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UNIDAD 4: FLUJO GRADUALMENTE VARIADO

4.1.- Clasificación de perfiles:


Para un caudal y unas condiciones de canal determinados las líneas de
profundidad normal y las líneas de profundidad crítica dividen el espacio de un
canal en tres zonas:

Zona 1. El espacio por encima de la línea superior.

Zona 2. El espacio entre las dos líneas.

Zona 3. El espacio por debajo de la línea inferior.

Luego, los perfiles de flujo pueden clasificarse en trece tipos diferentes de acuerdo
con la naturaleza de la pendiente del canal y la zona en la cual se encuentra la
superficie de flujo. Estos tipos se designan como H1, H3; M1, M2, M3; C1, C2, C3;
S1, S2, S3; y A2,A3; donde la letra describe la pendiente: H para horizontal, M
para suave (subcrítica), C para crítica, S para empinada (supercrítica) y A para
pendiente adversa, y el número representa el número de la zona. De los trece
perfiles de flujo, doce son para flujo gradualmente variado, y uno, C2, es para flujo
uniforme.
Nótese que a menudo surge un perfil de flujo continuo sólo en una zona. Las
características generales de estos perfiles, se dan en la tabla 9-1, y sus formas se
muestran en las figuras 9-2 y 9-4. Como los perfiles cerca de la profundidad crítica
y del fondo del canal no pueden definirse con exactitud mediante la teoría del flujo
gradualmente variado, éstos se muestran con línea punteada. Varios de los
perfiles de flujo se analizan a continuación.

A. Perfiles tipo M. So<Sc y Yn>Yc:


El perfil M1 representa la curva de remanso más conocida; es el más importante
de todos los perfiles de flujo desde un punto de vista práctico. Este perfil ocurre
cuando el extremo de aguas debajo de un canal suave largo se sumerge en un
embalse hasta una profundidad mayor que la profundidad normal de flujo de canal.
Este perfil de flujo se ubica en la zona 1. El extremo de aguas arriba de la curva es
tangente a la línea de profundidad normal, debido a que dy/dx=0 cuando y=yn; y
en el extremo de aguas abajo es tangente a la superficie horizontal del embalse,
debido a que dy/dx= So cuando y=∞. Ejemplos comunes de perfil M1 son el perfil
por detrás de una presa en un río natural y el perfil de un canal que une dos
embalses.
Un perfil M2 ocurre cuando el fondo del canal en el extremo de aguas abajo se
sumerge en un embalse con una profundidad menos que la normal. El extremo de
aguas arriba del perfil de flujo es tangente a la línea de profundidad normal, debido
a que dy/dx=0 cuando y=yn. Si la cantidad de sumergencia en el extremo de
aguas abajo es menor que la profundidad crítica, el perfil terminará abruptamente,
con su extremo tangente a una línea vertical en una profundidad igual a la
profundidad crítica, debido a que dy/dx = ∞ cuando y = yc. Esto implica la
formación de una caída hidráulica. Si la profundidad de sumergencia en el extremo
de aguas abajo es mayor que la profundidad crítica, entonces se formará tanto
perfil como agua haya encima de la superficie del embalse. Ejemplos son el perfil
en el lado de aguas arriba de un ensanchamiento abrupto en la sección
transversal del canal y el perfil en un canal que llega a un embalse, donde el nivel
de la piscina se muestra tanto encima como debajo de la línea de profundidad
crítica.
En teoría, el perfil M3 empieza desde el fondo del canal aguas arriba, con un
ángulo de pendiente vertical o con un ángulo agudo, dependiendo del tipo de
ecuación de flujo uniforme que se utilice, y termina con un resalto hidráulico en el
extremo aguas abajo. Por lo general este tipo de perfil ocurre cuando un flujo
supercrítico entra en un canal suave. El inicio del perfil, a pesar de que no puede
definirse con precisión mediante la teoría, depende de la velocidad inicial del agua
entrante. A mayor velocidad, más distante aguas abajo empezará el perfil. El
extremo teórico de aguas arriba del perfil intersecará el fondo del canal. En este
extremo y=0. Por consiguiente, la velocidad se volvería infinita. Luego, el extremo
teórico de aguas arriba de un perfil M3 no puede existir físicamente. Ejemplos de
perfil M3 son el perfil de una corriente por debajo de una compuerta deslizante y el
perfil después de un cambio en la pendiente del fondo de empinada a más suave.

B. Perfiles tipo S. So>Sc y Yn<Yc.


El perfil S1 empieza con un resalto en el extremo de aguas arriba y se vuelve
tangente a la horizontal en el extremo de aguas abajo. Ejemplos son los perfiles
de flujo por detrás de una presa en un canal empinado y en un canal empinado
llegando a un embalse con una alta elevación.
El perfil S2 es una curva de caída. A menudo es muy corto y semeja una
transición entre una caída hidráulica y un flujo uniforme, debido a que empieza
aguas arriba con una caída vertical en la profundidad crítica y es tangente a la
línea de profundidad normal en el extremo de aguas abajo. Ejemplos son los
perfiles formados en el lado de aguas debajo de un ensanchamiento de sección de
canal y en el lado empinado de un canal que cambia su pendiente de empinada a
más empinada.
El perfil S3 es también del tipo tradicional, conformado entre un flujo supercrítico
entrante y la línea de profundidad normal a la cual el perfil es tangente. Ejemplos
son el perfil en el lado de pendiente empinada en un canal que cambia pendiente
de empinada a menos empinada y debajo de una compuerta con una profundidad
de flujo entrante menor que la profundidad normal en un canal de pendiente
empinada.

C. Perfiles tipo C. So=Sc y Yn=Yc.


Estos perfiles representan las condiciones de transición entre los perfiles M y S.

Suponiendo un canal rectangular ancho, la ecuación muestra


que los perfiles C1yC3 son curvos y que el perfil C1 es asintótico a una línea

horizontal. Cuando se utiliza la ecuación de chézy, la ecuación


mostrará que los dos perfiles son líneas horizontales. El perfil C2 representa el
caso de flujo uniforme crítico.

D. Perfiles tipo H. So=0 y Yn=∞.


Éstos son los casos limitantes de los perfiles M cuando el fondo del canal se
vuelve horizontal. Los perfiles H2 y H3 corresponden a los perfilesM2 y M3, pero
un perfil H1 no puede establecerse en realidad, debido a que yn es infinito.
Ejemplos de los perfiles H se muestran en las figuras 9-4º y 9-4p.
E. Perfiles tipo A. So<0.
El perfil A1 es imposible debido a que el valos de yn no es real. Los perfiles A2 y
A3 son similares a los perfiles H2 y H3, respectivamente. En general los perfiles
tipo A rara vez ocurren. Ejemplos se muestran en la figura 9-4q y 9-4r.

F. Perfiles en conductos con claves que se cierran gradualmente.


Para cualquier conducto con una clave que se cierra gradualmente, el caudal
normal se incrementa a medida que la profundidad del flujo se incrementa.
Primero se incrementará hasta el valor del caudal de flujo lleno Qo a una
profundidad y0’ menor que la profundidad de flujo lleno y0. De allí en adelante el
caudal alcanzará un valor máximo Qmax a una profundidad yn. Incrementos
adicionales en la profundidad del flujo eventualmente decrecerán el caudal hasta
el caudal de tubo lleno en el momento en que la superficie de flujo toque el techo
del conducto. La figura 9-5a muestra la variación del caudal normal en un
conducto de este tipo. En el caso particular de un conducto circular, las
profundidades son y0’=0.82y0 y yn=0.938yu, donde y0 es el diámetro del conducto.
Dentro de la región de y=y0’ y y=y0, existen dos posibles profundidades normales
para un caudal determinado, es decir, la profundidad normal baja yn y la
profundidad normal alta o conjugada yn’.
4.2.- Métodos de integración de la ecuación dinámica:

UNIDAD 5: INTRODUCCIÓN A LA HIDRÁULICA FLUVIAL.

5.1.- Arrastre de sedimentos:


En el arrastre de sedimentos, las corrientes de agua incrementan su fuerza de
corte sobre soleras, con la consiguiente disminución del nivel de estas y el
debilitamiento de las bases de sustentación de los taludes, todo esto a su vez,
propicia el desmoronamiento de los taludes de las riveras en los cauces de
evacuación de las aguas.
La determinación de los volúmenes de transporte de sedimentos en canales
abiertos es un problema primordial, que debe ser abordado cuando se pretende
que los asentamientos urbanos hagan frente, de un modo exitoso, a las
escorrentías producidas por eventos hidrometeorológicos extremos.
Como se insiste, la capacidad de transporte de sedimentos de los cursos de agua,
ha sido una cuestión que ha conocido numerosas e importantes investigaciones.
Las expresiones matemáticas que más se utilizan en la estimación de la
capacidad de transporte de sedimentos de los cursos de agua son las siguientes:

 La Ecuación de Transporte de acarreo de Meyer-Peter.


 La Fórmula de Transporte de Sedimentos de Einstein.
 La Fórmula de Transporte de Acarreo de Engelund.

Hay que indicar, que las fórmulas reseñadas no consideran las influencias que
pueden ejercer las orillas de los cauces en el acarreo de materiales, por lo que
solo son válidas para canales muy anchos y pendientes muy pequeñas.
Para flujos plenamente turbulentos y cursos de agua con fuertes pendiente (del
orden del 20%), donde se hace preciso considerar la influencia que ejercen sobre
el acarreo las paredes de las canalizaciones, es conveniente utilizar la expresión
de Meyer-Peter/Muller
El cálculo de la pérdida de suelo a partir de la medida del movimiento de los
sedimentos en las corrientes y los ríos tropieza con varios problemas. La
realización de las mediciones lleva tiempo y resulta cara; su precisión puede ser
baja; incluso si se dispone de datos correctos sobre el movimiento de una
corriente no se sabe de dónde procede el suelo y cuándo se produjo el
movimiento. Sin embargo, puede resultar útil hacer comparaciones del movimiento
en diferentes corrientes, o en diferentes momentos del año, o de cuencas
hidrográficas en las que se dan diferentes usos a la tierra.
El movimiento de los sedimentos en las corrientes y ríos presenta dos formas. Los
sedimentos en suspensión están constituidos por las partículas más finas
mantenidas en suspensión por los remolinos de la corriente y sólo se asientan
cuando la velocidad de la corriente disminuye, o cuando el lecho se hace más liso
o la corriente descarga en un pozo o lago.
Las partículas sólidas de mayor tamaño son arrastradas a lo largo del lecho de la
corriente y se designan con el nombre de arrastre de fondo. Existe un tipo
intermedio de movimiento en el que las partículas se mueven aguas abajo dando
rebotes o saltos, a veces tocando el fondo y a veces avanzando en suspensión
hasta que vuelven a caer al fondo. A este movimiento se le denomina saltación y
es una parte muy importante del proceso de transporte por el viento; en la
corriente líquida la altura de los saltos es tan reducida que no se distinguen
realmente del arrastre de fondo.
Las cantidades relativas que avanzan en suspensión y el arrastre de fondo varían
considerablemente. En un extremo, cuando el sedimento procede de un suelo de
grano fino como el limo depositado por el viento, o una arcilla aluvial, el sedimento
puede estar casi totalmente en suspensión. En el otro extremo, una corriente de
montaña limpia y rápida puede tener cantidades insignificantes de materia en
suspensión y casi la totalidad del movimiento de la grava, los guijarros y las
piedras se produce en el lecho de la corriente. Concentraciones elevadas de
sedimento como las que se dan en algunos ríos, como el río Amarillo de China y el
Mississippi de los Estados Unidos, pueden causar cambios significativos en las
propiedades de resistencia del agua. La viscosidad será mayor y la velocidad de
asentamiento de las partículas inferior, por lo que el umbral entre el sedimento en
suspensión y el arrastre del fondo resulta confuso.
El cálculo de la carga en suspensión por muestreo es relativamente sencillo, pero
tomar una muestra representativa del arrastre de fondo resulta difícil. A
continuación se examinan brevemente ambos tipos de muestreo, al igual que el
cálculo del movimiento total de sedimentos y las estimaciones basadas en
mediciones de la cantidad de los depósitos en los pozos o los lagos.
Existen varias causas posibles de error cuando se intenta de establecer una
relación entre la cantidad del sedimento medido en las corrientes y la extensión de
la erosión dentro de la cuenca hidrográfica.
En primer lugar, pueden existir cantidades importantes del material erosionado
que no contribuyen al sedimento en la corriente debido a que se deposita antes de
que llegue a ellas. La proporción de sedimento que llega a la corriente en
comparación con el movimiento bruto de los sedimentos dentro de la cuenca se
denomina relación de distribución. Esta puede ser apenas de 1% si existen
depresiones o zonas con una espesa vegetación en las que se retiene la mayor
parte del suelo. En un estudio de campo de 105 regiones de producción agrícola
de los Estados Unidos, Wade y Heady (1978) descubrieron que las relaciones de
distribución variaban entre el 0,1% y el 37,8% de la erosión bruta.
Una segunda causa posible de error es el factor tiempo. En una cuenca mayor el
sedimento puede erosionarse y depositarse y sucesivamente volverse a erosionar
y volverse a depositar cierto número de veces antes de que el sedimento llegue a
la corriente. Una muestra de este sedimento podría incluir material erosionado en
su origen varios años antes.
La tercera dificultad radica en que el sedimento de la corriente incluye materiales
que proceden de diferentes fuentes con relaciones de distribución muy distintas. El
sedimento procedente del derrumbe de las orillas de las zanjas o de las riberas de
los ríos pasa inmediatamente al caudal de la corriente, mientras que la pérdida de
suelo de una pequeña superficie cultivada y dentro de una cuenca en la que
predominan los bosques podría tener tasas de erosión local elevadas, pero
contribuir poco a la carga total de sedimentos.

Muestras tomadas al azar


La forma más sencilla de tomar una muestra de sedimentos en suspensión
consiste en sumergir un recipiente en la corriente, en un punto en el que esté bien
mezclada, como aguas abajo de un vertedero o de escollos de rocas. El
sedimento contenido en un volumen medido de agua se filtra, se seca y se pesa.
Esto da una medida de la concentración del sedimento y cuando se combina con
el caudal se obtiene la tasa de descarga de sedimentos.
Un estudio de diversas técnicas de muestreo en Sudáfrica puso de manifiesto que
las muestras obtenidas con botellas sumergidas suelen dar concentraciones
aproximadamente del 25% inferiores a las que se obtienen con técnicas más
perfeccionadas (Rooseboom y Annandale 1981). Para muestras únicas tomadas
excavando con palas o cucharas, se recomienda una profundidad de 300 mm por
debajo de la superficie como una fórmula mejor que la de obtener muestras en la
superficie. Si la muestra se puede tomar a cualquier profundidad, se recomienda la
mitad de la profundidad del caudal dado que es la que permite obtener los mejores
cálculos de la concentración media de sedimentos. Cuando el programa de
muestreo consiste en muestras obtenidas en secciones verticales en diversos
puntos a través de la corriente, el esquema recomendado consiste en utilizar seis
secciones situadas a igual distancia como se muestra en la figura siguiente.

Muestreador integrador de profundidad

Para tener en cuenta las variaciones en la concentración de sedimentos en


diferentes puntos de una corriente, se puede utilizar un muestreador-integrador, es
decir, un muestreador que obtiene una muestra única agrupando pequeñas
submuestras tomadas en diferentes puntos.
Para que la botella se llene fácil y regularmente cuando se encuentra por debajo
de la superficie es necesario que disponga de una boca para la entrada del agua,
y de un tubo para permitir la salida del aire. La boca se suele diseñar con una
sección transversal ligeramente ampliada detrás del punto de entrada para reducir
el peligro de una presión contraria que podría obstaculizar la entrada de la
corriente en la botella. Cuando se está utilizando, el muestreador se desplaza
desde la superficie hasta el fondo y vuelve a la superficie recogiendo la muestra
en forma continua. Unos pocos ensayos determinarán cuánto tiempo hace falta
para que la botella se llene durante este doble viaje. Ningún tipo de muestreador
de botella debe seguir recibiendo más líquido una vez que la botella está llena
porque eso provoca una acumulación de sedimento en la botella. En algunos
muestreadores-integradores en profundidad la botella se saca del curso de agua
cuando se ha llenado o poco antes de que se llene; otros tipos de muestreadoras
pueden tener algún dispositivo para detener la entrada de agua una vez que la
botella está llena.
Muestreador de punto
El muestreador de punto permanece en un lugar fijo de la corriente y toma
muestras constantemente durante el tiempo que tarda la botella en llenarse. La
apertura y el cierre de las válvulas del muestreador se controlan desde la
superficie eléctricamente o por medio de cables.
Otro método para obtener muestras a diversas profundidades del curso de agua
es el empleo de muestreadores automáticos que toman una muestra a una
profundidad predeterminada de la corriente. Un ejemplo típico es el que está
representado en la Figura siguiente, utilizando una botella y dos tubos doblados.

La botella empieza a llenarse cuando la profundidad de la corriente alcanza el


punto A y comienza el flujo de sifón a la botella; se para cuando la profundidad de
la corriente se eleva al punto B que es la salida de la tubería que expele el aire. La
amplitud de la toma de muestras se controla ajustando la distancia entre los
puntos A y B. En su variante más sencilla los tubos de entrada y expulsión están
curvados en forma de U; esto significa que la corriente en el muestreador está en
ángulo recto con el curso de agua, lo cual puede obstaculizar la concentración de
sedimentos; un modelo más perfeccionado tiene dos tubos con una segunda curva
para dirigir las aguas arriba hacia la corriente.
Muestreador de bombeo
Las muestras se pueden extraer de una corriente por bombeo manual. Sin
embargo, durante casi 20 años se ha dispuesto de muestreadores automáticos
que pueden introducir por bombeo una pequeña muestra en una serie de
recipientes, en tiempos e intervalos predeterminados o en función de condiciones
de la corriente predeterminadas, normalmente la profundidad (USDA-ARS 1976).
Inicialmente estos dispositivos solían ser grandes y pesados y podían dañarse en
sus numerosos componentes eléctricos o mecánicos. No obstante, la electrónica
ha dado origen a una nueva generación de muestreadores automáticos que son
de menor tamaño, más confiables y económicos.

Toma continua de muestras


Los modelos de caudales que aumentan y disminuyen y las variaciones de la
concentración de sedimentos en diferentes caudales, pueden en cierta medida
preverse a partir de observaciones; pero los muestreadores automáticos más
perfeccionados no pueden predecir lo que va a suceder a continuación. Un
muestreador por bombeo automático puede actuar exactamente como está
programado y tomar la serie de muestras necesaria cuando el caudal aumenta y
disminuye; si en ese momento se produce una violenta tempestad en la cuenca
hidrográfica que origina un caudal aún mayor, no podrán tomarse muestras porque
los recipientes ya están llenos. La única forma de evitar que esto suceda consiste
en disponer de un sistema de medición continua de las concentraciones de
sedimentos, para lo que existen dos métodos.
Un turbidímetro óptico pasa por un rayo de luz a través del agua cargada de
sedimentos desde una fuente situada a un lado de un canal hasta un sensor
situado en el otro lado. El sensor puede medir el grado en que la luz es absorbida
por las partículas de sedimento, o sea el principio de atenuación; también se
puede medir el grado en que la luz se dispersa por las partículas en suspensión, lo
que se denomina el principio de dispersión. Los muestreadores de bombeo,
pueden programarse para que reaccionen a combinaciones de profundidad de la
corriente y tiempo, y los datos se registran en un dispositivo de sólo lectura de
memoria (ROM); es posible así almacenar gran cantidad de datos.
En los aforadores nucleares que miden la absorción de la dispersión de las
radiaciones gama en lugar de la luz se utiliza un principio similar.

Mediciones directas
La forma más sencilla de calcular el arrastre de fondo consiste en cavar un
agujero en el lecho de la corriente en retirar y pesar el material que cae en él. La
cuenca aguas arriba de un vertedero o canal de aforo puede actuar análogamente
como una trampa de sedimentos, pero es posible que no se sepa si se ha
recogido todo el arrastre de fondo. En los lugares con grandes cargas de arrastre,
este procedimiento puede necesitar mucho tiempo y resultar engorroso.

Muestreador
El cálculo del arrastre de fondo se puede efectuar a partir de muestras recogidas
por un dispositivo que está situado por debajo del lecho de la corriente durante un
tiempo determinado y que luego son extraídas para pesarlas. Se han utilizado
numerosos dispositivos y su variedad demuestra la dificultad que existe para
tomar una muestra exacta y representativa. Los problemas que plantean los
muestreadores del arrastre de fondo son:
• El muestreador perturba la corriente y modifica las condiciones hidráulicas en su
punto de entrada.
• El muestreador tiene que descansar en el lecho de la corriente y tiende a
hundirse en él al producirse una socavación en torno suyo.
• Para mantenerse estable en el fondo tiene que ser pesado, lo que dificulta su uso
cuando se lo baja desde puentes o desde torres construidas con ese fin.
• Un muestreador tiene que reposar sobre un lecho razonablemente liso y no estar
apoyado encima de piedras o cantos rodados.

Trazadores radioactivos
En varios estudios se hace referencia al empleo de indicadores radioactivos para
vigilar el movimiento del arrastre de fondo. La técnica consiste en insertar en la
corriente un trazador radioactivo en una forma similar al arrastre de fondo, es
decir, que debe tener la misma forma, dimensión y peso que el sedimento natural.
El movimiento aguas abajo puede así vigilarse utilizando detectores portátiles.
Otra solución consiste en aplicar el trazador a la superficie de un sedimento que
se produce de manera natural, o incorporarlo a materias artificiales que se pueden
radioactivar por medio de irradiaciones.

Clasificación de Maddock para calcular el arrastre de fondo (Maddock 1975)

Concentración del Material Textura de los Descarga del arrastre de


sedimento en del lecho elementos en fondo expresada como % de
suspensión (partes por del río suspensión la descarga de los
millón) sedimentos en suspensión
menos de 1000 arena similar al lecho del 25-150
río
menos de 1000 grava, bajo contenido de 5-12
rocas, arena
arcilla dura
1000 - 7500 arena similar al lecho del 10-35
río
1000-7500 grava, 25% de arena o 5-12
rocas, menos
arcilla dura
más de 7500 arena similar al lecho del 5-15
río
más de 7500 grava, 25% de arena o 2-8
rocas, menos
arcilla dura

Estimación empírica
La dificultad de obtener mediciones confiables del arrastre de fondo ha dado
motivo a algunos intentos de calcularlo a partir de parámetros más fácilmente
medibles; sin embargo, su uso no está difundido. Un método sencillo basado en el
conocimiento de la concentración de los sedimentos en suspensión, de la textura
de la materia en suspensión y de la materia del fondo se indica en la tabla anterior.
Estimación de la carga total
Un método para evitar cálculos separados de la carga de suspensión y del arrastre
de fondo consiste en mezclar todo el sedimento en movimiento y tomar una única
muestra de la mezcla. Un canal de medición de la turbulencia es una estructura
construida ex profeso con obstrucciones en el lecho de la corriente para crear la
máxima turbulencia posible antes de que la corriente pase a través de un
vertedero donde se toman muestras. El mismo efecto se puede conseguir con un
muro de rocas en el lecho de la corriente o cuando el caudal pasa a través de una
apertura reducida como un puente o una alcantarilla. El material arrastrado de
mayor tamaño se asentará en el lecho rápidamente por lo que la muestra se debe
tomar sin demora con un recipiente que se llena con la mezcla.
En las corrientes mayores las muestras se pueden tomar en un canal de aforo de
turbulencia utilizando un muestreador de ranura. La ranura de toma de muestras
es estrecha y tiene los bordes afilados; el agua y el sedimento caen en el
muestreador a través de una tubería o canal que conduce a un recipiente. La
ranura no debe ser demasiado pequeña para que no quede bloqueada por basura
y para que pueda captar partículas más grandes; por ejemplo, una ranura con un
ancho de 5 mm en un vertedero de 5 m de ancho tomará una muestra de un
milésimo de la corriente. Si a pesar de ello sigue siendo demasiado grande para
ser manejada con facilidad.
Entre las dificultades que plantea este método cabe mencionar las siguientes:
• El divisor de ranuras puede afectar a la corriente en su entrada en la ranura;
• La ranura puede quedar bloqueada por basuras flotantes;
• La concentración del sedimento puede no ser igual a través del ancho del
vertedero;
• El arrastre grueso de fondo puede no mezclarse de manera homogénea o
simplemente no recogerse.

Cálculo de los sedimentos depositados en embalses


La medición de la cantidad total de sedimentos depositados en pozas o embalses
evita la cuestión de la relación de distribución de los mismos pero, a menos que el
embalse sea lo suficientemente grande como para contener la totalidad de la
escorrentía, parte del sedimento pasará por encima del aliviadero del embalse. La
proporción de sedimentos recogida se denomina eficiencia de captura y depende
de:
• La dimensión de la trampa en comparación con la cantidad del caudal de
entrada, es decir la proporción del caudal que se recoge en el embalse, y
• La velocidad de la corriente a través del embalse que, combinada con la
dimensión de las partículas del material en suspensión, determina el tiempo que
falta para que el sedimento se asiente en el embalse.
Es necesario realizar levantamientos topográficos de las cuencas de los embalses
naturales o artificiales, precisos y a intervalos, para calcular la acumulación. En un
embalse que se seca totalmente de un levantamiento topográfico esto es
relativamente sencillo. Cuando el embalse está parcialmente inundado, el
levantamiento debe realizarse desde botes y el nivel de los sedimentos se puede
determinar por medio de un sondeo de control o de una sonda acústica.
Es asimismo necesario tomar muestras y determinar la densidad del sedimento
para calcular el peso de la medición a partir del volumen.
La situación ideal es llevar a cabo el levantamiento una vez que el embalse se
haya terminado y antes de que empiece a llenarse; los embalses existentes se
pueden utilizar para comparar levantamientos topográficos sucesivos a lo largo del
tiempo. En todos los casos es sumamente conveniente establecer una línea de
referencia permanente para que en levantamientos sucesivos se utilicen las
mismas secciones transversales.

5.2.- Socavaciones:
La socavación es el resultado de la acción erosiva del flujo de agua que arranca y
acarrea material de lecho y de las bancas de un cauce, convirtiéndose en una de
las causas más comunes de falla en puentes.
Puede deberse al embate de las olas contra un acantilado, a los remolinos del
agua, especialmente allí donde encuentra algún obstáculo la corriente, y al roce
con las márgenes de las corrientes que han sido desviadas por los lechos
sinuosos. En este último caso es más rápida en la primera fase de las avenidas.
La socavación provoca el retroceso de las cascadas y de los acantilados que, al
ser privados de apoyo en su base, se van desplomando progresivamente.
También representa un papel esencial en la formación y migración de los
meandros.
Se ha demostrado que la profundidad máxima de socavación (ds) depende de los
siguientes factores:

 Densidad del agua (r ).


 Velocidad de aproximación del flujo (V).
 Profundidad de flujo (Y).
 Diámetro medio de los sedimentos (D).
 Ancho efectivo de la pila (b).
 Aceleración de la gravedad (g).
 Viscosidad cinemática del fluido (n ).
 Gravedad específica del material del lecho (Gs).
 Desviación estándar de la gradación del material (s g).
 Forma de la pila (Kf).
 Alineamiento de la pila con la dirección del flujo.

Tipos de socavación

 Socavación normal o general: Se entiende por socavación general el


descenso del fondo de un río que se produce al presentarse una creciente y
es debida al aumento de la capacidad de arrastre de material sólido que en
ese momento adquiere la corriente, en virtud de su mayor velocidad.
 La erosión del fondo de un cauce definido por el cual discurre una corriente
es una cuestión de equilibrio entre el aporte sólido que pueda traer el agua
a una cierta sección y el material que sea removido por el agua de esa
sección y al aumentar la velocidad del agua, aumenta también la capacidad
de arrastre.
 Socavación en estrechamientos: Se entiende por socavación en
estrechamientos la que se produce por el aumento en la capacidad de
arrastre de sólidos que adquiere una corriente cuando su velocidad
aumenta por efecto de una reducción de área hidráulica en su cauce. El
efecto es muy importante en puentes, donde por lo común y por razones de
economía suelen ocurrir las mencionadas reducciones, si bien puede
presentarse en otros lugares del curso del río, en que un estrechamiento
más o menos brusco tenga lugar.Los cambios que la presencia de un
puente impone a la corriente son principalmente los siguientes:
 Cambio de la velocidad del flujo del agua en el cauce principal.
 Cambio en la pendiente de la superficie libre del agua, hacia arriba y hacia
abajo del puente. Esto origina un mayor arrastre del material del fondo en la
sección del cauce y, cuando ello es posible, un ensanchamiento del cauce.
 Socavación en curvas: Cuando un río describe una curva existe una
tendencia en los filetes líquidos situados más lejos del centro de curvatura a
caminar más aprisa que los situados más hacia el interior; como
consecuencia, la capacidad de arrastre de sólidos de los primeros es mayor
que la de los segundos y la profundidad de erosión es mayor en la parte del
cauce exterior a la curva que en la interior. El efecto es importante y ha de
ser tenido en cuenta en la construcción de puentes en curvas de río o en el
diseño de enrocamientos de protección en los mismos lugares pues al
disminuir la velocidad la curva aumenta el depósito en esta zona y, por ello,
disminuye la zona útil para el flujo del agua y al aumentar la profundidad y
el área hidráulica, aumenta el gasto.
 Socavación local en estribos: Desde el punto de vista de definición, la
socavación local en estribos es análoga a la que se presenta en las pilas de
los puentes, sin embargo, se le distingue por existir algunas diferencias en
los métodos teóricos y aun experimentales para su evaluación.
 Socavación local en pilas: Cuando se coloca una pila de puente en la
corriente de un río se produce un cambio en las condiciones hidráulicas de
ésta, y, por lo tanto, en su capacidad para producir arrastre sólido. Si la
capacidad de arrastre supera localmente el aporte del gasto sólido del río,
ocurrirá en la pila una socavación local.

Es evidente que el conocimiento de la profundidad a que puede llegar este efecto


erosivo es de fundamental importancia en el diseño de cimentaciones poco
profundas para puentes, pues una falla seria de juicio en esta cuestión conlleva la
destrucción total de la estructura o la adopción de profundidades antieconómicas y
excesivas, que complican seriamente los procedimientos de construcción.

Sistemas de control de la socavación


a) Estructuras de protección: revestimiento del fondo con gaviones,
adoquines, enrocados en un ancho de 8 veces el ancho de la pila. Colocación de
materiales de gran tamaño, bloques de roca, hexápodos, tetrápodos, bolsacreto.
b) Cimentaciones profundas cimentar por debajo de la profundidad de
socavación esperada más un factor de seguridad:
 Pilas profundas
 Pilotes
 Nailing
 Inyecciones debajo de los cimientos

Instrumentación de la socavación
a) Varillas medidoras
 Manuales o mecánicas, la varilla entra al ocurrir la socavación
b) Varillas enterradas con sensores
 Sistemas de mercurio
 Switches magnéticos
 Películas piezometricas
c) Fatometros
 Ondas sónicas o ultrasónicas frecuencias altas > 200 khz dan mejor
resolución.

Collar Magnético
Fatómetro
5.3.- Depósito de azolves en embalses:
Uno de los problemas que a menudo afectan a los embalses, es su pérdida de
capacidad debido al depósito de sedimentos en su interior. Independientemente
de que como parte del diseño de embalses, está el disponer de un volumen para
almacenar dichos azolves, muchas veces es rápidamente rebasado, con la
consecuente pérdida de volumen útil en el embalse. En otras presas, aunque el
volumen reservado para azolves no haya sido sobrepasado, la velocidad con que
se pierde, hace prever que el embalse perderá capacidad de almacenamiento
antes de lo previsto, con la siguiente disminución de disponibilidad de agua. En
algunos casos extremos, el embalse puede ser inutilizado totalmente. Si además
se considera que los costos para evitar la erosión de las cuentas son elevados y
con resultados a largo plazo, y que también lo son los costos de extracción del
material depositado, entonces se entenderá porqué en ocasiones es mejor
construir un nuevo embalse que rehabilitar el azolvado. Lo cual no siempre es
posible, pues además de las altas inversiones económicas, cada vez escasean
más los sitios donde es posible construir una nueva cortina.
Al interponer un obstáculo a un río, como es el caso de una presa, se origina un
estancamiento, por lo cual el sedimento transportado se comportará según el
siguiente mecanismo (figura); al entrar la corriente al embalse, el material grueso
se depositará según la disminución de la velocidad del agua por el efecto de
ampliación del cauce y el crecimiento del tirante, formando en la “cola” del vaso
una acumulación de sedimento grueso denominado delta.

El sedimento más fino continuará hacia adentro del vaso como una corriente de
densidad, para posteriormente al detenerse, depositarse en el fondo del mismo.
Existen embalses en los que tal corriente no llega a formarse, y se produce en el
vaso, o en gran parte del mismo, una turbidez generalizada que evolucionará,
según la dinámica particular del almacenamiento.
El mecanismo de sedimentación descrito, es en realidad más complejo, ya que
depende de muchos otros factores como son la estratificación de temperaturas,
forma, dimensiones y características especiales del embalse, operación,
características fisicoquímicas del sedimento y las características de la avenida de
ingreso, entre otros.
El delta se moverá hacia adentro del embase según las características de las
avenida y la variación de los niveles en el vaso. En los grandes embalses, la
formación del delta tiene importancia por el efecto que causa hacia aguas arriba
del río y por el volumen que ocupa dentro del vaso. El remanso en ocasiones
inunda áreas que antes de la formación del delta no se inundaban.
Sin embargo, existen casos en los que la penetración el material grueso dentro del
vaso llega a ser tan acentuada, que pone en peligro las instalaciones en la cortina.
Cuando la presa no es muy grande y sus extracciones o derrames son muy
frecuentes, es posible que el delta ocupe gran parte del vaso y en tal caso el
sedimento grueso si constituye la principal pérdida de capacidad, ya que gran
parte del material fino muy probablemente no será retenido pues continuará hacia
aguas abajo.
El material que se deposita en el fondo del embalse, estará sujeto a una
compresión al transcurrir el tiempo. Este efecto se verá acentuado al cambiar
sensiblemente los niveles en el vaso, haciendo que se produzca un alternado
secado y humedecimiento del material sedimentado. Esto induce dos problemas
importantes, uno, el cambio de volumen depositado a través del tiempo, que
repercute en la cantidad de agua almacenada, y otro, la dificultad de remover
sedimento altamente compactado.
Las corrientes de densidad, aunque son un fenómeno que fácilmente se puede
regenerar en un laboratorio, su detección en campo presenta grandes dificultades.
Por esta razón no ha sido posible definir una relación entre los trabajos teóricos y
el fenómeno real. Esto es particularmente importante, porque el manejo de una
corriente de densidad, permitiría, en algunos vasos, aliviar el problema de
sedimentación, pues al conocer su comportamiento tal vez pudieran extraerse del
embalse antes de que el material que transportan se sedimentara.
Cuando la corriente de densidad no llega a formarse, y solamente se genera
turbidez en el embalse, lo cual generalmente ocurre en concentraciones bajas de
sedimento, el problema principal no radica en la cantidad depositada, sino en la
afectación de la calidad del agua. Dicho problema se vuelve fundamental desde el
punto de vista ecológico, pues muchas veces se producen alteraciones de la flora
y la fauna del almacenamiento en cuestión. Esto además de alterar la calidad del
agua que en ocasiones se emplea como potable para una población.

Cálculo de los sedimentos depositados en embalses


La medición de la cantidad total de sedimentos depositados en pozas o embalses
evita la cuestión de la relación de distribución de los mismos pero, a menos que el
embalse sea lo suficientemente grande como para contener la totalidad de la
escorrentía, parte del sedimento pasará por encima del aliviadero del embalse. La
proporción de sedimentos recogida se denomina eficiencia de captura y depende
de:

 La dimensión de la trampa en comparación con la cantidad del caudal


de entrada, es decir la proporción del caudal que se recoge en el
embalse
 La velocidad de la corriente a través del embalse que, combinada con la
dimensión de las partículas del material en suspensión, determina el
tiempo que falta para que el sedimento se asiente en el embalse. La
eficiencia de captación puede calcularse a partir de la Figura 49 (Bruñe
1953).
Es necesario realizar levantamientos topográficos de las cuencas de los embalses
naturales o artificiales, precisos y a intervalos, para calcular la acumulación. En un
embalse que se seca totalmente de un levantamiento topográfico esto es
relativamente sencillo. Cuando el embalse está parcialmente inundado, el
levantamiento debe realizarse desde botes y el nivel de los sedimentos se puede
determinar por medio de un sondeo de control o de una sonda acústica. Es
asimismo necesario tomar muestras y determinar la densidad del sedimento para
calcular el peso de la medición a partir del volumen.
La situación ideal es llevar a cabo el levantamiento una vez que el embalse se
haya terminado y antes de que empiece a llenarse; los embalses existentes se
pueden utilizar para comparar levantamientos topográficos sucesivos a lo largo del
tiempo. En todos los casos es sumamente conveniente establecer una línea de
referencia permanente para que en levantamientos sucesivos se utilicen las
mismas secciones transversales. Un buen ejemplo de esta técnica es el trabajo de
Rapp en Tanzania (1977).
Actualmente se dispone de programas de informática para calcular el volumen
almacenado a partir de la relación del área superficial con la profundidad del agua
(a lo que se designa con el nombre de curva nivel/superficie); el peso total del
sedimento se puede calcular a partir de su volumen y densidad.
Bibliografía

Hidráulica de canales abiertos.


Ven Te Chow
Ed. Mc Graw Hill.

Manual de Ingeniería de Ríos.


Realizado por:
Instituto de ingeniería para la Comisión Nacional del Agua.

http://www.erosion.com.co/index.php?
option=com_docman&task=doc_download&gid=187

http://www.fao.org/docrep/t0848s/t0848s07.htm

http://fluidos.eia.edu.co/hidraulica/articuloses/conceptosbasicosmfluidos/socavacio
n/socavacion.html

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