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Sufijos diminutivos.

Los afijos diminutivos aportan a la base la idea de pequeño o esca


so. Con esta idea suele ir unida la expresión del afecto o del interés del hablante.
Mi hermanito puede significar no sólo "mi hermano pequeño" sino al mismo tiempo "mi
hermano a quien tengo cariño"; a veces desaparece la idea de pequeñez y entonces el
diminutivo sólo expresa cariño (abuelito, maridito, mujercita) o compasión (pobrecito
o pobrecillo) o el desprecio y la burla con los sufijos -ejo, -ete, -uelo (libr
ejo, vejete, autorzuelo).
Los sufijos diminutivos se adjuntan sobre todo a los nombres y adjetivos
y a adverbios de lugar (arribita, lejitos), de tiempo (ahorita, tempranito), de
cantidad (nadita, poquito) y de manera (aprisita, deprisita).
No tan abundantes son los diminutivos del gerundio (callandito, corriend
ito) y de adjetivos determinativos (todito, mismito).
Los principales sufijos diminutivos y sus variantes alomorfas son los si
guientes:
(a) -ito -cito, -ecito, -ececito.
(a') -ete, -eto, -ote, -zote, -cete.
(b) -illo -cillo, -ecillo, -ececillo.
(c) -ico -cico, -ecico, -ececico.
(d) -uelo -zuelo, -ezuelo, -ecezuelo, -achuelo, -ichuelo, -olo.
(e) -ín -ino, -iño.
(f) -ajo -ejo, -ijo.
Las formas femeninas terminan en -a: -ita, -cita, -illa, etc.
De todos estos sufijos diminutivos, -ito es el más extendido hasta el punto de hab
er sustituido a otros, y ser el auténtico y único sufijo diminutivo de muchas region
es americanas. El empleo de algunos de estos sufijos se limita a ciertas regione
s hispanohablantes. Por ejemplo -ín es el sufijo corriente en Asturias, -ino es ca
racterístico de Extremadura, -iño es típico de Galicia, -ejo se emplea como sufijo dim
inutivo en la provincia de Guadalajara (mientras que es despectivo en otras regi
ones). El sufijo -illo procede de Andalucía (sobre todo Sevilla), -ico de Aragón, Na
varra, Murcia, Granada, Colombia, Costa Rica, las Antillas, -ete del Levante esp
añol, Aragón, Cataluña, Valencia, Perú, Costa Rica.
A continuación veremos las reglas de aplicación de los sufijos diminutivos en español
según la Real Academia. Es importante señalar, sin embargo, que tales reglas son nor
mas muy generales que no siempre corresponden con la realidad lingüística. La aplica
ción de las reglas normativas puede variar según la región o el ambiente. Además hay muc
has excepciones a cada regla mencionada aquí. Las reglas referentes a la formación d
e los diminutivos, según la Real Academia:
1. -ececito, -ececillo, -ececico, -ecezuelo:
Reciben este sufijo los monosílabos acabados en vocal.
Pie >> pi-ececito - pi-ecezuelo.
2. -ecito, -ecillo, -ecico, -ezuelo, -achuelo, -ichuelo.
Exigen este sufijo:
a. Los monosílabos acabados en consonantes o en y:
Red >> red-ecilla.
Sol >> sol-ecito.
Flor >>flor-ecita.
Son >> son-ecita.
Rey>> rey- ezuelo.
b.1. Los bisílabos cuya primera sílaba contiene el diptongo ei, ie, ue:
Reina >> rein – ecita - rein-ecilla.
Ciego >> ciegu – ecito - ciegu –ezuelo.
Hierba >> hierb –ecita - hierb- ecilla.
Hueso >> hues –ecito - hues-ecillo.
Pueblo >> puebl – ecito - puebl- ecillo.
b.2. Los bisílabos cuya última sílaba contiene el diptongo ia, io, o ua:
Bestia >> besti – ecita.
Genio >> geni – ecillo.
Lengua >> lengü - ecita.
c. Muchas voces de dos sílabas que terminan en -ío:
Frío >> fri-ecillo.
Brío >> bri – ecico.
Río >> ri - achuelo.
d. todos los vocablos de dos sílabas terminados en -e:
Baile >> bail- ecito.
Cofre >> cofr-ecito.
Madre >> madr – ecita.
Nave >> nav – ecilla.
e. prado, llano y mano hacen:
Prado - prad – illo.
Llano -llan – ecillo - llan- ito - llan – ico.
Mano - man – ecilla - man – ita - man – ezuela.
3. -cito, -cillo, -cico, -zuelo, -cete.
Toman este sufijo:
a. las voces agudas de dos o más sílabas terminadas en -n o -r:
Corazón – corazón – cito.
Canción - canción - cita.
Doctor - doctor – cito.
Mujer - mujer – cita.
b. las palabras llanas acabas en -n:
Carmen – Carmen – cita.
Imagen – imagen – cita.
Examen – examen - cito.
4. -ito, -illo, -ico, -uelo:
Todas las palabras que sin las condiciones especificadas hasta aquí pueden
tomar forma diminutiva, sólo admiten este sufijo:
Abuelo – abuel – ito.
Estatua – estatu –ita - estatu -illa.
Farol – farol – illo.
Jaula – jaul – ita.
Cuchara - cuchar –ita.
Vinagre - vinagr – illo.
Pájaro – pajar - ito.

OBSERVACIÓN:
Evidentemente estas reglas para derivar formas diminutivas en español se fundan en
las características morfo fonológicas de la base de derivación. En concreto, la selec
ción del sufijo depende de dos propiedades:
(I) el número de sílabas de la base.
(II) la forma segmental de la última sílaba de la base.

Los sufijos despectivos


Los sustantivos, también llamados nombres, son la materia en la que nos he
mos adentrado en La guía de lengua desde hace algún tiempo. Queremos comprenderlos b
ien y ayudaros a que también los comprendáis, y es por ello que habiendo visto ya la
mayoría de los tipos de sustantivos que existen, vamos a seguir adentrándonos en al
gunos casos particulares.
Sabemos ya que los sustantivos se dividen en categorías binarias, es decir
, en las cuales existen dos posibilidades y cada sustantivo encaja en una de ell
as. Así, sabemos que un sustantivo puede ser o bien abstracto o bien concreto; o b
ien propio o bien común, o bien aumentativo o bien diminutivo, etcétera.
Cuando hemos hablado de los sustantivos aumentativos y de los diminutivo
s, hemos dicho que éstos se componían utilizando la raíz original del sustantivo y añadién
dole algún sufijo. Sin embargo, estos sufijos no sólo pueden utilizarse para “agrandar”
o “empequeñecer” la apariencia de un sustantivo, sino también para expresar sentimientos
acerca del mismo. Y uno de los sentimientos que es más común expresar a través del us
o de estos sufijos, es el de desprecio: el que da lugar a los llamados sustantiv
os despectivos.
Los principales sufijos que nos permiten expresar ese sentimiento despec
tivo son los siguientes:
-ajo
-ejo
-aco
-astro
-ucho
-uelo
-uzo
Así como sus correspondientes femeninos. Veamos algunos ejemplos de despec
tivos, siguiendo el orden de los sufijos anteriores:
Papelajo (de papel), Hierbajo (de hierba)
Arbolejo (de árbol)
Libraco (de libro), Animalaco (de animal)
Artistastro (de artista)
Perrucho (de perro)
Hombrezuelo (de hombre), Mujerzuela (de mujer)
Borrachuzo (de borracho)
Aunque no son los únicos. Los citados anteriormente son los sufijos más cono
cidos y traspasables entre unas palabras y otras, pero existen bastantes más:
Picacho (de pico)
Tontaina (de tonto)
Listillo (de listo)
Señoritingo (de señor-ito)
Bodorrio (de boda)
Tintorro (de tinto)
Casuca (de casa)
Blandurrio (de blanco)
Viejuno (de viejo)
En realidad, los sufijos despectivos, al ser más propios del habla coloqui
al, se prestan como nadie a las variaciones regionales y sociológicas, existiendo
así diferentes despectivos según la zona y el grupo social o de edad en el que nos m
ovamos. Asímismo, muchos de estos despectivos son modismos, y pasan de utilizarse
de forma casi generalizada por los miembros de una generación, a ser prácticamente o
lvidados o vistos como “arcaicos” por los miembros de la generación siguiente.
De la misma manera, ciertos sufijos son gramaticalmente inexistentes y s
e utilizan sólo para fortalecer la carga despectiva de los sustantivos a los que s
e unen.

Los sufijos aumentativos


Hay muy pocos trabajos que expliquen con rigos los sufijos aumentativos.
y eso que algunos ellos, como –azo, es de los que más se usan en el español de hoy pa
ra connotar apreciativamente.
El sufijo –ón ha conservado, aumentándolo, su significado latino (formaba deri
vados de hombres de partes del cuerpo para designar personas que las tenían de tam
año desmesurado o forma llamativa): barrigón, narigón, bocón, cabezón, etc. Esta desmesura
condujo irremediablemente a dotar a este sufijo de un sentido apreciativo burla
dor, que se extendió a otro tipo de voces que no designaban cualidades físicas: beatón
, solterón, etc.
Su función propiamente románica es la aumentativa, hoy todavía de gran vitalid
ad. Es el sufijo más usual entre los de su clase, y de uso prácticamente ilimitado c
on los sustantivos. Y casi siempre colorea las voces de un fuerte sentido peyora
tivo (aunque, en ocasiones, dependiendo del contexto, puedan tener un matiz meli
orativo). Como consecuencia de esta pujanza, -ón desbordó la esfera nominal, y pasó ta
mbién a formar grupo muy importante3 de derivados sobre verbos. A partir de aquí es
de donde prospera su valor de “golpe” y, específicamente, “golpe dado con”, o “recibido en”
adrugón, manotón, pescozón, etc.).
El sentido aumentativo y el peyorativo son los valores fundamentales de –a
zo, actuales y pretéritos
animalazo, bocaza, bribonazo, colorazo, golosazo, hombrazo, manaza, muje
raza, negrazo, etc.
Aunque, en ocasiones, la connotación peyorativa puede no estar presente; e
, incluso, ser sustituida por una apreciación positiva
amigazo, buenazo, exitazo, gustazo, madraza, marinerazo, ojazos, padrazo
En el español de América, donde tiene una vitalidad superior, ha llegado a p
erder totalmente la intención peyorativa, cuando las bases son adjetivos, particip
ios o adverbios; y adquieren su significado superlativo
cansadazo, cariñosazo, grandazo, largazo, lindazo, malazo, muchazo, pocazo
, riacazo, tantazo, viejazo, etc.
Por otro lado, hay algunas formaciones, siempre en plural, que expresan
calificaciones personales y peyorativas, que se traducen normalmente en “hombre po
co entero y resuelto”
bragazas (“hombre sin energía”)
calzonazos (“hombre muy condescendiente”)
cuartazos (“hombre corpulento y flojo”)
manazas (“persona poco hábil”)
vainazas (“persona floja y descuidada”)
Además del valor aumentativo y peyorativo, -azo ha desarrollado otro muy i
mportante: el de acción, que, añadido a un nombre de objeto, expresa el golpe dado c
on él
botellazo, culatazo, estacazo, palazo, pelotazo, portazo, porrazo
Y, en ocasiones, “golpe recibido en” o “el resultado del golpe”
cogotazo, espaldarazo (“en el espaldar”)
pestorejazo, balazo (“herida de bala”)
chaspanazo, etc.
Se trata, en resumen, de un sufijo muy popular, con un desarrollo amplísim
o, y de un marcado carácer expresivo. Esa pluralidad de valores en el español contem
poráneo confiere, en efecto, cierta complejidad al sufijo –azo. Una nada desdeñable, l
a de su traducción.
Muestra De Bruyne (1978: 56) que el esntido aumentativo presenta una var
iante que hace hincapié o pondera “una cualidad particular, un comportamiento o una
manera de ser”. Y, encontes, -azo connota al derivado como “exagerado” o “anormal”:
Además de ser muy bonita, que lo eres, y de tener, hija, un cuerpazo de mi
edo, tienes también un ángel, una chispa que emboba, chiquilla.
Eres una débil, aunque hagas tanto el chicazo y bebas vino con el tipo del
autobús.
Pero el valor afectivo que, a veces, confiere nuestro sufijo al sintagma
en –azo exprea también matices de ironía y admiración:
[Azaña] era cruel con los de la acera de enfrente: “Está que muerde el filosof
azo”, dijo un día de Ortega.
También presenta alguna variante el sentido de acción “golpe dado con”, a través d
e una expresión cada día más frecuente, y cuya fórmula es: a (elemento fijo) + / (palabr
a básica) + azo (elemento variable) + limpio (elemento fijo). El adjetivo limpio c
ompleta la significación del sintagma «evocando la repetición de la acción (es decir, de
l golpe) y cierta exclusividad (es decir, idea de ‘sólo con...’» (De Bruyne 1978: 63):
Fue en la cárcel de Burgos donde uno de los condenados fue rematado a cris
talazo limpio sobre la cabeza.
Lo que los americanos quieren es que haya Franco para rato y que Franco
nos meta en la guerra cuando ellos decidan liarse a bombazo limpio.»
[Lázaro Mora, Fernando A.: “La derivación apreciativa”. En: Bosque, Ignacio / Demonte, V
ioleta (eds.): Gramática descriptiva de la lengua española. Madrid: Real Academia Es
pañola / Espasa Calpe, 1999, § 71.8]

«En líneas generales la base del sufijo –azo es nominal bastonazo, cantazo, es
paldarazo, matillazo, aunque existen algunos ejemplos de base verbal arañazo, lame
tazo, topetazo. Con el significado de “intentona de golpe de Estado” o “acción política in
esperada y autoritaria” la base es normalmente un nobre propio:
bogotazo, malvinazo, pinochetazo, tejerazo, videlazo
El derivado se forma mediante la adjunción a la base con elisión de la vocal
final:
baquetazo, escobazo, martillazo, zapatazo, zurriagazo
En algunos casos se observa la presencia de interfijos no predecibles si
ncrónicmente:
-et- en cucharetazo, pistoletazo, puñetazo, varetazo
-ar- en espaldarazo, testarazo
-ot en manotazo, picotazo, rabotazo
Si la base presenta un diptongo tónico, normalmente se da la monoptongación
al producirse el traslado acentual:
nevazo, portazo, sarmentazo,
aunque existen algunas excepciones como cuerazo.
La mayoría de los derivados designan una acción brusca o violenta. La base n
ominal suele indicar el instrumento de esa acción: bastonazo, martillazo, pistole
tazo, timbrazo, la localización: bogotazo, cogotazo, espaldarazo, mendozazo o el a
gente: pinochetazo, tejerazo, videlazo.
En Hispanoamérica se observa la tendencia a extender este sufijo a todo tipo de ac
ciones en casos como:
cuadrillazo (“ataque de varias personas contra una”)
esquinazo (“serenata”)
pantallazo (“informe rápido y fugaz”)
trenazo (“accidente ferroviario”).
En lo que atañe a su alternancia con otros sufijos, se han señalado las alternancias
entre –azo / -ada en ejemplos como los siguientes:
a) Con diferente significado: aletazo/aletada, casquetazo/casquetad
a, escobazo/escobada, tijerazo/tijerada, etc.
b) Con significado similiar: guantazo/guantada, nevazo/nevada, punt
azo/puntada, saetazo/saetada, tijerazo/tijerada, etc.
En el caso de los derivados deverbales, la alternancia afecta tan sólo a a
lguinos ejemplos como:
arañazo/arañada/arañanamiento/araño
chaparrazo/chaparrada/chaparrón.

Sufijos superlativos
Para adjetivos son -ísim- y -érrim-; es el más usado el primero, modificando a veces l
a forma del lexema: cierto-certísimo, bueno-bonísimo, fuerte-fortísimo, nuevo-novísimo,
etcétera. El segundo se usa para formar el superlativo de palabras como célebre (cel
ebérrimo), acre, agrio (acérrimo), pobre (paupérrimo), íntegro (integérrimo), salubre (sal
ubérrimo), etcétera.

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