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Héctor Hugo Trinchero y Juan Martín Leguizamón, “Fronteras de modernización.

Reproducción del capital y de la fuerza de trabajo en el umbral al Chaco


argentino”, en: Héctor Hugo Trinchero, Producción doméstica y capital. Estudios
desde la antropología económica, Buenos Aires, Biblos, 1995.

Objetivo  analizar las formas de reproducción del capital y de la fuerza de trabajo en


el umbral al Chaco (al oeste, el sistema montañoso andino y al este, la gran llanura
chaqueña)

Además, clarificar la siguiente paradoja: siendo esta zona escenario de distintas


inversiones capitalistas “modernizantes” (explotaciones de soja y poroto con alta
tecnología y destinada a los mercados internacionales), prevalecen formas de
contratación y remuneración del trabajo “arcaicas” (sistema de “enganche” y
remuneración no asalariado)

El proceso de expansión: nociones y antecedentes históricos

La expansión de la frontera agraria capitalista en el norte argentino -en el marco del


llamado periodo de “formación del Estado nacional” a partir de mediados del siglo
XIX- implicó, además del exterminio, la expulsión de las poblaciones indígenas hacia
tierras menos aptas.
En el caso que toma este estudio (umbral al Chaco en la provincia de Salta) se trató de
la expulsión de pequeños productores criollos cuya base de sustentación era la ganadería
de monte y los obrajes, actividades relacionas a mercados regionales.
Al expandirse el capital agrario en la zona (con la producción de soja y poroto) la mano
de obra contratada provino de estas familias de criollos. Y, cuando la expansión se
corrió hacia el norte, fue provista por las comunidades aborígenes del Chaco salteño
(mataco-wichí, chorote, chulupí y toba)

Expansión de la frontera agraria: dinámica y diferenciación social

Para entender el proceso de expansión de la frontera capitalista en la zona deben


distinguirse tres “espacios” socioeconómicos relativamente diferenciados:
1) Chaco centro-occidental argentino
2) Noroeste de Santiago del Estero
3) El propio umbral
El eje común entre estos “espacios” pasa por la relación entre capital y trabajo.
La expansión sojera y porotera en la región se produjo a principios de la década del 70.
Hacia mediados de la década del 80, sin embargo, aumentó la superficie cultivada en
algunos departamentos (San Martín y Anta) y disminuyó en los restantes.
Mientras que en el sur del umbral predominaron las pequeñas y medianas explotaciones,
en el norte, área más próxima a los asentamientos indígenas, fueron de gran extensión.

Dinámica de acumulación: los límites y posibilidades de la obtención de ganancias


extraordinarias

Entre los años 91 y 92 los finqueros se quejaron de una “crisis de sector” debido a que
quedaron excluidos del circuito de acopiadores-comercializadores del producto y de las
tecnologías de los consorcios agroexportadoras (principalmente Bunge y Born y
Continental)

1
Frente a esta situación, los finqueros buscaron mecanismos de reducción de costos para
hacer frente a las variaciones de los precios internos. Este ajuste se dio a través de una
profundización de formas “arcaicas” de explotación del trabajo.

Modernización con tradición

Las plantaciones poroteras se caracterizan por una fuerte estacionalidad por un breve
periodo (en el momento de la cosecha). Por lo tanto, el costo de la fuerza de trabajo es
para los finqueros un componente principal para garantizar el proceso de producción.
La mayoría de los trabajadores “golondrinas” al sur de Salta son campesinos ganaderos
provenientes mayoritariamente del norte de Santiago del Estero. Estos trabajadores
combinan empleos en distintos procesos de trabajo agrícola que requieren mano de obra
temporaria en distintas épocas del año.
Por otro lado, en el norte de la provincia de Salta se trata de trabajadores indígenas
provenientes del parque chaqueño (de las riberas del Pilcomayo en Salta y, en algunos
casos del oeste de Formosa). Estos, a diferencia de los trabajadores del sur que migran
por un largo periodo hacia distintas cosechas entre las cuales una es la de poroto, sólo
van a trabajar en la época de cosecha del poroto para trabajar exclusivamente allí.
Por lo tanto, la mayor parte del peso de la reproducción de los trabajadores indígenas
recaerá “fuera” de los mecanismos de remuneración.
Se distinguen dos modos de contratación de la fuerza de trabajo según la zona:

Sur  los trabajadores se reúnen en Rosario de la Frontera en la época de cosecha del


poroto y allí son contratados por los finqueros o capataces.
En general uno representa a un grupo de trabajadores y acuerda con el contratador las
condiciones básicas de trabajo.1
Una vez contratados, los trabajadores dependen totalmente de quien los empleó.

Norte  reclutamiento de trabajadores temporarios por medio de contratistas que


reclutan la fuerza de trabajo en sus lugares de residencia. La mayoría de sitios alejados y
de acceso dificultoso.

Características comunes de la contratación y el proceso de trabajo

Contratistas o capataces “enganchan” o contratan a los trabajadores ubicados a lo largo


de todo el umbral y los ubican en el monte, sirviendo de paravientos entre los lotes. A
cada grupo se le entregan lonas, a veces chapas de zinc o algún elemento que sirva de
reparo. Estos elementos generalmente se descuentan de la paga final.
Las familias dependen completamente del contratista o de su capataz, quien se encarga
de proveerlos periódicamente de “todo lo indispensable”.
La recolección del poroto (arrancado y amontonado) se hace en gran medida
manualmente. Participan tanto las mujeres como los hombres. Las primeras hacen un
alto al mediodía para cocinar y atender a los hijos. Los niños participan haciendo
actividades de “emprolijamiento” de las filas para facilitar la cosecha.
Es muy común la extensión de la jornada laboral a cargo de todo el grupo familiar (que
es uno de los mecanismos de sobreexplotación) porque el trabajo se cobra a destajo y si
un trabajador termina con la tarea que en un principio le dan puede hacerse cargo de
parte del trabajo atrasado de cualquier otro trabajador.

1
Sin embargo, las condiciones reales de negociación son limitadas.

2
Las diferencias

NORTE DEL UMBRAL SUR DEL UMBRAL


Los trabajadores provienen de las Los trabajadores van en busca de quien los
comunidades ribereñas del Pilcomayo. contrata y van por sus medios al área de
Ante la necesidad de conseguir alimento, trabajo.
las unidades domésticas se ven en la Como provienen de una zona expulsora de
situación de tener que optar entre mano de obra, la figura del contratista
engancharse en la poroteada o quedarse a tiene menor relevancia.
pescar para los camioneros
La figura del contratista tiene mayor CONTRATO
relevancia: llegan a las comunidades y
reclutan a los trabajadores que requieren
los finqueros

ENGANCHE

En el norte, la figura del contratista tiene un rol central porque:


• Se convierte en el único detentador de las vacantes laborales ya que, una vez
“enganchados” los trabajadores tienen dificultades materiales mayores que los
trabajadores golondrinas
• Se encarga de controlar a los trabajadores y el trabajo realizado
• Es el único vínculo del trabajador con la empresa. Esto permite a la última eludir
responsabilidades propias del derecho laboral
• Obtiene el 16% del total del pago de los salarios del conjunto de las jornadas
laborales que él mismo consiguió
• Es una persona que conoce y a la vez es conocida por las comunidades (incluso
existen contratistas indígenas que lograron cierta capacidad de acumulación)
• En cada una de las comunidades el primer trato lo hace con el cacique, a quien
informa sobre las condiciones generales y la cantidad de trabajadores que
necesita. Sin embargo la última decisión recae en el miembro del grupo familiar
• Obtiene beneficios extras porque se encarga de venderles (mediante adelantos) a
los cosecheros las provisiones que éstos consumen durante el proceso de
trabajo.2

Los contratistas son, entonces, personas que en general mantienen con los
cosecheros relaciones basadas en algún tipo de coerción directa que los mismos
detentan en beneficio propio.

Algunas conclusiones provisorias

• Existe una coexistencia de modernización tecnológica y formas de coerción


sobre la fuerza de trabajo (si bien no directamente violentas) tendientes a ejercer
un control de la relación capital-trabajo a través de mecanismos de “mediación”
• La figura del contratista no parece responder a “relictos” arcaicos del mercado
de trabajo, sino a constricciones propias del proceso laboral en las fincas

2
Frente a esta situación muchos trabajadores no sólo terminan consumiendo su salario en alimentos y
algo de ropa, sino que también algunos quedan endeudados.

3
(estacionalidad en la demanda de fuerza de trabajo) y el intento de los finqueros
de mantener hasta done sea posible ganancias extraordinarias
• Los finqueros tratan de contrarrestar las fluctuaciones de los precios en el
mercado interno mediante mecanismos de control de la fuerza de trabajo y el uso
de tecnologías de cosecha (maquinarias) como una amenaza al desempleo y al
abaratamiento de los costos laborales
• La expansión capitalista necesita (pero a la vez transforma poniendo en
crisis) las capacidades de las economías domésticas de los trabajadores
enganchados.

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