la noche para continuar la vida y
el trabajo al día
siguiente, así descansamos y nos preparamos en el cielo para una nueva
vida y aprendizaje que
harán elevarnos. -esto es como el niño que va al colegio y un día aprende
unas cosas, descansa por
la noche, y al día siguiente vuelve para continuar su aprendizaje-
6º. Porque si no volviéramos a la tierra ¿Qué utilidad tendría la vida?
¿Por qué una vida de
felicidad en un cielo eterno debería ser la recompensa de una buena vida?
¿Qué beneficio podría
producir una buena vida en un cielo donde todo el mundo es ya feliz?
7º. Porque los cuerpos se van haciendo rígidos y si no fuera por la
reencarnación nos
cristalizaríamos en la misma vida.
8º. Porque no se construye una escuela tan maravillosa como es el
Universo para ir sólo un
día a clase.
9º. Porque la expresión se adquiere en el duro camino de la experiencia
personal y la
observación de los actos ajenos razonados y guiados por la luz de nuestra
experiencia.
10º. Porque la elección es nuestra, pero mientras tengamos cosas que
aprender y deudas
que saldar, tenemos que volver una y otra vez.

Si alguien se pregunta, (puesto que este libro es esencialmente


práctico) cómo podemos
aprovechar este conocimiento sobre el purgatorio, veremos dos respuestas:
1ª. Este conocimiento nos advierte del mal que estamos haciendo en esta
vida y que, por lo
tanto, tendremos que sufrir en el purgatorio, si lo captamos como debe de
ser, procuraremos ser
más conscientes en lo que decimos, pensamos y hacemos
2ª. Este conocimiento nos ayudará a comprender y sacar más provecho del
ejercicio de la
“Retrospección” que mencionaré más adelante. Ahora y con más razón de las
que ya he dado,
podemos decir que lo que el hombre es y tiene es el fruto de sus propias
acciones y que, lo que
podemos conseguir y desarrollar, lo tenemos en nosotros mismos.
Nosotros, como Egos, somos quienes pensamos, nos dejamos llevar por los
deseos y
hacemos lo que queremos para bien o para mal; el resto lo hacen las Leyes
para enseñarnos el
mejor camino y hacernos ver nuestros errores.
“No busques un camino fácil,
busca una cuesta empinada”

CAPÍTULO IX

INTRODUCCIÓN A LOS EJERCICIOS PARA


EL DESARROLLO INTERNO

Hace millones de años, cuando la humanidad aún no había


desarrollado la inteligencia actual,
estábamos con la conciencia más centrada en los mundos superiores que en
el mundo físico -lo
mismo que los niños al nacer y durante un tiempo después-, pero como
debíamos conquistar el
mundo material, fuimos perdiendo ese estado de conciencia para enfocar
nuestra mente totalmente
en lo físico y así ser conscientes de nuestras experiencias y para poder
evolucionar.
En aquél entonces el Ser humano tenía en actividad dos órganos que
hoy están
aparentemente dormidos, la glándula pineal y el cuerpo pituitario, según
dejamos de ser conscientes
de los otros mundos se atrofiaron, y hoy se piensa que no sirven para
nada. Entonces, estos órganos
estaban relacionados con el sistema nervioso simpático -involuntario- y
éste se relacionaba con el
cuerpo de deseos haciendo que los vórtices o chacras giraran en sentido
contrario a las agujas de un
reloj, dando como resultado una clarividencia involuntaria, o sea, no
veíamos cuando, ni lo que
queríamos.
Esto es lo que les pasa hoy a las personas que se ponen a hacer ciertos
ejercicios sin
control, sus vórtices giran en sentido contrario al que deberían girar y
por eso, algunas veces, ven
imágenes del mundo astral, que no pueden controlar y que pueden llegar
incluso a atormentarles.
Los métodos dados por las Escuelas Iniciáticas o de Misterios Menores
-como la
Fraternidad Rosacruz- son métodos generales para el desarrollo interno de
cada persona y, por lo
tanto, tienen una cosa en común con los que dan los Maestros de éstas
Escuelas. No hay ningún
peligro de caer en la mediumnidad, en la obsesión, ni en cosas similares,
sin embargo, cuando el
aspirante ha evolucionado hasta cierto grado, es el Maestro quién le dará
los ejercicios que necesite
según lo que Él vea en cada aspirante.
Hay muchas personas que no saben esto y se arriesgan a hacer ejercicios
que,
ignorantemente, recomiendan algunas personas. La mediumnidad y la
clarividencia involuntaria se
desarrollan fácilmente, pero es necesario tener muy en cuenta que lo
mismo que el niño debe nacer a
los nueve meses para tener la garantía de que su cuerpo está bien
formado, así, la clarividencia
voluntaria y verdadera, nace cuando el hombre se ha esforzado por ser
cada día más espiritual y por
practicar algunos ejercicios como los que doy a continuación, esta es la
única manera de tener la
seguridad de que no correremos ningún riesgo. A la naturaleza y a las
Leyes Divinas no se les puede
burlar; el que busca encuentra, pero dependiendo de los métodos e
intenciones, así encontrará lo
que merece.
Algunas de las personas que hoy dicen ser clarividentes -menos de los que
lo aseguran-
suelen serlo pero involuntarios, o sea, han conseguido hacer que los
vórtices giren en sentido
contrario a las agujas del reloj como lo hacíamos hace millones de años,
y ante esto tienen dos
posibilidades: 1ª Dejar de hacer estos ejercicios para hacer otros
positivos. 2ª Si continúan en esa
línea, llegar a un límite del que quizás no puedan salir y por lo tanto,
tengan que sufrir mucho en el
purgatorio después de la muerte -sobre todo si son obsesionados.
El hombre actual está empezando a desarrollar la clarividencia voluntaria
por medio de su
desarrollo espiritual que le lleva a “encontrar” la escuela o enseñanza
que necesita. Estas escuelas o
enseñanzas -de verdaderos ocultistas- son muy útiles para:

1º. Poner en correcto movimiento los vórtices del cuerpo de deseos


2º. Para desarrollar y poner en actividad la glándula pineal y el cuerpo
pituitario, y así
desarrollar la clarividencia voluntaria que es la que nos permite ver lo
que queremos y cuando
queremos.

He dicho que no son tantos los clarividentes que hoy dicen serlo,
pero además de eso, los
clarividentes voluntarios son menos aún y, normalmente, no dicen que lo
sean. Utilizan la
clarividencia para hacer el bien sin pedir o esperar nada a cambio,
porque saben que es un poder
divino con el cual no se debe comerciar bajo ningún pretexto. ¿Qué
ocurriría si éste poder estuviera
en manos de cualquier persona en la cual sus sentimientos son aún
egoístas o interesados? La
naturaleza concede éste poder a las personas que se han esforzado por
entregarse a la humanidad,
cuando una persona recibe éste poder está preparado para no comerciar con
él y para utilizarlo de
una manera muy responsable.
Los ejercicios de este libro no tienen ningún peligro y nos llevan
a trabajar con el sistema
nervioso voluntario -el cual nos trae la clarividencia voluntaria-, estos
son algunos de los que he
practicado o practico y creo que pueden ser muy útiles para el desarrollo
interno. A la larga hacen
que los vórtices giren en sentido de las agujas del reloj, para que así
podamos investigar en los
mundos superiores y ayudar a la humanidad.
En alguno de los capítulos se menciona que no es conveniente
concentrarse en la parte
inferior del cuerpo, y más concretamente en la zona de los órganos
sexuales, esto tiene su
explicación. Hay una energía “creadora” que el hombre utiliza con su
pensamiento, palabra y obra,
pero además, esa energía es la que utilizamos para procrear. Desde la
época Atlante en que la
humanidad estaba totalmente dominada por su egoísmo y sus pasiones, hasta
nuestros días, que
gracias al desarrollo de la mente estamos dominando la pasión y la
sensualidad “animal”, esta energía
ha sido utilizada para nuestro propio desarrollo y para satisfacer
nuestros deseos sexuales. En estos
momentos y gracias al razonamiento y al saber utilizar la mente para
cosas abstractas, místicas,
esotéricas, etc., el Ser humano empieza a dejar de concentrar su mente en
esas regiones inferiores
del cuerpo, y a elevarla hacia la cabeza y el corazón.
Aquí es donde entra en juego el desarrollo esotérico, es decir, los
ejercicios de este libro y
todo el conocimiento expuesto, tratan de mantener la conciencia en el
corazón y en la mente para
hacer que esa energía, (normalmente llamada de kundalini), se eleve a
estas dos partes, y así unir el
cuerpo pituitario con la glándula pineal para que se desarrolle la
clarividencia voluntaria.
Sabiendo esto es conveniente que dejemos, en lo posible, el abuso y
derroche de la energía
sexual, porque esa energía es la que necesitamos para nuestro propio
desarrollo. Es cierto que no
todo el mundo está preparado para ello, pero según evoluciona el Ser
humano tendrá que dominar
ese vicio, como el alcohólico debe dominar el alcohol. Esto no es fácil
hasta controlar la mente. Si
llegamos a dominar y enfocar la mente en otras cosas más elevadas, no la
dejaremos tiempo o no la
utilizaremos en pensar en el sexo. El mejor medio es olvidarse de esa
práctica, no pensar en ella en
ningún sentido hasta que de una manera progresiva, lenta y sin tampoco
retener el deseo por la
fuerza, la controlemos.
La repetición de oraciones, el pensar en algo abstracto o intentar crear
mentalmente algo
original -una oración, poesía, etc.- también hace que esa energía no
estimule los órganos sexuales.
Cuando esta energía comienza a ascender de manera natural hacia el
corazón, como en el caso del
místico, o hacia la mente como en caso del intelectual o hacia ambas
partes, como en el caso del
ocultista, el hombre empieza a vivir la vida interna. Recomiendo leer el
capítulo XVII del Concepto
Rosacruz del Cosmos.
“La retrospección es uno de los métodos
más elevados para evitar el purgatorio”

CAPÍTULO X

LA RETROSPECCIÓN

Retrospección significa “mirar hacia atrás” o a la “inversa”. La


retrospección es uno de los
dos ejercicios que recomienda Max Heindel en el “Cristianismo Rosacruz”.
Fue dado por los
Hermanos Mayores de la Orden Rosacruz, como uno de los mejores métodos
para el desarrollo de
la visión o percepción espiritual. La retrospección causa en la persona
un sentimiento de “Verdad”
que está más allá de la razón, a la vez, también desarrolla la devoción
que es otro de los ejercicios
que el aspirante espiritual debe practicar.
Como ya hemos visto, el cuerpo de deseos tiene unos centros o
chacras, que bien se pueden
llamar los “sentidos” para percibir conscientemente el mundo de deseos.
Estos centros pueden ser
despertados pero, dependiendo del método que se utilice así será el
resultado. Cuando un aspirante
consigue despertar y poner en movimiento estos centros por los métodos
apropiados, además de
por su propio desarrollo espiritual, lo hace de tal manera que esos
vórtices giran en el sentido de las
agujas del reloj, consiguiendo así ver los mundos invisibles cuando y
como quiera.
Sin embargo, cuando estos centros se despiertan con drogas, respiraciones
rítmicas,
mirando a espejos o cristales, o cualquier otra cosa similar que hoy
-ignorantemente- recomiendan
algunas personas, los centros giran en sentido contrario a las agujas del
reloj y el efecto es que hay
peligro de terminar en un centro psiquiátrico o incluso en otro sitio
peor. En este último caso, el
clarividente ve las imágenes como si fuera en un espejo, o sea, que
aunque se vean, no están ahí e
incluso se ven al contrario y son difíciles de interpretar, porque son
más bien un reflejo.
Ya se ha mencionado que el Ser humano que desea alcanzar la
clarividencia, puede practicar
algunos ejercicios que le serán muy útiles, estos pueden ser: La
concentración, la retrospección, la
observación, la adoración, la devoción y la meditación. Todos ellos
contribuyen al desarrollo interno,
y aunque nos pasemos toda la vida haciéndolos sin desarrollar la
clarividencia, podemos tener la
seguridad de que hemos hecho un gran trabajo para la próxima vida y un
aumento del poder anímico
en ésta. Cuando a través de estos ejercicios alcanzamos la meta para el
desarrollo de esos poderes,
nuestra Luz es tan brillante que atraerá la atención del Maestro y, a
partir de ahí, es cuando
comenzamos a ser instruidos por Él, dándonos a cada uno los ejercicios
particulares y adecuados
que necesitamos según nuestro propio desarrollo. Todas las persona
tenemos una nota-clave y para
que esa nota-clave vibre, debemos hacer lo que el Maestro diga, porque Él
ve internamente lo que
más necesitamos y lo que menos peligro tiene para nosotros.
Naturalmente que cuando hablo de Maestros no me estoy refiriendo a
cualquier persona que
se haga llamar así, bien porque sea oriental, o bien porque sea un
profesor de un centro o escuela
donde se imparten cursos y conferencias. Los Maestros a los que me
refiero no se dan a conocer
como tal nada más que en los planos internos y pasan desapercibidos por
la Tierra -cuando tienen
cuerpo físico-. Cuando se aparecen no cabe la menor duda de que son ellos
por la manera en que
se comunican con el aspirante, son Seres de muy elevada espiritualidad
que hacen todo con Amor,
humildad y sencillez, porque intentan imitar a Cristo en todos los
sentidos. Por lo tanto, todo lo que
hacen con sus discípulos queda en los planos internos y no se exterioriza
físicamente como
ceremonia ni prácticas de ninguna clase.
Es un vulgar pretexto el que ponen algunas personas para ganar
dinero, diciendo que es
para pagar los gastos -y luego ganan tres veces más- o bien dicen que es
para los desplazamientos y
comida. Un verdadero Maestro no actúa así, ellos no comercializan sus
enseñanzas sino que lo
hacen como servicio altruista y amoroso, por eso es bueno guiarse por la
frase “Por sus hechos les
conoceréis”. Los Maestros están a la expectativa para contactar con quien
está preparado, pero
mientras el aspirante no prepare ese momento por medio de estos
ejercicios y conocimientos, no
podrá enseñarle ni ayudarle a desarrollar la clarividencia.
El aspirante debe trabajar duro y con persistencia -cosa que hoy cuesta
mucho- para
espiritualizar los dos éteres superiores del cuerpo vital y así
desconectarlos de los otros dos. Aquí
entra y tienen un papel muy importante los ejercicios de Concentración y
Retrospección dado por
los Hermanos Mayores de la Fraternidad Rosacruz. Una vez que se consigue
esto y con la ayuda de
la observación y el discernimiento, es cuando estamos preparados para
recibir las instrucciones
oportunas de un Maestro, y así despertar esa percepción espiritual.
Así es, al fin y al cabo, como ponemos en correcto funcionamiento
esos “chacras astrales”,
pero veamos qué papel tiene aquí la retrospección, ya que por el día esos
centros están como
adormecidos y solamente se ponen en movimiento normal cuando dormimos y
salimos del cuerpo
físico para restaurar los vehículos inferiores. Este método hace que esos
centros se pongan en
movimiento estando despiertos, para que así, y unido a la concentración,
encontremos el equilibrio y
seamos conscientes en el Mundo del Deseo.
Para hacer el ejercicio de la retrospección es muy importante estar
relajado, por lo tanto es
conveniente aprender a relajarse o, al menos, hacer algún otro ejercicio
de imaginación o
visualización que nos compenetre de armonía y nos equilibre una vez en la
cama y un momento antes
de la retrospección.
Esto podría ser algo así: Hay que relajarse todo lo que se pueda, después
imaginar o
visualizar el cuerpo vital un poco más grande que el cuerpo físico, lleno
de puntitos brillantes de un
color rosado y en los bordes de azul y oro. A continuación, imaginad al
cuerpo de deseos que se
expande algo más, cuyos colores preciosos y fuera de lo común, están en
constante movimiento. Por
último, intentad sentir y visualizar el cuerpo mental en la parte
superior del cuerpo físico, vibrando
con un determinado sonido y relacionándose con los demás vehículos.
Vosotros como Egos, estáis
por encima de todos los cuerpos y los manejáis perfectamente haciendo que
haya armonía y
equilibrio. Por eso hay que relajar los vehículos, y sobre todo el cuerpo
de deseos, para conseguir
que los músculos se suelten y que la sangre circule con toda libertad y
sin obstáculos. En estos
momentos es cuando estaréis listos para hacer la retrospección.
El ejercicio de la retrospección trata de revisar los hechos del
día en sentido inverso -desde
que nos acostamos hasta el momento de levantarnos- para revisar nuestras
acciones y pensamientos
del día. Por un lado, debemos censurarnos y por otro felicitarnos,
dependiendo de lo que hallamos
hecho, pero sobre todo hay que poner un verdadero y profundo sentimiento
de arrepentimiento o
contrición.
Las imágenes deben de ser claras, porque esto también ayuda a practicar
el discernimiento y
la imaginación, la concentración es muy importante para estudiar una
determinada actitud, pero
también lo es la observación de las imágenes. Todo esto tiene como base
los hechos del día que
acaba de terminar y, por eso, es muy importante también la práctica
continua de la observación. Si
observamos con atención durante el día, a la hora de la retrospección
recordaremos mejor todas los
hechos y actitudes y, además, las imágenes estarán de acuerdo y en
armonía con las del
subconsciente mientras transcurre el ejercicio.
Como ya hemos visto en un anterior capítulo, después de la muerte
vamos al purgatorio y a
continuación al cielo, para recoger y grabar en la conciencia el fruto de
nuestras acciones,
pensamientos y palabras de la anterior vida -excepto cuando hay un
arrepentimiento de corazón y un
perdón de los pecados- El fruto del purgatorio viene dado por el hecho de
sufrir “nosotros mismos”
el dolor que causamos a otros y, cuando el sufrimiento nos hace
conscientes del mal y nos
arrepentimos, se borra el “pecado” y sólo nos queda el recuerdo grabado
en el átomo-simiente. Así
en la próxima vida nos hablará como conciencia, para advertirnos de que
no volvamos a caer otra
vez en lo mismo.
El ejercicio de la retrospección nos lleva a vivir el purgatorio y
el cielo en la misma vida
física, o sea, a sufrir cada día a la hora de acostarnos, el mal que
hemos hecho a otros y sentir toda
la felicidad de ese mismo día. De esta manera se vive la experiencia
purgatorial y celeste en la misma
vida y así ahorramos tiempo después de la muerte para poder utilizarlo en
otras actividades para
nuestro propio progreso y el de la humanidad. Las acciones y emociones
que más hay que examinar
son:

1º. Las que impliquen emociones fuertes como: venganza, temor, cólera,
odio, etc.
2º. Las acciones mediante las cuales intentamos escapar de la realidad y
la responsabilidad, o evadir
la experiencia.
3º. Cuando juzgamos a alguien o cuando manifestamos atracción o repulsión
por cualquiera.
4º. Nuestra actitud hacia el trabajo y otros deberes, como padre, marido,
etc.
5º. Si las palabras que hablamos fueron dichas con verdad o falsamente,
si con amor u odio, si
fueron necesarias o no, si pudimos ofender o crear burla, si exageramos o
reprimimos,
preguntémonos ¿Hablamos y actuamos en verdad y justamente?
6º. Cómo actuamos respecto al sexo opuesto, ¿Hubo deseo pasional o
sensual? ¿Cómo miramos al
sexo opuesto y qué pensamos?
7º. ¿Cumplimos nuestros deberes o protestamos y lo hacemos de mal humor?
¿Lo hacemos con
egoísmo o indiferencia?
8º. ¿Hemos sido bondadosos, comprensivos y tolerantes con los demás?
9º. ¿Comemos para vivir o vivimos para comer y envenenar nuestro cuerpo
con cosas nada puras ni
saludables?
10º. Observar la actitud moral en cada escena que visualizamos.

Estas son algunas de las cosas que debemos mirar, por supuesto que
hay muchas más, pero
resumiendo los beneficios de la retrospección, diré que son:

1º. Relajación del cuerpo físico.


2º. Desarrollo de un fervor devocional y un reconocimiento intuitivo de
la verdad.
3º. Conocimiento de cómo actúa la Ley de Causa y Efecto.
4º. Restauración diaria de la armonía en los diferentes cuerpos con más
rapidez de lo normal.
5º. Acortamiento del tiempo que se pasa en el purgatorio y en el cielo.
6º. Progreso en el desarrollo del carácter.
7º. Control mental, lo cual tiene que ser resultado de un esfuerzo
disciplinado de trazar los sucesos
del día de una manera amorosa y altruista.

Si alguien se pregunta el porqué del sentido inverso de la


retrospección, diré que la
explicación está basada en que desde que hacemos la primera inspiración
de aire en el momento de
nacer, hasta que hacemos la última a la hora de la muerte, estamos
grabando las imágenes del
mundo físico que nos rodea por medio del aire que respiramos y a través
de la sangre que llega al
corazón, así quedan impresas en el átomo-simiente que está ubicado en el
ventrículo izquierdo. Por
eso, cuando vemos la película de nuestra vida después de la muerte, vemos
primero los efectos y
después las causas que hicimos para que ese sufrimiento o felicidad se
manifestara. Por eso mismo,
debemos ver primero los hechos de la noche para terminar con las de la
mañana, de esta forma
podremos comprobar muchas veces como una simple palabra puede causar un
efecto muy negativo.
El hecho más importante de la retrospección está en que se debe
juzgar la persona misma de
una manera imparcial e impersonal como lo hace la Ley de Causa y Efecto,
debemos ponernos en
su puesto, pero ¡Cuidado! un sólo y simple repaso maquinal no nos
beneficia en nada, es el
sentimiento o “remordimiento”, de sincero arrepentimiento por lo
cometido, lo que erradica las
imágenes del átomo-simiente y lo deja inmaculado. De esta manera, cuando
llegamos después de la
muerte al purgatorio, no tendremos materia de deseos -pecados- de las
regiones inferiores del
Mundo del Deseo y, por lo tanto, no nos tendremos que quedar allí.
El valor de la retrospección es enorme, es mucho más beneficioso
que cualquier otro
ejercicio porque, no solamente nos evita estar muchos años en el mundo
del deseo, sino que una vez
que hacemos el trabajo de restauración y equilibrio de los cuerpos
invisibles, podemos dedicarnos a
hacer otras cosas. Con este trabajo incorporamos cada noche un
sentimiento de rectitud en el
Espíritu, para así aumentar nuestra conciencia y dirigirnos hacia una
manera de pensar y actuar por
encima de la humanidad común.
Alguien dirá “Si yo hago algo malo y me arrepiento en el momento
también sirve”, ¿no? No
es lo mismo, normalmente no tenemos el suficiente tiempo cuando estas
cosas ocurren como para
crear un verdadero sentimiento de arrepentimiento de corazón y, por lo
tanto, los beneficios no son
los mismos que cuando los examinamos con tranquilidad por la noche.
Además, tampoco es bueno
estar todo el día pendiente y dando vueltas a nuestros errores para
criticarnos, porque así lo único
que hacemos es impedir el normal desarrollo de la vida y de las
experiencias, y evitar muchas veces
que se cumplan las esperanzas. Por el contrario, el control de los
pensamientos, palabras, acciones y
sentimientos, sí deben estar presente para dominar la naturaleza
inferior.
Así podemos ver como eludimos el purgatorio, producimos crecimiento
anímico y nos
creamos una nueva forma de pensar y actuar que nos beneficia mucho en
nuestra vida cotidiana.
También es importante la retrospección porque expulsamos los sucesos y
recuerdos desagradables
de nuestra memoria subconsciente y, así, al quedar borrados los errores,
nuestras auras empiezan a
brillar. Me estoy refiriendo más bien al “mal”, puesto que es más
importante, pero no hay que
olvidar que después del purgatorio vamos al cielo y, por medio de la
retrospección también
podemos evitar pasar tiempo en esos planos, para pasar cuanto antes a las
regiones superiores
donde nuestro desarrollo sigue de muy diferente manera. Por lo tanto, es
conveniente que veamos y
examinemos también todo lo bueno que hemos hecho y nos han hecho, para
así sentir la felicidad y
la dicha.
Hay que evaluar tanto las buenas como las malas acciones para reconocer
la intención que
había tras de ellas, alavándose una veces y causando remordimiento en
otras, debe haber un sentir
profundo y una nueva propuesta cada noche para no volver a caer en las
mismas cosas.
Naturalmente esto conduce a un gran cambio progresivo de
conciencia, así aprendemos a
ver y pensar con el corazón y a sentir con la mente, esto es “vivir en el
espíritu”, y quien vive en el
espíritu trasciende lo material y la carne. El resultado es una
transformación, una regeneración de
nuestras vidas para así dedicarnos, por norma, a la vida superior y no
materialista.
Dice el profeta Isaias. “Laváos, limpiáos, quitad la iniquidad de
vuestras obras delante de
mis ojos; dejad de hacer lo malo; aprended a hacer el bien.... Si
vuestros pecados fueren como la
grana, como la nieve serán blanqueados; si fueran rojos como el carmesí,
se volverán como la
blanca lana”.

“La concentración es imprescindible para conseguir


cualquier cosa en la vida”

CAPÍTULO XI

LA CONCENTRACIÓN

Concentración es “enfocar la mente en un sólo punto”, “dirigir los


pensamientos a un centro
para examinarlos en toda su pureza”. Es algo así como potenciar nuestra
voluntad para extraer todo
lo posible del objeto de concentración, es lo mismo que cuando
concentramos los rayos del sol con
una lupa. Cuando centramos así nuestra mente, aumentamos su poder de
concentración y, cuanto
más concentración, mayor poder para no permitir que la mente se desvíe
hacia otras cosas.
La verdadera concentración debe ser tal, que nos absorbamos en el
objeto o motivo, de tal
manera que no nos enteremos de cualquier ruido que haya a nuestro
alrededor. Esto se puede
empezar a practicar -aunque no es fácil- intentando leer un libro en un
lugar donde haya gente
hablando, hay que ser capaces de cerrar los sentidos a todas las
influencias externas, de tal manera
que no tengamos conciencia de nada más que de la lectura del libro.
La concentración llega a unir la naturaleza espiritual del hombre con la
del objeto o motivo
de concentración, porque la concentración -profundización- va eliminando
lo externo y superfluo,
para llegar a lo profundo y verdadero. Con este ejercicio, no solamente
obtenemos poder de
concentración, desarrollo de la voluntad, paciencia y persistencia, sino
que además es muy útil para
el desarrollo de la clarividencia. Con esta práctica “limitamos el campo
de atención”, para
concentrarnos y tener una visión o percepción más clara, y una conciencia
más real del objeto.
Podríamos decir también, que cuando el hombre trabaja internamente
con todos los medios
posibles -lo que intento hacer con este libro-, está trabajando de fuera
para adentro, está
penetrando en busca de su Espíritu, y cuando llegue a cierto punto, el
Espíritu se manifestará hacia el
exterior, mostrando entonces el aspirante un semblante relajado, sereno y
bondadoso.
La concentración hace que el hombre progrese de menos a más, por
ejemplo: De un amor
frío o indiferente a un amor simpatizante, de éste a un amor de pareja,
de éste otro a un amor
fraternal hacia una persona que apreciamos de corazón y, de éste último,
a amar a toda la
humanidad sin distinción de raza, credo, etc. Todo depende del propósito
de la concentración y de
la meditación (de la que hablaré en el próximo capítulo)
La concentración nos da la oportunidad de descubrir la parte infinita y
espiritual en lo finito y
material, es decir, si no nos dejamos llevar por emociones y sentimientos
negativos, por medio de la
concentración podemos ver lo más bello y espiritual de la persona que
queremos observar y, si una
vez hecho esto manifestamos Amor, estaremos ejercitándonos para amar a
toda la humanidad
puesto que todos somos hermanos.
La concentración es imprescindible para conseguir cualquier meta en
la vida, el éxito se
obtiene por medio de una concentración persistente, lo mismo que
obtenemos mayor grado de
comprensión de un libro cuando nos concentramos en su lectura. El dominio
de la mente, los deseos,
emociones y acciones por medio del propósito y de la concentración, puede
llevar a cualquier
persona a conseguir lo que desea; digo más, el progreso -las
invenciones- no llegaría a ser si no
fuera por la concentración de la mente sobre el motivo deseado para
extraer algo nuevo. Todos los
filósofos, Escuelas de ocultismo, Maestros espirituales y cualquier
escuela o persona que estudie la
evolución del hombre, han observado y pueden observar, lo beneficiosa que
es la concentración.
Todos la han utilizado y recomendado como la mejor manera para sacar más
provecho de su
estudio y para el desarrollo interno. ¿Qué es la oración o la repetición
de un mantra sino la
concentración de la mente sobre unas determinadas frases? Y sin embargo,
eso hace fluir del interior
de la persona un sentimiento inexplicable que llamamos “fraternidad,
amor, etc.”
La concentración en “Amor” nos puede hacer olvidar el “odio” hacia
otra persona, así, si
nos concentramos en pensamientos y sentimientos positivos, anularemos la
envidia, los celos, la
arrogancia, el miedo, etc. Si la persona practica con concentración los
ejercicios y conocimientos de
este libro, llegará a cambiar de carácter y de hábitos, luego entonces,
hasta en eso nos puede servir
la concentración. Dice Annie Besant, que el estudiante de ocultismo “Debe
empezar a practicar la
concentración cultivando un estado ecuánime y sereno en la mente, y que
su vida debe estar limpia y
sus pensamientos puros para concentrarse en asuntos elevados y cultivar
la constancia y la
devoción... Cuando ha obtenido cierto grado de dominio mental debe
practicar la concentración,
algunos minutos a diario, sobre algún motivo abstracto o elevado objeto
de devoción.. Se debe
dominar la mente hasta conseguir tal tranquilidad y fijeza que pueda
retirar su atención del mundo,
del cuerpo y de sus sensaciones, siempre y cuando quiera, para aplicarla
al punto más elevado que
se pueda alcanzar”. Por la concentración de la mente en temas abstractos,
podemos descubrir una
nueva vida superior a la que normalmente tenemos, y el que lo haga con
motivos de devoción,
descubrirá a Dios en todo y comprenderá que todo está en Dios.
Como todo en la vida, la concentración se debe de comenzar por
ejercicios sencillos sobre
las cosas que nos rodean, pero hay un aspecto que sí hay que tener en
cuenta siempre, y es que no
hay que ponerse tenso, sino que hay que relajar la mente todo lo que
podamos. “Poned el objeto o
la imagen delante de vuestra mente y concentraos de una manera tranquila,
como cuando estáis
viendo una película en el cine”; para ver los detalles no es necesario el
esfuerzo mental, también los
podemos ver con una mente relajada.
Al principio sólo es necesario practicar cinco minutos diarios, primero
observando el objeto
y luego concentrando la mente poco a poco para que sólo exista ese objeto
ante nosotros, el objeto
debe ser del mundo en el que está vuestra conciencia Esto se puede hacer
con los ojos cerrados o
abiertos, pero no es necesario fruncir el ceño ni poner en tensión los
músculos del cuerpo. La
concentración puede practicarse constantemente, pero debe hacerse sin
esfuerzo, de una manera
persistente y relajada, deshaciéndose a la vez de las agitaciones del
cuerpo de deseos. Con la
práctica, cada vez se necesitan menos minutos para extraer lo que
deseamos o quedar satisfechos
del ejercicio; sin embargo, cuanto más adelantamos más desearemos
practicar la concentración
sobre otros motivos diferentes.
Cuando la persona que practica la concentración tiene conocimientos
esotéricos y sabe
cómo el Ego domina la mente y sus vehículos, ya tiene mucho a su favor,
porque lo tendrá todo más
claro, más al alcance de su mano, y además desarrollará una gran
confianza propia. Esto es lo
mismo que cuando se nos avería un coche, si tenemos conocimientos
mecánicos, antes
averiguaremos cuál es la avería.
La confianza propia desarrolla o facilita la concentración así como
la observación facilita el
desarrollo de la memoria, pero también es cierto que el escepticismo y la
incertidumbre son
obstáculos que nos perjudican. La concentración se puede utilizar de dos
maneras en nuestra vida
cotidiana y en cualquier sitio:

1ª. Utilizando la mente para pensar en determinadas objetos relacionados


entre sí o que son
parte de un mismo aspecto, como por ejemplo, todos los conocimientos
esotéricos.
2ª. Concentrándonos en todo lo que hacemos continuamente. Esto es
polarizar la mente por
medio de la concentración, es iniciar una tendencia o un hábito que nos
puede ser muy útil en nuestra
vida cotidiana.

Pongamos un ejemplo: “Una persona quiere quitarse la costumbre de


pensar mal sobre
otra”, entonces, si cada vez que le viene a la cabeza se concentra
voluntariamente en esa persona y
lo hace en alguna de sus cualidades o virtudes, estará polarizando su
forma de pensar -su mente-
hacia esas cualidades y, a la vez, está abandonando la parte negativa.
Este ejercicio de
concentración, unido a un sentimiento de verdadera amistad, puede dar
como resultado una sincera
relación de los dos.
Cuando nos concentramos constantemente en lo que hacemos, estamos
desarrollando la
voluntad, pero también estamos polarizando las acciones, sentimientos y
pensamientos en una
determinada línea de actuación que se relaciona con nuestro propio
desarrollo. Por lo tanto, es
conveniente tener claro lo que queremos desarrollar o conseguir, para ir
polarizando nuestra mente
hacía ese campo. A la hora de escoger el motivo de concentración, es
preferible hacerlo sobre algo
positivo de una persona cualquiera o de nosotros mismos, esto es una
manera de no aumentar el
deseo por lo material. Si además, es un ser fuera de lo común -un ideal
elevado- aprovecharemos la
concentración para que nazcan sentimientos elevados sobre la humanidad;
es preferible esto que no
permitir a la mente deambular de un sitio para otro. Para que haya
triunfo externo tiene que haber
trabajo interno, el triunfo se obtiene dependiendo de lo que se busca y
de cómo se busca.
La concentración es la esencia y la base de todo conocimiento,
porque si no hay
concentración no hay toma de conciencia. El hombre pierde mucha energía
por medio de sus
creaciones mentales innecesarias y absurdas, sin embargo, si concentra su
mente en todo lo que
hace, ahorraría energía y sacaría más provecho de las experiencias. El
hombre concentrado comete
muchos menos errores que el que no lo es, porque es él mismo quien actúa,
y de la otra forma son
sus sentimientos y pensamientos los que obran libremente.
Dicen los yoguis de la India que el yoga sirve para unir al
hombre con Dios, bien, pues la
concentración sirve para eso. Es como utilizarla para ir perforando en lo
material hasta descubrir el
Espíritu, es controlar los sentidos y la mente, y enfocar la voluntad
hacia el Espíritu.
Hay varios aspectos a tener en cuenta a la hora de practicar la
concentrar:

1º. Controlar la mente para evitar la intromisión de lo externo y así no


perjudicarnos en
nuestra búsqueda.
2º. Absoluta sinceridad en pensamiento, palabra y obra.
3º. Alcanzar lo más profundo del motivo de concentración.
Si hemos trabajado con los ejercicios y el conocimiento dado, nos
habremos dado cuenta
que estamos cambiando interiormente, somos más sensibles a lo espiritual
y humano, y estamos
descubriendo un mundo nuevo. Al comenzar la práctica de la concentración,
nos daremos cuenta
que algo se revela y hace más difícil este ejercicio porque no admite la
disciplina mental, aún así,
seremos unas personas más relajadas y serenas, llenas de calma, bienestar
y seguridad interna.
Esto es sólo el principio, debemos practicar durante el día los
ejercicios que podamos,
porque todos ellos nos llevan a contactar con nuestro Espíritu o, al
menos, a ver la vida desde otro
punto de vista. No debe de cesar el anhelo, el esfuerzo ni el ardor, la
practica debe de ser constante;
la meditación, la observación, la contemplación, la adoración etc., son
pasos hacia la iluminación del
Ser, pero esto no se consigue si no hay voluntad y concentración.
Sabemos que los hábitos se adquieren por medio de la repetición, si
queremos crear hábitos
espirituales por medio de la concentración, debemos desarrollar la
persistencia y la paciencia para el
desarrollo de los mismos y para destruir los malos hábitos que ya tenemos
adquiridos. Es
conveniente elegir unas determinadas horas del día para hacer todos estos
ejercicios y así practicar,
siempre que podamos, la concentración. También es conveniente hacerlo
siempre en el mismo sitio,
-asiento, habitación, etc.- porque ese hábito nos facilitará mucho el
ejercicio, de hecho, el día que no
le hagamos, nos lo recordará el Ego y lo echaremos de menos.
Hay quien le gusta hacer estos ejercicios con algún motivo
alentador de tendencia espiritual
o mística, pero es aconsejable tener en cuenta lo siguiente:

1ª. No carguéis la habitación de cosas extrañas o raras, tenedla sencilla


y con cosas
naturales
2º. Si utilizáis incienso procurar utilizar el que utiliza la iglesia -es
una fórmula propia que
tienen desde hace siglos y tiene muy buen efecto- o, si utilizáis otros,
procurad que sea el de Benjuí
o Olívano. Estos inciensos armonizan y equilibran la atmósfera, crean un
ambiente espiritual y
devocional y atraen elementales que están en esa misma vibración
positiva, por lo tanto, no ocurre
como con los otros inciensos que atraen elementales que estimulan otros
deseos inferiores y poco
recomendables.
Los motivos para la concentración pueden ser muchos, algunas personas
elegirán frases
abstractas e incomprensibles, otros elegirán una simple palabra u oración
cuyo significado le haga
sentir algo bello y espiritual dentro de ellos mismos. Pero de un modo u
otro, al crear un sentimiento
o emoción fuerte y, por medio de la repetición, nos introduciremos en tal
y profundo estado de
concentración, que adquiriremos el poder de conectarnos o desconectarnos
cuando queramos. De
todas formas, es conveniente comenzar con ejercicios simples, como por
ejemplo, concentrarse en
una semilla para que por medio de la imaginación creativa, veamos cómo
de esa semilla se forma un
árbol que a su vez echa más semillas, etc.
Este ejercicio es el segundo más importante que enseña la Fraternidad
Rosacruz para que el
aspirante al Discipulado llegue a desarrollar la percepción espiritual o
clarividencia. Este ejercicio
lleva al aspirante a “obligar al cuerpo de deseos a realizar el mismo
trabajo dentro del cuerpo físico,
mientras éste está completamente despierto, positivo y consciente, como
cuando aquél está fuera
durante el sueño o en el estado post-morten”.
Como ya vimos cuando hablé de los chacras o vórtices, éstos
son una especie de sentidos
para el cuerpo de deseos, como lo son los del cuerpo físico para el mundo
físico, pues bien, la
concentración trata de ponerlos en movimiento de una manera consciente.
Esos chacras están en su
mayor movimiento después de la muerte y cuando dormimos, y por eso somos
conscientes en el
mundo de deseos, pero cuando volvemos a entrar en el cuerpo físico casi
se paralizan y, por lo
tanto, perdemos esa conciencia de ese mundo y adquirimos la de vigilia.
Así llegamos a la
conclusión, de que la clarividencia se adquiere por medio de “despertar
conscientemente” ese
movimiento, pero de tal manera que no haya ningún peligro para el cuerpo
físico.

MECÁNICA DEL EJERCICIO

Los Hermanos Mayores de la Fraternidad Rosacruz recomiendan hacer


éste ejercicio nada
más despertarse por la mañana, para ello, no es necesario hacer ninguna
cosa ni preparación de
ninguna clase, más bien al contrario. Si se puede, no hay que moverse
para nada, hay que
acomodarse y relajarse. El motivo de hacerlo así es porque el Ego acaba
de entrar en el cuerpo
físico -cuando nos despertamos- y se han ralentizado los chacras, sin
embargo, es el mejor momento
para hacer contacto consciente con el Mundo del Deseo.
El trabajo principal es relajar el cuerpo físico para que las conexiones
entre éste y el de
deseos estén bien sintonizadas y el cuerpo se sienta en el mismo estado
que se encontraba cuando
estaba dormido, pero con la diferencia, de que el Ego está dentro y está
despierto. Así es como
ponemos en funcionamiento esos vórtices del cuerpo astral.
La concentración debe ser total en este ejercicio, debemos estar
totalmente absortos en el
motivo de la concentración y cerrar nuestros sentidos a todo lo del
exterior, de esta forma
conectaremos con esos mundos invisibles hasta que llegue el momento en
que nos venga el aspecto
espiritual del motivo de concentración. De esta forma, los chacras van
haciéndose fuertes en el
cuerpo físico para que, poco a poco y con persistencia, se desarrolle la
total clarividencia.
Los motivos deben ser, siempre que se pueda, de naturaleza elevada,
abstracta y de tal
forma que haga a la persona salir de su mundo mental rutinario y le lleve
fuera del tiempo y el
espacio. Dice Max Heindel “No hay mejor fórmula que los cinco versículos
del Evangelio de San
Juan. Tomándolos como base, sentencia por sentencia y una mañana tras
otra, a su debido tiempo
darán al aspirante una percepción admirable del principio de nuestro
universo y del mérito de la
creación. Una percepción que está más allá de cuanto podemos aprender en
los libros”
“Después, -sigue aconsejando Max Heindel- de mantener la
concentración durante cinco
minutos, es conveniente que expulsemos la imagen o idea sobre la que
estamos concentrados, para
dejar la mente en blanco y relajarla, hasta ver si nos viene o penetra
algo y se muestra en ese vacío.
Así, cuando se desarrolla el poder de traer a la visión interna alguna
cosa, estaremos capacitados
para observar e investigar cualquier cosa de los mundos invisibles”.
Cuando conseguimos esto
nuestra aura brilla y atrae la atención de un Maestro, Éste será quien
nos enseñe a funcionar
conscientemente y a defendernos de los peligros del mundo del deseo.
Recordad que a mayor evolución mayor humildad y sencillez en la
forma de vida, se trata de
pasar desapercibido y no mostrar lo que somos o tenemos por encima de las
personas. Si alguna
vez conseguís esta clarividencia, no lo contéis -es fácil que la perdáis-
no la utilicéis para beneficio
propio ni para curiosear en la vida de los demás, solamente debe ser
usada para ayudar a la
humanidad y de una manera amorosa y desinteresa. Podréis investigar en
los mundos ocultos, pero
procurad que el conocimiento que saquéis sea para darlo como ayuda a las
personas que lo
necesiten o lo busquen. Si lo utilizáis para ver los cuerpos invisibles
de alguien, que sea para
advertirle de una enfermedad o para ayudarle de cualquier otra forma. El
aspirante debe mirar todo
cuanto le ocurre durante la concentración como una cosa sagrada y debe
guardarlo estrictamente
para sí mismo”.

“La meditación es un proceso ordenado por medio del cual


el hombre se puede unir a Dios”

CAPÍTULO XII

LA MEDITACIÓN

La meditación es un método práctico por medio del cual nos ponemos


en contacto con las
regiones superiores del Mundo del Pensamiento. Gracias a la meditación,
la personalidad se une a su
Yo Superior y éste, desde su propio mundo, influye en los vehículos
inferiores de diferentes formas.
Cuando conseguimos esto, podemos darnos cuenta que nuestra conciencia nos
habla de cosas
nuevas y nos manda “imágenes” que reflejan los arquetipos de ese mundo,
del cual no muchas
personas tienen contacto consciente.
La meditación eleva al hombre más allá del Mundo del Deseo, si en
este mundo practicamos
la adoración y la oración por medio de la meditación, nos elevamos a lo
abstracto a través del
conocimiento y la comprensión. El místico dice que medita en Dios, pero
su meditación está
centrada en el cuerpo de deseos de donde sale su devoción, fervor y
oración, Por el contrario, el
ocultista no se centra en su cuerpo de deseos ni en su corazón, sino que
por el conocimiento y la
imaginación medita en las regiones de la mente para superar su naturaleza
emocional.
El verdadero ocultista tiene que aprender a sentir y meditar de tal
manera que esté centrado
en el corazón y la mente, o sea, pensar con el corazón y sentir con la
mente. Es cierto que se alcanza
los mundos espirituales por dos caminos, uno es el camino de la fe -del
místico que no necesita
ninguna explicación razonada- y otro es el camino del intelecto, por
medio del cual buscamos lo
Divino y espiritual en todas las cosas de una forma razonada y
comprensiva.
Está escrito que “En Dios vivimos, nos movemos y tenemos nuestro
ser”, si nosotros somos
parte de Dios y estamos en Él, tiene que haber algún medio para contactar
con Él. Uno de ellos es la
meditación, porque gracias a ella llegamos a unirnos a nuestra alma
individual e inmortal y cuando
alcanzamos esto, comprobamos que ya no existe en nosotros el concepto de
un Dios externo. La
meditación hace que nuestras creencias sean comprobaciones y que las
teorías sean experiencias
probadas. Dice Alice Bailey en La Luz del Alma: “Por medio de la
meditación, desaparece
gradualmente lo que oscurece la Luz y, cuando la conciencia se refleja en
la instancia espiritual,
entonces se obtiene la percepción del “Yo”. Por lo tanto, podemos
asegurar que la meditación es un
proceso ordenado por medio del cual el hombre se puede unir a Dios, es
parte de los métodos
naturales que necesita el Ser humano para evolucionar y, a su vez, es el
medio de transformación y
reorientación de las fuerzas mental, emocional y física para revelar al
verdadero Yo.
La meditación hace que obtengamos conocimiento espiritual por medio
del conocimiento
común y del cuerpo mental, digamos que nuestra mente se expande por medio
del conocimiento y la
meditación hasta llegar a obtener Sabiduría. Este es el resultado de la
relación entre la personalidad
y el Alma, el Alma tiene directo control sobre el cerebro físico y así se
purifica el cuerpo de deseos y
termina por manifestar el amor divino en lo material. De esta manera, dos
diferentes vehículos se
unifican y forman un sólo cuerpo armónico cuya fuente de energía
espiritual es el Yo Superior.
Como consecuencia de todo esto, se desarrollan los poderes del Alma de
una manera natural, según
el dios interno domina y dirige sus vehículos.
Con la concentración enfocamos la conciencia sobre un objeto o tema
determinado para
aumentar el poder de visualizar correctamente, para practicar la
meditación tenemos que tener en
cuenta estos otros aspectos principales:

1º. Nosotros como pensadores voluntarios (Yo Superior)


2º. La mente como instrumento que necesitamos utilizar.
3º. Lo que vamos a meditar
4º. El impulso o energía que ponemos y que traerá un efecto.

Lo ideal es llevar una vida equilibrada, moral, emocional y mentalmente,


porque en la
meditación el instrumento físico que utilizamos es el cerebro, y éste es
la avenida del cuerpo de
deseos y del mental, por esto debemos observar y transformar los sentidos
inferiores para
equilibrarlos y ponerlos en sintonía con el Yo Superior. Así el
sentimiento personal debe ser
desechado para fortalecer y mantener la mente con una firme voluntad en
la Luz de la verdad que ya
comenzamos a percibir.
Para practicar la meditación es necesario tener un gran anhelo de
superación espiritual, pero
no es necesario pensar que para meditar se necesita algo especial, pues
no es así. Todos tenemos
muchos conocimientos y experiencias guardadas en el subconsciente y por
medio de la meditación
nos sorprenderemos por los descubrimientos que se pueden hacer, de las
facultades que se pueden
desarrollar y de la percepción que podemos adquirir; aunque, eso sí, debe
haber persistencia, sobre
todo al principio.
A la meditación se la llama “el camino soberano de la unión” o “ciencia
de la coordinación”,
porque con ella aprendemos a coordinar las diferentes naturalezas hasta
llegar a la “unificación” del
Yo Superior. Para llegar a esto, hay que tener presente que deberíamos
tener una vida consagrada a
estos ejercicios, de tal manera que el pensador o Yo Superior, organice
su vida desde el punto de
vista “práctico” de la concentración y la meditación y, sobre todo, para
no permitir a la mente
divagar, dejarse llevar por otros pensamientos ajenos, y menos aún por el
cuerpo de deseos.
El aspirante debe practicar la concentración y la meditación en todas sus
actividades diarias
hasta el punto de poder centrar o retirar su mente de forma voluntaria de
cualquier objeto que
desee. Por medio de la meditación, la mente está controlada por el Yo
Superior, no dando opción a
que la mente se ponga en contra de nuestra voluntad, se adquiere el poder
de pensar más
claramente, porque además de grabar las experiencias normales en el
cerebro y subconsciente,
grabamos lo que recibimos de los mundos elevados y nos hacemos
coordinadores. La parte
emocional y de deseos del hombre también queda controlada y no entorpece
el desarrollo interno,
además de adquirir intuición y capacidad para pensar.
Cuando aquietamos y controlamos los sentidos también se ponen en
actividad los centros de
la cabeza -cuerpo pituitario y la glándula pineal- y con el tiempo
establecemos un puente magnético
que nos puede traer la iluminación. Todo esto es fruto de tener dominada
la mente y de una vida
disciplinada en los ejercicios de concentración y meditación.
Hay muchas personas que son poco mentales y se cansan rápidamente
de hacer estos
ejercicios, así no conseguirán nada más que dejarse llevar por la
corriente de las circunstancias, sin
aprovechar apenas las experiencias. Para meditar a diario hay que fijarse
un determinado lugar y
horario, para empezar con sólo quince minutos es suficiente ¿Quién no
tiene esos pocos minutos
libres?
Estos ejercicios dan más resultado cuando lo hacemos por la mañana cuando
venimos del
Mundo del Deseo porque no estamos cansados por las actividades del día y
la mente es más
fácilmente manejable. Si comenzamos el día con un ejercicio espiritual o
devocional, tendremos sus
buenos efectos durante todo ese día y además estaremos formando un buen
hábito.
La imaginación y la visualización tienen un papel importante en la
meditación porque son las
causas subjetivas de muchos de nuestros efectos objetivos, esta práctica
nos lleva a acelerar la
manifestación del ideal que queremos formar. Cuando por la meditación
visualizamos determinada
forma espiritual, atraemos cierta vibración de materia mental que está de
acuerdo con el motivo de la
visualización, y así le damos vida en nosotros mismos.
Voy a dar a continuación un ejercicio dado por Alice Bailey que creo que
es muy interesante
y que, como dice ella, ha demostrado su efectividad con muchas personas.

1º. Hay que lograr la mayor comodidad física posible.


2º. Visualizar el triple yo inferior -físico, emocional y mental-
A: En contacto con el Yo Superior
B: Como canal de la energía del Yo Superior que por la mente
llega al cerebro
para controlar el cuerpo físico.
3º. Hay que concentrarse definida y voluntariamente para mantener la
mente fija en
ciertas palabras para aclarar su significado en la conciencia.
4º. Pronunciar con la atención enfocada las siguientes palabras: “Más
radiante que el Sol,
más puro que la nieve, más sutil que el éter, es el Yo, el Espíritu que
reside en mí; Yo soy Ese Yo.
Ese Yo soy Yo”
5º. Concentrarse sobre las palabras “Dios tú me ves” (No debe permitirse
a la mente
vacilar cuando se concentra en la significación)
6º. Se termina diciendo la afirmación final: “Hay una paz que a toda
comprensión trasciende;
reside en el corazón de quienes viven en lo Eterno. Hay un poder que
todas las cosas renueva; es el
que vive y se mueve en quienes saben que el Yo es uno.”

Aunque parece ser que es una meditación para principiantes, también


es cierto que debe dar
unos buenos resultados, pero hay que tener en cuenta dos cosas en
cualquier la meditación:

1ª. Que este proceso no debe ser un trabajo frío y rutinario


2ª. Que la mente debe estar “activa y ocupada con las ideas” y no en el
esfuerzo por estar
concentrado.

También hay que tener en cuenta que como la meditación está basada en un
objeto o
motivo, es conveniente definir alguna línea de actuación, esta puede ser:

1ª. Meditar sobre la naturaleza de la forma.


2º. Sobre la cualidad.
3º. Sobre el propósito
4º. Sobre la vida que anima esa determinada forma.
La meditación es un acto creativo de uno mismo, porque con la ayuda
de la concentración
hacemos que salga al exterior el Yo Superior. La persona que no tiene
concentración ni medita, tiene
poco dominio sobre sí mismo, y por lo tanto se deja llevar por las
circunstancias de la vida y por su
cuerpo de deseos. Quien tiene capacidad de concentración y quien medita,
comprende y lleva a la
práctica los más elevados conceptos de la vida, porque por medio de
meditar sobre ellos alcanza un
alto nivel de comprensión.
Hay que tener claro que la meditación no es atraer algo a nosotros, sino
elevarlo para
alcanzar el pensamiento y el sentimiento más claro sobre ese motivo desde
el punto de vista
espiritual. Es decir, que es más provechosa cuando la hacemos sobre los
asuntos de la vida, para así
corregir y enriquecernos con el fruto de la misma y añadir nuevas
propuestas más elevadas para el
futuro.
Meditar es “obstruir las actividades exteriores y mantener el pleno
fluir de la energía
consciente”. Para conseguir esto debemos dejar de enfocar nuestra
atención en el cuerpo físico, y
olvidar -durante la meditación- todos los problemas y cosas que nos
puedan entorpecer
emocionalmente. A la vez, debemos elevar la conciencia hacia lo sutil y
abstracto, para que las ideas
y sentimientos elevados ocupen nuestra mente siempre que podamos, de esta
forma podemos hacer
que:

1º. Podamos captar algo elevado de los mundos superiores.


2º. Que nos elevemos en alas de la aspiración, hasta llegar al reino de
lo Divino y desarrollar
el carácter en sentido positivo, y fijar en él las cualidades o virtudes
que deseamos.

Dice E. Wood en uno de sus libros prácticos que “Si una persona no
se quiere complicar en
la meditación, medite en su ser interior”. Este es un buen principio para
llegar a desarrollar esa frase
tan conocida en el mundo del ocultismo que dice: “Hombre conócete a ti
mismo”. Para conseguirlo,
debemos profundizar tanto en ese ser interior, que nos debemos olvidar
totalmente de nuestro
cuerpo físico y mejorar y transformar la forma de la mente. Primero hay
que dar la forma, y después
ocuparnos del crecimiento para así tener verdadero poder y libertad para
acabar con lo inferior y
poder desarrollar el amor.
Debemos ser francos con nosotros mismos y definir muy claramente
nuestros propósitos,
para así poder fijar los medios que necesitamos para alcanzar la meta
fijada. Si aún somos muy
materialistas e interesados, debemos trabajar sobre esa faceta y
reconocer que es así, para ir
directamente hacia ella y transmutarla. Recordar que la eficacia de la
meditación no se obtiene
cuando hay división de opiniones en nosotros mismos, ni conflictos con
los deseos, sino cuando
alcanzamos la paz interna.
Si queremos conocernos a nosotros mismos por medio de la
concentración, deberíamos
comenzar por meditar en nuestros propios cuerpos. Por ejemplo, podemos
meditar en esta frase:
“Yo no soy ello”, o sea, meditar por qué nosotros no somos el cuerpo
físico, el emocional y el
mental, con esto veremos que no somos nuestras emociones, pensamientos,
ni hábitos, sino que son
nuestros cuerpos y su manifestación. A continuación deberíamos meditar en
la frase: “Yo no soy tú”
viendo que la manifestación en sentimientos, deseos, costumbres, etc.,
forman lo que podría ser una
personalidad, y así entender que ese “yo” tampoco somos nosotros mismos,
porque nosotros les
podemos usar y cambiar como ocurre con los cuerpos. Por último, nosotros
como conciencia, nos
identificamos con el verdadero Yo, y es entonces cuando decimos: “Yo soy
Yo”, porque esa
conciencia somos nosotros mismos y no nos podemos cambiar, alterar ni
reducir. Para conseguirlo,
es imprescindible utilizar la voluntad para discernir y percibir la
naturaleza interior de las cosas, esta
práctica se debería fomentar a todas nuestras actividades diarias para
aumentar el poder de la
voluntad, del amor y del pensamiento.
Tanto para la concentración como para la meditación, es
imprescindible que tengamos la
mente bajo el control de nuestra voluntad, para que no se desboque y ande
de un lado para otro, si
la dejamos actuar a su antojo, poco provecho conseguiremos de ella. El
mundo ha llegado a ser lo
que es, gracias al dominio mental que algunas personas hicieron para así
conseguir cierto progreso
en los muchos aspectos de la vida, por lo tanto, bueno es que empecemos a
hacer que la mente se
vuelva hacia el interior y que no se pierda por el exterior.
Hay algunas cosas que el aspirante debe tener en cuenta en la
meditación. Como ya he
dicho, dependiendo de lo que meditemos así estimularemos el cuerpo de
deseos, por lo tanto hay
que tener mucho cuidado con lo que elegimos para meditar. No es
conveniente elegir cosas que nos
exciten, de alegría, llanto, tristeza, etc., la meditación debe ser
serena y relajada, y para ello hay que
saber con qué tipo de energía estamos trabajando. Otra cosa sería estar
atento a lo que meditamos,
imaginamos o visualizamos para no dejarnos llevar por esas imágenes y
para grabar correctamente
en el cerebro el resultado de la misma.
Mas adelante estudiaremos un ejercicio en el cual juega un papel muy
importante la
visualización, como ejemplo pondremos a Cristo, pero ahora veremos algo
al respecto. Cuando una
persona se pone a meditar sobre un personaje elevado, místico o cualquier
otro similar, debe tener
cuidado con lo que visualiza para no dejarse llevar por el personaje
mismo como si verdaderamente
le hablara. Hay que tener en cuenta que estamos trabajando en la región
etérica del mundo físico y
no en la región de los arquetipos del mundo mental, que es donde
verdaderamente están estos seres
espirituales, por lo tanto esas imágenes son creaciones nuestras. Sin
embargo, es cierto que se nos
puede presentar alguna imagen de ese mismo ser, creadas y mantenidas
vivas por las mentes de
otras muchas personas; en este caso, vendrían gracias al principio de
polaridad.
Algunas personas escriben sobre hechos que en estos ejercicios les
ocurren o ven, para
contarlas como algo muy especial, otros van más allá y escriben libros y
dan conferencias, diciendo
los maravillosos contactos que tienen con maestros y llegan incluso a
mostrar cierto orgullo y
complejo de superioridad. Esto no puede ser cierto, cuando un Maestro
enseña a un elegido es
porque está preparado y no cabe en él el más mínimo orgullo ni nada
parecido, pero además, está lo
suficientemente preparado como para no contar nada, ya que es uno de sus
deberes como discípulo.
Otros casos en los que no hay que fiarse ni tomárselos muy en serio, es
cuando una persona
recibe un mensaje en la meditación a modo de inspiración o por cualquier
otro medio. Hay que
meditar mucho sobre lo que significa ese mensaje y para qué sirve -si es
que sirve para algo útil -,
estos suelen ser catastrofistas, para decir algo sobre alguien, o para
crear orgullo o engañar a la
persona que lo recibe. Es muy conveniente meditar sobre estos resultados,
los Maestros tienen un
trabajo relacionado con toda la humanidad en común, y no pierden el
tiempo en hacer algo en
sentido personal, luego entonces, no pueden ser ellos, pero además, un
Maestro no diría las cosas
que normalmente cuentan estos supuestos contactados.
Sobre los Ángeles casi no merece la pena decir nada, quien sepa
verdaderamente quiénes
son los Ángeles, comprenderá que un Ángel no puede tener un contacto con
un cuerpo físico, ni
mucho menos coger a un Ser humano como instrumento para enseñarle o
inducirle para que haga
determinadas cosas. Los Ángeles están por encima de la humanidad y su
labor con nosotros no es
esa, porque para eso están los Hermanos Mayores y Maestros de diferentes
grados de iniciación.
Algunas personas llegan a contactar con el Mundo del Deseo o con el
mental, pero al fin y al
cabo, es lo mismo para lo que se refiere a los contactos o aún peor,
porque pueden contactar con
arquetipos o imágenes creados por otros y que se han hecho muy fuertes y
poderosas a través de
los años y siglos. Estos arquetipos o imágenes les pueden dar mensajes
bonitos, pero si se meditan y
se tiene un conocimiento serio sobre todas estas materias, se puede
comprobar que tienen muy poca
credibilidad. Otros sacan de sus subconscientes, toda una serie de
grabaciones que ellos mismos
hicieron hace años, y de esta forma también puede sentirse engañados.
Resumiendo, muchas personas se pueden engañar a sí mismos por medio de la
meditación
visualizada y concentrada, pero además, y esto es lo peor de todo, es que
luego engañan a otros -
ignorantemente- por medio de sus escritos, conferencias, etc. Esos, al
fin y al cabo, tienen disculpa,
pero cuando quienes escriben saben -que los ha habido, hay y habrá- que
no existe ningún contacto
sino que todo es fruto de su imaginación creativa, esos quizás no sepan
el mal que están haciendo y
el karma que se están creando.
Naturalmente que, como todos estamos evolucionando por muy
diferentes caminos,
necesitamos de todos los medios a nuestro alcance, por lo tanto, habrá
personas que les sea útil
todos estos mensajes, y por medio de ellos cambien su carácter y se hagan
mejores personas pero,
¿Qué necesidad hay de dejarnos llevar por fantasías o cosas poco serias
de unos supuestos
contactados, clarividentes y personas similares? Estas cosas tienen su
utilidad si solamente cogemos
-por medio de la meditación y un razonamiento lógico- la parte útil que
nos puede ayudar en
nuestro desarrollo interno, de lo demás debemos pasar totalmente ¿Por qué
creernos que una
determinada persona ha contactado con un extraterrestre, Ángel o Maestro
que le dicta todas esas
cosas -a veces absurdas- para formar una agrupación de elegidos o para
fomentar una supuesta
misión en la tierra? ¿No tienen otros medios? Ya son muchos los casos (y
abusos) que ha habido,
donde las personas han puesto sus ilusiones y dinero para que, al cabo de
pocos años, esa
agrupación de elegidos y contactados desaparezca.
Tengo que decir que estos ejercicios mentales pueden hacer que un
día cualquiera,
determinada persona pueda recibir una enseñanza o profecía totalmente
seria y verdadera, pero eso
no ocurre tanto como dicen muchas personas que les pasa a ellas, además,
suelen diferenciarse
bastante de todo lo mencionado anteriormente.
Según Alice Bailey, hay otros peligros que pueden surgir por medio de la
meditación,
aconseja que si surgen problemas de insomnio, nervios, dolor en la
cabeza, sensación de plenitud o
vibraciones que molestan en la cabeza etc., debería abandonarse
temporalmente la meditación para
luego comenzar por practicarla no más de quince minutos diarios. Otras
personas - ocurre más en
las mujeres- sienten ansiedad, irritabilidad o ganas de llorar, esto es
por su naturaleza emocional; hay
otros casos que pueden traer más problemas, pero he de dejar bien claro
que nunca se debe
meditar sobre temas relacionados con el sexo, ni nada que nos pueda
llevar a actuar de una manera
inmoral o en contra de las leyes sociales.
Por último, aconsejo no meditar en la parte inferior del cuerpo, plexo
solar y órganos
sexuales, estos centros son más peligrosos de lo que muchos piensan. Es
preferible meditar sobre
cosas abstractas para elevarnos a la cabeza, o sobre cosas relacionadas
con el Amor místico, el
altruismo, la sabiduría, el servicio o una simple oración; aunque parezca
que no, el trabajo interno
siempre será más provechoso.
Hablando de oraciones, voy a recomendar una oración para que meditéis
sobre ella -
además de repetirla a menudo- intentad meditar sobre el significado de
cada una de sus frases, y
preguntaros: ¿Lo llevo a la práctica? ¿Cuántas veces? ¿Cómo y con qué
sentimiento lo hago? ¿Lo
puedo practicar constantemente? ¿Qué beneficio puedo hacer con ello a
otros? etc. Esta es una
oración muy bonita en su verdadero significado y nos puede ser muy útil
para nuestro desarrollo
espiritual.

¡ Dios mío!
“Ayúdame a servir a los demás,
y a ver el bien en todo mal;
para hacer todo con Amor,
y ser tu instrumento de Paz”
¡A Tus pies me arrodillo para hacer Tu voluntad!.

MEDITACIÓN

“Explicaré un ejercicio de meditación algo abstracto para que tengáis


tiempo suficiente como
para olvidaros totalmente del mundo externo.
Comenzad por meditad sobre la materia de la que está echo vuestro cuerpo
físico, esta
materia es una de las muchas modalidades o estados en que se manifiesta
la materia etérica o
primordial. Imaginad como esta materia se descompone hasta llegar a sus
elementos originales,
hasta llegar a ser un tipo de energía de una determinada vibración -de
acuerdo a vuestra evolución-,
esto lo debéis hacer intentando tener vuestra conciencia fuera del cuerpo
físico, en la cabeza.
Observad cómo las células son el resultado de otras combinaciones hasta
llegar a los
electrones que giran alrededor de un núcleo central a modo de sistema
solar. Una vez aquí, podéis
ver y comprender que en realidad todo es energía, lo visible y lo
invisible proceden de un mismo
“Todo” o Principio, y se manifiesta en diferentes estados de conciencia,
vida y materia.
Si todo procede de ese Todo manifestado y en ese Todo visible e
invisible se muestra
inteligencia y vida, -el sistema solar, el cuerpo físico, etc.- significa
que vuestro cuerpo físico es parte
de la materia de ese Todo manifestado, así como vuestra vida debe ser
vida de esa Vida
manifestada que hace que todo en el Universo se mueva. Si todo se mueve
como dirigido y
controlado por una inteligencia, significa que esa inteligencia es Todo
y, si vosotros sois inteligentes,
significa que habéis adquirido el conocimiento de esa Inteligencia, pero
además, si hacéis esto, es
porque tenéis voluntad de aprender y experimentar. Esto significa que
tiene que haber una Voluntad
Universal que ha creado todo lo que vemos y que no vemos, y si hay una
Voluntad, tiene que haber
Algo que no sabemos Quién o Qué es, pero que “Es”. Por lo tanto, eso es
la fuente de donde nace
la manifestación para que haya actividad, así es que, vosotros tenéis que
ser parte de Él o Ello,
porque tenéis en vosotros mismos todo lo que Él tiene o manifiesta.
Esto es sólo una pequeña base para que empecéis a meditar, con la
práctica, podréis estar
hasta varias horas, porque este tema es inmenso y abstracto y por su
medio podéis elevar la
conciencia, quien le guste podrá disfrutar con él y además profundizar
mucho más en todo lo
mencionado. Espero que así sea.

“La observación favorece el desarrollo de


la voluntad, la meditación y el discernimiento”

CAPÍTULO XIII

LA OBSERVACIÓN

La observación trata de que la persona enfoque la mente en todo lo


que le rodea, es como si
la persona misma se expandiera hasta contactar con esos objetos o
personas que se encuentran
cerca de él en todo momento. Una vez hecho esto, puede estudiar con
detalle los objetos y las
circunstancias.
Normalmente, las personas vamos por el mundo “mirando sin ver” y
“oyendo sin escuchar”,
pasamos por el mundo sin apercibirnos de todo lo que nos rodea y ocurre a
nuestro alrededor, es
como si nuestra vista se perdiera en ningún sitio. Sin embargo, cuando
actuamos como observadores
a través de una lupa, nos favorece para el desarrollo de la meditación,
concentración, voluntad,
discernimiento y para grabar en el subconsciente todo lo que vemos; así
aumentamos también el
poder de la propia memoria.
La observación es imprescindible para la comprensión de las cosas y para
que queden
impresas en la conciencia, también podemos decir que, según el grado de
observación sobre las
cosas, así será el grado de grabación o memorización en el subconsciente.
Normalmente podemos llevar a la práctica dos clases de observación,
una, la del mundo
exterior que nos rodea y, otra, la del mundo interno; una la podemos
practicar mientras estamos
activos y otra mientras estamos descansando sin nada que hacer. Dentro de
estas dos formas de
observación es conveniente que sean voluntarias y no involuntarias y sin
atención, porque esas sirven
para muy poco.
Cuando observamos con atención el mundo que nos rodea, se nos despierta
el interés por
muchas de las cosas que vemos, este interés le podemos utilizar a la vez,
para sacar provecho por
medio de la meditación y el discernimiento. Por ejemplo, si observamos
como dos personas discuten
porque uno le ha empujado a otro sin querer y comenzamos a meditar a
partir de la observación
desde el principio de los hechos, aprenderemos principalmente dos cosas:
1ª. Que lo podían haber
evitado por medio del diálogo, la comprensión y la tolerancia, y 2ª. Que
aprendemos la lección para
que, cuando nos ocurra a nosotros, no reaccionemos así. Por lo tanto, es
conveniente observar con
interés y atención.
La observación también desarrolla el interés y la memoria, y de esto nos
podemos dar
cuenta porque cuando somos viejos ya no prestamos la misma atención, -no
observamos el mundo
que nos rodea y parece como si perdiéramos facultades mentales-. Es muy
conveniente ejercitar la
observación, pero teniendo siempre claro que no debemos tener la atención
puesta en varios sitios a
la vez. Hay quien opina que para mejor provecho de la observación,
deberíamos observar tan
profundamente que nos tendríamos que olvidar de nosotros mismos.
Para ver si nuestra observación va en aumento, coged un objeto que tenga
muchos detalles
y observadlo durante un minuto, luego, anotar todos los detalles que
hayáis visto, al siguiente día,
coged el mismo objeto y haced lo mismo, comprobaréis que cada día vais
viendo más detalles. Esto
también se puede hacer en el interior de una casa, con un paisaje, etc.
Por medio de la observación
alimentamos la mente y obtenemos el beneficio de la disciplina.
La observación lleva a la obtención de las facultades cognoscitivas por
medio de los
sentidos, la impresión mental resulta de la observación consciente de las
cosas. Una de las cosas que
hay que tener en cuenta en la observación, es que no hay que hacerlo en
conjunto, sino por detalles,
por ejemplo: forma, color, tamaño, con qué se relaciona, qué nos
recuerda, de qué está echo, etc.
La observación es el empleo de los sentidos como medio de obtener
información del mundo
que nos rodea, por eso es muy importante que observemos todo lo que vemos
y lo que nos ocurre
sin perder el menor detalle. El motivo principal es porque haciéndolo
así, las grabaciones de la
memoria consciente serán iguales que los recuerdos que se graban
automáticamente en el
subconsciente; esto es una manera de mantener un equilibrio armónico en
nuestro aspecto mental y
sentimental. Este ejercicio también se relaciona con la vida que tenemos
en el purgatorio después de
la muerte.

“El discernimiento es la facultad que nos permite


distinguir entre lo verdadero y lo falso”

CAPÍTULO XIV

EL DISCERNIMIENTO

El discernimiento también tiene mucha importancia en el desarrollo


interno y espiritual del Ser
humano, es un complemento de la observación, ya que primero tenemos que
aprender a observar
para luego poder sacar conclusiones lógicas y razonadas. El
discernimiento es la facultad que nos
permite discernir entre lo verdadero y lo falso, entre lo esencial e
importante y lo efímero e
insignificante, separando así la realidad de lo falso e ilusorio.
Ya hemos expuesto muchos razonamientos que nos pueden servir como
ejemplo de lo que
es el discernimiento. Cuando queramos practicar este ejercicio de una
manera sencilla, no tenemos
que hacer nada más que analizar los mismos hechos de la vida, lo que
hacemos y lo que decimos,
porque la misma vida cotidiana nos brinda muchas oportunidades para
discernir entre lo verdadero
y lo falso.
Pongamos unos ejemplos simples. Si nos recomiendan un libro en el cual
hablan de que los
Ángeles vienen en naves espaciales para hacer no sé qué cosa al Ser
humano, gracias al
discernimiento y al conocimiento esotérico, podemos llegar a la
conclusión de que si no tienen
cuerpo físico para qué necesitan una nave. Estamos acostumbrados a decir
que nosotros somos el
cuerpo físico, gracias al discernimiento nos daremos cuenta que el cuerpo
es una cosa, las
emociones otra y la mente otra. Quiero decir que el discernimiento es el
resultado de la utilización de
la mente por el Ego, -en su propio plano- para ver y analizar un hecho o
situación, y sacar unas
conclusiones lógicas y razonadas por medio del conocimiento que tenemos,
tanto consciente como
del que nos pueda venir en forma de intuición o del subconsciente.
La lógica es el mejor instructor que tenemos y por eso, cuando
hemos aprendido a observar
con toda claridad, podemos empezar a practicar el discernimiento en todo
lo que nos rodea para
cultivar las facultades razonadoras y sacar conclusiones de los actos. El
discernimiento es la base
para que se forme el Alma intelectual y éste es uno de los primeros pasos
que necesitamos para
dirigirnos a la vida superior.
El discernimiento se basa en el agrupamiento de una serie de
acontecimientos, cuando
reunimos una serie de hechos que han tenido que ver con determinada
circunstancia, es cuando
podemos discernir para sacar conclusiones lógicas y razonadas. No se
trata de agrupar para criticar
y juzgar a nadie, sino que se debe hacer para sacar conclusiones, para
ver lo verdadero y lo falso
desde el punto de vista del Espíritu -según el desarrollo de cada uno- Si
para hacer esto tenemos
que hacer críticas sobre alguien -cosa que se puede evitar- no interesa
discernir sobre ese hecho.
Las críticas deben ser siempre constructivas, deben señalar o indicar lo
positivo y las mejores
soluciones para arreglar una situación; la crítica es destructiva como un
huracán y no ayuda, sino que
entorpece y crea mucho mal en todos los mundos. La crítica y el juicio
deben ser hechos siempre
con ánimo de ayudar a la persona a salir de ese mal o situación, y no
para empeorarle moral y
espiritualmente. Cuando señalemos una falta, que sea para decir cómo se
puede superar. En la
pequeña oración que he escrito anteriormente y que recomiendo practicar a
menudo, digo:
“Ayúdame a servir... Y a ver el bien en todo mal”, éste es un buen
ejemplo de discernimiento,
¿Cómo puede haber bien en lo que aparentemente es malo? Sí, lo hay,
porque el mal es un bien en
formación y si sabemos discernir, lo encontraremos.
De esta forma vemos, que después de la concentración, (donde
desarrollamos la voluntad y
el poder de la mente), y después de practicar la meditación para
profundizar en el motivo u objeto y
contactar con lo verdadero que hay de ello, debemos practicar la
observación y el discernimiento.
Los dos primeros ejercicios son más bien de trabajo interno, y la
observación y el discernimiento
son para analizar y sacar conclusiones, son ejercicios externos, éstas
son herramientas que
facilitamos al Ego para acelerar así su desarrollo y evolución.

“La contemplación
lleva a la unión con el Alma Universal”

CAPÍTULO XV

LA CONTEMPLACIÓN

Este ejercicio se debe practicar después de haber adquirido cierto


desenvolvimiento,
porque de otra manera no obtendremos resultados. Naturalmente y aunque
sea así, nos ayuda en la
concentración y en el desarrollo de la voluntad. En la contemplación no
es necesario hacer nada de
las cosas que hacemos con los otros ejercicios, no es necesario meditar,
imaginar o visualizar, sino
que lo único que debemos hacer es contemplar el motivo u objeto que
hayamos elegido.
En la contemplación es el Ego quien tiene el papel principal, cuando
contemplamos, cesamos
todas las actividades externas y el Ego se pone en contacto con la
personalidad para centrarse en el
motivo de la contemplación y registrar lo que emana de ése fenómeno
espiritual que se esconde
detrás de lo material. Este ejercicio es un proceso de unión de lo
transcendente con lo
intranscendente, es una manera de entrar en el reino del alma para
comprobar la verdad, es una
manera de percibir en el cerebro físico lo que el Alma percibe.
Con lo único que se trabaja en la contemplación es con la
concentración de la mente. Se
trata de fijar o concentrar nuestra atención sobre un objeto, pero con la
intención de ver su aspecto
o parte espiritual y etérica. He dicho que no es necesario que meditemos,
pero tampoco digo que no
se haga, porque la meditación nos puede ser de ayuda para llegar a esa
parte espiritual. Sin
embargo, la meditación debe ser a modo de introducción a la
contemplación, o sea, que meditemos
un corto tiempo y sin poner mucho esfuerzo para que sea superficial.
Cuando comprendamos que
por la meditación nos hemos acercado a la parte espiritual, entonces
debemos dejar la meditación y
practicar la contemplación.
La contemplación es una etapa superior de la mente, ya que con ella
penetramos a través de
la forma y contactamos con el espíritu que está en los mundos
espirituales. Pongamos un ejemplo:
Una persona que sea muy devota elegirá una imagen que le despierte los
mejores sentimientos
espirituales como motivo para la contemplación, entonces se pondrá a
contemplar la imagen con
devoción, adoración y todos los mejores sentimientos, hasta llegar al más
completo olvido de sí
mismo. Intentará penetrar esa imagen hasta encontrar algo nuevo y vivo, y
cuando lo encuentre
sentirá una especie de éxtasis espiritual.
Esta sería aproximadamente la contemplación de un motivo de devoción o de
una persona
de tendencia mística. Como es lógico, la contemplación tiene muchos
motivos para practicar,
dependiendo si la persona es de tendencia religiosa o intelectual, pero
de una forma u otra, hay que
tener siempre en cuenta estas cosas:

1ª. Que no debemos dejar de enfocar la atención sobre el motivo hasta


olvidarnos del
cuerpo físico y de todo cuanto nos rodea
2ª. Que la mente debe estar activa y expectante continuamente y no
dejarla decaer hacia
cierto grado de pasividad.

Para esto es bueno hacernos a la idea de que tenemos que concentrar y


alcanzar un punto
muy profundo en ese motivo de contemplación, esta idea debe estar muy
clara.
Si no hay actividad e intención de “profundizar hasta encontrar”
mientras contemplamos, no
conseguiremos mucho. Se trata de elegir un motivo, y por medio de todo lo
que le rodea y se
relaciona con él, llegar a su principio mismo de manifestación. Cuando
nos hemos servido de todos
los elementos de la misma naturaleza que el motivo tiene para llegar a lo
más profundo del mismo, lo
dejamos e intentamos llegar al verdadero arquetipo que se encuentra en
las regiones superiores del
mundo del pensamiento. Dicho de otra forma, cuando la atención ha
abandonado todos los
elementos complementarios, la mente se mueve con todo su poder, como si
no existiera otra cosa
que ella misma, en dirección al Espíritu interno de lo que hayamos
elegido.
Si continuáramos con el ejemplo anterior, diríamos que, cuando el devoto
se vale de
imágenes o del conocimiento que tiene sobre un determinado personaje
místico, y llega a profundizar
tanto en la vida de ese personaje que ya no puede continuar profundizando
más, entonces, es
cuando debe centrar su voluntad de contemplar en la imagen y no pensar en
nada más, sólo debe
contemplar y esperar. A partir de ahí y con la práctica, será cuando
aparezca la parte espiritual que
está más allá de la mera imagen material.
Hay ocultistas que aconsejan que la contemplación se practique de
tal manera, que la
persona no se sienta separada del motivo para que no haya sentimiento de
separatividad y de
relación entre el motivo y la persona. Esto es difícil, pero no
imposible, porque debemos
identificarnos de tal manera con el motivo, que debemos olvidarnos de que
existimos y de que
estamos separados de ese motivo de contemplación; así nos introduciremos
y seremos uno con su
naturaleza abstracta o arquetípica.
Hay quien ha comparado este ejercicio con nuestra actitud cuando en la
oscuridad o en un
día de niebla, esforzamos nuestra vista para penetrar y conseguir ver lo
que nos oculta. Cada
persona meditará en lo que más le plazca, pero hay que tener presente
siempre que hay que agotar
las posibilidades hasta llegar al principio. Cuando contemplamos un ser
viviente, es bueno que
comencemos por ver su naturaleza física, que luego pasemos a su aspecto
emocional, y -si es una
persona- por último, veamos su aspecto mental, así llegaremos al límite y
nos quedaremos absortos
contemplando su naturaleza interna para ver si se nos aparece su
Espíritu. Pero cuando es un ser que
nos causa devoción, entonces no debemos reprimir esos sentimientos, sino
que, al contrario,
debemos manifestarlos hacia ella.
Pongamos otro ejemplo: Decidimos contemplar la imagen de Cristo,
primero nos valemos
del conocimiento amoroso y espiritual que tenemos sobre Él para
manifestar todo lo mejor que
tenemos, y luego nos unimos a Él e intentamos penetrar en Su naturaleza
interna, así podremos sentir
lo que creemos que Él sentía y pensar lo que Él pensaba. Cuando dejamos
eso a un lado, nos
encontramos con que no podemos continuar, y entonces tenemos dos salidas,
1ª. Contemplamos la
imagen sin pensar en nada más hasta ver si se nos presenta algo de su
naturaleza interna. 2ª.
Llegamos a comprender que es Dios, e intentamos verle como un Ser
Supremo.
Si contemplamos un objeto, también nos podemos valer de ciertos aspectos
de su naturaleza
para llegar a su interior, pero no podemos hacer mucho más, sólo esperar
a que su Espíritu nos
hable, naturalmente, repito, hay que estar con la mente activa y alerta,
entonces es posible que esa
forma material desaparezca y se nos muestre en su forma de vida.
Cuando un aspirante ha trabajado con la concentración y la
meditación y llega, por medio de
la contemplación, a ver la vida que hay detrás de cada forma material,
puede seguirla y comprobar
que esa vida se relaciona con otras, y al final resulta ser la Vida Una
universal. Un buen ejercicio de
contemplación es hacerlo con nosotros mismos, ya lo hemos explicado en
otro sitio como motivo de
meditación, pero en este caso se trata de llegar a nuestra propia
naturaleza interna y a contemplar
nuestro propio Espíritu con la clara idea de que es parte del Espíritu
Universal. ¡Concentrad la mente
ahí y contemplad el Yo Superior!
“La adoración
es la común unión del Alma con el Espíritu”

CAPÍTULO XVI

LA ADORACIÓN

La adoración es un aspecto mental diferente, una nueva etapa dentro


de la evolución
espiritual del Ser humano. Lo mismo que en la contemplación nos ayudamos
con la meditación,
concentración o imaginación, así, en la adoración es imprescindible la
contemplación, porque la
“adoración” es algo así como “identificarnos con algo superior y ser uno
con ello por medio de
adorarle”. Es como si fuéramos un rayo del Sol y por la adoración hacia
éste nos fuéramos
acercando a él.
Este ejercicio es una facultad del Espíritu y no es fácil -como ocurre
con la contemplación-
conseguir desarrollarlo hasta obtener un resultado; Max Heindel opina que
sin la ayuda de un
Maestro no se consigue. La adoración consiste en sacar algo nuevo de lo
más profundo de nuestro
Ser, para unirlo a lo más profundo o fuente de todo lo existente, porque
aunque algunos se quedan
extasiados con cualquier motivo de adoración, la Vida, el Principio o
Fuente de todo, es Una -Dios-
. La adoración nos lleva a identificarnos con Dios y cuando alcanzamos
cierto éxtasis ocurre algo
nuevo dentro de nosotros.
Este ejercicio se debe hacer -si tuviera que seguir un orden-
después de haber obtenido
resultados con la contemplación, pero esto no significa que no se pueda
hacer, porque todos estos
ejercicios ayudan a elevar nuestra naturaleza interna y hacen que nuestra
aura brille y atraiga la
atención de los Maestros.
Nadie debe pensar que porque en esta vida no adquiera ningún poder ha
perdido el tiempo,
no es así, todos estos ejercicios nos ayudan mucho en la vida y
actividades cotidianas, y se puede
asegurar que por su medio alcanzaremos un gran desarrollo moral, mental y
espiritual. Pero también
hay que decir que obtener poderes no es lo más importante, eso nos tiene
que dar igual, la única
preocupación que debemos tener es ser cada día mejor y mejores servidores
de la humanidad,
haciendo esto y practicando los ejercicios, podemos asegurar que estamos
actuando bien en todos
los sentidos.
La devoción es un complemento o fase de la adoración y, por hacer
alguna mención sobre
ella diré que, cuando sentimos o tenemos devoción por algún ideal o ser
elevado nos ayuda a
subyugar los instintos animales. La devoción, como actitud emocional,
pasiva y no intelectual, la
suelen escoger como línea a seguir las personas de tendencia mística, y
según la intensidad
emocional y la persistencia en los ejercicios, llegan a desarrollar y
acelerar la vibración de la materia
de su cuerpo emocional, hasta que alcanzan ese éxtasis religioso del cual
nos habla Sta. Teresa de
Jesús.
El místico profundiza tanto en el amor religioso, que la devoción
resultante le hace sentir la
“Verdad” sin necesidad de buscar explicaciones razonables. Estas personas
viven por la fe y no
tienen un mundo muy amplio para trabajar lo que sienten ni para explicar
nada, la parte intelectual
apenas influye en su vida, ellos sólo viven internamente y no piden ni
necesitan explicaciones, sólo
viven por la fe y el amor.
El problema es que no saben como trabajar mentalmente para mejorar a la
humanidad,
porque no razonan para ver cómo pueden hacerlo, sienten pero no practican
el discernimiento
apenas, y lo ideal es que sientan y razonen para ver como pueden utilizar
sus sentimientos para
beneficio del prójimo. Lo mismo ocurre con el intelectual, si no siente,
si no desarrolla los
sentimientos de compasión y fraternidad, no podrá hacer algo
inteligentemente útil para el bien de la
humanidad. Por esto, como ya he dicho “debemos pensar con el corazón y
sentir con la mente”.
“La oración nos permite abrir un canal
para que la Vida y la Luz Divina, puedan fluir hacia nosotros”

CAPÍTULO XVII

LA ORACIÓN

La oración fue enseñada por las Jerarquías Superiores a la


humanidad, como medio para
elevar su naturaleza interna a través de puros y elevados pensamientos.
Ésta ha sido usada desde
que el Ser humano cayó desde su naturaleza espiritual a lo pasional y al
egoísmo, y por eso fue dada
con la intención de que tuviéramos un medio para pedir ayuda a Dios a
través de esas Jerarquías. El
propósito de la oración es que el devoto pueda conectar con los planos
superiores.
A través de la evolución humana hemos podido comprender que cuando
comenzamos a
utilizar la mente no existía la religión, la humanidad se guiaba por el
sentimiento y el egoísmo, y era
capaz de dar la vida por defender a los suyos, en aquella época éramos
casi insensibles a las
vibraciones espirituales. Las Jerarquías que entonces guiaban a la
humanidad decidieron que nos
tenían que ayudar para que el Espíritu, (como naturaleza superior),
pudiera adquirir dominio sobre la
inferior, y entonces sometieron a la personalidad al “miedo”.
Esto es lógico, si nos hubieran dado una religión de amor -que es la
religión del futuro- no lo
hubiéramos comprendido como tampoco lo comprendería un hombre primitivo
en nuestros días. Así
nos enseñaron que había un Dios fuerte y poderoso, que tenía poder sobre
la naturaleza, y que le
debíamos temer.
Más adelante nos enseñaron que había un Dios "dador”, que si le
obedecíamos nos iría todo
mejor, y que si no le obedecíamos nos mandaría toda clase de calamidades.
A continuación nos enseñaron la ley del “sacrificio”, y como éramos
tremendamente egoístas
y materialistas, nos costaba mucho sacrificar nuestras posesiones, sin
embargo, nos convencía lo que
nos decían que si sacrificábamos algo de nuestras pertenencias, Dios nos
las devolvería
multiplicadas. Por último nos enseñaron que hay un cielo, y que si le
queremos alcanzar tenemos que
sacrificarnos nosotros mismos y no nuestras propiedades, debemos
sacrificar la naturaleza inferior, la
personalidad, y aquí es donde nace la fe de que algún día alcanzaremos el
cielo.
La fe es la que nos abre el camino para la comunicación con Dios y
con la naturaleza
superior que nos da vida y poder, la duda, sin embargo, nos deprime y
ciega. La fe y la esperanza
nos animan y la duda y el escepticismo deprimen y entristecen. Por eso,
debemos tener claro que la
fe nos abre el camino hacia la espiritualidad y hacia el conocimiento de
la verdad. Esta fe debe ser
como la de un niño, que sin conocimientos y sin punto de vista sobre
nada, no se pone a razonar
para encontrar respuestas a sus dudas, es una fe ciega pero natural y sin
ningún tinte de fanatismo.
La fe no debe ser ciega ni irrazonable, sino que debe ser un estado
mental abierto, tranquilo y sin
prejuicios.
En todos estos pasos a través de la evolución humana, la humanidad ha
utilizado la oración
de muy diferentes maneras, pero hoy que hemos vencido el egoísmo que nos
hacía orar para recibir
o intercambiar cosas con Dios, debemos practicar la oración como medio de
abrir un camino hacia
Dios y para estar en perfecta armonía con Él.
Se puede considerar que cada acto es una oración que hacemos y que
bajo la ley de Causa
y Efecto nos traerá los resultados correspondientes, cuando persistimos
en una misma línea de
acción es como si orásemos y, por lo tanto, en su momento vendrá la
respuesta. Esta es al fin y al
cabo la base de la oración, con la diferencia de que la verdadera oración
debe ser hecha consciente
y voluntariamente para que alcance los mundos espirituales y recibamos la
mejor respuesta.
Como sabemos, el cuerpo vital, cuya nota-clave es la repetición, es
el asiento donde se
forma la memoria y donde grabamos todos los hechos de nuestra vida, éste
es el mecanismo para la
oración y por eso está escrito debemos “orar sin cesar”. Hay muchas
personas que no admiten el
beneficio de la oración y su ayuda, porque dicen que el hombre no puede
cambiar las Leyes Divinas,
pero eso no es correcto, porque no debemos pensar que todas las
circunstancias de la vida están
sometidas a la fatalidad; el hombre tiene libre albedrío para practicar
la iniciativa.
El valor de la oración viene dado por el pensamiento que ponemos en
ella, es decir que
aunque parezca que la oración es un conjunto de palabras que no pueden
alcanzar al Espíritu, el
pensamiento es el encargado de dar significado o crear la idea para que
una vez creada, podamos
sentir en el corazón.
La oración debe ser clara, sencilla y concisa, no hacen falta palabras o
frases inútiles o
pomposas, cada palabra debe tener su objetivo para despertar una idea y
conmovernos
interiormente, nos debe hacer reflexionar; si no es así, de poco nos
servirá. Por eso se dice que: “La
verdadera oración científica, es uno de los métodos más poderosos y
eficaces para encontrar la
gracia delante de nuestro Padre, y recibir la inmersión de la Luz
espiritual, la cual alquímicamente
transforma al pecador en santo y le envuelve con el velo dorado del
luminoso Cuerpo-Alma”.
Pero no nos engañemos, con la oración solamente no podemos conseguir ese
Cuerpo-Alma
(cuerpo espiritual futuro de la humanidad), si no dedicamos las 24 horas
del día, tanto despiertos
como en sueños, a actuar de manera que nuestros pensamientos, palabras y
obras sean una oración
para la iluminación y santificación, nuestras plegarias no alcanzaran el
Reino de Dios, y por lo tanto,
no recibiremos Su bendición.
La oración nos permite abrir un canal para que la Vida y la Luz
Divina puedan fluir hacia
nosotros -como un interruptor que permite fluir la corriente eléctrica
cuando se acciona- Si oramos
por motivos mundanos, lo contrario al amor y a la ley del Bien Universal,
nuestras oraciones serán
inútiles. Debemos quitarnos de la cabeza que, cada vez que nos acerquemos
a nuestro Padre sea
para pedirle algo ¿Cómo actuaríamos si tuviéramos un hijo así?
El aspirante sincero nunca pedirá bienes materiales, sino más bien
iluminación espiritual con
la más elevada intención de utilizarla para beneficiar a la humanidad.
Cuando nos acercamos al
Padre con alabanza y adoración, nos ponemos en un estado receptivo que
nos acerca a nuestro
ideal y en el que podemos experimentar un descenso de la Gracia del
Espíritu sobre nosotros.
Cuando hagamos esto, aprenderemos de una manera directa que la oración es
un poderoso método,
que debe ser usado para perfeccionar nuestra capacidad de reconocer la
Luz Divina.
La oración continua y de corazón es muy útil incluso para obtener
el perdón por los males
que hemos causado a otros, además, perdonando a los que nos han ofendido
(para eliminar los
malos sentimientos) purificamos nuestros cuerpos etéricos. Esta oración
continua, hecha
conscientemente y de corazón, nos eleva al Trono de Dios para ofrecernos
a nosotros mismos como
sacrificio.
Sentarse en silencio y cerrar la puerta a lo material, y la petición
hecha por simples palabras
no dan resultado. Cuando oramos fervorosamente y con tal sinceridad que
nuestros sentidos
externos se calman y cierran, y cuando la oración es inegoísta, es cuando
el Poder Divino de Dios
nos manda sus bendiciones de muy diferentes maneras.
La oración no debe ser un ejercicio mental sin sentimientos, se
necesita cierta cantidad del
sentimiento apropiado para que tenga efecto y pueda alcanzar su destino,
debe haber un intenso
fervor para que sea efectiva. El amor, la riqueza, el poder y la fama son
las cosas más deseadas por
la humanidad, pero eso es en una fase inferior y más material a la que
debe desear el verdadero
aspirante espiritual. El aspirante a la vida superior debe transformar el
amor egoísta en nobles
aspiraciones, aquéllas que son del alma y abrazar a todas las personas
sin distinción de raza, credo y
religión. La riqueza que debe desear es la de la abundancia de
oportunidades para servir a los
demás; el poder que debe desear es el que sirva para elevar a la
humanidad y la fama que debe
desear no debe ser ninguna, o en todo caso la que aumente la capacidad de
enseñar por cualquier
medio, la verdadera Luz que pueda dar consuelo a los corazones dolorosos.
Las personas que estamos ocupados en el trabajo del mundo pensamos a
menudo que estamos
alejados e impedidos para orar por tal razón, pero si hacemos todas las
cosas como si fueran para
Dios y somos cuidadosos, veremos que estamos orando siempre y que con el
tiempo se nos
presentarán otras grandes oportunidades que jamás hubiéramos soñado.
Debemos cultivar un anhelo de unión, que haga que nuestros pensamientos
estén siempre
dirigidos hacia Dios, como cuando dos enamorados se vuelven a encontrar
después de algún tiempo
sin verse y se produce ese “éxtasis” entre ellos. Esta es una preparación
absolutamente esencial para
la oración, y si volamos hacia nuestro Padre de la manera indicada, la
Luz de Su Presencia, y la
dulzura de Su Voz, nos enseñará y nos acariciará más allá de nuestras más
ardientes esperanzas.
Una de las cosas que concurren en la oración es el lugar donde se
hace, cada oración ya
hablada o en meditación, cada canto de ruego, las lecturas litúrgicas,
etc., si son hechas por un lector
cuidadosamente preparado que ame y viva lo que lee, derrama sobre el
lugar de la oración la Gracia
del Espíritu. De este modo y con el tiempo, se construye un templo
invisible alrededor del lugar
físico, el cual, en los casos de una congregación de devotos, se hace
tan bello que trasciende todo
lo imaginable. Este templo -que debe construir el aspirante a la vida
superior- no es un montón de
piedras, sino una “cosa viviente” con un sonido peculiar que proviene, a
modo de poema, de los
corazones de los devotos, místicos y todas las personas buenas. Es un
lugar maravilloso que vibra
con la Fuerza Divina y es de inmensa ayuda para los fieles, porque
auxilia en el ajuste de las caóticas
vibraciones del mundo, y las impregna con su aura como una verdadera
“Casa de Dios” para que se
logre la adecuada actitud para la oración. De esta forma se ayuda a sí
mismo el aspirante al Trono
de la Gracia Divina, allí ofrece su oración, plegaria y adoración que, en
amorosa respuesta, recibirá
una nueva bendición espiritual que vendrá directamente del Padre.
Es cierto que no todo el mundo tiene la facilidad de tener un
espacio para dedicarle como
templo de oración, y por eso dijo Cristo que “cuando necesitemos o
queramos orar nos recojamos
dentro de nosotros mismos”. Por eso podemos orar en cualquier sitio, aún
así, creo que todos
podemos crear éste templo en cualquier rincón de nuestra casa. No importa
cómo sea ésta, lo
importante es la separación invisible que nosotros creamos con nuestras
oraciones porque, en ese
espacio, podemos recibir la Gracia de Dios. Hay que tener en cuenta que
una vez construido el
templo, debemos mantenerle con nuestras oraciones, ya que si no lo
hacemos así, se desintegrará.
Cuando nos dirijamos a éste santuario, nuestro Espíritu debe volar hacia
delante, como si
pretendiera arrastrar a nuestro lento cuerpo y sentir anticipadamente las
delicias que nos tienen
reservadas. Debemos olvidar todo lo demás, para sólo dejar lugar a los
pensamientos reverentes
que debemos mantener durante el camino. Ésta es una experiencia real de
quien ama
verdaderamente a Dios, si no tenemos este Espíritu, lo podemos cultivar y
conseguir por medio de la
oración.
Las invocaciones usadas para pedir cosas materiales entran de lleno
en la magia negra,
tenemos la promesa de “Buscad primero el Reino de Dios y Su Justicia y
todas las demás cosas se
os darán por añadidura”. Cristo puso el límite cuando enseñó “Danos hoy
nuestro pan de cada día”,
tanto si es para nosotros como si es para los demás, debemos guardarnos
muy bien de traspasar
este límite en la oración, aún cuando oremos por bienes espirituales,
debemos evitar que se
manifieste algún sentimiento egoísta en nuestra plegaria porque
destruiría nuestro crecimiento
anímico. Más aún, si amamos a Dios por las alegrías que experimentamos en
la dulce comunión con
Él, somos tan egoístas como las multitudes que seguían a Cristo porque
les había alimentado.
De todo esto puede surgir la siguiente pregunta ¿Cuál debe ser el motivo
de la invocación y
la oración? La respuesta es: “Alabar y Adorar”. Tampoco es necesario que
la invocación, ya sea
hablada o mental, sea mantenida durante todo el tiempo que dure la
oración. Cuando por medio del
Amor y de la Aspiración, impulsados por la intensidad de nuestro deseo,
nos hemos acercado al
Trono de nuestro Padre, llegará un momento dulce, aunque en silenciosa
comunión, más delicioso
que cualquier otro estado imaginable. Este momento es análogo a la
felicidad de dos enamorados
que pueden estar sentados uno al lado del otro sin romper el silencio,
que se hallan poseídos de
demasiado amor para exteriorizarlo, un éxtasis que trasciende en mucho el
estado aquel en que las
palabras que se dicen les sirven de entretenimiento.
Así también es el clímax final, cuando el alma “descansa” en Dios con
todos los deseos
satisfechos por tal sensación de comunión expresados por las palabras de
Cristo: “Mi Padre y Yo
somos Uno”. Cuando se ha alcanzado esta gradación, el Alma ha probado la
quintaesencia de la
alegría que causa la plegaria u oración, y no importa cuán sórdido pueda
parecer el mundo o cuán
triste sea el destino al que tenemos que hacer frente, el Amor de Dios
que sobrepasa toda
comprensión, es una panacea para todo.
Es muy conocido el hecho de que nada de valor se alcanza sin
esfuerzo, todo lo que un
hombre lleva a cabo, otro hombre también puede hacerlo y, si empezamos a
cultivar la fuerza de la
invocación en armonía con las Leyes espirituales especificadas
anteriormente, llegará el día en que
cosecharemos unos resultados que ni siquiera nos podemos imaginar.
Cuando practicamos la oración mística en la que nos encontramos
cara a cara con Dios,
cuando todo está en calma en nuestro interior, la voz silenciosa nos
habla desde adentro y se
manifiesta en nosotros para que experimentemos la unidad que hace
innecesarias las palabras; en ese
momento sentimos en nosotros lo que Dios mismo siente.
Cristo nos enseñó la más sublime oración que pueda ser expresada en
palabras y, sin
embargo, el verdadero devoto no necesita ir más allá de la primera
palabra “Padre”, no quiere pedir
nada, porque tiene la promesa de “Dios es mi pastor, nada me faltará”.
Hay un ejemplo que podría
expresar más exactamente esta actitud, esto es, “Un perro fiel mirando
con muda devoción a la cara
de su amo, toda su alma reflejándose a través de sus ojos con gran amor”.
Así mismo, y aún con más intensidad, le sucede al verdadero místico que
mira al Dios interno
y lo proyecta en su Ser con una adoración silenciosa. De esta manera
podemos orar intensamente
sin cesar, al mismo tiempo que trabajamos con gran celo en el mundo.
En el Padrenuestro que enseñó Cristo hay siete oraciones distintas
y separadas, una para
cada uno de los siete principios del Ser humano; cada oración está
particularmente adaptada para
promover el adelanto de ese principio al cual se refiere, esta oración es
única como Cristo mismo.

EL PADRENUESTRO

En el Padrenuestro tenemos la oración más admirable que satisface


todas las necesidades
del Ser humano como ninguna otra puede hacerlo, en pocas sentencias
encierra todas las
complejidades de la relación entre Dios y el hombre. Para comprender
perfectamente esta oración,
hay que explicar antes algunas cosas importantes.
El individuo actual, del cual tanto he hablado como personalidad,
está compuesto de cuatro
cuerpos: físico, vital, de deseos y mental. Estos cuerpos se han formado
por medio de la influencia
del Espíritu en su descenso desde el propio mundo de Dios hasta el mundo
físico, donde estamos
evolucionando.
Como intermediario y representante de ese Espíritu está el Ego, que en
realidad es el
verdadero Ser Interno o Yo Superior, y éste es el que evoluciona vida
tras vida a través de las
experiencias y del fruto que recogemos después de cada muerte física.
Por lo tanto, en la oración
del Padrenuestro debemos tener en cuenta los siete principios
siguientes: Un Espíritu que, como
Dios mismo es triple -Espíritu Divino, Espíritu de Vida y Espíritu
Humano- y cuatro vehículos o
cuerpos -cuerpo físico, etérico, de deseos y mental-. El Ego o Yo
Superior, es en realidad, quien
ora fervorosamente a Su Padre que está en los cielos en representación
del propio Espíritu. Dios
como trinidad es: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Veamos el verdadero significado oculto del Padrenuestro.

“PADRE NUESTRO QUE ESTAS EN LOS CIELOS” Esta frase indica a quién va
dirigida
la oración, -a Dios, que es Padre, Hijo y Espíritu Santo-

Las tres siguientes oraciones nos ponen en adoración ante Dios, para
alcanzar la exaltación
espiritual que necesitamos para pedirle por nuestros cuerpos inferiores.

“SANTIFICADO SEA TU NOMBRE” El 3º aspecto de nuestro Espíritu, “el


Espíritu
Humano”, adora a su contraparte en Dios: el Espíritu Santo.

“VENGA A NOSOTROS TU REINO” El 2º Aspecto o “Espíritu de Vida” adora a su


contraparte: el Hijo (Cristo)

“HÁGASE TU VOLUNTAD EN EL CIELO COMO EN LA TIERRA” El 1º Aspecto o


“Espíritu Divino” se arrodilla y adora: al Padre (primer aspecto de la
divinidad).

Las tres siguientes peticiones las hace nuestro Espíritu a Dios -trino-
para que atienda las
necesidades de nuestros cuerpos inferiores.

“DANOS HOY NUESTRO PAN DE CADA DÍA” El “Espíritu Divino” pide al primer
aspecto de Dios -al Padre- por su contraparte material el “cuerpo
físico”.

“PERDONA NUESTRAS OFENSAS ASÍ COMO NOSOTROS PERDONAMOS A


LOS QUE NOS OFENDEN” El “Espíritu de Vida” ruega a su contraparte -el
Hijo- por su
contraparte inferior el “cuerpo vital” que es el asiento de la memoria.

“NO NOS DEJES CAER EN LA TENTACIÓN” El “Espíritu Humano” pide a


continuación al tercer aspecto de Dios -el Espíritu Santo- para que
atienda las necesidades del
“cuerpo de deseos”, el gran tentador.

“LÍBRANOS DEL MAL” Por último y más importante, hacemos, como un “Triple
Espíritu”
que somos, la oración por la mente, que es la intermediaria entre lo
espiritual y lo material y es la
mejor herramienta para acelerar nuestro propio desarrollo interno.

“AMEN” Es como una humilde petición o sentencia para que todo lo


anterior se cumpla.

Actualmente estamos influenciados por la religión del Hijo,


Cristo, y su objeto es nuestra
unión con Él por medio de la purificación y control del cuerpo vital. El
propósito de la religión del
Hijo es elevar más aún a la humanidad, formando con ésta una Hermandad
Universal de individuos
separados. Deberíamos decir en nuestras oraciones diarias esta
maravillosa oración que nos enseñó
Cristo y, además, tener en cuenta que éstas deben ser inegoístas y estar
en armonía con el Bien
Universal, de esta forma crearemos un canal mediante el cual la Vida y la
Luz Divina, puedan
descender hacia nosotros para nuestra iluminación y elevación hacia los
mundos espirituales.

OTRAS ORACIONES

ORACIÓN ROSACRUZ

“No pedimos más luz, ¡OH Dios!, sino ojos para ver la que ya existe;
ni cantos más dulces, sino oídos para percibir las melodías actuales.
No pedimos más fuerza, sino el modo de utilizar la que ya poseemos;
ni más amor, sino habilidad para convertir el ceño en sonrisa.
No pedimos más gozo, sino poder apreciar su radiante presencia que nos
circunda
para compartir con otros lo que ya tenemos de valor y alegría.
No pedimos más dádivas, amado Dios, sino solamente sentido para hacer el
mejor uso posible de
los dones preciosos que ya hemos recibido de Ti.
Haz que dominemos todos los temores, que conozcamos todas las alegrías,
que seamos los buenos amigos que deseamos ser;
danos medios para enseñar la verdad que conocemos,
que amemos lo puro, que busquemos lo bueno, que elevemos poderosamente a
todas las almas
para que vivan en armonía a la Luz perfecta de la libertad.”

ORACIÓN DE SAN FRANCISCO DE ASÍS

“¡Señor!, hazme instrumento de Tu paz, para que,


allá donde haya odio, yo siembre Amor,
Donde haya injuria, perdón,
donde haya duda, fe,
donde haya desaliento, esperanza,
donde haya sombras, Luz,
donde haya tristeza, alegría.
¡Oh Divino Maestro! Concédeme que no busque ser consolado, sino consolar;
que no busque ser comprendido, sino comprender;
que no busque ser amado, sino amar;
Porque dando es como se recibe, perdonando es como somos perdonados, y
muriendo en Ti es
como nacemos a la Vida eterna”.

PLEGARIA ROSACRUZ

(Si repites esta plegaria con regularidad, desarrollarás el conocimiento


interno de un modo
científico y espiritual)
“Acrecienta mi amor por Ti ¡Oh Dios! Para poder servirte mejor cada día.
Haz que las palabras de mis labios y las meditaciones de mi corazón sean
gratas a Tus ojos, Señor,
mi fuerza y mi redentor”

PETICIÓN
“Señor ayúdame a vivir cada día de una forma totalmente inegoísta,
de modo que cuando me arrodille ante Ti para orar,
mis plegarias sean siempre para el bien de los demás”

ANTES DE DORMIRSE
“Dios Mío, de todo corazón te pido,
que esta noche mientras mi cuerpo descansa dulcemente en sueños,
puedo yo trabajar fielmente en la viña del Señor,
ya que mi Espíritu no necesita descanso”.

“Repetición” es la nota-clave para adquirir un nuevo carácter


y unas nuevas costumbres”

CAPÍTULO XVIII

AUTOPROGRAMACIÓN

En sentido general, trata de resolver de antemano lo que nos puede


suceder por medio de
tomar una resolución positiva y repetir el ejercicio todos los días por
la mañana. Es una
programación visualizada, que a través de la repetición nos ayuda a
cambiar de actitud ante
determinados problemas. Si tenemos un problema con una persona, nuestra
resolución nos debe
llevar a terminar de una manera amistosa con ella, para ello, debemos
prevenir nuestra actuación de
acuerdo a cómo ella puede actuar respecto a nosotros. Es muy importante
seguir el plan seriamente
trazado, porque le hemos hecho por la mañana cuando tenemos la mente y
el cuerpo astral en
calma.
También es muy importante que nos programemos incluso en lo que pensamos,
cuanto más
nos visualicemos con buenas actitudes, palabras y pensamientos respecto a
la persona o problema,
más estamos fomentando dentro de nosotros esa línea a seguir. En la
autoprogramación debemos
crear imágenes de ayuda, buenos sentimientos y palabras de consuelo hacia
la otra persona. Es
importante que seamos sinceros en el momento de la autoprogramación para
que ésta sea correcta,
y que nos pongamos en su puesto y seamos optimistas para solucionar el
problema.
Resumiendo, debemos ver lo que va a ser todo nuestro día,
parándonos especialmente en
los problemas con personas o cosas para su estudio, meditarlos y crear
las imágenes llenas de
buenos sentimientos hasta ver que ese problema se soluciona. Pongamos un
ejemplo: Un problema
con un compañero de trabajo. En este caso tenemos que visualizarnos junto
a él creando buenos
sentimientos y pensamientos y, por supuesto, no creando otros malos como
lo veníamos haciendo.
Con esta actitud solamente ya estamos haciendo dos cosas: 1ª. No nos
estamos creando un mal
destino con esa persona, y 2ª. Estamos borrando y transformando lo malo
que teníamos en nosotros
mismos por lo bueno y nuevo que estamos ejercitando.
Después debemos continuar la visualización y programación de manera que
nos veamos
como mandamos -en forma de luz- todo lo mejor que le podamos dar y ver
cómo penetra en su
aura para después compenetrar su cuerpo de deseos, mental y físico, donde
llega al corazón y le
despierta buenos sentimientos hacia nosotros. A continuación pasaremos a
visualizar un encuentro en
el que, de alguna manera, nos hablamos de una manera sencilla, relajada y
amigablemente. Así
podemos continuar con otras muchas aspectos más, lo importante es que no
continuemos creando
malos pensamientos ni sentimientos contra él, porque esto anulará el
trabajo y el buen efecto de este
ejercicio.
Alguien dirá que hay personas que no admiten volver a tener esa
amistad, yo les digo que en
la mayoría de los casos -si se quiere y desea de corazón- si se puede
conseguir, aunque cueste y sea
un proceso lento. Lo importante es que luego, en la vida real, lo
intentemos porque si no lo hacemos
así nuestra programación nos poco. Este ejercicio lo recomiendo más bien
para superar problemas
personales y para cambiar nuestra manera de actuar en determinadas
circunstancias.
También lo debemos practicar por la mañana recién despiertos, quiero
decir que debemos
empezar a visualizarnos desde el momento en que nos despertamos para, a
continuación, ver cómo
actuamos, pensamos y sentimos en todo momento, pero sobre todo en
determinados sitios y con
determinadas personas con los que podamos tener inconvenientes.
Al crear este ejercicio me he basado en el conocimiento de que,
antes de renacer el Ego en
un cuerpo físico, visualiza lo que va a ser su vida futura y colabora y
se compromete a llevarla a
cabo con toda su buena voluntad, sabiendo que, lo adverso que tenga,
serán deudas pendientes que
debe intentar superar por el bien de su propio desarrollo.
Con este método debemos prevenir los problemas que nos pueden
surgir, para crear de
antemano la línea de actuación que debemos tener en esos momentos. Si
normalmente somos
alterados mental y emocionalmente, debemos visualizarnos en ese justo
momento y con esas mismas
personas, de una manera relajada y controlada.
Debemos programar cómo vamos a actuar, para que por medio de la
repetición de este
ejercicio, actuemos así en ese preciso momento, ya que nuestro Ego nos lo
recordará. Pongamos un
ejemplo: Si somos una persona de las que se inquieta y enfada cuando
conduce, y no aguanta los
atascos de la circulación porque siempre lleva prisa, entonces debemos
visualizarnos en nuestro
coche con un sentimiento de comprensión y tolerancia respecto a los demás
conductores. Debemos
pensar que lo que algunos hacen lo hemos hecho nosotros, o lo podemos
hacer aún; que si
estuviéramos en su puesto actuaríamos igual que ellos y no nos gustaría
que se metieran con
nosotros; debemos visualizarnos conduciendo con una sonrisa en los
labios, tranquilo y relajado,
porque sabemos que el enfado no nos lleva a ningún sitio; debemos
visualizarnos cediendo el paso a
otros que a su vez lo agradecen; debemos visualizarnos, en fin, todo lo
positivo que podamos
imaginar, con la seguridad de que, cuanto más lo repitamos, más fuerza
tendrá el arquetipo que
estamos creando para recordarnos -nada más montar en el coche-, que
tenemos que actuar así en
todas las circunstancias.
En el caso de que en la vida real no podamos solucionar el problema
por culpa del rechazo
de la otra persona, no nos tiene que preocupar, porque nosotros estamos
cumpliendo con las Leyes
Divinas. Es un deber humano terminar la vida en paz con todas las
personas, para así no tener
deudas pendientes con ellas para otra vida, por lo tanto, si nosotros
intentamos arreglar una situación
de todo corazón y no nos admiten, nosotros nos libramos de ese mal como
causa, y será el otro el
que deba hacerlo frente como tal. Pero eso sí, no miremos esto con
alegría o desprecio, sino más
bien con pena de que un hermano se está creando un karma que no le traerá
nada bueno.
En estos casos es bueno sentirse un foco de Luz que alumbre allá
donde estamos, esto nos
predispone a ir con una buena y espiritual intención. “Visualizad cómo
durante todo el día, y
particularmente ante esas situaciones, tenéis un aura de luz muy grande y
brillante; ved como rodeáis
con vuestra aura a esas personas, hasta ver cómo cambian todos los
aspectos del problema; pensad
que sois amor y, como tal, sois instrumentos de Dios para solucionar el
problema de la mejor
manera; visualizarlo con confianza y optimismo, notaréis cierto
sentimiento confortante y cierta
satisfacción.
Recordar que quien persiste vence y, aunque digamos que no, todos podemos
conseguir
nuestros objetivos, porque cuando nos ponemos a trabajar, siempre hay
Seres espirituales y
elevados que nos ayudan y que están al lado nuestro para alentarnos y
darnos fuerza, amor y luz.

“Antes de andar el Sendero


debemos crearle e identificarnos con él”

CAPÍTULO XIX

ACTUAR EN NOMBRE DE .....

Si tuviera que definir en pocas palabras el significado de este


ejercicio, lo haría de la
siguiente manera: “Trata de identificarnos tan profundamente con un
elevado ideal de nuestra propia
creación, que a la hora de actuar, sea él quien actúe en nuestro puesto”
Este ejercicio puede servir perfectamente a cualquier persona, sólo
es necesario que sepa
formar un ideal o modelo para que, por medio de la imaginación,
visualización y concentración, haga
de él, el más elevado de los ejemplos espirituales.
Con esta práctica tratamos de realizar los máximos objetivos a que
podemos aspirar aquí en
la Tierra, desde el momento en que nuestra vida está preparada para
comenzar el Sendero de
Santidad, este ejercicio nos puede llevar a ser un verdadero discípulo
del Maestro. En este proceso,
lo más importante es crear, por medio de la imaginación, un modelo
perfecto para, a continuación,
adaptarse al mismo; es idealizar constantemente y tratar de encarnar esas
idealizaciones elevadas.
Esto, sea en el nivel que sea, es una “razón de vivir”, una meta de
aproximación a ese modelo o Ser
espiritual.
Debemos lanzarnos a la conquista con decisión, como si fuera una única
oportunidad, sin
intentar ver los frutos que nos pueda traer, sino con la idea clara de
ser ese modelo de perfección.
Sólo debemos estar amparados por la seguridad y la plena confianza de que
Él es el único e
insustituible “modelo de vida”, el que guía nuestros pasos y nos arma con
toda su fortaleza.
A este método le llamo: “sustitución causal”, puesto que es una
afirmación constante de un
propósito espiritual que nos guía hacia las más altas realidades, es un
ejercicio fácil de practicar y de
asimilar. Dicho de otra forma, “Se trata de que ante cualquier
situación, sea del carácter que sea,
sepamos remontarnos en la conciencia a lo más elevado de nosotros mismos,
para actuar de
acuerdo a ese modelo de acción que hemos creado y que es lo más
elevado, que tenemos a
nuestro alcance.”
El modelo será el que la persona crea conveniente de acuerdo a su estado
de desarrollo
interno, pero ante todo, lo que sí debemos tener claro es que ese modelo
debe ser una imagen
perfecta de la espiritualidad que queremos desarrollar y alcanzar. Para
algunos será Buda, y para
otros puede ser la Virgen María, o cualquier otro Maestro espiritual o
Santo conocido, lo importante
es que siempre sea un ser sumamente espiritual que nos ayude o sirva de
guía para desarrollar las
cualidades morales y espirituales que nos hacen falta. De cualquier
forma, ese Ser será tan elevado,
real y perfecto, que estaremos convencidos de que en nuestros momentos de
decaimiento y
superación, Él nos enviará su rayo de Luz y esperanza, siempre que lo
necesitemos.
Por todo esto, es conveniente que elijamos un modelo muy especial,
él será la base de
nuestras acciones, será el motivo para tomar la iniciativa para
reemplazarle en todas sus funciones y
hacer que nuestras acciones sean una réplica exacta de la suya.
Naturalmente nuestra actitud debe
ser íntegramente activa y consciente en todos los acontecimientos que se
produzcan, debemos
prestar una gran atención hacia el desarrollo de los hechos, para ser
conscientes de todas y cada una
de las experiencias de la vida. Debemos vivir plenamente integrados en
sentido físico, emocional y
mental para que, gracias a todo esto, podamos introducir más Luz en los
vehículos inferiores y así
redimirlos de substancia gravitatoria o kármica y someterlos
progresivamente a las pruebas que nos
llevarán a ser Discípulos de un Maestro.
Esta práctica está basada en el hecho de que el Ego necesita puntos
elevados o metas, para
acelerar su evolución y no rezagarse en el camino y quedarse inactivo y
sin aspiraciones. El hilo que
nos debe unir a ese ideal debe ser el del Amor, la admiración y la
adoración, porque quien es capaz
de amar y admirar, dispone de una de las mayores fuerzas resultantes de
la humanidad.
Otra cosa importante es que ese ideal o modelo debe despertar en nosotros
amor y
estímulos de nobleza para amar lo grande y prescindir de lo pequeño, este
Ser debe ser un auxilio y
motivo de inspiración en nosotros, por eso, y entre otras cosas, he
elegido para este ejemplo a
Cristo, que es el más grande y evolucionado Ser que ha pisado la Tierra.
MECÁNICA DEL EJERCICIO

Yo aconsejo hacer este ejercicio de una manera imaginativa durante


un tiempo antes de
llevarlo a la práctica, por supuesto, siempre de una manera persistente.
Por las mañanas, al
despertarnos, debemos concentrarnos para crear y visualizar la imagen de
Cristo, esta debe ser
bella, humilde, sencilla y sobre todo, llena de Luz y Amor. Debemos
trabajar mentalmente con ésta
imagen hasta compenetrarnos con ella como si empezáramos a cambiar
gracias a su influencia.
Nos podemos servir de lo que queramos e incluso intentar hablar con ella
- a veces nos
habla-, pero sobre todo, es necesario tener siempre presente que es el
más elevado emblema del
Amor y del Sacrificio. Una vez que nos familiarizamos con Él lo
suficiente como para tener la
confianza de que vamos a conseguir que Él actúe en nuestro nombre,
pasaremos a la acción.
Pasar a la acción es tenerle siempre presente, es saber que Cristo
pensará por nosotros,
sentirá por nosotros y hablará por nosotros. Esto es algo así como estar
preguntándonos
constantemente ¿Cómo hablaría Cristo en mi puesto en este momento? ¿Cómo
actuaría Cristo,
ahora que tengo que hacer esta determinada obra? ¿Qué pensaría Cristo de
esto que acabo de ver
o que me acaban de hacer?
Este trabajo nos llevará a actuar poco a poco en Su Nombre, o mejor
dicho, permitirá que
Cristo mismo nos guíe ante todas estas situaciones. Con la práctica
veremos cómo cualquier cosa,
por muy pequeña que sea, la haremos en Su puesto e intentaremos sentir lo
que Él sentía en los
momentos de soledad y meditación. Debemos intentar comprender lo que
pasaba por su cabeza
respecto a los humanos y sus actitudes; debemos actuar como Él actuaba
siempre pensando en que
estaba sacrificándose para la gloria de Dios Padre; debemos intentar
comprender y sentir los
conceptos que Él tenía sobre la comprensión, tolerancia, bondad,
fraternidad y altruismo; debemos,
por fin, permitir que sea Él el que, compenetrándonos con Su Espíritu de
Vida, nos ilumine y nos
guíe en todas nuestras actuaciones momento a momento.
Sé que no es fácil, pero también pienso que, junto a la
retrospección y como complemento
de ella, es el mejor ejercicio de los que he practicado y explicado en
éste libro. Si conseguimos
llevarlo a la práctica, aunque sólo sea una hora, comprobaremos lo
beneficioso que es para nuestro
Espíritu. Si persistimos -y lo debemos hacer-, conseguiremos imitarle por
mucho más tiempo, y
comprenderemos lo grande y maravilloso que es éste Gran Espíritu, y el
gran sacrificio que hizo y
está haciendo por la humanidad pero, además, estaremos haciendo que
nazca en nosotros mismos
el niño Cristo que toda la humanidad debe desarrollar.
Con éste ejercicio podemos llegar a lo más elevado que podamos imaginar,
sólo es
necesario intentarlo y no dejar de persistir en ser el emblema de Amor
que fue Cristo.

“El que quiera ser el primero


que sea el último y el servidor de todos”

CONCLUSIÓN

Es bueno adquirir conocimiento, pero hay que tener cuidado de no


dejarnos llevar por él y
engañarnos a nosotros mismos respecto a su uso. “El conocimiento engríe y
el Amor edifica”, si el
conocimiento no nos sirve para hacernos mejores y ayudar a la humanidad,
de poco nos puede
valer, porque para Dios y para nuestro desarrollo no significa nada. El
conocimiento debe ser
llevado a la práctica y ser utilizado para enseñar a quien esté
preparado para recibirlo, si no es así,
es como si una persona que se hace el mejor matemático del mundo no
enseña sus conocimientos ni
los utiliza para el bien de la humanidad. Este conocimiento debe ser
filtrado por el corazón para
poder mostrar que nuestros sentimientos profundos están unidos a él y
listos para su uso.
El hombre debe vivir y evolucionar en el mundo, no puede recluirse,
así es que, lo ideal es
que aprovechemos este conocimiento para acelerar nuestra evolución; el
conocimiento debe ser
vivido para convertirlo en sabiduría y haciendo esto es como ayudamos a
la humanidad y nos
hacemos mejores servidores del mundo.
Todavía hay personas que muchas veces dicen ¿Por qué tengo que hacer yo
eso si lo puede
hacer otro? La respuesta esotérica más correcta sería “El que quiera ser
el primero que sea el
último y el servidor de todos”. Cristo es el Iniciado más elevado de los
Arcángeles y, sin embargo,
vino a enseñarnos el único y verdadero camino que hay que seguir: “El
servicio amoroso y
desinteresado a los demás”, éste es el camino más corto para alcanzar
nuestra meta de perfección;
luego entonces sería conveniente preguntarnos ¿Por qué no lo hago yo, en
vez de dejar que lo haga
otro? Si me gusta que me consuelen en mis momentos de decaimiento y
tristeza ¿Por qué no hacerlo
yo cuando otros lo necesitan? Si me gusta que me sirvan y ayuden ¿Por qué
no puedo ayudar y
servir yo? ¿Por qué no hacer yo a otros lo que me gustaría que me
hiciesen a mí? Si otros han
cambiado su carácter, temperamento, forma de vida y han elevado su moral
y espiritualidad por
medio del conocimiento esotérico, ¿Por qué no lo puedo conseguir yo?
Es correcto atender a nuestros deberes materiales y responsabilidades,
pero también es
cierto que podemos dedicar quince minutos diarios a nuestro propio
desarrollo interno, y prestar
atención a nuestra actitud y forma de actuar en nuestra vida cotidiana.
Esta es la mejor manera de
cambiar nuestro carácter y forma de ver la vida, pero acordaros que el
servicio amoroso, o un
sentimiento benévolo en todas nuestras actitudes, es imprescindible para
ir elevándonos día a día.
También es cierto que hay muchas personas que pueden decir: “yo sirvo
todos los días”, quizás sea
así pero, ¿Estas sirviendo porque es tu deber laboral o porque es algo
que te gusta? ¿Te esfuerzas
por servir en lo que no te gusta? Seamos sinceros y no nos engañemos, no
pongamos pretextos
absurdos para no sacrificarnos y obtener mejor desarrollo, debemos ser
conscientes de que nuestra
elevación espiritual no la podemos comprar, ni nadie puede actuar por
nosotros para conseguirlo.
Tenemos dos elecciones:
1ª. Ir dando vueltas alrededor de la montaña hasta llegar a su cima -como
meta para la
perfección espiritual-
2ª. Coger el camino más corto, empinado y recto que nos lleva a esa misma
cima, pero que
nos evitará mucho sufrimiento y pérdida de tiempo.

El desarrollo interno espiritual se obtiene gracias a cambiar todas


nuestras actitudes (en
pensamiento, palabra y obra) y en tener un esfuerzo continuo en servir
allá donde podamos. Esto
requiere sacrificio, pero según recorremos el sendero, vamos descubriendo
esa Luz y esa Verdad
que nos confortará de nuestros esfuerzos y nos dará la Paz que
necesitamos.
Cuando nos consagramos a la vida superior comenzamos a regenerarnos y
esta misma
actitud hace que demos de lado a todas nuestras malas costumbres. Esto a
su vez ,hace que veamos
la vida desde otro punto de vista más elevado y que comencemos a sentir
en nuestro interior, lo que
es la verdadera Vida del Espíritu.
Si queremos hacernos verdaderos servidores del mundo e imitadores
de Cristo para acelerar
nuestro regreso al Padre, debemos empezar cuanto antes a dominar nuestros
cuerpos, pero sobre
todo, a tener nuestra mente vuelta hacia el interior y siempre dirigida
hacia lo bueno y bello de la
vida.
Debe quedar claro, que nuestro cuerpo mental está compuesto de la materia
del mundo
mental de Dios -Mundo del Pensamiento-, que nuestro cuerpo de deseos está
compuesto de la
materia del cuerpo de deseos de Dios -Mundo de Deseos-, y así
sucesivamente. Entonces y
sabiendo esto, debemos comprender que nuestra primera meta debe ser
purificar todos esos
estados de materia y elevar su vibración por medio de ver lo bueno en
todas las cosas; hacer todo
como si fuera para Dios; imitar a Cristo; desarrollar ideales elevados
para trabajar en una
determinada línea; etc.
Esto sería algo así como si tuviéramos que purificar y hacer de nuestro
cuerpo físico un
cuerpo sano, empezaríamos por hacer deporte, no fumar, no beber alcohol,
tener la moral alta, los
pensamientos positivos, la alimentación sana, etc. Eso mismo, deberíamos
hacer con nuestra mente,
deseos y sentimientos. Si queremos elevarnos, debemos empezar a trabajar
para la purificación de
los cuerpos de tal manera que nos acerquemos -despacio pero sin pausa-, a
la vibración o
perfección que tienen estos mundos -Cuerpos de Dios-
El hombre no puede dar de lado su propio destino ni su meta, todos
somos hijos de Dios, y
como tal, debemos volver a nuestro hogar. En este recorrido somos libres
de actuar en bien o en
mal, pero según actuemos así será nuestro camino, lleno de espinas o
llano y cómodo de andar. Las
Leyes son justas y sólo nos dan lo que merecemos y lo mejor para nuestro
propio desarrollo, si
trabajamos “con” ellas, emprenderemos rápidamente el camino de regreso.
Está escrito que “Dios es Luz, si caminamos en la Luz como Él está en la
Luz, tendremos
comunión unos con otros” ¿Qué es caminar en la Luz sino actuar de una
manera amorosa y
desinteresada? También es Luz todo lo que intentemos beneficiar a los
demás; todo lo que nos salga
del corazón; todos nuestros sentimientos de ayuda, de oración, de
altruismo, de compasión, etc.,
todo eso y más es estar en la Luz”
Alguien puede pensar que eso es muy difícil de hacer, pero la verdad es
que todos podemos
estar de alguna manera en la Luz. Otro paso, quizás algo más elevado, es
el que indican estas otras
frases bíblicas: “Si nos amamos mútuamente, Dios está en nosotros y Su
Amor es perfecto en
nosotros”; “Dios es Amor, y quien permanece en el Amor, permanece en Dios
y Dios en él”. Es
conveniente meditar sobre el significado de estas frases, meditando
tranquilamente veremos qué
significado tan profundo y bello tienen, cuando lo comprendamos,
comprenderemos que podemos
estar en ese Amor que es Dios y Dios en nosotros. Quizás sólo sea un
momento, en una
determinada circunstancia, pero tarde o temprano sentiréis lo que esa
frase significa.
Si Dios es Amor, es omnipresente y nosotros somos sus hijos, o sea,
tenemos todas sus
cualidades latentes, significa que nosotros somos Amor, -aunque sin
desarrollar aún perfectamente-
Por consiguiente, somos una fuente de Amor inagotable. ¿Qué significa
esto? Significa que podemos
estar dando amor constantemente, cuando saludamos a alguien, cuando
escribimos, cuando
trabajamos, todo lo podemos hacer con amor hacia las personas o como si
fuera para Dios, porque
el Amor no se acaba nunca.
Aunque a alguien le parezca una tontería, he de decir que hacer esto es
como manifestar
desde nuestro interior una nueva forma de vida. Pero ¿Qué es el Amor? El
Amor es todo lo bueno
que podamos hacer con el sentimiento más profundo y elevado hacia los
demás. El servicio, la
comprensión, la tolerancia, la humildad, la sencillez, la benevolencia,
etc., etc., eso hace que
desarrollemos el amor, porque son grados inferiores del amor que, sin
embargo, nos llevarán a la
fuente de donde proceden.
Como dije al principio, no me considero un escritor, sino un
principiante que intenta andar el
camino espiritual por medio del conocimiento esotérico, el cual, me está
sirviendo de mucho en el
desarrollo interno. Por eso decidí escribir éste libro a modo de poner un
granito de arena más, para
que la persona que lo lea, también encuentre algunos medios para su
propio desarrollo espiritual. Yo
sé perfectamente que éste conocimiento no es mío, sino que me lo han dado
y, por lo tanto, no debo
guardármelo, por eso deseo que el que lo lea encuentre la Luz, no tengo
otros medios de darlo,
además de algunas conferencias y cursos, pero lo hago de todo corazón
porque, “las palabras se
pierden y los libros perduran”.
Creo que he cumplido con un deber que yo mismo me impuse, pero mi
satisfacción sería
más grande aún, si este libro sirviera para que otros, no solamente
aceleren su desarrollo interno,
sino que además, también siembren allá donde se encuentren.
Espero haber llegado a vuestros corazones para despertar ese
sentimiento de Hermandad y
Fraternidad, si lo he hecho, es muy buena señal, porque eso significa que
está desarrollándose la
Verdad y una nueva y más elevada conciencia en vosotros. Una Verdad que
os hará libres y os
emancipará de todo lo material para hacer de vosotros unos fieles
imitadores de Cristo. Espero
haber dado los suficientes conocimientos como para que, en vuestras
reflexiones, os deis cuenta de
que sois parte de un Espíritu Universal y Amoroso que se muestra en todo
lo que nos rodea, desde
el átomo hasta el sistema solar.
La fuente o Espíritu de todo lo manifestado es Dios, y por lo tanto, Dios
-Amor- está en
todo, si habéis comprendido esto, valoraréis hasta lo más insignificante
de la vida, porque, todo está
en un proceso de evolución, como nosotros mismos estamos haciendo.
Espero, por fin, que mis
palabras no sean mal interpretadas por algunas personas, no es mi
intención criticar ni dar una
imagen de fanatismo religioso ni nada parecido, sólo he querido dejar
claro mis opiniones sobre
ciertos aspectos, pero siempre con la sana intención de ayudar al lector
para que tome precauciones
y medite sus decisiones.
Finalizaré invitando a los lectores a renovar sus fuerzas y a
proponerse nuevas metas, para
dedicarse a colaborar con la humanidad y con los Seres superiores que
están trabajando desde los
mundos invisibles. El tiempo apremia, y cuanto antes comencemos, antes
seremos medios para
neutralizar la maldad que hay en la Tierra. Aunque sea muy poco lo que
podamos hacer, siempre
será útil, unos brillarán como una cerilla y otros lo harán como un gran
faro, pero todos somos útiles
para contrarrestar las fuerzas negativas que desestabilizan la armonía
del planeta. Por todo esto, yo
os pido, “Actuad como una Luz en la oscuridad, a la cual puedan acudir
otros que andan ciegos por
la vida.”

“Que el Amor se desarrolle en vosotros


y que vuestra luz se una a la Luz del mundo.”
(Contraportada)

A LOS QUE BUSCAN LA VERDADERA VIDA Y


LA LUZ DE LA VERDAD

Si buscas un contacto extraterrestre, si deseas desarrollar poderes


ocultos,
recibir enseñanzas de Ángeles, contactar con un maestro para que te diga
lo que tienes que
hacer o, aprender a hacer magia; no lo busques en este libro, pues no lo
encontrarás.

Si buscas cambiar tu carácter, tu forma de vida, tu concepto sobre las


personas y sobre
Dios, si deseas elevar tu conciencia hacia los mundos espirituales y, por
último, si buscas el
contacto con tu verdadero Maestro interno; entonces te aconsejo que lo
leas. Cada palabra,
cada frase y cada capítulo, está escrito con la intención de que cada
persona que “busca”,
encuentre medios para trabajar para su propio desarrollo y por el de la
humanidad.
Pero recuerda que lo que buscas lo llevas dentro de ti, yo no te voy a
regalar nada, sólo te
indicaré algunas formas de conseguirlo, eres tú, quien debe luchar y
trabajar para conseguir
llegar a la meta que te propongas.
“El que busca encuentra, el que pide recibe”, pero esta búsqueda tiene
recompensa cuando
lo hacemos de corazón y de manera desinteresada.

“El que tenga ojos que vea y el que tenga oídos que escuche”

Francisco Nieto Vidal


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