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Análisis Instrumental
Cromatografía
Método en el cual los componentes de una mezcla son separados en una columna adsorbente
dentro de un sistema fluyente.
Se utiliza el término general de lecho para definir las distintas formas en que puede encontrarse
la fase estacionaria. Las separaciones cromatográficas se consiguen mediante la distribución
de los componentes de una mezcla entre la fase fija y la fase móvil. La separación entre dos
sustancias empieza cuando una es retenida más fuertemente por la fase estacionaria que la
otra, que tiende a desplazarse más rápidamente en la fase móvil. las retenciones mencionadas
pueden tener su origen en dos fenómenos de interacción que se dan entre las dos fases y que
pueden ser :
1. La adsorción, que es la retención de una especie química por parte de los puntos
activos de la superficie de un sólido quedando delimitado el fenómeno a la superficie
que separa las fases o superficie interfacial.
2. La absorción, que es la retención de una especie química por parte de una masa, y
debido a la tendencia que esta tiene a formar mezcla con la primera, absorción pura, o
a reaccionar químicamente con la misma, absorción con reacción química,
considerando ambas como un fenómeno másico y no superficial.
A partir de 1940 los métodos cromatográficos adquieren extensión mundial de forma que en
1940 Tiselius divide los métodos cromatográficos en cromatografía por análisis frontal,
desarrollo por elución y desarrollo por desplazamiento, obtuvo el premio Nobel por sus trabajos
en 1948.
Tipos de cromatografía
Cromatografía en Capa Fina.
En este proceso se utiliza una placa de vidrio recubierta con fase estacionaria manteniendo un
pequeño espesor constante a lo largo de la placa. Esta se coloca en una cuba cromatográfica
la cual debe encontrarse saturada con el eluyente (Fase Móvil líquida). El eluyente ascenderá
por la placa y arrastrará los componentes a lo largo de ésta produciendo "manchas" de los
componentes. Si los componentes no son coloreados se requerirán técnicas de revelado
(Adición de Ninhidrina a aminas, Ácido sulfúrico para carbonizar compuestos orgánicos, etc) o
visores ultravioleta.
Cromatografía en Papel
El proceso es básicamente el mismo, solo que se usan tiras de papel cromatográfico en la cuba
cromatográfica.
Cromatografía de exclusión
La separación está basada en los diferentes volúmenes moleculares de los solutos. El tiempo
de elusión es proporcional al peso molecular de los mismos, lo que provoca ser no muy usada
con compuestos de alto peso. Principalmente en este proceso se emplean geles no iónicos de
partículas uniformes y porosas, como fase estacionaria.
Cromatografía de filtración:
Se lleva a cabo con materiales especiales de estructura porosa e insoluble los cuales contienen
grupos reactivos que están asociados a iones lábiles capaces de intercambiarse con otros
iones presentes en el medio que los rodea. Se emplea en separaciones de sustancias iónicas,
tanto orgánicas como inorgánicas Es de gran importancia por sus aplicaciones analíticas.
La Fase Móvil es un Gas (llamado Gas Portador o Acarreador) y la Fase Estacionaria puede
ser un sólido (Cromatografía Gas-Sólido) o una Película de líquido de alto punto de ebullición
(Generalmente Polietileno-Glicol o Silicón) recubriendo un sólido inerte (Cromatografía Gas-
Líquido). Diagrama de un Cromatógrafo de Gases (CG) Los compuestos que se pueden
separar por cromatografía de gases deben ser Volátiles y Térmicamente Estables.
Cromatografía de columna:
En las primeras etapas del desarrollo de la cromatografía de líquidos, los científicos se dieron
cuenta de que se podían conseguir grandes aumentos en la eficacia de la columna
disminuyendo el tamaño de las partículas de los rellenos. Sin embargo, no fue sino hasta
finales de los años sesenta cuando se desarrolló la tecnología adecuada para producir y utilizar
rellenos de tamaño de partícula del orden de los 3 o 10 µm. Esta tecnología requiere una
instrumentación sofisticada, que contrasta con las simples columnas de vidrio de la
cromatografía de líquidos clásica. Para distinguir estos procedimientos más nuevos de los
métodos básicos, que todavía se utilizan con fines preparativos, se emplea la denominación de
cromatografía de líquidos de alta resolución (HPLC).
Las razones de la popularidad de esta técnica son su sensibilidad, su fácil adaptación a las
determinaciones cuantitativas exactas, su idoneidad para la separación de especies no
volátiles o termolábiles y, sobre todo, su gran aplicabilidad a sustancias que son de primordial
interés en la industria, en muchos campos de la ciencia y para la sociedad en general. Algunos
ejemplos de estos materiales incluyen los aminoácidos, proteínas, ácidos nucleicos,
hidrocarburos, carbohidratos, drogas, terpenoides, plaguicidas, antibióticos esteroides,
especies organometálicas y una cierta variedad de sustancias inorgánicas.
La siguiente figura pone de manifiesto que los distintos procedimientos que utilizan la
cromatografía de líquidos tienden a ser complementarios por lo que a sus campos de
aplicación se refiere. Así, para solutos con masas moleculares superiores a 10 000, a menudo
se utiliza la cromatografía de exclusión, aunque ahora también es posible tratar estos
compuestos con cromatografía de reparto en fase inversa. Para especies iónicas de baja masa
molecular, se utiliza con frecuencia la cromatografía de intercambio iónico. Los métodos de
reparto se aplican a las especies poco polares pero no iónicas. Además, este procedimiento se
utiliza muchas veces para la separación de los integrantes de una serie homóloga. La
cromatografía de adsorción se elige con frecuencia para separar compuestos como, por
ejemplo, los hidrocarburos alifáticos de los alcoholes alifáticos.
Aplicaciones de la cromatografía de líquidos
Con objeto de alcanzar un caudal de eluyente razonable con rellenos de tamaño de partícula
entre 3 y 10 µm, que, por otra parte, son comunes en la moderna cromatografica de líquidos,
se requieren presiones de algunos cientos de kilos por centímetro cuadrado. Como
consecuencia de estas elevadas presiones, el equipo necesario para la HPLC tiende a ser más
sofisticado y caro que el que se utiliza en otros tipos de cromatografía. La figura que a
continuación se observa muestra un esquema de los componentes fundamentales de un
cromatógrafo de líquidos de alta resolución típico. Cada uno de los componentes se trata en los
párrafos que siguen a continuación.
Esquema de un aparato de HPLC
El gas portador debe ser un gas inerte, para prevenir su reacción con el analito o la columna.
Generalmente se emplean gases como el helio, argón, nitrógeno, hidrógeno o dióxido de
carbono, y la elección de este gas en ocasiones depende del tipo de detector empleado. El
almacenaje del gas puede ser en balas normales o empleando un generador, especialmente en
el caso del nitrógeno y del hidrógeno. Luego tenemos un sistema de manómetros y reguladores
de flujo para garantizar un flujo estable y un sistema de deshidratación del gas, como puede
ser un tamiz molecular.
La fase estacionaria
Las propiedades necesarias para una fase estacionaria líquida inmovilizada son:
Existen como mucho una docena de disolventes con estas características. Para elegir uno,
debe tenerse en cuenta la polaridad del analito, ya que a mayor polaridad del analito, mayor
polaridad deberá tener la fase estacionaria. Algunas fases estacionarias utilizadas actualmente
(2005) son:
Cromatogramas
La figura que a continuación se observa muestra los perfiles de concentración de dos solutos,
A y B en dos etapas, anterior (t1) y posterior (t2) de la elución de una columna cromatográfica.
La especie B es retenida más fuertemente, y por ello se retrasa durante la migración. Es
evidente que el movimiento de avance por la columna aumenta la distancia entre las dos
bandas. Sin embargo, al mismo tiempo tiene lugar un ensanchamiento de ambas zonas, lo que
disminuye la eficacia de la columna como sistema de separación. Aunque el ensanchamiento
de banda es inevitable, por lo común se pueden encontrar unas condiciones en las que ocurra
más lentamente que la separación de bandas. De este modo, tal como se muestra en la figura
anterior, es posible una resolución clara de las especies siempre que la columna sea lo
bastante larga.
Un detector ideal para cromatografía de líquidos debería poseer todas las propiedades listadas
en relación con la cromatografía de gases, con la excepción de que un detector para
cromatografía de líquidos no es necesario que sea sensible en un intervalo tan grande de
temperaturas. Además, un detector de HPLC debe tener un volumen interno mínimo a fin de
reducir el ensanchamiento de banda.
Los detectores en cromatografía de líquidos son de dos tipos básicos. Los detectores basados
en una propiedad de la disolución responden a una propiedad de la fase móvil, tal como el
índice de refracción, la constante dieléctrica, o la densidad, que se modifica por la presencia de
los analitos. Por contraste, los detectores basados en una propiedad del soluto responden a
alguna de las propiedades del soluto, como la absorbancia UV, fluorescencia, o intensidad de
difusión, que no son propias de la fase móvil. En la siguiente tabla se indican los detectores
más comunes empleados en HPLC y algunas de sus propiedades más importantes. Un informe
de 1982 sobre 365 trabajos publicados en los que tenía un papel importante la cromatografía
de líquidos, reveló que el 71 % se utilizaban en la detección de la absorción UV, el 15% la
fluorescencia, el 5,4% el índice de refracción, el 4,3% empleaba medidas electroquímicas y el
4,3% restante otras medidas.
La siguiente figura muestra el esquema de una cubeta de flujo en forma de Z para la medida de
la absorbancia de los efluentes de una columna cromatográfica. A fin de minimizar el
ensanchamiento de banda extracolumna, el volumen de estas cubetas ha de ser lo menor
posible, de modo que los volúmenes se limitan por lo común de 1 a 10 µL y las longitudes de la
cubeta de 2 a 10 mm. La utilización de cubetas de este tipo está restringida a presiones no
mayores de unos 50 kg/cm2.
Muchos detectores de absorbancia son dispositivos de doble haz, en los que uno de los haces
pasa por la cubeta de flujo y el otro a través de un filtro que reduce su intensidad. Para
comparar las intensidades de los dos haces se utilizan detectores fotoeléctricos contrastados.
También se utilizan instrumentos de un solo haz. En este caso, las medidas de intensidad del
disolvente se almacenan en la memoria de un ordenador y al final se recuperan para el cálculo
de la absorbancia.
Detectores de fluorescencia
Los detectores de fluorescencia para HPLC son semejantes en diseño a los fluorímetros y
espectrofluorímetros. En la mayoría de ellos, la fluorescencia se detecta por medio de un
detector fotoeléctrico colocado perpendicularmente respecto al haz de excitación. Los
detectores más sencillos utilizan una fuente de excitación de mercurio, y uno o más filtros para
aislar la radiación fluorescente. Los futuros desarrollos en los detectores de fluorescencia
probablemente se basarán en el uso de fuentes de láser sintonizables, las cuales permiten una
mayor sensibilidad y selectividad.
Una ventaja inherente a los métodos de fluorescencia es su alta sensibilidad, que resulta ser
más de un orden de magnitud mayor que la de los sistemas de absorbancia.
En cromatografía de líquidos se ha aprovechado esta ventaja para la separación y
determinación de los componentes fluorescentes de las muestras.
Indican y miden los solutos en la corriente del gas acarreador, convirtiendo una señal no
medible directamente en una señal elaborable de una propiedad física. Esta señal es elaborada
por una comparación entre el gas acarreador puro (blanco) y el mismo gas llevando cada uno
de los componentes previamente separados en la columna, esto es traducido en una señal
eléctrica que es amplificada y registrada al momento de salir de la columna.
Un buen detector es altamente sensible, tiene una respuesta lineal sobre un amplio rango de
concentración y es relativamente insensible a variaciones de flujo y temperatura (rango
dinámico lineal).
Consiste de dos celdas metálicas idénticas, cada una conteniendo un filamento de alambre de
tungsteno o de tungsteno con lámina de oro. El efluente fluye a través de una celda y el gas
portador (He o H2) fluye a través de la otra. En un lado de la muestra el gas fluye por el
filamento mientras que en el lado de referencia el gas puede pasar sobre el alambre del
filamento y difundir a través de él. Los filamentos son calentados por una corriente eléctrica. La
temperatura del elemento censor depende de la conductividad térmica del gas que fluye
alrededor. Cambios en conductividad térmica, como cuando las moléculas orgánicas desplazan
un poco al gas portador, provocan un incremento en la temperatura del elemento el cual está
siendo monitoreado como un cambio en la resistencia.
Dos pares del TCD son utilizados en cromatógrafos de gases, un par localizado en la salida de
la columna para detectar los componentes separados mientras van saliendo, el otro par
localizados antes del inyector o en una columna de referencia separando las resistencias de los
dos pares y están acomodados en un circuito de puente.
El FID consiste de una flama hidrógeno/aire y una placa colectora. Las muestras que salen de
la columna pasan a través de la flama, la cual rompe las moléculas orgánicas y produce iones.
Los iones son colectados en un electrodo parcial y produce una señal eléctrica. Es
extremadamente sensible en un amplio rango dinámico. La única desventaja es que destruye la
muestra.
La muestra debe ser un combustible, esta entra en la base del detector, se mezcla con el
hidrógeno y entra a la flama. Hay compuestos con poca o sin respuesta al FID, compuesto
como el NH3, CS2, Nox, CO, CO2, O2, H2O, N2, compuestos perhalogenados, etc.
La respuesta está basada en el número de carbonos y otros elementos tales como halógenos y
el oxígeno presentes que reducen la combustión. Este es un método destructivo dependiente
de flujo de masa, con selectividad para compuestos orgánicos, con un límite de detección de ~
100pg/seg. Su modo de detección es debido a la producción de iones en una flama resultando
en una corriente que puede ser medida.
Es uno de los más usados en los métodos selectivos de cromatografía de gases. El FPD
consiste de una flama reductora que produce especies quimioluminiscentes. Estas especies
emiten una luz característica que es óptimamente filtrada por la longitud de onda deseada, la
cual determina que componentes son los detectados. La luz filtrada es medida por un
fotomultiplicador (PMT) y transducida a una señal. Se puede agregar un segundo
fotomultiplicador, el cual permite una detección simultánea de una segunda señal
.
Los filtros para FPD pueden ser seleccionados para diferentes componentes, pero los más
comunes son para la detección de sulfurados y fosforados en mezclas complejas. La
5
selectividad de FPD clásicos (como una porción por peso del carbono) es 10 para sulfurados y
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10 para fosforados.
La cromatografía de gases con FPD puede ser usada para detectar componentes sulfurados
en extractos crudos de aceite y en contaminantes de gas natural. También puede ser utilizado
para detectar pesticidas y herbicidas organofosforados, así como de componentes sulfurados
volátiles en el análisis de alimentos.
Este es un método destructivo dependiente de flujo de masa, con selectividad para S, P, Sn, B,
As, Ge, Se, Cr; con un límite de detección de ~ 100pg/seg. Su modo de detección es debido a
la producción longitudes de onda particulares resultando en una corriente que puede ser
medida.
Este tipo de detector es muy selectivo para los compuestos con hidrocarburos aromáticos o
con heteroátomos, los cuales tienen potenciales de ionización. Utiliza luz ultravioleta para
ionizar un analito, la longitud de onda oscila entre 106-150 nm. Los iones producidos son
colectados por electrodos siendo la corriente generada una medida de la concentración del
analito.
Detector de fotoionización
Técnicas cromatográficas
Fase estacionaria sólida: se trata de sólidos finamente divididos (con gran superficie específica)
Cromatografía de adsorción: la fase estacionaria sólida retiene a los solutos por un
doble efecto de adsorción física y química. Las interacciones implicadas son del tipo de
fuerzas de Van der Waals.
Cromatografía de cambio iónico: el sólido retiene a los solutos gracias a atracciones
electrostáticas. La fase estacionaria sólida lleva en la superficie cargas electrostáticas
fijas, que retienen contraiones móviles que pueden intercambiarse por iones de la fase
móvil.
Cromatografía de exclusión: la fase estacionaria es un material poroso, que retiene a
las moléculas en función de su tamaño, en ocasiones se denomina también
cromatografía de filtración sobre geles o de permeabilidad en geles.
Columnas cromatográficas
Las columnas para cromatografía de líquidos se construyen de ordinario con tubo de acero
inoxidable de diámetro interno uniforme. Cientos de columnas empaquetadas que difieren en
tamaño y relleno se comercializan por distintos fabricantes.
Columnas analíticas
La mayoría de las columnas para cromatografía de líquidos tienen una longitud entre 5 y 30
cm. Por lo común, las columnas son rectas y se pueden alargar,
si es necesario, acoplando dos o más columnas. El diámetro
interno de las columnas es a menudo de 4 a 10 mm y los
tamaños de las partículas de los rellenos más comunes son 3, 5 y
10 µm.
Precolumnas
Termostatos
Los típicos rellenos de partículas porosas de cromatografía de líquidos están formados por
micropartículas porosas con diámetros entre 3 y 10 µm y con la menor dispersión posible para
un tamaño determinado. Las partículas son de sílice, alúmina o resinas de intercambio iónico,
aunque la sílice es el material más común. Las partículas de sílice se sintetizan aglomerando
partículas de sílice de tamaños inferiores al micrón en unas condiciones tales que se forman
partículas mayores con diámetros muy uniformes. Las partículas que resultan se recubren
muchas veces con películas orgánicas, que se unen química o físicamente a la superficie.
Las columnas están hechas de cobre, acero inoxidable o tubos de vidrio, dobladas o
enrolladas. Excepto para las de vidrio, las columnas son empacadas mientras se están
doblando. Las columnas analíticas tienen una longitud de 1-6 m. de longitud y de 2-4 mm. de
diámetro. Según se encuentre en ella distribuida la fase estacionaria y el valor que alcance la
relación de fases se originan los diferentes tipos de columnas. La separación de la mezcla se
realiza dentro de la columna, por lo tanto, es la parte más importante del cromatógrafo.
La primera columna utilizada fue una de relleno (James & Martin, 1952), posteriormente fue
introducida la columna capilar, siendo así los dos extremos en la gama de columnas utilizadas
en la cromatografía de gases. El criterio para la diferenciación de columnas es con base en dos
propiedades de éstas:
Con base en estas dos características se encuentran los siguientes tipos de columnas, en las
que Vm/Vs y k aumentan en orden progresivo1:
1. Clásicas de relleno
2. Capilares rellenas
3. Capilares de capa porosa
4. Capilares abiertas
La elección de las columnas es lo más crítico, existen dos diferencias fundamentales que
deben ser consideradas para la elección de la columna: la cantidad de muestra que admiten
(capacidad de carga) y los valores de los flujos del gas portador. La capacidad de carga se
define como la cantidad de muestra que se puede inyectar sin pérdida apreciable de eficacia y
está relacionado con la cantidad de fase estacionaria por unidad de longitud de la columna.
Las columnas empaquetadas contienen un soporte sólido inerte con una cubierta delgada de la
fase líquida. El soporte sólido es frecuentemente tierra de diatomeas. La fase líquida puede
tener una viscosidad baja y una alta solubilidad para la mezcla de componentes.
Las columnas de capilaridad originalmente contenían una película del líquido cubriendo la
pared interna de la columna de vidrio o metal. Las columnas de capilaridad ahora contienen
una capa de revestimiento sólido dentro de ella con poro en el centro. Estas columnas son
mejores porque se les puede aplicar una velocidad óptima de flujo más rápida (aprox. de 2- 5
ml por min en lugar de 1 ml por min). Debido a este tipo de columnas, los análisis han podido
ser más sensibles.
La cantidad de muestra que admite una columna capilar sin que sufra sobrecarga es mucho
menor que en una columna clásica. La sobrecarga se alcanza cuando la concentración de
soluto en la fase estacionaria es tan grande que la isoterma de distribución deja de ser lineal.
Constituidas por un tubo de metal o vidrio con relleno de soporte granular con la superficie
recubierta por una película de la fase estacionaria.
Longitud 1-10 m
Diámetro interno 2-4 mm hasta 5 cm en escala preparativa
Tamaño de la partícula de relleno diez veces menor que el diámetro del tubo
Capacidad de carga grande
Relación de fases pequeña
Permeabilidad baja
A mayor tamaño de partícula del relleno mayor será su permeabilidad, cuanto más rugosa sea
su superficie mayor capacidad de carga se obtendrá. Por esta razón es el único tipo de
columna que se usa a escala preparativa.
Se distinguen de las columnas clásicas de relleno por le diámetro interno del tubo, no excede
un milímetro. Además, la relación entre los diámetros del tubo y de la partícula de relleno es del
orden de tres a cinco veces. Esto hace que sea un relleno más irregular y una permeabilidad
del orden de diez veces superior.
Longitud de 10-50 m.
Diámetro interno de 1 mm.
Tamaño de la partícula de relleno de 3 a 5 veces
Capacidad de carga pequeña
Relación de fases grande
Permeabilidad mayor que las clásicas
Al ser mayor la permeabilidad pueden construirse columnas más largas (10-50 m). Guichon
(1966) y Halasz (1967) han hecho estudios muy detallados de este tipo de columna. Este tipo
de columnas no está comercializado, debido a lo difícil de introducir un soporte en un tubo
capilar metálico de esa longitud. Por el contrario, es más sencillo cuando se trata de tubos de
vidrio. Se rellena un tubo Pyrex con el soporte elegido antes de estirarlo, entonces al capilar
resultante contiene ya el soporte en su interior. La fase estacionaria se introduce de manera
similar a las columnas capilares abiertas.
En este caso el soporte es depositado en la pared interior del tubo, después es recubierto por
la fase estacionaria y la parte central del capilar permanece vacía.
Longitud de 25-200 m
Diámetro interno de 0.1-0.5 mm
Tamaño de la partícula de relleno varía entre el de un soporte clásico y las partículas de
carbono producidas por la pirólisis de una sustancia orgánica.
Permeabilidad valores máximos (al igual que las capilares abiertas).
El procedimiento dependerá de la naturaleza de la columna y del soporte.
Columna metálica: se prepara una suspensión del soporte, se llena la columna con la
suspensión, se cierra un extremo y se evapora el agente dispersante quedando así adheridos a
la pared del capilar.
También conocidas como columnas Golay, quien fue el primero en utilizarla (Golay, 1958). La
fase estacionaria va depositada en la pared interior del tubo que actúa como soporte.
Debido a la pequeña cantidad de fase estacionaria por unidad de longitud de la columna tiene
una capacidad de carga muy pequeña. Necesita detectores más sensibles.
La naturaleza del tubo y el procedimiento seguido para su limpieza son de gran importancia en
este tipo de columnas, ya que la pared del mismo sirve como soporte y su capacidad de
retención del solvente influirá notablemente en la uniformidad de la película formada. Uno de
los métodos consiste en llenar el tubo con una disolución diluida de la fase estacionaria en un
disolvente volátil, cerrar un extremo e introducirla en una estufa con una temperatura superior
al punto de ebullición del solvente, la fase quedará depositada sobre la pared del capilar.
Los flujos del gas portador que se utilizan en columnas capilares suelen ser del orden de 0.5-3
ml/min, mientras que en una columna clásica ascienden a un orden de 30-100 ml/min.
Para poder utilizar la columna capilar con éxito será necesario introducir entre el inyector y la
columna un dispositivo denominado divisor de flujo, cuya finalidad es permitir la entrada en la
columna de una pequeña fracción solamente del flujo que pasa por el sistema de inyección. La
relación de división (flujo al exterior/flujo que pasa por la columna) suele oscilar entre 50 y 120.
Esto permite disminuir la cantidad de muestra que pasa por la columna (que queda reducida a
la fracción que indica la relación de división) y aumentar la velocidad lineal del gas portador en
el sistema de inyección en la cantidad indicada por la relación de la división (la difusión
molecular en esta parte del instrumento se hace muy pequeña).
Longitud de la columna. Limita en cuanto a las velocidades lineales del gas portador,
originando tiempos de análisis muy largos y sin mejorar la resolución.
Diámetro de la columna. Más importante en columnas capilares abiertas, por la
resistencia que opone la fase móvil a la transferencia de masas.
Tamaño de la partícula de relleno.
Naturaleza de las fases. Fase estacionaria: no afecta. Gas portador: viscosidad y
valores del coeficiente de difusión en la fase móvil.
Cantidad de fase estacionaria. A menor cantidad mayor eficacia.
Temperatura de la columna. Al aumentar esta disminuye la eficacia al afectar
directamente en el coeficiente de reparto.
Velocidad del gas portador. Una velocidad elevada es la óptima.
Cantidad de muestra inyectada.
Aplicaciones
Cromatografía de gases
Un ejemplo de esto puede ser el aceite de limón al cual se adulteraba por la adición de
turpentina. De aquí que la cromatografía de gases es usada no solo para establecer cuáles son
los materiales normales que contiene cada muestra, sino también aquellos componentes cuya
concentración aumenta el abuso del aceite (ejemplo: el p-cymeno). La complejidad el aceite es
tan alta que no se podría analizar su composición por una simple columna cromatográfica, por
lo que se usan columnas especializadas de polimetilsiloxano con diferentes fases
estacionarias, para producir una mejor separación de los compuestos así como un tiempo de
vida más largo.
Los análisis de productos del petróleo incluyen la separación de mezclas de gases ligeros
hasta la caracterización de aceites crudos y materiales producidos en la licuación del carbón.
La diferenciación de hidrocarburos parafínicos, olefínicos y aromáticos son metas normales, y
algunas veces se requiere la detección de componentes nitrogenados y sulfurados. Las
preparaciones de hidrocarburos derivados de aceites o carbón licuado pueden ser
extremadamente complejas y también pueden incluir una variedad de otros grupos funcionales.
La cromatografía multidimensional puede ser requerida para el análisis de estas mezclas
complejas, la cual da una gran estimación de ciertos aditivos de octanos.
Aplicaciones ambientales
Aplicaciones en la industria
La cromatografía de gases es muy útil cuando pretendemos identificar los compuestos que
determinan una característica aromática conocida. Por lo tanto, es necesario conocer los
umbrales a partir de los cuales mejora o se desvirtúa nuestro producto, ya sea mediante
estudio bibliográfico o por detección olfatométrica. Esta información es un instrumento útil para
el seguimiento del producto en el proceso productivo, así como el control de otros materiales
enológicos, como son los tapones y las barricas. Algunos controles importantes a efectuar
durante la fase de crianza en vinos y cavas son métodos específicos para la determinación de
fenoles volátiles y compuestos azufrados. Concretamente en la cava, a partir de la evolución de
ciertos compuestos volátiles, entre ellos los vitispiranos, se calcula el momento en el que tienen
lugar las fases de autólisis y postautólisis durante la crianza. Controlar el momento en que se
desarrollan estas fases es importante debido a las alteraciones organolépticas que conllevan.
Bibliografía
www.textoscientificos.com
Principios de análisis instrumental, quinta edición, Skoog, Holler, Nieman, Mc Graw Hill
Métodos de biotecnología, Cromatografía de gases, Biol. Laura Patricia Olguín Pérez, Biol.
Héctor M. Rodríguez Magadán, Universidad Nacional Autónoma de México.
Gas chromatography, segunda edición, Ian A. Fowlis, Analitical Chemistry by Open Learning
www.teknokroma.es
www.leacsa.com