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26 de enero de 2008

Día Nacional de la Educación Ambiental.


En memoria del insigne maestro y ambientalista André Vernot Santa María

Luis Alberto Ossa Patiño,


Ecolym, Fundager,
Pereira, Colombia, enero 2008

De nuevo surge el pretexto del calendario ambiental para invitarnos a pensar sobre la labor del
docente en la actualidad colombiana.

Reseña histórica de la fecha:


El profesor André Vernot fue un ambientalista que insistió hasta su muerte en que las relaciones
sociedad - naturaleza tenían un polo dinamizador y que ese polo no era la naturaleza sino la sociedad
y que por lo tanto la calidad de los ambientes construidos, e incluso la de los ambientes naturales,
dependía principalmente de las tensiones del conflicto social. Una sociedad surcada por
antagonismos entre unos pocos que viven en la opulencia y otros muchos lanzados al rebusque y la
miseria no puede propiciar relaciones armónicas con la naturaleza. Para André, el ambientalismo
debería develar las verdaderas causas de la crisis de los ecosistemas y la vida en el planeta. Desde su
perspectiva filosófica, no era posible esperar que la solución a la crisis ambiental de la sociedad
proviniese del mismo capitalismo que la genera y atiza. Por ello nos invitaba a asumir una praxis
ambientalista transformadora e integral, que revolucionase desde las prácticas cotidianas de los
individuos hasta las bases mismas del modo de producción y la democracia.

Por otra parte, André siempre se opuso a la idea de que lo ambiental fuese otro tema u otro aspecto
dentro del mismo viejo currículo de la educación oficial. Según él, la educación ambiental suponía
una nueva forma de asumir los procesos de enseñanza - aprendizaje, que iba mucho más allá de una
mera dimensión ambiental para la educación y también rebasaba las consideraciones de
interdisciplinariedad y transdisciplinariedad que le otorgaban los tecnócratas de la educación oficial.

La educación oficial promovida por André constituye una utopía para los docentes democráticos y
con sensibilidad social, utopía que incluye la necesidad de una nueva escuela y una nueva sociedad,
determinadas por la justicia social y la armonización de las relaciones sociedad - naturaleza. Y como
utopía juega el papel de faro, de punto de referencia de ideal anhelado, que nutre nuestras
motivaciones, nuestro ingenio y nuestra capacidad de compromiso con la vida y los pueblos, para
permitirnos una práctica docente cotidiana digna y renovadora.

La utopía de André nos sirve en este presente del 2008 para invitarnos a rescatar los dos valores
supremos del docente: Su compromiso con la verdad y su respeto por la dignidad humana.
Día nacional de la educación ambiental, mensaje de Laop, Ecolym - GER. Página 2 de 2

• Compromiso con la verdad.


El primero de ellos, nos lleva al tema de la ciencia y el escepticismo
científico. Un maestro sin una pócima mínima de escepticismo
científico, que acepte creer cuando debe exigir pruebas y
demostraciones, que acepte las “verdades” sustentadas sólo por la
autoridad del poder político, económico o social de quien las
expone; un maestro que se conforme con repetir lo que el patrón o
jefe le dice que debe enseñar, que se refugie a conveniencia en los
manuales de las editoriales sin hacer inventario de veracidad;
definitivamente podrá ser un buen trabajador y hasta un buen
ciudadano, pero será siempre un mal docente y nunca será un educador ambientalista.

• Respeto por la dignidad humana.


El segundo aspecto: el docente ante la dignidad humana, nos pone ante el hecho de que si no usa la
realidad cotidiana y local de sus estudiantes y su comunidad educativa como tema del aula de clase, y
prefiere refugiarse en verdades abstractas y en procesos de adiestramiento técnico de sus estudiantes;
un maestro que no comparte y promueve entre sus estudiantes la indignación ante la injusticia social
y la opresión política; que no devela la verdad tras las apariencias
en que suelen fundarse las versiones oficiales de la realidad; un
maestro que no se esfuerza en cultivar entre sus estudiantes el
amor por la dignidad humana y el compromiso con su respeto,
ante cualquier hecho cotidiano que la ofenda; un maestro así
podrá ser un trabajador sin mancha, pero nunca será un maestro
al servicio del pueblo y la vida humana. Y tampoco podrá ser un
verdadero educador ambientalista, aunque hable mucho de
acciones ecologistas.

Una propuesta para la conmemoración este año:


Por todo lo anterior quiero invitar a los docentes para que este año la celebración del día nacional de
la educación ambiental la hagamos a través de una pequeña reflexión sobre lo que son el
escepticismo científico y el compromiso con la dignidad humana, en la práctica cotidiana de los
educadores ambientalistas. Este ejercicio se debe hacer primero desde las prácticas docentes de cada
institución, luego desde la realidad local y finalmente debe también hacerse desde los contextos
generales que contienen la vida escolar y la realidad local de los docentes y sus estudiantes. Y para el
aspecto general propongo hacerlo mediante un análisis integral del momento político que vive
Colombia: la tragicomedia de los secuestrados por la guerrilla y la movilización de la opinión pública
en rechazo al secuestro y la guerrilla y en respaldo al gobierno de Uribe Vélez.

Considero que no hay otra forma más efectiva y sincera de rendir homenaje al gran maestro André
Vernot y de reivindicar la historia y las verdaderas características de la educación ambiental y sus
alcances sociales. Y, por tanto, no encuentro otra forma más justa de conmemorar el día nacional
de la educación ambiental, primera fecha del año del calendario ambiental.

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