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ANÁLISIS DE LA AGRICULTURA NACIONAL Y PROVINCIAL

Documento preparado para la Convocatoria de Proyectos de Innovación para la


Industria Agroalimentaria, CORFO, junio 2007.

Autores:
Saavedra, J., Ingeniero Forestal
Delgado M, Ingeniero Agrónomo
Chamorro, A. Administrador Público, Magíster © en Ciencia Política.

2007. Proyecto “Sistema de Apoyo Técnico Local para la integración de productos y servicios agrícolas a
la cadena de valor del sector agrofrutícola y agroindustrial de las comunas de Buin y Paine. Convocatoria
de proyectos de innovación para la industria agroalimentaria, CORFO. Servicios Integrales para el
Desarrollo, SIDE LTDA., OTEC Instituto de Estudios, IEAC LTDA., ASOEX, AGROCAP. 159 pp y
anexos.

La industria de fruta fresca chilena se caracteriza por tener más de 7.800 productores, 250.000
hectáreas de cultivo y 518 empresas exportadoras, que envían más de 75 especies de fruta a
más de 100 países en todo el mundo.1 Tal desarrollo de la fruticultura se debe básicamente a la
producción y exportación de productos de alto estándar, consumido por una población de altos
ingresos y en un período de baja oferta de fruta en los países desarrollados, aunque en la
actualidad el sistema exportador chileno ha adoptado tecnologías que han afectado la
comercialización y precios de la producción interna de fruta de los países importadores.2

Mantener esta posición, con los altos niveles de competencia que existen hoy, requiere de
investigación constante, conocimiento y adaptación de técnicas y/o métodos que permitan
ofrecer al consumidor final un producto de gran calidad. De hecho, algunos especialistas han
alertado acerca de ciertos problemas que se pueden presentar en el corto plazo y que podrían
afectar seriamente esta situación con el mercado europeo y otros países o mercados receptores
de frutas y productos agroindustriales de Chile, si no se toman las medidas suficientes
destinadas al desarrollo de los sistemas de producción agrícola integrada3 y si no se investigan
e introducen procesos que permitan llegar al mercado con una fruta de mayor calidad
organoléptica.4

Las tendencias mundiales en relación con la producción y el consumo evidencian que la


competitividad, la innovación y el marketing constituyen aspectos de primer orden para todas
las empresas, tanto en la actualidad como en el futuro. Lo cual se materializa
fundamentalmente en el desarrollo, introducción y lanzamiento de nuevos productos y servicios
demandados por segmentos de mercados a los cuales se pretende satisfacer sus necesidades
y deseos5.

1
http://www.cffa.org/list_es.shtml
2
Editorial. Agronomía y Forestal UC. Juan Pablo Zoffoli
3
Ediciones especiales El Mercurio On Line. 27 de noviembre de 2006
4
FIA.Boletín cuatrimestral 2004.agosto de 2004
5
Un acercamiento a la competitividad empresarial y la satisfacción de clientes y consumidores. Hugo de Rojas Gómez. Dpto. de
Marketing. Facultad de Economía.U.H. e-mail: hugor@fec.uh.cu

Edificio San Martín. Avda. San Martín 347, Buin. E-mail: capacita@ieac.cl Tel. 8220374
Para que la industria mantenga su liderazgo, es necesario adquirir herramientas que permitan
protegerla de la creación de variedades patentadas, el pago de royalties y el aumento en los
requerimientos medioambientales; los cuales pueden restringir su desarrollo futuro.6 Es así que
parte de la política agraria nacional ha derivado en la creación de un Consorcio Frutícola en
varias regiones del país. Las actuales regulaciones en los países desarrollados implican mayores
exigencias para los exportadores en cuanto a gestión ambiental, con la correspondiente
certificación ecológica, sanitaria y toxicológica. En muchos países se han establecido normas
para la seguridad alimentaria, muchas de las cuales requieren el sistema Análisis de Riesgos y
Control de Puntos Críticos (HACCP). Por la creciente preocupación por los alimentos libres de
riesgo toxicológico o microbiológico se han establecido procedimientos para resguardar la
calidad, inocuidad y el cumplimiento de las regulaciones internacionales correspondientes. Las
normas ambientales, así como la seguridad laboral van teniendo cada vez mayor importancia
en el acceso a los mercados internacionales, incluso se ha llegado a certificar bajo los
estándares de las buenas prácticas agrícolas (BPA) a nivel de retailers y mayoristas bajo
normas EUREPGAP.7

Pese a este panorama, el sector agroexportador chileno sigue la tendencia acelerada a la


temporalización de los empleos. En el agro hay un cambio en el uso del suelo y sobre todo en
los paquetes tecnológicos aplicados, lo que ha incrementado notablemente los rendimientos en
el sector, pero también ha significado desplazar mano de obra de la actividad y, sobre todo, ha
significado un cambio radical en la estructura del empleo rural: predomina el trabajo temporal y
se reduce significativamente la condición de trabajador permanente.8

Mientras el trabajo se basa en ritmos intensos, el pago a trato o por producción, los riesgos, la
indefensión previsional y de salud, que son algunos de los factores que manifiestan
precariedad del empleo temporal agrícola y que van más allá de la estacionalidad del ciclo
productivo9, se presenta una situación completamente antagónica y que forma parte de las
políticas nacionales; la profesionalización del empleo agrícola, mediante la certificación de
competencias laborales, las cuales presentan estándares deseables en los trabajadores
agrícolas, con vigencia en 200710.

Actualmente los trabajadores temporeros son un grupo heterogéneo, disperso y sobre todo
bastante móvil, lo que les hace individuos con identidades complejas, sin organización ni
participación social y por lo tanto con muchos problemas culturales, sociales y económicos. Este
grupo está constituido en más del 50% por mujeres.11

En relación con el flujo tecnológico, a nivel nacional ya se utiliza el sistema de educación a


distancia y capacitación a través de sitios web12; sin embargo, se presentan los siguientes
desajustes; el primero es la centralización de la oferta de capacitación para profesionales del
agro y no para su mano de obra. De acuerdo a la Guía de Recursos para la Capacitación en el
Agro (FUCOA, 2003) aproximadamente el 58 % de los cursos de capacitación están enfocados
al sector empresarial, profesional y técnico. El 24 % de ellos se dirigen preferentemente hacia
trabajadores agrícolas y solo el 12% considera herramientas para pequeños y medianos
productores, mientras el porcentaje restante corresponde a público general.

6
Ediciones especiales El Mercurio On Line. 27 de noviembre de 2006
7
AGRONOMIA Y FORESTAL UC • 17. Juan Arentsen. Depto. Ciencias Vegetales
8
Proyecto de infraestructura básica rural. Ev.Social resumen con plan de acción. Versión oficial. SUBDERE. Chile. Sept. 2004. 105 pp.
9
Temas laborales Nº 5. Precarización del empleo ¿Un mal moderno?. Malva Espinosa
Verónica Riquelme, Irene Rojas, Hugo Yanes
10
Estándares frutícolas. Programa de Certificación de Competencias Laborales y Programa de Educación y Capacitación Permanente
Chile Califica. Chilecalifica, Sence, Asoex, Fundación Chile. 2005.
11
A.Salas. Evaluación del impacto atribuido a la capacitación de temporeras en la Comuna de Buin, Región Metropolitana. Memoria Ing.
Agrónomo.U. de Chile. 76 pp.
12
www.fucoa.gob.cl, www.caduc.cl, entre otros

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En relación con las actividades de capacitación ejecutadas el año 2005 por el Sistema de
Franquicia Tributaria, alrededor del 40% de las actividades en la Región Metropolitana fue
aprovechado por los niveles ocupacionales ejecutivo, profesional y mando medio. El nivel
administrativo alcanzó cerca del 36% y los niveles trabajador calificado, semicalificado y no
calificado alcanzaron conjuntamente el 27% (Cuadro Nº 1)13.

Cuadro 1. Actividades de capacitación ejecutadas por Sistema


Franquicia tributaria, SENCE 2005
Región Metropolitana País
Nivel ocupacional % %

1 Ejecutivos 4,74 3,97


2 Profesionales 24,50 23,51
3 Mandos medios 7,67 8,07
4 Administrativos 35,94 30,12
5 Trabajadores calificados 20,51 26,02
6 Trabajadores semicalificados 3,69 4,60
7 Trabajadores no calificados 2,95 3,71

Comparando los resultados de la Región Metropolitana con el total país (Cuadro 1), el segmento
que representa a los trabajadores calificados, semicalificados y no calificados de la RM presenta
entre un 20% y un 21% menos de acceso a las actividades de capacitación ejecutadas por
Sistema de Franquicia Tributaria, hecho que evidencia notoriamente más la brecha entre niveles
ocupacionales de mayor calificación y la necesidad de dirigir mayores esfuerzos a los segmentos
menos favorecidos, para lograr un mayor equilibrio en el desarrollo de competencias, para que
la mano de obra pueda responder con mayor rapidez y eficiencia a la dinámica de cambios de
las empresas del sector.

El segundo desajuste es el nivel de manejo de tecnologías informáticas por parte de la


población objetivo de las capacitaciones, que muchas veces es insuficiente e incluso inexistente.
El reducido grado de alfabetización digital de los niveles ocupacionales más bajos les limita aun
más la posibilidad de informarse y actualizarse de los procesos de cambio que vive el país y el
mundo bajo el concepto de globalización de mercados, hecho que reduce crecientemente en el
tiempo sus posibilidades de inserción y permanencia en el mercado laboral. Paralelamente, la
modernización de la gestión tiene como elemento estratégico la permanente revisión y
actualización de los sistemas de información sobre variables críticas y soporte a la toma de
decisiones. Es así como en respuesta a la pérdida de confianza de los consumidores hacia los
alimentos y/o productos alimenticios, surge la necesidad de identificar, registrar y transparentar
todo el proceso a lo largo de la cadena alimentaria, aspecto que se ha hecho posible gracias al
concepto de trazabilidad de los productos.14

13
www.sence.cl
14
www.logistec.cl edicion nº 37. Lunes 27 de Noviembre de 2006. Un acercamiento a la competitividad empresarial y la satisfacción de
clientes y consumidores. Hugo de Rojas Gómez. Dpto. de Marketing. Facultad de Economía.U.H. e-mail: hugor@fec.uh.cu

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La experiencia muestra que la capacitación aislada de programas de desarrollo productivo, o al
menos de planes de explotación y estrategias de comercialización, pierden efectividad. Los
nuevos programas buscan integraciones con los planes de desarrollo y con el crédito15. A nivel
general, las empresas grandes y medianas hacen un mínimo uso de los recursos estatales
disponibles para capacitación, y las capacitaciones más recurrentes están asociadas a
exigencias normativas. Por esta razón los recursos se destinan a programas de Becas, dónde la
OTIC discute con SENCE los temas que parecen más relevantes, pero la información SENCE-
OTIC en muchos casos no es la misma que maneja la empresa, ente que finalmente debería
aprovechar estos recursos capacitando trabajadores permanentes y transitorios, impactando
con ello de mejor manera su propia productividad. A pesar de los avances en esta materia, los
OTIC generalmente financian cursos de poca duración y baja frecuencia16.

El otro problema que se presenta, es el flujo extemporáneo de los recursos destinados a


capacitación; hecho que obliga a que las capacitaciones agrícolas generalmente deban
realizarse desde Septiembre en adelante, momento en que la mayor parte de las empresas
presentan su máxima actividad anual, existiendo entonces una superposición con la plena
producción agrícola Octubre-Abril, con escasas posibilidades de capacitar a sus empleados. Se
suma a esto que no existen adecuados instrumentos para favorecer la capacitación de
empresas pequeñas, ya que frecuentemente no tienen caja para usar la franquicia y no pueden
acceder al FONCAP, porque su planilla de sueldos es superior al máximo permitido17.

CORFO (2005) realizó un detallado estudio de la Provincia del Maipo, en el cual considera la
posibilidad de crear un Centro de Formación Técnica en un área agrícola específica, destinado a
la formación de 1.200 alumnos al año y la capacitación de 1.047 personas, según resultados del
diagnóstico. Este proyecto tiene un horizonte de planificación de 5 años18.

Dicho estudio evidenció que:


- Las empresas no disponen de personal con la formación necesaria;
- En la mayoría de los casos la capacitación surge como una necesidad del personal;
- Existe por parte de las empresas, un escaso conocimiento de SENCE
- Los cursos de capacitación son poco utilizados.
- Las principales restricciones con que se encuentran las empresas para capacitar a su
personal son:
- La época del año en que pueden asistir a cursos (por un tema de estacionalidad
de la actividad),
- Ausencia de cursos modulares.
- Distancia entre la empresa y el lugar en que se realizan los cursos y/o
capacitaciones.
- A pesar de existir oferta de capacitación especializada para el sector, ésta no
necesariamente responde a las verdaderas necesidades de la industria, ya que
la mayoría de la amplia gama de oferentes, no interactúa directamente con las empresas
del sector19.

Un estudio econométrico en relación con la franquicia tributaria, concluyó que la capacitación


tiene un impacto positivo sobre los salarios de los trabajadores. En dicho estudio, en promedio,
la inversión en actividades de capacitación se traduce en un incremento del salario mensual de
11,5% a la vuelta de dos años (1999)20.

15
ID 8
16
Información interna IEAC
17
Información interna IEAC.
18
Proyecto Centro de formación técnica del vino. CORFO 2005.
19
Proyecto Centro de formación técnica del Vino. CORFO 2005.
20
Estudio Evaluación Económica de la franquicia tributaria para le inversión en capacitación en la empresa. SENCE, MINECON. 1999.

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Por otra parte, una investigación realizada en la Comuna de Buin, en relación con el
seguimiento y la evaluación del impacto atribuido a la capacitación de temporeras, demostró
que posteriormente a la capacitación, adquiere mayor importancia el desempeño
considerando normas de higiene, manipulación de alimentos, prevención de riesgos, entre otros
aspectos. Del mismo modo, los jefes encuestados consideraron la capacitación como una
herramienta importante y necesaria para mejorar los procesos productivos de la empresa.21

De acuerdo a estadísticas del año 1998, los sectores menos intensivos en mano de obra
(Minería y Energía, por ejemplo) realizaron un gasto por trabajador ocupado de hasta veinte
veces más de lo que realizaron sectores más intensivos en mano de obra (Agricultura,
Construcción). También se concluyó que en los sectores menos intensivos en mano de obra se
capacitó a casi la mitad de los trabajadores ocupados cada año. En contraposición a lo anterior,
en los otros sectores (por ejemplo: Agricultura, Servicios Estatales) se capacitaba a uno de cada
veinte al año.22

Para que la capacitación tenga un real efecto, debe estar ligada con la asistencia técnica, la
transferencia de tecnologías y la inspección. En este sector la capacitación aislada de otras
actividades no parece ser en la actualidad una opción real. Aun cuando los productores podrían
beneficiarse de la capacitación técnica mejorando su productividad y rendimientos, ellos no
hacen inversiones directas para mejorar sus conocimientos, salvo en casos excepcionales donde
cooperativas de productores contratan los servicios de ingenieros agrónomos, veterinarios y
técnicos agrícolas. Esto se debe a diferentes razones, como son la dispersión geográfica, el
desconocimiento de la oferta de capacitación y al bajo o nulo acceso al mercado de capitales
para financiar este gasto23.

El sector agrícola chileno cuenta con un sistema de incentivos para la investigación, innovación
y desarrollo, el cual consiste en la generación de proyectos de Investigación y Desarrollo e
Innovación (incluyendo Innovación Agraria) que se adjudican vía Fondos Concursables,
generales o específicos del sector. Este sistema ha permitido innumerables avances en materias
como biotecnología, desarrollo de nuevos productos, implementación de sistemas informáticos
y tecnologías que optimizan la producción y los recursos productivos, por nombrar algunos
avances. La gran tarea pendiente es hacer efectiva la transferencia tecnológica, no solo hacia el
mercado o sector beneficiario objetivo, sino también hacia quienes emprenden un pequeño o
mediano negocio, con la intención de participar de los beneficios de la información y
herramientas tecnológicas, que muchas veces son inalcanzables por sus costos, procesos o
resistencia al cambio.

21
Salas. 2004. Evaluación del impacto atribuido a la capacitación de temporeras en la Comuna de Buin, Región Metropolitana. Memoria
Ing. Agrónomo.U. de Chile. 76 pp.
22
Evaluación económica de la franquicia tributaria para capacitación. SENCE.MINECON.1999.
23
Labarca, G. 1997. Demanda de trabajadores calificados y capacitación para la agroindustria: el caso de Chile. Proyecto CEPAL/GTZ:
"Políticas para mejorar la calidad, eficiencia y la relevancia del entrenamiento profesional en América Latina y el Caribe" (FRG/96/S38).
LC/R.1747 de 2 de septiembre de 1997.

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Los productores pequeños tienen dificultades mayores para iniciar mejoras tecnológicas
importantes. En primer lugar por la falta de créditos, a lo que se suma una serie de otros
obstáculos para la inducción de tecnologías, como son la aversión al riesgo, bajo nivel cultural,
desconocimiento de la oferta tecnológica, incapacidad financiera para asumir el costo de
introducir tecnologías cuyos rendimientos no son inmediatos, entre otros. Sin embargo, estas
restricciones para la modernización en pequeñas propiedades no ha provocado concentraciones
de la tierra ni tampoco la constitución de grandes explotaciones agrícolas para proveer a la
agroindustria. En parte porque para la producción de hortalizas y frutas, por razones sanitarias,
tecnológicas y de mano de obra, la escala óptima no es la gran explotación agrícola, sino la
mediana y pequeña explotación, y también porque el mercado de tierras en las zonas cercanas
a las agroindustrias (periferia de ciudades) no ofrece incentivos para ello.24

El cuadro 2 muestra que existe un total de 1.133 proyectos adjudicados a la fecha, vía Fondos
Concursables, para el sector agrícola. Pero probablemente un escaso porcentaje de ellos logra
traspasar la barrera natural de la transferencia tecnológica efectiva, alcanzando llevar a la
práctica los avances generados en la etapa piloto; hecho que se produce principalmente por las
dificultades presentadas para sustentabilizar y rentabilizar los avances científico tecnológicos
en el corto plazo, ya que generalmente el financiamiento de los proyectos no se extiende más
allá de 3 años.

Cuadro 2. Número de proyectos del área agroindustrial y agrícola ordenados por rubro
adjudicados por sistema de Fondos Concursables de innovación, investigación y desarrollo***
Cereales 38 3,4%
Cultivos industriales 15 1,3%
Leguminosas 25 2,2%
Otros cultivos y cereales 10 0,9%
Viñas y vides 136 12,0%
Pomáceas 52 4,6%
Carozos 49 4,3%
Otros frutales hoja caduca 15 1,3%
Cítricos 24 2,1%
Olivos 24 2,1%
Otros frutales hoja persistente 30 2,6%
Frutales de nuez 27 2,4%
Berries 65 5,7%
Otros frutales menores 11 1,0%
Frutales tropicales y subtropicales 12 1,1%
Otros frutales 53 4,7%
Hortalizas de frutos 79 7,0%
Bulbos 20 1,8%
Tubérculos 35 3,1%
Hortalizas de hoja 39 3,4%
Hongos comestibles 15 1,3%
Otras hortalizas y tubérculos 33 2,9%
Plantas medicinales, aromáticas y especias 57 5,0%
269 23,7%
1.133 100,0%
*no considera flores y follaje
** FIA, FONDEF, FONDECYT, FDI, FONTEC, SAG
Fuente: Adaptado de Base de datos electrónica FIA
http://www.fia.cl/db_nac_proyectos.asp

24 id. 23

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Al año 2005, existen alrededor de 125 instrumentos de fomento para la micro, pequeña y
mediana empresa, de los cuales 29 de ellos son de uso específico para la agricultura25.
Extendiendo el alcance de éstos, el Ministerio de Agricultura presenta 75 instrumentos para el
sector26. Estos instrumentos son de gran importancia para la zona, sin embargo parecen
desconocidos o poco comprendidos por muchos agricultores y empresarios de la provincia,
principalmente porque no tienen acceso eficiente a la información o les cuesta mucho ser
beneficiados con alguno de ellos27.

Al igual que en otros países, las principales dificultades a que se expone el sector PYME y MIPE,
radican en dos características: Por una parte, los factores económicos conllevan la percepción
de riesgo excesivo, falta de financiamiento adecuado, gasto necesario excesivamente elevado,
período de gastos sin ingresos demasiado prolongado, y; por otra parte, el escaso potencial
innovador hace que el gasto en I+D sea muy pequeño, que se produzcan importantes
limitaciones de la I+D propia, falta de personal adecuado y de tecnologías de la información,
carencia de información de los mercados, dificultad para controlar los costos de la innovación,
resistencia al cambio de la empresa, deficiencias en servicios externos y finalmente, escasez de
oportunidades para la cooperación28.

Colocar a los proveedores de insumos en el nivel tecnológico apropiado para satisfacer la


demanda de la agroindustria, implica modificaciones importantes en la gestión de las unidades
productivas y en las formas de relación con el entorno, muy diferentes de las tradicionales. Se
trata de una versión sectorial de un problema genérico en la región, que es el de lograr cerrar
la brecha tecnológica entre los distintos sectores de la economía. En este caso, entre la
agroindustria con un grado de avance tecnológico superior, los proveedores de materias primas
y también con los intermediarios entre productores e industria. Las modificaciones que deben
introducir los proveedores de materias primas son muy similares a las que deben hacer los
productores para el consumo directo en mercados que demandan calidad; ahí también hay una
brecha por cerrar.29

Al observar objetivamente la situación de la Región Metropolitana, se aprecia que sus cuatro


zonas de cultivo principales están ubicadas en la periferia. Para el caso específico de la
Provincia del Maipo, el cuadro 3 muestra que el principal cultivo, de acuerdo la superficie
plantada, es la vid de mesa, seguida de nogal, ciruelo japonés, duraznero de consumo fresco y
nectarino. Los principales cultivos frutales de exportación corresponden a Uvas (36,8 de la
exportación frutícola regional (EFR)), Paltas (9,5 % de la EFR), Ciruelas (9,4 % de la EFR) y
nectarines (7,8 % de la EFR).30

25
APYME-USACH. 2005. Manual de instrumentos de fomento productivo para micro, pequeña y mediana empresa. 108 pp.
26
MINISTERIO DE AGRICULTURA. ODEPA. Instrumentos de fomento para el sector silvoagropecuario. Política de Estado par la
agricultura chilena 2000-2010. 2002. 166 pp.
27
Juan Rodríguez Leiva. Presidente Agrupación de feriantes productores Feria Manuel Rodríguez yPresidente de la Junta de Vecinos
Nº 2, Las Colonias, Buin. Consulta personal.
28
Un acercamiento a la competitividad empresarial y la satisfacción de clientes y consumidores. Hugo de Rojas Gómez. Dpto. de
Marketing. Facultad de Economía.U.H. e-mail: hugor@fec.uh.cu
29
Labarca, G. 1997. Demanda de trabajadores calificados y capacitación para la agroindustria: el caso de Chile. Proyecto CEPAL/GTZ:
"Políticas para mejorar la calidad, eficiencia y la relevancia del entrenamiento profesional en América Latina y el Caribe" (FRG/96/S38).
LC/R.1747 de 2 de septiembre de 1997.
30
CIREN-ODEPA. Desde 01-09-2004 al 31-08-2005.

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Cuadro 3: Superficie total plantada por especie frutal en la Región Metropolitana.

Buin Paine Calera de Tango San Bernardo Provincia


Especie Superficie (ha) Superficie (ha) Superficie (ha) Superficie (ha) Superficie total (ha)
Vid de mesa 1.778,80 1.236,47 455,71 3.470,98
Nogal 830,58 465,42 363,09 684,59 2.343,68
Ciruelo japonés 610,43 425,85 303,27 259,70 1.599,25
Duraznero consumo fresco 516,49 443,74 195,95 184,87 1.341,05
Nectarino 515,45 384,33 227,88 196,08 1.323,74
Almendro 173,65 681,69 162,74 282,18 1.300,26
Ciruelo europeo 650,29 303,52 235,88 1.189,69
Duraznero tipo conservero 256,35 197,43 99,81 101,42 655,01
Palto 160,28 358,54 29,37 21,03 580,54
Kiwi 102,47 182,24 117,74 51,12 569,22
Damasco 177,24 150,56 24,00 83,95 453,57
Cerezo 127,82 132,62 43,70 61,51 435,75
Peral 74,73 103,20 114,08 53,82 365,65
Naranjo 28,76 244,41 17,13 14,25 345,83
Limonero 28,88 151,07 11,40 24,18 304,55
Manzano rojo 93,19 66,16 1,10 19,95 215,53
Pluots 21,53 20,13 31,76 11,30 180,40
Manzano verde 27,13 8,99 0,50 17,55 84,72
Membrillo 11,65 35,12 54,17
Mandarino 45,99 46,77
Tuna 19,26 0,50 45,99
Olivo 0,65 19,00 19,76
Caqui 1,97 10,36 1,00 4,08 19,65
Frambuesa 2,10 9,25 3,00 17,41
Níspero 5,60 0,75 14,35
Pomelo 0,49 4,34 6,35
Arándano americano 3,05 4,83
Peral asiático 2,33 3,05
Granado 0,80 2,33
Lima 0,80 0,80
Higuera 0,41 0,80
Otros 2,06 11,02 60,30 507,16 0,41
TOTAL 6.202,05 5.715,39 2.261,03 2.817,62 16.996,09
Fuente: Catastro frutícola RM. Principales resultados 2004. CIREN-ODEPA

Pese a que el principal cultivo frutal en la región es la uva de mesa, multinacionales como Dole
y Unifrutti han arrancado parras y cerrado parte de sus instalaciones ante el nuevo escenario
productivo, que presenta un aumento del 18% en sus costos de producción, debido a la
escasez de mano de obra calificada, cuyo valor ha aumentado en 10%. Por esta razón,
empresas como Río Blanco, principal exportadora de Uva de Mesa, han optado por abrir
operaciones en otros países latinoamericanos y ya se está planteando la posibilidad de importar
mano de obra desde países como Perú, Ecuador y Bolivia31. Este panorama no solo es desolador
para trabajadores agrícolas locales, puesto que tales operaciones han significado el término de
relaciones contractuales de profesionales y altos ejecutivos de estas empresas.

Según cifras del Censo Agropecuario de 1997 (ODEPA 2000), la Agricultura Familiar Campesina
representa en el país el 84,6% del total de explotaciones, de las cuales dependen alrededor de
1.200.000 personas. Dentro de las explotaciones agrícolas, se distinguen 176.074
correspondientes a pequeño productor empresarial y 102.766 explotaciones de subsistencia,
equivalentes al 63% y 37% de la pequeña agricultura familiar, respectivamente. Ambas
controlan el 31% del territorio agrícola nacional, su participación estimada en la producción
primaria del sector agrícola, que en su totalidad alcanza al 4,5% del PIB, es del 25% y genera
alrededor de 800.000 puestos de trabajo directos e indirectos, lo que demuestra su importancia
política y estratégica32.

31
El Mercurio. Sección Enfoques B11. "Frutícolas se achican ante duro escenario dela uva" Domingo 28 de enero de 2007.
32
Mesa redonda. Desarrollo rural en el Chile de hoy: un desafío para la superación de la pobreza. Fundación para la superación de la
pobreza. Área de desarrollo estratégico. 93 pp.

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En un estudio realizado por Chilealimentos en la Región Metropolitana, se concluyó que la
agroindustria estaría dispuesta a incorporar a pequeños agricultores del segmento de la
Agricultura Familiar Campesina, siempre y cuando se cumplan las siguientes condiciones:
- Los agricultores tienen que adaptarse a las nuevas exigencias que hace la
Agroindustria, respecto a la Calidad (calibres, presentación, sin machucones, patrones
sanitarios, pesticidas, certificación de agua de pozo, etc.) , Buenas Prácticas Agrícolas y
Producción Limpia.
- En general se debe asumir el costo de la certificación y la validez de la trazabilidad, si
se quiere llegar a los mercados externos.
- Deben cumplir con la oportunidad de entrega y volúmenes comprometidos, para ello se
debe solucionar el problema de las distancias y regularizar los retiros.
- Los predios de la Agricultura Familiar Campesina deben cumplir las normas de higiene,
separar la casa habitación y los animales domésticos, de modo que los huertos se vean y
se mantengan limpios, sin basura, estiércol de animales y otros desperdicios. Disponer
de agua potable en los huertos.
- Se debe mejorar la productividad por hectárea de la Agricultura Familiar Campesina.
- Las empresas de la Agricultura Familiar Campesina deben llevar registros, cuadernos de
campo. Se debe definir una política de capacitación y aplicarla masivamente.

La Provincia del Maipo se caracteriza por poseer un importante territorio basado en la


producción agrícola y agroindustrial de distinta escala (superficie total, cultivos, industrias). En
la Provincia se encuentran empresas vitivinícolas de importancia nacional e internacional, como
también otras de menor tamaño que ofrecen agricultura orgánica, microvinificación e incluso
ofertas turísticas relacionadas con el vino. Tal importancia ha adquirido ese subsector, que hoy
se cuenta con la denominación de origen "Valle del Maipo" para algunos vinos de la zona. Por
esta razón se ha formado un Programa Territorial Integrado del Vino a cargo de CORFO. La
misión del PTI del Vino es "articular las acciones públicas y privadas para contribuir a lograr la
distinción de los vinos del Valle del Maipo, por su calidad, terroirs, calificación de recursos
humanos y procesos productivos en forma sustentable". Este subsector es muy dependiente de
los precios internacionales, hecho que repercute mayoritariamente en las viñas de menor
tamaño.

Del mismo modo, se encuentran empresas hortofrutícolas productoras, exportadoras y otras


relacionadas con el sector agrícola, con diferentes políticas internas de manejo de cultivos y de
procesos en general. Actualmente las grandes empresas han mejorado su gestión por medio de
nuevas tecnologías, derivadas de proyectos de Investigación y Desarrollo o Innovación, y;
procesos de certificación. Estas empresas pueden asumir el costo de adquirir nuevas
herramientas tecnológicas para competir en los mercados internacionales con buenos
resultados; pero las empresas pequeñas y medianas se encuentran más lejos de llegar a ese
camino debido a la falta de información, a las variedades frutales utilizadas en sus procesos
productivos o a la concentración de la producción en una especie que luego de algunos
períodos se masifica y deja de ser rentable, lo que dificulta sus facultades de competencia. Los
productores pequeños y medianos generalmente carecen de proyecto integral, están mal
articulados al mercado, carecen de gestión empresarial básica y finalmente, no son capaces de
visualizar áreas de oportunidad, lo que hace ver que no existirían condiciones para la
competitividad con base en la eficiencia tecnológica.

Un problema similar se manifiesta con relación a los procesos de certificación ambiental. Las
grandes empresas pueden acceder a la certificación incluyendo en sus procesos productivos los
protocolos requeridos para acreditarse como empresas sustentables. Dichos protocolos implican
tiempo de asesoría, auditorias y monitoreos de gran envergadura que debe pagar la empresa
que desee certificarse. El costo de adquirir la certificación correspondiente no puede ser
asumido por empresas más pequeñas mientras no accedan a la información correspondiente
acerca de instrumentos de fomento productivo u otros de tipo social o de formación, quedando
fuera de la carrera por la conquista de nuevos mercados.

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Entendiendo que la calidad de un producto puede definirse como la totalidad de propiedades y
características de este que afectan su capacidad de satisfacer una necesidad determinada y que
influyen en su valor comercial33, en la actualidad se produce una masificación global de
instrumentos de certificación que aluden a este concepto: Normas Internacionales ISO, normas
de seguridad alimentaria (ej: HACCP), buenas prácticas agrícolas, BPA a nivel de retailers y
mayoristas (ej. EUREPGAP), certificación orgánica, entre otras. Entrar a cada uno de estos
sistemas de acreditación significa por una parte, destinar una cantidad de recursos que los
pequeños y medianos productores y empresarios en su mayoría no están en condiciones
económicas de asimilar; y por otra, a la puerta de entrada a un nuevo comercio que se masifica
a gran escala, el "comercio sustentable34".

De igual modo, la calificación de la mano de obra debe contemplar y desarrollar el concepto de


una capacitación permanente, adecuando el recurso humano a los cambios tecnológicos
crecientes, a los que deben responder las empresas para mantener su competitividad en el
mercado.

Este aspecto es uno de los que presenta mayor fragilidad en el actual sistema agrícola chileno,
y particularmente en la fruticultura. Hasta aquí, las empresas se han preocupado en mayor
medida de las fluctuaciones del tipo de cambio, debido a que la rentabilidad de la actividad es
muy sensible a él; postergando a un segundo nivel de prioridad la calificación de su personal.
Actualmente, las capacitaciones efectivas comúnmente han respondido a exigencias
normativas. La falta de mano de obra calificada se ha convertido en el mayor tormento de la
industria, por lo que, a enero de 2007, algunas empresas exportadoras de gran tamaño se
están planteando la posibilidad de importar mano de obra de países como Perú, Ecuador y
Bolivia35. A ello se suma otro punto crítico: los recursos destinados a capacitar se pierden
porque los actuales programas de capacitación a nivel de sistema no consideran la condición de
temporalidad de los trabajos agrícolas, donde los recursos para capacitación se aplican en el
momento de mayor actividad productiva y laboral. Bajo esta misma perspectiva, los
instrumentos para favorecer la capacitación a empresas pequeñas no cuentan con la flexibilidad
necesaria para ser adecuados a las necesidades reales, porque estos organismos
frecuentemente no tienen caja para usar la franquicia estatal y el Fondo Nacional de
Capacitación no les sirve, ya que su planilla de sueldos es superior al máximo permitido,
dificultándoles el acceso a una capacitación permanente.

La implantación de normas de calidad por parte de las empresas es indispensable en los


actuales procesos de certificación y, de alguna manera, se encuentra ligando todas estas
barreras de entrada a nuevos mercados o el mantenimiento en los actualmente vigentes,
principalmente porque el nuevo paradigma mundial apunta hacia la trazabilidad de los
productos alimenticios36.

33
Saavedra, J. Análisis del proceso de comercialización de semillas forestales y ornamentales en dos centros de semillas.Memoria Ing.
Forestal. U. de Chile. 2004.
34 Se refiere a la integración del concepto de desarrollo sustentable en las prácticas comerciales , empresariales, incorporando de esta
manera, la sustentabilidad social y ambiental al comercio. Esto incluye tanto la protección y promoción de los DDHH, el respeto a las
comunidades locales e indígenas, así como temas de equidad y el enfoque tradicional de la protección ambiental. (En: Normalización y
Comercio Sustentable en Sudamérica, RIDES, Santiago, Abril de 2004, 50 pp.)
35 El Mercurio. "Frutícolas se achican ante duro escenario de la uva." Sección mercados. Enfoques B11. Domingo 28 de enero de 2007.
36 Según la definición del parlamento europeo,la trazabilidad eslaposibilidad de encontrar y seguir el rastro, a través de todas las etapas
de producción, transformación y distribución de un alimento (para uso humano o animal) o una sustancia a ser incorporada en alimentos
ocon probabilidad de serlo. (www.prochile.cl)

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El 13% de la actividad productiva provincial corresponde a agricultura, silvicultura y pesca.
Según cifras de PTI Puerta Sur de CORFO, en Buin y Paine solamente hay 1401 empresas del
área agricultura, silvicultura y pesca. La Provincia del Maipo destaca por sus viñas y por sus
vinos con denominación de origen "Valle del Maipo". Dentro de la industria agroalimentaria se
encuentran empresas de variados giros; productoras, elaboradoras y exportadoras de alimentos
y productos alimenticios (fruta fresca, congelados, entre otros). En la Provincia del Maipo y la
VI Región se encuentran los viveros del país con reserva genética de los frutales, hecho que
implica la permanencia del patrimonio genético y acceso al recurso. Parte del Plan Estratégico
Provincial implica fortalecer la agroindustria mediante estándares de producción
limpia, certificaciones internacionales, apertura de nuevos mercados para la
agroindustria; desarrollo de servicios asociados como congelación y refrigeración; y,
la articulación y potenciación de la asociatividad de pequeños parceleros para el
desarrollo agro-rural.37

Según el Censo Agropecuario de 1997, el total de trabajadores agrícolas permanentes en la


provincia alcanzó las 12.051 personas (42 %), mientras que el personal no permanente se situó
en las 16.499 personas (58 %). El análisis del entorno de la Provincia del Maipo indica que el
sector industrial se encuentra conformado por más de 108.000 hectáreas a diciembre de 2003,
con un total de 13.511 propiedades; 1.019 bodegas, que en conjunto albergan a más de 60.000
trabajadores. Los niveles ejecutivos representan alrededor de un 6% del total de recurso
humano38.

Estas referencias muestran que la agricultura representa una actividad productiva


relevante y característica de la Provincia, aunque también es muy relevante el cordón
industrial, que las autoridades públicas esperan fortalecer a través de programas tan
importantes como el Programa Territorial Integrado Puerta Sur de CORFO, preservando
la actividad agrícola y sus tradiciones locales, así como también mostrar, desarrollar y potenciar
los atractivos turísticos de la zona.

De acuerdo a estos antecedentes, el sector agrofrutícola y agroindustrial se ve enfrentado a un


complejo sistema productivo, basado en protocolos y normas técnicas, ambientales, laborales y
de aseguramiento de la calidad, debiendo atender las necesidades crecientes de regulación y
encadenamiento productivo, particularmente para pequeños y medianos productores, empresas
y exportadores de la Provincia.

Estos problemas estructurales se deben fundamentalmente a que Chile es un país tomador de


precios y por lo tanto debe asumir las complejidades tecnológicas mundiales para poder
exportar y competir. Desde el punto de vista interno, los recursos y políticas agrarias intentan
solucionar este complejo escenario productivo, pero deben atender los requerimientos
generales del país. Sin embargo, no necesariamente la problemática global se repite en forma
idéntica de una zona a otra (región, provincia, comuna), lo que hace necesario realizar
adaptaciones en cada una de las condiciones locales.

37
Plan estratégico provincial. Provincia de Maipo. SECPLAC.
38
CFT del Vino. PTI Puerta Sur de CORFO. 2005.

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