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Principios de Lucas 10

Hasta hace poco, el crecimiento extraordinario de las iglesias sencillas en los Estados
Unidos ha sido, en la mayoría, entre aquellos que ya son creyentes. Sin embargo, mu-
chos de estos creyentes ahora están enfocando y alcanzando a sus comunidades y a
sus círculos de influencia. Pronto, creemos que comenzaremos a ver lo que todos
anhelamos—una multiplicación verdadera de nuevos discípulos para el Reino de Dios.

Toma, por ejemplo, una historia reciente de nuestro amigo Jared Looney en Nueva
York:
Algunas días atrás, me sentaba en McDonald’s en el sector poniente del Bronx
donde me reúno con un grupo pequeño de jóvenes para pasarlo bien y conversar so-
bre la fe en Cristo. De repente, llegamos a una conversación profunda y que iba desde
el pago de la culpa a la sexualidad, del ser discípulo a la iglesia y al bautismo, etc. To-
dos estuvieron involucrados, pensando y haciendo preguntas. En algún momento, uno
de los chicos dijo, “Yo creo en Dios, pero no me gusta ir a la iglesia.” Su lenguaje cor-
poral puso un punto de exclamación en su declaración. Me pareció irónico porque él
llega casi cada jueves para nuestro estudio bíblico del vecindario. Uno de los otros jó-
venes reconoció la ironía y rápidamente respondió, “¿Por qué piensas que es así?”
Yo intervine y expliqué que la iglesia no tiene que ser el sentar en las filas y so-
portar un sermón, pero también, llamé su atención al hecho de que no estuvimos lla-
mando a nuestra reunión en McDonald’s “iglesia” (aun)--en su mayoría porque ellos
aun no han hecho un compromiso de sus vidas con Cristo. Según mi lógica, necesitas
unos pocos seguidores comprometidos de Jesús para que algo comience a cruzar el
umbral hacia llegar a ser una “iglesia”.

Hace unos años atrás, la Directiva de Misión Internacional de la Convención de los


Bautistas del Sur (de EEUU) se fijó en una nueva tendencia. Un número creciente de
misioneros en el campo reportaban historias de iglesias multiplicándose en números sin
precedentes. Ellos dieron el nombre “movimiento de plantación de iglesias” a este fenó-
meno. Definieron un movimiento de plantación de iglesias como “un aumento rápido y
multiplicativo de iglesias indígenas plantando iglesias dentro de un grupo étnico especi-
fico o segmento de la población”.

Cuando ellos investigaron más, encontraron que cada uno de estos reportes compartió
un hilo parecido: la mayoría de su crecimiento parecía ser a través de nuevos creyen-
tes. También, investigaron para ver si estos movimientos compartieron algúna caracte-
rística común y descubrieron diez principios, incluyendo la oración, la siembra abun-
dante del evangelio, y el hecho de que las iglesias se reunían en su mayoría en casas y
fueron guiadas por laicos.

Al pasar los años, hemos tenido el privilegio de reunirnos con algunos de aquellos invo-
lucrados en el liderazgo de los movimientos de la plantación de iglesias. Algunos de
ellos han compartido con nosotros que el texto de la Escritura del cual derivan sus prin-
cipios misionales es Lucas 10.

En Lucas 10, Jesús nos provee un ejemplo sobre cruzar (atravesar) las culturas para
dar las Buenas Nuevas a la gente. Creemos que estos son posiblemente los principios
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mas emocionantes involucrados en liberar los movimientos de plantación de iglesias en


todo el mundo. Mientras la gente está aplicando estos principios en el Occidente, no
por seguir una técnica sino por responder a la verdad que el Espíritu Santo está trayen-
do al superficie de estas Escrituras, también ellos están viendo discípulos hechos e
iglesias nacidas.

Desempacaremos los primeros versículos de Lucas 10 para ver lo que está involucra-
do.

Confía en Dios para Proveer la Estrategia y los Obreros

Después, Jesús eligió a setenta y dos discípulos, y los envió en grupos de dos
en dos a los pueblos y lugares por donde él iba a pasar.
--LUCAS 10:1, TLA

Jesús tuvo una estrategia para la región—tanto como tiene un plan para tu región. El
trabajo de los discípulos era obedecer sus instrucciones. Mientras lo escuchas expec-
tante, te dirá a donde ir. Tu trabajo es simplemente responder. Les contó a sus discípu-
los que los enviaba a lugares que Él planificaba visitar. Si Jesús te envía a algún lugar,
puedes confiar en que Él te acompañará. Fíjate que parte de la estrategia en Lucas 10
involucra el enviar los discípulos en pares en vez de individuos o en equipos grandes.

Los cristianos a menudo se quejan de que su ciudad o vecindario es difícil de alcanzar.


Pero Jesús dice que el problema no es la cosecha; la cosecha está lista ahora.

Jesús les dijo: "Son muchos los que necesitan entrar en el reino de Dios, pero
son muy pocos los que hay para anunciarles las buenas noticias. Por eso, pídanle a
Dios que envíe más seguidores míos para compartir las buenas noticias con toda esa
gente. --LUCAS 10:2, TLA

Jesús claramente definió el problema como falta de obreros. En este texto, vemos que
Él había enviado treinta y seis equipos de plantación de iglesias, y aún no eran sufi-
ciente. Su respuesta al problema fue pedir mas obreros en oración. De la misma ma-
nera, podemos orar que Dios envíe obreros a la cosecha hoy en día.

A veces creemos que necesitamos hacer las cosas en un orden particular: primero, em-
pezamos nuestra iglesia simple: luego nos conocemos; y después cuando hemos ma-
durado como grupo, podemos salir a la cosecha. Pero en realidad, todas estas cosas
pueden y deberían pasar simultáneamente. No es necesario esperar hasta que hemos
sido adecuadamente preparados. Jesús nos manda a ir ahora:

"Después de sembrar el trigo, ustedes dicen: "Dentro de cuatro meses recogere-


mos la cosecha". Fíjense bien: toda esa gente que viene es como un campo de trigo
que ya está listo para la cosecha...” --JUAN 4:35
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La palabra que se ocupa en Lucas 10:2 para “enviar” tiene, en realidad, un elemento de
violencia en ella. Es la misma palabra que se ocupa para echar fuera demonios. Debe-
mos clamar a Dios, reclamándole literalmente a empujar afuera los obreros para la co-
secha.

Hay otro punto más sutil acá que aclararemos después en el capítulo cuando vemos a
Lucas 10:5-6. Los discípulos oraban por mas obreros, pero no solamente oraban por
otros plantadores de iglesias como ellos mismos, también oraban por una “persona de
paz” quien iba a llegar a ser el obrero en ese campo. ¡Es posible que la persona clave,
la “persona de paz,” para alcanzar a este nuevo grupo ni es un cristiano aún!

En 2002, John White y Kenny Moore conversaban de las maneras de empezar un mo-
vimiento de plantación de iglesias en su estado. Mientras exploraban el tema, se dieron
cuenta que Jesús ya les había dado la clave en Lucas 10:2, así que decidieron realizar
un experimento. Cada día oraban la oración de este texto juntos por teléfono. Cuando
no podían conectarse por teléfono, se pusieron de acuerdo a dejar una oración en el
buzón de voz.

Tanto como la viuda en Lucas 18, John y Kenny fueron persistentes y específicos en su
petición de que Dios mandara obreros a la cosecha. Y mientras seguían orando, empe-
zaron ver que algunas cosas pasaban. Dentro de su denominación, Kenny fue respon-
sable para la plantación de iglesias en su estado. Antes de que él y John empezaron a
orar juntos, él recibió un promedio de un contacto por mes respecto a la plantación de
iglesias. Pero después que empezaron a orar, los contactos llegaron casi diariamente.
Y dentro de un periodo reciente de ocho meses, Kenny vio el comienzo de más que
cien iglesias simples, tal como veinte mas tradicionales. Ahora él afirma que la oración
como esta es su única estrategia para la plantación de iglesias.

Kenny y John llaman a esta oración el “virus 10:2b” y buscan infectar a todos que co-
nozcan con estos conceptos. En todo el país, hay personas que están en compañeris-
mo en orar la oración 10:2b diariamente por teléfono ¿Por qué no ser parte de esta epi-
demia?

Si no estás viendo una cosecha abundante, tal vez estás buscando en los lugares equi-
vocados. Según Jesús, son los enfermos que necesitan un médico (Mateo 9:12). Hay
más probabilidad de que encontrarás a personas receptivas en las trincheras y en las
cunetas de la vida que en los agradables vecindarios suburbanos de la clase media. Es
mas fácil llegar a las personas que saben que tienen una necesidad y que ya están
buscando respuestas.

En varios movimientos de la plantación de iglesias, una parte clave de la estrategia de


los plantadores de iglesia es la caminata de oración. A menudo, caminan por las calles
del área donde perciben que Jesús los está enviando, orando por las personas que vi-
ven allí. Oran una bendición por esa gente y por la ciudad y sus servicios (como la poli-
cía, el sistema de educación, etc). Se Arrepienten por los pecados de ese área. Identifi-
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can los problemas del área y oran contra los poderes espirituales de la oscuridad de-
trás de ellos. La oración como esta abrirá un área a las Buenas Nuevas.

Un amigo nuestro en India decidió probar las caminatas de oración. Él adoptó dos alde-
as para planta iglesias. En una aldea, caminaba en oración, y en la otra, deliberada-
mente no lo hizo. Después de unos meses, cuarenta y cinco familias nuevas habían lle-
gado a conocer a Cristo en la aldea donde caminaba en oración. ¡Lo echaron fuera en
la otra!

Confía en la Protección de Dios

Vayan ahora; pero tengan cuidado, porque yo los envío como quien manda cor-
deros a una cueva de lobos. --LUCAS 10:3

Las ovejas no poseen ningún medio natural de protegerse. Su única salvaguardia es su


pastor. Tu protección cuando sales es Jesús, tu Pastor. Enfrentamos esta situación en
una forma muy real hace unos años cuando nuestra hija, Becky, preguntó si la permitié-
ramos trabajar en el distrito de clubs y bares en nuestra ciudad.

“Siento fuertemente que esto es lo que Dios quiere que yo haga,” dijo. Nuestra reacción
inmediata fue temor por su seguridad. Esto fue seguido por una pregunta igual de paté-
tica “¿Qué pensarán los otros cristianos?” Tuvimos que confiar que Jesús la protegería,
y vimos que desde que Jesús fue amigo de los pecadores, no importaba lo que pensa-
ran los demás. Aprendimos que cuando confiamos en Jesús, Él bendice nuestros es-
fuerzos. Dentro de pocos meses, algunos de aquellos con quien trabajaba Becky creye-
ron en Jesús.

En Lucas 10:17-19, cuando los discípulos informaron acerca de su tarea, se emociona-


ron porque hasta los demonios obedecieron cuando usaron el nombre de Jesús. Cuan-
do sales, es probable que enfrentarás con los poderes demoniacos. Esto hace aún más
importante que Jesús es tu protección. En Lucas 11:21-22, Jesús nos instruye atar el
hombre fuerte y quitarle sus bienes. El hombre fuerte es el diablo, y sus bienes son las
personas que está guardando en cautividad. Mientras luchamos en la guerra espiritual,
rescatamos a las personas del reino de la oscuridad.

Hay otra lección de que podemos aprender en esta ilustración de ovejas. La vulnerabili-
dad con nuestras debilidades en realidad es algo atractivo porque hará más fácil para
otras personas relacionarse contigo.

Confía en Dios para Proveer los Recursos

No lleven dinero, ni mochila, ni zapatos. No se detengan a saludar a nadie por el


camino. --LUCAS 10:4

Hay ciertas razones para esto: Primero, los recursos están, en realidad, en la cosecha;
tu provisión viene de las personas a quienes vas a alcanzar. No es necesario—ni bíbli-
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co—ir a un nuevo lugar o grupo con todo lo que se necesita para comenzar una iglesia.
Para permitir un movimiento espontáneo de Dios, confía que Él puede proveer todo lo
que necesitas, incluyendo nuevo liderazgo, de adentro de la cosecha misma. Segundo,
al ir sin recursos, aprenderás a confiar en Jesús para cada provisión.

Nuestros amigos plantadores de iglesias en India te contarán que hay otra razón aún
para ir sin recursos: no están pensando quedarse. Ellos se dan cuenta que no son
obreros permanentes en ningún campo de cosecha. Dios siempre provee una persona
local para tomar ese rol--la persona de paz, como veremos en los siguientes versículos.

A veces, hemos cometido el error de quedarnos demasiado tiempo con un grupo lo cual
permite que la nueva iglesia llege a ser dependiente de nosotros y hace mucho más di-
fícil transferir el liderazgo a una persona local. Quedándose demasiado en un lugar
también se limita el número de iglesias que podemos empezar. Es mucho mejor entre-
gar el liderazgo a una persona local rápidamente y luego continuar el discipulado de
esa persona por el tiempo necesario. El trabajo de un plantador de iglesia es, entonces,
mentorear al nuevo líder indígena, trabajando de forma cercana con él o ella en tiem-
pos fuera de la reunión.

Jesús llega a instruirnos en este versículo a no detenernos para saludar a otros en el


camino. Esto es buen consejo, especialmente si te encuentras trabajando en un am-
biente hostil. Si pones tus ojos en la tarea, habrá mucho menos probabilidad de que
agitaras la oposición en hablar con las personas equivocadas.

Confía en Dios para Guiarte a la Persona de Paz

Cuando entren en una casa, digan primero: "Paz a esta casa." Si hay allí al-
guien digno de paz, gozará de ella; y si no, la bendición no se cumplirá..
--LUCAS 10:5-6

En este texto, Jesús nos instruye buscar una persona de paz y bendecir a esta perso-
na. Reconocerás a esta persona de paz porque serás invitado a su casa o su esfera de
influencia. Cuando entres, debes darle su bendición. Fíjate que tu debes bendecir, no
maldecir. A menudo los cristianos tienden a expresar su desaprobación de las personas
en vez de encontrar formas de bendecirlas.

Robbi Sluder encontró una manera poderosa para bendecir y no maldecir. Una tarde
del sábado antes la Pascua, mientras ella preparaba el vestido de su hija, escuchaba
algo de música cristiana. La canción fue escrita desde la perspectiva de María Magda-
lena mientras ella se encontró con Jesús después de su resurrección. De repente, Rob-
bi se dio cuenta que la primera persona a quien Jesús eligió revelarse después de su
resurrección probablemente fue una ex-prostituta. ¿Por qué no eligió su madre o sus
discípulos? Movido por esto, ella y su esposo comenzaron un trabajo de alcanzar a las
prostitutas y mujeres trabajando en los “bars de caballeros” alrededor de la ciudad. El
Proyecto Magdalena, como llegó a conocerse, ha esparcido desde ese entonces a toda
la nación.
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La persona de paz es usualmente una persona de reputación--a veces buena, a veces


mala-- quien tiene un círculo ancho de influencia. La iglesia normalmente comienza en
la casa de esa persona.

¿Cómo podría realizarse esto en el mundo de hoy? Un ejemplo podría ser encontrado
en su lugar de trabajo. Asumamos que has comenzado un nuevo trabajo, y después de
un par de semanas, uno de tus compañeros dice: “Los viernes después del trabajo, un
grupo de nosotros salimos para tomar algo para relajarnos después de la semana.
¿Quieres ir?” Esta persona te está abriendo su círculo de influencia, y en este punto,
tienes dos opciones. Podrías decir: “Gracias, pero no tomo.” O podrías aceptar la invi-
tación, pedir una cerveza o una bebida (a nadie le va a importar cual trago eliges), y lle-
gas a ser una parte bienvenida de su grupo.

El principio de la persona de paz está claramente ilustrado en el Nuevo Testamento.


Estas son personas de reputación (buena o mala) quienes están abiertas a tu mensaje.
Cornelio, un centurión romano que temía a Dios, quien fue conocido por su generosi-
dad hacia el pueblo judío, invitó a Pedro y sus compañeros a su casa (Hechos 10). De
manera parecida, en la historia de Lidia, aunque no hay nada que nos indica que ella
buscaba al Dios de Israel, ella abrió su casa a Pablo después de oír su mensaje (He-
chos 16). La mujer al pozo tuvo una mala reputación, sin embargo, su testimonio abrió
la puerta a la salvación de su aldea entera (Juan 4).

Disfruta de la Hospitalidad que Dios Provee

No anden de casa en casa. Quédense con una sola familia, y coman y beban lo
que allí les den, porque el trabajador merece que le paguen. "Si entran en un pueblo y
los reciben bien, coman lo que les sirvan. ---LUCAS 10:7-8

Este texto nos instruye no movernos de casa en casa, sino quedarnos en la casa de la
persona de paz, comiendo y bebiendo lo que nos den. Ambos versículos dan énfasis a
la importancia del comer.

Nos dimos cuenta del significado de no movernos de casa en casa cuando la persona
de paz de uno de nuestros grupos vivía en un proyecto de viviendas de bajos recursos.
Nos sentimos mal de pedir a esta persona que fuera la anfitriona y que nos recibiera en
su hogar, así que elegimos juntarnos en la casa de una de sus vecinas. La vecina ha-
bía sido cristiana por unos años ya, y tenía un hogar bonito y ordenado con música
cristiana sonando en el fondo. Pero la reunión fue un desastre. Ninguno de los amigos
o familiares de la persona de paz vinieron. Al momento de cambiar la reunión nueva-
mente a la casa de la persona de paz, muchos fueron y muchos encontraron a Cristo.

El versículo sigue, “Coman lo que les sirvan.” Este es significativo porque el comer con
las personas crea una relación. Cuando aceptas la hospitalidad de alguien, implica que
aceptas a esa persona y a su cultura. A veces, no te va a gustar la comida que la gente
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provee, pero es importante comerla igual; si la rechazas, puede ser tomado como un
rechazo personal, no solamente un rechazo de su comida.

También es importante fijarte en que hasta ahora, no has predicado ni proclamado el


Reino en ninguna forma. Sólo has llegado a ser su amigo. Frecuentemente, Jesús
compartió las comidas con las personas en sus casas. ¡Hasta que se invitó a la casa
de Zaqueo!

Confía a Dios las respuestas de tus oraciones

Sanen a los enfermos, y díganles que el reino de Dios ya está por llegar.
---LUCAS 10:9

Cuando entras a una nueva comunidad, estás buscando la oportunidad de traer a la


gente cara a cara con un Dios sobrenatural. Y no hay nada como la oración contestada
para cumplir esa meta.

Mientras vas conociendo a la persona de paz, puedes preguntar por las necesidades
que le hacen preocuparse. ¿Hay algún enfermo en su familia? ¿Hay desafíos económi-
cos? ¿Hay problemas en sus relaciones? ¿Cómo está la situación laboral? Una vez
que has identificado las necesidades, tú pones tu fe en la linea y oras. Y luego miras
como Dios responde a la fe extraordinaria.

Es interesante notar que Jesús y sus apóstoles a menudo encontraron las personas de
paz en una manera sobrenatural--usualmente a través de una respuesta dramática de
la oración o una demostración del poder del Espíritu.

Hoy, alrededor del mundo, los creyentes están moviéndose en “evangelismo profético”
o “evangelismo del poder.” Esto significa que están deliberadamente pidiendo al Señor
que los guíe a alguien para quien puedan orar o tocar con el evangelio. Estos creyentes
se sienten guiados a orar por las necesidades específicas de aquellos que encuentran.
A menudo, usan uno de los dones espirituales de cual se refiere en 1 Corintios 12,
como una palabra de conocimiento o profecía. Ellos ven sanaciones (fisicas o emocio-
nales) y otras respuestas a la oración.

Una vez una amiga nuestra escuchó al Señor hablarle de una mujer, quien estuvo sen-
tada a su lado en la misma banca en el parque. Ella dio vuelta y miró a la mujer y dijo,
“Usted acaba de salir de la unidad psiquiátrica, ¿no cierto?” Resultó que a la mujer
acabaron de dar de alta del hospital, donde fue tratada por una depresión severa. Ella
sentía perdida y se preguntaba que hacer con su vida ahora. Asombrada por la exacti-
tud de la palabra de conocimiento que nuestra amiga había compartido, esta mujer co-
menzó a hablar de sus temores y preocupaciones, y nuestra amiga pudo guiarla a Je-
sús.

Una vez que el Reino de Dios ha sido demostrado en esta manera, es fácil preguntar a
la persona de paz si tiene algunos amigos o familiares que estarían interesados en oír
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de un Dios que está cambiando vidas. De repente, podrías encontrarte cooperando


con el Espíritu Santo en el nacimiento de otra iglesia.

Cuando el Señor nos guió a comenzar una nueva iglesia en uno de los proyectos de vi-
vienda de bajos recursos a veinte minutos de nuestra casa, juntamos un equipo para
orar en el sector por un par de meses. Hicimos caminatas de oración en el sector, de-
clarándolo para el Reino, aunque la mayoría de nuestras oraciones fueron hechas indi-
vidualmente.

Un día, resultó que manejábamos cerca de este sector, y por impulso, decidimos parar
y salir a caminar y orar en el sector nuevamente. Pedíamos específicamente al Señor
que pudiéramos conocer a nuestra persona de paz. Mientras caminábamos y orába-
mos, un aguacero torrencial nos sorprendió y corrimos bajo techo de un balcón con dos
mujeres más que eran hermanas. Empezamos hablar con estas mujeres, y pregunta-
ron por qué andábamos en su vecindario.

Explicamos que estuvimos orando por el sector y preguntamos si pudiéramos pasar de


vez en cuando para orar por las necesidades en su familia. De inmediato, dijeron que
sí, y por las semanas siguientes, pasamos a verlas cada ciertos días, quedándonos
unos quince minutos no más. No pasó tanto tiempo y estuvimos viendo unas respues-
tas bien específicas a la oración. ¡Cuando Dios aparece y contesta oración, te da el de-
recho a hablar acerca del Reino de Dios!

Pronto después, nos dimos cuenta que una de las hermanas, Rosa, fue nuestra perso-
na de paz. Ella tiene un corazón del tamaño de Texas, amando y recibiendo a todos.
Nuestro siguiente paso fue pedir a Rosa que invitara a algunos de sus amigos y familia-
res a juntarse para una reunión semanal en su casa. Ella llegó a seguir a Cristo dentro
de poco, y muchos de sus familiares hicieron lo mismo. Conocimos a varias familias
más en otros departamentos, también, y dentro del año, el departamento de Rosa esta-
ba repleto cada semana con treinta a cuarenta personas sentadas en la escalera, en el
piso, en todas partes. Los vecinos empezaron contarnos que el sector estaba cam-
biando, y que había menos violencia y algunos de los traficantes de drogas se habían
ido del sector.

Otro beneficio interesante fue el efecto que hubo en los amigos de nuestros propios hi-
jos, jóvenes no creyentes que salieron con nosotros para ayudar a los mas pequeños.
Estos jóvenes fueron profundamente tocados y conmovidos por lo que vieron, y para al-
gunos de ellos, el tiempo que pasaron donde Rosa llegó a ser una gran parte de su pe-
regrinaje propio hacia la salvación.

Cuando te atreves salir por fe y seguir los principios de Lucas 10, comenzarás a ver lo
que has estado anhelando-- nuevos discípulos e iglesias plantadas en la cosecha.

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