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Vicente Di Cione
(Compilador)
Milton Santos
Eric Waddell
Rodolfo De Koninck
Michel Bruneau
Roger Brunet
Paul Claval
Dietrich Fliedner
François Hulbert
Daniel Lagarec
Jacques Lévy
Terence-G. McGee
Jean-Bernard Racine
Vicente Di Cione
Textos de Geografía
Coordinación y supervisión técnica:
Vicente Di Cione
Traducción:
Leonardo Antoniadis
Claudia Gírola
Carlos Moyano
Diseño y composición:
Andrea Di Cione
ISBN en trámite
Presentación / 7
ciativa de Rodolfo De Koninck llevara adelante los Cahiers de Géographie A MODO DE INTRODUCCIÓN
du Québec durante 1995 y publicados en el N° 108 de diciembre de ese
año. Ante la variedad de ideas sugestivas que observé en los nueve artícu-
los del dossier “Cuestiones, Opiniones y Debates. La geografía: ¿cuál futu-
ro?”, no dudé en incorporarlos en este primer volumen de Textos de Geo-
grafía. Dado que no he introducido modificaciones, a los efectos de las pre-
sentaciones de los artículos considero pertinente remitir a los comentarios
de Eric Waddell —redactor de los Cahiers— en “Un debate de fondo” y de
Rodolfo De Koninck en “El futuro de la geografía”.
El libro se completa con “Los nuevos mundos de la Geografía”, discurso
pronunciado por Milton Santos con motivo de su aceptación del título de
Doctor Honoris Causa de la Universidad Complutense de Madrid (Octubre
de 1994) y “Futuro-presente-pasado” de mi autoría. “En el principio fue el Topos. Y el Topos indicaba el mundo, pues era lu-
El discurso de Milton Santos constituye una aguda presentación de una gar; no estaba en Dios, no era Dios, porque Dios no tiene un lugar y jamás
diversidad de cuestiones concernientes a tres tópicos de la “Geografía de la tiene lugar. Y el Topos era el Logos, pero el Logos no era Dios, pues era lo
Postmodernidad” que merecen la atención de los geógrafos: las posibilida- que tiene lugar. El Topos, en verdad, era pocas cosas: la marca, la re-marca.
des de revelar o, como dice Santos sugestivamente, “descortinar” la intimi- Para marcar hubo rastros, los de los animales y sus recorridos, y después sig-
dad del mundo traspasando sus visiones inmediatas y los obstáculos que en-
nos: un guijarro, un árbol, una rama rota, un «cairn». Las primeras inscrip-
cubren su esencialidad; la reconsideración dialéctica o transposiciones re-
ciones, los primeros escritos. Por poco que fuera, el Topos era ya «el hom-
cíprocas entre espacio y tiempo a partir de sus visiones o metáforas, y “los
enfoques posibles” para evitar la arbitrariedad y proceder a la “reconstitu- bre». Con el mismo título que el sílex aferrado por una mano, que el palo
ción de su corpus explicativo”. levantado con buena o mala intención. O la primera palabra: el Topos era
En “Futuro-presente-pasado” pretendo hablar de la geografía por venir, el Verbo, y algo más: la acción, «Am Anfang war die Tat».Y algo menos: el
partiendo de algunas experiencias personales en las que se articulan los di- lugar, dicho y marcado, fijado. Y así el Verbo no se hizo carne, sino lugar y
ferentes momentos del tiempo con la geografía y las restantes ciencias so- no-lugar.
ciales. La argumentación procura ratificar la unidad —sin perder las especi- “¿Por qué no partir del lugar, mental y social —lugar de la identidad y de
ficidades de sus propias perspectivas— de la geografía, la historia y las res- la diferencia—, lugar marcado (y por lo tanto, aislado) y nombrado (lugar di-
tantes disciplinas sociales como proyecto estratégico de reconceptualiza- cho), por lo tanto ligado y realizado? La dirección y la orientación, el tra-
ción programática de la geografía. yecto y el recorrido van de un lugar hacia el otro. Hay, desde entonces, el
A modo de prólogo y en reconocimiento por sus insoslayables aportes
otro lugar (marcado, separado, distinto pero el mismo: la isotopía) y el lu -
sobre la dialéctica social del espacio y la espacialización de la dialéctica so-
gar-otro (marcado, enlazado, alcanzado: la heteropía). Y hay, por último y
cial, incorporé algunos textos de Henri Lefebvre que considero programáti-
camente sugestivos para unificar el conjunto de artículos. además, el en otra parte y el en ninguna parte, lo vecino y lo lejano (el or-
Quiero, por último, manifestar mi agradecimiento a Milton Santos por fa- den próximo y el orden lejos), es decir, el otro y lo ajeno. El espacio, con-
cilitarme su discurso y autorizar su publicación, a Guy Mercier otro tanto junto de lugares, primero es marcado, o sea, jalonado y orientado. La forma
por autorizarme en nombre de los Cahiers a editarlos en español y a Clau- del cuadriculado y la forma concéntrica van juntas, antes de estar separa-
dia Girola, Leonardo Antoniadis y Carlos Moyano por sus trabajos de tra- das. La cuadrícula del espacio, compleja desde el comienzo, antes de ser re-
ducción. ducida, entraña en primer lugar los cuatro puntos de la rosa de los vientos,
Vicente Di Cione de los cielos (norte, sur, este, oeste) y su encuentro terrestre. Y, por lo tanto,
Palomar, marzo de 1997 lo alto y lo bajo (el cielo y la tierra). Y encuadrados en ello, múltiples posi-
bilidades, trayectos y recorridos. Y el aquí y el allá (el centro y el horizonte,
el cielo y el infierno). Y, por lo tanto, la u-topía (el anti-lugar en relación con
el lugar común). No resulta, además, inútil recordar con fuerza que el espa-
(...)
BIBLIOGRAFÍA
Eric Waddell*
Universidad de Laval
Eric Waddell / 27
¿Qué hay más normal, en estas circunstancias, que una geografía ca- EL FUTURO DE LA GEOGRAFÍA
da vez mas sujeta a sus instrumentos de trabajo, que alienta partenaria-
dos con disciplinas tales como la geología, la forestación y la química, Rodolfo De Koninck
en el seno de nuevas facultades de estudios ambientales o de “Adminis- Universidad de Laval
tración de Recursos Naturales”, e incluso que trata de fundirse en el se-
no de mega-departamentos de ciencias del ambiente o de la tierra?
Por más seductor que pueda parecer este viraje: ¿qué lugar le otorga-
remos en el seno de esos nuevos campos, a la reflexión, a los valores, a
la comprehensión de la gente... y a la presencia activa de la geografía
humana en toda su riqueza y su diversidad? La cuestión se plantea coti-
dianamente aquí en Quebec, e igualmente en otras partes, en América Considero que la vocación de la cultura es en su
sentido lato el de dominar la sociedad y de otor -
y en Europa. Es por eso que los Cahiers, gracias a la feliz y acertada ini-
garle sus fines.
ciativa de Rodolfo De Koninck, ha decidido destinar un espacio impor- Maurice Crubellier
tante de este número a la discusión sobre el Futuro de la Geografía. Es Le Monde, 16 de diciembre de 1986
por esto mismo que varios actores importantes de la geografía contem-
poránea han querido responder a nuestro llamado con un entusiasmo
mezclado de un sentimiento de real urgencia. Los Cahiers les están muy Con el transcurso de los años, los Cahiers de Géographie du Quebec,
agradecidos. Ahora es a los lectores a quienes les toca reaccionar. siempre interesados en los interrogantes y cuestionamientos relativos a la
naturaleza y al destino de la disciplina, se han impuesto como deber rea-
grupar esas cuestiones, solicitar opiniones y alimentar los debates. Ya
que, tal como lo evocáramos para la ocasión del lanzamiento de la rúbri-
ca “Cuestiones, opiniones, debates”, en el número de septiembre de
1982, la confrontación de ideas es fuente de vitalidad. Aquellos que se
interesan por el futuro de la geografía, encontrarán mucho material de re-
flexión a partir de la lectura de los nueve ensayos agrupados aquí. Más
allá de las diferentes posiciones, ideas y sugestiones que estos ensayos
contienen, se pueden descubrir varias líneas de convergencia, en particu-
lar hacia cuatro proposiciones mayores: 1) el placer del saber geográfico;
2) la necesaria función crítica de este saber; 3) el crecimiento permanen-
te del campo de acción de la geografía; 4) el deber de rigurosidad.
1. Así, cuando Lévy hace el elogio del viaje y de la lectura, que «desen-
clavan” como él dice, ésto se aproxima a la idea del gozo del conoci-
miento enunciado por Brunet. ¿Quién se perdería el placer “de explorar
el globo terráqueo o el mapamundi”? La necesidad y el gusto por el des-
cubrimiento, la invención y la creación son también sugeridos por Flied-
ner, quien afirma que estos elementos suelen ser escasos en las geogra-
4. Algunas veces hay que tener valor, para afirmar su pertenencia a una Michel Bruneau
disciplina tan inmediata y concreta [“terre à terre”], osando ser fiel a sus CNRS-TIDE / Bordeaux
bases, y al mismo tiempo declararse por el humanismo. Sobre todo es
necesario tener determinación, persistencia y rigurosidad. Pues la geo-
grafía solamente garantizará su futuro a condición de ejercer ese deber
tan preciado para Brunet como para Racine, este último no vacilando en
elogiar una disciplina cuyos términos deben ser «marcados a fuego por
su fiabilidad metodológica”. Ahora bien, como lo explican estos dos au- La geografía y los conocimientos geográficos nacieron bajo su forma
tores, y contrariamente a lo que algunos pretenden, la geografía no de- moderna e incluso se han desarrollado enormemente, a fines del siglo
ja de consolidarse en ese plano. Desde luego, siempre habrá entre sus XIX y principios del XX, en una época en que los exploradores acaba-
practicantes algunos aficionados por la aproximación y el desánimo: ban de recorrer territorios aún desconocidos para la ciencia occidental.
amplitud del objeto obliga. Pero a la geografía, urgencia constantemen- En la época en que las grandes potencias edificaban sus imperios colo-
te renovada del mismo objeto obliga, no le queda más que constituirse niales, éstas necesitaban de un número creciente de conocimientos so-
en una filosofía de la tierra viviente, sin dejar de servir como central ins- bre esos territorios recientemente adquiridos y así poder valorizarlos. Las
trumental para todos los saberes que tienen el buen gusto de consultar- sociedades de geografía ocuparon así la escena. La geografía colonial ju-
la, teniendo en claro que es ella sola, en la medida de lo posible, la que gó un papel pionero en la reflexión y en la acción en materia de organi-
debe mantener el control sobre las condiciones de esta consulta; y te- zación de los territorios. La geografía, de la misma manera que la etno-
niendo también en cuenta que esta popularidad no deberá servir de pre- grafía, era un saber útil para los administradores coloniales, porque les
texto para la dispersión, la división o incluso el despedazamiento de la era indispensable para dominar a las poblaciones y los espacios recien-
disciplina. Por último, ¿es necesario agregar que la lógica más elemen- temente conquistados como para emprender su valorización. La geogra-
tal reclama que el ejercicio de ese inmenso mandato, propio a la geo- fía, disciplina empírica y fáctica, respondía a necesidades prácticas in-
grafía, deba ser confiado a los geógrafos? mediatas.
El desarrollo científico posterior se orientó hacia una profundización
de las diferentes ciencias de la tierra, de la vida y de la sociedad, mar-
ginalizando a la geografía con respecto a las otras disciplinas hasta re-
ducirla a un discurso escolar o informativo sin nivel científico, u obli-
gándola a dejarse absorber por esas ciencias como subdisciplina, bene-
ficiando en contrapartida de la cientificidad de aquellas. La insuficien-
cia relativa de estos saberes y técnicas, sin embargo muy especializados
para resolver los complejos problemas del desarrollo en sus relaciones
con el entorno, necesita la contribución de abordajes más globales y
multidimensionales de los cuales la geografía participa.
En efecto, hoy la situación es radicalmente diferente. El mundo prác-
ticamente no tiene espacios inexplorados, al contrario él está más limi-
Roger Brunet
Casa de la Geografía
Montpellier
Conocer el territorio
Roger Brunet / 37
dos, y algunos lugares nefastos; y a partir de allí concibieron mitos, ta- mente su fuerte, limitándola a las duras caparazones de las montañas y
búes y pudieron también cometer errores. Pero aquello que tiene éxito de las ciudades. Es reducirla a lo natural, sino a lo primitivo, bajo el pre-
termina, en más o menos tiempo, por constituirse en ley. Y la naturaleza, texto que Michelet exigió que ella exprese “el materialismo de la histo-
las relaciones con los otros, la distancia imponen otras leyes. ria”, con el fin de ayudar a medir de esa manera el alcance de la eman-
El territorio está hecho de lugares diferenciados, ligados por redes. Es cipación de los hombres: bello objetivo, cruel asignación que, con la
un producto de la vida social, como la religión, el derecho, el arte, las complicidad ciega de Vidal de la Blanche, desvió la geografía durante
costumbres, las herramientas, las ideas. Es tan honorable como necesa- más de un siglo y cavó los atolladeros de los cuales no siempre pudo sa-
rio para la reproducción social. Tiene sus formas, sus reglas, sus prácti- lir, acantonándola al “suelo”, entendido como geología. Una vez más es
cas, sus representaciones, sus fracasos y sus éxitos; tiene también los ideologizar el territorio, considerar el apego animal por el territorio como
dramas de su apropiación, de sus impedimentos, de su conquista, de su una virtud, las “raices” por una parte del cuerpo humano: se busca en
intolerancia —o sus enriquecimientos por el intercambio y la convivia - Heidegger las “razones” del suelo, cuya única salida se encuentra en las
lité. ¿Cómo podría uno privarse de estudiarlo? Sin duda numerosas cien- geopolíticas de la desigualdad, incluso en las purificaciones étnicas.
cias o prácticas se interesan por algunos de sus aspectos particulares: las Ahora bien, pareciera que la mundialización desplazara la idea de te-
rentas, la gestión política, la tecnología de transportes o la ingeniería ci- rritorio, pero lejos de anularla, ella la acentúa y la vuelve más peligrosa.
vil. Pero ¿a quién se supone que le correspondería estudiarlo en el con - Las empresas juegan con las “deslocalizaciones” que en el mejor de los
junto de sus dimensiones sino precisamente al geógrafo? casos no son más que maneras refinadas de servirse de las diferencias
El fundamento de la geografía es identificar y comprender los luga- geográficas, y otras veces no son más que la traducción espacial de algu-
res, las redes que los unen, los territorios que los forman. Es aprehender nos mitos del beneficio. Existen aquellos que con el pretexto de que hay
el “medio” donde vivo, donde los otros viven: un saber fundamental pa- sólo una “aldea planetaria” donde todo se intercomunicaría, anuncian
ra todo actor-habitante, para toda empresa, para toda comunidad que “el fin de los territorios”: eso es un error o una burla. Nunca el sentido
debe administrar su territorio. Satisfacer esas curiosidades elementales del territorio y de las diferencias geográficas “a destacar”, en el sentido
es reencontrar las mismas de los griegos: ¿quiénes son esos otros y qué más cínico del término, han estado tan aguzados, y por otro lado no hay
vamos a hacer de ellos o con ellos? ¿Defenderse, intercambiar, robar? que alegrarse. Porque en este mundo mediatizado las diferencias se pro-
Los mitos de la conquista o de la rapiña con la Iliada, de la exploración fundizan, los comportamientos de exclusión se endurecen, los usos per-
con la Odisea, son mitos fundamentales del “sentimiento geográfico”. niciosos del territorio se propagan. La territorialidad se vuelve animal. Por
Los límites, los desvíos y las tentaciones de ese caudal de legitimidad haber perdido la brújula se buscan nuevos mojones aunque se termina fi-
son bastante conocidos: la geografía los ha experimentado a todos, y jun- nalmente en guaridas. El geógrafo no lo ignora, y tiene delante de él un
to con ella todos aquellos que no tienen de ella más que una idea rápi- trabajo cuyo campo se ha acrecentado considerablemente.
da, un entristecido recuerdo escolar. Se trata de conformarse con el mar- El territorio, que es el pan de cada día de la geografía, aunque por
co, con el contexto, sin ocuparse de los actores ni de sus actos. Es des- cierto no de su exclusiva propiedad, merece algunas consideraciones, y
cribir por describir, y satisfacerse de las evidencias. Es extasiarse frente a cierta reflexión. Debemos comprender su modo de producción, sus
la singularidad, sin querer ver la comunidad, o mismo la universalidad de usos, su funcionamiento, sus fragilidades. Todos los días la humanidad
ciertos procesos. Es creer en el determinismo de las configuraciones, en produce un territorio de la misma manera que produce arte, cultura, de-
la fatalidad de los lugares: la geografía es así intimada a justificar nues- recho, historia. Lo hace por costumbre, por inadvertencia, inconciente-
tras acciones o nuestros errores; “es culpa de la geografía”, “la geografía mente, simplemente trabajando y reproduciéndose. No obstante puede
manda”, “hacemos la política de su geografía” como tantas veces lo di- que ésto también suceda con un proyecto, con una voluntad de planea-
jeron Napoleón y algunos otros, para los cuales la geografía no era real- miento. Ella actúa sobre el territorio a partir de las herencias que recibe,
Paul Claval
Departamento de Geografía
Universidad de París - Sorbona (París IV)
Paul Claval / 47
tenta, eran numerosos los investigadores que declaraban su adhesión a cupaciones de la geopolítica podían parecer concluídas (caducas). ¿No
los esquemas marxistas puros. Sus actitudes cambiaron alrededor de los bastaba con tener una visión clara de la geoestrategia del emplazamien-
años 80. Algunos geógrafos, como David Harvey, se preguntaban de una to de los misiles intercontinentales para comprender los equilibrios de
manera grave, a mediados de los años 70, si realmente había un lugar disuasión (Claval, 1994)? En el mundo de después de la caída de los mu-
para la geografía, desde el momento que se había descubierto el marxis- ros, las tensiones cobran otras formas. Se enraizan en los nacionalismos
mo. Y he aquí que a comienzos de los años 80 este autor publica The y fundamentalismos de los cuales conviene analizar su génesis (su ori-
Limits to Capital donde completa las lecciones de Marx reintroduciendo gen) y comprender las ambiciones si se quiere evitar la multiplicación
el espacio en los esquemas elaborados por éste último y demostrando de los conflictos.
que la obsolescencia del capital bajo el efecto del progreso técnico im- En el transcurso de los últimos quince años el lugar que los estudios
plica necesariamente la migración de la iniciativa económica, fijada por sociales dedican a los hechos espaciales se ha ampliado considerable-
las realizaciones de otra edad, en todas partes donde la revolución in- mente. En consecuencia el estatus que ellas dan a la geografía ha mejo-
dustrial haya pasado; ella tiene necesidad de tierras nuevas para expan- rado. Aún no está tan alto como debiera: las críticas que se dirigen a la
dirse. disciplina no se justifican por su insignificancia sino por su incapacidad
En sociología, Anthony Giddens descubre, en Time Geography de de tener a veces que renunciar a los hábitos del espíritu que exhibían
Torstein Hägerstrand como las estructuras condicionan las opciones in- aquellos que la practicaban cuando se consideraban naturalistas.
dividuales. Introduciendo la noción de local, da lugar a toda una serie
de hechos, demasiado descuidados, según él, por las ciencias sociales,
y que se deben a los efectos de proximidad y a la permeabilidad que
ellos crean en el seno de los tejidos sociales (Giddens, 1984).
La agitación intelectual que se genera a mediados de los años 80, en
BIBLIOGRAFÍA
relación a la tésis que defenderá Frederic Jameson (1991) a propósito de
la postmodernidad, testimonia la misma mutación. Para él, como para FUKUYAMA, Francis, 1992, The End of History and the Last Man, The Free
Henri Lefebvre, a quien utiliza y prolonga, los conflictos que atraviesan Press, New York.
las sociedades contemporáneas, fundamentalmente no están más en re- HARVEY, David, 1983, The Limits to Capital, Blackwell, Oxford.
lación con la repartición de los frutos del trabajo. Ellos nacen del desi- GIDDENS, Anthony, 1984, The Constitution of Society , Blackwell, Oxford.
gual acceso de la gente a los recursos espaciales. No son más los gran- JAMESON, Fredric, 1991, Postmodernism, or the Cultural Logic of Late Capita -
des principios ligados a las interpretaciones históricas de la evolución en lism, Verso, New York.
general, y del capitalismo en particular, las que cuentan, sino las condi- CLAVAL, Paul, 1995, Géographie Culturelle, Nathan, Paris.
ciones de la vida de todos los días, el significado de estar instalado aquí CLAVAL, Paul, 1994, Géopolitique et Géostratégie, Nathan, Paris.
y no allá.
Las ciencias sociales dan una importancia al espacio como jamás ha-
bía ocurrido en dos siglos. Esto ubica a la geografía al frente de nuevas
responsabilidades: ya no está más en posición marginal en el seno de
una familia que privilegia la duración; es hacia ella que uno se dirige
cuando se busca comprender el sentido que los hombres dan a la vida
(Claval, 1995).
En la época de la confrontación de los dos super-grandes, las preo-
Dietrich Fliedner
Universidad de Saarbruecken
Alemania
* Traducción de la versión francesa traducida del alemán por Wolfgang Bruecker (Uni-
versidad de Saarbruecken).
Dietrich Fliechner / 51
en los medios de comunicación, las empresas de tratamiento de la infor- zo de modos de vida rurales por formas más urbanas. La localización del
mación, por ejemplo para la puesta a punto de S.I.G., y en las oficinas comercio minorista en los suburbios debilita tanto los centros de las ciu-
de relaciones públicas. Quedan evidentemente muchos que encuentran dades como las zonas rurales.
una actividad fuera de la geografía. Aparentemente, es la formación glo- —En el plano comunal, los problemas específicos son múltiples y
bal ofrecida por la disciplina y su capacidad de adaptación las que conciernen a los hombres directamente. Es sobre todo la comuna la que
abren un abanico muy extenso de ocupaciones potenciales. resulta responsable de la infraestructura (por ejemplo, el mejoramiento
A menudo los jóvenes llegan a la universidad llenos de ideales, quie- de las vias de circulación intra-urbanas) o de la protección contra el rui-
ren contribuir a resolver los problemas que asedian a los hombres de do. Hay un interés creciente por la historia local así como por la bús-
hoy. Y efectivamente, esos problemas conciernen directa o indirecta- queda y la protección del paisaje cultural tradicional.
mente a los geógrafos : —Por debajo del nivel comunal, las familias y los establecimientos
—En el plano mundial, donde se confrontan a nivel económico y forman comunidades vitales. Debido a las necesidades económicas, las
geopolítico los grandes conjuntos territoriales, los países industrializa- estructuras de los establecimientos sufren cambios permanentes. Esto pi-
dos y el tercer mundo con los problemas ligados a la evolución demo- de una adaptación en la esfera personal. Alli, los problemas causados
gráfica y a la explotación de recursos sin consideración por el medio por el desempleo afectan la vida en común. La estructura de la familia
ambiente. conoce cambios profundos, la baja del número de casamientos, el au-
—En el plano internacional, donde las reestructuraciones territoriales mento de hogares para cada persona, influyen en el mercado de la vi-
ligadas a las reivindicaciones nacionales y étnicas con los desplaza- vienda y de la mano de obra, creando nuevas estructuras sociales que
mientos de población y las migraciones más o menos forzadas en el in- son también el origen de nuevos problemas.
terior de los continentes o de un continente al otro, constituyen fenóme-
nos importantes. En civilizaciones diferentes, las formas de vida cam- Hasta aquí, solamente algunos tipos de problemas en los cuales los
bian de manera dramática, poblaciones autóctonas son rechazadas o geógrafos se interesan y deben interesarse. La fuerza de la geografía en
mismo asimiladas. relación a las otras disciplinas consiste sobre todo en su competencia pa-
—En el plano nacional, egoismos étnicos y nacionalismos provocan ra analizar los fenómenos en el espacio, en integrar los múltiples elemen-
guerras devastadoras. Lo mismo durante épocas pacificas se producen tos que allí se encuentran, para establecer las relaciones entre ellos y
desequilibrios entre los países. La agricultura pierde su importancia en construir síntesis. Pero para eso la geografía debe continuar fiel a su na-
la competencia internacional; industria y servicios toman la delantera. turaleza y evitar las trampas de la super especialización. Debe examinar
Se sucede una concentración espacial de las fuerzas económicas y, por lo que pasa en la superficie de la tierra, medio natural que el hombre
otro lado, un debilitamiento de las periferias. El abismo entre ricos y po- transforma para practicar sus actividades en el cuadro de diferenciacio-
bres se profundiza; el desempleo se vuelve un problema permanente. nes regionales variadas donde las relaciones políticas, culturales, econó-
—En el plano regional, la polarización de la población está acompa- micas y sociales deben ser tomadas en cuenta en toda su complejidad.
ñada por toda clase de problemas: falta de alojamiento, circulación caó-
tica, polución, formación de ghetos, aislamiento de los individuos, pro- 2. Así definida, la geografía empírica ocupa un lugar sólido en la comuni-
gresión de la criminalidad. En las regiones que se vacían, por lo contra- dad de las disciplinas científicas. Pero por otro lado es justamente esta di-
rio, no se puede proporcionar más ni la infraestructura ni los servicios versidad de temas tratados, la que crea problemas. Es difícil explicar a los
necesarios a la población restante. La migración cotidiana crea enormes observadores externos por qué, por ejemplo, investigaciones sobre la po-
problemas de circulación y obliga a financiar nuevas rutas y medios de lución, sobre la geografía histórica del hábitat, o sobre el conocimiento del
transporte en común. Pero esto contribuye al mismo tiempo al reempla- tercer mundo conciernen todas a una misma disciplina, la geografía.
Daniel Lagarec
Departamento de Geografía
Universidad de Otawa
Daniel Lagarec / 81
monix en septiembre de 1992, de allí el acrónimo para Chamonix-Sérig- En total, 12 textos de interés y de extensión muy desigual nos son
nam. Como se subraya en la introducción de la obra, esta universidad propuestos y que podemos agrupar bajo tres grandes temas: los cuatro
de verano ha sido puesta en funcionamiento por docentes de colegios, primeros presentan esencialmente elementos de presentación y de refle-
liceos y universidades que tienen en común el creer en el poder del con- xión del problema; los cuatro siguientes son estudios de caso, el de los
cepto de representación, en la práctica de los geógrafos. La preocupa- riesgos en la montaña, el ejemplo del volcán Cotopaxi en Ecuador, las
ción principal, como se refleja en el título, es entonces aquella de los inundaciones del río Loria y la erupción del monte Sta. Helena en 1980.
enseñantes (docentes). Un rápido examen de algunos manuales de se- Los cuatro últimos se relacionan más particularmente a la enseñanza de
gundo ciclo del secundario francés publicados desde 1983, permite los riesgos naturales. En el análisis que sigue, nos detendremos más es-
comprender mejor las preocupaciones del grupo. La noción de riesgo pecificamente en la introducción y en los dos primeros capítulos donde
natural no está muy presente. En segundo lugar, podemos descubrir có- estan desarrollados los conceptos claves subyacentes al conjunto de la
mo “el hombre domina el medio”, incluso si en la misma ocasión “él es- obra, tanto aquellos que se refieren a las representaciones, al imaginario
tá confrontado al vulcanismo y a los sismos”(en dos páginas). Los ciclo- de la catástrofe y al espacio de negociación como a la conclusión que
nes apenas son mencionados, ni que hablar de las inundaciones o de los plantea la necesidad de una “revisita”a la geografía física.
deslizamientos de tierra, de los cuales no se hace mención. La introducción de J.-P. Guerin consagrada a “El Medio Ambiente,
Ciertas obras entre las primeras, dedican una o dos páginas a los ries- una cuestión de representaciones” marca la tónica: tratará sobre todo de
gos naturales en Francia, casi esencialmente a las inundaciones sobre to- las representaciones, es decir, de “creaciones sociales de esquemas per-
do desde la catástrofe de Vaison-la-Romaine (1992)* que ha sido amplia- tinentes de lo real”. El autor olvida sin embargo definir este medio am-
mente mediatizada y ha impactado la imaginación del público. En el úl- biente del cual tenemos representaciones. Y esto es lamentable sobre to-
timo año del Liceo (Terminal) se aprende que, “el Japón, entrecortado, do si consideramos que la última parte está dedicada a la problemática
lleno de fracturas y bordeando las fosas profundas del Pacífico, es de una de las relaciones geografía-medio ambiente, aunque desgraciadamente
peligrosa inestabilidad, tierra de sismos, de fuentes de calor y de volca- de manera muy vaga. En un mundo donde los ciudadanos ordinarios
nes” o que “los temblores de tierra y el volcanismo recuerdan con regu- quieren hacer escuchar su voz y participar cada vez más en las tomas
laridad la fuerza y los condicionantes de la naturaleza...California vive al de decisiones que les concierne, el concepto de representación adquie-
ritmo de los sismos”. Digamos que aproximadamente eso es todo. Esto re una significación fundamental. ¿De cuáles representaciones habla-
refleja bien la concepción de la enseñanza de la geografía en el secun- mos, de las de los ciudadanos, de los científicos? Con respecto a estos
dario en Francia. Con respecto a este tema, D.Moreau-Renier (1995) últimos, ¿se trata de aquellas de los ecologistas, de los ingenieros, de los
menciona que si “la geografía se erige en la traducción espacial de las so- economistas, de los geógrafos? ¿Debiéramos concluir, como lo hace A.
ciedades...es en un hombre demiurgo el que ella se place en hacernos Bailly (1992) que “lo real objetivo no existe afuera de las representacio-
enseñar a los estudiantes”. Sin embargo, una encuesta realizada por nes”? Si esta concepción es mal comprendida, ella puede ser peligrosa
G.Hugonie (1986) en el nivel del primer ciclo del secundario muestra la (Scheibling,1994). Hay que evitar la posible y peligrosa reducción del
atracción ejercida por ese tema sobre los alumnos quienes lo juzgan in- mundo a una construcción puramente discursiva, a puros juegos del len-
teresante en una proporción de 80% en sexto y 73% en tercero, contra guaje. Al contrario, es necesario una articulación entre, por un lado, la
un promedio, respectivamente de 73% y 53% para los otros temas de descripción de las percepciones y representaciones de los actores y, por
geografía. Hay, por lo tanto, para los autores un gran desafío a enfrentar. otro lado, la identificación de las determinaciones y de las interdepen-
dencias desconocidas que tejen los lazos sociales.
La cuestión es crucial, como lo han ilustrado las inundaciones de
*[Pequena ciudad del sur de Francia, en la region del Vauclus] enero de 1995 en los Países Bajos, donde autoridades locales, naciona-
Introducción
* Cahiers de Geographie du Quebec, Vol. 30 No. 108, Diciembre 1995, pp. 527-536.
Jean-Bernard Racine
Facultad de Letras
Universidad de Lausana
Futuro-presente-pasado
VICENTE DI CIONE . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 135
164 / Futuro-presente-pasado
Esta obra se terminó de imprimir en marzo de 1997
en los talleres de DeskTop - Servicios Gráficos por Computación
Vera 776, Capital Federal, República Argentina