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La precarización del trabajo en las cadenas

productivas de la Argentina. Un estudio a partir de la


Matriz Insumo-Producto.

Facundo Barrera 1 María Luciana Storti 2

Resumen
Desde la década pasada, en la Argentina se mantienen niveles de empleo no
registrado que afectan prácticamente a 4 de cada 10 trabajadores, los que
poseen salarios medios hasta un 40% inferiores a los de sus pares
registrados. Esta situación configura una economía informal de carácter
estructural, donde la precarización del trabajo se presenta como una
condición sistémica en el mercado de trabajo de nuestro país.
Asimismo, la precariedad no se distribuye uniformemente a través de los
distintos tamaños del capital. La literatura económica ortodoxa sobre el
tema, corroborado en la evidencia empírica, sostiene que las pequeñas
empresas presentan mayores niveles de informalidad, debido a su menor
visibilidad, su mayor flexibilidad y mejores oportunidades de eludir los
controles estatales. Mientras que las grandes empresas son más vulnerables
a las regulaciones estatales y es menos probable que se aboquen
directamente a actividades informales. Sin embargo, ¿son las pequeñas
empresas las que retienen los mayores márgenes de ganancia producto de
la precarización de los trabajadores ó éstos son transferidos al gran capital?
Una aproximación a la pregunta que guía el presente trabajo implica debatir
sobre el carácter funcional de la precarización laboral, resaltando los
vínculos intrasectoriales. Para esto, se incorporará al análisis la noción de
Bloques Sectoriales de Leontief, y su aplicación a los cuadros de relaciones
intersectoriales de Argentina seguida en los trabajos de Lifschitz (1992,
2004). La utilización de cuadros de Insumo Producto tiene la peculiaridad de
incluir las porciones de producto utilizadas como insumos por las distintas
industrias y, por lo tanto, permiten observar la estructura de las relaciones
interindustriales de producción. Para la aplicación empírica se utilizaran los
Bloques Sectoriales que surgen del análisis de la matriz de Insumo-Producto
Argentina del año 1997 (MIPAr97 - INDEC).

I. Introducción

El artículo pretende realizar un aporte al debate sobre la problemática de la


precarización de la fuerza de trabajo en nuestro país. A partir de la explosión en los
noventa y a pesar del descenso durante el tiempo transcurrido del período post-

1
Licenciado en Economía - UNLP / Especialista en Economía Política - FLACSO / Docente UNLP / Miembro del Centro de
Estudios para el Cambio Social / facunbarrera@yahoo.com
2
Licenciada en Economía - UNLP / Docente UNLP / mlucianastorti@yahoo.com.ar

1
convertibilidad, la Argentina mantiene niveles de no registro por encima del 35%, lo
cual ha consolidado un mercado de trabajo con niveles de precarización de carácter
estructural 3 . Considerando exclusivamente la definición legal de precarización del
trabajo 4 , encontramos que finalizamos la primera década del siglo XXI con un valor
promedio superior en 7,5 puntos porcentuales al registrado durante los años noventa
(Gráfico 1).

Gráfico 1. Participación de trabajo no registrado (sin descuento jubilatorio). Total de


aglomerados urbanos. Años 1991-2009. Términos porcentuales.

informalidad
50
prom. post-Convert.
prom. Convert.

45
% trabajadores informales

42,2%

40

35 34,7%

30

25
1991

1992

1993

1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

2007

2008

2009

2010*
Fuente: Elaboración propia a partir de datos de EPH-INDEC.

* El año 2010 contempla sólo los valores del primer semestre.

Nota: durante el segundo semestre de 2003, el INDEC reformula la medición de la


Encuesta Permanente de Hogares, pasando de la EPH-Puntual a la EPH-Continua, por
lo que ambos tramos de la serie no son estrictamente comparables.

La literatura ortodoxa suele discutir la problemática en torno a la precarización del


empleo -muchas veces llamada informalidad-, como respuesta de los individuos a partir
del autoempleo. En términos agregados, se presenta a la economía formal y la
informal, como compartimentos estancos con poco vínculo entre si, con distintos
niveles de productividad de los trabajadores y, por tanto, distintos niveles de ingresos.
Confrontando con esta visión, el objeto del artículo es discutir el carácter funcional de

3
Estas condiciones estructurales, no son propiedad exclusiva de nuestro país sino que se encuentran presentes en el
resto de de la región. Analizar estas características comunes puede también ayudarnos a pensar en la funcionalidad de
la informalidad, como una condición sistémica de nuestros mercados de trabajo periféricos (Barrera y López, 2010).
4
Una breve reflexión respecto de las formas de medición de la informalidad / precarización del trabajo se realiza en el
apartado metodológico del trabajo.

2
la informalidad en la acumulación de capital en la Argentina. En particular, nos interesa
resaltar los vínculos inter-sectoriales incorporando una mirada sobre las principales
compras y ventas, en las que se ponen de manifiesto las estrategias divergentes de los
distintos capitales, las cuales involucran diferentes niveles de informalidad.
La informalidad no se distribuye uniformemente a través de los distintos tamaños
del capital. Las grandes empresas son más vulnerables a las regulaciones estatales y
es menos probable que se aboquen directamente a actividades informales, mientras
que es usual encontrar evidencia empírica que muestre que las pequeñas empresas
presentan mayores niveles de informalidad. Tokman (1999) señala que cuanto más
pequeño es el tamaño de la empresa, menor es el grado de cumplimiento de las
obligaciones laborales. Sin embargo, ¿son las pequeñas empresas las que retienen los
mayores márgenes de ganancia producto de la precarización de los trabajadores? ¿Ó
éstos son transferidos al gran capital vía sus vínculos de compra y venta?
A continuación, discutiremos los presupuestos del marco teórico ortodoxo
oponiendo una visión alternativa para la comprensión del fenómeno. En segundo lugar,
presentaremos un apartado metodológico donde se discutirán las relaciones
intersectoriales que se presentan en la matriz de insumo-producto argentina del año
1997 (MIPAr97) -última publicada oficialmente por el Instituto Nacional de Estadística y
Censos (INDEC)-. Luego, presentaremos el estudio de casos para el bloque textil, la
cadena automotriz y la de Caucho y Plástico, relevantes tanto en términos productivos
(importante participación en la producción total de mercancías) como de empleo. Por
último, en las reflexiones finales resaltamos los principales resultados y posibles líneas
de trabajo que continúen la presente investigación.

II. De las visiones dualistas a la preeminencia de las intersecciones.

La visión ortodoxa se asocia principalmente con los desarrollos realizados por De


Soto (1986), donde las actividades informales surgen como resultado de una excesiva
intervención del Estado que traba los mecanismos de asignación eficiente del libre
mercado. De Soto (op. cit.) sostiene a partir de un estudio comparado entre el Perú y
el estado de Florida (EE.UU.) 5 , que la existencia del sector informal se explica por el
excesivo entramado de normas legales establecidas por el Estado. Las mismas
devienen en una burocracia anacrónica que inhibe las capacidades empresarias de los
privados, empujándolos hacia la informalidad por los altos costos en términos de
tiempo y dinero. De esta manera, se conforma por un lado, un sector formal
(moderno) orientado a la obtención de ganancias y caracterizado por trabajadores con
contratos estables y cuyas condiciones de trabajo se encuentran reguladas por la ley.
Por el otro, existirá un sector informal (atrasado), representado por operaciones en

5 El autor muestra cómo en el Perú los trámites para habilitar la apertura de un taller de confección (entre otros
ejemplos) son sustancialmente más largos y costosos que en el estado de La Florida (EE.UU.). De igual manera, analiza
la enorme cantidad de leyes que son sancionadas al año en su país, las cuales en un número importante son de autoría
del Poder Ejecutivo. Esta característica redunda en una compleja maraña legal y de menor calidad -ya que el Poder
Legislativo (mejor capacitado en la materia) interviene en una menor medida-. (De Soto, 1986).

3
pequeña escala, poco capital, trabajo intensivo con tecnología atrasada, bajos niveles
de productividad y baja capacidad de acumulación (Peattie 1980; Tokman 1982).
La propuesta de política es clara: primero, se vuelve prioritario reducir la trama
burocrática estatal para aumentar la eficiencia y aprovechar el potencial creativo de los
agentes que se desenvuelven en el “sector” informal. Seguidamente, debe reducirse la
presión fiscal que genera que los costos del cumplimiento de la ley sobrepasen los
beneficios y, por lo tanto, que las actividades económicas se vuelvan informales. La
teoría dual marca una característica de transitoriedad: al eliminar la burocracia y
disminuir la presión fiscal sobre las actividades productivas, gradualmente, se va a dar
un proceso de transición donde se abandona la condición de informal, yendo hacia el
sector formal de la economía.
Desde una perspectiva crítica ya no son las decisiones individuales las que priman
en la composición de la economía informal sino las características del funcionamiento
del sistema. Algunos autores señalan la existencia de dos sectores, ya no moderno y
atrasado (como plantea OIT) sino capitalista y no capitalista, es decir, se hace foco en
el modo de producción (Brenan 1976, Bienefeld 1975). No obstante la distribución
entre sectores, el enfoque pone el énfasis en las características sistémicas de la
economía informal e intenta buscar los puntos de conexión, los lazos funcionales de las
unidades económicas que se desenvuelven en la economía informal con aquellas que
lo hacen en la economía formal. Brenan (1976) sostiene que “las partes componentes
se influencian y gradualmente pierden su independencia e identidad individual, por lo
que nos encontramos con un todo coherente, un sistema con sus propia característica
y dinámica” (pág. 1975, traducción propia). Por otra parte, la precarización de la fuerza
de trabajo es vista como parte del funcionamiento normal del modo de acumulación
del sistema capitalista (Giosa Zuazúa, 2005).
Esta corriente sostiene que el atraso en las actividades informales es una
precondición para el desarrollo y progreso de aquellas que se encuentran en la
formalidad, dado que existe una relación de subordinación de las primeras con
respecto a las últimas. En este sentido, diversos autores muestran que la reducida
escala o la ineficiente administración, no son las causas principales de la pobreza, por
ejemplo, en los dueños de talleres de Dakar (Gerry, 1974) o en los empleados en
pequeñas industrias de Calcuta (Bose, 1974), sino la transferencia de excedente hacia
arriba en la cadena de producción. De esta manera, las grandes empresas obligan a las
pequeñas empresas del sector informal a operar en un mercado diferente, donde los
precios de los insumos son elevados y los precios de venta bajos; de manera que los
principales beneficios del diferencial de precios son apropiados por las grandes
empresas (Bose, 1974).
En líneas generales, podemos resaltar que las pequeñas empresas se encuentran
subordinadas principalmente a través de las relaciones comerciales. Son centrales las
relaciones que estas empresas establecen tanto hacia arriba como hacia abajo (es
decir en la compra de insumos y en la venta de sus productos). La transferencia de
valor opera a través del sistema de precios, desde las pequeñas empresas (donde la
composición orgánica del capital es baja) hacia las grandes empresas (donde es
elevada).

4
Sin embargo, esta no es la única forma existente de transferencia de ganancias. La
producción de gran parte de los bienes y servicios, de consumo en el mercado interno,
es responsabilidad de los pequeños capitales, ya que las grandes empresas orientan su
producción hacia la exportación para el consumo o transformación en los países
centrales 6 . Estas últimas se benefician de la producción de mercancías baratas de una
doble manera. En forma directa, les permite reducir los costos de producción, e
indirectamente, abaratar el costo de reproducción de la fuerza de trabajo 7 (Gerry,
1987).
En lo que se refiere a América Latina, diversos autores (Souza 1981, Cacciamali
1983) sostenían la existencia de una relación de subordinación de formas “no
típicamente capitalistas” (sector informal) y el núcleo capitalista. Cacciamali (op. cit.)
hace hincapié en el flujo de renta que se transfiere del sector informal hacia el formal,
a partir de las relaciones de subcontratación (periferización de actividades), de venta
de mercancías y de prestación de servicios. Luego, autores como Portes (1995) y
Portes y Benton (1987) retoman varios aspectos de este enfoque pero consideran a las
actividades incluidas en el sector informal como actividades típicamente capitalistas,
caracterizadas principalmente por la ausencia de regulación estatal y relaciones
salariales encubiertas (subcontratación).
De acuerdo a Portes, la informalidad -es decir, el sector informal urbano (SIU)-
puede entenderse como una forma de vinculación entre el capital y el trabajo que es
consecuencia de la reestructuración del sistema capitalista a escala global (Portes,
1995). La necesidad de recomponer las tasas de ganancia y competir en la economía
mundial impone bajar costos, lo que se realiza a través de los trabajadores informales.
Según Gallart (2007), las nuevas tecnologías permiten fraccionar procesos productivos
que antes se realizaban en una única sede, por lo que se tercerizan tareas hacia
empresas chicas que escapan al control legal.
En definitiva, se sostiene que las características en las que el concepto standart de
informalidad está basado (bajos ingresos y productividades), no son la pre-condición
sino el resultado de la dominación de los grandes capitales (directrices del proceso de
acumulación) por sobre los pequeños. Bajo esta concepción, el incremento de los
niveles de informalidad de las últimas décadas, no ha hecho más que expandir la
transferencia de valor desde los trabajadores informales y los pequeños capitales hacia
los grandes capitales. Así, la transitoriedad de las condiciones de informalidad, junto
con el “progreso” de buena parte de los pequeños capitales, se vuelve una mera
ilusión ya que se inserta en el marco de una lógica sistémica que es la que guía el
proceso de acumulación en la periferia 8 .

6 Los sectores sociales favorecidos de los países atrasados también participan del consumo de aquellos productos.
7
Es decir, disminuye el valor de la canasta de bienes y servicios que necesita un trabajador (y su familia) para
garantizar su reproducción.
8
Para más información sobre las los condicionamientos estructurales del proceso de acumulación en la economía
argentina, ver Barrera y López (2010).

5
III.Elección del espacio analítico del estudio. Utilización de cuadros de
relaciones intersectoriales.

En el presente apartado, buscaremos aproximarnos a la noción sistémica de la


condición de informalidad de la fuerza de trabajo, para ello, utilizaremos información
proveniente de los cuadros de relaciones intersectoriales. La aplicación de matrices de
transacciones intersectoriales a la problemática del desarrollo fue abordada a partir de
los aportes de Leontief. El modelo de insumo producto fue elaborado en la década del
30, publicándose a comienzos de la década siguiente las matrices de los Estados
Unidos para los años 1919 y 1929. A partir de allí, diversos países comenzaron a
elaborar este tipo de matrices. En particular, Argentina divulgó la primera publicación
en 1950, siendo la última publicada oficialmente del año 1997.
A modo de definición, la matriz es un cuadro de doble entrada, donde se registran
las transacciones entre los sectores productivos, junto con las de los bienes
intermedios que se compran y venden entre sí. Al identificar los coeficientes directos e
indirectos, permite determinar los impactos de un incremento en la demanda (producto
de la variación de algún componente en particular) sobre la economía en su conjunto.
Asimismo, al confrontar la oferta con la utilización de bienes, otorga un marco de
consistencia en el análisis económico. Shaikh y Tonak (1994) destacan, en su trabajo
sobre la medición de los agregados económicos para la economía estadounidense, que
la utilización de cuadros de insumo producto tiene la peculiaridad de incluir las
porciones de producto utilizadas como insumos por las distintas industrias y, por lo
tanto, permiten observar la estructura de las relaciones interindustriales de producción,
además de captar los principales agregados de las Cuentas Nacionales.
En nuestro caso particular, la matriz resulta de utilidad ya que brinda información
para relacionar los encadenamientos productivos, con información sectorial de
trabajadores asalariados -registrados y no registrados-. Esta es una ventaja central de
la fuente de información elegida para el trabajo, ya que podemos discutir cómo se
vinculan las interconexiones sectoriales con los niveles de informalidad presentes en
cada uno de ellos.
En función de los intereses expuestos, debemos introducirnos en los tipos de
vínculos inter-sectoriales que nos atañen exclusivamente. Es decir, los vínculos entre
aquellas actividades que tienen una intensidad en la compra-venta sustancialmente
más alta que con el resto de las actividades. Este tipo de relaciones, da origen al
concepto de bloques sectoriales. El propio Leontief señala, en este sentido, que
reordenando las tablas se definen una serie de grupos y bloques constituidos por
aquellos sectores industriales que están más íntimamente relacionados. La
triangulación de la tabla sirve para poner de manifiesto la estructura interna de las
transacciones interindustriales. Estas últimas definen una serie de grupos y bloques
constituidos por aquellos sectores industriales que están íntimamente relacionados.
(Leontief, 1986: 169)
Desde esta perspectiva, los bloques constituyen un espacio para el análisis
económico que consiste en la reunión de actividades fuertemente interrelacionadas,

6
constituyendo conjuntos relativamente autónomos, lo que implica un estudio adicional
a los enfoques por rama de actividad y los realizados a nivel global. Los bloques
sectoriales constituyen, por lo tanto, un espacio para el análisis económico que logra
complementariedad entre un espacio más micro -al que contiene- y el espacio global -
en el que está contenido-. (Lifschitz, 1992) Asimismo, sostiene que los bloques
sectoriales pueden visualizarse a partir de […] las actividades económicas (que)
tienden a relacionarse de acuerdo con sus especificidades, manteniendo con las
restantes vinculaciones más genéricas; consecuentemente, éstas pueden considerarse
agrupadas en bloques, constituyendo a partir de un enfoque global, mapas de cuasi
islotes comunicados entre sí. (Lifschitz, 2004: 2)
El autor construye una metodología para encontrar bloques sectoriales a partir de la
utilización de tablas de insumo-producto 9 . Los mismos están compuestos por
actividades productoras de bienes, servicios y de comercialización, las cuales son
reunidas por sus relaciones específicas 10 principales. Los agrupamientos se forman a
instancias de determinadas actividades que pueden considerarse como sus principales
organizadores en función de la atracción que ejercen sobre otras actividades. En su
ausencia, el conjunto se subdividiría, se integraría a otro bloque, o las mismas podrían
quedar como actividades aisladas; por lo tanto, las actividades consideradas principales
organizadores son considerados como verdaderos núcleos o sectores clave,
organizadores del conjunto.
A los efectos del presente trabajo, si bien se entiende que la utilización de matrices
para el análisis de la economía argentina, implica necesariamente un defasaje temporal
-al ser la última publicación oficial del año 1997-, las mismas permiten, como ya se dijo
anteriormente, complementar el análisis económico sectorial tradicional y observar
relaciones que en otros niveles de análisis no sería posible. Comprobar la existencia de
bloques con elevada independencia relativa, nos permitirá aproximarnos al espacio de
análisis necesario para verificar la existencia de una relación funcional de los procesos
de precarización del trabajo en ramas o sectores de actividad subordinados a las
dinámicas de acumulación de los grandes capitales 11 . Asimismo, en los bloques
elegidos, cuyo desarrollo se encuentra a continuación, diversos estudios sectoriales 12
permiten observar que la morfología de los mercados y las condiciones de empleo se

9
Para identificar los bloques sectoriales parte de un algoritmo de formación de Bloques aplicado a una MIP. En los
trabajos asociados a la elaboración del método de identificación de bloques, se demuestra que el algoritmo de
emblocamiento aplicado encuentra bloques que, dadas las condiciones iniciales -principalmente, el tamaño de la matriz-
, presentan la máxima autonomía posible y exhaustividad en cuanto a la cantidad de ramas de actividad emblocadas.
Dicho algoritmo ha sido aplicado, en diferentes trabajos, a matrices de la Argentina para el año 1984 y 1997. Una
explicación detallada puede verse en el sitio desarr-
territorial.gov.ar/htms/nortegrande/nortegrande_bloquesproduct.html. “Bloques sectoriales en Argentina” y “Método
para la identificación de sectores clave dentro de los bloques sectoriales.”
10
Para encontrar bloques constituidos por cadenas de valor entre las transacciones intermedias de una matriz,
diferencia las transacciones en: específicas y no específicas. Las primeras corresponden a las actividades que están
intrínsecamente vinculadas entre si; constituyendo los componentes en el interior de un bloque. En tanto, las segundas
comprenden relaciones genéricas o difundidas, constituyendo las vinculaciones entre bloques. Finalmente, se reconocen
algunas transacciones entre bloques como específicas (intersecciones); esto ocurre cuando se producen en un bloque y
se destinan a otro en particular.
11
Reconocemos que los encadenamientos no necesariamente empiezan y terminan en el espacio de valor nacional que
da origen al estudio, sino que traspasan las fronteras abarcando normalmente espacios de orden global. De igual
manera, la utilización de matrices, no permite identificar otros vínculos relevantes no asociados a transacciones de
compra y venta.
12
Véase, por ejemplo, Castillo y otros (2007), MTEySS (2006) Campos (2008), CEP (2007), Galliart (2006), Libchaver y
Pogliaghi (2008), CEP (2004) y Narodowsky (2008).

7
asemejan a los resultados obtenidos en la MIP97, reforzando la existencia de una
problemática estructural como la planteada en el presente artículo.
En relación a la precarización del trabajo, el mismo es un fenómeno que presenta
numerosas aristas: comúnmente, se lo describe por medio de los trabajadores que no
realizan aportes jubilatorios, lo que se denomina como la definición “legal” de la
informalidad. Sin embargo, esto registra tan sólo una parte de la problemática ya que
se excluyen los trabajadores aportantes al sistema jubilatorio con contratos a plazo, los
porcentuales salariales no remunerativos (pagos en negro), ni las horas extras
impagas, entre otras.
A pesar de ello y reconociendo las limitaciones propias para su definición y
medición, para su tratamiento consideraremos como trabajadores informales a los
trabajadores que no se les realizan aportes a la seguridad social (comúnmente
llamados “en negro”). De esta manera, la consideración de trabajo precario no
depende de la formalidad o tamaño de las empresas, sino de la forma de contratación
de los trabajadores -quedan incluidos en la definición de informalidad aquellos
trabajadores contratados, incluso, por empresas formales-. Asimismo, la medida suele
ser la utilizada en gran parte de los estudios sobre el tema y, por lo tanto, se vuelve
comparable.
En términos prácticos, a partir de la información brindada por la MIP97, se estima el
porcentaje de trabajadores no registrados en relación al total de asalariados en cada
rama de actividad.

IV. Precarización del trabajo en las cadenas productivas de la


Argentina. Aplicación Empírica.

En términos generales, resalta en los datos de la MIP97 que el 39% de los


asalariados se encuentran en una situación de precariedad (no registro) y dicho
porcentaje crece al 43% si se observan sólo los bloques de bienes (excluyendo el
sector público y los bloques de servicios).
En primer lugar, se presentan los resultados obtenidos para el conjunto de los
bloques de bienes (Cuadro 1). Se puede observar que, en la totalidad de los casos, los
vínculos de compras y de ventas al interior de los bloques es altamente significativo.
Alcanzando porcentajes del 52% y del 65% para el total de bloques, respectivamente.
Asimismo, de la observación del conjunto de los bloques de bienes se advierte que,
prácticamente en la totalidad de los mismos, el porcentaje de precarización es mayor
en el conjunto del bloque que en la/s actividad/es presentada/s como organizadoras
del conjunto. Las excepciones a esta generalidad se presentan en los bloques Cultivos
Industriales y Forestal-Papel-Maderero, en donde entre sus principales organizadores
se encuentran actividades primarias, fuertemente vinculadas a producciones
regionales, que presentan altos niveles de empleo no registrado. Una última
particularidad, presenta el bloque Metal-Mecánico y Construcción, a partir de la

8
identificación de la actividad Construcción como un sector clave del bloque, en donde
los niveles de informalidad alcanzan al 58% de los trabajadores asalariados.

Cuadro 1. Bloques sectoriales. Articulaciones entre ramas y participación del empleo


no registrado.
% de % de % de
% de empleo
compras ventas empleo
no reg.
Bloque / Sub - Bloque intermedias intermedias no reg.
Principales
intra intra Total
organizadores.
bloque bloque bloque

Cereales y Oleaginosas 50,2 70,1 47 9

Frutas, Legumbres, Hort., Flores 32,2 49,2 63 46

Cultivos Industriales 38,6 50,0 47 59

Otros Alimentos Agrarios y Bebidas No Alcohólicas 17,3 33,9 13 2

Forestal-Papel-Maderero 23,0 17,2 42 52

Ganadería y Granja 60,3 85,3 49 17

Pesca 31,5 94,1 17 12

Energéticos 70,3 51,3 2 0

Químico 48,5 26,1 34 12

Textil y Confecciones 51,7 66,3 41 13

Metal-Mecánico y Construcción 51,6 65,1 44 53

Metal-Mecánico 18 0

Construcción 56 58

Fuente: elaboración en base a Lifschitz (2004) e Indec.

En particular, para el análisis empírico se eligieron los estudios de caso tomados por
Pérez, Chena y Barrera (2010), el Bloque Textil, el Sub-bloque Automotriz
(perteneciente al Bloque Metalmecánico) y la cadena del Caucho y Plástico
perteneciente al Bloque Químico; y se amplió la cantidad de sectores involucrados en
cada uno de ellos. El conjunto de los tres bloques representa el 46% del VAB y el 48%
de la mano de obra ocupada del total de bloques de bienes.
Para el estudio se han identificado las relaciones principales entre las distintas
ramas de actividad a partir de reconocer las principales compras y ventas entre las
mismas. De esta manera, es posible observar como se expresan los niveles de
informalidad en los bloques, en relación con las relaciones comerciales intersectoriales.
Por otro lado, entendemos que los grandes capitales -aquellos con poder de
comando al interior de los bloques- tienden a ubicarse en los sectores clave, es decir,
en los núcleos de los bloques sectoriales. Desde esa ubicación estratégica, tienen la
capacidad de modelar las condiciones estructurales y los comportamientos del resto de

9
las ramas de actividad, que supeditan su desenvolvimiento a las condiciones que se
imponen desde las ramas líderes.

Caso 1: Textil

La elección del Bloque Textil permite trabajar con ramas con una fuerte absorción
de mano de obra y que, por lo tanto, emplean una gran cantidad de trabajadores.
Según datos del CNE04, las ramas textiles registran el 9% del empleo asalariado de la
industria manufacturera y el 4,6% del valor agregado total industrial 13 . Asimismo, la
misma muestra en la MIP97 elevados multiplicadores de empleo 14 (por ejemplo, en la
rama Fibras, hilados y tejeduría de producto textiles, con un valor de 4,6). Es decir,
induce -a partir de los fuertes encadenamientos productivos que posee- altos niveles
de empleo en las actividades proveedoras de insumos.
El bloque presenta una gran atomización de la producción y altos índices de
flexibilización del trabajo. Las empresas de indumentaria se caracterizan por la
tercerización (total o parcial) de la confección de prendas, dando lugar a una cadena
de subcontratistas de actores cada vez más pequeños (CEP, 2007: 64). Y es en los
talleres de confección donde se concentran los niveles más altos de trabajo no
registrado y las empresas de menor tamaño (Campos, 2008; Gallart, 2006; Libchaver y
Pogliaghi, 2008).
La figura 1 muestra los vínculos al interior del bloque y la distribución del empleo no
registrado. Puede observarse que los menores índices de informalidad se encuentran
en los sectores clave del bloque: Fibras, hilados y tejeduría de producto textiles y
Fibras Sintéticas, con un 13% y un 8,8% de no registro, respectivamente. Estas ramas
concentran las tasas más altas de empleo formal y es donde han sobrevivido, a pesar
de la crisis del sector, algunas grandes empresas (Gallart, 2006).

13
INDEC, Censo Nacional Económico, 2004/2005.
14
Número de puestos de trabajo total (directos + indirectos) generado por cada puesto de trabajo directo.

10
Figura 1: Textiles
Principales ví
vínculos intersectoriales y distribució
distribución del empleo no registrado.

ACABADO DE
PRODUCTOS
TEXTILES

17,9% (no reg.)

18% (V)
9% (C)

FABRICACION DE
FIBRAS, HILADOS PRODUCTOS
CULTIVOS 18% (C)
29% (V) Y TEJEDURIA DE TEXTILES
INDUSTRIALES PRODUCTOS
TEXTILES 45,3% (no reg.)
62,9% (no reg.)
13% (no reg.)
13% (V)
18% (C)
40% (C)

24% (V)
TEJIDOS DE PUNTO

25,4% (no reg.)


FIBRAS
SINTETICAS 34% (V)
33% (C) 53% (V)
8,8% (no reg.)

PRENDAS DE VESTIR,
TERMINACION Y TEÑIDO
DE PIELES

54,8% (no reg.)


V: principales ventas.
C: principales compras.
Elaboración en base a MIP97 (INDEC)

Las ramas que están aguas arriba presentan porcentajes de no registro


notablemente más elevados, alcanzando el 55% en la rama Prendas de Vestir,
Terminación y Teñido de pieles. A pesar de la competencia de las empresas de hilados
naturales y sintéticos -que ha determinado la eliminación de algunas empresas textiles
de menor tamaño-, la existencia de un mercado competitivo en las ramas de
confección que abastecen, les ha permitido transferir los efectos de dicha competencia.
Los talleres de confecciones, al no poder absorber los aumentos del precio de los
insumos recurren para su reproducción a la precarización de la fuerza de trabajo que
contratan.
La producción primaria muestra niveles de informalidad superiores al 60%. El sector
se ha caracterizado, históricamente, por la producción en condiciones de minifundio y
por enfrentar condiciones de comercialización e industrialización concentradas que
determinan la disminución de los precios -por lo tanto, de los ingresos- y la
precarización de los peones recolectores de algodón.
Al analizar la escala de salarios del bloque (Cuadro 2), observamos que los salarios
son mayores en las ramas donde se concentra el gran capital, y los mismos disminuyen
hacia los extremos de la cadena. De la escala de salario medio ponderado por la
cantidad de trabajadores registrados y no registrados de cada rama, se observa que
los salarios de las ramas con mayor precarización son claramente menores a los de las
ramas con niveles de formalidad más altos. En relación a la rama Fibras, hilados y

11
tejeduría de productos textiles y, a modo de ejemplo, los salarios representan un 82%
en Fabricación de productos textiles, un 55% en Prendas de vestir y un 40% en
Cultivos industriales. Como generalidad, se puede observar una relación inversa entre
los niveles de no registro y los salarios pagados en cada rama del bloque.

Cuadro 2. Bloque Textil. Participación del empleo no registrado, desigualdades


salariales y excedente bruto de explotación por trabajador.
Trabajadores Trabajadores No
Registrados registrados Escala de Escala de
Ramas de actividad Puestos Escala Puestos Escala salario medio EBE por
de de de de ponderado trabajador
trabajo salarios trabajo salarios

Cultivos industriales 48.352 0,43 81.841 0,34 0,40 0,39

Fibras, hilados y
tejeduría de productos 27.768 1,00 4.132 0,50 1,00 1,00
textiles

Fibras sintéticas
3.031 2,01 291 1,25 2,08 2,10
manufacturadas

Acabado de productos
5.226 0,91 1.142 0,45 0,88 1,08
textiles

Fabricación de productos
12.553 1,00 10.376 0,49 0,82 0,87
textiles

Tejidos de punto 11.107 0,86 3.778 0,42 0,80 0,96

Prendas de vestir,
terminación y teñido de 39.105 0,71 47.370 0,35 0,55 0,78
pieles

Fuente: elaboración en base a MIP97 – INDEC.

En cuanto al excedente bruto de explotación, se registran los valores más altos en


los sectores clave del bloque, con una tendencia decreciente en las ramas de mayores
niveles de no registro. Esta situación plantea un indicador adicional de la localización
las grandes empresas y la apropiación de excedente en relación a las empresas
pequeñas y medianas. Los fuertes vínculos intersectoriales dentro del bloque permiten,
por lo tanto, comprender las diferentes estrategias de reproducción del capital,
tomando en cuenta las discrepancias entre ramas en términos de EBE por trabajador y
la precarización del trabajo.

12
Caso 2: Automotriz

La cadena de la industria automotriz 15 contribuye significativamente al valor bruto


de producción y al empleo industrial argentino. Según datos del CNE04, el capitulo
Fabricación de Vehículos Automotores, Remolques y Semiremolques registra el 5% del
empleo asalariado de la industria manufacturera y 6% del valor bruto de producción
industrial 16 . Asimismo, al igual que la industria textil, el sector muestra en la MIP97
elevados multiplicadores de empleo en la rama Vehículos Automotores (4,7), es decir,
induce un aporte significativo de empleo en las ramas vinculadas por cada puesto de
trabajo directamente generado.
Como podemos observar en la Figura 2, al inicio y al final de la cadena se
encuentran las ramas núcleo donde no hay presencia de trabajo informal: Metálicas
Básicas y Vehículos Automotores; quedando en el medio un conjunto de ramas
proveedoras de las terminales automotrices, donde los niveles de no registro alcanzan
valores elevados: 53,4% en Carrocería y Remolques y 24,2% en Autopartes.

Figura 2: Automotriz
Principales ví
vínculos intersectoriales y distribució
distribución del empleo no registrado.

AUTOPARTES

24,2% (no reg.) 22% (V)


12% (C)
18% (C)

CARROCERIAS Y
REMOLQUES 49% (V) VEHICULOS
METALICAS BASICAS
AUTOMOTORES
27% (C) 53,4% (no reg.)
0% (no reg.)
0% (no reg.)

9% (V)
ACUMULADORES
y PILAS

11% (no reg.)

16% (V)

PRODUCTOS
TEXTILES

V: principales ventas. 45,3% (no reg.)

C: principales compras.
Elaboración en base a MIP97 (INDEC)

Los resultados obtenidos de la MIP son consistentes con las conclusiones de Castillo
y otros (2006) para los últimos años, tanto en términos de la cantidad como del
tamaño de las empresas en las diferentes ramas de la cadena. Mientras que en las
terminales existían en ese año, sólo 10 empresas que concentraban cerca de 20.000

15
La misma forma parte del Bloque Metalmecánico y Construcción. Completan el Bloque la cadena de la Construcción y
Otros Productos Metalmecánicos. A efectos de facilitar la comprensión y distinguir con mayor claridad los vínculos
intersectoriales específicos, la industria automotriz será trabajada de forma independiente.
16
INDEC, Censo Nacional Económico, 2004/2005.

13
trabajadores, en el sector autopartistas la concentración era mucho menos elevada,
teniendo las empresas un promedio de 100 trabajadores.
Los mismos dan cuenta de la morfología de las distintas ramas, mientras que las
terminales automotrices se han caracterizado históricamente como un típico ejemplo
de oligopolio concentrado, las industrias de piezas se caracterizan por la presencia de
una gran cantidad de empresas, algunas de ellas grandes, que mantiene una relación
de dependencia respecto de las empresas terminales. Debido al tipo de especialización,
las empresas de autopartes tienen, generalmente, un único o un reducido número de
compradores y, por lo tanto, las decisiones de precios -e incluso de planes de
producción- quedan subordinados a las terminales. Estas últimas tienen, por lo tanto,
facilidad para apropiarse de parte del excedente de la industria de piezas y partes.
Asimismo, las empresas localizadas en las ramas intermedias de la cadena
demandan parte importante de sus insumos a ramas, también, altamente
concentradas, como es el caso de las Industrias metálicas básicas (acero).
Similares conclusiones se extraen del análisis de las escalas salariales y del EBE por
trabajador. Es decir, en las ramas núcleo, donde se ubica la mayor concentración de
capital, los salarios son notablemente superiores al resto de los sectores. Tanto los de
sus trabajadores registrados como los de los no registrados. (Cuadro 3)

Cuadro 3. Cadena Automotriz. Participación del empleo no registrado, desigualdades


salariales y excedente bruto de explotación por trabajador.
Trabajadores Trabajadores No
Registrados registrados Escala de
Escala de
salario
Puestos Escala Puestos Escala EBE por
medio
Ramas de actividad de de de de trabajador
ponderado
trabajo salarios trabajo salarios

Industrias básicas de hierro y


24.417 0,82 0 0,82 1,26
acero

Acumuladores y pilas 9.626 0,52 1.186 0,34 0,50 0,15

Carrocerías y remolques 4.354 0,43 4.990 0,28 0,35 0,49

Autopartes 29.652 0,63 9.471 0,41 0,58 0,51

Vehículos automotores 24.299 1,00 0 1,00 1,00

Fuente: elaboración en base a MIP97 – INDEC.

En el sector Vehículos automotores -donde existe la mayor concentración de capital-


los salarios son notablemente superiores al resto de los sectores. La rama Carrocerías y
Remolques, con los mayores niveles de informalidad de la cadena, presenta el salario
promedio ponderado más bajo, representando sólo el 35% del primero. Una situación
similar muestran las ramas Acumuladores y pilas y Autopartes cuyos salarios medios
representan el 50% y el 58%, respectivamente, mostrando una disparidad notable
entre ramas fuertemente vinculadas por sus relaciones de compras y ventas.

14
Los valores presentados anteriormente dan cuenta de un fenómeno recurrente:
recurrir a la informalización de la fuerza de trabajo permite reducciones de costos
sustanciales para la reproducción de las distintas ramas de actividad. En el conjunto de
la cadena automotriz, los salarios medios de los trabajadores no registrados
representan un 65% del salario de los trabajadores registrados. Este valor es similar a
los valores medios de la economía argentina donde los salarios de los trabajadores
informales representan un 60% del salario de un trabajador en blanco.
Asimismo, se puede observar en el cuadro, que en aquellas ramas de alta
concentración se extraen las tasas más altas de excedente bruto por trabajador.
Siendo en la rama Vehículos automotores alrededor del doble del valor de las ramas
intermedias de la cadena.

Caso 3: Plástico y Caucho

En tercer y último lugar, se presenta la cadena de Plástico y Caucho, perteneciente


al Bloque Químico 17 . El bloque resulta pertinente en función de su significativo aporte
al valor agregado de la industria (20,3% del VAB industrial), siendo sólo superado por
la industria de Alimentos y Bebidas. En particular, la Fabricación de productos de
Plástico y Caucho, registra el 5% del empleo asalariado de la industria manufacturera
del valor agregado bruto industrial 18 .
Existen en la cadena dos niveles de informalidad claramente diferenciados: por un
lado, podemos englobar las de los primeros eslabones con bajos niveles de
informalidad -donde se encuentra el núcleo técnico del bloque con la presencia de gran
capital-, mientras que en los eslabones finales de la cadena se encuentran las ramas
con altos niveles de no registro, cerca del 50% en Productos de plástico y del 40% en
Productos de Caucho. (Figura 3)

17
Al igual que en el caso de la industria automotriz tomamos sólo una de las cadenas del bloque. El conjunto del bloque
se compone de dos grandes cadenas, la Química Orgánica y la Química Inorgánica. Las industrias de Plástico y Caucho
son parte sustancial de la primera de ellas.
18
INDEC, Censo Nacional Económico, 2004/2005.

15
Figura 3: Plá
Plástico y caucho
Principales ví
vínculos intersectoriales y distribució
distribución del empleo no registrado.

PRODUCTOS DE
CAUCHO
13% (C)
MATERIAS PRIMAS 38,7% (no reg.)
PLASTICAS Y CAUHCO
QUIMICA BASICA 14% (V)
SINTETICO

11,7% (no reg.) 20% (C) 10,8% (no reg.)

60% (V)
36% (C)

PRODUCTOS DE
PLASTICO

49,1% (no reg.)

V: principales ventas.
C: principales compras. Elaboración en base a MIP97 (INDEC)

Se debe destacar que en los primeros eslabones de la cadena se produjeron una


serie de procesos de fusión de estructuras e integración vertical, que dio como
resultado una morfología de alta concentración y extranjerización del capital
(Chudnovsky y otros, 1996), mientras que en los eslabones finales, principalmente en
Productos de Plástico, se presenta una situación opuesta. El sector esta
fundamentalmente integrado por empresas medianas que conviven con pequeñas
empresas familiares (CEP, 2004). Asimismo, Narodowsky (2008) sostiene que se
verifican altos niveles de informalidad en el proceso productivo en las ramas ubicadas
al final de la cadena de valor. Las mismas no tienen capacidad de negociar con las
empresas productoras de materias primas y, al mismo tiempo, por la simplicidad del
producto realizado, deben competir vía precios obteniendo bajos márgenes de
ganancia.
Respecto del EBE por trabajador, existe una relación similar, representando en las
ramas Productos de plástico y Productos de Caucho solo el 50% del excedente por
trabajador obtenido en las ramas proveedoras de materia prima. De igual manera,
sucede con las remuneraciones medias a los trabajadores de las ramas altamente
concentradas y aquellas donde prevalecen empresas menores. Los salarios pagados en
estas últimas representan cerca del 50% de los salarios en las primeras. (Cuadro 4)

16
Cuadro 4. Plástico y Caucho. Participación del empleo no registrado, desigualdades
salariales y excedente bruto de explotación por trabajador.
Trabajadores Trabajadores No
Registrados registrados Escala de
Escala de
salario
Ramas de actividad Puestos Escala Puestos Escala EBE por
medio
de de de de trabajador
ponderado
trabajo salarios trabajo salarios

Química básica 9.025 1,00 1.201 0,60 1,00 1,00

Materias primas plásticas y caucho


6.803 1,03 827 0,64 1,04 0,71
sintético

Productos de plástico 32.431 0,61 31.307 0,37 0,52 0,42

Productos de caucho 5.301 0,49 3.346 0,30 0,44 0,41

Fuente: elaboración en base a MIP97 – INDEC.

Particularmente, resaltan estas relaciones en las dos ramas con vínculos más fuertes
que se presentan en el diagrama. Es decir, los que se registran entre Materias Primas
plásticas y caucho sintético y Productos de plástico, en donde las discrepancias en
términos de informalidad y de salarios son sustanciales, dando cuenta de las
estrategias de los capitales de una y otra rama para su reproducción. Dicha
característica, asume una relevancia aun mayor al observar la magnitud del trabajo
empleado en una rama y en otra: Productos de Plástico es el eslabón donde se
concentra más del 70% de los trabajadores de la cadena.

V. Síntesis y Conclusiones

Tanto en términos generales como en los ejemplos presentados sobre la economía


argentina se corrobora la existencia de procesos de precarización del trabajo como una
de las estrategias de reproducción del capital. Surgen, del análisis previo,
caracterizaciones divergentes de los distintos sectores de actividad y, por lo tanto, de
los distintos capitales insertos en cada uno de ellos. Mientras que en aquellas
actividades o sectores clave -donde se ubica el gran capital- la precarización del
trabajo tiende a ser comparativamente baja y los salarios altos, en las ramas
subalternas, los mismos presentan una situación inversa. Similar relación se advierte al
observar las escalas del excedente bruto de explotación por trabajador, mostrando la
mayor apropiación de beneficios en las primeras en relación a estas últimas.
Con su simplicidad y sus límites, los casos expuestos nos permiten observar una
unidad conformada por un conjunto de ramas -y empresas- encadenadas por
relaciones especificas, a partir de seguir las transformaciones de un producto -o
conjunto de productos-, que actúa como articulador de las relaciones entre las ramas.
Las grandes empresas ejercen su poder para fijar precios de las transacciones y

17
condiciones de compra-venta, reflejando su capacidad diferencial de apropiación de
excedentes al controlar las condiciones de acumulación de otras. La desigual
apropiación de los excedentes no es más que el reflejo de la lógica inmanente al
sistema. El excedente se dirige desde la parte fragmentada hacia la parte concentrada
del capital, dando lugar a un proceso de acumulación diferencial.
La precarización del trabajo aparece, en este sentido, como una estrategia
necesaria de determinados capitales subordinados para su supervivencia. Ir de las
visiones dualistas a la preeminencia de las intersecciones, nos permite mostrar
circuitos que no están desconectados entre si. Los mismos, muchas veces separados
para su clasificación y análisis, se unen para revelar como la propia condición y
estrategia de cada uno de ellos se define a partir de las relaciones que los vinculan.

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