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La vocación sacerdotal es el don más grande de Dios a una

criatura, a un hombre, puesto que consiste en la identificación


con Cristo sacerdote que salva y santifica a la humanidad.
En las vocaciones sacerdotales vemos todas las consecuencias del
despojamiento del Hijo de Dios en su encarnación, porque la
presencia personal de Cristo sacerdote se extiende a hombres
concretos, frágiles y llenos de limitaciones, que, por la gracia de
Dios, se han vuelto dignos de recibir un don tan excelente.

No debemos perder de vista, desde esta perspectiva "kenótica",


un sano realismo antropológico en las distintas fases de la
Las vocaciones sacerdotales y
el realismo antropológico vocación sacerdotal. La antropología cristiana realista evita el
cristiano naturalismo ingenuo, que considera que el hombre es totalmente
bueno y conduce al laxismo y la autocondescendencia, o al pelagianismo voluntarista; evita
la milagrería o el supernaturalismo, ambos erróneos, que ven en la intervención de Dios la
solución de todas las carencias del hombre y conducen a formas de espiritualidad
sentimentales; y también evita la interpretación determinista de la historia y la sociedad,
que ve al hombre como un producto de la sociedad que lo rodea, despojado de
responsabilidad individual. La antropología cristiana realista contempla al hombre creado a
imagen y semejanza de Dios, libre, redimido por la gracia y la identificación con su Hijo
Jesucristo (que es identificación suprema en quienes son llamados al orden sacerdotal); sin
embargo, ese mismo hombre está marcado por el pecado. Aun después del bautismo y la
ordenación sacerdotal, permanece el "fomes peccati", cuyo papel es suscitar el esfuerzo y el
mérito en la lucha contra la triple concupiscencia. En los planes de Dios, la redención supone
la lucha y el compromiso, no la cómoda pereza.

Además, la antropología cristiana realista tiene en cuenta que la sociedad y la cultura


ejercen un fuerte influjo en la personalidad y los hábitos del comportamiento. En las
actuales circunstancias, las características de estos ambientes se han vuelto mucho más
desfavorables, que hace algunas décadas atrás, para quienes deseen responder a la vocación
cristiana y sacerdotal. La educación y la catequesis en la fe y la moral cristiana presentan
mayores carencias entre los fieles de hoy.

Nos encontramos ante jóvenes propensos a reaccionar según el sentimentalismo y las


emociones, que carecen notablemente de voluntad y espíritu de sacrificio, cuyas mentes
están confundidas y entorpecidas, con escasa sensibilidad humanística, ante la prevalencia
de las técnicas aplicadas, y, a menudo, con una notable fragilidad afectiva, debido a la
debilidad de la vida familiar. Sin embargo, los jóvenes de hoy son, por otra parte, mucho
más espontáneos y comunicativos, lo cual es una gran ventaja para su formación.

En la primera fase, de búsqueda y propuesta, de la vocación, este realismo antropológico nos


conduce a no olvidar que es necesario explicar a los jóvenes, con claridad y cuantas veces
sea necesario, en qué consiste la vocación sacerdotal, desconocida para casi todos, y
mostrarles la urgencia real que tiene para la Iglesia y la humanidad, para hacer posible que
la gracia de Dios resuene en sus conciencias junto con el llamado; y que la acogida que
reciban bajo el influjo de la gracia de Dios y después de un discernimiento atento, esté llena
de temores y perplejidades, y que, por eso, necesitará apoyo y ayuda solícita en el respeto y
la caridad.

En la segunda fase de la formación de las vocaciones sacerdotales, el realismo antropológico


lleva a la consideración de que, si un largo período de tiempo formación antes de llegar a la
ordenación sacerdotal es indispensable, en las circunstancias actuales, la formación de una
vocación se vuelve mucho más lenta y laboriosa. Es necesario hacer hincapié vigorosamente
en la formación humana, en particular de la voluntad y la coherencia, en el control de las
emociones. Es menester trabajar con constancia y conceder el tiempo necesario, sin confiar
en los primeros progresos, inmediatos y rápidos.

La concepción antropológica cristiana realista atribuye mucha importancia a la acción del


Espíritu Santo y bien sabe que Él es constante en su obra silenciosa e interior en las
conciencias. A veces es sorprendente en los progresos y los dones espirituales que les
concede a los jóvenes que se preparan al sacerdocio. Es necesario educar a un
discernimiento amoroso y a una fidelidad dócil y exigente para con sus inspiraciones.

(Intervención del padre Paolo Scarafoni lc., rector del Ateneo Pontificio «Regina
Apostolorum» de Roma, pronunciada en la videoconferencia mundial de teología organizada
por la Congregación vaticana para el Clero el 28 de abril de 2004 sobre las vocaciones
sacerdotales
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Delfin Alexánder Cañón Ortegón.


Una pareja fue asesinada con arma de fuego, la noche del pasado lunes festivo en el municipio de
Montenegro.

Las víctimas, identificadas como Delfin Alexánder Cañón Ortegón, de 28 años de edad y Leidy Viviana
Isaza Trejos de 19 años, se movilizaban en una motocicleta marca DT color roja, cuando fueron
atacados por desconocidos, que huyeron del lugar.

El hecho de sangre se registró hacia las 8:00 p.m., en el sector de la cancha municipal de la localidad
quindiana.
Según testigos, el hombre murió instantáneamente, mientras que la joven alcanzó a ser trasladada
hasta el hospital San Vicente de Paul del municipio, donde posteriormente murió, debido a la gravedad
de sus heridas.
Cañón Ortegón residía en el barrio Chambranas del municipio de Calarcá, en compañía de su esposa y
su pequeña bebé de 2 años de edad.

Por su parte, Leidy Viviana vivía en la carrera 27 número 14 -47 del barrio Mercedes centro de Armenia.
Familiares del joven manifestaron gran extrañeza por el suceso, debido a que Delfin Alexánder no
frecuentaba el municipio de Montenegro, pues allí no tenía amigos ni familiares. ³No sabemos qué fue a
hacer allá, porque él salió como a las 2:00 p.m. de la casa y dijo que iba para Armenia a pagar un
dinero´, expresaron.

Agregaron que creen que alguien lo invitó para Montenegro, pero que no están seguros de nada.
Recordaron, que su ser querido se dedicaba a las labores de comerciante y que le gustaba mucho jugar
billar y pescar.
Agentes de la Seccional de Investigación Criminal, Sijín, de la Policía Nacional en el Quindío, se
encargaron del levantamiento de los cuerpos y de iniciar las respectivas investigaciones, que permitan
establecer los móviles y autores del crimen.

Las exequias de ambos se realizarían hoy en Armenia y Calarcá respectivamente.

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