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1. Estadio preobjeta!.
El estadio preobjetal coincide más o menos con el estadio de
2. Es.tadio del objeto -precursor.
narcisismo primario. He descrito este estadio con el término jndi~
3. Estadio del objeto propial1l..~.!1~~
..~~h9.
ferenciaCión:término empleado de nuevo recientemente por Hart-
Antes de describir estos estadios, empezaremos por definir el
objeto de la libido citando a Freud, quien en el artículo "Los ins- mann (33,35), y que designa un estado de ~rganiza'ción primitiva
tintos y su destino" (25) 10 ha hecho de la siguiente manera: en el recién nacido, incapaz entonces de diferenciar un objeto de
otro, o incluso lo que le rodea de su propia persona. Hay que
"El objeto del instinto es aquel en el cual, o por medio del
óbservar que durante este estadio el lactante no se diferencia a
cual, puede el instinto alcanza.r su satisfacción. Es 10 más variable
del instinto; no se halla enlazado a él originariamente, sino subor- sí mismo de 10 que le rodea, y que percibe ~l seno que 10 alimenta
como parte integrante de su propia persona.
dinado a él a consecuencia de su adecuación al logro de la satisfac-
Tanto nuestras experiencias como las de otros investigadoreó?
ción. No es necesariamente algo exterior al sujeto, sino que puede
ser una parte cualquiera de su propio cuerpo yes susceptible de
1 Advierto que al hablar de instinto utilizo un término que tanto en in-
ser sustituido indefinidamente por otro durante la vida del ins- glés como en francés se presta a falsas interpretaciones. Es una traducción
tinto." (Obras completas, vol. 1, pág. 1049, Biblioteca Nueva, errónea de Triebe, y generalmente prefiero servirme de impulso. No obs-
Madrid.) tante, en el presente artículo seguiré empleando el término instinto, ya que
es el que se utiliza en la traducción francesa de las obras de Freud.
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demuestran que el mundo exterior está excluido de la percepción el principio del medio excluido (de contradicción), que es uno de
del recién nacido por un umbral de percepción en extremo ele- los tres enunciados del axioma fundamental al cual debe confor-
vado, el cual continúa protegiendo al niño en las primeras sema- marse el pensamiento para resultar válido (42, pág. 216). Hay
nas, o incluso los primeros me~;es, contra las percepciones que pro- motivo, pues, pam preguntarse si este origen fisiológico del des-
ceden de lo que le rodea. Durante este período se puede afirmar arrollo ulterior del pensamiento humano no determinará al propio
que no existe el mundo exterior par;l el recién nacido, ya que t09a tiempo la forma futura en que hayan de desarrollarse las leyes de
percepción en esta época ocurre en función deLsist~llla jllterocep~
tor; las respuestas que el 11 i¡io man ifiesta tienen lugar en función
de la percepción de IlCCC~;i(bdesq lle le son comunicadas por este
sistema. TLos estímulos procedentes del exterior solo se perciben
cuando traspasan el 1111l1)raI de percepción previo e irrumpen en la
quietud del recién nacido, (1'1(' reacciona a ellos con desagrado':!
Pueden observarse reSpli('stíls de (ksagrado desdé el nacimieñ="
to. No deseamos asoci,lrtlos a quienes hablan de reacciones de
desagrado in u/cm ni a los que quieren interpretar el llamado
grito del nacimil'll/() como expresión de la desesperación del recién
nacido al percibir por vez primera el mundo. He de confesar, in-
cluso, que tengo poca fe en el traumatismo del nacimiento como
fenómeno de angustia, concepto del que se ha abusado mucho.
Freud se refiere expresamente al traumatismo del nacimiento como
prototipo fisiológico (18) para el fenómeno psicológico de la an-
gustia que aparecerá mucho más tarde. No obstante, puedo decir
también que hay ciertos fenómenos en el nacimiento, de los
cuales hemos tratado recientemente, que habrán de ocasionar in-
vestigaciones ulteriores para esclarecer su papel en el desarrollo
del niño '.
FIG. 2.-Reacción del recién nacido, colocado en posición horizontal.
Sin embargo, en el ser normal el traumatismo del nacimiento
es un estado en extremo transitorio que, en la mayoría de los
casos, solo dura algunos segundos. la lógica. Por otra parte, el modo de funcionar del recién nacido,
Es un estado de excitación donde parece haber un matiz de en el que la excitación contrasta con la quietud, corresponde al
desagrado. Aún más: durante las primeras horas y los primeros principio de nirvana enunciado por Freud (20), que consiste en
días de vida, este matiz es el único que puede observarse; el esta- una tendencia a reducir la tensión.
do contrario no es de placer, sino de sosiego. Esta eS una forma de No obstante, recordemos que el niño, en esta época primitiva,
funcionar estrictamente fisiológica. El funcionamiento psicológico es incapaz de distinguir objeto alguno, y al decir objeto no .me
deberá ir desarrollándose, y creo que no carece de interés que este refiero solamente al objeto de la libido, sino a todas las cosas que
sea un funcionamiento según un sistema binario, es decir, según le rodean. Las respuestas del recién nacido son, enel mejor de los
casos, del tIpo "(feT" reflejo-conaiclo~:d;:'~ por 1';) menos análogas
1 Véase nuestro artículo "The Primal Cavity" (1956), Psychoanalytic
a lo qu~ solemos'Uámarré"fleJ()Cc;"ndicionado. Sin duda habrán de
Study of the Child, vol. X., 1955, 215-40. transcurrir muchos días antes que pueda desarrollarse una espe-
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semanas siguientes. El desarrollo de su percepción durante los seis
cificidad en las respuestas, aunque sea tan primitiva como el refle-
primeros meses ha sido examinado muy detalladamente por Ripin
jo condicionado, ya que es necesario que transcurra algún tiempo y Hetzer (38), así como por Frankl y Rubinov, en sus trabajos
}lara que se lleve a cabo un conc!icion<lmiento. Hacia el (2Slª,yo, sobre la percepción del objeto comida (12).
día; elniño responde a señales, Primero, estas son las de la sensi- Hasta el comienzo del ~~.~do 1?~t?.§.il.s:..?u
vi<!~, ~1a.ntesolo
bilid;J pro"funcla;-iña's"c);'ii¿:l,í'¡;1c"n tc, '~son"~E.!1~?ci()Eles
d~"(;glli1iprio. reconoce la señal del alimento cuando tiene hambre. Es decir, no
.'.u
Cuando, por ejemplo, después cid octavo día se saca a un ~ ,_~'__ ."'''''<''"'''"''''''_'''''.'';_-''-~ .•..", ..''''''';-'_-~i.'-.l'' ' ..••• - - -.' , " ._ •• ~_~---'~~. __ T.
FIG. 4.-EI niño, en el segundo mes, sigue con la vista el rostro del adulto.
FIG. 3.-El recién nacido, gritando de hambre, no advierte el pezón intro-
dllcido en su boca.
conoce la leche por sí misma, ni el biberón, ni el pecho; reconoce,
nmo de la cuna y se le coloca en posicIón de mamar, es decir, por decirlo así, .el pezón cu~ndo lo tiene en la boca, pues general-
horizontalmente, el niño volverá la cabeza hacia el pecho de la mente comienza a mamarl0t~ero incluso esta percepción elemen-
tal está sujeta a ciertas variaciones, ya que si el niño está haciendo
persona que le ponga en esta posición, sea esta hombre o mu-
otra cosa (por ejemplo, si grita porque la espera le ha defrau- ...
jer (Fig. 2). Por el contrario, si se le saca de la cuna en posición
vertical, no volverá la cabeza 1. dado), no reaccionará ante el pezón introducido en su boca (Fig. 3)J
Las reacciones a estas señales se van especificando en las ocho , Hacia el finatd,etsegul1do mes, el ser humano adquiere su po-
siciÓnuni~a~entre~ las cosdr-qúe rodean al niño, ya que solo a
¡ En las observaciones de Margaret Mead con los balineses (49. pág. 98) partir de entonces &L.l.a~~~_r:t~_p~tc:L9~'yis.tlal.lTl.(;nte
la aproxim.a.c:ión
se advierte que los niños de Bali maman en po<;ición vertical. Cabe esperar, gel ser humano. Si a la hora de la mamada se acerca un adulto
por tanto, que las respuestas del niño balinés sean opuestas a las del al niño, que llora porque tiene hambre, el bebé se calma y abre
occidental.
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iPITZ.-2
mirada hasta que se duerme, fenómeno que no es tan constante ni
la boca o adelanta los labios. Es la respuesta reservada a la per- evidente si se cría a los niños con biberón (Fig. 5).
cepción del alimento. Sin embargo, esta reacción suele producirse Es obvio que la mamada no es la única función de la madre
solo cuando el niño espera la comida es decir, cuando tiene ham-
durante la cual puede el niño mirarla a la cara. Generalmente no
bre. En otras palabras, ~ponde en esta ~oca a un ~stí[Q.ulºex- lo advertimos, pero no podemos hacer nadá al niño, ni 'levantarlo,
.!€d2.r, J:~_.?919_~p"J.llnciól! de una P.~.!:.C:f!Pc;i!!!!
in!:!!.oceptiva,_ en ni lavarlo, ni cambiarle los pañales, etc., sin estar con el rostro
función de la percepción de un impulso insatisfeCho. \
___ ._. .._.__.~' ,._,",' •. 'M,'"'' ,,,._'".....•
----~-.. .:.:-' frente a él-y los ojos, por consiguiente-, moviendo la cabeza y
hablándole la mayor parte del tiempo. 'Es, pues, el rostro en sí
el estímulo visual que el niño verá con más frecuenci;-d~~¡;te'
fos'p'rTr:r;ero"s");eses" desuviaa::-'Será. -~~-quese 'establezca ..
como señalen la':tneriioria del niño a 10 largo de las primeras seis
semanas, y el niño seguirá con la mirada todos los movimientos
de esta señal.
talt privilegiada de la señ.J1 Por ello la he llamado, 8~~talt-seña1: FIG, 6.-Reacción al rostro sonriente.
Puede hacerse un experimento muy sencillo para convencerse
de que se trata de una Gestalt-seña1 que forma parte del conjunto
del rostro humano. Se establece contacto con el lactante, mostrán- to (es decir, las cualidades por las cuales el objeto provee a las
dole el rostro sonriente y haciendo movimientos afirmativos con la
ñecesidades, protege y satisface), sino atribut()~ sl;lp~r~i<:ia1e~.Esto
cabeza, lo que provoca la respuesta sonriente del niño. Si en este es justamente lo que distingue al objeto de la libido de las cosas:
mamen to se vuelve 1entamen te el rostro de perfil, continuando el el objeto de la libido se caracteriza por cualidades esenciales pren-
movimiento de cabeza y la sonrisa, el niño cesará de sonreír inme- didas en su génesis. Estas cualidades se mantienen invariables a
diatamente. Mostrará un aire desconcertado. Los niños más avan- través de todas las vicisitudes que transforman los atributos exte-
zados en su desarrollo intentan con frecuencia encontrar el se- riores del objeto. Por el contrario, las cosas se caracterizan por sus
gundo ojo por la región de la oreja; los niños sensibles parecen atributos superficiales, y toda modificación de estos impedirá su
experimentar un choque. Ante tal reacción se advierte que el niño identificación.i La Gestalt-señal forma, pues, un atributo que per-
no reconoce el rostro humano de perfil; es decir, que el niño no tenece más a las Eo~(!s' qw:t"ai objeto de la libidoJ y que es, por
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tanto, pasajero. El hecho de que sea la génesis de las relaciones
objetales la que dé orIgen a esta señal le confiere una calidad que
'sobrepasa la de las cosas y le asegura un lugar en la genealogía
del objeto de la EDido que va a desarrollarse.
Se puede efectuar con más rapidez este experimento enseñan-
do al niño una careta de cartón.
f~:f
.. ~ br..->' , b ~,.
3. El objeto precursor en la percepción
FIG. 7. Heacción al rostro de perfil.
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el niño todavía no se sirve de él. J ustamen te el proceso del aisla- nmo desde una pasividad durante la cual la descarga regula los
mIento de la. Gestalt-señal entre las cosas sin significado es un estados tensionales según el principio del placer,-a- un-aiulciación
ejemplo de este aprendizaje, de la transición del estado en que el de actiVl2fad~~ia que la descarga misma puede convertirse en una
niño percibe solo afcctivamcnte al estado en que comienza a per- fuente de satisfacción. Con este paso, la actividad se convierte en
cibir de una manera diacrÍlica. Núestras películas demuestran de uno de los factores dd desarrollo bajo la forma rudimentaria de
un modo asombroso c(ínlo el pecho de la madre. sus manos y sus la ,,\ctivi4ad l1Í9ica;La vocalización del niño, que al principio sirve
como descarga de impulsos, va transformándose poco a poco en
un juego en el que repite los sonidos que él mismo ha pro-
ducido. Entonces es cuando el niño se ofrece el placer de la des-
carga produciendo los sonidos, y los de la percepción, escuchán-
dolos. Es una experiencia nueva; en la repetición, el niño se pro-
porciona su propio eco. Es la primera imitación auditiva. Algunos
meses después, repetirá su comportamiento con los sonidos que
escucha a su madre.
Advertimos en ello uno de los detalles. de la transición del
~sté!.<:iiSU'l:.ªIc;i~istq,
en el cual eLEJ~¿~ ..J()_~ª1l.J>_Lrnismo
por objeto,
al estadio oQjeta1.Cuando se hace eco de los sonidos (y de las pa-
fabras) que emite la madre, ha reemplazado el objeto autístico
de su propia persona por el objeto constituido en el mundo exte-
rior, o sea la persona de su madre.
Tales juegos forman, así mismo, la base del otro aspecto de
las relaciones objetales nacientes, ya que la repetición de los soni-
dos emitidos, primero por el niño mismo y más tarde por la madre,
se transformará insensiblemente en una serie de señales se-
mánticas.
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la profilaxis como a la terapia, y que merece, por esta razón, nues-
tivamente, durante los tres primeros meses las_~:>;perien~s del
tro estudio más asiduo y nuestra mejor atención.
niño se limitan al afecto. El sistema sensoiíal, i~ discriminación Y En la relación madre-hijo, la madre representa el factor socie-
~ato perceptívoñose han desarrollado aún desde el punto de dad, o si se prefiere puede decirse que lit gladre representa a la so-
vista psicológico, y puede ser que tampoco desde el físico.Q,8:. acti-
tud afectiva de la madre será, pues, la que sirva de orientación c~. El oponente de este factor se encuentra en el bagaje con-
génito del niño, que en este punto está representado, sobre todo,
al lactantiJ, por. la cuestión de maduración y de la Anlage.
Las diferencias i~Hlividllalcs entre unas madres y otras son N o se puede descuidar la importancia del desarrollo nervióso
infinitas, como es lógico; pero es igualmente vasta la gama de durante los primeros meses y aun los primeros años de la vida. Tal
sentimientos, respuestas Y comportamiento afectivo en cada madre. desarrollo hac;e posibles acciones y comportamientos que sin aquel
A su vez, la gama tie que dispone cada madre estará influida por no lo serían. Hay funciones que tienen una maduración psicológica
las actitudes y por la personalidad de su hijo, en un proceso circu- y, hasta cierto punto, independiente de lo que las rodea. Existen en
lar. El niño ha nacido provisto de un bagaje congénito individual el desarrollo ciertas series o sucesiones congénitas. Es inútil exten-
que ejercerá su influencia en los sentimientos de la madre. Y, se-
gún la personalidad de la madre, la diferencia será muy grande
si el niño es precoz o retrasado, dócil o díscolo, amable o huraño. I demos
en sobre ell0.!fós
una madre
; vidualidad en con
dos {actores formada
su individualidad
formaciói:)Madre
en interacGÍón consisten,
y un niño
e hijo no viven con su
aislados,
pues,
sinoindi-
en
l..
Podemos ya dar un ('jcmplo de una de estas relaciones: la cro- un medio económico-social, en el que la especie inmediata, las de·
nología que hemos citado es una burda aproximación. Si hemos terminantes primarias, son los miembros de la familia, y la especie
dicho que los 11 iños responden con la sonrisa en el tercer mes, esto alejada, el grupo, la cultura, la nación y el período histórico, así'
no es exacto: se t rata de una media. Las respuestas/de sonrisa como las tradiciones. Trataremos más adelante de la elaboración
que hemos filmado comienzan en el día 26 en un niño particular- de los dos factores que componen lo que Margaret Mahler (47) ha
mente avanzado; pero se puede producir fácilmente un retraso y denominado la pareja simbólica madre-hijo.
darse el caso de que el niño no comience a contestar a la sonrisa
antes del se.xto mes. Puede imaginarse bien la importancia.que tie-
nen estas diferencias, estas variaciones, para la reacción de la ma-
dre. Debe observarse que la contestación por la sonrisa solo es una
5. Alcance teórico del establecimiento
de las manifestaciones, Y a{¡n una de las más pequeñas, en la multi· del objeto precursor
•
plicidad de relaciones que se establecen entre el niño y su madre.
Podría objetarse que la madre no es el único ser humano que Recordemos brevemente las consecuencias y la significación del
rodea al niño; que existen el padre, los hermanos Y las hermanas, 'Y desarrollo del primer precurS0r del objeto que acabo de describir.
que estos tienen su natural importancia; que incluso el medio culo Contiene los siguientes aspectos:
tural influye sobre el niño, aun durante el primer año. Este es un @ Esta etapa señala el punto en el cual el niño se separa de
10 que he llamado recepción interna de la experiencia y se acerca
hecho innegable; sin embargo, en nuestra cultura occidental !2.SQ
ello se transmite al niño por la madre opor su sustituto. Y esta es
la razón partlcúLirpor la que he ~rie~tado rrlis' trabajos hacia el lt:? Este desarrollo
a l~rcepción externa presupone
del estímulo,el procedente
establecimiento
de lodeque
indicios de
le rodea.
memoria conscientes en el psiquismo del niño.
problema de las relaciones entre madre e hijo.
Por otra parte, esta relación es el factor que modifica la vida j) Al mismo tiempo, esto supone una división entre el cons-
ciente y el preconsciente, separando a ambos del inconsciente.
del niño durante los primeros meses. Es el factor particular en el
conjunto psicológico de la primera infancia, que se presta tanto a
@ Tal planteamiento de los indicios de memoria y la separa-
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ción entre el consciente, el preconsciente y el inconsciente, dan lu- en sí misma constelaciones de acción que establecen sistemas di-
o
gar a la iniciación del pensalJliento l.
La llegada del pensamiento introduce, al propio tiempo, la
urgencia de la función del principio de realidad, que es una fun-
'
ver§iQcados
C2.j Si seen el yo. el conjunto de este fenómeno a partir del
considera
behaviorismo (la conducta), es evidente que representa implícita-
ción de rodeo.
mente la transición del niño desde la pasividad a la actividad di~
@
Este mismo desarrollo, en el tercer mes, marca la iniciaciÓn.
rudimentaria del yo, considerado este como organización rectora rig@J
10 El fenómeno representa- la inicjfición-de.Jas.-:z:elaciºJl~!L1?.2:
--_ ..--_._--~_.-- ..--- .....
central. Esta permIte al niño coordinar sus actos intencionales al
ciales en el ser humano y creará las primicias y el prototipo de to-
servicio de fines de dcfem¡a y de dominio. Podemos, al mismo das-i;s relaciones sociales ulteriores.
tiempo, calificar esta parte del yo, de acuerdo con Hartmann (33),
Hemos enumerado diez facetas de un fenómeno global que pue-
de entenderse como el que marca el punto de ~!.1~<::..i§p:. c1~.l.~s.t~dio
(!)
cO~9:l1aCon
esfera
todo
libre
esto,
de la
conflicto
barrera del
alzada
yo. contra los estímulos se'
hace cada vez menos necesaria. Las energías procedentes de los narcisista prLma!:~9_.al._9c~.}.~_W?~E~~.!:~~lil
Tomamos, pues, por puil-
~a la convergencia de estos diez aspectos del fenómeno
estímulos llegan ahora fraccionadas. Están divididas entre los dife-
global para intentar el desarrollo de algunos en las páginas si-
rentes sistemas de indicios de memoria, y reservadas o descargadas
en forma de acción y no de excitación difusa. guientes. Recordemos, de todas formas, que ~ica
" 8:~ Esta capacidad para la acción dirigida lleva al niño a un es t05,lavíarudimen!~.Eiay que eLyo no._estápresente sino enforma
eñíbrionaria '--" ..- '-- .. , .. ---.----.-.--
des3'rrollo progresivo y rápido de los diferentes sistemas del yo;
primero, en el sector del~.'<:9!..E2r-ªl, y luego, en otr9s sectores. La
acción en sí se convierte no solo en forma de canalizar las ener-
gías libidinales y agresivas, sino también en el instrumento psíqui-
co del desarrollo mismo. N o se puede negar que la función de la ac-
tividad, de la acción, no ha sido suficientemente considerada en
el problema del desarrollo del primer año. Con frecuencia habla-
mos de la agresión; sin embargo, sería preciso comprender que la
parte de la agresión que se manifiesta en forma de acción crea
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!!:J~ta~s.J.n.J2!:~Lp!íE_c;LRL<;uJ.~EX.ov~!J-ª--acción_~sp_e.c;ífjc.a
e A P 1T U LO IV
<kJ~u@~ ...~~sl!:.ª!...E~s~.sariaparªJ'L<:l~.scarga. ~~ta acción será pro-
vocada por fenómenos de descarga diW~os._YJlo:espécíficoS-;:~com(j·
w:rareós;g;rtc;";,llo-ros,~'etc-.:'q:u~ s{;-.;;'¡anifiestan en el lactante. La
frase que sigue en el manuscrito de Freud, en su monumental con-
densación, ilumina de' golpe todo un sector del pensamiento psico-
it".aash.cíuau
. """1 •• ..:R 11 deJl~ PSJ!q!LUSnlO
.. . ¡. 'l!
L\1J!!.antlJ. analítico. Cito el texto en alemán: "Diese Abfuhrbahn gewinnt so
.die. hoechst wichtige Sekundaerfunktion der Verstaendigung und
die anfaengliche Hilflosigkeit des Menschen ist die Urquelle aller
. moralischen Motive."
ko~_!!e~J:!1eses siguientes del desarrollo del niño La traducción no es fácil; hay conceptos como Hilflosigkeit que
se destinan a e2'J21pracel terreno que ha conquistado hasta aquí. son casi imposibles de traducir. Sin embargo, el sentido aproximado
Esta exploración' se produce por intercambios. constantes entre el es: "Esta vía de descarga toma, por tanto, la función secundaria
niño y el objeto de la libido. Pero ahora estos intercambios toman en extremo importante de la comunicación; la impotencia, la inca-
un 'nuevo carácter. De la asividad de los primeros treS-.1llfse_u! pacidad del ser humano en el comienzo es la base primaria de'todos
niño avanza hacia la actividad, la acción. En estos intercambios los motivos de la moral." El editor, Emst Kris, señala que en esta
de acción el niño establece los límites de sus capacidades. El niño frase Freud sitúa el lugar de la relación objetal en el punto de tran- Le.
va ensanchando estos confines, dentro de los cuales traduce en sición entre el principio del placer y el principio de la realidad.
acción la fuerza de sus impulsos agresivos y libidinales. Veinte años después, en "Los instintos y su destino" (25),
No hay que olvidar, por otra parte, que se trata probablemente Freud vuelve a esta formulación, para no abandonarla más. Nues-
del ~~n:i~p.l_~~~ico(I~.!,(Iesarrollo h.umano. Hay muchas razo- tras experiencias y observaciones de los lactantes nos han probado
nes para que lo sea, y voy a rcferirme a tres de ellas: la impoten- en forma convincente la exactitud de sus conclusiones.
cia del lactante; el carácter de transición (y por ello vulnerabl~) del $:
desarrollo durante los dos primeros años, y, por último, la ausen-
cia de una organización del yo sólidamente establecida. 2. El primer año, período de transformación
30 31
todos los estímulos ni todas las experiencias actúan sobre él exage-
radamente. Es más bien algo que el adulto comprende con dificul-
tad: que el sistema entero de valores de la experiencia no tiene pies 3. El primer «organizador» y las consecuencias
ni cabeza durante el.primer año. Cosas que al adulto le parecerían de su establecimiento
catastróficas, él apenas las percibe. Si se priva al adulto de oxígeno
durante quince minutos, resulta una catástrofe que seguramente le Pero en el cuadro de esta evoluci6n hay épocas específicas en
ocasionará la muerte. Pues esta es una experiencia normal para el las cuales acontece un cambio ·de direcciones, una reorganizaci6n
niño en el proceso del parto. completa de la estructura f{sica, un despertar. Son períodos par-
Pero deducir de esto que el nifio está protegido contra todos ticularmente vulneraºl~§,_d.l1rante los cuales cualquier traumatiS::-
los peligros, que porque no sabe decimos lo que sufre, no sufre, mo tien~. consecu~R¿ias. especÍficas~Y.de.gfaye·dád.·, ..- - '.
es un error que ha ocasionado antiguamente crueldades increíbles La Sig;:ÜlcaciÓnde tales tranlOS a lo largo de la evolución del
para con el lactante. Esta crueldad aún persiste. Me han informado primer año me ha llevado. a tratar de lo que he llamado factores
~' ....• """""
recientemente que existen cirujanos en hospitales conocidos que qJ"ganizadores, por analogía con la embriología, con un término to-
acostumbran a practicar mas(oidectomÍas sin anestesia alguna en . mado a 10~sembri61ogos.en embriología se denominan organizado-
lactantes indefensos a quienes quedarán, ciertamente, traumatis- res ciertas estructuras que se desarrollan en ~ determinado punto
mas indelebles. donde se juntan diversas líneas de desarrollo.: Antes del desarrollo
Si ciertos acontecimientos, que parecen catastróficos al adulto, de estos organizadores un tejido puede ser trasplantado de un lu-
apenas son percibidos por el lactante, también ocurre lo contrario. gar a otro y se desarrollará igual que los tejidos que 10 rodean; es
Algunas modificaciones de lo que le rodea, del medio, que pueden decir, no se hará diferente. Pero si se trasplanta el mismo tejido
parecer insignificantes al adulto, llegan a ejercer una influencia después que el organizador se haya desarrollado, el· tejido tras-
profunda en el niño durante su primer año, e incluso provocar plantado s'e desarrollará en la dirección a que le hubiera llevado su
consecuencias inesperadas e incalculables. Retardemos las emo- emplazamiento original.
cionantes escenas del film de Robertson A Two-Years-Old goes to He comenzado a desarrollar este concepto hace aproximada-
Hospital (Un niño de dus años va al hospital) (55). mente veinticinco años en lo que se refiere al psiquismo del lactan-
A lo largo de nuestros cstudios hemos publicado, en forma de te. Después he estudiado durante cierto tiempo series de niños y,
artículos y de películas, series de observaciones sobre traumatis- al darme cuenta dE'la justificaci6n del concepto, he logrado preci-
mas de naturaleza an;íl()~a a los presentados por Robertson. Son sarlo y ampliarlo. Por otra parte, e independientemente de mis in-
traumatismos afectiv06 que no (csultarían peligrosos para el adulto, vestigaciones, la existencia de períodos críticos a 10 largo del
pero que en el lactante impotente· y débil suponen un peligro desarrollo ha sido confirmada por Scott (1950) en sus experimentos
mortal, sobre todo si los padece durante una fase transicional sobre animales. Se deduce de mis observaciones que durante estos
importante. He subrayado anteriormente que el lactante se encuen- períodos críticos ,las corrientes de desarrollo que operan en los dife-
tra en un estado de transiciÓn éonstante, o mejor dicho, que los rentes sectores de la personalidad se integrarán, por una parte, unas
primeros años de la vida deben tomarse como un período de evo- con otras, y, por otra, aIproceso de maduración. Esta integración
lución. tiene por resultado la formaci6n de una nueva estructura psíquica
sobre un nivel de complejidad más elevado. Ciertamente, esta inte-
gración representa un proceso delicado y vulnerable; 10 que he
llamado organizador es el resultado de la integración completa.
En los capítulos precedentes hemos,descrito uno de estos orga-
nizadores. Se señala por el desarrollo de la respuesta social de la
33
sonrisa hacia el final del tercer mes de vida. Destaquemos que la Sin embargo, al nacer el niño aún no tiene yo. ¡Puede defenderse
sonrisa social solo representa el síntoma visible de la convergencia de los estímulos por la barrera protectora del elevado umbral de
de una serie de diversas corrientes de desarrollo en el psiquismo. su 'percepción, Cuando aquellos son suficientemente violentos, pue-
En ese punto las corrientes estarán unidas en haces y organizadas den atravesar o romper esta barrera y m.odificar la persanaJidad
a partir de él. del niño.
Recordemos algunas de esas corrientes que se refieren a la son- Más tarde, cuando el umbral \perceptivo comienza a disminuir,
risa social: el niño se desvía de la sensación interior hacia la per- los nuevos estímulos modificarán la personalidad del niño hasta
cepción exterior; el preconsciente, y con él el inconsciente, se esta- que esta se forme y estructure; ¡hasta que se modele un yo con el
blecen y se diferencian uno de otro. Se implantan los rudimentos fin específico de gobernar la forma en la cual han de ser tratados
del yo; el niño empieza a aplicar el principio de realidad. Esto los estímulos procedentes del interior o del exterior;. Sin embargo,
marca una nueva era en el medio interior del niño, y a partir de el yo no se crea de una vez~ El desarrollo de la eficacia del yo, de
ese momento comienza una nueva forma de ser fundamentalmente sus reservas, de su tenacidad, dura meses y años, y se realiza en
distinta de la anterior. forma lenta y progresiva. Este desarrollo se producirá de acuerdo
Se encuentra un fenómeno an;Ílogo en la segunda mitad del pri- con la forma en que se utilicen los estímulos que llegan y son reci-
mer año, que trataremos en uno de los capítulos siguientes. La im- bidos, y cuyas experiencias chocan contra la personalidad, plástica
portancia capital de estos punlo~, organizadores en el desarrollo del aún, del niño, para modificar esta misma. Son Variaciones con las
niño consiste en que si este consigue establecerlos puede seguir cuales apenas hemos comenzado a familiarizarnos. .
en la dirección normal del desarrollo de los sistemas de su persona- Esta explicación podría sugerir que el niño, durante su primer
lidad. Por el contrario, si el niiío no lo consigue, permanece en el año, está expuesto a una brutal granizada de modificaciones vio-
sistema difuso, no diferenciado, que precede a la formación de los lentas de su personalidad, y no es así; muy al contrario, la reali-
organizadores y, ,necesariamen te, se producirán desviaciones y fal- dad es diametralmente opuesta. No es fácil, sin embargo, especifi-
sos desarrollos. Esta es una particularidad muy cara~terizada del car la manera en que se forma y se amasa, se moldea y se modifica
psiquismo infantil, que conlribuye poderosamente a su plasticidad. la personalidad del niño, sin salir de los límites de este ensayo y
sin entrar en detalles minuciosos de psicología experlmental, para
establecer ·la relación entre estos detalles de psicología y los
4. La ausencia del «yO}} conceptos pSlcoanalítícos.
34
desarrollo, ya que es la Naturaleza misma quien la impone. Se
illlcia por la enorme frustración de la asfixia en el nacimiento,
que obliga al cambio de la circulación fetal por la respiración pul-
CAPITULO V~ manar; la siguen frustraciones reiteradas y continuas del hambre
y de la sed, que obligan a la actividad y, progresivamente, al
Afectos de desagrado
(La angustia de los ocho meses)
46 47
entre las sábanas; subirse la camisa hasta la cara, o bien taparse sultarán, pues, más adaptadas a las necesidades manifestadas por
los ojos con la mano; de todas formas, basta con ver las películas el niño. Proporcionalmente al número de respuestas satisfactorias
tomadas de estos niños (Anxiety) (70) para comprender que rehú- que llegue a provocar, establecerá el niño una relación entre sus
san el contacto con el extraño, que se apartan, que tienen miedo. propias manifestaciones y las respuestas que provoca. Por tanto,
He llamado a.este fenómeno la an~stia de los ocho meses y lo en el transcurso del tercer mes se establece en el psiquismo del
considero'l~-'pr¡~~r~' 'maniféstaci6~'(fe l;-;;gustia p;ópiá~-e~ie 'di:- niño un código de señales dirigidas a lo que le rodea.
c"h""a. (68) '(F""-'IO)""
.LIg. . '~"-~~'-'---_.,,,-----"~-"-~'-"-'-" " .. En lugar de contestar en forma de reflejo condicionado a los
~ -,
•...
48 49
SPITZ,--4
manifiesta con toda su fuerza y está en absoluta contraposición con
la sonrisa beatífica que la presencia de cualquiera provoca en el Cestalt-señaI del rostro se confronta con los vestiglos de recuerdo
niño de tres meses. de compañeros. humanos· y se acepta porque es su homólogo. En
la angustia de los ochos meses, la percepción del rostro del extra-
He formulado la hipótesis de que el niño reacciona con des-
agrado ante la ausencia de la madre. Por otra parte, ya 10 hemos ño, como tal rostro, se confronta con los vestigios de memoria del
visto al tratar del desarrollo de las acciones de desagrado cuando rostro de la madre. Se comprueba que es diferente y se rechaza.
el compañero adulto se separa del niño de tres a seis meses. Ahora, El niño nos indica por este funcionamiento de los vestigios de
entre los seis y los ocho meses,. ya no es un compañero cualquiera, memoria que ha formado una auténtica relación objetal; que la
madre se ha convertido en su objeto libidinal. Demuestra al mismo
sino la madre quien se ha marchado. Al aproximarse un extraño,
el niño se siente defraudado en su deseo de volver a ver a la madre, tiempo la adquisición de una nueva función del yo: la función del
y la angustia que manifiesta no será, por tanfo, una reacción al enjuiciamiento. Sustituirá las formas más primitivas del mecanis-
recuerdo de una experiencia desagradable con un extraño, sino una mo de defensa por una func~ón intelectual. El niño ha franqueado,
percepción intrapsíquica de la no iden tidad del extraño con la abriráestenuevos
con paso, horizontes.
una segunda etapa en su desarrollo psíquico, que le
madre, de la cual el niño está privado. Se trata, pues, en este caso,
de una respuesta a una percepción in trapsíquica; a la reactivación
de una tensión de deseo. Por eso he llamado a esta reacción
2. El segundo organizador
primera manifestación de la angustia propiamente dicha, y al fenó-
meno en conjunto, la angustia de J6s ocho meses 1.
Colocando estos hechos y consideraciones en el cuadro con-
La angustia de los ocho n:eses cs análoga a la sonrisa a los
tres, pues la identificación de un compañero humano representa ceptual desarrollado con anterioridad, es obvio que lo expuesto
una etapa en la organización psíquica. En el caso de la sonrisa, la representa la emergencia del segundo organizador. Esto quiere
decir, al mismo tiempo, que uno de los períodos críticos, según
'En un artículo (84) aparecido cuando el presente estudio estaba en
prensa, L. Szekely expone varids hiptÍtesis ingeniosas apelando a la biología. quirido en la Praegung descrita por Lorenz (46), y por otra parte, el papel
Por medio de estas hipótesis rcinterprcta las observaciones que publiqué so- que desempeña la configuración ojos-parte frontal en el lactante. He inves-
bre la respuesta de la sonrisa (64) y sobre la angustia de los ocho me- tigado cuidadosamente si el estímulo que provoca la respuesta de la sonrisa
ses (68), y llega a conclusiones diametralmente opuestas a las mías. Tornan- es innato o adquirido, como la Praegung, merced a upa sola percepción
do corno base las observaciones hechas en etiología animal por Lorenz, momentánea del animal recién nacido. Mi conclusión es que no se trata ni
Tinbergen y otros, Szekely clasifica la configuración ojos-parte frontal en- de una cosa ni de otra, El estímulo para la reacción de la sonrisa se consi-
tre los estímulos desencadcnadorl's. Esta configuración sería, pues, el super- gue por medio de un proceso que tiene algo de aprendizaje y Que le añade
ciertos trazos característicamente humanos (64).
viviente filogenético del esquema c/lcmigo en el mundo animal. El lactan-
te, durante sus primeros meses---dicc Szekely-, reacciona con angustia al En cuanto a la otra hipótesis de Szekely, según la cual el lactante reac-
rostro de la madre. Esta angustia estiÍ inspirada en el esquema enemigo cionaría con angustia al rostro de la madre durante sus primeros meses, es
(ojos-parte frontal), y la sonrisa del tercer mes sería, pues, su primer domi- un fenómeno qüe nunca he podido observar en los centenares de niDos exa-
nio de este miedo arcaico. El lactante llevará a cabo este dominio transfor- minados, a cada uno de los cuales hemos presentado una vez por semana
mando, por medio de una carga Jibidinal, la parte ojos-parte frontal en ob- este estímulo, desde el nacimiento hasta el tercer mes. Por otra parte, tam-
jeto parcial. Por otra parte, la angustia de los ocho meses puede ser la poco la voluminosa literatura sobre el tema ofrece ningún ejemplo.
manifestación visible de la vuelta de este objeto parcial al estado innato de Sin ninguna prueba de observación resulta arriesgado extraer de las leyes
estímulo arcaico desencadenador de la angustia. He aquí, en esencia, las establecidas para la conducta animal conclusiones para la del ser humano.
conclusiones de Szekely; en varias ocasiones subraya que hasta ahora no La metodología científica moderna (79) no admite la transposición de las le-
existen pruebas experimentales para esta~ hipótesis. yes válidas para un nivel de organización de complejidad inferior a otro de
Desde el comienzo de mis investigaciones me llamó la atenc~ón, por complejidad superior. Mientras no se pruebe lo contrario de manera conclu-
una parte. el parecido entre el estímulo desencadenador en los animales. ad- yente, la tesis
conjetura de Szekely debe ser, pues, clasificada como una interesante
especulativa.
50
i 51
rechaza todo, excepto el objeto único; en otras palabras: que el
Scott (1950), se sitúa alrededor del octavo mes. Comienza una
niño ha encontrado al compañero con el cual crea relaciones obje-
nueva fase del desarrollo infantil, durante la cual la personalidad
tales, en el verdadero sentido de este término.
del niño y su conducta experimentadn una transformación fun-
damental. Más adelant.e· volveremos en detalle a las transforma- Estas reflexiones nos indican ta:g:¡.b~n en qué consiste el se-
ciones ocurridas luego de constituirse el segundo organizador. gundo organizador. En el aspecto/físic~ se puede establecer lo
siguiente: '~
El estímulo que provoca el desagrado se hace progresivamente
, 1.", La mielinización de las vías nerviosas está suficientemente
más específico. En este desarrollo, las fases sucesivas marchan
avanzada para permitir la función dirigida de los aparatos del sen-
paralelamente con las del desarrollo del yo y con su definitivo
sorio."
establecimiento. A estas dos líneas paralelas de desarrollo se une
t 2.~ Permite la coordinación de los efectores para poner gru-
una tercera: la del desarrollo progresivo de las relaciones objeta-
po!'r:d.e músculos al servicio de series de acciones.
les, que conduce a la constitución del objeto libidinal propiamente
3.° Permite ajustes de la postura y del equilibrio, necesarios
dicho. Solo nuestra presentación separa estas tres líneas del des-
comó punto de partida para estas acciones.
arrollo; en la realidad 'son, claro está, aspectos distintos de un
En el aparato mental se ha almacenado un número creciente de
conjunto de interacci6n, unido~, estrechamente entre sí y en el'
vestigios de memona, que crean una base para operaciones ideato- \
tiempo y por sus manifestaciones.
rias cada vez más complejas. Estas operaciones permiten allactan-
Recapitulemos la serie de etapas recorridas: la constitución en
la memoria del rostro humano, en cuanto a señal, anuncia la for- te ejecutar un número progresivo de series de acciones dirigidas
de formas cada vez más variadas. De aquí resulta una de las con- •
mación y la const.itución de un precursor del objeto y marca la
diciones para la formación de sistemas en el yo; durante esta fase,
primera fase mayor en el clesarrollo de las relaciones objetales. El
dichos sistemas se formarán sobre todo en la esfera libre de con- ,
fenómeno de la angustia de los ocho meses, que se manifiesta nor-
flictos del yo. /
malmente tres o cuatro meses más tarde, demuestra que el niño ha
Por último, en el nivel de la organización psíquica, la madura-
conseguido reservar al rostro de la madre un lugar único entre
.ción y el desarrollo del bagaje congénito han hecho posible poner
todos los demás rostros humanos, puesto que ahora prefiere aquel
los efectores al servicio de series de acciones dirigidas, que permi-
y rechaza los que son diferentes.
ten al niño descargar intencionadamente tensiones de afecto. Estas
En mi opinión, est.e es el criterio para la constitución de un
descargas dirigidas reducen el nivel de la tensión en el psiquismo,
objeto en sentido propio. Sin duda, para el behaviorista, el fenó-
lo que permite organizar mejor la satisfacción de las necesidades.
meno de la angustia de los ocho meses solo significa que se ha
Además, esta reorganización del funcionamiento del psiquismo
constituido una cosa en el campo óptico. Pero si vamos más allá
permite al sujeto aumentar el potencial de reservas de placer. La
de los límites que se ha impuesto el método behaviorista e inten-
organización del yo se enriquece en las más variadas fuentes; se
tamos comprender el sentido del comportamiento del niño en la
estructura y delimita, por una parte, por el ello, y por la otra, por
angustia de los ocho meses, advertiremos el papel decisivo del afec-
el mundo exterior. El enriquecimiento del yo ocurre merced al nú-
to. Observaremos que el objeto no solo ha sido constituido en el
mero creciente de sistemas que se desarrollan luego de un cambio
terreno ,isual, sino también, y podemos decirlo con seguridad,
sobre todo en el terreno afectivo. de acciones cargadas de una tonalidad afectiva. Estos intercambios
acontecen entre el niño y lo que le rodea, y particularmente entre
El objeto existe solamente a condición de que sea imposible su
el niño y el objeto que está en vías de constituirse. Después de
confusión con cualquier otro fenómeno. Una vez constituido, el 1
estos intercambios de acciones se establecen las fronteras entre la
niño ya no puede confundirlo con nada, y le es posible establecer I mismidad (the SelO y el mundo ambiente, entre el yo y el ello y
con él relaciones estrechas, que le confieren sus cualidades exclu-
entre los sistemas individuales en el yo.
sivas. La angustia de los ocho meses es la prueba de que el niño
I 53
52
I
Por .un lado, la diferenciación en la agresión de la libido, y por siones sobre las condiciones patológicas, veremos hasta qué punto
otro,· el destino de estos dos impulsos en el tr-aTIscurso del primer p).lede modificarse esta relación y cómo influye tal modificación en
apo, tienen un papel decisivo en esta constitución del yo, en su la naturaleza de las relaciones objetales y en el establecimiento
estructuración y en el establecimiento de. sus fronteras. Volveremos del objeto.
más adelante sobre la diferenciación de los instintos, su fusión y Una tradición cultural en la cual el contacto entre madre e hijo
su disolución. Recordemos, por el momento,_ que entre la suerte de esté asegurado en forma distinta de la nuestra producirá modifica·
los impulsos, por un lado, y las fases de la constitución del objeto, ciones importantes en la época en que se constituye el objeto, así
por otro, existe una estrecha interacción. Esta interacción se pro- como en la naturaleza de las relaciones mismas. Pueden vislum-
d1.!ce juntamente con el desarrollo progresivo de la coordinación brarse tales diferencias en los escritos de los antropólogos. Mar-
corporal, de la percepción, de la apercepción y de los intercambios garet Mead, p. ej., ha descrito numerosas culturas con tradiciones
de acción activos e intencionales. El punto culminante de estos bien diferentes de la nuestra para la educación de los niños. Citaré
desarrollos es, precisamente, 10 que acabamos de denominar se- dos al azar: la de los balineses (49), en la que el padre reemplaza
gundo organizador.
a la madre hacia el final del primer año del lactante, y la de Sa-
Agreguemos que esta enumeración DO ha agotado en modo al- moa (48), en la que la multiplicidad de seres maternales nos parece
guno la riqueza de los factores de que se compone el segundo orga- apta para provocar una difusión de las relaciones objetales. Anna
nizador. Hemos hablado mucho de los sistemas del yo, pero no Freud ha hablado de este último fenómeno en sus observaciones
de sus funciones. Entre ,ellas ocupan lugar preeminente los meca- sobre niños de corta edad criados por enfermeras que cambian
nismos de defensa, que al principio ayudan más a la adaptación constantemente. No se ligaban a una persona maternal, puesto que
que a la defensa en el verdadero sentido de la palabra. Una vez les faltaba, pero tendían a formar lo que cabría llamar gangs (15).
constituido el objeto, se verán funcionar algunos de estos meca- Nunca se estimará bastante la importancia de estas observacio-
nismos de defensa igual que en el adulto. En el transcurso de nues- nes para nuestra cultura. Estudios detenidos y exactos de las con-
tra exposición volveremos sobre la importancia del segundo orga- secuencias de diversas constelaciones culturales de los elementos
nizador desde el punto de vista de las desviaciones patológicas. que constituyen la pareja madre-hijo nos proporcionarán las más
Como para todos los demás fenómenos que he citado, la edad apreciables premisas para prevenir las deformaciones del carácter,
en que se observa la angustia de los ocho meses es bastante varia- de la personalidad y del psiquismo, así como las indicaciones de
ble. Incluso se podría decir que es más variable que las otras. Es las condiciones más favorables para criar a los hijos. Las fases del
una consecuencia de la naturaleza misma del fenómeno, ya que es desarrollo de las relaciones objetales de que he hablado antes solo
resultado del establecimiento de relaciones entre dos individuos, son un esbozo rudimentario que nos proporciona los hitos duran-
y dependerá de la capacidad de estos para establecer tales relacio- te el primer año de vida. Forman un cuadro cuyos detalles se
nes, de su personalidad particular y de una serie de circunstancias mantienen incógnitos y exigen mucho estudio, tanto individual
diversas o culturales. como intercultural.
3. Variaciones culturales
que fue adquirido y reforzado durante el periodo más arcaico de la cons- mediante la simple acumulación de rastros mnémicos. Las explicaciones
ciencia, al principio de la etapa verbal. cuantitativas que desestiman la dinámica no satisfacen al psicoanalista. Los
Quizá algunos lectores contradigan mi opinión de que el movimiento cambios cuantitativos solos no explican los procesos mentales.
negativo de cabeza y la palabra "no" son los primeros símbolos semánticos Una explicaci6n en cierto modo mejor del fen6meno es la que ofrece la
que aparecen en el trascurso del código de comunicación semántica del psicología Gestalt. Con una serie de experimentos muy simples y claros,
niño; cn realidad son sus primeros símbolos semánticos y sus palabras, sólo Zeigamik (1927) muestra c6mo esas tareas inconclusas son recordadas,
desde el punto de vista del adulto. En esto se diferencian fundamental- mientras que las que se terminan se olvidan. En consecuencia, cuando la
mente, no sólo de los monólogos trabalenguas, sino también de las prime- madre prohíbe o rechaza algo, su "no" impide al niño la conclusi6n de
ras palabras, llamadas "globales", que aparecen antes de la palabra "no": la tarea que trata de llevar a cabo. El hecho de que el pequeño no pueda
me refiero a vocablos como "mamá", "dada", etc. Esas palabras globales efectuada, reforzará así su memorializaci6n y recuerdo.
representan una diversidad de desc...os y hecesidades del infante .que van Una explicación muchísimo más comprensiva, y que también arroja luz
desde "¡mamá l" hasta "¡tengo hambrel"; desde "estoy aburrido" hasta sobre los cambios de dirección catéxicos que sustentan el gesto de "no"
"soy feliz". El movimiento negativo de cabeza y la palabra "no", por en el niño, puede ser aportada por las proposiciones psicoanalíticas. Un
contraste, representan un concepto; el concepto-de la negación, del recha- estudio cuidadoso de las circunstancias que llevan al dominio por el niño
zo, en el sentido más estrecho del término. No son sólo una señal, sino
del gesto negativo de cabeza, revela que es el resultado de un proceso di·
también un signo de la actitud del niño, consciente e inconsciente. Es el námico complejo.
signo menos de las matemáticas, donde tales signos se denominan algo- En primer lugar, cada "no" de la madre representa una frustraci6n e.mo..
rítmicos.
cion~l para el nifio. Ya le prohíba alguna actividad o le impida lograr una
cosa que desea; ya esté en desacuerdo con la manera en que él desea llevar
LA IMITACIÓN, LA IDENTIFICACIÓN Y EL GESTO NEGATIVO DE CABEZA: TRES sus relaciones de objeto, siempre habrá impulsos instintuales que serán
PROPOSICIONES frustrados. La prohibici6n, los gestos, las palabras, a través de los cuales
se impone la frustración, estarán investidos con una carga afectiva especí-
Pero además de esto, el gesto negativo de "no" es también y quizá antes fica, que tiene el signifieado del rechazo, de la derrota, en una palabra, de
que nada, el primer concepto abstracto que se forma en la mente del in- la frustración. Y así será la huella mnémica de la experiencia. Es esta
fante. ¿Cómo adquiere el niño ese concepto? Puede creerse que el niño catexia afectiva la que garantiza la permanencia del rastro mnémico, tanto
remeda a su madre. Pero mirando esta cuestión más detenidamente, re- del gesto como de la palabra "no".
sulta claro por completo que no es una pura y simple imitaci6n. Sin duda Por otra parte, la prohibición, por su misma naturaleza, interrumpe una
el pequeño imita el gesto de la madre qua gesto. Pero es él quien selec- iniciativa, una acción del nifío, y le empuja de la actividad a la pasividad.
ciona las circunstancias' en que ha de usar dicho gesto y, posteriormente, En la edad en que el infante empieza a comprender las prohibiciones de
cuándo ha de servirse de la palabra "no". Utiliza el gesto con preferencia la madre, ha sufrido también una metamorfosis en otro sector de su perso-
si quiere rechazar algo, ya sea una demanda () una oferta. nalidad. Empieza a sentir unas ansias de actividad que remplazan la pasi-
Como se ha hecho Q,bservar.esta fase del desarrollo está señalada por el " vidad característica de la etapa narcisista. Este emerger de actividad dirigida
conflicto entre la iniciativa del hijo y los temores de la madre. Cuando a "'- hacia fuera, quedará muy en evidencia en sus relacioDW de objeto. No
su vez el niño rechaz..'";Ngo que la madre desea u ofrece, parece como si es- tolerará el niño que lo fuercen de nuevo a la pasividad sin resistirse (Anna
tuviera imitando, como si el gesto negativo de cabeza de la madre hubiera Freud, 1952).
quedado registrado en l.a memoria del infante, simplemente a causa de sus Los esfuerzos físicos del nifio por vencer las prohibidones, así· como los
repetidas prohibiciones. No obstante, semejante interpretaci6n nos haría obstáculos que se le ponen en su camino, no lo explican todo. Otro factor
dar por supuesto que, después de haber registrado en su memoria la aso- psicodinámico se suma también; a saber: la carga afectiva de displacer que
ciación existente entre el movimiento de cabeza y el rechazo, el infante, a acompafía a la frustración y que provoca un empuje agresivo desde el ello.
su vez, reproduce el gesto cuando quiere expresar que rechaza algo. Esta Una huella mnémica de la prohibición queda depositada en el yo y $erá
explicación mecánica está muy de acuerdo con la hip6tesis del reforza. investida con esta catexia agresiva.
miento en la teoría de la enseñanza. Pero no explica c6mo, juntamente Ahora se encuentra atrapado por un conflicto entre el vínculo libidinal,
con los rastros mnémicos de la asociación del percepto con la experiencia,
que le atrae hacia su madre, y la agresividad provocada por la frustración
el infante es también capaz de captar su significado. C6mo logra la abs-
impuesta por ella misma. Entre su propio deseo y la prohibici6n del ob-
tracci6n y generalización que saltan a la vista al rechazar ofertas, de·
jeto; entre el desagrado de oponerse a su madre, corriendo así el riesgo
mandas, prohibiciones y mandatos. Esta hazaña intelectual primordial de perder el objeto y después perder el amor, tendrá que recurrir a una
necesaria para tales abstracciones y generalizaciones no puede explicarse soluci6n de compromiso. ~sta consiste en un cambio autoplástico propor.
142 LA CONSTlTUCIC)N DEL OBJETO L1BIDINAL
0RIGENES y COMIENZOS DE LA COMUNICACION HUMANA 143
cionJdo por un IDcc;mismo de defensa, el de 1:1 idcntifieaeión, que, en esta la razón de por qué se usa en el mecanismo de defeus3 de identificación
d;lpa, acaba de emerger. Sin embargo, hará uso de una variante muy eDn el agresor y que se vuelva contra el objeto libidinal. Una vez que se
específica de este mec;mismo: es decir, de la "identIficación con el agresor", ha dado este paso, la fase de la obstinación (con la cual estamos tan fami-
descrita por Anna Frcud (19 3ó). liarizados en el seguno año de vida) puede comenzar.
;\nna Freud mostró esta forma de mecanismo en el niflo de escuela,
quien lo usa para tratar sus conflictos entre el yo y el objeto. En los casos
~"\
\ EL TERCER ORGANIZADOR DE LA PSIQUE
que ella presenta, el supcryó, o cuando menos sus precursores, desempeñan
un papel importante. En nuestro niño de quince meses el superyó no ',Fl dominio del'Q¡ (gesto y palabra) es un logro de consecuencias tras-
desempeña todavía ningún papel, porque no existe. Además, en el fenó- ......'ccndentales para eJ--desarrollo mental y emocional del niño; presupone ha-
meno de que estamos tratando, el infante se identifica con el frustrador, ber adquirido la capacidad primera para el juicio y la negación. Freud
más bien que con el ;lgresor. Pero la diferencia entre agresor y . frustra- (192 5a) trata esta cuestión magistralmente en un artículo de unas cuantas
dar cs sólo cuestión de grado. páginas, titulado "La negación". Tocaré sólo unos cuantos de los aspectos
La dinámica quc Ilcva a la adquisición del ges.to semántica de "no" es, csenciales de este hito del desarrollo. Para una exposición más completa
pues, la siguiente: el gesto negativo de cabeza y la palabra "no", pronun- del tema, remito al lector a mi monografía No y sí (1957).
ciada por el objeto libidin:I1 son incorporados al yo del infante como huellas Por de pronto, la identificación cun el agresor es ya un proceso selectivo.
l1111émicas.' El cambio ;,Ifcdivo del disphlc:er es separado de su represen- Pueden distinguirse tres faC't.orcs en la conducta de la madre, cuando ella
tación; separación que provoca un empuje agresivo, que luego se vinculará, inipone una prohibici6n. Son su gesto (o palabra); su pensamiento con5-
por medio de la asociación, ;¡ la huella mnémica en el yo. cimte y su afecto. Evidentemente, él niño hace suyo el gesto. Pero ¿cómo
Cuando el niño sc identifica con el objeto libidinal, esta identificación podrh:. un infante de quince meses comprender o ni siquiera percibir las
con el agresor, según la expresión de Anna Freud, irá seguida según ella razones por' las cuales la madre impone sus prohibiciones? Lo que ocurre
la describe, por un :1 t;te¡lIe COIl tra el mundo exterior. En el infante de es que el niño no hace suyo el pensamiento de la madre. En esta fase, el
quince meses, este ataque tOIlla la forma del "no" (primero gesto y después infante todavía es incapaz de pepsar racionalmente y por eso no sabe
palabra) que el niflO ha tomado del objeto libidinal. A causa de las nume- si la madre prohíbe porque está temerosa de que el niño se haga daño, o si
rosas experiencias dC0apadablcs, el "no" queda investido con catexia agre- está enojada porque éste ha sido malo.
siva. Esto hace quc el "no" sea adecuado para expresar la agresión, siendo Por 10 que se refiere al afecto de ella, el niño a esa edad sólo comprende
el afecto de una manera global. Puede decirse en forma aproximativa
1 Tras la pubJicleión de la J1Iollografia No y sí (1957) fui abordado desde diversos que distingue sólo dos afectos en el "otro". Les he denominado el afecto
sectores con prcguntas sobre el ten", de las huellas mnémicas que actúan en la adquisición "a favor" y, su contrario, el afecto "en contra". Por eso lo que el niño
del gesto y la pabhra "no". E;;as preguntas hacen que sea dcseable decir unas cuantas pala·
bras acerca de ¡as illl plicaciolles teóricas del problema, Freud (191 5a) sugirió que las huellas entiende es que el afecto de la madre quiere decir: "Si no estás a favor
mnémieas que se rderían a lino y el mismo pereepto (experiencia), se depositaban en dife· mío, estás contra mí." De lo que se sigue que, al identificarse con el agre-
rente<; "Jocalidacld' PSí'lulca'; es decir, en registros separados topográficamente [topiseh sor, por medio del gesto negativo, el niño se ha apropiado sólo del gesto
gesonderte Níederschríftcn). Eslas "localidades SOn el sistema lnc. y el sistema Cons. (o mismo, juntamente con el afecto cn.pontra. No obstante, es éste un pro-
Prec )" Resultaria dc esto, as¡ como rlc algunas de sus últimas afirmaciones sobre .el t,~ma,
'lue lb depositado, cuando se adquiere el "no" con movimiento de cabeza son varías hue- greso extraordinario. II;Tsta ahora, la expresión de los afectos del niño en
llas m~icas que difieren cuaj¡tativamente unas de otras. El gesto será deposita&>' pri. la situación de las relaciones de objel'i3 estaba limitada al contacto inme-
mero como una "representaciÓn de cosa". Esencialmente pertenecerá al sistema lnc. diato, a la acción.2 Con la adquisición del gesto de negación, la acción es
No obstante, es probable 'lile -y sin duda está de acuerdo con la teoría psicoanalítica-
remplazada por mensajes y se inicia la comunicación a distancia.
al principio del proceso de ad'lui,ición del gesto "no", el rastro mnémico sea válid() igual.
mente para el sistema lnc. como para el sistema Prec. Freud supone que este último siso
2 Primeramente, durante el periodo de desamparo del infante, el que Ferenczi (1916)
tema se compone primordldl"._"te de representaciones verbales que reciben su cualidad
(sensoriomotora) de represcntaciones de cesas inconscientes. No obstante, en la edad en denomina la ctapa de la omnipotencia infantil, la fantasía remplaza a la acción. Esas fan-
tasías, sin embargo, no son comparables a la fantasía del adulto y mucho menos a las
<¡ue se adquiere el gesto de "no", :J1rededor de los quince meses, la separación entre los fantasías cautivadoras del nifio que aún no va a la escuela. Las fantasías del infante han
sistemas no está todavía tan firmemente establecida como lo estará después. Una diversi-
de mantenerse 1'0< fucrza dentro de los Emites de. sus recursos cognitivos reducidos. En
dad <le aparatos están siendo todavía integrados en el yo; y los sistemas del yo están siendo
esta etapa la cognición se deriva indiscutiblemente más bien de fuentes fisiol6gic.1S que
aún delimitados entre sí y organizados. Varios meses después, cuando la palabra "no" está idcativas,
también incorporada en la Illemoria como una representación verbal, la separación entre Dicha afirmación requiere ciertas salvedades. Cognitivamente, el infante que está en
las representaciones de cosas inconsciente y las representaciones de cosas preconsciente
el primer aM de vida, se percata s6lo de una parte minúscula de l.as funciones fisiológicas,
estará ya mucho más avanzada. Ahora las cualidades sensoriales vinculadas a la representa·
que parecen tan evidentes a los mayores, Podemos suponer c.m certe;c¡ que el infante se.
ción de la cosa objeto de la prohibición, pueden es!;¡r ligadas con el "no" (gesto o pala· da cuenta de la ingestión y de las acciones conectadas con ella, como masticar, enguUlr,
bra) y actí,'arán la rcprescntación verbal en el sistema Prcc.
agarrar y chocar. Es discutible en qué med:da la eliminación ha penettlldo en la cognición
Puede resultar, pues, que al adquirir el gesto "no" el niño empieza a cambiar, de una infantil. Mis observaciones me l~e>I'an a llUponer qUt:, al final del primer afta de vida, _el
confianza exclusiva en el sistema primario, al uso gradual del proceso secundario.
IH 1\ CONSTlTUCION DEL OBJETO LIBIDINAL ORíGENES Y COMIENZOS DE LA COMUNICACIÓN HUMANA 145
l~,te es C¡UiZd el punto crítico dc m;\, importawja cn 1:1 evolución tanto
Bernfeld (1925) quiero llamar a esta región "eJ hocico"; es la que com-
dd inc1i';Jduo como de la especie; aCjul empIeza el ;::oonpolitikon, la sacie-
prende la boca, el mentón, la nariz y la parte principal de los carrillos. Nos
dac!' Pues es el comicnzo de un intercambio recíproco de mensajes, in ten-
referiremos a este reflejo como el reflejo "de mamar".
cion:Jdos, dirigidos, quc con el advenimiento dc los símbolos semánticos, se Es un modelo de conducta extremadamente arcaico. Nuestros estudios
convierte: '.'11 el origcn de la comunicación vcrbaL :t:sta es la razón de que cinematográficos muestran que el recién nacido en la posición dc mamar
considerc la adquisición del signo de negación y de la palabra "no" como empieza a hacerla efectuando varios movimientos rotatorios de cabeza con
el indic~!dor tangible de la fon¡¡;¡ciól1 del tercer organizadoL
la boca abierta, hasta que logra atrapar el pezón. En cuanto lo ha conse-
El "no", con el gesto y b p;lhbra, es la expresión semántica de la nega- guido, cesa la rotación y empieza a succionar. He encontrado que esta
ción y del juicio; al mismo tiempo es la primera abstracción realizada por conducta se explica muy sencillamente sobre la base del reflejo de mamar.
el niño, el primer concepto abstracto en el sentido de la mentalidad adul-
En la posición del lactante, uno de sus carrillos, por ejemplo el derecho,
ta. El concepto se Jdc¡uiere con la ayuda de un desplazamiento de la toca el pecho. La cabeza, con la boca abierta, está entonces vuelta hacia
catexia agresiva; crco que los desplazamientos de la catexia agresiva son la derecha; si la boca no encuentra el pezón, el infante continúa esos movi-
caractcrísticos de toda abstracción. :f:sta no es nunca el resultado de la
mientos. hasta que eJ carrillo izquierdo toca el pecho. Por consiguiente,
identific::lCión como tal, ,ino de un proceso eñ dos tiempos. El primero vuelve la cabeza hacia la izquierda y así sucesivamente hasta que la boca
consiste en nuestro liSO de la energía agresiva para separar ciertos elemen- abierta localiza el pezón.
tos de lo que perci!>imos El segunda es el resultado de la actividad sin-
Minkowski (1922) fue el primero que deinostró que, en el feto .huma-
tética del yo (NulIberg, 1930) en la que los elementos separados por la no, tres meses después de la concepción, está ya presente la conducta de
energía agresiva se sintetizan. El producto de esta síntesis no es ni un
mamar. En un estudio bellamente preciso de un teratoma anencefálico,
símbolo ni un concepto. El primero de tales conceptos en la vida del infan-
te es la negación. Gamper (1926) demostró que esta conducta está siempre presente en el
nivel mesencefálico con todos sus detalles. Davenport Hooker (1939) con~
Como dije antes, poco después del comienzo del segundo año, el niño
tinuó estas observaciones y experimentos, registrándolos en películas im-
expresa la negación moviendo la cabeza, y así comunica a su medio el
presionantes.
rechazo mediante un signo semántica. Mover la cabeza como signo de ne- En el nivel filogenético Prechp, Klimpfinger y Schleidt (1950,1952,
gación es algo extraordinariamente extendido por todo el mundo. Pero
1955) estudiaron el mamar de las criaturas humanas y de las crías de los
no es de ningún modo un signo entendido universalmente. En algunas mamíferos inferiores, como ejemplo del desarrollo de la conduela motora
culturas se utilizan otros gestos para la negación. No obstante, es muy infantil primera. Resumieron sus conclusiones como sigue: la estimulación
probable que el movimiento de cabeza haya sido el gesto usado más fre-
asimétrica (estimulación unilateral) sobre el hocico o los labios provoca los
cuentemente para la negación en el mundo. La ubicuidad del gesto hizo movimientos rotatorios de la cabeza. En cuanto la estimulación se hace
que me pareciera probable poder seguir su origen motor en la ontogénesis simétrica, por medio del toque simultáneo del labio superior e inferior, el
humana y acaso en la filogénesis. La conducta derivada de experiencias movimiento rotatorio cesa, la boca se cierra y empieza, la succión. La rota-
muy arcaic3S y primitivas, tiene la tendencia a generalizarse en la especie. 6. ción y la succión se excluyen mutuamente. Tilney y Ku~ie (1931) demos-
pues es compartida por todos " sus miembros. traron que en los gatitos recién nacidos, los senderos nerv.iosos que conec-
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tan. el estómago con el cerebro. la boca, el laberinto y las extremidades,
RAÍCES BIOLÓGICAS Y NEUROFISIOLÓCICAS DEL CESTO NECATIVO DE CABEZA están ya suficientemente desarrollados para coordinar esos órganos en la
tarea del amamantamiento, '
Decidimos por tanto inve~tigar los primeros patrones de conducta del re- Las investigaciones de que acabamos de hablar han probado de forma con-
cién nacido, para descubrir si había entre ellos alguno que se asemejara cluyente que la "conducta de mamar" está firmemente establecida al nivel
al gcsto de negación moviendo la cabeza. Y encontramos que dicho patrón del desarrono embriológico, tanto en la filogenia como en la ontogenia.
de conducta cs el reflejo llamado por unos "de succión" y por otros "de En las semanas y meses que siguen al nacimiento del infante, el movi-
orientación". Se produce al tocar la región perioral con el dedo; yo, con miento de mamar se hace cada vez más certero y mejor dirigido a su meta;
infante está s610 volviendo su atenci6n hacia las funciones eliminatorias. Por eso sostengo después del tercer mes, el recién nacido logra atrapar el pezón con un breve
que la mayoría de las fantasias durante la etapa de desamparo se centrarán en tomo de movimiento de cabeza. Los movimientQs hociqueantes, la rotación. de la
actividades conectadas con la ingestión, que culminarán con la introyección. Esta proposi- cabeza, son las manifestaciones visibles del esfuerzo efectuado por el recién
ción es apoyada en parte por los comienzos manifiestos de las realizaciones identificatorias
del n;llo en la segunda mitad del primcr ailo, Actividades a las que sirven de patrón las nacido para lograr el alimento. Biológicamente es una conduela anticipa-
funciones relacionadas con la eliminación y que ~u~iercn mecanismos dc proyección son toria (Craig, 1918), un movimiento de acercamiento que tiene unt'sig-
menos evidentes, aunque ya sean perceptibles. Dichas actividadcs pasarán más a primer
término en el trasenrso del segundo ailo de "ida, nifi~d?" posi~vo; ~esde el punto de vista psicológico podría llamárseleqn
mOVImiento afirmativo. ;,,"r'.;';'}.'
146 LA CONSTITUCION DEL OBJETO LIBIDINAL ORIG!~NES y Cm"EENZOS DE U COMUNICACIóN HUMANA 147