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entrevista

Bernardo Gutiérrez

“Tras la deforestación
del Amazonas hay
ríos de sangre”
Periodista Han bastado simplemente cinco semanas por el
Amazonas para que este periodista madrileño quede
fascinado por sus incontables, intangibles, inagotables
encantos. En Calle Amazonas recorre la realidad más
lacerante de un universo único que pide ayuda a gritos
riosidad y las ganas de profundizar averno donde todavía se pueden lo-

E
RUBÉN CARAVACA
en lo expresado. calizar espacios para la vida, la es-
Calle Amazonas no es un libro peranza y las personas, ejes que
l periodista Bernardo de viajes. Es un trayecto por la rea- centran la literatura y los escritos
Gutiérrez (Madrid, lidad sórdida e ignorada de un pa- de Gutiérrez que dentro de unos dí-
1975) acaba de publicar raíso que la ambición, dejadez e as viajará para establecerse defini-
Calle Amazonas (Al- ineptitud están convirtiendo en un tivamente en el país americano.
taïr), un libro que va más allá de lo
previsto inicialmente; un viaje de
cinco semanas por el Amazonas,
desde Manaos hasta su desemboca-
dura, para realizar varias crónicas-
reportajes para Público. Forma par-
te de un singular rompecabezas,
una experiencia vivida y digerida
durante cinco años como corres-
ponsal de La Vanguardia en Brasil.
Gutiérrez es de los que comunican,
investigan e indagan más allá de lo
evidente, lo superficial, lo correcto.
Inconformista por definición, con-
versador pertinaz, vehemente con
su trabajo, sus textos han visto la
luz en medios tan dispares como El
País, El Mundo, La República, Al-
taïr, Expresso, Interviú, Play Boy,
Milenio... Sus conversaciones y es-
critura apasionan, fomentan la cu-

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¿Por qué Calle Amazonas? la de ficción recreada a principios

El Amazonas es mucho más que del siglo pasado. No quiero, para
un río. Es una vía que unas veces nada, desmerecer a Javier y Juan,
es asfalto, otras agua, otras polvo, pero llegar desde Europa y viajar
otras nenúfar. Por esta vía eclécti- por la Amazonia sin hablar portu-
ca, ingobernable, circulan todo ti- gués, sin conocer la raíz periodís-
po de personajes, mercancías, ide- tica del ahora, siempre es un hán-
as. Es como una gran avenida, con dicap. Mi libro aporta actualidad,
sus esquinas, sus cruces. Los ban- contemporaneidad, una mirada
cos de arena o las tormentas serían periodística, total, que engloba
los semáforos en rojo. El Amazo- selva y ciudad, aporta unas me-
nas, y la Amazonia por extensión, morias personales intensas, perio-
es un lugar donde la ciudad, la cul- dísticas, como el recorrer la Tran-
tura urbana, está muy presente. El samazónica liberando esclavos
mito del exotismo, de ese rincón empotrado con la Policía Federal.
puro lleno de tribus vírgenes y Creo que aporta novedades como
biodiversidad, es una estupidez. el hablar de los quilombos de la
En Calle Amazonas está la historia selva, islas de cultura afro en me-
legendaria de la Amazonia, el cau- dio de la jungla, de las que nadie
cho, las exploraciones, pero tam- había hablado.
bién hay fábricas de microchips,
redes sociales y asfalto.
En ‘Calle Amazonas’ se aporta
¿No hay ya bastante literatura so-
bre el tema (Vázquez-Figueroa,
Juan Madrid, Javier Reverte…)?
¿Qué novedad aporta tu libro?
Figueroa hizo una excelente nove-
“ novedades como el hablar de los
quilombos de la selva, islas de cultura
afro en medio de la jungla

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entrevista

El periodismo de viajes suele mos-

trar solo la parte turística, sin te-
ner en cuenta la realidad cotidia-
na. ¿Se informa igual que se co-
mercializa con los sentimientos
más elementales?
Hay tradiciones de literatura de
viajes, como la inglesa, que abar-
can toda la realidad. Sí informan
de la realidad y sus problemas y
magias. Pero, en general, sí es ver-
dad que hay muchos escritores de
viajes que se limitan a planear un
viaje, un recorrido turístico, sin
profundizar. Muchos informan
desde un yo amable, desde la su-
perficie de la realidad, sin cuestio-
narse los porqués, los problemas
de lo que ven. Sí, un comercio ba-
rato. Vender una realidad en con-
flicto desde el parapeto de la lite-
ratura. Pero también es cierto que te, los medios no siguieron el ca- También, desplazarse por la jungla
en la libertad de expresiones y len- mino de Norman. Poco a poco, los es difícil, caro, peligroso. Ni los
guajes reside la magia de la litera- conflictos se fueron olvidando. O medios ni los reporteros apuestan
tura. fueron tratados con superficiali- demasiado por buscar las causas
dad. La prensa local, la brasileña de la masacre porque es costoso y
En el Amazonas se ha producido en concreto, ignoran esta masacre. hay que asumir riesgos. La prensa
posiblemente el mayor genocidio Son arribistas, están vendidos. Es está extraviada, perdiendo su pa-
del mundo sin que apenas se haya casi imposible leer en la prensa pel en el mundo, su función de
relatado. ¿Son los medios también oficial brasileña un reportaje en servicio público.
responsables por su silencio? ¿Ha profundidad sobre el genocidio in-
perdido el periodismo su primera dígena. Y cuando es la prensa in- Durante mucho tiempo el control
razón de ser? ternacional la que lo denuncia, en- de la zona lo ejerció la Iglesia, a la
En Calle Amazonas recuerdo có-
mo la prensa británica propició el
Es casi imposible leer en la prensa

“
nacimiento del sentimiento de cul-
pa con respecto a la masacre ama-
zónica. El reportaje titulado Geno-
cidio de Norman Lewis, un repor-
tero del diario británico Sunday
Times que investigó en 1969 las
masacres indígenas, tuvo una re-
percusión internacional brutal. En
el reportaje, Norman abordaba sin
tapujos la masacre de los pueblos
indígenas de Brasil. Una foto de
un niño desnudo con la barriga
hinchada y un precario arco en su
mano derecha abría el reportaje.
Abajo, una entradilla contundente:
“Con el fuego, la espada, el arsé-
nico y las balas, la civilización ha
empujado a seis millones de indí-
genas a la extinción”. Infelizmen-
oficial brasileña un
reportaje en profundidad sobre el
genocidio indígena
tonan el famoso “La Amazonia es
para los brasileños”. Creo que la
prensa internacional es correspon-
sable de la expansión del agrone-
gocio, de la soja, de las plantacio-
nes de caña de azúcar en la jungla.
Una expansión que, todo hay que
decirlo, va de la mano de la masa-
cre humana. No es causa ecológi-
ca, simplemente, estamos hablan-
do de derechos humanos. Tras la
deforestación hay ríos de sangre.
que no le importó introducir el al-
cohol, tolerar la esclavitud, ame-
nazar con toda clase de cataclis-
mos implantando conceptos como
el pecado, satanizando ritos y cos-
tumbres, promoviendo una alfabe-
tización manipulada e interesa-
da… ¿Hasta qué punto el poder
civil está ahora en manos de los
propietarios de motosierras, ma-
dereras, minas, caucho…?
Efectivamente, la Iglesia decimo-

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entrevista

nónica llegó de la mano de con-
ceptos artificiales como el pecado,
satanizando ritos. Pero también
hubo excepciones como el Padre
Viera y, más recientemente, todo
el movimiento de la teología de la
liberación. Hoy en día, la Co-
nia es un crisol brutal de mezcla
donde lo pardo, la mezcla, manda.
Casi no existe la raza blanca pura.
Pero, infelizmente, la raza blanca
mental, todos aquellos que se con-
sideran blancos siendo mulatos,
que se creen occidentales, está ha-
ciendo mucho daño. Adoptan los
colores de Occidente sin darse
cuenta que su sangre, su compor-
tamiento, su forma de pensar, le
debe mucho a la cultura indígena
o negra.

“
missão Pastoral da Terra (CPT),
que fundó Pere Casaldáliga, es la
institución que más protege a los
indígenas, la que más lucha por la
reforma agraria y la que más lucha
por la Amazonia. También el Con-
selho Misionario Indigenista (CI-
MI), vinculada a la “Iglesia roja”.
El poder civil, actualmente, está
compuesto por una élite local sin
escrúpulos, que tiene una nula
conciencia ambiental y una men-
talidad extremadamente clasista,
racista. Esta élite local, que a ve-
ces puede ser un simple empresa-
rio de motosierras venido a más,
está en clara connivencia con una
élite internacional, con el capital
financiero, que expolia sin tapujos
los recursos de la Amazonia. Por
encima, hay un paraguas legal
compuesto por politicuchos desa-
rrollistas que sueñan con ver la
Amazonia sin árboles, llena de ga-
nado, soja o fábricas. Algunos de
ellos, como el siniestro Blairo
Maggi, tienen un impoluto presti-
gio internacional: es increíble que
un gobernador de un estado, Ma-
to Grosso, pueda ser al mismo
tiempo el mayor empresario de so-
ja del mundo.
¿Fue y es imposible la convivencia
entre indios, blancos y negros?
No, pero sí es difícil. Hubo casos
en los que se convivió. El mejor
ejemplo es la convivencia de in-
dios y negros. En Calle Amazonas
hablo de ellos. Entre ambos pue-
blos se ayudaron y aprendieron
unos de otros. Quien tiene serios
problemas de convivencia es la ra-
za blanca, que siempre ha llegado
con Occidente en la mochila, con
la cruz o la motosierra. Afortuna-
damente, racialmente, la Amazo-
La institución que ¿Por qué es prácticamente impo-
fundó Pere sible acceder a buena parte del
patrimonio indígena? A su particu-
Casaldáliga es la lar biblia, Sehaypóri, ritos, tradi-
que más protege a ciones…
Han sido pueblos desarmados, de-
los indígenas, la sarticulados. Se les ha mantenido
que más lucha por privados de los medios de produc-
ción cultural y desde tiempos in-
la reforma agraria memorables se les ha cercenado su
mayor patrimonio, la cultura oral.
y la Amazonia Los portugueses mezclaban a tri-
bus de diferentes lenguas en mi-
siones donde aprendían portugués,
única manera de entenderse, y
conceptos como el pecado. En los
últimos años, la revolución tecno-
lógica, Internet, está propiciando
un resurgimiento de la divulgación
de la cultura indígena, una autor-
ganización superior. Confío en
que esta revolución digital sea im-
parable y que ya nadie pueda ex-
poliar la cultura indígena.
¿El río de la vida se ha convertido
en autopista de la muerte? Desa-
rrollismo, mercados y globaliza-
ción. ¿Han transformado el paraí-
so en infierno?
Viajar por la Amazonia, con cierto
ojo crítico y con la información
certera de lo que está pasando ge-
nera toneladas de rabia. Una cosa
es viajar para asomarse a un paisa-
je o sumergirse en un río. Otra es
recorrer esa intensa Calle Amazo-
nas sabiendo que la madera ilegal
sale sin ningún control, que los
poderosos imponen sus reglas, que
la población original de la jungla
vive en apestosas favelas de las
nuevas urbes. Hubo un momento
concreto, viendo como los políti-
cos locales de Maués llegaron a la
reserva indígena a celebrar el día

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entrevista

del Indio, en el que sentí una rabia
incontrolable. Nunca iban allá. A
lo largo del año no les ofrecen na-
da. Nada. Aquel día vi un triste es-
pectáculo de políticos de quinta
categoría, populistas, manipulado-
res, aprovechándose de la ignoran-
cia ajena. Sí, están convirtiendo el
paraíso en un infierno. La globali-
zación, el expolio de los recursos,
están convirtiendo el río en auto-
pista atascada, sucia e ingoberna-
ble. La población urbana de la jun-
ma en el tercer mundo. Barbarie es
que Europa se vista un traje me-
dieval de prejuicios, xenofobias y
conservadurismo atávico.
Aquellas amazonas, parecidas a
las griegas –de ahí su nombre–,
que sometían a varones y traían
en jaque a conquistadores portu-
gueses y españoles. ¿Son sus des-
cendientes carne fresca para las
Están convirtiendo el paraíso en un
nacional. El hecho de tener un de-
partamento francés, la Guayana
francesa, haciendo frontera con
Brasil no ayuda. Cruzan el río
Oiapoque, donde hay prostíbulos
a ambos lados, y de allá vuelan a
Europa.
¿Cómo definirías a los países que
defienden un desarrollo autóno-
mo (Brasil, Venezuela, Colom-

“
gla crece vertiginosamente, cada
vez hay más favelas, más despla-
zados, más población rural que
infierno. La globalización, el expolio
llega a urbes apestosas buscando de los recursos, están convirtiendo el
un El Dorado inexistente.
río en autopista atascada y sucia
¿Qué queda del buen salvaje de
Lévi-Strauss? ¿Quiénes son y han redes de prostitución internacio- bia…) y se permiten el lujo de
sido realmente los salvajes? nales? aniquilar buena parte de su patri-
Del buen salvaje que creó Mon- Bueno, las amazonas de la imagi- monio y diversidad cultural en
taigne queda poco. Hay muy po- nación de fray Gaspar de Carvajal nombre de un progreso ilusorio e
cas tribus no contactadas, muy po- lo más probable es que fueran in- irreal?
cas con aquella inocencia del pri- dígenas varones con pelo largo. Les definiría como irresponsables
mer contacto, aquellos indígenas De cualquier manera, las descen- y pretenciosos. Pretenden subirse
que intercambiaban cuchillos por dientes de esta raza híbrida, mes- al carro del progreso renegando
lanzas con total inocencia. Me pa- tiza, bastarde y parda que es la de su raíz. En Brasil ha habido
rece increíble como todavía se usa amazónica son carne de cañón pa- cierto esfuerzo por recopilar un
la palabra salvaje con total impu- ra las redes de prostitución inter- acervo cultural propio, Gilberto
nidad y la palabra barbarie, de
bárbaros, aplicada a indígenas. Pa-
ra mí barbarie es comer una ham-
burguesa de carne alimentada con
soja transgénica manchada de la
sangre de los pueblos amazónicos.
Barbarie es comprar un mueble de
madera extraída ilegalmente de la
Amazonia a costa de desplazar
violentamente a la población lo-
cal. Barbarie es ver la información
política de cualquier telediario es-
pañol y pensar que el homo sa-
piens existe. Barbarie es pensar
que los escritores interesantes son
los que van a los cócteles. Barba-
rie es conformarse con las expli-
caciones del mundo que nos brin-
dan los mass media. Barbarie es
que exista una Iglesia como la ca-
tólica, libre de impuestos, que con
su postura retrógrada incentive la
superpoblación y la pobreza extre-

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entrevista

Gil tuvo un papel fundamental.

Pero infelizmente no tenía recur-
sos y precisamente salió del Go-
bierno por divergencias en cuanto
a la cuestión ambiental. El patri-
monio amazónico es el menos
protegido y valorado. Hay que re-
cordar que Sydnei Possuelo, el
sertanista con mayor conciencia
indígena, el que creó el departa-
mento de indios aislados, salió de
la Fundación Nacional del Indio
por divergencias con el gobierno
Lula.

¿Quién defiende a los deshereda-

dos?
Algunas ONG, algunos grupos re-
ligiosos como la CPT y el CIMI,
elementos de activismo interna-
cional que muchas veces son vis-
tos con recelo por ser extranjeros
y pocos más. Existen algunas ini-
ciativas interesantes, como el bra-
sileño Instituto Ethos, que aboga
por una economía responsable y
sostenible. También un sello que
se otorga a las empresas libres de
trabajo esclavo, las que compran
productos de fazendas donde nun-
ca ha habido trabajo esclavo. Lu-
la, en algunos sentidos, ha ayuda-
do, en la lucha contra el trabajo
En América Latina Macondo podría
vida”, lo mejor es no acudir a vi-
sitarlo. ¿El deterioro es de tal en-
vergadura que ya da igual? ¿Hay o
no hay solución?
La Amazonia es tan grande que en
la mayoría de las regiones el dete-
rioro no es visible. La Amazonia
es mágica, lúcida, lunática. Im-
presiona y todavía vale la pena vi-
sitarla. Hay rincones muy daña-
dos. Otros no tanto. ¿Solución?
Embrujo enloquecido. Creo que no
hay término medio. Si lo hay, es
porque te quedaste en la superfi-
cie. La Amazonia te fascina, te
atrae, te absorbe. Al mismo tiempo
te repele, te fustiga. Cuando vuel-
va, te contaré si me suicido en un
río o si me compro un terreno…
¿Con qué espejo hay que mirarla?
¿En qué afluentes hay que bañar-

“
esclavo o los pueblos quilombo-
las, por ejemplo.
¿Realmente el Macondo de García
Márquez está en el Amazonas?
En América Latina Macondo po-
dría ser un estado de ánimo. Es
una metáfora de todo el continen-
te, de cada pueblo, de cada país.
En la Amazonia existen muchos
Macondos, muchos lugares donde
se repite el esquema, los gringos
llegando, expoliando, segregando
a la población, sometiendo. Y
donde la realidad, con sus fábulas,
ecos y leyendas, supera a veces a
la ficción.
La película Jugando en los cam-
pos del señor recomienda que si
realmente te interesa el “río de la
ser un estado de ánimo. Es una
metáfora de todo el continente, de
cada pueblo, de cada país
Sólo con un consumo responsable
internacional. También, haciendo
partícipes a indígenas y poblado-
res de la selva del beneficio del
mercado de carbono. Ellos, mejor
que nadie, son responsables de
que la selva se mantenga en pie.
Ya hay varias iniciativas que in-
tentan que los indígenas cobren
por mantener la selva en pie.
La Amazonia embrujó a muchos y
enloqueció a otros. ¿Cuál es tu
estado?
se? ¿Es posible que sueños y rea-
lidad converjan?
La Amazonia es un propio espejo,
nítido, en el que acabas viéndote
desnudo, tal cual eres. Hay que mi-
rarla sin tapujos y sin prejuicios.
Afluentes, ríos, siendo más prosai-
co: a mí me fascina el Trombetas,
y el Tapajós, Alter do Chao es un
lugar mágico. Toda la isla de Ma-
rajó, sus dédalos de agua, también
me fascinan. Sueño y realidad con-
vergen a veces, cuando nos lo pro-
ponemos con intensidad. ■

cambio16.info • Nº 2.042 • 24 enero 2011 • CAMBIO16 51