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cristiana
reconsiderada
El mito de una teología
de las religiones
pluralista
Gavin D'Costa (Ed.)
-10-
T EOR I A
DESC LEE
LA UNICIDAD CRISTIANA
RECONSIDERADA
El m i t o de una t e o l o g í a pluralista de las religiones
G A V I N D' C O S T A (editor)
D e s c l é e De B r o u w e r
Título de la edición original:
Christian Uniqueness Reconsidered: The Myth of a Pluralistic Theology of
Religions,
© Orbis Books, Maryknoll, Nueva York, 1990
Printed in Spain
ISBN: 84-330-1546-X
Despósito Legal: BI-2884/00
Impreso: RGM, S.A. - Bilbao
N O T A SOBRE LA O R T O G R A F Í A
I. John Hick y Paul Knitter, eds. The Myth of Christian Uniqueness (Maryknoll, NY, Orbis Books, London
SCM, 1987).
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2.Ver, por ejemplo, la variedades de pluralismo que se encuentran en las clasificaciones que se dan en
A. Race, Christians and Religious Pluralism (Maryknoll, NY: Orbis Books, London SCM, 1983); P. Knitter,
No Other Ñame? A Critical Study of Christian Attitudes Towards the World Reíigions (Maryknoli. NY: Orbis
Books, London, SCM, 1985); y G. D'Acosta, Theology and Religious Pluralism (Oxford y NY. Basil
Blackwell, 1986). La de Knitter es, sin duda, la guía más amplia.
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son diferentes unas de otras, cada una el contexto de la Buena Noticia al mun-
con su propia historia particular, sus do que se ha encargado a los cristianos?
textos religiosos, prácticas, creencias, Con diferentes matices, los autores de
etc. La unicidad a este nivel es induda- este libro responderían de m o d o afir-
ble e indiscutible. Sin embargo, a nivel mativo a estas cuestiones. Los lectores
teológico es donde surgen las dificulta- tendrán conocimiento de las muchas
des cuando se reivindica, por ejemplo, maneras en las que tales pretensiones
la definitividad y normatividad de la re- pueden ser sostenidas e interpretadas y
velación de Dios en Cristo. Estos pro- el modo en que iluminan el encuentro
blemas tienen que ver con temas in- cristiano con las religiones del mundo.
tra-cristianos sobre la naturaleza de la D e ahí el título de este libro: La
relatividad histórica, el testimonio del Unicidad Cristiana reconsiderada.
N u e v o Testamento, la coherencia de Una palabra sobre el subtítulo del li-
Calcedonia, la naturaleza de Dios y mu- bro: El Mito de una teología pluralista
chos otros temas relacionados. Tales de las religiones. Obviamente se hace
problemas también tienen que ver con eco del título completo de The Myth of
temas interreligiosos cuando otras reli- Christian Uniqueness: Toward a Plu-
giones realizan similares, y a veces con- ralistic Theology of Religions [El Mito
flictivas, reivindicaciones de unicidad. de la Unicidad Cristiana: hacia una teo-
Además algunas de las implicaciones de logía pluralista de las religiones]. N o se
estas pretensiones de unicidad son con- puede negar el hecho de la pluralidad
sideradas inaceptables en sus conse- religiosa. Sin embargo, lo que es cues-
cuencias sobre la actitud cristiana hacia tionable es la "teología pluralista" p r o -
otras religiones. ¿Las pretensiones cris- puesta p o r muchos de los que escriben
tianas sobre su unicidad son coherentes en The Myth of Christian Uniqueness
y sostenibles o incluso iluminadoras pa- que trata de dar cuenta de estos hechos.
ra comprender la pluralidad religiosa? Es contra estas explicaciones problemá-
¿Podrían realizarse mientras se piden ticas contra las que se dirige nuestro tí-
una escucha real y aprendizaje de otras tulo. Queremos proponer preguntas
religiones? ¿Tales pretensiones forman como si la "teología pluralista" es una
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interpretación apropiada o incluso ade- nos de las iglesias y los estudiosos que
cuada de la pluralidad religiosa. El uso quieran explorar el plurifacético debate
de la palabra "mito" aquí es polémico y de la teología cristiana en lo relativo a la
se hace eco del uso de Knitter en su significación de otras religiones.
prólogo, donde implica la necesidad de
una nueva interpretación de temas que
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han sido entendidos de u n m o d o literal
(p. vii). Dado que irónicamente "teolo-
Los primeros tres ensayos tratan la
gía pluralista" a menudo parece dificul-
tar más que ayudar a un reconocimien- cuestión de la pluralidad religiosa desde
to apropiado de la pluralidad religiosa, la perspectiva de la doctrina trinitaria de
a pesar de su intención literal, parece Dios, tan central en la corriente princi-
apropiado considerarlo mítico. Pero pal del cristianismo. Rowan Williams
también intentamos ofrecer reflexiones escribe un ensayo agradecido aunque
alternativas sobre la dificultad y retos no acrítico sobre la contribución trini-
de la diversidad religiosa. taria de Panikkar al debate. Sugiere que
La unidad de esta colección no des- sólo Panikkar entre todos los co-auto-
cansa, por tanto, en una insatisfacción res de The Myth of Christian Unique-
negativa y crítica, sino en un intento de ness "proporciona pautas para una au-
proponer a la comunidad cristiana una téntica teología de encuentro inter-reli-
vía alternativa para acercarse a las cues- gioso". Lo hace mediante su idea de que
tiones planteadas. Para esto, el lector no el misterio de la Trinidad proporciona
necesita estar familiarizado con The los fundamentos últimos para el plura-
Myth of Christian Uniqueness; estos lismo, puesto que el logos y el espíritu,
ensayos se entienden por sí mismos. Sin lo concreto y lo universal, permanecen
embargo, también se espera que este li- en tensión hasta el ésjaton. Así, la "ple-
bro pueda servir como texto comple- nitud de Cristo está siempre por descu-
mentario a The Myth of Christian brir, nunca ya ahí como u n modelo
Uniqueness para aquellos que estén in- conceptual que explica y predice todo".
teresados en el debate y para los cristia- Por tanto, hasta el final de la historia no
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podemos decir con precisión todo lo sabilidad crítica del testimonio cristia-
que hay que decir sobre el logos. no... hacia las tradiciones con las que se
Aplaude la desaprobación de Panikkar encuentra". Tras una matizada discu-
de un pluralismo liberal precisamente sión concluye que el "objetivo cristiano
p o r q u e la forma de pluralismo de en el encuentro interreligioso es invitar
Panikkar se basa en el centro de la teo- al mundo de las religiones a encontrar
logía y la práctica cristiana, más que en aquí, en la narrativa y la práctica de
cimientos fuera y más allá de cualquier Jesús y su comunidad eso que ancla v
comunidad particular de fe. conecta sus esperanzas humanas - n o
Williams realiza dos tareas principa- necesariamente en la forma de 'colmar
les. En primer lugar, desarrolla sugeren- sus aspiraciones' o 'llevar a la perfec-
cias que están implícitas en las propues- ción sus más altos ideales', sino como
tas de Panikkar, Y en segundo lugar, al algo que podría unificar una gran diver-
hacer esto también comenta críticamen- sidad de esfuerzos por conseguir la in-
te algunos de los puntos flacos de tegridad humana sin negar o 'colonizar'
Panikkar y propone su particular apro- la propia historia y expresión de esos
piación de las orientaciones trinitarias intentos". Además, este encuentro per-
de este autor. Williams muestra la im- mitirá también profundas críticas del
portancia de prestar atención al proceso cristianismo de las que los cristianos
histórico de cómo el lenguaje trinitario tienen mucho que aprender. Williams
"llegó a ser", relacionado como estaba afirma que el testimonio cristiano y su
con las diferencias materiales y tempo- autocompresión no pueden tener lugar
rales entre personas y su unidad entor- fuera del contexto de la conversación
no al centro único de Jesucristo. Sin es- con aquellos que están fuera de la
ta perspectiva histórica, "el equilibrio Iglesia - y aquí el diálogo interreligioso
unidad-pluralidad tan crucial para es central a la existencia cristiana.
Panikkar estaría en peligro de derrum- Gavin D'Costa propone cinco tesis
barse". Williams también explora la ló- en las que explora diversas vías por las
gica del diálogo dentro de este marco. que la doctrina de la Trinidad puede ilu-
Panikkar quizás no destaca la "respon- minar y justificar u n camino entre plu-
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The Myth of Christian Uniqueness, que menudo se presenta como la otra alter-
invierte la perspectiva que Clooney p r o - nativa, un relativismo conceptual. La
pone. Sugiere que esta inversión tam- importancia de su ensayo es la sugeren-
bién genera una falta de rigor en la aten- cia de u n camino más allá de este calle-
ción a las pretensiones de otros textos jón sin salida.
religiosos y la "reducción del lenguaje C o b b propone que si las diferentes
teológico y la razón frente al Misterio religiones intentan enfrentarse a la plu-
(que es diferente de la contemplación)". ralidad, no pueden abandonar sus p r o -
La inculturación textual de Clooney tie- pias normas, pero, la cuestión es cómo
ne algo en común con la forma de incul- pueden sus normas "ser ampliadas y ex-
turación espiritual de Cobb. tendidas con franqueza al pensamiento
John C o b b ha tomado parte en el normativo de otros". Examina breve-
diálogo cristiano-budista durante mu- mente las tradiciones indias del budis-
chos años, y se basa en esta experiencia mo y el hinduísmo resaltando "una li-
para sugerir una importante alternativa mitación en las formas de apertura que
a lo que él llama la forma "esencialista" caracterizan a las tradiciones religiosas
de pluralismo defendida por los edito- indias", ya que finalmente n o parecen
res de The Myth of Christian Unique- abiertas a las pretensiones últimas de las
ness. Implica el supuesto históricamen- tradiciones abrahámicas sobre la fe en
te cuestionable de una esencia común, a Dios. A las tradiciones abrahámicas his-
la que cada tradición da cuerpo de una tóricamente no les va mucho mejor, pe-
u otra manera. C o b b insiste en que el ro C o b b ve una apertura radical en una
diálogo sólo puede desarrollarse con el forma de cristocentrismo. Este enfoque
reconocimiento de que cada tradición a cuenta con la orientación futura hacia el
su modo es única y, en muchos casos, reino encarnada en Jesús, p o r lo que es-
tiene objetivos diferentes. Cualquier tamos abiertos a las muchas posibilida-
idea de una norma única (la esencia co- des del reino hecho presente en el mun-
mún) por la cual las religiones pueden do y a través de otras religiones. Pero el
ser juzgadas debe abandonarse. Del presente (como opuesto al futuro) sen-
mismo modo, C o b b rechaza lo que a tido de la realidad del reino en Cristo
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puestas a la persona de Jesús, sino obte- cristiana están en su base y las diferen-
nidas de la "finalidad escatológica recla- cias con otras religiones, finalmente, se
mada por el propio Jesús". Aquí mues- derivan de conflictos entre las preten-
tra que el intento de Hick de fundar su siones de verdad".
teología pluralista en la igualdad de la Pannenberg concluye su ensayo co-
experiencia religiosa malinterpreta se- mo lo comenzó, sugiriendo que una te-
riamente la base de la pretensión cristia- ología inclusivista de las religiones es
na de unicidad. Esto nos alerta sobre el mucho más apropiada en un mundo de
hecho de que el lenguaje sobre Dios es- pluralismo religioso que un enfoque
tá enraizado en Jesús en la tradición pluralista o inclusivista. También desta-
cristiana y, en el intento de Hick de evi- ca que la cuestión de la salvación de
tar esta particularidad, muestra otra aquellos de otras religiones debe ser
forma de particularidad. Esto se ve por inevitablemente una cuestión imposible
ejemplo en la definición de salvación de de ser respondida, pero que n o debería
Hick, que implica el juicio escatológico. detener a los cristianos en su aprendiza-
Pannenberg también es crítico con la je y crecimiento a través de su contacto
manera en que Hick construye este jui- con gentes de otra fe. El diálogo sin ma-
cio de un modo tan estrechamente jurí- las interpretaciones, en un espíritu de
dico. Una de las preocupaciones princi- esperanza, es la nota que Pannenberg
pales de Pannenberg es el modo en que quiere para nuestra sociedad religiosa-
las propuestas de Hick minan y degra- mente plural.
dan la cuestión de las pretensiones Monika Hellwing presta atención a
(conflictivas) de verdad, que son la base algunas de las cuestiones cristológicas
del evangelio cristiano. Así, una de las presentadas p o r escritores como
conclusiones de Pannenberg es que el Stanley Samartha, Aloysius Pieris, John
"carácter específico de la fe cristiana, en Hick y G o r d o n Kaufmann. En el cora-
cuanto que basada en un pasado histó- zón del debate ve el problema de recon-
rico y relacionada con una salvación fu- ciliar la idea de que la verdad última no
tura escatológica" es tal que "las preten- puede ser poseída absolutamente en un
siones de verdad de la proclamación medio culturalmente limitado, como es
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bre nuestra experiencia acumulada in- una situación en la que el diálogo real, el
terna y externa, y afirmamos esto como debate y el intercambio puedan tener
una apuesta amistosa contra todo el que lugar, estos autores corren el riesgo de
diga otra cosa, sin negar el papel salvífi- presentar un sistema que relativiza pre-
co actual o potencial de otras figuras tensiones normativas y universalistas
salvíficas". Su ensayo indica que las y minimiza los objetivos últimos pro-
cuestiones propuestas por otras religio- puestos y encomendados por la mayo-
nes están también estrechamente rela- ría de las religiones, haciendo agnósticas
cionadas con la cuestión de la justifica- a la mayoría de las doctrinas religiosas.
ción de las pretensiones cristianas en un DiNoia basa su argumento en un
mundo en el que compiten filosofías, modelo de religión que intenta tomar
ideologías y modos de vida. en serio la unidad de doctrina y prácti-
El tercer grupo de ensayos trata de ca, y el modo en que los objetivos últi-
varías cuestiones hermenéuticas y epis- mos suponen formas de vida particula-
temológicas. Joe DiNoia presenta una res y habilidades de sus fieles, que les
cuidadosa consideración filosófica de prepara para un disfrute apropiado de
algunos de los actuales caminos a través esos objetivos, ya sea aquí y/o en el fu-
del Rubicón. Comparte los intereses turo. Por tanto, "puede considerarse
básicos de los pluralistas en querer afir- que cada una de las comunidades reli-
mar que la salvación puede ser posible giosas del mundo tiene encomendado
más allá de los confines de la comuni- un objetivo global en la vida y una pau-
dad cristiana. Sin embargo, su argumen- ta adecuada para su consecución". Hace
to es, que lo que se plantea como una te- notar que esta similitud de estructura se
ología pluralista de las religiones (por transmuta en la teología pluralista a una
escritores como Hick, Gilkey y similitud de objetivos. Para sostener es-
Samartha) sin querer ahoga el reconoci- ta maniobra, todos los predicados rela-
miento de la verdadera pluralidad entre cionados con este objetivo han de ser
las religiones del mundo. Más que pre- relativizados como parciales y en últi-
sentar un marco en el que la verdadera mo caso no pueden pretender ninguna
pluralidad pueda ser reconocida, y así fuerza definitiva. Así, lo "Real" pro-
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en algunos de los autores del The Myth dica que los problemas de la teología de
of Christian Uniqueness. las religiones descansan en problemas
El motivo de su crítica a Kaufman, básicos que tienen que ver con la for-
Hick y Gilkey es que, epistemológica- mulación de teologías sistemáticas y
mente, siguen el giro kantiano en el que fundamentales. También muestra sobre
el sujeto de conocimiento se convierte qué bases tan estrechas y problemáticas
en el único foco de atención, oscure- algunos de los escritores del mito lan-
ciendo y, finalmente, eliminando el ob- zan sus críticas. Muchas de sus cuestio-
jeto de conocimiento, en este caso, Dios. nes epistemológicas son compartidas
Así, tanto las cuestiones de verdad co- por Jürgen Moltmann.
mo el criterio por el que la verdad y la Jürgen Moltmann trata dos cuestio-
realidad son reveladas, son obviados. nes que surgen de The Myth of Chris-
También realiza un interesante comen- tian Uniqueness. La primera es si el diá-
tario sobre la vuelta a la praxis, defendi- logo es la única relación razonable y p o -
da por muchos de los autores de The sible entre las religiones hoy. La segun-
Myth of Christian Uniqueness. Este én- da es si la ideología del pluralismo es
fasis es un intento de proporcionar "re- una base razonable para el diálogo. A
fugio a un relativismo desorientado", ambas cuestiones responde de modo
pero sucumbe ante el problema de la negativo. Primero muestra histórica-
justificación de las acciones. Newbigin mente las muchas posibilidades de rela-
en lugar de esto quiere situar en el cora- ción interreligiosa y la pluralidad de
zón de cada acción al crucificado, de modos de diálogo. Critica especialmen-
quien procede una drástica relativiza- te el giro subjetivista del m u n d o moder-
ción cristiana, cuestionando (con Barth) no, que privatiza la religión y ve el com-
cualquier pretensión de encarnar toda promiso con ella como cuestión de pre-
la verdad de Dios en un sistema intelec- ferencia. Citando a Herbert Marcuse,
tual o de dar cuerpo a la perfecta justi- Moltmann señala la "tolerancia represi-
cia de Dios en un orden político. va" de esta actitud que "es tolerante en
El intento de Newbigin de luchar cuanto que permite todo como una p o -
contra la dificultad epistemológica, in- sibilidad subjetiva, pero represiva res-
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tomadas mucho más en serio p o r aque- compartido de modo universal, "es una
llos que se ocupan de la relación entre presentación hasta cierto p u n t o ideoló-
las religiones. Sus inquietudes se en- gica de esta circunstancia de la moder-
cuentran recogidas también en muchos nidad" y también "lleva a los autores a
de los otros ensayos, especialmente en desvirtuar, e incluso a negar, el hecho
los de DiNoia y C o b b . obvio de que las religiones han variado
El ensayo de John Milbank contiene a través de la práctica política y social
una dura crítica del giro hacia un punto tanto como todo lo demás". El aparen-
de encuentro ético y político propuesto te consenso sobre la justicia y la libera-
por algunos pluralistas (denominado el ción es admitido entre la intelectualidad
"puente ético-práctico" en The Myth of liberal occidental. Puede que tengamos
Christian Uniqueness). Lo hace en tres que volvernos a "una atenta lectura de
partes. En primer lugar identifica cua- textos 'muertos' anteriores a la intru-
tro supuestos cuestionables que subya- sión occidental" pertenecientes a las
cen a la mayoría de los ensayos pluralis- religiones orientales, para recobrar las
tas. Tienen que ver con la idea de que la diferencias a menudo ocultas en este
religión es una categoría genuina, que el acuerdo aparente.
diálogo proporciona un modo privile- En su tercera sección, Milbank afir-
giado de acceso a la verdad, que la uni- ma que las buenas causas del "socialis-
cidad es, en último término, cuestión de mo, feminismo, antiracismo y ecología"
adhesión cultural, y que el imperialismo son reprimidas y confinadas al ser liga-
es la arrogancia de unlversalizar lo lo- das al pruralismo "porque el discurso
cal. Todos estos supuestos conspiran del pluralismo ejerce un arrastre retóri-
para sugerir, después de la Ilustración, co en una dirección 'liberal', que asume
que las razones éticas y prácticas son las la propiedad de la nación-estado y la
normas universales más apropiadas. economía capitalista de inspiración oc-
Milbank sospecha profundamente de cidental". A este respecto, el ensayo de
esta pretensión y se dispone a contes- Milbank tiene mucho en común con el
tarla. Afirma que este énfasis en la justi- de Kenneth Surin. Sin embargo.
cia y la liberación, que es aparentemente Milbank, en su cuarta y última parte.
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PRIMERA PARTE
LA T R I N I D A D Y EL PLURALISMO RELIGIOSO
T R I N I D A D Y PLURALISMO
Rowan WWWams
I. Raimundo Panikkar, "The Jordán, the Tiber and the Ganges; Three Kairological Moments of Christic
Self-Conciousness" en Hick-Knitter, pp. 89-1 16,esp. I 10.
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minos. Está el Dios de quien no se pue- reducirse simplemente a una única for-
de decir nada en absoluto, excepto que ma subyacente a sus diferencias, o que
es aquello de cuya naturaleza comienza sólo una rama es válida o auténtica, ne-
el proceso de toda la realidad. Está el cesitamos que Dios los fundamente en
Dios que, como fundamento de las rela- su pluralidad y demuestre así su unidad
ciones ordenadas del mundo, es el fun- y diversidad. La Trinidad entonces apa-
damento de toda inteligibilidad. Entre rece como un modelo global que da
estos términos, hay una relación en la sentido a la espiritualidad humana. Sólo
que sólo podemos pensar de modo me- esta doctrina "pluralista" de Dios pue-
tafórico como comparable al autocono- de permitir la validez de encontrar a
cimiento —porque no hay diferencia Dios como el fundamento esencial e in-
sustantiva entre fuente y forma, no son descriptible de todo, como interlocutor
dos cosas, sino dos momentos de un en el diálogo personal, y como la ener-
mismo acto 2 . Y está el Dios que anima gía de lo más profundo de la propia in-
un mundo de relaciones cambiantes-or- dividualidad - y sólo esta doctrina pue-
denadas en u n movimiento caleidoscó- de presentar estos elementos unidos en-
pico, por el que constantemente cam- tre sí, necesitándose mutuamente para
bian y se ajustan en el marco continuo tener sentido.
de algún tipo de armonía. Dios como Sobre esta base es sobre la que avan-
contexto del m u n d o que experimenta- za Panikkar en su trabajo más reciente.
mos requiere esta estructura, y, afirma Es particularmente importante la rela-
Panikkar, esto se hace aún más claro si ción entre el segundo y el tercer térmi-
intentamos comprender el modelo de la no del modelo Trinitario: "Siendo así...
experiencia religiosa. Si queremos evitar no necesita ser reducido a conciencia...
la conclusión de que estos modelos son El Espíritu es libertad, la libertad del
simplemente inconexos, o que deberían Ser de ser lo que es. Y esto es, a priori
2. Raimundo Panikkar, The Trinity and the Religious Experience of Man: Icon-Person-Mystery (Londres-NY,
I973),pp. 47-48.Vale la pena compararlo con la discusión de los diferentes roles del Verbo y el Espíritu
sugeridos en la teología del escritor ortodoxo ruso Vladimir Lossky.VerVIadimir Lossky, The Mysttcal
Theology ofthe Eastern Church (Londres, 1957), cap. 7 y 8.
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digamos, imprevisible por el Logos. El sas están tan condicionadas por su con-
Logos acompaña al Ser; no lo precede; texto que son igualmente válidas e invá-
no predice lo que el Ser es. Sólo dice lo lidas. Eso sería posicionarse fuera de to-
que el Ser es. Pero el ser del Ser es li- do punto de vista histórico y tradición
bre" 3 . El Logos, en otras palabras, es- real, y Panikkar, en efecto, niega que es-
tructura inteligible, no es algo que con- to pueda hacerse. Él mismo está total-
tenga o sobrepase la vida concreta; la mente comprometido con ciertas creen-
realidad de la existencia no se define por cias sobre el modo como la realidad es
la comprensión que se puede dominar - o sea, está comprometido con una on-
captando estructuras. El Logos está ahí tología. Y el corazón de esta ontología
por la vida, no al contrario 4 . Y si el podría resumirse diciendo que las dife-
Logos no agota el ser, una teoría de la rencias importan. La variedad de las for-
religión unificada no va a ser posible; mas del mundo como la experimenta la
no pueden defenderse ni el tradicional mente humana no oculta una absoluta
exclusivismo cristiano ni la variedad unidad para la que la diferencia percep-
normal de pluralismo liberal. La plura- tible sea completamente irrelevante. Si
lidad actual de la vida religiosa puede hay una estructura unificante, no existe
comprenderse mediante ciertos temas o y no puede verse independientemente
imágenes unificadoras, pero no consti- de movimiento real y el desarrollo de la
tuyen teorías de la esencia de la religión diferenciación, la historia de las formas
o definiciones de una única forma inte- de vida desarrollándose y cambiando.
ligible a la que aspiren todas las religio- En términos humanos, esto es decir
nes históricas sin saberlo. que, desde el p u n t o de vista de la histo-
Afirmar la pluralidad de las religio- ria, no podemos articular en una teoría
nes del modo que lo hace Panikkar es, el significado o estructura de la historia.
en realidad, lo opuesto a ser relativista y D e ahí la petición de Panikkar de
mantener que todas las posturas religio- una reflexión que sea "concreta y uni-
3. Panikkar, "The Jordán the Tiber, and the Ganges", pp. 109-1 10.
4. Ibid.p. 103.
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5. Ibid. p. 107.
6. Comparar el punto de vista propuesto en el destacable trabajo del físico David Bohm, Wholeness and
the Implícate Order (Londres, 1980) esp. cap. 3. Este trabajo proporciona un tipo diferente de apunta-
lamiento teórico para la clase de explicación que Panikkar quiere dar de un universo relacional.
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opera el sistema, pero nos muestra có- de una persona específica. El aconteci-
mo las palabras adquieren su uso y sig- miento de la vida, muerte y resurrec-
nificado. Panikkar se inclina en todos ción de Jesús no es (o no sólo) u n mo-
sus escrito a dar por supuesta la estruc- delo externo a imitar. Lo importante es
tura desarrollada de la teología Trini- que ha creado un tipo diferente de co-
taria, sin demasiadas consideraciones munidad humana; profesar la fe en
directas de cómo este esquema para ha- Jesús como Señor nos conecta, no sólo
blar de Dios llegó de hecho a ser (la for- con Jesús sino entre nosotros, de un
ma en que trata el tema en The Trinity modo nuevo. Esta conexión supone,
and the Religious Experience of Man específicamente, construirnos unos a
está muy marcada por formulaciones otros en la libertad y poder propios de
agustinianas y escoláticas, incompletas un hijo de Dios, la libertad que actuaba
en cuanto a los orígenes). Quisiera su- de modo supremo y coherente en Jesús.
gerir que un examen de esto podría p o - Así, cada creyente va, a través de la me-
tenciar la coherencia global del argu- diación de otros creyentes, creciendo
mento de Panikkar y podría, de hecho, hacia un "futuro informado en Cristo",
llenar de contenido su tercera categoría en el sentido de que sus posibilidades se
de existencia cristiana, Cristianidad, de definen en referencia a Jesús. Podemos
un modo que la muestre no sólo como tener la misma libertad, la misma inti-
una contradicción de las otras dos. Esto midad directa con Dios, el mismo en-
implica preguntarse exactamente cómo cargo de curar y restaurar. Debemos ser
la relación de logos y espíritu se explica la presencia tangible de Cristo en la tie-
en los acontecimientos de los orígenes rra - u n "cuerpo" que como otros cuer-
cristianos. pos es un sistema de movimiento coo-
perativo entre subsistemas. Por tanto,
El lenguaje de los primeros teólogos
las diferencias de dones, temperamen-
cristianos, Pablo y Juan sobre todo,
tos y un sentido de las propias posibili-
asume que Cristo es una palabra que ha
dades, son indispensables para el funcio-
llegado a marcar la forma del futuro p o -
namiento de la comunidad como una; la
tencial de todos los seres humanos, a la
totalidad de la presencia de Cristo es, en
vez que se mantiene como designación
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11. Comparar con R. Williams, "The Unity of Chriistian Truth", New Blackfriars, vol. 70, n. 824 (1989), pp.
85-95.
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tamente podría ser bien afirmado sin de libertad humana y madurez ante
cualquiera de ellos. Podríamos, por otra Dios que se concreta en Jesús. Para de-
parte, tener una unidad que fuera pura- cirlo de modo ligeramente diferente, y
mente teórica, que existiera sólo a nivel quizás de forma más tradicional, el ob-
de la conciencia sintetizadora. En rela- jetivo cristiano al relacionarse con otras
ción con el encuentro interreligioso, se- religiones, es la formación de hijos de
gún Panikkar lo entiende, podríamos Dios a semejanza de Cristo. Para
tener bien una pretensión cristiana im- Panikkar, esta formación puede ya estar
perialista de finalidad teorética, que p r o - oculta en otras tradiciones; si pregunta-
porcione un conjunto invariable de ex- mos entonces qué es lo importante del
plicaciones, situando cada fenómeno en testimonio específicamente cristiano, la
un único mapa, o bien un pluralismo respuesta bien podría ser que la cristia-
meramente tolerante, con diferentes tra- nidad explícita, para usar el término fa-
diciones que cooperan a la deriva sobre vorito de Panikkar, es un catalizador
la base de una vaga convicción de que para unir estos procesos de formación
todas están, más o menos, en lo mismo. de un modo autoconsciente, crítico y
El ideal de Panikkar de un pluralismo activamente interesado en sostener la
genuinamente interactivo es resultado acción humana común. El testimonio
de una opción particular en lo que res- del "hecho crístico" como una realidad
pecta a Dios, que excluye estas alterna- integradora, propone al m u n d o de las
tivas. religiones la posibilidad de un tipo de
Por tanto, el objetivo de cualquier norma humana crítica que pueda usarse
momento específico de encuentro inte- en la lucha contra lo que limita u opri-
rreligioso es, presumiblemente, encon- me a la humanidad.
trar un modo de trabajar juntos por un Esto es poner en boca de Panikkar
modo de cooperación humana, reto más de lo que él ha dicho. Pero creo que
mutuo y mutua educación, que no su- es un desarrollo necesario de sus ideas.
pone el triunfo de una teoría, institu- El pluralismo de Panikkar no es ilimita-
ción o cultura, sino que está de algún do (¿hay algún pluralismo que lo sea?).
modo unificada en relación a esa forma Supone resistencia a la homogenización
44
T R I N I D A D Y P L U R A L I S M O
de los seres humanos: resistencia cultu- tradiciones trae así interrogantes ade-
ral, en otras palabras, y resistencia polí- más de afirmaciones, interrogantes de-
tica, a las fuerzas de nuestro mundo que terminados por la convicción de que la
contribuyen a la reducción de las perso- categoría de la totalidad de Cristo es la
nas y comunidades a unidades a gran que define el más amplio futuro para la
escala, procesos determinados, resisten- humanidad; originadas también por la
cia al poder del mercado universal o del forma de su historia básica, que trata
estado omnipotente' 2 . Tal resistencia, del conflicto entre Dios y el m o d o par-
como hemos visto, está basada para los ticular de politización de fe corrupta de
cristianos en una visión de la necesaria e los religiosamente poderosos 13 . La igle-
irreductible reciprocidad entre logos y sia cristiana debería poner su lenguaje y
espíritu, y por tanto basada en un m o - su práctica bajo una profunda sospecha
delo de la relación entre Cristo y su de las alianzas entre jerarquías en co-
Cuerpo. A causa de esta base específica, munidades religiosas y jerarquías en ad-
que es comprendida de este modo par- ministraciones políticas absolutistas
ticular e histórico, el cristiano argumen- -Caifas y Pilato, y sus análogos mucho
tará naturalmente que esto saca a la luz más recientes. Apenas hace falta decir
lo que de otra forma no es reconocido o que la iglesia ha descuidado esto de m o -
"tematizado" en otros contextos, (esto do llamativo; con todo, al continuar ce-
es, no formulado y explorado por dere- lebrando la resurrección de un conde-
cho propio, no articulado como un o b - nado -algo que no aparece tan clara-
jetivo). El cara a cara cristiano con otras mente en lo que dice Panikkar 1 4 - pre-
12. La alianza entre los intereses del mercado y el estado es una cuestión discutida por los "pluralistas"
políticos; ver especialmente Paul Hirst,"Associational Socialism in a Pluralist State",Journal ofLaw and
Soáety, vol. 15, n. I (1988) 139-150, esp. 140-141.
13. El reciente conocimiento del Nuevo Testamento ha enfatizado frecuentemente la significación en es-
ta conexión del conflicto de Jesús con las autoridades del Templo de Jerusalén como representantes
de la fusión del poder opresivo de la religión la política y el poder económico.
14. Ver, por ejemplo, el tratamiento algo superficial de las razones de la muerte de Jesús en Panikkar. The
Trinity and tht Religious Expehence of Man, p. 20.
45
LA U N I C I D A D CRISTIANA RECONSIDERADA
15. Panikkar, "The Jordán, the Tiber and the Ganges", p. 102.
16. Laksham Wickremesinghe, "Christianity in a Context of Other Faiths", en Today's Church and Today's
World (artículos preparatorios para la Conferencia de lambeth de 1978), Londres (1977), pp. 79-87,
esp. 82-84.
46
T R I N I D A D Y P L U R A L I S M O
47
LA U N I C I D A D CRISTIANA RECONSIDERADA
17. Citado por Gavin D'Costa,"Karl's Rahner Anoi mous Christjan - a Reappraisal", Modern Theo/ogy, vol.
l.n. 2(1985), pp. 131-148, esp. p. 145.
48
T R I N I D A D Y P L U R A L I S M O
de significado", tomando una frase usa- de lo que unifica la realidad, y una op-
da con polémicos efectos por Jacques ción clara sobre la naturaleza de Dios,
Pohier18. Y esto es un problema sólo si pero cuanto más profundizamos en esa
esperamos -como cristianos, como gen- visión, más podemos verla como base
te religiosa de otras tradiciones, como para un diálogo no exclusivo con otros
filósofos- ser capaces de aportar un puntos de vista. Panikkar llega muy le-
programa y explicaciones teóricas para jos para mostrar su pretensión de que
la unificación de los seres humanos. Si ofrece algo distinto tanto al clásico "in-
es posible tal unificación —como creen clusivismo" como al pluralismo liberal
los cristianos entre otros- sólo se alcan- convencional, y creo que es casi el úni-
zará en la variedad e impredictibilidad co entre los autores de The Myth of
del encuentro humano específico, y eso Cbristian Uniqueness, que proporciona
ahora sólo puede ser cuestión de espe- pistas para una auténtica teología del
ranza; aunque sea una esperanza abriga- encuentro interreligioso. Las dos reser-
da por la convicción de que la historia vas en las que me gustaría entrar tienen
de Jesús y de la iglesia, del logos y el es- que ver con la necesidad de no perder
píritu manifestado en el mundo, nos de vista el proceso específico de descu-
proporciona una visión veraz -no ex- brimiento por el que la Trinidad, el es-
haustiva, no exclusiva, pero sí veraz-, quema logos-espíritu es sacado a la luz,
de cómo Dios es. Y el dinamismo prác- y con la responsabilidad crítica del tes-
tico de esta veracidad es su ser funda- timonio cristiano (incluso en la forma
mento de un pluralismo esperanzado y estructurada de "Cristianidad") hacia
creativo, su afirmación de la importan- las tradiciones con las que se encuentra.
cia irreductible de la historia, de la dife- Doy por supuesto que tal responsabili-
rencia y la reciprocidad humana. dad crítica debería ser mutua en cual-
La postura de Panikkar es, a prime- quier diálogo auténtico. Y la naturaleza
ra vista, paradójica. Supone un claro paradójica de este enfoque puede ser
compromiso con una visión distintiva más aparente que real. Si el objeto de
49
LA U N I C I D A D CRISTIANA RECONSIDERADA
19. Nicholas Lash,"Consider¡ng theTrinity", Modern Theobgy, vol. 2, n. 3 (1986), pp. 183-196.
50
T R I N I D A D Y P L U R A L I S M O
20. Nícholas Lash, Easter ¡n Ordinary: Reflections on Human Experience and tfie Knowledge of God
(Charlottesville.V.A.: Unicersity ofVirginia Press; Londres 1988), p. 271.
21. Ibid. p. 284.
51
LA U N I C I D A D CRISTIANA RECONSIDERADA
52
T R I N I D A D Y P L U R A L I S M O
22. Panikkar, "The Jordán, the Tiber and the Ganges", p. 107. La expresión "socialidad redimida" se la de-
bo a Daniel W. Hardy, "Created and Redeemed Sociality", en On Being the Church: Essays on the
Christian Community, ed. Daniel W. Hardy y Colin F. Gunton (Edimburgo 1989), pp. 21-47.
53
CRISTO, LA T R I N I D A D
Y EL PLURALISMO RELIGIOSO
Gavin D'Costo
INTRODUCCIÓN sa y facilita los criterios teológicos apro-
piados para dar sentido a tanta diversi-
En este trabajo sostengo que las in- dad. De hecho, sugiero que en el cora-
quietudes de los defensores pluralistas
zón de una doctrina trinitaria de Dios,
de El mito de la unicidad cristiana son
la multiplicidad de religiones adquieren
más abordables mediante una doctrina
una especial significación teológica que
apropiada de la Trinidad, que mediante
no puede ser ignorada por los cristianos
las diferentes estrategias que éstos em-
que adoran a un Dios Trinitario.
plean, en las que, ignoran, abandonan o
infrautilizan esta doctrina cristiana tan Los pluralistas presentan tres facto-
fundamental 1 . Creo que en la doctrina res que sugieren un replanteamiento de
de la Trinidad se encuentran los intere- los acercamientos cristianos tradiciona-
ses de los tres puentes establecidos por les a otras religiones: relatividad, miste-
los que cruzaron el Rubicon, pero su- rio y justicia. Tomar estos puntos pre-
giero una estrategia bastante diferente tendidamente en serio, nos lleva a una
en respuesta a los problemas planteados. teología de las religiones pluralista que
Podemos llamar a mi estrategia inclusi- afirma en general la paridad de todas las
vista. Este enfoque permite un genuino revelaciones. Yo quiero plantear que es-
reconocimiento de la pluralidad religio- to no es así. Los tres grupos de proble-
I. Sólo tres autores tratan de manera explícita el tema de la Trinidad: Hick, que parece sugerir un acer-
camiento unitario (pp. 32ss.); Samartha, que niega la importancia ontológica de la doctrina (pg. 76); y
Pannikar, que lo usa para respaldar una pluralidad radical, bastante diferente del tipo de pluralismo de-
fendido por la mayoría de los autores.
55
LA U N I C I D A D CRISTIANA RECONSIDERADA
mas pueden ser vistos de modo diferen- moción de la justicia, el reino de Dios,
te desde una perspectiva trinitaria. La no puede obviar las reflexiones teológi-
cuestión de la reconciliación del parti- cas que dan base a tal enfoque. Así,
cular histórico con el universal, la cues- cualquier teología de la liberación de las
tión de la relatividad, es iluminada por religiones requiere un Trinitarianismo
la acción universal de Dios, basada en la Cristocéntrico que justifique este enfo-
particularidad de la revelación de Dios que en los posibles puntos nuevos de
en Cristo. El cristianismo no puede, por encuentro entre las religiones. En lo que
tanto, pretender que su propia revela- sigue, intentaré demostrar y justificar
ción particular sea la única importante, estas opiniones. No adoptaré, sin em-
más bien, si la particularidad de Cristo bargo, los puntos a tratar establecidos
revela a Dios, esto debe estar sujeto a la por los pluralistas, sino que mostraré
normatividad (no exclusividad) de su como éstos se estudian desde este pun-
propia revelación particular, mante- to de partida absolutamente diferente.
niendo de ese modo sus pretensiones Creo que la doctrina trinitaria de
universales. Un reconocimiento de la Dios facilita una respuesta auténtica-
acción universal de Dios no puede tener mente cristiana a las religiones del mun-
lugar sin una Cristología normativa. En do porque toma totalmente en serio las
segundo lugar, la cuestión del misterio particularidades de la historia. Esto es
de Dios y de su trascendencia sobre así porque la doctrina busca afirmar que
cualquier articulación particular es ilu- Dios se ha revelado en las contingencias
minada por la noción del Espíritu y particularidad del hombre Jesús. Pero
Santo, que constantemente profundiza la Trinidad también afirma, mediante
y ensancha la comprensión cristiana de las otras dos personas, que Dios se está
Dios, el misterio insondable. Por tanto, revelando constantemente en la historia
los cristianos, para estar abiertos total- mediante el Espíritu Santo. El Espíritu,
mente a Dios, deben estar abiertos a la en esta actividad, se ocupa de profundi-
acción del Espíritu en el mundo, de una zar y universalizar nuestra compren-
manera que no puede ser especificada a sión de Dios en Cristo, proceso que no
priori. Por último, la cuestión de la pro- estará nunca completo hasta la parusía.
56
C R I S T O , LA T R I N I D A D Y EL P L U R A L I S M O R E L I G I O S O
El Padre, por tanto, nunca es total y ex- ritu no puede quedar confinada al
haustivamente conocido "cara a cara" Cristianismo. Esto nos libra de las ten-
hasta el final de los tiempos, en lo que dencias a priori de pluralismo y exclusi-
algunos cristianos conocen como la vi- vismo: los a prioris de la afirmación y la
sión beatífica. Sin embargo, el Padre es negación respectivamente. Este enfoque
conocido por mediación de Cristo y el Trinitario requiere que los cristianos es-
Espíritu, y sólo en base a esta peculiari- cuchen y aprendan realmente de las re-
dad somos capaces de afirmar la acción ligiones del mundo y, en este proceso,
de la actividad redentora de Dios, dado estén abiertos al juicio de Dios sobre la
que el Dios que redime es siempre y en comunidad cristiana.
todo lugar el Dios Trino revelado en Por supuesto, se plantean muchos
Cristo2. En consecuencia, es a través de problemas a una teología Trinitaria con-
Cristo como encontramos al Dios temporánea, y es imposible exponer
Trinidad que se da a conocer como es: una defensa completa de las observacio-
como un absoluto misterio de miseri- nes que siguen. Lo más que puedo ha-
cordia (Dios Padre3), en el Verbo encar- cer es desarrollar una teología trinitaria
nado (el Hijo) y en la íntima presencia tentativa en relación al tema que estoy
santificante y profética de Dios (el Es- tratando. Este procedimiento indica
píritu). Tal Trinitarismo Cristocéntrico también mi convicción de que la teolo-
facilita la apertura a las religiones del gía cristiana contemporánea debe arti-
mundo, dado que la actividad del Espí- cularse dentro del horizonte de sus pro-
2. Esto es contrario a la pretensión de Hick de que es "arbitrario y no realista" poner una "etiqueta cris-
tiana a la salvación" en las religiones del mundo (p.22), porque ¿en base a qué otra cosa puede un cris-
tiano pretender saber que la salvación está teniendo lugar si no es mediante la gracia salvífica de Dios?
Ruether relega este problema al del "chauvinismo religioso" sin justificar sus propias pretensiones chau-
vinistas de que "el Ser Divino... es el padre y madre de todas las personas sin discriminación" (p. 141).
3. Uso "Padre" no en sentido patriarcal, sino exclusivamente en relación a la filiación de Jesús - ver J.
Moltmann, TheTrinity and the Kingdom ofGod (London SCM, I98l),pp. I62ss. (N.T: Hay traducción cas-
tellana de Manuel Olasagasti, La Trinidad y el Reino de Dios, Salamanca 1983). Sigue a Barth. Este uso es
también en respuesta a los puntos válidos sobre el lenguaje de Dios realizados por Samartha, Ruether
y Suchocki en The Mith ofChristian Uniqueness.
57
LA U N I C I D A D CRISTIANA RECONSIDERADA
pias historias e Historia (que siempre ma5. Resumiré mis ideas proponiendo
ha sido una interacción con otras histo- cinco tesis a considerar.
rias e Historias) y las historias e
Historias contemporáneas de las socie- TESIS PRIMERA: UNA CRISTOLOGÍA
dades dentro de las cuales se encuentra 4 . TRINITARIA NOS PROTEGE DEL
EXCLUSIVISMO Y DEL PLURALISMO
Uso la expresión "historias e Historia"
RELACIONANDO DIALÉCTICAMENTE
para identificar las teologías, filosofías,
LO UNIVERSAL Y LO PARTICULAR
mitologías, liturgias, rituales, prácticas,
y toda la compleja estructura que con- La Trinidad nos libra tanto de un
forma a una persona religiosa. La iden- particularismo exclusivista (Cristomo-
tidad de la persona religiosa es moldea- nismo) como de un universalismo plu-
da por esta estructura narrativa a través ralista (teocentrismo) al insistir en con-
de la cual, el mundo, el yo, la comuni- tra de una identificación exclusiva de
dad, y Dios (cualquiera que sea la forma Dios y Jesús, así como de una no-iden-
que se de al Significado Ultimo), se tificación de Dios y Jesús 6 . Lindbeck, si-
construyen. A este respecto, en contra guiendo a Lonergan, indica correcta-
de lo que sugiere Wilfred Cantwell mente que la interpretación de Atanasio
Smith, la fe de una persona no puede ser de la consustancialidad, ejemplifica la
idealizada o materializada fuera de la regla "cualquier cosa que se diga del
realidad socio-histórica que le da for- Padre, se dice del Hijo, excepto que el
4. John Henrry Newman, An Essay on the Development ofChritian Doctrine (London: Longmans.Green and
Co. 1906) atestigua esta dialéctica a través de la historia Cristiana. Ver también R. Schreiter,
Constructing Local Theologies (London: SCM, 1985) para un interesante estudio de las cuestiones her-
menéuticas implicadas en este proceso.
5. Encuentro inútil el término de Cantwell Smith "tradiciones cumulativas" en contrarse con el término
"fe". Sin referencia al objeto de la fe, la fe de Smith es heurísticamente impotente en relación a la
cuestión de las pretensiones de verdad. Ver Cantwell Smith, The Meaning and End of Religión, 2' ed.
(London: Sheldon, 1978). Para una crítica adicional, ver también Gavin D'Acosta, Theology and Religious
Pluralism, pp.41 -42.
6. Identificaría a Hick, Kaufman, Samartha, Smith y Ruether como pluralistas teocéntricos. Para una ma-
yor justificación y análisis al respecto, ver Gavin D'Acosta,"An examination of the Pluralist Paradigm
in the Christian Theology of Religion's", Scottish Journal of Theology 39 (1968) 21 1-224.
58
C R I S T O , LA T R I N I D A D Y EL P L U R A L I S M O R E L I G I O S O
Hijo no es el Padre" 7 . Por tanto, aunque llegamos a conocer quien es Dios, y es-
llegamos a conocer al Padre a través de ta es la razón por la que la liturgia se si-
Jesús, no podemos convertir a Jesús en túa en el corazón de la comunidad cris-
un ídolo y afirmar que el Padre es cono- tiana. N o podemos separar nuestra
cido a través de él exclusivamente 8 . Es a comprensión de Dios, de la historia de
través del Espíritu y del Hijo como Dios Jesús y disociar lo universal y particu-
se revela. Por tanto, cualquier intento de lar. Sin embargo, como veremos en bre-
limitar o monopolizar a Dios en función ve, la lectura y representación de la his-
solamente del Hijo se convierte en un toria de Jesús es transformada y estimu-
binatariarismo o unitariarismo, que no lada a la luz de las religiones del mundo.
consigue dar cuenta de toda la riqueza Tanto la distinción como la unidad,
de la auto-revelación de Dios. de Padre, Hijo y Espíritu quedan pre-
En contra de un teocentrismo plura- servadas en la Trinidad, afirmando así
lista, también hay que afirmar que adecuadamente que el misterio de Dios
"cualquier cosa que se diga del Padre se no es conocido de manera exhaustiva a
dice del Hijo". N o podemos, como través del Hijo. Jesús es llamado totus
cristianos, hablar del Padre sin la histo- Deus, nunca totum Dei; totalmente
ria de Jesús. N o se puede evocar al Dios, pero nunca todo Dios. Es por
Padre mediante especulaciones o abs- tanto legítimo afirmar que Cristo es
tracciones, sino que éste se revela en las normativo, no exclusivo ni absoluto en
particularidades de la Historia, en la la revelación de Dios. N o podemos ha-
historia del Hijo, entendida e interpre- blar de Dios sin Jesús, pero eso que se
tada mediante la luz del Espíritu. Es dice nunca se agota completamente en
atendiendo constantemente a las parti- la Historia, porque el Espíritu constan-
cularidades de la historia de Jesús como temente y de maneras sorprendentes
7. G. Lindbeck, The Nature of Doctrine: Religión ond Theology in a Postliberai Age (London: SPCK;
Philadelph¡a:Westminster, 1984). G. Wainwright critica acertadamente las limitaciones innecesarias y
no históricas de Lindbeck sobre el contenido sustantivo de este lenguaje, en "Ecumenical Dimensions
of George Lindbeck's The Nature of Doctrine", Modern Theology 4 (1988) 121-133, esp. 125-126.
8 A este respecto, puedo estar de acuerdo con la aportación de Smith.pero sólo en este aspecto limitado.
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LA U N I C I D A D CRISTIANA RECONSIDERADA
9. DS l379.Antes de la condena de Clemente, ver PioV (DS 1025) e Inocencio XI (DS 1295). He cues-
tionado la extendida interpretación errónea del extra ecdesiam nulla salus en "Extra Ecclesiam Nulla
Salus - Revisited" en "Religious Pluralism and Unbelief: Studies Chtícal and Comparativa" ed. I. Hamnett
(London/ New York: Routledge, 1990).
60
C R I S T O , LA T R I N I D A D Y EL P L U R A L I S M O R E L I G I O S O
Así, cuando y dondequiera que Dios cuentro. Este tema es prerrogativa úni-
se manifieste, de una forma a menudo ca del interlocutor no-cristiano.
no reconocida o malinterpretada por
los cristianos, es el mismo Dios que se TESIS TERCERA: UN TRINITARIANISMO
revela en Cristo. Los cristianos, por CRISTOCÉNTRICO REVELA LA
tanto, necesitan conocer con más p r o - RELACIÓN DE AMOR C O M O EL
fundidad a Dios a partir de su auto-re- M O D O APROPIADO DE SER.
velación donde quiera que haya tenido AS(, EL AMOR AL PRÓJIMO
62
C R I S T O , LA T R I N I D A D Y EL P L U R A L I S M O R E L I G I O S O
11 .Ver Moltmann (The Trinity), que sugiere un modo de desarrollar los aspectyos trinitarios de estas re-
flexiones. Argumenta que un monoteísmo no-cristiano puede llevar al patriarcalismo y autoritarismo.
También afirma que la mutualidad interpersonal de la Trinidad permite las bases desde las que criti-
car varias formas de dominación: política, sexual y eclesiástica.
63
LA U N I C I D A D CRISTIANA RECONSIDERADA
12. S. Hauerwas critica enérgicamente el vago uso del término liberación y muestra los complejos pro-
blemas que subyacen a las nociones generalizadas o amplias de liberación dentro del propio
Cristianismo (sin contar otras religiones). Ver S. Hauerwas, "Some Theological Reflections on
Gutierrez's Use of'Liberation' as a Theological Concept", Modern Theology 3 (1986) 67-76; y también,
The Peaceable Kingdom (London: SCM, 1984), esp. 50-71.
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13. H. Küng y J. Moltmann, eds., Chritianity Among theWorld Religions, Concilium 183 (1986) 123.Ver las pá-
ginas 97-107 para el trabajo de Knitter y las I 19-125 para el de Küng.Ver también mi detenido aná-
lisis de Knitter en Gavin D'Acosta, "A Response to Cardinal Tomko:The Kingdom and the Trinitarian
Ecclesiology", Christion Mission and Interreligious Dialugue, ed. por Leonard Swidler y Paul Mojzes
(Edwin Mellen Press: Lewiston, N.Y., 1991).
14. El propio Gandhi es un ejemplo del proceso en su uso de fuentes Jainlstasy cristianas para su creati-
va interpretación del Hinduísmo.
65
LA U N I C I D A D CRISTIANA RECONSIDERADA
"amor más grande" del que Cristo ha- SE ENCUENTRA BAJO EL JUICIO DE
ESPÍRITU SANTO, Y SI EL ESPÍRITU
bla, cuando un hombre da la vida por
SANTO ESTÁ ACTIVO EN LAS
sus amigos" 15 . Los cristianos pueden,
RELIGIONES DEL M U N D O , ENTONCES
por tanto, llegar a una comprensión LAS RELIGIONES DEL M U N D O SON
más profunda de lo que es el reino, tan- VITALES PARA LA FIDELIDAD
to es sus propios modos de praxis y ar- CRISTIANA
66
C R I S T O , LA T R I N I D A D Y EL P L U R A L I S M O R E L I G I O S O
16. Así, en la teología Católica Romana se mantiene que la revelación se "cerró" con la muerte del últi-
mo apóstol, no en el sentido de que Dios ya no hable más, sino en el de que la revelación de Cristo
es definitiva. Ver K. Rahner, "The development of Dogma", Theological Investigations, vol. I (London:
Darton, Longman-Todd, 1961), 39-77; E. Schillebeeckx, Revelation and Theology, vol. I, (London: Sheed-
Ward, 1967), 66ss. (Hay traducción al castellano de Alfonso Ortíz García, en Salamanca 1968).
67
LA U N I C I D A D CRISTIANA RECONSIDERADA
La importancia de esta teología tri- monio, los cristianos dejan de ser fieles
nitaria es que, si tenemos buenas razo- a su propia vocación como cristianos, al
nes para creer que el Espíritu y el Verbo no estar atentos a Dios.
están presente y activos en las religiones El papel de este espacio narrativo es
del mundo (en modos que no pueden al menos cuádruple, estando cada as-
ser especificados a priori), entonces es pecto interrelacionado. Primero y más
intrínseco a la vocación de la Iglesia es- importante, es que requiere una aten-
tar atenta a las religiones del mundo. D e ción a Dios a través de una atención a
otro modo, se cierra deliberadamente a nuestro prójimo. Diana Eck escribe,
la verdad del Espíritu, que requiere "para la afirmación del hinduísmo y el
mantenerse fiel a la verdad y ser guiada islam como revelación de Dios, debo
más profundamente hacia su interior. escuchar los testimonios del hinduísmo
La doctrina del Espíritu proporciona y el islam e intentar comprender lo que
así el espacio narrativo en el que los tes- tienen que decir" 17 .
timonios de los creyentes de las religio- La auto-representación es de capital
nes del mundo, en sus propias palabras importancia. Estar atento a la revela-
y vidas, pueden desenmascarar las falsas ción de Dios está también relacionado,
ideologías y prácticas narrativas defor- por supuesto, con las tradiciones no te-
madas dentro de las comunidades cris- ístas, porque no hay ninguna razón a
tianas. Al mismo tiempo, permite a los priori para excluir al trabajo del Espí-
cristianos ser conscientes de la autore- ritu en ninguna tradición.
velación de Dios en las religiones del Aquí, hay que tener en cuenta el
mundo, y mediante este proceso de contexto ideológico tanto del que habla
aprendizaje, enriquecer su propio auto- como de su posible auditorio, y la ma-
conocimiento. Sin escuchar este testi- nera en que este contexto afectará al
17. D. Eck, "The Religions andTambaram; 1938 y 1988", International Review ofMission 307 (1988) 382. Esto
está también de acuerdo con la estipulación de Panikkar que da la bienvenida a otros "sin asfixiarles"
(p. 102); y la advertencia de Gilkey contra la de destruir al otro a nuestra propia imagen,"porque cada
uno, mirando al otro con sus ojos, nunca puede oir lo que el otro tiene que decir" (p. 142). Kauffman
también aspira a "permitir a otras tradiciones religiosa su total integridad y significado" (p. 8).
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C R I S T O , LA T R I N I D A D Y EL P L U R A L I S M O R E L I G I O S O
18.Ver R. Ruether, Foith and Fratricide (New York: Seabury, 1974) esp. p.250; y su trabajo en The Myth c'
Christian Uniqness. Algunas de mis reservas sobre las propuestas de Ruether se señalan en "One
Covenant or many Covenants? Towards a Theology of Jewish-Christian Relations", Journal c'
Ecuménica! Studies, de próxima publicación.
69
LA U N I C I D A D CRISTIANA RECONSIDERADA
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C R I S T O , LA T R I N I D A D Y EL P L U R A L I S M O R E L I G I O S O
Si no, ¿en base a qué negamos su testi- aceptar verdades, aún no conocidas ex-
20
monio?" . Newbigin aplica de la mis- plícitamente por esta tradición 21 . Estas
ma forma y correctamente esta crítica al reglas, creo, se basan en la relación del
cristianismo. Espíritu a Cristo, para discernir la con-
A u n q u e debemos conceder priori- tinua auto-revelación del Padre.
dad a la auto-definición, no podemos A este respecto el comentario de Eck
evitar la cuestión de la interpretación y sobre Shiva Siddhanta parece restringir
la valoración. La narración de santidad innecesariamente la legítima tarea del
tiene también su contrapartida en la na- discernimiento crítico. Si se habla de
rraciones de opresión y represión. "revelación" en Shiva Siddhanta, o de
Además, los maestros de la sospecha, "no revelación" en el nazismo, sin duda
Freud y Marx, deberían alertarnos so- es un lenguaje adecuado para los cristia-
bre las formas en que nuestro propio nos en su discernimiento (abierto a la
discurso y el de otros puede distorsio- corrección) de la autorevelación de
narse y cargarse de subtextos, de los Dios. En su fidelidad a Cristo, los cris-
que somos conscientes sólo en parte. tianos están obligados a reconocer la ac-
N o niego la autoridad de la auto-repre- tividad del Espíritu en el mundo, y pro-
sentación, pero sólo esa auto-definición fundizar así su comprensión de Cristo.
es evaluación y afirmación. Lo que me Las narraciones de santidad, por
interesa son las bases para la evaluación, tanto, también llaman a la profundiza-
las reglas de la tradición cristiana para ción y el enriquecimiento de las histo-
20. L. Newbigin, "Religious Pluralism and the Uniqueness of Christ", International Bulletin of Missionary
Research 13 (1989) 52. La misma pregunta puede hacerse a la afirmación incondicional de Ruether so-
bre la significación equivalente de todas y cada una de las particularidades (p. 142), y la regla de
Samartha de que "no tiene garantías la crítica de una religión basada en criterios derivados de otra"
(p.74). Esta estrechez de miras hace impotente cualquier justicia social demandada por una religión.
Gilkey trata más sutilmente la noción de la paridad de las particularidades revelatorias.
21. Para un instructivo estudio de estas reglas y de cómo difieren dentro y entre comunidades religiosas,
ver W. Christian, Doctrines of Religious Communities (New Haven/London:Yale University Press, 1987)
cap 7 y 8.
71
LA U N I C I D A D CRISTIANA RECONSIDERADA
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C R I S T O , LA T R I N I D A D Y EL P L U R A L I S M O R E L I G I O S O
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24. Estoy muy agradecido a Gerard Loughlin, Christopher Seville y Christoph Schwobel por sus útiles co-
mentarios críticos de un primer esquema de este trabajo. También estoy agradecido a Rosemary
Ruether.Wesley Ariarajah.Anantand Rambachan yjon Levinson por su acogida a una versión de este
trabajo que repartí en el Jeroma Hall Dialogue Lecture en el Divinity School de la Universidad de
Harvard en 1989.
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III
PARTICULARIDAD, UNIVERSALIDAD
Y RELIGIONES. HACIA UNA TEOLOGÍA
CRISTIANA DE LAS RELIGIONES
Christoph Schwóbel
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LA U N I C I D A D CRISTIANA RECONSIDERADA
ta la sensación de urgencia de las nuevas contraste con la cual todas las demás re-
tareas teológicas con las que estamos ligiones aparecen como formas de paga-
confrontados y subraya correctamente nismo. Aunque hay que admitir que es-
su importancia, pero algunas veces tam- te enfoque conserva un fuerte sentido
bién refleja la tendencia a reducir la de la fe cristiana como misionera, que
complejidad de estas tareas con dema- parece un rasgo característico de la
siada rapidez a propuestas programáti- identidad cristiana a través de los siglos,
cas que restringen, más que abren, las uno se siente obligado a preguntar si la
posibilidades creativas de la reflexión forma en que el testimonio cristiano es
teológica y del diálogo interreligioso. presentado no cuestiona implícitamente
Una de las características del recono- su contenido: el mensaje de Dios como
cimiento tardío de la relación entre las amor abarcante, creador, perdón y re-
religiones como un tema teológico de dentor. La cuestión que se plantea cuan-
primera magnitud es el peligro de una do Dios es presentado como activo sólo
creciente polarización entre los teólogos en el cristianismo, es si no se reduce la
en su respuesta a la nueva situación del universalidad de Dios de tal modo que
encuentro interreligioso. Por una parte, se hace aparecer a Dios como la deidad
hay grupos, muchos de los cuales se tribal de una forma bastante imperialis-
describen a sí mismos como evangélicos ta de cristianismo occidental.
conservadores, para quienes la nueva si- El enfoque opuesto a esta forma de
tuación de contacto entre las religiones entender el cristianismo y su relación
representa un reto para la renovación con otras religiones, es la que se presen-
del celo misionero por convertir a los ta programáticamente en The Myth of
miembros de otras religiones al cristia- Christian Uniqueness: la propuesta del
nismo. Para algunos de ellos, la Gran pluralismo religioso como el nuevo pa-
Misión (Mt 28,19-20) es la primera y úl- radigma de reflexión en la relación entre
tima palabra que puede decirse sobre las las religiones. Se presenta a sí mismo
religiones. El cristianismo parece pre- como "un alejamiento de la insistencia
sentarse como una fe exclusivista en en la superioridad de Cristo y el cristia-
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LA U N I C I D A D CRISTIANA RECONSIDERADA
no es más bien expresión de una con- Aquí, los lazos entre las diferentes par-
cepción monista de teísmo filosófico, ticularidades se desarrollan en función
que subyace y explica la experiencia fe- de una "visión teantropocósmica" glo-
noménica de la pluralidad de religiones bal, que "sugiere un tipo de dinamismo
- y en este sentido, la concepción de trinitario en el que todo está implicado
Hick es criticada por sus compañeros en todo (cada persona representa a la
ensayistas 6 . Además de heredar la apo- comunidad y cada tradición refleja, co-
rta fundamental de la epistemología de rrige, complementa y cuestiona a la
Kant, que un siglo de filosofía post- otra)" 8 . Esta es la base para una reinter-
Kantiana ha tratado de resolver (y, co- pretación de las dinámicas de las dife-
mo dirían muchos, no completamente rentes tradiciones religiosas, para ha-
sin éxito), esta concepción parece tener cerlas compatibles con el esquema inte-
el peligro de minar lo que pretende pre- grador de la visión teantropocósmica.
servar, esto es, la pluralidad de las reli- Aunque es comprensible el deseo de
giones basada en sus particularidades preservar lo concreto y lo particular, no
distintas y concretas. se puede evitar preguntar si esta inte-
En el otro extremo de la escala, en- gración reinterpretativa, desarrollada
contramos una concepción como la de por el, a veces interesante, a veces enga-
Raimundo Panikkar, que niega explíci- ñoso, abuso de la metáfora de los tres
tamente que pueda haber una reduc- ríos, no lleva a una construcción perso-
ción última de la pluralidad fenoménica nal de la historia de las religiones y de
a una nueva sistematización abarcante, las actitudes religiosas que muy pocos
y afirma que la "inconmensurabilidad de los que participan en ellas reconoce-
de los sistemas últimos es insalvable " 7 . rían como propias.
6. Cf. Gordon D. Kaufman, "Religious Diversity, Historical Consciousness and Chritian Theology", en
Hick y Knitter, p.5; Langdom Gilkey, "Plurality and Its Theological Implications", en Hick y Knicter, p.
41; cf. también la concepción alternativa de Panikkar en la "Revolución Copernicana" en "The Jordán,
theTiber and the Ganges", p. 109.
7. Panikkar,"The Jordán, theTiber and the Ganges", p. 110.
8. Ibid. p. 109.
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11. Para esta concepción de la teología cristiana y sus Implicaciones para la teología sistemática. : ;
Christoph Schwobel, "Doing Systematic Theology", King's Theotogical Review 10 (1987), pp. 51-57.
12. Esta comprensión de la fe cristiana como una perspectiva distintiva sobre la realidad está desar-; i-
da en I. U. Dalferth, Theology and Philosophy (Oxford: Blackwell, 1988), pp. 35-66.
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13. La concepción de la acción divina empleada aquí se explora con más detalle en Christoph Schwóbel,
"Divine Agency and Providence", Modern Theology 3 (1987), pp. 225-244.
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be ser concebido ni como tres sustan- ción general que mina su particularidad.
cias últimas, ni como tres accidentes, ni La conciencia de la particularidad de la
como formas de presentación de la úni- perspectiva de fe característica de la te-
ca sustancia divina, presupone una con- ología cristiana, debería crear una apre-
cepción dinámica de la relación del U n o ciación genuina de la particularidad de
y los Muchos que excluye, tanto la n o - las religiones que repudie tanto el re-
ción de Dios como un U n o último abs- chazo sumario de las religiones tachán-
tracto que aparece en muchas formas dolas "paganismo", como la considera-
penúltimas, como la noción de una se- ción abstracta de tradiciones religiosas
paración última de los Muchos que ex- particulares y distintas como ejemplos
cluye la comunión. de un fenómeno general de "religión".
La particularidad de su propia pers- Parecería, por tanto, que una teología
pectiva de fe en la auto-comprensión cristiana de las religiones basada en la
cristiana, que está enraizada en la parti- perspectiva particular de la fe cristiana,
cularidad de este Dios específico según tiene buenas razones teológicas para
está conceptualizado en la doctrina de la aceptrar la idea fundamental de que la
Trinidad, presenta un importante desa- religión sólo existe en religiones especí-
fío para una teología cristiana de las re- ficas14. Este reconocimiento de la distin-
ligiones. Este desafío consiste en la ne- tividad de las religiones, parece ser un
cesidad teológica de superar una com- correlato necesario de la insistencia en
prensión de las religiones que subsume la distintividad de la perspectiva de la
las religiones particulares bajo una n o - fe cristiana, basada en la auto-revelación
14. La tesis de que una teología cristiana de las religiones no puede ser extraída de la particularidad con-
creta de las distintas tradiciones religiosas subyace a la teología de las religiones de Horst Bürkle.Ver
Horst Bürkle, Einfúhrung in die Theologie der Reíigionen (Darmstadt: Wissenchaftliche Buchgesellschaft.
1977). La necesidad de enfocar el "problema de la religión" no desde la perspectiva de un concpto es-
peculativo de la religión, sino desde las particularidades concretas de las distintas religiones es una de las
demandas centrales que ha expresado Cari Heinz Ratschow en muchos escritos. Para un resumen de s.
búsqueda de una teología cristiana de las religiones, ver cari Heinz Ratschow, Die Reíigionen: Handb.z-
SystematischerTheology.voL 16 (Gütersloh: GütersIoherVerlagshaus Gerd Mohn),esp. pp. 89-128.
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liación y plenitud para la creación. Esto toda la realidad es vista como determi-
da un particular contenido a la com- nada por la acción creadora, reconcilia-
prensión de la universalidad de Dios. dora y salvadora de Dios, de modo que
La teología cristiana ha expresado esta la acción de Dios es la condición de po-
particular comprensión de la universali- sibilidad para todos los procesos natu-
dad de Dios interpretando el amor co- rales y para toda actividad humana. Por
mo el resumen completo de la com- tanto, ninguna parte de la realidad pue-
prensión cristiana de Dios, que expresa de ser excluida de la esfera de la activi-
la unidad del deseo, la acción y el ser de dad y presencia de Dios, y toda forma
Dios. Los atributos en los que la uni- de conocimiento se apoya en Dios co-
versalidad de Dios se expresa en la teo- mo fundamento de su posibilidad y co-
logía cristiana, han de ser por tanto in- mo fuente de su verdad.
terpretados desde la perspectiva de la La universalidad de la acción y pre-
comprensión de Dios como amor crea- sencia de Dios ha de ser tomada en se-
dor, reconciliador y salvífico. rio como base teológica para una ade-
Esta comprensión de la universali- cuada comprensión cristiana de las reli-
dad de Dios, que se fundamenta en la giones. Con este presupuesto, no puede
particularidad de la auto-revelación de ser adecuada ninguna comprensión teo-
Dios en Cristo, mediante el Espíritu, y lógica de las religiones que, implícita o
que es la fundamentación última de la explícitamente, niegue la presencia abar-
universalidad de las pretensiones de cante de Dios en su creación o que pon-
verdad de la fe cristiana, no puede ni ser ga en cuestión la universalidad del de-
restringida a aspectos particulares de la signio de amor de Dios por ella. Ade-
realidad, ni reducida a una construcción más, desde este punto de vista, debe ser
imaginativa de la "realidad". La caracte- considerada insuficiente toda concep-
rística específica de la fe cristiana es que ción teológica de comprensión de las
combina la desconcertante particulari- religiones que restringa a una particular
dad de la perspectiva de fe con preten- esfera de realidad, el poder de Dios
siones universales de verdad sobre la para superar el alejamiento de la huma-
universalidad de Dios. Esto supone que nidad del fundamento divino de su ser
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fundamental para la vida de un creyen- cristiano como algo que ha de ser espe-
te particular. D o n d e se habla de revela- rado en el esjaton, pero esto no quita
ciones en otras religiones, ha habido u n nada a la universalidad de la presencia y
traslado desde la perspectiva del que la acción de Dios en todo lo que existe.
participa de la fe cristiana a la perspecti- Esta comprensión de la revelación no
va del observador de la fenomenología tiene por qué ser perjudicial para la ta-
de las religiones, que es, p o r supuesto, rea de un diálogo interreligioso, porque
perfectamente correcto si uno no se de- implica que los adeptos de diferentes
dica a hacer teología cristiana, sino fe- religiones se pueden encontrar sobre la
nomenología de la religión. La reserva base de las perspectivas de los respecti-
teológica a hablar sobre revelaciones de vos participantes, que están determina-
Dios en otras religiones no está, sin em- das por lo que consideran en sus dife-
bargo, fundamentada en una actitud de rentes tradiciones religiosas como la
superioridad, sino que respeta la inacce- presentación de la verdad última en su
sibilidad de las deidades y medios de particularidad, que es constitutiva para
salvación de otras religiones, rechazan- la fe religiosa.
do interpretarlas encajándolas en una
comprensión cristiana de la revelación
LO ABSOLUTO Y LO DEMONIACO
o reduciéndolas a responder a una par-
ticular teoría general de las religiones. La cuestión de lo absoluto del cris-
Reconocer la revelación de otra deidad tianismo o de cualquier otra religión, se
o la iluminación de otro camino de sal- ha convertido en los últimos años en
vación, significa que esta revelación uno de los principales puntos de debate
particular ahora determina la certeza sobre las implicaciones de la nueva si-
personal de mi ser-en-el-mundo, y esto tuación del encuentro y diálogo inte-
implica conversión. La universalidad de rreligioso. Los "pluralistas" acusan a
la revelación de Dios como accesibi- los representantes de lo que ven como
lidad pública de la acción creativa, re- "exclusivismo", de defender una con-
conciliadora y perfeccionadora de Dios cepción insostenible de la absolutidad
para toda la creación, permanece para el del cristianismo, y proponen - c o m o en
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20. Esta distinción se desarrolla con más detalle en sus aplicaciones a la eclesiología en Christoph
Schwóbel, "The Creature of the Word. Recovering the Ecclesiology of the Reformers", en Gunton y
Hardy, On Being the Church. Essays on the Christian Comnwnity (Edimburgo:T&T Clark, 1989), pp. 110-155
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S E G U N D A PARTE
CRISTO Y LAS RELIGIONES
IV
UN ACERCAMIENTO HUMANISTA A LAS
OTRAS RELIGIONES CENTRADO EN CRISTO.
EN EL CONTEXTO PLURALISTA DE LA INDIA
/VI./VI. Thomas
101
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I. Mathias Mundadan, CMI, Emergence ofthe Catholic Theological Consciousness, documento n° 7 (Always:
St.Thomas Academy for Research, 1985), pp. 5-6.
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nes e ideologías seculares en la lucha tralidad de Cristo, sino que le lleva a una
por una sociedad sin castas ni clases, era fe más profunda en "Cristo la Palabra
el mejor testimonio de la promesa y el Eterna, la vida y luz de millones que
poder de Cristo de humanizar la vida. aún no le han conocido conscientemen-
Andrews enfatizaba la prioridad del te; Cristo el Hijo de Hombre sufriendo
amor agápico revelado por Cristo por en cada indignidad ofrecida a los más
encima de las doctrinas sobre Cristo en humildes de sus hermanos, Cristo el
las relaciones entre las religiones. En un Dador de vida más abundante a las al-
artículo con el que contribuyó a la mas nobles y ambiciosas, Cristo la
InternationalReview ofMissions (1939) Cabeza Divina de la humanidad en
sobre la visión hindú de Cristo, destaca- quien todas las razas humanas son reu-
ba, basándose en la parábola de Jesús nidas en una"4.
del Juicio Final (Mt 25), que el único En su autobiografía, escrita en su ve-
criterio de juicio espiritual y ético es "el jez, escribió: "Después de treinta años
amor activo que se debe a los más hu- de vida pasada en Oriente, ciertos datos
mildes de aquellos que El llama sus her- importantes de mi propio pensamiento
manos", y no "cualquier profesión ex- religioso sobresalen en primer plano.
terna de un credo"3. Esto está en línea Con mucho, el más grande es éste: que
con lo que Langdon Gilkey describe Cristo no se ha convertido en menos
en The Myth of Christian Uniqueness central y universal, en menos divino pa-
como "la inclinación en la balanza entre ra mí sino en más, porque es más um-
cómo Dios ve los requisitos de fe y versalmente humano. Lo veo como el
amor" (p. 38). modelo de todo lo mejor tanto de Asia
Sin embargo, esta afirmación de la como de Europa"5.
centralidad del amor agápico no parece, La vida y el pensamiento de An-
en el caso de Andrews, alejarle de la cen- drews muestran que el cambio desde k
3. C. F.Andrews.'The HindúView of Christ", International Review ofMissions (London, 1939). pp. 259-26-1
4. C. F. Andrews, The Renaissance of India (London: U.C.M.E., 1912), p. 174.
5. C.F. Andrews, What I Owe to Christ (London: Hodder-Stoughton, 1932), p. 132.
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misión colonial a una verdadera misión, cierne a la historia del Renacimiento in-
capaz de dialogar en profundidad en la dio producido por el impacto del occi-
relación del cristianismo con otras reli- dente m o d e r n o , la contribución de
giones, se encuentra en el camino, no de Cristo y del cristianismo no es de nin-
la negación, sino de la redefinición de la guna manera pequeña ni marginal. Esto
centrahdad de Jesucristo. es así especialmente porque el cristia-
nismo tuvo una influencia directa en los
movimientos de renovación de la reli-
II
gión y la cultura hindú desde el tiempo
del Renacimiento bengalí.
G o r d o n Kaufman habla de la "con-
N o hay duda de que en India tam-
ciencia histórica" y las perspectivas his-
bién el impacto del secularismo occi-
tóricas como un producto del moderno dental jugó un papel no pequeño en
pensamiento occidental (p.14). J o h n abrir los ojos a la gente hacia el objetivo
Hick ve a la modernidad, con su indus- de una comunidad humana de justicia y
trialismo e individualismo racional, pri- amor, y a un nuevo concepto de partici-
mariamente como resultado del "rena- pación en ella. Pero junto a esto, el
cimiento en el Renacimiento europeo y amor agápico enseñado por Jesús en el
luego, en la Ilustración del espíritu grie- Sermón del Monte y manifestado en su
go de libre pesquisa" (p. 25). D u d o si su vida y muerte, fue una influencia cen-
conexión con el cristianismo es, como tral en el renacimiento del hinduismo.
Hick sostiene, solo cuestión de "unici- La interpretación de la persona y la
dad histórica", al ser la primera entre las vida de Jesús como revelación de Dios
religiones afectadas por este renaci- en relación con el mundo, o de identifi-
miento (p. 28). Sospecho que recibió cación de Dios con la humanidad su-
una contribución espiritual única del friente y como modelo de verdadera
humanismo cristiano, especialmente en humanidad, había sido un fermento
su comprensión de la historia como in- espiritual dominante en los movimien-
tencional y en su pasión por la justicia. tos de reforma y renacimiento hindú
Si esto es verdad o no, en lo que con- de los siglos XIX y XX. Incluso los
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13. P. D. Devanandan, IWill Lift Up Mine Eyes to the (Bangalore: CISRS, 1962), p. 126.
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Cristo, especialmente la idea del ecume- nimiento de espíritus debe llevar inevi-
nismo interreligioso sobre la base de la tablemente a un enfoque que sería una
búsqueda común de todas las religiones mezcla de exclusivismo, inclusivismo y
de una praxis liberadora en nuestra si- pluralismo. Por tanto, no puede haber
tuación histórica. una clasificación de posiciones cristia-
En tercer lugar, Cristo como criterio nas como solamente exclusivistas, in-
de evaluación espiritual de todas las re- clusivistas o pluralistas. Dicho todo es-
ligiones, incluyendo al cristianismo, to entre paréntesis.
permite u n discernimiento de espíritus Lo que quiero destacar aquí, es que
en ellas. Esto llevará a actitudes exclusi- una evaluación de espíritus centrada en
vas, inclusivas y pluralistas dependien- Cristo excluirá como idolátricas a, espi-
do de las espiritualidades que se en- ritualidades docetistas que son indife-
cuentran en una misma religión. rentes a la historia y espiritualidades
En el Nuevo Testamento a los cris- que son dadas a cruzadas y conquistas.
tianos se les aconseja "probar los espíri- C o m o dice Devanandan, esta genera-
tus para ver si son de D i o s " a la luz de ción en India tiene la doble tarea de "re-
Jesucristo (ljn 4, 1-2). El evangelio de dimir todas las religiones de la preocu-
Juan distingue entre luz y oscuridad en pación por el otro mundo del pietismo
el mundo, y afirma la universalidad de por una parte, y de la introversión cen-
"la verdadera luz que ilumina" a la hu- trada en sí misma del comunalismo por
manidad en la luz del Verbo Divino, en- otra" 17 , definiendo comunalismo como
carnado en Jesucristo (Jn 1, 1-14). Creo una búsqueda de poder de una comuni-
que, dado que todas las religiones e ide- dad religiosa sectaria, que es una nega-
ologías tienen en ellas espiritualidades ción de la auténtica comunidad. Por su-
que no son de Dios, descritas en la puesto, todas las religiones e ideologías
Biblia como fuerzas de la oscuridad, de tienen estas espiritualidades arraigadas
la idolatría o del anti-Cristo, el discer- en ellas. El cristianismo las tiene en gran
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LA U N I C I D A D CRISTIANA RECONSIDERADA
medida. Esto pide una autocrítica cris- En cuarto lugar, quiero discutir el
tiana constante. N o hay duda de que reto de la "pluralidad como paridad"
históricamente la pretensión cristiana que propone Gilkey (p. 40). Este ha si-
de unicidad ha sido un instrumento del do un tema de considerable debate na-
espíritu idolátrico de la cruzada y la cional en la India. Se discutió también
conquista, c o m o señala Wilfred C. en la Asamblea Constituyente de la
Smith (p. 59), y necesita ser criticada a India Independiente, cuando la cuestión
la luz de Cristo, que es el crucificado y práctica de si el derecho fundamental de
no el mesías conquistador. Pero uno no los ciudadanos a la libertad religiosa de-
puede confinar la crítica a su propia re- bería incluir, además de la libertad de
ligión. Esto llevaría a privar de la mi- profesar y practicar, la libertad también
sión cristiana a toda la nación. de difundir la religión. Al derecho de
En India, hay muchas expresiones de propagar la religión se oponían muchos
comunalismo religioso que han tomado sobre la base de que iba contra el prin-
formas organizadas de forma peligrosa. cipio de Sarva-dharma-samabhavana,
Por ejemplo, el nacionalismo hindú de esto es, el principio de igualdad de las
Rashtriya Swayam Sevak Sangh (RSS), religiones. Estos debates llevaron al
que fue responsable del asesinato de consenso de que la igualdad real en una
Gandhi, quiere establecer un Estado sociedad pluralista no se basa, ni en la
hindú en la India, relegando a otras co- idea religiosa de igualdad de las religio-
munidades a ciudadanos de segunda nes, ni en la idea de respeto igualitario
clase. También hay expresiones militan- para todas las religiones, sino en la
tes de comunalismo entre los musulma- igualdad de las personas, esto es, el igual
nes, cristianos y sikhs, a las que se debe reconocimiento y veneración p o r las
resistir en el nombre de la comunidad persona, en la integridad de sus com-
nacional y de la humanidad. La adver- promisos de fe ideológicos, religiosos o
tencia del peligro de que el pluralismo seculares. En efecto, esta es la base so-
se convierta en inclusivo de tales males bre la que mejor puede ser promocio-
(p. 44-45) debería tomarse en serio. nado el diálogo interreligioso y el es-
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LA U N I C I D A D CRISTIANA RECONSIDERADA
18. John Arapura, "Rethinking Christianity ¡n the Context of Iridian Philosophy and Religions", Christian
Study Centre (CSC) Bulletin, n° 2 (Trivandrum: University of Kerala, 1989).
118
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res sobre los tres niveles de koinonia- segundo lugar, una koinonía más grande
en-Cristo en nuestra situación pluralis- de diálogo entre gentes de diferentes
ta. Está claro que si la nueva humanidad credos renovados por dentro por su re-
en Cristo trasciende al cristianismo, y a conocimiento de la ultimidad del mode-
otras religiones e ideologías ateas, debe lo del siervo sufriente como ejemplifica-
transformarlas a todas desde dentro, de do en Jesús crucificado; en tercer lugar,
modo que puede tomar nuevas formas una koinonía aún mayor de los implica-
diversas en ellas. Así, la unidad en Cristo dos en la lucha política y de poder, por
debe ser vista como resultado de una re- nuevas sociedades y una comunidad
forma más profunda y debería acomo- mundial basada en antropologías secula-
dar la diversidad. También parece con- res informadas por el ágape de la cruz.
cebir tres niveles de koinonía en Cristo La tensión espiritual entre estos tres ni-
-primero, la koinonía de la comunidad veles parece ser esencial para la salud de
eucarística de la iglesia, ella misma una todos ellos, y para el desarrollo de una
unidad de gentes diversas que reconocen cristología más adecuada y relevante pa-
a la persona de Jesús como el Mesías; en ra nuestra era pluralista.
119
V
LEER EL M U N D O EN CRISTO.
DE LA C O M P A R A C I Ó N AL I N C L U S I V I S M O
Francis X. Clooney, S.J.
Han pasado cuarenta años desde que Aunque he vivido tanto en India co-
Raymond Schwab nos demostró como, mo en Nepal y he sido afectado por esas
desde el siglo diecisiete en adelante, el experiencias, es la lectura de textos in-
Este gradualmente se fue abriendo paso dios lo que más me ha influido. Más que
en la conciencia de Europa. Su obra por una reflexión de base filosófica so-
La Renaissance oriéntale1 nos mostró bre el "otro", o por el "yo-tu" de diálo-
en detalle el curso de esta afluencia, los go enraizado en el trabajo misionero, mi
motivos subyacentes de la entusiasta encuentro se ha desarrollado a través del
adopción de cosas indias, chinas, etcéte- aprendizaje de varias lenguas indias
ra, y la manera en que afectó al modo en (sánscrito y tamil), su gramática y voca-
que los europeos iban desde entonces a bulario, sus esquemas de pensamiento y,
hablar, estudiar y escribir. Schwab des- por último, el contenido y modo de ex-
taca la proliferación de diferentes teorí- presión de los distintos textos religio-
as (la mayoría de las cuales no han sido sos. Específicamente, durante los últi-
capaces de pasar el examen del tiempo) mos diez años, he identificado, trazado
sobre el significado de la adopción, pe- y comenzado a completar en detalle un
ro insisten en que la verdad primaría y particular linaje de pensamientos orto-
duradera subyace en la propia adop- doxos hindúes en tres direcciones: en
ción, que cambió tanto el "texto" como primer lugar, la exégesis y el análisis del
el "contexto" de la literatura europea. ritual Purva Mimamsa; en segundo lu-
. Raymond Schwab, La Renaissance oriéntale (París: Editions Payot, 1950). Traducido al inglés por G.
Patterson-Black y V. Reinking como The Oriental Renaissance: Europe's Discovery of India and the Easi
1680-1880 (NY: Columbla University Press, 1984).
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gar los Vedanta (Uttara Mimamsa) es- una afirmación teológica explícita de la
cuelas de interpretación de las upanis- fenomenología. En segundo lugar, mos-
hads, que en parte surgieron de los traré cómo una teología inclusivista de la
Mimamsa; en tercer lugar, la tradición religión puede generarse a partir de la
tamil-sánscrita de Srivaisbnavism, que teología comparativa y como, en efecto,
se considera heredera, tanto del Vedanta esta es la postura más apropiada a seguir
sánscrito como de las canciones devo- para una comparación de la clase que yo
cionales de los Alvar en lengua tamil, tengo en mente. Son necesarias algunas
santos que cantan en alabanza de palabras de introducción y algunos an-
Vishnu (especialmente como Rama y tecendentes para situar el propio ejem-
Krishna). Leer y releer estos textos ha plo, y estas dos ideas que serán expues-
cambiado el modo en que pienso y es- tas en relación con él.
cribo teológicamente; es aquí donde ha Recientemente he tenido ocasión de
ocurrido el modesto "renacimiento estudiar el Tiruvaymoli de Nammalvar,
oriental" teológico de mi pensamiento. uno de los más importantes trabajos de
A lo largo de este ensayo pondré un los Alvar, en particular la sexta canción
único ejemplo del tercero de esos movi- del quinto libro (a la que en lo sucesivo
mientos, la tradición Srivaishnava tamil- nos referiremos como TVM 5.6)2.
sánscrito, para ilustrar dos ideas. En pri- Representa a una joven enamorada de
mer lugar, describiré la práctica de la te- Krishna; en su (aparente) prolongada
ología comparativa como la actividad ausencia, ella habla como si fuera él y
dialéctica de leer y releer la Biblia y reclama para ella sus grandes obras. Las
otros textos cristianos en un nuevo con- mujeres de la vecindad están natural-
texto formado por textos no-cristianos; mente perplejas y piensa que está loca
sostendré que esta actividad provoca un por amor. Pero su madre se da cuenta
cambio significativo en mi teología cris- de que ha alcanzado un estado de con-
tiana, incluso antes de que tenga lugar ciencia en el que su propio "yo" ha
2. Francis X. Clooney, S.J., " 'I Created Land and Sea': a Tamil case of God-Consciousness adn Its
Srivaishnava Interpretaron", Numen 35 (1988), p i. 138-159.
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LEER EL M U N D O EN C R I S T O
3. Los versos que faltan de la canción siguen el mismo modelo de cita, pregunta y reprimenda implícita.
4. Para los antecedentes de esta poesía Tamil y su uso por los Alvar, ver el epilogo (pp. 103-169) a >i :-;-
ducción de A. K. Ramanujan de versos seleccionados de Nammalvar, Hymns for the Dr:.----¡
(Princeton: Princeton University Press, 1981) y, más extensamente, la obra de Norman Cutler S:-_—
of Experience:The Poetics afTamil Devotion (Bloomingrton: Indiana University Press, 1987).
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5. Cada uno de los diez libros de Tiruvaymoli se compone de diez canciones, cada una de las cuales se
compone de once versos, el número once es una palabra en alabanza de los diez versos anteriores.
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proclama su omnipresencia en una lar- ción teológica hindú. Pero eso no es su-
ga serie de afirmaciones en primera per- ficiente si estamos interesados en la teo-
sona. Perfectamente identificado con logía, y el resto de este ensayo trata
Vishnu-Krishna, Nammalvar mediante sobre la siguiente pregunta: ¿Y qué sig-
su canción, canta ese "yo" divino como nifica, si es que pudiera significar algo,
su propia identidad, yendo así más allá la canción teológicamente para el cris-
del estado de las gopis. En tercer lugar, tiano?.
criban la tradición buscando otros tex- Personalmente, la lectura de este ti-
tos en los que el narrador reivindicara la po de textos hindúes poco a poco se ha
conciencia de "yo divino", y comparan ido abriendo camino en mi visión teo-
el estado de Nammalvar con estos, co- lógica del mundo, en mi conjunto de
mo su culminación. Finalmente, usando fuentes teológicas y en el aparato de mi
citas ya empleadas por el teólogo escritura teológica. Incluso antes de mi
Vedanta Ramanuja varios siglos antes relativamente recientes esfuerzos por
en su comentario sánscrito del Uttara formular posiciones sobre el hinduís-
Mimamsa Sutras, exploran las bases mo, los textos hindúes como TVM 5.6
ontológicas de la conciencia divina en ya se habían convertido en parte del
la naturaleza real del yo eterno (atman), contexto en el que elaboro mi pensa-
y sugieren que en Nammalvar esa ver- miento; se me ocurre toda una gama de
dad ontológica se revela de modo más similitudes y diferencias cuando leo,
perfecto. Desde su punto de vista, la tanto este texto tamil como un texto
experiencia de Dios de Nammalvar cristiano que sea de alguna manera
sobrepasa a todas las demás, y todos comparable, ya sea en sí mismo o en
los textos anteriores son englobados su uso teológico. Las opiniones de
y reinterpretados como "marginales" a Nammalvar y de sus comentaristas so-
este. bre su canción se han ido gradualmente
Hasta aquí, bien. El lector puede ad- "entretejiendo" en la estructura de mi
mitir que tenemos una canción impre- reflexión cristiana, según sus palabras
sionante y una interesante interpreta- están en armonía o entran en colisión
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7. La siguiente discusión no introduce el complejo tema de cómo la tradición afecta, tanto a nuestra lec-
tura de la Biblia como a nuestra valoración del mundo contemporáneo; sin embargo, las afirmaciones
de Lindbeck y Kelsey sobre la "comunidad" interpretativa, sirven como base para un tratamiento mis
completo de cómo la tradición de la comunidad (incluso la "Tradición") afecta a su lectura.
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9. La comunidad por tanto establece lo que Kesley, que lo toma prestado de Robert C. Johnson, I lar— =
más técnicamente un discrimen:"una configuración de criterios que están de algún modo relacionases
orgánicamente entre sí como coeficientes recíprocos" (p. 160), mediante los cuales la comunidad ta _ -
to justifica como critica su situación actual (p. 159-160). Este discrimen es identificado por una co~_-
nidad por su juicio imaginativo sobre "cómo caracterizar el modo en el que Dios está presente e---í
los creyentes" (p. 160).
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I I. Ocasionalmente usaré Texto en mayúscula para indicar el texto central, para el que los otros son con-
texto.
12. Philip Wheelwright, Metaphor and Reality (Bloomington: Indiana University Press, 1962).
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13.Ver Francis X. Clooney, S.J., "Divine Word, t-Ujman Word in Nammalvar", In Spirit and ¡n Truth, ed.
Ignatius Viyagappa (Madras: Aikiya Alayam, n.d.), pp. 155-168.
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nos, y puede haber por esa razón dis- es puramente una construcción basada
torsiones, así como amplificaciones de en los esfuerzos interpretativos de un
sus significados originales. Del mismo lector particular.
modo, los significados nuevos estarán La teología de las religiones así des-
formados por la Biblia y los sistemas te- crita, se aproxima mucho a la postura
ológicos escritos desde ella, significados inclusivista que, como D'Costa ha des-
que surgen sólo debido a la yuxtaposi- crito resumidamente, "afirma la presen-
ción con los textos no cristianos. Como cia salvífica de Dios en las religiones no
otros actos de lectura totalmente com- cristianas, manteniendo a la vez que
prometida, esta teología omite sólo lo Cristo es la definitiva y autorizada reve-
ilegible y lo indescifrable, e incluso esto lación de Dios"14. La insistencia inclusi-
es preservado para el día en que pueda vista de que la salvación es en Cristo só-
ser entendido. Nunca está completa y lo, y sin embargo es umversalmente ase-
nunca destilada en una sola expresión, quible, es una doble afirmación confusa
porque sus textos y contextos están do- que, si simplemente se afirma, puede su-
tados de una inagotable abundancia de gerir incoherencia. Con todo, en el con-
significados, y porque, como sugiere texto de la dialéctica de la lectura y la
Kelsey, la lectura teológica de textos sa- significación extendida, esta compleji-
grados siempre será una actividad ima- dad aparece como parte de su vitalidad.
ginativa y creativa. Por último, excluye Esto ni abandona su punto de partida
todas las posturas y propuestas que hi- en la fe y en una visión de la totalidad
cieran imposible esta relectura, esta del mundo en Cristo, ni imagina a ese
nueva significación y esta creatividad; mundo en una forma estrecha, que en la
por ejemplo, rechaza la posición de que práctica escindiría el Texto del contexto
los textos pueden ser sustituidos, sin de- que crea. Los inclusivistas insisten tanto
jar resto, por una fórmula doctrinal de en la salvación en Cristo sólo, como en
sus significados, y también la postura la verdadera universalidad de la salva-
según la cual el significado de un texto ción, del mismo modo que los teólogos
14. Gavin D'Costa, Theology and Religious Pluralism ':Basil Blackwell, 1986), p. 80.
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15. Presentar el caso inclusivista en su forma más difícil. Evito aquí, por supuesto, las obvias estrategias
de ecuación por las que uno puede ver a Vishnu como "realmente" Cristo, etcétera. Estas estrategias
son seguidas en el hinduismo como en el cristianismo.
16. Christian, Doctrines of Religious Communities.
17. Para mi anterior tentativa de juicio global de la postura pluralista y para varios comentarios sobre
The Myth of Christian Uniqueness, ver Francis X. Clooney, S.J., "Christian and World Religions: Religión,
Reason and Pluralism", Religious Studies Review 15.3 (Julio 1898), pp. 197-204.
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18. Aunque no lo hace explícito, sin embargo, se asume que la caracterización general del cuarto punto
de Kaufman del "esquema categórico" cristiano, (p. 10) es bíblicamente derivado.
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tes, qué requiere posteriores relecturas, pero sin una deconstrucción completa
o qué, de lo que aún no ha sido leído, del Texto cristiano.
necesita leerse.Me parece que los plura- La postura pluralista está en desa-
listas Samarthianistas, al menos como se cuerdo no sólo con lo lejos que puede ir
nos presentan en este único ensayo, res- el cristiano; empieza en un lugar signifi-
petarían la canción a distancia, sin invo- cativamente diferente, caracterizado por
lucrarse en el incómodo y no fácil pro- la prioridad de la experiencia sobre el
ceso de leer un texto especial e intenso. lenguaje, del mundo sobre el texto. Las
Y en consecuencia, me temo, el mismo diferencias entre el pluralismo y el in-
pluralista puede acabar encontrando la clusivismo son, por tanto, ampliamente
propia Biblia como un conjunto cada teológicas e incluyen diferencias en acti-
vez más empobrecido de "meras pala- tudes fundamentales hacia el papel de la
bras", precisamente porque ella o él lo Biblia en la vida cristiana y la teología.
ha escindido de su contexto comparati- Tales diferencias necesitan (aún) ser dis-
vo vital. cutidas a muchos niveles. Pero si basa-
Para concluir, en este ensayo he bus- mos nuestros juicios, al menos en parte,
cado situar de modo diferente el debate en cómo de bien las dos posturas fun-
inclusivista-pluralista, apuntando a la cionan en tomar otras religiones en se-
dinámica de la lectura comparativa co- rio, el inclusivismo aparece como la pos-
mo una fuente plausible para la postura tura de más éxito, al menos para aque-
inclusivista. Al presentar al TVM 5.6 llos, como los teólogos, que leen textos.
como un ejemplo, no he pretendido Nammalvar es relativamente un re-
ofrecer conclusiones definitivas sobre cién llegado a la escena teológica cristia-
él, sino más bien afirmar que cuando un na, pero una llegada con permanencia.
cristiano lee la canción, la lectura siem- Su canción de la chica en éxtasis ahora se
pre tiene lugar dentro de un mundo bí- convierte, para aquellos que leen, en una
blicamente inscrito y de acuerdo con la parte importante del contexto cristiano,
dinámica impredecible y creativa de la quizás de los Gálatas; su Tiruvaymoli se
lectura contextual; todos los significa- escuchará cada vez más en los circule 5
dos son, por esa razón, transformados, teológicos cristianos por parte de le i
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teólogos que leen; los teólogos Srivaish- aprender a re-escribir la teología para
nava serán vistos como colegas por los asegurar que estas nuevas llegadas no
teólogos que reconocen la teología sean, ni abandonadas, ni descritas mera-
cuando la leen. Esta misma serie de lle- mente como habiendo estado siempre
gadas, especialmente cuando se multi- "entre líneas" en nuestros textos; nece-
plica en numerosos ejemplos proceden- sitamos encontrar modos efectivos de
tes de la India y otros lugares, reorgani- inscribirlos e incluirlos en la teología
zan la labor teológica. Porque debemos cristiana.
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VI
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John B. Cobb, Jr.
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Aquellos que siguen las normas de la fe con la que se debe conformar el uso del
Abrahámica notan en seguida la nega- término. El término significa lo que ha
ción de Dios, pero tal negación n o ex- llegado a significar a través de su uso en
cluye al Budismo. Destacan también el diferentes contextos. Cada usuario de-
fervor evangélico, la dedicación desin- bería esforzarse para clarificar su uso.
teresada, las afirmaciones absolutas, el Pero discutir sobre lo que la religión re-
interés en la transformación del ser hu- almente es no tiene sentido. N o existe
mano, la confianza en la llegada de una eso que llamamos religión. Sólo hay
nueva era. Y en todo esto ven caracte- tradiciones, movimientos, comunida-
rísticas religiosas. Se podría pensar que des, gente, creencias y prácticas que tie-
el comunismo realmente se parece al nen características que son asociadas
Cristianismo, al menos en su forma por muchos con lo que quieren decir
Protestante, más que el Budismo, sin con la palabra religión.
embargo las características que omite o U n significado de religión derivado
rechaza parecen los aspectos más "reli- de su raíz latina merece especial aten-
giosos" del Cristianismo. U n a solución ción aquí. Religión puede significar
popular es llamar al comunismo una "una ligazón"; puede ser considerada
quasi-religion, sea lo que sea lo que es- como u n modo de ordenar la totalidad
to quiera decir. de la vida. Todas las grandes tradiciones
Se podría redactar una larga lista con son, o pueden ser, religiones en este sen-
las características que distintas personas tido. También el comunismo. Todas
asocian con la palabra religión. Una lis- son, o pueden ser, modos de ser en el
ta confeccionada por un budista podría mundo. En la mayoría de los casos se
coincidir, pero diferir de una lista ela- designan a sí mismas, o son fácilmente
borada por un musulmán. ¿Significa designadas como Caminos. Si esto fue-
eso que una lista sería más correcta que ra todo lo que quieren decir al llamarse
la otra? Eso implicaría que existe algu- religiones, no tendría ninguna objeción
na realidad objetiva con la que las listas a llamarlas así. Pero tendríamos que re-
se corresponden más o menos. Pero no conocer que este uso no abarca todos
hay ninguna idea platónica "Religión" los significados de la religión que son
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Pueden hacerse todas las preguntas mo se realiza el fin de todas las religio-
sobre el valor relativo de las grandes nes, sino para afirmar un pluralismo
tradiciones religiosas, y pueden ser pre- mucho más fundamental. El Confucio-
guntadas menos confusamente, si no se nismo, el Budismo, el Hinduismo, el
emplea la categoría "religión". Tanto el Islam, el Judaismo y el Cristianismo,
Budismo como el Confucionismo son entre otras, son tradiciones religiosas,
tradiciones que están correctamente ca- pero son también muchas otras cosas.
racterizadas en una variedad de formas.
Es más, del conjunto de características
Para la mayoría de las definiciones de
sugeridas por "religioso", no todos en-
"religioso", aunque no para todas, am-
carnan las mismas.
bas pueden ser caracterizadas como re-
Pocos de los partidarios tanto del
ligiosas. Pero ir del hecho de que son,
"pluralismo" como del "anti-pluralis-
entre otras cosas, "religiosas" a llamar-
m o " niegan el hecho de la diversidad.
las religiones es andar desencaminado y
ha desviado, de hecho, la mayoría del Nuestra diferencia es que ellos distin-
debate. Es p o r esta razón p o r lo que me guen dentro y tras la diversidad algunos
estoy extendiendo en lo que me parece elementos idénticos, quizás un a priori,
un punto absolutamente evidente. N o que llaman religión. Es esto lo que les
es un esfuerzo inútil. Es un presupues- interesa y funciona normativamente pa-
to que está presente en los editores de ra ellos. El tema entre los cristianos que
The Myth of Christian Uniqueness y es adoptan esta idea es si los cristianos de-
tan fuerte que, hasta donde he podido berían reclamar una superioridad.
descubrir, no se da ningún argumento Lo que sorprende al observador de
que lo apoye, y argumentos contra él esta discusión es que entre aquellos que
como el mío, son sistemáticamente ig- asumen que la religión tiene una esencia
norados en vez de debatidos. no hay consenso en lo que la esencia
Me opongo al "pluralismo" de los pueda ser. Incluso estudiosos individua-
editores (y algunos de los autores) de les a veces cambian de idea. La variaciór.
The Myth of Christian Uniqueness, no es aún más grande cuando los estudio-
para reclamar que sólo en el cristianis- sos representan diversas tradiciones re-
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ligiosas. Aún así, entre muchos de ellos estable, entonces podemos preguntar
el presupuesto de que hay una esencia si, cuando sus preceptos han sido segui-
continúa invariable en medio de la in- dos fielmente, el resultado ha sido un
certidumbre de lo que esa esencia es. orden social justo, pacífico y estable. Si
N o veo ninguna razón a priori para una tradición religiosa reclama un m o -
asumir que la religión tenga una esencia do de obtener la serenidad personal y la
o que las grandes tradiciones religiosas compasión hacia todos, podemos pre-
son bien entendidas como religiones, guntar si, cuando se han seguido fiel-
mente sus preceptos, el resultado ha si-
esto es, como tradiciones para las que
do la serenidad personal y la compasión
ser religioso es el objetivo central.
hacia todos.
Ciertamente, no veo ninguna evidencia
empírica a favor de este punto de vista. Estas evaluaciones no son fáciles,
Veo sólo el hábito de los estudiosos y el pero pueden realizarse con alguna justi-
ficación razonable. P o r otra parte,
poder del lenguaje para confundir.
cuando se establecen los objetivos de
Abogo por un pluralismo que permita a
modos menos fácticos, la evaluación se
cada tradición religiosa definir su propia
hace más difícil o incluso imposible.
naturaleza y propósitos, y el papel de
Por ejemplo, si se afirmaba que ocurri-
los elementos religiosos que hay en ella.
rían cambios históricos espectaculares
si por un día todos los miembros de una
II comunidad observaran perfectamente
todos los preceptos, y si esa perfecta
Si dejamos la noción de una esencia observancia nunca ha sucedido y es
de la religión, quedan dos modos de altamente improbable que alguna vez
evaluación de las tradiciones religiosas ocurra, la evaluación no puede ser em-
individuales: uno interno y otro exter- pírica. Incluso más claramente, cuando
no. Los consideraré en ese orden. los resultados de seguir los preceptos se
Si una tradición religiosa pretende localizan en otro mundo y otra vida, no
proporcionar un modo de vida que lle- es posible ninguna evaluación. N o obs-
ve a un orden social, justo, pacífico y tante, la mayoría de las tradiciones reli-
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MÁS ALLÁ DEL " P L U R A L I S M O
giosas hacen algunas afirmaciones que nidades a las que obligan. ¿Hay algún
son evaluables de modo realista. modo de que una norma pueda preten-
Mi propia opinión es que ninguna der tener validez de tipo universal?.
tradición religiosa sobreviviría mucho Es aquí donde la visión esencialista
tiempo si no lleva a cabo en el curso de es tan útil, y puede ser una razón a la
la historia y de las vidas personales al- que aferrarse con tanta persistencia. Si la
guna medición de su objetivo. Por tan- religión tiene una esencia, y si encarnar
to, en general, a las tradiciones religio- bien esa esencia es el objetivo primario
sas les va relativamente bien basándose de toda tradición religiosa, entonces se
las normas a las que ellas mismas están convierte en objetivamente lleno de
sujetas. Generalmente, según sus pro- sentido evaluar a todas las religiones se-
pias normas, cada una tiene más éxito gún esta esencia normativa. Dado que
de lo que lo hace cualquiera de las otras. he rechazado esto, no tengo acceso dis-
No hay duda de que algunas lo hacen ponible a ninguna norma universal.
mejor que otras incluso medidas por Parece que los pluralistas de mi estilo
sus propias normas, y dentro de todas están condenados a un pluralismo de
hay grandes fallos a la vez que éxitos. normas según el cual, cada tradición es
Es difícil decir si la igualdad es una ge- mejor según su propia norma y no exis-
neralización útil, pero cuando gentes de te crítica normativa de las normas. Esta
diferentes tradiciones se encuentran, es es la doctrina del relativismo concep-
un buen supuesto con el que empezar. tual. Parece hacer justicia a cada tradi-
La segunda forma de evaluación es ción, pero de hecho vicia las pretensio-
externa. Estos juicios externos pueden nes de todas, dado que todas pretenden
basarse en las normas de otras tradicio- algunos elementos de universalidad.
nes religiosas o comunidades seculares. ¿Estamos obligados a elegir entre
De aquí, por supuesto, se sigue el caos. una visión esencialista de la religión,
Cada uno lo hace bien según unas nor- por una parte, y el relativismo concep-
mas y mal según otras. La cuestión más tual por otra? Creo que no. El curso ac-
importante es si cualquiera de estas tual del diálogo no apoya ninguna de
normas tiene validez fuera de las comu- las dos teorías. Se entra en diálogo co-
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en el diálogo con los Cristianos, los En primer lugar, todas las grandes
Budistas pueden llegar a apreciar el va- tradiciones religiosas tienen alguna pre-
lor normativo de ciertas formas de con- tensión de valor universal de sus ideas
ciencia histórica, y la norma resultante y afirmaciones particulares. Esto hace
por la cual juzgan tanto al Budismo co- inaceptable un relativismo conceptual
mo al Cristianismo cambia. puro.
Por supuesto, las normas ampliadas En segundo lugar, la mayoría de las
de los Cristianos y los Budistas que grandes tradiciones religiosas enseñan
resultan de este diálogo no son univer- una cierta humildad en relación con la
sales y objetivas. Cuando un budista comprensión humana de la realidad y
que ha sacado algún provecho del diá- su profundidad y totalidad. Por tanto,
logo con los cristianos entra en diálogo no fomentan la tendencia, presente en
con Hindúes, surgen temas bastantes todos, de identificar las ideas que se tie-
diferentes. Si el diálogo tiene éxito, ha- nen y se controlan ahora con expresio-
brá una expansión mayor en la apre- nes finales de la verdad.
hensión de normas. Pero de nuevo, tal En tercer lugar, conforme las grandes
expansión, no importa lo lejos que lle- tradiciones se van haciendo más cons-
gue, no se desprende de sus condicio- cientes unas de otras, hay una tendencia
nes históricas. Se hace más inclusiva y a desarrollar entre ellas cierto aprecio
más apropiada para usarse en un marco mutuo. Reconocen que aprenden algo
más amplio. N o se convierte en última del contacto mutuo. Pueden afirmar que
y absoluta. lo que aprenden es a valorar aspectos
H a y una norma relativamente obje- descuidados de sus propias tradiciones,
tiva que puede abstraerse de este proce- porque de este modo pueden mantener
so. Es relativamente objetiva en que la tendencia a reclamar la perfección de
se sigue de rasgos que caracterizan a sus propias fuentes sagradas. Pero, de
todas las tradiciones, hasta el punto de hecho, la comprensión que surge no es
que reconocen la situación pluralista en la que se obtiene cuando uno estudia só-
la que todos están hoy sumergidos. lo su propia tradición. Algunos creyen-
Resumiré esto. tes están dispuestos a reconocer esto.
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En cuarto lugar, como de hecho son Lo que implica este resumen sobre
transformados por la interacción, las lo que ocurre en el diálogo es, entonces,
normas por las que se juzgan tanto a sí que una norma que puede aplicarse con
mismos como a otros resultan amplia- relativa objetividad a las grandes tradi-
das. La relevancia universal de sus pro- ciones religiosas tiene que ver con su
pias ideas es reivindicada cuando otras capacidad, en fidelidad a su tradición,
tradiciones reconocen su valor. El al- de ampliar su comprensión de la reali-
cance y la adecuación humana de sus dad y sus implicaciones normativas.
tradiciones se ensanchan conforme van Una tradición que no pueda hacer esto
asimilando las ideas de otros. se desgarra entre distintas opciones in-
Es importante volver a insistir en los satisfactorias en este mundo pluralista.
puntos anteriores que se extraen de la Una opción es pretender que, a pesar de
actual experiencia de diálogo. No carac- todas las apariencias, ya posee la totali-
terizan aquellas partes de cada una de dad de la verdad de modo que todo el
las tradiciones que no quieren de nin- que no esté de acuerdo o piense de mo-
gún modo entrar en el diálogo. La situa- do diferente está simplemente equivo-
ción pluralista puede llevar al auto aisla- cado. Una segunda opción es aceptar su
miento fundamentalista en todas las tra- propia relativización bajo la forma de
diciones. Lo que estoy buscando en es- un relativismo conceptual, afirmando
te trabajo es un camino de pensamiento que su mensaje es verdad para sus cre-
sobre la situación apropiado para aque- yentes pero irrelevante para otros. Una
llos que están comprometidos en el diá- tercera opción es separarse de su propia
logo. Afortunadamente, hay muchos en herencia en parte, reconociendo que es-
todas las tradiciones, y es entre ellos ta tradición se absolutiza a sí misma de
donde pueden surgir nuevos modos de una manera que no es aceptable en un
comprender las relaciones entre las tra- mundo pluralista, y entonces operar a
diciones. Es a este al que los editores de dos niveles -uno, de aceptación de la
The Myth of Christian Uniqueness tradición, el otro de relativización de la
quieren contribuir. Mi intención es misma. La aversión que la mayoría de
ofrecer una propuesta diferente. los que entran en diálogo sienten por
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MÁS ALLÁ DEL " P L U R A L I S M O "
estas tres opciones es la base para pedir ciendo. La cuestión de si lo hacer. :^-'~-
una relativa objetividad para las normas mente bien es algo que hay que aii;_"_r
propuestas. y examinar más que dejar a u n lado por
Puede ser que juzgadas por esta nor- falsa cortesía.
ma, todas las grandes tradiciones reli-
giosas sean iguales. Por otra parte, pue-
III
de que algunas estén situadas más favo-
rablemente que otras para beneficiarse En la primera sección expuse mi idea
de la situación radicalmente pluralista de que hay un pluralismo radical de tra-
en la que estamos inmersos. Ciertamen- diciones religiosas. En la segunda sec-
te, la disposición para el diálogo y el ción afirmé que esto no debe llevar al
aprendizaje depende en todas las gran- relativismo, porque la mayoría de las
des tradiciones religiosas de las sub-tra- tradiciones están abiertas a ser influen-
diciones en las que la gente se apoya. ciadas por la verdad y la sabiduría con-
Todas las tradiciones tienen sub-tradi- tenida en otras. En esta tercera sección
ciones fundamentalistas que rechazan consideraré primero algunas formas en
todo nuevo aprendizaje, insistiendo en las que tradiciones religiosas chinas y
la total adecuación y exactitud de lo que japonesas se abren a otras. Describiré
ha sido recibido del pasado. Incluso los después el modo en que las tradiciones
participantes de esas otras sub-tradicio- Abrahámicas enfocan este tema y abo-
nes que están más dispuestos y ansiosos gan por la peculiar capacidad del Cris-
de aprovechar la nueva situación plura- tianismo para ir haciéndose cada vez
lista no están abiertos de igual modo a más inclusivo en su comprensión.
todo. La comprensión tradicional que
En las secciones previas destaqué co-
tienen presente, tiene un gran efecto en
mo en China diferentes tradiciones reli-
lo que ellos pueden recibir a través de la
giosas podían funcionar de un modo
interacción. H a y profundas diferencias
complementario, en un contexto que
en el modo en que distintas tradiciones
está determinado por un horizonte más
preparan a sus participantes para escu-
inclusivo, el de ser Chino. Esta es una
char lo que otros están realmente di-
estrategia para ocuparse del pluralismo
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MAS ALLÁ DEL " P L U R A L I S M O
I.J. Hick - H.Askari, eds., The Experience of Religious Diversity (Vermont: Gower Publishing Co., 1985'.
p. 172.
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LA U N I C I D A D CRISTIANA RECONSIDERADA
rece que puedan estar abiertas a las pre- Aún así, hay características de esta
tensiones últimas de las tradiciones creencia en Dios que también han lleva-
Abrahámicas sobre la fe en Dios. La do a la apertura al aprendizaje de otros.
cuestión ahora es si la apertura que es Se cree, en general, que el Dios que se
posible de parte de los credos Abrahá- revela en modos bastante específicos
micos puede entenderse algo mejor con también ha estado presente y activo en
la sabiduría de India. el mundo siempre y en todas partes. El
Si repasamos rápidamente la historia creyente puede esperar ver algunos sig-
de estas tradiciones, la respuesta parece nos de esa actividad en toda la creación
ser que su historial es mucho peor que y, especialmente, entre los seres huma-
el de las tradiciones indias. La creencia nos. Cuando los miembros de las reli-
en un Dios y en la única revelación de giones Abrahámicas han encontrado lo
ese Dios ha llevado a estas tradiciones que parecía bueno y verdadero en otras
al exclusivismo y la intolerancia. De las tradiciones, típicamente han sostenido
tres, el judaismo ha sido el más dis- que esto, también, era obra de Dios. Por
puesto a vivir y dejar vivir, pero su en- ejemplo, las tres tradiciones tomaron
señanza nuclear no es de suyo tan tole- prestados ampliamente elementos de la
rante. La tolerancia viene de su preocu- filosofía griega. Especialmente en el ca-
pación por el pueblo de Israel, de m o - so del Cristianismo y el Islam, este prés-
do que el destino de otros es de menor tamo supuso, para bien o para mal, una
interés. Cuando, como ocurre tanto en profunda transformación. En el caso del
el Cristianismo como en el Islam, la en- Cristianismo se puede afirmar que su
señanza central sobre Dios que se reve- victoria última sobre el Neo-platonis-
la en modos históricos específicos y lla- mo, por el compromiso de la intelectua-
ma a la obediencia a esa revelación, se lidad del tardío Imperio Romano fue
separa de las características etnocéntri- debida a su habilidad de asimilar la sabi-
cas del judaismo, el celo por llevar a duría del Neo-platonismo, mientras que
todos el mensaje ha llevado tanto al sa- los filósofos neo-platónicos no tuvieron
crificio heroico, como a la brutal into-
la misma habilidad en asimilar la sabidu-
lerancia.
ría de las escrituras hebreas y cristianas.
160
-
MAS ALLÁ DEL " P L U R A L I S M O
161
LA U N I C I D A D CRISTIANA RECONSIDERADA
dos en Cristo sin compartir su orienta- mundo hoy. N o es difícil pensar en esa
ción hacia el futuro es, cuanto menos, acción como recuerdo de nuestra fini-
paradójico. Esto no significa que igno- tud y rompiendo nuestra tendencia a
remos todo sobre Jesús salvo su orien- pensar que nuestras propias opiniones
tación hacia el futuro. En su propio mi- son definitivas y apropiadas. Es fácil
nisterio la llegada del reino se manifies- pensar en esa acción como llamada a la
ta ya. Por lo tanto, sabemos algo del ca- escucha de la verdad y la sabiduría de
rácter del futuro que esperamos, y or- otros. Muchos cristianos se sienten
denamos nuestras vidas ahora para ha- ciertamente más fieles cuando escuchan
cer realidad ese carácter lo mejor que con amor y respeto lo que otros tienen
podamos. Ese carácter es sobre todo que decir, que cuando insisten sólo en
amor, no sólo por aquellos que son co- repetir las ideas que traen del pasado.
mo nosotros, sino también p o r aquellos Aprender de otros cualquier verdad
a los que nos inclinamos a considerar que tengan que ofrecer e integrarla con
oponentes. Seguramente eso incluye las ideas y la sabiduría que hemos
amor por los adeptos a otras tradiciones aprendido de nuestra herencia cristiana,
religiosas, y seguramente también ese parece ser fiel a Cristo.
amor se expresa tanto en el compartir la La prueba es si, de hecho, se puede
Buena Noticia que se nos ha confiado, integrar la sabiduría de tradiciones ex-
como en la escucha sensible a lo que tie- trañas en la propia visión cristiana. Esto
nen que decir. no es fácil y no existe ninguna receta
Si cambiamos nuestro enfoque a sencilla. El cristianismo neo-platónico
Cristo, entendido como la realidad di- de San Agustín fue un gran logro inte-
vina encarnada, primero en Jesús, pero lectual que requirió genio personal y
también en alguna medida en la iglesia y trabajo disciplinado. Hacerlo igual de
el mundo, entonces el enfoque en el bien hoy en las relaciones con la sabidu-
curso actual de los acontecimientos his- ría Hindú y el Budista requerirá el mis-
tóricos y la presencia de Cristo en esos mo esfuerzo osado y sostenido. N o afir-
eventos parecen necesarios. La cuestión mo que sea fácil. Sólo digo que es fiel a
es entonces si Cristo está actuando en el Cristo y tiene antecedentes en nuestra
162
MÁS ALLÁ DEL " P L U R A L I S M O
3.John B. Cobb, Jr., Beyond Dialogue: Toward a Mutual Transformaron of Christianity and Buddhism
(Philadelphia: Fortress, 1982).
163
LA U N I C I D A D C R I S T I A N A R E C O N S I D E R A D A
Puede que pida demasiado. Algunas versalidad que creo deseable. N o he di-
tradiciones pueden entender su tarea cho lo suficiente para establecer que
primaria como mantenimiento de la se- ninguna otra tradición esté igualmente
paración de su gente de otros o el man- bien equipada para esta tarea. La argu-
tenimiento de su sabiduría heredada in- mentación negativa de este tipo es un
tacta. Para ellos, la capacidad de ser en- trabajo desagradable. Espero que otras
riquecido y transformado no es en ab- tradiciones compitan vigorosamente
soluto una norma. Sólo en la medida en con el cristianismo. Mientras mucha de
que una tradición pretende relevancia la pasada competencia entre las tradicio-
universal su exclusión de las ideas de nes ha sido mutuamente destructiva, la
otros es problemática en términos de competición en aprender unos de otros
sus propias normas. Por supuesto, la y ser transformados por lo que se apren-
pretensión de validez universal puede de se mostrará constructiva. Espero que
seguir siendo reclamada mientras se ig- la ventaja cristiana es esta competición
noren las pretensiones similares de sea menos de lo que he supuesto.
otros. Pero de esta forma permanece Estoy afirmando la superioridad
como una mera pretensión. Demostrar cristiana. No es una pretensión de que
la validez de la pretensión requiere que los cristianos sean mejores personas que
las pretensiones de otros sean también otros, o de que la historia cristiana haya
entendidas y se explique la relación en- hecho una contribución mucho más po-
tre ellas. La capacidad, en fidelidad a la sitiva al planeta que otras tradiciones, o
propia herencia, de desplegar la rele- que las instituciones cristianas sean me-
vancia universal de la sabiduría de todas jores. Afirmo, simplemente, que una
las tradiciones de un modo coherente, tradición en la que Jesucristo es el centro
tiene una cierta ventaja relativa una vez no tiene en principio necesidad de fron-
que el propósito de relevancia universal
teras exclusivas, que puede estar abierta
se piensa en un contexto pluralista.
a la transformación por lo que aprende
El argumento de la sección previa es de otros, que puede ir hacia delante pa-
que el cristianismo está bien equipado ra convertirse en una comunidad de fe
para avanzar hacia la más completa uni- que esté informada por la totalidad de la
164
M A S A L L Á D E L " P L U R A L I S M O
historia humana, que su teología puede con aquellos en oposición a los cui.cs
convertirse realmente en global. escribo esto. Ellos, también, buscan ir
H e evitado en lo anteriormente di- más allá de lo que se dice hacia algo más
cho el tema de las conflictivas preten- profundo. Diferimos sólo en que lo que
siones de verdad. H a sido así porque no ellos encuentran es algo común a todas
encuentro que este sea el enfoque más las tradiciones, mientras que y o creo
productivo. Por supuesto, existen tales que lo que encontramos es diverso. Mi
conflictos. H a y puntos de vista conflic- objetivo es transformas afirmaciones
tivos sobre el mundo, la naturaleza hu- contradictorias en otras diferentes pero
mana y Dios. N o es posible que todo lo no contradictorias. Mi presupuesto es
que se ha dicho sobre esos temas co- que lo que positivamente quieren decir
rresponda a la realidad, y por esta razón aquellos que han vivido, pensado y sen-
muchos pensadores consideran crucial tido profundamente es probablemente
para el pensamiento religioso apartarse cierto, mientras que sus formulaciones
de esas pretensiones y juicios. probablemente excluyen otras verdades
Mi opinión es que no es probable que no deberían ser excluidas.
que ninguna de las pretensiones centra- Ilustraré lo que quiero decir con las
les hechas por cualquiera de las tradi- afirmaciones claramente contradicto-
ciones sea literal y exactamente correc- rias: "Dios existe" y " N o existe ningún
tas. En efecto, en muchas tradiciones Dios". Si miramos estas afirmaciones
hay un énfasis interno en la dificultad, con el presupuesto de que las palabras
si no en la imposibilidad, de aprehender Dios y existe tienen significados claros y
la verdad y expresar su lenguaje. Estu- exactos que son idénticos en las dos
diar las doctrinas conflictivas y desarro- afirmaciones, n o tenemos más elección
llar los argumentos a favor y en contra que decir que al menos una de ellas es
de cada una es una preocupación cues- falsa. Pero, seguramente, hemos pasado
tionable. En vez de eso, es mejor escu- por alto este p u n t o en nuestras reflexio-
char los intereses profundos, incluso úl- nes sobre el discurso religioso. Tene-
timos, que se expresan en estas diversas mos que preguntar quién habla y qué
afirmaciones. Aquí estoy de acuerdo intereses está expresando. C u a n d o u n
165
LA U N I C I D A D CRISTIANA RECONSIDERADA
budista dice que no existe ningún Dios, N o es verdad que la tierra sea plana. N o
el punto central es que no hay nada en tiene sentido buscar un sentido más
la realidad a lo que uno debería ligarse. profundo en tales afirmaciones, dado
Cuando un cristiano dice que Dios que sabemos cómo surgen de una lectu-
existe, el significado puede ser que exis- ra literal de ciertos pasajes de la
te algo en realidad que merece confian- Escritura. Existen ideas similares en t o -
za y veneración. Si esas traducciones das las tradiciones. H a y también ideas
son correctas, al menos en un ejemplo mucho más dañinas, como las misógi-
particular, entonces no es imposible que nas, en la mayoría de las tradiciones re-
ambos sean correctos. Por supuesto, es ligiosas. Estas, también, han de ser con-
probable que el budista crea que el cris- denadas como falsas. Pero yo parto de
tiano está equivocado, y el cristiano que, junto con todos los errores y dis-
probablemente no vea ningún proble- torsiones que se pueden encontrar en
ma en la vinculación con Dios. todas nuestras tradiciones religiosas,
Entonces hay desacuerdos reales entre hay modos de aprehender diversos as-
ellos. Pero el budista podría en princi- pectos de la totalidad de la realidad. Son
pio reconocer la realidad de algo que ciertos, y su verdad puede hacerse más
merezca confianza y veneración, sin aparente y ser mejor formulada si se re-
abandonar la idea central de que la vin- lacionan positivamente unos con otros.
culación bloquea el camino a la ilumi- Queda por ver si los pensadores
nación. Y el cristiano podría llegar a ver cristianos, como un todo, se abrirán a
que la verdadera confianza no es vincu- aprender de otros de esta manera. La fe
lación en el sentido budista. Ambos por en Jesucristo a menudo, quizás normal-
tanto, podrían haber aprendido lo que mente, se expresa en formas idolátricas,
es más importante para el otro sin aban- como cuando se absolutiza lo relativo o
donar sus intereses centrales. lo parcial es tratado como u n todo. En
el nombre de Jesucristo la gente con-
Por supuesto, hay muchas afirma-
vierte sus propias creencias en normati-
ciones totalmente erróneas que han si-
vas para todos y se cierran a la crítica y
do realizadas con gran seriedad por fie-
a nuevos puntos de vista. En el nombre
les de las grandes tradiciones religiosas.
166
MÁS ALLÁ DEL " P L U R A L I S M O
167
Vil
PLURALISMO RELIGIOSO Y PRETENSIONES
DE V E R D A D ENFRENTADAS
Wolfhart Pannenberg
169
LA U N I C I D A D CRISTIANA RECONSIDERADA
del pluralismo religioso en una situa- El protagonista que de modo más ar-
ción de tratar con la diversidad religio- ticulado ha aceptado el pluralismo reli-
sa no es completamente nuevo. gioso como una postura sistemática en
Lo que es nuevo, es que esta situa- la teología cristiana y en la filosofía de la
ción se tome en serio dentro de las dis- religión ha sido John Hick 3 . En 1972
cusiones de la teología cristiana y se Hick abogaba p o r una "revolución
sienta por muchos teólogos como un Copernicana en la teología" en lo relati-
reto para lo que han sido los fundamen- vo al lugar del cristianismo entre las re-
tos de la doctrina cristiana a través de ligiones del mundo 4 . Mientras describía
los siglos. U n observador imparcial p o - como "ptolomaica" la tradicional pos-
dría estar tentado a considerar este fe- tura cristiana, que él mismo compartió
nómeno como indicativo de u n proceso una vez, de que "la salvación es por
de erosión de la confianza de los teólo- Cristo sólo", porque ahí el cristiano
gos en la verdad de la fe cristiana. Hasta asume su propia postura o la de su igle-
cierto punto, tal diagnóstico es proba- sia como verdad absoluta (como en el
blemente correcto, y hasta ese punto la sistema ptolomaico la posición de la tie-
discusión actual sobre una teología plu- rra), pedía una visión en la que las dife-
ralista de las religiones del mundo pue- rentes religiones fueran consideradas
de tomarse como un síntoma de crisis también como planetas girando alrede-
dentro de la mentalidad cristiana m o - dor de la única verdad absoluta 5 . La "ne-
derna, especialmente en occidente. Pero cesaria revolución copernicana en teolo-
no entraría a identificar y comentar los gía... supone un cambio del dogma de
temas sustantivos que surgieron en el que el cristianismo está en el centro, la
proceso de esta discusión. comprensión de que el Dios el que está
3.Ver Hick y Knitter. The Myth of Chñstion Uniqueness señala el punto hasta el que un número de im-
portantes teólogos cristianos han sugerido un cambio de paradigma similar en la teología cristiana de
las religiones.
4. John Hick, "Copernican Revolutlon of Theology", en Cod and the Universe of Faiths: Essays in the
Philosophy of Religión (1973), pp. 120-132.
5. Ibid.pp. 121, I24ss.
170
EL PLURALISMO RELIGIOSO Y PRETENSIONES
en el centro, y que todas las religiones de con este mismo Dios, incluso aunque le
la humanidad, incluyendo la nuestra, es- adoren bajo nombres diferentes? La tra-
tán a su servicio y giran alrededor de dición de la teología filosófica, por su-
él"G. Resulta una imagen piadosa, la puesto, ha reclamado un acceso inde-
cuestión es simplemente cómo llegamos pendiente a la verdad de la realidad de
a conocer al Dios que está situado en el Dios, al margen de la autoridad de cual-
centro, sin la fe cristiana o alguna otra quier tradición religiosa. Desde los
perspectiva religiosa. La tradición cris- tiempos del helenismo, los filósofos mi-
tiana afirma que es precisamente me- raron a los diferentes lenguajes religio-
diante el testimonio y, definitivamente, a sos sobre la realidad divina como modos
través de Cristo como este Dios nos es míticos y metafóricos de hablar de la
conocido. Esto no niega que haya algún única realidad divina, cuya naturaleza
conocimiento oscuro y provisional de real es conocida para los filósofos. Hay
Dios en toda la humanidad. Pero inclu- algunas similitudes llamativas en la pos-
so el hecho de que sea este Dios el que es tura de Hick con esta tradición de la te-
también conocido de otro modo provi- ología natural y su pretensión de supe-
sionalmente, sólo puede afirmarse sobre rioridad sobre las diversas formas de re-
la base de su revelación en Cristo. ligión positiva. En su caso, y quizás
¿Cómo si no podríamos conocer que los también en la obra de Wilfred Cantwell
fieles de otras religiones se relacionan Smith7 o de Paul Knitter8, la pretensión
6. Ibid. p. 131.
7.Ver, por ejemplo, W. C. Smith, Towards a World Theology (1981). En este libro no está siempre claro si
el propio Smith es consciente de empezar (no sólo personal sino metodológicamente) por el cono-
cimiento cristiano de Dios y llegar a una conciencia del mismo Dios en toda la historia humana de la
religión -"viendo el rostro de Cristo en todos los seres humanos" (W. C. Smith,"Theology and the
World's Religious Hlstory", en Towards a Universal Theology of Religión, ed. L. Swidler [1987], p. 66)- o
si pide un conocimiento de la "realidad trascendente" (p. 62), independiente de las diferentes tradi-
ciones. Su afirmación de que "al principio" comienza a interpretar otras culturas desde su perspecti-
va occidental cristiana, pero "no tanto al final" (p. 63), sigue siendo ambigua en cuanto a si el estudio
comparativo de las religiones acaba por proporcionar una prueba completamente independiente de
la unidad e identidad de la "realidad trascendente" a la que apuntan o si, meramente, confirman que
171
LA U N I C I D A D CRISTIANA RECONSIDERADA
el Dios de la Biblia es también reconocible en otras formas de "fe".Con lo segundo podría simpati-
zar, mientras lo primero parece ilusorio, incluso si postulamos una "auto-conciencia universal, colec-
tiva, crítica" de seres humanos a través de las barreras de las diferencias culturales (Towards a World
Theology, p. 60).
8. Knitter, No Other Ñame?. Knitter presenta y apoya la postura de Hick y otros como un modelo "teo-
céntrico" (p. I45ss) en contra de los modelos eclesiocéntricos o cristocéntricos de la tradición (esp.
pp. I66ss).
9.J. Hick, Problems of Religious Pluralism (1985), pp. 3 I ss. Unos pocos años antes Race usó la misma ti-
pología de posturas.Ver Race, Christians and Religious Pluralism.
10. Hick, Cod and the Universe ofFaiths, pp. 121 ss.
11. Hick, Problems of Religious Pluralism, p. 32.
172
EL P L U R A L I S M O RELIGI SO Y P R E T E N S I O N E S . . .
que sólo una pequeña minoría puede, dos los seres humanos tendrán que
de hecho, recibir esta salvación?"12. Está afrontar el juicio escatológico. Y ésta es
claro que no. Está igualmente claro, por la situación presupuesta en la parábola.
otra parte, que la proclamación de Jesús La parábola del Juicio final también
como se nos transmite en la tradición implica, sin embargo, que Jesús y su
evangélica no apoya un eclesiocentris- proclamación son la norma última para
mo tan estrecho. Jesús prometió que decidir si una persona será admitida o
gentes de todas las naciones formarán excluida de la comunión del Reino. Él
parte del futuro Reino de Dios. Porque es la norma, incluso para aquellos que
él dijo: "Y vendrán de oriente y occi- nunca le conocieron mientras vivieron.
dente, del norte y del sur, y se pondrán La conclusión es que muchos pertene-
a la mesa en el Reino de Dios" (Le cen de hecho a Jesús y al Reino que
13,29). Y la versión de Mateo añade que proclamó, aunque no fueron miembros
al mismo tiempo "los hijos del reino", del pueblo elegido de Israel o de la igle-
esto es, los miembros del pueblo elegi- sia cristiana. Pero es la afinidad de sus
do de Dios, serán excluidos de la parti- vidas a la misión y la proclamación de
cipación. Igualmente universal es la Jesús lo que resultará decisivo para su
perspectiva en la parábola del Juicio fi- salvación eterna. Por tanto, Jesús sigue
nal, cuando se dice que muchos serán siendo el criterio final para todos los se-
admitidos al reino por sus obras aunque res humanos, aunque sólo los miem-
no conozcan a Jesús (Mt 25,40). Esta bros de su iglesia conocen este criterio y
parábola ha sido interpretada con fre- pueden estar seguros de su salvación
cuencia referida a los creyentes que no siempre que vivan de acuerdo con su fe.
reconocieron que era Cristo al que be- Esta es la línea del inclusivismo cris-
neficiaban en sus obras de caridad. Pero tiano, que, sin embargo, no satisface a
no hay base en el texto para justificar John Hick y a otros defensores de una
una exégesis tan restrictiva. Por el con- postura pluralista, porque quieren con-
trario, la expectativa general es que to- siderar a todas las religiones del mundo
173
LA U N I C I D A D CRISTIANA RECONSIDERADA
como instrumentos igualmente válidos les que una vez fueron diseñados para
para la salvación. Es en esta cuestión mejorar la consonancia de la astrono-
donde surgen el verdadero punto de de- mía ptolomaica con los hechos observa-
bate. ¿Cuáles son las razones para con- dos, antes de que el sistema copernica-
siderar inadecuada la postura del inclu- no ofreciera una descripción más sim-
sivismo cristiano? La razón ya no pue- ple y consistente. Es la adición de hipó-
de ser el argumento de que a la mayoría tesis subsidiarias para salvar una teoría
de los seres humanos no se les da nin- débil del veredicto de haber sido falsifi-
guna oportunidad de participar en la cada por la experiencia. Pero, ¿se puede
salvación. Según la postura inclusivista, aplicar esta imagen al inclusivismo cris-
los seres humanos de todas las culturas tiano en lo relativo a la participación de
pueden estar espintualmente cercanos gente de otras culturas en la salvación?
al Reino que Jesús proclamó sin ni si- N o veo que se pueda. La "teoría" inclu-
quiera conocer a Jesús. Debe haber sivista no es complicada artificialmente
otras razones, entonces, para considerar cuando se le compara con el principio
inadecuada la postura inclusivista. exclusivista de "fuera de la Iglesia no
Según John Hick, la interpretación hay salvación", ni fue una invención
más inclusivista del absolutismo cristo- posterior con el propósito de reparar
céntrico de la teología cristiana tradi- defectos específicos de ese principio. La
cional "sólo equivale a epiciclos añadi- concepción inclusivista fue establecida
dos a una estructura teórica fundamen- teológicamente en el siglo segundo por
talmente absolutista, para oscurecer su la idea de Justino de que "semillas" del
incompatibilidad con los hechos obser- Logos divino han sido diseminadas por
vados" 13 . La imagen de los epiciclos tie- todas partes en la historia humana, aun-
ne la connotación de intentos artificia- que el Logos total aparecía sólo en
13. Hick, Problems ofReligious Pluralism.p. 52.Ver la anterior y más extensa discusión de este tema en Hick,
Cod and the Universe ofFoiths, pp. l23ss.Aquí el lector entiende más fácilmente cómo Hick llega a es-
ta opinión, porque ahí su argumento se relaciona primariamente con las revisiones modernas
Romanas Católicas del viejo principio del extra ecclesiam nulla salus.
174
EL PLURALISMO RELIGIOSO Y PRETENSIONES...
14. Hick (en God and the Universe of Faiths, p. 129) cita mis comentarios sobre este tema (Wolfhart
Pannenberg, jesus-God and Man (1967), p. 272) entre sus pruebas de un "epiciclo protestante". Como
quiera que se entienda I Pe 4,6 mis propias observaciones sobre el tema no apoyan la idea de "una
segunda oportunidad" de conversión después de la muerte (Hick, God and the Universe of Faiths, p
130), sino la de una "participación inconsciente" de los seres humanos de generaciones anteriores e-
la salvación traída por Jesucristo. En esencia, la idea es cercana a lo que dije aquí en referencia a L:
13,29 y Mt 25,40.
175
LA U N I C I D A D CRISTIANA RECONSIDERADA
176
EL PLURALISMO RELIGIOSO Y PRETENSIONES...
17. Incluso un teólogo que simpatiza tanto con la propuesta de Hick como Paul F. Knitter expresó sus re-
servas en este punto. Ver Knitter, No Other Ñame?, p. 174.
18. Esta continuidad entre Jesús y la primera Cristología es un tema central en Pannenberg,Jesus-God and
Man.
19. Hick, Problems of Religious Pluralism, pp. 23 ss; ver también Hick, An Interpretation of Religión (London:
Macmillan, 1989), pp. I72ss, 372ss.
20. Hick, God and the Universe of Faiths, pp. I I Iss.
177
en primer lugar una cuestión de expe- centrado en uno mismo a centrarse en
riencia cristiana, sino una afirmación del
k Reá¿¿¿"21, entonces no ky rmn
propio Cristo y que implicaba una fina-
para negar que tal transformación tiene
lidad escatológica. Es esta afirmación lo lugar en m u c h a s c u l t u r a s y e n m u c h a s
que subyace en las raíces de la cristolo- formas de auténtica experiencia religio-
gía encarnatoria que se desarrolló en la sa. Pero este no es el concepto de salva-
iglesia. La pretensión cristiana de unici- ción del N u e v o Testamento. Es fácil
dad no se basa en ninguna experiencia comprobar que ahí "salvación" se en-
cristiana. Si fuera así, sería justo argu- tendió en referencia al juicio escatológi-
mentar que hay otras experiencias de co de Dios y a la participación en la co-
unicidad en las religiones del mundo. munión de su Reino. Esto es así en la
Pero la pretensión de unicidad relativa a tradición de Jesús (Me 8,35; 10,26; Le
la persona de Jesús está estrechamente 13,23) así como en la de Pablo 22 . La idea
relacionada con su propio mensaje esca- no necesita ser restringida a un acto ju-
tológico, especialmente con la finalidad rídico en el sentido descrito por Hick
escatológica del reino de Dios que se como alternativa a su propio postura,
hace presente en su actividad. sino que pertenece a la dimensión de la
Esto nos lleva a otra nota crítica, es- creencia escatológica más que a la expe-
ta vez en relación con el uso que Hick riencia presente. C o m o tal está estre-
hace del término salvación. En su inter- chamente relacionada con la verdad de
pretación, este término está relacionado la pretensión de Jesús de finalidad esca-
con la experiencia cristiana como puede tológica (ver Le 12,8 y paralelos).
ser adquirida en la presente situación Hick ha sido criticado por descuidar
del cristiano. Si la salvación se toma pa- la cuestión de la verdad en su propues-
ra referirse a una "transformación con- ta de una teología del pluralismo reli-
creta de la vida humana desde el estar gioso, y especialmente por quitar im-
21. Hick, Problems of Religious Pluralism, p. 32; cf. Hick, An Interpetation of Religión, pp. 301 ss.
22.Ver el artículo de W. Forrester en Theologisches Wórterbuch zum Neuen Testament 7, ed. G. Friedrich
(1964), pp. 981-1022, esp. 991 ss.
178
EL P L U R A L I S M O R E L I G I O S O Y P R E T E N S I O N E S . . .
portancia al hecho de que diferentes re- el presente. Según Hick, "las doctrinas
ligiones tienen pretensiones de verdad son secundarias, y sin embargo esencia-
contrapuestas 23 . Respondió que esto es les, para la cuestión vital de recibir la
una caricatura de su postura. Pero de salvación, del mismo m o d o que empa-
hecho, su respuesta tiende a confirmar quetar y etiquetar son secundarios y sin
la esencia de esa crítica. Aunque no nie- embargo esenciales para transmitir los
ga que hay desacuerdos a varios niveles contenidos de un paquete" 25 . Todo esto,
entre gentes de diferentes religiones, en por supuesto, significa que las cuestio-
relación a temas de creencia histórica así nes sobre la verdad se relativizan: "no
como en relación a doctrinas como la son de gran importancia... religiosa".
de la encarnación y, finalmente, tam- Lo único importante parece ser la expe-
bién sobre modos diferentes de conce- riencia de salvación en el encuentro con
bir y experimentar la realidad última la realidad absoluta. Si se concede esto,
como personal o no personal, él, no entonces por supuesto Hick está en lo
obstante, sostiene que los temas en los cierto: " C u a n d o me encuentro con un
que surgen "las pretensiones de verdad devoto judío, musulmán, sikh, hindú o
contrapuestas de las diferentes tradicio- budista en quien los frutos de la apertu-
nes... no son de gran importancia reli- ra a la realidad divina son espléndida-
giosa i.e. soteriológica" aunque admite mente evidentes, no puedo de modo re-
su importancia metafísica24. La identifi- alista considerar la experiencia cristiana
cación de importancia religiosa y sote- de lo divino como auténtica y sus expe-
riológica, sin embargo, nos devuelve a riencias no cristianas como inauténti-
la idea de la salvación como una expe- cas"26. Si todo se reduce a experiencias
riencia de transformación asequible en humanas, entonces la conclusión obvia
23. P. Griffiths y D. Lewis, "On Granding Religions, Seeking Truth, and Being Nice to People", Religions
Studies 19 (1983), pp. 75-80. Hick respondió en su artículo "On Conflicting Religious Truth-Claims".
ahora en Hick, Problems of Religious Pluralism, pp. 88-95.
24. Hick, Problems of Religious Pluralism, pp. 93ss; cf. Hick, An Interpretation of Religión, pp. 362-376.
25. Ibid. p.46.
26. Ibid, p. 91.
179
LA U N I C I D A D CRISTI NA RECONSIDERADA
27. Ibid.p.92.
180
EL PLURALISMO RELIGIOSO Y PRETENSIONES...
giosa sigue iluminando la vida de sus porar a la propia fe todo lo que uno ha-
fieles en el contexto de su mundo. Esto ya reconocido como elemento de ver-
se refiere, en el caso de enfrentamiento dad en otras tradiciones. Pero nunca
o confrontación entre diferentes cultu- puede significar dejar las pretensiones
ras religiosas (o a veces entre diferentes de verdad específicas de la tradición
ramas religiosas dentro de una misma propia. Si eso ocurre, precipitaría el fi-
cultura), a si una tradición particular re- nal de esa tradición religiosa. Por lo tan-
sulta superior en iluminar las experien- to, el consejo de algunos partidarios de
cias de la gente sobre su vida y su mun- una teología de las religiones pluralista
do. Los grandes cambios en la historia de relativizar y quitar importancia a las
de las religiones pueden ser ampliamen- pretensiones de verdad cristianas podría
te entendidos de este modo28. Es la con- resultar desastroso. Para establecer un
frontación de pretensiones de verdad diálogo interreligioso genuino, el cris-
contrarias lo que desafía a cada tradi- tianismo debería tratar la situación de
ción religiosa a reafirmarse haciendo pluralismo religioso de un modo dife-
frente a esos retos. Eso significa incor- rente. Debe estar abierto y dispuesto a
28. Repetidamente propuse esta idea como clave para un enfoque metodológico a la interpretación teo-
lógica de la historia de las religiones. Ver Wolfhart Pannenberg, T/ieo/ogy and the Philosophy of Science
(1976), pp. 3IOss; idem., Systematische Theologie I (1988), pp. 167-188; e ¡dem, "Die Religionen ais
Thema der Theologie", Theologische Quartalsschrift 169 (1989), pp. 99-1 10, esp. pp. I04ss). En muchas
formas el procedimiento en el que pienso se corresponde con el proyecto deW. C. Smith de una te-
ología de la religión. Estoy de acuerdo con él en que la historia de las religiones tiene que ser un te-
ma de tal estudio.También coincido con él en que la cuestión de la revelación es una cuestión histó-
rica, una "cuestión de historla-de-la-religión" (ver Smith,"Idolatry", p. 59) y que la prueba de la acción
de Dios ha de buscarse en la historia, de modo que la dicotomía entre historia y trascendencia sea
superada. Más importante aun, estoy de acuerdo con Smith en que la tarea de la teología en tal es-
tudio de la historia de las religiones, es determinar el contenido real inherente a las afirmaciones re-
ligiosas. Pero debo insistir en que, en lo referente a todas las tradiciones religiosas, incluyendo a la
cristiana, tal investigación debe proceder por la vía de la reflexión crítica sobre las interrelación en-
tre afirmaciones religiosas y el modo en que éstas son confirmadas en relación con su interpretación
de la realidad generalmente accesible, con especial referencia a situaciones de pretensiones de ver-
dad contrapuestas.
LA U N I C I D A D CRISTIANA RECONSIDERADA
182
EL PLURALISMO RELIGIOSO Y PRETENSIONES
de si hay comunicación con Dios, el la vida espiritual que los cristianos expe-
Dios de Israel y de Jesús. Tal comunión rimentan entre ellos es ambigua, ¿cómo
es prometida a los cristianos, siempre podría ser menos ambigua en el caso de
que no abandonen su fe. Pero al mismo los no-cristianos? Podemos esperar que
tiempo que mantienen la fe, están segu- Dios les mirará con misericordia, como
ros de esa comunión en Cristo en quien esperamos para nosotros mismos. Pero
confían, no por sus propias fuerzas, en sigue habiendo una diferencia: los cris-
abstracción de Cristo. Cuando se trata tianos tienen la promesa de Dios en
del fundamento de nuestra confianza Cristo. Las otras tradiciones religiosas
cristiana en nuestra salvación futura, si no proporcionan esa promesa concreta.
83
VIII
CRISTOLOGÍA EN EL ECUMENISMO AMPLIO
Moni ka Hellwig
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C R I S T O L O G Í A EN EL E C U M E N I S M O A M P L I O
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C R I S T O L O G Í A EN EL E C U M E N I S M O A M P L I O
6. Esto es notablemente así en el influyente trabajo de Karl Rahner resumido hacia el final de su vida en
Foundations ofChñstian Faith (NY: Seabury, 1978). Un replanteamiento similar de la cristologia en tér-
minos existencialistas lo encontramos en Paul Tillich, Systematic Theology, vol. 2 (Chicago: University
of Chicago Press, 1957).
191
LA U N I C I D A D CRISTIANA RECONSIDERADA
excluye a Buda, por ejemplo, como p o - más bien si las analogías usadas llevan a
tencial salvador universal. Aplicando el los creyentes a apostar sus vidas en lo
mismo enfoque existencialista, seguido- que resulta ser seguro, digno de con-
res sinceros de Buda llegan por caminos fianza, cumplimiento de promesas.
similares a una conclusión parecida: el Aunque para muchos creyentes moder-
camino de Buda es existencialmente vá- nos esto puede parecer en principio un
lido en sí mismo y, en principio, umver- sentido menor de verdad y, en conse-
salmente aplicable. El enfoque, por tan- cuencia, una pérdida de certeza, es un
to, no es adecuado a la elección de un ca- sentido de la verdad que está más cerca-
mino como más cercano a la verdad que no a la visión bíblica, y más fácilmente
el otro. Permite a los cristianos decir que defendible en términos de experiencia
están existencialmente seguros de su humana. Es, después de todo, el sentido
propia postura, pero no les da ninguna que pretendemos cuando hablamos de
razón para negar la verdad del otro. amantes que son fieles el u n o al otro,
Lo que permite este tipo de reflexión devotos que son fieles a una causa, o
es una apuesta amigable con aquellos de promesas que resultan ser ciertas. En
otras tradiciones religiosas, de que Jesús otras palabras, es el sentido de verdad
está efectivamente en el corazón del cuando tratamos de situaciones huma-
misterio de la existencia y el destino, nas, personas y relaciones, y no del mo-
con un vínculo directo con la fuente de vimiento de objetos en el m u n d o . En
todo el ser que nos justifica en referen- este tipo de situación, lo que se tiene de-
cia a él como la Palabra encarnada o recho a presentar es una fuerte preten-
personificada del Dios trascendente, sión de certeza por la postura que se de-
Hijo único de la Fuente creadora de t o - fiende, que no es lo mismo que decidir
das las cosas. El lenguaje es clara y ne- la verdad o falsedad de otras posturas
cesariamente poético y metafórico. N o excepto donde estas están en conflicto
estamos, por tanto, tratando la cuestión directo funcionalmente. Tal conflicto
de si la filiación divina o la encarnación sucede con ciertos cultos que surgen de
divina puede mostrarse como verdade- vez en cuando, pidiendo sacrificios hu-
ra o falsa en sentido ontológico, sino manos, racismo, etcétera, pero es digno
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C R I S T O L O G Í A EN EL E C U M E N I S M O A M P L I O
de mención que los seguidores de Jesús con la afirmación previa de que Jesús
que intentan comprender a las grandes era personalmente la segunda "perso-
religiones del mundo en sus corrientes na" del Dios Trino, y describimos la
más puras y mejor acreditadas son raras función de Jesús como fluyendo y co-
veces capaces de encontrar un conflicto rrespondiendo a estas determinaciones
directo en lo que se enseña sobre un previas de su persona y "naturalezas".
camino de sabiduría, salvación, bondad Está claro que las percepciones moder-
o liberación. nas de las demandas de honestidad ri-
Otro gran movimiento en el pensa- gurosa en el discurso se ven ofendidas
miento contemporáneo que ha influido por semejante enfoque, porque se con-
en gran medida en la teología cristiana funde lo que se sabe por su encuentro
en general y en la cristología en particu- con la experiencia humana o la concien-
lar, es el de la fenomenología7. La peti- cia,con lo que es construido subjetiva-
ción de ver la realidad no en términos mente por la imaginación o el intelecto
de nuestros constructos sino en térmi- especulativo. Aquellos que son hostiles
nos de lo que realmente es dado a la ex- a la fe religiosa han respondido a tal
periencia, se presentó como un reto confusión sugiriendo que la verdad no
muy fuerte para la cristología. Lo que la está en discusión cuando la gente habla
doctrina cristiana ha dicho sobre Jesús sobre su fe; están expresando actitudes,
de Nazaret desde el siglo quinto ha ten- inclinaciones, afecciones. La respuesta
dido ha moverse, no desde lo conocido teológica adecuada, tanto a la confusión
hacia lo desconocido, sino en la direc- como a la explicación anti-religiosa de
ción opuesta. Procediendo de la "natu- esto, es ponerse a trabajar en una cristo-
raleza" divina y las "personas" como si logía que sea defendible según los crite-
cualquiera pudiera realmente saber lo rios del pensamiento fenomenológico.
que eso significaba, definimos la huma- Esta cristología8 necesariamente des-
nidad de Jesús de manera que cuadre cribe lo que conocemos sobre la perso-
193
LA U N I C I D A D CRISTIANA RECONSIDERADA
na, vida, hechos y destino de Jesús de en ese contexto, no si se toma como una
Nazaret, lo que podemos ver en la his- formulación de contenido ontológico
toria del impacto que él ha tenido, tanto intemporal y definitivo, sino más bien si
en sus seguidores, como en las estructu- se toma contextualizada en relación con
ras de la sociedad y la forma de la cultu- las cuestiones que se debatieron en los
ra humana (sobre todo la occidental) y siglos cuarto y quinto, y el lenguaje y
el lenguaje, y lo que puede conocerse de estructuras de pensamiento disponibles
la interacción de las influencias de Jesús entonces para responder a esas pregun-
en el mundo con aquellos de otras figu- tas. Por tanto, el enfoque que es genui-
ras religiosas, otros hombres sabios, li- namente útil es el que considera cuida-
beradores, etc. Esto ha significado que dosamente, tanto en la investigación co-
la cristología de nuestro tiempo es nece- mo en la reflexión sobre su sentido, lo
sariamente practicada dentro de un am- que realmente sabemos sobre Jesús de
plio ecumenismo y difícilmente puede Nazaret y su efecto en el mundo, y lo
justificarse cuando se hace aisladamente que podemos encontrar en los testimo-
de las afirmaciones e historias de otras nios de sus seguidores a lo largo de los
tradiciones religiosas y aquellos a quie- siglos para hacer el tipo de afirmaciones
nes veneran como maestros de sabidu- sobre Jesús que finalmente resultaron.
ría pioneros, ejemplares y sabios. En es- C o n las exigencias que el pensamiento
te contexto una cristología funcional fenomenológico nos ha impuesto, el
ocupa el centro de la imagen, porque lo proceso histórico de la formulación de
que puede observarse es lo que Jesús ha la cristología se convierte en más im-
hecho y cómo ha influido y sigue influ- portante que las fórmulas oficiales defi-
yendo en la gente. Lo que se diga des- nitivas, que son la consecuencia.
pués sobre quién y qué sea, ya no puede C o n esos criterios en mente, creyen-
ser más que extrapolación de la obser- tes cristianos contemporáneos serios no
vación de hechos y relaciones. La fe de tienen dificultad en aceptar pretensio-
Calcedonia puede ciertamente conver- nes de unicidad para Jesús que tienen
tirse tanto en inteligible como en creíble que ver con su impacto en el m u n d o en
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C R I S T O L O G Í A EN EL E C U M E N I S M O A M P L I O
primer lugar y, por tanto, el modo en espada de doble filo. Por una parte, des-
que ha de ser visto en relación con el mitifica afirmaciones dogmáticas auto-
horizonte último del ser, el fundamento ritarias, pero por otra hace posibles
o fuente de todo ser. N o sólo reflexio- otras bases sobre las que hacer afirma-
namos sobre nuestra propia experiencia ciones con pretensión de verdad. La
humana como informada por la fe cris- praxis es acción heurística en y sobre el
tiana, sino que también construimos mundo y la sociedad, que provoca una
puentes de empatia hacia las experien- respuesta que favorece la sensibilidad y
la comprensión. Vivir en fe debe, por
cias de otros a través de los siglos, guia-
supuesto, hasta cierto punto ser la pues-
dos por sus testimonios y los logros
ta en práctica de valores y objetivos
que dejaron tras de sí. Lo que encontra-
previamente formados, pero los evan-
mos, por supuesto, no es unívocamente
gelios con su tema del seguimiento de
edificante. H a y que aplicar el discerni-
Cristo, dondequiera que pueda llevar,
miento crítico y distinguir entre lo que
enfatizan más bien el otro aspecto: el
está verdaderamente en el espíritu del seguimiento de una persona es heurísti-
seguimiento de Jesús buscando su p r o - co, reconoce la primacía de la praxis, de
yecto y lo que es discordante con él un modo en el que el seguimiento de
aunque pretenda ser cristiano. Este dis- una ley o código o directorio no lo es y
cernimiento sólo puede venir realmente no da primacía a la praxis.
de un compromiso perseverante en la
Esta es la razón por la que la teolo-
búsqueda de este proyecto en la propia
gía cristiana contemporánea se ha con-
vida y comunidad, porque es el vivir el
vertido en más abierta al reto que viene
compromiso hasta el final lo que lleva a del pensamiento deconstruccionista, en
la experiencia de la verdad como lo que un sentido muy amplio de ese término.
es dado, más que lo que es proyectado. Desentrañar el proceso de cómo llega-
Esta idea originariamente marxista de la mos a nuestras posturas y convicciones
primacía de la praxis sobre la teoría, que tiene interés no sólo histórico, sino
se ha convertido en un tópico para las práctico. Es posible llevar este proceso
ciencias sociales, es, por así decir, una a tales extremos que las palabras ya no
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198
TERCERA PARTE
HERMENÉUTICA, EPISTEMOLOGÍA
Y PLURALISMO RELIGIOSO
I
X
T E O L O G Í A PLURALISTA DE LAS RELIGIONES
¿PLURALISTA O N O PLURALISTA?
J.A. DiNoia, O.P.
I. Bhikshu Sangharakshita (Maha Sthavira), A Survey of Buddhism, 5' ed. (Boulder, CO: Shambh¿;
Publications, 1980), p. 42.
201
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2. Ibid.p.43.
3. Phra Khantinpalo, Tokrance:A Study from Buddhist Sources (London: Rider & Company, 1964), p. 37.
4. Dogen Shobo-Cenzo, citado en Khantinpalo, p. 36.
5. Sri K. Dhammananda, Why Religious Tolerance? (Kuala Lumpur: Buddhist Missionary Society, 1974), p. 8.
6. Sangharakshita, p. 37.
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T E O L O G Í A P L U R A L I S T A DE LAS R E L I G I O N E S
las otras religiones pueden ser conteni- vida. Así, lo que se enseña y recomien-
das dentro del budismo de un modo da en las doctrinas de otras comunida-
apropiado". Sigue diciendo que se pue- des religiosas puede ser valorado sobre
den "trazar con precisión los varios ni- las bases del Dharma. C o m o insiste
veles a los cuales llegan el Hinduísmo, Sangharakshita, el Dharma no es "sólo
el Cristianismo y el Islam dentro del un camino más para el Nirvana, sino el
pensamiento totalizador del Iluminado. principio subyacente, lo rationale, de
N o es posible encajar al budismo en la todos los caminos... [que presenta] en
esfera de pensamiento de otros, sin dis- su aspecto más universal y, por tanto,
torsiones, recortes, abusos o persecu- más individual, aquellas enseñanzas que
cion . en otras religiones son encontradas con
Tales pasajes son representativos de más frecuencia en formas fragmentarias
muchos que podrían ser citados de la li- y distorsionadas" 8 .
teratura canónica y de comentario de la Aunque extraídas en este caso de los
comunidad budista. Hacen explícito lo escritos de autores budistas representa-
que parece ser una asunción básica de tivos, tales afirmaciones no quedan sin
esta literatura. El Dharma que se enseña análogos en las literaturas de otras co-
en la comunidad budista - a saber, la munidades religiosas. En efecto, análisis
verdad sobre el camino del N i r v a n a - filosóficos del discurso característico de
constituye una enseñanza con alcance y las comunidades de las religiones del
aplicabilidad universal. La comunidad mundo, sugiere que cada una propone
budista recomienda a sus miembros y a lo que podría llamarse una pretensión
los de fuera la búsqueda del verdadero particularista de universalidad para sus
sentido de la vida, de las condiciones re- respectivas enseñanzas. Así, como en el
levantes de la existencia humana, y el caso de la comunidad budista, cada co-
estilo de vida que asegura la obtención munidad religiosa parece combinar una
y el disfrute del verdadero sentido de la pretensión de la aplicabilidad universal
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13. Ver Mahaparintbbanasuttay, 23-30, en Dialoguesofthe Buddha, Parte 2,trad.T.W. Rhys Davids (London:
Pali Text Society, 1910), pp. 164-169.
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niendo una doctrina que exprese sus va- y en el ámbito religioso en general, se
loraciones básicas16. En esta doctrina, esperaría que una teoría general de la re-
una comunidad religiosa atribuye al o b - ligión propusiera algún valor para tan-
jeto (por ejemplo, el Dios Trino) o esta- tos predicados como pudieran aducirse.
do de existencia (por ejemplo, Nirvana) Las valoraciones básicas son dife-
en el cual su modo de vida se centra, al- rentes de las teorías generales de un m o -
gunos predicados de primer orden que do notable. Las doctrinas religiosas que
no admiten restricción (como lo más expresan valoraciones básicas siempre
santo, lo perfecto en el ser, el objetivo asignan valores tanto a los sujetos como
supremo de la vida). Así, la valoración a los predicados en expresiones de la
básica del esquema cristiano puede ser forma "m es P", donde m significa ese
expresada en una afirmación como esta: existente o estado de vida en el que los
la Santísima Trinidad es lo más santo, y modos de vida de una comunidad reli-
la valoración básica del esquema budis- giosa se centran, y P se refiere a los atri-
ta puede expresarse, entre otros, de este butos que posee. Pero las teorías gene-
modo: el Nirvana es el objetivo supre- rales de la religión proponen valores só-
mo de la vida. lo para los predicados. Una teoría de la
Una teoría general de la religión pro- religión no sería una teoría general si
curaría, entre otras cosas, informar de asignara algún valor a m en tales expre-
las valoraciones básicas de las comuni- siones. En tal caso sería más bien como
dades religiosas mediante el desarrollo una doctrina religiosa que expresara
de algún valor ampliamente aplicable una valoración básica a la que podrían
para los predicados en doctrinas que proponerse valoraciones alternativas,
proponen valoraciones básicas. Dado más que como una teoría general que
que hay una gran variedad de predica- busca explicar algo de la diversidad de
dos posible en el discurso característico valoraciones religiosas básicas entre las
de comunidades religiosas particulares comunidades religiosas existentes.
16. Ver Wílliam A. Chrístian, Meaning andTruth ¡n Religión (Princeton: Princeton Uníversity Press, 1964),
pp. (56-163.
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la idea de que Padre, Hijo y Espíritu u n ocultamiento más que, como se en-
Santo designan papeles o personas tendía que proclamaba el evangelio, una
adoptadas por Dios al llevar a cabo eta- total revelación de la identidad y los de-
pas diversas de la economía de salva- seos de Dios.
ción. La corriente principal de la histo- Las posiciones pluralistas son igual-
ria rechazó esta idea afirmando que la mente modalistas en su afirmación so-
realidad de las distintas relaciones en bre la lógica de las afirmaciones religio-
Dios están garantizadas por el testimo- sas. En el actual "neo-modalismo" de la
nio escriturístico de las procesiones re- teología pluralista de las religiones, las
ales del Hijo y del Espíritu. En efecto, diversas doctrinas por las que cada co-
al rechazar las explicaciones modalistas munidad religiosa designa al, de otro
de la doctrina de la Trinidad, la comuni- modo inefable, " X " (Nirvana, la San-
dad cristiana t o m ó al Padre, al Hijo y al tísima Trinidad, Alá, etcétera) encarna
Espíritu como la sustancia de una auto- de modo sólo parcial y probable, des-
ídentificación divina. Menos que eso se cripciones complementarias de algo que
consideró como una regresión a las so- finalmente las elude a todas.
fisticadas interpretaciones teológicas Supongamos que un investigador
del politeísmo pagano, según el cual los bien informado pero no afiliado, es
dioses eran vistos como manifestacio- bienvenido como observador al diálogo
nes diversas de un único espíritu divino con miembros de las comunidades ju-
trascendente. Si Padre, Hijo y Espíritu día, cristiana, musulmana y budista. Se
Santo representan sólo modos del com- le permite una intervención, y en el
promiso de Dios con la humanidad, en-
transcurso de la misma anuncia que ni el
tonces se deduciría que Dios, en sí mis-
cristianismo, ni el budismo ni ninguna
mo, es desconocido. Su verdadera iden-
otra religión son verdaderas. Su argu-
tidad está escondida de la vista humana
mento para esta discutible afirmación
detrás de las personas que El muestra
no está falto de interés. Toma como
con propósitos soteriológicos o de otro
punto de partida la importancia de la
tipo. Para el modalismo, Padre, Hijo y
identidad personal y las relaciones in-
Espíritu Santo constituyen finalmente
terpersonales entre los seres humanos.
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LA U N I C I D A D CRISTIANA RECONSIDERADA
Las doctrinas cristianas, como él las en- En la postura pluralista sobre afir-
tiende, afirman la centralidad de estas maciones religiosas, es difícil ver cómo
relaciones hasta el punto de que "perso- las respuestas de los participantes reli-
na" y "relación" son atribuidos incluso giosos en tal conversación podrían ex-
al propio Dios. Eso que es lo más im- plicar algo a favor o en contra de esta
portante para los seres humanos -su re- compleja interpretación de sus doctri-
alización en el contexto de las relaciones nas. Si las doctrinas religiosas son, en
íntimas con otras personas- se convier- principio, construidas de modo que son
te también en lo más importante en el incapaces de decir nada definitivo sobre
reino trascendente. Según él lo interpre- eso que es trascendente, entonces no
ta, la doctrina de la Trinidad hace posi- tiene sentido debatir la verdad de doc-
ble que todos los seres humanos puedan trinas religiosas que expresan afirma-
relacionarse íntimamente con Dios de ciones contradictorias o incluso simple-
un modo verdaderamente interperso- mente diferentes. Además, no hay fun-
nal. El entiende que esta posibilidad se damentos razonables, si todo sigue
excluye en la fe teísta no Trinitaria, que igual, en base a los cuales preferir los
permite sólo la reverencia o sumisión a modos de vida de una comunidad reli-
Dios. Las doctrinas budistas, por otra giosa a los de otra. La pregunta sobre
parte, le parecen afirmar la naturaleza tales temas pierde interés, y las conver-
ilusoria de la identidad personal y la saciones interreligiosas resultan final-
inestabilidad de las relaciones interper- mente inútiles. Tal afirmación va en
sonales. Por tanto, concluye, que dado contra de las más profundas conviccio-
que las doctrinas budista y cristiana tie- nes con las que las comunidades religio-
nen en cuenta características centrales sas recomiendan sus doctrinas y los es-
observables de los estados objetivos de
tilos de vida que promueven. Hablando
la existencia humana en el mundo, y ha-
en general, las posturas pluralistas sobre
ce afirmaciones sobre lo que de Ultimo
afirmaciones religiosas parecen atenuar
se refleja en estas características, tienen
la significación de las diferencias reli-
un potencial de verdad mayor que las
giosas en el intento de dar cuenta de
doctrinas religiosas que no lo hacen.
ellas.
T E O L O G Í A P L U R A L I S T A DE LAS R E L I G I O N E S
221
LA U N I C I D A D CRISTI NA RECONSIDERADA
de veneración o búsqueda, mientras fa- H a y razones para pensar que esta tipo-
vorecen una afirmación ampliamente logía define la agenda de la teología de
agnóstica de doctrinas religiosas, que las religiones demasiado estrechamente.
asigna predicados de primer orden sin Pero ese es un tema que queda para otro
restricción a tales objetos. momento 18 . Incluso si la fuerza de las
Estas propuestas de pretensión de- propuestas pluralistas se concibe en es-
clarada de pluralismo descansan princi- tos términos, sin embargo, los análisis
palmente en su afirmación de la dispo- precedentes sugieren que estas p r o -
nibilidad de la salvación más allá de los puestas adoptan un pluralismo limita-
confines de la comunidad cristiana. Las do. C o m o hemos visto, avanzan una
propuestas actuales en teología de las variada relación de distintos objetivos
religiones se clasifican según la tipolo- buscados por las comunidades religio-
gía dominante exclusivista-inclusivista- sas no pluralista, ampliamente soterio-
pluralista, en gran parte sobre la base de céntrica.
las posturas que adoptan para tratar es- N o obstante, parece haber buenas
te importante tema. El estudio de estas perspectivas para una teología de las re-
posturas sugiere que la tipología puede ligiones más perfectamente pluralista
entenderse mejor si se visualiza, no co- que la avanzada en The Myth of Chris-
mo un continuum, sino como una tra- tian Uniqueness. Tal teología de las reli-
yectoria lejos del exclusivismo. A esa giones podría respetar las pretensiones
luz, en la medida en que las propuestas particularistas de universalidad que se
en consideración aquí proponen la idea encuentran en los esquemas doctrinales
de que hay muchos caminos para la sal- de la mayoría de las comunidades reli-
vación además del seguido y recomen- giosa existentes. Habría lugar para el
dado por la comunidad cristiana, pare- optimismo sobre las esperanzas eternas
cen merecer la etiqueta de pluralista. de los no cristianos, sin pasar por alto
18.Ver J. A. DiNoia, "Varieties of Religious Aims: Beyond Exclusivism, Inclusivsm and Pluralism", en
Theology and Dialogue, ed. Bruce Marshall (NotreDame, IN: University of Notre Dame Press, de pró-
xima aparición).
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T E O L O G Í A P L U R A L I S T A DE LAS R E L I G I O N E S
las notables diferencias entre los senti- religión. Ciertamente, los análisis filo-
dos de la vida recomendados por sus sóficos sugieren que la aceptación de tal
comunidades y los recomendados por consejo por la comunidad cristiana no
la comunidad cristiana. Además una te- es una condición previa para el desarro-
ología pluralista de las religiones estaría llo de una teología pluralista de las reli-
preparada para desarrollar argumentos giones. N o parece haber ninguna razón,
útiles para referencias y afirmaciones en principio, por la que los teólogos
cristianas del Dios Trino y considerar cristianos (y sus colegas de otras comu-
contra-argumentos para las doctrinas de nidades) no puedan desarrollar p r o -
otras comunidades sobre aquello en lo puestas en este campo que abarcaran,
que la vida humana debería centrarse. sin revisión, pretensiones particularistas
Puede ser que budistas como San- de universalidad cristianas y de otros.
gharakshita y Khantinpalo se unieran a Tales propuestas tendrían la ventaja de
los miembros de comunidades cristiana, ser genuinamente pluralistas, en con-
judía y musulmana para prestar aten- traste con las posturas avanzadas en el li-
ción al consejo de Gilkey y otros auto- bro que estamos considerando. Más que
res de este libro. Quizás las comunida- sugerir alteraciones importantes en el
des religiosas deberían revisar sus con- paisaje de las religiones del mundo, tales
cepciones del alcance universal y la apli- propuestas atenderían a sus característi-
cabilidad de sus doctrinas. Pero esto no cas específicas y procurarían dar cuenta
corresponde decirlo a los filósofos de la de ellas en toda su insoluble diversidad.
223
X
RELIGIÓN PARA EL MERCADO
Lesslie Newbigin
225
LA UNICIDAD CRISTIANA RECONSIDERADA
rante doscientos años las vidas de gen- to y las prácticas seculares europeas me-
tes de todos los demás continentes, p r o - diante sus escuelas, hospitales, y pro-
vocando un cambio revolucionario e gramas de "desarrollo".
impulsando un impacto contrario sobre Los europeos ya se había convertido
Europa, no sólo mediante la comunica- en pluralistas en su actitud hacia la reli-
ción de ideas sino también a través de gión; sólo una minoría de los comer-
las idas y venidas de la gente. La situa- ciantes, administradores y educadores
ción se complica por el hecho de que, que fueron desde Europa al resto del
durante el mismo periodo, la tradicio- m u n d o en el s.XIX eran cristianos.
nal estructura de creencias en Europa se C o m o es bien conocido, la Compañía
estaban rompiendo. El desarrollo de la de las Indias Orientales realizó grandes
ciencia desde el s. XVII, y los desarro- esfuerzos para proteger a la India del
llos intelectuales y políticos del XVIII contagio del cristianismo, que podría
estaba provocando un dualismo en el tener un efecto perjudicial en el comer-
pensamiento europeo entre el mundo cio. Hasta hace muy poco, pocos euro-
público de lo que (en el s. XVII) vino a peos tenían dudas en recomendar los
llamarse hechos, y el m u n d o privado métodos científicos "modernos" y sus
de lo que (en el s. XIX) se dio en llamar implicaciones técnicas, al resto del
valores, que se consideraban temas de mundo. Hacer esto era visto como be-
opción personal. En este último área el nevolencia, no como imperialismo. Y la
pluralismo ya se estaba convirtiendo en "modernización" es la ambición domi-
la regla; en el primero no. La explosión nante de la mayoría de los líderes inte-
del poder europeo en el resto del m u n -
lectuales y políticos de las naciones no
do durante el s. X I X fue mucho más
europeas. Algunas, como Japón, ya han
una cuestión de exportación de ideas
dejado atrás a las naciones europeas a
políticas y científicas de Europa y la
este respecto. Culturalmente hablando,
tecnología basada en esa ciencia, que de
el Tercer M u n d o es una entidad en re-
sus creencias religiosas, e incluso los
troceso.
misioneros cristianos estuvieron muy
Ese periodo en la historia europea al
involucrados en exportar el pensamien-
que aquellos que vivieron en él llama-
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R E L I G I Ó N PARA EL M E R C A D O
227
LA U N I C I D A D CRISTIANA RECONSIDERADA
excepto: "Nostra culpa; riostra máxima dárselas de inocente entre sus arrogan-
culpa ". En esta situación, cualquier afir- tes rivales. Por esto es, como dice
mación convencida de la verdad es sos- Knitter, por lo que sus defensores tie-
pechosa. La presión del pluralismo se nen que encontrar formas de "transmi-
hace casi inaguantable. Y no es sorpren- tir la nueva postura no absolutista a la
dente que los cristianos sean llevados iglesia"2. No será fácil. La iglesia inclu-
por la corriente. La pretensión de que ye a algunos que son ya capaces de ejer-
sólo Jesús es Señor y Salvador del mun- citar la "hermenéutica de la sospecha" y
do se ve como una arrogancia inadmisi- son propensos a reconocer las propues-
ble. Incluso si esta afirmación se inter- tas de los "mitógrafos" como simple
preta generosamente para permitir que evidencia de un colapso más de la fe, el
los no cristianos se salven por Cristo, síntoma de una cultura en profunda cri-
esto es aun más ofensivo -añadiendo sis.
condescendencia a la arrogancia. Con La cuestión básica es epistemológica.
todo, es difícil ver cómo puede sobrevi- ¿Puede conocerse la Realidad? La
vir el cristianismo a la negación de lo Salvación, si tal cosa existe, no puede ser
que, desde el principio, ha sido su afir- asequible fuera de una revelación ade-
mación central. ¿Cómo puede reco- cuada de la realidad. Pero la controver-
mendarse el pluralismo a la mente cris- sia central del libro es que la realidad no
tiana? Este es el problema "pastoral"' al es cognoscible. En cierto modo, nos en-
que los autores de The Myth of contramos aquí en terreno conocido. La
Christian Unique-ness tienen que en- sección central ("The Theological
frentarse. El propio pluralismo es una Mystical Birdge") desarrolla temas que
postura entre otras posibles. También son familiares para cualquiera que haya
tiene pretensiones de verdad que deben vivido en la India. Pero hay una dife-
ser establecidas contra pretensiones ri- rencia. Aunque India es casi infinita-
vales que han de ser negadas. N o puede mente acogedora a todas las formas de
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R E L I G I Ó N PARA EL M E R C A D O
religión, siempre hay el inmensamente Realidad que representa. "Para los cris-
fuerte tirón de la estricta enseñanza de tianos pensar que el cristianismo es ver-
los Vedanta; a saber, que aunque la dad, o final, o salvífico, es una forma de
Realidad no es cognoscible como un idolatría" 4 . Lo que se debe afirmar, por
objeto de conocimiento del sujeto, hay otra parte, es que Dios ha inspirado a
-incluso en esta vida- una posibilidad los cristianos para desarrollar su reli-
humana de una unión tal con la realidad gión de la misma forma que ha hecho
última, que la dualidad de sujeto y obje- con los musulmanes y los hindúes.
to desaparece, y esta fe proporciona un Smith no afirma que todos esos intentos
centro de coherencia para la multiplici- de Dios hayan tenido el mismo éxito,
dad de la religión india. Pero para los pero no propone ningún criterio me-
autores de The Myth of Christian diante el cual podamos juzgar cual de
Uniqueness parece que todas las formas ellos corresponde a la intención de
de religión son igualmente válidas. Casi Dios. Se nos deja a merced de nuestras
desde el principio de su ensayo, Wilfred preferencia subjetivas. A u n q u e esta
Cantwell Smith cita como "una percep- postura, como la de otros autores de es-
ción brillante e inmensamente ilumina- ta sección, debe mucho al concepto hin-
dora" el verso del Yogavasisha que dice: dú de ishta devata, el dios de la propia
"Tú, arte sin forma. Tu forma única es elección, no hay mucha duda de que es
nuestro conocimiento de Tí" 3 . El polo atractivo para los habitantes contempo-
subjetivo de conocimiento es el único, ráneos del opulento Norte, porque co-
el objetivo ha desaparecido. Se deduce rresponde exactamente al ethos de la so-
que no puede haber idolatría en sentido ciedad de consumo donde la elección
peyorativo, dado que todos los concep- del individuo es libre y soberana. Cada
tos de Dios son "ídolos" -constructos uno de nosotros es libre de elegir la ima-
humanos. Lo que se debe condenar es la gen de Dios que considere conveniente.
identificación de la imagen con la N o hay realidad objetiva que ponga en
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LA U N I C I D A D CRISTIANA RECONSIDERADA
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R E L I G I Ó N PARA EL M E R C A D O
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£_ / ^ Ü N Í C f D A O C fí í 5 F f rV/<\ R C C O f V í f D f R ñ C 7 r t
para la unidad humana que no especifi- vida es para todos nosotros"7. Ahora es
que el centro tiene al yo como su centro obvio que "la conciencia histórica mo-
(no reconocido). El evangelio cristiano derna" es ella misma un producto cul-
es la Buena Noticia de que se ha pro- tural y no puede pretender ningún pri-
porcionado un centro en torno al cual vilegio epistemológico- un hecho que
es posible para los seres humanos ha- Kaufman más tarde reconoce. N o se da
cerse uno, porque sus pecados están ninguna razón para preferir este ejem-
perdonados y sus deseos contrapuestos plo particular de creatividad humana a
están limpios de egoísmo y dirigidos ha- aquellos desarrollados en las grandes
cia su verdadero objetivo. Ninguno de religiones. Se recomienda eliminar las
los autores discute esta propuesta de pretensiones absolutas de las tradicio-
unidad humana. nes religiosas particulares, sin destruir
Kaufman busca una solución al pro- estas tradiciones.
blema de la unidad llamando la aten- El problema es que todas estas tradi-
ción sobre el carácter históricamente ciones, aunque son indudablemente
condicionado del evangelio cristiano. productos de la creatividad imaginativa
"La conciencia histórica moderna", di- humana, también tienen pretensiones
ce, nos capacita para reconocer el carác- de verdad. En este sentido son de la
ter culturalmente condicionado de la fe misma clase que la tradición científica.
cristiana. La fe cristiana proporciona Los grandes logros intelectuales de la
una serie de símbolos mediante los cua- ciencia moderna son (como es ahora
les la gente en circunstancias particula- ampliamente reconocido) también pro-
res ha intentado comprender el mundo. ductos de la imaginación creativa y la
"Desde nuestra ventajosa posición his- intuición. Pero pretenden dar una com-
tórica moderna" las religiones del mun- prensión verdadera de una realidad fue-
do "parecen entenderse mejor como ra de la mente creativa del científico.
producto de la creatividad imaginativa No son meramente estados psicológi-
humana frente al gran misterio que la cos. No reclaman verdad absoluta en el
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R E L I G I Ó N PARA EL M E R C A D O
sentido de pretender que no hay nada miento requiere de nosotros afirmar que
más por descubrir. Sino que pretenden creencias previas, como la creencia en la
dar una información veraz de lo que es existencia del flogisto, son falsas.
la realidad, en el sentido de que(l) afir- Kaufman lleva razón, p o r supuesto,
maciones que contradicenlos hallazgos al decir que todas las religiones son p r o -
en cuestión pueden ser descritos con se- ductos de la creatividad imaginativa en
guridad como falsos, y (2) que descu- diferentes culturas y en tiempos dife-
brimientos posteriores ampliarán o rentes. Pero al sugerir que tienen por
profundizarán, pero no negarán los ha- tanto igual validez y que ninguna de
llazgos en cuestión. Usando un ejemplo ellas puede considerarse como normati-
de Harold Turner, el descubrimiento de va respecto a las otras, el está aceptando
la clasificación adecuada de los elemen- que lo que está en el centro de todas
tos según la tabla atómica fue un verda- ellas es la preocupación de saber la ver-
dero avance en la comprensión del dad. A este respecto, él y sus colegas en
mundo físico. H a abierto el camino a esta empresa son víctimas del dualismo
descubrimientos posteriores sobre la de la cultura occidental al que me he re-
estructura del propio átomo. Estos nue- ferido. Desde que la invención del teles-
vos descubrimientos van más allá del copio conmocionó a los pensadores eu-
trabajo de Dalton, pero no lo invalidan. ropeos al darse cuenta de que las cosas
Construyen sobre él y su veracidad es pueden ser diferentes de lo que parecen,
confirmada por el hecho de que ha y desde que Descartes ofreció abrir un
abierto el camino a posteriores avances camino a un tipo de conocimiento que
en el conocimiento. N o hay pretensión
sería indudable y sin incertidumbre, ex-
de absoluto si eso significa que no hay
presado en las fórmulas exactas de las
nada más por descubrir. Pero hay una
matemáticas, se ha abierto un dualismo
pretensión de veracidad en el sentido de
entre una falsa objetividad y una falsa
vigencia y carácter indispensable como
subjetividad, entre un m u n d o de "he-
camino hacia adelante en la exploración
chos", que se supone que nos son im-
del mundo real. Y hay una afirmación
puestos independientemente de zs: -
de que la veracidad de este descubri-
quier interés o compromiso n ú e s : : : .
233
LA U N I C I D A D CRISTIANA RECONSIDERADA
8. Ibld.p. 9.
9.AI¡sdair Maclntyre, Whose Justice.Which •? (Univerity of Notre Damme Press, 1988).
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R E L I G I Ó N PARA EL M E R C A D O
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LA U N I C I D A D CRIST ANA RECONSIDERADA
los fundamentos para pensar que esta el original. Jesús, conforme leo el
cosmovisión se corresponde con la Nuevo Testamento, se me presenta co-
Realidad?. mo una persona real cuyas palabras y
(c) Hick ahora extiende su conocida acciones plantean preguntas radicales a
revolución Copernicana. Pide que va- mí y a mis propios ideales. Hay una re-
yamos de una cosmovisión cristocéntri- alidad objetiva que pone en cuestión
ca, no ya a una teocéntrica, sino a una vi- mis propias creencias, ideales y prácti-
sión "Realidad-céntrica"'0. La Realidad cas. La Iglesia ha considerado esta reali-
Última puede ser impersonal11. No de- dad dada como el centro de su com-
bemos excluir al ateo de la salvación. prensión del mundo. Hick ofrece, co-
Paul Knitter en su ensayo habla de un mo alternativa a esto, la "Realidad".
enfoque soteriocéntrico; la base para la ¿Pero como voy a concebir la "Rea-
unidad humana es la búsqueda común lidad"? Tengo que formar mi propio
de la salvación, comoquiera que se diri- concepto de ella en base a alguna clave.
ja12. Consideremos lo que supone este Si se excluyen todas las claves particula-
cambio. Un enfoque crístocéntrico to- res y específicas, ,; cómo voy a concebir
ma como clave a la persona de Jesu- la "Realidad"? Cualquier concepto que
cristo, una persona sobre la que hay da- me forme, es mi propia creación. N o
tos disponibles para el examen. Admi- me puede cuestionar. Soy yo quien está
tido que los cristianos a través de los si- en el centro. La revolución Hickiana es
glos constantemente han intentado des- exactamente lo opuesto a la Coper-
cribir a Jesús a su propia imagen, o co- nicana. Es un movimiento desde un
mo a un representante de lo que conci- punto de vista centrado en la realidad
ben como el ser humano ideal; sin em- objetiva del hombre Cristo Jesús, a una
bargo, tales descripciones pueden siem- centrada en mi propia concepción sub-
pre ser contrastadas y corregidas según jetiva de la realidad última.
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R E L I G I Ó N PARA EL M E R C A D O
(d) Ciertamente, todos los seres hu- adecuada a ese mundo real. Y es posible
manos buscan la salvación -en algún tener razón o equivocase en nuestro
sentido de la palabra. Buscan la felici- modo de comprender qué tipo de mun-
dad, la seguridad, la liberación de la do es. Separar la búsqueda de la salva-
opresión. La buscan de formas muy di- ción del esfuerzo por comprender lo
versas. La buscan mediante la religión, que es la verdad sobre el cosmos, podría
el sexo, el dinero, el poder. Apenas exis- parecer una receta para el desastre.
te ningún límite en los caminos de "sal- (e) Finalmente, no es posible evadir
vación". Son nuestros enfrentamientos la cuestión de la verdad y el error. Hacer
por la salvación los que destruyen el eso sería seguramente signo de muerte.
mundo. La demanda universal humana Todas las criaturas vivientes parecen es-
de salvación no es de ningún modo una tar, en diferente medida, dotadas de la
clave para la unidad humana. La discu- necesidad de averiguar lo que es verda-
sión de Hick tiene su punto de partida deramente la realidad, explorar el mun-
en el viejo slogan "extra ecclesiam nulla do y descubrir como son las cosas real-
salus"" y se centra en las afirmaciones mente. Por esto es por lo que tienen
que las religiones hacen para ofrecer ca- ojos, oídos, nariz y sentido del tacto.
minos de salvación. Pero las religiones Que su comprensión del mundo depen-
pueden hacer estas afirmaciones sólo da del desarrollo de estos órganos de los
porque tienen pretensiones de verdad, sentidos no cambia el hecho de que sea
afirmaciones sobre lo que es la realidad, el mundo externo a ellos lo que buscan
y estas son en muchos casos mutuamen- explorar. Y pueden estar equivocados.
te irreconciliables. Si hay en algún senti- Puede confundir una trampa con un lu-
do un mundo real, un cosmos real, y no gar seguro, y una planta venenosa con
simplemente una multitud de mundos comida. En esa parte de nuestra cultura
separados creados por la imaginación de dividida que es aún vigorosa y está en
los seres humanos, entonces la salvación desarrollo, la mitad científica, domina la
sólo puede ser fruto de una relación misma curiosidad, la misma pasión de
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LA U N I C I D A D CRISTIANA RECONSIDERADA
averiguar cómo son las cosas realmente. único camino para alcanzar la verdad.
Los científicos están cada vez más dis- Su éxito depende del vigor de la comu-
puestos a reconocer el papel jugado por nidad científica y de su disposición pa~
la intuición y la imaginación en su tra- aceptar la disciplina de una tradicio;.
bajo. Pero no aceptarán la idea de que científica establecida. En la otra mitad
su trabajo es simplemente un producto de nuestra cultura, la que tiene que ver
de su imaginación creativa. Es bien co- con "creencias" y "valores", este vigor y
nocido que, por ejemplo, que Einstein esta disciplina faltan. Parecería que una
afirmaba apasionadamente que las teo- propuesta que separe la búsqueda de la
rías especial y general de la relatividad "salvación" del esfuerzo de distinguir la
son una afirmación verdadera de cómo verdad del error, es un signo de muerte
son las cosas realmente. Esa confianza inminente de una cultura. Lo que es
fue confirmada muchos años después cierto es que este tipo de pluralismo
cuando se encontró que las aplicaciones simplemente se derrumbará en presen-
técnicas de sus teorías eran trascenden- cia de una afirmación confiada y vigo-
tales. La parte científica de nuestra cul- rosa de conocer la verdad - u n a preten-
tura sigue floreciendo porque no acepta sión como la que el Islam está haciendo
el pluralismo. No asume "la igualdad de actualmente, cada vez con más fuerza,
todas las opiniones científicas". N o pre- en el mundo contemporáneo.
tende la verdad absoluta, pero insiste en Este es el tema que sólo Langdon
que es posible llegar a una aprehensión Gilkey, entre los autores de The Myth
de la verdad cada vez más completa y of Christian Uniqueness, intenta afron-
que esto sólo puede hacerse identifican- tar. ¿Qué hace un pluralista -se pregun-
do y eliminando errores. Esto no se con- t a - frente a un hecho como el surgi-
dena como "imperialista", a menos que miento del poder Nazi en Alemania en
los científicos (o más frecuentemente sus los años 30? Habiendo afirmado que te-
divulgadores) empiecen a reclamar que nemos que aceptar la "ruda paridad" de
los métodos de la ciencia natural son el todas las culturas y religiones 14 , Gilkey
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R E L I G I Ó N PARA EL M E R C A D O
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LA UNICIDAD CRISTIANA RECONSIDERADA
riere a la "opinión forzada". Si nos en- las raíces del fenómeno de Hitler y su
frentamos, como les ocurrió a los cris- movimiento. En reacción contra las
tianos en Alemania, con la pretensión pretensiones de razón imperialistas, co-
de una ideología absolutista respaldada mo se expresan en la obra de los filóso-
por el poder de un estado despiadado, fos franceses y políticamente encarna-
entonces es una situación como la que das en la Revolución Francesa y en sus
William James describe como una opi- imperialistas consecuencias, los pensa-
nión forzada. O uno mantiene la cabe- dores alemanes afirmaron la prioridad
za agachada, o protesta y se enfrenta a del Volksgeist, la pretensión del espíritu
la cárcel, la tortura y la muerte. N o hay de un pueblo para determinar lo que es
una postura neutral. Este dilema se re- bueno, verdadero y bello para ellos. El
suelve en la práctica, de una forma u camino de esto a la apoteosis de "sangre
otra. Pero, ¿por qué camino? Si, como y tierra" es bien conocido. Si la acción
Gilkey, se ha sido educado durante ge- precede a la reflexión, entonces la ac-
neraciones en una fe que enseña que la ción es dictada por algo que no ha sido
realidad última está de parte de la justi- claramente analizado. Es dictada por
cia y la libertad, y si esto determina lo los impulsos que sean dominantes en la
que significa ser "verdaderos seres per- sociedad a la que se pertenece. En un
sonales y sociales", y si hay un com- espíritu generoso como el de Gilkey,
promiso absoluto con esa creencia, en- educado en una tradición cristiana, es
tonces se protesta y se paga el precio dictada por un amor de libertad y justi-
necesario. Sin esto, parecería que la "in- cia. Pero esa tradición perdura, y
teligencia práctica" significaría quedar- Gilkey puede recurrir a ella, sólo por-
se callado. que se ha luchado por ella y ha sido de-
El segundo punto es sobre la rela- fendida por aquellos que creyeron que
ción de la reflexión con la acción. tenía autoridad absoluta porque su vali-
Gilkey repite la opinión, tan de moda, dez descansaba la revelación de Dios de
de que la praxis precede a la reflexión. sí mismo en Jesucristo. Es, para Gilkey,
Este es precisamente el tipo de pensa- axiomático que "ninguna revelación es,
miento que subyace profundamente en o puede ser, el criterio universal para to-
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R E L I G I Ó N PARA EL M E R C A D O
dos los demás"18. No se da ningún fun- dad de Dios en ningún sistema intelec-
damento para esa afirmación excepto tual o encarnar la perfecta justicia de
que "así lo estamos viendo ahora". Es Dios en ningún orden político. Pero es-
meramente rendirse a una moda con- ta es una clase de relativización radical-
temporánea de pensamiento en un pe- mente diferente de la que Gilkey pro-
queño círculo de intelectuales. Es, por pone. Toda pretensión específica, inte-
supuesto, una negación de la afirmación lectual o políticamente, expresada por
central de la fe cristiana. No tiene futu- la iglesia cristiana es relativizada no in-
ro. Mi tercer comentario es sobre la
vocando la "ruda igualdad de las reli-
afirmación de Gilkey de que cualquier
giones"; esa invocación es una mera ab-
pretensión de verdad absoluta puede
dicación del pensamiento responsable.
llevar a la opresión. Esto es verdad.
Se relativiza invocando el nombre de
Nadie puede ser más tirano que el "li-
Jesús. Todo se sostiene sub specie crucis.
berador" cuando ha conseguido el po-
der. El s. XX está lleno de tristes ejem- La iglesia cristiana ha parecido a veces
plos de esta verdad. Pero aquí llegamos reclamar la posesión de toda la verdad,
al corazón del tema. El único carácter y a veces ha intentado conseguir el po-
del evangelio cristiano, una unicidad der supremo. Cuando lo ha hecho así,
que los "mitógrafos" quisieran negar, es ha falseado sus títulos de propiedad. Lo
que afirma que la pretensión soberana y que la iglesia hace y siempre debe hacer
absoluta del Creador se presenta en la es apuntar al hecho total de la encarna-
forma de un hombre crucificado. La re- ción -Jesús en su nacimiento, ministe-
velación de la verdad es una contradic- rio, muerte y resurrección- como el
ción de todos los imperialismos. punto en el que el Absoluto se ha hecho
Es el hecho de que la cruz sea el cen- presente en medio de la relatividad de la
tro de la predicación cristiana lo que historia. Cuando fielmente lo hace así,
drásticamente relativiza toda preten- hace tres cosas: (a) Confronta a todos
sión cristiana de encarnar toda la ver- los seres humanos con la pretensión ab-
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LA U N I C I D A D CRISTIANA RECONSIDERADA
promiso común con la justicia y la li- es. Los autores parecen haber abando-
bertad como bienes supremos. Pero nado cualquier pretensión de saber lo
destruyen la única base sobre la que que la Realidad es. En la medida en que
pueden apoyan este compromiso. Su sus palabras son atendidas, sólo pue-
empresa es un flaco favor a la causa en den tener el efecto de destruir la posi-
la que creen. El mundo "desarrollado" bilidad de resistencia donde ésta es re-
de momento está totalmente volcado querida. Se dejará -como en ocasiones
en lo que se llama crecimiento econó- anteriores- a aquellos que confiesan un
mico y está cada vez más comprometi- compromiso absoluto con el Señor
do (implícita y a veces explícitamente) crucificado y resucitado- pagar el pre-
con un tipo de Darwinismo social que cio de la resistencia.
ve la vida en términos de competencia El ensayo de Tom Driver es una
y eliminación del inútil. Esto, o algo conclusión apropiada para el libro. Lo
parecido, es la doctrina pública. En es- que está implícito en el resto del libro
ta cosmovisión no hay ciertamente se hace explícito en sus palabras. El es
"opción por el pobre". Los pobres son un politeísta a la antigua usanza, que
los incapaces de sobrevivir. Pueden ser cree que "puesto que Dios tiene dife-
objeto de una caridad privada, que per- rentes historias, entonces tiene diferen-
manece como el último fruto de un vie- tes 'naturalezas'" 20. Toda creencia en la
jo sistema de creencias. Pero esta "cari- coherencia última de las cosas ha sido
dad" no tiene fundamento ontológico. abandonada. El caos ha vuelto y no
Esta doctrina pública es una forma de quedará nada excepto el deseo de po-
paganismo que rinde la autoridad últi- der de los proyectos humanos opues-
ma al "mercado" -una forma moderna tos. El libro, por supuesto, será bienve-
de la antigua diosa Fortuna. Sólo se le nido por parte de aquellos a los que les
puede hacer frente en base a otra creen- resulta más fácil dejarse llevar por la
cia sobre la Realidad, sobre lo que ésta corriente del relativismo que hacer una
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245
XI
¿ES LA " T E O L O G Í A PLURALISTA" ÚTIL PARA EL
D I Á L O G O DE LAS RELIGIONES DEL M U N D O ?
Jürgen Moltmann
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LA U N I C I D A D CRISTIANA RECONSIDERADA
han librado con especial severidad y coexistir las dos en el futuro. Todo t
brutalidad en el Cristianismo y en el proceso dependía de que los represer-
Islam, porque los enemigos son acusa- tantes de las partes opuestas reconocí;
dos de blasfemar contra Dios y no se ran al rey, al concejo, o la gente reuru;
puede hablar con blasfemos. Más bien, en la polémica como cuerpo decisor.
deben ser ejecutados en nombre de legítimo.
Dios. Desde otra perspectiva, los márti- La situación del llamado status ce
res producidos en estos conflictos tie- fessionis está estrechamente relaciona:
nen un poder especialmente persuasivo con estas formas de encuentro. En
para los miembros de la comunidad per- tuaciones extremas, los conflictos en:
seguida. Un antiguo adagio cristiano ex- diferentes partes religiosas o entre -
presa bien esta sabiduría: "La sangre de rios grupos de una iglesia llevaba a la di-
los mártires es la semilla de la Iglesia". visión. La necesidad de un momento
En el contexto europeo, entonces, decisivo o status confesionalis en nues-
podemos considerar intentos de conse- tro tiempo se puso de manifiesto por
guir una primera fase de coexistencia las los problemas presentados a la "Iglesia
controversias públicas entre los sacer- Confesante" en la Alemania de Hitler,
dotes, misioneros y teólogos de las dife- por el mesianismo político del Tercer
rentes comunidades religiosas post- Reich y el estado oficialmente sancio-
Reforma. nado de "Cristianos Alemanes". La
Estas disputas se sostuvieron gene- Declaración de Barmen después de
ralmente ante la corte de un rey o en un 1934 fue la ocasión y la causa de la ne-
ayuntamiento. Después de que se hu- cesidad de adoptar una actitud firme, y
bieran presentado todos los argumen- a partir de ahí se empezó a funcionar.
tos a favor de la propia fe y en contra de En tiempos aún más recientes, en los
la del otro, y viceversa, el rey o el con- años 70, el tema del sistema de disua-
cejo municipal decidía qué religión se- sión nuclear con su amenaza de aniqui-
ría válida y cual no, quién podía que- lación mundial se convirtió en un nue-
darse y quién tenía que ser desterrado, vo status confessionis de las iglesias
y algunas veces también, cómo iban a Reformadas de Holanda y Alemania.
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de unión de las sociedades y, en lugar de en cuanto que permite todo como posi-
eso, se convierten en meras opciones bilidad subjetiva; represiva respecto al
para que los consumidores religiosos escepticismo sobre la posibilidad de
seleccionen según sus motivos priva- que los símbolos religiosos medien una
dos, motivos que no son discutidos. realidad objetiva. Es interesante obser-
Así, "democratizadas", las religiones en- var que tal consumismo demanda ser
tran en el mercado como objetos de universalmente aceptado del mismo
elección subjetiva, del mismo modo que modo que lo fue la fe cristiana en el au-
las marcas de pasta de dientes o deter- ge del imperio cristiano, con la única di-
gentes para lavadora: "la Religión es ferencia de que actúa para perpetuar la
ahora un producto de consumo para una tolerancia y el pluralismo en todo el
nación de contempladores de escapara- mundo, mientras condena todas las pre-
tes espirituales", dice Martin Marty.1
tensiones absolutas de las tradiciones re-
C o m o objetos de consumo, las tra-
ligiosas y las cosmovisiones filosóficas.
diciones religiosas son despojadas de
Surge una pregunta: ¿son aún las tra-
sus antiguas pretensiones para ser sim-
diciones religiosas, saneadas de este
ples arbitros de lo absoluto, y el ancla de
modo por la "tolerancia" subjetiva para
las certezas que la fe ofrecía se disuelve
el mercado religioso de la sociedad oc-
en una atmósfera corrosiva de escepti-
cismo general. La gente puede creer en cidental, lo que eran originariamente?
todo lo que quiera, pero ya no se puede ¿Puede haber un cristianismo sin cruz?,
afirmar que las creencias son mediado- ¿un Islam sin Shariah?, ¿un judaismo
ras de una verdad absoluta. U n o puede sin Tierra? ¿Pueden estas formas trun-
decir lo que quiera, pero lo que diga ya cadas de identidad religiosa pluralista
no tiene ningún estatus público vincu- ser, no el principio, sino el fin de todo
lante. Herbert Marcuse ha llamado a es- auténtico diálogo?.
to la "tolerancia represiva" de la socie- Las tres religiones del libro, Judais-
dad de consumo occidental. Tolerante mo, Islam y Cristianismo, parecen aún
I. Martin E. Marty, Introducción al libro deWilliam lames, TheVarieties ofReligious Experience (NY: Penguin
Classics, 1985), p. xx.
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¿ES LA " T E O L O G Í A P L U R A L I S T A " Ú T I L . . . »
suceda en conferencias de paz. Eso sólo cubrirán por sí mismos. Hoy existen
puede ser un comienzo, porque no son al menos las siguientes tres condiciones
sólo, las diferentes interpretaciones de necesarias para el kairos adecuado para
las religiones de la paz y la justicia lo el diálogo:
que necesita discusión, sino también las
• Existe en todo el mundo un conflicto
propias religiones, incluyendo su esen-
que amenaza la vida.
cia y su función. Si sólo aquellas reli-
• Está en juego la propia verdad que
giones que afirman el mundo y no lo
sirve a la vida.
niegan, y por tanto respetan las condi-
• Hay necesidad de un cambio real en
ciones de supervivencia de la humani-
las condiciones de vida sobre la tierra,
dad y de la tierra pueden ser llamadas
condiciones que son determinadas
religiones "del mundo", entonces el
por las comunidades religiosas y que
diálogo debe aspirar al descubrimiento
supondrán cambios en las diferentes
de lo que en estas religiones apoya la
comunidades religiosas; sin tales cam-
vida y, al destierro de lo que es hostil
bios, puede que la humanidad y la tie-
para ella. Sospecho, por ejemplo que,
rra no sobrevivan.
para el judaismo, el cristianismo y el
islam, esto significa el redescubrimiento El diálogo que surja de estos temas
de la sabiduría en el trato con la natura- no requiere dar los drásticos pasos que
leza y con otros seres vivos, y con la su- piden los defensores de la teología plu-
peración de actitudes que llevan a la ralista de las religiones de The Myth of
destrucción de la naturaleza. Sobre lo Christian Uniqueness, sino que estos
que esto puede significar para las reli- puntos hacen posible el intercambio
giones orientales y las tradiciones ani- honesto sobre cuestiones de vital im-
mistas no voy a especular, ellos lo des- portancia.
257
XII
EN DEFENSA DE LA U N I C I D A D
DE LA DOCTRINA CRISTIANA
Paul J. Ghffiths
I. Paul Knitter, por ejemplo, lo explica claramente en el prólogo de The Myth ofChristian Uniqueness: "En
buena parte del discurso cristiano,'la unicidad del cristianismo' ha adquirido un importante significa-
do mítico. Ha venido a significar la única normatividad, absolutidad, superioridad y carácter definitivo
del cristianismo en comparación con otras religiones del mundo. Es este sentido mítico de la frase,
con todo lo que conlleva, lo que criticamos en este libro" (p. vii). Cf. Hick.'The Non-Absoluteness of
Christianity", pp. 16-17; Gilkey,"Plurality and Its Theological Implications", p. 37; Smith.'Theology anc
theWorld's Religious History", pp. 53-54; etc.
259
LA U N I C I D A D CRISTIANA RECONSIDERADA
260
EN DEFENSA DE LA U N I C I D A D C R I S T I A N A . . .
drían tener algo que aprender2. Esto su- mente en su falta de sensibilidad al am-
giere, por no decir más, una falta signi- plio rango de funciones que las doctri-
ficativa de coherencia interna en una nas realizan a las comunidades religio-
postura estrictamente pluralista. sas. En la segunda parte de este trabajo
Puede ser, por supuesto, que el plu- esbozaré y criticaré brevemente, la
ralismo defendido por los autores del comprensión de la doctrina patente en
Myth sea tanto cierto como inevitable, la obra de John Hick3. En la tercera
y que las revisiones drásticas de las parte ofreceré lo que considero un aná-
doctrinas, actitudes y prácticas de todas lisis más apropiado y cabal de lo que es
las grandes comunidades religiosas sean la doctrina religiosa, tanto formal como
inevitables. Pero si esto es así, los auto- funcionalmente, y al hacerlo sugeriré
res del libro en discusión ciertamente que una comprensión adecuada de su
no lo han demostrado. Entre otras co- naturaleza hace efectivamente imposi-
sas, la interpretación de la naturaleza y ble la adhesión al tipo de pluralismo a
funciones de la doctrina religiosa pre- priori adoptado por Hick y otros. Este
supuesta y compartida por muchos de análisis será reforzado con ejemplos
ellos está falta de sustancia, especial- tanto del cristianismo como del budis-
261
LA U N I C I D A D CRISTIANA RECONSIDERADA
5. La frase "la naturaleza de la doctrina" se toma, con el conveniente homenaje y aprecio, de George
Lindbeck (ver Lindbeck, The Nature of Doctrine). Para una discusión del trabajo de Lindbeck, ver
Griffiths, "An Apology", pp. 406-412.
6. La mayor parte de lo que he dicho en este párrafo y el siguiente se refiere directament a John Hick.
También, con distintos grados de adecuación, a otros pensadores pluralistas, pero soy consciente de
los problemas de generalizar en un grupo tan amplio y variado, y por tanto, pido que la generaliza-
ción realizada aqui sea tomada como se deberían tomar todas las generalizaciones -como de valor
heurístico más que como una descripción adecuada de cada miembro de la clase a la que se supone
que se refiere.
262
EN DEFENSA DE LA U N I C I D A D C R I S T I A N A . . .
263
LA U N I C I D A D CRISTIANA RECONSIDERADA
9. Ibid.pp. 20-21.
10. Hick tiene bastante claro (ibid. p. 17) que las conexiones son contingentes, que es tanto lógica como
prácticamente posible adherirse a la ortodoxia calcedonia y abjurar del racismo, del sexismo, la ex-
pansión colonialistas, y lo demás. Pero piensa que son tales el peso de la historia y la debilidad de la
naturaleza humana, que esto es extremadamente difícil y es mejor no intentarlo.
11. Por ejemplo, Hick dice: "Ahora aunque no podemos mirar dentro de las mentes de las figuras reli-
giosas del pasado, o del conjunto de creyentes a lo largo de los siglos en las grandes tradiciones, sin
embargo me parece absolutamente evidente que normalmente han comprendido la propia esencia de
su lenguaje y el de los demás de modo realista... La esencia del lenguaje religioso ha sido entendida
normalmente y aún hoy lo es, tanto por los creyentes como por los no creyentes, como básicamen-
te cognitlva" (Hick,^n Interpretation of Religión, pp. 176-177; cf. p. 188).
264
EN DEFENSA DE LA U N I C I D A D C R I S T I A N A . . .
son muy oportunas las sensatas palabras gan lugar en aquellos que profesan las
de Owen Chadwick (Chadwick habla palabras. Y esto ayuda mucho a explicar
de los intelectuales cristianos de finales por qué a Hick le parece bien sugerir,
del siglo XVII a mediados del XIX, pe- como frecuentemente hace, que la in-
ro este punto podría ser generalizado de compatibilidad prima facie entre las
modo mucho más amplio): sentencias que expresan (muchas) doc-
Es un axioma compartido por todos en es-
trinas budistas y aquellas que expresan
te libro que las palabras pueden expresar ver- (muchas) doctrinas cristianas son salví-
dades sobre Dios y el alma. Esas palabras ficamente irrelevantes y religiosamente
siempre expresarán mal la verdad, en el senti- insignificantes.
do de incompletamente, inadecuadamente. La Afirmando, entonces, que Hick
verdad sobre Dios es más grande de lo que las aprueba la necesidad de reconocer que
palabras podrían nunca abarcar. Pero el axio-
sus profesores generalmente piensan
ma común es que las palabras, hasta donde lle-
que las doctrinas religiosas tienen conte-
gan, son capaces de expresar verdad. La gente
que cree que la verdad sobre Dios sólo puede nido cognitivo, ¿por qué es tan arrogan-
ser conocida confrontándose con Él sin pala- te en lo relativo a la importancia religio-
bras (sea lo que sea lo que eso signifique) no sa y salvífica de las numerosas y llamati-
necesita este libro. Porque... entonces puedes vas incompatibilidades entre las doctri-
cambiar las palabras tan a menudo como quie- nas profesadas por diferentes comuni-
ras, con tal de que te ayuden a experimentar lo dades religiosas? Su estrategia aquí es di-
numinoso. 12
vidir las incompatibilidades en "asuntos
Los análisis puramente funcionalis- trans-históricos" -asuntos tales como la
tas de las doctrinas religiosas a menudo existencia y naturaleza de Dios y del al-
fomentan la tendencia a "cambiar las ma humana, o la naturaleza de la exis-
palabras tan a menudo como quieras" tencia tras la muerte- en dos clases13. En
con tal de que las transformaciones ten- primer lugar, hay incompatibilidades
12. Owen Chadwick, From Bossuet to Newman, 2' ed. (Cambridge: Cambridge University Press, 1987), pp.
xviü-xix.
13. Hick, An Interpretaron of Religión, pp. 362ss. No considero aquí la discusión de Hick de la incompati-
bilidad entre las doctrinas religiosas que tienen que ver primariamente con temas históricos, más c e
trans-históricos.
265
LA UNICIDAD CRISTIANA RECONSIDERADA
que son genuinas y profundas, desacuer- portancia para los propósitos de este
dos que parecen ser a primera vista de trabajo es que Hick no permite la posi-
gran importancia y estar indiscutible- bilidad de que haya incompatibilidades
mente relacionados con temas para los genuinas, profundas, cognitivamente
que hay alguna respuesta correcta. Hick significativas entre las doctrinas abraza-
cree (acertadamente) que existen mu- das por las comunidades religiosas so-
chos de este tipo. Entre los más llamati- bre temas trans-históricos, que son
vos está la concepción india típica sobre considerados por las comunidades en
la naturaleza de la existencia después de cuestión como salvíficamente muy sig-
la muerte -la idea de la reencarnación nificativos, y realmente lo son. Su pre-
múltiple-, contrastada con la visión clá- supuesto es que cualquier desacuerdo
sica judeo-cristiana-islámica de una úni- que parezca ser de este tipo (es decir,
ca vida después de la muerte. Pero tam- desacuerdos entre cristianos y musul-
bién piensa que todos los desacuerdos manes sobre la naturaleza y la impor-
de este tipo sólo puede resolverse esca- tancia salvífica de la persona de Cristo,
tológicamente (y algunos quizás ni si- o aquellos entre cristianos y budistas
quiera entonces), y que no pueden, por sobre la naturaleza de la persona huma-
tanto, tener una significación salvífica na y el significado salvífico de profesar
importante. En segundo lugar, hay in- las creencias correctas en este tema), de-
compatibilidades que no son ni genui- ben basarse en una mala interpretación
nas ni profundas, y por tanto ni cong- de sus propias tradiciones por parte de
nitiva ni salvíficamente significativas. aquellos que las profesan -esto es muy
Ejemplos de esto incluirían las aparentes claro por ejemplo, en su discusión, bre-
incompatibilidades entre los mitos cos- ve e inquietantes tal y como están las
mogónicos abrazados por diferentes co- cosas, de "[creencias] que una tradición
munidades religiosas. particular proclama como las únicas
Esta afirmación no está exenta de di- soteriológicamente efectivas"14. Estas
ficultades. Pero el punto de central im- son las únicas creencias de las que Hick
266
EN DEFENSA DE LA U I C I D A D C R I S T I A N A
está dispuesto a decir, de modo inequí- de los que profesan creer en sus doctri-
voco, que deben ser literal y objetiva- nas clave también han defendido y apo-
mente falsas; lo sabe a priori en base a yado un orden social anti-iguahtario y
los criterios funcionalistas a los que ya sexista, basado en la conveniencia de \i
he aludido, y el ejemplo que toma es el existencia de una gran clase no produc-
15
del dogma tradicional cristiano . tiva de monjes célibes.
La fuerza de las convicciones plura- Se podría tener alguna simpatía por
listas de Hick se hace aquí evidente. esta postura (porque es ciertamente
Estas convicciones le permiten hacer, bien intencionada) si se pudiera estar de
con aparente sangre fría, lo que sólo el acuerdo con la idea de que la función
más seguro de los apologistas tradicio- principal de las doctrinas religiosas, para
nalmente exclusivistas es capaz de ha- aquellos que las profesan, es la transfor-
cer; a saber, juzgar que ciertas doctrinas mativa advertida por Hick, y que su
claves de las grandes comunidades reli- contenido cognitivo, cuando tienen al-
giosas son claramente falsas, y hacer guno, no es salvíficamente significativo.
esto sin introducirlas en sus propios Pero hay razones que obligan a pensar
términos, sin discutir sus méritos cog- que esto sea una idea absolutamente
nitivos o la respetabilidad epistemoló- empobrecida de la doctrina religiosa,
gica de aquellos que las profesan, sino tanto funcional como sustantivamente,
rechazándolas sólo por apuntar a una y por tanto no una razón de peso para
conexión contingente, y en muchos ca- estar de acuerdo con el rechazo de la or-
sos débil, entre su profesión y ciertos todoxia calcedonia sólo en base a lo
modos de conducta y actitudes que afirmado por Hick. Porque si su análi-
Hick encuentra reprensibles. Es como sis de lo que la doctrina religiosa es y
si hubiera que rechazar la totalidad de la hace es parcial e incompleto, no es
metafísica budista porque, histórica- probable que su fácil rechazo pragmáti-
mente y de modo contingente, muchos co de todas las doctrinas particularista;
267
LA U N I C I D A D CRISTIANA RECONSIDERADA
16. Al ofrecer este análisis recurriré al trabajo deWilliam Christian, especialmente Opposotions ofReligious
Doct/nes (Londres y NY: Macmillan, 1972) y Doctrines of Religious commun/t/es.También estoy en deu-
da, aunque tengo significativos desacuerdos con él, con The nature of Doctrine de Lindbeck. Sobre
Christian, ver Paul J. Griffith,"Religious Diversity", The Thomist 52 (1988), pp.319-327. Sería muy inte-
resante, aunque no hay espacio para hacerlo aquí, contrastar el análisis que estoy a punto de ofrecer
con el ofrecido por Karl Rahner en "What is a Dogmatic Statement?" en Rahner, Theoíogical
Investigations, vol. 5 (London: Darton, Longman y Todd, 1966), pp. 42-66.
268
EN DEFENSA DE LA U N I C I D A D C R I S T I A N A . . .
los tipos de conducta que son apropia- las relaciones entre las comunidades
dos y requeridos a los miembros; pro- monásticas y laicas en la mayoría de
porciona rúbricas para los actos rituales formas de budismo, se aprecia en la im-
de la comunidad; categorías conceptua- portante doctrina de que el Sangha es
les para ser usadas por los miembros un gran campo de mérito. A la vista de
para pensar sobre sus vidas religiosas y esto parece una afirmación sencilla-
analizarlas; y, por lo general, estructu- mente descriptiva sobre una propiedad
ran y ordenan la vida intelectual, afecti- de la comunidad monástica, como un
va y práctica de la comunidad. Esta di- "gran campo de mérito". Y así, en cier-
mensión de las doctrinas religiosas es to modo, lo es, pero su función más im-
quizás la más básica de todas; de ella portante para los budistas, es claramen-
surgen las otras, como trataré de mos- te el establecimiento de actividades re-
trar. gladas hacia las que apunta. Tomándolo
Un ejemplo: hay todo un complejo en serio resulta en un compromiso rico
de doctrinas en el budismo sobre la y complejo de comportamientos reli-
consecución de méritos. Ciertos actos giosos.
son considerados por la comunidad co- Tomemos un ejemplo conceptual
mo especialmente productores de méri- más abstracto: los budistas Yogacara tí-
to religioso y, por tanto, como portado- picamente afirman que todos los exis-
res de efectos beneficiosos sobre aque- tentes son hechos mentales, un sentencia
llos que se ocupan en ellos, sobre todo, doctrinal que tiene muchas y complejas
para los budistas laicos, la donación de implicaciones metafísicas17. Claramente
dinero, comida y otros bienes materia- pretende ser para quienes lo formula-
les al Sangha, la comunidad monástica. ron, lo que William Christian llamaría
El complejo de reglas que gobiernan una doctrina "sobre el escenario de la
17. Para una exposición clásica de la doctrina de vijnaptimatrata, ver Vasubandhu, Twenty Verses (Vimsatika),
trad.Thomas P. Kochumuttom, A Buddhist Doctrine ofExperience.A NewTranslation and Interpretation of
the Works ofVasubandhu theYogacarin (Delhi: Motilal Banarsidass, 1982), pp. 164-196; esta es estudiada
por Matthew Kapstein, "Mereological Considerations ¡n Vasubandhu's 'Proof of Idealism'", Idealistics
Studies 18/1 (1988), pp. 32-S4.
269
LA U N I C I D A D CRISTIANA RECONSIDERADA
vida humana"'*, es decir, una afirmación octavo de los treinta y nueve artículos
con contenido cognitivo sobre el modo de religión que informan la vida de los
como las cosas son realmente. Pero cristianos de la comunión anglicana:
también, e igualmente importante, es También han de ser condenados los que se
una regla que gobierna la vida intelec- atreven a decir que todo hombre se salvará
tual de la comunidad que la profesa, una por la Ley o Secta que profesa, siempre que
regla que dice a los miembros de esa co- sea diligente en conformar su vida con esa Ley
y la luz de la Naturaleza. Porque la Sagrada
munidad qué clases de categorías con-
Escritura nos enseña sólo el N o m b r e de
ceptuales son apropiadas para discutir Jesucristo, por medio del cual los hombres de-
lo que existe y cómo existe. La sentencia ben salvarse.20
doctrinal citada más arriba, entonces,
Las dos frases doctrinales dadas en
funciona para su comunidad tanto sin-
este artículo regulan lo que la comuni-
tácticamente (como una regla que pro-
dad puede decir sobre la salvación; re-
porciona una categoría para ser em-
chazan, en términos muy claros, la apli-
pleada en el discurso metafísico), como cación de la categoría "salvación" a
semánticamente (como una afirmación aquellos que están fuera de la comuni-
sustantiva con contenido cognitivo) 19 . dad, y al hacerlo, dicen a la comunidad
Es fácil encontrar ejemplos de sen- que la categoría sólo puede ser aplicada
tencias doctrinales cristianas que fun- a los de dentro. Esta es la función sin-
cionan regulativamente de este modo. táctica de la doctrina; proporciona a la
Consideremos, por ejemplo, el décimo comunidad reglas para el uso de una
270
EN DEFENSA DE LA U N I C I D A D C R I S T I A N A
21. Soy consciente, por supuesto, de que la afirmación sustantiva que hacen estas frases cuando funcio-
nan semánticamente es exactamente del tipo que Hick rechazaría como necesariamente falso. Ver
Hick, An Interpretation of Religión, pp. 371-372. Las escojo, en parte, por esta razón.
22. Podría decirse mucho más sobre las funciones regulativas de la sentencias doctrinales.Aquí sólo pue-
do referirme a la obra de William Christian.ya mencionada, y destacar especialmente su sensible e in-
teresante discusión de las funciones reguladoras de las doctrinas sobre las doctrinas, "normas", como
él dice,"para gobernar la formulación y desarrollo del cuerpo doctrinal [de la comunidad]" (Christian,
Doctrines of Reíigious Communities, p.2). Estas, las doctrinas que gobiernan una comunidad, son usadas
por esa comunidad principalmente como herramientas heurísticas para determinar si una doctrina-
candidadta específica puede considerarse apropiada como doctrina de la comunidad; también se usan
para clasificar y ordenar las doctrinas de la comunidad, para mostrar su importancia relativa y su ran-
go de aplicabilidad.Todas las comunidades religiosas tienen estas doctrinas reguladoras, y puede dar-
se el caso de que estas doctrinas sean, en la práctica, a menudo las más importantes.
23. Hay significativas analogías aquí con lo que Rahner llama la dimensión eclesiológíca de las afirmacio-
nes dogmáticas (Rahner,"What is a dogmatic Statement?" pp. 51-58).
271
LA U N I C I D A D CRISTIANA RECONSIDERADA
24. Ver por ejemplo el análisis de Frederick Streng de la obra fundamental de Nagarjuna, Mulamadhyama-
kakarikah, en Emptiness:A Study of Religious Meaning (Nashville y Londres: Abingdon Press, 1967). El
/ocys dassicus textual para la negación de Nagarjuna de la eficacia de las afirmaciones doctrinales (pra-
tijna) es su obra The Removal of Disputation (Vigrahavyavanani). Ver Kamaleswar Bhattacharya, The
Dialeaical Method of Nagarjuna (Delhi: Motilal Banarsidass, 1978).
25. Esto se sugiere en el Ratnagotravibhaga, un texto escrito (quizás) en el s.lV (D.C.).VerTakasaki Jikido,
A Study on the Ratnagotravibhaga (Uttaratantra): Being a Treatise on the Tathagatagarbha Theory of
Mahayana Buddhism (Roma: Instituto Italiano per ¡I Medio ed Estremo Oriente, 1966), pp. 305-306.
26. Sobre los tres modos ver Nagao Gadjin.'The BuddhistWorld-View as Elucidated in theThree-Nature
Theory and Its Símiles", Eastern Buddhidt 16/2 (1983), pp. I-18. Y para una discusión detallada sobre
los puntos tratados en este párrafo, ver Paul J. Griffiths, Noriaki Hakamaya, John P. Keenan y Paul L.
Swanson, The Realm of Awakening: A Translation and Study ofthe Tenth Chapter ofthe Mahayanasangraha
(NY: Oxford Unlversity Press, 1989), pp. 3-45.
272
EN DEFENSA DE LA U I C I D A D C R I S T I A N A . . .
273
LA U N I C I D A D CRISTIANA RECONSIDERADA
neo28. Está claro que esta doctrina ex- les momentáneos, clasificaciones que
presó y dio forma a la experiencia de la pretendían ser ( y fueron) aprendidas
meditación budista. Los intelectuales por meditadores y empleadas por ellos
budistas han mantenido siempre que la como herramientas para dar forma a sus
aparente continuidad y solidez de la ex- experiencias meditativas. Hay por tanto
periencia humana ordinaria -la expe- una compleja simbiosis entre las doctri-
riencia de la continuidad sustantiva de nas de los budistas escolásticos Yogaca-
la propia identidad, la experiencia de la ra y su espiritualidad30. La doctrina de la
identidad constante de los objetos físi- momentaneidad radical es sólo un
cos de tamaño medio, etc— es engañosa ejemplo de esto.
en un grado significativo, perjudicial
DOCTRINAS RELIGIOSAS
para la salvación, y el resultado de ma-
-CATEQUESIS Y E V A N G E L I Z A C I Ó N
los hábitos cognitivos y perceptivos29.
La práctica meditativa fue diseñada en
En cuarto lugar, las doctrinas reli-
parte para debilitar esta solidez experi-
giosas funcionan como instrumentos
mentada y sustituirla por una continui-
para la formación de los miembros de
dad (samtana) de hechos mentales espe-
las comunidades religiosas. Hay dos
cíficos intencionales, cada uno de los
modelos en los que esto se realiza, cu-
cuales no dura más que un instante. Los yos términos cristianos tradicionales
metafísicos budistas (abbidharmikas) son catcquesis y evangelización. El tér-
desarrollaron un compejo conjunto de mino doctrina en inglés, como también
clasificaciones para estos hechos menta- doctrina en latín, significa tanto "el acto
28. Definidos clásicamente en Ratnakirti (s. XI D.C.) en el Ksanabhongasiddhi: yat sat tat ksonikom. Ver A.
C. Senape McDermott, An Eleven Century Buddhist Logic of'Exists' (Dordrecht: Reidel, 1970). Pero esta
doctrina fue ampliamente sostenida mucho antes del s.XI, incluso aunque no fuera defendida de mo-
do tan sistemático y preciso hasta entonces.
29. He explorado estos puntos con cierto detalle en Paul J.Griffiths, On Beíng Mindless:Buddhist Meditation
and the Mind-Body Problem (LaSalle, IL: Open Court, 1986).
30. El término Yogacara significa de en realidad "practicante de Yoga", y así indica que esa práctica espiri-
tual era de una importancia fundamental para la escuela.
274
EN DEFENSA DE LA U N I C I D A D C R I S T I A N A .
31. Es interesante rastrear la progresiva aversión al término doctrina en sucesivas traducciones inglesas
de la Biblia. La KingJamesVersion usa "doctrina" en cuatro de los cinco casos mencionados antes, pres-
cindiendo de él sólo en el v.I I, donde se usa una forma verbal en el griego; esta excepción se hizo
probablemente porque en inglés no existe un verbo derivado del nombre doctrina (excepto indoctri-
ñor, verbo que no era de uso común cuando se hizo la KJV- el Oxford English Dictionary da cuenta
de su primera aparición en 1606). La revised Standard Versión usa "doctrina" sólo en los v. I y 6. susti-
tuyendo "enseñanza" y derivados en los otros versos. Y la New English Bible prescinde de "doctrina"
completamente,excepto en el v.I,donde los traductores,presumiblemente,pretendían un sentido pe-
yorativo; aparentemente demonios son (las) doctrinas permitidas, pero los fieles cristianos sólo tie-
nen "enseñanzas", "instrucciones" o "preceptos".
275
LA U N I C I D A D CRISTIANA RECONSIDERADA
32. Sobre todo esto, aunque con un énfasis significativamente diferente, ver Lindbeck, The Nature of
Doctrine, pp. 131-132.
33.VerT.W. Rhys Davids y J. E. Carpenter, eds. Digha-Nikaya, 3 vols. (Londres: Pali Text Society, 1889, 1903,
1910), vol. 2, p. 125; V. Trenckner, R. Chalmers, C. A. F. Rhys Davids, eds. Majjhima-Nikaya, 4 vols.
(Londres: Pali Text Society, 1885-1910), vol. I, p. I 17; vol. 3, p. 179; vol. 3, p.361.
276
EN DEFENSA DE LA U N I C I D A D C R I S T I A N A . . .
34. Podría decirse mucho más sobre abhidharma como un tipo de discurso. He emprendido parte de es-
ta tarea en otro estudio. Ver Paul J. Griffiths, "Denaturalizing Discourse: Abhidharmikas, Propositio-
nalists, and the Comparative Philisophy of Religión" de próxima aparición en Myth and Philisophy:
Toward a Cross-Cultural Philosophy of Religión, ed. Frank E. Reynolds y David Tracy (Albany, NY: State
University of New York Press, 1990).
277
LA U N I C I D A D CRISTI NA RECONSIDERADA
|
ven, así como aquellas que hacen reco- la validez y deseabilidad de seguirlos en
mendaciones sobre que tipo de acciones la clase de pluralismo que recomien-
deseables, tienen contenido congnitivo dan? En primer lugar, debería ser evi-
y expresan verdades salvíficamente sig- dente que las doctrinas centrales de
nificativas. H e mostrado más arriba que cualquier comunidad religiosa no pue-
Hick reconoce esto; y muchos de los den ser fácilmente abandonadas por esa
ejemplos dados en mi propio análisis comunidad, y ciertamente no por la cla-
de lo que son las doctrinas religiosas y se de razones pragmáticas superficiales
cómo funcionan, son también adopta- sugeridas por Hick y otros. Las doctri-
das por las comunidades que los profe- nas centrales de cualquier comunidad
san. Consideremos el décimo octavo de casi siempre tendrán un papel catequé-
los treinta y nueve artículos de religión, tico clave para los miembros de esa co-
citados más arriba, o la afirmación bu- munidad; casi siempre tendrán profun-
dista de la estricta momentaneidad. Las das raíces históricas en la tradición, ha-
dos no son sólo reglas que gobiernan la biéndose formado a través de repetidos
vida de la comunidad e instrumentos intentos por parte de la comunidad de
que excluyen lo que la comunidad con- excluir lo que consideran doctrinal-
sidera inaceptable, sino también afirma- mente inaceptable; y casi siempre esta-
ciones complejas e interesantes sobre la rán íntimamente, simbióticamente, re-
realidad, afirmaciones cuya verdad las lacionados con la espiritualidad y la
comunidades que las profesan conside- práctica ritual de la comunidad que los
ra como de significación salvífica fun- profesa. Y por último, por supuesto, las
damental. comunidades religiosas (o al menos sus
Asumamos por el momento que el representantes intelectuales) casi siem-
análisis de la doctrina religiosa esboza- pre considerarán sus doctrinas, incluso
do aquí es preferible al implícito (y a las aparentemente más exclusivistas, co-
veces explícito) en la obra de John Hick mo simplemente ciertas.
y muchos de los otros autores del The Para los budistas, renunciar a la idea
Myth. ¿Qué se sugiere entonces sobre de que el buddhadharma es la suprema
EN DEFENSA DE LA U N I C I D A D C R I S T I A N A . . .
279
LA U N I C I D A D CRISTIANA RECONSIDERADA
280
EN DEFENSA DE LA U N I C I D A D C R I S T I A N A
36. Rowan Williams, Christian SpiritualutyA Theological History from the NewTestament to Luther and Stjohn of
the Cross (Atlanta: John Knox Press, 1979; publicado en Inglaterra como TheWound ofKnowlwdge),p.\.
281
LA U N I C I D A D CRISTIANA RECONSIDERADA
Preservarlas significará que la vida cris- tianos por parte de los cristianos, y la
tiana seguirá estando estructurada por, esperanza de este ensayo es que un re-
y seguirá tomando sentido de, un cierto conocimiento franco de la dimensión
tipo de universalismo y exclusivismo, y universalista y exclusivista de la sintaxis
esto debe por tanto ser también un fac- y la semántica cristianas de parte de los
tor constitutivo en el compromiso cris- cristianos comprometidos con el diálo-
tiano con los no-cristianos. Es evidente go interreligioso, llevará a cruzar nue-
que mantener este universalismo y ex- vas fronteras en el diálogo interreligio-
clusivismo no tiene que llevar a la opre- so, fronteras inaccesibles desde dentro
sión militar o económica de los no cris- del paradigma pluralista.
282
XIII
EL FINAL DEL D I A L O G O
John Milbank
283
LA U N I D A D CRISTIANA R E C O N S I D E R A D A
Jante "la solución de la praxis") no logra ras políticas que perpetúan estos valo-
comprender que el "proyecto de la res, un reconocimiento que tiende a so-
Ilustración" que desde Descartes ha cavar sus pretensiones de relevancia
buscado superar los supuestos prejui- universal.
cios y limitaciones de los razonamien- El mismo reconocimiento pone a la
tos "locales", y situar a la razón sobre vista una paradoja: los términos del dis-
un fundamento seguro y universal, es al curso que proporcionan las categorías
menos tan fuertemente manifiesta en la preferidas para el encuentro con otras
práctica política, y en la teoría social y religiones -diálogo, pluralismo y simila-
ética, como en el razonamiento episte- res-, junto con los criterios para los lí-
mológico. Este proyecto ha tendido a mites aceptables del enfoque pluralista
ocultar dos hechos importantes: en pri- -justicia social, liberación, etc-, están
mer lugar, que los valores "liberales" ellos mismos incluidos en un discurso
característicos del Occidente moderno occidental más amplio globalmente do-
están relacionados de modos específi- minante. Y la implicación de esta para-
cos aunque complejos, con su herencia doja es evidente: el momento de reco-
helénica-romana-cristiana-judía; en se- nocimiento contemporáneo de otras
gundo lugar, que también están relacio- culturas y religiones, celebrado de mo-
nados con ciertas necesidades pragmá- do optimista por este libro, es él mismo
ticas y reconfiguraciones de poder, que -como muestra la retórica de su celebra-
se siguieron de la desintegración del ción -nada menos que el momento de
Cristianismo. Tom Driver, en su epílo- total eliminación de otras culturas me-
5
go , confiesa que las bases propuestas diante normas y categorías occidentales,
para el diálogo en razón práctica con- con su carga de influencia cristiana.
llevan una atribución de valores libera- Casi siempre evadiendo esta parado-
les modernos occidentales, pero no re- ja y sus implicaciones, ninguno de los
conoce las tradicionales y subestructu- autores de The Myth va tan lejos como
3. Driver, p. 207.
284
EL F I N A L D EL D I Á L O G O
para ser sospechoso de las propias cate- hecho de ligar las buenas causas del so-
gorías de encuentro -diálogo, plura- cialismo, feminismo, anti-racismo y
lismo, etc. Sin embargo, Raimundo ecologísmo a la preocupación del plura-
Panikkar sí parece rechazar que el diá- lismo, realmente lleva a reprimirlos y
logo sea limitado por normas occiden- confinarlos, porque el discurso del plu-
tales de razón práctica4. Panikkar ofrece ralismo ejerce un arrastre retórico en
una alternativa a la solución de la praxis una dirección llamada liberal, que asume
al rechazar todos los modos de media- los cánones de la nación-estado y la eco-
ción universal y, en lugar de ellos, de- nomía capitalista de inspiración occi-
fender una afirmación plural de la pro- dental. Esto no es, sin embargo, para su-
pia realidad última. Sin embargo, diré gerir que estas causas pueden encontrar
más adelante que el deseo insensato de su plena justificación cuando se las libe-
fundir el pluralismo neo-Vedantico con ra de sus amarras occidentales; por el
el Trinitarismo cristiano demuestra un contrario, defenderé que otro efecto ne-
deseo residual de afirmar esta ontología gativo del pluralismo es disfrazar la ver-
pluralista independientemente de cual- dad de que incluso las nociones occiden-
quier tradición o cualquier punto ven- tales más radicales de justicia y libertad
tajoso determinado por el tiempo. sólo pueden tener sentido y ser articula-
En las secciones que siguen quiero, das más allá de los confines de una pers-
en primer lugar, poner en evidencia cier- pectiva liberal, post-ilustrada, si son re-
tos supuestos que refuerzan el ethos situadas dentro del contexto de las tradi-
pluralista, y que no son puestos en ciones religiosas occidentales. Esto es
cuestión en The Myth. Quiero después particularmente cierto, según diré, de la
mostrar, en segundo lugar, como son noción del reconocimiento del "Otro",
sólo estas falsas asunciones las que ha- que es tan importante e imperativa para
cen parecer viable la solución de la pra- el diálogo. Por tanto, en cuarto lugar, me
xis. En tercer lugar expondré cómo el opondré a Panikkar argumentando que
4. Panikkar, "The Jordán, the Tiber and the Ganges'", pp. 89-116.
285
LA U N I C I D A D CRISTIANA RECONSIDERADA
una postura postmoderna que respete la gioso, del cual las distintas tradiciones
otreidad y la. localidad, y sin embargo al son especies. Tal asunción, en contraste,
mismo tiempo aún busque los objetivos ciertamente apoya el más reciente m o -
de justicia, paz, y reconciliación sólo do de encuentro como diálogo, pero se-
puede, de hecho, ser una postura cristia- ría un error imaginar que surge simultá-
na (o posiblemente judía). neamente entre todos los participantes
como el reconocimiento de una verdad
evidente. Por el contrario, está claro
LA RELIGIÓN N O ES UN GÉNERO
que las otras religiones fueron conside-
Paul Knitter protesta de que si las radas por los pensadores cristianos co-
religiones son tan distintas como las mo especies del género "religión", por-
manzanas y las naranjas (quiere decir que estos pensadores sistemáticamente
manzanas y aspiradoras), es imposible subsumen fenómenos culturales extra-
comprender porqué han de buscar el ños bajo categorías que comprenden
diálogo 5 . Esto es seguramente ingenuo; nociones occidentales de lo que consti-
en el curso de la historia, las grandes tuye el pensamiento y la práctica reli-
tradiciones religiosas han entrado oca- giosa. Estas falsas categorizaciones a
sionalmente en un debate polémico, a menudo han sido aceptadas por los
veces incluso incluyendo un "juicio" de propios representantes de las otras reli-
sus respectivas pretensiones, pero esto giones educados al modo occidental,
normalmente ha sido ocasionado por que no son capaces de resistirse a la
exigencias inmediatas de cohabitación, fuerza retórica políticamente imbuida
y sólo ha asumido una base local co- del discurso occidental. Tomemos algu-
mún entre tradiciones adyacentes co- nos ejemplos: John Hick puede hablar
mo, por ejemplo, un monoteísmo co- de "muchos caminos de salvación", sin
mún entre cristianismo y judaismo. N o embargo está claro que las religiones
estaba necesariamente implicado aquí orientales, en general, no buscan la libe-
ninguna asunción sobre un género reli- ración de una condición pecadora o
286
EL F I N A L DEL D I Á L O G O
6. Hick, "The Non-Absolutness of Christianity", pp. 22-23; Kenneth Surin, "Revelation, Salvation, the
Uniqueness of Christ and Other Religions", en The Turnings of Darkness and Light (Cambridge:
Cambridge University Press, 1989), pp. 136-159.
7. Nirad C. Chaudhuri, Hinduism (Londres: Chatto andWindus, 1979), pp. 90-95.
8. Chaudhuri, pp. 326-328.
9. Chaudhuri, pp. 313-329; Karl H. Potter, Presuppositions of India's Philosophies (Westport, CT:
Greenwood Press, 1963), pp. 3-15.
287
LA U N I C I D A D CRISTIANA RECONSIDERADA
ligíoso, son las categorías básicas orga- mos descubierto que puede haber otros
nizativas de toda una cultura: las imáge- caminos para nuestros objetivos defini-
nes, las palabras, y prácticas que especi- tivamente religiosos, entonces estamos
fican "lo que hay" para una sociedad bajo una ilusión profundamente etno-
particular. Lo común a las diferentes re- céntrica. Toda la noción de diálogo está
ligiones, no es, por tanto, lo común de estrechamente ligada a tal ilusión, y se
un género, o de un modo de existencia sitúa junto a la idea de religión compa-
humana particular especificado; más rativa. El hecho del diálogo, desde sus
bien, es los común del Ser, o el hecho de
comienzos socráticos, asume una tema
la propia existencia cultural -como
comunmente reconocido y ciertas ver-
opuesta a natural. Y no hay nada nece-
dades con las que ambos participantes
sariamente analógico en esta comuni-
(o todos) pueden estar de acuerdo sobre
dad de Ser cultural; sino que el Ser -tan-
este tema. A causa de este enfoque ini-
to cultural como natural- o "lo que es",
puede ser construido de modos com- cial común, se espera que un interlocu-
pletamente diferentes e inconmensura- tor pueda progresar hacia una com-
bles por las religiones. prensión favorable de la perspectiva del
Se deduce que la religión comparati- otro: incluso, según Rosemary Radford
va debería dar paso al contraste de cul- Ruether, que pueda desarrollar la capa-
turas (aunque la a-historicidad y la ig- cidad de "entrar profundamente en dos
norancia de raíces compartidas que im- o tres" de tales perspectivas10.La idea de
plica y las infracciones y superposicio- que el diálogo es un camino para llegar
nes deben, por su parte, ser tenidas en a la verdad, que tiene una relación pri-
cuenta). Desde esta perspectiva toda la vilegiada con el Ser, implica que muchas
agenda relativa al "problema", o "al re- voces están fundidas alrededor de un
to de otras religiones" simplemente se solo objeto conocido, que es indepen-
evapora. Porque si pensamos que he- diente de nuestro proceso biográfico o
lo. Rosemary Radford Ruether/'Feminism and Jewisl i-Christian Dialogue: Particularism and Universalism
in the Search for Religious Truth", en Hick y Knii ter, p. 142.
288
EL F I N A L DEL D I Á L O G O
289
LA U N I C I D A D CRISTIANA RECONSIDERADA
12. Chaudhuri, pp. 104-118; Friederich Nietzsche, Thus Spoke Zorathustra, Parte l , " O f the Bestowing
Virtue".
I3.J-F. Lyotard, The Differend, trad. Georges van den Abbeele (Manchester: Manchester University Press,
I988),pp. 152-156.
l4.W¡lhelm Halbfass, Iridien und Europa (Basel: Schwabe, 1981), pp. 433-438.
290
EL F I N A L DEL D I Á L O G O
291
LA U N I C I D A D CRISTIANA RECONSIDERADA
ridad del proyecto cristiano, en térmi- universal modo de vida, por lo que Jesús
nos de su deseo de llevar adelante ese fue considerado por la primera iglesia
proceso "deterntonalizante" l5. como idéntico con el Logos divino, no
La segunda cosa falsa de la fijación porque se hubiera convertido en el ob-
cristocéntrica es que implica que las jeto casual de una adhesión cúltica. Si
afirmaciones cristológicas sólo tienen esto no fuera así, sería difícil compren-
que ver con la fetichización de lo parti- der como la proclamación de la divini-
cular, más que con la auténtica constitu- dad de Jesús en Juan y Pablo se acom-
ción del modo cristiano de universali- paña del extremo de la supresión de los
dad y el proyecto social cristiano. Con aspectos cúlticos y legales de la religión
todo, los evangelios no están tan rela- judía. Se insiste en esta particularidad de
cionados con Jesús como individuo, si- Jesús sólo para definir un nuevo marco
no más bien lo presentan como ejempli- de relevancia más que local16.
ficando la humanidad perfecta, la filia- En contraste, la mayoría de los auto-
ción perfecta, y mediante esta ejemplifi- res de The Mytb suponen que su propia
cación hacen posible una posterior re- devoción a Jesús es esencialmente un te-
petición de esta filiación en la iglesia. ma de adhesión cúltica o quizás simple-
Este nuevo y universal modelo de hu- mente la fuerza de la costumbre.
manidad nos es, sin embargo, presenta- Cuando se convierte en su impulso su-
do no sólo en términos de conceptos, si- perior, este nivel de devoción es tras-
no también en términos de narraciones cendido y reconocido como la mera
(muy parcas) y metáforas (realmente vestidura externa de un compromiso
bastante abstractas). Es, en efecto, por- humano más puro y esencial. Se insinú-
que las narraciones y las metáforas son an similares interpretaciones erróneas
fundamentales para definir el nuevo y del lugar de Buda en el budismo, el
15. Sobre la "deterritorialización", ver Gilges Deleuze y Félix Guattari, A Thousand Plateaus, trad. Brian
Massumi (Londres: Athlone, 1987), esp. pp. 351 -474.
16.Ver John Milbank, "The Ñame of Jesús: Incarnation, Atonement and Ecclesiology", Modern Tbeology,
1990 de próxima aparición.
292
EL F I N A L DEL D I Á L O G O
Corán en el islam, e incluso el Dharma mente por lo que son tan susceptibles
en el hinduismo. En todos estos casos, de conversión por, o de acomodación,
aspectos cruciales de las grandes reli- dentro de los términos de una gran reli-
giones son presentados erróneamente gión, que es en parte resultado de tal
como devociones locales, cuando de confrontación. Las grandes religiones
hecho son elementos básicos de una notoriamente no son tan susceptibles a
gramática cuyo propósito es sobrepo- la conversión o la acomodación, preci-
nerse, plenificar o regular tales devocio- samente porque ya encarnan un marco
nes en el curso de la definición de las re- cultural más abstracto, universal y des-
glas para una articulación cultural u m - territorializado, aunque normalmente
versalmente relevante. no sucumben a la tentación de intentar
Porque todas las grandes religiones encontrar esta universalidad en una ra-
son ya el resultados de una confronta- zón independiente de toda memoria
ción del hecho de las diferencias religio- particularizada. Justo p o r estas aspi-
sas y un intento de subsumir tales dife- raciones universalizadoras, su marcos
rencias (aunque los propios modos y conceptuales no pueden ser fácilmente
grados de construir la "universalidad" disueltos mediante el diálogo, cuyo úni-
varían enormemente; por ejemplo, en co resultado posible debe ser, o bien dis-
forma de una decodificación de la mito- frazar la conversión mediante el discur-
logía y la práctica ritual - H i n d u i s m o - , so retoricamente fuerte (Cristianismo),
o en la concentración en un Dios crea- o bien mediante una nueva hibridación,
dor supremo más que en un panteón produciendo una nueva, y por supuesto
completo —Judaismo). En comparación, sólo como particular, religión de élite
las religiones genuinamente locales (y para los propios partidarios del diálogo.
por supuesto el aislamiento relativo no Los autores de The Myth no mues-
implica que sean primitivas), apenas se tran ningún signo de tener en cuenta es-
ha tenido que enfrentar con la cuestión ta diferencia de carácter entre religiones
de si sus creencias y prácticas son rele- locales y grandes religiones, y sus im-
vantes más allá de los confines de su plicaciones negativas para la empresa
propia sociedad; esto es presumible- del diálogo. En vez de eso, constante-
293
LA U N I C I D A D CRISTIANA RECONSIDERADA
mente confunden elementos de gramá- más Marxista que The Myth aquí), la
tica de universalidad con mera particu- mayoría de los imperios son ambiguos
laridad cultica. Este error, por tanto, más que totalmente deplorables. Redu-
consiste en la asociación de imperialis- cen el número de conflictos mortales,
mo religioso-político simplemente con interrumpen las continuas narrativas de
la imposición global de un punto de vis- tiranías locales incuestionables, y esta-
ta local: el del occidente cristiano. Pero blecen nuevas cortes centrales de apela-
desde una perspectiva histórica mundial ción, de legalidad constituida y razón
(el nivel al que nos animan a aspirar) to- abstracta. Sin embargo, al mismo tiempo
das las grandes religiones se asocian de tienden a ejercer un tipo de tiranía más
una u otra forma con las empresas n ó - estable y efectiva pretendiendo conser-
madas "imperiales" de los pueblos var el poder, no tanto basándose en la
Indo-europeos, y esta expansión nunca fuerza, como que en el orden natural o
ha significado la mera exportación de en principios. En la capacidad de los
ideas locales, sino siempre el intento de principios para migrar puede esconderse
reinventar o expandir estas ideas en tér- la verdadera fuerza de la migración.
minos universales. Así,celebrar el uni- En esta sección he identificado cua-
versalismo, el racionalismo y el huma- tro supuestos que sostienen al pluralis-
nismo por una parte, y desaprobar el mo y que nadie en The Myth repudia o
imperialismo por otra (como hacen los justifica suficientemente. Estos son:
autores de The Myth), es contradicto- 1. La religión es una categoría genuina.
rio. Porque ambos fenómenos son des- 2. El diálogo proporciona u n modo pri-
territorializaciones, de modo que el hu- vilegiado de acceso a la verdad.
manismo universal está constituido por 3. La unicidad de las grandes religiones
el poder del (moderno, occidental) im- está dada en sus adhesiones cúlticas,
perio, mientras que, a la inversa, el im- más que en sus formaciones sociales.
perio es obra de un impulso hacia la 4. El imperialismo es simplemente la
"comprensión" racional. Según mi opi- arrogancia de la localidad, especial-
nión (y creo que estoy siendo mucho mente de la occidental.
294
EL FINAL DEL DIÁLOGO
17. Max Weber, "Politics as aVocation" en From MaxWeber, trad. H. H. Gerth y C.Wright Mills (Londres:
RKP, 1948), pp. 77-128; ¡dem,"Science as aVocation" en Gerth y Mills, pp. 143-145.
295
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18. Panikkar, "The Jordán, the Tiber and the Ganges", pp. 101 -105.
19.Ver John Milbank, Beyond Secular Reason:Theology and Social Theory (Oxford: Blackwell, 1990), cap. 8,
"Founding the Supernatural: Political and Liberation Theology ¡n the Context of Modern Catholic
Thought".
296
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20. Marjorie Hewitt Suchocki, "In Search of Justice: Religious Pluralism From a Feminist Perspective", en
Hick y Knitter.p. 149.
21. Ibid.,p. 154.
297
LA UNICIDAD CRISTIANA RECONSIDERADA
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se concibe como haciéndose. Las dispu- rar, por ejemplo, los Vedas como p r o -
tas familiares (ver el final de la trilogía pedeúticos hacia el cristianismo en el
de Aeschylus Oresteian) 27 terminan ba- mismo grado que ha considerado al
jo los auspicios de la ley de la polis, y las Platonismo). Simplemente, en Oriente
clases militares refrenadas por la forma- había reyes absolutos y no ciudades, y
ción educativa en normas éticas y lega- esto significaba también que no había
les, que según la República de Platón "Bien", justicia última, sino poder tras-
son finalmente aseguradas por la visión cendental o libertad, y no acción signi-
conseguida por los sabios (y parcial- ficativamente "ética", sino más bien el
mente por otros) de la estable forma del modo de acción libre de consecuencias.
Bien28. El soberano "buena persona" no (Habría que notar aquí que como
va simplemente a abandonar a las clases Oriente no contrapone lo sacral y lo
indisciplinadas, ni simplemente ignorar motivado por el poder del mismo modo
sus indisciplinados deseos más profun- que Occidente, toda la forma de la occi-
dos, pero tampoco va a conformarse dental sospecha de la religión es redun-
con su reproducción intemperada sin dante en términos orientales).
fin, como Arjuna bajo el consejo de La afirmación anterior proporciona
Krishna. Más bien, hay que hacer parti- un contraste esquemático entre los res-
cipar a las clases "bajas", poderes y de- pectivos imperialismos de Oriente y
seos todo lo posible en la supra-reali- Occidente. Tampoco es una verdad evi-
dad de "el Bien". dente, y cada una puede sospechar de la
Así el contraste entre Oriente y otra. Sin embargo, es evidente que
Occidente se extiende a lo que nosotros, Oriente no tiene recursos en sí mismo
en Occidente, consideramos más básico para contestar como un tema de justicia,
y valioso (y se puede resaltar aquí tam- las incursiones imperialistas occidenta-
bién qué absurda resulta la sugerencia les en su terreno. Por el contrario, la
de que el Cristianismo podría conside- propia justicia y el Bien son los vehícu-
303
LA U N I C I D A D CRISTIANA RECONSIDERADA
los del imperialismo occidental, y aun- tal en el poder le deja relativamente in-
que esto significa que algunas veces pue- capaz de resistir (ver Japón) la magia
den, o incluso siempre, ser contestados más exitosa de occidente. La compatibi-
como las máscaras del poder dominante, lidad del pensamiento con una filosofía
su supuesto excendete de poder significa post-Darwiniana es demasiado a menu-
que siempre pueden ser invocados con- do señalada por los generalmente ansio-
tra lo que se expone, como no teniendo sos, y esencialmente irreflexivos, teólo-
más base legitimadora que su propia ar- gos anglosajones.
bitrariedad. Así, si Occidente es el gran Por estas razones debe ser totalmen-
veneno moderno, es también la única te ilusorio asociar evidentemente preo-
cura posible; casi todas las revoluciones cupaciones occidentales de justicia so-
contra occidente han sido en nombre de cial, igualdad social y la libertad del
occidente -incluso la revolución islámi- Otro (siendo las dos últimas reforzadas
ca encuentra difícil evitar esto, y el Islam más allá de los griegos por las tradicio-
es, en todo caso, estrictamente hablan- nes judía y cristiana) con un pluralismo
do, Occidental. Y si esta consideración tradición-trascendente. Pero es más que
se aplica a Oriente, entonces se aplica de ilusorio; es peligroso, por dos razones.
modo aun más fuerte a sociedades loca- En primer lugar, esta asociación implica
les, que tienen aún menos recursos in- que se puede encontrar la justicia y la li-
ternos para alcanzar normas relativas a bertad en la razón humana universal. La
las relaciones entre las culturas. conciencia ahora general de los eruditos
También es notable que mientras los de que esto es imposible, tenderá a tra-
enfoques de poder orientales "mágicos" er desilusión y desesperación en su tren,
tienden a situar muchas limitaciones sa- a menos que se vuelvan la justicia y la li-
crales sobre el poder, y la desacraliza- bertad a sus contextos míticos de imagi-
ción cristiana del poder ha llevado inin- nería religiosa en la visión platónica del
tencionadamente a su manipulación pu- Bien, la visión judía de Dios y la visión
ramente secular, dando lugar a un in- cristiana de la Trinidad (aunque esto
contenido cientifismo y tecnologismo, normalmente implicará un nuevo traba-
no es cierto que la concentración orien- jo no fundacional de tales mythoi y on-
304
EL F I N A L DEL D I A L O G O
29. Emmanuel Levinas, Ottíerwise Than Be/'ng, Or Essence, trad.Alphonso Lingis (The Hague:Martinus
Nijhoff, 1981), p. I I .
305
LA UNICIDAD CRISTIANA RECONSIDERADA
306
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LA U N I C I D A D CRISTI NA RECONSIDERADA
significa que puedan ser concebidas co- se puede respetar al otro totalmente
mo yaciendo juntas pacíficamentes, sin completar y asegurar esta otreidad com
interferencias mutuas. Porque aunque pura diferencia de buena vecindac
no proporcionan informaciones diver- Entonces, por fin, se establece una con-
sas de ninguna "cosa" o aspecto de Ser, versación, que es en sí el objetivo del
son diferentes informes del propio Ser o verdadero deseo, y no un debate sobre la
de "lo que hay". C o m o tal informe, ca- verdad, en la forma de "diálogo". Pero
da religión tiene que reclasificar otros por supuesto el encuentro cristiano con
informes inconmensurable cuando se el O t r o no puede comenzar como con-
encuentra con ellos, según su propia versación. Primero, la teología cristiana
perspectiva. Incluso una filosofía que debe buscar derrocar otros discursos en
respete las diferencias no puede evitar tal el punto de su negación de la otreidad,
informe, y tales reclasificaciones impe- buscando tensiones internas y lacunae
rialistas, precisamente en el punto donde que le permitan interpelar anticipaciones
tiene que decidir si la diferencia debe im- "tipológicas" del Logos cristiano, y ori-
plicar conflicto o puede significar recon- ginar una respuesta espiritual "diferen-
ciliación. La primera opción reconoce te" que, con todo, debe ser específica-
las diferencias como realidades que van a mente cristocéntrica. (Por ejemplo, en el
ser encontradas constantemente, supe- caso del Budismo, se puede intentar
radas y mantenidas a raya; eso no lleva a mostrar cómo el compromiso budista
una valoración del O t r o , y esta no es una con la compasión y la no violencia in-
faceta tradicional de la cultura oriental consistentemente excede los objetivos
(como afirma Wilhelm Halbfass, el plu- orientales de poder y libertad).
ralismo hindú tiene poco que ver con la Permítanme concluir este ensayo
tolerancia34). C o n un grado extremo de con una doble propuesta. En relación
paradoja, se debe afirmar que sólo me- con el fomento general de la compren-
diante la insistencia en la finalidad de la sión crítica de los discursos (el mínimo
lectura cristiana de "lo que es", es como que las religiones pueden sinceramente
308
EL F I N A L DEL D I A L O G O
compartir en común) será mejor reem- cos de diálogo alrededor de un tema co-
plazar "diálogo" por "sospecha mu- mún neutral. En el curso de tal conver-
tua". En lo que respecta a la teología y sación, deberíamos en efecto esperar re-
práctica cristianas deberíamos simple- cibir constantemente a Cristo de nuevo,
mente profundizar el proyecto eclesial desde las respuestas espirituales únicas
de conseguir la armonía en la diferencia de otras culturas. Pero no pretendo que
y una conversación histórica continua, esta propuesta signifique nada más que
no limitada por los imperativos socráti- continuar el trabajo de conversión.
309
XIV
U N A " P O L Í T I C A DEL D I S C U R S O " .
PLURALISMO RELIGIOSO EN LA ERA DE LA
HAMBURGUESA M c D O N A L D
Kenneth Surin
... en 1977-78, celebrando el éxito sin pre- Hendrik Kraemer, Karl Rahner,
cedentes de los bares de hamburguesas, cafe- John Hick y Wilfred Cantwell Smith
terías, restaurantes de comida rápida, y "do-
son bien conocidos por sus intentos
nut bars" en Oriente, donde la multinacional
bastante diferentes de delinear -filosó-
McDonald's ha tenido un enorme éxito,
Bussines Week exclamaba: "La americaniza- fica y/o teológicamente— las formas de
ción de los japoneses, con toda rapidez desde relación que el cristianismo tienen con
la ocupación, ha alcanzado un nuevo pico. las otras grandes religiones2. Las formu-
Los restaurantes de comida rápida se están laciones, y los logros, de Kraemer,
convirtiendo en una forma de vida"; y Rahner, Hick y Cantwell Smith repre-
Advertising Age, "Es la comida de la genera-
sentan un significativo y complejo mo-
ción de los pantalones vaqueros, la nueva gen-
te que busca una cultura común. Los habitan-
do de producción cultural. Este modo,
tes del sudeste asiático de hace una generación como todas las formas de producción
crecieron con la 'Coca-Colanización'. Ahora histórica, está política, social e históri-
sus hijos están en medio del acontecimiento camente constituido, y uno de mis pro-
de la hamburguesa". pósitos primarios al escribir este ensayo
- Armand Mattelart' será construir una narrativa que identi-
I.Armand Mattelart, Transnationals and theThirdWorld:The Struggle for Culture, trad. David Buxton (South
Hadley, MA: Bergin y Garvey, 1983), p. 68.
2. Para un estudio general útil de estos paradigmas, ver G. D'Costa, Theology and Religious Phiratárr,
(Nueva York: Basil Blackwell, 1986).
311
LA U N I C I D A D CRISTI NA RECONSIDERADA
fique y sitúe las fuerzas históricas, polí- que aunque ha habido muchas teorías
ticas y sociales, las "contingencias" si se de la religión, estas teorías han sido in-
quiere, que proporcionan las siempre variablemente de dos tipos. Un tipo, di-
"materiales" condiciones y contextos ce Hick, pretende proporcionar un in-
de los sistemas de conocimiento produ- forme enteramente "naturalista" de la
cidos por los filósofos y teólogos esco- religión. El segundo tipo de teoría, aun-
gidos. No pretendo de ningún modo que puede parecer que proporciona una
directo hacer una valoración de la ver- visión "religiosa" de la religión, lo hace
dad o plausibilidad de sus afirmaciones sin embargo desde la perspectiva de una
sobre las relaciones entre las religiones. "confesión" particular, y así (según lo
Mi objetivo aquí es más bien intentar ve Hick) subordinando efectivamente
entender las comprensiones del cristia- otras tradiciones religiosas a esa confe-
nismo, budismo, judaismo, las "religio- sión. Hick encuentra problemáticos
nes del mundo", etc, que están produci- ambos tipos de teoría, y por tanto pro-
das y reproducidas en los textos de pone un análisis alternativo, uno que
Kraemer, Rahner, Hick y Cantwell sea religioso aunque al mismo tiempo
Smith. Este ensayo concluirá con una rechace privilegiar el punto de vista
propuesta para una comprensión algo confesional particular.3
diferente sobre lo que se revela, en prin-
Menciono la clasificación de Hick
cipio, cuando nosotros y otros com-
no porque la encuentre demostrativa
prometen significantes como cristianis-
(que no lo hago), sino porque me pare-
mo, judaismo, budismo, etc, en tipos
ce que hay un sentido en el que los es-
específicos de proximidad discursiva.
critos de gente como Kraemer, Rahner,
Cantwell Smith y Hick pueden verse
I provechosamente como respuestas dife-
rentes a un poderoso imperativo dirigi-
En la versión publicada de sus Gi- do a los "modernos" filósofos de la re-
fford Lectures 1986-87, John Hick dice ligión y/o teólogos, un imperativo (es-
312
UNA " P O L Í T I C A DEL D I S C U R S O
toy tentado a llamarlo una tentación) nes entre las religiones, es lo que vincu-
que proporciona la motivación subya- la a pensadores de opiniones tan apa-
cente a la clasificación de Hick, y que rentemente divergentes como Kraemer
llama a la persona que está enfrentándo- y Hick.
se con el tema de la relación entre las re- Pero, según estos pensadores, ¿por
ligiones, a tratar esta cuestión desde una qué se convirtió en urgente esta cues-
perspectiva rigurosa y explícitamente tión de lo confesional para aquellos que
"no confesional". Así, según los crite- se enfrentan a la cuestión de las relacio-
rios de Hick, él y Cantwell Smith (entre nes entre el cristianismo y las otras
otros) aprueban el examen, mientras que grandes religiones? La respuesta a esta
Rahner, por todos sus intentos de dis- pregunta se encuentra en una cierta na-
tanciarse de un exclusivismo cristiano rrativa histórica que tiene un atractivo
ignorante, no lo consigue, en último tér- bastante irresistible para Kraemer,
mino, a pesar de sus buenas intenciones Rahner, Hick y Cantwell Smith. Esta
porque no renuncia al axioma de que la narrativa es algo así: érase una vez,
Iglesia es el locus decisivo de la salvación cuando administraban imperios, los po-
humana. Kraemer, por supuesto, sus- deres europeos y sus gentes podían sos-
pende el examen desde el principio, por- tener la presunción ciega de que, como
que según Hick su postura es flagrante- su religión —el cristianismo- era incues-
mente, irremediablemente confesional4. tionablemente la religión suprema, nin-
Esta cuestión urgente de la delimitación, guno de sus rivales merecía realmente
incluso su mera posibilidad, de lo confe- nuestra atención seria y sin reservas.
sional en la comprensión de las relacio- Entonces el mundo cambió. Los pode-
4. Para Hick sobre Rahmer y el inclusivismo generalmente, ver "Preface to the 1988 Reissue", y "The
Copernican Revolution inTheology", en God and the Universe ofFaiths (Londres: MacMillan, 1988; pu-
blicado por primera vez en 1973), pp. vii y 127, respectivamente; y "Philosophy of Religious Pluralism",
en Problems of Religious Pluralism (Nueva York: St. Martins Press, 1985), p. 33. Sobre Kraemer, ver Hick.
"Christian Belief and Interfaith Dialogue", en God Has Many Ñames (Philadelphia:Westminster, 1982),
pp. 117-118.
313
LA U N I C I D A D CRISTIANA RECONSIDERADA
res coloniales fueron cada vez más inca- ... en el pasado, la otra religión era en la
paces de mantener su dominación, y las práctica la religión de un ambiente cultural
completamente diferente... H o y las cosas han
tierras que controlaban se convirtieron
cambiado. Occidente ya no está cerrado en sí
en naciones independientes. Mientras
mismo; ya no puede considerarse a sí mismo
estaba teniendo lugar esta transforma- simplemente como el centro de la historia de
ción, se fue haciendo cada vez más difí- este mundo y como el centro de la cultura,
cil para los cristianos mantener, de mo- con una religión que, incluso desde este pun-
do irreflexivo, que las religiones de es- to de vista, (i.e. desde un punto de vista que
tas tierras estuvieran en relación de su- no tiene realmente nada que ver con una de-
cisión de fe, sino que simplemente tiene el pe-
bordinación automática al cristianismo.
so de algo bastante evidente) podría parecer
Kraemer llama a este cambio histórico
como la manera obvia, e incluso única, de
un "pequeño terremoto" para los cris- honrar a Dios. H o y todo el mundo es el veci-
tianos5. CantweII Smith, dando una no de la puerta de al lado y el vecino espiritual
descripción lúcida de este cambio y de de todos los demás habitantes del mundo. Y
su impacto sobre el cristianismo, evoca por eso, todo el mundo hoy está determinado
la manera en la que "la nueva genera- por la intercomunicación de todas aquellas
situaciones de la vida que afectan al mundo
ción de la Iglesia, a menos que se con-
entero 7 .
forme con un ghetto, vivirá en un am-
biente cosmopolita, que hará parecer De modo similar, John Hick mantie-
parroquial al trabajo incluso de un ne que "el cristianismo occidental hoy
Tillich"6. se encuentra en un nuevo medio históri-
Karl Rahner expresa sentimientos co en el que se está inevitablemente ha-
similares al apuntar que ciendo consciente de sí mismo, ya no
5.Ver Kraemer, Why Christians ofAII Religions?, trad. H. Hoskins (Philadelphia:Westminster Press, 1962).
p. 22.
6.Wilfred CantweII Smith, "The Christian in a Religiously Plural World", en su The Faith of Other Me-
(Nueva York: Mentor Books, 1965), pp. 109-1 12.
7. Karl Rahner, "Christianity and the Non-Christian Religions", en Karl Rahner, Theological Investigatiom
vol.5, trad. Karl-H. Kruger (Baltimore: Helicón Press, 1966), pp. 116-117.
314
UNA " P O L Í T I C A DEL D I S C U R S O "
8. John Hick, "In Defense of Religious Pluralism", en Problems of Re/igioues Pluralism, p. 101.Ver también.
Ídem, "Introduction" en God and trie Universe of Faiths, p. xviii, e idem, "The Non-Absoluteness of
Christianity", pp. 16-36.
9. El magistral estudio en tres volúmenes de Fernand Braudel Ovllizatíon and Capitalism: I5th-I8th
Century, trad. Sián Reynolds (Nueva York: Harper & Row, 1981-84) toma 1400 como el punto de ini-
cio del ascenso de occidente. Immanual Wallerstein, The Modern World -System, 2 vol. (Nueva York:
Academic Press, 1974-1980) empieza su narración en 1450.
315
LA U N I C I D A D CRISTIANA RECONSIDERADA
contrario, las burguesías nacionales cre- ternacional- siguen viviendo las mismas
adas en buena medida por el antiguo vidas de monótono trabajo duro y
poder colonial, han seguido mantenien- constante pobreza10.
do las estructuras y fuerzas explotado- Las periodizaciones de estos pensa-
ras creadas por este poder; en vez de la dores, por tanto, revelan una perspecti-
liberación después de la retirada del po- va totalmente eurocéntrica o de Primer
der imperial tenemos, por tanto, la re- Mundo: sólo alguien que no sea lo sufi-
plicación y perpetuación de estas viejas cientemente consciente de la siempre
estructuras y fuerzas por la nueva, ad- particular "localización" desde la que
mitidamente independiente, nación-es- teoriza, puede celebrar la nueva "aldea
tado. Por tanto, las iglesias en las nuevas global" y proponer una teología mun-
naciones experimentan la "indigeniza- dial o global de este modo aparente-
ción", creyentes cultos y de ideas libe- mente irreflexivo. A los empobrecidos
rales de sus recién fundadas universida- campesinos de Kedah en Malasia les re-
des nacionales, pueden ahora incorpo- sulta casi imposible aceptar que ellos y
rarse a los "diálogos" con los occiden- un adinerado terrateniente de su propia
tales como Kraemer en las conferencias aldea estén situados en la misma posi-
de la UNESCO, o viajar a lugares como ción social o moral, y sin embargo, nos
Harvard y Claremont para participar dicen Cantwell Smith y Co. que crea-
en coloquios con Cantwwell Smith y mos que estos campesinos malasios, su
Hick, pero aquellos que no pertenecen patrón e incluso el Duque de West-
a las élites dirigentes de estos paises minster o los hermanos Hunt viven en
emergentes -campesinos y miembros la misma aldea global o comparten una
del nuevo proletariado y clase baja in- historia humana común.
10. Para descripciones de este campo neo-colonial, ver Eqbal Ahmad,"From Potato Sack to Potato Mash:
The Contemporary Crisis of the Third World", Arab Studies Quarterly 2 (1980), pp. 223-234; Ídem,
"Post-colonial Systems of Power", Arab Studies Quarterly 2 (1980), pp. 350-363; e Ídem, "The Neo-
Fascist State; Notes on the Pathology of Power in the Third World", Arab Studies Quarterly 3 (1981),
pp. 170-180.
316
UNA " P O L Í T I C A DEL D I S C U R S O
El espacio global de los discursos del una conciencia que ya había empezado
"pluralismo religioso" (Cantwell Smith) a surgir con la crisis del petróleo y la
"inclusivismo" (Rahner) y "exclusivis- recesión que ésta conllevó a comienzos
mo liberal" (el último Kraemer), efecti- de los 7Qn. Desde ese momento, la vi-
vamente incorpora, y disuelve así, los sión de occidente (que había suplantado
"espacios" localizados y de oposición a la mirada europea precedente) comen-
de gente como los campesinos de zó a ser subsumida en la mirada global:
Malasia. Vínculos locales, con sus siem- los Cantwell Smith y John Hick de este
pre específicas historias y políticas, son mundo ven las prácticas, convicciones,
desplazados y dispersados por una to- textos, tradiciones, etc.de Budistas,
pografía global y "globalizadora", Sikhs, Musulmanes y Cristianos en lo
mientras lo local queda subsumido bajo que sólo puede ser descrito como una
el régimen de lo universal". forma sin lugar ni cultura. (Volveré a es-
El proyecto que se ha llamado "el to dentro de un momento).
ascenso y dominación de occidente" ha No habiendo sido nunca por supues-
sufrido una metamorfosis, o ha sido to indios o egipcios o hidúes o musul-
"incluido" en un nuevo proyecto, el del manes, ellos ahora ya no son declarada o
"ascenso y dominación de lo global". reconocidamente el tipo de sujetos que
La era de Europa (1400-1945) ha dado en una coyuntura histórica previa hu-
paso a la era de América (1945-1972), bieran sido inmediatamente caracteriza-
pero la era de América no iba a durar dos por términos tales como Bri- tánico,
demasiado -los Estados Unidos, aun- canadiense o cristiano, o lo que sea. Los
que aún poderosos, ya no son hoy um- Cantwell Smith y John Hick de este
versalmente percibidos como un poder mundo son, por lo visto, un nuevo tipo
económica y militarmente dominante, de sujeto, un sujeto universal o global al
11 .Ver mi "Towards a Materialist Critique of Religious PluralismrA Polemical Examination of the Discurse
of John Hick and Wilfred Cantwell Smith" en Hamnett, ed., Religious Pluralism and Unbetief: Studies
Critica! and Comparativa (Nueva York y Londres: Routledgr, 1990, pp. I 14-129).
12. Aquí estoy en deuda con las reflexiones de Cornel West en "Black Culture and Postmodernism". en
Barbara Kruger y Phil Mariani, eds., Remaking History (Seattle: Bay Press, 1989), pp. 87-96.
317
LA UNICIDAD CRISTIANA RECONSIDERADA
318
UNA " P O L Í T I C A DEL D I S C U R S O
europeos u occidentales del "otro" n o - usado para articular las diferencias en-
europeo o no-occidental, llegó a ser ne- tre europeos/cristianos y no-europe-
cesariamente diferente con cada uno de os/no-cristianos, como dice MaGrane:
estos cambios, y tenía por tanto que ser "fue en relación a la Caída y a la in-
teorizado de nuevo con cada uno de es- fluencia del Pecado y Satán como el
tos ellos). Puede que una periodización O t r o tomó su significado específico
más satisfactoria de las relaciones que el históricamente" (ibid.). El " o t r o " era
cristianismo tenía con otras culturas y así porque, como manifestación de lo
religiones haya que buscarla en otras "inferna]", tales personas no podían
fuentes. nunca ser más que paganos, y por tanto,
Bernard McGrane, en una corta pe- habitaban un "espacio" que era necesa-
ro interesante monografía titulada riamente la inversión del único espacio
Beyond Anthropology", afirma que los real: el "espacio" cristiano, el "espacio"
europeos y "occidentales" han usado de la salvación divina. El cristianismo
cuatro "paradigmas generales" para era la única religión, y aquellos que no
"interpretar" y "explicar" las culturas y lo profesaban, simplemente, no tenían
los pueblos no-europeos. religión.
En primer lugar, hasta el s.XVI in- En segundo lugar, en la Ilustración el
cluido, la cosmografía dominante re- paradigma cristiano precedente fue en
presentaba al " o t r o " no-europeo en gran parte sustituido por uno que inter-
términos de un horizonte práctico e in- pretaba a la humanidad no-cristiana en
telectual típicamente cristiano. En lo términos de una epistemología. Catego-
que se refiere a este horizonte, dice rías tales como ignorancia, error, false-
McGrane, "fue el cristianismo lo que dad y superstición fueron usadas en
se interpuso entre el europeo y el O t r o este paradigma epistemológico para ar-
no-europeo" (p. ix). La Demonología ticular las diferencias entre el europeo
era el m o d o discursivo característico y el "otro". El "otro", era otro precisa-
13. Bernard McGrane, Beyond Antropology: Society and the Other (Nueva York: Columbia University Press,
1989). Las páginas que hacen referencia a este trabajo se darán en el cuerpo principal del texto.
319
LA U N I C I D A D CRISTIANA RECONSIDERADA
320
UNA " P O L Í T I C A DEL D I S C U R S O
más que las diferentes modalidades posibles tiples voces. Los otros no-europeos son
de "ignorancia" y "superstición" como en la aún diferentes, por supuesto, pero aho-
Ilustración; y más que lo demoníaco e infernal
ra son meramente diferentes14.
que aparecían con el Renacimiento (p. 113).
McGrane no hace ninguna mención
El resultado es que la "diferencia" se de Troeltsch, pero su delincación del
vuelve ahora "democratizada". El Otro cuarto paradigma muestra cómo inclu-
no-europeo ya no es sepultado en las ye los rasgos sobresalientes de la postu-
profundidades de un pasado petrifica- ra que Troeltsch adoptó en sus últimos
do, ya que con esta democratización escritos, especialmente en Der Historis-
radical de la diferencia él o ella se inser- mus und seine Probleme (1922) y en la
ta en el presente, nuestro presente, y conferencia que nunca llegó a pronun-
es, por tanto, ahora nuestro contempo- ciar, postumamente publicada, "The
ráneo. Place of Christianity among the World
La cultura de este siglo ha mostrado Religions"15. Para alguien como Cant-
que no hay sitio para panoramas Com- well Smith o Hick, Troeltsch nunca fue
teanos de una progresión humana ine- suficientemente capaz de entregarse a
xorable, ni para esquemas de evolución ser un genuino pluralista, dado que es-
Tylorianos o para historicismos Hege- taba demasiado aferrado a la idea de que
lianos. La cultura unitaria y totalizada el cristianismo había hecho a la civiliza-
de estas visiones ahora desacreditadas ción europea ser lo que era, y que, por
de la progresión humana, teorías evo- tanto, esta civilización había producido
lucionistas e historicismos, da paso a las ciertos frutos para los europeos que las
"culturas" pluralizadas, heterogéneas otras religiones, aunque puedan ser
y constitutivamente democráticas de "verdaderas" para sus propios fieles, no
nues-tro siglo "antropológico" de múl- eran realmente capaces de proporcio-
14. McGrane destaca una consecuencia de esta "democratización" de "diferencia":"... si todas las cultu-
ras son democráticamente relativas, entonces... a este respecto profundo, ninguna es diferente", ibid.,
p. 117.
15. Ver "The Place of Christianity Among the World-Religions", en Ernst Troeltsch, Christian Thought Its
History and Application, ed. F. von Hügel (Londres: University of London Press, 1923), pp. 3-35.
321
LA U N I C I D A D CRISTIANA RECONSIDERADA
322
UNA " P O L Í T I C A DEL D I S C U R S O "
guajes religiosos -budista, cristiano, musul- nuestra cultura es una entre muchas,
mán, hindú... se refieren cada uno a un fenó- que es por tanto inevitablemente relati-
meno divino o a la configuración de fenóme-
va, y que además este conocimiento es
nos divinos. Cuando hablamos de un Dios
incontestablemente "valioso" (p. 120).
personal, con atributos morales y deseos, o
cuando hablamos del Absoluto no-personal, Esta versión de la hipótesis pluralis-
Brahmán, o de Dharmacaya, estamos hablan- ta permite, incluso exhorta, al budista,
do de lo Real como se experimenta humana- al hindú, al sikh, etc, a hablar, a narrar
mente: a saber, como fenómeno". de un modo que no hicieron los viejos
exclusivismos cristianos. Pero cuando
Esta deber ser seguramente la ver-
los no-cristianos hablan, son informa-
sión más democrática de la hipótesis
dos por nuestros representantes plura-
pluralista que jamás se haya presentado.
listas de que lo que dicen es, en el resul-
Se recordará, de mi necesariamente
tado final, nada distinto de lo que cual-
selectivo informe del esquema de
McGrane del cuarto paradigma para quier persona devota profesa. Así, cant-
construir el otro en el s.XX, que la dife- well Smith sensatamente anuncia que
rencia es vista por primera vez como "la verdad de todos es parte de la ver-
{meramente) "diferencia cultural, como dad de cada uno" y Hick concluye sus
diversidad cultural" (p. 113). El lector Gifford Lectures (según se han publica-
que encuentre persuasivo el esquema de do) con la declaración de que "las gran-
McGrane estará dispuesto a considerar des tradiciones del mundo constituyen
la postura de Hick como una manifes- concepciones y percepciones diferentes
tación obligatoria del desarrollo cultu- de, y respuestas a, lo Real desde dentro
ral trazado por este paradigma. El "co- de las distintos modos culturales del ser
nocimiento" de Hick es, por tanto, un humano"18. Todos los fieles de las gran-
ejemplo particular de un conocimiento des tradiciones religiosas son tratados
más general en nuestra conciencia ac- democráticamente en el monólogo plu-
tual, a saber, el conocimiento de que ralista sobre la diferencia (que, por su-
323
LA U N , C. D A D C R ,ST,ANA R EC O N S, D ERA D A
19. Edward Said alerta oportunamente contra un tipo de "fetichización e implacable celebración de la di-
ferencia y la otreidad que no tiene en cuenta el proceso del imperio". Ver Edward said,"Representing
the Colonized", pp. 213-214. Aquí se hace eco de las críticas de Jonathan Friedman, "Beyond
Otherness or:The Spectacularization of Anthropology", Telos 7 (1987), pp. 161 -170. He pretendido to-
mar esta advertencia en serio invocando la categoría del "otro" de un modo que intenta siempre
atento de las políticas e historias que produce y reproduce al "otro".
20. Hick, An Interpretaron of Religión, p. 377.
324
UNA " P O L Í T I C A DEL D I S C U R S O
lo Trascendente, mientras que los repe- Smart, ambos ingleses, se hayan basado
lentes exclusivistas e inclusivistas (que ampliamente en los Estados Unidos),
en todo caso probablemente serán me- sino un único modo de vida global que
nos educados y quizás fundamentalistas se ha vuelto tan penetrante, que el mo-
religiosos o nacionalistas políticos a do de vida americano es hoy simple-
quienes dar una patada) son, como mu- mente su manifestación más prominen-
cho, sólo gente que responde de modo te y desarrollada: a saber, la vida de un
inconsciente a lo Real o lo Trascen- mundo administrado por medios glo-
dente. Parecería que, en lo que respecta bales de comunicación y redes de infor-
al pluralismo de Hick, todas las perso- mación, agencias internacionales y cor-
nas buenas y devotas se agrupan en tor- poraciones multinacionales. La ideolo-
no a manifestaciones de lo Real o lo gía dominante de esta nueva realidad
Trascendete, lo reconozcan o no. mundial proclama que las naciones,
La hamburguesa de McDonald es la culturas, religiones, etc., están simple-
primera comida universal, pero la gente mente obsoletas si se mantienen en sus
-sean de La Paz, Bombay, El Cairo o viejas formas como particularidades fi-
Brisbane- que come la hamburguesa jas e intratables. Es esta nueva realidad
McDonald también consume, con ella, mundial y sus implicaciones ideoló-
el estilo de vida americano21. Del mismo gicas (por ejemplo, la "mirada global")
modo, los defensores del ecumenismo lo que convierte a la hamburguesa
mundial sondeados por los pluralistas McDonald en una comida universal y
religiosos se alinean con un movimiento sostiene al ecumenismo mundial defen-
que es universal, pero también consu- dido por los exponentes del pluralismo
men un cierto modo de vida. N o exac- religioso. Crea la episteme o paradigma
tamente el modo de vida americano que produce ambos tipos de fenóme-
(aunque no es accidental que Cantwell nos inteligibles. Resistir la invasión cul-
Smith, un canadiense, y Hick y Ninian tural representada por la hamburguesa
21. Para una descripción sugerente de las políticas culturales que convierten a la hamburguesa McDonald
en la comida global, ver A. Sivanandan, "New Cir cuits of Imperialism", Roce and Class 30 (1989), pp. I -19.
325
LA U N I C I D A D CRISTIANA RECONSIDERADA
22. El "cosmopolitamismo" promovido por este nuevo episteme se discute de un modo muy interesante
en Tim Brennan, "Cosmopolitans and Celebrities", race and Class 31 (1989), pp. 1-20. Ver también
Cornel West,"Minoritary Discourse and the Pitfalls of Canon Formation", TheYale Journal ofCritíósm
I (1987), pp. 193-201; y Chandra Talpade Mohanty, "Under Western Eyes: Feminist Scholarship and
Colonial Discourse", Boundary 2 12/13 (1984), pp. 333-358.
326
UNA " P O L Í T I C A DEL D I S C U R S O
que la muy sugerente teoría de las reli- se centrara, no tanto en propuestas teo-
giones propuesta por George Lindbeck lógicas o doctrinales, como en las histo-
en The Nature of Doctrine dependa de rias particulares, las situaciones sociales
modo crucial en su adaptación de la tra- específicas, las los variados repertorios
dicional doctrina Protestante defides ex de prácticas, etc., de aquellos compro-
auditu ("la fe viene por la escucha"). La metidos en este diálogo". Esto no signi-
idea parece ser que la mayoría, si no to- fica que no haya sitio para esa formula-
das, las dificultades que se presentan pa- ción teológica. Lo hay, pero sólo en con-
ra una comprensión adecuada de las re- junción con una comprensión de esos
laciones entre las grandes tradiciones re- procesos y prácticas de significación
ligiosas, pueden ser superadas si somos que, precisamente, subyace a las carac-
capaces hacer que nuestras teorías y terizaciones siempre históricamente es-
doctrinas sean "correctas". El resultado pecíficas que un interlocutor/teólogo/
inevitable ha sido una total desatención filósofo/historiador hace de las tradicio-
por parte de estos pensadores a los labe- nes religiosas particulares.
rintos y complejidades de las configura- En Marxismo and the Philisophy of
ciones políticas y culturales que cir- Language, V. N. Voloshinov insisten en
cunscriben sus reflexiones. que el lenguaje es una actividad irreduc-
Quiero ahora resumir, aunque muy tiblemente social, y depende por tanto
brevemente y de modo aproximado, de las relaciones sociales (p. 12). Los in-
una teoría del discurso que mantiene terlocutores son, por tanto, siempre
que una comprensión menos adecuada partícipes activos de una cadena virtual-
del diálogo interreligioso sería una que mente interminable de comunicación,
23.Ver V. N. Voloshinov, Marxism and the Philosophy of Lantuage, trad. Ladislav Matejka y I. R. Titunik
(Cambridge, MA: Harvard University Press, 1986), p. 20.Todas las referencias posteriores a este tra-
bajo se darán entre paréntesis en el texto. Se cree que "V. N.Voloshinov" es uno de los pseudónimos
de Mikhail Bakhtin. Dado que no es mi intención intervenir en el debate sobre la autoría de las di-
versas obras atribuidas a la escuela de Bakhtin, consideraré a Voloshinov como el autor de aquellos
trabajos en que aparece su normbre y haré referencia a los escritos de otros miembros de la escue-
la donde sea necesario.
327
LA U N I C I D A D C R I S T I A N A R E C O N S I D E R A D A
328
UNA " P O L Í T I C A DEL D I S C U R S O "
24.Ar¡f D¡rlik,"Cultural¡sm as Hegemonic Ideology and Liberating Practice", Cultural Critique 6 (1987), pp.
13-50.
329
LA U N I C I D A D CRISTIANA RECONSIDERADA
I
Situarse en el mismo espacio social o El resultado de esta "traducción" c;
cultural que tus compañeros pluralistas un hinduismo y cristianismo, ya mate-
parece ser siempre una condición de rializados, al extremadamente abstrae::
funcionamiento del pluralismo. Así idioma y conceptualización del plura-
cuando, por ejemplo, el pluralista hin- lismo religioso, no es algo que sea sóle
dú y el pluralista cristiano entran en teóricamente problemático. También se
diálogo, ambos llevan un hinduismo y crea un importante problema práctico,
un cristianismo doblemente materiali- porque este pluralismo decreta, por
zados a esta conversación como parte adelantado y a priori por decirlo así,
de sus respectivos historiales percepti- que cualquier cosa que el hindú y el
vos. El hinduismo y el cristianismo, co- cristiano traigan a este diálogo (sobre
mo ha indicado Cantwell Smith, son ya todo, pero no exclusivamente, mediante
materializaciones abstractas del flujo de sus historiales perceptivos) tiene una
prácticas, convicciones, hechos, textos, equivalencia que se impone, por los me-
personajes, movimientos y tradiciones canismos del pluralismo, independien-
que forman la religión llamada hinduis- temente de sus lenguajes y formas de vi-
mo o cristianismo 25 . El pluralista agrava da, social y culturalmente determinados.
esta materialización sometiendo este En el esquema de Hick, por ejemplo, to-
flujo a una segunda, y más elevada, abs- das las desigualdades fenoménicas y las
tracción -la representada por su esque- no-equivalencias, son efectivamente pa-
ma global y homogeneizante que agru- sadas por alto por la inasequibilidad
pa, designándolas como míticas y espe- noumenica de lo Real. Por supuesto, es
cificas de la cultura, a todas las densas virtualmente axiomático para Hick que,
particularidades, las sutiles especifici- el devoto hindú lleva una vida más cen-
dades, o algo que ya haya sido hiposta- trada en la Realidad que el cristiano in-
tizado o materializado, en este caso las fiel, y en este sentido, hay para Hick
religiones llamadas Hinduismo o Cris- ciertas diferencias, establecidas a poste-
tianismo. riori y de nuevo en cada caso particular,
330
UNA " P O L Í T I C A DEL D I S C U R S O
331
LA U N I C I D A D CRISTIANA RECONSIDERADA
porque... depende de Ja disposición deJ len- Puede haber pocas ilustraciones más
guaje del traductor el sujetarse a este poder adecuadas de la afirmación de Asad que
transformante... Quiero enfatizar que el tema
el recurso de Hick a la epistemología de
es algo que, en gran parte, el traductor no pue-
Kant cuando necesitaba otro epiciclo
de determinar mediante la actividad individual
(poco más de lo que el hablante individual
para salvar su hipótesis: Hick, simple-
puede afectar la evolución de su lengua) -que mente, no plantea nunca la cuestión
está gobernada por relaciones de poder insti- de los posibles efectos distorsionadores
tucionalmente definidas entre los lenguajes/ que esta apropiación de Kant podría te-
modos de vida implicados. Para decirlo cruda- ner sobre aquellas religiones que tienen
mente: dado que las lenguas de las sociedades al árabe, urdu, hindi, panjabi, swahili o
del Tercer Mundo... son más débiles en rela-
thailandés como el idioma típico de sus
ción a las lenguas occidentales (y hoy, espe-
fieles. ¿Qué ocurre si las sociedades que
cialmente al inglés), es más probable que se so-
metan a una forzada transformación en el pro- despliegan estas lenguas particulares no
ceso de traducción que en el sentido contrario. son ellas mismas capaces de acomodar
La razón de esto es, en primer lugar, que en sus esta epistemología kantiana, o episte-
relaciones político-económicas con países del mología simpliciter (y esto porque cosas
Tercer Mundo, las naciones occidentales tie- como las epistemologías son introduci-
nen la gran habilidad de manipularlas. Y, en se- das y autorizadas por fuerzas institucio-
gundo, las lenguas occidentales producen y
nalizadas, que pueden estar o no presen-
despliegan el conocimiento deseado más fácil-
mente de lo que lo hacen las lenguas del Tercer
tes en una sociedad particular)?
Mundo. (El conocimiento que las lenguas del La teología del lenguaje propuesta
Tercer Mundo despliegan más fácilmente, no por Voloshinov/Bakhtin, en contraste,
es considerado por la sociedades occidentales permite a los teólogos y filósofos de la
de la misma forma, o por la misma razón)26. religión reconocer que nociones tan
26.Talal Asad, "The Concept of Cultural Translation ¡n Brltish Social Anthropology", en James Clifford y
George E. Marcus, eds. Writing CultureJhe Poetics and Politícs ofEthnography (Berkeley y Londres: University
of California Press, 1986), pp. 157-158. La afirmación de Abdul JanMohamed de que "la marginalidad es el
universal de la literatura minoritaria" puede por tanto generalizarse: esta marginalidad es el universal del
lenguaje de las sociedades no-occidentales. Ver Abdul JanMohamed, "Humanism and Minority Literature:
Toward a Definition of Counter-hegemonic Discourse", Boundary 2 12/13 (1984), p. 297.
332
UNA " P O L Í T I C A DEL D I S C U R S O
333
LA U N I C I D A D CRISTIANA RECONSIDERADA
27.Ver Charles H. Long, Significations: Signs, Symbols and Images in the Interpretaron of Religión
(Philadelphia: Fortress, 1986); y Philip C. Almond, The British Discovery of Buddhism (Cambridge:
Cambridge University Press, 1988).
334
UNA "POLÍTICA DEL DISCURSO"
los malos (pasados) tiempos del exclusi- descriptiva de este término -"nosotros"
vismo y triunfalismo occidentales, pero somos todos los humanos, así que es
las cosas son diferentes ahora, de modo natural que todos deberíamos (¿todos?)
que (en palabras de Hick) compartir o estar implicados en las tra-
gedias que pertenecen a nuestra historia
ahora veremos las transformaciones de la
existencia humana avanzando en diferentes (humana).
formas y grados por todo el mundo y toda la El mismo efecto retórico es evidente
historia humana, más que sólo dentro de las en muchos lugares del ensayo de Hick
fronteras de nuestra propia tradición. Esto "The Non-Absoluteness of Christia-
significa que toda la historia humana, con to- nity". En él Hick intenta describir las
das sus luces y sombras, sus triunfos y sus fuerzas históricas y políticas que sostie-
tragedias, va a ser afirmada como buena en
nen la pretensión de absoluto que mu-
última instancia en el sentido de que es parte
de un proceso soteriológico universal. ...el
chos cristianos tienen sobre su religión,
optimismo cósmico de cada una de las gran- y, aunque hace un buen trabajo en reve-
des tradiciones es intensificado cuando las lar el absoluto racismo y la ignorante
vemos a todas como apuntando a la posibili- estupidez que motivaron estas afirma-
dad de una existencia ilimitadamente mejor y ciones, se despliega la misma estrategia
como afirmación de que el universo es tal que niveladora. Por ejemplo, en su intento
ésta ilimitadamente mejor posibilidad es real-
de deconstrucción (en términos de
mente asequible para nosotros y puede co-
Hick) de "la fotografía del relativamen-
menzar a ser realizada en cada momento pre-
sente28.
te opulento, justo, pacífico, ilustrado,
democrático hemisferio Norte, que de-
Hay por supuesto aquí una referen- be sus virtudes al cristianismo, en con-
cia a las tragedias (pero obviamente traste con el relativamente pobre, in-
"tragedia" es predicado de la historia justo, violento, atrasado y no democrá-
humana, como quiera que esta sea), y tico hemisferio Sur, reprimido por sus
el inevitable efecto retórico es una dis- credos no-cristianos", Hick dice lo si-
persión, una nivelación de la fuerza guiente:
335
LA U N I C I D A D CRISTIANA RECONSIDERADA
336
UNA " P O L Í T I C A DEL D I S C U R S O "
337
LA U N I C I D A D CRISTIANA RECONSIDERADA
res, porque después de todo hay tortu- importante de todo para los pluralistas
ra e injusticia social en todas partes! religiosos, hombres y mujeres devotos
Pero a causa de este deseo insaciable, en pueden encontrarse en cada rincón del
nombre del pluralismo, de afirmar la mundo 3 '.
equivalencia abstracta de todos estos A la luz de todo esto, creo conve-
espacios ("bien" aquí, pero también allí; niente que consideremos y quizás
"mal" aquí, pero también allí), el resul- adoptemos el tipo de postura esbozada
tado es la producción de lo que S. P. en este ensayo, una postura que estaría
Mohanty, en el transcurso de la realiza- dispuesto a llamar "post-pluralista".
ción de una crítica política de un cierto ¿Quién, sin embargo, es el "nosotros" a
tipo de relativismo, ha llamado "espa- quien me refiero? Brevemente, "noso-
cios debilitadoramente aislados". Estos tros", en el contexto de esta discusión,
sujetos liberales recorren el globo sólo es cualquiera que vea la necesidad de ir
para concluir que, aunque todo es dife- más allá de marchitos y marchitantes in-
rente en todas partes, al final quizás las telectuales modernistas, que se definen
cosas no son después de todo en absolu- a sí mismos en términos de las largas e
to tan diferentes. El Japón budista-shin- impresionantes narrativas que propor-
toista construye los mejores ordenado- cionan, narrativas que invocan nociones
res. El Taiwan taoista fabrica la mayoría tales como "la historia humana", "la
de los barcos. La India hindú produce verdad de 'todos nosotros'", o "la co-
buenos físicos. La Arabia Saudi mu- munidad mundial". Al contar tales his-
sulmana tiene jeques con más dinero torias este "intelectual tradicional" des-
que Donald Trump o Paul McCartney. piadadamente homogeniza, neutraliza y
Los cristianos británicos emplean la difumina la realidad circunstancial de
tortura en Irlanda del N o r t e y van a la oposiciones y controversias por la d o -
guerra en las Islas Malvinas. Y lo más minación y hegemonía (para usar las
31. Para la frase de Mohanthy, ver S. P. Mohanthy, "Us and Them: On the Philosophical Bases of Political
Criticism", TheYaleJournal of Critiásm, 2 (1989), pp. 14-15. Mohanthy usa esta frase cuando discute con
un tipo de relativismo que él llama "relativismo extremo".
338
UNA " P O L Í T I C A DEL D I S C U R S O "
32. Ver R. Radhakrishna, Ethnic Identity and Post-Structuralist Difference", Cultural Critique 6 (1987), p. 206.
339
AUTORES
341
LA U N I C I D A D CRISTIANA RECONSIDERADA
342
A U T O R E S
343
ÍNDICE DE MATERIAS
345
LA U N I C I D A D CRISTIANA RECONSIDERADA
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Í N D I C E DE MATERIAS
347
¿4 ¿/A//C/0A ¿> C/?/S r/4 A/A rf£C0A/S/£>£/?A£>A
Pluralismo, 76-78; crítica del, 218-223; en la Schwobel, Christoph: resumen del ensayo de,
historia, 166-167; diálogo interreligioso y, 17-18
255-257; la opinión de John B. Cobb, Jr Siglo de la Razón: visión del, 226-228
sobre el, 147-157; justicia, paz y, 79-80,
Surin, Kenneth: resumen del ensayo de, 30-31
301-306, 334-339; valoración religiosa y,
215; respustas al (D'Costa), 55-56; verdad Textos hindúes: importancia para el cristianis-
y, 178-182; influencia occidental en el, mo, 121-126
284-285 Textos religiosos: yuxtaposición de, 132-135
Política: religión y, 295-301 Teología: actitudes hacia la, 127
Redención: liberación humana y, 195-196 Teología de la historia: influencia occidental
Relativismo conceptual, 152-155, justicia y, en la, 41-42
243-245 Teología trinitaria: desarrollo de la, 83-84; de
Religión: características de la, 147-150; esencia Nicholas Lash, 50-52; de Raimundo
de la, 147-148; política y, 295-301; como Panikkar, 35-53
término (Cobb), 148; percepción occiden- Thomas, M. M.: resumen del ensayo de, 18-19
tal de la, 286-295 Tiruvaymoli (Nammalvar): estudio de, 122-
Religiones: Abrahámicas y Japonesas, 251- 125
252; pretensiones particularistas de las, Tradiciones religiosas: Abrahámicas, 158-160;
207-210; formulaciones filosóficas y teo-
características de las, 154-156; chinas,
lógicas y, 326; pluralidad de (en la opinión
157; indias, 157-158; internas y externas,
de Panikkar), 37-38
152-157; verdad y, 165-167; unicidad,
Religiones del mundo: objetivos y formas de 163-164
las, 206-210; cristianismo y, 311-312; nece-
Verdad: evaluación, 189-190; Budismo y, 279;
sidad para el cristianismo de, 66-67; pre-
la cruz y la, 240-243; el diálogo como ac-
sencia del Espíritu y del Verbo en las, 68-
ceso a la, 296-297; la Ilustración y la, 189;
70; cristología trinitaria y, 73-74
la encarnación y, 230-232; el pluralismo y,
Renacimiento: en India, 101-106 178-181; el poder de la, 237; tradiciones
Salvación: significado de la, 178; doctinas reli- religiosas y, 165-167
giosas y, 277-279 Voloshinov, V N.: 327-329
Samartha, Stanley J: ideas de, 212-215 William, Rowan: resumen del ensayo de,
Sangharakshita (Denis Lingwood), 201-202 14-15
348
ÍNDICE
N O T A SOBRE LA ORTOGRAFÍA 7
PRÓLOGO 9
AUTORES 341
350