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RESEÑA DEL LIBRO ONTOLOGÍA DEL LENGUAJE

Por: Leisly García Baños1


LIBRO: Ontología del lenguaje
AUTOR: Rafael Echeverría
EDITORIAL: Granica
Argentina. 2007. 1ª. Ed. 4ª. Reimp. 436 Págs.
TIPO DE TEXTO: Ensayo
TIPO DE DISCURSO: Argumentativo-explicativo.

Ontología del lenguaje, es un libro interesante, que pretende ir más allá del
lenguaje como herramienta de negociación, explicando, de manera coherente
en sus conceptos y declaraciones, la intrínseca relación del lenguaje y el ser
humano desde una perspectiva filosófica.

Rafael Echeverría es considerado uno de los creadores del coaching


ontológico, teoría que se ha aplicado con éxito a nivel empresarial. En
“Ontología del lenguaje” se señalan algunos conceptos fundamentales que
llevan al autor a una idea central: “el ser humano es un ser eminentemente
lingüístico”. Ontología del lenguaje es una interpretación de los que significa ser
un ser humano; es una propuesta que ha recibido la influencia de autores como
Maturana, Flores, Searle o Graves, Austin, Heidegger, Wittgenstein o
Nietzsche. Estos supuestos teóricos son explicados a través de tres dominios
que forman la coherencia ontológica (corporalidad, emocionalidad y lenguaje).

Básicamente sus postulados teóricos hacen referencia a que los seres


humanos somos seres lingüísticos, es decir que, existimos por el lenguaje y el
lenguaje existe en nosotros. Este hecho, hace que el lenguaje sea generativo,
en el lenguaje se habla sobre las cosas, como también el lenguaje permite que
sucedan las cosas. Como consecuencia los seres humanos se crean a sí
mismo en el lenguaje y a través de él, lo que significa que modelamos nuestra
identidad y la de nuestro mundo a través del lenguaje.

1
Estudiante primer semestre de Maestría en Lingüística de la UPTC-Tunja (Boyacá).
2010.
En los primeros capítulos muestra varias interpretaciones del ser humano y
como operamos, comenzando con una crítica a la forma actual de vernos y ver
el mundo, aquí cuestiona conceptos como “la verdad” “la realidad” “el ser”, “la
metafísica”, etc. para afirmar que estos conceptos ya han sido desvirtuados.

Posteriormente brinda otra concepción del hombre que deriva desde el


lenguaje, como elemento constitutivo y generativo de la persona, en un amplio
análisis que afirma la importancia del lenguaje, analiza los actos del ser, los
juicios y sus impactos, como se forman los juicios y cómo repercuten en la vida
cotidiana.

Luego brinda una nueva distinción a los acontecimientos y a como nos


comportamos en la vida, supliendo los conceptos tradicionales de problemas y
oportunidades por la distinción de quiebre, como un concepto que brinda la
posibilidad de tener un discernimiento más profundo de nuestros procesos
lingüísticos, de nuestro juicios y comportamientos, brinda un nuevo concepto
de transparencia, como la forma primaria que devenimos en este mundo que
prioriza al concepto de la acción, el cual lo atribuye a una respuesta ante un
quiebre.

También, le da una gran importancia a la escucha, ese acto de comprender las


inquietudes, para aprender a comprometernos con ella y ocuparnos de las
inquietudes de otros. Analiza de igual forma, lo que implican las
conversaciones, tanto internas como externas, los tipos de conversaciones en
los que nos movemos constantemente, con la intención de crear un observador
que nos permita tomar conciencia de ellas que nos brinden mayor
competencias lingüísticas y por ende comunicacionales, que aumenten la
eficacia y eficiencia en nuestras acciones.

Echeverría toma al hombre en tres dominios que mantienen una relación de


coherencia interna entre sí, el dominio emocional, el lingüístico, y el corporal,
estos tres dominios nos configuran. Por otro lado, realiza un análisis muy
simple y poderoso del dominio emocional, distinguiendo entre las emociones y
los estados de ánimo y brindándonos herramientas para tomar conciencia de
los mismos y la importancia que representa, ya que este dominio es el que nos
predispone a la acción, es el que nos mueve en la vida.

Por ello distingue los tipo emocionales que engloban a los seres humanos,
buscando sanar nuestras relaciones con nosotros mismo para permitirnos dejar
el pasado, aceptarlo y considerarlo como necesario, ya que en ese pasado no
éramos las mismas personas que somos, afirma que debemos enfocarnos en
el presente en pos del futuro, buscando desarrollar nuestro poder personal y
ampliar nuestras posibilidades de acción.

Nos ofrece en esta instancia una herramienta de comprensión de cómo


formamos nuestros juicios y como modificarlos, partiendo de nuestras
emociones y estados de ánimo. Realiza un excelente punto de vista de lo que
implica el poder en nuestras vidas, y una concepción del aprendizaje muy
interesante.

Cierra de esta forma con una filosofía de vida basada en las competencias, con
búsqueda a la autotrascendencia permanente, entrando en lo que llama “el
camino de poder”, un trascender que genera cambios permanente de
autosuperación, a través del aprendizaje, la invención y la destrucción de
nuestras formas de ser.

Explica además que se deben tomar los desafíos que pongan en peligro
nuestras conservadoras formas de ser, para generar el ejercicio de adentrarse
a lo desconocido, lo que va a generar cambios. Para el autor es importante
tomar la vida como una apuesta, con base en competencias emocionales
desarrolladas que nos brinden un marco de apoyo a este proceso.

También habla del líder, un líder de sí mismo, que busca generar poder en su
vida al incrementar sus posibilidades de acción, y al administrar sus recursos
dentro de las posibilidades presentes. Este líder necesariamente influye en su
entorno, cambiando, generando y mejorando las posibilidades de ser de los
demás.
El libro ofrece una perspectiva novedosa sobre el significado del lenguaje, pues
básicamente la tesis de Echeverría es que somos seres humanos porque
intercambiamos lenguaje y emociones; el lenguaje nos hace humanos, somos
seres que conversamos y la conversación es lo que construye al mundo. Si
escuchamos bien, si entendemos lo que la gente conversa y teje en sus redes
de conversaciones, entonces comprendemos los procesos en que la gente
anda.

Aunque el libro es conceptualizado desde una visión filosófica (hay que


recordar que el autor es sociólogo con un doctorado en filosofía), se puede
considerar la importancia del lenguaje desde una perspectiva lingüística, lo que
aporta mucho a los estudios del lenguaje.

Este libro debe leerse con detenimiento pues de entrada no es fácil


comprenderlo por su frecuente alusión a la filosofía, a conceptos específicos y
su visión a nivel empresarial. Se recomienda entonces leer un poso sobre los
planteamientos filosóficos de Nietzche, Heidegger, Wittgenstein y otros autores
que son básicos para entender los planteamientos de Echeverría.

Sin embargo, el libro se explica muy bien, es claro, muestra al lenguaje en sus
diversos contextos y eso produce en quien lo lee un sentimiento de familiaridad
con el acto mismo del habla en sus variadas situaciones. Es por ello, que invito
a la lectura de Ontología del lenguaje, con la mente abierta para que nuestras
estructuras mentales acepten ideas y teorías innovadoras que desvirtúan
sustancialmente algunos paradigmas sobre el ser y el lenguaje.

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