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No hay, en mi dictamen, hombre que aprecie más la virtud y la siga con más
gusto, que el que por no hacer traición a su conciencia, ha perdido la reputación
de hombre de bien.
Rey es quien nada teme, rey es quien nada desea; y todos podemos regalarnos
este reino.
Este día que tanto temes por ser el último, es la aurora del día eterno.
Decir lo que sentimos, sentir lo que decimos, concordar las palabras con la
mente.
La vida es como una leyenda: no importa que sea larga, sino que esté bien
narrada.
Los que saben mucho se admiran de pocas cosas, y los que no saben nada se
admiran de todo.
Teméis todas las cosas como mortales y todas las deseáis como inmortales.
No nos atrevemos a muchas cosas porque son difíciles, pero son difíciles
porque no nos atrevemos a hacerlas.
Importa mucho más lo que tú piensas de ti mismo que lo que los otros opinen
de ti.
La mayor rémora de la vida es la espera del mañana y la pérdida del día de hoy.
Mayor soy y para mayores cosas he nacido que para ser esclavo de mi carne.
Es mucho más importante que te conozcas a ti mismo que darte a conocer a los
demás.