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Las arterias de Internet

Salvo un 10% que fluye por vía satélite, todos los correos electrónicos, accesos a páginas web. descargas multimedia
y compras on-line dependen de una maraña de cables submarinos a través de los cuales los datos viajan a la
velocidad de la luz.
El NAP de las Américas-Madrid empezó a funcionar en octubre de 2004. Este nodo de distribución de internet sirve
como puerta de enlace a la Unión Europea, América y el norte de Africa,

El corazón de la Red

-Network Access Point- El corazón de la Red de


las Américas en Miami es uno de los principales
puntos de acceso a la Red del mundo. En sus
instalaciones gestionadas por la firma Terremark
los cables intercontinentales por los que circula
internet emergen a través de un ramillete de
tubos de acero.
9900 km es la distancia que cubre el cable
submarino transatlántico Columbus III que
conecta EE UU las Azores Portugal España e Italia.

NAP de Madrid empezó a funcionar en octubre


de 2004 este nodo de distribución de internet
sirve como puerta de enlace entre la Unión
Europea, América y norte de África
Si pudiéramos vaciar los océanos de agua
veríamos como una red de cables negros de más de un millón de kilómetros de largo vagamente parecidos a las
mangueras de los bomberos serpentea a través del lecho marino. Las fibras ópticas que se encuentran en su interior,
unas hebras del grosor de un cabello protegidas por siete capas de materiales protectores, conectan todos los
continentes excepto la Antártida. Si
cortásemos alguna de esas conexiones interne
(dejaría de funcionar en Hong Kong Los
Ángeles o Valencia.)
Comunicación oceánica

Los datos enviados de este modo a través de


internet tardan menos de un segundo en
recorrer la distancia entre Europa y América.
Observado a cámara lenta, el proceso nos da
una idea del desafío tecnológico que supone
un acto tan sencillo como mandar un correo
electrónico y la considerable vulnerabilidad
física de las redes de ordenadores de las que
dependemos.
La travesía transatlántica de un e-mail
comienza una mañana en Madrid. Cuando uno
de los editores de la revista MUY
INTERESANTE envía a mi oficina de Miami
Beach en Florida, un texto corto de apenas 50
bytes como este: "Tenemos ya las fotografías
para esta noticia?". Si el mensaje fuera más
largo superior a 2.000 bytes seria dividido en paquetes para que la operación se hiciera de una forma más eficiente.
Al llegar a su destino, estos se vuelven a unir, conformando de nuevo el mensaje completo.
Vigilancia digital
Desde esta sala de control del NAP de las Américas, parecidas a las que se utilizan en las misiones espaciales los
técnicos comprueban el flujo de el estado de las líneas. Cuando el periodista hace clic, la pregunta sale disparada
hasta el NAP de Madrid un nodo de acceso a la Red situado en la calle Yécora de esta ciudad. El estratégico enclave,
mantenido por la firma Terremark y la Comunidad Autónoma de Madrid, ha convertido la urbe en la undécima
capital mundial de la conectividad.
Allí, el mensaje entra en una de las seis redes troncales del NAP y los impulsos eléctricos producidos en el ordenador
se convierten en una señal óptica. Luego, la información es empujada por pulsos continuos de rayos láser a través de
unas hebras de vidrio de 1.5 milímetros. El paquete viaja entonces hasta Conil de la Frontera, en Cádiz. No es un
secreto. pero pocos saben que cerca de esa población discurre buena parte de la información que intercambian
América y el sur de Europa a través de internet. Los datos penetran así en la estación del cable submarino Columbus
III, construido por Tvco, Alcatel y Maristel, y operado por un consorcio internacional que incluye a Telefónica. El
cable repta hasta una playa y desaparece bajo las olas sin que nadie sospeche de su existencia...

Devoradores de banda ancha - Tyco Resolute Montevideo

En completo funcionamiento desde el año


2000, el Columbus III recorre el Atlántico y
emerge en la ciudad de Hollywood, en el sur de
Florida. Anidados en el centro de este conducto
de 185 millones de euros hay dos pares de
fibras ópticas, A través de ellas pasan cinco
gigabytes de información por segundo (Gbps,
para un total de 20 Gbps. el equivalente a
250.000 llamadas telefónicas simultáneas. Es
más, la conexión podría aumentar en el futuro
hasta 1.6 terabyte por segundo, suficiente
banda ancha para que millones de personas
vean videos on-line de alta calidad sin cortes.
Esa capacidad extra de las líneas viene a ser
como si en una autopista se utilizaran los
carriles de emergencia como vías adicionales y se maximizara su uso llenándolas de autobuses en vez de vehículos
ocupados por un solo pasajero. Cuando estén plenamente desarrollados, otros avanzados sistemas de cable, como el
Apollo, que conecta Londres con Nueva York, podrían llegar a ofrecer hasta 3.6 terabytes por segundo.

Enchufados al mar

Este mapa muestra la red de cables submarinos por las que circula la señal de internet y algunos de los lugares por
los que las líneas penetran y emergen de los océanos. En total, la maraña se extiende a lo largo de más de un millón
de kilómetros.

La mayor necesidad de ancho de banda obliga a colocar 70.000 km de cables al alto

Y es que la voracidad de los consumidores de banda ancha parece crecer exponencialmente gracias, entre otras
cosas, al éxito de dispositivos como el iPad. La consultora TeleGeography calcula que para 2015 la demanda
internacional habrá crecido un 40%, lo que equivale a una transmisión de datos de unos 39 terabytes por segundo.
Cada minuto subimos 20 horas de video a YouTube.
Y cada año colocamos 70.000 kilómetros de cable bajo tierra y mar.

Batalla contra los elementos

Todos los días, el Columbus III se enfrenta al oleaje V las mareas. que frotan el cable contra el fondo marino. Las
rocas conspiran para cercenarlo v las dunas quieren cambiar su dirección. Las anclas le caen encima, las redes de los
pesqueros se enredan en él y la fauna marina se empeña en colonizarlo o morderlo. Los tiburones se ven atraídos
especialmente por el campo electromagnético que se genera a su alrededor. Afortunadamente para mi mensaje, el
cable está revestido por una cubierta blindada compuesta por una capa de polietileno, cinta de mylar, cables de
acero. una barrera de aluminio repelente al agua otra de policarbonatos, tubo de cobre y aluminio y parafina
lubricante.
Estas siete láminas son las responsables de
que cada metro de cable pese unos 10 kilos
El primer cable que AT&T tendido en los 80
entre Gran Canaria y Tenerife solía ser
mordido por tiburones cocodrilo, estos
confundían las señales electromagnéticas
que generaba con las de sus presas.

Menudo viaje

Los e-mails entre la sede de MUY


INTERESANTE y la oficina de nuestra
corresponsal en Miami viajan por un cable
protegido por 7 capas de materiales que
sufre todo tipo de agresiones. Para
recuperarlo, los buques cableadores usan un
gran anzuelo.

Siempre en obras

A medida que la manguera avanza por el


lecho marino. las amenazas cambian. Las
redes de los barcos dan paso a terremotos
erupciones volcánicas, y los tiburones son sustituidos por cachalotes, que pueden llegar a confundir el cable con uno
de los brazos de un calamar gigante. Cualquiera que sea la razón, lo cierto es que estas instalaciones sufren daños y
requieren atención constante. Los buques cableros no dan abasto -sólo la firma Tyco posee 11 naves. Localizar una
canalización que está a miles de metros bajo la superficie, subirla a bordo, reconectar las casi invisibles fibras ópticas
y recolocarlo todo exige el uso de sumergibles robotizados, manos de cirujano y mucho cuidado, sobre todo para
lidiar con los 10.000 voltios que corren dentro del cable. Peor aún, la mayoría de los robot submarinos no funcionan
mas allá de los 4.000 metros de profundidad, cuando buena parte de la estructura yace a unos 7.000. Muchas veces
es preciso pescar el conducto con una especie de anzuelo equipado con sensores para detectarlo.

En busca de costurones

Para localizar los tramos de cable que han sufrido desperfectos y recuperarías del fondo marino, se suelen usar
robots manejados por control remoto como el Hector 3 capaz de sumergirse a 2.000 metros.

Subidon on-line

Unos operarios sitúan en una playa ce Mombasa, en Kenia. una hebra de fibra óptica tendida desde los Emiratos
Árabes Unidos por un barco cablero. Esta mejorará la conectividad de todo el este de África.

Video
http://www.youtube.com/watch?v=zlrBMZTtN_o Este mini documental muestra la actividad a bordo del buque
cablero ILE DE BREHAT, operado por Alcatel-Lucent para tender una línea submarina de comunicaciones a lo largo
de !a costa occidental de África.

Los usuarios, sin embargo, apenas percibimos estos problemas, ya que en caso de producirse una ruptura el tráfico
es desviado instantáneamente a otras autopistas paralelas. Eso si, en las zonas menos cableadas la pérdida de una
línea importante puede dejar a oscuras uno o más países. Eso fue lo que sucedió en 2006, cuando un terremoto de
magnitud 7 quebró los cables entre Filipinas y Taiwán, v desconectó el sureste asiático Y en 2008, un fallo de las
comunicaciones en el Mediterráneo medio aisló durante semanas a la India y Oriente Medio.

Un empujoncito por favor

En la profundidad atlántica, los paquetes de


datos que viajan por el Columbus III cruzan
90 estaciones repetidoras, Colocadas cada
100 kilómetros, estas amplifican la señal.
Finalmente, el cable emerge en Florida, en la
terminal de la calle 215 NE de Hollywood.
Desde allí. el mensaje sigue las vías del tren
hasta el centro de Miami, donde penetra en
las instalaciones de Terremark. un bunker
sin ventanas coronado por tres grandes
esferas que parecen pelotas de golf.
El edificio, de seis pisos y paredes de
hormigón reforzado, aguanta vientos de 250
km/h. No en vano, es uno de los principales
bastiones de internet en EE UU, punto de
intercambio del 90% del tráfico entre
América
y el sur de Europa. Si los cables submarinos
son las arterias de la Red, este NAP de las
Américas-Miami es su corazón. Así lo indica
Xavier González, vicepresidente de
comunicaciones corporativas, mientras recorremos parte de esta fortaleza.
Apagón global

En una de las meet- point -rooms del edificio, sala donde se facilita la interconexión entre operadores, los cables
surgen a través de un ramillete de conductos de acero. Desde allí se conectaran con los 1.400 clientes de Terremark,
desde Facebook al Departamento de Defensa de EE UU o la mismísima ICANN organización que otorga los nombres
de los dominios.
Como ramas de árboles en una selva de alta tecnología, los cables se dividen hasta llegar a los cubículos que esos

clientes tienen en diferentes pisos del edificio. Cada uno es una jaula de metal llena de computadoras que
parpadean constantemente y desde las que se envía la señal a los servidores en el resto del país, que a su vez la
despachan a los ordenadores de los usuarios. La información gubernamental se remite a otra sede de Terremark, en
Virginia, un fortín custodiado por fuerzas de seguridad expertas en antiterrorismo.
Mi mensaje está navegando en alguna parte de este lugar, el escenario ideal de una novela futurista. Varios técnicos
mantienen los ojos pegados a pantallas que muestran el flujo de datos y los signos vitales del edificio. El aire
acondicionado mantiene la temperatura a 24 grados los transformadores garantizan que no habrá fallos eléctricos; y
los generadores diesel aseguran el suministro energético durante semanas, aunque se produzca una caída de la red.
En caso de desastre. Miami tiene órdenes de restaurar la energía de este lugar al mismo tiempo que la de los
hospitales y la policía. Un fallo produciría un apagón de internet a escala global. Así que la próxima vez que pienses
que tu conexión va lenta, puede que no se deba a un fallo en un servidor. Quizá, simplemente, es cosa de un tiburón
maleducado.
mailto:nemafe1@gmail.com http://cx6dak.blogspot.com/ - RSS

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