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CONFRONTANDO DOCTRINAS

Por Richard Silvera

Critica al cristianismo popular del siglo XXI

Una franca denuncia a la herejía instalada en el


seno de la Iglesia

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CONFRONTANDO DOCTRINAS

Critica al cristianismo popular del siglo XXI

Por Richard Dany Silvera Pagani

Derechos reservados
Prohibida la reproducción total o parcial de
esta obra sin el consentimiento de su autor

Dedicatoria:

A los abnegados siervos de Cristo que a pesar


de las presiones del mundo moderno y de la
apostasía, permanecen firmes viviendo y
predicando el viejo evangelio de siempre. A
ellos y a sus valientes congregaciones. Salud.

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Textos bíblicos en los que debo meditar:

Mateo 7.15-19
Mateo 24.11,24
Romanos 16.17-18
1 Corintios 1.22-25
Gálatas 1.6-10
Galatas 3.1-4
Colosenses 2.1-10
1 Timoteo 2.5
1 Timoteo 4.1-5
1 Timoteo 6.3-6
2 Timoteo 3. 1-9
2 Timoteo 4.1-4
2 Timoteo 3.16-17
Tito 1.10-16
Tito 2.1
2 Pedro 1.19-21
2 Pedro 2.1-22
Judas 3,4,12-16

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INTRODUCCION

Hay quienes les causa temor o por lo menos una


clara incomodidad, el tener que confrontar doctrinas
con otros cristianos. Especialmente esto ocurre entre
evangélicos. Quizás se prefiera evitar la
confrontación doctrinal, porque se teme que la
unidad de la Iglesia por ello se vea amenazada, o
porque se piensa que si los inconversos descubren
que pensamos de forma tan diferente entre nosotros
mismos, se sentirán menos inclinados a adoptar la fe
en Cristo. He notado incluso que aquellos que “no
podemos evitar la confrontación doctrinal” (¿?),
somos considerados como divisivos y hasta
peligrosos.

No hace mucho tiempo atrás los pastores de la zona


donde nuestra Iglesia ministra, fuimos convocados a
una reunión especial con delegados de un ministerio
evangelístico internacional, para participar de una
cruzada unida de evangelización. En cierto
momento de la presentación se permitió a los
pastores formular preguntas. Y por su puesto
pregunte que criterio doctrinal se estaba teniendo en
cuanta al escoger a que Iglesia invitar a participar.
No me asombre (lamentablemente) que se me
contestara que el único criterio que se tenía en
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cuenta era el de si “la iglesia se consideraba
evangélica”. Pero si me llamó la atención la
reacción de los presente. Fue como si preguntará
algo indebido. Era obvio que el principio que los
guiaba era el no “confrontar doctrinas” sino el
“unirse para evangelizar”. El tema es que es
imposible evangelizar sin definir primero que se
entiende como evangelio. Reconozco que si se me
complaciera mas a menudo en este tipo de
actividades, tendríamos muchas dificultades en
“trabajar juntos”. Pero confrontar doctrinas es
inevitable, porque sin lugar a dudas, entendemos el
evangelio de forma diferente, y hay muchos
llamados grupos evangélicos que son mas bien
sectas seudo cristianas por lo que creen y difunden.
Nuestra congregación opto por el participar “a
buena distancia” del evento, porque identificamos
grupos evangélicos pero que no merecían ser
considerados como tales.
Pero la confrontación doctrinal entre los llamados
cristianos, especialmente entre los evangélicos es
sumamente necesaria. Diría que es hasta urgente

Debo confesar que ni la congregación a la


pertenezco y ministro, hemos sido monolíticos en
nuestra doctrina. Hemos aprendido mucho.
Comenzamos con un grupo pentecostal arminiano
dispensacionalista, pero al pasar los años
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descubrimos que mucho de lo que creíamos estaba
equivocado. Nunca dejamos de ser evangélicos,
pero pienso que nos convertimos en mas
evangélicos de lo que éramos. La razón de nuestro
cambio radica en nuestro profundo amor por el
estudio de las Sagradas Escrituras. Y por supuesto
cuando se estudia la palabra de Dios,
inevitablemente se confrontan nuestro prejuicios y
doctrinas. De modo que “o manteníamos una
teología que a claras luces discrepaba con la Biblia
o cambiábamos nuestra forma de pensar”. Gracias a
Dios nos sentíamos libres de imposiciones
denominacionales lo suficiente como para no
renegar de la palabra de Dios.

Una de las cosas que mas me impactó, en nuestro


estudio de la fe cristiana, fue el hecho de que a
través de la historia la Iglesia de Cristo, mantuvo
una fe bien definida, que fue fortalecida por los
diferentes debates teológicos que debió afrontar. Y
me impactó también descubrir, que es la Iglesia
cristiana contemporánea, la que ha olvidado tanto
las confesiones históricas como incluso el estudio
independiente mismo de las Escrituras Sagradas.
Esto a su vez, generó una amplia gama de herejías,
que en algunos casos han “hecho perder al grupo
cristiano involucrado su carácter de iglesia
evangélica”. Entiéndaseme que por iglesia cristiana
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contemporánea defino a los grupos evangélicos que
concentran el mayor numero de miembros.
Ahora bien, debemos reconocer que no se trata en la
mayoría de los casos, de una simple discusión sobre
preferencias y costumbres. Hay divergencias
doctrinales radicales entre los llamados evangélicos,
especialmente entre los pentecostales y
carismáticos. Tan radicales que algunos grupos
insisto, ya no son evangélicos y lejos de conducir a
las almas a la salvación, las mantienen en
condenación.

Durante los años pasados, como ya lo mencioné,


fuimos entendiendo mejor la palabra de Dios (la
Biblia) y lo que descubríamos naturalmente lo
fuimos presentando y discutiendo en la Iglesia local.
Tales investigaciones las fuimos presentado en
forma de pequeños sermones en artículos y librillos
que distribuíamos en la Iglesia local, y no hace
mucho en nuestros espacios radiales. Tales trabajos
unidos son lo que les presento aquí. Por eso notará
el lector que no hay un desarrollo específico y
planeado entre los capítulos, sino que se tratan
precisamente de pensamientos y pequeños sermones
escritos que “confrontan la fe cristiana y bíblica con
lo que muchos entienden como fe evangélica sin
serlo”.

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Aunque no disfruto el hecho de que muy
probablemente lo que expreso aquí ofenderá a
algunos, si me alegra el saber que quizás pueda
incentivar a la reflexión.

Quiero aclarar una cosa mas en esta introducción.


No es mi intención denigrar el carácter de nadie. No
estoy aquí confrontando la moral de nadie, sino la
doctrina. Reconozco que entre los que sostienen lo
que aquí critico, hay personas de envidiable
integridad. Pero su sinceridad y devoción a Dios es
errada si no se aferra a la verdad revelada por Dios
en su palabra. Aún la gente sincera se equivoca.
Por otra parte, espero que algunos de los lectores de
estos apuntes, compartiendo el amor por la palabra
de Dios que también siento, puedan crecer en la fe y
también (como ocurrió con migo) definir mejor sus
convicciones. Sepa mi querido lector que no quiero
serle ofensivo, sino sincero. Y que si me atrevo a
discrepara con algunos no es por simple placer sino
porque también anhelo que las almas se vuelvan a
Cristo escapen de error.

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LA REFORMA PROTESTANTE DE AYER Y DE
HOY

La Iglesia medieval se había corrompido tanto que


los cristianos de todo el mundo, consideraban que la
tradición eclesiástica y la voz profética de los papas
y obispos, era palabra de Dios. Ellos obedecían a la
jerarquía eclesiástica por considerarlas las
intermediarias entre Dios y los hombres. Esto a su
vez había llevado a que creyeran que para obtener la
salvación y la vida eterna, se debía uno bautizar y
ser parte de la Iglesia oficial, y que no había otra
manera de obtener la gracia divina. Gracia divina
que pensaban solo podía ser impartida por el
sacerdote católico. De hecho hasta le confesaban
sus pecados a ellos y esperaban de ellos la
absolución. Como si esto fuera poco, sostenían que
para obtener la vida eterna además de la fe en
Jesucristo debían hacer toda clase de sacrificios y
entregar todo tipo de ofrendas, y que para mantener
el estado de salvación debían obedecer las
tradiciones católicas y hacer abundantes buenas
obras.
La degradación doctrinal llegó hasta tal punto que
todo aquel que osara oponerse a esta enseñanza era
considerado hereje y condenado a las mas terribles
torturas y a la misma muerte.

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Estos abusos provocaron que infinidad de voces se
levantaran en protesta. Algunas de ellas fueron
ahogadas con sangre. Pero otras sobrevivieron hasta
arrebatar de las garras del catolicismo romano a
miles de almas sinceras que buscaban con
honestidad la verdad por Cristo revelada.
El grito de “solo la Biblia, solo la Gracia y solo la
Fe”, se difundió por toda Europa, y congregaciones
cristianas independientes, surgieron por todo el
mundo. La reforma protestante ya no podía
detenerse.

Los cristianos protestantes creíamos que la Iglesia


católica apostólica romana había quedado bien
diferenciada del verdadero cristianismo. Pero nos
dormimos en los laureles de la libertad. En nuestro
propio seno volvió a surgir la herejía. Primero fue
un aparentemente inocente despertar de fervor
espiritual por parte de algunos evangélicos. Pero
este fue mutando peligrosamente con el paso del
tiempo. Primero surgió una desequilibrada
ponderación de los sobrenatural y milagroso, y una
aplicación exagerada de supuestos dones del
Espíritu Santo. A esto le siguió un énfasis no
escritural de los poderes de las tinieblas y de las
fuerzas demoníacas. Luego surgieron por todo el
mundo profetas que pregonaban el comienzo de una
nueva era para la Iglesia de Cristo. Pero los
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cristianos no se aferraron y buscaron mas a fondo en
la Biblia para su bien, como era de esperarse. Por el
contrario. Paulatinamente abandonaron el estudio de
la palabra de Dios, sustituyéndolo por profecías,
visiones y sueños que en la practica tomaron el
control político y espiritual de la Iglesia (como le
había ocurrido en su momento a la Iglesia católica
tan atestada de apariciones y visiones, de altares y
lugares sagrados). La Biblia se transformó en una
especie de amuleto que se lleva debajo del brazo, al
cual ya no se recurría por respuestas y bendiciones.
¡Claro ahora teníamos a los nuevos profetas
inspirados de Dios entre nosotros! Y los profetas
hicieron su parte, nombraron a nuevos obispos y
papas que a su vez argumentan ser los nuevos
representantes de Dios, y los padres espirituales de
la Iglesia.
La Iglesia pues sigue tras la voz supuestamente
inspirada de sus nuevos obispos y papas (a los que
llaman apóstoles) y procura la gracia y bendiciones
de Dios a través de el ser parte del grupo correcto,
de contar con la adecuada “cobertura espiritual”, de
seguir la dirección de ungidos dirigentes cristianos.
La salvación ya no es por gracia ni por fe, la Biblia
ya no es la única palabra de Dios. ¿Qué resta
suceder? Si no hemos aprendido de la historia
seguiremos sustituyendo la palabra de Dios, la
gracia de Cristo y la fe sencilla en el evangelio, por
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hombres, organizaciones, instituciones sueños,
visiones y milagros. Probablemente acabaremos
nombrando papas (padres) evangélicos que rijan
sobre las iglesias de Cristo y creyendo que para
llegar a Dios es necesario seguirles.

Pero el Espíritu Santo no está inactivo frente a este


vertiginoso avance de doctrinas de demonios. La
reforma protestante esta resurgiendo. Pronto las
miles de almas angustiadas y cansadas identificarán
la voz del maestro y se plegarán nuevamente tras
Jesucristo. Y nuevamente se oirá la voz de los
verdaderos mensajeros de Cristo diciendo: “Solo la
Biblia, solo la gracia solo la fe...”

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SOLO LA BIBLIA

Solo la Biblia es la palabra inspirada de Dios.


Solo la Biblia tiene el derecho de indicarnos que
creer y como vivir.

Pero en nuestro tiempos proliferan las profecías de


todo tipo. Hasta hace algún tiempo atrás lo único
que veíamos eran sencillos predicadores del
evangelio que solamente se limitaban a exponer el
contenido de las Escrituras. Pero cada día que pasa
hay mas y mas nuevos profetas y supuestos voceros
de Dios que afirman traer una revelación especial.
Sin embargo, lo expuesto en tiempos de la reforma
deja en claro que solo la Biblia es palabra de Dios, y
que los profetas modernos lo único que podrían
hacer es explicar y aplicar la palabra de Dios
expresada en las Escrituras. Pero nada mas. Si
alguien dice ser profeta de Dios y ejerce un
ministerio que no se limita a exponer las Escrituras,
es definitivamente un falso profeta.

Lo que también prolifera hoy son las Visiones de


todo tipo. Hay muchos llamados cristianos que
argumentan que Dios les muestra visiones y sueños.
De hecho hay quienes viven su vida cristiana en
función de todo ello. Cuando buscan la guía del

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Espíritu Santo se embarcan en aventuras de ayuno y
oración para que Dios les revele por sueños y
visiones la respuesta. Pero todo esto solo puede
conducirnos al error, porque solo la Biblia es la
palabra de Dios. Si hay alguna forma en la que Dios
se comunica con el hombres es esta, y solo esta.
La declaración “de que solo la Biblia es la palabra
de Dios y la única con derecho de indicarnos que
creer y como vivir” también es contraria a la idea de
que podemos confiar y esperar en la guía interna del
Espíritu Santo. Para mi esto no es mas que intuición
humana y absolutamente falible por cierto. No dudo
de que la presencia de Dios en ocasiones se sienta
de forma muy especial en nuestro interior. Pero una
cosa es sentir la presencia de Dios y otra es que
Dios nos hable al corazón. Solo la Biblia es palabra
de Dios.

Lo que esta independencia de las Escrituras produce


en los cristianos no es otra cosa que anarquía
espiritual. Cada uno hace al fin de cuentas lo que
bien le parece. Lo que su corazón le dicta. Por eso
hay tantas corrientes teológicas y tantas visiones y
formas diferentes de hacer las cosas.

Llegamos a un punto difícil. Difícil porque ahora


necesitamos enfrentarnos a la mayoría. Si. La
mayoría cree que los ministros del evangelio, los
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pastores y dirigentes cristianos son “la autoridad en
la Iglesia”. De hecho se entiende que por medio de
ellos Dios habla al pueblo, y también lo dirige. Este
neo sacerdotalismo impregna la Iglesia y la
corrompe. Los reformadores protestantes reflotaron
el concepto de que todos los cristianos somos un
pueblo de reyes y sacerdotes, de que todos tenemos
los mismos derechos y privilegios ante Dios. Pero la
fuerza de la corrupción instaló nuevamente el
ensalzamiento de los dirigentes cristianos con sus
terribles resultados en la integridad del mensaje del
evangelio. Se tiene el concepto que el dirigente
cristiano de turno tiene una comunión “especial”
con Dios, que posee dones especiales que le hacen
diferente. Al principio todo esto derivó en una
practica inocente de buscar que tales hombres
oraran por nosotros imponiendo sus manos. Pero
ahora ya prácticamente han ocupado el lugar de
“intermediarios” entre Dios y el pueblo. Aún
recuerdo con indignación cuando me dijeron que un
pastor de la zona donde trabajamos había declarado
a su congregación que “solo a través de el Dios
hablaría y bendeciría a su congregación.
Pero solo la Biblia tiene el derecho de ejercer
autoridad sobre la Iglesia, de indicarnos que creer y
como vivir. De hecho los dirigentes cristianos no
tienen autoridad en si mismos. Su única función es
enseñar, predicar y aplicar las enseñanzas bíblicas
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en sus respectivas congregaciones. Si el dirigente
cristiano tiene alguna autoridad es solo cuando se
limita a representar a la palabra de Dios.

El error anterior derivó hasta la aparición de los


nuevos apóstoles; falsos por cierto, que ofrecen su
“cobertura espiritual” a quienes la deseen. He
buscado e indagado acerca de lo que entienden
respecto a “cobertura espiritual” y todos dicen lo
mismo: “para ejercer autoridad se debe estar bajo
autoridad”. Entonces los pastores que quieran tener
ministerios sobresalientes deberán, según los
nuevos apóstoles, someterse a la autoridad de ellos.
Como vemos la misma apostasía de la Iglesia
medieval, solo que barnizada para nuestros tiempos.
Una vez le dije a un pastor que argumentaba que yo
también debía buscar estar bajo la cobertura
espiritual de uno de estos falsos apóstoles
modernos, que no necesitaba tal cobertura porque
“ya estaba bajo autoridad”. Claro, bajo la autoridad
de la palabra de Dios. Creo que ninguna otra
debemos aceptar.

Este abandono de la Biblia como palabra única de


Dios, surge básicamente de la pereza mental del
pueblo cristiano. Solo por medio de la lectura y
análisis de la Biblia podemos acceder a la verdad.
¡Pero es mas fácil que otro nos diga que hacer y que
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creer! Al principio comenzamos aceptando de
buena gana la interpretación de otros de las
escrituras, sin nosotros por nosotros mismas
indagar. Pero acabamos aceptando palabra profética
independiente de la Biblia.

Dicen que la Iglesia necesita enseñanza, reflexión,


corrección, instrucción y preparación para un
ejercicio efectivo del ministerio, y que solo el
resurgimiento de los cinco ministerios de Efesios
(apóstoles, profetas, evangelistas pastores y
maestros) podría proveérselo. La capacitación de los
santos aún es una materia pendiente que solo los
tales cinco ministerios podrían salvar. Pero esta
conclusión es incongruente con un estudio cabal del
Nuevo Testamento. Los apóstoles ya hicieron lo
suyo, y el resultado de su labor se halla en lo que
conocemos como el nuevo testamento. Solo
debemos, tan solo debemos exponer las Escrituras.
Porque “Toda la Escritura es inspirada por Dios y
útil para enseñar, reargüir, corregir, instruir en
justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto,
enteramente preparado para toda buena obra...”
(Timoteo 3:16) Pretender sacarle a las Escrituras su
valor y sustituirlas por el ministerio de hombres, es
sencillamente herejía. Quiero repetirlo otra vez.
Solo debemos exponer y explicar la palabra de Dios

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que se halla en la Biblia, todo otro ejercicio de
autoridad o revelación es falso.

En nuestros tiempos confundimos iluminación con


inspiración. Recuerdo cuando fui a visitar a una
congregación evangélica amiga y el predicador
invitado dijo: “esta noche estoy inspirado por Dios
para comunicarles su mensaje”. Al escuchar aquello
sentí deseos de ponerme de pie y decirle a los
presentes; “este hombre esta equivocado, solo la
Biblia es palabra inspirada de Dios... y lo único que
puede hacer el, es explicarla o presentarla pero de
forma falible”.
Inspiración es la obra del Espíritu Santo que
capacitó a los escritores de la Biblia para exponer la
verdad divina sin error alguno. Iluminación es la
obra del Espíritu Santo que nos capacita hoy para
entender lo ya revelado en las Escrituras. La
Inspiración cesó cuando el último libro del Nuevo
Testamento terminó de escribirse. Pero la
iluminación aún actúa hoy. Aquí debemos hacer una
aclaración. Ningún predicador puede demandar para
si el poseer la inspiración, pero tampoco la
exclusividad de la iluminación. La palabra de Dios
nos dice: “el que es falto de sabiduría pídasela a
Dios y Dios se la dará abundantemente y sin
reproche” (Santiago 1.5)

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Esto quiere decir que todos los creyentes redimidos
por la sangre de Cristo pueden por si mismos
estudiar la palabra de Dios y hallar en ella lo que
necesiten.

Uno se preguntaría, y con razón. ¿Si es así porque


son necesarios los ministerios de predicación y
enseñanza de la Biblia?
Evidentemente no todos pueden predicar o enseñar
la Biblia. Pero si por cierto todos somos siervos de
Cristo. No me gusta que a los predicadores se les
llame “siervos de Dios”. No porque no lo sean, sino
porque este título olvida el hecho de que todos los
cristianos lo somos. Algunos sirven a Dios como
carpinteros, y otros como albañiles, pero todos
servimos a Cristo, todos representamos al reino de
Dios en la tierra. Ahora bien, algunos dedican sus
vidas a la predicación y enseñanza de la Biblia, y
por eso tienen mas tiempo para estudiar y se
preparan académicamente de hecho para ejercer tal
ministerio. Por eso deben ser escuchados.
Una carta que un radio escucha escribió a su
programa evangélico favorito explica perfectamente
el punto. Dicha misiva decía mas o menos así.
“Agradezco a Dios por su ministerio, quienes
servimos a Dios en otras áreas, no tenemos tiempo
para investigar a fondo el texto bíblico, pero ustedes

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suplen nuestra necesidad cuando nos presentan sus
profundos y preparados mensajes y estudios...”

Ahora bien exponer la palabra de Dios, no es


transmitirla directamente. Lo que el predicador y
maestro bíblico hace es explicar y dar su
interpretación de la palabra de Dios; pero lo que
comunica “no es palabra de Dios”. No debiera decir
entonces “traigo palabra de Dios para ustedes”, sino
“quiero compartir con ustedes mi interpretación de
la palabra de Dios”. Esta afirmación hecha por tierra
el concepto de muchos respecto a los líderes
cristianos. Ellos por muy buenos oradores que sean
no son profetas de Dios, sino solo comentaristas de
las Escrituras. Esto sin duda, también desmitifica el
papel de las autoridades y de los predicadores del
evangelio, pero en nada denigra su misión; solo la
define elevándola.
Además. Cuando comparamos a cualquiera de los
pretendidos nuevos profetas y apóstoles emitiendo
sus revelaciones, con la sencilla exposición de los
verdaderos siervos de Cristo del contenido mismo
de la Biblia, notamos una enorme diferencia. A
favor por supuesto de la siempre viva palabra de
Dios.

Los verdaderos líderes cristianos deben fomentar el


estudio privado de las Escrituras. Esa es su función:
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conducir a las almas hacia la palabra de Dios, y no
solamente transmitírselas. Pero esta afirmación de
ninguna manera descalifica la labor pastoral o
didáctica del predicador del evangelio. Alguien
podría decir: Si solo debemos decirles que estudien
la Biblia por si mismos, ¿entonces que nos queda
hacer que ellos no puedan hacer por si mismos?.
Pues no debiéramos preocuparnos por ello por un
par de sencillas razones.
En primer lugar sería imposible enseñarles en
detalle toda la Biblia. Si pretendiéramos enseñar
toda la Biblia a la Iglesia y analizáramos un capítulo
de ella por semana, nos llevaría nada menos que
1189 semanas terminar la labor; es decir 24 años.
Pero si la analizáramos a fondo a razón de un
versículo por semana, tardaríamos mas de 23000
semanas es decir nada menos que 400 años. De
modo que no existe otra manera en la que el
predicador y maestro de la Biblia deba trabajar;
debemos conducir a las almas a la palabra de Dios.
¡Como pierden el tiempo los que no predican solo la
Biblia!
En segundo lugar, el predicador y expositor bíblico
debe exponer aquellas partes de la Biblia que tratan
sobre los problemas mas apremiantes de su
comunidad, para ayudar a los creyentes a gozar de
buena salud espiritual que les permita a ellos por si
mismos, investigar y estudiar en la palabra de Dios.
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También debe presentar un plan consecuente de
estudio de la Biblia que si bien no podrá analizar en
detalle cada palabra, si puede brindar un panorama
general de su contenido y una exposición detallada
de sus principales doctrinas.
Al analizar la enorme tarea que tenemos por delante
no puedo mas que exclamar ¡como ha perdido el
tiempo esta generación de pastores y dirigentes
cristianos!

Tengo una amigo que si bien comparte con migo la


esencial doctrina del evangelio, difiere con muchas
de mis apreciaciones expresadas en este libro.
Conversando con el sin embargo, a veces
concordamos en lo que pensamos (mas de las que
queremos aceptar). Una de esas cosas en las que
estamos de acuerdo es en el hecho de que “la única
autoridad en materia de fe y conducta, y la única
con derecho de indicarnos que creer y como vivir”
es la Biblia, la palabra de Dios. Otra cosa en la que
estamos de acuerdo es que hay personas dentro de
cada congregación cristiana que ejercen autoridad,
pero un autoridad absolutamente delegada, en el
sentido de que “lo único que hacen es enseñar
sugerir y aplicar el contenido de las normas neo
testamentarias a la comunidad. Los tales no son
autoridad por si mismos, no recibieron una unción
especial de Dios para “mandar” en la Iglesia, lo
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único que tienen es que por saber mas la Biblia
saben que hacer, como hacerlo y cuando. Ese
conocimiento no infalible, pero si mejor que el de
muchos. Ellos son los verdaderos líderes de la
Iglesia. Como tales sin embargo no deben decir
“deben obedecerme porque Dios me ha puesto
como....” (llene los puntos suspensivos con lo que
quiera), sino que deben con suma humildad sugerir
lo que a su juicio creen que es lo mejor que se debe
hacer en cada circunstancia y luego esperar que el
Espíritu Santo haga su labor. Créame que Dios
siempre cumple “su palabra” y respaldará la
autoridad de ella, por que tal dirigente no debe
sentirse amenazado por el temor de que quizás
alguien se le rebele...

¿Cómo ejercer en la practica la autoridad de la


Biblia? El contestar a esta pregunta desde una
perspectiva neo testamentaria necesariamente habrá
de ir en contra de las tradiciones religiosas de los
hombres. Pero no es culpa de Dios que hayamos
inventado sistemas de gobierno eclesiástico
contrarios a sus principios revelados. El dirigente
cristiano puesto que comprende que la única
autoridad en la Iglesia en materia de fe y conducta
es la Biblia, se limita en sus labores a enseñar todo
el consejo de Dios a la congregación y aconsejar a
la Iglesia (no demandar ni ordenar) lo que se debe
23
hacer en cada circunstancia de acuerdo a lo que a
juicio del dirigente, enseña la Biblia.

24
SOLO LA GRACIA

Solo la gracia de Dios salva al hombre del pecado y


sus consecuencias
Solo la Gracia de Dios otorga las bendiciones que
necesitamos para nuestro diario vivir

¿Podría ser mas sencillo el camino de salvación?


Solo la gracia de Dios salva al hombre. Sin embargo
a través de la historia cristiana siempre ha habido
quienes pretenden sustituir la gracia por algún tipo
de ley. Desde los judíos de tiempos apostólicos que
abogaban por un regreso a las prácticas del antiguo
testamento, pasando por los predicadores del siglo
pasado que acusaban a quienes usaban “ropas”
desajustadas con lo que “ellos entendían” eran los
valores cristianos, y llegando a los predicadores del
siglo XXI que dicen “si usted quiere alcanzar un
grado especial de bendición tiene que ser parte de
nuestra congregación”, siempre ha habido quienes
han socavado la gracia divina. Pero el mensaje del
evangelio es sencillo. Es por gracia, no por obras.
Nada de lo que hagamos logra nada, excepto la
sencilla fe en la gracia de Dios. Y la gracia, porque
es gracia, puede derramarse por voluntad divina
sobre cualquiera en cualquier lugar.

25
El catolicismo romano del medioevo protestó contra
esta declaración reformada, con la fuerza de la
espada y la represión. Reaccionaron así porque esto
atentaba contra los intereses de la Iglesia
institucionalizada. Lo mismo ocurre hoy. No falta
quienes reaccionan y con ira a la declaración “solo
por gracia recibimos salvación y bendición de
Dios”. No faltan quienes creen que “hay que hacer
algo mas”. Pero el evangelio es sencillo. La solo
gracia de Dios salva al hombre...

¡Porque no predicamos la verdad? ¿Por qué no le


decimos a la gente que en sus propios hogares y sin
necesidad de unirse a una congregación en
particular pueden no solo ser salvos sino también
experimentar todas las bendiciones de Dios si
estudian la Biblia y creen en lo que ella está escrito?
Pues no lo hacemos porque esto atenta contra
nuestros intereses institucionales y desestabiliza los
imperios evangélicos que pretendemos erigir,
compuestos por dependientes espirituales que no
pueden pensar por si mismos.

También están los que sustituyen la gracia por el


iglesismo. Si bien el evangelio que predican los
iglesistas es muy parecido al evangelio bíblico, es
en realidad una verdadera herejía. ¿Por qué no
puedo entender que la gracia de Dios, porque es
26
gracia, también puede estar en las otras
congregaciones cristianas? ¿Por qué pretendemos
monopolizar la unción divina? El Iglesismo puede
manifestarse de múltiples formas, pero básicamente
sostiene que si usted o yo queremos o bien ser
salvos o bien alcanzar determinado grado de
bendición, necesitamos ser parte de una
congregación en particular. Este error estaba
presente en la Iglesia católica del medioevo que
creía ser “la única Iglesia de Cristo” (¿sería capaz
de aún creerlo hoy?), pero también está presente en
las modernas Iglesias evangélicas que proclaman
con desvergüenza poseer una unción especial, o
gracia especial, que les permite acceder a sus
miembros (y solo a ellos) a la gracia de Dios. No
faltan los que pretenden “marcar líneas” afirmando
que si los otros grupos cristianos no actúan como
ellos o no son parte de ellos, están errados o de
alguna forma en inferiores condiciones. Pero Dios
no esta atado de manos. El puede y de hecho así lo
hace, repartir sus dones a discrecionalidad. Quienes
no están con nosotros o no hacen las cosas como
nosotros pueden igualmente ser salvos y alcanzar la
gracia de Dios en todas sus formas, porque es
justamente gracia; no depende de cómo hacemos las
cosas sino de Dios quien tiene misericordia.

27
Una forma desvergonzada y poco menos que
repulsiva de iglesismo es el moderno ”culto a los
números” que incentiva a muchos dirigentes
cristianos. Vanamente respaldándose en el hecho de
que son muchos, o constituyen una Iglesia de rápido
crecimiento, muchos grupos argumentan que son
mas bendecidos, o hacen mejor las cosas, o cuentan
con algún tipo de gracia especial (que otros no
tienen). Los tales no entienden que si son muchos
también es por gracia y que los que no son tantos
“tienen la misma gracia de Dios”. ¡Porque el
número de seguidores no es prueba de nada!
También las sectas falsas son multitudinarias, y no
por eso son salvos ni mucho menos. Incluso la
superioridad numérica de algunos grupos solo
demuestra que son populares y atraen a muchos
pero no que los convierten realmente a Jesucristo.

Solo por gracia de Dios somos salvos, y solo por su


gracia luego recibimos todas sus bendiciones. No
hay nada que nosotros podamos hacer o dejar de
hacer para alcanzarlas. Pero como un burdo intento
por no dejar de ser evangélicos, algunos empujados
por su orgullo, sustituyen la sola gracia de Dios por
una suerte de gracia sumada a obras. ¿Qué es lo que
pretenden? Pues sostener que si bien la salvación es
por gracia, las subsiguientes bendiciones son
condicionales. Ellos dicen, “usted es salvo por
28
gracia pero solo podrá conservar su salvación si
hace esto o aquello”. También dicen “usted es salvo
por gracia pero si quiere las bendiciones de los
salvados, que Dios le prospere, le sane, le bendiga,
etc, tiene que hacer algo mas”. Ese hacer algo mas,
puede ser el cumplir ciertas reglas o estipulaciones
religiosas y sacramentales (sean aparentemente
bíblicas o llanamente tradicionales), pueden ser algo
mas banal y evidente como el ofrendar
determinadas sumas de dinero o involucrarse con tal
o cual grupo o secta cristiana. Como sea, si solo por
gracia Dios salva y bendice, nada podemos
demandar como condición extra.

Vivimos tiempos en los que prolifera el misticismo.


Por eso hay mal llamados evangélicos que buscan
hablar en lenguas, profetizar, tener sueños o
visiones, o simplemente “sentir ese algo especial”
que ellos dicen es el Espíritu Santo. Quienes no
experimentan estas experiencias entre estos grupos
(especialmente entre los pentecostales que creen
que el bautismo en el Espíritu Santo es una segunda
experiencia después de la Salvación), se sienten
incómodos. Tal vez no todos crean que no son
salvos por ello, pero si sienten que “les falta algo”.
Por eso se sumergen en una intensa búsqueda por
experimentar o sentir algo nuevo, diferente, y
poderoso. Algunos van de Iglesia en Iglesia y de
29
predicador en predicador, para que oren por ellos y
les impartan ese “no se que” (algunos le ponen
nombres interesantes y seudo bíblicos) que no saben
definir. Y si “reciben algún tipo de sacudimiento
emocional” se “sienten llenos”, ¡pero por poco
tiempo! Y otra vez comienzan su incansable
búsqueda.
No quiero ser delicado en lo que diré a
continuación. No veo otra forma de decirlo para que
quede claro. Quienes están en esto de buscar “algo
nuevo de Dios” vez tras vez, no son salvos, no han
experimentado la gracia de Dios. Cuando uno
realmente recibe a Jesucristo en su corazón y la
presencia del Espíritu Santo en su vida, no necesita
nada mas, lo tiene todo; de hecho siente y sabe que
lo tiene todo. Pero si no se recibe esta gracia, se la
intenta sustituir por otras falsas y mal
fundamentadas bíblicamente. Esa es la verdad.
Yo no creo que el cristianismo místico de nuestros
tiempos defienda el evangelio de la gracia. Por el
contrario, pretende sustituirlo. Antiguamente nos
era suficiente creer, no necesitábamos sentir nada o
experimentar nada. La fe sencilla en la gracia divina
nos brindaba no solo la seguridad de la salvación
sino también de todas esas otras gracias que la
siguen.

30
Los profetas de Baal, nos cuenta la Biblia, se
sajaban con cuchillos el cuerpo para así provocar
que su dios les respondiera a sus oraciones. Y los
apostatas de nuestro siglo realizan también algún
tipo de sacrifico para que sus oraciones sean
contestadas. Este intento de manipular a Dios no es
el evangelio de “solo la gracia”. Hace algún tiempo
atrás conversaba con un pastor de esos que creen en
todo esto y el argumentaba lo siguiente: “cuando
uno ayuna de alguna forma ofrece un sacrificio a
Dios que mueve el corazón de Dios en nuestro
favor”. De más está decir que repelí aquella idea de
inmediato. Pretender con lo que sea, pagar a Dios
por su gracia en cualquiera de sus formas, es un
error. Si Dios nos salva es por gracia, si nos bendice
luego es por gracia, si nos libera de algún problema
es por gracia. Sea lo que sea que Dios haga por
nosotros es por gracia. No podemos pagarlo. No
podemos obligar a Dios a cumplir. Creo que el
ayuno y oración en la vida cristiana tienen su lugar,
pero no como formas de coaccionar al creador, sino
como expresión de la sencilla fe en la gracia de
Dios. Ayunaré y oraré mas de lo habitual porque mi
corazón está angustiado por un problema, pero no
porque esto obliga a Dios en algo. Ayunaré y oraré
mas de lo habitual porque estoy buscando
profundizar mi fe en Jesucristo, pero no para hacer
mas efectiva de lo que es su gracia en mi vida. Se
31
escuchan por allí sendos testimonios de “lo que
hace la oración y el ayuno”; ¡pero son falsos! No es
la oración y el ayuno lo que nos bendice, es la
gracia de Dios. La oración y el ayuno tan solo es “la
respuesta del cristiano frente a la gracia que recibe”
pero no su condicionante.
Alguno podrá decir “hermano usted no es mas
bendecido porque no ora ni ayuna”. Pero si lo dice
es un iluso. La simple fe en la gracia de Cristo es
suficiente.

Mi abuelo era un hombre impío. Era un rudo


comisario del interior del Uruguay. La brusquedad y
crudeza que demostraba solo era superada por sus
ásperas manos con las que pretendía acariciar a sus
nietos cuando estaba de buen humor. Durante toda
su vida se había jurado enemigo del evangelio y
perseguidor de su propia esposa que cada vez que
asistía a las reuniones de la Iglesia volvía con la
seguridad de que le esperaba una paliza. No fue
fácil vivir con el. Cuando ya era anciano, no tenía
tantas fuerzas para golpear, pero si para amenazar e
insultar a los pobres cristianos que osaban visitar a
su sufrida mujer. Finalmente el viejo enfermó para
morir. En su agonía llamó al pastor del que tanto se
había burlado, y pidiendo el perdón de Dios, aceptó
a Jesucristo como su Salvador y Señor. Falleció

32
como un hijo de Dios. Y estoy seguro, Dios no le
rehuyó su gracia.
Mi madre decía al respecto. “Nosotros debemos
mantener firme nuestra fe bajo toda circunstancia, y
luchar por seguir a Cristo, y este hombre fue salvo y
fue al cielo sin mayor problema. Hay algo de injusto
en todo esto.” Pero no hay injusticia alguna aquí.
Solo hay una muestra de la gracia de Dios. No
somos salvos por lo que hacemos o dejamos de
hacer. No somos salvos porque somos lo
suficientemente fuertes como para mantener nuestra
fe bajo cualquier circunstancia. Somos salvos,
porque Dios tiene misericordia de nosotros.

La gracia de Dios es obra de su iniciativa. Solo


proviene de Dios. El la da a quien quiere. Si
pudiéramos por nosotros mismos desatarla sobre
personas o cosas, ya no sería gracia, sino magia.
Bueno, los hechiceros cristianos, en nombre de
Cristo, pretenden ir sanando y exorcizando a las
personas con la ilusión de que pueden controlar el
poder de Dios a voluntad. Pero lo que ellos hacen es
hechicería, no pueden, y nadie puede manejar la
gracia de Dios. Otro es el poder que les asiste.
Como es Dios y solamente Dios el dador y
administrador de su gracia, el la otorga a quien
quiere.

33
Dios es quien decide quien se salva y quien no. De
algunos tiene misericordia. Esa es la verdad. Solo
podríamos proclamar el evangelio y esperar que el
Espíritu Santo haga su obra. Nada mas que eso.

34
SOLO LA FE

Solo la fe en Jesucristo salva al hombre


Solo la fe es la evidencia de que alguien es salvo

Algunos cristianos se sienten cansados. Llevan


pesadas cargas religiosas sobre sus hombres. Les
han enseñado que eso es parte del evangelio. Y son
esclavos de su ignorancia. Cumplen ritos,
ceremonias, códigos establecidos por hombres e
instituciones. Y han olvidad que solo tienen que
creer para ser salvos y luego vivir en novedad de
vida.
Cuando el carcelero de Filipos, preguntó a el
apóstol Pablo ¿qué debo hacer para ser salvo? Pablo
respondió: “Cree en el Señor Jesucristo...” Solo eso
tenía que hacer. ¿Pero que se le dice a la gente hoy
en día cuando viene buscando solución a sus
problemas? Uno escucha invitaciones tales como:
“venga a la Iglesia”, “ofrende de us ingresos”, “siga
este hombre”. Pero todo esto no es mas que un
evangelio falso. Solo necesitamos creer.

Alguno se preguntará. ¿Por qué cumplir con la ley


de Cristo pues? Si solo creyendo Dios me bendice
¿porque debería observar ciertos valores morales y
éticos en mi diario vivir? Sin duda alguna el

35
cristiano genuino busca obedecer a Dios en todo.
Puede cometer errores a veces, pero habitualmente
es respetuoso con la palabra de Dios. Pero no lo
hace porque crea que de esa forma puede alcanzar
algún tipo de bendición, sino porque “cree en Cristo
como el Señor de su vida”. ¡Aquí hay una gran
diferencia!
Muchos se la pasan pesando así: “Debo portarme
bien porque si no Dios no me va a bendecir o
salvar” Esto esta mal. Es un falso razonamiento.
Aunque quisiéramos no podríamos satisfacer la
justicia divina (siempre cometemos errores) y por
otra parte aunque lográramos a partir de algún
momento de nuestra vida vivir santamente,
¿podríamos así borrar todo lo malo hecho en el
pasado?. No importa si el ladrón luego de robar vive
el resto de su vida honestamente. De todas formas
robó y si es capturado por la justicia pagará su
afrenta. Aunque usted o yo fuéramos a partir de
ahora perfectos santos, lo hecho, hecho está.
De modo que obedecer a Dios para alcanzar su
salvación y gracia es pérdida de tiempo. Vuelvo a
formular la pregunta pues ¿por qué debo cumplir la
ley de Cristo si creyendo solamente recibo salvación
y vida eterna?
Bueno. La respuesta es simple. No obedecemos a
Dios para obtener algo. Le obedecemos porque
creemos en el, como nuestro Señor y no solo como
36
nuestro Salvador. La obediencia no es una
condición, sino el resultado de la fe. ¿Cómo
sabemos si alguien realmente cree en Cristo? Pues
porque le obedece. Así de simple. Quien sigue esta
norma, cuando comete errores, busca nuevamente el
perdón en oración y continúa adelante sin perder
nada en el camino. Pero quien además de creer
hacer algo mas para obtener la gracia divina, cuando
se equivoca ¡se derrumba porque cree que debe
comenzar de nuevo!

Los fariseos de antaño sofocaban a las personas con


pesadas cargas religiosas. Los hijos de los fariseos,
los modernos pastores y dirigentes cristianos falsos,
continúan la insalubre misión de sus antepasados.
Con una fingida voz de autoridad (mas basada en la
vanagloria que en otra cosa) ellos proclaman y
acusan: “Si usted no hace esto aquello o lo otro,
Dios no lo bendecirá”. Los mas atrevidos de estos
sin vergüenzas dicen: “Dios le bendecirá
plenamente a usted, pero a través de mi”. Algunos
inclusos le dicen: “Si usted abandona a esta iglesia
perderá la salvación”. ¡Malvados! ¡Infames! ¡Viles!
¡Tendrán que rendir cuentas a Dios por lo que
hacen! Disfrazan su evangelio falso con música de
onda, y con espectáculos cristianos para que la
gente valla por multitudes a sus cultos, para luego

37
servir su veneno al pueblo. Matan al pueblo. Los
esclavizan. Que Dios se apiade de sus almas.
Solo necesitamos creer. Nada mas. Jesucristo hizo
todo lo que debía hacerse para que nosotros
fuéramos salvos y bendecidos. Solo tenemos que
creer. Y para el que cree en Cristo, todo es posible.

Pero ¿Por qué la fe nos parece tan poco? Pues


porque la gracia es menospreciada. Se ha perdido el
sentido del calvario. Antes cantábamos “En la cruz,
en la cruz, do primero vi la luz...”. Pero hoy
cantamos “derrama tu bendición Señor....”.
Hace algunos años escuche a un predicador
televisivo decir algo que me conmovió
profundamente. El afirmó que el evangelio de
Jesucristo es una fe sangrienta y obscena porque
muestra un redentor que sufre por los pecados de
otros, y que eso no era lo que la mayoría de la gente
quería recibir. Continuó diciendo que a pesar de lo
desagradable del calvario, sigue siendo el lugar mas
maravilloso del mundo por ser alli donde Cristo
compró a precio de sangre nuestra salvación.
El cristianismo de hoy desprecia el mensaje de la
gracia, y por ende no cree que solo la fe sea
suficiente. Los cristianos hoy quieren alcanzar la
salvación y las bendiciones siendo buenos,
poderosos, ungidos, valientes, etc. Todo eso puede
sonar por momentos muy alentador, pero inútil e
38
inservible es al final. Por que solo el poder de Dios
salva al hombre; y ese poder no es otro que el
evangelio de la gracia.

Antes la fe en Jesucristo era suficiente para cambiar


las vidas, transformar los corazones, hacer santos a
los hombres, traer paz al alma, llenar la vida. Pero
ahora la sola fe ya no es suficiente. No es que la fe
halla perdido efectividad. Es que hemos perdido la
fe en Jesucristo. Esto puede sonar extraño, pero es
así. Los cristianos hoy ya no creen en Cristo, sino el
predicador o pastor de turno, en el apóstol o líder
renombrado, en las estrategias o metodologías
espirituales, y en las instituciones cristianas.
Sobrevivimos al embate del humanismo del siglo
pasado, pero sucumbimos ante el culto a la
personalidad. Hemos perdido el primer amor.

Los hombres de poca fe de nuestro siglo quieren


hacer algo mas, o ser algo mas; sienten que de no
ser así Dios nos los aprobará. ¿Acaso creen estos
que cuando lleguen al cielo Dios los llevará a una
parte especial porque hicieron o fueron más que los
demás? ¡No se dan cuenta que todo don perfecto
proviene de Dios? Si somos algo o hacemos algo es
por la gracia de Dios. No tenemos mas que creer.
Necesitamos aprender a descansar en Cristo. Señor
(debemos orar) gracias por tu salvación y
39
bendiciones; sin merecerlas yo, tu me las diste... y
yo creo en eso”.
Tener fe es tener confianza, seguridad, certeza,
esperanza, certidumbre, convicción, y
convencimiento. Pero aún es mas que eso. Esta lista
de sinónimos no tienen nada que ver con lo que
hacemos o dejamos de hacer, ni nada que ver con
nosotros mismos. El objeto de nuestra fe es el que
nos genera todas esas palabras.
Tenemos la confianza y seguridad de que somos
salvos.
Tenemos la certeza y la esperanza de que
llegaremos al cielo.
Tenemos certidumbre y la convicción de que somos
bendecidos por Dios.
No tenemos que lugar por alcanzar la gracia de
Dios, “creemos” que ya es nuestra. Esto es en
esencia el camino hacia Jesucristo.

Cuando niño cantaba un coro que decía así:


“¡Cristo rompe las cadenas... y nos da seguridad!
Como podría yo vivir sin mi Jesús,
si el fundamento de mi vida eres tu,
tu me salvaste me libraste de la muerte,
¿cómo es posible yo vivir sin mi Jesús?”
Pero Cristo también rompe las cadenas religiosas.
Recuerdo que las iglesias evangélicas realizaban
campañas evangelísticas en los barrios en enormes
40
carpas y los vecinos acudían (muchos por primera
vez) a escuchar el evangelio. Recuerdo también que
los vecinos pasaban a contar testimonios de lo que
Dios hacia en su vida. Y muchos decían “Dios me
liberó de la religión católica”.
Creo que si Dios se moviera de nuevo como lo hizo
entonces, pasarían los salvados a contar algo
parecido “Dios me liberó de la religión evangélica”.
Si hemos transformado el evangelio de gracia en
una religión de obras. Los llamados evangélicos ya
no piensan que solo deben creer para recibir la
salvación y vivir su vida cristiana; piensan que
deben hacer algo mas. Y de hecho están atados por
esta concepción de religión. Pero Cristo aún libera a
los esclavos.

A veces me siento que estoy mal, que somos raros,


que no puede ser que caminamos en sentido
contrario no solo al del mundo sino al de los
cristianos contemporáneos. Somos un pequeño
grupo de cristianos (algunos le llaman iglesia)
sencillo, independiente, que desprecia todo lo nuevo
en doctrina y se conforma con su vieja Biblia. Eso
no es muy común de ver. No por lo menos en
nuestro medio. Somos un grupo de personas que
creen que en Cristo esta todo lo que necesitan y nos
parecen absurdas todas las invitaciones que nos
vienen de afuera. Las Iglesias periódicamente se
41
vuelcan tras nuevas doctrinas, nuevas tendencias,
nuevas metodologías y nuevos hombres, y siempre
con la promesa y esperanza de que esta vez si el
avivamiento llegará”. Pero nosotros no entramos
con ellos en sus actividades, porque sentimos “que
el avivamiento ya está en nosotros” que no hay nada
que pueda ser mejor de lo que ya tenemos en Cristo.
Así de sencilla es nuestra fe. No estamos buscando.
Creemos que ya lo tenemos. ¿Somos un error
acaso? ¿Somos la excepción? Se que muchos no
dudarían en decir que estamos mal, pero yo no lo
veo así. Al contrario me pregunto ¿qué pudo hacer
que el resto dejara de creer?
Los sencillos grupos de fe no son un error, sino un
vuelco hacia el origen. Todos quieren pertenecer a
tal o cual denominación. Todos buscan estar bajo la
cobertura y autoridad de algún apóstol renombrado.
Todos quieren “impactar su ciudad” a su manera.
Todos quieren hacer conocer su ministerio o iglesia.
Nosotros no tenemos tales ambiciones. Solo
creemos en Jesucristo, y eso nos llena. Así eran en
un principio las Iglesias de Cristo. Así debieron
continuar.

Alguien podrá decir ¡Ahá! ¡Pero no va a negar que


por lo menos tiene que creer! ¡Eso lo tenemos que
hacer nosotros! Si bueno. Eso es lo que muchos
piensan. Solo se debe creer y creer a veces es difícil.
42
Pero la Biblia nos enseña que la fe no es una
condición para la obtención de la salvación y las
bendiciones que le siguen, sino un don de Dios. Si
así es. Aún la fe que profesamos o no, se nos es
otorgada por el Espíritu Santo. El asunto es simple.
Resulta que estamos muertos en delitos y pecados, y
somos incapaces de siquiera ir a Cristo o creer en el.
Un muerto no puede hacer nada. Un muerto
espiritual (y eso éramos antes de ser salvados) no
puede siquiera pensar “valla necesito esto, así que
creeré a partir de este momento en Jesucristo para
que me salve”. Ni eso somos capaces de hacer por
nosotros mismos. Lo que sucedió fue todo lo
contrario. El Espíritu Santo puso fe en nuestro
corazón y nos transformó luego con su poder. ¡Solo
a Dios sea la gloria!
Somos salvados por Cristo. Muchos dicen “desde
que vine a Cristo paso esto o aquello”, como si
hubiese sido la persona la que tomó una decisión.
No fue así. Ya hemos visto que por nosotros
mismos ni siquiera podríamos haber deseado ser
salvos. No fuimos a Cristo, no lo elegimos nosotros
a el. EL NOS SALVO Y EL NOS ESCOGIO.

La fe es la única evidencia de que alguien es salvo y


bendecido. No la fe por la fe en si misma. Sino la fe
en Jesucristo. Estamos hablando de una convicción
teológica y no simplemente una confianza ciega
43
como la de muchos que asisten a la Iglesia pero sin
siquiera poder definir el credo doctrinal de su
congregación. ¡Créame que hay congregaciones
“cristianas” que no tienen una confesión de fe
definida!
La fe evangélica básicamente sostiene los siguientes
puntos:
1- Somos pecadores e incapaces de cumplir la
ley divina
2- Por causa de ellos estamos muertos en
delitos y pecados y condenados al infierno
3- No podemos salvarnos por nuestros propios
medios
4- Jesucristo es Hijo eterno de Dios se hizo
hombre y vivió como tal pero sin cometer
un solo pecado. Llegado el momento
permitió que lo asesinaran en una cruz y en
ella “sufrió la culpa y consecuencias de
nuestros pecados, Murió en nuestro lugar”
Gracias a su sacrificio Jesucristo nos salva
del pecado y sus consecuencias
otorgándonos la vida eterna
5- Para recibir esta gracia de Dios solo
necesitamos creer en Jesucristo como
nuestro Señor y Salvador

Lo anteriormente expuesto no se puede patentar. Sin


embargo hay quienes intentan monopolizar la fe.
44
¿Qué estoy queriendo decir? Pues hay quienes por
ambición de poder y riquezas de alguna forma
llegan a sostener que aunque cualquiera pueda tener
fe, solo a través de ellos o en sus iglesias reciben lo
que la gracia les otorga. El razonamiento que
exponen es mas o menos este.
“Es cierto que solo es preciso creer pero es preciso
ejercer fe aquí en nuestra Iglesia. Porque es solo por
medio nuestro (y de algunos pocos mas) que la
gracia de Dios se vuelca sobre la gente”. Para
sostener este exclusivismo se valen de todo tipo de
ardides. Permítame recordarle algunos de los que he
escuchado durante todos estos años de ministerio
pastoral.
- solo nosotros tenemos la visión de Dios
para este tiempo
- solo nosotros mantenemos santidad e
integridad moral
- el resto la Iglesia se a corrompido
- hemos recibido una revelación especial y
única
- todos podrían tener lo que nosotros pero no
lo quieren
Pero todo esto es mentira. Una grotesca y evidente
mentira que sería fácilmente desenmascarada por el
pueblo si este no sufriera de la mayor ignorancia de
las Escrituras de todos los tiempos.

45
No se puede monopolizar la fe. Todos los grupos
cristianos, no importa donde se encuentren y que tan
“importantes” sean a los ojos del mundo, son
congregaciones cristianas “con todas las garantías”
si mantienen la doctrina original del evangelio; es
que se enseña con absoluta claridad en el Nuevo
Testamento.
¡Si tan solo puedes creer! Le dijo Jesucristo al
hombre que venía a el por ayuda. ¡Si tan solo
puedes creer! Nos dice el Espíritu Santo de Dios a
quienes buscamos con sinceridad el camino de
salvación y bendición. Solo eso debemos hacer.
Solo creer.

46
VIVIMOS TIEMPOS DE APOSTASÍA

Vivimos tiempos de apostasía. De eso no cabe la


menor duda. El grueso del pueblo denominado
cristianos ya no cree en el cristianismo. El grueso de
los cristianos han dejado a Jesucristo. El pasado
breve análisis de los principios fundamentales de la
fe cristiano nos revela cuanto hemos perdido. En
verdad es demasiado. Es tan intensa esta apostasía
que donde quiera que veamos solo vemos confusión
y error. A veces parece que algún ministerio o
iglesia comienza siendo un intento poderosos de
volver a las raíces, pero cuando nos acercamos a
ver, descubrimos que es más de lo mismo. Aún hay
grupos de sinceros y correctos cristianos dispersos,
pero parecen avasallados por las mega iglesias que
difunden el error.

En acuerdo con la teología amilenialista, creo que


vivimos tiempos de gran tribulación. Solo que esta
se nos presenta de una forma que no esperamos. Un
ejercito insondable de demonios ha salido del
abismo y se han entronizado en las Iglesias
cristianas utilizándolas para difundir su mentira y
error. Es tan fuerte el engaño satánico que lo que
sería evidente a la simple vista pasa desapercibido
para la mayoría.

47
Creo que el mensaje para la genuina Iglesia de
Cristo, para el verdadero pueblo de Dios es: “salid
de Babilonia”. Los que queremos mantener la llama
del evangelio siempre viva y pura no tenemos mas
remedio que tomar “nuestra fe” y apartarnos lo más
que podamos de todos los que disfrazan el
evangelio. Una vez leí en un artículo cristiano que
“no podemos esperar inocentemente que las iglesias
apostatas mejoren algún día”. La historia nos
demuestra que no lo harán. Han sido entregados a
un espíritu de error. Solo nos resta la separación.

Me pregunto ¿Dónde están los genuinos pastores?.


Gracias a Dios mi respuesta no se hace esperar. Los
veo pregonando con valor y sencillez el viejo
evangelio en cada rincón de mi ciudad, pero no
ostentándose (como lo hacen los falsos pastores) o
exhibiendo sus logros, sino como dice un amigo
mío “manteniendo un bajo perfil”. No buscan gloria
ni honor humano. No procuran realizar
multitudinarias concentraciones en lugares públicos.
No invitan sin ton ni son a todo el mundo a sumarse
a sus mega proyectos. Simplemente predican y
enseñan el evangelio, sin mayores pretensiones. Los
incautos cuando los miran “no los saben apreciar”,
no los consideran valiosos, porque no son
vanagloriosos como sus Némesis mediáticos, ni
48
porque le interesa que las multitudes les sigan. Pero
definitivamente han sido puestos por Dios como sus
mensajeros para nuestros tiempos.
Hace un tiempo me topé con uno de ellos. No fue
fácil encontrarlo. Todo comenzó cuando queriendo
ponerme en el lugar de alguien que busca con
sinceridad a Cristo me puse a recorrer las calles de
mi ciudad prestando atención a la carteleria. De
pronto encontré un humilde salón o iglesia que
decía sobre su puerta “Iglesia evangélica....” (no
viene al caso la denominación). Indagué y supe
quien estaba a cargo. No era apreciado por los
falsos cristianos que atestan nuestras calles porque
su única espiración era ser fiel a la palabra de Dios.
Es un hombre libre y sin mayores problemas. Fiel a
su llamado domingo a domingo reúne a su grey y
les explica la Biblia. No está solo. Está en contacto
y trabaja con otros tantos como el que hacen una
obra prodigiosa que a los años dará su fruto. Es
parte de ese equipo bendito que permanece con los
años. Las mega iglesias y los grandes ministerios
duran tan solo algunos años, pero estos hombres
están allí por años, y cuando parten al encuentro de
su Señor dejan a alguien como ellos al frente de sus
congregaciones y las Iglesias siguen. Una de esas
congregaciones hace 100 años está en la ciudad. Es
una de las congregaciones cristianas mas grandes e
influyentes. Pero como no son ostentosos “los
49
incautos los creen poca cosa”. Después de todo los
grandes bosques cuando crecen no hacen ruido.

Una avivamiento de la reforma protestante se gesta


en el ceno de nuestra sociedad. Puede que todo lo
que he presentado en esta pequeña obra suene muy
negativo. Debo reconocer que esa sensación deja sin
duda, inevitable si hemos de ser fieles a la realidad
que pretendemos describir. Pero que no nos engañe
esta denuncia, haciéndonos creer que no hay
esperanza. El propósito de este material es “sacar a
uno mas aunque mas no sea” del error
preponderante en el mundo mal llamado cristiano.
Sin embargo una revolución espiritual se está
llevando a cabo como no podría ser de otra forma”,
solapadamente. Grupos pequeños de sinceros y
límpidos cristianos surgen por todas partes,
reuniéndose en las casas y en pequeños salones de
reunión (algunos también en templos) para
simplemente estudiar la Biblia y predicar el
evangelio. No tienen mayor ambición que esa. Pero
a pesar de que son pequeños, están por todas partes,
y brillan sin duda en medio de las tinieblas
reinantes. Yo los veo como un ejercito bien
entrenado que espera su oportunidad. La corrupción
de la Iglesia evangélica nominal, al igual que la de
su hermana mayor (la Iglesia católica medieval),
pronto provocara su propia ruina. El peso de su
50
propia corrupción los aplastará. Y ya está
sucediendo. Tele evangelistas y tele predicadores,
apóstoles y predicadores de renombre, caen en
pecados groseros. Mega Iglesias surgen, duran no
mas de diez años, y luego desaparecen con la misma
facilidad. Las personas asisten a esos lugares pero
pronto descubren el error y salen despavoridos. Pero
estos grupos de cristianos en las catacumbas
modernas de anonimato, perduran y esperan.
Llegará un día que el mundo angustiado buscará
desesperado a cristianos y congregaciones no tan
suntuosas y ambiciosas, pero si santas y escriturales.
Y entonces el pueblo de Cristo les abrirá las puertas.
La historia lo demuestra. Cuando la sociedad entra
en crisis y se derrumba por su propia corrupción,
son los verdaderos hijos de Dios quienes toman el
control y restauran lo que los apostatas pretendieron
arruinar.

Lo único que logra la apostasía es incrementar la


angustia del corazón humano. Lo único que logran
los falsos profetas es hundir mas el corazón de los
hombres. Pero a veces, solo cuando se cae muy
bajo, se recapacita en la verdad.
Soy optimista. Creo que los falsos no nos dañan;
solo a si mismos y a quienes le siguen. Pero ellos
caerán , y cuando caigan la verdear Iglesia estará
aquí para continuar exaltando el nombre de Cristo y
51
seguir pregonando el viejo evangelio de: “Solo la
Biblia, solo la Gracia solo la fe...”

52
HEMOS ABANDONADO EL PRIMER AMOR

¿A quien le interesa la historia? Ella huele a vieja y


caduca, y tiene la fama de ser interesante solo para
los anticuarios o para los veteranos que insisten en
recordar viejas historias que la modernidad no
puede asimilar. Hoy queremos lo nuevo, lo
moderno, lo de onda. Por eso hacemos nuestros
cultos llenos de luces y sonido, y predicamos un
mensaje moderno, vivaz, consecuente con la forma
de pensar de hoy. Pero no podría demostrar mi
punto sin echar una mirada al pasado. Y se bien mi
amigo, que le han enseñado hasta el cansancio que
no se debe mirar atrás, que lo que importa es el
presente y el futuro. Que hay que mejorar, pero
insisto en no perder de vista las referencias que la
historia nos marca, y que sin duda demostrarán el
error del cristianismo moderno.

Los apóstoles ¿qué predicaron?. Predicaron las


escrituras sagradas. Por medio de ellas demostraban
que Jesús era el Cristo, el Hijo de Dios. Fieles a sus
raíces judías, en sus cultos, ellos leían una porción
del Antiguo Testamento, y luego lo explicaban.
Además, exhortaban a los fieles a leer también en
casa la palabra de Dios. Cuando fue compilado el
Nuevo Testamento, la fe cristiana reforzó mas aún

53
su carácter e identidad de una “fe intelectual,
reflexiva y estudiosa”.
Aún después de la muerte del último de los
apóstoles, la Iglesia conservó su amor y apego
práctico por las Escrituras. Y digo práctico porque
hoy vemos un apego emocional a la Biblia,
considerándola “palabra de Dios” pero leyéndola
esporádicamente o solo abriéndola en las reuniones
de la Iglesia cuando el predicador cita algún texto
de ella.
Pero las cosas comenzaron a ir mal. Tradiciones e
ideas nuevas se comenzaron a infiltrar y la Biblia
comenzó a dejarse de lado. Ya no se la estudiaba ni
amaba. Pronto la Iglesia de turno declaró al libro
sagrado como “propiedad del clero”. Y el
cristianismo se transformó en otra cosa que no era
definitivamente cristianismo.

Un buen día, Martín Lutero, redescubrió el


contenido de las Escrituras. Y por ende comenzó a
pregonar que:
“Solo la Biblia ... Solo la gracia... Solo la fe...”
Inmediatamente el descubrimiento de Lutero (y
otros reformadores) recorrió Europa difundiendo así
la llamada reforma protestante. Surgieron
traducciones de la Biblia al lenguaje vernáculo y
millones comenzar4on a leer la Biblia y descubrir
en ella la salvación.
54
La Biblia nuevamente en manos del pueblo dio
como resultado avances prodigiosos en el
descubrimiento y profundización de las doctrinas
sagradas.

¿Pero que está pasando hoy? La Biblia sigue siendo


el libro mas vendido, pero también el menos leído y
comprendido. Encuestas revelaron que en Estados
Unidos seis de cada diez personas no puede ni
siquiera nombrar la mitad de los 10 mandamientos,
que el 64 % no leen la Biblia porque están muy
ocupados, y el 80 % dice que la Biblia les confunde.
¿Y por casa como andamos? Creo que bastante mal
también. Mas del 90% de los cristianos no estudian
la Biblia en sus hogares. Apenas la leen salteando
un verso aquí y otro allá, y no son capaces de
enfocar un estudio largo y sistemático. Hace unos
días una hermana de nuestra Iglesia me contaba que
su madre (creyente de años) se asombró cuando su
hija le pidió que leyera todo el libro de Job para
comprender el por que del sufrimiento, alegando
que eso era imposible. Es interesante saber que esta
mujer tiene decenas de cintas de estudio y
predicaciones pero no es capaz de leer un libro de la
Biblia.
La Iglesia ha abandonado el estudio y apego a las
Escrituras. El Cristo de la Biblia es un perfecto
desconocido para nosotros y en su lugar creemos en
55
un Cristo inventado y de segunda, que mas tiene
que ver con el modelo capitalista que con el la
imagen de Dios. Si los evangélicos de hoy no
estudiamos la Biblia...

56
EL EVANGELIO EMOCIONAL Y EL DE
SEGUNDA MANO

Hoy día, la mayoría de los cristianos ¿exagero al


decir la mayoría? Creen en un evangelio emocional
o de segunda mano. El evangelio emocional es ese
falso evangelio que si bien sostiene los principios
básicos del Nuevo Testamento en teoría, en la
practica se basa en las emociones. Quien cree en
esta fe, busca constantemente experimentar o sentir
algo de Dios, busca que ocurran milagros todo el
tiempo, o manifestaciones del Espíritu Santo,
algunos hasta van de iglesia en iglesia para que
alguien ore por ellos, les impongan las manos, les
revele algo o les haga sentir “el poder de Dios”.
Cuando desean descubrir la voluntad de Dios, la
procuran por medio de largas oraciones y ayunos o
por medio de la palabra profética de alguien. Es la
guía del Espíritu lo que les interesa, a la Biblia no la
consideran la única regla de fe y conducta. Si a
estos cristianos se les pregunta si consideran a la
Biblia la “única palabra inspirada de Dios”,
responderían inmediatamente que si (porque se han
aprendido la fe básica del evangelio), pero en la
practica no la estudian a fondo y se conforman con
la intuición (que ellos llaman la voz del Espíritu)
que la mayoría de las veces es de origen demoníaco

57
o humano. Los cultos de este evangelio falso son
sumamente motivos, cargados de entusiasmo, con
música alegre, y sugestiva. Los mensajes y
predicaciones son pocos profundos y apelan mas
bien a los sentimientos, con poco contenido moral y
tendiente a solo alentar. No coinciden las
manifestaciones espirituales siendo enmarcadas
dentro de la practica de la exposición o enseñanza
de las Escrituras.

También esta el evangelio de segunda. Es esa fe


pasiva (intelectualmente hablando) en la que la
persona se deja guiar por su pastor o predicador
favorito. Aprende lo que le enseñan, no mas. Se
queda con lo que su pastor o líder le dice. Entiende
la fe de acuerdo a lo que otros le enseñan, o de
acuerdo a libros o cursos que su denominación le
provee. Los tales por lo general no son concientes
del peligro que corren de caer en el error que quizás
sus maestros cayeron, o de caer en el error que
algún mal intencionado les enseñó. Nos quejamos
de que las sectas seudo cristianas adoctrinan a sus
fieles por medio de libros o guías que pretenden
interpretar la Biblia (y así privan a la gente del
acceso directo a la Biblia), e imponiendo sus
conclusiones falsas, pero muchos llamados
evangélicos hacen exactamente lo mismo. Este
fenómeno ha infiltrado ya doctrinas falsas en la
58
iglesia y ha encaminado a muchas congregaciones
(otrora cristianas) por el camino de las sectas.
Algunas llamadas iglesias evangélicas son ya sectas.

Ambas tendencias cometen el mismo error.


Abandonar a la Biblia como medio único a través
del cual Dios habla. Minimizan la importancia (o la
anulan completamente) del hecho de que el creyente
debe ser una persona intelectual, con conocimiento
cabal de su fe, del libro que dice que es la base de
su fe, y en constante crecimiento intelectual por
medio del estudio directo de la palabra de Dios.
Este tipo de afirmación puede resultar ofensiva al
espíritu anti intelectual de nuestra época, porque no
es compatible con la pereza mental que esclaviza a
millones que prefieren repetir lo que otros le han
dicho o mantener esquemas de pensamientos no
comprobados, por que es mas cómodo y les libra de
la fatigosa investigación. Pero este espíritu les
coloca en el mayor de los peligros; el de estar
engañados.

¿Hemos cambiado al Cristo bíblico por uno


consecuente con nuestra sociedad complaciente?
¿Hemos caído en un sincretismo religioso sutil que
introduce a la fe evangélica una fe intuitiva
emocional y preelaborada? ¿Qué futuro puede tener
una Iglesia si la mayoría de sus miembros no
59
pueden citar de memoria los diez mandamientos, no
sabe quien dirigió el sermón del monte y conoce el
contenido de las cartas de Pablo?

60
CRITERIOS DIFERENTES

Mucha gente se pregunta como es posible que


creyendo los cristianos en la Biblia y en Jesucristo,
no se pongan de acuerdo en lo que creen. A veces
estas diferencias impiden que alguien acepte el
evangelio como forma de vida y crea de todo
corazón en Jesucristo. Lo que sucede es que
tenemos criterios diferentes de interpretación, al
analizar las Escrituras. Criterios que en la mayoría
de los casos son errados y peligrosos.

El criterio legalista es uno e ellos. Este criterio


“busca en cada verso y pasaje de la Biblia un
mandamiento o ley que cumplir”. La esposa de un
pastor una vez, siguiendo este criterio, enseñaba a
las damas de su congregación que era pecado
teñirse el pelo porque Jesús había dicho “que no
podemos hacer blanco o negro un solo cabello”
(Mateo 5.36) Obviamente Jesús se refería al hecho
de que no podemos controlar ni detener el avance
del tiempo, y por eso envejecemos, por lo que no
deberíamos jurar por nuestra cabeza o nuestra
propia vida. Pero el que tiene un criterio legalista a
la hora de leer la Biblia no percibe eso, solo se
queda con las palabras sacadas fuera de su contexto.
Podrá usted imaginarse que teniendo la Biblia mas

61
de cuarenta mil versos (1189 capítulos), hay mas de
cuarenta mil mandamientos que descubrir y tratar de
obedecer. Podrá también usted ahora comprender
porque este criterio de interpretación es demoníaco
y solo puede producir esclavitud espiritual, porque
nadie ni siquiera los propios lideres de tales grupos
cumplen en cabalidad sus pretensiones.

El criterio alegórico por otra parte, trata de


encontrar en el texto bíblico, un sentido o mensaje
detrás de las palabras. Cada pasaje “representa o
simboliza algo mas”. Este es el criterio mayor
mente utilizado por los nuevos grupos pentecostales
que han surgido como mala hierba en nuestras
ciudades. Por eso hay tanta divergencia de opinión y
teología entre ellos. Ya que cada uno halla un
simbolismo o alegoría diferente para cada texto, de
acuerdo a sus necesidades. Este criterio es peor que
el anterior, y el anterior de por si es enormemente
desastroso, porque no deja esquema en pie en el
cual el estudiante de la Biblia pueda basarse. Es así
que un mismo pasaje de la Biblia puede significar
una cosa para uno y otra muy distinta para otro.
Déjeme citar un ejemplo. Hace algunos años un
evangelista famoso visitó nuestra ciudad y predicó
sobre el enfrentamiento entre David y Goliat. El
dijo básicamente que Goliat representa el pecado y
la enfermedad, que David es el cristiano que
62
valientemente enfrenta sus dificultades en este
sentido, y que las piedras y la honda, son el poder
de Dios puesto a disposición del hijo de Dios para
salir airoso de cualquier situación. Lo falso de este
enfoque se ilustra en el hecho de que otro
perfectamente puede hallarle otro simbolismo a los
elementos de la historia; tal vez Golitat represente al
gobierno de turno, y David al grupo armado que lo
enfrenta en inferiores condiciones pero con la fe
puesta en Dios, o Goliat represente al pastor malo y
David al obrero independiente que abre una nueva
congregación a unos metros de la anterior. ¡Tantas
pueden ser las interpretaciones que el método
alegórico le puede dar al pasaje bíblico como necios
haya leyendo la Biblia! El método alegórico es
incorrecto. Son tantos los ejemplos del uso de este
método que tenemos en los programas radiales y
televisivos de la mayoría de los grupos evangélicos,
que quisiera mencionar uno mas. Una vez un
predicador haciendo referencia a la historia de los
evangelios de la mujer que tocó el manto de Jesús
entre la multitud y se sanó, animó a sus oyentes a
por la fe tocar la presencia de Cristo y recibir la
sanidad que necesitaban. El decía que aquella mujer
representa a los cristianos que hoy vienen a Dios en
oración y con fe. Esta también es una interpretación
desastrosa e irresponsable del texto bíblico. En
realidad, al menos que el texto claramente lo
63
indique, no hay símbolos o mensajes ocultos en la
Biblia, ella dice lo que dice, por lo que debemos
interpretarla literalmente.

El tercer gran criterio de interpretación bíblica es el


“criterio literal gramatical e histórico”. Este parte de
la base de que Dios no juega a las adivinanzas con
nosotros. El texto dice lo que dice, ni mas, ni
menos. Reconociendo obviamente los diferentes
estilos literarios, hay que interpretar literalmente el
pasaje. ¿Por qué hago la aclaración de que hay que
reconocer los estilos literarios? Pues porque en la
Biblia hay tanto narraciones históricas, como
proverbios, como poesía, como pasajes didácticos y
apocalípticos. Obviamente cuando leemos poesía,
por ejemplo, si bien la interpretamos literalmente no
le damos la fuerza de la ley ni de la narración
didáctica, sino que la interpretamos como lo que es;
la expresión de un sentimiento.
Además de abordar el pasaje en su sentido literal, lo
hacemos analizando su contexto histórico.
Básicamente preguntándonos en cada análisis ¿qué
entendió el escritor y que entendió el receptor
original del pasaje? Para comprender el texto pues
necesito conocer su trasfondo histórico y cultural.
Por eso es importante el papel del pastor y maestro
de la Biblia; por sus estudios (aunque hay muchos
ignorantes en los puestos de autoridad de la Iglesia)
64
realizados puede explicar mejor el sentido de la
Biblia.
Finalmente no hay que olvidar el aspecto gramatical
del análisis. Una correcta interpretación de la Biblia
depende del conocimiento de los idiomas originales
en que la Biblia fue escrita (hebreo antiguo, arameo
y griego). Especialmente el griego pues en ese
idioma se escribió el Nuevo Testamento base misma
de la teología cristiana. Por eso es crucial a la hora
de analizar la Biblia, cotejar cada pasaje en todas las
versiones y traducciones disponibles; aunque
algunos ignorantes insistan en afirmar que solo una
versión en particular es inspirada. Recordemos que
lo que es inspirado es el texto original tal y cual fue
dado a los primeros receptores del mensaje. Lo que
tenemos hoy son traducciones y versiones de tal
texto. Por lo que, con cuantas mas se cuenten mejor.

¿De que nos sirve saber esto? Pues nos sirve para
identificar el verdadero evangelio que nos puede
ayudar a vivir, de los falsos evangelios que nos
pueden enfermar el corazón. Jesucristo nos ha
dejado en la Biblia un mensaje claro y sencillo que
nos da vida y salvación. No permitamos que los
falsos criterios de interpretación oscurezcan el
mensaje de Cristo para nuestra vida. Un mensaje
que básicamente nos señala el hecho de que
podemos ser salvados y perdonados y podemos
65
obtener la vida eterna con solo creer en Jesucristo
como Señor y Salvador. El camino de Dios no es
tan complicado como algunos lo pintan. Solo es
preciso creer en Jesucristo. Pero cuando se adoptan
criterios errados de interpretación bíblica, podemos
perder el mensaje central de Dios, y caer en la
apostasía. Después de todo, la incorrecta
interpretación bíblica es inspirada por Satanás con
el fin de alejar a los cristianos de la verdadera
palabra de Vida. Pero cuando nos libramos de tales
prejuicios y leemos la Biblia literalmente, hallamos
el mensaje de Dios para nuestras vidas. La Biblia
nos fue dada para conducirnos a Dios, y cuando la
estudiamos sin prejuicios hallamos la salvación y la
vida eterna.

66
HECHICERÍA EVANGÉLICA

Los evangélicos, respetamos y amamos a quienes


practican otras religiones. Pero consideramos que la
fe en Jesucristo y en su evangelio es mejor. No
pretendemos imponer esta concepción, sino solo
convencer con argumentos sobre la misma.
Ahora bien, la hechicería es el intento de efectuar
cambios en el mundo físico por medio del uso de
fuerzas espirituales y trascendentes. Sea que se
pretenda manipular o usar el supuesto poder de las
almas de los que han partido ya, o el de la
naturaleza, o aún el de Dios mismo. De modo que
practica la hechicería el que en un centro espiritista
o de religión, apela a espíritus y difuntos
pretendiendo solucionar problemas. Pero también es
una forma de hechicería la practica del catolicismo
romano de rezar a los santos muertos para que estos
hagan un milagro. Y también es hechicería la
practica de algunos grupos mal llamados
evangélicos de usar el poder de Dios para obrar
milagros de algún tipo.
Pero ¿qué dice la Biblia la palabra de Dios sobre la
hechicería?
Pues la Biblia condena la hechicería en cualquiera
de sus formas.

67
En Deuteronomio (5to libro de la Biblia) capítulo18
verso 10 Vemos que Dios desaprueba la practica de
la adivinación, de la hechicería, de los médiums, de
los astrólogos y de los que consultan a los muertos.
También se dice mas adelante en el Nuevo
Testamento (los libros de la Biblia escritos después
de Cristo), "Y manifiestas son las obras de la carne
que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia,
idolatría (inclinarse y rendir culto a imágenes),
hechicerías, enemistades... los que practican tales
cosas no heredarán el reino de Dios" (Gálatas
5.20)..

Pero ¿por qué la Biblia prohíbe tales practicas? ...


Pues porque no son los difuntos ni espíritus buenos
los que operan en la hechicería. El mal es el que
opera por este medio para destruir al hombre. Los
muertos van a su morada eterna, no quedan por aquí
entre los vivos ni haciendo bien ni haciendo mal.
Según la Biblia, Dios creo también ángeles. Los
ángeles son seres espirituales, muy poderosos, e
inmortales y santos que tienen como propósito
servir a Dios y adorarle. Entre esos ángeles estaba
Lucifer; este era un poderoso ángel que hace mucho
tiempo atrás se reveló contra Dios jurándose su
enemigo acérrimo, y arrastró en su rebelión, a la
tercera parte de los ángeles. A partir de aquel
momento Lucifer y sus ángeles se transformaron en
68
Satanás y sus demonios... ¿Y que buscan ellos?
Pues es simple ...Llevar consigo al infierno a
cuantos mas puedan. Lo hacen fomentando toda
clase de rebelión contra Dios y en ocasiones
"haciéndose pasar por espíritus buenos que se
comunican y hacen favores a los vivos".
De esa forma logran que la gente crea en ellos y
viva lejos de Dios y de su palabra la Biblia.
Talvez alguien diga: "¡Valla, todo esto parece
cuento de hadas y no lo creo! Si piensa así, me
parece bien...
Pero a veces esto es solo apariencia, porque si bien
en nuestro discurso negamos la existencia de Dios,
en el diario vivir consultamos el horóscopo, y
recurrimos a los hechiceros para que nos cambien la
suerte. ¿y que es eso amigo, sino creer en lo
espiritual?

La hechicería también se halla presente en muchos


grupos llamados cristianos. Muchos de los
fenómenos sobrenaturales (milagros y sanidades de
todo tipo) que ocurren entre algunos grupos
llamados cristianos, son en realidad engaño
demoníaco... Por ejemplo: el orar por fotografías y
prendas de los que están enfermos, no es una
practica respaldada por la Biblia, sino mas bien se
trata de una forma de fetichismo. La practica de
vender o regalar o consumir sal bendecida, agua
69
bendita, y otras clases de fetiches que
supuestamente tienen cierto poder mágico, no es
avalado por la Biblia. Esto es el resultado del
desafortunado sincretismo de las religiones paganas
con el cristianismo. No es mas que hechicería
disfrazada de cristianismo.
El evangelio bíblico es claro al afirmar que nuestra
fe debe estar fundamentada solo y únicamente en la
Biblia, la palabra de Dios, pero cuando se consulta
al profeta o pastor o lo que sea por guía y dirección
como si esta fuera de Dios, se esta dejando de lado
la Biblia y se esta recurriendo a un "médium", solo
que supuestamente cristiano.
Es más, cuando se pretende que Dios haga lo que
nosotros deseamos, por medio de largas oraciones y
ayunos interminables, sin consultar su voluntad
primero, solo porque creemos erradamente que Dios
hará todo lo que queramos si se lo pedimos, es
pretender usar a Dios y su poder, es hechicería...

Hay una manera clara de identificar la hechicería en


cualquiera de sus formas. Los demonios no pueden
realmente cambiar al hombre, ni hacerle feliz; solo
lo mantienen esclavizado por medio de supuestos
milagros... que erróneamente atribuimos a Dios.
Jesús dijo "Guardaos de los falsos profetas, que
vienen a vosotros vestidos de ovejas, pero que por
dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los
70
conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o
higos de los abrojos? Así también, todo árbol sano
da buenos frutos, pero el árbol podrido da malos
frutos. " (Mateo 7.15-19) Lo que en definitiva nos
dice el Señor es que debemos observar la conducta
y moral de los pretendidos siervos de Dios y de los
hechiceros. Y debemos observar también si en
realidad son tan dichosos y bendecidos como
pretenden...
Si no tienen amor, ni gozo permanente, ni paz en el
corazón, y viven esclavizados por vicios, y
conflictos, eso demostraría que no han podido
solucionar sus propios problemas. ¿Entonces cómo
podrían ayudar a los demás?
El evangelio bíblico es otra cosa; pues nos llama a
reconocer nuestra condición de seres caídos que han
desobedecido a los mandamientos de Dios, y nos
invita a aceptar el perdón de pecados y la vida
eterna por medio del simple acto de creer en
Jesucristo.
Los verdaderos seguidores de Cristo no buscan la
sanidad, la prosperidad y el éxito, ni se someten a
ritos, ceremonias y fetiches, solo aceptan con fe la
gracia divina y viven de allí en mas confiando en el
cuidado y providencia de Dios (la cual nunca los
decepciona).
Es falso el ofrecimiento de la hechicería en
cualquiera de sus formas... Los que pretenden
71
buscar a Dios o buscar su bendición por medio de la
hechicería, solo logran atormentar sus almas,
llenarse de angustia y mas problemas; no tienen paz,
ni verdadera felicidad en sus vidas. Viven en
conflictos y hasta es posible que por la noche no
puedan dormir y vivan obsesionados con su
religión. Están llenos de temor e inseguridad.
Tienen miedo al por venir.
¿Siente usted esto? Es hora entonces de que
examine, en quien esta creyendo y a quien está
siguiendo. Los que se someten al poder de la
hechicería, según la Biblia, se condenan a si mismos
al infierno, porque rinden culto a las criaturas en
vez de al creador (Romanos 1.18-32), pero quienes
creen en el evangelio sencillo de la Biblia,
obtendrán la vida eterna.
Deje ahora mismo su forma de vida, Busque la
salida en el único que puede salvarlo: Jesucristo.

72
LA MENTIRA SUENA BIEN

No podemos creer en la mentira, aunque esta suene


bien. La verdad siempre es preferible y mejor.
Cuando interpretamos mal las enseñanzas de Cristo
y sus apóstoles podemos terminar siendo seguidores
de un evangelio acomodado a nuestros intereses
pero totalmente ineficaz.
¡El ofrecimiento del falso evangelio es una mentira!
No le dan sanidad real, sino solo manipulación
psicológica. No le dan prosperidad sino solo
promesas.
Pero la fe genuina en Cristo no le miente ni le
promete lo que no cumple. Jesucristo es fiel y le
perdonará y salvará si le sigue. Usted será
prosperado si trabaja con esfuerzo. Y será sanado si
cuida su cuerpo y es responsable con el.
Pero el perdón y la vida eterna solo Jesucristo la
puede dar. No la encontrará en otro lugar.

Cuando el apóstol Pablo les escribe a los Corintios


su primera carta, les recuerda en el capítulo 3 verso
11 que nadie puede poner otro fundamento que el
que esta puesto el cual es Jesucristo. Y que
apropiadas son estas palabras también para nosotros
los que nos preguntamos “porque caen iglesias, se
derrumban familias y se malogran las vidas incluso

73
de muchos cristianos”. Es obvio que lo que fallo fue
que se estableció un mal fundamento por que de lo
contrario no hubiera caído lo que levantamos.

¿Cuándo vamos a entender que por que alguien


haya sido sanado bendecido y prosperado por Dios,
no por eso es salvo y es un hijo de Dios? Dios
perfectamente puede y de hecho por pura gracia y
misericordia lo hace, sanar prosperar y bendecir a
cualquiera. Mucha gente seguía a Jesús durante su
ministerio terrenal y recibió de el milagros y
beneficios de todo tipo, sin jamás ser salvos. Y creo
que la gran mayoría de personas que asisten a las
reuniones de la Iglesia hoy en día, pueden contar
sendos testimonios de cómo Dios les ha bendecido,
pero no pueden confesar que realmente son
perdonados y salvados de sus pecados porque aún
siguen siendo esclavos de estos y no sienten en el
fondo de su corazón que Dios los haya adoptado
como hijos. El problema es que hemos confundido
las cosas y estamos estableciendo fundamentos
endebles para nuestra vida.

Permítame preguntarle lo siguiente. Y me dirijo a


los llamados cristianos de nuestros días. ¿Qué
fundamento puede tener quien no conoce bien el
Nuevo Testamento de la Biblia y al Cristo revelado
en ella? ¿Qué fundamento puede tener quien cree en
74
un Cristo de segunda mano que conoce por lo que
otro le ha predicado y enseñado?
Hay muchos falsos cristos en nuestros días. Y no
solo hablo de falsos hombres ungidos por Dios, sino
de falsas “concepciones de Jesucristo”. No hemos
hecho la imagen mental de un Cristo que en nada se
parece al de la Biblia, porque nos hemos
conformado con creer “en ese Cristo que el pastor o
predicador de turno nos presenta”. Pero no hemos
buscado en el estudio privado de la Biblia, al Cristo
de la Biblia, ni tenemos una relación personal con
el.
Muchos dicen conocer a Cristo y se llaman a si
mismos cristianos, pero no lo conocen realmente ni
tienen una relación personal con el, porque cuando
tienen problemas piden a sus pastores que oren por
ellos y corren despavoridos a la Iglesia en busca de
un milagro. No pueden por si mismos buscar a
Cristo y rogarle a el porque no le conocen
personalmente.

Hay falsos fundamentos en los que hemos


establecido nuestras vidas. Uno de ellos es el
cristianismo místico de la mayoría de los grupos
pentecostales y carismáticos. Este nos presenta a un
Cristo milagrero, sanador y bendecidor, que
mantiene a sus fieles con constantes choques
emocionales y espirituales que sus pobres
75
seguidores denominan el toque de Dios. La fe de
esta pobre gente no se basa en el Cristo bíblico y
real sino en “experiencias espirituales” de las que se
han cada día mas dependientes. Este es un falso
Cristo. Y quien edifique su vida y fe en el solo
puede esperar que todo se derrumbe al tiempo.
También está el cristianismo iglesista, que encierra
a Cristo en la Iglesia y en sus actividades. Si Dios
bendice será en la Iglesia, Si Dios sana y prospera
será también allí. Quien cree en este falso Cristo
que vive encerrado en templos y lugares santos y
santísimos, no puede tener una relación personal
con Dios en su propio hogar y en su propio corazón.
Y quien construye su fe con estos fundamentos
también verá todo derrumbarse al tiempo.
También está el cristianismo relativista que nos
presenta a un Cristo demasiado bonachón, y la gente
que le sigue se permite en su vida privada toda clase
de pecados e indisciplinas, porque ¡total Dios es
bueno! Los pobres que fundamentan sus vidas en
este falso Cristo no tienen problemas en seguir a
pastores y dirigentes espirituales que también
demuestran tener graves defectos morales, y
también ven con el tiempo que sus iglesias, y vidas
espirituales se derrumban totalmente.
Y no podemos dejar de mencionar al cristianismo
materialista, que nos presenta a un Cristo que
promete prosperidad y dinero, haciendo a sus
76
seguidores meros buscadores de lo intrascendente y
pobres parias espirituales que antes que ninguno
enfrentarán el fracaso familiar, espiritual y eterno.

El Cristianismo sin Cristo o con un Cristo falso, es


falso cristianismo. Es herejía. Hay quienes creen
que por repetir el nombre de Jesucristo y hacer
cosas “grandes” en su nombre, ya son cristianos.
Hay quienes creen que por poner en sus lugares de
reuniones carteles que digan “Iglesia evangélica”,
ya son Iglesia evangélica. Pero Jesús dijo que “no
todo el que le dice Señor, entrará en el reino de los
cielos, sino el que hace la voluntad de Dios”. ¿Pero
como podrían algunos pretender obedecer a Dios si
nunca leyeron completamente la Biblia su palabra y
si no conocen siquiera los evangelios y al Cristo que
en ellos se nos presenta?
Si realmente queremos establecer un fundamento
firme para nuestra vida y nuestra fe necesitamos
hacer tres cosas:
En primer lugar, necesitamos estudiar el Nuevo
Testamento de la Biblia y comprenderlo bien para
conocer de primera mano al Cristo genuino, Y no al
Cristo presentado por otros y acomodado a las
Iglesias modernas.
En segunda lugar, debemos cultivar una relación
personal con Jesucristo en la que podamos por
nosotros mismos continuar leyendo su palabra y
77
hablando con el por medio de la oración privada, sin
necesidad de recurrir al pastor o a la Iglesia cada
vez que se lo necesite. Porque “bienvenida sea la
Iglesia y la oración del pastor (como la de cualquier
otro creyente), pero Dios quiere una relación
personal con cada uno de sus hijos.
En tercer lugar, debemos Creer en Jesucristo como
nuestro Señor y Salvador y no en una Iglesia,
pastor, apóstol, padre espiritual o lo que sea. Solo si
conocemos personalmente a Cristo seremos salvos y
perdonados, y solo así obtendremos la vida eterna.

78
LA IGLESIA Y SUS APOSTOLES

Pablo escribe 1 Corintios para corregir errores en la


Iglesia de Corinto. Entre otros problemas, en ella se
tenía un concepto equivocado de la Iglesia local y
del ministerio apostólico. Y en la introducción
misma de la carta, Pablo enfrenta ambos problemas
indirectamente. Sus reflexiones nos ayudan a
nosotros.

En 1.1 Pablo se presenta como “un apóstol de Cristo


Jesús”, “llamado por la voluntad de Dios” a ese
ministerio. Esta presentación es común de Pablo en
todas sus cartas, pero aquí adquiere una importancia
especial. En la ciudad de Corinto había muchos auto
pretendidos apóstoles que reclamaban ser la
cobertura y autoridad espiritual de la Iglesia. Algo
parecido sucede en nuestros días. Ellos
menospreciaban el ministerio apostólico de Pablo
poniendo en tela de juicio su autoridad. Pablo de
plano los enfrenta definiendo su ministerio e
indirectamente cuestionando el de ellos.
Pablo era un apóstol de Cristo, un “enviado”
plenipotenciario del Señor. Puede que la Iglesia
tenga apóstoles enviados y comisionados por ella
para una función, pero apóstoles de Cristo Jesús”
son solo aquellos que por el directamente fueron

79
instruidos, comisionados y enviados. Los falsos
apóstoles que competían con Pablo y que hoy en día
también reclaman el honor de ser cobertura y
autoridad espiritual del cuerpo de Cristo, no fueron
ni son “verdaderos apóstoles de Cristo”.
Probablemente Pablo tenía en mente el momento en
el que el mismo Señor resucitado se le apareció y le
envió a su misión. Los falsos apóstoles no pueden
decir que Cristo directamente les instruyó y envió.
El verdadero apostolado de Cristo es “por voluntad
de Dios”, no por voluntad humana. Nadie puede
venir y reclamar un honor así, si Cristo mismo en
persona no lo ha comisionado. Cuando los primeros
cristianos decidieron nombrar al apóstol de Cristo
que sustituyera a Judas, impusieron como condición
el haber estado y presenciado todo el tiempo, el
ministerio de Cristo. Debía ser alguien que recibió
“el evangelio de primera mano y directamente del
Señor”, y no alguien que lo hubiera aprendido de
otro.
Hoy en día han surgido muchos apóstoles. Pero son
falsos apóstoles. Solo los doce y Pablo pueden
reclamar el derecho de ser la autoridad de la Iglesia.
Cuando obedecemos sus escritos estamos bajo su
apostolado. Pero cuando nos independizamos de
ellos para seguir a “los nuevos apóstoles” salimos
de las Escrituras Sagradas y no transformamos en
herejes. No se nos debe criticar como cristianos que
80
rechazan el ministerio apostólico; no lo hacemos.
Lo que si creemos, es que el ministerio apostólico
de San Pablo y los otros aún sigue vigente y nos
sujetamos directamente a ellos, por medio de las
Escrituras. Y mientras sus ministerios sigan vigente
(y el Nuevo Testamento nunca dejará se ser
vigente), no hay lugar para nuevos apóstoles.

En 1:2-3 se ve que tampoco le era claro a los


creyentes corintios lo que es la Iglesia de Cristo. La
entendían como un grupo de personas que seguían a
algún dirigente cristiano y creían de alguna manera
en Jesucristo. Pero Pablo les aclara algunas cosas
respecto a la Iglesia que también nos ayudan a
nosotros hoy en día a entenderla según el propósito
de Dios.
En primer lugar, la Iglesia, es la Iglesia de Dios, no
la Iglesia del pastor o apóstol tal o cual. Nadie
puede reclamar el honor de ser la autoridad de la
Iglesia local, porque solo Jesucristo la redimió,
salvó y lidera por medio de su palabra inspirada.
En segundo lugar, la Iglesia, es el grupo de persona
que han sido “santificados en Cristo Jesús y son
llamados a ser santos”. Los corintios, influenciados
por la filosofía hedonista, separaban el alma del
cuerpo, y creían que podían pecar con libertad con
sus cuerpos mientras sus almas permanecieran fieles
a Dios. Algo parecido sostiene la teología relativista
81
de nuestros días, que tolera toda clase de pecados en
el seno de la Iglesia e incluso en sus dirigentes,
olvidando que el evangelio demanda
arrepentimiento para luego recién otorgar el perdón.
Pero Pablo nos recuerda que somos justificados y
hechos inocentes por la gracia de Cristo, pero que
también debemos tener como meta el superarnos
cada día en este sentido, combatiendo el pecado en
nosotros mismos, y en la Iglesia. Debían los
corintios procurar ser mejor personas y no
conformarse con una fe interior pero una conducta
permisiva.

La Iglesia esta integrada por todos los que en todo


lugar invocan el nombre del Señor Jesucristo. Los
corintios guiados por celos y contiendas, se estaban
dividiendo formando varias Iglesias en su ciudad,
que eran lideradas por dirigentes totalitarios y
personalistas. De alguna forma estaban adquiriendo
la idea de que “podía haber varias Iglesias de
Cristo”. Pero Pablo les recuerda y corrige. La
Iglesia es una sola, y esta integrada por todos los
redimidos de todo el mundo. Quien no tiene un
visión integradora de la Iglesia no pertenece a ella,
es una secta, un grupo separado. Pensar que somos
los únicos, o los mejores, no es correcto ni
inteligente. A la Iglesia universal de Cristo
pertenecen los redimidos y a ninguna otra, y cuando
82
llegue el día del juicio todas nuestras
denominaciones y estructuras eclesiásticas,
desaparecerán.

Estas aclaraciones de lo que es la Iglesia local y lo


que es el ministerio apostólico nos ayudan también
a nosotros, los cristianos de este siglo. Recordemos
que apóstoles son los que Cristo comisionó y hoy os
ministran por medio de sus Escritos inspirados (el
Nuevo Testamento) y que la Iglesia es el grupo de
salvados y no el grupo de tal o cual pastor o
dirigente.

83
DIVIDIDOS

Los de la Iglesia de corinto se sentían


impresionados por la retórica y sabiduría de algunos
predicadores y por eso se habían dividido. Algunos
de ellos se consideraban seguidores de Pablo, otros
de Pedro, otros de Apolos y otros de Cristo
únicamente. Pero no solo estaban divididos, sino
que habían cambiado la base misma de su fe
evangélica. Ya no creían y seguían a Jesucristo, sino
a Pedro, Pablo, Apolos y a un concepto errado y
totalmente herético de Cristo.
La situación de los corintios no es muy distinta a la
nuestra, porque que en nuestros días la Iglesia se
halla dividida. No llamamos a las congregaciones
cristianas; la iglesia de tal barrio o tal ciudad, sino
"la iglesia del pastor tal" o la Iglesia del apóstol tal
y cual. Los creyentes modernos no siguen a Cristo
sino a sus lideres religiosos quienes
desvergonzadamente se han puesto en el lugar de
"intermediarios entre Dios y el pueblo", cuando
saben que el único intermediario entre Dios y su
Iglesia es Jesucristo. Los creyentes tienen terror de
"ofender a sus pastores" y los consideran
prácticamente como "la imagen de Dios en la
tierra". Y los falsos pastores modernos aprovechan
esta credulidad para inculcarle a la gente un fe siega

84
en ellos y no en Jesucristo. Antes decían los
predicadores del evangelio SIGA A JESUCRISTO
Y EL LE SALVARA, pero hoy decimos "tienen
que obedecerme a mi porque yo soy su pastor líder
o apóstol". ¿Se da cuanta mi amigo de cuan bajo ha
caído el sistema religioso mal llamado cristiano.

Pablo escribe a los corintios para corregir estos


mismos pecados que entre ellos habían surgido. Lo
hace dejando en claro que la base de nuestra fe
evangélica no es la retórica y sabiduría humana.
A los verdaderos cristianos evangélicos no nos
impresionan las sabias e inteligentes palabras de los
dirigentes cristianos del tiempo presente.
A los verdaderos cristianos evangélicos no nos
impresionan las infladas palabras de los falsos
pastores y falsos apóstoles. Ellos gritan y vociferan,
y dicen cosas como si lo que dijeran fuera
"tremenda palabra de Dios" cuando en realidad son
ideas que han surgido de sus propios corazones
ambiciosos.
A los verdaderos cristianos evangélicos no nos
impresionan los logros económicos que permiten a
algunos construir grandes catedrales y templos y
grandes ministerios mediáticos. No creemos que
porque alguien haga mucho y tenga mucha gente
que le siga, sea por ello bendecido por Dios. Porque
también las sectas falsas crecen y proliferan.
85
A los verdaderos cristianos evangélicos no nos
impresionan los shows mediáticos que algunos
lideres religiosos arman para mantener a la gente
alineada a tras de ellos. Ellos presentan cultos
alegres con grupos musicales que tocan como los
del mundo y cantan temas con muy poco contenido
cristiano, y con derroche de luces y sonido.
Interpretan tales extremos como unción de Dios
cuando no es mas que manipulación sicológica.
A los verdaderos cristianos evangélicos no nos
impresionan tampoco los lideres carismáticos, que
basan su teología en sus logros y personalidades.
La base de nuestra fe no son ninguna de estas cosas.

La base de nuestra fe es Jesucristo. Nosotros


creemos en el y le seguimos el, no a los hombres.
Nos convence su persona gloriosa y divina tal y cual
se nos presenta en los evangelios. Nos convence su
enseñanza y doctrina, su altos valores éticos y
morales, sus profundas pero sencillamente
expresadas, verdaderas espirituales y eternas. Nos
convence su sacrificio en la cruz del calvario,
porque siendo Dios no tenía porque morir allí, pero
lo hizo. Nos convence su sacrificio porque por
medio de el obtuvo para nosotros la salvación, la
vida eterna y todas las bendiciones de Dios. Nos
convence el hecho incuestionable de que no somos
salvos y bendecidos porque algún ungido oro por
86
nosotros o porque pertenecemos a tal o cual
ministerios o iglesia, sino que somos salvos y
bendecidos por que el murió en la cruz en nuestro
lugar y nada mas, nada mas.
Nos convence su poder. Porque nuestra vida fue
cambiada por creer en Cristo. Nos convence porque
nuestros pecados fueron borrados y nuestras
conciencias limpiadas por su poder nada mas. Cristo
os convence porque sentimos el amor de Dios, el
gozo del Espíritu Santo y la paz que sobrepasa todo
entendimiento, por solamente confiar en el. Todo
esto no nos lo puede dar la fe en los hombres, en las
Iglesias y en lideres cristianos. Lo humano y lo
demoníaco puede ser muy espectacular pero no
puede convertir realmente ni transformar ni
perdonar a la persona. Solo la entretiene, pero no la
cambia. ¡Cuantos en este momento me están
escuchando y saben de lo que hablo! Han seguido
por años a una religión lo líder de fe pero no siente
realmente que sus vidas hayan sido transformadas.
Solo les entretienen las mentiras que les predican
semana tras semana.
Pero Cristo si perdona, convierte y transforma las
vidas. Jesucristo si nos ha dado gozo y paz y nos ha
limpiado de los pecados. Jesucristo si tiene poder
para hacer lo que los charlatanes solo prometen.

87
Conviene que se pregunte mi amigo en este
momento. Su fe, su iglesia, y su doctrina,
¿realmente le ha limpiado de sus pecados o se siente
aún acusado por su conciencia? Su doctrina su
iglesia y su fe ¿ha llenado su vida realmente de
amor gozo y paz al punto de NO NECESITAR
NADA MAS. Su doctrina y su fe, ¿le permite a
Dios vivir en su corazón o anda siempre buscando
algo nuevo de Dios y por intermedio de terceros
porque Dios no habita en su alma? Porque cuando el
Espíritu Santo de Dios realmente entra en un
corazón, lo llena y este ya no necesita nada mas.
Jesucristo dijo que Dios no da su Espíritu por
medida, entonces ¿por qué hay quienes sienten que
les falta algo mas? Porque seguramente aún no
tienen a Cristo realmente en su corazón. Por eso les
invitamos a que venga a Jesucristo y le reciba como
su Señor y Salvador.

88
BUSCADORES DE MILAGROS Y SABIDURÍA

Siempre ha habido formas diferentes de entender el


evangelio cristiano. Algunos “inocentes palomitas”,
creen que estos criterios diferentes son solo maneras
diferentes de vivir la fe en Cristo, todas igualmente
legítimas. Pero la verdad es que “hay un solo
evangelio” y muchos “evangelios falsos”. Las
enseñanzas de Cristo y sus apóstoles no tienen
múltiples interpretaciones.

En la Iglesia de corinto había cristianos que


buscaban ver milagros y señales. Si una Iglesia o
ministerio cristiano no exhibía hechos
sobrenaturales era considerada por estas personas,
como un movimiento no respaldado por dios. Si por
el contrario había milagros y señales en una Iglesia,
eso significaba para esta gente que en tal
congregación estaba presente el poder de Dios. Aún
hoy hay muchos cristianos que busca esto, que les
impresiona los milagros y los ven como señal de la
presencia de Dios. Lo que olvidaban los corintios y
olvidan los buscadores de milagros modernos es que
Cristo no hacía milagro para probar su poder sino
solo porque sentía compasión de los necesitados. Y
que cuando los fariseos le pidieron señales para
creer, el simplemente se negó a hacerlas. También

89
parecen olvidar los cristianos buscadores de
milagros de nuestros tiempos, que Cristo mismo
profetizó que al final de los tiempos aparecerían
falsos apóstoles y pastores que harían señales
milagrosas para engañar a la gente, milagros de
origen demoníaco.
Estos buscadores de lo sobrenatural ven el
evangelio verdadero y bíblico como un tropiezo,
como una ofensa y motivo de escándalo. No hay
nada de sobrenatural en el evangelio de la cruz de
Cristo, porque este denuncia nuestro pecado y nos
llama a arrepentirnos y cambiar. Se nos dice que
Dios nos ama y quiere sanarnos y bendecirnos. Pero
el evangelio bíblico nos dice que debemos
arrepentirnos y convertirnos para ser salvados.
Esto no es lo que la gente quiere escuchar. Pero es
lo que Dios quiere comunicar.

En la Iglesia de corinto había también cristianos que


buscaban adaptarse a las filosofías del mundo, que
les encantaba el modo de pensar del mundo y hacían
del cristianismo un sistema de fe que se asemejara a
sus valores. Hoy en día, el sistema filosófico
preponderante del mundo es el materialismo. Y hay
cristianos que buscan una fe cristiana materialista.
Por eso les trae ese mensaje de que Dios prospera y
bendice económicamente a quienes creen en el. Lo
que olvidaban los corintios y olvidan los cristianos
90
materialistas de este siglo, es que Cristo “no tenía
donde recostar su cabeza” y que enseñó que quien
quiere ser parte del reino de los cielos, debe
renunciar a sus posesiones terrenales. La Biblia nos
enseña que los cristianos deben contentarse con
tener que comer y con tener abrigo, porque el
buscar o esperar riqueza y prosperidad cae en la
tentación del pecado siempre.
Para los cristianos materialistas de nuestros días, el
evangelio de Cristo que nos llama a una vida de
sobriedad y servicio a Dios y al prójimo, que se
contenta con solo lo necesario, es una locura, una
necedad. Ellos no entienden como es posible que
alguien “este fuera del sistema” y no “corra detrás
de lo que todos quieren”. Simplemente piensan que
los verdaderos seguidores de Cristo están algo
desequilibrados y entienden el evangelio de Cristo
como un falso evangelio y un sistema de fe antiguo
y mediocre. Pero Cristo nos enseña a no buscar la
prosperidad, sino solo el mantenernos fiel a el.

No creemos en ese evangelio falso que promete


sanidad, y milagros a los que creen. Tampoco
creemos en ese otro evangelio falso que promete
prosperidad y bendición a los que creen. ¿En que
creemos entonces? Entiéndasenos bien CREEMOS
EN EL EVANGELIO DE JESUCRISTO. En la
buena noticia de que El Señor Jesús dio su vida en
91
la cruz del calvario para redimirnos y perdonarnos.
Creemos que solo debemos creer en el Señor Jesús
para ser salvados y perdonados. Y que la vida
cristiana es una vida de fidelidad y servicio al Señor
en las buenas y en las malas, cuando se esta sano y
cuando se esta enfermo. Cuando se tiene
prosperidad y cuando no se la tiene. Porque lo que
debe importar al cristiano genuino y lo que debe
buscar el seguidor de Cristo es ser fiel a Dios en las
buenas y en las malas y es el llegar a la meta final
de la vida eterna.

¿Qué quiere usted para si mismo? ¿Una falsa e


inútil religión que promete y no cumple? ¿O
conocer y comprender las verdaderas enseñanzas de
Jesucristo que le darán el perdón, y la vida eterna?

92
¿A QUE IGLESIA DEBO IR?

Algunos se preguntan. Ahora que soy cristiano, ¿a


que Iglesia debo ir? Me gustaría ayudar a quienes se
preguntan esto, porque no es cosa de poca
importancia decidir sobre este asunto. Muchos se
equivocaron al afrontar este dilema y hoy se hallan
en sus hogares sin asistir a ninguna Iglesia cristiana,
decepcionados de los cristianos. Es que son muchos
los grupos auto denominados cristianos, que en
realidad no lo son y difunden y viven una fe
equivocada que acaba desgastando y decepcionando
a la gente.
Son tres por lo menos, las preguntas que debemos
formularnos a la hora de elegir el grupo cristiano o
Iglesia a la cual vamos a asistir. Estas son:
¿En qué o en quienes creen?
¿Cómo viven?
¿Cuáles son sus sacramentos?

Respecto a en que creen, la mayoría de los grupos


religiosos llamados cristianos de nuestro medio no
dudarían en responder que creen en la Biblia y en
Jesucristo. Pero cuando uno los observa con
detenimiento se da cuenta que no creen todos en la
Biblia y en Jesucristo aunque confiesen que si.

93
Muchos grupos como los Testigos de Jehová, los
Mormones, los cristianos pentecostales, los de la
Ciencia Cristiana y otros, si bien confiesan creer en
la Biblia y en el Cristo de la Biblia, en la practica
creen también en: profetas modernos, en apóstoles
modernos, en escritos y libros de sus dirigentes y
fundadores sin los cuales ellos creen no se puede
llegar a comprender bien la Biblia, y en la palabra
supuestamente inspirada del pastor, del dirigente,
del sacerdote o lo que sea que esta al frente del
grupo. Como vemos en su discurso estos grupos
confiesan creen en Jesucristo y en la Biblia, pero en
la practica creen en lo que le dicen o enseñan sus
dirigentes y profetas.
Es mentira que Dios habla por medio de profetas y
apóstoles hoy en día. Solo la Biblia es palabra de
Dios. Es un error también creer que no podemos por
nosotros mismos entender el mensaje de la Biblia y
que por eso necesitamos estudiar otros libros o
estudios. Es un error también pensar que además de
la Biblia hay otros libros y personas inspiradas por
Dios.
Una verdadera Iglesia de Cristo cree que solo la
Biblia es palabra de Dios. Los dirigentes de la
Iglesia, y los libros que pudieran haberse escrito
intentando explicarla solo pueden dar “una
opinión”, Pero solo la Biblia es la palabra de Dios y

94
todos si excepción podemos leerla y comprenderla,
si hacemos un pequeño esfuerzo.
Respecto a, en que se cree; conviene aclara también
que todo grupo supuestamente cristiano que no crea
que solo la Gracia de Dios salva al hombre y que no
crea que solo tenemos que creer en Jesucristo para
ser salvos y bendecidos, es una falsa Iglesia de
Cristo. Para ser salvos y bendecidos no tenemos que
pagar nada, no tenemos que ser parte de una Iglesia,
no tenemos que someternos al liderazgo de ningún
dirigente religioso, ni tenemos que hacer nada. Solo
tenemos que creer. Y quien no enseñe esta clara
doctrina bíblica, enseña un falso cristianismo.
Así que a la hora de elegir una Iglesia de la cual ser
parte recuerde que esta debe creer que solo la Biblia
es palabra de Dios y que solo la gracia de Dios y la
fe en Jesucristo salva y bendice a las personas.
En este punto es importantísimo recordar que si un
grupo llamado cristiano no se dedica a estudiar a
fondo capitulo por capítulo toda la Biblia
prescindiendo de profecías y revelaciones, esta muy
lejos de ser una saludable iglesia cristiana.

Es importante también preguntarnos ¿cómo vive su


fe determinada Iglesia?, a la hora de elegir la Iglesia
cristiana a la cual asistiremos. Puede que en su
doctrina muchos grupos cristianos estén correctos,
pero la Biblia nos enseña que si no vivimos
95
decentemente, en el fondo de nuestro corazón no
creemos en Jesucristo como nuestro Señor. Es
verdad que para ser salvos y bendecidos solo
tenemos que creer en Jesucristo y sus enseñanzas.
También es verdad que todos tenemos defectos y
errores de carácter y no por eso acabamos en el
infierno. Pero a pesar de esto, un verdadero
seguidor de Cristo, vivirá guiado por la palabra de
Dios. Algunos grupos llamados cristianos son
francamente un desastre en su testimonio. Tienen
dirigentes cristianos viviendo en concubinato,
permiten en su seno el adulterio, la fornicación y
otras cosas como esta y hasta sus dirigentes viven
desordenadamente. Todo esto es prueba mas que
suficiente de que tal Iglesia es un falso grupo de
cristianos; y que los milagros que puedan en ella
ocurrir son en realidad obra del diablo y los
demonios. Yo les recomiendo que no asistan a
grupos como estos.

Debemos también preguntarnos ¿qué sacramentos


se practican en la Iglesia o grupo al cual queremos
asistir? Algunos oran por prendas y fotografías,
otros realizan ritos tales como caminar por sal, o
beber agua bendecida, hay quienes hasta tienen
lugares sagrados y santos como si Dios habitara en
ellos. Se impone la costumbre de que si el dirigente
o líder religioso de turno no ora e impone las manos
96
sobre las personas, Dios no bendice. Todo esto son
ceremonias y sacramentos inútiles. La Biblia enseña
que solo hay dos sacramentos en la Iglesia de
Cristo. El bautismo de los que se convierten el cual
se realiza solo una vez al momento en que la
persona decide hacerse seguidor de Jesucristo, y la
Santa Cena, que se celebra periódicamente y
consiste simplemente en comer con los hermanos en
memoria de la obra de Cristo en la cruz del calvario.
Nada mas. Cuando hay mas que esto, el grupo
religioso cae siempre en el error de creerle mas al
sacramento y ceremonia en si, que a Jesucristo y su
palabra. Los sacramentos solo cumplen la función
de ilustrar y recordar la gracia de Dios, pero no la
función de impartirla. Dios nos bendice en todo
sentido solo por creer en Jesucristo y la Biblia; los
sacramentos solo son símbolos. El exagerado
sacramentalismo de algunos grupos llamados
cristianos en la practica desplaza la sencilla fe del
evangelio y hace de sus miembros simples
fetichistas.

A pesar de todo lo dicho anteriormente debemos


recordar que necesitamos asistir a las reuniones de
una Iglesia verdaderamente cristiana. Si bien su
salvación no depende de ello, el que viva una vida
saludable y tranquila en Cristo, si depende de ello.
Solo en una buena Iglesia usted podrá aprender mas
97
de Dios y su palabra. Sin aprender la Biblia en una
sana Iglesia aunque sea salvo y no pierda su
salvación jamás, enfrentará dudas y problemas que
podría haber evitado y en ocasiones ser engañado
por falsas doctrinas que le inutilizaran en su fe y le
esclavizaran en muchos aspectos. Usted es salvo
solo con creer en Cristo pero puede además vivir
plenamente si aprende mas de la Biblia en una
buena y sana iglesia cristiana.

98
Textos bíblicos en los que debo meditar:

Mateo 7.15-19
Mateo 24.11,24
Romanos 16.17-18
1 Corintios 1.22-25
Gálatas 1.6-10
Galatas 3.1-4
Colosenses 2.1-10
1 Timoteo 2.5
1 Timoteo 4.1-5
1 Timoteo 6.3-6
2 Timoteo 3. 1-9
2 Timoteo 4.1-4
2 Timoteo 3.16-17
Tito 1.10-16
Tito 2.1
2 Pedro 1.19-21
2 Pedro 2.1-22
Judas 3,4,12-16

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Confrontando Doctrinas
Critica al cristianismo popular del siglo XXI

Una franca denuncia a la


herejía instalada en el seno de
la Iglesia

“Hay quienes les causa temor o


por lo menos una clara
incomodidad, el tener que
confrontar doctrinas con otros
cristianos. Especialmente esto
ocurre entre evangélicos. Quizás se prefiera evitar la
confrontación doctrinal, porque se teme que la
unidad de la Iglesia por ello se vea amenazada...
Los fariseos de antaño sofocaban a las personas con
pesadas cargas religiosas. Los hijos de los fariseos,
los modernos pastores y dirigentes cristianos falsos,
continúan la insalubre misión de sus antepasados.
Con una fingida voz de autoridad (mas basada en la
vanagloria que en otra cosa) ellos proclaman y
acusan: “Si usted no hace esto aquello o lo otro,
Dios no lo bendecirá”. Los mas atrevidos de estos
sin vergüenzas dicen: “Dios le bendecirá
plenamente a usted, pero a través de
mi”...¡Malvados! ¡Infames! ¡Viles! ¡Tendrán que
rendir cuentas a Dios por lo que hacen!...”

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